Logo Studenta

Poesa-magia-y-botanica--traduccion-y-analisis-de-tres-encantamientos-en-ingles-antiguo

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
 
 FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS 
COLEGIO DE LETRAS MODERNAS 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
POESÍA, MAGIA Y BOTÁNICA: 
TRADUCCIÓN Y ANÁLISIS DE TRES 
ENCANTAMIENTOS EN INGLÉS ANTIGUO 
 
 
 
 
 
 T R A D U C C I Ó N C O M E N T A D A 
QUE PARA OBTENER EL GRADO DE: 
LICENCIADA EN LENGUA Y LITERATURAS 
MODERNAS (LETRAS INGLESAS) 
 
 
 P R E S E N T A : 
 ESMERALDA OSEJO BRITO 
 ASESOR: 
DR. MARIO MURGIA ELIZALDE 
 
CIUDAD UNIVERSITARIA, CD. MX., 2017 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
Restricciones de uso 
 
DERECHOS RESERVADOS © 
PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL 
 
Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal 
del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). 
El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea 
objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para 
fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo 
mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
Poesía, magia y botánica
Traducción y análisis de tres encantamientos en inglés antiguo
A Rocío Brito, porque sin ella este trabajo no sería. Las acciones más grandes 
tienen las mayores recompensas.
A Alberto Osejo, guardián y simiente de mi educación.
Agradecimientos
A Mario Murgia, por acompañarme a lo largo del camino, por creer en mí y por 
estar ahí cuando la motivación estaba perdida. Gracias infinitas por más cosas 
de las que puedo ennumerar aquí; sobre todo, por hacer que me retara a mí 
misma.
A mis sinodales: a Raúl Ariza por inspirarme con su pasión por los textos 
medievales y por devolverme la confianza en este trabajo, a Claudia Lucotti por 
sus observaciones tan puntuales y agudas, a Gabriel Linares por sus enseñan-
zas y su atención y consideración, y a Juan Carlos Calvillo por su minuciosidad 
e ingenio.
A Ana Elena González Treviño por su inagotable amor por la filología y por 
su entrega como profesora.
A Michael Matto por sus comentarios respecto a mis hipótesis y por inspi-
rarme a ir más allá.
A Francisco Finamori, porque estuvo al inicio y al final.
A todos los profesores que tuve a lo largo de la carrera, incluso a aquellos 
que no me dieron clase pero que me regalaron algo de su tiempo y su persona.
A mis compañeros de carrera, porque de todos aprendí.
A los amigos que han permanecido en mi vida a través de los años, porque 
han sido mi fuerza.
A mi familia, porque sin ustedes no sería quien soy.
Sana, sana, colita de rana; 
si no sanas hoy, sanarás mañana.
Anónimo
Wenne, wenne, wenchichenne; 
Her ne scealt Þu timbrien, ne nenne tun habben.
Anónimo
~ 6 ~
Índice
Introducción ...................................................................................................................... 7
Contexto de las traducciones ......................................................................................... 10
Objetivo y metodología .................................................................................................. 12
Fuentes ............................................................................................................................. 15
De la oralidad al manuscrito .......................................................................................... 17
Métrica ............................................................................................................................. 19
Aliteración ........................................................................................................................ 22
Voz poética ....................................................................................................................... 24
Traducción del «Encantamiento 1» ............................................................................... 27
Análisis de la traducción del «Encantamiento 1» ......................................................... 38
Traducción del «Encantamiento 2» .............................................................................. 51
Análisis de la traducción de «Encantamiento 2» .......................................................... 60
Traducción del «Encantamiento 12» ............................................................................. 81
Análisis de la traducción del «Encantamiento 12» ....................................................... 84
Conclusión ....................................................................................................................... 92
Apéndice 1 ....................................................................................................................... 95
Digitalización del «Encantamiento 2» (Harley MS 585) ............................................. 96
Digitalización del «Encantamiento 12» (Royal MS 4A.xiv) ...................................... 104
Apéndice 2 ..................................................................................................................... 105
Sobre los ingredientes y elaboración del bocashi ....................................................... 106
Bibliografía ..................................................................................................................... 108
~ 7 ~
Introducción
Hace casi dos milenios, el médico griego Pedanio Dioscórides, durante sus múl-
tiples viajes destinados a la investigación empírica, estudió una gran cantidad 
de plantas medicinales (además de minerales y productos de origen animal) y 
plasmó sus descubrimientos en la obra De Materia Medica. Este manuscrito 
fue el manual de medicina más utilizado en Europa hasta el siglo V y, junto 
con el Naturalis historia de Plinio el Viejo, sirvió de base para la compilación 
de medicina herbolaria conocida como De herbarum virtutibus o Herbarium 
Apuleii Platonici (Herbario de Pseudo-Apuleyo). Dicho herbario es un manus-
crito compuesto en latín alrededor del siglo IV que, a su vez, se convirtió en 
la referencia médica más importante en gran parte de Europa, desde el siglo V 
hasta el Renacimiento. Entre los siglos X y XII, en Inglaterra, se llevó a cabo la 
traducción y adaptación del herbario y del De Materia Medica al inglés antiguo. 
Durante los mismos años se escribieron otros manuscritos que, junto con es-
tas traducciones, conforman el compendio más antiguo de medicina escrito en 
una lengua vernácula europea.1
Dispersos dentro de este compendio se encuentran alrededor de 200 reme-
dios que se consideran «encantamientos», doce de los cuales tienen atributos 
métricos. En los estudios literarios, folclóricos y antropológicos se les conoce 
como «metrical charms» [encantamientos en métrica], y constituyen uno de 
los testimonios escritos más importantes del llamado «paganismo» anglosa-
jón-escandinavo y del sincretismo religioso resultante de la introducción del 
cristianismo a Inglaterra. Estos textos han sobrevivido a más de ocho siglos 
de cambios culturales y han pasado por diversas etapas en las que se les ha 
considerado curiosidades, referencias antropológicas y sociales y, en menos 
ocasiones, poemas.
El estudio de los textos medievales en inglés antiguo inició en Inglaterra, 
durante el siglo XVI, con el trabajo de compilación, análisis y traducción rea-
lizado por Mathew Parker, arzobispo de Canterbury. La mayor parte de los 
1 Como referencia en relación con estos manuscritos y sus traducciones, remito al lector a los exhaus-
tivos trabajos de John Marion Riddle y Anne Van Arsdall: «Dioscorides» y Medieval Herbal Remedies: 
The Old English Herbarium and Anglo-Saxon Medicine, respectivamente.
~ 8 ~
manuscritos preservados hasta nuestros días está constituida por un amplio 
corpusde poemas anónimos (entre ellos Beowulf), traducciones de textos bí-
blicos, la Crónica anglosajona y los tres compendios de medicina: el herbario y 
los dos manuscritos conocidos como Bald’s Leechbook y Lacnunga. Los últimos 
dos contienen los doce encantamientos en métrica, junto a otros cientos de re-
medios para una variedad de padecimientos de la vida cotidiana. A pesar de su 
amplia extensión, este corpus de medicina se encuentra relegado a un plano se-
cundario dentro de los estudios actuales, tanto literarios como antropológicos. 
Así pues, dado que el interés primordial de mi trabajo es de carácter filológico, 
a continuación analizo la importancia de traducir los tres encantamientos que 
elegí.
Los seres humanos nos sentimos naturalmente atraídos por lo oculto, lo 
mágico y lo sobrenatural, y los encantamientos en métrica están envueltos en 
un halo místico que a muchos nos seduce irremediablemente. Poseen atributos 
relacionados con la oralidad, el canto, la magia, la medicina y la religión, que 
confluyen de una manera poco común y hacen que su estudio y conservación 
sea relevante; son manifestaciones que, por su forma y por el conocimiento 
que contienen, aportan a los ámbitos artístico, científico y antropológico. A lo 
largo del desarrollo de este trabajo, me di cuenta de que existían muchas inter-
pretaciones erróneas acerca del origen, propósito y contenido de estos textos, 
y de que concebirlos únicamente como registros de rituales relacionados con la 
magia limitaba el análisis a un aspecto superficial y no permitía revelar la tota-
lidad de su riqueza. Como resultado de estos descubrimientos, ahora presento 
la traducción directa, del inglés antiguo al español, de tres de los encantamien-
tos en métrica: el «Encantamiento 1: Her ys seo bot, hu ðu meaht þine æceras 
betan; el «Encantamiento 2: Gemyne ðu, mucgwyrt» y el «Encantamiento 12: 
Wenne wenne wenchichenne». Debido a que no tienen título, elegí esta nomen-
clatura con base en la numeración de los Anglo-Saxon Poetic Records, seguida 
del primer verso de cada uno.
No he encontrado registro de otra traducción al español de estos encanta-
mientos, y se trata, quizá, de la primera traducción a un idioma distinto al 
inglés. Esto permite que aquellas personas que estén interesadas en la litera-
~ 9 ~
tura en inglés antiguo o en la cultura anglosajona, y que no dominen el inglés, 
puedan acceder a ellos. Deseo que sea un primer paso hacia la inserción de 
estos y otros textos en inglés antiguo dentro del contexto hispanohablante. De 
este modo, al convertirse en nuevas obras literarias, más personas tendrán la 
posibilidad de conocerlos, acercarse a ellos y apreciarlos por su belleza; no sola-
mente como objetos de estudio antropológico, histórico o literario. Espero que 
esta traducción abra el camino para traducciones futuras que enriquezcan las 
aproximaciones a estos textos en particular y a la literatura anglosajona en ge-
neral. A lo largo el proceso de análisis e interpretación de los tres encantamien-
tos aporto nuevas hipótesis sobre el significado de palabras específicas (por 
ejemplo, anbre en el «Encantamiento 12») y sobre los rituales y procedimientos 
descritos, así como nuevo conocimiento acerca del significado y la utilidad de 
los encantamientos, particularmente el 1 (que es una receta para preparar un 
abono) y el 2 (que es una receta para elaborar un cataplasma contra picaduras 
y ampollas). Aporta también nuevas lecturas de las referencias mitológicas, 
como la alusión a la historia de Odín y la serpiente en el «Encantamiento 2».
