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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO _________________________________________________ FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS POSGRADO EN PEDAGOGÍA LA EDUCACIÓN COMUNITARIA EN MÉXICO, UNA EXPERIENCIA EN PERSPECTIVA TESIS QUE PARA OPTAR POR EL GRADO DE MAESTRA EN PEDAGOGÍA PRESENTA LUZ MARINA REYNA MORALES MARTÍNEZ DIRECTORA DE TESIS DRA. MARÍA ESTHER AGUIRRE LORA INSTITUTO DE INVESTIGACIONES SOBRE LA UNIVERSIDAD Y LA EDUCACIÓN MÉXICO D.F. JUNIO, 2013 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 2 A Pablo y Matteo Giulio y María Compañeros en el viaje de la vida A Eva y David Quienes me acompañaron una parte del camino A Arely Por su apoyo incondicional A Canela y Obsidiana Por su compañía 3 La educación comunitaria en México, una experiencia en perspectiva Índice Agradecimientos…………………………………………………………………... 5 Introducción……………………………………………………………………….. 8 El universo a indagar…………………………………………………………….. 9 Justificación……………………………………………………………………… 13 Estado del conocimiento………………………………………………………… 14 Dimensiones de estudio………………………………………………………….. 19 Estrategia metodológica…………………………………………………………. 26 Estructura del documento……………………………………………………....... 27 I. Trazos de la historia de la propuesta de educación comunitaria………….... 29 1. La Escuela Rural Mexicana…………………………………………………….. 29 2. Los Cursos Comunitarios………………………………………………………. 35 3. Programa de Atención Educativa a Población Indígena (PAEPI)…………….. 39 4. Programa de Acciones de Inclusión y Equidad Educativa (PAIEE)………….... 44 5. La estructura general de la propuesta de educación comunitaria……………… 49 5.1 Primer nivel, los principios básicos……………………………………… 50 5.2 Segundo nivel, el método pedagógico…………………………………... 51 5.2.1 Las competencias como quehaceres completos en la vida………... 53 5.2.2 Competencias y comportamientos…………………………………. 54 5.3 Tercer nivel, la escuela como una universidad………………………….. 56 6. Los ejes cultura-identidad y oralidad-escritura en la propuesta de educación comunitaria………………………………………………………… 58 Conclusiones provisionales………………………………………………………... 61 II. Educadores, antropólogos y la comunidad indígena………………………… 63 1. Una relación necesaria…………………………………………………………… 63 2. La formación de jóvenes antropólogos…………………………………………... 65 2.1 Lenguas, alfabetos y biblias…………………………………………………. 67 2.2 Nuevos planteamientos……………………………………………………… 68 2.3 Las aportaciones de la antropológica lingüística……………………………. 69 2.4 Los proyectos de educación indígena……………………………………….. 69 4 2.4.1 El Proyecto Tarasco…………………………………………………… 70 2.4.2 El Consejo de Lenguas Indígenas y el Instituto de Alfabetización…… 72 2.4.3 Los Centros Coordinadores Indigenistas……………………………... 74 2.5 El concepto de comunidad…………………………………………………... 76 2.6 De educación de la comunidad a educación comunitaria............................... 79 Conclusiones provisionales…………………………………………………………. 82 III. Una experiencia de educación comunitaria en contexto urbano…………… 84 1. Programa de Acciones de Inclusión y Equidad Educativa………………………. 84 1.1 Contexto general…………………………………………………………….. 84 1.2 El marco de referencia diagnóstico de la exclusión y deuda educativa en el Distrito Federal……………………………………………………………... 86 2. Los subprogramas del PAIEE…………………………………………………... 87 2.1 Los Centros de Transformación Educativa (CTE)……………………… 88 2.2 Las Figuras Facilitadoras (FF)………………………………………….. 89 2.2.1 El sistema de formación de las Figuras Facilitadoras…………….. 91 2.4 Los Centros Comunitarios………………………………………………. 93 2.5 La Asociación Promotora de la Comunidad Educadora (APCE)………. 94 2.6 Las Redes de Alfabetización…………………………………………… 96 3. La organización del PAIEE……………………………………………………… 96 3.1 El Equipo Técnico……………………………………………………….. 97 3.2 Las coordinaciones del PAIEE………………………………………….. 98 4. Educación comunitaria y compromiso social, el caso de las Figuras Facilitadoras 101 5. Mi participación en el PAIEE……………………………………………………. 106 Conclusiones provisionales…………………………………………………………. 109 Conclusiones finales………………………………………………………………… 113 Referencias………………………………………………………………………….. 117 Relación de abreviaturas……………………………………………………………. 121 5 Agradecimientos En nuestro camino profesional nos debemos a muchas personas, en ciertas circunstancias -y quien sabe porqué-, entramos en contacto con personas que han hecho torcer el rumbo de nuestra ruta o, han dejando una profunda huella en nuestra vida; quiero aprovechar este espacio para expresarles mi sincero agradecimiento, sin ellas y ellos nada de esto hubiera podido ser. A la maestra Concepción Tonda Mazón, quien en mis primeros pasos por el mundo de la educación, me orientó con lecturas sobre la educación escolar. Naturalmente, a todos los chicos y chicas de las secundarias de los pueblos de Oaxaca por donde anduve, quienes han sido estímulo permanente para caminar senderos más profundos por el mundo de la educación y su historia, encontrando ahí respuestas, que en su momento hicieron falta. A todas mis profesoras de la maestría, quienes me ubicaron en los grandes debates de la pedagogía, en especial a Monique Landesman, quien me enseñó a “entrar con el machete” a la complejidad de los procesos identitarios y culturales, logrando remover fibras muy sensibles; a Leticia Moreno, por su primera guía por el mundo de la pedagogía; a Martha Corenstein, quien me mostró el uso de la etnografía en educación. A Martha Leñero y Conchita Barrón, por su orientación acertada en momentos de grandes dudas, quienes de manera independiente me aconsejaron conocer a la Dra. María Esther Aguirre Lora. A la maestra Rocío Casariego, quien me acercó al mundo de la cruda realidad de la exclusión educativa en la ciudad de México, pero también la alternativa de la educación comunitaria, como una utopía posible y a la mano, incansable luchadora para que la educación llegue a los espacios sociales y culturales más desprotegidos. A José Antonio Luna Reyes, por su amistad siempre desinteresada, quien me adentró al mundo de la antropología lingüística y el trabajo educativo con las lenguas indígenas, con él entendí que las ventanas son los ojos de las casas, en alguna lengua indígena, así, como a Paula, su estudiante chinanteca de cuarenta años, por mostrarme que el camino es difícil, pero no imposible, para estudiar en la universidad,para alguien que fue monolingüe casi toda su vida y aprendió el español siendo adulta. A todos los estudiantes de los centros comunitarios quienes me mostraron que a pesar de las difíciles circunstancias de su existencia, juntos compartían el conocimiento de la vida. De igual manera, a las Figuras Facilitadoras, por su increíble compromiso educativo y social con sus comunidades. Asimismo, a los alfabetizadores de la Escuela Nacional Preparatoria número 8 de la UNAM -en donde hace ya varios años también fui 6 estudiante-, con quienes soñamos alcanzar otro mundo, tocando puerta tras puerta, invitando a quienes no sabía leer y escribir en las colonias marginadas de la delegación Álvaro Obregón, en especial a Pablo y Andrés, quienes con su entusiasmo, lograron llenar el auditorio de la prepa para invitar a sus compañeros a unirse a las Redes de Alfabetización, siempre los recordaré. A todos los miembros del seminario permanente de Historia social y cultural de la educación artística, a cargo de la Dra. María Esther Aguirre, por su solidaridad, apoyo y crítica constructiva que me ha permitido crecer académicamente, en especial a Fernando Aragón Monroy por su sensibilidad y palabras de aliento y orientación. A Lourdes Palacios y Catalina Aguilar, amigas entrañables, con quienes comparto el mundo de la educación y el mundo de las mujeres, con sus momentos difíciles y otros de plena libertad. Finalmente, a mi queridísima maestra –en todos los sentidos- la Dra. María Esther Aguirre Lora, investigadora destacadísima del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación, de la Universidad Nacional Autónoma de México; su gran sencillez no se corresponde con su reconocida trayectoria nacional e internacional en el campo de la investigación educativa desde la mirada de la historia social y cultural, perspectiva que nos acerca a las tramas sociales en las que se desenvuelve la vida de los seres humanos y, por tanto, de la educación, en todos los contextos y tiempos; sin su apoyo incondicional y gran paciencia, este trabajo no hubiera sido posible. Asimismo, a mis sinodales, todos referentes importantes del colegio de pedagogía, que a través de su diario quehacer académico y educativo contribuyen a mantener el nombre de nuestra máxima casa de estudios, la Universidad Nacional Autónoma de México: Maestra Bertha Orozco Fuentes, Maestra Martha Corenstein Zaslav, Maestro Modesto Lujano Castillo y el Doctor Alberto Rodríguez. 