Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
1 UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE MEDICINA DIVISIÓN DE ESTUDIOS DE POSGRADO. INSTITUTO NACIONAL DE CIENCIAS MÉDICAS Y NUTRICIÓN “SALVADOR ZUBIRAN” DEPARTAMENTO DE INFECTOLOGIA “Estudio de la susceptibilidad de aislados clínicos de Stenotrophomonas maltophilia en hemocultivos y cultivos de vía aérea en un hospital de tercer nivel en México” TESIS DE POSGRADO QUE PARA OBTENER EL DIPLOMA DE LA ESPECIALIDAD EN INFECTOLOGIA PRESENTA: DR. SERGIO ARMANDO CALDERÓN CAMPAS ASESOR DE TESIS DRA. MIRIAM BOBADILLA DEL VALLE PROFESOR TITULAR DEL CURSO DR. GUILLERMO MIGUEL RUIZ – PALACIOS Y SANTOS JEFE DE ENSEÑANZA E INVESTIGACIÓN MÉDICA DR. SERGIO PONCE DE LEÓN ROSALES Javier Texto escrito a máquina CIUDAD DE MÉXICO A 12 DE OCTUBRE DE 2018 Javier Texto escrito a máquina UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 2 "Estudio de la susceptibilidad de aislados clínicos de StenotropllOmonas maltophilia en bemoculti"os y cultivos de vía aérea en un hospital de tercer nil'cl en México" ~~~!';'~ . ,"" I ,:\ t.~:~~ll ~¡'tf7 JNCMNSZ IIIv"1lTUTO _ I NCEDELEÓNROSALF-S DE~=~~"i' JEtc Do LA DlVlSI . E ENSEÑANZA E INVESTlGACIO, MÉDI¡IlJII~CC~~, bNf.EÑAtIZA INSllTUTO NACIONAL DE CIENCIA MEDICAS y NlJfRJCION SALVADOR ZUBtRAN FACULTAD DE MEDlel 'A UNAM I N~ DR. GUI LLERMO RUIZ PALACIOS y SANTOS PRorESOR mULAR DEL CURSO INsn rUTO NACIONAL DE CIENCIAS MÉDICAS y NUTRICiÓN SALVADOR WBIRAN FACULTAD MEDICNA UNAM l ~f}J~r:;lbM~~LI.A~~~ ASESOR DE TE IS INmrtJTO NACIONAL DE CIEliCLAS M~DICA H'lJfRJCIÓN ALVADOR ZUBIRAN • DR. ERGIO ARMANDO CALDERON CAM PAS RESIDENTE DE lDO AÑO DE c>FECTOLOGIA 3 INDICE Agradecimientos ……………………………………………………. 4 Marco Teórico ……………………………………………………. 5-56 o Introducción ……………………………………………………. 5 o Factores de Riesgo ………………………………………… 10 o Etiopatogenia ……………………………………………………. 15 o Diagnostico ……………………………………………………. 37 o Tratamiento ……………………………………………………. 50 o Profilaxis y prevención………………………………………………... 56 Resumen ……………………………………………………. 56 Planteamiento del problema………………………………………………….. 57 o Preguntas de investigación …………………………………………... 57 o Justificación ……………………………………………………. 57 o Hipótesis …………………………………………………….. 58 o Objetivos …………………………………………………….. 58 o Material y Métodos…………………………………………………… 59 Definiciones ……………..………………………………………. 60 Resultados ………………..……………………………………...61 Discusión ………………….…………………………………. ..66 Conclusión …………………….……………………………….. 67 Bibliografía …………………………………………………….. . 68 4 AGRADECIMIENTOS A mis papas que siempre han sido un pilar importante en mi vida, su apoyo, amor y atención siempre son motivo para salir adelante en la vida y de esta forma crecer como ser humano, persona y profesionista. A todos mis amigos de la especialidad, que me acompañaron en este camino, compartimos muchas experiencias y supimos salir adelante. A mis hermanos que aun que están lejos, siempre están en mi corazón y en mi mente, son motivo de orgullo y perseveranza, un gran ejemplo de vida, mi motivación diaria. A mis maestros, en especial a la Dra. Miriam Bobadilla, al Dr. Calva y al Dr. Sierra, gracias a ellos he cumplido retos que me han hecho crecer. Son mi inspiración para ser cada día un mejor medico pero sobre todo un mejor ser humano. En ellos he encontrado lo que todo medico quisiera ser. Por supuesto a mis asesores de tesis Estrella Calderón y Francisco Leal y a todo el laboratorio de microbiología, no hay mejor ejemplo de lo que es ser un ser humano y profesionista, siempre entregada a su profesión, un gran ejemplo que algún día espero ser poco de lo que ella ha logrado, gracias! 5 MARCO TEORICO ASPECTOS MICROBIOLÓGICOS Taxonomía El género Stenotrophomonas incluye dos especies: S. maltophilia y S. africana, de las que la primera es la de mayor relevancia clínica. El nombre de Stenotrophomonas maltophilia (del griego, stenos: estrecho; trophos: que se alimenta; monas: unidad; unidad que se alimenta de pequeños sustratos; del inglés antiguo, malt: malta; del griego, philia: afinidad; afinidad por la malta) fue propuesto en 1993 después de muchos años de debate sobre la posición taxonómica del microorganismo. Inicialmente estos microorganismos se denominaron Pseudomonas maltophilia, que incluía a Bacterium bookeri y Pseudomonas melanogena, así como cepas de Pseudomonas alcaligenes y de Alcaligenes faecalis. Posteriormente, mediante técnicas de hibridación de ADN-ARNr, se demostró que diversos fragmentos de ARNr de S. maltophilia eran más similares a los de las especies del género Xanthomonas. Las características bioquímicas, el contenido guanina- citosina (en proporción muy similar a Xanthomonas), la similitud enzimática, el mismo tipo de ubiquinonas y una composición en ácidos grasos y proteínas celulares muy semejantes a los de Xanthomonas apoyaron esta nueva clasificación. Estudios isoeléctricos de las estearasas de la membrana externa confirmaron que Pseudomonas betle y Pseudomonas hibiscicola eran idénticas a X. maltophilia. Sin embargo, estudios posteriores de hibridación ADN-ARNr a diferentes temperaturas y estudios de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) demostraron que X. maltophilia no pertenecía al género Xanthomonas. Finalmente en 1993 se propuso el género Stenotrophomonas de la que S. maltophilia ha sido su único miembro hasta que en 1997 se introdujo una nueva e infrecuente especie, Stenotrophomonas africana, la cual es bioquímicamente casi idéntica a S. maltophilia. Sin embargo, el análisis genotípico sólo revela un 35% de ADN homólogo entre las dos especies. 