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MITOS Y LEYENDAS EN BALÚN CANÁN TESIS QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE LICENCIADA EN LENGUA Y LITERATURAS HISPÁNICAS PRESENTA: ROCÍO ÁLVAREZ ESPINOZA ASESORA DE TESIS: MAESTRA YOSAHANDI NAVARRETE QUAN MÉXICO, D.F 2015 UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS SISTEMA UNIVERSIDAD ABIERTA Y EDUCACIÓN A DISTANCIA (SUAyED) UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 1 Con cariño para mamá Está amaneciendo mi madre me decía: anda, camina, di mamá; y con estas dulces frases me arrulló en su seno. A estas horas están cayendo las gotas de lluvia, tulín- tulán. Mis ojos al atardecer se han ido humedeciendo. 2 Índice Introducción ............................................................................................. 3 I Contexto histórico .................................................................................. 8 I.1 La Influencia de la literatura maya .................................................... 12 I.2 Diferencia entre mito y leyenda .................................................... 15 I.3 Función del mito y leyenda .......................................................... 18 I.4 El Relato Mítico ........................................................................... 20 II. Rosario Castellanos ............................................................................ 22 II.1 Breve semblanza ......................................................................... 22 II. 2 Obra Literaria ............................................................................ 27 II. 3 Visión autobiográfica en Balún Canán ........................................ 30 II. 4 Génesis narrativa ...................................................................... 37 III. Mito y relato ...................................................................................... 49 III.1 El Relato .................................................................................... 49 III.1.1 Dimensión espacial y temporal ............................................... 50 III.1.2 Punto de vista: perspectiva del narrador ................................. 64 IV Mitos y leyendas en Balún Canán ....................................................... 69 IV.1 El indígena en Balún Canán ....................................................... 69 IV.2 El hombre rico y el hombre pobre .............................................. 72 IV.3 Fundación de Chactajal ............................................................. 81 IV.4 El viento, guardián maya ........................................................... 90 IV.5 El Dzulúm ................................................................................. 95 IV.6 El Sombrerón ............................................................................ 99 IV.7 El venado, símbolo mítico. ....................................................... 103 IV.8 Catashaná o diablo de las siete cuerdas ................................... 109 Conclusiones ........................................................................................ 116 Bibliografía ........................................................................................... 122 3 Introducción La presente tesis tiene como propósito explorar los mitos, las leyendas y las creencias populares que dentro de Balún Canán se desarrollan. Las cuales dan significado, dotan de sentido el ambiente y la época de la novela y configuran a cada uno de los personajes. Entorno a la novela y su autora se ha realizado muchas y variadas investigaciones, pero en este trabajo en particular tomé como base al relato para explicar el simbolismo mítico que Rosario Castellanos ha plasmado en su novela y que nos regala con su amplio conocimiento sobre la región de Chiapas. Los pueblos indígenas han sobrevivido al paso de los años y se han adaptado a un México cambiante, esto debido a su riqueza cultural, pues a través de ellos distinguen a nuestro país como nación que ve en la tierra a la madre que nos nutre y no solo al territorio en que vivimos, y al trabajo colectivo como un beneficio general, así como los ritos y ceremonias, como expresión del don comunal. Balún Canán parte de la tradición indigenista en la que la cosmovisión del mundo o visión de este tiene que ver con la manera de concebir a la naturaleza, a los dioses y a los fenómenos naturales. Un ejemplo claro es el título de la novela cuyo origen maya significa: ―lugar de los nueve guardianes‖. La metodología utilizada para el análisis de la novela está sustentada principalmente en el estudio de Luz Aurora Pimentel con El relato en perspectiva: Estudio de teoría narrativa, además de apoyarme en otros teóricos como Rolan Barthes y su trabajo Introducción al análisis estructural del relato y por Gérard Genette con Nuevo discurso del relato. Estos teóricos y sus enfoques me ayudaron a exponer los mitos y leyendas 4 contenidas en la novela, las cuales son narraciones realizadas por uno o varios individuos que con la repetición se han mantenido en la memoria de las personas, pero por ser la novela de corte indigenista he tomado también en cuenta a la Doctora Mercedes Zavala y su tesis La tradición oral del noreste de México en la que expone que el relato, llámese leyenda o mito, al formar parte de la colectividad, nace de la tradición oral y por tanto tiene valor de verdad, es decir quien lo cuenta lo cree como verdadero. Una de las consideraciones de la metodología escogida es que los relatos son vistos desde la perspectiva de un narrador, tomando en cuenta la dimensión espacio y tiempo que nos ayuda a construir la atmósfera de la historia. Balún Canán es una muestra de la literatura mexicana. Dentro de la trama se entrelazan relatos contados de manera oral por una mujer indígena y que son transmitidas a una niña mestiza de siete años. Los relatos son un referente de la riqueza cultural del pueblo maya que se han transmitido de generación en generación, guardan relación con libros sagrados como el Popol Vuh, el Chilam Balan y los Anales del Xahil o Anales de los Cakchiqueles; Rosario Castellanos usa pequeños epígrafes que inserta en cada uno de los capítulos de la novela. Podemos decir que esta tradición oral permite explicar fenómenos naturales, se inculcan valores y creencias, se describen lugares y se da cuenta de personajes legendarios o sobrenaturales, estas narraciones son parte de la estructura y fijan el imaginario de lector. Los objetivos planteados en la presente tesis son: Explicar los conceptos de mito y leyenda haciendo uso de los relatos contenidos en la novela. 5 Analizar los rasgos propios de los mitos y las leyendas dentro de la novela, explicar la diferencia entre ambos y establecer su función dentro del relato. Describir el imaginario y visión del mundo narrado a través de sus personajes. Explicar la importancia del espacio y el tiempo presentes en los mitos y leyendas a partir del uso del relato. Describirla la función del narrador usando como herramientas los distintostipos de focalización. Comparar las características de los relatos, mitos y leyendas, con los relatos presentes en los Libros Sagrados. La tesis está dividida en cuatro capítulos: en el primero trabajaremos el contexto histórico con el fin de enmarcar el título de la novela y explicar su origen y significado: Balún Canán o ―Lugar de los nueve guardianes‖. Rosario Castellanos buscó en sus recuerdos para esta novela un nombre, resultado de la fascinación y respeto por el pueblo maya. Dicho lugar es el actual Comitán, el cual paso por diversos embates durante la época prehispánica, la colonia, hasta la llegada del Cardenismo y las Leyes de Reforma, hecho histórico que se ve reflejado dentro de la novela. Además he complementado con una pequeña mención de los principales Libros Sagrados que aparecen en forma de epígrafe en cada capítulo de la novela. Me ha parecido también de suma importancia distinguir entre mito y leyenda, aunque estos sean conceptos de dominio general, pues ayuda a sentar las bases sobre las cuales gira el presente trabajo. En el segundo capítulo me fue imprescindible hacer referencia a la vida y obra de esta escritora, a fin de entender mejor las influencias derivadas de su entorno, de la tradición oral de su pueblo y del contexto literario en que estuvo inmersa. También he realizado un análisis de la ―visión 6 autobiográfica‖ que la novela tiene para diversos escritores como Rodríguez Chicharro, pero sin ahondar en detalles que desvíen del tema central. A manera de introducción he revisado la novela desde su esencia narrativa para así conocer más de las creencias religiosas, los ritos, y las tradiciones orales en las que se encapsula la riqueza del relato. La nana es poseedora del uso de la palabra, quien también es el puente del conocimiento entre el mundo indígena y el ladino al que el personaje de la niña pertenece. Esta novela Rosario castellanos cita tres de los principales Libros Sagrados con lo que se hace presente la paratextualidad. En el tercer capítulo explicaremos el concepto de relato de acuerdo con distintos escritores como Rolan Barthes, Gérard Genette y Luz Aurora Pimentel. Lo que nos servirá como eje para el análisis de los mitos y leyendas contenidas en Balún Canán, para ello se tomaron en cuenta los elementos de espacio, tiempo y perspectiva del narrador. Como base metodológica se revisó la obra de Pimentel El relato en perspectiva: estudio de teoría narrativa. En este capítulo los espacios descritos en la novela sirven para representar a dos clases sociales: indígenas y mestizos, que habitan tanto espacios rurales como urbanos. Esto debido a que a partir de un tema descriptivo o nombre, surgen detalles y atributos que caracterizan el lugar dando como resultado una ilusión referencial. Mientras que la dimensión temporal estará marcada por un tiempo diegético y un tiempo del discurso, es decir el primero refiere a los días, horas y años expresados dentro del relato, pero debido a que los relatos son parte de la tradición oral indígena, el tiempo será impreciso y solo encontraremos mención a fiestas patronales como la de San Caralampio. En tanto el tiempo del discurso será el que el lector invierta en la lectura. Para el análisis de la perspectiva del narrador, está será aplicada a la novela tomando en cuenta los tres distintos tipos de focalización, con lo que se pretende tener una mejor interpretación del mundo narrado. 