Escogí estos tres encantamientos porque en ellos el uso de hierbas con pro-
pósitos curativos aparece de manera más explícita que en otros casos, por lo 
cual su relación con la medicina anglosajona es más evidente2. Los tres se con-
servan en la Biblioteca Británica, en los manuscritos Harley MS 585, Cotton 
Caligula MS A.vii y Royal MS 4A.xiv. Su función es, en el caso del «Encanta-
miento 2» y el «Encantamiento 12», la de transmitir remedios para afecciones 
de los seres humanos, y, en el caso del «Encantamiento 1», la de transmitir un 
remedio para las afecciones de la tierra. Cada uno posee características forma-
les y retóricas que le confieren un gran potencial para ser estudiado como pieza 
literaria, como explicaré más adelante. Los encantamientos representan una 
posibilidad de aproximarse a las distintas formas en las que los hombres de 
aquel entonces concebían y respondían ante situaciones como el hambre y las 
enfermedades, que desde el pasado remoto afectan a todos los seres humanos 
por igual.
2 Si bien son cinco los encantamientos en métrica que tienen mayor relación con la herbolaria, la exten-
sión de este trabajo me obliga a limitar el análisis a tres de ellos. Los dos encantamientos excluidos son 
el número 4, «Wið færstice», y el número 7: «Gif mon biþ on wæterælfadle».
~ 10 ~
Contexto de las traducciones
En el siglo XIX, Oswald Cockayne contribuyó a establecer una concepción ne-
gativa de la medicina medieval con su traducción de los tres textos médicos en 
inglés antiguo, publicada como los tres volúmenes de Leechdoms, Wortcunning 
and Starcraft of Early England;3 a partir de entonces, los remedios se volvieron 
poco más que curiosidades literarias ante los ojos de la crítica (Van Arsdall 54). 
Además de traducir utilizando un vocabulario arcaizante, Cockayne hizo énfa-
sis en los elementos que consideraba supersticiosos y omitió información que 
le parecía «indecorosa», en los remedios para padecimientos de las mujeres, 
traduciendo fragmentos al latín:
In some of the texts, gynecological conditions were also too coarse and re-
pulsive, because the Victorian clergyman [Cockayne] often ran Latin into his 
modern English translation, leaving a reader who cannot read the original 
Anglo-Saxon totally perplexed about what is happening. For example, when 
translating uses for the plant ‘conyza’ he wrote: ‘2. This wort conyza, sodden 
in water, and mulieri sedenti supposita matricem purgat. 3. Si pariere mulier 
nequit, succum huius herbae cum lana ad naturam eius applices, cito partum per-
ficiet’» (Van Arsdall 63).
La oración con la que inicia su prefacio al primer volumen de Leechdoms 
dice: «It will be difficult for the kindliest temper to give a friendly welcome to 
the medical philosophy of Saxon days», y su opinión sobre los encantamientos 
queda en evidencia en la frase «the searching incision of the practiced anato-
mist was replaced by a droning song» (ix-xxvii). La traducción de Cockayne, la 
primera al inglés moderno y la única hecha a partir de la transcripción directa 
de los manuscritos originales, constituye una gran aportación a los estudios 
anglosajones; sin embargo, traduce al otro desde una postura de superioridad. 
Según tal postura, los remedios no son efectivos y quienes utilizaban estos 
3 Es necesario aclarar que la palabra «leech» en estos títulos viene del término anglosajón læce, utilizado 
para referirse a la persona encargada de sanar a otros; es decir, un médico o curandero. No debe con-
fundirse con la acepción más tardía de «leech» como «sanguijuela»; de hecho, se trata de dos palabras 
con dos etimologías distintas y no tuvieron ninguna relación entre sí hasta el siglo XVI (Mory 879). 
Del mismo modo, la palabra lac es un sinónimo de «medicina».
~ 11 ~
encantamientos eran ignorantes. Esta forma de traducir fomenta las interpre-
taciones prejuiciosas de una realidad muy lejana en el tiempo; de ahí que, a 
partir de Cockayne, quedara establecido el estereotipo del médico anglosajón 
que se revela inculto y supersticioso al comparársele con los médicos griegos y 
romanos:
The wisdom of such men as Hyppokrates, and the Epikurean scepticism of the 
age of Horatius Flaccus, had reduced the influence of magicians among cul-
tivated minds to some reasonable limits. The revival of their power has been 
attributed to the deppressing effect of imperial tyranny; but a larger share is 
probably due to the inroad of barbaricminds which the calm light of knowl-
edge had not reached (Cockayne xxi).
En esta cita, tomada del primer volumen de Leechdoms, se infiere que los 
magos y los que creen en ellos no son «mentes cultivadas». Esta clase de este-
reotipo sigue vigente hoy en día, perpetuada por críticos como Michael D. J. 
Bintley, quien en Trees and Timber in the Anglo-Saxon World: Medieval History 
and Archaeology afirma que el «Encantamiento 1» constituye un ritual de ma-
gia empática, y en ningún momento argumenta las razones o pruebas que lo 
llevaron a tal conclusión. El motivo de mi desacuerdo con Bintley lo veremos 
en el análisis de la traducción de dicho encantamiento.
~ 12 ~
Objetivo y metodología
La persona que traduce un texto por primera vez de un idioma a otro produce 
un texto que, durante un tiempo, ha de volverse representativo no solo de la 
literatura de partida, sino de la cultura de partida en su totalidad (Tymoczko 
17). Maria Tymoczko dice que la distancia temporal y contextual, de la cual el 
traductor es partícipe inevitable, trae consigo
issues related to the interpretation of material and social culture (including 
law, economics, and so forth), history, values, and world view; serious pro-
blems with the transference of literary features such as genre, form, perfor-
mance conventions, and literary allusions; as well as the inevitable questions 
of linguistic interface (Tymoczko 12-3).
Desde esta perspectiva, toda traducción es reinterpretación, reescritura y 
renarración.
No conozco una teoría de traducción que aborde específicamente la clase de 
problemáticas a las que me enfrento en este trabajo ni que esté orientada ha-
cia la consecución de un objetivo como el que aquí planteo; sin embargo, este 
trabajo se nutre de una considerable cantidad de estudios traductológicos que 
han quedado profundamente integrados en mi ética de traducción y que le han 
dado solidez al proceso consciente de toma de decisiones. Estoy especialmen-
te agradecida con el trabajo de Maria Tymoczko, a quien tuve la oportunidad 
de conocer personalmente, por su aproximación a los textos a los que llama 
«marginados» y su afirmación de la responsabilidad que conlleva toda primera 
traducción: «The Metonymics of Translating Marginalized Texts» fue un punto 
de partida que me ayudó a generar ideas y a leer los encantamientos desde un 
punto de vista que después se convertiría en el hilo conductor de mi traduc-
ción. También fueron de gran trascendencia para este trabajo el análisis de la 
relación entre traducción e identidad que hace Michael Cronin en Translation 
and Identity, y los invaluables estudios sobre las diversas maneras de traducir 
y los conceptos de equivalencia, pérdida y ganancia que hace Susan Bassnett 
en la tercera edición de Translation Studies. Asimismo, resultó de gran inspi-
~ 13 ~
ración el trabajo de J.R.R. Tolkien con su manera de reconstruir la percepción 
de Beowulf en el desafiante «Beowulf: The Monsters and the Critics» (el cual 
inicia, por cierto, haciendo referencia a Oswald Cockayne y Joseph Bosworth), 
así como el impresionante trabajo creativo de los poetas comisionados para 
traducir los textos que forman parte de The Word Exchange: Anglo-Saxon Poems 
in Translation: entre ellos Seamus Heaney (autor de la introducción y traductor 
de «Deor»), Yusef Komunyakaa (traductor de «The Ruin»), Paul Muldoon (tra-
ductor de «Wulf and Eadwacer»), Mary Jo Salter (traductora de «The Seafarer») 
y X. J. Kennedy (traductor de «The Battle of Finnsburh: A Fragment»), por 
mencionar sólo algunos.
Mi análisis, interpretación y consecuente traducción de estos tres encan-
tamientos buscan romper los estereotipos establecidos por Oswald Cockayne 
y tomar en cuenta la diversidad estilística y retórica propia de cada encanta-
miento. Esto lo hago partiendo de dos consideraciones. La primera es que me 
interesa recuperar su validez como textos literarios que pueden contribuir a la 
creación de conocimiento en distintas disciplinas, dado que considero inmi-
nente la necesidad de reunificar todas las áreas de conocimiento bajo el ala del 
humanismo. Creo que textos como estos pueden convertirse en puentes que 
sirvan a dicho fin, especialmente entre las ciencias y las humanidades.
Para considerar los alcances de esta clase de integración multidisciplinaria 
basta observar cómo el estudio de la medicina antigua se ha convertido en «a 
field to which modern pharmaceutical research is now turning for new or alter-
native therapies» (Van Arsdall i). Dentro de esta búsqueda, uno de los recursos 
más importantes es el de los manuscritos medievales de botánica y herbolaria. 
Para citar un ejemplo, en marzo de 2015 se llevó a cabo un experimento en el 
Centre for Biomolecular Sciences de la Universidad de Nottingham: la recrea-
ción de un remedio para infecciones oculares contenido en Bald’s Leechbook. El 
resultado fue un antibiótico capaz de eliminar al 90 por ciento el estafilococo 
MRSA, una bacteria común en los hospitales y resistente a la mayoría de an-
tibióticos, entre ellos la penicilina y la meticilina.4 Éste es solamente un ejem-
4 Harrison F, Roberts AEL, Gabrilska R, Rumbaugh KP, Lee C, Diggle SP. 2015. «A 1,000-year-old antimi-
crobial remedy with antistaphylococcal activity». mBio 6(4): e01129-15. DOI: 10.1128/mBio.01129-
15.