7 Cualquiera que sea la doctrina histórica que se profese (y no soy de los que sueñan en perpetuaciones absurdas de la tradición indígena, y ni siquiera fío demasiado en perpetuaciones de la española), nos une con la raza de ayer, sin hablar de sangres, la comunidad del esfuerzo por domeñar nuestra naturaleza brava y fragosa; esfuerzo que es la base bruta de la historia. Nos une también la comunidad, mucho más profunda, de la emoción cotidiana ante el mismo objeto natural. El choque de la sensibilidad con el mismos mundo labra, engendra un alma común. Pero cuando no se aceptará lo uno ni lo otro –ni la obra de la acción común, ni la obra de la contemplación común-, convéngase en que la emoción histórica es parte de la vida actual, y, sin su fulgor, nuestros valles y nuestras montañas serían como un teatro sin luz. Alfonso Reyes 1915 8 Introducción Mi acercamiento a la educación rural e indígena fue un hecho que inició de manera fortuita en la región mixteca en Oaxaca, en el pueblo de Zapotitlán Lagunas 1 , donde me desempeñé como docente de historia y otras materias en la escuela secundaria rural federal, durante siete años y medio; posteriormente, me trasladé a la sierra norte en la región zapoteca, al pueblo de San Pedro Cajonos 2 , desempeñando la misma actividad profesional, esta vez con estudiantes provenientes de tres diferentes grupos indígenas; en esta escuela permanecí únicamente un año, no obstante su corta duración, la experiencia fue particularmente intensa. Así, lo que empezó por casualidad, duraría casi nueve años. De nueva cuenta en la ciudad de México, tuve otro acercamiento a la educación indígena, esta vez desde la propuesta de educación comunitaria que se desarrolló originalmente para el Consejo Nacional de Fomento Educativo (CONAFE) 3 , para atender en un primer momento a población rural en 1973 y, veinte años después, específicamente a comunidades indígenas en 1994; por sus características y versatilidad, la propuesta educativa tiene la virtud de haber logrado un modelo pedagógico que se adapta cabalmente para atender a la diversidad social y cultural en general y, muy recientemente, se ha adoptado para atender a población en situación de exclusión y deuda educativa de la ciudad de México, a través del Programa de Acciones de Inclusión y Equidad Educativa (PAIEE) 4 , de la Secretaría de Educación del Distrito Federal (SEDF), donde colaboré de 2008 a 2011 de manera directa y, externa hasta la fecha 5 . Durante mis años de estudiante de la carrera de etnología en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), profundicé en diversos temas del campo 1 El pueblo de Zapotitlán Lagunas pertenece al Distrito de Silacayoápam, se ubica cerca de la frontera con el estado de Guerrero y Puebla, a siete horas de la capital del estado. 2 El Pueblo de San Pedro Cajonos, pertenece al Distrito de Villa Alta, en la Sierra Juárez o también se conoce como Sierra Norte, a tres horas de la capital del estado. 3 El Consejo Nacional para el Fomento Educativo (CONAFE), es un organismo descentralizado de la Secretaría de Educación Pública, fundado en 1971, uno de sus objetivos principales es brindar educación a las comunidades más pobres, marginadas y alejadas con menos de cien habitantes. 4 En adelante PAIEE. 5 En el momento en que esta tesis se imprimió, la actual administración de la Secretaría de Educación del Distrito Federal encabezada por la Dra. Mara Robles Villaseñor, había desmantelado los programas sociales, entre éstos al PAIEE en su estructura fundamental, iniciando un “nuevo” proyecto de alfabetización. 9 antropológico y de economía política 6 , pero nada relacionado con educación rural o indígena; el plan de estudios no contemplaba una materia obligatoria u optativa que se ocupara de estos temas y, si hubo otras opciones, pasaron desapercibidas. De este modo, los referentes para el campo educativo eran nulos y, mi inserción como docente en el nivel secundaria, constituyó la oportunidad de acercarse, por primera vez, a la vida escolar circunscrita en contextos sociales, culturales y lingüísticos que me atraían considerablemente, sin dejar de lado las difíciles condicione en las que se desenvuelve la vida cotidiana de sus habitantes. Probablemente llegar al campo educativo sin ideas preconcebidas, y sentir que constantemente mi vida como docente iba rezagada con respecto a los problemas que tenía frente a mí, ayudaron a explorar con relativa libertad, algunas propuestas a los problemas más apremiantes que consideraba eran urgentes para tratar de brindar una mejor atención a los estudiantes de estas comunidades. El universo a indagar El contacto con estudiantes rurales e indígenas y la vida escolar en general de estas comunidades, plantearon desde un principio tres problemas estrechamente relacionados entre sí y, delimitados en buena medida, por el nuevo papel que desempeñaba como docente de historia. En primer lugar, constatar que existe una clara frontera que separa a la escuela de la comunidad, cada una con su propia dinámica: la primera, con su presencia casi autosuficiente; la segunda, organizada y regulada por la vida socialen sus múltiples aspectos económicos, culturales y lingüísticos, estableciendo entre ellas una relación más de forma que de contenido, sin intenciones para explorar otros caminos e instaurar un tipo de relación educativa diferente. En segundo lugar, impartir la materia de historia en estos contextos me enfrentó a diversas problemáticas sobre su proceso de enseñanza-aprendizaje que, de una u otra manera, daban como resultado entre los estudiantes, la idea generalizada de que la historia “no sirve para nada” y “es aburrida”, lo que mostraba su falta de “utilidad” para la vida en general. Estas problemáticas llevaron a preguntar, finalmente ¿por qué a los 6 En 1981 el plan curricular de la carrera de etnología tenía como columna vertebral el Seminario del Capital, el cual duraba siete semestres. A partir del tercer semestre llegaron estudiantes del filósofo Bolívar Echeverría, quienes nos adentraron en una lectura distinta a las versiones ortodoxas de la obra de Marx. 10 estudiantes no les gusta la materia de historia? y, una segunda pregunta derivada de la separación entre la escuela y la comunidad ¿por qué no se establece relación académica entre la historia general y la historia de la comunidad? De este modo, la realidad que me confrontaba era consecuencia de un exceso de memorización de datos y fechas, así como el aprendizaje de una historia de carácter preponderantemente política. En tercer lugar, estas problemáticas tocan otros aspectos que rebasaban los estrictamente académicos, sobre todo, si se tomaba en cuenta, que los estudiantes difícilmente terminan la secundaria y pronto emigran a los Estados Unidos, por esta particular condición social que se les presentaría a muy corto plazo, consideraba que la materia de historia adquiría un significado especial en relación a las dimensiones de identidad y de pertenencia (a un país, una región, a una cultura, a una comunidad, etc.), y su relevancia como herramienta para conocer su realidad inmediata y para su vida futura como migrantes. En el contexto indígena mi labor docente se enfrentó, además de las anteriores condiciones, a la realidad lingüística y cultural de los estudiantes indígenas, que de manera instintiva llevaron a preguntar ¿por qué los estudiantes no tienen las condiciones para expresar, exponer, manifestar y, sobre todo, estudiar su cultura con las herramientas que proporciona la escuela? La presencia de tres grupos indígenas en el salón de clases expresaba claramente el polo de tensión del español frente a las lenguas indígena, sin posibilidad para que la escuela lo pudiera resolver, por el contrario, lo profundizaba debido, en gran medida, al diseño del modelo educativo escolarizado que se puede definir de unicultural –en un país multicultural- y urbano, lo que redunda en la exclusión de manera sistemática, de otras realidades socioculturales a través de los mismos procesos educativos escolarizados. Incursionar en la educación comunitaria en la ciudad de México, constituyó todo un descubrimiento que vino a resolver mis preguntas como profesora rural, a partir de la comprensión del modelo pedagógico, anclado en el concepto de comunidad, entendido en su unidad de lengua y cultura 7 , y el uso deliberado de las lenguas indígenas –en sus 7 Del Consejo Nacional de Fomento Educativo ver la guía 6 El Taller de Lengua y Cultura; guía 7 El Taller de Investigación y Desarrollo Lingüístico; guía 16 Capacitación Diferida. Formación inicial intensiva; y la guía 9 La Formación Permanente, 2006. 11 modalidades de oralidad y escritura 8 - en los procesos educativos. Una característica que consideraba central de la propuesta educativa era que, a través de una metodología desarrollada para tal propósito, los contenidos de aprendizaje se establecen a partir de los mismos intereses y referentes de los miembros de la comunidad. De esta manera, y sólo a través de este rodeo por la propuesta de educación comunitaria, se pudieron comprender las contradicciones de la educación escolarizada del nivel secundaria en zonas rurales y los problemas que planteaba. El acercamiento a la propuesta de educación comunitaria tuvo varios momentos conforme avanzaba en la comprensión del modelo pedagógico, así como en las tareas asignadas en el PAIEE. Después de entender los elementos mínimos de la propuesta educativa, las preguntas que presentaba giraban en torno de si funcionaba para contextos urbanos y, si esto no era así, qué partes de la propuesta serían susceptibles de adecuarse para el nuevo contexto urbano, no obstante, conforme avanzaba en su comprensión estas preguntas se disiparon; al mismo tiempo, se pudieron identificar varias influencias en el modelo educativo como la escuela activa 9 , la antropología lingüística 10 y la antropología 11 , de esta última, por ejemplo, se retomó el uso del diario de campo, adaptado a fines educativos. Por estas características, la propuesta de educación comunitaria empezó a llamar mi interés de manera especial, sin lograr entender cómo se habían entrelazado elementos de distintos campos de conocimiento. De esta manera, se perfiló otro nivel de acercamiento en un sentido diferente, que 8 Francisco Javier Félix Valdez, “Proceso de construcción de la lengua escrita” y de Rosa María Daffunchio Romero, “Confluencias y divergencias entre las lenguas y sus variantes. Taller de Investigación y Desarrollo Lingüístico”, en Escuela y comunidades originarias en México. 