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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE MEDICINA UNAM DIVISIÓN DE ESTUDIOS DE POSGRADO CENTRO MÉDICO NACIONAL 20 DE NOVIEMBRE ISSSTE • • DETERMINACIÓN DE LA RELACIÓN EN LA ACTIVACIÓN DE MACRÓFAGOS, CON LA FORMACIÓN DE SÍNDROME POST TROMBÓTICO, EN PACIENTES CON TROMBOSIS VENOSA PROFUNDA. TESIS QUE PARA OBTENER EL GRADO ACADÉMICO: ESPECIALIDAD EN ANGIOLOGÍA y CIRUGÍA VASCULAR PRESENTA: DA VINIA ELIZABETH SAMANO SAUCEDO DIRECTOR DE TESIS Y ASESOR: DR. IGNACIO ESCOTTO SÁNCHEZ CO-ASESOR: DRA. REBECA PÉREZ CABEZA DE VACA CIUDAD DE MÉXICO, JUNIO 2017 1 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. AUTORIZACIONES DR. LUIS ERNESTO GALLARDO VALENCIA DIRECTOR DEL CENTRO MÉDICO NACIONAL 20 DE NOVIEMBRE DRA. AURA A. ERAZO VALLE JEFE DEL DEPARTAMENTO DE ENSEÑANZA E INVESTIGACIÓN DR. JUAN MANUEL RODRIGUEZ TREJO JEFE DE SERVICIO DE ANGIOLOGÍA y CIRUGÍA VASCULAR DR. IGNACIO ESCOTTO SÁNCHEZ ASESOR DE TESIS DR. GABRIEL ULISES HERNÁNDEZ DE RUBIN INVESTIGADOR ASOCIADO DR. JUAN ANTONIO SUÁREZ CUENCA INVESTIGADOR ASOCIADO DRA. REBECA PÉREZ CABEZA DE VACA CO-ASESOR DE TESIS 2 AGRADECIMIENTOS A Dios, por estar conmigo, amarme en todo momento, ser mI guía, mi confidente, mI amigo, mi gran maestro. A mi familia, quienes me han amado y apoyado incondicionalmente, me han enseñado, compartido, entregado, lo mejor de ellos; a quienes debo el esfuerzo, inspiración, la motivación y el trabajo. A mIS maestros, por su paCIenCIa, enseñanza, dedicación y esfuerzo constante para mI formación. 3 ÍNDICE 1. TÍTULO ....................................................................................... 6 11. IDENTIFICACIÓN DE INVESTIGADORES ........................................... 7 III. MARCO TEÓRICO ......................................................................... 8 • DEFINICIÓN ......................................................................... 8 • EPIDEMIOLOGÍA .................................................................. 8 • FACTORES DE RIESGO ......................................................... 13 • ETIOPATOGENIA ................................................................. 13 • DIAGNÓSTICO ..................................................................... 19 • TRATAMIENTO .................................................................... 26 • COMPLICACIONES ............................................................... 29 • PRONÓSTICO ....................................................................... 30 IV. JUSTIFICACIÓN ............................................................................ 35 V. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA ................................................. 35 VI. OBJETIVOS .................................................................................. 36 VII. HIPÓTESIS ................................................................................... 36 VIII. MATERIAL Y MÉTODO .................................................................. 36 • DISEÑO DEL ESTUDIO ......................................................... .37 • UNIVERSO .......................................................................... 37 • CRITERIOS DE INCLUSIÓN, EXCLUSIÓN Y ELIMINACIÓN ......... 37 • VARIABLES ........................................................................ 41 • MUESTREO ......................................................................... 41 • PROCEDIMIENTO ................................................................ .43 IX. RESULTADOS ANÁLISIS ESTADísTICO ........................................... .45 X. CONCLUSIONES ........................................................................... 70 XI. ANEXOS ...................................................................................... 71 XII. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ..................................................... 72 4 5 TÍTULO DETERMINACIÓN DE LA RELACIÓN EN LA ACTIV ACIÓN DE MACRÓFAGOS, CON LA FORMACIÓN DE SÍNDROME POST TROMBÓTICO, EN PACIENTES CON TROMBOSIS VENOSA PROFUNDA. 6 IDENTIFICACIÓN DE LOS INVESTIGADORES Davinia Elizabeth Sámano Saucedo. Residente del tercer año en la especialidad de Angiología y Cirugía Vascular Centro Médico Nacional 20 de Noviembre Avenida Féliz Cuevas No. 540, Colonia del Valle Delegación Benito Juárez CP: 03229 daviniamojita@hotmail.com, zarachielon@gmail.com Ignacio Escotto Sánchez Profesor titular del curso de Angiología y Cirugía Vascular. Asesor principal. Centro Médico Nacional 20 de Noviembre Avenida Féliz Cuevas No. 540, Colonia del Valle Delegación Benito Juárez CP: 03229 iescott@gmail.com Rebeca Pérez Cabeza de Vaca Co-Asesora Investigadora en Biomédica Centro Médico Nacional 20 de Noviembre Avenida Féliz Cuevas No. 540, Colonia del Valle Delegación Benito Juárez CP: 03229 esderebek@gmail.com 7 Abreviaturas: Trombo venoso (VT). Trombósis venosa profunda (TVP). Trombo embolia pulmonar (TEP). Macrófagos tipo 1 (Mi). Macrófagos tipo 2 (M2). Síndrome Post Trombótico (PTS) (SPT) EDTA: ácido etil diaminotetraacético. PET: tereftalato de polietileno. Medias elásticas de compresión (ECS). Trombosis venosa profunda recurrente (TVPR). MARCO TEÓRICO DEFINICiÓN Y EPIDEMIOLOGíA: Introducción. El término síndrome post-trombótico se refiere a manifestaciones clínicas crónicas de insuficiencia venosa que ocurren después de la TVP. PTS se llama un "síndrome" porque sus síntomas y signos clínicos suelen variar de un paciente a otro. No es un proceso estático y puede aumentar ó disminuir con el tiempo. Las manifestaciones clínicas de la PTS son variables, van desde síntomas y signos leves (por ejemplo, dolor leve e hinchazón, hiperpigmentación, ectasia venosa) hasta manifestaciones más severas como dolor intratable, hinchazón, claudicación venosa y ulceración de las piernas. La presentación clínica de la PTS es inespecífica y otras condiciones distintas de la TVP, como la insuficiencia venosa primaria, la insuficiencia cardíaca congestiva crónica y el trauma, pueden producir síntomas o signos similares en las extremidades inferiores. No existe una prueba objetiva para diagnosticar, ni marcador biológico para predecir la presentación de PTS. La condición se diagnostica principalmente clínicamente en un paciente con manifestaciones características de PTS y antecedente de un episodio previo de TVP (debidamente diagnosticado). El dolor inicial, la pesadez de las piernas y la hinchazón asociada con la TVP aguda pueden tomar de 3 a 6 meses para ser resueltos y comprobar la adecuada recanalización de la vena, por lo tanto, la PTS no debe ser diagnosticada definitivamente antes de este tiempo. Impacto del Síndrome Postrombótico en la Calidad de Vida: PTS ha demostrado reducir significativamente la calidad de vida de las personas afectadas. En el estudio de cohorte multicéntrico VETO de pacientes con TVP aguda, a los 2 años de seguimiento, la PTS fue el principal determinante de la calidad de vida relacionada con la salud. A los 2 años, los pacientes con TVP que no desarrollaron PTS tuvieron puntuaciones de calidad de vida similares a las de la población general. Por el contrario, los pacientes que desarrollaron PTS tuvieron puntuaciones generalesde calidad de vida que fueron similares a las reportadas anteriormente para pacientes con artritis, enfermedad pulmonar crónica, deficiencia auditiva o diabetes. Además, tanto la calidad de vida general y venosa específica de la enfermedad empeoró significativamente con el aumento de la gravedad de la STP. La calidad de vida de los pacientes con PTS severa se deterioró en un grado similar al que se informó anteriormente para las personas con enfermedades crónicas severas como angina, cáncer y insuficiencia cardíaca congestiva. Carga Económica del Síndrome Postrombótico: PTS no sólo reduce la calidad de vida sino que también es un importante predictor de los costos de atención de la salud. Tanto los análisis 8 retrospectivos de los datos de reclamaciones administrativas como los análisis de modelos de Markov subrayaron el impacto sustancial del desarrollo de STP en los costos médicos. Además de los costos directos, también hay importantes costos indirectos de PTS asociados con la pérdida de productividad en el trabajo y en el hogar, así como la pérdida de independencia funcional que no se tuvieron en cuenta en esos estudios. En el análisis de costos pre-planificado del estudio de cohorte prospectivo de VETO realizado en Canadá, los costos totales atribuibles a la TVP durante los 2 años posteriores al diagnóstico fueron 5180 $ CAN (intervalo de confianza [le] del 95%, $ 4344 a $ 6017) De los costos totales atribuibles al uso de recursos no médicos. Además, tanto los costos médicos como los costos totales de los pacientes con STP durante el seguimiento fueron 35% a 45% más altos que los de los pacientes sin STP, y la STP fue un importante predictor independiente de los costos totales. Estos resultados sugieren que el uso de medidas para prevenir la STP tiene el potencial de disminuir sustancialmente los costos generales de la TVP. Muchos pacientes son ingresados a los servicios de angiología y cirugía vascular de todo el país con una trombósis venosa profunda aguda ó sub aguda, lo que representa un nuevo reto en las terapias quirúrgicas y médicas que podemos ofrecerle a nuestros pacientes en la carrera contra la presentación el síndrome post trombótico. En México la trombosis venosa profunda con complicación a embolia pulmonar, representa una de las primeras causas de mortalidad, existe un subregistro importante sobre su incidencia, estimándose aproximadamente hasta 500,000 caso nuevos por año. Se estima que posterior a la trombosis