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Distribucion-y-frecuencia-de-dislipidemia-en-adolescentes-con-IMC-adecuado-para-la-edad-derechohabientes-del-Hospital-Regional-Licenciado-Adolfo-Mateos-ISSSTE

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
 
 
FACULTAD DE MEDICINA 
 
 
 
DIVISIÓN DE ESTUDIOS DE POSTGRADO E INVESTIGACIÓN 
 
 
 
INSTITUTO DE SEGURIDAD Y SERVICIOS SOCIALES DE LOS 
TRABAJADORES DEL ESTADO 
 
 
 
 
 
“DISTRIBUCIÓN Y FRECUENCIA DE DISLIPIDEMIA EN ADOLESCENTES CON 
IMC ADECUADO PARA LA EDAD DERECHOHABIENTES DEL HOSPITAL 
REGIONAL LICENCIADO ADOLFO LÓPEZ MATEOS, ISSSTE” 
 
 
 
 
 
 
TRABAJO DE INVESTIGACIÓN QUE PRESENTA: 
 
DRA. SOFÍA PASQUEL SENTÍES 
 
 
 
PARA OBTENER EL DIPLOMA DE LA ESPECIALIDAD: 
 
PEDIATRÍA 
 
 
 
ASESOR DE TESIS: 
 
DRA. MA DEL CARMEN MEJÍA FIGUEROA 
 
 
NO. DE REGISTRO DEL PROTOCOLO: 
 
081.2016 
 
2017 
 
Lorenap
Texto escrito a máquina
CIUDAD DE MÉXICO
Lorenap
Texto escrito a máquina
Lorenap
Texto escrito a máquina
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
	
 
 
 
 
 
DR. DANIEL ANTONIO RODRÍGUEZ ARAIZA 
COORDINADOR DE ENSEÑANZA E INVESTIGACIÓN 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
DRA. FLOR MA. DE GUADALUPE ÁVILA FEMATT 
JEFA DE ENSEÑANZA MÉDICA 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
DRA. MARTHA EUNICE RODRÍGUEZ ARELLANO 
JEFA DE INVESTIGACIÓN 
 
 
 
 
 
 
	
 
 
 
 
 
DR. JORGE ARABI SALAS 
PROFESOR TITULAR 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
DRA. MA. DEL CARMEN MEJÍA FIGUEROA 
ASESOR DE TESIS 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
	
 
 
A mis padres, quienes me brindaron el apoyo infinito para hacer todos mis sueños 
realidad, quienes confiaron en mí siempre y me dieron la libertad de elegir este 
camino maravilloso, a veces complicado y difícil de comprender. Este trabajo es su 
logro. 
 
 
Ofe, quien me mostró que el amor, la determinación y la disciplina hacen todo 
posible. Gracias por enseñarme lo que los libros no comparten. 
 
 
A Nanú, quien me enseñó que rendirse no es una opción, siempre hay algo más por 
que luchar y seguir adelante. Gracias por tus ganas de vivir. 
 
 
A mis compañeros Polo, Ivett y Martha, quienes se convirtieron en mis hermanos, 
apoyándome e inspirándome a crecer todos los días, haciendo de esto una 
experiencia única. 
 
 
Ale, como siempre eres en quien siempre podré contar, gracias por permanecer 
siempre cerca. Este trabajo jamás se hubiera concluido sin tu ayuda. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
	
Resumen: 
 
La dislipidemia en México es un problema que se presenta frecuentemente entre los 
adolescentes, con una relación directamente proporcional al índice de masa corporal 
(IMC). Sin embargo, se ha reportado que los pacientes con IMC adecuado para la 
edad, pueden presentarla frecuentemente. Por lo que en este estudio se realizan 
mediciones de colesterol y triglicéridos. 
 
De los pacientes a los que se les hizo determinación de lípidos en sangre, 36 son 
mujeres y 29 son hombres. De los cuales ninguna presenta desnutrición, 22 (33.8%) 
son mujeres presentan IMC adecuado para la edad, 6 (9.2%) sobrepeso y 8 (12.3%) 
obesidad. De los pacientes masculinos 0 presentan desnutrición, 14 (%) presentan 
IMC adecuado para la edad, 5 (7.69%) sobrepeso y 10 (15.38%) obesidad. 
 
En toda la población estudiada se presentó una frecuencia del 76.5% de presentar 
algún tipo de dislipidemia. Específicamente el .1 presentó colesterol total elevado, 
45% presentó hipertrigliceridemia, 69% niveles bajos de HDL y 14% niveles elevados 
de LDL. 
 
La dislipidemia es una alteración muy frecuente entre nuestros adolescentes, por lo 
que debemos promover una dieta adecuada y la actividad física. Así mismo 
consideramos que es de importancia realizar un tamizaje en el seguimiento del niño 
sano, para detectar a los afectados, ya que de acuerdo al estudio contamos con una 
frecuencia del 76.5% de encontrar pacientes afectados. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
	
 
Introducción: 
 
La dislipidemia es un trastorno en el metabolismo de los lípidos que forma parte del 
síndrome metabólico, sin embargo, puede presentarse aislada. 
Los lípidos son grasas que tienen diferentes funciones en el cuerpo: forman la doble 
capa lipídica de la que están formadas las membranas celulares y regulan el 
transporte entre los medios extracelular e intracelular. Los ácidos grasos y los 
triglicéridos proporcionan energía a tejidos como el corazón y la músculos. Mientras 
que los esteroles no nutritivos, sirven como sustratos para la producción de 
hormonas en las gónadas y las glándulas suprarrenales. En el pulmón forman una 
capa de surfactante pulmonar que mantiene abiertos los alvéolos, también se 
encuentran presentes en la formación de bilis que facilita la excreción de diversos 
metabolitos y la producción de mielina a lo largo de todo el sistema nervioso para 
garantizar la transmisión nerviosa. Los lípidos también son moléculas que pueden 
transmitir señales y perpetuar las cascadas de señalización. Son sustrato de las 
ciclooxigenasas y otras enzimas que llevan a la síntesis de las prostaglandinas. 
También como ligandos de receptores nucleares, como los receptores activados por 
los factores proliferadores de peroxisomas (PPAR). 1 
Los lípidos son hidrofóbicos, lo que les permite realizar muchas funciones distintas. 
Debido a la presencia de cadenas relativamente largas de carbono, los lípidos 
tienden a asociarse entre sí y presentan una solubilidad en agua muy baja o nula. 
Existen lípidos simples y complejos, se dividen de la siguiente manera: los ácidos 
grasos y el colesterol son lípidos simples, los triglicéridos y los fosfolípidos son lípidos 
complejos.1 
El metabolismo de los lípidos se caracteriza por el flujo dinámico de lípidos diferentes 
desde el medio externo hasta el hígado, posteriormente se llevan del hígado a los 
tejidos periféricos, para volver desde los tejidos periféricos otra vez hacia el hígado, 
para finalizar el el medio externo al ser excretados en forma de ácidos biliares. 1 
Las grasas y el colesterol que se ingieren diariamente, son absorbidos en el duodeno 
y el yeyuno proximal. Estos lípidos son utilizados para la fabricación de 
quilomicrones, que se secretan en el borde lateral de los enterocitos y posteriormente 
penetran en las vías linfáticas mesentéricas. Llegan al plasma a través del conducto 
torácico y son metabolizados rápidamente por la LPL, generando residuos de 
quilomicrones. Estos residuos deben ser capturados por los receptores de residuos 
lipoprotéicos (LRP1/HSPG) y también por los receptores del LDL hepáticos. Los 
ácidos grasos que fueron liberados por la acción de la LPL se pueden almacenar en 
el tejido adiposo o ser utilizados por otros tejidos como sustrato energético, por 
ejemplo músculo, miocardio, etc. 1 
Los lípidos endógenos, es decir, los que proceden de los residuos lipoprotéicos y los 
generados en la lipólisis en el tejido adiposo se vuelven a ensamblar en el hígado, 
dando así lugar a partículas de una lipoproteína de muy baja densidad (VLDL, por 
sus siglas en inglés). Éstas son secretadas al plasma, donde confieren riesgo 
cardiovascular. 1 
	
