Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE MEDICINA DIVISIÓN DE ESTUDIOS DE POSGRADO CURSO DE ESPECIALIZACIÓN EN GERIATRÍA HOSPITAL GENERAL DE MÉXICO “DR. EDUARDO LICEAGA” DETECCIÓN Y PREDICCIÓN DE FACTORES ASOCIADOS A FRAGILIDAD EN ADULTOS MAYORES EN EL HOSPITAL GENERAL DE MÉXICO “DR. EDUARDO LICEAGA” TESIS DE POSGRADO QUE PARA OBTENER EL GRADO DE MÉDICO ESPECIALISTA EN GERIATRÍA PRESENTA: DRA. LILIA LIMA GONZÁLEZ AGUIRRE TUTOR DE TESIS DRA. LEONOR ELIA ZAPATA ALTAMIRANO MÉDICO INTERNISTA Y GERIATRA MAESTRA EN CIENCIAS ADSCRITA AL SERVICIO DE GERIATRÍA 110-B CUIDAD DE MÉXICO, JULIO 2019 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. DETECCIÓN Y PREDICCIÓN DE FACTORES ASOCIADOS A FRAGILIDAD EN ADULTOS MAYORES EN EL HOSPITAL GENERAL DE MÉXICO “DR. EDUARDO LICEAGA” PARA OBTENER EL DIPLOMA DE ESPECIALISTA EN GERIATRÍA PRESENTA Nombre: Dra. Lilia Lima González Aguirre Médico residente del servicio de Geriatría. Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga”. Celular: (55) 47920021 Correo electrónico: lili_jc9@hotmail.com TUTOR DE TESIS Nombre: MCM Leonor Elia Zapata Altamirano. Médico adscrito al servicio de Geriatría. Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga”. Cargo a desempeñar: Investigador asociado. RFC: ZAAL760701EF7 Teléfono: 27892000 Ext 1059 y 1060 Correo electrónico: tialeito@hotmail.com TITULAR DEL CURSO Nombre: Dr. Lorenzo García. Jefe de servicio del servicio de Geriatría. Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga”. Cargo a desempeñar: Profesor Titular del curso de Geriatría. Facultad de Medicina UNAM. RFC: GALO570810QU5 Teléfono: 27892000 Ext 1059 y 1060 Correo electrónico: yogasol@msn.com IV TÍTULO DETECCIÓN Y PREDICCIÓN DE FACTORES ASOCIADOS A FRAGILIDAD EN ADULTOS MAYORES EN EL HOSPITAL GENERAL DE MÉXICO “DR. EDUARDO LICEAGA” V AGRADECIMIENTOS “La vida es una obra de teatro que no permite ensayos. Por eso, canta, ríe, baila, llora y vive intensamente cada momento de tu vida, antes que el telón baje y la obra termine sin aplausos”. Charles Chaplin A mis papas, Lilia y Manuel, por la paciencia, consejos, enseñanzas y apoyo incondicional en todos los proyectos que me he propuesto hasta el momento, ya que sin ustedes, no habría logrado llegar hasta donde estoy ahora y a quienes les dedico todos mis logros. A mis abuelos, Ernestina+ y Juan+, por las enseñanzas de vida que me transmitieron y el gran amor que me brindaron. Y a Lupita por ser una de las principales razones que me impulsa a seguir adelante día a día. Gracias a ustedes he concluido esta hermosa etapa de aprendizaje, han sido y siempre serán mi fuente de inspiración. A mi hermana, Gretel, por estar siempre ahí, ser mi apoyo en todo y ser quien me impulsa a seguir siempre adelante. Gracias por ser mi compañera, amiga y cómplice en todas mis locuras y por caminar a mi lado. A Mauro, quien ha sido mi mano derecha, amigo, cómplice y mi gran amor, por todo tu apoyo, paciencia y amor que me brindas día con día y pieza clave en este trabajo. A mis tíos, javito y guspe, por su apoyo a lo largo de todas mis etapas. Al Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga”, por haber sido mi segunda casa estos 4 años y a sus pacientes por su disposición y confianza, que me VI permitieron aprender, superar retos tanto académicos como personales, que sin duda siempre serán la razón de ser de nuestra profesión y para quienes continuaremos preparándonos en todos los aspectos. Al equipo que conforma el servicio de Geriatría (Dr. Lorenzo García, Claus, gericultistas, rehabilitadores, psicólogos y enfermeras (o)) por su paciencia y apoyo. A los médicos de base del servicio de Geriatría, quienes han sido mis maestros y que han contribuido en mi formación como geriatra. A la Dra. Leonor Zapata, tutora de tesis, por su confianza, enseñanza, guía y apoyo que me ha brindado siempre. Al Dr. Iván Andrade, por su paciencia, confianza, conocimientos compartidos y su dedicación hacia la enseñanza e investigación. Gracias por el gran apoyo en la realización de este trabajo. A mis compañeros residentes por compartir risas, desvelos, alegrías, trabajo, conocimientos, experiencias, tristezas, apoyo, etc. y por quienes lo que puede parecer difícil se hace fácil de sobrellevar; porque crecemos a la par. VII “Si caminas solo, irás más rápido; si caminas acompañado, llegarás más lejos”. Proverbio chino “No importa que el cuerpo se vaya volviendo deforme y feo, si el alma se va volviendo hermosa y agradable”. San Damián de Molokai “Nuestro propósito principal en la vida es ayudar a los demás, si no los puedes ayudar, por lo menos no los lastimes”. Dalai Lama VIII 1 ÍNDICE I. RESUMEN ........................................................................................................... 3 II. INTRODUCCIÓN ................................................................................................ 4 FRAGILIDAD ....................................................................................................... 6 EPIDEMIOLOGÍA DE LA FRAGILIDAD A NIVEL MUNDIAL Y EN MÉXICO ..... 10 PREVALENCIA DE FRAGILIDAD EN EL HOSPITAL GENERAL DE MÉXICO ........................................................................................................................ 14 DISPOSITIVOS PORTÁTILES Y BIOMÉTRICOS EN EL DIAGNÓSTICO DE FRAGILIDAD ..................................................................................................... 15 III. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA .............................................................. 24 IV. PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN .................................................................. 25 V. JUSTIFICACIÓN ............................................................................................... 26 VI. HIPÓTESIS ...................................................................................................... 27 VII. OBJETIVOS .................................................................................................... 28 OBJETIVO GENERAL ....................................................................................... 28 OBJETIVOS ESPECÍFICOS .............................................................................. 28 VIII. MATERIAL Y MÉTODOS ............................................................................... 29 TIPO Y DISEÑO DE ESTUDIO .......................................................................... 29 LUGAR ............................................................................................................... 29 UNIVERSO DE TRABAJO ................................................................................. 29 2 POBLACIÓN Y TAMAÑO DE LA MUESTRA ..................................................... 29 CRITERIOS DE INCLUSIÓN ...................................................................30 CRITERIOS DE EXCLUSIÓN .................................................................. 30 CRITERIOS DE ELIMINACIÓN ............................................................... 30 IX. OPERACIONALIZACIÓN DE LAS VARIABLES .............................................. 31 X. PROCEDIMIENTO ............................................................................................ 34 IDENTIFICACIÓN Y CLASIFICACIÓN DE LOS PACIENTES ........................... 34 INTERVENCIÓN ................................................................................................ 35 ANÁLISIS ESTADÍSTICO .................................................................................. 36 INSTRUMENTOS DE MEDICIÓN...................................................................... 37 XI. ASPECTOS ÉTICOS Y DE BIOSEGURIDAD ................................................. 41 XII. RESULTADOS ................................................................................................ 42 XIII. DISCUSIÓN ................................................................................................... 52 XIV. CONCLUSIONES .......................................................................................... 57 XV. BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................... 60 XVI. ANEXOS ........................................................................................................ 68 GRÁFICAS ......................................................................................................... 