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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE 
MÉXICO 
FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS 
LICENCIATURA EN DESARROLLO Y GESTIÓN INTERCULTURALES 
“LOS HOMBRES DE AZÚCAR: 
MASCULINIDADES DE LA TERCERA EDAD EN CONTEXTO 
AGROINDUSTRIAL” 
TESIS 
PARA OBTENER EL TÍTULO DE 
LICENCIADA EN DESARROLLO Y GESTIÓN INTERCULTURALES 
PRESENTA: 
MAGALI CABALLERO MÉNDEZ 
ASESORA DE TESIS: 
DRA. ELISA MARGARITA MAASS MORENO 
CIUDAD DE MÉXICO, 2016
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo 
mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
Agradecimientos 
Mi familia es gran parte de lo que soy, quiero agradecer el amor y apoyo de 
mi familia: de mi madre Guillermina, por acompañarme siempre y en 
cualquier circunstancia a quien agradezco sus esfuerzos y desvelos por mi 
binestar; a mi padre Tómas quien es un gran ejemplo de perseverancia y 
trabajo; y a mi hermano Braulio de quien estoy muy orgullosa y a quien 
quiero ver siempre feliz y pleno. Los amo. A mis queridas abuelas, en 
quienes encuentro un ejemplo de fortaleza. Su respaldo ha fortalecido mi 
personalidad y apoyado cerrar este ciclo. 
A la oficina de jubilados de la Sección 72 el IEZ y a la Asociación Civil de 
Adultos Mayores “Qulberto Quezada” quiero expresarles un profundo 
agradecimiento por su hospitalidad, por su disposición y colaboración. Son 
un ejemplo extraordinario de la organización laboral y poslaboral que me 
enseñaron la importancia de la constancia en la exigencia de derechos, ya 
sea laborales o de personas mayores. Gracias por hacerme sentir parte 
importante de las pequeñas comunidades formadas y por trascender el 
trabajo rígido de una investigación en la formación de amistades 
intergeneracionales. A todas y todos los aprecio fervientemente. 
Estoy profundamente agradecida por mi formación en la UNAM, en donde 
encontré a un gran número de personas comprometidas con la enseñanza y 
el aprendizaje. Mi experiencia universitaria fue enriquecida por la pertinencia 
y el aliento de los profesores con quienes compartí al menos un semestre. Y 
en cuanto al proceso de esta tesis agradezco a mi asesora la Dra. Margarita 
Maass Moreno por su apoyo a lo largo de la investigación; a mis sinodales 
Dra. Juana Martínez Resendíz, Mtra. Melina Gastélum Vargas, Mtra. 
Rosaura Avalos Pérez, y el Dr. Eduardo Quintanar Guadarrama quienes con 
sus comentarios fortalecieron mis ideas y con quienes las charlas lograron 
trascender a la reflexión personal. 
Gracias a Rubén Romero por su apoyo desde mi primer arribo a la torre de 
humanidades hasta este momento; sin su paciencia y compromiso DyGI 
hubiera estado en muchos momentos a la deriva. 
Presentar esta investigación tiene como una de mis motivaciones principales 
cerrar uno de los círculos más satisfactorios de mi vida en el que mis 
compañeras y compañeras, se conviertieron en mis amigas y amigos 
sobresalientes. Los recuerdos de los viajes que compartimos y las 
experiencias que nos acercaron dentro y fuera de la universidad, las tengo 
muy presentes. Todas y todos proyectan futuros comprometidos con la 
sociedad; y me siento muy orgullosa de haber compartido la licenciatura con 
ustedes. 
Sarahí Domínguez, concluir este sendero me remonta a lo que empezamos 
juntas. Gracias por tu amistad y apoyo; me alegra mucho que formes parte 
de mi vida, te quiero. 
Chuchis, gracias por colaborar siempre conmigo, darme ideas y por tus 
aportaciones a mi tema, gracias por los textos que me diste, por las el librito 
que azarosamente cambio mi vida. 
Jaime, has comprendido y apoyado mi vida por muchos años, encuentro en 
ti una amistad sin fronteras, en la cual siempre estaré dispuesta a trabajar y 
mejorar. 
 Claudia Ivone, Fanny, Jacqueline, Ale Quintero, Oscar, quiero agradecerles 
su amistad que en diferentes momentos me fortaleció e impidió 
quebrantarme por los reveces de la vida. 
Rodrigo Nagore, gracias por creer en mi proyecto y por no darte por vencido 
en la búsqueda de su realización. 
Seba, la unión de dos caminos tan distintos ha formado el lugar que quiero 
compartir con vos. 
En fin, este es un momento muy feliz de mi vida y le agadezco a ella siempre 
brindarme la luz, y la fuerza para continuar, en busca de mi felicidad y de 
procurar la felicidad de los demás. 
Magali Caballero Méndez 
Marzo, 2016 
Un año, un año más 
Y ya otra primavera que se aleja 
En cien años apenas y se ve 
Un hombre de cien años 
¿Cuántas veces aun será dado embriagarnos en medio de las flores? 
Aunque su peso en oro nos costará este vino 
Aun así ¡qué barato sería! 
Evasión. Tsui Mintong 
Dedicado a las personas que hayan encontrado en sus abuelas y 
abuelos historias increíbles, las sonrisas más alegres o quizá las 
lágrimas más amargas.
Índice 
Introducción ..................................................................................................................11 
I. PLANTEAMIENTO GENERAL ..........................................................................................12 
II. GÉNERO Y ENVEJECIMIENTO ........................................................................................17 
III. EXPOSICIÓN TEMÁTICA ................................................................................................19 
Primera parte: Marco teórico
Capítulo 1. Desde el desarrollo y la gestión interculturales ..........................................25 
1.1. La gestión intercultural hacia un desarrollo incluyente............................................ 25 
1.2. Estudios de género y de envejecimiento desde la convergencia ............................ 33 
1.3. Género y envejecimiento desde la gestión intercultural .......................................... 37 
Capítulo 2. Género y masculinidades ...........................................................................41 
2.1. Estudios de Género: feminismos y masculinidades ................................................ 42 
2.2. Dinámica de las masculinidades ............................................................................ 48 
2.3. Masculinidades contemporáneas........................................................................... 49 
2.4. Experiencia y subjetividad ..................................................................................... 50 
2.5. Crítica a la normalidad masculina .......................................................................... 51 
2.6. Configuraciones culturales de las masculinidades ................................................. 52 
2.7. Estudios relacionales de las masculinidades ......................................................... 58 
2.8. Estudios de género de carácter estructural ............................................................ 61 
Capítulo 3. Envejecimiento y Vejez ..............................................................................63 
3.1. Dilemas conceptuales del envejecimiento .............................................................. 65 
3.2. Factores estructurales alrededor del envejecimiento y la vejez .............................. 68 
3.3. Políticas Públicas y Envejecimiento activo. ............................................................ 73 
3.4. Autopercepción del envejecimiento y la vejez ........................................................ 78 
3.5. De los tipos de teorías sobre la vejez y el envejecimiento ...................................... 81 
3.6. GerontologíaCrítica .............................................................................................. 84 
Segunda parte: Marco metodológico
Capítulo 4. Metodología ................................................................................................93 
4.1. Historiografía......................................................................................................... 94 
4.2. Entrevistas focalizadas .......................................................................................... 94 
4.3. Entrevistas en profundidad .................................................................................... 97 
4.4. Historia de Vida ..................................................................................................... 98 
4.5. Elementos de análisis ......................................................................................... 100 
4.6. Estrategias de análisis de información ................................................................. 103 
Capítulo 5. Desarrollo de la Metodología .................................................................... 105 
5.1. Desarrollo de la historiografía .............................................................................. 107 
5.2. Desarrollo de las entrevistas focalizadas. ............................................................ 110 
5.3. Desarrollo de la entrevista en profundidad ........................................................... 112 
5.4. Desarrollo de la historia de vida ........................................................................... 113 
Tercera parte: Resultados de la investigación. Masculinidad y envejecimiento en los 
cañeros jubilados de Zacatepec
Capítulo 6. El contexto cañero de Morelos ................................................................. 119 
6.1. De la introducción azucarera a la Revolución Mexicana en Morelos ..................... 119 
6.2. Posrevolución y estrategias de reconstrucción del agro ....................................... 124 
6.3. Estabilidad y prosperidad azucarera .................................................................... 127 
6.4. Crisis y privatización azucarera ........................................................................... 130 
Capítulo 7. Hombres obreros trabajando .................................................................... 135 
7.1. La niñez y juventud posrevolucionarias: ser varón en tiempo de crisis ................. 138 
7.2. Caña, Masculinidad y trabajo: el papel de la organización obrera ........................ 145 
7.3. Jubilación, como momento coyuntural ................................................................ 153 
Capítulo 8. Retrospectiva del ciclo vital y la deconstrucción genérica ........................ 157 
8.1. Autopercepción de la masculinidad: del niño varón a la masculinidad envejecida . 158 
8.2. La masculinidad envejecida referencial escala familiar y comunitaria .................. 160 
8.3. De la Oficina de jubilados de la sección 72 del ingenio azucarero Emiliano Zapata a 
la Asociación civil de adultos mayores “Qulberto Quezada” ............................................... 164 
Cuarta parte: Propuesta de Gestión Intercultural
Capítulo 9. Propuesta de gestión intercultural hacia el desarrollo incluyente ............. 171 
9.1. Imágenes y memoria. Realización de un álbum fotográfico colectivo ................... 175 
Reflexiones finales ...................................................................................................... 183 
ANEXOS ................................................................................................................... 189 
Bibliografía .................................................................................................................. 201 
Los hombres de azúcar. Magali Caballero Méndez 
11 
Introducción 
Los temas con perspectiva de género tienen un devenir en contextos donde 
la diferenciación genérica predomina en una amplia gama de ámbitos e 
involucra a todos los agentes por igual, indistintamente de su edad. La 
diferenciación así concebida construye formas de ser, estar e interactuar en 
un mundo cambiante en donde la misma diferencia se reforma, pero 
continúa impresa en las acciones cotidianas, en los enunciados 
pronunciados, en las expectativas personales e incluso entrecruzada con los 
sentimientos y las emociones, así como su forma de vivirlos. 
Pensarme dentro de los roles establecidos en mi entorno inmediato y tanto 
cuestionarlos como cuestionarme dentro de ellos, parecía darme una 
oportunidad de comprender cómo he aprendido, heredado, asumido y 
rechazado preceptos de diferenciación genérica que parecían ordinarios. 
Hasta que me enfrenté a un reto que aumentó mis preguntas, y que me 
ordenó valorar los rasgos de diferenciación que yo ejercía sobre el género 
masculino. 
¿Acaso también los hombres vivían opresión y tenían que cubrir el perfil 
asignado socialmente? ¿O sólo como hasta donde mi imaginación me 
permitía, se dedicaban a proliferar sus propios lugares de confort? 
Aunque estas posturas dicotómicas estaban presentes constantemente en 
mi forma de interpretar a los otros, fue hasta que conocí al grupo de 
Los hombres de azúcar. Magali Caballero Méndez 
12 
jubilados de la sección 72 del Ingenio Emiliano Zapata y conviví con ellos en 
distintas temporadas, que pude escuchar de viva voz qué significaba ser 
hombre en un contexto en suma diferente al mío. Ya que se trata de un 
grupo exclusivamente de varones, con quienes no comparto la misma etapa 
generacional ni el contexto socio-histórico, mucho menos la forma de 
subsistencia. El único vínculo aparente entre nosotros es la inspiración que 
nos da una imagen, para ellos más vívida y quizá para mí más espiritual: 
Emiliano Zapata. 
Y desde el punto de convergencia, desde la imagen idealizada y sosegadora 
del caudillo del sur nos acercamos a compartir, a escucharnos, a transmitir 
ideas, recuerdos, intereses y lo mejor de todo, a conectarlos. Pasamos de 
los hechos históricos concretos del estado de Morelos, a las anécdotas 
históricas familiares, luego a los recuerdos personales y sin haberlo 
planteado en algún momento a los sentimientos que involucraba ser ahora 
un hombre viejo. 
 
