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Caracterizacion-de-sntomas-catatonicos-en-el-delirium

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA 
DE MÉXICO 
 
	 FACULTAD DE MEDICINA 
DIVISIÓN DE ESTUDIOS DE POSGRADO 
HOSPITAL ESPAÑOL DE MÉXICO 
	
 
 
 
CARACTERIZACIÓN DE SÍNTOMAS CATATÓNICOS EN 
EL DELIRIUM 
 
 
 
 
T E S I S 	
 QUE 
 
P R E S E N T A : 
	
 
 
DR. MARCO EDUARDO RAMÍREZ JIMÉNEZ 
	
 
 
 
PARA OBTENER EL TÍTULO DE: 
	
 
 
ESPECIALISTA EN PSIQUIATRÍA 
	
	
	
	
 
 
DIRECTORES DE TESIS: 
DR. MARLON EDU SAAVEDRA DELGADO 
 DR. ENRIQUE RAFAEL SUÁREZ ÁLVAREZ 
 
 
CIUDAD DE MÉXICO 
AGOSTO, 2019 
	
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
	
AGRADECIMIENTOS: 
 
A mis padres por su apoyo incondicional y por su plena confianza en mí, por su atenta 
escucha y los sinceros consejos que me han brindado siempre, especialmente en los 
momentos de duda y tribulaciones. Su amor y cariño incondicionales representan los 
cimientos que han dado origen a todos los logros grandes o pequeños que juntos 
hemos conseguido. En fin, gracias y sólo gracias por ser quienes son. 
 
A mi hermano por su peculiar e intransigente manera de brindarme su apoyo en todo 
momento. 
 
A mis tíos, mi nana, primos y amigos por acompañarme durante los momentos difíciles, 
pero sobre todo por aguantar los malos ratos y ausencias debido a los gajes del oficio. 
 
A mis compañeros residentes por acompañarme en esta etapa, gracias por hacerla 
más agradable y llevadera. 
 
A todos mis maestros por sus anécdotas e instrucción, gracias por enseñarme que 
cada mente es un mundo. 
	 	
	
ÍNDICE:	
• Pregunta de investigación………………………………………………..……………......1 
• Problema de investigación………………………………………………………...……….1 
• Objetivos de la investigación………………………………………………………………3 
o Objetivo general…………………………………………………………................3 
o Objetivos específicos……………………………………………………………….3 
• Justificación de la investigación……………..…………………………………………….4 
• Marco Teórico……………..………………………………………………………………...6 
o Síndrome confusional agudo………………...…………………………………….6 
o Síndrome catatónico…………………………………...………………………….20 
o Antecedentes de la investigación……………………………..…………………31 
• Hipótesis…………………………………………………………………………..………..34 
o Hipótesis de la investigación……………………………………………………..34 
o Hipótesis nula………………………………………………………………………34 
• Material y métodos………………………………………………………………………...34 
o Tipo de estudio…………………………………………………………................34 
o Población de estudio………………………………………………………………34 
o Variables……………………………………………………………………………35 
o Tiempo de estudio…………………………………………………………………39 
o Procedimiento……………………………………………………………………...39 
o Análisis estadístico………………………………………………………………...40 
• Consideraciones éticas……………………………………………………………………41 
• Resultados………………………………………………………………………………….41 
• Discusión……………………………………………………………………………………51 
• Conclusiones……………………………………………………………………………….55 
• Referencias…………………………………………………………………………………57 
• Anexo……………………………………………………………………………................60 
 
	 1	
PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN: 
¿Cuál es la caracterización de síntomas catatónicos en el síndrome confusional agudo 
(delirium) valorados mediante la Escala para la Valoración del Delirium (Delirium Rating 
Scale-Revised`98, DRS-R-98) y la Escala de Catatonia de Bush y Francis (Bush-
Francis Catatonia Rating Scale) en pacientes mayores de 18 años internados y 
valorados por el servicio de psiquiatría tanto en el Pabellón Jesús Díaz de la Fuente 
como en la Unidad Pablo Díez del Hospital Español de México durante los meses de 
junio y julio del año 2019? 
 
PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN: 
El precepto “psicosomático”, o sea, la relación entre el acontecer mental y el corporal 
(psique y soma), es un término que se atribuye a Johann Heinroth, y el cual fue 
acuñado en el año 1818(1). Durante las últimas décadas el estudio y práctica de la 
psiquiatría se ha ido enfocando cada vez más hacia la relación existente entre los 
trastornos mentales y sus bases biológicas, así como en la relación existente entre 
síntomas neuropsiquiátricos presentes en estados patológicos pertenecientes a otras 
especialidades del conocimiento médico. Lo anterior ha hecho posible la creación de 
nuevos campos de estudio como son la neuropsiquiatría y la psiquiatría de enlace, 
siendo esta última la rama de la psiquiatría que incluye todas las actividades 
diagnósticas, terapéuticas, pedagógicas y de investigación en los servicios no 
psiquiátricos de un hospital general(2). 
 
La incidencia de delirium es alta tanto en pacientes médicamente enfermos como en 
ambientes quirúrgicos, y es aun mayor en pacientes internados en unidades de 
cuidados intensivos, donde llega a presentarse por encima del 80%(3), lo que lo 
convierte en el síndrome psiquiátrico encontrado con mayor frecuencia en hospitales 
generales(4). De hecho se estima que en los Estados Unidos más de 2.6 millones de 
adultos mayores de 65 años desarrollan delirium cada año(5). 
	 2	
 
Además de su elevada incidencia, el síndrome confusional agudo ha sido asociado con 
incrementos en la morbilidad y mortalidad, incremento en los costos hospitalarios, 
incremento en las complicaciones adquiridas durante la hospitalización, pobre 
recuperación funcional y cognitiva, disminución en la calidad de vida y hospitalizaciones 
prolongadas(3). 
 
En cuanto a su prevención, se ha evidenciado en un metaanálisis en el que se tomaron 
en cuenta 14 estudios basados en intervención una tasa de hasta el 53% de reducción 
en la incidencia del delirium(5). Las mejores intervenciones para la prevención del 
delirium son las no farmacológicas, lo que hace factible su aplicación por el personal 
hospitalario en general(4). 
 
Por su parte, el síndrome catatónico se ha acordado que ocurre en el 9% al 17% de los 
pacientes con enfermedades psiquiátricas agudas(6). Por mucho tiempo se asocio a la 
catatonia sólo con padecimientos psiquiátricos, sin embargo, según la literatura 
publicada la probabilidad de que la catatonía en entornos médicos y quirúrgicos agudos 
tenga una causa médica es superior al 50%(7). 
 
Al igual que el delirium la presencia de catatonia se asocia con eventos adversos que 
pueden ser potencialmente mortales. Estas complicaciones tienden a ser causadas por 
los efectos de la inmovilidad prolongada, una ingesta pobre o nula de alimentos y 
líquidos, o una disfunción autonómica. En una revisión retrospectiva se encontró que la 
frecuencia de complicaciones significativas en pacientes con síndrome catatónico fue 
del 11%. También se encontró en un estudio prospectivo de pacientes mayores con 
catatonia en un hospital general que la tasa de complicaciones observada fue del 40% 
y la tasa de mortalidad del 20%(8). 
 
Se han encontrado varios factores para predecir una causa médica de catatonia, el 
más importante de los cuales es el delirium(7), lo que se correlaciona con lo que se ha 
mencionado previamente sobre la propuesta de la existencia de un tipo de delirium con 
	 3	
características catatónicas, lo que a su vez incrementaría la incidencia de 
comorbilidades, así como la mortalidad. 
 
Otro dato importante a tener en cuenta es que las opciones terapéuticas para el 
delirium y la catatonia son drásticamente diferentes. El tratamiento delsíndrome 
catatónico generalmente incluye la evitación de medicamentos antipsicóticos, (ya que 
estos pueden empeorar la catatonia o precipitar el desarrollo de una forma letal de 
catatonia similar al síndrome neuroléptico maligno), usándose para su tratamiento de 
primer elección medicamentos benzodiacepínicos. En contraposición, en el tratamiento 
del delirium se tiende a evitar el uso de benzodiacepinas, (ya que estas pueden 
incrementar la sintomatología asociada al delirium), utilizándose con frecuencia 
medicamentos antipsicóticos(9). 
 
A pesar de que se ha descrito que ambos síndromes se presentan con frecuencia en 
pacientes internados en hospitales generales, aún existen deficiencias diagnósticas por 
parte del personal médico y de enfermería, encontrándose en el caso del síndrome 
confusional agudo fallas diagnósticas de entre el 55% al 70%(5). 
 
OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN: 
Objetivo general: 
 
• Caracterizar los síntomas de catatonia presentes en pacientes con delirium, 
valorados por el servicio de psiquiatría, e internados en el Pabellón Jesús Díaz 
de la Fuente o en la Unidad Pablo Díez del Hospital Español de la Ciudad de 
México. 
Objetivos específicos: 
 
	 4	
1. Indicar cuáles son los síntomas catatónicos mencionados en la escala de 
catatonia de Bush y Francis que con mayor frecuencia presentan los pacientes 
con síndrome confusional agudo. 
 
2. Comparar el porcentaje de datos duros de catatonia (síntomas motores) 
presentados por los pacientes con delirium en el Hospital Español con respecto 
a otros estudios previos. 
 
3. Determinar cuál es el subtipo de delirium que tiene más síntomas catatónicos. 
 
4. Categorizar cuál o cuales son los diagnósticos principales que con mayor 
frecuencia padecen los pacientes a los cuales se realiza diagnóstico de delirium. 
 
JUSTIFICACIÓN DE LA 
INVESTIGACIÓN: 
El Síndrome Confusional Agudo, también conocido como Delirium, es un síndrome 
neuroconductual causado por una disrupción transitoria de la actividad neuronal normal 
secundaria a alteraciones sistémicas. Representa un cambio respecto al 
funcionamiento cognitivo basal de los pacientes, y está caracterizado por alteraciones 
en la atención, de la conciencia, entre otros aspectos del funcionamiento cognitivo(10). 
 
La Catatonia o Síndrome Catatónico es un síndrome caracterizado por una 
constelación de distintas alteraciones psicomotoras, que puede evolucionar hacia 
complicaciones potencialmente mortales(6). Ocurre con frecuencia en trastornos del 
espectro de la esquizofrenia y en trastorno afectivos, pero también en autismo, 
demencias, intoxicaciones y en condiciones médicas generales(11). 
 