2000. pp. 147- 160 y pp.121-144, respectivamente. 9 La escuela nueva o activa inicia a finales del siglo XIX, con diferentes autores y tendencias, se caracteriza por una filosofía diferente de la educación, es un movimiento de reacción ante modelos educativos caracterizados de autoritarios, pasivos y verbalistas, privilegiando mantener y acrecentar el potencial del niño. Jesús Palacios, La cuestión escolar. Críticas y alternativas, 1999. p. 61. Por ejemplo, la influencia de la escuela nueva se puede ver claramente en la propuesta de educación comunitaria en la guía 14, La imprenta escolar, utilizada ampliamente por Celestin Freinet quien la propone como recurso educativo, así como el texto libre, la conferencia, la biblioteca de trabajo, la asamblea de clase y la correspondencia escolar, que de igual modo, se encuentran presentes en la propuesta educativa. 10 La Antropología Lingüística se desarrolló como una rama de la antropología dedicada al estudio de las lenguas de los diferentes grupos culturales. En México y por influencia directa de Franz Boas, formó parte de las instituciones y los estudios antropológicos; hacia los años ‟30 llegaron antropólogos lingüistas extranjeros que jugarían un papel importante tanto en la formación de jóvenes lingüistas como de liderazgo en distintos proyectos de educación indígena, como veremos en el eje dos de este trabajo. 11 La antropología nace en el siglo XIX, como respuesta de los nuevos proyectos colonialistas europeos; a la fecha ha desarrollado diferentes teorías que, en términos generales, han transitado de la descripción a la interpretación simbólica de la cultura, logrando ubicarse en los cruces de las diferentes ciencias sociales, en lo que se ha dado en llamar el giro antropológico. En México, desde principios del siglo XX en su versión indigenista ha participado de manera decidida en el ámbito de la educación indígena. 12 trascendía mi quehacer educativo cotidiano en términos técnico-operativos o de evaluación institucional. Si por un lado, había proporcionando herramientas teóricas y metodológicas para resolver las antiguas dudas como profesora rural y, una vez convencida de su capacidad para atender a la diversidad social,cultural y lingüística en contextos rurales y urbanos, ahora las preguntas se orientaron claramente a querer conocer cuál era su origen, de dónde procedía y cuál había sido su camino para lograr diseñar un modelo pedagógico flexible, que posibilitaba atender tanto a grupos culturales perdidos en las sierras del país, como urbanas. Otro aspecto que resultaba particularmente interesante, tenía que ver con la dimensión subjetiva de las personas involucradas con funciones docentes o Figuras Facilitadoras del programa, quienes demostraban un fuerte compromiso social, en condiciones institucionales que se pueden caracterizar de difíciles. Así, con la poca información que disponía de su trayectoria, se presentó la oportunidad de poder profundizar en este sentido y abordar su estudio de manera más organizada. De todas las preguntas planteadas a través de mi proceso de acercamiento a la propuesta educativa, se procedió a concentrarlas en tres preguntas fundamentales, en primer lugar ¿cómo se ha configurado la actual propuesta de educación comunitaria? para poder explicar desde ahí porqué ha llegado ha ser un modelo perfectamente bien definido en sus fundamentos teóricos, metodológico y prácticos, en segundo término ¿cuáles son las influencias que la conforman como un modelo pedagógico flexible para poder atender a la diversidad social y cultural en contexto urbano como acontece en el PAIEE? y, finalmente, ¿por qué las figuras facilitadoras presentan un fuerte compromiso social a través de su labor educativa? estas interrogantes nos aproximan y orientan en este campo. Una vez acotado el universo de investigación, se procedió a establecer el propósito general del trabajo que consiste en términos generales, en aportar algunos elementos a la historia de la propuesta de educación comunitaria en nuestro país, identificando sus momentos y procesos más significativos; para ello se parte de dos supuestos básicos: 1) La tradición de educación comunitaria en nuestro país es un proceso que sigue vivo y es vigente, que a lo largo de su historia se ha enriquecido adecuándose a diferentes circunstancias sociales, culturales y de política educativa proceso que, en tiempos recientes, se ha visto opacado por el nuevo discurso de interculturalidad. 2) En todas las 13 etapas más importantes de la propuesta de educación comunitaria, se ha entrelazado invariablemente la labor de educadores y antropólogos, lo que le confiere una impronta muy particular a su proceso de configuración en nuestro país. Justificación Por la vigencia y pertinencia de la propuesta de educación comunitaria en el ámbito rural e indígena y, recientemente, adoptada para atender a la población excluida de los procesos educativos formales en el contexto urbano de la ciudad de México, muestran su ya largo camino al lado de la población más desprotegida y de los grandes problemas educativos, lo que le otorga un lugar significativo en la tradición educativa del país, de ahí la importancia de conocer el papel que ha jugado y su historia. Es frecuente trazar la línea histórica de la educación indígena en nuestro país, a partir de la Escuela Rural Mexicana, como la matriz madre, posteriormente, se pasa a las propuestas de educación indígena de la época indigenista de la década del „50 a la década del „70, para desembocar en la creación de la Dirección General de Educación Indígena (DGEI), dentro de la SEP en 1978 12 , de esta institución se pasa sin más, directamente, a las propuestas interculturales 13 , sin considerar la bifurcación que aconteció después de los Centros Coordinadores Indigenistas, donde se abrieron, casi 12 La Dirección General de Educación Indígena (DGEI) se creó como alternativa por los escasos resultados obtenidos por los Centros Coordinadores Indigenistas (CCI), del Instituto Nacional Indigenista (INI). A esta institución pasaron a depender todas las escuelas y los maestros de las zonas indígenas, aunque la supervisión de sus actividades siguió vinculada, en este tiempo, a los CCI del INI. La DGEI se ha esforzado en elaborar libros elementales en más de 40 lenguas vernáculas y variantes dialectales, sin embargo, su utilización didáctica efectiva se aparta de ser una realidad. Guillermo de la Peña, “Educación indígena, consideraciones críticas”. Revista Electrónica Sinéctica, núm. 20, enero-junio, 2002, pp. 46-53. Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente Jalisco, México. http://www.sinectica.iteso.mx/assets/files/articulos/20_la_educacion_indigena_consideraciones_criticas.p df. Consultado el 23 de diciembre de 2012. 13 Ibíd. En sus consideraciones críticas finales, sobre el panorama de la educción intercultural, Guillermo de la Peña señala que “Al entender la escuela sólo como una institución occidental, y por tanto “superior”, se excluye a la comunidad de la que los niños forman parte, de toda injerencia en su educación formal. La consecuencia es doble: un gran desperdicio de conocimientos valiosos para el futuro real de los alumnos, y un divorcio creciente entre la escuela y su entorno social. Habría que recuperar el ideal de las Casas del Pueblo de la época de Vasconcelos (excluyendo su afán de castellanizar a rajatabla): que la escuela y la comunidad se apoyen mutuamente; es decir que todo adulto o joven que tenga algo que enseñar acuda a la escuela y comunique sus conocimientos de oficios diversos, habilidades agrícolas, arte tradicional, leyendas e historias locales, y también sabiduría libresca. La comunidad se convierte así en un recurso educativo, válido tanto para la reproducción cultural como para la educación, y reconoce en la escuela un espacio propio de convergencia”. Precisamente estas ideas son las que fundamentan la propuesta de educación comunitaria, aquí nuevamente se muestra la falta de conocimiento de esta línea de educación indígena. 14 contemporáneamente, dos líneas de trabajo paralelas, la que derivó hacia la educación comunitaria y su importante etapa en el Programa de Atención Educativa para Población Indígena (PAEPI) del CONAFE y, finalmente, en el PAIEE; y, la otra línea, en la DGEI que, a partir de los años „90, se inclinó por las propuestas interculturales. Llama la atención el persistente vacío o disociación en la historia de la educación referida a la diversidad social y cultural del país -indígena bilingüe o intercultural- con la propuesta de educación comunitaria, pues conocer esta línea de trabajo educativo, proporciona perspectiva, un panorama amplio y mayores elementos sobre nuestra propia historia en educación. A nuestro juicio y, a partir de la presente investigación, se considera que indagar en la historia de la propuesta de educación comunitaria contribuye a los siguientes aspectos importantes para la historia de la educación en México: 1) en primer lugar, proporciona elementos de diferente orden, que permiten trazar una figura más completa de lo que se ha realizado hasta ahora en educación para la diversidad social y cultural. 