79 3 I. RESUMEN Introducción: La fragilidad es considerada una etapa anterior y prevenible de la discapacidad; por lo que, su detección oportuna y prevención es un desafío importante en la actualidad. Las herramientas para medirla en la práctica clínica, suelen ser más cualitativas que cuantitativas; sin embargo, la fuerza de prensión, velocidad de la marcha y disminución de la actividad física, son variables que pueden medirse de forma objetiva con el uso de dispositivos biométricos no invasivos, que proporcionan un parámetro cuantificable de fragilidad para evaluar la capacidad física del adulto mayor. Objetivo: Conocer el grado de concordancia entre las mediciones realizadas con el Fitbit Zip y las obtenidas por el método fenotípico de Linda Fried en los adultos mayores de 60 años del Hospital General de México. Material y métodos: Se realizó un estudio transversal, en una población de 28 pacientes mayores de 60 años de la Consulta externa y Sala de Día del Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga”, a quienes por medio del Fitbit Zip se les monitorizó su actividad física durante 2 semanas, reportado en calorías. Se utilizó el coeficiente kappa de Cohen para el análisis estadístico entre actividad física baja y fragilidad. Resultados: Se estudiaron 28 pacientes, reportándose una prevalencia de fragilidad del 25%, de predominio en el sexo femenino. La actividad física baja resultó estadísticamente significativa contra el fenotipo de Fried. Conclusión: Hay una concordancia entre el nivel de actividad física baja y la fragilidad. Palabras clave: Frailty, Wearable Electronic Devices, Elderly/ Aged. 4 II. INTRODUCCIÓN A lo largo del siglo pasado la población mexicana ha tenido importantes transformaciones sociales, económicas, demográficas, políticas y culturales. La acelerada transición demográfica por la que atraviesa el país es uno de los cambios más importantes; la cual dio inició en la década de los treinta con el descenso paulatino de la mortalidad, y que se remarcó a mediados de los setenta con la disminución también de la fecundidad. La reducción de la mortalidad y el aumento en la esperanza de vida en las últimas décadas ha conllevado a cambios trascendentales en la estructura por edad de la población, llevando así al envejecimiento paulatino de la misma, donde la cantidad relativa de personas de mayor edad ha aumentado gradual y exponencialmente; estas variaciones se han traducido en la progresiva inversión de la pirámide poblacional, lo cual de manera estadística se reporta que la población en edad avanzada en el año 2015 representaba el 7.2 por ciento; en comparación, con el año 2010 que era de 6.2 por ciento; observando con ello el rápido envejecimiento de la población; esperando con ello, que para el año 2050 uno de cada 4 mexicanos sea mayor de 60 años y estimado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) a nivel mundial habrá 1.5 millones de personas de 65 años o más1-3. Esta transformación en la estructura por edad hace evidente el proceso de envejecimiento y este cambio demográfico tiene como consecuencia una modificación en la forma en que envejecen, enferman y mueren las poblaciones, a lo que se le ha llamado transición epidemiológica. Otra consecuencia de este reajuste epidemiológico ha sido el decremento considerable de enfermedades 5 infectocontagiosas y el incremento de enfermedades crónico-degenerativas, que en conjunto han generado que hoy las enfermedades no estén tan asociadas a la mortalidad y sí a la discapacidad y dependencia como en el caso de las demencias y otros síndromes geriátricos como la fragilidad4. Asimismo, el aumento en las expectativas de supervivencia han modificado de forma paralela las expectativas de salud generando con ello, que la calidad de vida y el grado de independencia funcional en la vejez sean ahora igual o más importante que la propia esperanza de vida; ya que el envejecimiento per se termina condicionando a un mayor riesgo de enfermedades crónicas y discapacidades, que llevan a que la persona se fragilice, expresando mayor deterioro funcional, dependencia y mortalidad. “El reto del siglo XXI es asegurar una calidad de vida óptima para las personas de edad y retrasar la aparición de discapacidades propias de la edad”, según la OMS. La discapacidad propicia el aumento en el uso de los recursos sociales y de salud, que ocasiona un aumento en los costos de manera equivalente al envejecimiento de la población2, 5. Por lo anterior y debido a este incremento exponencial ya comentado en la transición demográfica, conducirán al ineludible incremento de la población de adultos mayores más vulnerables, que la detección oportuna y prevención de los mismos (síndromes geriátricos) se vuelve un desafío importante al que se enfrentará el mundo a medida que avance el siglo XXI1.Y es aquí, donde la fragilidad cobra gran importancia tanto clínica como epidemiológicamente, al considerarse una etapa anterior y teóricamente prevenible de la discapacidad y es en personas mayores de 60 años el mejor predictivo de supervivencia a 3 años que otros 6 antecedentes clínicos, mencionado por Colvez en su artículo publicado en 1987 de nombre Risk and risk factors of disability in the aged 5, 6. FRAGILIDAD Este término esta descrito desde los años setenta, habiendo diversas definiciones que se han propuesto para la misma y hoy en día el debate por cómo definirla y los criterios que incluye continúa5. Buchner en 1992, la definió como “un estado de disminución de la reserva fisiológica que se acompaña de una mayor susceptibilidad a la discapacidad”, mismo que en la actualidad sigue vigente y caracterizado por 3 principales componentes: disminución en la capacidad de control neurológico (observado en la disminución en la capacidad de realizar tareas complejas), en el rendimiento físico (visto en la disminución de la fuerza muscular) y en el metabolismo energético (como se ve en la disminución del estatus aeróbico por alguna comorbilidad cardiaca, pulmonar o ambas)5,7. Actualmente, las dos definiciones y principales modelos de estudio de fragilidad más aceptados son el modelo fenotípico propuesto por el grupo de trabajo de la Dra. Fried (2001) y el modelo de déficit acumuladodel Dr. Rockwood (1999). El primero estableció a la fragilidad como un síndrome clínico que se caracteriza por un estado de homeoestenosis, entendiéndose por este, a una capacidad funcional reducida del organismo ante situaciones de estrés físico, emocional o ambiental. Y por lo que también se ha asociado a los cambios fisiológicos que se llevan a cabo en el proceso de envejecimiento, el cual, se caracteriza por una progresiva reducción de la reserva homeostática de cada sistema y aparato que lleva a una respuesta anormal y mayor vulnerabilidad a eventos adversos; pero a diferencia de este, en la fragilidad, esto 7 se da a una velocidad acelerada y con falla temprana de los mecanismos homeostáticos. Fried relaciona y unifica estos múltiples factores en un ciclo de fragilidad asociado con la disminución de la energía y la reserva, estableciendo las cinco variables fenotípicas de esta: pérdida de peso no intencionada (más 5 kg el año pasado), disminución de la fuerza de prensión, falta de energía autorreferida, enlentecimiento motor y disminución en la actividad física (hombres: menos de 383 kilocalorías (kcals) a la semana y mujeres: menos de 270 kcals a la semana). Diferenciando así tres niveles: Frágil: sí cumple 3 o más criterios, Pre- frágil: 1 o 2 criterios o Robusto si no cumple ninguno de los criterios. En sus evaluaciones de seguimiento, los categorizados como frágiles presentaron resultaron más adversos en cuanto a factor de riesgo en la incidencia de caídas, discapacidad en las actividades de la vida diaria, empeoramiento en la movilidad, hospitalización y muerte8. En el segundo modelo, del Dr. Rockwood, la definición más utilizada es el Índice de fragilidad, que da una puntuación calculada mediante la proporción de déficits potenciales que están presentes en un individuo de entre una lista propuesta y que a diferencia del primer modelo, estos ítems incluyen parámetros de discapacidad y comorbilidades; definiendo así a la fragilidad como el efecto acumulado de déficits individuales, que condicionan mayor vulnerabilidad y por ende mayor riesgo de muerte. Así también, Rockwood y cols. en el 2005, proponen el instrumento “Clinical Frailty Scale” que se basa en una valoración geriátrica que mide la acumulación de déficits en los dominios funcional, físico y psicosocial y se califica desde adecuado hasta muy frágil; éste no se aplica de forma rutinaria por ser más complejo de realizar que el modelo de Fried y cols9,10,11. 8 Existen diversos estudios donde se ha observado la relación entre fragilidad y el deterioro en el funcionamiento de los diversos sistemas corporales; ya sea que uno contribuya al otro o que actué como un factor de riesgo, observándose, que el deterioro en el funcionamiento de tres o más sistemas es un importante predictor de fragilidad. Es por lo anterior, que uno de los principales abordajes en el diagnóstico de fragilidad es la evaluación del funcionamiento de estos sistemas; sin embargo, Brocklehurst consideró además la existencia de un desequilibrio en el componente psicosocial y no sólo en el área biomédica; proponiendo así, el modelo dinámico de la fragilidad al que llamo “modelo de desregulación o de desbalance”, donde en un lado del balance están los activos que ayudan a una persona a ser independiente en la comunidad (salud, capacidad funcional, entre otros recursos) y en el otro lado, están los déficits, que desafían esta independencia (enfermedades crónicas, discapacidad, dependencia para actividades básicas de la vida diaria y carga de cuidadores). Dividiendo en tres grupos según el equilibrio que exista entre activos y déficits: el primer grupo sería el grupo de adultos mayores sanos, que se da cuando los activos superan por mucho los déficits; el segundo grupo, se presenta cuando los déficit superan a los activos haciendo con ello que el individuo ya sea capaz de mantener su independencia en la comunidad y un ejemplo, son los adultos mayores frágiles institucionalizados y por último, el tercer grupo, es cuando los activos y los déficits se encuentran en un frágil equilibrio y estos serían los pacientes frágiles que aún viven en la comunidad. De manera práctica, esta definición incluye a aquellos que dependen de otros para las actividades de la vida diaria o que tienen un alto riesgo de volverse dependientes y considerando así, los diagnósticos de fragilidad social, red de apoyo frágil y fragilidad psicoafectiva9, 12. 