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El-venado-en-la-cultura-mexicana

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UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
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RESUME N 
 
COLINA RODRÍGUEZ LAURA TATYANA. El venado en la cultura mexicana 
(bajo la dirección de: MVZ Eduardo Téllez Reyes Retana) 
 
 
México es reconocido como un país biodiverso. La conservación y manejo a 
largo plazo de esta diversidad representa un compromiso por su valor 
potencial. Dentro del territorio se encuentran cuatro especies de cérvidos 
silvestres: el venado cola blanca (Odocoileus virginianus), el venado bura 
(Odocoileus hemionus), el temazate rojo (Mazama americana) y el temazate 
gris yucateco (Mazama pandora). 
La influencia de los venados en la vida del hombre a lo largo de la historia es 
un tema fascinante ligado a la Medicina Veterinaria y Zootecnia; sin embargo 
es un aspecto poco explorado por los Médicos Veterinarios Zootecnistas. En la 
cultura del México prístino los venados formaban un papel esencial para 
mantener la armonía universal, haciéndolos parte de ceremonias y 
representándolos en documentos importantes como son los códices, en sus 
vestimentas y su arte. Los consideraban seres divinos, les tenían gran respeto 
y admiración, debido a que son criaturas misteriosas y con cualidades dignas 
de convertirlos en seres totémicos dentro de su cosmovisión. 
En la actualidad el venado continúa influenciando la vida de los habitantes de 
México, prueba de ello es su presencia en las artes, gastronomía, su heráldica, 
representa a asociaciones deportivas y científicas fruto del significado ancestral 
que ha tenido en su población. 
En México se cuenta con diversas fuentes documentadas sobre la influencia 
que los venados han ejercido sobre la vida de sus habitantes desde antiguo. 
2 
 
 
 
El objetivo de este trabajo es reunir parte de esa información, para así 
contribuir al fortalecimiento de la parte humanística del Médico Veterinario 
Zootecnista y poder entender el rol sociocultural que ha jugado el venado 
dentro de la cultura mexicana hasta nuestros días, para no solo verlo desde el 
punto de vista biológico. De esta manera el conocimiento será útil para la 
formación integral de recursos humanos y económicos que se encaminen a 
una mejor toma de decisiones relacionadas con la protección, conservación y 
utilización de los venados en México. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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REVISIÓN SISTEMÁTICA 
 
Se realizó una revisión bibliográfica en la que se incluyó en primera instancia 
una búsqueda computarizada a través de la Dirección General de Bibliotecas 
(DGB) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la cual se 
realizó en el centro de cómputo en el área de informática de la Biblioteca de la 
Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la UNAM. En dicha 
búsqueda se encontró un estudio recapitulativo llamado ―Análisis Bibliográfico 
de los Estudios de Venado en México‖, de Mandujano 2004. publicado en el 
Acta Zoológica Mexicana, en el que se incluyen prácticamente todos los 
estudios realizados a las cuatro especies de venados nativos de México en el 
periodo de tiempo de 1850 al 2001. Que comprenden 502 trabajos 
correspondientes a libros, secciones o capítulos de libros, artículos arbitrados, 
artículos de listados taxonómicos, artículos de divulgación, tesis y a trabajos de 
simposios publicados en extenso, de los que se consultaron únicamente los de 
interés para este trabajo que incluyen temas históricos, de distribución, 
conservación, manejo cinegético, arte, entre otros. 
Para complementar la información, se realizó una búsqueda a través de la red 
Internet, en las páginas oficiales de la Comisión Nacional para el Conocimiento 
y uso de la Biodiversidad (CONABIO), en la Secretaria del Medio Ambiente y 
Recursos Naturales (SEMARNAT), en el Instituto Nacional de Ecología (INE) y 
en la Dirección General de Vida Silvestre (DGVS). 
Se consultaron otras fuentes secundarias (libros) relacionados con diferentes 
temas del venado (entre los más relevantes tenemos por ejemplo [Téllez R, E. 
1997; Téllez R, E. y Roa R, M. 2004; Villa R, B. y F. A. Cervantes. 2003; 
4 
 
 
 
Bean L. j., Brakke V. S., Das P., Eger S., Furst T. P., Mandell J. A., Myerhoff G. 
B., Muller K., Weigand C. P. 1979.], etc.). 
Se realizó una visita al museo Nacional de Antropología e Historia, así como al 
museo de Historia Natural de la ciudad de México y al Zoológico de 
Chapultepec., de donde se obtuvo información básica de los venados y 
fotografías. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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INTRODUCCIÓN 
 
México, gracias a su ubicación geográfica cuenta con una riqueza faunística, 
que le hace estar en los primeros lugares a nivel mundial de mega diversidad. 
Su patrimonio biológico se ve enriquecido con distintas especies y subespecies 
de venados que habitan en el territorio nacional. (1) 
La palabra venado viene del latín venavulun, venatione y venatus, vocablos 
que quieren decir: 1) dardo o lanza arrojadiza apropiada para cazar, 2) acción 
de caza y 3) ciervo o res de caza mayor. De aquí se derivaron las palabras 
españolas venablo, venación y venado. (2) 
En lo referente a la clasificación taxonómica el venado se encuentra dentro de 
la Clase Mammalia (Linnaeus, 1758), lo cual indica que poseen glándulas 
mamarias productoras de leche con las que alimentan a sus crías; pertenecen 
al Orden Artiodactyla (Owen, 1841), en el que se incluyen a los mamíferos que 
se apoyan y caminan en el extremo de un numero par de falanges distales; al 
Suborden Ruminantia pertenecen los mamíferos que su estomago se divide en 
cuatro cavidades completas y tienen la capacidad de regurgitar la comida 
desde el rumen masticándola cuando están en reposo; (3,4) 
En México, el orden comprende cuatro familias: Cervidae (Goldfuss, 1820) 
(venados), Tayassuidae (jabalíes), Antilocapridae (berrendo) y Bovidae 
(borrego cimarrón). 
Los artiodáctilos de la Superfamilia Cervoidea son principalmente 
ramoneadores o que consumen hierbas, arbustos y follaje de arboles bajos. 
Las astas están presentes usualmente en machos exclusivamente, mismas que 
se les caen y reemplazan anualmente. Conforme se desarrollan las astas se 
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recubren de ―pelillo‖ o ―velvet‖. Cuando se atrofia el pelillo debido a que las 
astas alcanzan su tamaño completo, los machos se restriegan las astas contra 
arboles o rocas y se lo desprenden. 
La familia de los venados estuvo representada originalmente en México por 
cuatro especies, tres venados y el ―wapití‖ o ―elk‖, conocida con el nombre de 
Cervus elaphus, a principios de este siglo. A la fecha este cérvido no existe en 
México, aunque es importante dejar constancia de que existió en al pasado. La 
familia está representada actualmente en México por los géneros Mazama y 
Odocoileus. (5) En México existen actualmente 4 especies de venados en vida 
silvestre: Odocoileus virginianus (venado cola blanca), Odocoileus hemionus 
(venado bura), Mazama americana (temazate rojo) y Mazama pandora 
(temazate gris yucateco). (6,13,63) 
Estos ungulados formaban parte de la alimentación desde las culturas 
prístinas. Son eje fundamental en la cosmovisión de distintos gruposindígenas 
del País. Se les ha considerado deidad terrenal, por lo que desde la antigüedad 
el venado se vinculó al arte y la poesía, entrañando un simbolismo; la Danza 
del Venado, en Sonora, es un ejemplo fehaciente. (7) 
En el pasado, los indígenas desarrollaron sistemas integrales de 
aprovechamiento de los recursos naturales (suelo, flora, fauna) en los que, en 
la relación hombre-naturaleza, destacaba lo sobrenatural y se respetaba todo el 
entorno. (8) Con la llegada de los europeos al continente llamado por ellos en 
forma radical América, la agricultura y la cacería cambiaron. (9) Debido a que el 
venado era una especie de amplia distribución y abundancia, se le empezó a 
cazar en forma desmedida, además, al tratar de conquistar a los indígenas, 
éstos migraron a las montañas y a los sitios inaccesibles, (10) lo que influyó en 
7 
 
 
 
la disminución de las poblaciones de cérvidos por la pérdida de hábitat. La 
cacería perdió gran parte del significado cultural que tenía para los indígenas, 
tornándose en una fuente más de ingresos económicos. Actualmente, los 
indígenas cazan a los venados por la calidad de su carne y porque son plagas 
para los cultivos -así lo justifican-. Este animal es una especie (generalista de 
hábitat) que soporta y se adapta a muchas situaciones, resistiéndose 
tenazmente a la extinción. (7) 
En el presente las esculturas de venados en México están en entradas de 
universidades, como en la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, en 
los parques públicos como ―El parque de los Venados‖ en la delegación Benito 
Juárez de la ciudad de México.(11) Continúan siendo importantes para 
complementar la dieta del campesino, siendo un importante ingrediente para la 
gastronomía nacional, representan importantes trofeos para la cacería 
deportiva,(2,12,15,16,17,18,19) forman parte de la heráldica de nuestro País al 
encontrarse representados en los escudos de los estados de Sonora y 
Sinaloa. 
Dentro de la cultura sincrética de México, el venado, además de ser una presa 
mas para el consumo, es un integrante fundamental de la naturaleza. (7,8,14) 
Es relevante resaltar que en México existía al menos una especie de venado 
en todo su territorio. (13) Sin embargo, en la actualidad han disminuido 
notablemente las áreas de distribución de las poblaciones de venados, incluso 
se ha presentado erradicación de poblaciones locales. Las causas principales 
son la caza incontrolada, aunada a la pérdida de hábitat de estos ungulados y 
el desinterés por la especie. (2,12) 
 
8 
 
 
 
Capitulo 1. 
 
El venado en las culturas prístinas mexicanas. 
 
En el mundo de las culturas prístinas no había materia exenta de 
supersticiones, no había asunto que no se creyera involucrado con los 
múltiples dioses, y no había quehacer en el que no se valiesen los indios de 
conjuros y plegarias, de tal forma que magia y religión, trenzadas en la práctica 
ritual, estaban siempre presentes en la vida de cualquier individuo. El grado de 
participación podía variar, pero todos los hombres se desenvolvían con las 
mismas prácticas, mismas que en gran variedad de los aspectos en sus vidas, 
aparece el venado como un elemento imprescindible, se encuentra 
representado en casi todos los aspectos de la vida de los humanos, desde la 
comida, el vestido, manufactura de instrumentos y participa en importantes ritos 
y creencias religiosas, así como en pinturas rupestres, que ponen de manifiesto 
la importancia de los cérvidos en la cultura de México desde épocas muy 
remotas. 
 
