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La-nueva-concepci-n-de-la-historia - Obed Vázquez Alvarado

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Título original: 
La omnipresencia del proletariado: el papel de los 
trabajadores y del socialismo, en el desarrollo presente y 
futuro de la humanidad. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Registro derecho autoral: IEPI, 08-04-2011 
 Certificado Nro. 035491. 
 
Diagramación: Darwin Gualotuña 
 Roberto Conrado. 
Edición informal, de prueba: febrero del 2012. 
Quito-Ecuador. 
 
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 RESUMEN EJECUTIVO. 
 
Marx comprendió el sentido prometeico, completo de la historia. 
Promovió instrumentar la ciencia, la estrategia, la política 
(ideología/acción), en cuanto vehículo conducente a someter la 
determinación directriz del mercado a la voluntad colectiva; insertar 
al género, en actuación consciente y eficiente, en el orden natural de 
la sociedad; e, implantar la forma ethos racional (ley del “´valor´ de 
usufructo”, democovivencia), como marco de vida de la moderna 
existencia humana, sobrepuesto sobre la “condición material de sí” 
(la naturaleza). La nueva concepción de la historia, es de Karl Marx. 
Marx: forma parte de esos hechos, que se dan una sola vez en la 
historia; genialidad teórico-revolucionaria aún no superada, 
simplemente porque es insuperable. Según la consideración referida, 
todos los críticos (pasados, presentes y futuros) de Marx, a la hora de 
la verdad, pasan (pasarán) por menguados. 
 
CATEGORIAS CLAVE (Formación ideológico-teórica marxistaleninista): 
 
Materia, teoría de la propiedad, principio (metaprincipio inmanencia/trascendencia), 
movimiento, acto y potencia, ley, indeterminación (incertidumbre/caos), determinación (Diamat, 
Hismat), modelo lógico de operación del Universo, Universo viable-óptimo (Big Bang/Big 
Crunch), campo unificado, fuerzas productivas/(relaciones de producción), modelo de desarrollo 
humano (1ra. naturaleza, 2da.natur., 3ra. N.), condición animal, propiedad de la inteligencia, 
unidad mínima de inteligencia (de pensamiento; programación), emocionalidad, reproducción 
natural, valor de uso, primera naturaleza, banco germoplásmico, hedonismo (artístico, 
empresarial, religioso, humanista, ecológico), homo luden, neocórtex, formas de propiedad, 
homo faber, hominización, modernidad, neoidealismo, posmodernidad, cultura, civilización, 
condición racional (cerebro izquierdo), sujeto histórico, socialismo, subversivo, neoproletario, 
neosubversivo, reproducción social, valor de cambio, segunda naturaleza, 
modernización/secularización, transición (geoeconomía, geopolítica; “mundo en estado de 
naturaleza”, hegemón, ejes conflictivos crónicos), época cambiada, revolución subversivo-
intelectual-ciudadana, cuestión social, cuestión espiritual (“cultura” mundial), cuestión global, 
singularidad tecnológica, automatización, robótica, neoprometeia (IA), división posmoderna del 
trabajo, tendencia decreciente de la tasa de ganancia, occidentalización/desoccidentalización, 
inteligencia artificial, tendencia creciente de la tasa de conocimiento, bloque histórico 
hemisférico, homogenización, cuestión humana (ontopraxeologoteleología), ethos 
supramoderno, reproducción automatizada, “valor” de usufructo (input/output: modelo 
sraffiano), posthumano, robot sapiens, tercera naturaleza, telos, racionalidad teleológica, 
destino común de la humanidad (humanología/historia), axio-deontología, protodivinidad, 
libertad, perfección, absoluto, democovivencia, comunismo, campo de conciencia (símil 
filosófico de campo eléctrico, campo de Higgs), supraracionalidad, supraidentidad, condición 
divina, “Dios”-ser humano (homo divinus), metahistoria, Big Rip. 
 
OBJETO, METODO Y POSICION FILOSOFICA. 
 
Objeto. Kant: ¿existe Dios?, ¿tiene el ser humano libre albedrío? y ¿habrá vida después de la 
muerte? El astrofísico y cosmólogo F. Tipler contesta: “sí, sí y sí”. El físico ruso G. Shipov 
tantea proveer sustento al supuesto “diseño inteligente”: “banco de información” preexistente, 
“mundo de la realidad suprema”, “campos primarios de torsión”, o, como razona el también 
físico ruso-cristiano V. Plykin: causalidad de los “flujos energéticos informativos”, 
“Programa Universal Primario” (en otro lugar, principio denominado: “diseño inteligente”). 
La metafísica, en general, asume: solamente una inteligencia puede diseñar el mundo y no la 
evolución de la materia de modo accidental; se “fundamenta” las creencias: “construcción 
racional”, energía o información supraprogramada, “Dios creador”, con frases como: “no 
puede haber reloj si no existe relojero” (“Si se encuentra con una piedra, se concluirá que 
siempre estuvo allí; pero si se topa con un reloj, se dirá que hubo un diseñador; una planta, un 
animal, un ser humano, luego, debe tener un diseñador”); un “libro, no puede ser el resultado 
de la simple explosión de un tintero”; “creer que el Universo fue hecho por generación 
espontánea, es como pensar, que un huracán flotando sobre una montaña logró crear un 
Yumbo 707”; “… explotar una fábrica de aviones para construir aviones…”; “si el ser 
humano descendiera del mono, ya una pareja de ellos habría engendrado una persona” –sic- 
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(retahíla de argumentos “intuitivos” a priori los anotados, que tienen efecto de sugestión 
sobre una mente no prevenida; pero: “el ser humano es la consecuencia de los azares de sus 
antecesores”). Las citadas posiciones logicistas trasuntan carácter neomitológico, 
híperdeterminista, extrañamente se encuentran concebidas “en el espíritu espinoziano”; 
ridiculizan de tosca manera la hipótesis de la “gran explosión” -expansión/contracción-: 
dinamia universal de acordeón, pulsátil; sístoles y diástoles: corazón material; 
conceptualmente se desentienden de las abstracciones ontológicas iniciales y del carácter 
ergódigo-mesológico de operación de la materia; en la dimensión socio-axiológica, denotan 
premeditada inocencia: su conducta propende preservar el statu quo. La razón objetiva ubica a 
la entidad Dios en la esfera de la ficción (para ella: la inteligencia –materia altamente 
organizada, supraespecializada, último eslabón evolutivo natural: el neocórtex- es la potencia 
real); considera que la “materia supergrosera” es lo primario, no la “información” (la cual no 
es más, que el sistema de propiedades abstraídas, subjetivizadas, de la masa) ni la “energía” 
(atributo de la materia de dudosa existencia, y la que, según especulación arcediana, se 
“condensaría para dar substancia al mundo sensible”); entiende que “espacio” y “tiempo” son 
simples nociones, códigos figurados de la mente que aparecen cuando ésta existe, no formas 
ontológicas de la realidad, que puedan desempeñar el papel de categorías teóricas, en tanto 
modos de ser, aspectos de la vida, determinaciones reales “del ser”; el ser humano –sostiene- 
forja históricamente su libertad en la praxis (¿lo que se quiere hacer? o ¿lo que la realidad 
tiende a ser?; la verdadera prospectiva es el acto de intelección sobre el proceso del “destino” 
–“somos máquinas al servicio de nuestros genes” [sic]-: representar el sentido del diseño 
óptimo, viable natural, estocásticamente en despliegue del mundo; el futuro no es incierto 
para especie viva alguna); y, asume que no hay “vida después de la muerte”, pues, dicha 
pregunta encierra una antinomia aporética: la muerte (según los mentados credos) es un tipo 
de vida, la muerte no conformaría un hecho de la realidad o la muerte es una forma de seguir 
viviendo. La dificultad técnico-discursiva de exponer el origen y razón no mediatizados por 
instrumentos-plan subyacentes al orden de los procesos materiales, ha sido el factor aliado del 
efectismo de la maniobra persuasiva, de reposicionamiento en la subjetividad colectiva del 
mito creacionista. La diferencia entre el diseño humano (único y verdaderamente inteligente 
[“mucha programación” -informática]), que reproduce la naturaleza (producción del propio 
ser humano y del Universo en la representación abstracta o en la maquetería, en este último 
caso) y el “diseño”inconsciente de la materia, es que el humano es de índole prefigurado: 
proceder controlado en el cual el esfuerzo se dirige sólo y directamente al sitio deliberado; el 
natural (selección), en cambio, semeja disparo al vacío en espera de que de entre los 
perdigones emerja el evento óptimo, viable, se fije y de él brote el próximo proceso evolutivo 
igualmente de modo aleatorio, modelización que para plasmarse demanda amplios períodos 
de vida (el proceso es graficable y verificable en el comportamiento humano: hasta que no 
fuera formalizado el proceder científico, se proyectó esa determinación en la conducta 
cognitiva: descubrimiento por casualidad, de modo espontáneo). El quid radica –por tanto- en 
representar de forma convincente –método de exposición- el modo de operación de la materia 
en la generación inconsciente del orden y el proceso que conserva y lleva al “estado 
ordenado” de los hechos hacia el de complejidad, hasta producir la conciencia, como si 
hubiese tras de sí un programa. Reflexiones filosóficas de vertiente matemática establecen 
funciones relacionadas con la tridimensionalidad elíptica: f(X)=N, f(X)=N*… (1+1=2, 
1+2=3, 2+3=5, 3+5=8, 5+8=13, 8+13=21…); se dice que ésta es una ley ineluctable de toda 
existencia, la cual, en el plano cartesiano dibuja una hélice ascensional; arquitectura fractal: 
patrón de autosimilaridad en tanto forma que se repite en escalas diferentes en todos los 
hechos de la naturaleza; la división del número inmediatamente superior para el inferior da la 
“divina proporción” (la “Firma de Dios” -sic): 1,618 (también la realidad de esta “proporción” 
y su representación se inhiben al llegar el ciclo a su fase última: al absoluto); no obstante, en 
la citada reflexión, la determinación sigue sin explicación, sin embargo la misma contribuye 
con el esfuerzo por entender el mundo, partiendo de él mismo. El marxismo (en la perspectiva 
de Hegel) descubrió el “patrón”: “desarrollo en espiral”, mucho “tiempo” atrás; la ciencia 
positiva confirma la doctrina dialéctica de estructuración, movimiento, desarrollo y cambio 
del mundo; el epítome muy bien se representa en el proceder reproductivo humano (“todo en 
la naturaleza fecunda”): del sexo colectivo “bonoboico” en la barbarie y en la primera forma 
de estructuración humana (comunidad primitiva), a la transición del sexo en grupo hacia la 
monogamia en las formas clasistas (esclavista, feudal, capitalista –monogamia moderna), al 
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sexo en grupo posmoderno en tránsito al sexo colectivo supramoderno (“bonobo” funcional: 
bonobo sapiens) rumbo a la desaparición del apareamiento (el posthumano ha roto la regla: en 
la forma humana posclasista, este ser ha dejado de fecundar); por tanto, el proceso se produce 
también en forma progresivamente degenerativa, de modo que la última fase crea el momento 
necesario para que tenga lugar el inicio de un nuevo ascenso. El supuesto de la “gran 
explosión” considera que de ésta se desprenden múltiples protouniversos, y que de entre ellos 
uno es viable (quizá dos o más, de allí la hipótesis de los universos paralelos, pero no en el 
sentido cuántico de las “dimensiones simultáneas”), el cual cuaja y es el que se despliega de 
modo ordenado. A su interior, en este mundo de preordenación (fijación de las “constantes 
cósmicas”), en el plano subatómico se genera el principio del movimiento cuasi teleológico: 
atracción/repulsión de partículas efecto de la operación correlacional de sus propiedades 
inmanentes, de modo conmutativo se forman nuevas propiedades y formas de masa (cambios 
cuantitativos acumulativos), que en un momento dado en el evento óptimo provocan el salto 
hacia una nueva cualidad en progresión hasta llegar a la máxima característica de la materia: 
la conciencia nun plus ultra (absoluta). En oposición de la creencia en el “diseño inteligente”, 
la episteme –contrario sensu que la doxa: la filosofía espontánea de los sabios” [G. 
Bachelard]- debe registrar, que el proceso natural por combinación acumulativa entre las 
propiedades de la materia produce ese diseño, hasta llegar a la complejidad ordenada actual 
(“Teoría de Sistemas”: desarrollo autosostenido, tendencia coadyuvante, red de acoplamientos 
capaces de provocar transformaciones autónomas, control de conducción –realimentación-: 
nuevos productos y nuevas condiciones progresivas en el propio proceso [G. Verdesoto: La 
tendencia coadyuvante natural en el desarrollo de los procesos]). En verdad, nada se crea por 
“generación espontánea” (composición milagrosa), pues, las fuerzas naturales 
contingentemente se autoorganizan, se despliegan sin necesidad de la intervención de 
“energía universal creadora” alguna (lo cual indica –ratifica-, que la “incomprensión lleva al 
mito”), merced a la condición direccional ordenadora intrínseca de la materia –como lo es la 
técnica [las fuerzas productivas] respecto de la historia- (propiedades prístinas –polaridad- de 
movimiento físico hacia el químico, al biológico y a la razón). Es hora de empezar por 
desmontar, por tanto, los mitos eternos: energía (idealismo en Ciencias Naturales; energía: esa 
fuerza misteriosa incorpórea, no existe en ningún lugar de la realidad); tiempo, espacio, 
espacio/tiempo (subjetivismo reificado); intuición (conclusión, decisión, acción sin 
antecedente); creatividad in abstracto (la Psicología también es un hecho histórico, que no 
está presente en el sucedáneo racional del ser humano como ser “superior” –el robot sapiens-; 
pues, conciencia: estructuración representada con sentido de las propiedades superiores de la 
materia, psicología: movimiento fáctico en coherencia de autosustentabilidad de la materia 
racional, efecto de relación interno/externo –necesidades/condiciones): 
 
