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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS MAESTRÍA EN DOCENCIA PARA LA EDUCACIÓN MEDIA SUPERIOR (Área de Español) “La interdiscursividad entre literatura y cine: estrategias para construir la competencia literaria en el bachillerato universitario” T E S I S QUE PARA OBTENER EL GRADO DE MAESTRA EN DOCENCIA PARA LA EDUCACIÓN MEDIA SUPERIOR P r e s e n t a Haydeé Hernández Ramírez Tutora Dra. Ana María Maqueo Uriarte México D. F., Julio de 2012 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 2 | P á g i n a Contenido Capítulo 1 .................................................................................................................................... 14 “MÉXICO BÁRBARO”. LA LECTURA LITERARIA Y EL DESARROLLO DE LA COMPETENCIA LITERARIA: UN RETO TOTAL ........................................................................................................ 15 1.1 “A sangre fría”. La tragedia educativa mexicana: una panorámica con ecos históricos. ... 15 1.2 “Grandes esperanzas”. La competencia literaria ¿es un lujo en un ámbito como el mexicano, donde priva la ausencia de la competencia lectora? .............................................. 26 1.2.1 “La tregua”. La formación de la competencia lecto-literaria, una deuda pendiente y posible en el Medio Superior Mexicano ........................................................................... 33 Capítulo 2 .................................................................................................................................... 36 ¿CINE O SARDINA? ALGUNAS POSIBILIDADES DIDÁCTICAS PARA LA CONSTRUCCIÓN DE LA COMPETENCIA LITERARIA NARRATIVA: LA INTERDISCURSIVIDAD ENTRE CINE Y LITERATURA .. 37 2.1 “Tiempos modernos”. ¿Por qué es importante saber leer competentemente? ............... 37 2.1.1 La lectura ............................................................................................................... 37 2.1.2 La lectura literaria narrativa desde el Enfoque Comunicativo .............................. 42 2.2 “La gran ilusión”. La lectura literaria narrativa y la lectura audiovisual: dos vías de conocimiento en el Medio Superior ......................................................................................... 51 2.2.1 “La golosina visual”. El cine: un acceso estético-narrativo para favorecer la construcción de la competencia literaria narrativa ............................................................ 55 2.3 Elementos básicos de Literatura Comparada, que contribuyen a la construcción de la competencia literaria narrativa, a través del cine .................................................................... 62 2.3.1 “La Regla del juego”. La cooperación del lector .................................................... 65 2.3.2 “Un paseo por las nubes”. La experiencia intertextual ......................................... 68 2.3.3 “Sospecha”. El cine como apoyo para la formación de intertexto lector ............. 72 2.4 “39 Escalones”. Encuentros interdiscursivos útiles entre el cine y la literatura para la construcción de la competencia literaria narrativa .................................................................. 77 2.4.1 “La Strada”. Notas interdiscursivas entre literatura y cine ................................... 81 2.4.2 “Ser o no ser”. ¿Qué son el cine y la literatura desde el Enfoque Comunicativo? 83 2.4.3 “Soy Leyenda”. La ficción de la literatura al cine .................................................. 85 2.4.4 “Ahí está el detalle”. El narrador de la literatura al cine ....................................... 88 2.4.4.1 “Eva al desnudo”. La imagen y cómo se hace emotiva al lector por medio del “gran imaginador” en la narración fílmica……………………………………………………………………………94 2.4.5 “2001, Odisea del Espacio”. El espacio de la literatura al cine. ............................ 95 2.4.6 “La oveja negra”. Los personajes de la literatura al cine ...................................... 99 Capítulo 3 .................................................................................................................................. 103 3 | P á g i n a ESTRATEGIA DIDÁCTICA ............................................................................................................ 104 <<Hambre de libertad>>, de la literatura al cine: una propuesta didáctica interdiscursiva” ... 104 3.1 Ubicación institucional del modelo educativo……………………………………………………………..104 3.2. Propósitos………………………………………………………………………………………………………………………107 3.2.1 Plan de estudios institucional (UNAM-CCH-TLRIID-I) .................................................... 107 3.2.2 Docente……………………………………………………………………………………………………………………107 3.3. La enseñanza basada en proyectos: la propuesta de Delia Lerner ................................. 108 3.4. La selección de los materiales literarios: la apertura del canon literario escolar ........... 111 3.5. Punto clave del proyecto: las estrategias de lectura ....................................................... 317 3.6. La metodología: bases para el trabajo comparativo e intertextual dentro del itinerario de lectura ..................................................................................................................................... 118 3.7 Distribución de los materiales de lectura y contenidos de educación literaria y social ... 121 3.8 La relevancia de las novelas .............................................................................................. 123 3.8.1 La lectura 3, Coraline de Neil Gaiman ................................................................. 123 3.8.1.1 De la literatura al cine: Coraline en la mirada de Henrik Selick .................... 125 3.8.2. La lectura 4, Novecento de Alessandro Baricco………………………………………………126 3.8.2.1 De la literatura al cine: La leyenda del pianista en el océano…………………127 3.9 Presentación del desarrollo didáctico……………………………………………………………………………..129 Conclusiones ............................................................................................................................. 149 Fuentes Directas ........................................................................................................................ 155 Fuentes Generales ..................................................................................................................... 155 Fuentes Electrónicas ................................................................................................................. 159 Filmografía básica ...................................................................................................................... 160 Anexos………………………………………………………………………………………………………………………………….161 4 | P á g i n a Agradecimientos A la Universidad Nacional Autónoma de México: que a través de la Dirección General de Asuntos del Personal Académico, DGAPA, por medio de la beca de Formación de Profesores para el Bachillerato Universitario BFPBU auspició mis estudios de Maestría en Docencia para la Educación Media Superior en el área de Español. Gracias por la confianza y generosidad que depositan en sus jóvenesprofesores, por creer en nosotros. 5 | P á g i n a Agradecimientos interinstitucionales Gracias al Colegio de Ciencias y Humanidades: a la Dirección General y al plantel Vallejo, por los diversos apoyos que me brindaron para construir y aplicar esta tesis con los jóvenes de este bachillerato universitario. Gracias al proyecto PAPIIT IN402711-3 “Fronteras de Tinta: intertextos, intergéneros, intermedialidades” de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, por su indiscutible apoyo académico a lo largo de mis estudios y en el proceso de escritura de esta tesis. Gracias a los alumnos de grupo 229 de la generación 2012, turno matutino del CCH Vallejo, por su dedicación y entusiasmo. 6 | P á g i n a Agradecimientos, porque estos son los imprescindibles A mi compañero de vida, Alejandro Cortés, quien con amor, paciencia y visión supo apoyar mis estudios y la escritura de esta tesis. Gracias, totales. A mis amigos, colegas y compañeros de viaje Gracias a Mónica Andrade, a Celia Cruz, a Ulises Castillejos, a Miguel Ángel Morales, a Carlos Guerreo y a Teresa Pacheco, por su apoyo y amistad. Gracias A la Dra. Ana María Maqueo Uriarte por su generosidad académica y su ética visión de la docencia. Sin ella este trabajo no sería posible. Al Dr. Víctor Cabello Bonilla por su valiosísimo tiempo y sus extraordinarias clases. A la Dra. Virginia Fragoso Ruíz, por su tiempo, compromiso y dedicación al revisar este trabajo. A la Mtra. María de Lourdes López Alcaraz, mi apoyo académico y ejemplo ético desde hace muchos años. Gracias a mi gran amiga Lorena Durán. Gracias a Landi Circe Pérez, entrañable amiga, por su tiempo y comentarios. 