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La-idea-de-lo-femenino-en-Mexico-en-el-Siglo-XIX

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
 
FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
La idea de lo femenino en México en el siglo XIX. 
Tesis para obtener el grado de Licenciado en Filosofía 
Marina Guadalupe Hernández Aquino 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Asesora: Dra. María del Carmen Rovira Gaspar 
 
 
 
 
Febrero, 2014 
 
 
 
 
 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
 
 
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AGRADECIMIENTOS 
 
 
A la Dra. María del Carmen Rovira por estos años de compartir su conocimiento 
conmigo, por sus estrictas observaciones, por su paciencia y apoyo, y sobre todo por 
transmitirme su amor por la investigación filosófica. 
 A Emilio por mostrarme la belleza de las cosas más elementales de la vida como el 
amor, la paciencia, la curiosidad, y sobre todo, gracias por la gran felicidad que su 
existencia misma me proporciona. 
 A Jorge por emprender conmigo la aventura de ser padres. 
 A mis padres por demostrarme día a día con su ayuda, confianza y tolerancia su 
amor incondicional, gracias porque sé que mis logros son sus logros, y sé que sin su 
infinito apoyo no hubiera podido dar este paso tan importante en mi vida. 
 A mis hermanas y hermanos por estar siempre a mi lado, porque sé que si tropiezo 
no me dejarán caer y si me caigo están siempre dispuestos a ayudarme a levantar y 
seguir adelante. 
 A mis sobrinos y sobrinas por compartir conmigo sus aventuras y permitirme ser 
partícipe de las mismas. 
 A mis amigos y amigas por compartir su vida conmigo. 
 A mis amigas(os)-compañeras(os) de trabajo por enseñarme la importancia de la 
solidaridad y la confianza. 
 A mis estimadas(os) alumnas(os) por transmitirme sus sueños, su alegría, su 
vitalidad y su curiosidad. 
 A Francisco Mancera por enseñarme nuevos horizontes. 
 Y sobre todo gracias a Dios por acompañarme a dar este paso tan importante en mi 
vida. 
 
 
 
 
3 
 
ÍNDICE 
 
 
 Introducción. 5 
PARTE I. Visión Masculina. 8 
 
 Cap. I La idea de lo femenino en la primera mitad del siglo XIX. 9 
 
a) José María Luís Mora 
1.1.1.1. Biografía 
1.1.1.2. Contexto político 
1.1.1.3. Pensamiento político 
1.1.1.4. Escuelas para mujeres 
1.1.1.5. Idea de lo femenino 
 
b) Juan Nepomuceno Adorno 28 
1.1.1.1. Biografía 
1.1.1.2. Contexto político 
1.1.1.3. Pensamiento filosófico 
1.1.1.4. Concepción de la mujer: 
 Casamiento 
 Divorcio 
 
 Cap. II. La idea de lo femenino en la segunda mitad del siglo XIX. 48 
 
a) Ignacio Ramírez 
1.1.1.1.1. Biografía 
1.1.1.1.2. Contexto político 
1.1.1.1.3. Pensamiento filosófico político. 
1.1.1.1.4. Educación de los más desprotegidos. 
1.1.1.1.5. La mujer como elemento indispensable en la conformación de la soberanía 
popular. 
 
b) Agustín Rivera y San Román 73 
1.1.1.1.1. Biografía 
1.1.1.1.2. Contexto político 
1.1.1.1.3. Lineamientos para la educación de la mujer 
1.1.1.1.4. De qué sirve la filosofía a la mujer 
 
 
 
 
 
4 
 
PARTE II. Visión Femenina (Autovisión) 88 
 
 Cap. III La reivindicación de la mujer. Sobre la naturaleza Femenina. 
 
a) Laureana Wright de Kleinhans 
1.1. Biografía 
1.2. Contexto político 
1.3. La mujer como miembro activo de la intelectualidad mexicana: 
 Mujeres notables mexicanas 
 La emancipación de la mujer por medio del estudio 
 Violetas del Anáhuac 
 
2. Conclusiones 115 
 
3. Apéndice 123 
 
4. Bibliografía 137 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
5 
 
1. INTRODUCCIÓN 
 
La presente investigación se centra en el análisis de la idea de lo femenino que filósofos 
mexicanos del siglo XIX tuvieron. Entre los pensadores que abordaron el tema se 
encuentran José María Luis Mora, Juan Nepomuceno Adorno, Ignacio Ramírez y 
Agustín Rivera y San Román. Así mismo consideré necesario separar la forma en que 
estos filósofos abordaron el tema y quise mostrar también cómo la propia mujer luchó 
por su reivindicación social y política. De aquí que en la segunda parte, en la visión 
femenina, presento el pensamiento de Laureana Wright de Kleinhans mismo que 
constituyó una pieza clave para lograr la reivindicación de la mujer en nuestro país. 
 El tema de la mujer me interesó desde hace ya varios años, 
específicamente me interesó a partir de la realización de mi servicio social bajo la 
dirección de la Dra. Rovira. En aquel momento mi tarea consistía en localizar, recopilar 
y reproducir artículos periodísticos en torno a las “Polémicas filosóficas en el siglo XIX en 
México”, aquella labor fue por demás interesante, pues en aquellas publicaciones además 
de tener un acercamiento de primera mano de la vida intelectual y cotidiana de esa 
época, me percate que constantemente se publicaban artículos en torno al tema de la 
mujer, dato que me saltó a la vista, pues tenía entendido que el movimiento feminista en 
nuestro país se había gestado a partir de la década de los sesenta del siglo XX. Sin 
embargo, al encontrarme con artículos que enfatizarán la necesidad de educar a la 
mujer, y otros que se oponían a su participación social, se despertó mi interés por 
investigar esta temática. Poder delimitar el tema y el material fue una tarea ardua, pero 
opté por centrarme en la idea de lo femenino en pensadores que tuvieran una 
producción intelectual más consolidada, también me resultó de suma importancia 
presentar su perspectiva en torno a este tema, pues en esta investigación se da a conocer 
un aspecto de estos autores poco o nada estudiados. En cuanto al pensamiento de 
intelectual Laureana Wright, tengo la certeza de que sus textos mismos hablan por sí 
 
 
6 
 
solos, y que su aportación para rehabilitación social y política de la mujer en nuestro 
país es invaluable. 
 De igual manera, me gustaría resaltar, en primer lugar que el problema de la 
mujer no sólo se torna interesante en cuanto a su aportación parala historia de la 
filosofía en México, sino que es un tema de actualidad, muestra de ello son los 
departamentos de estudios de género en serias instituciones. 
 En segundo lugar tuve como objetivo la rehabilitación social de la mujer 
mexicana, siendo necesario el reconocimiento y la difusión de estas ideas para 
contribuir y alcanzar este fin. 
 En tercer lugar me gustaría aclarar que en la presente investigación no se 
pretende abordar el tema del feminismo, pues como tal, el término feminismo se 
empezó a utilizar en nuestro país hasta 1905, sino que por el contrario los objetivos son 
rescatar, conocer, revalorar y difundir el pensamiento de los filósofos mexicanos que 
abordaron el tema y la lucha que Laureana mantuvo en nuestro país. 
 Me pareció importante abordar la temática de la mujer en autores que han 
sido investigados desde un enfoque político, filosófico e histórico, como la obra de 
José María Luis Mora o la de Ignacio Ramírez, presentando su proyecto de nación 
radical cada uno para su momento, sin embargo en esta ocasión se muestra su 
pensamiento desde una perspectiva diferente, podremos ver cómo en torno al el tema de 
la mujer su pensamiento se presenta con desenvolvimiento y sensibilidad, rasgos que 
son dignos de admiración, pues sus ideas a favor de la reivindicación femenina eran muy 
adelantadas para su época. De igual manera me detuve a analizar la idea de lo femenino 
de uno de los autores más interesantes del siglo XIX Juan Nepomuceno Adorno quien en 
su utopía, Catecismo de la providencialidad del hombre, presenta ideas sumamente 
innovadoras como la igualdad de derechos ente ambos sexos y el dominio de la “alcoba 
nupcial”. Por último, encontraremos la obra del presbítero Agustín Rivera y San Román 
quién abordó el tema en la última década del siglo XIX, teniendo como objetivo 
encontrar la mejor manera de educar a la mujer. 
 