venosa profunda aproximadamente del 20 al 50% de los pacientes desarrollarán síndrome post trombótico y que del 5 al 10% presentara una forma grave. La génesis del síndrome post trombótico radica en las secuelas de una trombosis venosa profunda, la persistencia de la obstrucción del sistema venoso profundo, la destrucción valvular con la consecuente insuficiencia ó un componente mixto, son los principales responsables de la etiopatogenia. La hipertensión venosa persistente, la estasis venosa propia del síndrome favorecen la re- trombosis, creando un círculo vicioso: trombosis - síndrome post trombótico - re trombosis (actualmente las guías para anticogulación de TVP son poco claras en cuanto a indicación de anticogulación en SPT para prevenir el riesdo de re-trombosis). Como se mencionó anteriormente no existen actualmente definidos biomarcadores para predecir el síndrome post trombótico, por lo que, concluimos que la identificación temprana, pudiese orientarnos en la predicción, líneas de investigación para nuevos tratamientos y favorecer la calidad de vida los pacientes. Se pretende conocer marcadores de la inflamación derivados de macrófagos, que permanecen constantemente elevados en su diferenciación. Aparentemente los tipo 1 (Mi) inflamatorios, sobre los tipo 2 (M2) anti-inflamatorios, se encuentran en pacientes con mayor carga trombótica y riesgo de desarrollar síndrome post trombótico, en teoría si nos basamos en los estudios actuales sobre la inmuno modulación, activación y función de los mismos. Actualmente se han realizado estudios sobre diferenciación la de macrófagos, teniendo como marcadores para macrófagos Mi (IL-6,iNOS) a la medición con citocinas con límites de detección establecidos en O.5/ml y para macrófagos M2 arginasa 1 (Arg-l) involucrados en la resolución (fagocitosis) del trombo. 9 Activación de macrófagos El proceso de activación de los macrófagos da lugar a la secreción de potentes mediadores biológicos como radicales libres derivados del oxígeno, intermediarios del nitrógeno, numerosas citocinas yeicosanoides. Sin embargo en recientes publicaciones se han descrito diferentes estadios de activación para los macrófagos: M1 y M2. Esta dualidad se debe a su plasticidad celular. Dicha plasticidad le confiere la capacidad de tener todo un espectro de activación con fenotipos diversos, a los que se les ha denominado de manera general M1-proi-inflamatorio por un mecanismo de activación clásica y M2-antiinflamatorio por la vía de activación alternativa cada uno contribuyendo con diferentes fenómenos de la respuesta inmune. Se ha descrito que la señalización que ocurre por la unión de la IL-4 a su receptor IL-4R participa de manera muy importante en el mecanismo de activación alternativa. Activación alternativa de macrófagos M2 Los macrófagos M2 presentan una activación alternativa, que puede subdividirse en 3 tipos de respuestas: - M2a: activados por IL-4 ó IL-13. - M2b: activados por complejos inmunes en combinación con IL-1~ o LPS. - M2c: activados por IL-10, o TGF- beta, también denominados TAM. Estos macrófagos están asociados a la respuesta de tipo Th2. En general, los macrófagos M2 liberan IL-10 y presentan una actividad inmunosupresora, inhibiendo la proliferación las células T, y recientemente se ha relacionado la falta de activación de los macrófagos con la presencia de trombosis, así como el equilibrio de citocinas existente en el microambiente peri trombo. Los factores de riesgo para trombosis venosa profunda han sido ampliamente estudiados y plasmados en la escala de Wells. La función del endotelio y los factores celulares que involucran la resolución de la carga trombótica son tema de interés actual, como alternativa para encontrar terapias eficaces contra el síndrome post trombótico. Se ha documetado inicialmente el dimero-D, y se han realizado investigaciones sobre el factor de crecimiento endotelial vascular (VEGF) y factor de crecimiento fibroblástico básico (bFGF) que han sido identificados como responsables de la formación de canales neovasculares y recanalización del trombo. Todos estos estudios recientes fusionan la interacción de las citocinas con el reclutamiento celular adecuado para la reducción de la carga trombótica, debido a que el evento trombótico inicial implica la generación de una matriz de fibrina reticulada que contiene plaquetas y células inflamatorias mínimas. Las plaquetas activadas liberan inicialmente citocinas angiostáticas como el factor plaquetario-4, pero a medida que el trombo madura y se vuelve más celular (24 a 72 horas), las citocinas liberadas son " quimioatractores" de neutrófilos y monocitos tales como interleucina-8 (IL-8) , una citocina pro-inflamatoria, pro-angiogénica conocida por atraer neutrófilos polimorfonucleares (PMN) . Actualmente existen varias líneas de investigación destinadas a estudiar la modulación de la inflamación en la resolución del trombo, así mismo desarrollar nuevas tecnologías que permitan reducir la carga trombótica y la exposición nociva que tiene la misma en el endotelio venoso. 10 En los estudios realizados por lornie J. Phillips 11, MO, y Rajabrata Sarkar, MO, PhO en San Francisco, California, se han percatado de que el foco principal en la literatura ha sido sobre el papel de neutrófilos y monocitos en la resolución del trombo. Un experimento que investigó el papel de los neutrófilos,utilizó un modelo de rata neutropénica sobre la base de la observación de que, los episodios múltiples de neutropenia eran un factor de riesgo clínico potencial para un evento tromboembólico venoso. las ratas fueron tratadas con suero antineutrófico y luego fue ligadura de vena para generar experimental DVT. El número de monocitos intratróficos permaneció inalterado, pero las ratas fueron neutropénicas a lo largo de los tiempos experimentales. El trombo en estas ratas fue mayor tanto por la relación peso / longitud como por el área in vivo. los trombos de ratas neutropénicas también fueron cada vez más fibróticos, con un aumento de 3.3 veces en el colágeno observado. En los estudios encabezados actualmente por el Or. Peter K. Henke, se observó que los macrófagos están implicados en la resolución del trombo venoso (VT) y en el remodelado de la pared de la vena. Este estudio se realizó para identificar variaciones en los fenotipos de macrófagos en los trombos y la pared de la vena en múltiples modelos de VT para aclarar la historia natural de la polarización de macrófagos en la depuración de VT. Se establecieron modelos murinos de VT para imitar el espectro clínico de la TV humana (modelos de estásis y no estásis). la pared de la vena y los trombos se aislaron en puntos agudos (2 días) o crónicos (6-21 días) y se analizaron mediante el ensayo Bio-Plex (Bio-Rad, Carlsbad) para citocinas (interleucina Il-6, Il-l0, Il-12), mediante inmuno histoquímica para marcadores "similares a Mi" Il-12 o "M2" (arginasa 1) Arg-l y por histología para espesor de la íntima y contenido de colágeno (Tinción de Rojo Sirius). la médula ósea fue cosechada de los animales 2 días después de someterse a una cirugía simulada, de estásis o no quirúrgicas. los macrófagos se inclinaron hacia Mi usando lipopolisacárido, y se hizo análisis de ARN para genes de citocinas inflamatorias (Il-l~, Il-12). Se analizaron análogamente muestras de sangre humana con reacción en cadena de polimerasa (PCR) de transcripción inversa para marcadores de polarización de macrófagos (CD206, óxido nítrico sintasa inducible, CCR2) y trombos con inmuno histoquímica (óxido nítrico sintetasa inducible, iNOS y arginasa Arg-l). En los seres humanos, cuanto más tiempo el trombo está en contacto con la pared de la vena, mayor es el daño. Por lo tanto, las estrategias de tratamiento diseñadas para minimizar la carga del trombo en los puntos de tiempo temprano son imprescindibles. la modulación directa de la inflamación no se ha explorado en el trombo venoso, y se especula que la alteración del equilibrio Mi / M2 puede acelerar la resolución del trombo y permitir el desarrollo de nuevas terapias traducibles para tratar el trombo venoso. Estas nuevas terapias pueden permitir que el trombo sea más lisable, lo que puede representar una vía alternativa de tratamiento para la reducción del síndrome post-trombótico y así poder evitar las complicaciones relacionadas con las terapias estándar. FISIOPATOLOGíA. la trombosis venosa profunda-generalmente abreviada como TVP-consiste en la formación de un coágulo sanguíneo o trombo en una vena profunda. Es una forma de trombosis venosa que usualmente afecta las venas en la parte inferior de la pierna y el muslo, como la vena femoral, 11 la vena poplítea, o las venas profundas de la pelvis. De vez en cuando las venas del brazo se ven afectadas que si es de aparición espontánea, se conoce como enfermedad de Paget-Schr6tter. Puede presentarse a cualquier edad, aunque es frecuente en personas mayores de 50 años. Es característico la presencia de este evento en el Síndrome antifosfolípidos (SAFL) o Síndrome de Hughes. A diferencia de las venas superficiales, cercanas a la piel, las venas profundas se encuentran entretejidas en los grupos de músculos. Según la tríada de Virchow, la trombosis venosa se produce a través de tres mecanismos: disminución del flujo sanguíneo, daños a la pared de los vasos sanguíneos y una mayor tendencia de la sangre a que se coagule (hipercoagulabilidad). Varias condiciones médicas pueden conducir a la TVP, como la compresión de las venas, trauma físico, el cáncer, infecciones, enfermedades inflamatorias y algunas condiciones específicas, tales como accidentes cerebrovasculares, insuficiencia cardíaca o el síndrome nefrótico. Hay varios factores que