I. Planteamiento general 
 
 
La construcción genérica masculina y su cambio a lo largo de la vida se 
debe a múltiples factores contextuales, tal es el caso del espacio laboral, 
social y político. Al priorizar estos factores por encima de los domésticos, 
sexuales y psicológicos, damos pie al análisis de la construcción social del 
Los hombres de azúcar. Magali Caballero Méndez 
13 
género. En este caso, el foco analítico de dicha construcción es el cambio 
socio-tecnológico, dentro de la producción azucarera del Ingenio Emiliano 
Zapata (IEZ) en el distrito cañero de Zacatepec, en el Estado de Morelos. 
El esquema productivo de la producción azucarera en la región era 
cooperativo desde su fundación en 1938, hasta la privatización del IEZ que 
se da paulatinamente en la década de los 90. Éste proceso estuvo 
acompañado de las políticas de apertura comercial y de los cambios 
constitucionales al artículo 27. 
Las consecuencias de la privatización se diversificaron, provocando cambios 
sustanciales en los modos de producción, la organización obrero-campesina 
y en aglutinada planta laboral. El tema de la privatización se manejó 
herméticamente, en función de los intereses personales de los líderes de las 
organizaciones y sindicatos involucrados. Se manejó el término de quiebra, 
para facilitar la inmediatez de las acciones de transacción y de reducción de 
la planta laboral. 
 Ésta última, tuvo como estrategia el despido masivo y la recontratación de 
algunos de los obreros, además de la jubilación del resto de los trabajadores 
que desde ese momento hasta la actualidad no gozan plenamente de una 
pensión digna, y finiquitados de acuerdo a las disposicioneslegales que los 
amparaban desde el momento de su despido. 
Los hombres de azúcar. Magali Caballero Méndez 
14 
Lo anterior generó que a veinte años de ese hecho, los antiguos obreros 
sigan abogando por sus derechos de ex trabajadores, reuniéndose en la 
oficina de la sección 72 de jubilados del Ingenio. 
Las incidencias de este hecho socio-tecnológico, es decir, la privatización del 
IEZ, no se limitan a las exigencias post-laborales, pues tienen una íntima 
relación con repercusiones sociales y familiares, que a su vez impactan en la 
reconfiguración genérica. A partir de esto también se generó una idea 
particular de “no ser joven” y por tanto “no ser apto” para continuar laborando 
dentro del ingenio. Ya que, por un lado se encontraba la masculinidad que 
se asumía en función de la actividad laboral; mientras que, la autorreferencia 
masculina se quebrantó al ser rechazados y señalados como no productivos, 
alejándolos no sólo del espacio laboral, también de las decisiones que 
durante muchos años llevaron a cabo como trabajadores de una 
organización cooperativista. Esta situación propició un nuevo significado de 
la vejez, al dar un giro del respeto a la experiencia de vida, a una mirada 
negativa con respecto a la aparente inactividad de los jubilados. 
La exclusión simbólica generada por la diferenciación de categorías entre 
viejo-joven, ha repercutido en la autoconstrucción y autoreferencia genérica 
de este grupo de varones. Es por ello que me pregunto ¿Cómo los cambios 
socio tecnológicos han incidido en la construcción de las masculinidades de 
este grupo de jubilados? 
Los hombres de azúcar. Magali Caballero Méndez 
15 
 Esta investigación tiene como objetivo dar paso a la autorreflexión que 
conlleva a ser más conscientes del lugar que ocupamos dentro de 
sociedades industrializadas. Dando pie a imágenes más críticas del género y 
la vejez, al considerar una amplia gama de factores que intervienen en la 
configuración de dichas imágenes, desde dentro como desde fuera del 
sujeto. Con la intención de aminorar las brechas generacionales y genéricas, 
siendo plenamente conscientes de cómo los contextos técnicos, sociales y 
culturales se forman a favor o en contra de las personas al envejecer. 
Socialmente esta investigación, no sólo pretende una orientación autocrítica 
de los jubilados sino que se propicie en las esferas académicas y de orden 
social la necesidad de estudios cualitativos sobre el envejecimiento y las 
masculinidades. Y que éstos miren de forma más crítica, en este a los 
jubilados, lo cual podría motivar nuevas construcciones del otro, del hombre 
viejo, en la interacción social. 
Poner sobre la mesa de discusión este tema, también tiene como intención 
proponer sociedades más incluyentes que tomen la disponibilidad y el 
diálogo intergeneracional como carta de presentación y forma de interacción. 
En este caso, la percepción de la masculinidad, desde el punto en que se 
encuentran y a su vez la autorreflexión sobre los lugares, roles, sentimientos 
y creencias que ocupan y experimentan han requerido de tiempo, de 
escucha, y de la eliminación de cualquier prejuicio. En mi caso como 
investigadora, detenerme previamente a una reflexión sobre las formas 
Los hombres de azúcar. Magali Caballero Méndez 
16 
generalizadas de concebir a la mujer y al hombre fue indispensable para no 
caer en juicios de valor sobre la masculinidad frente a mi construcción 
femenina. Sólo con este proceso de autoconciencia continuo, las situaciones 
emergentes lograron una resolución positiva en tanto se trató de 
problemáticas de orden ético, moral o conceptual. 
Analizaré algunos conceptos concernientes a las masculinidades y al 
envejecimiento, para puntualizar con ellos los momentos que considero 
coyunturales en la reconfiguración genérica y la autopercepción de la vejez 
de los jubilados, en el posterior desglose retrospectivo. 
Decidí remitirme a las masculinidades de la tercera edad por motivos 
diversos, entre los que se encuentran: 
 El interés por entender la configuración genérica, su forma de 
estar y de interactuar genérica e intergenéricamente, 
particularmente en contextos con condiciones de poca equidad 
y de alta diferenciación, en ámbitos privados, en el espacio 
público, y más específicamente en el espacio laboral. 
 El cuestionamiento sobre en qué lugar se deja a las personas 
envejecidas dentro de la interacción social. Este 
cuestionamiento se vincula con una discusión sobre el tema del 
envejecimiento entre la gerontología, el cuidado del anciano y 
las nuevas configuraciones subjetivas del anciano mismo. 
Los hombres de azúcar. Magali Caballero Méndez 
17 
 La necesidad de abordar críticamente que el hecho de 
envejecer no nos limita axiológicamente en las esferas en las 
que nos desenvolvemos. Lo que implica revitalizar la vida 
vivida, analizar profundamente en la cotidianidad las acciones, 
los enunciados, las imágenes, que privilegian la juventud y la 
dotan de características que a su vez, declinan en 
desfavorecer, rechazar e invisibilizar a los viejos. 
Esta investigación parte de la interdisciplinariedad como eje metodológico. 
Académicamente conjuga los siguientes ejes para la comprensión compleja 
de la situación concreta en la que se encuentran los jubilados del Ingenio 
Emiliano Zapata, que no se conformó de manera azarosa, sino que está 
conformada por factores que estriban en la dinámica social: el género, el 
envejecimiento y el trabajo agroindustrial. 
 
