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7200t7 
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE 
MÉXICO 
FACULTAD DE PSICOLOGÍA 
División de Estudios Profesionales 
ANÁLISIS DE ALGUNAS VARIABLES QUE FORMAN 
PARTE DE LA CARACTERIZACIÓN DE LOS CONTEXTOS 
DE CONSUMO DE SUSTANCIAS LEGALES E ILEGALES EN 
INSTITUCIONES DE NIVEL SUPERIOR EN MÉXICO 
NOMBRE: Peña Ramírez Pamela 
OPCIÓN DE TITULACIÓN: Informe Profesional de Servicio Social (IPSS). 
DIRECTOR DEL IPSS: Dra. Lucy Reidl Martinez 
SUPERVISOR POR PARTE DE LA INSTITUCIÓN RECEPTORA: 
Mtro. Alejandro González González 
INSTITUCIÓN RECEPTORA: Facultad De Psicología 
NOMBRE DEL PROGRAMA: Cultura de consumo de sustancias : 
Un campo de significados y el contexto de sus manifestaciones 
CLAVE DEL PROGRAMA: 2006-0012/0023-3949 
LUGAR: México. D.F. /Ciudad Universitaria 
FECHA: Abril de 2009 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal 
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mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
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respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
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Este estudio forma parte del proyecto titulado: Cultura de consumo de 
sustancias: Un campo de significados y el contexto de sus manifestaciones, del 
Macroproyecto MP-6 "Desarrollo de Nuevos Modelos para la Prevención y 
Tratamiento de Conductas Adictivas en la UNAM" financiado por la Secretaría de 
Desarrollo Institucional de la Universidad Nacional Autónoma de México. 
2 
Índice 
1. Datos generales del Programa 
2. Contexto de la Institución y del Programa 
4 
5 
3. Descripción de las actividades realizadas . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . 1 O 
4. Objetivo del Informe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. .. . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16 
5. Soporte Teórico Metodológico 
5.1. Antecedentes del consumo de sustancias 
5.2. Introducción al fenómeno de las adicciones 
5.3. Aspectos epidemiológicos del consumo de sustancias 
5.3.1 Tendencias de consumo por edad ... ... .. .. .. .. . 
5.4. Factores Asociados 
5.4. 1. Escenarios de consumo 
5.4.2. Exposición y oportunidad al consumo 
6. Metodología 
7. Resultados ... ............. ........ ... ..... . ........ . ............ ..... . ......... . 
8. Conclusión y discusión 
8. Recomendaciones y/o sugerencias 
9. Referencias 
10. Anexo 
10.1. Anexo 1: Guía de observación 
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3 
Datos generales del Programa 
El presente Informe Profesional de Servicio Social reporta las actividades 
realizadas, así como el análisis de algunas variables que forman parte de la 
caracterización de algunos escenarios de consumo de sustancias legales e ilegales 
en entidades de nivel superior. 
Dicho informe se desprende del Proyecto de Investigación "Cultura de 
Consumo de Sustancias: Un campo de significados y el contexto de sus 
manifestaciones" desarrollado en una facultad de una institución de educación 
superior; es una investigación que, a través de una aproximación etnográfica por 
medio de observación no participante y entrevistas focalizadas realizadas a 
informantes clave (consumidores, y no consumidores), busca conocer los actores, 
las prácticas, las conductas, los objetos, las expresiones, los rituales, los 
enunciados, las reglas, los patrones, los códigos, las convenciones y las 
percepciones en un contexto y proceso socio histórico determinado que en este 
caso son los escenarios de consumo estudiantiles. Su objetivo es identificar, 
describir y analizar la cultura de consumo de sustancias legales e ilegales así como 
los problemas relacionados, en estudiantes de los diversos niveles educativos en 
dichos contextos. 
Por otro lado, resulta importante mencionar que este proyecto, a su vez, 
forma parte de la línea de investigación de diagnóstico de un Macroproyecto 
desarrollado en una entidad de nivel superior titulado Desarrollo de nuevos modelos 
para la prevención y el tratamiento en conductas adictivas, el cual pretende 
desarrollar y aplicar estrategias de prevención e intervención adecuadas para la 
comunidad estudiantil , orientadas a modificar el patrón de consumo peligroso o con 
dependencia leve hacia un consumo menos riesgoso. 
En este sentido, la aportación del Proyecto de Investigación de "Cultura de 
Consumo de Sustancias: Un campo de significados y el contexto de sus 
manifestaciones" dentro de este Macroproyecto es obtener y proveer la información 
acerca del panorama de la problemática del consumo de sustancias legales e 
ilegales que se vive en estudiantes de diferentes niveles educativos en México, que 
4 
proporcione datos sobre el diagnóstico y elementos útiles que faciliten el desarrollo 
y aplicación de estrategias de prevención e intervención para la comunidad 
estudiantil. 
Contexto de la Institución y del Programa 
Actualmente, el consumo de sustancias es una problemática creciente de 
carácter social y de salud pública no sólo en nuestro país sino en el mundo. La 
necesidad de comprender y combatir este problema de manera oportuna y eficaz, 
ha motivado el desarrollo de múltiples investigaciones siendo las de carácter 
epidemiológico unas de las más importantes, ya que permiten conocer la magnitud 
del problema de consumo de sustancias y sus tendencias, así como también, 
permiten dilucidar cuáles son los factores que influyen en la experimentación y en el 
abuso de sustancias, y para saber cuáles son los que protegen de incurrir en estas 
prácticas (Villatoro, Medina Mora, Rojano, Fleiz, Berrnudez, Castro y Juárez, 2002). 
A lo largo del tiempo los datos epidemiológicos sobre el consumo de 
sustancias a nivel nacional han cambiado de manera considerable. En el año 1988, 
en la Encuesta Nacional de Adicciones se encontró que el 51 % de la población 
entre los 18 y 65 años de edad consumía alcohol; 82% eran hombres, y 44%, 
mujeres (Medina Mora, 1999, en Rojas-Guiot, Fleiz-Bautista, Medina Mora, Morón y 
Domenech-Rodríguez, 1999); y en el grupo de 15 a 18 años, 46,8% bebían alcohol 
(De la fuente, 1997 en Rojas-Guiot, et.al., 1999). 
En el año 2002, los datos de dicha encuesta variaron de manera 
considerable, se observó que en el país existen 32 ,315,760 personas entre 12 y 65 
años que consumen alcohol. Así mismo, se observa un incremento en el índice de 
consumo de los adolescentes, de 27% en 1998 a 35% en 2002 entre los varones, y 
de 18% a 25% respectivamente entre las mujeres (INEGI, 2008). 
Por otro lado, se encontró que en la República Mexicana, 3.5 millones de 
personas entre los 12 y los 65 años han usado drogas sin incluir al tabaco y al 
alcohol; el consumo de drogas es más frecuente entre los varones con una 
proporción de 4 varones por cada mujer (INEGI , 2008). 
5 
La droga de mayor consumo, sin considerar al tabaco o al alcohol, es la 
marihuana. La cocaína ocupa el segundo lugar en las preferencias de la población, 
le siguen en orden de preferencia, los inhalables y los estimulantes de tipo 
anfetamínico y en último lugar la heroína y los alucinógenos (INEGI , 2008). 
Posteriormente, en el año 2005, en la 58ª Asamblea Mundial de la Salud, se 
reportó que el 4% de la carga de morbilidad y el 3,2% de la mortalidad mundial son 
atribuibles al alcohol y éste representa el principal riesgo para la salud en los países 
en desarrollo con baja mortalidad, y el tercero en los paises desarrollados 
(Bejarano,s.f.). 
De acuerdo con los datos mencionados anteriormente, es importante señalar 
que, como resultado del incremento de consumo de sustancias, se ha agudizado la 
magnitud de los problemas de salud pública así como las tendencias de consumo 
peligroso en los jóvenes. 
Black, Ausherman, Kandakai, Lam & Jurjevic (2004), reportan que la droga 
de mayor consumo entre los jóvenes de diferentes entidades educativas es el 
alcohol, y se cree que constituye una parte importante de su experiencia escolar ya 
que representa un elemento clave en la facilitación de la socialización 
Por otro lado, es pertinente mencionar que el consumo excesivo de 
sustancias trae consigo múltiples repercusiones tanto a nivel personal (alteraciones 
físicas, cognoscitivas, emocionales y conductuales) como social (manejo de 
relaciones interpersonales, pertenencia a grupos). Con base en lo anterior, resulta 
de vital importancia observar la situación que se vive particularmente en la 
población estudiantil de nivel superior en nuestro país, ya que se presupone que se 
presenta un serio problema de consumo de alcohol y otras drogas dentro y en los 
alrededores de las entidades de dicho nivel educativo. 
Los datos más recientes que se tienen de esta población son del año 2007, 
los cuales tienen como referente principal , un examen médico realizado a los 
alumnos de nuevo ingreso. Se reportó que de un total de 27, 144 alumnos, el 
26,39% presenta consumo alto de alcohol, el 6, 18% presenta consumo alto de 
6 
tabaco, 7,30% reporta consumo de marihuana y el 2,34% presentó consumo de 
otras drogas ilícitas (González-González, 2007). 
La información mencionada anteriormente, pone de relieve la alarmante 
problemática del consumo y abuso de sustancias que vive actualmente la población 
estudiantil en nuestro país, lo cual ha despertado gran preocupación por parte de 
las autoridades en las entidades educativas debido a las diversas consecuencias 
que viven los estudiantes en dicha población. Este hecho ha motivado la realización 
de múltiples investigaciones de carácter cuantitativo y cualitativo encaminadas no 
sólo a comprender sino a combatir dicha problemática. 