6 Morfología. Cultivo. Metabolismo. Antígenos. Genética. S. maltophilia es un bacilo gramnegativo recto o ligeramente curvado, no esporulado, de unas 0,5-1,5 µm de longitud. Tiene movilidad gracias a varios flagelos polares. Las colonias son lisas, brillantes, bien delimitadas y de color blanco a amarillo pálido. No suelen producir beta-hemólisis pero en agar sangre puede producir una decoloración verdosa en las zonas de confluencia de crecimiento. S. maltophilia es un aerobio obligado. No crece a temperaturas menores de 5ºC ni mayores de 40ºC, y su crecimiento óptimo ocurre a 35ºC. La mayoría de las cepas requieren metionina y cistina para su crecimiento. Aunque no es muy activa metabólicamente, puede metabolizar algunos sustratos inusuales como la estreptomicina (13), y algunas cepas se han investigado como potenciales agentes biodegradantes (14-12). S. maltophilia posee antígenos somáticos (O) y flagelares (H). Se han identificado 31 antígenos O, que se han utilizado en estudios epidemiológicos para tipar S. maltophilia (61, 125-126). Se han comunicado reacciones cruzadas del antígeno O con Brucella spp, Renibacterium salmoninarum, y de forma no recíproca, con Legionella pneumophila(1). La composición de ácidos grasos celulares, muy diferentes a los encontrados en otras bacterias, también se ha utilizado para la identificación de S. maltophilia (41). La estructura genética de S. maltophilia es poco conocida. Se ha secuenciado un gen que codifica una proteína semejante a la hormona gonadotropina coriónica (“hCG- like”) (12, 31), que tiene una gran similitud inmunológica con la subunidad β de la hormona gonadotropina coriónica humana (127, 130). S. maltophilia tiene un receptor de alta afinidad tanto para la hGC humana como para la “hCG-like”. Se ha observado que cuando se añade esta hormona al medio de cultivo se produce un efecto autocrino y/o paracrino, pues cambia el ciclo de crecimiento y la morfología bacteriana (13). También se han secuenciado los genes de las betalactamasas “L1” y “L2” (13- 13), y los genes alkA y alkB, que codifican una hidrolasa y una reductasa, respectivamente (13). Wang y cols. identificaron un gen que codifica una tirosinasa responsable de la formación de melanina (138). En un estudio realizado con 18 cepas de S. maltophilia se encontró que 5 de ellas tenían plásmidos (13). Recientemente Avison y cols. identificaron un plásmido en 10 7 aislamientos de S. maltophilia que contenían los genes de las betalactamasas “L1” y “L2” (16). Aislamiento y medios selectivos S. maltophilia puede crecer en casi todos los medios sólidos habituales. La temperatura de crecimiento ronda entre los 20 y los 37ºC, y puede crecer también en ambiente de CO2 al 5%. S. maltophilia crece en los cultivos de sangre con la mayoría de los sistemas comerciales, aunque con diferentes grados de eficiencia (tabla 1). Se han desarrollado numerosos medios de cultivo selectivos para el aislamiento de S. maltophilia de muestras clínicas y ambientales, contaminadas generalmente por otros microorganismos. Se han añadido agentes antimicrobianos al medio de cultivo para mejorar los resultados. Para aislar S. maltophilia del suelo y de las plantas, Juhnke y Des Jardins añadieron al medio 6 antibacterianos: cefalexina, bacitracina, penicilina G, novobiocina, neomicina y tobramicina, y 2 agentes antifúngicos; nistatina y cicloheximida (17). También añadieron maltosa y azul de bromotimol para facilitar la identificación de las colonias. Villarino y cols. en una investigación de un brote nosocomial por S. maltophilia (4), tomaron muestras de posibles reservorios ambientales y de las manos del personal de enfermería. 8 Se inocularon en agar de soja trypticasa suplementado con sangre de oveja y con gentamicina. Algunos autores han añadido carbapenemicos, aprovechando la resistencia intrínseca de S. maltophilia a los mismos. Imipenem añadido al agar sangre o McConKey se ha utilizado para aislar S. maltophilia de muestras de heces (14), esputo (5), o ambientales (1). A los medios con imipenem se les ha incorporado metionina (19) dado el requerimiento que tienen algunas bacterias de este aminoácido (4). Debe recordarse, sin embargo, que los medios que sólo contienen imipenem como agente inhibidor pueden permitir el crecimiento de microorganismos encontrados en heces, como Enterococcus faecium y Candida spp. Esto puede solventarse añadiendo, además, vancomicina y anfotericina B (150), y utilizando manitol-azul de bromotimol para facilitar la diferenciación de S. maltophilia (que no produce ácido a partir del manitol) de otras bacterias gramnegativas resistentes a imipenem. Este medio ha aumentado los aislamientos de S. maltophilia de muestras de esputo tomadas de pacientes con fibrosis quística y de heces en pacientes con neoplasias hematológicas (41, 15). Hábitat S. maltophilia es un microorganismo ubicuo, con una amplia distribución geográfica, aunque su hábitat fundamental es el acuático. Se ha aislado en aguas de ríos y lagos, aguas residuales, plantas (hierba, vegetales, madera) y alimentos (pescado congelado, leche, huevos de aves de corral y cadáveres de cordero) (4). S. maltophilia tiene un efecto inhibidor de hongos fitopatógenos, y se ha investigado su utilización contra plagas en agricultura (4). También se ha comunicado su efecto inhibidor del crecimiento de hongos como Candida spp. y Aspergillus fumigatus (11). Esta inhibición puede ser debida a la producción de pirrolnitrina (11), que se ha sugerido que tiene actividad citolítica (12), o de maltophilina (13), un nuevo agente lactámico macrocíclico con actividad antifúngica contra aislamientos saprofíticos, fitopatógenos y humanos. S. maltophilia se ha aislado también como contaminante de cultivos en el laboratorio y en una gran variedad de superficies y objetos hospitalarios, como tubos de muestras de sangre, monitores de presión venosa y arterial, sistemas de cuidado de lentes de contacto, distribuidores de agua desionizada, máquinas de diálisis, soluciones 9 desinfectantes, piscinas de hidroterapia, máquinas de hielo, equipos de terapia inhaladora y nebulizadores, muestras de necropsia, analizadores de oxígeno, humidificadores de oxígeno, brochas de afeitado, desagües de fregaderos, grifos, esfingomanómetros, circuitos de ventiladores, y manos del personal sanitario (revisado en la referencia 4). S. maltophilia se ha encontrado en el ambiente doméstico, sobre todo cuando se han realizado estudios epidemiológicos de pacientes con fibrosis quística (7, 14), aunque se le ha prestado mucha menos atención que a los aislamientos hospitalarios. Mortensen y cols. sólo encontraron 4 aislamientos de S. maltophilia de 407 muestras tomadas del ambiente doméstico y de controles familiares de pacientes con fibrosis quística (14), posiblemente debido a que no se utilizaron medios selectivos. Sin embargo, Denton y cols. encontraron S. maltophilia en el 