9 Han derivado una gran diversidad de definiciones posteriores a las antes mencionadas; las cuales, han incluido, según el interés de los investigadores que las desarrollan, diversos dominios y herramientas de medida; por ejemplo: se han incluido parámetros biológicos (marcadores de inflamación e inmunológicos) y la relación con comorbilidades frecuentes en el adulto mayor (anemia, pérdida de peso, polifarmacia, sarcopenia, déficits vitamínicos, deterioro cognitivo, etc.); creando un nuevo ciclo de fragilidad que engloba no sólo los procesos fisiopatológicos, sino también la genética, estilos de vida, factores de riesgo y marcadores biológicos. Y es de hecho, esta estrecha relación entre la fragilidad y otras patologías habituales en el adulto mayor lo que le ha dado enorme interés en la actualidad5, 13. Aunque la enfermedad es una causa importante de este estado, se resalta que también se deba a la disminución crónica de la reserva funcional secundaria a un estilo de vida sedentario, aunado a pérdidas más rápidas causadas por procesos agudos que tienen como consecuencia una menor actividad física y tendencia al encamamiento. Destacando que todas estas causas son potencialmente prevenibles, si lo que se trata de evitar fuera la pérdida fisiológica crónica, aguda y subaguda. Algo que parece evidente es que la fragilidad cambia con el tiempo, manifestando variabilidad, por lo que, la identificación de adultos frágiles es de suma importancia ya que la evidencia en algunos ensayos sugiere que este estado de fragilidad podría ser reversible con la implementación de programas de ejercicio o de tratamiento hormonal, lo que disminuiría el impacto de la dependencia y mejoría la calidad de vida; sin embargo, aún no está claro en qué medida el nivel de fragilidad pueda verse influido por la implementación de dichas intervenciones. Por 10 lo anterior, se han desarrollado tres vertientes de investigación en fragilidad, una de ellas, es la búsqueda de marcadores tangibles de la misma, que ayuden a cuantificar esta pérdida de reserva fisiológica, dentro de los cuales se han propuesto como variables diagnósticas, las que evalúan: el estado nutricional, la forma física, la velocidad de la marcha y la movilidad; siendo esto la parte central de la presente tesis; ya que no se cuenta con un único mecanismo molecular o biomarcador que sea totalmente adecuado para su diagnóstico y/o detección5, 7, 13-15. EPIDEMIOLOGÍA DE LA FRAGILIDAD A NIVEL MUNDIAL Y EN MÉXICO La población de adultos mayores aumenta en todo el mundo y es de suponer que, México no está exento de esto, siendo que se espera que casi una cuarta parte de la población tenga 60 años y más y 2 billones a nivel mundial para el año 2050. Una parte de estos, envejecerá de una forma “ordinaria”; sin embargo, habrá algunos que presentaran el fenotipo particular de “fragilidad”, que serán más vulnerables y con mayor riesgo de tener desenlaces adversos para su salud5. Para determinar la prevalencia e incidencia de la fragilidad, en los diversos estudios que se han realizado, el fenotipo físico propuesto por la Dra. Fried et al. es el más utilizado, al constituir una herramienta importante en la rama de investigación, ya que ha demostrado su validez a través de distintas poblaciones en el mundo y es fácilmente replicable y algunos otros estudios que incluyen otros factores, como loson: sociales, el apoyo social, las comorbilidades y la función cognitiva16. En la población estudiada por la Dra. Fried, se reportó una prevalencia de 6.9% en población ambulatoria, con una incidencia de 7.2% a 4 años, de los cuales, el 7% se 11 clasificaron como frágiles, 47% pre-frágiles y 46% robustos; donde la mortalidad a 7 años para cada uno de los grupos (robustos, pre-frágiles y frágiles) fue del 12%, 23% y 43% respectivamente8. En 2013 se realizó una revisión sistemática acerca de la prevalencia de la fragilidad, que incluyó 21 estudios de cohortes basados en la comunidad de 61, 500 personas de edad avanzada de la Unión Europea, que reportó una tasa de prevalencia siguiendo el modelo fenotípico de 9.9% para fragilidad y 44.2% para pre- fragilidad. En 11 de los estudios incluidos, la fragilidad fue estadísticamente más prevalente en las mujeres (9.6%) que en los hombres (5.2%) y aumentó constantemente con la edad: 65-69 años (4%), 70-74 años (7%), 75-79 años (9%), 80-84 años (16%), mayores de 85 años (26%). Esta revisión puso de manifiesto que la mayoría de los modelos de fragilidad se desarrollaron en poblaciones blancas y la prevalencia de esta podría ser mayor en las personas que viven en el sur de Europa, hispanos y afroamericanos de edad avanzada; por lo tanto, diferentes puntos de corte para fragilidad deberían ser necesarios en las diferentes poblaciones17. En el estudio de salud cardiovascular (Cardiovascular Health Study; CHS), en el que se utilizaron los criterios descritos por Mitnitski y Rockwood, reportó la prevalencia de fragilidad en 8.7% en hombres y 15% en mujeres afroamericanas, en comparación con el 4.6% de los hombres y el 6.8% de las mujeres anglosajonas. En el estudio de cohorte a 5 años del Canadian Study of Health and Aging, se encontró que 12 de cada 1000 habitantes fueron frágiles y en los mayores de 85 años y más, 44 de cada 100 resultaron frágiles. La prevalencia de prefragilidad y fragilidad en población europea mayor de 50 años, fue de 25.8% en mujeres y 7.8% respectivamente, mientras que en hombres se reportó en 14.6% y 3.1% respectivamente. En el estudio transversal 12 realizado en mujeres estadounidenses mayores de 79 años con un índice de masa corporal mayor a 18.5 (Women´s Health and Aging Studies I y II) describieron que la presencia de sobrepeso se relacionó con la presencia de fragilidad, mientras que la obesidad se relacionó con la aparición tanto de pre- fragilidad como de fragilidad18. En 2008 una encuesta transnacional sobre adultos mayores que viven en cinco grandes ciudades de América Latina y el Caribe (Bridgetown [Barbados], Sao Paulo [Brasil], Santiago de Chile, La Habana [Cuba] y Ciudad de México) reporto una prevalencia de fragilidad que varió de 30-48% en las mujeres y de 21-35% en los hombres; en esta, también se observó que la edad adulta, la poca educación y menor nivel socioeconómico, se asociaron con mayores probabilidades de fragilidad para ambos sexos; así como, la comorbilidad y el índice de masa corporal también se relacionaron con la fragilidad, pero sus efectos difirieron en hombres y mujeres19. En México, un estudio de seguimiento de dos años, realizado por García- Gonzalez y cols. (2009); donde desarrollaron un índice de fragilidad utilizando 34 variables, analizaron un total de 4082 participantes de una edad promedio de 73 años, de los cuales, 279 murieron. Se observó que la mortalidad aumentó con el nivel del índice de fragilidad, representando el 24% de los participantes de 65 a 69 años y el 47.6% de los de 85 años o más20. Otro estudio realizado en población mexicoamericana de 74 años y más, reportó una prevalencia de 54% pre-frágiles y 20% frágiles. En población residente de México, se encontró prefragilidad en un 17-21%, 24% de fragilidad en pacientes de 65 a 69 años y de 47.6% en pacientes de 85 años y más. En la Ciudad de México, la prevalencia fue del 39.5% (45.5% en mujeres y 30.4% en hombres), siendo como componente más frecuente en esta población, la “pobre 13 actividad física”. Estudios realizados por Aguilar et al., a partir de resultados derivados del Estudio Nacional sobre Salud y Envejecimiento en México (ENASEM), en mexicanos de 60 años y más, reportaron una prevalencia de fragilidad de 37.2% (26.7% para hombres y 46.3% para mujeres). Los clasificados como frágiles, fueron aquellos de mayor edad, mayoritariamente mujeres, menos escolarizados, con más enfermedades crónicas y con más síndromes geriátricos. También observaron que, los frágiles tuvieron un mayor riesgo de discapacidad tanto para movilidad como para las actividades básicas e instrumentadas de la vida diaria, así como predictor de mortalidad y resultados adversos relacionados con la salud. El deterioro cognitivo y la baja actividad física se reportaron como los principales factores del fenotipo de fragilidad que contribuyeron a la discapacidad. Por último, con estos estudios se demostró que el fenotipo de fragilidad de Fried et al., es reproducible y válida en población mexicana21-23. Un estudio prospectivo en sujetos de 60 años o más, reportó que el estado de fragilidad se asoció independientemente con mortalidad, hospitalizaciones y disfuncionalidad en actividades básicas de la vida diaria a los dos años de seguimiento, sin asociarse a riesgo de presentar caídas24. Otro estudio incluyó a 1933 individuos ancianos de la Ciudad de México, midiendo fragilidad basados en el fenotipo de Fried y otros medidores (Walston), donde la prevalencia de fragilidad fue de 15.7% y para los no frágiles fue de 51%; las asociaciones estadísticamente relevantes en ancianos pre-frágiles fueron: mujeres, edad avanzada, solteros, trabajo no remunerado, limitaciones en las actividades básicas e instrumentadas de la vida diaria, deterioro cognitivo, depresión, malnutrición, sobrepeso/obesidad, comorbilidad moderada y uso de servicios de salud en menos en los últimos 6 meses en comparación con los no frágiles; sus resultados sugirieron 14 que la edad avanzada, la discapacidad, la comorbilidad, el deterioro cognitivo y la depresión podrían tener un papel