- Materia (“eterna, la misma siempre a través de todas sus mutaciones”) = masa y movimiento (la 
abstracción ontológica más prístina: “partícula Dios”, “causa causorum” –“causa de sí misma”). 
- Masa = corporeidad (compacta y/o blanda), substancia con propiedades. 
- Movimiento = acción recíproca entre masas, merced al despliegue de sus propiedades inmanentes 
(“Elan vitae”). 
- “Energía” = masa en movimiento (fuerza, luz, calor,… -Engels, Friedrich: Dialéctica de la 
naturaleza). 
 
Estas, las abstracciones iniciales y su conformación ulterior. Los átomos no tienen espíritu 
alguno (“energía”) que explique su “comportamiento”: gozan de propiedades (que se activan 
solas por acción y reacción) y de éstas, la “más” elemental es la polaridad (primer impulso): 
cargas positivas y negativas en un mismo o en distinto cuerpo (hecho a estudiarse con otra 
perspectiva: descubrir la verdad, no caer en la ficción mesiánica). La acción recíproca entre el 
“más” y el “menos” y el cambio de posición permanente (ahora positivo luego negativo) 
generan –motu propio- toda la variedad de movimientos del mundo, sin que haya la necesidad 
de incorporar, en la abstracción, la presencia y acción de aquella fuerza misteriosa llamada 
“energía” o “espíritu de la materia”. 
 
Strictu sensu: ¿qué es la realidad, el Universo (forma ordenada, en despliegue –desarrollo 
autosostenido de la materia), el mundo?: lo es materia “infinita”, “eterna”, en movimiento; 
¿qué es la materia (compacta y blanda)?: lo es masa y propiedades; 
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¿qué es el movimiento?: la acción recíproca entre propiedades (el movimiento en potencia y real se 
comprehende en la misma materia; se origina al ponerse frente a frente las propiedades más imples 
de la masa –“impulso ´divino´”-, y se despliega en múltiples formas y niveles por aplicación 
cuantitativa como en la historia de la programación informática: combinación binaria hacia 
algoritmos simples, luego a avanzados y a complejos); 
¿qué es masa?: el “material” sensible, compacto; 
¿qué son propiedades?: atributos inmanentes de la masa (partículas subatómicas): 
electromagnetismo, gravitación, atracción nuclear fuerte y débil de los protones (la quinta fuerza: la 
integración de las cuatro). 
La acción recíproca reiteradaentre propiedades da lugar al aparecimiento de leyes. 
Cada nueva determinación genera una renovada propiedad superior: física, química, biológica, del 
reflejo (capacidad cognoscitiva), racional (psicopedagogía: “zona de desarrollo próximo” 
–Vygotsky-, cosmofilosofía: línea meta –comunismo, democovivencia, “Cielo”, “Divinidad”); el 
proceso no es más, que el “nacimiento de nuevas cualidades” (contradicción, negación, salto 
-Engels, F.: ídem.). Y. Esa la gran ley de existencia, propia, interna, autónoma de la realidad, como 
comprensión, que una vez más no necesita de fuerzas providenciales, para abordar su substancia 
(empero, no existen leyes como atributos de la materia, como aquella conocida como ley del 
desarrollo; por el contrario, las leyes de la materia, cualquiera que sea su índole, no son más, que la 
expresión de la relación permanente, estable, reiterada, entre propiedades de la materia, que en un 
momento dado se hace con la propiedad mayor: la representación, cuando la misma masa se 
despliega, de supraorganiza, se hiperespecializa y se mueve sobre el movimiento: la conciencia). 
No es energía lo que se desgasta cuando una persona trabaja (actividad que es medida según la 
fatua noción de “tiempo de trabajo”), sino lo que se mina es materia: al sudar se pierde agua (masa: 
los gases oxígeno e hidrógeno), sales minerales, toxinas, hormonas; se pierde también (tautología) 
masa muscular, por lo que se debe pesar menos luego de haber realizado un esfuerzo sostenido. Es 
la ingesta de materia alimenticia la que reequilibra al cuerpo mediante el acto de la manducación 
(empero, el proceso no semeja el acto por el cual un ser humano se enchufa a un tomacorriente para 
adsorber energía, hecho que ni siquiera ocurre en un artefacto que dispone de un acumulador –pila- 
que se conecta a una fuente de “energía” –tomacorriente- para aprovisionarse de ella, puesto que lo 
que almacena es una forma de movimiento de la materia, más no el vulgarismo “energía” 
–¿“obscura”?; ¡bah!-: movimiento sin masa; en un vehículo a explosión el combustible produce 
movimiento de tracción, como efecto resultante de los distintos movimientos –reacciones químicas- 
que se dan en el ciclo y jamás “energía” alguna). Alimentos, que no es que se convierten en 
“energía” (en ese algo misterioso, espiritual) por oxidación/respiración, ciclo de Crebs, en el 
organismo (acto en el que, según el vulgarismo, suele decirse que interviene la “energía” –de las 
mitocondrias), para volverse nuevamente materia, por ejemplo: muscular. Por el contrario, el 
proceso es completamente material: simplemente de desdoblamiento de macromoléculas en 
micromoléculas asimilables (proteínas de la carne en aminoácidos) en el proceso de digestión y 
adsorción, transporte e incorporación de los nutrientes a los distintos órganos corporales (éstos son 
materia no energía, es decir, proteínas, minerales –elementos químicos en general-, enzimas 
–vitaminas-, ácidos grasos, hidratos de carbono, también equívocamente nominados calorías). 
Como el “patrón oro” –o la divisa prevaleciente en la coyuntura-, que es un valor (trabajo y 
apreciación subjetiva, el cual es una abstracción, una representación -una convención- que permite 
la operatividad de la medición: en el sistema monetario internacional –el dólar estadounidense, 
todavía- mide al resto de valores, esto es, monedas o trabajo -algo similar ocurre con el metro, con 
el vatio, con el segundo,…); un reloj es una mecanismo que se mueve para poder medir el 
movimiento de la vida, vulgarmente llamado “tiempo” (“reloj no marques la horas, porque mi vida 
se acaba”; si se interrumpe el funcionamiento del reloj –se paraliza el tiempo- la vida también se 
detiene: ¡absurdo!). De análoga manera en que, en la Economía neoclásica la “teoría subjetiva del 
valor” niega al trabajo humano como la (única) fuente del valor (de cambio), en Física la “teoría 
del ´tiempo´” ontologiza burdamente una noción: eso pasa con Planck, Einstein, Heisenberg, 
Schrödinger, lamentablemente con Sagan, Penrose, Hawking, Kaku, etc. Y, el “espacio” vacío 
siempre está lleno; de no ser así, la materia colapsaría, implosionaría. Los señores físicos de rango 
medio, cegados por su soberbia autosuficiente y por las ideas de las lumbreras del ramo, no dan 
importancia a este atavismo de la conciencia. 
En el plano humano de coyuntura, la discusión teórico-filosófica se desplaza a otro frente 
(Humanología): no si el capitalismo debe cuestionarse, mantenerse, tolerarse (si es malo o si es 
bueno), sino sobre la relación que esta formación social tiene con el flujo de la vida y si está 
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haciendo lo correcto en el sentido comprehendido de la historia (pues, puede completar el 
desarrollo de las fuerzas productivas y a la vez destruir a la “propiedad de la inteligencia” -Tercera 
Guerra Mundial, por ejemplo): la preocupación en torno de las desgracias (explotación social y 
depredación natural) o bondades (ser la forma en la que se desarrolla de mejor manera la 
producción) del capitalismo se desliza hacia la trama de la historia y sobre el sentido de la vida. La 
política proletaria, al interior de esa nueva tópica, no es que queda inhibida (ni su experiencia 
pasada -la del ex Bloque Oriental- subsiste en la noción despropósito); por el contrario, dicha 
praxis continua viva, pero sume un nuevo y más elevado nivel de preocupación, de contenido: los 
trabajadores (los neoproletarios) promueven el desarrollo de las fuerzas productivas, en tanto tienen 
como interés central hacerlo de modo que no haya más sacrificio humano (someter la fatalidad del 
“darwinismo burgués”), y sobre todo garantizar que la marcha humana se enrumbe hacia su 
objetivo superior: el único que pone a la inteligencia en perspectiva de su inmanencia ontológica: 
sólo con la sabiduría absoluta el Universo se determina “para sí”: aparece viable y realiza su 
optimidad (R. Penrose): la materia se humaniza, se racionaliza, se diviniza. 
 
