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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO Escuela Nacional de Enfermería y Obstetricia Conocimientos y comportamientos sobre factores de riesgo de cáncer de mama en un grupo de mujeres. T E S I S QUE PARA OBTENER EL GRADO ACADÉMICO DE LICENCIADA EN ENFERMERÍA Y OBSTETRICIA P R E S E N T A: ANA LAURA LÓPEZ ROMERO No de Cta.: 407009680 ASESORA DE TESIS: MTRA: SOFÍA ELENA PÉREZ ZUMANO México, D.F. Septiembre 2011. UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. Ana Laura López Romero AGRADECIMIENTOS A mi alma mater: la Universidad Nacional Autónoma de México la Máxima Casa de Estudio y principalmente a la Escuela Nacional de Enfermería y Obstetricia por darme la oportunidad de formar parte de esta gran comunidad, lo que ha representado para mí un orgullo y una satisfacción que me anima a seguir superándome y continuar en el camino del aprendizaje. A mis padres: Roman López Valpuesta y Patricia Romero Naranjo, que siempre me han dado su apoyo incondicional y a quienes debo este triunfo profesional, por todo su trabajo y dedicación para darme una formación académica y sobre todo humanista y espiritual. De ellos es este triunfo y para ellos es todo mi agradecimiento. A mi hermana: Diana Paola López Romero por su amor y compañerismo a lo largo de esta travesía. Para que también continúe superándose y tenga muchos logros profesionales. A la maestra y asesora de tesis: Sofía Elena Pérez Zumano por brindarme el apoyo y los conocimientos requeridos para que este trabajo fuera realizado y por ofrecerme el tiempo y su talento profesional que es de admiración y respeto, pero sobre todo por inculcarme el amor a este profesión. Ana Laura López Romero A la profesora: Leticia Sandoval Alonso por ofrecerme sus conocimientos y orientarme a seguir adelante en mis estudios. A: Luis Ángel Benítez Chavira por ofrecerme su apoyo y motivarme en seguir superándome y a realizar nuevos logros profesionales y personales. Al programa: Atención Integral a las Mujeres con Cáncer de Mama y sus Familias, que me permitió desarrollar habilidades encaminadas a la investigación y donde surgió el tema de interés para la elaboración de esta tesis. Ana Laura López Romero DEDICATORIA Esta tesis me la dedico a mí, porque sé el verdadero trabajo, esfuerzo y compromiso que hice para desarrollar este trabajo. A mis queridos padres y maravillosa hermana que la vida me dio. A cada uno de mis abuelos: porque son un ejemplo de lucha y tenacidad y porque sé que estarían orgullosos por este triunfo en mi vida. A todos mis tíos: porque han sido un impulso para que salga adelante y me han enseñado el verdadero valor de la familia. A mis primos: para que sigan el camino del éxito y la superación profesional y personal y se den cuenta que no es imposible llegar a la meta que uno se propone. Ana Laura López Romero RESUMEN Introducción: En México el cáncer de mama (CaMa) representa un problema de salud pública y constituye la segunda causa de muerte por neoplasias en mujeres de 25 años y más. Existe evidencia de que los conocimientos acerca de la salud no son suficientes para tener comportamientos saludables. Objetivo: Explorar si existe relación entre los conocimientos sobre factores de riesgo de cáncer de mama y los comportamientos de prevención y detección precoz de la enfermedad. Material y métodos: Estudio observacional, transversal, y analítico. La muestra fue por conveniencia, incluyó a 242 mujeres, mayores de 27 años trabajadoras y estudiantes de una escuela de enfermería. Las variables fueron: sociodemográficas, antecedentes personales, conocimientos (22 ítems) sobre factores de riesgo para cáncer de mama, estilos de vida y prácticas de screening. La validez del contenido fue por criterio de expertos y prueba piloto, confiabilidad k Richardson de 0.56. Resultados: La media de edad fue 39±8, de conocimientos 12±3, se encontró que las mujeres con nivel educativo básico poseen menor nivel de conocimientos (8±2) (F= 10.506, gl=2, p=0.0001), las mujeres con escolaridad media superior tienen menos conductas saludables, el 60% no realizan ninguna actividad física y 61% no cuentan con información de CaMa (2; p<0.05). Las mujeres de 43 años y más presentan más factores de riesgo para CaMa (21) (F= 45.797, gl=2, p<0.0001). El 65% de las mujeres ≤39 años no acuden al examen clínico (2; p=0.036). Ana Laura López Romero Conclusiones: Los hallazgos encontrados evidencian que los conocimientos sobre los factores de riesgo para CaMa son deficientes, es probable que esto influya en las conductas de riesgo, por lo que es importante establecer estrategias de intervención para corregir esta situación en especial la institución educativa debe crear una cultura de la salud en las mujeres que participan en la dinámica institucional promoviendo los conocimientos de la salud de la mama, la identificación y modificación de comportamientos relacionados con la enfermedad. PALABRAS CLAVES: Conocimientos, factores de riesgo para cáncer de mama, comportamientos, autoexamen mamario, exploración clínica y mastografía. Ana Laura López Romero ÍNDICE 1.- Introducción. 1 2.- Marco teórico. 4 2.1.- Epidemiología. 4 2.2.- Factores de riesgo para cáncer de mama. 8 2.2.1.- Factores sociodemográficos. 8 2.2.2.- Factores genéticos. 9 2.2.3.- Factores endocrinos y reproductivos. 10 2.2.4.- Factores hormonales exógenos. 12 2.2.5.- Factores ambientales. 13 2.3 Estilos de vida. 14 2.4.- Conocimientos de riesgo para cáncer de mama. 22 2.5.- Screening. 23 3.- Planteamiento del problema. 30 3.1.- Propósito. 32 3.2.- Objetivo general y objetivos específicos. 32 3.3.- Hipótesis. 32 4.- Metodología. 33 4.1.- Tipo de estudio. 33 4.2.- Población. 33 4.3.- Muestra. 33 4.3.1.- Criterios de inclusión. 33 4.3.2.- Criterios de exclusión. 33 Ana Laura López Romero 4.4.- Variables de estudio. 33 4.4.1.- Variables principales. 34 4.5.- Aspectos éticos y legales. 35 4.6.- Proceso de obtención del consentimiento informado. 35 5.- Procedimiento. 37 5.1.- Instrumento de medición. 37 5.2.- Para el análisis de datos. 38 5.3.- Para la recolección de datos. 39 6.- Resultados. 40 6.1.- Caracterización de la muestra. 40 7.- Discusión de resultados. 46 8.- Conclusiones. 52 9.- Referencias bibliográficas. 55 10.- Anexos. 62 Ana Laura López Romero 1 1. INTRODUCCIÓN El cáncer de mama (CaMa) representa uno de los mayores problemas de salud pública tanto por su incidencia como su mortalidad ya que es el tumor maligno más frecuente y hoy es la primera causa de muerte en mujeres mexicanas de 25 años y más por lo que cada año se incrementa la incidencia, prevalencia y mortalidad del CaMa. En contraste con el incremento en la incidencia del CaMa a nivel mundial,las tendencias en la mortalidad han presentado variaciones importantes ya que algunos países han logrado disminuir el número de muertes pero desafortunadamente, ese no es el caso para los países de Latinoamérica y el Caribe que han ido en aumento. Se puede decir que nos encontramos ante un problema de gran magnitud y sobre todo muy poco conocido por las mujeres ya que existe un desconocimiento de los factores de riesgo para CaMa y comportamientos poco saludables, lo que las hace más vulnerables para desarrollar la enfermedad, además que no realizan detección oportuna. El objetivo de esta investigación fue explorar si existe relación entre los conocimientos sobre factores de riesgo de CaMa y los comportamientos de prevención y detección precoz de la enfermedad, lo que permitió demostrar que no existe ninguna relación ya que las pruebas arrojaron datos sobre los conocimientos que no son congruentes con las conductas que reportaron las mujeres estudiadas por lo que se reafirma aún más que no están realizando las prácticas de detección. En el marco teórico se muestra cual ha sido la transición epidemiológica de la enfermedad que ha ido en aumento estos últimos años, se describen los factores de riesgo que nombra la NOM-041-SSA2-2002, para su descripción se clasifican Ana Laura López Romero 2 en factores: sociodemográficos, genéticos, reproductivos, hormonales exógenos y ambientales; además se revisan los aspectos del estilos de vida que pueden ser riesgo o protección ante la enfermedad, aunado a los conocimientos que se tienen acerca de los factores de riesgo; y las conductas de screening donde se demuestra que son muy pocas las mujeres que lo practican. En relación a la metodología se describe el tipo de estudio que fue observacional, transversal, y analítico. Una población la cual estuvo conformada por 242 mujeres pertenecientes a una escuela de enfermería. Para el análisis de datos se utilizó el paquete estadístico para las ciencias sociales (SPSS) versión 15 en el cual se efectuaron pruebas mediante frecuencias, tablas de contingencia, t de Student, Anova y 2. En la sección de resultados se da a mostrar la caracterización de la muestra, el grupo de mujeres que tiene más factores de riesgo son las de 47 años y más, más de la mitad de las mujeres no tienen conocimientos acerca de los factores de riesgo para CaMa, las mujeres con nivel de escolaridad media superior son las que más comportamientos de riesgo tienen incluyendo la falta de práctica del autoexamen de mamas, las mujeres ≤39 años no acuden al examen clínico de mama y con relación a la mastografía se encontró que las mujeres sanas ≥40 años no la realizan, lo que quiere decir que entre más sana están la mujeres menos se preocupa por atender la salud de la