7 | P á g i n a Introducción No cabe duda que el mundo en general ha cambiado dramáticamente en las últimas décadas. Esto en buena medida por la influencia de la ciencia, la tecnología y los medios de comunicación masivos. Nuestra forma de entender, ampliar y asimilar el mundo contemporáneo es muy distinta a la que concibieran otrora generaciones no muy lejanas. En este sentido, los cambios contextuales no han tenido un eco amplio en la educación general mexicana, pues ellos no ocurren a una velocidad equiparable a la de la realidad. Mientras la tecnología invade cada uno de los resquicios de nuestras vidas, de la juventud y también de la infancia, en las escuelas del nivel básico y medio no logramos reunir condiciones profesionales suficientes y, para hacer frente a los retos, que ya nos superaron por mucho en la vida escolar. Por ejemplo, en el caso de quienes enseñamos literatura, la industria audiovisual y de las tecnologías de la información nos ha rebasado hace tiempo en la formación de lectores. Pese a las muchas investigaciones teóricas que pueden respaldar el trabajo educativo serio en el área de lengua y literatura, éste quehacer aún encuentra muchas renuencias por parte de los profesores y de las mismas instituciones escolares. México en ninguno de sus bachilleratos es la excepción. Algunas preconcepciones desafortunadas, existentes en los docentes de literatura en temas como el canon literario escolar y en el entender la literatura como una “asignatura por cubrir”, requieren de un arduo -literaria del alumno, lo anterior desde el análisis sustentado en la investigación seria en la Didáctica de la Lengua y la Literatura. Sin embargo, no podemos omitir el hecho de que nuestro país enfrenta obstáculos más elementales como la concepción estructural que se tiene de la educación en sí misma, la evidente carencia de la infraestructura básica y la urgente renovación tecnológica en las aulas públicas. Y podríamos agregar la imperiosa necesidad de una consistente formación docente. Así vemos, por ejemplo, que en algunas instituciones se admite aún la discriminada apertura del perfil profesiográfico 8 | P á g i n a para impartir las diversas asignaturas1, entre otras muchas dificultades de método y de organización. Independientemente de las motivaciones institucionales, que si bien son suficientes, mas no las únicas para presentar una propuesta didáctica de esta naturaleza, nos ha impulsado, en la construcción de esta estrategia didáctica, la convicción de que sólo a través de la apropiación de los bienes culturales y simbólicos provenientes de la lectura literaria, es posible contribuir a mejorar “algo” del presente educativo de los jóvenes en el bachillerato universitario, ello desde el interior del aula, en ese espacio en donde los profesores sí tenemos verdadera influencia. Por lo tanto, consideramos que la formación de los jóvenes para leer literatura es esencial en el mundo contemporáneo, si es que se busca democratizar los bienes simbólicos y culturales de nuestras sociedades. En este sentido, estamos convencidos de que la desigualdad económica empata perfectamente con la profunda deshumanización a la cual son sometidas las clases sociales más desprotegidas del país. Es aquí donde el trabajo con la lectura literaria hace mucha falta, pues su ausencia es notoria en el sistema educativo mexicano, toda vez que no contamos con una educación realmente democrática. En este punto nos parece pertinente la opinión de Adriana de Teresa Ochoa: Es un lugar común, pero no por ello menos pertinente, señalar la devaluación y la marginalidad a la que se ha condenado a las actividades humanísticas, en la sociedad actual, a favor del pragmatismo, el valor del mercado y la utilidad inmediata. […] En este contexto dominado por la acumulación, la diversificación y la fragmentación del conocimiento y la experiencia, ciertamente enriquecedor y positivo en muchos sentidos, la educación actual tiene el reto de incidir en “el cultivo de la humanidad” como proponía Séneca (1957, p. 108), a fin de brindar a los jóvenes herramientas necesarias para constituirse como ciudadanos autónomos, capaces de asimilar, integrar, sintetizar e interpretar críticamente las nuevas realidades. A pesar de que los métodos tradicionales de enseñanza de la literatura […] esta disciplina tiene la capacidad de desempeñar, en potencia, una auténtica función formativa, y no meramente informativa o instrumental. ( de Teresa Ochoa 2010, 10-11) 1 Véase la Reforma Integral a la Educación Media Superior, el caso de Colegio de Bachilleres en el D.F. en: http://freedownload.is/pdf/colegio-de-bachilleres-14915143.html. Consultado en noviembre de 2011. http://freedownload.is/pdf/colegio-de-bachilleres-14915143.html 9 | P á g i n a El planteamiento de la autora es certero, pues la lectura literaria construye en las personas no sólo saberes y competencias lectoras; las obras de arte literario son también un medio fundamental para democratizar algunos aspectos de la sociedad, pues mediante la ficción literaria conocemos otras voces y posturas ante la vida. Así, por medio del conocimiento y reconocimiento del “otro” en la lectura, el individuo se sensibiliza, por lo tanto, la sociedad puede ser más crítica, despierta e interesada en lo que acontece a su alrededor. Lo anterior se efectúa desde el enriquecimiento intelectual e imaginativo que provoca el ejercicio de la lectura literaria narrativa en específico. La aventura de leer, entender y apreciar la ficción narrativa puede contribuir de forma notable, no sólo a la formación de mejores ciudadanos, sino seres humanos más completos, por todos los aspectos culturales, cognoscitivos y simbólicos presentes en su ejercicio efectivo. A partir de nuestra experiencia profesional en el aula, y desde las constantes observadas en el bachillerato mexicano a nivel internacional, por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), a través la Prueba Internacional para la Evaluación deEstudiantes (PISA por sus siglas en inglés y que se aplica en nuestro país desde el año 2000) (Zorrilla Alcalá, 2008, 22), sólo ha quedado plasmado algo que los profesores habíamos percibido desde hace tiempo: nuestros alumnos no entienden lo que leen; no saben discriminar ni ordenar información, es decir, están reprobados en la competencia lectora en general. Entonces ¿qué se puede decir estadísticamente de la competencia literaria? Por el momento poco, pero es posible darse una idea clara a través de la competencia lectora, pues si los alumnos no cuentan con las bases de ésta, el acceso a los textos literarios es sumamente precario y confuso. El bachillerato universitario, en específico el sistema del Colegio de Ciencias y Humanidades, también padece de esta precariedad lectora, pese al arduo trabajo que se lleva acabo al interior de la UNAM; hay retos estructurales profundos como son: la deficiente experiencia que proporcionan los profesores, en cuanto a la lectura literaria, pues damos por hecho que los alumnos ya “saben” leer; la incipiente formación del hábito lector en nuestros estudiantes, a través de prácticas lectoras obsoletas; la falta 10 | P á g i n a de observación y de organización en cuanto a las relaciones culturales e intertextuales que la literatura mantiene con otros textos (el cine por ejemplo), entre otros. Al igual que la institución universitaria, consideramos que es fundamental mejorar la enseñanza de la lectura literaria, pues ello repercute en casi todas las áreas del conocimiento; el hecho de que un estudiante no posea herramientas adecuadas, interés, y más aún, fruición al leer; que se le dificulte este proceso fundamental para la adquisición de saberes simbólicos y culturales es sumamente grave, pues limita su formación básica (lo que en el Colegio de Ciencias y Humanidades entendemos como cultura básica y el alumno como sujeto de la cultura2) y trunca la profesional, al mermar sus capacidades cognoscitivas, lingüísticas, intelectuales y humanísticas de manera significativa. Es por las razones anteriores que hemos decidido trabajar en esta propuesta didáctica desde la perspectiva de la construcción de la competencia literaria narrativa, apoyándonos en el cine. Con ello buscamos, por un lado, reforzar la competencia lectora general, mediante la lectura de textos literarios, y por otro, construir una competencia literaria en el joven bachiller, con el apoyo del cine. Nos parece pertinente la unión de lo literario y lo cinematográfico, pues o vasos comunicantes lo suficientemente sostenibles para hacer un trabajo en las aulas del bachillerato universitario, que desarrolle la construcción de dicha competencia literaria narrativa de forma significativa. No es un secreto que el cine es una presencia constante en la vida del joven y del adulto contemp industria cinematográfica, de los cuales ésta es deudora en buena medida del antiguo arte literario narrativo. Por lo anterior, consideramos importante plantear desde la mirada del trabajo recepcional del que la estra cómo leer la literatura en el 2 Véanse los programas de las asignaturas del Área de Lenguaje y Comunicación de Taller de Lectura y Redacción e Iniciación a la Investigación Documental I-IV y Lectura y Análisis de Textos Literarios, Colegio de Ciencias y Humanidades en: http://www.cch.unam.mx/plandeestudios. Consultado en agosto de 2011. http://www.cch.unam.mx/plandeestudios 11 | P á g i n a aula; es decir, más allá de una asignatura con contenidos conceptuales por cubrir, entenderla como un espacio en dónde los procesos de lectura para la literatura sean lo más importante. Los fundamentos del trabajo recepcional de la estrategia son los siguientes: en primer lugar, el Enfoque Comunicativo, no sólo porque es el pilar del plan de estudios en donde se ubicará la estrategia didáctica, sino además porque sólo desde este enfoque, la pertinencia de una competencia lectora, literaria narrativa y cinematográfica adquieren cuerpo y sentido. En segundo lugar, algunos aspectos de la Teoría de la Recepción nos permiten entender que el fenómeno de la lectura es un proceso recursivo e interactivo entre el lector y el texto, pues leer no es una práctica unilateral. En tercer lugar, las estrategias de lectura, desde las premisas