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reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
 
1 
AGRADECIMIENTOS: 
 
Primero y lo más importante, es agradecer a Dios por la vida que me regala, 
porque me ha permitido alcanzar las metas propuestas. Por conducirme siempre 
por la senda que me llevará de regreso a él, por jamás abandonarme y por la 
maravillosa libertad que me obsequió para elegir quién y cómo ser. Así mismo por 
la compañía de toda la gente que me rodea; pero por encima de todo, por la grata 
compañía de compartir la inocencia, la alegría y el amor, que sólo un niño sabe 
compartir. 
A mis Padres, Dios sabe que sin ellos, jamás hubiera llegado hasta este momento 
de mi vida. No encuentro palabras suficientes para describir mi profundo 
agradecimiento. 
A mi esposo, mi compañero, amigo y siempre algo más…………. Gracias por la 
espera, por saber perdonar mis eternas ausencias, el apoyo, amor y comprensión 
en todo este camino. 
A mis hijas, la columna que siempre me ha sostenido, la fuerza, paciencia, paz y 
madurez que me han acompañado en este camino. Pero sobre todo a Monserrat, 
mi eterna compañera, desde que inicié este maravilloso viaje por el mundo de la 
medicina, porque en realidad es ella el mejor ejemplo de mi vida, para ti amor, no 
existen palabras suficientes para expresar lo que siento por ti, gracias. 
 
2 
A mis maestros, sobre todo aquellos que dejaron huella Dr. Javier López 
Castellanos, Dr Marco A Ruiz, Dr García Toral, Dr Carlos Rivera, de entre todos 
los que estuvieron, mi mayor respeto, cariño y confianza para ustedes. 
Dra. Sara Cortes, gracias por la oportunidad de compartir con usted este momento 
tan importante de mi vida, con mucho cariño, respeto y admiración. 
Finalmente, gracias a todas las personas que incondicionalmente han estado en 
mi camino, mi mejor amigo, Alberto, Leticia, gracias por cuidar de mi mayor tesoro, 
mi tía Gabriela, incondicional siempre; Héctor, gracias por tu apoyo, sin él, la tesis 
no hubiera salido, lo sabes, te quiero. 
Gracias a mi segunda casa, Facultad de Medicina, por creer en mí y permitirme 
siempre avanzar y culminar mis sueños. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
3 
RESUMEN 
 Los defectos de cierre del tubo neural son una entidad frecuente en el espectro de 
las anormalidades del Sistema Nervioso Central, encontrándose la espina bífida 
oculta en menor porcentaje, con presentación asintomática, realizándose 
diagnóstico como hallazgo radiológico. Dentro de su espectro de presentación 
existen variedades discapacitantes. 
Las manifestaciones comunes son disfunción de esfínteres anal y vesical, y al 
enfrentarse el Pediatra a un paciente con infecciones urinarias recurrentes y 
estreñimiento crónico, se limita a realizar cambios dietéticos y manejo antibiótico, 
sin descartar dicha patología, que a largo plazo evoluciona a insuficiencia renal 
crónica, con alto impacto en la calidad de vida del paciente, altos costos del sector 
salud y ausencias laborales. 
Se encontró en una población de 37 pacientes con sospecha, que 64.8% son 
portadores de espina bífida oculta. Por lo que el trabajo servirá como guía 
diagnóstica y preventiva para evitar daño renal a futuro. 
. 
 
 
 
 
 
 
4 
ÍNDICE 
 
I. Introducción ……………………………………………………………. 5 
II. Marco teórico …………………………………………………………. 6 - 42 
III. Planteamiento del problema ………………………………………… 43 
IV. Justificación …………………………………………………………… 43 - 44 
V. Objetivos: generales y específicos …………………………………. 45 
VI. Material y métodos …………………………………………………. 45 - 47 
VII. Resultados ……………………………………………………………. 47 
VIII. Discusión ……………………………………………………………… 48 
IX. Conclusiones ………………………………………………………… 49 
X. Recomendaciones …………………………………………………… 49 
XI. Referencias bibliográficas …………………………………………… 50 - 53 
XII. Anexos …………………………………………………………………. 54 - 61 
 
 
 
 
 
 
 TEMARIO No. DE PAGINAS 
 
5 
I. INTRODUCCIÓN 
Los defectos de cierre del tubo neural son una entidad frecuente en el espectro de 
las anormalidades del Sistema Nervioso Central, rebasada sólo por las 
malformaciones cardiovasculares. Encontrándose la espina bífida oculta en menor 
porcentaje, con presentación asintomática, realizándose diagnóstico como 
hallazgo radiológico. Dentro de su espectro de presentación existen variedades 
discapacitantes, tales como Anclaje de la médula espinal, Lipomielomeningocele y 
lipomeningocele, Nervio terminal engrosado, Nervio terminal graso, 
Diastematomielia (médula espinal dividida) y diplomielia, y Trayecto fistuloso 
dérmico (con compromiso de la médula espinal), las cuales además de un estudio 
radiográfico, requieren realización de resonancia magnética, así como de 
tratamiento multidisciplinario. 
Las manifestaciones comunes de la espina bífida oculta son, disfunción de 
esfínteres anal y vesical, y al enfrentarse el Pediatra a un paciente con infecciones 
urinarias recurrentes y estreñimiento crónico, se limita a realizar cambios 
dietéticos y manejo antibiótico, sin descartar dicha patología, que a largo plazo 
evoluciona a insuficiencia renal crónica, con alto impacto en la calidad de vida del 
paciente, altos costos del sector salud y ausencias laborales. 
 
 
 
 
 
6 
II. MARCO TEORICO 
ESPINA BIFIDA 
Las anormalidades congénitas del sistema nervioso central son patologías 
devastadoras, de las cuales los defectos del cierre del tubo neural son las más 
comunes precedidas sólo en frecuencia por las anormalidades cardiovasculares. 
Se desarrollan durante la tercera y la cuarta semanas postconcepcionales, lo que 
da lugar a malformaciones con diversos grados de severidad y pronóstico; en la 
mayoría de los casos, estas últimas conducen a la invalidez o a la muerte en los 
primeros días de la vida. (1) 
Se estima que de los nacimientos anuales registrados en el Mundo, el promedio 
de casos de DTN por país es de 400,000 casos de anencefalia y 300,000 casos 
de espina bífida, la razón en la presencia de casos de Anencefalia: Espina Bífida 
es de 1.3:1. (2) 
En México, considerando los datos proporcionados en el XII Censo de Población 
realizado por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, en el 
año 2000, hay en México una población total de 26 millones, 31 mil 931niños de 5 
a 16 años de edad.(9) 
En México se presentan alrededor de 2,000 casos anuales de anencefalia y 751 
casos deespina bífida, con una razón de 2.6:1 respectivamente. El peligro de la 
aparición de casos de DTN oscila entre 3 y 5%, dependiendo del nivel de riesgo. 
En México, los reportes de incidencia muestran cifras de 5 a 25 casos por 10,000 
nacidos vivos; las cifras internacionales son de un caso por 10, 000 nacimientos. 
 
7 
Las tasas de espina bífida son ligeramente más elevadas en la mujer. 
Encontrándose en un 5 a 10%, de la población normal. (3) 
La mayor parte del sistema nervioso central proviene de la banda engrosada, la 
placa neural que está a lo largo de la región medio dorsal del embrión; esta placa 
es aplanada y está construida por una capa única de células; en el desarrollo 
normal se torna rápidamente estratificada y difiere del ritmo de crecimiento en los 
bordes y el centro; como resultado de este crecimiento, la placa se pliega 
formando un surco neural, este surco se profundiza y los pliegues engrosados se 
fusionan dorsalmente, originando el tubo neural, fusión que comienza en el centro 
en el día 16 de iniciada la gestación y avanza en dirección cefálica y caudal 
simultáneamente al polo cefálico, se fusiona aproximadamente el día 25 y el 
caudal el día 29. (4) 
La falla del cierre del tubo neural se traduce en una falta en el cierre de las 
estructuras óseas (arco posterior vertebral) que dará lugar a una espina bífi da 
oculta o espina bífida abierta, que abarca desde una apófisis espinosa mínima o 
ausente, hasta lesiones malformativas multivertebrales con cambios severos en la 
anatomía y función medular. (4) 
El término espina bífida oculta se refiere, por lo general, a un hallazgo radiológico 
de ausencia de apófisis espinosas de las vértebras L5 o S1 por defecto de cierre 
de su arco posterior. Se descubre accidentalmente por una radiografía de la zona 
inferior de la espalda. Por definición significa “columna separada escondida”. 
 