mama. Lo cuadros y figuras se encuentran en la sección de anexos. En la parte de la discusión se analizan diversos puntos de vista de los autores consultados, donde se debaten los resultados obtenidos en esta investigación y de acuerdo a estos hallazgos se concuerda o no con los reportes de investigación, encontrando en la literatura algunos datos relacionados con los conocimientos y comportamientos de riesgo y detección oportuna del CaMa. Ana Laura López Romero 3 Es importante realizar acciones que incidan en esta problemática, particularmente en la promoción de la salud del seno, disminución de riesgos, y la detección oportuna. Se pueden iniciar estrategias tempranas para profundizar en el nivel de conocimientos sobre el CaMa y en la modificación de comportamientos de riesgo en las mujeres de esta institución de enfermería fortaleciendo las conductas positivas para el cuidado de su salud, además que estas mujeres puedan contribuir con las mujeres de su familia y a quienes proporcionan cuidados en los diversos escenarios de práctica, para que en caso de que el CaMa se presente, sea detectado en estadios iniciales y la mujer tenga mejor pronóstico. Existe evidencia que las mujeres que poseen conocimientos sobre la salud de la mama conocen las características normales de éstas, por lo que tienen mayores probabilidades de detectar algo anormal y solicitar atención inmediata. Lo que confirma que el conocimiento sobre esta enfermedad es una forma de prevención, sabiéndolo aplicar se modificarían muchos comportamientos de riesgo que se practican en los estilos de vida de cada persona, y por consecuencia se evitaría en lo posible el desarrollo de un posible CaMa. Ana Laura López Romero 4 2. MARCO TEÓRICO 2.1.- Epidemiología. La incidencia de enfermedades oncológicas se ha incrementado considerablemente en todo el mundo, el cáncer es un problema de salud pública que afecta a personas de todas las edades y condiciones: niños, jóvenes y ancianos: ricos y pobres, hombres y mujeres. El cáncer se caracteriza por el crecimiento incontrolado, desarrollo y multiplicación de células que tienden a invadir el tejido circundante, capaces de producir metástasis.1 A nivel mundial en el año 2000 se diagnosticaron alrededor de 10 millones de casos nuevos y se estima que para el año 2020 esta cifra pase a 15 millones de cáncer tanto en hombres y mujeres. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que alrededor de 84 millones de personas morirán a causa de esta enfermedad entre los años 2005 y 2015. La magnitud del problema se hace evidente ya que un 12.5% del total de causas de muerte se atribuye al cáncer, porcentaje que supera al total de muertes debidas al SIDA, la tuberculosis y la malaria consideradas conjuntamente. De manera particular de los casi 6 millones de tumores malignos que ocurren en las mujeres, el más común es el cáncer de mama (CaMa) seguido por el cáncer cervicouterino, el primero con aproximadamente 1, 301,867 casos (CaMa) y el segundo con 555,094 casos (CaCu).2-3 El CaMa se manifiesta como un nódulo palpable diferente al resto del tejido de la mama que se localiza en cualquier parte del seno y tiende a crecer rápidamente y sin dolor. Ana Laura López Romero 5 Más de 1,1 millones de mujeres en todo el mundo anualmente son recién diagnosticadas con cáncer de mama (CaMa), es la causa más común de defunciones, con más de 410.000 defunciones cada año, las tasas de incidencia están subiendo hasta 5% anualmente en los países de bajos recursos.4 Para el año 2004 la OMS calculó se diagnosticarían más de 1,200,000 nuevos casos de CaMa (19% del total de cánceres en la mujer). Se estima que en ese mismo año murieron 519 000 mujeres por esta enfermedad, la mayoría (69%) de las defunciones por esa causa se registran en los países en desarrollo.5 Aunque se dice que es una enfermedad de países desarrollados, con mayor incidencia en Estados Unidos, Australia, Norte de Europa y Argentina,24 la evidencia muestra que en estos países la mortalidad por esta enfermedad ha ido a la baja, a este descenso se explica tanto por los programas de tamizaje como por los adelantos terapéuticos, mientras que en los países en desarrollo, sobre todo en América Latina, la incidencia y la mortalidad se han incrementado de manera notoria debido al envejecimiento poblacional, los cambios en los patrones reproductivos, una mayor exposición a los factores de riesgo y problemas para el acceso oportuno a la detección, el diagnóstico temprano y el tratamiento adecuados.49 En contraste con lo anterior, el incremento en la incidencia de CaMa a nivel mundial, las tendencias en la mortalidad presentan variaciones importantes. Algunos países han logrado disminuir el número de muertes, desafortunadamente ese no es el caso para los países de Latinoamérica y el Caribe. En América Latina y el Caribe, aproximadamente 35,000 mujeres fallecen al año por CaMa.6 Es preocupante esta situación, pues la mayoríade los casos es autodetectable pero solo entre el 5 y el 10% se diagnostica en los estadios 0 y I. este diagnóstico tardío implica que el tratamiento de este cáncer sea más costoso, más dolorosa y con una posibilidad más baja de curación. Ana Laura López Romero 6 Mientras tanto, en México el cáncer de mama (CaMa) había ocupado históricamente el segundo lugar de mortalidad por un tumor maligno en la mujer, siempre precedido por el cáncer cervicouterino hasta el año 2006, cuando lo desplazó para ocupar el primer lugar como causa de muerte por cáncer y el segundo como procesos tumorales en mujeres mayores de 25 años.7-8 Según datos realizados por el Consejo Nacional de Población (CONAPO), se calcula que para el año 2020 este grupo alcanzara los 38.8 millones, es decir, casi un tercio de la población total.9 Por su frecuencia cada vez mayor, el CaMa es actualmente un problema de salud de la mujer adulta. Durante la última década, la tasa de mortalidad por CaMa se ha incrementado en 10.9% (de 13.06 en 1990 a 14.49 en el año 2000, por cada 100 000 mujeres de 25 años y más); el incremento real en el número de defunciones fue de 56.1% en el período (de 2 214 muertes en 1990 a 3 455 en el año 2000), debido a la expansión de este grupo poblacional.10 Aunque la tendencia de mortalidad por CaMa ha sido ascendente desde una tasa estandarizada de 5.6 mujeres fallecidas por cada 100 000 mujeres en 1979 hasta una tasa estandarizada de 10.1 en 2006.11 Existen estudios que describen la distribución de la mortalidad por CaMa donde se ha encontrado que el CaMa muestra tendencia ascendente y es mayor en la región norte y el Distrito Federal,6 de acuerdo al área de residencia al comparar los riesgos entre el año 2000 y 2006, se muestra que a nivel nacional el riesgo de fallecer por CaMa en 2000 en el área urbana era 2.3 veces mayor respecto del área rural y éste ha disminuido a 1.9 veces para el año 2006. Según datos del INEGI, en 1990 ocurrieron 2 230 decesos atribuibles al CaMa, lo que representó el 1,67% del total de defunciones ocurridas en mujeres de 25 años y más.1 En 1994 dicha cifra fue de 2 785 (1,90%) muertes y para 1998 aumentó a 3 380 (2,10%) fallecimientos. Actualmente una mujer muere cada dos horas. Ana Laura López Romero 7 Mientras que en el año 2007 se notificaron 4 597 muertes con una tasa de 16.5 por cada 100 000 mujeres de 25 y más años, tres veces más que la cifra registrada en 1955, con una edad promedio al morir de 59 años.7 De acuerdo a lo anterior, las cifras revelan la incidencia de cáncer de mama (CaMa) y su devastadora expansión a otros países, ya que está aumentando en el mundo en desarrollo debido a la mayor esperanza de vida, aumento de la urbanización y cambios en los hábitos alimenticios y estilos de vida que han originado un incremento significativo de enfermedades crónico-degenerativas y neoplasias malignas. Con relación al estadio, del 2003 al 2008 el porcentaje promedio registrado en el Sistema de Información de Cáncer de la Mujer (SICAM) fue: estadios 0 y I, 9.2%; estadio II, 32.8%; estadio III, 30.0%; estadio IV, 7.4%; y no clasificable, 20.6%. Lo anterior significa que 90.8% de los casos de CaMa se diagnostica en etapas tardías o no clasificables, lo que se relaciona de manera directa con una evolución clínica menos favorable y una alta tasa de defunciones por este problema.7 Las mujeres que son diagnosticadas en estadio I tienen un 98% de sobrevida, y mayores probabilidades de mantenerse libres de la enfermedad a diferencia de aquéllas que son diagnosticadas en estadios más avanzados.12 Estos datos evidencian la magnitud del CaMa en el país, y aunque no existen medidas de protección específica para su prevención, la literatura evidencia su relación con aspectos del estilo de vida que afectan la incidencia y prevalencia de la enfermedad. Ana Laura López Romero 8 2.2.