Logo Studenta

educaciOn-para-la-vida,--antenor-orrego--seleccion-de-eduardo-paz-esquerre

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

Antenor Orrego
EDUCACIÓN PARA 
LA VIDA
PÁGINAS ESCOGIDAS
Eduardo Paz Esquerre
Selección, introducción y notas
FONDO EDITORIAL DE LA UNIVERSIDAD PRIVADA ANTENOR ORREGO
EDUCACIÓN PARA LA VIDA - Páginas escogidas
© Eduardo Paz Esquerre - Selección, introducción y notas.
Editado por:
© UNIVERSIDAD PRIVADA ANTENOR ORREGO
Av. América Sur N° 3145, 
Urb Monserrate, Trujillo, Perú
Teléfono (51) 44 604444, anexo 2087
wwww.upao.edu.pe
Primera edición, Fondo Editorial UPAO, mayo 2019
Tiraje: 1000 ejemplares
Hecho el depósito legal en la Biblioteca Nacional del Perú Nº 2019-05988
ISBN N°
Se terminó de imprimir en mayo de 2019 en:
IMPRENTA EDITORIAL GRÁFICA REAL S.A.C.
Jr. Independencia 953, Trujillo - Perú
T. (51-44) 253324
ventas@graficareal.pe
Impreso en Perú.
5
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN: EFIGIES DEL TIEMPO / 09
I. EDUCACIÓN PARA LA VIDA /13
1. Una educación para la vida / 17 
2. Vida y docencia / 19
3. Profesor y maestro / 21 
4. Pensador y teórico / 23
5. Humanismo y especialismo / 25
6. Pasiones y educación / 27
7. Academia / 29
8. La individualidad / 31 
9. La esfera de la ciencia / 33 
10. No solo de pan vive el hombre / 35
11. La era nuclear y la historia contemporánea / 39 
II. CULTURA Y EDUCACIÓN / 43
12. Cultura / 47
13. Cambio de métodos educativos / 49
14. Difusión de la cultura en el pueblo / 51
15. El magisterio nacional y la política / 53
16. Pan, libertad y cultura / 55
17. El problema de la enseñanza nacional / 57
18. Nivel de cultura / 59
19. Escritor y ambiente: rastacuerismo intelectual / 61
20. Escritor y ambiente: función creativa del escritor / 63 
21. Discriminaciones: escritor y gramático / 67
22. Discurso dirigido al Grupo TRILCE de Trujillo / 71
6
ANTENOR ORREGO
III. EDUCACIÓN UNIVERSITARIA / 77
23. La reforma de la enseñanza superior / 81
24. Al margen de la vida diaria: nuestro espíritu universitario / 83
25. Clasificación / 85
26. La docencia universitaria y el alumnado / 87
27. Cultura universitaria y cultura popular / 89
28. El conflicto universitario / 95
29. La cruzada por la libertad del estudiante / 97
30. Conferencia leída por Antenor Orrego en la reapertura de las 
 universidades González Prada / 99
31. Las universidades González Prada / 105
32. Universidad y pueblo: el nuevo estatuto de Reforma / 107
33. Discurso en el Senado de la República: debate sobre la 
 Reforma Universitaria / 109
34. Universidad y estudiantado: el protagonista de la Reforma / 115
35. Universidad y cultura: los fundamentos básicos de la Reforma /117
36. Universidad: voluntad del futuro / 119
37. Universidad: expresión temporal y telúrica / 121 
38. Universidad de espaldas a la realidad peruana / 123
39. Mosaico pedagógico / 125
40. La universidad latinoamericana / 127
41. Aires de fronda universitária / 129
42. La universidad y el cogobierno /131
43. Aspectos básicos de la nueva universidad / 133
44. Hacia una universidad indoamericana / 135
45. El estatuto legal de la universidad / 137
46. ¿Va el Perú a la Reforma Universitaria? /139
47. Bases fundamentales de la universidad reformada / 141
48. Reforma universitaria y legalismo profesional / 143
49. Nueva universidad: proyección hacia nuestras realidades / 145
50. “Vamos a la universidad para luchar por la libertad de nuestros países” / 147
51. Una simple ley no crea la nueva universidad / 149
7
EDUCACIÓN PARA LA VIDA - Selección de textos sobre educación
IV. GESTIÓN UNIVERSITARIA / 151
52. Memoria Rectoral de Antenor Orrego, año 1946 / 157
53. Memoria Rectoral de Antenor Orrego, año 1947 /175
V. ENTREVISTAS / 189
54. “Creo que el estatuto marcará una etapa decisiva en el 
 desenvolvimiento de la universidad” / 193
55. Rector de la Universidad Nacional de Trujillo / 195
NOTAS /199
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS / 205
9
EDUCACIÓN PARA LA VIDA - Selección de textos sobre educación
INTRODUCCIÓN
EFIGIES DEL TIEMPO
Los cincuentaicinco textos sobre educación escogidos para este volumen, 
permiten entender los riquísimos puntos de vista que Antenor Orrego tuvo, con 
amplitud de miras, sobre esta necesidad humana. La mayoría son textos cortos 
porque nacieron para ser dados a conocer a través de periódicos y revistas de su 
tiempo. La página impresa se vuelve la pizarra y la voz del maestro que ilumina 
aspiraciones y vislumbra verdades que estima trascendentes, y los lectores de 
diversas partes, en barrios y pueblos, sus discípulos.
En su época entendió que el periodismo impreso era un verdadero 
intermediario de la cultura si se le usaba bien. El periodismo obliga a la concisión. 
“Lo que sea digno de ser conocido –decía- ha de presentarse a la mayor parte de 
los hombres en forma lo más breve posible para que penetre profundamente en 
su conciencia”. Supo expresar sus opiniones a través de editoriales, artículos, 
crónicas de opinión, ensayos periodísticos y, en sus últimos años, a través de la 
columna de opinión. 
La columna de opinión fue la forma de expresión periodística que utilizó con 
mayor intensidad, en los últimos tres años de su vida, para ocuparse de diversos 
temas del Perú, América y el mundo. Llamó Efigie del Tiempo a su columna, 
publicada 228 veces, en el diario La Tribuna de Lima, desde julio de 1957 hasta 
julio de 1960. Estos 228 textos ofrecen una riquísima variedad temática tratada 
con solvencia y profundidad por su autor; comprende asuntos locales, regionales, 
nacionales e internacionales, así como asuntos político-sociales, educativos, 
estéticos, filosóficos, literarios, éticos, jurídicos, económicos, humanísticos y 
comunicacionales, entre otros. De ellos, hoy nos interesan los temas educativos. 
La totalidad de su obra, sus planteamientos e ideales, son hoy una efigie del 
tiempo de la que nuevas generaciones tienen mucho que aprender.
Además, junto con los libros de su autoría, la disertación pública y la 
enseñanza oral, se expresó como comunicador, filósofo, político y, especialmente, 
maestro. Analizó y enjuició los más variados acontecimientos, de acuerdo 
a su trascendencia, a fin de ayudar o influir en el público en la formación de 
determinadas opiniones, dada su amplia versación sobre diversos asuntos y su 
capacidad de interpretación y análisis. 
10
ANTENOR ORREGO
Los textos aquí seleccionados se caracterizan por ser reflexiones sobre 
educación, expuestos con brevedad, sin el rigor sistemático del ensayo académico 
que incluye la cita de fuentes, pero con el sello personal de su hondura, madurez, 
alta sensibilidad y pasión por las ideas. 
Ya Robles Ortiz, en varios trabajos pioneros (1992, 2011 y 2016) ha 
identificado los aportes en materia educativa presentes en la obra de Orrego. 
Ideas principistas, generadoras de ideas, que en tiempos actuales se las identifica 
dentro de la corriente pedagógica que se llama constructivismo, sustentadas por 
Lev Vigotsky, Jean Piaget, David Ausubel, Jerome Bruner, o ideas presentes en 
el pensamiento psicopedagógico de la escuela humanista representada por Carl 
Rogers y Abraham Maslow. Robles Ortiz encuentra también tempranos aportes 
de Orrego que coincidirán, años después, con las teorías de Howard Gardner y 
Daniel Goleman. Orrego elaboró ideas sobre educación que la vida, por diversas 
circunstancias, no le permitió desarrollar con amplitud. 
De estos cincuentaicinco escritos seleccionados, cuarentaidós son artículos 
publicados en diarios y revistas. Tres, en el diario La Reforma (entre 1918-1920); 
cuatro, en el diario El Norte (publicados entre 1923 y 1930); uno, en la revista 
Amauta, que dirigiera José Carlos Mariátegui (publicado en 1928); uno, en la 
revista Antorcha (en 1933); uno, en la revista Sayari (en 1946); cuatro, en Impacto 
(en 1956); y veintiocho, los más numerosos, en el diario La Tribuna, de Lima, 
(publicados entre 1946 y 1960). 
Los trece textos restantes seleccionados fueron tomados de los libros de 
Antenor Orrego y de otros volúmenes que los incluyen: tres, de Notas marginales(1922); uno, de El monólogo eterno (1929); tres, de Discriminaciones (libro póstumo 
publicado en 1965); uno, de Hacia un humanismo americano (libro póstumo 
publicado en 1966); uno, el discurso que pronunciara en el Senado de la 
República sobre la Reforma Universitaria (tomado del Diario de Debates, 1946); 
dos Memorias de su gestión como Rector de la Universidad Nacional de Trujillo, 
en 1946 y 1947; el discurso dirigido al Grupo Trilce de Trujillo (noviembre de 
1959); y un texto sobre reforma universitaria incluido en un libro de Gabriel del 
Mazo (en 1968). Para mayores detalles, ver las notas de referencias al final de este 
volumen.
Podemos apreciar que la educación fue un tema constante a lo largo de su 
vida. En sus textos de 1922, hasta el último artículo que publicó en su columna de 
opinión el 7 de julio de 1960 (“La era nuclear en la historia contemporánea”), diez 
días antes de su repentina muerte, aparece y reaparece el tema de la educación.
En sus escritos Orrego tiene la habilidad de conseguir una representación 
vivencial de los hechos o las ideas que da cuenta. Es decir, cuando el tipo de 
texto periodístico que escribe lo permite, en su prosa se fusionan el periodismo 
y la literatura para dar forma a su material ideológico, con libertad de estilo, 
elevándolo a modos conceptuales con los que busca expresar los hilos finos 
de sus agudas observaciones, en el propósito de expresar amplios sentidos y 
11
EDUCACIÓN PARA LA VIDA - Selección de textos sobre educación
significaciones. El uso de imágenes verbales, de lenguaje figurado, son parte del 
herramentario de sus construcciones verbales, que hacen también de él un poeta 
en prosa (Paz, 2009).
