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SELECCIÓN NATURAL: El motor de la evolución La selección natural es uno de los principios fundamentales de la teoría de la evolución de Charles Darwin. Este proceso describe cómo los rasgos hereditarios que confieren ventajas adaptativas a los organismos tienden a volverse más comunes en una población con el tiempo, mientras que las desventajas se seleccionan en contra. La selección natural se produce debido a la variabilidad genética dentro de una población y a las presiones selectivas del medio ambiente. Los organismos que tienen rasgos favorables tienen más probabilidades de sobrevivir y reproducirse, transmitiendo esos rasgos a las generaciones futuras. Por otro lado, los organismos con rasgos menos adaptativos tienen menos probabilidades de dejar descendencia. Existen diferentes tipos de selección natural, incluida la selección direccional (cuando un rasgo extremadamente ventajoso se vuelve más común), la selección disruptiva (cuando se favorecen los extremos del espectro de rasgos) y la selección estabilizadora (cuando se favorecen los rasgos intermedios). La selección natural es responsable de la adaptación de las especies a su entorno, la diversidad de la vida en la Tierra y el origen de nuevas especies a lo largo del tiempo. Es el motor de la evolución, dando forma a los organismos y sus características a lo largo de millones de años. En resumen, la selección natural es un proceso fundamental en la teoría de la evolución, que impulsa la adaptación y diversificación de las especies a lo largo del tiempo. Su estudio es esencial para comprender la historia de la vida en la Tierra y las fuerzas que han dado forma a la biodiversidad que vemos hoy en día. af://n2019 SELECCIÓN NATURAL: El motor de la evolución
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