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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
FACULTAD DE PSICOLOGÍA 
 
 
Descripción de alteraciones cognitivas y calidad del sueño en pacientes con 
DCT en etapa crónica y la relación entre ellas. 
 
TESIS 
Que para obtener el título de 
Licenciada en Psicología 
 
 
P R E S E N T A 
María Fernanda Estrada Romo 
 
 
DIRECTOR: Dr. Paul Carrillo Mora 
REVISORA: Dra. Maura Jazmín Ramírez Flores 
 
 
 
Ciudad Universitaria, Cd. Mx., 2017 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
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Agradecimientos 
 
 
A la doctora Maura Ramírez, ya quien me transmitió su interés y pasión por la neuropsicología 
desde el inicio de la carrera. 
 
Al doctor Paul Carrillo, quien me brindó su apoyo y guía no sólo en el ámbito clínico sino 
también en el personal. 
 
A mi mamá, de quien aprendí la fortaleza, perseverancia y valentía para seguir adelante, sin 
importar las dificultades que se presentaran en el camino. 
 
A mi papá, su esfuerzo y empeño en mi educación me ayudaron a cumplir una meta más en mi 
vida profesional y personal. 
 
A mis abuelos, quienes me enseñaron a hacer las cosas con amor y confianza en mí misma. 
 
A mi tío, a mis tías y primas, que en las buenas y en las malas han estado siempre detrás de mí, 
recordándome que la unión hace la fuerza. 
 
Al señor Abel Martínez, a su esposa y sus hijas, quienes me adoptaron como un miembro más de 
su familia cuando más lo necesité y que me enseñaron que también la familia se puede elegir. 
 
A mi gran familia Café Son, con quienes he aprendido que el compromiso, la dedicación, el amor 
por lo que se hace y el trabajo en equipo se practican y construyen diariamente. 
 
A Silvia Vázquez, quien me ayudó a que este texto reflejara el trabajo, esfuerzo y dedicación que 
implicó este proyecto; gracias porque tu apoyo me dio el último empujón para culminar este gran 
paso. 
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A Carlos, Nayeli, Alfonso, Efraín, Arturo, Stephani y a todos los residentes del ISSEMyM 
Ecatepec, quienes me ayudaron a confiar en mí misma cuando estaba a punto de rendirme. 
 
A los jefes y residentes del Instituto Nacional de Rehabilitación del servicio de rehabilitación 
neurológica, ya que todos los días me dieron la oportunidad para seguirme enamorando y de 
disfrutar un poco más de la pasión por mi labor clínica. 
 
A los que ya no están, porque me ayudaron a encontrar mi fuerza interior para salir adelante y 
hacer frente a los retos de la vida, así como para darme cuenta de que las decisiones de vida no 
son siempre definitivas, pero que es de vital importancia asumir la responsabilidad de las 
consecuencias. 
 
 
4 
 
 
 
 
ÍNDICE 
 
 
 
 
 
 
Resumen………………………………………………………………………………… 5 
CAPÍTULO 1. Daño Cerebral Traumático 
1.1 Definición del Daño Cerebral Traumático…………...…………………………………. 6 
1.2 Etiología y Epidemiología………………………………………………………………. 6 
1.3 Fisiopatología del Daño Cerebral Traumático….………………………………………. 7 
1.4 Secuelas del Daño Cerebral Traumático…….………………………………………...... 10 
CAPÍTULO 2. Neuropsicología del Daño Cerebral Traumático 
2.1 Evaluación neuropsicológica…………………………………………………………… 12 
2.2 Secuelas cognitivas del Daño Cerebral Traumático...…………………………………... 13 
CAPÍTULO 3. Sueño 
3.1 Definición de Sueño……………………………………………………………............... 17 
3.2 Alteraciones del Sueño…………………………………………………………….. …... 18 
3.3 Repercusión del Daño Cerebral Traumático en el Sueño y su relación con otras 
secuelas……………………………………………………………………………………… 20 
CAPITULO 4. Método…………….………………………………………………………. 23 
CAPITULO 5. Resultados……………………………………………………….………… 31 
CAPITULO 6. Discusión y Conclusiones…………………………………………............ 43 
Referencias………………………………………………………………..………………… 50 
5 
 
 
 
 
Resumen 
 
El Daño Cerebral Traumático (DCT) o Traumatismo Craneoencefálico (TCE), se encuentra entre 
los primeros lugares como causa de discapacidad a nivel mundial, esto debido a que deja una 
serie de secuelas a nivel físico, emocional y cognitivo, repercutiendo directamente en la calidad 
de vida de los pacientes. Algunas secuelas que podrían presentarse son las alteraciones de sueño, 
importantes porque afectan negativamente el pronóstico funcional de los pacientes y ocasionan 
una mala calidad de sueño, lo que impacta en sus actividades cotidianas. Además su 
identificación oportuna ayuda al paciente a recibir el tratamiento adecuado. 
Estas secuelas han sido poco estudiadas y son escasos los trabajos que establecen como eje, la 
relación entre la calidad de sueño y el desempeño cognitivo, por esta razón, la presente 
investigación pretende hacer una aportación a los estudios de relación entre la calidad de sueño y 
el desempeño cognitivo en personas que sufrieron un DCT. Para ello, fueron evaluados 18 
pacientes con DCT severo, en etapa crónica, a quienes se les aplicó la escala de Depresión de 
Beck (BDI-II), la batería neuropsicológica Neuropsi Atención y Memoria, y el Índice de Calidad 
de Sueño de Pittsburgh (ICSP). 
De acuerdo a los resultados obtenidos en la evaluación neuropsicológica se observó, que los 
pacientes presentaron alteraciones principalmente en tareas relacionadas con memoria y 
funciones ejecutivas. Aquellos participantes que refirieron tener buena calidad de sueño, las 
puntuaciones fueron bajas en la evaluación cognitiva, en contraste con los que indicaron mala 
calidad de sueño. Por otro lado, no se encontró correlación entre las alteraciones cognitivas y la 
calidad de sueño. 
Una posible explicación de los resultados obtenidos en este estudio, podría ser el daño a 
diferentes regiones del encéfalo. A los lóbulos frontales y temporales se les atribuyen procesos 
cognitivos tales como las funciones ejecutivas, la memoria, así como, la autoconciencia del 
despertar; dichos procesos son necesarios para la resolución de los cuestionarios de Autorreporte, 
como el ICSP y la BDI-II, instrumentos utilizados en este estudio. 
 
Palabras clave: Neuropsicología, daño cerebral traumático, alteraciones cognitivas, calidad de 
sueño. 
 
6 
 
 
 
Capítulo 1. Daño Cerebral Traumático 
1.1 Definición del Daño Cerebral Traumático 
El daño cerebral traumático (DCT) es una lesión cerebral originada por la acción de una fuerza 
mecánica externa, directa o indirecta, sobre el cráneo, lo que ocasiona secuelas físicas, cognitivas 
y afectivas. Algunos ejemplos de mecanismos de lesión son los movimientos de 
aceleración/desaceleración, debido a golpes directos a la cabeza con algún objeto, entre otros. 
Una lesión se clasifica como DCT cuando el paciente presenta alguno de los siguientes signos y 
síntomas: pérdida o disminución del nivel de conciencia, pérdida de memoria de eventos previos 
o posteriores a la lesión, alteración del estado mental al momento de la lesión (confusión, 
desorientación, etc.), déficits neurológicos que pueden ser transitorios o no (debilidad, pérdida 
del equilibrio, cambios en la visión, paresia, pérdida sensitiva, afasia, etc.) y lesión intracraneal 
(Langlois y cols., 2011). 
 En México, el DCT tiene un índice de mortalidad de 38.8% por cada cien mil habitantes; 
respecto a las lesiones no mortales, el 40% de los sobrevivientes se reinserta a sus labores 
previas; se desconocen con exactitud las cifras de discapacidad debidas al DCT, sin embargo, se 
calculan al año20 mil casos (Secretaría de Salud, 2008). 
 
1.2 Etiología y Epidemiología 
El DCT se considera, a nivel mundial, una de las principales causas de muerte y discapacidad. La 
Organización Mundial de la Salud (OMS) preveé que para el año 2020 el daño cerebral 
traumático será la mayor causa de muerte y discapacidad a nivel mundial (Mollayeva, y cols., 
2013). 
La principal causa de DCT son los accidentes automovilísticos, siendo los jóvenes 
menores de 25 años, motociclistas y personas que manejan en estado de ebriedad la población 
más afectada. La segunda son las caídas, principalmente en pacientes mayores de 65 años, 
constituyendo el 21% de los casos. La tercera, las heridas por arma de fuego, siendo el 12% de 
los casos. El 10% es debido a los deportes. Por último, el porcentaje más bajo ocurre en el trabajo 
y por causas desconocidas (Woo y Thoidis, 2000). 
En Iberoamérica se reporta una incidencia de 200 a 400 casos por cada 100 mil habitantes. 
En nuestro país, de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), desde 1990 
el DCT se ubica dentro de las primeras diez causas de mortalidad (Cabrera y cols., 2009). La 
7 
 
 
 
Secretaría de Salud lo señala como la tercera causa de muerte, contribuyendo con un 75% los 
accidentes de tránsito y el resto debido a caídas y agresiones (Secretaria de Salud, 2008). En 
relación al género se sabe que se presenta más en la población masculina, en una proporción de 
3:1, y afecta principalmente a la población entre los 15 y 24 años de edad (Secretaria de Salud, 
2008). 
Los déficits cognitivos son comunes en los pacientes que han sufrido alguno de los 
percances mencionados, se ha reportado que el DCT generalmente deja deficiencias cognitivas, 
incluso en los niveles de lesión leve, estos pueden ocasionar secuelas detectables hasta tres meses 
después de la lesión, tales como la disminución de la velocidad de reacción (Richardson, 2000); 
además generan las dos terceras partes de pacientes con discapacidad después de un DCT 
(Jennett y Macmillan, 1981 citado en De los Reyes Aragón, y cols. 2014). Algunos estudios 
indican que pacientes con daño cerebral traumático leve se recuperan en un lapso de 3 a 12 meses 
después de la lesión. Sin embargo, pasado este tiempo, un 15% sigue presentando algunas 
alteraciones, lo que repercute en sus actividades diarias y conlleva dificultades a nivel social y 
laboral (Riggio, 2010). 
 