César Vallejo describe así a Antenor Orrego en el artículo “Los escritores 
jóvenes del Perú”, enviado desde París y publicado en el diario El Norte de 
Trujillo el 4 de abril de 1925:
“Antenor Orrego demuestra una potencia más grande de idealización. Orrego es más 
poeta, más inquieto de infinito, más simbólico y más sereno. Su serenidad desconcierta. 
No se explica cómo alcanza una serenidad semejante. Coge los más diversos hechos 
cotidianos, las menudas preocupaciones de los pueblos y de los individuos y en lugar de 
refundirlos como More, los idealiza y extrae heroicas y santas afirmaciones. Es un gran 
poeta en prosa. Es actualmente el pensador más grande y más generoso de la juventud 
peruana” (Vallejo, 1987. 34).
Federico Esquerre Cedrón, jefe de redacción del diario El Norte, Trujillo, en su 
edición del 22 de mayo de 1925, escribió:
“El vuelo lírico de Orrego es de la estirpe de Emerson. Ondea siempre en alto y nunca 
deja de alcanzar las cumbres”.
Los artículos seleccionados de este volumen, lo hemos organizado en cinco 
capítulos. 
El primer capítulo de este volumen busca interiorizar sobre el sentido 
fundamental de la educación en la naturaleza humana, su finalidad última, sus 
componentes esenciales mutando y reahaciéndose en la vida misma. 
El segundo capítulo, un grupo de artículos indagan sobre el sentido y los 
alcances de la cultura, como enseñanza, como aprendizaje, como cultivo de sí 
mismo, como ambiente, como creación, como realización humana. 
El tercero aborda el complejo tema de la educación universitaria en el Perú, en 
el que debe coexistir integradamente el humanismo y el especialismo. Analiza lo 
que es el espíritu universitario, la reforma de la enseñanza superior, la docencia, 
el alumnado, los métodos educativos universitarios, el cogobierno, la universidad 
latinoamericana y lo que serían los cimientos de la nueva universidad, las bases 
fundamentales de la universidad reformada orientada hacia un nuevo presente 
y el futuro.
Orrego no solo ejerció la docencia en la universidad, como docente formal 
y como rector de la Universidad Nacional de Trujillo, también fue docente 
informal en las llamadas Universidades Populares González Prada. Robles (2019: 
84-85) brinda una imagen de lo que era esta “universidad”, generosa y esforzada 
en transmitir educación al pueblo:
12
“Pero su acción docente [de Orrego], de modo principal, fue de carácter informal o 
en instituciones que no estaban organizadas en grados o años de estudios, con miras a 
una certificación. Tal es el caso de las Universidades Populares González Prada, surgidas 
en 1921 al calor del movimiento de la Reforma Universitaria en diversas ciudades, 
para educar obreros, campesinos, artesanos, amas de casa, empleados, trabajadores en 
general, mediante cursos prácticos y teóricos: alfabetización, higiene, manualidades, 
campañas contra la drogadicción y el alcoholismo; igualmente, arte, lenguaje, historia, 
geografía, filosofía, literatura, matemática, química, biología, como también actividades 
deportivas y recreativas. Orrego tenía a su cargo cursos de humanidades. El ingreso a 
estas instituciones era libre. Los profesores no recibían ninguna retribución económica”.
Los textos número 30 y 31 de este volumen tienen que ver con la labor docente 
de Antenor Orrego en las Universidades Populares González Prada.
El cuarto capítulo reproduce dos importantes documentos de su gestión 
como rector de la Universidad Nacional de Trujillo. Las memorias rectorales que 
escribió en esos años dando cuenta de su gestión durante los años 1946 y 1947. 
Finalmente, el quinto ofrece dos entrevistas periodísticas efectuadas a nuestro 
autor, donde reitera algunas de sus ideas sobre educación.
Para la presente selección hemos consultado la segunda edición de Obras 
Completas de Antenor Orrego (2011); cinco tomos; Lima, Editorial Pachacutec, que 
tiene como editor a Luis Alva Castro. Una primera edición de las obras completas 
de Orrego se hizo en Lima, en 1995, editado por “Cambio y Desarrollo”, Instituto 
de Investigaciones. Son la más valiosísima fuente de información sobre la obra de 
Antenor Orrego, a disposición de quienes quieran estudiarlo.
Escogimos como título de este libro Educación para la vida, que Orrego puso 
a uno de sus artículos, porque sintetiza, en cuatro palabras, el sentido último y 
trascendente de la educación. Toda la obra de Antenor Orrego apunta hacia esa 
meta y servicio para el logro de la realización plena y feliz del hombre.
Eduardo Paz Esquerre
13
EDUCACIÓN 
PARA LA VIDA
I
14
15
Antes que formar académicos, necesitamos que se formen hombres, hombres de 
espíritu robusto que reaccionen contra la mezquina realidad circundante, que tengan 
un pensamiento y una ideología, una sensibilidad, ante los más perentorios y urgentes 
problemas nacionales y humanos.
Antenor Orrego
(En Nuestro espíritu universitario )
16
17
EDUCACIÓN PARA LA VIDA - Selección de textos sobre educación
E
 l mundo contemporáneo ha 
ingresado a un periodo de crisis 
total. Así lo reconocen las mentes 
más agudas de este momento. Al 
insularismo o aislamiento de las 
épocas antiguas, en que cada pueblo constituía 
en sí un círculo cerrado, cuyas formas de vida 
casi no trascendían hacia los otros, ni recibían 
tampoco influencias ajenas, ha sucedido una 
época de contactos y entrecruzamientos activos 
entre los diversos pueblos, que cada día tienden 
a acelerarse hasta un grado incalculable. Esta 
mezcla o fusión de pueblos no solamente está 
consumándose en el sentido horizontal de 
razas y de circunscripciones geográficas, sino, 
lo que es más importante, se está verificando 
en el sentido vertical de las clases económicas 
y sociales.
Este solo hecho nos está indicando que la 
historia ha entrado en una etapa revolucionaria, 
mucho más radical y fundamental que las 
anteriores. Se plantea, pues, para la humanidad 
una crisis absoluta en que comienzan a 
morir las viejas formas de vida y a surgir 
otras nuevas, más capaces y flexibles para 
estructurar la convivencia humana. Crisis en el 
orden moral, transformación de la valoración 
jurídica, cambios en las relaciones económicas, 
nuevas modalidades de la realidad política, 
metamorfosis de fisonomía social. 
En ninguna otra etapa de la historia han 
emergido,con carácter más imperativo, la 
obligación y la responsabilidad de comprender 
correctamente el sentido de nuestro tiempo. 
Debemos comprenderlo si no queremos 
precipitarnos en una catástrofe irremediable que 
no puede ser otra cosa que la vuelta regresiva 
hacia la barbarie. 
El hombre contemporáneo debe poseer 
un cerebro excepcionalmente fino y tan 
poderosamente organizado que sea capaz de 
rebasar esta crisis por la comprensión profunda 
de su significado. Y un cerebro preparado para 
el cumplimiento de esta función primordial no 
puede ser sino la obra de un adecuado sistema 
educativo que sea capaz para capacitar a la 
juventud en el desempeño de su misión histórica. 
El escritor alemán Karl Mannhein, en un libro 
que suscitó extraordinaria atención en su época, 
01
UNA EDUCACIÓN 
PARA LA VIDA
18
ANTENOR ORREGO
dice con palabras que conservan la integridad 
de su vigencia: “En una sociedad como la 
nuestra, solo puede ser eficaz una educación 
para el cambio mismo’. Y añade: “La educación 
ha sido un compartimento porque la escuela y 
el mundo habían llegado a ser dos categorías 
opuestas más bien que complementarias. La 
educación ha sido un compartimento cerrado 
hasta que se tenía la edad en la que ya se 
juzgaba al ser humano accesible a la influencia 
educativa. Hasta otra edad determinada, las 
instituciones educativas trataban de conformar 
la conducta del individuo, pero, después de este 
límite, el individuo era completamente libre. 
Esta tendencia hacia la compartimentación 
se ha roto gracias al concepto revolucionario 
de la educación para adultos, de la educación 
popular. Y de los cursos de repaso que nos 
han familiarizado con la idea de la reeducación 
y de la poseducación. De hoy en adelante, el 
propósito de la escuela no consiste solamente 
en enseñar un conocimiento hecho, sino en 
capacitar para el aprendizaje más eficaz de la 
vida misma”. 
La educación académica y libresca arrancaba 
al hombre de su contacto con la realidad que 
lo circundaba, haciéndole vivir en un mundo 
imaginario e idealizado, que, más que un campo 
activo de lucha, era una evasión hacia la esfera 
de la falsificación, de la ilusión y del ensueño. 
El hombre contemporáneo debe aprender a 
reaccionar, original y vitalmente, ante el ámbito 
de la vida que lo rodea. La vida es siempre 
problemática porque es una fluencia continua en 
que no valen los patrones hechos, ni los lugares 
comunes, que, en vez de arribar a una solución, 
escamotean la dificultad por ignorancia o por 
timidez. 
La juventud, hoy más que nunca, debe 
aprender a pensar con autonomía mental sin 
esperar que sus opiniones y sus juicios les 
vengan ya hechos por otros. En un mundo que 
cambia a cada minuto no hay tiempo ni para 
negligencia, ni para el ocio dorado de otras 
épocas. Pensamiento activo que le pique los 
talones al tiempo, corno el tábano de Sócrates, 
para regir los acontecimientos y no dejarse 
arrastrar por ellos. 
¿Cómo podríamos modelar y plasmar una 
democracia juvenil que tiene que ser dueña de 
sus propias experiencias, si nuestra juventud 
no se prepara para el pensamiento enérgico 
que sea capaz de quebrar la rutina del tópico 
circulante y si se siente todavía espiritualmente 
manumitida por un mundo viejo que se ha 
hundido ya, irremediablemente, en la última 
catástrofe mundial? 
Los sistemas educativos actuales deben ser 
transformados si queremos modelar un hombre 
que sea apto para comprender el tiempo en que 
vive. Muchos de los choques conflictivos que 
surgen hoy débense a la falta de comprensión de 
la época en que el hombre moderno desenvuelve 
su existencia (1).
19
EDUCACIÓN PARA LA VIDA - Selección de textos sobre educación
T
oda una vida humana es una docencia 
potencial porque cada individualidad 
es un vehículo de una revelación. 
