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Influência da Família na Conduta Delitiva

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CLAVE DE INCORPORACIÓN UNAM 8794 
 PLAN: 25 AÑO: 08 
 
EL ÁMBITO FAMILIAR INFLUYE EN LA ADQUISICIÓN DE 
CONDUCTAS DELICTIVAS. REALIZANDO UN ESTUDIO 
ESTADÍSTICO EN PERSONAS DE 20 A 30 AÑOS DE EDAD, 
DENTRO DEL RECLUSORIO PREVENTIVO VARONIL 
NORTE, CON EL DELITO DE ROBO, SIENDO PRIMO 
DELINCUENTES. 
 
 
TESIS 
QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE: 
 LICENCIADA EN PSICOLOGÍA 
 P R E S E N T A 
 ANGÉLICA VALERIA CALDERÓN JHWESTS 
 
 
 
 ECATEPEC DE MORELOS, MÉXICO, 2015 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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Dedicatoria 
 
 
A mi padre 
Quien siempre está a mi lado en todo momento, apoyándome en todas las 
decisiones tomadas. Por el valor y el coraje que has tenido para levantarte ante 
cualquier adversidad, por las enseñanzas que me has dado y por darme ánimos 
siempre…..¡GRACIAS PADRE, ETERNAMENTE AGRADECIDA! 
 
A mi madre 
 Por siempre brindarme tu apoyo incondicional, por ser mi amiga, por tener 
siempre la fortaleza de salir adelante sin importar los obstáculos, por haberme 
formado una mujer de bien….¡GRACIAS MADRE, POR LA VIDA QUE ME DISTE! 
 
A mis hermanos 
Gracias por todos aquellos momentos que me motivaron a seguir adelante, por 
mostrar apoyo incondicional para llegar a concluir una meta más en mi vida. 
 
A todas aquellas personas que contribuyeron en mi formación académica, a mis 
profesores que compartieron conmigo sus conocimientos a lo largo de mi 
educación universitaria….¡MUCHAS GRACIAS! 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
ÍNDICE 
Dedicatoria 
Índice 
Introducción 
 
CAPÍTULO 1.- FAMILIA………..……………………………………………………..10 
1.1 Tipos de familia…………………………………………………………………... 15 
1.2 Familia funcional…………………………………………………………………. 19 
1.3 Interacción: aprendizaje de actitudes psicológicas para la vida……………. 22 
1.4 Familia disfuncional………………………………………………………………. 27 
1.5 Abuso del alcohol y otras drogas en la familia………………………………… 31 
1.6 Valores…………………………………………………………………………..... . 32 
1.7 Rol del padre …………………………………………………………………… 39 
1.8 Rol de la madre ..………………………………………………………………... 43 
 
CAPÍTULO 2.-CONDUCTA ANTISOCIAL………………………………………… 50 
2.1 Adolescencia……………………………………………………………………… 53 
2.1.1 Características psicológicas del adolescente…….…………………. 54 
2.1.2 Las características de una adolescencia normal…………………… 56 
2.2 Adultez emergente o temprana………………………………………………… 58 
2.3 El adolescente y el adulto temprano con conducta antisocial……………… 60 
2.3.1 Ámbito psicológico……………………………………………………. 61 
2.3.2 Ámbito social………..……………………………………….………... 61 
2.4 Variedades de conducta antisocial……………………………………………... 63 
 
 
CAPÍTULO 3.- DELITO..………………………………………………………….. 66 
3.1 Breve reseña histórica universal del delito………………………………….. 67 
3.2 Breve reseña histórica nacional del delito………………………………….. 68 
3.3 Concepto de “robo”…………………………………………………………… 70 
3.4 Estudio dogmático del delito de robo……………………………………….. 72 
3.5 Robo con fuerza y/u ordinario………………………………………………. 85 
3.6 Robo con violencia o intimidación……………………………………….….. 86 
3.7 Cómo se visualiza el robo desde lo psicológico………………………….... 88 
3.8 Reclusorio Preventivo Varonil Norte………………………………………… 89 
3.9 Trabajo social………………………………………………………………….. 91 
3.10 Psicología…………………………………………………………………….. 92 
3.11 Criminología…………………………………………………………….…….. 94 
 
CAPÍTULO 4.- METODOLOGÍA..………………………………………….…….. 97 
ESTADÍSTICA GENERAL DE FAMILIA DISFUNCIONAL, BASADO EN 
RESULTADOS DEL INSTRUMENTO APLICADO EN EL 
RECLUSORIO NORTE………………………………………………………………101 
 
CONCLUSIONES……………………………………………………………………. 115 
BIBLIOGRAFÍA………………………………………………………………….…… 122 
ANEXOS……………………………………………………………………………… 125 
 
 
INTRODUCCIÓN 
 
En la presenta investigación se conocerá la importancia que tiene la familia en la 
adquisición de conductas delictivas, tomando en cuenta que la mayoría de los 
internos entran por el delito robo. Este tiene una repercusión social muy amplia, ya 
que hay un daño moral, físico y psicológico. Existe también la repercusión al 
interno a nivel biopsicosocial, que genera muchas contradicciones ya que el robar 
le produce placer por la adrenalina que sienten, pero después tienen el 
sentimiento de culpa, pues saben que es un daño a terceras personas. Esto me 
impulsó a realizar mi servicio social (6 meses) y ser apoyo (5 meses) en el 
Reclusorio Preventivo Varonil Norte, donde me pude percatar que, al realizar la 
integración del estudio psicológico existen variables dentro de la dinámica familiar 
que afectan el desarrollo biopsicosocial del sujeto; ya que la mayoría dice no 
haber tenido una buena relación familiar y que, conjuntamente con el núcleo social 
donde se desenvuelve, va adquiriendo estas conductas aprendidas. Por 
consiguiente, nos enfocaremos específicamente en cómo influye la relación 
familiar en la adquisición de conductas delictivas, como el robo en sujetos del 
Reclusorio Preventivo Varonil Norte cuyo rango de edad va de los 20 a los 30 
años de edad, siendo primodelincuentes. Esto es porque existe un gran número 
de internos con este delito, los cuales se muestran colaborativos y aún tienen una 
relación de apego con la familia primaria. Esto nos lleva a determinar que si los 
sujetos se desenvuelven en un núcleo familiar disfuncional, desarrollarán 
conductas delictivas como el robo; convirtiéndose en internos del Reclusorio 
Preventivo Varonil Norte y primodelincuentes. 
Por lo tanto, se iniciará retomando el concepto de “familia”, según Maxler y Mishler 
(cit. en Gimeno, A. ,1999). Se define como un grupo primario con relaciones de 
parentesco y con una experiencia de intimidad que se extiende en el tiempo. Se 
deben tomar en cuenta la historia pasada y lasexpectativas del futuro, la cual hará 
diferencias entre grupos primarios, dándole identidad. 
 
 
En el primer capítulo se describirá el concepto de la familia y sus tipos, tomando 
en cuenta que la familia es un sistema que no puede funcionar de manera aislada 
porque cada elemento experimenta que modifican todo el sistem. Por ejemplo si 
varía la cantidad de hijos ya no pueden tener las mismas costumbres o ritos 
establecidos pues hay una modificación en esta unidad, a la que denominaremos 
“cohesión”, y se refiere al nivel de proximidad que guardan los miembros de la 
familia entre sí. 
Las tareas básicas de la familia no solo se quedan en la crianza de los hijos, en la 
alimentación y vestimenta, sino deben hacer todo un desarrollo de la personalidad 
de cada uno de los integrantes y su integración al ámbito social. De acuerdo a 
cómo se desarrollen las primeras etapas, se van configurando diferentes 
dimensiones de la personalidad. 
Desde que el niño nace se le van inculcando valores como la lealtad, cortesía, 
honestidad, autocontrol, consideración, etc; Haciendo hincapié en que existen dos 
grupos. El primero es “grupo-nosotros”, siempre existirá todo lo bueno y positivo. 
El segundo es “grupo-ellos”, todo lo malo: es decir, lo que no acepta la sociedad o 
transgrede normas sociales (González, G., E., 1982). 
El segundo capítulo nos habla sobre el comportamiento delictivo. Este se explica a 
partir de enfoques que van desde la genética conductual y la delincuencia. Son 
aquellos actos delictivos realizados con la intención de explotar a otras personas 
sacando provecho de sus pertenencias y reduciendo su capacidad de adaptación 
al entorno, según Rowe (cit. en Frías, A., M. y Corral, V., V., 2009). 
Por eso se menciona que toda persona, dentro de un penal o un tutelar (en caso 
de menores), son personas que tienden a presentar inicios de conductas 
antisociales. En la niñez, el ámbito familiar es el responsable de cómo se va 
 
 
 
desarrollar la personalidad del niño y, de acuerdo al tipo de familia se pueden ir 
presentando conductas de esta índole. 
También influyen otros factores, como lo es la influencia del medio ambiente. Este 
es muy importante porque de acuerdo como sea el lugar donde el niño interactúe 
será relevante para la adopción o formación de esta conductas delictivas. Las 
personas empiezan a delinquir desde la adolescencia y, en ocasiones, desde la 
niñez; ocurren primero en casa, con su madre, o demás miembros de la familia. 
De aquí va a depender todo lo demás por que algunas personas han cometido 
este acto pero existe una gran diferencia; los valores y el tipo de castigo 
establecido en el momento. Si al niño no se le corrigió y se le inculcó que eso no 
era correcto, seguirá en la escuela. Lo considerablemente grave es que va a 
reforzar o a formar una conducta antisocial y cuando el niño se encuentre en la 
adolescencia realizara un delito mayor. Así se irá formando su patología. 
Causando un exceso de frustración, dolor y odio pueden provocar un serio 
prejuicio para su desarrollo saludable. Es normal que el sujeto sienta frustración, y 
cierta desilusión; incluso es necesaria para que pueda desarrollar la tolerancia a la 
frustración, así como su capacidad de demora y el control de impulsos. Estos 
puntos van muy ligados porque llevaran al niño a que no todo se puede tener en el 
momento que él lo pida. 
La mayoría de los adolescentes y adultos que delinquen informan que han tenido 
experiencias de malos tratos; obteniendo problemas emocionales, sociales y de 
conducta. Han experimentado graves abusos físicos, sexuales o desatención por 
parte de los progenitores. Los abusos físicos y la desatención por parte de los 
progenitores es un factor de riesgo de posterior conducta antisocial. 
 