	 5	
Ambos síndromes se han estudiado históricamente como entidades 
fenomenológicamente distintas, siendo mutuamente excluyentes según los criterios de 
la quinta edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales 
(DSM-5), el cual establece dentro de los criterios para el trastorno catatónico debido a 
otra afección médica que este no se produzca exclusivamente durante el curso de un 
delirium(12). 
 
Se ha establecido previamente en la literatura que a pesar de las características 
diagnósticas antes mencionadas, estas dos entidades comparten signos y síntomas en 
común, lo que aunado a las gran variedad de condiciones médicas que las pueden 
causar, hace pensar en la posibilidad de que compartan vías fisiopatológicas(13). 
 
Tradicionalmente el síndrome confusional Agudo se divide en subtipos motores, siendo 
estos el hiperactivo, en el que predomina el incremento de la actividad psicomotriz; el 
hipoactivo, en el que predomina una actividad motora reducida; y el subtipo mixto, en el 
cual coexisten signos y síntomas de los dos previos(14). 
 
Algunos autores han establecido la hipótesis sobre la existencia de un subtipo de 
delirium con características catatónicas, argumentando la presencia de síntomas 
motores catatónicos en pacientes con síndrome confusional agudo, lo cual impactaría 
de manera importante en los criterios diagnósticos, en los esquemas de tratamiento y 
en el pronóstico(15). 
 
La cuestión fundamental que pretende ser el pilar de este trabajo es precisamente el 
conocimiento de las medidas de prevención (principalmente para el delirium), las 
cuales como se ha mencionado son relativamente sencillas, efectivas y conllevan un 
bajo costo tanto de personal de salud, como de insumos económicos. Si bien la 
prevención es el fin último que se busca, también es importante tener en mente que 
una detección oportuna y el inicio de un tratamiento temprano tanto de la catatonia 
como del delirium (tomando en cuenta la relación propuesta entre ambos síndromes) 
puede ser la clave que incline la balanza del paciente hacia un estado de completo 
	 6	
bienestar físico, mental y social, como lo marca la Organización Mundial de la Salud 
(OMS)(16). 
 
MARCO TEÓRICO: 
SÍNDROME CONFUSIONAL AGUDO (DELIRIUM): 
Definición: 
 
Es un síndrome neuroconductual agudo o subagudo, causado por una disrupción 
transitoria de la actividad neuronal normal secundaria a alteraciones sistémicas(10)(3). 
Representa un cambio respecto al funcionamiento cognitivo basal de los pacientes(10). 
 
La fenomenología del delirium se caracteriza por cinco dominios centrales: déficits 
cognitivos, déficits de atención, desregulación en el ritmo circadiano, desregulación 
emocional y alteración en el funcionamiento psicomotor(10). En la literatura se describe 
como ‘‘waxing and waning’’ (lo que se podría traducir como “creciente y menguante”), lo 
que refleja su característica de ser un síndrome marcadamente fluctuante(3). 
Epidemiología: 
 
Se ha sugerido en diversos estudios que la edad es un predictor independiente para la 
transición a delirium. De hecho se estima que por cada año adicional posterior a los 65 
años, la probabilidad de desarrollar delirium incrementa un 2%(3)(4). Se estima que en 
los Estados Unidos más de 2.6 millones de personas de 65 años o mayores desarrolla 
delirium cada año(5). 
 
La tasa de incidencia de delirium es elevada tanto en pacientes medicamente enfermos 
como en pacientes quirúrgicos, y puede llegar a ser hasta del 80% entre pacientes 
críticamente enfermos(3). 
	 7	
 
El delirium es el síndrome psiquiátrico que con mayor frecuencia se encuentra en 
hospitales generales. La incidencia de delirium entre pacientes medicamente enfermos 
es de entre el 10% en salas de medicina general hasta 85% en pacientes con cáncer 
avanzado. En la población adulta de medicina general la incidencia de delirium varía 
desde el 10% al 24%: Speed y colaboradores reportan un 10.9%, Maldonado y 
colaboradores 14%, Ritchie y colaboradores 14.6%, y González y colaboradores 24%. 
La incidencia incrementa conforme aumenta la gravedad de la enfermedad, 
incrementando del 13% al 48% posterior a enfermedad cerebrovascular, del 20% al 
40% en pacientes con VIH/SIDA, del 60% al 80% en pacientes internados en la unidad 
de cuidados intensivos y tan alta como el 80% al 90% en pacientes con cáncer 
terminal(4). 
 
De manera similar, en poblaciones quirúrgicas la incidencia de delirium es de alrededor 
del 37% al 46%, y en pacientes postoperados la incidencia de delirium se describe 
alrededor del 10% al 60%. La incidencia depende del tipo de cirugía y de la población 
de estudio: del 25% al 32% entre los pacientes que se someten a bypass de arteria 
coronaria; del 50% al 67% posterior a cardiotomía; 20% en pacientes ancianos 
postoperados de neoplasias ginecológicas; 33% de los pacientes sometidos a 
reparación de aneurisma abdominal; 12,5% en pacientes sometidos a cirugía de 
columna; 41% después de reemplazo bilateral de rodilla; y el 25% de los pacientes de 
edad avanzada sometidos a reparación de cuello femoral posterior a fractura(4). 
 
En un estudio realizado por Villalpando-Berumen y colaboradores en el Instituto 
Nacional de CienciasMédicas y Nutrición Salvador Zubirán (INCMNSZ) en la Ciudad 
de México entre los meses de Junio a Diciembre del año 1995 en el que se valoraron a 
667 pacientes mayores de 60 años, se encontró una incidencia de delirium de12%(17). 
Otro estudio efectuado en el Centro Médico Nacional Siglo XXI registró una prevalencia 
de delirium de 10.94%(18). Por su parte Ortega García y colaboradores reportaron en 
un estudio realizado en el año 2017 en el Centro Médico ABC en la Ciudad de México 
una prevalencia de 17.1% de delirium en pacientes mayores de 65 años programados 
	 8	
para cirugía de cadera(18). Estos estudios demuestran que la prevalencia de delirium 
en México es similar a la registrada en la literatura internacional. 
Etiología: 
 
Muchos factores contribuyen potencialmente al desarrollo de delirium. De manera 
general estos factores de riesgo se agrupan en no modificables y potencialmente 
modificables(19). 
 
Existen cuatro importantes factores de riesgo no modificables: edad avanzada, 
deterioro cognitivo basal, gravedad de la enfermedad médica subyacente y la 
existencia de trastornos mentales preexistentes(19). 
 
En cuanto a los factores potencialmente modificables, aquí se encuentran una gran 
diversidad de elementos y circunstancias que pueden estar asociados al desarrollo de 
delirium, siendo los más reconocidos: agentes farmacológicos (especialmente 
medicamentos anticolinérgicos, GABAérgicos y opioides), sedación prolongada y/o 
ininterrumpida, inmovilidad, intoxicación aguda de sustancias, estados de abstinencia 
de sustancias, uso de restricciones físicas, desequilibrio hidroelectrolítico, deficiencias 
nutricionales, trastornos metabólicos y endocrinopatías, estados de pobre oxigenación, 
disrupción del ciclo sueño-vigilia y dolor incontrolable y mal manejo del mismo(19). 
 
Aunque un solo factor puede producir delirium, usualmente este es multifactorial. El 
modelo multifactorial para el desarrollo de delirium ha sido bien validado y ampliamente 
aceptado, se basa en la interrelación compleja entre pacientes vulnerables con 
múltiples factores predisponentes y la exposición a insultos nocivos o factores 
precipitantes(20). 
Mecanismos producción: 
 
	 9	
Se han propuesto diversas teorías en un intento para explicar el proceso fisiopatológico 
del delirium. La mayoría de esta teorías son complementarias, en lugar de competir 
entre ellas: 
 
• Una de las principales teorías es que el delirium es resultado de una alteración 
en la neurotransmisión colinérgica, se han encontrado niveles bajos de 
acetilcolina (ACh) en el plasma y líquido cerebroespinal (CSF) en pacientes 
deliriosos. Estudios en humanos han revelado que el sistema colinérgico esta 
ampliamente asociado con el estado de alerta, la atención, la memoria, y el 
sueño de movimientos oculares rápidos (REM). El envejecimiento está asociado 
a una disminución de la producción de acetilcolina, lo que concuerda con el 
aumento de la incidencia de delirium en edades avanzadas(3). 
 
• Los factores asociados al delirium inducidos por medicamentos incluyen: 1) el 
número de medicamentos tomados; 2) el uso de medicamentos psicoactivos (se 
estima causan del 15% al 75% de los episodios de delirium); y 3) agentes con 
potencial anticolinérgico, los cuales se reconocen como factores de riesgo 
independientes para el desarrollo de delirium(3). 
 
• Se ha descrito que los pacientes con delirium tienen un patrón irregular de 
liberación de melatonina y alteraciones en el ciclo circadiano, lo que a su vez 
resulta en alteraciones en el sistema inmunológico al alterar las funciones 
metabólicas y endócrinas (principalmente el patrón de liberación de cortisol)(3). 
 
• Activación de respuesta inflamatoria sistémica como respuesta a eventos 
traumáticos o procesos quirúrgicos(3). 
 
• La deshidratación y el desequilibrio hidroelectrolítico pueden ocasionar cambios 
intracelulares que conlleven al incremento de la concentración de citoquinas, 
incremento de la carga anticolinérgica y depleción del volumen intravascular, 
ocasionando hipoperfusión cerebral(3). 
	 10	
 
• La teoría de la desconexión de redes reconoce que el cerebro está 
intrínsecamente organizado en redes dinámicas, y que la ruptura aguda de la 
actividad entre redes en el cerebro resulta en la aparición de delirium(10). 
 
• La hipótesis unificada del delirium propone que la combinación específica entre 
disfunción de neurotransmisores y la variabilidad en la integración y el 
procesamiento apropiado de la información sensorial y las respuestas motoras, 
así como el grado de ruptura en la conectividad de la red cerebral, contribuyen a 
los diversos cambios cognitivos, conductuales, y a las características motoras 
del delirium(10). 
Evaluación diagnóstica: 
 
Diversos estudios han demostrado que el personal hospitalario en general y los 
médicos en particular no son buenos identificando el delirium. Frecuentemente, los 
cambios en el estado mental asociados con el delirium son atribuidos de manera 
errónea a demencia, depresión o simplemente como eventos esperados en pacientes 
críticamente enfermos(4). 
 