que nos proporcionan Isabel Solé y Frank Smith, nos ayuda a darles a los textos literarios un tratamiento didáctico, en favor de la competencia lecto-literaria del alumno. En cuarto sitio, utilizaremos algunos elementos pertenecientes a la Literatura Comparada, para realizar los símiles pertinentes entre la literatura y el cine. Así mismo, la teoría literaria, concretamente la narratología y el análisis estructural del relato serán los ejes para el tratamiento didáctico de la competencia literaria (siempre al servicio de la experiencia lectora del alumno). Cabe destacar que, en la construcción de la estrategia didáctica hemos retomado algunos elementos desde la visión de Delia Lerner, del trabajo en el aula por proyectos (Lerner, 2001), ello en la organización de los propósitos de lectura. Y para finalizar en la construcción del itinerario de lecturas de la estrategia, nos apoyamos en la propuesta española de las “constelaciones literarias”, (Jover, 2009) misma que nos proporcionó una forma asequible de configurar, más allá de los cánones clásicos en la selección de lecturas escolares, una ruta para leer con mayor unidad y orden, diversos textos literarios de distintas latitudes, estilos y grados de complejidad. No podemos omitir que en la configuración de este trabajo recepcional, la visión psicopedagógica constructivista es más que la adecuada para los fines que buscamos con esta propuesta. El constructivismo está íntimamente ligado a la forma 12 | P á g i n a procesual e interactiva desde la que entendemos y proponemos la lectura de los textos literarios. Leer, en el amplio sentido del término, es un proceso constructivista, desde el cual dotamos de sentido los diversos textos que encontramos a nuestro alrededor, y porque no decirlo, es de manera constructivista como le damos sentido al mundo, a partir de nuestras experiencias previas y el contacto con la realidad y la lectura que hacemos de ésta. 13 | P á g i n a Una evolución es un destino Thomas Mann, Muerte en Venecia 14 | P á g i n a Capítulo 1 “MÉXICO BÁRBARO”. LA LECTURA LITERARIA Y EL DESARROLLO DE LA COMPETENCIA LITERARIA: UN RETO TOTAL 15 | P á g i n a Capítulo 1 “MÉXICO BÁRBARO”. LA LECTURA LITERARIA Y EL DESARROLLO DE LA COMPETENCIA LITERARIA: UN RETO TOTAL 1.1 “A sangre fría”. La tragedia educativa mexicana: una panorámica con ecos históricos “Tie – así podríamos catalogar con el riesgo de parecer eufemísticos, el estado actual de nuestro país en sus diversas facetas, tanto la económica, política, social, y, fundamentalmente, la que nos concierne observar en este trabajo recepcional, la educativa. Es evidente que estamos en una época muy crítica, pues nos encontramos estancados como país en materia educativa, no sólo porque así lo documentan (con palabras más suaves, por supuesto) las diversas instancias internacionales como el Banco Mundial y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), esta última, a través de las pruebas del Programa para la Evaluación de los Alumnos (PISA por sus siglas en inglés), que son aplicadas en nuestro país desde 1998 (con la última edición en 2009), sino además, porque lo podemos constatar cada día como docentes en nuestro ejercicio profesional dentro del aula. Según la prueba PISA de 20093, México está ubicado en el lugarnúmero 48 entre los 65 países participantes en dicho instrumento de evaluación de la OCDE, un lugar poco honroso desde cualquier perspectiva, tomando en cuenta por un lado, que el gasto en educación consume la cuarta parte de los recursos económicos nacionales, según la Secretaría de Educación Pública; por otro, debido a las pretensiones democráticas que como país emergente han detentado los gobiernos de los últimos tres sexenios. 3 Véanse los documentos generados por la OCDE en lo correspondiente a la educación mexicana en: http://www.PISA.oecd.org/document/25/0,3343,en_32252351_32235731_39733465_1_1_1_1,00.htm. Consultado en julio de 2011. http://www.pisa.oecd.org/document/25/0,3343,en_32252351_32235731_39733465_1_1_1_1,00.html 16 | P á g i n a En un país desgarrado por la desigualdad económica y social, así como la inequidad absoluta en cuanto a las oportunidades de desarrollo en general, no podían esperarse resultados diferentes a los presentados por PISA. Y agreguemos que, del manejo educativo, en buena medida, el estado es co-responsable. Sin embargo, es contradictorio observar cómo, en el discurso político nacional, la educación siempre aparece como punto clave y sensible dentro de cualquier plataforma política del partido que se quiera; no obstante, en el caso mexicano nunca termina de cristalizarse, más allá de la mera promesa de un futuro mejor para los niños y los jóvenes. Por lo tanto consideramos que el problema de la endeble argumentación política en el tema educativo radica, entre otras razones, en que los políticos nunca explican cómo es que se va a lograr una mejora sustancial en la educación, pues colocan el foco sólo en la construcción de escuelas, es decir, en el aumento de la matrícula, la ampliación de la cobertura, pero jamás llegan al tema de la calidad de dicha ampliación educativa y mucho menos tratan los temas de los que depende la mejora del sistema de enseñanza: profesores, sus perfiles profesiográficos, salarios, saturación de grupos, la falta de reconocimiento social de esta actividad, la profesionalización del docente, los recursos e instalaciones mínimos para ejercer el quehacer docente, sólo por mencionar los más relevantes. Con certeza, el discurso político actual, que toma el estandarte de la educación como una lucha social y una conquista irrenunciable, está plagado de palabras vacías, pues el fracaso es irrefutable. Las carencias y deformaciones del sistema educativo mexicano no provienen de la educación en sí misma, sino de la concepción que de ella ha hecho la clase en el poder desde su surgimiento, después de la Revolución Mexicana y hasta la fecha. Es decir, nuestro sistema educativo tiene una tendencia arraigadísima a politizar los temas y quehaceres que debieran ser exclusivos de la educación y los concibe como una moneda de cambio, utilizable en diversos ámbitos. Pero, ¿de dónde proviene esta certeza del fracaso educativo en México? Antes de proseguir con algunas de las causas del lamentable estado de nuestra educación, observemos brevemente qué es lo que realiza PISA, como instrumento de evaluación educativa de la OCDE, pues es uno de los pocos referentes cuantitativos formales, en 17 | P á g i n a gran escala, con los que se cuenta para diagnosticar y sustentar, de manera parcial, la situación educativa nacional. Grosso modo, la prueba PISA plantea la medición de los desempeños de lectura, matemáticas y ciencias, de los jóvenes de 15 años, fundamentándose en el concepto de capacidad o Literacy, y que se centra en la idea de habilidades para la vida adulta. Literacy está conectada con la noción de alfabetización, y el uso que se les da a los saberes en el mundo re - realidad educativa y sus implicaciones a nivel general en el desarrollo del país que lo solicita. Aunque las recomendaciones que emite la OCDE, con base en los resultados de la pruebas, se pueden calificar como laxas y a veces complacientes con México, se entiende por el carácter externo de la organización. Lo que nos interesa destacar es que las informaciones arrojadas son terribles, desde la perspectiva que se quiera tomar. Ahora bien, PISA nos proporciona los resultados, mas para entender mejor la debacle educativa de nuestro país, debemos dilucidar sobre la razón del estado actual de la educación. En este sentido, una de las causas medulares por la que la educación mexicana no logra dar resultados positivos, es debido a la falta de planificación general, característica patente a lo largo del siglo XX y lo que llevamos del XXI en todo nuestro sistema educativo. Concretamente, podemos ver los funestos resultados que arroja PISA, en donde, tan sólo en el tema de lectura, los estudiantes mexicanos se encuentran en las siguientes condiciones, en relación con otro miembro de la OCDE, Chile: 18 | P á g i n a (OCDE, 2011)4 Como se puede apreciar en la gráfica, México está en el último lugar de los países pertenecientes de la OCDE, si bien sólo Chile y México son miembros de América Latina, existe una vasta distancia en cuanto al desempeño lector de los jóvenes mexicanos en relación con otras economías. Y aunque la OCDE resalta los logros educativos mexicanos del año 2000 a la fecha, es evidente la distancia que le separa, no sólo de los chilenos, sino del resto de las naciones analizadas. ¿Qué podemos decir entonces de la actitud de los gobiernos mexicanos al no lograr resultados contundentes?, con todo y que sabemos que desde la década de los cincuenta, ya estaba detectado como un problema mayúsculo los pésimos resultados de la Educación Media Superior (en aquéllos años el bachillerato) y que PISA lanza los datos duros de los últimos once años. De ello se puede decir mucho, sobre todo que la calidad educativa no es su prioridad, ya que no vinculan el desarrollo del país con el 4 Véase la sección de la OCDE “El dato OCDE”: http://www.oecd.org/document/28/0,3746,es_36288966_36287974_38828060_1_1_1_1,00.html. Consultado en agosto de 2011. http://www.oecd.org/document/28/0,3746,es_36288966_36287974_38828060_1_1_1_1,00.html 19 | P á g i n a crecimiento educativo real de los ciudadanos. Esto lo podemos constatar en la improvisación sexenal que observamos en las políticas educativas del Estado Mexicano. Recordemos que el