Ante la humanidad se yergue el único sendero posible, respetable, justificable, para el cual su 
fundamento es la fuerza de voluntad, la sensatez: aquel es el de índole racional, el que ocupa 
a la inteligencia de conformidad con su razón y sobre cómo utilizarla con criterio, según la 
determinación y necesidad históricas. El escepticismo en torno de la capacidad, valía y poder 
humanos, viene de atrás: expresa el más obsoleto complejo de inferioridad, el mismo que 
desgraciadamente se mantiene vigente y el cual, de seguro que también ejecutará sus lances 
en el próximo futuro. Por ejemplo, Hegel sostiene, que el instrumento de la mente no es 
adecuado para abarcar idealmente al Universo (limitaciones en la herramienta cognitiva de la 
inteligencia); Godel blande el prepuesto de la incompletitud del lenguaje (la simbología, por 
deducción matemática, es limitada); R. Lanz sentencia, que el ser humano es incompetente en 
su pretensión científicamente multidisciplinaria (la imposibilidad de una epistemología 
filosófica); de Hipona asume que no se puede trasvasar toda el agua del mar a un hoyo hecho 
por un niño en la playa; R. Báez dice, que hablar en términos de “absoluto” (futurizar) es una 
conducta sospechosamente metafísica (incapacidad de pensar en –llegar a- las dimensiones 
“completas”, últimas); mientras que N. Poulantzas, con extrema, con exceso de modestia, 
manifestó no hallarse proporcionado para formular el concepto total de la realidad. Es 
práctico superar la barrera comprensiva, especulativamente puesta por Hegel-Godel-Lanz-de 
Hipona-Báez a la mente (la conexión en interfaz entre inteligencia natural-IA modifica el 
limitado instrumento de la mente humana volviéndole infinitamente potente –factótum-; el ser 
humano ideará nuevas formas de representarse el mundo, como antes ha ido de la matemática 
elemental a la infinitesimal –ahora se habla de la fractal-; no sólo un cerebro por separado, 
sino la humanidad en su conjunto -Hawking- se hallan encondiciones de concebir y abarcar el 
producto-abstracción de los “grandes números”; la evolución marcha al absoluto -de 
Chardin); por tanto, la teoría clasista de antes en la gnosis, hoy pasa a ser la expresión de los 
intereses de toda la humanidad: la “cuestión humana” (que es lo mismo, que decir: la 
“cuestión de la inteligencia”). 
 
Método: histórico-descencional (enunciado lógico del proceso a través del que la 
contradicción de la praxis deviene al ingresar el género en la fase noósfera democovivencial; 
el trabajo reflexivo aprehende las determinaciones estructurantes del momento clave en el 
proceso de desarrollo humano -sujeto de pensamiento-: singularidad tecnológica rumbo a la 
producción artificial de la persona –robot sapiens- y conexión en interfaz con él; en el 
modelo, el género aparece libre de diferenciaciones y escisiones internas, en curso de la 
producción de la idea, aprestándose a dirigir perentoriamente el proceso material –el 
procedimiento demanda el ejercicio de retorno deductivo sobre la especulación que dice 
describir el camino que ha seguido –se supone va a seguir- la realidad para llegar a ser 
realidad absoluta, mediante desagregación cronológica de las partes integrantes del todo 
realizado). De acuerdo al tramo recorrido por la historia: en el punto en el que ésta está 
situada, así como al grado de desarrollo de la conciencia (de intelección del mundo), ha 
dejado de ser el pasado la dimensión condición de entendimiento del presente (identidad); el 
futuro se presenta, por tanto, como el útil categorial, que hace inteligibles presente y pasado. 
Pero, ¿qué es primero?: ¿el huevo o la gallina?; en la realidad, bien se sabe, que lo es la forma 
histórica -la renta-, en la mente, en cambio, lo es la forma lógica -el capital. El futuro 
abstracto, por razones asociadas con el tipo sui géneris de proceso cognitivo implicado 
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(ausencia de hechos reales), es la simple proyección modelizada de las principales variables 
de desarrollo visibles en el presente, o la extrapolación de la tendencia histórica; en el sentido 
expuesto, es el pasado realizado en el presente la forma que permite figurarse el futuro, pero 
la verdadera comprensión del presente y del pasado tanto como la develación de su razón 
respectiva, solamente se logran una vez que ha sido producido el desenlace del curso 
histórico, en forma ideal. Esta artesanía inferencial queda únicamente como hipótesis a ser 
chequeada en el remoto movimiento de la vida que viene; para entonces el rigor de la regla de 
verificación, preocupará bien poco. Es de ese modo como el ser humano delinea su futuro, en 
razón de que su afán concuerda con la determinación; el ser humano aparece en doble 
connotación: ora como marioneta, ora como voluntad, esa dualidad permite que la 
contradicción abstracta quede resuelta; dicho en otros términos, de ese manera el movimiento 
de la realidad aparece adecuadamente representado por la vía del pensamiento: forma de 
captar la modalidad de ser completa de la historia, que además sirve como guía para “hallar el 
propósito de la vida humana, para que todo tenga sentido”, en y para ella. En consecuencia, 
éste es, manifiestamente, el método filosófico correcto. 
 
Despliegue (la anatomía del “posthumano”, clave para entender la del humano y del 
prehumano –K. Marx- [del Universo desarrollado al protouniverso]; descenso gnoseológico 
regresivo gradual, del concreto representado al “todo real” no desplegado y retorno a la 
refiguración: al “todo de pensamiento” ideal futurizado): 1) fase de modelación prospectiva, 
en la que se edifica el escenario meta de la humanidad (la concepción –en estado “práctico”-
sobre el objeto de la vida racional: avanzar al nivel de la “divinidad”, como principio de 
interpretabilidad; dicho sea de modo incidental, son tres las opciones: a.- las míticas de la 
reencarnación y la resurrección, b.- la del hedonismo simétrico ilustrado marxista y 
neomarxista, y, c.- la de Marx, que concibe como razón de la vida humana: producir el saber 
total y gobernar la materia); 2) fase de hipotetización de la tarea histórica: en el seno de la 
“formación ´social´” cumbre por venir, para la forma superior de humanidad, pari pasu, la 
principal obra es forjar el saber total: el poder para regir a la naturaleza; 3) fase de 
formulación retrospectiva de sentido: con el producto-simulación (categoría teórica), se 
retrotrae la mente hacia el presente (definición de la coyuntura de entre siglos –transición-: 
“estado de la humanidad frente a su telos”) y al pasado (se revalida la “lógica histórica”; en la 
instancia de la “febril acumulación”: ciclos “logísticos”: del siglo XI a 1870 –guerra franco-
prusiana-: etapa de formación capitalista competitiva, y de 1870,1 hasta 1970: fase 
imperialista, y de esta última fecha hasta el 2050: etapa depresiva, implosiva, senil, del 
capital; geopolítica: monopolaridad –Inglaterra-, bipolaridad: URSS/Trilateral –EU, 
Alemania, Japón-, cuarteada: EU, Alemania Japón, ex URSS Jruschov-Gorbachov, neotriada: 
neocuarteada –EU, UE, Japón, BRICS); 4) fase de generalización (desarrollo humano: 
primera naturaleza –animalidad-, segunda naturaleza –racionalidad-, tercera naturaleza 
–“divinidad” [en realidad, se advierte, que existen dos macroeras en el Universo: antes del ser 
humano y con el ser humano; en la dimensión histórica, en cambio, sólo hay tres grandes 
momentos u ondas muy largas: 1) la de “Eros” (hasta Newton), 2) la racional (hasta Marx) y 
3) la “divina” (hasta cuando el ser humano-“Dios”, renuncie a ser)]): se examina (sondeo 
rápido) y se evalúa “toda” la vida: marcha genérica ascensional, en el interior de varios 
estadios (formaciones sociales), hacia la racionalidad, o sea, encontrar el sentido de esa 
curiosa entidad, que se autonomina humanidad; 5) fase metacomprehensiva: el Universo es el 
supuesto colosal –el ciclotrón- que prepara, contiene y se muestra “viable y óptimo” en la 
“minúscula” realización humana; 6) fase prescriptiva: se establece el modo de proceder más 
idóneo (sabiduría) por parte del ser humano, sobre la “única” senda “fatalmente” 
preestablecida para este ser, precisamente en dirección a dicha meta –strictu sensu, por el 
momento la conciencia deja advertir su rumbo: en oposición a la creencia de que el ser 
humano es sólo un integrante de la naturaleza a la que no debe contrariar, éste tiene que 
distinguirse, elevarse sobre ella, adquirir autonomía y generar su propia “naturaleza”- (lo 
maravilloso, lo “milagroso”, lo sorprendente de la combinatoria “infinita” de las propiedades 
sencillas de la materia hacia las complejas por adición conmutativa “probabilística”, proceso 
en el interior del cual tiene lugar el establecimiento de las poderosas leyes de movimiento del 
Universo y del desarrollo, es que la misma se autodetermina de modo inconsciente y que va 
hacia la formación del “espíritu universal”; la naturaleza evolucionó hasta el ser humano; éste 
debe hacerlo a la idea); y, 7) fase de sentencia: todos los paradigmas filosóficos (que por lo 
general, no abordan el futuro y/o que se quedan en el hedonismo teológico al momento de 
9 
 