 
7 
 
 Como anteriormente señalé en esta ocasión se tuvo que delimitar la 
investigación, sin embargo no dudo que exista más material por investigar, pues el 
interés por el tema ya sea buscando la reivindicación de la mujer u oponiéndose a ella 
estuvo presente durante el siglo XIX y principios del XX, muestra de ello es la idea de lo 
femenino en autores como Lucas Alamán, José María Vigil, Luis E. Ruíz y muy 
especialmente Horacio Barreda. Y en cuanto a la visión femenina existe un extenso 
material en periódicos y revistas escritas por hombres para las mujeres y otras más 
hechas por y para mujeres. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
8 
 
I. Visión Masculina 
 
 
Al hacer una investigación sobre la idea de lo femenino en el siglo XIX en México, nos 
encontramos con una gran diversidad de opiniones relacionadas con el tema, de tal 
manera resulta necesaria una clasificación de los mismos; de ahí que prefiero en 
primera instancia dividir mi investigación en dos partes o visiones, una visión 
masculina y una visión femenina. Para llevar a cabo la primera parte de la tarea es 
necesario contemplar la obra de aquellos mexicanos que dedicaron parte de sus 
estudios a dicho tema, entre otros, podemos mencionar a Juan Nepomuceno Adorno, 
Ignacio Ramírez y Agustín Rivera, sin embargo no podemos dejar de abordar el 
pensamiento de José María Luis Mora quien al proponer la creación de las escuelas para 
mujeres es el primer punto de referencia del presente estudio. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
9 
 
CAPITULO I. La idea de lo femenino en la primera mitad del siglo XIX. 
 
a) José María Luis Mora. 
 José María Luis Mora, filósofo, historiador y político, plasmó en sus obras la eminente 
necesidad de una transformación social que permitiera un progreso en el país, 
perseverante por naturaleza, no se conformó con una visión teórica y plana de su 
contexto y los problemas que este presentaba, sino que encamino su obra a la búsqueda 
de fundamentos útiles para lograr dicha trasformación. 
 Nació en Guanajuato en 1794, realizó sus primeros estudios en Querétaro, pero 
sus miras irían encaminadas hacia la ciudad de México, en el Colegio de San Ildefonso 
obtuvo el grado de bachiller en Artes en 1812 y seis años más tarde el de bachiller en 
Teología, en 1820 obtendría el grado de Doctor en Teología y el título de abogado por la 
Real y Pontificia Universidad de México. A pesar de haberse ordenado de clérigo pronto 
dejó el servicio religioso para encaminar sus pasos, primero hacia la docencia y 
posteriormente hacia la política, su interés político lo condujo a ocupar cargos en este 
campo, como Diputado al Congreso Federal 1833-1834 colaboró como consejero político 
de Valentín Gómez Farías quién a su vez fue en repetidas ocasiones vicepresidente en 
el Gobierno de Santa Anna; como veremos más adelante, es en este periodo en donde 
encontramos gran parte de la obra educativa de Mora, en 1823 escribe su célebre 
artículo “Pensamientos sueltos sobre educación pública” en el que manifiesta su 
preocupación por llevar a cabo una reestructuración de la educación en México. Un año 
más tarde, manifiesta la necesidad de establecer una educación laica en el país. Su 
interés por la historia lo conduce a escribir México y sus revoluciones, obra pilar para 
la historia de nuestro país y en la que se encuentra su concepción innovadora en relación 
al tema de la mujer. De igual manera Mora funda y colabora en diversas publicaciones 
periodísticas, entre las que podemos mencionar El Indicador de la Federación 
Mexicana y el Observador de la República Mexicana. Aunque perteneció a la logia 
 
 
10 
 
escocesa de los novenarios esto no lo eximió de hacer críticas al interior de la misma; 
Mora fue abiertamente oponente del Partido Conservador y del clero, fue representante 
del Partido del Progreso; su postura política liberal determinará su visión educativa. En 
1846, cuando en México dominan los liberales es nombrado ministro plenipotenciario 
en Inglaterra, finalmente falleció en París en 1850. 
 José María como consejero político de Valentín Gómez Farías1 impulsó 
trascendentes reformas políticas y educativas que pretendían cambiar el rumbo de 
nuestra historia, tomó como medio la educación y como fin el progreso, de aquí que 
propusiera diversas reformas educativas que colaboraran a conquistar dicho fin. En 
primer lugar el 21 de octubre de 1833 se expide la “Ley que crea la Dirección general de 
Instrucción Pública y suprime la Universidad Real y Pontificia de México nos dice en su Artículo 1. 
Se suprime la Universidad de México y se establece una Dirección general de Instrucción Pública para el 
 
1 En 1833 los conservadores apoyaron la candidatura a la presidencia de López de Santa Anna de la que 
resultó electo, pero una vez estando en el poder, Santa Anna se pasó al bando de los liberales y expulsó 
del país a algunos conservadores como Nicolás Bravo y a Bustamante. Como presidente de la República 
Santa Anna permaneció en varios intervalos que fueron desde 1833 a 1855 periodo durante el cual, ya 
sea por enfermedad o por compromisos políticos, alternó el poder con Valentín Gómez Farías quien a 
su vez apoyaba su toma de decisiones en el Doctor Mora. En 1847 Gómez Farías, por la falta de 
recursos para seguir repeliendo el avance de las tropas norteamericanas, expidió un decreto para 
vender los bienes del clero y así tener fondos para combatir a los EE.UU. Santa Anna que encabezaba la 
defensa, al quedarse sin fondos para continuar la lucha contra el país vecino, decide pedir una vez 
más el apoyo del Clero, sin embargo este ultimo apoya a Santa Anna a cambio de sustituir de su cargo 
de vicepresidente aGómez Farías, a pesar del préstamo y del dinero que se obtuvo con la venta de los 
bienes eclesiásticos, las tropas mexicanas se encontraban agotadas y en septiembre de 1847 fueron 
derrotadas. Los conservadores siempre manifestaron su descontento por las reformas liberales que 
Valentín -en colaboración con Mora- había realizado, como el cierre de la Universidad Pontificia, la 
desamortización de los bienes del Clero, la suspensión de los fueros del clero y de la milicia, las 
reformas educativas- así cuando Santa Anna le pide dinero al Clero para seguir combatiendo a los 
norteamericanos, los conservadores lo presionan para que se vuelva a pasar a su bando y lo obligan a 
expulsar del país a Gómez Farías. 
 
 
11 
 
distrito y territorios de la Federación”2 . Podemos advertir que, en el cierre de la Universidad 
Real y Pontificia, está presente el pensamiento del Doctor Mora quién calificó de inútil 
a esta institución, debido a que durante la Colonia no permitió la recepción de nuevos 
pensamientos filosóficos y esto provocó que permaneciera aislada enfocándose 
solamente en el estudio de la escolástica decadente sin permitir los nuevos estudios 
científicos y de filosofía moderna que a Mora le parecían de gran interés e importancia. 
“La Universidad se declaró inútil, irreformable y perniciosa; inútil porque en ella nada se enseñaba, 
nada se aprendía; porque los exámenes para los grados menores eran de pura forma y los de los grados 
mayores muy costosos y difíciles, capaces de matar a un hombre y no de calificarlo; irreformable porque 
toda reforma supone bases del antiguo establecimiento, y siendo las de la Universidad inútiles e 
inconducentes a su objeto, era indispensable hacerlas desaparecer sustituyéndolas por otras, supuesto lo 
cual no se trataba sino de mantener el nombre de Universidad, lo que tampoco podía hacerse, porque 
representando esta palabra en su acepción recibida, el conjunto de estatutos de esta antigua institución 
servirá de antecedente para reclamarlos de tal, uno a uno como vigentes, la Universidad fue también 
considerada perniciosa porque daría, como da lugar, a la pérdida de tiempo y a la disipación de los 
estudiantes de los Colegios que so pretexto de hacer sus cursos, se hallan la mayor parte del día fuera de 
estos establecimientos únicos en que se enseña y se aprende; se concluyo, pues, que era necesario suprimir 
la Universidad.”3 Vemos aquí la razón por la que a los ojos de Mora se tuvo que cerrar la 
Universidad Pontificia; ajustándonos al concepto que él tenía de Filosofía, concebida 
como un conocimiento útil, basto y universal que nos conduce a practicar la virtud, se 
debe dejar a un lado la filosofía especulativa, la filosofía escolástica decadente; la tarea 
de la filosofía -como señala en su artículo “Rasgo encomiástico de la filosofía”- 
consiste en regir la conducta moral y política del hombre y con ello provocar una 
transformación social, un progreso. “Aunque el estudio de la Filosofía sea tan recomendable y las 
 
2 Escuelas Laicas. Colección dirigida por Martín Luis Guzmán. México, Empresas editoriales, 1967. 
pp. 26-27. 
3 José María Luis Mora. Obras sueltas .p. 116 
 
 
12 
 
ventajas que de él resultan al hombre en toda la vida son de tal modo palpables que sólo podrá no 
sentirlas quien cerrare voluntariamente los ojos a la luz, todavía no obstante son muchos los que bien 
hallados con su ignorancia, o careciendo en los que han procurado instruirse, se empeñan en deprimir 
una ocupación tan honrosa al que la profesa, como útil a la humanidad.”4 
 Al preguntarnos ¿cómo es posible llegar al progreso? ¿Cómo se llega a una 
transformación social? Mora responde que es a través de la educación que el país podría 
llegar a dicho progreso, una educación que tenga como eje central la filosofía. Como 
señale anteriormente a nuestro autor le interesaba llevar a la práctica sus ideas 
educativas, consideró al igual que sus contemporáneos liberales que la educación sería 
la vía ideal para llegar al progreso tan esperado.5 Sin embargo la educación en aquellos 
momentos se encontraba casi en completa ruina, por un lado, porque la educación 
impartida por el Clero y apoyada por el “partido del retroceso” - como él los llamó- era 
perjudicial , a propósito de esto opina que “Las tendencias del Clero son perniciosas a la 
educación pública e impiden su difusión y mejoras; porque las masas mejor educadas tienden 
visiblemente a emanciparse del dominio sacerdotal en que han estado por tres siglos, y esta emancipación 
disminuye el poder que sobre ellas se ha ejercido y aún no acaba de perderse. Se quiere que la educación 
nacional sea la propiedad exclusiva de los ministros del culto y que esté toda basada sobre las reglas 
monásticas en traje y usos y habitudes; se quiere que las materias de enseñanza sean las de los claustros, 
disputas teológicas y escolásticas que han pasado de moda hace medio siglo y de las cuales hoy nadie se 
ocupa; y se rehúsa la enseñanza de los ramos antes desconocidos y de utilidad práctica, enseñanza sobre 
la cual deben formarse los hombres públicos de que hay tanta y tan grande falta en el país.”6. Este tipo 
de instituciones eclesiásticas encargadas de la educación, provocaron el declive de las 
 
4 “Rasgo encomiástico de la Filosofía” en op.cit. pp.605 
5 Mora estaba convencido que el progreso se estaba dando, sin embargo al país le faltaba recorrer un 
gran camino de luchas internas y externas como la guerra contra los Estados Unidos, aunado a las 
constantes luchas entre los liberales y conservadores. 
6 “Programa de los principios políticos que en México ha profesado el partido del progreso y, y de la manera con que una 
sección de este partido pretendió hacerlos en la Administración de 1833 a 1834”en Op.cit. p.53. 
 