II. Género y envejecimiento 
 
 
El hecho de que esta investigación vincule al género y al envejecimiento de 
forma conjunta, sin priorizar alguno sobre el otro, tiene como intención dotar 
al estudio la necesidad de complejizar y de analizar desde la misma 
complejidad en que cualquier persona es en función de su cuerpo y del 
tiempo y espacio en que habita. Hablar de cualquier cuerpo implica 
Los hombres de azúcar. Magali Caballero Méndez 
18 
intrínsecamente el proceso de envejecimiento al que está sujeto desde su 
comienzo, desde el nacimiento. 
Es por ello, que me atrevo a afirmar que el envejecimiento es un rasgo 
universal, sin importar género, origen étnico, autoadscripción, lengua, 
nacionalidad, intereses, religión, etc. El envejecimiento en sí biológico, es el 
motor de las vidas. El cómo se va viviendo en función de él, se relaciona 
con las construcciones que cada uno hacemos sobre nuestra corporalidad 
individual y sobre nuestra expresión colectiva, dicha expresión no se 
restringe a la corporalidad y sus afecciones sexuales, se extiende a las 
construcciones simbólicas del género que rigen nuestras acciones, 
enunciados y pensamientos. 
Actualmente, el envejecimiento parece ser un mal público, en un mundo 
donde las expresiones masivas privilegian los cuerpos jóvenes y rozagantes, 
las figuras delgadas y/o musculosas, en donde su imagen proyecta ventajas 
competitivas, intelectuales y consumidoras en potencia: envejecer se aprecia 
“pasado de moda”. 
A contracorriente de lo anterior somos un cuerpo, que envejece pese a los 
productos consumidos y que merece ser respetado, atendido y visibilizado 
no sólo en las esferas de los medios masivos, sino en el entorno comunitario 
y más aún frente a un espejo. 
Entre la diversidad que implica las formas particulares de asumir un cuerpo, 
un género, en las diferentes etapas de la vida, intento reflexionar desde el 
Los hombres de azúcar. Magali Caballero Méndez 
19 
Desarrollo y la Gestión Interculturales al envejecimiento y al género unidos, 
como mencioné anteriormente, de manera indisoluble. 
 
III. Exposición temática 
 
 
La presentación de esta investigación está planteada en cuatro partes que 
tienen como intención esquematizarla desde distintos aspectos. 
En la primera parte, se encuentra el marco teórico, que cuenta con tres 
capítulos. Entre los cuales, el primero está dedicadoa exponer los vínculos 
entre la gestión intercultural y el desarrollo incluyente con los estudios de 
género y envejecimiento. 
En el segundo capítulo se presentan y analizan conceptos de género y 
masculinidades. Desde su derivación de los estudios feministas hasta las 
diversas corrientes de estudios de masculinidades que destacan, y un 
avance de mi propuesta de acercamiento. 
Mientras los conceptos y corrientes referentes al envejecimiento y la vejez 
serán descritos en el tercer capítulo. En donde destaco por qué plantear la 
tercera edad como punto de partida pese a que también adopto el término 
personas adultas mayores. 
En la segunda parte, se encuentran las pautas metodológicas encaminadas 
al proceso de esta investigación. En el cuarto capítulo incluyo la propuesta 
Los hombres de azúcar. Magali Caballero Méndez 
20 
metodológica con la que surge el trabajo de campo. En él describo 
brevemente las herramientas de investigación que utilicé, así como la tabla 
de temas relevantes a la comprensión de las masculinidades de la tercera 
edad del contexto cañero. 
El quinto capítulo brinda los elementos descriptivos y las particularidades del 
desarrollo de la investigación, así como el perfil de las personas a quienes 
me dirigí y a quienes entrevisté. 
En la tercera parte, se exponen los resultados de la investigación. El sexto 
capítulo está dirigido a la producción azucarera a partir de un balance 
histórico de Morelos para posteriormente concentrarse en la producción de 
azúcar en Zacatepec durante el siglo XX, cuya característica principal es el 
proceso de industrialización de la producción azucarera mediante el IEZ. A 
partir de este análisis se describen los cambios socio-tecnológicos 
percibidos como momentos coyunturales en esta producción agroindustrial, 
así como, sus causas y efectos políticos, sociales, culturales, y económicos. 
Para contextualizar la privatización del ingenio, que causó la jubilación de la 
mayor parte de los trabajadores del mismo y quienes actualmente se reúnen 
en la oficina de la sección 72 de jubilados del Ingenio Emiliano Zapata y en 
la Asociación Civil de Adultos Mayores “Qulberto Quezada”. 
En el séptimo capítulo, el objetivo es hacer una reflexión sobre la 
construcción social del género, específicamente masculino, atravesada por 
factores externos y personales. Se trata del análisis de las masculinidades 
Los hombres de azúcar. Magali Caballero Méndez 
21 
de jubilados del Ingenio Emiliano Zapata, que combina indicadores de 
autopercepción, representación y valores de la masculinidad. Es decir, los 
cambios en la masculinidad de los jubilados a la par de los procesos socio-
tecnológicos de la producción azucarera y del ingenio; y cómo estos cambios 
han sido interiorizados en sus procesos vitales. 
Completamente secuenciado al anterior, el octavo capítulo se centra en los 
resultados en relación a los cambios simbólico-etarios que atañen a los 
jubilados cañeros, que se presentan en los niveles: individual, generacional y 
comunitario. 
Por último, en la cuarta parte está el capítulo 9; el cual incluye una propuesta 
de gestión intercultural vinculada con la fotografía, se expone cómo surge un 
proyecto fotográfico que tienen como trasfondo la colaboración y autogestión 
de los jubilados, para la elaboración de una memoria fotográfica. 
 
 
 
 
 
 
Los hombres de azúcar. Magali Caballero Méndez 
22 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Los hombres de azúcar. Magali Caballero Méndez 
23 
 
Primera parte 
Marco teórico 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Los hombres de azúcar. Magali Caballero Méndez 
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Los hombres de azúcar. Magali Caballero Méndez 
25 
 
Capítulo 1. Desde el desarrollo y la gestión interculturales 
 
Este capítulo trata de hacer un balance sobre la Gestión Intercultural, su 
surgimiento y particularidades, para exponer mi posicionamiento como 
gestora intercultural en la formulación de proyectos de investigación y de 
acción, que tengan como objetivo el desarrollo a nivel comunitario. Además, 
explicaré en el contexto de esta investigación cómo formulé las relaciones 
entre los estudios de género, de envejecimiento y la gestión intercultural. 
 
1.1. La gestión intercultural hacia un desarrollo incluyente 
 
En primera instancia es necesario aclarar cómo es que concibo a la gestión 
intercultural, y al desarrollo incluyente, para dar paso a un contrapunteo 
entre la gestión cultural y la gestión intercultural. Además de ofrecer un 
breve balance sobre la profesionalización de las y los gestores, y la reflexión 
de y desde la gestión intercultural. La formulación de Ckeckland brinda un 
amplio espectro de posibilidades a la acción de gestionar, indistintamente del 
tipo de gestión inter/cultural: 
 El mundo actual está en constante cambio. En estos 
desórdenes, gestionar significa reaccionar ante el cambio 
continuo, percibirlo, evaluarlo, decidir acciones para ponerse en 
Los hombres de azúcar. Magali Caballero Méndez 
26 
marcha y actuar. Esta acción se convierte ella misma en una 
parte del flujo de los acontecimientos, ideas y cambios que 
conllevan nuevas percepciones, evaluaciones y futuras acciones. 
(en Martinelle, 2012: 226) 
La gestión intercultural, desde mi perspectiva, implica aliar una serie de 
preceptos, conceptos, formas de pensar y de actuar que configuran a través 
de su mescolanza el reforzamiento de la disposición a relaciones igualitarias, 
equitativas, y dialógicas que propician la escucha, el respeto a la diversidad, 
y la ampliación de los canales de comunicación para el fortalecimiento del 
diálogo y la búsqueda colaborativa de respuestas específicas en el ámbito 
de lo cultural y lo que aparentemente no lo es. Donde la postura de los 
agentes involucrados tiene el potencial de construir y de (co)construir en la 
interacción con la comunidad. 
En sentido de lo anterior, son indisolubles los procesos comunicativos entre 
las y los gestores y los miembros de las comunidades, resaltando como 
objetivo prioritario el desarrollo comunitario y social (Maass, 2006:69). 
El desarrollo ha sido planteado desde diferentes esferas y con distintos 
objetivos, más coinciden en el aminoramiento de la pobreza y el 
mejoramiento de la calidad de vida (Maass, 2006:85). Decidí hacer hincapié 
en el desarrollo incluyente1 como motor y objetivo de la gestión intercultural 
 
1
 El concepto de desarrollo incluyente tiene distintas versiones, una de las más populares hace 
referencia a la inclusión de personas con discapacidad en el ámbito laboral en donde sean 
 