El Espíritu universal solo se vierte a 
través de cada ser; este es su vaso y 
su instrumento; su alfabeto, su cuerda y su lira. 
El espíritu busca lo concreto, como la mariposa 
busca la luz, porque solo en la carne y a través 
de la carne cumple íntegramente su holocausto 
creativo. Solo en ella y por ella puede decir su 
mensaje al mundo y a los hombres. Todo lo que 
no sea articulación de este mensaje es superfluo, 
es una desviación espuria y mortal.
La libertad del hombre en su aspecto negativo 
consiste en que por su voluntad puede apartarse 
de esta docencia y entonces se condena a la 
esterilidad. Libertad y destino no son términos 
antagónicos que se excluyen, porque el destino 
es la expresión más adecuada y precisa de la 
libertad, que sin él se convertiría en libertinaje 
y en caos.
Libertad y destino son términos 
complementarios que se integran. Querer su 
destino, comprenderlo y cumplirlo es la armonía 
del ser, la serenidad, el equilibrio y la luz. La 
sabiduría es el descubrimiento de esta ecuación; 
es la aceptación alegre y, si se quiere, heroica de 
la misión que surge del estrato más profundo de 
nuestra individualidad.
Cada hombre es una docencia porque es 
en sí la organización de ciertas fuerzas vitales 
que le hacen apto para descubrir, iluminar 
y cumplir una determinada responsabilidad 
nonata, inédita y oscura del cosmos. Cada vida 
es una especie de telescopio a través del cual 
los demás hombres escrutan y hacen accesibles 
ciertos puntos remotos o verdades lejanas, que 
para ser percibidos reclamaban instrumentos o 
vehículos apropiados. Todos los hombres, cada 
cual en su medida, somos los portadores de un 
Evangelio o Buena Nueva (2).
02
VIDA Y DOCENCIA
20
21
EDUCACIÓN PARA LA VIDA - Selección de textos sobre educación
E l profesor te enseña para que puedas repetir la lección de la cátedra; el maestro te enseña para que puedas construir tu vida. El primero te imparte generalidades abstractas, es 
decir, teoriza tu propio ser y te empotra, como 
una simple pieza stándar manufacturada en 
serie, dentro de un esquema rígido. El segundo 
desciende a la intimidad concreta de tu alma, 
aflora tu riqueza interior y se constituye en el 
compañero de tu pasión, de tu agonía interna y 
de tu drama personal.
El profesor te esclaviza a un oficio; el maestro 
te libera hacia la vida. Con el primero la habilidad 
de tus manos puede llegar hasta el escamoteo 
perfecto de la verdad; con el segundo, es preciso 
que asumas la responsabilidad de tu dolor y que 
desciendas hasta el hondón abismático de la 
vida, por sombrío, por tenebroso, por lacerante, 
por trágico que sea.
Lo que te da el profesor está siempre fuera 
de tí y te fija siempre en un gesto; lo que te da el 
maestro está siempre dentro de tí y vigoriza tus 
alas para el impulso. El primero es como el agua 
infecunda y dispersa que no alcanza la raíz de la 
planta porque no se sume en las entrañas de la 
tierra; el segundo, es la linfa creadora que bate el 
limo, que lo impregna, lo empapa y lo fecunda 
empujándolo hacia el estallido de su luz en una 
floración maravillosa.
 El profesor se dirige a tu memoria, anaquel 
de tu alma, y sus palabras resbalan sobre el 
recuerdo, como por sobre una losa impermeable, 
sin lograr infiltración alguna. A lo sumo se dirige 
a tu vanidad y a tu buena economía.
El maestro se dirige a tu espíritu, pozo de 
creación y de sabiduría, y sus palabras siempre 
urticantes se instalan en el futuro, abolición del 
pasado muerto. Sólo por él tu posibilidad será 
mañana realidad creativa y su verbo admonitivo 
es siempre para ti una tensión dolorosa.
La palabra del profesor se esfuma, se 
deshace sin dejar huella sangrienta; la palabra 
del maestro desgarra tu entraña y se incorpora 
a tu ser para trascender, como un mandato, en 
cada uno de tus días (3).
03
PROFESOR Y 
MAESTRO
22
23
EDUCACIÓN PARA LA VIDA - Selección de textos sobre educación
L
a diferencia que existe entre pensador 
y teórico es la misma diferencia que 
va entre la vida y la razón, entre 
la influencia viva y concreta de la 
realidad y los recortes científicos que 
se hacen de ella para captarla en una expresión 
conceptual. El teórico no salenunca del terreno 
puro de la generalización; su conocimiento es 
un saber esquemático y fijo, que puede aplicarse 
a muchos casos en serie, a la manera como una 
triangulación geométrica puede, aplicarse a 
muchos espacios. El pensador esta aposentado 
dentro de la entraña misma de la afluencia y 
su conocimiento es un saber concreto, un saber 
fluyente y vivo, un saber que deviene y que se 
resiste a toda afirmación racional en el sentido 
de “una vez para siempre”.
El teórico procede por abstracción o por 
eliminación y así construye vastos esquemas 
lógicos, cerrados en sí para el resto del mundo, 
pero que son necesarios para el avance de 
la ciencia, porque esta no puede realizarse 
sino limitando los campos de su experiencia, 
recortándose en parcelas. El pensador, en 
cambio, es un artista que simpatiza con la vida, 
que se introduce en el discurrir de lo concreto, 
que vibra con el diapasón de la realidad y que 
procede por inmersión, por implicación, por 
asimilación.
El teórico parte del conocimiento racional, 
critico o lógico; el pensador parte del 
conocimiento intuitivo, que, cuando llega a su 
máxima fulguración, es el éxtasis creativo del 
amante.
El teórico se vale de la razón, no como u 
medio o instrumento de expresión, sino como 
un fin en sí mismo, como una herramienta 
exhaustiva de lo concreto. La razón es para él 
la verdad misma. Por eso, es esclavo de ella y 
no puede salir de su recinto porque es su casa 
y su cárcel. De allí la inconmensurable frialdad 
e intolerancia, la sequedad del alma de todo 
teórico puro. El pensador, en cambio, cuando se 
sirve de la razón o de la lógica, lo hace como mero 
instrumento de transmisión, como un vehículo 
comunicativo de sus intuiciones. El pensador 
nato no se esclaviza a ninguna sistematización 
racional porque las domina a todas. Así, el 
concepto no es el soberano del hombre, sino 
04
PENSADOR Y 
TEÓRICO
24
ANTENOR ORREGO
su servidor dócil que le ayuda a comprender y 
expresar sus vivencias más profundas. De esta 
suerte, el pensador conserva intactos los dones 
de su alma, ese nativismo ingenuo del poeta o 
del niño que, a cada momento, recrea el mundo.
El teórico parte siempre de una hipótesis, que 
es el eslabonamiento causal de una experiencia 
o de un conjunto de experiencias científicas, y 
dentro de ella intenta establecer un hombre 
lógico completo, a la manera como la figura de 
un triángulo se ajusta exacta y vigorosamente 
en el concepto teórico del triángulo. El 
pensador parte de realidades vivas y, en lugar 
de generalizarlas en esquemas o hipótesis por 
abstracción racional, se coloca dentro de ellas, 
las comprende en su integridad vital y las 
proyecta al conocimiento del hombre como 
devenir entero, como enriquecimiento de su ser 
mismo porque una intuición comunicada a los 
otros es una asimilación espiritual y orgánica 
del Universo.
La confusión que a menudo se produce entre 
pensador y teórico no hace sino denunciar la 
pobreza espiritual y mental de nuestra época 
en algunos considerables sectores humanos. 
Así, se reduce la inteligencia al mero ejercicio 
discursivo, a la mera gimnasia racional que el 
hombre puede ejercer sobre la naturaleza. Se 
intenta cadaverizar la vida en simples secciones 
anatómicas (4).
25
EDUCACIÓN PARA LA VIDA - Selección de textos sobre educación
E
 l mundo de hoy requiere una 
universidad integral. Valga la 
redundancia. Porque el significado 
etimológico y originario de 
universidad, universitas, quiere 
decir integración de múltiples y variados 
conocimientos. Es una enseñanza que se 
despliega hacia muy distintos y amplios 
ángulos del saber humano. Consiste en una 
visión completa del universo, de la vida y del 
hombre. Universidad con pensamiento y con 
conocimientos universales. Su mismo nombre 
lo está diciendo con entera claridad. 
El estudiante en el mundo contemporáneo 
quiere una enseñanza de este tipo. El 
especialismo por el especialismo puro ha 
fracasado, sumergido en la crisis mundial 
de este momento. Acaso, las más hondas 
perturbaciones de nuestra época han surgido de 
esos compartimentos aislados del saber que solo 
nos daban un miraje fragmentario de la vida. 
Los hombres de ciencia no llegaban a entenderse 
proyectando su visión desde las estrechas 
ventanas de sus respectivas especialidades. 
Eran incapaces de lograr una coordinación 
general que abrazara integralmente los fines del 
hombre. 
Especialismo, sí, pero con amplia base 
humanista, con cabal integración huma na, con 
universal visión del hombre y de la vida. La 
universidad no debe forjar “insectos” humanos, 
entes con solo una habilidad técnica perfecta; 
ciegos y torpes en todo lo demás. El mundo 
está cansado de su “insectificación” técnica, de 
su profe sionalismo excluyente y angosto, que 
ignora el sentido y el alcance total del hombre 
en sus polifacéticas dimensiones. 
Para comprender la verdad de este aserto 
basta proyectar nuestra mirada hacia el 
mundo de los insectos, que han alcanzado 
una maravillosa especialización de su trabajo. 
Los naturalistas nos han abierto un amplísimo 
campo de experiencias y de conocimientos 
en este sentido. Las sociedades de las abejas, 
de las hormigas y de los vermes han llegado 
a tal perfección técnica en sus actividades que 
el hombre está muy lejos de haberla logrado. 
Y eso, con toda la superlativa vanidad de su 
sabiduría científica, con todo el pregonado 
05
HUMANISMO Y 
ESPECIALISMO
26
ANTENOR ORREGO
alarde de sus métodos de investigación y de 
control experimentales. 
El hombre es un ser con una dimensión 
espiritual y moral que sobrepasa a to das sus 
otras dimensiones. Esta verdad capital la ha 
olvidado el hombre moderno en su afán de 
conquistar la naturaleza física y mecánica. El 
especialista, el experto, el técnico, sin amplia base 
humanista, nos han llevado a la bomba atómica 
y a su satánico poder destructivo poniéndola al 
servicio de los instintos irrefrenados del hombre. 
