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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE CIENCIAS “La participación de la feromona materna, 2MB2, en la sincronización no fótica del sistema circadiano de conejos neonatos, Oryctolagus cuniculus”. TESIS QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE: BIÓLOGO PRESENTA: JAZMÍN ESTRELLA CHÉVEZ MARTÍN DEL CAMPO DIRECTOR DE TESIS: DRA. IVETTE CALDELAS SÁNCHEZ 2009 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. Hoja de Datos del Jurado 1. Datos del alumno Chévez Martín del Campo Jazmín Estrella 56 66 31 90 Universidad Nacional Autónoma de México Facultad de Ciencias Biología 403013359 2. Datos del tutor Dra. Ivette Caldelas Sánchez 3. Datos del sinodal 1 Dra. María Luisa Fanjul Peña 4. Datos del sinodal 2 Dr. Raúl Antonio Aguilar Roblero 5. Datos del sinodal 3 Dra. Robyn Elizabeth Hudson 6. Datos del sinodal 4 Dr. Amando Bautista Ortega 7. Datos del trabajo escrito. La participación de la feromona materna, 2MB2, en la sincronización no fótica del sistema circadiano de conejos neonatos. 73 p 2009 Agradecimientos A la Dra. Ivette Caldelas Sánchez. Por introducirme al maravilloso mundo de los ritmos circadianos y dirigir y apoyarme con paciencia mi tesis. A la Dra. Robyn Hudson por hacer del conejo Europeo toda una institución de investigación; así como por todos sus comentarios y atinadas observaciones para mejorar la calidad de la tesis. A la Dra. María Luisa Fanjul por su disposición y comentarios sobre la tesis. Al Dr. Raúl Aguilar por todas sus observaciones y sugerencias que hicieron más interesante la tesis. Al Dr. Amando Bautista por su disponibilidad y apoyo para revisar el trabajo, así como por su entusiasmo y gusto por el estudio de los conejos. Al Dr. en Ing. Rodrigo Montúfar por apoyarnos en la realización de la programación y hacer del análisis de datos toda una odisea. A la MVZ. Georgina Díaz del Bioterio y al MVZ Alfonso Malagón Mendiola del Instituto de Investigaciones Biomédicas por todas las facilidades y préstamo de equipo y sustancias para la realización del presente trabajo. Trabajo apoyado por CONACYT 48504/24865 y PAPIIT IN226107 A mi Ma por todo el amor y cariño que siempre me ha dado, por escucharme y compartir conmigo lo que ha aprendido de la vida. Porque siempre me ha apoyado a tomar las mejores decisiones. A mi Pa por todas las palabras cargadas de sabiduría y mucha ciencia que siempre me han guiado y ayudado a aclarar mi mente. A mis hermanos, Lara y Pilo por ser mis grandes compañeros y cómplices de la vida. Porque al crecer con ustedes me han enseñado mucho y me he divertido un chingo. A mis antepasados, especialmente a mis abuelitos, Lydia, Jachoso, Sofía y Aurora porque siempre lucharon por su familia y por eso hoy estoy aquí. A Huicho por acompañarme en esta gran travesía, y por la que seguiremos viviendo juntos. Por todos los litros de té, café, chocolates y mucho cariño que hemos compartido y me inspiraron a seguir. A mis cuatachas de la vidorria, Liz, Dani, Odette, Adri, Bety y Blanca porque hemos crecido juntas en las buenas y en las bizarras; y siempre han escuchado y apoyado mis biologadas con alegría. A las lulús de la fac, Nata y Mariana porque sin ellas la carrera no hubiera sido divertida, por compartir todas las maravillas que ofrece estudiar la biología; y porque CIBU un día nos reunirá cuando seamos viejitas y más loquitas. A todos mis compañeros de la fac que hicieron que mi vida ahí fuera más interesante y divertida. A toda la familia telerín, Tropes, Perika, Ratón, Omar, Myriam, Bere, Otto porque siempre me han apoyado y escuchado y hasta emocionado con mi conejos. A mis primos Isaac, Sofi, Mafer y Xime para que se inspiren y también logren lo que tanto sueñan. A los compañeros gazapos del labo, Belén, Marco, Lucerin, Oscar, Marcos por hacer de GBU un lugar especial para la ciencia. A lo coritos porque me ayudaron a encontrar mi nueva vocación. A mis criaturas del bosque Slash, Luna y muy especialmente a la Rita porque fueron mis compañeros en las noches de desvelo. A mi sobris Chicharito, porque también tendrá una buena madre que lo sincronice y toda una familia que lo querrá mucho. A mi pequeñ@ que viene en camino y por el que me queda toda una vida por aprender con él. A la fuerza de la naturaleza que me guió hasta donde he llegado. A los 257 gazapos y sus respectivas madres que con su ser aportaron un granito más a la ciencia. ¡Y cuando desperté…. el gazapo seguía ahí! RESUMEN 1 ANTECEDENTES 1. Los conceptos básicos de los ritmos biológicos 2 2. Los ritmos circadianos 5 2.1. Osciladores y marcapasos circadianos 6 2.2 La sincronización de la ritmicidad circadiana 8 2.3 La expresión de la ritmicidad circadiana 12 3. El desarrollo de la ritmicidad circadiana en mamíferos 13 3.1 La sincronización madre-cría 14 4. La sincronización no-fótica en conejos en desarrollo 15 4.1 La expresión de la ritmicidad circadiana en conejos neonatos 19 4.2 Las señales sensoriales no-fóticas en el conejo neonato 22 4.2.1 La feromona materna 2 metil 2-butenal 23 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA 25 OBJETIVOS GENERALES 26 OBJETIVOS ESPECÍFICOS 26 HIPÓTESIS 26 METODOLOGÍA 1 Mantenimiento general de la colonia 27 2 Obtención y mantenimiento de los neonatos 27 3 Monitoreo de la temperatura corporal 28 4 Procedimientos de alimentación 28 4.1 Alimentación natural 29 4.2 Alimentación enteral 30 5 Diseño experimental 31 6 Exposición a la feromona 32 7 Parámetros evaluados y tratamiento de datos 32 7.1 Mortalidad y sobrevivencia 32 7.2 Peso corporal e Índice de Conversión de Leche 33 7.3 Temperatura corporal 34 7.3.1 Ritmo de la Temperatura Corporal 35 RESULTADOS 1. Mortalidad y sobrevivencia 38 2. Peso corporal e Índice de Conversión de Leche 39 3. Temperatura Corporal 41 3.1 Ritmo de la Temperatura Corporal 42 DISCUSIÓN 50 CONCLUSIONES 58 REFERENCIAS 59 ANEXO A 72 ANEXO B 73 RESUMEN En conejos neonatos el amamantamiento actúa como una potente señal sincronizadora no-fótica del sistema circadiano, exhibiendo ritmos de actividad general dentro del nido, temperatura corporal y la expresión de genes reloj en el núcleo supraquiasmático. Actualmente se desconoce la modalidad sensorial y los estímulos no-fóticos provenientes de la hembra lactante que afectan el funcionamiento del sistema circadiano de los neonatos. En años recientes, se ha identificado un componente en la leche materna, el 2- metil-but-2-enal (2MB2), que funciona como una señal química capaz de disparar una serie de conductas estereotipadas de búsqueda del pezón. Dada la relevancia de esta feromona durante los primeros días del desarrollo de los neonatos, en el presente estudio determinamos su participación como una señal sincronizadora no-fótica posnatal. Para ello se determinó el efecto de la exposición diaria de 2MB2 a partir del día uno al día siete de edad sobre el patrón de la temperatura corporal de conejos neonatos asignados atres grupos: [1] Natural: neonatos alimentados naturalmente por su madre cada 24 horas, [2] Con Feromona: neonatos expuestos diariamente a la feromona 2MB2 y posteriormente alimentados enteralmente cada 24 horas con leche de fórmula, y [3] Sin Feromona: neonatos alimentados enteralmente con leche de fórmula cada 24 horas sin la exposición a la feromona. Se encontraron diferencias en el crecimiento y en el promedio de la temperatura corporal en los conejos alimentados enteralmente; siendo los neonatos del grupo Sin Feromona los que presentaron los valores estadísticamente más bajos para ambos parámetros. En relación al ritmo de temperatura corporal, los conejos del grupo Natural exhiben un claro patrón diurno en la temperatura corporal, el cual es detectado consistentemente desde el día 5 de edad. Además estos conejos presentan un componente anticipatorio en el que la temperatura se incrementa previo a la ingesta. De igual forma el grupo Con Feromona exhibió un ritmo de temperatura corporal similar a los alimentados naturalmente con un periodo de 24 h desde el día 5 de edad, presentando el componente anticipatorio de la temperatura corporal. Por el contrario, el grupo Sin Feromona mostró importantes deficiencias en su capacidad termorregulatoria y el patrón de la temperatura corporal fue distinto al encontrado en los grupos Natural y Con Feromona, mostrando un periodo irregular de 36 h hasta el final del estudio y no exhibió el aumento anticipatorio en los días analizados. Estos resultados sugieren que la exposición diaria a la feromona materna 2MB2 puede influir en la expresión del ritmo de temperatura corporal como una posible señal sincronizadora no-fótica del sistema circadiano de los conejos neonatos. 