Los pacientes con alteraciones metabólicas, como la resistencia a la insulina, 
presentan anomalías del metabolismo de los lípidos, principalmente una producción 
excesiva de VLDL. Esta producción se debe también a la interrupción de la cascada 
de señales originada en los receptores de insulina y en las proteínas adaptadoras 
del sustrato del receptor de insulina (IRS). 1Las partículas de VLDL son metabolizadas por la LPL y originan partículas de 
lipoproteínas de densidad intermedia (IDL, por sus siglas en inglés). Posteriormente 
son metabolizadas otra vez por la LPL y también la lipasa hepática; dando lugar a 
partículas de LDL. Es decir, las LDL se originan a partir de las VLDL. Es por esto que 
podemos comprender por qué los tratamientos para reducir los triglicéridos 
(transportados en las VLDL) se asocian en muchas ocasiones a incrementos al 
menos transitorios de las partículas de LDL. 1 
El colesterol para poder ser excretado del cuerpo debe volver al hígado, ya que los 
tejidos periféricos no pueden metabolizarlo. Este mecanismo se conoce como 
transporte inverso del colesterol y depende de las lipoproteínas de alta densidad 
(HDL, por sus siglas en ingles). Este transporte inverso, también es dependiente de 
sus precursores. 1 
El colesterol excedente que se encuentra en los tejidos puede ser retirado por las 
apoAI de bajo contenido lipídico a través del transportador de proteínas ABCA1 
(transportador casete de unión al trifosfato de adenosina 1 o por partículas nacientes 
de HDL, un proceso dependiente de ABCG1. Esto refleja principalmente la actividad 
del transportador ABCA1. 1 
También hay datos que indican que el colesterol puede ser capturado por las HDL 
sin la intervención de transportadores, impulsado simplemente por el gradiente de 
concentración en la superficie celular. La LCAT esterifica el colesterol asociado a las 
LDL, da lugar a ésteres de colesterilo e induce la maduración de las HDL. 
Las partículas de HDL disponen de vías para transportar esteroles al hígado. En 
primer lugar, se pueden unir directamente a SR-BI (CLA-1) en el hígado, lo que 
induce la cesión de los ésteres de colesterilo mediante un mecanismo de 
transferencia lateral de lípidos, sin necesidad de internalización de receptores. En 
segundo lugar, los ésteres de colesterilo se pueden transferir a lipoproteínas que 
contengan apoB mediante la acción de la CETP, y estas partículas pueden introducir 
el colesterol en el hígado a través de los receptores de LDL. Finalmente, en tercer 
lugar, una pequeña porción de HDL puede adquirir apoE y unirse de esta manera a 
los receptores hepáticos de LDL. Una vez que se encuentra en el hígado, el 
colesterol es transformado en ácidos biliares para proceder a su excreción. 1 
Las partículas de HDL2 pueden perder parcialmente sus ésteres de colesterilo y 
enriquecerse en triglicéridos mediante la acción de la CETP, lo que las convierte en 
un sustrato adecuado para la lipasa hepática. La lipasa hepática hidroliza las 
partículas de HDL2 ricas en triglicéridos y regenera HDL3, y da lugar a partículas 
que son capaces de nuevo de capturar el colesterol presente en células periféricas. 
1 
Como el colesterol es el integrante principal de las placas ateroescleróticas, es decir 
las responsables del riesgo cardiovascular, es lógico pensar que la ateroesclerosis 
	
podría ser tratada promoviendo la expulsión del colesterol contenido en estas 
lesiones. Las HDL actúan en este proceso, pero las concentraciones puntuales de 
colesterol HDL no predicen bien la actividad del transporte inverso de colesterol. 1 
Si determináramos la velocidad en la que el colesterol viaja de la periferia hacia el 
hígado, podríamos saber como va a responder cada paciente y aproximadamente 
que niveles de HDL son las deseables específicamente en cada paciente para llevar 
a cabo, eficientemente el transporte inverso de colesterol. Ya que de esta manera se 
podría determinar la capacidad protectora, por así decirlo, de los niveles de HDL en 
cada paciente. 
La capacidad de las HDL de promover la expulsión del colesterol celular in vitro 
constituye un paso inicial para la evaluación del transporte inverso de colesterol. La 
presencia de altas concentraciones de partículas de HDL modificadas de tal manera 
que carezcan de capacidad para promover la expulsión del colesterol celular no 
debería reducir el riesgo vascular. Estas partículas disfuncionales pueden ser la 
causa de que algunas intervenciones llevadas a cabo con objeto de incrementar la 
cantidad de HDL no hayan ido asociadas a una menor incidencia de enfermedad 
cardiovascular. 1 
Además de intervenir en el transporte inverso del colesterol, las HDL poseen otras 
propiedades que pueden verse comprometidas debido a diversos procesos que 
tornan a la partícula disfuncional. Entre estos procesos se encuentran la inducción 
de la óxido nítrico sintasa endotelial, el transporte de proteínas relacionadas con la 
respuesta de fase aguda y la in amación, y la supresión de la trombosis mediante la 
inducción de la prostaciclina. 1 
Existen dos trastornos clínicos muy importantes asociados a anomalías muy 
frecuentes de las lipoproteínas. Cuando se presenta una concentración muy elevada 
de triglicéridos constituye un factor de riesgo para que se desarrolle pancreatitis. 
La ateroesclerosis se debe a una alta concentración de colesterol debido a 
concentraciones altas de LDL y de residuos lipoprotéicos; así como a 
concentraciones bajas de HDL. 1 En la (tabla 1) se muestran las causas primarias y 
secundarias de cada uno de estos trastornos. 
Las concentraciones plasmáticas de lípidos dependen en gran medida del estilo de 
vida; por ejemplo, las dietas de alto contenido en grasas y colesterol propias de los 
países occidentales elevan la concentración plasmática de colesterol, mientras que 
el ejercicio vigoroso reduce tanto las partículas aterógenas como los triglicéridos. 1 
El National Cholesterol Education Program (NCEP, por sus siglas en inglés) ha 
creado un estándar sobre concentraciones de colesterol y ha liderado el desarrollo 
de estrategias de tratamiento, estratificando a la población según su riesgo cardíaco 
atendiendo a la presencia de enfermedades vasculares u otros factores de riesgo 
cardíacos. En su clasificación de 2001, el NCEP considera deseable que las 
concentraciones de colesterol plasmático sean inferiores a 200 mg/dl; las 
concentraciones comprendidas entre 200 y 240 mg/dl son consideradas 
marginalmente elevadas, y las superiores a 240 mg/ dl, altas. 1 
 
