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i UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO MAESTRÍA EN CIENCIAS DE LA PRODUCCIÓN Y DE LA SALUD ANIMAL FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES CUATITLÁN-UNAM NUTRICIÓN ANIMAL DETERMINACIÓN DE LOS FACTORES DE LA COMPOSICIÓN QUÍMICA DEL GRANO DE MAÍZ ASOCIADOS A LA PRODUCCIÓN IN VITRO DE METANO EN RUMIANTES TESIS: QUE PARA OPTAR POR EL GRADO DE: MAESTRO EN CIENCIAS DE LA SALUD Y DE LA PRODUCCIÓN ANIMAL PRESENTA: JOSÉ JUAN ANTONIO MÉNDEZ ROMERO TUTOR PRINCIPAL: SERGIO GÓMEZ ROSALES, FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES CUATITLÁN-UNAM MIEMBROS DEL COMITÉ TUTOR: RICARDO BASURTO GUTIÉRREZ, FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES CUATITLÁN-UNAM HÉCTOR ANDRADE MONTEMAYOR, FACULTAD DE MEDICINA VETERINARIA Y ZOOTECNIA-UAQ CUATITLÁN IZCALLI., JUNIO 2016 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. ii DEDICATORIA A mi esposa Isela Maldonado Lugo, por su amor, cariño y comprensión. El apoyo que me has brindado ha sido sumamente importante, estuviste a mi lado en situaciones difíciles, sacrificaste muchas cosas por estar siempre ayudándome. Fue difícil culminar esta meta, sin embargo, siempre me alentaste y me decías que lo lograría, Juntos lo hemos logrado. A mi hija Ethel Sofía, que es lo más preciado de mi vida y por ser el motivo principal para superarme cada día más. Por ti cualquier sacrificio en la vida vale la pena. Te quiero mucho. A mi querida madre Guillermina Romero Lugo por todos los sacrificios que has hecho por mí y por mis hermanos para que tuviéramos un mejor nivel de vida. Gracias por tu ejemplo. A la memoria de mi querido padre Juan Méndez Salazar, quien anhelaba que un servidor llegara a ser un profesionista. Donde quiera que estés dios te bendiga. A mi hermano Filimón su amistad y consejos, y sobretodo por su apoyo brindado durante el desarrollo de mi vida personal y profesional. A ti te debo todo en la vida gracias. A mis hermanas, Elvia, Elba, Consuelo, Lourdes, Fátima, Flora, Paloma y Claudia, por el cariño y motivación. A mis sobrinas Aranza y Andrea. A las cuales quiero mucho y les deseo éxito en la vida. A mis suegros Daniel Maldonado Gonzales y Virginia Lugo Flores, gracias por su amistad y confianza. A mis compañeros de posgrado y a mis amigos. iii AGRADECIMIENTOS Especialmente a dios por permitirme culminar con esta esta de mi vida. Gracias por bendecirme cada día de mi vida. Al consejo nacional de ciencia y tecnología (CONACYT) por su apoyo económico otorgado para la elaboración y culminación del presente estudio. Al centro nacional de investigación disciplinaria en fisiología y mejoramiento animal del instituto nacional de investigación forestal agrícola y pecuaria (CENID- Fisiología INIFAP) por las facilidades otorgadas el desarrollo de este trabajo. Al Dr. Sergio Gómez Rosales por apoyo, paciencia y por su dedicación como director de esta tesis. Gracias por permitirme formar parte de su equipo de trabajo. A mi comité tutorial, Dr. Ricardo Basurto Gutiérrez y Dr. Héctor Andrade Montemayor por guiarme en el desarrollo del este trabajo. Nuevamente agradezco al Dr. Ricardo Basurto Gutiérrez por la facilitación de los animales donadores de inoculo ruminal y por su apoyo en el desarrollo de las técnicas de trabajo en el laboratorio. A la Dra. María de Lourdes Ángeles por su apoyo en desarrollo de este trabajo. A mis compañero del programa de posgrado: Maira, Gabriela, Nancy, Edna, Yahir, Anhí, Víctor, Gonzalo y José Hiram. A la Q.A. Erika Ramírez por la facilitación de los equipos de laboratorio para la determinación de los análisis realizados en las muestras evaluadas en el presente trabajo. Al personal técnico de laboratorio de nutrición animal del CENID-FISIOLOGÍA del INIFAP. iv RESUMEN El objetivo de este estudio fue determinar los factores de la composición química nutricional del grano de maíz asociados a la producción de metano (CH4) dependiendo de su origen, color y procesamiento. Se colectaron 70 muestras de granos de maíz en el estado de Querétaro. Las variables evaluadas fueron: materia seca (MS,%), cenizas (CE,%), proteína cruda total (PCT,%), proteína cruda insoluble (PCI,%), proteína cruda soluble (PCS,%), energía bruta (EB, Mcal/Kg), extracto etéreo (EE,%), fibra detergente neutro (FDN,%), fibra detergente ácido (FDA,%), y las determinaciones in vitro fueron: digestibilidad verdadera de la MS (DIVMS,%), producción de gas (ml/g) y producción de CH4, (ml/g). Los datos fueron sometidos a análisis de varianza, regresión lineal múltiple y se usaron para estimar el valor nutritivo de los granos de maíz mediante espectroscopia de reflectancia en el infrarrojo cercano (NIRS por sus siglas en inglés). Los resultados obtenidos muestran que la producción de CH4 de los maíces Criollos y Comerciales fue similar (11.64 y 13.19 ml/g). En los maíces comerciales la producción de CH4 fue mayor para el Amarillo en grano (15.72 ml/g) y menor para el Blanco Rolado (10.90 ml/g). Por el color de los maíces Criollos, los Pintos presentaron mayor producción de CH4 (14.70 ml/g) y los de menor concentración de CH4 fueron los Negros (7.68 ml/g). Mediante análisis de regresión de la base datos completa se explica la producción de CH4 con la siguiente ecuación: CH4 = - 14.74 + 0.27 (Gas, ml/g) + 2.30 (PCT, %) + 1.86 (PCS, %) - 1.01 (FDA, %) con una R2 = 50.14%. La calibración mediante NIRS solamente fue precisa y confiable para PCT (R2cal=0.97 y SECV=0.68). Se concluye que la producción de CH4 de los maíces analizados en el presente estudio se asoció a los porcentajes de PCT, PCS, FDA, DVMS y a la producción de Gas (ml/g), por lo tanto, es posible identificar maíces con un bajo potencial de producción de CH4 para rumiantes. PALABRAS CLAVE: Maíz, composición química, variables in vitro y CH4. v ABSTRACT The goal of the study was to determine the nutritional chemical factors associated to the CH4 production according to the origen, color and processing of the corn kernel. Seventy corn grain samples were collected in Querétaro State. The analyzed variables were: dry matter (DM, %), ashes (AS, %), total crude protein (TCP, %), insoluble crude protein (ICP, %), soluble crude protein (SCP, %), gross energy, (GE, Mcal/kg), ether extract (EE, %), neutral detergent fiber (NDF, %), acid detergent fiber (ADF, %), and the in vitro determinations were the true digestibility of dry matter (ITDDM, %), gas production (ml/g) and the CH4 production (ml/g). The data were subjected to variance analysis, multiple linear regression, and to estimate the nutritional value of corn kernel´s calibration equation were developed using NIRS. The results showed that the CH4 production of criole corns was similar to that of commercial corns (11.64 vs 13.19, ml/g). Within the commercial corns the higher CH4 production was registered in whole yellow corn (15.72 ml/g) and the lower in the rolled white corn (10.90 ml/g). Based in the color of criole corns, the painted had the higher CH4 production (14.7 ml/g), and those of lower CH4 production were the black corns (7.68 ml/g) followed by the purple corns (7.76 ml/g). The CH4 production using the regression analysisof the whole data base was explained with the next equation: CH4 = - 14.74 + 0.27 (gas, ml/g) + 2.30 (TCP, %) + 1.86 (SCP, %) - 1.01 (ADF, %) with an R2 = 50.14%. The calibration using NIRS was accurate and reliable for TCP (R2cal=0.97 and SECV=0.68). It is concluded that the CH4 production of the analyzed corns in the present research were associated to the percentages of TCP, SCP, ADF, ITDDM and the gas production, and therefore, it is feasible to identify corns with a low potential of CH4 production for ruminants. KEY WORDS: corn, chemical composition and CH4 production. vi CONTENIDO Página I. INTRODUCCIÓN 1 II. EL GRANO DE MAÍZ 4 La composición química del maíz 5 Composición química de las estructuras morfológicas del grano de maíz 5 Contenido de almidón 7 Contenido de proteína 8 Fibra detergente neutra y fibra detergente ácida 8 Aceite 9 Cenizas 10 Razas de maíz en México 10 El maíz criollo en México 12 Características y tipos de grano de maíz 14 Factores que inciden sobre la composición del grano de maíz 17 III. ALIMENTACIÓN DE RUMIANTES 18 Producción de metano (CH4) en rumiantes 18 Ambiente ruminal y metanogénesis 19 Uso de alimentos concentrados 21 Proceso de degradación del grano de maíz en el rumen 22 Factores que influyen en la degradación ruminal del almidón 23 Procesamiento del grano 27 IV. MÉTODOS PARA ESTIMAR LA DIGESTIBILIDAD RUMINAL DEL GRANO DE MAÍZ 31 Producción de gas in vitro 33 Ventajas de los métodos de producción in vitro 34 Desventajas del método in vitro 35 Uso del NIR para la generación de modelos de predicción de la composición química del grano de maíz 35 vii V.JUSTIFICACIÓN 39 VI. HIPÓTESIS 40 VII. OBJETIVOS 41 VIII. MATERIALES Y MÉTODOS 42 Localización 42 Colecta de muestras 42 Análisis de laboratorio 43 Desarrollo de calibraciones mediante espectroscopia NIRS para estimar la composición química de los granos de maíz. 49 Análisis estadístico. 50 IX. RESULTADOS Y DISCUSIÓN. 