2 ANTECEDENTES 1. Los conceptos básicos de los ritmos biológicos ¿Qué es un ritmo biológico? Desde hace algunos años se reconoce que los fenómenos cíclicos ambientales representan un reto adaptativo muy importante para los organismos, de tal forma que éstos han tenido que desarrollar estrategias para poder anticipar y prepararse a dichos cambios [Menaker, 1969; Pittendrigh, 1981, Roenneberg y Merrow, 2002; Roenneberg et al., 2003]. Es por ello que prácticamente todos los organismos presentan la capacidad de medir el transcurso del tiempo en función de la sucesión de los años, de las estaciones del año, el transcurso del día y las horas, y así optimizar la expresión de diversas funciones en su nicho ecológico y prepararse ante los cambios cíclicos que presenta el medio ambiente [Pittendrigh, 1965, 1981]. Se reconoce entonces la existencia de un tiempo biológico, el cual permite la coordinación entre los procesos funcionales en un individuo espacial y temporalmente [Pittendrigh, 1981; Gruart et al., 2002]. Al observar un organismo, podemos vislumbrar la existencia de un componente rítmico, ya que la expresión de las diversas funciones no permanecen constantes; como es el caso de la actividad y el reposo, en donde ciertos momentos la actividad se encuentra en su máximo y en otros es escasa o nula [Menaker, 1969; Gruart et al., 2002]; dichas variaciones no son resultado de una respuesta pasiva del organismo ante las variaciones ambientales, sino parte de un mecanismo interno de regulación temporal [Menaker, 1969]. Ya que si mantenemos a los organismos en condiciones constantes de luz, temperatura, humedad y alimento, las variaciones o fluctuaciones se siguen presentando, a lo que se conoce como ritmo en libre corrimiento, oscilación espontánea o “free running”; lo que demuestra que dichas fluctuaciones se regulan de forma endógena [Pittendrigh, 1965; Menaker, 1969; Moore-Ede et al., 1982; Alcock, 2001; Daan y Aschoff, 2001; Gruart et al., 2002]. A estas variaciones en el tiempo que se presentan en los organismos cíclicamente y de origen endógeno las denominamos Ritmos Biológicos [Menaker, 1969; Pittendrigh, 1981; Moore-Ede et al., 1982; Gruart et al., 2002]. En términos físicos, la descripción de los ritmos se da por los siguientes términos: el lapso de tiempo en que una fase de referencia (i.e. el punto máximo) se vuelve a registrar, es decir, el fragmento en que se repite el ciclo, lo denominamos periodo, se utiliza el símbolo T cuando el periodo se refiere a un ciclo externo, y cuando se trata de un ritmo generado endógenamente. Cuando nos referimos al número de veces que se repite este periodo en un lapso de tiempo determinado, entonces hablamos de su 3 frecuencia (Fr). Un término muy usado en el área, es el de fase (Φ), el cual se refiere a un punto o momento característico del ciclo y el marcador de fase será entonces el evento que se determina arbitrariamente para estimar un punto de la fase, como el inicio de la actividad locomotora. Al punto máximo en el perfil del ritmo lo denominamos acrofase (F) y al mínimo valle o nadir (f); siendo entonces la amplitud (A) la diferencia entre estos dos puntos. El valor promedio de las amplitudes durante varios ciclos, se denomina mesor (M) o media del ciclo (ver Fig.1). Finalmente, el último concepto, es el de relación ó ángulo de fase (ψ), el cual se refiere a la diferencia en grados o tiempo que guardan dos señales cíclicas, en relación a dos puntos específicos o fases, pudiendo comparar un periodo externo o ambiental T, con el periodo endógeno ; o dos periodos endógenos [Menaker, 1969; Gruart et al., 2002] Fig.1. Esquema representativo de las características físicas de una señal rítmica; Periodo ciclo interno (), Periodo ciclo externo (T), Frecuencia (Fr), Fase (Ф), Acrofase (F), Valle (f), Amplitud (A), Mesor (M) y Relación de fase (). Para mayor detalle ver texto. Frecuencias de los ritmos biológicos Los ritmos biológicos pueden ser clasificados de acuerdo a la frecuencia de su ocurrencia o en relación a un ciclo geofísico específico. Cuando se analiza el periodo que presentan diversos ritmos biológicos, como la fijación de nitrógeno en algas, la eclosión de huevos en Drosophila melanogaster, el ritmo de la temperatura corporal en mamíferos, la excreción de orina, los ciclos de reproducción, las migraciones [Pittendrigh, 1954; Menaker, 1971; Moore-Ede et al., 1982; Roenneberg y Merrow, 2002; Davidson y Menaker, 2003], podemos observar que muchos de ellos guardan cierta relación con las variaciones cíclicas geofísicas (Fig. 2). Por lo que la frecuencia del ritmo endógeno, aún en condiciones constantes, es igual o cercano a la frecuencia del ciclo geofísico [Menaker, 1969; Moore-Ede et al., 1982; Gruart et al., 2002]. 4 10-4 10-2 0 102 104 106 108 X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X Músculo fibrilar de insectos Potenciales en células excitables Ondas de EEG Ritmo respiratorio Ritmos en el nivel atencional Ritmos actividad/inactividad Ritmo en el sueño paradójico Actividad/inactividad de especies costeras Secreciones hormonales Ritmo vigilia/sueño Temperatura corporal Ciclo ovárico de los mamíferos Secreciones hormonales Hibernación, migraciones, cría Fenómenos poblacionales 1 ms 1 s 1 min 1 h 1 día 1 año AnualMes lunarNictameral Mareas Ultradianos Circadianos Infradianos No geofísico-dependientes Geofísico-dependientes BajaMediaAltaRango de frecuencias Ciclo físico Segundos 10-4 10-2 0 102 104 106 10810-4 10-2 0 102 104 106 108 X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X Músculo fibrilar de insectos Potenciales en células excitables Ondas de EEG Ritmo respiratorio Ritmos en el nivel atencional Ritmos actividad/inactividad Ritmo en el sueño paradójico Actividad/inactividad de especies costeras Secreciones hormonales Ritmo vigilia/sueño Temperatura corporal Ciclo ovárico de los mamíferos Secreciones hormonales Hibernación, migraciones, cría Fenómenos poblacionales 1 ms 1 s 1 min 1 h 1 día 1 año AnualMes lunarNictameralMareas Ultradianos Circadianos Infradianos No geofísico-dependientes Geofísico-dependientes BajaMediaAltaRango de frecuencias Ciclo físico Segundos Fig. 2. Gráfica que muestra algunos tipos de ritmos biológicos dependiendo de su frecuencia: alta, media o baja; la duración del ciclo: ultradiano, circadiano o infradiano; y su relación con fenómenos geofísicos: mareal, nictameral, lunar o anual. Las barras indican la presencia de los fenómenos rítmicos en ese intervalo de tiempo, las X se refiere a la imposibilidad de presentar un ritmo en el rango del periodo correspondiente (Tomada de Gruart et al., 2002). En 1959, Franz Halberg [Pittendrigh, 1965; Aschoff, 1981; Moore-Ede et al., 1982 ; Gruart et al., 2002] acuñó el término circadiano (circa=cercano a, diem=día), para referirse a aquellos ritmos cuya ocurrencia es cercano a las 24 horas. Sin embargo, existen ritmos en los que su frecuencia puede variar mensual o anualmente. Por ello, también se utiliza el prefijo circa, para nombrar a los ritmos con el sufijo relativo al ciclo geofisico que le corresponde: circamareal, circamensual, circanual [Aschoff, 1981]. Los ritmos también se clasifican de acuerdo a su frecuencia, pero en relación al ciclo de 24 horas, en donde los ritmos ultradianos tienen una frecuencia mayor a los circadianos, por lo que su periodo ocurre más de una vez al día y los infradianos, cuya frecuencia es menor a un día, por lo tanto el periodo es mayor a 24 horas [Gruart et al., 2002]. 5 2. Los ritmos circadianos Definición de los ritmos circadianos Como ya se mencionó, evolutivamente, se seleccionaron aquellos ritmos cuya frecuencia fuera cercana a los ciclos geofísicos como mecanismos de regulación endógena. Los ritmos circadianos son aquellos en el que el ciclo se asemeja a la sucesión del día y la noche, por lo que su periodo es cercano a 24 horas. Características de los ritmos circadianos Una característica fundamental de los ritmos circadianos es que son generados endógenamente, es decir, el organismo los origina autónomamente como parte de los mecanismos internos de regulación; por lo que aún en condiciones constantes el ritmo persiste sin atenuarse, en oscilación espontánea [Moore-Ede et al., 1982]. Esta capacidad de generar endógenamente el ritmo puede darse a nivel unicelular como en Gonyalux, Euglena o Paramecium, así como a nivel multicelular como en el resto de los organismos [Pittendrigh, 1965; Roenneberg y Merrow, 2001]. Otra característica importante es la compensación de temperatura es decir, la independencia de las oscilaciones a los cambios en la temperatura corporal; en un ritmo circadiano la ocurrencia y velocidad no se ven alterados si se modifica la temperatura, ya que fisiológicamente es compensado el cambio, sin alterar la uniformidad del periodo [Pittendrigh, 1965; Zimmerman et al., 1968; Moore-Ede et al., 1982; Aguilar-Roblero, 1993]. Finalmente, podemos mencionar que el sistema circadiano está constituido por tres componentes, los cuales conceptualmente están presentes en todos los organismos, aunque las entidades varíen entre especies [Mackey, 2007]: Osciladores: grupos de células que presentan cambios cíclicos en su fisiología y expresión molecular. Son los encargados de generar y mantener los cambios rítmicos en el organismo; estos pueden constar de osciladores marcapasos u osciladores secundarios o atenuados, que se acoplan al marcapasos para producir ritmos más robustos [Mackey, 2007]. Vías aferentes: son aquellos elementos por medio de los cuales las señales ambientales temporales envían información para sincronizar al sistema circadiano [Mackey, 2007]. Vías eferentes: la información temporal generada por los osciladores se transmite a los demás sistemas por medio de señales humorales o eléctricas que a su vez regulan la expresión de diversos procesos rítmicos, a nivel molecular, fisiológico, metabólico o conductual [Mackey, 2007]. A continuación se revisará a mayor detalle estos tres componentes. 