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7200t7 UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE PSICOLOGÍA División de Estudios Profesionales ANÁLISIS DE ALGUNAS VARIABLES QUE FORMAN PARTE DE LA CARACTERIZACIÓN DE LOS CONTEXTOS DE CONSUMO DE SUSTANCIAS LEGALES E ILEGALES EN INSTITUCIONES DE NIVEL SUPERIOR EN MÉXICO NOMBRE: Peña Ramírez Pamela OPCIÓN DE TITULACIÓN: Informe Profesional de Servicio Social (IPSS). DIRECTOR DEL IPSS: Dra. Lucy Reidl Martinez SUPERVISOR POR PARTE DE LA INSTITUCIÓN RECEPTORA: Mtro. Alejandro González González INSTITUCIÓN RECEPTORA: Facultad De Psicología NOMBRE DEL PROGRAMA: Cultura de consumo de sustancias : Un campo de significados y el contexto de sus manifestaciones CLAVE DEL PROGRAMA: 2006-0012/0023-3949 LUGAR: México. D.F. /Ciudad Universitaria FECHA: Abril de 2009 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. u N Ad·t/ os.ti ~º~ 1· ~ H , ~ frs. Este estudio forma parte del proyecto titulado: Cultura de consumo de sustancias: Un campo de significados y el contexto de sus manifestaciones, del Macroproyecto MP-6 "Desarrollo de Nuevos Modelos para la Prevención y Tratamiento de Conductas Adictivas en la UNAM" financiado por la Secretaría de Desarrollo Institucional de la Universidad Nacional Autónoma de México. 2 Índice 1. Datos generales del Programa 2. Contexto de la Institución y del Programa 4 5 3. Descripción de las actividades realizadas . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . 1 O 4. Objetivo del Informe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. .. . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16 5. Soporte Teórico Metodológico 5.1. Antecedentes del consumo de sustancias 5.2. Introducción al fenómeno de las adicciones 5.3. Aspectos epidemiológicos del consumo de sustancias 5.3.1 Tendencias de consumo por edad ... ... .. .. .. .. . 5.4. Factores Asociados 5.4. 1. Escenarios de consumo 5.4.2. Exposición y oportunidad al consumo 6. Metodología 7. Resultados ... ............. ........ ... ..... . ........ . ............ ..... . ......... . 8. Conclusión y discusión 8. Recomendaciones y/o sugerencias 9. Referencias 10. Anexo 10.1. Anexo 1: Guía de observación 17 17 18 20 25 31 31 36 38 41 48 53 55 57 58 3 Datos generales del Programa El presente Informe Profesional de Servicio Social reporta las actividades realizadas, así como el análisis de algunas variables que forman parte de la caracterización de algunos escenarios de consumo de sustancias legales e ilegales en entidades de nivel superior. Dicho informe se desprende del Proyecto de Investigación "Cultura de Consumo de Sustancias: Un campo de significados y el contexto de sus manifestaciones" desarrollado en una facultad de una institución de educación superior; es una investigación que, a través de una aproximación etnográfica por medio de observación no participante y entrevistas focalizadas realizadas a informantes clave (consumidores, y no consumidores), busca conocer los actores, las prácticas, las conductas, los objetos, las expresiones, los rituales, los enunciados, las reglas, los patrones, los códigos, las convenciones y las percepciones en un contexto y proceso socio histórico determinado que en este caso son los escenarios de consumo estudiantiles. Su objetivo es identificar, describir y analizar la cultura de consumo de sustancias legales e ilegales así como los problemas relacionados, en estudiantes de los diversos niveles educativos en dichos contextos. Por otro lado, resulta importante mencionar que este proyecto, a su vez, forma parte de la línea de investigación de diagnóstico de un Macroproyecto desarrollado en una entidad de nivel superior titulado Desarrollo de nuevos modelos para la prevención y el tratamiento en conductas adictivas, el cual pretende desarrollar y aplicar estrategias de prevención e intervención adecuadas para la comunidad estudiantil , orientadas a modificar el patrón de consumo peligroso o con dependencia leve hacia un consumo menos riesgoso. En este sentido, la aportación del Proyecto de Investigación de "Cultura de Consumo de Sustancias: Un campo de significados y el contexto de sus manifestaciones" dentro de este Macroproyecto es obtener y proveer la información acerca del panorama de la problemática del consumo de sustancias legales e ilegales que se vive en estudiantes de diferentes niveles educativos en México, que 4 proporcione datos sobre el diagnóstico y elementos útiles que faciliten el desarrollo y aplicación de estrategias de prevención e intervención para la comunidad estudiantil. Contexto de la Institución y del Programa Actualmente, el consumo de sustancias es una problemática creciente de carácter social y de salud pública no sólo en nuestro país sino en el mundo. La necesidad de comprender y combatir este problema de manera oportuna y eficaz, ha motivado el desarrollo de múltiples investigaciones siendo las de carácter epidemiológico unas de las más importantes, ya que permiten conocer la magnitud del problema de consumo de sustancias y sus tendencias, así como también, permiten dilucidar cuáles son los factores que influyen en la experimentación y en el abuso de sustancias, y para saber cuáles son los que protegen de incurrir en estas prácticas (Villatoro, Medina Mora, Rojano, Fleiz, Berrnudez, Castro y Juárez, 2002). A lo largo del tiempo los datos epidemiológicos sobre el consumo de sustancias a nivel nacional han cambiado de manera considerable. En el año 1988, en la Encuesta Nacional de Adicciones se encontró que el 51 % de la población entre los 18 y 65 años de edad consumía alcohol; 82% eran hombres, y 44%, mujeres (Medina Mora, 1999, en Rojas-Guiot, Fleiz-Bautista, Medina Mora, Morón y Domenech-Rodríguez, 1999); y en el grupo de 15 a 18 años, 46,8% bebían alcohol (De la fuente, 1997 en Rojas-Guiot, et.al., 1999). En el año 2002, los datos de dicha encuesta variaron de manera considerable, se observó que en el país existen 32 ,315,760 personas entre 12 y 65 años que consumen alcohol. Así mismo, se observa un incremento en el índice de consumo de los adolescentes, de 27% en 1998 a 35% en 2002 entre los varones, y de 18% a 25% respectivamente entre las mujeres (INEGI, 2008). Por otro lado, se encontró que en la República Mexicana, 3.5 millones de personas entre los 12 y los 65 años han usado drogas sin incluir al tabaco y al alcohol; el consumo de drogas es más frecuente entre los varones con una proporción de 4 varones por cada mujer (INEGI , 2008). 5 La droga de mayor consumo, sin considerar al tabaco o al alcohol, es la marihuana. La cocaína ocupa el segundo lugar en las preferencias de la población, le siguen en orden de preferencia, los inhalables y los estimulantes de tipo anfetamínico y en último lugar la heroína y los alucinógenos (INEGI , 2008). Posteriormente, en el año 2005, en la 58ª Asamblea Mundial de la Salud, se reportó que el 4% de la carga de morbilidad y el 3,2% de la mortalidad mundial son atribuibles al alcohol y éste representa el principal riesgo para la salud en los países en desarrollo con baja mortalidad, y el tercero en los paises desarrollados (Bejarano,s.f.). De acuerdo con los datos mencionados anteriormente, es importante señalar que, como resultado del incremento de consumo de sustancias, se ha agudizado la magnitud de los problemas de salud pública así como las tendencias de consumo peligroso en los jóvenes. Black, Ausherman, Kandakai, Lam & Jurjevic (2004), reportan que la droga de mayor consumo entre los jóvenes de diferentes entidades educativas es el alcohol, y se cree que constituye una parte importante de su experiencia escolar ya que representa un elemento clave en la facilitación de la socialización Por otro lado, es pertinente mencionar que el consumo excesivo de sustancias trae consigo múltiples repercusiones tanto a nivel personal (alteraciones físicas, cognoscitivas, emocionales y conductuales) como social (manejo de relaciones interpersonales, pertenencia a grupos). Con base en lo anterior, resulta de vital importancia observar la situación que se vive particularmente en la población estudiantil de nivel superior en nuestro país, ya que se presupone que se presenta un serio problema de consumo de alcohol y otras drogas dentro y en los alrededores de las entidades de dicho nivel educativo. Los datos más recientes que se tienen de esta población son del año 2007, los cuales tienen como referente principal , un examen médico realizado a los alumnos de nuevo ingreso. Se reportó que de un total de 27, 144 alumnos, el 26,39% presenta consumo alto de alcohol, el 6, 18% presenta consumo alto de 6 tabaco, 7,30% reporta consumo de marihuana y el 2,34% presentó consumo de otras drogas ilícitas (González-González, 2007). La información mencionada anteriormente, pone de relieve la alarmante problemática del consumo y abuso de sustancias que vive actualmente la población estudiantil en nuestro país, lo cual ha despertado gran preocupación por parte de las autoridades en las entidades educativas debido a las diversas consecuencias que viven los estudiantes en dicha población. Este hecho ha motivado la realización de múltiples investigaciones de carácter cuantitativo y cualitativo encaminadas no sólo a comprender sino a combatir dicha problemática. En este sentido, específicamente en información descriptiva, podemos destacar al Macroproyecto Desarrollo de nuevos modelos para la prevención y el tratamiento en conductas adictivas, cuya realización se motivó primordialmente por la necesidad imperante de llevar a cabo un trabajo integral multidisciplinario que permita el desarrollo de nuevos modelos para la prevención y tratamiento de conductas adictivas al servicio de la comunidad estudiantil, con lo cual se busca detectar oportunamente para poder así, prevenir y combatir el problema eficazmente. Dicho Macroproyecto tiene como entidad responsable a la Facultad de Psicología y el propósito que persigue es incrementar el desarrollo en el campo de la investigación y la innovación científica, retomar la experiencia de los modelos y programas exitosos, así como la evidencia científica disponible para conjuntar un proyecto multidisciplinario que consta de cuatro objetivos primordiales que son: 1. Enriquecer el conocimiento, 2. Desarrollar y evaluar un modelo integral, 3. Fortalecer la investigación en escuelas y facultades y 4. Formar recursos humanos especializados. Para alcanzar estos objetivos, se crearon cinco líneas de investigación las cuales son: 1. Diagnóstico, 2. Procesos básicos, 3. Prevención, 4. Tratamiento y 5. Programas de apoyo para la formación de recursos humanos y desarrollo de un marco legal. En cada una de estas líneas de investigación, se desarrollan un total de dieciséis subproyectos coordinados por diversas escuelas y facultades. 