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Antenor Orrego EDUCACIÓN PARA LA VIDA PÁGINAS ESCOGIDAS Eduardo Paz Esquerre Selección, introducción y notas FONDO EDITORIAL DE LA UNIVERSIDAD PRIVADA ANTENOR ORREGO EDUCACIÓN PARA LA VIDA - Páginas escogidas © Eduardo Paz Esquerre - Selección, introducción y notas. Editado por: © UNIVERSIDAD PRIVADA ANTENOR ORREGO Av. América Sur N° 3145, Urb Monserrate, Trujillo, Perú Teléfono (51) 44 604444, anexo 2087 wwww.upao.edu.pe Primera edición, Fondo Editorial UPAO, mayo 2019 Tiraje: 1000 ejemplares Hecho el depósito legal en la Biblioteca Nacional del Perú Nº 2019-05988 ISBN N° Se terminó de imprimir en mayo de 2019 en: IMPRENTA EDITORIAL GRÁFICA REAL S.A.C. Jr. Independencia 953, Trujillo - Perú T. (51-44) 253324 ventas@graficareal.pe Impreso en Perú. 5 ÍNDICE INTRODUCCIÓN: EFIGIES DEL TIEMPO / 09 I. EDUCACIÓN PARA LA VIDA /13 1. Una educación para la vida / 17 2. Vida y docencia / 19 3. Profesor y maestro / 21 4. Pensador y teórico / 23 5. Humanismo y especialismo / 25 6. Pasiones y educación / 27 7. Academia / 29 8. La individualidad / 31 9. La esfera de la ciencia / 33 10. No solo de pan vive el hombre / 35 11. La era nuclear y la historia contemporánea / 39 II. CULTURA Y EDUCACIÓN / 43 12. Cultura / 47 13. Cambio de métodos educativos / 49 14. Difusión de la cultura en el pueblo / 51 15. El magisterio nacional y la política / 53 16. Pan, libertad y cultura / 55 17. El problema de la enseñanza nacional / 57 18. Nivel de cultura / 59 19. Escritor y ambiente: rastacuerismo intelectual / 61 20. Escritor y ambiente: función creativa del escritor / 63 21. Discriminaciones: escritor y gramático / 67 22. Discurso dirigido al Grupo TRILCE de Trujillo / 71 6 ANTENOR ORREGO III. EDUCACIÓN UNIVERSITARIA / 77 23. La reforma de la enseñanza superior / 81 24. Al margen de la vida diaria: nuestro espíritu universitario / 83 25. Clasificación / 85 26. La docencia universitaria y el alumnado / 87 27. Cultura universitaria y cultura popular / 89 28. El conflicto universitario / 95 29. La cruzada por la libertad del estudiante / 97 30. Conferencia leída por Antenor Orrego en la reapertura de las universidades González Prada / 99 31. Las universidades González Prada / 105 32. Universidad y pueblo: el nuevo estatuto de Reforma / 107 33. Discurso en el Senado de la República: debate sobre la Reforma Universitaria / 109 34. Universidad y estudiantado: el protagonista de la Reforma / 115 35. Universidad y cultura: los fundamentos básicos de la Reforma /117 36. Universidad: voluntad del futuro / 119 37. Universidad: expresión temporal y telúrica / 121 38. Universidad de espaldas a la realidad peruana / 123 39. Mosaico pedagógico / 125 40. La universidad latinoamericana / 127 41. Aires de fronda universitária / 129 42. La universidad y el cogobierno /131 43. Aspectos básicos de la nueva universidad / 133 44. Hacia una universidad indoamericana / 135 45. El estatuto legal de la universidad / 137 46. ¿Va el Perú a la Reforma Universitaria? /139 47. Bases fundamentales de la universidad reformada / 141 48. Reforma universitaria y legalismo profesional / 143 49. Nueva universidad: proyección hacia nuestras realidades / 145 50. “Vamos a la universidad para luchar por la libertad de nuestros países” / 147 51. Una simple ley no crea la nueva universidad / 149 7 EDUCACIÓN PARA LA VIDA - Selección de textos sobre educación IV. GESTIÓN UNIVERSITARIA / 151 52. Memoria Rectoral de Antenor Orrego, año 1946 / 157 53. Memoria Rectoral de Antenor Orrego, año 1947 /175 V. ENTREVISTAS / 189 54. “Creo que el estatuto marcará una etapa decisiva en el desenvolvimiento de la universidad” / 193 55. Rector de la Universidad Nacional de Trujillo / 195 NOTAS /199 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS / 205 9 EDUCACIÓN PARA LA VIDA - Selección de textos sobre educación INTRODUCCIÓN EFIGIES DEL TIEMPO Los cincuentaicinco textos sobre educación escogidos para este volumen, permiten entender los riquísimos puntos de vista que Antenor Orrego tuvo, con amplitud de miras, sobre esta necesidad humana. La mayoría son textos cortos porque nacieron para ser dados a conocer a través de periódicos y revistas de su tiempo. La página impresa se vuelve la pizarra y la voz del maestro que ilumina aspiraciones y vislumbra verdades que estima trascendentes, y los lectores de diversas partes, en barrios y pueblos, sus discípulos. En su época entendió que el periodismo impreso era un verdadero intermediario de la cultura si se le usaba bien. El periodismo obliga a la concisión. “Lo que sea digno de ser conocido –decía- ha de presentarse a la mayor parte de los hombres en forma lo más breve posible para que penetre profundamente en su conciencia”. Supo expresar sus opiniones a través de editoriales, artículos, crónicas de opinión, ensayos periodísticos y, en sus últimos años, a través de la columna de opinión. La columna de opinión fue la forma de expresión periodística que utilizó con mayor intensidad, en los últimos tres años de su vida, para ocuparse de diversos temas del Perú, América y el mundo. Llamó Efigie del Tiempo a su columna, publicada 228 veces, en el diario La Tribuna de Lima, desde julio de 1957 hasta julio de 1960. Estos 228 textos ofrecen una riquísima variedad temática tratada con solvencia y profundidad por su autor; comprende asuntos locales, regionales, nacionales e internacionales, así como asuntos político-sociales, educativos, estéticos, filosóficos, literarios, éticos, jurídicos, económicos, humanísticos y comunicacionales, entre otros. De ellos, hoy nos interesan los temas educativos. La totalidad de su obra, sus planteamientos e ideales, son hoy una efigie del tiempo de la que nuevas generaciones tienen mucho que aprender. Además, junto con los libros de su autoría, la disertación pública y la enseñanza oral, se expresó como comunicador, filósofo, político y, especialmente, maestro. Analizó y enjuició los más variados acontecimientos, de acuerdo a su trascendencia, a fin de ayudar o influir en el público en la formación de determinadas opiniones, dada su amplia versación sobre diversos asuntos y su capacidad de interpretación y análisis. 10 ANTENOR ORREGO Los textos aquí seleccionados se caracterizan por ser reflexiones sobre educación, expuestos con brevedad, sin el rigor sistemático del ensayo académico que incluye la cita de fuentes, pero con el sello personal de su hondura, madurez, alta sensibilidad y pasión por las ideas. Ya Robles Ortiz, en varios trabajos pioneros (1992, 2011 y 2016) ha identificado los aportes en materia educativa presentes en la obra de Orrego. Ideas principistas, generadoras de ideas, que en tiempos actuales se las identifica dentro de la corriente pedagógica que se llama constructivismo, sustentadas por Lev Vigotsky, Jean Piaget, David Ausubel, Jerome Bruner, o ideas presentes en el pensamiento psicopedagógico de la escuela humanista representada por Carl Rogers y Abraham Maslow. Robles Ortiz encuentra también tempranos aportes de Orrego que coincidirán, años después, con las teorías de Howard Gardner y Daniel Goleman. Orrego elaboró ideas sobre educación que la vida, por diversas circunstancias, no le permitió desarrollar con amplitud. De estos cincuentaicinco escritos seleccionados, cuarentaidós son artículos publicados en diarios y revistas. Tres, en el diario La Reforma (entre 1918-1920); cuatro, en el diario El Norte (publicados entre 1923 y 1930); uno, en la revista Amauta, que dirigiera José Carlos Mariátegui (publicado en 1928); uno, en la revista Antorcha (en 1933); uno, en la revista Sayari (en 1946); cuatro, en Impacto (en 1956); y veintiocho, los más numerosos, en el diario La Tribuna, de Lima, (publicados entre 1946 y 1960). Los trece textos restantes seleccionados fueron tomados de los libros de Antenor Orrego y de otros volúmenes que los incluyen: tres, de Notas marginales(1922); uno, de El monólogo eterno (1929); tres, de Discriminaciones (libro póstumo publicado en 1965); uno, de Hacia un humanismo americano (libro póstumo publicado en 1966); uno, el discurso que pronunciara en el Senado de la República sobre la Reforma Universitaria (tomado del Diario de Debates, 1946); dos Memorias de su gestión como Rector de la Universidad Nacional de Trujillo, en 1946 y 1947; el discurso dirigido al Grupo Trilce de Trujillo (noviembre de 1959); y un texto sobre reforma universitaria incluido en un libro de Gabriel del Mazo (en 1968). Para mayores detalles, ver las notas de referencias al final de este volumen. Podemos apreciar que la educación fue un tema constante a lo largo de su vida. En sus textos de 1922, hasta el último artículo que publicó en su columna de opinión el 7 de julio de 1960 (“La era nuclear en la historia contemporánea”), diez días antes de su repentina muerte, aparece y reaparece el tema de la educación. En sus escritos Orrego tiene la habilidad de conseguir una representación vivencial de los hechos o las ideas que da cuenta. Es decir, cuando el tipo de texto periodístico que escribe lo permite, en su prosa se fusionan el periodismo y la literatura para dar forma a su material ideológico, con libertad de estilo, elevándolo a modos conceptuales con los que busca expresar los hilos finos de sus agudas observaciones, en el propósito de expresar amplios sentidos y 11 EDUCACIÓN PARA LA VIDA - Selección de textos sobre educación significaciones. El uso de imágenes verbales, de lenguaje figurado, son parte del herramentario de sus construcciones verbales, que hacen también de él un poeta en prosa (Paz, 2009). César Vallejo describe así a Antenor Orrego en el artículo “Los escritores jóvenes del Perú”, enviado desde París y publicado en el diario El Norte de Trujillo el 4 de abril de 1925: “Antenor Orrego demuestra una potencia más grande de idealización. Orrego es más poeta, más inquieto de infinito, más simbólico y más sereno. Su serenidad desconcierta. No se explica cómo alcanza una serenidad semejante. Coge los más diversos hechos cotidianos, las menudas preocupaciones de los pueblos y de los individuos y en lugar de refundirlos como More, los idealiza y extrae heroicas y santas afirmaciones. Es un gran poeta en prosa. Es actualmente el pensador más grande y más generoso de la juventud peruana” (Vallejo, 1987. 