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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE PSICOLOGÍA DIVISIÓN DEL SISTEMA DE UNIVERSIDAD ABIERTA. "ESQUIZOFRENIA: PROPUESTA PSICOEDUCATIVA COGNITIVO CONDUCTUAL PARA CUIDADOR PRIMARIO Y PACIENTE CON ESQUIZOFRENIA MEDICADO DE CONSULTA EXTERNA". QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE PRESENTA DIRECTOR: DR. JOSÉ MÉNDEZ VANEGAS MÉXICO, D.F. 2012 LICENCIADA EN PSICOLOGÍA ADRIANA DEYANIRA MELCHOR GRANADOS REVISORES: MTRA. MARIA TERESA GUITIÉRREZ ALANÍS MTRA. GABRIELA ROMERO GARCÍA LIC. FABIÁN MARTÍNEZ SILVA MTRO. MANUEL GONZÁLEZ OSCOY TESIS UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. “Lo que un hombre piensa de sí mismo es lo que determina, o más bien indica, su destino”. Henry David Thoreau. Agradecimientos A la Universidad Nacional Autónoma de México por brindarme la oportunidad de una formación profesional. Al Centro de Servicios Psicológicos “Dr. Guillermo Dávila” por permitirme poner en práctica los conocimientos adquiridos durante la licenciatura tanto en mis prácticas clínicas, Servicio Social y Voluntariado, en un escenario real. A la Psic. Rebeca Sánchez Monroy por haberme dado la oportunidad de pertenecer a un excelente grupo de trabajo y estudio, conduciéndome a través de la práctica clínica. A mis sinodales el Dr. José Méndez Venegas, Mtra. Ma. Teresa Gutiérrez Alanís, Lic. Fabián Martínez Silva, Mtra. Gabriela Romero García y Mtro. Manuel González Oscoy. Gracias por su gran guía y apoyo. Quiero expresar también mi agradecimiento con mucho cariño, a todos mis maestros de la Facultad de Psicología, así como a todos mis compañeros y amigos quienes formaron parte de esta tan maravillosa experiencia que es esta hermosa profesión. Particularmente a Genaro y Roberto con quienes la estancia en la Facultad será de lo más inolvidable. “El árbol bien cultivado se conoce por sus frutos, y el corazón del hombre por la expresión de sus pensamientos”. Anónimo. Dedicatorias A mi viejita, quien con su luz siempre ha alumbrado mi camino. A mis padres, Ma. de Jesús Granados y José Melchor , quienes toda mi vida me han dado su apoyo y amor incondicional, y quienes han llenado mi espacio sólo con ejemplos de lucha y trabajo. A mis hermanos Hugo, Atenea, Martín y Naomi, con quienes he pasado los mejores momentos desde que nacieron y quienes siempre me han ayudado y han estado a mi lado cada día, sin importar si estamos juntos o separados. A la fortaleza de mi vida, por quienes cada logro se convierte en cinco. Motor de mi existencia, por quienes vale la pena luchar y vencer, caerse y levantarse. Mis pequeños Desirée, José Antonio, Michele e Iván. Gracias por soportar y aguantar tanto tiempo de estudio y ausencia. Lo logramos. A todos y cada uno, Los Amo. 1 INDICE Página Introducción ……………………………………………………………………………..3 Justificación …………………………………………………………………….………..5 Capitulo1. Marco de Referencia ……………………………………………..……….7 1.1 Marco Histórico ………………..…………………………………..………....7 1.2 Esquizofrenia ………………….…………………………………..………..12 1.3 Diagnóstico y Clasificación ………..……………………………..………..24 1.4 Epidemiología ………….……………………………………...……………28 Capitulo 2. Marco Teórico ……………………………………………………………31 2.1 Factores Biológicos ………………………….……………...……………..31 2.2 Factores Psicosociales ……….…………………………………..……….36 2.2.1 Estigma y Autoestigma……………………………..…………39 2.3 Familia / Cuidador Primario …………………….……………...………….43 2.3.1 Emoción Expresada ……………………………….…………...47 2.3.2 Calidad de Vida (ambiente familiar y social)……..…………..49 2.3.3 Aceptación y Conocimiento………………………….…………52 2.4 Psicoeducación ……………….…………………………………..………..52 2.4.1 Escucha Activa…………………………………….…………….57 2 2.4.2 Manejo del Medicamento ……………….……………………..58 Capitulo 3. Terapia Cognitivo Conductual…………….…………..……………...64 Capitulo 4. Propuesta Psicoeducativa……………….…………..………………..68 4.1 Carta Descriptiva de Intervención Psicoeducativa…..………..69 Sesión 1. Información y Diagnóstico……………………….………….73 Sesión 2. Manejo de medicamento y crisis…………………..……….76 Sesión 3. Familia y estrés………..…………………………..…………80 Sesión 4. Estigma y autoconcepto………………………….…………83 Sesión 5. Calidad de vida (ambiente social y familiar)………….…..89 Sesión 6. Estrategias de Afrontamiento………………………………95 Sesión 7. Fundamentos en Asertividad.………………………..……..98 Sesión 8. Evaluación………………………………………………..…106 Referencias Bibliográficas ……………………………………………….………..108 Anexos…………………………………………………………………………………121 3 INTRODUCCION “El conocimiento no es algo separado y que se baste a sí mismo, sino que está envuelto en el proceso por el cual la vida se sostiene y se desenvuelve”. John Dewey. La OMS ha clasificado a la esquizofrenia como un problema de salud pública; en el mundo representa la novena causa de discapacidad (Desjarlais, 1995). En México se estima que 20% de los pacientes con esquizofrenia están severamente afectados por el trastorno y que existen alrededor de 1 millón de personas con esquizofrenia (Frenk-Mora, 2005). La esquizofrenia ha sido definida de diferentes maneras a lo largo de la historia (desde Bleuler, hasta nuestros días), y se han hecho aportaciones y descubrimientos nuevos sobre síntomas, tratamientos psiquiátricos, posición neurobiológica, técnicas de intervención psicológica, etc., sin embargo, todavía no se cuenta, a pesar de los avances, con un modelo bien definido que pueda satisfacer los distintos tipos de intervención. La comprensión hacia la problemática única e individual del paciente, que el clínico requiere es de gran utilidad para la mejoría del primero, ya que permite la empatía y por lo tanto un acercamiento hacia el entendimiento de los pensamientos y emociones que el paciente está reportando. Además debe existir la necesidad de ver al paciente como una unidad irrepetible con síntomas, experiencias y vivencias únicas y verídicas (por lo menos para el paciente), independientemente de la similitud de la sintomatología. El importante rol que juega la familia o el cuidador primario del paciente en el entendimiento de los síntomas, la aceptación que tanto el primero como el segundo deben tener, puede 4 ayudar a la prevención de las posibles recaídas o a la recuperación de ellas en un sentido cognitivo y emocional, esto se podría traducir en tranquilidad. El conocimiento, la historia, el ambiente social y cultural, las aportaciones biológicas, cognoscitivas, psicológicas, así como la farmacología y los efectos secundarios que algunos pacientes pueden presentar al tratamiento de la esquizofrenia, son un punto de vital atención para el clínico interesado en la intervención terapéutica. La tecnología tan avanzada, así como los medios de información, no difunden claramente el suficiente conocimiento sobre las enfermedades mentales, como la esquizofrenia,tendiendo a estigmatizar a las personas con este tipo de enfermedad. Por lo tanto una propuesta de entrenamiento basado en el manejo de la información brindará resultados óptimos para el entendimiento y posterior aceptación de la enfermedad. Las más recientes aportaciones de investigaciones psicosociales, detalladas más adelante durante el desarrollo de la presente tesis, confluyen en la importancia de una intervención psicoeducativa, con la finalidad de promover la mejoría en la calidad de vida tanto de los pacientes con el trastorno como del familiar(es) o cuidador primario. Se presenta una recopilación documentada de información; esto con la finalidad de obtener un guía en donde estén proyectadas algunos de los resultados e investigaciones en distintos campos, para obtener una consulta rápida de datos y hacer comparaciones de los mismos. A su vez la propuesta de Modelo Psicoeducativo para pacientes con esquizofrenia (medicados de consulta externa) y/o familiar o cuidador primario, con el propósito de apoyo en el conocimiento y aceptación de la enfermedad, para a su vez comprender y tratar con las ideas irracionales, delirios y alucinaciones, estigma 5 social y auto estigma que presenten en cada caso, así como el poder prevenir recaídas de acuerdo a la revelación de los síntomas. JUSTIFICACION La esquizofrenia es una enfermedad mental crónica degenerativa que tiene una prevalencia de entre 24 y 25 millones de personas en el mundo. En México la OMS (IESM-OMS 2009-2010) menciona que la mayor prevalencia e incidencia en los problemas de salud mental son: la disfuncionalidad familiar, las carencias afectivas, la falta de redes de soporte social, la proliferación de estilos de vida nocivos y entornos no saludables aunados a la exclusión social, el incremento en el consumo de drogas y la violencia. Así el esclarecimiento de la etiología de la esquizofrenia sigue siendo internacionalmente motivo de estudio, encaminándose por los distintos enfoques (bioquímico, psicológico y social) creando programas de apoyo tanto a pacientes como a familiares o al cuidador primario. El objetivo de este estudio es primordialmente hacer un recorrido histórico de la esquizofrenia, así como una recopilación de información de su génesis, desarrollo y su tratamiento con la finalidad de que pueda servir de consulta o como antología de lectura rápida para la realización de la psicoeducación. Debido a que la esquizofrenia es una enfermedad mental crónica degenerativa que afecta áreas ámbitos importantes en la vida de las personas que la padecen Se hacen necesarias la creación de programas de atención e investigación sobre 6 Esta intervención psicoeducativa tiene como finalidad el brindar el conocimiento de la enfermedad, la etiología, el manejo farmacológico, el manejo de la emoción que redunde en la disminución de la sintomatología depresiva y de ansiedad que la enfermedad provoca tanto al paciente como al cuidador primario, el manejo del estigma y auto estigma y el aumentar las habilidades de afrontamiento para promover los cambios de conducta. Como profesionales en el cuidado de la Salud Mental – entendida como un estado de bienestar subjetivo, en donde se incluyen la autonomía, competencia, dependencia intergeneracional y reconocimiento de las habilidades de realizarse intelectual y emocionalmente, así como el ser capaz de hacer frente al estrés normal de la vida, trabajar de forma productiva y fructífera y contribuir a sus comunidades – es conveniente conocer lo mejor posible este trastorno la enfermedad con el propósito de poder brindar conocimiento y apoyo en este difícil proceso que es la aceptación y manejo de la esquizofrenia. Así mismo pensar en la esquizofrenia en términos de esquizofrenia y ver al enfermo en términos de una persona con un padecimiento y poder evitar la estigmatización del paciente y su familia. Escuchar, entender y así apoyar en la disminución de la problemática individual de cada familia, tratando de conformar un grupo de apoyo en el que compartan sus miedos, inquietudes, culpas y frustraciones. Estas experiencias que son comunes entre las familias crean lazos de comprensión y apoyo que no son fáciles de experimentar en otros ámbitos. 