51 X. CONCLUSIONES 83 XI. BIBLIOGRAFÍA 84 viii LISTA DE CUADROS Página Cuadro 1 Composición química de las principales estructuras morfológicas del grano de maíz 5 Cuadro 2 Contenido de algunos componentes químicos del grano de maíz reportados por el Consejo Nacional de Investigación de los Estados Unidos Americanos para diferentes especies domésticas 9 Cuadro 3 Composición química de variedades criollas de maíz (%) 14 Cuadro 4 Composición química general de los distintos tipos de maíz 16 Cuadro 5 Clasificación y número de maíces muestreados 42 Cuadro 6 Estadística descriptiva de la composición química y variables in vitro del maíz 53 Cuadro 7 Cuadro 8 Matriz de correlaciones de Pearson de la composición química y variables in vitro de los maíces Composición química y variables in vitro de acuerdo al origen del maíz 61 64 Cuadro 9. Composición química y variables in vitro en maíces comerciales 68 Cuadro 10 Composición química y variables in vitro en maíces criollos 72 Cuadro 11 Calibración y validación de ecuaciones para estimar la composición química de los granos de maíz 81 ix LISTA DE GRÁFICAS Página Gráfica 1. Estimación de PCT (%) del grano de maíz mediante espectroscopia NIRS (calibración) 82 Gráfica 2. Estimación de EB (Mcal/kg) del grano de maíz mediante espectroscopia NIRS (calibración) 82 1 I. INTRODUCCIÓN El maíz (Zea mays) es una cepa doméstica del teosinte (Zea mays ssp. Parviglumis). Se creé que el maíz se originó en México durante la época prehispánica y es considerado junto con el trigo y el arroz como una fuente importante de nutrientes para el hombre y los animales (Benítez y Pfeiffer, 2006). Desde los primeros tiempos del cultivo del maíz en América por los indígenas, se dio cuidado especial a la selección de las mazorcas destinadas a sembrar en la siguiente temporada. La continua selección originó muchas variedades y razas nuevas (Reyes, 1999; Ramírez, 2006). Posteriormente, a inicios del siglo XX, a través de métodos de hibridación y selección de los mejores materiales se identificaron plantas con caracteres aceptables. Con la repetición de este proceso, y guardando solo las mejores plantas como semillas para cada raza, se obtuvieron líneas puras. A través del proceso de polinización cruzada entre razas puras, se obtuvieron plantas híbridas con mayor rendimiento de grano y forraje, mejor resistencia a enfermedades y robustez de las cañas, comparadas con las variedades originales. De esta manera, se siguen perfeccionando las razas de maíz actuales para obtener clases de híbridos dirigidos a diferentes tipos de mercado, entre ellos, el de consumo animal (Hernández et al., 1987; CIMMYT, 2000). Los cereales, como el grano de maíz y sorgo, son la fuente principal de energía en la alimentación del ganado en confinamiento, ya que contienen entre el 60-70% de almidón, como carbohidrato de reserva. A nivel mundial, el maíz ocupa el segundo lugar en producción después del trigo, mientras que en México representa uno de los granos más importantes ya que ocupa el primer lugar de la producción agrícola del país. Aproximadamente el 70% de la producción se destina al consumo humano, otra parte se utiliza en la industria. Existen varias razas y variedades de maíz, así como híbridos y materiales mejorados comerciales que varían en textura, apariencia y color. Los colores que más predominan son el blanco y el 2 amarillo; sin embargo, existen variedades de color azul, rojo y jaspeado que también son producidos para su consumo (Shukla y Cheryan, 2001; Benítez y Pfeiffer., 2006; Ortiz, 2006). La composición nutricional de los granos de maíz varía de acuerdo a la raza, variedad, color y tipo de maíz; a su vez dicha composición es afectada directamente por la incidencia de factores agroecológicos (temperatura ambiente, humedad y tipo de suelo, disponibilidad de nitrógeno, minerales, carbono y oxígeno) necesarios para el cultivo de cada tipo de maíz. Esta variabilidad presente en los granos de maíz hace que se dificulte el balanceo de las dietas para alimentar el ganado si no se cuenta con un método para determinar o predecir la composición nutricional de los granos de maíz. En el ganado, la digestión ruminal de los componentes alimenticios llevada a cabo por la microbiota (bacterias, protozoarios y hongos) en condiciones anaeróbicas, da como resultado la producción de ácidos grasos volátiles (AGV`s), acético, propiónico y butírico. Los AGV`s, constituyen el 80 % de la energía que desaparece del rumen y aportan entre el 50 y 70 % de la energía digestible (ED) del rumiante. Otros productos de desecho del metabolismo de las bacterias ruminales, además de los AGV`s, son el CO2 y metano (CH4), que son eliminados a través del eructo. El CH4 es un gas de efecto invernadero (GEI), y a nivel global el ganado (bovino, ovino, caprino) es la fuente más importante de CH4 de origen antropogénico. Una vez emitido el CH4, puede permanecer en la atmósfera entre 9 y 15 años, y se estima que tiene 23 veces más potencial para el calentamiento que el CO2 en un período de 100 años (Steinfeld et al., 2006; Gerber et al., 2013). Durante la fermentación ruminal de los alimentos se llevan a cabo reacciones de óxido-reducción, liberando hidrógeno en el rumen. Tan pronto como se produce, el hidrógeno es utilizado por arqueas metanógenas, para reducir el CO2 en CH4 (la mayor parte del CH4 en el rumen es predominantemente producido a través de esta vía metabólica). La metanogénesis es esencial para un funcionamiento óptimo del rumen, ya que evita la acumulación de hidrógeno. La producción de 3acetato y butirato resulta en una liberación neta de hidrógeno y favorece la producción de CH4, mientras que la formación de propionato es una vía competitiva para el uso de hidrógeno en el rumen. La fermentación ruminal del almidón del grano de maíz, conduce a una mayor formación de propionato a expensas del acetato, y en esta forma es absorbido y usado como fuente de energía en los procesos metabólicos (Church y Pond, 1978; Shimada, 2003). La reducción de la proporción Acetato:propionato reduce la síntesis de CH4, de ahí que el uso de dietas o concentrados ricos en granos representan una alternativa para mitigar las emisiones de GEI del ganado (Lovett et al., 2003; Beauchemin y McGinn, 2005). Sin embargo, se ha reportado que la degradación ruminal del almidón en condiciones in vitro está influenciada por factores como el genotipo de maíz, contenido y características del almidón y las condiciones climáticas durante el crecimiento de las plantas (Ali et al., 2014). En condiciones prácticas de formulación de alimentos, se desconoce el genotipo, la composición química nutrimental y las condiciones climáticas durante la producción, cosecha y manejo poscosecha del grano de maíz, por lo que se hace necesario desarrollar herramientas de predicción para identificar y seleccionar maíces que tengan un menor potencial de producción de CH4 entérico. Dentro de las metodologías disponibles en el laboratorio para llegar a valorar estas características deseables en el maíz se cuenta con el análisis químico proximal y mediciones in vitro como las pruebas de digestibilidad, producción de gas y CH4. Dentro de las herramientas estadísticas se puede recurrir al análisis de regresión, y al uso de técnicas de predicción como NIRS (Cozzolino, 2002; Ellis et al., 2007). A través del uso combinado de todas estas alternativas, se pretende, en este trabajo, desarrollar un procedimiento de predicción de la composición química y de la producción de CH4 usando maíces de diferente origen, color y procesamiento previo a la toma de muestras. Con estos resultados se busca sentar las bases para identificar maíces comerciales y criollos con características deseables, que 4 contribuyan a reducir las emisiones de CH4 en el ganado, pero sin que se reduzca la productividad animal, y de esta manera, impulsar el desarrollo de sistemas sustentables de producción de productos alimenticios de origen animal. II. EL GRANO DE MAÍZ Durante la época prehispánica, el maíz fue esencial para la nutrición de las civilizaciones Maya y Azteca, tuvo un papel importante dentro las festividades y creencias religiosas, e incluso ambos pueblos afirmaban que la carne y la sangre estaban formadas por maíz; tras el paso del tiempo se difundió hasta Canadá y sur de Argentina hasta extenderse por todo el mundo (Benítez y Pfeiffer, 2006). A nivel mundial se considera al grano de maíz junto con el trigo y el arroz como una fuente importante de nutrientes para la alimentación del humano y de los animales. En la industria constituye la materia prima para la obtención de almidón, aceite, proteínas, bebidas alcohólicas, edulcorantes alimenticios y combustible (Anónimo, 2012). Existen más de 60 razas de maíz descritas en México y un gran número de variedades perfectamente adaptadas a cada área climatológica y geográfica de su territorio (Wellhausen et al., 1951; Sánchez et al., 2000; Salinas et al., 2013). Este cereal es consumido en esas zonas en múltiples formas como en tortillas, pinoles, atoles, tamales, tostadas, elotes e incluso es destinado para alimentar al ganado (Figueroa et al., 2013). El cultivo de este cereal depende principalmente del potencial genético de la semilla, el agua, suelo, minerales, dióxido de carbono y oxígeno (Galarza, 2011), y gracias a la biodiversidad climática que existe en México, se pueden llevar a cabo dos ciclos productivos para el maíz: Primavera- verano y otoño-invierno. En el ciclo primavera-verano se lleva a cabo en las regiones del Altiplano Central, Pacífico Sur y Bajío. Los principales productores son los estados de México, Guerrero, Michoacán y Jalisco. En las regiones Noreste y Norte se establece en el ciclo otoño-invierno. Los contribuyentes 5 mayoritarios de esta zona son: Sinaloa, Durango, Zacatecas, Sonora, San Luis Potosí, Tamaulipas y Coahuila (Galarza, 2011). Mientras que para todo el territorio mexicano, el volumen de producción se centra (con un 64.5%) en las entidades de Sinaloa, Jalisco, Michoacán, Estado de México, Chiapas, Guerrero y Veracruz (Financiera Rural, 2014). La composición química del maíz El maíz es una fuente importante de energía dentro de la alimentación del ganado. El conocimiento de la composición química de este cereal es una herramienta útil que permite identificar y evaluar la disponibilidad de cada uno de los componentes nutricionales para el balanceo de las raciones de la cual dependerá el nivel de producción animal. Existe una gran variabilidad en la composición química del grano que se atribuye a diferentes factores como la estructura física del grano, la genética, los factores ambientales y las prácticas agronómicas. Composición química de las estructuras morfológicas del grano de maíz El grano del maíz está constituido por tres partes morfológicas, el pericarpio (5.3%), endospermo (82.9%) y germen (11.1%) que presentan diferente concentración de los principales componentes químicos (Watson y Ramstad, 1987; Shukla y Cheryan, 2001; Cuadro 1). El pericarpio es la estructura morfológica primaria o externa, está conformado por una capa de cutícula cerosa que envuelve la epidermis para retrasar absorción de humedad hacia las estructuras internas del grano (Van Kempen et al., 2003). En el pericarpio se localiza una elevada concentración de fibra cruda próxima al 87%, la cual está constituida por hemicelulosa, celulosa y lignina. El contenido de FDN es de 33%. El endospermo representa aproximadamente del 75-80% del peso del grano, envuelve al germen y sirve como nutriente primario para la germinación de la nueva planta hasta que pueda absorber los nutrientes por si misma; el almidón, que es un polisacárido compuesto por cadenas lineales y ramificadas de glucosa, 6 es su principal componente junto con algunas proteínas como albúminas, globulinas, prolaminas y glutelinas, también contiene pequeñas cantidades de grasa y ceniza. El almidón representa el 87% del endospermo; tiene una cantidad significativa de proteínas (8%) y un bajo contenido de grasa cruda (0.8%); contiene <4% de FDN (Van Kempen et al., 2003). El germen es la estructura interna, contiene la codificación genética para la formación de la nueva planta, está protegido por las prolaminas las cuales son proteínas hidrofóbicas (repentes al agua) de esta manera evita que el almidón puro se almacene en el endospermo debido a que es altamente hidrófilico (atrae agua) el cual puede hidratar el endospermo prematuramente impidiendo que la germinación se desarrolle adecuadamente (Hoffman y Shaver, 2009). En el germen se encuentra la mayor concentración de extracto etéreo el cual oscila alrededor del 33% además de un alto contenido de proteína (18%) y cenizas (10%). Contiene 17% de FDN (Van Kempen et al., 2003). Cuadro1. Composición química de las principales estructuras morfológicas del grano de maíz. Componente químico Pericarpio, % Endospermo, % Germen, % Proteínas 3.7 8.0 18.4 Extracto etéreo 1.0 0.8 33.2 Fibra cruda 86.7 2.7 8.8 Cenizas 0.8 0.3 10.5 Almidón 7.3 87.6 8.3 Azúcar 0.34 0.62 10.8 Watson y Ramstad, 1987; Shukla y Cheryan, 2001. 7 Contenido de almidón El grano de maíz es una fuente importante de energía en la alimentación animal debido a su contenido de almidón que representa entre el 60-70% del grano (Watson y Ramstad, 1987; Shukla y Cheryan,2001). Se considera que es fácil de digerir, pero existe evidencia que hay almidones resistentes lo cual limita la disponibilidad de energía hacia el organismo (Slominski, 2001; Weurding et al., 2001; Cowieson, 2005). La digestibilidad y el valor alimenticio del grano para el ganado dependen de la estructura, composición e interacción del almidón con las proteínas (Rooney y Pflugfelder, 1986). El almidón tiene dos componentes principales: amilosa y amilopectina. La amilosa es un polímero de glucosa formado por enlaces lineales α1-4 sin ramificar, su cadena adopta una forma helicoidal y en cada vuelta por hélice tiene seis monómeros. La amilopectina también es un polímero formado por glucosa, pero en este caso la cadena que la conforma es altamente ramificada por las uniones α1-4 (semejantes a la amilosa) y α1-6. Por cada 20-25 residuos de glucosa presenta enlaces α1-6 dando origen a estructuras ramificadas semejantes a la forma de un árbol. El maíz normalmente contiene de 20-30% de amilosa y de 70- 80% de amilopectina (Fankhauser et al., 1989; Ali et al., 2014).Los almidones están altamente organizados, las moléculas se mantienen unidas mediante enlaces de hidrógeno para formar gránulos de amilosa y amilopectina cuya forma es esférica poligonal, a excepción de los gránulos que tienen un alto contenido de amilosa que son de forma muy irregular (Bulèon et al., 1998; Svihus et al., 2005). Los gránulos de almidón están constituidos por pseudocristales con una área relativamente organizada (cristalina) y una no organizada (amorfa). La región cristalina está formada principalmente por amilopectina cuyas ramas están unidas al hidrógeno para formar semicristales que se desramifican durante la gelatinización; mientras que la región amorfa o gel es rica en amilosa y puntos de ramificación de amilopectina (Rooney y Pflugfelder, 1986; Bulèon et al., 1998; Svihus et al., 2005). 8 Contenido de proteína Se considera la proteína como el segundo elemento de importancia del grano de maíz. En variedades comunes de maíz la proteína normalmente representa entre el 8-12% del peso del grano. En el Cuadro 2 se presenta la composición química de maíces mejorados usados en la alimentación de diferentes animales domésticos. El contenido de proteína promedio, valores mínimos y máximos fueron de 9.52, 8.3 y 10.9%, respectivamente. Por su parte, Mariscal et al. (1998) reportan contenidos de proteína entre 8-9% en maíces de diferentes orígenes. La proteína se encuentra principalmente dentro del endospermo predominando las albúminas, globulinas, prolaminas (zeinas) y glutelinas (Shukla y Cheryan, 2001). Las albúminas son solubles en agua y se encuentran principalmente en el germen. En esta fracción también se encuentran las globulinas. Las prolaminas conocidas como proteínas de reserva se encuentran mayoritariamente en el endospermo y representan entre el 50 y 60% del total de las proteínas de esta fracción; son solubles en alcohol y sirven como fuente nitrógeno para el germinado. Mientras que las glutelinas son solubles en soluciones alcalinas en presencia de mercaptoetanol; esta fracción representa 1% de la proteína total del grano y se distribuyen entre el endospermo y el germen. Fibra detergente neutro y fibra detergente ácido. La fibra está presente en todas las variedades de maíz. Se encuentra mayoritariamente en el pericarpio, aunque también en las paredes celulares del endospermo y, en menor medida, en las del germen; está compuesta principalmente por celulosa y presenta poca lignina. En varios tipos de maíz se reportó contenidos de promedio, mínimo y máximo de FDN de 2.79, 2.17 y 3.23% y de FDA de 10.79, 8.21 y 14.17%, respectivamente (Bressani et al., 1989). En el Cuadro 2 se presenta el contenido de FDA y FDN del grano de maíz reportados por el Consejo Nacional de Investigación de los Estados Unidos Americanos para diferentes especies domésticas, se observa que el contenido promedio de FDA presentó un rango de 2.8 a 3.4%, respectivamente. Mientras que el contenido 9 promedio de FDN tuvo un rango de 9.5 a 10.8%, respectivamente. En el estudio Bressani et al. (1989) también se reportó que el contenido promedio de lignina en el grano de maíz fue de 0.13%. La genética, clima y la altura afectan el contenido de fibra (Dickerson, 2008; Castañeda, 2011). Cuadro 2. Contenido de algunos componentes químicos1 del grano de maíz reportados por el Consejo Nacional de Investigación de los Estados Unidos de Norteamérica para diferentes especies domésticas. Fuente PC EE FDA FDN Ovinos, 1985 8.90 Caprinos, 1981 9.96 3.00 Bovinos de carne, 2000; Grano quebrado 9.80 4.60 3.30 10.80 Bovinos de leche, 2001 Grano molido 9.40 4.20 3.40 9.50 Grano quebrado 9.40 4.20 3.40 9.50 Grano rolado 9.40 4.20 3.40 9.50 Porcinos, 2002 8.30 3.90 2.80 9.60 Aves, 1994 8.50 3.80 Promedio 9.21 4.15 3.22 9.78 Mínimo 8.30 3.80 2.80 9.50 Máximo 9.96 4.60 3.40 10.80 1 PC = Proteína cruda; EE = Extracto etéreo; FDA = Fibra detergente ácido; FDN = Fibra detergente neutro. Aceite El aceite representa una fuente concentrada de energía en alimentación animal ya que aporta en promedio 9 kcal de EB/g, siendo su componente principal los ácidos grasos. El aceite se encuentra principalmente en el germen en una concentración que va del 3 a 18%. En el Cuadro 2 se presentan valores promedio y mínimos y máximos de 4.1 y 3.6 y 4.5%, respectivamente. Los maíces con alto contenido de 10 aceite (entre 6 a 10%) aportan una elevada cantidad de energía en las dietas para animales, y su empleo en la alimentación de bovinos y porcinos evita el agregado de aceite en la ración (Benitez y Pfeiffer, 2006). El aceite de maíz es relativamente estable, pues contiene únicamente pequeñas cantidades de ácido linólenico (0.7%) y niveles elevados de antioxidantes, tiene niveles bajos de ácidos grasos saturados palmíticos y esteáricos, con valores de 11 y 2%, respectivamente. Sin embargo, los niveles de ácidos poli-insaturados son elevados, principalmente al ácido linoleico con un valor del 24% (Benitez y Pfeiffer, 2006). Cenizas El grano de maíz contiene aproximadamente el 1.3% de cenizas en promedio en donde se encuentran diferentes minerales esenciales; sin embargo ese porcentaje puede variar debido a factores ambientales como el tipo de suelo, riego y fertilización. El germen proporciona el 78% de todos los minerales del grano. El