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Errores-innatos-del-metabolismo-en-ninos-tabasquenos

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
FACULTAD DE MEDICINA 
 
 
TESIS DE POSGRADO 
PARA OBTENER EL TÌTULO DE: 
 
MÉDICO ESPECIALISTA 
EN 
PEDIATRÍA 
 
TITULO: 
ERRORES INNATOS DEL METABOLISMO EN NIÑOS 
TABASQUEÑOS 
 
ALUMNO: 
PRISCILA GONZALEZ TRUJILLO 
 
 
DIRECTOR: 
DR. EDUARDO RAMÓN GORIÁN MALDONADO 
DR. MANUEL EDUARDO BORBOLLA SALA 
 
Villahermosa, Tabasco. Agosto de 2015 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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DERECHOS RESERVADOS © 
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2 
 
 
HOSPITAL REGIONAL DE ALTA ESPECIALIDA DEL NIÑO 
“DR. RODOLFO NIETO PADRÓN” 
INSTITUCIÓN DE ASISTENCIA, ENSEÑANZA 
E INVESTIGACIÓN 
SECRETARIA DE SALUD EN EL ESTADO 
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
 
 
 
 
 
 
TESIS DE POSGRADO 
PARA OBTENER EL TÍTULO DE: 
 
MÉDICO ESPECIALISTA 
EN 
PEDIATRÍA 
 
 
TITULO: 
Errores innatos del metabolismo en niños 
tabasqueños 
 
 
 
Dra. Priscila González Trujillo 
 
ASESORES: 
Dr. Eduardo Ramón Gorián Maldonado 
Dr. Manuel Eduardo Borbolla Sala 
 
 
 
 
 
 
 
Villahermosa, Tabasco agosto de 2015 
Autorizo a la Dirección General de Bibliotecas de la 
UNAM a difundir en formato electrónico e impreso el 
contenido de mi trabajo recepcional. 
NOMBRE: Priscila González Trujillo 
FECHA: AGOSTO DE 2015 
3 
 
 
INDICE 
I RESUMEN 1 
II ANTECEDENTES 2 
III MARCO TEORICO 6 
IV PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA 41 
V JUSTIFICACION 41 
VI OBJETIVOS 42 
a. Objetivo general 
b. Objetivos específicos 
VII METODOLOGIA 43 
a. Diseño del estudio. 
b. Unidad de observación. 
c. Universo de Trabajo. 
d. Calculo de la muestra y sistema de muestreo. 
e. Definición de variables. 
f. Estrategia de trabajo clínico 
g. Criterios de inclusión 
h. Criterios de exclusion 
i. Criterios de eliminación 
j. Métodos de recolección y base de datos 
k. Análisis estadístico 
l. Consideraciones éticas 
VIII RESULTADOS 47 
IX DISCUSIÓN 53 
X CONCLUSIONES 55 
XI REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS 57 
XII ORGANIZACIÓN 59 
 
XIII EXTENSIÓN 60 
XIV CRONOGRAMA DE ACTIVIDADES 61 
Margarita
Texto escrito a máquina
BIBLIOGRAFÍA
1 
 
 
I. Resumen 
Introducción: Los errores innatos del metabolismo (EIM) o enfermedades 
metabólicas hereditarias, son un grupo muy heterogéneo de enfermedades 
congénitas. Aunque son relativamente raros en la población pediátrica, estos 
trastornos han adquirido importancia creciente debido a que conducen a una 
elevada morbimortalidad y discapacidad. Se han descrito cerca de 5,000 EIM, y 
casi 25% de ellos afecta a los niños desde el periodo neonatal. 
Objetivo: Identificar las características clínicas de pacientes con errores innatos 
del metabolismo en niños del HRAEN RNP en el periodo 2010-2014. 
Metodología. Se trató de un estudio observacional, transversal y descriptivo. De 
76 pacientes menores de 15 años con diagnóstico de error innato del 
metabolismo en el HRAEN RNP en el periodo de 2010 a 2014. A través de la 
identificación de los pacientes con EIM en los expedientes clínicos, se analizaron 
por grupo y tipo de error, se evaluó el cuadro de presentación, características 
clínicas, diagnóstico y estado actual de los pacientes. Se recaudó la información 
en bases de datos y se analizó posteriormente con el sistema estadístico SPSS. 
Se realizó estadística descriptiva y tasas de frecuencia y prevalencia hospitalaria. 
Resultados. Muestra estudiada se encontró predominio importante del 
hipotiroidismo con un 43 % de los pacientes, seguido de las alteraciones 
hematológicas 17% que incluye anemia de células falciformes, esferocitosis y 
talasemias; hiperplasia suprarrenal congénita 8.8 % y la fibrosis quística 5.3%. 
Dentro de las de metabolismo intermedio la más frecuente fue la argininemia con 
1.7%. Dentro de las de atesoramiento la más frecuente fue la 
mucopolisacaridosis con 3.5 %. Las características clínicas en pacientes con 
errores innatos del metabolismo fueron ictericia 20 (26%), con retraso psicomotor 
13 (17%), anemia 31 (40%), Infecciones recurrentes 13 (17%) entre otras. 
Conclusiones. La mayoría de los errores innatos del metabolismo se manifiesta 
en la edad pediátrica, no reconocerlas conduce a secuelas siendo las más 
frecuentes: ictericia, anemia, infecciones recurrentes y retardo mental. La 
prevención de estas secuelas con un diagnóstico oportuno es el enorme desafío 
al que se enfrentan los pediatras Es importante señalar que el tamiz neonatal 
sólo detecta algunos de estos trastornos y el diagnóstico de la mayoría de ellos 
va a depender de la sospecha clínica del médico. Cuanto más precoz y más 
preciso sea el diagnóstico, antes podremos iniciar un tratamiento (cuando exista), 
evitando o retrasando las secuelas y en muchos casos, salvando la vida del 
paciente. 
Palabras clave: Errores innatos del metabolismo, hipotiroidismo, hiperplasia 
suprarrenal congénita, fibrosis quística. 
 
 
 
 
2 
 
II. Antecedentes 
 
Los errores innatos del metabolismo (EIM) o enfermedades metabólicas 
hereditarias, son un grupo muy heterogéneo de enfermedades congénitas. 
Aunque son relativamente raros en la población pediátrica, estos trastornos han 
adquirido importancia creciente debido a que conducen a una elevada 
morbimortalidad y discapacidad. Se han descrito cerca de 5,000 EIM, y casi 25% 
de ellos afecta a los niños desde el periodo neonatal. 
En 1904 el doctor Archibald E. Garrod describió la alkaptonuria, una enfermedad 
que clasificó como una alteración química congénita. Más tarde, en 1909, 
describió otras enfermedades: albinismo, cistinuria, porfiria y pentosuria, a los 
que llamó “errores innatos del metabolismo”. Las conclusiones de Garrod fueron 
correctas en relación a la base genética de alteraciones metabólicas y al 
concepto de genes y enzimas. 
De acuerdo a Scriver en su prólogo de “Guía para diagnóstico de laboratorio de 
enfermedades metabólicas”, la importancia de la observación de Garrod de que 
los errores innatos del metabolismo (EIM) son manifestaciones de individualidad 
bioquímica, nunca fue reconocida durante su vida, ni siquiera en estos días, ya 
que muchos médicos aún creen que los EIM son situaciones de extrema rareza 
que nunca se ven en la práctica médica común. Los EIM producen 
manifestaciones en todos los órganos, desde la vida fetal hasta la geriátrica y 
que son omnipresentes1. En las últimas décadas, gracias a los enormes avances 
científicos y tecnológicos, el escenario de los EIM ha cambiado de forma 
3 
 
dramática por dos situaciones específicas: los nuevos tratamientos médicos 
como reemplazo enzimático, trasplante de médula ósea, entre otras y los nuevos 
métodos de tamiz que permiten su diagnóstico antes que aparezcan los 
síntomas, enetapas muy tempranas de la vida. Por otro lado, el diagnóstico 
temprano de estas enfermedades ha propiciado la ampliación del tamiz neonatal, 
ya que tradicionalmente sólo se empleaba para la fenilcetonuria y el 
hipotiroidismo congénito y en la actualidad es posible detectar 800 enfermedades 
mediante unas gotas de sangre depositadas en la tarjeta de Guthrie. 
Se estima que de manera colectiva, los EIM afectan entre 1:500 a 1:1,500 recién 
nacidos y la presencia de estos trastornos entre los niños enfermos es aún 
mayor. Generalmente, los datos consistentes sobre la frecuencia de los EIM 
provienen de la información generada por los sistemas de tamiz neonatal 
ampliado y se sabe que existen diferencias en la prevalencia de los EIM 
dependiendo de la etnicidad de la población analizada2 
Los EIM de manera individual, se han clasificado como enfermedades raras, 
siguiendo la definición internacionalmente aceptada de una frecuencia menor a 1 
en 2,000. 
Los trastornos endocrinológicos son los más numerosos. El más frecuente es 
el hipotiroidismo congénito, cuya incidencia es de 1:2,000 recién nacidos. Cabe 
aclarar, que en la incidencia general del hipotiroidismo congénito, se incluyen 
todas sus variantes: formas transitorias, disgenesias y errores de la síntesis de 
las hormonas tiroideas y de sus receptores. Entre los EIM destacan la fibrosis 
4 
 
quística que ocurre en 1:3,721 y la anemia de células falciformes, cuya incidencia 
va de 1:3,721 a 1:5,000 RN. 
La frecuencia de los EIM tiene importantes variaciones regionales y 
poblacionales; basta mencionar los siguientes ejemplos: la enfermedad de orina 
de jarabe de arce (EOJA) que en la población europea se ve en 1:80,000 
nacimientos, en la población Amish de Pensilvania se ve un caso por cada 800 
RN. La hiperplasia suprarrenal congénita a nivel mundial se estima en 1:10,000 a 
1:25,000 RN, mientras que en la población de esquimales Yupik de Alaska afecta 
a 1:490 nacimientos. En contraste, la fenilcetonuria que a nivel global se ve en 
1:18,000 RN, en la población finlandesa es extraordinariamente rara: sólo un 
caso de cada 100,000 nacimientos. Estas variaciones del número de casos de 
una misma enfermedad en un país o región, son muestra de la enorme 
diversidad genética del ser humano y de la complejidad de su extensión 
poblacional y territorial. Recientemente se han encontrado evidencias de que la 
diversidad genética puede explicarse principalmente por la expansión humana de 
los antepasados africanos, cuya migración fue acompañada de eventos 
fundadores subsecuentes, y complicada por fenómenos como la deriva génica, 
las mutaciones recurrentes, la recombinación intragénica, la colonización, el 
intercambio continuo de gente y la selección natural3. 
La Dra. Torres y cols. en el 2007 realizaron en Nuevo León, México un tamizaje 
analizando 42,264 muestras, detectando 7 casos, los cuales fueron: 
homocistinuria, fenilcetonuria, citrulinemia, tirosinemia/transitoria, deficiencia de 
3-metilcrotonil-CoA carboxilasa, deficiencia de 3-hidroxi-3-metilglutaril-CoA liasa 
5 
 