 
 
 
 
La mayoría de los principales riesgos se derivan de la mala calidad de la relación 
entre padres e hijos. Éstos se van generando por algunos patrones de crianza 
hostiles y coercitivos, permanentes. 
Rutter (cit. en Rutter, M., Giller, H., y Hagell A, 2000) argumenta que las relaciones 
entre padres e hijos pueden ser importantes en las razones, por las que 
establecen el escenario para el desarrollo de un posterior funcionamiento social y 
de unas relaciones sociales. 
De acuerdo a lo que menciona Rutter, las relaciones entre padres e hijos son 
como un reflejo de cómo se va a desarrollar en el ambiente social y qué tan 
saludable serán sus relaciones. 
El tercer capítulo está enfocado al delito de robo, desde la historia universal; 
haciendo referencia en cómo algunos países, de acuerdo a su derecho penal, 
distinguió el robo. En la edad media se castigó el hurto agravado con penas como 
la imputación de nariz, orejas, la pérdida de un trozo de carne, el estigma o alguna 
otra. 
En la historia nacional del delito se mencionan varias culturas, como el derecho 
azteca. Lo más importante era la restitución al ofendido; sus leyes eran demasiado 
estricticas y esta situación provocó que fuera necesario el encarcelamiento como 
pena. Únicamente se introducía en una jaula al presunto delincuente, para 
ulteriormente ser juzgado. 
El Código Penal Federal es muy importante para este capítulo, pues es aplicado a 
nivel general. En éste nos explica a qué se le considera robo de acuerdo su 
artículo. El Código Penal para el Distrito Federal ayudará a mostrar las 
penalizaciones de acuerdo al artículo y su gravedad, debido a que el trabajo se 
realizó en un reclusorio ubicado en el Distrito Federal y a sabiendas que cambian 
algunos artículos en el Código Penal para el Estado de México. 
 
 
 
Se hizo la aplicación del cuestionario dentro del Reclusorio Preventivo Varonil 
Norte, donde se realizó una breve descripción del proceso del interno, desde que 
ingresa al penal. De la misma manera, como se le considera según las veces que 
ha ingresado a algún penal. 
En el cuarto capítulo se describe la metodología; es decir, el por qué quise realizar 
este trabajo en el Reclusorio o cual fue el fin de hacerlo ahí. Es una forma de 
observar muy a fondo cómo los sujetos expresan aquello que sienten y su 
transformación de actitud entre la relación de interno-interno; interno-licenciado o 
interno-familia. También se explican los objetivos específicos que nos ayudarán a 
llevar la investigación un poco más a fondo. 
Comprobar la hipótesis, de acuerdo a como los sujetos se desenvuelven, es la 
forma en cómo te lo expresan; es decir, el cómo ellos te van redactando o 
contando su niñez y su primera socialización. Su forma de responder, en primera 
estancia, suena muy fantasiosa. Su vida fue una catástrofe para el sujeto, pues 
existía la agresión y comunicación nula. En ocasiones vivían en la calle. Crecen 
con frustraciones. 
En el capitulo cinco se explican los resultados obtenidos en el cuestionario, así 
como una descripción del grupo al que se le hizo la aplicación. Además de 
correlacionar la información que plasmaron en él, se realizó una entrevista a cada 
uno de ellos, para constatar la información dada. Lo anterior demuestra 
ampliamente los elementos que tuvieron más puntaje y que lo reforzaban en la 
entrevista realizada para determinar que la gran mayoría de internos tienen una 
relación disfuncional con la familia y, por lo mismos adquieren una conducta 
delictiva. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
CAPÍTULO 111 
CAPÍTULO 1 
FAMILIA 
La familia es el primer grupo importante para socializar con el mundo exterior. Está 
es el ámbito por excelencia, donde se nos quiere por lo que somos. El afecto 
familiar no se mide por intereses o aportaciones de unos miembros hacia otros, ni 
tiene en cuenta las cualidades o defectos para querer más o menos. 
Cuando un niño no está adaptado socialmente, encuentra la raíz del problema en 
carencias familiares. La familia es el lugar más adecuado para empezar a explorar 
la vida; por eso ha de existir confianza para comentar, preguntar o simplemente 
hablar. 
Definir este concepto resulta complejo por la diversidad de características que 
giran a su alrededor. No obstante, trataremos de dar una aproximación que nos 
acerque lo más posible a entenderlo. 
Podemos decir que la familia es la más antigua de las instituciones sociales 
humanas, un vínculo que sobrevivirá, en una forma u otra, mientras exista nuestra 
especie. 
Sin embargo, algunos aspectos por los que ha atravesado en el curso de su 
desarrollo, hasta llegar a la multiplicidad de formas, no están muy claros y 
seguirán siendo objeto de estudio. 
Burges (cit. en Gimeno, A. ,1999) define a la familia como una unidad de 
personas en interacción. El término de unidad hace referencia a una 
suprapersonalidad que va creciendo y evolucionando a través del tiempo, en 
donde el individuo se va a ir desarrollando con la interacción adquirida. Debemos 
tomar en cuenta que al hacer mención de unidad estamos diciendo que las 
personas que constituyen el sistema no pueden funcionar de manera aislada 
porque si hay cambios en un elemento los hay en todo el sistema, como ya se 
menciono en la introducción. 
 
12 
La familia tiene características de una época y cultura concretadas. Adopta 
aspectos nuevos en relación a determinados cambios. En cualquiera de sus 
etapas el término “familia” encierra conceptos muy diferentes. Así que, clasificarlas 
sería difícil. No obstante, en general e independientemente de su origen y 
composición podemos decir que una unión surgida de la necesidad social 
intrínseca que tiene el ser de agruparse para reproducirse, poder subsistir y 
satisfacer sus necesidades. Esta constituye un grupo en permanente evolución 
que depende de las características de sus componentes, relacionados con otros 
grupos y factores que existen dentro de un contexto específico; tales como el 
económico, político, social y cultural. 
Este grupo se modela de manera muy distinta, según el caso. Las características 
psicológicas de sus integrantes, valores, creencias, costumbres, objetivos, 
posición social y el tipo de interacciones que estos establecen. Minuchin (1986) 
dice que es quien comienza a establecer una relación con los demás, en un 
momento y un contexto determinado. De cualquier manera podemos advertir que 
no puede dejar de existir una interacción constante entre el individuo, la familia y la 
sociedad, ya que, aunque cada una de estas está dotada en cierta autonomía, la 
relación de una con otra resulta inevitable. 
Se le caracteriza a veces como un organismo. Sugieren instantáneamente al 
núcleo biológico de la familia que posee una historia natural propia de su vida, un 
periodo de germinación, nacimiento, crecimiento y desarrollo; una capacidad para 
adaptarse al cambio y a la crisis. Una lenta declinación y, finalmente, la disolución 
de la familia vieja en la nueva (Ackerman, 1994, pág. 37). 
El individuo nunca deja de estar sumergido en una familia. En la actualidad la 
familia no solo se conforma si existe algún parentesco; la misma sociedad te hace 
pertenecer a una familia. Cada hombre tiene varias familias, tiene la de su 
infancia, la familia de matrimonio, la familia de la paternidad. En cada uno de estos 
 
 
13 
periodos en la vida de la familia, el individuo debe integrar sus disposiciones 
emocionales en los roles familiares adecuados. 
Entonces a la familia como el punto de partida del desarrollo y experiencia; como 
la estructura fundamental de la sociedad, porque en ella pueden realizarse los 
más altos valores de la convivencia humana. Es el primer y más importante 
socializador debido a que su influencia temprana, en la formación del individuo, 
determinará el desarrollo de su personalidad y, en gran parte, su destino mental. 
En consecuencia, la familia es del individuo, es el punto de partida para su 
desarrollo y experiencia; para su realización o fracaso y también puede dar origen 
a la enfermedad o salud mental. 
En la actualidad, la familia se define convencionalmente como una agrupación 
social de personas que se hallan unidos por lazos consanguíneos, bajo la 
autoridad de alguno de ellos. 
Los lazos familiares constituyen el compromiso social más firme; el pacto más 
resistente de apoyo mutuo, de protección y de supervivencia que existe entre un 
grupo de personas (Rojas, 2003). 
Podemos hacer una diferenciación entre la familia nuclear y la familia extensa. La 
primera está conformada por dos adultos y su descendencia; en tanto, la segunda 
sería el conglomerado de familias derivadas de una familia nuclear; esto es: tíos, 
abuelos, primos, etc. Aún cuando la vida de una familia nuclear nueva tenga 
relativa independencia de las familias de donde se deriva, los nexos de relación 
entre éstas, difícilmente se rompan. 
En términos un poco más profundos, para que una unión de personas pueda ser 
considerada una familia debe ser capaz de cumplir con una serie de funciones 
básicas que beneficien a sus integrantes, como: educación, satisfacción de 
necesidades afectivas y materiales, socialización de individuo, etcétera. 
 