mineral que más abunda es el P en forma de fitato de potasio y magnesio los cuales se encuentran en su totalidad dentro del embrión (FAO, 1993; Benitez y Pfeiffer, 2006). Razas de maíz en México En México existe un gran número de variedades dispersas en todo su territorio, de las cuales únicamente se han agrupado aproximadamente 60 razas y 6 subrazas; la mayoría de las variedades que se colectan en México son mezclas con dos o más razas (Reyes, 1990). Se cree que los indígenas mesoamericanos fueron los primeros que domesticaron e iniciaron la selección del maíz, contribuyendo significativamente en la formación de variedades y razas que han conservado los agricultores mexicanos por generaciones (Ramírez, 2006). Se le denomina raza a un grupo de individuos de una misma especie con genotipos similares que manifiestan ciertos rasgos diferenciales, heredables y que a su vez permiten separarlas de otro grupo. La formación de diferentes razas se origina por distintas modalidades de aislamiento que restringen la reproducción de un cierto número de 11 individuos. Se denomina variedad a un grupo de individuos de una especie y una raza con rasgos diferenciales más estrechos que aquellos manifestados por las razas. Las variedades agronómicas son producto de la selección humana que tiende a formar grupos de plantas similares con tendencias a su explotación económica. (Ramírez, 2006). De acuerdocon Wellhausen (1951) las razas del maíz mexicano se clasifican en los siguientes grupos: Antigua o Indígena: Palomero toluqueño, arrocillo amarillo, chapalote y nal-tel. Son relativamente precoces, se asemejan en algunos caracteres al maíz prehistórico de Sudamérica. Exóticas o precolombinas: Cacahuacintle, harinoso de ocho, glotón y dulce. Se cree que fueron introducidas a México de Centro o Sur América. Todas excepto el maíz dulce han sido progenitoras de las variedades híbridas. Mestizas prehistóricas: Cónico, reventador, tabloncillo, tehua, tepecintle, comiteco, jala, zapalote chico, zapalote grande, pepitilla, olotillo, tuxpeño y vandeño. No existe evidencia histórica de su origen, se cree que varias de estas pueden haberse originado durante la colonización. Modernas incipientes: Chalqueño, Celaya, cónico norteño y bolita. Serranas occidentales: Tablilla de ocho, bofo, gordo, azul y apachito. Razas pobremente definidas: Conejo, mushito, zamorano amarilla, maíz blando, sonora, onaveño y dulcillo del noreste. De acuerdo a la gran diversidad de razas y variedades de maíz que prevalecen en México, se puede afirmar que en el territorio mexicano se cuenta con un acervo genético y una gran cantidad de materiales criollos que son destinados para el cultivo y la alimentación humana. 12 El maíz criollo en México El cultivo del maíz criollo, es una práctica laboral que se desarrolla de manera tradicional, donde la producción se combina junto con otros productos como el frijol, calabaza, garbanzo, entre otros para la alimentación del humano y el ganado (INE, 2008). El maíz criollo está representado por diferentes razas y variedades de maíz debido al entrecruzamiento aleatorio de diferentes razas a través del proceso de polinización. El maíz criollo normalmente se cultiva para autoconsumo y ha sido mayormente utilizado como alimento para la población rural. A pesar de la diversificación de programas y la promoción de variedades mejoradas genéticamente para la obtención de una mayor producción, existen productores mexicanos que durante varias generaciones han sembrado variedades locales (criollas) de maíz perfectamente establecido y adaptado a las condiciones climatológicas (Lourtte y Smale, 1996; Herrera et al., 2002), las cuales constituyen bienes patrimoniales, culturales y sociales (Navarro et al., 2012). La selección de la semilla representa un proceso esencial para el cultivo del maíz criollo. Al finalizar la cosecha el agricultor escoge deliberadamente, las mazorcas más grandes y sanas del almacén o granero, con la finalidad de asegurar una germinación uniforme para el siguiente ciclo productivo; esta selección a través del tiempo ha proporcionado la mutación y recombinación, entre variedades para la formación de nuevos tipos o razas de maíz (Hernández, 1972; Dobzhanky, 1982; Herrera et al., 2002). La siembra de maíz criollo no genera altos costos debido a que la semilla proviene de la cosecha anterior, las variedades nativas no requieren de grandes cantidades de agua, pese a que los rendimientos no son altos, la cosecha garantiza durante cierto tiempo la alimentación de las familias en el campo y el excedente es usado para la alimentación de los animales. Debido a las razas que existen en México, el grano de maíz varía en color, apariencia, estructura y composición. Los colores que más predominan a nivel global son el amarillo y blanco. Sin embargo, en algunas zonas también se puede 13 encontrar coloraciones azules, negras, rojas, y jaspeadas, atribuidas a la presencia del caroteno y xantofilas, que se almacenan en el grano durante su ciclo de producción (FAO, 1993; Benítez y Pfeiffer, 2006; Ortiz, 2006). A partir de estas plantas se ha obtenido la fuente de germoplasma para la creación de las variedades mejoradas de alto potencial de producción agrícola en el país y otras regiones del mundo (Hernández et al., 1987; CIMMYT, 2000). En varios estudios se ha reportado la composición química de maíces criollos producidos en México (Véles, 2004; Ortíz, 2006; Salinas et al., 2008; Agama-Acevedo et al., 2011; Salinas et al., 2013). En el estudio de Ortíz (2006) se analizaron 43 muestras de maíces criollos de variedades blancas, amarillas, azules, rojas y pintas colectadas en 7 municipios del estado de Hidalgo. La composición química de los maíces se muestra en el Cuadro 3, encontrándose un promedio de 9.10% de humedad, 1.48% de cenizas, 98.54% de materia orgánica, 10.30% de proteína cruda, 5.53% de extracto etéreo y 16.01% de fibra dietaria. Por el color, los niveles más bajos en humedad, cenizas y extracto etéreo fueron encontrados en los granos de maíz blanco, a pesar de lo anterior la fibra dietaria (18.37%) fue mayor en estos granos. Por otra parte, en los maíces amarillos se encontró los valores más altos de materia orgánica (98.54%). De la misma forma, los maíces rojos manifestaron la mayor concentración de humedad (9.53%), cenizas (1.53%) proteína cruda (11.25%) y extracto etéreo (6.18%). 14 Cuadro 3. Composición química de variedades criollas de maíz (%). Variedad Humedad Cenizas Materia orgánica Proteína cruda Extracto etéreo Fibra dietaría Amarillos 8.91 1.46 98.54 10.25 6.04 15.72 Blancos 8.27 1.40 98.6 10.06 4.71 18.37 Azules 9.02 1.52 98.48 9.75 5.35 13.95 Pintos 9.60 1.47 98.53 10.19 5.38 Rojos 9.69 1.53 98.47 11.25 6.18 Promedio 9.1 1.48 98.52 10.30 5.53 16.01 Mínimo 8.27 1.4 98.47 9.75 4.71 13.95 Máximo 9.69 1.53 98.54 11.25 6.18 18.37 Fuente: Ortiz, 2006. Características y tipos de grano de maíz En 1899 Sturttevant propuso 5 grupos principales de maíz (duro, dentado, harinoso, ceroso y reventón) basado en la composición del endospermo. La composición química difiere de acuerdo a cada tipo de grano (Cuadro 4). Maíz duro o Flint (Corneo, vítreo, cristalino): Los granos de este tipo son redondos, duros y suaves al tacto debido a que el endospermo está constituido de almidón duro corneo y una pequeña cantidad de almidón blando. En los suelos húmedos y fríos germina mejor que otros tipos de maíz, su madurez fisiológica generalmente es temprana y se seca más rápidamente una vez que se culmina su desarrollo. Por su dureza son menos propensos a recibir daños por insectos y mohos en el campo y en el almacenamiento. Sin embargo, su rendimiento es menor que el maíz dentado. La mayor parte de la producción de este grano se utiliza para la elaboración de cereales y fécula de maíz (maicena) y el resto es consumida como elote o como alimento para los animales. Los colores más 15 representativos de este tipo de maíz son colorado, anaranjado-amarillento, blanco, crema, rojo, azul y negro (FAO, 1993). Maíces dentados: Es cultivado más comúnmente para grano y ensilaje. Su endospermo contiene más almidón blando que el del maíz duro y su almidón duro se encuentra delimitado en los lados del grano. Al secarse, el almidón de su parte superior se contrae produciendo una pequeña depresión dando la apariencia de un diente y de aquí su nombre. Una particularidad de este maíz es que tiene una mayor profundidad de intersección con el olote para impedir que se desgrane con facilidad. El rendimiento de la producción es mayor que el maíz duro pero tiende a ser más susceptible sufrir daños por hongos e insectos en el campo y durante el almacenamiento. Los colores más predominantes de maíz dentado son el blanco que se destina principalmente para el consumo humano y el amarillo que se utiliza para la alimentación del ganado; en la industria se usan para la obtención de alcohol, almidones y fructosa (FAO, 1993). Maíces harinosos o amiláceos: Su endospermo es casi por completo harinoso y muy blando, se puede rayar fácilmente con la uña cuando el grano aún no está maduro. Presentanuna gran variabilidad de colores. El grano harinoso se usa como alimento para los humanos especialmente para la producción de harina de maíz, la preparación de platillos y bebidas especiales (Serna et al., 1978; Hernández, 1985; CONABIO, 2010). Debido a su alto contenido de almidón en el endospermo son susceptibles a la producción y a los daños provocados por gusanos. Por otra parte, su germinación no es muy buena y su rendimiento de la producción es menor que la de los maíces duros y dentados (FAO, 1993). Maíces cerosos o dulces: Este maíz tiene un endospermo ceroso y opaco. El almidón de los maíces duros y dentados está constituido por el 70% de amilopectina y 30% de amilosa; en cambio el tipo ceroso está compuesto exclusivamente por amilopectina. Se cultiva para la obtención del almidón y la 16 grasa. Sin embargo, en los últimos años se ha estudiado la estructura química de la amilopectina a detalle para fines industriales ya que la composición es distinta a la de los maíces duros y dentados (Dintzis et al., 1995). Maíz reventador o palomero: Corresponde a los maíces cuyo endospermo es vítreo y muy duro. El grano es muy pequeño de forma redonda u oblonga, su pericarpio es grueso, el contenido de humedad es bajo (14%); al calentarse alrededor de los 170°C se revienta y su endospermo se expande adoptando una forma muy particular a la que se le conoce como roseta o palomita de maíz, la cual se usa como bocadillo (Alexander, 1988). Desde el punto de vista económico y nutricional, los maíces duro, dentado y harinoso son los más importantes para la producción del grano o forraje para la alimentación del ganado (FAO, 1993). En el Cuadro 4 se presenta la composición química de diferentes tipos de maíz. El maíz amiláceo contiene la mayor concentración de cenizas (2.9%), pero menor contenido de proteína (9.1%), fibra cruda (1.8%) y extracto etéreo (2.2%). El maíz ceroso presentó la menor concentración de cenizas (1.5%) pero mayor concentración de fibra cruda (2.9%); mientras que la proteína (13.7) y el extracto etéreo (5.7%) fueron mayores en el maíz palomero. Cuadro 4. Composición química general de los distintos tipos de maíz (%). Tipo de maíz Cenizas Proteína Fibra cruda Extracto etéreo Dentado 1.7 10.3 2.2 5.0 Harinoso 1.7 10.7 2.2 5.4 Amiláceo 2.9 9.1 1.8 2.2 Ceroso 1.5 12.9 2.9 3.9 Palomero 1.7 13.7 2.5 5.7 Promedio 1.9 11.3 2.3 4.4 Máximo 2.9 13.7 2.9 5.7 Mínimo 1.5 9.1 1.8 3.9 Fuente: Wild-Altamirano, 1972. 17 Factores que inciden sobre la composición del grano de maíz La estructura y composición química del maíz puede ser afectada durante el cultivo en el campo debido a daños físicos y mecánicos. Los daños externos pueden ser cortes y abrasiones en el pericarpio del grano, mientras que los daños internos son fisuras presentes en el endospermo del grano. Durante el almacenamiento en condiciones de alta humedad frecuentemente se llegan a encontrar hongos del géneros Penicillium y Aspergillus, estos hongos pueden calentar e incluso ocasionar daños biológicos en el grano de maíz. Las variaciones climáticas y las condiciones de cultivo también pueden influir en la composición del maíz; estos factores son importantes para la producción ya que de ellos depende el desarrollo y aporte de nutrientes (principalmente nitrógeno) para el desarrollo de la planta (FEDNA, 2010). De acuerdo a la información revisada, la composición nutricional de los granos de maíz varía de acuerdo a la raza, variedad, color y tipo de maíz (Véles, 2004; Ortíz, 2006; Salinas et al., 2008; Agama-Acevedo et al., 2011; Salinas et al., 2013); a su vez dicha composición es afectada directamente por la incidencia de factores agroecológicos (temperatura ambiente, humedad y tipo de suelo, disponibilidad de nitrógeno, minerales, carbono y oxígeno) necesarios para el cultivo de cada uno de los tipos de maíz mencionados. Por ejemplo, se ha reportado reducción del contenido de energía en maíces cosechados con alto contenido de humedad (Leeson et al., 1977); también se ha encontrado que el maíz cosechado con alto contenido de humedad presenta menor contenido de proteína debido a la presencia de heladas; debido al uso de diferentes temperaturas durante el secado del maíz también se observó menor disponibilidad de lisina en pollos (Leeson et al., 1993). En otro estudio se reportó que conforme se incrementa la temperatura de secado del maíz, se reduce la concentración de proteína soluble y se incrementa la de proteína insoluble (Janas et al., 2010) lo que probablemente explique la menor disponibilidad de lisina en el estudio de Leeson et al. (1993). En otros estudios se ha encontrado que altas o bajas temperaturas durante el período de llenado del 18 grano de maíz reducen, a través de diferentes mecanismos, la acumulación de almidón en el endospermo (Muchow, 1990; Wilson et al., 1995; Alí et al., 2014). Esta variabilidad presente en los granos de maíz hace que se dificulte el balanceo de las dietas para alimentar el ganado si no se cuenta con un método para determinar o predecir la composición nutricional de los granos de maíz. De otra manera, la variabilidad en la composición química del maíz se reflejará en variabilidad en el rendimiento productivo de los animales. III. ALIMENTACIÓN DE RUMIANTES. Producción de metano (CH4) en rumiantes Los rumiantes poseen un sistema digestivo capaz de aprovechar y convertir los carbohidratos de reserva (como el almidón de los cereales) y estructurales del alimento (principalmente de los forrajes), en nutrientes para la obtención de energía y llevar a cabo el metabolismo propio, y de esta manera producir carne o leche. Durante el proceso de la fermentación entérica de los carbohidratos, se genera CH4. El CH4 es un potente gas de efecto invernadero (GEI) que destruye la capa de ozono en la estratósfera y puede perdurar en el ambiente entre 9 y 15 años; su capacidad para capturar el calor atmosférico es 23 veces mayor que la del CO2 en un periodo de 100 años (Steinfeld et al., 2006; Gerber et al., 2013). Dentro de las emisiones antropogénicas globales, el sector agropecuario genera CO2, CH4 y N2O a la atmósfera y, de acuerdo a diferentes fuentes, los animales domésticos, principalmente los rumiantes, son responsables del 15% de la producción global de CH4 (Moss et al., 2000; Steinfeld et al., 2006; Gerber et al., 2013). El CH4 producido y emitido por los rumiantes hacia el ambiente se genera a partir de la fermentación ruminal del alimento que en términos de energía representa la pérdida del 6 a 12% del total de la EB consumida (Gerber et al., 2013). En los rumiantes, el 80% del total de CH4 es producido en el rumen y es 19 eliminado hacia el ambiente a través del eructo, y el 20% restante se origina de la descomposición anaeróbica de las heces. Se ha estimado que las emisiones de CH4 a nivel mundial por parte de los rumiantes pueden contribuir hasta el 90% de las emisiones generadas por las actividades agrícolas (Johnson y Johnson, 1995; Bonilla et al., 2012). En México durante el periodo de 1990-2006, la emisión promedio de CH4 por parte del sector agrícola fue del 85% respecto a la emisión total de gases, siendo el resto 15% aportado por las emisiones de óxido nitroso; del CH4 emitido, el 83% fue atribuido al proceso de fermentación ruminal y el 17% restante provenía de los suelos agrícolas. Del CH4 que procedía de la fermentación ruminal el 89% de su origen correspondió al ganado de engorda estabulado y doble propósito, mientras que el 10% procedía del ganado productor de leche y el 1% fue emitido por el resto de los animales de granja (INE-SEMARNAT, 2006) Ambiente ruminal y metanogénesis Dentro del rumen, las bacterias, protozoarios y hongos son los encargados de la degradación ruminal del alimento, pero a su vez dependendel animal para disponer de las condiciones físico-químicas para su crecimiento y reproducción, manteniendo una relación simbiótica con este. El alimento constantemente llega al interior del rumen, para ser mezclado mediante las contracciones de las paredes ruminales; este mecanismo permite que los microorganismos se pongan en contacto con las fracciones del alimento ingerido o redeglutido que anteriormente fue regurgitado, reinsalivado y remasticado. Al interactuar con el alimento, los microorganismos se adhieren de manera específica a cada tipo de sustrato e inician su actividad enzimática para hidrolizar los polisacáridos. Según el sustrato que fermentan, las bacterias ruminales pueden ser: celulíticas, hemicelulolíticas, amilolíticas, proteolíticas y lipolíticas (Church y Pond, 1978; Shimada, 2003). 20 Cuando el alimento llega al rumen, los microorganismos ruminales se adhieren específicamente a las partículas del sustrato, para que las enzimas realicen su actividad sobre la estructura para degradarlo y posteriormente son utilizados para su crecimiento. Los productos finales o de desecho que se generan de las actividades de la microbiota ruminal son los ácidos grasos volátiles (AGV´s) que son absorbidos a través de la pared ruminal. Los AGV`s constituyen el 80% de la energía que desaparece en el rumen y aportan entre el 50 y 70% de la energía digestible (ED) del rumiante. También son considerados productos de desecho de los microorganimos ruminales el calor, CO2 y CH4. Estos dos últimos son eliminados hacia el ambiente a través del eructo (Shimada, 2003). Además, durante la fermentación se libera hidrógeno en el rumen, el cual es inmediatamente utilizado por las arqueas metanógenas (Steinfeld et al., 2006), un grupo distinto de las eubacterias (bacterias verdaderas) para reducir el CO2 a CH4 mediante la siguiente vía: 4H2 + CO2 CH4 + 2H2O Esta vía requiere de menor tiempo (4-12 h) para el desarrollo de las poblaciones metanógenas. La producción de CH4 en el rumen es de alrededor de 50 a 400 L/d en ovinos (Blas et al., 2008) y de 276 a 637 L/d en bovinos (Johnson y Johnson, 1995; Johnson et al., 2002; Boadi et al., 2004) y representa un mecanismo homeostático que regula la concentración de hidrógeno por las bacterias metanógenas. La reducción del CO2 con hidrógeno es la vía primaria o principal para