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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MEXICO PROGRAMA DE MAESTRÍA Y DOCTORADO EN ESTUDIOS MESOAMERICANOS FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS INSTITUTO DE INVESTIGACIONES FILOLÓGICAS PENSAMIENTO EN IMÁGENES. LA CONFIGURACIÓN DEL SACRIFICIO EN LOS CÓDICES DEL GRUPO BORGIA. TESIS QUE PARA OPTAR POR EL GRADO DE: DOCTORA EN ESTUDIOS MESOAMERICANOS PRESENTA: ANGÉLICA BAENA RAMÍREZ. TUTOR DR. MANUEL HERMANN LEJARAZU CENTRO DE INVESTIGACIONES Y ESTUDIOS SUPERIORES EN ANTROPOLOGÍA SOCIAL. COMITÉ TUTORAL DR. GUILHEM OLIVIER DURAND INSTITUTO DE INVESTIGACIONES HISTÓRICAS, UNAM. DRA. SILVIA LIMÓN OLVERA CENTRO DE INVESTIGACIÓN SOBRE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE, UNAM. CIUDAD DE MÉXICO. SEPTIEMBRE, 2018 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. “Declaro conocer el Código de Ética de la Universidad Nacional Autónoma de México, considerado en la Legislación Universitaria. Con base en las definiciones de integridad y honestidad ahí contenidas, manifiesto que el presente trabajo es original y enteramente de mi autoría. Las citas de otras obras y las referencias generales a otros autores, se consignan con el crédito correspondiente”. 1 Índice General Agradecimientos 4 Introducción 7 El Corpus de los documentos 12 a) Códice Borgia 12 b) Códice Vaticano B 18 c) Códice Fejérvary-Mayer 19 d) Códice Laud 20 e) Códice Cospi 21 f) Manuscrito Aubin 20 22 g) Códice Porfirio Díaz 23 Capítulo 1.-El estudio de los códices adivinatorios. Las diferentes metodologías 25 1.1.1.-Seler y el paradigma astralista 25 1.1.2.-Karl Anton Nowotny y la corriente etno-iconológica 27 1.1.3.-El concepto de sistema de comunicación gráfico y el principio semasiográfico 30 1.2.1.-El tonalpohualli: sus características más importantes 39 1.2.2.-Los llamados Nueve Señores de la Noche 46 1.3.1.-Los actores que aparecen en los códices adivinatorios 54 1.3.2.-El concepto de imagen-escritura en el sistema Mixteco-Nahua 62 Recapitulación 64 Capítulo 2.-El sacrificio humano. Definición y acotaciones 67 2.1.-Componentes del sacrificio 70 2.2.-Objetivos que perseguían los sacrificios 77 2.3.-Tipos de sacrificios 82 2.3.1.-Extracción de corazón o cardiectomía 83 2.3.2.-Degollación 87 2.3.3.-Decapitación 88 2.3.4.-Flechamiento 95 2.3.5.-Ahogamiento 98 2.3.6.-Despeñamiento 100 2.3.7.-Lapidación y muerte a palos 101 2.3.8.-Estrangulación y ahorcamiento 104 2.3.9.-Inanición 106 2.4-Desmembramiento y evisceración 107 2.4.1.-Asación ritual o quema de una persona viva 109 2.5.-Tratamientos de un cadáver. Antropofagia ritual 110 Recapitulación 117 2 Capítulo 3.-Las representaciones de sacrificio en el Grupo Borgia 119 3.1.-Representaciones de decapitación 121 3.2.-Representaciones de extracción de corazón 136 3.3.-Ahogamiento 153 3.4.-Seres flechados 155 3.5.-Posibles representaciones de degollación 167 3.6.-Representaciones de sacrificio en el tonalamatl in extenso 168 3.6.1.-El brazo/la mano sacrificante 171 3.6.2.-Posibles representaciones de antropofagia ritual 178 3.6.3.-La toma de cautivo 183 3.6.4.-Representaciones de estrangulamiento 186 3.7.-La representación del acto sacrificial en los códices mixtecos 188 3.7.1.-Representaciones de sacrificio en el Códice Nuttall 192 3.7.2.-Sacrificios en el Códice Vindobonensis 202 3.7.3.-Sacrificios en el Códice Bodley 202 3.7.4.-Sacrificios en el Códice Selden 203 3.7.5.-Sacrificios en el Códice Colombino 206 3.7.6.-Sacrificios en el Códice Becker I 207 Recapitulación 209 Capítulo 4.-Las láminas centrales del Códice Borgia. Una propuesta de lectura 212 4.1.-El lebrillo creador. El depósito ritual (29-32) 216 4.2.-Los templos del cielo. In Tlillan tlapallan tlatlayan (33-34) 241 4.3.-El envoltorio sagrado (35-38) 261 4.4.-Visita y conquista del sol nocturno (39-40) 281 4.5.-La presentación del primer sacrificado (41-42) 288 4.6.-Repartición de dones y bienes ante el sol en la casa del maíz (43) 294 4.7.-Horadación del septum y rituales en honor a itzmiquixochitl (44) 297 4.8.-Ritual ante Venus, consagración guerrera (45) 304 4.9.-Encendimiento del Fuego Nuevo. Consagración del poder y una Nueva Era (46) 308 Recapitulación 311 Palabras finales 313 Anexo. Índice de figuras319 Cuadros 324 Bibliografía 326 3 A David y mis padres 4 Agradecimientos. Quiero agradecer al programa de Doctorado en Estudios Mesoamericanos de la Universidad Nacional Autónoma de México por haberme brindado la oportunidad de realizar mi investigación en dicha institución. Igualmente, quiero agradecer al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología del Gobierno de México por haberme otorgado ayuda financiera durante mis estudios, así como haber apoyado mi estancia doctoral en la Universidad de Varsovia, institución a la cual también agradezco el haberme recibido. Agradezco muchísimo a mis tutores Manuel Hermann Lejarazu, Guilhem Olivier Durand y Silvia Limón Olvera todo el apoyo académico recibido. Manuel, gracias por siempre estar al tanto de mi investigación y discutir mis avances, así como toda tu ayuda a lo largo del doctorado e impulsarme a adentrarme en los códices mixtecos; Guilhem, muchas gracias por las discusiones mantenidas, las observaciones a mi trabajo, las sugerencias y por motivarme a seguir adelante con la investigación, así como las interesantes clases sobre el Códice Borgia que fueron de inigualable trascendencia para la elaboración de mi tesis. Silvia, gracias por tus sugerencias, por tus meticulosas observaciones y por el trabajo continuo que realizamos durante el doctorado y previamente, durante mis estudios de maestría. Quiero también agradecer a Katarzyna Mikulska por todo el apoyo brindado durante mi investigación, por haberme recibido en Varsovia para realizar mi estancia doctoral, por motivarme e impulsarme para publicar y por todas las discusiones teóricas que compartimos a lo largo de mi estancia y en congresos, así como apoyarme tanto acádemica y personalmente en momentos difíciles para mí. A Martha Ilia Nájera Coronado quiero agradecerle el aceptar ser parte de mi comité tutor y enriquecerme con sus comentarios durante mi examen de candidatura y para la corrección final de la tesis. A Daniele Dehouve le agradezco infinitamente haberme recibido en su casa, su generosidad para compartir información y sus inspiradoras conferencias durante mi estancia 5 en Europa. Tanto a Daniele como a Katarzyna, agradezco infinitamente el haberme proporcionado acceso a la Biblioteca Nacional de Francia. Quiero reconocer la motivación y apoyo que me dieron Juan José Batalla y Maarten Jansen, al aceptar la publicación de un artículo que tenía ideas preliminares que desarrollé más a fondo en esta investigación. También quiero agradecer a Gordon Whittaker por sus comentarios y correcciones a una parte de mi trabajo. A María Teresa Jarquín, Jerome Offner, David Wright, Loic Vauzelle, Elizabeth Baquedano, Agnieszka Brylak, Michel Oudijk, María Castañeda y Davide Domecini, les agradezco el haber compartido su conocimiento conmigo durante diversos congresos y haberme inspirado para seguir con mi investigación. A mi amiga y colega Ola Rudska, por todo el inigualable apoyo recibido durante mi estancia en Polonia y por nuestras discusiones sobre los códices, así como sus observaciones sobre detalles importantes para su estudio y haberme ayudado con el hospedaje y cuestiones logísticas durante mi estancia. Ola y Artur, gracias de verdad. Por toda la información, la paciencia y el apoyo durante la realización de los trámites durante mis estudios de posgrado, quiero agradecer a Elvia y Myriam. También quiero recalcar mi profundo reconocimiento al profesor Federico Nagel, el cual despertó por primera vez mi interés y pasión por los códices adivinatorios. Durante el tiempo que trabajé como profesora en la FES ACATLÁN recibí mucho apoyo y quiero reconocer particularmente a José Cázarez y Pilar Barroso. Nada hubiera podido lograr sin el apoyo de mis padres, Angélica y Alejandro, los cuales han sido un pilar fundamental a lo largo de mi vida y una fuente de motivación. Mi reconocimiento total por acompañarme durante este proceso y en todo momento con su entusiasmo y cariño incondicional. Sofía, muchas gracias también por apoyarme siempre y creer en mí. June, realmente aprecio tu afecto, tu interés por mi trabajo y por mi felicidad en general. Quiero hacer una mención especial y agradecer infinitamente a mi esposo David Furness, porque sin su amor, paciencia, apoyo y motivación hubiera sido muy difícil la conclusión de este trabajo. Darling, thank you very much indeed! 6 Dedico esta tesis a la memoria de mi abuela Esperanza y de mi tío Luis, por ser personas que me inspiraron y siempre se interesaron en mí. Espero hacerlos sentir orgullosos, donde quiera que estén. Cuando entré al doctorado, Lulita partió de este mundo. La finalización de esta investigación también va dedicada a su memoria. 