	
Sin embargo, en niños es distinto; debido a que las concentraciones de lípidos 
plasmáticos van incrementando aumentan con la edad, los valores en los niños son 
menores y existen percentilas. En los niños, por tanto, las concentraciones lípidos 
serán evaluadas de acuerdo a edad y sexo. Es por eso que para cada paciente 
pediátrico, el perfil lipídico debe analizarse individualmente comparándolo con las 
percentilas para la edad. (Tabla 2) 2 
Los datos de los estudios de prevalencia de las Lipid Research Clinics demuestran 
que la concentración sérica de lípidos y lipoproteínas aumenta durante la primera 
infancia, y alcanza concentraciones similares a las observadas en los adultos 
jóvenes hacia los 2 años de edad. 2 Lo que se considera importante, ya que esto no 
será predictivo para los valores que se presentarán posteriormente en la infancia, 
adolescencia y menos en la adultez. 
Se realizaron estudios poblacionales, como las National Health and Nutrition 
Examination Surveys (NHANES). Donde podemos encontrar datos útiles sobre de 
la distribución y la tendencia de los lípidos y las lipoproteínas durante la infancia y la 
adolescencia. Los datos de NHANES 1988-1994 para la edad de 4 a 19 años 
mostraron que la media de la concentración de colesterol total era de 165 mg/dl. Los 
valores específicos de edad de la media de la concentración de colesterol total 
mostraron un máximo de 171 mg/dl de los 9 a los 11 años de edad. Estos valores 
disminuyeron durante el desarrollo puberal e incrementaron posteriormente. Esto 
tiene consecuencias importantes para la cronología del estudio sistemático del 
colesterol y los límites utilizados, porque las concentraciones de lípidos dependen de 
la edad y la maduración. 2 
También hay diferencias de la concentración de colesterol relacionadas con el sexo.En NHANES 1988-1994, las mujeres tuvieron mayores concentraciones de 
colesterol total y LDL que los varones.2 Actualmente se lleva a cabo un estudio que 
se inició en 1999 (NHANES continuo), por lo que permanecemos en espera de 
los resultados. 3 
 
Las mujeres presentan mayores concentraciones de HDL que los varones tras el 
desarrollo puberal. Los investigadores del estudio Project HeartBeat! informaron que 
las concentraciones de lípidos y lipoproteínas cambiaron durante el desarrollo de 
forma distinta entre los varones y las mujeres. Estos patrones del desarrollo de la 
pubertad están complicados por la etnia, siendo las niñas de raza negra las que antes 
la inician. 2 
Es por eso que se debe percentilar los resultados de acuerdo a edad y sexo, para 
obtener un análisis certero. Una vez establecido el diagnóstico, es importante 
aconsejar al paciente y a los padres sobre iniciar cambios al estilo de vida. Muchas 
veces cuando el paciente no presenta sobrepeso u obesidad los padres y los 
pacientes se sorprenden al recibir el diagnóstico de dislipidemia, ya que no esperan 
presentar una alteración de los lípidos si clínicamente no presentan signos o algún 
síntoma. 2 
El tratamiento de la dislipidemia se centra en cambios en estilo de vida. 
Principalmente manejo adecuado de la dieta y se le recomienda al paciente que 
realice actividad física vigorosa para así mejorar sus niveles de lípidos. 
	
Los cambios dietéticos mediante la aplicación del abordaje poblacional no se 
recomiendan para los niños menores de 2 años de edad, porque se cree que 
necesitan una ingestión relativamente elevada de grasa total para soportar el rápido 
crecimiento y desarrollo.2 
La Asociación Americana del Corazón hizo recomendaciones para la dieta basadas 
en las pautas dietéticas del US Department of Agriculture para los niños, estas ya 
han sido aprobadas por la AAP.2 Las recomendaciones están dirigidas para que los 
niños y los adolescentes tengan una ingestión calórica equilibrada y balanceada que 
incluya todos los grupos de alimentos y disminuir la cantidad de azúcar y sal. Así 
como deben realizar suficiente actividad física para obtener un peso adecuado. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
	
Antecedentes: 
 
En nuestro país la prevalencia combinada de sobrepeso y obesidad en la población 
de 5 a 11 años de edad, de acuerdo a la encuesta nacional de salud y nutrición del 
2016 disminuyó de 34.4% en 2012 a 33.2% en 2016, sin embargo esto no representa 
una diferencia estadísticamente significativa. Las prevalencias de sobrepeso (20.6%) 
y de obesidad (12.2%) en niñas en 2016 fueron similares a las reportadas en 2012 
(sobrepeso 20.2% y obesidad 11.8%). En cuanto al sobrepeso hubo una reducción 
de la prevalencia significativa estadísticamente entre 2012 (19.5%) y 2016 (15.4%). 
Sin embargo, la prevalencia de obesidad 2012 (17.4%) y 2016 (18.6%) no fueron 
estadísticamente diferentes. Se encontró que la prevalencia de sobrepeso y 
obesidad sumadas, fue mayor en localidades urbanas que en las rurales (34.9 vs 
29.0%) sin embargo, tampoco cuenta con relevancia. 4 
 