Una parte crítica de la valoración, dada la característica fluctuante d este síndrome, es 
la obtención de la mayor cantidad de información de la mayor cantidad de fuentes 
posibles, tomando en cuenta las conductas exhibidas por el paciente durante las 24 
horas previas al momento de la examinación(4). 
 
La piedra angular del diagnóstico de delirium es la determinación del estado mental 
basal del paciente y la presencia de cambios agudos. El siguiente paso es la 
realización de una minuciosa exploración física y un examen neurológico en búsqueda 
de posibles causas(5). 
 
	 11	
El diagnóstico de delirium es fundamentalmente clínico. Existen diversos instrumentos 
que son importantes no sólo para el diagnóstico de cada individuo particular, sino 
también porque permiten obtener información poblacional comparable en diferentes 
momentos, ya que se modifican con menos frecuencia que las versiones periódicas del 
manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM), y el de la 
clasificación internacional de enfermedades (CIE)(21). 
 
Estas escalas se pueden organizar de distintas maneras de acuerdo a las 
características del delirium que se pretenden observar y tomando en cuenta la 
experiencia de los evaluadores(21). 
 
Tabla 1 – Instrumentos para el diagnóstico de delirium. 
Escalas generales inespecíficas: 
Pueden ayudar a saber si un 
paciente es apto para ser evaluado 
con instrumentos específicos y 
puede detectar alteraciones 
cognitivas, aunque con poca 
especificidad. 
• Escala de sedación y agitación de Richmond 
(RASS). 
 
• Minimental State Examination (MMSE). 
 
• Montreal Cognitive Assessment (MoCA). 
Herramientas específicas para 
tamizaje para delirium 
 
• Confusion Assessment Method (CAM): 
Diseñado por Inouye y colaboradores para 
detectar delirium en población geriátrica. Su 
aplicación toma cinco minutos y puede 
usarlo personal no especializado. Es una de 
las escalas más utilizadas en el mundo por 
su practicidad y utilidad. 
 
• Confusion Assessment Method for the 
Intensive Care Unit (CAM-ICU). 
 
	 12	
• Nursing Delirium Screening Scale (Nu-
DESC). 
Evaluación cognitiva del delirium 
 
• Escala Cognoscitiva para el Delirium (ECD). 
Escalas para el diagnóstico y 
evaluación de la gravedad 
sintomática del delirium 
 
• Memorial Delirium Assessment Scale 
(MDAS). 
 
• Delirium Rating Scale-Revised 98 (DRS-
R98): Diseñado por Trzepacz y 
colaboradores. Sirve para diagnosticar y 
evaluar la gravedad del delirium, de acuerdo 
con las características que lo definen. 
Escalas complementarias para 
caracterizar el delirium 
 
• Delirium Motor Subtyping Scale (DMSS). 
 
• Delirium Etiology Checklist (DEC). 
Nota. Realizada con información de Velásquez Gaviria LM.Instrumentos para el 
diagnóstico de delirium en hispanohablantes: artículo de revisión. Med UPB. 
2017;35(2):100–110. 
 
Delirium Rating Scale-Revised 98 (DRS-R98): 
 
Es un instrumento que evalúa una amplia gama de síntomas de delirium. Consta de 16 
ítems, 13 de los cuales valoran la severidad de los síntomas, y 3 son de importancia 
diagnóstica. La escala es aplicable tomando en cuenta las 24 horas previas. Los 
valores de severidad van del 0 (sin deterioro) al 3 (deterioro severo) y una calificación 
de severidad ≥ 15 o un total > 18 es indicativo de delirium; a puntajes más altos mayor 
severidad de delirium. Ha demostrado tener una sensibilidad del 91 % al 100%. La 
versión original en inglés tiene una alta sensibilidad, especificidad y confiabilidad entre 
evaluadores(22). 
 
Electroencefalograma: 
	 13	
 
Engel y colaboradores fueron los primeros en describir la relación entre el delirium y el 
enlentecimiento difuso y la desorganización progresiva del ritmo observados en el 
electroencefalograma. Los hallazgos electroencefalográficos más comunes del delirium 
incluyen enlentecimiento de la frecuencia, y la disminución de la actividad alfa, así 
como el incremento de ondas theta y delta. Los estudios sugieren que los cambios en 
el electroencefalograma se correlaciona con el grado de déficit cognitivo, pero no 
parecen tener relación con los subtipos motores de delirium(4). Los cambios en la 
actividad de la acetilcolina puede ser uno de los mecanismos que intervengan en el 
patrón de enlentecimiento difuso descrito en el electroencefalograma de pacientes con 
delirium(3). 
 
El electroencefalograma puede resultar útil para diferenciar el delirium de otras 
condiciones psiquiátricas o neurológicas, tales como los estados catatónicos, la 
actividad epileptiforme, los trastornos somatomorfos, y el trastorno por simulación(4). 
Subtipos de delirium: 
 
Liptzin y Levkoff fueron los primeros en clasificar los diversos tipos de delirium basados 
en sus características conductuales. Existen al menos tres tipos de delirium según sus 
manifestaciones clínicas: hiperactivo, hipoactivo y mixto(4). 
 
Tabla 2 – Definición de los subtipos motores. 
Subtipo hiperactivo: 
• Incremento cuantitativo de la actividad motora. 
• Pérdida de control de la actividad. 
• Inquietud. 
• Distráctil. 
Subtipo hipoactivo: 
• Disminución de la cantidad de actividad. 
• Disminución de la velocidad motora. 
	 14	
• Reducción de la reactividad al medio. 
• Reducción de la cantidad del habla. 
• Disminución de la velocidad del lenguaje. 
• Apatía. 
• Disminución en el alertamiento. 
Subtipo mixto: 
• Evidencia tanto de subtipos hiperactivo e hipoactivo. 
Nota. Adaptado de Meagher D, Moran M, Raju. B, Leonard. M, Donnelly. S, Saunders. 
J, et al. A new data based motor subtype schema for delirium. J Neuropsychiatry Clin 
Neurosci. 2008;20(2):185–193. 
 
Tradicionalmente el tipo mixto se ha estudiado como el más común (46%), seguido del 
hiperactivo (30%) y finalmente del hipoactivo (24%)(4)(19). Es importante reconocer 
que el delirium parece manifestarse de manera diferente dependiendo de la población 
en estudio. Por ejemplo, estos porcentajes parecen ser diferentes cuando se estudia 
población críticamente enferma. Entre los pacientes hospitalizados en unidades de 
cuidados intensivos, el tipo más común de delirium continúa siendo el mixto (54.9%), 
pero existe un cambio significativo en los tipos restantes, encontrándose una 
proporción más grande de delirium hipoactivo (43.5%) que hiperactivo (1.6%). Mientras 
tanto, en poblaciones quirúrgicas, hay una inversión significativa en los tipos de 
delirium, encontrándose que el más común es el hipoactivo (64%), seguido del mixto 
(27%), y del hiperactivo (9%)(19). 
 
Estudios previos sugieren que el delirium hiperactivo es reconocido y referido de 
manera más temprana debido a las dificultades en el manejo secundarias a sus 
características conductuales, mientras que los pacientes menos activos (delirium 
hipoactivo) pasan desapercibidos o son erróneamente diagnosticados como 
depresivos(23). Esto toma vital importancia en poblaciones de edad avanzada, donde 
el tipo de delirium más frecuente es el hipoactivo, el cual se asocia con mayores tasas 
de complicaciones y de mortalidad(5). 
	 15	
Diagnósticos diferenciales: 
 
Trastornos psicóticos y trastornos bipolares y depresivos con características psicóticas. 
El delirium que se caracteriza por alucinaciones vívidas, delirios, alteraciones del 
lenguaje y agitación. Debe distinguirse del trastorno psicótico breve, la esquizofrenia, el 
trastorno esquizofreniforme y otros trastornos psicóticos, y también de los trastornos 
bipolares y depresivos con características psicóticas(12). 
 
Trastorno de estrés agudo. El delirium asociado a temor, ansiedad o síntomas 
disociativos, como la despersonalización, debe distinguirse del trastorno de estrés 
agudo, que está precipitado por la exposición a un acontecimiento traumático 
grave(12). 
 
Simulación y trastorno facticio. El delirium puede distinguirse de estos trastornos en 
base a la presentación a menudo atípica que aparece en la simulación y el trastorno 
facticio, y a la ausencia de otra afección médica o sustancia etiológicamente 
relacionada con la aparente alteración cognitiva(12). 
 
Otros trastornos neurocognitivos. El problema más común en el diagnóstico diferencial 
de la confusión en los ancianos es distinguir los síntomas del delirium de los de la 
demencia. El clínico debe determinar si el individuo tiene un delirium, un delirium 
superpuesto a un trastorno neurocognitivo preexistente, o un trastorno neurocognitivo. 
La tradicional distinción entre el delirium y la demencia se realiza en base a lo agudo 
del inicio y al curso temporal del delirium, aunque puede ser especialmente difícil en los 
ancianos que ya tienen un trastorno neurocognitivo previo no diagnosticado o que 
desarrollan deterioro cognitivo persistente tras un episodio de delirium(12). 
Comorbilidad: 
 
El delirium se asocia con incremento de la mortalidad, de la morbilidad, con incremento 
de los costos económicos, aumento de complicaciones adquiridas en el hospital, pobre 
	 16	
recuperación funcional y cognitiva, disminución de la calidad de vida, estancias 
hospitalarias prolongadas e incremento de estancia en residencias de cuidados 
especializados(3). 
 
Múltiples estudios han demostrado que los pacientes con delirium tienen estancias 
hospitalarias más prolongadas que los pacientes con el mismo diagnóstico médico que 
no desarrollan delirium (aproximadamente de 5 a 10 días)(4). Un estudio realizado en 
España por González y colaboradores reportó similitudes con lo encontrado en Estados 
Unidos en cuanto al promedio de días de hospitalización, encontrando un incremento 
de los días de internamiento de en promedio 12 a 17.5 días(4). 
 
Los pacientes con delirium tienen costos de atención de salud significativamente más 
elevados. En un estudio se reportó que después de ajustar las características 
demográficas y clínicas pertinentes, los costos fueron en promedio 2.5 veces mayores 
que los costos entre los pacientes sin delirium(4). En los Estados Unidos se ha 
calculado un estimado anual de $ 164 mil millones de dólares en gastos de atención 
médica relacionados con el delirium(5). 
 