~ 14 ~
plo de lo que se puede lograr al promover el trabajo conjunto entre ciencias y 
humanidades,5 y es una de las principales por las que decidí conservar, dentro 
de lo posible, la especificidad de todos los ingredientes mencionados en los 
encantamientos, especialmente las plantas.
La segunda consideración es que la estructura formal de estos textos, única 
en su musicalidad, es muy enriquecedora para la literatura, y mi principal ob-
jetivo es recrear sus características prosódicas en esta traducción al español. Al 
tratarse de textos con secciones versificadas (que en algunos casos representan 
casi la totalidad del encantamiento), la forma es tan importante como el signi-
ficado, de modo que busco mantener un equilibrio entre la equivalencia formal 
y la equivalencia semántica.
Así pues, mi intención era crear una traducción dirigida a un público lo más 
amplio posible, sin que por ello el texto quedara simplificado; está pensada 
para que la puedan comprender y disfrutar tanto las personas sin un bagaje 
académico como los especialistas del ámbito literario y científico, y para que, 
a la vez, pueda resultar de utilidad para estos últimos por las ya mencionadas 
características tan variadas de los encantamientos. Desde el inicio tomé a Mé-
xico como objetivo contextual, lo cual en sí mismo resulta verdaderamente am-
plio. Creo, no obstante, que el texto es lo suficientemente comprensible para 
el lector mexicano promedio, y nunca sentí la necesidad de simplificarlo para 
que esto fuera así. Pensar en un público mexicano me sirvió principalmente al 
momento de escoger los nombres comunes de las plantas que figurarían en la 
traducción; sin embargo, no descarto la posibilidad de que la traducción sirva 
a cualquier lector hispanohablante, independientemente de su nacionalidad.
5 El botánico M. L. Cameron, en su investigación sobre los remedios medievales y los componentes pro-
venientes de plantas utilizados en la medicina moderna, da un ejemplo de cómo algunas instrucciones 
que antes se consideraban irracionales o rituales en realidad tenían una justificación práctica. Es el 
caso de la indicación de preparar determinados remedios con utensilios de cobre; Cameron demostró 
que esto tenía que ver con la forma en la que los metales afectan e interactúan con las propiedades 
químicas de las plantas, pues la formación de sales de cobre tiene un efecto antimicrobiano. También 
demostró que algunas interpretaciones de las instrucciones en los remedios de Bald’s Leechbok eran 
cuestiones prácticas, contrariamente a los que creían críticos como Godfrid Storms (Van Arsdall 89-
90).
~ 15 ~
Fuentes
Las principales fuentes en las que me apoyo para lasreferencias de significado, 
contexto y cuestiones gramaticales son las siguientes:
El diccionario Bosworth-Toller, conocido por ser el diccionario de anglosajón 
más completo hasta la fecha. Es el trabajo de investigación de Joseph Boswor-
th, primer profesor de inglés antiguo en Oxford, con quien Oswald Cockayne 
(que a su vez trabajaba en un extenso y meticuloso diccionario que nunca vio 
la luz) sostuvo una rivalidad toda la vida6. La primera edición del diccionario de 
Bosworth se publicó en 1889. Tras su muerte, Thomas Northcote Toller hizo 
algunas correcciones y agregó anotaciones y apéndices, además de una nueva 
introducción, que culminaron en la publicación del diccionario en su forma 
actual, en 1921. Este diccionario está completamente digitalizado en el sitio: 
http://www.bosworth-toller.com.
El Dictionary of Old English de la Universidad de Toronto, complementario 
del Oxford English Dictionary y el Middle English Dictionary. Este diccionario 
aún es un proyecto en proceso de desarrollo; una vez concluido pretende con-
formar la base de datos más amplia del inglés antiguo, que será gratuita y de 
libre acceso en línea. Se puede acceder a los avances en el sitio: http://doe.uto-
ronto.ca/pages/index.html. Además de los diccionarios, tomo como referencia 
la digitalización de los manuscritos Harley MS 585 y Royal MS 4A.xiv, realiza-
da por la Biblioteca Británica. A falta de una digitalización del Cotton Caligula 
MS A.vii, en el que se encuentra el «Encantamiento 1», me baso en la edición 
en inglés antiguo de Oswald Cockayne, por tratarse de una transcripción fiel 
del manuscrito.
Además de estas fuentes, recurro a un análisis y comparación de todas 
las traducciones al inglés que me ha sido posible encontrar, entre ellas la de 
Oswald Cockayne, la de Grendon, y las de Nick Laird, Tom Sleigh y Maurice 
Riordan (tomadas de The Word Exchange: Anglo-Saxon Poems in Translation). 
También son muy importantes las contribuciones de Felix Grendon, a quien 
6 La investigación detallada sobre la vida, obra y relaciones de Oswald Cockayne, entre ellas su relación 
antagónica con Joseph Bosworth, se encuentra en el libro Medieval Herbal Remedies: The Old English 
Herbarium and Anglo-Saxon Medicine de Anne Van Arsdall.
~ 16 ~
debemos el primer texto consagrado exclusivamente al análisis y traducción de 
los encantamientos: «The Anglo-Saxon Charms», un ensayo de 132 cuartillas 
de extensión publicado en 1909.
Otro libro sin el cual este trabajo habría sido imposible es Medieval Herbal 
Remedies: The Old English Herbarium and Anglo-Saxon Medicine de Anne Van 
Arsdall, publicado en 2010. Éste incluye la traducción de Arsdall del herbario 
anglosajón, así como una detallada exposición del extenso trabajo de investi-
gación que dicha traducción conllevó. En el herbario aparecen listadas todas 
las plantas y sus variantes junto a su nombre científico y a todos sus nombres 
vernáculos registrados.
Como referencia para traducir los nombres de las plantas también fue muy 
importante la sección «Nomina Herbarvm» del Glosario de Ælfric, escrito apro-
ximadamente en el siglo X. En el glosario, apéndice de su gramática del latín, 
hace una lista de nombres latinos de plantas y su traducción al anglosajón. 
También resultó de gran ayuda el Atlas de las plantas de la medicina tradicional 
mexicana, editado en 1994 por el Instituto Nacional Indigenista (hoy Comi-
sión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, CDI) y publicado en 
2009 en la Biblioteca Digital de la Medicina Tradicional Mexicana de la UNAM. 
Gracias a estos trabajos pude tomar una decisión documentada respecto a la 
elección del nombre común de algunas plantas, como el berro amargo y la hier-
baluna, cuya identidad no habría podido determinar de otra manera.
~ 17 ~
De la oralidad al manuscrito: características litera-
rias de los textos seleccionados
Aunque en distinta proporción y orden, cada uno de los tres encantamientos 
seleccionados presenta tres secciones: la receta en prosa, que es el remedio 
tangible para tratar un mal; la sección métrica, que representa el aspecto ritual 
y poético, y las instrucciones, también en prosa, que dan cohesión a la receta y 
el ritual. Entre sus atributos retóricos se encuentran la simetría estructural; las 
figuras retóricas como la anáfora, las metáforas relacionadas con la guerra y las 
referencias mitológicas, y los recursos reiterativos, enfáticos y musicales como 
la rima y la aliteración.
Las estructuras de repetición presentes en las secciones métricas parecen 
provenir de la oralidad y cumplen con una función mnemotécnica. Dado que 
en la Inglaterra de los siglos IX-XII muy pocas personas sabían leer, podemos 
suponer que estas fórmulas tenían que estar memorizadas antes de realizar 
el encantamiento. Ante esto surge la pregunta de cuánta libertad podrían ha-
ber tenido los escribas, al momento de transferir los encantamientos al papel, 
para modificar dichas fórmulas sin atentar contra la eficacia del remedio. Exis-
te la posibilidad de que fueran ellos mismos quienes, comisionados para dar 
cohesión y fijar por escrito el conocimiento oral del pueblo, hubieran decidido 
conferirle estructuras que favorecieran la memorización. Por otra parte, es po-
sible que los remedios provenientes de la oralidad hayan sido alterados con la 
intención de adecuarlos a las creencias cristianas o incluso de «embellecerlos» 
con recursos poéticos. Por esta razón, se vuelve muy difícil determinar qué 
estructuras gramaticales y elementos retóricos son producto de la oralidad y 
cuáles son intervenciones o invenciones de los escribas. Sin embargo, como 
sucede con todo producto literario, al final lo único que se puede analizar ob-
jetivamente es la unidad fija a la que tenemos acceso, más allá de todo lo que 
haya podido formar parte del proceso creativo.
Las secciones métricas, por sus características rítmicas, tienen un carácter 
musical que sugiere que estaban destinadas a cantarse. En este punto me refe-
riré a la Germania de Tácito, la cual inicia con una breve descripción geográfica 
~ 18 ~
para continuar inmediatamente después con una descripción de la importan-
cia de la música y el canto entre las sociedades de los guerreros germanos:
Mediante antiguos cánticos, única forma de crónica e historia que hay entre 
ellos, conmemoran al dios Tuistón [...] Hablan de que entre ellos hubo también 
un Hércules y, cuando van a entrar en combate, lo ensalzan en sus cantos como 
el más valiente entre los valientes. Tienen también otros cantos, con cuya en-
tonación, que llaman ‘baritum’, enardecen los ánimos, y con el mismo canto 
predicen la suerte de la próxima lucha (114).
Para clasificar estos textos, procedimiento necesario para su análisis, me 
parece adecuado llamarlos «encantamientos». Efectivamente, podemos ar-
gumentar que son composiciones cuyo principal objetivo es «encantar» (del 
latin in + cantare; en este contexto, quiere decir cantar o recitar palabras que 
afecten a una cosa o ser, en beneficio de quien canta), razón por la cual los 
llamo «encantamientos»; esto hace más fácil distinguirlos de otros textos 
poéticos que no tienen el mismo objetivo.