7 CAPITULO 1 MARCO DE REFERNCIA 1.1 Marco Histórico. La percepción de la locura a través de la historia de la humanidad ha tenido diferentes definiciones y significados, ha sufrido cambios en cuanto a conceptos, enfoques políticos, religiosos, filosóficos, médicos, sociales, psicológicos, etc.; Ha trascendido desde ser un mal provocado por los dioses, un pretexto político y social, o como mencionaba el filósofo y psicólogo Michael Foucault (1967) que para la edad media: “Por todos lados, la locura fascina al hombre. Las imágenes fantásticas que hace nacer no son apariencias fugitivas que desaparecen rápidamente de la superficie de las cosas. Por una extraña paradoja, lo que nace en el más singular de los delirios, se hallaba ya escondido, como un secreto, como una verdad inaccesible, en las entrañas del mundo…”(p.21) Hasta considerarse como una enfermedad, un pretexto de la industria farmacéutica, una preocupación médica, psicológica y social. La incomprensión hacia las personas que padecían “locura” desde la edad media y el renacimiento estaba denotada en el exilio, el maltrato, la humillación pública y el confinamiento de por vida en centros que eran destinados para las enfermedades no curables. La locura en el siglo XIX era identificada por la incoherencia en la conducta que no era propia del funcionamiento normal o del pensamiento normal, en la que no se seguían las reglas sociales por culpa de un desequilibrio mental. Estas conductas se caracterizaban por ser extrañas, raras ó extravagantes. Este término fue empleado para denominar indistintamente enfermedades que correspondían a distintos fenómenos. 8 El tratamiento de la enfermedad mental era crudo y extraño por muchos años. Los pacientes eran sujetos de los métodos más inhumanos como trepanaciones en el cráneo para “disipar los gases venenosos”, cirugías para remover diversas partes del cuerpo, de la misma manera para “remover el veneno”, o introducirlos en coma utilizando diversas clases de medicamentos. El primer establecimiento para la enfermedad mental fue instaurado por los Árabes en el siglo XII. De acuerdo con las enseñanzas Islámicas, el Dal Almeraphtan o la Casa de la Gracia fue establecida en Baghdad en el año de 1173 D.C. sus residentes eran permitidos de vagar libremente en jardines y su tratamiento incluía medicamentos (drogas) y música. Read, Mosher y Bentall (2006). Durante el siglo XIX, el progreso de la medicina fue espectacular y era necesario que surgiera la motivación de alcanzar algunos logros en lo que respecta a la locura. Se introdujeron nuevas categorías de locura, nuevos grados de locura también, pero la psiquiatría no se había implicado lo suficiente en el proceso científico como para dejarlas de lado cuando se comprobó que no eran eficaces (Read y cols., 2006). En el siglo XX, Foucault afirmaba que cualquier sociedad puede definir la locura de tal manera que ciertas personas que caigan en esa categoría puedan ser aisladas; así que los que tienen el poder determinan que es lo normal y que no lo es. Según él, estos no son conceptos preexistentes que nosotros debemos descubrir, sino más bien algo que nosotros producimos y que los poderosos definen para mantener el control. En Parellada y Fernández (2004), se menciona que es a principios del siglo XIX en Francia cuando se empieza a conformar la idea de este trastorno mental, pero es hasta años después, entre los siglos XIX y XX, que dos psiquiatras pioneros en el estudio de estas enfermedades mentales, el psiquiatraalemán Emil Kraepelin (1856-1926) y el suizo Eugen Bleuler (1857-1939), definieron las líneas de la esquizofrenia. Kraepelin hizo la diferenciación entre otras entidades y agrupo 9 algunas otras como una única enfermedad la dementia praecox o demencia precoz. También estableció la diferencia entre la demencia precoz y la psicosis maniaco-depresiva, actualmente llamada trastorno bipolar, tomando como base el curso de la enfermedad y la evolución a largo plazo. Describió que la demencia precoz se presentaba en sujetos jóvenes quienes presentaban alucinaciones y delirios, y cursaba hacia un empobrecimiento de las emociones y el intelecto. Fue Eugen Bleuler, quien en 1911 utilizó el término de esquizofrenia (skizeb: escindir o dividir; phrenos: espíritu) por primera vez. A diferencia de Kraepelin que consideraba el empobrecimiento del pensamiento y las emociones como los síntomas centrales del trastorno, Bleuler señalaba otros puntos como principales: la alteración en la asociación de las ideas mientras se piensa y se habla, lo que conducía a una incapacidad de pensar en forma correcta. Con todo, la definición del concepto “esquizofrenia” no estaba bien definido, por lo que trataron de hacer coincidir los síntomas que los pacientes presentaban para poder delimitarlos y concentrarlos en una sola enfermedad. Según Read, et al. (2006), y a raíz de la categorización de las enfermedades mentales, posterior al planteamiento de Kraepelin y Bleuler, hubo un fenómeno internacional llamado movimiento eugenésico, en el que participaron países como Estados Unidos, Francia, Alemania, Noruega, Dinamarca, Finlandia, Suecia, entre otros; este movimiento consistía en un principio en “esterilizar” a las personas en los casos de “defecto mental congénito, esquizofrenia, psicosis maníaco- depresiva, epilepsia hereditaria, sordera hereditaria, deformidad física grave y alcoholismo grave” (Muller Hill 1988: 30, citado en Read et al., 2006), esterilizando a miles de personas. Posteriormente en 1938, en Europa empezaron a sustituir las esterilizaciones por homicidios a los niños que llegaban a presentar alguna anomalía física o psicológica, esto sucedía en los centros psiquiátricos básicamente, perpetrado tanto por los psiquiatras como por los demás médicos, 10 extendiéndose posteriormente a todos los que eran considerados enfermos mentales. “Las clasificaciones alemanas de Kraepelin y Bleuler, junto con las concepciones biogenéticas sobre causalidad, fueron adoptadas más allá de los límites de Europa”, Read, et al. (2006). Sin embargo, no fue hasta la aplicación de la nosología moderna cuando se delimitaron los diferentes fenómenos de diferentes patologías denominados hasta entonces como locura. La locura, en términos clínicos puede ser entendida como una forma de esquizofrenia e incluso como un sinónimo. La redefiniciones de esta enfermedad continuaron a lo largo del siglo XX, como se puede notar en las numerosas versiones oficiales de esquizofrenia, incluidas en las diversas ediciones del Diagnostic and Statistical Manual (DSM). Este manual (DSM), nació con la necesidad de idear una clasificación para los trastornos mentales, aunque siempre ha habido poco acuerdo sobre que enfermedades deberían de ser incluidas y cuál sería el mejor método para su organización. El propósito de este manual era puramente estadístico. Tiempo después el ejército de los Estados Unidos creó una nomenclatura más amplia para poder englobar a los enfermos de las Segunda Guerra Mundial en trastornos de la personalidad, trastornos agudos y psicofisiológicos. Al mismo tiempo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó la sexta edición de la Clasificación Internacional de las Enfermedades (CIE) que por primera vez incluía un apartado de trastornos mentales; en este apartado se incluyeron 10 categorías para la psicosis, 9 para la psiconeurosis y 7 para los trastornos de carácter, del comportamiento y de la inteligencia. El American Psychiatric Association Commitee on Nomenclature and Statistics, desarrollo una variante de la CIE-6, publicada en 1952, como primera edición del DSM-I, el cual consistía en un glosario de descripciones de las diferentes 11 categorías diagnósticas, y fue el primer manual oficial de los trastornos mentales con una utilidad clínica. Este manual reflejó la influencia de la visión psicobiológica de Adolf Meyer, por la que a partir de su visión, los trastornos mentales representan reacciones de la personalidad a factores psicológicos, sociales y biológicos. Desde entonces y hasta la fecha, los límites de la esquizofrenia no han quedado bien definidos. El término trastorno en el DSM-IV es utilizado para evitar los problemas que plantea el utilizar otros conceptos como “enfermedad” o “padecimiento”, aunque trastorno no es un término exacto, se usa para señalar la presencia de un comportamiento o de un grupo de síntomas identificables en la práctica clínica, que suele aparecer vinculado a un malestar o una discapacidad, en la mayoría de los casos interfieren en la actividad del individuo. Los trastornos mentales definidos en la CIE-10 no incluyen disfunciones o conflictos sociales por sí mismos en ausencia de trastornos individuales. A pesar de las disyuntivas encontradas en las clasificaciones de las enfermedades mentales, los criterios para la delimitación de las enfermedades de todo tipo, incluyendo las mentales son necesarias. CIE-10 (1999) menciona: “El progreso hacia una mejor salud global requiere además de la cooperación internacional, el establecimiento de estándares para las sustancias biológicas y farmacéuticas, la formulación de criterios de salud ambiental, la recomendación para nombres internacionales no registrados de medicamentos, la administración de Normas Internacionales de Salud, la revisión de la Clasificación Estadística Internacional de las Enfermedades y los Problemas de Salud y el recoger y difundir la información estadística”. 