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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE CIENCIAS Estudio poblacional de Furcraea parmentieri (Agavaceae) en bosques templados del suroeste del Distrito Federal, México. T E S I S QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE : B I Ó L O G O P R E S E N T A : ROMÁN HERNÁNDEZ PEDRERO DIRECTORA DE TESIS: DRA. MA. TERESA VALVERDE VALDÉS 2009 FACULTAD DE CIENCIAS 1 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. A mis papás Gloria y Abelardo y a mi hermana Rosalía, con mucho cariño. 2 Agradecimientos A mi mamá, papá y hermanita, por darme su amor y confianza. A mi tutora de tesis Saddahjoti, por encaminarme en el mundo de la investigación y por inspirarme a buscar mi espiritualidad. A los sinodales que revisaron mi tesis: el Dr. Luis E. Eguiarte, la Dr. María del Carmen Mandujano, el Dr. Santiago Arizaga y el Dr. Abisaí García-Mendoza. A mis amigos que tuve el privilegio de conocer en la carrera, en especial a los biólogos Ale Mena, Copali, Bob y la banda, por pasar buenos ratos divirtiéndonos y formándonos como un equipo de trabajo. A los profesores del taller de Ecología, regeneración natural y restauración de áreas naturales del centro de México (Zenón, Tere, Carlos, Consuelo, Jorge, Silvia y Mely). A Pedro Eloy Mendoza Hernández y Mariana Hernández Apolinar, técnicos del laboratorio, con mucho cariño por haberme acompañado a las salidas de campo y por apoyarme en el trabajo escrito. A los profesores del laboratorio de Ecología Especializada de la Facultad de Ciencias. Al personal de las cámaras de ambientes controlados y del Taller de Ecología. Al personal del Invernadero de la Facultad de Ciencias. A la Universidad Nacional Autónoma de México, por ser chingona. A Jorge López y a mis amigos de esgrima. A la Asociación de Scouts de México, por formarme estos últimos años, en especial a mis amigos del grupo 4 de Toluca y de la Red Ambiental Scout, gracias loy. A ti madre tierra, por enseñarme a ser yo mismo. 3 Hoja de datos del Jurado Formato Ejemplo 1. Datos del alumno Apellido paterno Apellido materno Nombre(s) Teléfono Universidad Nacional Autónoma de México Facultad de Ciencias Carrera Número de cuenta 1. Datos del alumno Hernández Pedrero Román 55492452 Universidad Nacional Autónoma de México Facultad de Ciencias Biología 403014961 2. Datos del tutor Grado Nombre(s) Apellido paterno Apellido materno 2. Datos del tutor Dra. María Teresa Valverde Valdés 3. Datos del sinodal 1 Grado Nombre(s) Apellido paterno Apellido materno 3. Datos del sinodal 1 Dr. Luis Enrique Eguiarte Fruns 4. Datos del sinodal 2 Grado Nombre(s) Apellido paterno Apellido materno 4. Datos del sinodal 2 Dra. María del Carmen Mandujano Sánchez 5. Datos del sinodal 3 Grado Nombre(s) Apellido paterno Apellido materno 5. Datos del sinodal 3 Dr. Abisaí Josué García Mendoza 6. Datos del sinodal 4 Grado Nombre(s) Apellido paterno Apellido materno Datos del sinodal 4 Dr. José Santiago Arizaga Pérez 7. Datos del trabajo escrito Título Número de páginas Año 7. Datos del trabajo escrito Estudio poblacional de Furcraea parmentieri (Agavaceae) en bosques templados del suroeste del Distrito Federal, México. 90 p 2009 4 ÍNDICE Pág. Agradecimientos iii Resumen iv Abstract v 1. Introducción 1 1.1 La Cuenca de México 1 1.2 Ecología de poblaciones 3 1.2.1 Matrices periódicas 4 1.3 La familia Agavaceae y el género Furcraea 5 1.3.1 Sistemática, distribución y filogenia 5 1.3.2 Biología Reproductiva 6 a) Reproducción sexual y propagación vegetativa 7 b) Polinizadores 9 1.3.3 Germinación 10 a) Viabilidad 10 b) Efecto de la temperatura en la germinación 10 c) Efecto de la edad de las semillas en la germinación 11 1.3.4 Aspectos demográficos 11 1.3.5 Importancia económica y conservación 12 1.4 Justificación 14 1.5 Objetivo general 15 1.5.1 Objetivos particulares 15 2. Métodos 16 2.1 Especie de estudio 16 2.2 Sitios de estudio 18 2.2.1 Volcán Xitle 18 2.2.2 Volcán Pelado 19 2.2.3. Los Dínamos 19 2.3 Seguimiento de fases tempranas 21 2.3.1 Germinación de semillas 21 2.3.2 Supervivencia y crecimiento de plántulas 24 2.3.3 Crecimiento de bulbilos 25 2.3.4 Crecimiento de los infantiles 26 2.4 Demografía 28 2.4.1 Estructura y densidad poblacional 28 2.4.2 Construcción de las matrices anuales 28 a) Toma de datos 28 b) Estimación de las tasas vitales 29 2.4.3 Análisis de las matrices anuales 34 2.4.4 Matrices periódicas 35 2.5 Análisis estadísticos 37 3. Resultados 38 vi 3.1 Fases tempranas 38 3.1.1 Germinación de semillas 38 3.1.2 Supervivencia y crecimiento de plántulas 40 3.1.3 Crecimiento de bulbilos 42 3.1.4 Supervivencia y crecimiento de infantiles 43 3.2 Demografía 45 3.2.1 Densidad y estructura poblacional 45 3.2.2 Matrices anuales 47 3.2.3 Matrices periódicas 50 4. Discusión 54 4.1 Fases tempranas 54 4.2 Demografía 58 4.3 ¿Qué nos enseña Furcraea parmentieri sobre la evolución de la semelparidad? 65 4.4 Implicaciones para la conservación 66 5. Conclusiones 68 6. Literatura citada 69 Anexo I 77 Anexo II 78 vii Resumen Este trabajo es un estudio poblacional de Furcraea parmentieri (Roezl ex Ortgies) García-Mend. en dos sitios del suroeste del Distrito Federal: volcán Xitle y volcán Pelado. El trabajo de campo se realizó durante 2006 y 2007. Con la finalidad de conocer el destino de las fases tempranas, se realizaron experimentos de germinación de semillas y de introducción de plántulas y de bulbilos, y se monitoreó el destino de infantiles, juveniles y adultos. Los experimentos de germinación de semillas se realizaron en laboratorio (febrero y junio de 2006) y en campo (junio de 2006). En el primer experimento de laboratorio se obtuvo una germinación de 45 %, y en el segundo de 98.5 %. Todos los experimentos en campo se realizaron en cuatro micrositios: suelo rocoso y en sombra (RS), suelo rocoso y expuesto (RE), suelo profundo y en sombra (PS), y suelo profundo y expuesto (PE). La germinación fue mayor en los micrositios con suelo rocoso; globalmente, la germinación en campo fue del 40 %, pero sólo el 14 % de las plántulas emergidas estaban vivas un año después. Por otro lado, las plántulas que se introdujeron al campo, tuvieron mayores porcentajes de supervivencia en el micrositio PS, mientras que su mayor crecimiento se dio en los micrositios PS y RE. Los bulbilos presentaron mayor crecimiento en los micrositios PS. El crecimiento y supervivencia de los infantiles fue similar en los cuatro micrositios. Se dividió a la población en ocho categorías de tamaño (plántulas, infantiles 1, infantiles 2, juveniles, pequeñas, medianas, grandes y magnas), de acuerdo con la altura de los individuos y con la presencia de tronco. La estructura poblacional fue similar en todas las localidades, con un gran número de infantiles, así como de medianas y grandes. Se estimó una densidad poblacional de 14.4 y 5 individuos en 100 m2 en el Pelado y en el Xitle, respectivamente.Se construyó una matriz de proyección poblacional para el periodo abril/2006 a mayo/2007, durante el cual hubo un evento de floración masiva. A partir de esta matriz y de las observaciones realizadas entre 2005 y 2007, se construyeron otras dos matrices. Así, se tuvo una matriz para representar a los años no reproductivos (NR), caracterizados por baja fecundidad y baja mortalidad de adultos; otra matriz para años reproductivos (R), caracterizados por baja fecundidad y alta mortalidad de adultos (dada su semelparidad); y una matriz para representar a los años de establecimiento (E), en los que un gran número de plántulas y bulbilos se incorporan a la población, provenientes de la floración masiva del año anterior, por lo que presentan alta fecundidad y baja mortalidad de adultos. Para proyectar la dinámica poblacional a largo plazo, se construyeron matrices periódicas, simulando escenarios en los que ocurren eventos de floración masiva cada 5, 10 y 15 años. Las tasas finitas de crecimiento poblacional (λ) de las matrices anuales fueron de 1.03 (año NR), 0.99 (año R), y 1.25 (año E). Los valores de λP (de las matrices periódicas) fueron de 1.83 (reproducción cada 5 años), 2.64 (cada 10 años), y 2.56 (cada 15 años). Estas λP se proyectaron a 90 años y se encontró que el escenario con una frecuencia de reproducción de cada 5 años es el que llevaría a un mayor tamaño poblacional. Se estimó que los individuos se reproducen a una edad de ca. 60-90 años y que la mayor parte de los nuevos reclutas son de origen sexual (99%) y sólo una pequeña fracción (1%) proviene del establecimiento de bulbilos. Dado que las poblaciones de Furcraea parmentieri aparentemente tienen una buena salud demográfica, se plantea que el principal riesgo que enfrentan sus poblaciones es el rápido cambio de uso de suelo de sus áreas naturales de distribución. iv Abstract This study is a demographic analysis of Furcraea parmentieri (Roezl ex Ortgies) García- Mend. in two localities on the southwest of Distrito Federal: the volcanoes Xitle and Pelado. The field work was carried out during 2006 and 2007. In order to investigate the fate of the early life-cycle stages we did field experiments on seed germination, and seedling and bulbil introduction, and monitored the survival and growth of infants, juveniles and adults. Seed germination experiments were done both in controlled conditions (February and June 2006) and in the field (June 2006). Seed germination in controlled conditions was 45 and 98.5% (respectively). Field experiments included four different microsites: rocky soil and shade (RS), rocky soil and exposed (RE), deep soil and shade (PS) and deep soil and exposed (PE). Seed germination was highest in rocky soil microsites. Globally, seed germination in the field was 40%, but only 14% of the emerged seedlings were alive after one year. The highest seedling survival was observed in PS microsites, while their growth was fastest in PS and RE microsites. Bulbils showed the highest growth rate in PS microsites, while infants survived and grew similarly in all microsites. The population was subdivided in eight size categories (seedlings, infants 1, infants 2, juveniles, small, medium, large and very large), according to plant height and the presence of a trunk. Population structure was similar in all localities with a high number of infants, as well as medium and large plants. Estimated population density was 14.4 and 5 individuals in 100 m2 at Pelado and Xitle, respectively. We built a population projection matrix for the period spanning from April/2006 to May/2007, during which a mass reproduction event was observed. From this matrix and from field observations carried out between 2005 and 2007 we built two other matrices. Thus, we had three annual matrices: one for non reproductive years (NR), characterized by low fecundity and low adult mortality; one for reproductive years (R), characterized by low fecundity and high adult mortality (due to their semelparity); and one for establishment years (E), in which a high number of seedlings and bulbils emerge, derived from the mass flowering event of the previous year, thus determining high fecundity and low adult mortality. To project the long term behaviour of this population we used periodic matrices simulating three scenarios: reproduction every 5, every 10, or every 15 years. The finite population growth rates (λ) were 1.03 (year NR), 0.99 (year R), and 1.25 (year E). The values of λP (for periodic matrices) were 1.83 (reproduction every 5 years), 2.64 (every 10 years), and 2.56 (every 15 years). These λP values were projected 90 years over time and we found that the scenario with reproduction every 5 years was the one that resulted in higher population numbers. We estimated that individuals reproduce at an age of ca. 60-90 years and that most new recruits (99%) are from sexual origin, while only a small proportion (1%) derive from the establishment of bulbils. Given that the populations of Furcraea parmentieri appear to be demographically healthy, we propose that the main risk faced by this species is land use change, since its distribution range is restricted to areas near growing cities. v 1. Introducción 1.1 La Cuenca de México La República Mexicana se encuentra entre los 12 países megadiversos del mundo, los cuales contienen alrededor del 70 % de la biodiversidad del planeta con un territorio cercano al 10 % de las tierras emergidas a nivel mundial (DCPMA, 2002). México, con cerca del 1.6 % de la superficie terrestre, alberga aproximadamente el 12.78 % del total de las especies descritas, sumando un total de 22,351 especies de plantas vasculares, las cuales se podrían incrementar a 29,000 (Villaseñor, 2003). La extraordinaria riqueza biológica de México se concentra principalmente en la Sierra Madre del Sur y en el Eje Neovolcánico Transversal (ENT). Este último se encuentra en la parte central del país y presenta las mayores altitudes. La diversidad de especies que se concentra en el Eje Neovolcánico Transversal es producto, en parte, de que ahí convergen elementos de las dos regiones biogeográficas del continente americano: la Neártica y la Neotropical (Velázquez y Romero, 1999). Su compleja topografía, su gran variabilidad de altitudes y de climas, la posición geográfica del país y su historia geológica, proveen un mosaico de ambientes, hábitats y microhábitats para un importante número de especies sedentarias y migratorias, por lo que en el ENT se presenta un intrincado patrón de distribución de especies (Rzedowski y Rzedowski, 2001). Hacia el centro-sur del ENT, y con las mismas características generales, se localiza el área con la mayor riqueza de especies de esta región: la Cuenca de México (i. e. 3,000 especies de plantas vasculares, Rzedowski y Rzedowski, 2001). Las características biológicas y geográficas de la Cuenca de México no sólo han permitido el desarrollo de una gran diversidad de flora y fauna, sino que también han ofrecido condiciones favorables para el establecimiento de asentamientos humanos por más de 2,500 años (Ceballos y Galindo, 1984 en: Velázquez y Romero, 1999). Desde tiempos remotos, esta Cuenca ha sido una de las regiones más pobladas del país y en la actualidad es la más poblada del mundo, lo cual ha tenido el efecto de reducir paulatinamente la riqueza biológica de esta región (Velázquez y Romero, 1999). A pesar de ser sólo el 0.48% del territorio nacional, en esta área vive aproximadamente el 20% de la población mexicana, lo que constituye un problema ambiental, social y político de grandes proporciones (Ezcurra et al., 2006). 1 Las áreas montañosas que rodean a la Cuenca constituyen la principal fuente de recarga de los mantos acuíferos que alimentana la Ciudad de México. Se calcula que el 75 % del agua que se consume en esta metrópoli depende de la recarga de los mantos acuíferos que se acumulan en el subsuelo, provenientes de las zonas boscosas que la rodean (Velázquez y Romero, 1999). Además, estas áreas constituyen una fuente importante de recursos, entre ellos los alimenticios, destacando los cereales y diversos productos de origen animal, así como diversos recursos forestales, que brindan una gama de bienes y servicios a los habitantes rurales de la localidad, así como a los de la Ciudad de México. Como es de esperarse, las intensas actividades humanas, tanto de la población urbana como de la rural, han repercutido de diferentes maneras en las áreas silvestres de la Cuenca, deteriorándolas y reduciéndolas, por lo que la flora y la fauna nativas se han visto mermadas. Esto ha provocado que una proporción importante de las especies características de la región se encuentre en alguna de las categorías de riesgo que reconoce la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN). Las zonas montañosas que rodean a la Cuenca de México albergan alrededor de 325 especies endémicas de plantas y animales (Rzedowski y Rzedowsi, 2001), muchas de las cuales se encuentran en peligro de extinción. Entre los animales se encuentran el conejo zacatuche (Romerolagus diazi), una tuza del género Cratogeomis, varias lagartijas del género Scelophorus y el gorrión serrano (Xenospiza baileyi). Entre las plantas están Acer negundo var. mexicanum, Juniperus montícola, Hibiscus espiralis y Furcraea parmentieri, esta última de la familia Agavaceae (Velázquez y Romero, 1999). Estas especies están seriamente amenazadas con desaparecer debido al crecimiento de la Ciudad de México. Incluso las cordilleras montañosas al sur y al oeste de la Ciudad de México, que habían sido poco afectadas por el proceso de urbanización hasta antes de la década de los años setenta, ahora sufre las consecuencias del crecimiento urbano expansivo (Ezcurra et al., 2006). En esta tesis se aborda el estudio de F. parmentieri desde el punto de vista de su ecología de poblaciones. En las siguientes secciones se presenta una revisión sobre la ecología de poblaciones y sobre la biología de las agaváceas, que servirá de marco de referencia para discutir los resultados de este estudio. 2 1.2 Ecología de poblaciones Una población es un conjunto de individuos de la misma especie que coexisten en tiempo y espacio y que mantienen flujo génico entre ellos (Begon et al., 2006). La ecología de poblaciones estudia estos grupos de organismos con el objeto de entender cómo y por qué cambia el tamaño poblacional a lo largo del tiempo (Begon et al., 2006). Para estudiar a una población es importante conocer el ciclo de vida de los organismos que la componen. El ciclo de vida es la unidad fundamental para describir a los organismos, los cuales pasan por diferentes fases a lo largo de su vida (Caswell, 2001). La ecología de poblaciones busca conocer las tasas vitales (nacimiento, crecimiento, fecundidad y mortalidad) que caracterizan a cada fase del ciclo de vida. La respuesta de estas tasas al ambiente determina la dinámica poblacional en el tiempo ecológico y la evolución de las historias de vida en el tiempo evolutivo (Caswell, 2001). El ciclo de vida de un organismo se puede describir a través de una gráfica del ciclo de vida, y a partir de ésta se puede derivar una matriz de proyección poblacional (Caswell, 2001). El modelo matricial de proyección poblacional puede describirse como una función discreta, lineal e invariante en el tiempo, que describe el comportamiento de una población estructurada por edades, tamaños o estadios de un momento en el tiempo, al siguiente (van Groenendael et al., 1988). Las entradas de la matriz de proyección poblacional contienen la información dinámica que resume la manera en la que la supervivencia, el crecimiento y la reproducción de los individuos de las diferentes categorías cambia la composición de la población a través del tiempo (van Groenendael et al., 1988). En notación matricial, esto puede expresarse como una simple multiplicación: nt+1 = Ant donde n es un vector cuyos elementos son el número de individuos de cada categoría reconocida y A es una matriz cuadrada, no negativa (van Groenendael et al., 