Los toltecas y nahuas 
 
En la antigua cultura tolteca, encontramos un pueblo que desde siempre y 
hasta siempre, ha buscado y seguirá buscando un principio que le haga 
comprender las razones de su ser y de su existir en este sitio, y esto se ve 
reflejado en sus grandes construcciones arquitectónicas tolteca-nahuas, en los 
vestigios de sus obras artesanales, en sus pinturas, pero sobre todo en el 
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testimonio escrito en sus códices y libros pintados que lo presentan como un 
pueblo extremadamente religioso. El periodo tolteca se sitúa entre los 900 y 
1300 de nuestra era. Uno de los herederos de la cultura tolteca es el pueblo de 
habla náhuatl, para los que la caza, la pesca, la agricultura, implican el 
enfrentamiento del hombre con la naturaleza, y dicho enfrentamiento no podría 
llevarse a cabo sin la mediación del ritual. Los antiguos nahuas concebían el 
mundo animado por fuerzas sobrenaturales: enfrentarse al mundo equivalía 
enfrentar las fuerzas. Poner un pie en el monte sin los conjuros necesarios 
podría ser muy peligroso. (20) 
La caza del venado en el altiplano central al igual que el consumo de carne se 
realizo en Tula, Hidalgo; siendo éste una de las fuentes de proteína de origen 
animal para los toltecas. (21) 
El que iba a cazar venados hacia sahumerios sobre las cuerdas utilizadas para 
tal fin repitiendo varias oraciones, antes de salir de su casa. Al llegar al monte 
hablaba nuevamente a las cuerdas; luego se dirigía a la tierra pidiéndole que lo 
favoreciera, y finalmente hablaba a los venados; decía reconocerlos como 
señores del monte y les avisaba que ya tenía listas las ―puertas para sus 
hocicos‖. Además gritaba ―En ninguna manera suceda que vayan por otra 
parte; ya los veo venir por aquí; vengan por aquí, y pasen por aquí… aquí 
hallarán su collar…‖ (20) 
Mientras decía todo esto agitaba las manos señalando a los venados por 
donde debían entrar. (22) 
Los nahuas asociaban al venado con el desierto, con el punto cardinal norte, 
con la tierra original de los antepasados, y de manera especial, la conservación 
del culto al dios Mixcóatl como expresión suprema de la caza. (21) 
10 
 
 
 
Los mixtecos 
 
Los antiguos habitantes de Mesoamérica plasmaron en los códices su 
concepción del mundo, sus creencias religiosas, sus actividades comerciales e 
incluso cotidianas. Eran usados de una manera activa como parte de 
ceremonias religiosas, cuando los sacerdotes hacían las lecturas a la audiencia 
o para hacer profecías. 
Elaborados entre otros materiales sobre piel de animales, especialmente la del 
venado y del berrendo. La piel de venado era elegida por su resistencia y 
durabilidad. La piel se curtía y adelgazaba mediante raspamiento, de modo que 
se transformaba en un soporte muy parecido a la gamuza. 
En cuanto a los códices mixtecos, tenemos la buena suerte de tener un 
conjunto coherente de fuentes sobre la vida de un personaje sumamente 
importante, el señor Ocho Venado Garra de Jaguar, protagonista de una 
verdadera tradición épica-dramática. Los pormenores de su biografía se 
pueden reconstruir a base de los extensos relatos proporcionados por cuatro 
grandes códices históricos, asociados con distintos cacicazgos: El Bodley 
(Tilantongo), El Colombino-Becker (Tutupec), El Nutall (Teozacoalco), y El 
Selden (Jaltepec). (23) De los que el Nutall está hecho con piel de venado. (24) 
El señor Ocho Venado Garra de Jaguar fue un legendario gobernante mixteca 
del siglo XI. Con el fin de conquistar y unir bajo su mando el gran territorio de la 
Mixteca, Ocho Venado realiza campañas victoriosas y múltiples viajes 
diplomáticos por toda la región, logrando unificarla. (25) El nombre de este 
importante personaje data de una antigua tradición de los pueblos nahuas en la 
que, los primeros días después del parto, la criatura debía recibir un baño ritual, 
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un bautizo (26) y la asignación de un destino en la tierra. El destino podía 
conocerse gracias a la interpretación que el tonalpouhqui hacía del 
tonalpohualli o cuenta de los destinos. (27) 
El tonalpohualli es un calendario con ciclos de 260 días, donde cada día porta 
un numeral, un signo (dentro de un repertorio de 20: lluvia, caña, pedernal, 
venado,…) un ave, un ‖señor del día‖ y un ―señor de la noche‖. La combinación 
de los diferentes elementos da origen a un ―complejo-día‖y expresa la manera 
en que las diferentes fuerzas y personajes del mundo sobrenatural confluyen 
en un momento determinado de la vida terrenal. Al confluir en el momento del 
nacimiento condicionan la fortuna del individuo. (27) 
El venado, presente en la alimentación, el vestido, elaboración de objetos de 
gran importancia como los códices, su presencia en el calendario y su relación 
con un ser místico ratifican la importancia de los cérvidos en la forma de 
concebir el mundo para los mixtecos. 
 
Los aztecas 
 
Uno de los pueblos procedentes de las Siete Tribus Nahuas, del mítico 
Chicomoztoc, las Siete Cavernas, el lugar donde nació el mundo, son los 
chichimecas, a los que se les llamó Mexicas o Aztecas a su llegada al valle de 
México (24) al inicio del siglo XIII, bajo la dirección de Xólotl. (21) 
Después de varias entradas y salidas del valle, finalmente conquistaron un sitio 
al norte de la Cuenca llamado Tenayuca. (21) 
El grupo chichimeca toma fuerza con la derrota de los toltecas a manos de 
Nopaltzin, hijo de Xólotl. Con el éxito de Nopaltzin, los chichimecas se asientan 
12 
 
 
 
en Texcoco y surge con ellos la Triple Alianza, ésta logra gran dominio de 
pueblos a los que les imponían tributos. Este desarrollo sólo es quebrantado 
con la llegada de los europeos en el siglo XVI. Los chichimecas desarrollan aún 
más sus habilidades cazadoras y en especial sobre la pieza por excelencia, el 
venado, no obstante este desarrollo, el rey chichimeca sufre de gran nostalgia 
de su vida nómada y de aventura. Para contrarrestar este sentimiento, Xólotl 
manda formar un coto de caza cerca de Texcoco. En él el monarca se ejercita 
en el arte de la caza y hace acopio de carne animal para la propia subsistencia. 
(21) 
Fernando de Alba Ixtlixóchitl, mestizo descendiente de los reyes de Texcoco, 
apunta en su obra histórica: ―Nopaltzin fue a buscar en Texcoco a Xólotl, su 
padre, que estaba haciendo un cercado y bosque para caza y montería con 
cuatro provincias que para el efecto había llamado que eran Tepeapulco, 
Cempohualcan, Tolatzingo y Tula (...)‖ (21) 
La nostalgia del rey chichimeca da origen a una cultura de caza sofisticada y es 
el germen para el desarrollo de una legislación al respecto. Para el control y 
cuidado del coto de caza Nopaltzin dicta cuatro leyes: 
1. ―Que ninguno fuese osado a poner fuego en los campos y montañas si 
no fuese con su licencia y en caso necesario, os pena de muerte. 
2. Que nadie fuese osado a tomar ninguna caza que hubiese caído en 
redes ajenas, os pena de perder el arco y las flechas que tuviese y que 
en ningún tiempo pudiese cazar sin su licencia. 
3. Que ninguna persona tomase la caza que otro le hubiese tirado, aunque 
le hallase muerta en el campo. 
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4. Que por cuanto estaban puestos y dedicados los cazadores de 
particulares amojonados, ninguna persona quitase los tales mojones, os 
pena de muerte.‖ 
Desde el punto de vista de la vida cotidiana chichimeca, implican la importancia 
capital que se atribuía a la caza y al beneficio del ejercicio de este arte, como el 
suministro de alimento de origen animal e implementos para el vestido. (21) 
 Durante su estancia en dicho valle, fundaron Tenochtitlán, tuvieron un amplio 
desarrollo en todos los sentidos y en varios aspectos de su cultura 
encontramos a los venados. (24) 
Este grupo dedicado a la recolección y la caza fueron los que introdujeron el 
arco y la flecha; fueron hábiles en la caza de venado. (21) 
El venado podía encontrarse como producto de caza o como subproducto en 
los puntos de comercio como los mercados. Según testimonios de los 
conquistadores españoles Hernán Cortés y Bernal Díaz el venado se 
encontraba a la oferta y la demanda en el mercado de Tlatelolco. Hernán 
Cortés escribe: ―Había en el mercado una calle de caza donde, entre otros 
animales se vendían venados, y también aporta la noticia de que los cuernos 
de venado se vendían también con pelo y sin él, teñido y de diversos colores.‖ 
(21) 
Bernal Díaz en su Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España 
señala: ―Admirados de la multitud de gente y mercaderías que en ella había‖, 
recuerda haber visto a la venta ―cueros de tigres, de leones, de nutrias (…) y de 
venados y de otros animales (…) de ellos unos adobados y otros sin adobar 
(…)‖. Fig. 1. 
14 
 
 
 
Los aztecas en el esplendor de Tenochtitlán fueron grandes consumidores de 
piel de venado. La utilizaron para el vestido, para objetos decorativos, pero en 
especial para la elaboración de sus códices, elementos fundamentales para 
resguardar la historia mexica. La guerra vio también en la piel del el venado 
una utilidad principal, ya que con ella se manufacturaban escudos para los 
guerreros. (21) 
 
 
Figura. 1. Representación del mercado de Tlatelolco, dónde se comercializaba 
carne, piel y otros subproductos de venado. 
Fuente: Téllez (2003). (21) 
 
El Códice Borgia, es un manuscrito precolombino, creado con el objetivo de 
retener el tiempo y plasmar la historia y la religión; describe el famoso 
calendario ritual de 260 días, cada uno de los veinte días representa los 
atributos que el ser humano debe desarrollar dentro de su interior; en este, el 
séptimo día lo ocupa el venado, relacionado con Tláloc dios de la lluvia. Fig. 2. 
Tláloc regente de este signo, Indica la capacidad de alerta, la nobleza y la 
ecuanimidad. El venado nos invita a la conquista de atributos del alma humana, 
al trabajo por obtener la voluntad verdadera o Thelema, necesaria para la 
conquista de nuestras pasiones y la emancipación de las cárceles psicológicas 
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que hemos creado a lo largo del tiempo. Cabalísticamente, al venado lo 
relacionaremos con Thipereth (el alma humana). (24) 
 
 
Figura 2. Ubicación del séptimo día representado por el venado 
 en la piedra del Sol (calendario azteca). 
Fuente: Fotografía tomada por la autora del museo Nacional de Antropología e 
Historia. 
 