12 1.2 Esquizofrenia. ¿Qué es la esquizofrenia? Se puede comenzar preguntándose, después de todo lo anterior, ¿Qué es la esquizofrenia? ¿Es una sola enfermedad con muchos síntomas o muchas enfermedades con una sola sintomatología?, esta pregunta es recurrente en el ámbito de la salud, física y psicológica, debido a que la esquizofrenia comparte muchos síntomas con otras patologías, confundiéndose la línea entre unas y otras, y entre jerarquías de enfermedades y síntomas (Mckenna, 1997). Se dice que es un trastorno complejo del cerebro, crónico, grave e incapacitante y afecta aproximadamente al 1% de todos los adultos a nivel mundial. Los expertos mencionan que la esquizofrenia es muchas enfermedades enmascaradas en una sola. No hay, hasta la fecha, absolutamente ninguna prueba física o de laboratorio que pueda diagnosticar la esquizofrenia. El médico, psiquiatra, hará un diagnóstico basado en síntomas clínicos del paciente. Sin embargo, con las pruebas físicas se pueden descartar algunas enfermedades y condiciones que a veces tienen sintomatología similar, tales como convulsiones, disfunción de la tiroides, un tumor cerebral, el consumo de drogas, y trastornos metabólicos (Michael & Hwang, 2003). A pesar de la imposibilidad de hacer un diagnóstico por pruebas, existen ciertos parámetros que nos pueden indicar cuales síntomas son específicos para un diagnóstico de esquizofrenia. .A lo largo de los últimos años se han hecho diferentes estudios que han revelado que la esquizofrenia es una enfermedad universal, presente en todas las culturas, sin distinción de raza, sexo o nivel socioeconómico. Sin embargo, se cuenta con 13 algunas investigaciones que indican que el mayor número de pacientes diagnosticados con esquizofrenia pertenecen a un sector de personas marginadas y discriminadas(Parellada et al. 2004). La edad de inicio para que se presenten los síntomas es en la adolescencia tardía y el inicio de la vida adulta. Existe una pequeña variación entre la edad de inicio en los hombres, que es 2 o 3 años antes que en las mujeres (15-25 años en hombres, y 25-35 años en mujeres). Generalmente se inicia el cuadro con algún brote psicótico que es la sintomatología más común en la esquizofrenia. Coderch (1991) describe a la psicosis como enfermedades mentales en las que las funciones psíquicas están afectadas y las divide en tres grandes grupos: psicosis esquizofrénicas, psicosis paranoide y psicosis afectivas o maniaco- depresiva. El término psicosis se emplea para referirse a aquéllos trastornos de la mente caracterizados por una pérdida de contacto con la realidad. Cuando una persona sufre este tipo de trastorno se dice que ha tenido un episodio o brote psicótico. La psicosis afecta principalmente a los jóvenes adultos y es bastante común. La psicosis suele provocar cambios en el estado de ánimo y en la forma de pensar, dando lugar a ideas anormales, por lo que resulta difícil entender lo que está sintiendo la persona afectada (Heinimma, 2000). Cabe mencionar que la psicosis es un fenómeno más o menos normal en parte de la población (a nivel general) quienes en algún momento de sus vidas llegan a tener contacto con éste, sin que sea considerado como una patología, por el tiempo de duración. Con objeto de comprender en qué consiste la experiencia psicótica, es útil clasificar por grupos algunos de los síntomas más característicos (CIE-10). Pensamientos confusos: los pensamientos más comunes se vuelven confusos o dejan de guardar una relación adecuada entre sí. La expresión oral se vuelve difícil de entender o no tiene sentido, en algunos casos les 14 cuesta trabajo concentrarse, seguir el hilo dela conversación o recordar las cosas. Sus pensamientos parecen acelerarse o volverse más lentos. Creencias falsas: con frecuencia la persona afectada de un episodio psicótico tiene creencias falsas, conocidos como delirios. A tal grado está convencida de la verdad del delirio que ningún razonamiento, por más lógico que sea, es capaz de desengañarla. Alucinaciones: por el efecto de la psicosis, la persona ve, oye, siente, huele o percibe con el gusto cosas que en realidad no están presentes. Cambios afectivos y de percepción: a veces la forma de sentir de la persona cambia de repente, sin causa aparente, provocando que se sienta rara y aislada del mundo y le parezca que las cosas se mueven con una gran lentitud. Son frecuentes los cambios bruscos en el estado de ánimo y la persona se siente extrañamente excitada o deprimida, o bien, parece que sus emociones pierden intensidad y sienten menos que antes, o manifiesta menos sus emociones a quienes le rodean. Cambios de conducta: las personas afectadas de psicosis presentan conductas distintas a las que acostumbra tener. En algunos casos se vuelven extremadamente activas, o bien les sobreviene un gran letargo que les hace estar sin hacer nada durante todo el día. Se ríen en momentos inoportunos o se enojan o se sienten contrariadas sin motivo aparente. Muchas veces, estos cambios de conducta se relacionan con los síntomas arriba señalados. Los síntomas varían de una persona a otra y en algunos casos cambian con el tiempo (EPPIC, 2000). Se pueden diagnosticar distintos tipos de psicosis: Psicosis inducida por drogas. Psicosis orgánica. Psicosis reactiva breve. 15 Trastorno delirante. Esquizofrenia (para este diagnóstico la psicosis tiene que tener una duración de al menos 1 mes a 6 meses, si no ha sido tratado con éxito). Trastorno esquizofreniforme. Trastorno bipolar. Trastorno esquizoafectivo. Depresión psicótica. La esquizofrenia se puede dividir en tres subgrupos para facilitar su identificación: los síntomas positivos (son síntomas que aparecen como nuevos, algo que no estaba presente en el pasado), los síntomas negativos (definen la pérdida de la capacidad o característica previamente adquirida) y la desorganización. Además se deben tomar en consideración otras dos áreas importantes: los síntomas emocionales o afectivos y los cognitivos. Síntomas Positivos (o psicóticos de distorsión de la realidad): estos síntomas son propios de la psicosis esquizofrénica. Se componen básicamente de dos tipos de síntomas, los delirios y las alucinaciones. La clasificación de estos síntomas de delirio según Mckenna (2007) son: Delirios.- contemporáneamente los delirios son aceptados como la formación corriente de pensamientos, desordenados que no tienen lógica y que gobiernan su pensamiento. Ellos pueden ser floridos, múltiples y cambiantes, o alternativamente escasos y pueden surgir en el interrogatorio, pero persistentes de fondo durante años. Cabe señalar que existen una gran variedad de contenido de los delirios en la esquizofrenia, sin embargo es sorprendente cuan regularmente ciertos temas particulares se repiten. Delirios del estado de ánimo: el individuo siente que su medio ambiente ha cambiado de una manera desconcertante que él no sabe cómo describir, 16 pero que es muy significativo para él. Todo se siente raro, extraño y misterioso, algo sospechoso está sucediendo, los eventos están compuestos de un nuevo significado. El estado que pueden experimentar es de amenaza o simplemente de incertidumbre. Este estado precede el desarrollo de delirios completos. Delirios de referencia ó malinterpretación: la experiencia central en este delirio es que cualquier clase de eventos neutrales adquiere especial significado y se refieren al paciente en lo personal pero de un modo más definitivo que el delirio de estado de ánimo. Lo que alguien dice tiene un doble significado, si alguien hace un gesto, puede significar un mensaje deliberado, todo los vecinos pueden estar hablando o chismeando acerca del paciente más allá de cualquier límite posible. El paciente puede notar que se hacen referencias de él en la televisión, en la radio y en los periódicos; o puede pensar que está siendo seguido, que sus movimientos son observados, y lo que él dice está siendo grabado. El mismo fenómeno puede extenderse más allá de gestos y palabras hacia otros aspectos del medio ambiente, así que las situaciones parecen haber sido creadas y la gente parece estar actuando de manera que tiene un significado especial. Las circunstancias parece que están ahí para que