7 En el cuarto apartado analizaremos mitos y leyendas de la novela. Al sumergirnos en está encontramos un mito cosmogónico de creación que explica la existencia de dos clases de hombres: pobres y ricos, que tiene como principio la veneración a un ser supremo, denominado Formador y Creador tal como se hace en el Popol Vuh. También encontramos mitos sobre seres sobrenaturales como el Dzulúm y el Cashaná; el primero es un animal que anda por los montes seduciendo a las mujeres y guiándolas a su muerte y el segundo es el padre de la mentira que influye en los niños para que se porten mal. Entre las leyendas se tiene una fundacional que cuenta cómo se formó un pueblo y de las peripecias que pasaron para llegar al lugar prometido; esta es la premisa con que se escribe la leyenda de la ―Fundación de Chactajal‖ que al describir espacios y lugares crea una ilusión referencial en la mente del lector. Otras leyendas son la del ―viento‖, que es explicado por la escritora como un guardián del pueblo maya, o la del venado, animal sagrado maya que debe ser sacrificado y muerto a través de una ceremonia, pero que por el error de un mestizo muere sin rito alguno y da nombre a un lugar dentro de la realidad de la novela. El Sombrerón es una leyenda que traspasa las fronteras, pues es contada en Chiapas y en Guatemala con diferentes versiones; dentro Balún Canán se trata de un charro con espuelas que deja su señal de mal agüero por donde pasa. 8 I Contexto histórico Balún Canán, que en maya antiguo es Balunem K’anal, significa "lugar de los nueve guardianes o nueve estrellas" (Motul, 2001, p. 318). Tiene como escenario Comitán de Domínguez1. Chiapas es un estado ubicado al sur de la República Mexicana, que por su riqueza cultural alberga a muchas comunidades indigenas. Balún Canán fue fundada en el siglo XI y desde entonces es considerada una ciudad populosa y fértil. Sus pobladores son indígenas descendientes de la etnia quiché y de una rama de los tzeltales o quelenes, aunque también existen hablantes tzotziles, tojolabales, choles, zoques y lacandones. Los habitantes de esta ciudad se extendieron por toda la comarca e intensificaron el comercio y el intercambio cultural con los demás pueblos del centro de Mesoamérica. La etnia asentada en este extenso espacio geográfico fue la maya, como se sabe influyó en la obra de Rosario Castellanos con la riqueza de su literatura y de la cual se hablará más adelante. En 1486 Balún Canán fue sometida por los guerreros mexicas, quienes cambiaron el nombre original por el de Comitlán, está palabra se deriva del náhuatl Komitl-tlan, que significa ―Lugar de alfareros‖, nombre que duró casi 15 años hasta la conquista (Ramos, 2000, p. 36). Diversos fueron los intentos de los españoles por llegar a la región de Chiapas, así como múltiples los intereses que se movían en torno a ella. Por un lado, la corona ambicionaba las riquezas que pudieran encontrarse en estas lejanas tierras: metales preciosos, plumajes, animales exóticos, etcétera, además de, extender su señorío por todo el sur con la colonización; la iglesia, por su parte, sentía la necesidad de ampliar también su dominio a través de la evangelización. Pero nadie imaginaría el 1 Antes Comitán de Domínguez se llamaba Balún Canán y es por eso que el nombre de la novela es éste. 9 difícil camino que habrían de recorrer para colonizar estas tierras; Emilio Zebadúa señala que Chiapas, desde su origen fue un lugar ―aislado‖, debido a su localización geográfica y al conjunto de montañas que lo rodean. Asentados a un lado de la Sierra Madre la entrada a las poblaciones chiapanecas se dificulta prácticamente por cualquier lado; una apertura natural estaba en el norte, donde las tierras colindan con Tabasco. En otro de los linderos de la región, la Selva Lacandona aparece imponente, tanto en extensión como en la densidad de su flora, (…) los árboles y el follaje de la selva implicaba grandes esfuerzos físicos sin que, además se tuviera la certeza de hallar otros seres humanos en muchos días de camino (Zebadúa, 1999, pp. 45-46). Dos expediciones se realizaron de distintos puntos, la primera de Villa del Espíritu Santo a Chiapas dirigida por Luis Martín que, en 1524, tomó la región. Una segunda expedición salió de Guatemala en 1525 dirigida por Pedro de Alvarado, cruzóla Selva Lacandona, conocida como Tierra de Guerra, la cual se frustraría al encontrar a Hernán Cortés establecido en la zona. La lucha por la pertenencia se mantuvo constante durante varios años, hasta que finalmente en 1530 la corona le otorgó a Pedro de Alvarado la provincia de Chiapas, incluyendo la selva Lacandona y el Soconusco. La evangelización no se hizo esperar; la primera orden en llegar fue la de los dominicos, encabezada por con Antonio de Montesino y posteriormente con Fray Bartolomé de las Casas. Otras órdenes llegarían después, franciscanos, mercedarios2, juaninos3 y las monjas de la Concepción. Se establece la encomienda, que es una de las formas más brutales de explotación indígena, contra las que luchara el dominico Fray Bartolomé 2 Orden Real y Militar de Nuestra Señora de la Merced, llegaron a la Nueva España en 1589 procedentes de Guatemala. En 1626 se ocupaban de la catequización de los indios. González Gamio, Ángeles. (2006). ―Belén de los Mercedarios‖. La Jornada. Recuperado el 04 marzo 2013.de http://www.jornada.unam.mx/2006/09/17/index.php?section=opinion&article=038a1cap 3 La Orden de San Juan de Dios fue una de las órdenes hospitalarias más importantes en la Nueva España. Rocher Salas, Adriana. (2006). ―Los juaninos en América‖. La provincia del Espíritu Santo de San Juan de Dios de Nueva España. México: Universidad de Autónoma de Campeche. Recuperado el 07 marzo 2013 http://www.americanistas.es/biblo/textos/10/10-66.pdf 10 de las Casas. Los dominicos fueron una de las órdenes con más fuerza en la región. La encomienda fue una institución impuesta por la corona Española. Que al ser revocada pretendía que el indígena dejara de ser esclavo; esto no lo eximía de pagar un tributo al rey de España. De hecho la corona, en su afán de otorgarles privilegios a los primeros colonos y conquistadores, cedió parte de los tributos pagados por los indígenas: Porque las Leyes ofrecían el goce de algunos tributos a los conquistadores y colonos, y a sus viudas e hijos existentes en aquel momento, pero estipulaban muy claramente que dicho privilegio no sería hereditario, sino que, conforme fuesen muriendo los beneficiados, la tributación volvería a destinarse a las cajas reales, tal como ocurría con el resto de los pueblos (Martínez, 1994, p. 88). Con el tiempo la encomienda fue modificada y la restricción mencionada, cambió. Generación tras generación, los hijos de españoles y algunos otros privilegiados recibían tributo de los indígenas, además de usarlos como fuerza de trabajo sin derecho a remuneración (Martínez, 1994, p.89). Para el siglo XVII, Comitán cobra importancia por la producción de sus numerosas haciendas. El fraile Thomas Gage escribe, ―el priorato de Comitán posee diez pueblos y muchas haciendas, donde existe una inmensidad de ganado vacuno, caballos y mulas‖ (Ramos, 2000, p. 38). Rumbo a la búsqueda de la independencia que corría desde el Bajío (Querétaro), extendiéndose por toda Nueva España hasta llegar al sur, en 1823 los comitecos Ricardo Arismendi, José Álvarez, Matías Solís, Narciso Gordillo, Claudio León y Jacinto Argüello proclaman El Plan de Chiapas Libre, que impulsaba la Independencia. El 24 de octubre de ese mismo año la provincia era libre de España y Guatemala y tenía facultades para decidir su destino. Al año siguiente, el 24 de mayo en Ciudad Real, la junta Gubernativa del naciente México los invita a expresar su deseo por agregarse. La elite de Comitán jugaría un papel muy importante en la anexión a México, dieron su voto a favor. El 14 de septiembre de 1824 11 Chiapas se convierte en un estado de la República Mexicana (Zebadúa, 2000, p. 95). En el siglo XIX, con la llegada de las Leyes de Reforma, en Comitán vuelve a haber un intenso movimiento. Dos acontecimientos históricos sucederán a mediados de este mismo siglo, la expulsión de los Dominicos y un fervor inusitado a San Caralampio4. Ambos acontecimientos aparecen reflejados en distintos capítulos de Balún Canán. Rosario Castellanos plasma en pequeños párrafos los hechos más trasendentes que se viven en Comitán. En Comitán celebramos muchas fiestas anuales. Pero ninguna tan alegre, tan animada como la de San Caralampio. Tiene fama de milagroso y desde lejos vienen las peregrinaciones para rezar ante su imagen, tallada en Guatemala (…)5. Pero ahora el pueblo se detiene ante las puertas de la iglesia, cerrada como todas las demás, por órdenes del gobierno (Balún, Canán, 2003, p. 36). Las haciendas comitecas llegaron a su apogeo, en gran parte debido a las Leyes de Reforma que habían afectado a las tierras de la iglesia y de las comunidades indígenas. La estructura de las haciendas era vertical, encabezada por el patrón, seguida por los hombres de confianza, los administradores y mayordomos. Al final de la escala estaban los ―Baldíos‖, eternamente endeudados y temerosos siempre del castigo. Dicho concepto lo retoma y explica Rosario Castellanos en la primera parte de su novela Balún Canán, estableciendo la diferencia entre indígenas y patrones. -¿Qué es el baldillito, tío David? -Es la palabra chiquita para decir baldío. El trabajo que los indios tienen la obligación de hacer y que los patrones no tienen la obligación de pagar (Balún Canán, 2003, p. 25). Los acontecimientos que se narran en Balún Canán tienen lugar bajo el gobierno de Lázaro Cárdenas en el sexenio de 1934 a 1940; este periodo de tiempo es usado por Rosario Castellanos para situarnos en una época y momento históricos que dan un toque veraz a la novela. 