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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO Facultad de Psicología TESIS: ”El significado psicológico de salud, enfermedad, mujer y hombre, en personas con hipertensión arterial” Presenta: Lizet Artemiza Virgen Arias Directora de Tesis: Lic. Ma. Isabel Martínez Torres Revisora metodológica: Mtra. Luz Ma. Javiedes Romero Ciudad Universitaria, Febrero de 2009 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 2 DEDICATORIAS A mis sinodales A Isa Martínez, por tu guía, inteligencia, calidez, frescura, paciencia, comprensión, confianza y motivación. Por tus enseñanzas dentro de la Facultad y en muchos otros espacios. Por tu interés en este trabajo, por tus valiosas aportaciones para enriquecerlo. Por encaminarme hacia una mirada más social de la salud. Por ser parte de mi familia afectiva. Por recordarme bailar y festejar. Con mi cariño y admiración, gracias Isa A la Mtra. Luz Ma. Javiedes, por su orientación, acompañamiento, sus valiosas observaciones y sugerencias, por ayudarme a concluir este trabajo A Rafa Luna, por tu calidez y amabilidad, por tus conocimientos y ánimos, por tu tiempo; por poner los medios para que mi proyecto en género, masculinidad y salud naciera al mundo desde una mirada más social. Por el apoyo para continuar con mi formación académica A la Mtra. Asunción Valenzuela, por sus enseñanzas, calidez y amabilidad, por las facilidades y apoyo en éste y otros momentos de mi formación profesional A la Profa. Angelina Guerrero, por su disposición, por abrirme las puertas y apoyarme en mi titulación Gracias a tod@s por su tiempo y contribuciones que ayudaron a enriquecer este trabajo 3 A mi familia A mi mamá Por todo tu apoyo a lo largo de mi camino; aunque tuve tropiezos (algunos literales), estuviste conmigo con tu trabajo, tiempo, esfuerzos para auxiliarme en salir adelante, y con múltiples apoyos en mi formación académica, materiales e inmateriales. Por abrirle las puertas a la gente que me ha querido. Por quererme en la diferencia Gracias, mamá A mi papá Porque me impulsaste a estudiar para ser una mujer independiente. Por tu ejemplo, que sembró en mí el valor e importancia por la búsqueda del conocimiento, y te admiro por ello; espero no desistas y sigas buscando. Por tu cariño. Por procurarme desde una paternidad afectiva: también los papás pueden cuidar en casa. Gracias, papá A mi hermano Por ser mi maestro en muchas ocasiones. Por tu camaradería, complicidad, compañía, confianza y amistad. Por darme generosamente los medios para continuar con mi formación académica y personal. Porque también eres parte de este trabajo, por tu tiempo y apoyo para concluirlo A ustedes, les quiero mucho, me siento muy afortunada de tenerles A mi familia extensa Por su motivación, apoyo y cariño. A mi Tía Gloria, por su motivación constante para terminar, muchas gracias tía A Ricky Por compartir tanto conmigo, por enseñarme tanto. Por ser mi compañero en diversos senderos. Por tu cariño y amor. Por tu sensibilidad y ser una fuente de inspiración al mostrarme que, efectivamente, existen en construcción otras formas de ser hombre. Gracias por tu colaboración y tus valiosas aportaciones desde tu experiencia en el trabajo con masculinidades. Por los ánimos y acompañamiento durante esta tesis. Con mi amor y admiración A mis amig@s Gracias al Colectivo Nuestro Espacio A. C. por su compañerismo, enseñanzas, entrega, perseverancia, paciencia, formación profesional, aceptación y apoyo gigantesco en mi titulación y su presencia en momentos difíciles y deliciosos de mi vida. Anita, gracias por tu amistad desde quien soy, tus ánimos y apoyo, te quiero, amiguita Kenia, gracias por compartirme tu sensibilidad y tu mundo; por tus ánimos en mi desesperación; por tu motivación, compañía, convivencia, confianza, amistad; por 4 estar de manera tan, tan importante a mi lado para terminar este trabajo, en los momentos críticos. Por tu minuciosidad y los desvelos... con mi cariño A Nelly, por acogerme en su casa durante varias mañanas, tardes y noches mientras estuve realizando esta tesis. Gracias por la amabilidad que siempre has mostrado conmigo, eres una persona muy especial. Con mi corazón y cariño A mi amada Coleguita Marionka, por hacerme sentir aceptada incondicionalmente, por regalarme vida al poder reír a carcajadas. Por ser mi escucha, mi hermana, mi colega, mi cómplice y más. Por motivarme para concluir mi tesis. Eres sen-sa-cio-nal, te quiero mucho A May, por caminar conmigo a lo largo de nuestra formación profesional dentro y fuera de las aulas. Por tu confianza, ánimos, tiempo, diversión, enseñanzas, paz y apoyo. Por enseñarme la generosidad. Por recordadme la fe en Dios. Te quiero, amiga Querida Haydeé: Qué lindo encontrar a alguien con quien coincidí tanto. Agradezco tu apertura, tu sonrisa contagiosa, tu inteligencia, tus ganas y las porras para que llegara este momento. Porque estuviste conmigo en los inicios de este trabajo. Con mucho cariño, amiga A Lupita de la Garza, por tu generosidad, solidaridad, comprensión, apoyo, humanidad, inteligencia, confianza para conmigo y en mí. Eres una gran mujer a quien admiro. Fue genial tener la oportunidad de trabajar contigo; fuiste parte vital en mi estancia dentro del INMUJERES-DF, al mostrarme que la jerarquía no se pelea con el respeto y la calidez. Por apoyarme siempre antes que obstaculizarme, en mi rol de tesista A Yes, por lo que hemos compartido, por tu alegría, ánimos y tu colaboración para este trabajo y otros... TQM A las amigas que he tenido y tengo, por representar el regalo de la amistad, alegría, el cariño y el apoyo, que me motivaron a seguir. A Yaya, Ise… Les agradezco formar parte de mi vida. Les quiero mucho. A mi grupo de la 3ª generación de Terapia de Reencuentro, por compartir y acompañarme en mi crecimiento...gracias también a Lilia, Tania, Ru, Yadi, Rubén, también por regalarme su hombro y sus risas... por formar parte importante de mi familia afectiva A Cepaz, por sus enseñanzas y compañía en la búsqueda de convertir la utopía en realidad. Roberto, mil gracias por tu generosidad, impulso, e inspiración. Alma: Me encantó re-encontrarnos, gracias por compartirte. Gracias por acompañarme, motivarme y guiarme en la titulación, por abrirme la puerta a espacios que me ayudaron a concretar. Mis mejores deseos en tu camino 5 A mis queridas personas del IHPG, especialmente a Odette, Mer y Úrsula por su motivación y apoyos A mis maestr@s Por compartirme generosamente sus conocimientos y, con sus actitudes, permitirme creer en la construcción de relaciones distintas entre mujeres y hombres Luz Ma. González Salazar, gracias por ser mi luz, por tus conocimientos, por tu impulso, por transmitirme tu energía y el cariño por la Psicología y la salud. Por tus palabras cálidas hacia mí, por tu apoyo en tantos momentos, por tu querer. Con cariño te dedico mi trabajo A FinaSanz, por generar espacios para conocerme, para vivir mi cuerpo y mis vínculos más enriquecidamente. Por ser mi ejemplo para vivir más, acompañar y ser partícipe en la creación de espacios de autonomía, afecto, disfrute y buentrato. Por la increíble oportunidad de conocerte y escucharte y con ello enriquecer este escrito. Gracias por tus enseñanzas, Fina Gracias a Selma González, por tu acompañamiento en mi crecimiento personal, tu acogida y ser ahí también mi maestra al enseñarme formas distintas de ser mujer A Roberto Guadarrama, por ampliar mi visión de la sexualidad y por contagiarme enormemente en el camino de la Educación para la Paz y la equidad. Por mostrarme a una persona afectuosa, en la búsqueda de otras formas de ser hombre A Paco Cascón, a Greta Papadimitriou y Sinú Romo, por sus enseñanzas en la Educación para la Paz y Derechos Humanos y la noviolencia, por compartirme una visión del trabajo grupal desde lo lúdico y lo afectivo. A Alejandro Unikel del Instituto Humanista de Psicoterapia Gestalt, por sus enseñanzas que humanizaron mi trato en mis relaciones dentro y fuera de la terapia. Por abogar por mí para continuar mi formación. Por confiar en mí, lo que contribuyó en mi confianza hacia mí misma A Caro Caloca del IHPG, por acompañarme, contenerme, comprenderme, motivarme, por confiar en mi; por ser mi maestra y compartirme enseñanzas de múltiples maneras; por escuchar lo que una tesis implicó para mí. Por tu sonrisa y por tu cariño. Eres una hermosa persona, TQM A Susana García, por su afecto, enseñanzas en género y mucho más, y por su comprensión Gracias a ustedes por ser mis “gurús” de múltiples maneras 6 Por sus valiosas contribuciones... Un agradecimiento especial al Dr. Juan José Sánchez Sosa y su equipo, por sus enseñanzas en la Psicología y salud, y abrirme las puertas en los proyectos de enfermedades crónicas, que contribuyeron en la realización de este trabajo. A Angélica Riveros, por su tranquilidad, comprensión y apoyo durante mi estancia en el equipo. Al Sindicato de Trabajadores Electricistas y al Dr. Alfredo Verdiguel, por abrir espacios para realizar mis aplicaciones Al personal de la Unidad Médica Familiar del IMSS No. 64 y 72 por abrirme sus puertas. A la Coordinadora Guadalupe de la Garza y usuarias del INMUJERES-DF Unidad Benita Galeana, quienes participaron en este estudio, así como a Concepción Martínez y Mayra Guillén por su apoyo. A Margarita de la Cruz por su