8 
 La forma que se da más comúnmente se considera inocua y sencillamente es una 
anomalía vertebral normal un poco diferente. En este desorden, partes de los 
huesos de la columna que se llaman el proceso espinoso y el arco neural se 
muestran anormales en una radiografía. Generalmente, ni la médula espinal ni los 
nervios espinales están comprometidos. La espina bífida oculta y ósea aislada (sin 
anomalía de la médula espinal) no ocasiona problemas del sistema nervioso 
central. (5) 
Sin embargo, hay trastornos mucho menos frecuentes que están relacionados a 
los que también se les llama espina bífida oculta que afectan la médula espinal y 
son los que pueden tener consecuencias para la salud. Estos trastornos 
comprenden (Tabla 1) (6) 
Estos desórdenes se pueden dar sin anomalías óseas de las vértebras. Si ocurre 
alguna de estas anomalías relacionadas con la médula espinal, pueden darse 
signos y síntomas relacionados con el sistema nervioso. Algunos de estos signos 
y síntomas son (7): 
- Dolor (en la espalda o las piernas) 
- Debilidad en las piernas 
- Entumecimiento u otros cambios en la sensibilidad de las piernas o la 
espalda 
- Deformidades ortopédicas de las piernas, los pies y la espalda 
- Cambios en el funcionamiento de los intestinos o la vejiga 
 
 
9 
Las personas que son susceptibles a una anomalía de la médula espinal deben 
ser examinadas oportunamente por un médico/cirujano para prevenir los 
problemas neurológicos mencionados. (8) 
Es asintomática, se localiza habitualmente a nivel lumbosacro, y se pone de 
manifiesto mediante una radiografía de columna en la que se evidencia el cierre 
incompleto del arco vertebral posterior. No tiene relación con la enuresis nocturna 
monosintomática; sin embargo, cuando la enuresis es polisintomática se deben 
excluir alteraciones subyacentes de la médula espinal propias del disrafismo 
espinal oculto.(9) 
En estos casos, suelen observarse a nivel lumbosacro alteraciones cutáneas, 
tales como áreas de piel atrófica o hiperpigmentada, hemangiomas, lipomas 
subcutáneos, o bien hipertricosis localizada, apéndices cutáneos, fístulas o senos 
dérmicos. (9) 
El disrafismo espinal oculto puede ser asintomático o bien se puede sospechar 
por la presencia de manifestaciones clínicas comunes más o menos evidentes: 
cifoescoliosis, lumbociática, pies equinovaros, asimetría de las extremidades 
inferiores, signo de Babinski, pérdida parcheada de la sensibilidad, úlceras 
tróficas y trastornos de los esfínteres. En ocasiones, cuando la malformación 
oculta está en comunicación con el exterior a través de fístulas o senos dérmicos 
puede ser la causa de meningitis recurrente. (10) 
 
 
 
10 
ETIOLOGÍA 
Es desconocida y su origen heterogéneo. Habitualmente proviene de una 
predisposición genética, con un patrón multifactorial (que incluye factores 
ambientales) y un alto riesgo de recurrencia (aumento de la posibilidad de tener un 
segundo hijo con esta afectación). Entre estas causas ambientales podemos 
señalar: (11) 
• El 95% de los casos se debe a un déficit de folatos en la madre en los momentos 
previos o inmediatamente posteriores a producirse el embarazo. 
• Tratamiento materno con ciertos fármacos: ácido valproico (anticonvulsionante), 
etetrinato (tratamiento de la psoriasis y acné), carbamazepina y medicamentos 
hormonales. 
• Déficit de vitaminas en la madre. 
• Causa genética. Las madres que ya han tenido un hijo con EB tienen más riesgo 
de que también aparezca en los siguientes hijos. 
• Gripe materna en el primer trimestre del embarazo. 
Se consideran factores de riesgo adicionales: 
• Edad materna. La EB se ve más frecuentemente en madres adolescentes. 
• Antecedentes de aborto anterior. 
• Orden del nacimiento (los primogénitos tienen un riesgo más alto). 
 
11 
• Clase socioeconómica baja. Se piensa que una dieta pobre, con carencia de las 
vitaminas esenciales y los minerales, puede ser un factor influyente. 
CUADRO CLÍNICO 
En la Espina Bífida se dan diferentes grados de afectación que hace que varíen 
los problemas neurológicos o los síntomas. El nivel de importancia de estos 
problemas se relaciona directamente con la altura a la que se encuentra el defecto 
en la medula espinal. Generalmente, cuanta más alta se encuentra, más 
importantes son los problemas que aparecen. Además de hidrocefalia, la espina 
bífida puede provocar dificultades a nivel intestinal y de vejiga, serias dificultades 
en el movimiento o debilidad en las piernas y, en algunos casos, problemas 
relacionados con el aprendizaje y la atención. (12) 
El 50% tienen una anomalía cutánea como un hemangioma, un hoyuelo o un 
nevus velloso en la región lumbar inferior. (8) 
- El inicio de los síntomas generalmente ocurre entre los 5 y 15 años. Son de tipo 
neurológico, ortopédico y urológico. 
- Dentro de los síntomas predominantes se encuentran: debilidad motora 
progresiva y atrofia muscular, dolor lumbosacro que empeora con la flexión, pie 
cavo, escoliosis, trastornos de la marcha, poliuria, vaciamiento vesical incompleto 
y enuresis 
El tracto urinario inferior es responsable del almacenamiento y la eliminación de la 
orina en un lugar socialmente aceptable. A esto se le ha llamado ciclo de micción. 
El sistema nervioso simpático se encarga de la fase de almacenamiento y el 
 
12 
sistema nervioso parasimpático controla la fase de vaciamiento. Ambos son parte 
del sistema nervioso autónomo, que se integra con el sistema nervioso central. El 
sistema nervioso simpático relaja el músculo detrusor durante el llenado, 
concediendo una adecuada adaptabilidad de volúmenes y presiones vesicales 
para prevenir la presencia de reflujo vesicoureteral, mediante la contracción del 
esfínter estriado uretral para mantener la continencia con la formación de un sello 
uretral. Este mismo sistema realiza constantes ajustes para inhibir los impulsos del 
parasimpático. Cuando se alcanza la capacidad vesical normal, el simpático se 
inhibe y el parasimpático comienza a relajarel esfínter uretral coordinando una 
contracción del músculo detrusor, para vaciar completamente la vejiga. La 
estructura neurológica del piso pélvico incluye al sistema nervioso simpático, 
cuyas fibras preganglionares se originan en T10 y L2 para dar origen al nervio 
hipogástrico, cuyos neurotransmisores son la norepinefrina y la acetilcolina. El 
parasimpático se origina en el asta intermedia lateral sacra, a la altura de S2-S4, y 
manda sus impulsos a través del nervio pélvico hacia la vejiga; utiliza como 
neurotransmisor a la acetilcolina. En este lugar surge también el nervio pudendo, 
que lleva información sensorial y motora a estructuras específicas como el esfínter 
uretral estriado y el esfínter anal externo, principalmente. (13) 
Es importante conocer lo anterior, ya que al encontrar alteraciones anatómicas en 
estructuras óseas como el sacro, podemos suponer que existe alteración en el 
suministro nervioso de las vísceras pélvicas y el tracto urinario bajo. En estudios 
previos se ha encontrado una incidencia de 8.8% de malformaciones del sistema 
nervioso central, 45.5% de las cuales corresponden a alteraciones de la columna y 
 
13 
la médula espinal. Estas alteraciones se relacionan con síntomas en el tracto 
urinario inferior. (13) 
Por lo tanto, en un paciente pediátrico con infección de vías urinarias recurrentes, 
asociado a estreñimiento crónico, se debe sospechar Espina bífida oculta e iniciar 
el abordaje para descartar la misma, inicialmente con la realización de radiografía 
simple de columna lumbar basta para realizar el diagnóstico, se puede apoyar en 
un Cistograma miccional y en caso necesario realizar Urodinamia, en caso de 
sospecharse alguna otra patología asociada, tal es el caso de médula anclada, 
que es la patología más frecuente que acompaña al cuadro anterior, se debe 
realizar una Imagen de Resonancia Magnética, que es el estándar de oro para el 
diagnóstico. 
INFECCIÓN DE VÍAS URINARIAS 
Las infecciones del tracto urinario (ITU) constituyen una patología relativamente 
frecuente en la infancia, con una prevalencia de ITU en menores de dos años con 
fiebre del 7% y en niños hasta 19 años con síntomas urinarios del 7,8%. La 
Organización Mundial de la Salud ha estimado que la enfermedad se diagnostica 
en 1% de los niños y 3-8% de las niñas. La mayor parte de las infecciones ocurre 
durante los primeros años, tiene mayor gravedad en los niños menores de un año 
de edad. Recién nacidos 4.1, Preescolares 1.15 y Escolares 1.30. (14) 
La tasa reportada de recurrencia es de 12 a 30%, con mayor probabilidad en 
menores de seis meses, en caso de reflujo vesico-ureteral grave y en aquellos con 
gamagrafía renal anormal al momento de la primera infección. (13) 
 
14 
En contraste con el curso generalmente benigno en la población adulta, la IVU en 
los niños, especialmente en menores de tres años, tiene mayor dificultad para el 
diagnóstico y riesgo de complicaciones y secuelas. Se calcula que la infección 
urinaria ocurre en un 2.1% de las niñas y en 2.2% de los niños antes de los dos 
años de edad. (14) 
Entre un 8 y 40% de los menores de seis años con IVU tienen reflujo 
vesicoureteral; otras anormalidades comunes incluyen hidronefrosis, uropatía 
obstructiva y doble sistema colector. De un 10 a 65% de los de menos de dos 
años presentarán cicatrices renales. Estas últimas se asocian con el desarrollo de 
hipertensión y enfermedad renal terminal. Se ha encontrado que entre 10 y 25 % 
de los enfermos con insuficiencia renal crónica, tienen como causa pielonefritis 
crónica. En consecuencia, es crucial tener un entendimiento claro de la 
patogénesis, factores de riesgo, indicaciones e interpretación de las pruebas 
diagnósticas, así como del uso apropiado de la terapia antimicrobiana y del 
manejo integral de los niños con IVU. (15) 
Un diagnóstico adecuado es extremadamente importante en este grupo de edad, 
porque permite identificar, tratar y evaluar, a niños con riesgo de daño renal, así 
como evitar tratamientos y evaluaciones innecesarios. (15) 
Los análisis de costo-efectividad han estimado que la rentabilidad de prevenir un 
caso de enfermedad crónica como hipertensión o enfermedad renal terminal 
significa 700 mil dólares en base al tiempo de vida productivo de un adulto joven 
sano. (15) 
 