7 Introducción El principal objetivo de esta investigación es conocer el papel que la imagen tuvo en la transmisión y conservación del conocimiento entre los pueblos del México Antiguo. Considero que entre los antiguos mexicanos las imágenes se complementaban con la tradición oral para preservar, complementar y difundir su cosmovisión y, por ende, era necesario traducir en imágenes los valores culturales que se buscaban transmitir y conservar. Sin embargo, en el universo de las imágenes éstas cumplían con distintas funciones. La primera función, era cuando las imágenes “presentaban” o hacían visible lo invisible, trayendo al mundo cotidiano presencias y seres. Por otro lado, las imágenes también podían cumplir una segunda función; la de representar, lo cual implica la sustitución de un elemento ausente por uno presente, para lo cual existían distintos mecanismos mnemónicos que facilitarían la elaboración y pervivencia de este tipo de imágenes. Finalmente, este universo de imágenes podía conjuntarse a partir del uso de un principio semasiográfico (Boone, 2010: 41-42; Mikulska, 2014: 188). Por ende, considero que estudiar las imágenes sacrificiales en los códices adivinatorios ayudará a entender de una mejor manera la cosmovisión y las técnicas mnemónicas utilizadas para la transmisión de conocimiento. Mi interés es analizar la construcción de este pensamiento configurado por imágenes, a través del análisis de las representaciones del sacrificio en los Códices del Grupo Borgia, conformando éstos la base heurística de este trabajo; pero también tomaré en consideración fuentes etnográficas, históricas y lingüísticas, además de realizar una comparación de la representación del sacrificio en este grupo de códices religiosos- adivinatorios y en los códices históricos prehispánicos mixtecos, para una mayor comprensión del universo de las imágenes y de la concepción del sacrificio, dependiendo de las necesidades de estos distintos documentos. Parto de la idea de que el sacrificio “es un acto religioso que, por medio de la consagración de una víctima, modifica el estado de la persona moral que lo realiza o de ciertos objetos que le interesan” (Mauss y Hubert, 2010: 83). Estoy de acuerdo con Claude- 8 Francois Baudez cuando sugiere que “en las religiones mesoamericanas el sacrificio de “sí” es primordial, siendo secundario el sacrificio de “otro” […] el sacrificio humano aparece entonces como sustituto del sacrificio de sí, en el cual la víctima representa al Ego” (Baudez, 2010: 431). Comparto la visión de Alain Testart cuando señala que el sacrificio descansa en una trilogía, la cual es resumidapor Daniele Dehouve de la siguiente manera: “1) El hombre o el grupo de hombres que ofrece el sacrificio y recibe el nombre de “sacrificante”, representa a la persona moral que ve modificarse su estado por la realización de un acto sacrificial; 2) la víctima sacrificial consagrada y destruida; 3) una o varias deidades a las cuales se ofrece el sacrificio” (2010: 500). Este intercambio constante de roles es de enorme interés, ya que ocasiona una polisemia en las imágenes para representar los distintos tipos de sacrificios. Por otro lado, las representaciones del sacrificio y de los elementos que conforman éste –sacrificador, sacrificado, objetos para llevar a cabo este acto, tipos de sacrificio, dioses involucrados- conforman un mismo campo conceptual, que puede ser estudiado y comprendido a través del estudio de las series gráficas frásticas, cuyo análisis y definición ha sido llevado a cabo por Dehouve (2009) y Mikulska (2015a), con lo cual buscaré un nuevo acercamiento a la configuración de las representaciones del sacrificio en los códices. Con respecto al tema del sacrificio, gran parte de los autores que lo han estudiado se han enfocado particularmente al sacrificio humano, por lo que esta investigación busca entender el fenómeno del sacrificio humano, enfocándose en su representación en los códices, pero también se tomarán en cuenta las representaciones del sacrificio de animales, a través del análisis de su representación en los códices tipo tonalamatl Borgia, Vaticano B, Fejérváry-Mayer, Laud, Cospi y Porfirio Díaz, por ser éstos prehispánicos (o colonial temprano en el caso del último códice) y tener un contenido similar. Parto de la hipótesis de que las imágenes ayudaban a la conformación y reafirmación de sentido, por lo que los principios básicos de la cosmovisión eran trasladados a una representación visual. En el caso de los códices adivinatorios, a través de las representaciones de algunos elementos como son los objetos de culto, los dioses, el espacio-tiempo y las acciones de los personajes, se puede vislumbrar la necesidad de establecer y fijar un lenguaje polivalente pero a la vez convencional. Considero que la 9 importancia que tuvieron las imágenes en el México Antiguo implicaba un universo bastante amplio y que puede ser estudiado desde distintos niveles: a) La imagen como presencia. b) La imagen como parte de un sistema de comunicación gráfico con un principio semasiográfico, en donde se combinan distintos elementos, para transmitir un mensaje que puede ser entendido independientemente de la lengua del receptor. Tomando en cuenta lo anterior, analizaré las imágenes relacionadas con el sacrificio, tanto humano como animal, en los códices del Grupo Borgia. Esta parte de la investigación no pretende únicamente centrarse en las imágenes de este grupo de documentos pictográficos, puesto que sería dejar de lado gran parte de la información existente sobre este tema. Tomaré en consideración fuentes legadas por los misioneros españoles, los estudios antropológicos, arqueológicos y etnológicos actuales, ya que comparto la visión de Alfredo López Austin (2001) de que existe un “núcleo duro Mesoamericano” que, si bien ha ido teniendo cambios y adaptaciones a lo largo del tiempo, aún se mantienen en algunas prácticas sacrificiales indígenas actuales elementos de continuidad. Estos elementos culturales resistentes al cambio o núcleo duro, “no sólo han subsistido en sociedades de muy diferente complejidad, sino que en el paso remoto permitieron las adaptaciones necesarias para su permanencia en la sucesión de los estadios históricos” (López Austin y López Luján, 2009: 19). El eje de esta investigación son los Códices del Grupo Borgia, cuyo lugar de origen desconocemos, por lo que será indispensable para esta investigación una comparación con los códices históricos mixtecos prehispánicos, para una comprensión más completa del sacrificio y sus contextos. Si bien existen trabajos muy completos acerca del sacrificio (los cuales mencionaré y analizaré en el capítulo dos), no hay un estudio que se enfoque a la representación del mismo en los códices adivinatorios. Por lo tanto, el objetivo principal de esta investigación es analizar las representaciones del acto sacrificial en los códices del llamado Grupo Borgia, problematizando la pertinencia o no de la forma en que fueron agrupados estos documentos. 10 En el capítulo primero, se analizará cuáles han sido las metodologías principales para abordar el estudio de estos documentos, así como nuevas propuestas que toman en cuenta las series frásticas gráficas, las cuales nos servirán para complementar los enfoques teórico-metodológicos anteriores y poder enriquecer nuestra propuesta, así como la importancia de la posición corporal y los gestos en el sistema de comunicación gráfico mixteco-nahua. En el segundo capítulo se revisará la historiografía sobre el sacrificio en Mesoamérica, tomando en cuenta los trabajos de historiadores, arqueólogos, etnológos y antropólogos físicos, con la finalidad de proponer nuestra propia definición y acotación del acto sacrificial en el México Antiguo. En este capítulo se estudiarán las formas en que los sacrificios se llevaban a cabo y cuáles eran los más comunes. En el capítulo tercero, analizaremos cada una de las imágenes sacrificiales dentro del tonalamatl, tomando en cuenta en qué días están apareciendo y en que contexto están plasmadas. Considerando que existen trabajos que se han enfocado a los posibles pronósticos que las imágenes pudieran tener, yo me enfocaré en los elementos gráficos que complementan las imágenes sacrificiales, para ahondar en la problemática de la transmisión de mensajes a partir de series metafóricas y metonímicas de elementos gráficos asociados. Al ser los códices adivinatorios de carácter prescriptivo, por ser su principal propósito servir en los rituales adivinatorios y en la prescripción de rituales (Jansen, 1988: 96), las imágenes sacrificiales deben ser entendidas dentro de los almanaques adivinatorios en donde aparecen. En este capítulo se realizará la identificación y clasificación de las imágenes, añadiendo información de vital importancia como fecha calendárica y deidades asociadas. Igualmente, se compararán las representaciones del sacrificio en los códices históricos mixtecos, para entender las similitudes y diferencias en la transmisión del mensaje en los códices históricos y en los adivinatorios de las imágenes sacrificiales, tomando en cuenta que los primeros documentos son de carácter descriptivo, es decir, “presenta mitos y rituales como parte de una secuencia narrativa” (Jansen, 1988: 96; trad. mía).1 1 …it presents myths and rituals as part of a narrative sequence (Jansen, 1988: 96). 