Para los adolescentes entre 12 y 19 años la prevalencia combinada de sobrepeso y 
obesidad fue de 36.3%, esto es superior a la prevalencia reportada en 2012 (34.9%). 
La prevalencia de sobrepeso fue de 26.4% en adolescentes de sexo femenino en 
2016, mayor que la reportada en 2012 de 23.7%. Esta diferencia si es significativa 
estadísticamente. A diferencia de la prevalencia de obesidad reportada en 12.8%, la 
cual fue similar a la observada en 2012 de 12.1%. En los adolescentes de sexo 
masculino no hubo diferencias significativas entre 2012 y 2016. La prevalencia 
combinada de sobrepeso y obesidad disminuyó de 37.6% en 2012 a 36.7% para 
2016, en zona urbana, sin embargo, en áreas rurales aumentó 8.2% en el mismo 
periodo de tiempo. Las diferencias entre regiones no fueron estadísticamente 
significativas. 4 
 
Debido al estilo de vida de los mexicanos, cada vez se consumen más alimentos con 
bajo valor nutricional y alta densidad calórica, así mismo como la cantidad de tiempo 
que se permanece sentado y no se realiza actividad física. Los pacientes expresan 
que no consumen verduras porque en su mayoría prefieren el consumo de alimentos 
chatarra, no les gusta su sabor o no se sienten motivados. 4 
 
En las ciudades como la Ciudad de México, cada vez es más difícil que los pacientes 
pediátricos puedan realizar actividades al aire libre por inseguridad, contaminación o 
falta de espacio. Por lo que todo esto impacta en su salud y genera riesgo para 
presentar síndrome metabólico más adelante o presentarlo desde la edad pediátrica. 
 
En los pacientes que presentan sobrepeso y obesidad, el pediatra dirige sus 
esfuerzos para que el paciente inicie una serie de cambios a su estilo de vida, 
modificando sus hábitos alimenticios, por ejemplo, suprimir o disminuir el consumo 
de bebidas azucaradas lácteas y no lácteas; fomentar el consumo de alimentos 
recomendables ajustando una dieta a los requerimientos de cada paciente. 
 
En México los escolares presentan bajas proporciones de consumidores frecuentes 
de grupos de alimentos que se asocian a mejores niveles de salud, estos se conocen 
como grupos recomendables. Únicamente un 22.6% de escolares consumen 
regularmente verduras, ni si quiera la mitad, tan sólo el 45.7% consume frutas con 
regularidad y el 60.7% consume leguminosas. En contraste se reporta un elevado 
consumo de alimentos no recomendables, por ejemplo: el 81.5% consumen con 
	
regularidad bebidas azucaradas no lácteas, 61.9% botanas, dulces y postres y un 
53.4% cereales azucarados. 4 
 
Los adolescentes también demuestran una baja proporción de consumidores 
regulares de los grupos de alimentos recomendables para consumo cotidiano. Tan 
sólo el 26.9% consumen cotidianamente verduras. Sólo 39.2% frutas y 63.1% 
leguminosas. Al igual que en los escolares, los adolescentes muestran una gran 
proporción de consumidores de alimentos no recomendables, distribuyéndose de la 
siguiente manera: 
83.9% consumen regularmente bebidas azucaradas no lácteas, 59.4% botanas, 
dulces y postres y 50.3% cereales dulces. Como se puede observar no se 
encuentran modificaciones significativas entre los escolares y adolescentes.4 Por lo 
que podemos inferir, los escolares consumen lo que los padres les proporcionan, 
siendo estas conductas aprendidas y repetidas en la adolescencia. 4 
 
Además de los hábitos alimenticios, sedentarismo y síndrome metabólico existen 
otros factores, principalmente genéticos que predisponen a la aparición de 
dislipidemia desde la infancia o adolescencia. Siendo la dislipidemia un factor de 
riesgo importante para el desarrollo de complicaciones cardiovasculares que 
representan la causa número uno de muerte en nuestro país, es de suma importancia 
la prevención, detección y tratamiento oportuno de esta condición. 4 
 
De acuerdo a la actividad física reportada, de los adolecentes de 10 a 14 años de 
edad, un 17.2% se categorizan como personas activas al realizar al menos 60 
minutos de actividad física moderada a vigorosa 7 días a la semana, como lo 
recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS). 
Los adolescentes masculinos son más activos que las mujeres, casi doblando la 
cifra, reportándose (21.8%) contra (12.7%) de las adolescentes mujeres.4 
 
Actualmente la prevalencia de niños que pasan 2 horas o menos/día frente a pantalla 
disminuyó de 28.3% a 22.7% de 2006 a 2016, siendo en esta última encuesta menor 
en niños que en niñas (21.0% vs. 24.4%). En adolescentes la prevalencia de 
actividad física suficiente, definida como 420 minutos/semana de actividad 
moderada-vigorosa, aumentó de 56.7% a 60.5% de 2012 a 2016, siendo en esta 
última encuesta, mayor en hombres que en mujeres (69.9% vs 51.2%). La proporción 
de adolescentes con un tiempo frente a pantalla 2 horas o menos/dia, disminuyó 
ligeramente de 27.1% a 21.4% de 2006 a 2016, este cambiofue mayor en las 
mujeres (28.6% vs. 17.4%) comparado con los hombres (25.7% vs. 25.3%). 4 
 
En los pacientes pediátricos se ha encontrado este patrón de dislipidemia desde 
edades tempranas, no siempre acompañada de obesidad y sobrepeso, o acantosis 
nigricans. Los esfuerzos que realiza el pediatra para prevenir el síndrome metabólico 
en el adulto, suelen ir dirigidos principalmente a pacientes quienes clínicamente 
presentan obesidad, sobrepeso o datos de resistencia a la insulina como acantosis 
nigricans. Sin embargo, rutinariamente no se realiza perfil de lípidos a los pacientes 
pediátricos, sobretodo a aquellos que cuentan con un índice de masa corporal dentro 
del percentil 50 para la edad. 
 
Existen estudios que nos demuestran que no solo los pacientes con obesidad y 
sobrepeso u otras alteraciones del metabolismo de carbohidratos, son los que 
	
presentan dislipidemia. En un estudio realizado en San Luis Potosí México, se 
demuestra que en los adolescentes estudiados entre los 16 y 18 años de edad; el 
4% presenta hipertrigliceridemia, y hasta el 40% presenta HDL por debajo de 
39mg/dL. 5 
 
Es conocido que los pacientes obesos y con sobrepeso pueden cursar o no con 
dislipidemia, así como los pacientes con IMC adecuado para la edad pueden cursar 
con la misma. A pesar de que la obesidad afecta a la tercera parte de la población 
mundial, la presencia de dislipidemia en pacientes obesos, con sobrepeso y con IMC 
adecuado para la edad sugiere que la obesidad no es el factor de riesgo principal. 
La dislipidemia es un factor clave en el desarrollo de las enfermedades metabólicas, 
por lo que ya no se considera la dislipidemia como consecuencia de la obesidad y 
estilo de vida. Actualmente se conoce que el depósito ectópico de lípidos, 
particularmente en el hígado, así como la disfunción del tejido adiposo, causa un 
metabolismo inadecuado de lípidos. Lo que perpetua el desarrollo de dislipidemia, 
estrés metabólico y promueve la enfermedad sin importar el IMC que presente el 
paciente. 6 
Por lo que el propósito del estudio es determinar la distribución y frecuencia de 
dislipidemia entre los adolescentes de nuestro hospital, para determinar si es 
necesario comenzar a realizar determinación de lípidos como estudio rutinario entre 
nuestros pacientes hospitalizados. 
 