Doctor Pablo González Casanova, ya abordaba aque – claro que: Si abordamos el estudio de la enseñanza preparatoria, en su relación con las formas sociales de la nación nos encontramos con problemas que provienen de la evolución de la estructura política, agraria, industrial, demográfica y cultural, y de las revoluciones, que han conmovido esas estructuras desde 1910 a nuestros días. (González Casanova, 1953, 5) Como podemos apreciar en la cita, la enseñanza preparatoria no estaba a la altura de los retos nacionales en aquella época; agregaríamos nosotros que en la actualidad tampoco. Más adelante, González Casanova considera este nivel de enseñanza como un fracaso nacional, patente en 1953. El crecimiento exponencial de la población, la demanda en la estructura educativa de dicho nivel de formación y la calidad que debiera tener éste, no contaron con directrices desde antes de enfrentarse al avasallador incremento de la matrícula. Cuando la educación era exclusiva de las clases favorecidas, no generaba grandes problemas. Sin embargo, ya en los años cincuenta, la situación había cambiado drásticamente, al ser desplazadas las élites mexicanas por la clase media en los espacios educativos públicos. Incluso, una prueba fehaciente de la ausencia de directrices en el sistema educativo, de las que hablaba González Casanova era, a grandes rasgos, el problema de método al concebir la educación media y superior. Es decir, el sociólogose refería a la planificación y contextualización de los problemas educativos nacionales en toda su dimensión, así como a la conceptualización real del papel que la educación media y superior debían tener en el desarrollo nacional. A este respecto, la visión de González Casanova nos parece certera, sobre manera, por la época en que éste plantea sus ideas, en el marco de la reforma del 20 | P á g i n a bachillerato, en el año de 1953, en donde indica que el fracaso educativo, reside en la falta de método para abordar y aprehender las dificultades concretas de un sistema de tales dimensiones. González Casanova ya veía plenamente la educación proporcionada por la EMS como una “derrota” a la que había que hacerle frente a través del análisis interno y externo de la situación, es decir, los factores contextuales de la educación y los aspectos plenamente educativos, a partir de dos elementos: la realidad educativa, es decir, el estado actual de aquél entonces; y la necesidad de concretar los valores y objetivos que debe poseer dicho nivel de enseñanza. Entonces, ¿qué sucedió con el señalamiento de dichos problemas, que hoy apreciamos por qué no fueron atendidos? Parece que el tiempo no hubiera transcurrido, pues encontramos en todo este proceso la dinámica del “eterno retorno”, pero en forma negativa, pues el Estado mexicano únicamente dejó que crecieran los problemas conforme las décadas transcurrían y la población seguía aumentando, pues las causas concretas de la mala calidad en la educación media, siguen siendo, en gran medida, las mismas esbozadas por Casanova y, tristemente, esos flagelos han crecido de manera exponencial en la actualidad, pues la clase política dirigente centró sus esfuerzos en el área educativa, en aquello que era políticamente redituable: en la cobertura: El proceso de masificación fue, en consecuencia, sumamente irreflexivo, intempestivo y desatento frente a las consideraciones educativas, así como a sus implicaciones sociales. […] con recursos crecientes [se creyó] que todos los problemas educativos se resolverían solos […]” (Zorrilla Alcalá, 2008, 146) un lado, una idea de control y de paz social; al cubrir en apariencia, con la deuda histórica de formar al pueblo y forjar un futuro mejor para los jóvenes, lo que resulta absolutamente atractivo para los regímenes de corte autoritario. Por otro, el gremio educativo se convirtió en uno de los órganos más importantes para el estado, en términos de control político de los sindicatos, como el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación. Por ello es que el gobierno, durante la segunda mitad 21 | P á g i n a del siglo XX, apostó por el control político de la educación básica y de la EMS, ampliando la cobertura de forma vertiginosa, sin pensar en la calidad de dicha oferta educativa. Por lo anterior, no parece excesivo considerar que la construcción y crecimiento desbordado y sin rumbo de la EMS, es un reflejo de un estado de carácter autoritario en nuestro país; un modelo de operación que ya no puede ser, ni sostenible ni sustentable, en un mundo globalizado como el actual. Ahora bien, para ilustrar la evolución de la tragedia educativa, consideramos adecuado formar un cuadro comparativo entre las ideas de Pablo González Casanova en los cincuenta y el trabajo reciente de Zorrilla Alcalá: Causas fundamentales de la mala calidad educativa en la EMS: dos visiones González Casanova, Pablo. “El problema del método en la reforma de la enseñanza” en: Separata del boletín de la Asociación Nacional de Universidades. Zorrilla Alcalá, Juan Fidel. El bachillerato mexicano: un sistema académicamente precario. Causas y consecuencias. a) […] nuestro problema consiste en deslindar con precisión la democracia nacional de la democracia educacional; […] b) El aumento de la población escolar ha provocado una situación de la que todos nos lamentamos, […]: me refiero a la selección de alumnos. c) el problema de la proporción de las escuelas de enseñanza prevocacional y de enseñanza secundaria; d) el problema de la selección de los estudiantes; [ausencia de criterios adecuados y justos] e) el problema de la adaptación; f) el problema de la competencia; g) el problema de la difusión cultural; h) el problema de la especialización; i) el problema de la técnica y el humanismo. a) La aplicación de criterios políticos en la conducción de las instituciones educativas; b) La iniquidad en el acceso a las oportunidades educativas financiadas con el subsidio público; c) La precariedad en los estándares académicos; d) Las formaciones congestionadas con contenidos abstractos y fragmentarios o ausencia de vinculación entre los sectores educativo y productivo […] e) La contratación de personas como profesores que no cuentan con la formación idónea; f) La baja eficiencia terminal en general; g) La baja pertinencia de los programas educativos. Como podemos observar, ambos autores destacan que el gran problema es el control político, representado en la dirección administrativa y la discrecionalidad como 22 | P á g i n a ejes rectores del sistema educativo. Casanova perfilaba sus ideas desde 1953 en dirección de la “derrota” del bachillerato en México; Zorrilla Alcalá lo constata con su análisis de corte sociológico y los datos duros que aporta, a poco más de medio siglo de distancia. La política ha tomado como rehén a la educación, en todas sus dimensiones, desde los niveles básicos y el medio superior. Observemos cómo lo define Zorrilla Alcalá claramente en cuanto a la EMS: Muchas escuelas relajaron sus ámbitos, se confundieron la participación política gremial, el activismo político, el porrismo, la corrupción de las administraciones escolares y el desorden, en detrimento de casi todos. Los docentes y los estudiantes, ajenos a esas prácticas se aislaron unos de otros a pesar de ser mayoría. El impacto de ese estado […] coincidió también en el tono de la vida académica, así como en la condiciones de seriedad y probidad que merece la educación. (Zorrilla Alcalá, 2008, 153) Hoy, México cuenta con los materiales y resultados recabados por la OCDE, que corroboran la tragedia educativa mexicana. Con base en ellos, se han hecho diversas interpretaciones en el país, de varias instituciones educativas como la UPN y la UNAM; en el exterior, instancias como El Banco Mundial, que ha lanzado recomendaciones generales para el desarrollo de México, pero procura que estas sean laxas y sutiles, pues busca evitar el tema del control político, enfocándose de manera positiva en los logros del Estado mexicano, y denomina “retos”, más que fracasos los que tiene que enfrentar en este rubro. El Banco ve en las crisis, “oportunidades de cambio”, aunque no puede evitar caer en “complacencias” como las expresadas en el libro Mejora de la Calidad Educativa en México: posiciones y propuestas, auspiciado por el Banco y la SEP, con base en las informaciones de PISA. Encontramos en la introducción la siguiente idea deferente: Frente a los avances que la educación pública ha descrito –que en lo fundamental remiten a importantes incrementos de la c buena calidad para todos […] ha ocupado un lugar cada vez más destacado en las agendas de los tres últimos gobiernos y ha ameritado el desarrollo de distintas acciones […] (Miranda López Francisco, 2007, 5) 23 | P á g i n a Del mismo modo, al realizar interpretaciones de las estadísticas, uno de los colaboradores de este libro, sigue la misma línea y expresa lo siguiente: A pesar de que México ha logrado un progreso considerable en la expansión del acceso a la educación, aún falta mucho por hacer para mejorar la calidad de la educación y asegurar que los estudiantes mexicanos alcancen un nivel comparable al de otros países miembros de la OCDE […] […] La brechaentre el 5 % más alto y el 5 % más bajo de rendimiento en México es similar a la de los que tienen mejores rendimientos como Canadá y Finlandia […] Si bien se agrupa con los países de bajo rendimiento en términos de puntaje de prueba, está clasificado entre los más alto de equidad [en cobertura educativa]. (Patrinos, 2007, 