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El-significado-psicologico-de-salud-enfermedad-mujer-y-hombre-en-personas-con-hipertension-arterial

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
Facultad de Psicología 
 
 
 
TESIS: 
 
”El significado psicológico de salud, enfermedad, mujer y hombre, 
en personas con hipertensión arterial” 
 
 
 
 
Presenta: 
Lizet Artemiza Virgen Arias 
 
 
Directora de Tesis: 
Lic. Ma. Isabel Martínez Torres 
 
 
Revisora metodológica: 
Mtra. Luz Ma. Javiedes Romero 
 
 
 
 
 
 
Ciudad Universitaria, Febrero de 2009 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
Restricciones de uso 
 
DERECHOS RESERVADOS © 
PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL 
 
Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal 
del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). 
El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea 
objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para 
fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo 
mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
 
 
2 
 
 
DEDICATORIAS 
 
 
A mis sinodales 
 
A Isa Martínez, por tu guía, inteligencia, calidez, frescura, paciencia, comprensión, 
confianza y motivación. Por tus enseñanzas dentro de la Facultad y en muchos 
otros espacios. Por tu interés en este trabajo, por tus valiosas aportaciones para 
enriquecerlo. Por encaminarme hacia una mirada más social de la salud. Por ser 
parte de mi familia afectiva. Por recordarme bailar y festejar. 
Con mi cariño y admiración, gracias Isa 
 
 
A la Mtra. Luz Ma. Javiedes, por su orientación, acompañamiento, sus valiosas 
observaciones y sugerencias, por ayudarme a concluir este trabajo 
 
 
A Rafa Luna, por tu calidez y amabilidad, por tus conocimientos y ánimos, por tu 
tiempo; por poner los medios para que mi proyecto en género, masculinidad y 
salud naciera al mundo desde una mirada más social. Por el apoyo para 
continuar con mi formación académica 
 
 
A la Mtra. Asunción Valenzuela, por sus enseñanzas, calidez y amabilidad, por las 
facilidades y apoyo en éste y otros momentos de mi formación profesional 
 
 
A la Profa. Angelina Guerrero, por su disposición, por abrirme las puertas y 
apoyarme en mi titulación 
 
 
Gracias a tod@s por su tiempo y contribuciones que ayudaron a enriquecer este 
trabajo 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
3 
 
 
A mi familia 
 
A mi mamá 
Por todo tu apoyo a lo largo de mi camino; aunque tuve tropiezos (algunos literales), 
estuviste conmigo con tu trabajo, tiempo, esfuerzos para auxiliarme en salir adelante, 
y con múltiples apoyos en mi formación académica, materiales e inmateriales. Por 
abrirle las puertas a la gente que me ha querido. Por quererme en la diferencia 
Gracias, mamá 
 
A mi papá 
Porque me impulsaste a estudiar para ser una mujer independiente. Por tu ejemplo, 
que sembró en mí el valor e importancia por la búsqueda del conocimiento, y te 
admiro por ello; espero no desistas y sigas buscando. Por tu cariño. Por procurarme 
desde una paternidad afectiva: también los papás pueden cuidar en casa. Gracias, 
papá 
 
A mi hermano 
Por ser mi maestro en muchas ocasiones. Por tu camaradería, complicidad, 
compañía, confianza y amistad. Por darme generosamente los medios para 
continuar con mi formación académica y personal. Porque también eres parte de 
este trabajo, por tu tiempo y apoyo para concluirlo 
 
A ustedes, les quiero mucho, me siento muy afortunada de tenerles 
 
A mi familia extensa 
Por su motivación, apoyo y cariño. 
A mi Tía Gloria, por su motivación constante para terminar, muchas gracias tía 
 
A Ricky 
Por compartir tanto conmigo, por enseñarme tanto. Por ser mi compañero en diversos 
senderos. Por tu cariño y amor. Por tu sensibilidad y ser una fuente de inspiración al 
mostrarme que, efectivamente, existen en construcción otras formas de ser hombre. 
Gracias por tu colaboración y tus valiosas aportaciones desde tu experiencia en el 
trabajo con masculinidades. Por los ánimos y acompañamiento durante esta tesis. 
Con mi amor y admiración 
 
 
 
A mis amig@s 
 
Gracias al Colectivo Nuestro Espacio A. C. por su compañerismo, enseñanzas, 
entrega, perseverancia, paciencia, formación profesional, aceptación y apoyo 
gigantesco en mi titulación y su presencia en momentos difíciles y deliciosos de mi 
vida. 
 
Anita, gracias por tu amistad desde quien soy, tus ánimos y apoyo, te quiero, amiguita 
 
Kenia, gracias por compartirme tu sensibilidad y tu mundo; por tus ánimos en mi 
desesperación; por tu motivación, compañía, convivencia, confianza, amistad; por 
 
 
4 
 
 
estar de manera tan, tan importante a mi lado para terminar este trabajo, en los 
momentos críticos. Por tu minuciosidad y los desvelos... con mi cariño 
 
A Nelly, por acogerme en su casa durante varias mañanas, tardes y noches mientras 
estuve realizando esta tesis. Gracias por la amabilidad que siempre has mostrado 
conmigo, eres una persona muy especial. Con mi corazón y cariño 
 
A mi amada Coleguita Marionka, por hacerme sentir aceptada incondicionalmente, 
por regalarme vida al poder reír a carcajadas. Por ser mi escucha, mi hermana, mi 
colega, mi cómplice y más. Por motivarme para concluir mi tesis. Eres sen-sa-cio-nal, 
te quiero mucho 
 
A May, por caminar conmigo a lo largo de nuestra formación profesional dentro y 
fuera de las aulas. Por tu confianza, ánimos, tiempo, diversión, enseñanzas, paz y 
apoyo. Por enseñarme la generosidad. Por recordadme la fe en Dios. Te quiero, 
amiga 
 
Querida Haydeé: Qué lindo encontrar a alguien con quien coincidí tanto. Agradezco 
tu apertura, tu sonrisa contagiosa, tu inteligencia, tus ganas y las porras para que 
llegara este momento. Porque estuviste conmigo en los inicios de este trabajo. Con 
mucho cariño, amiga 
 
A Lupita de la Garza, por tu generosidad, solidaridad, comprensión, apoyo, 
humanidad, inteligencia, confianza para conmigo y en mí. Eres una gran mujer a 
quien admiro. Fue genial tener la oportunidad de trabajar contigo; fuiste parte vital 
en mi estancia dentro del INMUJERES-DF, al mostrarme que la jerarquía no se pelea 
con el respeto y la calidez. Por apoyarme siempre antes que obstaculizarme, en mi 
rol de tesista 
 
A Yes, por lo que hemos compartido, por tu alegría, ánimos y tu colaboración para 
este trabajo y otros... TQM 
 
A las amigas que he tenido y tengo, por representar el regalo de la amistad, alegría, 
el cariño y el apoyo, que me motivaron a seguir. A Yaya, Ise… Les agradezco formar 
parte de mi vida. Les quiero mucho. 
 
A mi grupo de la 3ª generación de Terapia de Reencuentro, por compartir y 
acompañarme en mi crecimiento...gracias también a Lilia, Tania, Ru, Yadi, Rubén, 
también por regalarme su hombro y sus risas... por formar parte importante de mi 
familia afectiva 
 
A Cepaz, por sus enseñanzas y compañía en la búsqueda de convertir la utopía en 
realidad. Roberto, mil gracias por tu generosidad, impulso, e inspiración. 
 
Alma: Me encantó re-encontrarnos, gracias por compartirte. Gracias por 
acompañarme, motivarme y guiarme en la titulación, por abrirme la puerta a 
espacios que me ayudaron a concretar. Mis mejores deseos en tu camino 
 
 
 
5 
 
A mis queridas personas del IHPG, especialmente a Odette, Mer y Úrsula por su 
motivación y apoyos 
 
 
A mis maestr@s 
 
Por compartirme generosamente sus conocimientos y, con sus actitudes, permitirme 
creer en la construcción de relaciones distintas entre mujeres y hombres 
 
Luz Ma. González Salazar, gracias por ser mi luz, por tus conocimientos, por tu impulso, 
por transmitirme tu energía y el cariño por la Psicología y la salud. Por tus palabras 
cálidas hacia mí, por tu apoyo en tantos momentos, por tu querer. Con cariño te 
dedico mi trabajo 
 
A FinaSanz, por generar espacios para conocerme, para vivir mi cuerpo y mis 
vínculos más enriquecidamente. Por ser mi ejemplo para vivir más, acompañar y ser 
partícipe en la creación de espacios de autonomía, afecto, disfrute y buentrato. Por 
la increíble oportunidad de conocerte y escucharte y con ello enriquecer este escrito. 
Gracias por tus enseñanzas, Fina 
 
Gracias a Selma González, por tu acompañamiento en mi crecimiento personal, tu 
acogida y ser ahí también mi maestra al enseñarme formas distintas de ser mujer 
 
A Roberto Guadarrama, por ampliar mi visión de la sexualidad y por contagiarme 
enormemente en el camino de la Educación para la Paz y la equidad. Por mostrarme 
a una persona afectuosa, en la búsqueda de otras formas de ser hombre 
 
A Paco Cascón, a Greta Papadimitriou y Sinú Romo, por sus enseñanzas en la 
Educación para la Paz y Derechos Humanos y la noviolencia, por compartirme una 
visión del trabajo grupal desde lo lúdico y lo afectivo. 
 
A Alejandro Unikel del Instituto Humanista de Psicoterapia Gestalt, por sus enseñanzas 
que humanizaron mi trato en mis relaciones dentro y fuera de la terapia. Por abogar 
por mí para continuar mi formación. Por confiar en mí, lo que contribuyó en mi 
confianza hacia mí misma 
 
A Caro Caloca del IHPG, por acompañarme, contenerme, comprenderme, 
motivarme, por confiar en mi; por ser mi maestra y compartirme enseñanzas de 
múltiples maneras; por escuchar lo que una tesis implicó para mí. Por tu sonrisa y por 
tu cariño. Eres una hermosa persona, TQM 
 
A Susana García, por su afecto, enseñanzas en género y mucho más, y por su 
comprensión 
 
Gracias a ustedes por ser mis “gurús” de múltiples maneras 
 
 
 
 
 
 
 
6 
 
 
 
 
Por sus valiosas contribuciones... 
 