4 Santo venerado debido a que, de acuerdo con los creyentes, puso fin a una peste suscitada en siglo XIX. 5 Ser tallada en Guatemala es sinónimo de calidad además de ubicarnos espacialmente dentro del relato. 12 El ideario político de este ex militar por regresar las tierras a los pobladores originales e instruir al indígena para incorporarlo a la sociedad es, de manera indirecta, uno de los conflictos que se narran en el discurso de la novela. A partir del cardenismo nace un enfrentamiento entre indígenas y latifundistas, mismo que se ve reflejado casi al final del segundo capítulo, donde un supuesto ―accidente‖ provoca un incendio que inicia en el trapiche donde se muele la caña de azúcar. Los indígenas son acusados de quemar la cosecha de César Argüello, el caxlan -el hacendado- de Chactajal, episodio que recrea los conflictos entre hacendados e indígenas de esa época. La novela es publicada en el año de 1957, bajo el gobierno de Adolfo Ruiz Cotines. I.1 La Influencia de la literatura maya Dentro de Balún Canán se percibe claramente la influencia de la literatura prehispánica Maya, obras como el Popol Vuh o Libro del Consejo se identifican con claridad en la novela. Cuidadosamente, la autora va creando un hilo conductor a partir de pequeños relatos, que inserta dentro del discurso narrativo, y nos lleva por toda la novela sin que ésta rompa su estructura. Hace uso de epígrafes al inicio de cada capítulo, de manera que cada uno anuncia de forma indirecta el eje temático sobre el que versará. Una muestra de esto es el epígrafe usado en la tercera parte de la novela. Y muy pronto comenzaron para ellos los presagios. Un animal llamado Guarda Barranca se quejó en la puerta del Lugar de Abundancia, cuando salimos del Lugar de la Abundancia. ¡Moriremos! ¡Os perdéis! Yo soy vuestro augur. Anales de los Xahil. (Balún Canán, 2003, p. 217). Podemos reconocer la presencia de malos infortunios, a través del quejido de un animal. Un agur o adivino presagia que al salir de sus tierras morirán aquellos que abandonen su lugar de origen. La familia Argüello vive desgracias, peripecia y la muerte de dos integrantes al trasladarse a la 13 hacienda de Chactajal, de lo cual ahondarémás adelante. Por lo tanto el eje temático de este epígrafe es: las desgracias vividas por la familia Argüello al salir de Comitán. Es importante mencionar cómo la autora desplaza los augurios prehispánicos, que evidentemente recaían en los indígenas, a los patrones criollos, representados por la familia Argüello de la hacienda de Chactajal. La literatura maya prehispánica proviene uno de los pueblos mesoamericanos más importantes. Los mayas se ocuparon los actuales estados mexicanos de Yucatán, Campeche, Quintana Roo, parte de Chiapas y Tabasco, así como en los países vecinos de Guatemala, Belice, Honduras y el Salvador (De la Garza, 1998, p. IX). Los restos más antiguos de la presencia maya datan del año 7000 a. C., siendo pueblos recolectores y cazadores. Para el año 2000 a. C. se habían convertido en agricultores, cuya producción principal era de maíz, frijol, calabaza y chile. Los mayas pertenecen a la familia lingüística maya o mayense, pero no conforman una cultura homogénea, ya que los distintos grupos tienen su propia lengua entre las cuales encontramos huastecano (huasteco, chicomucelteco, zoque), cholano (chontales, choles, chortí), tzaltalano (tzotziles, tzeltales, tojolabal) chuj, kanjolabano (jacalteco, kanjobal, solomeco), mameano, quicheano, kekchilano y maya: lacandones, yucateco, teko, entre otros, pero todos ellos compartían la misma organización económica, política, religiosa e intelectual. En el periodo clásico, solo a los estratos sociales altos, como a los sacerdotes, les era enseñada la lectura de los códices6, pero no por ello el 6 Es difícil conjuntar el legado que los pueblos prehispánicos mayas nos dejaron hasta antes de la llegada de los españoles, pero contamos con jeroglíficos tallados en piedra, estuco, códices y otros tantos textos que dan testimonio de su presencia. Entre los códices mayas que se pudieron rescatar se encuentran tres: el Dresde, el Paris (o 14 pueblo permanecía al margen de sus contenidos. Gracias a las festividades religiosas e intelectuales, les eran transmitidos de forma oral. Esta forma de transmisión se apoyaba en los libros sagrados, con lo que se ejercitaba la memoria y la repetición. Así mismo se llevaban a cabo representaciones dramatizadas de los mitos y leyendas, en ritos y ceremonias. Lamentablemente se perdieron numerosos textos con la llegada de la Colonia y los que se recuperaron fueron resguardas por familias principales de cada comunidad o en museos del extranjero, con lo que llegaron a ser de dominio público. Cabe mencionar que sólo algunos indígenas en el siglo XVI pudieron aprovechar el nuevo alfabeto aprendido de los frailes, y rescataron los conocimientos astrológicos, ritos, fiestas religiosas, crónicas, profecías, dramatizaciones, cuestiones políticas e históricas7. En el ―Prologo‖ de la obra Literatura Maya, la autora nos dice que el conjunto de estos libros indígenas, escritos después de la Conquista es a lo que podemos llamar ―literatura maya‖ (De la Garza, 1998, p X). Entre los textos que forman parte de esta literatura se encuentran el Popol Vuh, El Chilám Balam, El Rabinal Achí, Los cantares de Dzitblaché y Memorial del Sololá. Cada libro Pereciano) y el Madrid (o Trocortesiano). Podemos saber por estos textos que no todo el pueblo tenía acceso a la escritura (De la Garza, 1998, p. X). El códice de Dresde es llamado así por la ciudad de Dresde en Alemania, dónde se conserva. Fue el primer manuscrito maya publicado y el más estudiado. El Códice de Paris es el segundo manuscrito descubierto. Es además el más pequeño y deteriorado. Este códice se encuentra resguardado en la Biblioteca Nacional de Francia, en la ciudad de Paris de ahí su nombre. El códice de Madrid es el códice maya más grande con 112 páginas; se conoce con dos nombres, como Códice Madrid, por estar en el Museo de Madrid, en la capital de España, y como Códice Trocortesiano, que es su nombre oficial por que perteneció a don Juan de Tro y Ortolano, especialista en paleografía y diplomática de la Real Academia de la Historia y, la sección Cortesiana vinculada con el conquistador de México. Sotelo Santos, Laura Elena. 2012. ―Los códices mayas prehispánicos en la era digital‖. Revista digital Universitaria. 13(12). Revisada el 7 de mayo del 2014 http://www.revista.unam.mx/vol.13/num12/art115/art115.pdf 7 Todos estos textos estaban íntimamente relacionados con la religión y eran considerados libros sagrados, con la llegada de los españoles la mayor parte de los textos son destruidos, por lo que los mayas, usando la herramienta del alfabeto, crean libros sagrados, como una forma de resguardar su cultura y oponerse al invasor. 15 tiene características estilísticas diferentes, pues en ellos se entremezclan historia y mitología. Cada relato inicia con la historia de un pueblo, que trata de explicar el origen del hombre y el mundo, pero que se mitifica al enfatizar el lugar que ocupan los dioses y la importancia de los rituales. En estos textos se crea un mito que perdura en la imaginación del individuo, ya que cumple la función social de educar y crear pertenencia a una comunidad, como veremos más adelante. I.2 Diferencia entre mito y leyenda Mitos y leyendas aparecen dentro del imaginario de una comunidad o pueblo, volviéndose con el paso del tiempo parte de nuestra cotidianidad. Desde pequeños escuchamos, leemos y contamos relatos populares habituales a nuestra sociedad y que debido a la tradición oral trascienden de generación en generación. Los mitos y leyenda tienen valor de verdad es decir para quien los cuentan son ciertas. Dentro de Balún Canán, Rosario Castellanos va insertando mitos y leyendas mayas que dan cohesión a su novela; su vasto conocimiento sobre los relatos e historias que se cuentan en Comitán, Chiapas, hace que tengan una fuerte carga vivencial. Se pierde pues, la frontera entre ambos conceptos. Para encontrar sus diferencias, primero se establecerá la definición de cada uno. El mito es considerado por Marcel Mauss una ―institución social‖, pues a través de él se pretende unificar e imprimir el carácter de comunidad. Une a los individuos de una sociedad en torno a un pensamiento, valores