Se han encontrado mayores tasas de mortalidad entre pacientes con delirium (en torno 
al 8%, comparado con un 1% en pacientes sin delirium). Otros estudios han reportado 
que los pacientes con delirium internados en unidades de cuidados intensivos tienen 
tasas de mortalidad a los 6 meses de 34%, comparados con un 15% en los pacientes 
sin delirium. Así mismo, se ha reportado que la mortalidad a 90 días es tan alta como 
11% en los pacientes deliriosos, comparados con el 3% en los pacientes que no lo 
presentan(4). 
 
Un fenómeno cada vez más reconocido es el desarrollode trastorno de estrés 
postraumático (TEPT) secundario a las dramáticas y extrañas experiencias delirantes y 
alucinatorias que ocurren durante el delirium. La teoría detrás de este fenómeno es que 
el fuerte tono emocional ocasionado por las alteraciones del pensamiento y/o de la 
	 17	
sensopercepción pueden contribuir al desarrollo del trastorno de estrés 
postraumático(4). 
Prevención: 
 
La prevención primaria mediante la aplicación de medidas no farmacológicas ha 
demostrado ser la estrategia más efectiva para la prevención del delirium(5). 
 
En un estudio se encontraron cifras de 40% en tasas de reducción de delirium con la 
aplicación de medidas no farmacológicas (manipulación del medio, medidas de 
reorientación), las cuales pueden ser llevadas a cabo por el personal hospitalario en 
general. Estas maniobras incluyen: estrategias de reorientación; estimulación cognitiva 
apropiada; maniobras no farmacológicas para normalizar el ciclo sueño-vigilia; 
movilización temprana posterior a cirugías o a extubación; remoción temprana de 
sondas, catéteres y restricciones; corrección de los déficits sensoriales; y un adecuada 
corrección del estado de hidratación y del equilibrio electrolítico(4). 
Tratamiento: 
 
Hay tres potenciales enfoques para el manejo del delirium: 1) manejo del delirium (por 
ejemplo, manejo sintomático de las alteraciones conductuales); 2) tratamiento del 
delirium (enfocado directamente a la causa subyacente); o 3) prevención del delirium 
(por ejemplo, medidas farmacológicas y no farmacológicas que eviten el desarrollo de 
delirium)(4). 
 
No se puede subestimarse el hecho de que el tratamiento definitivo del delirium es la 
identificación temprana y el tratamiento de las causas específicas subyacentes(4). 
 
Estrategias terapéuticas no farmacológicas: 
 
La búsqueda activa de posibles etiologías del delirium es primordial, esto con la 
finalidad de descartar causas comunes del síndrome. Esto incluye la revisión de todos 
	 18	
los medicamentos tomados por los pacientes, su identificación y la posible suspensión 
de agentes con alto potencial de causar delirium(4). 
 
Los dispositivos de inmovilización o de soporte (sondas vesicales, vías intravenosas, 
tubos torácicos, etc.) deben ser removidos tan pronto como sea posible. De manera 
similar, las sujeciones y restricciones físicas deben de evitarse, y en caso de no ser 
posible retirarse de manera temprana. También se debe de estimular una corrección 
temprana de los déficits sensoriales, por ejemplo, con el usos de anteojos y/o de 
aparatos auditivos auxiliares. Esto permitirá a los pacientes familiarizarse con el 
entorno y reorientarse desde el principio(4). 
 
El aislamiento del ambiente debe de evitarse o minimizarse de ser posible. Así mismo 
se debe de alentar a familiares y seres queridos a visitar a los pacientes, con la 
finalidad de proveer orientación y una adecuada estimulación(4). 
 
La deshidratación, las anomalías de los electrolitos, y la desnutrición deben corregirse 
rápidamente y de forma segura(4). 
 
Es importante la corrección temprana de las alteraciones del sueño, preferiblemente 
mediante medios no farmacológicos(4). 
 
Deben evitarse los agentes sedantes con fuerte efecto anticolinérgico, ya que pueden 
agravar el delirium; del mismo modo, las benzodiazepinas también deben evitarse de 
ser posible(4). 
 
Estrategias terapéuticas farmacológicas: 
 
La literatura ha reconocido durante mucho tiempo que los agentes neurolépticos 
intravenosos son el tratamiento de emergencia recomendado para el delirium de tipo 
hiperactivo y mixto. La administración intravenosa de haloperidol siempre se ha 
considerado superior a la administración oral, ya que la vía intravenosa tiene una 
	 19	
absorción más confiable, incluso en casos de insuficiencia orgánica sistémica. El uso 
de haloperidol por vía intravenosa tiene la ventaja adicional de que no requiere la 
cooperación del paciente, lo que facilita su uso en pacientes poco cooperadores y 
agitados(4). 
 
El uso de benzodiacepinas en el tratamiento del delirium debe limitarse a: (1) pacientes 
que experimentan delirium relacionado con la retirada de un agente depresor del SNC 
(es decir, alcohol, barbitúricos, benzodiazepinas); o (2) cuando otros agentes más 
apropiados han fallado y el nivel de agitación y la necesidad de control de la conducta 
superan los posibles efectos perjudiciales de las benzodiazepinas. De manera similar, 
los médicos deben hacer todo lo posible para evitar el uso de agentes opioides para 
tranquilizar a los pacientes agitados, ya que los opioides se han relacionado con el 
desarrollo del delirium. Por otro lado, los opioides deben administrarse cuando existe 
evidencia de que el dolor puede contribuir a la agitación del paciente(4). 
 
Abordando la teoría que propone que el delirium es causado por un estado de 
deficiencia colinérgica central, algunos investigadores y clínicos han experimentado con 
el uso de agentes inhibidores de la acetilcolinesterasa(4). 
 
Una revisión exhaustiva y sistemática reciente examinó los fármacos antipsicóticos, 
incluida la risperidona vía oral, la olanzapina vía oral, quetiapina vía oral, la ziprasidona 
intramuscular, y el haloperidol vía oral, intravenoso e intramuscular, y concluyó que la 
evidencia actual no respalda el uso de antipsicóticos para el tratamiento (o prevención) 
del delirium en adultos mayores hospitalizados. No hubo una disminución significativa 
en la incidencia de delirium entre los 19 estudios y no hubo cambios en la duración, la 
gravedad, la estadía hospitalaria o en los cuidados intensivos, ni la reducción de la 
mortalidad(5). 
Pronóstico: 
 
Contrario a algunas definiciones, el delirium no es completamente reversible: según lo 
reportado en un estudio una vez que el delirium se presenta, sólo un 4% de los 
	 20	
pacientes experimenta una recuperación completa al momento del egreso hospitalario. 
En el mismo estudio se informa que es hasta el sexto mes posterior al egreso en el que 
un 40% de pacientes adicional alcanza la resolución completa de los síntomas(3). Se 
estima que alrededor del 40% de los casos de delirium desarrollan algún síndrome 
cerebral crónico. De hecho, Maldonado y colaboradores encontraron que sólo 
alrededor del 14% de los pacientes que desarrollaron delirium volvieron a su nivel 
inicial de funcionamiento cognitivo al momento del alta hospitalaria(4). 
SÍNDROME CATATÓNICO: 
Definición: 
 
La catatonia es un síndrome psicomotor severo y complejo caracterizado por conductas 
motoras bizarras, alteraciones en la voluntad, y síntomas vegetativos. Esta asociada 
con diversos trastornos psiquiátricos y condiciones médicas(11). Los fenómenos que 
definen a la catatonia son las anormalidades motoras que ocurren en asociación con 
cambios en el pensamiento, en el ánimo, y en la vigilancia(24). 
Epidemiología: 
 
Numerosos estudios han demostrado una prevalencia de catatonia en pacientes 
psiquiátricos de 7.6% al 38%(24). 
 
Las tasas de prevalencia de catatonia varían dependiendo del concepto de catatonia y 
de sus criterios (tabla 3). 
 
Tabla 3 - Tasas de prevalencia de catatonia dependiendo del concepto y de sus 
criterios. 
Estudio n Muestra DSM-IV DSM 5 BFCRS CIE 10 
Docx et al. 
 
124 Esquizofrenia 
crónica en 
 35.5% 
	 21	
pacientes 
hospitalizados 
y ambulatorios 
Grover et 
al. 
 
201 Esquizofrenia y 
trastornos del 
estado de 
ánimo en 
hospitalizados 
 9.5% 
Stuivenga 
and 
Morrens. 
130 Muestra mixta 
de pacientes 
hospitalizados 
en hospital 
psiquiátrico 
24.6% 16.9% 63.1% 
Peralta et 
al. 
 
200 Primer 
episodio no 
afectivo en 
pacientes 
vírgenes a 
tratamiento 
12.0% 19.5% 
Van der 
Heijden et 
al. 
 
100 Esquizofrenia y 
trastornos del 
estado de 
ánimo en 
hospitalizados 
 18.0% 
Ungvari et 
al. 
 
225 Esquizofrenia 
crónica 
 32.0%Kleinhaus 
et al. 
568 Cohorte 
poblacional de 
esquizofrenia 
 7.6% 
	 22	
Nota. Recuperado de Walther S, Werner S. Catatonia. CNS Spectr. 2016;21(4):341–
348. 
 
Las tasas de prevalencia incrementan cuando se aplican instrumentos diagnósticos 
como la escala de catatonia de Bush y Francis (BFCRS). Los criterios del DSM 5 o de 
la CIE 10 son más conservadores. En poblaciones mixtas de pacientes hospitalizados 
en instituciones psiquiátricas, la catatonia parece tener una prevalencia del 10% al 
25%(11). 
 
A través de hospitales generales, la probabilidad de que un caso de catatonia tenga 
una causa médica no psiquiátrica es del 20%. Sin embargo, según la literatura 
consultada, la probabilidad de que la catatonia tenga una causa médica y/o quirúrgica 
es hasta del 50% (uno de cada cinco pacientes)(7). 
 
En general, la probabilidad de que la catatonia sea de causa médica parece 
incrementar con la edad y con la gravedad de la enfermedad(7). 
 
En México, en un estudio realizado en el Instituto Nacional de Neurología y 
Neurocirugía durante dos años, fueron admitidos 2,044 pacientes, de los cuales 1,122 
fueron neurológicos y 922 neuropsiquiátricos. De estos, un total de 68 pacientes 
(3.32%) tuvieron catatonia. De estos casos, 42 (61.7%) tenían trastornos neurológicos, 
19 (27.9%) tenían diagnósticos psiquiátricos, y 7 (10.2%) tenían diagnósticos 
relacionados a sustancias(25). 
Etiología: 
 
Un gran número de alteraciones y/o enfermedades pueden asociarse con la 
emergencia de signos catatónicos. Entre estos se encuentran los trastornos del estado 
de ánimo, trastornos psicóticos no afectivos, autismo, además de una gran variedad de 
condiciones médicas, neurológicas, y genéticas(6). 
 