Un agradecimiento especial al Dr. Juan José Sánchez Sosa y su equipo, por sus 
enseñanzas en la Psicología y salud, y abrirme las puertas en los proyectos de 
enfermedades crónicas, que contribuyeron en la realización de este trabajo. A 
Angélica Riveros, por su tranquilidad, comprensión y apoyo durante mi estancia en el 
equipo. 
 
Al Sindicato de Trabajadores Electricistas y al Dr. Alfredo Verdiguel, por abrir espacios 
para realizar mis aplicaciones 
 
Al personal de la Unidad Médica Familiar del IMSS No. 64 y 72 por abrirme sus puertas. 
 
A la Coordinadora Guadalupe de la Garza y usuarias del INMUJERES-DF Unidad Benita 
Galeana, quienes participaron en este estudio, así como a Concepción Martínez y 
Mayra Guillén por su apoyo. A Margarita de la Cruz por su generosidad al brindarme 
contactos que facilitaron este trabajo 
 
A la Lic. Adriana Monzón de la UAPVIF en Cuauhtémoc por las facilidades y apoyo, 
así como a Darla, Fabi Beristain y Amanda por su acompañamiento, contención, 
amistad y ánimos en esta última etapa de mi titulación 
 
Al Dr. Velázquez P., por contagiarme el apasionamiento hacia los aspectos médicos 
que me inspiraron. Por el detalle de regalarme información útil para mi tesis sobre la 
salud de los varones; por compartir parte de su tiempo conmigo, por sus enseñanzas, 
por ser una persona sumamente significativa y transmitirme tanta alegría y vida... con 
mi recuerdo, cariño permanente y agradecimiento 
 
A la Dra. Delta de la Fundación Rosa Ma. Facunda y Ch. de Maeda por su 
generosidad y la oportunidad brindada, que me ayudó a solventar y concluir mis 
estudios 
 
A la Dra. Yankelevich, por su disposición, comentarios y tomarse el tiempo para 
escuchar acerca de mi tesis 
 
A las mujeres y los hombres que participaron desinteresadamente en este estudio, y a 
todas aquellas personas quienes de alguna manera, contribuyeron 
 
A Dios, a la vida, a mi misma, al permitirme llegar a este deseado y preciado 
momento 
 
 
 
 
 
 
7 
 
ÍNDICE 
 
Contenido Página 
 
RESUMEN/ ABSTRACT 9 
 
INTRODUCCIÓN 10 
 
 
CAPITULO 1. EL GÉNERO 15 
 
¿Qué es sexo? Definición de sexo 17 
 Dimensiones del sexo 18 
 Definición de sexualidad 19 
 Modelo Sistémico de la Sexualidad Humana 20 
 El Holón de la Reproductividad Humana 21 
 El Holón del Erotismo 22 
 El Holón de la Vinculación Afectiva Interpersonal 22 
 El Holón del Género 22 
 El Holón del Sexo 22 
El concepto de Género 23 
Componentes de la categoría Género 27 
Atribución, asignación o rotulación de género 27 
Identidad de género 28 
Papel de género 28 
Orientación Sexual 28 
 Dimensiones de relación del Género 29 
 La Perspectiva de Género y los Estudios de Género 30 
 Periodos de los Estudios de Género 32 
 Lo Femenino y lo Masculino 38 
 Feminidad 38 
 Masculinidad. Definición de la masculinidad 39 
 El Estudio de la Masculinidad 41 
 La identidad masculina 43 
Tipos de Masculinidad 46 
Hegemonía 46 
Subordinación 46 
Complicidad 47 
Marginación 47 
El hombre metro sexual 47 
Masculinidades alternas. Los otros hombres. 49 
 
 
CAPITULO 2. EL GÉNERO Y LA SALUD 52 
 
Concepto de Salud y Enfermedad 52 
 
 
8 
 
Vivirse sano/ a, vivirse enfermo/ a 53 
La Salud desde la mirada social 57 
Género y salud 67 
La Masculinidad y la salud 72 
 
 
CAPITULO 3. GÉNERO E HIPERTENSIÓN ARTERIAL 82 
 
Sistema Arterial 84 
Presión Arterial 85 
La Hipertensión Arterial 85 
Diagnóstico de la Hipertensión Arterial 87 
Clasificación de la Hipertensión 88 
Hipertensión secundaria 88 
Hipertensión esencial o primaria 89 
Causas de la Hipertensión Arterial 89 
Síntomas de la Hipertensión Arterial 89 
Tratamiento de la Hipertensión Arterial 90 
Tratamiento farmacológico 92 
Tratamiento no farmacológico 92 
Tratamientos directos 93 
Tratamientos indirectos 93 
Masculinidad e Hipertensión 96 
 
 
MÉTODO 102 
 
Justificación 103 
Objetivo 103 
 Planteamiento del problema de investigación 104 
 Variables 104 
 Variables Independientes (VI) 104 
 Variable dependiente (VD) 104 
 Variables sociodemográficas 104 
 Definición conceptual de variables 105 
 Definición operacional de variables 106 
 Participantes 107 
 Tipo de estudio 109 
 Diseño 109 
 Instrumento 109 
 Procedimiento 110 
 Análisis de resultados 112 
 
 
RESULTADOS 114 
 
 Valor “J” (Número Total de palabras) 115 
 
 
9 
 
Valor “JC” (Definidoras agrupadas por sinónimos) 116 
Conjunto SAM(Definidoras con mayor peso semántico) 140 
Valor FMG. Peso semántico en términos de porcentaje 139 
Conjunto SAM de todos los grupos 152 
 
 
 
 
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES 161 
 
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 181 
 
ANEXOS 188 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
10 
 
 
RESUMEN 
 
 
Dadas las actuales cifras de mortalidad masculina y sus causas, se 
realizó la presente investigación para explorar cuál es el 
significado psicológico que se tiene de los conceptos: salud, 
enfermedad, mujer, hombre, en una muestra no probabilística por 
cuotas conformada por 140 personas, de ambos sexos, con 
diagnóstico de Hipertensión Arterial (HA) y ausencia de éste, 
35 en cada caso, utilizando la técnica de redes semánticas 
naturales. 
Palabras clave: hipertensión, género, salud, enfermedad, mujer, 
hombre, significado psicológico. 
 
 
ABSTRACT 
 
 
Because of mortality statistics in men and its causes this research 
was done in order to explore the psychological meaning of theconcepts: health; sickness; woman; man, in an hypertensive and 
non- hypertensive group formed by 140 subjects, both women and 
men, 35 in each case, using the natural semantic networks 
technique. 
 
Key words: hypertension, gender, health, sickness, woman, man, 
psychological meaning. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
11 
 
 
INTRODUCCIÓN 
 
 En nuestro país, se invierten millones de pesos en cuestión de salud. 
En 2004, el gasto público total en salud en nuestro país representaba el 
17%.4 del gasto público total y el 6.3% del Producto Interno Bruto (PIB); 
para 2005, el gasto público en salud representa tan sólo el 3% del PIB1, cifra 
que aún se encuentra muy por debajo del promedio latinoamericano2. 
Existen varios programas de salud, los cuales se han enfocado a población 
o problemáticas específicas. 
 
¿Qué sucede con la salud de los varones? 
En nuestro país, la morbilidad general (número de personas que 
enferman) es mucho más alta en mujeres; sin embargo, la mortalidad en el 
sexo masculino es superior (272 236 defunciones en varones3, sobre 221 575 
defunciones en mujeres4). En América Latina, la carga de morbilidad que 
representan varias enfermedades crónicas o no transmisibles es más alta 
en la mujer que en el hombre5 
 
Entre las principales causas de muerte en México para el sexo 
masculino se encuentran6 : 
1. Diabetes mellitus 
 
1 Fuente: INEGI. Estadísticas. Salud. http://www.inegi.gob.mx/inegi/contenidos/espanol/acerca/inegi324.asp?c=324#seis 
2 El gasto público en salud como porcentaje del gasto público total refleja la importancia relativa asignada al sector salud 
dentro d todas las prioridades que un gobierno debe atender. El gasto en salud como porcentaje del PIB mide la 
importancia relativa del sector salud en una economía. Fuente: SALUD: México, 2004. Información para la rendición de 
cuentas. http://evaluacion.salud.gob.mx 
3
 SINAIS. Sistema Nacional de Información en Salud. Mortalidad. Principales causas de mortalidad en hombres, 
Nacional, 2005. http://sinais.salud.gob.mx/mortalidad/ 
4 Fuente: SINAIS. Sistema Nacional de Información en Salud. Mortalidad. Principales causas de mortalidad en mujeres, 
Nacional, 2005. http://sinais.salud.gob.mx/mortalidad 
 
5 Fuente: Gómez, (1993). Género, Mujer y Salud en las Américas. Washington: Organización Panamericana para la Salud. 
6 Fuente: Fuente: SINAIS. Sistema Nacional de Información en Salud. Mortalidad. Principales causas de mortalidad en 
hombres, Nacional, 2005. http://sinais.salud.gob.mx/mortalidad/ 
 
 
 
12 
 
2. Enfermedades isquémicas del corazón 
3. Cirrosis y otras enfermedades crónicas del hígado 
4. Enfermedad cerebrovascular 
5. Accidentes de tráfico de vehículo de motor 
 