 
14 
Como requisito indispensable para el buen cumplimiento de estos deberes será 
importante que sus miembros no solo estén unidos por la sangre, sino también por 
los afectos. 
La familia ha evolucionado de acuerdo a los cambios en las costumbres, normas 
sociales y valores culturales del lugar y época (Rojas, 2003). Como ya fue 
explicada, la familia está inmersa en la sociedad del momento. Su esencia y 
estructura están impregnadas y moldeadas por valores culturales de la época. Hoy 
vivimos en un mundo que está experimentando un proceso de urbanización 
progresiva, donde la arquitectura, el asfalto y el cemento conviven en la ecología 
urbana junto a las emociones, las ideas y los rituales. 
La familia es una de las instituciones que han permanecido a través de siglos, a 
pesar de cambios drásticos en las estructuras sociales; a los cuales ha respondido 
por medio de ajustes pertinentes, pero conservando su esencia como institución. 
Ackerman (1978) habla de las funciones básicas de la familia, las cuales están 
comprendidas en los señalado por Epstein, pero quizá la separación que 
Ackerman hace permita comprender más claramente los objetivos y funcionalidad 
de la institución familiar en la actualidad: 
1. Provisión de alimento, abrigo y otras necesidades materiales que mantienen 
la vida y proveen protección ante los peligros externos. 
2. Provisión de unión social, que es la matriz de los lazos afectivos de las 
relaciones familiares. 
3. Oportunidad para desplegar las identidades personales ligadas a la 
identidad familiar, ya que este vinculo de identidad, proporciona la 
integridad y fuerza psíquica para enfrentar experiencias nuevas. 
4. Moldeamiento de los roles sexuales, lo que prepara el camino para la 
madurez y la realización sexualmente adecuada, siendo equilibrados en su 
pensar, su sentir y actuar. 
 
15 
5. La ejercitación para integrarse en roles sociales y aceptar la 
responsabilidad social 
6. El fomento del aprendizaje y el apoyo de la creatividad e iniciativa 
individual. 
Sin embargo, en un alto porcentaje de casos, esto no se logra, careciendo tanto la 
estructura como sus integrantes de dicho equilibrio; generándose mas conflictos y 
confusiones de las que puede manejar la misma organización familiar.Esto puede 
tener varias causas, alguna de orden individual, de alguno o algunos de los 
integrantes, y otras del orden de la relación humana en sí. De alguna manera, en 
ambos casos la consecuencia será la misma: una familia enferma en su relación 
genera individuos con pocas alternativas para alcanzar y mantener la salud 
mental, entendida esta, en los términos de Fromnt, como la capacidad de amar, 
crear y producir. 
1.1 Tipos de familia 
Steele y Raider (cit. en Abengozar, Cerda y Meléndez, 1998), acudieron a una 
tipología familiar, la cual distinguía tres tipos de familia con características 
diferenciales: sistema familiar cerrado, abierto y azaroso. 
Sistema familiar cerrado: persigue como meta la estabilidad. En cuanto al 
aspecto afectivo, la fidelidad familiar que está por encima de la fidelidad entre 
amigos y sinceridad, constituyen los ideales, fomentando el sentido de 
pertenencia. 
Este tipo de familia mantiene una identidad estable, ofreciendo a los distintos 
miembros una serie de valores y creencias que les ayudan a entender el mundo 
con un elevado grado de certidumbre. Basa su toma de decisiones en un sistema 
ideológico tradicional. 
Sistema familiar abierto: persigue como meta la flexibilidad del sistema de 
manera que permita la adaptación a las necesidades de cada uno de los 
 
16 
individuos, así como de la familia en conjunto, permitiéndose la expresión 
espontanea y honesta de sentimientos. Afronta positivamente las situaciones de 
crisis, superando tanto el sistema familiar cerrado, como al azaroso. 
Sistema familiar azaroso: persiguen como meta la exploración, por lo que acepta 
respuestas no universales. Se fomenta la espontaneidad, novedad, humor, 
creatividad y ambigüedad. Cada uno elige lo que desea como norma, por ello a 
nivel de poder predomina la individualidad, normas relajadas y relaciones 
informales. 
Lavee y Olson (cit. en Abengozar, Cerda y Meléndez, 1998), sobre las tres 
dimensiones del modelo circumplejo de Olson dice que en cada dimensión 
hallaremos cuatro familias distintas, según su grado de intensidad: cohesión, se 
hallan las familias desvinculadas, separadas, conectadas y enredadas; 
adaptabilidad, se hallan las familias rígidas, estructuradas, flexibles y caóticas. 
Cohesión familiar: Olson define este concepto como “el vínculo emocional que los 
miembros de la familia tienen entre sí”. Los elementos portadores de información, 
en esta dimensión, son los vínculos emocionales, límites, espacio, tiempo, amigos, 
coaliciones, toma de decisiones, intereses y recreo. 
Adaptabilidad: la cual es defina por el autor como “la habilidad de un sistema 
marital o familiar para cambiar su estructura de poder, roles y reglas en respuesta 
al estrés situacional y al propio del desarrollo”. Los elementos adecuados para 
medir el nivel de adaptabilidad de un sistema familiar están definidos por el poder 
familiar (asertividad, control y disciplina), estilos de negociación, reparto de roles y 
estructuración de las reglas. 
Lavee y Olson solo emplearon las cuatro, con mayor nivel de equilibrio adecuado 
en las dos dimensiones: 
 Familia flexible-separada: con una alta adaptabilidad y baja cohesión. 
 Familia flexible-conectada: con una alta adaptabilidad y cohesión. 
 
17 
 Familia estructura-separada: con bajo nivel de adaptabilidad y cohesión. 
 Familia estructurada-conectada: con baja adaptabilidad y alta cohesión. 
Otro tipo de familia más utilizada ha sido elaborada por Beavers y Hampson (cit. 
en Abengozar, Cerda y Meléndez, 1998); ésta consta de nueve tipos de familias, 
con mayor o menor nivel de adaptabilidad, que se describirán a continuación. 
Grupo 1: familias optimas, posee un nivel elevado de adaptación, suelen disfrutar 
de intimidad puesto que la regla es “un alto nivel de respeto hacia la 
individualización y la perspectiva individual”, la comunicación es cara y se valen de 
la negociación. Posee la suficiente flexibilidad como para adaptarse a las 
diferentes transiciones por las que pasan los individuos a lo largo de su ciclo vital. 
Grupo 2: familias adecuadas, no poseen habilidades de negociación tan efectivas, 
utilizando mecanismos de control y llegando incluso a la intimidación o a la fuerza 
directa en caso de conflicto. Estas familias pueden tener un funcionamiento bueno 
a pesar de que sus miembros puedan sentir más soledad, dolor e incomprensión 
por parte de los otros. 
Grupo 3: familias centripedas medias; estos miembros se someten a la autoridad y 
a las normas, mostrando un gran respeto hacia la corrección. No se tolera la 
expresión de sentimientos de frustración o conflicto; rechazan la ira y la 
agresividad dentro de la dinámica familiar y tolerando la expresión de amor. Los 
estereotipos de género se suelen mantener muy marcados, encontrando hombres 
fuertes y autoritarios, con mujeres dependientes y emocionales. 
Grupo 4: familias centrifugas medias, se suelen utilizar como mecanismos de 
control la autoridad y la intimidación, aunque a través del tiempo se den cuenta de 
que no siempre conseguirán sus objetivos con tales mecanismos de control. La 
diada parental se caracteriza por un alto grado de conflictividad, lucha de poder, 
hostilidad; pasando poco tiempo en el hogar. La lección que adquieren los hijos 
consiste en que para sobrevivir hay que manipular y culpar a otros, lanzándose 
precozmente a la calle y en algunos casos entrando en el mundo de la 
 
18 
drogadicción, relaciones sexuales tempranas, vandalismo y trastornos de 
conducta. 
Grupo 5: familias mixtas medias, se caracterizan con una conducta competitiva a 
caballo entre las familias centrípeta y centrifugas, aumentando la flexibilidad por 
partes, pero incrementando la inconsistencia e inseguridad. Se pretende controlar, 
pero los efectos de este control varían, según el momento o según los hijos, 
dependiendo de patrones internos de victimización. 
Grupo 6: familias centrípetas limítrofes, suelen manifestar el caos y la incomodidad 
a través de verbalizaciones y no tanto a través de su conducta. Los individuos 
encubren, interiorizan o somatizan las luchas por el control; suelen ser confusos 
los límites generacionales, siendo frecuentes las coaliciones entre hijos y padres. 
Grupo 7: familias centrífugas limítrofes, si se expresan abiertamente como la ira, 
derivan en disputas conyugales muy frecuentes, por lo que lo hijos se hallan en 
tierra de nada; es decir, sin protección ni apoyo. Se cometen acciones 
imprudentes cuando se intenta llamar la atención o manipula, dado que uno no 
encuentra refugio en ningún miembro de la familia. La depresión se puede 
enmascarar en ataques frecuentes y desafíos. 
Grupo 8: familias centrípetas con disfunción grave, se encuentran cerradas al 
contacto con el exterior, siendo sus límites prácticamente impermeables. No se 
permite la independencia o autonomía de los miembros, obstaculizando el 
desarrollo normal de los hijos. En estas familias se puede hallar un individuo 
esquizofrénico, con trabajos de duelo no finalizados, alcoholismo o separación de 
los miembros por explosiones de cólera. 
Grupo 9: familias centrifugas con disfunción grave, no se conoce realmente quien 
pertenece a la familia, puesto que se producen frecuentes deserciones, huídas o 
ausencias. Su mecanismo de expresión de la hostilidad o ira consiste en la acción 
y no tanto en las palabras. Se desprecian y se burlan por los errores cometidos de 
 
19 
manera constante, por lo que la calidez y expresión de amor o ternura no tiene 
cabida. Se suele desarrollar un carácter de naturaleza antisocial, siendo 
insensibles al dolor ajeno. La culpabilizacion es tan frecuente que pierde eficacia 
controladora. 
 