En este sentido, específicamente en información descriptiva, podemos 
destacar al Macroproyecto Desarrollo de nuevos modelos para la prevención y el 
tratamiento en conductas adictivas, cuya realización se motivó primordialmente por 
la necesidad imperante de llevar a cabo un trabajo integral multidisciplinario que 
permita el desarrollo de nuevos modelos para la prevención y tratamiento de 
conductas adictivas al servicio de la comunidad estudiantil, con lo cual se busca 
detectar oportunamente para poder así, prevenir y combatir el problema 
eficazmente. 
Dicho Macroproyecto tiene como entidad responsable a la Facultad de 
Psicología y el propósito que persigue es incrementar el desarrollo en el campo de 
la investigación y la innovación científica, retomar la experiencia de los modelos y 
programas exitosos, así como la evidencia científica disponible para conjuntar un 
proyecto multidisciplinario que consta de cuatro objetivos primordiales que son: 1. 
Enriquecer el conocimiento, 2. Desarrollar y evaluar un modelo integral, 3. 
Fortalecer la investigación en escuelas y facultades y 4. Formar recursos humanos 
especializados. 
Para alcanzar estos objetivos, se crearon cinco líneas de investigación las 
cuales son: 1. Diagnóstico, 2. Procesos básicos, 3. Prevención, 4. Tratamiento y 5. 
Programas de apoyo para la formación de recursos humanos y desarrollo de un 
marco legal. En cada una de estas líneas de investigación, se desarrollan un total 
de dieciséis subproyectos coordinados por diversas escuelas y facultades. 
7 
El fin último que persigue este Macroproyecto es preservar la salud de la 
comunidad estudiantil y prevenir el impacto del abuso de sustancias legales e 
ilegales, así como profundizar en la neurobiología de las adicciones, el impacto del 
consumo en habilidades cognitivas, el desarrollo y evaluación de mensajes 
preventivos y su transmisión a partir de modelos de comunicación novedosos. 
Dentro de la línea de diagnóstico, cuyo objetivo es identificar, describir y 
analizar la extensión y características del uso y del abuso de sustancias en la 
comunidad estudiantil , el contexto en que ocurren, las variables con las que se 
asocia, su impacto y el costo que el problema representa para la entidad educativa, 
se encuentra la realización del Proyecto de "Cultura de Consumo de Sustancias: Un 
campo de significados y el contexto de sus manifestaciones". 
Éste es un estudio que tiene como objetivo principal, identificar y analizar la 
cultura de consumo de sustancias legales e ilegales dentro de contextos 
estudiantiles de nivel medio superior y superior a través de una aproximación 
etnográfica por medio de observación no participante y entrevistas focalizadas 
realizadas a informantes clave (consumidores y no consumidores). Asimismo, 
pretende conocer las prácticas, los actores, las conductas, los objetos, las 
expresiones, los rituales, los enunciados, las reglas, los patrones, los códigos, las 
convenciones y las percepciones en un contexto y proceso socio histórico 
determinado que en este caso son los escenarios de consumo estudiantiles. 
Como parte de un diagnóstico, lo que pretende es proporcionar información 
sobre la problemática del consumo de sustancias legales e ilegales en contextos 
estudiantiles que contribuya en el desarrollo de estrategias oportunas y eficaces de 
prevención y tratamiento para la comunidad estudiantil. 
Para alcanzar estos objetivos, el estudio se llevó a cabo en dos fases . La 
primera de ellas consistió en la realización de un mapeo de las entidades 
estudiantiles de nivel medio superior y superior, con el objetivo de realizar una 
caracterización de los contextos de consumo, obtener una base de datos con 
información especifica de cada uno de estos escenarios y poder referenciar 
geográficamente dicha información. En la segunda fase se realizó un análisis de la 
8 
información obtenida a través de las entrevistas focalizadas con informantes clave, 
para realizar finalmente los análisis correspondientes, y la integración de resultados. 
Para lograr la obtención de la información se elaboraron instrumentos que 
fueron guías de observación y de entrevista, adecuadas a cada escenario y para 
cada informante. Para el manejo adecuado de dichos instrumentos, se capacitó a los 
integrantes del equipo de trabajo de este estudio. 
Por otro lado, es importante mencionar que una de las formas de aproximarse 
al fenómeno del consumo de sustancias es a través de la etnografia comparativa, la 
cual reconoce que el consumo de alcohol es una actividad social, regulada por 
estructuras normativas con variaciones importantes para cada cultura. Esto implica 
que existe una gran diversidad de conductas con respecto a la ingesta de alcohol y 
de su dinámica psicosocial y cultural. 
En este sentido, es necesario exponer que la realización de este estudio es 
relevante ya que el abordaje del consumo de sustancias desde un enfoque 
sociocultural se ha llevado a cabo muy poco a nivel nacional, lo cual contribuirá en el 
entendimiento de la "cultura de consumo de sustancias en contextos estudiantiles". 
Con ello, se favorecerá la comprensión del fenómeno desde la percepción de los 
estudiantes y de los factores psicosociales que los influencian . Esto permitirá contar 
con una aproximación adecuada a la realidad del consumo de alcohol en estudiantes 
de estos niveles educativos; así mismo, sentará las bases para profundizar en esta 
temática, así como en la creación y desarrollo de políticas públicas. Finalmente, 
podrá proporcionar información que contribuya la creación de estrategias de acción 
que fomenten una conciencia critica del consumo, y que minimicen sus 
consecuencias negativas. 
9 
Descripción de las actividades realizadasA lo largo de mi Servicio Social realicé actividades que contribuyeron de 
manera importante en el cumplimiento de los objetivos planteados en el Proyecto de 
"Cultura de Consumo de Sustancias: Un campo de significados y el contexto de sus 
manifestaciones". Las actividades realizadas fueron las siguientes: 
1. Revisión de literatura 
Inicialmente, fue de vital importancia realizar una revisión bibliográfica 
relacionada con el tema del proyecto. Indudablemente, una necesidad apremiante 
fue conocer el fundamento teórico que subyace a este proyecto, el cual parte de la 
concepción estructural de Thompson (1993) descrita en su libro Ideología y Cultura 
Moderna: Teoría crítica social en la era de la comunicación de masas. De acuerdo a 
este autor, la vida social no sólo es cuestión de objetos e incidentes, sino que es 
cuestión de acciones y expresiones significativas, de enunciados, símbolos, textos y 
artefactos de diversos tipos, y de sujetos que se expresan por medio de éstos y 
buscan comprenderse a sí mismos y a los demás. Por otro lado, es importante 
mencionar que también se realizó la revisión del texto Etnografía, métodos de 
investigación de Hammersley & Atkinson (2003). 
El haber realizado la revisión teórica de estos autores, me permitió contar con 
un panorama más amplio y claro del tema de estudio en este proyecto. 
2. Creación de categorías de análisis 
Para poder elaborar los instrumentos del estudio , fue necesario primero crear 
categorías de análisis que permitieran obtener información sobre los diversos 
aspectos del fenómeno del consumo de sustancias en un entorno escolar. Dichas 
categorías son las siguientes: a) Tiempo, b) Espacio, c) Población, d) Prácticas, 
e) Sustancias, f) Legalidad y g) Exposición al consumo. 
10 
3. Elaboración de instrumentos para el estudio 
Una vez creadas las categorías, se procedió al diseño de una guia de 
observación (ver anexo 1 ), la cual facilitó la recolección de la información relevante 
en cada escenario. En esta guía se contemplan los siguientes puntos: 1. Datos del 
observador, 2. Espacio, en donde se hace referencia a las características generales 
del lugar o espacio de consumo de sustancias, 3. Tiempo, se refiere a los diversos 
aspectos de temporalidad y cronología asociados a cada escenario, como duración 
de consumo y tiempo de permanencia, 4. Población, es decir, características de los 
diferentes asistentes a los lugares de venta y consumo de sustancias, 5. 
Sustancias, se reporta el tipo de sustancias presentes en los diferentes escenarios 
de consumo así como la accesibilidad que se tiene a ellas, 6. Prácticas que llevan al 
consumo y al exceso, se refiere a aquellos elementos que propician un mayor 
consumo en los asistentes, por ejemplo, promociones, consumo mínimo, etc. , 7. 
Legalidad, se reporta si existe o no venta ylo consumo para menores de edad, 8. 
Formas simbólicas, es decir, acciones, prácticas, rituales, entre otros, asociados al 
consumo de sustancias, 9. Ocasiones de consumo, hace referencia a las creencias, 
justificaciones y consecuencias del consumo de sustancias, asimismo responde a 
las preguntas sobre cuándo, qué, con quién, dónde, cómo y qué se hace durante el 
consumo y el no consumo de sustancias, 10. Información que se considere 
importante y que no esté incluida en el formato. 
Asimismo se incluyó un Mapa del escenario, en el cual se reportó la 
ubicación del lugar de consumo (dirección, localización y distribución del espacio). 
Finalmente, se registró la conducta, pensamientos, reacciones, emociones, etc. del 
observador, experimentadas durante la observación. 
Cada uno de estos puntos proporcionó información relevante acerca del 
consumo de sustancias y todo el contexto que éste implica. Asimismo, se trabajó en 
el diseño de una guía de entrevista , en la cual se obtuvo información sobre la 
historia personal, las actividades y los datos sociodemográficos del entrevistado, su 
opinión y percepción del fenómeno de consumo así como los significados, los 
rituales y las creencias que están asociados al mismo. 
11 
4. Capacitación 
Posteriormente se recibió capacitación sobre el manejo y el llenado adecuado 
de dichos instrumentos, así como sobre la correcta elaboración de una nota de 
campo y las medidas de seguridad para el investigador en el trabajo de campo. Esta 
capacitación fue de vital importancia para la realización de la primera fase del 
estudio, ya que proporcionó las herramientas necesarias para realizar el trabajo de 
campo. 