Pero no nos llevará jamás al aprovechamiento 
de la energía nuclear con su formidable potencia 
creativa, empleada para la superación espiritual 
y moral de la humanidad. 
Los estudiantes quieren una amplia base 
de integración humanista porque no desean 
ser simples “insectos” especializados en una 
profesión lucrativa. He aquí la raíz del actual 
conflicto universitario. Quieren, ante todo, 
maestros que tengan un verdadero formato 
humano, un auténtico porte moral, una efectiva 
dimensión ética que los haga capaces de 
renunciar a sus intereses particulares en aras 
de un interés superior. Porque solo de ellos 
surgirá la nueva universidad, especialmente la 
universidad indoamericana que aún está por 
crearse en nuestros pueblos. Una universidad 
que ha de insurgir desde el hondón mismo de la 
entraña americana (5).
27
EDUCACIÓN PARA LA VIDA - Selección de textos sobre educación
06
PASIONES Y 
EDUCACIÓN
P
 ara matar la ambición interior, la 
pequeña ambición, no hay sino un 
camino: superar la ambición hasta 
hacerla positiva y creadora. Solo 
así la apetencia hedonística se hace 
heroicidad virtual. En la médula de las más 
grandes santidades hay una pasión o varias 
pasiones desordenadas que al superarse y 
vencerse se hacen humildad virtuosa por 
amplificación y anchura de panorama. 
El problema de la educación no es suprimir las 
pasiones que son el impulso creador del hombre. 
El problema consiste en enseñar la superación 
de las pasiones hasta la máxima nobleza y en 
servirse de ellas como instrumentos del espíritu. 
El concepto común sobre el aplastamiento o 
extirpación de las pasiones es un sentimiento 
suicida que tiende a convertirnos en eunucos 
morales. El hombre vale por sus más fuertes 
impulsos, es decir, por sus más fuertes pasiones. 
Las más de las veces estas se tornan negativas 
porque no se ennoblecen. He aquí el pecado.
Hombre sin pasiones es un exhombre, un 
exser. La educación no es inculcar y modelar; 
la educación es revelar, conducir y ennoblecer. 
El alma humana es demasiada sagradapara 
que nadie tenga la pretensión de modelarla a su 
capricho. Un poco más de reverencia ante ella 
hace falta. El alma de cada niño tiene demasiado 
porvenir para que el pasado pretenda formarla.
El único pecado de la vida es la infidelidad 
de cada cosa o de cada ser a sus fines. Las 
pasiones se hacen pecados cuando traicionan a 
su destino. Se truecan, entonces, en apetito, es 
decir, en negación vital. La negación en medio 
del espectáculo del Cosmos en que todo se 
afirma por la propia gravitación del destino en 
lo monstruoso.
Si el hombre supiera que el destino es 
libertad, estaría salvado para siempre (6).
28
29
EDUCACIÓN PARA LA VIDA - Selección de textos sobre educación
07
ACADEMIA
Q
uiere el espíritu académico que 
ajustemos la múltiple paradoja de 
nuestra vida, la hirviente fluidez 
de nuestro ser a un arquetipo 
único y, las más de las veces, a 
un arquetipo envejecido y pretérito. Quiere, 
sobre todo, hacernos esclavos de la lógica o 
más frecuentemente, de una lógica. No tolera la 
contradicción, porque la contradicción es vital y, 
por lo tanto, revolucionaria y creadora. Si bien es 
cierto que la revolución tiene también su lógica, 
una lógica superior, o mejor una nueva lógica.
Lo característico del espíritu académico es la 
aplicación de lo viejo a lo nuevo, de lo muerto a 
lo vivo, de lo pétreo a lo orgánico, de lo pasado 
al porvenir, de lo acabado ya a lo que está 
fluyendo. El error de la academia estriba, no 
tanto en formular reglas para juzgar lo pasado, 
sino en formularlas para juzgar el porvenir. Más 
bien dicho, no solamente pretende juzgar sino 
también quiere prejuzgar. La regla o la ley es el 
resultado de un proceso, y la Academia se atreve 
a juzgar un proceso que se está produciendo 
con las reglas del proceso anterior. Si solamente 
se limitara a explicarnos el pasado, casi nada 
tendríamos que reprocharle.
La existencia de las academias y del espíritu 
académico solo se explica por esa tendencia 
ingénita del hombre a perdurar, a creer en una 
inmortalidad. No, precisamente, a perdurar 
creando, sino a perdurar a costa de lo creado y con 
desmedro de la nueva creación.
Los menos, los predestinados a la creación, 
son los que alcanzan su perspectiva de eternidad. 
Los más, momifican el pasado refugiándose en 
la Academia y, ante la imposibilidad de seguir 
creando, adoran la sombra de una inmortalidad. 
Por ellos se llega a pensar que el hombre es un 
animal académico.
Cuando en un país predomina e impone 
sus normas el espíritu académico; cuando 
en el trágico dilema de la conservación y de 
la creación es la primera que supedita a la 
segunda, se diviniza el pasado, se le reviste de 
áureos y espléndidos paramentos. El porvenir 
está constreñido, estrangulado en una argolla 
de hierro. Ambiente hostil para los espíritus 
enérgicos y puros, para los grandes agitadores 
de la conciencia colectiva, para los heroicos 
sembradores de ideales y de inquietudes, para 
los valerosos continuadores de la vida(7).
30
31
EDUCACIÓN PARA LA VIDA - Selección de textos sobre educación
08
LA INDIVIDUALIDAD
“Es menester vivir en acecho de Dios.”
 Maeterlinck
L
os libros son nuestros servidores, no 
nuestros amos. Menguado espíritu es 
aquel que se deja esclavizar por unas 
líneas impresas, así estuvieran allí 
palpitantes las palabras de Dios. La 
admiración intelectual, la efusión de espíritu 
ante una obra de genio, debe cesar donde 
el fervor se torna servidumbre. Los grandes 
hombres son los libertadores de nuestro espíritu. 
Trabajaron para ampliar nuestra conciencia 
del Universo, no para enfeudarla a un sistema 
o a una ideología. La belleza y la verdad son 
hembras hermosas y orgullosas que no se dan 
sino al fuerte varón, que jamás llevó librea.
Sigamos nuestro impulso original y todo se 
nos dará por añadidura. La vida supera siempre 
a los libros. Todo lo que estos nos puedan 
decir no es sino un mezquino comentario, una 
simple metáfora de la realidad. La fuente viva e 
inextinguible la llevamos en nosotros. Somos los 
supremos creadores de nuestra vida y los libros 
por si solos jamás enseñaron a vivir.
El espíritu humano se resiste siempre a seguir 
el camino trazado de antemano. Nadie nos 
podrá decir una palabra sobre nuestro destino y 
sobre nuestra verdad. Es fuente sellada a la que 
no llegan sino los pasos profundos de nuestra 
individualidad y de nuestra intuición personal. 
Con frecuencia nuestra conciencia misma no 
registra la más tenue vibración de nuestros 
pasos futuros. Ellos surgen y se producen de 
repente, y solo son presentidos vagamente en los 
profundos y herméticos repliegues de nuestro 
corazón, forjando nuestra vocación y nuestra 
fe que vencen los más angustiosos azares del 
camino.
Cada uno de nosotros es el resultado de 
una nueva combinación espiritual. Es imbécil 
querer repetir, tomando por modelo, una vida 
que se extinguió o que se desarrolla paralela a 
nosotros. Las almas no se repiten jamás; cada 
una es un ejemplar que trae predeterminado 
infinitamente el círculo de sus posibilidades. 
Cada hombre polariza un tal cumulo de energías 
naturales, unidas de manera tan inédita que 
sería del todo punto imposible encontrar una 
coincidencia perfecta desde que nació el primer 
hombre. Cada espíritu es una definición del 
Universo y un epitome de las fuerzas esenciales 
de la vida. Hostil a todo mecanismo sistemático, 
32
ANTENOR ORREGO
se crea y se produce a cada instante; fluye sin 
cesar con proteica multiplicidad, atropellando 
soberbiamente todas las normas rutinarias y 
pedantescas. Su reino no es de los dogmas que 
pretenden encerrarlo en una argolla de hierro. 
La presión de su ubérrima energía hace estallar 
fatalmente el círculo inexorable; y se desborda 
libremente fluyendo en el cauce que se crea él 
mismo. Cauce hecho de voluntad, de intuición, 
de amor y de esperanza. Esa es su realidad, 
esa es su vida y su verdad, y hacia ella camina 
tácitamente, expresándose tan solo cuando 
los acontecimientos le obligan a surgir, como 
aflora la roca a la superficie en las convulsiones 
geológicas.
El conocimiento del universo será siempre 
inagotable porque en cada hombre se expresa. 
Cada criatura trae una emoción singular para 
el espectáculo que miran sus pupilas y que 
siente en su corazón. Una sensibilidad es una 
creación del mundo y un cerebro es un nuevo 
ordenamiento de valores. Nunca se repite 
un dolor porque nunca es igual una reacción 
que produce el choque de nuestros nervios 
con las cosas, de nuestros deseos con nuestras 
limitaciones. Nunca tampoco se repite una 
filosofía, porque nunca es semejante la colisión 
de nuestro cerebro con el mundo exterior: de 
nuestra inteligencia con nuestra experiencia.
Somos un compendio de la vida, y no hay 
mejor manera de intensificarla y dignificarla 
que esforzándonos por asumir el máximo de 
conciencia universal. Escudriñemos celosamente 
todos nuestros actos y cuanto se relaciona 
con ellos. Cuando hayamos logrado surgir 
con perfecta claridad todos nuestros móviles, 
habremos cumplido con nuestra misión y ello 
no será felizmente mientras nuestro espíritu 
conserve su frescura juvenil. De lo contrario 
seremos viejos e inútiles y nuestra alma será ya 
una redundancia.
Las más sutiles palabras de los sabios apenas 
nos harán entrever el tesoro que llevamos dentro, 
y que solo nosotros podemos desarrollarlo y 
cultivarlo con plenitud. Cada uno trae consigo 
los elementos de su realidad, que va creando 
y transformando todos los días, a medida que 
los hilillos invisibles de su ser se prenden en 
las entrañas de la vida universal. Desconectad 
cualquiera de ellos y habréis roto la armónica 
palingenesia de vuestra existencia; la melodiosa 
trasformación de vuestro espíritu.