1.3 Fisiopatología del DCT 
Existen diferentes clasificaciones para el DCT, principalmente se dividen de acuerdo al tipo de 
lesión, ya sea primaria o secundaria. Las lesiones primarias son las que ocurren con el impacto y 
las secundarias, se refieren a la cascada bioquímica que se desencadena a consecuencia del 
traumatismo y continúan por un periodo indefinido de tiempo (Burke y Ordia, 2000). 
Las lesiones primarias pueden ser focales y difusas, las primeras se caracterizan por la 
localización de la lesión en el sitio de impacto, con déficits neurológicos referentes a la zona 
craneal, las regiones frontales y temporales. Por cierto, frecuentemente resultan afectadas debido 
a su cercanía con la base del cráneo. Las lesiones difusas se relacionan con daño axonal, debido a 
la fuerza de aceleración-desaceleración; se localizan casi siempre en el cuerpo calloso, el tallo 
cerebral, las regiones de materia blanca de los hemisferios e incluso en los pedúnculos 
cerebelosos, lo cual ocasiona déficits neurológicos no lateralizados (DeCuypere, 2012; Burke y 
Ordia, 2000). 
Por otro lado, las lesiones secundarias se refieren a los mecanismos bioquímicos y 
fisiológicos que se desencadenan a consecuencia de la lesión, la cual puede manifestarse desde 
8 
 
 
 
horas hasta días. Por ejemplo, la isquemia focal es el resultado del aumento de los niveles de 
aminoácidos excitadores, entre otros cambios bioquímicos. Esto ocurre en el 90% de los casos de 
DCT (Burke y Ordia, 2000). 
El DCT también puede clasificarse de acuerdo al tiempo de evolución (agudo, subagudo o 
crónico), y otros autores lo dividen por grado de severidad o grado de recuperación. En cuanto al 
tiempo de evolución cuando un paciente se encuentra en la fase aguda está neurológicamente 
inestable, con ello el riesgo de presentar complicaciones secundarias a la lesión es mayor. 
Durante esta fase puede darse un periodo de recuperación espontánea, en la cual, las funciones 
alteradas pueden irse recuperando sin la intervención de un profesional. Estos procesos de 
recuperación son mayores en los primeros meses posteriores a la lesión. En la fase subaguda, la 
vida del paciente ya no corre peligro y no hay riesgo de complicaciones, pero necesita de una 
rehabilitación intensiva y especializada. Por último, en la fase crónica, el paciente se encuentra 
neurológica y funcionalmente estable, es decir, no tiene cambios significativos en su condición 
médica ni funcional, la intervención va dirigida a cuidados para no empeorar su situación y 
mantener la máxima independencia posible (Muñoz y Aramburu, 2012). 
La incidencia de DCT severo es de 14 casos por cada 100,000 habitantes, el moderado es de 
15 casos por cada 100,000 y el DCT leve se presenta en 131 casos por 100,000 habitantes (Woo y 
Thoidis, 2000). En Estados Unidos aproximadamente el 85% de las ocurrencias se consideran 
leves, en cuanto a los pacientes hospitalizados se especula que el 20% se encuentran en un rango 
de DCT severo. En 1976, Bryan Jennett sugirió que la severidad de una lesión cerebral podía ser 
medida en función de la ocurrencia o duración de los signos y síntomas iniciales, la presentación 
de complicaciones y las consecuencias a largo plazo o secuelas, mientras que otros especialistas 
mencionan que el riesgo se puede determinar a partir del grado de dificultad que presente una 
persona en términos neurológicos o neuropsicológicos presentados inmediatamente después del 
periodo postraumático. Por otro lado, Charles Symonds nombre completo sugiere que la duración 
de la pérdida de consciencia puede utilizarse como indicador de la gravedad del daño cerebral 
(Richardson, 2000). Actualmente, para determinar el grado de severidad del DCT se utilizan los 
siguientes parámetros: 
 Duración de pérdida de consciencia o coma: por consenso es aceptada la duración de la 
pérdida de la consciencia como el factor más importante para evaluar la gravedad de una 
lesión cerebral, por lo que se clasifica un daño severo cuando el tiempo de pérdida de 
9 
 
 
 
consciencia es mayor o igual a seis horas. En 1994 se determinó que la duración del 
estado de coma está relacionado con daño a estructuras como el cuerpo calloso, tallo 
cerebral y cerebelo (Richardson, 2000). 
 La Escala de Coma de Glasgow (GCS): Esta escala fue creada en 1974 por Teasdale y 
Jennett. Se utiliza para calificar tres aspectos: respuesta ocular, respuesta motora y 
respuesta verbal, a cada aspecto se le asignan valores numéricos y después se suman para 
obtener el puntaje total. Los valores son apertura ocular (4 puntos), respuesta verbal (5 
puntos) y respuesta motora (6 puntos), siendo la puntuación máxima 15 y la mínima 3 
(Corral, 2001). 
Por ejemplo, un paciente que presenta un DCT leve obtendrá una puntuación en el GCS 
de 13 puntos o mayor. Estas puntuaciones son comunes en jugadores de algunos deportes 
o en actividades recreativas. Los síntomas que los pacientes reportan con frecuencia son 
cefalea y náuseas, es probable que presenten un corto periodo de desorientación, 
confusión o amnesia después de la concusión cerebral. La puntuación que clasifica un 
DCT moderado es de 9 a 12 puntos, los pacientes pueden presentar periodos de pérdida 
de la conciencia breves y mostrarse confundidos, también referir fuertes dolores de 
cabeza y náuseas. Un DCT clasificado como severo obtiene una puntuación de 8 puntos o 
menos, los pacientes pueden presentar fracturas de cráneo o hemorragias intracraneales, 
generalmenterequieren de atención quirúrgica inmediata o monitoreo constante de la 
presión intracraneal (DeCuypere, 2012; Corral, 2011). 
 Amnesia Postraumática: se refiere al periodo en el que está alterado el estado de alerta 
después del coma, es decir, al intervalo de tiempo entre el daño cerebral y el 
restablecimiento de la memoria en un continuo día a día (Richardson, 2000). Se 
caracteriza por confusión, desorientación y amnesia retrógrada y anterógrada. Bendixen y 
Benton (1996) proponen preguntar al paciente cuál es el primer evento que puede 
recordar desde el momento en el que despertó del estado de coma. Un daño cerebral se 
clasifica como severo cuando este periodo tiene una duración de más de 7 días. En 1981 
Jennet y Teasdale realizaron una clasificación más detallada de acuerdo a la duración de 
la amnesia postraumática llendo de muy leve (menos de 5 minutos de duración) a 
extremadamente severo (duración de más de 4 semanas) (Richardson, 2000). 
 
10 
 
 
 
En la tabla 1 se ilustran los tres principales indicadores de severidad y las puntuaciones 
según se clasifica un daño cerebral como leve, moderado o severo: 
Tabla 1 
Clasificación de la severidad del DCT 
Criterio Leve Moderado Severo 
Pérdida de consciencia 0-30 minutos >30 minutos y <24 horas >24 horas 
Amnesia Postraumática ≤1 día >1 día y <7 días >7 días 
GCS 13-15 9-12 3-8 
GCS (Escala de Coma de Glasgow, por sus siglas en inglés). 
Tomado de Langlois, y cols., 2011. 
 
1.4 Secuelas del DCT 
Las secuelas motoras se presentan en un 93% de los casos, persistiendo incluso de 5 a 8 años 
después de la lesión cerebral, las secuelas motoras más frecuentes son la hemiparesia y la 
espasticidad (Richardson, 2000). Asimismo son comunes las alteraciones en las habilidades de 
comunicación, al igual que en las habilidades cognitivas y sociales, esto repercute directamente 
en las actividades de la vida diaria de los pacientes, en su familia, en su vida social y laboral. Es 
por ello, que se considera una de las principales causas de discapacidad a nivel mundial, ya que 
las edades en las que se presenta corresponden a la población en edad productiva. 
Levin nombre completo y colaboradores (1996) demostraron en un estudio, tres factores 
para determinar la discapacidad a largo plazo: a partir de la edad en la que ocurrió la lesión, la 
gravedad del estado neurológico en el que se encontraba el paciente después de la lesión y la 
duración de la amnesia postraumática. Además de la severidad de la lesión, el restablecimiento 
laboral de los pacientes lo relacionaron también con la edad, la personalidad premórbida, así 
como su ocupación previa y la discapacidad presentada a nivel motor o en áreas específicas 
(Kashyap y Kumar, 2010). 
En cuanto al medio laboral, Johnson (1998), encontró que el 42%, de los 62 pacientes que 
siguió durante diez años, se habían reincorporado a su trabajo; el 20% tenía un patrón irregular de 
trabajo y el resto de los pacientes habían hecho muy poco esfuerzo por reincorporarse o no 
11 
 
 
 
habían hecho ningún esfuerzo en absoluto (Richardson, 2000). Por su parte en el 2010, Kashyap 
y Kumar mencionan que mientras que las secuelas físicas pueden resolverse, las alteraciones 
emocionales y cognitivas pueden permanecer hasta 10 años después de la lesión (Kashyap y 
Kumar, 2010). 
Entre las principales secuelas físicas se encuentran la fatiga, la cefalea, parálisis, 
debilidad, déficit en habilidades motoras finas, ataxia, problemas del sueño (somnolencia diurna, 
insomnio, etc.), problemas sexuales, incontinencia, epilepsia y dolor. También se pueden 
presentar problemas sensoriales tales como agnosias, hemianestesia, anosmia, tinnitus, pérdida 
auditiva, alteraciones en la propiocepción, problemas de la visión, como visión borrosa, diplopía, 
hemianopsia, sensibilidad a la luz, déficit en la percepción de profundidad, así como alteración o 
dificultad en el movimiento ocular (Arango y cols., 2012). 
Además los pacientes con DCT pueden presentar secuelas afectivas como la depresión, 
ésta se estima con mucha frecuencia entre el 6% y el 77% de los casos. Durante el primer año la 
presencia de síntomas depresivos se reporta entre 25% y 50% de los casos (Jorge y Arciniega, 
2014). Entre otras secuelas emocionales se encuentran la disminución de la motivación, la cual es 
necesaria para tener un funcionamiento adaptativo y una aceptable calidad de vida. Por otra parte, 
también se pueden presentar ansiedad, agresividad, el trastorno por estrés postraumático, 
esquizofrenia, el desorden obsesivo-compulsivo (Arango y cols., 2012; Johnson y Lovell, 2011), 
así como frustración y confusión (Prigatano, 1998). Las secuelas afectivas son importantes de 
considerar, porque su alteración puede ocasionar que el paciente descuide su medicación, falte a 
sus citas médicas o no ponga suficiente empeño en las terapias (Johnson y Lovell, 2011). En 
cuanto a las secuelas cognitivas y del sueño se retomaran en los capítulos posteriores. 
 