6 2.1 Osciladores y marcapasos circadianos Entidades centrales oscilatorias Por mucho tiempo, se han desarrollado numerosos estudios donde se ha tratado de identificar los mecanismos fisiológicos, anatómicos y moleculares encargados de generar la ritmicidad circadiana. A partir de los trabajos de Pittendrigh, Aschoff, Bünning y Harlberg, donde se demuestra que los organismos pueden medir internamente el paso del tiempo, se tiene el concepto de que existen osciladores biológicos internos, lo cual implica que el organismo es capaz de oscilar en un periodo regular cercano a 24 h para poder generar referencias temporales internas; en ausencia de señales externas periódicas [Moore-Ede et al., 1982; Aguilar-Roblero, 1993]. Estos osciladores se pueden distinguir dependiendo de las características con que mantienen su propia ritmicidad y cómo influyen en la generación y control de la ritmicidad de otras células; por lo que se reconocen diferentes tipos de osciladores. Por un lado están los marcapasos, los cuales pueden mantener ritmos sostenidos cercanos a 24 h por varios ciclos sin atenuar su amplitud en condiciones constantes, y regulan la fisiología rítmica de otras células por medio de diversas señales. Una característica importante del marcapaso es su capacidad de sincronizarse a señales ambientales. Así mismo, existe una red de osciladores secundarios (que necesitan de la señal del marcapaso para mantener su ritmicidad) que acoplan sus periodos para mantener un ritmo coherente y robusto en el organismo [Herzog, 2007; Mackey, 2007]. En invertebrados se han identificado diversas estructuras, como las células ganglionares en la polilla Antheraea pernyi [Chang et al., 2003], el ganglio supra- esofageal y tallo ocular en acociles [Fanjul-Moles y Prieto-Sagredo, 2003], las neuronas dorsales en Drosophila [Veleri et al., 2003], y en los ojos en Aplysia californica [Gruart et al., 2002; Hattar et al., 2002], las cuales funcionan como las estructuras encargadas de regular la generación de los ritmos, al imponer la fase y el periodo en el sistema circadiano [Aguilar-Roblero, 1993]. Lo mismo se ha observado en vertebrados, en el que se reconoce a la retina en el caso de la rana Xenopus laevis [Anderson y Green, 2000] y a la glándula pineal, el hipotálamo anterior y la retina como las estructuras relacionadas con la generación de la ritmicidad en aves [Gwinner y Brandstätter, 2001]. En mamíferos, se ha identificado al núcleo supraquiasmático (NSQ) del hipotálamo anterior (Fig. 3) como el sitio donde reside el marcapaso principal [Moore-Ede et al., 1982; Aguilar-Roblero 1993; Roenneberg y Merrow, 2001; Aguilar-Roblero et al., 2004]. Además, se ha demostrado en diversas especies que lesiones de algunas de estas estructuras causan la pérdida de la ritmicidad en varios de los patrones. El mejor estudiado es el NSQ (Fig.3), ya que al lesionarlo se produce la desorganización de 7 diversos parámetros rítmicos a nivel conductual y fisiológico [Moore-Ede et al., 1982], como el ciclo de vigilia-sueño, la actividad en rueda, la síntesis de algunas hormonas y la expresión de RNAm y de proteínas reguladas por el reloj [Mackey, 2007]. Adicionalmente al transplantar NSQ fetal a animales previamente lesionados, es posible restablecer la ritmicidad [Aguilar-Roblero et al., 2004]. Fig. 3. Corte coronal de cerebro de conejo neonato. En la región basal del cerebro, dorsal al quiasma óptico (QO) y lateral al tercer ventrículo (IIIV) se localiza el Núcleo Supraquiasmático (NSQ), principal estructura neuroanatómica encargada de generar la ritmicidad circadiana en mamíferos. Tomada de Tejadilla-Orozco, 2005. Asas moleculares oscilatorias Se sabe que la generación de los ritmos circadianos en los organismos estudiados a la fecha depende de un asa de retroalimentación,la cual consta de un sistema de transcripción/traducción cuya actividad es rítmica. A nivel celular, la ritmicidad circadiana es dirigida por la transcripción rítmica del conjunto de genes conocidos como genes reloj, los cuales en mamíferos son principalmente Per1, Per2, Per3, Bmal1, Clock, Cry1 y Cry2 entre otros [Ko y Takahashi, 2006]. Se sabe que estos elementos moleculares forman una asa de retroalimentación molecular en mamíferos en donde la transcripción de los genes reloj Per1 y Per2, es promovida por el heterodímero CLOCK/BMAL1, al traducirse las proteínas PER1 y PER2, se genera una regulación negativa, ya que éstas inhiben su propia transcripción al formar un complejo con CRY1 y CRY2 en el citoplasma; estas proteínas se translocan al núcleo e inhiben negativamente su expresión al unirse y competir con el complejo de CLOCK/BMAL1 [Okamura, 2003; Zhang et al., 2004; Ko y Takahashi, 2006]. Existe otra asa de retroalimentación que incluye la transcripción de los receptores nucleares 8 huérfanos de ácido retinoico (Rev-erb y Ror), los cuales dependen de los factores de transcripción CLOCK/BMAL1; una vez en citoplasma REV-ERB y ROR migran al núcleo y se unen al promotor de transcripción de BMAL1 teniendo efectos opuestos sobre la transcripción de Bmal1. Estas asas de autorregulación tiene un ciclo de aproximadamente 24 horas, lo que constituyen por sí mismas un oscilador molecular circadiano [Ko y Takahashi, 2006]. La estabilidad y amplitud del ritmo está en relación del control intracelular, intercelular y sistémico; en el que participan otros factores como cajas de transcripción tipo E-box, D-box, proteínas PAR y genes controlados por el reloj, así como procesos post traduccionales por medio de acetilaciones, fosfoliraciones y degradación proteica [Reppert y Weaver, 2001, 2002; Okamura, 2003]. Este tipo de regulación se mantiene a lo largo de la escala taxonómica como Synechococcus o Acetabularia que son organismos unicelulares, pues a pesar de que la regulación de la expresión de ciertos genes es mediante la fosforilación de los propios elementos que conforman el asa [Lankin-Thomas, 2006], el comportamiento de retroalimentación es similar al de la asa anteriormente descrita en las células neuronales del NSQ en mamíferos [Zhang et al., 2004]. Por lo que se propone que existen diversos elementos que forman parte de una cadena de señalización intracelular que dan uniformidad y robustez a la generación del ritmo que se da a nivel celular [Lankin-Thomas, 2006], así como otras estructuras involucradas que puedan fungir como osciladores alternos o secundarios, que sinérgicamente junto con el marcapaso principal generan la ritmicidad [Moore-Ede et al., 1982]. 2.2 La sincronización de la ritmicidad circadiana La sincronización se refiere al proceso a través del cual es posible el funcionamiento coordinado entre el sistema endógeno y el medio ambiente; esto permite que el organismo sea capaz de anticipar y responder de forma óptima a los cambios diarios del ambiente [Pittendrigh, 1965; 1981; Daan y Aschoff, 2001]. Esta confiere el valor adaptativo a los ritmos circadianos, ya que la conducta y los eventos fisiológicos ocurren en el momento adecuado, en relación a los eventos diarios ambientales [Aguilar-Roblero, 1993; Davidson y Menaker, 2003]. La sincronización tiene lugar cuando los osciladores endógenos encargados de la generación de la ritmicidad circadiana, ajustan su periodo y fase a la de eventos cíclicos ambientales externos [Aschoff, 1981; Moore-Ede et al., 1982; Daan y Aschoff, 2001] (Fig. 4). 9 Fig. 4. Esquema representativo del fenómeno de sincronización; en la primera parte se observa que el ritmo está sincronizado al ciclo de luz-oscuridad; mientras que en la segunda parte el ritmo continua expresándose aún en condiciones de oscuridad constante, pero se observa el ritmo en oscilación espontánea (Tomado de http://www.colorado.edu/) Criterios de sincronización Para que este proceso ocurra: a) los eventos ambientales conocidos como zeitgebers o señales sincronizadoras, deben mostrar gran estabilidad en su periodo y fase; b) los osciladores endógenos deben de ser sensibles a dichas señales sincronizadoras; y c) la señal sincronizadora debe producir una corrección diaria de la fase del oscilador, de tal forma que el periodo del oscilador () y el de la señal sincronizadora (T) sean iguales (=T); cuando se produce una relación de fase estable y reproducible entre el ciclo interno y externo, podemos predecir cuando se darán los cambios [Pittendrigh, 1965; Aschoff, 1981]. Si el sistema no es sensible a la señal sincronizadora, se observa el fenómeno de oscilación espontánea, con el periodo ligeramente adelantado o atrasado respecto al día anterior, cercano a 24 horas [Moore-Ede et al., 1982]. Así mismo, para que el sistema se sincronice, la señal debe presentarse dentro de un rango o ventana de sincronización, en que los osciladores y el sistema sean sensibles [Menaker, 1969]; por ejemplo, en un estudio con ratones se observó que el rango de sincronización del ritmo de actividad locomotora a un ciclo Luz-Oscuridad (LO), era de entre 21 y 28 horas [Aschoff 1978 en Moore-Ede et al., 1982]. Para poder evaluar la participación de una señal ambiental como posible sincronizador, debemos considerar los siguientes criterios: i) Se debe de observar el fenómeno rítmico en presencia o ausencia de la señal ambiental; manteniendo las mismas condiciones ambientales, antes y después de remover la señal [Moore-Ede et al., 1982; Daan & Aschoff, 2001]. 