producir el concepto del mundo) se deconstruyen y queda en pie solamente el objetivismo 
materialista. 
 
Resultados generales de la investigación: 
 
1.- Historia: régimen natural de desarrollo humano, desplegado en el crisol del complejo 
universal: la Tierra; ésta se compone (tautología) de varias etapas contradictorias 
progresivas que atraviesa Odiseo; la naturaleza –por tanto- “es sabia”: ella dictó esa vía 
(La historia sigue un mismo patrón: nacer, crecer, reproducirse y morir; semilla, planta, 
floración, fructificación; niñez, pubertad, adolescencia, madurez, senilidad. La realidad es 
de ese modo; dicha constatación debe ser hecha, aunque la misma busque ser 
inmediatamente demeritada culpándola de ser la traslación mecánica, la yuxtaposición 
simplística de una norma natural hacia vida social); 
2.- los sistemas clasistas seinstauran como la forma requerida del proceso, si el desarrollo 
material y espiritual parte de cero en dirección a la totalidad concreta; “Tristeza de la 
humanidad” (tercer movimiento de la Novena Sinfonía “Coral”, del gran Ludwig van -H. 
von Karajan y la Sinfónica de Berlín): no es la racional, consensuada e incruenta, la vía 
de avance del género; por lo contrario, es la hedónica, contradictoria, prometeica y 
convulsiva, la única ruta paradójicamente concerniente a ese objeto (racionalidad), en la 
que la materia consigue la “representación ´de sí´”, por interpuesta persona (de la praxis 
de su producto máximo): el ser humano; 
3,- en un determinado grado de desarrollo de las fuerzas productivas, si la exigua riqueza 
hubiese sido distribuida de forma equitativa para un monto dado de población (y cuidado 
el entorno natural), el progreso científico-técnico se habría detenido o por los menos 
ralentizado y el futuro y sentido humanos, se hubiesen visto embargados; empero, no se 
trata de justificar el modo de evolución humano dado al interior del sistema capitalista (y 
de los clasistas en general –en las formaciones esclavistas y feudales la diferenciación 
social fue presupuesto de sostenibilidad ontológica de la inteligencia y no de la 
acumulación social por vía privada), la aseveración conduce simplemente a constatar un 
hecho real, conciencia que lleva a mirar de otro modo práctico la vida: a plantear la 
política por la cual el desarrollo material prosiga, pero sobre base de otras coordenadas 
sociales, que inhiban sacrificios, penurias humanas, explotación; mas, si el proceso 
histórico es regular, es el propio desarrollo material el que pone las condiciones de 
posibilidad para actuar de forma axiológicamente enhiesta; 
4.- el capitalismo es una forma humana existente y necesaria en la modelación de la historia; 
no se puede contrariar a la historia propendiendo obviar la fase burguesa de desarrollo –la 
juvenil de la febril acumulación (K. Marx)- o pretendiendo su eliminación cuando todavía 
no ha cumplido su papel (o antes de que haya emergido la forma sucedánea racional “de 
sí”, su alter ego –el socialismo: continuum desarrollo de las fuerzas productivas, inhibida 
la entropía social-, que ésta fuese implantada en su interior y en oposición suya, por el 
primer patrón de racionalidad efectiva eclosionado en la historia; ciertos neofolclóricos 
-la izquierda académica-, dicho sea de paso, que abogan por la diversidad, 
paradójicamente quieren eliminar de un solo tajo las diferencias: antropomórficas 
–raciales-, étnicas -“culturales”: ubicar en un mismo plano a todas-, de sexo –GLBT-, de 
nacionalidad -ciudadanía universal-, entre especies -humana y animal); en realidad, “la 
historia cambió, se reorientó: el aparecimiento de la economía mundial resquebrajó 
muchas instituciones, liquidó la noción que ha prevalecido”, y es el “populismo radical” 
el que campea en el mundo, porque se corresponde con la necesidad de las circunstancias; 
5.- el uso de las categorías clásicas, obstruye la comprensión de la realidad; luego, quedarse 
tan sólo en las nociones: capital financiero global, multilaterales, gobernanza, bloquea la 
comprensión del carácter de la realidad humana actual (qué le pasa a la humanidad, en 
qué momento de su desarrollo se encuentra, hacia dónde ésta se dirige), tanto peor 
avanzar una hipótesis que permita avizorar la nueva realidad, “que ya está entre nosotros” 
[dicho sea al pasar, las mentes autorizadas del poder, los expertos, siguen teorizando, 
analizando la realidad con los principales y clásicos indicadores macroeconómicos: el 
PIB (crecimiento del producto), la inversión, la tasa de empleo en el sector privado, el 
ingreso per cápita, el nivel de salarios, la balanza de exportaciones (cuenta corriente, 
Reserva Monetaria), grado de confianza, riesgo país, competitividad, etc.; sin darse por 
entendidos, que este fárrago de categorías del ideario empírico-especulativo de la praxis 
10 
 
burguesa, se corresponden con un susbtractum material, que se está despidiendo de la 
historia; los nuevos conceptos pertinentes con lo que se piensa “construir” el mundo que 
viene en la muy inmediata coyuntura, en cambio, pueden ser: estructura de la propiedad, 
evolución de la pequeña y mediana empresa, tasa de crecimiento de autoempleo, índice 
de intercambio solidario interregional e intersectorial, número de cajas de crédito popular, 
estructura de la cartera de crédito tanto del sector financiero privado como del público, 
guarismo de negocios de propiedad social,… o sea, los indicadores de un nuevo programa 
de política económica, que muestre que otro sujeto se halla al frente de la economía en las 
neocolonias y en las zonas periféricas del capitalismo central -non profit, Tercer sector]; 
6.- la “ley del valor” es la determinación histórico-natural más apropiada, única (de hecho: se 
ha dado en la historia), para permear el desarrollo de las fuerzas productivas, el desarrollo 
de la humanidad: prerrequisito para moverla, para empujarla a su punto cumbre, a que 
cumpla su función, que haga realidad su ser (esencia, trascendencia) con el proverbial 
arribo a la cima de la idea total; de modo alternativo, el socialismo deseaba de manera 
consciente pasar a cumplir este papel (la “ley del valor” socialista) anulando al sujeto 
natural de él: el capitalismo (o sea, no sólo instaurar la justicia per se, pues, ese sería un 
fin bobo, sino sobre todo catapultar la conciencia, para lo cual se requiere, sine qua non, 
el progreso de material de la vida, en sentido positivista); pero la razón no puede 
enseñorearse cuando el nivel de desarrollo de las fuerzas productivas alcanzado, no es 
todavía el apropiado, de modo que cree las circunstancias para que la racionalidad impere 
(hecho que explica la profusa discusión llevada a cabo al interior del marxismo soviético 
en los años 20 del siglo XX en adelante, sobre las etapas de desarrollo, en torno de la 
categoría acumulación, en relación con el papel de las fuerzas productivas en la historia y 
en lo tocante con el futuro de la humanidad [el capitalismo inicia el proceso de acelerada 
acumulación –privada- con la incorporación a la producción de la máquina de vapor 
ideada por Fulton –Revolución industrial; Fayol, Taylor-, hecho que debía arribar hacia la 
automatización; al socialismo debió competirle, en cambio, instaurar la etapa de la 
acumulación social y avanzar las metas de robotización e inteligencia artificial]); 
7.- la historia puso en su punto de equilibrio el proceso: se continúa el desarrollo material, 
pero también se ha dado cabida a las ilusiones de un mundo mejor (la transición es la 
fusión de dos perspectivas: capitalismo y socialismo, cada uno cumple su función de 
modo inadvertidamente sinérgico; empero, las nuevas tendencias sociales, no es que sólo 
constituyen frentes de combate y de freno al capital y al “neoliberalismo”, son, más bien, 
los gérmenes de la renovada realidad, que progresivamente se instaura de forma paralela 
al proceder regresivo del capital, mientras tanto coexiste con él, lo rebaza, lo deja atrás y 
marcha sola hacia adelante); ahora bien, dicha fusión capitalismo/socialismo está presente 
en la historia y algo análogo debe ocurrir más adelante en ella, por ejemplo, entre 
mecánica y biológica: el ser humano y la máquina se funden para dar lugar a una nueva 
entidad al adquirir e intercambiar cado uno la propiedad principal rectora de su ser del 
otro y de si, en su orden: la frialdad lógica y la térmica emocional (en efecto, un 
“simulador de personalidad” –programación lógica- se vuelve voluntad, cuando se 
enhebra con la esfera sensorial, una vez que el organismo está perurgido de autoproveerse 
de los medios de sustento, cuando debe reproducirse en entornos de “poder compartido” 
–el proceso inverso se da en el ser humano [inmanencia: conciencia sensible], al quedar 
obsoleta la esfera emocional y pasar a dominar la esfera racional [trascendencia:conciencia lógica] con el proceso evolutivo de la mente; 
8.- la forma futura se halla contenida en la ciencia ficción mercantil contemporánea, pero en 
la buena (“con la ciencia ficción estamos ejerciendo la imaginación y nos estamos 
explicando” –sic), que por fantástica que pueda parecer, antela ciertas determinaciones de 
la realidad por venir, como Icaro se encarnó en los hermanos Wright (Filmes. The 
Bicentennial Man: proceso de intercambio que tiene lugar entre las condiciones ser 
humano y máquina inteligente, y la noción de inmortalidad; Yo, Robot: la interrogante 
sobre el objetivo, que debe dar sentido a la “existencia” de un robot inteligente, una vez 
que este ha llegado a ser tal y de que se ha liberado de la tutela de la inteligencia natural 
–humana- [“a mayor tecnología mayor desorden”; en todo caso: brillante I. Assimov]; 
Matrix: propuesta de conexión cerebral en red con la inteligencia artificial, y la vida 
virtual de la conciencia; Artificial Intelligence: encuentro de dos generaciones de robots 
inteligentes con emociones; X-Men: “hijos del átomo” –mutantes insertos en la 
11 
 