1.2 Familia funcional 
Cada familia es una mini sociedad, aunque no menos compleja que la sociedad en 
la que vivimos. La familia funcional es un tipo más pues es una forma de respetar 
las diferencias de cada integrantede la familia que fomenta la autonomía, el 
desarrollo y el bienestar de cada uno de sus miembros, sin importar la edad. 
La familia funcional se alcanza cuando los objetivos familiares o funciones básicas 
se cumplen plenamente (seguridad económica, afectiva, social y de modelos 
sexuales) y cuando se obtiene la finalidad (generar nuevos individuos a la 
sociedad) en una homeostasis sin tensión, mediante una comunicación apropiada 
y basada en el respeto de las relaciones intrafamiliares. 
El cuerpo es lo que el cuerpo es alimentado, así mismo, la mente es lo que la 
mente es alimentada. El alimento de la mente es lo que la rodea, todas las 
innumerables cosas que influyen el pensamiento consciente e inconsciente, todas 
las innumerables cosas que como primera estancia, se adquieren del grupo 
familiar. La clase de alimento que nuestra mente consume dentro de éste, 
determinará nuestros hábitos, actitudes y personalidad. Cada uno de nosotros 
hereda una cierta capacidad de desarrollo, pero cuando desarrollamos esta 
capacidad depende de la clase de alimento mental con que somos suministrados 
en el periodo de tiempo que pasamos con nuestro grupo familiar. La mente 
entonces refleja lo que la familia la nutre, tan seguramente como el cuerpo refleja 
el alimento que consume. El ambiente familiar nos moldea (nos hace sanos o 
enfermos), nos hace trazar la vía que seguiremos. Podemos nombrar solamente 
 
20 
un habito que en primera instancia no se haya aprendido dentro de nuestro 
ámbito familiar; todo se origina en gran parte de nuestro vínculo con este. 
Así, podemos pensar que si la familia está provista de elementos que le ayuden a 
permanecer psicológicamente saludable reflejará dicha salud a cada uno de sus 
miembros, considerándose que este hecho propiciará el buen desenvolvimiento de 
éstos ante cualquier situación a la que lleguen a enfrentarse. 
Más importante, las características de nuestros pensamientos, metas, actitudes y 
estructuras de personalidad se forman en nuestro ambiente familiar. Es decir, que 
cada integrante de la familia tiene una característica similar de los pensamientos, 
actitudes y estructura de personalidad que, de acuerdo a esto, es conforme se 
relacionan e interaccionan con los demás; a pesar que también generan 
pensamientos diferentes y es una forma de explicar porqué algunos hijos se 
desenvuelven con conductas antisociales y otros no. 
Diversos estudios, incluídos los iniciados en Chicago por Grinker (1962) y 
continuados por Ofer (1969), demuestran que los adolescentes y adultos jóvenes 
sanos, felices y seguros de sí mismos, son el producto de hogares estables en los 
que ambos padres dedican gran cantidad de tiempo y atención a los hijos, cita 
Rowthy (1989). 
Para Minuchin (1986), la familia es un sistema dotado de una estructura que él 
define como el conjunto invisible de demandas funcionales que organizan los 
modos en que interactúan los miembros de ésta. Este sistema familiar, al mismo 
tiempo, está dividido por subsistemas que operan a través de lo que él llama, 
pautas transaccionales. Las cuales surgen de las repetidas operaciones de 
interacción entre sus miembros. Ésta regula la conducta de sus componentes, de 
acuerdo al subsistema al que pertenece, el cual pudo haberse formado por 
características generacionales, sexo, interés o función. De esta manera, cada 
individuo dentro de un grupo familiar pertenece a diferentes subsistemas en los 
 
21 
que posee diferentes niveles de poder y en los que aprende habilidades 
diferenciadas. 
Para entender mejor a qué se refiere que la familia se diferencie y desempeñe sus 
funciones a través de sus subsistemas, tenemos que explicar qué es un 
subsistema. Pueden ser formados por generación, sexo, interés o función. Es 
decir, lo podemos entender como es aquellos diminutos grupos formados dentro 
de la familia que se van construyendo de acuerdo al rol, sexo, interés, actividades 
a desempeñar. 
La organización en subsistemas en una familia proporciona un entrenamiento 
adecuado en el proceso de mantenimiento del diferenciado “yo soy”; al mismo 
tiempo que ayudará al individuo a ejercer sus habilidades personales en diferentes 
niveles. Dentro de estos subsistemas, existen límites constituidos por las reglas 
que definen quienes participan y de qué manera. La función de estos reside en 
proteger la diferenciación de sistema. Todo subsistema, posee funciones 
específicas y plantea demandas específicas a sus miembros. De las habilidades 
personales que logran dentro de éste, las cuales son afirmadas en la libertad de 
acción existente entre los diferentes subsistemas. 
Para que el funcionamiento familiar sea adecuado, los límites de los subsistemas 
deben ser claros. Deben definirse con la precisión suficiente para permitir a los 
miembros el desarrollo de sus funciones sin interferencias indebidas, pero también 
deben permitir el contacto entre los miembros del subsistema al que pertenece y 
otros subsistemas. 
Así, para que las condiciones de un desarrollo adecuado de todos los miembros 
de una familia se den, es indispensable el equilibrio funcional, el cual depende de 
que los integrantes de la pareja formen una identidad común que empieza a 
funcionar como familia; en el momento en que nace el primer hijo y estos son 
capaces de realizar ajustes necesarios a las nuevas pautas de comportamiento, a 
 
22 
los roles, a los límites y a las normas que la pareja adopta con el fin de facilitar el 
buen desenvolvimiento dentro de lo que será su medio familiar. 
Es importante mencionar que la disposición personal y las limitantes en la 
capacidad de juicio lógico, así como el grado de madurez de cada individuo, 
determinarán las actitudes que tengan ante este proceso de adaptación. El cual, si 
es bien logrado, permitirá el buen funcionamiento y la satisfacción de las 
necesidades de los miembros del grupo. 
Sabemos que muchas familias funcionan adecuadamente y satisfacen las 
necesidades de sus miembros a pesar de los problemas a los que se enfrentan, 
esto significa que hay una buena disposición y existe claridad en los roles de cada 
individuo y el interés real por el desarrollo integro del grupo familiar; lo que 
determina, en un momento dado, la calidad del apoyo con quien un sujeto cuenta 
para desarrollarse plenamente (S.E.P., 1994). 
Encontramos entonces que existen familias que logran mantener un equilibrio 
funcional, debido a que cada uno de los involucrados es capaz de estar 
conscientes de sus roles y lo que implica asumirlos; donde los niveles de 
comunicación son adecuados, fluidos, respetados y escuchados por todos, donde 
la relación de la pareja inicial se basa en el entendimiento de la condición humana 
de ambos y, como consecuencia lógica de esto, podemos hablar de una familia 
con una relación sana, integrada por individuos que manifiestan salud mental 
adecuada, reflejándose en su pensar, en su sentir y su actuar. 
 
1.3 Interacción: aprendizaje de actitudes psicológicas para la vida 
Sabemos que a lo largo de la historia de la humanidad el grupo familiar ha existido 
como una entidad de la cual no se puede prescindir; sin embrago, este grupo tiene 
diferentes formas de acuerdo a la época y lugar en el que se establece. Por 
 
23 
consiguiente, los intereses de los diferentes grupos familiares no siempre son los 
mismos. 
Esto depende de las características que la compone y de la forma en que 
aprenden a desenvolverse con el fin de adaptarse a un determinado contexto 
social. 
Partiendo de que el ambiente familiar debiera ser lo más adecuado posible a modo 
de que los individuos que se desarrollan dentro de éste logren incorporarse 
elementos que favorezcan su desenvolvimiento social, podemos pensar que 
debido a que existe una gran diversidad de grupos familiares, compuestos por 
sujetos que llegan a ser muy distintos, hemos de darnos cuenta, que no todoslos 
vínculos, en ese sentido, necesariamente persiguen el mismo fin. Habrá gente que 
considere que el más alto valor del ser humano es la vida (según Fromm biofilos); 
esta gente tenderá a actuar en pro de ésta, tratando de conservarla por medio de 
una serie de pautas conductuales que tendrán como fin la conservación de la 
especie, pero puede existir gente para la cual la vida humana no tenga un valor 
primordial y tenga entonces tendencia a destruirla. Por consiguiente, para estos 
individuos la familia tampoco tendrá importancia primordial. La vida de este tipo de 
gente girará en torno a una forma de interpretar su realidad, basada en intereses 
ajenos al crecimiento y desarrollo humanos. 
Podemos decir entonces que los intereses de los diferentes grupos familiares no 
siempre son los mismos y que de la familia depende, en gran medida, el tipo de 
línea conductual que el individuo ha de seguir. Así que debemos pensar en lo 
siguiente: siempre que exista una pareja de sujetos físicamente sanos, se ha de 
esperar que, como consecuencia lógica, se tengan hijos físicamente sanos. Pero 
si psicológicamente los padres muestran alteraciones, tanto el niño como el 
ambiente estarán sometidos a estas influencias que, en un momento dado, 
pueden modificar en forma negativa la personalidad de éste; así como la 
estructura y características generales del grupo familiar. Este tipo de 
 