pueden aumentar el riesgo de TVP, incluyendo la cirugía, hospitalización, inmovilización-por ejemplo, cuando se utilizan moldes ortopédicos, o durante los vuelos de largo recorrido, conocida como el síndrome de clase económica-, el tabaquismo, la obesidad, la edad, ciertos medicamentos, como el estrógeno o la eritropoyetina y la tendencia innata a formar coágulos conocida como trombo filia como en el caso de portadores de factor V Leiden. Las mujeres tienen un mayor riesgo durante el embarazo y el período postnatal. El síndrome postrombótico (STP) forma parte de la historia natural de la enfermedad tromboembólica (ETV); su incidencia varía, el porcentaje depende de las características de los pacientes seleccionados, del tiempo trascurrido desde la trombosis venosa profunda (TVP) y los criterios diagnósticos utilizados. Es una patología con escasa morbimortalidad inmediata tiene implicaciones importantes a corto y mediano plazo en términos de calidad de vida (CV) del paciente. Venous thrombosis 12 Edema Hyperpígmentation Lipodermatosclerosis Ulceration FACTORES DE RIESGO Y ETIOLOGíA Para trombosis venosa profunda se conocen los siguientes factores de riesgo: • Anticoncepción hormonal y tratamiento hormonal sustitutivo, sobre todo en fumadoras. • Hipercoagulabilidad hereditaria o adquirida. • Inmovilización. • Traumatismo en extremidades inferiores. • Embarazo o puerperio (seis semanas). • Hospitalización. • Comorbilidad, una o más enfermedades (cardíaca, metabólica, endocrina, respiratoria, inflamatoria o infecciones agudas). • Cáncer activo. • Cirugía reciente. • Edad> 60 años. • Deshidratación. • Antecedentes personales o familiares de TVP. • Viajes en avión de más de 8 horas de duración. • Venas varicosas con flebitis. • Catéter venoso central. • Obesidad (IMC > 30 kgjm\ hipertensión, diabetes, hipercolesterolemia, síndrome metabólico y hábito tabáquico, todos ellos factores de riesgo de la enfermedad cardiovascular y de TVP (Piazza, 2010). A través de una historia clínica y de un examen físico detallados es posible identificar los factores de riesgo en más de la mitad de los casos. No hay suficientes datos para saber si la suma de dos factores juega un papel mayor que la mera adición de ambos; se sabe el papel multiplicador de la interacción entre factor V de Leiden y el uso de la píldora anticonceptiva combinada (Sign, 2010). El cribado de trombofilias hereditarias no está indicado, aunque la existencia de una trombofilia hereditaria identificada previamente podría influir en la evaluación del riesgo (Baglin, 2010). Los pacientes con anticuerpos antifosfolípidos también tienen un riesgo elevado de recurrencia de TVP, la incidencia de TVP en pacientes oncológicos al primer año del diagnóstico es de 20.7%, mientras que en los no oncológicos de 6.8%. Tras una TVPR, los pacientes tienen un riesgo cuatro veces mayor de presentar TVP, respecto al tratamiento anticoagulante se ha demostrado que la administración de niveles subterapéuticos de heparina en las primeras 48 horas aumentan el riesgo de recurrencia. El tratamiento a largo plazo en una dosis ajustada, es necesario para prevenir las recurrencias, la duración óptima varía de 6 semanas a 12 meses. La profilaxis de la TVP es importantísima, sin ella, hasta 60% de los pacientes con cirugía ortopé- dica (reemplazo total de cadera y reemplazo total de rodilla) desarrollan trombosis venosa profunda, sin olvidar el gran número de pacientes que evolucionan con TVP asintomática que sólo pueden identificarse mediantela realización de estudios de imagen, como el USG o la flebografía en pacientes de alto riesgo; como dichos estudios son costosos, su ejecución rutinaria no se lleva a cabo en la practica medica. Los pacientes con TVP asintomático tienen también un riesgo significativamente mayor de desarrollar SPT. Una forma de prevenir la aparición de SPT consiste en evitar el desarrollo de TVP. El riesgo de TVP sintomática generalmente es mayor dentro de las primeras dos semanas 13 posteriores a la cirugía, pero continúa aumentando durante dos o tres meses posteriores al evento, mucho tiempo después de que el paciente fue dado de alta. En nuestra manos se encuentra la pericia para prevenir o tratar la presencia de pacientes con SPT, las secuelas a la pierna ya la calidad del vida del paciente son considerables, por lo que es importante comprender que a pesar de contar con los conocimientos de los anticoagulantes en TVP, el manejo lo lleve a cabo el Cirujano vascular y Angiólogo que cuenta con las herramientas para la atención y seguimiento del síndrome postrombótico. Se pueden esperar, por lo menos, 30 casos de trombosis venosa profunda identificables con la flebografía en 100 pacientes con intervenciones quirúrgicas generales de moderada envergadura si no son tratados con profilaxis antitrombótica peri operatoria. La mayoría de los trombos posoperatorios surgen en las pantorrillas, especialmente en los senos de la planta del pie o en las grandes venas que drenan los músculos gastrocnemios, pero en por lo menos el 20 % de los pacientes con procedimientos quirúrgicos generales y del 40 % al 50 % de los pacientes con traumatismos del esqueleto, los trombos se pueden originar en venas más proximales. Los trombos aislados en la pantorrilla son casi siempre asintomáticos. Si no son tratados, del 20 % al 30 % pueden extenderse hacia venas más grandes, más proximales, un hecho que da lugar a la mayoría de los embolismos pulmonares de importancia clínica, y virtualmente todos son fatales. Entre estos 100 pacientes, se reconocen 4 casos de embolismos pulmonares, 1 ó 2 de los cuales pueden ser fatales. Factor de riesgo Edad avanzada Inmovilización Trombosis venosa profunda previa Anestesia Cirugía Comentario Aumento exponencial por encima de 50 años de edad Riesgo elevado en las extremidades con parálisis de los pacientes con accidente vascular encefálico. Aumento bilateral en las piernas de los pacientes con paraplejia . Referencia Anderson et 0/. 69 Wor/ow et 01.'° Bors et 0/. 71 Riesgo elevado de 2 a 3 veces si la trombosis venosa Anderson et profunda se confirma mediante métodos 0/. 69 diagnósticos objetivos Nic%ides ond Irving22 Mayor riesgo para la anestesia general que la local Poik%inen ond Hendo/in 73 McKenzie et 0/. 74 Alto riesgo en las operaciones abdominales Collins et 0/.59 mayores (general, vascular, urológica, ginecológica), Wo/sh et 01.'5, operación ortopédica mayor, neurocirugía y operación por lesiones múltiples. Bajo riesgo en las operaciones menores, breves y 14 Sue-Ling et 0/./6 O/in et 0/.,77, So/zmon et 0/./8, Hooke ond Berkmon, 79, Weingorden SO Wo/sh et 0/./5 Embarazo Enfermedad Maligna - Cáncer diagnosticado - Cáncer oculto (2,7 veces para los pacientes de todas las edades, 19 veces para los pacientes por debajo de50 años de edad) - Durante la quimioterapia no complicaciones tales como las transuretrales o transvaginales, artroscopia de la rodilla. Riesgo elevado en el período posparto comparado con el riesgo normal durante el embarazo Sx.troseau Factor de riesgo Comentario Estados hipercoagulables - Deficiencia de la antitrombina 111 - Deficiencia de la proteína C - Deficiencias de la proteína S - Resistencia a la proteína C activada - Síndrome antifosfolípido - Inhibidor excesivo del activador de plasminógeno - Policitemia vera ------------------------------------------- 15 Mebust et 0/.,81 Stringer et 0/. 82 Friend ond Kokkor, 83 Drill ond Co/houn,84 Trousseou,85 Wo/sh et 0/.,'5 Dvorak 86 Go/dberg et 0/.,87 Griffin et / 88 o. Levine et 0/. 89 Referencia Tho/er ond Lechner,90 Egeberg, 91 Gite/ et 0/. 92 Griffin et 0/.,93 Broze ond Mi/etich,94 Broze ond Mi/etich, 94 Comp et 0/.,95 D'Ange/o et 0/. 96 Doh/biick et 0/.,97 Koster et 0/.,98Svensson ond Doh/biick,99 Doh/biick ond Hi/debrand 100 Lockshin, 101 Vionno et 0/.102 Poramo et 0/.,103 Tobernero et 0/. 104 Berk et 0/. 105 • Eritrocitosis Traumatismos del tejido (activación de la coagulación y traumatismo directo a los vasos sanguíneos) Lowe and Forbes lOS Hirsh et 01.,107 Sorensen et 01. 108 Se han identificado varios factores de riesgo clínicos, biológicos y ultrasonográficos para la PTS. Entre estos, la localización proximal de la TVP inicial (por ejemplo, iliofemoral) y un historial de TVP ipsilateral parecen ser los más fuertes y más consistentes. Otros factores de riesgo potenciales han sido informados de manera incoherente y requieren mayor confirmación, por ejemplo, edad avanzada, índice de masa corporal (IMC), varices, persistencia de los síntomas y signos de las piernas al mes de la TVP, elevaron los niveles de dímero-D después de la TVP o después de la retirada del anticoagulante, y niveles elevados de marcadores de inflamación (molécula de adhesión intracelular 1, interleucina-6 y proteína e reactiva). Por el contrario, el riesgo de PTS no parece estar influido por las circunstancias de la TVP inicial (es decir, no provocada, un resultado de factores de riesgo reversibles, relacionados con el cáncer) ó por la presencia de una trombofilia hereditaria como el factor V Leiden o la protrombina 20210 mutación. Aunque no se demostró que la duración total de la anticoagulación influenciara el riesgo de STP, la calidad de la terapia anticoagulante, especialmente durante la fase de tratamiento temprano de la TVP, podría desempeñar un papel importante. Un estudio encontró que los pacientes que tenían una relación normalizada internacional subterapéutica (INR) más de la mitad del tiempo durante los 3 meses iniciales de tratamiento de la TVP con antagonistas de la vitamina K tenían un riesgo tres veces mayor de desarrollar PTS. Este hallazgo se confirmó recientemente en un gran estudio de cohorte multicéntrico prospectivo y subraya la importancia de una estrecha monitorización del INR después de la TVP para asegurar una intensidad adecuada de la anticoagulación oral. Es importante destacar que el riesgo de PTS después de la TVP distal aislada, que representa hasta la mitad de todas las TVP de miembros inferiores, es relativamente poco estudiado. Datos recientes sugieren que el riesgo puede ser sólo ligeramente menor que después de la TVP proximal, pero que el desarrollo de PTS grave puede ser menos común. Es necesario seguir estudiando la historia natural de la TVP distal aislada. La verdadera incidencia del síndrome postrombótico (SPT) no se conoce, aunque la mayoría de los estudios disponibles pueden establecer después de un año de la Trombosis Venosa Profunda en los miembros inferiores en 17% a 50%. Resulta por lo tanto sorprendente que las complicaciones se hayan centrado en las de corto plazo, mientras las complicaciones tardías no menos graves, reciban tan poca atención. Algunos estudios recientes han demostrado que este síndrome caracterizado por edema, dolor, ectasia venosa y piel indurada se manifiesta en los pacientes durante el primer año, pero su verdadera incidencia no ha sido establecida con precisión. Los resultados varían debido a las series pequeñas o retrospectivas y al no diferenciar claramente entre secuelas postrombóticas de las Trombosis Venosa Profundas Recurrentes (TVPR). 