Un estudio realizado en China donde se analizan aleatoriamente a 538 adolescentes 
se encuentra que 283 (52%) cursa con IMC adecuado para la edad, 115 (21.3%) con 
sobrepeso y 140 (26.0%) con obesidad. De estos pacientes se encuentra que la 
dislipidemia más frecuente es colesterol total elevado a expensas de LDL, seguido 
de hipertrigliceridemia y por último niveles bajos de HDL. 7 En este estudio se 
comprueba que en la población de adolescentes chinos los niveles bajos de HDL, no 
son tan frecuentes. Incluso en pacientes obesos en promedio se encuentra 
1.32mmol/L por arriba del corte propuesto por la IDF. Sugieren que se ponga 
especial atención a aquellos pacientes con sobrepeso, ya que la dislipidemia 
comienza a surgir con en niños este grupo, por lo que se deben dirigir los esfuerzos 
para sospecharla y diagnosticarla. 
 
En un estudio realizado en Guerrero, México. Se analizaron 232 pacientes entre 18 
y 25 años de edad. Todos con IMC entre 18.5 y 24.9 kg/m2, considerado como 
normal. De los participantes 157 eran mujeres y 75 hombres. Se propone que el gen 
CD36, un gen localizado en el cromosoma 7 q11.2, tiene un rol fundamental en el 
metabolismo lipídico y los polimorfismos se asocian a riesgo cardiovascular. Este 
gen se ve involucrado en el transporte de ácidos grasos de cadena larga y los 
cambios en su expresión pueden ocasionar resistencia a la insulina y dislipidemia. 
En este estudio se demuestra que ser portadores del haplotipo AATDC confiere un 
riesgo de presentar 3.2 veces mayor riesgo de presentar LDL mayor a 100, que los 
pacientes con el haplotipo AGTIG. Así mismo los pacientes con haplotipo AATIC 
tienen 2 veces mayor riesgo de presentar colesterol total mayor a 200 que los 
pacientes portadores del haplotipo AGTIC. 8 De esta manera se explica que la 
obesidad no sea el mayor determinante para presentar dislipidemia, siendo así de 
vital importancia la determinación de lípidos en todos los pacientes. 
 
	
Por todo lo anterior se considera de vital importancia establecer la distribución y 
frecuencia que tiene la dislipidemia en nuestros adolescentes. Para así, además de 
promover un estilo de vida saludable, podamos proteger a los que ya lo tienen y 
cuentan con IMC adecuado para la edad. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
	
Definición del problema: 
 
México es un país con una gran incidencia y prevalencia de síndrome metabólico, 
cada vez más se presenta en edades más tempranas afectando a nuestros 
adolecentes y niños. Esto se debe a una variedad de factores ya conocidos, desde 
estilo de vida, hasta factores genéticos que prevalecen en nuestra población. Somos 
un grupo de personas que contamos con una gran incidencia de dislipidemia, 
principalmente caracterizada por altos niveles de triglicéridos y bajos niveles de 
colesterol HDL. 
 
Debido a que no sólo los pacientes que presentan obesidad o alguna alteración en 
el metabolismo de os carbohidratos se encuentran en riesgo de presentar 
dislipidemia, es necesario comenzar a prevenir, detectar y tratar a los pacientes 
oportunamente. 
 
Por lo que el propósito del estudio es determinar la distribución y frecuencia de 
dislipidemia entre los adolescentes de nuestro hospital, para determinar si es 
necesario comenzar a realizar determinación de lípidos como estudio rutinario entre 
nuestros pacientes hospitalizados. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
	
 
Hipótesis: 
 
La dislipidemia es una condición que se presenta frecuentemente en adolescentes 
con IMC adecuado para la edad. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
	
 
Objetivo general: 
 
• Analizar distribución y frecuencia de dislipidemia en pacientes con IMC 
adecuado para la edad. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
	
Objetivo específico: 
 
• Determinar niveles de colesterol total 
• Determinar niveles de colesterol LDL 
• Determinar niveles de colesterol HDL 
• Determinar niveles de triglicéridos 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
	
 
 
Material y método: 
 
Se trata de un estudio no experimental, transversal, descriptivo, en el que se midió 
en 64 adolescentes con edades entre 10 a 17 años, hospitalizados en el servicio de 
pediatría del Hospital Adolfo López Mateos, en el periodo comprendido de marzo 
2016 a abril 2017. Se clasificaron de acuerdo a IMC entre pacientes con normopeso, 
sobrepeso y obesidad, de acuerdo a las percentilas de la Centers for Disease Control 
and Prevention (CDC, por sus siglas en inglés). (Anexo 1 y 2) 
 
Se tomaron muestras de sangre bajo consentimiento informado general, se 
extrajeron 6cc de sangre periférica con Vacutainer™, se procedió a llevarlas al 
laboratorio central del Hospital Regional Licenciado Adolfo López Mateos del 
ISSSTE, donde fueron procesadas bajo fotometría automatizada. 
 
Se analizaron los resultados, se percentilaron de acuerdo a edad y sexo. Se 
catalogaron como positivos aquellos que se encontraban por arriba del percentil 95. 
De acuerdo a la (tabla 2). 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
	
 
 
 
Criterios de inclusión: 
 
• Pacientes de 10 a 17 años, hospitalizados en el área de pediatría del 
Hospital Regional Licenciado Adolfo López Mateos, entre marzo 2016 y abril 
2017. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
	
 
 
 
Criterios de exclusión: 
 
• Pacientes no hospitalizados 
• Pacientes no derechohabientes 
• Pacientes con diagnóstico de síndrome nefrótico.• Pacientes con parálisis cerebral infantil 
• Pacientes que reciben nutrición parenteral 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
	
 
 
 
Resultados: 
De los pacientes a los que se les hizo determinación de lípidos en sangre, 36 son 
mujeres y 29 son hombres. De los cuales ninguna presenta desnutrición, 22 (33.8%) 
son mujeres presentan IMC adecuado para la edad, 6 (9.2%) sobrepeso y 8 (12.3%) 
obesidad. De los pacientes masculinos 0 presentan desnutrición, 14 (%) presentan 
IMC adecuado para la edad, 5 (7.69%) sobrepeso y 10 (15.38%) obesidad (tabla 3). 
 