15 
En estas condiciones, la infección de vías urinarias no complicada, que incluye la 
cistitis y las fases iniciales de una pielonefritis debe ser identificada en forma 
temprana para evitar las complicaciones descritas, de tal forma que se puedan 
establecer las medidas de prevención y tratamiento adecuados y establecer el 
enlace entre los diferentes niveles de atención para el seguimiento adecuado en 
cada caso. (16) 
Se entiende como infección urinaria o infección del tracto urinario, al crecimiento 
de bacterias dentro del tracto urinario, independientemente de su localización alta 
o baja. Se manifiesta por un número significativo de bacterias en la orina.(16) 
Incluye: Cistitis, pielonefritis y abscesos renales. Dentro de la definición se incluye 
la terminología como: (17) 
PROBABLE: hallazgos clínicos consistentes, anormalidades en estudios de 
laboratorios y resultado de cultivo urinario pendiente. 
DEFINITIVA: hallazgos clínicos consistentes, y resultado de cultivo urinario 
positivo. 
La etiología principal está dada en 95% por bacterias Gram negativas, dentro de 
las cuales la principal E. coli (80-90%), siguiendo en orden de frecuencia K. 
pneumoniae (3.5%), P. mirabilis (2.7%), Pseudomona (1.8%) y Enterobacter 
(1.2%). Así como en 5% Bacterias Gram (+) Enterococo (2.7%), Estafilococo 
coagulasa (-) (2.2%) y Estafilococo aureus (1.0%) (18) 
Las vías urinarias en condiciones normales se encuentran protegidas por 
diferentes mecanismos anatómicos, fisiológicos y antibacterianos; el tamaño de la 
 
16 
uretra en niños es un factor protector, pero en las niñas es un factor de riesgo para 
el desarrollo de IVU, la piel redundante del prepucio incrementa la frecuencia de 
IVU en niños menores de tres meses no circuncidados. La urea, ácidos orgánicos, 
el pH ácido y los mucopolisacáridos de la pared vesical son mecanismos 
protectores para inhibir la multiplicación bacteriana. Existe controversia en el papel 
de la IgA secretoria para proteger al huésped de la colonización bacteriana; las 
células fagocíticas pueden prevenir la diseminación de la infección, sin embargo 
no existe evidencia de que los pacientes con neutropenia tengan mayor incidencia 
de IVU. (17) 
Las vías para la adquisición de IVU en la edad pediátrica son la hematógena y la 
ascendente; la primera se presenta más frecuentemente en recién nacidos y 
menores de tres meses de vida y la segunda es la más frecuente en otros grupos 
etáreos. La IVU se asocia con mayor frecuencia a Escherichia coli (E. coli); esta 
bacteria normalmente coloniza el intestino del huésped, la piel perineal, el área 
periuretral y de allí asciende a la uretra y vejiga. El 71% de los aislamientos de E. 
coli de las vías urinarias poseen fimbrias que facilitan su adherencia al epitelio de 
las vías urinarias, que es el primer paso para la colonización y posteriormente 
desarrollar el proceso infeccioso. (17) 
La colonización se acompaña de la liberación de productos bacterianos como el 
lípido A, que inicia la respuesta inflamatoria, o la endotoxina de bacterias Gram 
negativas que favorece la presencia de fiebre y otros síntomas urinarios. (18) 
Por otro lado existen factores de riesgo para contraer dicha infección, la 
obstrucción al flujo urinario es el principal factor de riesgo.(18) 
 
17 
El reflujo vesico urinario (RVU) es la causa más frecuente de ITU. En el lactante 
< de 1 año con ITU : RVU en el 45%.En el infante de 1-3 años con ITU: RVU en el 
30%, Sexo femenino, Niños no circuncidados, Anomalías congénitas, Uso de 
sonda vesical, Vejiga neurogénica, Actividad sexual. (17) 
FISIOPATOLOGÍADentro de la etiopatogenia de la IVU es necesario distinguir factores bacterianos y 
del huésped, como se muestra en seguida: (18) 
• Factores bacterianos: 
En pacientes con alteraciones del aparato urinario, sondaje vesical ú otro tipo de 
instrumentación urológica o tratamiento antimicrobiano, aumenta la frecuencia de 
bacterias diferentes. Esta situación está relacionada con la presencia de factores 
bacterianos virulentos, como la alfa hemolisina (proteína citolítica que lesiona la 
membrana celular), sideróforos (proteína quelante de hierro que prolonga la vida 
de la bacteria), y polisacáridos capsulares (que disminuyen la activación del 
complemento). La presencia de fimbrias en las bacterias, que favorecen su 
adherencia al urotelio, también es un factor de virulencia importante. 
• Factores del huésped: 
Las bacterias pueden acceder al tracto urinario a través de cuatro vías: 
1. Vía ascendente, desde la uretra y la vejiga a los riñones, la más común. 
2. Hematógena: En pacientes inmunocomprometidos ó en neonatos. 
3. Linfática, desde el recto, colon y linfáticos periuterinos, difícil de comprobar. 
 
18 
4. Directa, a través de fístulas rectovaginales ó a cualquier parte del tracto urinario. 
Los factores del huésped que están implicados en la presencia de bacteriuria se 
pueden resumir en: 
1. Edad: Los neonatos tienen mayor predisposición a IVU por la inmadurez de su 
sistema inmunológico. Además existe una elevada colonización periuretral en el 
primer año de vida. 
2. Colonización fecal, periuretral y prepucial: La importancia de la colonización 
fecal no se puede hacer a un lado ya que el mecanismo de infección ascendente 
es el más frecuente. El uso indiscriminado de antibióticos de cualquier tipo 
favorece la proliferación de cepas virulentas y multirresistentes. Este hecho podría 
tener que ver con la disminución de la prevalencia de IVU en niños circuncidados 
con respecto a los no circuncidados. 
3. Género: Posiblemente por factores anatómicos inherentes a la mayor 
accesibilidad de la vejiga a los gérmenes en las niñas que en los niños por tener la 
uretra más corta. 
4. Genéticos: Con mayor frecuencia los niños con IVU recurrentes tienen en su 
epitelio urinario receptores, glucolípidos antígenos del grupo sanguíneo P, que 
facilitan la adhesión de las fimbrias o pili de E. coli. 
5. Anormalidades genitourinarias: 
Las IVU en los niños indican frecuentemente anormalidades anatómicas del tracto 
urinario. Estas alteraciones deben ser identificadas tempranamente, ya que si no 
son corregidas a tiempo pueden llevar a secuelas como cicatrices renales, pérdida 
 
19 
de parénquima renal, hipertensión arterial e insuficiencia renal crónica. Es por esta 
razón que se recomienda el estudio Imagenológico en todos los pacientes que se 
presenten con IVU. 
a) Reflujo vesicoureteral 
b) Vejiga neurogénica. 
c) Síndrome de eliminación disfuncional 
CUADRO CLÍNICO (Tabla 2) 
Las manifestaciones clínicas varían, según el rango de edad en la población 
pediátrica. (19) 
DIAGNÓSTICO: 
Se basa en el cultivo de la orina y en el análisis de la misma, siendo el primero 
imprescindible y el segundo una ayuda diagnóstica importante para seleccionar 
aquellas infecciones que se deben tratar de forma rápida para evitar en lo posible 
el daño renal. (19) 
CRITERIOS DE KASS (19) 
• Sintomático: 
– Un urocultivo, un germen, con más de 100.000 ufc/ml: infección del 
80%. 
– Dos urocultivos, mismo germen: 96%. 
– Tres urocultivos: 99%. 
• Recuentos inferiores a 10.000 ufc/ml: indicativos de contaminación 
 
20 
• Intermedios, más de 10.000 y menos de 100.000 ufc/ml: sospechosos de 
infección: nuevas determinaciones. 
• Urocultivos con 2 o + gérmenes: contaminación y no significativos, aún con 
recuento > 100.000 ufc/ml. 
Los métodos de recolección para realización del exámen general de orina 
se muestran a continuación (Tabla 3) (19) 
EXAMEN GENERAL DE ORINA: (19) 
• Leucocituria: > 10 leucocitos/mm3 ó + 5 leucocitos x campo alto poder 
(orina centrifugada) 
• Nitritos (especificidad 98%) 
• Estearasa leucocitaria (sensibilidad 83%) 
• Otros: Presencia de bacterias (orina no centrifugada), cilindros 
leucocitarios, hematies, leucocitos aglutinados 
 
EXPLORACIONES COMPLEMENTARIAS: (19) 
Biometría hemática completa, hemocultivos, y niveles de urea y creatinina. 
Ecografía renal y de vías urinarias: Solicitar ante 1ra. ITU alta independiente del 
sexo (identifica malformaciones renales y de vías excretoras) 
Cistouretrografía retrograda miccional y con fluoroscopia: Detecta RVU pasivo y 
activo. Indicada en todos los pacientes a la 1ra. ITU alta e ITU recurrente. 
Scans Renales con radionucleótidos: (no de rutina) 
TAC ó resonancia magnetica Nuclear: Evaluación anatómica ó funcional 
 
21 
TRATAMIENTO 
La infección urinaria a esta edad es un problema de extrema gravedad, con alto 
riesgo de sepsis, complicaciones, secuelas y muerte. Su tratamiento debe 
realizarse en el hospital. La probabilidad de malformaciones de las vías urinarias 
es muy alta. El tratamiento antimicrobiano para sepsis neonatal es el indicado. 
(20) 
La asociación de un betalactámico más un aminoglucósido permite una cobertura 
de más del 90% de los microorganismos involucrados. (20) 
El tratamiento debe ser de 10 a 14 días. Cuando se pueda prescindir de la vía 
endovenosa, se puede recurrir a la intramuscular o a la vía oral cuando sea 
posible. (209 
Los lactantes menores de tres meses con IVU deben ser tratados con los mismos 
criterios. (20) 
Para otras edades el tratamiento se debe guiar de acuerdo al sitio de la infección: 
(18) 
 Infecciones urinarias bajas: cistouretiritis. El tratamiento de preferencia 
debe ser por vía oral. Pueden utilizarse amoxicilina, TMP/SMX y 
nitrofurantoína. La duración del tratamiento por vía oral debe ser de 5 a 7 
días 2. Los tratamientos menores a 4 días fallan con mayor frecuencia. 
Tratamientos más prolongados (mayor de 7 días) no tienen ventaja e 
incrementan el riesgo de efectos adversos. 
 
