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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
FACULTAD DE MEDICINA 
DIVISIÓN DE ESTUDIOS DE POSGRADO 
CURSO DE ESPECIALIZACIÓN EN GERIATRÍA 
HOSPITAL GENERAL DE MÉXICO “DR. EDUARDO LICEAGA” 
 
 
 
DETECCIÓN Y PREDICCIÓN DE FACTORES ASOCIADOS A FRAGILIDAD EN 
ADULTOS MAYORES EN EL HOSPITAL GENERAL DE MÉXICO “DR. 
EDUARDO LICEAGA” 
 
 
 
TESIS DE POSGRADO 
 
QUE PARA OBTENER EL GRADO DE 
MÉDICO ESPECIALISTA EN GERIATRÍA 
 
 
PRESENTA: 
DRA. LILIA LIMA GONZÁLEZ AGUIRRE 
 
 
TUTOR DE TESIS 
DRA. LEONOR ELIA ZAPATA ALTAMIRANO 
MÉDICO INTERNISTA Y GERIATRA 
MAESTRA EN CIENCIAS 
ADSCRITA AL SERVICIO DE GERIATRÍA 110-B 
 
 
 
CUIDAD DE MÉXICO, JULIO 2019 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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DERECHOS RESERVADOS © 
PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL 
 
Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal 
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respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
DETECCIÓN Y PREDICCIÓN DE FACTORES ASOCIADOS A FRAGILIDAD EN 
ADULTOS MAYORES EN EL HOSPITAL GENERAL DE MÉXICO “DR. 
EDUARDO LICEAGA” 
PARA OBTENER EL DIPLOMA DE ESPECIALISTA EN GERIATRÍA 
 
PRESENTA 
Nombre: Dra. Lilia Lima González Aguirre 
Médico residente del servicio de Geriatría. 
Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga”. 
Celular: (55) 47920021 
Correo electrónico: lili_jc9@hotmail.com 
 
 
TUTOR DE TESIS 
Nombre: MCM Leonor Elia Zapata Altamirano. 
Médico adscrito al servicio de Geriatría. 
Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga”. 
Cargo a desempeñar: Investigador asociado. 
RFC: ZAAL760701EF7 
Teléfono: 27892000 Ext 1059 y 1060 
Correo electrónico: tialeito@hotmail.com 
 
 
TITULAR DEL CURSO 
Nombre: Dr. Lorenzo García. 
Jefe de servicio del servicio de Geriatría. 
Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga”. 
Cargo a desempeñar: Profesor Titular del curso de Geriatría. 
Facultad de Medicina UNAM. 
RFC: GALO570810QU5 
Teléfono: 27892000 Ext 1059 y 1060 
Correo electrónico: yogasol@msn.com 
 
IV 
 
TÍTULO 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
DETECCIÓN Y PREDICCIÓN DE FACTORES ASOCIADOS A FRAGILIDAD EN 
ADULTOS MAYORES EN EL HOSPITAL GENERAL DE MÉXICO “DR. 
EDUARDO LICEAGA” 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
V 
 
AGRADECIMIENTOS 
 
“La vida es una obra de teatro que no permite ensayos. Por eso, canta, ríe, baila, 
llora y vive intensamente cada momento de tu vida, antes que el telón baje y la 
obra termine sin aplausos”. Charles Chaplin 
 
A mis papas, Lilia y Manuel, por la paciencia, consejos, enseñanzas y apoyo 
incondicional en todos los proyectos que me he propuesto hasta el momento, ya 
que sin ustedes, no habría logrado llegar hasta donde estoy ahora y a quienes les 
dedico todos mis logros. 
A mis abuelos, Ernestina+ y Juan+, por las enseñanzas de vida que me 
transmitieron y el gran amor que me brindaron. Y a Lupita por ser una de las 
principales razones que me impulsa a seguir adelante día a día. Gracias a ustedes 
he concluido esta hermosa etapa de aprendizaje, han sido y siempre serán mi fuente 
de inspiración. 
A mi hermana, Gretel, por estar siempre ahí, ser mi apoyo en todo y ser quien me 
impulsa a seguir siempre adelante. Gracias por ser mi compañera, amiga y cómplice 
en todas mis locuras y por caminar a mi lado. 
A Mauro, quien ha sido mi mano derecha, amigo, cómplice y mi gran amor, por todo 
tu apoyo, paciencia y amor que me brindas día con día y pieza clave en este trabajo. 
A mis tíos, javito y guspe, por su apoyo a lo largo de todas mis etapas. 
Al Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga”, por haber sido mi segunda 
casa estos 4 años y a sus pacientes por su disposición y confianza, que me 
 
VI 
 
permitieron aprender, superar retos tanto académicos como personales, que sin 
duda siempre serán la razón de ser de nuestra profesión y para quienes 
continuaremos preparándonos en todos los aspectos. 
Al equipo que conforma el servicio de Geriatría (Dr. Lorenzo García, Claus, 
gericultistas, rehabilitadores, psicólogos y enfermeras (o)) por su paciencia y apoyo. 
A los médicos de base del servicio de Geriatría, quienes han sido mis maestros y 
que han contribuido en mi formación como geriatra. 
A la Dra. Leonor Zapata, tutora de tesis, por su confianza, enseñanza, guía y apoyo 
que me ha brindado siempre. 
Al Dr. Iván Andrade, por su paciencia, confianza, conocimientos compartidos y su 
dedicación hacia la enseñanza e investigación. Gracias por el gran apoyo en la 
realización de este trabajo. 
A mis compañeros residentes por compartir risas, desvelos, alegrías, trabajo, 
conocimientos, experiencias, tristezas, apoyo, etc. y por quienes lo que puede 
parecer difícil se hace fácil de sobrellevar; porque crecemos a la par. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
VII 
 
“Si caminas solo, irás más rápido; 
si caminas acompañado, 
llegarás más lejos”. Proverbio chino 
 
 
 
 
 
 
 
“No importa que el cuerpo se vaya volviendo deforme y feo, 
si el alma se va volviendo hermosa y agradable”. 
San Damián de Molokai 
 
 
 
 
 
 
“Nuestro propósito principal en la vida es ayudar a los demás, 
si no los puedes ayudar, 
por lo menos no los lastimes”. Dalai Lama 
 
 
 
 
VIII 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
1 
 
ÍNDICE 
 
I. RESUMEN ........................................................................................................... 3 
II. INTRODUCCIÓN ................................................................................................ 4 
FRAGILIDAD ....................................................................................................... 6 
EPIDEMIOLOGÍA DE LA FRAGILIDAD A NIVEL MUNDIAL Y EN MÉXICO ..... 10 
PREVALENCIA DE FRAGILIDAD EN EL HOSPITAL GENERAL DE MÉXICO
 ........................................................................................................................ 14 
DISPOSITIVOS PORTÁTILES Y BIOMÉTRICOS EN EL DIAGNÓSTICO DE 
FRAGILIDAD ..................................................................................................... 15 
III. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA .............................................................. 24 
IV. PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN .................................................................. 25 
V. JUSTIFICACIÓN ............................................................................................... 26 
VI. HIPÓTESIS ...................................................................................................... 27 
VII. OBJETIVOS .................................................................................................... 28 
OBJETIVO GENERAL ....................................................................................... 28 
OBJETIVOS ESPECÍFICOS .............................................................................. 28 
VIII. MATERIAL Y MÉTODOS ............................................................................... 29 
TIPO Y DISEÑO DE ESTUDIO .......................................................................... 29 
LUGAR ............................................................................................................... 29 
UNIVERSO DE TRABAJO ................................................................................. 29 
 
2 
 
POBLACIÓN Y TAMAÑO DE LA MUESTRA ..................................................... 29 
 CRITERIOS DE INCLUSIÓN ...................................................................30 
 CRITERIOS DE EXCLUSIÓN .................................................................. 30 
 CRITERIOS DE ELIMINACIÓN ............................................................... 30 
IX. OPERACIONALIZACIÓN DE LAS VARIABLES .............................................. 31 
X. PROCEDIMIENTO ............................................................................................ 34 
IDENTIFICACIÓN Y CLASIFICACIÓN DE LOS PACIENTES ........................... 34 
INTERVENCIÓN ................................................................................................ 35 
ANÁLISIS ESTADÍSTICO .................................................................................. 36 
INSTRUMENTOS DE MEDICIÓN...................................................................... 37 
XI. ASPECTOS ÉTICOS Y DE BIOSEGURIDAD ................................................. 41 
XII. RESULTADOS ................................................................................................ 42 
XIII. DISCUSIÓN ................................................................................................... 52 
XIV. CONCLUSIONES .......................................................................................... 57 
XV. BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................... 60 
XVI. ANEXOS ........................................................................................................ 68 
GRÁFICAS ......................................................................................................... 79 
 
 
 
 
3 
 
I. RESUMEN 
 
Introducción: La fragilidad es considerada una etapa anterior y prevenible de la 
discapacidad; por lo que, su detección oportuna y prevención es un desafío 
importante en la actualidad. Las herramientas para medirla en la práctica clínica, 
suelen ser más cualitativas que cuantitativas; sin embargo, la fuerza de prensión, 
velocidad de la marcha y disminución de la actividad física, son variables que 
pueden medirse de forma objetiva con el uso de dispositivos biométricos no 
invasivos, que proporcionan un parámetro cuantificable de fragilidad para evaluar la 
capacidad física del adulto mayor. Objetivo: Conocer el grado de concordancia 
entre las mediciones realizadas con el Fitbit Zip y las obtenidas por el método 
fenotípico de Linda Fried en los adultos mayores de 60 años del Hospital General 
de México. Material y métodos: Se realizó un estudio transversal, en una población 
de 28 pacientes mayores de 60 años de la Consulta externa y Sala de Día del 
Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga”, a quienes por medio del Fitbit 
Zip se les monitorizó su actividad física durante 2 semanas, reportado en calorías. 
Se utilizó el coeficiente kappa de Cohen para el análisis estadístico entre actividad 
física baja y fragilidad. Resultados: Se estudiaron 28 pacientes, reportándose una 
prevalencia de fragilidad del 25%, de predominio en el sexo femenino. La actividad 
física baja resultó estadísticamente significativa contra el fenotipo de Fried. 
Conclusión: Hay una concordancia entre el nivel de actividad física baja y la 
fragilidad. 
 