y actitud hacia sí mismo y hacia su realidad (López Austin, 1990, p. 45). Esta breve definición no nos ayuda mucho para establecer una definición concreta, pues ninguna sociedad es igual a otra, cada una cuenta con 16 matices propios, con formas diferentes de representar su particular realidad. Además de tener costumbres y tradiciones semejantes pero no iguales. Por ello es necesario complementarla. Vista como objeto narrativo, el mito se considera un relato con un complejo de creencias, una forma de captar y expresar un tipo específico de realidad, como un sistema lógico, como una forma de discurso que se crea a partir de un origen oral y anónimo (López Austin, 1990, p. 47). Visto desde la tradición oral el mito define a las sociedades y les da estructura, provee de respuestas por medio de relatos imaginarios a las preguntas, problemáticas que los individuos podían plantearse sobre el origen del mundo, sobre su finalidad y sobre la vida y la muerte, a las que ninguna teoría lógica puede ofrecer una explicación satisfactoria (Dicker, 2014, p. 470). Pero también el mito, en un sentido antropológico, constituye uno de los nudos articulatorios que operan en una cultura; caracterizado por una visión mítica del mundo, se puede considerar una representación de la realidad de sociedades antiguas o primitivas (López Austin, 1990, p. 43). El mito es un relato o narración de los acontecimientos sagrados de un pueblo, ocurridos en tiempos remotos; ademáses visto como la fijación de la sobrevivencia de la vida pasada de un pueblo, donde cada relato no es una ficción, sino una realidad pretérita, por lo que es objeto de estudio de la etnolingüística, encargada de conservar muchas antiguas tradiciones orales a través del lenguaje (Beristaín, 1997, p. 335). Se puede decir que el mito se origina en un tiempo y dentro de una cultura; este se dispersa y se adapta a otras, creando distintas versiones de acuerdo a una realidad en particular. 17 Por otro lado la leyenda, de acuerdo a Raúl Casares, es una narración oral o escrita que suele tener como base sucesos o personajes reales. Con el curso del tiempo llegan a conocerse versiones actualizadas que se adaptan al contexto y la particular realidad del narrador. Las leyendas forman parte del conjunto de tradiciones y creencias trasmitidas de generación en generación en un grupo social (Casares, 1998, p. 561). La leyenda es vista desde la tradición oral como una narración en prosa con valor de verdad que refiere a la relación del hombre con lo sobrenatural y sus temas son religiosos o profanos. Algunas de sus características son: un espacio conocido por la comunidad, un tiempo más o menos reciente y un valor de verdad. El valor de verdad hace que la leyenda se válida para quien o quienes la cuentan (Zavala, 2006, p 240). Como parte de la literatura no tiene una función única y específica, por el contrario, es multifuncional. Asimismo, es una manifestación artística a través de la palabra oral o escrita, ya que preserva y difunde la identidad de un lugar o nación por lo que crea ―arraigo al terruño‖, pues forma parte del folklor. No teniendo un solo autor, sino que es producto de una colectividad (Valenzuela, 2011, pp. 8-9). Concluyo entonces que el mito es una narración de carácter religioso e histórico, que busca explicar la creación y origen del hombre y su entorno. Mientras que la leyenda es una narración con referentes reales, espacio y tiempo, que busca transmitir hechos sobrenaturales sin explicación y quien las relata cree que así sucedió. Ambos forman parte del género narrativo y son creados por un colectivo. Por lo que poseen una función social y, por lo tanto, forman parte de las tradiciones y costumbres de una comunidad. 18 A partir de esta premisa, considero que Rosario Castellanos utiliza ambos géneros y los manifiesta a través de dos de los personajes clave en la novela, la niña (de la cual no menciona su nombre), receptora de mitos y leyendas que su nana, una mujer indígena, le relata, a fin de explicarle la división de clases sociales, como la creación del ―hombre rico y el hombre pobre‖, o para ayudarle a entender su entorno y respetarlo, por ejemplo cuando conoce al ―viento‖. Otros mitos van apareciendo en el curso de la novela y son contados a través de un narrador en tercera persona. Cada mito y leyenda tendrá gran relevancia en la obra y se analizará a detalle en el desarrollo del presente trabajo. I.3 Función del mito y leyenda Desde luego el mito cumple con la función social de unificar una comunidad, pero esta no es la única forma en que se usa, ya que de acuerdo con Cohen, debido a su naturaleza sirve también como vehículo de comunicación y expresión. Mientras que Kirk hace una división del mito primero como creencia y segundo como narración (López Austin, 1990, p. 111). Este es maleable debido a que se puede transmitir de manera oral, permitiéndole ser ágil y cambiante. Las funciones del mito, de acuerdo con López Austin (1990, pp. 361-363) son las siguientes: a) Mantiene viva la tradición oral sobre toda narración mítica. Es la gran enciclopedia popular de la memoria que se conserva y transforma; salvaguardando el antiguo saber de la manera más eficaz. Es maleable es decir, rico en posibilidades y re interpretaciones. 19 b) Educa, ordena y explica: Transmite valores, clasifica el conocimiento, lo estructura y sintetiza las posibles respuestas que el hombre se plantea en relación a su acción cotidiana a partir de fiestas y rituales. Es una forma de entender sucesos sobrenaturales, a través de entes de la naturaleza. c) Cohesiona: reafirma las creencias, los conocimientos y valores de un grupo a través de la narración. Todos participan en lo sabido. En el caso de la novela, el poder de los antepasados, sus cultura y sus deidades. d) Legitima: Es decir, autentifica el poder, hasta el punto de validar el derecho de un pueblo de llevar a los hombres a la muerte o al sacrificio. e) Explican fenómenos naturales: proporcionan una interpretación sobre ciertos fenómenos astrales, celestes o naturales: eclipses, sucesión del día y la noche, cambio de estaciones, auroras boreales, tempestades, truenos, huracanes, erupciones volcánicas, sismos, inundaciones, entre otros. Las funciones de la leyenda son: a. Describe el paisaje o entorno cultural: es decir detallan el escenario o entorno de la historia. Se piensa que la descripción es una contribución del narrador o compilador con el fin de adornar el relato o de otorgar realismo a la narración (Valenzuela 2011, pp. 11- 13). b. Crea arraigo: fomenta el amor a la patria, el arraigo al terruño y se convierte en un elemento de identidad (Valenzuela 2011, pp. 11-13). c. Valor de verdad: es decir quien relata y quien escucha lo creen como cierto, aun cuando le haya pasado a alguien más ―dicen que‖, ―cuentan que‖ (Zavala, 2006, p. 240). d. Tiempo y espacio: Sucede en un tiempo y espacio identificado por los oyentes. El narrador no alude a una fecha precisa sino a un suceso 20 determinado (epidemia, terremoto, viaje, etcétera). Los lugares pueden ser vagos ―por aquí cerca‖, ―allá en los llanos‖ o tan precisos que indican el nombre exacto del lugar (Zavala, 2006, p. 243). I.4 El Relato Mítico El relato mítico es la realización8 de las narraciones hechas por uno o varios individuos que engloba las creencias, costumbres, tradiciones e historias de una comunidad, lo que representa una fuente de información de primer orden de la cosmovisión indígena. Al relatar se guardan imágenes que corroboran la existencia de un pasado común. Dentro de cada narración se reconocen viejos relatos, que con la repetición se convierten en parte del imaginario. Sobre lo anterior, Alfredo López Austin nos dice en su obra Los mitos del tlacuache: caminos de la mitología mesoamericana, ―La narración mítica es la relación de la expresión verbal clara, completa, coherente desde su planteamiento inicial hasta su cierre‖ (1990, p. 273). Por su lado Enrique Florescano en su artículo Sobre la naturaleza falsa del relato mítico nos explica: El relato mítico tiene valores propios que son indispensables para comprender el pensamiento político de los pueblos mesoamericanos, la formación de su memoria, del pasado, sus sistemas de acumulación de conocimientos y el papel del mito como conservador y transmisor de esos conocimientos (Florescano, 2000, La Jornada semanal, p. s/n). Es así que el relato mítico forma parte de la literatura indígena, y nos habla, por un lado, de un tiempo distinto en que las deidades aún no habían creado el universo tal como actualmente lo conocemos. Por otro lado, nos presenta una serie de hechos que nos dan cuenta del origen de 8 Nos referimos a la narración verbal clara, completa, coherente desde su planteamiento inicial hasta su cierre (López Austin, 1990, p. 273). 21 la humanidad. De dioses que nos otorgaron un lenguaje, con un propósito específico: adorarlos y reconocerlos. La narración se articula clara y sencilla para explicar la fundación de los pueblos, para reconocer a sus guardianes, para saber cuáles son los símbolos de abundancia y las marcas de sufrimiento. El narrador del relato mítico debe tenerclaro el enfoque y el mensaje que desea transmitir, es decir, los grados de limitación, distorsión y confiablidad a los que somete al relato; de acuerdo con Luz Aurora Pimentel deberá estar dotado de una perspectiva: un punto de vista sobre el mundo narrado (Pimentel, 1998, p. 95). Varios son los relatos que se encuentran en la novela de Balún Canán, los cuales son mitos y leyendas que nutren la novela. A partir de lo antes expuesto se realizará un acercamiento del panorama mítico de la novela en el capítulo 3 de esta tesis. 