1988). A través de iterar la multiplicación de la matriz por el vector de la estructura poblacional, y así sucesivamente por los vectores resultantes, la población converge hacia una distribución estable de proporciones por categoría, o una estructura estable de estadios, la cual corresponde al eigenvector derecho (w) de la matriz A. Al trasponer la matriz e iterar la misma ecuación, se obtiene el vector de los valores reproductivos específicos de cada categoría, correspondiente al eigenvector izquierdo (v) de la matriz A. En el momento en el que la población converge a una estructura estable de estadios, la población crece o decrece a una tasa constante, λ, la cual corresponde con el eigenvalor 3 dominante de la matriz y se puede interpretar como la tasa finita de crecimiento poblacional (van Groenendael et al., 1988). Las matrices de proyección poblacional son una herramienta muy útil para describir y analizar las dinámicas poblacionales y se utilizan con dos principales fines: para proyectar los cambios numéricos de una población en el tiempo, evaluando así la potencialidad de su comportamiento demográfico actual; y para llevar a cabo análisis de perturbación prospectivos, en los cuales se evalúa el efecto, sobre λ, de cambios en las entradas de la matriz, ya sea en términos absolutos (sensibilidad) o relativos (elasticidad) (van Groenendael et al., 1988). Las matrices de proyección poblacional más simples suponen que hay constancia temporal, es decir, parten del supuesto de que la dinámica poblacional no cambia a través del tiempo (Caswell, 2001). Sin embargo, las poblaciones naturales presentan variaciones temporales en su comportamiento demográfico (Valverde y Silvertown, 1998). Para superar en alguna medida esta simplificación de la que parten los modelos matriciales más sencillos, se han utilizado modificaciones a los mismos que permiten incorporar la variación temporal en los análisis demográficos (Caswell, 2001). Dos de estas técnicas son las matrices periódicas (Tuljapurkar, 1989; Mandujano et al., 2001) y las simulaciones estocásticas (Bierzychudek, 1982; Valverde et al., 2004). Aquí hablaremos de las primeras, por su relevancia para este estudio. 1.2.1 Matrices periódicas Todas las poblaciones experimentan cierto grado de variación espacio-temporal en su comportamiento demográfico, y es posible que buena parte de la variación temporal se presente de manera periódica (Caswell y Trevisan, 1994), ya sea como producto de la repetición de las estaciones del año, en una escala de tiempo infra-anual (Vavrek et al., 1997), o bien como resultado de la repetición periódica o aproximadamente periódica de condiciones ambientales similares en una escala supra-anual (Bierzychudek, 1982; Beissinger, 1995). Ejemplos de este tipo de variación podrían ser la ocurrencia de eventos climáticos tipo El Niño, fuegos periódicos, huracanes cíclicos (Caswell, 2001), o la presencia de eventos de reproducción cada determinado tiempo en ciertas poblaciones naturales. Las matrices periódicas incorporan la variación demográfica que se presenta en diferentes fases a lo largo de un ciclo que supuestamente se repite una y otra vez en el tiempo. La manera en la que se construyen y se analizan este tipo de matrices se presenta 4 en detalle en la sección deMétodos. En general, se puede decir que constan de la multiplicación de una serie de matrices, cada una representando el comportamiento demográfico de la población en una fase particular del ciclo. Este tipo de matrices todavía se encuentran representadas de manera modesta en la literatura (e.g. Golubov et al., 1999; Mandujano et al., 2001; Mondragón et al., 2004; Santini 2007), pues probablemente todavía se considera una herramienta numérica relativamente nueva. Por otro lado, algunos autores argumentan que son pocos los sistemas que presentan una variación demográfica aproximadamente periódica, por lo que han favorecido el uso de proyecciones estocásticas sobre el de matrices periódicas (Mondragón et al. 2004). Sin embargo, la presencia de pulsos de reproducción o de eventos de floración masiva y sincrónica en algunas poblaciones constituye probablemente una de esas formas de comportamiento demográfico quasi-cíclico que se presta naturalmente para el uso de matrices periódicas. Tal es el caso de la población de estudio, como se argumentará mas adelante. 1.3 La familia Agavaceae y el género Furcraea 1.3.1 Sistemática, distribución y filogenia La familia Agavaceae pertenece a la clase de las monocotiledóneas, y se ubica dentro del orden Asparagales. Esta familia consta de dos subfamilias, la Agavoideae, en las que las flores presentan ovario ínfero, y la Yuccoideae, en la que presentan ovario súpero (Dahlgren et al., 1985). La familia Agavaceae se compone de nueve géneros: Agave, Beschorneria, Furcraea, Hesperaloe, Hesperoyucca, Manfreda, Polianthes, Prochnyanthes y Yucca (Rocha et al., 2006), que en total suman unas 300 especies descritas hasta la fecha (Eguiarte et al., 2000). El género Agave es el más numeroso, con cerca de 155 especies (García-Mendoza, 1995), mientras que el género Furcraea consta sólo de aproximadamente 25 especies (García-Mendoza, 2000). La familia Agavaceae es endémica de América y se distribuye desde el sur de Canadá, pasando por México y Centroamérica, hasta el norte de Sudamérica (siguiendo principalmente la cadena montañosa de los Andes, hasta Bolivia y Paraguay) y las islas del Caribe (García-Mendoza y Galván, 1995). El género Furcraea tiene su límite norte de distribución continental en el estado de Nayarit, México, de donde continúa hacia el sur por Centroamérica y Sudamérica, hasta Bolivia y quizá Paraguay; en el Mar Caribe se 5 encuentra representado en todas las islas, así como en las islas Galápagos en el Océano Pacífico (García-Mendoza, 2000). México se considera el centro de origen y diversificación de la familia Agavaceae (Eguiarte et al., 2000). En su territorio se distribuye el 75 % (217) de las especies descritas, de las cuales el 55 % son endémicas del país (García-Mendoza y Galván, 1995; Franco, 1995). Además, alberga a 13 de las 25 especies del género Furcraea descritas, nueve de las cuales son endémicas del país (Rocha et al., 2006). Eguiarte (1995) propone que el origen de la familia Agavaceae data de hace unos 15 millones de años, mientras que Good-Avila et al. (2006) estiman una edad de 20 a 26 millones de años. Con base en la primera fecha, Eguiarte et al. (2000) proponen que el linaje de Furcraea + Beschorneria surgió hace 6 millones de años. Los diversos análisis moleculares y morfológicos indican que los parientes más cercanos de la familia Agavaceae (sensu Dahlgren et al., 1985) podrían ser plantas de la familia Hostaceae (Eguiarte et al., 2000). Hosta aparece como el taxón más cercano a las Agavaceae en algunos estudios (Eguiarte et al., 1994; Eguiarte, 1995). La familia Nolinaceae (Nolina, Beaucarnea, Calibanus y Dasylirion) también está dentro del orden Asparagales, pero ahora se sabe que se encuentra relativamente separada de la Agavaceae sensu stricto (Eguiarte et al., 2000). Eguiarte (1995) calcula que los linajes de las familias Agavaceae y Nolinaceae se separaron hace unos 50 millones de años. 1.3.2 Biología Reproductiva Las agaváceas presentan una gran variedad de adaptaciones morfológicas y fisiológicas que les han permitido ser especialmente exitosas en los ambientes áridos y semiáridos de América, en donde juegan un papel muy importante como especies clave, principalmente durante su época reproductiva, cuando son una importante fuente de recursos para diversos taxa de animales (Rocha et al., 2006). La familia Agavaceae cuenta con especies iteróparas (policárpicas), las cuales se pueden reproducir varias veces a lo largo de su vida, y con especies semélparas (monocárpicas), las cuales tienen un único evento reproductivo en su vida, después del cual mueren (Eguiarte et al., 2000). En estos casos, las rosetas mueren tras la reproducción, pero muchas especies son capaces de producir una nueva roseta por propagación vegetativa, de tal manera que un genet puede sobrevivir por muchos años (Arizaga y Ezcurra, 2002; Rocha et al., 2006). A continuación se presentan algunos 6 aspectos de su biología reproductiva divididos en dos temas: a) reproducción sexual y propagación vegetativa, y b) polinizadores. a) Reproducción sexual y propagación vegetativa: Las especies del género Furcraea, al igual que muchos agaves, se reproducen por vía sexual y también se propagan vegetativamente por medio de bulbilos (Figura 1.1). Los bulbilos son pequeñas rosetas aéreas que se desarrollan en las inflorescencias de algunas agaváceas y familias cercanas (Arizaga y Ezcurra, 1995). Eguiarte et al. (2000) señalan que casi todo el reclutamiento de nuevos individuos en las poblaciones de Furcraea probablemente se da por medio de bulbilos, ya que las flores no polinizadas pueden convertirse en bulbilos que son dispersados alrededor de la planta materna, lo cual contribuye a la formación de poblaciones dominantemente clonales. Una inflorescencia puede producir cientos o incluso miles de flores, de las cuáles sólo de 4 a 30 se convierten en frutos; del resto de las flores se llegan a generar varios cientos de bulbilos (García-Mendoza, 2001). De las 25 especies de Furcraea descritas hasta la fecha, 23 producen bulbilos, pero sólo de 15 de ellas existe evidencia de que se pueden reproducir por este medio (Rocha et al., 2006). La producción de bulbilos es un