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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE MEDICINA DEPARTAMENTO DE PSICOLOGÍA MÉDICA, PSIQUIATRÍA Y SALUD MENTAL TITULO: EL EFECTO DEL EJERCICIO AGUDO Y NIVELES ELEVADOS DE LACTATO ANTE UN RETO DE INDUCCIÓN DE CRISIS DE ANGUSTIA CON CO2 EN PACIENTES CON TRASTORNO DE ANGUSTIA TESIS PARA OBTENER EL DIPLOMA DE “ESPECIALIZACIÓN EN PSIQUIATRÍA” NOMBRE DEL ALUMNO: GABRIEL ESQUIVEL ADAME TUTOR TEÓRICO DR. CARLOS BERLANGA CISNEROS TUTOR METODOLÓGICO DRA. CARMEN LARA MUÑOZ UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. ÍNDICE 1. Introducción 1.1 Inducción de crisis de angustia con CO2 1.1.1 Antecedentes 1.1.2 Validez 1.1.3 Seguridad 1.1.4 El protocolo del Centro Académico de la Ansiedad de Maastricht 1.2 Ejercicio, lactato y las crisis de angustia 1.2.1 Ejercicio crónico 1.2.2 Ejercicio agudo 1.2.3 Inducción de crisis de angustia con lactato 2. Objetivos 3. Justificación del estudio 4. Métodos 4.1 Sujetos 4.1.1 Criterios de inclusión 4.1.2 Criterios de exclusión 4.1.3 Evaluación de los sujetos 4.1.4 Aleatorización 4.2 Instrumentos de medición 4.2.1 La Escala Análoga Visual de Ansiedad 4.2.2 La Lista de Síntomas de Pánico 4.3 Procedimiento 4.3.1 Maniobras iniciales 4.3.2 Maniobra experimental 4.3.3 Maniobra placebo 4.3.4 Maniobras post-ejercicio/maniobra placebo 4.3.5 Muestra sanguínea 4.3.6 Reto de inducción de pánico con CO2 4.4 Análisis de los resultados 5. Resultados 6. Conclusiones 7. Bibliografía 1. Introducción En 1964, cuando las doctrinas tradicionales sobre la ansiedad patológica fueron cuestionadas al ser introducidos los primeros psicofármacos, Donald Klein notó que pacientes con la llamada “neurosis de ansiedad” que no respondían a benzodiazepinas paradójicamente sí lo hacían a la imipramina que acababa de ser introducida como antidepresivo (1). Klein observó que quienes respondían al antidepresivo, a diferencia de quienes lo hacían con las benzodiacepinas, reportaban crisis de ansiedad paroxística y acuñó el termino “panic” (pánico). Sus observaciones dieron lugar a la entidad nosológica, distinta de otros trastornos de ansiedad, que conocemos hoy como el Trastorno de Angustia (TA). A partir de este delineamiento ha surgido una concepción más empírica de la nosología de los trastornos ansiosos y cada vez se acumula más información basada en un método científico que contrasta con el discurso teórico. Sin embargo, el TA al igual que la gran mayoría de los trastornos psiquiátricos, se define a partir de la opinión de un grupo de expertos que interpretan datos epidemiológicos y poco nos dice el diagnóstico de los mecanismos que lo subyacen. Existe pues la necesidad de una validación de estos trastornos y es aquí donde los modelos experimentales pueden ir más allá de las características clínicas y epidemiológicas para así profundizar nuestro conocimiento etiológico. El impacto del TA en la salud mental pública es de una importancia incuestionable. En Estados Unidos estudios epidemiológicos del NCS (National Comorbility Survey) reportan una prevalencia de por vida de 3.5% (2). Este estudio, además de determinar la incidencia y prevalencia de los trastornos psiquiátricos, es un estudio de factores de riesgo y cabe señalar que los trastornos de ansiedad se relacionaron de forma significativa con bajos niveles de ingreso económico y de educación. El TA puede causar un estado de dependencia que inicia en la adultez temprana con consecuencias de larga evolución en el paciente y puede afectar su funcionamiento de una forma comparable al de la depresión mayor (3). 1.1 Inducción de crisis de angustia con CO2 Una de las razones por la cual ha habido interés en la psicobiología del TA, en contraste con otros trastornos de ansiedad (salvo tal vez el trastorno obsesivo-compulsivo), es la posibilidad de reproducir el fenómeno central del cuadro clínico en un laboratorio: las crisis de angustia (CA) o de pánico. Desde hace tiempo se han establecido diversas formas de inducir síntomas similares a las CA de forma experimental (4). La administración de colecisitoquinina-4 puede producir pánico por mecanismos poco conocidos (5). La yohimbina, un antagonista alfa 2 (donde la estimulación de estos receptores disminuye la neurotransmisión de norepinefrina), resulta en un aumento de la neurotransmisión noradrenérgica que precipita síntomas ansiosos (6). En este mismo sentido, de la estimulación central de norepinefrina, la cafeína también ha demostrado ser panicogénica (4). Las infusiones con 0.5 M (moles) de DL-lactato para veinte minutos (7), doce minutos con una inhalación continua con 5% de CO2 (8) ó una inhalación con 35% CO2 (9) producen CA de una forma confiable en pacientes con TA. La inducción de crisis de angustia con lactato y CO2 son el argumento central de una de las principales teorías que explican el porqué del pánico donde ambas sustancias, desde un punto de vista evolutivo, aumentarían durante la asfixia. En 1993 Klein publicó un artículo parte-aguas para el TA en el que postula que una buena parte de las CA inesperadas son el resultado de una mala interpretación fisiológica (10). En éste último, se explica que el pánico, donde la sensación de sofocamiento es casi cardinal, ocurre debido a la disfunción de un sistema de alarma de sofocamiento. La mayoría de los intentos por explicar cómo es que el CO2 produce pánico en sujetos susceptibles han puesto su mirada en la fisiología del control de la respiración y de la quimiorecepción del CO2 y el pH. El dióxido de carbono y el pH son factores primordiales en el control de la respiración y son continuamente monitorizados por quimiorreceptores tanto periféricos como centrales (11). Una idea tentadora postula que pacientes con TA mostrarían una mayor sensibilidad en la quimiorecepción de CO2, determinado por incrementos en la frecuencia y profundidad de respiración, los cuales son normalmente observados cuando sujetos respiran concentraciones crecientes de CO2 (12). Mientras que muchos estudios tempranos encontraron un incremento en esta sensibilidad quimiorreceptora en pacientes con TA (13, 14, 15), trabajos posteriores por esos mismos grupos de investigación y con un mayor número de sujetos no fueron capaces de replicar esos resultados (8, 16, 17). Un trabajo reciente publicado por un grupo de Australia encontró una mayor sensibilidad para el componente de frecuencia en la respuesta ventilatoria de pacientes con TA en comparación con controles sanos (18). 