 
13 
 
pocas instituciones que seguían en pie aún después de declarada la Independencia, pues 
aunque mal enseñaban, enseñaban algo y esto ya era ganancia,7 de aquí se desprende la 
reiterada necesidad qué Mora contempló, acabar con la educación colonial8 que estaba 
presente en la Universidad Pontificia y en los Colegios, a los que Mora nombro 
“Universidades bastardas” y afirmo que irremediablemente se tenían que suprimir. Se 
comprende que la educación ya no tiene que estar a cargo del Clero, sino a cargo del 
Gobierno, pero ¿qué tipo de gobierno?, Mora responde que es necesario instaurar un 
gobierno constitucional que al regirse por leyes progresistas cree ciudadanos libres, ya 
que “un gobierno absolutista crea esclavos no ciudadanos”, es de suma importancia un gobierno 
guiado por ideas progresistas, capaz de abolir cualquier obstáculo (llámese clero, 
milicia o instituciones educativas decadentes) que impida el progreso; la educación 
deberá ser laica, útil y servirá como punto de partida para que pueda darse 
transformación social. “Por lo que respecta a la importancia que otorgaba a la educación, Mora 
 
7 Nuestro autor contempla en este rango de instituciones educativas a las escuelas lancasterianas 
dirigidas por la Compañía del mismo nombre, esta compañía se estableció en México en 1823, su 
patrona fue la virgen María Santísima de Guadalupe, tenía como finalidad “proporcionar gratuitamente á la 
niñez y clases desvalidas de la educación primaria, por medio de escuelas establecidas á sus espensas (sic), y estenderla 
(sic) por la república.”; en estas instituciones divulgaba la educación básica a través de monitores que 
fungían como profesores, su “método de enseñanza en las escuelas de la Compañía será el SISTEMA MUTUO Y 
SIMULTANEO, con las reformas generales que la experiencia haya acreditado, ó recomiende en lo sucesivo: y las 
mejoras, economía de tiempo, y brevedaden la instrucción que adopte la sociedad para la instrucción primaria popular.” 
Esta Compañía tenía escuelas tanto para niños como para niñas, en las que se impartían gratuitamente 
sobre todo las primeras letras, “Art. 70. En las escuelas de varones, se enseñará a los niños lectura, escritura, 
aritmética elemental, compendio de Gramática castellana, moral y urbanidad, los catecismos histórico y religioso, y la 
cartilla social. Art. 71. En las de mujeres, se les enseñará igualmente á leer, escribir, contar, catecismo de doctrina 
cristiana, máxima de buena educación respectivas á su sexo, urbanidad, y las clases de costura de que trata el reglamento 
particular de las escuelas.” Mora reconoció la importancia de estas instituciones y las aportaciones que 
realizaron a la educación, sin embargo no estuvo de acuerdo en fueran instituciones privadas que 
fueran dirigidas y sostenidas por el Estado constitucional, como podremos ver más delante de nuestra 
investigación. Reglamento de la Compañía Lancasteriana de México. México, Imprenta de Vicente 
G. Torres, 1842. 
8 “Los conservadores sostenían el derecho de su aliado, el clero católico, a impartir enseñanza confesional a la niñez y a 
orientar la educación superior, profesional y universitaria conforme a sus ideas y doctrinas; en otras palabras, 
reivindican para sí la prerrogativa de encarcelar el pensamiento, las aspiraciones y el futuro de la juventud mexicana 
dentro de los dogmas católicos, maniatándola así con disciplinas atentatorias de las más elementales libertades, par a 
luego utilizarla en las finalidades políticas de retroceso y deslealtad a donde llegaron.” Escuelas Laicas. p.8 
 
 
14 
 
coincidía con Alamán, pero iba más lejos que éste al demandar que dada la trascendencia de la función 
educativa en la formación de las nuevas generaciones, debería ser organizada y controlada por el 
Estado, porque solamente así podría imponérsele la filosofía propia del Estado mexicano, y protegerla 
de las acechanzas de los diversos grupos que trataban de controlarla en provecho propio.” 9 El clero 
que hasta la Reforma Liberal de 1833 había controlado la educación, quedaría 
sustituido por la educación progresista que el nuevo estado constitucional estableciera, 
una educación de las clases populares que permitiera la libertad de expresión, la 
educación de la mujer y la educación laica.10 A propósito de la educación de las masas 
Mora declara lo siguiente: “El elemento más necesario para prosperidad de un pueblo es el buen uso 
y ejercicio de su razón, que no se logra sino por la educación de las masas (…) La oligarquía es el régimen 
inevitable de un pueblo ignorante en el cual no hay o no puede haber monarca.”11 
 Defensor de la libertad civil, Mora se preocupa por la forma de gobierno, le 
teme a un gobierno despótico, pues al momento de gobernar se debe tener en una 
posición objetiva, neutral; como es sabido en México -aunque después de la 
Independencia se implantó un gobierno monárquico; y posteriormente, un gobierno 
republicano- se seguía con el tipo de gobierno colonial debido a que no se había tenido 
la experiencia de gobernar. 12 Uno de los objetivos de la educación impartida por el 
gobierno constitucional, sería la difusión de teorías científicas y prácticas que fueran 
útiles en la vida del hombre, tarea que debía comenzar por una revisión y reformulación 
de los planes de estudio, tanto los de la educación básica como los de la educación 
 
9 Solana, Fernando et al. Historia de la Educación pública en México .F.C.E- SEP. México, 1999. pp.19. 
10La idea de una educación laica aparece desde el pensamiento educacional del Dr. Mora, sin embargo 
se estableció formalmente años más tarde con las Leyes de Reforma en 1867. 
11 José María Luis Mora. op.cit. p. 110. 
12 En relación al cuestionamiento de cuál es el mejor tipo de gobierno, Mora señala que es el gobierno 
constitucional, ya que bajo este régimen “los excesos en el poder podían controlarse por la Constitución y 
necesario respeto a ella”, partiendo de esta premisa hace una crítica a los constantes cambios que sufre la 
Constitución, señala que el afán tanto de los liberales como del grupo conservador por cambiar la 
Carta Magna ha provocado que nuestro país se desvíe de la felicidad. 
 
 
15 
 
Media Superior, sus “Pensamientos sueltos sobre educación pública” y “Los Principios de la 
Reforma Educativa”13 son muestra de ello. 
 Aunque la reforma educativa de 1833 llevada a cabo por Gómez Farías y 
promovida por Mora, fue apoyada por casi todas las clases sociales; y a pesar de que el 
clero se opuso a popularizar la educación, Lucas Alamán -jefe del partido conservador- 
apoyó esta medida. La reforma educativa consistió en la creación de la Dirección 
General de Instrucción Pública, el paso de la educación a manos del gobierno -como se 
ha venido señalando-, la supresión de la Universidad Real y Pontificia de México, la 
aceptación de libertad de enseñanza, la creación de seis establecimientos de 
Instrucción Publica en el Distrito Federal14, la difusión de la educación primaria entre la 
masa del pueblo15, de igual forma se dictó la ley para la creación de la Biblioteca 
Nacional y la creación de museos, por último el acontecimiento de mayor relevancia 
para la presente investigación, se dictaminó la creación de escuelas normales para 
mujeres, reforma que quedó establecida en la “Ley que establece las escuelas normales, de 26 de 
octubre de 1833. Numero 1271. Articulo 1. Se establece una Escuela Normal para los que se destinen a la 
enseñanza Primaria. 2. Se establecerá, igualmente, otra de la misma clase para la enseñanza primaria de 
mujeres.”16 Mora, como buen liberal, reconoce la importancia que tiene la educación de las 
mujeres; sin la educación de las mismas el país no podría llegar al progreso necesario 
porque “Nada es más importante para un Estado que la instrucción de la juventud”, por esta razón 
 
13 A propósito la abolición de lo inútil que pudiera tener la educación, Mora establece que esta se debe 
difundir entre las masas y estar acorde con las necesidades sociales, nos dice: “La comisión partió de esta 
exigencia social, que hoy nadie pone en cuestión, y se fijó en tres principios: primero, destruir cuanto era de inútil o 
perjudicial a la educación y enseñanza; segundo, establecer ésta en conformidad con las necesidades determinadas por el 
nuevo estado social, y tercero, difundir entre las masa los medios más precisos e indispensables de aprender”. En 
Escuelas Laicas. p.48. 
14 Estos seis establecimientos estaban divididos por áreas: Estudios preparatorios, Estudios 
ideológicos y humanidades, Ciencias físicos y matemáticas, ciencias médicas, jurisprudencia, y por 
último el establecimiento dedicado a ciencias eclesiásticas. 
15 “Educación primaria para las masas. Este ramo era el favorito del gobierno del señor Farías, y justamente, porque la 
mejora de las masas en todas partes es urgente, lo era y lo es mucho más en México, en razón de que, bien o mal, de una 
manera o de otra, ellas hacen o influyen de un modo muy directo en la confección de las leyes” Ibid. p.52 
16 Ibid. pp. 39 
 