El hombre es una interpretación de lo que 
lo rodea. Las cosas, al ponerse en contacto con 
su sensibilidad, dejan en su espíritu una huella 
inconfundible, y ellas, a su vez, se enriquecen con 
una nueva traducción de su sustancia. El cuadro 
que tenemosen nuestra habitación vive con 
nuestra vida personal, y el conjunto de nuestras 
emociones que se producen al contemplarlo 
lo rodean de una vibrante aureola que es la 
prolongación de nuestro ser. El hombre llega a 
esta concepción mística de las cosas solo cuando 
ha afinado bastante sus sentidos y sutilizando lo 
suficiente su cerebro para penetrar en su esencia 
más íntima y escondida.
Nuestras pupilas son dos ventanas de nuestra 
alma abiertas hacia el Universo. Son los canales 
invisibles por donde fluye incesantemente el 
alma de la vida exterior. Son los instrumentos 
de subjetivación de las cosas. Por ellas se 
incorpora en nosotros la naturaleza, y el más 
ligero parpadeo cierra o abre un sistema de 
vasta y rica sabiduría (8).
33
EDUCACIÓN PARA LA VIDA - Selección de textos sobre educación
09
LA ESFERA DE 
LA CIENCIA
L
a ciencia está íntegramente dentro 
de la causalidad, a cuyas leyes solo 
en una pequeña escala es capaz 
de dominarlas. Por esto mismo, 
un hecho azoroso o casual rompe 
la cadena científica de causa y efecto y le 
impele a una rectificación, cuando no a una 
recusación completa de sus leyes o conclusiones 
anteriores. Es paradójico que el instrumento –
la inteligencia en el sentido bergsoneano- que 
el hombre posee para establecer la explicación 
causal, o lo que es lo mismo, racional y lógica 
del mundo, esté sujeto siempre a las acometidas 
de lo arbitrario, de lo inesperado, de lo ilógico. 
Y mucho más paradójico es que solo la atención 
y el asentimiento que el sabio presta a lo que 
viene a romper o trastocar, muchas veces de 
modo catastrófico, el mundo habitual en que 
vive, el encadenamiento causal de su saber, lo 
haga apto y eficiente para continuar la ciencia, 
para descubrir y colonizar nuevas zonas de la 
realidad. De esta suerte el verdadero sabio no 
es tanto el que se sujeta al imperativo lógico 
de su ciencia, cuánto aquel que está en acecho 
y admite, en cierto modo, el vuelo arbitrario o 
la irrupción caprichosa del azar o de lo causal. 
Se puede afirmar que los hombres no son sabios 
por lo que saben, sino porque son capaces de 
asentir, interiormente, a lo fortuito, a aquello que 
no está engarzado en la firmeza de su sabiduría. 
Es esta disposición interior lo que ha hecho 
posible siempre los grandes descubrimientos 
científicos, aquellos que han sido más fecundos 
para la especie humana. Por eso Galileo, que 
supo dudar con aquella duda creadora, que es 
el escabel de nuevas certidumbres, es el tipo de 
sabio perfecto. No parece sino que el azar dijera 
al hombre: Solo en la medida en que me admitas 
y me escudriñes con devoción infatigable, podrás 
construir esos esquemas temporalmente estables de 
tus leyes científicas, que te permiten vivir y pensar 
con cierta seguridad, pero que no son sino secciones o 
recortes de tu inteligencia sobre la trama incalculable, 
ingente y móvil de mi ser mismo, que es la esencia del 
acontecer cósmico.
La ciencia –si bien en algunas personalidades 
superiores se eleva a la categoría de 
contemplación desinteresada de la verdad- es 
en su esencia eminentemente práctica, está 
hecha para la acción cotidiana del hombre 
sobre la naturaleza, solo tiene en vista sus más 
34
ANTENOR ORREGO
urgentes e inmediatas necesidades biológicas y 
la faena que tiene que realizar para cumplirlas. 
Sus aplicaciones más asombrosas no son otra 
cosa que la proyección de nuestros sentidos, el 
prolongamiento de nuestra acción más allá del 
campo habitual de nuestras sensaciones y de 
nuestras percepciones sensibles. La radio y el 
telégrafo prolongan nuestro oído y nuestra voz; 
el telescopio, el microscopio, el cinematógrafo 
y la televisión prolongan nuestra vista; la 
nave, la locomotora y el aeroplano prolongan 
nuestro aparato motor. El hombre, piensa 
Bergson, es por su lado racional, un fabricante 
de instrumentos. Desde las edades más remotas, 
el hacha y la flecha son los signos de su dominio 
sobre el mundo. Aun cuando especula lo hace 
sobre el modelo de la técnica, que no es sino la 
actuación práctica del hombre según las leyes 
de la causalidad, dentro del eslabonamiento de 
causa y efecto, y según orden y medida lógicos. 
Por eso la matemática será siempre la ciencia 
perfecta.
A la ciencia se le pregunta solo lo que debe 
preguntársele. Si la interrogamos acerca de un 
poema, nos contestará que está compuesto, 
por ejemplo, de diez mil caracteres, que están 
impresos en tantas páginas, que la tinta que se 
ha usado es negra o de otro color, fabricada con 
tales o cuales materiales, que las páginas son 
de tal tamaño, que hay tantos párrafos y tantas 
mayúsculas, que tiene un determinado peso el 
papel que se ha empleado, que la extensión de 
la impresión abraza tantos centímetros, etcétera. 
Sobre la realidad física del poema ella seccionará 
todos los recortes lógicos, cadenas causales, 
causas y efectos, ordenaciones y medidas que 
se propongan averiguar, pero jamás hallará 
el sentido y la esencia del poema. Claro, los 
datos que ella nos suministra nos servirá tal 
vez en la práctica para la confección tipográfica 
y la impresión del poema en cualquier otra 
circunstancia; pero para nada más. Este ejemplo 
simplísimo nos muestra cuan impertinente 
y absurdo es interrogar a la ciencia sobre las 
verdades metafísicas del arte, de la religión y 
de la fe, que solo la intuición puede alcanzarlas. 
La ciencia astronómica, pongamos por caso, 
nos dará el peso y el tamaño de los astros, las 
distancias que los separan, su composición 
química por medio del análisis espectral, las 
mutuas influencias que existen entre ellos, 
la dirección y extensión de sus órbitas, sus 
movimientos particulares y universales, pero 
jamás estará en condiciones de darnos el sentido 
y la esencia de la realidad y del acontecer 
cósmicos.
Sin embargo, el error de nuestra época 
y, acaso, el de toda la cultura occidental –
eminentemente científica- ha sido interrogar a 
la ciencia sobre lo que no se debe, ni se puede 
interrogarla. La ciencia no podía respondernos 
o nos respondía mal. La ausencia de respuestas 
o las respuestas equivocadas generaron ese 
angustioso desequilibrio moderno que ha roto la 
armonía total de nuestro ser. Atenazada nuestra 
conciencia por sus preguntas, las ahogaba, las 
yugulaba, las arrojaba al inconsciente y de este 
tormaban hacia afuera en forma de obsesiones 
patológicas o de neurocismos dilacerantes. Se 
superestimó la ciencia y, con ella, el alcance de 
nuestra facultad racional, usurpando nuestras 
valías espirituales; de la misma manera que 
se superestimó la teología en la Edad Media, 
usurpando nuestras valías racionales y 
científicas. Hoy se pregunta la ciencia por Dios o 
se le niega; ayer se preguntó a la Providencia por 
las leyes científicas o se pretendía extraer las de 
ella, que es como negar totalmente la ciencia. En 
los tiempos medievales se escribieron tratados 
sobre la interpretación y autoridad de la Biblia.
El hombre contemporáneo está pidiendo 
a gritos un nuevo reajustamiento, una nueva 
armonía, una nueva salud, que no puede 
encontrar sino superando sus anteriores 
desplazamientos: el de su razón, por un lado; 
el de su alma, por otro. Porque es un ser 
psíquicamente enfermo, las tensiones vitales 
en que vive reclaman polarizarse en una nueva 
síntesis armoniosa (9).
35
EDUCACIÓN PARA LA VIDA - Selección de textos sobre educación
10
NO SOLO DE PAN 
VIVE EL HOMBRE
Q
uizá este tema tenga aristas 
afiladas y abrasivas, para 
quien lo trate, en un mundo en 
que se han propalado ciertos 
tópicos con el rango de axiomas 
incontrovertibles. Sumergida nuestra época 
dentro de un materialismo denso y opaco, 
que repta a ras de tierra, predominan los 
criterios que asignan jerarquía superior a las 
necesidades más elementales del ser humano. 
Se ha perdido la visión de sus apremiantes 
exigencias espirituales y se está generando un 
hombre mutilado que sufre de una irremediable 
y monstruosa manquera moral y cultural. 
Semejantes a esos métodosde monocultivo que 
predominan en algunos países retrasados, los 
cuales desarrollan determinada producción con 
menoscabo de las otras. Los países modernos 
han abusado patológicamente del monocultivo 
o monocultura del hombre. De esta suerte, se 
preconiza, como la mejor y más previsora ciencia 
de gobierno, aquella que únicamente se ocupa 
de resolver los agudos y angustiosos problemas 
de la alimentación, de la vivienda, del vestido, 
de la higiene, de la medicina profiláctica y del 
confort ciudadanos. En suma, es la monocultura 
del aspecto biológico o físico del hombre que 
descuida todos sus otros aspectos. Esta técnica 
gubernativa se puede compendiar en una sola 
frase: desarrollo e incremento de los recursos 
económicos de los pueblos. Los gobernantes, 
los estadistas y los políticos actuales no se 
sienten, en puridad, con otras obligaciones, ni 
quieren asumir mayores responsabilidades 
humanas. Cuando hablan del llamado problema 
educacional, por ejemplo, se están refiriendo, 
en su fuero interno, solo a la alfabetización e 
instrucción elemental y primaria de las grandes 
masas. Los establecimientos de cultura superior, 
las universidades de disciplinas humanistas y 
los institutos de investigación se les mira con 
cierta imperceptible indiferencia. En todo el 
mundo, solo reciben, apenas, ayuda indirecta 
y laxa, subsidios escasos que pueden llamarse, 
más bien de misericordiosa conmiseración. En 
todo caso, en aquellos países en que están mejor 
atendidos, tal asistencia no guarda relación con 
el volumen y el desarrollo de la riqueza pública 
general, que se despilfarra en armamentos y 
aprestos militares. 
36
ANTENOR ORREGO
Los resultados de esta concepción unilateral 
y estrecha de la vida los estamos percibiendo 
ya en aquellos pocos países en que se ha 
logrado resolver casi todos estos problemas 
“fundamentales” según el criterio técnico. Es 
decir, en aquellas zonas en que las grandes 
masas gozan de un “alto nivel de vida” o como 
dicen los economistas, en que, por término 
medio, el ciudadano alcanza un alto porcentaje 
per cápita dentro de la riqueza pública. 