22 II. Rosario Castellanos II.1 Breve semblanza Rosario Castellanos mujer de soledades, defensora de la igualdad social y promotora del rico folklor de los pueblos indígenas, nace el 25 de mayo de 1925 en la Ciudad de México y muere en el 7 de agosto de 1974 en Tel Aviv, Israel, mientras desempeña el cargo de embajadora de México. Toda su niñez y parte de su adolescencia la vive en Comitán, Chiapas, pueblo pintoresco que nutre con sus paisajes las narraciones de sus cuentos y novelas. Ella misma le cuenta a su gran amigo Oscar Bonifaz sobre su llegada a este mundo: Mi familia que es de origen chiapaneco y que solo se encontraba de paso por la Capital de la República, me llevó casi inmediatamente a Comitán, pequeño pueblo fronterizo con Guatemala; pueblo apacible donde transcurrió mi infancia y los primeros años de mi adolescencia. Por voluntad propia, Rosario se declara chiapaneca, comiteca de pura cepa, porque su nacimiento no obedece más que a un error geográfico (Bonifaz, 1984, p. 14). Aunque fue la mayor del matrimonio formado por César Castellanos y Adriana Figueroa, muy pronto es considerada hija única, sin que esto fuera un privilegio, sino una pesada carga con la que tendrá que vivir por muchos años. Benjamín, su hermano menor, muere siendo un niño. El hijo varón de la familia, el encargado de perpetuar el apellido Castellanos fallecerá muy joven, víctima de una apendicitis mal atendida. ―Evidentemente Rosario no existe, si acaso respira (…) suspira tras la sombra de Benjamín, la pequeña figura principal en esta casa de tapancos altísimos‖ (Bonifaz, 1984, p. 17). Desde mucho antes de este suceso, ella no tendrá más valor que el haber nacido antes que su hermano. Su padre, pese a ser un hombre ilustrado, que conocía del mundo y había estudiado en los Estados Unidos, 23 recibiendo el título de ingeniero, no le concederá mayor importancia a una niña que, cuando sea grande, pertenecerá a otra familia. Era un hombre duro, inflexible y tradicionalista, dueño de dos ricas y extensas fincas: el Rosario y el Chapatengo. Sueña con el varón que cuidará su herencia y la multiplicará. ―Y cuando me yergo puedo mirar de frente las rodillas de mi padre. Más arriba no. Me imagino que sigue creciendo como un gran árbol y que en su rama más alta está agazapado un tigre diminuto. Mi madre es diferente‖ (Balún Canán, 2003, p. 9). Adriana Figueroa, madre de Rosario, mujer bajita y de cabellos negros rizados, es costurera y de origen humilde; gracias al matrimonio con César, logró recibir el título de ―Doña‖, importante en una sociedad clasista, como la Chiapaneca de esos años. Entre los padres de Rosario siempre existió un abismo de incomprensiones, pues su madre poco entiende sobre los viajes de su marido, un mundo tan negado para ella. La propia escritora nos dice: Mi mamá era una señora -era una muchacha- que ya se estaba quedando, lo cual era muy grave ¿verdad? Tenía veintidós años y no se había casado (…) Entonces mi papá tenia veinte años más que ella, ya era quedado (…) Mi papá tenía una serie de cosas que mi mamá no tenía. Mi papá tenía veinte años más, pero tenía dinero y una posición social más alta, tenía prestigio (…) fue un matrimonio en el que yo nunca recuerdo, no recuerdo que se tomaran la mano (Franco, 1985, p. 27). Firme en sus costumbres, Adriana continúa yendo a misa al toque de las campanas. Enteramente dedicada al hogar y a sus hijos, se cuida de educarlos conforme a su sexo, a lo cual Rosario se rebela, pues nunca ―estaría en el ajo‖, como después escribirá en uno de sus cuentos ―Lecciones de cocina‖. Muy al contrario, se volverá callada, sigilosa, dueña de una imaginación que dará vida a los objetos que toca. Pasa los días en observar el ir y venir de los indios y en escuchar a su nana Rufina, quién 24 le brinda el aprendizaje más fructífero que con el tiempo plasmará en sus obras (Bonifaz, 1984, p. 17). Pese a ello, es una niña olvidada por sus padres, que llevan el peso de una casa enlutada, del recuerdo, de la tragedia, por la pérdida del varón. Así pasa su niñez, con la única vigilancia y cuidados de su nana Rufina, que la viste, peina y conduce a la escuela de la ―niña Vicenta‖, donde aprende sus primeras letras, las cuales le proporcionan la libertad y la comprensión no obtenida con su familia: En unos de sus cumpleaños, alguien le regalo una suscripción a una revista que tiene una sección donde los lectores pueden colaborar: ―Desde el primer momento supe que allí, en esas páginas, tenía reservado un lugar‖. Rosario principia a escribir, diariamente, con vehemencia, adelantándose a lo propio de su edad (…) La adolecente es conflictiva y huraña. Devora libro, tras libro (Bonifaz, 1984, pp. 19-20). Con la llegada de la adolescencia, la mirada de los padres se vuelve hacia ella, para vigilarla y extremar sus cuidados hacia la sobreviviente. Su padre es su profesor de matemáticas en la Escuela Secundaria de Comitán y, como corresponde, don César la trata de usted: ―Señorita Castellanos, tenga usted más cuidado al despejar esa ecuación‖ (Bonifaz, 1984, p. 23). Desgraciadamente para ella, la secundaria es el grado máximo al que puede aspirar en el pueblo. Después de esto su destino apunta hacia un solo camino, las labores del hogar. Las leyes de Reforma se hacen presentes y modifican la vida de los latifundistas. El entonces presidente Lázaro Cárdenas comienza el reparto de tierras entre los indígenas, quienes primero actúan sorprendidos y después exigen sus derechos sobre las tierras, lo que se refleja en la primera novela de la escritora, Balún Canán. La actitud de la familia, como la de muchos, es vender las fincas y buscar un mejor futuro en la Capital. Pero la ciudad no es como Comitán donde el apellido Castellanos resuena. Rosario ingresa a la preparatoria y de ahí asiste a la universidad. Su 25 padre, como siempre, dicta la carrera: ¡Química! Pero ella se inclina por la carrera de Filosofía en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. En sus tiempos libres se reúne con un grupo de compañeros llamados ―Los Ocho‖, entre los que se encuentran Dolores Castro, Jaime Sabines, Carlos Fuentes y Efrén Hernández, los cuales realizan tertulias literarias9. Un año después sus padres mueren súbitamente, en 1948, cuando apenas cuenta con 23 años. Tiempo después, con sus estudios terminados, se dedica a llevar las letras y la cultura a todos aquellos lugares donde ella sabe que son desconocidos. Comienza a trabajar en el Instituto Nacional Indigenista, en la coordinación Tzeltal-tzotzil de San Cristóbal de las Casas. Como parte de sus actividades redacta guiones para el teatro guiñol ―Petul‖, en los cuales busca armonizar al indígena con el México moderno, usando parlamentos sencillos, pero sobre todo, traducciones del español al tzeltal y otros idiomas. Para Rosario Castellanos formar parte del teatro guiñol ―Petul‖ trajo grandes satisfacciones, pero también grandes retos profesionales y personales. A través de los personajes de Xun -el antagonista y Petul -el mediador, comunicó todas aquellas inquietudes que en su niñez tuvo sobre la vida del indígena. Este teatro tuvo además, una gran importancia en el público al que iba dirigido: Petul se convirtió en el vocero de los programas comunitarios,en consejero de grandes y pequeños problemas. Adquirió tal dimensión en el reflejo de la identidad común que lo consultaban para resolver pugnas familiares (Navarrete, 2007, p. 16). 9 El grupo de los ocho estaba formada por un grupo estudiante de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM de la generación de 1948, unidos por la amistad y la inclinación hacia la expresión poética. Los cuales, en palabras de Dolores Castro ―se reunían en lo que parecía un taller encabezado por Diana Morán a exponer y criticar fuertemente su textos‖ (Zamudio, 2007, pp.144-145). 26 Estos personajes y otros para los cuales escribió diversos parlamentos, fueron creación del INI en colaboración de los Centros Coordinadores Indigenistas. Sin duda ―Petul‖ es tan significativo pues se volvió el personaje central, el mediador de los conflictos y el nombre que se le da al teatro guiñol. Entre sus actividades tenemos la de ―ayudar al convencimiento de los indígenas para aceptar las enseñanzas del Instituto, tanto en los aspectos económicos, como sociales y culturales‖ (Navarrete, 2007, p. 16). A Rosario Castellanos el INI le asigna 12 libretos del teatro para corregir y adaptar. Pero al conocer a los indígenas que interpretaban a los títeres guiñol –tres tzeltales y tres tzotziles- se dio cuenta de que no contaban con instrucción y que la única cualidad a su favor era hablar castellano, por lo que contra todos sus principios, se planteó un nuevo reto: ser su maestra. Entonces, de común acuerdo, decidimos aprender algo juntos. Y se los digo no metafóricamente, sino literal (…) Bueno, empezamos a estudiar historia de México, geografía. Y para descansar leemos literatura indígena. Me sorprendió mucho ver cómo les interesaba la lectura del Popol-Vuh y creo que comprendieron su esencia, cuando uno de ellos observo que ―era como rezar en la iglesia‖. Pero a mí (me parece odioso ser maestra), me encanta ir descubriendo con ellos todas las cosas (Navarrete, 2007, p. 23). Así, la escritora aprende o re-aprende junto a sus nuevos alumnos los conocimientos básicos, pero desde la mirada del que nada sabe, porque los nombres que el ladino10 pronuncia no tienen significado para ellos. De esta manera el Popol Vuh no es visto por la escritora como la obra célebre de la literatura indígena, sino como el libro sagrado que guarda los mitos y leyendas de un pueblo al que indirectamente pertenece. Comienza así un notable camino en búsqueda de la incorporación de la literatura indígena sus costumbres y tradiciones al mundo occidental. 