mecanismo igualmente común en el género Agave, que aparentemente es el resultado de la carencia de polinización en las flores (Arizaga y Ezcurra, 1995). Figura 1.1 Infrutescencia de Furcraea parmentieri con bulbilos, en el volcán Pelado. La importancia relativa de la reproducción sexual y de la propagación vegetativa varía considerablemente entre especies (Nobel, 1992). Arizaga y Ezcurra (1995) 7 encontraron que en A. macroacantha existe una relación inversa entre el número de frutos y el número de bulbilos producidos por inflorescencia. Existen casos en los que sólo el 1% de las plántulas que se establece es por reproducción sexual, como ocurre en Agave macroacantha (Arizaga, 1998) y en A. deserti (Nobel, 1992). Por otro lado, la intensidad de la reproducción sexual también varía entre especies. Una inflorescencia de Agave deserti puede producir 65,000 semillas viables (Nobel, 1992), mientras que una de A. macroacantha produce más de 2,800 semillas fértiles (Arizaga, 1998), y una de A. victoriae-reginae alrededor de 50,000 semillas (Martínez-Palacios, 1998). En lo que respecta a la producción de bulbilos, se sabe que Agave vilmoriniana produce más de 2,000 bulbilos por infrutescencia (Szarek y Holmesley, 1996). Szarek et al. (1996) encontraron que la producción de bulbilos de cinco especies de agaváceas (Agave angustifolia var. marginata, A. fourcroydes, A. murpheyi, Hesperaloe parvifloray Yucca elata) y de una nolinácea (Dasylirion wheeleri) es muy variable entre individuos, entre especies y entre años, produciéndose desde unos cientos hasta varios miles de bulbilos. Las inflorescencias de F. macdougalli producen más de 15,000 bulbilos que persisten en la inflorescencia incluso después de que la planta ha muerto (García- Mendoza, 2001). Los propágulos vegetativos hipógeos (conocidos coloquialmente como mecuates) de Agave macroacantha alcanzan el estado reproductivo alrededor de los 21 a 24 años de edad, mientas que un bulbilo que logra establecerse se reproducirá, en promedio, hasta después de 29 años. En contraste, una plántula de origen sexual se reproducirá, en promedio, después de los 38 años de edad (Arizaga, 1998). Esto sugiere que el papel demográfico que juega cada una de estas vías de reclutamiento es diferente y cada una tiene consecuencias distintas en la dinámica poblacional de esta especie a lo largo del tiempo. Una característica interesante de la biología reproductiva de las especies del género Furcraea es que sus poblaciones parecen tener eventos de reproducción masiva, seguidos de varios años en los que no se presenta una sola inflorescencia (A. García- Mendoza, com. pers.). Es incierto, sin embargo, qué papel juegan estos eventos de reproducción masiva en el reclutamiento y estructura genética de las poblaciones, pues se sospecha que la entrada mayoritaria de nuevos individuos ocurre a través del establecimiento de bulbilos (L. Eguiarte, com. pers.). b) Polinizadores: La familia Agavaceae se distingue porque sus especies presentan características de historia de vida muy contrastantes, lo cual se refleja en una notable 8 diversidad de morfologías florales y de relaciones con diversos polinizadores. Entre los animales que visitan a especies de agavaceas podemos enlistar a murciélagos, abejas, polillas y colibríes, con mayor o menor grado de especificidad (Eguiarte et al., 2000). Yucca y Hesperoyucca whipplei son polinizadas únicamente por polillas de los géneros Tegeticula y Parategeticula, respectivamente (Pellmyr, 2003). La coevolución de Yucca- Tegeticula se considera, junto con la interacción entre avispas e higos, como uno de los mejores ejemplos de especialización y polinización codependiente (Rocha et al., 2006). Las polillas hembras colectan polen en una flor y se desplazan a otra, donde ovipositan una o varias veces en el ovario e introducen activamente el polen dentro del tubo estigmático de las flores. La recompensa para las polillas es el desarrollo de sus larvas en el interior de los óvulos, las cuales llegan a comerse hasta el 65 % de los óvulos (Pellmyr et al., 1996a y b, 1997 citados en: Eguiarte et al., 2000). Hay evidencias de que las larvas que se alimentan de las semillas, lejos de sacrificar a las futuras generaciones de Yucca, son necesarias para que los óvulos se conviertan en semillas (Marr et al., 2000). Otras especies, principalmente del género Agave son polinizadas durante la noche por murciélagos, en particular por el género Leptonycteris (Freeman et al., 1983 en: Eguiarte et al., 2000; Arizaga, 1998; Molina-Freaner y Eguiarte, 2003; Rocha et al., 2005), aunque también se ha reportado este polinizador para Manfreda brachystachya (Eguiarte y Búrquez, 1987). Otras especies de Agave son polinizadas principalmente por especies diurnas como abejas, colibríes y aves percheras (Ornelas et al., 2002 en: Rocha et al., 2006; Silva-Montellano, 2001), y otras más combinan ambos tipos de polinizadores; es decir, son polinizadas tanto en el día como en la noche, por lo que sus polinizadores pueden ser tanto murciélagos y polillas, como abejas y colibríes (Slauson, 2000; González, 2004; Estrella, 2005; Molina-Freaner y Eguiarte, 2003). Silva- Montellano (2001) y Rocha et al. (2005) encontraron que en las especies de Agave la polinización quiropterofílica se da en especies cuya área de distribución coincide con la distribución de los murciélagos, mientras que las generalistas se encuentran en los límites de la distribución de estos mamíferos. A pesar de que algunas especies de Agave atraen diversos polinizadores, se ha sugerido que los agaves y los murciélagos son también ejemplos de coevolución y mutualismo (Gentry, 1982; Arita y Humphrey, 1998, ambos en Rocha et al., 2006). Por su parte, Hesperaloe parviflora aparentemente es polinizada únicamente por el colibrí Archilochus alexandri (Pellmyr y Augenstein, 1997). En cuanto al género Furcraea, se conoce poco acerca de sus polinizadores; sin embargo, María Albarrán (en preparación) reporta que Furcraea parmentieri es visitada 9 por esfíngidos en la noche y colibríes en la mañana, y que el mayor éxito de la polinización se da cuando es cruzada, aunque eventualmente se pueden formar frutos por autopolinización. Schaffer y Schaffer (1977) sugieren que las presiones de selección relacionadas con los polinizadores han sido el factor más importante en la evolución de la biología reproductiva y de historias de vida de la familia Agavaceae. 1.3.3 Germinación Existen pocos estudios sobre la germinación y el desarrollo post-emergente de las especies de la familia Agavaceae (Serrano et al., 2000). A continuación se presentan algunos de ellos, los cuales se han agrupado en tres secciones: a) viabilidad de las semillas; b) efecto de la temperatura en la germinación; y c) efecto de la edad de las semillas en la germinación. a) Viabilidad: Algunos estudios muestran que las semillas recién colectadas de varias especies de la familia Agavaceae presentan altos porcentajes de viabilidad, los cuales varían entre 75 y 100 %. Entre ellos se encuentran Agave parryii var. parryii (Freeman, 1975 en Serrano et al., 2000), A. lechuguilla (Freeman et al., 1977 en Serrano et al., 2000), A. desertii (Jordan y Nobel, 1979), A. americana (Pritchard y Miller, 1995), A. victoriae-reginae (Martínez-Palacios, 1998), A. macroacantha (Arizaga, 1998), Manfreda brachystachya (Orozco-Segovia, 1996 en: Serrano et al., 2000), Polianthes geminiflora var. geminiflora, P. sp. y P. longiflora (Serrano et al., 2000), así como varias especies del género Yucca (Argot, 1962 en García-Mendoza, 2001). Con respecto al género Furcraea, las especies F. cahum, F. longaeva y F. pubescens presentan porcentajes de germinación entre 90 y 100 %, mientras que Furcraea parmentieri y F. quicheensis han mostrado porcentajes menores al 60 %. (García-Mendoza, 2001). b) Efecto de la temperatura en la germinación: En general, las especies de la familia Agavaceae presentan altos porcentajes de germinación entre los 20 y 35 °C. Así, Agave desertii presenta una alta germinación a los 21 °C (Jordan y Nobel, 1979); A. parryii var. parryii (Freeman, 1975 en Serrano et al., 2000), Agave americana (Pritchard y Miller, 1995), Polianthes geminiflora var. geminiflora, P. sp. y P. longiflora (Serrano et al., 2000) y Manfreda brachystachya (Orozco-Segovia et al., 1996) a 25 °C y A. lechuguilla a 35 °C (Freeman et al., 1977 en Serrano et al., 2000). En el caso de las especies del 10 género Furcraea mencionadas en el inciso anterior, todas se pusieron a germinar a una temperatura de 30 °C. c) Efecto de la edad de las semillas en la germinación: Algunas especies de la familia Agavaceae presentan semillas ortodoxas y sin latencia, como ocurre con Agave parriií var. parryii (Freeman, 1975 en Serrano et al., 2000), A. lechuguilla (Freeman et al., 1977 en Serrano et al., 2000), Polianthes geminiflora var. geminiflora, P. sp., P. longiflora (Serrano et al., 2000) y Furcraea longaeva (García-Mendoza, 2001). Otras especies presentan semillas capaces de permanecervivas por un cierto tiempo, como ocurre en A. macroacantha, cuyas semillas germinaron en un 85 % después de 20 meses de almacenamiento (Arizaga, 1998). Las semillas de A. victoriae-reginae presentan un 20 % de germinación tras permanecer más de un año dentro del fruto bajo las condiciones extremas del desierto (Martínez-Palacios, 1998). García-Mendoza (2001) realizó experimentos de germinación con semillas de 13 especies de Furcraea, las cuales habían sido almacenadas durante diferente número de años; en general, encontró que las únicas semillas que germinaron fueron aquéllas que tenían no más de dos años de almacenamiento, con excepción de F. longaeva, cuyas semillas presentaron una germinación del 100 % tras 7 años de almacenamiento. 