conflictualidad geopolítica; Terminator: relación máquina/ser humano en la subfase 
neoimperial; Transformer: maleabilidad programable de la materia, manipulable al 
interior de un “orden”; El clon: vencer a la muerte, escaneo e internalización de la mente; 
el defecto de todos estos filmes, no obstante, es que proyectan el desarrollo científico-
técnico, mientras mantienen invariable las relaciones sociales capitalistas; y, en ellas se 
puede utilizar de modo absolutamente infame la técnica); in abstracto, sin ambages, 
mojigatería hedonista, falsa eticidad, esta consigna se impone en la historia y debe 
proclamársela: 
 
¡Viva la modernidad, adelante el progreso prometeico humano, hurra por el 
desarrollo científico-técnico: el trabajo social, racional, humano! 
 
9.- como quedaron dispuestos los hechos después de 1956, la más absoluta ley del tránsito 
societal es (la cual debe enunciarse de modo terminante), que no puede haber cambio de 
sistema (del capitalismo al comunismo), hasta tanto no se haya llevado a término el 
proceso completo de automatización de la esfera económica (producción –departamento 
II-; consumo –departamento I-, sobre todo el de orden colectivo: salud, vivienda, 
educación, recreación; así también los sistemas de gestión -gobierno: superestructura- y 
de generación de ideas -investigación científica- [formas de conciencia social]); como de 
la esfera reproductiva maquinizada y tampoco si antes no se ha desarrollado totalmente la 
dimensión de la inteligencia artificial (y el capitalismo monopólico financiero está a la 
vanguardia del desarrollo de tales procesos); luego, esta sentencia, conclusión o tesis, es 
teleoaxiológicamente muy seria para que pretenda ser rebatida con argumentos 
sociológicos, politológicos o filosóficos, incluso de orden marxista; solamente una actitud 
desprendida de una posición intelectual de supina impertinencia puede contraponerse al 
aserto, cuando todo indica (las premisas están puestas), que el curso de la vida es ese; a 
este sino se le opone la “declaración de principios” de los movimientos radicales 
comunistas, ecologistas, culturalistas: en adelante, ninguno de éstos va a llegar siquiera a 
los gobiernos de los Estados (ese es el castigo a su soberbia, infatuación y ceguera 
positivo-prospectiva), puesto que su conducta supuestamente progresista contranatura, lo 
bloquea; 
10.- el siglo XXI es deleuziano: “pasaje de la ‘sociedad disciplinaria’ a la ‘sociedad de 
control’” –dixit M. Foucault-: ¡no!, el futuro es marxista, comunista y la coyuntura es 
socialdemócrata –el ALBA, UNASUR, MAGREB, BRICS, son la prueba; pero ésta es de 
todos modos una contradicción: el sistema ha cambiado y no, se ha vuelto hermafrodita, 
GLBT: tiene en su seno la determinación en despliegue de su porvenir (por inseminación 
“artificial” proletaria) y conserva plenamente establecida la condición material del modo 
de ser antagónico (el complejo militar industrial y el mediático); es por eso que a esta 
realidad transitoria se la puede ver en unos casos como un solo individuo (una mujer), en 
otros como dualidad del ser (la misma mujer en estado de gravidez): el sistema ha 
cambiado, no obstante, no puede hacerse el anuncio todavía a los cuatro vientos (el Papa 
ésta entre los miembros del Cónclave en tanto éste se realiza: sólo falta que la elección 
diga su nombre), mientras la automatización, la robotización, la inteligencia artificial 
sean procesos que no han alcanzado todavía el concreto y el niño haya visto la luz; aun 
así la madre y todo el séquito familiar (los pastorcillos, los tres reyes magos) se apresta a 
ofrecer cuidados al infante; a la “quinta pinta”: el último hijo, el Benjamín, el 
descendiente número 5 (el tan odiado e increido comunismo: el “fantasma de 
´comunismo´ ha sido muy rentable para quienes lo crearon”) está viniendo (hay acuerdo 
en que el proceso se cierra/abre en 40 años contados a la fecha: 2010 –Moravce, 
Wallerstein, Vinge), pues, las multinacionales posmodernas (financieras, tecnológicas, 
holográficas) no solamente son arpías que explotan y saquean activos ambientales 
(extractivismo), sino que constituyen –de modo paralelo- el sujeto de la coyuntura que 
desarrolla la ciencia, la técnica (los ordenadores y la red), y el conocimiento es la 
“mercancía” (última forma de) en la que se dan de bruces y se anulan recíprocamente 
todas las contradicciones de la producción capitalista, mientras que las formas de 
reproducción alternativas populares (desconexión del sistema oficial), no solamente que 
son funcionales al capital, sino que conforman el germen del porvenir; fuerzas 
productivas plenamente desarrolladas y la nueva esfera de relaciones “sociales” se hallan 
dispuestas frente al porvenir; 
12 
 
11.- si los dos extremos se hallan demoliéndose en conjunto (capital y trabajo: el primero 
destroza al segundo con la automatización –ley de la tendencia decreciente de la tasa de 
ganancia-; el segundo lo hizo con el primero al dejarlo herido de muerte con la espada de 
la Revolución de Octubre –actuación de la voluntad), no puede ninguno prevalecer sobre 
el otro y ponerse de modo hegemónico al frente del proceso evolutivo en curso; la vida se 
va por el medio; podría decirse, que el matrimonio homosexual, en el que los hechos se 
han vuelto indeterminados (es aquí donde Heisenberg y sus áulicos tienen algún sentido), 
es una de las expresiones sociológicas de esa nueva base [El capital se ha desconcentrado 
(la superconcentración y centralización cupular es una de sus debilidades), ha saltado al 
último sector clarkiano (servicios): no le queda otro al cual avanzar, ha cubierto el 
planeta, ha llegado a su frontera física (se ha vuelto coextensivo con el mundo –I. 
Wallerstein-; el “espacio” sideral no puede ser cooptado “para sí” –integrado al circuito 
de acumulación-, pues, el mismo es para un “modo de ´producción´” diferente: para el 
comunismo), se halla en etapa de crisis senil crónica (colapso de las democracias), 
amplios sectores se desconectan de él (también por esta vía se estrecha más el mercado 
–E. Mandel-, sus fuentes de operación interna –Lenin- se comprimen y la catástrofe 
sobreviene –R. Luxemburgo); el mundo, de bipolar, se ha vuelto multipolar (S. Amín); la 
gran empresa no es la forma más eficiente para los negocios (Chiavenato); el capital, en 
su versión de pequeña y mediana empresa, ha logrado legitimarse al final de sus días; el 
proletariado se ha vuelto “clase en sí”, se ha desconcentrado en múltiples “pequeños 
relatos” (sujetos): de género, GLBT, étnicos, ecologistas, derechos humanos, 
generacionales, regionales -sic]); 
12.- al socialismo lo “venció” la historia (a la “cultura” se sobrepuso la “civilización”: retornó 
la “Tormenta borrasca”): la “emulación” devolvió el trono a la “competencia”; la lucha 
intragenérica, la postergación y sacrificio de amplias masahumanas constituye la base 
“óptima” del progreso, y la historia es sinónimo terminante de progreso prometeico: de 
la forma material a través de la que se ontologiza la propiedad de la inteligencia (la cual 
define la razón de ser de la especie humana): fuerzas productivas (conocimiento, técnica 
y talento humano) siempre renovadas (por el acicate de las necesidades que se remozan 
permanentemente: las fuerzas productivas “´desean´ siempre más”, como el placer –gula- 
en la psicología humana) las cuales se reflejen en, e inducen el desarrollo de la 
conciencia, en su orden (el socialismo fue la plataforma de relanzamiento del proceso 
burgués competitivo de la mecanización hacia la automatización, hecho que ha 
“aperturado” el momento transicional, rumbo al régimen “político” democovivencial [las 
voces del capital con ligereza sostienen, en el propósito de encontrar el bálsamo para su 
amargura en la difamación de la praxis del otro, que el socialismo fracasó; tal sentencia 
se la extiende a la concepción científica proactiva del mundo: el comunismo {el ánimo es 
desvirtuar ideológicamente un proyecto opuesto}, a la estrategia, a la práctica-; a estas 
mentes hay que recordarles o hacerles saber, que las formas civilizatorias efectivamente 
dadas en el planeta, son procesos como tales: ni buenos ni malos, ni éxitos ni fracasos, 
sobre todo si al concepto se lo presenta con el móvil de salvaguardar el material genético 
[“porque no existe creación de vida, sino tan sólo su preservación” -sic], sino momentos 
constitutivos del movimiento humano –opciones, modos de desarrollo-, alternativas 
–“tácticas”- que abre la propia historia al interior de su curso –“estrategia”-, las cuales 
cumplen una función en ella y a través de las que toma cuerpo progresivo la vida social]; 
pero, de la misma manera como el capitalismo no es del todo un hecho de la vida, el 
socialismo no ha salido de ella: los dos procesos –se insiste- coexisten en la coyuntura 
[como la sal: cloro y sodio por separado son tóxicos, no obstante de consuno: cloruro de 
sodio…], arman la platea en la que el “Universo espiritual” se expande); 
13.- la transición (mutatis mutandis: 1956-2050) es el preludio del ingreso del flujo humano 
por una calzada incruenta, a la manera cómo discurre maravillosamente el tránsito de la 
fase de la “Tormenta Borrasca” mediante un diálogo de acordes instrumentales 
magníficos (de violines, de flautas, del Cormo, de la percusión), de pureza transparente, 
hacia la “Calma”: el retorno a la armonía perdida y anhelada, en el transcurso del Cuarto 
al Quinto movimientos de la majestuosa, de la límpida Sexta Sinfonía “Pastoral” del 
siempre gran Beethoven, pues, no se trata de una simple puesta en vigencia de la misma 
base de la cotidianidad, sino del renunciamiento (tanto en el plano material como en el 
espiritual) a ella y de un tortuoso avenirse a aceptar y plasmar en paralelo, la nueva; es el 
13 
 