22 
 Infección de vías urinarias altas (pielonefritis): El tratamiento debe iniciarse 
por vía parenteral por tres a cinco días; debe continuar por vía oral, hasta 
completar diez a 14 días. El cambio de vía parenteral a oral se basa en la 
desaparición de la fiebre y la mejoría del estado general. Los esquemas de 
tratamiento incluyen monoterapia con cefalosporinas de tercera generación, 
aminoglucósidos, fluoroquinolonas o la combinación de un betalactámico y 
un aminoglucósido. 
 
En todos los casos de recurrencia es necesario agotar los recursos clínicos y 
paraclínicos para descartar malformaciones de las vías urinarias. El tratamiento 
antimicrobiano debe basarse en los resultados del urocultivo y la sensibilidad del 
microorganismo causal. (20) 
La profilaxis esta indicada en pacientes con: Anomalías anatómicas demostradas 
radiológicamente; en niños con reflujo vesico-ureteral que no requieren cirugía y 
en pacientes con catéter uretrovesical por más de 72 h. (20) 
 
CRITERIOS DE INGRESO HOSPITALARIO 
 Uno o más de los siguientes: (18) 
- Afectación del estado general (signos de deshidratación, disminución de la 
respuesta a estímulos, palidez, piel marmórea, etc.). 
– Intolerancia a la vía oral. 
 
23 
- Indicación de tratamiento endovenoso por la gravedad del caso, falta de 
respuesta al tratamiento por vía oral. 
- Menores de 30 días de edad 
– Sospecha de mal apego al tratamiento por el entorno familiar. 
La seguridad de los riñones es una prioridad constante en todos los casos. 
Conlleva siempre implicada la alteración funcional del tracto urinario inferior, 
presentando con frecuencia complicaciones que afectan a la función renal. 
El riñón es un órgano sensible a la infección puesto que a pesar de su alto flujo 
sanguíneo, es relativamente pobre en células fagocitarias. La médula renal es la 
zona más propicia para la instalaciónde la infección; la inoculación de menos de 
10 bacterias desencadena el proceso de propagación. La hiperosmolaridad y la 
gran concentración en iones NH4 + explican por qué la fagocitosis y la fijación del 
complemento están disminuidas en la zona medular. (20) 
El daño renal puede tener consecuencias graves como insuficiencia renal crónica 
e hipertensión arterial. Para evitar o disminuir en lo posible el daño renal es 
imprescindible identificar precozmente a aquellos niños con riesgo elevado de 
pielonefritis. (20) 
Es frecuente, que las infecciones de vías urinarias recurrentes, se acompañen de 
estreñimiento crónico, ante tal situación, es obligado que el médico pediatra 
descarte una entidad, llamada espina bífida oculta y tener en consideración que 
dicha entidad es la causante tanto de la infección frecuente de vías urinarias, 
 
24 
como del estreñimiento crónico e iniciar protocolo de estudio, para en un futuro 
evitar daño renal crónico, así como descartar otras patologías asociadas. (20) 
 Las alteraciones de la dinámica miccional se traducen en dos signos, la retención 
y la incontinencia, siendo la retención la principal responsable de las 
complicaciones orgánicas severas. Esto representa riesgo importante para el 
desarrollo de pielonefritis de repetición con el consiguiente daño renal30. La 
pielonefritis aguda es una afección urinaria que compromete el parénquima y el 
sistema colector renal, se caracteriza clínicamente por signos generales de 
infección aguda. 
En los últimos años, las alteraciones relativas a la micción han ganado 
progresivamente una mayor importancia, no sólo por su incidencia, sino también 
por sus posibles repercusiones patológicas y/o psicológicas (personales y 
familiares). Pueden referirse tanto a problemas del hábito miccional diurno como a 
incontinencia. En su etiología pueden participar anomalías orgánicas, como la 
obstrucción anatómica del tracto urinario inferior o la vejiga neurógena, pero son 
más frecuentes las causas funcionales, que clásicamente se han agrupado bajo 
términos como micción disfuncional o trastornos miccionales no neurógenos, y que 
en la actualidad se denominan trastornos de la función del tracto urinario inferior. 
(18) 
Aunque no existen datos epidemiológicos que nos informen adecuadamente 
sobre la prevalencia, algunos estudios llevados a cabo mediante cuestionarios, en 
escolares sanos de 4 o más años de edad, muestran incontinencia diurna en el 3-
6% de los niños y síntomas miccionales en el 20-26%. La frecuencia disminuye 
 
25 
con la edad y aunque pueden presentarse en ambos sexos, se considera que son 
más importantes en niñas preescolares y escolares. Algunas publicaciones citan 
los trastornos miccionales como un motivo frecuente de consulta en pediatría pero, 
en general, se considera que son un problema infradiagnosticado. La edad, el 
contexto y la historia clínica pueden modificar la impresión de patología o 
normalidad de muchos de los síntomas propios de los trastornos miccionales. (21) 
En los niños que controlan sus esfínteres, hay una relación estrecha entre 
infecciones del tracto urinario (ITU), reflujo vesicoureteral (RVU), estreñimiento y 
trastornos miccionales. Muchos autores utilizan la denominación de síndrome de 
eliminación disfuncional para resaltar la frecuente asociación entre el 
estreñimiento y los trastornos miccionales5. La retención de heces en el recto 
repercute negativamente sobre la función vesical y sobre la dinámica del suelo 
pélvico durante la micción6. Un estudio retrospectivo basado en controles de salud 
de niños de 4-17 años (a los que se preguntaba por la presencia o no de 
problemas en sus hábitos de eliminación), demostraba cómo la prevalencia de 
incontinencia fecal y urinaria era mayor en los niños con estreñimiento al 
compararlos con los que no padecían este problema7. En niños controlados por 
infecciones de orina recurrentes o por incontinencia urinaria, el tratamiento del 
estreñimiento (que muchas veces no reconocen inicialmente como molestia los 
propios padres o los niños) mejora o elimina el problema por el que siguen 
consulta. (21) 
 
http://www.pap.es/FrontOffice/PAP/front/Articulos/Articulo/_IXus5l_LjPq-qqZ3bTHSMx2L5wsbhW4e#bibliografia
http://www.pap.es/FrontOffice/PAP/front/Articulos/Articulo/_IXus5l_LjPq-qqZ3bTHSMx2L5wsbhW4e#bibliografia
http://www.pap.es/FrontOffice/PAP/front/Articulos/Articulo/_IXus5l_LjPq-qqZ3bTHSMx2L5wsbhW4e#bibliografia
 
26 
MICCIÓN NORMAL 
La secuencia normal de una micción comprende las fases de llenado y 
vaciamiento. (Tabla 4) (21) 
Durante la fase de llenado, la vejiga se acomoda a los volúmenes crecientes 
de orina con una presión intravesical baja, y las vías inhibitorias del sistema 
nervioso central (SNC) impiden el vaciado de la vejiga hasta que llegue un 
momento apropiado: inhiben las contracciones vesicales involuntarias (músculo 
detrusor) y, además, mantienen cerrado el tracto de salida (cuello vesical y 
esfínter urinario). Durante la fase de vaciado, de un modo coordinado se contrae el 
músculo detrusor y se relajan tanto la musculatura pélvica (el cuello vesical 
desciende) como el esfínter uretral. (21) 
Control diurno maduro. A partir de cierto volumen de llenado aparece la 
sensación miccional. En ese momento, el niño puede decidir entre retener u orinar. 
Si decide retener, la vejiga se acomoda a su contenido (se inhibe la actividad del 
detrusor) y la sensación de micción puede desaparecer. Posteriormente, con un 
mayor volumen de orina, aparece una sensación más apremiante, que ya no se 
puede inhibir completamente, pero se puede retener la orina (aunque persista el 
deseo miccional) hasta que socialmente se encuentran el lugar y el momento 
apropiados para orinar. Durante la micción consciente, el esfínter externo se relaja 
completamente antes de contraerse la vejiga. La relajación del esfínter y la 
contracción vesical han de ser coordinadas para un vaciado adecuado. (21) 
 