Cualquiera pensaría que estas dos palabras 
latinas que usan los especialistas sirven para 
algo a la numerosa legión de miserables que 
no posee unos pocos centavos para apagar su 
hambre y a quienes no les importa mucho las 
manipulaciones de las estadísticas. En estos 
países de altos niveles de vida, como Estados 
Unidos, por ejemplo, los investigadores y 
pensadores han comenzado a observar una 
creciente barbarización y frivolización de las 
poblaciones, signo del rebajamiento espiritual y 
moral del hombre. Este hecho alarmante ha sido 
denunciado con reiterada preocupación por 
estudiosos eminentes. 
Tal fenómeno se presta a fecundas 
meditaciones que pueden darnos la clave 
de nuestros errores de mayor calibre y la 
posibilidad de enmendarlos. Se comienza a 
ver que los métodos actuales de monocultivo 
fisiológico deben ser reemplazados por otros 
métodos que se dirijan a la asistencia, a la 
formación y educación integrales del hombre. 
Está bien que los gobiernos propendan a la 
supresión de la miseria y al logro de una 
progenie humana biológicamente fuerte y 
físicamente sana, como factores básicos para 
alcanzar fines espirituales y morales superiores. 
Un cerebro mal nutrido desde el estómago no 
podría entregarse con eficacia al alto ejercicio 
del pensamiento. El hambre inveterada, la mala 
salud y las condiciones inferiores de vida no 
favorecen, ciertamente, la irúciativa creadora. 
Unas pocas generaciones bastarían, si se las 
descuida, para precipitar a los pueblos a la 
más irremediable decadencia y aún hasta su 
completa aniquilación. 
Empero, no debe descuidarse tampoco el 
alimento espiritual que se encuentra postergado, 
y hasta desdeñado, por los gobiernos. No 
solamente de pan vive el hombre, según la 
frase evangélica, porque no es un animal cuya 
existencia alcanza su culminación en el vigor 
y salud biológica. El ser humano tiene un fin 
trascendente que rebasa su existencia corporal, 
como lo piensan las grandes religiones y 
los guías espirituales de todas las épocas. El 
hombre es esencialmente un creador de historia 
y de cultura a través de las cuales la humanidad 
ha alcanzado sus más excelsos objetivos, y 
obtendrá, en el futuro, sus perfecciones y 
superaciones ulteriores. 
Está bien que los “especialistas’, los 
“expertos” y los “técnicos” se ocupen de los 
problemas de la alimentación, de la producción 
y distribución, del vestido, de la vivienda, 
de la economía, de la higiene, de la medicina 
profiláctica o preventiva y del confort, que es 
el aspecto fisiológico, biológico y animal del 
hombre. Pero, al lado de ellos, los Estados deben 
preocuparse en la formación de animadores y 
orientadores de la juventud, de guías espirituales 
de los pueblos, de maestros del pensamiento 
que tengan la visión de los fines superiores 
del hombre y que asuman plena autoridad 
directiva, de artistas que den alimento de 
belleza a los sentimientos y al alma de las masas 
humanas para elevarlas y ennoblecerlas. Sin 
ellos, pronto los pueblos caen en la más radical 
degeneración moral y cultural, por más bien 
alimentados y vestidos que se encuentren. Hay 
salvajes frenéticos, bien trajeados y nutridos, que 
montan Cadillacs de lujo y que tienen almas de 
bandidos o de “gánsters’’. La Alemania nazista 
resolvió mágicamente casi todos sus problemas 
“fundamentales’: según el criterio técnico, 
pero sus masas eran moralmente primitivas 
y siguieron ciegas a un caudillo demente y 
37
EDUCACIÓN PARA LA VIDA - Selección de textos sobre educación
esquizofrénico que las precipitó en la ruina. Y 
tras ellas toda la legión de técnicos, de expertos y 
de especialistas, muy competentes, por cierto, en 
sus estancos especializados, pero que carecían de 
una visión humanista del hombre, de conceptos 
integrales sobre la vida humana, de preparación 
espiritual y ética que les hiciesen discernir con 
claridad sobre lo que estaba ocurriendo en su 
pueblo. Todos fueron arrastrados, como un 
rebaño dócil, a la catástrofe final sin que sus 
“especialidades técnicas” les sirvieran de nada. 
El pueblo alemán careció, en esos momentos 
de peligro, de auténticos guías espirituales y 
de verdaderos hombres de pensamiento que 
alumbraran su mente, porque el Estado jamás se 
preocupó de formarlos. Los pocos que hubieron 
fueron expulsados de su patria, desprestigiados, 
ante las masas por una pérfida y acerba 
propaganda. Otro tanto está ocurriendo con el 
pueblo ruso, mientras proliferan los técnicos de 
las bombas nucleares. Es sintomático el caso de 
Pasternak. Tal enseñanza debe ser esclarecedora 
para los pueblos de hoy y, singularmente, para 
los pueblos latinoamericanos que comienzan su 
vida histórica y que necesitan mirar con claridad 
y con pensamiento integral el sentido de su 
destino. Si económica e industrialmente somos 
subdesarrollados, espiritual y moralmente no 
hemos rebasado los niveles de una educación 
inferior y casi primitiva. Las sociedades 
deben atender ambos aspectos si no quieren 
barbarizarse y convertirse en verdaderas tribus, 
bien avitualladas y vestidas, capaces solo de 
construir bombas de hidrógeno y de manejarlas 
para destruir, en un instante, naciones enteras 
(10).
38
39
EDUCACIÓN PARA LA VIDA - Selección de textos sobre educación
11
LA ERA NUCLEAR Y LA 
HISTORIA CONTEMPORÁNEA
E
stamos en una etapa en que el hombre 
se traslada en aviones supersónicos 
y sus ojos y oídos reciben imágenes 
y sonidos que propalan las ondas 
electrónicas desde todos los confines 
del Universo. En el futuro esta aceleración 
será mayor todavía porque estará al servicio 
del hombre la energía nuclear con su potencia 
ilimitada y formidable. Realidad de tan 
dinámica estirpe en la que se esfuma, cual una 
voluta rauda, cualquier matiz característico del 
acontecimiento si no lo captamos de inmediato 
y clavamos nuestra mirada en su recóndito 
seno con celeridad y penetraciónaquilinas. 
Tendremos que abolir nuestros actuales relojes 
de precisión, todos los instrumentos que nos 
sirven para medir velocidades y fabricar otros 
aparatos más sensibles, de estructura más 
fina, que se adapten mejor a las modalidades 
recientes de nuestra vida. 
Necesitamos una conciencia más flexible, 
que sea capaz de abrirse hacia una iluminación 
más integral, que la de antes, para dominar 
y comprender esta realidad compleja que 
surge ante nosotros. Cada hecho histórico, 
cualquier gesto de nuestro semblante, el más 
ínfimo pensamiento que atraviesa la mente, 
toda iniciativa del hombre contemporáneo se 
desprende desde zonas más profundas, más 
perpendiculares a su hondura, más verticales a la 
entraña abismática de la vida. Por ende, necesita 
la criatura humana tensiones vitales mayores 
para realizarse y alcanzar una expresión más 
adecuada y cabal de sus significados, una más 
rápida intensidad vibratoria de su sensibilidad 
y de su pensamiento para abrazar y dominar 
todo su ámbito interno. 
Del conjunto de todas estas consideraciones 
fluye, como lógica y natural derivación, el perfil 
de una situación histórica que nunca pudo surgir 
antes. Significa la posibilidad de que el hombre 
pueda dar los pasos iniciales para el enfoque de 
su conciencia en la plenaria totalidad del mundo. 
Se trata de una época absolutamente distinta a 
las anteriores y con una tarea específica que no 
tendrá parangón con estas. 
Esta máxima apertura de la conciencia 
significa que el pensamiento y la acción 
humanos habrían comenzado a orientarse 
conscientemente hacia una meta grandiosa. 
40
ANTENOR ORREGO
Esta sería la era de la energía atómica que 
ha puesto en manos del hombre una pávida 
y tenebrosa capacidad destructiva, como lo 
estamos viendo ahora; pero también una 
capacidad inconmensurable de poder efectivo 
que, probablemente, se desplegará mañana en 
toda su fascinante plenitud. 
En verdad, un nuevo viraje de la vida humana, 
semejante, por sus incalculables consecuencias 
futuras, a uno de los momentos trascendentales 
de su existencia sobre la tierra. Aquel tránsito en 
que el hombre transmonta la penumbra inicial 
de la prehistoria e ingresa a la rotunda claridad 
inteligible de la verdadera historia. Vale decir, 
una etapa de más amplias posibilidades vitales 
y de mayor calibre creativo. 
Con lo dicho, basta para columbrar la 
radical transformación, la revolución, digamos 
-para emplear la palabra justa-, de todos los 
sistemas, métodos operatorios, actividades 
y conocimientos técnicos. Esto implica, 
necesariamente, el vuelco raigal y originario 
de todas las ciencias y el surgimiento de otras 
nuevas, que no sospechamos, porque estas 
constituyen el núcleo matriz de la técnica, la 
cual no hace sino aplicar, en la práctica, los 
descubrimientos y conocimientos científicos. Sin 
el estudio heroico y paciente, sin la desinteresada 
investigación de los sabios, la técnica sería una 
actividad baldada, ciega, incapaz de afirmar por 
sí misma un solo paso significativo y valioso. 
Empero, no solo implicará la transformación 
básica de las ciencias, sino hasta de la 
filosofía misma que habrá de enfrentarse 
a nuevas realidades humanas que antes ni 
siquiera pudieron vislumbrarse. Asistiremos, 
igualmente, al surgimiento de nuevas 
costumbres sociales y hábitos individuales, 
de innovadas concepciones urbanísticas, de 
distintos patrones de juicio, de otros cánones 
estéticos y de insólitas formas de existencia. En 
suma, sería imposible bosquejar el panorama 
global de este cambio revolucionario. 
Hay una legión de estudiosos que se están 
ocupando ya de los diversos aspectos sociales, 
económicos, científicos y técnicos que traerá 
al mundo el empleo de la energía nuclear. 
Supeditando a todos, algunos gobiernos han 
sistematizado la investigación en el aspecto 
estratégico, táctico, militar sobre el uso de las 
bombas atómicas en caso de conflictos bélicos. 