Palabras clave: Frailty, Wearable Electronic Devices, Elderly/ Aged. 
 
4 
 
II. INTRODUCCIÓN 
 
A lo largo del siglo pasado la población mexicana ha tenido importantes 
transformaciones sociales, económicas, demográficas, políticas y culturales. La 
acelerada transición demográfica por la que atraviesa el país es uno de los cambios 
más importantes; la cual dio inició en la década de los treinta con el descenso 
paulatino de la mortalidad, y que se remarcó a mediados de los setenta con la 
disminución también de la fecundidad. La reducción de la mortalidad y el aumento 
en la esperanza de vida en las últimas décadas ha conllevado a cambios 
trascendentales en la estructura por edad de la población, llevando así al 
envejecimiento paulatino de la misma, donde la cantidad relativa de personas de 
mayor edad ha aumentado gradual y exponencialmente; estas variaciones se han 
traducido en la progresiva inversión de la pirámide poblacional, lo cual de manera 
estadística se reporta que la población en edad avanzada en el año 2015 
representaba el 7.2 por ciento; en comparación, con el año 2010 que era de 6.2 por 
ciento; observando con ello el rápido envejecimiento de la población; esperando con 
ello, que para el año 2050 uno de cada 4 mexicanos sea mayor de 60 años y 
estimado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) a nivel mundial habrá 1.5 
millones de personas de 65 años o más1-3. 
Esta transformación en la estructura por edad hace evidente el proceso de 
envejecimiento y este cambio demográfico tiene como consecuencia una 
modificación en la forma en que envejecen, enferman y mueren las poblaciones, a 
lo que se le ha llamado transición epidemiológica. Otra consecuencia de este 
reajuste epidemiológico ha sido el decremento considerable de enfermedades 
 
5 
 
infectocontagiosas y el incremento de enfermedades crónico-degenerativas, que en 
conjunto han generado que hoy las enfermedades no estén tan asociadas a la 
mortalidad y sí a la discapacidad y dependencia como en el caso de las demencias 
y otros síndromes geriátricos como la fragilidad4. 
Asimismo, el aumento en las expectativas de supervivencia han modificado de 
forma paralela las expectativas de salud generando con ello, que la calidad de vida 
y el grado de independencia funcional en la vejez sean ahora igual o más importante 
que la propia esperanza de vida; ya que el envejecimiento per se termina 
condicionando a un mayor riesgo de enfermedades crónicas y discapacidades, que 
llevan a que la persona se fragilice, expresando mayor deterioro funcional, 
dependencia y mortalidad. “El reto del siglo XXI es asegurar una calidad de vida 
óptima para las personas de edad y retrasar la aparición de discapacidades propias 
de la edad”, según la OMS. La discapacidad propicia el aumento en el uso de los 
recursos sociales y de salud, que ocasiona un aumento en los costos de manera 
equivalente al envejecimiento de la población2, 5. 
Por lo anterior y debido a este incremento exponencial ya comentado en la 
transición demográfica, conducirán al ineludible incremento de la población de 
adultos mayores más vulnerables, que la detección oportuna y prevención de los 
mismos (síndromes geriátricos) se vuelve un desafío importante al que se enfrentará 
el mundo a medida que avance el siglo XXI1.Y es aquí, donde la fragilidad cobra 
gran importancia tanto clínica como epidemiológicamente, al considerarse una 
etapa anterior y teóricamente prevenible de la discapacidad y es en personas 
mayores de 60 años el mejor predictivo de supervivencia a 3 años que otros 
 
6 
 
antecedentes clínicos, mencionado por Colvez en su artículo publicado en 1987 de 
nombre Risk and risk factors of disability in the aged 5, 6. 
FRAGILIDAD 
 
Este término esta descrito desde los años setenta, habiendo diversas definiciones 
que se han propuesto para la misma y hoy en día el debate por cómo definirla y los 
criterios que incluye continúa5. Buchner en 1992, la definió como “un estado de 
disminución de la reserva fisiológica que se acompaña de una mayor susceptibilidad 
a la discapacidad”, mismo que en la actualidad sigue vigente y caracterizado por 3 
principales componentes: disminución en la capacidad de control neurológico 
(observado en la disminución en la capacidad de realizar tareas complejas), en el 
rendimiento físico (visto en la disminución de la fuerza muscular) y en el 
metabolismo energético (como se ve en la disminución del estatus aeróbico por 
alguna comorbilidad cardiaca, pulmonar o ambas)5,7. Actualmente, las dos 
definiciones y principales modelos de estudio de fragilidad más aceptados son el 
modelo fenotípico propuesto por el grupo de trabajo de la Dra. Fried (2001) y el 
modelo de déficit acumuladodel Dr. Rockwood (1999). El primero estableció a la 
fragilidad como un síndrome clínico que se caracteriza por un estado de 
homeoestenosis, entendiéndose por este, a una capacidad funcional reducida del 
organismo ante situaciones de estrés físico, emocional o ambiental. Y por lo que 
también se ha asociado a los cambios fisiológicos que se llevan a cabo en el proceso 
de envejecimiento, el cual, se caracteriza por una progresiva reducción de la reserva 
homeostática de cada sistema y aparato que lleva a una respuesta anormal y mayor 
vulnerabilidad a eventos adversos; pero a diferencia de este, en la fragilidad, esto 
 
7 
 
se da a una velocidad acelerada y con falla temprana de los mecanismos 
homeostáticos. Fried relaciona y unifica estos múltiples factores en un ciclo de 
fragilidad asociado con la disminución de la energía y la reserva, estableciendo las 
cinco variables fenotípicas de esta: pérdida de peso no intencionada (más 5 kg el 
año pasado), disminución de la fuerza de prensión, falta de energía autorreferida, 
enlentecimiento motor y disminución en la actividad física (hombres: menos de 383 
kilocalorías (kcals) a la semana y mujeres: menos de 270 kcals a la semana). 
Diferenciando así tres niveles: Frágil: sí cumple 3 o más criterios, Pre- frágil: 1 o 2 
criterios o Robusto si no cumple ninguno de los criterios. En sus evaluaciones de 
seguimiento, los categorizados como frágiles presentaron resultaron más adversos 
en cuanto a factor de riesgo en la incidencia de caídas, discapacidad en las 
actividades de la vida diaria, empeoramiento en la movilidad, hospitalización y 
muerte8. En el segundo modelo, del Dr. Rockwood, la definición más utilizada es el 
Índice de fragilidad, que da una puntuación calculada mediante la proporción de 
déficits potenciales que están presentes en un individuo de entre una lista propuesta 
y que a diferencia del primer modelo, estos ítems incluyen parámetros de 
discapacidad y comorbilidades; definiendo así a la fragilidad como el efecto 
acumulado de déficits individuales, que condicionan mayor vulnerabilidad y por 
ende mayor riesgo de muerte. Así también, Rockwood y cols. en el 2005, proponen 
el instrumento “Clinical Frailty Scale” que se basa en una valoración geriátrica que 
mide la acumulación de déficits en los dominios funcional, físico y psicosocial y se 
califica desde adecuado hasta muy frágil; éste no se aplica de forma rutinaria por 
ser más complejo de realizar que el modelo de Fried y cols9,10,11. 
 
8 
 
Existen diversos estudios donde se ha observado la relación entre fragilidad y el 
deterioro en el funcionamiento de los diversos sistemas corporales; ya sea que uno 
contribuya al otro o que actué como un factor de riesgo, observándose, que el 
deterioro en el funcionamiento de tres o más sistemas es un importante predictor de 
fragilidad. Es por lo anterior, que uno de los principales abordajes en el diagnóstico 
de fragilidad es la evaluación del funcionamiento de estos sistemas; sin embargo, 
Brocklehurst consideró además la existencia de un desequilibrio en el componente 
psicosocial y no sólo en el área biomédica; proponiendo así, el modelo dinámico de 
la fragilidad al que llamo “modelo de desregulación o de desbalance”, donde en un 
lado del balance están los activos que ayudan a una persona a ser independiente 
en la comunidad (salud, capacidad funcional, entre otros recursos) y en el otro lado, 
están los déficits, que desafían esta independencia (enfermedades crónicas, 
discapacidad, dependencia para actividades básicas de la vida diaria y carga de 
cuidadores). Dividiendo en tres grupos según el equilibrio que exista entre activos y 
déficits: el primer grupo sería el grupo de adultos mayores sanos, que se da cuando 
los activos superan por mucho los déficits; el segundo grupo, se presenta cuando 
los déficit superan a los activos haciendo con ello que el individuo ya sea capaz de 
mantener su independencia en la comunidad y un ejemplo, son los adultos mayores 
frágiles institucionalizados y por último, el tercer grupo, es cuando los activos y los 
déficits se encuentran en un frágil equilibrio y estos serían los pacientes frágiles que 
aún viven en la comunidad. De manera práctica, esta definición incluye a aquellos 
que dependen de otros para las actividades de la vida diaria o que tienen un alto 
riesgo de volverse dependientes y considerando así, los diagnósticos de fragilidad 
social, red de apoyo frágil y fragilidad psicoafectiva9, 12. 
 
9 
 
Han derivado una gran diversidad de definiciones posteriores a las antes 
mencionadas; las cuales, han incluido, según el interés de los investigadores que 
las desarrollan, diversos dominios y herramientas de medida; por ejemplo: se han 
incluido parámetros biológicos (marcadores de inflamación e inmunológicos) y la 
relación con comorbilidades frecuentes en el adulto mayor (anemia, pérdida de 
peso, polifarmacia, sarcopenia, déficits vitamínicos, deterioro cognitivo, etc.); 
creando un nuevo ciclo de fragilidad que engloba no sólo los procesos 
fisiopatológicos, sino también la genética, estilos de vida, factores de riesgo y 
marcadores biológicos. Y es de hecho, esta estrecha relación entre la fragilidad y 
otras patologías habituales en el adulto mayor lo que le ha dado enorme interés en 
la actualidad5, 13. 
Aunque la enfermedad es una causa importante de este estado, se resalta que 
también se deba a la disminución crónica de la reserva funcional secundaria a un 
estilo de vida sedentario, aunado a pérdidas más rápidas causadas por procesos 
agudos que tienen como consecuencia una menor actividad física y tendencia al 
encamamiento. Destacando que todas estas causas son potencialmente 
prevenibles, si lo que se trata de evitar fuera la pérdida fisiológica crónica, aguda y 
subaguda. Algo que parece evidente es que la fragilidad cambia con el tiempo, 
manifestando variabilidad, por lo que, la identificación de adultos frágiles es de suma 
importancia ya que la evidencia en algunos ensayos sugiere que este estado de 
fragilidad podría ser reversible con la implementación de programas de ejercicio o 
de tratamiento hormonal, lo que disminuiría el impacto de la dependencia y mejoría 
la calidad de vida; sin embargo, aún no está claro en qué medida el nivel de 
fragilidad pueda verse influido por la implementación de dichas intervenciones. Por 
 
10 
 
lo anterior, se han desarrollado tres vertientes de investigación en fragilidad, una de 
ellas, es la búsqueda de marcadores tangibles de la misma, que ayuden a 
cuantificar esta pérdida de reserva fisiológica, dentro de los cuales se han propuesto 
como variables diagnósticas, las que evalúan: el estado nutricional, la forma física, 
la velocidad de la marcha y la movilidad; siendo esto la parte central de la presente 
tesis; ya que no se cuenta con un único mecanismo molecular o biomarcador que 
sea totalmente adecuado para su diagnóstico y/o detección5, 7, 13-15. 
 