influyente en la fragilidad25. Como ya se mencionó anteriormente en los estudios de Ávila- Funes y cols., también el estudio español de Escobar puso en evidencia que a medida que la fragilidad aumenta, el estado cognitivo, las actividades de la vida diaria y el estado nutricional se deterioran y existe mayor comorbilidad26. Todos los estudios epidemiológicos realizados con la población mexicana hacen evidente que la fragilidad es un problema frecuente entre la población de adultos mayores y que tanto el fenotipo de fragilidad como el índice de fragilidad han demostrado ser herramientas válidas, útiles y replicables en nuestra población5. PREVALENCIA DE FRAGILIDAD EN EL HOSPITAL GENERAL DE MÉXICO En el Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga”, se han realizado algunos estudios acerca de la prevalencia de la fragilidad, considerando para dicho diagnóstico tanto criterios clínicos como bioquímicos. El primero fue realizado en 1998 donde se reportó una prevalencia de 16.51% de la población estudiada, donde el sexo femenino predomino con 61.1% y con una edad media de 78.6 años. El segundo se realizó en 2015, en la población de adultos mayores que acude a la consulta externa del servicio de Geriatría del Hospital General de México, que reportó una prevalencia de 31.2% para fragilidad, 57% pre-frágiles y 11.2% robustos, con una edad media de 77.79 años. El más reciente, se realizó en 2017, utilizando el fenotipo de la Dra. Fried modificados, determinando una prevalencia de 35.7% de fragilidad en los pacientes adultos mayores de 70 años y más de la 15 consulta externa y sala de día del Hospital General de México; de los cuales, 14.3% se clasificaron como robustos, 50% pre-frágilesy 35.7% frágiles27-29. DISPOSITIVOS PORTÁTILES Y BIOMÉTRICOS EN EL DIAGNÓSTICO DE FRAGILIDAD Durante estos últimos años ha habido diferentes herramientas para medir la fragilidad en la práctica clínica (diversas escalas y modelos de detección como: FRAIL, PRISMA-7, Gérontopole, fenotipo de Fried, índice de fragilidad de Rockwood [Clinical Frailty Scale], Study of Osteoporotc Fractures, Tilburg Frailty Index, Groningen Frailty Indicator, SHARE- Fit, entre otros), que al igual que la más utilizada (fenotípica de Linda Fried) suelen ser más cualitativas que cuantitativas, de modo que la experiencia y habilidad del personal que las aplique juega un papel decisivo en el resultado de las mismas30. Otro problema, es la falta de normas para medir de manera cuantificable la fragilidad, así como una definición operativa única, lo que dificulta su detección oportuna y diagnóstico, aunado a que la mayoría de estas escalas y/o modelos de detección, requieren de mucho tiempo para su realización, lo que los lleva a ser complejos y poco prácticos para su uso en un entorno de atención primaria31. Como se ha mencionado previamente, la fragilidad puede bien representar la compleja interacción de diferentes factores biológicos, psicológicos, cognitivos y sociales; dentro de estos, las capacidades físicas (en especial la función motriz) constituyen un elemento central del fenómeno, lo que indica la importancia de su evaluación32-34. Con el envejecimiento, la capacidad funcional del sistema neuromuscular, cardiovascular y respiratorio comienza a disminuir de forma progresiva, lo que conlleva a un riesgo aumentado de fragilidad. La potencia 16 muscular se deteriora de forma más precoz que la fuerza muscular, aunado a una disminución de la cantidad y calidad de masa muscular y las reducciones de fuerza muscular, junto con la pérdida de función, es uno de los principales factores que influyen en la disminución de la capacidad de mantenerse independiente en la comunidad y en la génesis de la discapacidad. En poblaciones frágiles la potencia muscular se asocia de forma más significativa con la capacidad funcional que la fuerza muscular. Otro factor que podría explicar la reducción de la fuerza y masa muscular, es la importante reducción que se observa en el proceso de envejecimiento en la cantidad y calidad de la actividad física diaria. Con ello, se ha estimado que la pérdida media de la masa muscular a partir de los 60 años es de 2 kg en varones y 1 kg en mujeres y cuando por alguna circunstancia se presenta inmovilización, con tan solo 10 días de reposo en cama, puede resultar en una pérdida de 1.5 kg de masa magra (fundamentalmente en miembros inferiores) y una disminución del 15% de la fuerza de extensión de la rodilla; además, induce resistencia anabólica, disfunción mitocondrial y apoptosis. Todo ello, da como resultado que a medida que disminuye la práctica de actividad física diaria, disminuye la fuerza y la masa muscular, conllevando, a que se genere sarcopenia, otro síndrome geriátrico bastante común en esta población y aunque no todos los adultos mayores frágiles demuestran tener sarcopenia, algunos con sarcopenia son también frágiles35-36. Con la presencia de esta última, se pierden básicamente tres propiedades físicas: la fuerza, la potencia y la resistencia muscular. Esa pérdida contribuye a que se puedan presentar otros síndromes geriátricos a manera de cascada: la pérdida de la fuerza dificulta el realizar actividades de la vida diaria (abatimiento funcional = pérdida de independencia); la disminución de la potencia 17 muscular lleva a un riesgo de caídas y fracturas y la disminución de la resistencia muscular induce fatiga y dificultad en la práctica de ejercicio37. Esta fragilidad física (funcional) se puede detectar a través de síntomas subjetivos como el agotamiento físico y la actividad física reducida; los cuales, también pueden medirse objetivamente a través de dispositivos electrónicos que controlan y cuantifican diversas variables físicas34. Varias herramientas están disponibles para medir la actividad física, como lo son: cuestionarios, entrevistas o diario de actividades; sin embargo, estas otorgan resultados subjetivos, poco confiables; por lo que, para obtener medidas objetivas de esta actividad física se ha propuesto el uso de la tecnología de detección de movimiento portátil38. Estos métodos de medición tradicionales en comparación con los dispositivos electrónicos portátiles, requieren que un médico los realice y registre los datos, proporcionando información del estado de salud del paciente al momento de su realización, siendo poco útil para el monitoreo a largo plazo de este estado de salud ya que se debe de tener en consideración la progresión que puede presentarse desde el estado de robusto hasta la fragilidad34; por lo que, la necesidad de desarrollar herramientas de detección fáciles de usar tanto en la práctica clínica como en el hogar del paciente (autoevaluación diaria y a largo plazo) han sido propuestas en diversos estudios, en los cuales, se han valorado diferentes dispositivos electrónicos no invasivos que ayudan a monitorizar la fragilidad física39,40. Con el uso de la tecnología de detección de movimiento portátil se ofrecen importantes ventajas sobre los métodos convencionales para obtener medidas de actividad física y/ o funcionamiento físico en los adultos mayores38. 18 Muchas investigaciones destacan que las manifestaciones de este síndrome de fragilidad se resumen en una función física alterada del adulto mayor; destacando en diversos estudios, que la velocidad de la marcha es un resultado clínico crítico, ya que la variabilidad que se ha reportado en esta, discrimina entre diferentes grupos de estado de fragilidad y ha sido considerada uno de los parámetros más fuertes para predecir resultados adversos, como discapacidad de movilidad, caídas u hospitalización30,39,41,42; por lo que, estudiar las características de la marcha en diferentes grupos de estado de fragilidad para identificar los parámetros y protocolos de evaluación más útiles para el diagnóstico de fragilidad podría ser de relevancia. A pesar de este hecho, el análisis de la marcha no se ha utilizado en la evaluación de rutina del estado de fragilidad; por lo que, la evaluación y combinación de diversos parámetros espaciotemporales de la marcha puede mejorar la sensibilidad y la especificidad de la predicción y clasificación del riesgo de fragilidad; en cuanto a ello, se han reportado avances en la tecnología durante la última década que han brindado a los investigadores y clínicos herramientas de bajo costo para medir no solo la velocidad, sino también otras variables de la marcha con una alta validez y practicabilidad en la investigación, la clínica y el hogar39,43. La tecnología de dispositivos portátiles y biométricos significa el uso de sensores para medir ciertos parámetros específicos de la marcha, estas mediciones parecen tener un alto potencial para el diagnóstico, monitoreo y prevención de la pre- fragilidad y fragilidad43. Estos dispositivos biométricos, son dispositivos portátiles que permiten rastrear diferentes medidas de actividad o medir y procesar señales biológicas; monitorizando dichas actividades físicas de manera automática. La 19 frecuencia y periodicidad de los registros son diversas y dependen de las variables, del dispositivo y de las necesidades de procesamiento44. En una revisión de once artículos realizada por Schwenk, et al., donde se evaluaron diversos componentes de la marcha por medio de dispositivos electrónicos y se reportó que los individuos frágiles en la transición tienen velocidad reducida, cadencia, longitud de zancada y mayor tiempo de zancada, doble soporte (como porcentaje del ciclo de la marcha) y variabilidad en el tiempo