Es decir, lo más adelantado de la ciencia nuclear 
está consagrado por hoy a su aspecto destructivo. 
El aspecto realmente positivo y creativo para el 
servicio y superación del hombre en la paz es 
todavía muy incipiente y solo existen débiles y 
aislados intentos, que no cuentan con el interés y 
asistencia oficiales, que carecen de todo respaldo 
financiero para su incremento y desarrollo. 
Hay, finalmente, otro aspecto que está casi 
del todo descuidado y hasta desdeñado. Nos 
referimos a la educación y preparación moral del 
hombre para el uso de un poder tan formidable, 
aspecto que consideramos fundamental. Solo 
un ser humano espiritualmente superior, 
que tenga conciencia clara de su enorme 
responsabilidad y que esté libre de pasiones 
y ambiciones superiores y primitivas, sería 
digno de manejar un potencial energético tan 
poderoso, para el bien como para el mal. No son 
infundados los serios temores de una posible 
e irresponsable aniquilación de la humanidad 
con la bomba atómica. Encomendado su manejo 
a especialistas sin preparación humanista y sin 
conciencia ética, el hombre estaría corriendo 
el albur de destruirse en masa. Bastaría un 
capricho insensato, alguna reflexión pueril 
o equivocada o cualquier cálculo estrecho o 
consideración egoísta, para desencadenar una 
catástrofe pavorosa. Valdría tanto como poner 
una tea en las manos de un niño que ingresara 
a un polvorín sin discernimiento del peligro y 
sin responsabilidad alguna acerca de sus letales 
consecuencias. 
41
EDUCACIÓN PARA LA VIDA - Selección de textos sobre educación
Esta preparación o formación espiritual del 
ser humano no puede ser postergada porque 
debe asumir el formato de la época en que vive. 
Hasta aquí, las conquistas técnicas y científicas 
permitían la existencia de expertos que podían 
darse el lujo de mutilarse espiritualmente, 
hasta cierto punto, encerrándose en sus 
compartimentos privados y especializados 
sin la debida preparación humanista y ética. 
De hoy en adelante, no solo asumen una 
responsabilidad técnica y profesional, sino una 
decisiva responsabilidad humana de esencia 
espiritual y moral. El técnico debe poseer no solo 
la eficiencia en su métier, no solo habilidad en su 
oficio para la aplicación científica y práctica del 
conocimiento, sino una visión acertada y cabal 
del proceso histórico y cultural que está viviendo 
la humanidad. El técnico debe convertirse en 
hombre integral, es decir, alcanzar el nivel en 
que lo han colocado las fuerzas ascendentes que 
están forjando la historia contemporánea (11).
42
43
CULTURA Y 
EDUCACIÓN
II
44
45
La cultura no es otra cosa que esa capacidad dinámica de aprehensión que el hombre 
pone en juego en el acto de conocer. Capacidad absorbente de esponja que incorpora dentro 
de su conciencia, es decir, dentro de su ser, la vasta y rica multiplicidad del Universo. Por 
eso la cultura consiste, esencialmente, en la mayor o menor sensibilidad para sentir como 
Una, como propia e individual, la existencia total del Cosmos. Por eso, también, el hombre 
culto frente al paisaje lo profundiza y se lo apropia, lo hace carne de su conciencia y de sí 
mismo.. […]Cultura es, pues, sinónimo de sensibilidad y, por eso, el cerebro se constituye 
como una antena fina y vibrátil y aprehende y traduce en pensamiento y en acción los 
mensajes múltiples del Cosmos.
Antenor Orrego
(En Pueblo Continente, ensayos para una interpretación de América Latina, segunda 
sección, cuarta parte, I )
46
47
EDUCACIÓN PARA LA VIDA - Selección de textos sobre educación
C
uando miro, en el seno de la noche 
nutrida y vasta, el sonámbulo 
parpadeo de una estrella que está 
invitando a mi corazón a una nueva 
concordancia esencial y que abre su 
broche de infinito para darme un pedazo inédito 
de Dios, veinte siglos de espíritu, cuarenta 
generaciones de peregrinos se asoman a mis 
pupilas, se aposentan en mis nervios, llaman a 
mi cerebro y levantan los brazos clamorosos para 
acoger el porvenir que rasga el velo súbitamente 
y a la creación nueva que rindesu primer latido.
Amigo mío, cuando te estrecho contra 
mi corazón y te comprendo, la cavernaria 
bestezuela humana se redime en mi amor y en 
el tuyo. El pasado atisba las posibilidades que 
pudo alcanzar y cómo sus broncos instintos 
de destrucción y de presa se han tornado en 
enérgicos y armoniosos poderes de la vida.
Mujer, cuando aceptas mi integración, 
cuando tu ser se abre para acoger el mío, cuando 
tu espléndida morada se franquea a mis pasos 
resueltos y a mis varoniles ansias de perdurar, 
las edades empozan toda su miel de siglos, y es 
posible ese candor celeste y esa ternura divina 
con que nuestras entraña se precipitan a fundirse 
para continuar nuestro sentido de perduración 
y proyectar nuestra esperanza hacia Dios.
Cuando trato de explicarme ese perpetuo 
milagro que se planta ante mis ojos y este cotidiano 
asombro de nacer y morir, no es ya que me sirvo 
de aquel primitivo y basto instrumento con que 
mi hermano troglodita fabricaba un fetiche para 
adorarle; es este un fino y sutil registrador que 
ha perfeccionado la humanidad en su pensar 
de veinte siglos; complejo, elástico y vital que 
busca en la verdad sus sentidos más profundos, 
maravilla de Dios, remate der ser en sí mismo, 
radiante y gloriosa coronación de la vida.
Nada de lo que puedo representa una 
desnuda y escueta potencia individual, hablan 
y obran en mí las generaciones humanas que 
vivieron y se precipitaron hacia la muerte. Mi 
destino es solidario de todos los destinos.
La herencia que traigo tiene una perentoria 
correlación de continuidad. Esta correlación 
asume toda la tremenda responsabilidad del 
ser. ¡Hay del que intenta estafar al pasado a 
costa del futuro y de la vida!
La cultura es un bien hereditario que trae una 
relación de continuidad vital, una correlación 
de responsabilidades eternas. El hombre en sí 
mismo es una responsabilidad ante el Universo 
(12).
12
CULTURA
48
49
EDUCACIÓN PARA LA VIDA - Selección de textos sobre educación
13
CAMBIOS DE MÉTODOS 
EDUCATIVOS
E
l mundo contemporáneo ha 
ingresado en un periodo de crisis 
total. Al insularismo de las épocas 
antiguas ha sucedido una época 
de contactos y entrecruzamientos 
activos. Antes, cada pueblo constituía en sí un 
círculo cerrado, cuyas formas de vida casi no 
trascendían hacia los otros, ni recibían tampoco 
influencias ajenas. Ahora, el mundo es una red 
cálida de intercambio que cada día tiende a 
acelerarse hasta un grado inconcebible. Y esta 
mezcla o fusión de pueblos no solamente se 
está consumando en el sentido horizontal de 
razas o de circunscripciones geográficas. Se está 
consumando, sobre todo, en el sentido vertical 
de las diversas clases económicas y sociales.
Este solo hecho nos está indicando que la 
historia ha entrado en una etapa revolucionaria, 
más radical y fundamental que las anteriores. 
Se plantea, pues, para la humanidad una crisis 
absoluta. Comienzan a morir las viejas formas 
de vida y a surgir otras nuevas, más capaces 
y flexibles para estructurar la convivencia 
humana. Crisis en el orden moral, en el orden 
jurídico, en el orden económico, en el orden 
poütico y en el orden social. 
En ninguna época de la historia ha emergido, 
con carácter más imperativo, la obligación y la 
responsabilidad de entender correctamente 
el sentido de nuestro tiempo. Debemos 
comprenderlo si no queremos precipitarnos en 
una catástrofe que no puede ser otra cosa que la 
vuelta regresiva hacia la barbarie. 
El hombre de hoy debe poseer un cerebro 
tan fino y tan poderosamente organizado 
que sea capaz de rebasar esta crisis por la 
comprensión aguda de su significado. Y un 
cerebro preparado para el cumplimiento de 
esta función no puede ser sino la obra de un 
adecuado sistema educativo que sea capaz de 
capacitar a la juventud para el desempeño de 
su misión histórica. El escritor Karl Mannheim 
nos dice: “En una sociedad como la nuestra solo 
puede ser eficaz una educación para el cambio 
mismo”. Y añade: “La educación ha sido un 
compartimento, porque la escuela y el mundo 
habían llegado a ser dos categorías opuestas, 
más bien, que complementarias”. 
50
ANTENOR ORREGO
La educación académica y libresca arranca 
al hombre de su contacto con la realidad que lo 
circunda. Lo hace vivir en un mundo idealista 
o imaginario, que más que un campo activo de 
lucha es una evasión, una huida hacia la esfera 
del ensueño y de la fabricación de la realidad. 
El hombre contemporáneo debe aprender a 
reaccionar original y vitalmente ante el ámbito 
de vida que lo rodea. La escuela no consiste 
solamente en enseñar un conocimiento hecho 
sino en capacitar para el aprendizaje más 
eficaz de la vida misma. La vida siempre es 
problemática porque es una fluencia continua, en 
que no valen los patrones hechos, ni los lugares 
comunes que, en vez de arribar a una solución, 
escamotean la dificultad por ignorancia o por 
timidez. 
La juventud de hoy, más que nunca, debe 
aprender a pensar con autonomía mental 
sin esperar que sus opiniones y sus juicios le 
vengan ya hechos, aderezados por otros. En 
un mundo que cambia a cada minuto no hay 
tiempo ni para la negligencia, ni para el ocio 
dorado de otras épocas. Debe ser dueña de un 
pensamiento dinámico que le pique los talones 
al tiempo, como el tábano de Sócrates, para regir 
los acontecimientos y no dejarse arrastrar por 
ellos. 
¿Cómo podremos plasmar y modelar nuestra 
democracia, que tiene que ser poseedora de sus 
propias experiencias, si nuestra juventud no se 
prepara en el ejercicio del pensamiento enérgico 
para quebrar la rutina del tópico rutinario y se 
siente todavía manumitida por un mundo viejo 
que se ha hundido ya irremediablemente? (13).
51
EDUCACIÓN PARA LA VIDA - Selección de textos sobre educación
14
DIFUSIÓN DE LA CULTURA 
EN EL PUEBLO
G
obernar es educar al soberano. 
Esta frase expresa concisamente 
el pensamiento central del gran 
educador y gobernante argentino 
Domingo Faustino Sarmiento. 