2) en segundo lugar, permite identificar los aportes de cada tradición educativa que concurren en el mismo campo de problemas, así como los puntos de confluencia y divergencia, lo que proporciona perspectiva de análisis y crítica. 3) finalmente, indagar en esta línea de trabajo, posibilita recuperar lo que cada tradición ha avanzado, evitando incurrir en los mismo errores, más aún, evitaría retardar demasiado, nuevas propuestas sobre el camino ya andado, para los nuevos tiempos. Estado del conocimiento Algunos datos sobre los antecedentes inmediatos del PAIEE, remitieron a buscar información en la década del 70, aquí se encontró un texto clave que ayudó a trazar mejor la perspectiva de trabajo, se trata de “Cursos Comunitarios: una primeraalternativa para el medio rural” de Elsie Rockwell 14 , es un texto retrospectivo del trabajo realizado sobre el diseño de la propuesta educativa en 1973, escrito en los años 14 Elsie Rockwell, “Cursos Comunitarios: una primera alternativa para el medio rural” Sin fecha. http://www.pedagogica.edu.co/storage/rce/articulos/rce34_07expe.pdf. Consultado el 23 de agosto de 2009. http://www.pedagogica.edu.co/storage/rce/articulos/rce34_07expe.pdf 15 ´90, en él señala la deuda que tiene con la Escuela Rural Mexicana (ERM) 15 , y la manera como ayudó a legitimar su propuesta educativa, lo que afianzó definitivamente el interés por profundizar sobre su origen, entender de qué manera y cómo se establecía su filiación histórica con la Escuela Rural Mexicana. Resultaba emocionante acercase a la experiencia de la ERM, pero lo que resultaba aún más increíble era que mi quehacer educativo cotidiano estuviera de alguna manera relacionado con ella, este simple hecho afianzó definitivamente la decisión de abordar el tema en perspectiva histórica. El material bibliográfico para profundizar en las etapas más importantes de su historia se encuentra de manera fragmentada, por lo que fue necesario revisar en distintos repositorios, distintos campos de conocimiento y en distintas épocas, para tratar de tener una primera base de la cual partir, de este modo, los materiales se organizaron de la siguiente forma: 1. La documentación disponible de la propuesta de educación comunitaria de su época más reciente, proviene directamente del Consejo Nacional de Fomento Educativo (CONAFE), en sus diferentes etapas: Cursos Comunitarios (CC), de 1973, y del Programa de Atención Educativa para Población Indígena (PAEPI), de 1994; de la Secretaría de Educación del Distrito Federal (SEDF), el Programa de Acciones de Inclusión y Equidad Educativa (PAIEE), durante el periodo que abarca de 2007 a 2012. Estos materiales se pueden agrupar, por su importancia para este trabajo en los siguientes rubros: los que abordan directamente el modelo educativo, la formación de los instructores comunitarios y los relacionados con el uso de las lenguas y la cultura indígena con fines educativos. Los documentos del PAIEE versan principalmente sobre gestión, proyectos e informes institucionales, de modo que en conjunto ofrecen un panorama amplio de la propuesta educativa, pero muy poca información que ayude a conocer el origen y desarrollo del modelo educativo, los poquísimos datos que se pueden extraer de esta información proporcionan un esquema muy escueto de algunos momentos de su historia, que únicamente se pueden asociar e interrelacionar desde una mirada en perspectiva diacrónica. 15 En adelante ERM. 16 2. La bibliografía sobre antropología mexicana relacionada con la educación indígena y el desarrollo de la comunidad, en el periodo que abarca entre 1922 y 1970, proporciona información de un conjunto intrincado de proyectos educativos indígenas importantes que tuvieron influencia en la propuesta de Cursos Comunitarios. El material relacionado con la educación indígena y su enfoque comunitario es muy importante, pero frecuentemente no se encuentra clasificado en el rubro educativo, sino como estudios antropológicos en general o de algún autor, como es el caso del libro Lenguas vernáculas 16 de Gonzalo Aguirre Beltrán, que contiene información valiosísima sobre los antropólogos lingüistas y su importante labor de investigación para proporcionar alfabetos a las diferentes lenguas indígenas, así como su participación en los proyectos de educación indígena, del mismo autor su libro Teoría y práctica de la educación indígena 17 , donde profundiza sobre lo educativo, la cultura, los postulados educativos de la Revolución y, el papel de la antropología aplicada y la educación indígena en México; otro texto importante es el invaluable trabajo de Julio de la Fuente, Educación, antropología y desarrollo de la comunidad, 18 que marca un cambio de ruta importante en la educación indígena; de Manuel Gamio, La población del valle de Teotihuacan, el medio en que se ha desarrollado 19 , para entender los primeros intentos e intervenciones integrales en las comunidades en la época indigenista, que se mantendrán y corregirán hasta entrados los primeros años de la década del „70; de Alfonso Caso La comunidad indígena 20 , fue clave para entender el cambio de escala en los estudios antropológicos que transitan de estudiar al indígena de manera individual, a una escala colectiva y comunitaria que repercutirán en la política indigenista y en la educación indígena en general; Javier Guerrero con su Moisés Sáenz, el precursor olvidado 21 , es uno de los pocos trabajos antropológicos que recoge la obra de la Escuela Rural Mexicana, a través de uno de sus máximos promotores. Estos textos proporcionaron información clave para conocer los grandes debates en los que se vieron involucrados los antropólogos durante el periodo que va de finales de la 16 Gonzalo Aguirre Beltrán, Obra Antropológica XII. Lenguas Vernáculas. 1993. 17 Gonzalo Aguirre Beltrán, Obra Antropológica X. Teoría y práctica de la educación indígena. 1992. 18 Julio de la Fuente, Educación, antropología y desarrollo de la comunidad. 1990. 19 Manuel Gamio. La población del Valle de Teotihuacán, el medio en el que se ha desarrollado.1979. Se publicó por primera vez en 1922. 20 Alfonso Caso, La comunidad indígena, 1970. 21 Javier Guerrero, Moisés Sáenz, el precursor olvidado. http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=15900103. Consultado el 15 de diciembre de 2012. http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=15900103 17 década de 1930 a 1950, fundamentando sus tesis y críticas mediante sus investigaciones sobre la manera como se había llevado a cabo hasta ese momento la educación indígena y, finalmente, su definitivo posicionamiento y liderazgo en los más importantes proyectos educativos indígenas que influenciaron, posteriormente, en las política educativa y de lenguaje para esta población. Además, permite adentrarnos en las condiciones institucionales de su participación. Este importante periodo de tiempo había quedado fuera del primer esquema que se había trazado de la historia de la propuesta de educación comunitaria, con la información obtenida únicamente de CONAFE y del PAIEE, es decir, de las instituciones involucradas directamente con la propuesta educativa en su etapa más reciente. 3. En el campo de trabajo social, se encontró uno de los pocos trabajos que aborda el aspecto teórico metodológico y, abiertamente político del enfoque comunitario, el artículo de Alberto José Diéguez, Tres modelos de Intervención Comunitaria: K. Lewin, S. Alinsky, O. Fals Borda 22 , permitió conocer el trabajo realizado desde este enfoque en Estados Unidos y en América Latina. A partir de los autores que señala, se pudo profundizar en los planteamientos de cada uno, lo que proporcionó elementos para entender de qué manera se encuentran presentes algunos principios básicos de este enfoque en la propuesta educativa. Diéguez señala que “Existen múltiples metodologías destinadas a la acción comunitaria orientadas hacia los procesos socioeducativos, originadas en diferentes tradiciones y contextos sociales y políticos”, y menciona claramente que algunas de ellas provienen de la antropología, la sociología y el campo del trabajo social. Su estudio consiste en delimitar los modelos de intervención comunitaria que están orientados principalmente al cambio, la reforma o la transformación social. Esta información permitió adentrarse en una de las condiciones que posibilitó el diseño de la propuestaeducativa y entender mejor algunos principios metodológicos, que se encuentran presentes en la estructura del modelo pedagógico, asimismo, permitió aproximarse a algunos elementos que detonan el compromiso social en las figuras facilitadoras, esta información brindó una perspectiva más amplia de análisis para poder atar algunos cabos sueltos en la configuración de la propuesta educativa. Se descubrió que, en realidad, el enfoque y método comunitario tienen un 22 Alberto José Diéguez, “Tres modelos de Intervención Comunitaria: K. Lewin, S. Alinsky, O. Fals Borda”. Margen, Revista