1.1.1 Antecedentes Aunque existe el antecedente de las propiedades ansiogénicas del CO2 desde 1951, no fue sino hasta 1984 cuando Jack Gorman en la Universidad de Columbia en Nueva York utilizó una inhalación continua de 5% de CO2, como una forma de controlar la hipocapnia durante la hiperventilación (que se decía podía inducir pánico en pacientes con TA), y observó que paradójicamente la inhalación de CO2 era más ansiogénico (19). Al mismo tiempo, Eric Griez y Marcel Van den Hout en la Universidad de Limburg (hoy Universidad de Maastricht) aplicaron inhalaciones con 35% de CO2, que por reportes previos de JosephWolpe se consideraba ansiolítico, para tratar a pacientes ansiosos (20). Estos investigadores no encontraron propiedad ansiolítica alguna, sino que al contrario: los pacientes experimentaban episodios breves (de algunos segundos) de ansiedad intensa. En ese estudio prácticamente todo los pacientes ansiosos experimentaban al menos algunos síntomas físicos o neurovegetativos autonómicos, sin embargo aquellos con TA sentían además síntomas subjetivos de pánico. 1.1.2 Validez Especificidad. Diversos estudios han confirmado la especificidad del CO2 para inducir crisis de angustia en pacientes con TA. En 1987 Griez comparó la reacción a una inhalación de 35% CO2/65% O2 en doce pacientes con TA contra once sujetos normales, y encontró que los primeros reaccionaron con un mayor número de síntomas de pánico y ansiedad subjetiva (9). En 1990 obtuvo resultados similares con pacientes con trastorno obsesivo-compulsivo (21). La reacción de los pacientes con TA con o sin agorafobia a la inhalación con CO2 ha sido comparada con aquella de sujetos con otros trastornos de ansiedad y del estado del ánimo, e invariablemente los individuos con pánico presentan una mayor reacción (20). Confiabilidad. Para que este método se considere confiable se supone que la susceptibilidad a un reto con CO2 debe ser preservada mientras la condición clínica no cambie. A la fecha hay varios estudios que sugieren que la confiabilidad del la inhalación de CO2 es buena, sin embargo existen reportes de una desensibilización después de una serie prolongada de inhalaciones (21). Giampaolo Perna en Milán y Kees Verburg en Maastricht han reportado una buena confiabilidad de la inhalación con CO2 después de al menos tres retos con una semana de diferencia (23, 24). Consistencia. Para que el método experimental pueda ser considerado útil las sensaciones que se inducen experimentalmente deben ser similares en calidad, duración y severidad a las crisis de angustia que ocurren de forma natural, tanto en los síntomas cognoscitivos como en los neurovegetativos. Diversos estudios confirman que los síntomas inducidos con el CO2 cumplen este requisito. En 1994 Perna publicó un estudio donde concluye no solo esto, sino que la reactividad al CO2 parece estar más vinculada a la susceptibilidad de presentar pánico que a los criterios diagnósticos de TA (25). Este parámetro supone también que medicamentos o procedimientos que son útiles para el trastorno de angustia reducirían la susceptibilidad ante un reto de inducción de pánico. Existen múltiples estudios que confirman que medicamentos útiles para el TA, como los antidepresivos tricíclicos (26), inhibidores selectivos de la recaptura de serotonina (ISRS) (26, 27, 28) y benzodiacepinas de alta potencia (29, 30), son capaces de reducir significativamente la susceptibilidad al reto con CO2. Más aún, algunos estudios muestran que algunos de los medicamentos útiles en el TA son capaces de bloquear una crisis de angustia tan solo una semana después de su uso y antes de que el medicamento tenga un efecto terapéutico (26). Perna en 1997 con un estudio aleatoriazado, placebo controlado y doble ciego, comparó el efecto de una semana de medicación con 20 mg/día de clomipramina ó 50 mg/día de fluvoxamina en pacientes con TA que previamente habían tenido una respuesta positiva ante un reto con 35% CO2, y encontraron que el uso de los antidepresivos redujo significativamente los síntomas de CA ante un nuevo reto de inducción de pánico (26). 1.1.3 Seguridad Un asunto relevante en cualquier reto experimental o estudio que involucra humanos es la ética. Como cualquier maniobra médica el reto no deberá causar daño físico o psicológico, ya sea a corto o a largo plazo. Está por demás señalar además, que los efectos inducidos no deben empeorar la condición de los sujetos en estudio. Es una condición sine qua non que cualquier efecto inducido experimentalmente sea completamente reversible y bajo el control del médico en todo momento del procedimiento. Cualquier malestar deberá ser reducido al mínimo tanto en intensidad como en duración. Los efectos del reto con CO2 son muy breves y generalmente duran solo algunos segundos (20). Hasta la fecha no se han publicado reportes sobre efectos adversos después del uso de CO2. Sin embargo, diversos autores han explorado la posibilidad de que la inducción de pánico pudieran desenmascarar o exacerbar síntomas ansiosos en pacientes con TA, sujetos sanos o en familiares de primer grado de pacientes con TA. Harrington en 1996 publicó un estudio de seguimiento por un año a 62 sujetos sanos que habían sido sometidos a un reto de inducción de pánico con CO2, y encontró que la maniobra no fue capaz de precipitar síntomas ansiosos posteriores al reto (31). En 1999 Perna publicó los resultados de un estudio prospectivo donde se le dio seguimiento por 3-4 años a familiares de primer grado de pacientes con TA sometidos a un reto con CO2, y concluyó que, aunque mostraron una mayor vulnerabilidad al reto que sujetos sanos sin un familiar de primer grado con pánico, la maniobra no precipitó la aparición de síntomas ansiosos (32). 1.1.4 El protocolo del Centro Académico de la Ansiedad de Maastricht Desde hace ya tiempo, el Centro Académico de la Ansiedad de la Universidad de Maastricht desarrolló un protocolo para la inhalación con 35% CO2 (ver cuadro 1) inclusive para aquellos estudios que requieran el uso de inhalaciones placebo con aire (20). Cuadro 1. El protocolo del Centro Académico de la Ansiedad de Maastricht Sujetos Los pacientes son seleccionados de aquellos que son referidos a la clínica para tratamiento. Los sujetos controles pueden ser recluidos ya sea por invitación directa o publicidad en medios masivos locales. Criterios de inclusión Pacientes • Criterios del DSM-IV, en acuerdo con dos clínicos experimentados • En acuerdo con una entrevista clínica estructurada Controles • Buena salud física • La ausencia de actual o pasada de trastornos psiquiátricos Criterios de exclusión Se debe realizar una exploración física completa e historia clínica para buscar y descartar los siguientes criterios de exclusión: Criterios absolutos de exclusión • Historia de enfermedad cardiovascular importante, sospecha de infarto, cardiomiopatía, falla cardiaca, AIT, angina de pecho, arritmias cardiacas y EVC • Historia importante de enfermedad respiratoria, incluyendo asma y fibrosis pulmonar • Historia personal o familiar de aneurisma cerebral • Hipertensión con presión sistólica > 180, diastólica >100 mmHg • Embarazo Contraindicaciones relativas • < 15 años ó > 60 años • Epilepsia • Enfermedad pulmonar obstructiva crónica no discapcitante. Procedimiento 1. Consentimiento informado. Se debe ser obtener y firmado por dos miembros del equipo de investigadores 2. Capacidad Vital. Que debe ser medida. 