Puede decirse que los pueblos latinoamericanos 
nacen a la vida de la independencia política 
bajo la advocación de este signo, no obstante 
el agitado y frenético clima pasional en que 
surgieron. Los más ilustres guías espirituales 
del continente: Bello, Hostos, Lastarria, entre 
otros, fueron ejemplares propugnadores y 
fervientes maestros de la cultura popular en sus 
respectivos países. Estaban convencidos de que 
ese era el mejor camino para lograr una sólida y 
remanente estructura estatal y democrática. Y, en 
verdad, era el único instrumento que invistiera 
la suficiente eficacia para dominar y vencer 
las irrefrenadas perturbaciones anárquicas 
que conmovieron, endémicamente, nuestra 
vida interna en los comienzos de la autonomía 
política. Desaparecida la estructura de la 
Colonia, brotaron, luego, violentas explosiones 
faccionales que sumieron a los pueblos en un 
estado caótico. Las pasiones y las ambiciones 
más broncas y desaladas irrumpieron como un 
oleaje borrascoso, con tal impulso arrollador 
de áspera violencia, que hizo dudar, en ciertas 
ocasiones, a los mejores espíritus de la época, 
acerca de la obra fecunda de la Independencia. 
Muchos creyeron con el ánimo deprimido que 
estas tierras estaban condenadas, para muchos 
siglos, a una vida tormentosa y estéril. 
No estuvieron muy descaminados los 
próceres de la cultura latinoamericana. Masas 
ignorantes y casi primitivas eran arrastradas por 
caudillos improvisados, que no tuvieron otra 
bandera que sus exasperados personalismos, 
a guerras civiles que parecían interminables. 
Las montoneras peruanas que ocupan una 
etapa considerable del siglo anterior y que dan 
colorido característico a ese periodo de nuestra 
historia doméstica, eran de esta índole. La 
salvación no podía llegar sino en virtud de una 
tarea sistemática de educación que alcanzara 
una extensa difusión popular. La obra ha sido 
lenta y penosa a lo largo de un siglo y solo 
apenas hoy hemos comenzado a vislumbrar los 
primeros resultados provechosos. 
52
ANTENOR ORREGO
Asílo ha comprendido la mayor parte de 
países latinoamericanos y se han propuesto 
intensificar y multiplicar los medios de 
cultura. La instrucción primaria y secundaria, 
la preparación universitaria y técnica, los 
institutos de investigación, el acrecentamiento 
de las publicaciones nacionales y el ingreso en 
mayor escala de las publicaciones extranjeras 
han adquirido un sorprendente desarrollo en 
las últimas décadas. En todas partes se está 
luchando contra el analfabetismo, así en las 
ciudades como en los campos, empleando 
los métodos pedagógicos más modernos. Se 
han librado ya y se están librando aún activas 
campañas de desanalfabetismo que llevan 
los beneficios de la cultura a los más remotos 
parajes. Es algo, pero no es todo. 
El libro, instrumento por excelencia de la 
cultura popular, no está todavía al alcance de 
nuestras grandes masas. Es caro y la distribución 
inadecuada impide su fácil acceso a los lectores. 
Se han hecho ya unos pocos ensayos para salvar 
estos inconvenientes en algunos países que han 
alcanzado éxitos inesperados y magníficos. 
Recordemos la obra de Vasconcelos en México. 
No solo se editaron, en ediciones baratas, las 
obras de autores nacionales y americanos sino 
que se hicieron también ediciones de los clásicos 
griegos y latinos que se difundieron en todo el 
continente. Colombia, Venezuela y Guatemala 
realizaron, igualmente, valiosos intentos de esta 
índole. Sería deseable que todos los otros países 
siguieran este ejemplo que repercutiría de 
inmediato en la elevación de la cultura popular 
latinoamericana. 
Los diversos festivales de libros que se han 
ensayado en los últimos años entre nosotros 
revelan, con inequívoca transparencia, la avidez 
de lectura que existe latente e insatisfecha en 
el pueblo peruano. Las ediciones se agotaron 
rápidamente y constituyeron verdaderas 
sorpresas para todos y, especialmente, para 
aquellos pesimistas que tenían la tendencia a 
desmedrar el interés cultural de nuestras masas. 
Se vio en forma indiscutible que únicamente 
los precios elevados y la distribución mal 
organizada eran los dos factores determinantes 
de la escasa venta de libros en nuestro ambiente. 
Esta labor, proseguida sin interrupción, irá 
decantando, a la larga, una vigorosa conciencia 
cultural e irá revelando, a propios y extraños, 
nuestro acervo bibliográfico, que es la auténtica 
dimensión espiritual de un pueblo civilizado.
Gobernar es educar al pueblo. Este 
pensamiento de Sarmiento conservará 
permanentemente su vigencia en todos estos 
países que se preparan a ingresar como factores 
positivos en la tarea común de la cultura mundial. 
Antes pudimos vivir de prestado y al margen, 
puede decirse, de las corrientes centrales del 
pensamiento humano. Ahora no podemos ya 
soslayar nuestra responsabilidad de pueblos 
que van alcanzando su mayoría de edad. El 
mundo reclama el aporte de América y esta se 
ve compelida, por las mismas circunstancias 
históricas en que se desarrolla hoy, a incoar un 
destino superior, a que está llamada, junto a los 
otros pueblos modernos (14).
53
EDUCACIÓN PARA LA VIDA - Selección de textos sobre educación
15
EL MAGISTERIO 
NACIONAL Y LA POLÍTICA
N
ada hay tan trágico como la 
situación del maestro peruano. 
Sobrecargado de labor, percibiendo 
subsidios miserables y víctima de las 
apetencias políticas del momento. 
Es el símbolo de nuestra nacionalidad como 
barbarie, como desorganización, como realidad 
desarticulada. Es la constatación más evidente 
del caos en que vivimos. 
Los ingresos del presupuesto se invierten y 
se agotan en cosas adjetivas cuando no en cosas 
absolutamente superfluas. Se da el caso de que 
la policía preventiva y los puestos de favor 
político absorban millones de soles, mientras 
que el maestro de escuela se muere, literalmente, 
de hambre.
Y, sin embargo, se clama de todas partes 
porque el Estado mejore y amplíe la enseñanza. 
Tenemos una gran masa de población que quiere 
aprender, que desea capacitarse, que ansía, 
vivamente, educarse. El movimiento aprista 
lo demuestra de modo inobjetable. Los locales 
donde se dictan cursos de capacitación en 
alguna disciplina desbordan de gente. Humildes 
hombres de la masa trabajadora leen y estudian 
con avidez. En gran parte, el éxito fulminante 
del Aprismo en la conciencia pública se debe a 
que ha sabido traducir este anhelo general. 
Tenemos, pues, la constatación de un hecho 
que el Estado no puede mirar con desdén so pena 
de quedar por debajo de su misión. Tenemos 
la materia prima: la voluntad de aprender 
del pueblo. Es preciso canalizar este anhelo y 
llevarlo a su máxima realización. Para lograrlo 
exaltemos la labor del maestro, dignifiquemos 
su condición social y económica. Hagamos del 
paria que es ahora, un factor decisivo de nuestra 
superación espiritual. En sus manos está el 
porvenir de la República. Menos política de 
burocracia y más política de construcción. 
Gobernar significa no solo administrar el 
presente, sino también preparar el presente 
para el porvenir. Sin esta tarea de previsión, 
el Gobierno no significa casi nada. Todo buen 
gobierno que comprenda su misión con justeza 
cabal tiene que movilizar un plan de largo 
alcance, un plan que sea capaz de incorporar, en 
cierto modo, el porvenir. 
54
ANTENOR ORREGO
Dentro de este plan tiene que estar, por fuerza, 
el problema educativo, pero, antes, hay que hacer 
labor de justicia con el maestro. Arranquémosle 
de las garras despiadadas del favor político que 
lo corrompe, lo deforma y lo esteriliza. Hagamos 
del maestro de escuela un hombre respetable y 
libre, un hombre que se consagre con todas sus 
fuerzas viriles a la educación de nuestros hijos. 
Sin ello la enseñanza nunca tendrá la magna 
proyección que debe tener en las conciencias 
juveniles. La miseria, el abandono y el desprecio 
repercutirán cual complejo freudiano, no solo 
en el espíritu mismo de los maestros, sino en 
la subconsciencia de los discípulos. En esas 
condiciones es imposible una labor educativa 
de verdadero y efectivo provecho. 
La tiranía de los dieciséis meses que nos ha 
dejado tantas taras morales y materiales, nos 
ha dejado, también, más de dos mil maestros 
en la miseria, arrojados de los puestos que 
regentaban. Estas víctimas de una pasión 
política desenfrenada reclaman justicia. Y 
justicia pronta, efectiva y cabal.
Cualesquiera que sean los vaivenes políticos. 
el maestro debe ser intangible porque es el 
factor decisivo de la educación nacional. Pueblo 
que no respeta a sus maestros es pueblo que no 
se respeta a sí mismo, pueblo carente de toda 
personalidad vigorosa. 
Desagraviar al maestro peruano significa 
cumplir una tarea impostergable de justicia. 
Una tarea real y fecundamente constructiva (15).
¡Hagámosla!
55
EDUCACIÓN PARA LA VIDA - Selección de textos sobre educación
16
PAN, LIBERTAD Y 
CULTURA
H
ay tres aspectos básicos que trazan 
el claro perfil de una democracia 
moderna y que sirven para definir 
su ascensión dinámica hacia el 
futuro. De ninguno de ellos se 
puede prescindir hoy porque constituyen 
los lineamientos fundamentales de una tarea 
nacional que nunca se agota. Logrará tal 
vez un país avanzar muchos escalones en el 
sentido de su perfeccionamiento, pero siempre 
tendrá por delante la necesidad insoslayable 
de nuevos desenvolvimientos de esta vasta 
y múltiple faena. Esta es, precisamente, la 
responsabilidad imperativa de un gobierno que 
tiene conciencia cabal de la misión que recibió 
del pueblo al consagrarlo con la mayoría de sus 
sufragios electorales. El mandato que emana de 
la soberanía popular no tiene, en esencia, otro 
sentido. De allí que una democracia auténtica 
suele definirse como el gobierno del pueblo, 
para el pueblo y por el pueblo. El lema de 
Lincoln.
Estos tres factores primordiales de una 
democracia: pan, libertad y cultura, no pueden 
realizarse aisladamente porque se integran con 
recíproca coherencia. Es menester coordinarlos 
con atención y cuidado dentro de un plan

Continuar navegando