27 
Maduración de la micción 
En el período neonatal, la micción es refleja y está controlada por los centros 
espinales. El neonato orina unas 20 veces al día, frecuencia que presenta una 
ligera disminución a lo largo del primer año de vida. Con el crecimiento, la 
capacidad vesical aumenta y el niño orina menos a menudo. En el segundo año 
de vida suele iniciarse el proceso que llevará al control. Esta etapa durante la cual 
el niño madura hasta adquirir el control vesical maduro, pasando desde la función 
infantil del tracto urinario inferior (involuntaria-refleja) a la función adulta 
(consciente-voluntaria), es denominada fase de transición. En primer lugar, se 
adquiere la conciencia de vejiga llena y, a continuación, entre los dos y los tres 
años de edad, se desarrolla la capacidad para iniciar o inhibir la micción de modo 
voluntario. Pero el verdadero control voluntario (patrón adulto o maduro de 
micción) no se alcanza, en general, hasta los cuatro años. Inicialmente el niño 
tiene un mejor control sobre el esfínter que sobre la vejiga, por ello le resulta más 
fácil detener la micción que iniciarla. Pudiera ocurrir que para detener una micción 
se realizara la contracción del esfínter en lugar de inhibir la contracción vesical. La 
persistencia de este patrón puede originar disinergia esfínter-vejiga. (23) 
Entrenamiento de esfínteres 
La mayoría de los niños desarrolla una funcionalidad y una continencia 
urinarias normales independientemente del momento y el tipo de entrenamiento 
miccional que se utilice. Sin embargo, en algunos casos, el retraso o un 
inadecuado entrenamiento de esfínteres pueden favorecer el desarrollo de un 
trastorno de la función del tracto urinario inferior. Aunque no hay evidencias 
 
28 
concluyentes, se admite que los siguientes consejos para la educación de 
esfínteres pueden ser beneficiosos para alcanzar la continencia urinaria diurna 
más temprana y evitar los trastornos miccionales18:Iniciar la enseñanza de la 
continencia urinaria alrededor de los 18 meses de edad, cuando se espacia el 
período de pañal seco (por ejemplo, cuando el niño consigue con frecuencia no 
orinarse durante la siesta) y se ha desarrollado la conciencia de vejiga llena. 
Facilitar el trabajo de la musculatura pélvica durante la micción usando un orinal o 
una taza de váter adaptada en la que el niño apoye bien tanto las nalgas como los 
pies. (23) 
Favorecer el vaciamiento vesical completo y la coordinación esfínter-vejiga 
animando al niño a que orine cuando se le vea o suponga con ganas (para que lo 
logre al primer intento) y con un intervalo adecuado con respecto a la micción 
previa (de dos a cuatro horas según la edad y la ingesta de líquidos). No mantener 
al niño sentado en el orinal hasta que logre la micción y no insistir en que haga 
esfuerzo si fracasa el primer intento. (22) 
No dispersar los esfuerzos cambiando de técnica continuamente y ser persistentes 
en esta educación, ya que se logra el objetivo en menos de tres meses. (22) 
INCONTINENCIA Y TRASTORNOS FUNCIONALES 
El campo de la urología es un terreno de frecuente anarquía semántica. 
Diferentes grupos y autores utilizan desiguales definiciones para los mismos 
términos (como enuresis, incontinencia, vejiga hiperactiva o micción disfuncional), 
creando confusión. En julio de 2006, la International Children’s Continence Society 
http://www.pap.es/FrontOffice/PAP/front/Articulos/Articulo/_IXus5l_LjPq-qqZ3bTHSMx2L5wsbhW4e#bibliografia
 
29 
(ICCS) publicó un informe para estandarizar la terminología19. Las definiciones y 
términos que mencionemos a lo largo de esta revisión se ajustarán a este informe. 
(23) 
Las alteraciones funcionales del tracto urinario inferior pueden manifestarse 
por cambios en el patrón miccional (por ejemplo, urgencia, esfuerzo o cambios en 
la frecuencia), por pérdidas de orina o por infecciones urinarias recurrentes. La 
incontinencia diurna a menudo está entrelazada con los síntomas miccionales, 
pero la incontinencia no es obligada, es decir, no todos los que tienen alteraciones 
funcionales son incontinentes. Y a la inversa, no toda pérdida de orina intermitente 
diurna se debe a un trastorno funcional. (23) 
INCONTINENCIA 
La incontinencia urinaria es la pérdida incontrolable de orina. Puede ser 
continua o intermitente. La incontinencia continua supone la pérdida constante de 
orina, hecho que es siempre patológico (independientemente de la edad) y que se 
debe a malformaciones congénitas (uréter ectópico, por ejemplo) o a daño 
iatrogénico sobre el esfínter uretral externo. La incontinencia intermitente es la 
pérdida involuntaria de orina, de modo discontinuo (con períodos secos) y 
después de la edad a la que se suele conseguir controlar la orina. Puede ser 
diurna o nocturna. Se reserva el término enuresis para la incontinencia 
intermitente que aparece durante el sueño por la noche (enuresis nocturna). El 
término enuresis diurna ha quedado obsoleto y debe evitarse; es preferible hablar 
de incontinencia diurna (intermitente). Si el niño moja tanto de día como de noche, 
http://www.pap.es/FrontOffice/PAP/front/Articulos/Articulo/_IXus5l_LjPq-qqZ3bTHSMx2L5wsbhW4e#bibliografia
 
30 
han de nombrarse tanto la incontinencia diurna como la nocturna o enuresis. 
Enuresis es sinónimo de incontinencia intermitente nocturna. (22) 
INCONTINENCIA DIURNA 
Hay una etapa de la vida en la que las pérdidas intermitentes e involuntarias de 
orina son normales (primeros años y fase de transición). La edad de cinco años 
marca el límite de esta fase, es decir, toda pérdida diurna a partir de dicha edad (a 
veces antes, según las circunstancias) ha de ser tenida en cuenta desde un punto 
de vista clínico. Es un problema habitual que afecta por igual a los dos sexos y 
cuya frecuencia disminuye con la edad: un 8-10% de los niños de más de cinco 
años tiene pérdidas de orina durante el día; a los siete años un 2-3% de los niños 
(en esta etapa hay una pequeña diferencia por sexo: tiene escapes un 3-4% de las 
niñas) y menos de un 1% a partir de los doce años. (23) 
La incontinencia intermitente diurna a menudo se considera una molestia 
inevitable y se tolera hasta que, con el inicio de la escolarización, el niño se 
retrasa con respecto a sus pares. En ese momento, la preocupación de los padres 
es habitual; pero no menos frecuente, e incluso más importante, es la repercusión 
en el niño (psicológica y social). Mojar la ropa es la tercera causa de estrés, según 
citan los propios niños al preguntarles por veinte problemas que les pueden 
preocupar en su etapa escolar. (23) 
Las causas de dicha incontinencia son variadas y pueden clasificarse como 
neurógenas o no neurógenas, como se observa a continuación: (Tabla 5) (22) 
 
31 
La alteración del buen funcionamiento del tracto urinario inferior puede originar: 
pérdidas de orina, un aumento de las presiones vesicales y un vaciamiento vesical 
incompleto (orina residual). Dependiendo del tipo de anomalía, aparecerá sólo 
alguna de estas consecuencias o bien una combinación de todas. A su vez, estas 
tres posibles consecuencias de los trastornos funcionales pueden dar lugar a: (22) 
- Síntomas miccionales (frecuencia, manifestaciones al inicio o durante la 
micción, alteraciones del chorro miccional) y/o 
- Deterioro del tracto urinario (el aumento de las presiones vesicales, sobre 
todo si hay descoordinación detrusor-esfínter, puede originar bien reflujo 
vesicoureteral, o más habitualmente entorpecer su resolución, o bien 
hipertrofia de la pared vesical, que lleva al fracaso del detrusor y a un 
empeoramiento de la función, derivando en una vejiga hipoactiva); y/o 
- Aumento del riesgo de infección de orina, sobre todo recurrente. Cuando un 
paciente en edad de controlar esfínteres presenta infecciones urinarias 
recurrentes, hay que pensar que, con gran probabilidad, puede asociar 
algún trastorno miccional u otras alteraciones urológicas. 
Las pérdidas de orina o las modificaciones del patrón miccional pueden ser el 
motivo de consulta pero, a menudo, los síntomas miccionales transitan 
inadvertidos hasta que se pregunta por ellos. El niño no los percibe como molestos 
(o los oculta) y pueden pasar desapercibidos para los padres o cuidadores. Por 
otro lado, algunos de estos síntomas pueden aparecer ocasionalmente, sin que 
ello signifique patología, según la edad del niño y en determinadas circunstancias 
(por ejemplo, tras una abundante ingesta de líquidos o retención prolongada por 
 
32 
motivo social). Una vez alcanzada la edad de control de esfínteres hay que 
sospechar una alteración miccional en niños sanos cuando éstos presenten 
alguno de los factores que epidemiológicamente han mostrado mayor fuerza de 
asociación con los trastornos miccionales. Refiriéndose al estreñimiento y a las 
infecciones de orina recurrentes. (24) 
SÍNTOMAS DE LLENADO 
Cambios en la frecuencia miccional: micciones infrecuentes o micciones 
frecuentes. Los niños continentes orinan de 4 a 7 veces durante el día. Ocho o 
más veces es una frecuencia aumentada durante el día y tres o menos veces es 
una frecuencia diurna disminuida. La frecuencia miccional puede aumentar de 
modo normal en situaciones de estrés, después de haber bebido mucho líquido y 
tras bebidas diuréticas (con cafeína o carbónicas). (23) 
Incontinencia: es la pérdida incontrolable de orina de modo continuo o 
intermitente. Aquí nos referimos a la incontinencia intermitente y durante el día. En 
la nueva clasificación de síntomas no se tiene en cuenta su duración. Puede pasar 
desapercibida si se le escapan gotas. Se considera incontinencia aunque sólo 
moje la ropa interior o el escape sea tan pequeño que no obliga a cambiar la ropa. 
Lo normal es que exista sequedad completa. (23) 
Urgencia miccional: es el deseo súbito e indemorable de orinar con temor al 
escape. Ha de haber control vesical parapoder hablar de urgencia. El niño con 
urgencia miccional puede tener pérdidas; es la llamada incontinencia de urgencia. 
Suelen ser pequeños escapes de orina, previos a la micción, con urgencia y que 
 