él pueda probar que es cierto, los objetos están puestos en posiciones particulares que transmiten un significado para él, existe mucha gente que quiere descubrir que está haciendo, o quiere transmitir alguna información acerca de él. Delirio de persecución: el paciente cree que alguien, alguna organización, alguna fuerza está tratando de dañarlo de alguna manera, para dañar su reputación, para causarle lesiones corporales, hacerlo loco, y cuestiones así. Los síntomas pueden tomar distintas formas, desde una simple creencia de que la gente lo está cazando, hasta complejos y extraños complots incorporando toda clase de ciencia ficción. El delirio de asistencia es una variante del mismo fenómeno, poderes y organizaciones están 17 procurando ayudarlo de modo oculto, para dirigir su vida, para permitirle ser una mejor persona, etc. Delirio de grandeza: dentro del delirio de grandeza el sujeto cree que posee habilidades o talento inusuales, es mucho más listo que los demás, ha inventado cosas, ha compuesto música o ha resuelto problemas matemáticos más allá de la comprensión de la gente. Debido a estos talentos el paciente siente que tiene una misión especial, o que es el indicado para ayudar a la gente. El paciente con delirio de identidad y grandiosidad, cree que es famoso, rico o con algún título;cree que es de la realeza o que es alguien famoso, o que está relacionado con gente prominente. Aunque no todos los delirios religiosos son de grandeza, todos los delirios de grandeza están tintados con algún tema religioso; los pacientes pueden creer que tienen algún propósito divino, que son santos, ángeles o inclusive Dios. Delirio hipocondriaco: este término es aplicado al individuo cuya creencia es que su cuerpo no está sano, que está enfermo o podrido. Sin embargo, las extrañas quejas de los cambios de su cuerpo y su mal funcionamiento en la esquizofrenia, casi característicos, van más allá de lo creíble y puede provocarle depresión. Delirios sexuales, fantásticos, de memoria y de confabulación: algunas veces los delirios sexuales están íntimamente ligados con alucinaciones de sensación, por ejemplo en los genitales; en otros casos hay creencias de embarazo, en fantasías de un amante o que el sexo del paciente está cambiando, el cual no es atribuido a percepciones anormales. En los delirios fantásticos, la cualidad notable y bizarra de la esquizofrenia violan el más elemental sentido común. Los pacientes describen haber traído al mundo a miles de niños, tener a cientos de personas dentro de su cuerpo, etc. Una forma de delirio de memoria consiste en recordar claramente experiencia de eventos pasados que en realidad nunca sucedieron; estos comúnmente tienen una cualidad fantástica, por ejemplo, recuerda que 18 cuando nació llegó en una estrella de plata y la familia real estaba presente, etc. El delirio de confabulación es un fenómeno extraño, en el que los delirios, invariablemente delirios fantásticos y de memoria, aparecen como delirios muy elaborados. Alucinaciones.- Se entiende por alucinaciones la percepción sin estímulo. La sensación del paciente de que se activa un órgano de los sentidos sin que exista ninguna causa para ello. La siguiente clasificación es una combinación de recuento de Fish y otros autores (Citados en Mckenna, 2007). Alucinaciones auditivas: se consideran como uno de los síntomas más comunes de la esquizofrenia, algunos pacientes las tienen en alguna etapa. A pesar de la gran variedad, ciertas formas de alucinaciones auditivas ocurren con cierta regularidad y es valioso distinguirlas para propósitos fenomenológicos y diagnósticos. Alucinaciones elementales (no verbales): relativamente no comunes, los pacientes reportan escuchar ruidos como tecleos, forcejeos, golpes, motores de auto y ocasionalmente música. En algunos momentos confunden estos sonidos inexistentes como si estuvieran ahí, indistintamente murmullos donde no hay palabras. Alucinaciones de voces de terceras personas y comentarios: los pacientes pueden describir una voz o voces hablando de él y en consecuencia refiriéndose a él en tercera persona. Típicamente, dos o más voces discuten una con la otra sobre el paciente. En la más extrema expresión de este fenómeno una o más voces mantienen un mismo y continuo comentario sobre los pensamientos y acciones del paciente. Alucinaciones imperativas: estas son voces que simplemente ordenan al paciente a que cometa ciertas acciones, se dice que no son comunes y 19 usualmente son fácilmente ignoradas. Ocasionalmente, sin embargo, los pacientes obedecen, y pueden ocurrir graves consecuencias. Alucinaciones funcionales: en este raro fenómeno, el paciente oye voces superpuestas sobre el desarrollo de los ruidos ambientales reales, como hojas cayendo, agua corriendo sobre un puente, etc. Alucinaciones extra-campo: estas alucinaciones (que ocurren en otras modalidades además de las auditivas) son identificadas por el paciente como si fueran originadas de más allá de los límites normales de percepción. Por ejemplo, un paciente puede describir escuchar gritos de niños que están siendo torturados en otra ciudad, o escuchar cómo están discutiendo sus familiares sobre de él a muchas millas de distancia. Otro tipo de alucinaciones pueden ser vividas en otras formas sensoriales en la esquizofrenia. La frecuencia es incierta pero ellas son generalmente consideradas como menos comunes que las alucinaciones auditivas. Alucinaciones visuales: fenómeno que va de manchas, rayas o juego de colores, hacia figuras humanas, a escenas panorámicas o apocalípticas; estas fueron consideradas por Kraepelin en 1913 (McKenna, 2007) de ser muy comunes, en lugar de ser discretas en la esquizofrenia. Bleuler (McKenna, 2007), describió las alucinaciones visuales muy frecuentes y vívidas en las etapas agudas, pero de otro modo son raras. Desde entonces las alucinaciones visuales han sido consideradas en la esquizofrenia como inusuales que podrían alcanzar la posibilidad de que esté presente una enfermedad orgánica cerebral subyacente. La experiencia clínica sugiere que este no es el caso, y que es una parte menor sin complicaciones del cuadro clínico. Alucinaciones somáticas: describen sensaciones de ser tocados, de cosquillas y piquetes, de calor y frio, humedad y de movimiento. También se quejan de sensaciones sexuales, así como de incomprensibles 20 sensaciones eléctricas, vibraciones, rotamiento, experiencias de movimiento y deslizamiento dentro del cuerpo. Alucinaciones olfatorias y gustativas: algunas veces son simples, otras van ligadas a interpretaciones de delirio; estas fueron descritas como un cuadro clínico de rutina por Kraepelin y Bleuler, y su presencia ha sido notada por diversos autores; su frecuencia sin embargo, es incierta. Síntomas Negativos: básicamente se refiere a los síntomas prodrómicos, que son tanto específicos como no específicos en la esquizofrenia. En la mayor parte de los caso los pacientes experimentan percepciones y cambios de comportamiento previos a la manifestación de la psicosis. Estos indicadores de la recaída son no específicos y no psicóticos: tensión e irritabilidad, disminución del apetito, problemas en la concentración, trastornos del sueño, humor depresivo, retracción social, preocupación, suspicacia o excesiva desconfianza. Muchos de estos síntomas pueden ocurrir sin que sean claramente detectables. Existen tres tipos de síntomas negativos; embotamiento afectivo (los relacionados con la capacidad de emocionarse), anhedonia: incapacidad para disfrutar de los placeres, los relacionados con la motivación (abulia o apatía: falta de voluntad, incapacidad para persistir o para iniciar una actividad), y la alogia o empobrecimiento de la capacidad de expresión verbal. Una vez establecidos estos síntomas son muy difíciles de tratar. También condicionan el pronóstico a largo plazo de los pacientes ya que interfieren mucho más con la vida diaria. En Mckenna (2007), clasifica el deterioro de emociones y el deterioro motivacional de la siguiente manera: Aplanamiento afectivo: el aplanamiento afectivo, el centro de los desórdenes afectivos en esquizofrenia se refiere de acuerdo con Sims, 21 2002 (citado en Mckenna 2007), En cualquier persona la formas de un estado emocional son constantes y en gran medidas sin intención, que se muestran a otros por expresión facial, tono de voz, gestos, postura y lenguaje corporal. Esto es registrado por la otra persona y provoca respuestas recíprocas, así, esta clase de diálogo emocional acompaña cualquier interacción verbal entre la gente; esto es lo que precisamente esta disminuido, perdido o alterado en la esquizofrenia. Cuando es leve, la reacción es poco perceptible a los demás se muestra algo extraño, frío y rígido. Cuando es más marcado, la falta de la expresión emocional normal y la muy clara falta de respuesta a temas emotivos puede ser señalado. Cuando el desorden es severo, toda la expresión emocional llega a ser empobrecida y el paciente se presenta de una manera desconectada, retraída o muy peculiar. Faltade respuesta afectiva: quizá el elemento más importante del aplanamiento afectivo, se refiere a la pobreza en el rango de la emoción expresada durante una conversación normal, o en el transcurso de una entrevista. Las características son: cara poco expresiva, con poca mímica y disminución de la gesticulación cuando se habla. Retraimiento emocional: este fenómeno es mencionado repetidamente por diferentes autores y describe un alejamiento que es fácil de reconocer pero difícil de describir. Deterioro emocional: el paciente pierde el interés por todo, desde el mundo que le rodea hasta su propio futuro o autocuidado. Esto conduce a dejar totalmente de lado o abandonar las cosas que hacía habitualmente y a un desinterés por las relaciones sociales y por su futuro inmediato o lejano. Falta de perseverancia en el esfuerzo (abulia). Tenderá al aislamiento y al autismo por una falta de necesidad de contacto con otras personas. En casos graves, muchas veces estos síntomas conducen al descuido personal y la falta de higiene. (Parellada & Fernández, 2004). 