7 El fin último que persigue este Macroproyecto es preservar la salud de la comunidad estudiantil y prevenir el impacto del abuso de sustancias legales e ilegales, así como profundizar en la neurobiología de las adicciones, el impacto del consumo en habilidades cognitivas, el desarrollo y evaluación de mensajes preventivos y su transmisión a partir de modelos de comunicación novedosos. Dentro de la línea de diagnóstico, cuyo objetivo es identificar, describir y analizar la extensión y características del uso y del abuso de sustancias en la comunidad estudiantil , el contexto en que ocurren, las variables con las que se asocia, su impacto y el costo que el problema representa para la entidad educativa, se encuentra la realización del Proyecto de "Cultura de Consumo de Sustancias: Un campo de significados y el contexto de sus manifestaciones". Éste es un estudio que tiene como objetivo principal, identificar y analizar la cultura de consumo de sustancias legales e ilegales dentro de contextos estudiantiles de nivel medio superior y superior a través de una aproximación etnográfica por medio de observación no participante y entrevistas focalizadas realizadas a informantes clave (consumidores y no consumidores). Asimismo, pretende conocer las prácticas, los actores, las conductas, los objetos, las expresiones, los rituales, los enunciados, las reglas, los patrones, los códigos, las convenciones y las percepciones en un contexto y proceso socio histórico determinado que en este caso son los escenarios de consumo estudiantiles. Como parte de un diagnóstico, lo que pretende es proporcionar información sobre la problemática del consumo de sustancias legales e ilegales en contextos estudiantiles que contribuya en el desarrollo de estrategias oportunas y eficaces de prevención y tratamiento para la comunidad estudiantil. Para alcanzar estos objetivos, el estudio se llevó a cabo en dos fases . La primera de ellas consistió en la realización de un mapeo de las entidades estudiantiles de nivel medio superior y superior, con el objetivo de realizar una caracterización de los contextos de consumo, obtener una base de datos con información especifica de cada uno de estos escenarios y poder referenciar geográficamente dicha información. En la segunda fase se realizó un análisis de la 8 información obtenida a través de las entrevistas focalizadas con informantes clave, para realizar finalmente los análisis correspondientes, y la integración de resultados. Para lograr la obtención de la información se elaboraron instrumentos que fueron guías de observación y de entrevista, adecuadas a cada escenario y para cada informante. Para el manejo adecuado de dichos instrumentos, se capacitó a los integrantes del equipo de trabajo de este estudio. Por otro lado, es importante mencionar que una de las formas de aproximarse al fenómeno del consumo de sustancias es a través de la etnografia comparativa, la cual reconoce que el consumo de alcohol es una actividad social, regulada por estructuras normativas con variaciones importantes para cada cultura. Esto implica que existe una gran diversidad de conductas con respecto a la ingesta de alcohol y de su dinámica psicosocial y cultural. En este sentido, es necesario exponer que la realización de este estudio es relevante ya que el abordaje del consumo de sustancias desde un enfoque sociocultural se ha llevado a cabo muy poco a nivel nacional, lo cual contribuirá en el entendimiento de la "cultura de consumo de sustancias en contextos estudiantiles". Con ello, se favorecerá la comprensión del fenómeno desde la percepción de los estudiantes y de los factores psicosociales que los influencian . Esto permitirá contar con una aproximación adecuada a la realidad del consumo de alcohol en estudiantes de estos niveles educativos; así mismo, sentará las bases para profundizar en esta temática, así como en la creación y desarrollo de políticas públicas. Finalmente, podrá proporcionar información que contribuya la creación de estrategias de acción que fomenten una conciencia critica del consumo, y que minimicen sus consecuencias negativas. 9 Descripción de las actividades realizadasA lo largo de mi Servicio Social realicé actividades que contribuyeron de manera importante en el cumplimiento de los objetivos planteados en el Proyecto de "Cultura de Consumo de Sustancias: Un campo de significados y el contexto de sus manifestaciones". Las actividades realizadas fueron las siguientes: 1. Revisión de literatura Inicialmente, fue de vital importancia realizar una revisión bibliográfica relacionada con el tema del proyecto. Indudablemente, una necesidad apremiante fue conocer el fundamento teórico que subyace a este proyecto, el cual parte de la concepción estructural de Thompson (1993) descrita en su libro Ideología y Cultura Moderna: Teoría crítica social en la era de la comunicación de masas. De acuerdo a este autor, la vida social no sólo es cuestión de objetos e incidentes, sino que es cuestión de acciones y expresiones significativas, de enunciados, símbolos, textos y artefactos de diversos tipos, y de sujetos que se expresan por medio de éstos y buscan comprenderse a sí mismos y a los demás. Por otro lado, es importante mencionar que también se realizó la revisión del texto Etnografía, métodos de investigación de Hammersley & Atkinson (2003). El haber realizado la revisión teórica de estos autores, me permitió contar con un panorama más amplio y claro del tema de estudio en este proyecto. 2. Creación de categorías de análisis Para poder elaborar los instrumentos del estudio , fue necesario primero crear categorías de análisis que permitieran obtener información sobre los diversos aspectos del fenómeno del consumo de sustancias en un entorno escolar. Dichas categorías son las siguientes: a) Tiempo, b) Espacio, c) Población, d) Prácticas, e) Sustancias, f) Legalidad y g) Exposición al consumo. 10 3. Elaboración de instrumentos para el estudio Una vez creadas las categorías, se procedió al diseño de una guia de observación (ver anexo 1 ), la cual facilitó la recolección de la información relevante en cada escenario. En esta guía se contemplan los siguientes puntos: 1. Datos del observador, 2. Espacio, en donde se hace referencia a las características generales del lugar o espacio de consumo de sustancias, 3. Tiempo, se refiere a los diversos aspectos de temporalidad y cronología asociados a cada escenario, como duración de consumo y tiempo de permanencia, 4. Población, es decir, características de los diferentes asistentes a los lugares de venta y consumo de sustancias, 5. Sustancias, se reporta el tipo de sustancias presentes en los diferentes escenarios de consumo así como la accesibilidad que se tiene a ellas, 6. Prácticas que llevan al consumo y al exceso, se refiere a aquellos elementos que propician un mayor consumo en los asistentes, por ejemplo, promociones, consumo mínimo, etc. , 7. Legalidad, se reporta si existe o no venta ylo consumo para menores de edad, 8. Formas simbólicas, es decir, acciones, prácticas, rituales, entre otros, asociados al consumo de sustancias, 9. Ocasiones de consumo, hace referencia a las creencias, justificaciones y consecuencias del consumo de sustancias, asimismo responde a las preguntas sobre cuándo, qué, con quién, dónde, cómo y qué se hace durante el consumo y el no consumo de sustancias, 10. Información que se considere importante y que no esté incluida en el formato. Asimismo se incluyó un Mapa del escenario, en el cual se reportó la ubicación del lugar de consumo (dirección, localización y distribución del espacio). Finalmente, se registró la conducta, pensamientos, reacciones, emociones, etc. del observador, experimentadas durante la observación. Cada uno de estos puntos proporcionó información relevante acerca del consumo de sustancias y todo el contexto que éste implica. Asimismo, se trabajó en el diseño de una guía de entrevista , en la cual se obtuvo información sobre la historia personal, las actividades y los datos sociodemográficos del entrevistado, su opinión y percepción del fenómeno de consumo así como los significados, los rituales y las creencias que están asociados al mismo. 11 4. Capacitación Posteriormente se recibió capacitación sobre el manejo y el llenado adecuado de dichos instrumentos, así como sobre la correcta elaboración de una nota de campo y las medidas de seguridad para el investigador en el trabajo de campo. Esta capacitación fue de vital importancia para la realización de la primera fase del estudio, ya que proporcionó las herramientas necesarias para realizar el trabajo de campo. Resulta importante mencionar que dentro de la capacitación recibida estuvo la impartición del curso sobre el programa de análisis de datos cualitativos "Atlas- Ti", con el cual posteriormente se analizaron las notas de campo de los recorridos realizados en las fases posteriores. 