10 ii) La señal a evaluar debe mantener un control de periodo y fase estable sobre el ritmo endógeno, siendo iguales en los dos ritmos (=T). Por lo que al remover la señal, el periodo en oscilación espontánea debe de empezar a partir del periodo impuesto previamente por la señal [Moore-Ede et al., 1982; Daan & Aschoff, 2001]. Fótica La alternancia entre el día y la noche, lo que se conoce como ciclo luz-oscuridad (L:O) se considera la principal señal sincronizadora del sistema circadiano, por su estabilidad en su fase y periodo [Pittendrigh, 1965; Moore-Ede et al., 1982; Daan y Aschoff, 2001]. Los osciladores endógenos se sincronizan al ciclo L:O; lo cual implica que la luz no impone el ritmo, si no que dos periodos y T, autónomos e independientes se acoplan [Pittendrigh, 1965]. En el caso de mamíferos, el NSQ se sincroniza al ciclo de luz por diversas vías aferentes, siendo la del tracto retino hipotalámico (TRH) que parte de las células ganglionares de la retina, la principal vía de entrada de luz hacia el NSQ, que promueve una cadena de señalización intracelular para modular la expresión de los genes reloj [Zylka, 1998; Caldelas et al., 2003], sin embargo también existen otras vías aferentes indirectas que mandan información al hipotálamo por efectos de la luz [Meijer, 2001; Caldelas et al., 2004]. Al estudiar los efectos de la luz en diversas especies, Aschoff, [1960, en Moore-Ede et al., 1982; Meijer 2001] descubrió que en especies diurnas la luz intensa acortaba el periodo, mientras que en especies nocturnas lo alargaba; no obstante, en muchas especies, especialmente las diurnas, no aplican estos principios [Moore-Ede et al., 1982; Meijer, 2001]. Incluso, se ha visto que en ciertas especies nocturnas, como el hamster dorado (Mesocricetus auratus) al exponerlo a luz continua (L:L), se observan dos componentes de actividad lo que se conoce como el fenómeno de “splitting” o partición del ritmo [Meijer, 2001]. De igual forma el Arvicanthis ansorgei roedor diurno, al ser expuesto a L:L o a O:O exhibe un patrón bimodal en el ritmo de actividad locomotora. [Challet et al., 2002]. Pittendrigh y Daan [1976, en Meijer, 2001] asociaron el fenómeno de partición del ritmo a la desorganizaciónde la ritmicidad por el desacoplamiento de los osciladores involucrados en la generación del patrón bajo estudio. 11 No-Fótica Se sabe que existen otras señales ambientales cíclicas que difieren a las lumínicas capaces de sincronizar a los osciladores circadianos de los organismos en etapas adultas, como durante el desarrollo [Reppert, 1995; Challet et al. 2003; Davidson y Menaker, 2003; Caldelas et al., 2005; 2008]. Dentro de las señales ambientales que funcionan como agentes sincronizadores se encuentran los cambios cíclicos de la temperatura, pero solo funcionan como sincronizador en aquellas especies poiquilotermas, tal es el caso de la mosca Drosophila pseudoobscura [Zimmerman et al., 1968] o en reptiles como Iguana iguana [Tosini y Menaker, 1995]. En ciertas aves como Passer domesticus [Menaker, 1965] se ha demostrado que las señales auditivas, como el canto funcionan como una señal sincronizadora. Al menos durante tres décadas ha sido estudiada la sincronización por la presencia de alimento [Krieger, 1974], en el que animales con acceso restringido a este muestran ritmos sincronizados a esta señal. No obstante, no ha sido posible identificar los mecanismos neuroanatómicos involucrados en dicha sincronización. Se sabe que el NSQ no es sensible y sincronizable a la restricción diaria de alimento; ya que el característico incremento anticipatorio en la actividad locomotora persiste en roedores con lesiones en éste núcleo [Stephan et al., 1979] y la expresión de los genes reloj en el NSQ no se sincroniza al horario de presentación del alimento [Damiola et al., 2000]. Sin embargo, cuando se presentan a los sujetos dietas hipocalóricas, la expresión de los genes reloj en el NSQ se sincronizan al momento de la presentación del alimento, al igual que el ritmo de actividad locomotora [Caldelas et al., 2005]. Se sugiere la participación de otros grupos celulares como el núcleo ventromedial del hipotálamo, la hojuela intergeniculada o el núcleo dorsomedial del hipotálamo [Challet et al., 1997 y 1996 en Caldelas et al., 2005; Landry et al., 2007]; así como la participación de osciladores periféricos, los cuales ajustan la fase del ritmo de los genes reloj a la hora en que el sujeto se alimenta [Damiola et al., 2000]. Existen algunos estudios que evidencian la posibilidad de sincronizarse mediante ciclos de fuerza electromagnética o a cambios de presión atmosférica en ratones, sin embargo no se ha estudiado a fondo que mecanismos o cuáles son los procesos involucrados en este tipo de sincronización [Moore-Ede et al., 1982]. Así mismo, se ha propuesto que ciertas señales sociales, tales como la presencia- ausencia de individuos de la misma especie o de un determinado sexo pueden funcionar como sincronizadores sociales [Moore-Ede et al., 1982]. Levine et al. [2002] 12 encontraron que la Drosophila melanogaster es capaz de sincronizarse y reiniciar el ritmo circadiano de actividad por medio de señales sociales relacionadas con estímulos olfatorios provenientes del grupo social. También se han reportado otros casos de sincronización social en abejas [Bloch et al., 2001]. En mamíferos se ha demostrado que los individuos se sincronizan por señales sociales en murciélagos [Marimuthu et al., 1981], castores [Bovet y Oertli, 1974], en algunos casos con ratones ciegos [Halberg et al., 1954, en Moore-Ede et al., 1982] y en humanos [Moore-Ede et al., 1982; Klerman et al., 1998], sin embargo ha resultado complicado demostrar este tipo de sincronización en otras especies [Davidson y Menaker, 2003]. Prácticamente todos estos estudios han sido realizados en individuos en etapas adultas, sin embargo recientemente se ha dado mayor atención a los efectos de las señales no-fóticas durante las etapas tempranas y pre visuales del desarrollo. La primera exposición a un ambiente rítmico en mamíferos ocurre in útero en donde los fetos se encuentran bajo la influencia de diversas señales rítmicas no-fóticas que se originan de la madre, tales como las fluctuaciones en los niveles de hormonas y nutrientes, así como su propia actividad general [Reppert, 1995; Caldelas et al., 2005]. Más adelante se revisará a mayor detalle este fenómeno de sincronización no-fótica durante etapas tempranas del desarrollo. 2.3 La expresión de la ritmicidad circadiana Como ya se mencionó anteriormente el NSQ funciona como el principal marcapaso circadiano en mamíferos [Weaver, 1998] el cual produce señales rítmicas producto de su propia actividad cíclica, que se comunican vía humoral o neural al resto del sistema para que se generen en diferentes niveles parámetros rítmicos. La expresión de los ritmos circadianos mejor estudiados son los de actividad-reposo, ingesta de alimento y agua, termorregulación, hormonas endócrinas, actividad renal [Moore-Ede et al., 1982] y la regulación molecular de los genes reloj [Reppert y Weaver, 2002]. A continuación se describirán brevemente lo más relevantes. Ritmos conductuales Los ritmos mejor estudiados son los que implican la expresión de alguna conducta; como es el caso del ciclo vigilia-sueño o actividad-reposo, así como los ritmos de agresión, coprofagia, alimentación, selección de alimento, conducta materna, construcción del nido, conducta sexual y vocalización entre otros. Siendo que estos ritmos son los que a simple vista son los más obvios, prácticamente se han realizado mediciones de diversos ritmos conductuales en un sin número de organismos [Rusak, 1981]. Los ritmos de conducta representan parte de una vía de salida compleja, la cual 13 puede ser resultado de la interacción de múltiples osciladores, señales intra e intercelulares, del estado fisiológico y motivacional del organismo, así como por los factores ecológicos [Rusak, 1981]. Ritmos fisiológicos Los parámetros fisiológicos mejor estudiados son aquellos relacionados con la temperatura corporal, los niveles de distintos metabolitos, (ej. ácidos grasos, cuerpos cetónicos, glucosa entre otros), y de hormonas (ej. testosterona, corticosterona, estrógenos, cortisol, la hormona de crecimiento, y la producción de melatonina entre otros). Estos ritmos son resultado de la propia actividad del sistema circadiano que trabaja de forma acoplada entre los sistemas fisiológicos [Moore-Ede et al., 1982; Roenneberg y Merrow, 1999; Reppert y Weaver, 2001; Boden y Kennaway, 2006]. 3. El desarrollo de la ritmicidad circadiana en mamíferos En mamíferos altriciales las señales no-fóticas son los principales agentes sincronizadores durante las etapas tempranas del desarrollo [Reppert, 1995]. Evidencias experimentales demuestran que durante el último tercio de la gestación en roedores las células que conforman el NSQ se diferencian, son funcionales y responden a señales maternas [Davis y Reppert, 2001]. El núcleo supraquiasmático se origina de células del neuroepitelio del diencéfalo ventral anterior, apareciendo espacialmente desde la parte rostral anterior del hipotálamo [Moore et al., 1989; Reppert y Weaver, 2001]; provenientes del epitelio germinal del tercer ventrículo. La neurogénesis del NSQ ocurre en diferentes momentos dependiendo de la especie, en ratas el núcleo es evidente en el día de gestación 15 (E15), en ratones en E12 y en hamsters en E11.5, mientras que en la zarigüeya (Monodelphis domestica) ocurre después del nacimiento, en el día postnatal 4 (P4) [Moore et al., 1989; Davis y Reppert, 2001]. De igual forma, dentro del propio núcleo, la diferenciación de los distintos fenotipos celulares ocurre de forma heterocrónica, lo cual posiblemente está regulado por migraciones celulares. Así mismo, se ha visto que las células gliales de la región se forman después que las neuronas del NSQ [Davis y Reppert, 2001]. La sinaptogénesis se inicia al final de la gestación y principalmenteocurre en etapas posnatales, en ratas entre E21 y P10, mientras que en hamsters en E15 y P4 [Moore y Bernstein, 1989; Moore et al., 1989; Speh y Moore, 1993]; en éstas etapas también se empieza a formar la interfase entre NSQ y el quiasma óptico. Los fenotipos celulares que conforman al NSQ son evidentes a partir de la etapa postmitótica, la cual ocurre en ratas alrededor de los días 14 E14-E16 del desarrollo [Moore et al., 1989], alcanzando la madurez dentro de los 10 días posteriores al nacimiento, en donde es evidente la expresión del ARNm de vasopresina (VP) y del péptido vasoactivo intestinal (VIP) elementos característicos del NSQ. Algunos de estos fenotipos presentan ritmos circadianos durante el desarrollo, sin embargo al parecer no están sincronizados a la luz, sino posiblemente a los ritmos maternos [Davis y Reppert, 2001]. 