 
16 
 
contempla la necesidad de popularizar la educación, expandiéndola tanto al sexo 
masculino como al femenino, pero nos preguntamos ¿por qué se tiene que popularizar la 
educación?, porque a los ojos de Mora es indispensable saber leer, escribir y nutrir la 
razón para poder entender las Leyes, de qué manera se podría establecer una República 
Constitucional, sino a partir del pleno entendimiento de las leyes, porque “Un individuo 
dotado de un regular talento será siempre un déspota, que gobernará a su salvo a un puñado de hombres 
que no tienen voluntad propia, ni soncapaces de juzgar las cosas por sí mismos.”17 
 José María Luis Mora en relación al tema educativo señaló desde 1824 la 
necesidad de una educación laica y popular18, que sirviera como herramienta para 
evitar un gobierno oligárquico, porque en un pueblo ignorante este tipo de gobierno es 
inevitable, mientras que “En el sistema republicano, más que en otros, es de necesidad absoluta 
proteger y fomentar la educación; éste requiere para subsistir mejores y más puras costumbres, y es más 
perfecto cuando los ciudadanos poseen en alto grado todas las virtudes morales; así el interés general 
exige que leyes sabias remuevan los obstáculos que impiden la circulación de las luces. La mano 
protectora de un gobierno benéfico debe extenderse sobre la gran familia que ha puesto en sus manos el 
bienestar común, debe penetrarse ya que para la felicidad de todos es indispensable esparcir hasta la más 
pequeña choza los rayos de luz que vivifican el espíritu.”19 Podemos observar la importancia que 
Mora le otorga a las costumbres y a las virtudes morales, pues desde su perspectiva, el 
sistema republicano se podrá establecer mejor sí la educación promueve tanto la 
difusión de las luces como una mejoría en las costumbres sociales, rasgo que 
abordaremos en unos momentos. 
 Recapitulemos, por un lado, Mora reconoció el trabajo de las escuelas 
lancasterianas, por el otro, afirma que las clases privilegiadas tuvieron acceso a la 
 
17José María Luis Mora. Pensamientos sueltos sobre educación pública en op.cit. .p.521. 
18 “…su influencia ideológica no terminó con su vida, sino que fincó los postulados fundamentales del partido liberal que 
más tarde plasmaría sus aspiraciones en la Constitución de 1857 y en las Leyes de Reforma dictadas por el Presidente 
Juárez” Escuelas laicas. pp. 41. 
19José María Luis Mora. Pensamientos sueltos sobre educación pública en op.cit. p.520. 
 
 
17 
 
educación gracias a su fortuna, ya que “El pueblo mexicano, cuya juventud no había recibido 
notables adelantos de educación y enseñanza en los establecimientos públicos por los motivos indicados; 
los recibió y continúa recibiendo muy grandes en los pupilajes o pensiones de los particulares. Estas 
casas de educación, libres de los obstáculos y resistencias que opone la rutina a todo género de mejoras, 
han podido ensayar y establecer con más libertad y éxito más seguro, los nuevos métodos de educación y 
enseñanza, que encuentran resistencias tan formidables en los establecimientos públicos. Las pensiones, 
bastante comunes en Europa, eran en México casi desconocidas; había pupilajes es verdad, pero solo 
para la enseñanza de primeras letras, y no como lo son actualmente estos establecimientos. Desde el 
año de 1824 los mexicanos y una multitud de institutores e institutrices franceses comenzaron a 
establecerlos, y desde entonces hasta hoy las pensiones han ido constantemente en progreso por su 
número y perfección. En la ciudad de México y en las capitales de los Estados se han creado muchas, y 
más o menos en todas ellas se han ensayado los nuevos métodos, con éxito siempre favorable a la 
juventud de ambos sexos, que por su posición social se halla en estado de recibir una educación más 
cuidada. Esto ha ido insensiblemente desterrando los vicios de la antigua educación, preparando los 
elementos de una clase media, que quedará formada en la próxima generación y que hace tanta falta en 
la presente.”20 En cuanto a este tipo de educación privada, Mora no olvidando la 
disparidad económica y social en la que se encontraba el país, y reconociendo que la 
educación entre las clases populares era casi nula, propone que “Los niños y niñas que 
merezcan, por su pobreza, ser socorridos con útiles necesarios para asistir a la escuela, lo serán a 
discreción de la Dirección misma y previo informe del inspector”21, es decir que la educación no 
 
20 “Mejora del estado moral de las clases populares, por la destrucción del monopolio del clero en la educación pública, 
por la difusión de los medios de aprender y la inculcación de los deberes sociales, por la formación de museos, 
conservatorios de arte y por la creación de los establecimientos de enseñanza para ala literatura clásica, de las ciencias y 
la moral”. en op.cit. p. 113 y ss 
21 Cabe señalar que en el México post- independentista existía un gran contraste social, mientras el 
68% de la población vivía con un ingreso promedio de 50 pesos al año, el 22% con un ingreso de 50 a 
300 pesos anuales, y sólo el 10% de la población tenía ingresos ilimitados. 
 
 
18 
 
sólo tenía que estar a cargo del gobierno sino que éste último tenía que garantizar las 
condiciones necesarias para que las luces se pudieran difundir. 
 La aspiración de Mora de trasladar sus ideas progresistas al plano práctico no 
cesó a lo largo de su vida, y partiendo de la premisa de que el liberalismo desde sus 
inicios busca una educación que haga “felices a las naciones y promueva su prosperidad”, 
propone la creación de las Escuelas para la enseñanza primaria para mujeres, desde su 
perspectiva, la mujer en la medida que esté mejor educada tendrá más herramientas para 
ser una mejor ciudadana. Es prudente señalar que aunque en el pensamiento de nuestro 
autor no aparece de manera explícita la búsqueda de la ciudadanía para la mujer, como 
lo veremos más claramente en el pensamiento liberal de Ignacio Ramírez (tema que 
abordare a detalle más adelante ); consideramos que sí aparece de manera implícita, 
pues en sus comentarios se vislumbra el deseo de que la mujer esté presente en el plano 
público, recordemos que un gobierno constitucional como el que él anhelaba está 
formado por ciudadanos pensantes que eligen su gobierno de manera consciente, libre y 
responsable, Mora no quería mujeres sin criterio que se dejarán manipular, sino 
ciudadanas que participarán en la formación de un gobierno constitucional, pues “Para 
sacudir un yugo no se requiere más que sentir; una carga pesada que agobia; pero para establecer el 
sistema que reemplace al duro despotismo es indispensable tener conocimientos de la ciencia social; para 
llevar a cabo la obra de la regeneración es preciso formar un espíritu público, es preciso grabar en el 
corazón de cada individuo que sus leyes deben respetarse como dogmas; en una palabra, es preciso que 
las luces se difundan al máximum posible.” 22, por ende si los conocimientos se tienen que 
difundir al máximo posible estos tienen que llegar a la mujer; si ésta recibiera una 
educación ilustrada comprendería la importancia de su presencia en el plano público, 
buscaría ser ciudadana, sabría aplicar las leyes y sobre todo entenderlas, porque si algún 
progreso se ha dado en este país - señala Mora- ha sido sobre todo en el bello sexo 
 
22 José María Luis Mora. Pensamientos sueltos sobre educación pública en op.cit. p. 522 
 
 
 
19 
 
porque “(…) el bello sexo en México en las clases superiores si no es un modelo acabado y perfecto de 
todas las virtudes domésticas, no lo es ciertamente del vicio y sin duda es uno de los elementos que 
derrama todo género de atractivos; lo elegante de sus trajes; el gusto por la elección de sus adornos; la 
gallardía de su talle y lo hermoso de sus formas, dan un interés considerable a todas las concurrencias 
públicas y privadas. Si aún se advierte alguna frivolidad en la conversación de las damas, y en algunas 
un cierto aire desdeñoso que las hace fastidiosas, esto es porque los hábitos de una mala educación no se 
borran sino con suma dificultad, y la de nuestras damas fue tan descuidada en la parte mental como mal 
dirigida en la que mira en las relaciones con el otro sexo, pues nada se omitió parainculcarla como un 
principio de decoro el desdén, que no merece otro nombre que el de desatención y falta de urbanidad; 
estas faltas , sin embargo, se hallan muy remediadas en la actual generación y serán del todo precavidas 
en la que se va formando, pues la educación actual de las niñas es más esmerada y bien dirigida.”23 Es 
importante detenernos a analizar esta cita, pues presenta matices que nos gustaría 
resaltar, en primer lugar, en el pensamiento de Mora abiertamente ilustrado, podemos 
ver el deseo de educar a la mujer para que pueda ser partícipe de la actividad social, así 
como entender la Constitución, para que pueda participar en actividades sociales y 
sobre todo que pueda tener una vida propia, independientemente al papel que se le 
había asignado sólo como esposa y madre, su objetivo y eje de su filosofía, es decir, la 
búsqueda del progreso del país. Consideramos que Mora reconoce la naturaleza 
femenina y habla de ella de manera muy favorable: “es uno de los elementos que derrama todo 
género de atractivos; lo elegante de sus trajes; el gusto por la elección de sus adornos; la gallardía de su 
talle y lo hermoso de sus formas, dan un interés considerable a todas las concurrencias públicas y 
privadas”, más sin embargo también se destaca su interés por fomentar en las mujeres 
una buena educación que si bien se ha descuidado, reconoce que “ la educación actual de las 
niñas es más esmerada y bien dirigida”, y para reafirmar este punto basta hacer hincapié en 
su propuesta para la creación de las Escuelas para mujeres .En segundo lugar, me 
 