5. Mapeo: Primera fase del estudio La primera fase propiamente del estudio fue un Mapeo, el cual tuvo como objetivo realizar una caracterización de los contextos de consumo, obtener una base de datos con información específica de cada uno de estos escenarios así como poder referenciar geográficamente la información obtenida. La recolección de la información se hizo con el apoyo de las guías elaboradas previamente. Inicialmente se realizaron recorridos exploratorios, con los que se tuvo un primer acercamiento a los diferentes escenarios de consumo tanto al interior como en la periferia de las entidades de nivel superior. Se logró ubicar e identificar aquellos en los que se presuponía que existía mayor venta y/o consumo de sustancias legales e ilegales, así como delimitar la zona geográfica para realizar los recorridos posteriores. Estos primeros acercamientos a los escenarios se realizaron en equipos de dos o tres personas y el tiempo de permanencia en cada escenario osciló entre una o dos horas. La información obtenida en cada escenario se registró en una nota de campo. 12 6. Clasificación de escenarios Tras realizar estos recorridos exploratorios, se registró un total de 166 escenarios y se procedió a realizar la clasificación de cada uno de ellos. Dicha clasificación fue la siguientes: 1. Escenarios de venta de alcohol, 2. Escenarios de consumo de alcohol , 3. Escenarios de venta y consumo de alcohol, 4. Escenarios de venta de drogas, 5. Escenarios de consumo de drogas, 6. Escenarios de venta y consumo de drogas, 7. Escenarios de venta de alcohol y drogas, 8. Escenarios de consumo de alcohol y drogas, 9. Escenarios de venta y consumo de alcohol y drogas, 1 O. Escenarios al interior del plantel educativo (internos}, 11 . Escenarios al exterior del plantel educativo (externos). 7. Referencia geográfica de los escenarios Posteriormente se realizó la referencia geográfica de éstos escenarios. Se emplearon mapas geográficos (Guía Roji) para los escenarios ubicados en los alrededores y mapas del interior de la entidad educativa para los escenarios internos. Ésta georeferencia tuvo como finalidad observar la distribución y densidad del total de escenarios encontrados, lo cual brindó un panorama más claro de los tipos de escenario existentes y las características generales de cada uno de ellos. 8. Selección de escenarios Tras el análisis de los datos arrojados por estos primeros acercamientos, se hizo un filtro y se seleccionaron aquellos que podrían proporcionar mayor información. Posteriormente se realizaron recorridos en estos escenarios en grupos de hasta cuatro personas, con un tiempo de permanencia en el lugar de 2 o más horas. La información obtenida se registró en una nota de campo. Al concluir estos recorridos , se analizó la información recabada y se procedió a la selección de los escenarios finales de los cuales se obtendría la información para análisis en la investigación . Dicha selección se realizó de acuerdo a los datos proporcionados por los informantes contactados en los recorridos y a un análisis de la información obtenidapor los observadores. Asimismo, se eligieron estos escenarios debido a 13 que, en éstos se encuentran estudiantes con características sociodemográficas distintas, niveles de consumo y tipos de sustancias variados. 9. Realización de entrevistas En la realización de los recorridos a los diversos escenarios, se contactó con informantes clave y se les pidió su participación en el estudio realizando una entrevista. Al solicitar su consentimiento informado se les garantizaba el anonimato y el respeto a ·su identidad. Una vez contando con la autorización del informante para realizar la entrevista, se acordaba una cita en un contexto diferente al de consumo de sustancias, esto con el fin de promover un ambiente relajado, que facilitara la comunicación. Al inicio de la entrevista, se pidió la autorización del informante para grabar la misma, con la finalidad de captar la información lo más clara y completa posible, así como para analizarla a fondo más adelante. 1 O. Trascripción de entrevistas y análisis de la información Una vez realizadas todas las entrevistas, se procedió a su trascripción. El análisis de la información recabada se logró a través del programa Atlas-ti, para lo cual se nos capacitó previamente. Finalmente se integró la información en una base conformada por las categorias establecidas en la guía de observación y su llenado fue de acuerdo a la información obtenida de cada escenario y se procedió al análisis descriptivo de la información a través del programa SPSS. Por otro lado , resulta de gran importancia mencionar que para la adecuada realización de esta investigación fue necesario tener las siguientes consideraciones éticas tanto para los informantes clave como para los observadores: 14 1. Consentimiento informado de los participantes. 2. Establecer las condiciones de seguridad necesarias para los observadores. 3. Establecer las condiciones de seguridad necesarias para los entrevistadores. 4. Anonimato de los participantes. 5. Confidencialidad y manejo ético de la información obtenida. Es pertinente mencionar que, el participar en un estudio con tanta relevancia social , despertó en mí muchas expectativas de aprendizaje y desarrollo que, cubrí satisfactoriamente a lo largo del trabajo realizado. Las innumerables enseñanzas adquiridas por los doctores que apoyaron en el proyecto son una fuente de inspiración y realmente logran convertir el trabajo en un placer. Todas las actividades realizadas a lo largo del proyecto, favorecieron mi crecimiento como profesionista, a través de la adquisición y fortalecimiento de habilidades y conocimientos. Dentro de las habilidades que fortalecí están las de análisis, síntesis e integración de la información. Asimismo, desarrollé la habilidad de organizar y planear el trabajo. El realizar notas de campo y entrevistas, favorecieron el desarrollo de mis habilidades de comunicación oral y escrita, así como la de escuchar y observar. De igual manera, favoreció mi habilidad de toma de decisiones y de liderazgo, especialmente en el trabajo de campo. El realizar entrevistas, me permitió mejorar importantemente mi habilidad para establecer un adecuado encuadre y rapport con el informante en el momento de realizar una entrevista. Dentro de las habilidades que adquirí están el entrenamiento en la aplicación de técnicas para el análisis de información cualitativa, como lo fue el manejo del programa Atlas-ti. Adquirí la habilidad de optimizar los recursos humanos y materiales y mejoraron considerablemente mis habilidades para hacer investigación científica. De manera especial, se fortaleció mi ética profesional. Por otro lado, este estudio me permitió adquirir conocimientos sobre la cultura, su estudio y sobre etnografía, asi como sobre la gran problemática del 15 consumo de sustancias en México y en el mundo. Adquirí conocimientos sobre investigación científica y la manera de analizar la información en una investigación de este tipo. Asimismo conocí las recomendaciones de seguridad para el investigador cuando realiza trabajo de campo. Las actividades realizadas, así como las habilidades y conocimientos adquiridos, me permitieron contar con un panorama más amplio de la problemática del consumo de sustancias que presenta la población estudiantil en nuestro país, y despertaron un gran interés por adentrarme en el análisis de los escenarios de consumo, ya que representan un factor asociado de gran importancia en esta problemática. Objetivo del informe Objetivo General Realizar el análisis de algunas variables que forman parte de la caracterización de los contextos de consumo . Objetivos específicos 1. Identificar y describir los escenarios donde se presenta el consumo y/o venta de sustancias legales e ilegales en el interior y en los alrededores de Instituciones de Nivel Superior en México, 2. Conocer el tipo de escenario (formal o informal), 3. Conocer la función que tiene (venta, consumo, venta y consumo), 4. Conocer la distancia existente entre los escenarios de consumo y la entidad de nivel superior, 5. Conocer el tipo de sustancias que se venden o consumen, 6. Conocer el uso oficial y extraoficial de cada uno de ellos. La finalidad de este trabajo es contribuir a fortalecer el desarrollo de estrategias de prevención y tratamiento eficaces. Asimismo, busca conocer si los hallazgos o resultados reportados por alguna literatura , son compartidos en esta población en particular, a pesar de que la mayoría de los estudios se han llevado a cabo en otros países, principalmente los referentes al consumo de alcohol. 