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1—1? ÍPÓCA. México, 15 Dt 1&0Ó. TOMO I.—Ntfn. 14 neraciot\% DICO JUBÍDICO INDEPENDIENTE. **O La UberUd de imprenta no tiene mas UmlUa. qn* «I taspito A I» vida privad». i U moral y fc la pai púbi'ca. (Art. 7. ° de la Constitución.) Cnando la República pronuncie m voz sohetana, sera forzoso someterse 6 di- mitir. GAMBETTA. DIRECTORES: £¡c. Jesús flores Jffagón.—Xie. jfntonío jorcas/fas.—%fcardo flores Jtfagón. Oficinas: Centro Mercantil, 3er. piso, núm. 20. (México, D. P.) Teléfono 264. jffdministrador: Ricardo flores Jtfagón. CONDICIONES. uRcaBNHBACIÓNn tale lo* dial 7, 15, tS y último da cada mos y loi precdo» do subscripción Mn: Para !a Capital, trimestre adelantado 9 1.60 Para 1M Estado*, Id. id ,2.00 Para el Extranjero, id. id en oro „ 2.00 Números suelto* 16 ctvi. Números atrasados. 25 ctvs. Se entenderi aoeptada la subscripción, en caso de que no se de* vuelva oí periódico y se girara por el importe de un trimestre A los agentes se les abonará el 15 por ciento. No a» devuelven origínale*. Para les anuncios en el periódico, pídanse tarifas. El Periodismo Oficioso El Diario Oficial, órgano del Gobierno, es el único que puede ser sostenido por la Nación. Al Diario Oficial corresponde hacer pú- blicos los mandatos de las autoridades, (le- yes, decretos, reglamentos) y sus actos (contratos, concesiones etc.) También corresponde al Diario Oficial, explicar la naturaleza de los actos oficiales, cuando la opinión pública, exigente en vir- tud de nacer de los contribuyentes que sostienen las instituciones, acuse a la Ad- ministración de malos manojos y de equí- roca conducta. El Diario Oficial en suma, á la ves que es un defensor del Gobierno, es un servi- dor de la Nación, y por lo mismo, ésta de- be contribuir para su fomento, Pero lo que no debe existir, es el perió- dico oficioso, ese parásito que medra á la sombra de los gobiernos complacientes, y que además de vivir d» la sangre del pue- blo, esto •«, del contribuyente, solo sirv» para viciar las aspiraciones de los ciudada- nos, y torcer sus ideales políticos con las disolventes doctrinas de un absolutismo crudo. Esos periódicos, dispuestos á enronque- cerse para convencer, á fuerza de gritos, de la bondad del Gobierno quo los prote- je, poco importa que los actos de éste sean buonos ó sean malos, pues que si son ma- los, no hay escrúpulo en declararlos bue- nos, siempre que así convenga al protec- tor; esos periódicos redactados por oportu- nistas, que ayer defendían á Lerdo ó á . González, y hoy, hacen mofa de olios ma- reando al Gral. Díaz, para reírse mañana de éste y adular-al que se imponga, eso» periódicos, son nocivos á la Nación y noci- vos al Gobierno que los mantiene, porqu* el hombre sensato, nunca tomará por el la- do serio las declaraciones de hombres, que han brindado con todos los gobiernos y co- mido las migajas de todos los credos polí- ticos. No, el Gobierno no debe procurar de- fender sus desaciertos con plumas, que en el remate político, se ponen al servicio dol me^or postor, para ensuciar cualquiera ho- ja con sus volubilidades egoístas. Entre esa clase de periódicos oficiosos, hay uno que no es liberal ni conservador, y tal vez, ni mexicano. Ese periódico tieno un tiro enorme y le cuesta á la Nación un rio de oro. Sus columnas, saturadas de suft- cientista egoísmo, dan abrigo á las ideas más monárquicas y defienden á toder lo que ofenda 4 la» instituciones democráticas. Ese HEMEROTECA NACIONAL REGENERACIÓN. periódico de tiro monstruoso,trata condes* enfado al pueblo, y á las veces, se burla de él en virtud de no tener lo que se le ha arrebatado, la libertad política, como si fuera motivo de burla el despojo de que se queja la víctima. Trata de mal educado al pueblo, motejando su pereza y la suciedad en que se revuelca, y no tiene un reproche que lanzar en contra del causante de su e- ducación nula y motivador de que se re- vuelque en el fango. Ese periódico, todo aplauso y todo incienso, es uno- de los más nocivos, porque pervierte el espíritu popular, porque su labor enerva las ener- gías, porque día á día lleva al ánimo de sus lectores una convicción morbosa y hace arraigar, más y más, el desaliento de los ciudadanos para todo lo que signifique ac- tividad pública, matando todo germen de protesta y haciendo consentir, porque ya Trio se tienen fuerzas para discutir, los actos oficiales, por malos que ellos puedan sor. Hay otro periódico oficioso, que vivo la vida de los murciélagos, en la obscuridad. Nadie lo lee, tal vez sea esta circunstancia una ventaja. Tampoco tiene ideas políticas definidas y constantes. El número do hoy puede ser conservador, el de mañana libe- ral, unas veces es socialista, las más aristó- crata, pero siempre anodino. No tiene un tiro inmenso como oí anterior ni cuenta con subscriptores, porque nadie tiene el mal gusto de pagar por pasarso un mal ra- to. En último término viene otro periódico oficioso, no sostonido por el G obierno ge- neral, sino por un Ministerio, que no obte- niendo ni un aplauso del piíblico, en virtud de su desacertada labor, paga á unos cuan- tos para que lo defiendan. Ese periódico ha reclutado individuos de distintas proce- dencias. Tampoco él tieno ideas políticas fijas. Mas bien dicho, no tiene ningunas. Cuando su enemigo es conservador, m Tuelve liberal; cuando su enemigo es libe- ral, para atacarlo se vuelve conservador., No teniendo seso sus rodactores, quo como hemos dicho, han sido reclutados de aquí y de allá, vomitan, injurias hasta acalaní- brarse^ deshonrando con su ijostilencia á la prensa nacional. Este periódico, que pa rece salido do un colector, vicia la atmós- fera del periodismo con solo abrir la boca, y su peste no sirve más que para deleitar á los truhanes. Ese periódico es una amenaza para los hombres que osan atacar con honradez las torpezas de su ídolo. Sin patriotismo, sin convicciones, sus redactores mojan su plu- ma en todos los lodos, y arremeten, sudan- do odio y fango, contra sus enemigos. Ese periódico es una amenaza también para el buen crédito de su protector, quien debe retirarle su gracia si quiere conservar un buen nombre. Vemos, por lo asentado, que los tres pe- riódicos oficiosos que han dado margen á este artículo, y que se publican en esta Ca« pital, no tienen una labor benéfica que disculpe, por esa razón, el despilfarro que para mantenerlos se hace, porque nadiepue- do negarnos, que es un despilfarro soste- ner á costa de la Nación, publicaciones que nada Ja levantan y sí la desacreditan. El Gobierno debe suprimir las subven- ciones á esos papeles. Práctica peligrosa. Se nos ha informado que eí Sr, Juez de - 1.a Instancia de Tlálpam, encargado del Begistro Público de ese partido judicial, se entrega á una práctica que puedo pro- ducir perjuicios graves. Cuando alguna persona ocurre al Registro Público para procurarse la inscripción de una escritura de compraventa, se le exige, previamente al rpgístro, un peso como honorario de la remisión de un oficio á ia Oficina do Con- tribuciones. Ese oficio tieno por objeto cerciorar al registrador, de que el predi» objeto de la operación consignada on la escritura, no adeuda cantidad alguna por contribuciones. A más de que esa práctica n.) S3 funda en ninguna disposición legal, pinde pro- ducir un grave perjuicio. Si el interosado no paga el peso aludido, no se envía el ofi- cio á Contribuciones, y por,ende, su escri- tura permanece archivada y «in inscrip- ción en los libros del Eegistro. Puede suceder que el vendedor del in- mueble proceda de mala fe, quo después do haber efectuado la primera operación, ce- lebre otro contrato de venta con diversa persona, que ésta se presente al