Resulta importante mencionar que dentro de la capacitación recibida estuvo 
la impartición del curso sobre el programa de análisis de datos cualitativos "Atlas-
Ti", con el cual posteriormente se analizaron las notas de campo de los recorridos 
realizados en las fases posteriores. 
5. Mapeo: Primera fase del estudio 
La primera fase propiamente del estudio fue un Mapeo, el cual tuvo como 
objetivo realizar una caracterización de los contextos de consumo, obtener una base 
de datos con información específica de cada uno de estos escenarios así como 
poder referenciar geográficamente la información obtenida. La recolección de la 
información se hizo con el apoyo de las guías elaboradas previamente. 
Inicialmente se realizaron recorridos exploratorios, con los que se tuvo un 
primer acercamiento a los diferentes escenarios de consumo tanto al interior como 
en la periferia de las entidades de nivel superior. Se logró ubicar e identificar 
aquellos en los que se presuponía que existía mayor venta y/o consumo de 
sustancias legales e ilegales, así como delimitar la zona geográfica para realizar los 
recorridos posteriores. Estos primeros acercamientos a los escenarios se realizaron 
en equipos de dos o tres personas y el tiempo de permanencia en cada escenario 
osciló entre una o dos horas. La información obtenida en cada escenario se registró 
en una nota de campo. 
12 
6. Clasificación de escenarios 
Tras realizar estos recorridos exploratorios, se registró un total de 166 
escenarios y se procedió a realizar la clasificación de cada uno de ellos. Dicha 
clasificación fue la siguientes: 1. Escenarios de venta de alcohol, 2. Escenarios de 
consumo de alcohol , 3. Escenarios de venta y consumo de alcohol, 4. Escenarios 
de venta de drogas, 5. Escenarios de consumo de drogas, 6. Escenarios de venta y 
consumo de drogas, 7. Escenarios de venta de alcohol y drogas, 8. Escenarios de 
consumo de alcohol y drogas, 9. Escenarios de venta y consumo de alcohol y 
drogas, 1 O. Escenarios al interior del plantel educativo (internos}, 11 . Escenarios al 
exterior del plantel educativo (externos). 
7. Referencia geográfica de los escenarios 
Posteriormente se realizó la referencia geográfica de éstos escenarios. Se 
emplearon mapas geográficos (Guía Roji) para los escenarios ubicados en los 
alrededores y mapas del interior de la entidad educativa para los escenarios 
internos. Ésta georeferencia tuvo como finalidad observar la distribución y densidad 
del total de escenarios encontrados, lo cual brindó un panorama más claro de los 
tipos de escenario existentes y las características generales de cada uno de ellos. 
8. Selección de escenarios 
Tras el análisis de los datos arrojados por estos primeros acercamientos, se 
hizo un filtro y se seleccionaron aquellos que podrían proporcionar mayor 
información. Posteriormente se realizaron recorridos en estos escenarios en grupos 
de hasta cuatro personas, con un tiempo de permanencia en el lugar de 2 o más 
horas. La información obtenida se registró en una nota de campo. Al concluir estos 
recorridos , se analizó la información recabada y se procedió a la selección de los 
escenarios finales de los cuales se obtendría la información para análisis en la 
investigación . Dicha selección se realizó de acuerdo a los datos proporcionados por 
los informantes contactados en los recorridos y a un análisis de la información 
obtenidapor los observadores. Asimismo, se eligieron estos escenarios debido a 
13 
que, en éstos se encuentran estudiantes con características sociodemográficas 
distintas, niveles de consumo y tipos de sustancias variados. 
9. Realización de entrevistas 
En la realización de los recorridos a los diversos escenarios, se contactó con 
informantes clave y se les pidió su participación en el estudio realizando una 
entrevista. Al solicitar su consentimiento informado se les garantizaba el anonimato y 
el respeto a ·su identidad. 
Una vez contando con la autorización del informante para realizar la 
entrevista, se acordaba una cita en un contexto diferente al de consumo de 
sustancias, esto con el fin de promover un ambiente relajado, que facilitara la 
comunicación. 
Al inicio de la entrevista, se pidió la autorización del informante para grabar la 
misma, con la finalidad de captar la información lo más clara y completa posible, así 
como para analizarla a fondo más adelante. 
1 O. Trascripción de entrevistas y análisis de la información 
Una vez realizadas todas las entrevistas, se procedió a su trascripción. El 
análisis de la información recabada se logró a través del programa Atlas-ti, para lo 
cual se nos capacitó previamente. 
Finalmente se integró la información en una base conformada por las 
categorias establecidas en la guía de observación y su llenado fue de acuerdo a la 
información obtenida de cada escenario y se procedió al análisis descriptivo de la 
información a través del programa SPSS. 
Por otro lado , resulta de gran importancia mencionar que para la adecuada 
realización de esta investigación fue necesario tener las siguientes consideraciones 
éticas tanto para los informantes clave como para los observadores: 
14 
1. Consentimiento informado de los participantes. 
2. Establecer las condiciones de seguridad necesarias para los 
observadores. 
3. Establecer las condiciones de seguridad necesarias para los 
entrevistadores. 
4. Anonimato de los participantes. 
5. Confidencialidad y manejo ético de la información obtenida. 
Es pertinente mencionar que, el participar en un estudio con tanta relevancia 
social , despertó en mí muchas expectativas de aprendizaje y desarrollo que, cubrí 
satisfactoriamente a lo largo del trabajo realizado. Las innumerables enseñanzas 
adquiridas por los doctores que apoyaron en el proyecto son una fuente de 
inspiración y realmente logran convertir el trabajo en un placer. 
Todas las actividades realizadas a lo largo del proyecto, favorecieron mi 
crecimiento como profesionista, a través de la adquisición y fortalecimiento de 
habilidades y conocimientos. Dentro de las habilidades que fortalecí están las de 
análisis, síntesis e integración de la información. Asimismo, desarrollé la habilidad 
de organizar y planear el trabajo. El realizar notas de campo y entrevistas, 
favorecieron el desarrollo de mis habilidades de comunicación oral y escrita, así 
como la de escuchar y observar. De igual manera, favoreció mi habilidad de toma 
de decisiones y de liderazgo, especialmente en el trabajo de campo. El realizar 
entrevistas, me permitió mejorar importantemente mi habilidad para establecer un 
adecuado encuadre y rapport con el informante en el momento de realizar una 
entrevista. 
Dentro de las habilidades que adquirí están el entrenamiento en la aplicación 
de técnicas para el análisis de información cualitativa, como lo fue el manejo del 
programa Atlas-ti. Adquirí la habilidad de optimizar los recursos humanos y 
materiales y mejoraron considerablemente mis habilidades para hacer investigación 
científica. De manera especial, se fortaleció mi ética profesional. 
Por otro lado, este estudio me permitió adquirir conocimientos sobre la 
cultura, su estudio y sobre etnografía, asi como sobre la gran problemática del 
15 
consumo de sustancias en México y en el mundo. Adquirí conocimientos sobre 
investigación científica y la manera de analizar la información en una investigación 
de este tipo. Asimismo conocí las recomendaciones de seguridad para el 
investigador cuando realiza trabajo de campo. 
Las actividades realizadas, así como las habilidades y conocimientos 
adquiridos, me permitieron contar con un panorama más amplio de la problemática 
del consumo de sustancias que presenta la población estudiantil en nuestro país, y 
despertaron un gran interés por adentrarme en el análisis de los escenarios de 
consumo, ya que representan un factor asociado de gran importancia en esta 
problemática. 
Objetivo del informe 
Objetivo General 
Realizar el análisis de algunas variables que forman parte de la 
caracterización de los contextos de consumo . 
Objetivos específicos 
1. Identificar y describir los escenarios donde se presenta el consumo y/o 
venta de sustancias legales e ilegales en el interior y en los alrededores de 
Instituciones de Nivel Superior en México, 2. Conocer el tipo de escenario (formal o 
informal), 3. Conocer la función que tiene (venta, consumo, venta y consumo), 4. 
Conocer la distancia existente entre los escenarios de consumo y la entidad de nivel 
superior, 5. Conocer el tipo de sustancias que se venden o consumen, 6. Conocer el 
uso oficial y extraoficial de cada uno de ellos. 
La finalidad de este trabajo es contribuir a fortalecer el desarrollo de 
estrategias de prevención y tratamiento eficaces. Asimismo, busca conocer si los 
hallazgos o resultados reportados por alguna literatura , son compartidos en esta 
población en particular, a pesar de que la mayoría de los estudios se han llevado a 
cabo en otros países, principalmente los referentes al consumo de alcohol. 
16 
Por otro lado, es de vital importancia mencionar que, el presente Informe 
Profesional de Servicio Social reporta únicamente algunos datos obtenidos a lo 
largo de la realización del Proyecto de "Cultura de Consumo de Sustancias: Un 
campo de significados y el contexto de sus manifestaciones". Por lo tanto, no 
pretende mostrar la totalidad de los hallazgos obtenidos en dicho proyecto. 
Soporte teórico metodológico 
Antecedentes del consumo de sustancias 
Además de respirar, beber es una actividad humana esencial , es aún más 
importante que alimentarse. Históricamente, las drogas han existido con un sentido 
cultural y religioso, asociado a ritos y ceremonias, estilos que por sus características 
no constituían factores que atentaran contra la salud. Nuestros antepasados 
realizaban rituales a los dioses ofreciendo alguna bebida especial , como agua, jugo 
de plantas o sangre. En la antigüedad, las personas dependían de la ruta de los ríos 
y lagos para poder recorrer el mundo y los líquidos brindaban alivio ante la sed y no 
causaban ningún impacto en el comportamiento de las personas que lo consumían 
(Morris, 1998). 
