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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS La idea de lo femenino en México en el siglo XIX. Tesis para obtener el grado de Licenciado en Filosofía Marina Guadalupe Hernández Aquino Asesora: Dra. María del Carmen Rovira Gaspar Febrero, 2014 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 2 AGRADECIMIENTOS A la Dra. María del Carmen Rovira por estos años de compartir su conocimiento conmigo, por sus estrictas observaciones, por su paciencia y apoyo, y sobre todo por transmitirme su amor por la investigación filosófica. A Emilio por mostrarme la belleza de las cosas más elementales de la vida como el amor, la paciencia, la curiosidad, y sobre todo, gracias por la gran felicidad que su existencia misma me proporciona. A Jorge por emprender conmigo la aventura de ser padres. A mis padres por demostrarme día a día con su ayuda, confianza y tolerancia su amor incondicional, gracias porque sé que mis logros son sus logros, y sé que sin su infinito apoyo no hubiera podido dar este paso tan importante en mi vida. A mis hermanas y hermanos por estar siempre a mi lado, porque sé que si tropiezo no me dejarán caer y si me caigo están siempre dispuestos a ayudarme a levantar y seguir adelante. A mis sobrinos y sobrinas por compartir conmigo sus aventuras y permitirme ser partícipe de las mismas. A mis amigos y amigas por compartir su vida conmigo. A mis amigas(os)-compañeras(os) de trabajo por enseñarme la importancia de la solidaridad y la confianza. A mis estimadas(os) alumnas(os) por transmitirme sus sueños, su alegría, su vitalidad y su curiosidad. A Francisco Mancera por enseñarme nuevos horizontes. Y sobre todo gracias a Dios por acompañarme a dar este paso tan importante en mi vida. 3 ÍNDICE Introducción. 5 PARTE I. Visión Masculina. 8 Cap. I La idea de lo femenino en la primera mitad del siglo XIX. 9 a) José María Luís Mora 1.1.1.1. Biografía 1.1.1.2. Contexto político 1.1.1.3. Pensamiento político 1.1.1.4. Escuelas para mujeres 1.1.1.5. Idea de lo femenino b) Juan Nepomuceno Adorno 28 1.1.1.1. Biografía 1.1.1.2. Contexto político 1.1.1.3. Pensamiento filosófico 1.1.1.4. Concepción de la mujer: Casamiento Divorcio Cap. II. La idea de lo femenino en la segunda mitad del siglo XIX. 48 a) Ignacio Ramírez 1.1.1.1.1. Biografía 1.1.1.1.2. Contexto político 1.1.1.1.3. Pensamiento filosófico político. 1.1.1.1.4. Educación de los más desprotegidos. 1.1.1.1.5. La mujer como elemento indispensable en la conformación de la soberanía popular. b) Agustín Rivera y San Román 73 1.1.1.1.1. Biografía 1.1.1.1.2. Contexto político 1.1.1.1.3. Lineamientos para la educación de la mujer 1.1.1.1.4. De qué sirve la filosofía a la mujer 4 PARTE II. Visión Femenina (Autovisión) 88 Cap. III La reivindicación de la mujer. Sobre la naturaleza Femenina. a) Laureana Wright de Kleinhans 1.1. Biografía 1.2. Contexto político 1.3. La mujer como miembro activo de la intelectualidad mexicana: Mujeres notables mexicanas La emancipación de la mujer por medio del estudio Violetas del Anáhuac 2. Conclusiones 115 3. Apéndice 123 4. Bibliografía 137 5 1. INTRODUCCIÓN La presente investigación se centra en el análisis de la idea de lo femenino que filósofos mexicanos del siglo XIX tuvieron. Entre los pensadores que abordaron el tema se encuentran José María Luis Mora, Juan Nepomuceno Adorno, Ignacio Ramírez y Agustín Rivera y San Román. Así mismo consideré necesario separar la forma en que estos filósofos abordaron el tema y quise mostrar también cómo la propia mujer luchó por su reivindicación social y política. De aquí que en la segunda parte, en la visión femenina, presento el pensamiento de Laureana Wright de Kleinhans mismo que constituyó una pieza clave para lograr la reivindicación de la mujer en nuestro país. El tema de la mujer me interesó desde hace ya varios años, específicamente me interesó a partir de la realización de mi servicio social bajo la dirección de la Dra. Rovira. En aquel momento mi tarea consistía en localizar, recopilar y reproducir artículos periodísticos en torno a las “Polémicas filosóficas en el siglo XIX en México”, aquella labor fue por demás interesante, pues en aquellas publicaciones además de tener un acercamiento de primera mano de la vida intelectual y cotidiana de esa época, me percate que constantemente se publicaban artículos en torno al tema de la mujer, dato que me saltó a la vista, pues tenía entendido que el movimiento feminista en nuestro país se había gestado a partir de la década de los sesenta del siglo XX. Sin embargo, al encontrarme con artículos que enfatizarán la necesidad de educar a la mujer, y otros que se oponían a su participación social, se despertó mi interés por investigar esta temática. Poder delimitar el tema y el material fue una tarea ardua, pero opté por centrarme en la idea de lo femenino en pensadores que tuvieran una producción intelectual más consolidada, también me resultó de suma importancia presentar su perspectiva en torno a este tema, pues en esta investigación se da a conocer un aspecto de estos autores poco o nada estudiados. En cuanto al pensamiento de intelectual Laureana Wright, tengo la certeza de que sus textos mismos hablan por sí 6 solos, y que su aportación para rehabilitación social y política de la mujer en nuestro país es invaluable. De igual manera, me gustaría resaltar, en primer lugar que el problema de la mujer no sólo se torna interesante en cuanto a su aportación parala historia de la filosofía en México, sino que es un tema de actualidad, muestra de ello son los departamentos de estudios de género en serias instituciones. En segundo lugar tuve como objetivo la rehabilitación social de la mujer mexicana, siendo necesario el reconocimiento y la difusión de estas ideas para contribuir y alcanzar este fin. En tercer lugar me gustaría aclarar que en la presente investigación no se pretende abordar el tema del feminismo, pues como tal, el término feminismo se empezó a utilizar en nuestro país hasta 1905, sino que por el contrario los objetivos son rescatar, conocer, revalorar y difundir el pensamiento de los filósofos mexicanos que abordaron el tema y la lucha que Laureana mantuvo en nuestro país. Me pareció importante abordar la temática de la mujer en autores que han sido investigados desde un enfoque político, filosófico e histórico, como la obra de José María Luis Mora o la de Ignacio Ramírez, presentando su proyecto de nación radical cada uno para su momento, sin embargo en esta ocasión se muestra su pensamiento desde una perspectiva diferente, podremos ver cómo en torno al el tema de la mujer su pensamiento se presenta con desenvolvimiento y sensibilidad, rasgos que son dignos de admiración, pues sus ideas a favor de la reivindicación femenina eran muy adelantadas para su época. De igual manera me detuve a analizar la idea de lo femenino de uno de los autores más interesantes del siglo XIX Juan Nepomuceno Adorno quien en su utopía, Catecismo de la providencialidad del hombre, presenta ideas sumamente innovadoras como la igualdad de derechos ente ambos sexos y el dominio de la “alcoba nupcial”. Por último, encontraremos la obra del presbítero Agustín Rivera y San Román quién abordó el tema en la última década del siglo XIX, teniendo como objetivo encontrar la mejor manera de educar a la mujer. 7 Como anteriormente señalé en esta ocasión se tuvo que delimitar la investigación, sin embargo no dudo que exista más material por investigar, pues el interés por el tema ya sea buscando la reivindicación de la mujer u oponiéndose a ella estuvo presente durante el siglo XIX y principios del XX, muestra de ello es la idea de lo femenino en autores como Lucas Alamán, José María Vigil, Luis E. Ruíz y muy especialmente Horacio Barreda. Y en cuanto a la visión femenina existe un extenso material en periódicos y revistas escritas por hombres para las mujeres y otras más hechas por y para mujeres. 8 I. Visión Masculina Al hacer una investigación sobre la idea de lo femenino en el siglo XIX en México, nos encontramos con una gran diversidad de opiniones relacionadas con el tema, de tal manera resulta necesaria una clasificación de los mismos; de ahí que prefiero en primera instancia dividir mi investigación en dos partes o visiones, una visión masculina y una visión femenina. Para llevar a cabo la primera parte de la tarea es necesario contemplar la obra de aquellos mexicanos que dedicaron parte de sus estudios a dicho tema, entre otros, podemos mencionar a Juan Nepomuceno Adorno, Ignacio Ramírez y Agustín Rivera, sin embargo no podemos dejar de abordar el pensamiento de José María Luis Mora quien al proponer la creación de las escuelas para mujeres es el primer punto de referencia del presente estudio. 