Sin embargo, coincido con Albert Lord cuando discute la transmisión de 
cantos y tradiciones orales en The Singer of Tales, y concluye que «the picture 
that emerges is not really one of conflict between preserver of tradition and 
creative artist; it is rather one of the preservation of tradition by the con-
stant re-creation of it. The ideal is a true story well and truly retold» (29). Se 
trata del mismo proceso creativo que da origen a la poesía. La elección de pala-
bras en las secciones métricas de los encantamientos sugiere una motivación 
estética. Tomemos por ejemplo la palabra wancgturf en el «Encantamiento 2»: 
el uso de la palabra wancg, que se refiere a la superficie de una extensión de te-
rreno, se usa casi exclusivamente en la poesía.7 Para estos textos en particular, 
retomaría el término poesía mágica,que Robert Graves utiliza en su prólogo 
a The White Goddess cuando narra cómo en la antigüedad se creía en el poder 
mágico de las palabras, y se les empleaba para establecer una relación con los 
espíritus y divinidades y como una forma de tener control sobre la naturaleza. 
Graves denomina «magical poetry» [poesía mágica] a las composiciones que 
7 Ver la entrada de wang en la base de datos digital del Bosworth-Toller: «wang es; m. . I. the word, which 
is almost confined to poetry, may be rendered by words denoting the surface of the ground taken in 
their most general sense».
~ 19 ~
cumplen con esta función (4). Aunque el término resulta poco preciso para este 
trabajo, la acotación me parece pertinente en tanto que describe de manera 
más profunda el carácter de estos encantamientos.
Métrica
La métrica de la poesía en anglosajón se determina con base en el patrón de 
acentos y aliteraciones de los textos que sobreviven hasta nuestros días. La 
ausencia de otro tipo de versificación se debe a que en los manuscritos no hay 
divisiones entre versos y la puntuación es casi inexistente, con la excepción de 
algunas mayúsculas empleadas para indicar el inicio de un nuevo texto y de 
algunos puntos que representan una pausa muy distinta a la del punto moder-
no, pues con frecuencia se encuentran a la mitad de una oración o unidad de 
contenido semántico. El patrón acentual que predomina es el de cuatro acentos 
divididos por una cesura. Usualmente, cada grupo de cuatro acentos se edita 
como un verso en las ediciones impresas a partir del siglo XIX.
El patrón aliterativo es de cuando menos dos palabras que aliteran entre sí 
por cada verso. Jonathan Roper establece que «the canonical pattern of allite-
ration in Old English alliterative verse is assumed to be alliteration between 
the first and/or second and the third stress, and never on the fourth stress» 
(Metre 116), mientras que Jun Teresawa lo define como «a repetition of the 
same sound at the beginning of two or more stressed words in a line» (loc. 
186).
Los doce «encantamientos métricos» contienen secciones en verso y seccio-
nes en prosa; la única excepción es el «Encantamiento 12», compuesto en verso 
en su totalidad. Son estos fragmentos versificados (es decir, que presentan los 
ya mencionados patrones de ritmo y aliteración) los que los hacen diferentes 
de los otros cientos de remedios que conforman el corpus de medicina en in-
glés antiguo. Aunque la aliteración es la figura retórica de repetición que pre-
domina, algunas secciones se distinguen de la prosa mediante otras clases de 
repetición, como la rima y el paralelismo. El «Encantamiento 1», por ejemplo, 
presenta variaciones importantes entre las secciones versificadas, mientras 
~ 20 ~
que las instrucciones en prosa siguen un solo estilo narrativo. Por otra parte, 
en el «Encantamiento 2» existe una regularidad acentual marcada por series 
de aliteraciones cuyo número aumenta y disminuye de manera alternada. En 
otras palabras, los versos se alargan y se acortan, y no siguen un patrón fijo de 
cuatro acentos. Las características de estas secciones se asemejan a las cualida-
des poéticas a las que nos referimos hoy en día cuando queremos clasificar un 
texto como poesía.
Como hemos visto, las secciones en prosa vuelven imprecisa la definición 
de «encantamientos métricos». Roper afirma que, si se toman en cuenta los 
patrones de otros textos en inglés antiguo, las características prosódicas de los 
encantamientos no son tan marcadas o evidentes; en realidad, lo que sucede 
es que no siguen los patrones métricos usuales. Es por eso que Roper propone 
una teoría según la cual los encantamientos se apegan a las convenciones de 
un género distinto: «it is also conceivable that there might be something gen-
re-specific at work here, i.e. these peculiarities might rather be typical of char-
ms than of all ‘popular’ genres. If this is so, could the key to the irregularity of 
the Old English gealdor be found in the Icelandic galdralag (charm-measure)?» 
(Metre 117-8). Para demostrar su teoría, Roper da un ejemplo tomado del Hát-
tatal8 de Snorri Sturluson, que contiene anáforas y repeticiones de líneas simi-
lares a las que se encuentran en los encantamientos 1 y 2.
Roper menciona también que el investigador sueco Ivar Lindquist, en su 
trabajo Galdrar, sugiere que el galdralag es
a later development of an earlier, common Germanic form (that he calls gal-
derform), and that […] where we find anaphora introducing parallel expres-
sions of the same basic idea (‘thought-rhyme’), alliteration and end-rhyme/
epiphora in charms, we have an instance of galderform» (Metre 119).
Un ejemplo de esto son las palabras finales de los versos de una de las sec-
ciones del «Encantamiento 1» (que terminan todas en -wæstma): si aceptamos 
la hipótesis de Lindquist, estamos, efectivamente, ante un ejemplo de galder-
form.
8 Última sección de la Edda prosaica, un manual de poesía islandesa escrito entre los siglos XII y XIII.
~ 21 ~
Roper añade que es más probable incluso que existieran varias galderform 
y no una sola. Por otra parte, Etunimetön Frog hace un detallado análisis del 
dróttkvætt, la forma métrica de la poesía escáldica, que revela una particular 
cercanía con los encantamientos. Además del poema conocido como «The Rhy-
ming Poem», los encantamientos en verso son los únicos textos en inglés an-
tiguo en los que se presenta con cierta regularidad el uso deliberado de rimas. 
Precisamente, «Skaldic poetry was set apart from other early Germanic poetry 
by the integration of rhyme as a metrical requirement» (Frog 297). Uno de los 
ejemplos que da Frog es el de la rima hríð [...] síðan (que traduce como «storm 
[...] then»):
malm-hríð jǫfurr síðan ‘storm ... then’ (Edáð Banddr 4I.2) 
vápn-hríð konungr – síðan ‘storm ... then’ (Arn Magndr 8II.2) 
eld-hríð es varð – síðan ‘storm – then’ (Arn Þorfdr 20II.6) 
odd-hríð vakið síðan ‘storm ... then’ (Hskv Útdr 10II.2) 
odd-hríð, ok, brátt síðan ‘storm ... then’ (Kolli Ingdr 1II.2) (298).
Podemos ver la similitud en la construcción de las rimas de una de las sec-
ciones en verso del «Encantamiento 1»:
sceafta hehra, scirra wæstma, [soberbia y deslumbrante fructifique] 
and þæra bradan berewæstma, [y vasta cosecha de cebada fructifique] 
and þæra hwitan hwætewæstma, [y dorado tributo de trigo fructifique] 
and ealra eorþan wæstma [y toda la tierra fructifique] 
Otro parecido con la poesía escáldica es que en el dróttkvætt existe una uni-
dad métrica a la que Frog llama «unit of utterance» [unidad de enunciación] o 
«verse-word» [palabra-verso], cuyos elementos léxicos pueden presentar una 
gran variedad de relaciones con otros versos y entre sí (Frog 301). Esto es lo 
que sucede con la oración «þu miht wiþ þam laþan ðe geond lond færð», que se 
repite a lo largo del «Encantamiento 2», con distintas implicaciones y variacio-
nes según el lugar en el que aparece.
Por último, los tres encantamientos presentan una particularidad en el pa-
~ 22 ~
trón aliterativo. Se trata de una forma a la cual, a falta de un mejor término, 
llamaré provisionalmente «aliteración encabalgada»; es decir, que las dos pala-
bras que aliteran en un verso encuentran un eco en una tercera palabra al final 
del verso siguiente:
and heo si geborgen wið ealra bealwa gehwylc 
þara lyblaca geond land sawen.
Del mismo modo, en el dróttkvætt «the first stressed position in even lines 
should alliterate with two lexically stressed syllables in the preceding line, 
forming a couplet» (Frog 284).
Aliteración
La aliteración suele estar ligada de manera intrínseca al contenido semántico, 
y no es meramente ornamental (Roper, Alliteration 419). Para crear una equi-
valencia en español del estilo métrico de los encantamientos, es necesario con-
servar la aliteración al traducirlos. Roper define la aliteración semántica como 
«alliteration emerging in translation as sound which provides added semantic 
value, here, within the register of children’s literatureand the micro-genre of 
character names, that extra information is an index of ‘name-ness’» (Alliter-
ation 428). Un ejemplo del tipo de «name-ness» al que se refiere es el primer 
verso del «Encantamiento 12»: «Wenne wenne wenchichenne», donde wenchi-
chenne («grano» + «garbanzo» o «grano» + «gallina») es una combinación de 
palabras que no tiene sentido, pero que le confiere un atractivo especial a la 
palabra que denomina la enfermedad. Esto se ve reforzado por la aliteración y 
rima con wenne [grano]. Así pues, queda claro que traducir «granobanzo» o una 
combinación similar no resulta en un sonido equivalente en español; resulta 
más apropiado traducir «Grano, grano, grano-villano». Esta traducción toma 
en cuenta, además, que poco después el grano es referido como «ermig» [mal-
vado]. Más adelante veremos un análisis detallado del proceso de traducción 
de este encantamiento.