Resultados obtenidos en toda la población: 
De acuerdo al estudio realizado se obtuvieron los siguientes datos. En toda la 
población estudiada se presentó una frecuencia del 76.5% de presentar algún tipo 
de dislipidemia. Específicamente el 10% presentó colesterol total elevado, 45% 
presentó hipertrigliceridemia, 69% niveles bajos de HDL y 14% niveles elevados de 
LDL. (tabla 4) 
 
De acuerdo al estado nutricional de cada paciente, se presentan los siguientes 
resultados: los pacientes con IMC adecuado para la edad que no presentan 
dislipidemia tienen una frecuencia del 34.28% y un 65.7% presentan algún tipo de 
dislipidemia. Entre estos, la probabilidad de presentar colesterol total elevado fue de 
10% y 31% para hipertrigliceridemia, 57% niveles bajos de HDL y 11% niveles 
elevados de LDL. 
 
Los pacientes con sobrepeso que presentan algún tipo de dislipidemia son el 
81.81%. La frecuencia de presentar colesterol total elevado fue de 10%, 55% para 
hipertrigliceridemia, 64% niveles bajos de HDL y 18% niveles elevados de LDL. 
 
En los pacientes con obesidad se observo que la probabilidad del de presentar algún 
tipo de dislipidemia es del 94.4%. La frecuencia de colesterol total elevado fue de 
20%, 67% para hipertrigliceridemia, 94% niveles bajos de HDL y 17% niveles 
elevados de LDL. 
 
Resultados obtenidos en la población masculina: 
En toda la población masculina estudiada se presentó una probabilidad del 72.4% 
de presentar algún tipo de dislipidemia. Específicamente el 10% presentó colesterol 
total elevado, 38% presentó hipertrigliceridemia, 69% niveles bajos de HDL y 21% 
niveles elevados de LDL. 
 
De acuerdo al estado nutricional de cada paciente, se presentan los siguientes 
resultados: los pacientes con IMC adecuado para la edad tienen una frecuencia del 
42.85% de no presentar dislipidemia y un 57.14% de presentar algún tipo de 
dislipidemia. Entre estos, la frecuencia de colesterol total elevado fue de 10%, 21% 
para hipertrigliceridemia, 57% niveles bajos de HDL y 14% niveles elevados de LDL. 
Para los pacientes con sobrepeso se obtuvo una frecuencia del 80% de presentar 
algún tipo de dislipidemia. La frecuencia de presentar colesterol total elevado fue de 
0%, 40% para hipertrigliceridemia, 60% niveles bajos de HDL y 40% niveles elevados 
de LDL. 
 
	
En los pacientes con obesidad se observo que la frecuencia de presentar algún tipo 
de dislipidemia es del 90%. La probabilidad de presentar colesterol total elevado fue 
de 20%, 60% para hipertrigliceridemia, 90% niveles bajos de HDL y 20% niveles 
elevados de LDL. (tabla 5) 
 
Resultados obtenidos en la población femenina: 
En toda la población femenina estudiada se presentó una frecuencia del 80% de 
presentar algún tipo de dislipidemia. Específicamente el 20% presentó colesterol 
total elevado, 51% presentó hipertrigliceridemia, 69% niveles bajos de HDL y 9% 
niveles elevados de LDL. 
 
De acuerdo al estado nutricional de cada paciente, se presentan los siguientes 
resultados: los pacientes con IMC adecuado para la edad que no presentan 
dislipidemia tienen una frecuencia del 28.5%. 71.4% presentan algún tipo de 
dislipidemia. Entre estos, la frecuencia con la que se presenta colesterol total elevado 
fue de 10%, hipertrigliceridemia 38%, 57% niveles bajos de HDL y 10% niveles 
elevados de LDL. 
 
Para los pacientes con sobrepeso se obtuvo una frecuencia del 83.3% de presentar 
algún tipo de dislipidemia. La frecuencia con la que se presenta colesterol total 
elevado fue de 30%, 67% para hipertrigliceridemia, 67% para niveles bajos de HDL 
y 0% para niveles elevados de LDL. 
 
En los pacientes con obesidad se observo que la frecuencia con la que se presenta 
algún tipo de dislipidemia es de 100%. La frecuencia con la que se presenta 
colesterol total elevado es de 30%, 51% para hipertrigliceridemia, 69% niveles bajos 
de HDL y 9% niveles elevados de LDL. (tabla 6) 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
	
 
Discusión: 
 
Con los resultados obtenidos podemos identificar que la población adolescente de 
nuestro hospital presenta una frecuencia de 76.5% de presentar alguna alteración 
en el metabolismo de los lípidos, ya sea de origen dietético o genético. Por lo que se 
comprueba la hipótesis en la que se menciona que la dislipidemia es una condición 
que se presenta frecuentemente en adolescentes con IMC adecuado para la edad, 
por lo que debemos realizar determinación de lípidos en sangre, independientemente 
del estado nutricional del paciente. 
 
Una vez que encontramos que el 72.4% de nuestra población adolescente masculina 
y el 80% de nuestra población adolescente femenina presenta algún tipo de 
dislipidemia, creemos que es de importancia solicitar un perfil de lípidos 
rutinariamente para prevenir las complicaciones cardiovasculares en la vida adulta. 
 
En nuestra población encontramos que la frecuencia en la que se presenta HDL en 
niveles bajos es de 69% para todos los adolescentes, sin diferencia entre mujeres y 
hombres. Siendo la dislipidemia más común en nuestros adolescentes. La 
dislipidemia que se presentó en segundo lugar fue la hipertrigliceridemia, con una 
frecuencia de 45% para la población en general, con una frecuencia de 51% para las 
mujeres a diferencia de los hombres que la presentan en un 38%. 
 
Los niveles disminuidos de HDL y la hipertrigliceridemia, fueron la dislipidemia más 
probable, lo que se asemeja a los resultados obtenidos entre los adolescentes en el 
estudio de Aradillas-García et al. En el que reportan que los adolescentes estudiados 
entre los 16 y 18 años de edad 4% presenta hipertrigliceridemia y hasta el 40% 
presenta HDL por debajo de 39mg/dL. 5 
 
Los resultados obtenidos en nuestra población mexicana, difieren de los encontrados 
obtenidos por Gong, C. et al en Shangai, donde la dislipidemia más frecuente en sus 
adolescentes son los niveles de LDL elevados, seguida por hipertrigliceridemia y 
finalmente niveles bajos de HDL.7 Probablemente se deba a las diferencias dietéticas 
y sería materia de estudio si existe alguna alteración genética que modifique el patrón 
de dislipidemia presentada entre los adolescentes del mundo. 
 