13- 17) Entonces, al leer estos datos e interpretaciones que las instituciones internacionales realizan, nos queda claro que utilizan criterios tradicionales, enfocados en hacer notorio todo aquello que el estado mexicano ha hecho y resuelto en materia educativa, durante el siglo XX. La ampliación de la cobertura es para el gobierno, su “carta fuerte” internacional en cuanto a su “trabajo” por la democracia y la equidad. Sin embargo, la realidad rebasa los criterios tradicionales, pues sabemos que la ampliación de la matrícula no es sinónimo de equidad en las oportunidades reales de desarrollo de la población; si la educación no es efectiva en sí misma, si prevalecen condiciones adversas extraescolares (mala alimentación por ejemplo) y sólo tiene ésta el mote de obligatoria, de ninguna manera es equitativa. Nos parece que en la manera de nombrar los problemas se encuentra implícita la visión que los gobiernos tienen de estos; llamar “rezago” a la tragedia educativa nacional, es un eufemismo ofensivo. El hecho de que no existan mecanismos reales para hacer cumplir el carácter obligatorio en la educación básica, es prueba de ello. Esto nos lleva a coincidir con la explicación sociológica propuesta por Zorrilla Alcalá, para toda esta clase de impedimentos, algunos históricos, otros políticos y 24 | P á g i n a estructurales, de un sistema educativo falto por completo de orden, sin ley alguna, que es lo que él denomina como carácter anómico5 de la EMS: Socialmente selectivo e inicuo, al propiciar una baja eficiencia terminal y al beneficiar más a algunos alumnos y grupos sociales que a otros; Precario en términos formativos, al no impulsar el desarrollo de las habilidades verbales y matemáticas que la educación moderna promueve internacionalmente. Al aumentar la oferta educativa de la EMS, las diferencias abismales en el rendimiento académico de los jóvenes se deben adjudicar a una tendencia por educar únicamente a los más aptos. Los que por sí solos llegarían a los niveles superiores. El cambio de la composición social de la EMS no se traduce en equidad de oportunidades. El crecimiento de la matrícula no implica una modificación en los patrones de una estrecha movilidad social. La educación es uno de los lenguajes más claros de la desigualdad, en relación con los años que cursa una persona en el sistema. Esto impacta directamente en los ingresos, por ende, en las condiciones de vida. Muchos de los factores que condicionan el proceso de “rezago” tienen su explicación fuera de la escuela. Entonces, hasta qué punto la escuela omite dar la cara a esos factores externos, que golpean en la permanencia de los alumnos y la eficiencia terminal desde el interior. Consideramos que el otorgar educación básica gratuita, no implica que las personas mejoren per se su calidad de vida, pues si la educación no posee calidad y 5 Según el DRAE y en el contexto de la obra de Zorrilla Alcalá, anomia es una voz griega que se refiere a la “Ausencia de ley”. 25 | P á g i n a está atrapada en conflictos de orden político, difícilmente se puede traducir en mejoras de dichas condiciones de los estudiantes. Aquí es donde radica la trampa de esta supuesta “democratización” educativa de aparente equidad, pues el sistema educativo se comporta de tal manera que sólo llegan a la educación superior quienes tienen, desde un inicio las posibilidades, aunque de manera oficial, “todos pueden de acceder a la educación superior”, y no es una cuestión únicamente de recursos económicos, sino de una visión meritocrática y profundamente elitista de la educación. Si no es así, entonces ¿cómo se explica que los jóvenes de todo el país que logran concluir un bachillerato, no sean capaces de acreditar los exámenes para las universidades públicas, si el sistema educativo ya les otorgó un certificado que avala sus conocimientos? Nos parece que no podía ser de otra manera relacionado, más que con la educación, con la idea de paz social que implica cumplir aparentemente de este derecho a la población joven. En este sentido, es importante recordar que el bono demográfico se encuentra en buena medida en el bachillerato, y como parte del discurso político nacional, las oportunidades para los jóvenes mexicanos que están ligadas a la educación, están presentes únicamente en la cobertura. De este modo, la idea de educación es paupérrima: una etapa por cumplir para poder trabajar un poco mejor que un obrero o campesino (aspiraciones más administrativas que académicas, muy lejanas de la idea de aprender). Así pues, Vemos que el concepto de ascenso social se ha perdido, y por mucho, en nuestro país, a diferencia de los años cincuenta, como lo retrata González Casanova (aunque él mismo ya lo vislumbraba como una aspiración más administrativa y totalmente antieducativa). Entonces, podemos decir que la situación en la que nos encontramos en pleno siglo XXI es añeja, ha ido creciendo y deformándose conforme transcurren los años. Ahora tenemos más que el fracaso o una “derrota”, una situación educativa trágica, no sólo por la falta de método, análisis y aberraciones, sino por el tamaño del rezago y la cantidad de personas afectadas; hablamos de toda la población joven, la denominada 26 | P á g i n a como el “bono demográfico”, un bono que hemos perdido en lo económico y en lo social. Es por ello que denominamos este capítulo “México Bárbaro”, haciendo alusión a la célebre y, a la vez terrible obra de John Kenneth Turner escrita en 1908. Y es que barbarie es la palabra que mejor define el estado actual de nuestro sistema educativo, concretamente en la Educación Media Superior, por lo anteriormente mencionado, y en ese sentido nos parece que no podemos ser como las instancias internacionales, eufemísticos con nuestros colegas docentes. Es innegable, hasta por las organizaciones internacionales (aunque no lo enuncien así), que la educación mexicana, en sus diversos niveles, tiene un carácter profundamente elitista, sobre todo en la Educación Media Superior y en la Educación Superior, estructurada de una manera perversa, anómica, proveniente de su propio proceso histórico, de una explosión demográfica sin precedentes, y sobre todo, de las funciones políticas que la han acompañado a lo largo del siglo XX y lo que va del XXI. La educación mexicana en general está atrapada en inercias estructurales profundas que poco tienen que ver realmente con los temas educativos, de ahí la idea de barbarie. Si nuestro país quiere sobrevivir en el mundo de la globalización, el estado mexicano no puede ni debe seguir manejándose en un doble discurso, en el cual por un lado se pretende que asumamos nuestra nación como un régimen de carácter democrático y por otro, las instituciones medulares como la educativa son “administradas” y, entendidas de una manera profundamente autoritaria, en donde lo último que prima es el carácter académico y educativo en sí mismo. 1.2 “Grandes esperanzas”. La competencia literaria ¿es un lujo en un ámbito como el mexicano, donde priva la ausencia de la competencia lectora? Después de esta panorámica más que desalentadora, lo primero que nos parece pertinente preguntarnos es, si la concepción de competencia literaria como la acuñó Culler en 1975, es decir, “un conjunto de convenciones para leer los textos literarios. 27 | P á g i n a […]” en la que más adelante ahondaremos, (Mendoza Fillola, 2004, 139) resulta un lujo,en un país con tan profundos problemas educativos como México. Para ilustrar lo anterior, observemos la siguiente gráfica que revela el estado de competencia lectora de los jóvenes mexicanos, en comparación con los miembros de la OCDE: Distribución de los resultados de los estudiantes mexicanos en capacidad de lectura y el promedio de la OCDE Lectura México Promedio OCDE Nivel V 1% 10% Nivel IV 6% 21% Nivel III 19% 29% Nivel II 30% 22% Nivel I 28% 15% Menos del nivel I 16% 3% Total 100% 100% (Zorrilla Alcalá, 2008, 278)6 Con la información de la tabla, en donde se observa, a través de la escala ascendente, que los jóvenes mexicanos están en los niveles más bajos de competencia lectora, ya que sólo el 1% alcanza el nivel más alto de comprensión, en contraste con el 10% que consiguen en promedio los demás miembros de la OCDE. Entonces valdría formular la pregunta del subtítulo: la competencia literaria ¿es un lujo en un ámbito como el mexicano, donde buena parte de los jóvenes están en los niveles más bajos de la competencia lectora? Estamos en condiciones de responder, de forma contundente, que no es un lujo la formación de la competencia lectora. Los países con legítimas aspiraciones democráticas no pueden renunciar a la formación de esta competencia, por ningún 6 La información de la tabla corresponde al informe PISA del año 2000, que Zorrilla Alcalá Utiliza en su Estudio, arriba citado. Es importante señalar que las estadísticas no han variado profundamente en la actualidad. 