la producción de CH4. Aunque algunas bacterias metanógenas (Methanosarcina barkerii), utilizan metanol, metilamina y acetato para producir CH4, con el objeto de mantener baja concentración de hidrógeno (Yokohama y Johnson., 1993). Esto es importante para mantener el potencial redox, lo que permite que se mantengan varias reacciones enzimáticas y asegure un ambiente anaerobio (Yokohama y Johnson, 1988; Shimada, 2003). La producción de acetato y butirato genera la 21 liberación de hidrógeno durante el proceso de la fermentación entérica del sustrato, y como consecuencia se favorece la producción de CH4. En cambio, la formación de propionato es una vía competitiva para el uso de hidrógeno liberado en el rumen. Por esta razón la producción de ácido propiónico a partir de la fermentación entérica del sustrato resulta una vía ideal o favorable para la disminución de la producción de CH4 en el rumen. Uso de alimentos concentrados Se ha observado que el aumento del concentrado en la dieta conduce a una reducción en las emisiones de CH4, como proporción del consumo de energía o expresada por unidad de producto animal, como leche y carne (Lovett et al., 2003; Beauchemin y McGinn, 2005). La sustitución de carbohidratos estructurales de los forrajes (celulosa y hemicelulosa) en la dieta por carbohidratos no estructurales (almidones y azúcares) que contienen los concentrados ricos en energía, se asocia con aumentos en el consumo de alimento y con el aumento de las tasas de fermentación ruminal, lo que resulta en modificaciones de las condiciones físico- químicas del rumen y de las poblaciones microbianas. Una modificación importante es la disminución en la proporción acetato: propionato, que se produce por el desarrollo de microbios que fermentan el almidón, lo que generalmente se traduce en disminución del pH. Esto da como resultado una menor producción de CH4 porque disminuye la proporción relativa de las fuentes ruminales de hidrógeno, mientras que las receptoras de hidrógeno aumentan (Martin et al., 2007). Existen pocas comparaciones directas del efecto que tiene el tipo de concentrado sobre la metanogénesis. Los concentrados ricos en almidón (formulados con grano de trigo, cebada o maíz) tienen un efecto negativo más importante en la producción de CH4 que concentrados fibrosos (pulpa de remolacha). La sustitución de pulpa de remolacha por grano de cebada en una dieta alta en concentrado (70%) suministrada a vacas lecheras, redujo las emisiones de CH4 en un 34% 22 (Beever et al., 1989). Sin embargo, Lovett et al., (1999) informaron que este no fue el caso cuando los forrajes frescos fueron los principales ingredientes de la dieta basal. Beauchemin y McGinn (2005) midieron las emisiones de CH4 en ganado bovino de engorda alimentado con dietas que contenían grano de maíz (almidón lentamente degradable) o grano de cebada (almidón rápidamente degradable), encontrando que en el período de finalización las emisiones de CH4 fueron menores con el grano de maíz. Los autores sugieren que esto fue mediado a través de la disminución del pH ruminal observado con la dieta de maíz, en vez de un cambio en el sitio de la digestión del rumen al intestino. En ovinos se ha demostrado que al cambiar de una dieta baja en grano de avena (35%) a una dieta alta en grano de avena (70%) se reduce la proporción molar acetato: propionato (3.26 vs 2.38 mmol/L) y la producción de CH4 (4.11 vs 3.47 mmol/mL); mientras que el pH (6.15 vs 6.0) se redujo ligeramente (Christophersen et al., 2008). La reducción en la metalogénesis in vitro en ovinos que consumen dietas altas en granos son consistentes con otras observaciones previas (Van Kessel and Russell, 1996; Baker, 1997; Russell, 1998), así como la reducción en la proporción acetato:propionato (Lana et al., 1998; Hristov et al., 2001). Proceso de degradación del grano de maíz en el rumen El grado de degradación ruminal del almidón constituye uno de los factores más importantes que influyen en el comportamiento productivo de los rumiantes alimentados con dietas altas en concentrados y granos. En el rumen la degradación del almidón es atribuida a las bacterias amilolíticas, y como resultado de este proceso se genera propionato como producto principal de la fermentación. Las principales bacterias amilolíticas son: Selenomonas ruminantium, Streptococcus bovis, Succinivibrio dextrinosolvens, Prevotella ruminicola. Existen múltiples isoformas de enzimas que degradan el almidón como son, α y β amilasa, enzimas desramificadoras de almidón y glucosidasas (Trethewey y Smith, 2004; Bernal y Barajas, 2006). 23 Las enzimas, α y β amilasa bacterianas, tienen la capacidad de romper los enlaces α1-4 pero no pueden romper los enlaces α1-6 de la amilopectina (Bernal y Barajas, 2006). La α-amilasa hidroliza aleatoriamente a los enlaces glucósidos α 1-4 de las moléculas de almidón para producir oligosacáridos (maltosa y dextrinas) lineales y ramificadas. La β amilasa es incapaz de actuar sobre cadenas de menos de cuatro glucosas; actúa por el extremo no reductor quitando dos moléculas de maltosa hasta llegar a un punto cercano a la ramificación dando como resultado una dextrina limitante que no puede ser degradada hasta ser expuesta a la acción de las enzimas dextrinasas, pulunasas y enzimas desramificadoras (Church y Pond, 1978; Hungate, 1996). Además del grupo de bacterias amilolíticas, existen otras especies bacterianas que pueden tenerla capacidad de iniciar la degradación del almidón, pero no la finalizan (Orskov y Ryle, 1998; Rotger, 2004). En estos casos, es frecuente que se manifiesten las asociaciones entre las especies amilolíticas con las no amilolíticas para culminar con la degradación parcial del almidón (Huntgate, 1996; Rotger, 2004). Por su parte, los protozoarios también desempeñan una función importante en la degradación del almidón, envuelven a los gránulos, los fermentan intracelularmente y almacenan el exceso de energía como amilopectina; posteriormente cuando pasan al intestino son digeridos y la glucosa es liberada y se usa como fuente de energía en el metabolismo animal; de esta manera intervienen en el proceso de la fermentación amilolítica y el descenso del pH ruminal (Church y Pond, 1978; Hungate, 1996). Factores que influyen en la degradación ruminal del almidón Existen varios factores que influyen en la degradación del almidón, entre los que destacan, por parte del animal, la especie, edad, estado fisiológico, nivel de consumo de alimento y de FDN; y por parte del grano, el tipo y variedad de maíz, lo que determina la proporción del endospermo duro:blando, la relación amilosa:amilopectina, la proporción proteína insoluble:proteína total, la relación 24 entre la matriz proteica con el almidón, tamaño y forma del gránulo de almidón, entre otros; y el tipo y grado de procesamiento (Corona et al., 2006; Zinn et al., 2011; Alí et al., 2014). Abajo se describen algunos de estos factores. El valor alimenticio de los granos de maíz destinados para el consumo de los rumiantes depende del contenido y estructura del almidón y de las características de fermentación ruminal (Theurer, 1986; Alí et al., 2014). Los granos de maíz en su mayoría están constituidos por una capa dura, el pericarpio, que rodea el endospermo que envuelve el centro granular donde se encuentra el almidón. El gránulo de almidón está rodeado a su vez por una capa densa denominada matriz proteica que afecta la digestibilidad del almidón y restringe el ataque enzimático (Brennan et al., 1996; Svihus et al., 2005) debido a la presencia de una cantidad variable de prolaminas (zeínas) que conforman una barrera física a la entrada de las bacterias ruminales. En el almidón se pueden encontrar dos tipos de estructuras (lineal y ramificada). La estructura lineal de los almidones está dada por la amilosa que contiene enlaces de glucosa α1-4, mientras que la estructura ramificada está formada por la amilopectina que presenta enlaces α1-6 y enlaces α1-4 (Bulèon et al., 1998; Svihus et al., 2005). Debido a la ramificación, la amilopectina tiene mayores posibilidades de recibir ataques enzimáticos, por esta razón, es más degradable que la amilosa, y por consiguiente, los granos que contienen almidones con niveles altos de amilopectina tienen un mayor porcentaje de degradabilidad (Orskov, 1986; Rooney y Pflugfelder, 1986). Dentro del gránulo de almidón se forman regiones cristalinas que son resistentes a la entrada de agua y al ataque enzimático microbiano, y regiones amorfas más permeables al agua y susceptibles a la acción enzimática. Durante el proceso de gelatinización, los gránulos de almidón absorben agua en mayor cantidad, y se inicia la lixiviación del almidón de los gránulos hinchados, formándose una mezcla de líquidos con sólidos con una consistencia viscosa o gel. Aunque la formación de esta consistencia conlleva a pérdida de la estructura cristalina del almidón, la 25 gelatinización propicia el aumento de la susceptibilidad de las estructuras a la hidrólisis enzimática (Bulèon et al., 1998; Svihus et al., 2005). Normalmente el maíz posee de 20-30% de amilosa y 70-80% de amilopectina, pero estas proporciones tienden a variar entre los genotipos de maíz y consecuentemente se refleja en la tasa de degradación del almidón en el rumen. También se han identificado que los genotipos de maíz pueden diferir en el tipo de endospermo siendo los más comunes el harinoso y el corneo (Kotarski et al., 1992; Michalet- Doreau y Champion, 1995; Alí et al., 2014). La relación del almidón harinoso y corneo varía por las condiciones que se presentan durante el cultivo. Las