Los hombres de azúcar. Magali Caballero Méndez 
27 
cuya función es el bienestar humano, y mejorar las condiciones para que las 
capacidades humanas prosperen a su favor. Este desarrollo no desdeña los 
aspectos económicos ni políticos, pero por encima de otros presupuestos 
sobre el desarrollo hace notar como prioridad al valor de las personas y la 
importancia de condiciones simbólicas equiparables, que contribuyan a la 
mejora de la vida a escala personal y subjetiva, así como, colectiva y 
comunitaria. 
Pensar la inclusión como la aceptación de la pluralidad de procesos vitales y 
el valor que per se tenemos como personas, independientemente del 
género, la edad, las preferencias y los contextos socioculturales, permite 
relaciones igualitarias en cualquier ámbito de la vida pública y aminora 
estructuras simbólicas de la desigualdad. Se trata de una propuesta de 
desarrollo carente de cualquier tipo de discriminación y que valore como 
primordiales las capacidades de los sujetos, y aquellas acciones y actitudes 
positivas que surjan en torno a ellas. 
Aclarados este par de términos, podemos continuar con la diferenciación 
entre la gestión culturaly la gestión intercultural. Sobre la primera se 
encuentran un gran número de estudios que atienden principalmente al 
patrimonio cultural material e inmaterial; reflexiones y experiencias que han 
devenido a la par en un número de publicaciones y espacios de formación, 
 
respetados sus derechos humanos. Sin embargo, en este caso utilizaré al desarrollo incluyente de 
forma más amplia, no sólo haciendo énfasis en la discapacidad, sino incluyendo a todos aquellos a 
quienes muchas formulaciones excluyen por el hecho de ser aparentemente minorías: mujeres, 
ancianos, niños, personas con discapacidad, etc. 
Los hombres de azúcar. Magali Caballero Méndez 
28 
hasta ahora exponencialmente más amplios que aquellos de gestión 
intercultural. Esto no es una sorpresa, ya que, la trayectoria de la gestión 
cultural es más larga y con un mayor número de personas profesionalizadas 
en esa área en comparación con la gestión intercultural.2 Si bien me baso en 
la producción conceptual de la gestión cultural debido a su relación cercana 
con la intercultural, quiero aclarar que es con el fin de apoyar con ella las 
nuevas formulaciones que las y los gestores interculturales vayamos 
consolidando. 
La gestión cultural es un campo de actuación muy reciente que está en fase 
de estructuración y definición (Martinelle, 2012: 219), lo que se conjunta con 
los escasos procesos de investigación y de reflexión en éste campo (Ibíd: 
224). La gestión intercultural tiene aún más deuda en su configuración 
práctica y conceptual, en la medida que su reciente aparición le permite 
proponer constantemente su autodefinición conceptual, así como su campo 
de acción. Son en suma necesarias la investigación y la reflexión compleja 
de/sde la gestión intercultural para nutrir tanto su campo de expansión 
académica como su relevancia social y cotidiana. 
El imaginario que rodea la noción de gestión cultural como un campo que 
debe ser desarrollado, explicado, teorizado, caracterizado, historiado, 
 
2
 Con profesionalización me refiero exclusivamente a la formación universitaria en el campo de lo 
cultural y lo intercultural. La profesionalización en el área cultural a nivel universitario tiene mayor 
incidencia en licenciaturas de gestión cultural vinculada con la producción artística, restringiendo en 
mucho el trabajo cultural a curaduría, promoción cultural, etc. Mientras licenciaturas acordes a 
principios de gestión, interculturalidad y desarrollo incluyen el fomento a proyectos de intervención 
en un sentido más amplio. 
Los hombres de azúcar. Magali Caballero Méndez 
29 
complejizado, etc. Se transforma en arena propicia para construir 
legitimación teórica, desde la mirada flexible que nos propone dicho enfoque 
(País, 2013: 276). 
En cuanto a la distinción de gestión cultural e intercultural, ambos caminos 
de gestión tienen algunas diferencias, principalmente desde las intenciones y 
las formulaciones teóricas, además del tipo de actuación que cada una lleva 
a cabo dentro de una comunidad. El pasar de la jerarquía de la política 
cultural al diálogo, o de ser el representante oficial de lo cultural a ser un 
tejedor de redes comunitarias, diferencia y describe el quehacer de las y los 
gestores interculturales. 
Algunos autores consideran que la gestión cultural y la formación en ella 
tiene un nicho de oportunidad mayormente favorable, si se lleva a cabo en 
estudios de posgrado o en cursos y capacitaciones, diplomados, etc. Sin 
embargo, y conforme a mi experiencia como estudiante de licenciatura en 
Desarrollo y Gestión Interculturales, quiero exponer algunas de las razones 
por las que disto de coincidir en la anterior aseveración. 
Por un lado, se presenta abiertamente una visión negativa sobre la gestión 
cultural impartida a nivel licenciatura (Martinelle, 2012: 225), a la vez que se 
crítica la configuración de estas nuevas profesiones en periodos cortos. 
Martinelle, afirma que la gestión cultural es fruto de un encargo social que 
profesionaliza a un número importante de personas en respuesta a las 
necesidades de una sociedad compleja. La pregunta sería el tipo de 
Los hombres de azúcar. Magali Caballero Méndez 
30 
profesionalización y de certificación pretendida, a que si bien, el perfil del 
Gestor cultural es muy concreto, es necesario acotar la gestión cultural. Y 
afirmar o descartar que se considere tal y como lo hacen Mendoça y Neco 
(2013): como procesos que incluyen la planificación, organización, 
coordinación y control (operativos, financieros, administrativos y de 
desempeño) con el fin de dirigir algún programa, proyecto o acción de un 
rasgo cultural (Íbid: 126). Que por otro lado, conlleven acciones y objetivos 
más amplios encaminados a la comunicación con las comunidades a las que 
atañe el trabajo de los profesionalizados en lo cultural con motivaciones de 
desarrollo en función no sólo de ser receptores de contenidos culturales, que 
desde un orden hegemónico se consideren relevantes, sino encaminados 
por el trabajo crítico se impulse el fomento a la conciencia cultural, y sea a 
través de ella que se gesten acciones pertinentes y operables. 
Es por ello, que la profesionalización debe estar acompañada de una 
postura clara sobre los objetivos y alcances que se plantean y por tanto, 
debe ser diferenciada según el tipo de nivel escolar al que competen. Ya que 
mientras algunos niveles se centran en una gestión de la cultura a nivel 
administrativo y se preocupan demasiado en la formulación de proyectos y 
recaudación de fondos, hay otro tipo de formación de profesionales con 
capacidad crítica para reflexionar sobre su papel en el contexto del cambio 
de las políticas públicas para el área (Ibid. 2013: 142). 
Otras formaciones, por ejemplo, a nivel licenciatura que dotan a las y los 
gestores interculturales el carácter de actores sociales, posibilitan una 
Los hombres de azúcar. Magali Caballero Méndez 
31 
significación más compleja de la relevancia social de su formación, en tanto 
no se trata de emisarios de la cultura, sino como mencioné anteriormente, de 
tejedores de redes que tienen como interés el fortalecimiento del desarrollo a 
escala comunitaria. En este sentido, la aseveración de Margarita Maass, 
contribuye a afinar la relevancia de los gestores, a un nivel más amplio que 
el mero administrativo: 
El posicionamiento como actores sociales de los gestores culturales 
en el espacio social y las prácticas socioculturales, les permite 
participar activamente no sólo en la construcción del espacio social y 
físico, sino además en la dimensión simbólica de la propia 
comunidad. Estos, inciden de manera evidente en la construcción de 
los modos de vida, modos de pensar, de sentir, de actuar sobre el 
mundo. En una palabra, en la construcción de la cultura y del 
patrimonio cultural de la comunidad a la que sirven (Maass, 2006: 
42). 
Así, la gestión cultural se ha convertido en un dispositivo de intervención que 
tensiona el espacio simbólico de las comunidades e individuos (Peters, 
2013: 147). Por consiguiente, asumiendo mi formación como gestora 
intercultural, en este caso, de acuerdo con Martinelle (2012), gusto con 
promover que gestionar significa: 
 Utilizar el conocimiento como mecanismo de mejora 
continua. 
Los hombres de azúcar. Magali Caballero Méndez 
32 
 No se centra en la jerarquía sino en la capacidad de 
promover innovación sistemática de saber y su 
aplicación a la producción o el resultado. 
 Reclama más autonomía a cambio de 
autorresponsabilización de los resultados. 
 La gestión se aproxima a una cierta creatividad en la 
búsqueda de alternativas e innovación con una gran 
sensibilidad de atención al exterior y a los procesos desu contexto. 
 La gestión de la cultura implica una valoración de los 
intangibles y asumir la gestión de lo opinable y subjetivo 
vinculado entre la necesaria evaluación de los 
resultados y la visibilidad de sus aspectos cualitativos. 
 
En cuanto a la autodefinición de las y los gestores interculturales, a pesar de 
que se evidencia una fuerte lucha identitaria para quienes se han ido 
posicionado como aquellos encargados de llevar adelante diferentes y 
desiguales políticas para el desarrollo mediante las posibilidades e 
imposibilidades de gestionar las artes y lo referido al campo de “lo” cultural 
(País y Molina, 2013:13). Tenemos que hacer notar que más que algo 
negativo, implica la oportunidad de construir nuestro propio perfil en función 
Los hombres de azúcar. Magali Caballero Méndez 
33 
de ir consolidando en el ámbito social la relevancia de nuestro trabajo y 
nuestras aportaciones prácticas y conceptuales. 
 