Este mismo autor reporta que con el paso del tiempo, tras la creación de las 
bebidas alcohólicas, éstas comenzaron jugar un papel muy importante en casi 
todas las culturas desde el periodo neolítico (4000 a.C.). Todas las sociedades sin 
excepción, han hecho uso de sustancias intoxicantes, siendo el alcohol la de uso 
más común. Los tipos más viejos de bebidas alcohólicas conocidas son el vino y la 
cerveza; los egipcios, por ejemplo, hacían vino de las manzanas y uvas . El progreso 
de la tecnología permitió desarrollar diversos tipos de vinos, lo cual hizo posible 
para esta cultura, preguntar a los invitados qué tipo de vino querían para acompañar 
su cena, tinto , blanco, dulce o seco. Por otro lado, el uso de la cerveza fue más 
común que el vino en la antigüedad . Se cree que el desarrollo de la agricultura , 
especialmente el cultivo de la cebada hizo posible la invención de la cerveza, sin 
embargo , también se plantea la idea de que la necesidad y la alta demanda de la 
cerveza fue la que hizo posible que la agricultura se desarrollara enormemente. 
17 
En este sentido, la forma de beber se convirtió en un acto significativopor el 
proceso tan elaborado que requería la creación de las propias bebidas, desde el 
largo proceso de cultivo, recolección, preparación, fermentación y embotellado. 
Asimismo, implicaba para los consumidores un estado de bienestar y de liberación 
de tensión, llevaba a las personas a un mundo de placer inofensivo, donde las 
presiones se aliviaban aunque sólo fuera por un tiempo. Socialmente también 
adquirió un significado, el consumo de alcohol se asoció a las celebraciones y 
ocasiones festivas. La persistencia del uso del alcohol en una escala casi universal 
a lo largo de la evolución humana, sugiere que el beber debe de tener algunos 
beneficios adaptativos importantes, aunque esto no implica que la práctica sea 
siempre beneficiosa . Hoy en día, esta dependencia toma diferentes formas, ritos y 
rituales , costumbres y ceremonias, todas ellas enfocadas al acto de beber (Morris, 
1998). 
De acuerdo a este autor, en el siglo XX, las dificultades empiezan a notarse 
en los distintos ámbitos, porque el consumo de alcohol y otras sustancias cambia de 
contextos e inicia a edades más tempranas, alrededor de los 12 años. 
Introducción al fenómeno de las adicciones 
En todos los tiempos de la humanidad, las sustancias psicoactivas han 
estado presentes en la vida del ser humano, y en las últimas décadas la influencia 
del consumo de droga y alcohol, se ha incrementado considerablemente en la 
población más joven y por ende, la más vulnerable a este flagelo que amenaza con 
deteriorar la salud física y moral de la población. El alcoholismo y la 
drogodependencia son un hecho real, con gran valor epidemiológico, que 
constituyen un importantísimo problema de salud pública y que se debe considerar 
como primordial. Se puede señalar que la prevalencia del consumo es elevada y 
está en constante incremento. El problema es de tal magnitud que la mayoría de los 
gobiernos de los países desarrollados lo consideran de manera prioritaria (Morales, 
2006). 
En el ámbito global , es importante tener en cuenta que ha habido un cambio 
considerable en las costumbres sociales que favorecen de alguna manera el 
18 
consumo de alcohol. Por un lado, se tiende hacia las macro-sociedades, donde 
cada vez se pierden más los valores sociales como la responsabilidad, y por otro 
los/as adolescentes tienen hoy una mayor independencia económica en líneas 
generales, que les permite entrar de lleno en la sociedad de consumo. En definitiva, 
podríamos decir que tanto el alcohol como otras drogas, están en nuestra sociedad 
porque cumplen determinadas funciones, entre las que están, la de servir de 
elemento de integración para unos/as jóvenes y de evasión para otros/as (Morales, 
2006). 
Las alteraciones que produce el consumo de sustancias van desde a nivel 
fisiológico debido a los cambios químicos cerebrales hasta al teraciones en el estilo 
de vida tanto de las personas que consumen como de aquellas que no lo hacen y 
que son afectadas directa o indirectamente. A lo anterior, se unen otros aspectos 
que influyen de manera determinante en el problema de las adicciones 1. Por una 
parte, el trato diferencial del consumo de algunas sustancias psicoactivas con base 
en su legalidad, tal como ocurre con el alcohol, el cigarrillo, y en algunos países, la 
marihuana. En segundo lugar, el hecho de que sea considerada como una situación 
problemática sólo cuando es un familiar, un amigo o una persona significativa la que 
está involucrada en la producción , el consumo o el tráfico de las drogas (Pérez, 
1999 en Salazar y Arrivillaga 2004) . Lo anterior, sin mencionar que la adicción a las 
drogas tampoco es percibida como problema por quien tiene dicho comportamiento. 
Estos elementos ponen en evidencia que la problemática de las adicciones 
no sólo es una cuestión de salud ya que afecta al ser humano en diferentes ámbitos 
como los personales, sociales, culturales, políticos y económicos. 
1 Ad icción: El consum o repelido y abusivo de una suslancia (labaco, coca ína, a lc ohol y/u 01ras drogas 
psicoacli vas) o la rea lización compulsiva de una conduela de1erminada (por ejemplo, comer o e l juego 
compul s ivo ) que de manera direcla e indirec la modi fi ca al indi viduo o a su med io (Go nz:í lez-Gonz:í lez, 2007). 
19 
Aspectos epidemiológicos 
La preocupación por el tema de las adicciones y específicamente por el 
consumo de alcohol han adquirido gran importancia a nivel mundial. En el caso de 
nuestro país, las investigaciones sobre consumo de drogas en escuelas se han 
realizado desde 1976 y han permitido mantener una observación constante del 
comportamiento de consumo en esta población. Los estudios de esta naturaleza, 
han permitido conocer qué nuevas drogas se están utilizando y el modo en que 
diversos aspectos de su situación social y personal influyen en la decisión de 
consumir sustancias (Villatoro, Medina Mora, Hernández, Fleiz, Amador y 
Bermudez, 2005). 
En este sentido, resulta pertinente mencionar que los programas más 
exitosos de prevención son aquellos que se basan en las características del 
fenómeno en cada escenario . El uso de las drogas es un fenómeno que cambia 
continuamente y que se manifiesta de manera distinta en los diferentes grupos de 
población . Por lo tanto, la investigación epidemiológica es indispensable para 
conocer la magnitud del problema y sus tendencias, y para dilucidar cuáles son los 
factores que influyen en la experimentación y en el abuso de sustancias, y también 
para saber cuáles son los que protegen de incurrir en estas prácticas (Villatoro, 
et.al., 2002). 
A lo largo del tiempo los datos epidemiológicos han cambiado de manera 
considerable. En el año 1988, en la Encuesta Nacional de Adicciones se encontró 
que 51% de la población entre los 18 y 65 años de edad consumía alcohol ; 82% 
eran hombres, y 44%, mujeres. En el grupo de 15 a 18 años 46.8% bebían alcohol. 
De todas las regiones en que se dividió al país, la zona centro (formada por las 
entidades de Hidalgo, Guanajuato, Estado de México, Morelos. Puebla, Querétaro y 
Tlaxcala) fue la que tuvo el porcentaje más alto de personas con síndrome de 
dependencia al alcohol. En esta misma zona del país se observaron las cifras más 
altas de cirrosis hepática y el consumo de bebidas alcohólicas fue uno de los 
principales factores asociados a dicha enfermedad (Medina-Mora en Rojas-Guiot, 
1999). 
20 
En 1995 las tasas de mortalidad por cirrosis hepática en el estado de Hidalgo 
fueron las más elevadas en el país (Secretaría de Salud - Dirección General de 
Estadística e Informática. Mortalidad, 1995, en Rojas-Guiot, et.al. 1999). Según la 
misma encuesta de 1988, 4,7% de la población del país había consumido otras 
drogas diferentes al alcohol o al tabaco, y los jóvenes (entre 12 y 34 años) 
presentaron la cifra más alta 8,5%. Se observaron tendencias similares en la 
segunda Encuesta Nacional de Adicciones levantada en 1993 (Tapia-Conyer, 1995, 
en Rojas-Guiot, et.al. 1999). 
Asimismo , en un estudio realizado por Bennett, Campillo, Chandrashekar & 
Gureje en 1998 se describe que en México las bebidas alcohólicas que más se 
consumen son la cerveza, el tequila y el ron , el 96% ha probado el pulque y el 
mezcal. También se reporta que los patrones de consumo entre hombres y mujeres 
son diferentes, los hombres informaron consumir alcohol frecuentemente y de 
manera excesiva, mientras que las mujeres reportaron ser en su mayoría 
abstinentes. La mayoría de los consumidores regulares de alcohol son hombres y la 
mayoría de ellos consumen con mayor frecuencia y en mayor cantidad que las 
mujeres (Medina Mora, et. al. 1988 en Bennett, et. al.1998). Por otro lado, los 
participantes informaron que las reuniones sociales son situaciones de su vida diaria 
que favorecen su consumo. Dentro de las consecuencias del consumo de alcohol 
más relevantes consideradas en este estudio son de salud y desempeño en el 
trabajo(Bennett, et.al. 1998). 
En comparación con otros países, México tiene un consumo de alcohol 
relativamente más bajo per capita. Posiblemente esta situación se deba a que una 
gran proporción de población mexicana no bebe. Por ejemplo, de acuerdo a la 
encuesta Nacional de Adicciones realizada en 1998 con personas de edades entre 
18 y 65 años en zonas urbanas de México, el 46,5% de las personas reportaron no 
consumir alcohol (p.e. consumían una bebida alcohólica una vez al año (Natera, 
1995 en Bennett, et.al., 1998 ). 