34). Federico Esquerre Cedrón, jefe de redacción del diario El Norte, Trujillo, en su edición del 22 de mayo de 1925, escribió: “El vuelo lírico de Orrego es de la estirpe de Emerson. Ondea siempre en alto y nunca deja de alcanzar las cumbres”. Los artículos seleccionados de este volumen, lo hemos organizado en cinco capítulos. El primer capítulo de este volumen busca interiorizar sobre el sentido fundamental de la educación en la naturaleza humana, su finalidad última, sus componentes esenciales mutando y reahaciéndose en la vida misma. El segundo capítulo, un grupo de artículos indagan sobre el sentido y los alcances de la cultura, como enseñanza, como aprendizaje, como cultivo de sí mismo, como ambiente, como creación, como realización humana. El tercero aborda el complejo tema de la educación universitaria en el Perú, en el que debe coexistir integradamente el humanismo y el especialismo. Analiza lo que es el espíritu universitario, la reforma de la enseñanza superior, la docencia, el alumnado, los métodos educativos universitarios, el cogobierno, la universidad latinoamericana y lo que serían los cimientos de la nueva universidad, las bases fundamentales de la universidad reformada orientada hacia un nuevo presente y el futuro. Orrego no solo ejerció la docencia en la universidad, como docente formal y como rector de la Universidad Nacional de Trujillo, también fue docente informal en las llamadas Universidades Populares González Prada. Robles (2019: 84-85) brinda una imagen de lo que era esta “universidad”, generosa y esforzada en transmitir educación al pueblo: 12 “Pero su acción docente [de Orrego], de modo principal, fue de carácter informal o en instituciones que no estaban organizadas en grados o años de estudios, con miras a una certificación. Tal es el caso de las Universidades Populares González Prada, surgidas en 1921 al calor del movimiento de la Reforma Universitaria en diversas ciudades, para educar obreros, campesinos, artesanos, amas de casa, empleados, trabajadores en general, mediante cursos prácticos y teóricos: alfabetización, higiene, manualidades, campañas contra la drogadicción y el alcoholismo; igualmente, arte, lenguaje, historia, geografía, filosofía, literatura, matemática, química, biología, como también actividades deportivas y recreativas. Orrego tenía a su cargo cursos de humanidades. El ingreso a estas instituciones era libre. Los profesores no recibían ninguna retribución económica”. Los textos número 30 y 31 de este volumen tienen que ver con la labor docente de Antenor Orrego en las Universidades Populares González Prada. El cuarto capítulo reproduce dos importantes documentos de su gestión como rector de la Universidad Nacional de Trujillo. Las memorias rectorales que escribió en esos años dando cuenta de su gestión durante los años 1946 y 1947. Finalmente, el quinto ofrece dos entrevistas periodísticas efectuadas a nuestro autor, donde reitera algunas de sus ideas sobre educación. Para la presente selección hemos consultado la segunda edición de Obras Completas de Antenor Orrego (2011); cinco tomos; Lima, Editorial Pachacutec, que tiene como editor a Luis Alva Castro. Una primera edición de las obras completas de Orrego se hizo en Lima, en 1995, editado por “Cambio y Desarrollo”, Instituto de Investigaciones. Son la más valiosísima fuente de información sobre la obra de Antenor Orrego, a disposición de quienes quieran estudiarlo. Escogimos como título de este libro Educación para la vida, que Orrego puso a uno de sus artículos, porque sintetiza, en cuatro palabras, el sentido último y trascendente de la educación. Toda la obra de Antenor Orrego apunta hacia esa meta y servicio para el logro de la realización plena y feliz del hombre. Eduardo Paz Esquerre 13 EDUCACIÓN PARA LA VIDA I 14 15 Antes que formar académicos, necesitamos que se formen hombres, hombres de espíritu robusto que reaccionen contra la mezquina realidad circundante, que tengan un pensamiento y una ideología, una sensibilidad, ante los más perentorios y urgentes problemas nacionales y humanos. Antenor Orrego (En Nuestro espíritu universitario ) 16 17 EDUCACIÓN PARA LA VIDA - Selección de textos sobre educación E l mundo contemporáneo ha ingresado a un periodo de crisis total. Así lo reconocen las mentes más agudas de este momento. Al insularismo o aislamiento de las épocas antiguas, en que cada pueblo constituía en sí un círculo cerrado, cuyas formas de vida casi no trascendían hacia los otros, ni recibían tampoco influencias ajenas, ha sucedido una época de contactos y entrecruzamientos activos entre los diversos pueblos, que cada día tienden a acelerarse hasta un grado incalculable. Esta mezcla o fusión de pueblos no solamente está consumándose en el sentido horizontal de razas y de circunscripciones geográficas, sino, lo que es más importante, se está verificando en el sentido vertical de las clases económicas y sociales. Este solo hecho nos está indicando que la historia ha entrado en una etapa revolucionaria, mucho más radical y fundamental que las anteriores. Se plantea, pues, para la humanidad una crisis absoluta en que comienzan a morir las viejas formas de vida y a surgir otras nuevas, más capaces y flexibles para estructurar la convivencia humana. Crisis en el orden moral, transformación de la valoración jurídica, cambios en las relaciones económicas, nuevas modalidades de la realidad política, metamorfosis de fisonomía social. En ninguna otra etapa de la historia han emergido,con carácter más imperativo, la obligación y la responsabilidad de comprender correctamente el sentido de nuestro tiempo. Debemos comprenderlo si no queremos precipitarnos en una catástrofe irremediable que no puede ser otra cosa que la vuelta regresiva hacia la barbarie. El hombre contemporáneo debe poseer un cerebro excepcionalmente fino y tan poderosamente organizado que sea capaz de rebasar esta crisis por la comprensión profunda de su significado. Y un cerebro preparado para el cumplimiento de esta función primordial no puede ser sino la obra de un adecuado sistema educativo que sea capaz para capacitar a la juventud en el desempeño de su misión histórica. El escritor alemán Karl Mannhein, en un libro que suscitó extraordinaria atención en su época, 01 UNA EDUCACIÓN PARA LA VIDA 18 ANTENOR ORREGO dice con palabras que conservan la integridad de su vigencia: “En una sociedad como la nuestra, solo puede ser eficaz una educación para el cambio mismo’. Y añade: “La educación ha sido un compartimento porque la escuela y el mundo habían llegado a ser dos categorías opuestas más bien que complementarias. La educación ha sido un compartimento cerrado hasta que se tenía la edad en la que ya se juzgaba al ser humano accesible a la influencia educativa. Hasta otra edad determinada, las instituciones educativas trataban de conformar la conducta del individuo, pero, después de este límite, el individuo era completamente libre. Esta tendencia hacia la compartimentación se ha roto gracias al concepto revolucionario de la educación para adultos, de la educación popular. Y de los cursos de repaso que nos han familiarizado con la idea de la reeducación y de la poseducación. De hoy en adelante, el propósito de la escuela no consiste solamente en enseñar un conocimiento hecho, sino en capacitar para el aprendizaje más eficaz de la vida misma”. La educación académica y libresca arrancaba al hombre de su contacto con la realidad que lo circundaba, haciéndole vivir en un mundo imaginario e idealizado, que, más que un campo activo de lucha, era una evasión hacia la esfera de la falsificación, de la ilusión y del ensueño. El hombre contemporáneo debe aprender a reaccionar, original y vitalmente, ante el ámbito de la vida que lo rodea. La vida es siempre problemática porque es una fluencia continua en que no valen los patrones hechos, ni los lugares comunes, que, en vez de arribar a una solución, escamotean la dificultad por ignorancia o por timidez. La juventud, hoy más que nunca, debe aprender a pensar con autonomía mental sin esperar que sus opiniones y sus juicios les vengan ya hechos por otros. En un mundo que cambia a cada minuto no hay tiempo ni para negligencia, ni para el ocio dorado de otras épocas. Pensamiento activo que le pique los talones al tiempo, corno el tábano de Sócrates, para regir los acontecimientos y no dejarse arrastrar por ellos. ¿Cómo podríamos modelar y plasmar una democracia juvenil que tiene que ser dueña de sus propias experiencias, si nuestra juventud no se prepara para el pensamiento enérgico que sea capaz de quebrar la rutina del tópico circulante y si se siente todavía espiritualmente manumitida por un mundo viejo que se ha hundido ya, irremediablemente, en la última catástrofe mundial? Los sistemas educativos actuales deben ser transformados si queremos modelar un hombre que sea apto para comprender el tiempo en que vive. Muchos de los choques conflictivos que surgen hoy débense a la falta de comprensión de la época en que el hombre moderno desenvuelve su existencia (1). 