11 Por último, tomando en cuenta toda discusión llevada a cabo en los capítulos primero, segundo y tercero, analizaré las láminas centrales del Códice Borgia, en donde se presenta una narrativa-secuencial única, lo cual muestra que esta sección es descriptiva en lugar de prescriptiva, por lo cual se analizarán de forma diferente los sacrificios que aparecen en esta sección. Propondré una nueva interpretación tomando en cuenta la metodología utilizada a lo largo del trabajo, sin dejar de considerar las propuestas interpretativas previas que existen en relación con estas estas imágenes. Partiendo de todo lo señalado, enumeraré los objetivos principales de esta investigación: 1.-Comprender el papel de la imagen en la elaboración y transmisión de conocimiento en el México prehispánico. 2.-Definir el sacrificio y distinguir las características de esta actividad ritual. Mencionar los tipos de sacrificio más importantes, complementando la información de las fuentes históricas con los vestigiosmateriales. 3.-Analizar la representación de los sacrificios en los códices del Grupo Borgia, documentos muy importantes debido a su contenido religioso, calendárico, adivinatorio y ritual, a partir de esta propuesta de análisis de la imagen. Enfatizar la importancia de las posturas y gestos en el sistema gráfico mesoamericano, así como la utilización de un repertorio gráfico “frástico”, para la reafirmación del mensaje que se busca transmitir, pero también abierto para dar libertad al tonalpouhque de crear y recrear contenidos y significados. 4.-Con base en el análisis de las imágenes en los códices tipo tonalamatl y los códices históricos mixtecos, se propondrá una nueva lectura a las láminas centrales del Códice Borgia, en donde la actividad sacrificial tiene un papel muy importante para la narrativa de esta sección. 12 El corpus de documentos. La palabra códice es un término de origen latino, codex, que significa manuscrito. Fue aplicada a la llegada de los españoles los objetos de manufactura indígena, generalmente elaborados de piel de venado o de papel amate, llamados en náhuatl tonalamatl,2 porque contenían plasmadas figuras y los códices en la tradición occidental eran manuscritos compuestos tanto de escritura como de imágenes. Los códices del llamado grupo Borgia, los cuales serán la base de mi investigación, son de tipo tonalamatl, esto es, contienen la cuenta de los días y los destinos, por lo que su carácter es adivinatorio y ritual. Eduard Seler fue el primero en agrupar a un conjunto de manuscritos, por tener un contenido calendárico y augural similar, así como pasajes paralelos, y lo denominó Grupo Borgia, tomando como referencia al códice del mismo nombre debido a su calidad y belleza. Los códices que fueron agrupados por Seler bajo esta categoría son: Borgia, Vaticano B, Fejérváry-Mayer, Laud y Cospi. Posteriormente, fueron agregados a este grupo el Manuscrito Aubin 20 y el códice Porfirio Díaz (Batalla Rosado, 2008: 247). Esta agrupación tiene sus problemáticas complejas al igual que cada uno de los documentos del corpus, como veremos a continuación. Códice Borgia El Códice Borgia es tonalamatl prehispánico que actualmente se encuentra depositado en la Biblioteca Apostólica Vaticana. Está realizado en un formato de tira plegada en biombo y “consta de 39 páginas de 27 x 26.5 cm. pintadas por los dos lados excepto la primera y la última, que presentan en blanco las caras exteriores, es decir, cuando el libro está plegado no se observan pinturas, con lo cual no hay posibilidad de que 2 Utilizo la palabra en lengua náhuatl aunque coincido con que: “En cuanto al idioma, en el Grupo Borgia no se ha encontrado ningún tipo de indicación sobre la lengua hablada por sus autores, puesto que como ya hemos señalado, al tener un contenido calendárico-religioso la mayor parte de la información aparece recogida mediante elementos exclusivamente iconográficos. Además, los escasos elementos escriturarios que contienen pueden ser leídos en cualquier idioma por tratarse de logogramas, como por ejemplo los glifos de los días. Respecto al tipo de arquitectura reflejado en las pinturas, tampoco se puede inferir con claridad que definan un estilo constructivo propio de una determinada región” (Batalla Rosado, 2008: 302). 13 se dañe o deteriore su contenido” (Batalla Rosado, 2008: 272). En cuanto al análisis codicológico, cabe resaltar que es probable que “el Códice Borgia fue plegado en biombo antes de proceder a pintarlo (Batalla Rosado, 2008: 273) y es un documento que presenta varios bocetos que fueron posteriormente cubiertos por estucos, a través de lo cual se pueden ver los errores o las reestructuraciones de la imagen llevadas a cabo por el o los pintores (Mikulska, 2015c: 172-177). Los pigmentos utilizados en la elaboración del Códice Borgia, así como los otros documentos del llamado Grupo Borgia, tienen en común el haber sido elaborados con pigmentos de origen orgánico con finalidades estéticas, ya que los pigmentos minerales son más opácos, por lo que: La finalidad subyacente al desarrollo de una tecnología del color basada en materias orgánicas para pintar los manuscritos prehispánicos del México Central fue la obtención de una capa pictórica que se caracterizaba por su luminosidad. Además, los pasajes citados muestran que al utilizar una paleta basada en materias orgánicas, los pintores de códices garantizaban la belleza de sus obras (Dupey, 2015: 160). Existe una discusión no resuelta sobre cómo llegó a Europa y cuál es el lugar de origen de su manufactura. En cuanto a la primera cuestión, en realidad la información precisa que se tiene de este documento es que perteneció al cardenal Stefano Borgia quien era una persona muy interesada en los objetos antiguos y su estudio,3 por lo cual encomendó al jesuita exiliado en Roma, José Lino Fábrega, un comentario del mismo, el cual fue un trabajo pionero.4 Tras la muerte del cardenal Borgia, el códice cayó en una disputa por su posesión entre la Congregazione de Fide y el Museo de Velletri, administrado por el hermano y familiares del cardenal5 (Anders et al., 1993a: 35-37) quedándose finalmente con la posesión del mismo la Congregazione.6 La información que 3 El cardenal Stefano Borgia nació en Velletri, Italia en 1731 y perteneció a una familia poderosa e importante. Fue nombrado cardenal en 1789 y tuvo un papel muy activo en cuanto a su interés por la investigación de las culturas antiguas, además fue prefecto de la Congregazione de Propaganda Fide. (Anders et. al., 1993: 29-30). 4 Cabe señalar, que también fue uno de los primeros investigadores en realizar un estudio al Códice Vaticano B, posteriormente a los infructuosos intentos de Kircher (Anders y Jansen 1993: 22-23). 5 Esta es la razón por la que este documento también ha sido llamado Códice o Manuscrito Velletri. 6 Finalmente, el Códice Borgia quedó en posesión de la Congregación Fide, quien lo expuso en su propio Museo Borgiano pero “el 21 de abril de 1902, la colección de manuscritos fue trasladada a la Biblioteca Apostólica Vaticana, donde, hasta hoy, forma el fondo borgiano” (Anders et al., 1993: 36). 14 aún permanece bastante oscura en relación con este documento, es cómo llegó a Europa y aproximadamente en qué fecha. Hay dos hipótesis principales sobre este problema; la más conocida y aceptada es la que nos brindó Alexander von Humboldt, el cual se basó en la información que le proporcionó Camillo Borgia (sobrino del cardenal que estaba disputando la posesión del documento con la congregación), la cual aporta la versión de que este códice pertenecía a la familia Giustiniani y que el documento estaba siendo quemado por los hijos de los sirvientes, tras lo cual el cardenal Borgia se los arrebató, salvándolo de la destrucción y quedándose con él, y otra versión mencionada por Franz Ehrle, que se basa en la información proporcionada por la Congregazione, es que el códice había sido salvado de un auto de fe en 1762 . La segunda hipótesis es interesante pero tiene el problema de que la quema de documentos en autos de fe ya no era común en esas fechas y la primera explicación es improbable pues es difícil creer que los dueños de la familia Giustiniani hayan permitido que los hijos de los sirvientes tomaran, para destrozar, un documento tan raro en lugar de venderlo u obsequiarlo. Por lo anterior, coincido con Anders, Jansen y Reyes García, tras el detallado estudio que hacen del documento, cuando comentan que lo más probable es que: El momento en el que el códice fue salvado de las llamas ocurrió muchos siglos atrás, y no entonces en 1762, sino más bien el siglo XVI. El manuscrito anduvo durante mucho tiempo por plazas y gabinetesde la América y de la Europa; fue vendido y cambió varias veces de dueño. Antes de formar parte del Museo Borgiano, parece que estuvo en otra colección o gabinete de curiosidades, posiblemente en Italia […] parece que cuando el cardenal obtuvo el documento, ya había desaparecido el dato sobre sus antecedentes […] aparentemente, los dueños anteriores