- Factores de riesgo para cáncer de mama. Hasta el momento no existe una causa específica para desarrollar cáncer de mama (CaMa); sin embargo, se conocen varios factores de riesgo involucrados y relacionados directa o indirectamente. Es decir que existen grupos de mujeres más vulnerables a desarrollar con mayor frecuencia el CaMa, de acuerdo a la NOM 041-SSA2-2002 los factores de riesgo son: Edad >40 años, antecedentes heredofamiliares, embarazo ≥30 años, patología mamaria benigna, vida menstrual ≥40 años, menarca ≤12 años, menopausia ≥52 años, tratamiento hormonal de remplazo y obesidad.1 2.2.1. Factores sociodemográficos: Sin embargo, los factores de riesgo de mayor peso para desarrollar CaMa son el género y la edad y no son modificables.13 El simple hecho de ser mujer es el principal riesgo para padecer CaMa y se ha demostrado que la incidencia se incrementa a medida que la edad aumenta. En México se ha comprobado que el riesgo para desarrollar CaMa incrementa con la edad, este suele manifestarse a partir de los 20 años y su frecuencia se incrementa hasta alcanzar los 40 y 54 años, una década antes que las mujeres europeas o estadounidenses (51 vs 63 años de edad, respectivamente).14 Así que las mujeres tienen 100 veces más riesgo de sufrir CaMa que los hombres. Para una mujer que vive más de 90 años la probabilidad de sufrir esta enfermedad durante toda su visa es de un 12.5% ó 1 en 8. Ana Laura López Romero 9 2.2.2. Factores genéticos: Otros factores con diversa importancia son: historia familiar de cáncer de mama (CaMa); en la que se estima que el riesgo aumenta de 1.5 a 3 veces si la madre o hermana han sido diagnosticadas de CaMa y que la probabilidad de presentarla a lo largo de la vida es de 30%,15,33 así mismo la incidencia se relaciona con la raza y etnicidad.16-17 Las mujeres de raza blanca tienen una probabilidad ligeramente mayor de padecer CaMa que las mujeres de raza negra. Sin embargo, las mujeres de raza negra tienen más probabilidades de morir por este cáncer. Parte de esto parece deberse a que las mujeres de raza negra tienden a padecer tumores más agresivos, aunque las razones para esto se desconocen a comparación de las mujeres asiáticas, hispanas y amerindias que tienen un menor riesgo de padecer y morir del cáncer de seno. Se cree que alrededor del 5 al 10% del CaMa son hereditarios, es decir que se originan directamente de defectos genéticos (mutaciones) que se reciben por herencia de uno de los padres. La literatura menciona que dos genes el BRCA1 ó BRCA2 han sido relacionados con el CaMa. Las mujeres cuyas familias poseen mutaciones en estos genes tienen un riesgo mayor de desarrollar la enfermedad. Si un familiar de una mujer es portador del gen, tiene riesgo de presentar CaMa del 50 a 85%, casi siempre desarrollan la enfermedad antes de los 65 años. Recientemente se ha encontrado que el gen BARD1, cuando está combinado con el gen BRCA2 incrementa el riesgo de cáncer hasta en un 80%.4,18-20-19-20 Por otro lado, parece que la enfermedad benigna de mama, en especial, la enfermedad fibroquística, la hiperplasia epitelial y la presencia de atipias, aumentan el riesgo de CaMa de dos a cuatro veces y el riesgo es más alto si las Ana Laura López Romero 10 mamas presentan quistes palpables durante la juventud, y disminuye con la edad, pero existe un ligero incremento en el riesgo de desarrollar la enfermedad en mujeres mayores de 50 años con lesiones benignas. La adenosis esclerosante aumenta aproximadamente 70% el riesgo de sufrir Cáncer de mama (CaMa). 2.2.3. Factores endocrinos y reproductivos: Resulta importante mencionar también, que los estrógenos juegan un papel muy importante en la aparición del CaMa. La literatura menciona que los factores hormonales que aumentan el riesgo de CaMa son aquellos estados que pueden permitir que se mantenganaltas las concentraciones de estrógeno durante largos períodos de tiempo, como lo es empezar a menstruar a una edad precoz (antes de los 12 años), una edad tardía para la menopausia (después de los 52 años de edad), el haber tenido al primer hijo después de los 30 años de edad y el no haber tenido hijos.16, 21-2421-22-23-24. La menarca que es definida como la primera menstruación y que ocurre antes de los 12 años de edad, se ha vinculado con un incremento del riesgo de CaMa de un 10 a 20%, en comparación con el riesgo que tienen las mujeres que menstruaron después de los 14 años. Este riesgo mayor se atribuye a que la presencia de la menarca temprana implica un establecimiento más temprano de los ciclos ovulatorios lo que quiere decir que la mujer se expone a una duración más prolongada de hormonas (estrógenos) en toda su vida. En un estudio de casos y controles, realizado en Estados Unidos de América, se observó un incremento del riesgo de CaMa en las mujeres que tuvieron la menarca a edades muy tempranas en comparación con aquellas que la tuvieron a los 15 años o después, lo que hace más evidente que a edad más temprana (antes de los 12 años) más riesgo de desarrollar la enfermedad.25 Ana Laura López Romero 11 Así mismo se ha relacionado la menopausia tardía (después de los 52 años) con un incremento del riesgo de cáncer de mama (CaMa), esto es porque se expone la mujer a un mayor número de ciclos ovulatorios y por consecuencia un mayor número de años a la exposición de estrógenos. La literatura evidencia que por cada año que incrementa la edad de la menopausia, el riesgo de CaMa aumenta en 3%. Es importante mencionar también que los partos parecen tener un efecto dual en relación al riesgo de CaMa. Ciertas investigaciones dicen que la edad mayor a 30 años del primer embarazo a término fue el principal factor de riesgo para la evolución de CaMa en mujeres de 50 o más años de edad; aunque se reconoce también como un factor protector si el primer embarazo se concibe a edad temprana.26 En un meta-análisis de estudios de países Nórdicos, las mujeres que tuvieron su primer hijo por debajo de los 20 años tuvieron un 30% de disminución de riesgo de CaMa que aquellas que lo tuvieron después de los 35 años. Comparadas con las mujeres nulíparas, las mujeres que han tenido al menos un embarazo a término tienen, en promedio, alrededor de un 25% de reducción en el riesgo de CaMa. Además, la protección se ve incrementada con el aumento en el número de embarazos a término en forma tal que una mujer con cinco o más niños tiene cerca de la mitad del riesgo que una mujer nulípara. Las pruebas acerca de la influencia de los embarazos incompletos, incluyendo abortos (inducidos o no), es menos clara, pero no parecen provocar grandes efectos sobre el riesgo de CaMa en ningún sentido. Otros estudios revelan que los periodos de amamantamiento menores a 12 meses parecen ser un factor de riesgo. La lactancia, disminuye en un 4,3% por cada año que las mujeres hayan alimentado a sus hijos. Ésta suprime ciertas hormonas, disminuye la concentración de organoclorinas tóxicas en las mamas y la expresión Ana Laura López Romero 12 del factor beta de transformación del crecimiento que se encuentra en las células del cáncer de mama (CaMa) y es inhibido por hormonas.27 Por otro lado, numerosos análisis epidemiológicos se han enfocado en los factores que poseen una actividad protectora contra el CaMa. Se ha observado que la edad temprana en el primer embarazo, paridad alta, lactancia prolongada, dieta enriquecida con frutas, verduras y grasas polinsaturadas omega-3 y algunos agentes químicos (tamoxifeno, inhibidores de COX-2 y de aromatasa) protegen contra el CaMa. Estos datos resultan de total importancia para la mujer ya que si tuviera el conocimiento de los factores de riesgo así mismo de los factores protectores, la incidencia y prevalencia del CaMa disminuiría en muchos lugares del mundo y por consecuencia una reducción en la mortalidad a causa de esta enfermedad. 2.2.4. Factores hormonales exógenos: Se ha evidenciado que el tratamiento hormonal sustitutivo con estrógenos en mujeres posmenopáusicas se asocia a un mayor riesgo de CaMa; en un meta- análisis se revisaron estudios de mujeres que recibieron estrógenos por periodos iguales o superiores a nueve años y mostró que el riesgo relativo para CaMa es de 1.3%. Estudios recientes han comprobado que las hormonas posmenopáusicas, especialmente la combinación de estrógeno y progesterona, pueden aumentar el riesgo de contraer CaMa. Este riesgo tiene relación con la duración en la administración de hormonas exógenas, sugiriéndose un mayor riesgo en aquellas mujeres que reciben el tratamiento durante más de siete años.27 La Iniciativa Mundial para la Salud de la Mujer realizó un estudio en más de 160,000 mujeres posmenopáusicas en el que a través del seguimiento por varios años se evidenció mayor riesgo de presentar cáncer invasivo en las mujeres que recibieron combinación de estrógenos y progesterona.28 Ana Laura López Romero 13 Por otro lado, el uso de anticonceptivos orales antes de los 20-25 años durante 4- 5 años, se asocia a un incremento del cáncer de mama (CaMa) antes de los 45 años y éste se reduce paulatinamente después de suspender su consumo después de 10 años.18,29-30 Un análisis de 1996 de los datos epidemiológicos en el ámbito mundial realizado por el Grupo de Colaboración sobre Factores Hormonales en CaMa encontró que las mujeres que usaban o que habían usado la píldora para el control de la natalidad tenían un riesgo ligeramente elevado de presentar CaMa. El riesgo fue más alto entre las mujeres que empezaron a usar anticonceptivos orales cuando eran adolescentes. Sin embargo, 10 años o más después de haber dejado de tomar la píldora, su riesgo de padecer esta enfermedad regresó al mismo nivel, como si jamás hubieran usado las píldoras para el control de la natalidad; esto a pesar de sus antecedentes familiares de CaMa, de sus antecedentes de reproducción, del área geográfica de residencia, de la etnia, diferencias en el diseño del estudio, dosis y tipo de hormona, y duración del uso.30 2.2.5 Factores ambientales: Mientras tanto, un factor de riesgo ambiental es la exposición a radiaciones, que pocas veces se considera pero al cual el personal de salud, incluyendo las estudiantes de enfermería está