generosidad al brindarme contactos que facilitaron este trabajo A la Lic. Adriana Monzón de la UAPVIF en Cuauhtémoc por las facilidades y apoyo, así como a Darla, Fabi Beristain y Amanda por su acompañamiento, contención, amistad y ánimos en esta última etapa de mi titulación Al Dr. Velázquez P., por contagiarme el apasionamiento hacia los aspectos médicos que me inspiraron. Por el detalle de regalarme información útil para mi tesis sobre la salud de los varones; por compartir parte de su tiempo conmigo, por sus enseñanzas, por ser una persona sumamente significativa y transmitirme tanta alegría y vida... con mi recuerdo, cariño permanente y agradecimiento A la Dra. Delta de la Fundación Rosa Ma. Facunda y Ch. de Maeda por su generosidad y la oportunidad brindada, que me ayudó a solventar y concluir mis estudios A la Dra. Yankelevich, por su disposición, comentarios y tomarse el tiempo para escuchar acerca de mi tesis A las mujeres y los hombres que participaron desinteresadamente en este estudio, y a todas aquellas personas quienes de alguna manera, contribuyeron A Dios, a la vida, a mi misma, al permitirme llegar a este deseado y preciado momento 7 ÍNDICE Contenido Página RESUMEN/ ABSTRACT 9 INTRODUCCIÓN 10 CAPITULO 1. EL GÉNERO 15 ¿Qué es sexo? Definición de sexo 17 Dimensiones del sexo 18 Definición de sexualidad 19 Modelo Sistémico de la Sexualidad Humana 20 El Holón de la Reproductividad Humana 21 El Holón del Erotismo 22 El Holón de la Vinculación Afectiva Interpersonal 22 El Holón del Género 22 El Holón del Sexo 22 El concepto de Género 23 Componentes de la categoría Género 27 Atribución, asignación o rotulación de género 27 Identidad de género 28 Papel de género 28 Orientación Sexual 28 Dimensiones de relación del Género 29 La Perspectiva de Género y los Estudios de Género 30 Periodos de los Estudios de Género 32 Lo Femenino y lo Masculino 38 Feminidad 38 Masculinidad. Definición de la masculinidad 39 El Estudio de la Masculinidad 41 La identidad masculina 43 Tipos de Masculinidad 46 Hegemonía 46 Subordinación 46 Complicidad 47 Marginación 47 El hombre metro sexual 47 Masculinidades alternas. Los otros hombres. 49 CAPITULO 2. EL GÉNERO Y LA SALUD 52 Concepto de Salud y Enfermedad 52 8 Vivirse sano/ a, vivirse enfermo/ a 53 La Salud desde la mirada social 57 Género y salud 67 La Masculinidad y la salud 72 CAPITULO 3. GÉNERO E HIPERTENSIÓN ARTERIAL 82 Sistema Arterial 84 Presión Arterial 85 La Hipertensión Arterial 85 Diagnóstico de la Hipertensión Arterial 87 Clasificación de la Hipertensión 88 Hipertensión secundaria 88 Hipertensión esencial o primaria 89 Causas de la Hipertensión Arterial 89 Síntomas de la Hipertensión Arterial 89 Tratamiento de la Hipertensión Arterial 90 Tratamiento farmacológico 92 Tratamiento no farmacológico 92 Tratamientos directos 93 Tratamientos indirectos 93 Masculinidad e Hipertensión 96 MÉTODO 102 Justificación 103 Objetivo 103 Planteamiento del problema de investigación 104 Variables 104 Variables Independientes (VI) 104 Variable dependiente (VD) 104 Variables sociodemográficas 104 Definición conceptual de variables 105 Definición operacional de variables 106 Participantes 107 Tipo de estudio 109 Diseño 109 Instrumento 109 Procedimiento 110 Análisis de resultados 112 RESULTADOS 114 Valor “J” (Número Total de palabras) 115 9 Valor “JC” (Definidoras agrupadas por sinónimos) 116 Conjunto SAM(Definidoras con mayor peso semántico) 140 Valor FMG. Peso semántico en términos de porcentaje 139 Conjunto SAM de todos los grupos 152 DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES 161 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 181 ANEXOS 188 10 RESUMEN Dadas las actuales cifras de mortalidad masculina y sus causas, se realizó la presente investigación para explorar cuál es el significado psicológico que se tiene de los conceptos: salud, enfermedad, mujer, hombre, en una muestra no probabilística por cuotas conformada por 140 personas, de ambos sexos, con diagnóstico de Hipertensión Arterial (HA) y ausencia de éste, 35 en cada caso, utilizando la técnica de redes semánticas naturales. Palabras clave: hipertensión, género, salud, enfermedad, mujer, hombre, significado psicológico. ABSTRACT Because of mortality statistics in men and its causes this research was done in order to explore the psychological meaning of theconcepts: health; sickness; woman; man, in an hypertensive and non- hypertensive group formed by 140 subjects, both women and men, 35 in each case, using the natural semantic networks technique. Key words: hypertension, gender, health, sickness, woman, man, psychological meaning. 11 INTRODUCCIÓN En nuestro país, se invierten millones de pesos en cuestión de salud. En 2004, el gasto público total en salud en nuestro país representaba el 17%.4 del gasto público total y el 6.3% del Producto Interno Bruto (PIB); para 2005, el gasto público en salud representa tan sólo el 3% del PIB1, cifra que aún se encuentra muy por debajo del promedio latinoamericano2. Existen varios programas de salud, los cuales se han enfocado a población o problemáticas específicas. ¿Qué sucede con la salud de los varones? En nuestro país, la morbilidad general (número de personas que enferman) es mucho más alta en mujeres; sin embargo, la mortalidad en el sexo masculino es superior (272 236 defunciones en varones3, sobre 221 575 defunciones en mujeres4). En América Latina, la carga de morbilidad que representan varias enfermedades crónicas o no transmisibles es más alta en la mujer que en el hombre5 Entre las principales causas de muerte en México para el sexo masculino se encuentran6 : 1. Diabetes mellitus 1 Fuente: INEGI. Estadísticas. Salud. http://www.inegi.gob.mx/inegi/contenidos/espanol/acerca/inegi324.asp?c=324#seis 2 El gasto público en salud como porcentaje del gasto público total refleja la importancia relativa asignada al sector salud dentro d todas las prioridades que un gobierno debe atender. El gasto en salud como porcentaje del PIB mide la importancia relativa del sector salud en una economía. Fuente: SALUD: México, 2004. Información para la rendición de cuentas. http://evaluacion.salud.gob.mx 3 SINAIS. Sistema Nacional de Información en Salud. Mortalidad. Principales causas de mortalidad en hombres, Nacional, 2005. http://sinais.salud.gob.mx/mortalidad/ 4 Fuente: SINAIS. Sistema Nacional de Información en Salud. Mortalidad. Principales causas de mortalidad en mujeres, Nacional, 2005. http://sinais.salud.gob.mx/mortalidad 5 Fuente: Gómez, (1993). Género, Mujer y Salud en las Américas. Washington: Organización Panamericana para la Salud. 6 Fuente: Fuente: SINAIS. Sistema Nacional de Información en Salud. Mortalidad. Principales causas de mortalidad en hombres, Nacional, 2005. http://sinais.salud.gob.mx/mortalidad/ 12 2. Enfermedades isquémicas del corazón 3. Cirrosis y otras enfermedades crónicas del hígado 4. Enfermedad cerebrovascular 5. Accidentes de tráfico de vehículo de motor Lo anterior deja refleja la mortalidad masculina debido principalmente, a enfermedades no transmisibles, en ocasiones susceptibles de prevenirse, y la necesidad de políticas de salud dirigidas a los varones para atender esta problemática. Recientemente, se incorporó el SISTEMA DE CARTILLAS NACIONALES DE SALUD cuyo objetivo es la prevención y promoción de la salud durante la línea de vida, a través de la creación de cartillas específicas para cada grupo de edad, brindándosele atención específica a cada grupo y tratando de promover la equidad en la atención. Entre estas cartillas se encuentra la Cartilla Nacional de Salud del Hombre, tal vez como un esfuerzo por atender más específicamente las demandas de esta población. En México, Benno de Keijzer (1995), a raíz de sus trabajos con varones en torno a la masculinidad, menciona como un factor importante la socialización masculina, la cual se encuentra ligada a una serie de problemas de salud y que tienen que ver con ciertos tipos de causas de muerte, tales como los accidentes, homicidios, cirrosis hepática, etc., calificando al varón como un factor de riesgo para mujeres y niños, para otros varones y para sí mismo. Dentro de la socialización masculina destaca un modelo de masculinidad que muestra al varón con ventajas tales como el dominio y superioridad hacia las mujeres e incluso otros varones; la independencia, agresividad, competencia; la práctica de conductas violentas y temerarias, patrones que se han repetido y estereotipado generación tras 13 generación. Sin embargo, estas ventajas pueden representar un costo y deterioro de su salud. Los incrementos de la mortalidad masculina en edad productiva tienen que ver con causas violentas y con el papel que se le asigna al hombre en la sociedad. El hombre debe actuar bajo un patrón de comportamiento que lo obliga a reaccionar violentamente, para defenderse, enfrentando cualquier situación porque es hombre (González, 1996). De esta manera, no hay que pasar por alto la influencia social sobre la sobremortalidad masculina, la cual puede descubrirse si se lee con detenimiento más allá de las estadísticas. Respecto al tema de la Hipertensión Arterial (HA), se observa cómo la epidemiología en la salud ha ido evolucionando en los últimos años. Antes las enfermedades más comunes eran las llamadas enfermedades de los países en vías de desarrollo o infectocontagiosas; ahora en