Registro pagando desde luego el peso aludido y quo, á pesar de la prelación del primer adqui- rente, se registre la segunda escritura con preferencia á la primera. Este perjuicio, de una trascendencia no discutible, y su- ponemos que no ignorada por el Si\ Juez de Tlálpam, se originaria por el no pago de un honorario que no tieno sanción legal alguna. Esperamos que el Sr. Juezde Tlalpam repudiará esa práctica peligrosa, tanto pa- ra satisfacer los intereses legales, como los individuales.. TROPELÍAS EN SINAItOA- Anunciamos on nuestro número anterior, la publicación de algunos detalles relacio- nados con el proceso que se abrió & los Srs. Lies. Alejandro Buelna y Kerlindo Elenez Gaxiola, por un supuesto delito de injurias á la Administración de Justicia de Sinaloa cometido en el periódico La Regeneración de binaloa. El Juez Io de 1* Instancia de Culiacán dictó contra los procesados el auto de for- mal prisión que fue recurrido en amparo, solicitándose y obteniéndose la suspensión del acto reclamado. En el auto de suspen- sión, se dijo determinantemente por el Juez de Distrito que la autoridad respon- sable podía continuar la secuela de la cau- sa. A posar de esa resolución explícita y terminante, el Juez, de Ia Instancia sus- pendió todo procedimiento con el fin indu- dable de prolongar indefinidamente el pro- ceso y con agravio de los intereses socia- les é individuales. Cuando los procesados le indicaron que continuara los procedi- mientos, se abismó en dudas y vacilacio- nes, procuró eludir su obligación, puso nuevos obstáculos, hasta que la justicia fe- deral desvaneció su sospechosa ignorancia indicándole que'debía continuar actuando. Obedeció el Juez; pero decretando diligen- cias inútiles, indignas de un iuncionario público. La prueba testimonial rendida en el jui- cio de amparo por la autoridad responsa- ble, se recibió en secreto, conti'a I03 precep- tos terminantes da la ley, por lo que la di- ligencia os nula y de ningún efecto la pro- banza. Pero hay un detalle curioso: cuan- do ol Sr. Lie. Alejandro Buelna, uno de los quejosos, se presontó al Juzgado 2o de Ia Instancia quo recibió la prueba por delega- ción del de Distrito, pidiendo so le .mostra- sen las declaraciones escritas y so lo por- mitiera asistir al acto del examen de nue- vos testigos, el Juez se negó á olio dicien- do que el amparo no había sido pedido por dichos quejosos, sino por su apoderado, y que, por consiguiente, él (Buelna) no < era parte en el amparo!!! En vista d« esa con- testación, no encontramos una frase bené- vola para ese Juez. Ese hecho no requiere comentarios. Su monstruosidad es tan irri- tante; (porque si el Sr. Lie. Buelna era uno de los quejosos, forzosamente tenía que ser parte en el juicio de amparo), que no merece esa autoridad los honores de discu- tir sus actos, sino solamente relatarlos pa- ra que lo escarmiente la censura de nues- tros lectores. Veamos otro detallo de aquella adminis- tración de Justicia. El Sr. Lie. Buelna ocurrió al Juez Io de Ia Instancia do Cu- liacán, pidiendo la devolución de un título que había presentado en unos autos.. El Juez proveyó el escrito negando esa devo- lución, porque el Sr. Lie. Buelna no esta- ba en ejercicio de sus derechos civiles, en virtud del proceso contra él iniciado. Se llega, pues, en Sinaloa, al colmo de ía ar- bitrariedad y del atropello. Eso Juez au- toritario y déspota, producto de una admi- nistración impopular é irrespetuosa con la ley, ignora su deber ó ignora los rudimen- tos del derecho. Ninguna disposición legal lo autorizó para dictar esa resolución ul- trajante. Hasta el Juez de Distrito se ha mostra- do complaciente en ésto asunto. Alargó inmoderada é ilegalménte el procedimien- to federal, causando serios perjuicios á los HEMEROTECA NACIONAL M É X I C O . REGENERACIÓN. quejosos. Oreemos que la Suprema Corte! fijaría su atención en todos loa netos llega- j les de dicho Juez, al revocar 3U sentencia, i Causa sorpresa que una Administración} de Justicia que efectúa tales actos escan- dalosos, que no es respetuosa con la ley, que parece más bien seguir las huellas tor- tuosas do una consigna, que el camino rec- to de los principios legales, se haya escan- dalizado cuando se le dijo que no podría conservar su imparcialidad si litigase el hijo del Gobernador. Su pudorosa actitud, patrocinada por el Procurador de Justicia, se lia desvanecido ante los detalles trans- criptos. Aconsejamos á esa Administración más , rtspeto á la ley y menos susceptibilidad infundada. Tráfico de carne humana, Semblanza del Magistrado León Nosotros ya hemos hablado acerca del Magistrado Domingo León, con motivo del asunto Diez do Bonilla. Vean nuestras lec- tores lo que á propósito <le éi díco el po- riódico Lazo de Unión: HüMIJKRS ÚTILES. LIO. DOMINUO LEUX. «Digno de figurar on esta Galería es ol Sr. Líe. Don Domingo León, hombre afa- ble y útil á la humanidad. Ha desempe- ñado cargos tb importancia, on la Fedora- ción y los Estados, y está pobro, lo que prueba su honradez. «Protejo á cuantos conoce, ya con dine- ro, con consejos, con servicios etc. «Para él no hay hombros malos; todos son buenos y morecon su atonción. «El Sr. Lie. Loan, ô uno do IJS mexi- canos que más honra á su patria.» Dejamos á nuestros ilustrados lectores en libertad para que hagan lo-j comenta- rios que á bien tengan. UBí HSaBEBO YtTOATEOO. Con profunda indignación, vamos i re- ferir un hecho, que por lo. repugnante, ha escandalizado á todos los que lo han pre- senciado. Trátase nada menos qu« del tráfico da ¡ame humana, hecho en la República, por negreros explotadores y rapaces. En las fincas de Yucatán faltan brazos, y sus dueflos (no todos), para arbitrarse energías, recorren á modio3 repugnantes é iniouos. Persona digna de crédito, nos refiera que estando en Salina Oruz, Oaxaca, taro oportunidad de presenciar una escena dig- na de la Edad Medía. Un piquete de fuerza federal procedente do Guaymas, desembarcó en aquel puerto, custodiando una gran remesa de infelices que eran llevados á Yucatán para utilizar sus trabajos en las* fincas de aquel Estado. Como empresario de esa remesa de ganado humano, iba un individuo yucateco, quien manifestó á los curiosos que aquellos des- graciados eran prisioneros de guerra he- chos en la campaña del Yaqui y qu« los tales eran yaquis rebeldes. Los temibles prisioneros eran (¡res an- cianos débiles y enfermizos, una* doscien- tas mujeres y un gran número de niilos do corta edad. Las personas formales de Salina Cruz, no tomaron á lo serio la declaración del negrero, y al efecto, indagaron y supieron que los prisioneros de guerra no eran otra cosa que infelices arrancados ele sus hoga- res en el Puerto de Guaymas, por el terri- ble delito do ser pobres y rudos y no sa- bor reclamar sus derechos. En Guayraa s« aprehende á cuanto infeliz so encuentran los traficantes de earae humana y los im- portan á Yncatán. En la larga travesía, los infelicos escla- vos solo habían sido alimentada con una escasa ración de atóla, habiendo llegado il Salina Cruz en lastimoso estado de postra- ción. Las personas caritativat dtl Puerto, se KEGENERACION. 