36% del total de muestras ambientales de las casas de los pacientes colonizados, y en un 42% de las muestras de las casas de pacientes no colonizados (7). El aislamiento de S. maltophilia en superficies secas es muy raro. Moffet y Williams aislaron esta bacteria en varias muestras nosocomiales de agua, pero el aislamiento en superficies secas del equipo de terapia respiratoria fue comparativamente raro (15). Hirai inoculó una cepa de S. maltophilia en paños de algodón y en placas de cristal (16), y encontró menos de un 1% de bacterias viables 7 horas después de la inoculación. El tiempo necesario para reducir el 90% del inóculo inicial fue de 2,4 horas en el cristal. S. maltophilia, al contrario que otras bacterias gramnegativas, carece de proteínas similares a la albúmina sérica bovina, que incrementa su supervivencia en ambientes secos (16). Portadores. Existen pocos estudios acerca del estado de portador humano de S. maltophilia, y los resultados obtenidos son contradictorios. Aunque algunos autores han demostrado su presencia en heces (15, 17), otros no han confirmado esta observación (18). Kerr y cols., en una pequeña serie de pacientes con neoplasias hematológicas demostraron un portaje fecal del 33% (19), mientras que en un grupo control de sujetos sanos, sólo 2 de 69 (2,9%) excretaban S. maltophilia por heces. También se ha encontrado el 10 microorganismo en exudados orofaríngeos de población adulta sana (41), aunque en otro estudio en 200 personas sanas no se encontró la bacteria (15). Khardori y cols., en un estudio de un brote nosocomial por S. maltophilia (6), no encuentra a este microorganismo en los exudados faríngeos del personal sanitario, aunque sí en los de algunos enfermos. S. maltophilia tampoco se ha podido encontrar en 50 muestras de la piel de enfermos de cáncer, ni en 50 exudados vaginales tomados en una clínica ginecológica (18). La colonización respiratoria sí ha sido comunicada en numerosos estudios, principalmente en pacientes con fibrosis quística (7, 11, 24, 1, 16). Finalmente, en estudios de algunos brotesnosocomiales se ha encontrado S. maltophilia en las manos de los sanitarios (4, 14, 15), pero no así en otros (6). Se conoce poco acerca de las fuentes animales en las que se pueda encontrar a S. maltophilia, pero se ha podido aislar en pescados, carne cruda de vaca y oveja, leche, heces de conejos, lagartijas, boca y recto de reptiles, y en el tracto gastrointestinal de animales de laboratorio (4). Se ha implicado en la putrefacción de la lana de oveja, y se ha encontrado incluso en nematodos (4). Recientemente se ha comunicado un caso de septicemia por S. maltophilia en un cocodrilo cautivo del Este de África (16). Factores de virulencia. Poco se conoce acerca de los factores de virulencia de S. maltophilia. La dificultad para diferenciar entre colonización e infección ha llevado a creer que este microorganismo tiene una limitada patogenicidad. Esta creencia se ha visto reforzada por algunos estudios en los que los casos de infección no se asociaron con un pronóstico desfavorable (como se comenta más adelante). Se ha sugerido que S. maltophilia produce infección sólo cuando actúa sinérgicamente con otros patógenos (12). Sin embargo, Morrison y cols. no encontraron diferencias significativas entre la supervivencia de los pacientes que tenían cultivos mixtos y los que los tenían puros (6). Estudios experimentales en modelos animales parecen apoyar la hipótesis que S. maltophilia no causa sepsis severa cuando se administra en ratones por vía intravenosa (4). Aunque los extractos de cultivo bacterianos se asocian con alguna toxicidad, ésta es menos severa que la producida por preparados de E. coli (4). 11 S. maltophilia puede producir ADNasa, ARNasa, fibrinolisina, lipasas, hialuronidasa, proteasas y elastasas. Estas dos últimas se pueden producir en grandes cantidades y se ha sugerido que pueden tener un papel semejante al de las exoenzimas de Pseudomonas aeruginosa en la patogénesis del ectima gangrenoso (16). En un estudio de 52 cepas de origen clínico y ambiental se observó que las cepas podían producir hasta 9 tipos diferentes de enzimas extracelulares, todas ellas producían proteasas y elastasas, sin diferencias entre los aislamientos clínicos y los ambientales (4). Tanto las cepas clínicas como las ambientales de S. maltophilia tienen la propiedad de adherirse a diversos tipos de materiales plásticos, incluidas las cánulas intravenosas (4). En un estudio reciente se observó que la adhesión de S. maltophilia al vidrio y al Teflon, que tenían carga negativa en su superficie, era promovida por la carga positiva de la membrana externa de las cepas de S. maltophilia a pH fisiológico (16). S. maltophilia tiene capacidad para sobrevivir y multiplicarse en infusiones intravenosas, incluida la nutrición parenteral total, lo que contribuye a la patogénesis de las infecciones asociadas a catéteres intravenosos (4). También puede crecer en los fluidos de diálisis y comportarse como pirógeno de bajo peso molecular durante la hemodiálisis (53). Las proteínas fijadoras de IgG tienen aún un papel poco conocido en la patogénesis de la infección por S. maltophilia (12). La resistencia al suero es una característica que muestran muchos bacilos gramnegativos causantes de septicemia, y en un estudio realizado con un pequeño número de cepas de S. maltophilia se observó que los aislamientos clínicos mostraban esta propiedad con más frecuencia que los ambientales (4). Identificación en el laboratorio de microbiología clínica. La identificación de S. maltophilia puede realizarse con diferentes sistemas comerciales, tanto automáticos como semiautomáticos. En la tabla 2 se presentan los resultados obtenidos con diferentes sistemas de identificación. Dado el número limitado de cepas utilizado en algunos estudios, no se pueden establecer conclusiones definitivas sobre la habilidad de cada sistema en la identificación de S. maltophilia. Cuando se comparan los resultados de los estudios que evalúan los sistemas semiautomáticos y 10 automáticos, no se encuentran diferencias significativas en la identificación de S. maltophilia (16). Tabla 2. Sistemas comerciales utilizados en la identificación de S. maltophilia*. Sistema