1.2. Estudios de género y de envejecimiento desde la 
convergencia 
 
 
Tenemos que partir con una afirmación contundente, el género atraviesa las 
fronteras disciplinares, es por ello que alrededor suyo no podemos perder la 
noción de complejidad. 
La complejidad bajo la que es necesario analizar en cualquier situación de 
tipo cultural y social, implica conciencia sobre distintos factores que 
intervienen en la construcción subjetiva, y entre todas las posibles 
diferencias contextuales que existen en un mundo culturalmente diverso; 
todas las personas construimos una autorreferencia genérica, que se 
reajusta conforme a la transición cronológica y a los parámetros 
socioculturales del contexto en el que nos desenvolvemos. Los reajustes 
pueden considerarse cambios permanentes. En este sentido, los 
acontecimientos clave, que Moragas describe como hechos que marcan el 
comienzo o el final en el desempeño de un rol, posición o status en la 
sociedad con efectos futuros importantes para el individuo y para los demás; 
incluyen los status asumidos libremente por el individuo, y los impuestos por 
la sociedad a la que pertenece (Moragas, 1998: 109). Atender estos 
acontecimientos de la construcción genérica y del ciclo vital es una de las 
Los hombres de azúcar. Magali Caballero Méndez 
34 
pautas que dan pie a esta investigación, ya que es a partir de la 
identificación de acontecimientos clave en el contexto agroindustrial que 
surge el análisis de la deconstrucción genérica y reestructuración socio-
cronológica de los jubilados cañeros. 
El envejecimiento no se manifiesta biológicamente homogéneo 
debido a la variabilidad genética original y a la diferenciación de 
las experiencias vitales. La superposición de dos variables 
complejas (organismo y experiencia) origina una gama de 
variaciones infinitas. No existe una vejez o ancianidad semejantes 
entre dos individuos diferentes orgánicamente, y la vida 
experimentada por cada uno contribuye a una diferenciación 
ilimitada entre las personas mayores (Íbid: 50). 
Ante esto, cabe señalar que aun cuando se presentan una serie de estudios 
sobre el envejecimiento atravesados por el género o la etnia, pocas son las 
propuestas que plantean en conjunto la relación entre género y 
envejecimiento como una perspectiva vinculante y no como ejes paralelos 
dentro de los estudios sociales. 
Arber y Ginn (1996) plantean una gran aportación a los estudios 
transversales de género y envejecimiento, a partir de una crítica sumamente 
controvertida de y desde la sociología feminista. El hecho de plantear 
equiparablemente la necesidad de no limitar los estudios de mujeres dentro 
de los estudios feministas, con la necesidad de evaluar las construcciones 
Los hombres de azúcar. Magali Caballero Méndez 
35 
de masculinidad para fortalecer el entendimiento complejo tanto de las 
relaciones de género como el proceso co-constructivo de la vida que alberga 
las construcciones sociales sobre los cuerpos y el envejecer. 
Este trabajo de investigación en este sentido, intenta abordar de manera 
transversal y no paralela el género y el envejecimiento. Cabe mencionar que 
dentro de la gestión intercultural entender la complejidad de forma 
transdisciplinaria incrementa el potencial de comprensión sobre un hecho 
cultural. 
¿Cómo la Gestión Intercultural brinda nuevas posibilidades de análisis a la 
convergencia entre género y envejecimiento, poco abordada por otras 
disciplinas? 
La interdisciplinariedad dentro de la formación de Gestión Intercultural a nivel 
licenciatura, permite una respuesta interdisciplinaria teórica y metodológica a 
situaciones complejas en el ámbito de lo cultural y de lo que aparentemente 
no lo es; nos permite indagar de manera creativa, novedosa y rigurosa, los 
contextos donde surgen, se desarrolla y se transforma la cultura, sus 
políticas, sus resistencias, sus negociaciones, luchas y transformaciones 
internas donde toman voz las personas de carne y hueso, que 
cotidianamente ejecutan, practican y llevan a cabo las diferentes tareas de lo 
cultural (País, 2013: 276). El acento debería ponerse sobre la intención y el 
nivel de alcance que tiene la Gestión Intercultural a nivel local, comunitario y 
simbólico. 
Los hombres de azúcar. Magali Caballero Méndez 
36 
En ese sentido, la objetividad juega un papel relevante dentro de la 
interdisciplinariedad, ya que, justamente está dada (lo que incomoda a 
espacios del ámbito académico) en reconocer la pasión, la emoción, lo 
político, es decir, lo humano de nuestra subjetividad (Íbid: 277). 
Desde esta objetividad que no puede desprenderse de cada uno de 
nosotros, podemos acercarnos a la convergencia género y envejecimiento. 
Somos cada quien una persona que cambia todo el tiempo, que decide y 
actúa según sus parámetros de moralidad y que conforme su vida avanza va 
colmando su ser de experiencia, de conocimiento, de expresiones y de 
recuerdos; a la vez que a cada paso busca, busca, busca. Cada uno busca 
algo distinto, pero siempre encaminado al futuro y prioritariamente al 
bienestar. Y durante la vida, aunque cambiemos, aunque busquemos y 
encontremos o no, somos el mismo cuerpo, la misma persona, pero en la 
dinámica de nuestro andar creemos cosas distintas, cambian nuestros 
afectos, responsabilidades, deseos, gustos, intereses, hobbies, se 
incrementa nuestro bagaje cultural, a la par de incrementar nuestros olvidos. 
En esencia somos los mismos cuerpos cada día, cada minuto, cada segundo 
transformados y resignificados. En ese sentido, cada quien tiene en sus 
manos, la que considero la posibilidad más grande y decisiva: la definición 
de la corporalidad, y por ende la formulación interna de un cuerpo que 
implica socialmente conjugar el cuerpo con los géneros, roles y la específica 
sexualidad. 
Los hombres de azúcar. Magali Caballero Méndez 
37 
Y aun cuando hay esquemas genéricos que establecen a priori los roles y 
valores sobre los cuerpos, es bajo nuestro albedrio la forma en la que 
decidimos ser, vivir y convivir. Hay una diversidad culturalmente hablando 
extraordinaria de particularidades genéricas, más prevalecen esquemas que 
van en detrimento de la libertad de decidir cómo vivir nuestro cuerpo y cómo 
relacionarnos con los demás. 
Pensar entonces la vida como cambio continúo dentro de un cuerpo que a 
su vez cambia perteneciendo a la misma persona, implica la necesaria 
apertura a un análisis transversal y convergente de la edad y el género y no 
sólo una superposición de ambos factores, que posiblemente caería en un 
esquema teórico carente de continuidad. Ya que si se apremia a una 
categoría sobre otra, se sigue permeando la imposibilidad de buscar el 
entendimiento de la vida de los sujetos de manera contextual y favorecer 
indebidamente intentos de teorías generales sobre los cuerpos y la vida, 
sobre los roles y las edades, que abordan tangencialmente las 
problemáticas. 
1.3. Género y envejecimientodesde la gestión 
intercultural 
 
 
En la relevancia de las subjetividades, la identidad, la colectividad y los lazos 
que la fortifican, existe un cuestionamiento clave sobre la relevancia 
sociocultural y el estudio de ella a partir de factores convergentes, tal es el 
Los hombres de azúcar. Magali Caballero Méndez 
38 
caso de la adscripción genérica y de su vínculo indisoluble con la transición 
vital. 
¿Por qué no limitarse a hechos evidentemente culturales, e incluso 
folkloricos, por encima de la vida que aparentemente no se percibe dentro 
del campo de lo cultural, pero que se implica necesariamente con las 
estructuras simbólicas que inciden en las formas de vivir, de sentir y de 
autoevaluarse? ¿Por qué estudios de género y envejecimiento desde la 
gestión intercultural? 
Ante este par de cuestionamientos, muchas y muy amplias pueden ser las 
respuestas. Intento responderlas a partir de la necesidad de ampliar los 
horizontes interpretativos, históricos y genéricos. Replicar desde los estudios 
culturales específicos y contextuales cómo es que se fortifican 
simbólicamente estructuras donde perdura la desigualdad, la inequidad, las 
falsas postulaciones sobre la supremacía de algún género o de alguna edad 
específica por encima de las demás. 
La gestión intercultural, como mecanismo de intercomunicación para mejorar 
las vías de acción, de comunicación y los lineamientos simbólicos que 
necesitan ser cuestionados, gestionados desde una multiplicidad de voces, 
es conductora de la colectividad, opina críticamente, hace alusión a posibles 
caminos de acción, y además contribuye al fortalecimiento de la autogestión 
comunitaria, hace hincapié en lo que las personas son, lo que sienten y 
sobre todo, lo que proponen. 
Los hombres de azúcar. Magali Caballero Méndez 
39 
Proponer a través de la gestión intercultural, objetivos y modos realizables 
que procuren los procesos y mecanismos igualitarios, donde prepondere el 
sentido de apertura, de respeto y de entendimiento sobre las formas en que 
los miembros de cierta comunidad, pese a sus diferencias específicas y 
subjetivas, tienen rasgos comunes que los delimitan de algún modo 
particular, que los deferencian o que se atribuyen como lo que son a partir 
de lo que comparten. 
Hacer una investigación con una perspectiva relacional no se limita a 
analizar las relaciones intergenéricas inmediatas de los sujetos de estudio y 
analizar los patrones y particularidades que éstas presentan. 
Corresponder el análisis y autopercepción genérica de quien realiza la 
investigación con la de los sujetos de estudio que atañen a la investigación 
implica un compromiso con la perspectiva relacional a un nivel muy 
diferenciado de la primera propuesta mencionada. 
Ya que se convierte en un análisis relacional al contraponer las formas de 
distinción personal e individual sobre adscripción y continuidad de género 
propia con la ajena, incluso tan ajena que sólo podemos apreciarla 
mediante el análisis sistemático que provee una investigación. 
No es un análisis unidireccional dentro del campo de estudio, me refiero al 
tipo de relaciones que se evidencian, más bien lo hace desde el hecho de 
plantear hacer un estudio sobre masculinidades realizado por una mujer, 
donde a la par cabe cualquier estudio sobre mujeres realizado por varones, 
Los hombres de azúcar. Magali Caballero Méndez 
40 
siempre y cuando exista la disposición necesaria para no escatimar en 
recursos y herramientas cuyo uso favorezcan el entendimiento sobre el otro, 
sobre quien considero diferente, además de propiciar un vínculo de estudio 
libre de violencia, discriminación o prejuicios en detrimento de la objetividad. 
Los proyectos significadores e innovadores se configuran a partir de marcos 
de gestión ubicados en nuevas legitimidades y en sistemas de organización 
mixtos, donde lo privado y lo público colaboran y establecen sinergias 
(Martinell, 2012: 228). Así que innovar a partir de una perspectiva 
intercultural, genera que junto al desarrollo de proyectos se consolide la 
agenda de legitimación de la profesionalización de la gestión intercultural. 
 