La posición del venado en el Códice Borgia, es el Aztamecatl (Cordel blanco), 
a lo largo del códice podemos apreciar varias representaciones del día venado. 
(24) Figs. 3, 4, 5 y 6. 
―Los Mexicas tenían como tercer signo al mazatl, y era de la buena fortuna que 
tenían los que en el nacían, así hombres como mujeres, si por su negligencia 
no la perdían (gobernaba por trece días)‖. (28) 
 
 
Figura 3. Pintura del Códice Borgia, donde se observa 
 la representación del día ―venado‖ 
Fuente: Rodríguez, Reyes, Licea, Moreno, Rodríguez y Rivera (2007). (24) 
 
16 
 
 
 
 
Figura 4. Página 22 del Códice Borgia, con diversas 
representaciones del venado. 
Fuente: Rodríguez, Reyes, Licea, Moreno, Rodríguez y Rivera (2007). (24) 
 
 
Figura 5. Códice Borgia. Venado con representaciones de los días. 
Fuente: Rodríguez, Reyes, Licea, Moreno, Rodríguez y Rivera (2007). (24) 
 
Al parecer, las imágenes eran más importantes que las palabras, sobre todo 
con los Aztecas y otros pueblos del centro de México. El códice original está 
hecho en piel de venado. Las tiras de piel están juntadas de fin a fin, dando 
como resultado un libro cuyas láminas miden 27 x 27 cm. Está hecho de 39 
hojas, de las cuales 37 fueron pintadas de ambos lados, y las dos restantes 
solo de un lado, para posteriormente ser pegadas a las tablas de madera, las 
cuales protegían el códice. Esto da un total de 76 páginas pintadas y una 
longitud de 11 metros. (24) 
17 
 
 
 
 
Figura 6. Códice Borgia. Representación de todos los días 
del calendario, incluido el venado. 
Fuente: M. Libura (2005). (25) 
 
Los yaquis y mayos 
 
Debido a la escasez de estudios arqueológicos, los registros de los misioneros 
y conquistadores son la única fuente posterior al pasado antes de la llegada del 
hombre blanco, los cuales se limitan a señalar que se trataba de agricultores 
que complementaban su alimentación con la caza de diversos animales entre 
elloslos venados, valiéndose también de la pesca y la recolección. (29) 
Según la tradición oral del grupo, la palabra mayo significa "la gente de la 
ribera". Los mayos se reconocen a sí mismos como yoremes: "el pueblo que 
respeta la tradición". 
Los pueblos originarios yaquis, mayos, pimas, guarijíos, rarámuris y 
tepehuanes, comparten una región ubicada en la confluencia del sur de 
Sonora, norte de Sinaloa y suroroeste de Chihuahua, la fiesta tradicional, la 
música y la danza, constituyen elementos que permiten la cohesión social, la 
continuidad de las tradiciones y la reproducción de sus valores culturales. (29) 
18 
 
 
 
Dentro de la cosmovisión de yaquis y mayos se reconoce el origen y la relación 
de los paskolas y el venado a un ámbito conocido en la lengua como el huya 
ania y traducido como ‗el mundo del monte‘ o ‗el universo sagrado del monte‘. 
Ese lugar es representado por medio de la ramada de los paskolas, mientras la 
indumentaria, los cantos, los juegos y las historias simbolizan todo aquello que 
tiene que ver con ese lugar mítico; espacio en donde habitan los animales del 
monte y las flores, de allí que en cierto momento se reconozca el huya ania, 
como el sewa ania, ‗el mundo flor‘. (29) 
 
La danza del venado 
 
La Danza del Venado es una danza ritual celebrada por los indios yaquis y 
mayos de los estados mexicanos de Sinaloa y Sonora desde las épocas 
prístinas hasta la actualidad (es una de las danzas más conocidas en el 
mundo, pero paradójicamente de la que menos se sabe en cuanto a su origen). 
(30) 
 Ambos grupos se encuentran emparentados entre sí, y hablan lo que parecen 
ser variantes de la misma lengua cahita. Esta danza es una dramatización de la 
cacería del venado, héroe cultural de estos pueblos, por parte de los pascolas 
(cazadores). El término ―pascola‖ no se refiere sólo a una danza, sino también 
a un conjunto de artes que incluye la música, la oratoria, la narrativa oral, la 
comedia y el trabajo de textiles y maderas. Todas estas disciplinas se 
condensan en el personaje del pascola, quien funge como danzante, anfitrión, 
orador y payaso ritual. (31) 
19 
 
 
 
En términos generales, se demuestra la admiración o tributo que tienen los 
indígenas por los movimientos gráciles del venado y a la belleza de sus 
cuernos; la danza es una petición a la deidad (venado), para que se entregue 
como alimento, como abrigo y dada su generosidad, éste se entrega, 
evolucionando así su espíritu. 
La danza del venado de los yaquis es un ritual previo a la caza del animal que 
se llama maaso yiihua -en lengua yaqui- y describe la vida y muerte de este 
animal sagrado; se afirma que los yaquis cazan a los venados cansándolos, 
porque corren tras de éstos, hasta que caen agotados.(29) 
La celebración de la danza del Venado establece un culto solemne a la Madre 
Naturaleza que ejerce el rol de la vida cíclica del animal, representa los ritos de 
amor y reproducción de la vida. (31) 
La tradición dice que la danza debe ser efectuada por un indio yaqui al cual sus 
padres hayan destinado desde la infancia para tal fin. Al niño se le educa desde 
un principio para que actúe siempre como si fuera un venado e incluso recibe 
alimento especial para que desarrolle un cuerpo esbelto y ágil que le permita 
imitar mejor los movimientos de este animal. El venado es un cúmulo de 
cualidades que tienen armonía en su conjunto, la realidad, la verdad y la 
belleza; ser danzante-venado es el ideal del indio yaqui. (29) 
La danza yaqui del venado, ha sido presentada por el ―Ballet Folklórico de 
México‖, dándose a conocer en todo el mundo. 
 
 
 
 
20 
 
 
 
Instrumentación: 
Los instrumentos necesarios para la interpretación de la Danza del Venado son 
los siguientes: 
 Flauta. es una flauta de carrizo, de tres agujeros. 
 Tambor de parche. Se trata de un tambor con parche de piel de venado 
o de vaca, que es percutido con una vara de madera por la misma 
persona que ejecuta la melodía en la flauta. 
 Tambor de agua. Está constituido por una calabaza o guaje hueco, 
puesto boca abajo sobre el agua contenida en una batea de agua. La 
jícara se golpea con un palo para generar un sonido grave. Este 
reproduce el sonido del bajo y representa los latidos del corazón del 
venado. 
 Raspadores. Se emplean en general dos raspadores de madera, de 
unos 30 cm de longitud con estrías, que se apoyan sobre dos medias 
calabazas huecas que funcionan como cajas de resonancia. Para 
producir el sonido, son frotados con una vara de madera o de metal. 
 Sonajas. Se trata de sonajas hechas con calabazas huecas rellenas de 
semillas o piedrecillas de río. Las sonajas tienen un mango y son 
ejecutadas por los pascolas y el maso o venado. 
 Tenábaris. Los danzantes se sujetan a los pies una cadena de tenábaris 
hechos de capullos secos de mariposa "cuatro espejos" con piedrecillas 
dentro. Al ejecutar la danza, los cascabeles suenan y representan el 
oído sensible del venado. (29,30) 
 
 
http://es.wikipedia.org/wiki/Calabaza
http://es.wikipedia.org/wiki/Leucaena_leucocephala
http://es.wikipedia.org/wiki/Batea
http://es.wikipedia.org/wiki/J%C3%ADcara
http://es.wikipedia.org/wiki/Ten%C3%A1baris
21 
 
 
 
Personajes: 
Los personajes que intervienen en la danza son los paskolas, que van a dar 
muerte al venado, y el venado mismo. Tanto unos como el otro llevan un 
atavío ritual. Los paskolas cubren sus caras con máscaras de madera, 
decoradas con barbas de ixtle y pintura de color blanco sobre fondo negro 
generalmente. Llevan los aperos propios de la caza: arcos y flechas, además 
de sus sonajas y cascabeles. Para estos pueblos la palabra pascola es 
sinónimo de fiesta (pahko significa ―fiesta‖, en las lenguas cahitas, y ola 
significa ―viejo‖, por lo que el término completo significa ―El viejo de la fiesta‖) y 
entre ellos se considera que no hay verdaderamente una fiesta si no se danza 
pascola. (32) El venado, por su parte, va desnudo del torso, descalzo y lleva los 
puños cubiertos por pañuelos. Se cubre la mitad inferior de la cara con un 
paliacate rojo, y, puesto que su tocado le cubre la frente, sólo lleva los ojos al 
descubierto. El tocado del venado es la cabeza de este animal, disecada y 
sujetada a la cabeza del danzante, la cual se adorna con listones de colores 
amarillo, blanco, verde y rojo, dándole a los cuernos de la cabeza de venado la 
importancia real, en este caso, luce la cornamenta con flores o moños de vivos 
colores y, según la filosofía de los mayos, representan el contacto con la 
naturaleza y recupera la vida. Fig.7. En algunas comunidades, se pueden 
observar, camisas con flores bordadas de vistosos colores. El danzante viste 
un calzón de manta que le cubre hasta los tobillos. Alrededor de la cintura y 
hasta la rodilla lleva una zapeta circular, como una media falda de manta y la 
sujeta con una wikosa o faja ancha de lana de color negro, sobre esta faja, 
amarra a la cintura un paliacate rojo. En seguida, se colocan los Rij' jutiam 
(cinturón de pezuñas de venado) que simbolizan la agilidad y alegría del 
http://es.wikipedia.org/wiki/M%C3%A1scara
http://es.wikipedia.org/wiki/Ixtle
http://es.wikipedia.org/wiki/Venado
22 
 