3.1 La sincronización madre-cría Etapa prenatal La sincronización del NSQ fetal está en función de la comunicación que se establece entre la madre y el feto. Los primeros estudios sobre sincronización madre-feto fueron realizados por Deguchi [1975, en Davis y Reppert, 2001], quien observó que los ritmos de actividad de la N-acetil transferasa (NAT) en la pineal de las crías después del nacimiento, guardan relación de fase con el ritmo de la madre desde etapas prenatales. Por lo que se sugiere que la fase de ciertos patrones rítmicos se establece antes del nacimiento, lo que implica que el NSQ genera oscilaciones circadianas desde etapas prenatales y es sensible a las señales rítmicas maternas. Estas primeras aproximaciones arrojaron información relevante sobre la relación que se establece entre el feto y la madre, sin embargo, es importante señalar que las manipulaciones experimentales se realizaban durante la gestación y los efectos de estas eran medidos hasta etapas postnatales. Años después, Reppert y Schwartz [1986] midieron la actividad metabólica del NSQ de fetos mediante la técnica de 2-Desoxy-D-glucosa (2-DG) en 2 momentos, la noche y el día subjetivo, en madres con lesiones del NSQ sincronizadas a diferentes ciclos de luz-oscuridad, con lo que encontraron diferencias en la actividad metaból ica de acuerdo a la hora del día, siendo durante el día subjetivo el momento en el que el NSQ de los fetos mostraba una mayor actividad metabólica en relación a la noche subjetiva, este ritmo era evidente desde el día E19.5. Además este estudio evidencia, que la expresión del ritmo de actividad metabólica no estaba sincronizada por la luz, ya que las muestras se colectaron en condiciones de oscuridad constante durante el día o noche subjetiva de la madre, indicando que los efectos en el feto se deben a señales no-fóticas. Sin embargo, al medir la actividad metabólica del NSQ en fetos de madres lesionadas, éstos no mostraban un ritmo diurno, ya que el valor promedio de la actividad metabólica era similar entre el día y la noche, por lo que se sugiere que el NSQ de cada feto estaba fuera de fase en relación con su hermano de camada [Reppert y Schwartz, 1986]. Se sugiere, que la sincronización materna ocurre a través de ciertas señales humorales, tales como la melatonina, prolactina y corticosterona las 15 cuales pueden atravesar la pared placentaria [Reppert y Schwartz, 1986; Caldelas et al., 2005]; así mismo, pulsos de alimentación en las madres pueden sincronizarlas y por ende a sus fetos [Reppert et al., 1989]. En roedores y primates el sistema circadiano de la madre ajusta el funcionamiento del oscilador circadiano de los fetos en relación a su propio ciclo, por lo que al nacer, las crías están sincronizadas entre sí y con la madre [Reppert et al., 1989; Davis y Reppert, 2001]. Etapa postnatal En mamíferos altriciales recién nacidos, la madre representa la principal fuente de información temporal para las crías, debido a que las vías que transmiten la información fótica al NSQ, aún se encuentran en desarrollo. Al parecer durante la primera semana postnatal el NSQ de roedores empieza a regular ciertos ritmos tal como: la expresión de NAT en la pineal [Ellison et al., 1972 en Davis y Reppert, 2001], posteriormente, el ciclo de sueño-vigilia, la temperatura corporal y la secreción hormonal [Davis y Reppert, 2001]. Durante la etapa postnatal se propone que la madre sincroniza a sus crías vía su propia actividad, la hora de alimentación o bien por alguna sustancia presente en la leche materna. Sin embargo en un gran número de especies, como es el caso de los roedores resulta complicado descartar los efectos de enmascaramiento en los ritmos de las crías producidos por la continua presencia de la madre en el nido y la intensa conducta materna que éstas especies presentan comúnmente [Takahashi et al., 1989]. En roedores se han planteado diversos modelos de sincronización materna, uno de ellos es el uso de madres nodrizas, sin embargo existen controversias sobre la efectividad de éste como modelo de sincronización no fótica en neonatos [Ohta et al., 2002; 2003]. Uno de los modelos comúnmente empleados en roedores es la restricción materna, en donde solo por un breve lapso al día los neonatos tienen acceso a la madre. Con este modelo ha sido posible sincronizar los ritmos de las crías tanto a nivel conductual, como en la expresión de los genes reloj en el NSQ de los neonatos [Ohta et al., 2002; 2003]. 4. La sincronización no-fótica en conejos en desarrollo El conejo europeo (Oryctolagus cuniculus) nos ofrece un modelo natural de sincronización no-fótica durante el desarrollo, debido a que esta especie exhibe una conducta materna peculiar, en el que días previos al parto, la hembra excava una madriguera subterránea y fabrica el nido con paja y su propio pelo (Fig 5a y 5b); posterior al parto la madre sale del nido. De tal forma que las crías de conejo permanecen aisladas de señales fóticas ambientales y de la presencia materna 16 durante los primeros días de vida hasta el momento en que abandonan el nido, el cual ocurre aproximadamente 3 semanas después del parto Deutsch, 1957; Zarrow et al., 1965]. Desde el nacimiento las crías cuentan con escaso pelo (Fig. 5c), exhiben una deficiente capacidad termorregulatoria, escasa coordinación motora, además los canales auditivos y párpados se encuentran completamente cerrados Hudson y Distel, 1982; 1989. 17 Fig. 5. Esquemas en los que se representan diferentes aspectos característicos de los conejos europeos. Parte superior (A) representación gráfica de la coneja tapando la entrada a la madriguera donde se localizan los neonatos (Tomado de Mykytowycz, 1968). En medio (B) fotografía donde se observa a las crías agrupadas en el nido, cuyo material está hecho a base de paja y pelo de la coneja. Parte inferior (C) imagen de conejo neonato, Oryctolagus cuniculus (Tomada de Tejadilla-Orozco, 2005). Durante toda la lactancia, la única señal cíclica ambiental proviene de la madre, la cual cada 24 horas visita el nido para amamantar a los neonatos, evento que tiene una duración aproximada de 3-5 minutos [Deutsch, 1957; Zarrow et al., 1965; Hudson y Distel, 1982; Jilge, 1995]. Éste evento es crucial para la sobrevivencia de los neonatos, ya que si éstos no son capaces de anticipar y prepararse a la visita de la madre, posiblemente no se alimentará en ese día y tendrán que esperar 24 horas para alimentarse; comprometiendo su propio desarrollo. Se sugiere que el cuidado materno en esta especie se mantiene a un mínimo para reducir riesgos de depredación en las crías [Hudson y Distel, 1989]. Se ha observado que desde los primeros días del nacimiento, los conejos neonatos anticipan la llegada de la madre, incluso en condiciones de ayuno, ya que los neonatos presentan esta misma conducta anticipatoria [Hudson y Distel, 1982; Jilge et al., 2001; Caldelaset al., 2005], por lo que al parecer el sistema circadiano de las crías es funcional desde los primeros días posnatales y posiblemente es sensible a señales maternas [Hudson y Distel, 1989; Caldelas et al., 2007]. Es por ello, que se propone al conejo europeo neonato como modelo natural para el estudio de la sincronización por señales no-fóticas en etapas tempranas del desarrollo [Hudson, 1998; Jilge y Hudson, 2001; Caldelas et al., 2008]. Una de las principales ventajas que presenta éste modelo, es que la conducta materna se puede reproducir con facilidad en condiciones de cautiverio (Fig. 6) [Hudson y Distel, 1989]. El estudio en esta especie permite una mejor aproximación a conductas naturales con diversas manipulaciones en laboratorio sin alterar la relación madre-cría como ocurre en otras especies [Hudson y Distel, 1989; Jilge, 1995; Jilge y Hudson, 2001; Caldelas et al., 2005; 2008]. 18 Fig. 6. Fotografía donde se muestra a una hembra lactante junto a la caja nido, en condiciones de laboratorio. Fig. 7. Esquemas de algunas evidencias experimentales que demuestran ritmicidad diurna en crías de conejo; a) Ritmo de la actividad general dentro del nido (Hudson y Distel, 1982); b) Ritmo de corticosterona en plasma (Rovirosa et al., 2005); y c) Ritmo de los genes reloj Per1y Per2 que se expresan en el NSQ (Tejadilla-Orozco, 2005). 