Aunque existe una gran cantidad de trabajos académicos relacionados con 
~ 23 ~
la cuestión de la aliteración en lenguas germánicas, no sucede lo mismo en re-
lación con el español.9 Existe una idea bastante generalizada de que el español 
no es una lengua aliterativa y han sido pocos, en proporción, los autores que 
han buscado explorarla. No he encontrado estudios que analicen a detalle la 
presencia de la aliteración en el español (solamente se le menciona como un 
elemento retórico en poemas específicos), con excepción del breve «Hacia una 
definición empírica de la aliteración», publicado en 1976 por David M. Gitlitz 
del Colegio de México. En este trabajo de investigación empírica, Gitlitz anali-
za lo que hace que un texto en español se considere aliterativo, y los resultados 
de su estudio demuestran que la aliteración en español no depende tanto de 
una repetición idéntica de sonidos al inicio de una palabra, como sí sucede en 
el inglés, sino que depende de aspectos que suelen pasarse por alto. El trabajo 
de Gitlitz me ayudó a crear una clasificación provisional de cinco clases de alite-
ración en español que utilizaría para trasladar las aliteraciones de los encanta-
mientos en inglés antiguo. La clasificación se configuró de la siguiente manera: 
aliteración perfecta, aliteración completa, aliteración por diptongo, aliteración 
débil y aliteración media.
Las que denomino aliteración perfecta y aliteración completa destacan por su 
frecuencia, tanto en el texto en anglosajón como en mi traducción. La primera 
se refiere a las palabras cuya sílaba acentuada contiene la misma consonante 
y vocal; por ejemplo, en la frase «el trigo dorado para la trilla» vemos que el 
acento prosódico cae en la sílaba «tri», idéntica en ambas palabras. Lo mismo 
sucede con «seo læsse ða maran, seo mare þa læssan» en el «Encantamiento 2». 
La aliteración completa es aquella que se forma cuando el acento prosódico cae 
en una sílaba que inicia con la misma consonante pero va seguida de una vocal 
distinta; por ejemplo: «alimento de este mundo», o, en anglosajón, «stond heo 
wið attre, stunað heo wærce», en el «Encantamiento 1». La aliteración por dip-
tongo es igual que la completa, con la única diferencia de que una de las sílabas 
aliterativas tiene un diptongo y la otra no.
La aliteración débil es aquella en la que dos sílabas forman una aliteración, 
9 Una excelente referencia a un estudio exhaustivo sobre la historia y las jerarquías de la aliteración en 
inglés es el libro Alliteration and Sound Change in Early English de Donka Minkova.
~ 24 ~
pero en una de ellas cae el acento prosódico y en la otra no; por ejemplo: «el 
tributo dorado de trigo». En este caso particular, el sonido de «tri» es tan pre-
dominante que hace innecesario el uso de la aliteración perfecta. Este tipo de 
aliteración ocurre en español con mucha más frecuencia de lo que suele creer-
se. Por último, la aliteración media es aquella en la que aparece una consonante 
distinta en una de las palabras, entre la consonante dominante de una de las 
sílabas y la vocal que le sigue, lo cual impide que se forme una aliteración com-
pleta; por ejemplo, entre las palabras «broma» y «boca» la «r» es la consonante 
extra, y entre «fearras» y «fnærdon» es la «n».
Voz poética
Una cuestión complicada es la clasificación del tipo de «voz» del texto, la voz 
encargada de indicar las instrucciones que aquella persona que las escucha debe 
hacer para que el remedio surta efecto. Dado que los textos poseen característi-
cas tanto poéticas como narrativas, es difícil tomar la decisión de llamar a esta 
voz «voz poética» o «narrador»; no se trata ni de una persona (según el uso de la 
palabra en latín) que describe o comunica emociones y pensamientos, ni de un 
narrador que cuenta una historia o anécdota. Otro problema surge en relación 
con el receptor (quien recibe las instrucciones) es que no se trata de un receptor 
pasivo sino de uno activo y extradiegético; alguien que debe, en efecto, prepa-
rar un abono o un cataplasma y cantar las secciones en verso, y cuyo rango de 
acción se extiende más allá del espacio narrativo del encantamiento. Por otra 
parte, dentro de cada texto existen receptores que no son los mismos que la 
persona que recibe las instrucciones; por ejemplo, en el «Encantamiento 1», las 
plegarias y cantos se dirigen a Dios, María y la Madre Tierra. Para diferenciar a 
estos receptores intradiegéticos de los extradiegéticos, llamaré a los primeros 
oyentes y a los últimos actores, ya que son quienes ejecutan las acciones. A la 
voz que dicta las instrucciones la llamaré dictante.
Es imposible determinar la relación que había entre actor y dictante en el 
contexto original del encantamiento; es decir, no podemos saber a ciencia cier-
ta si quienes cumplían uno y otro papel en el espacio extradiegético eran, por 
~ 25 ~
ejemplo, un sacerdote y un campesino o un dueño de tierras y un médico. Una 
forma de conjeturar al respecto sería a partir de variantes ideolectales que se 
encontraran en los textos; sin embargo, la distancia temporal y espacial que 
existe entre el contexto de los manuscritos y el contexto que da origen a esta 
traducción, además de las irregularidades ortográficas del inglés antiguo y la 
escasez de documentos antropológicos e históricos, hace imposible la tarea de 
identificar tales variantes. Más adelante abordaré los problemas relacionados 
con la traducción de registros en cada uno de los encantamientos. En cuanto a 
las irregularidades ortográficas, no se les puede considerar variantes ideolecta-
les porque lo más probable es que existan a causa de la falta de homogeneidad 
del idioma durante el período en el que los textos fueron inscritos. Esta falta de 
homogeneidad se presenta no sólo entre un encantamiento y otro, sino dentro 
de cada uno de ellos: por citar un ejemplo, está la palabra ðonne [«entonces», 
«en ese momento», «cuando», «después de eso», «en ese caso», entre otras], con 
sus variaciones registradas: ðanne y ðænne.
Ahora que he expuesto un breve panorama general de los contextos en los 
que se insertan tanto los textos base como este trabajo, procedo a presentar 
mis traducciones de los tres encantamientos, cada una seguida de un análisis 
del proceso de jerarquización de los aspectos retóricos y semánticos que seguí, 
además de un análisis de los principales problemas con los que me encontré 
a lo largo de este proceso; de las diferentes alternativas que se me presenta-
ron y de los motivos que me hicieron tomar las decisiones finales. También 
comparo los pasajes más problemáticos de mi traducción con las traducciones 
existentes al inglés, principalmente las de Oswald Cockayne, Felix Grendon, 
Nick Laird, Tom Sleigh y Maurice Riordan. La presentación en dos columnas, 
en inglés antiguo a la izquierda y en español a la derecha, pretende facilitar la 
comprensión y la comparación lineal. Para comenzar, analizaré la traducción 
del «Encantamiento 1», cuyos principales problemas de traducción se relacio-
nan con el contexto cultural que lo origina y el sincretismo que se presenta a lo 
largo detodo el texto.
Traducción del «Encantamiento 1»
~ 28 ~
Her ys seo bot, hu ðu meaht þine æceras betan gif hi nellaþ wel 
wexan oþþe þær hwilc ungedefe þing on gedon bið on dry oððe 
on lyblace.
Genim þonne on niht, ær hyt dagige, feower tyrf on feower heal-
fa þæs landes, and gemearca hu hy ær stodon. Nim þonne ele 
and hunig and beorman, and ælces feos meolc þe on þæm lande 
sy, and ælces treow-cynnes dæl þe on þæm lande sy gewexen, 
butan heardan beaman, and ælcre namcuþre wyrte dæl, butan 
glappan anon, and do þonne haligwæter ðær on, and drype 
þonne þriwa on þone staðol þara turfa, and cweþe ðonne ðas 
word: Crescite, wexe, et multiplicamini, and gemænigfealda, et 
replete, and gefylle, terre, þas eorðan. In nomine patris et filii et 
spiritus sancti sit benedicti. And Pater Noster swa oft swa þæt 
oðer.
And bere siþþan ða turf to circean, and mæssepreost asinge 
feower mæssan ofer þan turfon, and wende man þæt grene to 
ðan weofode, and siþþan gebringe man þa turf þær hi ær wæron 
ær sunnan setlgange. And hæbbe him gæworht of cwicbeame 
feower Cristes mælo and awrite on ælcon ende: Matheus and 
Marcus, Lucas and Iohannes. 
~ 29 ~
Con este remedio podrás hacer que tus tierras se recuperen si es 
que (vaya desgracia) nada quiere crecer en ellas, o la obra de un 
hechicero o un veneno dificultan su germinación:
Por la noche, justo antes del amanecer, saca cuatro monto-
nes de tierra de cada uno de los cuatro lados de tu propiedad 
y deja una marca en el lugar en el que estaban. Después toma 
aceite, miel, levadura, leche de cualquier tipo de ganado que 
poseas, trozos de madera de los árboles que crezcan en tu tie-
rra, excepto de los de madera dura, y toma de todas las hierbas 
cuyo nombre conozcas, excepto de cualquier variedad invasora. 
Revuelve todo y mézclalo con los cuatro montones de tierra. 
Inmediatamente después, prepara agua bendita y salpica tres 
veces sobre cada montón, diciendo cada vez el Padre Nuestro 
y estas palabras: Crescite, crezcan, et multiplicamini, y multiplí-
quense, et replete, y llenen, terre, la tierra . In nomine patris et 
filii et spiritus sancti sit benedicti.
Luego lleva los montones de tierra a la iglesia y pide al sacer-
dote encargado que cante cuatro misas sobre ese verdor; que 
los lleve al altar y luego de vuelta a tus tierras, antes de la puesta 
de sol. Pídele también que talle cuatro cruces de madera del 
árbol de la vida y que escriba en cada extremo: Mateo, Marcos, 
Lucas y Juan. 
~ 30 ~
Lege þæt Cristes mæl on þone pyt neoþeweardne, cweðe 
ðonne: Crux Matheus, crux Marcus, crux Lucas, crux sanctus 
Iohannes. Nim ðonne þa turf and sete ðær ufon on and cweþe 
ðonne nigon siþon þas word, Crescite, and swa oft Pater Nos-
ter, and wende þe þonne eastweard, and onlut nigon siðon ead-
modlice, and cweð þonne þas word:
Eastweard ic stande, arena ic me bidde, 
bidde ic þone mæran domine, bidde ðone miclan drihten, 
bidde ic ðone haligan heofonrices weard, 
eorðan ic bidde and upheofon 
and ða soþan sancta Marian 
and heofones meaht and heahreced,
þæt ic mote þis gealdor mid gife drihtnes
toðum ontynan þurh trumne geþanc,
aweccan þas wæstmas us to woruldnytte, 
gefyllan þas foldan mid fæste geleafan,
wlitigigan þas wancgturf
swa se witega cwæð
þæt se hæfde are on eorþrice
se þe ælmyssan dælde domlice
drihtnes þances.