de Trabajo Social y Ciencias Sociales. No. 27, 2000. http://www.margen.org/. Consultado el 27 de diciembre de 2012. Sin paginado. http://www.margen.org/ 18 origen urbano a raíz de la convivencia de diversos grupos étnicos migrantes en la década del „30 en Estados Unidos; en nuestro país, el enfoque comunitario se entrelazó en los años „70, deliberadamente, con la importante tradición de la ERM y la tradición antropológica en educación indígena, lo que dio lugar al particular desarrollo que tuvo la propuesta de educación comunitaria en nuestro país. 4. Finalmente, con el propósito de presentar el debate más reciente y conocer el punto en que se encuentra la relación entre el enfoque comunitario y el enfoque intercultural, se exploraron los estudios que presentan propuestas al respecto y, cerrar de esta manera, con lo más actual. Desde el campo de la educación intercultural en México se proponen acercamientos importantes, al respecto el trabajo de Yolanda Jiménez Naranjo 23 , es emblemático de los intentos de articular el enfoque comunitario y el intercultural, en su artículo “Desafíos conceptuales del currículum intercultural con perspectiva comunitaria” 24 , señala la fragmentación interna que existe en el contexto mexicano para "imaginar" la escuela intercultural, en el marco del debate sobre la relación de la educación escolarizada para los pueblos indígenas y el papel del Estado. En segundo término, toma como referencia las experiencias escolares interculturales que muestran un especial énfasis en lograr articulaciones entre las prácticas culturales del contexto comunitario y las prácticas escolares, lo que lleva a la autora a reflexionar sobre las implicaciones que cierto debate sobre los conceptos de cultura e identidad puede aportar al análisis y a la práctica curricular con enfoque comunitario; esto último muestra que el problema que presenta radica, precisamente, en la separación entre el concepto de comunidad (con sus implicaciones culturales e identitarias) y el enfoque intercultural. En otro trabajo “Buscar, documentar, sistematiza y trasladar la cultura comunitaria a la escuela 23 Yolanda Jiménez Naranjo, El proceso cultural en educación escolarizada: educación bilingüe intercultural en los zapotecos de Oaxaca, México, Instituto de Investigaciones en Educación, Universidad Veracruzana, Tesis de doctorado. En este trabajo se encuentran planteados los puntos de toque entre el enfoque comunitario y el intercultural. Se puede consultar en http://hera.ugr.es/tesisugr/1589812x.pdf. Consultado el 18 de enero de 2013. 24 Yolanda Jiménez Naranjo, “Desafíos conceptuales del currículum intercultural con perspectiva comunitaria”. Revista Mexicana de Investigación Educativa, 2012, vol.17, n.52, pp. 167-189. Disponible en: http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S140566662012000100008&lng=es&nrm=i so. Consultado el 27 de diciembre de 2012. http://hera.ugr.es/tesisugr/1589812x.pdf http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S140566662012000100008&lng=es&nrm=iso http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S140566662012000100008&lng=es&nrm=iso 19 intercultural: paradojas y preguntas” 25 , cuestiona los traslados que redundan en enfoques folclorizantes de la cultura. Lo anterior es un esfuerzo importante, sin embargo, lo que denota en el fondo es un desconocimiento sobre la tradición en educación comunitaria en México, en esta misma orientación surge la pregunta ¿es necesario trasladar la cultura comunitaria a la escuela intercultural cuando la propuesta de educación comunitaria precisamente está organizada con base, en función y para la cultura comunitaria? y en este traslado ¿no corremos el riego de obtener otra cosa fuera de la comunidad? aunque la autora señala los peligros de estos traslados, la complejidad de estos intentos persiste. Es importante señalar también que, recientemente, se despliegan esfuerzos desde la experiencia de educación comunitaria de CONAFE, que intentan retomar los planteamientos interculturales 26 , por ejemplo, para la formación de los instructores comunitarios 27 , sin embargo, se percibe que se trata de un afán por llamarle a todo intercultural, sin un conocimiento cabal de la propia historia de la educación comunitaria, lo que haría innecesario redundar en intentos poco fundamentados o, en su caso, proponer intentos mejor logrados de acoplamiento de ambos enfoques, dando sustento a las propuestas si se toma en cuenta el lugar que ocupa cada una en la historia de la educación en México. Dimensiones de estudio Para aproximarme al universo de estudio me apoyo en referentes teórico-conceptuales que permiten una perspectiva crítica para entender, en primer lugar, el proceso de configuración de la propuesta de educación comunitaria, con capacidad de incluir en estas miradas una serie de tendencias y conceptos que se incorporaron y la definieron 25 Yolanda Jiménez Naranjo, “Buscar, documentar, sistematiza y trasladar la cultura comunitaria a la escuela intercultural: paradojas y preguntas” Revista EntreVerAndo, Universidad Veracruzana Intercultural, 2009. http://cdigital.uv.mx/bitstream/123456789/8980/1/co1_p30-31_2009-4.pdf. Consultado el 27 de diciembre de 2012. 26 Es importante señalar también, que la estructura institucional del PAEPI-CONAFE, contó a partir de 1994 con una Dirección de Educación Comunitaria y una Subdirección de Educación Intercultural Bilingüe, lo que muestra que al interior del programa había interés por el enfoque intercultural, pero no se perciben en la estructura y los principios de la propuesta de educación comunitaria de 1973. Tal vez habrá que profundizar en esta relación al interior de la institución. 27 Marcela Georgina Gómez Zermeño, “Competencias interculturales en instructores comunitarios que brindan servicio a la población indígena del estado de Chiapas. Revista Electrónica de Investigación Educativa, Vol. 12, No. 1. 2010. http://redie.uabc.mx/vol12no1/contenido-gomezzermeno.html. Consultado el 25 de diciembre de 2012. http://cdigital.uv.mx/bitstream/123456789/8980/1/co1_p30-31_2009-4.pdf http://redie.uabc.mx/vol12no1/contenido-gomezzermeno.html 20 en cada una de sus etapas, logrando delimitar ejes conceptuales muy precisos que le imprimieron un alto grado de flexibilidad al diseño del modelo educativo, lo que permite explicar su capacidad para poder atender, no sólo a los distintos grupos indígenas en donde se originó, sino a la diversidad social y cultural en general, como acontece en el PAIEE en contexto urbano, lo que puso de manifiesto su nivel teórico y metodológico alcanzado. Es importante señalar, que si bien parto de mi experiencia en educación comunitaria que proporciona, sin lugar a dudas, un lugar favorable desde donde mirar, en un segundo momento se avizoraba la necesidad de una cierta perspectiva histórica que llevó a buscar en la institución del CONAFE pistas sobre su origen, pensando ingenuamente, que su historia empezaba en la década del 70. Pronto se perfiló la necesidad de conjuntar otrosreferentes que proporcionaran mayor profundidad y análisis a la investigación, por esta razón se recurre a las siguientes dimensiones de estudio: En primer lugar, la perspectiva histórica 28 constituye el referente teórico privilegiado que ofrece herramientas teóricas y conceptuales que permitieron “pensar históricamente” la propuesta de educación comunitaria, es decir, cómo ha llegado a constituirse en el transcurso del tiempo y cuáles son las diversas influencias que se entrecruzan en ella. No se trata de una perspectiva lineal, de raigambre evolucionista y ecos decimonónicos, que nos empuje a leer sólo el progreso, sino a abundar en la comprensión de las particularidades, los fragmentos, las experiencias olvidadas y eludidas, no leídas desde el centro sino desde los márgenes, no desde lo que se considera logrado, cerrado, sino desde lo irregular, lo informe, que paulatinamente adquiere contornos y definiciones contrastantes, 28 En la perspectiva histórica a la que aludimos confluyen diversos autores y tendencias que han posicionado a la historia como campo compartido entre las ciencias sociales, desarrollando enfoques particulares como los propuestos por la historia social y/o cultural, la historia desde abajo, la historia económica, etc., Desde Mediados del siglo XIX los estudiosos de la sociedad, como Marx, Weber y Durkheim, vieron en la historia un método de explicación de la dinámica social; en las primeras décadas del siglo XX la escuela francesa de los Annales se consolidó como una de las escuelas de estudios históricos más propositiva para romper con los viejos esquemas de la historia de corte positivista, destacando en esta misma dirección la escuela inglesa e italiana, ésta última con la corriente de la microhistoria y el paradigma indiciario, preponderando en sus investigaciones una relación más estrecha entre antropología e historia, en general todos estos enfoques comparten el interés por estudiar a las culturas populares. 