22 Desorganización: La desorganización se puede presentar tanto en el pensamiento como en la conducta. El desorden de pensamiento se refiere a los disturbios en la forma de pensar, la persona que los escucha deja de entender totalmente de lo que está hablando ya que lo que dice es totalmente incoherente. Puede haber: perseveración, que es repetir la misma frase, concepto, idea, o la misma sílaba de forma reiterada; circunstancialidad, incapacidad de sintetizar una idea ya que da demasiados detalles; tangencialidad, las respuestas pueden parecer desviadas o no tener relación alguna con las respuestas; descarrilamiento o pérdida de asociaciones, puede perder el hilo de la conversación o salta de un tema a otro. Los síntomas cognitivos se refiere a que presenta: asociaciones laxas, neologismos, déficit de atención, déficit en el procesamiento de la información, problemas para mantener la concentración, priorizar y modular la conducta basada en normas sociales, pensamiento inútil. El desorden formal del pensamiento es relativamente común que se declare en la esquizofrenia aguda o crónica. Sin embargo, esta forma severa de esquizofrenia no es sencilla de encontrar aún en los pacientes hospitalizados. Desorden Motor, de la Voluntad y del Comportamiento: Los movimientos raros, el comportamiento extraño y cambios generales forman parte del cuadro clínico de la esquizofrenia. El ejemplo clásico de este tipo de síntomas es el llamado catatonia. Otros tipos de desórdenes del comportamiento, motores y de la voluntad son menos sorprendentes, pero son más comunes en esta enfermedad. Fenómeno Catatónico: Kraepelin detalló un amplio grado de anormalidades en la catatonia, pero no fue hasta Bleuler en 1911 (McKenna, 2007), quien proveyó la primera descripción y clasificación sistemática de “las peculiares formas de movimiento, estupor, mutismo, estereotipos, manierismos, negativismo, automatismo, automatismo espontáneo e impulsividad”. La descripción clásica fue 23 suplementada por Kleist en 1943 y 1969 . (Parellada & Fernández, 2004), quien su particular contribución fue ampliar la categoría de anormalidades motores simples en esquizofrenia. Desorden simple del movimiento: lo más común y representativo de esta clase de anormalidad son los estereotipos, manierismos y la postura. Los estereotipos son actos de movimientos más o menos sin sentido realizados repetidamente y con un alto grado de uniformidad. Incluye movimientos simples como balanceo, frotamiento de manos y manipulación de objetos; así como movimientos gimnásticos o contorsiones. El manierismo incluye las acciones diarias como lavarse, vestirse y comer, ejecutadas en maneras idiosincráticas; por ejemplo, mientras el paciente come puede sostener la cuchara por el lado equivocado, dirigir la cuchara hacia la cabeza en lugar de la boca, o verter el contenido de la comida muchas ocasiones dentro del plato mientras esta masticando. El manierismo es una exageración de los movimientos y los gestos, dándose a veces un amaneramiento más exagerado que el anterior, por ejemplo, agacharse, torcerse, movimientos grotescos de las extremidades, caminar sobre los dedos de los pies, acciones interpoladas, etc. La postura es el término moderno que se le atribuye al manierismo y a los estereotipos de postura, por ejemplo los pacientes se sientan encorvados y constreñidos, en algunas ocasiones parece mostrarse fuera de este mundo y en algunos casos extraños, adoptan posturas de estatuas. Desórdenes complejos de la Voluntad: también son expresados en actos de movimiento, estas anormalidades parecen involucrar una perturbación en la voluntad, detrás del movimiento más que en el movimiento en sí; al mismo tiempo el desorden parece dar la impresión de estar fuera de control. Todo lo anterior y aún más síntomas, cientos de ellos, descubiertos en la actualidad, son parte de lo que algunos investigadores han encontrado. Se describe lo más significativo y lo que ha sido constante. Sin embargo y a pesar de todo nunca se ha demostrado que exista un conjunto de conductas y experiencias 24 “esquizofrénicas” que se produzcan conjuntamente y que no se produzcan en otras condiciones psiquiátricas. Según Read, et al., (2006), de acuerdo con las definiciones del DSM-IV (APA 1994), para que una persona se le diagnostique con esquizofrenia, debe presentar dos de los cinco síntomas característicos: alucinaciones, ideas delirantes, discurso incoherente, conducta extremadamente incoherente y catatónica; en consecuencia, si tomamos grupos de 2 personas podremos observar quince combinaciones de conductas distintas que responden a los criterios de esquizofrenia DSM-IV sin que tengan nada en común. 1.3 Diagnóstico y Clasificación. Se inicia después de un período prodrómico de un mes. En el Manual Estadístico de Enfermedades Mentales, 4a ed. (DSM-IV), se subrayan dos o más síntomas característicos que deben estar presentes durante una parte significativa de un período de cuatro semanas. (1) Ideas delirantes (2) Alucinaciones (3) Lenguaje desorganizado (p. ej., descarrilamiento frecuente o incoherencia) 25 (4) Comportamiento catatónica o gravemente desorganizado (5) Síntomas negativos, por ejemplo, aplanamiento afectivo, alogia o abulia. Nota: Sólo se requiere un síntoma del Criterio A si las ideas delirantes son extrañas, o si las ideas delirantes consisten en una voz que comenta continuamente los pensamientos o el comportamiento del sujeto, o si dos o más voces conversan entre ellas. B. Disfunción social / laboral: Durante una parte significativa del tiempo desde el inicio de la alteración, una o más áreas importantes de actividad, como son el trabajo, las relaciones interpersonales o el cuidado de uno mismo, están claramente por debajo del nivel previo al inicio del trastorno (o cuando el inicio es en la infancia o adolescencia, fracaso en cuanto a alcanzar el nivel esperable de rendimiento interpersonal, académico o laboral). C. Duración: Persisten signos continuos de la alteración durante al menos 6 meses. Este período de 6 meses debe incluir al menos 1 mes de síntomas que cumplan el Criterio A (o menos si se ha tratado con éxito) y puede incluir los períodos prodrómicos o residuales, los signos de la alteración pueden manifestarse sólo por síntomas negativos o por dos o más síntomas de la lista del Criterio A, presentes de forma atenuada (p.ej., creencias raras, experiencias perceptivas no habituales). D. Exclusión de los trastornos esquizoafectivo y del estado de ánimo: El trastorno esquizoafectivo y el trastorno del estado de ánimo con síntomas psicóticos se han descartado debido a: 1) no ha habido ningún episodio depresivo mayor, maníaco omixto concurrente con síntomas de la fase afectiva; o 2) si los episodios de alteración anímica han aparecido durante los síntomas de la fase activa, su duración total ha sido breve en relación con la duración de los períodos activo y residual. E. Exclusión de consumo de sustancias y de enfermedad médica: El trastorno no es debido a los efectos fisiológicos directos de alguna sustancia (p.ej., una droga de abuso, un medicamento) o de una enfermedad médica. 26 F. Relación con un trastorno generalizado del desarrollo: Si hay historia de trastorno autista o de otro trastorno generalizado del desarrollo, el diagnóstico adicional de esquizofrenia sólo se realizará si las ideas delirantes o las alucinaciones también se mantienen durante al menos 1 mes (o menos si se han tratado con éxito). Subtipos de esquizofrenia: 1. Tipo paranoide. Un tipo de esquizofrenia en el que se cumplen los siguientes criterios: A. Preocupación por una o más ideas delirantes o alucinaciones auditivas frecuentes. B. No hay lenguaje desorganizado, ni comportamiento catatónico o desorganizado, ni afectividad aplanada o inapropiada. 2. Tipo desorganizado. Un tipo de esquizofrenia en el que se cumplen los siguientes criterios: A. Predominan: (1) Lenguaje desorganizado (2) Comportamiento desorganizado (3) Afectividad aplanada o inapropiada B. No se cumplen los criterios para el tipo catatónico. 3. Tipo Catatónico. Un tipo de esquizofrenia en el que el cuadro clínico está dominado por al menos dos de los siguientes síntomas: 27 (1) Inmovilidad motora manifestada por catalepsia (incluida la flexibilidad cérea) o estupor. (2) Actividad motora excesiva (que aparentemente carece de propósito y no está influida por estímulos externos). (3) Negativismo extremo (resistencia aparentemente inmotivada a todas las órdenes o mantenimiento de una postura rígida en contra de los intentos de ser movido) o mutismo. (4) Peculiaridades del movimiento voluntario manifestadas por la adopción de posturas extrañas (adopción voluntaria de posturas raras o inapropiadas), movimientos estereotipados, manerismos marcados o muecas llamativas. (5) Ecolalia o ecopraxia. 4. Tipo indiferenciado. Un tipo de esquizofrenia en que están presentan los síntomas del Criterio A, pero no cumple los criterios para el tipo paranoide, desorganizado o catatónico. 