Lo anterior deja refleja la mortalidad masculina debido 
principalmente, a enfermedades no transmisibles, en ocasiones 
susceptibles de prevenirse, y la necesidad de políticas de salud dirigidas a 
los varones para atender esta problemática. 
Recientemente, se incorporó el SISTEMA DE CARTILLAS NACIONALES 
DE SALUD cuyo objetivo es la prevención y promoción de la salud durante 
la línea de vida, a través de la creación de cartillas específicas para cada 
grupo de edad, brindándosele atención específica a cada grupo y 
tratando de promover la equidad en la atención. Entre estas cartillas se 
encuentra la Cartilla Nacional de Salud del Hombre, tal vez como un 
esfuerzo por atender más específicamente las demandas de esta 
población. 
 En México, Benno de Keijzer (1995), a raíz de sus trabajos con 
varones en torno a la masculinidad, menciona como un factor importante 
la socialización masculina, la cual se encuentra ligada a una serie de 
problemas de salud y que tienen que ver con ciertos tipos de causas de 
muerte, tales como los accidentes, homicidios, cirrosis hepática, etc., 
calificando al varón como un factor de riesgo para mujeres y niños, para 
otros varones y para sí mismo. 
Dentro de la socialización masculina destaca un modelo de 
masculinidad que muestra al varón con ventajas tales como el dominio y 
superioridad hacia las mujeres e incluso otros varones; la independencia, 
agresividad, competencia; la práctica de conductas violentas y 
temerarias, patrones que se han repetido y estereotipado generación tras 
 
 
13 
 
generación. Sin embargo, estas ventajas pueden representar un costo y 
deterioro de su salud. 
Los incrementos de la mortalidad masculina en edad productiva 
tienen que ver con causas violentas y con el papel que se le asigna al 
hombre en la sociedad. El hombre debe actuar bajo un patrón de 
comportamiento que lo obliga a reaccionar violentamente, para 
defenderse, enfrentando cualquier situación porque es hombre (González, 
1996). 
De esta manera, no hay que pasar por alto la influencia social sobre 
la sobremortalidad masculina, la cual puede descubrirse si se lee con 
detenimiento más allá de las estadísticas. 
Respecto al tema de la Hipertensión Arterial (HA), se observa cómo 
la epidemiología en la salud ha ido evolucionando en los últimos años. 
Antes las enfermedades más comunes eran las llamadas enfermedades de 
los países en vías de desarrollo o infectocontagiosas; ahora en nuestro país 
también se están presentando y ocupando los primeros lugares en 
incidencia y como causas de muerte las enfermedades de las naciones 
industrializadas, las llamadas “crónico - degenerativas” (Herrera, 2002) que 
tienen que ver con los cambios en los estilos de vida. Entre éstas se 
encuentran: la diabetes, el cáncer; enfermedades isquémicas del corazón, 
enfermedad cerebrovascular. 
La hipertensión es una de ellas, la cual, puede permanecer silenciosa 
y, de no ser atendida adecuadamente, asociarse con otras alteraciones 
del sistema cardiovascular que podrían afectar a otros órganos como los 
riñones, el hígado, el cerebro, los mismos vasos sanguíneos, ocasionando 
diversos trastornos que, como en el caso del infarto cardiaco, podrían 
culminar en muerte (García, 2000). 
Estas enfermedades de la “modernidad”, tienen que ver también 
con la realidad actual: el desempleo creciente en los distintos niveles; los 
 
 
14 
 
malos hábitos alimenticios debido a la vida acelerada y falta de 
oportunidades; el medio ambiente, el estrés, la falta de actividad física, 
una alimentación inadecuada, la falta de educación para el 
autocuidado, para la salud. Por lo anterior, se hace necesario explorar 
cuál es el significado psicológico que tienen las mujeres y los hombres, con 
diagnóstico y sin diagnóstico de hipertensión, respecto a la salud y la 
enfermedad, desde la mirada de la s masculinidades, que podría 
relacionarse con la actuación de conductas de alto riesgo en detrimento 
de la salud. 
En el capítulo uno, se define el concepto sexo y sus dimensiones; se 
hace una revisión conceptual e histórica del concepto género, variable 
importante en este estudio; la diferencia que guarda con la sexualidad, 
abordándose la Teoría de los Holones de la Sexualidad; los componentes 
de la categoría de género. Asimismo, se define la perspectiva de género, 
para dar pie a una exploración de la masculinidad en cuanto los tipos y la 
historia del estudio de este concepto. 
En el capítulo dos, se abordan desde diferentes miradas los 
conceptos de salud y enfermedad; la relación existente entre el género y 
la salud, así como datos estadísticos acerca de las principales causas de 
muerte en los varones. Posteriormente se hace una revisión sobre el vínculo 
entre la masculinidad y la salud, su relación, y la influencia del género 
sobre la salud. 
En el capítulo tres, se incluye la definición de hipertensión, los tipos de 
hipertensión, sus causas, síntomas y tratamiento, además de estudiar la 
relación entre la masculinidad y la hipertensión, enfermedad que 
caracteriza a las personas participantes en la presente exploración del 
significadopsicológico. 
 En el capítulo cuatro, se hace una descripción de la muestra; las 
variables estudiadas y el procedimiento de aplicación. Posteriormente, se 
 
 
15 
 
realiza el análisis de resultados encontrados, derivados de esta 
investigación. En la parte final se encontrará la bibliografía consultada, así 
como los anexos, que incluyen el formato de aplicación de la técnica de 
redes semánticas naturales. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
16 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
CAPÍTULO 1 
El Género. 
 
 
 
17 
 
CAPÍTULO 1 
El Género 
 
Es posible ligar las problemáticas sociales y la manera en la cual nos 
relacionamos las mujeres y los hombres, si contemplamos que los seres 
humanos nos encontramos inmersos en un sistema social en constante 
transformación; nos afectamos por la situación económica, política, social 
cultural, y a su vez, constantemente estamos construyendo nuestra propia 
historia, nuestra economía, nuestra política, nuestro contexto cultural. Las 
condiciones actuales en cuanto a salud pública pueden mirarse de la 
misma manera. 
Hombres y mujeres nos hemos vinculado a partir de las normas que 
aprendemos dentro del ambiente privado (relativo al hogar y dentro de él) 
y el público (fuera del espacio del hogar). 
En casa nos enseñan valores y se transmiten costumbres, generación 
tras generación; se nos muestra la manera en cómo debe comportarse 
una niña, un niño; qué le pertenece o caracteriza a una u a otro, 
trascendiendo esto en la manera cómo nos vinculamos fuera de este 
entorno. 
Fuera del ambiente familiar, también aprendemos. En la escuela, 
dentro de la educación formal, igualmente estamos recibiendo 
constantemente mensajes de lo que deben ser-hacer mujeres y hombres. 
Recibimos información, además, de los medios de comunicación, de 
aquellas personas con quienes nos relacionamos, etc. 
En cada cultura, en cada estrato social, lo que se espera de hombres y 
mujeres, llega a ser una tipificación ideal, anónima, abstracta, pero 
férreamente adjudicada y normativizada hasta el estereotipo, aunque en 
el desarrollo individual, el futuro ser haga una asunción y elección personal 
dentro del conjunto de valores para su género, rol que podrá 
 
 
18 
 
eventualmente asumir o rechazar (Dio Bleichmar, 1997). Hombres y mujeres 
podemos llegar a ser como “materia moldeada con las manos” de lo que 
se nos ha dicho cómo debemos ser, hasta hacernos conscientes y/o 
cuestionarnos quiénes somos o podríamos llegar a ser y por qué. A partir 
de este punto podemos hablar entonces, del concepto de género. 
En ocasiones, el concepto de género tiende a confundirse con el de 
sexo, incluso tratarlos como sinónimos. 
Es importante definir entonces los conceptos básicos, que se 
encuentran relacionados entre sí, para clarificar su significado. 
 
 
¿QUÉ ES SEXO? 
DEFINICIÓN DE SEXO. 
 
Según Daniel Cazés (2000), el sexo es el conjunto de características 
genotípicas (relativo a lo genético) y fenotípicas (características 
observables en la persona) presentes en los sistemas, funciones y procesos 
de los cuerpos humanos. El sexo, es el hecho biológico (fisiológico y 
anatómico) que marca de manera diferenciada la posibilidad (potencial) 
de intervención de los individuos, machos o hembras y, en nuestro caso, de 
hombres y mujeres, en la reproducción de la especie; esto es, que a partir 
las características del sexo, existe la posibilidad de la reproducción. 
David Barrios define al sexo como “el conjunto de diferencias físicas y 
fisiológicas que distinguen a las hembras de los machos, en la especie 
humana, a las mujeres de los hombres” (2003, 1). Está determinado 
genéticamente, incluyendo aspectos tales como los genes, los 
cromosomas, las gónadas, órganos sexuales externos e internos pélvicos, 
niveles hormonales, caracteres sexuales secundarios y dimorfismo 
sexocerebral. 
 
 
19 
 
Las personas son clasificadas en referencia a su sexo para asignarlas a 
su género. El sexo en sí mismo no tiene implicaciones sociales; sólo define 
la existencia de un ser, no de un macho o de una hembra, no de un 
hombre o de una mujer (op. cit.). A partir de tener un cuerpo de hombre 
o mujer, es que socialmente se asignan tareas que cumplir, maneras de 
comportarnos, de pensar, de sentir, etc. 
 
 
Dimensiones del sexo 
 
 El sexo presenta diferentes dimensiones relacionadas entre sí, que 
resultan en características diferentes a lo largo de la vida de las personas, 
y que representan los distintos niveles de dimorfismo o diferenciación sexual 
entre hombres y mujeres (Cazés, 2000; García-Cavazos, 1998; Money y 
Ehrhardt, 1982; Monroy, 1985): 
 
1. Cromosómico: A partir de la mezcla del material genético del 
óvulo y el espermatozoide, resulta el sexo cromosómico: 46 XX 
para la mujer y 46 XY para el hombre. 
2. Genético: El sexo se define a partir de la presencia de los 
cromosomas XX (características femeninas) y XY (características 
masculinas), que definen el desarrollo y morfogénesis temprana 
del embrión. Los genes localizados en el cromosoma “Y” son 
fundamentales para la diferenciación sexual masculina. 
3. Gonádico: el sexo se define por la diferenciación de las gónadas 
a testículos (genitales masculinos) u ovarios (genitales femeninos). 
4. Hormonal: El sexo resulta de la predominancia de estrógenos 
(hormonas femeninas) o de andrógenos (hormonas masculinas), 
en la combinación que de ambas hormonas se presenta en 
todos los seres humanos. 
 