	 23	
Entre las condiciones médicas que pueden que pueden producir síndrome catatónico 
se encuentran: trastornos metabólicos, endocrinopatías, infecciones virales (incluído 
VIH), golpe de calor, enfermedades autoinmunes, e intoxicación o abstinencia por 
sustancias. En cuanto a las condiciones neurológicas productoras de catatonia 
encontramos: estados postencefalíticos, parkinsonismo, enfermedad bilateral del globo 
pálido, lesiones talámicas, lesiones del lóbulo frontal y parietal, y paresia 
generalizada(24). 
 
En una revisión sistemática realizada por Mark Oldham sobre estudios de catatonia en 
hospitales generales se encontraron algunas características sugestivas para el 
desarrollo tanto de catatonia primaria como de catatonia secundaria a condición 
médica. Las características favorecedoras de catatonia médica según los reportado por 
este autor son: delirium comórbido, cambios autonómicos, excitación catatónica, reflejo 
de prensión, neumonía, antecedente conocido de condición neurológica, y antecedente 
de epilepsia. En cuanto a las características de catatonia primaria se encontraron: el 
antecedente de enfermedades psiquiátricas, género femenino, y el uso de 
medicamentos neurológicos(7). 
 
Son muchos los factores que han sido encontrados como predictores de una causa 
médica de catatonia, de los cuales el más importante es el delirium(7). 
 
Se desconoce cómo estas etiologías convergen en una vía común final que causa la 
catatonia, y es posible que las variaciones en la presentación clínica de la catatonia 
representen mecanismos subyacentes distintos que responderían preferentemente a 
diferentes tratamientos(6). 
Mecanismos producción: 
 
Hasta la fecha, no está claro si el síndrome catatónico asemeja a un fenotipo clínico 
general con diferentes mecanismo patógenos subyacentes, o si la catatonia tiene un 
fenotipo y una patobiología común(11). Se han propuesto varias teorías: 
 
	 24	
• Una posible interpretación de la catatonia es que representa la manifestación 
externa de ansiedad intensa, ya que muchos pacientes con catatonia reportan 
sentirse extremadamente ansiosos previamente y durante el episodio de 
catatonia. Rasmussen y colaboradores reportan la posibilidad de que la 
ansiedad sea un componente importante de la catatonia, pero sugieren que no 
es un componente esencial para todos los pacientes con el síndrome(6). 
 
• Una segunda interpretación sugiere que la catatonia es esencialmente un 
trastorno del movimiento similar a un parkinsonismo, ya que las características 
clínicas de la catatonia se superponen a las del parkinsonismo(6). 
 
• Varias alteraciones en sistemas de neurotransmisión han sido sugeridas como 
causa de catatonia, entre ellos dopamina, glutamato, y ácido gamma-
aminobutírico (GABA). Se ha propuesto a la dopamina debido a que el 
antagonismo dopaminérgico puede producir rigidez e inmovilidad, y a que los 
antagonistas de dopamina D2 pueden empeorar la catatonia. Se ha detectado 
una disminución en la densidad del receptor GABAA en la corteza 
sensoriomotora izquierda de pacientes con catatonia, lo que se correlaciona con 
la severidad del cuadro(11). 
 
• Estudios de imagen funcional han demostrado que la catatonia está asociada 
con alteraciones en la actividad de las cortezas orbitofrontal, prefrontal, pariental 
y motora, lo que a su vez se refuerza debido a la observación de que la unión a 
GABAA está reducida en las regiones corticales de pacientes con catatonia, 
estas anormalidades corticales se normalizan posterior a la exposición a 
lorazepam(6). 
Evaluación diagnóstica: 
 
La revisión de la literatura revela que más de 40 signos han sido atribuidos a catatonia, 
con una superposición de definiciones(26). 
	 25	
 
Sin embargo, no existe un síntoma específico para identificar catatonia(11). El 
reconocimiento de los diversos signos de catatonia es fundamental para reconocer el 
trastorno(24). 
 
Rasmussen y colaboradores reportaron en 1990 que la inmovilidad y el mutismo son 
los signos más comunes de catatonia, ambos presentes en alrededor del 90% de los 
pacientes(6). Para otros autores los signos más comunes son mutismo, mantenimiento 
espontáneo y activo de una postura en contra de la gravedad, negativismo, mirada fija, 
rigidez y ecofenómenos(24). 
 
Según el DSM 5, la característica esencial de la catatonía es una marcada alteración 
psicomotora. Estas alteraciones pueden oscilar entre una marcada falta de respuesta y 
una marcada agitación(12). 
 
Según el DSM 5, la catatonía se define por la presencia de tres o más de los 12 
síntomas psicomotores, estos son : 
 
• Estupor (es decir, ausencia de actividad psicomotora; no interactuar activamente 
con el entorno). 
• Catalepsia (es decir, inducción pasiva de una postura mantenida contra la 
gravedad). 
• Flexibilidad cérea (es decir, resistencia leve y constante al cambio de postura 
dirigida por el examinador). 
• Mutismo (es decir, respuesta verbal ausente o escasa [excluir si hay afasia 
confirmada]). 
• Negativismo (es decir, oposición o ausencia de respuesta a instrucciones o 
estímulos externos). 
• Adopción de una postura (es decir, mantenimiento espontáneo y activo de una 
postura contra la gravedad). 
• Manierismo (es decir, caricatura extraña, circunstancial de acciones normales). 
	 26	
• Estereotipia (es decir, movimientos repetitivos, anormalmente frecuentes, no 
dirigidos hacia un objetivo). 
• Agitación, no influida por estímulos externos. 
• Muecas. 
• Ecolalia (es decir, imitación del habla de otra persona). 
• Ecopraxia (es decir, imitación de los movimientos de otra persona)(12). 
 
Uno de los criterios diagnósticos más recientes fueron propuestos por Fink y Taylor en 
el año 2003. Ellos sugieren que en presencia de un criterio primario, es decir, la 
inmovilidad, el mutismo o el estupor que duren al menos una hora, los pacientes deben 
exhibir sólo un criterio secundario (catalepsia, obediencia automática y el 
mantenimiento de posturas contra la gravedad) observado o provocado en dos o más 
ocasiones. En ausencia de inmovilidad, mutismo o estupor, un diagnóstico puede 
confirmarse cuando estánpresentes al menos otros 2 síntomas(27). 
 
En una revisión sistemática realizada por Pascal Sienaert y colaboradores se 
reportaron la existencia de siete escalas para la valoración de catatonia: la Escala 
Modificada de Rogers, la Escala de Catatonia de Rogers, la Escala de Catatonia de 
Bush-Francis (BFCRS), y su revisión, la Escala de Catatonia de Northoff, la Escala de 
Catatonia de Braunig, y la Escala de Kanner. Todas estas son útiles en la práctica 
clínica, sin embargo la Escala de Catatonia de Bush – Francis sigue siendo el 
instrumento más utilizado, tanto en investigación como en la práctica clínica, ya que 
mejora la detección temprana del síndrome catatónico y su respuesta al 
tratamiento(27). 
 
Escala de catatonia de Bush – Francis (BFCRS): 
 
Fue diseñada en 1996, basados en las descripciones de catatonia realizadas por 
Kahlbaum, Kraepelin, Taylor, Lohr y Wisniewski, Rogers, Morrison, Rosebush, DSM-III-
R, DSM-IV y ICD-10. Fueron identificados 23 ítems de catatonia(27). 
 
	 27	
Para el instrumento de detección de catatonia (BFCSI) se seleccionaron los síntomas 
más clásicos y comunes de catatonia. Sí dos o más de estos signos están presentes 
durante 24 horas o más, la catatonia es una posibilidad(27). 
 
No existe un consenso acerca del número de signos que sean tanto necesarios como 
suficientes para diagnosticar catatonia, sin embargo Bush y Francis reportan que la 
aparición de dos signos en la BFCSI es suficiente para diagnosticarla(26). 
 
La escala de Bush Francis ha demostrado ser altamente confiable. La examinación 
estandarizada provee una guía simple y eficiente para la evaluación de los 23 signos 
en 5 minutos. El instrumento de detección mostró un alto grado de confiabilidad entre 
evaluadores al evaluar la presencia o ausencia de los primeros 14 ítems de la 
escala(26). La concordancia diagnóstica entre BFCSI y los diferentes criterios 
diagnósticos oscilan entre el 75% y el 100%(27). 
 
También, en un estudio realizado por Serra-Mestres y colaboradores, estos sugieren el 
uso de la nemotecnia en inglés “A SLIME- posture”: 
 
• Acute: inicio agudo o subagudo. 
• Speech (discurso): desorganizado, pobre, susurros, mutismo. 
• Latency: mayor latencia de respuesta en el habla, afecto o movimiento. 
• Interaction (estupor): interacción disminuida y desproporcionada respecto al 
relativamente conservado estado de alerta. 
• Muscle: incremento de la tensión/tono muscular durante la exploración. 
• Eyes: mirada fija. 
• Posture: mantenimiento de posturas contra la gravedad y muecas(8). 
 
En cuanto a los estudios complementarios, se ha evidenciado que el 
electroencefalograma en los casos de catatonia es típicamente normal, a menos de 
que exista alguna condición subyacente que pueda causar anormalidades. En cuanto a 
los estudios de neuroimagen y tomando en cuenta de que el síndrome catatónico 
	 28	
puede ser causado por una gran variedad de condiciones neurológicas, se recomienda 
la realización de estudios de imagen cerebral(6). 
 
En contexto con lo mencionado anteriormente respecto a la etiología de la catatonia, 
los estudios paraclínicos deben incluir: biometría hemática, creatinina, nitrógeno ureico 
en sangre, enzimas musculares y hepáticas, perfil tiroideo, electrolitos séricos, glucosa 
en sangre, y examen general de orina. Así mismo, los signos vitales se deben valorar 
frecuentemente, ya que la presencia de fiebre (acompañada frecuentemente por 
incremento de la creatinfosfocinasa, disminución de hierro sérico, y leucocitosis) puede 
anunciar la aparición de catatonia maligna o síndrome neuroléptico maligno(6). 
Subtipos de catatonia: 
 
Se han descrito dos subtipos: la variante retardada (más frecuente) y la variante 
excitada. La variante retardada está asociada con signos que reflejan una escasez de 
movimiento (inmovilidad, mirada fija, mutismo, rigidez, aislamiento, rechazo a la ingesta 
de alimentos o líquidos, adopción de posturas contra la gravedad, muecas, 
negativismo, flexibilidad cérea, ecofenómenos, estereotipias, verbigeración, y 
obediencia automática). Por otro lado, la variante excitada se caracteriza por una 
agitación psicomotora severa, lo que puede conllevar a complicaciones potencialmente 
letales, como hipertermia, alteraciones de la conciencia, y disfunción autonómica(6). 
 