28 | P á g i n a motivo, pues el hecho de que los ciudadanos estén en condiciones de leer literatura es fundamental para construir y preservar la dimensión ética de la vida humana, mediante la sensibilización que se construye al leer de manera efectiva y crítica, obras literarias en general, y en lo particular, la narrativa. Además, esta competencia fortalece el desarrollo de una identidad cultural en general, que tanta falta nos hace en tiempos difíciles, como los que atravesamos hoy la gran mayoría de los mexicanos. Es por ello que deseamos insistir en la importancia de que la educación mexicana y, fundamentalmente, los docentes del área de lenguaje, apuesten a contracorriente de reformas y recortes en el sistema educativo, por la formación de la competencia literaria y no por continuar “enseñando” literatura, que es totalmente distinto; lo que necesitamos es fortalecer una alfabetización para la lectura literaria en la aulas mexicanas. Dicha alfabetización tendría que ser parte de la agenda política- educativa de México, más allá de las campañas sexenales de “fomento a la lectura”7; donde no basta con poner en las manos de niños y jóvenes los libros, hay que enseñarles qué hacer con ellos. En este sentido, sólo la formación fundamentales para vivir en paz entre nosotros y con los “otros”. Por lo anterior, consideramos que si no enseñamos cómo leer la literatura, estaremos abriendo todavía más la brecha existente entre quienes tienen acceso a mejores oportunidades de vida, a través de la Educación Media Superior y la Educación Superior, y aquellos que han sido discriminados (como lo observamos en el primer apartado) por un sistema profundamente elitista. No es justo, que los saberes simbólicos, éticos y lúdicos existentes en el acto de leer competentemente literatura, sean para unos cuantos, que siempre han tenido las condiciones necesarias para ello. Por esto, retomamos las palabras de Silvia Ruibal y otros docentes argentinos, quienes consideran que “la lectura literaria es una práctica de apropiación de bienes simbólicos que promueve la consolidación de un sujeto social activo y crítico. La lectura literaria 7 Para ampliar este tema consúltese el artículo: “Un `nuevo´ programa de lectura” en: www.observatorio.org/comunicados/comun075.html. Consultado en julio de 2011. http://www.observatorio.org/comunicados/comun075.html 29 | P á g i n a dentro de tal concepción tiene una relevancia institucional y social preponderante.” (Hauy, 2009, 25). Una aspiración tan antigua como la civilización griega que concibió la democracia. Así también, en la esfera de la ética, la filósofa Martha C. Nussbaum (2005), plantea en su obra la importancia de la narrativa en la vida democrática de los seres humanos. Ella mira constantemente en la tradición literaria y filosófica clásica grecolatina, los referentes éticos imperecederos, testimonios invaluables para el ser humano contemporáneo, al hablarnos de la vigencia del autoexamen socrático y de la imaginación narrativa, (leer literatura) en un mundo tan complejo como el actual; los griegos ya tenían presente la relevancia de ello, en la formación de sus ciudadanos. La filósofa nos refiere que: Los relatos enseñan a los niños a ver de una forma humana como recipiente para la esperanza y el miedo, el amor y al ira, todos sentimientos que ya han conocido. […] el niño aficionado a contar cuentos pronto aprende que a menudo las personas de las historias son más fáciles de conocer que las personas de la vida real. […] Así el preguntarse, el maravillarse, la curiosidad, hábitos estimulados por los relatos definen a la otra persona como vasta y profunda, con diferencias cualitativas con uno mismo y con rincones secretos dignos de respeto. (Nussbaum, 2005, 122-123) Por ello, no dudamos en decir que la formación de la competencia literaria en el bachillerato es un reto irrenunciable, así como en toda la educación básica, pues el saber leer literatura va más allá de utilizar las obras como modelos del lenguaje “correcto” o “hermoso”, ideales para aprender y ampliar el conocimiento de la lengua materna. Leer literatura tiene miras más altas, además de los aprendizajes formales. Nos parece que hay que redimensionar las prácticas de lectura literaria de nuestros jóvenes y, como lo plantea desde hace mucho el constructivismo en general, hay que hacer compatibles los saberes culturales de los jóvenes y los institucionales de las escuelas, pues ambos conocimientos no se corresponden unos con otros en nuestros colegios. En pocas palabras, enseñar a leer literatura en la escuela implica dotar de herramientas a los alumnos para hacer significativo en su mundo (en lo personal y en 30 | P á g i n a lo social) el discurso literario, pues éste se mueve en el joven en dos esferas, al mismo tiempo: la de los saberes formales y la de la experiencia lúdica-intelectual. Si seguimos nuevamente a los autores argentinos, encontraremos que: Nos referimos al papel de la lectura como instancia mediante la cual el sujeto de la cultura se apropia activamente de su identidad personal, social, cultural y política. La lectura dispara un espectro de posibilidades en las que el sujeto puede ser el protagonista. El lector deja de ser un mero engranaje de las estructuras para pasar a ser un agente activo, responsable de sí y de su agencia en plano cultural y social. (Hauy, 2009, 28) Asimismo, Martha Nussbaum (2005) lleva sus reflexiones acerca de la narrativa literaria desde el campo de la ética, e insiste en la necesidad imperiosa de leer literatura si se desea vivir en un mundo más justo, democrático y solidario. En el siguiente gráfico, presentamos lo esencial de la postura de la filósofa norteamericana: 31 | P á g i n a 1. Prepara para la interacción moral 6. Apoya la construcción de un mundo social deliberante, al provocar la reflexión crítica de nuestro entorno. 2. Fomenta la capacidad de sentir compasión por los demás e impulsa la conciencia de vulnerabilidad. LA IMAGINACIÓN NARRATIVA ES VITAL EN LA FORMACIÓN DE LAS PERSONAS PUES: 3. Desarrolla capacidades de percepcióny juicio esenciales para la democracia 5. Nos enfrenta a lo que, habitualmente no nos gustaría conocer: nos perturba 4. Contribuye a anular la ira retributiva, al hacernos capaces de imaginar el por qué una persona podría actuar de determinada forma. 32 | P á g i n a Y como es posible apreciar, las implicaciones inmersas en el acto de leer literatura, desde la perspectiva del desarrollo de la imaginación narrativa de las personas, tiene una relevancia decisiva en tiempos tan difíciles y conflictivos como los que vivimos en el orbe en estos momentos. Por lo tanto, consideramos que, por más que las inercias y perversiones del mundo contemporáneo deformen el sentido común de los seres humanos a través de diferentes medios, el poder leer literatura es capaz de paliar y contribuir en la toma de conciencia y equidad sobre nuestras relaciones con los otros, los diferentes, fomentando valores al reconocer a los que no tienen voz, o a aquellos con quienes difícilmente nos identificaríamos, todo ello, por demás necesario en el mundo actual. Pero, para acceder a estos beneficios, las sociedades deben preocuparse por enseñar a leer la literatura a sus ciudadanos. Entendemos por qué para Nussbaum, la lectura de literatura está ligada a la irrenunciable capacidad de imaginar, que debe cultivar y construir el ser humano a lo largo de su vida, con la finalidad de llegar a constituirse como un ser completo y sensible, es decir, humano en el sentido cabal de la palabra. Los docentes, más que ninguna otra instancia en el proceso de enseñanza aprendizaje, debemos ser conscientes de que, el trabajar en pos de leer literatura con los jóvenes, es fundamental en la vida contemporánea, como lo fue en la antigua Grecia el asistir a los ciclos trágicos: los griegos, grandes conocedores del alma humana, ya habían comprendido que la “catarsis” (κάθαρσις), es decir, el reconocimiento o la empatía generados entre el espectador de la tragedia griega con los protagonistas, es similar al existente entre el lector de cuentos o novelas en la actualidad, con los personajes de los mismos. La compasión surge de la experiencia literaria, más allá del goce estético propio de la literatura. Sin embargo, para poder gozar la lectura literaria, hay que enseñar cómo se lee, sus claves y algunas herramientas, para hacer accesibles sus contenidos y convenciones propias, a la mayor cantidad posible de personas. No debemos renunciar a ello, aunque los vientos se dirijan en sentido adverso. 33 | P á g i n a 1.2.1 “La tregua”. La formación de la competencia lecto-literaria, una deuda pendiente y posible en el Medio Superior Mexicano Los docentes necesitamos hacer un alto en el camino y reflexionar críticamente sobre nuestra labor y la dirección que hemos llevado hasta este momento. Como el subtítulo lo indica, requerimos hacer una tregua en nuestro trabajo, y buscar un equilibrio entre lo “urgente” y lo “importante”. En cuanto a lo primero, nos referimos a las exigencias institucionales que nos llevan a desvincular la vida del bachiller de las obras literarias, en pro de cumplir con la urgencia de una comprensión lectora requerida en los ámbitos productivos. Lo “importante”, lo entendemos como la resignificación al leer literatura, más allá de la mera comprensión de los sucesos relatados. Como ya se mencionó en el apartado anterior, son muchos los “servicios” éticos, sociales, culturales y personales, inmersos en la construcción de la competencia literaria, además de enseñar a comprender lo que se lee. Consideramos que la construcción de la competencia literaria, de ninguna manera está “peleada” o distante de la formación de la competencia lectora, al contrario, ambas se forjan y retroalimentan la una de la otra. Si enseñamos a leer literatura, al mismo tiempo, otorgamos herramientas para leer diversas formas discursivas que perviven en los textos expositivos, argumentativos, descriptivos y, por supuesto, en los literarios. Ello se debe a que la competencia literaria está en un constante proceso recursivo con la competencia lectora, pues la competencia