16 Uno de los factores pronósticos para SPT que parece tener mayor importancia es la retrombosis.El SPT es una complicación tardía de Enfermedad Trombo Embólica (ETV), consiste en signos y síntomas de insuficiencia venosa crónica provocados por la hipertensión venosa resultante de la oclusión del sistema venoso, el reflujo por lesión e incompetencia valvular o ambos. La lesión dominante de SPT es la combinación obstrucción/reflujo y la oclusión junto a reflujo valvular que producen hipertensión venosa. Los criterios de diagnóstico de síndrome postrombótico varían mucho en la bibliografía e incluso no constan en la mayoría de las publicaciones. No existen criterios estándar para el diagnóstico, algunos están basados en los signos clínicos que presentan los pacientes con antecedentes de trombosis venosa profunda; es difícil comparar los estudios ya que el síndrome postrombótico ocurre entre 20 a 40% de los pacientes a pesar de estar bien anticoagulados en un promedio de uno a dos años, la severidad de este cuadro puede evolucionar a la formación de úlceras en 5 a 10%. Estudios recientes demuestran una calidad de vida muy mala comparado a enfermedades crónicas como artritis o pie diabético. CLASIFICACiÓN. La Sociedad Internacional de Trombosis y Hemostasia el 5 de julio de 2008 en Viena, Australia realizó una revisión de las escalas diagnósticas más importantes para la definición de síndrome postrombótico y concluyó lo siguiente: De las seis escalas más importantes: tres de ellas no evalúan la sintomatología del paciente. La CEAP que analiza la etiología clínica (congénita, primaria y secundaria), anatomía (superficial, profunda y de comunicantes) y la fisiopatología (reflujo y obstrucción) publicada en 1994 y revisada en 2004 es observador dependiente. Otra, la VCSS pretende establecer el grado de severidad venosa y la Zinder presenta cinco síntomas (dolor, pesantez, calor, cansancio y tensión de piernas). En comparación contra otras tres escalas de desarrollo específico para TVP como la de Brandjes que incluye la circunferencia de la pierna con el desarrollo clínico, la Ginsberg que reporta a un mas las características de pierna en relación a estar de pie ó caminando por periodos prolongados con el apoyo del ultrasonido y la descripción de incompetencia valvular en caso de reflujo, estos resultados los compara a los seis meses. Pero el mejor predictor por su evaluación de TVP es la escala diagnóstica de Villa Ita, la cual -en 1992- Prandoni propone como escala diagnóstica y de severidad para síndrome postrombótico y pública en 1994 con un seguimiento de 10 a 15 años, aplicada a numerosos estudios con un rango de 0-33 puntos, definiendo al síndrome postrombótico con un resultado de > 5 o presencia de una úlcera en la pierna, con una categoría de severidad de cuatro grados: 1. No síndrome postrombótico: menos de cinco puntos. 2. Leve de cinco a nueve puntos. 3. Moderado de 10 a 14 puntos. 4. Severo más de 15 puntos. La escala maneja síntomas como dolor, prurito, parestesia, calambres y pesadez con signos como edema, induración de la piel, hiperpigmentación de la piel y dolor a la compresión de la pantorrilla. Con más de 14 puntos la posibilidad de formación de úlcera es muy alta. La recomendación es que no se aplique en un periodo menor a tres meses de la TVP, pero desafortunadamente a pesar de integrar varios parámetros no es específica. Debido a la dificultad de establecer el diagnóstico de SPT, lo que recomienda la literatura es evitar la aparición del mismo o su progresión por cuadro de retrombosis que pasa desapercibido. Durante el primer año de una TVP inicial pueden existir episodios de TVP recurrente en 1/3 de los pacientes, a pesar de 17 un correcto tratamiento con anticoagulantes, los test diagnósticos son necesarios debido a que 2/3 de los pacientes con sospecha clínica de TVPR no presentaron cuadro agudo. Los eventos tromboticos que ocurren después de una TVP inicial pueden ser de tres tipos: 1. Extensión del trombo a una zona de la extremidad inicialmente no afectada. 2. Propagación del trombo a nuevos segmentos en la extremidad ipsilateral. 3. Retrombosis de un segmento parcialmente ocluido o recanalizado. En TVP recurrente los eventos trombóticos que ocurren en una TVP inicial pueden ser el de la ex- tensión del trombo a una nueva zona de la extremidad que no se encontraba afectada. La aparición de una TVPR es importante debido a que cuando aparece en los tres primeros meses tras inicio de los anticoagulantes es fatal (embolismo pulmonar, sangrado y muerte) en 9 a 26% de los casos. Además la TVPR que ocurre en la misma extremidad se asocia a un riesgo seis veces mayor de desarrollo de SPT, probablemente debido al daño mayor de las válvulas venosas u obstrucción al flujo venoso. Existen diferentes factores asociados al riesgo aumentado de TVPR como la deficiencia hereditaria de inhibidores del sistema de coagulación, el más frecuente es la deficiencia del factor V de Leiden. Los pacientes que requieren estudios ante la sospecha de esta- dos de hipercoagulabilidad son los jóvenes con trombosis venosa, historia familiar, trombosis venosa idiopática, trombosis venosa recurrente y localización poco habitual de la trombosis (arterial o venosa). Slrtorms Y sign; Slrtaras D:b ambes ~ Pa'esIesias Auito SIgn; dírial> 8imlpaitm IrdJaléncEf la pe! f-t;lErpgrertOOén BlqEOrriEJ1o Ectasia verosa D:balarorpesO I EJ1~11a úcsra verosa Escala de Villa Ita Nrgro o O O O O O O O O O O A.m1e CUADRO I 18 M:xi:ra:b SM:ro 2 3 2 3 2 3 2 3 2 3 2 3 2 3 2 3 2 3 2 3 2 3 DIAGNÓSTICO Diagnóstico diferencial: TVP, insuficiencia venosa primaria, quiste de Baker, tumor, linfedema, lipedema y lesiones en la extremidad. La TVP se puede manifestar con cualquiera de los síntomas y signos que se reseñan a continuación: • Edema en el tobillo, en la pantorrilla o en toda la pierna. • Sensibilidad o dolor en reposo, al caminar o al presionar la pantorrilla. • Cordón venoso palpable. • Aumento de la temperatura cutánea. • Cianosis, dilatación o tensión en el sistema venoso superficial. • Signo de Homans positivo (dolor en la pantorrilla con la dorsiflexión del pie). • Signo de Lowenberg positivo (dolor intenso en la pantorrilla a la presión del esfingomanómetro por debajo de 180 mmHg). Se debe sospechar TVP en los pacientes con uno ó varios de los síntomas y signos sugestivos. Muchos de los casos de TEP no han tenido una TVP clínicamente evidente. Al rededor del 30% de los pacientes con TVP sintomática tienen un TEP. Los síntomas y los signos son poco sensibles y poco específicos. Se tendrán en cuenta otras posibilidades en el diagnóstico diferencial. La mayoría de los trombos venosos no tienen manifestaciones cuando se detectan por primera vez mediante métodos objetivos, probablemente porque no obstruyen totalmente la vena y debido a la existencia de circulación colateral. Incluso dentro de la pequeña fracción de pacientes con trombosis venosa profunda en las extremidades inferiores que tienen síntomas, menos de un tercio se presenta con el clásico síndrome de malestar en la pierna, edema, distensión venosa, y dolor a la dorsiflexión forzada del pie (signo de Homan). Cuando inicialmente se atribuyen los síntomas clínicos a la trombosis venosa profunda, la valoración mediante métodos objetivos muestra que ésta es correcta en menos de la mitad de las veces. En los pacientes ambulatorios, ante la sospecha de TVP o TEP, se recomienda usar los criterios de Wells para iniciar la estrategia diagnóstica (tabla 2). Este modelo clínico está validado, ayuda a establecer la probabilidad de la TVP (Qaseem, 2007) además de ser una de las reglas de predicción clínica de TVP más utilizadas. 