33 
se acompañan de aumento de la frecuencia miccional (necesitan saber en todo 
momento dónde está el baño) y de maniobras de retención para evitar los 
escapes. La incontinencia no es obligada. Puede no haber escapes si el esfínter 
externo es capaz de evitarlos. (23) 
Hay que diferenciar la urgencia de la micción demorada, que es una conducta en 
la que el niño ignora la señal del deseo miccional hasta el último minuto, cuando 
está concentrado en actividades lúdicas (jugando, viendo una película o con un 
videojuego). La diferencia entre el síndrome de urgencia y el de micción demorada 
es que en el primero el niño va al aseo en cuanto puede y en el segundo no va al 
baño hasta que no puede más. A pesar del deseo miccional, sigue jugando si 
logra retrasar la micción (en general, con disminución de la frecuencia miccional) y 
cuando no puede, a veces se produce un escape de orina (que suele ser 
importante, e incluso sigue enganchado con su actividad a pesar del escape) y 
otras acude rápidamente al baño. (23) 
Nicturia: se refiere al despertar durante el sueño nocturno para orinar. Es 
relativamente frecuente en niños en edad escolar, no se produce más de una vez 
en la noche y habitualmente no indica patología. Influyen la ingesta de líquidos y el 
tipo de éstos (bebidas con cafeína o carbonatadas). (23) 
 
 
34 
SÍNTOMAS DE VACIADO 
Vacilación: se refiere a la dificultad para iniciar la micción en mayores de cinco 
años. El niño va al baño y ha de esperar un tiempo antes de empezar a orinar. 
Puede ser normal, ocasionalmente, en períodos prolongados de retención (por 
ejemplo, cuando no pudo ir al baño por motivos escolares o sociales). (22) 
Esfuerzo: hace referencia a que el niño usa la musculatura abdominal para iniciar 
y mantener la micción. Para todos los síntomas hay que tener en cuenta la edad. 
El esfuerzo es relevante, es decir, sugiere patología, en todos los grupos de edad. 
(22) 
Chorro pobre o débil: se refiere a la emisión de un chorro de orina con poca 
fuerza. Este síntoma también es relevante a cualquier edad. (22) 
Intermitencia: el chorro de orina es intermitente o en varios chorritos. Puede ser 
normal en menores de tres años si no se acompaña de esfuerzo. (22) 
EVALUACIÓN 
A pesar de que no hay consenso sobre el protocolo de manejo más adecuado, la 
valoración inicial es fundamentalmente clínica. La anamnesis y una buena 
exploración física nos orientarán para determinar la naturaleza del problema, guiar 
el tratamiento y excluir causas orgánicas (neurológicas o anatómicas). También es 
importante el llamado diario vesical (registro de las micciones y síntomas 
miccionales relacionados durante la vida normal del niño mayor de cinco años). La 
indicación de exploraciones complementarias ha de valorarse en función de la 
 
35 
sospecha diagnóstica. El estudio urodinámico, aunque es el patrón que nos define 
el tipo concreto de anomalía, en general se reserva para los casos con algún 
síntoma de alarma o que no responden al tratamiento habitual. (22) 
La anamnesis es importante para identificar adecuadamente no sólo el problema 
miccional, sino también otros asociados. Hay que recoger información sobre los 
antecedentes y sobre todos aquellos aspectos que ayudan a delimitar el tipo de 
incontinencia o de trastorno y la posible existencia de anomalías asociadas 
(neurológicas o anatómicas). Se aconseja interrogar tanto a los padres como al 
niño y seguir una pauta preestablecida para evitar que se olviden cuestiones que 
pueden ser importantes. En la siguiente tabla se observa el abordaje 
recomendado: (Tabla 6) (22) 
Siempre se ha de preguntar por el hábito intestinal El estreñimiento es un factor 
que por sí solo puede causar trastornos miccionales o impedir su resolución. La 
presencia de alguno de los signos y síntomas de estreñimiento o de incontinencia 
fecal ha de tenerse en cuenta como una alerta sobre un posible trastorno 
miccional asociado. Por último, no se debe descuidar el área psicológica y social. 
(22) 
En ocasiones, las anomalías de la médula espinal no son evidentes (espina bífida 
oculta) y únicamente se manifiestan por incontinencia urinaria y/o fecal. Algunos 
autores hablan de presentación neurológica-oculta17. La espina bífida oculta es el 
defecto de los cuerpos vertebrales lumbosacros en la línea media (en general, en 
el nivel L5-S1), sin protusión de la médula espinal ni las meninges. Su prevalencia 
http://www.pap.es/FrontOffice/PAP/front/Articulos/Articulo/_IXus5l_LjPq-qqZ3bTHSMx2L5wsbhW4e#bibliografia
 
36 
en la población general es del 1%. La mayor parte de los individuos no presenta 
signos neurológicos y la malformación no tiene ninguna consecuencia. A veces 
hay marcadores cutáneos, como un mechón de pelo en la línea media de la 
espalda a nivel lumbosacro, un lipoma, una mancha cutánea (nevus o 
hemangioma), un seno dérmico o una desviación del pliegue interglúteo, que nos 
pueden alertar sobre la existencia de una posible espina bífida oculta. Ésta 
habitualmente no supone patología de la médula espinal pero, de modo 
excepcional, se asocia a patologías como la siringomielia, la diastematomielia y la 
médula anclada. (25) 
Su detección precoz puede evitar el daño neurológico y las secuelas de la vejiga 
neurógena. Si sospechamos patología medular, se debe investigar en forma 
minuciosa lo recomendado en la tabla siguiente: (Tabla 7) (25) 
EXPLORACIÓN FÍSICA 
Dentro de una exploración general, prestaremos atención al abdomen (masas 
fecales, globo vesical), a la espalda (signos de disrrafismo oculto) y a los genitales 
externos (irritación, estenosis meatal en niños, adherencias labiales en niñas). 
También es útil observar la ropa interior (¿mojada?, ¿manchada de heces?). (25) 
Cuando sospechamos alteraciones en el chorro miccional, es de gran ayuda, si es 
posible, observar o escuchar orinar al niño (esfuerzo, chorro débil o intermitente). 
(25) 
La exploración ha de completarse con un examen neurológico. Se considera que 
la observación de la marcha sobre puntas y talones adelante y atrás puede ser la 
 
37 
exploración neurológica básica de primer nivel. Si es normal, podemos obviar más 
exploraciones. Si la anamnesis o la exploración anterior sugieren afectación 
neurológica, se debe realizar un estudio más completo que incluya la sensibilidad, 
el tono y los reflejos de las extremidades inferiores y de la región perineal (explorar 
también el reflejo bulbocavernoso, ya que su ausencia sugiere lesión nerviosa 
sacra). (25) 
PRUEBAS DIAGNÓSTICAS 
La indicación de exploraciones complementarias ha de valorarse en función de la 
sospecha diagnóstica. En muchos casos bastará un análisis de orina, un urocultivo 
y una ecografía abdominal; en otros serán necesarias más pruebas de imagen 
(cistografía, resonancia magnética) y/o estudios urodinámicos. (25) 
Aunque no hay ningún protocolo establecido, son recomendables en todos los 
casos el análisis de orina, el urocultivo y la ecografía renal-vesical. Una densidad 
urinaria en la primera orina de la mañana mayor de 1.020 descarta un defecto de 
concentración. Si la historia clínica sugiere la posibilidad de hipercalciuria (que 
puede manifestarse con clínica de vías urinarias bajas en aproximadamente un 
tercio de los casos), se ha de solicitar bioquímica sanguínea y calcio en orina29. 
La ecografía es una de las pruebas más útiles; realizada con la vejiga llena y 
posmicción, no sólo nos informa sobre los riñones y la vía urinaria superior, sino 
que puede excluir la obstrucción, nos estima la capacidad funcional vesical, el 
grosor de la pared vesical y la ausencia de residuo posmicción. Se considera que 
el grosor de la pared vesical normal es menor de 3 mm cuandola vejiga está llena; 
si es mayor de 5 mm, puede indicar obstrucción a la salida (anatómica o por 
 
38 
disinergia detrusor-esfínter). El volumen residual es un parámetro importante que 
evalúa la eficacia del vaciado vesical. Un residuo posmiccional mayor de 2 ml/kg 
(o mayor de 20 ml) es anormal. La estimación por ecografía tanto del volumen 
vesical como del grosor de la pared vesical es una herramienta útil para decidir a 
qué niños indicar estudios urodinámicos. (25) 
Aunque la radiografía simple de abdomen nos puede informar de la retención 
fecal, no es una prueba que se considere actualmente útil para el diagnóstico de 
estreñimiento. Otras exploraciones han de solicitarse en función de la orientación 
diagnóstica y de la respuesta al tratamiento inicial. La cistografía miccional está 
indicada si existen engrosamiento de la pared vesical o dilatación de las vías 
urinarias en la ecografía, o en niños con sospecha de obstrucción (válvulas de 
uretra). Si hay sospecha de disrrafismo oculto, la resonancia magnética de la 
médula espinal es la mejor prueba para detectar posibles anomalías (en menores 
de seis meses es útil la ecografía de la zona lumbosacra). (25) 
ESTUDIO URODINÁMICO 
Los estudios urodinámicos permiten evaluar la función del tracto urinario inferior 
de forma cuantificada mediante instrumentos de registro. Su desarrollo y 
aplicación en la infancia han permitido una mejor comprensión de las causas y un 
tratamiento más adecuado de los niños con trastornos miccionales. Hay diferentes 
técnicas que requieren un grado variable de complejidad, y algunas tienen un 
carácter agresivo. Algunos autores clasifican los estudios urodinámicos en no 
invasivos e invasivos. Dentro de los primeros, los más habituales son la 
uroflujometría (mide el volumen de orina evacuado por unidad de tiempo, 
 