5. Tipo residual. Un tipo de esquizofrenia en el que se cumplen los siguientes criterios: A. Ausencia de ideas delirantes, alucinaciones, lenguaje desorganizado y comportamiento catatónico o gravemente desorganizado. B. Hay manifestaciones continuas de la alteración, como lo indica la presencia de síntomas negativos o de dos o más síntomas de los enumerados en el Criterio A para esquizofrenia, presentes de una forma atenuada (p.ej., creencias raras, experiencias perceptivas no habituales). Características Asociadas: Problemas de aprendizaje. Hipoactividad. 28 Psicosis. Estado de ánimo eufórico. Estado de ánimo depresivo. Disfunción somática o disfunción sexual. Hiperactividad. Culpa u obsesión. Conducta sexual desviada. Personalidad excéntrica o sospechosa. Personalidad ansiosa o temerosa o dependiente. Personalidad dramática, antisocial o irregular. 1.4 Epidemiología La Organización Mundial de la Salud (OMS) sostiene que la depresión y la esquizofrenia, podrían convertirse en las pandemias psicológicas del futuro, debido a los altos índices de violencia, consumo de drogas y estilo de vida convulsionado que viven las sociedades alrededor del mundo, signadas por los veloces avances de la tecnología y lo altos niveles de competitividad. La esquizofrenia es un trastorno psicótico crónico cuya prevalencia en adultos es de 0.5 al 1. 5% y su incidencia esta en un rango de 0.5 a 5 por cada 10 000 habitantes (Benitez et al., 2005). Según la OMS en un estudio de recopilación de datos del 2009 y 2010, basados en información del 2008, nos menciona que las evidencias mundiales dan cuenta 29 que no hay salud sin salud mental. En la región de las Américas y del Mundo, los trastornos mentales constituyen un serio problema de salud pública con un alto costo social. En términos epidemiológicos la salud mental participa a la carga global de las enfermedades alrededor de 12%, afecta hasta 28% de años vividos con discapacidad y constituye una de las causas principales de mortalidad entre las personad de 15 a 35 años por el suicidio, (IESM-OMS, 2009-2010). Específicamente, la OMS detalla en su portal Web que en el mundo, de cada 1000 personas adultas entre 15 y 35 años, 7 padecen de esquizofrenia, es decir, el 1% de la población mundial sufre esta enfermedad mental, esto se traduce en más de 24 millones de afectados. Asimismo, el rector en materia de salud advierte que más del 50% de las personas con este padecimiento no reciben los cuidados adecuados y el 90% de individuos con un diagnóstico de este tipo en países en vía de desarrollo, no son tratados. En México, el IMSS (Mould-Quevedo et al., 2009) hizo una publicación, de acuerdo con información de la Organización Mundial de la Salud, donde menciona que en el mundo existen entre 24 y 25 millones de personas con esquizofrenia (Valencia, 2007). En nuestro país la prevalencia es del 0.7-2% de la población. (Villamil et al., 2005). En el 2010, en una entrevista hecha al Dr. Jesús Ramírez Bermúdez, Jefe de la Unidad de Neuropsiquiatría del Instituto Nacional de Neurología y Neurociencia de México, afirmó que casi la cuarta parte de los mexicanos tienen algún padecimiento de trastorno mental, esto equivale a casi 3 millones de personas de los cuales tienen afecciones graves como la esquizofrenia y el trastorno bipolar de tipo maniaco-depresivo (Diario electrónico “Vanguardia”, 2010). La prevalencia de la esquizofrenia a nivel mundial varía ligeramente, entre el 0.7% al 1.2% de la población adulta en general, dependiendo del informe en el que se busque. En la mayoría de estos porcentajes se refieren a personas que sufren de esquizofrenia “en algún momento de sus vidas”. 30 En Estados Unidos, alrededor de 2.2 millones de adultos, o aproximadamente el 1.1% de la población de 18 años o más, han determinado tener esquizofrenia. Sin embargo, según Read y cols. (2006), no existe una base científica para demostrar que se pueden encontrar los mismos porcentajes de una enfermedad llamada esquizofrenia en todos los países, debido a que las conductas humanas, los pensamientos y los sentimientos “normales” varían de manera significativa a lo largo de los años y en contextos sociales distintos. Así pues, se puede decir lo mismo de las conductas que pueden considerarse “anormales”. 31 CAPITULO 2 MARCO TEORICO 2.1 Factores Biológicos. La etiología sobre el origen de la esquizofrenia no ha sido del todo esclarecida. Se habla de que es un trastorno multifactorial y un conflicto en el ámbito social y personal, las condiciones adversas del ambiente y la dotación biológica. Los factores biológicos han sido la línea base de investigación desde Kraepelin a nuestros días, ha focalizado su atención en cuestiones genéticas, investigaciones neurobiológicas y farmacológicas. Un factor causal bioquímico es la hipótesis dopaminérgica la que es una revisión actual de la planteada en 1974 por Mattysse, Meltzer & Stahl (citados en Seeman, 1987); la esquizofrenia sería el resultado de una alteración en la transmisión dopaminérgica con una hiperfunción de las proyecciones mesolímbicas, origen de la sintomatología positiva y una hipofunción de las proyecciones dopaminérgicas en el córtex pre frontal origen de la sintomatología negativa. La dopamina es un neurotransmisor ampliamente distribuidoen el sistema nervioso central. Las hipótesis dopaminérgicas sostienen que existe un efecto hiperactivador del sistema dopaminérgico por hipersensibilidad o un exceso de receptor en el que interactúan otros neurotransmisores tales como la noradrenalina, catecolamina y serotonina, (Zipursky & Schulz, 2003). Se conoce que la esquizofrenia que padece un miembro de la familia aumenta el riesgo de que otro miembro la sufra. Este riesgo se incrementa en la medida del grado de cercanía genética. (Kendler et al., 1993). 32 En los 60´s (Kety et al., 1968) enfatiza que en una serie de estudios realizados que en hijos adoptivos de padres esquizofrénicos eran criados por padres adoptivos sin esquizofrenia; y de hijos de padres sin esquizofrenia, eran criados por padres adoptivos con esquizofrenia. Encontraron que el riesgo de la enfermedad estaba asociado a la presencia de la enfermedad en los padres biológicos, pero no en los adoptivos. Estos descubrimientos con bases genéticas para la esquizofrenia, en estudios con gemelos se encontraron el triple de concordancia para la enfermedad en gemelos monocigóticos y dicigóticos. Los gemelos dicigóticos comparten solo el 50% de la carga genética y si un gemelo tiene esquizofrenia, el otro tiene un riesgo de padecerla de entre 10 y 15%, el mismo riesgo que tienen los otros hermanos con el 50% de carga genética. En contraste los gemelos monocigóticos comparten el 100% de la carga genética y si uno padece la enfermedad, el riesgo del otro de sufrir la enfermedad es de entre 40 y 50%. Los estudios de gemelos son útiles para estudiar la herencia en la esquizofrenia (Sullivan et al., 2003). Los patrones de síntomas de los familiares fueron encontrados como compatibles con la hipótesis de que los síntomas positivos y negativos del trastorno están relacionados con la predisposición genética. Según Bassett et al., (1993), la predisposición genética de la enfermedad ha sido estudiada en los familiares del paciente identificado; se sabe que los síntomas negativos fueron encontrados en los miembros de la familia y en menor grado los síntomas positivos, sin que los mismos miembros lleguen a padecer la enfermedad, por lo que se puede considerar el factor genético como contribuidor del trastorno. La herencia por sí misma y la interacción con factores ambientales (sociales) contribuyen en aproximadamente un 80% de probabilidad para esquizofrenia, (Sullivan et al, 2003). Posteriormente en el 2008, Sullivan menciona que a pesar de los avances en la ciencia y la tecnología de la biología molecular y que se ha resaltado el estudio del genoma humano, se podría argumentar que no se sabe mucho todavía aun cuando las bases genética para la esquizofrenia están 33 claramente esclarecidas, el mecanismo de la herencia sigue permaneciendo en la obscuridad. En una meta análisis publicado en el 2008, se atendieron 1109 estudios sobre esquizofrenia en distintas características de la enfermedad. Algunos resultados confirman lo mencionado en párrafos anteriores, sin embargo concluye con decir que la escasez de estudios sobre gemelos es notable y como consecuencia de esto, los análisis hechos respecto a la contribución genética está basada en estudios de hermanos. Se realza que los efectos de compartir el ambiente con los síntomas no pueden ser descartados. Los análisis de herencia de la dimensión de los síntomas en gemelos necesitan ser mayormente confirmada con más estudios. (Rietkerk et al. 2008). Contrariamente a los avances no se puede acertar con certeza que una variante de algún gen en particular incremente el riesgo de esquizofrenia y todavía se tiene que hacer mucho trabajo antes de poder definir con precisión los mecanismos patogénicos del efecto o efectos de toda la asociación de estudios de genomas, actualmente están en marcha estudios que se espera puedan proveer conocimiento. (Kingsmore et al., 2008). Un cuestionamiento que tienen los científicos al respecto es el cómo puede persistir la esquizofrenia en un rango relativamente estable, cuando el índice de reproducción a decrecido y el de mortalidad aumentado, (Tandon et al., 2008). Por supuesto que no se tiene una respuesta concluyente; se ha sugerido que los genes que causan esquizofrenia pueden