y galactosemia típica con incidencia acumulada de defectos metabólicos en la 
población de 1:5000 con 0.22% de casos falso-positivos, por espectrometría de 
Tándem, la cual es empleada en algunos países del mundo y permite identificar y 
tratar con oportunidad más enfermedades que con el método convencional4. 
En México se realiza el tamiz neonatal básico para cuatro enfermedades: 
hipotiroidismo congénito, galactosemia clásica, fenilcetonuria e hiperplasia 
suprarrenal congénita. Con los avances en el tratamiento y la ampliación 
recomendada para la evaluación del recién nacido las consecuencias 
perjudiciales para la salud ahora pueden ser minimizadas o evitadas5. 
En los años recientes, el avance de la ciencia y la tecnología han conducido a la 
factibilidad de realizar el tamiz neonatal para un número cada vez mayor de 
enfermedades, siendo actualmente posible, al menos en teoría, la detección de 
cerca de 1000 enfermedades; incluso ahora se están realizando estudios para el 
tamiz de condiciones tales como: inmunodeficiencia combinada severa, 
enfermedades lisosomales y el síndrome X frágil, entre otras. Sin embargo, la 
mayoría de las normas que regulan el tamiz neonatal en casi todo el mundo han 
sido rápidamente rebasadas por la ciencia y la tecnología, y una consecuencia 
de esto ha sido que existe una enorme disparidad entre países y regiones sobre 
el número de enfermedades que se detectan en el neonato de manera rutinaria y 
obligatoria en cada lugar. 
La variabilidad de los paneles de tamiz neonatal es un fenómeno común, no 
sólo en nuestro país, sino también en el mundo, sin embargo, en la mayoría de 
los países desarrollados existen una serie de lineamientos o recomendaciones 
6 
 
generales que regulan esta práctica y orientan a los médicos sobre su actuar. 
Recientemente la Organización Mundial de la Salud publicó la síntesis y revisión 
de los criterios para el correcto establecimiento de los programas de tamiz de 
enfermedades6. 
En el caso de la secretaría de salud del estado de Tabasco se estudian 67 
enfermedades desde el año 2007. 
 
III. Marco teórico 
Los errores innatos del metabolismo (EIM) son un grupo complejo y heterogéneo 
de trastornos monogénicos cuyas consecuencias clínicas son generalmente 
graves y causan importante morbimortalidad, primordialmente en los pacientes 
pediátricos2; son de herencia autosómica recesiva en su mayoría. La alteración 
en un gen produce un defecto enzimático, que conduce a las alteraciones 
bioquímicas características de cada enfermedad metabólica y son responsables 
de los fenotipos desadaptativos propios de cada patología7. Los EIM causan 
enfermedades metabólicas hereditarias y clásicamente resultan de la falta de 
actividad de una o más enzimas específicas o defectos de la transportación de 
proteínas. Las consecuencias son usualmente la acumulación de sustancias en 
pequeñas cantidades, la deficiencia de productos intermediarios críticos, la 
deficiencia de productos finales específicos o más aún el exceso nocivo de 
productos de vías metabólicas alternativas. 
Las bases de los desórdenes bioquímicos en las enfermedades metabólicas 
congénitas son mutaciones genéticas en loci enzimáticos que afectan proteínas 
7 
 
activadoras o co-factores de enzimas, transportación de proteínas, sistemas de 
acarreamiento o marcadores. 
Patrones de herencia. La mayoría de las enfermedades metabólicas congénitas 
son rasgos autosómicos recesivos, por lo tanto tienen un riesgo de recurrencia 
de 25% para cada gestación de padres heterocigotos. Algunas enfermedades 
son ligadas al cromosoma X, en el que la madre es la portadora de la mutación, 
con el riesgo de recurrencia para cada gestación de 50% para los hombres y 
50% para mujeres de ser portadoras de la mutación que puede pasarla a sus 
hijos. Además hay enfermedades mitocondriales determinadas por mutaciones 
en el ADN mitocondrial, en el que el riesgo de ocurrencia es virtualmente de 
100% de los niños de ambos sexos1. 
Desde el punto de vista fisiopatológico, la mayoría de los EIM intermedio entran 
en las categorías de defectos de tipo intoxicación o energético (grupos 1 y 2 de la 
clasificación propuesta por Saudubray) 8y predominantemente presentan en su 
curso evolutivo problemas agudos que requieren atención urgente, 
especialmente en el periodo neonatal y del lactante, aunque ocurren en cualquier 
otra época de la vida. Dentro de sus características clínicas más notables, 
destacan las manifestaciones neurológicas y digestivas, pero pueden afectar a 
todos los órganos y sistemas del cuerpo. Clasificación clínica de los errores 
innatos del metabolismo 
Una de las clasificaciones más educacionales y clínicas de los EIM se encuentra 
en Las Bases Metabólicas y Moleculares de Enfermedades Hereditarias, en su 
edición de 1995,por Saudubray y Charpentier, que clasifica los EIM de acuerdo 
8 
 
al fenotipo y presenta tablas de signos y síntomas y diagramas de flujo que 
ayudan enormemente en la práctica diaria. 
Categoría 1. Enfermedades que solo afectan u sistema anatómico o funcional u 
órgano, como el sistema endócrino, sistema inmune, factores de coagulación o 
lipoproteínas. Los síntomas son uniformes y el diagnóstico correcto es 
usualmente fácil porque la base del defecto bioquímico incorpora la 
consecuencia, por ejemplo, la tendencia a sangrar en casos de defectos de la 
coagulación. 
Categoría 2. Enfermedades en que las bases metabólicas afectan una vía 
metabólica común a un gran número de células u órganos, como en 
enfermedades de almacenamiento por desórdenes lisosomales, o está 
restringida a un órgano con consecuencias humorales y sistémicas, como la 
hiperamonemia en defectos del ciclo de la urea o hipoglicemia en glucogenosis 
hepática. Las enfermedades en esta categoría tienen una gran diversidad clínica. 
El sistema nervioso central es frecuentemente atacado y en la evolución de la 
enfermedad pueden aparecer muchas anormalidades secundarias haciendo el 
diagnóstico más difícil. Esta categoría incluye muchos errores del metabolismo 
intermediario (defectos de carbohidratos, metabolismo de ácidos orgánicos o 
aminoácidos con desajustes secundarios de la homeostasis de vitaminas y 
minerales; desórdenes de purinas y peroxisomas), enfermedades de transporte 
intracelular (defectos del retículo endoplásmico y aparato de Golgi) y defectos 
lisosomales. 
Estas enfermedades pueden ser divididas en tres grupos desde una perspectiva 
fisiopatológica, ayudando en el razonamiento diagnóstico. 
9 
 
Grupo 1. Alteraciones en la síntesis o catabolismo de moléculas complejas. Los 
síntomas son permanentes, progresivos, independientes de eventos incidentales 
y no están relacionadas a ingestión alimentaria. 
Desordenes lisosomales. También llamados enfermedades de almacenamiento. 
Éstos llevan a la acumulación progresiva de sustratos no digeridos, usualmente 
polímeros, que usualmente no pueden ser hidrolizados. Los polímeros se 
acumulan en los lisosomas, donde pueden verse usando microscopía 
electrónica. Los tejidos afectados son aquellos en los que la sustancia es 
usualmente catabolizada en grandes cantidades: linfocitos circulantes, 
fibroblastos, hígado, bazo, conjuntiva, médula ósea y mucosa intestinal. Las 
manifestaciones clínicas en este grupo son generalmente hepatomegalia o 
hepatoesplenomegalia; rasgos dismórficos (facies tosca) que están presentes al 
nacimiento (gangliosidosis) o se desarrollan en los primeros años de vida 
(mucopolisacaridosis); compromiso oftalmológico, de huesos, articulaciones, y 
sistema nervioso central. 
Desórdenes de biogénesis peroxisomal. Comprometen muchas funcionen 
anabólicas. Esto incluye la biosíntesis de plasmalógeno, que es el mayor 
componente de la mielina, colesterol y ácidos biliares. La deficiencia 
generalizada de B-oxidación peroxisomal resulta en una variedad de alteraciones 
que aún no son bien comprendidas, en parte porque hay una sobreposición en la 
función entre los peroxisomas y otras organelas como la mitocondria y el retículo 
endoplásmico. Estas anormalidades bioquímicas complejas resultan en defectos 
específicos de migración neuronal con malformaciones y disfunción neurológica 
severa, hipotonía, retraso mental y regresión del desarrollo. En contraste con las 
10 
 
alteraciones lisosomales, no hay acumulación intracelular de polímeros no 
digeridos. Un marcados útil para su diagnóstico es la acumulación de cadenas de 
ácidos grasos muy largos en el plasma, como la adrenoleucodistrofia ligada a X. 
Defectos en el transporte intracelular. Involucra defectos en el transporte 
intracelular y procesamiento de proteínas. Este grupo incluye la deficiencia de 
alfa1-antitripsina y el síndrome de glicoproteína deficiente en carbohidratos. 
Grupo 2. Los errores innatos del metabolismo intermediario llevando a una 
intoxicación aguda y recurrente (acidosis metabólica, vómitos, letargia, 
deshidratación, complicaciones tromboembólicas) o intoxicación crónica y 
progresiva (retraso del desarrollo o ectopia lentis) por la acumulación de 
compuestos tóxicos proximales a la vía metabólica. En este grupo están la 
aminoacidopatías, acidurias orgánicas, defectos del ciclo de la urea e intolerancia 
a los carbohidratos. Las principales características de este grupo son la 
existencia de periodos libres de síntomas y la relación con ingestión alimentaria. 
La expresión clínica es tardía, intermitente, o relacionada a la introducción del 
sustrato nocivo. 
Grupo 3. Enfermedades de deficiencia de energía. Los síntomas son 
parcialmente causados por la deficiencia en la producción de energía o de su 
utilización resultando de defectos en el metabolismo intermediario en el hígado, 
miocardio, músculos o cerebro. Este grupo incluye defectos de glucogenosis, 
gluconeogénesis, acidemias lácticas congénitas, defectos de oxidación de ácidos 
grasos y enfermedades mitocondriales. Las enfermedades de este grupo 
presentan manifestaciones clínicas compartidas que pueden resultar en la 
acumulación de componentes tóxicos o deficiencia en producción de energía. 
11 
 