~ 31 ~
Deposita una cruz al fondo de cada uno de los agujeros que 
cavaste y di: crux Matheus, crux Marcus, crux Lucas, crux sanctus 
Iohannes. Después toma la tierra preparada, déjala caer sobre 
las cruces y di nueve veces la palabra «crescite» y el Padre Nues-
tro. Procede en dirección al este, inclínate con humildad nueve 
veces y di estas palabras:
«Frente al Este estoy de pie, misericordia pido para mí;
yo pido al loado Soberano; pido yo al Señor glorioso;
yo pido al Santo, al guardián del tesoro celeste;
a la tierra le pido y al cielo;
y a la prístina, proba María;
y al poder del cielo y la sacra morada,
que esté en mi poder que este encantamiento, si es la vo-
luntad del Señor,
se lance entre mis labios con firmeza:
despierten los frutos, alimento de este mundo;
rebose este lugar de hojas fuertes;
tórnese hermosa la faz de esta tierra.
Así dijo el sabio desde antaño:
tendrá riquezas en la tierra
quien las reparta entre los pobres,
pues al Señor complace».
~ 32 ~
Wende þe þonne III sunganges astrece þonne on andlang and 
arim þær letanias and cweð þonne: Sanctus, sanctus, sanctus 
oþ ende. Sing þonne Benedicite aþenedon earmon and Magnif-
icat and Pater Noster III, and bebeod hit Criste and sancta Mar-
ian and þære halgan rode to lofe and to weorþinga and to are 
þam þe þæt land age and eallon þam þe him underðeodde synt.
ðonne þæt eall sie gedon, þonne nime man uncuþ sæd æt ælm-
esmannum and selle him twa swylc, swylce man æt him nime, 
and gegaderie ealle his sulhgeteogo togædere; borige þonne on 
þam beame stor and finol and gehalgode sapan and gehalgod 
sealt. Nim þonne þæt sæd, sete on þæs sules bodig, cweð þonne:
Erce, Erce, Erce, eorþan modor, 
geunne þe se alwalda, ece drihten, 
æcera wexendra and wridendra, 
eacniendra and elniendra,
sceafta hehra, scirra wæstma, 
and þæra bradan berewæstma, 
and þæra hwitan hwætewæstma, 
and ealra eorþan wæstma. 
Geunne him ece drihten
~ 33 ~
Vuelve y recorre tres veces todo el terreno siguiendo la di-
rección del sol mientras dices una serie de letanías. Después di 
completo el «Sanctus, sanctus, sanctus». Luego, con los brazos 
extendidos, canta tres veces el Benedicite y tres veces también 
el Magnificat y el Padre Nuestro, y dirige estas oraciones a Cris-
to y a Santa María y a la Santa Cruz para que concedan su favor, 
una buena cosecha y ganancias a aquel que es dueño de esta 
tierra y a todos los que dependen de él.
Ya que todo esté listo, lleva a un hombre con los limosneros 
para que tome de sus semillas sin germinar y págales dos veces 
el precio de lo que este hombre les compre. Después pídele que 
ensamble todas las partes de su arado y haz un agujero en la 
rama principal; ahí pon olíbano, hinojo, resinas consagradas y 
sal consagrada. Toma las semillas, ponlas en el cuerpo del arado 
y di:
«Erce, erce, erce, madre tierra:
conceda el Todopoderoso, el Señor eterno,
que estas tierras retoñen y rebosen,
se recobren y se desborden.
En ellas la vida crezca alta;
soberbia y deslumbrante fructifique,
y vasta cosecha de cebada fructifique,
y dorado tributo de trigo fructifique,
y toda la tierra fructifique.
Conceda esto el Señor eterno,
~ 34 ~
and his halige, þe on heofonum synt, 
þæt hys yrþ si gefriþod
wið ealra feonda gehwæne, 
and heo si geborgen
wið ealra bealwa gehwylc, 
þara lyblaca geond land sawen. 
Nu ic bidde ðone waldend, se ðe ðas woruld gesceop, 
þæt ne sy nan to þæs cwidol wif ne to þæs cræftig man 
þæt awendan ne mæge word þus gecwedene.
þonne man þa sulh forð drife and þa forman furh onsceote, 
cweð þonne:
Hal wes þu, folde, fira modor! 
Beo þu growende on godes fæþme, 
fodre gefylled firum to nytte. 
Nim þonne ælces cynnes melo and abacæ man innewerdre 
handa bradnæ hlaf and gecned hine mid meolce and mid halig-
wætere and lecge under þa forman furh. Cweþe þonne:
~ 35 ~
y sus santos que están en el cielo:
que la cosecha de este hombre
quede a salvo de todo enemigo,
y que él mismo
quede a resguardo de todo mal
que haya sido sembrado
por los conocedores de fórmulas
en toda la extensión de la tierra.
Ahora yo pido al Todopoderoso, el que formó este mundo, 
que ninguna mujer de hábil lengua y ningún hombre diestro en 
ardides pueda pervertir las palabras así dichas».
Después, cuando el hombre empuje el arado y abra el primer 
surco, di:
«¡Sana, tierra, madre protectora de todas las vidas!
Reverdece en el abrazo de Dios;
brote en ti la abundancia que brinda alimento a los
[vivos».
Después toma cualquier clase de harina y hornea un pan, del 
tamaño de la palma de un hombre, amasado con lechey agua 
bendita. Deposítalo en el surco y di:
~ 36 ~
Ful æcer fodres fira cinne, 
beorhtblowende, þu gebletsod weorþ 
þæs haligan noman þe ðas heofon
[gesceop
and ðas eorþan þe we on lifiaþ; 
se god, se þas grundas geworhte, geunne us growende gife, 
þæt us corna gehwylc cume to nytte. 
Cweð þonne III Crescite in nomine patris, sit benedicti. Amen 
and Pater Noster þriwa. 
~ 37 ~
«Llénate, campo, de pan para el hombre;
florece con esplendor; bendito seas
en el Santo Nombre del que el cielo formó
y esta tierra, en la que habitamos;
sé fértil, rinde el fruto del suelo;
concédenos tu obsequio viviente:
que nazca para nuestro provecho
todo tipo de grano».
Después di tres veces: «Crescite in nomine patris, sit benedic-
ti. Amen», y tres veces el Padre Nuestro.
~ 38 ~
Análisis de la traducción del «Encantamiento 1»
Este encantamiento, conocido como Æcerbot o «Field Remedy» en inglés, es 
un remedio para devolver la fertilidad a la tierra. Se divide en cinco secciones 
en prosa y cuatro en verso; los cambios entre secciones se determinan a partir 
del contraste entre los recursos poéticos que distinguen las palabras de poder 
(el encantamiento en sí), y el estilo enumerativo (y carente de patrones de ali-
teración) de las instrucciones para preparar el remedio práctico.
La primera sección en verso va de Eastweard ic stande a drihtnes þances y se 
diferencia de la prosa por las repetición de palabras y la simetría acentual de los 
versos. La segunda va de Erce, erce, erce a geond land sawen y se diferencia por 
las rimas y la repetición de palabras. Es difícil determinar cuál es el final de esta 
sección y cuál el principio de la siguiente sección en prosa. En mi opinión, la 
métrica termina después de sawen. Si prestamos atención a la palabra nu, que 
indica un cambio en el discurso, y a la transición de un patrón de cinco acentos 
por verso a uno indefinido, vemos que un ritmo claramente marcado da paso a 
un ritmo indefinido. Podría tratarse de dos versos de siete acentos y uno final 
de cuatro, o simplemente de una vuelta a la prosa:
þæt hys yrþ si gefriþod wið ealra feonda gehwæne, 
and heo si geborgen wið ealra bealwa gehwylc, 
þara lyblaca geond land sawen. 
Nu ic bidde ðone waldend,      se ðe ðas woruld gesceop, 
þæt ne sy nan to þæs cwidol wif      ne to þæs cræftig man 
þæt awendan ne mæge      word þus gecwedene.
Sin embargo, en su traducción, Cockayne, Grendon y Laird consideran que 
la sección métrica continúa hasta gecwedene. Además de la dificultad para de-
terminar un patrón acentual desde Nu hasta gecwedene, considero que este 
fragmento se diferencia de la sección métrica por el cambio de interlocutor; 
las palabras que lo preceden son una declaración de lo que se está pidiendo 
que suceda (que las tierras queden protegidas), mientras que a partir de Nu se 
trata de una apelación directa a Dios, a quien se le pide que las palabras dichas 
~ 39 ~
(en métrica; las palabras de poder) sean válidas y surtan efecto: esto es para 
reafirmar la idea de que la magia pagana no tiene efecto sin la aprobación y la 
voluntad del dios cristiano.
La tercera y cuarta secciones métricas se distinguen porque la aliteración 
forma parte esencial de su estructura y, casi en su totalidad, siguen el patrón 
de cuatro acentos por verso:
Hal wes þu, folde, fira modor! 
Beo þu growende on godes fæþme, 
fodre gefylled firum to nytte. 
[…] 
Ful æcer fodres fira cinne, 
beorhtblowende, þu gebletsod weorþ 
þæs haligan noman þe ðas heofon gesceop 
and ðas eorþan þe we on lifiaþ; 
se god, se þas grundas geworhte, 
geunne us growende gife, 
þæt us corna gehwylc cume to nytte.