1.3.4 Aspectos demográficos Martínez-Palacios (1998) analizó la estructura de tamaños, la densidad y el tamaño poblacional de 10 poblaciones de Agave victoriae-reginae en el desierto Chihuahuense, encontrando que la densidad fue de 0.20 a 0.75 individuos por m2. Este autor distinguió si los individuos establecidos correspondían a genets (originados por semilla) o a ramets (originados por brote o estolón a partir de una roseta parental) y encontró que el reclutamiento de genets fue el más frecuente. Arizaga y Ezcurra (2002) evaluaron el establecimiento y la supervivencia de bulbilos y de plántulas de Agave macroacantha en condiciones contrastantes de radiación lumínica (con y sin nodricismo). Las plántulas mostraron tasas bajas de supervivencia en general, ya que las plantas sin nodriza no sobrevivieron más de un año, mientras que del 1 al 10 % de las cohortes bajo plantas nodrizas sobrevivieron más de dos años. Los herbívoros afectaron negativamente la supervivencia en lotes sin nodrizas. En años lluviosos, las tasas de supervivencia se incrementaron. En contraste, los bulbilos mostraron una mayor supervivencia que las plántulas. 11 Eguiarte et al. (inédito, en Eguiarte et al., 2000) estudiaron la demografía de Agave horrida, con énfasis en los aspectos reproductivos, encontrando que la producción de frutos (fruit set) en condiciones naturales fue del 40 %, el número promedio de semillas por fruto fue 91 y que un individuo reproductivo produce unas 42,000 semillas por planta, llegando a vivir 30 años. Como puede verse a partir de esta pequeña sección sobre demografía de agaváceas, es claro que no existen muchos trabajos publicados sobre este tema y la ecología poblacional de plantas de esta familia es todavía un tema por desarrollar. 1.3.5 Importancia económica y conservación Los miembros de la familia Agavaceae han sido muy importantes para las culturas que han habitado el Continente Americano desde épocas prehispánicas, ya que diversas especies se han utilizado en la producción de fibras para ropa, abrigo, y otros utensilios, así como para la preparación de alimentos y bebidas (alcohólicas y no alcohólicas – Colunga-García y Zizumbo-Villareal, 2007). En particular, esta familia es de gran importancia económica en México, ya que el pulque, el tequila y el mezcal se producen a partir de las plantas del género Agave. Adicionalmente, algunas fibras de importancia económica significativa se obtienen de varias especies de la familia, como el heneqúen y el sisal, ambas del género Agave, al igual que otras fibras de Yucca y potencialmente de Hesperaloe (Rocha et al., 2006). El género Furcraea también tiene un gran potencial económico como productor de fibras, por lo que ha sido empleado por diversas etnias de América y, con este fin, algunas especies se introdujeron a varios países de África y Asia, donde hasta la fecha son de importancia económica (García-Mendoza, 2000). Las especies de la familia Agavaceae han sido afectadas por la destrucción y modificación de los ecosistemas en los que se distribuyen como resultado de algunas actividades humanas, tales como la urbanización, agricultura, ganadería y construcción de carreteras y presas (García-Mendoza y Galván, 1995). Así mismo, la extracción selectiva de semillas, plántulas y ejemplares adultos de las especies utilizadas como plantas ornamentales ha afectado a sus poblaciones, ya que la mayoría de las agaváceas son de lento crecimiento (presentan metabolismo CAM). Sólo pocas especies tienen valor ornamental, por lo que se les vende en el mercado nacional e internacional. Ejemplos de ello son Agave victoriae-reginae, Yucca rostrata y Y. brevifolia (Hernández, 1993 en Franco, 1995). El comercio ha ocasionado la reducción e incluso la desaparición de 12 ciertas poblaciones silvestres de estas especies, lo cual repercute en el tamaño, la estructura poblacional y la regeneración natural de las mismas (Franco, 1995). Ante esta problemática y considerando que la conservación no reside únicamente en la protección de las especies, sino en la preservación de todos los niveles de expresión de la biodiversidad, así como de los procesos ecológicos que dependen de las interrelaciones entre dichos niveles, se han establecido, tanto en el ámbito nacional como en el internacional, dos estrategias de conservación para agaváceas: in-situ y ex-situ (Franco, 1995). Las primeras tienen como objetivo la preservación de las especies en sus propios hábitats y áreas de distribución natural (Hernández, 1994 en Franco, 1995). En éstas se encuentran las áreas naturales protegidas de México, 30 de las cuales albergan a alguna especie de la familia Agavaceae. La segunda incluye diversas estrategias implementadas fuera del hábitat y de las áreas de distribución natural de las especies; tal es el caso de los bancos de germoplasma, los jardines botánicos y los viveros (Franco, 1995). Otro aspecto que coadyuva a la protección de especies silvestres es la legislación mexicana, sobre todo la que se encarga de enlistar especies en riesgo o bajo protección especial. Actualmente se incluyen 39 especies de agaváceas dentro de la NOM- ECOL-059 (2001), de las cuales 30 están en alguna de las categorías de amenaza (Golubov et al., 2007). Entre ellas destacan Agave parviflora y A. arizonica, que están también enlistadas en el Apéndice II de CITES; y A. victoriae-reginae, enlistada en el Apéndice I (Golubov et al., 2007). Furcraea parmentieri es una de las agaváceas que se enlista en la NOM-ECOL-059 (2001), y actualmente se le ha clasificado bajo la categoría de “amenazada”. El género Furcraea representa un reto para la conservación, pues la mayoría de sus especies podrían considerarse como raras (García-Mendoza, 2001). Las especies raras son aquéllas que por tener bajas densidades poblacionales, áreas de distribución restringidas, o alta especificidad de hábitat representan un problema de conservación actual o potencial (Halffter y Ezcurra, 1992; Rabinowitz, 1981). Rabinowitz (1981) identifica siete tipos de rareza en las especies vegetales, basados en tres criterios: a) biogeográfico, que se refiere a un área de distribución restringida; b) de hábitat, que se refiere al nivel de especificidad ambiental; y c) demográfico, que tiene que ver con el tamaño poblacional. Furcraea parmentieri es una especie rara, sobre todo desde el punto de vista biogeográfico y de especificidad de hábitat, ya que su distribución geográfica se limita al Eje Neovolcánico Transversal (en los estados de Hidalgo, Estado de México, 13 Morelos y Michoacán, así como en el Distrito Federal), y sólo se presenta en bosques templados con frentes de lava y laderas rocosas en altitudes entre los 2,300 y 3,400 m. Sin embargo, probablemente no se le puede clasificar como rara desde el punto devista demográfico, pues en los manchones que ocupa llega a presentar altas densidades poblacionales. 1.4 Justificación Bajo este contexto, es fundamental conocer aspectos básicos de la biología y la ecología de poblaciones de Furcraea parmentieri con el objeto de implementar acciones que eviten la desaparición de sus poblaciones. Por ello, es indispensable evaluar si sus poblaciones se encuentran creciendo o decreciendo, comprobar si en ellas se presenta reclutamiento de nuevos individuos y valorar su comportamiento poblacional a largo plazo. Además de los aspectos de interés en el terreno de la conservación, esta especie presenta características únicas en su historia de vida, como son su alta longevidad, su semelparidad, y su comportamiento reproductivo a través de eventos masivos y sincrónicos de floración. Por esta razón, el análisis de su demografía permitirá abordar temas de ecología evolutiva, i. e. la evolución de la semelparidad. Asimismo, este trabajo es pionero en el estudio de la ecología de poblaciones para el género Furcraea y de la familia Agavaceae. Y por último, éste también constituye uno de los primeros trabajos que utiliza matrices periódicas para un sistema que naturalmente se presta para este tipo de herramienta demográfica, por el hecho de que las poblaciones de Furcraea parmentieri presentan años de reproducción masiva y sincrónica seguidos de una serie de años prácticamente sin reproducción, dando lugar a ciclos demográficos naturales. 1.5 Objetivo general 14 Este trabajo busca describir la dinámica poblacional Furcraea parmentieri a través de un modelo matricial periódico, con el objeto de contribuir al conocimiento de su ecología poblacional y brindar elementos que ayuden a su conservación. 1.5.1 Objetivos particulares 1.- Describir la estructura poblacional de Furcraea parmentieri en tres sitios de bosque templado en el suroeste del D. F: Los Dínamos y los volcanes Xitle y Pelado. 2.- Evaluar la germinación de semillas en condiciones experimentales y naturales en diferentes microambientes. 3.- Analizar el efecto del ambiente lumínico y de la profundidad del suelo sobre la supervivencia y el crecimiento de: a) Plántulas introducidas b) Bulbilos introducidos c) Infantiles establecidos naturalmente 4.- Realizar un seguimiento de los individuos de diferentes categorías de tamaño en las poblaciones de los volcanes Xitle y Pelado y hacer un análisis demográfico matricial con base en la mortalidad, el crecimiento y la reproducción por categoría. 