expuesto, ya que en diversas circunstancias acuden a servicios donde existen emanaciones radioactivas sin ser informados y sin protección alguna. De igual manera si un paciente recibió radioterapia cuando era niño o adulto joven para tratar un cáncer del área del tórax, existe un mayor riesgo mayor de padecer CaMa, esto quiere decir, cuanto más joven haya sido al iniciar la radiación, mayor será el riesgo, especialmente si la radioterapia se administró cuando a la mujer se le estaban desarrollando las mamas. Ana Laura López Romero 14 La literatura menciona también que el uso frecuente de desodorantes (contienen aluminio) puede estar relacionado con el padecer cáncer de mama (CaMa) (la piel es permeable al aluminio) u otros pueden tener parabenos, compuestos químicos como metabolito del DDT ya retirado de Europa y EEUU productos cloronatados (ej: insecticidas, plaguicidas), pero aunque se ha sugerido que la contaminación ambiental, los productos químicos de los desodorantes, los sostenes tipo aro con varillas y los implantes de mama aumentan el riesgo de padecer CaMa, aún no existe base científica para confirmar que estos factores aumenten el riesgo.22 Es innegable que millones de mujeres mueren cada año por esta causa, sin embargo, muchas de estas muertes se pueden evitar si se adoptan y ponen en práctica medidas apropiadas destinadas a prevenir, a detectar precozmentey a curar la enfermedad, y sobre todo haciendo énfasis en la mujer para que tome en cuenta la magnitud del problema que hoy día es devastadora. 2.3.- Estilos de vida El estilo de vida se puede considerar como los tipos de hábitos, actitudes, conductas, comportamientos y decisiones de una persona frente a las diversas circunstancias en las que el ser humano se desarrolla en sociedad y que son susceptibles a ser modificados.42 Por otra parte, también hay factores de riesgo en el estilo de vida, que sin ser específicos para desarrollar CaMa, se han relacionado con el incremento de éste y son modificables, con los que se puede trabajar directamente desde la formación profesional. Entre los comportamientos de riesgo o protectores están: consumo de alcohol, fumar, sedentarismo, actividad física, alimentación e información CaMa y estos son modificables. Ana Laura López Romero 15 En un estudio se dice que el consumo de bebidas alcohólicas se ha identificado como factor de riesgo para cáncer de mama (CaMa), ya que entre sus productos se encuentra el acetaldehído, conocido como carcinógeno primario en animales.31 Estas bebidas alcohólicas pueden contener sustancias carcinógenas (acetaldehídos), además de que el alcohol por sí mismo puede solubilizar otros carcinógenos externos para que penetren en la célula. Asimismo, se ha demostrado que el alcohol modifica el metabolismo y la acción de los estrógenos y sus efectos pueden tener la mediación de la generación de radicales libres. La ingestión moderada de alcohol aumenta el riesgo de CaMa aproximadamente 7% por bebida alcohólica al día, quizá debido a que incrementa las concentraciones de estrógeno; esto puede mitigarse con la administración de folato (epidemiologia genética).32 Existe controversia entre la asociación de tabaquismo y cáncer de mama, pues algunos autores señalan que sus derivados, como el benzopireno, las aminas aromáticas y nitrosaminas, están implicados en la carcinogénesis de la mama; aunque otros no han encontrado ninguna asociación. Por otro lado, se ha evidenciado que la alimentación se ha asociado con el desarrollo del CaMa pues se ha encontrado que los alimentos contienen diferentes nutrimentos y compuestos que pueden iniciar, acelerar o incluso detener el desarrollo de un tumor maligno. Es posible que los hábitos dietéticos tengan un papel determinante en la etiología de la enfermedad. Si bien los alimentos son fuente de nutrimentos la frecuencia en su consumo y la forma de cocinarlos puede conllevar a ingerir un exceso de grasa saturada o puede ser el vehículo de compuestos carcinogénicos como es el caso de las aminas aromáticas que se forman al asar la carne. Ana Laura López Romero 16 En Uruguay, los estudios se han enfocado sobre todo en el consumo de carnes y sus métodos de preparación. Los resultados sugieren que no sólo el consumo de carne sino también su origen (blanca o roja) y la forma de cocinarla (frita, cocida, asada, etc.) son factores que se relacionan en grado significativo con la incidencia de CaMa.33 Por el contrario se ha evidenciado que existen alimentos que reducen el riesgo de CaMa En México se ha reconocido que el consumo de cebolla y espinaca, grasas poliisaturadas y vitamina E, B, folato, flavonoide y otros fitoestrogenos reducen el riesgo de cáncer de mama (CaMa) por el contrario el consumo de hidratos de carbono y la sacarosa pues lo incrementa. De acuerdo a lo anterior, en México se prevé un incremento en la incidencia del CaMa ya que la mayoría de las personas no consumen alimentos favorables para su salud además que no dan importancia a este, los estilos de vida juegan un rol muy importante ya que se involucra una dieta constituida por alimentos con mayor calorías y grasas, porciones cada vez más grades y el consumo de estos fuera del hogar con un menor valor nutricional. Como resultado de esto, la obesidad y el aumento de peso en la vida adulta es actualmente un problema de salud pública, 1 de cada 7 mujeres tiene sobrepeso u obesidad lo que se relaciona con un riesgo de desarrollar CaMa; este riesgo asociado desde luego al estado menopáusico de la mujer, lo que quiere decir que en las mujeres postmenopáusica la obesidad confiere un mayor riesgo para el CaMa que en mujeres premenopáusica aunque la evidencia muestra también que la pérdida de peso después de la menopausia induce un riesgo menor. Diversos estudios han evidenciado la relación entre el Índice de Masa Corporal (IMC) y el CaMa, y se ha demostrado que la obesidad no incrementa el riesgo en Ana Laura López Romero 17 mujeres premenopáusicas, pero sí en las posmenopáusicas que tienen mayor riesgo de desarrollar la enfermedad.34 Los niveles de estrona y estradiol elevados han sido positivamente correlacionados con el peso corporal y la obesidad. En las mujeres posmenopáusicas se ha demostrado la asociación entre obesidad y cáncer de mama (CaMa), en este estado el tejido adiposo se convierte en el único órgano productor de estrógenos, a través de la aromatización de androstenediona, ya que se altera la unión de éstos con la proteína transportadora de esteroides sexuales, lo que induce elevadas concentraciones de estrógenos libres.34 Mientras que en la mujer premenopáusica la obesidad tiene relación inversamente proporcional con el desarrollo de CaMa, en la posmenopáusica se convierte en un factor importante pues se asocia con riesgo hasta dos veces mayor que en las mujeres premenopáusicas. Se estima que el 25% de los casos de cáncer son diagnosticados en mujeres con sobrepeso u obesidad y con un estilo de vida sedentario. Estos factores aumentan el riesgo por varios mecanismos: incremento del nivel de estrógenos y testosterona, hiperinsulinemia y resistencia a la insulina, incremento en la inflamación y depresión en la función inmune.35 Estas enfermedades son consideradas como problemas de salud en todo el mundo y de acuerdo con los informes de la Organización Mundial de la Salud (OPS), existen aproximadamente 250 millones de personas con obesidad.36 En nuestro país es grave ya que de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2006 (ENSANut 2006), el 71.9% de mujeres mayores de 20 años tienen sobrepeso y obesidad.37 Ana Laura López Romero 18 Por el contrario, la evidencia científica demuestra que la actividad física cambia los biomarcadores para riesgo de cáncer, mejora el bienestar físico y psicológico y se asocia a otras conductas saludables como dieta, y el control de peso.38-39,42 Desde el punto de vista de la salud pública, la actividad física es un factor modificable y a la vez se ha relacionado con el cáncer de mama (CaMa). Se ha observado que la reducción del riesgo difiere por el estado de la menopausia de la mujer debido a que existe mayor evidencia de tal reducción en mujeres posmenopáusicas. Un estudio realizado en la Universidad de Tromson (Noruega), siguieron la evolución de más de 25.000 mujeres y comprobaron que entre las que practicaban ejercicio físico con regularidad, la disminución del riesgo de CaMa era mayor en las mujeres premenopáusicas que en las posmenopáusicas y especialmente, en las menores de 40 años. Además, esta disminución se acentuaba en las que realizaban ejercicio al menos 4 h/semana y en aquellas que desarrollaban trabajos con mayor actividad física. En un estudio llevado a cabo por el Equipe Institut National de la Santé de la Recherche Médicale Nutrition (INSERM), se expone que realizar una actividad física regularmente disminuye en un 38 % el riesgo de CaMa,39 estos autores mencionan que las mujeres que dedican 14 o más horas por semana a labores del hogar, presentan una reducción modera de 18% que las mujer que no realizan ninguna actividad y en cuanto a las mujeres que dedican5 horas o más semanalmente a prácticas deportiva con mayor intensidad el descenso en el riesgo es aún más acentuado. Además del tiempo que se dedica a practicar ejercicio físico es así mismo importante la intensidad empleada. Lo anterior evidencia que la actividad física disminuye el riesgo de CaMa por lo que es importante que la mujer realice por lo menos 30 minutos diarios y que modifique