 
20 
 
5. Nervioso: Existen diferencias en la función neuronal de hombres y 
mujeres. El sistema nervioso central masculino presenta mayor 
cantidad de receptores para andrógenos que el femenino, y de 
receptores de localización específica para áreas tales como la 
corteza cerebral, el hipotálamo, la amígdala y el hipocampo, en 
donde existen diferencias. 
6. Genital interno: En los varones, los conductos de Wolff en el 
periodo embrionario, que dan lugar al epidídimo, conducto 
deferente, vesículas seminales, testículos y conducto eyaculador, 
se distinguen en las mujeres, de los conductos de Muller, de los 
que más tarde se integran las tubas uterinas, ovarios, útero, cérvix 
y porción superior de la vagina. 
7. Genital externo: El sexo se define a partir de la presencia de 
pene y bolsa escrotal para los hombres, y la presencia de clítoris, 
labios menores, mayores, para las mujeres. 
8. Asignación-social: Se da desde el nacimiento, basándose en las 
características anatómicas (genitales externos o morfología 
interna, en su caso). Posterior a esto, la sociedad establecerá el 
rol sexual al recién nacido. Tiene estrecha relación con el 
concepto de género, que se revisará más adelante. 
 
Cabe señalar que estos niveles pueden estar sujetos a variaciones, 
por lo cual los seres humanos son diversos. 
 
DEFINICIÓN DE SEXUALIDAD 
 
Un concepto que algunas veces llega a equipararse al sexo, es el 
de sexualidad. 
 
 
21 
 
La Sexualidad es el referente de la organización por géneros que 
hace la sociedad y constituye el punto de partida de los “caminos 
trazados” a priori para la construcción de la vida de cada persona. La 
sexualidad constituye a los seres humanos, y las asigna a grupos bio-psico-
socio-culturales genéricos y a condiciones de vida predeterminadas, que a 
su vez delimitan sus posibilidades y potencialidades. 
A partir de la sexualidad se define y organiza la vida misma, de 
principio a fin, para hombres y mujeres, para el género femenino y 
masculino. Sobre la sexualidad se funda un orden de poder que está 
regulado por la sociedad, el estado y otras instituciones, proponiendo 
objetivos para ordenar, controlar y sancionar la sexualidad misma (Cazés, 
2000). La sexualidad de hombres y mujeres les posibilita o limitaen su ser y 
quehacer: ¿Cuáles son los límites del actuar de hombres y mujeres? ¿Cómo 
se les juzga, señala y/o castiga? ¿Cuáles son las formas de sancionarles? 
La sexualidad llamada “patriarcal”, se estructura en torno al hombre 
y a todos los hombres concebidos como padres; en ésta, el poder de 
dominar y oprimir son atributos de la “masculinidad”, y conforman la base 
del mando y gobierno del padre, caracterizándolos y a su vez 
definiéndolos como hombres. 
Eusebio Rubio (1998) propone un Modelo Sistémico de la Sexualidad 
Humana, denominada el Modelo de los Cuatro Holones sexuales. 
Esta teoría tiene un carácter integrativo; es decir, no se mira a la 
sexualidad aislada, como un concepto reducido solamente a los aspectos 
biológicos, al cuerpo, a las relaciones coitales, a la reproducción, sino que 
incluye otros aspectos dentro de la sexualidad. A continuación se detalla 
esta teoría. 
 
 
 
 
 
22 
 
Modelo Sistémico de la Sexualidad Humana 
 
La Teoría del Sistema General de Ludwing von Bertalanffy planteada a 
mediados del siglo pasado, tiene como idea central que todos los sistemas 
están formados por elementos en interacción, y que éstos elementos son a 
su vez sistemas. Arthur Koestler (1980, citado por Rubio, 1998) propuso que 
se les denominara holones para subrayar el hecho de que son partes 
constituyentes de un sistema (de ahí el uso del sufijo "on" como electrón o 
protón) pero que tienen en sí mismos, un alto grado de complejidad e 
integración ("holos" en griego quiere decir Todo). Estas ideas son la base 
del Modelo Sistémico de la Sexualidad Humana, que dan origen a los 
cuatro holones (o subsistemas) sexuales. 
Este autor define a la sexualidad como el resultado de la integración de 
cuatro potencialidades humanas, que originan los cuatro holones (o 
subsistemas) sexuales: la reproductividad, el género, el erotismo y la 
vinculación afectiva interpersonal; David Barrios (2006) propone como 
quinto holón el sexo. 
De esta manera, la sexualidad incluye entonces aspectos biológicos, 
sociales, afectivos y de relación. Estos cuatro conceptos pueden aplicarse 
verticalmente, es decir, cada holón puede manifestarse también a su vez 
en todos los niveles de estudio del ser humano. Estos holones se describen 
de la siguiente manera: 
 
1. El Holón de la Reproductividad Humana. 
La reproductividad implica la posibilidad humana de producir individuos 
similares a los que los produjeron, así como las construcciones mentales, 
ideas, pensamientos, imaginaciones relacionadas con esa posibilidad; esto 
es, se refiere a la capacidad de una persona para tener descendientes. 
 
 
 
23 
 
2. El Holón del Erotismo 
El erotismo se refiere a los procesos humanos alrededor del deseo por la 
excitación sexual, la excitación en sí y el orgasmo, las experiencias 
placenteras y lo ideático e imaginario relacionado con todo lo anterior. 
 
3. El Holón de la Vinculación Afectiva Interpersonal. 
La vinculación afectiva tiene que ver con la capacidad de los seres 
humanos para desarrollar afectos ante la presencia, ausencia, 
disponibilidad o indisponibilidad de otra persona determinada, así como 
las construcciones mentales, a nivel individual y social que de todo esto se 
deriva; lo que comúnmente se llamaría aprecio, cariño, amor, desamor, 
etc., hacia alguien. 
 
4. El Holón del Género 
El género desde esta propuesta se refiere a las construcciones mentales 
a nivel individual y social respecto a la pertenencia o exclusión de la 
persona en las categorías dimórficas de los seres humanos: masculina y 
femenina, así como a las características que le ubiquen en algún punto de 
ese rango de diferencias. 
 
5. El Holón del Sexo 
El sexo incluye todas las características anatómicas y fisiológicas en los 
distintos niveles, que permiten agrupar en dos categorías a todos los seres 
de la especie humana: mujeres y hombres (Barrios, 2006). Al contemplar 
este holón, se considera el cuerpo sexuado distinto e independiente de la 
capacidad reproductiva (holón de la reproductividad). 
 
 
 
24 
 
Es importante señalar que lo descrito en cada uno de los holones no 
necesariamente se refiere al hecho concreto, sino también al contenido 
de ideas, fantasías, pensamientos en torno a ello. 
En esta teoría, la sexualidad es la base; es un todo en donde la 
sexualidad comprende al género, el cual tan sólo es una parte de ella, 
entre otros aspectos. Existen otras formas de entender al género que a 
continuación se revisarán. 
 
EL CONCEPTO DE GÉNERO 
 
 
Anteriormente en este trabajo, ya se mencionaba que el hecho de 
pertenecer a uno u otro sexo, conlleva significaciones sociales atribuidas al 
hecho de ser mujer u hombre; este hecho se relaciona con el concepto de 
género. 
¿De dónde surge el concepto, la palabra “género”? Existen varias 
definiciones y perspectivas al respecto. 
Robert Stoller (1968; citado por Dio Bleichmar, 1997) realizó estudios a 
través de los cuales pudo suponer que lo que determinaba el 
comportamiento de género no era el sexo biológico, sino las experiencias 
vividas desde el nacimiento a partir de que se designaba a ese nuevo ser 
como hombre o mujer. 
La Psicología, en su vertiente médica, fue la primera disciplina que utilizó 
la acepción de la categoría género para referirse a la construcción social 
de lo masculino y lo femenino, en los trabajos de Robert Stoller contenidos 
en su libro Sex and Gender de 1968, con el estudio de los trastornos de la 
identidad sexual, y de John Money en 1972, con su trabajo titulado: Man 
and Woman, Boy and Girl (citados por Lamas, 1996). 
El término “género” circuló en las ciencias sociales en la década de 
1950, cuando John Money en 1955, propuso el término “papel de género” 
(Burin, 1999). Más adelante, en 1968, Robert Stoller estableció la diferencia 
 
 
25 
 
conceptual entre género y sexo más claramente: el sexo quedaba 
determinado por la diferencia sexual inscrita en el cuerpo, mientras que el 
género se relacionaba con los significados que cada sociedad le atribuye 
a esta diferencia. 
Al intentar elaborar una definición del género, nos encontramos con un 
problema. Esta palabra se origina del anglosajón, empero, no tiene el 
mismo significado en castellano; gender, el vocablo en inglés, hace una 
referencia clara a los géneros masculino y femenino, pero en castellano no 
remite solamente a hombres y mujeres. 
Marta Lamas (1996) cita la definición de género de diccionario: 
“Género es la clase a la que pertenecen las personas o las cosas”; 
“Género se refiere a la clase, especie o tipo”; por ejemplo, se puede 
hablar de un género literario. 
En la gramática española, el género es el accidente gramatical por el 
cual los sustantivos, adjetivos, artículos o pronombres pueden ser 
femeninos, masculinos o, en el caso único de artículos y pronombres, 
neutros; por eso podemos decir: el sol, masculino, y la luna, femenino. 
En su trabajo, Marta Lamas considera al género como la construcción 
cultural de la diferencia sexual, el “resultado de la producción de normas 
culturales sobre el comportamiento de los hombres y las mujeres mediado 
por la compleja interacción de un amplio espectro de instituciones 
económicas, sociales, políticas y religiosas” (1996:12) 
En tal caso, cuando define al género, no se hace una alusión exclusiva 
a las mujeres y a los hombres por separado, pues afecta a ambos; el 
género tiene que ver con lo económico, lo laboral, lo social, con las 
construcciones, con lo que la sociedad y sus instituciones dice que debe o 
no debe ser, lo que debe hacerse, la manera de conducirse o 
comportarse, por el simple hecho de pertenecer a un sexo o al otro. 
 