adaptarse a la evolución humana y por eso confiere de alguna manera, ventajas a los miembros no afectados de la familia. Así, hay muchos modelos teóricos que explican la persistencia de la esquizofrenia en un contexto de rangos de mutación. (Doi & Hoshi, 2007). La hipótesis de que la esquizofrenia tiene un componente progresivo y más aun degenerativo ha resurgido en los últimos años, esto se ha basado principalmente en algunas prospectivas longitudinales de resonancia magnética (MRI). Los 34 estudios de un resultado de cambio progresivo de la estructura cerebral durante el curso de la esquizofrenia dieron resultados mezclados. (Delisi et al., 1997; Saijo, 2001; Van Haren et al., 2008; Rais et al., 2009 citados en Beyanne et al., 2011). Las reducciones en todo el cerebro y en el volumen de la materia gris, principalmente en el lóbulo frontal y el lóbulo temporal, y en un alargamiento de los ventrículos laterales; todo esto comparado con sujetos de control sanos; estos resultados han sido dados por pruebas replicables las cuales son más evidentes en pacientes con un primer episodio. (Lawrie, 1998; Wright, et al., 2000; Shenton et al., 2001; Honea et al., 2005, citados en Beyanne et al., 2011). También se han detectado cambios morfológicos del cerebro en diferentes estudios de pacientes con un episodio de esquizofrenia y aquellos con esquizofrenia crónica, lo que sugiere que existen cambios durante el curso de la enfermedad. (Ellison-Wright et al. 2008; Chan et al., 2011, citados en Beyanne et al., 2011). Para concluir, en los 27 estudios de éste meta análisis, los cuales utilizan la medida del volumen regional del cerebro para identificar cambios en éste que se dan con el tiempo en los pacientes con esquizofrenia. El meta análisis ha revelado que la esquizofrenia está asociada con una significativa declinación en los ventrículos laterales en comparación con los sujetos de control que son sanos. No hay evidencia de un involucramiento del lóbulo medio temporal en esquizofrenia. Las causas y las correlaciones clínicas de estos cambios deben se el foco de futuras investigaciones. (Beyanne et al., 2011). En cuanto a los riesgos ambientales desde el desarrollo del feto, una gran variedad de exposiciones han sido implicadas en la etiología de la esquizofrenia; éstos incluyen factores biológicos y psicológicos durante un período perinatal, en la infancia, adolescencia y en la edad temprana de la adultez (Mohammed, 2010). 35 Durante el primer y segundo trimestre de embarazo, las infecciones perinatales han sido ligadas a un creciente desarrollo de esquizofrenia una severa deficiencia nutricional, así como eventos adversos severos que haya experienciado la madre durante el primer trimestre, también son ligadas al desarrollo de la enfermedad. La paternidad tardía duplica el riesgo de desarrollo de la esquizofrenia (Mohammed, 2010). Algunos traumas en la niñez, como golpes en la cabeza, separación o muerte de los padres, infecciones, la inmigración o la vida en la urbanidad; han sido sugeridos como relacionados con el desarrollo de la esquizofrenia. En la adolescencia el uso de cannabis esta ligado al desarrollo de la enfermedad; algunos científicos opinan que esto podría darse o precipitar el desarrollo de la esquizofrenia únicamente en individuos vulnerables. (Barnes y cols. 2006). También una vida de eventos estresantes han sido ligados fuertemente al desarrollo de esquizofrenia. Según Tandon (et al., 2008) ninguno de los factores de riesgo ambientales parece causa suficienteo necesaria para provocar la enfermedad en sí y ningún factor único satisface los nueve criterios que se necesitan para causar la exposición a la enfermedad. Se puede concluir que hacen falta todavía más estudios en el campo biológico. Se han determinado correlaciones estructurales y bioquímicas del SNC con la esquizofrenia, los estudios familiares sugieren la propensión heredada del síndrome, es decir se está avanzando en el camino de precisar más las bases neurobiológicas del trastorno y existen evidencias sólidas que lo sustentan hasta este momento, de ahí la terapia farmacológica indicada para este trastorno. 36 2.2 Factores Psicosociales Los seres humanos nos regimos por ciertas conductas que son aprendidas en la sociedad y en las diferentes culturas a las que pertenecemos. Estos factores pueden ser llamados “hereditarios” pues pasan de generación en generación conformando la historia de cada sociedad, así como la historia personal de cada individuo (Pilgrim, 2000; citado en Read, Mosher y Bentall, 2006). Todo tipo de conducta humana varía significativamente a lo largo de los años, a través de la historia y en contextos sociales distintos puede llamarse conducta “normal” o “anormal”. (Pilgrim, 2000; citado en Read y cols. 2006). En este sentido la esquizofrenia es una etiqueta que se ha utilizado para explicar una gran variedad de conductas inadmisibles o angustiosas (Read y cols. 2006). Esto implica la importancia que tiene el ambiente psicosocial; este enfoque cultural de costumbres y creencias, que ha de tomarse en cuenta para hacer una evaluación del comportamiento. Según Martínez Serrano y cols., (2012) la esquizofrenia es una enfermedad evaluada desfavorablemente para las personas que lo padecen y sus familiares, esto debido al enorme desconocimiento y al estigma que se tiene de la misma; lo que nos indica que la evaluación sobre este trastorno se basa en elementos que se asocian a representaciones o imágenes sociales estigmatizadas y no un conocimiento ni siquiera aproximado de ella. Los medicamentos han demostrado ser de gran importancia y utilidad para aliviar los síntomas psicóticos y neuróticos de la esquizofrenia, por ejemplo las alucinaciones, los delirios, la incoherencia, la depresión, etc., pero no son tan confiables cuando se trata de síntomas del comportamiento, emociones y pensamientos. Aun cuando el paciente está relativamente libre de síntomas 37 psicóticos, tiene dificultades de comunicación, motivación, actividades diarias y también dificultades para establecer y mantener relaciones con otros. Generalmente la esquizofrenia se presenta en un rango de edad de entre los 18 y 35 años, estos años son los que normalmente se prestan para una formación escolar, profesional, social y de madurez emocional en relación con las otras personas, por lo que al presentarse la enfermedad todavía no han completado su desarrollo en ninguno de los campos antes mencionados por lo que la habilidad para las relaciones sociales o relaciones interpersonales o entablar relaciones amorosas, inclusive la capacitación para conseguir empleo, están limitados (Parellada & Fernández, 2004). Esta situación lleva una carga de estrés, ansiedad y depresión considerable al ser y sentirse rechazados en varios ámbitos importantes en la vida de un ser humano, y además el no tener la capacidad para comprender las razones por las que les sucede estas desventuras y la incapacidad de comprender que la misma enfermedad se las provoca. El funcionamiento psicosocial está definido como “los roles que desempeña el sujeto, su relación con otros individuos y en el medio ambiente en el que se desenvuelve”, por lo que el tratamiento psicosocial está enfocado en las incapacidades de los enfermos y tiene como finalidad que los pacientes adquieran habilidades psicosociales para desarrollar sus relaciones interpersonales (Valencia, 1996). Según Parellada & Fernández (2004) un factor psicosocial que puede ser elemento desencadenante en la esquizofrenia es el estrés, éste puede provocar un brote psicótico, o una recaída. La pobreza, la discriminación, la migración, el género, el urbanismo y el racismo son factores de adversidad social que provocan estrés en las personas. En un meta-análisis (Saha et al., 2006) se encontraron fuertes grados de relación entre la urbanidad y el riesgo de esquizofrenia. Los 38 otros factores antes mencionados también fueron relacionados como factores potenciales, esto fue el resultado derivado de 55 estudios a través de 33 países. El fenómeno social ha sido corroborado en estudios correctamente diseñados y quedó confirmado que sí existe una asociación entre las personas nacidas en un espacio urbano y con mejor nivel de educación (escolar) y un incremento del riesgo en esquizofrenia; los investigadores citan los siguientes factores causales: sucesos de vida estresantes, aislamiento social, masificación, demasiados estímulos, índice de criminalidad y contaminación (Lewis et al., 1992; Kirkbride et al., 2006). En dos meta análisis recientes (Kirkbridge et al., 2006), se encontró que el género y por lo tanto la discriminación en él, esta relacionada con el riesgo de desarrollar esquizofrenia, también se encontró que hay una mayor incidencia en hombres que en mujeres, con una relación de una mujer por cada cuatro hombres. Las personas con esquizofrenia varones y mujeres tienden a tener experiencias y comportamientos diferentes, entre ellos los hallazgos más repetidos de las diferencias entre los sexos en la sintomatología han sido: síntomas negativos en los hombres y síntomas afectivos en las mujeres; así las mujeres no sólo están más deprimidas, sino que son más expresivas emocionalmente de otras formas, como enojarse más o ser más explosivas. Los hombres tienen más déficit cognitivos que las mujeres, tienden a ser más cerrados emocional y socialmente, a tener problemas para pensar con claridad, intentan, por lo regular, medicarse ellos mismos y a veces se creen extremadamente importantes (Goldstein & Lewine, 2000). La discriminación y estigmatización social de que son objeto las personas con esquizofrenia y con otras “enfermedades mentales”, llegan a ser muy similares en todo el mundo. Diversos meta-análisis mencionan esta discriminación como parte del funcionamiento social de la esquizofrenia. Este tipo de discriminación es muy notoria en los lugares de trabajo, en las escuelas (básicamente por maestros y 39 directivos), en las mismas instituciones públicas de salud, en el rechazo y crítica de los amigos e inclusive de la misma familia, debido a la falta de habilidades sociales que muestran los enfermos, la cognición reducida, las alucinaciones y delirios que presentan, en algunos casos las funciones psicomotoras disminuidas, etc. (Parellada & Fernández, 2004). 