EPIDEMIOLOGÍA DE LA FRAGILIDAD A NIVEL MUNDIAL Y EN MÉXICO 
 
La población de adultos mayores aumenta en todo el mundo y es de suponer que, 
México no está exento de esto, siendo que se espera que casi una cuarta parte de 
la población tenga 60 años y más y 2 billones a nivel mundial para el año 2050. Una 
parte de estos, envejecerá de una forma “ordinaria”; sin embargo, habrá algunos 
que presentaran el fenotipo particular de “fragilidad”, que serán más vulnerables y 
con mayor riesgo de tener desenlaces adversos para su salud5. Para determinar la 
prevalencia e incidencia de la fragilidad, en los diversos estudios que se han 
realizado, el fenotipo físico propuesto por la Dra. Fried et al. es el más utilizado, al 
constituir una herramienta importante en la rama de investigación, ya que ha 
demostrado su validez a través de distintas poblaciones en el mundo y es fácilmente 
replicable y algunos otros estudios que incluyen otros factores, como loson: 
sociales, el apoyo social, las comorbilidades y la función cognitiva16. En la población 
estudiada por la Dra. Fried, se reportó una prevalencia de 6.9% en población 
ambulatoria, con una incidencia de 7.2% a 4 años, de los cuales, el 7% se 
 
11 
 
clasificaron como frágiles, 47% pre-frágiles y 46% robustos; donde la mortalidad a 
7 años para cada uno de los grupos (robustos, pre-frágiles y frágiles) fue del 12%, 
23% y 43% respectivamente8. 
En 2013 se realizó una revisión sistemática acerca de la prevalencia de la fragilidad, 
que incluyó 21 estudios de cohortes basados en la comunidad de 61, 500 personas 
de edad avanzada de la Unión Europea, que reportó una tasa de prevalencia 
siguiendo el modelo fenotípico de 9.9% para fragilidad y 44.2% para pre- fragilidad. 
En 11 de los estudios incluidos, la fragilidad fue estadísticamente más prevalente 
en las mujeres (9.6%) que en los hombres (5.2%) y aumentó constantemente con 
la edad: 65-69 años (4%), 70-74 años (7%), 75-79 años (9%), 80-84 años (16%), 
mayores de 85 años (26%). Esta revisión puso de manifiesto que la mayoría de los 
modelos de fragilidad se desarrollaron en poblaciones blancas y la prevalencia de 
esta podría ser mayor en las personas que viven en el sur de Europa, hispanos y 
afroamericanos de edad avanzada; por lo tanto, diferentes puntos de corte para 
fragilidad deberían ser necesarios en las diferentes poblaciones17. En el estudio de 
salud cardiovascular (Cardiovascular Health Study; CHS), en el que se utilizaron los 
criterios descritos por Mitnitski y Rockwood, reportó la prevalencia de fragilidad en 
8.7% en hombres y 15% en mujeres afroamericanas, en comparación con el 4.6% 
de los hombres y el 6.8% de las mujeres anglosajonas. En el estudio de cohorte a 
5 años del Canadian Study of Health and Aging, se encontró que 12 de cada 1000 
habitantes fueron frágiles y en los mayores de 85 años y más, 44 de cada 100 
resultaron frágiles. La prevalencia de prefragilidad y fragilidad en población europea 
mayor de 50 años, fue de 25.8% en mujeres y 7.8% respectivamente, mientras que 
en hombres se reportó en 14.6% y 3.1% respectivamente. En el estudio transversal 
 
12 
 
realizado en mujeres estadounidenses mayores de 79 años con un índice de masa 
corporal mayor a 18.5 (Women´s Health and Aging Studies I y II) describieron que 
la presencia de sobrepeso se relacionó con la presencia de fragilidad, mientras que 
la obesidad se relacionó con la aparición tanto de pre- fragilidad como de 
fragilidad18. 
En 2008 una encuesta transnacional sobre adultos mayores que viven en cinco 
grandes ciudades de América Latina y el Caribe (Bridgetown [Barbados], Sao Paulo 
[Brasil], Santiago de Chile, La Habana [Cuba] y Ciudad de México) reporto una 
prevalencia de fragilidad que varió de 30-48% en las mujeres y de 21-35% en los 
hombres; en esta, también se observó que la edad adulta, la poca educación y 
menor nivel socioeconómico, se asociaron con mayores probabilidades de fragilidad 
para ambos sexos; así como, la comorbilidad y el índice de masa corporal también 
se relacionaron con la fragilidad, pero sus efectos difirieron en hombres y mujeres19. 
En México, un estudio de seguimiento de dos años, realizado por García- Gonzalez 
y cols. (2009); donde desarrollaron un índice de fragilidad utilizando 34 variables, 
analizaron un total de 4082 participantes de una edad promedio de 73 años, de los 
cuales, 279 murieron. Se observó que la mortalidad aumentó con el nivel del índice 
de fragilidad, representando el 24% de los participantes de 65 a 69 años y el 47.6% 
de los de 85 años o más20. Otro estudio realizado en población mexicoamericana 
de 74 años y más, reportó una prevalencia de 54% pre-frágiles y 20% frágiles. En 
población residente de México, se encontró prefragilidad en un 17-21%, 24% de 
fragilidad en pacientes de 65 a 69 años y de 47.6% en pacientes de 85 años y más. 
En la Ciudad de México, la prevalencia fue del 39.5% (45.5% en mujeres y 30.4% 
en hombres), siendo como componente más frecuente en esta población, la “pobre 
 
13 
 
actividad física”. Estudios realizados por Aguilar et al., a partir de resultados 
derivados del Estudio Nacional sobre Salud y Envejecimiento en México (ENASEM), 
en mexicanos de 60 años y más, reportaron una prevalencia de fragilidad de 37.2% 
(26.7% para hombres y 46.3% para mujeres). Los clasificados como frágiles, fueron 
aquellos de mayor edad, mayoritariamente mujeres, menos escolarizados, con más 
enfermedades crónicas y con más síndromes geriátricos. También observaron que, 
los frágiles tuvieron un mayor riesgo de discapacidad tanto para movilidad como 
para las actividades básicas e instrumentadas de la vida diaria, así como predictor 
de mortalidad y resultados adversos relacionados con la salud. El deterioro cognitivo 
y la baja actividad física se reportaron como los principales factores del fenotipo de 
fragilidad que contribuyeron a la discapacidad. Por último, con estos estudios se 
demostró que el fenotipo de fragilidad de Fried et al., es reproducible y válida en 
población mexicana21-23. Un estudio prospectivo en sujetos de 60 años o más, 
reportó que el estado de fragilidad se asoció independientemente con mortalidad, 
hospitalizaciones y disfuncionalidad en actividades básicas de la vida diaria a los 
dos años de seguimiento, sin asociarse a riesgo de presentar caídas24. Otro estudio 
incluyó a 1933 individuos ancianos de la Ciudad de México, midiendo fragilidad 
basados en el fenotipo de Fried y otros medidores (Walston), donde la prevalencia 
de fragilidad fue de 15.7% y para los no frágiles fue de 51%; las asociaciones 
estadísticamente relevantes en ancianos pre-frágiles fueron: mujeres, edad 
avanzada, solteros, trabajo no remunerado, limitaciones en las actividades básicas 
e instrumentadas de la vida diaria, deterioro cognitivo, depresión, malnutrición, 
sobrepeso/obesidad, comorbilidad moderada y uso de servicios de salud en menos 
en los últimos 6 meses en comparación con los no frágiles; sus resultados sugirieron 
 
14 
 
que la edad avanzada, la discapacidad, la comorbilidad, el deterioro cognitivo y la 
depresión podrían tener un papel influyente en la fragilidad25. Como ya se mencionó 
anteriormente en los estudios de Ávila- Funes y cols., también el estudio español de 
Escobar puso en evidencia que a medida que la fragilidad aumenta, el estado 
cognitivo, las actividades de la vida diaria y el estado nutricional se deterioran y 
existe mayor comorbilidad26. Todos los estudios epidemiológicos realizados con la 
población mexicana hacen evidente que la fragilidad es un problema frecuente entre 
la población de adultos mayores y que tanto el fenotipo de fragilidad como el índice 
de fragilidad han demostrado ser herramientas válidas, útiles y replicables en 
nuestra población5. 
PREVALENCIA DE FRAGILIDAD EN EL HOSPITAL GENERAL DE MÉXICO 
 
En el Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga”, se han realizado algunos 
estudios acerca de la prevalencia de la fragilidad, considerando para dicho 
diagnóstico tanto criterios clínicos como bioquímicos. El primero fue realizado en 
1998 donde se reportó una prevalencia de 16.51% de la población estudiada, donde 
el sexo femenino predomino con 61.1% y con una edad media de 78.6 años. El 
segundo se realizó en 2015, en la población de adultos mayores que acude a la 
consulta externa del servicio de Geriatría del Hospital General de México, que 
reportó una prevalencia de 31.2% para fragilidad, 57% pre-frágiles y 11.2% 
robustos, con una edad media de 77.79 años. El más reciente, se realizó en 2017, 
utilizando el fenotipo de la Dra. Fried modificados, determinando una prevalencia de 
35.7% de fragilidad en los pacientes adultos mayores de 70 años y más de la 
 
