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Selección natural - David

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Selección natural - Biología II
La selección natural es un concepto fundamental en la teoría de la evolución propuesta por Charles Darwin. Se refiere al proceso mediante el cual ciertos rasgos o características de los organismos se transmiten con mayor frecuencia a las generaciones futuras debido a su mayor aptitud o adaptación al entorno, mientras que otros rasgos menos favorables tienden a disminuir en frecuencia.
La selección natural se basa en tres principios clave:
Variación: Existe variación heredable entre los individuos de una población. Esto significa que dentro de una población hay diferencias en los rasgos y características que pueden ser transmitidos a la siguiente generación.
Aptitud diferencial: Algunos individuos tienen rasgos que les confieren una mayor aptitud, es decir, una mayor capacidad para sobrevivir y reproducirse en su entorno específico. Estos individuos tienen más probabilidades de transmitir sus genes a la siguiente generación.
Heredabilidad: Los rasgos favorables que confieren una mayor aptitud tienden a ser heredados por la descendencia. Esto significa que las características que proporcionan una ventaja reproductiva tienen más probabilidades de transmitirse a las generaciones futuras.
A lo largo del tiempo, a medida que ocurre la reproducción y la transmisión de genes, los rasgos que confieren una mayor aptitud se vuelven más comunes en la población, mientras que los rasgos menos favorables disminuyen en frecuencia. Esto da lugar a cambios graduales en la composición genética de la población a lo largo de las generaciones.
Es importante destacar que la selección natural no implica un diseño intencional o una fuerza directora, sino que es un resultado emergente de la interacción entre los organismos y su entorno. Los organismos que tienen rasgos que les permiten adaptarse mejor a su entorno tienen una mayor probabilidad de sobrevivir y reproducirse, lo que lleva a la propagación de esos rasgos a lo largo del tiempo.
La selección natural puede actuar de diferentes formas:
Selección direccional: Favorece un extremo del espectro de variación de un rasgo, lo que lleva a un cambio gradual hacia ese extremo a lo largo del tiempo. Por ejemplo, en un entorno con escasez de alimento, los individuos con un pico más largo pueden tener una mayor capacidad para obtener alimento y, por lo tanto, una mayor aptitud.
Selección estabilizadora: Favorece los valores intermedios de un rasgo y reduce la variación en ambos extremos. Esto ocurre cuando los individuos con valores intermedios de un rasgo tienen una mayor aptitud que aquellos con valores extremos. Por ejemplo, en un entorno con temperaturas moderadas, los individuos con una capacidad de regulación térmica más efectiva pueden tener una mayor aptitud que aquellos con una capacidad excesiva o deficiente de regulación térmica.
Selección disruptiva: Favorece los extremos del espectro de variación de un rasgo, lo que resulta en la separación de la población en diferentes fenotipos. Por ejemplo, en un entorno con diferentes fuentes de alimento disponibles, los individuos con diferentes tipos de pico pueden tener una mayor aptitud dependiendo de la fuente de alimento que utilicen.
La selección natural es uno de los principales mecanismos responsables de la evolución de las especies a lo largo del tiempo. A través de la acumulación gradual de cambios favorables, los organismos se adaptan a su entorno y surgen nuevas especies.

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