 
 
 
 
 
 
 
Los hombres de azúcar. Magali Caballero Méndez 
41 
 
Capítulo 2. Género y masculinidades 
 
 
Para un acercamiento pleno a los estudios de masculinidad y 
masculinidades es necesario, en primera instancia abordar el tema de 
género a un nivel más amplio que localiza en sí, no sólo los géneros de 
manera dicotómica, sino como un espectro que involucra las vivencias 
corporales, las conductas y las formas de plantearse en el mundo. El 
siguiente desglose de perspectivas de estudios sobre masculinidades, 
aborda enfoques que concentran la masculinidad en la psique, los que 
involucran las relaciones inter e intragenéricas, así como las que tienen 
influencia por el sistema sociocultural en el que se desenvuelven los varones 
e incluso los que se enmarcan en lo estructural. 
En primera instancia, es necesario aclarar que hablar de masculinidades y 
no de masculinidad, evoca un sentido de diversidad dentro del mismo 
género. Es decir, es un término incluyente que permite visibilizar las 
múltiples formas y percepciones de ser hombre. Dejar atrás la concepción de 
masculinidad unívoca del hombre blanco y heterosexual, a lo que añado 
joven y opulento, nos permite una comprensión empática y contextual, que a 
su vez se constituye como un factor de análisis sociocultural. 
 
 
Los hombres de azúcar. Magali Caballero Méndez 
42 
2.1. Estudios de Género: feminismos y masculinidades 
 
 
La década de los 80 fue coyuntural para los Estudios de Género3 y en esa 
época Los Estudios de la Mujer, demostraron limitaciones por su 
perspectiva relacional, ya que, consistían en enfocar exclusivamente el 
problema de las mujeres, perdiendo la visión de conjunto, ya que el otro no 
es pensado, significado ni deconstruido. Fue un momento en el que se 
comenzó a perfilarse una corriente más abarcadora que consideraba las 
relaciones entre mujeres y varones, como formas de construcción de 
sentido: Los Estudios de Género (Burin y Meler, 2009). 
Además de ello, esa década favoreció la apertura a las críticas diversificadas 
a las teorías feministas, en donde se plasmaron las aportaciones de otras 
formas de pensar a partir de los sectores populares que expresaron sentirse 
excluidos de las voces feministas hasta ese momento publicadas. En cuanto 
a las masculinidades, es ese momento cuando se presentan las 
experiencias de otros hombres, los cuales no estaban contemplados dentro 
del referente canónico de masculinidad; lo cual posibilitó la focalización 
sobre estas formas de masculinidad que representaban la diversidad 
alrededor de la construcción de virilidad. 
 
3
 No abundaremos en las estudios de mujeres, previos a los estudios de género en este texto. Aun 
cuando se trata de antecedentes. El motivo principal es que el surgimiento de los estudios sobre 
masculinidades surgen a partir de la década de los 80 y de hacer notar las carencias relacionales que 
tenían estudios anteriores. 
Los hombres de azúcar. Magali Caballero Méndez 
43 
A partir de ello, los actuales estudios de género se centran cada vez más en 
investigaciones concretas y específicas, con metas limitadas (Íbid: 28). En 
ese sentido, el acercamiento cualitativo en los estudios concretos sobre 
masculinidad se imbrica con la diversidad per se que tiene la configuración 
genérica de los varones; a la que es necesario comprender histórica y 
contextualmente. 
Las definiciones de género constan de un amplio abanico de postulaciones 
conceptuales e interpretaciones. Al recopilar algunas de ellas contrastan en 
medida de la complejidad que abarcan. A continuación presento algunas de 
ellas, con lo que pretendo incrementar ésta complejidad para posteriormente 
hacer un balancesobre ellas, recordemos además la definición que hice en 
el capítulo 1, en la sección de género y envejecimiento desde la 
convergencia. 
El género se define como la red de creencias, rasgos de personalidad, 
actitudes, valores, conductas y actividades que diferencian a las mujeres y a 
los hombres. Es necesario entenderlo como una categoría de análisis que 
implica considerar, que siempre es relacional, que se trata de una 
construcción histórico-social, pero que jamás aparece en forma pura (Íbid: 
20-22). Esta definición hace notar que el género sólo puede ser discutido 
relacionalmente, contextualizarlo permite percibir las particularidades que 
diferencian a hombres y mujeres, además abarca aspectos personales de 
los cuerpos así como su interacción con otros. 
Los hombres de azúcar. Magali Caballero Méndez 
44 
En su estudio de masculinidades de corteros de caña en Colombia, Jairo 
Alexander Castaño (2011) hace una distinción entre sexo y género, al que 
califica como: un proceso social de construcción y aprendizaje de pautas, 
atributos o roles sociales (masculino/femenino) y relaciones de poder 
desiguales entre los sexos en contextos sociales específicos; además de ser 
una construcción social, se interioriza a través de un proceso de 
socialización que empieza en la infancia y se sigue desarrollando durante el 
transcurso de toda la vida del individuo. En esta aportación cabe remarcar 
por un lado las relaciones de poder desiguales y por otro la construcción 
social de las características de los cuerpos deben seguir en función de lo 
femenino y lo masculino. 
Joan Scott entiende el género como un elemento constitutivo de las 
relaciones sociales basadas en las diferencias que distinguen los sexos y el 
género, es una forma primaria de relaciones significantes de poder (Scott, 
1990:45) Sobre esta aportación, en la opinión de Teresita de Barbieri, es que 
Scott concibe el género como una cuestión de sociedad y no sólo de 
individuos con su identidad, sino que introduce la corporalidad en la acción 
social, y considera el género como relaciones de poder (1996:65-67). Por mi 
parte, resalto el rol primigenio el género en las relaciones sociales, es decir, 
que de él parten y se configuran las relaciones sociales, además de incluir al 
poder que significa el mismo género. Con lo que podemos asumir que el 
género y las relaciones sociales se imbrican de manera circular, 
correspondiéndose cíclicamente se constituyen y refuerzan mutuamente. 
Los hombres de azúcar. Magali Caballero Méndez 
45 
Por su parte Marcela Legarde (1995), hace referencia a que el orden de los 
cuerpos es regulado por formas de cohesión social, instituciones y 
mecanismos de vigilancia de cumplimiento de mandatos asignados a cada 
género, de acuerdo con su edad, etnia, clase, religión, nación. Así, cada 
sociedad tiene una organización genérica específica, la cual es en sí misma 
una estructura de poderes, jerarquía, valores, en donde ser hombre y mujer 
es ser especialista en género propiciando el dominio. La especialidad y el 
dominio están estructurados a partir de cargas y tensiones asegurando que 
los sujetos sociales cumplan con los deberes de ser hombre y mujer, para 
lograr la continuidad del mundo así estructurado. 
En esta aportación, los mandatos genéricos culturales, contextuales y 
vitales, complejiza a los cuerpos, en tanto los convierten en especialistas de 
sí y en relación con los demás. Además, señala la inherente vinculación 
entre la especialidad y la dominación que modula a los cuerpos a nivel 
socio-cultural y no meramente personal. 
Para Michael Foucault (1984), el cuerpo está directamente inmerso en un 
campo político; las relaciones de poder operan sobre él una presa inmediata; 
lo cercan, lo marcan, lo doman, lo someten a suplicio, lo fuerzan a unos 
trabajos, lo obligan a unas ceremonias, exigen de él unos signos. Este cerco 
político del cuerpo va unido, de acuerdo con unas relaciones complejas y 
recíprocas, a la utilización económica del cuerpo, en buena parte está 
imbuido en relaciones de poder y de dominio como fuerza de producción. 
Los hombres de azúcar. Magali Caballero Méndez 
46 
Foucault resalta el dominio de los cuerpos a partir de relaciones de poder y 
hace ver el sometimiento de los mismos a las fuerza de producción, puesto 
que los factores interventores en la configuración genérica lo encaminan a 
esa estructura. Esta propuesta contiene una afirmación perspicaz: la 
configuración genérica está construida estructuralmente canalizando a los 
cuerpos y valorándolos en función de su capacidad de producción. Podemos 
inferir que ésta constituye el eje de las asignaciones, los cambios, las 
renovaciones y surgimiento de características, atributos y mandatos socio-
culturales genéricos de los cuerpos. Cabe señalar que las variaciones no 
sólo se pueden percibir sólo a nivel estructural ni en fases históricas 
prolongadas, trastocan la valoración de los cuerpos en función de los 
cambios vitales. 
La vivencia de los atributos genéricos no es uniforme durante la vida de los 
sujetos. En cada persona se concretan paulatinamente a lo largo de etapas 
marcadas por rituales de pasaje de acuerdo con su edad, sexo, clase, etnia, 
religión, nación formando redes con nodos comunes e interconectados 
(Cazés, 1995:56). La organización genérica engloba las derivaciones de la 
atribución de género y la adecuación temporal para la asunción y la práctica 
de atributos correspondientes. Por ello es una organización de género y 
generación. Ciertos atributos se integran a la vida del sujeto en 
determinadas etapas de su desarrollo (Íbid: 342). Es por ello que no 
podemos interpretar la construcción genérica de forma paralela al 
Los hombres de azúcar. Magali Caballero Méndez 
47 
envejecimiento, y también es relevante entender está convergencia desde la 
complejidad, no sólo socio-culturalmente sino a nivel estructural. 
No podemos dejar de lado la noción de complejidad que Burin y Meler (2009: 
19- 33) abordan bajo los siguientes parámetros: 
1. Necesidad de asociar al objeto con su entorno y establecer las leyes 
de su interacción. 
2. Necesidad de unir al objeto con su observador. 
3. El objeto ya no es solamente un objeto si es que está organizado, y 
sobre todo si es organizante, si es un sistema productor de sentidos. 
4. No existen elementos simples sino complejos que tienen en sí 
relaciones de complementariedad, de antagonismo, de contradicción, 
etc. 
5. Enfrentar las contradicciones de lo complejo con criterios no binarios 
sino con criterios ternarios que no “superen” sino que trasgredan. 
En este sentido, en los siguientes apartados pretendo hacer notar la 
necesidad ineludible de una perspectiva que incluya la complejidad, no sólo 
a nivel de propuesta de recolección de información, sino del análisis y 
esquematización práctico-conceptual. 
 