 
 
venado, en las manos, porta las ayam o ayales, es decir, las sonajas que 
representan el susto del venado ante el enemigo. (29,30) 
 
 
Figura 7. Tocado y bule del danzante de venado. En torno a la cabeza y 
colgando de ésta se aprecia el rosario característico de los danzantes de 
pascola y de venado. Centro de Cultura del Pueblo de Belén. 
Fuente: Moctezuma (2001). (29) 
 
Ejecución, Caza Del Venado: 
El festejo puede empezar a las doce del día para terminar otro día a la misma 
hora; es decir, 24 horas, desde el comienzo hasta el final. 
Los pascolas denominados seris son los que van a matar al venado. El moro 
les entrega a los pascolas cuchillos hechos de madera, con un mecate, su 
colgaje y unlitro de mezcal (vino) al cual le nombra agua. Entonces, los 
músicos de arpa y violín comienzan a tocar el son del lobo; dicho son indica 
que se dirigen a la casa del fiestero por el vino, en donde se los tienen 
preparado a cada uno. De los tres o cuatro pascolas, uno será el ―lobito‖, el 
cual los guiará en la búsqueda. Cuando llegan al hogar y entran, les ofrecen el 
mezcal en un colgaje y lo nombran ―ánfora de agua‖. A cada tramo que 
caminan, van gateando (a la manera de niños pequeños) y simulan buscar al 
venado: ésta es la llamada ―materia‖, propia del ―servicio‖ de los pascolas. 
23 
 
 
 
Cuando regresan a la sección de baile de la ramada, uno por uno baila el son 
hasta que finalmente entra el último, que es de más edad, y es con él con el 
que terminan los músicos de tocar el ―Son del lobo‖. Después, comienzan a 
tocar los músicos del venado y se inicia su canto. Al compás del tambor de 
agua y los raspadores, el ejecutante del venado imita los movimientos del 
venado cola blanca característico de la región: se inclina a buscar agua en el 
río, otea los alrededores para asegurarse que no hay peligro y así por el estilo, 
después sale de la ramada corriendo mientras es perseguido por los pascolas; 
estos llevan arcos y flechas de punta de olote, mismas que simulan lanzar 
contra el danzante de venado, cuando en realidad las apuntan y lanzan hacia 
los asistentes; mientras el danzante de venado aprovecha para esconderse 
entre la gente y así llegar a la última cruz (la más lejana a la ramada). Es ahí es 
donde el pascola lo ultima, pues se supone que el venado ha sido herido. Los 
pascolas lo traen de vuelta a su casa (en la ramada), donde extienden una 
jarcia mojada, la cual representa a la presa; entonces, proceden a simular la 
venta de la piel del venado, así como los bules y otras partes de la parafernalia 
del danzante, los cuales representan distintas partes del cuerpo del animal. 
Conforme piden monedas simulan, asimismo, entregar partes de la parafernalia 
del danzante de venado. El pascola de mayor edad toma la actitud de 
escribano y simula escribir un registro de las ganancias, junto con el nombre de 
la persona a la que se cobra. (29,30) 
Es tal su importancia al grado que un evento requiere contar con la presencia 
del venado cuando es una festividad de mayor significación. Por su parte el 
venado mantuvo el término en la lengua, conocido como maso, designando a 
sus músicos masobuikame ‗cantadores de venado‘. (29) 
24 
 
 
 
El carácter interpretativo que contemplamos del danzante de venado, asume el 
papel del animal sagrado de los ancestros que fue concebido, como una 
divinidad al establecer los vínculos entre los elementos del universo: tierra, 
agua, viento y fuego ante el Dios Taa o El Sol y ello representa las energías 
que provocan entusiasmo a los mayos y amor a la vida. (31) 
El impacto del español en el lenguaje de los cantos del venado, es limitado. La 
mayoría de los yaquis creen que los cantos del venado perpetúan la forma más 
antigua de su lenguaje. En ese sentido los cantos del venado son considerados 
como una de las más esenciales expresiones de lo que es el seguir siendo 
yaqui tras cuatro siglos y medio de intentos por destruir sus comunidades y de 
disolverlos en cuanto grupo. La continuación de los cantos del venado yaqui 
entonces está directamente relacionada a los recuerdos de su historia y a la 
supervivencia de su gente. (30) 
Resulta de especial interés cómo los yaquis llegaron a probar que eran 
―verdaderos‖ indios. En la audiencia acerca de éste asunto, ante la Comisión 
Selecta del Senado sobre Asuntos Indígenas, el 27 de septiembre de 1977, el 
líder yaqui Anselmo Valencia presentó una serie de argumentos [...] Pero el 
corazón del triunfal argumento de Valencia fue éste: 
“Los yaquis son indios en el pleno uso de la palabra, tenemos nuestro propio 
lenguaje, nuestra propia cultura, como lo es la danza del pascola, la danza del 
venado y la danza del coyote. Estas danzas son indias en su origen. En la 
danza del venado, cantamos en honor las grandes montañas, los arroyos, los 
lagos.[...] Nuestros tañedores de tambor tocan su música con el tambor y la 
flauta. Todos los cantos cantados y tocados lo son a los tiempos antiguos - 
antiguas historias indias yaquis... La fe católica y los diversos gobiernos bajo 
25 
 
 
 
los cuales los yaquis han tenido que sufrir durante siglos, han intentado 
menguar nuestra “yaqueidad”, pero tras 400 años ellos no lo han logrado. 
Hemos mantenido nuestra lengua, nuestra cultura y nuestra indianeidad. (30) 
 
Los tarahumaras 
 
Actualmente el grupo étnico ―Raramuri” habita al suroeste del estado de 
Chihuahua, en un territorio que adopta el nombre de sierra Tarahumara, dentro 
de la Sierra Madre Occidental. (32) 
Es posible que los antepasados de los indígenas tarahumaras hayan llegado 
de Asia, atravesando el estrecho de Bering, hace aproximadamente unos 
veinte mil años. Pero los vestigios humanos más antiguos que se han 
encontrado en la sierra suroeste del estado de Chihuahua son de casi 15,000 
años, lo que nos permite datar la presencia de los primeros pobladores de la 
Sierra Tarahumara. (32) 
Los tarahumaras enseñan a sus hijos desde muy pequeños a saber observar lo 
que ven, lo que pisan, lo que oyen, lo que huelen y a fijarse por donde van. Del 
mismo modo los enseñan a conocer a las plantas, animales y fenómenos 
atmosféricos. 
Cuando los tarahumaras van de camino con sus hijos les enseñan cual es la 
huella del venado, y cuál de la venada que está cargada, y así de otros 
animales: cómo son, cómo se llaman, qué hacen, para qué sirven. La cacería 
de animales va desapareciendo, antiguamente cazaban al venado con arco y 
flecha, o bien ojeándolo entre muchos en una masa, y no dejándole otra salida 
sino a un nivel inferior; el venado tenía que saltar y caía en un lugar erizado de 
http://es.wikipedia.org/wiki/Asia
http://es.wikipedia.org/wiki/Estrecho_de_Bering
http://es.wikipedia.org/wiki/Chihuahua
26 
 
 
 
palos puntiagudos, de donde ya no podía escapar. (32) Otra técnica era el acoso 
a la carrera, en el que un grupo de hombres, acompañados de sus perros, 
capturaban venados obligándolos a correr sin descanso. Sobre este 
procedimiento de caza escribe Zingg (1935): 
―La caza del venado consiste en perseguir por dos días; jamás menos de un 
día. Los tarahumaras mantienen al venado en constante movimiento. Sólo de 
vez en cuando vislumbran a su presa, pero la siguen infaliblemente gracias a 
su tremenda habilidad para leer las huellas. El indio persigue al venado hasta 
que este cae por agotamiento, a menudo con sus pezuñas completamente 
gastadas, luego el hombre lo estrangula o los perros lo matan. La carne de 
venado esta congestionada de sangre debido a la prolongada lucha‖. (33) 
Sobre esta misma modalidad de caza, Filiberto Gómez relata su experiencia de 
haber visto y conversado con un cazador tras la captura del animal: 
―Por entre aquellos mismos pinares se destacó la oscura silueta de aquel 
indígena que traía sobre sus hombros un hermoso venado. Lo había 
perseguido sin darle un momento de descanso durante varias horas y no se 
dejaba el chumari alcanzar. Por fin (…) ya no tenía pezuñas (…) pues se le 
habían caído de tanto correr (…) echó al rio (…) ahí echó (…) yo llegue y 
enterré cuchillo (…) Hay otros chumari que se despeñan contra las rocas (…)‖ 
(33) 
En la actualidad todos estos procedimientos de caza han sido sustituidos por el 
empleo de la escopeta o el rifle, introducido en la región a partir de la 
Revolución Mexicana en 1910; no obstante, aunque de manera excepcional, 
aún se comentan casos recientes de capturas de venados por persecución a la 
carrera. (33) 
27 
 
 
 
Cacería de Venados 
 
Perseguir un venado es uno de los deportes favoritos de nuestros indios, 
ávidos por otra parte de su carne. Para ello… despliegan un vigor,una 
paciencia y una habilidad extraordinarios. Recurren incluso, en especial en la 
baja Tarahumara a una estrategia muy usada entre los apaches: envuelto con 
un piel similar a aquella de la presa que asechan, la cabeza cubierta con una 
cabeza de venado con cuernos, marchando a cuatro patas, el indio se 
aproxima, se detiene, simula comer la hierba, retoza, imita todos los 
movimientos de los cérvidos y, mezclado al fin con la manada, abate varios de 
aquellos a quemarropa. (32) 
Se denomina pascolas a la música tarahumara que sirve de acompañamiento a 
la danza que ejecutan los pascoleros. Se trata de sones de tiempo y aires 
variados, que pretenden interpretar sonidos semejantes al canto de un gallo, al 
arrullo de una paloma, y la idea de las inquietudes del venado y la actitud del 
conejo. (33) 
Artesanalmente elaboran con piel de algunos animales como la vaca, la cabra 
o el venado bolsos, tambores, cinturones y sandalias; junto con otros productos 
tales como: collares, flautas, talla de animales en madera o corteza. (33) Fig.8. 
 