otro “régimen”, el que substituye al bastardo, adúltero, sofístico, acomodaticio, 
denominado “democracia” (sistema que nació muerto: en la Grecia esclavista de patricios 
–holgazanes-, plebeyos –trabajadores- e ilotas -esclavos), que es propio de los sistemas 
clasistas, al mismo lo reemplaza la “humanocovivencia”: forma que lo supera y lo niega 
(humano: seres humanos de manera indivisa; covivencia: que solamente cohabitan el 
planeta, el sistema solar, la nebulosa, el Universo, abastecidos por la mecánica inteligente 
–ausencia de división del trabajo, de propiedad, de trabajo, de gobierno-, seres 
cohesionados por la dependencia –cordón umbilical- a ese orden de provisión y con la 
mente puesta en la producción de la razón absoluta); 
 14.- hasta el advenimiento del marxismo, de la Revolución de Octubre y de la experiencia 
socialista de la ex URSS, la historia marchaba a “paso de tortuga” montada sobre las 
consignas del desarrollo natural de las fuerzas productivas (el motor fue la contradicción 
natural: la competencia intracapital); luego de esos sucesos, los procesos de mecanización 
se han acelerado impresionantemente, reforzando la ruta hacia el comunismo; las formas 
antagónicas de la humanidad, no terminan con la revolución, sino al llegar la especie a 
determinado grado de desarrollo de las fuerzas productivas (condiciones objetivas puestas 
por las condiciones subjetivas inherentes a la Revolución de Octubre, a la dictadura del 
proletariado y al ensayo socialista de Lenin-Stalin, e incluso a la mascarada “socialista” 
Jruschov-Gorbachov hasta Yeltsin): la automatización, la robotización, la IA, y a niveles 
muy elevados de racionalidad genérica (el capitalismo esta desahuciado: ha cumplido en 
lo fundamental su misión histórica; pero, en tanto vive -se sostiene en seres humanos y en 
instituciones que soportan la voluntad de la conciencia que expresa la aspiración de ayer-, 
todavía la vida le da algo en qué ocuparse, qué hacer, y esta tarea es presentarse como 
“capitalismo popular”); 
15.- comunismo –“movimiento real, que anula y supera la realidad vigente” (K. Marx)-: no es 
el acto mezquino, simplemente voluntario, ético, perurgido por el sentimiento 
pequeñoburgués de quitar a los ricos para dar a los pobres; es, por lo contrario, la 
conducta racional que sigue el desplazamiento objetivo, regular, de la vida, en el cual se 
equilibra la sociedad como proceso histórico-natural: se suprime en conjunto riqueza y 
pobreza, y se funda una nueva “sociedad” –humanidad- basada en principios de 
justificación objetivos –transformación de valores en precios: la explotación demostrada 
en variables reales; históricamente, la distribución previa: acumulación originaria-; 
tampoco es el proyecto de fundar una sociedad de mendigos o de igualar a todos en el 
nivel material más bajo; es el proceso mental, más bien, que guía a la voluntad de modo 
maduro y racional, por el que se comprende la marcha prometeica histórica en 
condiciones de recíproco apoyo, para que en ese desarrollo intervenga la “sociedad” y sea 
beneficiaria equilibrada de dicho progreso, mientras se impulsa cada vez más hacia 
adelante al género, pero sobre el orden de la antinomia social superada, expresión de la 
ley natural, de la histórica, de la estocástica, de la, de la animalidad –es el salto del Reino 
de la Necesidad al Reino de la Libertad, como dice el extraordinario “viejo” Engels-, por 
propia mano humana, de modo consciente; 
16.- cambio climático, contaminación, capa de ozono, “escasez” de recursos, extinción del 
50% de la fauna presumible en los 50 años próximos, etc., tienen visos de verdad ese 
cúmulo de evidencias catastrofistas generadas en la historia por la fase hiperprometeica 
de ella: la capitalista, por un sector humano suyo: la clase burguesa, sometida a un ley: la 
acumulación (condicionamiento que relativiza la responsabilidad entrópica de dicho 
sector, pues, el capital es el agente de la historia que expresa más nítidamente la forma 
forzosamente cíclica de la evolución natural: los amos del mundo son marionetas de 
designios puestos por el mercado e “…instrumentos …[cuasi ciegos]… del determinismo 
…[ de sus fuerzas]…” –S. George: Informe Lugano), pero una mirada diferente al mismo 
hecho advierte que el ser humano está perurgido, al llegar a una determinada fase de su 
desarrollo, a tomar el potro de la naturaleza y a entrar a conducirlo, pues, ha llegado la 
hora de demostrar, que el género tiene la preparación científico-técnica para expresar que 
ha saltado a un nuevo peldaño de libertad y que es capaz de imponer su sello en el orden 
social y natural (un político ecuatoriano: Velasco Ibarra, al promediar el siglo XX, 
“intuyó” el caso: extrañamente dijo que él había sido creado por la Providencia para 
cumplir la misión de sacar de consuno a la naturaleza y a la humanidad del caos al 
orden); 
14 
 
17.- en los esquemas de reproducción de Marx no se tiene en cuenta la variable ambiental 
(progreso ad infinitum: “espíritu indomable que debe someter la naturaleza en la 
búsquedade su autorrealización”, lo cual conduce a reivindicar “tanto la tecnología, 
como la creatividad y liberación de las ataduras religiosas”); posición –se dice- 
coincidente con el espíritu del mito de Prometeo de Esquilo (la ciencia y la técnica -la 
inteligencia- tendrían para Marx capacidad ilimitada -dígase al pasar, que la tecnología 
permite reciclar, producir o encontrar sucedáneos para recursos no renovables: con la 
tecnología, todo se vuelve renovable), que no prevé los posibles límites físico al 
desarrollo económico, es por eso que dio tratamiento indistinto a recursos renovables y 
no renovables, pero Marx trabajaba mediante una metodología por aproximaciones 
sucesivas; los estudiosos (Zarrilli, A. Naturaleza y sociedad en el marxismo) afirman que 
“las empresas capitalistas desplazan en la sociedad, el espacio o en el tiempo sus costos” 
(no obstante, trasladan también riqueza; en coherencia, la nueva forma humana será la 
encargada de subsanar las fricciones heredadas por el capitalismo, su clase y la empresa 
monopólica; el propio capitalismo ha generado los presupuestos para esa remediación: 
utiliza la naturaleza para el desarrollo material y ese mismo status permite hacer uso 
racional de ella, pues, será difícil alcanzar la ansiada armonía con la naturaleza sin 
desarrollo técnico –el obstáculo es la pervivencia del proceso de acumulación capitalista 
más allá de su frontera histórica necesaria) [Pero Marx sostiene que “desde el punto de 
vista de una formación económico-social superior, la propiedad privada del planeta en 
manos de individuos asilados parecería tan absurda como la propiedad privada de un ser 
humano sobre su semejante. Ni la sociedad en su conjunto, ni la nación ni todas las 
sociedades que coexistan en un momento dado, son propietarias de la tierra”; en esa 
forma humana ya no habrá propiedad privada de la tierra: los individuos “sólo son sus 
poseedores, sus usufructuarios, y deberán dejarla mejorada, como boni patres familias, a 
las generaciones venideras”]; se afirma además, que las empresas se apropian de los 
beneficios (pero hay beneficios también para la historia: esto es lo que no ven, en cambio, 
los marxistas impugnadores del marxismo no ecológico); arguyen paralelamente, que el 
marxismo reflexiona en sentido filosófico en vez de considerar la disponibilidad de 
recursos y su asignación intergeneracional (empero, la limitada oferta de recursos efecto 
del sobreuso y de su mala utilización se supera con la técnica –con la micronización, p. 
e.-, con la reducción en curso por motivos “culturales” del tamaño de la población, con la 
reutilización y creación de recursos y con su ampliación, al conquistar el Universo; por su 
parte, la asignación intergeneracional –a partir de la doctrina del Materialismo Histórico- 
está asociada directamente con la modificación de la formación social: con la supresión 
del sistema capitalista se eliminan los gastos inútiles –muchas “necesidades” se 
suprimirán-, se modestizará el estándar de vida, se optimizará y maximizará el uso de la 
materia que es substrato del valor de uso –contenido natural del producto-; en adelante: ni 
agotamiento de recursos, ni contaminación, ni precios; 
18.- empero, que la humanidad llegue al comunismo, si bien es una proeza, no es ningún 
mérito todavía, pues, de allí arranca la verdadera vida (Marx dice: termina la prehistoria y 
comienza la historia); a consecuencia, que no se arribe ni siquiera al comunismo, 
convierte a la vida humana en una estupidez (“como los pájaros que comen, cantan y 
vuelan –se reproducen- hasta que mueren”); después del comunismo: ¿qué?; es la 
pregunta apropiada; la respuesta es: da inicio el tránsito hacia la “divinización” (de la 
hominización –A. Leontiev- a la divinización): es el reto máximo, que desafía a la 
inteligencia; el rumbo de la naturaleza coincide –en el caso del ser humano- con el que 
descubre y asume “para sí”, el status de racionalidad axiológica superior; el desarrollo 
espiritual (y toda forma de desarrollo) concluye al instalarse la estructura-comunidad 
(comunismo) en la historia, en su interior y en una fase muy avanzada de evolución de 
ésta, esto es, al alcanzar la especie el “saber absoluto” y el Universo: demostrar su 
viabilidad, realizar su optimidad, mirarse en el espejo de la conciencia humana: 
reconocerse y reafirmarse; y, 
19.- la aseveración rayana, de que el futuro para el ser humano no está escrito (la tesis de 
los “varios futuros” o la de que el “ser humano ´construye´ su futuro”), formulada en 
nombre de la existencia de una supuesta condición originaria de “libre albedrío” 
(Marcuse, Foucault, Deleuze, Benjamín, Baudrillard, Bordeau, Echeverría, Bobbio, 
O´Donnel, Appel, Gintis, Giroux, Lechner, Wattari, de Sousa Santos, Morín, Laclau, 
15 
 