 
26 
 
Emilce Dio Bleichmar (1997) menciona que bajo el sustantivo género se 
agrupan todos los aspectos psicológicos, sociales y culturales de la 
feminidad / masculinidad, agrupándose en el sexolos componentes 
biológicos-anatómicos, así como para designar el intercambio sexual en sí 
mismo. 
Vivien Burr (1998) define al género como el significado social del sexo. 
Esto se refiere a la constelación de características y conductas que se 
asocian y esperan diferencialmente de hombres y mujeres en una 
sociedad particular, nuestras nociones de masculinidad y feminidad, lo que 
sabemos y conocemos por una mujer, por un hombre. 
David Barrios (2003) perfila al género como una construcción social más 
que un concepto biológico para los hombres y las mujeres; éste incluye 
toda una serie de ideas, sensaciones, percepciones, sentimientos, mitos, 
estereotipos, conductas y expectativas normativas, obviamente 
diferenciadas, para los hombres y las mujeres; es decir, lo que se espera de 
una persona en tanto hombre o mujer, con las sanciones respectivas, si 
estas expectativas sociales no son cumplidas. 
Para Daniel Cazés (2000) el género es la construcción diferencial de los 
seres humanos en dos tipos: femenino y masculino. Es una construcción 
imaginaria y a la vez simbólica, que contiene el conjunto de atributos 
asignados a las personas a partir de la interpretación valorativa de su sexo 
desde una sociedad. 
El género, el ser hombre o mujer, es la síntesis bio-psico-socio-cultural en 
cada persona. Se integra históricamente por el conjunto de características 
biológicas, físicas, económicas, sociales, psicológicas, eróticas, políticas y 
culturales asignadas de forma diferenciada a los individuos según su sexo, 
mantenidas, además, en cambio constante. 
Cuando se habla de género, no se puede pensar solamente en el 
género femenino; más aún, tiene que ver con las relaciones que existen 
 
 
27 
 
entre el género masculino o femenino y sus consecuencias; de ahí su 
carácter de relacional. 
Hasta este punto, se observa que en algunas definiciones se perfila al 
género como un concepto bipolar y dicotómico, incluyendo en dos 
extremos a lo masculino y lo femenino. 
Sin embargo, más allá de la dicotomía, la concordancia entre el sentir y 
el ser de las personas, cuando la anatomía no corresponde al género 
asignado, la cultura rechaza o acepta esta no correspondencia entre sexo 
y género. Con ello, se considera la existencia de un tercer género, 
llamado también transexual, que a su vez puede estar diferenciado en dos 
géneros, que corresponden a las variantes: a) mujer- masculina, y b) varón-
femenino, llegando entonces, según esta autora, a ser cuatro géneros 
posibles (Lamas, 1996)). 
Para Javier Alatorre y Nelson Minello (2001), el género es una dimensión 
constitutiva de las relaciones sociales, donde se articulan jerarquías y 
desigualdades de acuerdo a las características biológicas de la especie 
humana ligadas al sexo y, basándose en la postura de Robert Connell, 
proponen el género como resultado de la relación entre la producción y la 
reproducción. 
En la institucionalización de esta relación se conforman los sujetos 
sociales, uno de los cuales – el varón - tendrá el papel preponderante en la 
acumulación de la riqueza, teniendo mayor control sobre los recursos 
materiales y sus beneficios. Otro sujeto – la mujer - se encargará de la 
reproducción, el cuidado y crianza infantil, del trabajo doméstico que no 
recibe paga, teniendo menor acceso al control de los recursos. Como 
rasgo fundamental de las relaciones ente los géneros son las inequidades 
en todos los ámbitos de la vida humana. 
Podemos observar la presencia del poder, de la subordinación en la 
relación, de las diferencias en tratos u oportunidades entre hombres y 
 
 
28 
 
mujeres. A través del tiempo, el varón se ha colocado en una posición 
privilegiada, por encima de la mujer, en muchos aspectos. Sin embargo, 
mantener esta posición tiene costos emocionales, de vinculación, de 
salud, etc. 
Como mencionábamos anteriormente, existen diversas formas de 
entender el género e igualmente, distintas definiciones; se le puede mirar 
aislado, o englobado dentro de otros conceptos. 
Este último caso es la teoría del Doctor Eusebio Rubio, en donde el 
género es un subsistema el cual forma parte de un sistema mayor que es la 
Sexualidad. Para Daniel Cazés (2000), en cambio, la sexualidad es 
materia del género, parte de él, como un conjunto de experiencias 
humanas atribuidas al sexo y definidas por la diferencia sexual y la 
significación que a ella se da. 
Al hablar de género, estamos hablando también de nuestra sexualidad. 
El género se relaciona con las personas desde que éstas nacen y hasta su 
muerte. 
Componentes de la categoría de Género. 
 
A partir de estos estudios de Robert Stoller y John Money, el género está 
constituido por (citados por Dio Bleichmar, 1997): 
 
1. Atribución, asignación o rotulación de género 
Se realiza en el momento del nacimiento por parte del personal de 
salud y familiares, a partir de la apariencia externa de los genitales del 
nuevo ser, convirtiéndose en el primer criterio de identificación del sujeto; 
la familia es la principal emisora de un discurso cultural que reflejará los 
estereotipos de la masculinidad / feminidad que cada uno de estas 
personas sustenta para la crianza adecuada de ese cuerpo identificado 
(DIF, 1997). 
 
 
29 
 
 
2. Identidad de género 
Este concepto se refiere a la parte subjetiva de la persona, al 
identificarse, al sentirse perteneciente a un género o a otro, en todas sus 
manifestaciones: sentimientos, actitudes, comportamientos, etc. Ocurre 
antes de que se tenga conocimiento pleno de la diferencia anatómica 
entre los sexos. 
 
3. Papel de género 
Se refiere a lo que una persona dice o hace para indicar a quienes 
le rodean o a sí misma (o) el grado en que es varón o hembra, o 
ambivalente, incluyendo además, la reacción y las respuestas sexuales. 
El papel de género es la expresión pública de la identidad de 
género y, ésta última, la experiencia privada del papel de género. 
 El papel de género rebasa el espacio individual; una vez que la 
persona ha asumido su identidad de género (pertenencia), entonces 
actuará su rol o papel correspondiente a su sexo; la manera de sentir, de 
pensar, de actuar, de amar; la manera en cómo se ha establecido 
socialmente que se debe ser mujer u hombre. 
 
Orientación Sexual 
 
Cabe mencionar que la orientación o preferencia del sexo, es 
independiente del género de la persona. Existen tres aspectos importantes 
del perfil psicosexual: sexo anatómico, género y tipo de sexualidad con 
relación al objeto, siendo posibles múltiples combinaciones (Bleichmar, 
1997). 
La orientación sexual es la atracción sexual erótica y afectiva entre 
seres sexuales, pudiendo tomar tres distintas expresiones: heterosexual 
 
 
30 
 
(hacia el sexo opuesto), homosexual (hacia el mismo sexo) y bisexual 
(hacia ambos sexos). 
Dimensiones de relación del Género 
 
El género da cabida a una construcción sociocultural de cómo ser 
hombre o cómo ser mujer a partir de las características 
anatomofisiológicas, del significado de ser hombre o mujer en una 
sociedad y cultura dada, condiciones consideradas en ocasiones 
inamovibles y permanentes, que dan pie a desigualdades e inequidad 
entre hombres y mujeres, cuando estas situaciones se normalizan y 
naturalizan. 
El género puede ser visto como una forma de estructurar u organizar 
las prácticas sociales en general. Conell (1997) propone un modelo de la 
estructura de género con tres dimensiones de relación: 
 
a) Relaciones de poder: en el sistema del género europeo/ 
americano y latinoamericano más contemporáneo, lo más 
común es la subordinación general de las mujeres y la 
dominación de los hombres (patriarcado); el poder de 
todo tipo, está en manos de los varones. 
b) Relaciones de producción: Las divisiones genéricas del trabajo 
tienen que ver con la forma de asignar las tareas y a partir 
de lasconsecuencias económicas de esa división genérica 
del trabajo; como consecuencia, las ventajas 
corresponden generalmente a los varones. No es 
accidental, que sean los hombres y no las mujeres quienes 
controlen las principales corporaciones y las grandes 
fortunas privadas. Es evidente incluso cómo los puestos 
 
 
31 
 
laborales a nivel directivo y de decisión, recaen en su 
mayoría en varones. 
c) Cathexis: Es tan frecuentemente considerar al deseo sexual como 
natural, que normalmente se le excluye de la teoría social. 
Si consideramos al deseo desde el punto de vista freudiano, 
como energía emocional ligada a un objeto, se hace 
evidente su carácter genérico, y que será diferente para 
cada uno de ellos. 
 
Desde estas relaciones se puede hacer un análisis de cada uno de 
los componentes, cómo se encuentran los hombres y mujeres en esas 
relaciones no equitativas de poder y que tienen que ver en cómo se da la 
organización de una determinada sociedad. 
Conell hace referencia al modelo europeo/ americano patriarcal 
que en nuestro país es claro y predominante. Los varones en su mayoría 
mantienen el poder, dominio y control en distintos ámbitos y jerarquías, 
sobre la mujer, sobre la infancia, sobre otros varones, sobre alguien 
subordinado/a; en ocasiones a través de la violencia en todas sus 
manifestaciones, acarreando costos para las personas que lo rodean 
como para sí mismo, tales como: represión de emociones y / o dificultad 
para externarlas, sobre todo aquellas que se relacionan con lo 
tradicionalmente femenino; la soledad; agotamiento; alto nivel de estrés; 
enfermedades e incluso, la muerte. 
 