9 CAPITULO I. La idea de lo femenino en la primera mitad del siglo XIX. a) José María Luis Mora. José María Luis Mora, filósofo, historiador y político, plasmó en sus obras la eminente necesidad de una transformación social que permitiera un progreso en el país, perseverante por naturaleza, no se conformó con una visión teórica y plana de su contexto y los problemas que este presentaba, sino que encamino su obra a la búsqueda de fundamentos útiles para lograr dicha trasformación. Nació en Guanajuato en 1794, realizó sus primeros estudios en Querétaro, pero sus miras irían encaminadas hacia la ciudad de México, en el Colegio de San Ildefonso obtuvo el grado de bachiller en Artes en 1812 y seis años más tarde el de bachiller en Teología, en 1820 obtendría el grado de Doctor en Teología y el título de abogado por la Real y Pontificia Universidad de México. A pesar de haberse ordenado de clérigo pronto dejó el servicio religioso para encaminar sus pasos, primero hacia la docencia y posteriormente hacia la política, su interés político lo condujo a ocupar cargos en este campo, como Diputado al Congreso Federal 1833-1834 colaboró como consejero político de Valentín Gómez Farías quién a su vez fue en repetidas ocasiones vicepresidente en el Gobierno de Santa Anna; como veremos más adelante, es en este periodo en donde encontramos gran parte de la obra educativa de Mora, en 1823 escribe su célebre artículo “Pensamientos sueltos sobre educación pública” en el que manifiesta su preocupación por llevar a cabo una reestructuración de la educación en México. Un año más tarde, manifiesta la necesidad de establecer una educación laica en el país. Su interés por la historia lo conduce a escribir México y sus revoluciones, obra pilar para la historia de nuestro país y en la que se encuentra su concepción innovadora en relación al tema de la mujer. De igual manera Mora funda y colabora en diversas publicaciones periodísticas, entre las que podemos mencionar El Indicador de la Federación Mexicana y el Observador de la República Mexicana. Aunque perteneció a la logia 10 escocesa de los novenarios esto no lo eximió de hacer críticas al interior de la misma; Mora fue abiertamente oponente del Partido Conservador y del clero, fue representante del Partido del Progreso; su postura política liberal determinará su visión educativa. En 1846, cuando en México dominan los liberales es nombrado ministro plenipotenciario en Inglaterra, finalmente falleció en París en 1850. José María como consejero político de Valentín Gómez Farías1 impulsó trascendentes reformas políticas y educativas que pretendían cambiar el rumbo de nuestra historia, tomó como medio la educación y como fin el progreso, de aquí que propusiera diversas reformas educativas que colaboraran a conquistar dicho fin. En primer lugar el 21 de octubre de 1833 se expide la “Ley que crea la Dirección general de Instrucción Pública y suprime la Universidad Real y Pontificia de México nos dice en su Artículo 1. Se suprime la Universidad de México y se establece una Dirección general de Instrucción Pública para el 1 En 1833 los conservadores apoyaron la candidatura a la presidencia de López de Santa Anna de la que resultó electo, pero una vez estando en el poder, Santa Anna se pasó al bando de los liberales y expulsó del país a algunos conservadores como Nicolás Bravo y a Bustamante. Como presidente de la República Santa Anna permaneció en varios intervalos que fueron desde 1833 a 1855 periodo durante el cual, ya sea por enfermedad o por compromisos políticos, alternó el poder con Valentín Gómez Farías quien a su vez apoyaba su toma de decisiones en el Doctor Mora. En 1847 Gómez Farías, por la falta de recursos para seguir repeliendo el avance de las tropas norteamericanas, expidió un decreto para vender los bienes del clero y así tener fondos para combatir a los EE.UU. Santa Anna que encabezaba la defensa, al quedarse sin fondos para continuar la lucha contra el país vecino, decide pedir una vez más el apoyo del Clero, sin embargo este ultimo apoya a Santa Anna a cambio de sustituir de su cargo de vicepresidente aGómez Farías, a pesar del préstamo y del dinero que se obtuvo con la venta de los bienes eclesiásticos, las tropas mexicanas se encontraban agotadas y en septiembre de 1847 fueron derrotadas. Los conservadores siempre manifestaron su descontento por las reformas liberales que Valentín -en colaboración con Mora- había realizado, como el cierre de la Universidad Pontificia, la desamortización de los bienes del Clero, la suspensión de los fueros del clero y de la milicia, las reformas educativas- así cuando Santa Anna le pide dinero al Clero para seguir combatiendo a los norteamericanos, los conservadores lo presionan para que se vuelva a pasar a su bando y lo obligan a expulsar del país a Gómez Farías. 11 distrito y territorios de la Federación”2 . Podemos advertir que, en el cierre de la Universidad Real y Pontificia, está presente el pensamiento del Doctor Mora quién calificó de inútil a esta institución, debido a que durante la Colonia no permitió la recepción de nuevos pensamientos filosóficos y esto provocó que permaneciera aislada enfocándose solamente en el estudio de la escolástica decadente sin permitir los nuevos estudios científicos y de filosofía moderna que a Mora le parecían de gran interés e importancia. “La Universidad se declaró inútil, irreformable y perniciosa; inútil porque en ella nada se enseñaba, nada se aprendía; porque los exámenes para los grados menores eran de pura forma y los de los grados mayores muy costosos y difíciles, capaces de matar a un hombre y no de calificarlo; irreformable porque toda reforma supone bases del antiguo establecimiento, y siendo las de la Universidad inútiles e inconducentes a su objeto, era indispensable hacerlas desaparecer sustituyéndolas por otras, supuesto lo cual no se trataba sino de mantener el nombre de Universidad, lo que tampoco podía hacerse, porque representando esta palabra en su acepción recibida, el conjunto de estatutos de esta antigua institución servirá de antecedente para reclamarlos de tal, uno a uno como vigentes, la Universidad fue también considerada perniciosa porque daría, como da lugar, a la pérdida de tiempo y a la disipación de los estudiantes de los Colegios que so pretexto de hacer sus cursos, se hallan la mayor parte del día fuera de estos establecimientos únicos en que se enseña y se aprende; se concluyo, pues, que era necesario suprimir la Universidad.”3 Vemos aquí la razón por la que a los ojos de Mora se tuvo que cerrar la Universidad Pontificia; ajustándonos al concepto que él tenía de Filosofía, concebida como un conocimiento útil, basto y universal que nos conduce a practicar la virtud, se debe dejar a un lado la filosofía especulativa, la filosofía escolástica decadente; la tarea de la filosofía -como señala en su artículo “Rasgo encomiástico de la filosofía”- consiste en regir la conducta moral y política del hombre y con ello provocar una transformación social, un progreso. “Aunque el estudio de la Filosofía sea tan recomendable y las 2 Escuelas Laicas. Colección dirigida por Martín Luis Guzmán. México, Empresas editoriales, 1967. pp. 26-27. 3 José María Luis Mora. Obras sueltas .p. 116 12 ventajas que de él resultan al hombre en toda la vida son de tal modo palpables que sólo podrá no sentirlas quien cerrare voluntariamente los ojos a la luz, todavía no obstante son muchos los que bien hallados con su ignorancia, o careciendo en los que han procurado instruirse, se empeñan en deprimir una ocupación tan honrosa al que la profesa, como útil a la humanidad.”4 Al preguntarnos ¿cómo es posible llegar al progreso? ¿Cómo se llega a una transformación social? Mora responde que es a través de la educación que el país podría llegar a dicho progreso, una educación que tenga como eje central la filosofía. Como señale anteriormente a nuestro autor le interesaba llevar a la práctica sus ideas educativas, consideró al igual que sus contemporáneos liberales que la educación sería la vía ideal para llegar al progreso tan esperado.5 Sin embargo la educación en aquellos momentos se encontraba casi en completa ruina, por un lado, porque la educación impartida por el Clero y apoyada por el “partido del retroceso” - como él los llamó- era perjudicial , a propósito de esto opina que “Las tendencias del Clero son perniciosas a la educación pública e impiden su difusión y mejoras; porque las masas mejor educadas tienden visiblemente a emanciparse del dominio sacerdotal en que han estado por tres siglos, y esta emancipación disminuye el poder que sobre ellas se ha ejercido y aún no acaba de perderse. Se quiere que la educación nacional sea la propiedad exclusiva de los ministros del culto y que esté toda basada sobre las reglas monásticas en traje y usos y habitudes; se quiere que las materias de enseñanza sean las de los claustros, disputas teológicas y escolásticas que han pasado de moda hace medio siglo y de las cuales hoy nadie se ocupa; y se rehúsa la enseñanza de los ramos antes desconocidos y de utilidad práctica, enseñanza sobre la cual deben formarse los hombres públicos de que hay tanta y tan grande falta en el país.”6. Este tipo de instituciones eclesiásticas encargadas de la educación, provocaron el declive de las 4 “Rasgo encomiástico de la Filosofía” en op.cit. pp.605 5 Mora estaba convencido que el progreso se estaba dando, sin embargo al país le faltaba recorrer un gran camino de luchas internas y externas como la guerra contra los Estados Unidos, aunado a las constantes luchas entre los liberales y conservadores. 