de zancadaen comparación con los individuos no frágiles, también informaron que, la velocidad de la marcha mostró un tamaño de efecto alto para discriminar entre grupos de estado de fragilidad, lo que indico que este parámetro juega un papel clave para definir el nivel de fragilidad. Estos resultados están en línea con una serie de estudios que han identificado una velocidad reducida de la marcha como predictor de eventos adversos para la salud; sin embargo, la marcha lenta fue una variable no específica, que también está relacionada con el envejecimiento y otros trastornos de la marcha relacionados con el envejecimiento, por lo que, la evaluación de la velocidad de la marcha no proporciona, en sí misma, no es suficiente, pero sí, la medición de sus componentes, reportando que la cadencia reducida tiene un poder relativamente alto para discriminar entre los pre- frágiles de los no frágiles y, por lo tanto, puede ser un parámetro sensible para el diagnóstico temprano de síndrome de fragilidad. Por otro lado, la progresión de la fragilidad (desde el estado de robusto hasta el frágil) puede estar fuertemente asociada con una menor longitud de los pasos, mientras que la cadencia se ve menos afectada. Esto puede indicar que la pre- fragilidad está vinculada predominantemente al deterioro en los parámetros temporales, mientras que la progresión de la fragilidad está relacionada con el 20 deterioro de los parámetros espaciales de la marcha. Con lo anterior, se resalta el beneficio potencial de la evaluación del inicio de la marcha para identificar la fragilidad temprana, en pero, sólo uno de los once artículos revisados en dicho trabajo, utilizó sensores portables en el cuerpo para la evaluación de la marcha, que representó un método rentable y práctico, cobrando importancia el uso de sensores portables que permiten una evaluación objetiva de la marcha para identificar fragilidad39. Otra revisión sistemática que incluyó veinticinco artículos, en los que, doce de estos trabajos evaluaron la marcha con podómetros, siete con acelerómetros uniaxiales, 6 con acelerómetros multiaxiales y dos utilizaron una combinación (de un podómetro y un acelerómetro multiaxial) para obtener las medidas generales de actividad y gasto energético. Los podómetros están diseñados para detectar el número total de pasos tomados, la distancia recorrida y el gasto de energía. Los resultados que informaron indicaron que los sensores fijos en el cuerpo para medir la actividad diaria en forma de podómetros y acelerómetros son instrumentos de medición buenos y confiables en la medición de actividad física38. Además de la velocidad de la marcha, en los estudios realizados por Millor et al., se evidencia que el equilibrio y la capacidad de levantarse de una silla también forman parte de las medidas más utilizadas en entornos clínicos para evaluar la capacidad física en pacientes ancianos. Ya que refiere que de entre las actividades que se realizan en la vida diaria, levantarse de una silla es una de las más exigentes a nivel muscular y mecánico y es donde la población de edad más avanzada experimenta mayores dificultades para poder realizarla, aumentando así el tiempo que permanece sentada y reduciendo notablemente su capacidad para vivir de manera 21 independiente. De este modo, test como el de sentarse y levantarse cinco veces, el levantarse y andar (Test Up and Go) y el test de treinta segundos de la silla (este último aparte de evaluar la capacidad funcional también se utiliza para determinar los efectos de intervenciones realizada, como programas de ejercicios o rehabilitación); son una de las piedras angulares para la detección temprana de la dependencia funcional. Describe la “unidad de medida inercial” (UMI), el cual es un dispositivo electrónico que mide y reporta la velocidad, la orientación y las fuerzas gravitacionales; para lo cual, utilizó una combinación adecuada de acelerómetros y giroscopios y, a veces, magnetómetro y fue uno de los primeros estudios que proporciono una clasificación de fragilidad utilizando solo un UMI como referencia (medición), la selección que propuso de parámetros cinemáticos relacionados con la silla (es decir, rango de orientación, picos de aceleración, picos de potencia e impulso) fueron capaces de clasificar el estado de fragilidad de un individuo mejor que los criterios reales (Fried). Se han convertido en una solución innovadora y no invasiva de bajo costo para la evaluación de la capacidad funcional en diagnósticos clínicos e identificación del estado de pre- fragilidad, entre otros30, 31, 42, 45. Otro estudio realizado para detección de fragilidad fue el realizado por Greene y cols., en el que realizaron una evaluación móvil que empleo sensores de inercia (acelerómetros y un giroscopio) y presión para cuantificar el equilibrio y la movilidad para detectar la fragilidad y el riesgo de caídas en adultos mayores. Para ello, realizó tres evaluaciones físicas: el Time Up and Go (cronometradas y en marcha), el cinco veces sentado y levantarse y el equilibrio. Con los resultados que se obtuvieron, los autores sugieren que es posible mejorar la clasificación del riesgo de caídas y la fragilidad en base a los datos obtenidos de los sensores durante las tres 22 evaluaciones físicas que se realizaron con ellos, con esta combinación obtuvo resultados más precisos que los obtenidos con cada prueba física de manera individual46. En México, también hay estudios que reportan la utilidad en el uso de dispositivos electrónicos portátiles para la detección de fragilidad en los adultos mayores. El estudio realizo por Bustamante y cols. Realizaron una selección de entre diferentes tipos de dispositivos electrónicos portátiles para el seguimiento de la actividad física en la detección temprana de la fragilidad en adultos mayores mexicanos. Estos dispositivos fueron estrechamente evaluados y finalmente el dispositivo seleccionado se sometió a una prueba de verificación preliminar para su precisión; lo que permitió identificar un dispositivo adecuado para cuantificar la actividad física diaria mediante el conteo de pasos y el consumo de energía. El dispositivo elegido satisface las necesidades expresadas por los usuarios potenciales con respecto a la portabilidad, la facilidad de uso, la asequibilidad y la disponibilidad en el mercado mexicano, así como las especificaciones técnicas generales como el tamaño de la memoria y la duración de la batería. Concluyendo que el uso de dispositivos portátiles podría ser una alternativa para mejorar el diagnóstico del síndrome de fragilidad (medir su evolución) con la supervisión en tiempo real sobre la calidad de la marcha y la detección de caídas, permitiendo realizar una intervención médica antes de que se presente algún evento desfavorable44. El dispositivo electrónico portátil utilizado en el presente estudio fue el Fitbit Zip™, el cual es un podómetro que usa un acelerómetro avanzado de 3 ejes para rastrear sus pasos y estimar la distancia y las calorías quemadas y está orientado al consumidor por sus diversas características que lo hacen atractivo para los 23 investigadores. En primer lugar, es relativamente asequible, por lo que puede utilizarse con muestras grandes. En segundo lugar, se sincroniza de forma inalámbrica a través de Bluetooth, lo que facilita la transferencia de datos. En tercer lugar, funciona con una batería reemplazable que se proyecta para soportar la función continua por hasta 6 meses, lo que significa que el dispositivo no tiene que ser recargado cada pocos días. Por último, es pequeño, viene en una variedad de colores y se puede usar en la cintura, colgado, en un bolsillo o atado a la ropa interior; todas las características que lo hacen más aceptable para los usuarios y, por lo tanto, aumentan el cumplimiento de los participantesde la investigación44, 47, 48. Lo datos que se obtienen con la utilización del Fitbit Zip™ son los siguientes: Pasos: el mecanismo del podómetro realiza un seguimiento preciso de los pasos, reiniciando cada día a la medianoche. Puede ver el recuento total de pasos diarios en Zip y la aplicación. Distancia: esto se calcula a partir de su altura y género, pero puede ingresar una longitud de zancada en su perfil para usar en su lugar para una mejor precisión. Calorías quemadas: la pantalla muestra la cantidad de calorías quemadas hasta el momento cada día, desde la medianoche. Esto utiliza su tasa metabólica basal y su actividad48. 24 III. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA Con el avance de la edad, algunas capacidades físicas se deterioran y los problemas de salud aumentan; como se ha visto, el envejecimiento se relaciona con una pérdida considerable en la fuerza muscular, que afecta la capacidad de los adultos mayores para funcionar de manera independiente y los condiciona a mayor vulnerabilidad a las caídas y a la fragilidad, la cual es una condición que pone en riesgo de discapacidad y dependencia, afectando así la calidad de vida de los adultos mayores. Dado que, la fragilidad se considera un estado de transición desde lo robusto hasta el deterioro funcional y ya que hay más datos sobre la elevada prevalencia de este entidad en la población mexicana, la identificación oportuna de los fenotipos de fragilidad como un objetivo para implementar intervenciones preventivas que reduzcan o pospongan su evolución a fragilidad y con ello, las consecuencias de este síndrome, sería fundamental. Por lo tanto, preservar en el adulto mayor, las capacidades funcionales y disponer de un desempeño físico adecuado es crucial para mantener la autonomía, un buen estado de salud y adecuada integración en la sociedad. Para este objetivo y teniendo en cuenta la falta de métricas cuantificables para su diagnóstico, es importante la integración de medidas de fragilidad en la práctica clínica, por lo que los métodos diagnósticos clínicos como la fuerza de prensión, velocidad de la marcha y disminución de la actividad física, son variables que pueden medirse de forma objetiva con el uso de dispositivos biométricos no invasivos, que proporcionan un parámetro cuantificable de fragilidad para evaluar la capacidad funcional (física) del adulto mayor. 