16 Por otro lado, es de vital importancia mencionar que, el presente Informe Profesional de Servicio Social reporta únicamente algunos datos obtenidos a lo largo de la realización del Proyecto de "Cultura de Consumo de Sustancias: Un campo de significados y el contexto de sus manifestaciones". Por lo tanto, no pretende mostrar la totalidad de los hallazgos obtenidos en dicho proyecto. Soporte teórico metodológico Antecedentes del consumo de sustancias Además de respirar, beber es una actividad humana esencial , es aún más importante que alimentarse. Históricamente, las drogas han existido con un sentido cultural y religioso, asociado a ritos y ceremonias, estilos que por sus características no constituían factores que atentaran contra la salud. Nuestros antepasados realizaban rituales a los dioses ofreciendo alguna bebida especial , como agua, jugo de plantas o sangre. En la antigüedad, las personas dependían de la ruta de los ríos y lagos para poder recorrer el mundo y los líquidos brindaban alivio ante la sed y no causaban ningún impacto en el comportamiento de las personas que lo consumían (Morris, 1998). Este mismo autor reporta que con el paso del tiempo, tras la creación de las bebidas alcohólicas, éstas comenzaron jugar un papel muy importante en casi todas las culturas desde el periodo neolítico (4000 a.C.). Todas las sociedades sin excepción, han hecho uso de sustancias intoxicantes, siendo el alcohol la de uso más común. Los tipos más viejos de bebidas alcohólicas conocidas son el vino y la cerveza; los egipcios, por ejemplo, hacían vino de las manzanas y uvas . El progreso de la tecnología permitió desarrollar diversos tipos de vinos, lo cual hizo posible para esta cultura, preguntar a los invitados qué tipo de vino querían para acompañar su cena, tinto , blanco, dulce o seco. Por otro lado, el uso de la cerveza fue más común que el vino en la antigüedad . Se cree que el desarrollo de la agricultura , especialmente el cultivo de la cebada hizo posible la invención de la cerveza, sin embargo , también se plantea la idea de que la necesidad y la alta demanda de la cerveza fue la que hizo posible que la agricultura se desarrollara enormemente. 17 En este sentido, la forma de beber se convirtió en un acto significativopor el proceso tan elaborado que requería la creación de las propias bebidas, desde el largo proceso de cultivo, recolección, preparación, fermentación y embotellado. Asimismo, implicaba para los consumidores un estado de bienestar y de liberación de tensión, llevaba a las personas a un mundo de placer inofensivo, donde las presiones se aliviaban aunque sólo fuera por un tiempo. Socialmente también adquirió un significado, el consumo de alcohol se asoció a las celebraciones y ocasiones festivas. La persistencia del uso del alcohol en una escala casi universal a lo largo de la evolución humana, sugiere que el beber debe de tener algunos beneficios adaptativos importantes, aunque esto no implica que la práctica sea siempre beneficiosa . Hoy en día, esta dependencia toma diferentes formas, ritos y rituales , costumbres y ceremonias, todas ellas enfocadas al acto de beber (Morris, 1998). De acuerdo a este autor, en el siglo XX, las dificultades empiezan a notarse en los distintos ámbitos, porque el consumo de alcohol y otras sustancias cambia de contextos e inicia a edades más tempranas, alrededor de los 12 años. Introducción al fenómeno de las adicciones En todos los tiempos de la humanidad, las sustancias psicoactivas han estado presentes en la vida del ser humano, y en las últimas décadas la influencia del consumo de droga y alcohol, se ha incrementado considerablemente en la población más joven y por ende, la más vulnerable a este flagelo que amenaza con deteriorar la salud física y moral de la población. El alcoholismo y la drogodependencia son un hecho real, con gran valor epidemiológico, que constituyen un importantísimo problema de salud pública y que se debe considerar como primordial. Se puede señalar que la prevalencia del consumo es elevada y está en constante incremento. El problema es de tal magnitud que la mayoría de los gobiernos de los países desarrollados lo consideran de manera prioritaria (Morales, 2006). En el ámbito global , es importante tener en cuenta que ha habido un cambio considerable en las costumbres sociales que favorecen de alguna manera el 18 consumo de alcohol. Por un lado, se tiende hacia las macro-sociedades, donde cada vez se pierden más los valores sociales como la responsabilidad, y por otro los/as adolescentes tienen hoy una mayor independencia económica en líneas generales, que les permite entrar de lleno en la sociedad de consumo. En definitiva, podríamos decir que tanto el alcohol como otras drogas, están en nuestra sociedad porque cumplen determinadas funciones, entre las que están, la de servir de elemento de integración para unos/as jóvenes y de evasión para otros/as (Morales, 2006). Las alteraciones que produce el consumo de sustancias van desde a nivel fisiológico debido a los cambios químicos cerebrales hasta al teraciones en el estilo de vida tanto de las personas que consumen como de aquellas que no lo hacen y que son afectadas directa o indirectamente. A lo anterior, se unen otros aspectos que influyen de manera determinante en el problema de las adicciones 1. Por una parte, el trato diferencial del consumo de algunas sustancias psicoactivas con base en su legalidad, tal como ocurre con el alcohol, el cigarrillo, y en algunos países, la marihuana. En segundo lugar, el hecho de que sea considerada como una situación problemática sólo cuando es un familiar, un amigo o una persona significativa la que está involucrada en la producción , el consumo o el tráfico de las drogas (Pérez, 1999 en Salazar y Arrivillaga 2004) . Lo anterior, sin mencionar que la adicción a las drogas tampoco es percibida como problema por quien tiene dicho comportamiento. Estos elementos ponen en evidencia que la problemática de las adicciones no sólo es una cuestión de salud ya que afecta al ser humano en diferentes ámbitos como los personales, sociales, culturales, políticos y económicos. 1 Ad icción: El consum o repelido y abusivo de una suslancia (labaco, coca ína, a lc ohol y/u 01ras drogas psicoacli vas) o la rea lización compulsiva de una conduela de1erminada (por ejemplo, comer o e l juego compul s ivo ) que de manera direcla e indirec la modi fi ca al indi viduo o a su med io (Go nz:í lez-Gonz:í lez, 2007). 19 Aspectos epidemiológicos La preocupación por el tema de las adicciones y específicamente por el consumo de alcohol han adquirido gran importancia a nivel mundial. En el caso de nuestro país, las investigaciones sobre consumo de drogas en escuelas se han realizado desde 1976 y han permitido mantener una observación constante del comportamiento de consumo en esta población. Los estudios de esta naturaleza, han permitido conocer qué nuevas drogas se están utilizando y el modo en que diversos aspectos de su situación social y personal influyen en la decisión de consumir sustancias (Villatoro, Medina Mora, Hernández, Fleiz, Amador y Bermudez, 2005). En este sentido, resulta pertinente mencionar que los programas más exitosos de prevención son aquellos que se basan en las características del fenómeno en cada escenario . El uso de las drogas es un fenómeno que cambia continuamente y que se manifiesta de manera distinta en los diferentes grupos de población . Por lo tanto, la investigación epidemiológica es indispensable para conocer la magnitud del problema y sus tendencias, y para dilucidar cuáles son los factores que influyen en la experimentación y en el abuso de sustancias, y también para saber cuáles son los que protegen de incurrir en estas prácticas (Villatoro, et.al., 2002). A lo largo del tiempo los datos epidemiológicos han cambiado de manera considerable. En el año 1988, en la Encuesta Nacional de Adicciones se encontró que 51% de la población entre los 18 y 65 años de edad consumía alcohol ; 82% eran hombres, y 44%, mujeres. En el grupo de 15 a 18 años 46.8% bebían alcohol. De todas las regiones en que se dividió al país, la zona centro (formada por las entidades de Hidalgo, Guanajuato, Estado de México, Morelos. Puebla, Querétaro y Tlaxcala) fue la que tuvo el porcentaje más alto de personas con síndrome de dependencia al alcohol. En esta misma zona del país se observaron las cifras más altas de cirrosis hepática y el consumo de bebidas alcohólicas fue uno de los principales factores asociados a dicha enfermedad (Medina-Mora en Rojas-Guiot, 1999). 20 En 1995 las tasas de mortalidad por cirrosis hepática en el estado de Hidalgo fueron las más elevadas en el país (Secretaría de Salud - Dirección General de Estadística e Informática. Mortalidad, 1995, en Rojas-Guiot, et.al. 1999). Según la misma encuesta de 1988, 4,7% de la población del país había consumido otras drogas diferentes al alcohol o al tabaco, y los jóvenes (entre 12 y 34 años) presentaron la cifra más alta 8,5%. Se observaron tendencias similares en la segunda Encuesta Nacional de Adicciones levantada en 1993 (Tapia-Conyer, 1995, en Rojas-Guiot, et.al. 1999). Asimismo , en un estudio realizado por Bennett, Campillo, Chandrashekar & Gureje en 1998 se describe que en México las bebidas alcohólicas que más se consumen son la cerveza, el tequila y el ron , el 96% ha probado el pulque y el mezcal. También se reporta que los patrones de consumo entre hombres y mujeres son diferentes, los hombres informaron consumir alcohol frecuentemente y de manera excesiva, mientras que las mujeres reportaron ser en su mayoría abstinentes. La mayoría de los consumidores regulares de alcohol son hombres y la mayoría de ellos consumen con mayor frecuencia y en mayor cantidad que las mujeres (Medina Mora, et. al. 1988 en Bennett, et. al.1998). Por otro lado, los participantes informaron que las reuniones sociales son situaciones de su vida diaria que favorecen su consumo. Dentro de las consecuencias del consumo de alcohol más relevantes consideradas en este estudio son de salud y desempeño en el trabajo(Bennett, et.al. 1998). En comparación con otros países, México tiene un consumo de alcohol relativamente más bajo per capita. Posiblemente esta situación se deba a que una gran proporción de población mexicana no bebe. Por ejemplo, de acuerdo a la encuesta Nacional de Adicciones realizada en 1998 con personas de edades entre 18 y 65 años en zonas urbanas de México, el 46,5% de