19 EDUCACIÓN PARA LA VIDA - Selección de textos sobre educación T oda una vida humana es una docencia potencial porque cada individualidad es un vehículo de una revelación. El Espíritu universal solo se vierte a través de cada ser; este es su vaso y su instrumento; su alfabeto, su cuerda y su lira. El espíritu busca lo concreto, como la mariposa busca la luz, porque solo en la carne y a través de la carne cumple íntegramente su holocausto creativo. Solo en ella y por ella puede decir su mensaje al mundo y a los hombres. Todo lo que no sea articulación de este mensaje es superfluo, es una desviación espuria y mortal. La libertad del hombre en su aspecto negativo consiste en que por su voluntad puede apartarse de esta docencia y entonces se condena a la esterilidad. Libertad y destino no son términos antagónicos que se excluyen, porque el destino es la expresión más adecuada y precisa de la libertad, que sin él se convertiría en libertinaje y en caos. Libertad y destino son términos complementarios que se integran. Querer su destino, comprenderlo y cumplirlo es la armonía del ser, la serenidad, el equilibrio y la luz. La sabiduría es el descubrimiento de esta ecuación; es la aceptación alegre y, si se quiere, heroica de la misión que surge del estrato más profundo de nuestra individualidad. Cada hombre es una docencia porque es en sí la organización de ciertas fuerzas vitales que le hacen apto para descubrir, iluminar y cumplir una determinada responsabilidad nonata, inédita y oscura del cosmos. Cada vida es una especie de telescopio a través del cual los demás hombres escrutan y hacen accesibles ciertos puntos remotos o verdades lejanas, que para ser percibidos reclamaban instrumentos o vehículos apropiados. Todos los hombres, cada cual en su medida, somos los portadores de un Evangelio o Buena Nueva (2). 02 VIDA Y DOCENCIA 20 21 EDUCACIÓN PARA LA VIDA - Selección de textos sobre educación E l profesor te enseña para que puedas repetir la lección de la cátedra; el maestro te enseña para que puedas construir tu vida. El primero te imparte generalidades abstractas, es decir, teoriza tu propio ser y te empotra, como una simple pieza stándar manufacturada en serie, dentro de un esquema rígido. El segundo desciende a la intimidad concreta de tu alma, aflora tu riqueza interior y se constituye en el compañero de tu pasión, de tu agonía interna y de tu drama personal. El profesor te esclaviza a un oficio; el maestro te libera hacia la vida. Con el primero la habilidad de tus manos puede llegar hasta el escamoteo perfecto de la verdad; con el segundo, es preciso que asumas la responsabilidad de tu dolor y que desciendas hasta el hondón abismático de la vida, por sombrío, por tenebroso, por lacerante, por trágico que sea. Lo que te da el profesor está siempre fuera de tí y te fija siempre en un gesto; lo que te da el maestro está siempre dentro de tí y vigoriza tus alas para el impulso. El primero es como el agua infecunda y dispersa que no alcanza la raíz de la planta porque no se sume en las entrañas de la tierra; el segundo, es la linfa creadora que bate el limo, que lo impregna, lo empapa y lo fecunda empujándolo hacia el estallido de su luz en una floración maravillosa. El profesor se dirige a tu memoria, anaquel de tu alma, y sus palabras resbalan sobre el recuerdo, como por sobre una losa impermeable, sin lograr infiltración alguna. A lo sumo se dirige a tu vanidad y a tu buena economía. El maestro se dirige a tu espíritu, pozo de creación y de sabiduría, y sus palabras siempre urticantes se instalan en el futuro, abolición del pasado muerto. Sólo por él tu posibilidad será mañana realidad creativa y su verbo admonitivo es siempre para ti una tensión dolorosa. La palabra del profesor se esfuma, se deshace sin dejar huella sangrienta; la palabra del maestro desgarra tu entraña y se incorpora a tu ser para trascender, como un mandato, en cada uno de tus días (3). 03 PROFESOR Y MAESTRO 22 23 EDUCACIÓN PARA LA VIDA - Selección de textos sobre educación L a diferencia que existe entre pensador y teórico es la misma diferencia que va entre la vida y la razón, entre la influencia viva y concreta de la realidad y los recortes científicos que se hacen de ella para captarla en una expresión conceptual. El teórico no salenunca del terreno puro de la generalización; su conocimiento es un saber esquemático y fijo, que puede aplicarse a muchos casos en serie, a la manera como una triangulación geométrica puede, aplicarse a muchos espacios. El pensador esta aposentado dentro de la entraña misma de la afluencia y su conocimiento es un saber concreto, un saber fluyente y vivo, un saber que deviene y que se resiste a toda afirmación racional en el sentido de “una vez para siempre”. El teórico procede por abstracción o por eliminación y así construye vastos esquemas lógicos, cerrados en sí para el resto del mundo, pero que son necesarios para el avance de la ciencia, porque esta no puede realizarse sino limitando los campos de su experiencia, recortándose en parcelas. El pensador, en cambio, es un artista que simpatiza con la vida, que se introduce en el discurrir de lo concreto, que vibra con el diapasón de la realidad y que procede por inmersión, por implicación, por asimilación. El teórico parte del conocimiento racional, critico o lógico; el pensador parte del conocimiento intuitivo, que, cuando llega a su máxima fulguración, es el éxtasis creativo del amante. El teórico se vale de la razón, no como u medio o instrumento de expresión, sino como un fin en sí mismo, como una herramienta exhaustiva de lo concreto. La razón es para él la verdad misma. Por eso, es esclavo de ella y no puede salir de su recinto porque es su casa y su cárcel. De allí la inconmensurable frialdad e intolerancia, la sequedad del alma de todo teórico puro. El pensador, en cambio, cuando se sirve de la razón o de la lógica, lo hace como mero instrumento de transmisión, como un vehículo comunicativo de sus intuiciones. El pensador nato no se esclaviza a ninguna sistematización racional porque las domina a todas. Así, el concepto no es el soberano del hombre, sino 04 PENSADOR Y TEÓRICO 24 ANTENOR ORREGO su servidor dócil que le ayuda a comprender y expresar sus vivencias más profundas. De esta suerte, el pensador conserva intactos los dones de su alma, ese nativismo ingenuo del poeta o del niño que, a cada momento, recrea el mundo. El teórico parte siempre de una hipótesis, que es el eslabonamiento causal de una experiencia o de un conjunto de experiencias científicas, y dentro de ella intenta establecer un hombre lógico completo, a la manera como la figura de un triángulo se ajusta exacta y vigorosamente en el concepto teórico del triángulo. El pensador parte de realidades vivas y, en lugar de generalizarlas en esquemas o hipótesis por abstracción racional, se coloca dentro de ellas, las comprende en su integridad vital y las proyecta al conocimiento del hombre como devenir entero, como enriquecimiento de su ser mismo porque una intuición comunicada a los otros es una asimilación espiritual y orgánica del Universo. La confusión que a menudo se produce entre pensador y teórico no hace sino denunciar la pobreza espiritual y mental de nuestra época en algunos considerables sectores humanos. Así, se reduce la inteligencia al mero ejercicio discursivo, a la mera gimnasia racional que el hombre puede ejercer sobre la naturaleza. Se intenta cadaverizar la vida en simples secciones anatómicas (4). 25 EDUCACIÓN PARA LA VIDA - Selección de textos sobre educación E l mundo de hoy requiere una universidad integral. Valga la redundancia. Porque el significado etimológico y originario de universidad, universitas, quiere decir integración de múltiples y variados conocimientos. Es una enseñanza que se despliega hacia muy distintos y amplios ángulos del saber humano. Consiste en una visión completa del universo, de la vida y del hombre. Universidad con pensamiento y con conocimientos universales. Su mismo nombre lo está diciendo con entera claridad. El estudiante en el mundo contemporáneo quiere una enseñanza de este tipo. El especialismo por el especialismo puro ha fracasado, sumergido en la crisis mundial de este momento. Acaso, las más hondas perturbaciones de nuestra época han surgido de esos compartimentos aislados del saber que solo nos daban un miraje fragmentario de la vida. Los hombres de ciencia no llegaban a entenderse proyectando su visión desde las estrechas ventanas de sus respectivas especialidades. Eran incapaces de lograr una coordinación general que abrazara integralmente los fines del hombre. Especialismo, sí, pero con amplia base humanista, con cabal integración huma na, con universal visión del hombre y de la vida. La universidad no debe forjar “insectos” humanos, entes con solo una habilidad técnica perfecta; ciegos y torpes en todo lo demás. El mundo está cansado de su “insectificación” técnica, de su profe sionalismo excluyente y angosto, que ignora el sentido y el alcance total del hombre en sus polifacéticas dimensiones. Para comprender la verdad de este aserto basta proyectar nuestra mirada hacia el mundo de los insectos, que han alcanzado una maravillosa especialización de su trabajo. Los naturalistas nos han abierto un amplísimo campo de experiencias y de conocimientos en este sentido. Las sociedades de las abejas, de las hormigas y de los vermes han llegado a tal perfección técnica en sus actividades que el hombre está muy lejos de haberla logrado. Y eso, con toda la superlativa vanidad de su sabiduría científica, con todo el pregonado 05 HUMANISMO Y ESPECIALISMO 26 ANTENOR ORREGO alarde de sus métodos de investigación y de control experimentales. El hombre es un ser con una dimensión espiritual y moral que sobrepasa a to das sus otras dimensiones. Esta verdad capital la ha olvidado el hombre moderno en su afán de conquistar la naturaleza física y mecánica. El especialista, el experto, el técnico, sin amplia base humanista, nos han llevado a la bomba atómica y a su satánico poder destructivo poniéndola al servicio de los instintos irrefrenados del hombre. Pero no nos llevará jamás al aprovechamiento de la energía nuclear con su formidable potencia creativa, empleada para la superación espiritual y moral de la humanidad. Los estudiantes quieren una amplia base de integración humanista porque no desean ser simples “insectos” especializados en una profesión lucrativa. He aquí la raíz del actual conflicto universitario. Quieren, ante todo, maestros que tengan un verdadero formato humano, un auténtico porte moral, una efectiva dimensión ética que los haga capaces de renunciar a sus intereses particulares en aras de un interés superior. Porque solo de ellos surgirá la nueva universidad, especialmente la universidad indoamericana que aún está por crearse en nuestros pueblos. Una universidad que ha de insurgir desde el hondón mismo de la entraña americana (5). 