6 “Programa de los principios políticos que en México ha profesado el partido del progreso y, y de la manera con que una sección de este partido pretendió hacerlos en la Administración de 1833 a 1834”en Op.cit. p.53. 13 pocas instituciones que seguían en pie aún después de declarada la Independencia, pues aunque mal enseñaban, enseñaban algo y esto ya era ganancia,7 de aquí se desprende la reiterada necesidad qué Mora contempló, acabar con la educación colonial8 que estaba presente en la Universidad Pontificia y en los Colegios, a los que Mora nombro “Universidades bastardas” y afirmo que irremediablemente se tenían que suprimir. Se comprende que la educación ya no tiene que estar a cargo del Clero, sino a cargo del Gobierno, pero ¿qué tipo de gobierno?, Mora responde que es necesario instaurar un gobierno constitucional que al regirse por leyes progresistas cree ciudadanos libres, ya que “un gobierno absolutista crea esclavos no ciudadanos”, es de suma importancia un gobierno guiado por ideas progresistas, capaz de abolir cualquier obstáculo (llámese clero, milicia o instituciones educativas decadentes) que impida el progreso; la educación deberá ser laica, útil y servirá como punto de partida para que pueda darse transformación social. “Por lo que respecta a la importancia que otorgaba a la educación, Mora 7 Nuestro autor contempla en este rango de instituciones educativas a las escuelas lancasterianas dirigidas por la Compañía del mismo nombre, esta compañía se estableció en México en 1823, su patrona fue la virgen María Santísima de Guadalupe, tenía como finalidad “proporcionar gratuitamente á la niñez y clases desvalidas de la educación primaria, por medio de escuelas establecidas á sus espensas (sic), y estenderla (sic) por la república.”; en estas instituciones divulgaba la educación básica a través de monitores que fungían como profesores, su “método de enseñanza en las escuelas de la Compañía será el SISTEMA MUTUO Y SIMULTANEO, con las reformas generales que la experiencia haya acreditado, ó recomiende en lo sucesivo: y las mejoras, economía de tiempo, y brevedaden la instrucción que adopte la sociedad para la instrucción primaria popular.” Esta Compañía tenía escuelas tanto para niños como para niñas, en las que se impartían gratuitamente sobre todo las primeras letras, “Art. 70. En las escuelas de varones, se enseñará a los niños lectura, escritura, aritmética elemental, compendio de Gramática castellana, moral y urbanidad, los catecismos histórico y religioso, y la cartilla social. Art. 71. En las de mujeres, se les enseñará igualmente á leer, escribir, contar, catecismo de doctrina cristiana, máxima de buena educación respectivas á su sexo, urbanidad, y las clases de costura de que trata el reglamento particular de las escuelas.” Mora reconoció la importancia de estas instituciones y las aportaciones que realizaron a la educación, sin embargo no estuvo de acuerdo en fueran instituciones privadas que fueran dirigidas y sostenidas por el Estado constitucional, como podremos ver más delante de nuestra investigación. Reglamento de la Compañía Lancasteriana de México. México, Imprenta de Vicente G. Torres, 1842. 8 “Los conservadores sostenían el derecho de su aliado, el clero católico, a impartir enseñanza confesional a la niñez y a orientar la educación superior, profesional y universitaria conforme a sus ideas y doctrinas; en otras palabras, reivindican para sí la prerrogativa de encarcelar el pensamiento, las aspiraciones y el futuro de la juventud mexicana dentro de los dogmas católicos, maniatándola así con disciplinas atentatorias de las más elementales libertades, par a luego utilizarla en las finalidades políticas de retroceso y deslealtad a donde llegaron.” Escuelas Laicas. p.8 14 coincidía con Alamán, pero iba más lejos que éste al demandar que dada la trascendencia de la función educativa en la formación de las nuevas generaciones, debería ser organizada y controlada por el Estado, porque solamente así podría imponérsele la filosofía propia del Estado mexicano, y protegerla de las acechanzas de los diversos grupos que trataban de controlarla en provecho propio.” 9 El clero que hasta la Reforma Liberal de 1833 había controlado la educación, quedaría sustituido por la educación progresista que el nuevo estado constitucional estableciera, una educación de las clases populares que permitiera la libertad de expresión, la educación de la mujer y la educación laica.10 A propósito de la educación de las masas Mora declara lo siguiente: “El elemento más necesario para prosperidad de un pueblo es el buen uso y ejercicio de su razón, que no se logra sino por la educación de las masas (…) La oligarquía es el régimen inevitable de un pueblo ignorante en el cual no hay o no puede haber monarca.”11 Defensor de la libertad civil, Mora se preocupa por la forma de gobierno, le teme a un gobierno despótico, pues al momento de gobernar se debe tener en una posición objetiva, neutral; como es sabido en México -aunque después de la Independencia se implantó un gobierno monárquico; y posteriormente, un gobierno republicano- se seguía con el tipo de gobierno colonial debido a que no se había tenido la experiencia de gobernar. 12 Uno de los objetivos de la educación impartida por el gobierno constitucional, sería la difusión de teorías científicas y prácticas que fueran útiles en la vida del hombre, tarea que debía comenzar por una revisión y reformulación de los planes de estudio, tanto los de la educación básica como los de la educación 9 Solana, Fernando et al. Historia de la Educación pública en México .F.C.E- SEP. México, 1999. pp.19. 10La idea de una educación laica aparece desde el pensamiento educacional del Dr. Mora, sin embargo se estableció formalmente años más tarde con las Leyes de Reforma en 1867. 11 José María Luis Mora. op.cit. p. 110. 12 En relación al cuestionamiento de cuál es el mejor tipo de gobierno, Mora señala que es el gobierno constitucional, ya que bajo este régimen “los excesos en el poder podían controlarse por la Constitución y necesario respeto a ella”, partiendo de esta premisa hace una crítica a los constantes cambios que sufre la Constitución, señala que el afán tanto de los liberales como del grupo conservador por cambiar la Carta Magna ha provocado que nuestro país se desvíe de la felicidad. 15 Media Superior, sus “Pensamientos sueltos sobre educación pública” y “Los Principios de la Reforma Educativa”13 son muestra de ello. Aunque la reforma educativa de 1833 llevada a cabo por Gómez Farías y promovida por Mora, fue apoyada por casi todas las clases sociales; y a pesar de que el clero se opuso a popularizar la educación, Lucas Alamán -jefe del partido conservador- apoyó esta medida. La reforma educativa consistió en la creación de la Dirección General de Instrucción Pública, el paso de la educación a manos del gobierno -como se ha venido señalando-, la supresión de la Universidad Real y Pontificia de México, la aceptación de libertad de enseñanza, la creación de seis establecimientos de Instrucción Publica en el Distrito Federal14, la difusión de la educación primaria entre la masa del pueblo15, de igual forma se dictó la ley para la creación de la Biblioteca Nacional y la creación de museos, por último el acontecimiento de mayor relevancia para la presente investigación, se dictaminó la creación de escuelas normales para mujeres, reforma que quedó establecida en la “Ley que establece las escuelas normales, de 26 de octubre de 1833. Numero 1271. Articulo 1. Se establece una Escuela Normal para los que se destinen a la enseñanza Primaria. 2. Se establecerá, igualmente, otra de la misma clase para la enseñanza primaria de mujeres.”16 Mora, como buen liberal, reconoce la importancia que tiene la educación de las mujeres; sin la educación de las mismas el país no podría llegar al progreso necesario porque “Nada es más importante para un Estado que la instrucción de la juventud”, por esta razón 13 A propósito la abolición de lo inútil que pudiera tener la educación, Mora establece que esta se debe difundir entre las masas y estar acorde con las necesidades sociales, nos dice: “La comisión partió de esta exigencia social, que hoy nadie pone en cuestión, y se fijó en tres principios: primero, destruir cuanto era de inútil o perjudicial a la educación y enseñanza; segundo, establecer ésta en conformidad con las necesidades determinadas por el nuevo estado social, y tercero, difundir entre las masa los medios más precisos e indispensables de aprender”. En Escuelas Laicas. p.48. 14 Estos seis establecimientos estaban divididos por áreas: Estudios preparatorios, Estudios ideológicos y humanidades, Ciencias físicos y matemáticas, ciencias médicas, jurisprudencia, y por último el establecimiento dedicado a ciencias eclesiásticas. 