condiciones del cultivo afectan el llenado del almidón, y se considera como otra de las causas importantes que altera la composición del grano de maíz. Los bajos contenidos de almidón pueden ser el resultado de la variación de la temperatura que se presenta durante el cultivo (Anker-Nilssen et al., 2006; Alí et al., 2014). Las altas temperaturas durante el periodo de llenado del grano impiden la acumulación del almidón (Muchow, 1990; Alí et al., 2014), dando como resultado una menor concentración de almidón, gránulos más pequeños y posteriormente un cambio en la composición por la falta de aporte de nutrientes hacia el grano (Tester et al., 1991,1995; Alí et al., 2014). De igual forma, con las bajas temperaturas se produce menor acumulación de almidón por un lento y limitado proceso de llenado del grano, a pesar de que el periodo de llenado es más largo (Muchow, 1990 y Wilson et al., 1995; Alí et al., 2014). La distribución, tamaño y forma de los gránulos del almidón influyen en las propiedades físicas, químicas y nutricionales de los diferentes granos de maíz (Svihus et al., 2005) y se ha documentado que tienen un origen genético, pero las temperaturas también intervienen durante el llenado del grano. Las altas temperaturas reducen el tamaño de los gránulos de almidón, incrementan el contenido de amilosa y provocan que la temperatura de gelatinización sea mayor (Tester et al., 1991, 1995). A nivel ruminal estas características pueden dificultar el 26 acceso de las bacterias hacia el sustrato y en consecuencia el efecto de la degradación del almidón se ve reflejada en la tasa de digestibilidad y en la producción de gases como el CH4, y en las perdidas de energía hacia el ambiente (Ali et al., 2014). Los genotipos de maíz presentan diferente precocidad y tasa de maduración (Tollenaar, 1989; Rebourg et al., 2003; Alí et al., 2014) y cada uno de ellos responde de forma diferente ante los cambios de temperatura, por esta razón su valor nutritivo tiende a diferir, y consecuentemente, la degradación ruminal del almidón es diferente para cada tipo de maíz. De la misma manera influye la raza, la variedad, el color y el tipo de grano en la digestibilidad del almidón y consecuentemente en la producción de CH4 (Ali et al., 2014). La dureza del grano también puede provocar diferencias en la degradabilidad del almidón ya que la dureza es determinada por la unión entre el almidón y las proteínas del endospermo. La dureza es la resistencia que posee el grano a la acción mecánica o al quebrado durante la cosecha y la poscosecha. La mayoría de los maíces de endospermo duro son híbridos comerciales que se cosechan de manera mecanizada, con humedad de grano elevada (20-25 %) para reducir el porcentaje de grano quebrado; sin embargo, bajo estas condiciones de humedad, parte del pedicelo de muchos granos se queda en el olote, aunque también es posible que el mejoramiento genético haya reducido el porcentaje relativo de esta estructura del grano, al ser granos más pequeños, que requieren un pedicelo menor para insertarse en el raquis u olote (Salinas y Aguilar 2010). En la fracción córnea del endospermo, el almidón y la proteína se encuentran muy fuertemente ligados, mientras que en la fracción harinosa sólo están débilmente ligados (Arbués, 2011). En la porción córnea son más abundantes las zeínas, por su capacidad de unirse mediante enlaces disulfuro, las cuales se caracterizan por su baja solubilidad. 27 En el estudio de Corona et al. (2006) se evaluaron cuatro maíces amarillos dentados con diferente dureza del endospermo y el método de rolado, observándose queen el maíz rolado en seco, el incremento en la dureza tendió a disminuir la digestibilidad postruminal de la MO y del almidón comparado con el maíz rolado al vapor; en adición, la digestión postruminal del nitrógeno tendió a disminuir conforme se incrementó la dureza del grano, independientemente del procesamiento. En otros estudios, también se ha reportado que el aumento en la dureza del grano provoca disminución de la degradación ruminal del almidón (Philippeau y Michalet-Doureau, 1997; Philippeau et al., 1999); así mismo se sospecha que la dureza del grano de maíz puede estar asociada a la reducción de la digestibilidad del almidón en el tracto digestivo total (Johnson et al., 2002), a la variación en la digestibilidad del almidón por efecto del procesamiento del maíz ensilado o entre diferentes híbridos de maíz (Bal et al., 2000; Dhiman et al., 2000; Johnson et al., 2002). Procesamiento del grano El grano de maíz entero es menos digestible en el rumen y en el intestino (Corona et al., 2005). Una parte mínima del grano es triturado al momento de la ingesta; la manera de exponer una mayor proporción del almidón al ataque microbiano es a través del proceso de rumia del grano. Cada bocado recibe de 20 a 30 golpes masticatorios en un lapso de 15 a 20 segundos (Camps y Gonzales, 2003); el grano triturado y una porción de granos enteros (algunos granos no llegan a triturarse por los molares) y pasan al rumen en donde son hidratados y colonizados por los microorganismos ruminales para ser fermentados y digeridos por las bacterias amilolíticas y protozoarios ruminales (Camps y Gonzales, 2003). Sin embargo, los resultados de un estudio realizado en la Universidad Estatal de Iowa reflejaron que la proporción de semillas digeridas fue de un 86% para maíz secado artificialmente, 89% para maíz humedecido y 98% para el maíz rolado al vapor en ganado de leche (Theurer ,1986). 28 Se han desarrollado diferentes procesamientos (molido, quebrado, rolado en seco, rolado al vapor) con el propósito de incrementar tasa de digestión del almidón en el rumen, mejorar el valor energético de los granos y disminuir el pasaje posruminal del almidón (Owens et al., 1997; Corona et al., 2005; Zinn et al., 2011); a su vez, estas prácticas, también han facilitado el mezclado de los ingredientes para constituir una dieta. El molido del grano rompe el pericarpio y expone el endospermo. Los granos molidos o partidos son degradados y digeridos en mayor proporción que los granos enteros. Al reducirse el tamaño de partícula o cuando se rompe la capa externa que cubre la estructura interna del grano, aumenta el área de superficie de exposición del almidón a las enzimas de los microorganismos ruminales (Galyean et al., 1981; Svihus et al., 2005). Diversos estudios han evidenciado los beneficios del grano rolado al vapor. Varias pruebas han mostrado que el rolado al vapor mejora el aprovechamiento energético del maíz (Galyean et al., 1979; Turgeon et al., 1983). Durante el proceso de rolado, la aplicación de vapor sobre los granos transforma su estructura química y la matriz proteica asociada al gránulo de almidón es destruida y desnaturalizada, esto es que las estructuras complejas del almidón sufren gelatinización, para permitir un mejor acceso de los microorganismos y enzimas. El rompimiento de la matriz de proteína como resultado del proceso de rolado al vapor, elimina la limitante existente en la digestión del almidón convirtiendo almidones insolubles en azúcares (Corona et al., 2005). En el estudio de Corona et al. (2005) se evaluó el uso de grano de maíz entero, molido, rolado en seco y rolado al vapor en novillos, encontrándose que al final de 112 días de prueba la ganancia de peso, eficiencia alimenticia y el rendimiento de la canal fueron menores en los animales alimentados con grano entero, intermedio con grano molido y rolado en seco, y mayor con el grano rolado al vapor. La EN de mantenimiento y de ganancia fue mayor en el grano rolado al vapor (11.5 y 14.7%, respectivamente) comparado con los otros granos. El almidón fecal fue mayor en 29 el grano entero, intermedio en el grano molido y rolado en seco, y menor en el rolado al vapor. El rolado o molido del maíz mejoró la digestibilidad total de la MO (13%), almidón (15%) y nitrógeno (15%), y la ED (13%) respecto al maíz entero; el rolado al vapor mejoró la digestión de la MO (13%), almidón (14%) y nitrógeno (7%) y la ED (11%) comparado con los procesos en seco. En otro estudio de Corona et al. (2006) se confirmó la ventaja del maíz rolado al vapor respecto al maíz rolado en seco observándose un 19% de mayor eficiencia energética en el primero, asociado al incremento a un incremento de la digestibilidad de la MO y, probablemente, menor producción de CH4. Otros estudios han mostrado del 9 al 12% en ganancia energética y del 10 al 14% de mayor eficiencia alimenticia en ganado alimentado con granos procesados a través de un sistema de rolado (Theurer ,1986). En estudios realizados en ganado productor de leche se ha demostrado que el procesamiento de los granos mejora la disponibilidad y utilización del almidón, en donde se ha logrado un incremento del contenido de energía neta para lactancia cercano al 20%. A pesar del beneficio obtenido, se ha advertido que existen límites biológicos para incrementar la degradabilidad del almidón en el rumen, ya que en caso de sobrepasar dichos límites, el animal puede ser susceptible a presentar problemas metabólicos como acidosis ruminal (Britton y Stock 1986; Huntigton, 1997; Rojo et al., 2007). En el estudio de Corona et al. (2005) el pH ruminal fue mayor (7.6%) en el maíz entero, comparado con el maíz rolado en seco y molido, y fue menor con el rolado al vapor; además el rolado al vapor disminuyó la proporción molar de acetato y butirato y la relación acetato:propionato y aumentó el propionato. Estos resultados fueron también confirmado en un estudio subsecuente (Corona et al., 2006), en donde además se encontró disminución de la producción de CH4 al comparar el maíz rolado al vapor con el rolado en seco. Estos resultados concuerdan con las observaciones anteriores. 