Jameson, Kohen, Habermas; neogramscismo, neomarxismo, posmarxismo, 
trotskismo), es un mito (ha llegado, por tanto, la hora de refutarla, paro lo cual no se 
apela a la perspectiva escatológica, sino a la de orden materialista marxistaleninista, 
sobre todo con el concurso de argumentos escuetos, objetivos); el ser humano es un ser 
de la naturaleza, producido y puesto por ella en la vida; como otros seres, debe cumplir 
un papel (“conocer y dominar a la naturaleza” –K. Marx: Los grundrisse); el futuro, 
por ejemplo, de un pequeño león que ha nacido, está inscrito en sus genes; en todo ser 
que tiene genes, especialmente, su “suerte está echada”: formar parte de la compleja 
trama de la existencia, cuyo equilibrio requiere de su aprovechamiento mutuo 
(sacrificio o simbiosis); el ser humano, hasta el advenimiento del Marxismo (“sociedad 
del conocimiento”), no se diferenciaba mucho del resto de animales y de su rol en la 
naturaleza, impuesto por ella; es la conciencia política y científica (filosófica), la que 
hace evidente la divergencia esencial del ser humano (de la clase superior: la 
proletaria) respecto de otros seres; discrepancia, que está determinada, también 
genéticamente: el ser humano dispone –de modo privativo- de neocórtex (materia más 
altamente evolucionada y especializada), de la propiedad de la inteligencia, debido a la 
cual el futuro queda determinado, escrito también para el ser humano: producir la 
conciencia (información filosóficamente sistémica; materia más altamente organizada 
en movimiento -Shojorova), la autoconciencia y la conciencia del Universo. 
20.- ¿Cómo se explica sociofilosóficamente el fenómeno? La configuración geopolítica 
multipolar del mundo, es también una forma centrista (socialdemócrata: supremacía de la 
tendencia media, aplanamiento de la estructura orgánica, supresión de picos extremos), 
que el propio movimiento del capital promueve como mecanismo de prolongación de su 
sobrevivencia y el cual trae aparejados eventos de deleznabilidad, pues, se trata de push a 
su interior por la disputa de mercados de oferta y demanda, y aunque el sistema oficial no 
puede burlar la determinación histórica y volverse imperial, si crea una estructura de 
balance en el mundo en cuyo interior florecen las fuerzas productivas y otras formas de 
vida se afirman, esto es, es el sendero por el cual la historia marcha: sólo el evento viable, 
de entre los varios futuros, cuaja, y ese es aquel que garantiza el progreso material y da 
pie a la sedimentación de los principios de la nueva racionalidad. En la historia, ya no es 
el capital la gran fuerza hegemónica protagonista de los sucesos sometida a su curso (ejes 
conflictivos de poder en sistemático balance, de guerra en potencia); como ha sido dicho, 
han emergido nuevos sujetos en un escenario aparentemente inorgánico, que reivindican 
sus intereses particulares y los cuales son forzados a atemperarse como efecto del influjo 
conductor que pone la historia como proceso natural. 
 
Las tesis fuertes de este documento, expuestas, como suele decirse: “en pastilla”, son: 
 
El Universo, en su inmensidad, extracta Tierra, humanos, racionalidad (orden ascendente). 
Razón de ser, del serhumano: producir la teoría del Universo (historia: superación del imperio de 
la esencia antropológica: conciencia sensible); trascendentalismo absoluto: “el Universo se mira a 
sí mismo, se reconoce y se afirma”; Reino de la “Divinidad”. 
El instrumento es la inmanencia humana par exellence: la propiedad de la inteligencia 
(determinación), en cuanto identidad genérica ontológica: último eslabón evolutivo por “selección 
natural”. 
Inteligencia (neuronas del neocórtex) –objetualizada- (necesidades/problemas)  fuerzas 
productivas  civilización, desarrollo civilizatorio. 
El proletariado realizó su sentido histórico (marxismoleninismo = verdad probada en su 
practicidad): la Revolución de Octubre, la Dictadura del Proletariado, la formación de la ex URSS 
y su campo. 
A fuerza de la traición revisionista, la conspiración capitalista y la determinación del flujo de la 
historia, el socialismo terminó convertido en “motor dual” al principal capitalista en el desarrollo 
de las fuerzas productivas; el “alternador” socialista yace aparentemente apagado, retirado por la 
historia, sin embargo de que llegó a ser efecto de sintonía, momento de sincronización entre el 
desarrollo material y su reconducción consciente, que elevó a nivel de razón histórica a las 
expectativas de la mente. Hoy el socialismo es el “eco de la historia” y como tal señala el Norte, 
vuelve vergonzantes posturas visionarias fuera de su rigor, y de ese modo pervive, cumple su 
papel. 
16 
 
La humanidad se encamina al comunismo: abstracción del trabajo (automatización), supresión de 
la superestructura (democovivencia), trasparentación de la conciencia (objetivismo filosófico). 
Epoca actual (2012): transición (nueva división global del trabajo: neocolonias = cambio de 
relaciones sociales/países imperiales = completamiento de la automatización); es también un 
ambiente global de guerra de “baja intensidad” en el planeta: el proletariado ha salido de la 
escena histórica instalando la refriega de clase en la arena hemisférica o el capitalismo, en su fase 
madura, ha contagiado a todos los otros entes y sectores la condición esencial suya: la guerra. 
La mudanza total de la historia (deceso completo del capital) se produce como emanación 
sinérgica entre desarrollo de las fuerzas productivas (reconversión absoluta de la ganancia en 
capital) y la acción política subversiva, intelectual, ciudadana (push de estamentos). 
Democovivencia: proceso hacia la idea total, libertad de elección, decisión. 
En suma: la historia abarca (es) el proceso de desarrollo prometeico de la humanidad conducente 
a (hasta) develar la verdad de la materia (el cual se torna científico-racional, al intervenir la 
voluntad en él); el drama transparenta índole unilineal: no elegible de entre varios horizontes, 
como es la usual y masiva creencia (la riqueza no está en la diversidad, sino en la unicidad); ese 
curso se halla inserto en la genética humana; el instrumento de su realización es el neocórtex; y, 
todo el prodigio se comprehende en la dinamia material misma. 
 
Posición filosófica. ¿Qué es lo primario: la materia compacta o lo forma-movimiento de su 
representación (telos, para el que el ser humano es el sujeto)? Lo principal es la materia: la 
masa y sus propiedades, las cuales engendran los modos elementales de movimiento, en 
primera instancia; luego, la materia se eleva hacia los momentos desplegados de su cinetismo 
y se conceptúa: la Carne “se hace” Verbo, y toda forma de indeterminación heisenbergiana se 
anula (la conciencia superior humana está llamada a consolidar/mejorar el orden logrado 
aleatoriamente por la naturaleza y por la historia). La materia, en su movimiento mecánico, es 
eterna: la conciencia surge y desaparece, es tan sólo un divertimento ocasional de la realidad 
(la Palabra pasará, pero “Cielos y Tierra” no pasarán). Inteligencia en operación: progresivo 
otorgamiento de conciencia a la Materia. La Materia, en forma de Universo, se introduce en el 
espejo del “alma” (de la gnosis, de los cerebros humanos): la idea, el Verbo se levanta, 
mientras produce a “Dios” en el proceso evolutivo de la mente, y cronológicamente se refleja 
en ella de modo más completo, se reconoce en esta representación y se reafirma (el neocórtex 
tiene en potencia, el poder para convertir al ser humano en “Dios”; con la inteligencia, el ser 
humano no necesita de un Dios redentor para el largo plazo de su existencia [en verdad, el 
proceso humano no puede ser simplemente mecánico, pues, una vez surgida la humanidad, 
ésta se convierte en prerrequisito de todo lo que debe venir en la historia natural; luego, a 
partir de “hoy” y en buena medida, depende del ser humano, que el Universo finalmente 
llegue a contar con “Dios”: su conciencia rectora]). Proceso de movimiento (contradicción) 
paralelo material y de la inteligencia, camino hacia la concreción del saber: la vida de la 
humanidad consiste en ese viaje. Este “saber absoluto” no deviene en linealidad cíclica en su 
orden de generalidad; pero el mismo se exterioriza en momentos de secuencialidad –por lo 
cual asume también carácter de ciclicidad- en su particularidad: la materia se “autoconfirma” 
en su proceso y éste elevarse al status de subjetividad, el aspecto edificante de su negatividad: 
la negación procesal, constituye la realización en su ensimismedad, de los diversos momentos 
de la totalidad: la realidad objetiva permanente, el presupuesto de la representación subjetiva 
(el movimiento de la materia –parte de él, es la historia-, constituye el autodespliegue de ella: 
el arribo a la autoconciencia a través del trabajo intelectual de la historia –como en Hegel: 
todos los episodios naturales y humanos buenos o malos [estructurados en antinomia], se 
justifican, en la medida en que son tributarios de este proceso). La Materia pasa de su estado 
mecánico hacia la fase siguiente de su organización y movimiento “evolutivo”: la orgánica, 
con el aparecimiento del primer “coacervado” (materia en estado mecánico-orgánico); con la 
presencia del ser humano (agregado de “unidades de inteligencia”), luego, la Materia se ubica 
en su etapa superior, se conforma de modo “trinitario”: mecánico, orgánico, inteligente-
demiúrgico (“Dios Hijo, Dios Espíritu Santo y Dios Padre”); la naturaleza se jubila del 
“trabajo” evolutivo, mientras que la conciencia (natural y, luego: la artificial -mixta) se 
hace cargo de este proceso (desarrollo de las fuerzas productivas), en el que (la humanidad) se 
libera del influjo de las determinaciones materiales y sociales, y pasa a dirigir su entorno 
superando la estocastia (el producto supremo de la materia se eleva de la condición animal 
–Lucy- a la condición humano-racional –Marx- y, de ésta: a la condición “divina” 
[posthumano] –la representación pictórica de ser humano y Dios en el arte de Miguel Angel). 
17 
 