15 
 
consulta externa y sala de día del Hospital General de México; de los cuales, 14.3% 
se clasificaron como robustos, 50% pre-frágilesy 35.7% frágiles27-29. 
DISPOSITIVOS PORTÁTILES Y BIOMÉTRICOS EN EL DIAGNÓSTICO DE 
FRAGILIDAD 
 
Durante estos últimos años ha habido diferentes herramientas para medir la 
fragilidad en la práctica clínica (diversas escalas y modelos de detección como: 
FRAIL, PRISMA-7, Gérontopole, fenotipo de Fried, índice de fragilidad de 
Rockwood [Clinical Frailty Scale], Study of Osteoporotc Fractures, Tilburg Frailty 
Index, Groningen Frailty Indicator, SHARE- Fit, entre otros), que al igual que la más 
utilizada (fenotípica de Linda Fried) suelen ser más cualitativas que cuantitativas, 
de modo que la experiencia y habilidad del personal que las aplique juega un papel 
decisivo en el resultado de las mismas30. Otro problema, es la falta de normas para 
medir de manera cuantificable la fragilidad, así como una definición operativa única, 
lo que dificulta su detección oportuna y diagnóstico, aunado a que la mayoría de 
estas escalas y/o modelos de detección, requieren de mucho tiempo para su 
realización, lo que los lleva a ser complejos y poco prácticos para su uso en un 
entorno de atención primaria31. 
Como se ha mencionado previamente, la fragilidad puede bien representar la 
compleja interacción de diferentes factores biológicos, psicológicos, cognitivos y 
sociales; dentro de estos, las capacidades físicas (en especial la función motriz) 
constituyen un elemento central del fenómeno, lo que indica la importancia de su 
evaluación32-34. Con el envejecimiento, la capacidad funcional del sistema 
neuromuscular, cardiovascular y respiratorio comienza a disminuir de forma 
progresiva, lo que conlleva a un riesgo aumentado de fragilidad. La potencia 
 
16 
 
muscular se deteriora de forma más precoz que la fuerza muscular, aunado a una 
disminución de la cantidad y calidad de masa muscular y las reducciones de fuerza 
muscular, junto con la pérdida de función, es uno de los principales factores que 
influyen en la disminución de la capacidad de mantenerse independiente en la 
comunidad y en la génesis de la discapacidad. En poblaciones frágiles la potencia 
muscular se asocia de forma más significativa con la capacidad funcional que la 
fuerza muscular. Otro factor que podría explicar la reducción de la fuerza y masa 
muscular, es la importante reducción que se observa en el proceso de 
envejecimiento en la cantidad y calidad de la actividad física diaria. Con ello, se ha 
estimado que la pérdida media de la masa muscular a partir de los 60 años es de 2 
kg en varones y 1 kg en mujeres y cuando por alguna circunstancia se presenta 
inmovilización, con tan solo 10 días de reposo en cama, puede resultar en una 
pérdida de 1.5 kg de masa magra (fundamentalmente en miembros inferiores) y una 
disminución del 15% de la fuerza de extensión de la rodilla; además, induce 
resistencia anabólica, disfunción mitocondrial y apoptosis. Todo ello, da como 
resultado que a medida que disminuye la práctica de actividad física diaria, 
disminuye la fuerza y la masa muscular, conllevando, a que se genere sarcopenia, 
otro síndrome geriátrico bastante común en esta población y aunque no todos los 
adultos mayores frágiles demuestran tener sarcopenia, algunos con sarcopenia son 
también frágiles35-36. Con la presencia de esta última, se pierden básicamente tres 
propiedades físicas: la fuerza, la potencia y la resistencia muscular. Esa pérdida 
contribuye a que se puedan presentar otros síndromes geriátricos a manera de 
cascada: la pérdida de la fuerza dificulta el realizar actividades de la vida diaria 
(abatimiento funcional = pérdida de independencia); la disminución de la potencia 
 
17 
 
muscular lleva a un riesgo de caídas y fracturas y la disminución de la resistencia 
muscular induce fatiga y dificultad en la práctica de ejercicio37. 
Esta fragilidad física (funcional) se puede detectar a través de síntomas subjetivos 
como el agotamiento físico y la actividad física reducida; los cuales, también pueden 
medirse objetivamente a través de dispositivos electrónicos que controlan y 
cuantifican diversas variables físicas34. Varias herramientas están disponibles para 
medir la actividad física, como lo son: cuestionarios, entrevistas o diario de 
actividades; sin embargo, estas otorgan resultados subjetivos, poco confiables; por 
lo que, para obtener medidas objetivas de esta actividad física se ha propuesto el 
uso de la tecnología de detección de movimiento portátil38. Estos métodos de 
medición tradicionales en comparación con los dispositivos electrónicos portátiles, 
requieren que un médico los realice y registre los datos, proporcionando información 
del estado de salud del paciente al momento de su realización, siendo poco útil para 
el monitoreo a largo plazo de este estado de salud ya que se debe de tener en 
consideración la progresión que puede presentarse desde el estado de robusto 
hasta la fragilidad34; por lo que, la necesidad de desarrollar herramientas de 
detección fáciles de usar tanto en la práctica clínica como en el hogar del paciente 
(autoevaluación diaria y a largo plazo) han sido propuestas en diversos estudios, en 
los cuales, se han valorado diferentes dispositivos electrónicos no invasivos que 
ayudan a monitorizar la fragilidad física39,40. Con el uso de la tecnología de detección 
de movimiento portátil se ofrecen importantes ventajas sobre los métodos 
convencionales para obtener medidas de actividad física y/ o funcionamiento físico 
en los adultos mayores38. 
 
18 
 
Muchas investigaciones destacan que las manifestaciones de este síndrome de 
fragilidad se resumen en una función física alterada del adulto mayor; destacando 
en diversos estudios, que la velocidad de la marcha es un resultado clínico crítico, 
ya que la variabilidad que se ha reportado en esta, discrimina entre diferentes 
grupos de estado de fragilidad y ha sido considerada uno de los parámetros más 
fuertes para predecir resultados adversos, como discapacidad de movilidad, caídas 
u hospitalización30,39,41,42; por lo que, estudiar las características de la marcha en 
diferentes grupos de estado de fragilidad para identificar los parámetros y protocolos 
de evaluación más útiles para el diagnóstico de fragilidad podría ser de relevancia. 
A pesar de este hecho, el análisis de la marcha no se ha utilizado en la evaluación 
de rutina del estado de fragilidad; por lo que, la evaluación y combinación de 
diversos parámetros espaciotemporales de la marcha puede mejorar la sensibilidad 
y la especificidad de la predicción y clasificación del riesgo de fragilidad; en cuanto 
a ello, se han reportado avances en la tecnología durante la última década que han 
brindado a los investigadores y clínicos herramientas de bajo costo para medir no 
solo la velocidad, sino también otras variables de la marcha con una alta validez y 
practicabilidad en la investigación, la clínica y el hogar39,43. 
La tecnología de dispositivos portátiles y biométricos significa el uso de sensores 
para medir ciertos parámetros específicos de la marcha, estas mediciones parecen 
tener un alto potencial para el diagnóstico, monitoreo y prevención de la pre- 
fragilidad y fragilidad43. Estos dispositivos biométricos, son dispositivos portátiles 
que permiten rastrear diferentes medidas de actividad o medir y procesar señales 
biológicas; monitorizando dichas actividades físicas de manera automática. La 
 
19 
 
frecuencia y periodicidad de los registros son diversas y dependen de las variables, 
del dispositivo y de las necesidades de procesamiento44. 
En una revisión de once artículos realizada por Schwenk, et al., donde se evaluaron 
diversos componentes de la marcha por medio de dispositivos electrónicos y se 
reportó que los individuos frágiles en la transición tienen velocidad reducida, 
cadencia, longitud de zancada y mayor tiempo de zancada, doble soporte (como 
porcentaje del ciclo de la marcha) y variabilidad en el tiempo de zancadaen 
comparación con los individuos no frágiles, también informaron que, la velocidad de 
la marcha mostró un tamaño de efecto alto para discriminar entre grupos de estado 
de fragilidad, lo que indico que este parámetro juega un papel clave para definir el 
nivel de fragilidad. Estos resultados están en línea con una serie de estudios que 
han identificado una velocidad reducida de la marcha como predictor de eventos 
adversos para la salud; sin embargo, la marcha lenta fue una variable no específica, 
que también está relacionada con el envejecimiento y otros trastornos de la marcha 
relacionados con el envejecimiento, por lo que, la evaluación de la velocidad de la 
marcha no proporciona, en sí misma, no es suficiente, pero sí, la medición de sus 
componentes, reportando que la cadencia reducida tiene un poder relativamente 
alto para discriminar entre los pre- frágiles de los no frágiles y, por lo tanto, puede 
ser un parámetro sensible para el diagnóstico temprano de síndrome de fragilidad. 
Por otro lado, la progresión de la fragilidad (desde el estado de robusto hasta el 
frágil) puede estar fuertemente asociada con una menor longitud de los pasos, 
mientras que la cadencia se ve menos afectada. Esto puede indicar que la pre-
fragilidad está vinculada predominantemente al deterioro en los parámetros 
temporales, mientras que la progresión de la fragilidad está relacionada con el 
 
20 
 
deterioro de los parámetros espaciales de la marcha. Con lo anterior, se resalta el 
beneficio potencial de la evaluación del inicio de la marcha para identificar la 
fragilidad temprana, en pero, sólo uno de los once artículos revisados en dicho 
trabajo, utilizó sensores portables en el cuerpo para la evaluación de la marcha, que 
representó un método rentable y práctico, cobrando importancia el uso de sensores 
portables que permiten una evaluación objetiva de la marcha para identificar 
fragilidad39. 
Otra revisión sistemática que incluyó veinticinco artículos, en los que, doce de estos 
trabajos evaluaron la marcha con podómetros, siete con acelerómetros uniaxiales, 
6 con acelerómetros multiaxiales y dos utilizaron una combinación (de un podómetro 
y un acelerómetro multiaxial) para obtener las medidas generales de actividad y 
gasto energético. Los podómetros están diseñados para detectar el número total de 
pasos tomados, la distancia recorrida y el gasto de energía. Los resultados que 
informaron indicaron que los sensores fijos en el cuerpo para medir la actividad 
diaria en forma de podómetros y acelerómetros son instrumentos de medición 
buenos y confiables en la medición de actividad física38. 
Además de la velocidad de la marcha, en los estudios realizados por Millor et al., se 
evidencia que el equilibrio y la capacidad de levantarse de una silla también forman 
parte de las medidas más utilizadas en entornos clínicos para evaluar la capacidad 
física en pacientes ancianos. Ya que refiere que de entre las actividades que se 
realizan en la vida diaria, levantarse de una silla es una de las más exigentes a nivel 
muscular y mecánico y es donde la población de edad más avanzada experimenta 
mayores dificultades para poder realizarla, aumentando así el tiempo que 
permanece sentada y reduciendo notablemente su capacidad para vivir de manera 
 