En Turquía Birsen Uçar, et al. Realizaron un estudio entre pacientes entre 7 a 18 
años de edad donde encontraron que las mujeres presentan mayores niveles de 
colesterol y triglicéridos que los hombres, igual que en nuestro estudio. También 
encontraron que en la población comprendida entre los 7 y 10 años, en ambos sexos, 
es donde se encuentran el mayor número de casos, por lo que sería de importancia 
que se estudiara a los pacientes de menor edad. En el estudio concluyen que la 
presencia de dislipidemia es considerablemente común en su población, por lo que 
de la misma manera sugieren que se realice una determinación de colesterol total 
para detectar dislipidemia en la infancia y adolescencia. 9 
 
De acuerdo al estudio realizado por González Sandoval et al, actualmente un tercio 
de los pacientes tienen sobrepeso u obesidad. El 86% presentó al menos una 
alteración en el perfil de lípidos, en nuestro estudio se reportó una frecuencia de 
76%, sin embargo, este estudio se trata de jóvenes universitarios. El estudio 
	
concluye en que es necesario dirigir nuestro esfuerzo en establecer medidas 
preventivas dirigidas a promover buenos hábitos alimenticios y mayor actividad 
física.Conclusiones: 
 
La dislipidemia es una alteración muy frecuente entre nuestros adolescentes, por lo 
que debemos promover una dieta adecuada y la actividad física. Así mismo 
consideramos que es de importancia realizar un tamizaje en el seguimiento del niño 
sano, para detectar a los afectados, ya que de acuerdo al estudio contamos con una 
frecuencia del 76.5% de pacientes afectados. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
	
 
 
Bibliografía: 
 
1. GOLDBERG, C. F. S. • A. C. G. • I. J. Trastornos del metabolismo de los 
lípidos. Medicine 10, (Elsevier Espa8#241;a, S.L.U., 2011). 
2. Daniels, S. R. & Greer, F. R. Estudio sistemático de los lípidos y la salud 
cardiovascular en la infancia. 66, 52–62 (2008). 
3. historia @ www.cdc.gov. 
4. Mauricio Hernández Ávila Juan Rivera Dommarco Teresa Shamah Levy 
Lucia Cuevas Nasu Luz María Gómez Acosta Elsa Berenice Gaona Pineda 
Martín Romero Martínez Ignacio Méndez Gómez-Humarán Pedro Saturno 
Hernández Salvador Villalpando Hernández Juan Pablo Guti. Encuesta 
Nacional de Salud y Nutrición de Medio Camino 2016. 2016, (2016). 
5. Aradillas-García, C., Palos-Lucio, G. & Padrón-Salas, A. Socio-Urban 
Spatial Patterns Associated with Dyslipidemia among Schoolchildren in the 
City of San Luis Potosi, Mexico. J. Urban Heal. 93, 53–72 (2016). 
6. Ipsen, D. H., Tveden-Nyborg, P. & Lykkesfeldt, J. Dyslipidemia: Obese or 
Not Obese—That Is Not the Question. Curr. Obes. Rep. 405–412 (2016). 
doi:10.1007/s13679-016-0232-9 
7. Gong, C. et al. Glycolipid metabolic status of overweight/obese adolescents 
aged 9- to 15-year-old and the BMI-SDS/BMI cut-off value of predicting 
dyslipidemiain boys, Shanghai, China: a cross-sectional study. Lipids Health 
Dis. 12, 129 (2013). 
8. Ramos-Arellano, L. E. et al. CD36 haplotypes are associated with lipid 
profile in normal-weight subjects. Lipids Health Dis. 12, 167 (2013). 
9. Uçar, B., Kiliç, Z., Dinleyici, E. C., Colak, O. & Güneş, E. Serum lipid profiles 
including non-high density lipoprotein cholesterol levels in Turkish school-
children. Anadolu Kardiyol. Derg. 7, 415–420 (2007). 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
	