Los síntomas comunes incluyen hipoglicemia, hipotonía severa generalizada, 
miopatía, cardiomiopatía, retraso del crecimiento, falla cardiaca, colapso 
circulatorio y síndrome de muerte súbita del lactante. Las malformaciones 
congénitas que indican procesos anormales en la vías energéticas fetales 
también están en este grupo, como en la deficiencia de piruvato 
deshidrogenasa9. 
Los hallazgos en la exploración física son inespecíficos en la mayoría de los 
pacientes con errores innatos del metabolismo (EIM) y el paciente puede 
encontrarse normal. Cuando algún hallazgo clínico está presente da importantes 
pistas sobre la presencia de un EIM, de la categoría y ocasionalmente de la 
enfermedad metabólica específica9. Los hallazgos a la exploración usualmente 
indican disfunción o falla orgánica, más comunmente hepática y /o neurológica, y 
menos comunmente cardiaca o pulmonar. 
Las anormalidades incluyen falla del crecimiento, rasgos dismórficos; anomalías 
del cabello, anomalías de la piel, óseas, o las tres; olor anormal; organomegalia; 
y tono muscular anormal. 
Estos hallazgos pueden ser indistinguibles de una sepsis, patología respiratoria, 
cardiaca, obstrucción gastrointestinal, enfermedad renal y problemas en sistema 
nervioso central. La presencia de estas condiciones no descarta la posibilidad de 
un EIM. 
Sintomatología neonatal 
12 
 
 Los síntomas de EIM de metabolismo intermediario desarrollan una 
cantidad significativa de metabolitos tóxicos que se acumulan al iniciar la 
alimentación y que pueden incluir los siguientes: pobre alimentación, 
vómitos, diarrea y/o deshidratación; inestabilidad térmica; taquipnea, 
apnea, bradicardia; datos de hipoperfusión, irritabilidad, movimientos 
involuntarios, , tono anormal, crisis convulsivas y nivel alterado de 
conciencia, 
 Ciertos EIM (incluidos galactosemia en el periodo neonatal) y ciertas 
acidemias orgánicas pueden asociarse con un riesgo incrementado de 
sepsis. 
 En los neonatos con errores del metabolismo de sustratos o intermediario 
la exploración física generalmente es inespecífica. 
 En los EIM de deficiencia de energía los síntomas se desarrollan dentro 
de las primeras 24 horas del nacimiento y comúnmente al momento del 
parto. Los neonatos con errores que resultan en defectos en la producción 
y uso de energía generalmente tienen rasgos dismórficos, malformaciones 
esqueléticas, compromiso cardiovascular, organomegalia e hipotonía 
severa. 
 Los EIM causan descompensación aguda en el neonato incluyendo ciertas 
formas de tirosinemia, acidemias orgánica, defectos del ciclo de la urea, 
defectos de la oxidaciónde ácidos grasos y galactosemia. 
Sintomatología en lactantes 
13 
 
 Episodios recurrentes de vómitos, ataxia, crisis convulsivas, letargia, 
coma, encefalopatía fulminante, o una combinación de éstas. 
 Fascies dismórfica o tosca, anoramlidades esqueléticas y del cabello o 
piel. 
 Pobre alimentación y ganancia de peso. 
 Miocardiopatía dilatada o hipertrófica, hepatomegalia, ictericia y disfunción 
hepática. 
 Retraso de desarrollo, ocasionalmente con pérdida de hitos del desarrollo. 
 Ataxia, hipotonía o hipertonía, alteraciones visuales y auditivas. 
 
Sintomatología en niños mayores, adolescentes y adultos 
 Los hallazgos comunes incluyen retraso mental severo, autismo, 
desórdenes del aprendizaje, alteraciones del comportamiento, 
alucinaciones, delirio, agresividad, agitación, ansiedad, ataques de pánico, 
crisis convulsivas, mareos, ataxia, intolerancia al ejercicio, debilidad 
muscular y paraparesias. 
 Algunas manifestaciones pueden ser intermitentes, precipitadas por estrés 
o enfermedad, cambios en la dieta, ejercicios, hormonas, o progresiva con 
emperoamiento al paso del tiempo. 
 Mientras que la mayoría de los EIM diagnosticados en este grupo de edad 
no amenazan la vida a corto plazo, la deficiencia parcial de ornitina 
transcarbamilasa, un defecto del ciclo de la urea, puede manifestarse a 
14 
 
esta edad como una catástrofe metabólica que pone en riesgo la vida. Es 
observada particularmente en mujeres adolescentes con historia de 
aversión a las proteínas, dolor abdominal y cefaleas migrañosas10 
 
La aparición de la sintomatología puede ser muy aguda en el período neonatal 
ocasionando una emergencia clínica. En etapas posteriores de la vida, en 
cambio, la presentación suele ser menos aguda. Esto no significa, sin embargo, 
que las secuelas neurológicas y nutricionales sean menores. 
Se puede dividir la presentación clínica de los errores innatos del metabolismo en 
4 grandes grupos: 
Síntomas agudos en el período neonatal. El recién nacido tiene un repertorio 
limitado de respuestas frente a enfermedades graves y los síntomas 
inespecíficos iniciales incluyen rechazo de la alimentación, vómitos explosivos, 
progresivo compromiso de conciencia, que comienza con letargia y somnolencia 
y termina en coma profundo, convulsiones, compromiso hemodinámico y muerte. 
Se puede encontrar también edema cerebral e incluso hemorragia intracraneana. 
Si bien un niño con sepsis presenta síntomas similares, debemos destacar que 
los pacientes con errores innatos del metabolismo también tienen un mayor 
riesgo de presentar una infección; por lo tanto esta sepsis puede enmascarar un 
error innato del metabolismo impidiendo un diagnóstico oportuno. 
Recomendamos por lo tanto siempre tomar muestras de sangre, orina y en 
tarjeta de papel filtro cuando exista la sospecha de un error innato del 
metabolismo. 
15 
 
Cuando el rechazo alimentario es menos evidente el niño puede debutar con 
apnea o con distress respiratorio. Las apneas en este caso son de origen central. 
La taquipnea, en cambio, puede ser reflejo de una acidosis metabólica como 
ocurre en las acidurias orgánicas. Los niños con defectos del ciclo de la urea, en 
el desarrollo inicial de un coma hiperamonémico, presentan hiperventilación 
debida al edema cerebral y conduce a una alcalosis respiratoria, pues no se 
acumulan metabolitos que disminuyen el pH. 
Los vómitos son muy frecuentes en los errores innatos del metabolismo de las 
proteínas, aunque son más frecuentes en niños mayores que en recién nacidos. 
Los síntomas son el resultado de los efectos tóxicos de los metabolitos que se 
acumulan en el sistema nervioso central. Estas sustancias durante el embarazo, 
cruzan la placenta y son eliminadas por la madre, por lo tanto el niño es sano al 
nacer. Las enfermedades que se manifiestan con mayor frecuencia de este modo 
en nuestra experiencia son: enfermedad de la orina olor a jarabe de arce, 
acidurias orgánicas, alteraciones del ciclo de la urea y galactosemia. El pediatra 
debe tener presente qué exámenes de laboratorio son fundamentales para 
esclarecer el diagnóstico, puesto que entre todas las enfermedades descritas los 
signos y síntomas tienen muy pequeñas variaciones (tabla 1). 
El diagnóstico se puede confirmar cuantificando aminoácidos, ácidos orgánicos, 
ácido orótico, midiendo carnitina total y libre o acilcarnitinas por Espectrometría 
de Masas en Tandem, exámenes que deben ser referidos rápidamente al 
laboratorio especializado7. 
16 
 
Deterioro neurológico. Es típico que el primer signo referido por los padres, 
después de un periodo asintomático, es una ingesta y una succión pobres, 
después de la cual el niño entra en un estado de coma inexplicable y que no 
responde a las medidas de apoyo. Aparecen cambios característicos en el tono 
muscular y movimientos involuntarios. Son frecuentes los episodios de hipertonía 
generalizada con opistótonos, movimientos de boxeo y pedaleo, así como 
elevaciones lentas de las extremidades, ya sean espontáneas o a la 
estimulación. La hipotonía es un síntoma muy frecuente del neonato enfermo, 
pero, mientras que la mayoría de las enfermedades hereditarias no metabólicas 
puede dar lugar a una hipotonía neonatal grave (enfermedades neuromusculares 
sobre todo), solamente unas pocas enfermedades congénitas 
del metabolismo se presentan con hipotonía en el periodo de recién nacido 
(hiperlactacidemias congénitas, enfermedades de la cadena respiratoria, 
defectos del ciclo de la urea, hiperglicinemia no cetósica, la deficiencia de sulfito 
oxidasa, enfermedades peroxisomales y la deficiencia enzimática trifuncional). 
Los recién nacidos con enfermedades metabólicas raramente presentan 
convulsiones, salvo que estén estuporosos, en coma o hipoglucémicos. 
Convulsiones verdaderas aparecen tarde y son inconsistentes, con la excepción 
de las convulsiones dependientes de piridoxina, algunos casos de 
hiperglicinemia no cetósica, la deficiencia de sulfito oxidasa y las enfermedades 
peroxisomales. Según avanza el cuadro, pueden aparecer problemas 
neurovegetativos con anormalidades respiratorias, hipo, apneas, bradicardia e 
hipotermia. En los déficits energéticos los síntomas más frecuentes son hipotonía 
generalizada grave, cardiomiopatía hipertrófica, deterioro neurológico 
17 
 