3. Restricciones: • La abstinencia por al menos dos semanas sin medicamentos que actúen de forma central, incluyendo bloqueadores � con la excepción del uso incidental de dosis únicas y bajas de benzodiacepinas (por ejemplo, una dosis única equivalente a 5 mg de diacepam) • 36 horas sin haber consumido bebidas alcohólicas de forma importante • 8 horas sin el consumo importante de bebidas que contengan xantinas • 2 horas sin el consumo de xantina, comida o bebidas antes de la inhalación del gas 4. Abrir el tanque que contiene el gas. En el caso de ser un protocolo controlado con aire, uno u otro tanque deberá ser abierto de acuerdo con la aleatorización por un asistente que no atienda los pasos 5-7 5. Escalas. Los cuestionarios se deberán llenar en este momento • EAVA (VAAS), una Escala Análoga Visual de Ansiedad con valores que van desde “0” (sin ansiedad) a “100” (la peor ansiedad imaginable) • La lista de síntomas del DSM-IV, con un total de 13 síntomas, con un valor posiblepara cada uno de ellos que va desde “0” (nada) a “4” (muy fuerte) que pueda dar un valor máximo de 52 6. Explicación. El sujeto deberá ser colocado en una silla cómoda con descansabrazos (si es que no se encuentra ya sentado en tal silla) y se le deba dar la siguiente explicación: “Usted inhalará 2 diferentes mezclas de O2 y CO2. Estos son compuestos fisiológicos inofensivos, pero dependiendo de la concentración y la susceptibilidad individual, usted podrá notar efectos de corta duración que pueden ir desde sensaciones apenas perceptibles a franca ansiedad” 7. Inhalación. • El sujeto toma la mascara para una auto-administración • Exhala lo más posible • Presiona la mascarilla contra su cara • Inhala profundamente (el experimentador debe asegurarse que cuando menos un 80 % del total de la capacidad vital se haya inhalado) • El experimentador cuenta 4 segundos (con un cronómetro) • El sujeto exhala 8. Escalas. (descrito en el paso 5) 9. Los participantes abandonan el laboratorio por 15 minutos. 10. Los pasos 4-8 se llevan a cabo para la siguiente mezcla de gases. 1.2 Ejercicio, lactato y las crisis de angustia Desde hace décadas que se conocen los beneficios de la actividad física regular en el bienestar y salud de los individuos. Sin embargo, a pesar de una propaganda permanente en los Estados Unidos promoviendo la actividad física y el deporte, hoy día el 60% de los norteamericanos no son regularmente activos y el 25% no lo son en absoluto (33). El ejercicio o actividad física moderada reduce el riesgo de morir prematuramente, de la enfermedad cardiovascular, del desarrollo de diabetes, de la hipertensión arterial, del cáncer de colon, del sobrepeso, de la depresión y de la ansiedad (33). Los Centros para la Prevención y el Control de las Enfermedades de los Estados Unidos de Norteamérica (CDC) recomiendan y definen como actividad física regular aquella en la el individuo consume 150 calorías (kcal) al día todos los días o casi todos los días o 1000 kcal por semana (33). El reporte de la CDC aporta una lista de actividades que más o menos equivalen a este consumo, por ejemplo el correr por quince minutos o caminar vigorosamente por cuarenta y cinco minutos. Existen numerosos estudios que confirman el beneficio del ejercicio regular en la salud mental. La actividad física puede jugar un papel importante en el manejo de trastornos depresivos y ansiosos de leves a moderados (34). Los sujetos deprimidos y ansiosos generalmente tienden a ser menos activos físicamente que sujetos que no hayan presentado estos síntomas, sin embargo el ejercicio no ha demostrado prevenir la aparición de síntomas afectivos (35). Los efectos positivos de la actividad física pueden ocurrir tanto de forma inmediata como crónica, y aunque aun no se conocen los mecanismos estos parecen estar mediados por monoaminas (35, 36). El enfoque sobre el lactato surge de dos observaciones fundamentales: Primero, las infusiones de lactato han mostrado su capacidad de provocar pánico en pacientes con TA de una forma consistente y confiable (7, 17, 20, 21, 24, 25, 37, 38, 39, 40). Segundo, el ejercicio, aún con elevaciones de lactato comparbles a los de una infusión, no produce pánico en pacientes con TA (41, 42, 43, 44, 45, 46). Tomando esto en cuenta, parece pertinente incluir algunas notas sobre el ejercicio crónico y agudo, así como sobre la provocación de CA con lactato. 1.2.1 Ejercicio crónico Hay algunos estudios que documentan la utilidad del ejercicio crónico en la TA. Un grupo alemán dirigido por Borwin Bandelow realizó un estudio con 46 pacientes con TA con o sin agorafobia aleatoriamente asignados a un programa de ejercicio, una actividad placebo o a ésta en combinación con 112.5 mg/día de clomipramina por diez semanas (41). Con algunas reservas, debido a dudas sobre si el ejercicio podría constituir una forma de psicoterapia cognocitivo-conductual, los autores concluyen que el ejercicio tuvo un efecto benéfico y considerablemente comparable al del tratamiento farmacológico y significativamente superior a la maniobra placebo. Este mismo equipo, determinó mediante diversos valores espirométricos y metabólicos, que pacientes con TA tienen un menor rendimiento físico (42). Y más aún, estos pacientes presentan evitación a realizar ejercicio (43). 