12 
 
 
 
Capítulo 2. Neuropsicología del Daño Cerebral Traumático 
2.1 Evaluación neuropsicológica 
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define discapacidad como cualquier pérdida o 
anormalidad de la estructura o función psicológica, fisiológica o anatómica. Las alteraciones 
cognitivas son deficiencias de las funciones neuropsicológicas y pueden estar relacionadas a 
algún daño en áreas específicas del cerebro, para su detección es necesario hacer una evaluación 
neuropsicológica, este es el método más usado para delimitar la naturaleza y severidad de las 
alteraciones neuropsicológicas, después de un DCT, ya que provee resultados relativamente 
estandarizados y objetivos de las alteraciones cognitivas que subyacen a la discapacidad; por otro 
lado, permite obtener herramientas para conocer la dificultades diarias del paciente, así como 
posibles métodos de resolución de éstas (Ponsford, 1995). 
La evaluación neuropsicológica ayuda a determinar las funciones afectadas, las fortalezas 
y debilidades del paciente, esto con el fin de facilitar el tratamiento (Tsaosides y Gordon, 2009; 
Ponsford, 1995). Al mismo tiempo, se debe indagar sobre las actividades laborales, del hogar o 
educativas que realizaba el paciente, con el fin de determinar la manera en la que estas 
alteraciones repercuten en sus actividades diarias (Arango et al, 2012). Las baterías 
neuropsicológicas para la evaluación de un paciente con DCT están enfocadas en detectar la 
presencia de alteraciones comúnmente reportadas por estos pacientes, por lo que se incluyen 
pruebas de atención como el Trail Making Test, pruebas de memoria, por ejemplo la copia y 
evocación de la figura de Rey-Osterrieth. Pruebas de funciones ejecutivas como el Wisconsin 
Card Sorting Test, la Torre de Hanoi, entre otras. Así mismo se pueden incluir pruebas de 
lenguaje como el Boston Naming Test y también se realizan pruebas de velocidad de 
procesamiento (Laxe y cols., 2013; Ariza y cols., 2004; Ponsford, 1995). La finalidad de la 
evaluación es objetivar las consecuencias del DCT y establecer las metas concretas para la 
rehabilitación neuropsicológica (Prigatano, 1998). 
Para los pacientes con DCT la evaluación debe incluir la historia clínica del paciente 
considerando duración y severidad de los síntomas, así como, estresores sociales y ambientales, 
comorbilidad con otras enfermedades, medicación y si existe consumo de drogas. Se debe 
determinar la disfunción psicológica a partir del estado premórbido del paciente (Prigatano, 
1998). Así como tener en cuenta edad del paciente, antecedente cultural, nivel de escolaridad, 
13 
 
 
 
abuso de sustancias, trastornos psiquiátricos o neurológicos previos, nivel de ansiedad y/o 
depresión. 
Existe gran cantidad de estudios neuropsicológicos relevantes acerca de los cambios que 
presentan los pacientes, tanto a nivel cognitivo como comportamental y en distintos grados de 
severidad,ya que evidentemente estas alteraciones tienen un gran impacto en la capacidad de los 
pacientes para participar y beneficiarse de la rehabilitación y para retomar sus actividades diarias. 
Los problemas atencionales representan complicaciones porque afectan la capacidad del paciente 
de participar activamente en la terapia. Las dificultades de memoria resultan relevantes debido a 
que debe de haber un aprendizaje entre una sesión y otra, dificultades como la falta de retención 
ocasiona que no haya un avance considerable (Ponsford y cols. 1995). 
 
2.2 Secuelas cognitivas del DCT 
Algunos autores sostienen que la magnitud de las secuelas cognitivas está directamente 
relacionada con la duración del estado de coma. Sin embargo, otros estudios correlacionan la 
disfunción de los procesos cognitivos a largo plazo con otros factores como: la calificación de la 
escala de coma de Glasgow, el tiempo de duración de la amnesia postraumática, la alteración de 
los reflejos del tronco encefálico, la hipertensión intracraneal y cuestiones comórbidas al DCT 
como la hipertensión arterial (Ariza y cols., 2004). La localización de la lesión también será 
predictor para determinar qué funciones cognitivas se encuentran afectadas en el paciente, las 
lesiones más frecuentes se localizan en los lóbulos temporal y frontal del cerebro, lo que nos 
estaría hablando de las funciones afectadas, principalmente son la atención, la memoria, las 
funciones ejecutivas o frontales, la emoción y la conducta (Ariza y cols., 2004). 
Las secuelas más reportadas tanto por los pacientes como por sus familiares son las 
alteraciones de la memoria, las cuales varían de acuerdo con la severidad del daño (Arcia y 
Gualtieri, 1993, mencionado en De los Reyes Aragón y cols., 2014). Su medición es por medio 
de la duración de la amnesia postraumática y el estado de coma. Por otra parte, Bennett-Levy y 
Powell (1980) encontraron que pacientes que habían sufrido una lesión severa presentaban 
deficiencias en la memoria entre dos y cinco años después de la lesión. En el mismo estudio 
concluyó que otra de las secuelas cognitivas severas a largo plazo del DCT es la disminución en 
la velocidad de procesamiento de la información (Bennett-Levt y Powell, 1980, citado en 
Richardson, 2000). Aunado a esto Prigatano y sus colaboradores, en 1984 concluyeron que las 
14 
 
 
 
habilidades de memoria eran determinantes importantes para la reincorporación tanto académica 
como laboral (Prigatano, 1998). 
Por otro lado, las dificultades en orientación y alerta son comunes en estos pacientes, 
particularmente durante las primeras horas o días después de la lesión. De manera 
complementaria, la probabilidad de los pacientes para presentar secuelas en el nivel atencional 
son altas, ya que dependerá de diversos factores etiológicos que pueden afectar la función 
cerebral tales como: el daño al Sistema Reticular Activador Ascendente (SRAA), la reducción del 
metabolismo cerebral, fallas orgánicas, aumento o disminución de la temperatura corporal, 
convulsiones, así como, medicación del paciente o alteraciones del sueño. 
Los problemas en la atención también pueden resultar de una desconexión de regiones 
frontales del cerebro y el tallo. De manera particular, se afectan subtipos tales como la capacidad 
de mantener la atención por largo tiempo o seleccionar un estímulo relevante. Las alteraciones de 
estos procesos provocan en el paciente dificultades en la formación de conceptos y habilidades 
para el razonamiento complejo. Estas alteraciones pueden interferir con la rehabilitación del 
paciente, ya que lo pueden estar distrayendo demasiado, ocasionándole dificultades para aprender 
estrategias compensatorias o para obtener beneficios de estrategias de reentrenamiento (Lezak, 
1995 en Johnson y Lovell, 2011). 
Los pacientes con secuelas de DCT de manera muy frecuente presentan dificultades en las 
funciones ejecutivas. Las cuales definiremos como los procesos cognitivos que tienen el papel 
principal de regular la conducta, con el fin de llegar a una meta. Ejemplos de estas son: la 
planeación, la inhibición, la toma de decisiones, la flexibilidad mental; algunos autores también 
incluyen la regulación atencional. Se ha reportado que estas serán las secuelas más incapacitantes 
para el paciente, porque se afecta su capacidad para adaptarse funcionalmente al ambiente. 
Incluso, pueden llegar a exacerbar dificultades en otros procesos cognitivos como la memoria. 
Del mismo modo, podrían llegar a ser confundidos con problemas emocionales, como la apatía, 
la iniciativa disminuida o la disminución de habla espontánea, entre otros. 
La alteración en estas funciones afecta el desempeño en actividades de la vida diaria del 
paciente, ya que presentan dificultades para la planeación e inhibición, incluso pueden mostrar 
conductas impulsivas (Johnson y Lovell, 2011). También inhabilidad para usar la información de 
forma fluida o adaptativa, es decir, dificultad para analizar, planificar y secuenciar los pasos 
necesarios para la resolución de una tarea (Ariza y cols., 2004). 
15 
 
 
 
En cuanto al lenguaje se reporta que la afasia es poco frecuente en estos pacientes. Estas 
alteraciones pueden variar de acuerdo a la localización y severidad del daño cerebral (Langlois, y 
cols., 2011). Se reporta en la literatura que desde etapas agudas se presentan dificultades para la 
comprensión y repetición de palabras, lo que repercute directamente en las actividades de la vida 
diaria. 
Según un estudio realizado por Milton y Wertz (1986), las dificultades en el lenguaje 
están estrechamente relacionadas con las alteraciones motoras, por lo que la recuperación de estas 
habilidades tiende a ser lenta y no presentan mejoría de cinco a siete meses después de la lesión. 
De estas secuelas las más comunes son la disartria y la anomia, persistiendo de manera sutil 
incluso cinco años después de la lesión. Algunos estudios reportan los problemas de 
comunicación como predictores significativos de fracaso, cuando el paciente quiere 
reincorporarse a un ambiente laboral (Miltob y Wertz, 1986, mencionado en Richardson, 2000). 
Ramírez y Ostrosky, en 2009, realizaron un estudio en el cual aplicaron una evaluación 
neuropsicológica específica para lóbulos frontales, a pacientes con DCT moderado y severo 
encontrando que los principales déficits cognitivos en esta población, se relacionaban con la 
velocidad de procesamiento, fluidez semántica y planeación. De manera específica observaron, 
que los pacientes con DCT moderado alcanzaban menores puntos en la evaluación en tareas de 
flexibilidad mental, velocidad de procesamiento y control inhibitorio. Asimismo, ellas reportaron, 
que los pacientes que no recibieron atención neuropsicológica persistían con secuelas cognitivas 
hasta 8 años después del daño cerebral, lo que impactaba directamente en su desarrollo individual 
y social (Ramírez y Ostrosky-Solís, 2009). Conjuntamente con estos hallazgos Quijano y sus 
colaboradores, en el año 2011, reportaron también que se presentan alteraciones en la orientación, 
atención y memoria (Quijano, y cols., 2012). 
Las secuelas se determinan de acuerdo al tipo de lesión y al grado de severidad de la 
misma, aproximadamente el 65% de los pacientes que tuvieron un DCT moderado o severo 
refieren, a largo plazo, tener diferentes dificultades como la depresión y la ansiedad, de éstos 
pacientes el 43% permanece con dificultades cognitivas, mientras que el 15% de los pacientes 
que padecieron un DCT leve refieren tener dificultades que persisten tiempo después del evento, 
generalmente se refieren a problemas del estado de ánimo o síntomas físicos, como cefalea, y en 
ocasiones pueden relacionarse con la esfera cognitiva, por ejemplo, dificultad para concentrarse 
(Rabinowitz y Levin, 2014). 
16 
 