21 contradictorias y paradójicas, donde el sujeto juega un papel decisivo. Esto sólo se puede mirar desde una perspectiva del pasado 29 . Pero además la perspectiva histórica constituye la herramienta para cuestionar desde el presente 30 , Nosotros necesitamos una historia que no se engolosine con el pasado por sí mismo, sino que, partiendo de los problemas que nos plantea el presente interrogue al pasado en búsqueda de explicaciones, de una mejor comprensión de ellos. Si asumimos con Popkewitz (2003), que la educación conforma nuestro modo de pensar, de sentir y de ver el mundo, necesitamos explicaciones sobre el cambio en educación, qué es lo que la mueve, qué es lo que permanece, cómo se transforman prácticas y discursos, por qué, hacia qué dirección se transforman, que principios las rigen, o bien por qué no se mueven, cuáles son los focos de resistencia, de qué manera persisten, sedimentadas, diversas tradiciones en nuestro diario hacer y pensar la educación; cómo es que nos constituimos en sujetos.” 31 En este sentido la importancia de realizar estudios en educación con perspectiva histórica y, en nuestro caso, de la propuesta de educación comunitaria, se fundamenta en la importancia de conocer esta alternativa educativa, que ha sido pensada, diseñada y puesta en marcha en sucesivas etapas para la educación comunitaria de la población rural, indígena y urbana marginada, a través de un largo y sinuoso camino, cuyo proceso dista mucho de ser lineal y sencillo. Experiencias todas que han estado marcadas por su tiempo, con sus errores seguramente, pero 29 María Esther Aguirre Lora, en su texto “Lo que la historia nos puede decir sobre la diferencia” en Patricia Medina, Epistemologías de la diferencia. Debates Contemporáneos sobre la identidad en las prácticas educativas. 2009. pp. 29-30, señala que la historia de la educación en nuestro país ha transitado por tres momentos: 1) como disciplina escolar para los estudios de los normalistas y pedagogos, “Quizá por este medio aprendimos nombres y obras de pedagogos, de políticas educativas ligadas al gobierno en turno, de la cronología de las instituciones educativas, entre otras cosas, pero poco, muy poco, a percibir la propia historicidad de las problemáticas educativas, que es lo que hoy requerimos”; 2) como campo de investigación, ha sido “sensible a los movimientos de renovación historiográfica que, desde distintas tradiciones y preocupaciones, por voz de distintas Escuelas, movimientos y pensadores...”; 3) “La historia de la educación en el terreno de la episteme, esto es de la dimensión que se asume en la producción de conocimiento, en la que, hoy por hoy, la perspectiva se ubica en las fronteras que rebasan los límites disciplinares; se trata de una dimensión que abre el horizonte de la inteligibilidad, puesto que los límites de nuestro actual conocimiento también han sido construidos históricamente. Se trata de una dimensión abierta a estudiosos de diversas procedencias y no necesariamente historiadores de profesión”. En este último nivel se colocan las investigaciones en educación de esta autora, que propone una serie de autores y conceptos que en conjunto pueden ofrecer un entramado teórico, metodológico y conceptual para las investigaciones en este campo. 30 Ibíd., p. 32. Nietzsche proponía una historia del presente, interrogándose sobre el sentido de la historia para la vida y rechazaba rotundamente la que llama historia anticuaria, llena de erudición, pero inoperante. 31 Ibíd., p. 33. 22 también por sus aciertos, que pueden contribuir a los fundamentos de nuevos proyectos. Con estas premisas como orientaciones generales del trabajo, el presente trabajo se enfoca en el proceso de configuración 32 de la propuesta de educación comunitaria, a través de un ejercicio de articulación de los momentos más significativos de su historia que fueron determinantes en los planteamientos y le dieron forma a su diseño, así, como identificar los elementos que la caracterizan, su persistencia en el tiempo y la manera como cada época los recrea. En este sentido se propone un primer acercamiento a la historia de la propuesta de educación comunitaria, que se aleja de una historia de las ideas pedagógicas, sino que intenta virar hacia una historia más anclada en los procesos sociales que le dieron lugar, que permite poner, en la medida de lo posible, nombre y apellido a quienes han participado en esta empresa educativa –la cual se puede caracterizar de épica que, envuelta por la atmósfera revolucionaria le imprimió tal fuerza y estilo, logrando llegar hasta nosotros siempre renovada 33 - para proponer alternativas de solución a los acuciantes problemas educativos de los sectores más desprotegidos del país, característica que se presenta en cada una de las etapas de su historia. En esta misma orientación, nos permite adentrarnos también en las tramas sociales donde se gestaron los sueños, hazañas y, sin lugar a dudas, también las dificultades, preocupaciones y frustraciones 34 de las personas que han participado 32 Norbert Elias, en su libro El proceso civilizatorio. Investigaciones psicogenéticas y sociogenéticas, 2009, desarrolla el concepto de configuración, para dar cuenta del proceso civilizatorio de Occidente en una perspectiva de larga duración, con énfasis en las lentas transformaciones, los cambios y las configuraciones que se producen a lo largo del tiempo en un sentido concreto, que van definiendo las estructuras sociales y en consecuencia de los comportamientos y las mentalidades de los individuos en sociedad. Para el caso que nos ocupa, resulta esclarecedor desde el concepto de configuración, quetodos los intentos realizados para la educación indígena en nuestro país, hasta finales de los años „60, están marcados por el incuestionable ímpetu de civilizar a la población indígena, a partir de esta fecha inician muy lentamente otros planteamientos y procesos que proponen que los diversos grupos culturales del país, sean y se asuman como sujetos de educación participativos y autogestivos, sin embargo, es importante señalar que el proceso es y será difícil, presenta múltiples puntos de tensión y será marcadamente lento para que pueda permear en todas las esferas de la vida social. 33 María Esther Aguirre Lora, Mares y puertos. Navegar por aguas de la modernidad, 2005. pp. 32-33. propone para los estudios históricos en educación la noción de la multiplicidad de tiempos, de espacios y de procesos en los que se despliega la vida de los hombres en sociedad, a partir de los cuales se pueden explicar sus continuidades, transformaciones, persistencias, etc., así como los puntos de quiebre y rupturas que obligan a viran hacia otras direcciones, al interior de ciertas posiciones dominantes. 34 Al terminar de redactar este trabajo, incluso en este sentido ayudó a superar este sentimiento, como tendré oportunidad de señalarlo más adelante. 23 desde diferentes posiciones en la estructura social de su tiempo y que, influyeron en su configuración, proceso que prosigue hasta la actualidad. Otra dimensión de estudio lo constituye la relación de lo político y lo educativo en torno de las políticas para la educación indígena 35 ; este referente se delineó claramente a medida que se avanzaba en su historia, en este ámbito destaca, sobre todo, la influencia y presión que ejercieron las investigaciones y críticas de los educadores y antropólogos, desde mediados de la década de los años treinta del siglo pasado 36 , sobre la forma como se había concebido hasta entonces la educación indígena, proceso que transitó de la completa ausencia de elementos culturales, pasando por la difícil construcción de acuerdos sobre la importancia de incorporar las lenguas indígenas en educación formal, hasta el reconocimiento de los grupos indígenas como grupos culturales con requerimientos educativos específicos 37 , lo que permitió identificar a partir de esa década, una tendencia cultural, que se expresa en orientaciones generales en las políticas educativas para los pueblos indígenas, proceso que se prolonga incluso hasta 35 Según Hamel, desde una perspectiva intercultural en el contexto de los estados nacionales Latinoamericanos y en México en particular, las políticas educativas para la diversidad cultural cuentan con determinadas orientaciones culturales subyacentes que se corresponden con un tipo de educación, en términos generales han transitado del monoculturalismo, a partir de una sola cultura (la occidental) al multiculturalismo, donde se advierte un cierto reconocimiento e inclusión cultural, pero se concibe como un “problema” para el proyecto de nación, en este rubro se ubica la política educativa indigenista en nuestro país, para transitar después al pluriculturalismo que reconoce a la diversidad cultural como un recurso sociocultural que enriquece al estado y al conjunto de la nación, este último se correspondería con el proyecto de interculturalidad en educación. Señala también que estos modelos de política educativa coexisten en México, aún el monocultural. Rainer Enrique Hamel, “Políticas del lenguaje y educación indígena en México. Orientaciones culturales y estrategias pedagógicas en una época de globalización”. http://uam-antropologia.info/web/articulos/2000_hamel.pdf. Respecto al modelo monocultural, se puede agregar que lamentablemente es muy frecuente en zonas indígenas. Por otro lado, es importante señalar, que desde una perspectiva únicamente intercultural, no permite o no se quieren integrar otros planteamientos que tienen que ver con las formas de “comunidades tradicionales” o la “construcción de comunidades” que plantean otros horizontes y la manera como se conducen, enmarcados por el contexto globalizador, como lo señala Díaz-Polanco muy claramente en su décima tesis: “La potencia emancipadora de la comunidad”, que “La única salida a la vista es el doble movimiento de frenar y combatir la individualización de la sociedad que está generalizando la globalización y, al mismo tiempo, promover la construcción de comunidad, fundada en las “identidades múltiples”, señala también, los cuidados, retos y desafíos que se enfrentarán en esta alternativa, Héctor Díaz-Polanco “Tesis sobre diversidad, identidad y globalización” en consellodacultura.org/mediateca/extras/diaz_polanco.pdf. Estas propuestas requerirán de modelos educativos fundados en un concepto y proyecto de comunidad específico, si pretendemos que tengan influencia en nuevas políticas educativas y de lenguaje para la diversidad social y cultural y, en general, para toda la sociedad, es importante contar con una perspectiva amplia de la historia de la educación comunitaria en nuestro país, como punto de apoyo para nuevos proyectos. 