39 
expresado en mililitros por segundo) y la medición del volumen urinario residual 
posmiccional (mediante ecografía). La cistometría o cistomanometría y el estudio 
mediante electromiografía (EMG) del suelo pélvico pertenecen al grupo de los 
estudios invasivos y son las técnicas que mayor información ofrecen. El estudio 
urodinámico completo (que incluye al menos la medición del volumen urinario 
residual posmiccional, una flujometría y una EMG del suelo pélvico, y en casos 
seleccionados una cistomanometría) permite distinguir tres patrones urodinámicos 
característicos en los trastornos funcionales de la micción en la infancia: la 
incontinencia de urgencia (el más frecuente), la micción disfuncional y la vejiga 
hipoactiva o perezosa. Algunos autores añaden un cuarto tipo: la disfunción 
primaria del cuello vesical.(13) 
El diagnóstico preciso de un trastorno miccional funcional no puede hacerse 
únicamente con criterios clínicos. Los síntomas (aunque algunos, por ejemplo la 
urgencia, se consideran más frecuentes en unos casos que en otros) pueden 
aparecer por igual en los diferentes cuadros patogénicos y, a veces, el mismo niño 
evoluciona de un cuadro a otro (por ejemplo, puede empezar con incontinencia de 
urgencia, continuar con micción disfuncional y acabar con una vejiga hipoactiva). 
La flujometría es de ayuda en la valoración hospitalaria inicial, pero con 
limitaciones, ya que las curvas pueden solaparse entre diferentes trastornos41. Por 
ello hay autores que consideran la evaluación urodinámica completa como pieza 
clave para una orientación diagnóstica y terapéutica adecuada de los niños con 
síntomas miccionales. (13) 
 
http://www.pap.es/FrontOffice/PAP/front/Articulos/Articulo/_IXus5l_LjPq-qqZ3bTHSMx2L5wsbhW4e#bibliografia
 
40 
¿ES SIEMPRE ES NECESARIO UN ESTUDIO URODINÁMICO? 
El estudio urodinámico completo es invasivo, complejo, molesto y caro. El enfoque 
inicial de estos niños no puede incluir pruebas que se realizan en servicios 
especializados del nivel terciario. Una cuidadosa historia clínica, junto con la 
exploración física, el diario vesical y algunas pruebas bien seleccionadas pueden 
bastar para descartar (al menos inicialmente) organicidad, formular un diagnóstico 
de posible trastorno funcional e iniciar el tratamiento en la mayoría de los niños. 
Las pruebas que hay que considerar en el primer nivel de atención son el análisis 
de orina, el urocultivo y la ecografía renal-vesical (que evalúe el volumen vesical 
residual). Cuando el tratamiento inicial fracasa, o cuando hay sospecha de un 
problema orgánico (anatómico o neurógeno), es necesaria una evaluación más 
completa en el nivel hospitalario (preferiblemente en una unidad de urología 
pediátrica). En estos casos, la mayoría de los autores opta por las pruebas 
urodinámicas no invasivas (diario vesical, uroflujometría y estimación del volumen 
vesical residual mediante ecografía) para orientar la pauta diagnóstico-terapéutica 
y seleccionar a los niños que precisarán un estudio urodinámico completo. (13) 
TRATAMIENTO DE LA INCONTINENCIA Y LOS TRASTORNOS MICCIONALES 
Aunque la orientación terapéutica puede variar en función del patrón urodinámico, 
el manejo inicial de los niños con algún trastorno miccional es fundamentalmente 
clínico. Si no hay sospecha de patología orgánica, el tratamiento básico de un niño 
con síntomas miccionales combina una serie de intervenciones que algunos 
autores resumen bajo el nombre de uroterapia estándar o rehabilitación miccional. 
Dicha uroterapia incluye: (26) 
 
41 
Comprensión del problema tanto por el niño como por su familia. Hay que explicar 
la función normal del tracto urinario inferior y las posibles alteraciones que influyen 
en el trastorno del paciente. 
Modificaciones dietéticas. Eliminar la cafeína (estimulante y diurético) y las 
bebidas carbonatadas. Aconsejar una buena hidratación a través de una ingesta 
regular de líquidos (fundamentalmente agua) y aumentar la fibra en la dieta. 
Tratamiento del estreñimiento. Es esencial combatir el estreñimiento. Con 
frecuencia, si conseguimos un hábito intestinal regular y, lo que es más 
importante, una deposición diaria sin molestias (hay niños con una deposición 
diaria molesta que acumulan heces), el problema miccional disminuye o 
desaparece. 
Higiene genital y perineal adecuada (para evitar irritaciones). Proponer el lavado 
diario de perineo y genitales de modo correcto (de delante hacia atrás en niñas, 
retracción de prepucio, etc.) y evitando tanto jabones irritantes como baños 
prolongados. 
Programa miccional: 
Postura al orinar: se aconseja que las niñas se sienten con los pies apoyados, la 
espalda recta (leve inclinación hacia delante) y que separaren bien las piernas al 
orinar (a veces, la forma más efectiva de conseguirlo es hacer que la niña se 
siente de espaldas al váter mientras orina). En niños también sería aconsejable 
 
42 
orinar sentados (se favorece la relajación del suelo pélvico). No se aconseja el uso 
de orinales. (26) 
Orinar con frecuencia: cada 2-3 horas (6-7 micciones al día). Siempre al acostarse 
y al levantarse. El niño debe entender que debe orinar según esta pauta regular 
para evitar la urgencia. Al corregir la urgencia, también se evita que utilicen 
maniobras de retención (con contracción voluntaria del esfínter). En niños que 
orinan infrecuentemente puede ser más realista pedirles que orinen cada 3-4 
horas. Es útil un diario miccional donde anotar los progresos. (13) 
Orinar sin prisas y completamente (hasta vaciar la vejiga). Contar hasta 10 ó 15 
antes de subirse la cremallera o levantarse del inodoro. (13) 
Junto con estas medidas estándar, hay que prestar atención al tratamiento de los 
posibles problemas psicopatológicos asociados, como el TDAH, la depresión, la 
ansiedad o el trastorno de oposición-desafiante. También puede ser útil el control 
del peso, ya que, como se mencionó, se ha relacionado la obesidad con una peor 
respuesta al tratamiento en niños con enuresis nocturna o con trastornos 
miccionales. (13) 
Finalmente, enlos últimos años, se ha visto que la Cirugía preventiva es el mejor 
tratamiento, antes de que aparezcan las primeras manifestaciones neurológicas. 
Las indicaciones principales para una intervención quirúrgica son: (27) 
 Lesiones que compriman la médula espinal o sus raíces nerviosas. 
 
43 
 Cuando existen orificios que comunican el exterior de la piel con la médula 
 (sinus dérmicos) por el peligro de infección del líquido cefalorraquídeo. 
 Cuando las malformaciones por su tamaño desfiguran o impiden el cuidado 
normal del niño. 
El momento de la operación es determinado por el Neurocirujano. En la 
actualidad se tiende a operar lo antes posible ya que el abstenerse de operar 
supone la aparición de síntomas y signos de daño neurológico que no estaban 
presentes al nacer. Una vez que la persona empieza con pequeños trastornos 
neurológicos, como problemas de la vejiga o debilidad en las piernas derivadas de 
lesiones espinales ocultas, son casi siempre situaciones irreversibles es decir que 
el tratamiento quirúrgico tal vez ya no los pueda corregir. (27) 
 
III. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA 
Falta de información por parte del Pediatra acerca de la espina bífida oculta 
como causa de infecciones urinarias recurrentes y estreñimiento crónico, y en 
consecuencia evolución a insuficiencia renal crónica por falla diagnóstica y falta de 
seguimiento estrecho de estos pacientes 
 
 
 
 
 
44 
IV. JUSTIFICACION 
Las infecciones del tracto urinario (ITU) constituyen una patología relativamente 
frecuente en la infancia, con una prevalencia de ITU en menores de dos años con 
fiebre del 7% y en niños hasta 19 años con síntomas urinarios del 7,8%. La 
Organización Mundial de la Salud ha estimado que la enfermedad se diagnostica 
en 1% de los niños y 3-8% de las niñas. La mayor parte de las infecciones ocurre 
durante los primeros años, tiene mayor gravedad en los niños menores de un año 
de edad. Recién nacidos 4.1, Preescolares 1.15 y Escolares 1.30. 
La tasa reportada de recurrencia es de 12 a 30%, con mayor probabilidad en 
menores de seis meses, en caso de reflujo vesico-ureteral grave y en aquellos con 
gamagrafía renal anormal al momento de la primera infección. 
De un 10 a 65% de los de menos de dos años presentarán cicatrices renales. 
Estas últimas se asocian con el desarrollo de hipertensión y enfermedad renal 
terminal. Se ha encontrado que entre 10 y 25 % de los enfermos con insuficiencia 
renal crónica, tienen como causa pielonefritis crónica 
Los análisis de costo-efectividad han estimado que la rentabilidad de prevenir un 
caso de enfermedad crónica como hipertensión o enfermedad renal terminal 
significa 700 mil dólares en base al tiempo de vida productivo de un adulto joven 
sano. 
En estas condiciones, la infección de vías urinarias no complicada, que incluye la 
cistitis y las fases iniciales de una pielonefritis debe ser identificada en forma 
temprana para evitar las complicaciones descritas, de tal forma que se puedan 
 