21 
 
independiente. De este modo, test como el de sentarse y levantarse cinco veces, el 
levantarse y andar (Test Up and Go) y el test de treinta segundos de la silla (este 
último aparte de evaluar la capacidad funcional también se utiliza para determinar 
los efectos de intervenciones realizada, como programas de ejercicios o 
rehabilitación); son una de las piedras angulares para la detección temprana de la 
dependencia funcional. Describe la “unidad de medida inercial” (UMI), el cual es un 
dispositivo electrónico que mide y reporta la velocidad, la orientación y las fuerzas 
gravitacionales; para lo cual, utilizó una combinación adecuada de acelerómetros y 
giroscopios y, a veces, magnetómetro y fue uno de los primeros estudios que 
proporciono una clasificación de fragilidad utilizando solo un UMI como referencia 
(medición), la selección que propuso de parámetros cinemáticos relacionados con 
la silla (es decir, rango de orientación, picos de aceleración, picos de potencia e 
impulso) fueron capaces de clasificar el estado de fragilidad de un individuo mejor 
que los criterios reales (Fried). Se han convertido en una solución innovadora y no 
invasiva de bajo costo para la evaluación de la capacidad funcional en diagnósticos 
clínicos e identificación del estado de pre- fragilidad, entre otros30, 31, 42, 45. 
Otro estudio realizado para detección de fragilidad fue el realizado por Greene y 
cols., en el que realizaron una evaluación móvil que empleo sensores de inercia 
(acelerómetros y un giroscopio) y presión para cuantificar el equilibrio y la movilidad 
para detectar la fragilidad y el riesgo de caídas en adultos mayores. Para ello, realizó 
tres evaluaciones físicas: el Time Up and Go (cronometradas y en marcha), el cinco 
veces sentado y levantarse y el equilibrio. Con los resultados que se obtuvieron, los 
autores sugieren que es posible mejorar la clasificación del riesgo de caídas y la 
fragilidad en base a los datos obtenidos de los sensores durante las tres 
 
22 
 
evaluaciones físicas que se realizaron con ellos, con esta combinación obtuvo 
resultados más precisos que los obtenidos con cada prueba física de manera 
individual46. 
En México, también hay estudios que reportan la utilidad en el uso de dispositivos 
electrónicos portátiles para la detección de fragilidad en los adultos mayores. El 
estudio realizo por Bustamante y cols. Realizaron una selección de entre diferentes 
tipos de dispositivos electrónicos portátiles para el seguimiento de la actividad física 
en la detección temprana de la fragilidad en adultos mayores mexicanos. Estos 
dispositivos fueron estrechamente evaluados y finalmente el dispositivo 
seleccionado se sometió a una prueba de verificación preliminar para su precisión; 
lo que permitió identificar un dispositivo adecuado para cuantificar la actividad física 
diaria mediante el conteo de pasos y el consumo de energía. El dispositivo elegido 
satisface las necesidades expresadas por los usuarios potenciales con respecto a 
la portabilidad, la facilidad de uso, la asequibilidad y la disponibilidad en el mercado 
mexicano, así como las especificaciones técnicas generales como el tamaño de la 
memoria y la duración de la batería. Concluyendo que el uso de dispositivos 
portátiles podría ser una alternativa para mejorar el diagnóstico del síndrome de 
fragilidad (medir su evolución) con la supervisión en tiempo real sobre la calidad de 
la marcha y la detección de caídas, permitiendo realizar una intervención médica 
antes de que se presente algún evento desfavorable44. 
El dispositivo electrónico portátil utilizado en el presente estudio fue el Fitbit Zip™, 
el cual es un podómetro que usa un acelerómetro avanzado de 3 ejes para rastrear 
sus pasos y estimar la distancia y las calorías quemadas y está orientado al 
consumidor por sus diversas características que lo hacen atractivo para los 
 
23 
 
investigadores. En primer lugar, es relativamente asequible, por lo que puede 
utilizarse con muestras grandes. En segundo lugar, se sincroniza de forma 
inalámbrica a través de Bluetooth, lo que facilita la transferencia de datos. En tercer 
lugar, funciona con una batería reemplazable que se proyecta para soportar la 
función continua por hasta 6 meses, lo que significa que el dispositivo no tiene que 
ser recargado cada pocos días. Por último, es pequeño, viene en una variedad de 
colores y se puede usar en la cintura, colgado, en un bolsillo o atado a la ropa 
interior; todas las características que lo hacen más aceptable para los usuarios y, 
por lo tanto, aumentan el cumplimiento de los participantesde la investigación44, 47, 
48. 
Lo datos que se obtienen con la utilización del Fitbit Zip™ son los siguientes: 
 Pasos: el mecanismo del podómetro realiza un seguimiento preciso de los 
pasos, reiniciando cada día a la medianoche. Puede ver el recuento total de 
pasos diarios en Zip y la aplicación. 
 Distancia: esto se calcula a partir de su altura y género, pero puede ingresar 
una longitud de zancada en su perfil para usar en su lugar para una mejor 
precisión. 
 Calorías quemadas: la pantalla muestra la cantidad de calorías quemadas 
hasta el momento cada día, desde la medianoche. Esto utiliza su tasa 
metabólica basal y su actividad48. 
 
 
 
 
 
 
24 
 
III. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA 
 
Con el avance de la edad, algunas capacidades físicas se deterioran y los 
problemas de salud aumentan; como se ha visto, el envejecimiento se relaciona con 
una pérdida considerable en la fuerza muscular, que afecta la capacidad de los 
adultos mayores para funcionar de manera independiente y los condiciona a mayor 
vulnerabilidad a las caídas y a la fragilidad, la cual es una condición que pone en 
riesgo de discapacidad y dependencia, afectando así la calidad de vida de los 
adultos mayores. Dado que, la fragilidad se considera un estado de transición desde 
lo robusto hasta el deterioro funcional y ya que hay más datos sobre la elevada 
prevalencia de este entidad en la población mexicana, la identificación oportuna de 
los fenotipos de fragilidad como un objetivo para implementar intervenciones 
preventivas que reduzcan o pospongan su evolución a fragilidad y con ello, las 
consecuencias de este síndrome, sería fundamental. Por lo tanto, preservar en el 
adulto mayor, las capacidades funcionales y disponer de un desempeño físico 
adecuado es crucial para mantener la autonomía, un buen estado de salud y 
adecuada integración en la sociedad. Para este objetivo y teniendo en cuenta la 
falta de métricas cuantificables para su diagnóstico, es importante la integración de 
medidas de fragilidad en la práctica clínica, por lo que los métodos diagnósticos 
clínicos como la fuerza de prensión, velocidad de la marcha y disminución de la 
actividad física, son variables que pueden medirse de forma objetiva con el uso de 
dispositivos biométricos no invasivos, que proporcionan un parámetro cuantificable 
de fragilidad para evaluar la capacidad funcional (física) del adulto mayor. 
 
25 
 
IV. PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN 
 
¿Cuánto más se incrementaría la sensibilidad, especificidad, valores predictivos e 
índices de verosimilitud, si se analizan los datos registrados en dispositivos 
biométricos electrónicos portátiles como el Fitbit Zip™ usados en adultos mayores 
de 60 años y más del Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga”, con 
relación al instrumento estándar para el diagnóstico clinimétrico de fragilidad de 
Linda Fried? 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
26 
 
V. JUSTIFICACIÓN 
 
 
Ya que la fragilidad es un problema estrechamente relacionado con el proceso de 
envejecimiento, es esperado que también su incidencia se incremente en los 
próximos años y que la presencia de esta entidad deteriore el estado funcional del 
adulto mayor, lo que es un factor importante que afecta la calidad de vida y la 
utilización de la atención médica; haciendo que las medidas de resultado válidas de 
la actividad física y / o el funcionamiento físico sean de suma importancia. 
Especialmente, una comprensión de la cantidad y la calidad de la actividad física es 
particularmente importante para abordar las necesidades de rehabilitación del 
adulto mayor y a su vez, las características de la marcha representan una medida 
acumulativa de fragilidad y reflejan una disminución en los múltiples sistemas 
fisiológicos que indican una mayor vulnerabilidad a los factores estresantes, con 
resultados adversos asociados. El uso de dispositivos electrónicos portátiles han 
proporcionado nuevas vías para medir con precisión las características de la marcha 
en el hogar y la clínica, al ser capaces de monitorear y cuantificar diferentes 
parámetros biométricos de la misma y con ello, mejorando la sensibilidad y la 
especificidad de la predicción y clasificación del riesgo de fragilidad. Por lo que, el 
uso de estos dispositivos puede convertirse en útiles herramientas tecnológicas 
como coadyuvantes (alternativas) en el diagnóstico clínico de fragilidad, 
incrementando las posibilidades de un diagnóstico más temprano y creando puntos 
de corte más precisos para estratificar su severidad, así como establecer su valor 
pronóstico. 
 