De acuerdo con información reportada por el INEGI en el año 2008, los datos 
de la Encuesta Nacional de Adicciones llevada a cabo en el 2002, variaron de 
manera considerable , se observó que en al país existen 32,315,760 personas entre 
21 
12 y 65 años que consumen alcohol. El consumo en la población urbana alcanza 
35% (1'726,518) de la población masculina y 25% (1'252,712) de la femenina, a 
razón de 1.4 varones por cada mujer. Asimismo, se observó que la edad de los 
varones que presentaban un mayor índice de consumo de alcohol era entre los 30 y 
39 años (8.339 litros) en tanto que en las mujeres que viven en ciudades el mayor 
consumo fue reportado por el grupo de entre 40 y 49 años. 
Es importante mencionar que los datos de dicha encuesta reportan 
incremento en el índice de consumo de los adolescentes, de 27% en 1998 a 35% en 
2002 entre los varones, y de 18% a 25% respectivamente entre las mujeres. Entre 
los varones aumentó el número de menores que reportaron beber mensualmente 
cinco copas o más por ocasión de consumo de 6,3% a 7,8%. El incremento más 
notable se percibe en el número de menores que reportaron haber manifestado en el 
último año al menos tres de los síntomas de dependencia del DSM-IV, que alcanzó 
al 2% de los adolescentes en 2002 . Esta encuesta reportó que en la República 
Mexicana, 3.5 millones de personas entre los 12 y los 65 años han usado drogas sin 
incluir al tabaco y al alcohol ; la Región Norte del país es la más afectada (7,45%), le 
siguen las regiones del Centro (4,87%) y Sur (3,08%). El uso de drogas ilegales es 
mayor que el consumo fuera de prescripción de drogas con utilidad médica, 2.8 
millones han usado drogas ilegales y más de 840 mil personas han usado drogas 
con utilidad médica. El consumo de drogas es más frecuente entre los varones con 
una proporción de 4 varones por cada mujer (INEGI , 2008). 
En el país 215,634 adolescentes entre 12 y 17 años (167,585 varones y 
48,049 mujeres) han usado drogas alguna vez, el índice entre los adultos jóvenes 
entre 18 y 34 años alcanza al 1 '795,577 (1 '351,138 varones y 449,439) y entre 35 y 
65 años, 1'495,391 (1'177 ,683 hombres y 317,708 mujeres). El mayor índice de 
consumo se observa entre los varones de 18 a 34 años. 
Por otro lado, la droga de mayor consumo, sin considerar al tabaco o al 
alcohol, es la marihuana, 2.4 millones de personas la han probado alguna vez en 
una proporción de 7.7 hombres por cada mujer. La cocaína ocupa el segundo lugar 
en las preferencias de la población, el 1,44% de la población urbana la ha usado y 
por cada 4 hombres que la consumen hay una mujer. De la población total , el 1,23% 
22 
del uso se da en forma de polvo, 0,04% en forma de pasta y 0,10% en forma de 
crack. La mayor proporción de usuarios tienen entre 18 y 34 años (INEGI , 2008). 
Después de la marihuana y la cocaína, siguen en orden de preferencia, los 
inhalables y los estimulantes de tipo anfetamínico y en último lugar la heroína y los 
alucinógenos. Sin embargo, en el grupo de 12 a 17 años, el índice de consumo de 
inhalables es ligeramente superior al de cocaína , lo cual concuerda con diversos 
estudios realizados en México con población adolescente que reportan un 
incremento considerable en el consumo de drogas, especialmente en alcohol , 
marihuana y metanfetaminas; a pesar de que el índice general de consumo se 
mantiene estable, ha habido cambios en la distribución de los índices de consumo 
de hombres y mujeres, de tal modo que actualmente, la prevalencia de consumo de 
alcohol y tabaco de las mujeres se presentan con valores similares a la de los 
hombres (Villatoro, 2005 en González-González, 2007). 
En un contexto internacional , el índice de consumo en México es inferior al 
observado en otros países. Según estimaciones de la Organización de las Naciones 
Unidas (ONU), existen en el mundo 185 millones de usuarios de drogas, que 
representan 4,3% de la población mayor de 15 años; en México la proporción de 
usuarios de la población de 12 a 65 años es inferior ( 1,68% ), es decir por cada 2.5 
usuarios de drogas en el mundo hay uno en México. La droga de más consumo en 
el mundo y en México es la marihuana, por cada usuario de esta droga en México 
hay 5.8 en el mundo; en nuestro país el índice de usuarios de anfetaminas es 8 
veces inferior, y el de heroína es de la mitad. La tendencia opuesta se observa para 
la cocaína, por cada usuario de cocaína en el mundo hay 1.75 en México (INEGI , 
2008). 
En la 58ª Asamblea Mundial de la Salud, en el año 2005 se reportó que el 4% 
de la carga de morbil idad y el 3,2% de la mortalidad mundial son atribuibles al 
alcohol y éste representa el principal riesgo para la sa lud en los países en desarrollo 
con baja mortalidad, y el tercero en los países desarrollados; los hábitos, el contexto 
y el nivel genera l del consumo de alcohol infl uyen en la sa lud del conjunto de la 
población y que el consumo nocivo de alcohol se encuentra entre las principales 
causas de enfermedad, lesiones, violencia , especialmente violencia doméstica 
contra mujeres y niños, discapacidad, problemas sociales y muertes prematuras, 
23 
está asociado a problemas de salud mental , repercute gravemente en el bienestar 
humano, pues afecta a las personas, las familias, las comunidades y la sociedad en 
su conjunto, y contribuye a las desigualdades sociales y sanitari as. La intoxicación 
alcohólica se asocia a conductas de alto riesgo tales como el consumo de otras 
sustancias psicoactivas y las prácticas sexuales de riesgo; las pérdidas económicas 
que causa a la sociedad el consumo nocivo de alcohol , entre ellas los costos en los 
servicios de salud , los servicios sociales y la justicia penal , así como los costos 
derivados de la pérdida de productividad y la disminución del desarrollo económico 
(Bejarano, s.f.). 
Con base en lo anterior, es importante mencionar que el consumo excesivo 
de alcohol ha agudizado la magnitud de los problemas de salud pública así como 
las tendencias de consumo peligroso en los jóvenes. En este sentido, resulta 
relevante señalar que el consumo de alcohol en los estudiantes representa una 
parte importante de su experiencia escolar. Diversos estudios reportan que el 
alcohol es la droga que más se consume en diferentes entidades educativas y que 
una gran proporción de estudiantes lo consumen (Black, et.al. , 2004). 
Diversas encuestas realizadas a estudiantes en las que se han incluido a 
diversos bachilleratos, reportan haber consumido cinco o más copas por ocasión de 
consumo por lo menos una vez al mes; el 25% de los estudiantes reporta haber 
consumido un cigarro en los treinta días previos a la encuesta, mientras que la 
marihuana es la droga de preferencia seguida por drogas de uso médico (González-
González, 2007). 
Los datos del examen médico de ingreso a entidades de nivel medio superior 
y superior en México, muestran que 3% de quienes se inscriben a la preparatoria y 
9% a las licenciaturas de estas entidades reportan haber usado drogas alguna vez y 
13% haber consumido al menos cuatro copas por ocasión de consumo ( González 
de Cosio, 2006 en González-González, 2007). Cifras preliminares de un estudio 
realizado por la Facultad de Medicina entre la población de primer ingreso de estos 
mismos niveles señala un 15% de bebedores excesivos, es decir, beben de una 
manera que pone en peligro su salud (6%),presentan ya problemas con su manera 
24 
de beber (8%) o tienen síntomas de dependencia (1 %) (Díaz Martínez, 2006 en 
González-González, 2007). 
Tendencias de consumo por edad y factores de riesgo del consumo de sustancias 
Diversos estudios reportan que la edad de inicio al consumo de sustancias 
disminuye cada año, y que éstas forman parte de los elementos constitutivos de los 
rituales que acompañan los procesos de socialización de los jóvenes. 
La adolescencia es una etapa especialmente favorable para consumir drogas 
debido a la curiosidad y a la búsqueda de sensaciones nuevas como un mecanismo 
para enfrentarse a los problemas emocionales por su rebeldía a las autoridades y 
por el proceso de búsqueda de la propia identidad, que frecuentemente se relaciona 
con la sensación de invulnerabilidad que acompaña esta etapa. Sin embargo, es un 
hecho que no afecta a todos los jóvenes de igual manera. La mayoría no usa 
drogas, una gran proporción experimenta con ellas para luego abandonarlas, y 
aunque un porcentaje menor continúa utilizándolas, sólo algunos tienen problemas 
con ellas; sin embargo, es fundamental evitar que esto ocurra. 
Rojas-Guiot. et.al. en su estudio sobre el consumo de alcohol y drogas en 
estudiantes de Pachuca, Hidalgo en 1999 reportan alguna información relevante 
sobre las tendencias del consumo por edad así como los factores de riesgo del 
consumo en la población estudiantil, asimismo, retoman a algunos otros autores que 
han estudiado el tema. A continuación se enlistan algunos puntos importantes: 
a) La necesidad de conocer la evolución del problema y abordar en forma especifica 
a la población estudiantil de enseñanza media y media superior es importante, ya 
que la mayoría de las personas empiezan a consumir sustancias psicoactivas en la 
adolescencia, y entre los factores de riesgo que tienen estos jóvenes para 
consumirlas se han identificado los siguientes: pertenecer al sexo masculino, 
asociarse con consumidores de drogas, ausentarse frecuentemente de la escuela , 
falta de compromiso con la misma, percepción de falta de afecto parental, poco 
apego y supervisión de los padres, prácticas de manejo familiar incongruente, 
25 
padres que consumen drogas o alcohol, búsqueda de sensaciones nuevas, y 
problemas emocionales y conductuales, entre otros. 
b) A mayor cantidad de factores de riesgo a los que esté expuesto el individuo, más 
probabilidades habrá de que consuma drogas. De esta forma, el entorno social en el 
que se ubica el fenómeno del consumo de drogas, como la familia, las creencias, 
las actitudes, las normas, las costumbres y, en general, el medio en el cual se 
desenvuelve el sujeto, son variables que ayudan a comprender y a explicar esta 
problemática. 
c) La influencia familiar desempeña un papel relevante como agente socializador en 
la vida del individuo, propiciando un desarrollo sano y maduro, o bien, inhibiendo o 
desviando su crecimiento. Es decir, puede ubicar al joven en riesgo o protegerlo de 
involucrarse en conductas desviadas tales como el consumo y el abuso en el 
consumo de sustancias o la incurrencia en actos antisociales. En general, los datos 
que se han encontrado en investigaciones realizadas en poblaciones estudiantiles 
señalan que existe una correlación positiva entre el consumo de drogas y la 
conducta antisocial, de tal manera que se puede afirmar que a mayor índice de 
consumo, mayor probabilidad de que se presenten también problemas de conducta . 