5 cuotizaron para regalar una res á los ham- brientos, y entonces, el negroro, se opuso tenazmente á que so repartieran la carne sus víctimas, diciendo que no estaba bien que so tratase con tantos miramientos á unos prisioneros de guena que iban á pur- gar sus faltas á Yucatán; sin embargo, des- pués do mucho discutir, otorgó su gracia para que sus prisioneros pudieran tomar una oorta ración de carne, obsequio de las personas de buen corazón. Despu's, el desalmado encerró á los in- felices en un furgón, que cerrado y sollado como fardo mercantil, partió para Coatza- coalcos, Veracruz. El Sr. Presidente Municipal de este puerto, D. Manuel Guevara, persona de humanitarios sentimientos y enemigo de desacatos á la dignidad humana, ordenó al negrero que dejara salir del furgón á los deportados, que habían sido tratados como cerdos. Volvió á oponerse el traficante á que se tratara humanamente á su mercan cía, pero como el pueblo de Coatzacoalcos protesta- ra contra su inicuo proceder, se vio obli- gado á acatar el ordenamiento de la autori- dad (la que merece nuestros calurosos aplausos). La buena sociedad de Coatzacoalcos condolida de la miserable condición de los llamados prisioneros de guerra, los alojó en una habitación higiénica, dándoles ali- mentosy abrigos para hacerles más lleva- dera su situación, durante su corta perma- nencia en ese puerto. A los tres días, el negrero, que había per- manecido oculto, pues que el pueblo de Coatzacoalcos tenía deseos de darle un es- carmiento, partió para Yucatán llevando IU repugnante mercancía, que lo produci- rá veinticinco pesos por cabeza y las mal- diciones de la gente honrada. Ese tráfico de hombres, hecho en un país libre, y que justifica la existencia de la es-1 clavitud en Yucatán, denunciada por la prensa, es la mancha más asquerosa que puede caer sobre este agonizante siglo, lla- mado impropiamente de la libertad. 5 ^. T)enuncía de SI Ji eraIdo. Nuestro ilustrado y apreciable colega El Heraldo, de Aguascaliontos, ha sido de- nunciado en virtud de haber hablado de ciertos abusos quo cometía un señor Va- lentín Palos. Con motivo do la denuncia, fuó citado por la autoridad el Sr. Lie. Val- depeña, director del periódico, y on la con- ciliación se pretendía quo esto caballero retirara las frases quo al denunciante pare- cieron difamatorias, á lo que PO nogó el periodista, manifestando, quo si había ha- blado de abusos, lo había hecho con el ob- jeto do que se corrijieran en favor dol pú- blico. Esta es la 5a. denuncia dol valiente co- lega, á quien le deseamos de todo corazón, salga bien librado de tan espinoso asunto. Ya nadie puede denunciar abusos, por- que el malhechor se cree difamado, y re- sulta, que como las autoridades están siem- pre dispuestas á mortificar á los periodis- tas que tienen el suficiente valor civil de criticarlas en sus actos oficiales, acojen con beneplácito cuanta acusación se formu- le en contra de ellos. -«•#- el Notariado. En estos últimos dias, hemos tenido no- ticia do un gran número de notarios que anuncian la creación de otros tantos pro- tocolos nuevos, puestos al servicio del pú- blico. La competencia proíosícr^l. lo mismo que cualquiera otra, puede ser al£amerte beneficiosa al público; pero la del notaria- do tiene un carácter especial que no admi- te el criterio con que juzgáramos de cual- quiera otra. Ella, tiene dos'caracteres perfectamente distintos: Como profesión, todo hombre es Ubre para adoptarla y aprovecharse de HÉGENERACtOÑ. sus productos, redactando escrituras, dan- do forma técnica y adecuada á los con- tratos. De esta manera puede ejercer como Notario cuaqnier j arista- Pero la autenticidad del acto es cosa muy distinta de la corrección y legitimi- dad de él. Para esto efecto, el notariado de- ja de ser una profesión, para convertirse en función pública. Este segundo aspecto, sujeta al Notario á una vigilancia oficial, que no puede ser eficaz sino hasta un límite, que debo fijar- se previo examen de las necesidades de la plaza en que funciona. Por otra parte, la compotencia excesiva, elimina, no solo la ineptitud manifiesta que es incapaz de resistir ninguna, sino también al talento bien nutrido de conoci- mientos en la materia, si no so une á una gran actividad y si no está armado de gran- de energía para el sufrimiento de la lucha. Cada una de esas deserciones, trae con- sigo serios trastornos ó irreparables per. juicios, para todos aquellos que han solem- nizado sus convenios ante el notario que desaparece. La ley preveo el caso do defunción de un Notario y reglamenta la manora de su- plir temporalmente al Notario impedido; pero no ha dictado disposición alguna pa- ra el caso en que el Notario, ante una com- petencia irresistible, se entregue á la ex- plotación de-eualquior otro medio de sub- sistencia sin renunciar al protocolo que, mal atendido, va á menos cada día, hasta desaparecer totalmento, acarreando todas las funestas consecuencias que trae "consi- go la pérdida de un protocolo. Hay legislaciones on algunos Estados de la República, quo limitan ol número de notarios que pueden ejercer, y su ejemplo debe ser imitado, porque obedece al pro- fundo conocimiento de los principios que rigen, la delicada materia del notariado. importante. duplicamos á-questros subs- criptores, focales y foráneos, se sirvan indicarnos los números que no hayan; recibido,para renji- Hrs$hs, DÍA DE FIESTA NACIONAL. En una de Jas sesionos más recientes de la Cámara do Diputados, se dio cuenta con una proposición de la Legislatura del Es- tado de Querótaro, on l!a que, á iniciativa del Ayuntamiento de Sau Juan del Río, pide se declare día de fiesta nacional el Io de Diciembre en que toma posesión, más bien dicho, sigue-en la posesión de la Pre- sidencia, el Oenoral Díaz, y en virtud de abrirse en el nuevo siglo una era de paz y de prosperidad para la República. Tan ne- cia proposición viene firmada por persona- lidades ignoradas. Esas iniciativas, son los productos mal- sanos que brotan del asfixiante medio po- lítico en que vivimos, y que corroboran lo que ya hemos dicho antes: para alcanzar la gracia del poder hay que prestar servicios políticos. Cuando se vive como hongo á la sombra del poder y no hay ánimo para la lucha li- bre y viril, todo se vuelve aplausos, todo se vuelve lisonja para conseguir, á fuerza de lisonja y de aplauso, un favor cualquiera. Solo á los señores de la iniciativa puede ocurrírseles que el Io de Diciembre sea de- clarado día de fiesta nacional. Los días de fiesta nacional son los que sirven para con- memorar hechos gloriosos, de trascendencia benéfica para la Nación. Además, se necesita, para que el día ten- ga el carácter de festivo, que los ciudada- nos experimenten regocijo por algún bien que reciban la Nación y sus instituciones; y por lo que toca á éstas, ningún bien re- ciben con manifestaciones antidemocráti- cas que hagan unos cuantos que quieran vivir á costa de la Nación, como ese Cír- culo de Amigos que prepara fiestas con elementos oficiales, tanto personales como pecunarios. Sobre todo, es meritorio honrar á los hé- roes muertos', y se llaína servilismo alha- gar á los héroes vivos. Santa Ana fue deifi- cado vivo y vilipendiado muerto. Espere- mos que U Historia juzgue. REGENERACIÓN ^Sl cohecho. Concurren en el delito de cohecho dos agentes: la persona encardada de un servi- cio pública y un particular que lo hace ofre- cimientos, promesas ó dádivas ó de cual- quier modo remunera los actos que aquel tiene obligación do desempeñar ó que eje- cuta en contra do la ley, cediendo al halago del corruptor. La culpabilidad do e>tos dos agentes, no tienen la misma significación ni revela el mismo grado do perversidad. Es indiscutible que la dádiva ó la pro- mesa jamás se acercan á la honradez acri- solada. El corruptor es cauto y se presen- ta con timidez cuando no le anima la pú- blica fama de inmoralidad en el funciona- rio á quien se dirije. La venalidad no es fruto de la seducción y, en consecuencia» no os ju'ílo establecer un paralelo entre el funcionario que hace" un comercio de su empleo y el particular, que con repugnan- cia y en contra de su voluntad, se adapta al medio ambiente inmoral, único donde puede ser viable el cohecho. Pero no solo es injusta la ley que impo- ne la misma pena á ambos