nuestro país también se están presentando y ocupando los primeros lugares en incidencia y como causas de muerte las enfermedades de las naciones industrializadas, las llamadas “crónico - degenerativas” (Herrera, 2002) que tienen que ver con los cambios en los estilos de vida. Entre éstas se encuentran: la diabetes, el cáncer; enfermedades isquémicas del corazón, enfermedad cerebrovascular. La hipertensión es una de ellas, la cual, puede permanecer silenciosa y, de no ser atendida adecuadamente, asociarse con otras alteraciones del sistema cardiovascular que podrían afectar a otros órganos como los riñones, el hígado, el cerebro, los mismos vasos sanguíneos, ocasionando diversos trastornos que, como en el caso del infarto cardiaco, podrían culminar en muerte (García, 2000). Estas enfermedades de la “modernidad”, tienen que ver también con la realidad actual: el desempleo creciente en los distintos niveles; los 14 malos hábitos alimenticios debido a la vida acelerada y falta de oportunidades; el medio ambiente, el estrés, la falta de actividad física, una alimentación inadecuada, la falta de educación para el autocuidado, para la salud. Por lo anterior, se hace necesario explorar cuál es el significado psicológico que tienen las mujeres y los hombres, con diagnóstico y sin diagnóstico de hipertensión, respecto a la salud y la enfermedad, desde la mirada de la s masculinidades, que podría relacionarse con la actuación de conductas de alto riesgo en detrimento de la salud. En el capítulo uno, se define el concepto sexo y sus dimensiones; se hace una revisión conceptual e histórica del concepto género, variable importante en este estudio; la diferencia que guarda con la sexualidad, abordándose la Teoría de los Holones de la Sexualidad; los componentes de la categoría de género. Asimismo, se define la perspectiva de género, para dar pie a una exploración de la masculinidad en cuanto los tipos y la historia del estudio de este concepto. En el capítulo dos, se abordan desde diferentes miradas los conceptos de salud y enfermedad; la relación existente entre el género y la salud, así como datos estadísticos acerca de las principales causas de muerte en los varones. Posteriormente se hace una revisión sobre el vínculo entre la masculinidad y la salud, su relación, y la influencia del género sobre la salud. En el capítulo tres, se incluye la definición de hipertensión, los tipos de hipertensión, sus causas, síntomas y tratamiento, además de estudiar la relación entre la masculinidad y la hipertensión, enfermedad que caracteriza a las personas participantes en la presente exploración del significadopsicológico. En el capítulo cuatro, se hace una descripción de la muestra; las variables estudiadas y el procedimiento de aplicación. Posteriormente, se 15 realiza el análisis de resultados encontrados, derivados de esta investigación. En la parte final se encontrará la bibliografía consultada, así como los anexos, que incluyen el formato de aplicación de la técnica de redes semánticas naturales. 16 CAPÍTULO 1 El Género. 17 CAPÍTULO 1 El Género Es posible ligar las problemáticas sociales y la manera en la cual nos relacionamos las mujeres y los hombres, si contemplamos que los seres humanos nos encontramos inmersos en un sistema social en constante transformación; nos afectamos por la situación económica, política, social cultural, y a su vez, constantemente estamos construyendo nuestra propia historia, nuestra economía, nuestra política, nuestro contexto cultural. Las condiciones actuales en cuanto a salud pública pueden mirarse de la misma manera. Hombres y mujeres nos hemos vinculado a partir de las normas que aprendemos dentro del ambiente privado (relativo al hogar y dentro de él) y el público (fuera del espacio del hogar). En casa nos enseñan valores y se transmiten costumbres, generación tras generación; se nos muestra la manera en cómo debe comportarse una niña, un niño; qué le pertenece o caracteriza a una u a otro, trascendiendo esto en la manera cómo nos vinculamos fuera de este entorno. Fuera del ambiente familiar, también aprendemos. En la escuela, dentro de la educación formal, igualmente estamos recibiendo constantemente mensajes de lo que deben ser-hacer mujeres y hombres. Recibimos información, además, de los medios de comunicación, de aquellas personas con quienes nos relacionamos, etc. En cada cultura, en cada estrato social, lo que se espera de hombres y mujeres, llega a ser una tipificación ideal, anónima, abstracta, pero férreamente adjudicada y normativizada hasta el estereotipo, aunque en el desarrollo individual, el futuro ser haga una asunción y elección personal dentro del conjunto de valores para su género, rol que podrá 18 eventualmente asumir o rechazar (Dio Bleichmar, 1997). Hombres y mujeres podemos llegar a ser como “materia moldeada con las manos” de lo que se nos ha dicho cómo debemos ser, hasta hacernos conscientes y/o cuestionarnos quiénes somos o podríamos llegar a ser y por qué. A partir de este punto podemos hablar entonces, del concepto de género. En ocasiones, el concepto de género tiende a confundirse con el de sexo, incluso tratarlos como sinónimos. Es importante definir entonces los conceptos básicos, que se encuentran relacionados entre sí, para clarificar su significado. ¿QUÉ ES SEXO? DEFINICIÓN DE SEXO. Según Daniel Cazés (2000), el sexo es el conjunto de características genotípicas (relativo a lo genético) y fenotípicas (características observables en la persona) presentes en los sistemas, funciones y procesos de los cuerpos humanos. El sexo, es el hecho biológico (fisiológico y anatómico) que marca de manera diferenciada la posibilidad (potencial) de intervención de los individuos, machos o hembras y, en nuestro caso, de hombres y mujeres, en la reproducción de la especie; esto es, que a partir las características del sexo, existe la posibilidad de la reproducción. David Barrios define al sexo como “el conjunto de diferencias físicas y fisiológicas que distinguen a las hembras de los machos, en la especie humana, a las mujeres de los hombres” (2003, 1). Está determinado genéticamente, incluyendo aspectos tales como los genes, los cromosomas, las gónadas, órganos sexuales externos e internos pélvicos, niveles hormonales, caracteres sexuales secundarios y dimorfismo sexocerebral. 19 Las personas son clasificadas en referencia a su sexo para asignarlas a su género. El sexo en sí mismo no tiene implicaciones sociales; sólo define la existencia de un ser, no de un macho o de una hembra, no de un hombre o de una mujer (op. cit.). A partir de tener un cuerpo de hombre o mujer, es que socialmente se asignan tareas que cumplir, maneras de comportarnos, de pensar, de sentir, etc. Dimensiones del sexo El sexo presenta diferentes dimensiones relacionadas entre sí, que resultan en características diferentes a lo largo de la vida de las personas, y que representan los distintos niveles de dimorfismo o diferenciación sexual entre hombres y mujeres (Cazés, 2000; García-Cavazos, 1998; Money y Ehrhardt, 1982; Monroy, 1985): 1. Cromosómico: A partir de la mezcla del material genético del óvulo y el espermatozoide, resulta el sexo cromosómico: 46 XX para la mujer y 46 XY para el hombre. 2. Genético: El sexo se define a partir de la presencia de los cromosomas XX (características femeninas) y XY (características masculinas), que definen el desarrollo y morfogénesis temprana del embrión. Los genes localizados en el cromosoma “Y” son fundamentales para la diferenciación sexual masculina. 3. Gonádico: el sexo se define por la diferenciación de las gónadas a testículos (genitales masculinos) u ovarios (genitales femeninos). 4. Hormonal: El sexo resulta de la predominancia de estrógenos (hormonas femeninas) o de andrógenos (hormonas masculinas), en la combinación que de ambas hormonas se presenta en todos los seres humanos. 20 5. Nervioso: Existen diferencias en la función neuronal de hombres y mujeres. El sistema nervioso central masculino presenta mayor cantidad de receptores para andrógenos que el femenino, y de receptores de localización específica para áreas tales como la corteza cerebral, el hipotálamo, la amígdala y el hipocampo, en donde existen diferencias. 6. Genital interno: En los varones, los conductos de Wolff en el periodo embrionario, que dan lugar al epidídimo, conducto deferente, vesículas seminales, testículos y conducto eyaculador, se distinguen en las mujeres, de los conductos de Muller, de los que más tarde se integran las tubas uterinas, ovarios, útero, cérvix y porción superior de la vagina. 7. Genital externo: El sexo se define a partir de la presencia de pene y bolsa escrotal para los hombres, y la presencia de clítoris, labios menores, mayores, para las mujeres. 8. Asignación-social: Se da desde el nacimiento, basándose en las características anatómicas (genitales externos o morfología interna, en su caso). Posterior a esto, la sociedad establecerá el rol sexual al recién nacido. Tiene estrecha relación con el concepto de género, que se revisará más adelante. Cabe señalar que estos niveles pueden estar sujetos a variaciones, por lo cual los seres humanos son diversos. DEFINICIÓN DE SEXUALIDAD Un concepto que algunas veces llega a equipararse al sexo, es el de sexualidad. 