 
 
Los pacientes, entre el 80% y el 85% que tuvieron un DCT leve, resuelven sus 
dificultadescognitivas en un lapso de tiempo entre los 3 y 6 meses posteriores a la lesión. 
Mientras que el 65% que presenta un DCT moderado a severo permanecen con diversas 
dificultades en la esfera cognitiva, como son dificultades en la atención, memoria, funciones 
ejecutivas, entre otras. El grado de severidad del DCT no es el único factor relacionado con la 
presencia de las secuelas, ya que éstas también se relacionan con complicaciones posteriores, 
enfermedades concomitantes como abuso de sustancias, entre otros factores (Rabinowitz y Levin, 
2014). 
Algunos síntomas como la ansiedad y la depresión resultan del esfuerzo para lidiar con los 
déficits cognitivos persistentes, de manera particular, con la disminución de la velocidad de 
procesamiento de la información. Los pacientes con DCT leve, en los cuales no hay una 
discapacidad evidente, se espera que regresen a sus actividades diarias en poco tiempo, sin 
embargo, dificultades como las antes mencionadas lo postergan (Ponsford y cols. 1995; Silver y 
cols., 2001). 
El DCT de moderado a severo presenta secuelas cognitivas y conductuales más extensas y 
persistentes. Es importante considerar el grado de la lesión y su localización, así como la alta 
incidencia de daño axonal difuso y el daño a los lóbulos frontal y temporal. Las alteraciones 
comúnmente presentes en estos pacientes son alteraciones físicas como la fatiga. Cognitivas 
como la atención, los problemas de aprendizaje y la memoria, la dificultad en la planeación, la 
resolución de problemas y el razonamiento concreto, la inflexibilidad, la impulsividad y la 
iniciativa disminuida. Conductuales y emocionales como la irritabilidad y el comportamiento 
social inapropiado (Rabinowitz y Levin, 2014). 
 
 
 
 
 
17 
 
 
 
Capítulo 3. El sueño 
3.1 Definición de Sueño 
De acuerdo a la definición retomada por Carskadon y Dement (2011), el sueño es un estado 
neurocomportamental recurrente y reversible en el cual el organismo presenta inactividad ante el 
entorno. En seres humanos se acompaña de una postura estereotipada (el individuo está 
acostado), hay disminución de actividad conductual y ojos cerrados. Una persona adulta debe 
dormir en promedio de siete a nueve horas por noche, durante este tiempo se presentan varios 
ciclos de sueño (Ayala-Guerrero y cols., 2007). 
 
La Academia Americana del Sueño describió cuatro fases de sueño no MOR (NMOR) o 
sueño lento en el año 2007, N1, N2 y N3 y finalmente el sueño profundo o de ondas lentas. 
Para su estudio se utiliza la observación directa del análisis de la conducta y técnicas 
electrofisiológicas. Se emplea una clasificación que lo divide en varias etapas o fases como la 
fase MOR y la fase No MOR. Éstas se presentan cíclicamente a lo largo del periodo de sueño y 
se determinan a partir de la actividad cerebral, es así que en la etapa No MOR (NMOR) la 
actividad cerebral es sincronizada, con ondas lentas y tono muscular disminuido; mientras que en 
el sueño MOR la actividad cerebral está desincronizada y existe atonía muscular. Las 
ensoñaciones son típicas de esta fase (para una revisión véase Carskadon y Dement, 2011; Ayala-
Guerrero, y cols., 2007). 
Para el análisis y estudio del sueño existen varias herramientas de las que se puede hacer 
uso, la principal es la polisomnografía, la cual tiene como base el electroencefalograma (EEG). 
Esta herramienta permite diferenciar las fases del sueño mediante un método, que consiste en 
colocar electrodos sobre el cráneo, para registrar la actividad eléctrica cerebral. Otra herramienta 
es el electro-oculograma (EOG), consiste en el registro de la actividad cercana a los ojos con la 
finalidad de identificar cuando la persona ya se durmió, se basa en las etapas de sueño que se 
acompañan de movimientos lentos de los ojos, a excepción del sueño MOR. En el 
electromiograma (EMG), se colocan electrodos en los músculos cerca de la barbilla, esto sirve 
como criterio para determinar si la persona está en fase MOR, colocados en distintos músculos 
ayudan a determinar alteraciones del sueño (Carskadon y Dement, 2011). 
Un sueño reparador es importante porque ayuda al mejor funcionamiento físico y 
cognitivo, se sabe que si no se descansan las horas necesarias el desempeño cognitivo tiende a ser 
18 
 
 
 
menor y en general hay malestar físico. La importancia de dormir adecuadamente se debe al 
proceso biológico que desempeña el sueño, ya que nos ayuda a responder de forma pertinente 
para que podamos estar atentos y emitir respuestas adaptativas a nuestro entorno (Montes-
Rodríguez y cols., 2006). 
 
3.2 Alteraciones del sueño 
Las alteraciones del sueño son un problema muy común entre la población, éstas desde hace 
algún tiempo se han incrementado, para el año 2005, el 75% de la población adulta presentaba 
uno o más síntomas de algún trastorno del dormir. Las causas de estas alteraciones son diversas, 
pueden ir desde situaciones estresantes, efectos secundarios de algún fármaco o a consecuencia 
de alguna enfermedad entre otros (Jiménez-Genchi, y cols., 2008). 
Existen diversos trastornos del sueño, sin embargo, para este trabajo sólo se mencionarán los 
más frecuentes entre los pacientes con daño cerebral, a continuación se enumeran: 
 Insomnio: se refiere a un problema para iniciar y mantener el sueño, se ha descrito 
insomnio inicial, al problema para conciliar el sueño, la latencia de éste se alarga de 
manera considerable. Insomnio intermedio, la latencia se encuentra dentro de un periodo 
normal, sin embargo, el despertar sucede a mitad de la noche y el periodo de tiempo para 
volver a conciliar el sueño es prolongado. Insomnio terminal, se concilia el sueño de 
manera normal, sin embargo, el despertar sucede en la madrugada y no se puede conciliar 
el sueño nuevamente (Ayala-Guerrero, y cols., 2007; Parcell y colaboradores 2006). 
 Parasomnias: se trata de alteraciones conductuales relacionadas con el sueño, por 
ejemplo, sonambulismo, sueños vívidos, terrores nocturnos, mioclonías, etc. En ocasiones 
estos trastornos pueden presentarse debido al uso de algún fármaco, en algunos 
padecimientos neurológicos o psiquiátricos (Ayala-Guerrero, y cols., 2007). 
 Somnolencia Diurna: se refiere a periodos recurrentes de somnolencia durante el día, lo 
que en ocasiones se vuelve discapacitante ya que impide realizar las actividades de la vida 
diaria. Suele presentarse con frecuencia en pacientes con alteraciones neurológicas o 
emocionales (Osorio y colaboradores, 2013; Ayala-Guerrero, y cols., 2007). 
 Fragmentación del Sueño: en este trastorno se puede conciliar el sueño normalmente, 
sin embargo, a lo largo de la noche suceden varios episodios donde el paciente despierta, 
19 
 
 
 
si no se controla, a largo plazo la persona que lo padece puede desarrollar somnolencia 
diurna (Osorio y colaboradores, 2013; Ayala-Guerrero, y cols., 2007). 
 Apnea Obstructiva del Sueño: es un síndrome en el cual durante el sueño se cierran las 
vías respiratorias, si no se atiende repercute considerablemente en la salud, por ejemplo, 
ocasiona problemas cardiovasculares debido a la disminución de oxígeno en la sangre, 
asimismo puede producir fragmentación del sueño (Ayala-Guerrero, y cols., 2007; 
Castriotta y Lai, 2001). 
Existen diferentes herramientas cuantitativa y cualitativa para identificar alteraciones en el 
dormir (Mollayeva, y cols. 2016). En el primer caso, se utiliza la polisomnografía que nos 
permite analizar de manera detallada la organización temporal del ciclo sueño vigilia (latencia de 
sueño, duración y eficiencia entre otros). En el caso de la valoración cualitativa se toma en cuenta 
la percepción del paciente sobre el dormir así como el criterio del clínico que realiza el estudio 
(Mollayeva y cols. 2016). El Índice de Calidad de Sueño de Pittsburgh es (ICSP) es un ejemplo 
de esta valoración cualitativa, creado en 1989 con la finalidad de estudiar la calidad de sueñoy 
que se utilizó en el desarrollo de la presente tesis. 
El ICSP es una escala de autorreporte de 19 preguntas, que examina la calidad y algunas 
alteraciones del sueño, asimismo es útil para obtener resultados válidos acerca de la calidad. De 
acuerdo a la puntuación obtenida permite identificar los pacientes con buena calidad o mala 
calidad de sueño, es sencillo para los pacientes responder el cuestionario y para el clínico es fácil 
interpretarlo (Mollayeva y cols., 2016). Para calificar cada pregunta se le asigna una puntuación 
que va del cero a los tres puntos. Para obtener la puntuación total de la escala se suma el 
resultado de los siete componentes que lo conforman (calidad subjetiva, latencia, duración, 
eficiencia, trastornos del sueño, utilización de fármacos y disfunción diurna). De acuerdo a la 
puntuación global se distingue a los pacientes con buena calidad (puntuación ≤5) y con mala 
calidad de sueño (puntuación >5) (Buysse et al, 1988). 
Inicialmente el ICSP se utilizó para evaluar a pacientes con trastornos psiquiátricos, sin 
embargo, su uso se ha extendido a otras poblaciones y se ha estudiado la manera en la que se 
relaciona con otras variables. Tal es el caso de los pacientes con DCT, para tal fin, Fichtenberg y 
sus colaboradores realizaron un estudio en el que demostraron la validez y utilidad del ICSP en 
población con DCT en etapa subaguda. Ellos establecieron que los pacientes estudiados debían 
encontrarse en el nivel seis del funcionamiento cognitivo, según la escala del Centro Nacional de 
20 
 