LA PERSPECTIVA DE GÉNERO Y LOS ESTUDIOS DE GÉNERO 
 
La perspectiva de género, llamada también enfoque de género, tiene 
su punto de partida en el feminismo contemporáneo. El fundamento de la 
Teoría de género es crítico, principalmente, de la modernidad (a partir de 
 
 
32 
 
la Revolución Francesa). Es una visión analítica encauzada hacia la 
acción institucional y civil. La perspectiva de género permite enfocar, 
analizar y comprender las características que definen a mujeres y hombres 
de manera específica, así como sus semejanzas y diferencias. Desde esa 
perspectiva se analizan las posibilidades vitales de unas y otros, el sentido 
de sus vidas, sus expectativas y oportunidades, las complejas relaciones 
sociales que se dan entre ambos géneros, así como los conflictos 
institucionales y cotidianos que deben encarar, y las múltiples maneras en 
que lo hacen (Cazés, 2000). 
La Perspectiva de género surge en la segunda mitad del siglo XX en el 
ámbito de las ciencias sociales, particularmente de la Teoría de género. 
Esta teoría no enfoca a mujeres y hombres como seres dados, sino como 
sujetos históricos que se van construyendo socialmente, en constante 
cambio, y producto de la organización patriarcal dominante. 
Desde la perspectiva de género se analizan las características y 
mecanismos del orden patriarcal. 
Fina Sanz (1997) comenta que una sociedad patriarcal implica que la 
jerarquía de poder está representada simbólicamente por el varón. Existe 
una valoración de todo lo que se llama “masculino”. Los genitales, que 
permiten la distinción sexual al nacer - en este caso, pene y testículos – 
adquieren un valor simbólico de poder; es decir, es una sociedad 
falocrática, con el simbolismo predominante del falo – pene. 
La perspectiva de género permite entender que la vida y sus 
condiciones y situaciones son susceptibles de cambio, en búsqueda de la 
construcción de la igualdad, la equidad y la justicia. 
Para Mabel Burin (1999), los Estudios de Género se refieren a la 
producción de conocimientos que se han ocupado de las significaciones 
atribuidas al hecho de ser varón o ser mujer en cada cultura y en cada 
persona; se hace una crítica de lo “natural” y se aportan explicaciones a 
 
 
33 
 
partir de las construcciones sociales asignadas de manera diferenciada a 
mujeres y a hombres, en donde lo masculino se encontrará por encima y 
sobre de lo femenino, que ocupará una posición inferior. 
 La construcción de la perspectiva de género se originó a partir de dos 
vertientes principalmente, las ciencias sociales y las humanidades por un 
lado, y la teoría feminista, por el otro. 
Gloria Careaga (1996) menciona que en un principio, el interés por el 
estudio de los géneros se centró en el análisis de la condición de las 
mujeres, precisamente ante la situación de inequidad y subordinación que 
guardaban respecto de los hombres, dando lugar a diversas instituciones 
que se abocaron a realizar Estudios de la mujer, de los cuales surge el 
concepto de género, así como el de inequidad entre los géneros. Del 
movimiento feminista se obtienen las mayores contribuciones a la 
construcción de la perspectiva de género. 
La perspectiva de género plantea como problema central el que las 
diferencias anatómicas entre los sexos consideradas como propias de la 
naturaleza, es decir, “naturales”, trasciendan la construcción social y 
dando lugar a desigualdades y condiciones de inequidad en las 
oportunidades. Su base de análisis es entonces la relación entre los 
géneros. 
 
 
PERIODOS DE LOS ESTUDIOS DEL GÉNERO 
 
 
Los Estudios de género han cambiado y evolucionado a través del 
tiempo. De acuerdo a la condición y al momento histórico de una 
sociedad, se plantearon algunas problemáticas tocantes al género. 
Mabel Burin (1999) hace una reseña histórica de los Estudios de género 
que a continuación se revisará. 
 
 
34 
 
 Gomáriz (citado por Burin, 1999) menciona que los primeros 
antecedentes de los Estudios de género se referían a la condición social de 
las mujeres. Desde la época de Platón y Aristóteles se hablaba ya de la 
“inferioridad femenina”, en oposición a la “superioridad masculina”. 
A partir de la Revolución Francesa y la Ilustración (s. XVII y XVIII), surgen 
enfáticamente en Europa y posteriormente en Estados Unidos, los valores 
de la modernidad: igualdad, fraternidad, libertad. A partir de esos 
principios que garantizaban a los hombres, las mujeres comenzaron a 
reclamar sus derechos como mujeres y ciudadanas, contraponiéndose a 
los valores victorianos de la época acerca de las mujeres como madres, 
esposas, vírgenes. 
Como resistencia ante tales valores, algunas mujeres ligadas a los 
movimientos obreros, reclaman participación social y económica, 
buscando el derecho a una educación igualitaria de la cual se 
encontraban relegadas, en la cual se delegaba el poder racional e 
intelectual para los hombres. 
A inicios del s. XIX, a través del movimiento sufragista (“Primera ola” del 
movimiento Feminista), se reclama el derecho al voto para las mujeres, 
pugnando por su participación en la vida política. Simultáneamente surge 
otro movimiento a través del cual se reafirma la ubicación de la mujer 
dentro del contexto familiar, asociándola con la maternidad y el rol de 
esposa y ama de casa. 
La Segunda Guerra Mundial abre paso a movimientos que luchan en 
contra de la discriminación por razones de raza, religión o sexo. Hacia los 
años 60’s, en países anglosajones florece la “Segunda ola” del movimiento 
feminista, en donde surgen aportaciones importantes tales como las de 
Simone de Beauvoir en 1957, con su libro “El segundo sexo”, y su célebre 
frase: “No se nace mujer; se llega a serlo”. Estas feministas criticaban la 
opresión patriarcal; la sexualidad femenina circunscrita solamente dentro 
 
 
35 
 
de la esfera familiar y con una función reproductiva; el considerar, 
además, a las mujeres como factores de estabilidad o inestabilidad social 
dentro de la familia atribuyéndoles la responsabilidad de ésta. 
Levi Strauss en 1949, sugiere que la división sexual del trabajo es un 
producto cultural para provocar la dependencia entre los sexos. 
Generalmente el varón tiene, entremuchos otros, el poder económico y 
laboral, sometiéndose la mujer ante tal condición y provocando una 
relación de subordinación. 
Hacia mediados de los 60’s surgen principalmente en Estados Unidos, 
nuevos movimientos sociales en búsqueda de oportunidades educativas 
con mayores posibilidades de prosperidad económica y, 
consecuentemente, una cierta independencia. Generalmente a las 
mujeres se les asociaba con profesiones relacionadas a la “condición 
natural” de su sexo, es decir, de los cuidados hacia el otro. 
La lucha feminista beneficia la incursión y progreso de técnicas 
anticonceptivas, logrando entonces separar la sexualidad de la 
maternidad, dejando de lado el considerar el ejercicio de la sexualidad de 
la mujer sólo con fines reproductivos y no por el derecho al placer. 
Hacia los 70’s, surge el Feminismo Radical, en el que se sostiene que las 
mujeres son un grupo social que padece condiciones de opresión social 
significativas dentro de la sociedad patriarcal. Kate Millett, en 1970, 
sostiene que el objetivo del patriarcado como sistema político, es la 
subordinación de las mujeres. 
Surge a su vez en esta época el llamado Feminismo de la Diferencia, 
que apoya la idea de que ser diferente – con respecto a los varones - es lo 
que enaltece a las mujeres: su irracionalidad, su sensibilidad y su 
sensualidad, ubicándola por encima de los valores masculinos. Defiende 
la maternidad y la ética diferente de las mujeres, o “ética de los cuidados”. 
 
 
36 
 
En esta época comienzan a incluirse diversos cuestionamientos sobre la 
condición de las mujeres dentro de la academia y el ámbito intelectual, en 
los llamados “Estudios de la Mujer”. 
Hacia los 80’s, se hacen evidentes algunas limitaciones de los Estudios 
de la Mujer por la unidireccionalidad de su objeto de estudio. Una de estas 
limitaciones consistió en que, enfocar exclusivamente el problema de las 
mujeres, lleva a no tener una visión de conjunto, a que el Otro no es 
pensado, significado ni deconstruido. Sin embargo, con esto se visibilizó lo 
que no se veía en la sociedad, poniendo en descubierto la marginación 
social de las mujeres, desnaturalizando la división del trabajo – la mujer 
dentro del ámbito privado y el varón dentro del ámbito público. 
También en esta década, surge una corriente más incluyente que 
busca nuevas formas de relación entre mujeres y varones, con la cual 
surgen los Estudios de género. Comienzan inclusive algunos sectores de 
varones a cuestionar su “condición masculina”, planteándose nuevas 
formas de ser hombres. 
Los Estudios de género tienen como objetivo ofrecer nuevas 
construcciones de sentido, para que tanto mujeres como hombres 
perciban su parte femenina y masculina y re-construyan los vínculos entre 
sí, luchando en contra de la opresión y la discriminación dirigida a ambos. 
A través del estudio del análisis de los conflictos surgidos a partir de esos 
nuevos vínculos entre los géneros, puede contribuir a establecer 
condiciones de vida más justas y equitativas para unas y otros (Burin, 1999). 
Lo anterior representa actualmente un reto, pues hay que tomar en 
cuenta las condiciones actuales y los conflictos culturales que se 
denominan “conflictos de la postmodernidad”. Los avances tecnológicos; 
los cambios políticos, la economía y el cambio en los roles sociales y, en 
general, cada ámbito de la vida repercute inevitablemente en los seres 
como individuos y en sus relaciones como parte de la sociedad. Dentro de 
 
 
37 
 
estos cambios, sigue en pie la búsqueda de la equidad y de condiciones 
óptimas y más justas para todos los seres humanos. 
Los actuales Estudios de género se han vuelto más focalizados y 
orientados a temáticas específicas, sin dejar de lado la crítica social con 
que se iniciaron los primeros estudios acerca de la condición femenina, las 
condiciones de desigualdad y marginación de mujeres y/o hombres en 
determinadas áreas de poder. Mantienen también la idea posmoderna 
de la pluralidad, la diversidad de los sujetos que analiza, dentro de las 
prácticas de la vida cotidiana, de lo personal, de las subjetividades. 
No se busca un solo tipo de ser hombre, de ser mujer, de género, de la 
feminidad, la masculinidad; se habla entonces de “géneros”, 
“masculinidades”, “feminidades”, etc.; se busca más bien una visión más 
incluyente de las distintas posibilidades de ser humano. 
En algunos casos, existe una resistencia al feminismo proveniente de 
concepciones erróneas difundidas sobre él, calificándolo como una lucha 
entre los géneros o de las mujeres contra los hombres, tratando de 
despojar del poder a éstos, afirmando que todas las feministas piensan 
absolutamente de la misma manera (Careaga, 1996). Afortunadamente, 
el interés en estos estudios permanece, acrecentándose e incluyéndose 
dentro de distintas disciplinas y sectores sociales. 
Actualmente los Estudios de Género buscan establecer redes y alianzas 
entre las diversas corrientes del género y con variados movimientos 
sociales, dentro de la lógica que el género es transversal e influye en 
muchos aspectos de nuestra vida. Por su parte, Ashmore (1990; citado por 
Trew y Kremer, 1998) menciona que el estudio del género y sus 
consideraciones en el nivel psicológico, se pueden considerar a través de 
distintos períodos (Tabla 1). 
 