28 
 
 
 
 
Figura 8. Artesanía elaborada por tarahumaras, donde se representan dos 
venados y un conejo. 
Fuente: Fotografía tomada por la autora. 
 
Imágenes de cérvidos en la pintura rupestre del Estado de 
Chihuahua. 
 
En los cinco continentes de nuestro planeta se encuentran vestigios rupestres 
del hombre prehistórico a través de grabados en la piedra y pinturas en las 
cuevas, cuyas manifestaciones expresan el primer deseo de comunicación 
colectiva a sus congéneres y a los otros. En el norte de México, existe clara 
evidencia que demuestra el amplio conocimiento que poseían los autores del 
arte rupestre de los animales representados, sabían dónde y cómo cazarlos, 
pero no sólo eso, también estaban familiarizados con sus hábitos y 
costumbres, como resultado de una constante interacción que se fue 
transformando en una visión y apreciación mágica y religiosa. (34) 
Las deidades venado o los variados tipos de venados en cuanto seres 
sagrados aparecen con frecuencia en las cosmologías y rituales de 
innumerables pueblos indígenas, tanto que sus representaciones iconográficas 
29 
 
 
 
están siempre presentes en el arte rupestre y en los restos de la cultura 
material. (34) Figs. 9, 10 y 11. 
En los reportes de los jesuitas que misionaron entre los indígenas en el norte 
de México en el siglo XVI se anota en su Anuas: 
“de los venados que cogían, guardaban siempre las cabezas con sus astas 
usando en esto un genero de idolatría: porque de estas cabezas esperaban 
favor para la felicidad de sus cazas y matar muchos venados”. 
En el Anua de 1596 el padre jesuita Figueroa anota: 
―tenían especial reverencia a las cabezas de ciervos, ofrecíanles ciertas 
ceremonias para alcanzar salud en sus enfermedades‖. 
 ―Estando el Padre visitando a una enferma vio muchas cabezas de estas con 
sus astas puestas con buen orden, que se dejaba entender como misterio en 
aquello‖. (34) 
 
 
Figura 9. Petroglifos en el estado de Chihuahua con representaciones 
zoomorfas, entre las que se aprecian venados. 
Fuente: Ortiz (2010). (34) 
 
 
 
 
 
30 
 
 
 
 
Figura 10. Pintura rupestre en el estado de Chihuahua, en la que se representa 
la cacería de un venado. 
Fuente: Ortiz (2010). (34) 
 
 
 
Figura 11. Petroglifo en el estado de Chihuahua, 
 en el que se representa a un venado. 
Fuente: Ortiz (2010). (34) 
 
 
Los mayas 
 
El desarrollo histórico de los mayas abarca aproximadamente del siglo XVIII 
a.C. al siglo XVI d.C., más de 3000 años. Después de la conquista española su 
historia sufrió un cambio radical, pero a 500 años la mayoría de las etnias 
habita aún en sus territorios hablando sus lenguas y conservando algunas 
creencias y costumbres. (35) 
Los mayas ocuparon, y ocupan un territorio continuo del trópico 
mesoamericano que abarca la península de Yucatán, los estados de 
Campeche, Quintana Roo, Tabasco y Chiapas en México, todo el territorio de 
Belice y Guatemala y las porciones occidentales de Honduras y El Salvador. 
31 
 
 
 
En esta vasta extensión territorial encontramos una diversidad biológica 
abundante y diversa, la variedad animal del área es sorprendente, hay grandes 
felinos como el jaguar, diversas especies de monos, venados, jabalíes y otros 
mamíferos. Los mayas son un conjunto de etnias con diferentes lenguas y 
costumbres, pero que comparten ciertas características por lo que se les 
considera como una sola cultura. (35) 
Por medio de trampas o cacerías organizadas en las que se emplean flechas, 
dardos y jabalinas se consiguen animales como el Keh (venado), el kitam 
(jabalí), el thul (conejo) y el uech (armadillo). Para la cacería de venados se 
emplean unos perros llamados ankehpec, los cuales tienen un extraordinario 
olfato. El venado al igual que el faisán sólo se cazan para alimento de los altos 
dignatarios que los ingiere ritualmente en las ceremonias. (36) 
―Tenían muchos ídolos (…) y para cada cosa tenían un dios. 
Uno principalmente (…) que decían que era venado. En matando un indio a un 
venado, venía luego a su dios y con el corazón le untaba la cara de sangre, y si 
no mataba algo aquel día, íbase a su casa aquel indio, le quebraba y dábale de 
coces diciendo que no era un buen dios‖. (35) 
Los antiguos mayas registraban el paso del tempo mediante varios ciclos 
calendáricos distintos, agrupando días en grandes periodos basándose en 
consideraciones astronómicas y de otra índole. Uno de estos es el calendario 
de las 13 lunas en movimiento. (35) 
Cada ser humano tiene otro yo, un espíritu animal que le vive adentro y le 
aporta sus características zoológicas, así poseyendo esa otra fuerza que lo 
complementa puede cumplir mejor con su destino. El venado por ser un animal 
sagrado resulta un buen espíritu protector, que otorga dotes creativos a los que 
32 
 
 
 
nacen bajo su influencia, sobre todo en la época de reproducción de la especie 
(abril a junio). (35) 
Dentro del calendario de las 13 lunas en movimiento del horóscopo maya, el 
venado representa al 3-Keh (Venado o Ciervo) del 20/septiembre al 
17/octubre. 
El Venado es el tercer peldaño de conciencia de la evolución, en el Génesis 
maya. Representa la combinación de las tres fuerzas: el Creador, lo creado y la 
energía que lo sostiene. Es el paralelo en la mitología maya de lo expresado en 
la fe cristiana en la Santísima Trinidad, la unión del Padre, el Hijo y el Espíritu 
Santo. Las tres fuerzas se reúnen aquí bajo el signo del Venado. El Espíritu se 
encuentra en armonía, las fuerzas en equilibrio. El Ser recién ha nacido y 
comienza a dar sus primeros pasos en el universo material, el Mundo de la 
Forma. Por eso los nativos de este signo se muestran frágiles y vulnerables, 
sensibles, temerosos de lo desconocido. Aún todo está por descubrirse, por 
eso, el Venado es el ser más sensible y delicado de todo el Zodiaco Maya. (37) 
Fig. 12. 
 
 
Figura 12. Signo Zodiacal Maya, realizado en un plato de cerámica. La 
iconografía es tomada del Códice de París y las fechas corresponden a las 
propuestas por José Argüelles en el "Dreamspell" (Calendario de las 13 Lunas). 
Fuente: Schele (1993). (37) 
33 
 
 
 
Los antiguos mayas mezclaron un poco de realidad con mucha imaginación; 
así crearon numerosas leyendas, que se han contado una y otra vez desde los 
tiempos antiguos. En varias de esas leyendas aparece el venado. 
 
Leyenda maya: El Mayab, la tierra del faisán y del 
venado. 
Hace mucho, pero mucho tiempo, el señor Itzamná decidió crear una tierra que 
fuera tan hermosa que todo aquél que la conociera quisiera vivir allí, 
enamorado de su belleza. Entonces creó El Mayab, la tierra de los elegidos, y 
sembró en ella las más bellas flores que adornaran los caminos, creó enormes 
cenotes cuyas aguas cristalinas reflejaran la luz del Sol y también profundas 
cavernas llenas de misterio. Después, Itzamnále entregó la nueva tierra a los 
mayas y escogió tres animales para que vivieran por siempre en El Mayab y 
quien pensara en ellos lo recordara de inmediato. Los elegidos por Itzamná 
fueron el faisán, el venado y la serpiente de cascabel. Los mayas vivieron 
felices y se encargaron de construir palacios y ciudades de piedra. Mientras, 
los animales que escogió Itzamná no se cansaban de recorrer El Mayab. El 
faisán volaba hasta los árboles más altos y su grito era tan poderoso que 
podían escucharle todos los habitantes de esa tierra. El venado corría ligero 
como el viento y la serpiente movía sus cascabeles para producir música a su 
paso. Así era la vida en El Mayab, hasta que un día, los chilam, o sea los 
adivinos mayas, vieron en el futuro algo que les causó gran tristeza. Entonces, 
llamaron a todos los habitantes, para anunciar lo siguiente: —Tenemos que dar 
noticias que les causarán mucha pena. Pronto nos invadirán hombres venidos 
34 
 
 
 
de muy lejos; traerán armas y pelearán contra nosotros para quitarnos nuestra 
tierra. Tal vez no podamos defender El Mayab y lo perderemos. Al oír las 
palabras de los chilam, el faisán huyó de inmediato a la selva y se escondió 
entre las yerbas, pues prefirió dejar de volar para que los invasores no lo 
encontraran. 
Cuando el venado supo que perdería su tierra, sintió una gran tristeza; 
entonces lloró tanto, que sus lágrimas formaron muchas aguadas. A partir de 
ese momento, al venado le quedaron los ojos muy húmedos, como si estuviera 
triste siempre. 
Sin duda, quien más se enojó al saber de la conquista fue la serpiente de 
cascabel; ella decidió olvidar su música y luchar con los enemigos; así que creó 
un nuevo sonido que produce al mover la cola y que ahora usa antes de atacar. 
Como dijeron los chilam, los extranjeros conquistaron El Mayab. Pero aún así, 
un famoso adivino maya anunció que los tres animales elegidos por Itzamná 
cumplirán una importante misión en su tierra. Los mayas aún recuerdan las 
palabras que una vez dijo: 
—Mientras las ceibas estén en pie y las cavernas de El Mayab sigan abiertas, 
habrá esperanza. Llegará el día en que recobraremos nuestra tierra, entonces 
los mayas deberán reunirse y combatir. Sabrán que la fecha ha llegado cuando 
reciban tres señales. La primera será del faisán, quien volará sobre los árboles 
más altos y su sombra podrá verse en todo El Mayab. La segunda señal la 
traerá el venado, pues atravesará esta tierra de un solo salto. La tercera 
mensajera será la serpiente de cascabel, que producirá música de nuevo y ésta 
se oirá por todas partes. Con estas tres señales, los animales avisarán a los 
mayas que es tiempo de recuperar la tierra que les quitaron. 
35 
 
 
 
Ése fue el anuncio del adivino, pero el día aún no llega. Mientras tanto, los tres 
animales se preparan para estar listos. Así, el faisán alisa sus alas, el venado 
afila sus pezuñas y la serpiente frota sus cascabeles. Sólo esperan el momento 
de ser los mensajeros que reúnan a los mayas para recobrar El Mayab. (38) 
Fig.13. 
 