15 “Educación primaria para las masas. Este ramo era el favorito del gobierno del señor Farías, y justamente, porque la mejora de las masas en todas partes es urgente, lo era y lo es mucho más en México, en razón de que, bien o mal, de una manera o de otra, ellas hacen o influyen de un modo muy directo en la confección de las leyes” Ibid. p.52 16 Ibid. pp. 39 16 contempla la necesidad de popularizar la educación, expandiéndola tanto al sexo masculino como al femenino, pero nos preguntamos ¿por qué se tiene que popularizar la educación?, porque a los ojos de Mora es indispensable saber leer, escribir y nutrir la razón para poder entender las Leyes, de qué manera se podría establecer una República Constitucional, sino a partir del pleno entendimiento de las leyes, porque “Un individuo dotado de un regular talento será siempre un déspota, que gobernará a su salvo a un puñado de hombres que no tienen voluntad propia, ni soncapaces de juzgar las cosas por sí mismos.”17 José María Luis Mora en relación al tema educativo señaló desde 1824 la necesidad de una educación laica y popular18, que sirviera como herramienta para evitar un gobierno oligárquico, porque en un pueblo ignorante este tipo de gobierno es inevitable, mientras que “En el sistema republicano, más que en otros, es de necesidad absoluta proteger y fomentar la educación; éste requiere para subsistir mejores y más puras costumbres, y es más perfecto cuando los ciudadanos poseen en alto grado todas las virtudes morales; así el interés general exige que leyes sabias remuevan los obstáculos que impiden la circulación de las luces. La mano protectora de un gobierno benéfico debe extenderse sobre la gran familia que ha puesto en sus manos el bienestar común, debe penetrarse ya que para la felicidad de todos es indispensable esparcir hasta la más pequeña choza los rayos de luz que vivifican el espíritu.”19 Podemos observar la importancia que Mora le otorga a las costumbres y a las virtudes morales, pues desde su perspectiva, el sistema republicano se podrá establecer mejor sí la educación promueve tanto la difusión de las luces como una mejoría en las costumbres sociales, rasgo que abordaremos en unos momentos. Recapitulemos, por un lado, Mora reconoció el trabajo de las escuelas lancasterianas, por el otro, afirma que las clases privilegiadas tuvieron acceso a la 17José María Luis Mora. Pensamientos sueltos sobre educación pública en op.cit. .p.521. 18 “…su influencia ideológica no terminó con su vida, sino que fincó los postulados fundamentales del partido liberal que más tarde plasmaría sus aspiraciones en la Constitución de 1857 y en las Leyes de Reforma dictadas por el Presidente Juárez” Escuelas laicas. pp. 41. 19José María Luis Mora. Pensamientos sueltos sobre educación pública en op.cit. p.520. 17 educación gracias a su fortuna, ya que “El pueblo mexicano, cuya juventud no había recibido notables adelantos de educación y enseñanza en los establecimientos públicos por los motivos indicados; los recibió y continúa recibiendo muy grandes en los pupilajes o pensiones de los particulares. Estas casas de educación, libres de los obstáculos y resistencias que opone la rutina a todo género de mejoras, han podido ensayar y establecer con más libertad y éxito más seguro, los nuevos métodos de educación y enseñanza, que encuentran resistencias tan formidables en los establecimientos públicos. Las pensiones, bastante comunes en Europa, eran en México casi desconocidas; había pupilajes es verdad, pero solo para la enseñanza de primeras letras, y no como lo son actualmente estos establecimientos. Desde el año de 1824 los mexicanos y una multitud de institutores e institutrices franceses comenzaron a establecerlos, y desde entonces hasta hoy las pensiones han ido constantemente en progreso por su número y perfección. En la ciudad de México y en las capitales de los Estados se han creado muchas, y más o menos en todas ellas se han ensayado los nuevos métodos, con éxito siempre favorable a la juventud de ambos sexos, que por su posición social se halla en estado de recibir una educación más cuidada. Esto ha ido insensiblemente desterrando los vicios de la antigua educación, preparando los elementos de una clase media, que quedará formada en la próxima generación y que hace tanta falta en la presente.”20 En cuanto a este tipo de educación privada, Mora no olvidando la disparidad económica y social en la que se encontraba el país, y reconociendo que la educación entre las clases populares era casi nula, propone que “Los niños y niñas que merezcan, por su pobreza, ser socorridos con útiles necesarios para asistir a la escuela, lo serán a discreción de la Dirección misma y previo informe del inspector”21, es decir que la educación no 20 “Mejora del estado moral de las clases populares, por la destrucción del monopolio del clero en la educación pública, por la difusión de los medios de aprender y la inculcación de los deberes sociales, por la formación de museos, conservatorios de arte y por la creación de los establecimientos de enseñanza para ala literatura clásica, de las ciencias y la moral”. en op.cit. p. 113 y ss 21 Cabe señalar que en el México post- independentista existía un gran contraste social, mientras el 68% de la población vivía con un ingreso promedio de 50 pesos al año, el 22% con un ingreso de 50 a 300 pesos anuales, y sólo el 10% de la población tenía ingresos ilimitados. 18 sólo tenía que estar a cargo del gobierno sino que éste último tenía que garantizar las condiciones necesarias para que las luces se pudieran difundir. La aspiración de Mora de trasladar sus ideas progresistas al plano práctico no cesó a lo largo de su vida, y partiendo de la premisa de que el liberalismo desde sus inicios busca una educación que haga “felices a las naciones y promueva su prosperidad”, propone la creación de las Escuelas para la enseñanza primaria para mujeres, desde su perspectiva, la mujer en la medida que esté mejor educada tendrá más herramientas para ser una mejor ciudadana. Es prudente señalar que aunque en el pensamiento de nuestro autor no aparece de manera explícita la búsqueda de la ciudadanía para la mujer, como lo veremos más claramente en el pensamiento liberal de Ignacio Ramírez (tema que abordare a detalle más adelante ); consideramos que sí aparece de manera implícita, pues en sus comentarios se vislumbra el deseo de que la mujer esté presente en el plano público, recordemos que un gobierno constitucional como el que él anhelaba está formado por ciudadanos pensantes que eligen su gobierno de manera consciente, libre y responsable, Mora no quería mujeres sin criterio que se dejarán manipular, sino ciudadanas que participarán en la formación de un gobierno constitucional, pues “Para sacudir un yugo no se requiere más que sentir; una carga pesada que agobia; pero para establecer el sistema que reemplace al duro despotismo es indispensable tener conocimientos de la ciencia social; para llevar a cabo la obra de la regeneración es preciso formar un espíritu público, es preciso grabar en el corazón de cada individuo que sus leyes deben respetarse como dogmas; en una palabra, es preciso que las luces se difundan al máximum posible.” 22, por ende si los conocimientos se tienen que difundir al máximo posible estos tienen que llegar a la mujer; si ésta recibiera una educación ilustrada comprendería la importancia de su presencia en el plano público, buscaría ser ciudadana, sabría aplicar las leyes y sobre todo entenderlas, porque si algún progreso se ha dado en este país - señala Mora- ha sido sobre todo en el bello sexo 22 José María Luis Mora. Pensamientos sueltos sobre educación pública en op.cit. p. 522 19 porque “(…) el bello sexo en México en las clases superiores si no es un modelo acabado y perfecto de todas las virtudes domésticas, no lo es ciertamente del vicio y sin duda es uno de los elementos que derrama todo género de atractivos; lo elegante de sus trajes; el gusto por la elección de sus adornos; la gallardía de su talle y lo hermoso de sus formas, dan un interés considerable a todas las concurrencias públicas y privadas. Si aún se advierte alguna frivolidad en la conversación de las damas, y en algunas un cierto aire desdeñoso que las hace fastidiosas, esto es porque los hábitos de una mala educación no se borran sino con suma dificultad, y la de nuestras damas fue tan descuidada en la parte mental como mal dirigida en la que mira en las relaciones con el otro sexo, pues nada se omitió parainculcarla como un principio de decoro el desdén, que no merece otro nombre que el de desatención y falta de urbanidad; estas faltas , sin embargo, se hallan muy remediadas en la actual generación y serán del todo precavidas en la que se va formando, pues la educación actual de las niñas es más esmerada y bien dirigida.”23 Es importante detenernos a analizar esta cita, pues presenta matices que nos gustaría resaltar, en primer lugar, en el pensamiento de Mora abiertamente ilustrado, podemos ver el deseo de educar a la mujer para que pueda ser partícipe de la actividad social, así como entender la Constitución, para que pueda participar en actividades sociales y sobre todo que pueda tener una vida propia, independientemente al papel que se le había asignado sólo como esposa y madre, su objetivo y eje de su filosofía, es decir, la búsqueda del progreso del país. Consideramos que Mora reconoce la naturaleza femenina y habla de ella de manera muy favorable: “es uno de los elementos que derrama todo género de atractivos; lo elegante de sus trajes; el gusto por la