agentes, sino que, además, no llena el principal objeto de la penalidad. Si el fin de ésta es el sos- tenimiento del orden social, debe, más que castigar el delito, cuidar de prevenirlo. Pa- ra ello debe huir cuidadosamente de todo aquello que pueda tener por resultado la impunidad, porque la esperanza do obte- nerlo, es el medio más adecuado para el de- sarrollo del delito. En el delito de cohecho, quien más in- terés tiene en procurar el castigo del fun- cionario indigno, es aquel quo, conociendo su derecho para obtener gratuitamente un servicio, so ha visto obligado á obtenerlo do un modo gravoso; pero la ley se priva do este medio de averiguación, porque es- tando vinculados estrechamente en el de- lita los intereses del cohechado y del co- rruptor, éste oculta el hecho para evitarse las consecuencias de un proceso. coneideracione» inducen á la con- veniencia do reformar osta parte del Códi- go Penal, disminuyendo considerablemen- te la penalidad pava el corruptor en el ca- so del art.1022 del Código referido, y su- primiéndola on lo absoluto, para .el mismo corruptor, on los casos en que el soborno se efectúe á instancias del funcionario y la pretensión del corruptor sea justa. S, Sa Sibertad de los Periodistas. Dice Lazo de Unión: «A LA PltENSA DE LA CAPÍTAL.—RogO- mos á la ilustrada Prensa de la Capital, se una á nosotros para podir, con todo el res- peto debido, al Señor Presidente de la Repú- blica, preste su valiosa influencia, á fin de que en el día en que nuevamente tonco posesión del Gobierno, se ordene la liber- tad de los periodistas detenidos por asun- tos de imprenta. «De ese modo el día Io de Diciembre, último del Siglo XIX, será grato para el periodismo.» Nosotros no estamos aconstumbrados & pedir, cuando lo que debe hacerse es exigir* No se implora justicia como merced] se reclama como una obligación. Los derechos no se exigen de rodillas, sino do pió y con la frento alta; se recia* man con la altivez y energía de hombres libres y no mordiendo el polvo como escla- vos. Además, ha pasado de moda el poner en libertad á lo^ enemigos políticos, on obse- quio de ceremonias oficiales, corruptela que no encaja en nuestras instituciones, porque tales actos eran efectuados por los Césares, para acreditarse de magnánimos. Solo el Gobernador Izábal, de Sonora, tuvo la ocurrencia de mandar poner en li- bertad á los redactores de El Sol, cuando so regalaba con un banquete que le obse- quiaron sus amigos. Y ese acto fue agria- mente censurado. Repetimos: la justicia no se imploracomo ; so reclama oomo un» obligación! 8 REGENERACIÓN. El Concurso Científico Nacional El día 5 del actual se inauguraron so- lemnemente las sesiones del Concurso Científico, diferidas hasta estos líltimos moses para conmemorar dignamente las iiltimas palpitaciones de esto siglo mori- bundo y para hacer una entrada triunfal por la puerta luminosa del nuevo siglo, próxima á abrirse. Nuestros lectores conocen ya, por los diarios de México, todos los detalles de esa solemnidad magestuosa, con tanta elecuon- cia perfilada en el discurso del inteligente abogado D. Francisco L. de la Barra, en representación de la Academia Central de Jurisprudencia y Legislación, y conocen ya el sesudo y bien meditado trabajo cien- tífico del ventajosamente conocido Aboga- do D. Emilio Pardo, da talento poderoso. Pero vamos á hacer una rectificación. - El erudito orador Sr. Lie. de la Barra, se refirió en su discurso á la protección libo- ral quo nuestro Gobierno otorga á las cien- cias, y que, morced á ese poderoso estímu- lo, las asociaciones científicas de la Repú- blica, podrían venir ahora á pasar revista, por decirlo así, apreciando que esa exposi- ción sería, según la Irase de uno de los Se- cretarios de Estado, el testamento de luz legado al siglo XX. Brillante toque oratorio; pero sentimos expresar que no es rigurosamente exacto. El Gobierno, no os, ni con mucho, protec- tor decidido de ostos Concursos, y menos aún el factor indispensable de ellos, como parece creerlo ol orador. Somos amantes de la Justicia y por eso nos duele, y mucho, quo se atribuya á alguien la gloida que pertenece á otro. Recordemos hechos. En la sesión ordinaria que celebró la Academia Central Mexicana de Jurispru- dencia y Legislación, el 18 de Enero de 1895, el Presidente de ella, Lie. D. Luis Méndez, indicó la conveniencia de reunir á todas las sociedades científicas de la Re- pública, en un concurso en que hiciesen uso de la palabra miombros dosignados por cada una de ellas, ya que todas las ciencias | " 6Qn9C>m¿9Sto9 humano» ge enlazan y prestan mutua ayuda. Por aclamación apro- bó la Academia la proposición del Sr. Lio. Méndez y so nombró una Comisión qu« redactase un proyecto de bases para dar forma práctica á tan importante iniciativa. La Comisión trabajó con ardor y talento, y en corto tiempo desempeñó su cometido, presentando un proyecto de bases que fue- ron aprobadas por la Academia. Las basos se comunicaron con atenta invitación á las Sociedades Científicas de la República, las que acogieron la idea con entusiasmo, nom- braron delegados, y se formó en definitiva el programa del primer Concurso Científi- co, efectuándose solemnemente la sesión de apertura, el dia 7 de Julio de 1895. La iniciativa y la organización del Con- curso, fueron, pues, un producto del es- fuerzo particular; y sin embargo, no se hi- zo constar así en la sesión inaugural y no se tuvo una frase de elogio para el Sr. Lie. Méndez, cuya prestigiosa personalidad venció los escollos de que están rodeadas en México esta clase de iniciativas. Es ne- cesario precisar hechos. El Gobierno, re- presentado por el Primer Magistrado de la Nación, solamente ha concurrido á las se- siones del Concurso, por invitación que so le ha hecho; pero su presencia no significa, ni puede significar, la absorción de la glo- ria que rodea al presagioso iniciador do esos Concursos. LOS LITIGANTES DE PLÁCEMES. Vamos á consignar una nota, que sin duda será leida con agrado. El Secretario del Juzgado 2o Correccio- nal, Lie. Eduardo Villegas, lia puesto su renuncia (dicen que lo hicieron renunciar.) La separación del Lie. Villegas de la Se- cretarla del Juzgado antes dicho, oompláco á los litigantes y é cuantas personas te- nían que tratarlo en sus actos oficiales, pues según se nos informa, dicho Señor no tenia aptitudes para desempeñar un cargo que r«(juiere hombrff d« •ftudio y dt bu* íLEGENERACIOH. na voluntad para cumplir su cometido. Corre ol rumor de que será substituido por el Señor Lie. Isaac Correa Castillo. «REGENERACIÓN,» que no escatima aplausos, se los envía muy cordiales al Sr. Lie. Villegas, por su buen tino en poner su renuncia. Ya deseamos aplaudir á otros funciona- rios judiciales. Muy respetuosamente llamamos la aten- ión de la Suprema Corte sobre los hechos relatados, no dudando que ordenará un pro- cedimiento enérgico contra el responsable ó responsables de ese atentado. A la Suprema Corte de Justicia de la Nación. En nuestro número anterior publicamos una nota, con el título de «Atropello á la Justicia de la Unión,* en la que dimos á conocer á nuestros lectores que el Sr. Juez de Distrito de Puebla, había mandado sus- pender el fusilamiento del reo militar A- gustín González y que,á pesar del auto de suspensión, la sentencia de muorte se había ejecutado. Dimos á conocer también algunos deta- lles alarmantes contenidos en algunos co- legas poblanos é indicábamos que la pena inflexible debe aplicarse al culpable ó cul- pables, y que la autoridad debe mostrarse inexorable y tenaz, hasta que caiga el de- lincuente y se vindique la justicia. Quizá el Sr. Juez de Distrito ha pro- nunciado ya el auto de sobreseimiento que debe revisar