Formas especiales de catatonia: 
 
Catatonia maligna: está caracterizada por un desarrollo súbito de excitación intensa, 
hipertermia, catalepsia, mutismo, rigidez, y estereotipias. Representa la forma más 
severa de catatonia. Existe una disfunción autonómica severa con fiebre, taquicardia, 
taquipnea, e hipertensión, así como falla multiorgánica. Se asocia con altas tasas de 
mortalidad(8). 
 
Síndrome neuroléptico maligno (SNM): es considerado por muchos como un tipo de 
catatonia maligna precipitada por la exposición a medicamentos antipsicóticos. Se ha 
	 29	
reportado que ocurre en el 0.5% al 1% de los pacientes que reciben tratamiento con 
antipsicóticos tanto de primera (típicos) como de segunda (atípicos) generación. Las 
manifestaciones clínicas incluyen rigidez que puede ocasionar rabdomiólisis y falla 
renal, hipertermia, alteraciones de la conciencia, disfunción autonómica, mutismo, 
mirada fina, negativismo, catalepsia, verbigeración y ecofenómenos(8). 
Diagnósticos diferenciales: 
 
Efectos adversos extrapiramidales, estado epiléptico no convulsivo, abulia o mutismo 
acinético, síndrome de enclaustramiento (locked-in syndrome) y estado vegetativo(6). 
Comorbilidad: 
 
La prolongación del síndrome catatónico se asocia con eventos adversos que pueden 
poner en riesgo la vida. Estas complicaciones son ocasionadas por los efectos de la 
inmovilidad prolongada, por la disminución y/o nula ingesta de alimentos o líquidos, o 
por la disfunción autonómica. Mientras más severa y prolongada sea la catatonia, 
mayor es el riesgo de complicaciones. En una revisión retrospectiva, la frecuencia de 
complicaciones significativas fue del 11%. En la misma serie se encontraron tasas de 
trombosis venosa profunda de 6% y de embolismo pulmonar de 2%. En un estudio 
prospectivo, realizado en pacientes de edad avanzada con catatonia, la tasa de 
complicaciones observadas fue del 40% y la mortalidad del 20%(8). 
 
Como se mencionó con anterioridad, la catatonia representa un factor de riesgo para el 
desarrollo de síndrome neuroléptico maligno (SNM), el cual tiene una tasa de 
mortalidad de aproximadamente 10%. Rasmussen y colaboradores observaron que el 
3.6% de los pacientes catatónicos tratados con antipsicóticos desarrollan síndrome 
neuroléptico maligno. Esto en contraste con una incidencia del 0.07% al 1.8% en todos 
los pacientes que toman medicamentos antipsicóticos. Es debido a esto que estos 
autores consideran que existe evidencia suficiente para recomendar que se evite el uso 
de antipsicóticos en pacientes con catatonia(6). 
 
	 30	
Estas complicaciones destacan la importancia del reconocimiento temprano del 
síndrome y del inicio terapéutico rápido(6). 
Tratamiento: 
 
Un rasgo característico de la catatonia es su sorprendente respuesta a tratamiento con 
benzodiacepinas. Si se logra una respuesta adecuada con el tratamiento 
benzodiacepínico, se debe de continuar con la misma dosis hasta que se comience con 
el tratamiento de la causa subyacente(6). 
 
Sin embargo, un diagnóstico subyacente de esquizofrenia puede asociarse con una 
respuesta menos robusta a las benzodiacepinas. Se ha observado una tasa de 
respuesta de sólo 59.1% en pacientes con esquizofrenia, comparado con una 
respuesta de cerca del 90% en pacientes otros diagnósticos psiquiátricos(6). 
 
La evidencia de numerosos informes de casos y algunos estudios clínicos controlados 
promueve el uso de benzodiacepinas en adultos y en niños. En sujetos con respuesta 
insuficiente a las benzodiacepinas o en condiciones que pongan en peligro la vida,la 
terapia electroconvulsiva (TEC) es el método de elección para tratar la catatonia(11). 
 
Como se ha mencionado con anterioridad, la terapia electroconvulsiva debe 
considerarse cuando no haya respuesta al tratamiento con benzodiacepinas. La 
excepción a esta estrategia es el paciente con catatonia maligna, para quien la TEC 
debe de administrarse de forma temprana, debido a su alta tasa de mortalidad si no es 
tratada rápida y efectivamente(6). 
 
Los antagonistas del receptor glutamatérgico N-metil-D-aspartato (NMDA) amantadina 
y memantina, han demostrado ser eficaces en un pequeño número de pacientes(6). 
Pronóstico: 
 
	 31	
La catatonia tiende a tener un buen pronóstico si se detecta a tiempo, si su causa es 
tratada, si se manejan los síntomas, y si se evitan la complicaciones. En la catatonia 
médica, las causas metabólicas pueden tener un mejor pronóstico que las lesiones 
cerebrales estructurales. Los adultos mayores en hospitales generales con una mayor 
duración de catatonia no tratada pueden tener un peor resultado en términos de 
complicaciones(8). 
ANTECEDENTES DE LA INVESTIGACIÓN: 
 
Francis y López-Canino, desarrollaron la hipótesis de que tanto los tipos hipoactivos 
como hiperactivos de delirium pueden ser conceptualizados como signos motores de 
catatonia. Esto tomando en cuenta reportes que sugieren que signos de catatonia 
pueden observarse en delirium(15). 
 
En este estudio, en el que revisaron la literatura, identificaron a 16 pacientes que 
cumplían criterios para delirium y catatonia concurrentes. Sus casos apoyan el 
concepto de un subtipo catatónico de delirium. Todos los 16 pacientes cumplieron con 
los criterios tanto de la cuarta edición del manual diagnóstico y estadístico de los 
trastornos mentales, como de la escala de catatonia de Bush-Francis(15). 
 
En estos 16 pacientes con concurrencia de delirium y catatonia, la frecuencia de los 
signos catatónicos encontrados fue en orden descendente: mutismo, cataplejía, 
inmovilidad, fijación de la mirada, negativismo, rigidez, estereotipias, excitación, 
muecas, verbigeración, flexibilidad cérea, y ecofenómenos. También reportaron la 
posibilidad de que no haya una relación entre la gravedad del delirium y la gravedad de 
la catatonia(15). 
 
Grover y colaboradores realizaron un estudio con la finalidad de determinar la 
prevalencia de síntomas catatónicos (valorados mediante la escala de Bush-Francis), 
en pacientes con delirium. El estudio se llevó a cabo en la consulta de psiquiatría de 
enlace en un hospital en la India en un periodo de aproximadamente diez meses. Se 
	 32	
tomaron para el análisis a 205 pacientes, de los cuales 80 (39%) tuvieron dos o más 
síntomas de catatonia. Además, encontraron que el subtipo hipoactivo de delirium es 
que el más se asoció con síndrome catatónico(28). 
 
Los síntomas catatónicos más comunes encontrados en pacientes con delirium fueron: 
excitación (72.7%), inmovilidad/estupor (21.4%), mutismo (15.6%), negativismo 
(10.2%), combatividad (9.2%), abstinencia (8.8%), mirada fija (8.8%), e impulsividad 
(8.3%)(28). 
 
Mark Oldham y Hochang Lee realizaron una revisión sistemática acerca de la relación 
entre catatonia y delirium desde 1980 hasta el mes de marzo del año 2015(29). 
 
A pesar de la abundancia de series de reportes de casos, sólo tres estudios cumplieron 
con los criterios de inclusión establecidos para el estudio. Entre estos estudios, uno 
describía las características catatónicas en el delirium, otro identificaba delirium en 
catatonia, y el tercero describía características catatónicas como predictor de delirium 
posterior a terapia electroconvulsiva (TEC). Esto demuestra la escasez de investigación 
sistemática en esta área(29). 
 
Por su parte Ramírez Bermúdez, Espinola Nadurilleb y Pérez González, realizaron un 
estudio en el Instituto Nacional de Neurología y Neuropsiquiatría (INNN) en la Ciudad 
de México. En un periodo de 6 meses detectaron a 16 pacientes hospitalizados en 
quienes concomitaban ambos síndromes, identificados mediante la escala para 
valoración de delirium (delirium rating scale-R [DRS-98]) y la escala de Bush y Francis 
de Catatonia (BFCRS). Siguieron el desenlace durante la hospitalización y su condición 
clínica al egreso. Estos pacientes en su mayoría tenían diagnósticos neurológicos, 
tuvieron una hospitalización larga, requirieron tratamiento con antipsicóticos y 
benzodiacepinas y sufrieron frecuentes complicaciones. Concluyeron que la catatonia y 
delirium son síndromes que pueden presentarse al mismo tiempo, lo que lleva a que los 
pacientes tengan peor desenlace y mayor riesgo de complicaciones(13). 
 
	 33	
El 75% de los pacientes presentaron entre 5 y 10 ítems de la BFCRS. Los más 
frecuentes fueron estupor o inmovilidad (100%), rigidez (87.5%), y mutismo, mirada fija 
y postura/catalepsia (82.5%). En la escala de delirium DRS-98, el 50% de los pacientes 
obtuvieron entre 18 y 27 puntos, y el máximo fue 36. Se presentaron con más 
frecuencia (100%) alteración del ritmo circadiano, enlentecimiento psicomotor, 
desorientación, alteraciones en memoria a corto y largo plazo e inicio precoz de los 
síntomas(13). 
 
Estos autores también sugieren que en el caso de que se presenten ambas 
condiciones concomitantemente, es importante centrarse en los síntomas “duros” de 
catatonia, como flexibilidad cérea, catalepsia, mitgehen o gegenhalten, esto para evitar 
confusiones entre el delirium hipoactivo y la catatonia(13). 
 