24 
manifestaciones siempre traerán consigo consecuencias que repercutirán en su 
vida conductual. Es decir, el sujeto incorporará, en función de esto, elementos que 
pueden influir de manera no favorable su adaptación al entorno, su estado 
psicológico y las actitudes que aprenda a manifestar ante la vida. 
La relación temprana con los padres y, principalmente con la madre, será el 
sustento de toda estructura de personalidad. Así pues, si la conducta y la 
personalidad del niño se integran, básicamente por la internalización de 
relaciones, conductas y actitudes de los padres; la madurez que se alcance 
depende de los estímulos que el medio le brinde durante su permanencia dentro 
del seno familiar. Podemos afirmar que la salud emocional del niño dependerá en 
su totalidad de las actitudes de los padres hacia él, y el tipo de relaciones que 
logran establecer con éste; principalmente la madre, debido que a su cargo están 
las experiencias más tempranas del pequeño. 
Un aspecto de suma importancia es el afecto y la aceptación del hijo por parte de 
los padres; aunque ésta dependerá de las condiciones psicológicas en las que se 
encuentren los padres en el momento en que deciden, o no, tener un hijo. 
El afecto constituye uno de los aspectos más importantes en la vida de cualquier 
ser humano, reconociéndose, por este término, un impulso natural que se genera 
desde dentro del individuo como respuesta a un individuo determinado, capaz de 
producir la aceptación y actitudes que lo evidencian. 
Sin embrago, si los padres se muestran ansiosos, inestables, con actitudes de 
fracaso y negativas hacia la vida; insatisfechos con su papel, que experimentan a 
los hijos como una limitante a su propio desarrollo y que crean barreras respecto a 
su sexualidad, en función de su relación de pareja, tratarán de compensar su 
frialdad y rechazo con un actitud sobreprotectora y envolvente, o frustrado 
abiertamente, para descargar su propia frustración. 
 
 
25 
La segunda opción puede originar cosas negativas a través de la interacción 
cotidiana que existe entre padres e hijos. Múltiples autores han señalado que la 
interacción es de suma importancia en el desarrollo del niño. Por ejemplo, Macoby 
(1992) señala que la interacción padres e hijos desempeña un papel importante en 
la socialización del niño. 
Delgado (1992), señala que el proceso de socialización influye en el niño de dos 
formas principales: 
 A) a través de la estructura familiar, la cual determinará la naturaleza de las 
primeras experiencias interpersonales del niño. 
B) a través de la mediación de los padres quienes deben proporcionar el 
entrenamiento para la adaptación exitosa del niño en sus intercambios sociales. 
Además, la literatura sobre desarrollo, proporciona una lista de tipos de conducta 
de los padres requeridas para el manejo de los niños, incluyendo respuestas 
sensitivas y contingentes para promover el lenguaje, el desarrollo social, 
emocional, provisión de la nutrición adecuada y cuidados de salud para 
proporcionar el óptimo desarrollo físico. Se ha encontrado que al mejorar la 
interacción entre padres e hijos, propiciando el juego y la comunicación entre ellos, 
contribuye a la disminución de ciclos coercitivos dentro de la familia (Gardner, 
1987). 
Muchos incidentes pueden ser el resultado de malas interacciones, producida por 
déficits en las habilidades y conocimientos de los padres. Cuando los padres e 
hijos acumulan una larga historia de interacción, una con otro, cada uno adquiere 
un conjunto de expectativas concernientes a la conducta del otro; lo que les 
permite interpretar las relaciones establecidas a partir del intercambio (Macoby, 
1992). De tal manera que cuando se está acostumbrado a una interacción 
negativa, aún cuando la situación no requiera, la respuesta tenderá a ser negativa 
(Gardner, 1987). 
 
26 
Ammerman (1990) señala que un patrón coercitivo es más propicio para 
desarrollar problemas de conducta en los niños, cuando los padres presentan 
pobres estrategias de control. 
Lynton (1979) realizó un estudio donde observó los patrones de conducta de los 
padres para lograr la obediencia de sus hijos. Este autor encontró que la acción 
negativa, por parte de los padres, facilita la desobediencia y rebeldía de los niños. 
De igual forma, Gardner (1989) menciona que los problemas de conducta de los 
niños, mucho tienen que ver con la inconsistencia de los padres en sus estilos de 
interacción. 
Generalmente, cuando se observa la calidad de la interacción en familias 
disfuncionales, no solo los padres presentan un patrón de interacción “anormal”, 
también los niños observan ciertas características negativas (Conaway y Hansen, 
1989). Gardner señala que la obediencia se desarrollará en cualquier ambiente 
normal. Sin embargo, ciertas conductas de los padres son más propicias para el 
desarrollo de ésta; por ejemplo la sensibilidad, la cooperación, la consistencia y las 
frases de aprobación, entre otras cosas. 
En función de lo anterior que el estado psicológico de los padres, así como el nivel 
de satisfacción que éstos logren obtener dentro de su grupo familiar, determinará 
la manifestación de conductas y actitudes orientadas positiva o negativamente, 
hacia lo que suceda dentro de éste. Si estos no se encuentran preparados, la 
probabilidad de generarse una dinámica “disfuncional” se incrementará, 
repercutiendo en el desarrollo de los miembros integrantes de su familia. 
Para Adler (1975), el carácter es la actitud, la manera como una persona se sitúa 
con respecto a su mundo circundante. Los rasgos del carácter no son de modo 
alguno, como muchos suponen, innatos, sino que son, aunque muy 
tempranamente adquiridos con el objeto de poder mantener una conducta. La 
razón de ello es que existen rasgos del carácter que son comunes a toda una 
 
27 
familia, a un pueblo o a una raza y estriba simplemente en que cada individuo 
desenvuelve rasgos copiados de los demás. 
“Así, con respecto a las tendencias criminales, el argumento de tales rasgos se 
presentan en familias de delincuentes, debemos oponer el hecho de que como la 
tradición, el modo de ver la vida y el mal ejemplo van mano a mano orientadas en 
el sentido del delito, ésta llega a parecerle al niño una posibilidad más natural de 
vivir”. A la afirmación de que los hijos se suelen parecer en el carácter a sus 
padres, hemos de responder que los rasgos adquiridos por personas que ya 
poseen la importancia a que aspira el niño atraen y orientanel afán de éste. Se 
trata, pues, de un proceso imitativo. Cada generación aprende así de sus 
antepasados y conserva lo aprendido hasta en los momentos más difíciles. 
En general, las actitudes más comunes existentes se dan hacia cómo el individuo 
percibe e interpreta las cosas que le suceden; por ejemplo, algunos tendrán 
actitudes que oscilan entre un rechazo abierto, la indiferencia, o la aceptación 
hacia aspectos como el matrimonio, la feminidad, masculinidad, maternidad, 
paternidad, hacia su misma vida, la sexualidad y consecuentemente hacia los 
hijos. 
 
1.4 Familia disfuncional 
La familia disfuncional se puede definir con un patrón de conductas 
desadaptativas e indeterminadas que presenta de manera permanente a uno o 
varios integrantes de la familia y que, al relacionarse con su membresía, se genera 
un clima propicio para el surgimiento de patologías específicas o inespecíficas. 
A nivel comunicacional, la disfuncionalidad puede estar dada en la perturbación 
severa del tipo de intercambios establecidos (dobles mensajes, bloqueos, 
desplazamientos, doble vínculo). 
 
28 
Autores como Ackerman (1978) y Mc.Cord (1966), desde una perspectiva 
psiquiátrica, hablan de la relación que existe entre la familia disfuncional y la 
conducta delincuente (antisocial) de los hijos. 
Para Ackerman, la familia es la unidad de desarrollo y experiencia, de realización y 
fracaso, de enfermedad y salud: 
Las relaciones familiares regulan la corriente emocional, facilitan algunos canales 
de desarrollo emocional e inhiben otro. 
La interacción familiar moldea los alcances del impacto entre fantasía y realidad, 
afectando así el desarrollo de la percepción y la realidad. El individuo busca 
aquellas cualidades de la experiencia familiar que congenian con sus propios 
impulsos personales. 
Para Mc.Cord (1966), la estabilidad familiar depende de un factor sutil de equilibrio 
en el intercambio emocional, donde cada miembro influye en la conducta de los 
otros, por lo que la mala relación, entre dos personas de la familia, afecta los 
procesos de interacción del resto de los miembros de ésta. 
El niño obtiene su super yo a partir de sus padres, mediante un proceso que se 
llama identificación. El super yo se deriva del contenido de la cultura que los 
padres representan, por lo que la cultura se interioriza a través de la identificación 
de los padres y se establece dentro de la personalidad del niño, el super ego juega 
el papel de agente socializador y moral (cit. New Comb, 1964). 
Por otro lado, la psicología clínica continuó interesándose por la relación entre 
hogares desechos y la delincuencia juvenil. Autores como Glueck y Glueck (1959), 
Gibbons (1969) y Hurlock (1970), se dedicaron a demostrar que muchos 
adolescentes, que pasan tiempos difíciles, provienen de un medio familiar 
desfavorable; hogares destruidos donde algunos de los padres o los dos, no les 
brindaron afecto o los rechazaron de forma activa. 
 