19 Es importante que se usen sólo en los casos indicados: pacientes ambulatorios y con síntomas o signos sugestivos. Esta regla no está validada para casos en los que haya existido una TVP previa, en pacienteshospitalizados y en mujeres embarazadas (Sign, 2010). Tabla 2. Criterios de Wells Caracterlstlcas cllnlcas Cáncer activo (tratamiento quimioterápico actual o en los 6 meses previos o en tratamiento paliativo) Parálisis, paresia o inmovilización reciente de una extremidad Reposo reciente en cama de más de 3 dlas, o cirugla mayor en el último mes Dolor en trayecto de sistema venoso profundo Tumefacción de toda la extremidad Aumento del perlmetro mayor de 3 cm respecto a extremidad asintomática, medido 10 cm por debajo de la tuberosidad tibial Edema con fóvea (mayor en la extremidad sintomática) Presencia de circulación colateral superficial no varicosa Diagnóstico alternativo al menos tan probable como la TVP Valores: < 1: probabilidad baja; 1-2: probabilidad moderada; ~ 3: probabilidad alta. Algoritmo tradicional TVP .1----------------- Sus pender t r atamiento a nticoa gula nte Sospecha de TVP 20 + + C ontinua r t r atamiento a nticoa gula nte Valor -2 En el SPT el diagnóstico clínico se realiza basado en antecedentes de TVP y signos y síntomas de insuficiencia venosa crónica. La escala de Villa Ita puede utilizarse en casos en los que el diagnóstico es incierto. Prueba Trombosis venosa profunda Trombosis venosa profunda Area anatómica Comentario Sensibilidad Especificidad Sensibilidad Especificidad Flebografía Estándar para la Estándar para la comparación Pelvis, rodilla área Invasiva: Arroja comparación poplítea, pantorrilla resultados equívocos en casos de trombosis venosa profunda recurrente; no se repite fácilmente Pletismografía con 92% 95% 22% 98% Muslo, área poplítea Para el diagnóstico impedancia provisional de la trombosis venosa profunda proximal primaria o recurrente. Insensible para los trombos de la pantorrilla y para los trombos proximales no- oclusivos Ultrasonido con 97% 97% 59% 98% Muslo, área poplítea Prueba modo-B o duplex confirmatoria más sensible para la trombosis venosa profunda sintomática Velocidad del flujo 88% 88% - - Muslo, área poplítea Se puede usar en de Doppler las extremidades en tracción o con yeso. La interpretación es subjetiva, requiere habilidad Prueba Trombosis venosa profunda Trombosis venosa profunda X Area anatómica Comentario X2 3 Sensibilidad Especificidad Sensibilidad Especificidad Venografía por 96% 100% - - Vena cava inferior, Puede diferenciar resonancia pelvis, muslo la oclusión aguda magnética de la crónica. Puede identificar las anomalías asociadas. No es invasiva, es costosa; disponibilidad limitada Resultados acumulativos resumidos por Lensing et al. Hace tiempo se usó ampliamente la gamma con fibrinógeno marcado con 1125 para la confirmación objetiva del diagnóstico de trombosis venosa profunda. Sin embargo, la prueba tenía faltas graves, incluyendo poca sensibilidad para los trombos venosos por encima de la parte media del muslo. Este punto es discutible, pues el fibrinógeno marcado con 1125 fue retirado del mercado por temor a la transmisión de agentes infecciosos mediante la transfusión de productos derivados de la sangre. El fibrinógeno recombinante podría ser una alternativa atractiva si estuviera disponible. 21 La prueba diagnóstica estándar para la trombosis venosa profunda de las extremidades inferiores es la flebografía ascendente realizada de acuerdo con el método de Rabinov y Paulin. La flebografia puede detectar los trombos distales (en las venas de la pierna, un lugar común de incepción de la trombosis venosa profunda) y los trombos proximales (en las venas poplítea, femoral e ilíaca), que son la fuente de la mayoría de los grandes émbolos pulmonares. La flebografía tiene efectos secundarios molestos incluyendo la trombosis inducida por el medio de contraste en las venas periféricas en el 2 ó 3 % de los pacientes, una complicación desagradable en los pacientes que de otra forma no necesitarían tratamiento para la trombosis venosa. Los estudios recientes no han confirmado la superioridad de los agentes iso-osmolares no iónicos modernos de contraste para la flebografía sobre los agentes iónicos de contraste con respecto a los efectos secundarios. La flebografía es costosa, especialmente en términos de tiempo para los técnicos y los radiólogos, y no se puede repetir poco tiempo después; es una mala opción para monitorear a los pacientes con exámenes seriados. Se considera de costo efectivo cuando el diagnóstico de la trombosis venosa profunda requiere la confirmación en los pacientes sintomáticos, cuando se sospecha la trombosis venosa profunda recurrente o cuando es necesario valorar a los pacientes con operaciones previas de la cadera para diagnosticar este tipo de trombosis, pero los métodos menos invasivos carecen de sensibilidad. En tales casos, el costo de la flebografía es sustancialmente menor que el costo de la hospitalización y el tratamiento de una enfermedad incorrectamente diagnosticada. Otros métodos objetivos de diagnóstico incluyen la pletismografía de impedancia y varias formas de ultrasonido en modo B de tiempo real,la mayoría de los cuales son más sensibles para detectar la trombosis proximal que la distal. Con la pletismografía, se mide la resistencia eléctrica entre 2 electrodos sujetos alrededor de la pantorrilla. La obstrucción venosa proximal a los electrodos disminuye la resistencia a medida que la pierna se llena de sangre, un conductor eléctrico, y demora el aumento característico en la resistencia de la pierna cuando se desinfla el torniquete del muslo. En los pacientes con trombosis venosa profunda sospechada, se reportó combinación de los resultados normales en la pletismografía de impedancia y la gammagrafía con el fibrinógeno o simplemente los exámenes pletismográficos de impedancia normales, repetidos, eran tan sensibles y específicos que se puede considerar de manera segura que los pacientes con estos hallazgos no tienen trombosis venosa profunda y por lo tanto, no hay necesidad de tratamiento anticoagulante; por lo que la flebografía confirmatoria no es necesaria. Sin embargo, recientemente se observó que la sensibilidad de la pletismografía con resistencia para detectar los trombos proximales en los pacientes sintomáticos era inferior a la previamente reportada. Cuando se usa como una prueba de valoración en los pacientes asintomáticos con alto riesgo de trombosis venosa profunda, la pletismografía con resistencia carece de sensibilidad porque se pueden pasar por alto los trombos que no son totalmente oclusivos. Por lo tanto, el método carece de especificidad también, pues cualquier proceso que causa la obstrucción venosa en la pelvis (por ejemplo, nódulos linfáticos agrandados o el embarazo) puede ser interpretado como trombo venoso. La pletismografía parece ser más conveniente para identificar trombos proximales en los pacientes sintomáticos cuyo estado se puede monitorear con exámenes repetidos. La introducción de la ultrasonografía modo B de tiempo real ofrece una alternativa prometedora en relación con la pletismografía, con una sensibilidad para los trombos proximales que se acerca al 100 % en los pacientes con trombosis venosa profunda sintomática. Se dispone de una útil 22 revlslon de la ultrasonografía vascular. La visualización de un trombo venoso es casI siempre posible, pero no es esencial para el diagnóstico. El hallazgo más sensible es la insuficiencia venosa para colapsarse bajo presión externa suave, la llamada compresión ultrasonográfica. En los pacientes externos sintomáticos con trombosis venosa sospechada, la ultrasonografía seriada con compresión proporcionó un valor pronosticador positivo del 94 %, superior al valor pronosticador positivo del 83 % en la pletismografía seriada con resistencia. En el ultrasonido duplex, el modo B de tiempo real es suplementado por la imagen ultrasonográfica Doppler con deteccióndel flujo, lo cual permite detectar el flujo sanguíneo en cualquier vaso. En los pacientes sintomáticos con trombosis venosa profunda proximal, su sensibilidad total en un metaanálisis de 4 estudios bien diseñados fue del 93 %, con una especificidad del 98 %. La sensibilidad del ultrasonido duplex para detectar los trombos distales es mucho menos satisfactoria por la deficiente visualización de las venas de la pantorrilla. Se exige mayor exactitud para la ultrasonografía Doppler a color, pero esto solo se puede lograr en los estudios no comprometidos técnicamente. La evaluación inicial de los pacientes sintomáticos con la ultrasonografía duplex solamente (es decir, sin flebografía suplementaria) es suficiente para confirmar o desaprobar los casos sospechosos de trombosis venosa profunda, siempre que el examen negativo sea seguido por la prueba repetida no invasiva para detectar la extensión proximal. Al igual que la pletismografía con resistencia, la ultrasonografía modo B de tiempo real es menos satisfactoria para valorar a los pacientes asintomáticos con alto riesgo de trombosis venosa profunda. Los resultados existentes de 6 estudios de este tipo mostraron una sensibilidad total para la detección de la trombosis venosa profunda proximal de solo el 59 %, aunque la especificidad era del 98 %. De manera similar, en un estudio prospectivo de tratamiento profiláctico antitrombótico en pacientes ortopédicos, la ultrasonografía Doppler fue un detector deficiente (sensiblidad del 38 %) de la trombosis venosa profunda asintomática de las venas proximales de la pierna. El tamaño pequeño y la naturaleza no oclusiva de los coágulos en tales pacientes podría dar razón de los resultados desalentadores. Aparentemente no se ha dicho la última palabra en relación con el diagnóstico ultrasonográfico de la trombosis venosa profunda. El dímero D puede ser una herramienta útil en el diagnóstico de TVP recurrente, ya que se ha de- mostrado que el valor del mismo regresa a la normalidad a los tres meses del primer episodio de TVP inicial. Con respecto al USG Doppler una ausencia de compresibilidad de la vena es diagnóstico para TVP y TVPR, pero en el caso de una TVPR es sólo apreciable si existe un eco Doppler previo que demuestre una normalización completa de las venas tras un episodio de TVP. Las