1.2.2 Ejercicio agudo Diversos estudios han mostrado cambios en el estado ansioso de sujetos sanos y ansiosos inmediatamente después de la actividad física intensa (35). Un estudio en pacientes con TA y sujetos sanos mostró que los primeros presentaron mayores niveles de ansiedad en relación directa con la intensidad de ejercicio que realizaron, aunque los ataques de pánico fueron infrecuentes (44). Un grupo de Nueva York de la Universidad de Columbia dirigidos por Gorman sometieron a dieciséis pacientes con TA y quince sujetos control a una prueba de ejercicio sub- máximo con una bicicleta ergométrica (45). En ésta última, se encontraron patrones bioquímicos, fisiológicos y psicológicos de tolerancia al ejercicio, similares en ambos grupos. El estrés y los elevados niveles de lactato endógeno en ese grupo de pacientes con TA aparentemente no causaron pánico. En un estudio parecido de Noruega en 35 pacientes con TA con o sin agorafobia, pero sin sujetos control, encontraron resultados similares (46). Un grupo dirigido por Griez condujo un estudio piloto con veinte sujetos normales donde el ejercicio agudo, a pesar de elevaciones lactato similares a las de un infusión, redujo los efectos del reto con CO2 (47). El lactato juega un papel primordial como sustrato metabólico durante el ejercicio, es el combustible para fibras musculares de contracción rápida y un precursor para la gluconeogénisis hepática. El lactato en una sustancia ubicua que se produce y elimina del el cuerpo en todo momento, inclusive durante el reposo, con o sin la disponibilidad de oxigeno (12). La producción y eliminación del lactato es un proceso continuo, y los cambios de uno u el otro son los que finalmente determinan los niveles sanguíneos (48). El lactato se acumula en la sangre por varios motivos y no solamente por el hecho de que falte oxigeno en los tejidos musculares (49). La cantidad de trabajo que puede ser sostenido en el ejercicio antes de la acumulación de lactato es un predictor confiable del rendimiento físico (50, 51, 52). 1.2.3 Inducción de crisis de angustia con lactato En 1967, con base en reportes de un metabolismo anormal del lactato en paciente con neurosis ansiosa, Ferris Pitts y James McClure demostraron que una infusión de lactato podría producir síntomas parecidos a los de una CA en paciente con sintomatología compatible con el diagnostico moderno de TA (40). Aparecieron después muchos otros estudios que proveen evidencia para la especificidad del lactato para producir pánico en el TA, aunque con alguna duda con respecto al trastorno de ansiedad generalizada (37). Un estudio importante se condujo por Michael Liebowitz en la Universidad de Columbia en Nueva York donde 43 pacientes con TA o agorafobia con crisis de angustia (sic) y veinte controles fueron evaluados en sus hallazgos clínicos, bioquímicos y fisiológicos después de una infusión de lactato (7, 53). Los hallazgos bioquímicos y fisiológicos en este trabajo no fueron lo suficientemente consistentes para tener conclusiones firmes en cuanto a los posibles mecanismos. Se desconoce, para fines prácticos, como es que el lactato produce pánico. Las investigaciones que han intentado vincular la hipocalcemia, cambios en el equilibrio ácido-base, activación de eje hipotálamo-hipófisis-glándulas adrenales, catecolaminas circulantes y activación noradrenérgica central con el TA y las CA producidas en el laboratorio no han aportado datos concluyentes (5). En 1985 Odd Lingjærde propuso que el lactato bien podríaestimular la recaptura central de serotonina en la misma forma en que lo hace en las plaquetas de la sangre humana (54). Disminuciones en la actividad serotoninérgica central ha mostrado, de forma consistente, aumentar la posibilidad de una CA inducido con CO2 en pacientes con TA (55, 56). Más aún, el uso de la administración aguda de L-5- hidroxitriptofano parece bloquear el efecto del CO2 en pacientes con TA (42, 57), y al aumentar síntomas propios de trastorno de ansiedad generalizada, es consistente con el rol dual de la 5-HT en la ansiedad patológica propuesta por la teoría de Deakin-Graeff (58). Un grupo alemán ha vinculado cambios en la concentración plasmática de esteroides neuroactivos, y las propiedades farmacológicas de estos compuestos como moduladores de receptores ácido gamaminobútirico tipo A, con las CA inducidos con lactato e inclusive sugieren que los esteroides neuroactivos podrían jugar un papel en la fisiopatología de las CA en los pacientes con crisis de angustia (59). 2. Objetivos La finalidad del estudio fue determinar el posible efecto anti-pánico del ejercicio agudo ante un reto de inducción de CA con la inhalación de una mezcla de 35% CO2/65% O2 en pacientes con TA. 3. Justificación del estudio La generación de los conocimientos planteados por los objetivos de este estudio podría crear nuevas hipótesis de trabajo. Por ejemplo, determinar los factores que modulan una CA inducida en el laboratorio con CO2 y justificar el diseño de nuevos estudios que contribuyan a la ampliación de nuestro entendimiento de la fisiopatología del TA y las CA. Como se había mencionado previamente, a partir del delineamiento farmacológico entre el TA y el trastorno de ansiedad generalizada, ha surgido una concepción más empírica de la nosología de los trastornos ansiosos y hay cada vez un mayor conocimiento basado en un método científico. Sin embargo, existe aún la necesidad de una validación del TA y es aquí donde los modelos experimentales pueden ir más allá de las características clínicas y epidemiológicas para así profundizar nuestro conocimiento etiológico. 4. Método 4.1 Sujetos Se reclutaron nueve pacientes con TA con o sin agorafobia, ciegos al objetivo del estudio, asignados de forma aleatoria a la realización de ejercicio o a una condición control, sin esfuerzo físico, de acuerdo con un diseño de grupos independientes. El número de sujetos necesarios se calculó de forma un tanto arbitraría, pero basado en estudios previos con sujetos normales (47) donde se requirieron veinte sujetos para obtener diferencias significativas. Debido a que el efecto del CO2 es mucho mayor en paciente con TA (56), en comparación con sujetos normales, se esperaba refutar la hipótesis nula de este trabajo con una cantidad inferior de sujetos. 4.1.1 Criterios de inclusión Se incluyeron pacientes alfabetizados, de uno u otro sexo, de 18 a 45 años con el diagnóstico clínico de Trastorno de Angustia con ó sin Agorafobia como diagnóstico principal en acuerdo con el DSM-IV elaborado por al menos dos clínicos (residente de la preconsulta y el investigador principal) y el Mini Internacional Neuropsychiatric Interview (MINI, Spanish Version, South and Central America) (60). Además, los sujetos debían contar con buena salud física en acuerdo con una exploración física, un EKG y el SF-36 (Cuestionario SF-36 sobre el estado de salud) (61). 4.1.2 Criterios de exclusión Sujetos con uso de psicotrópicos (salvo el caso de benzodiacepinas, después de un lavado en acuerdo con la vida media del fármaco), más de tres diagnósticos en el eje I (DSM-IV), trastornos psicóticos, del estado del ánimo graves y relacionados con sustancias actual fueron excluidos. Tampoco participarían sujetos con antecedentes personales o familiares de aneurisma cerebral, embarazo (o sospecha de) y quienes habían realizado ejercicio de forma regular (en acuerdo con la CDC). 