19 4.1 La expresión de la ritmicidad circadiana en conejos neonatos Estudios realizados en esta especie indican que el amamantamiento actúa como un agente sincronizador no-fótico en etapas tempranas del desarrollo [Caldelas et al., 2005; 2007; 2009]. Se ha observado que los conejos neonatos exhiben ritmos sincronizados al ciclo impuesto de amamantamiento (Fig. 7) en su actividad general dentro del nido [Hudson y Distel, 1982], la temperatura corporal [Jilge et al., 2000, 2001], secreción de corticoesteroides [Rovirosa et al., 2005], metabolitos séricos y glucógeno [Escobar et al., 2000], y en la expresión de genes reloj Per1, Per2 y Bmal1 en el NSQ [Caldelas et al., 2005; 2007; 2009]. A nivel conductual, se ha descrito que conejos neonatos presentan ritmicidad diurna en su actividad general dentro del nido, el cual tiene una estrecha relación con el evento diario del amamantamiento [Hudson y Distel, 1982; 1989]. El patrón diurno conductual de los neonatos se caracteriza por presentar cuatro momentos: 1) la actividad anticipatoria al amamantamiento, en donde dos horas previas al evento de amamantamiento, las crías exhiben un notorio incremento en su actividad dentro del nido, destapándose del material de éste, manteniéndose agrupados, creando una zona de exposición en donde llega a colocarse la madre; 2) el amamantamiento, con una duración de 3-5 min, durante el cual los neonatos se alimentan cambiando continuamente de pezones; 3) post-amamantamiento, que tiene una duración cercana a los 15 minutos, en el que las crías orinan y se entierran dentro del material del nido para mantener una temperatura adecuada; y finalmente 4) re-agregación, en donde las crías se agrupan y desagrupan con pequeños movimientos, buscando zonas térmicamente más favorables, patrón que ocurre durante la mayor parte del ciclo [Hudson y Distel, 1982]. Es de llamar la atención que en el caso de que sea omitido un evento de amamantamiento, los neonatos continúan exhibiendo este patrón rítmico, en donde las crías comienzan a destaparse del material del nido, e incrementan su actividad, al no ocurrir la visita materna las crías permanecen expuestas por varias horas, paulatinamente vuelven a cubrirse en el material del nido sin presentar la conducta de enterramiento como usualmente se observa. En el siguiente ciclo, es decir, 48 horas después de la última visita, los neonatos nuevamente vuelven a exponerse fuera del material del nido. La persistencia de esta conducta anticipatoria sugiere que no es a consecuencia del vaciado del estómago, si no que tiene un origen y control endógeno de carácter circadiano [Hudson y Distel, 1989] 20 A nivel fisiológico, en la regulación de la temperatura corporal también ha sido descrito un patrón diurno, con claras similitudes al conductual. Jilge et al., [2000 y 2001] caracterizó el patrón rítmico de la temperatura corporal en los conejos neonatos a partir del día 4 de edad (P4) y hasta el día 28 (P28); en condiciones de luz constante (Fig. 8). En estos estudios encontraron que el patrón diurno de temperatura corporal se caracterizaba por presentar tres momentos: Aumento Anticipatorio (AA) entre 4 hasta 3 horas antes de la visita de la madre, la temperatura de los neonatos comienza a incrementarse aproximadamente 0.4°C a 0.6 °C en relación a la temperatura promedio. Pico de ingesta (PI) durante la ingesta de leche y minutos después a ésta se registra un incremento adicional de temperatura sobre la temperatura promedio, normalmente de entre 0.3 a 0.6°C. Decremento Postprandial (DP) dentro de las primeras horas posteriores a la ingesta de alimento, las crías exhiben un abrupto decremento en la temperatura de aproximadamente 1.2°C a 1.5°C; la recuperación de la temperatura ocurre pasadas de 3 a 5 horas del PI [Jilge et al., 2000, 2001]. Fig. 8. Gráfica en la que se muestra el patrón temporal característico de la temperatura corporal en conejos neonatos. La línea vertical indica el momento del amamantamiento y la línea horizontal el valor medio de la temperatura. AA: Aumento anticipatorio; PI: Pico de Ingesta; DP: Decremento Postprandial. (Modificada de Jilge et al., 2000) Para mayor detalle ver texto. Al ser sometidos a condiciones de ayuno las crías de conejo, se ha encontrado que no todos los componentes del ritmo de temperatura corporal persisten. Durante el primer ciclo en ayuno se ha observado que el aumento anticipatorio se presenta, además su 21 duración se incrementa, ya que éste componente permanece entre 5 a 7 horas, paulatinamente la temperatura corporal disminuye hasta alcanzar sus valores promedio (Fig. 9). Durante el segundo ciclo, es decir 45 horas después de la última ingesta, vuelve a aumentar la temperatura corporal, aunque el componente anticipatorio es de menor amplitud. Posterior al periodo de ayuno, los neonatos mantienen una temperatura promedio menor de la que presentaban previo al ayuno, se necesitan de 3 a 5 días para que la temperatura recupere sus valores normales con respecto a animales sin ayuno [Jilge et al., 2000; 2001]. La persistencia del componente anticipatorio bajo condiciones de ayuno es un claro indicador de que éste se encuentra regulado temporalmente y de forma endógena por el sistema circadiano. Por el contrario, los otros componentes del ritmo de temperatura como es el caso del pico de ingesta y el decremento postprandial se pierden bajo condiciones de ayuno desde el primer ciclo, lo cual indica que éstos elementos se asocian al evento de amamantamiento exclusivamente y que posiblemente reflejan la activación metabólica de los neonatos por la entrada de nutrientes, cambios asociados a la interacción con la hembra entre otros factores, por lo que estos dos componentes dependen de eventos externos y no son regulados temporalmente por mecanismos endógenos [Jilge et al., 2000; 2001]. Fig. 9. Gráfica en la que se muestra el patrón temporal de temperatura corporal de un conejo neonato mantenido bajo condiciones de ayuno durante 24 h (línea punteada vertical) y el efecto de la alimentación sobre dicho patrón (línea continua vertical) en el día 9 de edad. El primer día se omite la alimentación, y se observa la expresión endógena del ritmo, en la que la 22 temperatura se mantiene elevada por unas horas hasta que disminuye nuevamente. En el segundo día, la temperatura corporal aumenta de nuevo y alcanza su pico máximo al momentodel amamantamiento (Tomada de Jilge et al., 2000). 4.2 Las señales sensoriales no-fóticas en el conejo neonato La conducta de amamantamiento en conejos, comprende un número importante de señales sensoriales de diversas cualidades, todas ellas no luminosas; tales como la estimulación intraoral durante la succión del alimento, la distensión estomacal, la ingesta de alimento, los estímulos táctiles del pelaje y de los pezones, cambios térmicos o bien la presencia de algún olor en la hembra [Jilge y Hudson, 2001; Caldelas et al., 2008]. Actualmente, se desconoce cuál de estas señales funciona como agente sincronizador capaz de afectar el funcionamiento del sistema circadiano de los neonatos. En esta especie como anteriormente se había mencionado, las crías muestran un sistema auditivo y visual inmaduro al momento del nacimiento, de hecho la apertura de los párpados ocurre hasta el día P9-P10. Durante las primeras semanas de vida la información olfatoria es de vital importancia, ya que los neonatos utilizan señales olfatorias para orientarse y lograr alimentarse de forma eficiente. Esto se observa en la conducta de búsqueda del pezón, la cual es de gran relevancia para que los neonatos puedan encontrar el pezón materno de forma rápida y eficientemente (alrededor de 6 segundos), en el breve lapso que dura el amamantamiento, realizando una serie de conductas altamente estereotipadas de búsqueda, tales como el movimiento de cabeza horizontal y verticalmente, las cuales son desencadenadas por un compuesto, el cual se propone que pudiera ser una feromona, que se libera principalmente en el tracto de las glándulas mamarias [Hudson y Distel, 1983, 1989; Hudson 1998, Keil et al., 1990]. Son tan importantes estas señales que incluso las crías no son capaces se succionar y llegan a morir de inanición cuando se les lesiona el bulbo olfatorio o se les irriga la mucosa nasal con sulfato de zinc [Hudson y Distel, 1989]. Por lo que es posible que las señales odoríficas maternas funcionen como agentes sincronizadores en conejos neonatos. Los neonatos responden a la feromona a cualquier hora del día, aunque presentan una mayor sensibilidad momentos previos a la alimentación, desde el primer día de edad y sin experiencia previa [Hudson, 1985; Keil et al., 1990; Luo, 2003]. No obstante, son capaces de aprender a asociar olores nuevos con la alimentación, ya que cuando se presenta un olor novedoso a que lo relacionen a la succión, los neonatos lo aprenden y responden con la conducta de búsqueda de pezón [Hudson, 1985, 1998]. La conducta de búsqueda de pezón en 23 conejos neonatos no se observa de forma innata cuando se presenta ante otras sustancias como leche de otras especies (como gato, ratas y cuyos) [Hudson et al., 2008] agua y otros olores [Keil et al., 1990]. La feromona de búsqueda de pezón propuesta por Hudson y Distel [1983] está distribuida en el vientre en gradientes, aumentando hacia los pezones y también está presente en la leche fresca [Keil et al., 1990; Jilge y Hudson, 2001]. La emisión de dicha feromona está bajo control hormonal, ya que hembras en edades adultas la producen cuando se encuentran en ciertas condiciones fisiológicas relacionadas a un fotoperiodo largo relativo al verano [González-Mariscal et al., 1994]. Sin embargo, hembras lactantes y preñadas emiten más feromona, por lo que durante la lactancia temprana los neonatos son capaces de sujetarse rápidamente al pezón. Los esteroides sexuales juegan un papel en la producción de dicho compuesto, ya que en hembras ovariectomizadas se suprime la liberación de ésta feromona, pero bajo tratamiento hormonal de estradiol, progesterona y prolactina aumenta la expresión [González-Mariscal et al., 1994]. Parte de las características de esta feromona, es que es sólo efectiva durante los primeros 30 minutos en leche fresca, ya que con el tiempo va declinando su poder de respuesta, a la hora ya no son tan evidentes las conductas de agarre y búsqueda y a las dos horas prácticamente no se observa conducta alguna. Si se congela la leche, ésta guarda el efecto hasta 4 meses después, puede encontrarse diluida hasta 1:10,000 partes y sigue disparando en un cierto porcentaje las conductas estereotipadas [Keil et al., 1990]. 