 
 
Rehabilitación Rancho Los Amigos, es decir, que los pacientes se encontraran en un nivel de 
alteración cognitiva leve (Fichtenberg y cols., 2001). Asimismo, en otro estudio realizado por 
Mollayeva y sus colaboradores (2016) se hizo una revisión y un meta-análisis del ICSP para el 
estudio de calidad de sueño en población clínica y no clínica, ellos concluyeron que la escala de 
calidad de sueño tiene validez clínica y sensibilidad al constructo que pretende medir. 
Los componentes de la calidad de sueño según el ICSP son los siguientes: 
1. Calidad subjetiva de sueño: se refiere a la percepción que tiene el individuo de su calidad 
de sueño, puede ser muy buena, bastante buena, bastante mala o muy mala. 
2. Latencia de sueño: se refiere al tiempo que la persona tarda en conciliar el sueño, a partir 
del momento en el que éste se acuesta. 
3. Duración de sueño: se trata de las horas que el paciente percibe que durmió 
verdaderamente. 
4. Eficiencia habitual de sueño: es el resultado del (número de horas dormidas/el número de 
horas que permanece acostado) X 100 = al porcentaje de eficiencia habitual del sueño. 
 5. Trastornos de sueño: es la suma de varias perturbaciones comunes durante la noche, tales 
como despertares nocturnos, tos nocturna, trastornos respiratorios, dolores nocturnos y pesadillas. 
6. Fármacos para dormir: uso por prescripción o no, de medicación para conciliar el sueño. 
7. Disfunción diurna: presencia o ausencia de somnolencia diurna y dificultad para realizar 
alguna actividad de la vida cotidiana. 
 
3.3 Repercusión del DCT en el sueño y su relación con otras secuelas 
Los pacientes con DCT reportan tener alteraciones significativas en el ciclo sueño-vigilia después 
de la lesión (Mollayeva, y cols., 2013). Entre las alteraciones de sueño de mayor frecuencia en 
esta población se encuentran principalmente la disfunción diurna y el insomnio, las cuales son las 
más reportadas por familiares y pacientes con DCT (Parcell y cols., 2006 y 2008; Mahmood y 
cols. 2004; Fogelberg y cols., 2012; Mollayeva y cols., 2016). Estas secuelas pueden presentarse 
de corto a largo plazo después del daño cerebral. 
Parcell y sus colaboradores (2006) mencionan que los cambios, en los hábitos de sueño 
son reportados por el 50% de los pacientes con DCT, además sugieren que pacientes con 
traumatismo moderado reportan problemas tales, como despertares durante la noche y periodos 
de sueño más largos, además de niveles elevados de ansiedad o depresión, los cuales están 
21 
 
 
 
estrechamente relacionados con los cambios en los hábitos de sueño. Según los resultados que 
obtuvieron mencionan que el 89% de los pacientes con DCT referían tener mala calidad de 
sueño, siendo las alteraciones más frecuentes los despertares durante la noche y una latencia 
prolongada. 
Estas secuelas son debidas, en muchas ocasiones a que el DCT puede lesionar las 
estructuras del sistema nervioso responsables del sueño como: el Sistema Reticular Activador 
Ascendente (SRAA), el hipotálamo, prosencéfalo basal, los núcleos del puente, así como alterar 
el ciclo circadiano, dañando de manera importante el núcleo supraquiasmático o el hipotálamo 
anterior y sus conexiones. Lo anterior ocasiona de manera secundaria una alteración en la 
regulación bioquímica del cerebro. Se ha estudiado que los pacientes en etapa aguda después de 
un DCT tienen niveles bajos de hipocretina-1, el cual es un neuropéptido hipotalámico implicado 
en la regulación del sueño (Parcell, y cols., 2008). 
Con frecuencia los problemas relacionados con el sueño se presentan en conjunto con 
otras secuelas como las cognitivas, físicas y emocionales, y del mismo modo, tienen un impacto 
funcional en la calidad de vida de los pacientes (Ponsford y Sinclair, 2014). Por otra parte, las 
secuelas emocionales tales como la ansiedad y la depresión son factores importantes para la 
presencia de alteraciones del sueño, ya que la medicación que se usa para tratarlas, en muchas 
ocasiones puede alterar el ciclo sueño-vigilia (Parcell y cols., 2008). 
Por otro lado, se ha estudiado poco la relación entre la calidad del sueño con otras 
secuelas como la ansiedad, depresión, funcionalidad, actividades de la vida diaria, dolor y 
funciones cognitivas, sin embargo, en el año 2012, Fogelberg y sus colaboradores estudiaron la 
asociación entre la calidad de sueño, la depresión, ansiedad, dolor, calidad de vida y otras escalas 
de funcionalidad en pacientes con DCT moderado a severo a un año de la lesión. Ellos reportaron 
que los participantes que tenían mala calidad de sueño presentaban además, depresión, ansiedad y 
dolor; asimismo obtuvieron puntuaciones peores en las escalas de funcionalidad, en comparación 
con los que tenían buena calidad de sueño y los participantes sanos (Fogelberg, y cols., 2012). 
Anteriormente Mahmood y sus colaboradores (2004) habían relacionado la calidad de 
sueño con el desempeño cognitivo de pacientes con secuelas de DCT leve, moderado y severo, 
reportando que los pacientes con DCT leve referían más problemas de sueño que los pacientes 
con lesión moderada a severa. Los autores concluyeron que la severidad del trauma es 
directamente proporcional a los problemas de memoria que tendrán los pacientes, por lo que 
22 
 
 
 
recabar información del tiempo que permanecen dormidos es difícil debido a las alteraciones que 
presentan en esta función cognitiva. También encontraron que los pacientes que reportaban 
problemas de sueño tenían un desempeño muy deficiente en subpruebas de funciones ejecutivas, 
a pesar de esto no encontraron datos estadísticamente significativos relacionando los resultados 
obtenidos de calidad de sueño y el desempeño cognitivo de los pacientes (Mahmood y cols., 
2004). 
 
23 
 
 
 
Capítulo 4. Método 
Justificación 
El Daño Cerebral Traumático (DCT) es una de las causas más importantes de discapacidad en la 
población adulta joven a nivel mundial (Johnson y Lovell, 2011; Ariza y cols., 2004; Ponsford y 
cols. 1995). Las alteraciones cognitivas y los trastornos del sueño son dos consecuencias del DCT 
muy frecuentes que suelen ser poco diagnosticadas, por lo tanto, poco tratadas en este grupo de 
pacientes (Bloomfield y cols., 2010; Castriotta y Lai, 2001). 
Por otra parte, a pesar de la evidencia, de que las alteraciones del sueño dificultan el 
proceso de recuperacióny exacerban otras secuelas asociadas al trauma, existe poca investigación 
acerca del impacto del diagnóstico y manejo de dichas alteraciones sobre la cognición (Wiseman-
Hake y cols., 2013). Está demostrado que la presencia de estas secuelas se asocia a un peor 
pronóstico funcional, en pacientes con DCT (Wiseman-Hake y cols., 2013). Por lo tanto, resulta 
importante conocer cuál es la frecuencia y la relación de las alteraciones neuropsicológicas y los 
trastornos del sueño en pacientes con DCT. 
 
Pregunta de investigación 
¿Cuáles son las alteraciones neuropsicológicas más frecuentes y la calidad de sueño que se 
reporta, en una muestra de pacientes con DCT severo? 
¿Existe relación entre las alteraciones cognitivas y la calidad de sueño en un grupo de pacientes 
con DCT severo? 
 
Objetivos 
1. Evaluar y describir las alteraciones cognitivas presentes en un grupo de pacientes con 
DCT severo. 
2. Evaluar y describir la calidad subjetiva de sueño reportada en un grupo de pacientes con 
DCT severo. 
3. Correlacionar las alteraciones cognitivas y el reporte de calidad subjetiva de sueño en un 
grupo de pacientes con DCT severo. 
 
 
 
24 
 
 
 
 
 
Hipótesis 
1. Se presentarán alteraciones cognitivas en los pacientes con DTC severo, evaluadas 
mediante la batería neuropsicológica Neuropsi Atención y Memoria. 
2. Se reportará una mala calidad subjetiva de sueño en pacientes con DCT severo, medida 
por medio del Índice de Calidad de Sueño de Pittsburgh (ICSP). 
3. Se encontrará correlación estadísticamente significativa entre las alteraciones cognitivas y 
el reporte de calidad subjetiva de sueño. 
 
Tipo y diseño de estudio 
El tipo de estudio es clínico de cohorte, con un diseño observacional, transversal, descriptivo y 
analítico. 
 
Variables 
a) Demográficas 
Edad 
Definición conceptual: Edad en años cumplidos al momento de su ingreso al estudio. 
Definición operacional: Años cumplidos. 
 
Género 
Definición conceptual: Condición biológica que lo caracteriza como hombre o mujer. 
Definición operacional: Hombre o mujer. 
 
Escolaridad 
Definición conceptual: Número de años de escolaridad a partir de la educación 
básica. 
Definición operacional: Años de estudio. 
 
Ocupación previa 
Definición conceptual: Actividad laboral remunerada o no. 
25 
 
 
 
Definición operacional: Empleado, comerciante, profesionista, técnico, dedicado al 
hogar o estudiante. 
 
b) Relacionadas con la lesión 
Tiempo de evolución 
Definición conceptual: Día calendario en el que ocurrió la lesión. 
Definición operacional: meses de evolución hasta el traumatismo, hasta el día de la 
evaluación. 
 