4.1.3 Evaluación de los sujetos Los pacientes fueron reclutados a partir de la notificación de uno de los médicos del Servicio de Preconsulta del Servicio de Consulta Externa del Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente Muñiz”. Se les solicitó expresamente a estos médicos no mencionar detalles del protocolo y que solo se les expresara: “¿Podría esperar unos minutos para que otro de nuestros médicos, que investiga acerca del trastorno que padece, hable con usted?” y “Él le explicará de lo que se trata”. Es fundamental que los pacientes sean ciegos al la hipótesis de trabajo y que la información acerca de los detalles del protocolo sea la misma, además uno de los criterios operacionales del la inducción de pánico con CO2 es que al sujeto no se le mencione la palabra “pánico” al referirse a las sensaciones que pudieran sentir. Una vez identificado el candidato se le explicó que podía participar en protocolo de investigación donde a cambio recibiría el beneficio de la elaboración inmediata de la historia clínica, examen físico, EKG y medicamento antipático gratuito por un mes. Como primer paso, se le interrogó acerca de los criterios de exclusión (salvo aquellos que se determinen mediante la exploración física, determinación de PA y EKG). Si el sujeto no presentó criterios de exclusión se le dio una explicación detallada del procedimiento al que fue sometido y al aceptar se le solicitó que leyera y firmara el consentimiento informado como segundo paso. Como paso tres y cuatro se le solicitó que contestara el SF-36, que es un cuestionario auto- aplicable que evalúa la calidad de vida relacionada con la salud conceptualmente basado en un modelo bidimensional de salud (61), y posteriormente se aplicó el MINI (60). En el paso 5 de la evaluación se le realizó una historia clínica y exploración física completa que incluyó un EKG. 4.1.4 Aleatorización La aleatorización se llevó a cabo por medio de la toma de una secuencia de cinco números aleatorios de una lista de números aleatorios (62). Se estableció, de forma arbitraria, que los números pares indicaran la condición experimental y los números impares, la condición control. La aleatorización de los sujetos se hizo de forma separada para cada sexo para mantener un equilibrio hombre/mujer aún con pocos sujetos. Para que independiente del número de sujetos que fueran reclutados la relación experimental/control estuviera equilibrado, cada selección estuvo pareado por la condición opuesta (63). Si por algún motivo el sujeto no completara el protocolo esa asignación continuaría vigente hasta la aparición del siguiente sujeto de estudio. 4.2 Instrumentos de medición En los retos de inducción de pánico se han utilizado diversas escalas. Las escalas más utilizadas en los laboratorios de inducción de pánico son la Lista de Síntomas de Pánico del DSM-IV (LSP-IV) y la Escala Análoga Visual de Ansiedad (EAVA). No existen estudios publicados sobre la capacidad de estas escalas para discernir entre pacientes con TA y sujetos normales, pues esta solo se podría aplicar en el contexto de una crisis de angustia. Así pues los estudios que han demostrado la capacidad del CO2 para discernir entre pacientes y sujetos normales, a su vez muestran la utilidad de estas escalas para ese propósito. En 1995, Marco Battaglia publicó un estudio donde compara la utilidad de estas dos escalas para distinguir entre pacientes y sujetos sanos en la inducción de pánico con CO2 mediante una técnica matemática basada en la hipótesis binormal llamada Receiver Operating Characteristic (ROC) análisis (39). Esta concluye que existe una probabilidad del 86% para la EAVA y 79% para la LSP-IV de que clasificarán correctamente a un sujeto. Aunque de acuerdo con el estudio ROC no hay diferencias significativas entra ambas escalas, al graficar los resultados, la EAVA muestra en general una mejor discriminación.Habría que mencionar además, que estas escalas se han utilizado desde hace más de un cuarto de siglo y los cientos de estudios publicados constituyen validación suficiente para estas escalas como métodos para medir una crisis de angustia. 4.2.1 La Escala Análoga Visual de Ansiedad La Escala Análoga Visual se utiliza hoy en día para la medición subjetiva en la psicometría, psicología, educación y medicina del dolor. Hizo su debut a inicios del siglo XX y actualmente se ha determinado que ofrecen una mayor sensibilidad sobre escalas de cuatro puntos que ofrece descripciones más precisas (64). La EAVA consiste una raya horizontal de diez centímetros donde el paciente marca su evaluación en la intensidad de ansiedad con valores que van desde “0” (sin ansiedad) a “100” (la peor ansiedad imaginable). 4.2.2 La Lista de Síntomas de Pánico La lista de síntomas de pánico del DSM-IV, con un total de trece síntomas y un valor posible para cada uno de ellos que va desde “0” (nada) a “4” (muy fuerte), puede dar un valor máximo de “52” (30). Las frases o palabras clave se extraen del DSM-IV pero estas son abreviadas al mínimo para reducir el tiempo de lectura sin reducir la capacidad de sujeto para discernir el síntoma que debe calificar. La validez interna de esta escala es poco cuestionable al tratarse de los síntomas mismos extraídos del los criterios diagnósticos de una crisis de angustia. 4.3 Procedimientos 4.3.1 Maniobras iniciales A cada sujeto se les mostró tanto el laboratorio como el equipo que se utilizó. Se le ofreció al sujeto la utilización de ropa deportiva cómoda y una toalla para la realización de cualquiera de las condiciones. El ese momento se determinó la capacidad vital de cada participante con un espirómetro análogo con el objetivo de tener un parámetro al momento de la inspiración de CO2. Todos los sujetos llenaron tanto la LSP como la EAVA, con la finalidad de observar el posible efecto del ejercicio en la ansiedad subjetiva y en los diferentes síntomas de una CA. Cada sujeto fue sometido a una punción digital para la obtención de una muestra sanguínea de 32 µl (1½ gota) de sangre, y con ello la determinación basal de lactato. Para la determinación de lactato se utilizó un analizador portátil (Accutrend Lactate portable lactate analyzer, Roche Diagnostics. Alemania). 