36 Este aspecto se profundiza en el segundo apartado de este trabajo. 37 Se han realizado diversas clasificaciones de las políticas educativas y sus correspondientes modelos lingüísticos y pedagógicos con los programas específicos, así como sus resultados en la educación indígena; los programas abarcan desde los que se realizan por sumersión total hasta los llamados revitalizadores e inmersión para lograr un bilingüismo aditivo (no sustractivo), y como resultado un bilingüismo pleno y enriquecedor. Ver Rainer Enrique Hamel op. cit., p. 8. 24 nuestros días 38 , sin que hasta la fecha logre cuajar como una realidad en todas las esferas de la vida social. En esa época se abrió, definitivamente, la ruta para el diseño de programas educativos para población indígena que tomaron otro giro, de entre las cuales se encuentra la propuesta de educación comunitaria. Lo anterior, naturalmente, no sucedió de manera lineal y progresiva, por el contrario, hubo rupturas, críticas, retrocesos y persistencias, en este debate los antropólogos jugaron un papel protagónico frente a los educadores de la vieja guardia de la ERM, marcando definitivamente la ruta que seguirían las políticas educativa y de lenguaje para la población indígena 39 . En este sentido, podemos señalar que en nuestro país esta tendencia se inició tempranamente y con muchas dificultades y tropiezos, a raíz de que se colocó el tema de la educación indígena en la agenda política después de la Revolución Mexicana. Finalmente, nos apoyamos en la dimensión de la pedagogía intercultural como referente teórico reciente, en específico en la educación intercultural 40 y bilingüe 41 (EIB), para 38 En la actualidad y en el ámbito de la política global, Díaz-Polanco señala que autores ideológicamente diferentes como E. Wallerstein y S.M. Huntington, “coinciden en postular que tanto el refuerzo de las identidades como, previsiblemente las disputas culturales ejercerán un importante papel en el escenario social del próximo milenio.”Héctor Díaz-Polanco, “Los dilemas de la diversidad” http://redalyc.uaemex.mx/pdf/162/16200207.pdf. consultado el 20 de febrero de 2013. En el campo de la educación indígena, Rainer Enrique Hamel, op.cit., señala que en los últimos tiempos se pueden mencionar las siguientes innovaciones en América Latina: “1. Con el auge de los movimientos indígenas y los procesos de democratización se ha roto la hegemonía de las posiciones multiculturales y asimilacionistas, es decir, emergió un cuestionamiento mucho más a fondo que en cualquier época anterior a la vía del desarrollo nacional integracionista y se presentaron alternativas reales. 2. Lospueblos indígenas han dejado de ser una masa poblacional relativamente pasiva, receptora de programas de los gobiernos, y se han instalado definitivamente como actores sociales en los escenarios políticos. 3. La “cuestión indígena” ha dejado de constituir un problema marginal que se pueda atender con programas asistencialistas en zonas geográficamente delimitadas. Por el contrario, las reivindicaciones de los segmentos indígenas más avanzados han planteado temas de derecho constitucional y derechos colectivos, de organización política y de pluralismo cultural que rebasan los territorios y ámbitos de su habitat tradicional y obligan a una profunda reforma de los estados y sus sociedades civiles mismas”. 39 Es importante señalar nuevamente, que los estudios sobre educación indígena desde el enfoque intercultural, no obstante, identifican claramente la importancia de retomar a la comunidad como fundamento pedagógico, se puede citar por ejemplo, el trabajo de Rainer Enrique Hamel que, a pesar del excelente análisis que realiza de las políticas, modelos pedagógicos y programas para la educación indígena, no da cuenta de la propuesta de educación comunitaria en México. 40 Varios autores consideran que el término evolucionó paulatinamente del original anglosajón “multiculturalismo” al de “interculturalidad”, y que de Europa se trasladaría a América Latina en el último cuarto del siglo XX. Otros autores en cambio, plantean que la noción de interculturalidad apareció tanto en América Latina –este es el caso de México- como en Europa desde contextos particulares e intereses diferentes. “Para el caso europeo, ésta estaría vinculada con la presencia de minorías inmigrantes relativamente recién llegadas mientras que para el caso latinoamericano ésta nació en los primeros proyectos de educación en los que los estudiantes indígenas entraban en contacto con la cultura oficial hegemónica surgiendo así, de alguna manera, un rechazo a la imposición cultural y una conciencia de que los estados nacionales modernos son incapaces de gestionar los conflictos de las identidades”. Inmaculada Antolínez Domínguez “Contextualización del significado de la educación intercultural a través de una mirada comparativa: Estados Unidos, Europa y América Latina”. Papeles del CEIC # 73, Septiembre 2011. http://www.identidadcolectiva.es/pdf/73.pdf. Consultado el 15 de diciembre de 2012. http://redalyc.uaemex.mx/pdf/162/16200207.pdf http://www.identidadcolectiva.es/pdf/73.pdf 25 poder establecer algunos puntos de comparación y debate a lo largo del trabajo con la educación comunitaria desarrollada en México, lo que permitió identificar que son histórica y teóricamente distintas. En la actualidad la pedagogía intercultural se ha conformado en un corpus teórico de amplias posibilidades en el campo de la educación de la diversidad social y cultural, originándose en los países desarrollados para dar respuesta a la problemática educativa de los migrantes de los países periféricos hacia sus territorios, desplegando desde este enfoque aspectos cruciales que trastocan la educación en general tal como se ha concebido hasta ahora, sobre todo, sus versiones críticas son muy sugerentes; no obstante su recorrido distinto, es posible reconocer campos de problemáticas educativas compartidas con la educación comunitaria. Para el caso de México, como ya lo ha señalado Jiménez Naranjo, el proyecto intercultural dista mucho de contar con un cierto consenso, sobre cómo concebir la educación intercultural 42 , encontrándose en una fase de propuestas al respecto, donde se advierten algunas problemáticas y dificultades, en torno de un fundamento pedagógico basado en la comunidad, no obstante, el problema principal no es la falta de consenso, sino que se pretende empezar de cero, sin reconocer el tramo que otros ya han recorrido, a furia de tropiezos y aciertos. Por el momento lo que se presenta en nuestro país, es una revisión incompleta de lo que se ha hecho en educación para la diversidad social y cultural, lo que hace necesario juntar todas las piezas, para reconocer quién, qué y desde dónde se puede aportar, para concentrar esfuerzos y alcanzar otra etapa que nos lleve a hacer frente común y lograr llegar fortalecidos al panorama que presenta la décima tesis de Díaz–Polanco, por ejemplo. De este modo, lo que quiero subrayar es 41 Ibid. En América Latina la versión oficial de la EIB, se genera desde marcos normativos internacionales como: el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo sobre Pueblos Indígenas y Tribales, la Declaración Universal de los Derechos Colectivos de los Pueblos de 1990, la Declaración Universal de Derechos Lingüísticos de la UNESCO de 1996, o la Declaración Universal de la UNESCO sobre Diversidad Cultural de 2001, además del papel de organismos internacionales como el Banco Mundial que establece directrices en las políticas educativas de los estados dirigidas principalmente hacia la rentabilización y gestión del sistema educativo. Paralelamente se perfila la versión crítica de la EIB desde los mimos grupos indígenas, la cual está adquiriendo cada vez más importancia. 42 Al respecto se puede consultar también Políticas y fundamentos de la Educación Intercultural Bilingüe en México. SEP-Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas-Coordinación General de Educación Intercultural Bilingüe, Primera edición, 2004 Primera reimpresión, 2007. A través de su lectura nos podemos dar cuenta que aún se encuentran en una fase de planteamientos generales, a los cuales le hace falta aterrizar metodológicamente en procedimientos más específicos para poder llevar a cabo la educación intercultural en las escuelas, en este sentido la educación comunitaria ha avanzado considerablemente, para ello consúltese las 23 guías del CONAFE, editadas en 2006, las cuales se empezaron a diseñar a partir de 1994. 