5.- Construir un modelo demográfico de matrices periódicas que conjunte diferentes comportamientos demográficos anuales, y modele el comportamiento a largo plazo de la población, simulando ciclos demográficos basados en la incidencia de eventos reproductivos. Esta información se discutirá tanto en términos de sus consecuencias para la conservación, como en términos de su importancia para entender la evolución de la semelparidad y la reproducción masiva en esta especie. 15 2. Métodos 2.1 Especie de estudio De los dos subgéneros que componen al género Furcraea, Furcraea parmentieri (Roezl ex Ortgies) García-Mend. pertenece al subgénero Flexiles. Se trata de una planta monocárpica, arborescente, monopodial, con un tronco simple que mide de 1.5 a 4 (-8) m de altura, y 0.2 a 0.5 m de diámetro. Cada planta presenta una roseta en el ápice (aunque eventualmente puede tener más), con hasta 150 hojas y un diámetro de 2 a 2.5 m (García-Mendoza, 2000) (Figura 2.1). Las hojas son lanceoladas, erectas, semicóncavas, coriáceas, glaucas, persistentes, y cubren parte del tallo cuando se secan; el margen de las hojas es denticulado. La inflorescencia de esta especie es paniculada y de estructura racemosa, la cual surge del meristemo apical a través de un escapo; mide (2.5-) 4 a 6 (-9) m de altura (García-Mendoza, 2000) (Figura 2.2). Las flores miden (3.5-) 4.5 a 5.5 cm de diámetro, son péndulas, campaniformes, amplias, de colores claros (blanco amarillento) (Figura 2.3) y permanecen abiertas día y noche (García-Mendoza, 2000). Las cápsulas son ovoides y miden 4 a 4.5 × 3 a 3.5 cm (García-Mendoza, 2000). Cada cápsula contiene aproximadamente 200 semillas (obs. pers.). Las semillas son negras, brillantes, planas, y miden 9 a 11 × 6 a 8 mm. Los bulbilos son foliosos, ovoides, con una base de 1.5 a 2 (-3) cm de alto, (0.7-) 1 a 2 cm de ancho, y están cubiertos de brácteas deltoides, escariosas y caedizas. Eguiarte et al. (2000) indican que la receptividad del estigma y la producción de fragancias y néctar en el género Furcraea son nocturnas; sin embargo, otras observaciones en F. parmentieri revelan que el estigma permanece receptivo un par de días durante las 24 horas, y que la producción de néctar es prácticamente nula (M. Albarrán Hernández, en preparación). La fenología de Furcraea parmentieri durante su temporada reproductiva se da, en general, de la siguiente manera: entre enero y febrero se producen las inflorescencias, las cuales maduran durante los siguientes dos meses y producen flores entre abril y junio; posteriormente, entre octubre y diciembre aparecen los frutos, los cuales liberan las semillas entre enero y febrero del siguiente año; las semillas comienzan a germinar en el campo durante la siguiente época de lluvias, unos cuantos meses después de haber sido liberadas (M. Albarrán Hernández, en preparación; y obs. personal). La mayoría de los años se presentan muy pocos individuos reproductivos en una población y, eventualmente, hay años en los que una gran cantidad de individuos se reproduce simultáneamente (García-Mendoza, com. pers.). Por lo general se observa que durante los años reproductivos hay una alta producción de bulbilos y una baja producción de cápsulas (García- Mendoza 2000). Figura 2.1 Individuos de Furcraea parmentieri en el sitio de estudio del volcán Pelado, D. F. Figura 2.2 Inflorescencia de un individuo postrado de F. parmentieri en el volcán Xitle, durante la floración masiva de 2007. Figura 2.3 Flor de F. parmentieri. 2.2 Sitios de estudio Este estudio incluyó tres localidades en el suroeste del Distrito Federal: volcán Xitle, volcán Pelado y Los Dínamos. El trabajo detallado de demografía se llevó a cabo sólo en los dos primeros. 2.2.1 Volcán Xitle Situado en la delegación Tlalpan, en el sur del Distrito Federal, con coordenadas 19°14’42’’ de latitud N y 99°13’11’’ de longitud O (Figura 2.4). El sitio de trabajo se ubica en la ladera sur-este del volcán, a una altitud de 3,100 m y con una pendiente cercana a 45°. Esta localidad presenta un clima de tipo Cb(w2)(w)ig, es decir, templado, el más húmedo de los templados, con lluvias en verano (según la estación meteorológica Desviación Alta Pedregal, que es la que se encuentra más próxima a este sitio de estudio, a una altitud de 2,918 m). La temperatura media anual es de 14.7 °C, con una mínima de 11.9 °C en el mes de enero, y una máxima de 16.9 °C en mayo. La precipitación total anual es de 910.2 mm, de la cual el 92.2 % se presenta durante la temporada de lluvias (de mayo a octubre). El volcán Xitle presenta suelos pedregosos y arenosos, derivados de ceniza volcánica. El tipo de vegetación que presenta es un bosque de pino-encino en el que las especies dominantes son Pinus pseudostrobus, P. teocote, Quercus laurina, Q. rugosa y Arbutus xalapensis; en el estrato herbáceo es muy común la gramínea Muhlenbergia macroura. 2.2.2 Volcán Pelado Situado también en la delegación Tlalpan, muy cerca del límite con el estado de Morelos, con coordenadas 19°10’28’’ de latitud N y 99°11’55’’ de longitud O (Figura 2.4). El sitio de estudio se ubica en el brazo noreste del derrame del volcán Pelado, prácticamente debajo de los cables de alta tensiónque pasan por esa zona, a una altitud de 3,200 m. Esta localidad presenta un clima Cc (w2) (w)igw, es decir, un templado semifrío, el más húmedo de los templados, con lluvias en verano (de acuerdo con la estación meteorológica Ajusco, que se encuentra a 2,837 m s.n.m.). Presenta una temperatura media anual de 11.2 °C; mayo es el mes más cálido, con una media mensual de 13.4 °C, y enero el más frío, con 9.5 °C. La precipitación total anual es de 1,226.8 mm, de la cual el 91.3 % se presenta durante la época de lluvias. Este sitio se encuentra cubierto por un bosque de Pinus hartwegii y Alnus firmifolia, con una dominancia de Festuca tolucensis y Muhlenbergia macroura en el estrato herbáceo. La zona de estudio se encuentra en la formación Chichinautzin del pleistoceno superior; los suelos que presenta son litosoles y andosoles (Mondragón, 2001). 2.2.3. Los Dínamos Se encuentra en el suroeste del D.F. en la delegación Magdalena Contreras, con coordenadas 19°16’52’’ de latitud N y 99°17’11’’ de longitud O (Figura 2.4). Es un área natural protegida decretada en 1932 y actualmente tiene la categoría de Zona Protectora Forestal. Por el fondo de la cañada corre el río Magdalena, que es de las pocas corrientes activas que aún se presentan en el D.F. El sitio de estudio se ubicó en la parte alta de La Coconetla (nombre local del risco de piedra que bordea la cañada), a una altitud de 2,950 m. Esta región presenta un clima Cc(w2)(w)ig, es decir, un templado semifrío, el más húmedo de los templados, con lluvias en verano (de acuerdo con la estación Desierto de los Leones, ubicada a una altitud de 3,220 m). La temperatura media anual es de 10.3 °C; mayo es el mes más cálido, con una media mensual de 12.7 °C, mientras que enero es el más frío, con 8.3 °C. La precipitación total anual es de 1,265.6 mm, de la cual el 91.2 % se presenta durante la época de lluvias. El suelo es de origen ígneo, producto de manifestaciones volcánicas del Terciario y Cuaternario. La localidad se encuentra en un sitio 19°05 ’ 19°20 ’ 19°35 ’ 99°20 ’ 99°05 ’ * Los Dínamos *Volcán Pelado * Volcán Xitle TlalpanTlalpan Magdalena Magdalena ContrerasContreras CoyoacánCoyoacán Álvaro Álvaro ObregónObregón XochimilcoXochimilco Milpa AltaMilpa Alta CuajimalpaCuajimalpa TláhuacTláhuac IztapalapaIztapalapa Figura 2.4 Ubicación de los tres sitios de estudio en el Distrito Federal. N rocoso en el que el estrato arbóreo está dominado por Arbutus xalapensis, Quercus laurina y Q. rugosa, mientras que en el estrato arbustivo se encuentran Senecio angulifolius y S. barba- johannis, principalmente (Nava, 2003). 2.3 Seguimiento de fases tempranas Con el objeto de obtener información sobre el destino de F. parmentieri durante las fases tempranas de desarrollo, se realizaron observaciones y experimentos que permitieron obtener datos demográficos que se integraron posteriormente a las matrices de proyección poblacional. 