25 IV. PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN ¿Cuánto más se incrementaría la sensibilidad, especificidad, valores predictivos e índices de verosimilitud, si se analizan los datos registrados en dispositivos biométricos electrónicos portátiles como el Fitbit Zip™ usados en adultos mayores de 60 años y más del Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga”, con relación al instrumento estándar para el diagnóstico clinimétrico de fragilidad de Linda Fried? 26 V. JUSTIFICACIÓN Ya que la fragilidad es un problema estrechamente relacionado con el proceso de envejecimiento, es esperado que también su incidencia se incremente en los próximos años y que la presencia de esta entidad deteriore el estado funcional del adulto mayor, lo que es un factor importante que afecta la calidad de vida y la utilización de la atención médica; haciendo que las medidas de resultado válidas de la actividad física y / o el funcionamiento físico sean de suma importancia. Especialmente, una comprensión de la cantidad y la calidad de la actividad física es particularmente importante para abordar las necesidades de rehabilitación del adulto mayor y a su vez, las características de la marcha representan una medida acumulativa de fragilidad y reflejan una disminución en los múltiples sistemas fisiológicos que indican una mayor vulnerabilidad a los factores estresantes, con resultados adversos asociados. El uso de dispositivos electrónicos portátiles han proporcionado nuevas vías para medir con precisión las características de la marcha en el hogar y la clínica, al ser capaces de monitorear y cuantificar diferentes parámetros biométricos de la misma y con ello, mejorando la sensibilidad y la especificidad de la predicción y clasificación del riesgo de fragilidad. Por lo que, el uso de estos dispositivos puede convertirse en útiles herramientas tecnológicas como coadyuvantes (alternativas) en el diagnóstico clínico de fragilidad, incrementando las posibilidades de un diagnóstico más temprano y creando puntos de corte más precisos para estratificar su severidad, así como establecer su valor pronóstico. 27 VI. HIPÓTESIS Si los dispositivos biométricos no invasivos como el Fitbit Zip™ que registran diversos parámetros de la marcha [velocidad, frecuencia de movimientos, calorías consumidas, etc.] para la evaluación de la actividad física entonces se podrá obtener una concordancia diagnóstica en relación al estándar de oro para hacer el diagnóstico clínico de fragilidad por medio del instrumento diseñado por Linda Fried en el adulto mayor. 28 VII. OBJETIVOS OBJETIVO GENERAL Conocer el grado de concordancia entre las mediciones biométricas de la actividad física realizadas con el dispositivo electrónico portable “Fitbit Zip™” y las obtenidas por el método fenotípico de Linda Fried en adultos mayores de 60 años y más del Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga” en el año 2018. OBJETIVOS ESPECÍFICOS Conocer la prevalencia de pacientes robustos, pre- frágiles y frágiles que acudieron a la consulta externa y Sala de día del servicio de Geriatría del Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga”. Medir la actividad física en adultos mayores de 60 años y más que acudieron a la consulta externa y Sala de día del servicio de Geriatría, en base al reporte de gasto calórico obtenido por medio del dispositivo electrónico biométrico no invasivo “Fitbit Zip™”. Conocer la prevalencia del estado funcional para actividades básicas de la vida diaria por medio de la escala de Barthel e instrumentadas de la vida diaria con el instrumento de Lawton & Brody en la población estudiada. Conocer la prevalencia de la presencia de trastorno depresivo en base a la Escala de Depresión Geriátrica (GDS de Yesavage). Conocer el estado nutricional de los pacientes incluidos en el estudio por medio del Examen mínimo del estado nutricio (MNA). 29 Conocer el rendimiento físico al evaluar la velocidad de la marcha y el equilibrio por medio de la Batería breve de rendimiento físico (SPPB). Conocer el estado cognitivo de la población participante con la aplicación del Examen mínimo del estado mental de Folstein (MMSE). VIII. MATERIAL Y MÉTODOS TIPO Y DISEÑO DE ESTUDIO Observacional, transversal, analítico, prospectivo y prolectivo. LUGAR Consulta externa y Sala de Día del Servicio de Geriatría del Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga”. UNIVERSO DE TRABAJO Pacientes adultos mayores de 60 años y más, de ambos géneros, que acudieron a Consulta Externa y Sala de Día del Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga”. POBLACIÓN Y TAMAÑO DE LA MUESTRA Se evaluaron a los adultos mayores de 60 años y más, de ambos sexos, que acudieron a Consulta Externa y Sala de Día del Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga”. Se realizó un muestreo no probabilístico por conveniencia, ya 30 que sólo se contó con 30 dispositivos Fitbit Zip™. A continuación se presentan los criterios de selección: CRITERIOS DE INCLUSIÓN: Adultos mayores de 60 años y más, que acudieron a la Consulta Externa y Sala de Día del Servicio de Geriatría del Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga”, de Mayo del 2017 a Octubre del 2018. Que deseen participar en el estudio. Que cuenten conconsentimiento informado. (Anexo 1) Que cumplan con una puntuación mayor de 60 puntos en el índice de Barthel (funcional). CRITERIOS DE EXCLUSIÓN: Incapaces de deambular de forma independiente o con auxiliar de la marcha. Demencia moderada o grave. Cuestionarios incompletos. CRITERIOS DE ELIMINACIÓN: Enfermedad intercurrente durante el periodo de 3 semanas con el uso del dispositivo Fitbit Zip™ y que limite la movilidad del paciente, requiera o no de hospitalización. Muerte. Deseo de retirarse del estudio y revocatoria del consentimiento informado. Falla en el dispositivo portátil (Fitbit Zip™). No completar alguno de los instrumentos aplicados. 31 IX. OPERACIONALIZACIÓN DE LAS VARIABLES VARIABLE DEFINICIÓN CONCEPTUAL DEFINICIÓN OPERACIONAL TIPO DE VARIABLE INDICADORES/ VALORES Edad Tiempo que un individuo ha vivido desde su nacimiento y hasta el momento de la realización del estudio Cantidad de años cumplidos Cuantitativa continua Años (media y DE) Género Designa la condición orgánica y biológica, que diferencia a hombres de mujeres Característica fenotípica Cualitativa nominal dicotómica Femenino (número y %) Masculino (número y %) Estado civil Condición filial que presenta el paciente al momento del estudio Estado político que precisa la situación del individuo Cualitativa nominal politómica Soltero Casado Viudo Separado Divorciado Unión libre Escolaridad Periodo de tiempo en el que se ha cursado algún grado académico Número de años cursados Cuantitativa continua Años Cuidador primario Persona que brinda atención a quienes necesitan supervisión o asistencia en caso de enfermedad o discapacidad Sexo de la persona que apoya en los cuidados del paciente Cualitativa nominal Hombre Mujer Asiste a sala de día Unidad de Atención Diurna (Sala de día) para adultos mayores, donde se ofrece una atención integral Respuesta a la pregunta: ¿Asiste a algún centro de día para adultos mayores? Cualitativa nominal dicotómica SI NO Polifarmacia Uso de tres o más fármacos de manera simultánea Respuesta a la pregunta: ¿Consume más de tres medicamentos? Cualitativa nominal dicotómica SI NO Uso de medicamentos que afectan al sistema nervioso central Uso de fármacos que tengan acción sobre el sistema nervioso central Respuesta a la pregunta: ¿Utiliza algún medicamento para dormir, antidepresivo o antipsicótico? Cualitativa nominal dicotómica SI NO Mini Mental Status Examination Prueba de tamizaje desarrollada para evaluar la función cognitiva en varios dominios Cantidad de puntos que el paciente obtiene tras la aplicación de la prueba Cuantitativa discreta 0 – 30 puntos Normal: 24-30 puntos Deterioro cognoscitivo leve: 19-23 puntos Deterioro cognoscitivo moderado: 14-18 puntos 32 Deterioro cognoscitivo grave: < 14 puntos Escala de Barthel Instrumento que mide la capacidad de una persona para realizar diez actividades básicas de la vida diaria y con ello valorar la funcionalidad (dependencia o independencia) Cantidad de puntos que obtiene el paciente según el tiempo y cantidad de ayuda física requerida si no puede realizar dicha actividad Cuantitativa discreta 0 a 20: Dependencia total 20-35: Dependencia grave 40-55: Dependencia moderada 60 o más: Dependencia leve 100: Independiente Escala de Lawton Brody Instrumento que mide el grado de dependencia en las actividades instrumentadas de la vida diaria Cantidad de puntos obtenidos según la valoración de 8 actividades instrumentadas de la vida diaria Cuantitativa discreta 0: Máxima dependencia 1 – 4: Poco activo 5 – 7: Activo 8: Independencia total Examen mínimo del