características que definen un trombo agudo son la ausencia de ecogenicidad, su carácter oclusivo y su extensión en continuidad. Por ello ante la presencia de un trombo ecogénico, no oclusivo ó discontinuo debemos sospechar de TVP crónica. Cuando están mezclados, el diagnóstico carece de fiabilidad. Para solucionar este problema se mide el diámetro transverso de la vena, durante una máxima compresión en varios puntos fijos a lo largo de la extremidad, estas mediciones se repiten cada tres meses tras un primer episodio de TVP para tener resultados basales, un incremento de diámetro durante el seguimiento es indicativo de la existencia de una TVPR. A través del test de compresión cuantitativo de ultrasonido (CUS) es apropiado definir tres posibles resultados: 23 • Normalidad, si existe un diámetro estable o incluso disminuido con respecto a exploraciones. • Dudoso diagnóstico de TVPR, si existen cambios de diámetro entre 1 y 4 mm, en estos ca- sos es preferible repetir el test después de unos días. • Diagnóstico de TVPR, incremento de diámetro mayor a 4 mm con respecto a una explo- ración previa. La exploración de sólo dos puntos de la extremidad, únicamente fue descrita por Cago, y cols., en 1998, demostrando su seguridad y eficacia. Este estudio evaluó los riesgos de suspender la anticoagulación en pacientes con sospecha clínica de TVP yen ausencia de signos patológicos en el USG (CUS) realizado exclusivamente en dos puntos. La técnica de compresión se realizó femoral y poplítea. De una serie de 1,702 pacientes, únicamente se produjeron complicaciones tromboembólicas en un paciente durante el examen seriado de la primera semana y en ocho pacientes a los seis meses de seguimiento, resultando una tasa acumulada de eventos tromboe- mbólicos de 0.7%. Aunque el eco Doppler es muy fiable en la detección de TVP en las extremidades, existen dificultades para determinar la edad del trombo. Diferentes parámetros del eco-D se han puesto de manifiesto para intentar precisar la edad el trombo, como el tamaño de la vena, la presencia de colaterales, o la ecogenicidad del trombo. Pero, debido a su imprecisión no es posible tomar una decisión terapéutica con seguridad. Arbitrariamente se definió la normalidad con aquellos segmentos venosos donde el trombo resi- dual ocupaba, tras una máxima compresión, menos de 40% del área de la vena calculada en ausencia de compresión. En los pacientes con sospecha de TVPR se utilizaron los siguientes criterios: • Si previamente existía una completa normalización, un nuevo segmento no compresible en el mismo punto se consideró diagnóstico de TVPR. • En ausencia de un estudio previo con completa normalización, se diagnosticó una TVPR si existía un trombo oclusivo en el mismo punto donde previamente existía un trombo no oclusivo. • También la TVPR se diagnosticó si existía un segmento venoso no compresible donde pre- viamente existía un segmento venoso completamente compresible en la misma extremidad donde se había diagnosticado la TVP. A todos los pacientes con sospecha de TVPR se les realiza un eco-Doppler. Dimero D y PCP (proba- bilidad clínica pretest). Sin embargo, para poder valorar el resultado del eco-Doppler es preciso disponer de un eco-Doppler de control en el periodo inicial. A un incremento en más de 4 mm en el diámetro de la vena comprimida, en un segmento previamente afectado, se le ha atribuido un alto poder diagnóstico para la TVPR. Insuficiencia venosa crónica primaria o secundaria como la CIVIQ, usada en su versión traducida al español en el estudio RELlEF. La tomografía computadorizada puede detectar las venas trombosadas en el abdomen y la pelvisy se considera superior a la flebografía convencional para visualizar las grandes venas, identifica los trombos intraluminales, distingue los trombos nuevos de los viejos y delinea las anomalías adyacentes (por ejemplo, la compresión extrínseca de la vena). 24 Dos estudios prospectivos recientes de la venografía con resonancia magnética reportaron el 100 % de sensibilidad y alrededor del 96 % de especificidad para el diagnóstico de la trombosis venosa profunda. En un estudio,la sensibilidad de esta trombosis en la pantorrilla o pierna fue del 87 %, Y la especificidad del 97 %. Dado su alto costo y disponibilidad limitada, la venografía con la resonancia magnética no es conveniente para el diagnóstico de rutina, pero puede ser de mucha ayuda en casos excepcionales, tales como aquéllos en que se puede demostrar el detalle anatómico con este método y se puede proporcionar una información decisiva relevante para seleccionar el tratamiento. Están en desarrollo otros medios de diagnóstico. La venografía con radionúclidos puede detectar un trombo marcándolo con varias proteínas, plaquetas o hematíes. Los anticuerpos monoclonales específicos para la función de la fibrina con unión cruzada tanto como vehículos para los activadores plasminógenos y, si se marcan con radioisótopos, pueden detectar externamente. Las concentraciones de dímero plasmático, un producto de la digestión de la plasmina de la fibrina madura de unión cruzada, están elevadas en los pacientes con trombosis venosa profunda o émbolos pulmonares. La sensibilidad del dímero D medida por inmunoabsorción enzimática es del 97 %. No es probable que la trombosis venosa esté presente si las concentraciones de dímero D no están, pero el resultado positivo exige la confirmación mediante pruebas más específicas mediante imágenes. En pocas palabras, la prueba diagnóstica objetiva definitiva para la trombosis venosaprofunda, tanto sintomática como asintomática, sigue siendo la flebografía. En los pacientes con trombosis venosa profunda sospechada, si los resultados de la ultrasonografía modo B de tiempo real es normal en exámenes repetidos, se puede retirar el tratamiento anticoagulante. Un estudio ultrasonográfico anormal justifica el tratamiento. La valoración de los pacientes asintomáticos no es satisfactoria con las pruebas no invasivas de que se dispone. El diagnóstico de la trombosis venosa profunda recurrente depende en gran medida de la disponibilidad de los resultados de los estudios previos no invasivos para la comparación. Desafortunadamente, los métodos no invasivos para detectar el embolismo pulmonar no son tan sensibles o específicos como las técnicas para diagnosticar la trombosis venosa profunda. En STP el de calificación más utilizado para diagnosticar el síndrome post-trombótico (STP) y evaluar su gravedad. Incluye cinco síntomas del paciente (dolor, calambres en las piernas, pesadez en las extremidades, parestesia y prurito) y seis signos físicos (edema pretibial, induración de la piel, hiperpigmentación, dolor con compresión de la pantorrilla, ectasia venosa y enrojecimiento). -Se anotó en una escala de O a 3 (O = ninguno, 1 = leve, 2 = moderado, 3 = grave). -La puntuación total oscila entre O y 33; Un ~5 es consistente con un diagnóstico de PTS ó PTS también se puede diagnosticar si una úlcera venosa está presente independiente de la puntuación total. -La gravedad se evalúa en base a una puntuación en la que 5 a 9 es leve, 10 a 14 es moderada y 15 a 33 es grave. Pruebas de laboratorio: no existen aun marcadores predictivos de Síndrome Post trombótico. 25 TRATAMIENTO Todos los pacientes diagnosticados de TVP proximal deben iniciar tratamiento con anticoagulantes, salvo que existan contraindicaciones. Los pacientes diagnosticados de TVP distal también son tributarios de tratamiento anticoagulante. Aunque se puede considerar como opción aceptable la vigilancia de la evolución del trombo, no existen estudios de la seguridad de esta alternativa (ICSI, 2010). Tratamiento • Heparinas de bajo peso molecular (HBPM). Tras el diagnóstico se iniciará tratamiento con HBPM preferible a la utilización de heparina no fraccionada. En los pocos estudios en los que se han comparado HBPM entre sí no se ha podido demostrar la superioridad de una sobre las otras. Salvo situaciones especiales, se puede realizar el tratamiento de manera ambulatoria (Sign, 2010). • La mayoría de los pacientes pueden cambiar de HBPM a antagonistas de la vitamina K a los 6-10 días de iniciado el tratamiento. Este cambio no es aconsejable en pacientes oncológicos, embarazadas o con mala tolerabilidad a los antagonistas de la vitamina K, que deben seguir el tratamiento con HBPM durante tres o seis meses (Sing, 2011). • Heparina no fraccionada(HNF). La utilización de HNF de administración únicamente intravenosa se reserva para determinadas situaciones: cuando se considera la necesidad de realizar trombolisis, en el período postoperatorio inmediato o si existe riesgo de sangrado. • Antagonistas de la vitamina K (AVK). Se dispone de dicumarina o acenocumarol, sintrom ® y warfarina, aldocumar®, ambos de uso oral. Cuando esté indicado el cambio se realizará a los 5 días del inicio de la administración de HBPM. El objetivo para la TVP es un INR de 2,5 (rango 2,0-3,0). 