30 Independientemente del procesamiento o el tamaño de la partícula, es necesario que el grano de maíz al igual que otros ingredientes alimenticios permanezca en el rumen por un periodo de tiempo para que las bacterias ruminales lleven a cabo su actividad enzimática sobre las fracciones del grano consumido; dicho periodo de tiempo dependerá de la proporción de la fibra en la dieta (Camps y Gonzales, 2003). Pese a que el lapso de degradación ruminal de los almidones es rápido, algunas de las porciones logran escapar al ataque enzimático de las bacterias amilolíticas, y pasan hacia el intestino delgado para ser digeridas en el tracto intestinal. El almidón que es hidrolizado y fermentado en el rumen, aporta menor cantidad de energía (en forma de AGV´s) para el animal, que aquel que es convertido a glucosa para ser absorbido como tal en el intestino. El almidón que pasa al intestino es aquel que por medio a la estructura proteica (zeína) y por su contenido de amilosa y amilopectina resistió al ataque enzimático en el medio ruminal (Mc Neil, 1975). En apariencia, el uso de granos procesados no es tan importante en cabras y borregos como en ganado debido a que la mayor parte del grano es triturado durante la masticación (Ørskov, 1976). Sin embargo, estudios recientes demuestran que el uso de granos procesados puede mejorar la digestibilidad y comportamiento productivo de borregos. En el estudio de Askar et al. (2008) se encontró que el uso de una dieta completa peletizada que incluyó grano de cebada mejoró la digestibilidad ruminal de MS en borregos, aunque se redujo la eficiencia de síntesis de proteína microbiana, por lo quela proteína microbiana total fue similar comparado al uso de cebada entera. Así mismo, en el estudio de Bing-Fu et al. (2013) se encontró que el uso de un concentrado rolado al vapor mejoró la ganancia de peso y eficiencia alimenticia, así como la digestibilidad en el tracto digestivo total de MS, PC y EB en borregos. 31 IV. MÉTODOS PARA ESTIMAR LA DIGESTIBILIDAD RUMINAL DEL GRANO DE MAÍZ El potencial productivo de un animal de está limitado por la disponibilidad del alimento en el rumen. El conocimiento del valor nutritivo y de la cinética del proceso de digestión del maíz y de cada uno de los ingredientes, son de gran interés para la formulación de raciones, ya que de ello depende el aporte de nutrientes hacia el animal. Las pruebas de digestibilidad son herramientas utilizadas para saber el valor nutricional de un alimento; a través de ellas se puede estimar de una forma más precisa la cantidad de nutrientes que pueden ser digeridos y absorbidos en el aparato digestivo (López et al., 1998). La tasa de digestión del maíz y de los alimentos en el rumen puede ser determinada mediante métodos in situ e in vitro; de esta forma también se han podido identificar fracciones no digeribles de proteína, materia seca, materia orgánica y fibra (Smith et al., 1971; Weakley et al., 1983; Nocek y Grant, 1987). Las determinaciones in vivo se realizan directamente con los animales y solamente se pueden evaluar a los alimentos en raciones completas, por lo tanto resultan ser costosas y difíciles en el manejo de los animales. No obstante, en la digestibilidad in situ se utilizan bolsas de nylon con una porción de muestra en el rumen para simular parte del proceso digestivo en el rumen, por medio de esta metodología se pueden estimar en diferentes intervalos de tiempo la degradación ruminal de las fracciones de materia orgánica y proteína cruda (Orskov et al., 1980); a diferencia del método in vivo, esta prueba requiere menor cantidad de animales. Sin embargo, aunque se consideren a las determinaciones in vivo e in situ como las más exactas, estas resultan ser muy laboriosas y costosas que necesitan el empleo de altas cantidades de alimento, uso de mano de obra y disposición de instalaciones para el cuidado de los animales. Por esta razón, en los últimos años se han desarrollado alternativa para la estimación de la digestibilidad mediante técnicas in vitro (Bochi-Brum et al., 1999; Giraldo et al., 32 2007). Siendo de uso más frecuente, la descrita por Tilley y Terry (1963), la cual se considera como el referente para calcular la digestibilidad de los alimentos en rumiantes (Giraldo et al., 2007). Pese a su exactitud y a las modificaciones que se le realizaron a través del tiempo, este método sigue requiriendo mucho tiempo y trabajo, además del inconveniente de que cada alimento tenía que ser incubado por separado, limitando el número de muestras analizadas por corrida (Giraldo et al., 2007). La búsqueda para hacer más eficiente, rápido y económico dicho proceso, llevó al desarrollo del método in vitro de Goering y Van Soest (1979) y con el uso del equipo Daisy II de Ankom technology (Ankom Technology Corp., Madison, IA), el cual permite la incubación simultánea de hasta 100 bolsas con muestras, distribuidas en cuatro frascos de vidrio con capacidad de 4 L, con una temperatura uniforme y agitación constante durante el periodo de tiempo incubación (De Figueiredo et al., 2000). Al final de la incubación, las muestras se pesan y el material que desaparece se considera como la fracción digerible por los microorganismos ruminales (Mabjeesh et al., 2005; Giraldo et al., 2007). El método in vitro generalmente se usa cuando se cuenta con una pequeña cantidad de muestra para analizar (Muro, 2007). Para el desarrollo de este método, se hace una simulación controlada del proceso de degradación ruminal del alimento mediante el acondicionamiento de todos los elementos necesarios para que se lleve a cabo la fermentación ruminal, los cuales son: la presencia de microorganismos ruminales , temperatura de 38° C, pH de 6.8, anaerobiosis, motilidad y sustrato, para que de esta manera se puedan exponer las muestras de forma directa a la actividad de los microorganismos ruminales durante el periodo de incubación. Donde la cantidad de material orgánico degradado o disuelto se considera como el material digerido por los microorganismos del rumen (Medina et al., 1996; Herrera, 2013). 33 Producción de gas in vitro. Durante el proceso fermentativo del alimento en el rumen, no se puede estimar la cinética de la digestión a través de los métodos in vitro anteriormente descritos; sin embargo, se puede determinar por medio de la técnica de producción de gas in vitro (Posada y Noguera, 2005). El gas es producido principalmente cuando el sustrato es fermentado hasta acetato y butirato. La fermentación del sustrato hasta propionato produce gas a partir de la neutralización del ácido, por lo que la fermentación propiónica está asociada con una menor producción de gas (Getachew et al., 1998). Las primeras pruebas in vitro de degradación para la producción de gas se realizaron antes de 1860 en la estación experimental Weende de la Universidad de Goettingen Alemania (Rymer, 2000; Herrera, 2013). Las técnicas in vitro utilizadas para producir gas a partir de la fermentación ruminal del alimento permiten: determinar los efectos de la actividad microbiana ruminal, describir la cinética de la degradación del alimento, analizar el efecto de la adición de aditivos en la dieta, e identificar la composición de gases generados durante el proceso de fermentación (Getachew et al., 2005; Posada y Noguera, 2005; Herrera, 2013). Los métodos disponibles para la producción de gas son: el de Menke (Menke et al., 1979), el sistema de desplazamiento de líquidos (Beuvink et al., 1992), el método manométrico (Waghorn y Stafford, 1993), el sistema de transductor de presión manual (Theodorou et al., 1994), computarizado (Pell y Shofield, 1993), y la combinación del transductor de presión con el sistema de liberación de gas (Davis et al., 1995; Cone et al., 1996). Para la evaluación de la calidad del alimento existen dos criterios para medir el volumen de gas: 1) Medición directa del gas colectado a presión atmosférica, y 2) Medición del gas acumulado el cual es medido en un contenedor con volumen fijo, posteriormente el volumen es calculado por cambios de presión (Herrera, 2013). 34 Los costos de las pruebas de laboratorio para la producción de gas resultan ser bajos en comparación con los con los costos de mantenimiento de los animales, la cantidad requerida para este método va de 0.1 a 1 g. Para la ejecución de estas pruebas se requiere de pocos animales e incluso algunos investigadores optan por sustituir el líquido ruminal por inóculo como las heces del animal para la incubación in vitro con la finalidad de evitar el uso de animales canulados y disminuir los costos de mantenimiento de los mismos (Aiple, 1993; Mauricio, 1999). Sin embargo, es necesario conocer los tiempos de colección de inóculo y la dieta del animal donador (Herrera, 2013). Ventajas de los métodos de producción in vitro. Requiere menor cantidad de muestra para estimar la digestibilidad de (0.1 a 1.0 g). Debido a la proporción de microorganismos en relación al sustrato (Posada y Noguera, 2005). Permite el análisis de un gran número de muestras en un periodo de tiempo relativamente corto (Kalamak et al., 2005). Mediante estos métodos se puede mantener estable el pH (en un rango entre 6.5 a 6.8) y en condiciones normales los microorganismos tienen a ser sensibles a cambios en el pH. La temperatura se mantiene a 39°C, debido a que influye sobre la actividad microbiana, por lo tanto el volumen de gas y las presiones
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