elección de sus adornos; la gallardía de su talle y lo hermoso de sus formas, dan un interés considerable a todas las concurrencias públicas y privadas”, más sin embargo también se destaca su interés por fomentar en las mujeres una buena educación que si bien se ha descuidado, reconoce que “ la educación actual de las niñas es más esmerada y bien dirigida”, y para reafirmar este punto basta hacer hincapié en su propuesta para la creación de las Escuelas para mujeres .En segundo lugar, me 23 José María Luis Mora. Obras completas. Vol. pp. 103-104 20 gustaría destacar que el gusto por la moda entre el sexo femenino fue una importación del Romanticismo que fue aumentando sobre todo después de la Independencia, como afirma Montserrat Galí: “En los años veinte la apertura comercial, uno de los más caros anhelos de los partidarios de la Independencia, propicio la llegada de objetos, muebles y adornos que vistieron y llenaron de lujo las otrora austeras habitaciones coloniales.”24,el gusto por la moda se difundió rápidamente en diversos ámbitos, ya que al “ángel del hogar” le correspondía vestirse a la moda y tener su santuario ad hoc, el interés estético de transformar las casas carentes de confort y belleza, en espacios feminizados, ya que las casas de finales del SXVII y principios del siglo XIX eran espacios muy abiertos, con grandes ventanales y puertas grandes que si bien su construcción estaba bien cimentada, en cuanto al gusto estético eran un desastre, inclusive algunos viajeros como Madame Calderón de la Barca lo señalan, sin embargo ya entrada la segunda mitad del S.XIX el hogar se convirtió en el lugar femenino por excelencia, las casas se empiezan a modificar y empiezan a construirse con mejor gusto, imitando las construcciones europeas, esta escisión entre la vida pública y la vida privada es una característica del Romanticismo pues la vanidad del hombre y de la mujer y su gusto por el arte europeo se fueron enfatizando conforme el siglo seguía avanzando, estas características constituyen un factor determinante para entender el desarrollo de la idea de lo femenino, pues “(…) a medida que transcurría el siglo aumentaba el cuidado y la decoración y en la comodidad de las casas. Dicho de otra manera, las mujeres se posesionaban cada vez más en el espacio doméstico, adaptándolo a las nuevas formas de vida, pero sobre todo feminizándolo. En el XVIII la casa era todavía un lugar semiabierto, semipúblico, en donde aún no dominaba el sentido de lo privado.” 25 Esta singular transformación de los espacios público y privado que se ve reflejado en las casas muestra como se fueron transformando las costumbres, tema que le pareció relevante a nuestro autor y en 1845 escribió un artículo intitulado “Costumbres Mexicanas” en el que nos dice: “Se puede 24 Montserrat Galí Boadella. Historias del bello sexo. La introducción del Romanticismo en México. UNAM, IIE, 2002. P.80 25 Ibid. P. 77. 21 asegurar que la sociedad mexicana en su estado actual con un fondo de gravedad española y un esceso(sic) de refinamiento en sus modales, es una mezcla de costumbres de París, de Londres y de grandes ciudades de Italia; el mismo gusto en el trage(sic), en muebles suntuosos, en bailes, espectáculos, música y aun en la pintura, a pesar de hallarse en su infancia.”26 Aquí corroboramos su interés por el progreso no sólo en el plano intelectual sino en la vida cotidiana, él ve la necesidad de que las costumbres en la sociedad mexicana formen una sociedad más civilizada. En el plano práctico y en la búsqueda del progreso, existen varios puntos que podemos seguir analizando, pudimos ver que en el gusto por la moda se ve reflejada la escisión entre mundo público y privado, premisa que se fundamenta en la concepción romántica de la mujer como “ángel del hogar”, también podemos advertir que Mora al abordar el tema de las costumbres, aprecia los avances que la sociedad mexicana ha tenido en algunas costumbres, como la elegancia y el buen gusto; sin embargo en otros momentos crítica al sexo débil en cuanto a costumbres se refiere, “Las damas no se levantan para recibir ni despedir sino a las visitas que son de su sexo; siempre aguardan las de los hombres sentadas en el principal lugar, sea cual fuere la clase y dignidad del que se presenta: todos estos signos de aprecio y consideración son muy debidos: pero se hace muy de notar la falta de urbanidad comunísima en todas las ciudades de la República, por lo cual las damas dirigen y mantienen exclusivamente la conversación con sus compañeras en concurrencias de ambos sexos.”27, la crítica a la “falta de urbanidad”, la abordaremos de igual forma, más adelante en el pensamiento de Nepomuceno Adorno, por lo pronto en Mora está de más tratar justificarla pues es imprescindible su búsqueda del progreso, tanto en el ámbito público como en el privado. Analicemos un punto que nos parece clave en relación con el progreso de las costumbres, me baso primordialmente en el hecho social de la conversación. En diversos textos Mora se empeña en que las damas deben mejorar su conversación, esta debe ser 26 “Costumbres mexicanas”, Calendario de Ramírez, en Julia Tuñón, El Álbum de la mujer. México, INAH, Vol.III. 1991, p.200 27 Ibid. p.201. 22 más abierta y no sólo estar ceñida a conversaciones entre mujeres, además reitera que: “Si aún se advierte alguna frivolidad en la conversación de las damas, y en algunas un cierto aire desdeñoso que las hace fastidiosas, esto es porque los hábitos de una mala educación no se borran sino con suma dificultad”. Aquí se abre otro punto importante en el estudio de las costumbres pues tanto el interés por la apertura de Escuelas para mujeres, como la mejoría en las conversaciones se puede comprender de la siguiente manera: “Desde el punto de vista cultural el aspecto más importante de las visitas, y ello vale también para las tertulias, era la conversación (…) en sí era considerada un arte, un arte perdido para nosotros pero todavía muy vivo en la primera mitad del siglo XIX. Un buen conversador era una pieza imprescindible en un salón o tertulia de prestigio. Una señorita que tuviera una conversación amena era una verdadera joya, socialmente hablando. Hemos llegado a la conclusión de que la Güera Rodríguez era apreciada no sólo por su belleza, sino sobre todo por su gracia como conversadora (…) una gran parte de las enseñanzas y de la transmisión de la cultura se efectuaba por esta vía. Dicho en otras palabras, en la primera mitad del siglo XIX la cultura teníatodavía un carácter eminentemente oral.”28 Para cerrar este apartado es necesario retomar los siguientes puntos: Mora consideró que, por un lado, el progreso tan anhelado se podía dar con una mejoría en la educación, aconsejo terminar con la educación que no enfocara todos los aspectos de la vida de la mujer; por otro lado, Mora al observar las costumbres sociales ve un estancamiento en las mismas y busca su progreso, porque si gran parte de la educación se transmitía de forma oral, las costumbres tenía que ir mejorando, las conversaciones se tenían que abrir a ambos sexos y con ello poder adquirir e intercambiar conocimiento, que mejor lugar que en las tertulias, visitas, paseos y lugares de reunión . Encuentro el pensamiento de Mora vasto, abierto e innovador en relación a la idea de lo femenino ya que sus ideas contribuyeron favorablemente en el movimiento intelectual y cultural para la reivindicación de la mujer, que si bien se fue un proceso lento se fue gestando desde los inicios de aquel siglo se enfatizó en la segunda mitad del 28 Montserrat Galí. Op.cit. p.113 23 siglo XIX. Resulta interesante ver como nuestro autor al concebir a la mujer como un ser que debe que formar parte de la civilidad y no sólo como una “fuente de atractivos fugaces”, su pensamiento se convierte en un punto de referencia necesario para la comprensión de los avances que durante el siglo decimonónico mexicano fue teniendo la concepción de la mujer, pues al verla como un elemento indispensable que debe formar parte del progreso de la nación, reconoce que “(…) las mejoras de su educación han tenido resultados muy favorables a la moralidad pública y han ministrado nuevos, más sólidos y puros atractivos a la sociabilidad mexicana. Ya las damas no se hacen apreciables precisamente por los atractivos fugaces de su hermosura, sino por la cultura de su entendimiento (…) como ya pueden proporcionarse otros goces que los de los devaneos amorosos, su vejez no estará cargada de aquel tedio que produce siempre la pérdida de los placeres que han sido únicos y la desesperación que causa la imposibilidad de proporcionarse otros.”29 Como señala Silvia Arrom en su obra “Las mujeres de la ciudad de México 1790-1857”30, Mora confiaba que, en la medida que los planes de estudio que él propuso se aplicaran, la educación tendría un nuevo enfoque que cooperaría para progreso del país, de la misma manera, nuestro autor también apreció el avance que tuvo la educación femenil de su generación, esta al estar bien dirigida, puede cultivar el entendimiento, de esta manera las mujeres no se dejarían llevar sólo por frivolidades, sino que comprendió que las mujeres por sí mismas eran un