2.3.1 Germinación de semillas Se llevaron a cabo experimentos de germinación de semillas tanto en el laboratorio como en el campo, con el fin de conocer su capacidad germinativa. En el laboratorio se realizaron dos experimentos de germinación. El primero fue en el mes de febrero de 2006 y buscó evaluar la viabilidad de las semillas. Como en las cápsulas de F. parmentieri se han encontrado tanto semillas negras como semillas blancas (Figura 2.5), en este experimento se evaluó su viabilidad por separado, para corroborar si, como se creía, las semillas blancas son vanas. Las semillas se colectaron en diciembre de 2005 de un solo individuo (el único reproductivo que se observó en esa temporada) en el volcán Xitle. A las semillas negras se les aplicaron dos tratamientos pregerminativos: i) se desinfectaron con cloro al 10 %; y ii) se sembraron sin haberlas desinfectado. Cada tratamiento constó de cinco cajas de Petri, con 20 semillas por caja. En cada una se utilizó papel filtro como sustrato, el cual se mantuvo permanentemente húmedo con agua destilada. Las cajas de Petri se colocaron en una cámara de germinación (marca Conviron) a una temperatura constante de 25 °C y un fotoperíodo 12:12 h (luz:oscuridad). Al cabo de dos semanas, se registró el porcentaje final de germinación de cada caja, después de lo cual ya no germinó ninguna semilla. Figura 2.5 Cápsula de F. parmentieri con semillas blancas y negras. El segundo experimento de laboratorio se llevó a cabo con semillas colectadas del mismo individuo mencionado en el experimento anterior, así como con semillas procedentes de varios individuos que habían sido colectadas por P.E. Mendoza en 1998 en el Parque Ecológico de la Ciudad de México. Las semillas se colocaron en cajas de Petri en una cámara de ambientes controlados a una temperatura constante de 25 °C. Las semillas de 2005 se colocaron en cajas de Petri (20 semillas por caja) utilizando el mismo sustrato que en el experimento anterior, y se aplicaron dos tratamientos: luz (con 10 réplicas) y oscuridad (con cinco réplicas), con el objeto de saber si las semillas son fotoblásticas. Las semillas del tratamiento de luz se expusieron a un fotoperiodo de 16 horas de luz (intensidad lumínica de 30 a 35 μmol/m2) y 8 horas de oscuridad. Para lograr el tratamiento de oscuridad, las cajas de Petri se cubrieron completamente con papel aluminio y se descubrieron hasta el último día del experimento. En vista de que se contaba con pocas semillas de 1998, se utilizaron sólo tres réplicas con 18 semillas cada una, las cuales se expusieron únicamente al tratamiento de luz. Este experimento inició el 16 de junio de 2006 y duró poco más de una semana. Durante este tiempo se registró la germinación cada tres días. El experimento se suspendió cuando ya no se observó más germinación. El experimento de germinación en el campo se realizó en el volcán Pelado, iniciando el 28 de junio de 2006, con semillas colectadas del mismo individuo que se mencionó antes. Este experimento contó con un diseño factorial en el que se evaluaron los efectos del factor profundidad de suelo (con dos niveles, profundo y rocoso), y del factor nivel de radiación lumínica (con dos niveles, en sombra y expuesto), sobre la germinación de las semillas. Los promedios de profundidad de suelo y de radiación lumínica de cada tipo de micrositio se presentan en la Tabla 2.1. En cada micrositio se colocaron cinco réplicas de 20 semillas cada una. Las semillas se colocaron en cuadros de 30 × 30 cm. En los de suelo profundo se removió el sustrato herbáceo antes de la siembra. Cada réplica se marcó con una pequeña estaca de plástico para facilitar su reubicación y junto a cada plántula recién emergida se colocó un palillo de dientes durante el transcurso del experimento (Figura 2.5). Para caracterizar cada micrositio, los valores de la profundidad de suelo se obtuvieron introduciendo una varilla metálica de 36 cm de largo en el suelo, en cuatro puntos diferentes por cada réplica. A las pocas mediciones que tuvieron una profundidad mayor de 36 cm se les asignó el valor de 40 cm, con el objeto de calcular los promedios. Los datos de radiación lumínica se tomaron con un cuantómetro adosado a un DATALOGGER LI-1400 marca LI-COR, colocándolo encima de cada réplica. El sitio experimental se visitó mensualmente durante los primeros seis meses para contabilizar el número de plántulas emergidas, con excepción de los meses de julio y agosto en los cuales no se visitó la población de estudio debido a problemas logísticos con el transporte. Después de un año de monitoreo, se evaluó la supervivencia de las plántulas que emergieron de las semillas germinadas en cada micrositio. Este dato se utilizó para la construcción de la matriz de proyección poblacional,como se explica más adelante. Figura 2.6 Plántula de Furcraea parmentieri recién emergida en el experimento de germinación llevado a cabo en el campo. Tabla 2.1. Promedios de profundidad de suelo y de radiación lumínica (± desviación estándar) de los micrositios en los cuales se colocaron: a) las semillas, b) las plántulas, y c) los bulbilos, todos ellos en el volcán Pelado, D. F. Los micrositios son: suelo rocoso y en sombra (RS); suelo rocoso y expuesto; (RE); suelo profundo y en sombra (PS); y suelo profundo y expuesto (PE). Letras diferentes al lado de los promedios de cada columna indican la existencia de diferencias significativas (p < 0.05) según pruebas de Tukey. La medición de la radiación lumínica se realizó el 5 de octubre de 2008, entre 13:00 y 14:30. Profundidad de suelo Radiación lumínica Micrositio (cm) (μmol s-1 m-2) a) RS 13.56 ± 6.18 a 208.23 ± 90.73 a RE 7.75 ± 3.55 a 1464.8 ± 555.14 b PS 10.19 ± 6.77 a 125.50 ± 107.02 a PE 18.25 ± 9.45 a 2051.8 ± 536.65 b b) RS 6.36 ± 4.72 a 130.78 ± 46.26 a RE 5.08 ± 3.18 a 1667.4 ± 350.35 b PS 29.7 ± 10.21 b 203.56 ± 150.86 a PE 23.51 ± 10.72 b 1839.2 ± 403.93 b c) RS 7.22 ± 4.80 a 98.85 ± 49.09 a RE 6.38 ± 3.54 a 1080.9 ± 271.33 b PS 16.87 ± 9.49 b 111.23 ± 85.94 a PE 19.47 ± 6.60 b 1981 ± 22.11 b 2.3.2 Supervivencia y crecimiento de plántulas Se llevó a cabo un experimento de introducción de plántulas al campo, para el cual se utilizaron las plántulas emergidas del segundo experimento de germinación de semillas en el laboratorio. Las plántulas se trasplantaron al sitio del volcán Pelado el 4 de julio de 2006, en plena época de lluvias y cuando las plántulas tenían poco menos de un mes de haber germinado. La introducción de plántulas se realizó en los mismos cuatro micrositios usados para la germinación (PS, PE, RS y RE, Tabla 2.1). En cada micrositio se introdujeron cinco réplicas de 14 plántulas cada una, para hacer un total de 280 plántulas. Cada réplica consistió de un cuadro de 30 × 30 cm en el que se removió el sustrato herbáceo, se marcaron las cuatro esquinas con estacas de madera y se plantaron las plántulas. El experimento se monitoreó mensualmente por un año. En cada visita se evaluó la supervivencia de las plántulas por réplica y por tratamiento. Además, a cada plántula se le contó el número de hojas y se les midió la longitud de la hoja fotosintética más larga. Posteriormente, creamos una nueva variable para evaluar el crecimiento a partir de las dos medidas tomadas en el campo. Esta nueva variable se definió como: Tp = L × (n × 0.1) (1) donde Tp es la nueva variable que mide el tamaño, L es la longitud de la hoja más larga (en cm) y n el número de hojas. 2.3.3 Crecimiento de bulbilos En diciembre de 2005 se colectaron bulbilos de la infrutescencia encontrada en el Xitle, a la que se hizo referencia en la sección 2.3.1. En marzo de 2006 se sembraron los bulbilos en charolas con tierra negra comercial y se colocaron en el invernadero de la Facultad de Ciencias, donde se les regó con agua corriente cada tercer día. El 28 de junio de 2006 se trasplantaron estos bulbilos al sitio del volcán Pelado, en cuatro diferentes micrositios, utilizando los mismos criterios que se describieron en las secciones anteriores (ver Tabla 2.1). Cada micrositio constó de tres réplicas de seis bulbilos (72 en total). Los seis bulbilos de cada réplica se plantaron en un cuadro de 30 × 30 cm, del cual se removió la vegetación. A cada bulbilo se le midió mensualmente, durante un año, la altura, el diámetro mayor de la roseta y la longitud de la hoja más larga; además, se le contó el número de hojas. El número de hojas, el diámetro y la altura se utilizaron para calcular el volumen de los bulbilos (suponiendo que la forma geométrica que más se le parece es la de un cono invertido), que se combinó con el número de hojas para crear una nueva variable, TB, la cual pretendió evaluar el tamaño de los bulbilos, de acuerdo con la siguiente ecuación: TB = (π × r2) × h / 3 × (n × 0.1) (2) donde TB es el tamaño del bulbilo, r es el radio (obtenido a partir del diámetro de la roseta, en cm), h es la altura (cm) y n el número de hojas. Una semana después de que se trasplantaron los bulbilos al campo, se visitó el sitio de estudio y se encontró que muchos presentaban sus hojas mordidas (seguramente de conejos) y algunos estaban desenterrados. Debido a esto, se tomó la decisión de volver a sembrar los bulbilos desenterrados (al menos los que se encontraron), por lo que los tratamientos constaron, a partir de esa fecha, de 10 bulbilos para el micrositio rocoso y expuesto, 15 para el rocoso y en sombra, 15 para el profundo y expuesto, y 18 para el profundo y en sombra. Los bulbilos se volvieron a plantar con el objeto de poder analizar su crecimiento y evaluar si existían diferencias entre los micrositios. Sin embargo, no se registró cuántos bulbilos fueron desenterrados y replantados, por lo que los datos que emergieron de este experimento fueron útiles sólo para evaluar el crecimiento de los bulbilos, pero no su supervivencia. Por otro lado, aunque se hubiera contado con los datos detallados de mortalidad, éstos no representarían muy cercanamente el destino natural de los bulbilos cuando caen de las infrutescencias, pues de todas maneras se manipularon al mantenerse en el invernadero y sembrarse posteriormente en los micrositios. Por lo tanto, en la sección de Resultados se presenta sólo el crecimiento de los bulbilos en los diferentes micrositios. 