21 La Sexualidad es el referente de la organización por géneros que hace la sociedad y constituye el punto de partida de los “caminos trazados” a priori para la construcción de la vida de cada persona. La sexualidad constituye a los seres humanos, y las asigna a grupos bio-psico- socio-culturales genéricos y a condiciones de vida predeterminadas, que a su vez delimitan sus posibilidades y potencialidades. A partir de la sexualidad se define y organiza la vida misma, de principio a fin, para hombres y mujeres, para el género femenino y masculino. Sobre la sexualidad se funda un orden de poder que está regulado por la sociedad, el estado y otras instituciones, proponiendo objetivos para ordenar, controlar y sancionar la sexualidad misma (Cazés, 2000). La sexualidad de hombres y mujeres les posibilita o limitaen su ser y quehacer: ¿Cuáles son los límites del actuar de hombres y mujeres? ¿Cómo se les juzga, señala y/o castiga? ¿Cuáles son las formas de sancionarles? La sexualidad llamada “patriarcal”, se estructura en torno al hombre y a todos los hombres concebidos como padres; en ésta, el poder de dominar y oprimir son atributos de la “masculinidad”, y conforman la base del mando y gobierno del padre, caracterizándolos y a su vez definiéndolos como hombres. Eusebio Rubio (1998) propone un Modelo Sistémico de la Sexualidad Humana, denominada el Modelo de los Cuatro Holones sexuales. Esta teoría tiene un carácter integrativo; es decir, no se mira a la sexualidad aislada, como un concepto reducido solamente a los aspectos biológicos, al cuerpo, a las relaciones coitales, a la reproducción, sino que incluye otros aspectos dentro de la sexualidad. A continuación se detalla esta teoría. 22 Modelo Sistémico de la Sexualidad Humana La Teoría del Sistema General de Ludwing von Bertalanffy planteada a mediados del siglo pasado, tiene como idea central que todos los sistemas están formados por elementos en interacción, y que éstos elementos son a su vez sistemas. Arthur Koestler (1980, citado por Rubio, 1998) propuso que se les denominara holones para subrayar el hecho de que son partes constituyentes de un sistema (de ahí el uso del sufijo "on" como electrón o protón) pero que tienen en sí mismos, un alto grado de complejidad e integración ("holos" en griego quiere decir Todo). Estas ideas son la base del Modelo Sistémico de la Sexualidad Humana, que dan origen a los cuatro holones (o subsistemas) sexuales. Este autor define a la sexualidad como el resultado de la integración de cuatro potencialidades humanas, que originan los cuatro holones (o subsistemas) sexuales: la reproductividad, el género, el erotismo y la vinculación afectiva interpersonal; David Barrios (2006) propone como quinto holón el sexo. De esta manera, la sexualidad incluye entonces aspectos biológicos, sociales, afectivos y de relación. Estos cuatro conceptos pueden aplicarse verticalmente, es decir, cada holón puede manifestarse también a su vez en todos los niveles de estudio del ser humano. Estos holones se describen de la siguiente manera: 1. El Holón de la Reproductividad Humana. La reproductividad implica la posibilidad humana de producir individuos similares a los que los produjeron, así como las construcciones mentales, ideas, pensamientos, imaginaciones relacionadas con esa posibilidad; esto es, se refiere a la capacidad de una persona para tener descendientes. 23 2. El Holón del Erotismo El erotismo se refiere a los procesos humanos alrededor del deseo por la excitación sexual, la excitación en sí y el orgasmo, las experiencias placenteras y lo ideático e imaginario relacionado con todo lo anterior. 3. El Holón de la Vinculación Afectiva Interpersonal. La vinculación afectiva tiene que ver con la capacidad de los seres humanos para desarrollar afectos ante la presencia, ausencia, disponibilidad o indisponibilidad de otra persona determinada, así como las construcciones mentales, a nivel individual y social que de todo esto se deriva; lo que comúnmente se llamaría aprecio, cariño, amor, desamor, etc., hacia alguien. 4. El Holón del Género El género desde esta propuesta se refiere a las construcciones mentales a nivel individual y social respecto a la pertenencia o exclusión de la persona en las categorías dimórficas de los seres humanos: masculina y femenina, así como a las características que le ubiquen en algún punto de ese rango de diferencias. 5. El Holón del Sexo El sexo incluye todas las características anatómicas y fisiológicas en los distintos niveles, que permiten agrupar en dos categorías a todos los seres de la especie humana: mujeres y hombres (Barrios, 2006). Al contemplar este holón, se considera el cuerpo sexuado distinto e independiente de la capacidad reproductiva (holón de la reproductividad). 24 Es importante señalar que lo descrito en cada uno de los holones no necesariamente se refiere al hecho concreto, sino también al contenido de ideas, fantasías, pensamientos en torno a ello. En esta teoría, la sexualidad es la base; es un todo en donde la sexualidad comprende al género, el cual tan sólo es una parte de ella, entre otros aspectos. Existen otras formas de entender al género que a continuación se revisarán. EL CONCEPTO DE GÉNERO Anteriormente en este trabajo, ya se mencionaba que el hecho de pertenecer a uno u otro sexo, conlleva significaciones sociales atribuidas al hecho de ser mujer u hombre; este hecho se relaciona con el concepto de género. ¿De dónde surge el concepto, la palabra “género”? Existen varias definiciones y perspectivas al respecto. Robert Stoller (1968; citado por Dio Bleichmar, 1997) realizó estudios a través de los cuales pudo suponer que lo que determinaba el comportamiento de género no era el sexo biológico, sino las experiencias vividas desde el nacimiento a partir de que se designaba a ese nuevo ser como hombre o mujer. La Psicología, en su vertiente médica, fue la primera disciplina que utilizó la acepción de la categoría género para referirse a la construcción social de lo masculino y lo femenino, en los trabajos de Robert Stoller contenidos en su libro Sex and Gender de 1968, con el estudio de los trastornos de la identidad sexual, y de John Money en 1972, con su trabajo titulado: Man and Woman, Boy and Girl (citados por Lamas, 1996). El término “género” circuló en las ciencias sociales en la década de 1950, cuando John Money en 1955, propuso el término “papel de género” (Burin, 1999). Más adelante, en 1968, Robert Stoller estableció la diferencia 25 conceptual entre género y sexo más claramente: el sexo quedaba determinado por la diferencia sexual inscrita en el cuerpo, mientras que el género se relacionaba con los significados que cada sociedad le atribuye a esta diferencia. Al intentar elaborar una definición del género, nos encontramos con un problema. Esta palabra se origina del anglosajón, empero, no tiene el mismo significado en castellano; gender, el vocablo en inglés, hace una referencia clara a los géneros masculino y femenino, pero en castellano no remite solamente a hombres y mujeres. Marta Lamas (1996) cita la definición de género de diccionario: “Género es la clase a la que pertenecen las personas o las cosas”; “Género se refiere a la clase, especie o tipo”; por ejemplo, se puede hablar de un género literario. En la gramática española, el género es el accidente gramatical por el cual los sustantivos, adjetivos, artículos o pronombres pueden ser femeninos, masculinos o, en el caso único de artículos y pronombres, neutros; por eso podemos decir: el sol, masculino, y la luna, femenino. En su trabajo, Marta Lamas considera al género como la construcción cultural de la diferencia sexual, el “resultado de la producción de normas culturales sobre el comportamiento de los hombres y las mujeres mediado por la compleja interacción de un amplio espectro de instituciones económicas, sociales, políticas y religiosas” (1996:12) En tal caso, cuando define al género, no se hace una alusión exclusiva a las mujeres y a los hombres por separado, pues afecta a ambos; el género tiene que ver con lo económico, lo laboral, lo social, con las construcciones, con lo que la sociedad y sus instituciones dice que debe o no debe ser, lo que debe hacerse, la manera de conducirse o comportarse, por el simple hecho de pertenecer a un sexo o al otro. 26 Emilce Dio Bleichmar (1997) menciona que bajo el sustantivo género se agrupan todos los aspectos psicológicos, sociales y culturales de la feminidad / masculinidad, agrupándose en el sexolos componentes biológicos-anatómicos, así como para designar el intercambio sexual en sí mismo. Vivien Burr (1998) define al género como el significado social del sexo. Esto se refiere a la constelación de características y conductas que se asocian y esperan diferencialmente de hombres y mujeres en una sociedad particular, nuestras nociones de masculinidad y feminidad, lo que sabemos y conocemos por una mujer, por un hombre. David Barrios (2003) perfila al género como una construcción social más que un concepto biológico para los hombres y las mujeres; éste incluye toda una serie de ideas, sensaciones, percepciones, sentimientos, mitos, estereotipos, conductas y expectativas normativas, obviamente diferenciadas, para los hombres y las mujeres; es decir, lo que se espera de una persona en tanto hombre o mujer, con las sanciones respectivas, si estas expectativas sociales no son cumplidas. Para Daniel Cazés (2000) el género