las personas reportaron no consumir alcohol (p.e. consumían una bebida alcohólica una vez al año (Natera, 1995 en Bennett, et.al., 1998 ). De acuerdo con información reportada por el INEGI en el año 2008, los datos de la Encuesta Nacional de Adicciones llevada a cabo en el 2002, variaron de manera considerable , se observó que en al país existen 32,315,760 personas entre 21 12 y 65 años que consumen alcohol. El consumo en la población urbana alcanza 35% (1'726,518) de la población masculina y 25% (1'252,712) de la femenina, a razón de 1.4 varones por cada mujer. Asimismo, se observó que la edad de los varones que presentaban un mayor índice de consumo de alcohol era entre los 30 y 39 años (8.339 litros) en tanto que en las mujeres que viven en ciudades el mayor consumo fue reportado por el grupo de entre 40 y 49 años. Es importante mencionar que los datos de dicha encuesta reportan incremento en el índice de consumo de los adolescentes, de 27% en 1998 a 35% en 2002 entre los varones, y de 18% a 25% respectivamente entre las mujeres. Entre los varones aumentó el número de menores que reportaron beber mensualmente cinco copas o más por ocasión de consumo de 6,3% a 7,8%. El incremento más notable se percibe en el número de menores que reportaron haber manifestado en el último año al menos tres de los síntomas de dependencia del DSM-IV, que alcanzó al 2% de los adolescentes en 2002 . Esta encuesta reportó que en la República Mexicana, 3.5 millones de personas entre los 12 y los 65 años han usado drogas sin incluir al tabaco y al alcohol ; la Región Norte del país es la más afectada (7,45%), le siguen las regiones del Centro (4,87%) y Sur (3,08%). El uso de drogas ilegales es mayor que el consumo fuera de prescripción de drogas con utilidad médica, 2.8 millones han usado drogas ilegales y más de 840 mil personas han usado drogas con utilidad médica. El consumo de drogas es más frecuente entre los varones con una proporción de 4 varones por cada mujer (INEGI , 2008). En el país 215,634 adolescentes entre 12 y 17 años (167,585 varones y 48,049 mujeres) han usado drogas alguna vez, el índice entre los adultos jóvenes entre 18 y 34 años alcanza al 1 '795,577 (1 '351,138 varones y 449,439) y entre 35 y 65 años, 1'495,391 (1'177 ,683 hombres y 317,708 mujeres). El mayor índice de consumo se observa entre los varones de 18 a 34 años. Por otro lado, la droga de mayor consumo, sin considerar al tabaco o al alcohol, es la marihuana, 2.4 millones de personas la han probado alguna vez en una proporción de 7.7 hombres por cada mujer. La cocaína ocupa el segundo lugar en las preferencias de la población, el 1,44% de la población urbana la ha usado y por cada 4 hombres que la consumen hay una mujer. De la población total , el 1,23% 22 del uso se da en forma de polvo, 0,04% en forma de pasta y 0,10% en forma de crack. La mayor proporción de usuarios tienen entre 18 y 34 años (INEGI , 2008). Después de la marihuana y la cocaína, siguen en orden de preferencia, los inhalables y los estimulantes de tipo anfetamínico y en último lugar la heroína y los alucinógenos. Sin embargo, en el grupo de 12 a 17 años, el índice de consumo de inhalables es ligeramente superior al de cocaína , lo cual concuerda con diversos estudios realizados en México con población adolescente que reportan un incremento considerable en el consumo de drogas, especialmente en alcohol , marihuana y metanfetaminas; a pesar de que el índice general de consumo se mantiene estable, ha habido cambios en la distribución de los índices de consumo de hombres y mujeres, de tal modo que actualmente, la prevalencia de consumo de alcohol y tabaco de las mujeres se presentan con valores similares a la de los hombres (Villatoro, 2005 en González-González, 2007). En un contexto internacional , el índice de consumo en México es inferior al observado en otros países. Según estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), existen en el mundo 185 millones de usuarios de drogas, que representan 4,3% de la población mayor de 15 años; en México la proporción de usuarios de la población de 12 a 65 años es inferior ( 1,68% ), es decir por cada 2.5 usuarios de drogas en el mundo hay uno en México. La droga de más consumo en el mundo y en México es la marihuana, por cada usuario de esta droga en México hay 5.8 en el mundo; en nuestro país el índice de usuarios de anfetaminas es 8 veces inferior, y el de heroína es de la mitad. La tendencia opuesta se observa para la cocaína, por cada usuario de cocaína en el mundo hay 1.75 en México (INEGI , 2008). En la 58ª Asamblea Mundial de la Salud, en el año 2005 se reportó que el 4% de la carga de morbil idad y el 3,2% de la mortalidad mundial son atribuibles al alcohol y éste representa el principal riesgo para la sa lud en los países en desarrollo con baja mortalidad, y el tercero en los países desarrollados; los hábitos, el contexto y el nivel genera l del consumo de alcohol infl uyen en la sa lud del conjunto de la población y que el consumo nocivo de alcohol se encuentra entre las principales causas de enfermedad, lesiones, violencia , especialmente violencia doméstica contra mujeres y niños, discapacidad, problemas sociales y muertes prematuras, 23 está asociado a problemas de salud mental , repercute gravemente en el bienestar humano, pues afecta a las personas, las familias, las comunidades y la sociedad en su conjunto, y contribuye a las desigualdades sociales y sanitari as. La intoxicación alcohólica se asocia a conductas de alto riesgo tales como el consumo de otras sustancias psicoactivas y las prácticas sexuales de riesgo; las pérdidas económicas que causa a la sociedad el consumo nocivo de alcohol , entre ellas los costos en los servicios de salud , los servicios sociales y la justicia penal , así como los costos derivados de la pérdida de productividad y la disminución del desarrollo económico (Bejarano, s.f.). Con base en lo anterior, es importante mencionar que el consumo excesivo de alcohol ha agudizado la magnitud de los problemas de salud pública así como las tendencias de consumo peligroso en los jóvenes. En este sentido, resulta relevante señalar que el consumo de alcohol en los estudiantes representa una parte importante de su experiencia escolar. Diversos estudios reportan que el alcohol es la droga que más se consume en diferentes entidades educativas y que una gran proporción de estudiantes lo consumen (Black, et.al. , 2004). Diversas encuestas realizadas a estudiantes en las que se han incluido a diversos bachilleratos, reportan haber consumido cinco o más copas por ocasión de consumo por lo menos una vez al mes; el 25% de los estudiantes reporta haber consumido un cigarro en los treinta días previos a la encuesta, mientras que la marihuana es la droga de preferencia seguida por drogas de uso médico (González- González, 2007). Los datos del examen médico de ingreso a entidades de nivel medio superior y superior en México, muestran que 3% de quienes se inscriben a la preparatoria y 9% a las licenciaturas de estas entidades reportan haber usado drogas alguna vez y 13% haber consumido al menos cuatro copas por ocasión de consumo ( González de Cosio, 2006 en González-González, 2007). Cifras preliminares de un estudio realizado por la Facultad de Medicina entre la población de primer ingreso de estos mismos niveles señala un 15% de bebedores excesivos, es decir, beben de una manera que pone en peligro su salud (6%),presentan ya problemas con su manera 24 de beber (8%) o tienen síntomas de dependencia (1 %) (Díaz Martínez, 2006 en González-González, 2007). Tendencias de consumo por edad y factores de riesgo del consumo de sustancias Diversos estudios reportan que la edad de inicio al consumo de sustancias disminuye cada año, y que éstas forman parte de los elementos constitutivos de los rituales que acompañan los procesos de socialización de los jóvenes. La adolescencia es una etapa especialmente favorable para consumir drogas debido a la curiosidad y a la búsqueda de sensaciones nuevas como un mecanismo para enfrentarse a los problemas emocionales por su rebeldía a las autoridades y por el proceso de búsqueda de la propia identidad, que frecuentemente se relaciona con la sensación de invulnerabilidad que acompaña esta etapa. Sin embargo, es un hecho que no afecta a todos los jóvenes de igual manera. La mayoría no usa drogas, una gran proporción experimenta con ellas para luego abandonarlas, y aunque un porcentaje menor continúa utilizándolas, sólo algunos tienen problemas con ellas; sin embargo, es fundamental evitar que esto ocurra. Rojas-Guiot. et.al. en su estudio sobre el consumo de alcohol y drogas en estudiantes de Pachuca, Hidalgo en 1999 reportan alguna información relevante sobre las tendencias del consumo por edad así como los factores de riesgo del consumo en la población estudiantil, asimismo, retoman a algunos otros autores que han estudiado el tema. A continuación se enlistan algunos puntos importantes: a) La necesidad de conocer la evolución del problema y abordar en forma especifica a la población estudiantil de enseñanza media y media superior es importante, ya que la mayoría de las personas empiezan a consumir sustancias psicoactivas en la adolescencia, y entre los factores de riesgo que tienen estos jóvenes para consumirlas se han identificado los siguientes: pertenecer al sexo masculino, asociarse con consumidores de drogas, ausentarse frecuentemente de la escuela , falta de compromiso con la misma, percepción de falta de afecto parental, poco apego y supervisión de los padres, prácticas de manejo familiar incongruente, 25 padres que consumen drogas o alcohol, búsqueda de sensaciones nuevas, y problemas