29 
Mc.Cord (1959) mostró que la delincuencia juvenil está más relacionada con niños 
de hogares no separados ( o divorciados), donde hay descuido y riñas que con 
aquellos que viven en hogares separados. 
Desde el punto de vista de Minuchin (1986), existen dos tipos de relación que 
provocan problemas familiares cuando se ponen en marcha mecanismos 
adaptativos, los cuales tienen una relación directa con la claridad de los límites en 
el interior de una familia. Estos dos extremos del funcionamiento de los límites son 
designados como aglutinamiento y desligamiento. Constituidos por límites difusos, 
por un lado; y por límites sumamente rígidos, por el otro. De alguna manera 
determinarán el funcionamiento del grupo familiar. Para el autor estos conceptos 
se refieren a un estilo de interacción (estilo transaccional) y no a una diferencia 
cualitativa entre lo funcional y lo disfuncional; sin embargo, pueden ser un ejemplo 
para poder percibir cómo los límites que se dan, entre lo que el llama 
“subsistemas”, pueden, inclusive, dejar de existir. 
Al respecto nos dice: algunas familias se vuelcan hacia sí mismas para desarrollar 
su propio microcosmos, con un incremento consecuente de comunicación y de 
preocupación entre los miembros. Como producto de ello, la distancia disminuye y 
los límites se esfuman. La diferenciación del sistema familiar se hace difusa. Un 
sistema de ese tipo puede sobrecargarse y carecer de los recursos necesarios 
para adaptarse y cambiar bajo circunstancias de estrés. Otras familias se 
desarrollan con limites muy rígidos. La comunicación entre los subsistemas es 
difícil y las funciones protectoras de la familia pueden verse así perjudicadas. 
Glueck y Glueck (1959) hablan de seis factores que provocan la delincuencia en 
menores: 
a) Hogar destruido 
b) Relación no satisfactoria entre padres 
c) Insuficiente interacción madre-hijo 
d) Insuficiente interacción padre-hijo 
 
30 
e) Hogar sobrepoblado 
f) Grupo de amigos 
De acuerdo con Gibbons (1969), la mayoría de los padres de hijos infractores han 
sufrido abandono familiar, tratando cada cónyuge de resolver en el matrimonio sus 
conflictos personales. Como no es posible, trae consigo una frustración que 
manifiesta cada uno de diferente forma, repercutiendo en la familia y en los hijos, 
creando así una familia desorganizada con carácter agresivo, donde hay ausencia 
de figuras adecuadas de identificación. 
Los conflictos de la delincuencia juvenil marcan su origen en hogares conflictivos 
con padres severos, autoritarios y/o ausentes que no proporcionan las 
experiencias adecuadas para el manejo de la autoridad, creando desconfianza 
hacia todo lo que la simboliza. 
De acuerdo a este autor, la figura idealizada paterna no es congruente con la 
realidad, puesto que el padre no cumple con sus roles establecidos, ocasionando 
que el hijo busque un sustituto a dicha figura paterna. Respecto a la madre se 
establece una liga dependiente que el menor trata de romper a través de “su 
devaluación”. La relación con los hermanos también se halla deteriorada y este 
caos familiar da como consecuencia una personalidad mal estructurada, que 
puede desembocar, en algunos casos, en la actividad delictiva del joven. 
Por último, Hurlock (1970) dice que el ambiente familiar y los procesos de 
interacción que supone constituyen una perspectiva fundamental para tipificar a 
los transgresores. La estructura familiar y las actividades desplegadas por ella 
contribuyen esencialmente para determinar la naturaleza específica de la conducta 
delictiva. 
Podríamos decir entonces que si la relación familiar es tensa, insegura, agresiva, 
represora, “disfuncional”, las condiciones de desarrollo no serán óptimas para el 
niño, pudiendo este tornarse inestable, agresivo, tenso y medroso; no solo dentro 
del seno familiar, sino en todo el contexto social donde se desenvuelve, donde 
 
31 
debido a sus características estará expuesto al rechazo y la agresión de sus 
profesores y compañeros, agudizándose su incapacidad para socializar de forma 
adecuada, lo cual por supuesto, traerá consigo primeras manifestaciones de 
antisocialidad como una respuesta a la frustración generada por su situación. 
En la familia existe una forma inadecuada de los valores, pues de acuerdo a la 
relación de familia se van olvidando de inculcarlos para poder tener una 
socialización óptima de individuo; por lo que es necesario enfocarnos en si fueron 
inculcados o interiorizados; tomando en cuenta que el niño aprende de acuerdo a 
la imitación de los padres y va comprendiendo el concepto de los valores, 
conforme a su edad y cómo los padres los llevan a cabo. 
1.5 El abuso de alcohol y drogas en la familia 
De acuerdo al tipo de familia disfuncional, el adolescente recurre a tener un 
subsistema social; es decir, se unen a un grupo de adolescentes donde todos los 
miembros tienen algún consumo de sustancias toxicas (alcohol,tabaco o alguna 
droga). Por lo que se sienten identificados, entendidos y aceptados, contrario a lo 
que ocurre en su. El consumo de sustancias cada vez es más frecuente entre las 
mujeres; en los hombres sigue de la misma manera que desde hace tiempo. 
El consumo de drogas suele iniciarse en la adolescencia y está vinculado con el 
proceso propio de crecimiento: la exploración de experiencias nuevas, la 
autoafirmación, el contacto con personas fuera del ámbito familiar. 
El consumo de drogas de un adolescente puede ser visto como un fenómeno 
familiar, ya que los jovenes lo ven como una forma de escapar de aquellas 
situaciones de su familia; es decir, el abandono, agresión física, moral o 
psicológica, falta de comunicación y atención. También, el seguir a un grupo de 
amigos esta planteado para socializar más rápido con los demás o pertenecer a 
un grupo de personas. Algunos siguen patrones de conducta de familiares como el 
padre, los hermanos, la madre o los abuelos, según sea el caso. 
 
32 
1.6 Valores 
Estamos viviendo una crisis de valores que nos lleva a admitir como bueno 
aquello que no lo es. Los padres son los responsables de la transmisión de 
valores, junto con los educadores. 
Los padres tienen que preocuparse en principio por crecer personalmente, de vivir 
con los valores; solo así lograrán transmitirlos. La familia debe ser escuela de 
valores aprendidos con las vivencias diarias. No se aprende lo que se enseña, se 
aprende lo que se vive y lo que se ve vivir. Todos los valores se pueden practicar: 
en la familia se comparte, se es sincero, se ayuda, se vive con alegría, se cultiva 
orden y se forma voluntad. 
Hasta el siglo pasado y principios de éste, el dominio del estudio de los valores 
estaba en la filosofía, de donde derivó la axiología, disciplina filosófica que tiene 
como tarea la identificación y la clasificación de los valores que manifiesta el 
individuo dentro de una sociedad. 
 
Existen fundamentalmente dos tipos de interpretaciones en el marco filosófico: 
 La subjetiva: ésta es de acuerdo a la percepción del individuo; es decir, el 
valor depende en forma exclusiva del individuo. 
 La objetiva: en ésta los objetos o eventos tiene un valor propio, el cual solo 
es expresado por el individuo al ser percibido; es decir, el valor como 
resultado del objeto o evento 
Encontramos como propulsor y primer exponente de los valores, aunque 
perteneciente a la tradición filosófica. A Lesch (cit. en Ávila, 1998), director del 
Instituto de Psicología de Munich, quien ubicó su propuesta axiológica dentro de la 
estructura de la personalidad del individuo, trayendo con ello la concepción total 
del hombre y de su finalidad dentro del mundo. 
 
33 
Lesch no aprecia tener más aspiraciones que los valores de existencia vital, 
siendo la existencia percibida como vida pura, y de existencia individual, donde la 
conservación del yo es esencial. Incorpora un tercer grupo en donde éste va más 
allá del bienestar del hombre. En este grupo se ubican los valores tales como: 
sociales, asistenciales, de saber e interés, de amor, normativos. 
Los estudios psicológicos respecto a los valores comienzan a proliferar en la 
década de los cincuentas; en la psicología social es donde toma fuerza el 
constructo de valor y comienzan a proponer diferentes aproximaciones de 
definición de valores. 
Para Williams (cit. en Ávila, 1998), los valores son estructuras conceptuales 
afectivamente cargadas que forman parte de la comprensión del self. 
Por su parte, Smith (cit. en Ávila, 1998) define valor como algo libremente elegido 
de entre alternativas, después de considerar las consecuencias de cada 
alternativa. 
Por otra parte, Rockeach (cit. en Ávila, 1998), establece que un valor es una 
creencia duradera que, de una manera particular de conducta o estado de 
existencia, es personal o socialmente preferible a otra conducta o estado de 
existencia opuestos. 
Características de los valores: 
Son cualidades que están adheridas a un objeto o bien, pero no tienen existencia 
concreta, sino virtual. Los valores antes de incorporarse al respectivo portador, 
depositario o bien, son meras “posibilidades”. 
Son absolutos y universales. No cambian. Lo que cambia es su apreciación. 
Todo valor tiene su polaridad, su contravalor y ambos parten de un punto cero, de 
donde resultan jerarquías de los mismos o escalas de valores. 
 