 
 
38 
 
Tabla 1. PERIODOS DE ESTUDIO DEL GÉNERO7 
PERIODO DESCRIPCIÓN 
1894 – 1936 
Diferencias sexuales 
en la inteligencia 
 
A partir de los estudios para medir la inteligencia, surgieron 
aproximaciones de las diferencias sexuales, exclusivamente como 
parte del estudio de las diferencias individuales. En la Psicología se 
consideró que era apropiado tratar de medir la masculinidad y la 
feminidad de la misma forma que cualquier diferencia individual. 
1936 – 1974 
Feminidad – Masculinidad 
como una característica 
global de la personalidad. 
Se asumió que la familia era el principal medio en donde hombres y 
mujeres ejercían sus “roles naturales”: el masculino, enfocado a la 
tarea, y el femenino, emocional, dedicado a la crianza y los cuidados. 
Estas creencias culturales se reflejaron claramente en el primer test de 
Feminidad – Masculinidad mental de Terman y Miles en 1936, el cual 
permitió apoyar el punto de vista de que lo masculino y lo femenino 
era sólo una dimensión psicológica de la personalidad. 
1974 – 1982 
 La androginia 
como rol sexual ideal 
 
Bem introdujo el concepto de androginia, que actualmente se refiere 
al balance de los rasgos psicológicos estereotipados como femenino o 
masculino en una persona (Inventario del Rol Sexual). Conjuntamente 
con el Cuestionario de Atributos Personales de Spence, se demostró 
que la masculinidad y la feminidad eran constructos independientes 
más que constructos ortogonales. Sin embargo, en estas pruebas la 
definición de masculinidad y feminidad es limitada, pues se considera 
en términos de disposiciones individuales estables que permiten que el 
individuo sea categorizado. 
1982 – 1990 
El sexo 
como categoría social 
Bem cambió su concepto de androginia como un “lente social”, 
implicando al género como un esquema cultural más que una 
conglomeración de características personales, con una naturaleza 
dinámica y no como una disposición estable de la personalidad. La 
visión del género como un constructo unidimensional, biológicamente 
determinado, bipolar, pasó a ser un concepto construido socialmente. 
 1990’s 
 El género desde lo 
psicológico 
 
Durante los 90’s, surgen teorías que consideran que el género no es 
una característica estable interna del individuo; más bien, existen 
transacciones particulares que son apropiadas para cada sexo. En 
contraste, otras teorías colocan al género como biológica o 
genéticamente determinado. Estas aproximaciones se han 
complementado con teorías psicológicas que toman en cuenta tantolas dimensiones biológicas como las sociales. 
 
Respecto a esta aproximación, cabe señalar que en nuestro país, aún 
prevalece una mirada del género como una categoría bipolar, lo 
masculino en contraposición de lo femenino. 
Es a partir de las inequidades que las mujeres comienzan a cuestionar 
las posiciones “naturalistas”, las posturas fundamentalistas que encajonan 
la manera de ser de uno u otro sexo, justificando que “por naturaleza, por 
biología, por origen” se han escrito o predestinado los alcances de mujeres 
y hombres. Se discuten los privilegios de los hombres y las desventajas de 
 
7 Traducción y adaptación de: Vivien Burr (1998). Gender and Social Psychology. Great Britain: TJ International Ltd. 
 
 
39 
 
las mujeres; se busca encontrar condiciones más equitativas y justas, a 
partir los movimientos feministas, de mujeres y hombres que cuestionan el 
orden social. Sin embargo, para buscar la equidad, no basta pensar en 
revertir estas posiciones, sino buscar alternativas creativas a la realidad 
social de todas y todos. 
El Modelo Bipolar de la Masculinidad y Feminidad tiene que ver con 
la división de géneros. Así como la división del trabajo se da de manera 
“natural” según el sexo, así se ha asignado la división de géneros en 
femenino y masculino, siendo entonces la masculinidad y la feminidad una 
dimensión bipolar, en donde “lo masculino es sinónimo de varón, y lo 
femenino, de mujer” (Bustos,1998: 275). 
De hecho, han existido diversos instrumentos para medir los rasgos 
femeninos y masculinos tomando como base la bipolaridad entre los sexos, 
tales como la Escala de Actitudes e Intereses de Terman y Miles, la Escala 
de Interés Vocacional de Strong; la Escala de Masculinidad- Feminidad en 
el MMPI de Minnesota; la Escala de Femineidad de Gough y la Escala de 
Masculinidad de Guilford (Martínez, 1987). 
 
 
LO FEMENINO Y LO MASCULINO 
 Feminidad 
 Los comportamientos humanos pueden ubicarse dentro de un eje 
bipolar, de la misma manera que se coloca a lo masculino y lo femenino, a 
partir de la diferenciación del proceso de socialización para hombres y 
mujeres. 
 Fina Sanz (1997) comenta cómo a partir de las diferencias sexuales, 
se conforman socialmente dos cosmovisiones que llama Subculturas 
Femenina y Masculina, cada cual independiente de clase social, nivel 
socioeconómico, etc. 
 
 
40 
 
Lo que se considera masculino o femenino es determinado por la 
sociedad, enseñándoles distintos valores a hombres y a mujeres, siendo 
distintos, opuestos y exclusivos para unos y para otras, dentro de ese eje 
bipolar. “Lo “masculino” y lo “femenino” van constituyendo la 
construcción de la identidad del varón y de la mujer, aquello con lo que 
cada cual se identifica profundamente [...] Esta “masculinidad” o 
“feminidad”, con el tiempo, puede llegar a convertirse en un esquema 
rígido de comportamiento” (op cit. 1990:40). 
La feminidad puede describirse como el ideal del ser mujer; para ser 
femenina, hay que seguir las imágenes que los hombres tienen acerca de 
lo que una mujer debe ser y cómo comportarse. Incluye el 
comportamiento dependiente, la maternidad como destino; la debilidad; 
la necesidad de ser protegida por el hombre, por lo cual, se debe ser 
atractiva para éste (Routledge International Encyclopedia of Women, 
2000). 
En la estructura la subcultura femenina es sometida, desconocida o 
incluso, invisibilizada. El transformar la “feminidad” tradicional en 
“feminidades”, nos da la posibilidad de un ser mujer más flexible, de 
definirla desde el punto de vista de las mujeres y no como un ideal rígido y 
único de los varones, de la sociedad. 
 
Masculinidad 
 Definición de la Masculinidad 
Desde el punto de vista tradicional la masculinidad se define como 
un comportamiento que corresponde a la construcción cultural del ser 
hombre. Generalmente se valora por encima de la feminidad: esa 
masculinidad crea hombres dominantes y mujeres dependientes, 
ocupando una posición desigual de dominio y control. 
 
 
41 
 
 A los hombres se les educa para ser racionales, fuertes, poderosos y 
autoritarios; para utilizar la lógica, para ser sexualmente activos. Se 
rechaza la pérdida de control, la debilidad, el temor, que son percibidas 
como características “femeninas” (Routledge International Encyclopedia 
of Women, 2000). 
 En general, en las sociedades occidentales, las conductas 
“masculinas” están asociadas y se promueven para los varones; las 
conductas “femeninas”, para las mujeres. 
Al igual que la definición de “Género”, al día de hoy, la definición del 
término básico masculinidad aún permanece ambigua y con límites 
imprecisos. Existen diversas propuestas de definición y, sin embargo, no 
existe aún un acuerdo uniforme en la manera de definirlo. 
Dentro de las diferentes interpretaciones, existen posiciones que 
consideran a la masculinidad como (Connell, 1995 y 2000ª; Guttmann, 
1996; Brittan, 1989; citados por Alatorre y Minello, 2001): 
 un atributo personal medible y que las personas poseen en diferentes 
magnitudes 
 un rasgo de personalidad más o menos permanente 
 una esencia profunda inscrita en la naturaleza de los hombres 
 un papel en la organización social que se cumple como protector, 
autoridad, proveedor, etc. 
 es lo que hacen los hombres 
 lo que hacen los hombres para “ser hombres” como tareas de 
identidad 
 lo que significa ser hombre 
 una ideología 
 una representación cultural 
 una configuración de prácticas determinadas 
 
 
 
42 
 
Alatorre y Minello (2001) mencionan que la masculinidad se define 
como una categoría del sistema de género y constituye a un sujeto social 
que se ubica en una posición de control, autoridad y con privilegios en las 
relaciones y actividades organizadas socialmente, aludiendo al cuerpo del 
macho de la especie humana, pero no siendo determinada por el cuerpo 
biológico 
Por lo que describe esta definición, cuando se habla de masculinidad 
no sólo se está refiriendo a los hombres, sino también puede aplicarse a las 
mujeres que, de la misma manera, buscan ejercer el control o la búsqueda 
de privilegios. Sin embargo, sí destaca que la masculinidad coloca a la 
personas en una jerarquía superior, por supuesto, a costa de perjuicios para 
otros/as o para sí misma, como es el caso de su salud. 
Para Benno de Keijzer (1995), la masculinidad es un conjunto de 
atributos, valores, funciones y conductas que se consideran y suponen 
esenciales al varón dentro de una cultura determinada. En México existe 
un modelo hegemónico de masculinidad, es decir, un esquema 
culturalmente construido en donde se presenta al varón como 
esencialmente dominante y que sirve para discriminar y subordinar a la 
mujer y a otros hombres que no se adapten a este modelo. Cada cultura 
contará con su propio modelo hegemónico de masculinidad, con sus 
características, aprobación y sanciones propias. 
 