Respecto al contenido semántico, quienes han estudiado este encantamien-
to se aproximan a él desde una perspectiva más bien antropológica, en busca de 
sus aspectos rituales. Mi investigación me llevó a concluir que se trata de una 
receta para elaborar un abono orgánico fermentado, similar al abono conocido 
como bocashi o bokashi10. Tras un proceso que involucró el estudio de diversos 
artículos relacionados con el tema y una salida de campo a un lugar en el que 
se prepara esta clase de abono, se hizo evidente que el proceso de elaboración 
y los ingredientes coincidían con las instrucciones contenidas en el encanta-
miento y con los ingredientes enumerados (tierra, plantas, aceite, miel, leche y 
levadura). No he encontrado textos críticos, literarios o antropológicos en los 
que se estudie este aspecto práctico del encantamiento y su posible efectividad. 
Michael D. J. Bintley, en su ensayo «Brungen of Bearwe: Ploughing Common 
Furrows in Exeter Book Riddle 21, The Dream of the Rood and the Æcerbot 
10 Ver apéndice 2: «Sobre los ingredientes y elaboración del bocashi».
~ 40 ~
Charm»11 se limita a decir que se trata de un ritual de regeneración en el que 
se practica «magia homeopática» (153).12 Por otra parte, Grendon dice que el 
«Encantamiento 1» es una «ceremonia» destinada a garantizar la abundancia 
de las cosechas en el año por venir, y atribuye a la mezcla de ingredientes un 
significado únicamente simbólico: «This heaping of things on the turfs was an 
ancient rite symbolizing the desired productiveness» (155). Su énfasis en lo 
ritual hace que la esterilidad de la tierra se interprete, necesariamente, como 
resultado de un encantamiento: «The second part, lines 27-39, constitutes an 
alliterative appeal to God and to Earth to assist in disenchanting the land in 
question» (156). Sin embargo, las causas son dos: la dificultad para dar frutos 
y las malas obras de un hechicero, y están claramente separadas por la conjun-
ción oþþe þær [o si], que el mismo Grendon traduce como «or if». No deja de 
ser acertada, en todo caso, su observación de la forma en la que las invocacio-
nes cristianas y paganas, así como el nombre de Odín y el de Cristo, la Virgen 
María y los santos aparecen lado a lado, y que los últimos parecen haber sido 
introducidos por manos cristianas tardíamente. No obstante, Grendon hace 
afirmaciones sobre el proceso de composición del encantamiento sin ofrecer 
prueba alguna; por ejemplo, después de aseverar que el agua bendita es la única 
adición cristiana al ritual, afirma que
…the ecclesiastical censors were not content with their work. They still found 
many surviving elements of Heathendom, and at these they looked askance. 
To put the best possible face on the matter, a fourth song was added. It was 
in the manner and style of the three preceding invocations, but was more de-
cidedly Christian in tone; God, not the earth or the sun, being called upon to 
grant fruitfulness to the fields (155).
A mi parecer, más que ser el resultado de una «censura» radical en la que se 
buscaba eliminar los elementos paganos, se trata de una adaptación sincrética. 
William A. Chaney asegura que «A violent conversion to the new religion was 
11 Publicado en 2013, este es, posiblemente, el análisis más reciente del encantamiento.
12 Según la definición de James George Frazer en su libro The Golden Bough, la magia homeopáti-
ca o imitativa es aquella que opera bajo el principio de que «lo semejante produce lo semejante»; así lo 
define en las dos primeras líneas del tercer capítulo de libro: «Magia homeopática».
~ 41 ~
unnecessary when the old provided so many parallelisms that the tribal culture 
could absorb the conquering God without disrupting many of its basic precon-
ceptions; only in time were these to give way before an ecclesiastical conquest» 
(209). En su opinión, el hecho de que la gente aceptara la integración de Cristo 
(y otras divinidades) a su panteón se debe también a que lo consideraban el 
dios de su rey y, dado que el rey era el líder y representante del pueblo, si su dios 
lo favorecía, favorecería a todos sus súbditos.
Si bien los elementos cristianos (que conforman la mayor parte del aspecto 
ritual del encantamiento) pueden ser una añadidura tardía, quien transcribió 
el encantamientoal papel decidió conservar tanto lo cristiano como lo pagano. 
Bruce A. Rosenberg dice que «The Æcerbot shaman is not to be considered a 
religious fence-straddler trying to make the best of both possible creeds, but 
an unaware syncretist who cannot forget his old faith at the same time he 
strives to embrace the new» (Rosenberg 435). A pesar de que Rosenberg lo 
afirma como si se tratara de un hecho, esto es completamente subjetivo, ya 
que no hay forma de saber si el sincretismo se produjo al momento de escribir 
el encantamiento o si ya existía desde antes, transmitido y reconfigurado de 
manera oral. Es necesario, pues, conservar la presencia de ambos elementos en 
la traducción. Me parece relevante enfatizar la fuerte presencia de los rituales 
cristianos, que si no es mayor por lo menos es equivalente a la de las referen-
cias paganas.
Los fragmentos más difíciles de interpretar forman parte de las instruc-
ciones en prosa; el primero pertenece al pasaje que enlista los ingredientes, 
cuando especifica que se deben incluir ælces treow-cynnes dæl þe on þæm lande 
sy gewexen, butan heardan beaman [trozos de madera de los árboles que crez-
can en tu tierra, excepto de los de madera dura] y ælcre namcuþre wyrte dæl, 
butan glappan anon [todas las hierbas cuyo nombre conozcas, excepto de cual-
quier variedad invasora]. La complejidad radica en encontrar el sentido de la 
exclusión de heardan beaman, para poder comprender el significado (y por lo 
tanto el motivo de la exclusión) de glappan, una palabra que no aparece en 
ningún diccionario de inglés antiguo. El segundo fragmento, desde þonne 
nime man hasta swylce man æt him nime, consiste en la instrucción de llevar 
~ 42 ~
a cabo una especie de intercambio de semillas entre el actor, unos limosneros 
(ælmesmannum) y un hombre (man) cuya identidad no se especifica. La falta 
de claridad y los cambios en la sintaxis son el principal problema al momento 
de tomar decisiones de traducción.
Respecto al primer fragmento, Cockayne traduce glappan como trébol de 
agua («buckbean» [Menyanthes trifoliata]). El diccionario Bosworth-Toller 
concuerda, aunque agrega un signo de interrogación después de «buckbean». 
Grendon, en cambio, sostiene que se trata de la bardana («burdock» [Arctium 
lappa]). El trébol de agua no parece la mejor opción, en primer lugar porque 
es una planta que crece en terrenos pantanosos y no en áreas de cultivo, y en 
segundo lugar porque sus cualidades no parecen influir de ninguna manera, 
positiva o negativa, en la maduración del abono. La bardana, en cambio, es 
una planta invasora de la familia de los cardos; dejarla en el abono contribuiría 
a su propagación, dañina para los cultivos. El nombre de un pueblo en Inglate-
rra, Glapthorn, (¿glappe’s thorn?), podría indicar una conexión entre la palabra 
glappan y la bardana (y sus espinas). Incluso el nombre científico con el que la 
bardana aparece listada en la clasificación de Linneo presenta una semejanza 
fónica: Arctium lappa L.
Una tercera posibilidad es que se trate de la Gallium aparine, planta a la 
que los romanos ya llamaban lappa (Dunbar 278) y que conservó el nombre 
de «lapa» en algunas regiones hispanohablantes; también se conoce por este 
nombre a la Arctium minus13 (una variedad de Arctium lappa L.). El problema 
de traducir glappan como «lapa» es que se le podría confundir con el molusco 
Patella vulgata, vulgarmente conocido como «lapa» en algunos países hispano-
hablantes, entre ellos México. En su Glosario, Ælfric traduce lappa como clâte 
o clifwyrt, y Wright anota que usualmente se le llamaba así a la Digitalis purpu-
rea, una planta en extremo tóxica. El Diccionario de la Real Academia Española, 
en su segunda entrada para la palabra «lapa», establece que la palabra proviene 
del latín lappa, «lampazo». El nombre de lampazo se utiliza para dos plantas: la 
bardana (Arctium lappa) y la Xanthosoma robustum.
13 Datos tomados del sitio web oficial del Real Jardín Botánico de Madrid (http://www.rjb.csic.
es).
~ 43 ~
Rosenberg afirma que «the most obvious aspect of the burdock is that it is a 
nuisance: it is an unattractive coarse weed common to wastes, and its prickly 
burrs knot inextricably in clothing—it ‘clings like the devil.’» (433) Después 
de hacer esta afirmación habla de cómo en tiempos de Chaucer y en adelante 
se le asociaba con el diablo; no obstante, tal percepción no es válida en este 
contexto, ya que el herbario (cuya redacción es contemporánea a la del encan-
tamiento) lista la bardana como una hierba benéfica por su gran cantidad de 
aplicaciones medicinales. Además, Rosenberg permanece en el nivel ritual y no 
aventura análisis alguno de los otros ingredientes: el aceite, la miel, la leche y 
la levadura.
Al final, lo que todas estas plantas tienen en común, desde el trébol de agua 
hasta el lampazo, es que se trata de hierbas invasoras. Así como ælces treow-cy-
nnes [...] butan heardan beaman es una generalización, tiene sentido pensar lo 
mismo respecto a ælcre namcuþre wyrte dæl, butan glappan anon; creo probable 
que la palabra glappan, cuya terminación indica que se trata de un plural de gla-
ppe o glappa, sea una palabra para referirse a las malas hierbas en general, así 
como beaman se refiere a las maderas: entonces, la instrucción sería eliminar 
cualquier tipo de maleza del abono. Con base en esto, decidí traducir glappan 
anon como «cualquier variedad invasora».
En cuanto al segundo fragmento, relacionado con el intercambio de semi-
llas, la mayor complicación consiste en determinar la clase de intercambio que 
se lleva a cabo en la oración þonne nime man uncuþ sæd æt ælmesmannum 
and selle him twa swylc, swylce man æt him nime [lleva a un hombre con los 
limosneros para que tome de sus semillas sin germinar y págales dos veces el 
precio de lo que les compre]. En primer lugar, el intercambio tiene lugar entre 
tres o más hombres: el «hombre» (man), el hombre que «lleva» (nime) a este 
hombre, y el o los limosneros (ælmesmannum). Este man es un hombre a quien 
no se había mencionado antes en el encantamiento; es él quien debe hacer algo 
con unas semillas (sæd) y unos limosneros. No podemos saber a ciencia cierta 
cuál es la función que este hombre desempeña en el intercambio y por qué es 
necesaria la presencia de un intermediario entre quien ejecuta el resto de las 
instrucciones y los limosneros. El hecho de que en inglés antiguo la palabra 
~ 44 ~
him funcione como plural y como singular complica todavía más la interpre-
tación. Para llegar a una solución es necesario analizar los componentes clave 
de la oración: selle, que puede ser tanto vender como comprar o entregar, y la 
repetición de swylc [tanto como] y nime [tomar].