no tenían una idea cabal de lo que era el códice (1993: 39). Aunque la cuestión del lugar de procedencia de este códice no ha sido resuelta, todo apunta a que debe ser ubicado en la región Puebla-Tlaxcala (Boone, 2007: 227-228), probablemente en Cholula (Nicholson, 1994: 113-114; Milbrath, 2007: 157) por lo tanto, se podría aventurar que fue elaborado por hablantes de náhuatl, aunque podría ser comprendido por hablantes de otras lenguas, al contener pasajes e información paralela a otros códices de tipo tonalamatl. Podemos dividir en tres grupos de autores a los que se han 15 adentrado en el estudio del lugar de procedencia de este documento y a continuación, presento resumidamente las propuestas más importantes. El mesoamericanista Eduard Seler, consideró que el Códice Borgia podía ser un de origen azteca pero posteriormente situó su lugar de origen en una región que abarca Tehuacan-Cozcatlan-Teotitlan del Camino, al existir una similitud iconográfica la representación de Xochipilli entre este códice y la cerámica xantil (Seler en: Boone, 2007:214) y tras haber realizado un estudio al Códice Cospi y conocer los frescos de Mitla; pero cabe señalar que aunque: [Seler] asignó los códices Borgia, Vaticano B y Cospi a la antigua cultura zapoteca, concretamente a los lugares de Teotitlan, Tochtepec y Coatzacualco en el área cultural oaxaqueña y de la costa del Golfo[…] en otros trabajos volvió a asignar los miembros del Grupo Borgia a otros lugares como el valle de Tehuacan, Cozcatlan (Batalla Rosado, 2008: 299). Más recientemente, Sylvie Peperstraete (2006: 29) mencionó que es probable que el códice haya sido realizado en la región Puebla-Tlaxcala, con base en el parecido de las láminas centrales de este códice con los murales encontrados en Ocotelulco. En este mismo sitio, se ha encontrado cerámica que contiene elementos iconográficos (bandas de corazones, manos, cráneos), que son característicos de esta región, así como un plato polícromo donde aparece el dios Tezcatlipoca con los ojos cerrados (Contreras Martínez, 1994: 11, 23). Al parecer, pese a los paralelismos entre la cerámica cholulteca y la de Ocotelulco, esta última sería elaborada en este mismo lugar, ya que se encontró evidencia arqueológica de que es una cerámica doméstica. Para Ofelia Márquez Huitzil (2009: 200), la cerámica y pintura mural de Ocotelulco son las evidencias arqueológicas que ofrecen mayor parecido con el trazo, las proporciones y el manejo de colores al que se recurre en el Códice Borgia. Otra evidencia arqueológica importante, es el hallazgo en contexto arqueológico de dos figuras bicónicas en Cholula, que portan la imagen de Tlaloc, y que se encuentran representadas en las láminas 27 y 28 de este códice (Uruñuela et al., 1997). Otro autor que ya había comparado figurillas de la región con las imágenes de este códice, fue Bodo Spranz, quien señaló que había paralelismos entre los tocados de algunas figurillas 16 femeninas encontradas en Xochitecatl, Tlaxcala, con los tocados de las diosas Xochiquetzal y Tlazolteotl (Spranz, 1997: 166). Pese a ello, la discusión sigue abierta. Para algunos investigadores, el llamado Códice Borgia podría tener una procedencia Mixteca. Esta propuesta la han elaborado con base en algunos paralelismos iconográficos como, por ejemplo, algunas similitudes con los murales de Mitla, Oaxaca, así como el estudio que hiciera Alfonso Caso del Mapa de Teoazacualco, demostrando que los códices Nuttall, Vindobonensis y Bodley eran de procedencia mixteca (Batalla Rosado, 2008: 299- 300). En general existieron dos corrientes muy fuertes que discutieron el origen del llamado Grupo Borgia: la corriente nahua-céntrica encabezada por H. B. Nicholson de la Universidad de California y la corriente pan-mixteca encabezada por Donald Robertson de la Universidad de Tulane. La corriente encabezada por Robertson buscó paralelismos que conectaran estos documentos con los códices mixtecos como lo son la presencia del signo del año a la usanza Mixteca, así como por el parecido de los signos de los días en los códices del Grupo Borgia con los que aparecen en los códices mixtecos (Boone, 2007:216- 217). Para Donald Robertson es evidente que la Mixteca debió haber sido el lugar de origen de este documento, ya que consideraba que en esta región había una mayor tradición en la elaboración de documentos pictográficos y que la calidad de su manufactura debió corresponder a tlacuilos especializados que, según este autor, debían pertenecer a la región Mixteca más que a la región de Puebla-Tlaxcala, a excepción del Códice Vaticano B, al cual consideró no mixteco por ser de elaboración más burda7 (Batalla Rosado, 2008: 300). A pesar de los argumentos a favor de la procedencia Mixteca, señalados líneas arriba, muchos investigadores se han centrado en el origen de la región Puebla-Tlaxcala, aportando evidencias estilísticas pero también arqueológicas sobre los objetos representados en las imágenes de este códice, aunque una tercera corriente consiste en simplemente agruparlos dentro del Horizonte Mixteca-Puebla, por considerar casi imposible por el momento precisar un lugar de origen exacto para ellos.8 El estilo Mixteca Puebla fue fenómeno cultural a lo largo de Mesoamérica. Sobre éste puede decirse que: 7 Curiosamente, el original del Códice Vaticano B presenta menos correcciones en su elaboración que el Códice Borgia (Katarzyna Mikulska, comunicación personal). 8 Con excepción del Códice Porfirio Díaz que fue pintado en la región cuicateca de Oaxaca, en San Francisco Tututepetongo. 17 Ese nuevo estilo [Mixteca-Puebla] y también una nueva iconografía aparecerán en Mesoamérica durante el Posclásico (900-1521) Podríamos decir que en el Epiclásico se preparó el terreno para la síntesis cultural y artística que tendría lugar en la última etapa de nuestra historia prehispánica […] En una amplia porción de Mesoamérica, las afinidades fueron suficientes para que las élites de diferentes etnias y formaciones políticas compartieron un estilo artístico, un repertorio iconográfico e incluso un mismo código de estereotipos pictográficos. Esa porción de Mesoamérica incluye en Valle de Puebla- Tlaxcala, todas las regiones de Oaxaca, parte de Guerrero y Michoacán, las cañadas de Morelos, los Valles de México y Toluca y de manera superficial algunos enclaves tan distantes como Belice y Nayarit (Escalante, 2010: 36-37). Cabe señalar que los pintores se trasladaban de un lugar a otro con los códices y éstos seguramente tenían una circulación muy amplia entre las élites religiosas de distintos grupos Por lo anterior, coincido con que: El problema es que aquella iconografía, aquel estilo pictórico y aquellas formas tuvieron una amplia distribución y se han encontrado en gran parte de Mesoamérica. Todavía no se ha podido hacer una subdivisión detallada de ese “estilo-horizonte”, que nos llevaría a reconocer con más precisión las variantes regionales. La cuestión se complica porque especialmente la cerámica élite de que aquí se trata solía ser mercancía que se transportaba por largas distancias. Muchas veces no es propia del lugar donde se encuentra. Y aunque lo fuera, es dudoso que los talleres que se dedicaban a pintar códices hubieran seguido la moda local de los que decoraban la alfarería (Anders et al. en: Batalla, 2008: 303). Por lo anterior, mi postura es que, aunque todavía no se puede precisarcon claridad el lugar exacto de elaboración del Códice Borgia por las cuestiones anteriormente señaladas, existen evidencias fundamentadas de que su procedencia podría estar más cercana a la región Puebla-Tlaxcala,9 tomando en cuenta los hallazgos arqueológicos mencionados previamente y las características estilísticas. 9Volviendo al problema del origen, existe la opinión de que “el Borgia parece ser un producto de las tierras altas entre Mitla y Tecamachalco. Son notables sus semejanzas con el Nuttall, pero también sus diferencias. Lo mismo se puede afirmar en cuanto a su lazo con Tizatlan, Ocotelulco y la cerámica cholulteca. Su posible 18 Concuerdo con Isabel Álvarez Icaza (2014: 24-25), en cuanto a que, si bien aún no podemos afirmar con certeza cuál fue el centro de origen del horizonte estilístico Mixteca- Puebla, es posible que haya sido la ciudad de Cholula donde apareció primero el estilo y posteriormente en la Mixteca, por lo que un nombre más adecuado sería Tradición Estilística e Iconográfica Cholulteca-Mixteca.10 Es importante señalar que, tras estudios macroscópicos en algunos de los documentos originales y la revisión de las fuentes coloniales, se podría pensar que el área Nahua y Mixteca presentaron importantes similitudes en cuanto a las técnicas para la elaboración de códices, así como una preferencia por el uso de materiales orgánicos (Dupey, 2017:24) Códice Vaticano B El Códice Vaticano B,11 cuyo nombre oficial es Códice Vaticano Latino 3773, se encuentra actualmente en la Biblioteca Apostólica Vaticana desde el siglo XVI (Anders y Jansen, 1993b: 15). En cuanto a sus características físicas, podemos señalar que: La obra está conformada mediante una larga tira de piel curtida de animal, compuesta por diez segmentos pegados, recogida en formato de biombo o acordeón que se caracteriza por conformar unas páginas de un tamaño muy pequeño de 14,5 cm. de largo x 12,5 de ancho. No obstante, su longitud de 7,240 m. consigue un total de cuarenta y nueve hojas por cada lado, encontrándose pintadas en el mismo sentido de tira noventa y seis de ellas, debido a que los versos de la primera y la última fueron utilizados para poner “tapas” al documento. Por ello, se puede afirmar casi con totalidad seguridad que el documento está completo (Batalla Rosado, 2008: 275). Cabe señalar que la cubierta exterior muestra que tenía incrustaciones de piedras preciosas, pero sólo sobrevive un pequeño fragmento de turquesa (Anders y Jansen, 1993: 16) en la esquina superior derecha. Lamentablemente, al igual que ocurre con el Códice procedencia del sur del estado de Puebla, área de contacto entre mixtecos, popolocas y nauas, reúne todas las condiciones postuladas por este examen (Anders et al. en Batalla, 2008: 307). 