es la construcción diferencial de los seres humanos en dos tipos: femenino y masculino. Es una construcción imaginaria y a la vez simbólica, que contiene el conjunto de atributos asignados a las personas a partir de la interpretación valorativa de su sexo desde una sociedad. El género, el ser hombre o mujer, es la síntesis bio-psico-socio-cultural en cada persona. Se integra históricamente por el conjunto de características biológicas, físicas, económicas, sociales, psicológicas, eróticas, políticas y culturales asignadas de forma diferenciada a los individuos según su sexo, mantenidas, además, en cambio constante. Cuando se habla de género, no se puede pensar solamente en el género femenino; más aún, tiene que ver con las relaciones que existen 27 entre el género masculino o femenino y sus consecuencias; de ahí su carácter de relacional. Hasta este punto, se observa que en algunas definiciones se perfila al género como un concepto bipolar y dicotómico, incluyendo en dos extremos a lo masculino y lo femenino. Sin embargo, más allá de la dicotomía, la concordancia entre el sentir y el ser de las personas, cuando la anatomía no corresponde al género asignado, la cultura rechaza o acepta esta no correspondencia entre sexo y género. Con ello, se considera la existencia de un tercer género, llamado también transexual, que a su vez puede estar diferenciado en dos géneros, que corresponden a las variantes: a) mujer- masculina, y b) varón- femenino, llegando entonces, según esta autora, a ser cuatro géneros posibles (Lamas, 1996)). Para Javier Alatorre y Nelson Minello (2001), el género es una dimensión constitutiva de las relaciones sociales, donde se articulan jerarquías y desigualdades de acuerdo a las características biológicas de la especie humana ligadas al sexo y, basándose en la postura de Robert Connell, proponen el género como resultado de la relación entre la producción y la reproducción. En la institucionalización de esta relación se conforman los sujetos sociales, uno de los cuales – el varón - tendrá el papel preponderante en la acumulación de la riqueza, teniendo mayor control sobre los recursos materiales y sus beneficios. Otro sujeto – la mujer - se encargará de la reproducción, el cuidado y crianza infantil, del trabajo doméstico que no recibe paga, teniendo menor acceso al control de los recursos. Como rasgo fundamental de las relaciones ente los géneros son las inequidades en todos los ámbitos de la vida humana. Podemos observar la presencia del poder, de la subordinación en la relación, de las diferencias en tratos u oportunidades entre hombres y 28 mujeres. A través del tiempo, el varón se ha colocado en una posición privilegiada, por encima de la mujer, en muchos aspectos. Sin embargo, mantener esta posición tiene costos emocionales, de vinculación, de salud, etc. Como mencionábamos anteriormente, existen diversas formas de entender el género e igualmente, distintas definiciones; se le puede mirar aislado, o englobado dentro de otros conceptos. Este último caso es la teoría del Doctor Eusebio Rubio, en donde el género es un subsistema el cual forma parte de un sistema mayor que es la Sexualidad. Para Daniel Cazés (2000), en cambio, la sexualidad es materia del género, parte de él, como un conjunto de experiencias humanas atribuidas al sexo y definidas por la diferencia sexual y la significación que a ella se da. Al hablar de género, estamos hablando también de nuestra sexualidad. El género se relaciona con las personas desde que éstas nacen y hasta su muerte. Componentes de la categoría de Género. A partir de estos estudios de Robert Stoller y John Money, el género está constituido por (citados por Dio Bleichmar, 1997): 1. Atribución, asignación o rotulación de género Se realiza en el momento del nacimiento por parte del personal de salud y familiares, a partir de la apariencia externa de los genitales del nuevo ser, convirtiéndose en el primer criterio de identificación del sujeto; la familia es la principal emisora de un discurso cultural que reflejará los estereotipos de la masculinidad / feminidad que cada uno de estas personas sustenta para la crianza adecuada de ese cuerpo identificado (DIF, 1997). 29 2. Identidad de género Este concepto se refiere a la parte subjetiva de la persona, al identificarse, al sentirse perteneciente a un género o a otro, en todas sus manifestaciones: sentimientos, actitudes, comportamientos, etc. Ocurre antes de que se tenga conocimiento pleno de la diferencia anatómica entre los sexos. 3. Papel de género Se refiere a lo que una persona dice o hace para indicar a quienes le rodean o a sí misma (o) el grado en que es varón o hembra, o ambivalente, incluyendo además, la reacción y las respuestas sexuales. El papel de género es la expresión pública de la identidad de género y, ésta última, la experiencia privada del papel de género. El papel de género rebasa el espacio individual; una vez que la persona ha asumido su identidad de género (pertenencia), entonces actuará su rol o papel correspondiente a su sexo; la manera de sentir, de pensar, de actuar, de amar; la manera en cómo se ha establecido socialmente que se debe ser mujer u hombre. Orientación Sexual Cabe mencionar que la orientación o preferencia del sexo, es independiente del género de la persona. Existen tres aspectos importantes del perfil psicosexual: sexo anatómico, género y tipo de sexualidad con relación al objeto, siendo posibles múltiples combinaciones (Bleichmar, 1997). La orientación sexual es la atracción sexual erótica y afectiva entre seres sexuales, pudiendo tomar tres distintas expresiones: heterosexual 30 (hacia el sexo opuesto), homosexual (hacia el mismo sexo) y bisexual (hacia ambos sexos). Dimensiones de relación del Género El género da cabida a una construcción sociocultural de cómo ser hombre o cómo ser mujer a partir de las características anatomofisiológicas, del significado de ser hombre o mujer en una sociedad y cultura dada, condiciones consideradas en ocasiones inamovibles y permanentes, que dan pie a desigualdades e inequidad entre hombres y mujeres, cuando estas situaciones se normalizan y naturalizan. El género puede ser visto como una forma de estructurar u organizar las prácticas sociales en general. Conell (1997) propone un modelo de la estructura de género con tres dimensiones de relación: a) Relaciones de poder: en el sistema del género europeo/ americano y latinoamericano más contemporáneo, lo más común es la subordinación general de las mujeres y la dominación de los hombres (patriarcado); el poder de todo tipo, está en manos de los varones. b) Relaciones de producción: Las divisiones genéricas del trabajo tienen que ver con la forma de asignar las tareas y a partir de lasconsecuencias económicas de esa división genérica del trabajo; como consecuencia, las ventajas corresponden generalmente a los varones. No es accidental, que sean los hombres y no las mujeres quienes controlen las principales corporaciones y las grandes fortunas privadas. Es evidente incluso cómo los puestos 31 laborales a nivel directivo y de decisión, recaen en su mayoría en varones. c) Cathexis: Es tan frecuentemente considerar al deseo sexual como natural, que normalmente se le excluye de la teoría social. Si consideramos al deseo desde el punto de vista freudiano, como energía emocional ligada a un objeto, se hace evidente su carácter genérico, y que será diferente para cada uno de ellos. Desde estas relaciones se puede hacer un análisis de cada uno de los componentes, cómo se encuentran los hombres y mujeres en esas relaciones no equitativas de poder y que tienen que ver en cómo se da la organización de una determinada sociedad. Conell hace referencia al modelo europeo/ americano patriarcal que en nuestro país es claro y predominante. Los varones en su mayoría mantienen el poder, dominio y control en distintos ámbitos y jerarquías, sobre la mujer, sobre la infancia, sobre otros varones, sobre alguien subordinado/a; en ocasiones a través de la violencia en todas sus manifestaciones, acarreando costos para las personas que lo rodean como para sí mismo, tales como: represión de emociones y / o dificultad para externarlas, sobre todo aquellas que se relacionan con lo tradicionalmente femenino; la soledad; agotamiento; alto nivel de estrés; enfermedades e incluso, la muerte. LA PERSPECTIVA DE GÉNERO Y LOS ESTUDIOS DE GÉNERO La perspectiva de género, llamada también enfoque de género, tiene su punto de partida en el feminismo contemporáneo. El fundamento de la Teoría de género es crítico, principalmente, de la modernidad (a partir de 32 la Revolución Francesa). Es una visión analítica encauzada hacia la acción institucional y civil. La perspectiva de género permite enfocar, analizar y comprender las características que definen a mujeres y hombres de manera específica, así como sus semejanzas y diferencias. Desde esa perspectiva se analizan las posibilidades vitales de unas y otros, el sentido de sus vidas, sus expectativas y oportunidades, las complejas relaciones sociales que se dan entre ambos géneros, así como los conflictos institucionales y cotidianos que deben encarar, y las múltiples maneras en que lo hacen (Cazés, 2000). La Perspectiva de género surge en la segunda mitad del siglo XX en el ámbito de las ciencias sociales, particularmente de la Teoría de género. Esta