sus comportamientos para que tenga una calidad de vida más Ana Laura López Romero 19 favorable, de igual manera otras conductas saludables como dieta, el control de peso y otros factores protectores deben de estar presenten en el personal de salud pues son ellos los principales promotores y quienes motivan a la población para cuidar su salud. Los comportamientos de salud o de riesgo de los profesionales sanitarios, entre ellos el personal de enfermería, pueden constituir un importante punto de referencia paras las personas o los mismos pacientes con quienes interaccionan, pues la población en general tiende a considerar a los médicos y enfermeras como modelos a seguir aunque es lamentable observar que muchos de ellos a las afueras de un hospital tengan comportamientos no saludables, con los que se pueden trabajar directamente desde la formación profesional. Sin embargo, existen reportes de investigación que indican paradojas entre los profesionales de la salud pues se demuestra que tienen mayores porcentajes de prácticas nocivas o al menos no anticipatorias para la salud en comparación con otros profesionistas, es decir no usan sus habilidades y conocimientos técnicos en salud para reducir las tasas de mortalidad y los riesgos ocupacionales a los que ellos están expuestos. En un estudio descriptivo transversal con 204 profesionales de la salud y profesionales de otras área, evaluaron de manera general el autocuidado en los profesionales de salud principalmente y encontraron una mayor prevalencia en el hábito de tabaquismo entre los profesionales de la salud a lo que concluyeron que puede estar relacionado con los altos niveles de angustia cotidiana a los que se enfrentan médicos y enfermeras dentro del ámbito laboral diariamente.40 Mientras tanto, se realizó un estudio observacional, descriptivo y transversal en una Unidad de Medicina familiar para evaluar el sobrepeso y la obesidad, con una muestra de 207 trabajadores pertenecientes al área de salud y se encontró que por sexo, el masculino fue el más afectado: 17 % presentó sobrepeso y 37 % Ana Laura López Romero 20 obesidad mientras que en las mujeres 28 % de las mujeres presentó obesidad y 14 %, sobrepeso.36 En datos generales hay 31% con sobrepeso y 65% obesidad. Lo que llama la atención que el sobre peso y obesidad prevalecen en el personal de salud encontrándose bajo el dominio de un estilo de vida no saludable. Una labor esencial en los profesionales de enfermería como miembros del equipo de salud es la prevención y tratamiento de enfermedades por lo que tienen como objetivo la promoción de la salud. Se realizó un estudio para evaluar los hábitos de vida del alumnado sobre todo concentrado en la actividad física y la alimentación, con una muestra de 30 alumnos pertenecientes a una escuela de enfermería y se encontró que casi la mitad (47%) de los alumnos no realiza ninguna actividad física u casi un cuarto de ellos (23%) lo realiza de manera esporádica, en cuanto a la alimentación se encontró 7% ingirió más de las calorías recomendadas, el 20% comió la cantidad de calorías recomendadas el 73% no alcanzó la cantidad de calorías recomendadas y en cuanto al IMC el 30% tiene un porcentaje de grasa superior al recomendado, el 50% se encuentra dentro de los límites recomendados y el 20% tiene un porcentaje de grasa inferior al recomendado.41 Otro estudio epidemiológico y longitudinal realizado en estudiantes de enfermería con 112 alumnos a lo largo de 3 años para evaluar lo hábitos de consumo de tabaco y alcohol, se encontró que respecto al consumo de tabaco lo fumaban habitualmente entre un 25 y 27% y entre el 50 y 55% fumaban menos de 10 cigarrillos al día y en cuento al consumo de alcohol más de la mitad (70.4%) reporto que lo hacía habitualmente.42 Un estudio realizado en Colombia evaluó la frecuencia de comportamientos saludables con una muestra de 606 profesionales de salud 500 (médicos y 106 enfermeras) donde se encontró que una tercera parte (23.3%) presentaba sobrepeso y obesidad, al evaluar el nivel de actividad física entre médicos y Ana Laura López Romero 21 enfermeras, se encontró que en su mayoría contaba con hábitos poco y nada saludables (85.69% y 94.18%), referente a los hábitos alimenticios se encontró que una sexta parte de médicos y enfermeras presenta hábitos poco saludables.43 Los resultados de esta investigación hacen más evidente que los comportamientos de los profesionales de enfermería presentan deficiencias sobre todo en aspectos como la actividad física y la alimentación y que al igual que en otros estudios esto evidencia que la sola información sobre la enfermedad no es suficiente para producir cambios de comportamiento que la prevengan, además que desde la formación universitaria el alumnado tiene comportamientos no saludables que van en contra de lo que dice su profesión, ya que siendo una escuela donde se imparten los conocimientos de salud no existen conductas saludables que vallan a favor de este, lo que hace más difícil la erradicación de múltiples enfermedades crónicas pero entre la más importante y de cuidado es el CaMa. Se supone que al tener conocimientos de la relación entre comportamiento y salud, así como de la etiología de las enfermedades se tratara de personas que eviten conductas que atentan con la salud. Sin embargo no siempre es así, siendo muy frecuente encontrar personal de salud fumadores, bebedores, obesos, sedentarios, etc. Con lo anterior ya mencionado se puede decir que los hábitos de vida de los futuros profesionales de enfermería no son saludables. En general recurren a dietas deficitarias y desequilibradas, en vez de optar por hábitos saludables como una dieta equilibrada y realizar actividad física. Por lo que es de suma importancia incluir y/o reforzar en los planes de estudio de enfermería, los contenidos sobre hábitos saludables en relación a la alimentación y actividad física. Ya que serán en parte las profesionales de la enfermería las encargadas de trasmitirlos al resto de la población. Ana Laura López Romero 22 2.4.- Conocimientos sobre factores de riesgo de cáncer de mama. El conocimiento del cáncer de mama (CaMa) es una obligación de la práctica clínica de la enfermera que ejerce la atención primaria. El conocimiento de los factores de riesgo para el CaMa resulta de gran importancia para la mujer ya que se ha observado en ciertos estudios que se tienen conocimientos muy escasos tanto para la enfermedad, factores de riesgo y las prácticas de screening y en esta última, un desconocimiento de la técnica correcta para la autoexploración mamaria. Se realizó un estudio de intervención educativa con el objetivo de incrementar los conocimientos de factores de riesgo y autoexploración de mama con una muestra de 83 mujeres entre 30 y 50 años de edad. Este estudio revelo un desconocimiento de los factores de riesgo del CaMa, entre los factores de riesgos se encuentran los malos hábitos dietéticos en el 31.67%, los factores hormonales en el 21.66% y menos de un 15% consideran a los antecedentes familiares y personales de cáncer, así como factores ambientales. Luego de aplicada la estrategia educativa se observó modificación en el conocimiento positivamente en más de un 90% en todas las variables estudiadas. Con relación al autoexamen de mama un 28.33% lo considero importante y 8.33% se lo realiza. Posterior a laintervención un 53.33% comenzó a realizarlo. Con este estudio se observó un incremento de conocimientos de un 25% a un 65%.44 Además se observó que el 65% de las entrevistadas no conocían el autoexamen de mamas, el 55% de las mujeres consideraron hacérselo en algún momento, el 45% de ellas no se realizaron el mismo y los motivos fueron desconocimiento y olvido, entre otros. En otro estudio realizado en Cuba se realizó una intervención educativa con una muestra de 30 trabajadoras con factores de riesgo para CaMa con el objetivo de incrementar sus conocimientos al respecto, las cuales serían valoradas antes de la Ana Laura López Romero 23 intervención y después de 6 meses a este. Como resultados obtuvieron que antes de la intervención 25 mujeres (83%) tenían conocimientos inadecuados sobre aspectos generales del CaMa posteriormente a la intervención se obtuvo que solo una mujer con conocimientos inadecuados (3.3%%). Con respecto a los factores de riesgo para CaMa antes de la intervención se observó un 16.7% de conocimientos y después de la intervención aumento considerablemente a un 83.3% y con respecto a la prevención y diagnóstico de esta enfermedad antes de la intervención 27 mujeres (90%) desconocían al respecto lo que se modificó considerablemente a solo 3%.45 Resulta de vital importancia que las mujeres posean conocimientos básicos sobre el CaMa, así como de los factores de riesgo, su diagnóstico y fundamentalmente la técnica del autoexamen mamario para así mejorar su calidad de vida y disminuir la tasa de incidencia de esta afección. Estos datos hace aún más evidente que los conocimientos sobre factores de riesgo para CaMa son carentes en la población femenina, lo que las hace más vulnerables a desarrollar la enfermedad. 2.5.