34 
En la actualidad, la psicología sigue siendo una disciplina en construcción y 
desarrollo en la que cada una de las propuestas de estudio y explicación aportan 
importantes significaciones que no es posible soslayar. 
Los valores se adquieren en el transcurso de la niñez y la adolescencia; éstos no 
se adquieren por capacitación o reforzamiento. Dicha adquisición puede ocurrir, en 
cambio, a partir de algún comentario fortuito emitido por alguna persona que tiene 
autoridad o importancia para aquel que está en el proceso de adquisición de 
valores. 
Se puede considerar a la familia como una especie de unidad de intercambio. Los 
valores que se intercambian son amor y bienes materiales. Estos valores fluyen en 
todas direcciones dentro de la esfera familiar. Si la esfera familiar está llena de 
cambios y desvíos bruscos pueden surgir profundos sentimientos de frustración, 
acompañados de resentimiento y hostilidad. 
Se han ido perdiendo los valores debido a la violencia, drogas, la desorientación, 
alcoholismo, sexualidad temprana, vagancia, pérdida del sentido de la vida, 
desintegración. Los medios de comunicación contribuyen en la pérdida de valores 
porque en las caricaturas de mayor popularidad manejan todos estos puntos antes 
mencionados. 
Según Herrera (2003), los valores se clasifican de la siguiente manera: 
a) Morales: perfección al ser humano en sí mismo, en su esencia como 
persona. Por ejemplo justicia, templanza, fortaleza y prudencia. 
b) Sociales: perfeccionan al hombre en su relación con los demás. Por 
ejemplo amabilidad, honestidad, servicio, solidaridad y patriotismo. 
c) Intelectuales: perfeccionan al individuo en su aspecto, razón, intelecto, 
memoria. Por ejemplo ciencia, conocimiento y sabiduría. 
d) Técnicos: perfeccionan al sujeto ayudándolo a tener mejores condiciones 
de vida. Por ejemplo estudio, organización, trabajo y creatividad. 
 
35 
e) Vitales: perfeccionan al hombre en su aspecto físico-biológico. Por ejemplo 
agilidad, fuerza, salud, deporte, placer y ejercicio. 
De acuerdo a esta clasificación, la importancia de cada cosa se realizará y 
conformará su pirámide de valores. 
Clasificación de los valores según Llopis, con agregados de Ortega y Gasset y S. 
Shwartz, con respecto a: 
 La Salud: El respeto por la vida, el cuerpo, la energía, el cuidado y la 
prevención. 
 La Persona: La identidad, el optimismo, la seguridad, la gratitud, la 
realización, la ambición, el autoconcepto positivo, la capacidad, la 
congruencia, la autonomía personal, el éxito, la inteligencia, la confianza en 
sí mismo, la humildad, la responsabilidad, la integridad, la dignidad, la 
empatía, la intuición, la aceptación, la fortaleza, el elegir las propias metas, 
la alegría existencial, la felicidad y la aceptación de lo que la vida nos da. 
 El Intelecto: La cultura, el conocimiento, las creencias y las tradiciones, el 
amor a la verdad, la curiosidad, la capacidad de comprensión, el sentido 
crítico, el desarrollo intelectual, lo exacto, lo evidente, el método y la 
demostración. 
 La socialización: La dignidad de la persona, la sinceridad, el diálogo, la 
comunicación, la confianza, la libertad de expresión, la igualdad, la 
colaboración, el agradecimiento, la convivencia democrática, la 
generosidad, el amor maduro, la tolerancia, la amistad, la comprensión, la 
familia, la simpatía, el servicio mutuo, etcétera. 
 La política: la participación política, la imagen pública, la identificación 
política, la autoridad,la pluralidad, la democracia, el poder social, entre 
otros. 
 La economía: El trabajo, la capacidad, la productividad, la riqueza, la 
rentabilidad, la austeridad, lo barato, la ganancia, el liderazgo, la 
competitividad, el dinero y la mercancía, por mencionar algunos. 
 
36 
 La ética: La bondad, la honestidad, la benevolencia, la sinceridad, la 
justicia, el perdón, la igualdad, la lealtad, la amistad sincera, la solidaridad, 
el compromiso, la paz, la concordia, y otros. 
 La religión: Las creencias religiosas, lo santo o sagrado, lo divino, lo 
supremo, lo milagroso, lo virtuoso, lo puro, la espiritualidad, el sentido 
religioso de la vida, el sentimiento de unidad con el todo, las cosmovisiones 
salvadoras, la fé, la devoción, etcétera. 
 El hedonismo: El placer, el disfrute de la vida, la diversión, el gozo y el 
riesgo. 
 La seguridad: La seguridad personal y familiar, la seguridad nacional, el 
sentido de pertenencia, la devolución de favores, la higiene, la salud, y 
otros. 
 La conformidad: La obediencia, la moderación, la autodisciplina, la 
esperanza y el respeto a la tradición, por mencionar algunos. 
 La universalidad: La paz mundial, la convivencia pacífica, la justicia social, 
la fraternidad, la sabiduría, la belleza, la tolerancia, la armonía interna, la 
protección del medio ambiente, la igualdad, la preservación del equilibrio, la 
unidad con la naturaleza, la amplitud de criterios, entre otros. 
En los valores que nos centraremos más son los valores morales, pues son los 
que nos ayudarán a determinar un poco la relación entre individuo y sociedad. 
Hablamos de los valores morales que han sido más apreciados en todos los 
tiempos de la historia humana y en todos los lugares; es decir, en todas las 
culturas. Ese resultado de un trabajo paciente de depuración, por parte de la 
humanidad entera, tiene que ser siempre nuestro referente para no caer en el 
relativismo de la moda o del capricho individual. Esos valores universales y 
permanentes son: 
 La libertad, contra toda forma de esclavitud y de manipulación. No debemos 
ser esclavos de nadie, ni podemos dejarnos manipular por la propaganda, 
comercial ni política. La libertad es un gran valor, pero muchas veces le 
 
37 
tenemos miedo porque preferimos estar dentro del grupo, aunque éste sea 
un rebaño (E. Fromm, 2008) 
 El amor y su forma más noble, la amistad, que consiste en comunicación, 
enriquecimiento mutuo, encuentro. Si en la pareja sólo hay atracción física 
y no hay amistad, esa pareja no es estable. El amor es lo contrario al odio, 
a la envidia y, sobre todo, a la indiferencia. 
 La solidaridad, que es amor al débil que está amenazado en sus derechos o 
en su dignidad. Está relacionado con la generosidad y con la compasión. 
Es contrario al egocentrismo y a la despreocupación. 
 El perdón está relacionado con la generosidad y es la capacidad de 
comprender a quienes nos hayan ofendido y olvidar la ofensa. Puede tener 
un mérito sobrehumano. Se opone al rencor y al odio. 
 La fidelidad o lealtad en la pareja, entre amigos, en el grupo, es lo opuesto 
a la traición y al olvido. 
 La responsabilidad es saber cumplir los compromisos que uno ha aceptado. 
No puede haber verdadera libertad sin responsabilidad, ni se merecen ser 
libres quienes no sean responsables. 
 La paz en la familia, entre grupos, entre naciones. No es sólo la ausencia 
de conflicto armado, sino respeto mutuo y capacidad de convivir y cooperar 
con quienes piensan de otro modo. Es lo contrario a la guerra, a las peleas, 
al conflicto. 
 La coherencia o autenticidad es la coincidencia entre lo que vivimos, lo que 
decimos y lo que pensamos. Es lo contrario a la hipocresía o fariseísmo 
 Por último, la justicia, que consiste en dar a cada uno lo que le pertenece y 
es anterior a la compasión. Por su importancia existe en todos los países y 
desde el comienzo de la historia humana aunque organismos encargados 
de impartir justicia han sido y son injustos. Es la base de todos los otros 
valores morales, sin justicia ninguno de esos valores tiene sentido. 
Estos valores son los más sobresalientes ante la sociedad. Ahora se mencionará 
los valores básicos dentro de la familia. 
 
38 
 Laboriosidad: se le debe enseñar al pequeño la importancia y el valor del 
trabajo. El trabajo exige unos motivos lo suficientemente importantes como 
para superar las dificultades que puedan surgir al realizarlo. 
 Orden: Consiste en la realización armónica de la actividad para que logre su 
finalidad, aprovechando el tiempo al máximo y utilizando bien los recursos 
disponibles. 
 Responsabilidad: Consiste en cumplir las obligaciones y compromisos 
adquiridos. Ser responsable es también saber asumir las consecuencias de 
los propios actos (los buenos y los malos); así aprende a tomar en serio lo 
que hace. Esta tiene conexión directa con la libertad porque, si depende de 
nosotros, no podemos asumir nada que no hayamos decidido previamente. 
 Respeto: Tener conciencia del valor propio, reconocer el de los demás. Es 
el valor principal para la convivencia entre personas, pero se extiende a la 
naturaleza y las reglas sociales. Se ve amenazado por corrientes modernas 
que promulgan la igualdad entre padres e hijos, obviando la relación 
jerárquica existente y necesaria. Como el respeto implica valorar a los 
demás, supone primero una auto-valoración (auto-estima) 
 Sinceridad: Consiste en decir y actuar siempre con la verdad. También 
implica también manifestar los sentimientos con autenticidad. La sinceridad 
va unida a la humildad porque conocerse objetivamente debe conducir a 
aceptarse tal como uno es. 
 Generosidad: Significa dar lo mejor de sí mismos a los demás en tareas por 
el bien común y de manera desinteresada. Es el valor antepuesto al 
egoísmo e individualismo. Supone también madurez porque exige de 
nosotros decisión libre de dar lo que tenemos. 
Estos valores se tienen que ir transmitiendo desde la infancia a los hijos ya que de 
esto dependerá que ellos, de acuerdo a su desarrollo, podrán seguir esos valores. 
Su enseñanza será de acuerdo a la relación que lleven los padres e hijos, por eso 
es necesario revisar el rol que juegan los padres, para así esclarecer los valores 
que pondrán en práctica. 
 