27 
 
VI. HIPÓTESIS 
 
 
Si los dispositivos biométricos no invasivos como el Fitbit Zip™ que registran 
diversos parámetros de la marcha [velocidad, frecuencia de movimientos, calorías 
consumidas, etc.] para la evaluación de la actividad física entonces se podrá obtener 
una concordancia diagnóstica en relación al estándar de oro para hacer el 
diagnóstico clínico de fragilidad por medio del instrumento diseñado por Linda Fried 
en el adulto mayor. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
28 
 
VII. OBJETIVOS 
 
 
OBJETIVO GENERAL 
 
 Conocer el grado de concordancia entre las mediciones biométricas de la 
actividad física realizadas con el dispositivo electrónico portable “Fitbit Zip™” 
y las obtenidas por el método fenotípico de Linda Fried en adultos mayores 
de 60 años y más del Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga” en 
el año 2018. 
OBJETIVOS ESPECÍFICOS 
 
 Conocer la prevalencia de pacientes robustos, pre- frágiles y frágiles que 
acudieron a la consulta externa y Sala de día del servicio de Geriatría del 
Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga”. 
 Medir la actividad física en adultos mayores de 60 años y más que acudieron 
a la consulta externa y Sala de día del servicio de Geriatría, en base al reporte 
de gasto calórico obtenido por medio del dispositivo electrónico biométrico 
no invasivo “Fitbit Zip™”. 
 Conocer la prevalencia del estado funcional para actividades básicas de la 
vida diaria por medio de la escala de Barthel e instrumentadas de la vida 
diaria con el instrumento de Lawton & Brody en la población estudiada. 
 Conocer la prevalencia de la presencia de trastorno depresivo en base a la 
Escala de Depresión Geriátrica (GDS de Yesavage). 
 Conocer el estado nutricional de los pacientes incluidos en el estudio por 
medio del Examen mínimo del estado nutricio (MNA). 
 
29 
 
 Conocer el rendimiento físico al evaluar la velocidad de la marcha y el 
equilibrio por medio de la Batería breve de rendimiento físico (SPPB). 
 Conocer el estado cognitivo de la población participante con la aplicación del 
Examen mínimo del estado mental de Folstein (MMSE). 
 
VIII. MATERIAL Y MÉTODOS 
 
 
TIPO Y DISEÑO DE ESTUDIO 
 
Observacional, transversal, analítico, prospectivo y prolectivo. 
 
LUGAR 
 
Consulta externa y Sala de Día del Servicio de Geriatría del Hospital General de 
México “Dr. Eduardo Liceaga”. 
 
UNIVERSO DE TRABAJO 
 
Pacientes adultos mayores de 60 años y más, de ambos géneros, que acudieron a 
Consulta Externa y Sala de Día del Hospital General de México “Dr. Eduardo 
Liceaga”. 
 
POBLACIÓN Y TAMAÑO DE LA MUESTRA 
 
Se evaluaron a los adultos mayores de 60 años y más, de ambos sexos, que 
acudieron a Consulta Externa y Sala de Día del Hospital General de México “Dr. 
Eduardo Liceaga”. Se realizó un muestreo no probabilístico por conveniencia, ya 
 
30 
 
que sólo se contó con 30 dispositivos Fitbit Zip™. A continuación se presentan los 
criterios de selección: 
 CRITERIOS DE INCLUSIÓN: 
 
 Adultos mayores de 60 años y más, que acudieron a la Consulta Externa 
y Sala de Día del Servicio de Geriatría del Hospital General de México 
“Dr. Eduardo Liceaga”, de Mayo del 2017 a Octubre del 2018. 
 Que deseen participar en el estudio. 
 Que cuenten conconsentimiento informado. (Anexo 1) 
 Que cumplan con una puntuación mayor de 60 puntos en el índice de 
Barthel (funcional). 
 CRITERIOS DE EXCLUSIÓN: 
 
 Incapaces de deambular de forma independiente o con auxiliar de la 
marcha. 
 Demencia moderada o grave. 
 Cuestionarios incompletos. 
 CRITERIOS DE ELIMINACIÓN: 
 
 Enfermedad intercurrente durante el periodo de 3 semanas con el uso del 
dispositivo Fitbit Zip™ y que limite la movilidad del paciente, requiera o no 
de hospitalización. 
 Muerte. 
 Deseo de retirarse del estudio y revocatoria del consentimiento informado. 
 Falla en el dispositivo portátil (Fitbit Zip™). 
 No completar alguno de los instrumentos aplicados. 
 
31 
 
IX. OPERACIONALIZACIÓN DE LAS VARIABLES 
 
 
VARIABLE DEFINICIÓN 
CONCEPTUAL 
DEFINICIÓN 
OPERACIONAL 
TIPO DE 
VARIABLE 
INDICADORES/ 
VALORES 
Edad Tiempo que un 
individuo ha vivido 
desde su nacimiento y 
hasta el momento de la 
realización del estudio 
Cantidad de años 
cumplidos 
Cuantitativa 
continua 
Años (media y DE) 
Género Designa la condición 
orgánica y biológica, 
que diferencia a 
hombres de mujeres 
Característica 
fenotípica 
Cualitativa 
nominal 
dicotómica 
Femenino 
(número y %) 
 
Masculino 
(número y %) 
Estado civil Condición filial que 
presenta el paciente al 
momento del estudio 
Estado político 
que precisa la 
situación del 
individuo 
Cualitativa 
nominal 
politómica 
Soltero 
Casado 
Viudo 
Separado 
Divorciado 
Unión libre 
Escolaridad Periodo de tiempo en 
el que se ha cursado 
algún grado 
académico 
Número de años 
cursados 
Cuantitativa 
continua 
Años 
Cuidador primario Persona que brinda 
atención a quienes 
necesitan supervisión 
o asistencia en caso 
de enfermedad o 
discapacidad 
Sexo de la 
persona que 
apoya en los 
cuidados del 
paciente 
Cualitativa 
nominal 
Hombre 
Mujer 
Asiste a sala de 
día 
Unidad de Atención 
Diurna (Sala de día) 
para adultos mayores, 
donde se ofrece una 
atención integral 
Respuesta a la 
pregunta: ¿Asiste 
a algún centro de 
día para adultos 
mayores? 
Cualitativa 
nominal 
dicotómica 
SI 
NO 
Polifarmacia Uso de tres o más 
fármacos de manera 
simultánea 
Respuesta a la 
pregunta: 
¿Consume más 
de tres 
medicamentos? 
Cualitativa 
nominal 
dicotómica 
SI 
NO 
Uso de 
medicamentos 
que afectan al 
sistema nervioso 
central 
Uso de fármacos que 
tengan acción sobre el 
sistema nervioso 
central 
Respuesta a la 
pregunta: ¿Utiliza 
algún 
medicamento para 
dormir, 
antidepresivo o 
antipsicótico? 
Cualitativa 
nominal 
dicotómica 
SI 
NO 
Mini Mental 
Status 
Examination 
Prueba de tamizaje 
desarrollada para 
evaluar la función 
cognitiva en varios 
dominios 
Cantidad de 
puntos que el 
paciente obtiene 
tras la aplicación 
de la prueba 
Cuantitativa 
discreta 
0 – 30 puntos 
Normal: 24-30 
puntos 
Deterioro 
cognoscitivo leve: 
19-23 puntos 
Deterioro 
cognoscitivo 
moderado: 14-18 
puntos 
 
32 
 
Deterioro 
cognoscitivo 
grave: < 14 
puntos 
Escala de Barthel Instrumento que mide 
la 
capacidad de una 
persona para realizar 
diez actividades 
básicas de 
la vida diaria y con ello 
valorar la 
funcionalidad 
(dependencia o 
independencia) 
Cantidad de 
puntos que 
obtiene el 
paciente según el 
tiempo y cantidad 
de ayuda física 
requerida si no 
puede realizar 
dicha actividad 
Cuantitativa 
discreta 
0 a 20: 
Dependencia total 
20-35: 
Dependencia 
grave 
40-55: 
Dependencia 
moderada 
60 o más: 
Dependencia leve 
100: 
Independiente 
Escala de Lawton 
Brody 
Instrumento que mide 
el grado de 
dependencia en las 
actividades 
instrumentadas de la 
vida diaria 
Cantidad de 
puntos obtenidos 
según la 
valoración de 8 
actividades 
instrumentadas de 
la vida diaria 
Cuantitativa 
discreta 
0: Máxima 
dependencia 
1 – 4: Poco activo 
5 – 7: Activo 
8: Independencia 
total 
Examen mínimo 
del estado 
nutricio 
Instrumento de 
detección 
que se utiliza para la 
evaluación del estado 
nutricional 
Cantidad de 
puntos obtenidos 
Cuantitativa 
discreta 
24-30 puntos: 
estado nutricional 
normal 
17 a 23.5 puntos: 
riesgo de 
malnutrición 
Menos de 17 
puntos: 
malnutrición 
Trastorno 
depresivo 
Toda aquella 
sintomatología 
cognitiva, afectiva y 
somática, según los 
criterios del DSM-V 
Cantidad de 
puntos obtenidos 
en la Escala de 
Depresión 
Geriátrica de 
Yesavage (versión 
de 15 items) 
Cuantitativa 
discreta 
0-4: normal 
5-8: depresión 
leve 
9-11: depresión 
moderada 
12-15: depresión 
severa 
Caídas Consecuencia de 
cualquier 
acontecimiento que 
precipita al individuo al 
suelo contra su 
voluntad 
Respuesta 
afirmativa o 
negativa a la 
pregunta: ¿Usted 
ha presentado 
caídas en el último 
año? 
Cualitativa 
nominal 
dicotómica 
Si 
No 
Uso de auxiliar 
para la marcha 
Dispositivos hechos de 
diversos materiales y 
diseños con la 
finalidad de auxiliar a 
las personas en su 
traslado, permitiendo 
mantener movilidad 
Respuesta a la 
pregunta: ¿Utiliza 
algún tipo de 
auxiliar para 
caminar? 
Cualitativa 
nominal 
dicotómica 
Si 
No 
Pérdida de peso Disminución en peso 
corporal respecto a 
registro previo. 
Pérdida de peso 
mayor de 3 kg en 
el último año o 
IMC <21 k/m2. 
Cualitativa 
nominal 
dicotómica 
Si 
No 
Pobre resistencia 
y energía 
disminuida 
Referencia por el 
paciente que “todo lo 
que realiza requiere un 
esfuerzo o no puede 
Respuesta 
afirmativa o 
negativa a la 
pregunta: ¿En la 
última semana, 
Cualitativa 
nominal 
dicotómica 
Si 
No 
 