Nº de cepas identificadas correctamente/ Nº de cepas totales (%) Referencia s API 20E 5/5 (100) 165 19/19 (100) 166 API 20NE 16/17 (94) 170 2/2 (100) 171 7/7 (100) 158 API rapid NFT 26/30 (87) 172 AutoSCAN W/A 33/34 (97) 173 5/5 (100) 165 4/4 (100) 174 4/4 (100) 175 Biolog 63/64 (98) 176 Biotest 1/1 (100) 171 Cobas Micro ID-E/NF 2/5 (40) 165 Crystal Enteric/Non- Fermenter 16/17 (94) 177 16/17 (94) 170 6/6 (100) 166 Minitek 33/33 (100) 178 Radiometer Sensititre AP80 24/25 (96) 179 RapidID NF Plus 30/30 (100) 180 Rosco 1/1 (100) 171 Titertek-NF 55/57 (96) 181 Uni-N/F Tek 30/30 (100) 172 Vitek AutoMicrobic 13/30 (54) 172 3 /4 (75) 175 27/28 (96) 182 5/5 (100) 165 4/4 (100) 174 19/19 (100) 166 Vitek 2 27/27 (100) 183 11 En los primeros estudios no era raro encontrar casos de confusión de S. maltophilia con otros microorganismos, debido a la infrecuencia de s aislamientos y a su incierta taxonomía, aunque estudios recientes enfatizan que este error de identificación aún puede ocurrir. Por esto, algunos métodos incluyen reacciones bioquímicas que permiten diferenciar S. maltophilia de bacterias como P. aeruginosa, Burkholderia cepacia, Pseudomonas fluorescens, y Pseudomonas putida (4). 12 Los métodos moleculares para la identificación de S. maltophilia han recibido comparativamente menos atención. Para la identificación de S. maltophilia en pacientes con fibrosis quística se han utilizado diferentes métodos moleculares de detección rápida. Ghozzi y cols. utilizan el análisis de fluorescencia basada en CE-SSCP (capillary electrophoresis-single-strand conformation polymorphism) de fragmentos de genes 16S ARNr amplificados por PCR de 270 bacilos gramnegativos aislados del esputo de pacientes con fibrosis quísticas (26 de ellos S. maltophilia) con una alta reproducibilidad y rapidez en los resultados (17). Hogardt y cols. utilizaron la hibridación fluorescente in situ (FISH, fluorescent in situ hybridization) en la detección de bacterias que causan exacerbaciones en los pacientes con fibrosis quística (75 muestras de esputo y 10 exudados faríngeos) con unos resultados rápidos y con un 100% de especificidad sobre el cultivo convencional (168). Whitby y cols. utilizaron SS-PCR (species-specific PCR) en aislamientos respiratorios de pacientes con fibrosis quística con S. maltophilia con una sensibilidad y especificidad del 100% (19). ASPECTOS EPIDEMIOLÓGICOS S. maltophilia ha sido considerada un microorganismo inusual en los aislamientos de los laboratorios de microbiología hasta hace unas décadas. Hoy su incidencia se ha incrementado enormemente, considerándose en muchos lugares el segundo bacilo gramnegativo no fermentador más común de los aislamientos clínicos después de P. aeruginosa (1). A partir de 1.970 se comenzaron a comunicar aumentos en el número de aislamientos de muestras clínicas, número que se ha ido incrementado progresivamente a lo largo de los años (4, 29). En un hospital oncológico de Houston, Texas, el índice de aislamientos de S. maltophilia por 10.000 ingresos aumentó de menos de 2 en 1.972 a 8 en 1.984 (2). En el Hospital Universitario de Virginia 13 el índice de aislamientos se duplicó de 7,1 a 14,1 por 10.000 altas de 1.981 a 1.984 (63). En la Clínica Mayo la incidencia aumentó de 12,8 en 1.984 a 37,7 por 10.000 altas en 1.987 (3). En la década de los 90 el hospital Francés de Ste. Marguerite (Marsella) comunica un incremento de sus aislamientos de 20 en 1.991,pasando por 24 en 1.992, a 65 en 1.993 (6). Este incremento en los aislamientos de S. maltophilia ha sido paralelo al avance tecnológico en medicina, con una mayor utilización de dispositivos invasivos y un aumento de la utilización de antimicrobianos de amplio espectro. Se han descrito múltiples factores de riesgo asociados a la adquisición de S. maltophilia, como son el uso previo de antimicrobianos, la presencia de catéteres venosos centrales, la ventilación mecánica y la traqueostomía, la hospitalización prolongada, el ingreso en unidades de cuidados intensivos, la neutropenia en pacientes oncológicos con quimioterapia, otros estados de inmunodepresión como el tratamiento con corticosteroides, las neoplasias sólidas y hematológicas, las enfermedades de base graves, e incluso la exposición a pacientes con heridas infectadas por S. maltophilia (revisado en la referencia 41). Los estudios que analizan los factores predisponentes para la adquisición de S. maltophilia apenas pueden compararse entre sí. En primer lugar, son escasos los estudios de casos y controles que analizan los factores de riesgo, por otro lado, la mayoría de ellos están realizados con escaso número de pacientes y en situaciones epidemiológicas muy diversas. Sin embargo, casi todos ellos coinciden en que la utilización previa de antimicrobianos está fuertemente asociada con la adquisición de S. maltophilia, y que a su vez está relacionada con los procesos debilitantes y la inmunosupresión de los pacientes. Muchos estudios han descrito que el tratamiento con carbapenemas, a las que S. maltophilia es intrínsicamente resistente, es un factor predisponente para la adquisición de S. maltophilia (3, 19), aunque no ha podido ser probado en otros (5, 9, 47, 62). Otros autores han descrito la utilización de otros antimicrobianos de amplio espectro, como son aminoglucósidos, fluorquinolonas y cefalosporinas de amplio espectro, previa a la adquisición de S. maltophilia (2, 19, 7). Heath y cols., en una serie de infecciones por S. maltophilia en la Australia tropical, observaron una variación estacional en los aislamientos, con un pico de 14 incidencia en la estación húmeda, lo que pudiera estar relacionado con el aumento del uso de ceftazidima e imipenem para el tratamiento de las infecciones por Burkholderia pseudomallei y Acinetobacter baumannii, que son más frecuentes en esa época (60). Se han descrito numerosos brotes nosocomiales de infección y/o colonización por S. maltophilia (1, 16, 17, 18, 20). En algunos de ellos se ha podido identificar el reservorio ambiental de la bacteria. En un brote de S. maltophilia ocurrido en un hospital australiano y en el que se vieron implicados 63 pacientes se encontró al agua desionizada utilizada para hacer desinfectantes como fuente de infección (10). Cuatro casos de septicemia por S. maltophilia fueron atribuidos a una inadecuada desinfección de los capilares reutilizables usados en diálisis (17). Ocho pacientes con neoplasias hematológicas pertenecientes a una misma unidad desarrollaron infección por S. maltophilia, que se encontró en las máquinas de hacer hielo, el cual se utilizaba para las bebidas frías (4). Se ha encontrado en brotes de unidades de cuidados intensivos que los grifos de los lavabos de las habitaciones de los pacientes eran la fuente de infección (20, 19). En otro brote en una unidad de cuidados intensivos quirúrgica se encontró como fuente de infección un sensor de temperatura de los ventiladores mecánicos (12). La transmisión cruzada sólo se ha podido demostrar en algunos estudios (16, 14, 15). Técnicas de tipificación A lo largo de los años se han realizado diferentes estudios de tipificación para conocer la epidemiología de la colonización y la infección por S. maltophilia. Los objetivos de estos estudios se han dirigido a identificar las fuentes ambientales o endógenas del microorganismo, y a averiguar el modo de transmisión de cepas entre pacientes. De esta forma se pretende investigar el origen y la diseminación de los brotes nosocomiales, y distinguir entre la adquisición de nuevas cepas y la aparición de variantes más resistentes posteriores al tratamiento antimicrobiano. Los métodos utilizados en la tipificación de S. maltophilia pueden basarse en el fenotipo o en el genotipo del microorganismo. En general, los métodos fenotípicos son inadecuados para establecer las rutas de transmisión de S. maltophilia en los hospitales, y son necesarios métodos más 15 discriminatorios, como los genotípicos. En la tabla 3 se muestran los diferentes métodos fenotípicos y genotípicos. Tabla 3. Métodos de tipificación de S. maltophilia Método de tipaje Referencias Fenotípico Antibiograma Biotipo Serotip o Espectrometría de pirolisis Genotípico RFLP Ribotip o PFGE PCR AP-PCR RAPD ERIC- PCR BOX- PCR Rep- PCR AFL P 104 4, 61, 125, 126 184 91, 193, 194, 202 1, 2, 16, 17, 31, 66, 70, 74, 91, 104, 105, 189, 195, 196, 197, 190, 198 199 20, 67, 104, 189, 200 16, 200 70 201 201 RFLP: Polimorfismo de los fragmentos de restricción; PFGE: Electroforesis en campo pulsante; PCR: reacción en cadena de la polimerasa; AP-PCR: PCR mediante cebado al azar; RAPD: PCR mediante amplificación aleatoria polimórfica del ADN; ERIC-PCR: PCR mediante repetición intergénica de enterobacterias; rep-PCR: PCR basada en repetición de secuencias; AFLP: Polimorfismo de fragmentos largos amplificados. 16 Las técnicas fenotípicas incluyen marcadores bioquímicos y de resistencia antibiótica. Sin embargo, exceptuando el tipado serológico, ninguno ha sido ampliamente utilizado. La comparación de antibiogramas tiene una limitada aplicabilidad debido a la homogeneidad en los patrones de resistencia expresados por la mayoría de las cepas (104). Los biotipos son también poco discriminatorios, debido a su pobre variabilidad. La identificación de serotipos se basa en la detección mediante aglutinación de los antígenos O termoestables y en la detección de lipopolisacáridos. En una unidad de cuidados intensivos traumatológicos se detectó un brote de S. maltophilia que incluyó a 45 pacientes, el cual se estudió por serotipaje (4). De los 22 aislamientos de pacientes disponibles para el tipado, 19 (86%) correspondían al serotipo 10. En 11 de las 17 muestras tomadas del ambiente (espirómetros, catéteres de succión traqueal, componentes de los circuitos de ventilación mecánica y agua de los lavabos) y en 3 de las 6 muestras tomadas de las manos del personal de enfermería y fisioterapeutas, se cultivó S. maltophilia; de estos 14 aislamientos, 13 correspondieron también el serotipo 10. El serotipado también fue utilizado para el análisis de 52 aislamientos clínicos de 35 pacientes con cáncer (6). El serotipo 10 fue también el más frecuente (16 de 52 aislamientos), y en los 36 aislamientos restantes se encontraron otros 8 serotipos. Se hallaron 3 aislamientos ambientales en la unidad de cuidados intensivos, dos en los grifos de agua, y uno en una muestra de agua, en uno de los primeros el serotipo fue el 10. Schable y cols. examinaron 900 aislamientos clínicos y ambientales procedentes de 10 países, de los que 795 fueron serotipables. La mayoría correspondían a los serotipos 10, 3, y 19, y se asociaban predominantemente con los aislamientos de sangre y respiratorios (12). El inconveniente de este método es su escasa disponibilidad y su pobre discriminación debido a la alta frecuencia con que se detectan 3 de los 31 serotipos identificados. 17 La espectrofotometría de pirolisis de masas presenta una mayor variabilidad entre las diferentes cepas que los métodos anteriores. Se ha utilizado en el estudio de un brote nosocomial por S. maltophilia en una unidad de cuidados intensivos de trasplante de corazón-pulmón (18). Se analizaron11 aislamientos clínicos y ambientales de S. maltophilia presuntamente implicados en el brote. Seis cepas procedentes del tracto respiratorio, sangre y equipo de ventilación mecánica de un mismo paciente fueron indistinguibles, siendo el resto de los aislamientos diferentes. Al parecer el episodio fue debido a la reutilización de un nebulizador de un solo uso, y no a la transmisión cruzada entre pacientes. Sin embargo, la técnica requiere un equipo especial y tiene un alto coste, por lo que se descarta en investigación epidemiológica. Los métodos genotípicos están basados en el análisis del polimorfismo de los fragmentos de restricción (RFLP) o en la amplificación de regiones cromosómicas mediante reacción en cadena de la polimerasa (PCR). La restricción del ADN con endonucleasas, con mayor o menor frecuencia de corte, permite comparar diferentes perfiles de bandas o RFLP característicos de cada cepa. La baja resolución de los numerosos fragmentos generados tras la digestión con enzimas de corte frecuente y separados mediante electroforesis convencional (REA, análisis con endonucleasas de restricción) hace que su interpretación sea difícil. La ribotipificación o hibridación de los ácido nucleicos con sondas que contienen el operón rrnB de E. coli, que porta los genes que codifican los ARN 5S, 16S, 23S, y el ARNt, ofrece un mayor poder discriminatorio que el REA. Con esta técnica se generan un gran número de patrones de bandas (o ribotipos), estables y reproducibles, que permiten una fácil diferenciación entre las cepas. 