23 José María Luis Mora. Obras completas. Vol. pp. 103-104 
 
 
20 
 
gustaría destacar que el gusto por la moda entre el sexo femenino fue una importación 
del Romanticismo que fue aumentando sobre todo después de la Independencia, como 
afirma Montserrat Galí: “En los años veinte la apertura comercial, uno de los más caros anhelos de 
los partidarios de la Independencia, propicio la llegada de objetos, muebles y adornos que vistieron y 
llenaron de lujo las otrora austeras habitaciones coloniales.”24,el gusto por la moda se difundió 
rápidamente en diversos ámbitos, ya que al “ángel del hogar” le correspondía vestirse a la 
moda y tener su santuario ad hoc, el interés estético de transformar las casas carentes de 
confort y belleza, en espacios feminizados, ya que las casas de finales del SXVII y 
principios del siglo XIX eran espacios muy abiertos, con grandes ventanales y puertas 
grandes que si bien su construcción estaba bien cimentada, en cuanto al gusto estético 
eran un desastre, inclusive algunos viajeros como Madame Calderón de la Barca lo 
señalan, sin embargo ya entrada la segunda mitad del S.XIX el hogar se convirtió en el 
lugar femenino por excelencia, las casas se empiezan a modificar y empiezan a 
construirse con mejor gusto, imitando las construcciones europeas, esta escisión entre 
la vida pública y la vida privada es una característica del Romanticismo pues la 
vanidad del hombre y de la mujer y su gusto por el arte europeo se fueron enfatizando 
conforme el siglo seguía avanzando, estas características constituyen un factor 
determinante para entender el desarrollo de la idea de lo femenino, pues “(…) a medida que 
transcurría el siglo aumentaba el cuidado y la decoración y en la comodidad de las casas. Dicho de otra 
manera, las mujeres se posesionaban cada vez más en el espacio doméstico, adaptándolo a las nuevas 
formas de vida, pero sobre todo feminizándolo. En el XVIII la casa era todavía un lugar semiabierto, 
semipúblico, en donde aún no dominaba el sentido de lo privado.” 25 Esta singular transformación 
de los espacios público y privado que se ve reflejado en las casas muestra como se fueron 
transformando las costumbres, tema que le pareció relevante a nuestro autor y en 1845 
escribió un artículo intitulado “Costumbres Mexicanas” en el que nos dice: “Se puede 
 
24 Montserrat Galí Boadella. Historias del bello sexo. La introducción del Romanticismo en México. 
UNAM, IIE, 2002. P.80 
25 Ibid. P. 77. 
 
 
21 
 
asegurar que la sociedad mexicana en su estado actual con un fondo de gravedad española y un 
esceso(sic) de refinamiento en sus modales, es una mezcla de costumbres de París, de Londres y de 
grandes ciudades de Italia; el mismo gusto en el trage(sic), en muebles suntuosos, en bailes, espectáculos, 
música y aun en la pintura, a pesar de hallarse en su infancia.”26 Aquí corroboramos su interés por 
el progreso no sólo en el plano intelectual sino en la vida cotidiana, él ve la necesidad de 
que las costumbres en la sociedad mexicana formen una sociedad más civilizada. En el 
plano práctico y en la búsqueda del progreso, existen varios puntos que podemos seguir 
analizando, pudimos ver que en el gusto por la moda se ve reflejada la escisión entre 
mundo público y privado, premisa que se fundamenta en la concepción romántica de 
la mujer como “ángel del hogar”, también podemos advertir que Mora al abordar el tema 
de las costumbres, aprecia los avances que la sociedad mexicana ha tenido en algunas 
costumbres, como la elegancia y el buen gusto; sin embargo en otros momentos crítica 
al sexo débil en cuanto a costumbres se refiere, “Las damas no se levantan para recibir ni 
despedir sino a las visitas que son de su sexo; siempre aguardan las de los hombres sentadas en el 
principal lugar, sea cual fuere la clase y dignidad del que se presenta: todos estos signos de aprecio y 
consideración son muy debidos: pero se hace muy de notar la falta de urbanidad comunísima en todas las 
ciudades de la República, por lo cual las damas dirigen y mantienen exclusivamente la conversación con 
sus compañeras en concurrencias de ambos sexos.”27, la crítica a la “falta de urbanidad”, la 
abordaremos de igual forma, más adelante en el pensamiento de Nepomuceno Adorno, 
por lo pronto en Mora está de más tratar justificarla pues es imprescindible su 
búsqueda del progreso, tanto en el ámbito público como en el privado. 
 Analicemos un punto que nos parece clave en relación con el progreso de las 
costumbres, me baso primordialmente en el hecho social de la conversación. En diversos 
textos Mora se empeña en que las damas deben mejorar su conversación, esta debe ser 
 
26 “Costumbres mexicanas”, Calendario de Ramírez, en Julia Tuñón, El Álbum de la mujer. México, 
INAH, Vol.III. 1991, p.200 
27 Ibid. p.201. 
 
 
22 
 
más abierta y no sólo estar ceñida a conversaciones entre mujeres, además reitera que: 
“Si aún se advierte alguna frivolidad en la conversación de las damas, y en algunas un cierto aire 
desdeñoso que las hace fastidiosas, esto es porque los hábitos de una mala educación no se borran sino 
con suma dificultad”. Aquí se abre otro punto importante en el estudio de las costumbres 
pues tanto el interés por la apertura de Escuelas para mujeres, como la mejoría en las 
conversaciones se puede comprender de la siguiente manera: “Desde el punto de vista 
cultural el aspecto más importante de las visitas, y ello vale también para las tertulias, era la 
conversación (…) en sí era considerada un arte, un arte perdido para nosotros pero todavía muy vivo en 
la primera mitad del siglo XIX. Un buen conversador era una pieza imprescindible en un salón o tertulia 
de prestigio. Una señorita que tuviera una conversación amena era una verdadera joya, socialmente 
hablando. Hemos llegado a la conclusión de que la Güera Rodríguez era apreciada no sólo por su 
belleza, sino sobre todo por su gracia como conversadora (…) una gran parte de las enseñanzas y de la 
transmisión de la cultura se efectuaba por esta vía. Dicho en otras palabras, en la primera mitad del 
siglo XIX la cultura teníatodavía un carácter eminentemente oral.”28 Para cerrar este apartado es 
necesario retomar los siguientes puntos: Mora consideró que, por un lado, el progreso 
tan anhelado se podía dar con una mejoría en la educación, aconsejo terminar con la 
educación que no enfocara todos los aspectos de la vida de la mujer; por otro lado, Mora 
al observar las costumbres sociales ve un estancamiento en las mismas y busca su 
progreso, porque si gran parte de la educación se transmitía de forma oral, las 
costumbres tenía que ir mejorando, las conversaciones se tenían que abrir a ambos 
sexos y con ello poder adquirir e intercambiar conocimiento, que mejor lugar que en las 
tertulias, visitas, paseos y lugares de reunión . 
 Encuentro el pensamiento de Mora vasto, abierto e innovador en relación a la 
idea de lo femenino ya que sus ideas contribuyeron favorablemente en el movimiento 
intelectual y cultural para la reivindicación de la mujer, que si bien se fue un proceso 
lento se fue gestando desde los inicios de aquel siglo se enfatizó en la segunda mitad del 
 
28 Montserrat Galí. Op.cit. p.113 
 
 
23 
 
siglo XIX. Resulta interesante ver como nuestro autor al concebir a la mujer como un 
ser que debe que formar parte de la civilidad y no sólo como una “fuente de atractivos 
fugaces”, su pensamiento se convierte en un punto de referencia necesario para la 
comprensión de los avances que durante el siglo decimonónico mexicano fue teniendo la 
concepción de la mujer, pues al verla como un elemento indispensable que debe formar 
parte del progreso de la nación, reconoce que “(…) las mejoras de su educación han tenido 
resultados muy favorables a la moralidad pública y han ministrado nuevos, más sólidos y puros 
atractivos a la sociabilidad mexicana. Ya las damas no se hacen apreciables precisamente por los 
atractivos fugaces de su hermosura, sino por la cultura de su entendimiento (…) como ya pueden 
proporcionarse otros goces que los de los devaneos amorosos, su vejez no estará cargada de aquel tedio 
que produce siempre la pérdida de los placeres que han sido únicos y la desesperación que causa la 
imposibilidad de proporcionarse otros.”29 
 Como señala Silvia Arrom en su obra “Las mujeres de la ciudad de México 
1790-1857”30, Mora confiaba que, en la medida que los planes de estudio que él propuso 
se aplicaran, la educación tendría un nuevo enfoque que cooperaría para progreso del 
país, de la misma manera, nuestro autor también apreció el avance que tuvo la 
educación femenil de su generación, esta al estar bien dirigida, puede cultivar el 
entendimiento, de esta manera las mujeres no se dejarían llevar sólo por frivolidades, 
sino que comprendió que las mujeres por sí mismas eran un elemento importante en la 
“moralidad pública”. Considero optimista el pensamiento de Mora al afirmar que la 
reestructuración de la educación femenina se podría llevar a cabo en una o dos 
 