elemento importante en la “moralidad pública”. Considero optimista el pensamiento de Mora al afirmar que la reestructuración de la educación femenina se podría llevar a cabo en una o dos 29 José María. Obras completas. Vol. Pág. 104-105 30 “Por ejemplo, el teórico liberal José María Luis Mora escribió en su Méjico y sus revoluciones que “el Bello Sexo en México” había progresado en forma considerable en la última generación. Si bien admitía que la enseñanza para las mujeres todavía dejaba algo que desear, afirmaba que era muy superior a la ofrecida durante el régimen colonial, cuando se “hallaba reducida a lo preciso para poder desempeñar las obligaciones domésticas”. Mora confiaba en que a medida que los planes de estudio se fueran empleando y “el gusto por la lectura” de las mujeres progresara, la nueva generación superaría la anterior. En realidad, a cada década el orgullo de los mexicanos por la educación femenina aumentaba, por lo menos en la capital, donde las oportunidades de educarse eran mayores que en la provincia.” Silvia Marina Arrom. Las mujeres de la ciudad de México 1790-1857. México, S. XXI. P.36 24 generaciones: “ En el día, la música , el dibujo, la lectura y las amistades que sobreviven a las gracias de la juventud y a la pérdida de la hermosura son para la edad avanzada de nuestras damas una fuente inagotable de placeres y si aún se dejan sentir algo los tristes resultados de la educación viciosa, es seguro que no pasarán de la generación presente, y que las virtudes propias del bello sexo ya muy adelantadas en México, recibirán su complemento en la futura.”31, si bien, no contempló que el trabajo que faltaba por realizar era arduo, sembró la semilla de la reestructuración en la educación de la mujer. Entre las clases acomodadas -señala Mora- las mujeres tenían gusto por la música y la economía doméstica, pero había que despertarles el gusto por la lectura. “El gusto por la música instrumental y vocal, es una de las cosas más generalmente difundidas entre nuestras damas; son en el día no sólo conocidas sino ejecutadas con maestría y perfección en el piano las piezas más hermosas y difíciles de Rossini, Mozart, Bellini y otros célebres compositores.(…) la afición al dibujo y al estudio de las lenguas, no es todavía tan general en las mexicanas, no obstante se han hecho progresos que admiran, atendiendo al sistema de educación que precedió a la Independencia; de los conocimientos en el dibujo depende la perfección de ciertos ejercicios mujeriles, como el bordado, los tejidos de chaquira y otros que han recibido y todavía recibirán notables mejoras por el conocimiento del diseño. Menos generalizado está el estudio y conocimiento de los idiomas cultos de Europa, y esto proviene de que aunque progresa la afición a la lectura, todavía no se tiene como una ocupación necesaria e indispensable entre las mexicanas; sin embargo, el curso siempre creciente de la civilización, va dirigiendo las cosas allá y sus resultados no serán muy tardíos ni se harán esperar mucho.”32 Mora no desdeña la educación basada en la economía doméstica, como el bordado y el tejido; sin embargo, pretende que estas primeras enseñanzas tengan un fundamento más creativo, más artístico, busca una educación que supere el nivel técnico y alcance 31 José María, Obras completas. p. 105. 32 Mora, José María. México y sus revoluciones en Obras Completas. Vol. Pág.105. 25 conocimientos de disciplinas artísticas, como el diseño; del mismo modo la educación de la mujer debe contemplar también el aprendizaje de lenguas extranjeras. Cabe destacar que el pensamiento de Mora- a diferencia de algunos de sus contemporáneos- fue abierto e innovador en relación al tema de la educación de las mujeres, gracias a su postura liberal, rompe con los esquemas conservadores que consideraban a la mujer como “un mueble en el hogar”, y le otorga un lugar privilegiado en la sociedad al señalar que si bien ha habido un avance en el país, este ha tenido lugar en la educación del bello sexo.33 Uno de sus contemporáneos y en muchos puntos oponentes de Mora fue Lucas Alamán, recordemos que en 1833 estuvo de acuerdo con Mora en la necesidad de popularizar la educación, sin embargo sólo contemplaba la educación varonil, no la femenil, basta citar la refutación que -el 26 de marzo de 1821- Leona Vicario le hace al comentario de Alamán quien afirma que las mujeres se dejan llevar por las emociones y no por la razón: “Admita, Sr. Alamán, que no sólo el amor es lo que mueve las acciones de las mujeres; que son capaces de sentir un intenso interés en todas las materias y que el deseo de gloria y libertad del propio país, no son sentimientos ajenos a las mujeres, más bien actúan sobre ellas con mayor fuerza, porque los sacrificios de las mujeres siempre son, sin importar su objeto o causa, más desinteresados y parece que las mujeres buscanno más recompensa por sus sacrificios que ser aceptada”34. Es de suma importancia recalcar la valentía que tuvo Leona Vicario al refutar la opinión de Lucas Alamán, pues siendo este último un personaje por demás sobresaliente en el ámbito político e intelectual en el México de su tiempo. Si bien en la presente investigación no se analiza el pensamiento de Leona Vicario por la 33 “Del mismo modo, en 1836 Mora observó que “son más notables los progresos de la civilización mejicana en (…) el bello sexo. Reconocía que en el pasado, las mujeres mexicanas “por su ignorancia y por la frivolidad de su carácter valían realmente muy poco”, y no eran más que un objeto de galanteo”; pero ya no era así. Sus encantadoras realizaciones y su conocimiento de las cosas del mundo las hacían ahora más valiosas compañeras de los hombres”. Silvia Marina Arrom. Op.cit. p.67 34 Esta carta se encuentra citada en El Álbum de la mujer. Antología ilustrada de las mexicanas. Vol.III/ El siglo XIX (1821-1880) p.75, también se encuentra citada en la obra de Graciela Hierro. De la domesticación a la educación de las mexicanas. México, Editorial Torres Asociados, 1998.p.65 26 acotación necesaria que se tuvo que hacer de los autores, si quisiera reconocer la trascendencia de su pensamiento como germen del movimiento no sólo independentista sino también como fuente del movimiento de reivindicación femenina en México. Podemos afirmar que si bien, no hubo una polémica propiamente establecida entre José María Luis Mora y Lucas Alamán en relación a la idea de lo femenino, si se nota claramente la oposición de sus pensamientos, frente al pensamiento liberal e innovador de Mora, se encuentra el pensamiento conservador de Alamán en relación a la idea de lo femenino, dato que confirma Graciela Hierro en su texto De la domesticación a la educación de las mexicanas pues señala lo siguiente : “El pensamiento conservador no fue favorable a la educación de las mujeres. De acuerdo con Lucas Alamán, las mujeres estaban incapacitadas para un patriotismo desinteresado; insistía por ejemplo, que las acciones de Leona Vicario y todas las mujeres, heroínas o no, se guían por la emoción y no por la razón”. Es así que con la propuesta de creación de Escuelas para Mujeres que impulso Mora, empezó un movimiento intelectual que cuestionaba la educación del bello sexo, y gracias a ello se fue gestando paulatinamente un movimiento mexicano enfocado en la reivindicación de la mujer, tema que se irá analizando en los siguientes apartados. En conclusión podemos afirmar que las reformas educativas que se llevaron a cabo entre 1833-1834, encabezadas por Gómez Farías y José María Luis Mora, provocaron un cambio en la historia de nuestro país. Mora tenía un claro interés por que la educación de nuestro país estuviera a cargo del Estado, que fuera laica y popular, además de estar conducida por la filosofía; a los ojos de Mora la filosofía debía ser un conocimiento útil al hombre para todos los aspectos de su vida. De aquí su interés por que la educación se extienda a todos los grupos sociales. Para Mora la vía principal para alcanzar el progreso era la educación laica y popular, pues es esta clase de educación puede conducir al hombre hacia la felicidad y el progreso. Mora sostiene que un pueblo educado no se dejará conducir por gobiernos oligarcas, sino será dirigido por un gobierno constitucional que establezca como una de sus prioridades la educación 27 popular para ambos sexos, es así como cobra significado la propuesta de reforma educativa que Mora promovió, proyecto en el que destaca la creación de las escuelas para mujeres, pues como se ha señalado con anterioridad, acepta que la educación en ese momento al encontrarse a cargo de la Iglesia era en muchos aspectos casi nula, sin embargo, afirma que si hubo un progreso en éste ámbito se pudo notar sobre todo en la educación femenina. Finalmente, es importante darnos cuenta que Mora al proyectar la creación de las escuelas para mujeres abre una brecha hacia un tema que desembocará en uno de los movimientos socioculturales más importantes del siglo XIX y XX, llamado propiamente Feminismo. 