18 El grado de discriminación dependerá del número de operones ribosomales presentes (de dos a cinco copias de ARNr por aislamiento de S. maltophilia) y de la endonucleasa de corte frecuente utilizada: BamHI, BclI, Bsu15I, EcoRI, HindIII (8). Si se combinan los ribotipos obtenidos tras la restricción con dos enzimas, la capacidad discriminativa aumenta. La ribotipificación se ha utilizado en la investigación de casos de bacteriemia nosocomial por S. maltophilia ocurridos durante un periodo de 13 meses en 7 pacientes de diferentes salas de un hospital pediátrico (19). Cuatro pacientes (3 de una sala de gastroenterología y 1 de la unidad de cuidados intensivos) tuvieron el mismo ribotipo, aunque no se encontró el modo de transmisión entre ellos. También se utilizó en un hospital danés donde se analizaron 77 aislamientos clínicos consecutivos de S. maltophilia, pero se encontró una gran diversidad de cepas y no se detectó ningún brote nosocomial ni posible reservorio (194). Wüst y cols. (202) utilizaron la ribotipificación para demostrar en un paciente con fibrosis quística colonizado durante 15 meses por S. maltophilia progresivamente resistente a los antimicrobianos, que la resistencia era debida a cambios en la propia S. maltophilia y no a la infección por otras cepas. Valdezate y cols. analizaron el ribotipo de 76 aislamientos de S. maltophilia procedentes de pacientes con fibrosis quística durante un periodo de 8 años (9). El 44% de los pacientes con cultivos repetidamente positivos estuvo colonizado por cepas nuevas, y un 8% estuvieron persistentemente colonizados por la misma cepa. La ribotipificación se ha sustituido por otras técnicas genotípicas de menor complejidad de realización, como la PFGE (Pulsed Field Gel Electrophoresis, electroforesis en campo pulsante). Es un método que proporciona la diferenciación definitiva de las cepas de S. maltophilia, siendo utilizado ampliamente en el estudio de brotes nosocomiales por su gran capacidad discriminatoria y su buena reproducibilidad. La utilización de diferentes endonucleasas y de diferentes condiciones electroforéticas puede aumentar o disminuir su efectividad en la diferenciación de pulsotipos. Las enzimas de corte más utilizadas son, fundamentalmente, DraI , SpeI y XbaI, siendo ésta última la más efectiva en la diferenciación de cepas con pulsotipos muy semejantes. En un estudio se analizaron 30 cepas de S. maltophilia procedentes de tres países (Brasil, Suiza y EEUU) mediante PFGE con las enzimas XbaI o SpeI (74). 19 A excepción de 4 cepas procedentes de Brasil, de un brote en una unidad de diálisis, todas las cepas fueron diferentes. Talon y cols., en un aparente brote en una unidad de hematología recogieron 10 aislamientos de S. maltophilia de 5 pacientes y 2 del ambiente, y los examinaron por PFGE con digestión con DraI (66). Los 5 pacientes tenían cepas diferentes, pero los dos aislamientos ambientales (de un grifo y de una ducha) presentaban el mismo patrón que el de uno de los pacientes. DraI fue utilizada también para analizar mediante PFGE a 109 cepas procedentes de varios brotes nosocomiales ocurridos en un hospital canadiense durante un periodo de 10 meses (189). Se encontraron dos patrones para 32 de los 52 aislamientos (61,5%) de la unidad de cuidados intensivos, y para 2 de los 31 aislamientos de las salas, lo que sugiere una transmisión nosocomial por estas dos cepas en la unidad de cuidados intensivos. Van Couwenberghe y cols. examinaron mediante PFGE 64 aislamientos clínicos de 60 pacientes y de las manos de una enfermera, tras la digestión del ADN con XbaI y SpeI (14, 15). Ocho de los pacientes y la enfermera estuvieron implicados en un posible brote en la unidad de cuidados intensivos, pero sólo 6 de los 8 pacientes tuvieron el mismo patrón electroforético, y el de las manos de la enfermera fue también diferente. Laing y cols. analizaron mediante PFGE con SpeI 80 aislamientos de S. maltophilia de 63 pacientes de 3 hospitales canadienses (2). Todas las cepas mostraron un patrón diferente excepto 6 aislamientos procedentes de la UCI de uno de los hospitales. La repetición del análisis mostró unos patrones de PFGE estables y reproducibles. En otro estudio se demostró mediante PFGE utilizando SpeI que los aislamientos de lavados broncoalveolares eran indistinguibles de aquellos tomados de los broncoscopios que no habían sido esterilizados correctamente (195). Fabe y cols. utilizaron esta técnica con XbaI y DraI para examinar los aislamientos de una unidad de hematología (24 cepas de 23 pacientes y un manguito de presión arterial), y encontraron un mismo patrón para 3 pacientes y otros tres patrones para tres parejas de pacientes hospitalizados en el mismo tiempo (19). Una investigación de colonización pulmonar en pacientes con fibrosis quística no mostró transmisión cruzada mediante PFGE entre los 5 pacientes con cultivos positivos para S. maltophilia (17). En una UCI médico-quirúrgica de 15 camas se detectó en un año S. maltophilia en 14 pacientes (1). 20 El análisis epidemiológico mediante PFGE de 10 aislamientos clínicos y 1 de un respirador demostró que los aislamientos de los pacientes 5 al 10 tenían un mismo patrón, y los aislamientos de los pacientes 12 al 14 y el del respirador tenían otro patrón. El análisis por triplicado mostró reproducibilidad en los patrones electroforéticos. Recientemente se ha utilizado la PFGE en numerosas investigaciones epidemiológicas. Labarca y cols. estudiaron un brote de 8 casos de bacteriemias por S. maltophilia en trasplantados de médula ósea (17), encontrando una gran heterogeneidad molecular, sólo 2 pacientes ingresados en la misma unidad tuvieron idénticos aislamientos. Schmitz y cols., en un estudio epidemiológico de 154 cepas procedentes de 24 hospitales europeos (31), encontraron una gran diversidad de patrones, con pequeños agrupamientos clonales. Weber y cols. investigaron un brote de S. maltophilia en una unidad de cuidados intensivos mediante