27 EDUCACIÓN PARA LA VIDA - Selección de textos sobre educación 06 PASIONES Y EDUCACIÓN P ara matar la ambición interior, la pequeña ambición, no hay sino un camino: superar la ambición hasta hacerla positiva y creadora. Solo así la apetencia hedonística se hace heroicidad virtual. En la médula de las más grandes santidades hay una pasión o varias pasiones desordenadas que al superarse y vencerse se hacen humildad virtuosa por amplificación y anchura de panorama. El problema de la educación no es suprimir las pasiones que son el impulso creador del hombre. El problema consiste en enseñar la superación de las pasiones hasta la máxima nobleza y en servirse de ellas como instrumentos del espíritu. El concepto común sobre el aplastamiento o extirpación de las pasiones es un sentimiento suicida que tiende a convertirnos en eunucos morales. El hombre vale por sus más fuertes impulsos, es decir, por sus más fuertes pasiones. Las más de las veces estas se tornan negativas porque no se ennoblecen. He aquí el pecado. Hombre sin pasiones es un exhombre, un exser. La educación no es inculcar y modelar; la educación es revelar, conducir y ennoblecer. El alma humana es demasiada sagradapara que nadie tenga la pretensión de modelarla a su capricho. Un poco más de reverencia ante ella hace falta. El alma de cada niño tiene demasiado porvenir para que el pasado pretenda formarla. El único pecado de la vida es la infidelidad de cada cosa o de cada ser a sus fines. Las pasiones se hacen pecados cuando traicionan a su destino. Se truecan, entonces, en apetito, es decir, en negación vital. La negación en medio del espectáculo del Cosmos en que todo se afirma por la propia gravitación del destino en lo monstruoso. Si el hombre supiera que el destino es libertad, estaría salvado para siempre (6). 28 29 EDUCACIÓN PARA LA VIDA - Selección de textos sobre educación 07 ACADEMIA Q uiere el espíritu académico que ajustemos la múltiple paradoja de nuestra vida, la hirviente fluidez de nuestro ser a un arquetipo único y, las más de las veces, a un arquetipo envejecido y pretérito. Quiere, sobre todo, hacernos esclavos de la lógica o más frecuentemente, de una lógica. No tolera la contradicción, porque la contradicción es vital y, por lo tanto, revolucionaria y creadora. Si bien es cierto que la revolución tiene también su lógica, una lógica superior, o mejor una nueva lógica. Lo característico del espíritu académico es la aplicación de lo viejo a lo nuevo, de lo muerto a lo vivo, de lo pétreo a lo orgánico, de lo pasado al porvenir, de lo acabado ya a lo que está fluyendo. El error de la academia estriba, no tanto en formular reglas para juzgar lo pasado, sino en formularlas para juzgar el porvenir. Más bien dicho, no solamente pretende juzgar sino también quiere prejuzgar. La regla o la ley es el resultado de un proceso, y la Academia se atreve a juzgar un proceso que se está produciendo con las reglas del proceso anterior. Si solamente se limitara a explicarnos el pasado, casi nada tendríamos que reprocharle. La existencia de las academias y del espíritu académico solo se explica por esa tendencia ingénita del hombre a perdurar, a creer en una inmortalidad. No, precisamente, a perdurar creando, sino a perdurar a costa de lo creado y con desmedro de la nueva creación. Los menos, los predestinados a la creación, son los que alcanzan su perspectiva de eternidad. Los más, momifican el pasado refugiándose en la Academia y, ante la imposibilidad de seguir creando, adoran la sombra de una inmortalidad. Por ellos se llega a pensar que el hombre es un animal académico. Cuando en un país predomina e impone sus normas el espíritu académico; cuando en el trágico dilema de la conservación y de la creación es la primera que supedita a la segunda, se diviniza el pasado, se le reviste de áureos y espléndidos paramentos. El porvenir está constreñido, estrangulado en una argolla de hierro. Ambiente hostil para los espíritus enérgicos y puros, para los grandes agitadores de la conciencia colectiva, para los heroicos sembradores de ideales y de inquietudes, para los valerosos continuadores de la vida(7). 30 31 EDUCACIÓN PARA LA VIDA - Selección de textos sobre educación 08 LA INDIVIDUALIDAD “Es menester vivir en acecho de Dios.” Maeterlinck L os libros son nuestros servidores, no nuestros amos. Menguado espíritu es aquel que se deja esclavizar por unas líneas impresas, así estuvieran allí palpitantes las palabras de Dios. La admiración intelectual, la efusión de espíritu ante una obra de genio, debe cesar donde el fervor se torna servidumbre. Los grandes hombres son los libertadores de nuestro espíritu. Trabajaron para ampliar nuestra conciencia del Universo, no para enfeudarla a un sistema o a una ideología. La belleza y la verdad son hembras hermosas y orgullosas que no se dan sino al fuerte varón, que jamás llevó librea. Sigamos nuestro impulso original y todo se nos dará por añadidura. La vida supera siempre a los libros. Todo lo que estos nos puedan decir no es sino un mezquino comentario, una simple metáfora de la realidad. La fuente viva e inextinguible la llevamos en nosotros. Somos los supremos creadores de nuestra vida y los libros por si solos jamás enseñaron a vivir. El espíritu humano se resiste siempre a seguir el camino trazado de antemano. Nadie nos podrá decir una palabra sobre nuestro destino y sobre nuestra verdad. Es fuente sellada a la que no llegan sino los pasos profundos de nuestra individualidad y de nuestra intuición personal. Con frecuencia nuestra conciencia misma no registra la más tenue vibración de nuestros pasos futuros. Ellos surgen y se producen de repente, y solo son presentidos vagamente en los profundos y herméticos repliegues de nuestro corazón, forjando nuestra vocación y nuestra fe que vencen los más angustiosos azares del camino. Cada uno de nosotros es el resultado de una nueva combinación espiritual. Es imbécil querer repetir, tomando por modelo, una vida que se extinguió o que se desarrolla paralela a nosotros. Las almas no se repiten jamás; cada una es un ejemplar que trae predeterminado infinitamente el círculo de sus posibilidades. Cada hombre polariza un tal cumulo de energías naturales, unidas de manera tan inédita que sería del todo punto imposible encontrar una coincidencia perfecta desde que nació el primer hombre. Cada espíritu es una definición del Universo y un epitome de las fuerzas esenciales de la vida. Hostil a todo mecanismo sistemático, 32 ANTENOR ORREGO se crea y se produce a cada instante; fluye sin cesar con proteica multiplicidad, atropellando soberbiamente todas las normas rutinarias y pedantescas. Su reino no es de los dogmas que pretenden encerrarlo en una argolla de hierro. La presión de su ubérrima energía hace estallar fatalmente el círculo inexorable; y se desborda libremente fluyendo en el cauce que se crea él mismo. Cauce hecho de voluntad, de intuición, de amor y de esperanza. Esa es su realidad, esa es su vida y su verdad, y hacia ella camina tácitamente, expresándose tan solo cuando los acontecimientos le obligan a surgir, como aflora la roca a la superficie en las convulsiones geológicas. El conocimiento del universo será siempre inagotable porque en cada hombre se expresa. Cada criatura trae una emoción singular para el espectáculo que miran sus pupilas y que siente en su corazón. Una sensibilidad es una creación del mundo y un cerebro es un nuevo ordenamiento de valores. Nunca se repite un dolor porque nunca es igual una reacción que produce el choque de nuestros nervios con las cosas, de nuestros deseos con nuestras limitaciones. Nunca tampoco se repite una filosofía, porque nunca es semejante la colisión de nuestro cerebro con el mundo exterior: de nuestra inteligencia con nuestra experiencia. Somos un compendio de la vida, y no hay mejor manera de intensificarla y dignificarla que esforzándonos por asumir el máximo de conciencia universal. Escudriñemos celosamente todos nuestros actos y cuanto se relaciona con ellos. Cuando hayamos logrado surgir con perfecta claridad todos nuestros móviles, habremos cumplido con nuestra misión y ello no será felizmente mientras nuestro espíritu conserve su frescura juvenil. De lo contrario seremos viejos e inútiles y nuestra alma será ya una redundancia. Las más sutiles palabras de los sabios apenas nos harán entrever el tesoro que llevamos dentro, y que solo nosotros podemos desarrollarlo y cultivarlo con plenitud. Cada uno trae consigo los elementos de su realidad, que va creando y transformando todos los días, a medida que los hilillos invisibles de su ser se prenden en las entrañas de la vida universal. Desconectad cualquiera de ellos y habréis roto la armónica palingenesia de vuestra existencia; la melodiosa trasformación de vuestro espíritu. El hombre es una interpretación de lo que lo rodea. Las cosas, al ponerse en contacto con su sensibilidad, dejan en su espíritu una huella inconfundible, y ellas, a su vez, se enriquecen con una nueva traducción de su sustancia. El cuadro que tenemosen nuestra habitación vive con nuestra vida personal, y el conjunto de nuestras emociones que se producen al contemplarlo lo rodean de una vibrante aureola que es la prolongación de nuestro ser. El hombre llega a esta concepción mística de las cosas solo cuando ha afinado bastante sus sentidos y sutilizando lo suficiente su cerebro para penetrar en su esencia más íntima y escondida. Nuestras pupilas son dos ventanas de nuestra alma abiertas hacia el Universo. Son los canales invisibles por donde fluye incesantemente el alma de la vida exterior. Son los instrumentos de subjetivación de las cosas. Por ellas se incorpora en nosotros la naturaleza, y el más ligero parpadeo cierra o abre un sistema de vasta y rica sabiduría (8). 