teoría no enfoca a mujeres y hombres como seres dados, sino como sujetos históricos que se van construyendo socialmente, en constante cambio, y producto de la organización patriarcal dominante. Desde la perspectiva de género se analizan las características y mecanismos del orden patriarcal. Fina Sanz (1997) comenta que una sociedad patriarcal implica que la jerarquía de poder está representada simbólicamente por el varón. Existe una valoración de todo lo que se llama “masculino”. Los genitales, que permiten la distinción sexual al nacer - en este caso, pene y testículos – adquieren un valor simbólico de poder; es decir, es una sociedad falocrática, con el simbolismo predominante del falo – pene. La perspectiva de género permite entender que la vida y sus condiciones y situaciones son susceptibles de cambio, en búsqueda de la construcción de la igualdad, la equidad y la justicia. Para Mabel Burin (1999), los Estudios de Género se refieren a la producción de conocimientos que se han ocupado de las significaciones atribuidas al hecho de ser varón o ser mujer en cada cultura y en cada persona; se hace una crítica de lo “natural” y se aportan explicaciones a 33 partir de las construcciones sociales asignadas de manera diferenciada a mujeres y a hombres, en donde lo masculino se encontrará por encima y sobre de lo femenino, que ocupará una posición inferior. La construcción de la perspectiva de género se originó a partir de dos vertientes principalmente, las ciencias sociales y las humanidades por un lado, y la teoría feminista, por el otro. Gloria Careaga (1996) menciona que en un principio, el interés por el estudio de los géneros se centró en el análisis de la condición de las mujeres, precisamente ante la situación de inequidad y subordinación que guardaban respecto de los hombres, dando lugar a diversas instituciones que se abocaron a realizar Estudios de la mujer, de los cuales surge el concepto de género, así como el de inequidad entre los géneros. Del movimiento feminista se obtienen las mayores contribuciones a la construcción de la perspectiva de género. La perspectiva de género plantea como problema central el que las diferencias anatómicas entre los sexos consideradas como propias de la naturaleza, es decir, “naturales”, trasciendan la construcción social y dando lugar a desigualdades y condiciones de inequidad en las oportunidades. Su base de análisis es entonces la relación entre los géneros. PERIODOS DE LOS ESTUDIOS DEL GÉNERO Los Estudios de género han cambiado y evolucionado a través del tiempo. De acuerdo a la condición y al momento histórico de una sociedad, se plantearon algunas problemáticas tocantes al género. Mabel Burin (1999) hace una reseña histórica de los Estudios de género que a continuación se revisará. 34 Gomáriz (citado por Burin, 1999) menciona que los primeros antecedentes de los Estudios de género se referían a la condición social de las mujeres. Desde la época de Platón y Aristóteles se hablaba ya de la “inferioridad femenina”, en oposición a la “superioridad masculina”. A partir de la Revolución Francesa y la Ilustración (s. XVII y XVIII), surgen enfáticamente en Europa y posteriormente en Estados Unidos, los valores de la modernidad: igualdad, fraternidad, libertad. A partir de esos principios que garantizaban a los hombres, las mujeres comenzaron a reclamar sus derechos como mujeres y ciudadanas, contraponiéndose a los valores victorianos de la época acerca de las mujeres como madres, esposas, vírgenes. Como resistencia ante tales valores, algunas mujeres ligadas a los movimientos obreros, reclaman participación social y económica, buscando el derecho a una educación igualitaria de la cual se encontraban relegadas, en la cual se delegaba el poder racional e intelectual para los hombres. A inicios del s. XIX, a través del movimiento sufragista (“Primera ola” del movimiento Feminista), se reclama el derecho al voto para las mujeres, pugnando por su participación en la vida política. Simultáneamente surge otro movimiento a través del cual se reafirma la ubicación de la mujer dentro del contexto familiar, asociándola con la maternidad y el rol de esposa y ama de casa. La Segunda Guerra Mundial abre paso a movimientos que luchan en contra de la discriminación por razones de raza, religión o sexo. Hacia los años 60’s, en países anglosajones florece la “Segunda ola” del movimiento feminista, en donde surgen aportaciones importantes tales como las de Simone de Beauvoir en 1957, con su libro “El segundo sexo”, y su célebre frase: “No se nace mujer; se llega a serlo”. Estas feministas criticaban la opresión patriarcal; la sexualidad femenina circunscrita solamente dentro 35 de la esfera familiar y con una función reproductiva; el considerar, además, a las mujeres como factores de estabilidad o inestabilidad social dentro de la familia atribuyéndoles la responsabilidad de ésta. Levi Strauss en 1949, sugiere que la división sexual del trabajo es un producto cultural para provocar la dependencia entre los sexos. Generalmente el varón tiene, entremuchos otros, el poder económico y laboral, sometiéndose la mujer ante tal condición y provocando una relación de subordinación. Hacia mediados de los 60’s surgen principalmente en Estados Unidos, nuevos movimientos sociales en búsqueda de oportunidades educativas con mayores posibilidades de prosperidad económica y, consecuentemente, una cierta independencia. Generalmente a las mujeres se les asociaba con profesiones relacionadas a la “condición natural” de su sexo, es decir, de los cuidados hacia el otro. La lucha feminista beneficia la incursión y progreso de técnicas anticonceptivas, logrando entonces separar la sexualidad de la maternidad, dejando de lado el considerar el ejercicio de la sexualidad de la mujer sólo con fines reproductivos y no por el derecho al placer. Hacia los 70’s, surge el Feminismo Radical, en el que se sostiene que las mujeres son un grupo social que padece condiciones de opresión social significativas dentro de la sociedad patriarcal. Kate Millett, en 1970, sostiene que el objetivo del patriarcado como sistema político, es la subordinación de las mujeres. Surge a su vez en esta época el llamado Feminismo de la Diferencia, que apoya la idea de que ser diferente – con respecto a los varones - es lo que enaltece a las mujeres: su irracionalidad, su sensibilidad y su sensualidad, ubicándola por encima de los valores masculinos. Defiende la maternidad y la ética diferente de las mujeres, o “ética de los cuidados”. 36 En esta época comienzan a incluirse diversos cuestionamientos sobre la condición de las mujeres dentro de la academia y el ámbito intelectual, en los llamados “Estudios de la Mujer”. Hacia los 80’s, se hacen evidentes algunas limitaciones de los Estudios de la Mujer por la unidireccionalidad de su objeto de estudio. Una de estas limitaciones consistió en que, enfocar exclusivamente el problema de las mujeres, lleva a no tener una visión de conjunto, a que el Otro no es pensado, significado ni deconstruido. Sin embargo, con esto se visibilizó lo que no se veía en la sociedad, poniendo en descubierto la marginación social de las mujeres, desnaturalizando la división del trabajo – la mujer dentro del ámbito privado y el varón dentro del ámbito público. También en esta década, surge una corriente más incluyente que busca nuevas formas de relación entre mujeres y varones, con la cual surgen los Estudios de género. Comienzan inclusive algunos sectores de varones a cuestionar su “condición masculina”, planteándose nuevas formas de ser hombres. Los Estudios de género tienen como objetivo ofrecer nuevas construcciones de sentido, para que tanto mujeres como hombres perciban su parte femenina y masculina y re-construyan los vínculos entre sí, luchando en contra de la opresión y la discriminación dirigida a ambos. A través del estudio del análisis de los conflictos surgidos a partir de esos nuevos vínculos entre los géneros, puede contribuir a establecer condiciones de vida más justas y equitativas para unas y otros (Burin, 1999). Lo anterior representa actualmente un reto, pues hay que tomar en cuenta las condiciones actuales y los conflictos culturales que se denominan “conflictos de la postmodernidad”. Los avances tecnológicos; los cambios políticos, la economía y el cambio en los roles sociales y, en general, cada ámbito de la vida repercute inevitablemente en los seres como individuos y en sus relaciones como parte de la sociedad. Dentro de 37 estos cambios, sigue en pie la búsqueda de la equidad y de condiciones óptimas y más justas para todos los seres humanos. Los actuales Estudios de género se han vuelto más focalizados y orientados a temáticas específicas, sin dejar de lado la crítica social con que se iniciaron los primeros estudios acerca de la condición femenina, las condiciones de desigualdad y marginación de mujeres y/o hombres en determinadas áreas de poder. Mantienen también la idea posmoderna de la pluralidad, la diversidad de los sujetos que analiza, dentro de las prácticas de la vida cotidiana, de lo personal, de las subjetividades. No se busca un solo tipo de ser hombre, de ser mujer, de género, de la feminidad, la masculinidad; se habla entonces de “géneros”, “masculinidades”, “feminidades”, etc.; se busca más bien una visión más incluyente de las distintas posibilidades de ser humano. En algunos casos, existe una resistencia al feminismo proveniente de concepciones erróneas difundidas sobre él, calificándolo como una lucha entre los géneros o de las mujeres contra los hombres, tratando de despojar del poder a éstos, afirmando que todas las feministas piensan absolutamente de la misma manera (Careaga, 1996). Afortunadamente, el interés en estos estudios permanece, acrecentándose e incluyéndose dentro de distintas disciplinas y sectores sociales. Actualmente los Estudios de Género buscan establecer redes y alianzas entre las diversas corrientes del género y con variados movimientos sociales, dentro de la lógica que el género es transversal e influye en muchos aspectos de nuestra vida. Por su parte, Ashmore (1990; citado por Trew y Kremer, 1998) menciona que el estudio del género y sus consideraciones en el nivel psicológico, se pueden considerar a través de distintos períodos (Tabla 1). 