rápidamente progresivo y posible dismorfia o malformación. En estos casos, el 
coma y la letargia raramente son signos iniciales, al contrario que en las 
anteriores. La hiperlactacidemia con o sin acidosis metabólica es un hallazgo 
muy frecuente. 
Presentación hepática. La afectación hepática de causa «metabólica» puede 
presentarse de 4 formas principales: 1. Hepatomegalia con hipoglucemia y 
convulsiones: glucogenosis tipo I y III y defectos de la gluconeogénesis. 2. 
Síndrome de fallo hepático (ictericia, síndrome hemorrágico, necrosis 
hepatocelular con elevación de transaminasas e hipoglucemia con ascitis y 
edema) que sugiere fructosemia, galactosemia, tirosinemia tipo I, 
hemocromatosis neonatal y enfermedades de la cadena respiratoria. 3. Ictericia 
colestática predominante con fallo de medro: deficiencia de alfa-1-antitripsina, 
enfermedad de Byler, errores congénitos del metabolismo de los ácidos biliares, 
enfermedades peroxisomales y la enfermedad de Niemann-Pick tipo C. 4. 
Síndrome «Reye-like»: los trastornos de la oxidación de los ácidos grasos y los 
defectos del ciclo de la urea se presentan como esteatosis aguda o síndrome de 
Reye (cifras normales de bilirrubina, tiempo de protrombina ligeramente alargado 
y elevación moderada de las transaminasas), más que un fallo hepático real. 
Presentación cardiaca. La aparición de fallo cardiaco en una cardiopatía 
(hipertrófica o dilatada) o más frecuentemente una cardiopatía asociada a 
hipotonía, debilidad muscular y fallo de medro sugiere una enfermedad de la 
cadena respiratoria,enfermedad de Pompe o trastorno de la oxidación de los 
ácidos grasos. Muchos defectos de la oxidación de los ácidos grasos de cadena 
18 
 
larga pueden descubrirse por una cardiomiopatía y/o alteraciones del ritmo 
cardiaco (bloqueo auriculoventricular, bloqueo de rama, taquicardia ventricular). 
 
 
Síntomas agudos y recurrentes de inicio más tardío. Aproximadamente un 
tercio de los pacientes con enfermedades metabólicas tienen una presentación 
más tardía. El período libre de síntomas suele ser de 6 meses, al suspender la 
lactancia materna; después del 1 año o extenderse hasta etapas posteriores, 
incluyendo adolescentes o adultos jóvenes. Cada episodio puede derivar en 
mejoría espontánea o en muerte inexplicada. Durante el período entre las crisis 
el paciente parece normal. El inicio agudo se desencadena por una enfermedad 
infecciosa, fiebre, constipación o ingestas excesivas de proteínas. El catabolismo 
proteico también podría precipitar una descompensación. Las enfermedades son 
las mismas de presentación neonatal aguda, debiendo agregar aquí los defectos 
de oxidación de ácidos grasos. 
En todo niño que presenta compromiso de conciencia se debe descartar una 
enfermedad metabólica. Frente a diagnósticos como encefalitis, jaqueca o 
intoxicación se debe plantear un error innato del metabolismo, especialmente 
cuando el paciente presenta cetoacidosis, hiperamonemia o aumento del ácido 
láctico. En la presentación clínica predomina el coma con acidosis metabólica, 
con preponderancia de hiperamonemia o de hipoglicemia. Se acompaña de un 
amplio espectro de signos hepáticos, digestivos, neurológicos o psiquiátricos. 
19 
 
La hipoglicemia se presenta en enfermedades con intolerancia a las proteínas, 
pero es más frecuente en las alteraciones del metabolismo de los hidratos de 
carbono o de los ácidos grasos. Las glucogenosis cursan con hipoglucemia 
debida al bloqueo en la liberación de glucosa desde glucógeno y es mayor en el 
ayuno. Los síntomas y signos son hipoglucemia, hepatomegalia y acidosis 
láctica. 
La hipoglucemia puede ser muy importante en galactosemia y en intolerancia 
hereditaria a la fructosa, aunque los síntomas sólo aparecen después de ingerir 
estos azúcares. 
Los defectos de oxidación de ácidos grasos también presentan hipoglucemia sin 
cuerpos cetónicos. Por lo tanto, esta hipoglucemia es hipo o no cetósica. La 
hipoglicemia puede ir acompañada de otras alteraciones bioquímicas como 
hiperamonemia, acidosis metabólica o aumento de las transaminasas simulando 
un síndrome de Reye. 
En algunos pacientes con homocistinuria erróneamente se diagnostica primero 
un accidente vascular encefálico o un tumor cerebral. Se ha encontrado 
hemorragia cerebelosa en acidemia propiónica, metilmalónica o isovalérica. La 
aciduria glutárica tipo I presenta episodios de encefalopatía con gran 
descompensación metabólica y signos extrapiramidales en relación a infecciones 
virales o gastrointestinales y en un niño que presenta macrocefalia. 
Enfermedades como los defectos del ciclo de la urea, las acidurias orgánicas o 
los defectos de cadena respiratoria puede tener primero anorexia persistente, 
vómitos recurrentes o episodios de ataxia, retardo progresivo del desarrollo o mal 
20 
 
incremento ponderal. Las acidurias orgánicas también presentan algunas veces 
episodios de deshidratación inexplicada o alteraciones hematológicas con 
anemia, trombopenia e infecciones intercurrentes. Episodios recurrentes de 
cetoacidosis pueden ocurrir en la enfermedad de la orina olor a jarabe de arce o 
en acidosis láctica ocasionada por el déficit de piruvato carboxilasa, en defecto 
de enzimas de la gluconeogénesis o en diabetes mellitus. Es fundamental medir 
glicemia, amonio y ácido láctico para poder hacer una aproximación diagnóstica. 
Síntomas crónicos y progresivos. Las enfermedades metabólicas que tienen 
aparición tardía muchas veces presentan síntomas previos a esta crisis, que 
pueden pasar inadvertidos. Los síntomas son digestivos, neurológicos y 
musculares. 
Los síntomas digestivos básicamente son anorexia, vómitos y retardo del 
crecimiento e infecciones frecuentes. Los defectos de la mucosa intestinal 
pueden ser indistinguibles de acidurias orgánicas, defectos del ciclo de la urea, 
enfermedades mitocondriales o la intolerancia a la proteína lisinúrica. 
Los síntomas neurológicos incluyen retardo del desarrollo psicomotor, 
convulsiones y alteraciones neurológicas centrales o periféricas. La más 
frecuente en este grupo es la fenilcetonuria. Sin embargo, en países que realizan 
la detección neonatal de esta enfermedad desde hace varias décadas ha 
desaparecido como causa de retardo mental. Se deben descartar también las 
acidurias orgánicas, defectos del ciclo de la urea, especialmente citrulinemia, 
acidosis láctica como defecto de piruvato deshidrogenasa o enfermedades del 
ciclo de Krebs, enfermedades de la gluconeogénesis como déficit de fructosa 
21 
 
difosfatasa o déficit de glucosa-6-fosfatasa. Estas patologías pueden ocasionar 
grave hipoglucemia que deja secuelas neurológicas. La determinación de la 
relación láctico/pirúvico y la de cuerpos cetónicos es muy importante en el 
diagnóstico diferencial de las acidosis lácticas. La hepatomegalia también es un 
signo importante para el diagnóstico diferencial de estas enfermedades. 
Síntomas musculares como hipotonía, debilidad muscular o disminución de la 
masa muscular son frecuentes en las acidurias orgánicas, defectos del ciclo de la 
urea y en las enfermedades de la cadena respiratoria. 
Síntomas específicos y permanentes característicos de un error innato del 
metabolismo, como cardiomiopatía, hepatomegalia, luxación del cristalino, 
dismorfias. La cardiomiopatía se puede encontrar en defectos de oxidación de 
ácidos grasos, enfermedad de Pompe y en las acidurias orgánicas. En la 
tirosinemia ocurre hiperqueratosis. La tricorrexis nodosa se puede encontrar en 
la aciduria argininosuccínica, argininemia, intolerancia a la proteína lisinúrica y en 
la enfermedad de Menkes. 
Las enfermedades de depósito lisosomal pueden presentar visceromegalia en los 
primeros meses y años de vida, como gangliosidosis GM1, enfermedad de 
Gaucher, enfermedad de Niemann Pick y enfermedad de Wolman. Los niños con 
mucopolisacaridosis rara vez presentan visceromegalia en los primeros meses 
de vida. Recién nacidos con hepatoesplenomegalia, facies tosca, hernias y 
alteraciones esqueléticas e incluso hidrops fetal pueden corresponder a 
gangliosidosis GM1, mucolipidosis o sialidosis. En estos casos se debe 
determinar mucopolisacáridos y oligosacáridos en la orina. 
22 
 
Por mucho tiempo se consideró que los errores innatos del metabolismo no 
presentaban dismorfias. Sin embargo, hoy se sabe que hay algunas de estas 
enfermedades que presentan un patrón típico de dismorfias, lo que sugiere que 
la alteración metabólica podría afectar en el útero el desarrollo fetal. A este grupo 
corres- ponden las enfermedades peroxisomales, por ejemplo la enfermedad de 
Zellweger o la adrenoleucodistrofia neonatal. En ellas se encuentra hipotonía, 
epicanto, fontanela amplia, líneas simianas y quistes renales. En la aciduria 
glutárica tipo II se encuentra una frente amplia, hipertelorismo, orejas de 
implantación baja, defectos de la pared abdominal, riñones grandes, hipospadias. 
En el síndrome de Smith-Lemli-Opitz, de herencia autosómica recesiva y debido 
a un defecto en la síntesis de colesterol que produce gran aumento de 7-
dehidrocolesterol, las dismorfias encontradas son paladar hendido, cardiopatía 
congénita, hipospadias, polidactilia y sindactilia. 
La hiperglicinemia no cetósica presenta agenesia del cuerpo calloso y 
alteraciones de migración neuronal. El déficit de PDH también presenta agenesia 
del cuerpo calloso. 
La presencia de un olor anormal en la orina o en el cuerpo puede ser el hallazgo 
más específico en elexamen del paciente con error innato del metabolismo. En 
el niño agudamente enfermo encontraremos olor a azúcar quemada en la 
enfermedad de la orina olor a jarabe de arce, o a pie sudado en la acidemia 
isovalérica y en la aciduria glutárica tipo II. 
 