4.2.1 La feromona materna 2-metil 2-butenal Recientemente se identificó una sustancia en la leche materna de conejos, el 2- metilbut-2-enal (2MB2) o aldehído tíglico, como uno de los compuestos activos presentes en la leche y en los pezones de la hembra [Schaal et al., 2003; Moncomble et al., 2005] a la cual las crías de conejos responden de forma innata, especie- específica y a concentraciones de 10-8 y 10-2 g/ml, respuesta que disminuye conforme la leche es expuesta a temperatura ambiente [Schaal et al., 2003; Luo, 2003; Moncomble et al., 2005]. Ha sido demostrado que este compuesto tiene un gran potencial como señal olfatoria en los conejos neonatos, ya que responden a ésta desde la primera exposición y resulta importante para que las crías se mantengan sujetas a los pezones [Schaal et al., 2003; Moncomble et al., 2005]. Si bien se han realizado diversos estudios concernientes a los efectos de la exposición a esta feromona en la conducta de 24 conejos neonatos, poco se conoce sobre los mecanismos involucrados al sitio de biosíntesis, así como sobre las estructuras neuroanatómicas en las que opera, de igual forma no han sido identificados los respectivos receptores en los que actúa. Por lo que se desconoce en gran medida la forma que trabaja dicho aldehído en los conejos. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA Desde hace varias décadas se ha aceptado la existencia de diversas señales no-fóticas capaces de sincronizar el sistema circadiano de mamíferos. Sin embargo, es muy escasa la información que se tiene sobre el tipo de señales cíclicas ambientales no luminosas, las vías aferentes que estas poseen y su impacto sobre el funcionamiento del sistema circadiano. Generalmente, los estudios sobre sincronización no-fótica son realizados en roedores en edades adultas, etapa en la que el sistema circadiano de estas especies es predominantemente sensible y sincronizable a señales luminosas [Davis y Reppert, 2001]. Una alternativa para el estudio de la sincronización no-fótica, ha sido el realizar estudios durante etapas tempranas del desarrollo, en particular durante etapas previsuales, ya que se ha demostrado que el sistema circadiano es apto para ajustar su funcionamiento al de las señales no-fóticas [Reppert et al., 1989]. De igual forma, el uso del modelo animal, como el conejo europeo, puede ofrecer importantes ventajas para el estudio de la sincronización no-fótica, debido al tipo de conducta materna, la cual además de ser un modelo natural de sincronización no-fótica, no se altera la relación madre-cría, como en los modelos de restricción materna en roedores [Caldelas et al., 2005; 2008] Diversos estudios demuestran, que los conejos neonatos presentan ritmos circadianos desde la primera semana de vida, los cuales pueden ser sincronizados al evento del amamantamiento [Hudson y Distel, 1982; Jilge et al., 2000; 2001; Escobar et al., 2000; Rovirosa et al., 2005; Caldelas et al., 2007; 2009]. No obstante, no se ha podido dilucidar el tipo de información sensorial que sincroniza al sistema circadiano de los neonatos. Como una primera aproximación, el presente estudio está encaminado a dilucidar si la feromona materna, como señal olfatoria, funciona como agente sincronizador no-fótico en conejos neonatos. OBJETIVOS GENERALES Establecer la participación de la feromona 2MB2 como señal sincronizadora no-fótica del sistema circadiano de conejos neonatos. OBJETIVOS ESPECÍFICOS Determinar el efecto de la exposición diaria a la feromona 2MB2 a conejos neonatos alimentados enteralmente, sobreel patrón diario de temperatura corporal. HIPÓTESIS Si el sistema circadiano de conejos neonatos alimentados enteralmente es sensible y sincronizable por la exposición diaria a la feromona 2MB2, el patrón temporal de la temperatura corporal mostrará similitudes al observado en conejos neonatos alimentados naturalmente por la madre. 27 METODOLOGÍA 1. Mantenimiento general de la colonia Para la realización del presente estudio fueron utilizados conejos europeos domésticos (Oryctolagus cuniculus) de la raza Chinchilla, desde el día de nacimiento (P0) al día siete de edad (P7). Los neonatos fueron obtenidos de nuestra la colonia, alojada en el Instituto de Investigaciones Biomédicas, de la Universidad Nacional Autónoma de México. La colonia fue mantenida bajo un fotoperiodo largo (16 h de luz: 8 h de oscuridad), encendiendo las luces a las 10 am. La temperatura de la colonia se mantuvo entre 20°C±2°C, bajo una humedad relativa de 40-60%. Todos los conejos tuvieron libre acceso al alimento (Conejos Engorda, Malta Cleyton, México) y al agua. 2. Obtención y mantenimiento de los neonatos Los neonatos fueron obtenidos de las hembras reproductoras de la colonia, las cuales fueron programadas para ser apareadas con un mes de anticipación. En el día programado, una hembra fue introducida en la jaula del macho reproductor, permitiendo al menos dos cópulas; posteriormente la hembra fue regresada a su jaula en la cual permaneció durante toda la gestación, que dura aproximadamente 31 días. Tres días previos a la fecha programada de parto, la hembra gestante fue alojada en jaulas de maternidad (12cm x 60cm x 45cm de alto), se le proporcionó una caja nido de acrílico (28cm x 29.5cm x 30 cm de alto), que contaba con un orificio de 14cm de diámetro para que la hembra accediera a esta y pariera en su interior. Así mismo, se colocó paja dentro de la jaula, para que la hembra pudiera utilizarla junto con su pelo para fabricar el nido. Al nacer las crías fueron inmediatamente apartadas de la madre, las camadas fueron ajustadas de 6 a 8 crías cada una. Posteriormente, se registró el peso corporal de cada una de las crías y se marcaron en las orejas con un marcador permanente de color para su identificación durante todo el experimento. Los conejos neonatos fueron alojados en cajas de cartón (23cm x 14.5cm x 12.5cm) provistas de franela y tiras de papel sanita para simular el material del nido y mantener la temperatura de las crías. Durante el desarrollo de todo el experimento, las crías permanecieron alojadas en un cuarto apartadas de la colonia, y mantenidas bajo condiciones de iluminación constante (200 lux). 28 3. Monitoreo de la temperatura corporal Mediante el sistema de telemetría Vital Sense (Respironics-Mini Mitter, Co., Inc. EUA) se realizó el registro continuo automatizado de la temperatura corporal de los neonatos. El sistema consta de un sensor encapsulado tipo Johan (1.6g de peso, 23 mm x 8.7 mm de diámetro) el cual puede ingerirse o implantarse quirúrgicamente; éste mide la temperatura cada 15 segundos, con una exactitud de ±0.10°C y transmite la información por medio de señales de radio de baja frecuencia a un dispositivo de recolección de datos o monitor (120mm x 90mm x 25mm, 200g de peso) el cual obtiene la temperatura promedio de cada 60 segundos y almacena dicha información. El dispositivo de recolección de datos tiene la capacidad de almacenar la información de hasta diez sensores activos simultáneamente, por lo que con este sistema fue posible realizar el monitoreo de la temperatura de forma ininterrumpida, sin perturbar a los neonatos. En el día P1 de edad se eligieron aleatoriamente a ocho sujetos de cada grupo, a los cuales les fueron implantados quirúrgicamente un sensor de telemetría. Minutos previos a la implantación de los sensores, estos fueron activados y corroborado su correcto funcionamiento, posteriormente los neonatos fueron anestesiados con sevoflorano (Sevorano, Abbott, Co.), éste anestésico inhalado permite la rápida recuperación de los neonatos. Una vez bajo el efecto del anestésico, se desinfectó el área abdominal con cloruro de benzalconio (Dermo Clean) y se realizó una incisión de forma horizontal de aproximadamente 1cm en el abdomen superior; una vez disecado el tejido epidérmico y adiposo, se realizó una incisión de la misma dimensión en el músculo para introducir el sensor en la cavidad abdominal, posteriormente fueron suturadas con seda las incisiones muscular y epidérmica; finalmente se desinfectó de nueva cuenta el área abdominal y se retiró el anestésico. Una vez recuperado el neonato, era regresado a su caja con sus hermanos de camada y se colocó el dispositivo recolector de datos a un metro de distancia de las cajas donde se alojaban a los neonatos. 4. Procedimientos de alimentación En el presente estudio se emplearon dos procedimientos para alimentar a las crías de conejo: (A) la alimentación natural, la cual fue realizada por la hembra lactante, y (B) la alimentación enteral. 29 4.1 Alimentación natural Este procedimiento se realizó permitiendo el acceso de las crías a la hembra lactante para ser amamantadas. Por lo que del día P1 al P7 de edad, cada 24 horas un grupo de crías fueron colocadas en su caja nido y se permitió el acceso de la hembra lactante a la caja nido por espacio de 3 a 5 minutos para que fueran amamantados (Fig. 10). Una vez transcurrido este tiempo la hembra salía espontáneamente de la caja nido, y las crías eran retiradas del nido y colocadas de nueva en su caja de cartón e inmediatamente transferidas al cuarto apartadas de la colonia por el resto del día. Diariamente se obtuvo el peso corporal de cada una de las crías antes y después de ser alimentados. Las crías de las camadas que fueron alimentados naturalmente fueron alojados en dos cajas de cartón, cada caja con 4 o 5 crías. Esto con el fin de controlar el número de hermanos en cada caja, evitando el efecto de la presencia de más hermanos de camadas en la termorregulación. Sólo en el momento de la alimentación fueron colocados en conjunto en la caja nido; posteriormente se reubicaban en su respectiva caja. Fig. 10. Fotografías en las que se muestra el procedimiento de alimentación natural de crías de conejo de 7 días de edad. En el que las crías fueron alojadas en la caja de cartón (A), posteriormente se colocaban en la caja nido (B) y se permitía el acceso de la hembra lactante 30 dentro de la caja nido, para que amamantara a las crías (C), al terminar, las crías se colocaban nuevamente en su caja de cartón (D) (para mayor detalle ver texto). 