la Suprema Corte, conforme al art. 481 del Código de Procedimientos Federales. La Corte va ha conocer, pues, oficial- mente, esa burla á nuestra liberal institu- ción del amparo. Ha desfilado ante ose ele- vado Tribunal, un cortejo no interrumpido de tropelías, vejaciones, arbitrariedades é infamias y entre ellas se agiganta por lo monstruoso, ol fusilamiento ilegal de un hombre. La protección constitucional ca- yó, allí, en Puebla, ea la pavorosa obscu- ridad de un Cuartel, acribillada á balazos, befada, escarnecida y maltrecha. Sobro ese cuadro pavoroso, se levanta impononte y altiva, con la altivez de la justicia, una looiedad indignada que exige el castigo do lo» delincutntw. Sección de Consultas. Xa ponemos á disposición de todas /as personas que se sirvan consultarnos alguna cuestióq de derecho, ya sea que ella surja, ó no, en ¡a secuela de un juicio. Jfuestro servicio es enteramen- te gratuito. IÍO S Ministerio público del Ramo penal. El Código de Procedimientos Penales, señala tres días al Ministerio Público, para que formule conclusiones, dentro de ese tér- mino, en los procesos que se~le pasan con tal objeto, cuando los expedientes no exce- den de cincuenta fojas. Sin embargo de la disposición legal, esto es, sobre ella, sabemos que algunos Agen- tes del Ministerio Público, sin razón doninguna clase, tardan en formular sus con- clusiones, más tiempo del que les señala la ley, con gravo perjuicio do los infelices presos que á la postre resulten inocentes, quienes han sufrido uno ó varios días mas de prisión injusta, por negligencia de los representantes de la sociedad, que no saben apreciar en lo que vale la libertad huma- na. De desearse es que se conduzcan con más actividad los Agentes del Ramo Penal (no nos referimos á los que cumplen con su deber) siquiera sea para honra de la insti- tución á que pertenecen. El S^ lite. Joaquín Ha llegado á esta Capital, para el arre- glo de importantes asunto de su 10 REGENERACIÓN. este intoligento Abogado. Nuestro-querido aiuigo y condiscípulo se ha servido hacernos una visita que cor- dialmente agradecemos. El Sr. Lie. Clausel está radicado y ejer- ciendo su profesión en Tehuantopec, Oax., en donde tiene la representación de la Compañía propietaria del Ferrocarril del Istmo. Es, puos, una superchería, que on nada empaña el prestigio de nuestro buen amigo, lo que alguna vez un libelista al servicio de un Ministro á quien en no leja- no tiempo atacó ruda y groseramente, ex- presó al referir que el Sr. Lie. Clausel ocupaba un puesto oficial vendiendo su in- dependencia. El Sr. Clausel conserva to- das sus energías y la integridad de su ca- rácter independiente. Está al servicio, co- mo Abogado, de una empresa particular, no de una empresa oficial. El Sr. Lie. Clau- sel no ha sido de los evolucionistas, á pesar de habérsele ofrecido puestos oficiales de importancia. Por eso nos honramos con su amistad. El distinguido y estudioso Abogado D. Manuel Mateos Alarcón, ventajosamente conocido ya on nuestra Magistratura, se ha servido obsequiarnos el sexto tomo de sus «Estudios sobre el Código Ci- vil del Distrito Federal.» Es el último tomo do la obra que corona los esfuerzos del inteligente Abogado. Profundo conocedor de la jurisprudencia patria, en la que tanto y tan dignamente ha colaborado, poseo el Sr. Mateos Alar- cón un precioso caudal de cononcimien- tos jurídicos vaciados en su libro que, con- ciensudamente meditado á la luz de los principios científicos, abunda en sesudas interpretaciones de aquellas leyes cuya redacción pobre ú obscura, ha dado margen á innumerables litigios. Contiene, además, la obra, muy sensa- tas críticas de las disposiciones de nuestro Civil, (jue no se compadecen con los precaptos de la ciencia jurídica, como. entre otros, los que reglamentan la resci- sión de las particiones, caso en ol que la ley establece injustificadas diferencias en- tre las judicial y las extrajudicialmente hecha-*, negando el Código Civil, on el pri- mer caso, la acción, al heredero preterido, para exigirla, y dejándole solamente el de- recho de reclamar á sus coherederos, su porción hereditaria, por medio del lento, desesperante y costoso juicio ordinario. Felicitamos cordialmente al autor de los «Estudios sobre el Código Civil del Dis- trito Federal,» por ol coronamiento de su difícil empresa, tan difícil, que es el único comentario de nuestra ley civil que ha llegado á su conclusión; y al enviarle nues- tros agradecimientos por su amable defe- rencia, le deseamos cordialmente que los productos de la publicación, compensen los desvelos de quo ella es sasonado fruto. Las ESEIIEISS En la prncEsínn ÚE la Faz. «México, Noviembre 8 de 1900 Sres. Directores de «REGENERA- CIÓN» Presentes. Muy Sres. nuestros: «Suplicamos á Vds." se sirvan publicar en su enérgico y entusiasta periódico, la siguiente: PROTESTA. «Con indignación hemos «abido que eñ una de las sesiones del Círculo de Amigos del Presidente, se ha declarado que las Es" cuelas del Distrito Federal, lian nombrado delegados para que concurran á la llamada «Procesión de la Paz», el dia 1*. del próxi- mo Diciembre. «Tal declaración es falsa, por lo que res- pecta á la Escuela Nacional de Jurispru- dencia. Nosotros no hornos nombrado dele- gados que concurran á la «Procesión de la Paz,» porque tal manifestación no encaja en nuestras convicciones, y por lo tanto, protestamos enérgicamente contra la bur- REGENERACIÓN. 11 da superchería de que nosotros, los alum- nos, tomaremos parte en ese ó en cualquie- ra otro acto de servilismo político. «Nuestro carácter independiente,, inde- pendencia que siempre lia demostrado la Escuela de Jurisprudencia, no sopoita los actos de adulación, y nuestra juventud, sépanlo de una vez por todas, los que se di- cen amigos del Presidente, nunca se pres- tará á demostraciones contrarias á los prin- cipios democráticos, pues nuestras ener- gías no necesitan atraerse la gracia de na- die, á fuerza de adulaciones y de sonrisas. «Si el Secretario de nuestra Escuela a- parece como representante de ella, única- mente lo será del olemento oficial, del pro- fesorado; pero tal representación no pue- de hacerse extensiva á los alumnos que no tenemos ligas de ninguna clase con el Go- bierno, y que repugnamos esas demostra- ciones de servilismo. r Somos de Vds. afinos. S. S.» Varios alumnos de Jurisprudencia. pues eso significaba tanto como dejar salir los presos (?) Envalentonado con esa declaración, el Alcaide intimó al Abogado á quo salie- ra inmediatamente, desobedeciendo con tal proceder, la orden del Juez 2o de primera Instancia. Con la destitución del Prefecto y del Alcaide, ganarían los habitantes de Her- mosillo, porque osos funcionarios revelan tener un criterio bien pobre, y por lo tan- ,o, incompatible con los cargos que mal desempeñan. Nuestros aplausos á tan ndependientes alumnos. Ojalá quo los de las otras Escue- las so mostrasen igualmente dignos y alti- vos. ALCALDADAS. El Prefecto de Hermosillo, un Sr. Agui- lar, tiene unas teorías extravagantes, que al ponerlas en práctica, perjudican noto- riamente á los que por desgracia tienen que tratar asuntos con él. El Juez 2o de 1* Instancia de Hermosi- llo, concedió permiso al Sr. Lie. D. Manuel R. Parada para que pudiera hablar con su cliente D. Ramón Escobosa, preso en la cárcel de dicha ciudad, y el Alcaide, aun- que de mala gana, le permitió penetrar la prisión. Más considerando el Alcaide que el Juez no tenía facultad para permitir que el Sr. Lie. Parada hablase con el preso, ocurrió á consultar el caso con el Prefecto, quien declaró que nadie podía dar órdenes para entrar a la cárcel á hablar con los reos; Los servicios políticos Con el título do «Un Juez heridor.