39 
1.7 Rol del padre 
La literatura de investigación sobre el papel del padre en el desarrollo infantil 
guarda una proporción mínima e insignificante, si la comparamos con la que se ha 
enfocado a actuación e influencia de la madre. En nuestro país se cuenta con 
datos escasos acerca de la actuación del padre, no obstante se encuentran 
documentadas algunas caracterizaciones del padre mexicano como una figura 
ausente (González, 1977) que, cuando se relaciona con sus hijos, tiende a ser 
defectuosa y distante en un porcentaje importante de casos (Sánchez, Sosa y 
Hernández, 1992). 
Por este motivo resulta de vital importancia determinar qué tan relevante es la 
figura paterna para el desarrollo psicológico sano de nuestra niñez. 
La prolongada infancia del ser humano, su extrema indefensión y la falta de 
integración que se advierte en los años iniciales de la vida, exigen un largo 
proceso de protección que la madre no puede cumplir satisfactoriamente por sí 
sola. Por consiguiente, resulta imprescindible la colaboración del padre. En 
funciones parentales humanas debe considerarse la necesidad de satisfacer las 
demandas de adaptación planteadas por la socialización exogámica del niño. 
Acerca de esta relación, se ha estudiado la importancia de la participación del 
padre como agente socializador, como modelo de imitación de pautas de conducta 
social (Santrock, 1975; Badaines, 1976). Asimismo es una figura importante para 
la adquisición de la identidad de género, tanto en niñas como en niños. 
Pietro y Macoby, 1984), favoreciendo el desarrollo cognoscitivo del niño 
(Santrock, 1972);,su juicio moral (Phelps, 1970), su personalidad (Biller, 1970) y 
su ajuste psicológico en general (Lamb, 1980; Amato, 1987). 
Hetherington (cit. por Parke, 1986) sugiere que la ausencia del padre, previa a los 
cinco años de edad del hijo promueve mayor dependencia e inseguridad. 
 
40 
Biller y Bahm (1971) se ubicaron antes de los cinco años, la edad crítica durante la 
cual la ausencia del padre promueve los mayores estragos. A partir de los cinco o 
seis años de edad, la ausencia del padre se asocia con menos problemas que la 
ausencia antes de esas edades. 
Así vemos que la colaboración del padre en las funciones de identificación, 
nutrición, proteccion y de adaptación se ha convertido en el transcurso de la 
evolución de la especie en un factor cada vez más importante para la estructura 
definitiva del hijo. 
Para asumir su función, el padre debe experimentar un cambio mediante la 
identificación con la actitud maternal de su mujer. Pese a sus escasas aptitudes 
innatas, el padre cuenta con circunstancias históricas que lo hacen apto para su 
función. La más importante es la tendencia a repetir con su hijo el tratamiento 
pasivo recibido de sus padres y la compulsión a reparar los aspectos negativos de 
dicho tratamiento. Pero aún así, los antecedentes hereditarios e históricos parecen 
requerir un considerable esfuerzo y actualización mediante la identificación con la 
conducta de mujer-madre (Rascovsky, 1981). 
Para comprender el proceso de identificación con el padre hay que insistir en que, 
durante nueve meses de gestación, la madre experimenta una progresiva 
retracción libidinosa con respecto a su compañero, a medida que aumenta su 
relación materno-filial y ésta pérdida de objeto sexual provoca su identificación con 
él mismo. 
Se ha comenzado a admitir, en fecha reciente, que el padre no solo es importante 
por las influencias directas que ejerce sobre su hijo, sino también a través de 
efectos indirectos sobre las interacciones tempranas del lactante con otras 
personas (Parke, 1986). Dentro del contexto familiar, el padre influye con 
frecuencia de forma indirecta sobre sus hijos, al afectar el comportamiento de la 
madre. 
 
41 
Así como la relación marital adecuada en algunos casos contribuye a un relación 
positiva entre el padre y el hijo, una relación marital hostil entre los padres influye 
negativamente en la misma. Una relación marital con poca comunicación y apoyo, 
según Lamb (1989), puede ser más dañina para el desarrollo de la personalidad 
del niño que la misma ausencia del padre. 
Los padres, al igual que las madres, son afectados por la calidad de las relaciones 
marido-mujer. Es más probable que las parejas que discuten entre si y se critican 
mutuamente, actúen del mismo modo con sus hijos. 
Para comprender la relación entre el progenitor e hijo debemos considerar a los 
padres parte de un sistema familiar y tener en cuenta todas las relaciones 
existentes entre los miembros de la familia. Hemos de recordar, además, que las 
familias no están aisladas de los sectores sociales, sino que están incluidas en 
una amplia red de sistemas sociales, entre los que se cuentan el vecindario, la 
comunidad y la cultura. A fin de comprender la función del padre, hemos de tener 
en cuenta la influencia de los vínculos entre las familias, y esos otros sistemas 
sociales. Al reconocer que el padre está afectado por las influencias sociales 
exteriores a la familia lograremos una comprensión más clara de los motivos por 
los que la paternidad puede asumir diversas formas. 
El ser padre puede afectar al varón, puede cambiar los modos de pensar de los 
hombres acerca de sí mismos y ayudarles con frecuencia a revelar sus propios 
valores y a establecer prioridades. Puede acentuar la autoestima si saben abordar 
bien las exigencias y las responsabilidades que plantean; o bien pueden 
desequilibrar o deprimir al revelarse las propias limitaciones y flaquezas. 
De acuerdo con algunos autores, el padre es tan capaz como la madre para 
capturar y responder adecuadamente a las señales de su hijo. Sin embargo, son 
factores socioculturales los que pueden obstaculizar el desarrollo pleno de estas 
 
 
42 
habilidades. En nuestro país, según algunos autores, la madre es la encargada 
principal del cuidado, atención, educación e integración de los hijos y de la familia. 
El padre en estos términos, ha sido el proveedor económico, representando a la 
figura de aparente autoridad cuando está presente físicamente (Cárdenas, 
Cornejo y Murillo, 1987; Díaz Guerrero, 1982). 
Algunas investigaciones comparativas han logrado resultados que permiten 
afirmar que la ausencia paterna se refleja en el comportamiento agresivo. Eliot 
(1981) realizó observaciones directas de la interacción familiar de niños sin padre 
por medio de escala codificada, encontrando niveles mayores en conducta hostil y 
destructiva. 
En un intento por explicar estos resultados, Thygensen (1971) y Carlsmith (cit. por 
Biller, 1970) propusieron que los hijos de familias sin padre tienden a presentar 
conductas compensatorias, mostrando agresividad. Shinn (1979) y Biller (1970) 
concuerdan con esta interpretación y añaden que estos niños sobreactúan las 
características masculinas para compensar la carencia de un modelo masculino 
adecuado. 
La agresividad observada, en algunos estudios, va acompañada de transgresión 
de reglas, ausentismo escolar y conductas desordenadas. De esta manera, la 
ausencia del padre, parece repercutir sobre el comportamiento moral. 
Hoffman (1971) estudió el desarrollo moral en cuanto a la ausencia del padre; 
evaluó los siete atributos morales propuestos por Kohlberg: intensidad de la culpa 
por transgredir una regla, emisión de juicios morales acerca de otros, tendencia a 
aceptar la responsabilidad por faltas colectivas, demostraciones de consideración 
hacia otros, conformidad con las reglas, aceptación verbal de valores morales, y 
agresividad. 
 
 
43 
Judd (1980) aplicó la entrevista de enjuiciamiento moral de Kohlberg a 80 mujeres 
adolescentes, clasificadas en cuatro grupos: delincuentes con padre, delincuentes 
sin padre, no delincuentes con padre, no delincuentes sin padre. Encontró en los 
de padre presente más principios morales, en contraste con las de padre ausente, 
y las no delincuentes superaron a los delincuentes. 
El padre juega un papel muy importante en el comportamiento, adquisición de 
valores morales y adaptación de sus hijos a su entorno social. El padre representa 
una figura que tendrá que considerarse con más cuidado en el estudio del 
comportamiento humano. No solamente es necesaria su presencia, sino su 
participación adecuada en la crianza. 
El padre influye sobre la salud psicológica de sus hijos cuando participa con 
interés en el cuidado y educación de éstos; al mismo tiempo influye su presencia 
si ofrece apoyo y seguridad a la madre. No obstante, en muchos casos en los que 
el padre está presente, no garantiza la seguridad ni condiciones necesarias para 
que el niño crezca de forma saludable; pues si las manifestaciones sentimentales 
y/o emocionales dentro de una familia no se dan en un canal adecuado, puede 
terminar propiciando disfuncionalidad y confusión en los roles de cada miembro 
del grupo, sobre todo cuando el padre es un sujeto con tendencias psicológicas, 
ajenas a un adecuado desarrollo familiar. 
 
 
1.8 Rol de la madre 
La madre, según Rascovsky (1981), debe considerarse parte del propio yo del 
individuo (niño); siendo la intermediación con el mundo exterior una de las 
funciones del yo, la madre como “yo auxiliar” reemplaza las capacidades aun no 
desarrolladas en el niño para expresarse y vincularse con la realidad. Cumple así 
una doble función de: 
 
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a) “yo auxiliar del niño” 
b) Mundo exterior inmediato 
En esta última función, la madre actúa como depositaria de todas las tendencias 
del recién nacido

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