28 b) Juan Nepomuceno Adorno. Amante de la naturaleza, estudioso de la geografía35, observador del universo, pintor, músico36 y fiel a su religión “providencialista”, Juan Nepomuceno Adorno es uno de los personajes más apasionantes y apasionados del México decimonónico. Nació en la ciudad de México en 1807, pasó los primeros años de su vida estudiando de forma autodidacta en su casa, como él mismo nos dice en su obra La Armonía de Universo , “Las circunstancias más apremiantes, dice, me ligaron dilatados años a aquel lugar, sin poder yo dejarlo ni aún para adquirir instrucción ni posición social. Algunos libros, colores y pinceles, un telescopio de pequeñas dimensiones, un teodolito y algunos aparatos físicos y químicos, eran no sólo, los compañeros de mi soledad, sino los tesoros de mi vida, y así esta se amenizaba e instruía con la práctica de aquellas ciencias y artes que estaban al aislado alcance de mis recursos. Me dediqué a la geometría práctica, y pronto formé no solo los planos, sino el bulto topográfico de los terrenos comarcanos. Me aficioné a la pintura, y mis pinceles retrataron la belleza del paisaje. Me ocupé de la astronomía, y las cálidas noches de aquel clima me mostraron prontamente todos los planetas que se perciben a la simple vista; y auxiliado de mi pequeño telescopio, examinaba las manchas del sol, las montañas de la luna, y aunque débilmente, los satélites de Júpiter y el anillo de Saturno. Finalmente, la geología me hacía deliciosos mis paseos por las quebradas y barrancos; la electrología, el aspecto imponente de las tempestades, y la ciencia de mis libros, me daba motivo de estudio en cada lluvia, en cada terremoto, en cada meteoro y, en fin, en cada cambio o movimiento que observaba en la tierra, en la atmósfera, o en los cielos. Así es como la práctica asidua me demostraba las verdades o los errores de mis libros, y así la naturaleza con el 35 Emeterio Valverde Téllez señala: “Entre las obras de tan curioso y original autor, debemos contar una que se intitula: Memoria acerca de los Terremotos en México, | escrita en Octubre de 1864, por Juan N. Adorno. | Edición de «El Pájaro Verde.» | México. | Imprenta de Mariano Villanueva. | Calle de la Mariscala núm, 9. | 1864.” 36 Cfr. Diez, Fernando, “Adorno ¿loco genial?” en el periódico El Universal. México, 30 Enero 2007. Como músico presentó en la Exposición de Paris de 1855 un piano especial que llamó “melógrafo”, aparato que tenía como objetivo “ grabar la música que se ejecutaba en una tira que después podía pasarse con facilidad al papel pautado” 29 elocuente lenguaje de los hechos, elevaba a mi alma a la contemplación de sus arcanos, y era la sabia maestra de mis estudios”.37 Acompañado de sus libros, su telescopio y su interés por la investigación transcurre su infancia y su primera juventud, su interés por el conocimiento lo llevan a viajar durante largas temporadas por el viejo continente, fue en ésta época de su vida en la que escribió sus primeras y más conocidas obras en las que plasma su “pensamiento utópico”38, así como su “pensamiento humanista” dentro del cual encontraremos su idea de lo femenino. Tanto “La Armonía del Universo”, como su “Catecismo de la Providencialidad del hombre”39 , además de ser sus obras más estudiadas y pertenecer a su etapa utópica, tienen como objetivo conducir al ser humano hacia la felicidad,ésta se puede alcanzar ya sea por medio de la “providencialidad” como lo afirma en su “Catecismo…”, o bien, por medio del conocimiento científico de la naturaleza y del universo como afirma en su obra “La armonía del universo”. En la segunda etapa de su pensamiento aún sigue latente su deseo por que el hombre alcance la felicidad, es así que explora una nueva vía para alcanzarla, ya no desde el plano utópico sino a través del análisis de todos los factores negativos que obstaculizan la llegada a la felicidad; a ésta segunda etapa la denominaremos “pensamiento filosófico político”, y la encontramos unos años más tarde en su Opúsculo titulado “Análisis de los males de México, y sus remedios 37 Apud. Emeterio Valverde Téllez. Crítica filosófica o Estudio biográfico y crítico de las obras de Filosofía escritas, traducidas o publicadas en México desde XVI hasta nuestros días (1904). 38 Nos apegamos a la concepción de “pensamiento utópico” proporcionada por María del Carmen Rovira , pues señala que : “(…) el pensamiento de Adorno, en este tema de moral individual y social, presenta interesantes matices de utopía, no entendida esta (…) como pensamiento que ofrece modelos imaginarios fuera de la realidad, sino como pensamiento que pretende dar una solución de carácter conceptual-utópico para acabar con la infelicidad del hombre individual y socialmente hablando y con la inoperancia de los gobiernos; calificamos dicha solución de utópica porque entre ella y la realidad histórica concreta a la que se refiere y pretende aplicarse, existe una total inadecuación. En Una aproximación a la historia de las ideas filosóficas en México. Siglo XIX y principios del XX. México, UNAM, 1997.1ra. Edición. pp.485. 39 Agrupado en <La Armonía del Universo>, el <Catecismo de la providencialidad del hombre> fue publicado por primera vez en 1848, sin embargo no se conoce ningún ejemplar de esta primera edición, se conoce tanto la 2da. Edición publicada en Londres en 1851, como una edición posterior publicada en México por la Tipografía de Juan de Abadiano en 1862, que será la edición consultada en el presente trabajo. 30 practicables”40; en este texto observamos la crítica que Nepomuceno hace a la situación económica y política en la que se encontraba la nación mexicana en aquel momento (1858); señala que hay una gran apatía política entre la mayoría de los ciudadanos, y cuando se ha llegado a participar activamente en la vida política de nuestro país ha sido para crear caos y confusión, porque México aunque ha experimentado diversos tipos de gobiernos después de su Independencia, ninguno de estos -llámese gobierno despótico o republicano- ha podido conducir al país hacia la felicidad, y esta carencia de felicidad ha sido únicamente atribuida a las malas formas de gobierno, sin embargo -nos dice Nepomuceno- cabe la posibilidad de que el malestar social no sólo dependa del mal ejercicio político, sino que para comprender este malestar se tienen que analizar también otros ámbitos que desde antaño habían sido problemáticos, como el ámbito económico y el educativo; afirma que nuestro país ha permanecido en un estado económico deplorable aún después de la Independencia y que desafortunadamente se ha prolongado hasta entrada la segunda mitad del siglo XIX por causa de que el gobierno ha mantenido a instituciones sociales inútiles como el ejército. De esta manera, podemos establecer dos momentos emblemáticos en el pensamiento filosófico de Adorno, por un lado , en su “Catecismo de la providencialidad del hombre” analizaremos su pensamiento utópico y humanista; por el otro, en su obra “Análisis de los males de México, y sus remedios practicables” publicada en 1858 nos muestra su pensamiento filosófico económico; ahora bien, ya sea por medio de la utopía o de su pensamiento crítico económico Adorno como Rovira afirma “ fue un pensador extremadamente sensible, receptivo de su contexto”, que buscó a través de sus obras una reivindicación de la humanidad. Regresando a sus datos biográficos, sabemos que en 1873 viajó a Europa y dos años después en 1875 impartió algunas conferencias sobre “Providencialidad” en el 40 Obra publicada por primera vez en 1858. Sin embargo nos gustaría señalar que en la segunda reimpresión (publicada por CONACULTA en 2008), específicamente en el Prólogo escrito por Carlos Illades se ubica la publicación del “Catecismo de la Providencialidad del hombre” como una obra posterior a su opúsculo “Análisis de los males de México y sus remedios practicables”. 31 Ateneo de Barcelona; en 1882 escribió una segunda parte de su obra “La Armonía del Universo”. Aunque tuvo una gran admiración por otras naciones, siempre buscó a través de sus obras el progreso de nuestro país41. Por último podemos señalar que falleció en México en 1880. Adorno tuvo diversos intereses intelectuales a lo largo de su vida, que van de la geografía a la astronomía, de la música a la pintura y de la filosofía a la teología, sin embargo, podemos establecer que los temas centrales en su obra filosófica fueron la concepción del universo, de la naturaleza, del hombre y de la mujer, aunque la concepción de la mujer es el eje central en la presente investigación, no obstante, también podemos señalar que en su obra se encuentran temas por demás interesantes como el libre albedrío, la presencia divina y un agudo análisis político de su contexto42. Rovira en su obra “Una Aproximación a la Historia de la Filosofía en México (…)”, lo describe como panteísta, preocupado por el hombre y la felicidad, de pensamiento utópico y con influencias krausistas.43 41 Podemos observar en las obras de Nepomuceno un interés constante por el progreso de nuestro país: “Sea la raza anglosajona fuerte y feliz en el Norte, con sus inmensas llanuras, y sus selvas prodigiosas regadas por la magnífica red de navegables y profundos ríos. Cruce sus anchurosa planicie con cien ferro-carriles, y llenen sus puertos hermosos bajeles. Yo hago un voto sincero por su felicidad; pero deje a nuestra raza, este bello y elevado país, con sus torrentes y sus grandiosos conos donde brilla la perpetua nieve. Repártanse ambas razas la emigración del mundo, ellas se afirmarán en sus naturales elementos; y si la anglosajona impulsare el progreso con los resortes de positivismo, quepa á la latina el impulsarlo con el elemento omnipotente de las ideas.” Análisis de los Males de México, y sus remedios practicables. pp. 166. 