Aunque la influencia de la familia disminuye progresivamente en la medida en que el 
menor pasa de la niñez a la adolescencia, sigue siendo importante en el 
establecimiento de las normas que moldean la conducta de consumo de los 
adolescentes hacia la edad adulta; por otra parte, la presencia de conflictos en la 
familia , aumenta el riesgo de que los adolescentes consuman drogas. La familia 
influye asimismo en la elección que hacen los adolescentes de sus amigos, quienes 
durante esta época desempeñan un papel fundamental en la conducta de los 
menores. 
d) En una investigación con estudiantes del Distrito Federal realizada por Villatoro 
en 1996 se encontró que, si bien la familia no determinaba en forma directa el 
consumo de sustancias por parte del adolescente, sí tenía una gran influencia para 
que éste se involucrara con amistades que las consumían. Es así como el hecho de 
que un alumno tenga amigos que son consumidores le hace correr un riesgo 1.22 
veces más elevado de convertirse, a su vez, en consumidor de drogas. 
26 
e) Si los familiares (padre, madre, hermanos) ingieren drogas, existe un riesgo 1.10 
veces mayor de que el joven , a su vez, las consuma. En contraste con los no 
consumidores, los familiares de los consumidores de drogas, consumían drogas y 
alcohol en exceso, tenían un ambiente familiar inestable y desorganizado, así como 
un número más alto de conflictos intrafamiliares, separaciones y divorcios. 
f) En Suecia, Muetzell, 1995 realizó un estudio de seguimiento durante tres años 
con adolescentes que consumían alcohol y drogas; los resultados mostraron que, 
en contraste con los controles, un mayor número de los sujetos que combinaban el 
consumo de alcohol con otras drogas, crecieron en familias que consumían drogas, 
además de que sus hogares estaban desintegrados. 
g) En términos de interacción familiar, si el adolescente percibe un ambiente 
caótico, poco estable y punitivo, así como conflictos generados al interior de la 
familia , es más probable que busque, por medio de los amigos, situaciones que le 
ayuden a resolver y enfrentar estos problemas, además de los propios de la 
adolescencia. Esta búsqueda de soluciones lo pueden conducir a consumir alcohol 
o drogas y, en general, a exhibir conductas que impliquen un riesgo constante para 
su seguridad física y emocional. 
h} En un estudio realizado por Maltzman y Schweiger, 1991 con jóvenes 
consumidores y no consumidores de drogas y alcohol, se observó que los usuarios 
tenían relaciones familiares más disfuncionales, debido a que existía menos 
cohesión entre los miembros y una menor participación en actividades sociales, 
culturales y recreativas , satisfactorias y mutuamente compartidas. Los autores 
concluyeron que una característica de estas familias es la falta de apoyo emocional 
entre sus miembros. Respecto a la relación entre la familia y la escuela, se realizó 
una investigación por Pons, et.al. 1996 con estudiantes españoles, y se encontró 
que los que habían consumido drogas se sentían más desadaptados en su medio 
familiar y escolar que aquellos que no eran consumidores. 
i) El tipo de actividades que desarrolla el joven influye en la conducta de consumo. 
En épocas de cambio social como la actual, en la medida en que las ligas familiares 
y la afiliación a la clase social pierden importancia , los estilos de vida, incluidas las 
27 
actividades en que se involucra el menor en su tiempo libre y que forman parte 
importante de la cultura juvenil del momento, son centrales en el proceso de 
construcción de la identidad. 
j) Las estrategias cada vez más complejas y sofisticadas del mercado tienen un 
impacto importante en los estilos de vida y en los patrones de consumo que tienden 
a simbolizar la identificación cultural. El incremento en los años que permanecen los 
jóvenes en la escuela y la ausencia de oportunidades de trabajo, han dado lugar a 
que pasen mucho más tiempo en un estado de semidependencia y en la compañía 
de sus pares, factor que, a su vez, ha ejercido una influencia importante en los 
estilos de vida y en los productos con los que se identifican. No es de extrañar 
entonces, que la estrategia de la industria alcoholera en la búsqueda de nuevos 
mercados entre los jóvenes haya impactado sus estilos de vida normalizando el 
consumo de bebidas alcohólicas. 
Por otro lado, también es importante mencionar que el significado que 
adquiere el consumode sustancias varía de persona a persona y depende en gran 
medida de las actividades que esta suele realizar, el entorno, la historia personal, la 
edad, entre otros factores. Por ejemplo, en una investigación realizada en Bogotá 
Colombia sobre sustancias psicoactivas, en la cual emplearon entrevistas en 
profundidad, se encontró que en la facultad de Artes se consideraba al consumo de 
droga como una filosofía que potenciaba la creativ.idad, aunque se consideraba 
como un flagelo; en la facultad de Ciencias se consideraba que el problema era 
grave pero no tanto como en otras universidades, además de considerar que las 
personas que vendían drogas no eran estudiantes; en la facultad de Ciencias 
Humanas también se consideró que el consumo era mas bajo que en las 
universidades privadas. Además, los estudiantes no veían como una opción válida 
atacar a los consumidores de sustancias psicoactivas, sino que en su reemplazo se 
deberían instaurar programas de prevención. En la facultad de Derecho y Ciencias 
Políticas se encontró que los estudiantes manifestaban que las personas que 
utilizan la Universidad como centro de consumo y tráfico de droga eran externas a 
ella; en la facultad de Ingeniería se consideraba también que el consumo de drogas 
es mayor en otras universidades y que el auge del consumo es debido a una mala 
interpretación de la liberación intelectual. En conclusión , se consideraba que los 
28 
estudiantes no están de acuerdo con el consumo de drogas, además de que la 
mejor forma para prevenir el consumo y venta de drogas eran las campañas de 
prevención (Ramírez y Pastrana , 1987 en Sayona , Hurtado, Ruíz , Hoyos y Gantiva, 
2005). 
En lo que respecta a datos estadísticos, en el caso concreto de la población 
de estudiantes, el alcohol es la droga que ocupa el primer lugar de consumo 
(Castro, 1987; Medina Mora, 1993; Rojas, 1995 en Rojas-Guiot, et.al. , 1999). En la 
Encuesta Nacional sobre el Uso de Drogas en la Comunidad Escolar realizada en 
1991 con muestras representativas de las 32 entidades del país, 49,6% había 
probado bebidas alcohólicas; 3% declaró beber cinco o más copas una o dos veces 
por semana, 40 hombres y 1 O mujeres de cada 1 000 y en el estado de Hidalgo 
1,4% de los estudiantes lo hacían; 21 % eran varones y el 0,5% mujeres (Medina 
Mora, 1993 en Rojas-Guiot , et.al., 1999). 
En esta investigación nacional de 1991, 14,7% de los alumnos del país 
tomaron alcohol en el mes previo a la encuesta, y en el estado de Hidalgo la cifra 
fue ligeramente inferior, esto es, 10,1%. Respecto al consumo de drogas ilegales y 
médicas, los datos de esta misma encuesta indican que Hidalgo ocupó el tercer 
lugar (10,4%) en el número de consumidores, después de Baja California (12,9%) y 
del Distrito Federal (11 ,2%), comparadas con todas las demás entidades del país 
(Rojas-Guiot, et.al., 1999). 
En un estudio realizado en Bogotá con una población de instituciones de 
educación superior de tipo técnico y tecnológico, se encontró que la prevalencia de 
consumo en la vida era un poco menor que en las instituciones universitarias, y que 
tal vez por eso, el 50% de los encuestados manifestó que no había problemas de 
consumo en su institución (Scoppeta y Ve lásquez, 1999 en Sayona , et.al. , 2005). 
En el año 2002 Villatoro, et.al., reportaron que el consumo de tabaco alguna 
vez afectó al 50% de los estudiantes y similarmente a hombres y mujeres (52,5% y 
48,9% respectivamente). 
29 
El porcentaje de fumadores de 14 años o menos, es menos de la mitad de los 
que tienen 18 años o más. Aún así, un porcentaje de adolescentes de 17 años 
habían fumado el último mes. El cambio más drástico se presentó de los 14 a 15 
años ya que a esta edad se duplicó el número de fumadores. En cuanto al consumo 
de alcohol reportó que en el Distrito Federal el 61,4% de los adolescentes había 
consumido alcohol alguna vez en la vida y el 31,9% lo consumió en el último mes. 