2.3.4 Crecimiento de los infantiles Se consideraron como infantiles los individuos cuyas rosetas tenían entre 3 y 11 hojas y cuya altura era menor de 50 cm (Fig 2.7). A partir del muestreo poblacional que se hizo en cada sitio, se contó con una muestra de 58 infantiles en el volcán Xitle y 63 en el volcán Pelado. En ambas poblaciones se monitorearon estos individuos mensualmente a lo largo de un año. Los micrositios en los que se encontraban se caracterizaron en términos de la profundidad de suelo (somero y profundo) y de la exposición lumínica (expuesto y con sombra), con criterios similares a los utilizados en los experimentos anteriores. Sin embargo, debido a que las condiciones del Pelado y del Xitle fueron diferentes, se utilizaron distintos valores de profundidad de suelo y de exposición lumínica para distinguir a los micrositios de cada localidad (Tabla 2.2). Esta categorización microambiental tuvo el objetivo de valorar, de manera comparativa, el crecimiento de los infantiles que se encontraban en condiciones ambientales contrastantes, a fin de evaluar el efecto del microambiente sobre estas variables. El crecimiento de los infantiles se evaluó a través del conteo mensual del número de hojas, y de la medición de la altura (del suelo a la hoja más alta) y del diámetro de la roseta (en sus dos ejes transversales más largos). Posteriormente se combinaron estas variables utilizando la ecuación 2 (ver inciso anterior) con el fin de reflejar de manera integrada el crecimiento de dichos individuos en término de ambas variables. Figura 2.7. Infantil de Furcraea parmentieri en la localidad del volcán Xitle. Tabla 2.2 Criterios utilizados para definir a los cuatro tipo de micrositios en los que se encontraban los infantiles de los volcanes Pelado y Xitle en términos de su profundidad de suelo y de su radiación lumínica. Los micrositios son: suelo rocoso y en sombra (RS); suelo somero y expuesto (RE); suelo profundo y en sombra (PS); y suelo profundo y expuesto (PE). La medición de la radiación lumínica del volcán Pelado se llevó a cabo el 13 de diciembre de 2007, entre 13:00 y 13:25 hrs, mientras que la del volcán Xitle fue el 23 de agosto de 2006, entre 12:45 y 13:25 hrs. Micrositio Tamaño muestral Profundidad de suelo (cm) Radiación lumínica (μmols-1 m-2) Pelado RS 19 1 - 8.5 1-1000 RE 21 1 - 8.5 > 1000 PS 4 9 - 40 1-1000 PE 11 9 - 40 > 1000 Xitle RS 12 1-14 1-100 RE 12 1-14 > 100 PS 22 15-40 1-100 PE 17 15-40 > 100 2.4 Demografía 2.4.1 Estructura y densidad poblacional Se describió la estructura de tamaños de las poblaciones de F. parmentieri en los tres sitios de estudio (i.e. volcán Xitle, volcán Pelado y Los Dínamos). Se registraron 153 individuos en el volcán Xitle, 251 en el volcán Pelado y 583 en Los Dínamos. Para describir su estructura, las poblaciones se dividieron en ocho categorías de tamaño, con base en la altura (medida del suelo al ápice de la roseta) y en la presencia o ausencia de tronco en los individuos (Tabla 2.3). La densidad poblacional se estimó sólo en los volcanes Xitle y Pelado, con base en el número de individuos registrados y en una estimación del tamaño del área muestreada. Para estimar el área muestreada en ambos volcanes se construyeron mapas a escala, en los que se registraron las posiciones relativas de los individuos, haciendo referencia a la distancia entre ellos. 2.4.2 Construcción de las matrices anuales a) Toma de datos. Para llevar a cabo el estudio demográfico, se visitaron las poblaciones de los volcanes Xitle y Pelado entre marzo y junio de 2006. En cada uno de los sitios se ubicó un área de alta densidad de individuos de F. parmentieri. Los individuos se marcaron con etiquetas de metal numeradas que se sujetaron a las plantas con hilo de nylon (153 individuos en el Xitle y 251 en el Pelado). A cada individuo se le midió la altura (desde el nivel del suelo hasta el ápice), el diámetro mayor de la roseta, el perímetro del tronco (a los que tenían tronco) y se le contó el número de hojas (sólo en las plantas sin tronco y con una altura menor de 50 cm – Tabla 2.3). Los datos de ambas localidades se conjuntaron para calcular las tasas vitales que se incorporaron posteriormente en las matrices, pues al analizar los datos de la tasa de crecimiento de los individuos (altura final – altura inicial / altura final) de cada sitio, se vio que no había diferencias significativas entre sitios (t = -1.77, g.l. = 350, P = 0.078). Al año siguiente, entre abril y mayo de 2007, se visitaron ambas poblaciones nuevamente con la finalidad de registrar la supervivencia y el crecimiento de los individuos, para lo cual se reubicaron y se les volvieron a tomar las mismas medidas del año anterior. En enero de 2007 inició en ambas poblaciones (y en otras que visitamos en esa época) un evento de floración masiva, por lo que en esta segunda visita se registró también la presencia de inflorescencias y su altura. Los individuos que se reprodujeron murieron unos meses después, dada su semelparidad. Tabla 2.3 Categorización de los individuos de F. parmentieri en las poblaciones de estudio, según su altura y la presencia/ausencia de tronco. Categoría (abreviación) Altura (cm) Tronco Plántulas (Pl)* 1-5 Ausente Infantiles 1 (I1)* 1 – 25 Ausente Infantiles 2 (I2) 26 – 50 Ausente Juveniles (Jv) 51 – 100 Ausente Pequeñas (Pq) 101 – 150 < 150 Ausente Presente Medianas (Md) 150 – 250 Presente Grandes (Gr) 251 – 500 Presente Magnas (Mg) > 500 Presente * La diferencia entre las dos categorías iniciales es que las plántulas tienen menos de un año de vida y provienen de la germinación de semillas, mientras los infantiles 1 provienen del establecimiento de bulbilos o de plantas de origen sexual que tienen más de un año de vida. A partir de estos muestreos, se calcularon las tasas de crecimiento promedio por categoría (altura final – altura inicial), a partir de las cuales se realizó una estimación de la edad de los individuos de cada categoría. Para esto se dividió el intervalo de altura que caracteriza a cada categoría entre la tasa anual de crecimiento (Enright y Ogden, 1979). En el caso de las plantas de la categoría Magnas, se les asignó un valor de crecimiento obtenido como el promedio del de categorías Jv, Pq, Md y Gr, ya que fue difícil estimar la altura en plantas de más de 5 m y el valor obtenido de crecimiento (5.14 cm al año) probablemente se vio subestimado. b) Estimación de las tasas vitales. Con los datos de crecimiento, supervivencia y reproducción por categoría, se construyó una matriz de proyección poblacional (Lefkovitch, 1965) para el período de abril de 2006 a mayo de 2007. Las entradas que conforman a esta matriz se pueden dividir en cinco procesos demográficos (Tabla 2.4): permanencia en la misma categoría, crecimiento, retrogresión (regreso a categorías menores, por pérdida de tejido foliar, por ejemplo), reproducción sexual y propagación vegetativa (por bulbilos). Además, otro destino posible para las plantas de todas las categorías es la muerte; la tasa de mortalidad por categoría se calculó como la diferencia entre la unidad y la suma de las probabilidades de permanencia, crecimiento y retrogresión. En muchos individuos adultos la muerte ocurrió como resultado de la reproducción, mientras que en otros, sobre todo en los de tamaño pequeño, se dio por otras causas, como la herbivoría, la desecación, o como resultado de la erosión (en el volcán Xitle, el suelo es arenoso y se pierde fácilmente dada la pendiente de la ladera – obs. pers.). Tabla 2.4. Estructura de la matriz de proyección poblacional utilizada para modelar la demografía de F. parmentieri. En ella se distinguen cinco procesos demográficos: permanencia (en color rojo), crecimiento (en azul), retrogresión (en rosa), reproducción sexual (en amarillo) y propagación vegetativa (en verde). El resto de las entradas son cero. La mortalidad por categoría qx (en gris) no forma parte de la matriz, pero se puede obtener a partir de restar la unidad menos la suma de los datos de supervivencia por columna. Las entradas aij representan la contribución de la categoría j a la categoría i. Categoría en el tiempo t Pl I1 I2 J Pq Md Gr Mg C at eg or ía e n el ti em po t + 1 Pl aPl,J aPl,Pe aPl,Md aPl,Gr aPl,Mg I1 aI1,Pl aI1,I1 aI1,I2 aI1,J AI1,Pe aI1,Md AI1,Gr aI1,Mg I2 aI2,I1 aI2,I2 aI2,J J aj,I2 aJ,J Pq aPq,J aPq,Pq aPq,Md Md aMd,J aMd,Pq aMd,Md Gr aGr,Md aGr,Gr Mg aMg,Gr aMg,Mg qx Las entradas de permanencia, crecimiento y retrogresión se obtuvieron a partir de la proporción de individuos que permanecieron en su misma categoría, transitaron a categorías mayores o regresaron a categorías menores entre 2006 y 2007. Como no se observó ninguna planta que transitara de la categoría Grandes a la de Magnas, esta probabilidad de transición se obtuvo con base en la duración estimada de la categoría Grandes (calculada a partir de su tasa de crecimiento anual - 10.05 cm/año - que sugiere que las plantas tardan 24.86 años en pasar de 250 a 500 cm de altura; así, la probabilidad de transición en un año fue de 1/24.86 = 0.04). Por otro lado, en vista de que no se observaron plántulas recién emergidas en condiciones naturales, la probabilidad de las plántulas de sobrevivir y crecer para ingresar a la categoría Infantiles 1 (entrada aI1,pl en la Tabla 2.4) se calculó a partir de los resultados de supervivencia del experimento de introducción de plántulas en diferentes microambientes (sección 2.3.2). Para esto se tomaron en cuenta las 280 plántulas experimentales en conjunto, sin diferenciarlas en términos del microambiente en el que se introdujeron. El cálculo de la fecundidad promedio de los organismos de cada categoría reproductiva (Juveniles, Pequeñas, Medianas, Grandes y Magnas) se realizó tomando en cuenta su probabilidad de reproducción, el número de semillas producidas y la probabilidad de germinación de las semillas. Las unidades de la fecundidad son “plántulas” y la ecuación utilizada para su cálculo fue la siguiente: Fx =
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