Luego: concluye todo (la indeterminación). Pero la Materia es cíclicamente vanidosa: cada 
ciertos millones de años el corazón material, después de una nueva “gran explosión”, en la 
fase de “sístoles”, en el “Universo viable”, óptimo, crea, a través del proceso de trabajo del 
ser humano, a “Dios” (al ser que decide sobre sí mismo), o sea, al ente todopoderoso que es 
capaz de decirle, que le “calienta las orejas”, que le recuerda (a la materia) subjetivamente: 
“quién es”; qué puede hacer; hasta dónde ha llegado (alguna gente –los cristianos 
protestantes- maldecirán el futuro). Este galanteo, es el conocimiento humano del mundo: la 
conciencia de la humanidad, la que pone a ésta en condiciones cada vez mejores para 
sustentar la vida; y, en cuyo lento, cruento e histórico despliegue, desarrolla la “conciencia de 
sí”, de sí mismo y de la Materia. En una palabra: el ser humano está para producir el retrato 
hablado del Universo. Por su parte, el Universo –el Cosmos- (real y “espiritual”) es para el 
comunismo, no está dispuesto para el capitalismo: Moisés sólo llega a ver la “tierra 
prometida”. Una vez que la automatizaciónse generaliza, la inteligencia pierde la 
determinación real de su ser; a la inteligencia, para de nuevo justificarse (adquirir 
funcionalidad), solamente le queda un camino: volver los ojos a la ciencia; y, cuando también 
en tal esfera todo esté dicho, la inteligencia se enfrenta a su necesaria negación (concluye el 
largo viaje en el que el desarrollo humano es el medio que “construye” progresivamente la 
muerte temporal, espacial, total, del ser). Los innúmeros torrentes humanos viables –las 
distintas conciencias o culturas: las múltiples maneras como la inteligencia se ha reproducido 
en específicos ecosistemas en el planeta (“la inteligencia sirve para sobrevivir”, pero en el ser 
humano)- confluirán en un momento dado; y, en el presente, esta forma de realidad debe 
ocuparse de la existencia en su etapa altamente organizada, en varias partes del Universo (o 
universos); estas inteligencias –compañeras en la “validación de la optimidad del 
Universo”- deben ser gentelwoman, magnánimas, moralmente superiores, robotizadas –quizá: 
artificiales-, deben hallarse más cerca del “juicio final”: del juzgamiento del “ser” por la 
conciencia, del saber completo; en aglomeración con ellos y cortando etapas, se protagonizará 
la proeza: “bienaventurados los científicos, porque ellos forjarán el Reino de los Cielos”; en 
una palabra, no hay lugar para los débiles, sólo los más fuertes pueden llamarse humanos, 
pues, para eso es lo que están hechos, para lo que han nacido. Toda la colosal comedia 
material y humana, tan sólo para dar gusto a un deseo inconsciente de la Materia: ser 
representada; bueno, ya hay una razón que justifique la vida humana fuera de las nociones 
escatológica y biológica, que se inscribe en los propios designios materiales cosificante de la 
conciencia, que torna en títere al ser humano; pero la cosa no es muy grave, pues, el ser 
humano es una hechura de la naturaleza, opera en su interior y se realiza según su legalidad, 
aunque se eleve sobre ella y deje de pertenecerla directamente. Los seres vivos no conscientes 
en la Tierra inscriben su existencia en el juego cíclico natural de equilibrio sostenible; para las 
creencias el ser humano cumple designios divinos: esa la “división de aguas”; para el 
materialismo es menos deshonroso alcanzar libertad condicionada (pues, por más supremo 
que llegue a ser su “ser”, siempre será materia), antes que de los antojos y leyes coercitivas 
metaimpuestas por el “diseñador inteligente”. La materia inexorable y estocásticamente va a 
su representación total (en realidad, este es el enigma real: todo el proceso universal y el 
histórico se comprehenden en él); esta tarea la realiza el ser humano presente o ausente (pues, 
la inteligencia artificial puede seguir este curso, si se da una eventual desaparición humana, 
precisamente en el último tramo de la ruta), con o sin Dios, y, para el efecto esta última 
preocupación carece de importancia (es propio pensar, que el proceso es de autoconversión 
histórica del ser humano supradesarrollado en “Dios”: el ser humano se autotransforma en 
Señor del Universo); la última suposición se demuestra en la tendencia inscrita en la historia 
del progreso del conocimiento (al que han contribuido los apremios de la sobrevivencia, las 
guerras, la explotación, la competencia, la geopolítica, las conspiraciones, las plagas, las 
enfermedades, las catástrofes, las inquietudes científicas aisladas y la forma ordenada, viable, 
óptima, estable, del Universo), y ahora, en el sistema en formación de inteligencia artificial: 
¿para qué el mejoramiento neurogenético y el desarrollo de la potente inteligencia artificial, 
sino para conocer, desarrollar la técnica y gobernar a la materia? Al final queda tan sólo la 
potencia (la materia y su propiedad primigenia), que busca un nuevo acto. 
 
Observaciones: 
 
a.- En los años 30 del siglo XX, la humanidad estuvo a punto de cambiar de acto a mitad de la 
función por decisión audaz de un caso particular de conciencia (crisis del 29-33, eclosión y 
18 
 
consolidación socialista); en realidad, la voluntad operó en circunstancias excesivamente 
exigentes (grado bajo de acumulación y sinuosa correlación subjetiva de fuerzas en 
coherencia) para instaurar un nuevo estadio de vida (en tanto forzar a un joven a actuar en 
calidad de persona madura, cuando su estructura orgánica de trabajo y reproductiva todavía 
es viable, pues, no se ha alcanzado aún el nivel requerido de desarrollo de las fuerzas 
productivas ni tampoco la destreza precisa en la reproducción artificial de su ser; sin 
embargo, la idea la capta el joven y la incorpora a sus propias creencias, en espera de que 
llegue el evento de desprenderse del ropaje anterior; en este caso, la representación 
antepuesta y la realidad dada, existen al unísono). La historia pone a un costado formas de 
organización social y de pensamiento, que ya no son fuente de desarrollo (porque pensar, 
que la convicción de ayer es la que viene mañana, es suprimir la realidad, de que con el 
deceso de las generaciones, de los sistemas, mueren también los pensamientos y que 
surgen en la humanidad formas renovadas de comprender su propio pasado -A. Castillo 
B.-, el presente y la presunción en torno de los hechos por venir): destruye los diques 
levantados en su flujo, por lo cual se produce “una suerte” de reimposición del “concepto” 
de la naturaleza sobre el de la voluntad; no obstante, una vez que la noción (el socialismo) 
ha sido dada, ésta pervive siempre: permanece cronológicamente asentada en el segmento 
libre del ADN de las interneuronas, opera en cuanto aspiración o como inquietud tan sólo, 
hasta que en algún momento con el devenir, aquellas se correspondan, se realicen, con y en 
la nueva vida. 
b.- La reemergencia de mitos, de ritos, de usos, etc., del modo de vida acaecido, como uno de 
los rasgos típicos de la posmodernidad (pretendida era del reinado de los “pequeños 
relatos” –J. P. Feinmann), quiere decir, que se ha restituido la forma de reproducción 
anterior (la cual regresa con su cohorte de creencias) como efecto del impulso proveniente 
del estado todavía no acabado de desarrollo de las fuerzas productivas. El Islam, la religión 
cristiana ortodoxa y otras formas ideológicas orgánicas, se han reimplantado en la 
conciencia en ciertas zonas ex soviéticas (es el móvil deliberado de Occidente, que arma el 
“Lecho de Procusto” en el que se acomode la tesis del “Choque de Civilizaciones”, pues, 
estos push nada tienen que ver con la lucha entre civilizaciones, religiones o ideologías 
contrapuestas, sino mas bien su origen responde a intereses de carácter económico que 
obedecen a la geopolítica de las grandes corporaciones financieras mundiales; en realidad, 
el choque continua dándose entre los intereses de la acumulación y los de la sobrevivencia 
masiva de la población); la resintomatologización ideológica del pensamiento, no significa 
que esa postura de la mente sea eterna, de proyección necesaria en el devenir, que deba de 
todos modos persistir y no perecer, con independencia del sino abierto por el desarrollo de 
las condiciones materiales, de las que son su reflejo y a las cuales sirven. En Europa y en 
EU la mitología religiosa protestante parece fortalecerse a medida que se desarrolla la 
técnica, que se cosifica al ser humano, que se banaliza la vida con el consumismo 
“materialista”; sin embargo, esa es tan sólo una apariencia, la que esconde bajo sus pies el 
mecanismo de supresión definitiva de toda creencia sostenida por fuera del mundo. Por 
tanto, mitos consolidados, que resurgen o que surgen, necesarios todavía como el marco en 
el que las estructuras materiales llegan al horizonte máximo de progreso, cumplen la 
función de trasfondo adecuado para su realización; hoy, ninguna importancia tienen Zeus, 
Vulcano, Hermes o Icaro, cuando se está a portas de producir en laboratorio el propio 
cerebro humano, van perdiendo interés las alegorías bíblicas o la coránicas (Jehová, Cristo;

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