26 que no se trata de nombres, si educación comunitaria o intercultural, sino de contenidos, fundamentos y perspectivas. Estrategia metodológica Para adentrarse al universo en estudio se recurrió a la siguiente estrategia metodológica de investigación, a través de la cual se obtuvo, por un lado, un panorama de la historia de la propuesta educativa en los términos que hemos mencionado y, con estos elementos realizar un ejercicio de comprensión de la dimensión subjetiva del compromiso social de sus participantes como Figuras Facilitadoras 43 , que puede aportar algunos elementos para explicar parte de su persistencia como propuesta educativa. La revisión documental del material disponible de la etapa más reciente de la propuesta educativa del CONAFE, proporcionó información muy general sobre su vinculación con la ERM, lo que permitió, no obstante, trazar la ruta de búsqueda y ubicar autores que nos llevaron de la mano a sus propias fuentes en cada una de las etapas. Una vez, que se tuvo el primer esquemas de sus principales etapas, e incluso terminado el primer capítulo del presente trabajo, se identificó la persistente relación entre educadores y antropólogos a lo largo de todas sus etapas, lo que llevó a establecer en este campo de conocimiento, otra ruta de investigación, que tuvo como resultado final, establecer no cuatro etapas de su historia como en un principio, sino cinco, ésta incluía el periodo que abarca de 1940 a 1970, y por la riqueza de información encontrada requirió darle un análisis aparte. Una vez obtenido el mapa histórico de la propuesta educativa lo más completo posible, con esta información se procedió al análisis de una serie de entrevistas que se realizaron a algunas Figuras Facilitadoras del PAIEE en 2009 44 . En las entrevistasexpresan 43 En el PAIEE las Figuras Facilitadoras son el equivalente de los Instructores comunitarios de la propuesta educativa de 1973 y 1994 del CONAFE. 44 Estas entrevistas se realizaron por iniciativa propia, a raíz de la inquietud por conocer más sobre la propuesta educativa, algunos fragmentos de estas entrevistas se integraron al primer informe de evaluación que se realizó del programa, para romper con el esquema cuantitativo que un ejercicio de este tipo siempre impone, con el propósito de presentar la voz de los mismos participantes del PAIEE, y no reducir el informe a meros números. 27 claramente su compromiso con las comunidades que contribuyeron a constituir y que atendían cotidianamente, sin embargo, lo que resultaba sorprendente era que su labor educativa se realizaba en condiciones institucionales muy difíciles, de manera específica, en lo referente al apoyo económico que recibían como beneficiarios de un programa social, por su labor docente. Se puede decir, que el apoyo económico por sí mismo ya era un problema, ya que era mínimo 45 , pero el problema se volvía aún más crítico debido a que se podía retrazar su entrega hasta tres y cinco meses, por esta razón el compromiso social que demostraban adquiría un significado especial. En las entrevistas expresan estas dificultades, no obstante, sale a relucir su entusiasmo y creatividad para resolver una serie de problemáticas que conlleva trabajar con población en condiciones sociales muy difíciles. Su análisis permitió acercarse al aspecto subjetivo de los participantes y a los procesos que desencadena en la dimensión del compromiso social, cuando se involucran en los procesos de educación comunitaria 46 . Estructura del documento Finalmente, el presente trabajo se estructuró en los siguientes ejes: 1. En el eje Trazos de la propuesta de educación comunitaria, se presenta una aproximación a su historia a través de las etapas más significativas que influyeron en su configuración actual. Asimismo, se describe la estructura general de la propuesta de 1994 para población indígena, como el punto de apoyo fundamental de su desarrollo teórico, destacando los ejes de cultura- identidad y el de oralidad-escritura, como sus aportes principales que se incorporaron a la propuesta, a través de experiencias educativas anteriores en educación indígena, analizadas a la luz de las actuales perspectivas teóricas de las experiencias con población indígena. 2. En el eje Educadores, antropólogos y la comunidad indígena, se aborda la estrecha relación que se produce entre educadores y antropólogos, como consecuencia de la relación que establece el Estado mexicano con la población 45 Los pagos se establecieron en dos mil, dos mil quinientos y cinco mil pesos dependiendo el tipo de figura facilitadora, la remuneración más alta la perciben los Asistentes Pedagógicos. 46 Se puede decir, que el presente trabajo es igualmente resultado de esta dimensión cuando se involucra con el modelo educativo. 28 indígena durante el periodo que va de finales de los años treinta a la década de los setenta, lapso de tiempo donde el entrelazamiento de diferentes factores favorecen propuestas y proyectos en educación indígena; se aborda de manera específica el Proyecto Tarasco de donde derivan todas las demás experiencias de la época, que ha dejado honda huella hasta la actualidad, se cierra esta etapa con la experiencia de los Centros Coordinadores Indigenistas, que abreva de toda la historia de experiencias en educación indígena desde el siglo XVI hasta el Proyecto Tarasco. Finalmente se marca el punto de transición de la educación de la comunidad a la educación comunitaria, como resultado de los cambios de perspectiva que se formulan a través de las investigaciones de Julio de la Fuente, que señala las problemáticas que se derivan de la relación de la escuela con las comunidades indígenas. 3. En el eje Una experiencia de educación comunitaria en contexto urbano, se aborda el Programa de Acciones de Inclusión y Equidad Educativa (PAIEE) en su conjunto: su contexto político e institucional, los referentes de diagnóstico de la exclusión educativa que justificaron el surgimiento del programa, se describen los subprogramas que lo conforman y la forma como despliega algunas características que comparte con otras experiencias educativas con enfoque comunitario. Asimismo, describo su organización interna, presentando a lo largo de este apartado cuadros que permiten ver su evolución y, al mismo tiempo, las limitaciones de su despliegue como programa. Se presenta el análisis de las entrevistas a las Figuras Facilitadoras y un intento de explicación de su compromiso social. Finalmente, describo mi participación en el programa. Al final de cada eje temático se presentan las conclusiones provisionales, a través de las cuales nos permite avanzar a los siguientes planteamientos y, por último, un apartado con las conclusiones finales. 29 I. Trazos de la historia de la propuesta de educación comunitaria Alguna vez se consideró fácil incorporar o integrar en la sociedad nacional de cultura moderna a los grupos humanos que participan de una cultura de comunidad, utilizando las herramientas que suministra la educación formal; actualmente sabemos, mejor informados, que la tarea tiene alcances limitados Gonzalo Aguirre Beltrán En la propuesta de educación comunitaria confluyen diversas fuentes, grupos y personas de diferentes campos de conocimiento, con responsabilidades institucionales y políticas que participaron en su configuración en distintas épocas, lo que dificulta identificar todas sus particularidades, sin embargo, el presente trabajo intenta articular a grandes rasgos algunos de sus momentos más destacados. A continuación se describen cuatro importantes experiencias educativas en México, que jugaron un papel determinante en la configuración de la propuesta de educación comunitaria; éstas, naturalmente, no agotan todas las vertientes que confluyen 47 , sin embargo, se pretende delinear una primera base para la identificación de su filiación histórica; valga, también este ejercicio, como una forma de reconocer lo que en educación se ha hecho en nuestro país. 1. La Escuela Rural Mexicana Todo indica que los orígenes de la propuesta de educación comunitaria se remontan al periodo posrevolucionario, a esa “invención mexicana tan original y atrevida” 48 que fue la Escuela Rural, pensada para responder a las necesidades educativas de la época, en el seno del proyecto de nación con miras a la modernización del país y donde la escuela fue vista como el medio indispensable para ingresar a ese proceso. En este contexto se concebía como antípoda de la “civilización” a los pueblos indígenas, asociados, por 47 Al respecto podemos mencionar la influencia de la educación socialista de los años 30 del siglo pasado, algunas tendencias de educación popular, o la constante relación y referencia con la educación formal pública; sin embargo, esto nos llevaría por un camino más largo del que aquí se ha previsto. 48 Gonzalo Aguirre Beltrán, “Introducción”, en Julio de la Fuente Educación, antropología y desarrollo de la comunidad. 1990. p. 6. 30 tanto, con el concepto de atraso social. Desde un punto de vista retrospectivo en educación indígena y en antropología, la Escuela Rural Mexicana (ERM) en asociación con la versión indigenista de la antropología del país, ha sido criticada por
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