estado nutricio Instrumento de detección que se utiliza para la evaluación del estado nutricional Cantidad de puntos obtenidos Cuantitativa discreta 24-30 puntos: estado nutricional normal 17 a 23.5 puntos: riesgo de malnutrición Menos de 17 puntos: malnutrición Trastorno depresivo Toda aquella sintomatología cognitiva, afectiva y somática, según los criterios del DSM-V Cantidad de puntos obtenidos en la Escala de Depresión Geriátrica de Yesavage (versión de 15 items) Cuantitativa discreta 0-4: normal 5-8: depresión leve 9-11: depresión moderada 12-15: depresión severa Caídas Consecuencia de cualquier acontecimiento que precipita al individuo al suelo contra su voluntad Respuesta afirmativa o negativa a la pregunta: ¿Usted ha presentado caídas en el último año? Cualitativa nominal dicotómica Si No Uso de auxiliar para la marcha Dispositivos hechos de diversos materiales y diseños con la finalidad de auxiliar a las personas en su traslado, permitiendo mantener movilidad Respuesta a la pregunta: ¿Utiliza algún tipo de auxiliar para caminar? Cualitativa nominal dicotómica Si No Pérdida de peso Disminución en peso corporal respecto a registro previo. Pérdida de peso mayor de 3 kg en el último año o IMC <21 k/m2. Cualitativa nominal dicotómica Si No Pobre resistencia y energía disminuida Referencia por el paciente que “todo lo que realiza requiere un esfuerzo o no puede Respuesta afirmativa o negativa a la pregunta: ¿En la última semana, Cualitativa nominal dicotómica Si No 33 continuar con la actividad” qué tan frecuente ha sentido que todo lo que realiza requiere un esfuerzo o que no pueda continuar? Enlentecimiento de la marcha Velocidad de la marcha disminuida en la prueba de caminata de 4 metros 20% más lento del tiempo de caminata a partir de la Prueba de caminata de 4m, con puntos de corte para población mexicana Hombres: menos de 0.8 m/s Mujeres: menos de 0.6 m/s Cuantitativa continua Presencia Ausencia Debilitamiento Disminución en la fuerza de prensión medida con un dinamómetro manual Fuerza de prensión obtenida por el paciente por medio de dinamómetro Cuantitativa continua Mujeres: < 18 kg Hombres: < 30 kg Nivel de actividad física bajo Cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos que exija gasto de energía, pero que este sea bajo Reflejado en el consumo de kilocalorías (unidad de energía) por semana [criterios de Fried modificados] Referido por el paciente en respuesta a la pregunta: ¿Realiza alguna actividad como caminar diario, jardinería o algún deporte una vez por semana? O por: Cantidad de kilocalorías consumidas durante la actividad física registrada por el Fitbit Zip Cualitativa nominal dicotómica Cuantitativa continua Si No Actividad física baja: Hombres: < 383 Kcal/sem Mujeres: < 270 Kcal/sem Fragilidad Un estado de mayor vulnerabilidad a los factores estresantes, después de las disminuciones en la función y las reservas en múltiples sistemas fisiológicos 5 Criterios: Pérdida de peso, pobre resistencia y energía disminuida, enlentecimiento de la marcha, debilitamiento, nivel de actividad física bajo Cualitativa ordinal Número y porcentaje Robusto: ninguno Pre-frágil: 1-2 Frágil: 3 o más 34 X. PROCEDIMIENTO Para este proyecto, de Marzo a Mayo del 2017 se aplicó un proceso estructurado informado para la selección del dispositivo electrónico, acorde a las necesidades de precisión, costo, portabilidad y duración de batería, entre otros. De un conjunto inicial de doce dispositivos fueron seleccionados por fases hasta tener 3 dispositivos finalistas, de los cuales el dispositivo “Fitbit Zip™” tuvo el menor margen de error y fue el mejor de acuerdo a las necesidades señaladas. IDENTIFICACIÓN Y CLASIFICACIÓN DE LOS PACIENTES Se invitó a participara adultos mayores de 60 años y más, de ambos géneros, que acudieron a la Consulta Externa y Sala de Día del Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga” de Mayo a Diciembre del 2017. A los interesados en participar y con firma de consentimiento informado, se le realizó valoración geriátrica integral de enero a septiembre del 2018, para conocer funcionalidad (con punto de corte de 60/100 en escala de Barthel para actividades básicas de la vida diaria), alteraciones de la marcha, actividad física, estado cognitivo, nutricional, entre otras. Se incluyeron a 32 pacientes (por número de Fitbit Zip™ disponibles), que cumplieron con los criterios de selección. A dichos pacientes se les aplicó el Cuestionario de la Hoja de Recolección de Datos (Anexo 2), recabando datos demográficos. Para la clasificación fenotípica inicial en robustos, pre- frágiles y frágiles, se aplicaron los criterios de Linda Fried, en base a los cuales, se consideraron como pacientes Robustos aquellos sin ningún criterio, Pre- 35 frágiles con 1 o 2 criterios presentes y Frágiles los que cumplen 3 o más criterios positivos. INTERVENCIÓN A cada uno de los participantes del estudio (adultos mayores funcionales), en octubre del 2018, se les proporcionó un dispositivo electrónico portable considerado como “Monitor de actividad inalámbrico Fitbit ZIP™”; fabricado por la empresa: Fitbit® y el cual está clasificado como un rastreador de actividad física, que cuenta con un acelerómetro de tres ejes. El dispositivo portable Fitbit Zip™ se colocó suspendido en el cuello de cada uno de los participantes por medio de un cordel de algodón, que permitió el libre desplazamiento del participante y del dispositivo, ya que contó con un margen de oscilación de 20 centímetros. Fue utilizado por cada uno de los participantes durante 2 semanas en forma continua para seguir sus pasos y estimar su distancia recorrida y calorías consumidas; se indicó al paciente y a los familiares, reportar en caso de que el paciente hubiera sufrido alguna caída, hospitalización o falla del dispositivo durante los días de su uso. El dispositivo Fitbit ZIP™ permitió realizar las siguientes mediciones: monitorizar siete días de movimiento en detalle, minuto a minuto, obtener los totales del gasto calórico diario de los últimos 14 días (Anexo 3). Por medio de la utilización del software Fitabase (Small Steps Lab, San Diego, CA, EE.UU.), los datos del Fitbit Zip se exportaron como datos minuto a minuto. Los datos minuto a minuto se utilizaron para verificar que cada participante, incluido en los análisis tuviera al menos 4 días válidos de datos, con un día 36 válido definido como al menos 8 h de datos válidos. Incluyendo sólo horas válidas, los datos minuto a minuto se utilizaron para calcular los pasos medios diarios y Media de los minutos diarios (es decir, el total de lo que Fitbit llama minutos "activos" y "muy activos") para todos los días válidos. Se utilizó una computadora, teléfono móvil o Tablet compatible con Bluetooth 4.0 para supervisar y sincronizar los datos recabados: pasos realizados, la distancia recorrida y las calorías consumidas por cada participante durante el lapso de tiempo establecido. De noviembre a diciembre del 2018, se cuantificaron los parámetros totales obtenidos por cada paciente según los parámetros biométricos que el dispositivo Fitbit Zip proporcionó para determinar el nivel de actividad física bajo según el gasto de calorías reportado (utilizando los criterios de Fried modificados para esta variable) 49- 50 y se evaluó su efectividad comparándolo con los resultados de la clasificación fenotípica por medio de los criterios de Linda Fried obtenidos previamente. ANÁLISIS ESTADÍSTICO Para la realización de la base de datos se empleó el programa de Excel de Microsoft Windows 2013 (versión 15.0), compatible con Windows 10. Para el análisis estadístico, elaboración de tablas y generación de gráficos de las mismas se utilizó el programa de software Statistical Package for the Social Sciences (SPSS) de IBM Corporation versión 25.0. En dicho programa, se realizó estadística descriptiva para las variables obteniendo medias, medianas, desviaciones estándar y porcentajes 37 dependiendo del tipo de variable. Para la comparación de los datos se utilizó estadística paramétrica y no paramétrica dependiendo de las variables. Se utilizó estadística descriptiva, para describir las características básicas del conjunto de datos. INSTRUMENTOS DE MEDICIÓN Actividades básicas de la vida diaria (ABVD) con la medición por medio de la siguiente escala: o Escala de Barthel: Instrumento que mide la capacidad de una persona para realizar diez actividades básicas de la vida diaria, obteniéndose una estimación cuantitativa de su grado de independencia, su deterioro implica la necesidad de ayuda de otra persona. La evaluación de las actividades no es dicotómica, por lo que permite evaluar situaciones de ayuda intermedia. El rango de posibles valores está entre 0 y 100, con intervalos de 5 puntos (se asigna un puntaje de 0, 5, 10 o 15 según realice o no cada una de las actividades), cuanto más cerca está de 0 el paciente presenta más dependencia, por el contrario cuanto más cerca está de 100, es indicativo de independencia. Una interpretación sugerida por Shah et al. es: 0 – 20 dependencia total, 21 – 60 dependencia severa, 61 – 90 dependencia moderada, 91 – 99 dependencia escasa y 100 independencia; para los resultados del presente estudio se utilizaron los valores en base a la guía de práctica clínica51-53. (Anexo 4) 38 Actividades instrumentadas de la vida diaria (AIVD) valoradas con la Escala de Lawton & Brody: Evalúa la autonomía física y las actividades instrumentales de la vida diaria. Mide la capacidad funcional mediante la exploración