emocionales y conductuales, entre otros. b) A mayor cantidad de factores de riesgo a los que esté expuesto el individuo, más probabilidades habrá de que consuma drogas. De esta forma, el entorno social en el que se ubica el fenómeno del consumo de drogas, como la familia, las creencias, las actitudes, las normas, las costumbres y, en general, el medio en el cual se desenvuelve el sujeto, son variables que ayudan a comprender y a explicar esta problemática. c) La influencia familiar desempeña un papel relevante como agente socializador en la vida del individuo, propiciando un desarrollo sano y maduro, o bien, inhibiendo o desviando su crecimiento. Es decir, puede ubicar al joven en riesgo o protegerlo de involucrarse en conductas desviadas tales como el consumo y el abuso en el consumo de sustancias o la incurrencia en actos antisociales. En general, los datos que se han encontrado en investigaciones realizadas en poblaciones estudiantiles señalan que existe una correlación positiva entre el consumo de drogas y la conducta antisocial, de tal manera que se puede afirmar que a mayor índice de consumo, mayor probabilidad de que se presenten también problemas de conducta . Aunque la influencia de la familia disminuye progresivamente en la medida en que el menor pasa de la niñez a la adolescencia, sigue siendo importante en el establecimiento de las normas que moldean la conducta de consumo de los adolescentes hacia la edad adulta; por otra parte, la presencia de conflictos en la familia , aumenta el riesgo de que los adolescentes consuman drogas. La familia influye asimismo en la elección que hacen los adolescentes de sus amigos, quienes durante esta época desempeñan un papel fundamental en la conducta de los menores. d) En una investigación con estudiantes del Distrito Federal realizada por Villatoro en 1996 se encontró que, si bien la familia no determinaba en forma directa el consumo de sustancias por parte del adolescente, sí tenía una gran influencia para que éste se involucrara con amistades que las consumían. Es así como el hecho de que un alumno tenga amigos que son consumidores le hace correr un riesgo 1.22 veces más elevado de convertirse, a su vez, en consumidor de drogas. 26 e) Si los familiares (padre, madre, hermanos) ingieren drogas, existe un riesgo 1.10 veces mayor de que el joven , a su vez, las consuma. En contraste con los no consumidores, los familiares de los consumidores de drogas, consumían drogas y alcohol en exceso, tenían un ambiente familiar inestable y desorganizado, así como un número más alto de conflictos intrafamiliares, separaciones y divorcios. f) En Suecia, Muetzell, 1995 realizó un estudio de seguimiento durante tres años con adolescentes que consumían alcohol y drogas; los resultados mostraron que, en contraste con los controles, un mayor número de los sujetos que combinaban el consumo de alcohol con otras drogas, crecieron en familias que consumían drogas, además de que sus hogares estaban desintegrados. g) En términos de interacción familiar, si el adolescente percibe un ambiente caótico, poco estable y punitivo, así como conflictos generados al interior de la familia , es más probable que busque, por medio de los amigos, situaciones que le ayuden a resolver y enfrentar estos problemas, además de los propios de la adolescencia. Esta búsqueda de soluciones lo pueden conducir a consumir alcohol o drogas y, en general, a exhibir conductas que impliquen un riesgo constante para su seguridad física y emocional. h} En un estudio realizado por Maltzman y Schweiger, 1991 con jóvenes consumidores y no consumidores de drogas y alcohol, se observó que los usuarios tenían relaciones familiares más disfuncionales, debido a que existía menos cohesión entre los miembros y una menor participación en actividades sociales, culturales y recreativas , satisfactorias y mutuamente compartidas. Los autores concluyeron que una característica de estas familias es la falta de apoyo emocional entre sus miembros. Respecto a la relación entre la familia y la escuela, se realizó una investigación por Pons, et.al. 1996 con estudiantes españoles, y se encontró que los que habían consumido drogas se sentían más desadaptados en su medio familiar y escolar que aquellos que no eran consumidores. i) El tipo de actividades que desarrolla el joven influye en la conducta de consumo. En épocas de cambio social como la actual, en la medida en que las ligas familiares y la afiliación a la clase social pierden importancia , los estilos de vida, incluidas las 27 actividades en que se involucra el menor en su tiempo libre y que forman parte importante de la cultura juvenil del momento, son centrales en el proceso de construcción de la identidad. j) Las estrategias cada vez más complejas y sofisticadas del mercado tienen un impacto importante en los estilos de vida y en los patrones de consumo que tienden a simbolizar la identificación cultural. El incremento en los años que permanecen los jóvenes en la escuela y la ausencia de oportunidades de trabajo, han dado lugar a que pasen mucho más tiempo en un estado de semidependencia y en la compañía de sus pares, factor que, a su vez, ha ejercido una influencia importante en los estilos de vida y en los productos con los que se identifican. No es de extrañar entonces, que la estrategia de la industria alcoholera en la búsqueda de nuevos mercados entre los jóvenes haya impactado sus estilos de vida normalizando el consumo de bebidas alcohólicas. Por otro lado, también es importante mencionar que el significado que adquiere el consumode sustancias varía de persona a persona y depende en gran medida de las actividades que esta suele realizar, el entorno, la historia personal, la edad, entre otros factores. Por ejemplo, en una investigación realizada en Bogotá Colombia sobre sustancias psicoactivas, en la cual emplearon entrevistas en profundidad, se encontró que en la facultad de Artes se consideraba al consumo de droga como una filosofía que potenciaba la creativ.idad, aunque se consideraba como un flagelo; en la facultad de Ciencias se consideraba que el problema era grave pero no tanto como en otras universidades, además de considerar que las personas que vendían drogas no eran estudiantes; en la facultad de Ciencias Humanas también se consideró que el consumo era mas bajo que en las universidades privadas. Además, los estudiantes no veían como una opción válida atacar a los consumidores de sustancias psicoactivas, sino que en su reemplazo se deberían instaurar programas de prevención. En la facultad de Derecho y Ciencias Políticas se encontró que los estudiantes manifestaban que las personas que utilizan la Universidad como centro de consumo y tráfico de droga eran externas a ella; en la facultad de Ingeniería se consideraba también que el consumo de drogas es mayor en otras universidades y que el auge del consumo es debido a una mala interpretación de la liberación intelectual. En conclusión , se consideraba que los 28 estudiantes no están de acuerdo con el consumo de drogas, además de que la mejor forma para prevenir el consumo y venta de drogas eran las campañas de prevención (Ramírez y Pastrana , 1987 en Sayona , Hurtado, Ruíz , Hoyos y Gantiva, 2005). En lo que respecta a datos estadísticos, en el caso concreto de la población de estudiantes, el alcohol es la droga que ocupa el primer lugar de consumo (Castro, 1987; Medina Mora, 1993; Rojas, 1995 en Rojas-Guiot, et.al. , 1999). En la Encuesta Nacional sobre el Uso de Drogas en la Comunidad Escolar realizada en 1991 con muestras representativas de las 32 entidades del país, 49,6% había probado bebidas alcohólicas; 3% declaró beber cinco o más copas una o dos veces por semana, 40 hombres y 1 O mujeres de cada 1 000 y en el estado de Hidalgo 1,4% de los estudiantes lo hacían; 21 % eran varones y el 0,5% mujeres (Medina Mora, 1993 en Rojas-Guiot , et.al., 1999). En esta investigación nacional de 1991, 14,7% de los alumnos del país tomaron alcohol en el mes previo a la encuesta, y en el estado de Hidalgo la cifra fue ligeramente inferior, esto es, 10,1%. Respecto al consumo de drogas ilegales y médicas, los datos de esta misma encuesta indican que Hidalgo ocupó el tercer lugar (10,4%) en el número de consumidores, después de Baja California (12,9%) y del Distrito Federal (11 ,2%), comparadas con todas las demás entidades del país (Rojas-Guiot, et.al., 1999). En un estudio realizado en Bogotá con una población de instituciones de educación superior de tipo técnico y tecnológico, se encontró que la prevalencia de consumo en la vida era un poco menor que en las instituciones universitarias, y que tal vez por eso, el 50% de los encuestados manifestó que no había problemas de consumo en su institución (Scoppeta y Ve lásquez, 1999 en Sayona , et.al. , 2005). En el año 2002 Villatoro, et.al., reportaron que el consumo de tabaco alguna vez afectó al 50% de los estudiantes y similarmente a hombres y mujeres (52,5% y 48,9% respectivamente). 