10 En la elaboración de este estilo participaron diversos grupos étnicos, pues la ciudad de Cholula en el Posclásico estuvo habitada por grupos nahuas o otomangues, olmecas xicalancas y toltecas-chichimecas (Álvarez Icaza, 2014: 320), 11 También ha sido llamado Codice Vaticano Rituale, Códice Fábrega, Manuscritto Messicano Vaticano 3773. 19 Borgia, no se sabe exactamente cuándo y cómo fue que llegó a la Biblioteca Apostólica Vaticana pero Anders y Jansen (1993: 17) consideran que pudo haber sido enviado a Europa, probablemente junto con el Códice Vaticano A, el cual se encuentra resguardado en la misma Biblioteca. En cuanto a su lugar de procedencia, tenemos con este códice el mismo problema que con el Códice Borgia, pues es muy complicado precisar un sitio preciso cuando no se tienen mayores antecedentes del mismo, aunque algunos autores señalan que puede catalogarse como perteneciente a la región Mixteca-Puebla.12 Algunos estudiosos piensan que contiene elementos iconográficos y estilísticos que lo hacen muy cercano a la región mixteca, por ejemplo, los signos de los días, la presencia de dioses mixtecos y los ñuhus, aunque también aparecen varios elementos nahuas (Boone, 2007: 229). Batalla afirma que “se advierte la unión de los códices Borgia y Vaticano B por tener una temática muy similar. Es más, estos dos documentos sí que “merecen” pertenecer a un grupo semejante a los denominados Magliabechiano y Huitzilopochtli” (2008: 297). Códice Fejérvary-Mayer Se encuentra depositado actualmente en la Biblioteca del Museo Público de Liverpool, Inglaterra. Sobre su historia, cabe señalar que se tiene noticias de su existencia hasta su aparición en la colección de antigüedades de Gabriel Fejérvary en el siglo XIX; posteriormente el códice fue comprado por el anticuario inglés Joseph Mayer, pasando después a los fondos públicos de la Biblioteca del Museo de Liverpool (Batalla Rosado, 2008: 279). Entre sus principales características físicas destaca que “ostenta la forma de un volumen con dos pastas o coberturas que encierran 22 hojas dobles (pintadas a ambos lados), plegadas a modo de biombo o acordeón de forma casi cuadrangular, aproximadamente de 17.5 cm. El manuscrito está elaborado sobre cuatro tiras casi seguramente de piel de venado” (León-Portilla, 2005: 8). El lugar de origen de este códice también resulta desconocido; cabe destacar que tiene un gran parecido estilístico e iconográfico con el Códice Laud por lo que pudieran haber sido elaborados en la misma región o en una muy cercana pues ambos reflejan “una 12 Varias manos intervinieron en la creación de este códice. Con base en estudios macroscópicos no invasivos, Elodie Dupey (2017:23) se percató que las láminas 12, 20,71, 72, 95 y 96 fueron reelaboradas en distintas ocasiones y la autora encontró la presencia de hasta cuatro paletas cromáticas diferentes a la original en estas láminas. 20 familiaridad con la fauna y la cultura de las tierras bajas tropicales, hacia la costa del golfo” (Boone, 2016: 370). León-Portilla (2005: 9-10) señala que es muy complicado fijar un sitio exacto de elaboración de este códice y propone que era un documento elaborado, transportado y elaborado por comerciantes, por lo cual le llamó Tonalamatl de los pochtecas. Códice Laud Este códice se encuentra actualmente en la Biblioteca Bodleiana en Oxford, Inglaterra. En cuanto a sus características físicas, cabe mencionar que se encuentra elaborado en una piel curtida de aproximadamente 400 cm., compuesta por la unión de cuatro fragmentos. Está plegado a manera de biombo y consta de 48 páginas de una media de 16.55 cm de lado X 15. 75 cm de alto (Batalla Rosado, 2008: 284). En cuanto a su origen, y debido a los paralelismos iconográficos y estilísticos con el Códice Fejérváry-Mayer, se considera que ambos documentos están estrechamente emparentados como ya mencioné, pero es muy complejo fijar un lugar de origen exacto como en todos los casos previos, pues mezcla elementos nahuas, mixtecos y de la Costa del Golfo.13 En cuanto a cómo llegó este documento a Inglaterra, no se sabe con certeza y la información más temprana que se tiene es que “la historia de este códice en Europa se resume en la inscripción al latín sobre la cubierta […] La fórmula significa: Libro de Guillermo Laud (William Laud) Arzobispo de Canterbury y Canciller de la Universidad de Oxford 1636” (Anders et al., 1994b: 23). Se sabe que William Laud donó posteriormente parte de su colección a la Biblioteca Bodleiana, donde se conserva hasta ahora.14 Códice Cospi 13 Isabel Álvarez Icaza, afirma que “desde un punto de vista iconográfico, el Códice Laud es un códice elaborado por artistas nahuas de la región costera” (2014: 325). 14 Como dato curioso, cabe destacarel trágico fin de tan importante personaje por cuestiones políticas aunque sus aportaciones en el resguardo y donación de manuscritos es algún digno de toda consideración: “De esta forma, William Laud transformó la Biblioteca Bodleiana en un centro de primera importancia para los estudios de lenguas clásicas y orientales, teología y la historia antigua. Después mandó todavía algunas donaciones pequeñas y accidentales, pero las acusaciones en su contra y su encarcelamiento en la torre [de Londres] lo obligaron a deponer su dignidad de canciller y, algunos años más tarde, ocasionaron su ejecución” (Anders et al. 1994: 40). 21 Este códice se encuentra actualmente en la Biblioteca Universitaria de Bolonia, Italia. Sobre sus características materiales, es importante señalar que: Está compuesto por una tira de piel curtida de 364 cm. de largo x 18.2 de ancho o alto, realizada a partir de cuatro fragmentos unidos con un pegamento, que plegada en biombo dio como resultado un total de 20 hojas casi cuadradas con dos pastas adheridas a la primera y última del verso, lo que causa que en el recto haya veinte páginas mientras que el verso sólo tiene dieciocho […] Hay otros dos rasgos formales o físicos importantes sobre el Códice Cospi. En primer lugar, debemos indicar que la “encuadernación” que presenta en la actualidad no es la original, sino que se trata de una cubierta de pergamino hecha en Italia y puesta a mediados del siglo XVII, aunque da a entender que el documento debía tener algún tipo de pastas que fueron sustituidas por ésta. En segundo lugar, cabe destacar que el códice no está pintado en su totalidad, pues únicamente contiene escenas en las páginas 1 a 13 del recto y 21 a 31 del verso, encontrándose el resto, 14 a 20 y 32 a 38, en blanco. Este aspecto físico también ha llevado a suponer que estamos ante un libro inacabado, o al menos que se dejó de este modo para proceder a añadir más información, rasgo nada anormal en los códices mesoamericanos (Batalla Rosado, 2008: 281-283). En cuanto a su historia, se tienen noticias de su presencia en Europa hasta el siglo XVII, cuando hizo su aparición dentro de la colección de objetos y antigüedades de arte del marqués Fernando Cospi, quien lo obtuvo como obsequio navideño de parte del conde Valerio Zani. Con respecto a su lugar de procedencia, existen varias hipótesis encontradas, entre las que destacan que pertenece también a la región Puebla-Tlaxcala, con probables componentes fonéticos del náhuatl, por ejemplo, en la representación simbólica de la serie de los Señores de la Noche (Boone, 2007: 228), aunque existen otras hipótesis que postulan que este documento, particularmente en la última parte del reverso, presenta dibujo a lápiz y, por ende, fue elaborado durante el periodo colonial (Laurencich, 1992; Aguilera, 1997). Recientemente, una nueva investigación propone que Códice Cospi fue un regalo que hizo el dominico Domingo de Betanzos al papa Clemente VII entre 1532 y 1533 (Domecini y Laurencich, 2014: 199). Esta hipótesis es interesante y tal vez más adelante, conforme vaya fluyendo más evidencia, pueda ser confirmada. 