Cockayne traduce «let one take strange seed of almsmen, and give them 
twice as much as was taken from them» y Grendon «let unknown seed be taken 
from beggars, and let twice as much be given to these as was taken from them». 
Cockayne utiliza «one» y con ella conserva la ambigüedad, mientras que Gren-
don recurre a la voz pasiva. Nick Laird, en cambio, traduce «take seeds from the 
almsmen in the churchyard, and give them double what you took»; desaparece 
al hombre (man), suprime el adjetivo uncuþ, que califica a las semillas (sæd), y 
traduce únicamente «seeds». Finalmente, refuerza su interpretación con una 
palabra que no está en el texto en inglés antiguo: «churchyard». Ninguno de los 
tres se preocupa por resolver la cuestión de lo que se devuelve «dos veces» (twa 
swylc); su léxico da a entender que interpretan la acción como un intercambio 
de cierta cantidad de una clase de semillas por una cantidad mayor de otra cla-
se de semillas. Difiero en este punto, por lo siguiente: esta indicación precede 
a las palabras þæt se hæfde are on eorþrice, / se þe ælmyssan dælde domlice 
/ drihtnes þances [tendrá riquezas en la tierra / quien las reparta con justicia 
entre los pobres, / pues al Señor complace]. La relación entre el intercambio y 
esta afirmación cobra sentido sipensamos que la instrucción no es intercam-
biar semillas por semillas, sino comprar semillas a los limosneros y pagarles 
el doble de su valor. Entonces se vuelve una acción cuya finalidad es la de dar 
más a los pobres y complacer al Señor, lo cual resulta, a su vez, una forma de 
bendecir las semillas destinadas a usarse en el ritual y la siembra.
La misma referencia a un witega («sabio» o «profeta») tiene que ver, si se 
interpreta como una referencia bíblica, con este principio de dar al pobre para 
complacer al Señor. Según Shook, el profeta es David y la referencia es al Salmo 
cxi, «Beatus Vir»:
The opening words of the Psalm, beatus vir, are echoed in se hæfde are on 
eorþrice. The second verse of the Psalm: potens in terra erit semen eius epito-
~ 45 ~
mizes the spirit of the entire charm. The ninth verse: dispersit, dedit pauperi-
bus explains both the se þe ælmyssan dælde domlice, and the reference to the 
almsman in the prose directions immediately following, although the idea 
that the giving of alms is followed by blessings is common in the Scriptures 
(139-40).
En efecto, la idea aparece de manera recurrente en la Biblia; por ejemplo, en 
Proverbios 19:17: «A Jehová presta el que da al pobre, y el bien que ha hecho 
se lo volverá a pagar» y en Proverbios 22:9: «El ojo misericordioso será bendito, 
porque dio de su pan al indigente»14. La palabra ælmesmannum hizo que Stor-
ms pensara que el ritual estaba concebido para realizarse en una determinada 
época del año, de modo que los limosneros supieran cuándo podrían recibir 
su porción de semillas (Rosenberg 434). Sin embargo, el objetivo del encanta-
miento es curar la tierra estéril, independientemente de la época del año. La 
primera oración lo indica explícitamente: Her ys seo bot, hu ðu meaht þine æce-
ras betan gif hi nellaþ wel wexan oþþe þær hwilc ungedefe þing on gedon bið on 
dry oððe on lyblace [Con este remedio podrás hacer que tus tierras se recuperen 
si es que (vaya desgracia) nada quiere crecer en ellas, o la obra de un hechicero 
o un veneno dificultan su germinación].
Inmediatamente después del intercambio, el dictante da la indicación de re-
unir todo «su» [his, de un hombre] equipo de arado. Aunque en una primera 
impresión podríamos suponer que uno de los limosneros es el mismo hombre 
que el arador15, ælmesmannum es un plural, mientras que man y his son singu-
lares. Esto significa que los limosneros no son, por lo menos en este encanta-
miento, quienes aran la tierra. Dado que tampoco es la persona que lleva a cabo 
el ritual, podemos suponer que es un trabajador que el actor debe contratar 
para que realice esta parte específica del ritual, o bien, un hombre encargado de 
seleccionar las semillas. Laird, en su traducción, evade el problema del arador 
convirtiéndolo en la misma persona que el actor: «gather all your ploughing 
gear, y Grendon traduce «let [the land-owner] gather all his ploughing-imple-
14 En la versión Reina-Valera 1960.
15 En la Edad Media, los aradores se consideraban miserables. Incluso hasta la época de Chaucer 
fue así, ejemplo de lo cual es la descripción del arador en el prólogo de los Cuentos de Canterbury, quien 
trabaja «For Cristes sake, for every povre wight» y vive de «pees and parfit charitee».
~ 46 ~
ments together». Cockayne, en cambio, no es explicativo ni hace una interpre-
tación subjetiva, lo cual hace más preciso su «gather all his plough apparatus 
together». Con base en esto y a juzgar por la relación sintáctica entre him y 
man, parece razonable decir que el arador es el hombre encargado de com-
prar las semillas; de ahí que mi traducción de «þonne nime man uncuþ sæd æt 
ælmesmannum and selle him twa swylc, swylce man æt him nime, and gegaderie 
ealle his sulhgeteogo togædere» sea: «lleva a un hombre con los limosneros para 
que tome de sus semillas sin germinar y págales dos veces el precio de lo que 
este hombre les compre. Después pídele que ensamble todas las partes de su 
arado».
Por último, la palabra uncuþ suele ser interpretada como «desconocido». Sin 
embargo, a mí me parece que en este caso su significado no es «desconocido», 
sino «aún sin revelar[se]»; o, en otras palabras, sin germinar aún. La razón por 
la que creo esto es que es más probable que se trate de semillas aptas para la 
siembra del campo infértil que de semillas «desconocidas» cuya utilidad sería, 
también, desconocida. De ser así, la función del nuevo hombre podría ser la de 
identificar las semillas más propicias y descartar las semillas estériles.
Una palabra cuya traducción me parece de particular relevancia por sus im-
plicaciones culturales es cwicbeame, que traduzco como «árbol de la vida». Por 
lo general, se traduce como una especie determinada de árbol; ya sea el álamo o 
el fresno. El uso de una variedad específica de madera para el tallado de las cru-
ces no está relacionado con la elaboración del abono, sino que es, al igual que 
la cruz, uno de los elementos simbólicos que forman parte del ritual encanta-
torio. La palabra cwic significa «vivo» y beame es «madera» o «árbol»; de modo 
que la principal característica de la madera indicada es su relación con la vida. 
Esto me lleva a pensar que las cruces deben tallarse en cwicbeame como una 
alusión a Yggdrasil, el «árbol de la vida» que une los mundos y del que, según 
la Edda poética, Odín se colgó durante nueve días en un sacrificio para obtener 
el conocimiento de las runas. La relación entre Yggdrasil y Odín refuerza el 
paralelismo con la cruz de Cristo; tanto la [madera de la] cruz como [la madera 
de] Yggdrasil sostuvieron a un dios que se sacrificó a sí mismo y después resu-
citó. Esta acción simbólica tendría como propósito devolver a la tierra estéril 
~ 47 ~
aquello que le falta: vida.
No se sabe a ciencia cierta qué clase de árbol era Yggdrasil; la mayoría de 
críticos se inclinan por el fresno, pero se cree también que podría haber sido 
un tejo, un abedul o un roble. Cockayne traduce cwicbeame como «quickbeam» 
[fresno de montaña], Grendon como «aspen-wood» [álamo temblón] y Laird 
como «rowan» [fresno de montaña]. De las tres traducciones, la menos afortu-
nada es, quizá, la de «aspen-wood», ya que éste es un árbol de ramas y tronco 
muy delgados, y sería poco factible tallar una cruz con ellos. El Bosworth-To-
ller deja entre signos de interrogación la posibilidad de que cwicbeame sea una 
especie de álamo o un junípero. Graves dice que el fresno, al igual que el ro-
ble, era un «árbol de la vida» para los druidas, mientras que Frazer dice que 
los pueblos germánicos creían en su poder contra los maleficios (Rosenberg 
429). Rosenberg afirma de manera contundente que la especie más factible es 
el fresno: «Fortunately, Baechtold-Staiibli unequivocally associates the rowan 
(eberesche) with the Quick, or Quitschenboom, and Evelyn gives the English 
variants of the rowan as quickbeam, quicken, and mountain ash. In neither is 
the suggestion that the aspen had similar names» (429).
Efectivamente, la palabra cwicbeame se refiere a una especie de árbol en 
particular, y es muy probable que fuera una especie de árbol sagrado para los 
anglosajones, que ellos reconocían por su nombre. En español, en cambio, es 
difícil que exista una asociación inmediata de las palabras «fresno», «álamo» 
o «junípero» con Yggdrasil o con el concepto de «árbol de la vida». Al traducir 
«árbol de la vida» evito fijar una especie, enfatizo el sincretismo y trato de crear 
una connotación equivalente a la que la palabra cwicbeame pudo haber tenido 
en el contexto en el que se empleaba el encantamiento.
Otro ejemplo de sincretismo en este encantamiento es la función del agua; 
al agua corriente se le atribuían poderes mágicos relacionados con espíritus del 
agua y con su constante movimiento. Para Rosenberg, la función del agua en 
el «Encantamiento 1» es la de arrastrar las propiedades de las plantas benéficas 
a la tierra, y el acto de salpicar los montones (según él, el amontonamiento 
de ingredientes representa la

Continuar navegando