42 La vida de Adorno transcurre en medio de los más abruptos cambios históricos que le han tocado vivir al país; la post-independencia, el primer y segundo imperio, la “pérdida” de parte de nuestro territorio, la guerra contra los Estados Unidos en 1846, y un año más tarde (1847) la ocupación americana de la Ciudad de México, enemigos con los que se prolongo la guerra un año más, y que finalizó con la firma del Tratado de Paz entre México y la nación vecina en 1848 - cabe recordar que en ese mismo año Nepomuceno escribe una de sus más grandes obras “Catecismo de la Providencialidad del hombre” muy probablemente el pensamiento utópico de esta obra refleja el anhelo del autor de que el país alcanzara la felicidad y la paz. Años más tarde en 1867 le toca presenciar el triunfo del partido liberal con la consolidación leyes de Reforma, y para la última etapa de su vida el contexto esta permeado por los albores del Positivismo. 43 Me llama la atención que en la obra de Antolín Sánchez Cuervo. Krausismo en México, no se aborde el pensamiento de Nepomuceno Adorno, como parte de esta corriente filosófica. 32 Para trasladarnosal tema central de la presente investigación, es decir, la idea de lo femenino según Adorno, es necesario en primera instancia abordar su “pensamiento utópico”, es así que comenzaremos con su “Catecismo de la providencialidad del hombre”, en esta obra Nepomuceno comienza definiendo la “Providencialidad” como la búsqueda de la verdad, el orden y el progreso tanto físico como moral, para llegar a ella existen tres vías, la primera es la felicidad, la segunda el cultivo y mejoría del planeta que habita, y la tercera es la verdad, esta última concebida como el modo de adorar a Dios. La “Providencialidad” aunque es algo innato en el hombre, se tiene que despertar ya sea por medio de la razón, o bien, por medio del instinto. El hombre tiene que desarrollar y cultivar tanto las necesidades físicas como las morales, por un lado la naturaleza está constituida por las leyes del universo y pertenece al orden de las necesidades físicas; mientras que el intuitismo que es el instinto espiritual que conduce al hombre hacia el libre albedrío pertenece al plano de las necesidades morales; en relación a este último tema, el libre albedrío44, Nepomuceno se pregunta, si el hombre tiene la capacidad de elegir libremente, por qué es desgraciado, a lo que responde que los actos del hombre aunque dependen de su libre albedrío, el hombre suele hacer un mal manejo del mismo, por ende suele caer en excesos; de ahí que el hombre tenga la tarea de reivindicar sus actos, para ello debe tener en cuenta que la sabiduría y la civilización son medios para ejercer su libre albedrío, y de esta manera acercarse a Dios y por ende a la “providencialidad”, el ser humano al seguir el camino de la sabiduría y la civilización disminuirá su desdicha, estará en el camino de alcanzar la felicidad. De estas consideraciones se desprende una de las tesis centrales del pensamiento de Adorno: la educación es la vía para que el hombre alcance la sabiduría y la civilización , y con ello pueda dirigir sus pasos hacia la “providencialidad”, es decir 44 En relación a este tema me parece interesante citar aunque brevemente la crítica que Emeterio Valverde Téllez realiza al concepto de libre albedrío de Adorno; según Valverde el concepto de libre albedrío que Adorno propone es contrario a los conceptos católicos de Dios, mundo y hombre, en el sentido que la libre elección –según Valverde- es un consecuente y nunca un antecedente en los actos humanos. Véase. Op.cit. pp.493 y ss. 33 hacia la verdad, el orden y progreso físico y moral del hombre; es así que Adorno propone la educación como columna vertebral en la vida del hombre, de esta afirmación se comprende por qué nuestro autor se encuentra preocupado por la educación que se imparte “en los últimos tiempos, ha degenerado (…), tratando de introducir por estandarte de la ciencia, una especie de culto a la riqueza como el germen absoluto del bien, y sin embargo, el instinto espiritual y moral subsiste. Diré más, se ha tratado de dar un carácter proverbial de positivismo al placer y la moral subsiste aún. En fin el mismo ateo muy frecuentemente se aplaude de ejercer la moral sin que para ello lo induzcan las creencias religiosas.”45Esta preocupación de Adorno por la educación permanecerá latente aún una década más tarde en su Opúsculo ya citado, obra en la que, si bien deja de lado su visión “providencialista”, corrobora la necesidad que tiene nuestro país de una educación adecuada, al respecto nos dice lo siguiente: “En todos los países se cifra la esperanza en la educación, porque siempre observa la mente filosófica mil males en la sociedad, que solo pueden desaparecer con el transcurso de las generaciones mejor educadas. Pero la necesidad imperiosa de una educación popular, es mucho más apremiante en un país minado por la guerra civil, prolongada, como la nuestra, hasta el espantoso límite de la barbarie. En tan funesta situación, un gobierno previsor debe dirigir de preferencia a sus ciudadanos hacia la curación de los males, adunado indisolublemente con la promoción de los bienes. He aquí como la educación viene á tener su indisputable importancia.”46 Como podemos observar, Adorno considera de suma importancia la educación, pues -como ahondaremos más adelante- es por medio de ésta que el hombre puede llegar a la felicidad y con ella a la “providencialidad”. Regresando a su “Catecismo…”, Nepomuceno contempla cuatro aspectos de bien y mal (físico, moral, intelectual y social), concibe al bien como satisfacción y al mal como necesidad, apetito y dolor. En la primera clasificación del bien y del mal, en el aspecto físico, nuestro autor considera que las necesidades físicas pueden ser, tanto 45 Catecismo de la providencialidad del hombre.pp.15 46 Los males de México y sus remedios practicables, cabe señalar que nuestro país entre 1851 y 1861 se encontró en una lucha por el poder. pp. 158-159. 34 vitales como la alimentación; como aquellas que se pueden aplazar como la diversión, el placer o la concupiscencia. El dolor no es un mal en sí mismo porque provoca sensibilidad47, pero ¿qué es lo que nuestro autor entiende por placer?, es aquello que hace agradable la vida, siempre y cuando no se caiga en el abuso y siga las leyes naturales para conservar la especie, el placer evita las enfermedades, y cuando no cae en el exceso puede llegar a conducir la vida del hombre a la verdadera civilización que consiste en hacer del hombre un ser robusto, sano, vigoroso de cuerpo y alma, sin enfermedades 48. En relación a este tema de la verdadera civilización, Nepomuceno tiene una postura sui generis, por un lado critica tajantemente la esclavitud, por el otro resalta los atributos del hombre europeo. En relación a la instrucción, la ciencia y la verdad -visualizadas como un camino para llegar a la felicidad- considera que todos los seres humanos están en igualdad de circunstancias en tanto que pueden aspirar a ella, en su “Catecismo …” señala: “Todos ante Dios dignos de conocer y de poseér la verdad, la instrucción y la virtud y consecuentemente la felicidad (…)todos tienen derecho a espresar y publicar sus opiniones”, aquí encontramos un rasgo de su pensamiento humanista en el que plasma su defensa de los derechos naturales, pues afirma que el principio de libertad e igualdad es indispensable para el progreso de la sociedad y esto se obtendrá a través de una buena educación, así como “En los países donde la civilización se halla más adelantada y la raza es compacta y homogénea, parece que solo se necesita que los hombres conozcan su Providencialidad, y comiencen a practicar las eminentes virtudes de esta cualidad inherente de su ser, para que rápidamente se dirijan hacia la felicidad social(...)pero en los países donde ecsisten razas heterogéneas, y principalmente donde la esclavitud aumenta la dificultad de amalgamarse los blancos y la gente de color, necesariamente debe retardarse mucho más el logro de tan anhelado fin. (…)”49. El pensamiento de Adorno se torna sui 47 “La sensibilidad de los mexicanos es bien conocida, y si alguna cosa se puede desear es solo el modelarla y reducirla á sus límites, útiles y prudentes.” Ibid. Pág.162. 48 pp.78. 49 Resulta interesante destacar el interés de Adorno por jerarquizar las razas en superiores e inferiores; así mismo no podemos dejar de señalar su constante lucha por el respeto a la humanidad. 35 generis no sólo al plasmar el respeto a los derechos naturales como medio para alcanzar el progreso y con ello la “providencialidad”; sino que consideramos que el “amalgamiento de razas” que él propone fue un pensamiento
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