33 EDUCACIÓN PARA LA VIDA - Selección de textos sobre educación 09 LA ESFERA DE LA CIENCIA L a ciencia está íntegramente dentro de la causalidad, a cuyas leyes solo en una pequeña escala es capaz de dominarlas. Por esto mismo, un hecho azoroso o casual rompe la cadena científica de causa y efecto y le impele a una rectificación, cuando no a una recusación completa de sus leyes o conclusiones anteriores. Es paradójico que el instrumento – la inteligencia en el sentido bergsoneano- que el hombre posee para establecer la explicación causal, o lo que es lo mismo, racional y lógica del mundo, esté sujeto siempre a las acometidas de lo arbitrario, de lo inesperado, de lo ilógico. Y mucho más paradójico es que solo la atención y el asentimiento que el sabio presta a lo que viene a romper o trastocar, muchas veces de modo catastrófico, el mundo habitual en que vive, el encadenamiento causal de su saber, lo haga apto y eficiente para continuar la ciencia, para descubrir y colonizar nuevas zonas de la realidad. De esta suerte el verdadero sabio no es tanto el que se sujeta al imperativo lógico de su ciencia, cuánto aquel que está en acecho y admite, en cierto modo, el vuelo arbitrario o la irrupción caprichosa del azar o de lo causal. Se puede afirmar que los hombres no son sabios por lo que saben, sino porque son capaces de asentir, interiormente, a lo fortuito, a aquello que no está engarzado en la firmeza de su sabiduría. Es esta disposición interior lo que ha hecho posible siempre los grandes descubrimientos científicos, aquellos que han sido más fecundos para la especie humana. Por eso Galileo, que supo dudar con aquella duda creadora, que es el escabel de nuevas certidumbres, es el tipo de sabio perfecto. No parece sino que el azar dijera al hombre: Solo en la medida en que me admitas y me escudriñes con devoción infatigable, podrás construir esos esquemas temporalmente estables de tus leyes científicas, que te permiten vivir y pensar con cierta seguridad, pero que no son sino secciones o recortes de tu inteligencia sobre la trama incalculable, ingente y móvil de mi ser mismo, que es la esencia del acontecer cósmico. La ciencia –si bien en algunas personalidades superiores se eleva a la categoría de contemplación desinteresada de la verdad- es en su esencia eminentemente práctica, está hecha para la acción cotidiana del hombre sobre la naturaleza, solo tiene en vista sus más 34 ANTENOR ORREGO urgentes e inmediatas necesidades biológicas y la faena que tiene que realizar para cumplirlas. Sus aplicaciones más asombrosas no son otra cosa que la proyección de nuestros sentidos, el prolongamiento de nuestra acción más allá del campo habitual de nuestras sensaciones y de nuestras percepciones sensibles. La radio y el telégrafo prolongan nuestro oído y nuestra voz; el telescopio, el microscopio, el cinematógrafo y la televisión prolongan nuestra vista; la nave, la locomotora y el aeroplano prolongan nuestro aparato motor. El hombre, piensa Bergson, es por su lado racional, un fabricante de instrumentos. Desde las edades más remotas, el hacha y la flecha son los signos de su dominio sobre el mundo. Aun cuando especula lo hace sobre el modelo de la técnica, que no es sino la actuación práctica del hombre según las leyes de la causalidad, dentro del eslabonamiento de causa y efecto, y según orden y medida lógicos. Por eso la matemática será siempre la ciencia perfecta. A la ciencia se le pregunta solo lo que debe preguntársele. Si la interrogamos acerca de un poema, nos contestará que está compuesto, por ejemplo, de diez mil caracteres, que están impresos en tantas páginas, que la tinta que se ha usado es negra o de otro color, fabricada con tales o cuales materiales, que las páginas son de tal tamaño, que hay tantos párrafos y tantas mayúsculas, que tiene un determinado peso el papel que se ha empleado, que la extensión de la impresión abraza tantos centímetros, etcétera. Sobre la realidad física del poema ella seccionará todos los recortes lógicos, cadenas causales, causas y efectos, ordenaciones y medidas que se propongan averiguar, pero jamás hallará el sentido y la esencia del poema. Claro, los datos que ella nos suministra nos servirá tal vez en la práctica para la confección tipográfica y la impresión del poema en cualquier otra circunstancia; pero para nada más. Este ejemplo simplísimo nos muestra cuan impertinente y absurdo es interrogar a la ciencia sobre las verdades metafísicas del arte, de la religión y de la fe, que solo la intuición puede alcanzarlas. La ciencia astronómica, pongamos por caso, nos dará el peso y el tamaño de los astros, las distancias que los separan, su composición química por medio del análisis espectral, las mutuas influencias que existen entre ellos, la dirección y extensión de sus órbitas, sus movimientos particulares y universales, pero jamás estará en condiciones de darnos el sentido y la esencia de la realidad y del acontecer cósmicos. Sin embargo, el error de nuestra época y, acaso, el de toda la cultura occidental – eminentemente científica- ha sido interrogar a la ciencia sobre lo que no se debe, ni se puede interrogarla. La ciencia no podía respondernos o nos respondía mal. La ausencia de respuestas o las respuestas equivocadas generaron ese angustioso desequilibrio moderno que ha roto la armonía total de nuestro ser. Atenazada nuestra conciencia por sus preguntas, las ahogaba, las yugulaba, las arrojaba al inconsciente y de este tormaban hacia afuera en forma de obsesiones patológicas o de neurocismos dilacerantes. Se superestimó la ciencia y, con ella, el alcance de nuestra facultad racional, usurpando nuestras valías espirituales; de la misma manera que se superestimó la teología en la Edad Media, usurpando nuestras valías racionales y científicas. Hoy se pregunta la ciencia por Dios o se le niega; ayer se preguntó a la Providencia por las leyes científicas o se pretendía extraer las de ella, que es como negar totalmente la ciencia. En los tiempos medievales se escribieron tratados sobre la interpretación y autoridad de la Biblia. El hombre contemporáneo está pidiendo a gritos un nuevo reajustamiento, una nueva armonía, una nueva salud, que no puede encontrar sino superando sus anteriores desplazamientos: el de su razón, por un lado; el de su alma, por otro. Porque es un ser psíquicamente enfermo, las tensiones vitales en que vive reclaman polarizarse en una nueva síntesis armoniosa (9). 35 EDUCACIÓN PARA LA VIDA - Selección de textos sobre educación 10 NO SOLO DE PAN VIVE EL HOMBRE Q uizá este tema tenga aristas afiladas y abrasivas, para quien lo trate, en un mundo en que se han propalado ciertos tópicos con el rango de axiomas incontrovertibles. Sumergida nuestra época dentro de un materialismo denso y opaco, que repta a ras de tierra, predominan los criterios que asignan jerarquía superior a las necesidades más elementales del ser humano. Se ha perdido la visión de sus apremiantes exigencias espirituales y se está generando un hombre mutilado que sufre de una irremediable y monstruosa manquera moral y cultural. Semejantes a esos métodosde monocultivo que predominan en algunos países retrasados, los cuales desarrollan determinada producción con menoscabo de las otras. Los países modernos han abusado patológicamente del monocultivo o monocultura del hombre. De esta suerte, se preconiza, como la mejor y más previsora ciencia de gobierno, aquella que únicamente se ocupa de resolver los agudos y angustiosos problemas de la alimentación, de la vivienda, del vestido, de la higiene, de la medicina profiláctica y del confort ciudadanos. En suma, es la monocultura del aspecto biológico o físico del hombre que descuida todos sus otros aspectos. Esta técnica gubernativa se puede compendiar en una sola frase: desarrollo e incremento de los recursos económicos de los pueblos. Los gobernantes, los estadistas y los políticos actuales no se sienten, en puridad, con otras obligaciones, ni quieren asumir mayores responsabilidades humanas. Cuando hablan del llamado problema educacional, por ejemplo, se están refiriendo, en su fuero interno, solo a la alfabetización e instrucción elemental y primaria de las grandes masas. Los establecimientos de cultura superior, las universidades de disciplinas humanistas y los institutos de investigación se les mira con cierta imperceptible indiferencia. En todo el mundo, solo reciben, apenas, ayuda indirecta y laxa, subsidios escasos que pueden llamarse, más bien de misericordiosa conmiseración. En todo caso, en aquellos países en que están mejor atendidos, tal asistencia no guarda relación con el volumen y el desarrollo de la riqueza pública general, que se despilfarra en armamentos y aprestos militares. 