de 8 ítems, cada ítem tiene un valor numérico (1 = independiente y 0 = dependiente) y la suma de las respuestas da lugar a un resultado que va desde 0 (máxima dependencia) a 8 (independencia total). Hay tres actividades que en la cultura occidental son más propias de mujeres (comida, tareas del hogar, lavar ropa); por ello, los autores de la escala admiten que en los hombres estas actividades puedan suprimirse de la evaluación, de esta manera existirá una puntuación total para hombres y otra para mujeres (se considera anormal < 5 en hombre y < 8 en mujer) 54-55. (Anexo 5) Examen mínimo del estado mental (MMSE): instrumento simple y breve de 11 elementos diseñado para evaluar la función cognitiva en varios dominios, como orientación, registro, atención, memoria diferida y de trabajo, evocación, lenguaje y habilidades de construcción visual. Los puntajes oscilan entre 0 y 30, con puntuaciones por debajo de 23-24 puntos generalmente se consideran anormales (deterioro cognitivo). Esta escala fue validad en nuestra población por Ostrosky-Solis56-58. (Anexo 6) Examen mínimo del estado nutricio (MNA): Está compuesto de 18 ítems. Ha sido validado al español (Cuyac Lantigua M and Santana Porbén S. 2007). Atiende aspectos de la historia dietética, datos antropométricos, bioquímicos y valoración subjetiva. El valor máximo del cribado es de 14 puntos y si obtiene un valor igual o menor a 8 puntos sugiere probable malnutrición y en este caso se ha de continuar en la siguiente fase del test; 39 donde se utiliza el puntaje total obtenido para catalogar al paciente en alguna de sus tres categorías; 1) con buena nutrición (puntaje total de ≥24), 2) riesgo de desnutrición (puntaje total de 17.5 a 23.5) y 3) desnutrición (puntaje total ≤ 17). Los datos antropométricos se realizaron de la siguiente manera: el peso se tomó con una báscula clínica calibrada; la talla fue registrada en el estadiómetro de adulto con el que cuenta l báscula y con una cinta métricase realizó la medición de la circunferencia braquial y de pantorrilla55, 59-60. (Anexo 7) Caídas: Se obtuvo con la respuesta afirmativa del paciente a la siguiente pregunta: ¿Usted ha presentado caídas en el último año? Criterios modificados de Linda Fried: o Pérdida de peso: Pérdida de peso no intencionada igual o mayor a 3 kilos, en el último año o índice de masa corporal menor de 21 kg/m2 (obtenido con las variables de peso y talla). o Enlentecimiento: para determinar esta variable se valoró el equilibrio y la velocidad de la marcha, mediante la aplicación de la Batería breve de rendimiento físico (SPPB): Esta escala evalúa el equilibrio, la marcha, la fuerza y resistencia, mediante la realización de tres pruebas: equilibrio (en tres posiciones: pies juntos, semi-tándem y tándem), velocidad de la marcha (cronometrada a 4 metros, con el tiempo medido en segundos) y levantarse y sentarse en una silla cinco veces. Es muy importante respetar la secuencia de las pruebas, ya que si empezamos por las levantadas, el paciente se puede fatigar y ofrecer rendimientos falsamente bajos en los otros dos sub-tests. El 40 tiempo medio de administración, con entrenamiento, se sitúa entre los 6 y los 10 minutos. La puntuación y valoración del resultado total del SPPB resulta de la suma de los tres sub-tests, y oscila entre 0 (peor) y 12; cambios en 1 punto tienen significado clínico. Una puntuación por debajo de 10 indica fragilidad y un elevado riesgo de discapacidad, así como de caídas. Para velocidad de la marcha se utilizaron los siguientes puntos de corte para población mexicana: Mujeres: menos de 0.6 m/s y Hombres: menos de 0.8 m/s55, 61. (Anexo 8) o Pobre resistencia y energía disminuida: Autoreporte de fatiga o sensación inusual de cansancio o debilidad en el mes pasado. Se obtuvo con dos respuestas positivas al cuestionario de la Escala de Depresión del Centro de Estudios Epidemiológicos [CES-D]: ¿Siente que todo lo que hace requiere un gran esfuerzo? y ¿Siente que ya no puede seguir adelante?)62. o Debilitamiento: Fue medida al obtener la fuerza de prensión medida por medio de dinamómetro. Se utilizarán los puntos de corte para población mexicana: Mujeres menos de 18 kilos, hombres menos de 30 kilos. o Nivel de actividad física bajo: No realizar actividades recreativas y reflejado en el consumo de kilocalorías por semana, reportados en el dispositivo electrónico portable (Fitbit Zip). Utilizando los puntos de corte propuestos por Linda Fried (donde las Kcal gastadas por semana se calcularon utilizando un algoritmo estandarizado mediante el Minnesota Leisure Time Activity Questionnaire (MLTAQ), estratificado 41 por género). Se considera fragilidad cuando se encuentra en el quintil inferior: hombres menos de 383 Kcal/sem y mujeres menos de 270 Kcal/sem49-50,63. Escala de Depresión Geriátrica GDS de Yesavage: instrumento de autoreporte, que en su versión acortada está compuesto por 15 reactivos que miden la presencia de la sintomatología depresiva mediante preguntas directas en la que el entrevistado responde sí o no. (Anexo 9) XI. ASPECTOS ÉTICOS Y DE BIOSEGURIDAD De acuerdo al reglamento de la Ley General de Salud en Materia de Investigación para la salud, se trata de una investigación con riesgo mínimo, ya que se obtendrán datos a través de procedimientos comunes: historia clínica, exploración física, escalas de valoración geriátrica y dispositivos electrónicos de mediciones biométricas no invasivas, certificados por COFEPRIS. 42 XII. RESULTADOS La muestra fue de 32 adultos mayores provenientes de consulta externa y Sala de día del servicio de Geriatría del Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga”, se eliminaron un total de 4 adultos mayores del presente estudio, 3 de ellos, debido a que no completaron alguno de los instrumentos que se aplicaron y el 4to. paciente por no contar con el registro de Fitbit completo (fallo en el dispositivo). Ingresando al análisis estadístico un total de 28 pacientes que contaban con los criterios de inclusión, muestra conformada por 20 mujeres (71%) y 8 hombres (29%). Para la variable de edad se realizó la agrupación etaria según la clasificación de la OMS para adultos mayores, así, el grupo etario de adultos mayores con mayor frecuencia en el presente estudio fue el de entre 60 a 74 años que correspondió al 57 por ciento, seguida de adultos mayores entre 75 a 90 años (42%), en relación a la escolaridad cuenta con una media de 10.75 años de escolaridad con una desviación estándar de ± 7.11. El consumo de fármacos con afección a sistema nervioso central se presentó en 3 pacientes en etapa de pre-frágil y dichos fármacos fueron: diazepam, alprazolam y clonazepam. La distribución de las variables sociodemográficas en relación a los fenotipos de fragilidad establecidos por Linda Fried, se muestra en la tabla 1. (Anexo: gráficas 1-9) 43 Tabla 1. Distribución de variables demográficas en relación a los fenotipos de Linda Fried en adultos mayores de la consulta externa y Sala de día del servicio de Geriatría del Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga”. FRAGILIDAD CATEGORÍA FRÁGIL % (N) PRE FRÁGIL % (N) ROBUSTO % (N) SEXO MUJER 30.0 (6) 50.0 (10) 20.0 (4) HOMBRE 12.5 (1) 37.5 (3) 50.0 (4) EDAD (AÑOS) 60-74 6.3 (1) 43.8 (7) 50.0 (8) 75-90 50.0 (6) 50.0 (6) - > 90 - - - ESTADO CIVIL Casado 35.7 (5) 42.9 (6) 21.4 (3) Divorciado/separado 25.0 (1) 25.0 (1) 50.0 (2) Soltero - 75.0 (3) 25.0 (1) Viudo 20.0 (1) 60.0 (3) 20.0 (1) Unión libre - - 100.0 (1) ASISTE A ESTANCIA DE DÍA No 27.3 (6) 45.5 (10) 27.3 (6) Si 16.7 (1) 50.0 (3) 33.3 (2) CUIDADOR PRIMARIO No 20.0 (1) 40.0 (2) 40.0 (2) Si 26.1 (6) 47.8 (11) 26.1 (6) POLIFARMACIA No 16.7 (3) 38.9 (7) 44.4 (8) Si 40.0 (4) 60.0 (6) - USO DE MEDICAMENTO QUE AFECTA AL SNC No 28.0 (7) 40.0 (10) 32.0 (8) Si - 100.0 (3) - AUXILIAR DE LA MARCHA No 31.8 (7) 31.8 (7) 36.4 (8) Si - 100.0 (5) - CAÍDAS EN EL ÚLTIMO AÑO No 28.6 (6) 42.9 (9) 28.6 (6) Si 14.3 (1) 57.1 (4) 28.6 (2) Fuente: Base de datos. 44 Los resultados de deterioro cognitivo, de acuerdo a la escala de Miniminetal de Folstein, mostraron la siguiente distribución, predominando la población sin deterioro cognitivo, 12 pacientes (46.2 %) en los fenotipos de Pre-Frágil, seguida de 8 pacientes (30.8 %) en la categoría Robusta. (Ver Tabla 2 y Anexo: gráfica 10) Tabla 2. Distribución de deterioro cognitivo en relación a los fenotipos de Linda Fried en adultos mayores de la consulta externa y Sala de día del servicio de Geriatría del Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga” FRAGILIDAD MINIMENTAL DE FOLSTEIN FRÁGIL % (n) 26.0 ± 2.38 PRE-FRÁGIL % (n) 27.42± 3.45 ROBUSTO % (n) 28.25 ± 1.83 (MEDIA ± DE) SIN DETERIORO 23.1 (6) 46.2 (12) 30.8 (8) DETERIORO COGNOSCITIVO LEVE 50.0 (1) 50.0 (1) - DETERIORO COGNOSCITIVO MODERADO - - - DETERIORO COGNOSCITIVO GRAVE - - - TOTAL 25.0 (7) 46.4 (13) 28.6 (8) FUENTE: BASE DE DATOS En relación a la funcionalidad para las actividades básicas de la vida diaria los pacientes presentaron una distribución de 9 pacientes en estado Pre-Frágil e independiente, 5 pacientes en estado independiente y robusto, estado independiente frágil 4 pacientes, a continuación se muestra en la Tabla 3 la distribución. (Ver tabla 3 y Anexo: grafica 12) 45 Tabla 3. Distribución de funcionalidad para actividades de la vida diaria en relación a los fenotipos de fragilidad de adultos mayores de la consulta externa y Sala de día del servicio de Geriatría del Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga”. FRAGILIDAD CATEGORÍA FRÁGIL
Compartir