EL ESTUDIO DE LA MASCULINIDAD. 
 
El estudio de la masculinidad es relativamente reciente, y surgió a 
partir del movimiento feminista que ganaba terreno en los 70’s; los varones 
comenzaron a escribir acerca de cómo los jóvenes eran educados para 
ser rudos y competitivos, o de cómo los varones presentaban dificultades 
 
 
43 
 
para expresar sus emociones (Goldberg, 1976; Nichols, 1975, citados por 
Coltrane, 1994). 
Scott Coltrane (1994) describe la evolución de los Estudios de 
masculinidad de la siguiente manera8: 
1. Surge como una respuesta y apoyo al movimiento feminista; 
investigadores y activistas adoptaron una perspectiva feminista 
explícita. La principal característica de esta aproximación fue la 
atención puesta al poder de los hombres sobre las mujeres (Pleck, 
1977, 1981; Sattel, 1976, op cit). Gomáriz (1997) cita el 
cuestionamiento de la época: “¿Necesitan los hombres la liberación 
femenina?Sí, porque también les beneficia” (Pág.17) 
2. En los 80’s, los estudios de los hombres fueron más sofisticados, 
desarrollando conceptos tales como “Masculinidad hegemónica” 
para destacar la multidimensionalidad y los aspectos socialmente 
construidos de la dominancia masculina (Connell, 1987). 
3. Los estudios recientes parten de las teorías feministas, subrayando la 
diversidad de las masculinidades, incluyendo a los hombres 
homosexuales y promoviendo la comprensión de lo que Kaufman 
(1993) llama las experiencias contradictorias del poder en los 
hombres (citado por Gomáriz, 1997). 
4. En los 90’s, los autores utilizan las críticas postmodernistas de la 
ciencia social, aplican la epistemología feminista y las críticas 
marxistas, intentando discutir sobre viejos marcos teóricos 
estructuralistas (por ejemplo, Jackson, 1990; Messner, 1990; Seidler, 
1989). 
 
 
8 Existen otras clasificaciones además de la propuesta por Scott Coltrane. También véanse las clasificaciones de 
Michael Kimmel y Kennet Clatterbaugh en: Gomáriz, E. (1997). Introducción a los estudios sobre Masculinidad. San 
José de Costa Rica: Centro Nacional para el Desarrollo de la Mujer y la Familia. 
 
 
 
 
44 
 
Los estudios surgen a partir del deseo e interés por comprender al 
hombre y sus conductas; el hombre y sus repercusiones a nivel individual y 
social. 
 
La Identidad masculina 
 
Elizabeth Badinter (1993; citada por Corsi, 2002) menciona que, a 
diferencia de la mujer que es, el hombre ha de hacerse. La identidad 
masculina se construye por oposición y diferenciación de lo femenino, 
siendo entonces la masculinidad una reacción, más que el resultado de un 
proceso de identificación. 
Desde el punto de vista psicoanalítico, el establecimiento adecuado 
de la masculinidad y del rol de género masculino, aparecerá en el niño 
cuando el padre y la madre muestren orgullo, tanto en la masculinidad 
paterna como en la del niño (Bleichmar, 1997) 
El padre participará en la construcción de la masculinidad como un 
modelo del cuerpo de hombre, como modelo de hombre masculino en los 
roles sociales, valorizando su propia masculinidad y favoreciéndola en su 
hijo; modelo de hombre masculino que será deseado por la mujer; 
promoviendo deseos y conductas en su hijo basadas en sus propios deseos 
y expectativas respecto al mismo (Bleichmar, 1997). 
Lo anterior hace alusión a una situación en donde existe una figura 
paterna durante la crianza del niño; menciona que el modelo que se 
persigue, será aquel deseado por una mujer, es decir, dentro de una 
relación heterosexual. 
Jorge Corsi (2002) atribuye la construcción de la identidad masculina 
a la separación- diferenciación que hace el hombre con su madre. Para 
llegar a ser varón, deberá reprimir aquellas identificaciones femeninas 
 
 
45 
 
para demostrar al mundo - androcéntrico y homofóbico - a toda costa, 
que él no es ni se parece a una mujer ni a un homosexual. 
 Menciona que, desde un enfoque ecológico, el proceso de 
construcción de la identidad masculina es resultado de diversos factores 
que se manifiestan en el pensamiento, los afectos, la conducta y los 
vínculos con otras/ os. Dichos factores incluyen: 
1) Desde el macrosistema, se consideran los valores del estereotipo 
del género masculino y los lugares que ocupan el varón y la mujer 
en la sociedad. Las prohibiciones sociales demuestran que no es 
suficiente haber nacido con un pene para ser un verdadero 
“hombre”. También se establecen los roles paterno y materno y la 
división de tareas. 
2) El exosistema, tiene que ver con las características que la 
sociedad industrial y el mundo laboral imponen, en el cual se 
reduce el contacto interpersonal, un contacto desafectivizado y 
mecanizado. 
3) Desde el microsistema, los vínculos familiares son modelados e 
influidos por los factores macro y exosistémicos. Un elemento 
importante es el fenómeno de la ausencia del afecto del padre, 
distante, ausente, modelo que tiene el hijo varón para 
diferenciarse también de lo femenino materno, así como con la 
restricción de sus emociones. La sensación de pertenencia al 
género masculino viene acompañada por la disminuida cercanía 
corporal, la inexpresividad, la ausencia aparente de sentimientos 
de ternura, etc. 
Ese proceso de diferenciarse de lo femenino lleva al hombre a utilizar 
una serie de mecanismos que le ayudarán a desprenderse del modelo 
materno con el que ha convivido íntimamente en los primeros años de su 
vida. Corsi (2002) menciona “el hombre duro”, que logra diferenciarse por 
 
 
46 
 
una oposición a lo femenino, odiando y rechazando todo lo femenino. El 
hombre duro evita la intimidad centrándose más en los estímulos externos 
que en su interior, en sus sentimientos. El placer sólo puede experimentarlo 
cuando lo reemplaza por la satisfacción que tiene frente a aquellos logros 
que le demuestren su potencia y autoridad, aunque en el fondo, continúa 
viviendo una dependencia al no poder prescindir del elemento femenino 
con el cual ejercer su rol dominante. 
Este hombre duro desafectivizado, evita la intimidad, el contacto 
consigo mismo, con su ser, con su cuerpo. 
El otro mecanismo a través del cual el hombre se diferencia de lo 
femenino, es opuesto al anterior; el “hombre inmaduro” se rehúsa a romper 
ese vínculo materno; pide que sus necesidades sean satisfechas 
inmediatamente; no muestra tolerancia a la frustración; demanda el 
servicio de las mujeres para satisfacer esas necesidades. Este tipo de 
hombre puede seducir mostrándose desvalido y sensible; sin embargo, 
ejerce violencia cuando no se cumple con sus expectativas o 
necesidades. 
Un modelo masculino tradicional pinta a un hombre constituido por 
un afuera, lo que la sociedad mira y espera: es un hombre que necesita 
demostrar constantemente hacia el exterior; necesita lograr, hacer. El 
hombre, pero el “verdadero hombre”, será un macho obligado a 
demostrar que es fuerte y no débil, que no llora, que no sufre; necesita 
mostrar ser siempre seguro de sí, sin titubear, sin arrepentirse; competitivo y 
triunfador, sin derecho a fracasar, a temer, a exponer sus sentimientos. Su 
interior, su adentro, sus emociones, sus verdaderas necesidades, pasan a 
segundo plano, obligándolo a esconderlas y/a escudarse bajo esa coraza 
de un ser casi todopoderoso (aunque incompleto), como si estos aspectos 
fueran tan “femeninos” que no pudieran siquiera considerarse como 
características de un hombre (Corsi, 2002). 
 
 
47 
 
 
Tipos de Masculinidad 
 
En cuanto a tipos de masculinidad, Connell (1997) señala que, a 
partir de las prácticas y relaciones sociales se construyen los patrones de 
masculinidad imperantes en el mundo occidental: 
 
 Hegemonía 
 Se refiere a la dinámica cultural por la cual un grupo exige y sostiene 
una posición de liderazgo en la vida social, en un tiempo dado y, por lo 
tanto, sujeta a los cambios en una sociedad. Destaca una forma de 
masculinidad en lugar de otras. Permite la legitimación del patriarcado 
que garantiza la posición dominante de los hombres y la subordinación de 
las mujeres. Los niveles más altos de las instituciones empresariales, militares 
y gubernamentales muestran una masculinidad corporativa. 
Un ejemplo de esta masculinidad corporativa en nuestro país, podría 
ser el sistema de salud – ente muchas otras instituciones – en el que 
generalmente desde los puestos clave se definen las políticas de salud, 
ocupados en su mayoría por varones. 
 
 Subordinación 
 
 La hegemonía se refiere a la dominación cultural en la sociedad 
como un todo. Dentro de ese contexto general hay relaciones de género 
específicas de dominación y subordinación entre grupos de hombres, 
trascendiendo a esferas como la política, la economía, la cultura, etc . Un 
ejemplo de esto es la dominación

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