2.2.1 Estigma social y Autoestigma. En el orden cultural nuestras experiencias son adquiridas e influyen notablemente en nuestros pensamientos y en nuestras acciones, así las enfermedades mentales, la esquizofrenia entre ellas están dentro del cuadro de las situaciones en las que la predisposición a reaccionar frente a ella tiene un amplio sentido cultural. El estigma se convierte en una marca indeleble que hace que las familias, el mismo individuo con la enfermedad o inclusive la misma sociedad rechacen la posibilidad de recibir ayuda (Valencia et al., 2003). Las actitudes sociales de rechazo hacia las personas con alguna enfermedad mental, además de las discapacidades y dificultades de integración derivadas de la misma enfermedad; son consecuencia de una imagen social negativa, pueden levantar barreras sociales que aumenten su riesgo de aislamiento y marginación. Se cuenta con diferentes aproximaciones al concepto de estigma. Goffman (1963),consideraba que el estigma era “un atributo que es profundamente devaluador, el cual degrada y rebaja a la persona portadora del mismo”. Otra definición del concepto fue dada por Jonas et al., (1984) quien dice que el estigma puede ser como “una marca (atributo) que vincula a la persona con características 40 indeseables”, . (Goffman, 1963; Jonas et al., 1984; mencionados en Muñoz et al., 2009). El constructo social actúa a lo largo de la historia y depende mucho del contexto social en el que se esté viviendo. Los estereotipos son ideas sociales referentes a algo, en este caso preciso la esquizofrenia, que al ser admitidas en el entorno estigmatizan al enfermo. Pueden llegar a incluir estos estereotipos información tal como la peligrosidad o la violencia del enfermo, su incapacidad de autocuidado o la imprevisibilidad de su carácter y sus reacciones, y la falta de control. Estos estereotipos y por el desconocimiento y desinformación pueden ocasionar temor, miedo, desconfianza en la gente que este alrededor del enfermo. Así pues, ponen a las personas con este padecimiento en situación de exclusión que le impide la integración social. Más allá, las familias de los enfermos llegan a sufrir la misma suerte. Según Mintz y cols. (2003) , la capacidad de entendimiento en la esquizofrenia es un constructo multidimensional, que se define como la conciencia de tener una enfermedad o desorden mental con síntomas específicos atribuidos a ese mismo desorden a su vez, la conciencia de las consecuencias sociales y la necesidad de tratamiento. Se afirma que esta asociado con aspectos relevantes del tratamiento, conformidad y calidad de vida. Las personas afectadas con esquizofrenia frecuentemente experiencia estigmatización, la cual daña la autoestima del paciente. (Dickerson et al 2002). En tema de estigma, Staring y cols. (2009), nos dicen que los síntomas como depresión, ansiedad, baja calidad de vida, baja autoestima y desesperanza, están directamente relacionados con el estigma. Dependiendo de la capacidad de insight del paciente es el nivel de padecimiento de los síntomas anteriores. Se encontró que un insight alto es solamente negativo cuando está acompañado por creencias estigmatizantes. Estas creencias están basadas en convicciones, como en general se cree, de que una persona con esquizofrenia es un individuo 41 peligroso, impredecible, incapaz, incompetente y responsable de su condición, ó el pensamiento más coloquial “está loco”. Estos sentimientos y reconocimiento de su persona da como resultado una baja autoestima, ansiedad y depresión aunado a la desesperanza que les impide tener un funcionamiento apropiado socialmente. Con el tiempo, los individuos pierden la motivación, debido a su auto estigma, de tener comportamientos relacionados con un futuro en la vida (un empleo, el ser independientes, tener pareja y amigos, y otras aspiraciones personales). Kleim et al., (2008) refieren una aproximación teórica de estigma en la cual se hace énfasis en tres aspectos principales en el proceso de estigmatización: 1. Un estereotipo negativo (discriminación). 2. Estar de acuerdo con el estereotipo (legitimidad). 3. La identificación con el estereotipo. La noción equivocada del trastorno y la estigmatización de éste puede producir una emoción negativa y reducir la calidad de vida. El estigma es normalmente conceptualizado como una influencia malévola que existe en el medio ambiente que merma la vida de aquéllos de quien es objeto. En esta conceptualización, el blanco que recibe todas las críticas son todos aquellos que están relacionados con la enfermedad, familiar o paciente. El efecto más destructivo del estigma es la discriminación y la internalización de estos valores negativos del proceso cognitivo que es alterado (Phillips et al., 2002). Pero sobre todo el efecto del estigma y la discriminación en la vida de los pacientes y su familia fue definido como el efecto combinado del estigma relacionado con cuatro experiencias: 1. La frecuencia e intensidad del comportamiento de los demás que los pacientes y su familia viven. 42 2. El grado de restricciones externas injustificadas (como juicios por las demás personas) sobre las actividades del paciente y los miembros de la familia. 3. El nivel de auto restricción de las actividades del paciente y de la familia, debido al miedo del estigma y la discriminación. 4. La intensidad del temor emocional y su reacción hacia el estigma y discriminación. La auto restricción debido al temor hacia el estigma y la discriminación, hace que los involucrados en la enfermedad tiendan a evaluar y a auto estigmatizarse aun cuando mantengan en secreto la enfermedad (Phillips et al., 2002). Caveltti y cols. (2011) mencionan en un estudio reciente que el detrimento en las condiciones de vida de los pacientes, está mediado por la percepción que ellos mismos tienen de la enfermedad como crónica, incapacitante y fuera de su control. Esto también relacionado con los estereotipos negativos sociales sobre la enfermedad respecto del curso que ésta toma (crónica degenerativa), su funcionamiento y la incurabilidad. Por supuesto los pacientes introyectan esta percepción estigmatizada provocando altos niveles de desmoralización. Según Glick, (1994), el estigma que ha sido relacionado con la enfermedad mental ha sido uno de los principales obstáculos en los programas de psicoeducación. A pesar de todo, mientras algunos factores han sido ligados a la esquizofrenia, ninguno ha sido convincentemente claro como para asegurar que puede desencadenar la enfermedad. Esto se debe a que en los estudios las características metodológicas y las variables no son las mismas. El diagnóstico de esquizofrenia no tiene validez predictiva en cuanto a la evolución del tratamiento; diferentes autores coinciden en que si queremos saber quién tiene más posibilidades de mejorar con el paso del tiempo, se deben tomar 43 en cuenta los factores psicosociales. Sin embargo, los factores que podrían predecir buenos resultados en su tratamiento son los que nos indican precisamente el rendimiento en el trabajo, los logros académicos, las habilidades sociales, las condiciones económicas y la tolerancia familiar; que después de un tiempo de tratamiento tendrían que mejorar e ir siendo notorios. Cambiar la manera en que tanto los pacientes como los familiares responden a la negatividad del estigma es una meta realista para los clínicos, ya que lo que se necesita primero es tener un amplio conocimiento de los factores que median lo cognitivo y lo emocional con las respuestas hacia el estigma y la discriminación. Esto se relaciona también con la Emoción Expresada EE del familiar (Phillips et al., 2002). Es importante que en la intervención clínica se muestre la importancia de la estigmatización de la esquizofrenia, resaltar, en la medida de lo posible un entendimiento subjetivo de la enfermedad (Kleim et al., 2008). 2.3 Familia / Cuidador Primario. En las diferentes sociedades, la familia se considera como la principal estructura social en la cual es elemental el desarrollo, la existencia y la transmisión de valores que dan origen a una identidad personal, que posteriormente formará a los futuros individuos que serán capaces de establecer relaciones sociales afectivas y amorosas. La familia es, por lo regular, el lugar y las personas con quienes los cambios en la conducta de uno de sus miembros empiezan a ser notorios. Las reacciones que acompañan al descubrimiento de que un familiar: padre, hijo o hermano, este siendo tan diferente del resto y de cómo era, son diversas. Experimentan emociones similares a aquellas cuando ocurre un accidente o se diagnostica una 44 enfermedad mortal. Se llegan a sentir impactados, tristes, enojados y consternados.
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