29 El porcentaje de fumadores de 14 años o menos, es menos de la mitad de los que tienen 18 años o más. Aún así, un porcentaje de adolescentes de 17 años habían fumado el último mes. El cambio más drástico se presentó de los 14 a 15 años ya que a esta edad se duplicó el número de fumadores. En cuanto al consumo de alcohol reportó que en el Distrito Federal el 61,4% de los adolescentes había consumido alcohol alguna vez en la vida y el 31,9% lo consumió en el último mes. En cuanto a la edad de los adolescentes se encontró que el porcentaje de consumidores de 14 años o menos, es menor de la mitad de los que tienen 18 años o más. Por otro lado, la prevalencia total del consumo de drogas fue del 14,7%, el cual es un porcentaje mayor al de 1997 en casi 3%. El consumo en el último año y en el último mes fue de 9,7% y 5,3% respectivamente. Los hombres presentaban un mayor consumo (6,2%) a diferencia de las mujeres (4,4%). El consumo de cualquier droga alguna vez en la vida fue mayor en los hombres ( 16,8% ). De la población total , el 10% era usuario experimental mientras que el 4,7% era usuario regular, es decir había consumido más de cinco veces las drogas. Así mismo, se reportó que hubo un incremento en la proporción de mujeres en el consumo de drogas, especialmente entre 1993 y 1997 manteniéndose niveles semejantes de consumo de 1997 al 2000. En cuanto a las preferencias, las mujeres prefieren los tranquilizantes (5,8%), seguidos de la marihuana (3,3%), los inhalables (3, 1 %) y la cocaína (2,9%); en tanto los hombres prefieren la marihuana (8,3%), la cocaína (7,4%), los inhalables (5,5%) y los tranquilizantes (3,9%). Destaca el porcentaje de hombres adolescentes que han probado el crack. Se observó que los inhalables son la sustancia más consumida por adolescentes menores de 15 años, después decrece el número de usuarios. El consumo de cocaína y de marihuana se incrementa (Villatoro, et.al. , 2002). En otro estudio realizado en Colombia por Sayona , et.al. (2005), se reporta que en la última encuesta nacional sobre consumo de sustancias psicoactivas en jóvenes escolarizados de todo el país rea lizada en el año 2001 el 10,4% de los estudiantes de secundaria y el 18,5% de los estudiantes universitarios ha consumido al menos alguna de estas sustancias o varias de ellas alguna vez en la vida (se exceptúa el alcohol, cafeína y nicotina). En dicha investigación, se halló que el mayor porcentaje de casos nuevos de consumo de marihuana se obtuvo para los jóvenes de 15 a 19 años (54,9% ). Para el consumo de coca ína se encontró una 30 mayor prevalencia de vida en estudiantes de universidad (6,3%) que en estudiantes de secundaria (4,2%). El porcentaje de incidencia más alto corresponde a los jóvenes entre los 15 y los 19 años ( 56, 7% ). Dado que no todos los menores de edad tienen un inicio temprano en el consumo, ni adoptan prácticas propias de la población masculina de edad media, esto es, el asociar las ocasiones de consumo con ocasiones de embriaguez ingiriendo grandes cantidades cuando beben, cabe preguntarse si existen variaciones en las actividades adoptadas durante el tiempo libre entre los estudiantes con diferentes tipos de patrones de consumo , con el fin de orientar los programas de prevención dirigidos a este grupo. Factores asociados Escenarios de consumo Cuando se aborda el tema del consumo deben considerarse tres elementos importantes: (a) las características mismas de las drogas, (b) las características de los sujetos (personalidad premórbida; competencias personales como dominio y sentido de responsabilidad de sí mismo, autocontrol, capacidad para solucionar problemas y conflictos, comunicarse asertivamente, planear y construir proyectos de vida; estilos de procesamiento de la información, etc.), y (c) las características de los contextos en que sucede el consumo. Respecto a este último elemento, diversos estudios realizados en Europa, tales como los realizados por Chatterton & Hollands, reportan que los espacios de consumo representan un mundo separado con sus propias costumbres y valores. Tienden a ser socialmente integrativos y equitativos ya que su función principal es la facilitación para las relaciones social. Es bien sabido que en todas las culturas, el consumo de alcohol y otras sustancias es esencialmente una actividad social y la mayoría de las sociedades tiene ambientes específicos designados para consumir sustancias.Por otro lado, en un estudio realizado en el año 2002, se encontró que los lugares en que los jóvenes consumen alcohol , generalmente son sitios públicos 31 que ofrecen música, comida y bebida, o las fiestas (privadas) en casa, cuando los padres se encuentran ausentes (Bellis & Hughes, 2003). En este sentido, es importante mencionar que los centros de ocio de México y del mundo juegan un papel muy importante no sólo en el desarrollo económico de las ciudades sino en la problemática de las adicciones. Por ejemplo, en gran parte de Europa, en las dos últimas décadas, se han producido importantes transformaciones en las actividades nocturnas (Chatterton & Hollands, 2002 en Bellis & Hughes, 2003). Aunque el consumo de alcohol y tabaco siguen siendo los componentes clave de la vida nocturna, se han ido añadiendo cada vez más otras sustancias a la experiencia (Measham et. al., 2001 en Bellis & Hughes, 2003). Un factor clave en el aumento del consumo de drogas recreativas es su asociación a clubs nocturnos y música dance (lo que generalmente se conoce como 'clubbing') (Forsyth, et. al. , 1997 en Bellis & Hughes, 2003). La relación entre el clubbing y el consumo de drogas recreativas queda demostrada con los niveles de consumo de droga entre la población asidua a los clubs nocturnos, en función del tipo de club que prefieren, de la música que eligen y de la frecuencia con que salen (Calafat et al, 2001 en Bellis & Hughes, 2003). Así , en una investigación reciente entre los asistentes a ese tipo de clubs en el Reino Unido, se ha comprobado que el cannabis, el éxtasis y la cocaína alcanzan un nivel de consumo de un 91%, 96% y 75%, respectivamente (Winstock et. al., 2001 en Bellis & Hughes, 2003). Sin embargo, el aumento de la popularidad del clubbing, y su asociación con drogas recreativas, ha contribuido en general al incremento del consumo de drogas entre la población a nivel nacional e internacional. Por ejemplo, entre los jóvenes de 16 a 24 años la experiencia vital de cannabis, éxtasis y cocaína ha aumentado en el Reino Unido desde un 36%, 8% y 3%, respectivamente, en 1994, a un 45%,11% y 10% en el año 2000 (Ramsay, et. al. , 2001 en Bellis & Hughes, 2003). Estas pautas de comportamiento se repiten también en otros países de Europa como Noruega y Alemania (Pedersen & Skrondal, 1999; Von Sydow, et. al., 2002 en Bellis & Hughes, 2003), así como en otros más alejados como E.U .A. (Rouse, et. al. , 2002 en Bellis & Hughes, 2003). Por otra parte, a pesar de primeras indicaciones que preveían que las drogas recreativas reemplazarían a otras sustancias (p.e. el alcohol), la evidencia señala que se han añadido simplemente al 32 repertorio de sustancias disponibles para el consumo nocturno (Luke, 1999 en Bellis & Hughes, 2003). Así pues, el alcohol continúa presentando altos niveles de consumo entre los jóvenes en muchos países europeos, y tanto el consumo de alcohol como el de las drogas recreativas sigue incrementándose entre los grupos de gente joven (Hibell, et. al., 2000 en Bellis & Hughes, 2003). Por otro lado, es importante mencionar que no existe investigación sistemática acerca de los escenarios públicos de consumo (p.e. áreas verdes) y el material disponible no es tan completo. En años recientes, el número de antropólogos que estudian este tipo de escenarios de consumo ha aumentado así como el número de etnografías sobre el tema, aunque estos trabajos se restringen a un solo país, comunidad o incluso a un solo escenario (Prus, 1983 en Morris, 1998). En España, por ejemplo, se ha estudiado un fenómeno social de consumo de sustancias llamado el botellón, generado por los jóvenes durante las noches de los fines de semana y que se ha convertido en un estilo de ocio controvertido. Este fenómeno ha dado lugar a un conflicto de intereses entre distintos colectivos, y ha situado en la encrucijada a las instituciones. A pesar de que se ha escrito mucho sobre el tema, la información está muy dispersa. Los datos empíricos son más bien escasos, parciales y de carácter local. Existen dificultades para enfocar bien el tema porque el botellón está sirviendo para tratar casi todos los fenómenos que afectan a los jóvenes. Según los distintos estudios revisados, se puede definir el botellón como un fenómeno social caracterizado por la concentración de jóvenes en un espacio abierto durante las noches de los fines de semana y cuyo punto de referencia es el consumo de bebidas alcohólicas como eje central de su tiempo libre. Es un modelo de ocio que combina vivir la fiesta en la calle y un consumo rápido e intenso de alcohol con el objeto de conseguir de forma rápida los efectos euforizantes que proporciona. En sus inicios, se trataba de un fenómeno que permitía a los jóvenes, y a los estudiantes, consumir alcohol en más cantidad y a menos coste que en un bar al tiempo que formaba parte de un ritual de reunión de la preparación antes de asistir a un acontecimiento como es un concierto. El botellón como fenómeno social no tiene un punto de despegue concreto sino que debe verse como una variedad de hechos y procesos culturales que coinciden, se 33 complementan y lo van configurando; es un espacio de sincretismo entre la tradición y la modernidad, un encuentro entre jóvenes, fiesta y consumo de alcohol y otras drogas (Calafat, Juan, Becoña, Castillo, Fernández, Franco, Pereiro y Ros, 2005). En los últimos años, se ha producido un cambio en los patrones de consumo y en los estilos de diversión de los jóvenes. Se ha ido expandiendo un patrón de consumo 'anglosajón' caracterizado por consumo de bebidas alcohólicas sólo en fin de serna.na, en cantidades altas y abusivas, en muchos casos con el objetivo claro de conseguir en poco tiempo la embriaguez. Además las mujeres se han incorporado masivamente a este tipo de consumo. Junto con todo ello se ha ido consolidando un estilo de ocio y diversión entre los jóvenes centrado en la noche de los fines de semana y en el consumo de drogas (Calafat, Fernández, Juan, Becoña