- Screening. La supervivencia del cáncer de mama (CaMa) depende sobre todo de su detección, diagnóstico y tratamiento oportuno. La detección temprana significa usar un método que permita detectar precozmente alguna anomalía o en algunos casos, descubrir las primeras etapas de algún tumor canceroso antes de que empiece a dar síntomas. Para que lo anterior se cumpla se ha reconocido la importancia de que el médico y el personal de enfermería del primer nivel de atención realicen las actividades de prevención primaria y secundaria; como la detección de factores de riesgo y Ana Laura López Romero 24 prácticas de screening como lo son: mastografía, examen clínico e información educativa a las mujeres en el cual se incluya la enseñanza de la autoexploración mamaria. Por otra parte, es necesario el conocimiento sobre la importancia de su prevención y diagnóstico precoz del CaMa, pues cuando la neoplasia se detecta en etapas tempranas existe menos posibilidad de metástasis y más de supervivencia, además si se logra diagnosticar tempranamente hay mayores probabilidades de curación. Existen 3 métodos más utilizados mundialmente para la detección precoz del CaMa en primer lugar, el autoexamen de mamas, el cual posee un valor extraordinario por ser el primer recurso con que cuenta la mujer para llegar a un pronóstico temprano de algún proceso patológico en la glándula mamaria; en segundo, se encuentra el examen clínico anual de las mamas, que debe realizar el médico de familia o la enfermera a toda la población femenina mayor de 25 años; y por último, la mamografía, que incluye a las mujeres de 40 a 64 años, el cual es un sencillo procedimiento radiográfico usado para detectar el CaMa, que permite diagnosticarlo en cualquier fase inicial, incluso antes de que pueda sentirse el tumor al tacto. Los datos epidemiológicos indican que en México y en otros países en desarrollo la mayoría de los cánceres de mama son encontrados por la propia mujer. Tomando en cuenta esto y los beneficios de la detección temprana, se ha considerado la importancia de enseñar la técnica de autoexploración a las mujeres, informándoles las ventajas y desventajas. Diferentes estudios en Estados Unidos han encontrado que después de aplicar diferentes modelos de enseñanza, la proporción de mujeres capaces de identificar al menos un abultamiento varía de 25 a 88 %. Un estudio en la ciudad de Cuernavaca, Morelos, concluyó que, dependiendo de la técnica de enseñanza, se Ana Laura López Romero 25 logra que alrededor de 51 a 65 % de las mujeres identifique al menos abultamientos de 0.5 a 1 cm en el seno.22 Si las estadísticas son alarmantes, más preocupante es que la prevención primaria de esta neoplasia maligna continúe siendo difícil de lograr y que hoy se pone en tela de juicio el valor real de una medida de atención temprana que siempre se ha considerado de gran utilidad práctica: el autoexamen de mamas. Por otra parte, la evidencia existente indica una falta de acceso a los servicios de salud, y en especial a la cobertura con mamografía de tamizaje. Un estudio de 256 mujeres mexicanas con diagnóstico de cáncer de mama reveló que en 90% de los casos fueron ellas mismas las que identificaron su padecimiento y sólo 10% se diagnosticó en etapa I. El mismo estudio también mostró que sólo 30% de las mujeres se practicó la autoexploración, e incluso que un porcentaje todavía menor lo hizo de manera adecuada.4 La morbilidad y la mortalidad por CaMa se podrían reducir si las mujeres tuvieran la motivación y destreza necesarias para aplicar periódicamente medidas de detección oportuna pero actualmente se ha encontrado que las mujeres no están realizando estas prácticas de detección por lo que hace aún más difícil el logro de la disminución de esta enfermedad. El autoexamen de mamas se debe realizar desde que inicia la menstruación en la mujer una vez al mes, después del termino del ciclo menstrual entre el séptimo y décimo día y si ya no se menstrua (menopausia) un día fijo al mes. La evidencia disponible indica que la autoexploración mamaria tiene una sensibilidad de 26 a 41 % en comparación con el examen clínico y la mastografía.23 Un estudio piloto realizado en la ciudad de Sullana-Piura (Perú) para evaluar las actitudes preventivas para CaMa con 100 mujeres entre los 20 y 75 años en relación al autoexamen de mama se encontró que un 56% conoce para qué sirve Ana Laura López Romero 26 pero solo 43% de la población encuestada conoce la técnica del autoexamen de mama y solo el 8 % lo realiza adecuadamente.46 Esto podría estar relacionado con la falta de enseñanza de la técnica, el poco acceso a los servicios primarios de salud, y el desconocimiento del real impacto del CaMa en la mujer afectada. Se ha reportado que después de la enseñanza de la importancia del autoexamen de mama y su importancia para la detección temprana del CaMa y sus consecuencias así como la técnica para realizarlo en un grupo de adolescentes de una escuela preparatoria en USA, hubo un mayor porcentaje de mujeres que lo realizaron mensualmente.47 Sin embargo, no enseñar el autoexamen de mama puede resultar en que las mujeres no estén alertas a lesiones significativas. En otro estudio transversal retrospectivo se evaluó el nivel de conocimientos sobre la autoexploración de mama a 174 mujeres en la ciudad de la Habana.48 Los resultados se expresaron en porcentajes y demostraron que aunque la mayoría de estas mujeres refieren conocer y se realizan el examen de mamas, sus conocimientos sobre frecuencia y calidad distan mucho de garantizar el objetivo de su aplicación y la vía fundamental de aprendizaje fueron los medios de difusión. Por su parte, el examen clínico de la mama (ECM), es un procedimiento cuya sensibilidad y especificidad depende casi exclusivamente del entrenamiento y experiencia del médico o del personal de salud que lo lleva a cabo. A través de esta técnica se pueden detectar cerca del 50% de las lesiones que no son visiblesen la mamografía, con un valor predictivo positivo del 73% y negativo del 87%.49 Ana Laura López Romero 27 Este examen debe ser realizado por el médico familiar o personal de enfermería previamente capacitado, en forma anual a todas las mujeres mayores de 25 años. Mediante este examen los médicos pueden identificar abultamientos desde los 3 mm, tamaño para el cual están clínicamente comprobados los beneficios de la detección respecto a la supervivencia.22 La investigación ha demostrado que la educación médica en la realización del ECM aumenta la sensibilidad y la capacidad para identificar la presencia de cualquier anomalía. Además, la técnica permite que médicos y enfermeras lleven a cabo las actividades de enseñanza en torno a la prevención y diagnóstico de la enfermedad, por lo que cualquier cambio en la mama seria detectado a tiempo sin que la mujer sufra las consecuencias de un tratamiento largo y costoso sobre todo el daño psicológico que esta enfermedad causa a quien lo padece. Pero, a pesar de la importancia del ECM, su realización sigue siendo baja. Al respecto se han distinguido barreras psicológicas, culturales, sociales e institucionales: en los médicos, el sexo y la falta de conocimiento y tiempo, entre otras; por parte de las mujeres, pudor y vergüenza por mostrar el cuerpo y los senos, y falta de información. Lo que hace más latente el desarrollo de una enfermedad maligna como lo es el cáncer de mama. Un análisis en unidades médicas del IMSS y de la Secretaría de Salud de la ciudad de México, encontró que los profesionales de salud no ofrecen el examen por barreras socioculturales y psicológicas presentes en las mujeres, quienes no solicitan el examen a los médicos. Además, los médicos manifestaron temor hacia la interpretación de las usuarias, las posibles situaciones de queja y las fallas del sistema institucional: falta de enfermeras, de lugar adecuado para la exploración y de tiempo. Por su parte, las mujeres expresaron mala atención, maltrato por el médico tratante y falta de confianza en éste y de información.22 Ana Laura López Romero 28 Son precisamente los profesionales de salud quienes, a través de su labor educativa en la comunidad deben aumentar la frecuencia con que se aplica este examen ya que es de bajo costo y que cada mujer deber acudir a las unidades de salud correspondiente para prevenir en lo más posible el desarrollo de la enfermedad. El profesional de salud sobre todo enfermería debe conocer las estrategias elementales de la educación para la salud, ya que esta es un instrumento esencial para la adopción de comportamientos saludables. Promover es educar, esto requiere de formar nuevas conductas, modificar actitudes, fomentar creencias favorables con el fin de reducir el riesgo de enfermar, o aumentar la salud y el bienestar para alcanzar el objetivo común de las diferentes concepciones de la salud pública. Para superar estas barreras y mejorar la detección oportuna del CaMa, se recomienda la educación continua sobre el tema a los prestadores del servicio y a las mujeres, ya que son los médicos y la enfermeras los que tienen como deber dar atención primaria a toda la población femenina, pues son figuras importantes en el proceso de educación y generación de una cultura de detección oportuna del CaMa y de esta manera se disminuya la mortalidad por esta enfermedad que actualmente es un problema de salud que está acabando con millones de vidas. Por otro lado, la mastografía (o mamografía) es una radiografía del seno y es la herramienta diagnóstica más utilizada en los programas de tamizaje y diagnóstico de CaMa.50 En México, los lineamientos de programas de detección basados en las normas oficiales determinan que la mastografía se debe realizar anualmente o cada dos años, a las mujeres de 40 a 49 años con dos o más factores de riesgo. En forma anual, a toda mujer de 50 años o más. A toda mujer que