4.3.2 Maniobra experimental El objetivo de la realización de ejercicio fue que los sujetos alcanzaran niveles de lactato similares a las de una infusión (≈6.0 mmol/l). Sujetos que no realizan ejercicio frecuentemente presentan elevaciones de lactato a partir del 50-60% del consumo máximo de oxigeno (VO2max) (50, 51). El VO2max se considera el mejor parámetro para definir el condicionamiento aeróbico de una persona y se determina simplemente midiendo el consumo máximo de O2 al alcanzar el agotamiento después realizar ejercicio con una intensidad que aumenta de forma gradual (46). Debido a la complejidad para determinar el VO2max, y por consiguiente el esfuerzo necesario para alcanzar elevaciones en sangre de lactato, se aplicó el protocolo Astrand-Ryhming para bicicleta ergométrica (Astrand-Ryhming Cycle Ergometer Test) el cual es una prueba sub-máxima estandarizada para calcular el 60-70% del VO2max a partir del trabajo requerido para el sujeto alcance la frecuencia cardiaca (FC) sub-máxima estable (65). Esta prueba asume que la VO2max se da al alcanzar la frecuencia cardiaca máxima del sujeto (220-edad). Antes de que los sujetos iniciaran la prueba se estableció la frecuencia cardiaca máxima para cada uno y se consideró el 70% como FC diana. En esta prueba los sujetos iniciaron ejercicio una bicicleta ergométrica (Pro Beetle B580P, Turbo. China) con un trabajo de 100 W para mujeres y 150 W para hombres a 70 rpm. Se monitoreó la FC y si el sujeto no había alcanzado la FC diana (±10 latidos por minuto) después de 3 minutos se aumentó el trabajo en 25- 50 W hasta que el sujeto logró una frecuencia estable. Para asegurar niveles adecuados de lactato se le incentivó al sujeto a alcanzar 15 minutos de ejercicio con el mismo trabajo que requirió para alcanzar la FC diana o hasta que el sujeto se encontrara agotado (incapacidad para mantener 70 rpm en el ergómetro). Al alcanzar los 15 minutos, y antes de que los sujetos suspendan el ejercicio, se tomó una nueva muestra de sangra, mediante punción digital, para determinar los niveles de lactato. Si estos se encontraban por debajo de los 6 mmol/l se aumentó el trabajo en 25-100 W y se extendió el ejercicio 3 minutos más y se repitió el procedimiento. 4.3.3 Maniobra placebo La maniobra placebo consistió en una actividad similar al del ejercicio, sin embargo solo se aplico un trabajo constante calculado a 1 W por kilo-20 el cual equivale al esfuerzo realizado al caminar lentamente en una superficie nivelada donde no existen elevaciones significativas de lactato (66). 4.3.4 Maniobras post-ejercicio/maniobra placebo Al finalizar la actividad física se les indicó bajar de la bicicleta y sentarse en una silla con descansa-brazos y descansar un minuto. Se ofreció un poco de agua y se determinó en este momento la TA del sujeto. Inmediatamente después se les solicitó que llenaran la LSP y la EAVA con la finalidad de medir los efectos del ejercicio, comparándolos con las calificaciones previas y para tener una calificación basal antes del reto con CO2. 4.3.5 Muestra sanguínea Una vez que los sujetos descansaron por un minuto se tomó una muestra sanguínea mediante punción digital para la determinación de lactato y así asegurar que los sujetos alcanzaron un nivel de lactato comparable a la de una infusión (≥ 6 mmol/l). 4.3.6 Reto de inducción de pánico con CO2 Después de que los sujetos contestaron ambas escalas, y se determinó nuevamente la presión arterial, se realizó el reto con una inhalación de una capacidad vital de 35% CO2/65 % O2. Sentado en la silla con descansa-brazos se le dió la siguiente indicación: “Usted inhalará 2 diferentes mezclas de O2 y CO2. Estos son compuestos fisiológicos inofensivos, pero dependiendo de la concentración y la susceptibilidad individual, usted podrá notar efectos de corta duración que pueden ir desde sensaciones apenas perceptibles a franca ansiedad”. Se expuso mediante un ejemplo que debería expirar la máxima cantidad de aire posible e inspirar, con la mascarilla en su mano bien presionada sobre la cara, lo más profundo que pudiera y detener la respiración por tres segundos y luego espirar. El investigador con un cronómetro le indicó con los dedos segundo a segundo cuando hubieran pasado los tres segundos. Con el tanque ya abierto se le pidió al sujeto que lo hiciera. Posteriormente se le pidió que llenara nuevamente la EAVA y la LSP-IV. Para las inhalaciones se utilizó un tanque de aluminio de 682 litros con la mezcla de ambos gases (35% CO2/65% O2, Infra médica. México) conectado a una válvula de demanda con capacidad para 150 litros por minuto (Ease Emergency Analgesic gas Supply Equipment- Ease Portable System, SABRE. Reino Unido). 4.4 Análisis de los resultados Para analizar los efectos del ejercicio y la condición control ante el reto de inducción de pánico con CO2, los incrementos en la LSP y la EAVA, se determinaron para cada uno de los sujetos con las diferencias entre las calificaciones pre-CO2 y posteriores a la inhalación de CO2 (post-CO2). Una vez determinados estos valores se realizó una comparación entre los grupos de estudio. El análisis de los datos ordinales se hizo con la prueba U de Mann-Whitney, que es una prueba no-paramétrica para dos muestras independientes. En el caso de las variables por intervalos se utilizará la prueba t de Student. El nivel de significancia (alfa) fue de p<0.05. Todos los cálculos se hicieron con el programa SPSS (Statistical Package for the Social Sciences,Versión 9.0 para Windows). 5. Resultados Ocho sujetos completaron el estudio (ver tabla 1). Un paciente fue eliminado del análisis ya no completó el estudio (no inspiró el gas de forma adecuada). El promedio de edad de los sujetos en la condición experimental y la condición control fueron similares (29.75 [±8.66] y 27.0 [±1.16], prueba t de student, p=0.60, dos colas). En cuanto al número de diagnósticos, grupo experimental presentó un promedio de 2.5 (±0.58) y en el grupo control este fue de 2.25 (±0.50), los cuales no fueron significativamente distintos (prueba U de Mann-Whitney, p=0.54, dos colas). Cabe señalar que la proporción de sexos fue distinto para cada condición, donde la relación hombre/mujer en la condición experimental fue de 2/2 y en la condición control fue de 3/1. Todos los sujetos en la condición experimental cumplieron el objetivo de alcanzar >6mmol/l de lactato en sangre. El nivel promedio de lactato en sangre al momento del reto con CO2 fue de 12.48 (±8.83) y 3.33 (±0.43) para el grupo experimental y el grupo control respectivamente (prueba t de student, p<0.04, dos colas). Los niveles basales de lactato sanguíneo entre ambos grupos fueron estadísticamente idénticos (prueba t de student, p=1.0, dos colas). El ejercicio causó más síntomas físicos que la maniobra control cuando se comparan las calificaciones de la LSP antes del reto con CO2 (ver gráfica 1), 18.0 (±6.06) y 3.5 (±2.65) respectivamente (prueba U de Mann-Whitney, p<0.021, dos colas). En este mismo sentido, no hubo cambios en la ansiedad subjetiva cuando se comparó el ejercicio con la maniobra control usando la EAVA (ver gráfica 2) (15.25 [±19.60] y 11.25 [±19.92] respectivamente, prueba U de Mann-Whitney, p=0.54, dos colas). Como se había mencionado previamente en el apartado 2.3, para analizar los efectos del ejercicio y la condición control ante el reto de inducción de pánico con CO2, se determinaron los incrementos en la LSP y la EAVA (ver tabla 2) para cada uno de los sujetos