Figura 13. Representacion de los tres animales a los que hace referencia la 
leyenda de ―El Mayab, la tierra del faisán y del venado‖. 
Fuente: Mediz (1983). (38) 
 
Leyenda maya: ―La Piel del Venado‖ 
 
Los mayas cuentan que hubo una época en la cual la piel del venado era 
distinta a como hoy la conocemos. En ese tiempo, tenía un color muy claro, por 
eso el venado podía verse con mucha facilidad desde cualquier parte del 
monte. Gracias a ello, era presa fácil para los cazadores, quienes apreciaban 
mucho el sabor de su carne y la resistencia de su piel, que usaban en la 
construcción de escudos para los guerreros. Por esas razones, el venado era 
muy perseguido y estuvo a punto de desaparecer de El Mayab. 
Pero un día, un pequeño venado bebía agua cuando escucho voces extrañas; 
al voltear vio que era un grupo de cazadores que disparaban sus flechas contra 
él. Muy asustado, el cervatillo corrió tan veloz como se lo permitían sus patas, 
36 
 
 
 
pero sus perseguidores casi lo atrapaban. Justo cuando una flecha iba a 
herirlo, resbalo y cayó dentro de una cueva oculta por matorrales. En esta 
cueva vivían tres genios buenos, quienes escucharon al venado quejarse, ya 
que se había lastimado una pata al caer. Compadecidos por el sufrimiento del 
animal, los genios aliviaron sus heridas y le permitieron esconderse unos días. 
El cervatillo estaba muy agradecido y no se cansaba de lamer las manos de 
sus protectores, así que los genios le tomaron cariño. 
En unos días, el animal sano y ya podía irse de la cueva. Se despidió de los 
tres genios, pero antes de que se fuera, uno de ellos le dijo: 
- ¡Espera! No te vayas aun; queremos concederte un don, pídenos lo que más 
desees. 
El cervatillo lo pensó un rato y después les dijo con seriedad: 
- Lo que más deseo es que los venados estemos protegidos de los hombres, 
¿ustedes pueden ayudarme? 
- Claro que si - Aseguraron los genios. Luego, lo acompañaron fuera de la 
cueva. Entonces uno de los genios tomo un poco de tierra y la echó sobre la 
piel del venado, al mismo tiempo que otro de ellos le pidió al Sol que sus rayos 
cambiaran de color al animal. Poco a poco, la piel del cervatillo dejó de ser 
clara y se lleno de manchas, hasta que tuvo el mismo tono que la tierra que 
cubre el suelo de El Mayab. En ese momento, el tercer genio dijo: 
- A partir de hoy, la piel de los venados tendrá el color de nuestra tierra y con 
ella será confundida. Así los venados se ocultarán de los cazadores, pero si un 
día están en peligro, podrán entrar a lo más profundo de las cuevas, allí nadie 
los encontrara. 
37 
 
 
 
El cervatillo agradeció a los genios el favor que le hicieron y corrió a darles la 
noticia a sus compañeros. Desde ese día, la piel del venado representa a El 
Mayab: su color es de la tierra y las manchas que lo cubren son como la 
entrada de las cuevas. (39) 
La cerámica pintada del periodo Clásico y Clásico Tardío maya constituye una 
de las expresiones artísticas más extraordinarias del mundo. Muestran 
representaciones pictóricas realistas de personajes humanos y divinos 
involucrados en actividades mitológicas e históricas, entre los que podemos 
encontrar en gran variedad de piezas al venado. Figs.14, 15 y 16. Además de 
la pintura en cerámica, los mayas gustaban de la escultura, muestra de ello se 
encuentra en su vasta y majestuosa arquitectura plegada de escultura en alto 
relieve, no obstante, utilizaban para dicho arte otros materiales como piedras 
preciosas y huesos de animales como los de venado, para expresar momentos 
trascendentales y cotidianos de su vida. Fig.17. Dichas expresiones abren una 
ventana a la cultura maya. (35) 
 
 
Figura 14. Cajete policromo con la representación de un jaguar cazando un 
venado. Procedente de Tabasco, México. 
Fuente: Schmidt, Garza y Nalda. (1999). (35) 
 
 
38 
 
 
 
 
Figura 15. Plato policromo con representación de la cacería del venado. Los 
cazadores disfrazados con la cabeza de este animal tratan de atraerlo con un 
silbato; en el centro vemos al cazador que carga en los hombros la pieza 
capturada. 
Fuente: Schmidt, Garza y Nalda. (1999). (35) 
 
 
 
Figura 16. Cajete policromo. La decoración pintada consiste en dos cazadores 
con pintura corporal negra, cada uno lleva un sombrero de ala ancha coronado 
por una gran cabeza de venado y faldellín de palma o plumas para 
mimetizarse. Entre sus manos sostienen una cerbatana que aparentemente 
disparan contra pájaros vivos. Procedencia Campeche, México. 
Fuente: Schmidt, Garza y Nalda. (1999). (35) 
 
 
Figura 17. Hueso simbólico. Tibia de venado tallada, representa al decimosexto 
y último gobernante de Copán, ―Yax Pasah‖. 
 
Fuente: Schmidt, Garza y Nalda. (1999). (35) 
39 
 
 
 
Los huicholes 
 
Otro ejemplo de la influenciadel venado en la cultura mexicana se encuentra 
en los Wixaritarí o huicholes, que forman parte de los grupos indígenas 
asentados a lo largo de la Sierra Madre Occidental que se establecieron en la 
parte alta del Nayar distribuidos en los estados de Jalisco, Nayarit, Zacatecas y 
Durango, en terrenos escarpados que les han protegido en alguna medida de 
la influencia extranjera y globalizadora. Los municipios donde hay una mayor 
concentración de huicholes son Mezquitic y Bolaños en Jalisco, y La Yesca y El 
Nayar en Nayarit. (40,41) 
A finales del siglo XIX eran 5500 (en los datos de Lumholtz), en la actualidad se 
estima en unos 8000 los menos influenciados por la cultura occidental, que 
siguen de modo claro la costumbre; teniendo en cuenta los que se encuentran 
en diversos grados del proceso de mestizaje (algunos ya no viven en 
comunidades huicholas sino en ciudades y son difíciles de contabilizar como 
tales) deben ascender a más de 20000 individuos. Los mas autóctonos siguen 
prefiriendo vivir en rancherías (en células familiares nucleares o extensas, 
también poligínicas) en la sierra (siguen el modelo de hábitat disperso que 
permite la explotación de tierras a las que no se accedería con un sistema 
diferente, con poblamiento centrado en aldeas) y se juntan en las aldeas y 
pueblos para las fiestas y grandes ceremonias o para cumplir los cargos 
comunitarios obligatorios. (40,41) 
El pueblo huichol se distingue por elementos que caracterizan su cultura, su 
forma de vida, su organización comunitaria y sistema de gobierno, su 
pensamiento mágico-religioso, sus ceremonias y el concepto de territorio o la 
40 
 
 
 
«Madre Tierra» considerado como un todo sagrado. La vida cotidiana de los 
huicholes está basada en una permanente comunicación entre el mundo 
sagrado de sus dioses y el mundo cotidiano. Nada de lo que sucede en la 
comunidad puede estar fuera del contexto de comunicación con las esencias 
de la vida. Los encargados de mantener esta comunicación son los 
maracames, quienes a través del tiempo y la preparación física y espiritual 
establecen este vínculo con el que se resguarda el equilibrio entre ambos 
mundos. (40,41) 
Las creencias huicholas dictan que la historia se encuentra tejida en los hilos 
de sus incontables mitos, es por eso que éstos son los lineamientos que 
determinan las acciones sociales y religiosas de su gente. 
De acuerdo con su mitología el maíz primero fue venado, el venado es para 
ellos el bisabuelo Cola de Venado, anterior a uno de los dioses más antiguos, 
el Dios Viejo del Fuego a quien le dan el nombre de Abuelo Fuego, y anterior 
incluso al Sol, llamado Padre Sol. (40,41) Esta prioridad se inserta fácilmente en 
el contexto religioso de Mesoamérica donde los dioses creadores, señora 1 
Venado y señor 1 Venado, tal como están escritos en el códice Vindobonensis 
representan el principio creador de la dualidad de la unidad. (25) Fig.18. 
 