23 
 
Trastornos del metabolismo intermediario. En este grupo es donde 
encontraremos un mayor número de enfermedades que se presentan desde el 
periodo posnatal hasta el final de la lactancia. Si bien es cierto que la mayoría de 
los errores congénitos del metabolismo intermediario suelen presentarse con 
síntomas agudos neonatales, también es cierto que en muchos de ellos existen 
formas subagudas y de presentación más tardía, que es necesario conocer. 
Trastornos metabólicos mitocondriales. La mitocondria no constituye sólo una 
organela más dentro de la célula sino que es la fábrica donde se genera la mayor 
parte de la energía que la célula como elemento base y después el organismo 
como conjunto de células, va a necesitar para su funcionamiento. En la 
mitocondria tiene lugar el ciclo de Krebs y la cadena respiratoria, reacciones 
metabólicas por medio de las cuales se va a extraer el máximo rendimiento de la 
degradación de los hidratos de carbono, grasas y proteínas. Esta compleja 
fábrica está integrada por una larga serie de enzimas y sistemas de producción 
de energía y cuando alguno de ellos falla se produce el trastorno metabólico 
correspondiente. 
Otra característica sobresaliente de estas organelas es la de ser organismos 
semiautónomos por contener ADN, ARN mensajero, ribosomas y ARN de 
transferencia. Esto les permite multiplicarse independientemente del núcleo 
central y sintetizar alguna de sus proteínas bajo el control de sus propios genes. 
A. Deficiencias de la beta-oxidación mitocondrial de los ácidos grasos. La 
oxidación de los ácidos grasos en la mitocondria juega un papel importante en 
la producción de energía. Durante los periodos largos de ayuno, los ácidos 
24 
 
grasos son usados para la síntesis de cuerpos cetónicos y para su oxidación 
en el músculo, aportando el 80% de la energía total que necesita el cuerpo. 
Los ácidos grasos son el combustible preferido por el corazón y también sirven 
como fuente esencial de energía al músculo esquelético durante el ejercicio 
mantenido. Los trastornos de la beta-oxidación constituyen un grupo de 
enfermedades de carácter autosómico recesivo, cuya edad de presentación 
oscila entre los 2 meses y el primer año de vida. Se han descrito15 trastornos 
distintos en esta vía metabólica, entre los que la deficiencia de acil-CoA 
deshidrogenasa de cadena media (MCAD) es el más frecuente. Globalmente 
se estima una frecuencia de 1:5.000 en la población general. La principal 
característica clínica de estos trastornos es la descompensación metabólica 
asociada con el ayuno, hipoglucemia hipocetósica, reflejando una aceleración 
en la utilización de la glucosa cuando, como ocurre en estos pacientes, no 
pueden ser utilizadas las grasas como fuente energética. Se asocia 
hepatomegalia, elevación de las transaminasas, hiperamonemia e 
hiperuricemia, sobre todo en los episodios agudos, y se ven afectados los 
tejidos dependientes de la oxidación de los ácidos grasos, el músculo cardiaco 
y el esquelético. Sin embargo, el espectro sintomático es muy amplio y abarca 
desde pacientes clínicamente normales o con una leve hipotonía hasta 
pacientes con debilidad muscular y miocardiopatía. Estudios retrospectivos 
han demostrado que, con frecuencia, algunas de estas enfermedades habían 
sido clasificadas como síndrome de muerte súbita infantil o como síndrome de 
Reye. Por lo tanto, aunque existe un alto riesgo de mortalidad o de 
discapacidades a largo plazo durante los episodios de coma inducido por el 
25 
 
ayuno, el diagnóstico precoz y el posterior tratamiento ha conseguido que 
estas enfermedades tengan un buen pronóstico. Para el diagnóstico es 
esencial el obsevar un episodio de hipoglucemia con ausencia de acetona en 
orina. Si se puede recoger orina y sangre en el periodo agudo, antes de 
administrar glucosa, se harán las determinaciones bioquímicas básicas y los 
ácidos grasos libres (éstos últimos estarán elevados en plasma) y también 
analizaremos ácidos orgánicos en orina que estarán aumentados a expensas 
de los ácidos dicarboxílicos. En la misma extracción de sangre puede 
obtenerse una poca cantidad más para impregnar un papel de filtro, como los 
que se usan en el diagnóstico precoz neonatal, con el fin de determinar las 
acilcarnitinas. Durante los periodos intercríticos estas anomalías bioquímicas 
no las vamos a encontrar y para provocarlas tendríamos que someter al 
paciente a un periodo de ayuno controlado. La carnitina plasmática estará 
alterada en todos los trastornos de la beta-oxidación, en unos por exceso y en 
otros por defecto. La carnitina es una coenzima imprescindible para la entrada 
de los ácidos grasos en las mitocondrias. Se ha comprobado que en la 
mayoría de los trastornos de la beta-oxidación los niveles de carnitina están 
entre un 10-50% por debajo de su concentración normal, pero existen algunos 
casos donde los niveles de carnitina son normales o incluso están elevados. El 
diagnóstico de confirmación se hace con la biopsia de piel y el posterior cultivo 
de fibroblastos, o bien con cultivo de linfocitos donde se determinará el defecto 
enzimático in vivo. El principal objetivo del tratamiento es prevenir las crisis de 
hipoglucemia, ajustando la dieta de tal forma que se reduzca al mínimo el 
estrés del ayuno. 
26 
 
B. Trastornos de la cadena respiratoria mitocondrial. Las mitocondrias son la 
fábrica donde se genera la energía que va a utilizar el organismo, y para ello 
está provista de una serie de sistemas enzimáticos que van a ser los 
encargados de la producción de dicha energía. La cadena respiratoria es el 
principal sistema energético de la mitocondria y está formada por cinco 
complejos multienzimáticos localizados en la membrana mitocondrial interna y 
codificados por el ADN mitocondrial y el ADN nuclear (tabla 6). De los 70 
polipéptidos integrantes del transporte electrónico, 13 son codificados por el 
ADN mitocondrial. Por lo tanto, su mecanismo de herencia es materno, no 
mendeliano, ya que durante la fertilización sólo el núcleo del espermatozoide 
penetra en el óvulo y por consiguiente todas las mitocondrias del zigoto 
provendrán del óvulo materno. Por otro lado, la segregación aleatoria de las 
mitocondrias (segregación mitótica) contribuye a explicar que algunos tejidos 
sean completamente normales mientras que en otros coexistan moléculas de 
ADN mutadas y moléculas normales (heteroplasmia). El grado de afectación 
será mayor cuanto mayor número de moléculas mutadas posea el órgano. 
Todos los órganos son susceptibles de estar afectados, pero los que 
consumen más energía son los que se verán más alterados (músculo y 
cerebro). La sintomatología de estas enfermedades puede aparecer a 
cualquier edad y la evolución es muy variable. La presentación puede 
ser neonatal e incluso prenatal con afectación neurológica y visceral grave. Esto 
refleja que el déficit de energía afecta a la organogénesis. Desde el primer mes 
de vida hasta los dos años los síntomas que nos podemos encontrar son: 
27 
 
Fallo de medro con o sin diarrea crónica que no responde a dieta exenta de 
proteínas de leche de vaca y de gluten. 
Episodios recurrentes de mioglobinuria, hipertonía y rigidez muscular con 
aumento de enzimas musculares en plasma. Tubulopatía proximal (síndrome de 
Toni-Debré-Fanconi). Enanismo de tronco y extremidades resistente al 
tratamiento con hormona del crecimiento. Debut precoz de diabetes mellitus con 
diabetes insípida, atrofia óptica y sordera (síndrome de Wolfram) Encefalopatía 
rápidamente progresiva 
Encefalomiopatía necrotizante subaguda (enfermedad de Leigh). Se trata de una 
encefalopatíacaracterizada por ataques recurrentes de regresión psicomotriz 
con síntomas piramidales y extrapiramidales. Por encima de los dos años y en la 
edad adulta la presentación neuromuscular es la más frecuente y se manifiesta 
por: Debilidad muscular con mialgias e intolerancia progresiva al ejercicio. 
Polidistrofia esclerosante progresiva (enfermedad de Alpers) asociada a fallo 
hepático. Encefalopatía con mioclonus, ataxia, pérdida de audición y debilidad 
muscular (epilepsia mioclónica con fibras rojo rasgadas: Mioclonus Epilepsy 
Ragged Red Fibers {MERRF}). Oftalmoplejía externa progresiva variando en 
gravedad desde una forma pura de miopatía ocular hasta el síndrome de Kearns-
Sayre. Este síndrome es un trastorno multisistémico caracterizado por la 
siguiente triada: aparición antes de los 20 años, oftalmoplejía externa progresiva 
y degeneración pigmentaria de la retina, sumado a por lo menos uno de los 
siguientes signos: bloqueo cardiaco completo, aumento de proteínas por encima 
de 100 mg/dL en líquido cefalorraquídeo o ataxia cerebelosa. Encefalomiopatía 
28 
 
mitocondrial con acidosis láctica y episodios similares a accidentes 
cerebrovasculares (MELAS). En la biopsia muscular también aparecen fibras rojo 
rasgadas. Atrofia óptica hereditaria de Leber. Debilidad muscular neurogénica, 
ataxia, retinitis pigmentaria, neuropatía sensorial variable, etc. Para el estudio de 
los pacientes con sospecha de enfermedad mitocondrial son fundamentales los 
siguientes pasos: Estudios bioquímicos: determinación de lactato, piruvato y 
cuerpos cetónicos. La observación de una hiperlactacidemia con aumento del 
cociente lactato/piruvato y del 3OH-hidroxibutirato/acetoacetato asociada a una 
cetosis significativa posprandial es altamente sugestiva de trastorno de la cadena 
respiratoria. Sin embargo, los estudios bioquímicos, en ocasiones, no son 
fructíferos, ya que la mayoría de los pacientes pueden presentar estos 
metabolitos en niveles normales. Biopsia muscular: el hallazgo más significativo 
en las miopatías mitocondriales son las fibras rojo rasgadas (tinción con 
tricrómico de Gomori). Estudios enzimáticos en hígado, músculo, fibroblastos y 
linfocitos. Estudios genéticos: gracias a las técnicas de reacción en cadena de la 
polimerasa (PCR) se pueden determinar delecciones, mutaciones del ADN 
mitocondrial y mutaciones del ADN nuclear. Es posible el diagnóstico prenatal en 
aquellas enfermedades mitocondriales con mutaciones del ADN mitocondrial, 
aunque predecir el fenotipo del futuro niño es casi imposible. 
 