10 Designa a una persona mestizo que solo habla español y que se distingue del indígena por sus creencias ancestrales; la palabra ―ladino‖ es usada también como adjetivo para calificar a una persona de astuta, sagas y taimado. Real Academia Española. (2014). Diccionario de la Real Academia Española (23.ª ed.). Consultado el 23 de Febrero del 2014 en http://www.rae.es/rae.html 27 II. 2 Obra Literaria En 1961 Castellanos redacta dos libros, Mi Constitución y Mi libro de lectura. El primero es una versión de la Constitución para niños, y el segundo contiene textos dirigidos a estudiantes de secundaria dividido en cuatro partes: ―Nuestra patria‖, ―Los mitos‖, ―Los héroes‖ y ―Los hombres‖. En el apartado de ―Los mitos‖, describe el génesis de la creación del sol a partir de la purificación del hombre: ―Quetzalcóatl encendió una hoguera y ardió junto con los leños. Cuando el fuego hubo aumentado el corazón del hombre, ya purificado, subió al cielo‖ (Castellanos, 1961, p. 32). Unos años antes en 1957, pública la que será su primera novela, Balún Canán, con la que abre el Ciclo de Chiapas11; en ella incluye mitos y leyendas que dan cohesión a la novela y provoca sentimientos de pertenencia e identidad, además de exponer la confrontación entre hacendados e indígenas tzeltales. Dicha obra se caracteriza por el uso de un lenguaje poético, lleno de simbolismos. Está dividida en tres partes y tiene dos narradores; la primera y tercera son narradas por una niña de siete años, quien nos relata lo que sucede a su alrededor a través de una mirada inocente pero no por ello menos cuestionadora o reflexiva, mientras que la segunda parte es relatada por un narrador en tercera persona u omnisciente, que conoce todo lo que sucede a su alrededor, así como los pensamientos y sentimientos de los personajes. Uno de los personajes, con una función preponderante en el relato, es la nana, quien transmite sus conocimientos del mundo indígena a la niña. 11 El Ciclo de Chiapas es el nombre con el que se conoce a la producción narrativa que tiene una temática que refleja la situación de los indígenas de los Altos de Chiapas; correspondiente a las obras escritas a finales de los años cuarenta hasta principios de los sesentas (...). El ciclo de Chiapas muestra una nueva forma de narrar el tema de la sociedad marcada por la tradición del feudalismo y por las grandes diferencias de clase y ―raza‖. Rosario Castellanos incursiona a este Ciclo con la trilogía de Balún Canán (1957), Ciudad Real (1960) y Oficio de Tinieblas (1962) (Zamudio, 2007, p. 76). 28 Para ello hace uso de cuentos, mitos e historias que cuenta de forma espontánea, con la finalidad de educarla e infundirle respeto hacia las deidades de la comunidad. Otra de las características de la novela es el uso de la descripción de paisajes, ritos y ceremonias, creando un entorno mítico, en el que la escritora modifica la conciencia del hombre a través del conocimiento de su pasado. Lo había visto ya, en invierno venir armado de largos y agudos cuchillos y traspasar nuestra carne acongojada de frío. Lo he sentido en verano, perezoso, amarillo de polen acercarse con un gusto de miel silvestre entre los labios. (…) Pero nunca, hasta hoy, había yo venido a la casa de su libre albedrio. Y me quedo aquí, con los ojos bajos porque (la nana me lo ha dicho) es así como el respeto mira a lo grande (Balún Canán, 1957, p. 23). Con Balún Canán Rosario Castellanos recibe el Premio Chiapas en 1958 y años más tarde la novela es adaptada y llevada al cine por Benito Alazraki. Además, es traducida al inglés, francés y alemán. En francés lleva el título Les Étoiles d'herbe o La Estrella herbal y es publicado por La Croix du Sud; mientras que en alemán se llamó Die neun wächter o Los nueve guardianes. Las siguientes dos obras de Rosario Castellanos mantienen la temática indigenista e integran mitos y leyendas en la narración, por lo que se ha considerada necesario describirlas. En 1960 Castellanos publica su libro de cuentos Ciudad Real, con el que obtiene el Premio Xavier Villaurrutia y que dedica al Instituto Nacional Indigenista. La obra está formada por diez cuentos que reflejan las injusticias sociales que viven los indígenas a manos de los blancos. Un ejemplo de las persecuciones que sufren los pueblos indígenas hasta su extinción y de cómo la autora rescata el pensamiento mítico-simbólico del pueblo al considerar como el protector de una comunidad a un animal, es el cuento ―La muerte del tigre‖, con el que inicia la obra: 29 La comunidad de los Bolomentic estaba integrada por familias de un mismo linaje. Su espíritu protector, su waigel, era el tigre cuyo nombre fueron dignos de asumir por su bravura y por su abundancia (…) Fueron despojados, sujetos a cárcel a esclavitud. Los que lograron huir (…), buscaron refugio en las estribaciones del cerro. Allí se detuvieron a recontar lo que se había rescatado de la catástrofe (―La muerte del tigre‖, 1960, p. 8). Ciudad Real es un compendio de cuentos que son narrados en tercera persona y tratan de plasmar lo que se vive en San Cristóbal de las Casas de los años veinte. De este compendio de cuentossobresale ―Modesta Gómez‖, donde la escritora narra la vida de una muchacha indígena que es, como ella misma describe, empleada desde niña como ―cargadora‖ (nana) del niño Jorge, perteneciente a una de las familias acomodas de San Cristóbal de la Casas. Y si bien de niños son compañeros de juegos, tienen distintas responsabilidades, pues mientras ella se ocupa de la cocina, él asiste a la escuela. De grande él se burla de ella dejándola embarazada y Modesta es obligada a cubrir su deshonra; se casa con un hombre de su raza, pero este la maltrata, por lo que ella se emplea de ―atajadora‖12 para darle de comer a su hijo y a su marido. Aparece, al igual que en Balún Canán, el personaje de la nana-indígena, pero visto desde otra perspectiva. Su segunda novela Oficio de tinieblas es publicada en 1962 y es merecedora del Premio Sor Juana Inés de la Cruz; en ella la técnica de Rosario Castellanos es más elaborada, pues aunque usa el esquema lineal, la trama se vuelve compleja al narrar un suceso histórico, el levantamiento del pueblo Chamula en 1867 en San Cristóbal de las Casas, que concluye con la crucifixión de un indígena. Nuevamente en esta novela hace uso de epígrafes tomados del Libro del Consejo o Popol Vuh, como lo hiciera en su primera novela Balún Canán, quizá como una forma en que la escritora crea una noción de identidad en el lector. 12 Salir por algún camino al encuentro de personas o animales que huyen. 30 La obra13 de Rosario Castellanos fue registrada por Oscar Bonifaz y nos muestra un amplio panorama de su escritura. Esta reseña nos da la posibilidad de conocer tres de las principales obras de Rosario Castellanos cuya característica principal es su visión indigenista, donde los personajes son mujeres e indígenas que luchan por preservar sus costumbres, creencias, tradiciones y su riqueza literaria transmitida a través de la oralidad. Además de que nos sitúa en un antes y un después en forma de escribir de la autora. II. 3 Visión autobiográfica en Balún Canán Es indudable que la obra literaria de Rosario Castellanos presenta rasgos autobiográficos, desde Balún Canán hasta Cartas a Ricardo, pero este no es el tema central de nuestro estudio, por lo que sólo se mencionarán algunas semejanzas que existen entre su primera novela y algunos datos biográficos de la escritora, como parte del análisis de Balún Canán. Advierte el filósofo Georges Gusdorf (2010, citado por Sánchez, p. 7)14, que ―la concepción de la escritura autobiográfica conlleva una interpretación del pasado, más no una reconstrucción‖. Mientras que José María Pozuelos (2006, p. 10) lo ciñe a un género memorístico, en el que un yo rememora una experiencia propia, aunque el yo que escribe nunca es el yo que existe dentro del relato. 13 Trayectoria de Polvo (1948), Apuntes de una declaración de fe (1948), De la vigilia estéril (1950), Balún Canán. México (1957), Ciudad Real (1960), Mi Libro de Lectura (1961), Oficio de tinieblas (1962), Los convidados de agosto (1962), Rito de Iniciación (1965), Juicios Sumarios (1966), Material Memorable (1969), Álbum de familia (1971), Poesía no eres tú (1971), Mujer que sabe latín... (1973), El uso de la palabra (1974), El eterno femenino (1975), El mar y sus pescaditos (1975), Cartas a Ricardo (1996), La muerte del tigre y otros cuentos (2002). 