Otro estudio que ejemplifica la relación entre delirium y catatonia es el realizado en 
pacientes críticamente enfermos, internados en un centro médico de Nashville, Estados 
Unidos, por Wilson, Carlson, Duggan, y colaboradores. En este estudio se reclutaron 
136 pacientes en estado crítico con ventilación mecánica y/o vasopresores, los cuales 
compartían diagnóstico de delirium y catatonia (evaluados mediante el método para la 
evaluación de la confusión en la unidad de cuidados intensivos [CAM-ICU], y la escala 
de catatonia de Bush-Francis [BFCRS] asignada al criterio A del DSM 5 para 
catatonia)(9). 
 
De los 136 pacientes, 58 pacientes (43%) tenían solo delirium, 4 (3%) tenían solo 
catatonia, 42 (31%) tenían ambos y 32 (24%) no tenían ninguno. Reportaron que entre 
más signos de catatonia, mayores probabilidades de tener delirium (pacientes con tres 
o más síntomas del DSM 5 tuvieron, en promedio, 27.8 veces más probabilidades de 
tener delirium)(9). 
 
Los signos más frecuentes de catatonia encontrados por estos autores fueron: 
anormalidades autonómicas (96%), inmovilidad/estupor (87%), mirada fija (77%), 
mutismo (60%), y postura/cataplejía (60%)(9). 
	 34	
 
HIPÓTESIS: 
Hipótesis de investigación: 
 
• Existe un número importante de pacientes hospitalizados tanto en el Pabellón 
Jesús Díaz de la Fuente como en la Unidad Pablo Díez del Hospital Español con 
diagnóstico de delirium (valorados con la DRS-R-98) que tienen además 
síntomas catatónicos (valorados mediante la BFCRS). 
Hipótesis nula: 
 
• No existe relación sintomatológica entre el delirium y el síndrome catatónico. 
 
MATERIAL Y MÉTODOS: 
Tipo de estudio: 
 
• Es un estudio descriptivo, observacional y transversal. 
Población de estudio: 
 
• Pacientes mayores de 18 años internados en el Pabellón Jesús Díaz de la 
Fuente o en la Unidad Pablo Díez del Hospital Español de la Ciudad de México, 
a los cuales se haya solicitado interconsulta al servicio de psiquiatría y que 
tengan diagnóstico de delirium valorado mediante la Escala para la Valoración 
	 35	
del Delirium (Delirium Rating Scale-Revised’98, DRS-R-98) durante los meses 
de junio y julio del año 2019. 
 
! Criterios de inclusión: 
 
o Todos los pacientes mayores de 18 años que sean diagnosticados con 
delirium por parte del servicio de psiquiatría durante una valoración de 
interconsulta o que se encuentren internados en la sala depsiquiatría del 
Hospital Español. 
 
! Criterios de exclusión: 
 
o Sujetos menores de 18 años. 
 
o Pacientes con alteraciones severas del estado de despierto (coma), en 
estado vegetativo, con mutismo acinético, o con estado de mínima 
conciencia. 
 
! Criterios de eliminación: 
 
o Negativa por parte del paciente o de sus familiares a recibir valoración de 
interconsulta por el servicio de psiquiatría. 
Variables: 
 
Tabla 4 – Clasificación y definición de las variables. 
Nombre Definición 
conceptual 
Definición operacional Escala de 
medición 
Tipo de 
variable 
Fuente de 
información 
Edad Tiempo 
transcurrido 
desde el 
Años: 
• 18 – 30 
• 31 - 40 
Discreta Independiente Paciente, 
familiares, y/o 
expediente 
	 36	
nacimiento 
hasta el 
momento actual 
• 41 - 50 
• 51 - 60 
• 61 - 70 
• 71 - 80 
• 81 - 90 
• > 90 
Género Condición de 
hombre o mujer 
Caracteres sexuales 
secundarios 
Nominal Independiente Paciente, 
familiares, y/o 
expediente 
Escolaridad Grados de 
estudios 
cursados y 
completados 
• Sabe leer y escribir. 
• Primaria. 
• Secundaria. 
• Preparatoria. 
• Licenciatura. 
• Posgrado. 
Ordinal Independiente Paciente, 
familiares, y/o 
expediente 
Estado civil Atributo que se 
refiere a la 
posición que 
ocupa una 
persona en 
relación con la 
familia 
• Soltero. 
• Casado. 
• Unión libre. 
• Divorciado. 
• Viudo. 
 
Nominal Independiente Paciente, 
familiares, y/o 
expediente 
Instrumentos 
clinimétricos: 
DRS-R-98 y 
BFCRS 
Herramientas 
encargadas de 
la identificación, 
especificación y 
medición del 
fenómeno 
clínico humano 
• DRS-R-98: Una 
calificación de 
severidad ≥ 15 o un 
total > 18 es indicativo 
de delirium. 
• BFCRS: La presencia 
de dos o más signos en 
la escala de tamizaje es 
indicativo de catatonia. 
Discreta Independiente Paciente, 
familiares y/o 
personal 
médico 
Subtipos de 
delirium 
Clasificación de 
delirium 
basadas en sus 
manifestaciones 
motoras 
• Hiperactivo. 
• Mixto. 
• Hipoactivo. 
Nominal Independiente Paciente, 
familiares y/o 
personal 
médico 
Subtipos de 
catatonia 
Clasificación de 
catatonia 
basadas en sus 
manifestaciones 
motoras 
• Variante retardada. 
• Variante excitada. 
Nominal Independiente Paciente, 
familiares y/o 
personal 
médico 
	 37	
Servicio 
tratante 
Especialidad 
médica a cargo 
primario del 
paciente 
• Anestesiología. 
• Angiología Cirugía 
Vascular. 
• Dermatología. 
• Gastroenterología. 
• Geriatría. 
• Ginecología y 
Obstetricia. 
• Medicina Interna. 
• Oncología. 
• Ortopedia y 
Traumatología. 
• Otorrinolaringología. 
• Reumatología. 
• Cardiología. 
• Cirugía de Tórax y 
Pulmón. 
• Cirugía Estética y 
Reconstructiva. 
• Cirugía 
Gastroenterología. 
• Endocrinología. 
• Hematología. 
• Infectología. 
• Nefrología. 
• Neumología. 
• Neurocirugía. 
• Neurología. 
• Proctología. 
• Psiquiatría. 
• Urología. 
Nominal Independiente Expediente 
Diagnósticos 
primarios 
Clasificación y 
codificación de 
las 
enfermedades 
según la 
Clasificación 
Internacional de 
Enfermedades, 
10.ª edición 
• A00-B99 Ciertas 
enfermedades 
infecciosas y 
parasitarias. 
• C00-D48 Neoplasias. 
• D50-D89 
Enfermedades de la 
sangre y de los órganos 
hematopoyéticos y 
Nominal Independiente Expediente 
	 38	
(CIE-10) otros trastornos que 
afectan el mecanismo 
de la inmunidad. 
• E00-E90 Enfermedades 
endocrinas, 
nutricionales y 
metabólicas. 
• F00-F99 Trastornos 
mentales y del 
comportamiento. 
• G00-G99 
Enfermedades del 
sistema nervioso. 
• H60-H95 
Enfermedades del oído 
y de la apófisis 
mastoides. 
• I00-I99 Enfermedades 
del sistema circulatorio. 
• J00-J99 Enfermedades 
del sistema respiratorio. 
• K00-K93 Enfermedades 
del aparato digestivo. 
• L00-L99 Enfermedades 
de la piel y el tejido 
subcutáneo. 
• M00-M99 
Enfermedades del 
sistema osteomuscular 
y del tejido conectivo. 
• N00-N99 
Enfermedades del 
aparato genitourinario. 
• R00-R99 Síntomas, 
signos y hallazgos 
anormales clínicos y de 
laboratorio, no 
clasificados en otra 
parte. 
• S00-T98 Traumatismo, 
envenenamientos y 
	 39	
algunas otras 
consecuencias de 
causa externa. 
• Z00-Z99 Factores que 
influyen en el estado de 
salud y contacto con los 
servicios de salud. 
Unidad y/o 
servicio de 
estancia 
hospitalaria 
Sitio dentro del 
hospital donde 
se realizó la 
valoración 
Unidad Pablo Díez: 
• Hospitalización 
general. 
• Unidad de terapia 
intensiva. 
• Unidad de 
cuidados 
intermedios. 
• Urgencias 
• Unidad coronaria. 
Pabellón Jesús Díaz de la 
Fuente: 
• Psiquiatría. 
Nominal Independiente Personal 
médico 
Tiempo de estudio: 
 
Del 01 de junio al 31 de julio del año 2019. 
Procedimiento: 
 
Se realiza resumen de protocolo de estudio para valoración y aprobación por parte del 
Comité de Investigación del Hospital Español. 
 
Si no se encuentran contraindicaciones se procederá con la realización de las 
valoraciones de interconsulta solicitadas para pacientes con probable síndrome 
confusional agudo (delirium). Durante la valoración se realizará la aplicación de la 
escala para la valoración del delirium (Delirium Rating Scale-Revised`98, DRS-R-98), y 
se registrará el puntaje obtenido en el instrumento. 
	 40	
 
Se registrarán los datos sociodemográficos de los pacientes que cumplan con el 
diagnóstico de delirium (edad, género, escolaridad y estado civil). También se 
registrará el/los diagnósticos médicos primarios según la codificación de la Clasificación 
Internacional de Enfermedades, 10.ª edición (CIE-10). 
 
Durante la misma valoración de interconsulta, a los pacientes a los que se realice el 
diagnóstico de delirium se les aplicará también la escala de catatonia de Bush-Francis 
(Bush-Francis Catatonia Rating Scale, BFCRS), y se registrarán el puntaje de tamizaje, 
el puntaje total y los signos presentados. 
 
Posteriormente se valorará y registrará el subtipo tanto de delirium como de catatonia, 
tomando en cuenta para esto las características clínicas motoras predominantes. 
 
Por último se procederá con el análisis estadístico de los datos, se reportarán los 
resultados, se realizará la discusión, y se reportarán las conclusiones. 
Análisis estadístico: 
 
Los análisis estadísticos descriptivos para las variables cualitativas género, 
escolaridad, estado civil, subtipo de delirium, subtipo de catatonia, servicio tratante, 
diagnóstico principal, y unidad y/o servicio de estancia hospitalaria, además de los 
aspectos cualitativos de la escala BFCRS fueron evaluados mediante pruebas de 
frecuencia y resumidos como frecuencias y/o porcentajes. 
 
Por su parte, los análisis de las variables cuantitativas edad, y los instrumentos 
clinimétricos DRS-R-98 y BFCRS se evaluaron mediante medidas de tendencia central 
(media, mediana, máximos y mínimos, y desviación estándar). 
 