36 ANTENOR ORREGO Los resultados de esta concepción unilateral y estrecha de la vida los estamos percibiendo ya en aquellos pocos países en que se ha logrado resolver casi todos estos problemas “fundamentales” según el criterio técnico. Es decir, en aquellas zonas en que las grandes masas gozan de un “alto nivel de vida” o como dicen los economistas, en que, por término medio, el ciudadano alcanza un alto porcentaje per cápita dentro de la riqueza pública. Cualquiera pensaría que estas dos palabras latinas que usan los especialistas sirven para algo a la numerosa legión de miserables que no posee unos pocos centavos para apagar su hambre y a quienes no les importa mucho las manipulaciones de las estadísticas. En estos países de altos niveles de vida, como Estados Unidos, por ejemplo, los investigadores y pensadores han comenzado a observar una creciente barbarización y frivolización de las poblaciones, signo del rebajamiento espiritual y moral del hombre. Este hecho alarmante ha sido denunciado con reiterada preocupación por estudiosos eminentes. Tal fenómeno se presta a fecundas meditaciones que pueden darnos la clave de nuestros errores de mayor calibre y la posibilidad de enmendarlos. Se comienza a ver que los métodos actuales de monocultivo fisiológico deben ser reemplazados por otros métodos que se dirijan a la asistencia, a la formación y educación integrales del hombre. Está bien que los gobiernos propendan a la supresión de la miseria y al logro de una progenie humana biológicamente fuerte y físicamente sana, como factores básicos para alcanzar fines espirituales y morales superiores. Un cerebro mal nutrido desde el estómago no podría entregarse con eficacia al alto ejercicio del pensamiento. El hambre inveterada, la mala salud y las condiciones inferiores de vida no favorecen, ciertamente, la irúciativa creadora. Unas pocas generaciones bastarían, si se las descuida, para precipitar a los pueblos a la más irremediable decadencia y aún hasta su completa aniquilación. Empero, no debe descuidarse tampoco el alimento espiritual que se encuentra postergado, y hasta desdeñado, por los gobiernos. No solamente de pan vive el hombre, según la frase evangélica, porque no es un animal cuya existencia alcanza su culminación en el vigor y salud biológica. El ser humano tiene un fin trascendente que rebasa su existencia corporal, como lo piensan las grandes religiones y los guías espirituales de todas las épocas. El hombre es esencialmente un creador de historia y de cultura a través de las cuales la humanidad ha alcanzado sus más excelsos objetivos, y obtendrá, en el futuro, sus perfecciones y superaciones ulteriores. Está bien que los “especialistas’, los “expertos” y los “técnicos” se ocupen de los problemas de la alimentación, de la producción y distribución, del vestido, de la vivienda, de la economía, de la higiene, de la medicina profiláctica o preventiva y del confort, que es el aspecto fisiológico, biológico y animal del hombre. Pero, al lado de ellos, los Estados deben preocuparse en la formación de animadores y orientadores de la juventud, de guías espirituales de los pueblos, de maestros del pensamiento que tengan la visión de los fines superiores del hombre y que asuman plena autoridad directiva, de artistas que den alimento de belleza a los sentimientos y al alma de las masas humanas para elevarlas y ennoblecerlas. Sin ellos, pronto los pueblos caen en la más radical degeneración moral y cultural, por más bien alimentados y vestidos que se encuentren. Hay salvajes frenéticos, bien trajeados y nutridos, que montan Cadillacs de lujo y que tienen almas de bandidos o de “gánsters’’. La Alemania nazista resolvió mágicamente casi todos sus problemas “fundamentales’: según el criterio técnico, pero sus masas eran moralmente primitivas y siguieron ciegas a un caudillo demente y 37 EDUCACIÓN PARA LA VIDA - Selección de textos sobre educación esquizofrénico que las precipitó en la ruina. Y tras ellas toda la legión de técnicos, de expertos y de especialistas, muy competentes, por cierto, en sus estancos especializados, pero que carecían de una visión humanista del hombre, de conceptos integrales sobre la vida humana, de preparación espiritual y ética que les hiciesen discernir con claridad sobre lo que estaba ocurriendo en su pueblo. Todos fueron arrastrados, como un rebaño dócil, a la catástrofe final sin que sus “especialidades técnicas” les sirvieran de nada. El pueblo alemán careció, en esos momentos de peligro, de auténticos guías espirituales y de verdaderos hombres de pensamiento que alumbraran su mente, porque el Estado jamás se preocupó de formarlos. Los pocos que hubieron fueron expulsados de su patria, desprestigiados, ante las masas por una pérfida y acerba propaganda. Otro tanto está ocurriendo con el pueblo ruso, mientras proliferan los técnicos de las bombas nucleares. Es sintomático el caso de Pasternak. Tal enseñanza debe ser esclarecedora para los pueblos de hoy y, singularmente, para los pueblos latinoamericanos que comienzan su vida histórica y que necesitan mirar con claridad y con pensamiento integral el sentido de su destino. Si económica e industrialmente somos subdesarrollados, espiritual y moralmente no hemos rebasado los niveles de una educación inferior y casi primitiva. Las sociedades deben atender ambos aspectos si no quieren barbarizarse y convertirse en verdaderas tribus, bien avitualladas y vestidas, capaces solo de construir bombas de hidrógeno y de manejarlas para destruir, en un instante, naciones enteras (10). 38 39 EDUCACIÓN PARA LA VIDA - Selección de textos sobre educación 11 LA ERA NUCLEAR Y LA HISTORIA CONTEMPORÁNEA E stamos en una etapa en que el hombre se traslada en aviones supersónicos y sus ojos y oídos reciben imágenes y sonidos que propalan las ondas electrónicas desde todos los confines del Universo. En el futuro esta aceleración será mayor todavía porque estará al servicio del hombre la energía nuclear con su potencia ilimitada y formidable. Realidad de tan dinámica estirpe en la que se esfuma, cual una voluta rauda, cualquier matiz característico del acontecimiento si no lo captamos de inmediato y clavamos nuestra mirada en su recóndito seno con celeridad y penetraciónaquilinas. Tendremos que abolir nuestros actuales relojes de precisión, todos los instrumentos que nos sirven para medir velocidades y fabricar otros aparatos más sensibles, de estructura más fina, que se adapten mejor a las modalidades recientes de nuestra vida. Necesitamos una conciencia más flexible, que sea capaz de abrirse hacia una iluminación más integral, que la de antes, para dominar y comprender esta realidad compleja que surge ante nosotros. Cada hecho histórico, cualquier gesto de nuestro semblante, el más ínfimo pensamiento que atraviesa la mente, toda iniciativa del hombre contemporáneo se desprende desde zonas más profundas, más perpendiculares a su hondura, más verticales a la entraña abismática de la vida. Por ende, necesita la criatura humana tensiones vitales mayores para realizarse y alcanzar una expresión más adecuada y cabal de sus significados, una más rápida intensidad vibratoria de su sensibilidad y de su pensamiento para abrazar y dominar todo su ámbito interno. Del conjunto de todas estas consideraciones fluye, como lógica y natural derivación, el perfil de una situación histórica que nunca pudo surgir antes. Significa la posibilidad de que el hombre pueda dar los pasos iniciales para el enfoque de su conciencia en la plenaria totalidad del mundo. Se trata de una época absolutamente distinta a las anteriores y con una tarea específica que no tendrá parangón con estas. Esta máxima apertura de la conciencia significa que el pensamiento y la acción humanos habrían comenzado a orientarse conscientemente hacia una meta grandiosa. 40 ANTENOR ORREGO Esta sería la era de la energía atómica que ha puesto en manos del hombre una pávida y tenebrosa capacidad destructiva, como lo estamos viendo ahora; pero también una capacidad inconmensurable de poder efectivo que, probablemente, se desplegará mañana en toda su fascinante plenitud. En verdad, un nuevo viraje de la vida humana, semejante, por sus incalculables consecuencias futuras, a uno de los momentos trascendentales de su existencia sobre la tierra. Aquel tránsito en que el hombre transmonta la penumbra inicial de la prehistoria e ingresa a la rotunda claridad inteligible de la verdadera historia. Vale decir, una etapa de más amplias posibilidades vitales y de mayor calibre creativo. Con lo dicho, basta para columbrar la radical transformación, la revolución, digamos -para emplear la palabra justa-, de todos los sistemas, métodos operatorios, actividades y conocimientos técnicos. Esto implica, necesariamente, el vuelco raigal y originario de todas las ciencias y el surgimiento de otras nuevas, que no sospechamos, porque estas constituyen el núcleo matriz de la técnica, la cual no hace sino aplicar, en la práctica, los descubrimientos y conocimientos científicos. Sin el estudio heroico y paciente, sin la desinteresada investigación de los sabios, la técnica sería una actividad baldada, ciega, incapaz de afirmar por sí misma un solo paso significativo y valioso. Empero, no solo implicará la transformación básica de las ciencias, sino hasta de la filosofía misma que habrá de enfrentarse a nuevas realidades humanas que antes ni siquiera pudieron vislumbrarse. Asistiremos, igualmente, al surgimiento de nuevas costumbres sociales y hábitos individuales, de innovadas concepciones urbanísticas, de distintos patrones de juicio, de otros cánones estéticos y de insólitas formas de existencia. En suma, sería imposible bosquejar el panorama global de este cambio revolucionario. Hay una legión de estudiosos que se están ocupando ya de los diversos aspectos sociales, económicos, científicos y técnicos que traerá al mundo el empleo de la energía nuclear. Supeditando a todos, algunos gobiernos han sistematizado la investigación en el aspecto estratégico, táctico, militar sobre el uso de las bombas atómicas en caso de conflictos bélicos. Es decir, lo más adelantado de la ciencia nuclear está consagrado por hoy a su aspecto destructivo. El aspecto realmente positivo y creativo para el servicio y superación del hombre en la paz es todavía muy incipiente y solo existen débiles y aislados intentos, que no cuentan con el interés y asistencia oficiales, que carecen de todo respaldo financiero para su incremento y desarrollo. Hay, finalmente, otro aspecto que está casi del todo descuidado y hasta desdeñado. Nos referimos a la educación y preparación moral del hombre para el uso de un poder tan formidable, aspecto que consideramos fundamental. Solo un ser humano espiritualmente superior, que tenga conciencia clara de su enorme responsabilidad y que esté libre de pasiones y ambiciones superiores y primitivas, sería digno de manejar un potencial energético tan poderoso, para el bien como para el mal. No son infundados los serios temores de una posible e irresponsable aniquilación de la humanidad con la bomba atómica. Encomendado su manejo a especialistas sin preparación humanista y sin conciencia ética, el hombre estaría corriendo el albur de destruirse en masa. Bastaría un capricho insensato, alguna reflexión pueril o equivocada o cualquier cálculo estrecho o consideración egoísta, para desencadenar una catástrofe pavorosa. Valdría tanto como poner una tea en las manos de un niño que ingresara a un polvorín sin discernimiento del peligro y sin responsabilidad alguna acerca de sus letales consecuencias. 