29 José María. Obras completas. Vol. Pág. 104-105 
30 “Por ejemplo, el teórico liberal José María Luis Mora escribió en su Méjico y sus revoluciones que “el Bello Sexo 
en México” había progresado en forma considerable en la última generación. Si bien admitía que la enseñanza para las 
mujeres todavía dejaba algo que desear, afirmaba que era muy superior a la ofrecida durante el régimen colonial, cuando 
se “hallaba reducida a lo preciso para poder desempeñar las obligaciones domésticas”. Mora confiaba en que a medida que 
los planes de estudio se fueran empleando y “el gusto por la lectura” de las mujeres progresara, la nueva generación 
superaría la anterior. En realidad, a cada década el orgullo de los mexicanos por la educación femenina aumentaba, por lo 
menos en la capital, donde las oportunidades de educarse eran mayores que en la provincia.” Silvia Marina Arrom. 
Las mujeres de la ciudad de México 1790-1857. México, S. XXI. P.36 
 
 
24 
 
generaciones: “ En el día, la música , el dibujo, la lectura y las amistades que sobreviven a las gracias 
de la juventud y a la pérdida de la hermosura son para la edad avanzada de nuestras damas una fuente 
inagotable de placeres y si aún se dejan sentir algo los tristes resultados de la educación viciosa, es 
seguro que no pasarán de la generación presente, y que las virtudes propias del bello sexo ya muy 
adelantadas en México, recibirán su complemento en la futura.”31, si bien, no contempló que el 
trabajo que faltaba por realizar era arduo, sembró la semilla de la reestructuración en la 
educación de la mujer. 
 Entre las clases acomodadas -señala Mora- las mujeres tenían gusto por la música 
y la economía doméstica, pero había que despertarles el gusto por la lectura. “El gusto 
por la música instrumental y vocal, es una de las cosas más generalmente difundidas entre nuestras 
damas; son en el día no sólo conocidas sino ejecutadas con maestría y perfección en el piano las piezas 
más hermosas y difíciles de Rossini, Mozart, Bellini y otros célebres compositores.(…) la afición al dibujo 
y al estudio de las lenguas, no es todavía tan general en las mexicanas, no obstante se han hecho 
progresos que admiran, atendiendo al sistema de educación que precedió a la Independencia; de los 
conocimientos en el dibujo depende la perfección de ciertos ejercicios mujeriles, como el bordado, los 
tejidos de chaquira y otros que han recibido y todavía recibirán notables mejoras por el conocimiento del 
diseño. Menos generalizado está el estudio y conocimiento de los idiomas cultos de Europa, y esto 
proviene de que aunque progresa la afición a la lectura, todavía no se tiene como una ocupación 
necesaria e indispensable entre las mexicanas; sin embargo, el curso siempre creciente de la civilización, 
va dirigiendo las cosas allá y sus resultados no serán muy tardíos ni se harán esperar mucho.”32 Mora 
no desdeña la educación basada en la economía doméstica, como el bordado y el tejido; 
sin embargo, pretende que estas primeras enseñanzas tengan un fundamento más 
creativo, más artístico, busca una educación que supere el nivel técnico y alcance 
 
31 José María, Obras completas. p. 105. 
32 Mora, José María. México y sus revoluciones en Obras Completas. Vol. Pág.105. 
 
 
25 
 
conocimientos de disciplinas artísticas, como el diseño; del mismo modo la educación 
de la mujer debe contemplar también el aprendizaje de lenguas extranjeras. 
 Cabe destacar que el pensamiento de Mora- a diferencia de algunos de sus 
contemporáneos- fue abierto e innovador en relación al tema de la educación de las 
mujeres, gracias a su postura liberal, rompe con los esquemas conservadores que 
consideraban a la mujer como “un mueble en el hogar”, y le otorga un lugar privilegiado 
en la sociedad al señalar que si bien ha habido un avance en el país, este ha tenido lugar 
en la educación del bello sexo.33 Uno de sus contemporáneos y en muchos puntos 
oponentes de Mora fue Lucas Alamán, recordemos que en 1833 estuvo de acuerdo con 
Mora en la necesidad de popularizar la educación, sin embargo sólo contemplaba la 
educación varonil, no la femenil, basta citar la refutación que -el 26 de marzo de 1821- 
Leona Vicario le hace al comentario de Alamán quien afirma que las mujeres se dejan 
llevar por las emociones y no por la razón: “Admita, Sr. Alamán, que no sólo el amor es lo que 
mueve las acciones de las mujeres; que son capaces de sentir un intenso interés en todas las materias y que 
el deseo de gloria y libertad del propio país, no son sentimientos ajenos a las mujeres, más bien actúan 
sobre ellas con mayor fuerza, porque los sacrificios de las mujeres siempre son, sin importar su objeto o 
causa, más desinteresados y parece que las mujeres buscanno más recompensa por sus sacrificios que ser 
aceptada”34. Es de suma importancia recalcar la valentía que tuvo Leona Vicario al refutar 
la opinión de Lucas Alamán, pues siendo este último un personaje por demás 
sobresaliente en el ámbito político e intelectual en el México de su tiempo. Si bien en 
la presente investigación no se analiza el pensamiento de Leona Vicario por la 
 
33 “Del mismo modo, en 1836 Mora observó que “son más notables los progresos de la civilización mejicana en (…) el bello 
sexo. Reconocía que en el pasado, las mujeres mexicanas “por su ignorancia y por la frivolidad de su carácter valían 
realmente muy poco”, y no eran más que un objeto de galanteo”; pero ya no era así. Sus encantadoras realizaciones y su 
conocimiento de las cosas del mundo las hacían ahora más valiosas compañeras de los hombres”. Silvia Marina Arrom. 
Op.cit. p.67 
 
34 Esta carta se encuentra citada en El Álbum de la mujer. Antología ilustrada de las mexicanas. 
Vol.III/ El siglo XIX (1821-1880) p.75, también se encuentra citada en la obra de Graciela Hierro. De la 
domesticación a la educación de las mexicanas. México, Editorial Torres Asociados, 1998.p.65 
 
 
26 
 
acotación necesaria que se tuvo que hacer de los autores, si quisiera reconocer la 
trascendencia de su pensamiento como germen del movimiento no sólo independentista 
sino también como fuente del movimiento de reivindicación femenina en México. 
 Podemos afirmar que si bien, no hubo una polémica propiamente establecida 
entre José María Luis Mora y Lucas Alamán en relación a la idea de lo femenino, si se 
nota claramente la oposición de sus pensamientos, frente al pensamiento liberal e 
innovador de Mora, se encuentra el pensamiento conservador de Alamán en relación a 
la idea de lo femenino, dato que confirma Graciela Hierro en su texto De la domesticación 
a la educación de las mexicanas pues señala lo siguiente : “El pensamiento conservador no fue 
favorable a la educación de las mujeres. De acuerdo con Lucas Alamán, las mujeres estaban 
incapacitadas para un patriotismo desinteresado; insistía por ejemplo, que las acciones de Leona 
Vicario y todas las mujeres, heroínas o no, se guían por la emoción y no por la razón”. Es así que con 
la propuesta de creación de Escuelas para Mujeres que impulso Mora, empezó un 
movimiento intelectual que cuestionaba la educación del bello sexo, y gracias a ello se 
fue gestando paulatinamente un movimiento mexicano enfocado en la reivindicación 
de la mujer, tema que se irá analizando en los siguientes apartados. 
 En conclusión podemos afirmar que las reformas educativas que se llevaron a 
cabo entre 1833-1834, encabezadas por Gómez Farías y José María Luis Mora, 
provocaron un cambio en la historia de nuestro país. Mora tenía un claro interés por que 
la educación de nuestro país estuviera a cargo del Estado, que fuera laica y popular, 
además de estar conducida por la filosofía; a los ojos de Mora la filosofía debía ser un 
conocimiento útil al hombre para todos los aspectos de su vida. De aquí su interés por 
que la educación se extienda a todos los grupos sociales. Para Mora la vía principal para 
alcanzar el progreso era la educación laica y popular, pues es esta clase de educación 
puede conducir al hombre hacia la felicidad y el progreso. Mora sostiene que un 
pueblo educado no se dejará conducir por gobiernos oligarcas, sino será dirigido por 
un gobierno constitucional que establezca como una de sus prioridades la educación 
 
 
27 
 
popular para ambos sexos, es así como cobra significado la propuesta de reforma 
educativa que Mora promovió, proyecto en el que destaca la creación de las escuelas 
para mujeres, pues como se ha señalado con anterioridad, acepta que la educación en 
ese momento al encontrarse a cargo de la Iglesia era en muchos aspectos casi nula, sin 
embargo, afirma que si hubo un progreso en éste ámbito se pudo notar sobre todo en 
la educación femenina. 
 Finalmente, es importante darnos cuenta que Mora al proyectar la creación 
de las escuelas para mujeres abre una brecha hacia un tema que desembocará en uno de 
los movimientos socioculturales más importantes del siglo XIX y XX, llamado 
propiamente Feminismo. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
28 
 
b) Juan Nepomuceno Adorno. 
 