Tabla 1 
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Tabla 2 
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CONCENTRACIONES ANORMALES DE COLESTEROL
El informe pediátrico del NCEP recomienda el empleo
de los límites presentados en la tabla 1 para identificar a
los niños y los adolescentes con concentraciones anor-
males de lípidos y lipoproteínas22. Vale la pena observar
que se aplican los mismos valores para todos los niños,
de 2 a 18 años de edad. Después de los 18 años de edad
se utilizan las concentraciones presentadas en el informe
del NCEP para los adultos. Como se analizó anterior-
mente, las concentraciones de colesterol cambian con la
edad en los niños y los adolescentes y son especialmente
variables durante la pubertad. La sensibilidad y la especi-
ficidad de estas concentraciones límites para la predic-
ción del estado lipídico de los adultos puede variar en
gran medida según la edad y la maduración sexual del
paciente pediátrico. Friedman et al demostraron que la
mínima sensibilidad se produjo de los 14 a 16 años de
edad, cuando los valores de colesterol suelen ser meno-
res, mientras que la máxima sensibilidad se produjo de
los 5 a 10 años de edad y de los 17 a 19 años de edad14.
Es interesante que los resultados fueran similares al res-
tringir o no la población a los niños con antecedente de
ECV en los padres. También vale la pena observar que el
NCEP no ofreció límites pediátricos de las concentracio-
nes de triglicéridos o de HDL. La medición de estas va-
riables ha ganado importancia, porque forman parte de la
agrupación de los factores de riesgo asociados con la
obesidad y denominados a menudo síndrome metabóli-
co. La American Heart Association ha recomendado que
las concentraciones de triglicéridos > 150 mg/dl y de
HDL < 35 mg/dl se consideren anormales en los niños y
los adolescentes34. Una vez más, el único límite para to-
dos los grupos de edad pediátrica puede estar limitado
por las conocidas diferencias de edad, sexuales y étnicas
en la concentración de triglicéridos y de HDL.
Dadas las preocupaciones por el empleo de los mis-
mos límites para todos los niños, la tabla 2 presenta los
valores de percentiles de las concentraciones de coleste-
rol total, triglicéridos, LDL y HDL por edad y sexo. Es-
tos valores corresponden al estudio de prevalencia de
1981 de las Lipid Research Clinics y se midieron antes
del aumento de la prevalencia de la obesidad12. Estos
valores de percentiles pueden ser utilizados de forma si-
milar a los de la tensión arterial y el índice de masa cor-
poral (IMC). En este caso, las concentraciones de LDL
superiores al percentil 95.º (o inferioresal 5.º percentil
para la concentración de HDL) se considerarían anor-
males, especialmente si la anomalía persistió durante
varias visitas a la consulta. Las concentraciones de LDL
entre los percentiles 90.º y 95.º (5.º-10.º para la concen-
tración de HDL) se considerarían límites. El empleo de
estas tablas y percentiles disminuiría los efectos clínicos
de los cambios naturales de las concentraciones de lípi-
dos y lipoproteínas con la edad.
EL SÍNDROME METABÓLICO
El síndrome metabólico es una agrupación de factores
de riesgo de ECV y de diabetes mellitus que parece es-
tar relacionado con la obesidad y la resistencia a la insu-
lina. La tabla 3 presenta la definición del NCEP de sín-
drome metabólico para los adultos. En la actualidad no
existe una definición aceptada del síndrome metabólico
para los niños y los adolescentes. Sin embargo, se han
propuesto varias utilizando los mismos factores pero
distintos valores de percentil para los límites35-37.
La prevalencia del síndrome metabólico en cualquier
grupo depende de las variables y los límites escogidos.
No obstante, parece que el síndrome metabólico, con in-
dependencia de los límites aplicados para los distintos
factores de riesgo, tiene mayor prevalencia en los niños
y adolescentes con exceso de peso. También parece que
la prevalencia del síndrome metabólico ha aumentado
en los niños y los adolescentes, lo que refleja la mayor
prevalencia de obesidad, prediabetes y diabetes mellitus
Daniels SR et al. Estudio sistemático de los lípidos y la salud cardiovascular en la infancia
Pediatrics (Ed esp). 2008;66(1):52-62 55
TABLA 1. Límites de las concentraciones de colesterol
total y LDL en los niños y adolescentes
Categoría Percentil Colesterol LDL, mg/dl
total, mg/dl
Aceptable < 75.º < 170 < 110
Límite 75.º-95.º 170-199 110-129
Elevado > 95.º > 200 > 130
LDL: lipoproteína de baja densidad.
Adaptado de las pautas del NCEP para niños y adolescentes22.
TABLA 2. Distribución de lípidos y lipoproteínas 
en los niños de 5 a 19 años de edad
Niños Niñas
5-9 10-14 15-19 5-9 10-14 15-19 
años años años años años años
Colesterol total, mg/dl
50.º percentil 153 161 152 164 159 157
75.º percentil 168 173 168 177 171 176
90.º percentil 183 191 183 189 191 198
95.º percentil 186 201 191 197 205 208
Triglicéridos, mg/dl
50.º percentil 48 58 68 57 68 64
75.º percentil 58 74 88 74 85 85
90.º percentil 70 94 125 103 104 112
95.º percentil 85 111 143 120 120 126
LDL, mg/dl
50.º percentil 90 94 93 98 94 93
75.º percentil 103 109 109 115 110 110
90.º percentil 117 123 123 125 126 129
95.º percentil 129 133 130 140 136 137
HDL, mg/dl
5.º percentil 38 37 30 36 37 35
10.º percentil 43 40 34 38 40 38
25.º percentil 49 46 39 48 45 43
50.º percentil 55 55 46 52 52 51
HDL: lipoproteína de gran densidad; LDL: lipoproteína de baja densidad.
Adaptado del Lipid Research Clinic Pediatric Prevalence Study12.
TABLA 3. Definición de síndrome metabólico 
para adultos25
Medición clínica Tres cualesquiera
de los siguientes 5 aspectos
Perímetro abdominal, cm ! 102 en los varones 
o ! 88 en las mujeres
Lípidos
Triglicéridos, mg/dl ! 150
HDL, mg/dl < 40 en los varones 
o < 50 en las mujeres
Tensión arterial, mm Hg ! 130/85
Glucosa en ayunas (incluye > 100
la diabetes), mg/dl
HDL: lipoproteína de gran densidad.
Actualmente no existe una definición aceptada de síndrome metabólico en los niños.
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Parámetros Pacientes n=64 (%) 
Sexo 
Masculino 29 (45.3%) 
Femenino 35 (54.6%) 
Edad 
10-14 38 (59.37%) 
15-17 26 (40.62%) 
IMC 
Normal 35 (54.68%) 
Sobrepeso 11 (17.18%) 
Obesidad 18 (28.12%) 
Tabla	 3.	 Características	 clínicas	 de	 los	 pacientes	 incluidos	 en	 el	 presente	
estudio.	
 
 
 
 
 
 
 
	 Sin	
Dislipidemia	
Dislipidemia	 CT	 TG	 HDL	 LDL	
Normal	 34.28%	 65.71%	 10%	 31%	 57%	 11%	
Sobrepeso	 18.18%	 81.81%	 10%	 55%	 64%	 18%	
Obesidad	 5.5%	 94.4%	 20%	 67%	 94%	 17%	
Total	 23.34%	 76.5%	 10%	 45%	 69%	 14%	
	
	
Tabla	4.	Distribución	y	frecuencia	de	dislipidemia	dado	el	IMC	en	el	total	de	
pacientes	del	estudio.		
	
	
	
	
	
	
	 Sin	
Dislipidemia	
Dislipidemia	 CT	 TG	 HDL	 LDL	
Normal	 42.85%	 57.14%	 10%	 21%	 57%	 14%	
Sobrepeso	 20%	 80%	 0	 40%	 60%	 40%	
Obesidad	 10%	 90%	 20%	 60%	 90%	 20%	
Total	 27.5%																			72.4%	 10%	 38%												69%	 21%	
Tabla	5.	Distribución	y	frecuencia	de	dislipidemia	dado	el	IMC	en	pacientes	
hombres.		
	
	
	
	
	
	
	
	
	 Sin	
Dislipidemia	
Dislipidemia	 CT	 TG	 HDL	 LDL	
Normal	 28.5%	 71.4%	 10%	 38%	 57%	 10%	
Sobrepeso	 16.6%	 83.3%	 20%	 67%	 67%	 0	
Obesidad	 0	 100%	 30%	 75%	 100%	 10%	
Total	 	20%																						80%	 20%	 51%	 69%	 9%	
Tabla	6.	Distribución	y	frecuencia	de	dislipidemia	dado	el	IMC	en	pacientes	
mujeres.		
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
	
 
 
ANEXO: 1 
 
 
 
 
 
 
 
2 to 20 years: Boys 
Body mass indell-for-age percentiles 
-To e"""" ... a .. ,· _11<0" -. (MIl • SolO .... ''''''' • " .<100 
"'_ "", · -"' í"' · _(~I.= 
RECORD # 
2 3 4 5 6 7 8 9 ID 11 12 13 14 15 16 17 18 19 
	
 
ANEXO 2: 
 
 
 
 
 
 
 
2 to 20 years: Girls 
Body mass indell-for-age percentiles RECORD If 
	
 
	Portada
	Resumen
	Texto
	Conclusiones
	Bibliografía