45 
establecer las medidas de prevención y tratamiento adecuados y establecer el 
enlace entre los diferentes niveles de atención para el seguimiento adecuado en 
cada caso. Lo que convierte a la espina bífida oculta en una entidad de relevancia 
para el médico pediatra, quien está obligado no sólo a conocer tal entidad, sino 
además a sospecharla y diagnosticarla, de tal forma que dichos paciente lleven un 
seguimiento estrecho de tal patología, en lo que se refiere a las infecciones 
urinarias recurrentes y estreñimiento crónico, tomando en cuenta que este último 
condiciona infecciones urinarias. Así mismo, con un adecuado control se evitará 
en el futuro que los pacientes evolucionen hacia insuficiencia renal crónica, lo cual 
además de las complicaciones propias de dicho padecimiento, implican una pobre 
sobrevida y reflejan un alto costo para el sector salud 
Por lo que se realizará el estudio en el HPI, con los pacientes del servicio de 
Urología, que presentan infección de vías urinarias recurrentes, así como 
estreñimiento crónico, realizándose Rx AP de columna lumbar. 
V. OBJETIVOS 
GENERAL 
Identificar la frecuencia de EBO en pacientes con IVUS recurrentes y 
estreñimiento crónico 
 
 
 
 
 
46 
ESPECIFICO 
Conocer la frecuencia de EBO en pacientes con IVUs recurrentes 
Conocer la frecuencia de EBO en pacientes con estreñimiento crónico 
Brindar información que permita prevenir daño renal posterior 
Disminuir a mediano plazo costos hospitalarios y ausencias laborales al 
evitar progresión hacia IRC 
Iniciar manejo profiláctico en niños con IVUS recurrentes y estreñimiento 
crónico diagnosticados con EBO para prevenir daños renales a futuro 
 
VI. MATERIAL Y METODOS 
Características metodológicas del estudio 
Área de investigación 
Clínica 
Diseño del estudio 
Transversal 
Definición del universo 
Finito: Censo 
 
 
 
 
47 
Definición de unidades de observación 
Criterios de inclusión: 
Todos los pacientes EBO que cursen con IVUS recurrentes y estreñimiento 
crónico 
Criterios de no inclusión: 
Pacientes con malformaciones urológicas 
Todos aquellos que no acepten entrar al protocolo de estudio 
Criterios de Eliminación: 
Pacientes que deseen abandonar el estudio de manera voluntaria. 
Pacientes que fallezcan durante el estudio 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
48 
VARIABLES 
 
VARIABLE TIPO 
DEFINICIÓN 
OPERACIONAL 
ESCALA DE MEDICIÓN (índice / 
indicador) 
CALIFICACIÓN 
ANÁLISIS 
/ 
CONTROL 
EBO 
 
Independiente 
 
Falta de fusión de arco 
vertebral 
Cualitativa nominal 
 
Si 
No 
Porcentaje 
 
IVUS recurrentes 
 
 
Dependiente 
 
 
Cualitativa nominal 
 
Si 
No 
 
Porcentaje 
Estreñimiento 
crónico 
 Cualitativa nominal 
Si 
No 
Porcentaje 
Sexo De control Genero del paciente Cualitativa nominal 
1. Femenino 
2. Masculino 
Porcentaje 
Edad 
De control 
 
Edad del paciente Cuantitativa discontinua 
Años 
cumplidos 
MTC, MD 
 
METODOLOGÍA 
Por medio de la libreta de consulta externa, se investigó nombre y la mayoría del 
número de expedientes de los pacientes atendidos, ya conocidos por el servicio de 
Urología Pediatrica. Se revisaron 37 expedientes de pacientes conocidos en el 
servicio con ingreso desde 2004 hasta la fecha, con edad en rangos de 4 años a 
 
49 
16 años, con historia de infección recurrente de vías urinarias y estreñimiento 
crónico, de los cuales se excluyeron 13 pacientes, quienes presentaron anomalía 
urológica asociada, diagnosticada por Cistograma siendo la etiología de la 
sintomatología presente. Del total de la población elegida 12 fueron femeninos y 
12 masculinos. Posteriormente y ante el tamaño de la muestra, se aplica 
metodología simple estadística a través de Media, Mediana y Moda. 
VII. RESULTADOS 
De los 37 expedientes revisados de pacientes con infecciones urinarias 
recurrentes y estreñimiento crónico, se observó que 65% presentan espina bífida 
oculta y 35% se descartaron por presentar anomalías urológicas asociadas y la 
causa de estreñimiento no se asoció a ninguna causa de disfunción neurológica. 
Se encontró que de los 24 pacientes portadores de espina bífida oculta, 50% eran 
mujeres y 50% hombres. De los portadores, la falta de fusión de los arcos 
vertebrales más común se encontró en orden descendente: L5-S1 64%, L4-L5 
22%, L4-S1 9%, S1 5%. Partiendo del grupo de edad que se encuentra en rangos 
de 4años hasta 16 años, e calcula en la población de estudio una media de 8 
años, con una moda de 9años de edad. 
VIII. DISCUSIÓN 
Partiendo del hecho en que el médico Pediatra desconoce la asociación de espina 
bífida oculta como causa de infecciones urinarias recurrentes y estreñimiento 
crónico asociado, al enfrentarse ante un paciente con tales padecimientos, no 
inicia un abordaje adecuado en primer lugar solicitando un exámen general de 
 
50 
orina ni urocultivo, como segunda línea yante el hecho de la recurrencia de las 
infecciones para descartar malformaciones urológicas asociadas, y como tercera 
línea para descartar espina bífida oculta; limitándose sólo al manejo 
antimicrobiano empírico, sin tomar en consideración la resistencia de los 
microrganismos por el uso irracional de antimicrobianos. Así mismo en contadas 
ocasiones comenta sobre la importancia de modificar las medidas higienico-
dietéticas. 
Ante el desconocimiento del padecimiento que se aborda en el presente trabajo, 
este se propone como una guía para abordar a niños con infecciones urinarias 
recurrentes asociadas a estreñimiento crónico. Así mismo, propone dar a conocer 
el impacto en la calidad de vida, costos en el sector salud y ausencias laborales a 
futuro, que se presentan en los pacientes no diagnosticados y sin seguimiento 
estrecho por tal padecimiento, quienes terminaran con algún grado de afección 
renal, en el mejor de los casos o serán portadores de insuficiencia renal crónica. 
IX. CONCLUSIONES 
Como puede observarse, la espina bífida oculta se presenta con alta frecuencia 
como causa de infecciones urinarias recurrentes asociada a estreñimiento crónico, 
En el presente estudio, con una frecuencia de 65% en una población total de 37 
pacientes; de los cuales se observa que no hay preferencia de sexo, 
presentándose en un 50% para ambos géneros, así mismo el nivel de falta de 
fusión de los arcos vertebrales se encontró en orden descendente: L5-S1 64%, L4-
L5 22%, L4-S1 9%, S1 5%., coincidiendo con lo descrito en la literatura. Ante tal 
situación y para prevenir daño renal a futuro, es imperioso que el médico Pediatra 
 
51 
realice un diagnóstico oportuno y mantenga vigilancia estrecha en estos pacientes 
portadores de dicha patología. 
X. RECOMENDACIONES 
Es importante, en un próximo estudio, dada la frecuencia de presentación de la 
espina bífida oculta, realizar una exploración neurológica completa en tales 
pacientes, para descartar alguna posible presentación del espectro de patologías 
asociadas. Y en caso de manifestaciones sugerentes, realizar resonancia 
magnética para descartar. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
52 
XI. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS 
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Infectología Pediátrica. Asociación Española de Pediatría 2008. 
 
http://www.aeped.es/protocolos
 
56 
XII. ANEXOS 
 
TABLA 1 
Condición: Definición: 
Anclaje de la médula 
espinal 
 
El extremo inferior de la médula está pegado 
anormalmente a las estructuras que la rodean. La médula 
espinal se estira y se daña. 
Lipomielomeningocele y 
lipomeningocele 
Un nudo de la médula espinal se fija a un tumor graso 
benigno en la espalda 
Nervio terminal 
engrosado 
Engrosamiento en la sección final de la médula espinal 
Nervio terminal graso Un abultamiento de grasa en el extremo interior de la 
médula espinal 
Diastematomielia 
(médula espinal dividida) 
y diplomielia 
La médula espinal está dividida en dos, generalmente por 
un pedazo de hueso o cartílago 
Trayecto fistuloso 
dérmico (con 
compromiso de la 
médula espinal) 
Es una conexión entre el conducto vertebral y la piel de la 
espalda que aparece como una banda de tejido hacia el 
exterior 
 
 
 
57 
TABLA 2 
RECIÉN 
NACIDO 
LACTANTES Y 
PREESCOLARES 
ESCOLARES 
Ictericia Rechazo a la via oral Vómito 
Sepsis Vómito Fiebre 
Rechazo a la 
via oral 
Fiebre Olor fuerte de la orina 
Vómito Olor fuerte de la orina Dolor abdominal en flanco 
 Dolor abdominal en flanco Incontinencia urinaria de 
reciente inicio 
 Incontinencia urinaria de 
reciente inicio 
Disuria 
 Disuria y urgencia urinaria

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