haya tenido un familiar (madre o hermana) con CaMa antes de los 40 años se le debe realizar un primer Ana Laura López Romero 29 estudio de mastografía diez años antes de la edad en que se presentó el cáncer en el familiar.51 La evidencia científica muestra que la mastografía en mujeres de 50 a 64 años puede reducir el 20% de la mortalidad por cáncer de mama (CaMa), si bien la efectividad de la prueba depende de la edad de la mujer. Con esta técnica puede detectarse un cáncer de mama de 2mm, no identificable al tacto, por lo que se considera el estándar de oro en el tamiz de esta enfermedad. A pesar de que la mastografía es el método de elección para detección de CaMa en mujeres mayores de 40 años y que puede reducir la mortalidad no es un estudio fácil de aplicar en regiones de bajo desarrollo técnico y por su alto costo. Se encontró que el 16,2% de mujeres mayores de 40 años se realizaron en alguna ocasión una mamografía, de las cuales el 11, 6 % pertenece al grupo de mujeres mayores de 50 años. Solo un 6, 9 % de mujeres mayores de 40 años se realizaron mamografías anuales, una de las causas de este bajo porcentaje de pacientes mayores de 40 años que se realizan mamografías anuales, puede deberse a que las mujeres no conocen el impacto de la enfermedad, el difícil acceso a este tipo de examen y el elevado costo de este examen para esta población. En el país, lamentablemente, también incide el bajo nivel cultural de la población, la falta de información oportuna, la falta de recursos técnicos para efectuar la pesquisa con mastografía a las mujeres en riesgo y por ello el cáncer de mama se diagnostica más frecuentemente en etapas avanzadas. Ana Laura López Romero 30 3. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA El cáncer de mama (CaMa) constituye un problema de salud pública y es la primera causa de incidencia y mortalidad por cáncer en la mujer adulta en México, dejó de estar inmerso a los países desarrollados y a mujeres con mayores recursos económicos, incluso ha desplazado al cáncer cervicouterino en varias regiones de Latinoamérica como primera causa de muerte por neoplasias malignas femeninas. Nos encontramos ante un problema de gran magnitud cuyo impacto rebasa la salud de la mujer en lo individual, y afecta a la pareja, a la familia, a la sociedad y al sistema de salud. Consistentemente se ha documentado que la edad temprana a la menarca, la nuliparidad o la edad tardía al primer embarazo, la falta de lactancia y la edad tardía de la menopausia, son características reproductivas que incrementan el riesgo de desarrollar CaMa, además de edad ≥40 años, antecedentes heredofamiliares, patología mamaria benigna, vida menstrual ≤40 años, tratamiento hormonal de remplazo y obesidad.1,3,21-27 Sin embargo también, muchos estudios coinciden en relacionar la mayor incidencia de CaMa a los malos hábitos como son sedentarismo, inadecuada alimentación, tabaquismo, alcoholismo, deficiente información sobre la enfermedad y no realizar actividad física, consiguientemente se convierten en comportamientos de riesgo para la salud de la mujer.31-38 Una actitud saludable con relación a los alimentos, al estilo de vida y al conocimiento de su propio cuerpo contribuye no sólo a la prevención de esta enfermedad sino también a cuidar la totalidad de la salud. Ana Laura López Romero 31 Existe fuerte evidencia que a pesar de las grandes campañas de concienciación sobre cáncer de mama (CaMa) dedicadas a la población en general, todavía muy pocas mujeres son capaces de describir correctamente la incidencia, los resultados y los factores de riesgo de esta enfermedad, por lo que no le han dado la importancia al gran impacto que esta enfermedad tiene sobre ellas.44-45 Existen muchos medios de comunicación que hacen promoción de la importancia que tiene la realización del autoexamende mama y los factores de riesgo de este cáncer, pero resulta evidente que las mujeres aún no han comprendido la magnitud del problema. Aunque no hay medidas de protección específica contra el CaMa se puede alertar a las mujeres sobre los métodos de detección: autoexploración, examen clínico y la mastografía. La evidencia demuestra que las mujeres que poseen conocimientos sobre la salud de la mama, tienen mayores probabilidades de detectar una lesión y solicitar atención inmediata, aunque en algunos reportes de investigación donde se han evaluado diversos aspectos del CaMa, se encuentra que la mayoría de las mujeres tienen conocimientos insuficientes, además que existe incongruencia entre lo que dicen saber con la práctica correcta del autoexamen de senos.56-57 Esto podría estar relacionado con la falta de enseñanza de la técnica, el poco acceso a los servicios primarios de salud, y el desconocimiento del real impacto del CaMa, de la misma manera se observa que la mayoría de las mujeres no dan importancia al autoexamen de mama y mucho menos realizan la técnica correcta. De acuerdo a lo anterior, es indudable que en nuestro país el conocimiento es muy escaso o casi nulo en las mujeres, en particular sobre la presencia de factores asociados al CaMa, comportamientos saludables para la prevención y detección temprana, por lo que es oportuno plantear la siguiente interrogante: Ana Laura López Romero 32 ¿EXISTE RELACIÓN ENTRE LOS CONOCIMIENTOS SOBRE FACTORES DE RIESGO PARA CÁNCER DE MAMA Y LOS COMPORTAMIENTOS DE PREVENCIÓN Y DETECCIÓN PRECOZ DE LA ENFERMEDAD EN UN GRUPO DE MUJERES? 3.1.- Propósito. El propósito de esta investigación fue identificar si existen conocimientos sobre factores de riesgo de cáncer de mama (CaMa) en las mujeres pertenecientes a una escuela de enfermería y determinar si existe relación con sus comportamientos para prevención y detección oportuna de esta enfermedad. 3.2.- Objetivos. 3.2.1.- objetivo general: Explorar si existe relación entre los conocimientos sobre factores de riesgo de cáncer de mama y los comportamientos de prevención y detección precoz de la enfermedad. 3.2.2.- objetivos específicos: Identificar el grupo de mujeres que cuenta con menos conocimientos de factores de riesgo para cáncer de mama. Identificar el grupo de mujeres que no realizan detección oportuna. Analizar la presencia de comportamientos de riesgo para cáncer de mama. 3.3.- Hipótesis. De acuerdo a la evidencia científica se espera que los conocimientos sobre factores de riesgo para cáncer de mama se relacionen con los comportamientos de prevención y detección oportuna de la enfermedad. Ana Laura López Romero 33 4. METODOLOGÍA 4.1.- Tipo de estudio. Observacional, transversal y analítico. 4.2.- Población. Los sujetos de estudio fueron mujeres en edad reproductiva pertenecientes a una escuela de enfermería. 4.3.- Muestra Las participantes se eligieron por conveniencia. La muestra estuvo constituida por 242 mujeres mayores de 27 años estudiantes y trabajadoras en una escuela de enfermería que cumplieron con los criterios de inclusión. 4.3.1.- Criterios de inclusión - Mujeres mayores de 27 años. - Estudiantes del sistema abierto (SUA), postécnico, posgrado y administrativas de una escuela de enfermería. - Que acepten participar. 4.3.2.- Criterios de exclusión - Que no deseen participar. - Menores de 27 años. 4.4.- Variables de estudio. Variables sociodemográficas: (edad, peso, talla, estado civil, ocupación, escolaridad máxima, ingreso familiar mensual). Ana Laura López Romero 34 4.4.1.- Variables principales. Factores de riesgo para cáncer de mama: Un factor de riesgo es cualquier característica o circunstancia detectable de una persona o grupo de personas que se sabe asociada con un aumento en la probabilidad de padecer, desarrollar o estar especialmente expuesto a un proceso mórbido. Estos factores de riesgo (biológicos, ambientales, de comportamiento, socio-culturales, económicos.) pueden sumándose unos a otros, aumentar el efecto aislado de cada uno de ellos produciendo un fenómeno de interacción.52 • En el caso del cáncer de mama son los atributos de la mujer que incrementan la posibilidad de que se desarrolle la enfermedad de mama de cuerdo a la NOM-041-SSA2-2002: (Edad >40 años, antecedentes heredofamiliares, embarazo ≥ 30 años, patología mamaria benigna, vida menstrual ≥40 años, menarca ≤12 años, menopausia ≥52 años, tratamiento hormonal de remplazo y obesidad).1 • Se agruparon en los siguientes rubros: 1. Factores sociodemográficos. 2. Factores genéticos. 3. Factores endocrinos y reproductivos. 4. Factores hormonales exógenos. 5. Factores ambientales. Comportamientos de riesgo para cáncer de mama: se entiende por comportamientos a las acciones de las personas en relación con su entorno o con su mundo de estímulos. Estos pueden ser saludables o no saludables; los comportamientos saludables son los hábitos, conductas y procesos sociales que conllevan a la satisfacción de las necesidades humanas para alcanzar el bienestar que pueden ser vistos como factores protectores de la calidad de vida. Los comportamientos no saludables son considerados como aquellas acciones perjudiciales para la salud de la Ana Laura López Romero 35 persona. (Tabaquismo, alcoholismo, sedentarismo, inactividad física, inadecuada alimentación, deficiente información sobre el cáncer de mama). Conocimientos de factores de riesgo para cáncer de mama: El conocimiento es el conjunto de información almacenada mediante la experiencia o la educación. El conocimiento de factores de riesgo para CaMa resulta de gran importancia para la mujer ya que se ha evidenciado que el conocimiento es muy escaso lo que conlleva a la mujer a desarrollar múltiples enfermedades y en este caso es el cáncer de mama. Screening: La detección temprana significa usar un método que permita detectar precozmente alguna anomalía o en algunos casos, descubrir las primeras etapas de algún tumor canceroso antes de que empiece a dar síntomas. (Autoexploración, exploración clínica y mastografía). 