22 Manuscrito Aubin 20 Este códice se encuentra actualmente en la Biblioteca Nacional de Francia y presenta un formato particular, pues consta únicamente de una sola página, compuesta de piel de 91 cm de largo X 51 de largo, el documento se encuentra muy deteriorado en la parte central, pero se conservan copias elaboradas en el siglo XVIII sobre el mismo15 (Batalla Rosado, 2008: 287). Acerca de su lugar de origen, por su estilo e iconografía se puede apreciar claramente que procede de la Mixteca (Boone, 2007: 213; Batalla Rosado, 2008: 287). El documento parece ser de origen prehispánico (Simonin, 1998) pero Batalla Rosado considera que el documento puede ser una copia tardía de “mediados del siglo XVIII, realizada exclusivamente para ser vendida a Lorenzo Boturini […] no nos inclinamos por considerarla como una obra falsa sino como una copia de otro documento o su realización por un pintor que aún tenía profundos conocimientos de la religión prehispánica” (Batalla Rosado, 2008: 287). No obstante, tras haber podido consultar el códice original,16 discierno totalmente de la opinión anterior y concuerdo con la postura de que este documento es de origen prehispánico. 15 Cabe destacar que comparando el Manuscrito Aubin 21, copia del códice original que también se resguarda en la Biblioteca Nacional de Francia, difiere mucho del original, tal y como Katarzyna Mikulska y yo pudimos apreciar. 16 Agradezco profundamente a Daniele Dehouve y a Katarzyna Mikulska la oportunidad de haber podido consultar el documento original y tener acceso a la Biblioteca Nacional de Francia. 23 Códice Porfirio Díaz Sobre este códice se tiene la fortuna de conocer su lugar de origen, pues se sabe que fue pintado en San Francisco Tututepetongo, en la región cuicateca del noroeste de Oaxaca en el siglo XVI (Boone, 2007: 214). Se encuentra actualmente en el Museo Nacional de Antropología de México. En cuanto a su descripción física, cabe señalar que es una tira de piel curtida compuesta de cinco segmentos, con un total de 421 cm de largo X 15.5 de ancho (Batalla Rosado, 2008: 285). El contenido del códice es histórico pero las últimas diez páginas son imágenes mánticas religiosas, muy cercanas al llamado Grupo Borgia. En cuanto al llamado Grupo Borgia, conformado por este grupo de siete documentos, existen cuestionamientos sobre la pertinencia de seguir utilizando esta clasificación, ya que ésta está basada en algunos pasajes paralelos que no aparecen en todo el corpus y existen otros códices de procedencia y estilo totalmente diferentes que comparten contenido similar.17 Las críticas más fuertes las hace Batalla Rosado cuando señala que: En nuestra opinión se trata de un grupo [el Grupo Borgia] de documentos creado de un modo un tanto “artificial”, cuyo verdadero nexo de unión es que fueron pintados durante una época mesoamericana muy concreta, durante la cual la “uniformidad” religiosa de los grupos indígenas había alcanzado cotas importantes y, por ello, como veremos, sus contenidos son similares, aunque en ningún caso idénticos (Batalla Rosado, 2008: 260). Concuerdo con el autor al señalar que esta agrupación de códices es un tanto artificial, debido a sus diferencias; igualmente, los análisis químicos realizados actualmente han demostrado que la elaboración de estos documentos es mucho más compleja de lo que 17 Por ejemplo, el Códice Madrid, que indudablemente es de origen maya, contiene pasajes paralelos con el Grupo Borgia pero no se considera dentro del grupo, aunque el criterio clasificatorio se ha basado en la similitud de contenido. Por eso Batalla Rosado hace una crítica a esta cuestión y retoma una posible explicación de por qué los mayas anexaron en un códice esta información: “también cabría definir al Códice Madrid o Códice Trocortesiano, pese a tener un origen maya, como perteneciente al Grupo Borgia pues presenta no sólo secciones relacionadas con el grupo […]sino que […] caben muchas probabilidades de que esas páginas concretas del Códice Madrid fueran una traslación del sistema calendárico de un códice semejante al Borgia al sistema maya (Batalla Rosado, 2008: 297). 24 se pensaba hace algunos años, al existir numerosas manos en la elaboración, intervenciones en distintas épocas, problemas de datación, etc. (David Domenici, comunicación personal). Sin embargo, dado que particularmente estudiaré estos documentos, por ser de origen prehispánico o coloniales tempranos (en los casos particulares de los códices Porfirio Díaz y el reverso del Cospi probablemente),seguiré manteniendo el nombre de “Grupo Borgia”, sin ignorar los debates actuales con respecto a esta clasificación y con base en su contenido calendárico-adivinatorio e información paralela. 25 CAPÍTULO 1.-EL ESTUDIO DE LOS CÓDICES ADIVINATORIOS. LAS DIFERENTES METODOLOGÍAS. 1.1.1.-Seler y el paradigma astralista La importancia del investigador alemán Eduard Seler en los estudios del México Antiguo es indudable y hasta el día de hoy sigue teniendo un impacto profundo en el desarrollo del conocimiento científico de Mesoamérica. Sus aportaciones son bastas en diversos rubros, tales como la filología, la lingüística, la historia, el arte, la arqueología, la etnografía e inclusive la botánica. Fue un precursor en el análisis del calendario y de la iconografía. Si bien el estudio del contenido de los códices calendárico-religiosos ha tenido grandes avances a lo largo del siglo XX y continúa avanzando en estos primeros años del siglo XXI, la aportación de Eduard Seler es de inigualable valor y es importante reflexionar sobre la misma dada su trascendencia y, en algunos aspectos, su vigencia. Muy tempranamente, Eduard Seler aportó las bases de una visión multidisciplinaria que resultaría ser la clave para el desarrollo de los estudios mesoamericanistas que lo precedieron. El estudio de los códices mesoamericanos fue una de las principales pasiones de este erudito alemán. A él no sólo debemos el rescate de algunos documentos sino también la aportación de un método pionero para el estudio de la iconografía, cabe señalar que consideró que estos documentos eran meramente pictográficos, negando que se tratara de sistemas escriturarios. Para poder realizar una adecuada identificación de los dioses que aparecen tanto en códices como en relieves, pintura mural, cerámica, etc., Seler analizó a las deidades que 26 aparecían en el Códice Florentino, Los Primeros Memoriales, Los Códices Matritenses18 y estudió tanto las glosas como las imágenes de los códices Telleriano-Remensis y Vaticano A, encontrando los elementos distintivos de los dioses, para así poder investigar los documentos de origen prehispánico que carecían de glosas. Cecilia Klein resume grosso modo el método de Seler y señala que: La formación filológica de Seler explica cómo llegó a ser un iconógrafo de tanto éxito […] el prodigioso conocimiento de Seler sobre las lenguas de Mesoamérica facilitó en gran medida su trabajo con códices mayas y mexicanos, lo cual le permitió relacionar las imágenes con los nombres, términos y conceptos nativos registrados por autores coloniales […] cuando se le escapaba el significado de una imagen recurría a los documentos escritos que creía podían explicarla o a otras imágenes que se le asemejaban (Klein, 2002: 29). El trabajo de Eduard Seler en los códices tuvo un gran impacto por ser una obra pionera, además de completa y detallada en sus análisis.19 Sin embargo, Seler también es resultado de su contexto histórico y, por ende, se adhirió a algunas corrientes interpretativas en auge en aquel momento, como fue la escuela lunar de interpretación mitológica de Ernst Siecke. Por lo anterior, se interesó por encontrar en los códices religiosos información relacionada con el ciclo de Venus y con el ciclo lunar. Seler buscó vincular a los dioses con los puntos cardinales, relacionarlos con cuentas calendáricas complejas, en varios casos sin el éxito esperado.20 Pese a las críticas que pueden realizarse a sus interpretaciones astralistas, particularmente presentes en sus comentarios al Códice Borgia y mucho más moderadas en sus primeros trabajos sobre el Tonalamatl Aubin y el Códice Fejérváry-Mayer, nadie puede negarle el mérito de ser el primero en realizar meticulosos estudios de los elementos 18 Seler realizó importantes y pioneras traducciones de la obra de Sahagún, rescatando el trabajo del franciscano que será básico para el estudio de Mesoamérica. 19 Para un mejor acercamiento a la obra de Seler, remito al lector a la bibliografía de su obra y a las referencias de algunos trabajos acerca del autor, que aparecen en un libro-homenaje (Hanffstengel y Tercero, 2003). 20 Gracias a los posteriores trabajos de Karl Anton Nowotny, varias interpretaciones de Seler fueron descartadas; un ejemplo de ello es la interpretación de Seler de las láminas 58 a 60 del Borgia, que actualmente son interpretadas como pronósticos de matrimonios, mientras que Seler consideraba que tenían relación con dioses relacionados con los puntos cardinales y los astros. La interpretación de Nowotny se sustenta en información etnográfica y del mismo Sahagún. 