33 
 
continuar con la 
actividad” 
qué tan frecuente 
ha sentido que 
todo lo que realiza 
requiere un 
esfuerzo o que no 
pueda continuar? 
Enlentecimiento 
de la marcha 
Velocidad de la 
marcha disminuida en 
la prueba de caminata 
de 4 metros 
20% más lento del 
tiempo de 
caminata a partir 
de la Prueba de 
caminata de 4m, 
con puntos de 
corte para 
población 
mexicana 
Hombres: 
menos de 0.8 m/s 
Mujeres: menos 
de 0.6 m/s 
Cuantitativa 
continua 
Presencia 
Ausencia 
Debilitamiento Disminución en la 
fuerza de prensión 
medida con un 
dinamómetro manual 
Fuerza de 
prensión obtenida 
por el paciente por 
medio de 
dinamómetro 
Cuantitativa 
continua 
Mujeres: < 18 kg 
Hombres: < 30 kg 
Nivel de actividad 
física bajo 
Cualquier movimiento 
corporal producido por 
los músculos 
esqueléticos que exija 
gasto de energía, pero 
que este sea bajo 
 
 
 
 
 
Reflejado en el 
consumo de 
kilocalorías (unidad de 
energía) por semana 
[criterios de Fried 
modificados] 
Referido por el 
paciente en 
respuesta a la 
pregunta: 
¿Realiza alguna 
actividad como 
caminar diario, 
jardinería o algún 
deporte una vez 
por semana? 
O por: 
Cantidad de 
kilocalorías 
consumidas 
durante la 
actividad física 
registrada por el 
Fitbit Zip 
Cualitativa 
nominal 
dicotómica 
 
 
 
 
 
 
 
 
Cuantitativa 
continua 
Si 
No 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Actividad física 
baja: 
Hombres: < 383 
Kcal/sem 
Mujeres: < 270 
Kcal/sem 
Fragilidad Un estado de mayor 
vulnerabilidad a los 
factores estresantes, 
después de las 
disminuciones en la 
función y las reservas 
en múltiples sistemas 
fisiológicos 
5 Criterios: 
Pérdida de peso, 
pobre resistencia 
y energía 
disminuida, 
enlentecimiento 
de la marcha, 
debilitamiento, 
nivel de actividad 
física bajo 
Cualitativa 
ordinal 
Número y 
porcentaje 
 
Robusto: ninguno 
Pre-frágil: 1-2 
Frágil: 3 o más 
 
 
 
 
 
 
 
34 
 
X. PROCEDIMIENTO 
 
 
Para este proyecto, de Marzo a Mayo del 2017 se aplicó un proceso estructurado 
informado para la selección del dispositivo electrónico, acorde a las necesidades de 
precisión, costo, portabilidad y duración de batería, entre otros. De un conjunto 
inicial de doce dispositivos fueron seleccionados por fases hasta tener 3 dispositivos 
finalistas, de los cuales el dispositivo “Fitbit Zip™” tuvo el menor margen de error y 
fue el mejor de acuerdo a las necesidades señaladas. 
IDENTIFICACIÓN Y CLASIFICACIÓN DE LOS PACIENTES 
 
 Se invitó a participara adultos mayores de 60 años y más, de ambos géneros, 
que acudieron a la Consulta Externa y Sala de Día del Hospital General de 
México “Dr. Eduardo Liceaga” de Mayo a Diciembre del 2017. 
 A los interesados en participar y con firma de consentimiento informado, se 
le realizó valoración geriátrica integral de enero a septiembre del 2018, para 
conocer funcionalidad (con punto de corte de 60/100 en escala de Barthel 
para actividades básicas de la vida diaria), alteraciones de la marcha, 
actividad física, estado cognitivo, nutricional, entre otras. 
 Se incluyeron a 32 pacientes (por número de Fitbit Zip™ disponibles), que 
cumplieron con los criterios de selección. A dichos pacientes se les aplicó el 
Cuestionario de la Hoja de Recolección de Datos (Anexo 2), recabando datos 
demográficos. Para la clasificación fenotípica inicial en robustos, pre- frágiles 
y frágiles, se aplicaron los criterios de Linda Fried, en base a los cuales, se 
consideraron como pacientes Robustos aquellos sin ningún criterio, Pre- 
 
35 
 
frágiles con 1 o 2 criterios presentes y Frágiles los que cumplen 3 o más 
criterios positivos. 
INTERVENCIÓN 
 
 A cada uno de los participantes del estudio (adultos mayores funcionales), 
en octubre del 2018, se les proporcionó un dispositivo electrónico portable 
considerado como “Monitor de actividad inalámbrico Fitbit ZIP™”; fabricado 
por la empresa: Fitbit® y el cual está clasificado como un rastreador de 
actividad física, que cuenta con un acelerómetro de tres ejes. El dispositivo 
portable Fitbit Zip™ se colocó suspendido en el cuello de cada uno de los 
participantes por medio de un cordel de algodón, que permitió el libre 
desplazamiento del participante y del dispositivo, ya que contó con un 
margen de oscilación de 20 centímetros. Fue utilizado por cada uno de los 
participantes durante 2 semanas en forma continua para seguir sus pasos y 
estimar su distancia recorrida y calorías consumidas; se indicó al paciente y 
a los familiares, reportar en caso de que el paciente hubiera sufrido alguna 
caída, hospitalización o falla del dispositivo durante los días de su uso. 
 El dispositivo Fitbit ZIP™ permitió realizar las siguientes mediciones: 
monitorizar siete días de movimiento en detalle, minuto a minuto, obtener los 
totales del gasto calórico diario de los últimos 14 días (Anexo 3). Por medio 
de la utilización del software Fitabase (Small Steps Lab, San Diego, CA, 
EE.UU.), los datos del Fitbit Zip se exportaron como datos minuto a minuto. 
Los datos minuto a minuto se utilizaron para verificar que cada participante, 
incluido en los análisis tuviera al menos 4 días válidos de datos, con un día 
 
36 
 
válido definido como al menos 8 h de datos válidos. Incluyendo sólo horas 
válidas, los datos minuto a minuto se utilizaron para calcular los pasos 
medios diarios y Media de los minutos diarios (es decir, el total de lo que Fitbit 
llama minutos "activos" y "muy activos") para todos los días válidos. 
 Se utilizó una computadora, teléfono móvil o Tablet compatible con Bluetooth 
4.0 para supervisar y sincronizar los datos recabados: pasos realizados, la 
distancia recorrida y las calorías consumidas por cada participante durante 
el lapso de tiempo establecido. De noviembre a diciembre del 2018, se 
cuantificaron los parámetros totales obtenidos por cada paciente según los 
parámetros biométricos que el dispositivo Fitbit Zip proporcionó para 
determinar el nivel de actividad física bajo según el gasto de calorías 
reportado (utilizando los criterios de Fried modificados para esta variable) 49-
50 y se evaluó su efectividad comparándolo con los resultados de la 
clasificación fenotípica por medio de los criterios de Linda Fried obtenidos 
previamente. 
ANÁLISIS ESTADÍSTICO 
 
Para la realización de la base de datos se empleó el programa de Excel de Microsoft 
Windows 2013 (versión 15.0), compatible con Windows 10. Para el análisis 
estadístico, elaboración de tablas y generación de gráficos de las mismas se utilizó 
el programa de software Statistical Package for the Social Sciences (SPSS) de IBM 
Corporation versión 25.0. En dicho programa, se realizó estadística descriptiva para 
las variables obteniendo medias, medianas, desviaciones estándar y porcentajes 
 
37 
 
dependiendo del tipo de variable. Para la comparación de los datos se utilizó 
estadística paramétrica y no paramétrica dependiendo de las variables. 
Se utilizó estadística descriptiva, para describir las características básicas del 
conjunto de datos. 
INSTRUMENTOS DE MEDICIÓN 
 
 Actividades básicas de la vida diaria (ABVD) con la medición por medio 
de la siguiente escala: 
o Escala de Barthel: Instrumento que mide la capacidad de una 
persona para realizar diez actividades básicas de la vida diaria, 
obteniéndose una estimación cuantitativa de su grado de 
independencia, su deterioro implica la necesidad de ayuda de otra 
persona. La evaluación de las actividades no es dicotómica, por lo que 
permite evaluar situaciones de ayuda intermedia. El rango de posibles 
valores está entre 0 y 100, con intervalos de 5 puntos (se asigna un 
puntaje de 0, 5, 10 o 15 según realice o no cada una de las 
actividades), cuanto más cerca está de 0 el paciente presenta más 
dependencia, por el contrario cuanto más cerca está de 100, es 
indicativo de independencia. Una interpretación sugerida por Shah et 
al. es: 0 – 20 dependencia total, 21 – 60 dependencia severa, 61 – 90 
dependencia moderada, 91 – 99 dependencia escasa y 100 
independencia; para los resultados del presente estudio se utilizaron 
los valores en base a la guía de práctica clínica51-53. (Anexo 4) 
 
38 
 
 Actividades instrumentadas de la vida diaria (AIVD) valoradas con la 
Escala de Lawton & Brody: Evalúa la autonomía física y las actividades 
instrumentales de la vida diaria. Mide la capacidad funcional mediante la 
exploración de 8 ítems, cada ítem tiene un valor numérico (1 = independiente 
y 0 = dependiente) y la suma de las respuestas da lugar a un resultado que 
va desde 0 (máxima dependencia) a 8 (independencia total). Hay tres 
actividades que en la cultura occidental son más propias de mujeres (comida, 
tareas del hogar, lavar ropa); por ello, los autores de la escala admiten que 
en los hombres estas actividades puedan suprimirse de la evaluación, de 
esta manera existirá una puntuación total para hombres y otra para mujeres 
(se considera anormal < 5 en hombre y < 8 en mujer) 54-55. (Anexo 5) 
 Examen mínimo del estado mental (MMSE): instrumento simple y breve de 
11 elementos diseñado para evaluar la función cognitiva en varios dominios, 
como orientación, registro, atención, memoria diferida y de trabajo, 
evocación, lenguaje y habilidades de construcción visual. Los puntajes 
oscilan entre 0 y 30, con puntuaciones por debajo de 23-24 puntos 
generalmente se consideran anormales (deterioro cognitivo). Esta escala fue 
validad en nuestra población por Ostrosky-Solis56-58. (Anexo 6) 
 Examen mínimo del estado nutricio (MNA): Está compuesto de 18 ítems. 
Ha sido validado al español (Cuyac Lantigua M and Santana Porbén S. 
2007). Atiende aspectos de la historia dietética, datos antropométricos, 
bioquímicos y valoración subjetiva. El valor máximo del cribado es de 14 
puntos y si obtiene un valor igual o menor a 8 puntos sugiere probable 
malnutrición y en este caso se ha de continuar en la siguiente fase del test; 
 