Causa de la lesión 
Definición conceptual: Causa del daño cerebral traumático. 
Definición operacional: accidente automovilístico (auto o motocicleta), 
atropellamiento, caídas, agresiones, lesiones por proyectil de arma de fuego y lesiones 
relacionadas con deportes. 
 
c) Neuropsicológicas 
Orientación 
Definición conceptual: Se refiere a la ubicación del paciente en tiempo, espacio, 
persona. 
Definición operacional: Puntaje total en subpruebas de orientación (tiempo, espacio, 
persona), del Neuropsi Atención y Memoria. 
 
Atención 
Definición conceptual: Proceso que permite al individuo seleccionar estímulos 
relevantes de su entorno, seleccionar más de un estímulo al mismo tiempo y la 
capacidad de mantener dichos procesos. 
Definición operacional: Puntaje total obtenido en subpruebas de atención (dígitos en 
progresión, total cubos en progresión, aciertos de detección visual, total de series 
sucesivas), del Neuropsi Atención y Memoria. 
 
 
26 
 
 
 
Memoria de Trabajo 
Definición conceptual: Proceso que permite mantener la información disponible 
mientras es analizada y ordenada. 
Definición operacional: Puntaje total obtenido en las subpruebas de memoria de 
trabajo (total de dígitos en regresión, total cubos en regresión) del Neuropsi Atención 
y Memoria. 
 
Codificación 
Definición conceptual: Se refiere a la entrada de información que será almacenada 
para ser evocada. 
Definición operacional: Puntaje total obtenido en las subpruebas de codificación 
(curva de memoria volumen promedio, volumen de pares asociados, memoria lógica 
historias, figura Rey Osterreith, caras), del Neuropsi Atención y Memoria. 
 
Evocación 
Definición conceptual: Se refiere a la información que fue codificada y almacenada, 
que se pide al paciente que recuerde. 
Definición operacional: Puntaje total obtenido en subpruebas de evocación 
(evocación espontánea, claves, evocación por reconocimiento, evocación de pares 
asociados, evocación de memoria lógica historias, evocación de la figura de Rey 
Osterreith, evocación de caras), del Neuropsi Atención y Memoria. 
 
Funciones ejecutivas 
Definición conceptual: Conjunto de habilidades cognitivas que permiten controlar, 
regular y planear la conducta para obtener resultados eficaces en la resolución de 
problemas. 
Definición operacional: Puntaje total obtenido en subpruebas de funciones ejecutivas 
(formación de categorías, fluidez semántica, fonológica y no verbal, funciones 
motoras, prueba Stroop), del Neuropsi Atención y Memoria. 
 
 
27 
 
 
 
 
d) Sueño 
Calidad de sueño 
Definición conceptual: Concepto clínico que engloba diferentes aspectos del sueño 
tales como duración, latencia, número de despertares durante la noche, etc. 
Definición operacional: Puntuación total obtenida en el ICSP, sumando los puntajes 
de los 7 componentes que contiene. 
 
e) Estado de ánimo 
Severidad de síntomas depresivos 
Definición conceptual: síntomas clínicos reportados por el paciente que permitirán 
clasificar la depresión de mínima a severa. 
Definición operacional: grado de severidad obtenido de acuerdo al BDI-II, sumando 
los puntajes de cada reactivo y clasificando el resultado: 
De 0 a 9 puntos: Depresión mínima 
De 10 a 16 puntos: Depresión leve 
De 17 a 29 puntos: Depresión moderada 
De 30 a 63 puntos: Depresión severa 
28 
 
 
 
Participantes 
El número de pacientes que conformaron la muestra fue de 18 personas con DCT severo 
pertenecientes a los servicios de hospitalización o consulta externa, en la división de 
Traumatismo Craneoencefálico del Instituto Nacional de Rehabilitación, los cuales se reclutaron 
en un periodo de 18 meses. Para considerarlos como candidatos debían tener un diagnóstico 
confirmado de DCT por medio de estudios de neuroimagen. Para clasificarlos de acuerdo al 
grado de severidad se utilizó la puntuación de la Escala de Coma de Glasgow, al momento en que 
fueron ingresados al hospital donde se realizó su primera evaluación. 
Los pacientes cumplieron con los siguientes criterios de inclusión y exclusión: 
Criterios de inclusión: 
1. Edad de 19-52 años. 
2. Pacientes con diagnóstico de DCT confirmado por neuroimagen. 
3. Tiempo de evolución de tres meses en adelante. 
4. Clínicamente estables, es decir, sin complicaciones médicas o quirúrgicas importantes que 
compliquen o no permitan realizar la evaluación. 
5. Escolaridad mínima, primaria completa. 
6. Firma de la carta de consentimiento informado por parte del paciente y el cuidador 
primario 
 
Criterios de exclusión: 
1. Espasticidad o hemiplejia severa. 
2. Problemas de lenguaje severos 
3. Diagnóstico previo de problemas emocionales como ansiedad o depresión. 
4. Diagnóstico previo de problemas neuropsicológicos (TDAH, problemas de aprendizaje, 
etc.) 
5. Diagnóstico previo de algún padecimiento psiquiátrico o trastornos del sueño. 
 
Instrumentos 
Neuropsi Atención y Memoria (NAyM) 
El Neuropsi Atención y Memoria (NAyM) es una batería neuropsicológica que comprende 
diferentes subpruebas que examinan los siguientes procesos cognitivos: 
29 
 
 
 
- Atención (sostenida, selectiva, así como orientación) 
- Funciones Ejecutivas (fluidez verbal y no verbal, inhibición) 
- Memoria (corto y largo plazo, de trabajo en modalidades verbaly visual) 
Además, la batería cuenta con datos normalizados para población mexicana de acuerdo a 
edad (6-85) y escolaridad (Ostrosky-Solis y cols., 2003). 
 
Índice de Calidad de Sueño de Pittsburgh (ICSP) 
El Índice de Calidad de Sueño de Pittsburgh (ICSP) es una escala de autorreporte, que consta de 
19 preguntas que examina la calidad y algunas alteraciones del sueño, asimismo es útil para 
obtener resultados válidos acerca de la calidad de sueño; de acuerdo a la puntuación obtenida 
permite identificar los pacientes con sueño reparador y no reparador. 
Para calificar cada pregunta se le asigna una puntuación que va desde cero hasta tres 
puntos; para obtener el puntaje total de la escala se suma el resultado de los siete componentes 
que lo conforman. La puntuación global distingue a los pacientes con buena calidad (puntuación 
≤ 5) y con mala calidad de sueño (puntuación >5) (Buysse y cols., 1988). 
 
Inventario de Depresión de Beck (BDI-II) 
El Inventario de Depresión de Beck (BDI-II) es un instrumento de autorreporte que consta de 21 
reactivos, este ayuda a identificar la severidad de los síntomas de depresión. Se considera para su 
aplicación la manera en la que se ha sentido el paciente la semana pasada a la aplicación 
incluyendo ese día. 
Para su calificación se suman los puntajes de cada reactivo y de acuerdo al resultado se 
clasifica como, depresión mínima, leve, moderada o severa. Fue estandarizado para población 
mexicana en el año 1998 por Jurado y colaboradores (Jurado y cols., 1998). 
 
Procedimiento 
Una vez seleccionado el paciente como candidato para participar en el protocolo, se le solicitó 
que junto con el cuidador primario leyeran la carta del consentimiento informado. Se les explicó 
en qué consistía el estudio y sí aceptaban, se les solicitaba que firmaran la carta con su 
consentimiento. 
30 
 
 
 
La secuencia de sesiones se organizó de la siguiente manera: en primer lugar, se les 
asignó una fecha para la realización de la historia clínica, mediante una entrevista, se recabaron 
datos demográficos como edad, preferencia manual, años de escolaridad, ocupación previa, uso 
de fármacos, mecanismo de lesión, tiempo de evolución, antecedentes personales patológicos, 
etc. Después se les asignaron otras dos sesiones subsecuentes con una duración de 60 a 90 
minutos, para la realización de las escalas y la evaluación neuropsicológica. 
En la segunda sesión se aplicó el Índice de Calidad de Sueño de Pittsburgh (ICSP) y el 
Inventario de Depresión de Beck (BDI-II). En la tercera sesión, la batería Neuropsi Atención y 
Memoria. 
 
Análisis de datos 
El análisis estadístico incluyó el análisis descriptivo de las características demográficas de la 
muestra; el análisis de frecuencia de las alteraciones cognitivas y de los componentes de calidad 
de sueño y por último, se realizó una correlación de Spearman para conocer la variación entre las 
variables cognitivas y la calidad de sueño. El software que se utilizó fue el paquete estadístico 
SPSS v.19. 
 El análisis descriptivo de las características demográficas de la muestra (edad, grado de 
escolaridad, tiempo de evolución y causa de lesión), se llevó a cabo con medidas de tendencia 
central y dispersión. 
El análisis de frecuencia se realizó para estudiar las variables cognitivas y los 
componentes del sueño. Adicionalmente se colocaron los valores promedio como referente de las 
variables de alteraciones cognitivas y de sueño. Considerando que el número total de 
participantes fue de 18 personas. En las gráficas se muestran los resultados encontrados. 
31 
 
 
 
Capítulo 5. Resultados 
Debido a que los datos no se distribuyen normalmente, se utilizó un análisis de correlación de 
Spearman, los valores ≤ 0.05 se consideraron como estadísticamente significativos. Por proceso 
cognitivo, según el Neuropsi Atención y Memoria, se comprenderá la orientación, la atención, la 
memoria y las funciones ejecutivas; del mismo modo, por componentes de sueño se establecen la 
calidad subjetiva, la latencia, la eficiencia habitual, la duración, los trastornos, el uso de fármacos 
y la disfunción diurna. Para obtener los resultados se realizaron los siguientes procedimientos: 
1. Se estudió la relación entre el resultado total del ICSP y el resultado por proceso 
cognitivo. El resultado no fue estadísticamente significativo en la muestra. 
2. Se buscó relación entre los resultados de los procesos cognitivos y los componentes 
del ICSP. No se encontraron resultados estadísticamente significativos. 
3. Se observó la relación entre el resultado de cada subprueba de la batería 
neuropsicológica y los componentes del ICSP. En este sentido, algunos de los 
resultados obtenidos fueron estadísticamente significativos, las tablas se muestran en 
el siguiente capítulo. 
 