41 EDUCACIÓN PARA LA VIDA - Selección de textos sobre educación Esta preparación o formación espiritual del ser humano no puede ser postergada porque debe asumir el formato de la época en que vive. Hasta aquí, las conquistas técnicas y científicas permitían la existencia de expertos que podían darse el lujo de mutilarse espiritualmente, hasta cierto punto, encerrándose en sus compartimentos privados y especializados sin la debida preparación humanista y ética. De hoy en adelante, no solo asumen una responsabilidad técnica y profesional, sino una decisiva responsabilidad humana de esencia espiritual y moral. El técnico debe poseer no solo la eficiencia en su métier, no solo habilidad en su oficio para la aplicación científica y práctica del conocimiento, sino una visión acertada y cabal del proceso histórico y cultural que está viviendo la humanidad. El técnico debe convertirse en hombre integral, es decir, alcanzar el nivel en que lo han colocado las fuerzas ascendentes que están forjando la historia contemporánea (11). 42 43 CULTURA Y EDUCACIÓN II 44 45 La cultura no es otra cosa que esa capacidad dinámica de aprehensión que el hombre pone en juego en el acto de conocer. Capacidad absorbente de esponja que incorpora dentro de su conciencia, es decir, dentro de su ser, la vasta y rica multiplicidad del Universo. Por eso la cultura consiste, esencialmente, en la mayor o menor sensibilidad para sentir como Una, como propia e individual, la existencia total del Cosmos. Por eso, también, el hombre culto frente al paisaje lo profundiza y se lo apropia, lo hace carne de su conciencia y de sí mismo.. […]Cultura es, pues, sinónimo de sensibilidad y, por eso, el cerebro se constituye como una antena fina y vibrátil y aprehende y traduce en pensamiento y en acción los mensajes múltiples del Cosmos. Antenor Orrego (En Pueblo Continente, ensayos para una interpretación de América Latina, segunda sección, cuarta parte, I ) 46 47 EDUCACIÓN PARA LA VIDA - Selección de textos sobre educación C uando miro, en el seno de la noche nutrida y vasta, el sonámbulo parpadeo de una estrella que está invitando a mi corazón a una nueva concordancia esencial y que abre su broche de infinito para darme un pedazo inédito de Dios, veinte siglos de espíritu, cuarenta generaciones de peregrinos se asoman a mis pupilas, se aposentan en mis nervios, llaman a mi cerebro y levantan los brazos clamorosos para acoger el porvenir que rasga el velo súbitamente y a la creación nueva que rindesu primer latido. Amigo mío, cuando te estrecho contra mi corazón y te comprendo, la cavernaria bestezuela humana se redime en mi amor y en el tuyo. El pasado atisba las posibilidades que pudo alcanzar y cómo sus broncos instintos de destrucción y de presa se han tornado en enérgicos y armoniosos poderes de la vida. Mujer, cuando aceptas mi integración, cuando tu ser se abre para acoger el mío, cuando tu espléndida morada se franquea a mis pasos resueltos y a mis varoniles ansias de perdurar, las edades empozan toda su miel de siglos, y es posible ese candor celeste y esa ternura divina con que nuestras entraña se precipitan a fundirse para continuar nuestro sentido de perduración y proyectar nuestra esperanza hacia Dios. Cuando trato de explicarme ese perpetuo milagro que se planta ante mis ojos y este cotidiano asombro de nacer y morir, no es ya que me sirvo de aquel primitivo y basto instrumento con que mi hermano troglodita fabricaba un fetiche para adorarle; es este un fino y sutil registrador que ha perfeccionado la humanidad en su pensar de veinte siglos; complejo, elástico y vital que busca en la verdad sus sentidos más profundos, maravilla de Dios, remate der ser en sí mismo, radiante y gloriosa coronación de la vida. Nada de lo que puedo representa una desnuda y escueta potencia individual, hablan y obran en mí las generaciones humanas que vivieron y se precipitaron hacia la muerte. Mi destino es solidario de todos los destinos. La herencia que traigo tiene una perentoria correlación de continuidad. Esta correlación asume toda la tremenda responsabilidad del ser. ¡Hay del que intenta estafar al pasado a costa del futuro y de la vida! La cultura es un bien hereditario que trae una relación de continuidad vital, una correlación de responsabilidades eternas. El hombre en sí mismo es una responsabilidad ante el Universo (12). 12 CULTURA 48 49 EDUCACIÓN PARA LA VIDA - Selección de textos sobre educación 13 CAMBIOS DE MÉTODOS EDUCATIVOS E l mundo contemporáneo ha ingresado en un periodo de crisis total. Al insularismo de las épocas antiguas ha sucedido una época de contactos y entrecruzamientos activos. Antes, cada pueblo constituía en sí un círculo cerrado, cuyas formas de vida casi no trascendían hacia los otros, ni recibían tampoco influencias ajenas. Ahora, el mundo es una red cálida de intercambio que cada día tiende a acelerarse hasta un grado inconcebible. Y esta mezcla o fusión de pueblos no solamente se está consumando en el sentido horizontal de razas o de circunscripciones geográficas. Se está consumando, sobre todo, en el sentido vertical de las diversas clases económicas y sociales. Este solo hecho nos está indicando que la historia ha entrado en una etapa revolucionaria, más radical y fundamental que las anteriores. Se plantea, pues, para la humanidad una crisis absoluta. Comienzan a morir las viejas formas de vida y a surgir otras nuevas, más capaces y flexibles para estructurar la convivencia humana. Crisis en el orden moral, en el orden jurídico, en el orden económico, en el orden poütico y en el orden social. En ninguna época de la historia ha emergido, con carácter más imperativo, la obligación y la responsabilidad de entender correctamente el sentido de nuestro tiempo. Debemos comprenderlo si no queremos precipitarnos en una catástrofe que no puede ser otra cosa que la vuelta regresiva hacia la barbarie. El hombre de hoy debe poseer un cerebro tan fino y tan poderosamente organizado que sea capaz de rebasar esta crisis por la comprensión aguda de su significado. Y un cerebro preparado para el cumplimiento de esta función no puede ser sino la obra de un adecuado sistema educativo que sea capaz de capacitar a la juventud para el desempeño de su misión histórica. El escritor Karl Mannheim nos dice: “En una sociedad como la nuestra solo puede ser eficaz una educación para el cambio mismo”. Y añade: “La educación ha sido un compartimento, porque la escuela y el mundo habían llegado a ser dos categorías opuestas, más bien, que complementarias”. 50 ANTENOR ORREGO La educación académica y libresca arranca al hombre de su contacto con la realidad que lo circunda. Lo hace vivir en un mundo idealista o imaginario, que más que un campo activo de lucha es una evasión, una huida hacia la esfera del ensueño y de la fabricación de la realidad. El hombre contemporáneo debe aprender a reaccionar original y vitalmente ante el ámbito de vida que lo rodea. La escuela no consiste solamente en enseñar un conocimiento hecho sino en capacitar para el aprendizaje más eficaz de la vida misma. La vida siempre es problemática porque es una fluencia continua, en que no valen los patrones hechos, ni los lugares comunes que, en vez de arribar a una solución, escamotean la dificultad por ignorancia o por timidez. La juventud de hoy, más que nunca, debe aprender a pensar con autonomía mental sin esperar que sus opiniones y sus juicios le vengan ya hechos, aderezados por otros. En un mundo que cambia a cada minuto no hay tiempo ni para la negligencia, ni para el ocio dorado de otras épocas. Debe ser dueña de un pensamiento dinámico que le pique los talones al tiempo, como el tábano de Sócrates, para regir los acontecimientos y no dejarse arrastrar por ellos. ¿Cómo podremos plasmar y modelar nuestra democracia, que tiene que ser poseedora de sus propias experiencias, si nuestra juventud no se prepara en el ejercicio del pensamiento enérgico para quebrar la rutina del tópico rutinario y se siente todavía manumitida por un mundo viejo que se ha hundido ya irremediablemente? (13). 