literaria no puede existir sin la comprensión de los textos, y la ampliación de la competencia lectora es potenciada a sus más altos niveles, por la competencia literaria. Cabe agregar, que la noción pionera de competencia literaria de Culler parte “del mismo término chomskiano de competencia gramatical, y comprende la competencia literaria como un sistema parecido al de la lengua, en el sentido de que funciona como estructura de “reglas establecidas por convención” (Inger Olsbu-Kari S.Salkjelsvik 2006, 4). En este punto, nos parece pertinente presentar, de forma resumida, las habilidades que abarcan el desarrollo de la competencia literaria, para dimensionar 34 | P á g i n a todo lo que ésta brinda en la formación del bachiller, según Antonio Mendoza Fillola, quien se fundamenta en teóricos como Culler, Van Dijk, entre otros: CONOCIMIENTOS QUE INCLUYE LA COMPETENCIA LITERARIA Saberes lingüísticos, textuales y discursivos para la descodificación. Saberes pragmáticos para reconstruir la situación enunciativa del texto, que han de permitir la identificación de claves, de orientaciones etc., ofrecidas por el texto. Conocimientos metaliterarios. Saberes intertextuales, referidos a las correlaciones de los textos literarios mantienen entre sí (alusiones, referencias, copresencia de otros textos, géneros o autores; apreciar la intención estética de escribir literatura sobre la literatura y valorar el efecto de estos recursos). Saberes semióticos para organizar la comprensión definitiva del texto. Dominios relativos a estrategias para interactuar con el texto y poder relacionar todos los puntos anteriores. Los conocimientos referidos al saber cultural-enciclopédico. Los conocimientos referidos a las modalidades del discurso. El dominio de habilidades lectoras, porque en la formación de la competencia literaria, la funcionalidad de la lectura es la base sobre la que aquélla se construye. Los saberes estratégicos: activación de diversas lógicas (de lo fantástico, por ejemplo) hasta los más complejos de interacción y cooperación receptora. (Mendoza Fillola, 2004, 138-139) Podemos apreciar en la tabla que para acceder a los terrenos de la competencia literaria –que se puede sintetizar como la suma de saberes diversos para la recepción, y en un grado más alto, para la creación de obras litera poseer estrategias de lectura, es decir, habilidades lectoras, lo suficientemente firmes para dar cabida a conocimientos cada vez más complejos, como la detección de referencias intertextuales por ejemplo, o saberes enciclopédicos presentes en una obra, así como conocimientos metaliterarios y semióticos en general. ¿Y por qué no ambicionar llegar a estos niveles con la juventud mexicana? 35 | P á g i n a Todo lo que hemos de hacer después de haberlo aprendido, lo aprendemos haciéndolo Aristóteles, Ética Nicomaquea II, I. 36 | P á g i n a Capítulo 2 ¿CINE O SARDINA? ALGUNAS POSIBILIDADES DIDÁCTICAS PARA LA CONSTRUCCIÓN DE LA COMPETENCIA LITERARIA NARRATIVA: LA INTERDISCURSIVIDAD ENTRE CINE Y LITERATURA 37 | P á g i n a Capítulo 2 ¿CINE O SARDINA? ALGUNAS POSIBILIDADES DIDÁCTICAS PARA LA CONSTRUCCIÓN DE LA COMPETENCIA LITERARIA NARRATIVA: LA INTERDISCURSIVIDAD ENTRE CINE Y LITERATURA 2.1 “Tiempos modernos”. ¿Por qué es importante saber leer competentemente? 2.1.1 La lectura La lectura es, sin lugar a dudas, una de las vías esenciales del ser humano para conocer, entender, ampliar, modificar y asimilar el mundo que nos rodea. En la actualidad, es objeto de análisis interdisciplinarios que van desde la psicología, lasciencias del lenguaje, la reflexión de la teoría literaria, hasta las disciplinas sociológicas y económicas (estas últimas observan la lectura a partir de su impacto cultural, político y económico). Sin embargo, no existe una definición precisa de lectura, lo suficientemente amplia, que abarque todos los tipos que ejercemos en la vida diaria. Para efectos prácticos, nosotros nos apoyaremos en elementos provenientes de las ciencias del lenguaje y la psicología cognitiva, así como la conceptualización de la lectura, hecha desde el Enfoque Comunicativo en la Didáctica de la Lengua y la Literatura, para perfilar una concepción operativa de la lectura, que nos permita exponer por qué consideramos que el saber leer competentemente es importante para el ser humano. En este sentido, la formulación que realizan Parodi y sus colaboradores nos parece pertinente, pues se apoyan en las ciencias del lenguaje y en la psicología cognitiva, cuando exponen que: la lectura, o sea, el acto de leer, debe ser entendido como la culminación de la capacidad que tiene el ser humano de usar signos para comunicarse y de intercambiar información con sus congéneres, en otras palabras, de vivir en comunidad, trascendiendo lo inmediato. (Parodi et al., 2011, 25) 38 | P á g i n a Es esta capacidad de <<trascendencia>> la que consideramos medular en la lectura, en favor del desarrollo de tan altas capacidades en el hombre. Sólo a través de la lectura, somos aptos para surcar las fronteras materiales, lo concreto, para ir más allá de nosotros mismos y aprender de la experiencia de nuestros congéneres y del contacto con el entorno. De ahí la necesidad de formar individuos capaces de explorar y explotar dentro de las aulas, en la medida de lo posible, esta capacidad privilegiada que poseemos. Por esto es pertinente preguntarnos por qué la lectura posibilita tan vastas operaciones, fundamentales para nuestro desarrollo vital, además de la trascendencia mencionada. Frank Smith (1997) nos ayuda a esbozar la respuesta, al plantear que nuestra mente funciona a partir de una “teoría del mundo”, la cual es uno de los mecanismo de protección más importantes del ser humano, pues abarca todo aquello que sabemos de nuestro universo, ya sea por la experiencia directa, por la observación y la comunicación con otras personas, y así nos protege del desconcierto. “La teoría del mundo”, que expone Smith, comprende nuestras experiencias vitales y configura una idea de cómo marcha la vida en general. A partir de estos elementos, somos capaces de otorgarle sentido al mundo. Para este propósito, la lectura, entendida como un vasto abanico de lecturas (textuales, literarias, visuales o metafóricas) es fundamental, pues de ellas nutrimos nuestra “teoría” y ampliamos las posibilidades que caben en ésta. Lo anterior sólo ocurre cuando las lecturas son significativas para el individuo. Así, Smith nos lo plantea de la siguiente manera: Lo que hay en nuestras cabezas es una teoría, […] es la raíz de todo aprendizaje, la fuente de nuestras esperanzas y temores, de nuestras motivaciones y expectativas, de nuestros razonamientos y nuestra creatividad. Dicha teoría es todo cuando tenemos; eso y nada más. Si somos capaces de otorgar un sentido al mundo, es porque interpretamos los acontecimientos mundanos a partir de nuestra teoría. Si aprendemos, es por la vía de modificar y reelaborar nuestra teoría. La teoría llena por completo nuestra mente; no poseemos ninguna otra fuente para la acción. (Smith, 1997, 101-102) La lectura es fundamental para la vida del ser humano, pues a través de ésta el mundo adquiere nuevos sentidos, se amplía, y además se modifica nuestra percepción de él. Y cuando la interna falla, recurrimos a las diversas lecturas, para compensar lo que ha dejado de ser útil en nuestro modelo de mundo. Pero para que este 39 | P á g i n a mecanismo sea efectivo, es necesario que dichas lecturas del entorno sean significativas. En el siguiente esquema resumimos las tres funciones fundamentales de la teoría del mundo del ser humano, según Smith, quien usa como símil el trabajo de los científicos: Así pues, desde estos tres ejes articuladores, la importancia de la lectura resulta indiscutible, pues sin su ejercicio los esquemas de conocimiento internos no se modificarían (lo que la teoría constructivista denomina conocimientos previos8). Sobre todo, cuando comprensión. Pero además se sabe que la lectura, entendida en un sentido amplio, es una de las claves que posibilitó el avance de la humanidad de forma considerable, al 8 Véase el libro de Frida Díaz Barriga (cap.2) Estrategias docentes para un aprendizaje significativo. México, McGrawhill, 2002. TEORÍA DEL MUNDO 3. Predecir el futuro 2. Darle sentido al mundo que nos rodea 1. Resumir experiencias pasadas 40 | P á g i n a desarrollar las habilidades cognitivas del hombre (como el abstraer, comparar y resumir sus experiencias por ejemplo) a diferencia de otras especies. Esto se debe a la naturaleza simbólica-representativa, propia del ser humano, que no es menester tocar en este lugar, pero que es importante tomar en cuenta. Entonces, podemos asegurar que la lectura es una de las grandes habilidades humanas, que nos proporciona un sello distintivo y poderoso entre los habitantes del planeta. Debemos considerar también que la lectura ha ampliado su concepción, a través de los grandes avances de la investigación en el campo del lenguaje y la comunicación, desde el siglo XIX y hasta la fecha. Si bien la reflexión en cuanto al lenguaje humano existe de manera importante desde la antigüedad, en los campos de la filosofía y el arte (pensemos en Aristóteles, por ejemplo), en la actualidad contamos con evidencia científica para sostener que el lenguaje es una capacidad humana complejísima, regida por el cerebro. Por ende, la lectura es un proceso difícil de aprehender. Así, cuando Román Gubern nos dice que “el lenguaje verbal […] es una habilidad muy compleja, que nace de un