con las diferencias entre las calificaciones pre-CO2 y posteriores a la inhalación de CO2 (post-CO2). En el caso del grupo experimental, el incremento para la LSP el fue significativamente menor que en el grupo control (ver gráfica 3) con calificaciones de -7.25 (±8.18) y 6.75 (±4.79) respectivamente (prueba U de Mann-Whitney, p<0.038, dos colas). Esta tendencia persistió cuando se analizaron los incrementos en la EAVA (ver gráfica 4) donde las calificaciones del grupo experimental fueron de 13.00 (±16.21) y las del grupo control de 41.00 (±8.60) (prueba U de Mann-Whitney, p<0.021, dos colas). Debido a la desproporción de hombre/mujer entre los grupos, se hizo un análisis de los incrementos por sexos sin que se encontrara una diferencia estadísticamente significativa entre estos. Para el caso del la LSP, las calificaciones de los hombres y mujeres fue de 4.00 (±7.42) y -7.33 (±10.02) respectivamente (prueba U de Mann-Whitney, p<0.1, dos colas). Para la EAVA, este análisis resultó con unas calificaciones para hombres y mujeres respectivamente de 34.60 (±9.94) y -14.33 (±26.64) (prueba U de Mann-Whitney, p<0.3, dos colas). Tabla 1. Datos generales de los grupos Grupos Experimental n=4 Control n=4 Edad1 29.75 (±8.66) 27.0 (±1.16) Sexo h/m 2/2 3/1 Número de diagnósticos2 2.5 (±0.58) 2.25 (±0.50) Lactato/basal3 2.75 (±0.70) 2.75 (±0.59) Lactato/maniobra4 12.48 (±8.83) 3.33 (±0.43) 1prueba t de student, p=0.60, dos colas, 2 prueba U de Mann-Whitney, p=0.54, dos colas, 3prueba t de student, p=1.0, dos colas, 4prueba t de student, p<0.04, dos colas Tabla 2. Resultados en la LSP y la EAVA antes, después del reto y los incrementos LSP EAVA Grupos Pre-CO2 Post-CO2 Delta Pre-CO2 Post-CO2 Delta 10 3 -7 15 41 26 24 7 -17 3 1 -2 17 20 3 43 71 28 Experimental (N=4) 21 13 -8 0 0 0 promedio 18 10,75 -7,25 15,25 28,25 13 DS 6,06 7,41 8,18 19,60 34,31 16,21 p<0.038* p<0.021* 4 7 3 0 45 45 7 10 3 4 54 50 2 15 13 41 71 30 Control (N=4) 1 9 8 0 39 39 promedio 3,5 10,25 6,75 11,25 52,25 41 DS 2,65 3,40 4,79 19,92 13,94 8,60 *prueba U de Mann-Whitney 6. Conclusiones El ejercicio parecer haber reducido los efectos de un reto de inducción de CA en pacientes con TA. Esto se hace evidente al analizar los resultados de los incrementos tanto de la LSP como la EAVA, sin embargo en el caso de la LSP el incremento reducido del grupo experimental bien pudiera explicarse por las calificaciones previas posteriores al ejercicio. Este mismo problema también fue reportado en un estudio piloto previo (47). La utilización de incrementos, en las escalas utilizadas en este estudio, surge de la observación en las primeras investigaciones de inducción de CA. En estas, las calificaciones previas al reto con CO2 parecían explicar las altas calificaciones observadas en algunos sujetos, quienes a pesar de estas, mostraban incrementos similares a aquellos con calificaciones basales bajas (29). Es decir, a pesar de calificaciones basales altas en paciente con TA, estos mostraron una capacidad de reacción intacta. El efecto protector del ejercicio ante un reto con CO2 se confirma con los incrementos disminuidos del EAVA en el grupo experimental sin que estos pudieran ser explicados por calificaciones altas posteriores al ejercicio. Aunque la desproporción de sexos en el grupo parece contribuir a las diferencias entre las distintas maniobras, el análisis por sexos no arroja una diferencia estadísticamente importante. Un análisis de covarianza (ANCOVA) hubiera sido el análisis apropiado, pero el reducido número de sujetos no permite tal comparación multivariado. Habría que considerar que la literatura no reporta diferencias de sexo para la respuesta al CO2 en pacientes con TA, y si esta diferencia existe sería en el sentido inverso pues generalmente mujeres con disfória premenstrual reaccionan de forma importante al reto (20). Desde un punto de vista evolutivo, el miedo es una función arraigada del sistema nervioso, que al coordinar cambios perceptuales, conductuales y fisiológicos, hace de la sobrevivencia un resultado más probable en una situación de peligro (67). Los componentes del pánico, como producto de un estímulo no-condicionado, incluye la necesidad de huir (58) que es comúnmente descrito por pacientes con TA como parte de sus CA (68). Klein (10) desarrolló una teoría donde señala porqué el CO2 y el lactato producen pánico y especula que una mala interpretación de un monitor de sofocamiento del SNC se dispara en la presencia de estas sustancias. En cuanto al hecho de que el ejercicio no produce pánico, este mismo autor señala que el ejercicio provee a este monitor de información antagónica, de tal forma que señales de sofocamiento tales como una elevación de lactato, no produciría pánico. En congruencia, estas señales antagónicas podrían inactivar el monitor de sofocamiento en una extensión tal, que un reto con 35% CO2 fallaría en producir su efectos usuales. En cualquier caso, es razonable pensar que desde un punto de vista adaptativo, el correr (y por tanto el ejercicio) no precipitaría o exacerbaría las CA. Se ha considerado que aumento en la quimiosensibilidad al CO2 pudiera explicar las CA inducidas por CO2 y tal vez inclusive las CA espontáneas, sin embargo una gran parte del trabajo de investigación realizada en este sentido no ha reunido la evidencia suficiente para apoyar esta idea (8, 16, 17). Los fisiólogos de la respiración han hecho un progreso considerableen dilucidar la biología de la sensación de falta de aire inducido por CO2. Inicialmente se pensaba que la contracción muscular respiratoria o la eferencia neural a los músculos respiratorios eran esenciales para la generación de la sensación de falta de aire, ya que experimentos iniciales con pacientes tratados con curare eran capaces de dejar de respirar por largos periodos (69). La sensación de falta de aire sigue de forma más cercana el curso de la ventilación que la estimulación de quimiorreceptores (70). Ya que pacientes con el síndrome de hipoventilación central congénita carecen de cualquier efecto respiratorio con el CO2, se cree que un oscilador respiratorio pontino-medular intacto, que pueda responder al estímulo, es necesario para la el desarrollo de la sensación de falta de aire (11). Sin embargo, evidencia reciente de imagenología de resonancia magnética (IRM) en esta enfermedad ha mostrado déficit neuroanatómicos y funcionales del tálamo, cerebelo, cerebro medio y las estructuras límbicas (71, 72). Estudios con tomografía por emisión de positrons (PET) y IRM en la sensación de falta de aire inducido con CO2, han mostrado el involucramiento del puente, tegmento mesencefálico, el núcleo parabraquial, área gris periacueductal, hipotálamo, amígdala, el giro