51 EDUCACIÓN PARA LA VIDA - Selección de textos sobre educación 14 DIFUSIÓN DE LA CULTURA EN EL PUEBLO G obernar es educar al soberano. Esta frase expresa concisamente el pensamiento central del gran educador y gobernante argentino Domingo Faustino Sarmiento. Puede decirse que los pueblos latinoamericanos nacen a la vida de la independencia política bajo la advocación de este signo, no obstante el agitado y frenético clima pasional en que surgieron. Los más ilustres guías espirituales del continente: Bello, Hostos, Lastarria, entre otros, fueron ejemplares propugnadores y fervientes maestros de la cultura popular en sus respectivos países. Estaban convencidos de que ese era el mejor camino para lograr una sólida y remanente estructura estatal y democrática. Y, en verdad, era el único instrumento que invistiera la suficiente eficacia para dominar y vencer las irrefrenadas perturbaciones anárquicas que conmovieron, endémicamente, nuestra vida interna en los comienzos de la autonomía política. Desaparecida la estructura de la Colonia, brotaron, luego, violentas explosiones faccionales que sumieron a los pueblos en un estado caótico. Las pasiones y las ambiciones más broncas y desaladas irrumpieron como un oleaje borrascoso, con tal impulso arrollador de áspera violencia, que hizo dudar, en ciertas ocasiones, a los mejores espíritus de la época, acerca de la obra fecunda de la Independencia. Muchos creyeron con el ánimo deprimido que estas tierras estaban condenadas, para muchos siglos, a una vida tormentosa y estéril. No estuvieron muy descaminados los próceres de la cultura latinoamericana. Masas ignorantes y casi primitivas eran arrastradas por caudillos improvisados, que no tuvieron otra bandera que sus exasperados personalismos, a guerras civiles que parecían interminables. Las montoneras peruanas que ocupan una etapa considerable del siglo anterior y que dan colorido característico a ese periodo de nuestra historia doméstica, eran de esta índole. La salvación no podía llegar sino en virtud de una tarea sistemática de educación que alcanzara una extensa difusión popular. La obra ha sido lenta y penosa a lo largo de un siglo y solo apenas hoy hemos comenzado a vislumbrar los primeros resultados provechosos. 52 ANTENOR ORREGO Asílo ha comprendido la mayor parte de países latinoamericanos y se han propuesto intensificar y multiplicar los medios de cultura. La instrucción primaria y secundaria, la preparación universitaria y técnica, los institutos de investigación, el acrecentamiento de las publicaciones nacionales y el ingreso en mayor escala de las publicaciones extranjeras han adquirido un sorprendente desarrollo en las últimas décadas. En todas partes se está luchando contra el analfabetismo, así en las ciudades como en los campos, empleando los métodos pedagógicos más modernos. Se han librado ya y se están librando aún activas campañas de desanalfabetismo que llevan los beneficios de la cultura a los más remotos parajes. Es algo, pero no es todo. El libro, instrumento por excelencia de la cultura popular, no está todavía al alcance de nuestras grandes masas. Es caro y la distribución inadecuada impide su fácil acceso a los lectores. Se han hecho ya unos pocos ensayos para salvar estos inconvenientes en algunos países que han alcanzado éxitos inesperados y magníficos. Recordemos la obra de Vasconcelos en México. No solo se editaron, en ediciones baratas, las obras de autores nacionales y americanos sino que se hicieron también ediciones de los clásicos griegos y latinos que se difundieron en todo el continente. Colombia, Venezuela y Guatemala realizaron, igualmente, valiosos intentos de esta índole. Sería deseable que todos los otros países siguieran este ejemplo que repercutiría de inmediato en la elevación de la cultura popular latinoamericana. Los diversos festivales de libros que se han ensayado en los últimos años entre nosotros revelan, con inequívoca transparencia, la avidez de lectura que existe latente e insatisfecha en el pueblo peruano. Las ediciones se agotaron rápidamente y constituyeron verdaderas sorpresas para todos y, especialmente, para aquellos pesimistas que tenían la tendencia a desmedrar el interés cultural de nuestras masas. Se vio en forma indiscutible que únicamente los precios elevados y la distribución mal organizada eran los dos factores determinantes de la escasa venta de libros en nuestro ambiente. Esta labor, proseguida sin interrupción, irá decantando, a la larga, una vigorosa conciencia cultural e irá revelando, a propios y extraños, nuestro acervo bibliográfico, que es la auténtica dimensión espiritual de un pueblo civilizado. Gobernar es educar al pueblo. Este pensamiento de Sarmiento conservará permanentemente su vigencia en todos estos países que se preparan a ingresar como factores positivos en la tarea común de la cultura mundial. Antes pudimos vivir de prestado y al margen, puede decirse, de las corrientes centrales del pensamiento humano. Ahora no podemos ya soslayar nuestra responsabilidad de pueblos que van alcanzando su mayoría de edad. El mundo reclama el aporte de América y esta se ve compelida, por las mismas circunstancias históricas en que se desarrolla hoy, a incoar un destino superior, a que está llamada, junto a los otros pueblos modernos (14). 53 EDUCACIÓN PARA LA VIDA - Selección de textos sobre educación 15 EL MAGISTERIO NACIONAL Y LA POLÍTICA N ada hay tan trágico como la situación del maestro peruano. Sobrecargado de labor, percibiendo subsidios miserables y víctima de las apetencias políticas del momento. Es el símbolo de nuestra nacionalidad como barbarie, como desorganización, como realidad desarticulada. Es la constatación más evidente del caos en que vivimos. Los ingresos del presupuesto se invierten y se agotan en cosas adjetivas cuando no en cosas absolutamente superfluas. Se da el caso de que la policía preventiva y los puestos de favor político absorban millones de soles, mientras que el maestro de escuela se muere, literalmente, de hambre. Y, sin embargo, se clama de todas partes porque el Estado mejore y amplíe la enseñanza. Tenemos una gran masa de población que quiere aprender, que desea capacitarse, que ansía, vivamente, educarse. El movimiento aprista lo demuestra de modo inobjetable. Los locales donde se dictan cursos de capacitación en alguna disciplina desbordan de gente. Humildes hombres de la masa trabajadora leen y estudian con avidez. En gran parte, el éxito fulminante del Aprismo en la conciencia pública se debe a que ha sabido traducir este anhelo general. Tenemos, pues, la constatación de un hecho que el Estado no puede mirar con desdén so pena de quedar por debajo de su misión. Tenemos la materia prima: la voluntad de aprender del pueblo. Es preciso canalizar este anhelo y llevarlo a su máxima realización. Para lograrlo exaltemos la labor del maestro, dignifiquemos su condición social y económica. Hagamos del paria que es ahora, un factor decisivo de nuestra superación espiritual. En sus manos está el porvenir de la República. Menos política de burocracia y más política de construcción. Gobernar significa no solo administrar el presente, sino también preparar el presente para el porvenir. Sin esta tarea de previsión, el Gobierno no significa casi nada. Todo buen gobierno que comprenda su misión con justeza cabal tiene que movilizar un plan de largo alcance, un plan que sea capaz de incorporar, en cierto modo, el porvenir. 54 ANTENOR ORREGO Dentro de este plan tiene que estar, por fuerza, el problema educativo, pero, antes, hay que hacer labor de justicia con el maestro. Arranquémosle de las garras despiadadas del favor político que lo corrompe, lo deforma y lo esteriliza. Hagamos del maestro de escuela un hombre respetable y libre, un hombre que se consagre con todas sus fuerzas viriles a la educación de nuestros hijos. Sin ello la enseñanza nunca tendrá la magna proyección que debe tener en las conciencias juveniles. La miseria, el abandono y el desprecio repercutirán cual complejo freudiano, no solo en el espíritu mismo de los maestros, sino en la subconsciencia de los discípulos. En esas condiciones es imposible una labor educativa de verdadero y efectivo provecho. La tiranía de los dieciséis meses que nos ha dejado tantas taras morales y materiales, nos ha dejado, también, más de dos mil maestros en la miseria, arrojados de los puestos que regentaban. Estas víctimas de una pasión política desenfrenada reclaman justicia. Y justicia pronta, efectiva y cabal. Cualesquiera que sean los vaivenes políticos. el maestro debe ser intangible porque es el factor decisivo de la educación nacional. Pueblo que no respeta a sus maestros es pueblo que no se respeta a sí mismo, pueblo carente de toda personalidad vigorosa. Desagraviar al maestro peruano significa cumplir una tarea impostergable de justicia. Una tarea real y fecundamente constructiva (15). ¡Hagámosla! 55 EDUCACIÓN PARA LA VIDA - Selección de textos sobre educación 16 PAN, LIBERTAD Y CULTURA H ay tres aspectos básicos que trazan el claro perfil de una democracia moderna y que sirven para definir su ascensión dinámica hacia el futuro. De ninguno de ellos se puede prescindir hoy porque constituyen los lineamientos fundamentales de una tarea nacional que nunca se agota. Logrará tal vez un país avanzar muchos escalones en el sentido de su perfeccionamiento, pero siempre tendrá por delante la necesidad insoslayable de nuevos desenvolvimientos de esta vasta y múltiple faena. Esta es, precisamente, la responsabilidad imperativa de un gobierno que tiene conciencia cabal de la misión que recibió del pueblo al consagrarlo con la mayoría de sus sufragios electorales. El mandato que emana de la soberanía popular no tiene, en esencia, otro sentido. De allí que una democracia auténtica suele definirse como el gobierno del pueblo, para el pueblo y por el pueblo. El lema de Lincoln. Estos tres factores primordiales de una democracia: pan, libertad y cultura, no pueden realizarse aisladamente porque se integran con recíproca coherencia. Es menester coordinarlos con atención y cuidado dentro de un plan
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