26 • Inhibidor directo del factor Xa.Fondaparinux, Se aplica por vía subcutánea en dosis diaria, tiene una vida media de 17-21 horas. No se conoce ningún antídoto que contrarreste su efecto. Se recomienda un uso cauteloso en personas con riesgo de sangrado, insuficiencia renal y con peso menor de 50 kg. Para monitorizar su efecto se utiliza el anti-factor-Xa, el recuento de plaquetas previo y en las fases iniciales del tratamiento, se necesitan calibradores nuevos de su efecto. Al igual que las HBPM, se recomienda mantener durante un mínimo de 5 días antes de introducir la anticoagulación oral. • Inhibidores directos de la trombina. Dabigatran (Pradaxa"). Su única indicación actual es la prevención primaria de episodios tromboembólicos venosos en pacientes adultos sometidos a cirugía programada de reemplazo total de cadera o de rodilla. No necesita monitorización. Interacciona con amiodarona, verapamilo y claritromicina, precisan reducción de dosis. En asociación con rifampicina y hierba de san Juan, precisan aumento de dosis. No existen interacciones con el diclofenaco; no hay estudios con el resto de AINEs. No se recomienda el uso concomitante con anticoagulantes o antiagregantes plaquetarios, medicamentos trombolíticos y antagonistas de los receptores GPllbjllla. • Trombolisis. El tratamiento trombolítico o trombolisis sólo se recomienda para casos individualizados de pacientes con TVP iliofemoral masiva, en los que está amenazada la viabilidad de la extremidad y con riesgo bajo de sangrado. No hay datos sobre su incidencia en la disminución de la morbilidad y mortalidad de los pacientes hemodinámicamente estables (Sign, 2010; ICSI). • Catéter EKOS • Trombectomía quirúrgica. Se ha utilizado en trombosis venosa extensa y con contraindicaciones para otro tipo de tratamiento. La decisión debe ser individualizada y tomada como último recurso por su morbilidad y mortalidad (ICSI, 2009). Antes del inicio del tratamiento anticoagulante se evaluará: o Si existen procesos subyacentes que faciliten la aparición de TVP o TEP. o La seguridad de la anticoagulación en cada paciente. o Si la anticoagulación puede controlarse de manera adecuada. o La posibilidad de monitorizar los efectos secundarios del tratamiento. o Los riesgos de la anticoagulación y las contraindicaciones a la misma (riesgo de hemorragia, cirugía reciente o inminente, enfermedad hepática, sangrado gastrointestinal o anemia). • Filtros en vena cava (IVe). La implantación de un filtro en la vena cava se indica en situaciones de riesgo de mortalidad como: casos en los que la anticoagulación está 27 contraindicada, tromboembolismo progresivo a pesar de que la anticoagulación sea adecuada e hipertensión pulmonar subyacente, casos en los que un TEP puede ser fatal. • Medidas físicas. Elevación de MMII en sedestación, deambulación precoz y medias de compresión gradual. Tras un episodio de TVP en MMII es importante insistir en la utilización de medias de compresión gradual (30-40 mmHg) en la pierna afectada durante un período de un año. Su uso reduce el riesgo de síndrome posflebítico, el dolor y la tumefacción. Esta medida está contraindicada en caso de arteriopatía periférica o edemas por insuficiencia cardíaca (ICSI, 2010). Efectos adversos de la anticoagulación Trombopenia inducida por heparina (TIH). Se trata de una reacción inmune a la heparina. Ocurre en 2-3% de los pacientes tratados con HNF y en 1% de los tratados con HBPM. La trombopenia se presenta a los pocos días del inicio del tratamiento en pacientes que han recibido previamente heparina, sobre todo si ha sido en los tres meses anteriores. Se asocia con un incremento paradójico del riesgo de trombosis venosa y arterial que puede aparecer tardíamente (ICSI, 2010). Se recomienda disponer de un recuento de plaquetas en las 24 horas previas al inicio del tratamiento en los pacientes que han recibido cualquier presentación de heparina en los 100 días anteriores o en los que no esté claro este dato. Se suspenderá el tratamiento con heparina en todos los casos en los que se sospeche TIH y se iniciará tratamiento alternativo con inhibidores directos de la trombina (IDTs) o fondaparinux, a la espera del resultado de los anticuerpos (ICSI, 2010). Seguimiento y duración del tratamiento Si existe indicación de monitorización se realizará recuento de plaquetas cada 2 o 3 días desde el 4Q hasta el 14Q de exposición o hasta que finalice el tratamiento. Se sospechaTIH si el recuento de plaquetas disminuye el 50% o más de la cifra de partida (ICSI, 2010). Para el tratamiento de la enfermedad tromboembólica con antagonistas de la vitamina K los estudios apoyan el uso de un objetivo de INR de 2,5. La duración del tratamiento tras un primer episodio de TVP debe ser de tres meses como mínimo. Hay situaciones en las que se recomienda mantenerlo durante seis meses o de manera ininterrumpida; la decisión se tomará de manera individualizada, teniendo en cuenta varios factores (tabla 5) (ICSI, 2010; Sign, 2010; Duodecim, 2009; Palareti, 2006). • Primer episodio no provocado (o sin desencadenante conocido). • El lugar y gravedad del primer episodio. • La presencia de comorbilidad (p.e. cáncer). • La presencia de anticuerpos antifosfolípido. • Paciente varón. • Riesgo de sangrado por el tratamiento anticoagulante. • Preferencias del paciente y posibilidades de cumplimentación. 28 La cuantificación en sangre de dímeros D un mes después del abandono del tratamiento tras un primer episodio de TVP no provocada puede ser de interés para identificar los casos que se pueden beneficiar de reanudar el tratamiento con inhibidores de la vitamina K (ICSI, 2010). Tabla 5. Duración del tratamiento antlcoagulante tras TVP TVP transitorio o provocado (traumatismo, cirugla, inmovilización ... ) 3 meses Riesgo idiopático, sin factor de riesgo conocido o trombofilia documentada 3-6 meses Anticuerpos antifosfollpido, deficiencia de antitrombina, protelna e o S, factor V de Leiden, 3-6 meses o mutación de protrombina 20210, homocistinemia o factor VII elevado indefinido Enfermedad recurrente o factores de riesgo indefinidos. Si es por enfermedad oncológica, Indefinido mientras dure la enfermedad Complicaciones o situaciones especiales • Síndrome postrombótico. Es la complicación más frecuente; se presenta en el 20-50% de los casos. Con mucha frecuencia no se diagnostica. Se caracteriza por dolor, edema y tumefacción en las extremidades inferiores, que pueden entorpecer la realización de actividades de la vida diaria. A largo plazo pueden presentarse úlceras difíciles de tratar (ICSI, 2009). El tratamiento consiste en la utilización de medias de compresión, control del peso, intentando mantener el IMC adecuado y la realización de ejercicio regular. • Flegmasia cerúlea dolens. Complicación poco frecuente en la que existe una obstrucción venosa grave cuya rápida evolución produce compromiso arterial. La extremidad se presenta muy edematosa, de coloración oscura y sin pulso. Exige una actuación inmediata, pues está en juego la viabilidad de la extremidad. Prevención La TVP tiene riesgos incapacitantes o fatales. Se presenta de manera silente, tiene una alta incidencia y existe un tratamiento preventivo eficaz. Está demostrado que la profilaxis de la TVP disminuye la mortalidad, la morbilidad y el coste de los servicios a los pacientes hospitalizados en riesgo de sufrir TVP o TEP. El cribado de TVP en pacientes asintomáticos no es coste efectivo, comparado con la profilaxis de rutina de los pacientes de riesgo (Sign, 2010). Como medidas de prevención para los pacientes inmovilizados se recomiendan la realización de ejercicios de pantorrilla, las medias de compresión y el tratamiento preventivo con HBPM. Una TVP distal en la pantorrilla tiene un 25% de posibilidades de llegar a la zona femoral (Duodecim, 2009). El riesgo de TVP tras un vuelo de 8 horas en personas de bajo y moderado riesgo es de 0,5%; la probabilidad aumenta en personas de alto riesgo (Watson, 2011). Las medidas encaminadas a mantener un estilo de vida saludable, como mantener el peso ideal, la realización de ejercicio regular, dieta adecuada, sin tabaco, con buen control de los factores de riesgo cardiovascular, actúan en prevención de la TVP. Los fármacos antiagregantes no son eficaces para prevenir la TVP, pero sí actúan como factores de prevención de la aterotrombosis. 29 Se recomienda realizar medidas de prevención de TVP en los pacientes hospitalizados que tienen factores de riesgo cardiovascular (Piazza, 2010). Para conocer recomendaciones en situaciones concretas, remitimos a la Guía Pretemed (Medrano, 2007). Tabla 6. Dosis profilácticas de las HBPM Bemlparlna Daltaparlna· Enoxaparlna Nadroparlna Tlnzaparlna Hibo ..... Fragmin" Clexanel'llJ Fraxiparina® Innohep® Cirugla ortopédica 3 .500 5 .000 30 mg/12h 40 UI/kg/24h 75 UI/kg/24h traumatológica: UI/24h U1I24h o aJ cuarto d ra Prótesis de cadera 40 mg/24h 60 UI/kg/24h Prótesis de rodilla Fractura de cadera y artroscopia Cirugla general 2 .500 2 .500 20 mg/24h 3 .000 UI/24h 2 .500 UI/24h Riesgo moderado UII24h U1I24h 40 mg124h 4.000-6.000 3 .500-4.500 3 .500 5 .000 UI/24h U1I24h Riesgo alto UII24h UI/24h Patologia no quirúrgica 3 .500 5 .000 40 mg124h 50- 70 kg : 3 .600 50-70 kg : 3 .500 UI/24h UI/24h UI/24h UI/24h > 70 kg: 5 .700 >70 kg : 4 .500 UI/ 24h UI/24h Presentación (UIIO,1 mi) 2 .500 2 .500 1 .000 1 .000 2 .000 (100UI = 1 mg) El mejor tratamiento para la prevención del síndrome post trombótico es la prevención y el adecuado tratamiento de la trombosis venosa profunda. La prevención de la TVP en pacientes de riesgo y la disminución del riesgo de TVP recurrente después del primer evento, parece ser la intervención más importante para prevenir la STP. La eficacia de la anticoagulación: una anticoagulación insuficiente con antagonistas de la vitamina K (VKA) durante los tres primeros meses de tratamiento de TVP aumenta el riesgo de PTS, se recomienda con un seguimiento riguroso del INR, particularmente durante los tres primeros meses de tratamiento, con el fin de disminuir el riesgo de PTS. Sin embargo, incluso el mejor tratamiento antitrombótico no eliminará completamente el riesgo de PTS, y esta complicación todavía se desarrolla en pacientes bajo anticoagulación óptima. Tipo de anticoagulante: Se ha sugerido que las heparinas de bajo peso molecular (HBPM) son más eficaces que las VKA para la prevención de PTS. Este efecto se atribuyó en parte a las propiedades anti-inflamatorias de las HBPM. Un análisis agrupado de dos estudios demostró una reducción del riesgo del 87% en la incidencia de úlceras venosas con HBPM en comparación con el tratamiento estándar con VKA (IC del 95%: 0,02-0,71). Los hallazgos que favorezcan la HBPM sobre VKA para la prevención de STP deben ser interpretados con precaución, especialmente a la luz de los resultados de otros informes que no encontraron un beneficio estadísticamente significativo de la HBPM sobre VKA para la reducción del riesgo de STP. Hasta la fecha, el uso de la monoterapia con HBPM para la prevención de STP en pacientes después de la TVP sigue siendo controvertido y no se puede recomendar rutinaria mente. Si el tratamiento de la TVP con anticoagulantes orales directos (DOACs) es más eficaz que VKA en la prevención de PTS sigue siendo una pregunta sin respuesta. 