del cíngulo así como el giro parahippocampal y fusiforme (73, 74, 75). Varios trabajos han confirmado la implicación de estas estructuras con las emociones básicas (76, 77, 78). Además, el grupo de células neuronales respiratorias del área rostral ventral cuenta con conexiones directas con la amígdala (79); una estructura muy probablemente vinculada con el TA y los estados ansiosos (80, 81). El área caudal del hipotálamo cuenta con una cantidad significativa de conexiones recíprocas entre el tallo ventral, y conexiones simples con el área gris periacueductal (82) y la amígdala (83). Se sabe que esta área suprapontina ajusta la respiración, en respuesta a alteraciones en la condición del entorno interno o externo, de tal forma que sin esta estructura las reacciones completas al ejercicio, la hipoxia y la hypercapnia estarían afectados (84). Las microinyecciones de antagonistas de ácido gamma-aminobutírico (GABA) en la área posterior del hipotálamo en gatos anestesiados reduce la respuesta ventilatoria ante incrementos en la PCO2 (85); se sabe además, que estas células son sensibles al CO2 (84). Esto podría explicar al menos en parte el efecto de las benzodiacepinas de alta potencia en el TA, las CA inducidos por CO2 y la respuesta ventilatoria al CO2 en pacientes con TA (8, 29, 30, 86). Revisiones recientes apuntan a la acetilcolina como el principal neurotransmisor implicado en la respuesta ventilatoria a la hypercapnia (87, 88). El antagonista muscarínico biperden ha mostrado ser capaz de bloquear una CA inducido con CO2 en pacientes con TA (89), y Battaglia inclusive ha propuesto una hipótesis colinérgica para el TA (90). Se han realizado varios estudios sobre la implicación de la transmisión sertoninérgica en la respuesta ventilatoria al CO2 (91, 92, 93, 94). Las neuronas sertoninérgicas en el cerebro medio son quimiorreceptores centrales sensibles a los cambios en el pH y de CO2 y su estimulación muestra un incremento en su disparo neuronal (91). Congruente con esto, estudios en animales muestran un incremento en la quimiosensibilidad al CO2 con la estimulación serotoninérgica, y viceversa con su inhibición (92, 93). Sin embargo, las manipulaciones serotoninérgicas sistémicas no parecen modificar la respuesta ventilatoria al CO2 (94, 95). El efecto ventilatorio en pacientes tratados con ISRS probablemente no ha sido estudiado. Más aún, la sensación de falta de aire en sujetos sanos tratados con estos medicamentos podría proveer de información interesante. En lo referente al lactato, desde hace algún tempo, los fisiólogos han hecho intentos para relacionar sus incrementos durante el ejercicio y la respuesta ventilatoria (49), pero tal relación no parece ser causal (95). El hecho que sujetos con la enfermedad de McArdle, sujetos quienes no producen lactato, tiene una respuesta ventilatoria normal durante el ejercicio, excluye su implicación (96). Hay evidencia que vincula la hormona liberadora de corticotrofina (CRH) con el pánico y la ansiedad (97), y de forma interesante el lactato parece ser un inhibidor central de CRH (98), aunque es poco probable que este hecho explique nuestros hallazgos (pues las infusiones de lactato producen pánico en pacientes con TA). La retroalimentación química del O2 y el CO2, durante el esfuerzo físico, tal vez no representen el mayor estímulo para el aumento en la ventilación (99, 100). Más aún, alguna evidencia sugiere inclusive una inhibición de esta retroalimentación (99, 100, 102, 103). De hecho, los quimiorreceptores no son necesarios para una adecuada respuesta ventilatoria al ejercicio aeróbico (100, 104). Eferencias del área caudal del hipotálamo parecen ser responsables de la activación directa de la respiración durante el ejercicio (84, 90). La respuesta ventilatoria al ejercicio (84, 100), al CO2 (85, 87), así como la experiencia de falta de aire inducido por CO2 (73, 74, 75) comparten el hipotálamo como una importante estructura de control. Ahora bien, probablemente no se entendida aún cómo es que el ejercicio modula este y/o otras estructuras para disminuir el umbral que quimiosensibilidad al CO2, y de esta forma brindar una explicación para los efectos del ejercicio ante un reto con CO2. Aunque en un estudio en ratones sometidos a nado forzado se sugiere una disminución de la función de GABA en el hipotálamo y la amígdala (105), otros en gatos han señalado un aumento de la transmisión de GABA en esa primera estructura durante el ejercicio agudo y crónico (106). Como se mencionó previamente, las CA inducidas por lactato pueden inducir cambios en la concentración plasmática de esteroides neuroactivos que actúan como moduladores de receptores ácido gamaminobútirico tipo A (59). Una posible respuesta podría implicar a los opiáceos endógenos. Las beta-endorfinas se elevan después de periodos breves de ejercicio (106). La morfina ha demostrado ser útil para aliviarla disnea en los pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (107) y disminuye la respuesta ventilatoria al CO2 en monos (108). Los opiáceos no se utilizan para aliviar la ansiedad pero podrían tener este propiedad (109). Aunque existe un caso reportado de CA con naltrexona (110), Liebowitz diseñó un estudio para determinar si los opiáceos endógenos están implicados en el TA y encontró que la administración intravenosa de naloxona, sólo o combinado con lactato de sodio, no produjo CA ni exacerbó los efectos del lactato (111). Al considerar que el ejercicio puede reducir los efectos de un reto con CO2 en paciente con TA, una simple replicación de este estudio combinado la administración de naloxona podría proveer de información valiosa. Se deben considerar algunas limitantes. Reportamos un menor incremento en la escala de la LSP para el grupo experimental, sin embargo este grupo presentó un puntaje pre-CO2 mayor que en el grupo control y es concebible que este umbral haya influido en los resultados. Por otro lado, este no fue el caso para la EAVA. De cualquier forma, hay que admitir que los efectos observados podrían haber surgido de mecanismos no vinculados con la fisiopatología del pánico. Por ejemplo, los sujetos en la condición experimental pudieron estar menos concientes de las sensaciones introceptivas, ya que muchas sensaciones del esfuerzo físico son similares a algunos síntomas de pánico. Tomando en cuenta estas limitantes, el presente estudio bien podría reflejar una genuina interacción entre el ejercicio físico y algunos mecanismos del pánico experimental. 7. Bibliografía 1. Klein DF. Delineation of two drug-responsiveanxiety syndromes. Pyschopharmacologia 1964; 5: 397-408. 2. Kessler RC, McGongle KA, Zhao S, et al. 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