— Escándalo en Jaltipam,» dice «El Mundo:» «La sociedad de esta "Villa, está alarma da; ol Lie. Falcóif venía á hacerso cargo del Juzgado de Primera Instancia del Can- tón de Minatitlán, y la noche del día Io. del mes en curso, dio dos balazos con re- vólver al Cabo de ronda, Eulogio Martínez. «La' acción se juzga alevosa. En otra ocasión en que el referido Licenciado-ha- ~ cía á esta misma Villa una visita, golpeó á un individuo llamado Mariano Cayetano, y en Acayucan, cometió varios escándalos. «El señor Gobernador del Estado, Teo- doro Dehesa, y el Tribunal Superior, han dictado sus órdenes para que so juzgue del hecho cometido por Palcón. «Inmediatamente se ha trasladado á es- ta población, el Juez substituto de Prime- mera Instancia, Lie. Bereiro, El herido Martínez, se encuentra sumamente grave.» El individuo que en Jaltipam había da- do ya un escándalo, y otros varios en Aca- yucan, tenía pocos méritos para hacerse cargo de un Juzgado de Primera Instancia, Un Juez pendenciero y escandaloso, no po- drá conquistar el respeto y la confianza do aquellos entre quienes va á admistrar justicia. Nombramientos tan poco acertado», re* HEMEROTECA NAClONAl -REGENER AO tÓN. velan quo so hacen en obsequio de rcco mendacionos imprudentes ó por compro- misos personales, quo no deben pagarse con perjuicio del bion público. Son ejemplos desmoralizadores, porque ante ellos ol hombre de niórito se decop- ciona viendo quo los puestos públicos es- tán al alcance de quien no tiene ningunos precedentes meritorios. La nota más desconsoladora del repor- tazgo á que aludimos, os la de que el Go- bernador y el TribunalSuperior, dictaron sus órdenes para quo se j uzgase el hecho cometido. Esto significa, quo actualmente en Veracruz, basta que un individuo go- ce del favor oficial, para que ni el Minis- terio Público so atreva á cumplir ron su deber, mientras no se haga una declaración oficial de quo no goza más del superior apo- yo, el autor del dolito. ¡Con cuánta razón so nmostra descon- tento el pueblo veracruzano del estado ac- tual de su Administración pública!. A nuestros subscriptores. A las perdonas que pagaron nuestro giro por el trimestre de Agosto á Octubre de este año, les giramos ahora únicamente por los meses de Noviembre y Diciembre para comenzar ol año entrante á girar por sus trimestres naturales. A las personas que pagaron nuestro giro por el bimestre de Septiembre y Octubre de esto año, les giramos nuevamente como á los primeros, esto es, por Noviembre y Diciembre, para comenzar también por tri- mestres el año entrante. A las personas que han recibido desde el número 9, les giramos por el trimestre de Octubre á Diciembre próximo, conti- nuando después girándolos por trimestres. Por último, á las personas que reciban del número 13 en adelante, les giramos por •1 bimestre de Noviembre y Diciembre, pa- ra comenzar el año entrante por trimestres. NOTA.—Suplicamos atentamente á las personas contra quienes giramos, no res- palden nuestras libranzas con la nota de que cuando reciban determinado número que no se los ha remitido, cubrirán el im- porte de la subscripción, pues pueden cu- brirlo y escribirnos acerca de ese asunto, con la seguridad de que serán atendidas «as qu#ja§ con toda ticrapulosídad. , 'El Demócrata" de Hermo sillo. Con el mismo vigor y embrazando co- mo siempre el escudo de la honradez, rea- parece en la lucha El Demócrata, periódi- co de Hermosillo, Son., quo ha sufrido se- rias pbrsecusiones arbitrarias de una admi- nistración caprichosa. Recordarán nuestros lectores la lucha desigual entablada por el pueblo Hermo- sillense, para que en las elecciones munici- pales venciese la candidatura popular, so- bre la impuesta por el Gobierno con des- pótica presión oficial. El Demócrata parti- cipó de la contienda con el calor propio d© una juventud animosa y viril. Denunció el hecho escandaloso de haber sido asaltadas en un paseo público, por si- carios del Gobierno, varias señoritas de la mejor sociedad de Hermosillo, escándalo contra el que protestó enérgicamente la H. Cámara de Comercio de esa Ciudad. Un paniaguado del Gobierno atacó duramente á dicha Cámara por su actitud levantada y noble y El Demócrata, siempre al-sevi- cio de la justicia, precisó los hechos, puso de relieve con energía la actitud insultan- te del defensor del Gobierno y delineo la situación desesperada de un pueblo ansio- so do ejercitar sus derechos. Esto bastó para que el paniaguado referido, irreflexi- vo como todos los instrumentos y audaz como todo lo que adula, promoviese una acusación contra los redactores del cole- ga. El Juez Io de 1* Instancia Lie. Germán Velasco, procedió con actividad inusitada, no á tomar su declaración al Director del periódico, D. Josús Z. Moreno, sino á clau- surar la imprenta. El odio á la verdad pro- duce esos atentados. Nuestros Jueces ser- viciales proceden desde luego á apoderar- se do lo que olios llaman instrumento del dolito, sin precisar y resolver si hay ó no delito. Este procedimiento inmoral fue destrui- do por la Suprema Corte. Se entregó la imprenta a su propietario y de ella brotó como una protesta, ol número de El Demó- crata que tenemos á la vista. La ejecutoria de la Suprema Corte, de- be convencer á los funcionarios judiciales de la República, que ese elevado Tribunal no esas tropelías, consiente Ahogar lo qne protesta, cuando la protesta surge honra- da y viril, destruir lo que denuncia, cuan- do esa denuncia desnuda falsas reputacio- nes políticas, coartar lo que la naturaleza ©acede y «ncioniin la* l«y«*> «eri úémpn REGENKHAGlOlf 13 un procedimiento arbitrario y arbitrarios han sido los procedimientos de las autori- dades de Sonora, al suprimir ptsriódicos decomisando imprenta». Reciba El Demócrata nuosfcro aplauso poi* su actitud levantada y digna. Estaro- raos oon él en la lucha, hasta que la Kepú- blioa pronuncie su voz soberana, quo decía Gambetta. pobres periodistas. El Sr. José Salado Alvarez, repórter del Correo de Jalisco, publicó en dicho perió- dico algunas noticias que no fueron del agrado del Jete Político do Guadalajara, persona muy susceptible, pero quo no gus- ta mucho cumplir con su deber. Eae desagrado del Jefe Político, originó quo esta autoridad ordenase la aprehen- sión del Sr. Alvarez. Es decir, eso Jefe Político se hace justicia por su propia mano. Daremos un consejo gratis A ese Señor Guando (ya que es tan susceptible) se sien- ta difamado, injuriado ó calumniado por alguna persona, procure ocurrir a l a auto- ridad judk-ial competonto y entablar su querella.La ley le permito seguir ese cami- no; pero le prohibe ejecutar venganzas y burlar los principios constitucionales sobre competencias. Encontrará á los tribunales siempre expeditos para administrar justi- cia, y se la otorgarán ó no, ya sea que esté en lo justo ó ya que su promoción sea el producto morboso de una susceptibilidad mal entendida y peor satisfecha. Creemos que el Sr. Jefe Político de Gua- dalajara corregirá en lo sucesivo los ímpe- tus apasionados que ejercitó con el Sr. Alvarez. presentada por el Sr. J . Martínez del Oerro» quo se fundó en un pagaré no cubierto á su vencimiento por el deudor. El Juez to- Ynó su declaración al acusado, y decretó BU formal prisión. El Sr. Iturbe apeló de ese auto. La 2.* Sala del Tribunal Superior ha de- mostrado en distintas ocasiones, y en egta caso lo ha demostrado también, que no guarda ni consiente las complacencias del Sr. Saunders y le ha revocado su auto. El fundamento de esa revocación ha sido sen- cillamente, el de que se trata en este oaso de una cuestión meramento civil, en la que ninguna ingerencia pueden tener los tribu- nales del ramo penal. No podrá dudarse nunca de la justicia y honradez de nuestros ataques al Sr. Juez 3.