14 Ver: Sánchez Zapatero, Javier. (2010), ―Autobiografía y pacto autobiográfico‖. Revista electrónica de estudios hispánicos. Universidad de Salamanca. (7), 5-17. Recuperado 15 abril de 2013 de http://www.ogigia.es/OGIGIA7_files/SANCHEZ_ZAPATERO.pdf 31 Del mismo modo, Cecilia Luque nos explica que para que el género memorístico sea posible, el narrador debe hacer un recorrido reflexivo y ordenado por el pasado y el presente de la vida cotidiana del personaje; esto abarca las vivencias familiares, las cuales son el medio para reafirmar su pertenecía a un grupo social (Luque, 2003, p. 20). Por lo tanto, las memorias tienen la característica de un testimonio, dado que el narrador se vuelve testigo de un relato ficcional. Lo va hilando a partir de las anécdotas del escritor, por lo que se puede decir que: ―Rosario Castellanos al escribir Balún Canán elaboró sus propias memorias‖ (Luque, 2003, p. 18), a las que llamó en su estudio sobre la novela ―pseudo-testimoniales‖. Rosario Castellanos hizo uso de sus vivencias en su obra. Por ejemplo en Balún Canán se perciben pequeños segmentos que llevó a la ficción, que al insertarse en la narración permanecieron fijos de manera ideal, es decir, se mantuvieron bajo la perspectiva de cómo concibió la autora cierta época de su vida. Sin embargo, otros estudios de Balún Canán, como el de Aránzazu Borrachero (2004)15, afirman que dicha novela rompe con los cánones tradicionales del género autobiográfico, el cual generalmente era cultivado por los varones de las altas elites sociales con el fin de plasmar un ―yo‖ racional y único, cerrando así toda la posibilidad de otras voces narrativas, cuya colectividad era reducida al anonimato; es decir, la autobiografía y el testimonio del sujeto "colonizado", o del sujeto "mujer", siempre eran tachados de defectuosos (Citado por Smith y Watson p. xviii). Por lo tanto, Rosario Castellanos al darles voz a una niña y a otros personajes como campesinos e indígenas dentro de una colectividad heterogénea, está 15 Ver: Aránzazu Borrachero Mendíbil. 2004. ―Mito, autobiografía e historia: notas para una relectura de Balún Canán”. Ciberletras: Revista de crítica literaria y de cultura. Recuperado el 17 de septiembre del 2013, de http://www.lehman.cuny.edu/ciberletras/v11/borrachero.html 32 creando una autobiografía contra-tradicional. Es decir el varón o colonizador representado por César Argüello no tiene voz propia, otros hablan por él; pues la visión femenina estará oculta tras la tradición oral. La niña-narradora-protagonista, como la han calificado distintos escritores, entre los que se encuentran Sylvia Bigas (1990, p. 355) y Rodríguez Chicharro (1988, pp. 112-117), se describe a sí misma de manera breve en la primera parte de Balún Canán, ―Soy una niña y tengo siete años. Los cinco dedos de la mano derecha y dos de la izquierda‖ (2003, p. 9). Una voz que la escritora usa, sin nombre, ni identidad, excepto por la noción del género niñ-(a). La narradora es capaz de describir paisajes, lugares, objetos, así como a otros actantes. Relata la primera y tercera parte de la novela siendo un narrador en primera persona; mientras que la segunda parte, como ya lo he mencionado antes, es contada por un narrador ajeno a cualquier personaje, en tercera persona u omnisciente. Cabe aclarar que de acuerdo con Blålid Odd Inge, en su trabajo ―Subalternidad, hegemonía y resistencia en Balún Canán y Oficio de tinieblas de Rosario Castellanos‖, el año en que se sitúa la narración - 1941- ―el personaje de la niña tenía 7 años, mientras que Rosario Castellanos tenía 16‖ (2007, p. 41). En consecuencia, la autora tiene un registro más fiel de los sucesos históricos y familiares que acontecen alrededor de su personaje. Además, como dice Aránzazu Borrachero, la identidad de la narradora está condicionada a su clase social y edad, lo que es coherente con su forma de relatar los acontecimientos de su entorno. De esta manera, la niña describe a sus padres de forma casi poética, pero con bastantes similitudes a los que en vida tuvo la escritora. César Argüello es un hombre fuerte, autoritario, acostumbrado a que se haga su 33 voluntad, poseedor de extensas tierras en Comitán, Chiapas, y casado con una mujer más joven y de otro nivel social. ―Ahora lo miro por primera vez. Es el que manda, el que posee‖ (Balún Canán, 2003, p.16). Zoraida, esposa de César, es dibujada con pocas particularidades al inicio de la novela: ―Mi madre es diferente. Sobre su pelo -tan negro, tan espeso, tan crespo- pasan los pájaros y les gusta y se quedan‖ (2003, p. 9), pero conforme avanza la novela la caracteriza hasta aproximarse a la figura materna de su memoria. El desapego que Zoraida tiene con la niña y el desvelo hacia Mario, el heredero varón, es un rasgo que marca la obra. ―Si dios quiere cebarse en mis hijos… ¡Pero no el varón! ¡No en el varón!‖ (2003, p. 250). Otra similitud es el origen humilde, del que se siente liberada al casarse y recibir un apellido de abolengo, a pesar de la diferencia de edades. ―Zoraida de Argüello. El nombre me gusta, me queda bien‖ (2003, p. 90). Sobre la nana se tienen pocos datos, se sabe por Oscar Bonifaz (1984, p. 19) que, en efecto, Rosario fue cuidada por una mujer indígena llamada Rufina, pero no se sabe a ciencia cierta si fue ella quien educó a la escritora en la cosmovisión indígena de la cual se desprenden mitos y leyendas, como sucede con la niña-protagonista, o bien este fue un conocimiento que la autora obtuvo más adelante como estudiante de letras. Al respecto Blålid Odd Inge cita en su tesis al crítico suizo Martín Lienhard, quien sostiene: La retórica de la nodriza indígena en la novela no es la de los tzeltales contemporáneos y que es inverosímil que conozca el Popol Vuh. (…) Balún Canán es un típico producto: ―de intelectualidad ladina centroamericana y aun mesoamericana totalmente desligada de las culturas indígenas vivas‖ (Lienhard, 1984, p. 120). La afirmación anterior no me parece del todo acertada, pues hay que dejar claro que la ―nodriza indígena‖, como la llama Blålid Odd Inge, es un 34 personaje construido que nunca refiere conocer el Popol Vuh, y que narra relatos que le fueron transmitidos por sus mayores de forma oral16. Balún Canán es evidentemente un producto intelectual pero no está desligado en su totalidad de las culturas indígenas, más bien me parece que retoma mitos y leyendas orales y los traduce a una narración más refinada. También es cierto que el lector para el que escribe la novela no es el indígena, pues la escritora busca traspasar fronteras y darle voz a los que no la tienen. Escribe para el letrado, para que el mestizo no olvide su origen, sus raíces. Busca que al leer se tenga conciencia y respeto de la literatura indígena. La descripción de la nana indígena en la novela es hasta cierto punto despectiva, pues al ser descrita por la voz de una niña, vemos su imagen a través de una mirada que responde a los prejuicios de la sociedad criolla: ―No sabe nada. Es india, está descalza y no usa ninguna ropa debajo de la tela azul del tzec.‖ Sin embargo en esta misma frase también se rescata cierto orgullo del indígena: ―No le da vergüenza. Dice que la tierra no tiene ojos‖ (Balún Canán, 2003, p. 10). El personaje de la niña quiere ser adulta pero no quiere ser india como su nana por lo que la amenaza de volverse india si toma café la asusta: ―—Quiero tomar café. Como tú. Como todos. —Te vas a volver india. Su amenaza me sobrecoge‖ (Balún Canán, 2003, p. 10). Pero también representa la figura materna más cercana que tiene en su abandono. ―Ella, como siempre desde que nací, me arrima a su regazo. Es caliente y amoroso‖ (Balún Canán, 2003, p. 17). Otro hecho importante que marca una gran similitud entre la protagonista de la novela y el pasado de la escritora es la muerte del hermano menor. Para Rosario este hecho se produce a partir de una apendicitis mal diagnosticada; mientras para la niña es producto de la brujería. La nana 16 No hay que olvidar también que estos relatos se transmiten de forma oral por generaciones y que todas las etnias mayas tienen una raíz común, cultural y religiosa. 35 indígena anuncia a Zoraida que el apellido Argüello no trascenderá y se acabará en César Argüello. Esto es atribuido a un extraño poder de los brujos de Chactajal, los cuales se comieron al niño. Pero este no es el único supuesto de la muerte de Mario; para la niña la causante directa es ella, al haber escondido la llave de la capilla donde juntos harían la primera comunión. Las indias que los cuidan les han contado ―La Leyenda Catashaná o diablo de las siete cuerdas‖. Entonces el Catashaná le dijo: -desde ahora tú me perteneces y vas a obedecer (…) Quiero que me traigas una sagrada hostia para que yo me la coma (…) el niño Conrado fue a avisarle al señor cura que quería hacer su primera comunión (…) Y así, con la boca sucia de malcriadeces, subió hasta el comulgatorio. Pero en el momento en el que el señor cura puso la hostia en la boca (…) La hostia se convirtió en una bola de plomo (Balún Canán, 2003, p. 260). Blålid Odd Inge (2007, cita a Rizo 2002, p.185) explica que el relato anterior es una advertencia para que los niños no mientan. ―Catashaná es una deidad chamula que representa el mal, es el padre de la mentira‖ (2007, p. 48). Al esconder la niña la llave, incumple un rito católico de la clase opresora a la que pertenece y de la cual es excluida debido a su condición de niña, por lo que defiende la existencia mítica de este personaje. Un hecho histórico aparece en ambas realidades, las ―Leyes de Reforma‖ implantadas por Lázaro Cárdenas en 1919 con el fin de darles tierra y educación a los indígenas. Para Rosario Castellanos esto significa un cambio de vida, pues su padre vende la hacienda donde viven y se trasladan a la ciudad de México en busca de un mejor futuro. Ella puede continuar con sus estudios y encuentra una forma de expresión propia en las letras. 