27 iconográficos, así como sus esmerados análisis de los objetos, animales, plantas, signos de los días, secuencias calendáricas, además de sus traducciones de la obra de Sahagún y su breve acercamiento a códices históricos como el Lienzo de Guevea, El plano en papel de maguey y el Códice Kingsborough (Nicholson, 1973: 354). Algunas ideas de Seler han sido recientemente retomadas por los arqueoastrónomos, que enfocan su atención a la búsqueda de fenómenos astronómicos en los códices, particularmente, cabe resaltar los trabajos de Susan Milbrath (1989, 2007) con respeto al Códice Borgia bajo esta perspectiva. 1.1.2.-Karl Anton Nowotny y la corriente etno-iconológica. Karl Anton Nowotny puso en tela de juicio varias de las afirmaciones de Eduard Seler; partiendo de investigaciones etnográficas, particularmente las que Leonard Schulzte- Jena realizó, dando un enfoque distinto al estudio de los códices y estableció que el contenido de los mismos tenía un marcado contenido “mántico o adivinatorio”, que servía para regir la vida ritual (Nowotny, 2005), ya que estos documentos contenían el tonalpohualli, pues la persona que tenía algún temor debido a un mal augurio o mal sueño buscaba al adivino y éste consultaba el document pictórico y juzgaba el asunto y daba consejo ayudado por el calendario (Nowotny, 2005: 200). Posteriormente, el trabajo de Nowotny fue retomado por diversos investigadores que conformaron un grupo conocido como la Escuela Holandesa.21 Peter van der Loo, sigue los pasos heurísticos de Nowotny y propone la búsqueda de “unidades temáticas”, presentes tanto en los códices prehispánicos como en la tradición religiosa indígena contemporánea. Sobre el concepto de “unidad temática”, el autor señala lo siguiente: La unidad temática, como propuesta aquí, no intenta penetrar en tiempos más antiguos que el posclásico […] la unidad temática es algo semejante al tema básico […] se busca de la misma manera el grupo de elementos que define a una escena; también vale la misma admonición, que se encuentra rara vez en un inventario completo de los elementos de una imagen […] los elementos de la unidad temática pueden ser una multitud de cosas […] 21 Se consideran miembros de la escuela holandesa a aquellos que siguieron a Nowotny y posteriormente el denominado método etno-iconológico (Oudijk, 2008: 124-125). 28 entonces, la unidad temática podría incluir: dioses, personajes, mitos, rituales, objetos y animales. Si se encuentra suficiente documentación de una misma unidad temática en varias etapas de la historia, se podría usar los datos de una fase para entender más sobre la otra. Es aquí que los datos escritos del tiempo virreinal y del presente nos proporcionan un entendimiento más alto de los códices precolombinos (Van der Loo, 1987: 22-23). En cuanto al estudio de la imagen, su postura radica en seguir los pasos del método iconográfico de Erwin Panofsky (1983). Si bien toma en cuenta el factor de la disyunción histórica, establece las bases teóricas para poderenriquecer el estudio de los códices utilizando una amplia variedad de fuentes, particularmente las investigaciones etnográficas. En un trabajo posterior, Maarten Jansen (1988) explica la necesidad de aplicar el metódo etno-iconológico entendiéndolo como un método inclusivo que escucha la voz de los indígenas contemporáneos22 y que ayuda a dejar atrás la visión eurocéntrica, la cual el autor crítica fuertemente (Jansen, 1988: 87). Centrándose en el estudio de la imagen en los códices, menciona las siguientes características que se deben tomar en cuenta al seguir el método-etno-iconológicoy menciona los siguientes pasos del método: 1.-Modo icónico, la relación significante-significado es directa. 2- Modo index o indexal, la relación significante-significado es metonímica. 3-Modo simbólico, la relación significante-significado es arbitraria, puede ser metafórica o basada en una estructura de oposiciones. 4.-Modo glífico, en donde la relación significante-significado está basada en el lenguaje (Jansen, 1988: 97-98).23 El segundo nivel del método es la aproximación temática (Jansen, 1988: 99). La estructura de referencia para sustentar el estudio debe ser multidisciplinaria, tomando en cuenta fuentes históricas, etnográficas, geográficas, antropológicas, etc. El tercer nivel del método etno-iconológico consiste en realizar una síntesis y evaluación de los pasos previos y de cómo éstos se articulan, buscando generar nuevas 22Al existir una continuidad cultural en la region, la información etnográfica es muy importante para cualquier esfuerzo interpretativo (Jansen, 1988: 93). 23 Dentro del modo glífico, se incluyen logogramas, escritura fonética y determinativos semánticos (Jansen, 1988: 97). 29 preguntas y viendo cómo el estudio del pasado puede generar un impacto positivo en las comunidades indígenas actuales. Siguiendo esta metodología, Oudijk (2008: 126-127) resume los pasos del método etno-iconológico de la siguiente manera: 1.-Identificación de los elementos mínimos tomando en cuenta el contexto de la imagen. 2.-Enfoque temático directo.24 3.-Generación de reflexiones y conclusiones obtenidas con base en los análisis previos. La importancia de la escuela holandesa radica en utiliza una gran variedad de fuentes, tanto pictóricas como documentos de archivo, vestigios arqueológicos y las fuentes etnográficas, con lo que buscan dar un panorama y contexto más completo a sus temas de interés, aunque también tiene detractores que le cuestionan el hecho de hacer lecturas lírico- poéticas infundadas25 o, más recientemente, por concebir los elementos mánticos como signos cerrados con un significado unívoco, lo cual no era aplicable en el pensamiento indígena.26 Sin embargo, considero que los pasos del método etno-iconológico son aplicables y pertinentes, por lo cual me apoyaré en este método a lo largo de la investigación, añadiendo nuevos enfoques que lo complementen, como es el caso del análisis de los llamados digrafismos y me centraré en el estudio de la construcción metafórica y metonímica de las imágenes, así como la importancia de la concepción del cuerpo y la materialidad se ven reflejadas en la construcción visual en los códices nahua- mixtecos. 24 Este autor retoma y añade, con respecto al segundo paso del método etno-iconológico, lo siguiente: “Uno de los componentes principales de la etno-iconología es el uso del enfoque histórico directo, basado en la continuidad cultural de sociedades indígenas en Mesoamérica, pero con particular atención en el fenómeno de la disyunción. Es decir, la identificación de la relación entre el significado y el significante” (Oudijk, 2008: 126). 25 Uno de los principales críticos del método etno-iconológico es Miguel León-Portilla (1997) quien considera que los autores realizan una interpretación lírica sin fundamento de los códices a lo cual al respondió Maarten Jansen (1999), explicando las características del método y señalando que aunque la lectura sea menos rígida, sí lo es la investigación en que se sustenta, con lo cual coincido. 26 Ana Díaz critica las interpretaciones de la corriente etno-iconológica pues para ella: “lo que interesa subrayar es que cada lectura mántica (el tarot, la mano, el tonalamatl) es distinta, absolutamente irrepetible e inagotable sea a través de descripciones textuales o de relaciones elásticas entre sus elementos (signos, símbolos y personajes) (Díaz Álvarez, 2011: 43). Aunque tiene razón en que la lectura mántica es única y distinta para cada persona, no lo son los elementos mánticos, pues estos tienen un valor simbólico tanto en el tonalamatl como en el tarot, que se adaptan según los intereses del que realiza la lectura y del consultante. 30 1.1.3.-El concepto de sistema de comunicación gráfico y el principio semasiográfico. Es muy importante señalar que los códices tipo tonalamatl, aunque pudieran servir para el conocimiento de las suertes, los orígenes del tiempo, algunos hechos históricos pasados, presentes y futuros,27 tienen características que difieren de los llamados códices históricos y económicos de origen prehispánico y colonial, los cuales registran abundantes topónimos, antropónimos y fechas y, en el caso del último tipo, cantidades (Boone, 2010: 80-103). Cabe señalar lo anterior, ya que actualmente existe una interesante discusión en relación con los sistemas gráficos del centro de México, particularmente el sistema mixteco-nahua, ya que varios autores han postulado que éste es un sistema de escritura logo-silábica, tal como la escritura maya y zapoteca, aunque en el caso nahua la escritura está restringida a nombres de lugares, personas y cargos (Lacadena, 2008). Para Gordon Whittaker (2011), hay tres sistemas de comunicación gráficos, que coexisten y se complementan entre sí: el sistema iconográfico, el notacional y la escritura. Sobre el sistema iconográfico, el autor señala que: La iconografía, tradicionalmente prominente en contextos religiosos, políticos, militares y deportivos, pero también cada vez más utilizada para facilitar la orientación en el ámbito público, codifica y representa información mediante elementos gráficos (diversamente denominados símbolos, íconos o semasiogramas) de tamañano no uniforme, dispuestos en secuenciay una jerarquía, en la cual el posicionamiento relativo y el tamaño de estos 27 Ana Díaz señala acertadamente, basándose en la propuesta de Federico Navarrete (2004) de los cronotopos históricos, que su uso no está limitado únicamente a prácticas augurales y la autora señala lo siguiente: “cuando la imagen cronotópica se incorpora a un objeto cultural que posee ciertas características de lo “delicado”, y se activa a través de la acción ritual –como puede ser la lectura/interpretación del tonalamatl- la representación gráfica toma una dimensión performática y se vuelve una vivencia. De este modo, el tiempo está anclado no sólo al espacio, sino en el grupo; en el referente histórico y etnográfico (Díaz Álvarez, 2011: 32-33). 