38 Tabla 1. PERIODOS DE ESTUDIO DEL GÉNERO7 PERIODO DESCRIPCIÓN 1894 – 1936 Diferencias sexuales en la inteligencia A partir de los estudios para medir la inteligencia, surgieron aproximaciones de las diferencias sexuales, exclusivamente como parte del estudio de las diferencias individuales. En la Psicología se consideró que era apropiado tratar de medir la masculinidad y la feminidad de la misma forma que cualquier diferencia individual. 1936 – 1974 Feminidad – Masculinidad como una característica global de la personalidad. Se asumió que la familia era el principal medio en donde hombres y mujeres ejercían sus “roles naturales”: el masculino, enfocado a la tarea, y el femenino, emocional, dedicado a la crianza y los cuidados. Estas creencias culturales se reflejaron claramente en el primer test de Feminidad – Masculinidad mental de Terman y Miles en 1936, el cual permitió apoyar el punto de vista de que lo masculino y lo femenino era sólo una dimensión psicológica de la personalidad. 1974 – 1982 La androginia como rol sexual ideal Bem introdujo el concepto de androginia, que actualmente se refiere al balance de los rasgos psicológicos estereotipados como femenino o masculino en una persona (Inventario del Rol Sexual). Conjuntamente con el Cuestionario de Atributos Personales de Spence, se demostró que la masculinidad y la feminidad eran constructos independientes más que constructos ortogonales. Sin embargo, en estas pruebas la definición de masculinidad y feminidad es limitada, pues se considera en términos de disposiciones individuales estables que permiten que el individuo sea categorizado. 1982 – 1990 El sexo como categoría social Bem cambió su concepto de androginia como un “lente social”, implicando al género como un esquema cultural más que una conglomeración de características personales, con una naturaleza dinámica y no como una disposición estable de la personalidad. La visión del género como un constructo unidimensional, biológicamente determinado, bipolar, pasó a ser un concepto construido socialmente. 1990’s El género desde lo psicológico Durante los 90’s, surgen teorías que consideran que el género no es una característica estable interna del individuo; más bien, existen transacciones particulares que son apropiadas para cada sexo. En contraste, otras teorías colocan al género como biológica o genéticamente determinado. Estas aproximaciones se han complementado con teorías psicológicas que toman en cuenta tantolas dimensiones biológicas como las sociales. Respecto a esta aproximación, cabe señalar que en nuestro país, aún prevalece una mirada del género como una categoría bipolar, lo masculino en contraposición de lo femenino. Es a partir de las inequidades que las mujeres comienzan a cuestionar las posiciones “naturalistas”, las posturas fundamentalistas que encajonan la manera de ser de uno u otro sexo, justificando que “por naturaleza, por biología, por origen” se han escrito o predestinado los alcances de mujeres y hombres. Se discuten los privilegios de los hombres y las desventajas de 7 Traducción y adaptación de: Vivien Burr (1998). Gender and Social Psychology. Great Britain: TJ International Ltd. 39 las mujeres; se busca encontrar condiciones más equitativas y justas, a partir los movimientos feministas, de mujeres y hombres que cuestionan el orden social. Sin embargo, para buscar la equidad, no basta pensar en revertir estas posiciones, sino buscar alternativas creativas a la realidad social de todas y todos. El Modelo Bipolar de la Masculinidad y Feminidad tiene que ver con la división de géneros. Así como la división del trabajo se da de manera “natural” según el sexo, así se ha asignado la división de géneros en femenino y masculino, siendo entonces la masculinidad y la feminidad una dimensión bipolar, en donde “lo masculino es sinónimo de varón, y lo femenino, de mujer” (Bustos,1998: 275). De hecho, han existido diversos instrumentos para medir los rasgos femeninos y masculinos tomando como base la bipolaridad entre los sexos, tales como la Escala de Actitudes e Intereses de Terman y Miles, la Escala de Interés Vocacional de Strong; la Escala de Masculinidad- Feminidad en el MMPI de Minnesota; la Escala de Femineidad de Gough y la Escala de Masculinidad de Guilford (Martínez, 1987). LO FEMENINO Y LO MASCULINO Feminidad Los comportamientos humanos pueden ubicarse dentro de un eje bipolar, de la misma manera que se coloca a lo masculino y lo femenino, a partir de la diferenciación del proceso de socialización para hombres y mujeres. Fina Sanz (1997) comenta cómo a partir de las diferencias sexuales, se conforman socialmente dos cosmovisiones que llama Subculturas Femenina y Masculina, cada cual independiente de clase social, nivel socioeconómico, etc. 40 Lo que se considera masculino o femenino es determinado por la sociedad, enseñándoles distintos valores a hombres y a mujeres, siendo distintos, opuestos y exclusivos para unos y para otras, dentro de ese eje bipolar. “Lo “masculino” y lo “femenino” van constituyendo la construcción de la identidad del varón y de la mujer, aquello con lo que cada cual se identifica profundamente [...] Esta “masculinidad” o “feminidad”, con el tiempo, puede llegar a convertirse en un esquema rígido de comportamiento” (op cit. 1990:40). La feminidad puede describirse como el ideal del ser mujer; para ser femenina, hay que seguir las imágenes que los hombres tienen acerca de lo que una mujer debe ser y cómo comportarse. Incluye el comportamiento dependiente, la maternidad como destino; la debilidad; la necesidad de ser protegida por el hombre, por lo cual, se debe ser atractiva para éste (Routledge International Encyclopedia of Women, 2000). En la estructura la subcultura femenina es sometida, desconocida o incluso, invisibilizada. El transformar la “feminidad” tradicional en “feminidades”, nos da la posibilidad de un ser mujer más flexible, de definirla desde el punto de vista de las mujeres y no como un ideal rígido y único de los varones, de la sociedad. Masculinidad Definición de la Masculinidad Desde el punto de vista tradicional la masculinidad se define como un comportamiento que corresponde a la construcción cultural del ser hombre. Generalmente se valora por encima de la feminidad: esa masculinidad crea hombres dominantes y mujeres dependientes, ocupando una posición desigual de dominio y control. 41 A los hombres se les educa para ser racionales, fuertes, poderosos y autoritarios; para utilizar la lógica, para ser sexualmente activos. Se rechaza la pérdida de control, la debilidad, el temor, que son percibidas como características “femeninas” (Routledge International Encyclopedia of Women, 2000). En general, en las sociedades occidentales, las conductas “masculinas” están asociadas y se promueven para los varones; las conductas “femeninas”, para las mujeres. Al igual que la definición de “Género”, al día de hoy, la definición del término básico masculinidad aún permanece ambigua y con límites imprecisos. Existen diversas propuestas de definición y, sin embargo, no existe aún un acuerdo uniforme en la manera de definirlo. Dentro de las diferentes interpretaciones, existen posiciones que consideran a la masculinidad como (Connell, 1995 y 2000ª; Guttmann, 1996; Brittan, 1989; citados por Alatorre y Minello, 2001): un atributo personal medible y que las personas poseen en diferentes magnitudes un rasgo de personalidad más o menos permanente una esencia profunda inscrita en la naturaleza de los hombres un papel en la organización social que se cumple como protector, autoridad, proveedor, etc. es lo que hacen los hombres lo que hacen los hombres para “ser hombres” como tareas de identidad lo que significa ser hombre una ideología una representación cultural una configuración de prácticas determinadas 42 Alatorre y Minello (2001) mencionan que la masculinidad se define como una categoría del sistema de género y constituye a un sujeto social que se ubica en una posición de control, autoridad y con privilegios en las relaciones y actividades organizadas socialmente, aludiendo al cuerpo del macho de la especie humana, pero no siendo determinada por el cuerpo biológico Por lo que describe esta definición, cuando se habla de masculinidad no sólo se está refiriendo a los hombres, sino también puede aplicarse a las mujeres que, de la misma manera, buscan ejercer el control o la búsqueda de privilegios. Sin