4.2. Alimentación enteral Para apreciar el efecto sincronizador de la feromona materna en el ritmo circadiano de la temperatura corporal y aislar a las crías de señales maternas, en particular las señales olfatorias, se implementó el método de alimentación enteral en conejos neonatos. Un grupo de neonatos fueron alimentados con una fórmula láctea (ver anexo A) [Modificada de Schley, 1976] cuyos componentes son similares a la composición de la leche materna de conejos chinchilla [Coates et al,. 1964], en donde el principal componente lo constituyen los ácidos grasos. La fórmula láctea era preparada diariamente, cuando esta se había preparado de forma anticipada, era mantenida en refrigeración a 4°C. En el momento de la alimentación, la leche fue calentada y mantenida a un temperatura de 38°C±1°C en un agitador magnético. Las sondas intragástricas eran fabricadas de tubos silastic (1.47 mm de diámetro interno x 1.96 mm de diámetro externo, 8 cm de largo; Laboratory tubing, Dow Corning Co; EUA) las cuales eran acoplados a una jeringa de 20ml que contenía la fórmula láctea. La alimentación se realizó de la siguiente forma; cada cría fueremovida de la caja de cartón, inmediatamente fue obtenido el peso corporal y se provocó la micción estimulando con un hisopo húmedo el área genital de los neonatos. Para introducir intragástricamente el tubo los neonatos fueron inmovilizados, se insertaba el tubo en la garganta de los neonatos y se empujaba suavemente hasta llegar al estómago, inmediatamente era suministrada la fórmula láctea a una velocidad constante evitando lastimar al sujeto. Una vez suministrada la dosis de leche, era retirado el tubo y los conejos eran regresados de nueva cuenta a su caja. El tiempo promedio del procedimiento de alimentación, desde que fue insertada la sonda hasta que el neonato fue colocado nuevamente en su caja fue de aproximadamente 1 min. 31 Fig. 11. Fotografías donde se muestra el procedimiento de la alimentación enteral en conejos neonatos alimentados del 1 al día 7 de edad. Primero fueron pesados los sujetos en una balanza (A); posteriormente, la fórmula láctea era mantenida a 38°C, la cual se extraía por medio de una jeringa (B), se producía la micción al neonato (C) y se insertaba la sonda intragástrica para suministrar la dosis de leche correspondiente (D). La cantidad de leche administrada diariamente a los neonatos, se estimó en un experimento previo (ver Anexo B), en donde se obtuvo que para el día P1 el consumo promedio de leche de un neonato alimentado naturalmente por su madre era de 8.05±0.49g, para el día P2 eran 10.12±0.24g y se observó una tendencia en la que cada dos días los neonatos exhibieron un incremento de aproximadamente 2g en el consumo de leche, llegando a ingerir 14.71±0.2g de leche en el día 7 de edad. En algunos casos la cantidad de leche administrada fue modificada de acuerdo al tamaño del sujeto, a la distención estomacal, o bien por la presencia de leche en el estómago. 5. Diseño experimental En el presente estudio fueron empleadas 257 crías las cuales fueron obtenidas de 341 camadas. A partir del día de nacimiento (P0), las camadas fueron asignadas de forma aleatoria a uno de los siguientes grupos: [1] Grupo Natural: se utilizaron 92 neonatos obtenidos de 12 camadas distintas, los cuales tuvieron acceso a la hembra lactante para alimentarse cada 24 h del día P1 a P7 de edad. [2] Grupo Con Feromona: se utilizaron 81 neonatos obtenidos de 22 camadas2 distintas, los cuales fueron expuestos cada 24 h a la feromona 2MB2 y posteriormente alimentados enteralmente. El procedimiento de exposición a la feromona se detallara posteriormente. 1 La suma total de camadas considera las 12 camadas del grupo natural más las 22 que agrupan las camadas de los grupos Con Feromona y Sin Feromona. 2 Los sujetos de los grupos Con Feromona y Sin Feromona provienen de las mismas camadas, a excepción de una camada del grupo Con Feromona. 32 [3] Grupo Sin Feromona: se utilizaron 84 neonatos obtenidos de 21 camadas, los cuales fueron alimentados enteralmente cada 24 h, sin exposición previa a la feromona. Los neonatos alimentados naturalmente fueron alojados en grupos de 4 a 5 neonatos, los cuales se alimentaron simultáneamente de la hembra lactante. Por el contrario en el caso de los neonatos alimentados enteralmente (grupo 2 y 3), las camadas fueron divididas en dos grupos, de 3 a 4 neonatos, en la que un grupo (la mitad de la camada) recibió la estimulación olfatoria con la feromona (grupo Con Feromona) y el otro grupo (el resto de los hermanos de camada) no recibieron la estimulación olfatoria (grupo Sin Feromona). Así mismo, se estableció un orden de alimentación para evitar contaminaciones con olores en el área de alimentación; por lo que primero fueron alimentados los conejos del grupo Sin Feromona, posteriormente a los del grupo Con Feromona y finalmente aparte a los del grupo Natural. Una vez asignadas las camadas a las condiciones experimentales fue seleccionado al azar un neonato de cada condición, al cual le fue implantado un sensor de telemetría. El resto de los hermanos de camada se utilizaron para conservar la temperatura corporal del sujeto implantado. 6. Exposición a la feromona La exposición a la feromona 2-Metil-2-Butenal (2MB2) o aldehído tíglico (Fluka, pureza 97%) se realizó de la siguiente forma: se impregnó un hisopo de algodón de 8cm en aproximadamente 250µl del compuesto sin diluir. La punta del hisopo fue colocada aproximadamente a 8cm de la cabeza de las crías, las cuales se localizaban en su caja correspondiente. La exposición se realizó durante 3 minutos, en pulsos de 15 segundos en los que se presentaba el estimulo olfatorio seguido de 5 segundos de ausencia de olor; esto para simular la duración del evento de amamantamiento y el tipo de exposición que los neonatos perciben en el vientre materno. 7. Parámetros evaluados y tratamiento de datos 7.1 Mortalidad y sobrevivencia: Durante el desarrollo del estudio, se observaron diferencias en la ocurrencia y las causas en los decesos, por lo que se determinó la incidencia de acuerdo a las siguientes 3 categorías: 33 Asociadas al procedimiento de alimentación enteral: decesos producidos durante el procedimiento de alimentación, por una incorrecta colocación del tubo. Asociadas a la cirugía: decesos producidos por alguna complicación durante el procedimiento quirúrgico o bien por infecciones asociadas a la implantación del sensor de telemetría. Timpanismo y/o cistitis: decesos en los que los sujetos presentaban distención abdominal asociada a la excesiva acumulación de gases, o bien asociado a la inflamación aguda de la vejiga que fue observado una vez realizada la autopsia correspondiente. Los resultados obtenidos fueron normalizados para conocer el porcentaje de decesos asociados a cada una de las categorías antes mencionadas. Promedio de sobrevivencia: De igual forma de las 5 camadas del grupo Natural, las 7 camadas del grupo Con Feromona y 8 del grupo Sin Feromona que contribuyeron en el análisis de la temperatura corporal, se calculó la mediana del número de crías de cada camada que sobrevivieron todo el procedimiento experimental, junto con el neonato que fue implantado con el sensor de telemetría, esto con la finalidad de establecer el efecto del número de crías en la caja experimental, sobre la regulación de la temperatura corporal. 7.2 Peso corporal e Índice de Conversión de Leche: En relación a los parámetros de peso corporal e Índice de Conversión de leche sólo se tomaron en cuenta los datos de aquellos sujetos que se utilizaron para el análisis de la temperatura corporal así como un hermano de su respectiva camada; lo que resultó en un total de 48 sujetos, 16 sujetos del grupo Natural, 16 conejos del grupo Con Feromona y 16 sujetos del grupo Sin Feromona. Como anteriormente se mencionó, fue registrado diariamente el peso corporal de los neonatos de los tres grupos momentos antes de ser alimentados. De igual forma, se registró la cantidad de leche consumida por cada neonato. En el caso del grupo Natural la leche ingerida se calculó a partir de la diferencia del peso corporal antes y después de ser alimentados por la madre; mientras que para los grupos Con Feromona y Sin Feromona fueron obtenidos a partir de la dosis de leche que se administro diariamente a cada sujeto. 34 Para comparar el crecimiento de los diferentes grupos de neonatos a lo largo del experimento, se obtuvo el promedio y la desviación estándar del peso corporal a partir del día P1 al P7 de edad. Con la finalidad de determinar las diferencias estadísticas, se realizó una ANOVA de dos vías para muestras completamente aleatorizadas, considerando como factores el grupo y la edad; seguida de una prueba post hoc Fisher. Con base en los datos del peso corporal y la cantidad de leche administrada,
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