36 En la novela este hecho es revivido con mayor intensidad, desencadenando una serie de situaciones que dan forma y nos llevan al clímax de la obra. Jaime Róbelo, amigo de la familia Argüello, anuncia las malas nuevas. La estabilidad se ve afectada y con ellos los intereses de los latifundistas, pues el gobierno exige un maestro rural: ―Se aprobó la ley según la cual los dueños de fincas, con más de cinco familias de indios a su servicio tiene la obligación de proporcionarles medios de enseñanza, estableciendo una escuela y pagando de su peculio a un maestro rural‖ (Balún Canán, 2003, p. 45). El problema es resuelto de manera superficial por César Argüello, quien considera que si se les da a los indígenas lo que piden, sin ser exactamente lo que necesitan, podrá salir del paso. Le pide a Ernesto, un sobrino bastardo, que lo acompañe a Chactajal y funja de maestro rural. Sin embargo, al llegar a la hacienda, las exigencias son mayores de las que esperaba; se debe disponer de un terreno, materiales y mano de obra, todo lo necesario para la construcción de la escuela. César cree haber cumplido con la ley trayendo al maestro, pero no está dispuesto a dar más, con lo cual Felipe Carranza Pech, un indígena que conoció al presidente en Tapachula y sabe leer y escribir, organiza a los demás para que construyan la escuela como lo hicieron sus ancestros. A través de este personaje se recrea un rito, usado antiguamente para edificar un templo: el de la palabra que exhorta a los que vendrán detrás de él. La escuela simboliza para los indígenas, no solo un lugar de enseñanza, sino la casa que les proporcionará la posibilidad de preservar sus costumbres, su historia a través de la palabra escrita, como veremos más adelante. Además, un elemento significativo aparece en la construcción de la escuela; ―la ceiba‖, árbol sagrado, soporte cósmico de la vida, pero también puente de comunicación entre los tres niveles del universo maya: el inframundo, la superficie de la tierra y el espacio celeste. Es decir, ―el 37 subterráneo, por sus raíces; la superficie, por su tronco; las alturas, por sus ramas‖ (Henyk Karol,2007, p. 67). Dicho árbol también es mencionado dentro del Popol Vuh como eje cósmico del universo y en el Chilam Balam de Chumayel como el sito del que provienen los linajes de los hombres. No es gratuito, pues, que la ceiba aparezca en la novela como eje fundador de la escuela, el eje simbólico que perpetuaría la cultura indígena y le dará a los hijos y nietos nuevas oportunidades de vida y trabajo. En conclusión, son varios los temas sobre los que versa la novela, pero hay que tener claro que no es una autobiografía sino una ficción de la realidad, a través del uso de la memoria. Esta es presentada de forma literaria, embellecidas con las descripciones de los paisajes y vista desde la particular mirada de la escritora. II. 4 Génesis narrativa A partir de Balún Canán, Rosario Castellanos comienza a explorar el género narrativo. Antes de ello, la escritora solo había encontrado un medio de expresión a través de la poesía. Al ver la luz su primera novela en 1957, podríamos decir que principia un génesis narrativo en su largo camino literario. En Balún Canán podemos encontrar presente el relato mítico desde sus primeras páginas, pues en su esencia está el discurso narrativo, o como nos dice Enrique Florescano ―en lugar de explicar los acontecimientos el relato mítico los encapsula en una formula narrativa‖17. Al leer las 17 Ver: Florescano, Enrique. (2000, 24 sep.). ―Sobre la naturaleza falsa del relato mítico‖. La Jornada semanal. (24) Recuperado el 30 de septiembre de 2013, de http://www.jornada.unam.mx/2000/09/24/sem-florescano.html 38 primeras líneas de la novela nos topamos con una pequeña narración oral que la escritora introduce a través de la voz narrativa de la nana-indígena. Y entonces, coléricos, nos desposeyeron, nos arrebataron lo que habíamos atesorado: la palabra18, que es el arca de la memoria. Desde aquellos días arden y se consumen con el leño en la hoguera. Sube el humo en el viento y se deshace. Queda la ceniza sin rostro. Para que puedas venir tú y el que es menor que tú y les baste un soplo, solamente un soplo (...) (Balún Canán, 2003, p. 9). En muchas comunidades indígenas las narraciones orales forman parte de la cotidianidad. A través de estas narraciones se cuenta la historia de su pueblo, pero es importante que estas perduren a través de los años, que las variantes y modificaciones que los narradores hacen para adaptarlas a su realidad no provoquen que se pierdan. En este sentido toda la riqueza cultural de los pueblos originarios que reside en la memoria de un grupo de personas, fue trasladada primero a códices y después a libros, con el fin de preservarla; así es como muchas generaciones hemos podido conocer los mitos y leyendas que nos dan identidad. Así nos lo dice Ramiro Alfonso Gómez en su artículo ―Religiosidad popular‖, copilado en Los Divinos entre los Humanos: La memoria que el pueblo guarda de su pasado ayuda a definir su identidad, en continuidad, que no sólo es referencia al pasado, sino una proyección hacia lo venidero, donde la acción presente asegura dicha continuidad (Gómez, 2013, p.52). Balún Canán se distingue por tener una estructura tripartita, es decir, se encuentra dividida en tres capítulos, a los cuales les antecede un epígrafe extraído de tres distintos libros mayas, estos son el Popol Vuh, el Chilam Balam de Chumayel y los Anales de los Xahil, los cuales son considerados, entre otros muchos, ―Libros Sagrados‖ de la comunidad: ―Estos libros fueron elaborados con el fin principal de ser leídos en reuniones de la 18 La presencia de la ―palabra‖ en la cita anterior implica dentro de la cosmovisión indígena al ―alma‖ que es soplo de vida: ―La noción del alma se funde con soplo (…) en tanto se liga a la ―palabra‖ y, en el discurso mítico ésta es expresión masculina. El alma o soplo o sombra es una entidad distinta a la energía vital‖ (Vargas, 2010, p. 125). 39 colectividad indígena (…) pronunciados en ceremonias. (…) Su propósito fundamental es fortalecer la religión maya‖ (De la Garza 2012, pp. 64-65). La importancia de los libros sagrados después de la conquista es preservar viva la memoria, las creencias religiosas y los ritos de los pueblos indígenas. Actualmente los libros sagrados, como el Popol Vuh, el Chilam Balam entre otros, son resguardados por las familias principales de los pueblos mayas; aunque existen muchas traducciones de dichos libros en bibliotecas del extranjero. Algunas de las traducciones más reconocidas del Popol Vuh son: la de Fray Francisco Ximénez, la de Adrián Recinos y la más actual la de Sam Colop, todas del Quiche al Castellano; el original es conservado en la biblioteca Newberry de Chicago (De la Garza, 1998, p, 4- 5). La traducción que utilizó Rosario Castellanos para insertar el primer epígrafe en Balún Canán es la de Georges Raynaud y en versión de Miguel Ángel Asturias editado por la UNAM en 1939 y que se titula El libro del Consejo. En los libros sagrados de la comunidad se recoge la visión mítica del mundo que nos rodea, integrando ritos, ceremonias e historia. Aunque como nos dice Mercedes de la Garza en su libro El legado escrito de los mayas, para los mayas actuales no existe diferencia entre estos conceptos, estos se entremezclan formando una ―mitohistoriografía‖ o ―cosmovisión‖ (2012, p. 34). Podemos definir a la cosmovisión como ―La visión estructurada en la cual los miembros de una comunidad combinan de manera coherente sus nociones sobre el medio ambiente en que viven, y sobre el cosmos en que sitúan la vida del hombre‖ (Broda, 1996, p. 428). La mitohistoriografia es un concepto acuñado por Mercedes de la Garza, que enlaza el registro de la historia con los mitos y leyendas de un pueblo. Como es bien sabido, a los pueblos prehispánicos les fueron arrebatados sus textos, quemándolos y destruyéndolos pero, los códices rescatados se conservaron dentro de alguna de las familias principales, otros textos se crearon a partir de la memoria de los abuelos que transcribieron su 40 conocimiento al castellano. Actualmente algunos documentos, textos y libros pueden ser consultados, en todas partes del mundo, por medio del Internet. Al introducir el personaje de la nana-indígena en Balún Canán, Rosario Castellanos crea un puente de conocimiento con el mundo indígena pues dicho personaje es el portador de la gran mayoría de los relatos populares en la novela. Pues la palabra, ya sea oral o escrita, es la forma de más directa que tiene el hombre para expresar sensaciones e ideas. De acuerdo con Helena Beristaín el lenguaje transformado en palabras nos vincula como una comunidad homogénea (2004, p. 18). A través de la palabra podemos dejar constancia de nuestra existencia. Por lo tanto, los Libros Sagrados revisten una gran importancia dentro de la novela, dado que contienen el imaginario y la ideología indígenas plasmados a través de mitos, leyendas y rituales. Como ya había mencionado, en la novela se citan tres textos sagrados por medio de epígrafes que introducen cada capítulo de la novela. Estos epígrafes envuelven la novela con su misticismo e historia, siendo pequeños fragmentos de tres libros sagrados mayas, que contienen mitos fundamentalmente cosmogónicos. Estos explican el origen del universo, del hombre, sus ritos y la existencia de todo ser vivo que lo rodea. Los tres son documentos de carácter histórico-legal, pues parten de la historia de una comunidad. Pero sobre todo, son parte de la literatura mítica maya, en los que se plasma la sensibilidad narrativa, la riqueza de la tradición oral, las creencias religiosas y toda actividad humana en relación al devenir con sus dioses. La intertextualidad usada por Rosario Castellanos en estos tres epígrafes es apenas
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