La muestra se compone de una población en su mayoría de sexo masculino, las mujeres 
representan el 16.7%. Los participantes tienen como nivel máximo de estudios la educación 
secundaria. El 55.6% de la muestra tuvo DCT a causa de accidentes de tránsito, en donde se 
encuentran los accidentes en auto, motocicleta y atropellamiento. Las características 
demográficas de la muestra, así como los resultados obtenidos en el BDI-II se encuentran 
detallados en la Tabla 2. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
32 
 
 
 
 
Tabla2. Características demográficas de la muestra (n = 18) 
Variable Media D.E. 
 
Edad 
 
28.3 
 
10.0 
Tiempo de evolución (meses) 16.9 18.0 
 Frec. % 
Sexo 
 Hombre 15 83.3 
 Mujer 3 16.7 
 
Escolaridad 
 
 Primaria 1 5.6 
 Secundaria 11 55.6 
 Preparatoria 3 27.8 
 Licenciatura 3 11.1 
 
Causa de lesión 
 
 Tránsito 10 55.6 
 Agresión 3 16.7 
 Arma de fuego 2 11.1 
 Caída 2 11.1 
 Desconocido 1 5.6 
 
BDI-II 
 
Mínima 11 55.6 
Leve 4 27.7 
Moderada 2 11.1 
Grave 1 5.6 
 
 
3
3
 
 
 
 
 
F
ig
u
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 2
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NEUROPSI ATENCiÓN Y MEMORIA 
PERFIL GENERAL DE EJECUCiÓN 
Ora, Feggy Ostrosky·Solís, MIra. Ma. Esther Gómez, Dra. Esmeralda Matute, Dra. Mónica Rosselli , Dr. Alfredo Ardila y Dr. David Pineda 
Rango de edad: 16·30 años Rango de escolaridad: 10 • 22 años 
Orientación 
Atención y 
concentración Trabajo 
Memoria 
Codificación Evocación , 
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Eal ·~ - .Q .~ 
E E .9 ~.9.9 c. o <Jl _ c: If) ~ -5 c: c:a..c Cll- .':!! E 
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Funciones 
ejecutivas 
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D Normal alto DNormal D Leve a moderado CJSevero 
34 
 
 
 
Resultados de la Evaluación Cognitiva 
La Figura 2 muestra el perfil general de ejecución del Neuropsi, para graficar el resultado, se 
obtuvo el promedio de la puntuación para cada subprueba de la batería. 
Se observa en el desempeño cognitivo general de los participantes, desorientación 
temporal, así como una puntuación baja en actividades como detección visual y las relacionadas 
con codificación y evocación de información, del mismo modo se observan alteraciones en 
actividades de funciones ejecutivas. 
 
35 
 
 
 
Se realizó un análisis de frecuencia para determinar cualquier nivel de alteración en el 
desempeño cognitivo en las subpruebas de la batería neuropsicológica. Referente a las tareas 
relacionadas con orientación y atención, se encontró que el 77.8% tuvo dificultad en tareas de 
detección visual (Tablas 3 y 4). 
 
Tabla 3. 
Frecuencia de alteración en subpruebas de orientación (n = 18) 
Subprueba Frecuencia % 
 
Persona 
 
3 
 
16.7 
Tiempo 7 38.9 
Espacio 2 11.1 
 
 
Tabla 4. 
Frecuencia de alteración en subpruebas de atención (n = 18) 
Subprueba Frecuencia % 
 
Dígitos en progresión 4 22.2 
Cubos de Corsi en progresión 7 38.9 
Detección visual 14 77.8 
Detección de dígitos 7 38.9 
Series 1 5.6 
 
 
36 
 
 
 
Para las actividades relacionadas con memoria, se observó que el 55.6% de la muestra 
presentó dificultades para la memoria de trabajo visual, mientras que en procesos de codificación 
de historias el 77.8% de la muestra presentó dificultad. Se observó alteración en el 88.3% de la 
muestra para tareas relacionadas con la evocación visual (Tablas 5, 6 y 7). 
Tabla 5. 
Frecuencia de alteración en subpruebas de Memoria de Trabajo (n = 18) 
Subprueba Frecuencia % 
Dígitos en regresión 2 11.1 
Cubos de Corsi en regresión 10 55.6 
 
Tabla 6. 
Frecuencia de alteración en subpruebas de codificación (n = 18) 
Subprueba Frecuencia % 
Palabras 11 61.1 
Pares 12 66.7 
Historias 14 77.8 
Figura de Rey 12 66.7 
Caras 6 33.3 
 
Tabla 7. 
Frecuencia de alteración en subpruebas de evocación (n = 18) 
Subpruebas Frecuencia % 
Espontánea 12 66.7 
Claves 12 66.7 
Reconocimiento 9 50 
Pares 14 77.8 
Historias 13 72.2 
Figura de Rey 16 88.9 
Caras 4 22.2 
37 
 
 
 
 En la tabla 8 se muestran las frecuencias de alteraciones encontradas en las subpruebas de 
funciones ejecutivas, se observa que el 77.8% de la muestra presentó dificultad en la actividad de 
fluidez no verbal, seguido por un de tiempo de más de dos minutos para resolver el Stroop 
(77.8%), fluidez semántica (66.7%) y fonológica (66.7%), por mencionar algunas. 
Tabla 8. 
Frecuencia de alteración cognitiva en subpruebas de funciones ejecutivas 
(n = 18) 
Subpruebas Frecuencia % 
Categorías 10 55.6 
Fluidez semántica 12 66.7 
Fluidez fonológica 12 66.7 
Fluidez no verbal 14 77.8 
Funciones motoras 11 61.1 
Tiempo Stroop 14 77.8 
Aciertos Stroop 10 55.6 
 
 
38 
 
 
 
Calidad subjetiva del sueño 
El análisis de la calidad de sueño mediante el ICSP, mostró que el 33.3% (6 pacientes) 
obtuvieron un puntaje global > 5 (mayor a cinco), el cual indica que tienen mala calidad de 
sueño; mientras que los resultados globales ≤ 5 (menores o iguales a cinco) del 66.7% (12 
pacientes) indican que tienen una adecuada calidad de sueño. 
 El 72.2% de la muestra reportó tener una muy buena calidad subjetiva de sueño, el 27.8 % 
refiere conciliar el sueño en menos de 15 minutos, en el componente de duración el 72.2% 
reportó dormir más de siete horas efectivas, el 72.2% refiere tener buena eficiencia habitual de 
sueño, 77.8% indicó tener alguna perturbación del sueño al menos una vez a la semana durante el 
último mes, 94.4% refirió no tomar ningún fármaco para dormir, mientras que para el 
componente de disfunción diurna el 33.3% de la muestra indicó tener somnolencia durante el día 
mientras desarrollaba alguna actividad cotidiana, aunado a algún problema en el ánimo para 
realizar sus actividades diarias (Tabla 9). 
 
39 
 
 
 
Tabla 9. 
Frecuencia de componentes del ICSP (n = 18) 
Componente Frecuencia % 
Calidad Subjetiva 
 Muy buena 13 72.2 
 Un poco buena 5 27.5 
Latencia 
 0 puntos 5 27.8 
 1 a 2 puntos 4 22.2 
 3 a 4 puntos 6 33.3 
 5 a 6 puntos 3 16.7 
Duración 
 Más de 7 horas 13 72.2 
 6 a 7 horas 2 11.1 
 5 a 6 horas 2 11.1 
 Menos de 5 horas 1 5.6 
Eficiencia Habitual 
 >85% 13 72.2 
 75-84% 2 11.1 
 65-74% 2 11.1 
 <65% 1 5.6 
Trastornos 
 1 a 9 puntos 14 77.8 
 10 a 18 puntos 4 22.2 
Uso de fármacos 
 Nunca en el último mes 17 94.4 
 Tres o más veces por semana 1 5.6 
Disfunción Diurna 
 0 puntos 6 33.3 
 1 a 2 puntos 6 33.3 
 3 a 4 puntos 6 33.3 
 
 
40 
 
 
 
Resultados de Alteraciones Cognitivas y Calidad de Sueño 
Se realizó un análisis de correlación de Spearmann para determinar la relación entre los distintos 
componentes del ICSP y las subpruebas de la batería neuropsicológica. Respecto a las actividades 
de orientación y atención, se encontró que existe correlación negativa entre la latencia de sueño y 
la detección de dígitos (Tablas 9 y 10). 
 
Tabla 10. 
Valores de correlación entre los componentes del ICSP y orientación 
 CS L D EH TR UF DD 
Tiempo -0.014 0.399 0.223 -0.292 0.152 0.193 0.279 
Espacio 0.219 0.460 0.216 -0.194 0.189 0.086 0.217 
Persona 0.277 0.447 0.273 -0.346 0.239 0.108 0.365 
CS (calidad subjetiva), L (latencia), D (duración), EH (eficiencia habitual), TR 
(Trastornos), UF (uso de fármacos para dormir) y DD (disfunción diurna). 
*(p<0.05) 
 
 
Tabla 11. 
Valores de correlación entre los componentes del ICSP y subpruebas de atención 
 CS L D EH TR UF DD 
Dígitos en progresión 0.185 -0.143 0.152 -0.350 0.199 0.000 -0.131 
Cubos de Corsi en progresión -0.160 -0.121 0.130 -0.113 0.279 0.338 0.345 
Detección visual 0.000 0.004 0.129 -0.304 0.388 0.211 0.184 
Detección de dígitos 0.062 -0.539* 0.254 0.011 0.441 0.267 -0.238 
Series -0.052 -0.446 0.226 0.127 0.084 0-230 -0.107 
CS (calidad subjetiva), L (latencia), D (duración), EH (eficiencia habitual), TR 
(trastornos), UF (uso de fármacos para dormir) y DD (disfunción diurna). 
*(p<0.05) 
 
 
41 
 
 
 
 En cuanto a las subpruebas de memoria se encontró que existe correlación positiva entre 
algunos componentes del ICSP (calidad subjetiva, duración y trastornos) y las actividades de 
memoria de trabajo. Así mismo, se observa que los componentes: duración y trastornos, se 
relacionan positivamente con la evocación de la figura de Rey; en contraste se encontró una 
correlación negativa entre eficiencia habitual y pares de palabras (Tablas 11 y 13). No se 
encontraron resultados estadísticamente significativos en el análisis de correlación entra los 
componentes de calidad de sueño y las subpruebas de codificación (Tabla 12). 
 