 
Figura 18. La creación del mundo según el Codice Vindobonensis 
Fuente: M. Libura (2005). (25) 
41 
 
 
 
La concepción de un Señor de los Animales es la misma que tienen los 
huicholes del Venado, su animal totémico y hasta hace poco una de sus 
principales fuentes de alimentación. Así, Tamatz Kallaumari es el Señor de los 
Venados, privilegio que comparte con sus hermanos Ishikuíkame y 
Watumukame. Tamatz vive en Leunar, adonde van las almas de los muertos, y 
él es quien decide si merecen entrar en la región de Wérika Wimari o si deben 
sufrir los horrores del inframundo gobernado por el terrible demonio Tukákame. 
Aunque Tamatz no creó el mundo, sí realizó sus hazañas en el tiempo 
originario, (40,419 como se menciona en su mito de la creación del Sol, en el cual 
se menciona que un niño ―buboso‖, porque tenía muchas pústulas y granos, fue 
mandado a sacrificar en el fuego por Tamatz Kallaumari, en sus intentos por 
sacar de la obscuridad al planeta, así antes de lanzarse al fuego el niño buboso 
se despidió de todos: 
Ha llegado el momento de morir, Tamatz, bisabuelo Cola de Venado, no me 
quites la vista de encima. Veme siempre, padre mío y, diciendo esto, se lanzo 
al fuego. Se hizo un gran remolino de viento, nunca se sintió un viento más 
fuerte, que arrastró las enfermedades del niño buboso, salpicando a los 
presentes con ellas, por eso se enferman los huicholes desde entonces. 
Paso el tiempo y el niño buboso cruzó el quinto mar a las cinco de la mañana, 
sin embargo el sol aún no era bautizado, no sabían cómo nombrarlo. En eso se 
escucho el graznido del guajolote ―tao, tao, tao‖ que en huichol significa nuestro 
padre el Sol‖ y desde entonces tomo ese nombre. 
A los pocos minutos se vio que Tao no podía subir más en el cielo. Su calor era 
insoportable. Tamatz Kallaumari dijo entonces: 
42 
 
 
 
-Nuestro padre el Sol está muy bajo. Yo trataré de subirlo. Con sus cuernos lo 
hizo subir un paso preguntando ¿está bien así?, no, no le respondieron los 
animales, nos estamos ahogando. Es necesario subirlo otro poco. Cuatro veces 
más lo subió Tamatz y a la quinta disminuyó la fuerza del Sol. – (42) 
Otra expresión en la que se hace evidente la trascendencia del venado para la 
cultura huichola es en la formación del chaman (maracame o cantador), las 
señales que anuncian al futuro cantador son los ―sueños iniciáticos de la 
infancia (cinco a seis años), en los cuales los dioses se comunican con ellos y 
muestran el modo de curar a los enfermos, estos son confirmados cuando el 
iniciado debe emprender su peregrinación obligatoria a Wirikuta, al mar, a las 
cuevas de Teacata o a la Laguna de Chapala (lugares sagrados para ellos). 
Antes de empezar el viaje no debe acostarse con su mujer y no puede comer 
sal en la comida, al terminar el ayuno emprende la marcha con los muvieris y 
una vela, llegando al lugar elegido se sienta a obscuras sabiendo de antemano 
la dura prueba que le aguarda. (40,41) 
A la media noche sale un animal que por lo general es un venado, acompañado 
de un fuerte viento, otras veces el futuro chamán elige el mar y se sienta en la 
playa. A la media noche sale del agua un venado, y el hombre lo sujeta de un 
cuerno con una mano y con la otra toma una piedra brillante oculta en algún 
lugar de su cornamenta, la cual le dará poderes mágicos. El éxito de la prueba 
consiste en que el aprendiz de maracame sepa dominar su miedo y actué con 
rapidez tomando la piedra mágica escondida entre los cuernos del venado. 
También el chamán, al efectuar sus rituales sólo es el intérprete de Tamatz 
Kallaumari, ya que el bisabuelo Cola de Venado es el chamán que canta las 
canciones durante la embriaguez mezcaliniana. 
43 
 
 
 
En la cacería del venado se manifiesta el eterno conflicto mítico, religioso y 
mundano en el que está inmerso la cosmovisión wixaritari y, por ende, la 
reverencia que los huicholes sienten ante el venado en todo momento. La 
noche anterior a la salida se reúnen los cazadores frente al Calihuey (llamado 
también Tokipa, Tuky o Ririki, es el templo huichol). Se ha cortado la leña para 
la hoguera que deberá arder toda la noche y sobre el itari (altar) están 
dispuestas las flechas y las jícaras de las ofrendas, los arcos, el maíz 
necesario, las carabinas y un lazo (wini yuri) en recuerdo de los lazos con que 
se cazaba antes a los venados. El maracame ocupa su lugar teniendo a sus 
pies el itari y principia a cantar: 
-Mañana saldremos a la sierra y mañana llevaremos el maíz, las flechas, y las 
jícaras para que tengamos suerte en la ―sagrada cacería del venado.‖ Le 
llamaremos a Parítzika (el Señor de los Venados), a Urimávika (la madre de los 
venados hembra), y a Yukávima (la madre de los venados machos) y les 
pediremos que nuestros hermanos nos esperen. A las madres les rogamos 
para que retengan a sus hijos y no se vayan a otros lugares remotos. 
A ti Abuelo Fuego, Tatevarí, a ti te llevaremos con nosotros para que alejes alas serpientes, a los alacranes, a los animales salvajes. Yo estaré junto a ti. Las 
mujeres, las que se quedan, vendrán todos los días y a media noche 
encenderán las velas; sólo así estaremos tranquilos en la sierra. 
A ti dice el chaman dirigiéndose a las mazorcas, a ti también maíz, te 
llevaremos con nosotros y te daremos de comer la sangre del primer venado 
que matemos, para que sanes, para que te alimentes. A nuestro regreso 
traeremos más sangre a fin de que se alimente el maíz que se queda y no 
tenga hambre y dé buenas cosechas.- 
44 
 
 
 
A media noche descansa el cantador y habla con los cazadores y las mujeres: 
-Ya presenté las ofrendas y el maíz; ya les pedí su ayuda a las madres de los 
venados. Las mujeres todo el tiempo que dure la cacería no deben beber ni 
comer hasta el medio día. Tampoco deben tomar sal. Nosotros cumplimos 
nuestro compromiso; ustedes también deben de sacrificarse. Nosotros 
andamos en la sierra; ustedes se quedan aquí sentadas. No olviden encender 
las velas ni atizar el fuego.- 
La mujer de Tatevarí, el cantador llamada Tatevarí Okaratz, es la que se 
encarga del fuego y de las mujeres durante los días que los cazadores están 
ausentes. Ella es asimismo la que ordena a los hombres acarrear diariamente 
la leña. Reúne a las mujeres dirigiéndoles una pequeña admonición: 
-Ustedes no se dan cuenta de lo que significa la cacería del venado. Yo sé un 
poco de eso y se los voy a decir para que aprendan lo que debe de saber la 
mujer del cantador: van a la caza para que no tenga hambre nuestro maíz. 
Ustedes deben de ayudar a los hombres no juntándose con otro hombre, 
siendo fieles, rezando, prendiendo las velas a media noche, ayunando. Si 
alguna de ustedes no cumple su deber, los hombres sufrirán en vano. El maíz 
no tendrá su alimento.- 
A los cinco días el maracame, puesto de pie, ofrece a los dioses de los rumbos 
cardinales, a las madres y a los dueños de los venados su ofrenda de atole y 
chocolate. Luego con su muvieri limpia los lazos, los rifles y las flechas. Los 
rifles que han venido a sustituir a las flechas y lazos, son objeto de una 
atención y cuidados especiales. La descompostura de un rifle o el hecho 
inquietante de que el cazador, en la última partida, haya sido incapaz de abatir 
45 
 
 
 
un venado, no se atribuyen a un desperfecto mecánico, a mala suerte o falta de 
puntería, sino al hechizo de un brujo. 
Todo se ha cumplido, dice el chaman. Anoche prometimos salir contigo, Abuelo 
Fuego, y ahora ha llegado el tiempo de salir. Ayúdanos. 
Se despiden de sus mujeres dan una vuelta en torno al fuego y cargados con 
sus canastos emprenden la marcha. 
Durante la segunda noche, Tatevarí el encargado del fuego, y Tatoutzi, su 
ayudante, sueñan en qué lugar puede encontrarse el venado y a la mañana 
siguiente comunican el sueño a los cazadores. 
Tatevarí y Tatoutzi no acompañan a los cazadores. Ellos permanecen en una 
especie de campamento donde se ha construido una plataforma alta en la que 
disponen las ofrendas a fin de que no las alcancen los perros. 
Entretanto, los pobres de la partida, los que carecen de rifles, han puesto sus 
lazos (trampas) y los cazadores, desplegados en un amplio círculo, siguen las 
huellas del venado precedidos de sus perros a los que azuzan gritándoles 
incesantemente: úsila, úsila, síguelo, síguelo. 
Los sentimientos con que se realiza la cacería son, como de costumbre, una 
mezcla de sentimientos profanos y sagrados en continua lucha. Por un 
segundo los embarga la pasión venatoria. En el interior de cada huichol hay un 
cazador, un hombre ligado a la naturaleza, pero sus relaciones con ella están 
regidas por unas leyes religiosas. 
El venado es uno de sus dioses principales, es el más amado, y su muerte 
supone tanto el júbilo orgulloso del cazador, como la pena del creyente por 
haberlo abatido. Su carne, aunque al final seguirá el camino de la olla, importa 
46 
 
 
 
mucho menos que la obtención de su sangre, el alimento sacralizador por 
excelencia. 
 Cuando ha caído un venado, el cazador grita o toca una sóla vez un cuerno 
dando aviso a sus compañeros. Luego, se le carga en la espalda y se le lleva a 
donde se le hace descansar cerca del fuego con la cabeza vuelta hacia el 
Oriente. Las mujeres que han ido a la expedición, o si no hay el maracame, 
ponen frente al venado una ofrenda de chocolate, atole y gordas pequeñas, y le 
introduce en la boca una gordita diciéndole: 
-Andabas en el monte, Hermano Mayor, y toda la mañana te estuvimos 
buscando. Ahora ya descansas. Pedimos humildemente a los dioses, tus 
padres y tus madres que nos perdonen por haberte causado la muerte.- 
Enseguida lo abren, le cortan la mitad del corazón y con su sangre llenan una 
tripa gruesa que de regreso al calihuey servirá para sacralizar las mazorcas, las 
flechas y las velas del afortunado que le dio muerte y después las que 
pertenecen al resto de los cazadores. También arrojan unas gotas de sangre al 
fuego y pintan unas rayas en el pie y en la mano del chamán, pues Tatevarí 
Maracame es su representante. En señal de gratitud clavan una flecha, la 
flecha del fuego, llamada Tatevarí Uruya, a la que se le amarra un pedacito de 
carne. Al que ha cargado al venado le tocan la cabeza, las patas y algunas 
veces el cuero. Las costillas se cuelgan de un árbol; la demás carne se 
convierte en cecina para las fiestas. A media noche encienden una vela como 
las mujeres lo encenderían en el calihuey. De regreso a su pueblo sacralizan 
con la sangre las mazorcas y las ofrendas del calihuey. 
Los huicholes no sienten demasiados escrúpulos en matar un venado. Piensan 
que Tamatz Kallaumari está vivo en Cerro Quemado y que los venados se 
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quedaron en la sierra para ser cazados. Por añadidura, el venado muerto no es 
otra cosa que sangre y carne. Su espíritu ha volado y está en compañía de sus 
padres y madres. Ellos siguen el ejemplo de los dioses cuando cazaron por 
primera vez al venado y esta ultima consideración justifica la cacería y 
desvanece la repugnancia que todo huichol experimenta cuando aniquila a un 
ser superior a quien verdaderamente se reverencia. 
 Las imágenes expresadas en su arte, representan historias y leyendas de su 
mitología, que organiza cada aspecto de su mundo y sus vidas. La base de sus 
rituales son los cantos de los marakames. Su arte es una traducción física 
literal de las imágenes visualizadas en un estado de amplia conciencia, 
inducida por su cactus sagrado. Este arte es también una manifestación 
tangible de sus experiencias en el reino de los dioses para que cada uno de 
nosotros vea, toque y comulgue, siendo de esa manera un medio para nuestra 
propia contemplación y transformación. Y en él es visible la presencia del 
venado en sus diferentes connotaciones. 
Otro mito que hace evidente la importancia del venado en la creación del 
mundo, es la referente a la ―Cacería mágica del bisabuelo Cola de Venado,‖ la 
cual es cantada en la fiesta del maíz tostado o del esquite, la cual termina el 
ciclo del peyote (inicia con la fiesta de los elotes y las calabazas). En esta, una 
vez prendidas las hogueras, los maracames se sientan en los equipales 
acompañados de sus ayudantes y cerca de la media noche inician el largo 
canto que menciona: 
La tierra nuestra madre Tatei Urianaka se detuvo para oír a los dioses decir 
que querían ir a Leunar (Cerro Quemado) y Tatei Urianaka convino en que 
emprendieran el largo viaje. 
48 
 