 
Los hombres de azúcar. Magali Caballero Méndez 
48 
2.2. Dinámica de las masculinidades 
 
 
Para un acercamiento pleno a los estudios de las masculinidades es 
necesario, en primera instancia abordar el tema de género a un nivel más 
amplio que localiza en sí, no sólo los géneros dicotómicamente, sino como 
un espectro que involucra las vivencias corporales, las conductas y las 
formas de plantearse en el mundo. 
Dentro de los estudios de género, las masculinidades son un tema que 
tiende a ser el lado de oposición de los estudios feministas (Alsina, 2000:85), 
se presenta como el estudio de la causalidad de los temas como: la 
opresión, la violencia, la exclusión, etc. 
Para Michael Kimmel (1994), la masculinidad es una colección de 
significados en constante cambio que vamos construyendo a través de 
nuestra relación con nosotros mismos, entre cada uno de nosotros y con 
nuestro mundo. No es atemporal ni estática, es histórica: la masculinidad no 
emerge a la conciencia desde nuestra estructura biológica,esta es creada 
desde nuestra cultura. La masculinidad significa diferentes cosas en 
diferentes momentos, para diferentes personas. Llegamos a saber lo que 
significa ser hombre en nuestra cultura colocando nuestras definiciones en 
oposición a un conjunto de otras definiciones de minorías raciales, sexuales 
y sobre todo de las mujeres. 
En este sentido, continúo con las corrientes que identifico más resonantes 
dentro de éstos estudios. De cada una se desprenden especificaciones entre 
Los hombres de azúcar. Magali Caballero Méndez 
49 
las cuales rescato aspectos específicos para el entendimiento del estudio de 
caso. 
2.3. Masculinidades contemporáneas 
 
 
Esta nueva corriente hace hincapié en las masculinidades contemporáneas, 
en nuevas concepciones de lo masculino, así como en las familias de las 
décadas más recientes, en la homosexualidad, en la prostitución y en 
diferentes grupos culturales (Carabí, 2000: 23-26). Más, estas nuevas 
concepciones de la masculinidad que influyen a los estudios de las 
masculinidades, parecen tener dificultad para explicar otro tipo de elementos 
en la construcción de las mismas como, la vida en sí o el trabajo. Además de 
los aspectos socio-tecnológicos que parecen vincular la configuración 
genérica sólo a la intimidad y a la sexualidad sin hacer un análisis en la 
complejidad de la construcción de ser hombre. 
Entre lor hombres se considera que las experiencias tienen dueño (Storey, 
2002) radica en una diferencia con otros, son cualitativas y cuantitativas. La 
experiencia tiene una dimensión temporal, relacionada con la edad o la 
pertenencia a un grupo en concreto. Está muy relacionada con la 
experiencia física o corporal aunque no tuviera que basarse realmente en 
ella. La experiencia se relaciona con la distinción entre público y privado. 
 
 
Los hombres de azúcar. Magali Caballero Méndez 
50 
2.4. Experiencia y subjetividad 
 
 
Fina Sanz (2015) realizó una valiosa aportación en relación a la cotidianidad 
masculina, en donde resalta el lugar de la experiencia individual y su 
reflexión de la inserción de los varones en distintas esferas: las relativas a 
los cambios físicos, los emocionales, la sexualidad, la espiritualidad y la vida 
social. Realizó un ejercicio durante cinco miércoles con un grupo de siete 
hombres sin relación alguna, en cada sesión hablaron de un tema específico 
de los ya mencionados. Las experiencias se relacionaban, aunque los 
sujetos partieran de contextos y circunstancias diferentes. Principalmente las 
relativas a los cambios corporales, puesto que se trataba de hombres de la 
segunda mitad de la vida (mayores de 50 años de edad) temas como la 
próstata, las erecciones, el cansancio, y el dolor de rodillas emparejaban a 
todos. Este ejercicio realizado en España, provee de una cobertura amplia 
sobre el tema del cambio en la vida, tanto en los cuerpos biológicos, como 
en el género cultural. 
Habla con conceptos clave como la herida de género y la herida histórica, a 
las que concibe como heridas que vivimos a lo largo de nuestra vida y ante 
las que reaccionamos de distintas maneras, Una herida es un daño que la 
persona siente como consecuencia de la violencia ajena –manifiesta o sutil- , 
las heridas pueden producirse de manera íntima y personal, o también 
producida a un grupo o una colectividad. Mientras, la herida histórica puede 
Los hombres de azúcar. Magali Caballero Méndez 
51 
sentirse individualmente o como parte de un colectivo frente a la violencia de 
otro. 
Entre sus hallazgos vinculados a estas heridas se encuentra el mandato de 
género masculino que hace del hombre un proveedor, así como el hecho de 
basar la autoestima masculina en la genitalidad y lo laboral (Íbid: 214-215). 
Si bien algunos de los testimonios acerca del tema social, hacen referencia a 
lo social a partir del lugar que perciben estructuralmente, poco se remarcó 
esa posición, y al encaminar más al tema de lo social como el manejo y 
vivencia de las relaciones sociales inmediatas. 
La recopilación de testimonios dirigida por Fina Sanz, rompe con el esquema 
tradicional de pocos espacios para que los hombres hablen de si mismos 
con otros hombres. 
 
2.5. Crítica a la normalidad masculina 
 
 
Por su parte Luis Bonino (2000), quien ha desarrollado términos como el 
micromachismo y ha hecho visible la falta de equidad de género en 
situaciones sanitarias, particularmente dentro de la psiquiatría, considera 
que los estudios de género permiten a los varones la autocrítica para 
problematizar y deconstruir la generalmente aceptada normalidad masculina. 
A lo que añadiría que ese proceso de autocrítica no debe ser únicamente 
para los varones. Por otra parte, sus críticas a la normalidad masculina no 
Los hombres de azúcar. Magali Caballero Méndez 
52 
hacen hincapié en lo social en sí, sino en el sujeto y da una propuesta de un 
sistema de organización de las problemáticas masculinas que desconsideran 
el tránsito de la vida y que generalmente datan de situaciones de hombres 
promedio, tanto jóvenes, como empleados y violentos. 
 Lo anterior contrasta radicalmente con la situación particular de los jubilados 
de la agroindustria cañera y, seguramente, con muchos otros varones. Sin 
embargo, su aportación es clave en los aspectos psíquicos y para un 
acercamiento específico a la construcción social de la masculinidad dentro 
del campo de la psiquiatría. Puesto que, si un sector médico tiene elementos 
discriminatorios o que den superioridad a los sujetos a partir de su género, 
fomenta que los sujetos en este caso masculinos aparezcan como poco 
propicios a enfermedades mentales, a diagnósticos complejos, y eso es 
quizá porque mientras se construyó ese campo del pensamiento, fueron 
exclusivamente hombres quienes lo formaron, y para quienes estuvo en sus 
manos, el poder de asumirse de una manera privilegiada en relación con el 
género femenino. 
 