Deficiencias de la cetólisis. Los cuerpos cetónicos, acetoacetato (AA), 3-
hidroxibutirato (3OHB) y acetona, se forman en el hígado a partir de los ácidos 
grasos y los aminoácidos cetogénicos. El AA y el 3OHB se mantienen en 
29 
 
equilibrio por medio de la 3OHB deshidrogenasa, mientras que la acetona es 
eliminada por la respiración. Estos cetoácidos sirven de combustible a una gran 
variedad de tejidos no hepáticos, como el músculo cardiaco, el músculo 
esquelético y el cerebro, especialmente cuando la glucosa no llega regularmente 
a la célula, bien sea por ayuno o por déficit de insulina. En niños normales de 1 a 
7 años los niveles de cuerpos cetónicos en sangre alcanzan los 3-6 mmol/L 
después de 24 horas de ayuno. La cetoacidosis, que se define como cetonemia 
por encima de 7 mmol/L, puede observarse en gran número de errores 
congénitos del metabolismo de los hidratos de carbono, debido a una 
hiperproducción de cuerpos cetónicos como respuesta a la hipoglucemia. En 
cambio, en los defectos de la cetólisis, la cetoacidosis estaría relacionada con 
una disminución de la utilización periférica de los cuerpos cetónicos con niveles 
normales o incluso altos de glucosa en sangre. La presentación clínica de estos 
trastornos es bastante heterogénea, aunque la característica fundamental son los 
episodios recurrentes de acidosis metabólica con cetosis, generalmente sin 
hipoglucemia y en algunos casos acompañados de hiperglucemia e 
hiperamoniemia. Existen algunas observaciones en el periodo neonatal, pero en 
general el primer episodio suele presentarse entre los 10-18 meses de edad. 
Existen varios defectos enzimáticos (tabla 7) pero el que se describe con más 
frecuencia es el déficit de acetoacetil-CoA mitocondrial. La primera aproximación 
diagnóstica se realiza por el análisis de ácidos orgánicos en orina, aunque el 
diagnóstico de certeza debe establecerse mediante el análisis enzimático. 
 
30 
 
 Acidurias orgánicas. Los ácidos orgánicos se van a generar en rutas muy 
diversas del metabolismo intermediario de aminoácidos, carbohidratos y ácidos 
grasos, y se denominan acidemias o acidurias orgánicas a las entidades clínico-
bioquímicas que conllevan aumento de los mismos en sangre y orina. Este 
término se utiliza más específicamente referido al metabolismo intermediario de 
los aminoácidos de cadena ramificada. La enfermedad de orina en jarabe de 
arce, la aciduria isovalérica, la aciduria propiónica y la aciduria metilmalónica 
constituyen las acidurias orgánicas más frecuentemente observadas. El debut 
clínico de estas enfermedades tienen puntos en común y los podemos dividir en 
tres tipos de presentación: presentación neonatal grave; debut tardío, crónico e 
intermitente; forma crónica y progresiva con hipotonía, fallo de medro y retraso 
del desarrollo. Debut tardío, crónico e intermitente: aproximadamente un tercio 
de los pacientes tiene un periodo asintomático de alrededor de un año, y a veces 
se prolonga hasta la adolescencia y edad adulta. La presentación aguda puede 
ocurrir durante el estrés catabólico que supone una infección o después de una 
ingesta masiva de alimentos ricos en proteínas, pero en algunos casos no se 
encuentra un factor desencadenante. La forma clínica de presentación más 
frecuente son ataques recurrentes de coma y ataxia, y dentro de los tipos de 
coma el más típico es el cetoacidótico. En pacientes con MSUD existe 
hipoglucemia, mientras que en otros trastornos la glucosa puede esta baja, 
normal o elevada. Aunque los episodios de coma no suelen ir acompañados de 
síntomas de focalidad neurológica, en ocasiones, se puede presentar hemiplejía, 
hemianopsia o síntomas y signos de edema cerebral, remedando un accidente 
cerebrovascular o un tumor cerebral. Este cuadro clínico muchas veces va 
31 
 
precedido por otros síntomas clave que a veces pasan desapercibidos o no son 
diagnosticados. Entre ellos tenemos la ataxia, episodios inexplicados de 
deshidratación, anorexia selectiva y persistente, vómitos crónicos, fallo de medro, 
hipotonía y retraso ponderoestatural. Las manifestaciones hematológicas son 
frecuentes en el periodo agudo de coma cetoacidótico y consisten en 
neutropenia, plaquetopenia y anemia. Forma crónica y progresiva: los signos 
más relevantes de esta forma de presentación son la anorexia persistente, los 
vómitos crónicos, el fallo de medro y la osteoporosis. Estos síntomas llevan en 
muchas ocasiones al diagnóstico erróneo de reflujo gastroesofágico, intolerancia 
a las proteínas de la leche de vaca, formas tardías de estenosis hipertrófica de 
píloro o intolerancia a la fructosa. Algunos pacientes presentan hipotonía grave, 
debilidad muscular y masa muscular escasa, pudiendo confundirse con un 
problema neurológico o muscular congénito. 
Los hallazgos más frecuentes en las determinaciones básicas en sangre y orina 
son una acidosis con un pH < 7,25, cetonemia y cetonuria, hiperamoniemia, 
neutropenia, anemia, trombopenia, glucosa normal o elevada, lactato normal o 
elevado, calcio normal o ligeramente disminuido y perfil hepático normal. La orina 
puede tener un olor especial en el caso de la IVA (olores a «pies sudados» o 
«queso»). El diagnóstico de confirmación se realiza con el análisis de ácidos 
orgánicos en fluidos biológicos por cromatografía de gases o espectrometría de 
masas,existiendo en cada caso metabolitos específicos (en la IVA se acumula la 
isovalerilglicina en orina, en la AP el metilcitrato y el 3-OH-propiónato, etc). Una 
32 
 
vez realizado el diagnóstico bioquímico inicial y los análisis específicos debe 
confirmarse el trastorno por la determinación enzimática. 
 
Trastornos del ciclo de la urea. El ciclo de la urea está constituido por seis 
reacciones metabólicas, cuyo objetivo es la eliminación del excedente de amonio 
que se forma en la degradación de los aminoácidos y otros compuestos 
nitrogenados. Además, mediante el ciclo de la urea se sintetiza y degrada la 
arginina. Se han descrito cinco alteraciones del ciclo de la urea (tabla 8) que se 
caracterizan por la triada encefalopatía, alcalosis respiratoria e hiperamonemia. 
La principal causa de hiperamonemia son los trastornos del ciclo de la urea, pero 
pueden haber otras causas que son importantes de conocer y tener en cuenta 
(tabla 9). La presentación clínica puede ser casi a cualquier edad, aunque 
podemos distinguir tres periodos: etapa neonatal, periodo tardío de la lactancia, 
pubertad. 
Debut en la lactancia: los síntomas son menos agudos que en la etapa neonatal 
y consisten en anorexia, letargia, vómitos y fallo de medro. También son 
frecuentes la irritabilidad, los trastornos de la conducta y la hepatomegalia, pero 
como los síntomas son tan poco específicos, la enfermedad se atribuye siempre 
a otras causas (intolerancia a las proteínas de la leche de vaca, alergias 
alimentarias, hepatitis, etc). 
Debut en la infancia y en la edad adulta: la forma de presentación en pacientes 
de estas edades suele ser una encefalopatía metabólica. Normalmente los 
síntomas aparecen en el curso de una situación de estrés metabólico, como una 
33 
 
infección o una intervención quirúrgica. Las primeras manifestaciones pueden ser 
anorexia, malestar general y tendencia al sueño. A veces aparece irritabilidad, 
trastornos del comportamiento o confusión, vómitos y cefalea simulando una 
migraña o incluso ataxia, que nos haría pensar en una intoxicación. Si no se 
trata, la clínica evoluciona hacia el coma y la muerte, o si sobreviven, pueden 
quedar graves secuelas neurológicas. La causa de la muerte es el edema 
cerebral. En los periodos intercríticos el paciente está asintomático o bien puede 
presentar episodios de vómitos y retraso de crecimiento. Las determinaciones 
que debemos hacer ante la sospecha de una enfermedad por trastorno del ciclo 
de la urea son las bioquímicas básicas en sangre y orina y, además, 
aminoácidos y carnitina en suero. En todos estos trastornos vamos a hallar un 
amonio elevado (se considera hiperamoniemia cuando los niveles de amonio son 
> 150 mmol/L en el periodo neonatal y > 80 mmoles/L, posteriormente) y en 
ocasiones una alcalosis respiratoria, ya que el amonio actúa como un 
estimulador del centro respiratorio. La 
citrulina, el ácido orótico y otros metabolitos nos servirán para hacer el 
diagnóstico orientativo del déficit enzimático del que se trata. Posteriormente, lo 
confirmaremos con el estudio de las enzimas mitocondriales y citosólicas en 
hígado, mucosa intestinal, fibroblastos y eritrocitos. 
Enfermedades lisosomales. Los lisosomas son organelos citoplasmáticos 
encargados del catabolismo de algunas sustancias como los esfingolípidos y los 
mucopolisacáridos. Para este cometido disponen de una serie de sistemas 
multienzimáticos encargados de estos procesos metabólicos. Si alguna de estas 
34 
 
enzimas es defectuosa o no existe, se acumula el metabolito que iba a ser 
catabolizado produciéndose una enfermedad lisosomal. Aunque el proceso de 
acúmulo lisosómico empieza en el periodo fetal, la mayor parte de las 
enfermedades lisosomales no presentan síntomas hasta el primer año de vida o 
incluso más tarde, existiendo formas juveniles y formas adultas. El espectro de 
síntomas es muy amplio y por lo general son permanentes, progresivos, 
independientes de los hechos intercurrentes y no relacionados con la ingesta. La 
mayor parte de los pacientes presenta un curso fatal con un cuadro 
neurodegenerativo grave, dismorfias, alteraciones óseas, afectación ocular, 
anomalías cutáneas y organomegalia. La clasificación de las enfermedades 
lisoso-males la podemos observar en Anexo 2. Cada una de ellas tiene su 
método diagnóstico específico, que en general consiste en demostrar el déficit 
enzimático o en observar los metabolitos acumulados en los distintos tejidos. 
Enfermedades peroxisomales. Los trastornos peroxisomales constituyen un 
grupo clínica y bioquímicamente heterogéneo de enfermedades que comparten 
el deterioro de una o más funciones peroxisomales. 
Entre los trastornos peroxisomales podemos distinguir dos grandes grupos: de 
presentación neonatal y de presentación tardía entre los 3-8 años de vida. En la 
mayoría de estas enfermedades, la presentación clínica va asociada sobre todo 
a encefalopatía crónica en la lactancia e infancia temprana o a síntomas 
neurológicos progresivos en el periodo escolar. De cualquier modo, los síntomas 
siempre dependen de la edad del paciente, pero de una forma general suelen 
manifestarse como: fallo de medro, hepatomegalía, problemas digestivos, 
35 
 