 
 
Tamatz, acompañado de su mujer comenzó el viaje desde el centro del mundo. 
Al llegar a Tatei Matinieri, hallaron a los dioses ya congregados a la orilla del 
agua y estos les preguntaron, ―¿Traen las ofrendas ordenadas por Tatei 
Urianaka?. Entonces Tamatz vio que le faltaban awakame (tabaco silvestre), 
dos pericos, uno grande y verde, otro chico, de copete colorado y el pájaro 
wainio, amarillo y negro. 
Tamatz dejóa su mujer con los dioses y emprendió el regreso al centro del 
mundo por lo faltante, pero durante esa breve espera pecó Tamatz al ver a una 
muchacha bañarse en el río y, movido por su belleza, olvidado de su mujer y de 
las ofrendas, corrió a su encuentro. (40,41) 
La danza del venado azul: inspirado en la danza del venado azul el hermano 
mayor, el guía a la tierra sagrada Wirikuta, es una de las danzas rituales 
dedicadas a Kayaumari, quien cuida a los peyoteros en los más de 500 
kilómetros de peregrinación desde Jalisco hasta San Luis Potosí, también es 
quien da permiso para entrar a la tierra sagrada y es a quien se le dan ofrendas 
para poder entrar sin problemas a Wirikuta. Esta danza recrea, con estilo 
artístico y mágico, la caza del venado, simulando con una cabeza del animal y 
diversas coreografías representadas por hombres y mujeres de las 
comunidades huicholas, las persecuciones, huidas, forcejeos y embestidas que 
implica esta cacería. 
No hay duda de que el venado desempeña un papel único y fundamental en la 
vida religiosa de los huicholes. Si su sangre es la ofrenda principal para los 
dioses y el medio primario de sacralización de todas las cosas, el venado por sí 
mismo es una entidad divina que se representa en múltiples versiones y que se 
evoca en toda clase de ritos. (40) Fig.19. 
49 
 
 
 
 
Figura 19. Ofrendas huicholas en santuario del ―cerro leunar‖ (el quemado), 
 San Luis Potosí. 
Fuente: Fotografía tomada por la autora. 
 
A continuación se muestran una serie de artesanías elaboradas por integrantes 
del pueblo huichol, en las que se representa a el venado, así como otros 
elementos de su cosmogonía. 
 
 
 Figura 20. Artesanía huichola. Imagen de madera de un venado 
cubierto con chaquiras. 
Fuente: http://www.yecan.com/spain/huichol_sp.html 
 
 
 
http://www.yecan.com/spain/huichol_sp.html
50 
 
 
 
 
 
Figura 21. Cuadro huichol realizado con la técnica de hilo sobre madera. 
Representación, de los tres elementos naturales más importantes de la 
cosmogonía huichola: el maíz, el cacto peyote y la cabeza del venado. 
Fuente: Bean (1979). (41) 
 
 
 
 
 
Figura 22. Cuadro huichol realizado con la técnica de hilo sobre madera. 
Representación del Sol al centro, rodeado de símbolos muy diversos 
incluyendo, la serpiente de agua, la planta de maíz, dos figuras del anciano 
Hermano venado y la pequeña Madre Águila. 
Fuente: Bean (1979). (41) 
 
 
 
 
 
 
 
51 
 
 
 
 
 
 
Figura 23. Cuadro huichol realizado con la técnica de hilo sobre madera. 
venados-los seres más sagrados en el mundo animal- 
Las partes internas del esqueleto en la representación del artista se refieren a 
la creencia de los huicholes de que la vida reside en los huesos y que el 
venado va a renacer de sus partes del esqueleto. 
Fuente: Bean (1979). (41) 
 
 
 
 
 
 
 
 
Figura 24. Traje de mujer con motivos bordados tradicionales. Los venados y 
águilas son los animales más representados en la vestimenta tradicional tanto 
de hombres como de mujeres dada su importancia en la cosmogonía de los 
Huicholes. 
Fuente: Bean (1979). (41) 
 
 
 
52 
 
 
 
Los coras 
 
Los coras, cuya denominación endoétnica es ―Náayarite‖, viven en el estado de 
Nayarit, ocupan un territorio de aproximadamente 5000 kilómetros cuadrados 
principalmente en los municipios El Nayar, Acaponeta, Rosamorada y Ruíz. 
Parte del sustento se obtiene mediante la caza, la pesca y la colecta de frutos. 
Sin embargo, debido a las condiciones de deforestación en la región, este 
complemento resulta cada vez menos frecuente y menor la variedad de los 
productos obtenidos, entre los que se encuentra el venado. Así en la 
actualidad, dependiendo de la región, por medio de la cacería se obtienen 
roedores, iguanas y algunas aves pequeñas. 
Los huicholes, son uno de los grupos étnicos cercanos y entreverados con 
ellos, por lo que muchas de sus costumbres y tradiciones se asemejan 
sobremanera. 
Los coras son un grupo eminentemente agricultor, por lo que distinguen con 
claridad entre la temporada de secas y la época de lluvias. El universo cora se 
encuentra distribuido de acuerdo con tal determinante. Dentro del ciclo ritual 
anual de los náayarite existen dos grupos de festividades, uno asociado al 
calendario litúrgico católico y en relación directa con las secas, y el otro en 
estrecha conexión con el proceso del crecimiento del maíz y con las 
actividades propias de la agricultura, correspondiente a la época de lluvias, 
está basado en los mitotes. 
Los mitotes son una ceremonia religiosa del ciclo agrícola, que realizan desde 
la antigüedad varias culturas indias mexicanas, como los nahuas, los coras, 
tepehuanes y huicholes, que se caracteriza por una danza en la que hombres 
53 
 
 
 
al centro y mujeres al exterior, forman dos círculos en torno al fuego, y 
ataviados con flores y sonajas en los pies, giran en sentido contrario al de las 
manecillas del reloj, mientras beben tesgüino, para invocar a las deidades o a 
los santos que benefician la siembra, la cosecha, entre otras. 
De modo invariable, los mitotes duran seis días. De los seis días los primeros 
cuatro son para velar, orar, hacer los preparativos del lugar y elaborar los 
objetos rituales que se utilizarán. Durante el cuarto día se preparan los objetos 
que serán utilizados durante el ritual, entre las que se encuentran flechas de 
tres tipos distintos (la primera es una vara con una cola de venado amarrada en 
la punta, otras son varas de carrizo con plumas blancas de paloma y plumas 
negras de aguililla). 
En el quinto día la mayor parte de la gente se acerca y participa en el mitote; de 
hecho es durante el quinto y siguiente día cuando se escenifica la ejecución del 
ritual. 
La parte musical consta del canto, largas oraciones en cora donde se 
mencionan los nombres de los dioses, su relación con los hombres y la de los 
hombres con la naturaleza. Algunos cantos están relacionados con seres 
naturales básicos en su cosmovisión, por ejemplo, el canto del muaxá 
(venado), en cuya danza se escenifica la caza del mismo. 
Cada animal posee un significado mítico; el venado es símbolo de los astros 
que mueren y renacen. También los animales tienen voluntad y cambian su 
ser: son dioses, encarnaciones naturales y hombres, se transforman en el 
curso del ritual. Por eso mueren y renacen todos los días en su necesario ciclo 
anual. Esto significa que la muerte que se dé en la fiesta asume carácter 
mágico, ritual, sagrado, religioso. El astro muere pero se pone otra vez de pie. 
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Los coras dicen que su vida depende por completo del hermano mayor, la 
estrella matutina, pues él los protege de las enfermedades, les ha enseñado a 
hacer los mitotes, inventó las milpas, les enseñó a cultivar y les dio el maíz. 
Aquí destaca la duplicidad de Venus, pues se recuerda que Sáutari es el maíz, 
entregado a los coras por ja’a-tzí-Kan, que su naturaleza es ser el maíz y la 
vegetación, concepto con el que se confunde con Sáutari; lo mismo sucede con 
el venado, es decir, la estrella vespertina, que es cazado por la matutina: 
Venus es al mismo tiempo agricultor y cosecha, cazador y presa. (43) 
A continuación se mencionan fragmentos de un poema cora originario del 
Estado de Nayarit, México, titulado: ―Orígenes del venado‖. 
 
 ―Allá nació, en el monte, 
Allá nació, bajo el encino, 
Allá nació, entre la hierba, 
Allá nació, bajo el árbol de Tepame, 
Allá nació, en el mundo entero. 
Allá nació, abajo, en el oriente, 
Allá nació, en el poniente, 
Allá nació, en el norte, 
Allá nació en el sur, 
Allá nació, en el mundo inferior, 
Allá nació, en el mundo entero‖. (43) 
 
 
 
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El Venado en la crónica de Fray Bernardino de Sahagún 
 
Los animales existentes en Mesoamérica a la llegada de los españoles y 
posteriormente en el siglo XVI, fueron conocidos

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