 Amante de la naturaleza, estudioso de la geografía35, observador del universo, 
pintor, músico36 y fiel a su religión “providencialista”, Juan Nepomuceno Adorno es uno 
de los personajes más apasionantes y apasionados del México decimonónico. Nació en 
la ciudad de México en 1807, pasó los primeros años de su vida estudiando de forma 
autodidacta en su casa, como él mismo nos dice en su obra La Armonía de Universo , 
“Las circunstancias más apremiantes, dice, me ligaron dilatados años a aquel lugar, sin poder yo dejarlo 
ni aún para adquirir instrucción ni posición social. Algunos libros, colores y pinceles, un telescopio de 
pequeñas dimensiones, un teodolito y algunos aparatos físicos y químicos, eran no sólo, los compañeros 
de mi soledad, sino los tesoros de mi vida, y así esta se amenizaba e instruía con la práctica de aquellas 
ciencias y artes que estaban al aislado alcance de mis recursos. Me dediqué a la geometría práctica, y 
pronto formé no solo los planos, sino el bulto topográfico de los terrenos comarcanos. Me aficioné a la 
pintura, y mis pinceles retrataron la belleza del paisaje. Me ocupé de la astronomía, y las cálidas noches 
de aquel clima me mostraron prontamente todos los planetas que se perciben a la simple vista; y 
auxiliado de mi pequeño telescopio, examinaba las manchas del sol, las montañas de la luna, y aunque 
débilmente, los satélites de Júpiter y el anillo de Saturno. Finalmente, la geología me hacía deliciosos mis 
paseos por las quebradas y barrancos; la electrología, el aspecto imponente de las tempestades, y la 
ciencia de mis libros, me daba motivo de estudio en cada lluvia, en cada terremoto, en cada meteoro y, en 
fin, en cada cambio o movimiento que observaba en la tierra, en la atmósfera, o en los cielos. Así es como 
la práctica asidua me demostraba las verdades o los errores de mis libros, y así la naturaleza con el 
 
35 Emeterio Valverde Téllez señala: “Entre las obras de tan curioso y original autor, debemos contar una que se 
intitula: Memoria acerca de los Terremotos en México, | escrita en Octubre de 1864, por Juan N. Adorno. | Edición de «El 
Pájaro Verde.» | México. | Imprenta de Mariano Villanueva. | Calle de la Mariscala núm, 9. | 1864.” 
36 Cfr. Diez, Fernando, “Adorno ¿loco genial?” en el periódico El Universal. México, 30 Enero 2007. 
Como músico presentó en la Exposición de Paris de 1855 un piano especial que llamó “melógrafo”, 
aparato que tenía como objetivo “ grabar la música que se ejecutaba en una tira que después podía pasarse con 
facilidad al papel pautado” 
 
 
29 
 
elocuente lenguaje de los hechos, elevaba a mi alma a la contemplación de sus arcanos, y era la sabia 
maestra de mis estudios”.37 Acompañado de sus libros, su telescopio y su interés por la 
investigación transcurre su infancia y su primera juventud, su interés por el 
conocimiento lo llevan a viajar durante largas temporadas por el viejo continente, fue 
en ésta época de su vida en la que escribió sus primeras y más conocidas obras en las 
que plasma su “pensamiento utópico”38, así como su “pensamiento humanista” dentro 
del cual encontraremos su idea de lo femenino. Tanto “La Armonía del Universo”, 
como su “Catecismo de la Providencialidad del hombre”39 , además de ser sus obras 
más estudiadas y pertenecer a su etapa utópica, tienen como objetivo conducir al ser 
humano hacia la felicidad,ésta se puede alcanzar ya sea por medio de la 
“providencialidad” como lo afirma en su “Catecismo…”, o bien, por medio del 
conocimiento científico de la naturaleza y del universo como afirma en su obra “La 
armonía del universo”. En la segunda etapa de su pensamiento aún sigue latente su 
deseo por que el hombre alcance la felicidad, es así que explora una nueva vía para 
alcanzarla, ya no desde el plano utópico sino a través del análisis de todos los factores 
negativos que obstaculizan la llegada a la felicidad; a ésta segunda etapa la 
denominaremos “pensamiento filosófico político”, y la encontramos unos años más 
tarde en su Opúsculo titulado “Análisis de los males de México, y sus remedios 
 
37 Apud. Emeterio Valverde Téllez. Crítica filosófica o Estudio biográfico y crítico de las obras de 
Filosofía escritas, traducidas o publicadas en México desde XVI hasta nuestros días (1904). 
38 Nos apegamos a la concepción de “pensamiento utópico” proporcionada por María del Carmen 
Rovira , pues señala que : “(…) el pensamiento de Adorno, en este tema de moral individual y social, presenta 
interesantes matices de utopía, no entendida esta (…) como pensamiento que ofrece modelos imaginarios fuera de la 
realidad, sino como pensamiento que pretende dar una solución de carácter conceptual-utópico para acabar con la 
infelicidad del hombre individual y socialmente hablando y con la inoperancia de los gobiernos; calificamos dicha 
solución de utópica porque entre ella y la realidad histórica concreta a la que se refiere y pretende aplicarse, existe una 
total inadecuación. En Una aproximación a la historia de las ideas filosóficas en México. Siglo XIX y 
principios del XX. México, UNAM, 1997.1ra. Edición. pp.485. 
39 Agrupado en <La Armonía del Universo>, el <Catecismo de la providencialidad del hombre> fue 
publicado por primera vez en 1848, sin embargo no se conoce ningún ejemplar de esta primera edición, 
se conoce tanto la 2da. Edición publicada en Londres en 1851, como una edición posterior publicada 
en México por la Tipografía de Juan de Abadiano en 1862, que será la edición consultada en el presente 
trabajo. 
 
 
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practicables”40; en este texto observamos la crítica que Nepomuceno hace a la 
situación económica y política en la que se encontraba la nación mexicana en aquel 
momento (1858); señala que hay una gran apatía política entre la mayoría de los 
ciudadanos, y cuando se ha llegado a participar activamente en la vida política de 
nuestro país ha sido para crear caos y confusión, porque México aunque ha 
experimentado diversos tipos de gobiernos después de su Independencia, ninguno de 
estos -llámese gobierno despótico o republicano- ha podido conducir al país hacia la 
felicidad, y esta carencia de felicidad ha sido únicamente atribuida a las malas formas 
de gobierno, sin embargo -nos dice Nepomuceno- cabe la posibilidad de que el malestar 
social no sólo dependa del mal ejercicio político, sino que para comprender este 
malestar se tienen que analizar también otros ámbitos que desde antaño habían sido 
problemáticos, como el ámbito económico y el educativo; afirma que nuestro país ha 
permanecido en un estado económico deplorable aún después de la Independencia y que 
desafortunadamente se ha prolongado hasta entrada la segunda mitad del siglo XIX por 
causa de que el gobierno ha mantenido a instituciones sociales inútiles como el ejército. 
De esta manera, podemos establecer dos momentos emblemáticos en el pensamiento 
filosófico de Adorno, por un lado , en su “Catecismo de la providencialidad del 
hombre” analizaremos su pensamiento utópico y humanista; por el otro, en su obra 
“Análisis de los males de México, y sus remedios practicables” publicada en 1858 nos 
muestra su pensamiento filosófico económico; ahora bien, ya sea por medio de la utopía 
o de su pensamiento crítico económico Adorno como Rovira afirma “ fue un pensador 
extremadamente sensible, receptivo de su contexto”, que buscó a través de sus obras una 
reivindicación de la humanidad. 
 Regresando a sus datos biográficos, sabemos que en 1873 viajó a Europa y 
dos años después en 1875 impartió algunas conferencias sobre “Providencialidad” en el 
 
40 Obra publicada por primera vez en 1858. Sin embargo nos gustaría señalar que en la segunda 
reimpresión (publicada por CONACULTA en 2008), específicamente en el Prólogo escrito por Carlos 
Illades se ubica la publicación del “Catecismo de la Providencialidad del hombre” como una obra 
posterior a su opúsculo “Análisis de los males de México y sus remedios practicables”. 
 