31 elementos contiene significado y sirve para representar, simbolizar e ilustrar información no lingüística (Whittaker, 2011: 936; trad. mía). 28 Según Whittaker, el sistema iconográfico tiene convenciones que pueden ser entendidas independientemente de la lengua que se hable;29 el sistema notacional, distingue unidades de información no lingüística, como el lenguaje matemático; el sistema de escritura que refleja la lengua y cuyos componentes son los morfogramas (unidades de significado)30 y los fonogramas (sonidos) (Whittaker, 2011: 935-937).31 Los ejemplos de escritura glotográfica32 encontrados en el centro de México, que podemos denominar como sistema gráfico mixteco-nahua,33solamente registran nombres de lugares, de personajes, de rangos (Navarrete, 2011:175-176) que ligarían la parte escritura y la parte visual narrativa a través de acciones rituales. En el caso de los tonalamatl que se conocen hasta ahora, no hay presencia de escritura glotográfica y los casos aislados, que pudieran serlo, siguen en discusión. 34 Al respecto, Juan José Batalla (2008: 302) señala que en los códices tonalamatl la mayor parte de la información aparece recogida mediante elementos exclusivamente iconográficos. Cabe señalar que el desarrollo de la lectura de la escritura nahua (bajo la perspectiva glotográfica) aún está en proceso y debe aclarar problemas como el orden de lectura, el cual no es estable a veces ni siquiera en el mismo documento pero, pese a estas cuestiones, me parece pertinente que se estudien los ejemplos de escritura mixteco-nahua 28 ...Iconography, traditionally prominent in religious, political, military, and sports contexts, but also increasingly employed to facilitate orientation in the public arena, codifies and represents information by means of graphic elements (variously called symbols, icons or semasiograms) of nonuniform size, arranged in sequence and a hierarchy in which the relative positioning and size of these elements carries meaning, and serve to represent, symbolize, and illustrate nonlinguistic data (Whittaker, 2011: 936). 29 Para ser inteligible, la pictografía recurre a una serie de convenciones, generalmente entendidas por los lectores prehispánicos, maneras fijas para representar objetos, datos, en una palabra: unidades culturales, en forma de signos y también maneras fijas para dar a entender la relación entre signos (Jansen, 1982: 54). 30 Los morfemas pueden ser léxicos o gramaticales. 31 Los fonemas pueden ser silábicos o el sonido de una sola letra. 32 Que refleja la lengua. 33 Utilizo el término mixteco-nahua empleado por Dos Santos (2014) y coincido con que “en el caso del sistema mixteco-nahua que esas partes –el registro pictográfico y la oralidad- eran conjuntamente accionadas en la lectura o en la escenificación de los relatos, sin que un tipo de discurso visual u oral estuviera totalmente subordinado al otro, como si ambos ocurrieran “paralelamente integrados” reforzándose mutuamente” (Dos Santos, 2014: 86). 34 Más que en los tonalamatl, los principales ejemplos de escritura (glotográfica) aparecen en algunos monumentos, por ejemplo la piedra de Tizoc, en códices económicos como la Matrícula de Tributos, en diversos códices coloniales (Xólotl, Tira de la peregrinación, Santa María Asunción, Vergara, etc.) y en los históricos mixtecos. 32 utilizados exclusivamente para registrar antropónimos, topónimos y epónimos con la metodología correspondiente al estudio de otros sistemas de escritura en el mundo y la misma escritura maya, aunque para los códices tipo tonalamatl no nos sea una herramienta pertinente. Sin embargo, el estudio del sistema gráfico no-glotográfico también requiere de una revisión y revitalización. Es por ello que a continuación se analizará una discusión actual, que se puede sintetizar en la siguiente pregunta: ¿es pertinente hablar de un principio semasiográfico o de una escritura semasiográfica? La corriente semasiográfica parte de los postulados teóricos de Geoffrey Sampson (1997), el cual postula que existen “escrituras con imágenes”. Tal y como señala Elizabeth Hill Boone, “el término semasiográfico (basado en la palabra griega semasia, que quiere decir significado) se refiere a aquellos sistemas que comunican información directamente al lector dentro de la estructura de su propio sistema; estos son sistemas de escritura que no tienen que pasar por el habla para ser comprendidos” (Boone, 2010: 42). La misma autora (Boone, 2010: 102-103) propone que los documentos pictóricos mesoamericanos utilizan la escritura semasiográfica para transmitir sus distintos mensajes y considera que las estructuras narrativas de los códices históricos aztecas y mixtecos son principalmente tres: la línea del tiempo, la serie de acontecimientos y la cartografía. En cuanto a los códices adivinatorios mixteco nahuas, afirma que: Su escritura consistía en imágenes especialmente organizadas de diversas maneras para crear mensajes visuales, a veces paralelos a la lengua hablada, pero no la registraban. El objetivo no era fijar el texto hablado mostrando detalles fonéticos, sino formular y acumular una información compleja por medio de imágenes convencionales. El proceso de interpretar esas imágenes puede crear un texto verbal que coincide, en contenido pero no en forma, con el mensaje pictórico (Boone, 2016: 73-74. Por otro lado, la obra de Katarzyna Mikulska (2008) también parte de que en los códices encontramos un principio semasiográfico y que éste no debe considerarse menor a la escritura glotográfica, ya que funciona adecuadamente dentro de su contexto. Para realizar la investigación de las representaciones gráficas de distintos dioses nahuas, se apoya en el análisis semiótico, haciendo un exhaustivo estudio de los elementos que 33 conforman la indumentaria de los dioses analizados. Afirma que “el sistema para representar deidades en forma gráfica [en Mesoamérica] es un sistema semiótico, que se acerca o asemeja a un sistema de escritura de acuerdo con cualquier definición” (Mikulska, 2008: 80).35 En un trabajo más reciente, esta misma investigadora hace una crítica muy importante al concepto de escritura tradicional de Ignace Gelb (1950), en donde se considera que la escritura son marcas permanentes que evolucionaron hasta convertirse en sustituto de la lengua hablada. “Una parte del problema es precisamente la idea que permea toda la obra de Gelb […]: considerar que sistemas de escritura evolucionan en una dirección concreta y unilineal para alcanzar el máximo desarrollo con la escritura alfabética” (Mikulska, 2015a: 180). Por ello, la autora menciona que no hay escrituras puras y que en todas ellas interactúan varios principios operativos, sin ser uno más “evolucionado” que el otro (Mikulska, 2015a: 213). Los sistemas gráficos de comunicación tienen varios objetivos, entre los que la autora destaca: 1) Ser un utensilio de comunicación; 2) conservar la comunicación a través del tiempo y del espacio, siendo así el depósito de la memoria; 3) servir para reorganizar el pensamiento; 4) hacer abstracciones. Menos esperado, pero también existentes, son las funciones estéticas y mágicas (Mikulska, 2015a: 213). En los códices Mixteco Nahuas, se puede afirmar que opera un principio semasiográfico ya que en estos documentos aparecen mayoritariamente signos motivados que pueden leerse o ser entendidos en una o más lenguas. Como señala David Wright, “este sistema de registro se encuentra justamente sobre la borrosa frontera entre las categorías semánticas europeas de escritura y las artes plásticas. Los antiguos hablantes de Mesoamérica no hacían distinción: ambas categorías se fundían en una sola” (2009: 226). 35 Para el estudio de los dioses en los códices adivinatorios, la autora propuso que las imágenes constan de tres elementos: Rasgos distintivos, los cuales son indispensables para la identificación de una deidad. Rasgos discrecionales, que pueden aparecer de forma opcional o que son compartidos por varias deidades. Rasgos estéticos o de soporte, que en este sentido no serían inherentes a la deidad en cuestión, pero que aportan más información contextual de la imagen (Mikulska, 2008: 80-81). 34 Este autor divide los signos en semasiogramas (que expresan ideas),36 glotográficos (signos que reflejan expresiones orales, entre los cuales se pueden subdividir en logográficos, fonográficos, alfabéticos y rasgos fonéticos)37
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