síntomas neurológicos, osteoporosis, cambios en el comportamiento y deterioro 
de las funciones intelectuales adquiridas. La adrenoleucodistrofia ligada al 
cromosoma X es la enfermedad peroxisomal que se diagnostica con más 
frecuencia. El punto de partida para el diagnóstico de estos pacientes es el 
análisis cuantitativo de los ácidos grasos de cadena muy larga en suero. 
Posteriormente se podrán valorar otras funciones peroxisomales con el fin de 
establecer el diagnóstico de forma más precisa11. 
Hallazgos de laboratorio 
Se debe hacer el mayor esfuerzo para recolectar muestras para el diagnóstico 
definitivo mientras el paciente se encuentra en la enfermedad aguda, 
particularmente muestras para análisis bioquímico ya que las anormalidades son 
transitorias, por lo tanto los valores dentro del rango de referencia no descartan 
un EIM. Los estudios deben ser repetidos durante otros episodios de la 
enfermedad. 
La mayoría de los EIM con presentación aguda que pone en riesgo la vida 
pueden ser categorizados en los hallazgos de evaluaciones iniciales de 
laboratorio con la presencia de al menos uno de los siguientes: 
 Acidosis metabólica: generalmente con anión gap elevado en muchos EIM 
y es el sello distintivo de las acidemias orgánicas. Las manifestaciones 
incluyen taquipnea, vómito y letargia. 
 Hipoglicemia: Un estudio prospectivo revela que la hipoglicemia (niveles 
plasmáticos de glucosa < 50 mg/dL) es raro en niños (menos de 0.44% de 
36 
 
los analizados) incluso en periodos de pobre ingesta, En un estudio de 40 
niños con hipoglicemia, 32 tenían estudios metabólicos en sus estudios 
iniciales y 28% de ellos tenía un defecto de oxidación de ácidos grasos o 
defecto endócrino no diagnosticado. 
 Hiperamonemia: La manifestaciones tempranas incluyen anorexia, dolor 
abdominal, cefalea, irritabilidad, fatiga, taquipnea, vómitos, letargia, crisis 
convulsivas, coma y muerte. Niveles de amonio arriba de 100 mcg/dL en 
el neonato y mayores de 80 mcg/dL después del periodo neonatal son 
considerados elevados. EL amonio se encuentra más elevado en los 
defectos el ciclo de la urea comúnmente excediendo los 1000 mcg/dLy 
causando una alcalosis respiratoria primaria, algunas veces compensada 
con acidosis metabólica. El amonio en acidemias orgánicas se se 
encuentra elevado usualmente no supera los 500 mcg/dL y en los defectos 
de la oxidación de ácidos grasos generalmente es menor de 250 mcg/dL. 
Evaluación incial de laboratorio 
 Biometría hemática completa para detectar neutropenia, anemia y 
trombocitopenia. 
 Electrolitos séricos, bicarbonato, gasometríaarterial, para detectar 
desequilibrios electrolíticos y anión gap (usualmente elevado) y estado 
ácido-base. 
 BUN y creatinina para evaluar la función renal. 
 Niveles de bilirrubinas transaminasas, tiempo de protrombina, 
tromboplastina para evaluar la función hepática. 
37 
 
 Niveles de amonio si está alterado el nivel de conciencia, si hay vómitos 
persistentes o recurrentes, acidosis metabólica primaria con anión gap 
elevado, o alcalosis respiratoria primaria en ausencia de intoxicación. 
Preferentemente utilizar muestra arterial porque el músculo esquelético 
libera amonio. Si se obtiene muestra venosa no se debe utilizar 
torniquete, se debe transportar inmediatamente en hielo. Los valores 
normales son menores de 100 mcg/dL en neonatos y menores de 80 
mcg/dL en menores de un mes. 
 Glucosa central y pH urinario, cetonas y sustancias reductoras para valorar 
la hipoglicemia. 
 Puede haber falsos positivos para sustancias reductoras con el uso de 
penicilinas y glucurónidos. 
 Lactato deshidrogenasa, aldolasa, creatinin kinasa y mioglobina urinaria en 
pacientes con evidencia de neuromiopatía12. 
Estudios de imagen. 
Electrocardiograma, radiografía, tomografía, resonancia magnética, ultrasonido 
y/o ecografía según esté indicado de acuerdo a la clínica. 
Otros estudios 
Estudios enzimáticos o análisis de ADN pueden ser solicitados en leucocitos, 
eritrocitos, fibroblastos de piel, hígado u otros tejidos. La evaluación histológica 
de los tejidos afectados debe ser completada. 
38 
 
Estudios secundarios 
Si los estudios iniciales están fuera del rango de diferencia considerar consultar 
con un especialista en EIM para determinar las pruebas apropiadas, como se 
deben recolectar y almacenar y a dónde deben enviarse. 
 Niveles cuantitativos de aminoácidos y acilcarnitinas (1-2 ml en EDTA p 
tuno heparinizado, en hielo) 
 Ácidos orgánicos en orina, acilglicina, y/o ácido orótico (5-10 ml, enfriar 
inmediatamente) 
 Niveles séricos de lactato y piruvato (difíciles de interpretar en el niño 
críticamente enfermo). 
 Lactato en líquido cefalorraquídeo, piruvato, ácidos orgánicos, 
neurotransmisores y/o metabolitos específicos colectados al mismo tiempo 
en plasma (1-2 ml) 
 Electroencefalograma, estudios de conducción nerviosa, potenciales 
evocados, y/o electromielografía pueden ser valorables pero raramente 
indicados en departamento de urgencias. 
En pacientes con EIM conocido los estudios deben ser específicos. Los 
resultados se comparan con los previos si están disponibles. 
En neonatos con resultados positivos del tamiz, se deben realizar pruebas 
confirmatorias, que usualmente incluyen pruebas para desequilibrios 
metabólicos, se debe repetir el tamiz neonatal y pruebas especiales aunque el 
paciente aparente estar asintomático. 
39 
 
Si fallece un niño el diagnóstico definitivo aún es importante por la posibilidad de 
que tenga hermanos asintomáticos afectados o que próximos hermanos estarán 
afectados. 
 Se deben recolectar muestras de plasma, suero, orina, líquido 
cefalorraquídeo, piel y especímenes de órganos específicos y deben ser 
congelados. Si no se autoriza autopsia, discutir con la familia la 
importancia de obtener humor vítreo, biopsia de piel y/o biopsia por 
aspiración de óranos para su valoración. 
 Fotografías y/o radiografías pueden ser útiles en niños dismórficos. 
Un especialista en EIM puede ser de ayuda para dirigir la evaluación de 
pacientes con EIM confirmado o con sospecha en neonatos con tamiz metabólico 
positivo. 
Los hallazgos a la exploración física son inespecíficos en los pacientes con 
errores innatos del metabolismo y la exploración puede ser normal. Cuando 
están presentes, los hallazgos proporcionan importantes guías para la presencia 
de un EIM, la categoría y ocasionalmente la enfermedad metabólica específica12. 
 
 
 
 
 
40 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
IV. Planteamiento del problema 
Los pacientes con EIM frecuentemente son recibidos por sus complicaciones en 
el servició de Urgencias, y confundidos con otras patologías. Por lo anterior. no 
son detectados ni tratados sobre el padecimiento metabólico, dando paso a 
secuelas neurológicas irreversibles de este grupo de enfermedades 
Pregunta de investigación: 
¿Cuáles son los EIM más frecuentes y sus características clínicas 
tratados en el HRAEN RNP durante el periodo 2010-2014? 
 
V. Justificación 
En Tabasco se inició desde 2002 el diagnóstico de EIM por medio de tamiz 
neonatal de cordón y talón, en este solo se realizaba detección de 4 
enfermedades de manera regular: fibrosis quística, hipotiroidismo, hiperplasia 
41 
 
suprarrenal congénita, homocistinuria y para 2007 se agregan hasta 67 
enfermedades, mismas que permiten identificar a un número grande de 
pacientes para los cuales no se tiene el tratamiento integral y en muchas 
ocasiones se logra conseguir el tratamiento alimenticio que también resulta caro 
para los pacientes. 
No se tiene registro oficial estatal de este grupo de pacientes y sus 
características clínicas manifestadas por grupo. 
Los errores innatos del metabolismo son frecuentes en este hospital ya que por 
ser de concentración se reciben anualmente, y dentro de los últimos 5 años, 
aproximadamente 130 pacientes cuyas patologías principales son representadas 
por hipotiroidismo, hiperplasia suprarrenal congénita, fibrosis quística , 
glucogenosis y mucopolisacaridosis, haciendo un total de 18 patologías 
atendidas en el HRAEN RNP. 
A través de la identificación de los pacientes con EIM en los expedientes clínicos, 
se analizaron por grupo y tipo de error, se evaluó el cuadro de presentación, 
características clínicas, diagnóstico y estado actual de los pacientes con estos 
padecimientos. 
De acuerdo a las normas oficiales mexicanas de las patologías estudiadas, 
existe la cobertura para diagnóstico, seguimiento y en algunos casos tratamiento 
alimenticio o sustitutivo enzimático por lo que es factible el seguimiento a largo 
plazo de estos pacientes y la prevención de secuelas principalmente 
neurológicas las cuales son una importante causa de morbimortalidad en este 
grupo. 
42 
 
VI. Objetivos 
a. Objetivo general 
Identificar las características clínicas de pacientes con errores innatos del 
metabolismo en niños del HRAEN RNP en el periodo 2010-2014. 
b. Objetivos específicos 
1. Describir las características de los pacientes con EIM como edad, sexo y 
procedencia. 
2. Describir las características clínicas generales del cuadro de presentación de 
los pacientes con EIM. 
VII. Metodología. 
a. Diseño del estudio 
Se trató de un estudio observacional, transversal y descriptivo. 
b. Universo de observación 
Pacientes menores de 15 años con diagnóstico de error innato del metabolismo 
en el HRAEN RNP. 
c. Universo de trabajo 
Un total de 76 pacientes menores de 15 años con diagnóstico de errores innatos 
del metabolismo atendidos en el HRAEN RNP en el periodo de 2010 a 2014. 
d. Cálculo de la muestra y sistema de muestreo. 
43 
 
Tomando en cuenta el universo anterior se calculó la muestra estadística con 
una significancia de 5% y una confiabilidad del 95% dando un total de 64 
pacientes como muestra estadística, se utilizó la siguiente formula. 
 