2.6. Configuraciones culturales de las masculinidades 
 
 
Ya que la masculinidad tradicional no es un valor esencialista, sino 
culturalmente construido y precisamente por ser un constructo social y 
porque las realidades sociales no son estáticas, es susceptible de ser 
Los hombres de azúcar. Magali Caballero Méndez 
53 
modificada (Carabí, 2000: 15-27). La propuesta de esta investigación busca 
que las masculinidades sean apreciadas de forma analítica, sopesar la 
construcción genérica masculina bajo elementos interventores en ella, su 
transformación, las singularidades en su continuidad, así como la 
deconstrucción a lo largo de la vida como un ejercicio retrospectivo. Así 
como, la posibilidad de seguir la construcción genérica como un proceso 
vinculado con el contexto y la edad. Es de resaltar la poca producción de 
textos de género y vejez, así como la producción de investigaciones sobre 
masculinidad que no sea de jóvenes o de nuevas formas de masculinidad. 
Como lo mencioné anteriormente, los estudios de género tienden cada vez 
más a una mirada contextual que a una respuesta unívoca sobre qué es la 
masculinidad. 
A continuación presento dos ejemplos de estudios culturales enfocados en la 
contextualidad a partir dos formas de acercamiento al tema: la etnográfica y 
la sociológica. 
A partir de la etnografía, los estudios culturales de masculinidades como La 
masculinidad en los tojolabales (Moya, 2010) dan muestra de la 
configuración cultural de ser varón en la región fronteriza de Chiapas en un 
contexto rural, con respecto a hacerse un hombre cabal4. De tal modo, en 
ésta investigación el lugar que ocupa la sexualidad, la procreación y la 
manutención en la construcción del ser masculino parece central y está 
 
4
 Término tojolabal que en dicha investigación hace referencia al modelo de masculinidad. 
Los hombres de azúcar. Magali Caballero Méndez 
54 
acompañada de la violenciaejercida de hombres a mujeres en el espacio 
doméstico. Además de mostrar la injerencia pública en la aprobación y 
reconocimiento de ser o no un hombre, principalmente en el escrutinio 
público que se lleva a cabo en las asambleas comunales. 
 La incorporación de la representación local dominante de la masculinidad a 
través de la adopción de diversas prácticas implica una imposición o una 
forma de violencia simbólica que la sociedad impone sobre las personas y 
los cuerpos. Por tanto, la producción local de masculinidad conlleva, al 
mismo tiempo relaciones de tensión y de conflicto frente a la exigencia social 
(Íbid:111). Lo que puede considerarse una herida de género según Sanz. 
Para Moya, la masculinidad involucra tanto aspectos relativos a la 
sexualidad, la corporalidad, la procreación, el matrimonio, la vida conyugal, 
la paternidad, la autoridad, el honor, el trabajo, como a la organización 
familiar y comunitaria (Íbid: 113). Es pues explícitamente la cotidianidad la 
que enmarca la producción genérica, la inmediatez de su contexto 
sociocultural y de expresión corporal. Sin embargo, cabe preguntarse hasta 
qué punto esta construcción local de masculinidad no se vincula con 
aspectos macro de la configuración de masculinidad dominante. 
Una de las conclusiones de Moya, resalta que la masculinidad analizada 
como una práctica social que se organiza no sólo por jerarquías de poder 
entre los géneros, sino también por la edad y la posición que ocupan los 
sujetos en los espacios de interacción familiar y comunitario (Íbid: 115). Al 
Los hombres de azúcar. Magali Caballero Méndez 
55 
considerar la intergeneracionalidad como un elemento que dictamina la 
posición y por tanto, la valoración de los cuerpos, Moya reflexivamente abre 
el lugar de la diversidad de masculinidades a partir de la edad. 
Añade que, través de las trayectorias de vida, los agentes sociales 
producen, reproducen o cuestionan la existencia de una sola posibilidad de 
representarse como hombres o la supuesta naturaleza de la masculinidad 
(Íbid: 117). Aunque el autocuestionamiento sobre la representación de los 
cuerpos no conlleve necesariamente cambios sustanciales en la formulación 
de dinámicas de interacción equitativas para personas de distintas edades y 
distintos contextos, el hecho de que se lleve a cabo, es un avance en la 
lucha por desdibujar las heridas de género que prevalecen. 
Este estudio de caso permite tener un ejemplo explicativo y metodológico de 
cómo abordar la masculinidad bajo un panorama comunitario. Ambas 
investigaciones: la de Moya como la propia, no son casos clínicos. Lo que 
considero relevante, puesto que los objetivos de la investigación no están 
vinculados con juicios sobre las personalidades particulares, sino con la 
presentación de la situación en la que se encarnan los efectos de los 
procederes socio-tecnológicos en la vida de a quienes atañe a grado tal de 
influir en la construcción genérica y de la vida al rechazar o aceptar según la 
edad. 
El otro estudio Masculinidades y sexualidades de corteros de caña del 
municipio de Candelaria, Valle; realizado por Jairo Alexander Castaño López 
Los hombres de azúcar. Magali Caballero Méndez 
56 
(2011), es un claro ejemplo de acercamiento sociológico a las 
masculinidades. 
Se basa en la vida familiar infantil y adolescente, y la relación con los 
padres, en las percepciones y prácticas sexuales, en las relaciones afectivas 
y la vida en pareja y las relaciones con los hijos. Todos estos aspectos clave 
de la construcción masculina, de los que rescato principalmente la vida 
familiar durante la infancia y adolescencia y la relación con los padres. Este 
elemento tan valioso suele estar fuera de los estudios de masculinidades, o 
no tener el peso que los factores familiares tienen en el reconocimiento del 
cuerpo y en las pautas a adoptar de los niños y jóvenes que se convierten en 
los hombres y ancianos que pretendemos atender. 
Relacionalmente, la figura del padre o de la figura paterna suele distinguirse 
como una imagen de enseñanza que hereda su comprensión de sí y que 
ejemplifica los comportamientos que los hombres consideran propios. Sin 
embargo, Castaño, encuentra que las disputas entre padre-hijo se presentan 
como conflicto entre la masculinidad autoritaria y la masculinidad 
subordinada. Es decir, implican una ruptura, no sólo en el orden de la 
convivencia, sino de los valores que cada generación defiende, los cuales 
pueden ir a favor o en detrimento de las conductas que cada uno opera. En 
este sentido, su estudio presenta dos situaciones que muestran la 
continuidad y la contradicción de preceptos de masculinidad 
intergeneracional: la división sexual del trabajo y la violencia familiar. 
Los hombres de azúcar. Magali Caballero Méndez 
57 
La división sexual del trabajo, que atribuía el trabajo doméstico a las mujeres 
y niños menores, promovió ambas tendencias genéricas 
intergeneracionales. Ya que atribuían a los varones actividades domésticas 
desde la infancia que continuaron realizando durante su vida adulta. A su 
vez, la continuidad se evidencia en la inserción laboral de los varones como 
parámetro de la entrada al mundo adulto. 
Mientras las huellas de violencia familiar, específicamente de violencia física 
de los padres a las madres y a los hijos, resaltan un papel de 
empoderamiento de las masculinidades -denominadas por Castaño, 
subordinadas- que cuestionan la aparente autoridad masculina en pos de la 
defensa de la madre, quien dentro del contexto de la infancia de los corteros 
de caña, asume un lugar prioritario en la vida de los varones, quienes 
conceden en ella un enclave identitario trascendente. 
Ante las peculiaridades positivas de ambos tipos de acercamiento contextual 
a las masculinidades, metodológicamente parece haber un sesgo de 
información, específicamente contextual. Ya que a nivel etnográfico, Moya 
tiende a asumir, que sólo la identificación étnica dictamina las formas de ser 
un hombre cabal. Mientras sociológicamente, Castaño se enfoca en 
aspectos estrechamente relacionados con el cuerpo y las relaciones 
inmediatas. Ambas perspectivas dotan distintos niveles de complejidad 
alrededor de la construcción genérica de los varones, en donde percibo un 
estereotipo de cómo y en qué esferas los cuerpos se asumen masculinos, 
llámese distinción étnica y cercanía corporal. 
Los hombres de azúcar. Magali Caballero Méndez 
58 
 
2.7. Estudios relacionales de las masculinidades 
 
 
En su libro Teoría de la Cultura y Cultura Popular, John Storey (2002) hace 
un espacio para contextualizar los estudios de género y específicamente de 
los estudios de las masculinidades. Pese a la adversión de acádemicos 
como Peter Schwenger de realizar análisis de los varones sobre 
masculinidad, muchos hombres han pensado, hablado, y escrito sobre el 
tema. 
Otros teóricos como Antony Easthope que han escrito sobre masculinidad se 
centran más en la masculinidad como creación cultural, aduce que la 
masculinidad dominante funciona como norma de género, además menciona 
cómo se representa la masculinidad dominante a través de los textos 
culturales populares. 
Feministas como Joyce Canaan y Christine Griffin (en Storey, 2002), 
consideran que las feministas deben ser más insistentes con el fin de 
emprender investigaciones sobre los hombres y la masculinidad en una 
época en la que el número creciente de hombres está empezando a llevar a 
cabo investigaciones aparentemente comparables. 
Desde este momento, dentro de la complejidad de la construcción genérica, 
y específicamente de su carácter relacional, es primordial comprender al 
lugar teórico, activo y de género de quien realiza la investigación. Porque a 
Los hombres de azúcar. Magali Caballero Méndez 
59 
partir de sí, es cómo representa al otro, a quien percibe como distinto y al 
mismo tiempo repercute en su