En cuanto a la edad de los adolescentes se encontró que el porcentaje de 
consumidores de 14 años o menos, es menor de la mitad de los que tienen 18 años 
o más. Por otro lado, la prevalencia total del consumo de drogas fue del 14,7%, el 
cual es un porcentaje mayor al de 1997 en casi 3%. El consumo en el último año y 
en el último mes fue de 9,7% y 5,3% respectivamente. Los hombres presentaban un 
mayor consumo (6,2%) a diferencia de las mujeres (4,4%). El consumo de cualquier 
droga alguna vez en la vida fue mayor en los hombres ( 16,8% ). De la población 
total , el 10% era usuario experimental mientras que el 4,7% era usuario regular, es 
decir había consumido más de cinco veces las drogas. Así mismo, se reportó que 
hubo un incremento en la proporción de mujeres en el consumo de drogas, 
especialmente entre 1993 y 1997 manteniéndose niveles semejantes de consumo 
de 1997 al 2000. En cuanto a las preferencias, las mujeres prefieren los 
tranquilizantes (5,8%), seguidos de la marihuana (3,3%), los inhalables (3, 1 %) y la 
cocaína (2,9%); en tanto los hombres prefieren la marihuana (8,3%), la cocaína 
(7,4%), los inhalables (5,5%) y los tranquilizantes (3,9%). Destaca el porcentaje de 
hombres adolescentes que han probado el crack. Se observó que los inhalables son 
la sustancia más consumida por adolescentes menores de 15 años, después 
decrece el número de usuarios. El consumo de cocaína y de marihuana se 
incrementa (Villatoro, et.al. , 2002). 
En otro estudio realizado en Colombia por Sayona , et.al. (2005), se reporta 
que en la última encuesta nacional sobre consumo de sustancias psicoactivas en 
jóvenes escolarizados de todo el país rea lizada en el año 2001 el 10,4% de los 
estudiantes de secundaria y el 18,5% de los estudiantes universitarios ha 
consumido al menos alguna de estas sustancias o varias de ellas alguna vez en la 
vida (se exceptúa el alcohol, cafeína y nicotina). En dicha investigación, se halló que 
el mayor porcentaje de casos nuevos de consumo de marihuana se obtuvo para los 
jóvenes de 15 a 19 años (54,9% ). Para el consumo de coca ína se encontró una 
30 
mayor prevalencia de vida en estudiantes de universidad (6,3%) que en estudiantes 
de secundaria (4,2%). El porcentaje de incidencia más alto corresponde a los 
jóvenes entre los 15 y los 19 años ( 56, 7% ). 
Dado que no todos los menores de edad tienen un inicio temprano en el 
consumo, ni adoptan prácticas propias de la población masculina de edad media, 
esto es, el asociar las ocasiones de consumo con ocasiones de embriaguez 
ingiriendo grandes cantidades cuando beben, cabe preguntarse si existen 
variaciones en las actividades adoptadas durante el tiempo libre entre los 
estudiantes con diferentes tipos de patrones de consumo , con el fin de orientar los 
programas de prevención dirigidos a este grupo. 
Factores asociados 
Escenarios de consumo 
Cuando se aborda el tema del consumo deben considerarse tres elementos 
importantes: (a) las características mismas de las drogas, (b) las características de 
los sujetos (personalidad premórbida; competencias personales como dominio y 
sentido de responsabilidad de sí mismo, autocontrol, capacidad para solucionar 
problemas y conflictos, comunicarse asertivamente, planear y construir proyectos de 
vida; estilos de procesamiento de la información, etc.), y (c) las características de 
los contextos en que sucede el consumo. 
Respecto a este último elemento, diversos estudios realizados en Europa, 
tales como los realizados por Chatterton & Hollands, reportan que los espacios de 
consumo representan un mundo separado con sus propias costumbres y valores. 
Tienden a ser socialmente integrativos y equitativos ya que su función principal es la 
facilitación para las relaciones social. Es bien sabido que en todas las culturas, el 
consumo de alcohol y otras sustancias es esencialmente una actividad social y la 
mayoría de las sociedades tiene ambientes específicos designados para consumir 
sustancias.Por otro lado, en un estudio realizado en el año 2002, se encontró que 
los lugares en que los jóvenes consumen alcohol , generalmente son sitios públicos 
31 
que ofrecen música, comida y bebida, o las fiestas (privadas) en casa, cuando los 
padres se encuentran ausentes (Bellis & Hughes, 2003). 
En este sentido, es importante mencionar que los centros de ocio de México 
y del mundo juegan un papel muy importante no sólo en el desarrollo económico de 
las ciudades sino en la problemática de las adicciones. Por ejemplo, en gran parte 
de Europa, en las dos últimas décadas, se han producido importantes 
transformaciones en las actividades nocturnas (Chatterton & Hollands, 2002 en 
Bellis & Hughes, 2003). Aunque el consumo de alcohol y tabaco siguen siendo los 
componentes clave de la vida nocturna, se han ido añadiendo cada vez más otras 
sustancias a la experiencia (Measham et. al., 2001 en Bellis & Hughes, 2003). Un 
factor clave en el aumento del consumo de drogas recreativas es su asociación a 
clubs nocturnos y música dance (lo que generalmente se conoce como 'clubbing') 
(Forsyth, et. al. , 1997 en Bellis & Hughes, 2003). 
La relación entre el clubbing y el consumo de drogas recreativas queda 
demostrada con los niveles de consumo de droga entre la población asidua a los 
clubs nocturnos, en función del tipo de club que prefieren, de la música que eligen y 
de la frecuencia con que salen (Calafat et al, 2001 en Bellis & Hughes, 2003). Así , 
en una investigación reciente entre los asistentes a ese tipo de clubs en el Reino 
Unido, se ha comprobado que el cannabis, el éxtasis y la cocaína alcanzan un nivel 
de consumo de un 91%, 96% y 75%, respectivamente (Winstock et. al., 2001 en 
Bellis & Hughes, 2003). Sin embargo, el aumento de la popularidad del clubbing, y 
su asociación con drogas recreativas, ha contribuido en general al incremento del 
consumo de drogas entre la población a nivel nacional e internacional. Por ejemplo, 
entre los jóvenes de 16 a 24 años la experiencia vital de cannabis, éxtasis y cocaína 
ha aumentado en el Reino Unido desde un 36%, 8% y 3%, respectivamente, en 
1994, a un 45%,11% y 10% en el año 2000 (Ramsay, et. al. , 2001 en Bellis & 
Hughes, 2003). Estas pautas de comportamiento se repiten también en otros países 
de Europa como Noruega y Alemania (Pedersen & Skrondal, 1999; Von Sydow, et. 
al., 2002 en Bellis & Hughes, 2003), así como en otros más alejados como E.U .A. 
(Rouse, et. al. , 2002 en Bellis & Hughes, 2003). Por otra parte, a pesar de primeras 
indicaciones que preveían que las drogas recreativas reemplazarían a otras 
sustancias (p.e. el alcohol), la evidencia señala que se han añadido simplemente al 
32 
repertorio de sustancias disponibles para el consumo nocturno (Luke, 1999 en Bellis 
& Hughes, 2003). Así pues, el alcohol continúa presentando altos niveles de 
consumo entre los jóvenes en muchos países europeos, y tanto el consumo de 
alcohol como el de las drogas recreativas sigue incrementándose entre los grupos 
de gente joven (Hibell, et. al., 2000 en Bellis & Hughes, 2003). 
Por otro lado, es importante mencionar que no existe investigación 
sistemática acerca de los escenarios públicos de consumo (p.e. áreas verdes) y el 
material disponible no es tan completo. En años recientes, el número de 
antropólogos que estudian este tipo de escenarios de consumo ha aumentado así 
como el número de etnografías sobre el tema, aunque estos trabajos se restringen 
a un solo país, comunidad o incluso a un solo escenario (Prus, 1983 en Morris, 
1998). 
En España, por ejemplo, se ha estudiado un fenómeno social de consumo de 
sustancias llamado el botellón, generado por los jóvenes durante las noches de los 
fines de semana y que se ha convertido en un estilo de ocio controvertido. Este 
fenómeno ha dado lugar a un conflicto de intereses entre distintos colectivos, y ha 
situado en la encrucijada a las instituciones. A pesar de que se ha escrito mucho 
sobre el tema, la información está muy dispersa. Los datos empíricos son más bien 
escasos, parciales y de carácter local. Existen dificultades para enfocar bien el tema 
porque el botellón está sirviendo para tratar casi todos los fenómenos que afectan a 
los jóvenes. Según los distintos estudios revisados, se puede definir el botellón 
como un fenómeno social caracterizado por la concentración de jóvenes en un 
espacio abierto durante las noches de los fines de semana y cuyo punto de 
referencia es el consumo de bebidas alcohólicas como eje central de su tiempo 
libre. Es un modelo de ocio que combina vivir la fiesta en la calle y un consumo 
rápido e intenso de alcohol con el objeto de conseguir de forma rápida los efectos 
euforizantes que proporciona. En sus inicios, se trataba de un fenómeno que 
permitía a los jóvenes, y a los estudiantes, consumir alcohol en más cantidad y a 
menos coste que en un bar al tiempo que formaba parte de un ritual de reunión de 
la preparación antes de asistir a un acontecimiento como es un concierto. El 
botellón como fenómeno social no tiene un punto de despegue concreto sino que 
debe verse como una variedad de hechos y procesos culturales que coinciden, se 
33 
complementan y lo van configurando; es un espacio de sincretismo entre la tradición 
y la modernidad, un encuentro entre jóvenes, fiesta y consumo de alcohol y otras 
drogas (Calafat, Juan, Becoña, Castillo, Fernández, Franco, Pereiro y Ros, 2005). 
En los últimos años, se ha producido un cambio en los patrones de consumo 
y en los estilos de diversión de los jóvenes. Se ha ido expandiendo un patrón de 
consumo 'anglosajón' caracterizado por consumo de bebidas alcohólicas sólo en fin 
de serna.na, en cantidades altas y abusivas, en muchos casos con el objetivo claro 
de conseguir en poco tiempo la embriaguez. Además las mujeres se han 
incorporado masivamente a este tipo de consumo. Junto con todo ello se ha ido 
consolidando un estilo de ocio y diversión entre los jóvenes centrado en la noche de 
los fines de semana y en el consumo de drogas (Calafat, Fernández, Juan, Becoña 
y Gil , 2004 en Calafat , et. al., 2005). 