39 
 
donde se utiliza el puntaje total obtenido para catalogar al paciente en alguna 
de sus tres categorías; 1) con buena nutrición (puntaje total de ≥24), 2) riesgo 
de desnutrición (puntaje total de 17.5 a 23.5) y 3) desnutrición (puntaje total 
≤ 17). Los datos antropométricos se realizaron de la siguiente manera: el 
peso se tomó con una báscula clínica calibrada; la talla fue registrada en el 
estadiómetro de adulto con el que cuenta l báscula y con una cinta métricase realizó la medición de la circunferencia braquial y de pantorrilla55, 59-60. 
(Anexo 7) 
 Caídas: Se obtuvo con la respuesta afirmativa del paciente a la siguiente 
pregunta: ¿Usted ha presentado caídas en el último año? 
 Criterios modificados de Linda Fried: 
o Pérdida de peso: Pérdida de peso no intencionada igual o mayor a 3 
kilos, en el último año o índice de masa corporal menor de 21 kg/m2 
(obtenido con las variables de peso y talla). 
o Enlentecimiento: para determinar esta variable se valoró el equilibrio 
y la velocidad de la marcha, mediante la aplicación de la Batería breve 
de rendimiento físico (SPPB): Esta escala evalúa el equilibrio, la 
marcha, la fuerza y resistencia, mediante la realización de tres 
pruebas: equilibrio (en tres posiciones: pies juntos, semi-tándem y 
tándem), velocidad de la marcha (cronometrada a 4 metros, con el 
tiempo medido en segundos) y levantarse y sentarse en una silla cinco 
veces. Es muy importante respetar la secuencia de las pruebas, ya 
que si empezamos por las levantadas, el paciente se puede fatigar y 
ofrecer rendimientos falsamente bajos en los otros dos sub-tests. El 
 
40 
 
tiempo medio de administración, con entrenamiento, se sitúa entre los 
6 y los 10 minutos. La puntuación y valoración del resultado total del 
SPPB resulta de la suma de los tres sub-tests, y oscila entre 0 (peor) 
y 12; cambios en 1 punto tienen significado clínico. Una puntuación 
por debajo de 10 indica fragilidad y un elevado riesgo de discapacidad, 
así como de caídas. Para velocidad de la marcha se utilizaron los 
siguientes puntos de corte para población mexicana: Mujeres: menos 
de 0.6 m/s y Hombres: menos de 0.8 m/s55, 61. (Anexo 8) 
o Pobre resistencia y energía disminuida: Autoreporte de fatiga o 
sensación inusual de cansancio o debilidad en el mes pasado. Se 
obtuvo con dos respuestas positivas al cuestionario de la Escala de 
Depresión del Centro de Estudios Epidemiológicos [CES-D]: ¿Siente 
que todo lo que hace requiere un gran esfuerzo? y ¿Siente que ya no 
puede seguir adelante?)62. 
o Debilitamiento: Fue medida al obtener la fuerza de prensión medida 
por medio de dinamómetro. Se utilizarán los puntos de corte para 
población mexicana: Mujeres menos de 18 kilos, hombres menos de 
30 kilos. 
o Nivel de actividad física bajo: No realizar actividades recreativas y 
reflejado en el consumo de kilocalorías por semana, reportados en el 
dispositivo electrónico portable (Fitbit Zip). Utilizando los puntos de 
corte propuestos por Linda Fried (donde las Kcal gastadas por semana 
se calcularon utilizando un algoritmo estandarizado mediante el 
Minnesota Leisure Time Activity Questionnaire (MLTAQ), estratificado 
 
41 
 
por género). Se considera fragilidad cuando se encuentra en el quintil 
inferior: hombres menos de 383 Kcal/sem y mujeres menos de 270 
Kcal/sem49-50,63. 
 Escala de Depresión Geriátrica GDS de Yesavage: instrumento de 
autoreporte, que en su versión acortada está compuesto por 15 reactivos que 
miden la presencia de la sintomatología depresiva mediante preguntas 
directas en la que el entrevistado responde sí o no. (Anexo 9) 
 
 
 
 
 
XI. ASPECTOS ÉTICOS Y DE BIOSEGURIDAD 
 
 
De acuerdo al reglamento de la Ley General de Salud en Materia de Investigación 
para la salud, se trata de una investigación con riesgo mínimo, ya que se obtendrán 
datos a través de procedimientos comunes: historia clínica, exploración física, 
escalas de valoración geriátrica y dispositivos electrónicos de mediciones 
biométricas no invasivas, certificados por COFEPRIS. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
42 
 
XII. RESULTADOS 
 
La muestra fue de 32 adultos mayores provenientes de consulta externa y Sala de 
día del servicio de Geriatría del Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga”, 
se eliminaron un total de 4 adultos mayores del presente estudio, 3 de ellos, debido 
a que no completaron alguno de los instrumentos que se aplicaron y el 4to. paciente 
por no contar con el registro de Fitbit completo (fallo en el dispositivo). Ingresando 
al análisis estadístico un total de 28 pacientes que contaban con los criterios de 
inclusión, muestra conformada por 20 mujeres (71%) y 8 hombres (29%). Para la 
variable de edad se realizó la agrupación etaria según la clasificación de la OMS 
para adultos mayores, así, el grupo etario de adultos mayores con mayor frecuencia 
en el presente estudio fue el de entre 60 a 74 años que correspondió al 57 por 
ciento, seguida de adultos mayores entre 75 a 90 años (42%), en relación a la 
escolaridad cuenta con una media de 10.75 años de escolaridad con una desviación 
estándar de ± 7.11. El consumo de fármacos con afección a sistema nervioso central 
se presentó en 3 pacientes en etapa de pre-frágil y dichos fármacos fueron: 
diazepam, alprazolam y clonazepam. La distribución de las variables 
sociodemográficas en relación a los fenotipos de fragilidad establecidos por Linda 
Fried, se muestra en la tabla 1. (Anexo: gráficas 1-9) 
 
 
 
 
43 
 
Tabla 1. Distribución de variables demográficas en relación a los fenotipos de 
Linda Fried en adultos mayores de la consulta externa y Sala de día del servicio 
de Geriatría del Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga”. 
 
 FRAGILIDAD 
 CATEGORÍA FRÁGIL 
% (N) 
PRE FRÁGIL 
% (N) 
ROBUSTO 
% (N) 
SEXO MUJER 30.0 (6) 50.0 (10) 20.0 (4) 
HOMBRE 
 
12.5 (1) 37.5 (3) 50.0 (4) 
EDAD (AÑOS) 60-74 6.3 (1) 43.8 (7) 50.0 (8) 
75-90 50.0 (6) 50.0 (6) - 
> 90 
 
- - - 
ESTADO CIVIL Casado 35.7 (5) 42.9 (6) 21.4 (3) 
Divorciado/separado 25.0 (1) 25.0 (1) 50.0 (2) 
Soltero - 75.0 (3) 25.0 (1) 
Viudo 20.0 (1) 60.0 (3) 20.0 (1) 
Unión libre - - 100.0 (1) 
 
ASISTE A 
ESTANCIA DE 
DÍA 
 
No 
 
27.3 (6) 
 
45.5 (10) 
 
27.3 (6) 
Si 16.7 (1) 50.0 (3) 33.3 (2) 
CUIDADOR 
PRIMARIO 
No 20.0 (1) 40.0 (2) 40.0 (2) 
Si 
 
26.1 (6) 47.8 (11) 26.1 (6) 
POLIFARMACIA No 16.7 (3) 38.9 (7) 44.4 (8) 
Si 
 
40.0 (4) 60.0 (6) - 
USO DE 
MEDICAMENTO 
QUE AFECTA 
AL SNC 
No 28.0 (7) 40.0 (10) 32.0 (8) 
Si - 100.0 (3) - 
AUXILIAR DE 
LA MARCHA 
No 31.8 (7) 31.8 (7) 36.4 (8) 
Si 
 
- 100.0 (5) - 
CAÍDAS EN EL 
ÚLTIMO AÑO 
No 28.6 (6) 42.9 (9) 28.6 (6) 
Si 14.3 (1) 57.1 (4) 28.6 (2) 
Fuente: Base de datos. 
 
 
44 
 
Los resultados de deterioro cognitivo, de acuerdo a la escala de Miniminetal de 
Folstein, mostraron la siguiente distribución, predominando la población sin 
deterioro cognitivo, 12 pacientes (46.2 %) en los fenotipos de Pre-Frágil, seguida de 
8 pacientes (30.8 %) en la categoría Robusta. (Ver Tabla 2 y Anexo: gráfica 10) 
 
Tabla 2. Distribución de deterioro cognitivo en relación a los fenotipos de Linda 
Fried en adultos mayores de la consulta externa y Sala de día del servicio de 
Geriatría del Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga” 
 
FRAGILIDAD 
MINIMENTAL DE FOLSTEIN 
 
FRÁGIL 
% (n) 
 
26.0 ± 2.38 
PRE-FRÁGIL 
% (n) 
 
27.42± 3.45 
ROBUSTO 
% (n) 
 
28.25 ± 1.83 
(MEDIA ± DE) 
 
SIN DETERIORO 
 
23.1 (6) 46.2 (12) 30.8 (8) 
DETERIORO COGNOSCITIVO 
LEVE 
 
50.0 (1) 50.0 (1) - 
DETERIORO COGNOSCITIVO 
MODERADO 
 
- - - 
DETERIORO COGNOSCITIVO 
GRAVE 
- - - 
TOTAL 25.0 (7) 46.4 (13) 28.6 (8) 
 
FUENTE: BASE DE DATOS 
 
En relación a la funcionalidad para las actividades básicas de la vida diaria los 
pacientes presentaron una distribución de 9 pacientes en estado Pre-Frágil e 
independiente, 5 pacientes en estado independiente y robusto, estado 
independiente frágil 4 pacientes, a continuación se muestra en la Tabla 3 la 
distribución. (Ver tabla 3 y Anexo: grafica 12) 
 
45 
 
Tabla 3. Distribución de funcionalidad para actividades de la vida diaria en relación 
a los fenotipos de fragilidad de adultos mayores de la consulta externa y Sala de 
día del servicio de Geriatría del Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga”. 
 
FRAGILIDAD 
 CATEGORÍA FRÁGIL

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