embargo, sí destaca que la masculinidad coloca a la personas en una jerarquía superior, por supuesto, a costa de perjuicios para otros/as o para sí misma, como es el caso de su salud. Para Benno de Keijzer (1995), la masculinidad es un conjunto de atributos, valores, funciones y conductas que se consideran y suponen esenciales al varón dentro de una cultura determinada. En México existe un modelo hegemónico de masculinidad, es decir, un esquema culturalmente construido en donde se presenta al varón como esencialmente dominante y que sirve para discriminar y subordinar a la mujer y a otros hombres que no se adapten a este modelo. Cada cultura contará con su propio modelo hegemónico de masculinidad, con sus características, aprobación y sanciones propias. EL ESTUDIO DE LA MASCULINIDAD. El estudio de la masculinidad es relativamente reciente, y surgió a partir del movimiento feminista que ganaba terreno en los 70’s; los varones comenzaron a escribir acerca de cómo los jóvenes eran educados para ser rudos y competitivos, o de cómo los varones presentaban dificultades 43 para expresar sus emociones (Goldberg, 1976; Nichols, 1975, citados por Coltrane, 1994). Scott Coltrane (1994) describe la evolución de los Estudios de masculinidad de la siguiente manera8: 1. Surge como una respuesta y apoyo al movimiento feminista; investigadores y activistas adoptaron una perspectiva feminista explícita. La principal característica de esta aproximación fue la atención puesta al poder de los hombres sobre las mujeres (Pleck, 1977, 1981; Sattel, 1976, op cit). Gomáriz (1997) cita el cuestionamiento de la época: “¿Necesitan los hombres la liberación femenina?Sí, porque también les beneficia” (Pág.17) 2. En los 80’s, los estudios de los hombres fueron más sofisticados, desarrollando conceptos tales como “Masculinidad hegemónica” para destacar la multidimensionalidad y los aspectos socialmente construidos de la dominancia masculina (Connell, 1987). 3. Los estudios recientes parten de las teorías feministas, subrayando la diversidad de las masculinidades, incluyendo a los hombres homosexuales y promoviendo la comprensión de lo que Kaufman (1993) llama las experiencias contradictorias del poder en los hombres (citado por Gomáriz, 1997). 4. En los 90’s, los autores utilizan las críticas postmodernistas de la ciencia social, aplican la epistemología feminista y las críticas marxistas, intentando discutir sobre viejos marcos teóricos estructuralistas (por ejemplo, Jackson, 1990; Messner, 1990; Seidler, 1989). 8 Existen otras clasificaciones además de la propuesta por Scott Coltrane. También véanse las clasificaciones de Michael Kimmel y Kennet Clatterbaugh en: Gomáriz, E. (1997). Introducción a los estudios sobre Masculinidad. San José de Costa Rica: Centro Nacional para el Desarrollo de la Mujer y la Familia. 44 Los estudios surgen a partir del deseo e interés por comprender al hombre y sus conductas; el hombre y sus repercusiones a nivel individual y social. La Identidad masculina Elizabeth Badinter (1993; citada por Corsi, 2002) menciona que, a diferencia de la mujer que es, el hombre ha de hacerse. La identidad masculina se construye por oposición y diferenciación de lo femenino, siendo entonces la masculinidad una reacción, más que el resultado de un proceso de identificación. Desde el punto de vista psicoanalítico, el establecimiento adecuado de la masculinidad y del rol de género masculino, aparecerá en el niño cuando el padre y la madre muestren orgullo, tanto en la masculinidad paterna como en la del niño (Bleichmar, 1997) El padre participará en la construcción de la masculinidad como un modelo del cuerpo de hombre, como modelo de hombre masculino en los roles sociales, valorizando su propia masculinidad y favoreciéndola en su hijo; modelo de hombre masculino que será deseado por la mujer; promoviendo deseos y conductas en su hijo basadas en sus propios deseos y expectativas respecto al mismo (Bleichmar, 1997). Lo anterior hace alusión a una situación en donde existe una figura paterna durante la crianza del niño; menciona que el modelo que se persigue, será aquel deseado por una mujer, es decir, dentro de una relación heterosexual. Jorge Corsi (2002) atribuye la construcción de la identidad masculina a la separación- diferenciación que hace el hombre con su madre. Para llegar a ser varón, deberá reprimir aquellas identificaciones femeninas 45 para demostrar al mundo - androcéntrico y homofóbico - a toda costa, que él no es ni se parece a una mujer ni a un homosexual. Menciona que, desde un enfoque ecológico, el proceso de construcción de la identidad masculina es resultado de diversos factores que se manifiestan en el pensamiento, los afectos, la conducta y los vínculos con otras/ os. Dichos factores incluyen: 1) Desde el macrosistema, se consideran los valores del estereotipo del género masculino y los lugares que ocupan el varón y la mujer en la sociedad. Las prohibiciones sociales demuestran que no es suficiente haber nacido con un pene para ser un verdadero “hombre”. También se establecen los roles paterno y materno y la división de tareas. 2) El exosistema, tiene que ver con las características que la sociedad industrial y el mundo laboral imponen, en el cual se reduce el contacto interpersonal, un contacto desafectivizado y mecanizado. 3) Desde el microsistema, los vínculos familiares son modelados e influidos por los factores macro y exosistémicos. Un elemento importante es el fenómeno de la ausencia del afecto del padre, distante, ausente, modelo que tiene el hijo varón para diferenciarse también de lo femenino materno, así como con la restricción de sus emociones. La sensación de pertenencia al género masculino viene acompañada por la disminuida cercanía corporal, la inexpresividad, la ausencia aparente de sentimientos de ternura, etc. Ese proceso de diferenciarse de lo femenino lleva al hombre a utilizar una serie de mecanismos que le ayudarán a desprenderse del modelo materno con el que ha convivido íntimamente en los primeros años de su vida. Corsi (2002) menciona “el hombre duro”, que logra diferenciarse por 46 una oposición a lo femenino, odiando y rechazando todo lo femenino. El hombre duro evita la intimidad centrándose más en los estímulos externos que en su interior, en sus sentimientos. El placer sólo puede experimentarlo cuando lo reemplaza por la satisfacción que tiene frente a aquellos logros que le demuestren su potencia y autoridad, aunque en el fondo, continúa viviendo una dependencia al no poder prescindir del elemento femenino con el cual ejercer su rol dominante. Este hombre duro desafectivizado, evita la intimidad, el contacto consigo mismo, con su ser, con su cuerpo. El otro mecanismo a través del cual el hombre se diferencia de lo femenino, es opuesto al anterior; el “hombre inmaduro” se rehúsa a romper ese vínculo materno; pide que sus necesidades sean satisfechas inmediatamente; no muestra tolerancia a la frustración; demanda el servicio de las mujeres para satisfacer esas necesidades. Este tipo de hombre puede seducir mostrándose desvalido y sensible; sin embargo, ejerce violencia cuando no se cumple con sus expectativas o necesidades. Un modelo masculino tradicional pinta a un hombre constituido por un afuera, lo que la sociedad mira y espera: es un hombre que necesita demostrar constantemente hacia el exterior; necesita lograr, hacer. El hombre, pero el “verdadero hombre”, será un macho obligado a demostrar que es fuerte y no débil, que no llora, que no sufre; necesita mostrar ser siempre seguro de sí, sin titubear, sin arrepentirse; competitivo y triunfador, sin derecho a fracasar, a temer, a exponer sus sentimientos. Su interior, su adentro, sus emociones, sus verdaderas necesidades, pasan a segundo plano, obligándolo a esconderlas y/a escudarse bajo esa coraza de un ser casi todopoderoso (aunque incompleto), como si estos aspectos fueran tan “femeninos” que no pudieran siquiera considerarse como características de un hombre (Corsi, 2002). 47 Tipos de Masculinidad En cuanto a tipos de masculinidad, Connell (1997) señala que, a partir de las prácticas y relaciones sociales se construyen los patrones de masculinidad imperantes en el mundo occidental: Hegemonía Se refiere a la dinámica cultural por la cual un grupo exige y sostiene una posición de liderazgo en la vida social, en un tiempo dado y, por lo tanto, sujeta a los cambios en una sociedad. Destaca una forma de masculinidad en lugar de otras. Permite la legitimación del patriarcado que garantiza la posición dominante de los hombres y la subordinación de las mujeres. Los niveles más altos de las instituciones empresariales, militares y gubernamentales muestran una masculinidad corporativa. Un ejemplo de esta masculinidad corporativa en nuestro país, podría ser el sistema de salud – ente muchas otras instituciones – en el que generalmente desde los puestos clave se definen las políticas de salud, ocupados en su mayoría por varones. Subordinación La hegemonía se refiere a la dominación cultural en la sociedad como un todo. Dentro de ese contexto general hay relaciones de género específicas de dominación y subordinación entre grupos de hombres, trascendiendo a esferas como la política, la economía, la cultura, etc . Un ejemplo de esto es la dominación
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