° Correccional. Mientras este señor no respeto los preceptos severos de la ley, mientras se muestre tan desdeñoso del cumplimiento de su deber, y mientras des- precie tanto la libertad individual, que e» una garantía sancionada por la Constitu- ción, denunciaremos con firmeza sus actos arbitrarios, y con mayor razón cuando se rumora que, como premio á sus actos reñi- dos con la ley, se le asoenderá en rango, con ultraje de otros Jueces merecedores de ese ascenso. Por fortuna nuestra, y para destruir la creencia de los amigos del Juez 3.° Correc- cional, que aseguran nos mueve la pasión, allí están las resoluciones del Tribunal Su- perior y de la Justicia Federal, que no se apasionan, y sin embargo, revocan, revo- caciones que siempre, y aun tratándose de otros Jueces, hemos previsto y se han rea- lizado. Esto comprueba que nuestra labor no se guía por la pasión, sino por la justicia que defendemos. Sí FUÉJIERTO. En nuestro núm. 12 y con el título *¿Qué habrá de cierto?,» publicamos una informa- ción, que prometimos ratificar ó rectificar en vista de los autos, en la que decíamos <iue el Sr. Juez 3.° Correccional, Lie. Gui- llermo Sauriders, había mandado aprehen- der á 1). Felipe Iturbe, á pesar de no exis- tir ni la huella más insignificante de la comisión de un delito. Nos. vemos «n la dura necesidad de rati- ficar osa nota. El Sr. tíaunden, mandó aprehender al Sr. Iturbe á consecuencia de una acusación Aumento de Sueldos. Los escribientes del Tribunal Superior del Distrito Federal han elevado un ocur- so á la Secretaría de Justicia soíicitando s« los aumente el sueldo mezquino que le» asigna el Presupuesto. Croemos muy justa la pretensión de esos empleados. Deben aumentarse los exiguos sueldos de que disfrutan todos los escri- biontes del ramo judicial. Es imposible que satisfagan sus necesidades y las de sus familias con cincuenta pesos mensua- les. La subsistenciava siendo de día en día mas difícil en México, y sin embargo, los empleados judiciales se ven reducidos á la corta remuneración asignada en una época HEMEROTECA NACIONAL M É X I C O 14 RBOENKRACIÓN. en que eran mas amplios los medios de subsistencia y mas desahogada la adquici- sión de los efectos couiercialesr- Uninios nuestra voz á la de dichos em- pleados y esperamos }ue la Secretaría de Justicia beneficiará á sus subalternos, aho- ra que el Tesoro Nacional goza de una hol- gura relativa. Nos sería muy penoso ver que nuestro Gobierno atendiera la solicitud de un Dipu- tado que desea se lo aumente el sueldo á trece pesos diarios y no atendiera la de los escribientes del ramo judicial, que trabajan como no lo hace un Diputado, y que verían en el aumento de sueldo un estímulo para no desmayar en &us labores, cumplimiento estricto de su dpber; pero si atisface ese criterio, toda su labor, su pre- visión y su perspicacia caerán por tierra cuando el Congreso, fundado en esa «con- veniencia pública* tan maleable, decreto cambios en el personal de Justicia, que no conoce, ni está en aptitud do conocer. El poco meditado decreto á que aludi- mos, puede traer consigo otras graves con- secuencias, que en caso necesario, apunta- remos; pero bastan las consideraciones an- eriores para precisar que el Congreso 6 o Guanajuato ha obrado ligeramente, sin el previo estudio de las necesidades y exigen- ias del pueblo para quien legisla. Fundados son el sobresalto é inquietud de que se encuentran poseídos los habitan- tes del Estado de Guanajuato en presencia de un reciente decreto, que autoriza al Con- greso para cambiar de un Distrito 6, otro & los Jueces de primera Instancia, cuando la conveniencia pública lo exija. Lo que exige la conveniencia pública, es la inamoyilidad del poder judicial, porque es una garantía, ya que no una seguridad de independencia en el funcionario que no obra movido por el sobresalto de una ree- lección aleatoria. Pero en Guanajuato, el problema se resuelve de distinta manera y en contra de la conveniencia pública. Según la Constitución del Estado, la elección de los Jueces so efectúa por el Congreso, á propuesta en terna del Tribu- nal Superior, fundándole quizá la ingeren- cia del Tribunal en que éste ha podido juz- gar de las aptitudes de los Abogados pro- puestos, ya soa porque hayan litigado an- ,te él ó ya porque osos letrados hayan ser- vido anteriormente en calidad de Jueces. Es de presumirse también, que ol Tribunal haga figurar en su terna á candidatos que tengan un conocimiento oxacto del Distri- to dondo van á desempeñar sus delicadas funciones, que conozcan los actos crimina les en relación con sus autores, descubrien- do las modificaciones do la criminalidad, por la circunstancia de ser ó no frecuentes en el lugar los delitos de una especie de- terminada, y en fin, que conozcan, después de profunda y delicada observación, las costumbres, las necesidades, las aspiracio- nes, ol sentido moral medioy las preocu- paciones dé los habitantes del Distrito ju- dicial que so los confía. Si el Tribunal no observa este criterio al proponer sus ternas, no. comprende el SECCIÓN DE CONSULTAS D. N.N.—Chihuahua ! Opinamos como Ud. La citación que se hacera los herederos, cónyuge, acreedores y legatarios del autor de la herencia, para la facción de inventarios, se hace, cuando no son solemnes,en la misma forma que cuan» do lo son, porque la ley no establece dife- rencia alguna, ni hay razón para estable- cerla; y si hubiéramos do buscar alguna,, sería para exigir más precauciones en ca- go de inventarios no solemnes, dondo el interesado ha de vigilarlos personalmente, que en los solemnes, que so hacen con in- tervención de la autoridad ó con presencia do un funcionario público. Sr. D. Antonio Soriano.—Izúcar de Ma- tamoros. Pue. Presentada la demanda, si el reo" la nie- ga en todas sus partes, debe abrirse el jui- cio á prueba, no obstante que los hechos relatados por el actof, aparezcan autenti- cados con los documentos que exhibo en la primera comparecencia ó se acompañan con el escrito de demanda. Los documentos hacen prueba plena so- lamente cuando se reconoce rín reserva alguna la verdad de su contenido ó cuan- do, presentados en término de prueba, no son redargüidos de fainos. En el caso que Ud. nos consulta, la Sra. Castillo negó ser la vendedora del terreno, y sin embargo, no se abrió la dilación pro- batoria. Esta omisión constituye un agra- vio á los derechos que Ud. defiende. Se dié por probado el hecho que negaba la demandada, tomándose en consideración un documento no presentado en término de prueba y cuŷ o contenido estaba en con- tradicción con lo expuesto por la Sra. Cas* tillo. Este es otro agravio que puede TJ¿. explotar legalmente. EEGÉNEBAGION. Sr. Ernesto" López.—Yuriria. Gto. Las cuestiones do nulidad son muy di- fíciles y dan lugar á discusiones profunda- mente serías y extonsas que no puedon de- sarrollarse erí una consulta como osla. Lo damos á Ud. nuestra humilde opinión, poro debe Ud. aceptarla con beneficio do inven- tario. I.. En todo instrumento público, debe el Notario dar fó de quo conoce á los otorgan- tes: pero la falta de este requisito no inva- lida el acto, si puede probarse la identidad de lo contratantes. II . El Código Civil manda terminante- mente que en el acta do Ja presentación del testamento cerrado, escrita en la cubiorfa, se haga constar el estado de las facultados mentales del testador; pero la afirmación del Notario no haco prueba plena y en osta consideración nos fundamos para decidir que la omisión de esto requisito no implica la nulidad del acto. IH. Es conveniente expresar el domici- lio' de los testigos y todas sus genéralos, para su identificación; pero no lo precep- túa la ley en términos qua la omisión de este requisito amonte la nulidad dol acto. IV y V. En el testamento público abier- to, el Notario debe dar fé do que el acto so practicó sin interrupción y de quo so ob- servaron las formalidades que la ley esta- blees. Si falta alguna de las solemnidades substanciales, el testamento queda sin efec- to; pero si se llenaron todas, aunque el Notario no dé fó de ello, el testamento es válido, si se demuestra que ellas fueron llenadas. Esta disposición se refiere al tes- tamento abierto y no al cerrado; por con- siguiente, la omisión de ellas no perjudica á osto último. GACETILLA- ACTIVIDAD EN EL RAMO DE JUS- TICIA.