La industria recreativa ha crecido y ha contribuido no solo a facilitar la 
infraestructura para que la gente se divierta, sino que también participa en crear el 
significado de ese modelo de diversión, y con ello el nuevo patrón de consumo se 
ha consolidado entre los jóvenes y forma parte estructural de la fiesta y la diversión 
en la actualidad. 
Entre los que participan en el botellón hay jóvenes de todo tipo, de distintos 
estratos socioeconómicos, con distintos niveles educativos; hay jóvenes de ambos 
sexos aunque parece que más varones que mujeres; están representadas todas las 
edades, hay adolescentes de 13 años hasta jóvenes de casi 30 años; aunque el 
grueso de los participantes es de 18 a 25 años. Es muy importante destacar la 
participación de los adolescentes (Domínguez, Gómez, Jáñez y Barrantes, 2001; 
Baigorri , et al. 2003; Navarrete, 2002 en Cala fat, et. al. , 2005). 
Los estudios que han cuantificado estas categorías contribuyen a reafirmar la 
idea de que el botellón es un espacio de jóvenes que están integrados socialmente 
y que participan en el botellón como una forma de diversión, un estilo de ocupar 
parte de su tiempo libre. En los trabajos de observación se ha constatado la 
importante participación de los jóvenes estudiantes hasta el punto de que el ritmo y 
afluencia del botellón depende de la participación de esa población. (Domínguez, et. 
34 
al., 2001; Baigorri, et. al. , 2002; Aguilera , 2003; Madrid, 2003; Navarrete, et. al., 
2003; Borrás, 2004 en Calafat, et. al. , 2005). 
Por tanto, una premisa para enfocar correctamente el tema del botellón es 
que los jóvenes que participan, no son gente marginal ni conflictiva, sino hijos de la 
clase media, estudiantes de enseñanza media o de universidad en su inmensa 
mayoría, algunos trabajan y estudian, otrossolo trabajan, la mayoría viven en casa 
de sus padres, sin demasiados problemas en cuanto a necesidades básicas 
(Calafat, et.al., 2005). 
Los jóvenes participan de manera colectiva, se organizan en pequeños 
grupos de amigos y entre todos crean las condiciones para participar del botellón . Al 
mirar una plaza o un paseo donde se practica el botellón lo que se puede ver es un 
mosaico de grupos de jóvenes. Cada miembro sabe a qué grupo pertenece, con 
qué otros grupos se puede relacionar y con quienes existe una frontera o distancia. 
Pero desde la mirada profana de los que miran el botellón sin participar resulta difícil 
distinguir unos jóvenes de otros, aparte de las diferencias de edad y sexo no hay 
grupos demasiado distintos (Calafat, et.al. , 2005). 
Los estudios existentes muestran que a pesar de las diferencias entre 
investigadores, contextos y objetivos del análisis se llega a resultados similares 
respecto a la incidencia del consumo y el lugar que ocupa el alcohol en ese estilo de 
diversión . Es un hecho que quienes participan en el botellón también consumen 
otras drogas; el cannabis parece ser la droga ilegal más consumida (Calafat, et.al., 
2005). 
Debido a que el botellón es para muchos jóvenes el inicio del recorrido 
nocturno, la mayoría sólo consume alcohol y tabaco. Pero cuando tras el botellón se 
incorporan a algunos de locales como discotecas, es entonces cuando se inicia el 
consumo de otras drogas como éxtasis y cocaína principalmente (Calafat, et.al. , 
2005). 
Con base en lo mencionado anteriormente, y a pesar de la falta de literatura 
disponible sobre el tema , se pueden establecer las siguientes conclusiones: 
Primero, donde hay alcohol , casi siempre hay un lugar especial para beberlo y cada 
35 
cultura crea sus propios espacios. Segundo, los espacios de consumo son 
usualmente ambientes especiales, es decir, representan una esfera separada de 
existencia, un mundo social, con sus propias reglas, costumbres y valores. Tercero, 
los escenarios de consumo tienden a no discriminar socialmente a las personas que 
los frecuentan y finalmente, la función primaria de los escenarios de consumo, en 
casi todas las culturas, parece ser la facilitación e interacción social (Calafat, et.al., 
2005). 
Exposición y oportunidad al consumo 
Como se mencionó anteriormente, los escenarios de venta y/o consumo de 
sustancias juegan un papel muy importante en esta problemática. Cuando se habla 
de la influencia de escenarios o contextos de consumo de sustancias, no se refiere 
únicamente a las condiciones internas de los mismos, sino que también se hace 
referencia a la influencia de la distribución de los mismos. Este último punto es 
relevante ya que diversos estudios reportan que la disponibilidad de sustancias (la 
cual es medida por el número de escenarios de venta y/o consumo en un área 
geográfica específica), está asociada con el número tan elevado de los problemas 
existentes asociados al consumo de sustancias (Alaniz et al. 1998; Parker & 
Rebhun 1995; Scribner, et.al. 1995 en Alaniz, 1998). 
La densidad de escenarios de consumo de alcohol en una comunidad afecta 
a sus residentes tanto social, física y económicamente (Moore & Gerstein 1981 en 
Alaniz, 1998). En un estudio realizado en al año 1983, se analizaron los efectos de 
la disponibilidad de alcohol sobre los problemas asociados y se encontraron niveles 
elevados de problemas asociados en zonas donde la densidad de escenarios era 
más elevado en comparación con zonas de densidad de escenarios más baja 
(Watts & Rabow, 1983 en Alaniz, 1998). 
La relación entre densidad de establecimientos y los problemas asociados al 
consumo se ha estudiado más a fondo en estudios recientes y se ha encontrado 
que el número de escenarios en determinada área geográfica es un predictor más 
importante de homicidio y violencia que el grupo étnico o la raza (Alaniz, et.al. , 
1996; Alaniz, et.al., 1998; Scribner, et.al. , 1998 en Alaniz, 1998). Un estudio 
36 
realizado en California del Norte analizó la relación entre la densidad de 
establecimientos de venta y/o consumo de alcohol y la violencia juvenil en tres 
ciudades (Alaniz, et.al.. 1996 en Alaniz, 1998). Los investigadores crearon mapas 
de las ciudades para observar claramente la distribución de dichos 
establecimientos, así como la concentración étnica y los status sociales. Los mapas 
mostraron que las áreas geográficas con alta concentración de grupos étnicos de 
bajos recursos tienden a presentar una alta densidad. 
Otro estudio realizado por Alaniz. et.al. ( 1998) reportó que la delincuencia 
está relacionada significativa y positivamente con el número de establecimientos de 
consumo y/o venta de alcohol independientemente de las características sociales y 
económicas del vecindario. 
Estos autores proponen dos teorías para explicar la relación entre la 
disponibilidad de alcohol y otras sustancias y la violencia juvenil. Una de ellas 
sugiere que los jóvenes que viven en zonas con alto número de establecimientos de 
venta y/o consumo de alcohol son más propensos a beber y por lo tanto más 
propensos a cometer crímenes. La otra teoría sugiere que los jóvenes tienden a 
congregarse en zonas cercanas a los establecimientos debido a que estas zonas se 
caracterizan por tener pocas restricciones sociales y poca vigilancia (Alaniz, 1998). 
37 
Metodología 
Tipo de estudio 
Se realizó un estudio descriptivo, a través de una aproximación etnográfica 
por medio de observación no participante. 
Escenarios 
El estudio se llevó a cabo en diversos lugares tanto al interior como en la 
periferia de instalaciones educativas de nivel superior, donde se presenta la venta 
y/o el consumo de sustancias legales e ilegales. 
Población 
La población con la que se trabajó fueron estudiantes (hombres y mujeres) de 
nivel superior. 
Instrumentos 
Los instrumentos empleados fueron dos guías, una de observación y otra de 
entrevista a través de las cuales se logró obtener la información relevante para el 
estudio. 
Procedimiento 
En la primera fase del estudio se realizó un mapeo, que tuvo como objetivo 
realizar una caracterización de los contextos de consumo, obtener una base de 
datos con información específica de cada uno de estos escenarios así como poder 
referenciar geográficamente la información obtenida . La recolección de la 
información se hizo con el apoyo de las guías de observación y de entrevista. 
Inicialmente se realizaron recorridos exploratorios, con los que se tuvo un 
primer acercamiento a los diferentes escenarios de consumo tanto al interior como 
38 
en la periferia de las entidades de nivel superior. Se logró ubicar e identificar 
aquellos en los que se presuponía que existía mayor venta y/o consumo de 
sustancias legales e ilegales, así como delimitar la zona geográfica para realizar los 
recorridos posteriores. Estos primeros acercamientos a los escenarios se realizaron 
en equipos de dos o tres personas y el tiempo de permanencia en cada escenario 
osciló entre una o dos horas. La información obtenida en cada escenario se registró 
en una nota de campo. 
Tras realizar estos recorridos exploratorios, se registró un total de 166 
escenarios y se procedió a realizar la clasificación de cada uno de ellos. Dicha 
clasificación fue la siguientes: 1. Escenarios de venta de alcohol , 2. Escenarios de 
consumo de alcohol, 3. Escenarios de venta y consumo de alcohol, 4. Escenarios 
de venta de drogas, 5. Escenarios de consumo de drogas, 6. Escenarios de venta y 
consumo de drogas, 7. Escenarios de venta de alcohol y drogas, 8. Escenarios de 
consumo de alcohol y drogas, 9. Escenarios de venta y consumo de alcohol y 
drogas, 1 O. Escenarios al interior del plantel educativo (internos), 11. Escenarios al 
exterior del plantel educativo (externos). 
Posteriormente se realizó la referencia geográfica de éstos escenarios. Se 
emplearon mapas geográficos (Guía

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