 
 Donde: 
 z = Valor P encontrado en la tabla Z =1.96 
P = Porcentaje aproximado de las característica en estudio 
Q= Complemento a 100% del porcentaje (p) (100-p) 
d= Intervalo de confianza (porcentaje aceptado). 
 
e. Definición de variables. 
Dependiente: 
 Paciente con error innato del metabolismo 
Independientes: 
 Edad 
 Sexo 
 Edad de inicio 
 Tiempo entre inicio y diagnóstico 
 Edad al diagnóstico 
d
z QP
n c
2
2
).(

 
44 
 
 Características clínicas 
 Antecedentes familiares 
 
f.Estrategia de trabajo clínico. 
A través de la identificación de los pacientes con EIM en los expedientes 
clínicos, se analizaron por grupo y tipo de error, se evaluó el cuadro de 
presentación, características clínicas, diagnóstico y estado actual de los 
pacientes con estos padecimientos, se recaudó la información en bases de 
datos y se analizó posteriormente con el sistema estadístico SPSS. 
 
g. Criterios de inclusión. 
 Pacientes de ambos sexos 
 Menores de 15 años 
 Cualquier lugar de procedencia. 
 Que sean tratados y tengan diagnóstico de EIM del año 2010 al 2014 
en el HRAEN RNP de acuerdo a padecimientos mencionados en CIE 
10 dentro de ese rubro 
 
h. Criterios de exclusión y eliminación. 
 Pacientes con diagnóstico de EIM pero no se encuentre sustentado en el 
expediente clínico 
 Pacientes clasificados como EIM que no lo presentan 
 
45 
 
i. Criterios de eliminación 
j. Métodos de recolección y base de datos 
Se realizó revisión de los expedientes clínicos de los pacientes que cuentan con 
diagnóstico de error innato del metabolismo del año 2010 al 2014, 
recolectándose en base de datos de Access 2007. 
k. Análisis estadístico. 
Se realizó estadística descriptiva y se realizó tazas de frecuencia y 
prevalencia hospitalaria para cada error innato del metabolismo. 
l. Consideraciones éticas 
La realización del presente estudio se llevó a cabo de forma documental y por 
análisis de los expedientes clínicos de pacientes con errores innatos del 
metabolismo, mismos que fueron utilizados de manera estricta con fines 
académicos y con completa confidencialidad, no se manejó nombre ni algún dato 
particular de los pacientes. Con el fin de contribuir a mejorar el conocimiento para 
investigación clínica de las enfermedades. 
En el presente trabajo se respetan las normas éticas y de seguridad del paciente 
como se encuentra dispuesto en La ley general de salud 2013, Las normas de 
bioética internacional de investigación y declaración de Helsinki 2013. 
 
 
 
46 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
VIII. Resultados 
De la muestra estudiada se encontró predominio importante del hipotiroidismo, 
con un 43 % de los pacientes, seguido de las alteraciones hematológicas 17% 
que incluye anemia de células falciformes, esferocitosis y talasemias; hiperplasia 
suprarrenal congénita 8.8 % y la fibrosis quística 5.3%. Dentro de las de 
metabolismo intermedio la más frecuente fue la arginiemia con 1.7%. Dentro de 
las de atesoramiento la más frecuente fue la mucopolisacaridosis con 3.5 %. 
Figura 1. 
47 
 
 
 
 
 
La frecuencia de pacientes atendidos por errores innatos del metabolismo en 
esta institución del municipio de Centro representaron el 27%, seguido de 
Comalcalco y diferentes municipios del estado de Chiapas 11% cada uno, 
Nacajuca 8%, Cárdenas y Cunduacán 6 % cada uno. Figura 2. 
 
48 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Dentro del análisis de pacientes con errores innatos del metabolismo 
exceptuando hipotiroidismo, se encontró predominio de pacientes del sexo 
masculino con 35 pacientes (54.6%) contra 29 del sexo femenino (45.4%). El 
grupo de edad con mayor frecuencia fue de los 50 a 75 meses en ambos sexos. 
Figura 3. 
 
 
 
 
 
 
 
49 
 
Tabla 1. Características Neurológicas de pacientes 
con errores innatos del metabolismo 
Característica Núm. % 
Retraso psicomotor 13 17 
Crisis convulsivas 12 16 
Retraso del lenguaje 10 13 
Hipotonía 6 8 
Succión Débil 6 8 
Somnolencia 6 8 
Retraso mental 6 8 
Deterioro neurológico 5 7 
Irritabilidad 4 5 
Espasticidad 3 4 
Síndrome demencial 3 4 
Letargo 2 3 
Encefalopatía 2 3 
Transtorno del 
comportamiento 2 3 
Edema cerebral 1 1 
Tremor 1 1 
Infarto cerebral 1 1 
 
Las características clínicas de presentación inicial en pacientes con errores 
innatos del metabolismo se clasificaron en neurológicas, digestivas, metabólicas, 
respiratorias, hematológicas, infecciosas y varias, predominando las digestivas, 
de éstas con ictericia 20 (26%). Tabla 3. Neurológicas, con retraso psicomotor 13 
(17%). Tabla 1. Hematológicas, anemia 31 (40%) Tabla 5. Infecciones 
recurrentes 13 (17%). Tabla 6. 
 
Dentro de las características neurológicas 
más comunes fueron el retraso psicomotor 
con 17% de estas características, crisis 
convulsivas 16%, seguidos de retraso del 
lenguaje con 13%. Otras manifestaciones 
como hipotonía, succión débil, 
somnolencia y retraso mental con 8% 
cada uno. Complicaciones como edema 
cerebral, tremor e infarto cerebral se 
presentaron únicamente en un paciente. 
Tabla 1. 
 
 
 
50 
 
Tabla 2. Características metabólicas de 
pacientes con errores innatos del 
metabolismo 
Metabolicas Núm % 
Acidosis metabílica 4 5 
Hiperamonemia 4 5 
Cetosis 1 1 
Hipoglicemia 3 4 
 
Tabla 3. Características digestivas de pacientes 
con errores innatos del metabolismo 
Digestivas Núm. % 
Ictericia 20 26 
Rechazo al alimento 14 18 
Deshidratación 10 13 
Hepatomegalia 9 12 
Vómito 8 10 
Esplenomegalia 8 10 
Diarrea 8 10 
Insuficiencia Hepática 2 3 
 
 
Tabla 4. Características respiratorias de 
pacientes con errores innatos del 
metabolismo 
Característica Núm % 
Dificultad respiratoria 17 22 
Crisis de apnea 1 1 
Taquipnea 1 1 
 Tabla 5. Características hematológicas de 
pacientes con errores innatos del 
metabolismo 
Características Núm % 
Anemia 31 40 
Trombocitopenia 1 1 
Trastorno de coagulación 1 1 
Las características metabólicas más 
frecuentemente registradas fueron la 
acidosis metabólica e hiperamonemia en 
5% de los pacientes respectivamente, 
seguidos de hipoglicemia en un 4%. 
 
Las manifestaciones digestivas más 
frecuentes fueron la ictericia (26%), 
rechazo al alimento (18%), deshidratación 
(10%) y hepatomegalia (9%). Solo el 3% 
complicados con insuficiencia hepática. 
Tabla 3. 
 
La dificultad respiratoria se presentó en el 
22% de los pacientes y se reportaron crisis 
de apnea y taquipnea en 1% 
respectivamente. Tabla 4. 
 
La característica hematológica más 
encontrada fue anemia en 40% de los 
pacientes. Tabla 5. 
51 
 
 
Tabla 7. Características varias de pacientes 
con errores innatos del metabolismo 
Característica Núm % 
Dismorfias varias 10 13 
Mancha hipercrómica 2 3 
Catarata 1 1 
Orina con olor 
extraño 1 1 
Acidosis tubular renal 1 1 
Tabla 6. Características infecciosas de 
pacientes con errores innatos del 
metabolismo 
Característica Núm % 
Infecciones 
recurrentes 13 17 
Fiebre 7 9 
Sepsis 3 4 
 
Patología Prevalencia
Hipotiroidismo 12.35
Anemia de células falciformes 3.78
Hiperplasia suprarrenal congénita 2.52
Fibrosis quística 1.51
Leucodistrofia 1.51
Glucogenosis 1.01
Mucopolisacaridosis 1.01
Esferocitosis 0.76
Talasemia 0.5
Argininemia 0.5
Enfermedad de Gaucher 0.25
Niemann Pick 0.25
Enfermedad de Pompe 0.25
Fenilcetonuria 0.25
EOJM 0.25
Galactosemia 0.25
Citrulinemia 0.25
Deficiencia de G6PDH 0.25
Tabla 8. Prevalencia Hospitalaria de errores 
innatos del metabolismo. 
 
 
Dentro de las características infecciosas las 
recurrentes fueron 17%, fiebre 9% y sepsis 
4%. Tabla 6. 
 
 
Otras características que se encontraron con 
frecuencia fueron rasgos dismórficos 13%, 
principalmente faciales. Tabla 7. 
 
 
La tasa de prevalencia hospitalaria de estos 
padecimientos en general fue de 27.4 por 
cada 10 000 pacientes atendidos. El 
hipotiroidismo con una tasa de 12.35 por 
cada 10 000, seguido de anemia de células 
falciformes con 3.78, hiperplasia suprarrenal 
congénita 2.52, fibrosis quística 1.51, 
leucodistrofia 1.51, glucogenosis y 
52 
 
mucopolisacaridosis con 1.01, entre los más frecuentes. Tabla 8. 
IX. Discusión 
Durante el periodo de 2010 a 2014 en el Hospital de Alta Especialidad del Niño 
Dr. Rodolfo Nieto Padrón se atendieron un total de 113 pacientes con diagnóstico 
confirmado de errores innatos del metabolismo. La tasa de incidencia 
hospitalaria de estos padecimientos en general fue de 27.4

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