Por último se evaluó la correlación existente entre el puntaje total de la DRS-R-98 y el 
puntaje total de la BFCRS por medio de un análisis de una prueba bivariada 
	 41	
(coeficiente de correlación de Pearson). Se tomó un valor de p < 0.05 como 
estadísticamente significativo. 
 
Los datos fueron presentados por medio de tablas y/o gráficas. 
 
Para este fin se utilizó el software SPSS versión 25. 
 
Se pueden observar las tablas y gráficas completas en el anexo de este trabajo. 
 
CONSIDERACIONES ÉTICAS: 
Este trabajo cumple con las normas y principios generales establecidos por la 
Asociación Médica Mundial en la Declaración de Helsinki-Principios Éticos para las 
Investigaciones Médicas en Seres Humanos, tomando con gran importancia los 
preceptos que expresan el deber del médico de promover y velar por la salud, bienestar 
y derechos de los pacientes, así como la intimidad y la confidencialidad de la 
informaciónpersonal de las personas que participan en investigación. La declaración 
antes mencionada también establece que se deben considerar las normas y 
estándares éticos, legales y jurídicos para la investigación propios de cada país, por lo 
que este estudio también cumple con lo establecido por el Reglamento de la Ley 
General de Salud en Materia de Investigación para la Salud, así como por la Norma 
Técnica 313 para la Presentación de Proyectos e Informes Técnicos de Investigación 
en las Instituciones de Salud. Por último, y no menos importante, se sigue el precepto 
establecido en la Declaración de Helsinki, en cuanto a que la investigación médica 
debe realizarse de manera que reduzca al mínimo el posible daño al medio ambiente, 
esto mediante el uso de la menor cantidad posible de papel. Este protocolo fue 
aceptado por el Comité de Investigación del Hospital Español. 
 
RESULTADOS: 
	 42	
Durante el tiempo de recolección de datos se obtuvieron 14 casos de delirium, todos 
ellos con un puntaje mayor o igual a 13 en la escala de gravedad del instrumento DRS-
R-98. Del total de casos 64.3% (n = 9) fueron de género femenino y 35.7% (n = 5) 
fueron de género masculino. La edad media de los pacientes fue de 69.9 años, siendo 
la edad mínima y máxima de 32 y 84 años respectivamente. En cuanto al estado civil y 
el nivel de escolaridad se encontró que la mayoría de los individuos de la muestra 
estaban casados (42.9%), y que el nivel de escolaridad más frecuente fue licenciatura 
(28.6%). (Tabla 5). 
 
Tabla 5 – Características sociodemográficas. 
Variable Pacientes, n (%) 
Género 
Femenino 
Masculino 
 
9 (64.3%) 
5 (35.7%) 
Estado civil 
Casado 
Viudo 
Soltero 
Divorciado 
 
6 (42.9%) 
4 (28.6%) 
3 (21.4%) 
1 (7.1%) 
Escolaridad 
Primaria 
Secundaria 
Preparatoria 
Licenciatura 
Postgrado 
No especificado 
 
1 (7.1%) 
2 (14.3%) 
2 (14.3%) 
4 (28.6%) 
2 (14.3%) 
3 (21.4%) 
 
Respecto a los valores obtenidos de la DRS-R-98 se encontró que la puntuación media 
en cuanto a los 13 ítems de gravedad fue de 21.93, reportándose el valor mínimo en 13 
puntos y el máximo en 33 puntos. Tomando la totalidad de los ítems (puntaje total de la 
	 43	
escala) se encontró que la puntuación media fue de 27.07, siendo el puntaje mínimo de 
16 y el máximo de 39. (Tabla 6). 
 
Tabla 6 – Análisis estadístico de la escala DRS-R-98. 
 Mínimo Máximo Media Desviación 
estándar 
Puntuación 
de 
gravedad 
13 33 21.93 6.708 
Puntuación 
total 
16 39 27.07 7.032 
 
En cuanto al subtipo de delirium se evidenció que el más frecuente con 50% (n = 7) fue 
el subtipo mixto, seguido del hiperactivo y del hipoactivo. (Tabla 7) (Figura 1). Se 
encontró también que el subtipo de delirium con más síntomas de catatonia fue el 
delirium mixto (3 casos con 8 síntomas de catatonia). (Figura 2). 
 
Tabla 7 – Análisis descriptivo de los subtipos de delirium. 
 Frecuencia Porcentaje 
Hiperactivo 5 35.7% 
Hipoactivo 2 14.3% 
Mixto 7 50% 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
	 44	
Figura 1 
 
Figura 2 
 
De los 14 casos enrolados en el estudio 71.4% (n = 10) cumplieron los criterios 
establecidos por Bush y Francis en la escala de tamizaje de la BFCRS (BFCIS) para 
realizar el diagnóstico de catatonia, es decir, la presencia de dos o más signos. (Figura 
	 45	
3). En cuanto al puntaje total de la escala se encontró que el puntaje máximo fue de 41, 
con una media de 11.57. (Tabla 8). 
Figura 3 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Tabla 8 – Análisis estadístico de la escala BFCRS. 
 Mínimo Máximo Media Desviación 
estándar 
Escala de 
tamizaje 
(BFCIS) 
0 12 4.14 3.325 
Puntaje total 
(BFCRS) 
0 41 11.57 11.036 
 
De los casos diagnosticados con catatonia según los criterios de tamizaje de la BFCRS 
se reportó que el subtipo de catatonia más frecuente fue la retardada (42.9%) (n = 6). 
(Tabla 9). (Figura 4). 
 
	 46	
Tabla 9 – Análisis descriptivo de los subtipos de catatonia. 
 Frecuencia Porcentaje 
Excitada 4 28.6% 
Retardada 6 42.9% 
 
Figura 4 
 
Los servicios tratantes primarios que con mayor frecuencia consultaron al servicio de 
psiquiatría por pacientes con delirium fueron cardiología, gastroenterología, y ortopedia 
y traumatología con 2 casos cada uno de ellos (14.3%). (Tabla 10). Con respecto a los 
diagnósticos principales, se encontró que la mayoría de los pacientes de la muestra 
tenían un diagnóstico englobado dentro de los trastornos mentales y del 
comportamiento (35.7%), seguidos en segundo lugar por traumatismos, 
envenenamientos y algunas otras consecuencias de causa externa (21.4%), y en tercer 
lugar por enfermedades del sistema respiratorio (14.3%). (Tabla 11). La mayoría de los 
pacientes durante su valoración estaban ingresados en hospitalización general 
(35.7%), seguido de la unidad de terapia intensiva (28.6%), urgencias (14.3%), por 
último la unidad coronaria, psiquiatría y la unidad de cuidados intermedios (7.1% cada 
una de ellas). (Tabla 12) (Figura 5). 
	 47	
Tabla 10 – Análisis descriptivo de los servicios tratantes primarios. 
 Frecuencia Porcentaje 
Cardiología 2 14.3% 
Cirugía general 1 7.1% 
Cirugía de tórax y 
pulmón 
1 7.1% 
Endocrinología 1 7.1% 
Gastroenterología 2 14.3% 
Geriatría 1 7.1% 
Infectología 1 7.1% 
Neumología 1 7.1% 
Ortopedia y 
traumatología 
2 14.3% 
Psiquiatría 2 14.3% 
 
Tabla 11 – Análisis descriptivo de los diagnósticos principales (según CIE-
10). 
 Frecuencia Porcentaje 
Enfermedades 
infecciosas y parasitarias 
1 7.1% 
Trastornos mentales y del 
comportamiento 
5 35.7% 
	 48	
Enfermedades del 
sistema circulatorio 
1 7.1% 
Enfermedades del 
sistema respiratorio 
2 14.3% 
Enfermedades del 
aparato digestivo 
1 7.1% 
Traumatismos, 
envenenamientos y otros 
3 21.4% 
Factores que influyen en 
el estado de salud y 
contacto con los servicios 
de salud. 
1 7.1% 
 
Tabla 12 – Análisis descriptivo de los servicios de estancia hospitalarios 
donde se realizaron las valoraciones. 
 Frecuencia Porcentaje 
Unidad coronaria 1 7.1% 
Psiquiatría 1 7.1% 
Unidad de cuidados 
intermedios 
1 7.1% 
Hospitalización general 5 35.7% 
Urgencias 2 14.3% 
Unidad de terapia 4 28.6% 
	 49	
intensiva 
 
Figura 5 
 
De acuerdo al primer objetivo específico de este trabajo se halló que los síntomas de 
catatonia que con mayor frecuencia presentan los pacientes con delirium fueron: 
negativismo e impulsividad con 57.1%; inmovilidad / estupor y rigidez con 50%; 
excitación, retraimiento y perseverancia con 42.9%; combatividad con 35.7%; 
estereotipias y verbigeración con 28.6%; mutismo, mirada fija, gesticulaciones y 
manerismos con 21.4%; postura / catalepsia y ecofenómenos con 14.3%; obediencia 
automática, gegenhalten, ambitendencia, reflejo de prensión y anormalidad autonómica 
con 7.1%; no se encontró en ningún paciente flexibilidad cérea ni mitgehen. (Tabla 13). 
Tabla 13 – Análisis descriptivo de los síntomas catatónicos en pacientes 
con delirium. 
 Frecuencia Porcentajes 
Excitación 6 42.9% 
	 50	
Inmovilidad / estupor 7 50% 
Mutismo 3 21.4% 
Mirada fija 3 21.4% 
Postura / catalepsia 2 14.3% 
Gesticulaciones 3 21.4% 
Ecofenómenos 2 14.3% 
Estereotipias 4 28.6% 
Manerismos 3 21.4% 
Verbigeración 4 28.6% 
Rigidez 7 50% 
Negativismo 8 57.1% 
Flexibilidad cérea 0 0% 
Retraimiento 6 42.9% 
Impulsividad 8 57.1% 
Obediencia automática 1 7.1% 
Mitgehen 0 0% 
Gegenhalten 1 7.1% 
Ambitendencia 1 7.1% 
Reflejo de prensión 1 7.1% 
	 51	
Perseverancia 6 42.9% 
Combatividad 5 35.7% 
Anormalidad autonómica 1 7.1% 
 
En el análisis de correlaciones entre el puntaje total de la escala DRS-R-98 y el puntaje 
total de la escala BFCRS se encontró que existe una relación estadísticamente 
significativa entre el puntaje total de ambas escalas (r = 0.469, p = 0.045). (Figura 6). 
 
Figura 6 
 
DISCUSIÓN: 
El delirium o síndrome confusional agudo está considerado en la literatura como el

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