 
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Ateneo de Barcelona; en 1882 escribió una segunda parte de su obra “La Armonía del 
Universo”. Aunque tuvo una gran admiración por otras naciones, siempre buscó a 
través de sus obras el progreso de nuestro país41. Por último podemos señalar que 
falleció en México en 1880. 
 Adorno tuvo diversos intereses intelectuales a lo largo de su vida, que van de 
la geografía a la astronomía, de la música a la pintura y de la filosofía a la teología, sin 
embargo, podemos establecer que los temas centrales en su obra filosófica fueron la 
concepción del universo, de la naturaleza, del hombre y de la mujer, aunque la 
concepción de la mujer es el eje central en la presente investigación, no obstante, 
también podemos señalar que en su obra se encuentran temas por demás interesantes 
como el libre albedrío, la presencia divina y un agudo análisis político de su contexto42. 
Rovira en su obra “Una Aproximación a la Historia de la Filosofía en México (…)”, lo 
describe como panteísta, preocupado por el hombre y la felicidad, de pensamiento 
utópico y con influencias krausistas.43 
 
41 Podemos observar en las obras de Nepomuceno un interés constante por el progreso de nuestro país: 
“Sea la raza anglosajona fuerte y feliz en el Norte, con sus inmensas llanuras, y sus selvas prodigiosas regadas por la 
magnífica red de navegables y profundos ríos. Cruce sus anchurosa planicie con cien ferro-carriles, y llenen sus puertos 
hermosos bajeles. Yo hago un voto sincero por su felicidad; pero deje a nuestra raza, este bello y elevado país, con sus 
torrentes y sus grandiosos conos donde brilla la perpetua nieve. Repártanse ambas razas la emigración del mundo, ellas se 
afirmarán en sus naturales elementos; y si la anglosajona impulsare el progreso con los resortes de positivismo, quepa á la 
latina el impulsarlo con el elemento omnipotente de las ideas.” Análisis de los Males de México, y sus 
remedios practicables. pp. 166. 
42 La vida de Adorno transcurre en medio de los más abruptos cambios históricos que le han tocado 
vivir al país; la post-independencia, el primer y segundo imperio, la “pérdida” de parte de nuestro 
territorio, la guerra contra los Estados Unidos en 1846, y un año más tarde (1847) la ocupación 
americana de la Ciudad de México, enemigos con los que se prolongo la guerra un año más, y que 
finalizó con la firma del Tratado de Paz entre México y la nación vecina en 1848 - cabe recordar que 
en ese mismo año Nepomuceno escribe una de sus más grandes obras “Catecismo de la 
Providencialidad del hombre” muy probablemente el pensamiento utópico de esta obra refleja el 
anhelo del autor de que el país alcanzara la felicidad y la paz. Años más tarde en 1867 le toca 
presenciar el triunfo del partido liberal con la consolidación leyes de Reforma, y para la última etapa 
de su vida el contexto esta permeado por los albores del Positivismo. 
 
43 Me llama la atención que en la obra de Antolín Sánchez Cuervo. Krausismo en México, no se 
aborde el pensamiento de Nepomuceno Adorno, como parte de esta corriente filosófica. 
 
 
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 Para trasladarnosal tema central de la presente investigación, es decir, la idea 
de lo femenino según Adorno, es necesario en primera instancia abordar su 
“pensamiento utópico”, es así que comenzaremos con su “Catecismo de la 
providencialidad del hombre”, en esta obra Nepomuceno comienza definiendo la 
“Providencialidad” como la búsqueda de la verdad, el orden y el progreso tanto físico 
como moral, para llegar a ella existen tres vías, la primera es la felicidad, la segunda el 
cultivo y mejoría del planeta que habita, y la tercera es la verdad, esta última concebida 
como el modo de adorar a Dios. La “Providencialidad” aunque es algo innato en el hombre, 
se tiene que despertar ya sea por medio de la razón, o bien, por medio del instinto. El 
hombre tiene que desarrollar y cultivar tanto las necesidades físicas como las morales, 
por un lado la naturaleza está constituida por las leyes del universo y pertenece al 
orden de las necesidades físicas; mientras que el intuitismo que es el instinto 
espiritual que conduce al hombre hacia el libre albedrío pertenece al plano de las 
necesidades morales; en relación a este último tema, el libre albedrío44, Nepomuceno se 
pregunta, si el hombre tiene la capacidad de elegir libremente, por qué es desgraciado, a 
lo que responde que los actos del hombre aunque dependen de su libre albedrío, el 
hombre suele hacer un mal manejo del mismo, por ende suele caer en excesos; de ahí 
que el hombre tenga la tarea de reivindicar sus actos, para ello debe tener en cuenta 
que la sabiduría y la civilización son medios para ejercer su libre albedrío, y de esta 
manera acercarse a Dios y por ende a la “providencialidad”, el ser humano al seguir el 
camino de la sabiduría y la civilización disminuirá su desdicha, estará en el camino de 
alcanzar la felicidad. De estas consideraciones se desprende una de las tesis centrales del 
pensamiento de Adorno: la educación es la vía para que el hombre alcance la sabiduría 
y la civilización , y con ello pueda dirigir sus pasos hacia la “providencialidad”, es decir 
 
44 En relación a este tema me parece interesante citar aunque brevemente la crítica que Emeterio 
Valverde Téllez realiza al concepto de libre albedrío de Adorno; según Valverde el concepto de libre 
albedrío que Adorno propone es contrario a los conceptos católicos de Dios, mundo y hombre, en el 
sentido que la libre elección –según Valverde- es un consecuente y nunca un antecedente en los actos 
humanos. Véase. Op.cit. pp.493 y ss. 
 
 
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hacia la verdad, el orden y progreso físico y moral del hombre; es así que Adorno 
propone la educación como columna vertebral en la vida del hombre, de esta afirmación 
se comprende por qué nuestro autor se encuentra preocupado por la educación que se 
imparte “en los últimos tiempos, ha degenerado (…), tratando de introducir por estandarte de la 
ciencia, una especie de culto a la riqueza como el germen absoluto del bien, y sin embargo, el instinto 
espiritual y moral subsiste. Diré más, se ha tratado de dar un carácter proverbial de positivismo al 
placer y la moral subsiste aún. En fin el mismo ateo muy frecuentemente se aplaude de ejercer la moral 
sin que para ello lo induzcan las creencias religiosas.”45Esta preocupación de Adorno por la 
educación permanecerá latente aún una década más tarde en su Opúsculo ya citado, 
obra en la que, si bien deja de lado su visión “providencialista”, corrobora la necesidad 
que tiene nuestro país de una educación adecuada, al respecto nos dice lo siguiente: “En 
todos los países se cifra la esperanza en la educación, porque siempre observa la mente filosófica mil 
males en la sociedad, que solo pueden desaparecer con el transcurso de las generaciones mejor educadas. 
Pero la necesidad imperiosa de una educación popular, es mucho más apremiante en un país minado por 
la guerra civil, prolongada, como la nuestra, hasta el espantoso límite de la barbarie. En tan funesta 
situación, un gobierno previsor debe dirigir de preferencia a sus ciudadanos hacia la curación de los 
males, adunado indisolublemente con la promoción de los bienes. He aquí como la educación viene á 
tener su indisputable importancia.”46 Como podemos observar, Adorno considera de suma 
importancia la educación, pues -como ahondaremos más adelante- es por medio de ésta 
que el hombre puede llegar a la felicidad y con ella a la “providencialidad”. 
 Regresando a su “Catecismo…”, Nepomuceno contempla cuatro aspectos de 
bien y mal (físico, moral, intelectual y social), concibe al bien como satisfacción y al 
mal como necesidad, apetito y dolor. En la primera clasificación del bien y del mal, en el 
aspecto físico, nuestro autor considera que las necesidades físicas pueden ser, tanto 
 
45 Catecismo de la providencialidad del hombre.pp.15 
46 Los males de México y sus remedios practicables, cabe señalar que nuestro país entre 1851 y 1861 se 
encontró en una lucha por el poder. pp. 158-159. 
 
 
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vitales como la alimentación; como aquellas que se pueden aplazar como la diversión, el 
placer o la concupiscencia. El dolor no es un mal en sí mismo porque provoca 
sensibilidad47, pero ¿qué es lo que nuestro autor entiende por placer?, es aquello que 
hace agradable la vida, siempre y cuando no se caiga en el abuso y siga las leyes naturales 
para conservar la especie, el placer evita las enfermedades, y cuando no cae en el exceso 
puede llegar a conducir la vida del hombre a la verdadera civilización que consiste en 
hacer del hombre un ser robusto, sano, vigoroso de cuerpo y alma, sin enfermedades 48. 
En relación a este tema de la verdadera civilización, Nepomuceno tiene una postura sui 
generis, por un lado critica tajantemente la esclavitud, por el otro resalta los atributos 
del hombre europeo. En relación a la instrucción, la ciencia y la verdad -visualizadas 
como un camino para llegar a la felicidad- considera que todos los seres humanos están 
en igualdad de circunstancias en tanto que pueden aspirar a ella, en su “Catecismo …” 
señala: “Todos ante Dios dignos de conocer y de poseér la verdad, la instrucción y la virtud y 
consecuentemente la felicidad (…)todos tienen derecho a espresar y publicar sus opiniones”, aquí 
encontramos un rasgo de su pensamiento humanista en el que plasma su defensa de los 
derechos naturales, pues afirma que el principio de libertad e igualdad es indispensable 
para el progreso de la sociedad y esto se obtendrá a través de una buena educación, así 
como “En los países donde la civilización se halla más adelantada y la raza es compacta y homogénea, 
parece que solo se necesita que los hombres conozcan su Providencialidad, y comiencen a practicar las 
eminentes virtudes de esta cualidad inherente de su ser, para que rápidamente se dirijan hacia la 
felicidad social(...)pero en los países donde ecsisten razas heterogéneas, y principalmente donde la 
esclavitud aumenta la dificultad de amalgamarse los blancos y la gente de color, necesariamente debe 
retardarse mucho más el logro de tan anhelado fin. (…)”49. El pensamiento de Adorno se torna sui 
 
47 “La sensibilidad de los mexicanos es bien conocida, y si alguna cosa se puede desear es solo el modelarla y reducirla á 
sus límites, útiles y prudentes.” Ibid. Pág.162. 
48 pp.78. 
49 Resulta interesante destacar el interés de Adorno por jerarquizar las razas en superiores e inferiores; 
así mismo no podemos dejar de señalar su constante lucha por el respeto a la humanidad. 
 
 
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generis no sólo al plasmar el respeto a los derechos naturales como medio para alcanzar 
el progreso y con ello la “providencialidad”; sino que consideramos que el 
“amalgamiento de razas” que él propone fue un pensamiento

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