y Gil , 2004 en Calafat , et. al., 2005). La industria recreativa ha crecido y ha contribuido no solo a facilitar la infraestructura para que la gente se divierta, sino que también participa en crear el significado de ese modelo de diversión, y con ello el nuevo patrón de consumo se ha consolidado entre los jóvenes y forma parte estructural de la fiesta y la diversión en la actualidad. Entre los que participan en el botellón hay jóvenes de todo tipo, de distintos estratos socioeconómicos, con distintos niveles educativos; hay jóvenes de ambos sexos aunque parece que más varones que mujeres; están representadas todas las edades, hay adolescentes de 13 años hasta jóvenes de casi 30 años; aunque el grueso de los participantes es de 18 a 25 años. Es muy importante destacar la participación de los adolescentes (Domínguez, Gómez, Jáñez y Barrantes, 2001; Baigorri , et al. 2003; Navarrete, 2002 en Cala fat, et. al. , 2005). Los estudios que han cuantificado estas categorías contribuyen a reafirmar la idea de que el botellón es un espacio de jóvenes que están integrados socialmente y que participan en el botellón como una forma de diversión, un estilo de ocupar parte de su tiempo libre. En los trabajos de observación se ha constatado la importante participación de los jóvenes estudiantes hasta el punto de que el ritmo y afluencia del botellón depende de la participación de esa población. (Domínguez, et. 34 al., 2001; Baigorri, et. al. , 2002; Aguilera , 2003; Madrid, 2003; Navarrete, et. al., 2003; Borrás, 2004 en Calafat, et. al. , 2005). Por tanto, una premisa para enfocar correctamente el tema del botellón es que los jóvenes que participan, no son gente marginal ni conflictiva, sino hijos de la clase media, estudiantes de enseñanza media o de universidad en su inmensa mayoría, algunos trabajan y estudian, otrossolo trabajan, la mayoría viven en casa de sus padres, sin demasiados problemas en cuanto a necesidades básicas (Calafat, et.al., 2005). Los jóvenes participan de manera colectiva, se organizan en pequeños grupos de amigos y entre todos crean las condiciones para participar del botellón . Al mirar una plaza o un paseo donde se practica el botellón lo que se puede ver es un mosaico de grupos de jóvenes. Cada miembro sabe a qué grupo pertenece, con qué otros grupos se puede relacionar y con quienes existe una frontera o distancia. Pero desde la mirada profana de los que miran el botellón sin participar resulta difícil distinguir unos jóvenes de otros, aparte de las diferencias de edad y sexo no hay grupos demasiado distintos (Calafat, et.al. , 2005). Los estudios existentes muestran que a pesar de las diferencias entre investigadores, contextos y objetivos del análisis se llega a resultados similares respecto a la incidencia del consumo y el lugar que ocupa el alcohol en ese estilo de diversión . Es un hecho que quienes participan en el botellón también consumen otras drogas; el cannabis parece ser la droga ilegal más consumida (Calafat, et.al., 2005). Debido a que el botellón es para muchos jóvenes el inicio del recorrido nocturno, la mayoría sólo consume alcohol y tabaco. Pero cuando tras el botellón se incorporan a algunos de locales como discotecas, es entonces cuando se inicia el consumo de otras drogas como éxtasis y cocaína principalmente (Calafat, et.al. , 2005). Con base en lo mencionado anteriormente, y a pesar de la falta de literatura disponible sobre el tema , se pueden establecer las siguientes conclusiones: Primero, donde hay alcohol , casi siempre hay un lugar especial para beberlo y cada 35 cultura crea sus propios espacios. Segundo, los espacios de consumo son usualmente ambientes especiales, es decir, representan una esfera separada de existencia, un mundo social, con sus propias reglas, costumbres y valores. Tercero, los escenarios de consumo tienden a no discriminar socialmente a las personas que los frecuentan y finalmente, la función primaria de los escenarios de consumo, en casi todas las culturas, parece ser la facilitación e interacción social (Calafat, et.al., 2005). Exposición y oportunidad al consumo Como se mencionó anteriormente, los escenarios de venta y/o consumo de sustancias juegan un papel muy importante en esta problemática. Cuando se habla de la influencia de escenarios o contextos de consumo de sustancias, no se refiere únicamente a las condiciones internas de los mismos, sino que también se hace referencia a la influencia de la distribución de los mismos. Este último punto es relevante ya que diversos estudios reportan que la disponibilidad de sustancias (la cual es medida por el número de escenarios de venta y/o consumo en un área geográfica específica), está asociada con el número tan elevado de los problemas existentes asociados al consumo de sustancias (Alaniz et al. 1998; Parker & Rebhun 1995; Scribner, et.al. 1995 en Alaniz, 1998). La densidad de escenarios de consumo de alcohol en una comunidad afecta a sus residentes tanto social, física y económicamente (Moore & Gerstein 1981 en Alaniz, 1998). En un estudio realizado en al año 1983, se analizaron los efectos de la disponibilidad de alcohol sobre los problemas asociados y se encontraron niveles elevados de problemas asociados en zonas donde la densidad de escenarios era más elevado en comparación con zonas de densidad de escenarios más baja (Watts & Rabow, 1983 en Alaniz, 1998). La relación entre densidad de establecimientos y los problemas asociados al consumo se ha estudiado más a fondo en estudios recientes y se ha encontrado que el número de escenarios en determinada área geográfica es un predictor más importante de homicidio y violencia que el grupo étnico o la raza (Alaniz, et.al. , 1996; Alaniz, et.al., 1998; Scribner, et.al. , 1998 en Alaniz, 1998). Un estudio 36 realizado en California del Norte analizó la relación entre la densidad de establecimientos de venta y/o consumo de alcohol y la violencia juvenil en tres ciudades (Alaniz, et.al.. 1996 en Alaniz, 1998). Los investigadores crearon mapas de las ciudades para observar claramente la distribución de dichos establecimientos, así como la concentración étnica y los status sociales. Los mapas mostraron que las áreas geográficas con alta concentración de grupos étnicos de bajos recursos tienden a presentar una alta densidad. Otro estudio realizado por Alaniz. et.al. ( 1998) reportó que la delincuencia está relacionada significativa y positivamente con el número de establecimientos de consumo y/o venta de alcohol independientemente de las características sociales y económicas del vecindario. Estos autores proponen dos teorías para explicar la relación entre la disponibilidad de alcohol y otras sustancias y la violencia juvenil. Una de ellas sugiere que los jóvenes que viven en zonas con alto número de establecimientos de venta y/o consumo de alcohol son más propensos a beber y por lo tanto más propensos a cometer crímenes. La otra teoría sugiere que los jóvenes tienden a congregarse en zonas cercanas a los establecimientos debido a que estas zonas se caracterizan por tener pocas restricciones sociales y poca vigilancia (Alaniz, 1998). 37 Metodología Tipo de estudio Se realizó un estudio descriptivo, a través de una aproximación etnográfica por medio de observación no participante. Escenarios El estudio se llevó a cabo en diversos lugares tanto al interior como en la periferia de instalaciones educativas de nivel superior, donde se presenta la venta y/o el consumo de sustancias legales e ilegales. Población La población con la que se trabajó fueron estudiantes (hombres y mujeres) de nivel superior. Instrumentos Los instrumentos empleados fueron dos guías, una de observación y otra de entrevista a través de las cuales se logró obtener la información relevante para el estudio. Procedimiento En la primera fase del estudio se realizó un mapeo, que tuvo como objetivo realizar una caracterización de los contextos de consumo, obtener una base de datos con información específica de cada uno de estos escenarios así como poder referenciar geográficamente la información obtenida . La recolección de la información se hizo con el apoyo de las guías de observación y de entrevista. Inicialmente se realizaron recorridos exploratorios, con los que se tuvo un primer acercamiento a los diferentes escenarios de consumo tanto al interior como 38 en la periferia de las entidades de nivel superior. Se logró ubicar e identificar aquellos en los que se presuponía que existía mayor venta y/o consumo de sustancias legales e ilegales, así como delimitar la zona geográfica para realizar los recorridos posteriores. Estos primeros acercamientos a los escenarios se realizaron en equipos de dos o tres personas y el tiempo de permanencia en cada escenario osciló entre una o dos horas. La información obtenida en cada escenario se registró en una nota de campo. Tras realizar estos recorridos exploratorios, se registró un total de 166 escenarios y se procedió a realizar la clasificación de cada uno de ellos. Dicha clasificación fue la siguientes: 1. Escenarios de venta de alcohol , 2. Escenarios de consumo de alcohol, 3. Escenarios de venta y consumo de alcohol, 4. Escenarios de venta de drogas, 5. Escenarios de consumo de drogas, 6. Escenarios de venta y consumo de drogas, 7. Escenarios de venta de alcohol y drogas, 8. Escenarios de consumo de alcohol y drogas, 9. Escenarios de venta y consumo de alcohol y drogas, 1 O. Escenarios al interior del plantel educativo (internos), 11. Escenarios al exterior del plantel educativo (externos). Posteriormente se realizó la referencia geográfica de éstos escenarios. Se emplearon mapas geográficos (Guía
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