componente psíquico y se manifiesta como expresión acústica reglada” (Gubern, 2010, 25), coincidimos plenamente con él. Entonces, cómo explicamos que la lectura, sea medianamente entendida y menos atendida por los docentes, con el uso de evidencias científicas, es decir, que la lectura sea tratada en las escuelas mexicanas como un asunto <<opinable>> más que <<argumentable>>. comprensión del lenguaje humano, concretamente de la lectura, no es parte de la agenda política-educativa en los países subdesarrollados; y que el leer se entienda de forma rigurosa y con sustentos científicos, tampoco es una prioridad en la formación del profesorado. Nos surge entonces la siguiente interrogante ¿será que la lectura, su conocimiento y práctica competente, debe continuar como un privilegio de las clases poderosas? Pareciera que sí, pues en México, las reformas educativas siguen muy alejadas de las verdaderas necesidades de la población: saber leer, escribir y las 41 | P á g i n a matemáticas elementales, las cuales se relegan en favor de la cobertura educativa, que como ya mencionamos en el capítulo anterior, ha sido el <<gran logro>> de los gobiernos mexicanos, sin ser esto realmente significativo en la calidad de vida de las personas. Pero regresemos al tema de la lectura. Aprender a leer en el sentido real es muchísimo más que descodificar, es hacer significativa la lectura, como lo plantea Smith, llevarla más allá de la descodificación, pues no se lee con los ojos, sino con el cerebro. Por eso, lo que buscamos recalcar es que para ser más humanos, completos, competentes y dignos, debemos ampliar nuestra teoría del mundo, y ello es quizá el quehacer fundamental de saber creemos que sí es posible hacer cambios significativos poco a pocodentro del salón de clases. Uno sería por ejemplo, rescatar nuestra propia experiencia lecto-literaria y llevarla al aula a través de estrategias de lectura compartida entre el docente y el alumno. También ayudaría mucho el hacer nuestras selecciones de lectura acordes con las necesidades de nuestros alumnos. En fin, es amplio el abanico de oportunidades para mejorar nuestro desempeño al enseñar a leer, pero el más importante es el compromiso que el docente adquiere al formarse a sí mismo, en un afán serio de profesionalización y crecimiento personal, para que la educación deje de ser un tema de opiniones y se convierta en un campo de certezas, por lo menos todo aquello que ya es posible sustentar teóricamente, a través de las disciplinas del lenguaje, la psicopedagogía y la teoría literaria. Por lo anterior, no dudamos en decir que leer competentemente tiene implicaciones serias en la sociedad en general, pues con la lectura y la escritura (ambas son inseparables) los jóvenes pueden lograr darle valor a su voz, así como defenderse en un mundo donde impera la cultura escrita, y ahora, además, la cultura audiovisual, a la que estamos exponencialmente sometidos, a diferencia de otras épocas. Pero de este asunto hablaremos más adelante. 42 | P á g i n a Consideramos que si no apostamos por enseñar a leer, es decir, por una alfabetización real, estaríamos aceptando que el estado de la cuestión actual educativa, permanezca como está; admitiríamos en que se continuará reproduciendo el orden social de la desigualdad y la ausencia de oportunidades de los jóvenes que se encuentran en nuestras manos. 2.1.2 La lectura literaria narrativa desde el Enfoque Comunicativo Saber leer es una habilidad capaz de transformar el rumbo de la vida, tanto interior como exterior de los jóvenes, pues nos acerca a la reflexión sobre la condición humana. La lectura, concretamente la narrativa-literaria, nos dice la filósofa Martha C. Nussbaum, puede transformar sociedades enteras, a través de la imaginación narrativa que ella despliega, por medio del conocimiento de otros mundos posibles y del entendimiento de los conflictos humanos desde el ámbito de la ficción. La lectura narrativa es una puerta hacia “el cultivo de la humanidad” en palabras del filósofo Séneca.9 Por tanto, ya dimensionado el impacto de la lectura literaria, para comprender mejor la idea de leer de manera competente los textos literarios narrativos, es necesario remitirnos al Enfoque Comunicativo (EC) en la Didáctica de la Lengua y la Literatura. Este enfoque ha sido una de las grandes aportaciones didácticas para la transformación, no sólo de la enseñanza de la lengua mediante la competencia lingüística, de suyo fundamental, sino de la lectura literaria en la escuela, además de otras lecturas que se pretende promover en las aulas, sin olvidar las muy necesarias habilidades comunicativas. Así pues, el EC destaca los diferentes usos que tiene la lengua, y se aleja de la prescripción y la norma. Con ello, propicia que los alumnos desarrollen la competencia comunicativa. Es decir, el EC lleva a la lengua, en sus diferentes modalidades, a la esfera de los diversos usos sociales del individuo, para que así éste pueda desarrollarse 9 Esta idea la encontramos desarrollada ampliamente en la obra de Séneca Cartas a Lucilio. 43 | P á g i n a mejor en su entorno cultural, al ser capaz de participar de forma efectiva en situaciones concretas de comunicación. Entonces, el EC entiende la lengua en los usos, y no en la enseñanza unilateral de reglas. Y podemos decir que en cuanto a la lectura literaria, desde este ángulo, se concibe como una actividad de carácter procesual, interactiva cooperativa, interpretativa, es decir, un evento comunicativo entre el lector, el texto y la cultura. En este sentido, cuando Isabel Solé nos dice que “Leer es un proceso de interacción entre el lector y el texto, proceso mediante el cual el primero intenta satisfacer [obtener una información pertinente para] los objetivos que guarde su lectura” (Solé, 2007, 17), es fácil ubicarla en este enfoque. Es por ello que el EC, cuando trata el fenómeno literario como un acto específico de comunicación, en diversos contextos, lo entiende como un evento de naturaleza comunicativa y cultural entre la obra y su lector. Es pertinente, antes de continuar con la perspectiva de la obra literaria desde el EC, aclarar qué es una competencia, desde la concepción de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), recuperado por César Coll: Una competencia es la capacidad para responder a las exigencias individuales o sociales o para realizar una actividad o una tarea (...) Cada competencia reposa sobre una combinación de habilidades prácticas y cognitivas interrelacionadas, conocimientos (...), motivación, valores, actitudes, emociones y otros elementos sociales y comportamentales que pueden ser movilizados conjuntamente para actuar de manera eficaz. OCDE -proyecto DeSeCo-, 2002, p. 8. (Coll, 2011, 4) Ahora bien, hecha esta precisión, añadiríamos que el EC busca generar en el joven una competencia comunicativa global, pues no puede abstraerse en una sola habilidad, ya que quedaría fragmentado e inoperante su propósito principal (el de formar un estudiante capaz de expresarse y desarrollarse en las cuatro habilidades básicas de comunicación en sus dos vertientes: las comprensivas y las expresivas). Así pues, estas habilidades han de fomentarse desde los usos reales de la lengua, y la literatura narrativa desde el ámbito de la exp 44 | P á g i n a siguiente esquema de Carlos Lomas, para perfilar mejor lo que abarca la Competencia Comunicativa (CC): Ilustración 1 Resumen del esquema de Carlos Lomas de su obra Cómo enseñar a hacer cosas con las palabras vol. I. Como se observa en el diagrama, son diversas las competencias pertenecientes a la CC. Entonces, para concebir globalmente desde el EC, la enseñanza de la lectura literaria narrativa, tenemos que registrar varios cambios de fondo. El primero, y más importante desde nuestra perspectiva, es el de dejar de concebir la literatura como una materia a enseñar. La literatura no se enseña, como se enseña una disciplina experimental, pues ésta en sí misma es un fenómeno que la crítica literaria más seria no ha podido aprehender en una definición, y su conceptualización misma es aún COMPETENCIA COMUNICATIVA COMPETENCIA PRAGMÁTICA COMPETENCIA LITERARIA COMPETENCIA ESTRATÉGICA COMPETENCIA SEMIOLÓGICA COMPETENCIA LINGÜÍSTICA COMPETENCIA SOCIOLINGÜÍSTICA COMPETENCIA TEXTUAL O DISCURSIVA 45 | P á g i n a inacabada.10 En este sentido, el mismo EC tiene sus limitantes, cuando del hecho literario se trata, a diferencia de la lengua, en donde sí ha podido concretar líneas de trabajo más sólidas. A este respecto, Mendoza Fillola se pronuncia de la siguiente manera: No hay un modelo [para la literatura] que sea equiparable en eficacia al que, desde los años setenta, se ha ido elaborando para la enseñanza/aprendizaje de la lengua; en este caso, la funcionalidad de los criterios pragmáticos del enfoque comunicativo se centra en el desarrollo de habilidades comunicativas de comprensión y de expresión del usuario-aprendiz; así, para la didáctica de la lengua ha resultado fundamental la combinación de las aportaciones de las teorías de la lingüística pragmática, el análisis del discurso y de la psicología cognitiva. (Mendoza Fillola, 2004, 58) Aclaremos que el desarrollo del Enfoque Comunicativo no se ha detenido, pues ha buscado apoyo en el quehacer comunicativo-literario, con las reflexiones de las teorías de la recepción,11 según este mismo autor, motivadas por “la necesidad de hoy, sentida mayoritariamente de que la enseñanza de la literatura tiene
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