—Es bien sabido que la Adminis- tración de Justicia es vista con despego sin considerar que 65? una do las que debíe ran estar mejor atendidas. Veamos una prueba. El informe quo lu rendido el Procurador do Justicia del Di-> trito, respecto á la criminalidad durante el afío de 1899, aun no se publica, ni pare co que alguna vez so publicará, dado o despego é indiferencia á que hemos aludi do. Tal cosa no pasaría si se tratara de un álbum dedicado á cualquier personaje po- lítico, pues entonces se habrían puesto en movimiento todas las imprentas oficiales, las que se disputarían vi honor de impri- mir el obsequio al poderoso. ¿LAPROPAGANDAHOMEOPÁTICA.» —Esta interesante publicación mensual, dirigida por los Sres. Drs. J . Segura, J . Fornández de Lara y J. Antiga, se ha ser- vido honrarnos con su visita. Está destina- da á la difusión y vulgarización dol méto- do terapéutico homeopático, que cada día tiene más desarrollo en México, gra- cias á los esfuerzos laudables de sus pro- pagandistas. Se hacía sentir la necesidad de una pu- blicación de este género, que levantase on valentía y vigor la bandera de un sis- tema curativo desconocido por muchos y juzgado ligeramente por otros. La homeo- patía entra francamente al terreno cientí- fico y ataca con vigor falsos prejuicios. La lucha es para los aptos y los Directores de «La Propaganda Homeopática» surgen á olla con un poderoso arsenal de conoci- mientos y con un bagage rebosante de con- vicciones. De los elementos científicos qúo jueguen en este combate, brotará la luz y conoceremos la verdad. Reciban nuestros parabienes los Direc- toresde tan ilustrada publicación. INSOLENCIA CLERICAL.—Dice nues- tro estimado colega el «Diario del Hogar: «Desde el pulpito, ol Cura Munguía, de, H. Matamoros, ha insultado á los redacto- res de La Opinión Publica, llamándolos desgraciados, reptiles, etc., etc. —• «Y todo porque aquel periódico publicó una protesta liberal de las damas de Zitá- cuaro, y porque reprodujo un artículo en jue se daba cuenta de que el capellán do una iglesia del mismo Zitácuaro fuó mul- tado por mandar tocar el Himno Nacional en el interior dol tomplo. «Mal camino toma ol Cura Munguía ni desdo la cátedra sagrada vomita injurias quo pueden costarle caras. «Las autoridades deben atar corto al hi- drófobo.» 10•se cura da ejemplos gratis de manse- dumbre evangélica y de cultura clerical. HR. I). FERMÍN AETEAGA.—Por exceso do material no publicarnos hoy la carta quo so sirvió Vd. enviarnos como rectificación á una noticia que dimos. Con gusto lo liaremos en ol próximo número. Suplicamos á Vd. se sirva aceptar nuestra disculpa. HEMEROTECA NACIONAI M É X I C O itEOENEKACIÓN- APREHENSIONES SIN OBJETO.— Al exasperante número de aprehensiones injustificadas, so tiene que agregar otra, para bochorno de los que so atrevan á de- fender torpes procedimientos, que pugnan oon el respeto que merece la libertad hu- mana* Un individuo pretendió subir a un tren eléctrico, en los momentos en que éste ca- minaba con velocidad reglamentaria por la calle del Refugio. El imprudente pasa- jero, poco hábil para subir estando el tren en movimiento, cayó bajo las ruedas de un carro de segunda clase, sufriendo la fractura de una pierna. El motorista fue aprehendido por la po- licía. Estas aprehensiones corroboran la esta- dística del Procurador de Justicia, de que hasta el oansancio liemos hablado. Se apre- hende sin consideración de ninguna clase, aunque después se tengan que redactar au- tos de libertad por no haber delito que perseguir. «REGENERACIÓN.—«Hemos notado con penosa extrafieza que, de algún tiempo acá, ha dejado de enviarnos su cambio aquel colega tan valiente como entendido, que recientemente se tundo en la capital de la República. «Tal vez suceda que nuestro cofrade creía al Demócrata para siempre hundido •n lo» abismos de la psicología, y por si así iu«re, nos es grato mandarle nuestro pre- ••nte número, como un testimonio de que compartimos con él la fó profunda de nues- tras convicciones y la voluntad inquebran- table de luchar hasta el último trance con- 4ra la corrupción con que el cesarismo trata de invadir las más sagradas de nues- tras instituciones. «Suplicamos á Regeneración que vuelva á honrarnos con sus visitas, las cuales nos honran tanto corno nos complacen.» Mucho agradecemos las benévolas frases anteriores de nuestro querido colega El Demócrata, de Hermosillo, Son., y le supli- camos se sirva perdonarnos esa falta invo- luntaria, que desde luego y con el mayor placer subsanamos onviándole nuestra pu- blicación. En este mismo número nos. ocupamos de los percances ocurridos á tan valiente cole- ga, para quien deseamos la cesación de per- secuciones innobles. EL SR. D. MANUEL apreaiablo amigo nuostro, Director de Nutva Era,» interesante publicación &• Hidalgo del Parral, Chih., «e halla en e»ta Capital arreglando asuntos que se relacio- nan con el progreso de su empresa perio- dística. Agradecemos cordialmente la visita que se ha servido hacernos el Sr. Ayala y le deseamos, que su permanencia en esta Ca- pital le sea grata. LO QUEDICEL APRENSA HONRADA «REGENERACIÓN.»~Así se titula un interesante periódico jurídico do la Capital de la República, quo se ha dignado viai- tarnos. «Sus escritos amenos é instructiros, no revelan una oposición sistemática y ob- cecada; se inspiran en ideas nobles y levan- tadas, son un fiel reflejo de los inconmovi- bles principios de Verdad y Justicia. «Re- generación,» es la voz enérgica ó impar- cial que surge del fondo de las conciencias oprimidas, anhelosa de que en nuestra Pa- tria deje de tener legítima aplicación la célebre frase de Justo Sierra, «el país tie- ne hambre y sed de justicia.» («El Liberal*—Villaldama, N. L.) «REGENEItACJÓN.»-«Es una impor- tante revista la (pie con el carácter de periódico jurídico ve la luz en la ciudad de México, con el nombre do Regeneración, publicación constituida especialmente al servicio honroso de abogar porlosfueros de la justicia, moreciondo sus trabajos especial atención do todos los amantes á las buenas letras.» (El Economista Internacional.»—Nutra York.E.U. A.) Tan amables conceptos de nuestros ilus- trados colegas, obligan nuestro reconoci- miento. En la lucha azarosa que vamos sosteniendo con el medio, nos anima y Hatis- fe.ee ver, que son más, incomparablemente más, los periódicos que nos alientan en nuestra ruda labor, que los que se mues- tran iracundos por nuestro avance en un sendero honrado y recto. LIBRO DE MELCHOfi «CAMPO. POLÉMICAS RELIGIOSAS, en qn tras» la obrad* la Reforma, esta §u Credo religioso y político j M le predico un fin trágico por <WJ el Apóstol de las idea* que informan la Constitución de 1867 y >•» Leyes de R. forma. Precio (adelantado) V 1 50 Para pedido»: F. VÁZQUEZ, Méxioo, calla de número 25. Tir. Lmnuiíi, BITLBMITAB S.—HEZ. r0209.pdf r0210.pdf r0211.pdf r0212.pdf r0213.pdf r0214.pdf r0215.pdf r0216.pdf r0217.pdf r0218.pdf r0219.pdf r0220.pdf r0221.pdf r0222.pdf r0223.pdf r0224.pdf
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