30 Un análisis post-hoc del estudio de Einstein no pudo demostrar una reducción estadísticamente significativa en el riesgo de PTS en el grupo de tratamiento con rivaroxaban versus LMWH / VKA. El papel de las estatinas como un complemento a la anticoagulación en la prevención de la TVP recurrente y PTS todavía no está claro y estudios adicionales son necesarios. Las medias elásticas de compresión (ECS). El uso de ECS ha sido considerado durante décadas como una medida eficaz para la prevención de STP. Sin embargo, este supuesto no se ha basado en datos de buena calidad. Dos ensayos clínicos abiertos al azar demostraron que el uso de ECS de 30-40 mm Hg durante más de dos años después de la TVP proximal puede reducir el riesgo de PTS. Es de notar que ninguno de los estudios anteriores fue controlado con placebo. Por el contrario, un gran ensayo multicéntrico controlado por placebo en 803 pacientes (SOX Trial) no encontró ni un beneficio de las mediasde compresión durante dos años para la prevención de STP, ni una disminución en la tasa de TVP recurrente o mejoría de la CDV. Un período más prolongado de uso de ECS después de la TVP puede tener todavía un papel en la prevención de STP. El ensayo CELEST (NCT01578122) es un ensayo controlado, aleatorizado, multicéntrico, de no inferioridad y doble ciego diseñado para demostrar la no inferioridad de ECS con presión de tobillo 25 mm Hg frente a 35 mm Hg en el riesgo de PTS. El estudio IDEAL DVT (NCT01429714) es un ensayo multicéntrico, aleatorizado y simple ciego diseñado para demostrar la no inferioridad del tratamiento ECS adaptado individualmente (tratamiento inicial de 6 meses seguido de duración ajustada individualmente del tratamiento ECS basado en el puntaje de Villalta) frente a un estándar de 24 meses de tratamiento ECS para la prevención del STP. Se espera que los resultados de ambos ensayos proporcionen más información sobre el valor y la rentabilidad de ECS para la prevención de PTS. Actualmente, el papel de ECS en la prevención de STP sigue siendo un área de controversia. Sin embargo, dado que es poco probable que las medias de compresión causen daño, un ensayo de ECS puede ser apropiado en ciertas circunstancias, por ejemplo, para la indicación de alivio sintomático del edema o incomodidad de las extremidades en pacientes con TVP. Eliminación de coágulos: La TVP iliofemoral (TVP con venas femorales o ilíacas comunes) con lleva un mayor riesgo de PTS, que se estima que es dos veces mayor que el riesgo después de una TVP distal (OR 2,0, IC del 95%: 1,3-3,1). Los pacientes con TVP iliofemoral pueden requerir un abordaje más agresivo para reducir el riesgo de PTS. Además de la óptima Anticoagulación, se deben considerar diferentes opciones de eliminación de coágulos para estos pacientes. La restauración temprana de la permeabilidad de la vena (la llamada "veta abierta" hipótesis) puede mejorar la función de la válvula, la liberación de obstrucción y disminuir el riesgo de PTS. Para este propósito, los procedimientos invasivos que combinan diversos medios para la destrucción de coágulos farmacológicos y / o mecánicos pueden ser necesarios en casos seleccionados. En los últimos años, la trombólisis dirigida por catéter (CDT) o la CDT farmacomecánica (PCDT) se consideran métodos prometedores para la extirpación rápida de coágulos en pacientes con TVP iliofemoral. Los datos sugieren que la CDT puede tener una eficacia similar, pero una seguridad mejorada en comparación con la trombólisis sistémica. En la técnica CDT, se administra un fármaco fibrinolítico cerca del coágulo a través de un catéter, insertado directamente en el trombo bajo guía de formación de imágenes. PCDT incluye además una disrupción mecánica del coágulo. Existen varias ventajas de la CDT / PCDT sobre la trombólisis 31 sistémica en el tratamiento de la TVP: como se ha mencionado, la eDT suele considerarse más segura que la trombolisis sistémica: suele ser necesaria una dosis menor de fármaco trombolítico y se observan menos complicaciones hemorrágicas. Además, la Concentración de fármaco puede ser alcanzado en la ubicación del coágulo, posiblemente aumentando la eficacia del tratamiento. Varios ensayos demostraron la utilidad de eDT para la prevención de PTS. La tasa de éxito de la trombólisis que preserva la permeabilidad venosa y la función de la válvula durante las primeras dos semanas después de un evento trombótico puede llegar al 90%. La evidencia más sólida en apoyo de eDT / peDT para la prevención de STP proviene de ensayos aleatorios. El ensayo eaVenT fue un estudio multicéntrico aleatorizado que evaluó el efecto de una combinación de eDT con anticoagulación versus anticoagulación sola para la TVP ilíaca o femoral en la reducción del riesgo de PTS. El estudio eaVenT demostró una reducción del riesgo absoluto del 14,4% (le del 95%: 0,2-27,9) para el PTS en el subgrupo eDT durante los dos años posteriores a la intervención. El número necesario para tratar (NNT) para prevenir la aparición de una PTS en este estudio fue de 7. El estudio informó 20 complicaciones hemorrágicas (3 de ellas fueron clasificadas como mayores y 5 como clínicamente relevantes). No se informaron muertes por hemorragia o hemorragia cerebral en el grupo eDT. No hubo complicaciones hemorrágicas en el grupo de anticoagulación. En el informe de seguimiento de 5 años de este estudio, la reducción del riesgo absoluto de STP en el grupo eDT aumentó de 14,4% a 28% (le del 95% 14% -42%) yel NNT se redujo de 7 a 4. Hasta la fecha, el estudio eaVenT es el único ensayo aleatorizado que demostró el beneficio a largo plazo. De eDT en la disminución de la tasa de PTS con el tiempo después de la intervención. Sin embargo, incluso el eDT exitoso no elimina completamente el riesgo de PTS, ya que el 42,5% de los pacientes después de eDT desarrollaron PTS durante cinco años de seguimiento. Curiosamente, no hubo diferencias en la gravedad de los síntomas de PTS y las puntuaciones de QOL entre los pacientes que desarrollaron PTS tanto del eDT como del grupo de tratamiento estándar. La terapia trombolítica sistémica para la TVP en la actualidad se abandona generalmente debido al desarrollo de métodos aparentemente más seguros para administrar la terapia trombolítica para la TVP. La interrupción y el retiro mecánicos de coágulos guiados por imágenes (trombectomía mecánica) se han evaluado en informes observacionales y retrospectivos con resultados controvertidos. Un estudio prospectivo de trombectomía mecánica para el tratamiento de la TVP iliofemoral fue terminado prematuramente después de que el 75% de los pacientes reclutados desarrollaron TVP siguiendo el procedimiento. Sobre la base de las pruebas disponibles, la trombectomía mecánica no puede recomendarse rutinariamente, pero puede ser considerada para pacientes seleccionados con TVP proximal y contraindicaciones para la trombolisis. El estudio TORPEDO (Ensayo de trombosis por intervención endovenosa percutánea rápida en oclusión venosa profunda) fue un estudio aleatorio que evaluó el efecto de la combinación de intervención endovenosa percutánea (PEVI) y anticoagulación versus anticoagulación sola en la reducción del riesgo de STP con un promedio de 30 meses después del seguimiento de la TVP. Las intervenciones utilizadas en el grupo PEVI fueron trombectomía, eDT o peDT con o sin stenting o venoplastia con balón. También se recomendó a los participantes que usaran medias de compresión graduadas de muslos de 30 a 40 mm Hg durante un mínimo de 6 meses. Según el informe intermedio, después de 30 meses de seguimiento, el grupo control desarrolló PTS a una tasa más alta [29,6% (24/81)] que el grupo PEVI [6,8% (6/88) pb 0,001]. Sin embargo, los resultados del ensayo TORPEDO deben ser interpretados con cautela, debido a varias limitaciones: heterogeneidad de las intervenciones utilizadas en el grupo PEVI; La diferencia en el uso de la 32 terapia anti plaquetaria entre los grupos y la puntuación no validada para el diagnóstico de PTS. En la actualidad, se están realizando dos grandes ensayos controlados aleatorios diseñados para evaluar la utilidad del PCDT frente a la anticoagulación estándar para la prevención de STP en pacientes con TVP proximal: el ensayo ATTRACT (NCT00790335) y el estudio DUTCH-CAVA (NCT00970619). Los resultados del ensayo ADRACT estarán disponibles muy pronto y arrojarán luz sobre el papel del PCDT como una técnica para la prevención de STP en pacientes con TVP proximal extensa. En la práctica diaria, los posibles candidatos a intervención invasiva (CDT / PCDT, trombectomía quirúrgica) deben seleccionarse cuidadosamente de acuerdo con las directrices actuales y las recomendaciones de expertos. Sin embargo, las recomendaciones actuales se basan en una cantidad relativamente pequeña de evidencia de buena calidad y todavía
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