 
Tabla 12. 
Valores de correlación entre los componentes del ICSP y memoria de trabajo 
 
 
 CS L D EH TR UF DD 
Dígitos en regresión 0.545* 0.140 0.562* 0.209 0.619* -0.056 0.252 
Cubos de Corsi en regresión 0.251 0.097 0.450 -0.154 0.501* 0.270 0.207 
CS (calidad subjetiva), L (latencia), D (duración), EH (eficiencia habitual), TR 
(Trastornos del sueño), UF (uso de fármacos para dormir) y DD (disfunción 
diurna). 
*(p<0.05) 
 
 
 
Tabla 13. 
Valores de correlación entre los componentes del ICSP y subpruebas de codificación 
 
 CS L D EH TR UF DD 
Palabras 0.073 0.027 -0.048 -0.259 0.224 -0.0720.007 
Pares 0.133 -0.014 0.139 -0.310 0.130 0.212 -0.258 
Historias 0.241 0.029 0.124 -0.194 -0.143 -0.212 0.007 
Figura de Rey 0.275 -0.032 0.298 -0.309 0.374 0.211 0.105 
Caras -0.088 -0.200 0.158 0.115 0.094 0.171 -0.433 
CS (calidad subjetiva), L (latencia), D (duración), EH (eficiencia habitual), TR 
(Trastornos), UF (uso de fármacos para dormir) y DD (disfunción diurna). 
*(p<0.05) 
 
 
 
42 
 
 
 
 
Tabla 14. 
Correlación entre los componentes del ICSP y subpruebas de evocación 
 
 CS L D EH TR UF DD 
Espontánea 0.012 0.073 0.071 -0.466 0.131 0.166 -0.160 
Claves 0.108 0.209 0.305 -0.306 0.403 0.283 -0.132 
Reconocimiento 0.060 0.152 0.129 -0.237 0.234 0.047 0.013 
Pares 0.084 0.107 0.113 -0.506* 0.182 0.212 -0.026 
Historias 0.144 -0.036 0.167 -0.456 -0.039 -0.047 0.020 
Figura de Rey 0.240 0.088 0.297 -0.179 0.569* 0.305 0.000 
Caras 0.299 0.111 0.494* -0.014 0.154 0.331 0.093 
CS (calidad subjetiva), L (latencia), D (duración), EH (eficiencia habitual), TR 
(Trastornos), UF (uso de fármacos para dormir) y DD (disfunción diurna). 
*(p<0.05) 
 
 Se encontró que la calidad subjetiva, la duración y los trastornos se correlacionan 
positivamente con fluidez semántica, fluidez no verbal, aciertos y mayor tiempo de resolución de 
Stroop, respectivamente. 
 
 
 
Tabla 15. 
Valores de correlación entre los componentes del ICSP y subpruebas de 
funciones ejecutivas 
 
 CS L D EH TR UF DD 
Categorías 0.180 -0.261 0.271 -0.086 -0.039 0.094 -0.079 
Fluidez semántica 0.564* 0.175 0.483* -0.172 0.067 0.024 0.041 
Fluidez fonológica 0.315 -0.168 0.331 -0.343 0.109 0.419 -0.263 
Fluidez no verbal -0.103 -0.304 0.211 -0.042 0.498* 0.351 0.028 
Funciones motoras 0.363 0.293 0.250 -0.273 0.365 0.189 0.432 
Tiempo Stroop 0.699** 0.134 0.712** 0.130 0.237 0.127 0.128 
Aciertos Stroop 0.453 0.166 0.722** 0.200 0.614** 0.329 0.213 
CS (calidad subjetiva), L (latencia), D (duración), EH (eficiencia habitual), TR 
(Trastornos), UF (uso de fármacos para dormir) y DD (disfunción diurna). 
*(p<0.05) 
** (<0.01) 
 
43 
 
 
 
 
Capítulo 6. Discusión y conclusiones 
Los objetivos de este trabajo fueron evaluar y describir las alteraciones cognitivas presentes en un 
grupo de pacientes con DCT severo; evaluar y describir la calidad subjetiva de sueño reportada 
en un grupo de pacientes con DCT severo y correlacionar las alteraciones cognitivas y el reporte 
de calidad subjetiva de sueño en un grupo de pacientes con DCT severo. 
En las características de la muestra se encontró que el DCT en relación con el sexo, se 
presenta con mayor frecuencia en población masculina que en la femenina; mientras que la edad 
promedio en esta muestra, encontramos que la población más afectada es la adulta-joven y adulta. 
Asimismo las causas recurrentes de DCT fueron los accidentes de tránsito, seguido de las caídas 
y las lesiones relacionadas con agresión. Estos hallazgos concuerdan con los datos reportados en 
nuestro país por la Secretaría de Salud, la cual también menciona en cuanto al sexo, el DCT es 
frecuente en hombres que en mujeres, mientras que la causa usual de este tipo de lesión cerebral 
se considera que son los accidentes de tránsito en un 75% de los casos, siendo más afectada la 
población adulta-joven (Secretaria de Salud, 2008). 
De acuerdo a los resultados de la calidad de sueño se encontró, que el 33% de la muestra 
obtuvo una puntuación en el ICSP indicativa de mala calidad de sueño, lo cual concuerda con 
estudios previos en los que se reporta una baja frecuencia de mala calidad de sueño en pacientes 
con daño cerebral severo (Parcell, y cols., 2008). De acuerdo con el tiempo de evolución, los 
pacientes que reportaron tener mala calidad de sueño, en la muestra de este estudio, se encuentran 
dentro del primer año y medio posterior al DCT, es decir, coincide con otros estudios en los que 
se reporta que las alteraciones de sueño son referidas con más frecuencia por los pacientes en los 
primeros dos años, posteriores a la lesión cerebral (Fogelberg y cols., 2012; Parcell y cols., 2006 
y 2008; Mahmood y cols., 2004). 
A pesar del DCT severo en los pacientes de la muestra, los resultados indicativos de mala 
calidad de sueño no fueron reportados con tanta frecuencia, como se esperaba. Del mismo modo, 
distintos autores han referido que los pacientes con DCT leve señalan con más frecuencia 
alteraciones de sueño, en comparación a pacientes con DCT moderado a severo (Parcell, y cols. 
2008; Mahmood y cols., 2004). Llama la atención que a pesar de que el 72.2% de la muestra 
refiere tener una muy buena calidad de sueño, su tiempo de latencia es mayor a quince minutos. 
44 
 
 
 
Un porcentaje alto refirió tener disfunción diurna y el total de la muestra indicó despertarse 
durante la noche por lo menos una vez a la semana en el último mes, por distintas causas 
(dificultades relacionadas a la respiración, dolor, calor, frío, necesidad de usar el baño o 
pesadillas). En la literatura se refiere que después de un DCT los pacientes reportan un 
incremento en la latencia de sueño y en los despertares nocturnos. 
 
Alteraciones cognitivas 
Como se mencionó anteriormente las alteraciones cognitivas más frecuentes en pacientes con 
DCT moderado a severo, son la atención, los problemas de aprendizaje, la memoria, así como 
funciones ejecutivas tales como dificultades de planeación, resolución de problemas, 
razonamiento concreto, inflexibilidad así como alteraciones relacionadas con el control de 
impulsos (Rabinowitz y Levin, 2014). 
El desempeño cognitivo general de la muestra presenta alteraciones en la mayoría de las 
funciones que evalúa la batería; sin embargo, se observa que hay una mayor alteración en 
subpruebas de funciones ejecutivas, lo cual concuerda con lo reportado en la literatura, en donde 
se ha encontrado que las alteraciones en las funciones ejecutivas son frecuentes en pacientes con 
DCT, consideradas como las secuelas cognitivas más incapacitantes, debido a que afectan la 
capacidad para adaptarse funcionalmente al ambiente, incluso pueden llegar a exacerbar 
dificultades en otros procesos cognitivos como la memoria, generando un impacto negativo en la 
calidad de vida (Johnson y Lovell, 2011; Ariza y cols., 2004; Ponsford y cols. 1995). 
Se observa que los pacientes están desorientados temporalmente, asimismo se encontraron 
puntuaciones bajas en tareas relacionadas con la atención sostenida (detección visual y detección 
de dígitos), lo que coincide con lo reportado en la literatura, ya que se sabe que los pacientes con 
DCT tienen dificultades para mantener y focalizar la atención en un objetivo, lo que puede 
comprometer la velocidad de procesamiento y dificultar la concentración (Quijano y cols. 2012), 
reflejando una puntuación baja en tareas que implican estas funciones. 
En cuanto a la memoria, se observa que los procesos de codificación y evocación de la 
información están alterados en más de la mitad de la muestra, siendo la codificación de historias, 
pares de palabras y copia de la figura de Rey las tareas con mayor porcentaje de alteración. 
Mientras que para la evocación, los porcentajes fueron: la figura de Rey , pares de palabras e 
historias. Se ha reportado que las alteraciones de la memoria son frecuentes después de un DCT 
45 
 
 
 
(Ariza, y cols., 2004; Arcia y Gualtieri, 1993, mencionado en De los Reyes Aragón y cols., 2014) 
y que los pacientes muestran dificultad para el procesamiento y almacenamiento de nueva 
información, así como para la recuperación de la misma (Junqué, 1999). Una explicación de los 
resultados podría relacionarse con lesiones en las regiones temporales del encéfalo, ya que debido 
a su localización son sensibles al daño cerebral ocasionado por traumatismo (Junqué, 1999). 
Del mismo modo que en las tareas de memoria, en más de la mitad de la muestra se 
observa alteración cognitiva en subpruebas de funciones ejecutivas. Las tareas con mayor 
porcentaje

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