4.5.- Aspectos éticos y legales. La investigación atenderá a los principios éticos de beneficencia y no maleficencia, veracidad, privacidad y confidencialidad, señalados en el código ético de Enfermería. Por otro lado sustentara su ejecución en el marco de lo señalado en el Reglamento de la Ley General de Salud en los artículos 13, 14, 15, 16 y 17 del título segundo y capitulo 1.53 4.6.- Proceso de obtención del consentimiento informado. Durante este proceso se brindó una explicación de los objetivos del estudio y se les describió claramente en qué consistía su participación. Posteriormente se le dio lectura conjuntamente con el alumno al formato proporcionándole las facilidades para expresar sus dudas y debiendo aclarárselas hasta que quede satisfecha. Ana Laura López Romero 36 Se hiso énfasis en que su participación era completamente voluntaria, que el empleo de la información es completamente confidencial y que el no aceptar participar no modificaba en lo absoluto su situación escolar. --------~( )~-------- Ana Laura López Romero 37 5. PROCEDIMIENTO 5.1.- Instrumento de medición. El instrumento fue elaborado exprofeso para este estudio con base en la revisión de la literatura y fue sometido a validez de contenido por un grupo de expertos. El instrumento de recolección de datos, consta de 62 ítems dividido en 5 dimensiones: 1.- Sociodemográficas: con 8 ítems. El índice de masa corporal se calculó con autorreporte de peso y talla y autopercepción de la imagen corporalmediante la selección de la silueta que mejor representara la imagen de la mujer, en una ilustración de 9 siluetas, en rangos que van desde muy delgadas hasta extremadamente obesas.54 Esto se hizo para ver si existe relación con el IMC y la imagen corporal de las mujeres. 2.- Factores de riesgo para CaMa: con 11 ítems y algunos con respuestas dicotómicas y otras abiertas. De igual forma los factores de riesgo para CaMa se sumaron para crear una nueva variable como riesgo total y fue analizada con diversas variables. Algunas mujeres reportaron por lo menos una enfermedad: (diabetes mellitus, hipercolesterolemia e hipertriglicéridemia) con este autorreporte se agruparon en sanas y enfermas. 3.-Conocimientos sobre factores de riesgo para cáncer de mama: con 22 ítems. De forma global proporcionan un puntaje máximo de 22 recodificándolo con los siguientes valores: 1.- 1-13: No sabe 2.- 14-18: Sabe poco 3.- 19-22: Sabe Ana Laura López Romero 38 4.- Comportamientos de riesgo para cáncer de mama: conformada por 8 ítems con respuestas dicotómicas y otras abiertas. Así mismo, se implementó la escala de actividad física (IPAQ-International Physical Activity Questionnarie) validado y utilizado para la población latina,55 esto para clarificar en sedentaria y no sedentaria. Donde el procedimiento para recodificarla fue sumar las horas que pasa sentada entre semana y fin de semana y posteriormente dividirla entre 7 que son los días de la semana donde el punto de corte es 6 hrs: 0.- no sedentaria <5.59 hrs. 1.- sedentaria >6 hrs. 5.- screening: con 9 ítems; tres de ellas con respuestas dicotómicas y de abiertas. La confiabilidad del instrumento es aceptable con un K de Richardson de . 5.2.- Para análisis de datos. Para el análisis, captura y elaboración de la base de datos se utilizó el paquete estadístico para las ciencias sociales SPSS (Statistical Package for Social Sciences) versión 15. Para la caracterización de la población se aplicaron medidas de frecuencia y porcentajes para los datos sociodemográficos, factores de riesgo, comportamientos y conocimientos. Además que también sirvieron para limpiar la base detectando valores perdidos. Las pruebas que se utilizaron fueron de acuerdo al nivel de medición de las variables. Ana Laura López Romero 39 5.2.- Para la recoleccion de datos. El instrumento que se aplicó fue llenado con un tiempo aproximado de 10 a 15 minutos por persona. Se hizo énfasis en el llenado correcto de las respuestas debiendo aclarar cualquier duda expresada por las participantes. Ana Laura López Romero 40 6. RESULTADOS 6.1 Caracterización de la muestra. La población de estudio estuvo constituida por 242 mujeres; estudiantes y trabajadoras de una escuela de enfermería, las cuales 93% trabajan y 7% no trabajan, el promedio de edad fue de 39±8. De acuerdo a la edad de la mujer se conformaron tres grupos de 27 a 34 años, 35 a 42 años y de 43 años y más, el porcentaje más alto correspondió al grupo de 35 a 42 años con un total de 35%. El 46% pertenece a la clase media baja, 32% clase pobre, 12% clase media, 8% pobreza extrema, 1% clase media alta y 1% clase rica. El 58% de las mujeres son casadas o están en unión libre, 29% solteras, 12% divorciadas o separadas y solo 1% viuda. En nivel escolar se encontró que el 57% de las mujeres tienen una escolaridad máxima de nivel medio superior (bachillerato-carrera técnica), el 37% corresponde al nivel superior (pregrado-posgrado) y un 6% en nivel básico (primaria- secundaria). De acuerdo a esto, por perfil académico se obtuvo que el 57% pertenece al SUA, 13% al postécnico, 12% al posgrado y 18% administrativas. Se evaluó el nivel de estrés como variable interviniente, en una escala del 0 al 10, con un punto de corte de 4 para estrés significativo encontrando que el 88% de la población reportó vivir bajo estrés aunque considerando el punto de corte se observó que el 83% de la población rebasa el límite. Con una media de 7±2. Cuadro 1. Ana Laura López Romero 41 La población de estudio se agrupó en 3 rangos de edad de 27 a 34 años, de 35 a 42 años y de 43 años y más, y con estos grupos se analizaron las variables sociodemográficas para identificar si existían diferencias en las mujeres de acuerdo a las variables cualitativas y se corrió la prueba de 2 pero no se encontraron diferencias estadísticamente significativas, y para las variables ordinales (ingreso familiar, ocupación e IMC) se corrió Kruskal Wallis y no se encontraron diferencias entre los grupos. Con relación a la escolaridad se encontraron diferencias significativas por grupo de edad (2=16.685, gl=2, p=0.0001), observándose que el grupo de 27 a 34 años (Z=-4.051, p=0.0001) es el que tiene menor nivel de escolaridad. Figura 1 Factores de riesgo para cáncer de mama. Los factores de riesgo para cáncer de mama de la NOM-041-SSA2-2002 ((Edad ≥ 40 años, antecedentes heredofamiliares, embarazo ≥ 30 años, patología mamaria benigna, vida menstrual ≥ 40 años, menarca ≤ 12 años, menopausia ≥ 52 años, tratamiento hormonal de remplazo y obesidad) se sumaron para crear una nueva variable como riesgo total y fue analizada con diversas variables. Por grupo de edad se encontró que el grupo de mujeres de 43 años y más (21) tiene más factores de riesgo para cáncer de mama que los grupos de 27 a 34 (11) y 35 a 42 años (1+1) (F=45.797, gl=2, p<0.0001). Figura 2 Al analizar cada una de las variables que menciona la norma por grupo de edad se encontró una diferencia estadísticamente significativa donde se observó que las mujeres mayores a 39 años tuvieron un embarazo después de los 30 años, lo que se les suma un factor de riesgo para cáncer de mama. Cuadro 2 Ana Laura López Romero 42 Respecto a la frecuencia de factores de riesgo para cáncer de mama se encontró que el 12% de mujeres tiene antecedente familiar, el 44% más de 40 años, el 10% padece alguna enfermedad benigna de los senos. Más de la mitad de nuestra población se encuentra con problemas de peso; 46% sobrepeso y 17% obesidad. Cuadro 3 Referente a las enfermedades crónicas se encontró que más de la mitad de las mujeres reportó por lo menos una enfermedad: diabetes mellitus (8%), hipercolesterolemia (18%) e hipertriglicéridemia (19%), con este autorreporte se agruparon en sanas y enfermas como una nueva variable de diagnóstico, encontrándose que las enfermas tienen más factores de riesgo para desarrollar CaMa (21) que las sanas (11) (t=-6.408, gl=240, p<0.0001). De igual forma las mujeres enfermas tienen un promedio más alto de niveles de IMC (284) al compararlo con las sanas (253) (t=-6.676, gl=240, p=0.0001). Cuadro 4 Comportamientos de riesgo para cáncer de mama. De los comportamientos de riesgo 15% de las mujeres de la población fuman y al analizar este dato por grupo de edad de riesgo se encontró que la proporción de las mujeres ≤39 años que fuman (71%) es mayor que las mujer ≥ 40 años que no fuman y esta diferencia es estadísticamente significativa (2=*p< 0.05) y es la única variable donde se encontraron diferencias estadísticas. Cuadro 2 Respecto a la actividad física un 60% mencionó no realizarla, sin embargo, con base a los criterios de la escala internacional de actividad física se clasificó como sedentaria al 5%. Respecto a esta variable se encontró que por nivel de escolaridad el nivel medio superior (22) y superior (2+2) son más sedentarios que el nivel básico (11) (F= 3.875, gl=2, p=0.022). Figura 3 Ana Laura López Romero 43 Con respecto al alcoholismo, de acuerdo con las cifras establecidas (≥10 grados por día), se encontró que las mujeres no rebasan dicho porcentaje
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