PFGE, y observaron que los pacientes estaban colonizados por 2 cepas diferentes, las cuales eran idénticas a los grifos de los lavabos de las habitaciones de los pacientes (190). Valdezate y cols. estudiaron mediante PFGE (además de por ribotipificación) 76 aislamientos respiratorios deS. maltophilia de 25 pacientes con fibrosis quística durante un periodo de tiempo de 8 años; encontraron un aumento clonal del 47%, con aparición de nuevas cepas en el 44% de los pacientes con cultivos repetidamente positivos para S. maltophilia; de éstos, sólo 6 estuvieron colonizados durante más de 6 meses por la misma cepa (9). Tripkovic y cols. estudiaron mediante PFGE varios agrupamientos de casos de S. maltophilia producidos por diferentes cepas simultáneamente en distintos lugares de un mismo hospital (18). Las técnicas genotípicas de PCR son un método complementario o alternativo a la PFGE, y aunque presenta menor reproducibilidad y discriminación, suponen una ventaja por su rapidez y simplicidad de realización, y su bajo coste. Las diferentes variedades, AP PCR (Arbitrarily- Primed PCR), RAPD (Ramdomly-Amplified Polymorphic DNA PCR), ERIC-PCR (Enterobacterial Repetitive Intergenic Consensus PCR), han sido utilizadas con éxito con objetivos epidemiológicos y taxonómicos en aislamientos clínicos y ambientales. El tamaño, el contenido en G + C y el número de cebadores empleados, así como las condiciones de amplificación, permiten que el 21 rendimiento de estas técnicas, principalmente de la RAPD PCR, se aproxime en ocasiones al obtenido con la PFGE (15, 18). Se ha utilizado RAPD como único método de tipado en dos estudios. En uno de ellos se recogieron 130 aislamientos de S. maltophilia (48 clínicos, 51 del ambiente hospitalario y 31 de otros ambientes) en un periodo de 8 meses en un hospital francés (7). Dieciséis aislamientos tuvieron el mismo patrón de RAPD en pares; 9 de ellos eran aislamientos clínicos, 5 del ambiente hospitalario y 2 de otros ambientes. El análisis RAPD de los 9 primeros reveló 5 tipos diferentes (4 pares de tipos) en pacientes ingresados en la misma unidad en el mismo tiempo. Los aislamientos del ambiente hospitalario fueron tomados en la misma semana y en la misma unidad pero no tuvieron relación con los aislamientos clínicos. Verweij y cols. (20) utilizaron también el RAPD como único método de tipado en un brote nosocomial ocurrido en una UCI neonatal. La misma cepa de S. maltophilia fue encontrada en el aspirado traqueal de 5 pretérminos y en tres grifos de los lavabos donde eran bañados los niños. La ERIC-PCR también ha sido utilizada con éxito para tipar S. maltophilia. Chatelut y cols. analizaron 38 aislamientos clínicos, 9 de una unidad de quemados, 20 no relacionados epidemiológicamente, y 9 procedentes del esputo de un paciente con fibrosis quística, durante un periodo de 22 meses (20). Todas las cepas fueron diferentes excepto las del paciente con fibrosis quística que estaban estrechamente relacionadas. Los autores comparan ERIC-PCR con RAPD y concluyen que ambas son rápidas, reproducibles y discriminatorias, aunque la interpretación de los resultados es más fácil con ERIC-PCR. Berg y cols. analizaron 40 aislamientos de S. maltophilia procedentes de fuentes clínicas y ambientales con tres métodos moleculares; ribotipificación, BOX-PCR y PFGE tras la digestión con DraI (7). Los tres métodos demostraron una gran diversidad de patrones, sin agrupamientos. Sin embargo, PFGE fue el más discriminatorio, aunque BOX- PCR fue el método más rápido. García de Viedma y cols. realizaron un estudio molecular de 11 aislamientos de S. maltophilia procedentes de 7 neonatos mediante PCR, PFGE y ERIC-PCR (16). Con los tres métodos se demostró que todos los aislamientos excepto uno tenían una alta homogeneidad, y, por tanto, la existencia de transmisión cruzada. 22 La técnica de AFLP (Amplified Fragment Leght Polymorphism) en S. maltophilia incrementa las posibilidades de discriminación y reproducibilidad de las técnicas basadas en la PCR. Esta técnica combina la restricción simultánea del ADN con dos endonucleasas y la ligazón de unos oligonucleótidos complementarios a la secuencia de corte de la enzima que actúan como adaptadores, con la realización posterior de una PCR cuyos cebadores son complementarios a estos adaptadores (81). Rademaker y cols. compararon el AFLP y el rep-PCR (repetitive-sequence-based PCR) con los estudios de hibridación ADN-ADN en diferentes cepas de Xanthomonas con resultados similares, demostrando una rápida y alta discriminación (201). Schable y cols. utilizaron la electroforesis con enzimas multilocus junto al serotipo para investigar un brote de infección por S. maltophilia en una unidad de cuidados intensivos traumatológica (185). A pesar de que la mayoría de las cepas implicadas en el brote tenían el serotipo 10, las cepas con este serotipo que no estaban relacionadas con el brote tuvieron un patrón electroforético diferente mediante la electroforesis con enzima multilocus. A pesar de los numerosos brotes comunicados en los que se identifican agrupamientos de cepas con el mismo patrón (1-2, 4, 17, 20), aún no se tiene un conocimiento exacto de las fuentes y de los modos de transmisión de S. maltophilia. Se han descrito posibles reservorios ambientales, como grifos, desagües, humidificadores de ventiladores (1, 20). Algunos estudios epidemiológicos moleculares han demostrado evidencias de transmisión cruzada nosocomial (16), aunque otros consideran que la transmisión se produce por múltiples adquisiciones independientes desde las fuentes ambientales, dada la diversidad de cepas identificadas en una misma institución (6, 19), su frecuente aislamiento en una gran variedad de fuentes ambientales, y la similitud de estos aislamientos ambientales a los de las muestras clínicas (6). MANIFESTACIONES CLÍNICAS DE LA INFECCIÓN POR S. maltophilia S. maltophilia puede producir un amplio espectro clínico de infecciones. Desde las primeras series de casos publicados se ha considerado un microorganismo de baja patogenicidad (41, 16, 20), debido a la dificultad para diferenciar entre colonización e infección, sobre todo cuando S. maltophilia se aísla en lugares superficiales y habitualmente no estériles, como la piel y el tracto respiratorio alto. Esta dificultad se ve incrementada cuando, además, se aísla en cultivos mixtos. Recientes estudios utilizando criterios más estrictos para definir la infección, y en los que se ha aislado S. maltophilia de lugares estériles, han encontrado unas tasas de infección más altas, situándose alrededor del 50% de los aislamientos (3, 6, 23). A pesar de que S. maltophilia se ha considerado fundamentalmente un patógeno nosocomial (23, 3), produce también infecciones en la comunidad (2, 42), y con frecuencia superior a la anteriormente considerada. Infección del Tracto Respiratorio. Los aislamientos de S. maltophilia procedentes del tracto respiratorio son los más frecuentes en los pacientes hospitalizados, con porcentajes que varían desde el 40 al 89% (2, 5, 6, 23). Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones se considera a S. maltophilia como un simple colonizador (2, 6). Los pacientes con infección respiratoria por S. maltophilia suelen padecer problemas pulmonares de base, como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, las bronquiectasias, la cifoescoliosis o la obstrucción endobronquial (2, 5, 6, 23), que los predisponen a la adquisición respiratoria de S. maltophilia. Se ha descrito un caso de infección pulmonar después de un trasplante de pulmón (20). Aunque no es lo más habitual, S. maltophilia puede producir neumonías adquiridas en la comunidad (25-20), gran parte de ellas en pacientes con condiciones predisponentes (2, 25-27). Sales y cols. describen un caso de neumonía de la comunidad en un paciente con SIDA (25), y Franzetti y cols. en un estudio sobre infecciones por Pseudomonas en pacientes con SIDA, describen dos neumonías por S. maltophilia (26). Irufine y cols. comunican un caso de neumonía de la comunidad por una cepa mucoide de S. maltophiliaen una mujer con bronquiectasias (27). Los pacientes con fibrosis quística son otro grupo de enfermos en los que la prevalencia de S. maltophilia se ha incrementado con los años, con una gran variabilidad dependiendo del centro hospitalario. Así, Frederiksen y cols. refieren en un centro de fibrosis quística de Dinamarca un incremento de la prevalencia de menos del 2% en 1.975 a un 19% en 1.993 (29), y en un centro británico de 0% en 1.983 a 10% en 1.990 (9). De 1.993 a 1.994 la prevalencia subió en otro centro británico de un 10 a un 19% (11), y en el Hospital Ramón y Cajal de Madrid lo hizo hasta un 30% (7). Denton y cols. en un centro británico de fibrosis quística refieren una incidencia de un 25% entre 1.993 y 1.995 (7), y Valdezate y cols. en el hospital Ramón y Cajal de Madrid del 24% entre 1.991 y 1.998 (91). Aunque la prevalencia e incidencia en EEUU han aumentado, se han mantenido en cifras algo más bajas. Denko y cols. refieren entre 1.982 a 1.994, un incremento de la prevalencia del 5,6% al 8,76%, y de la incidencia del 1,6 al 5,7% (21), mientras que Talmauci y cols. describen un aumento de incidencia del 2,8% al 6,2% entre 1.993 a 1.997 (24). Este incremento del número de aislamientos a lo largo de los años puede tener un origen multifactorial. Denton y cols. en un estudio de casos y controles identifican a la hospitalización prolongada, la utilización crónica de antimicrobianos antipseudomonas, el haber estado colonizado por P. aeruginosa en el pasado, o estar crónicamente colonizado por otros microorganismos, como factores de riesgo para la adquisición de S. maltophilia (11). Talmauci y cols., en otro estudio de casos y controles, observan que la administración crónica de antimicrobianos (orales, intravenosos o inhalados) y la administración de corticosteroides orales son factores de riesgo para su adquisición (24). Los pacientes con fibrosis quística pueden estar colonizados durante largos periodos de tiempo por S. maltophilia (9, 20-21), sobre todo aquellos de mayor edad (1, 21). En los últimos años, la utilización de medios selectivos para la identificación de S. maltophilia en el esputo puede que haya contribuido al aumento del número de aislamientos (15), junto a los factores anteriormente señalados. No existe evidencia de transmisión nosocomial de S. maltophilia entre pacientes con fibrosis quística (7, 19, 22). Aunque Denton y cols. demostraron alguna evidencia de adquisición del microorganismo desde el ambiente hospitalario, no pudieron demostrar esta adquisición desde las superficies domésticas (7). Hutchinson y cols. en una investigación en pacientes con fibrosis quística encontraron S. maltophilia en los nebulizadores de 4 pacientes, pero ninguno de ellos estaba colonizado por el microorganismo (6). No se conoce claramente el significado pronóstico de S. maltophilia en la función pulmonar de los pacientes con fibrosis quística. En algunos estudios no se ha demostrado una peor evolución en los pacientes colonizados o infectados (2, 5, 21), aunque en otros se ha observado un progresivo deterioro de la función pulmonar, particularmente en aquellos pacientes colonizados crónicamente durante largos periodos de tiempo y con recuentos de S. maltophilia en esputo superiores a 105 – 106 UFC/ml (7, 16, 21). Algunas series han encontrado que S. maltophilia es responsable del 5% de las neumonías nosocomiales, aunque en otras series no se considera un agente causante de las mismas (41). Los casos de neumonía nosocomial se han observado con mayor frecuencia durante los brotes de infección (3, 4, 20). Estas neumonías se han asociado con la ventilación mecánica, traqueostomía, exposición previa a antimicrobianos, y con la utilización de equipos de terapia respiratoria, como nebulizadores y aerosoles de polimixina. La neumonía nosocomial por S. maltophilia se ha asociado con un incremento significativo de la mortalidad (6, 28, 32). Kollef y cols., en un estudio sobre la mortalidad en pacientes con neumonía tardía asociada a ventilación mecánica encuentran S. maltophilia como factor de riesgo de mortalidad hospitalaria (21). La mortalidad en los pacientes inmunodeprimidos con neumonía por S. maltophilia es también elevada. Khardori y cols. describen en una serie de infecciones nosocomiales por este microorganismo en pacientes con cáncer a 5 pacientes con neumonías, de los que 3 fallecen (6). Fujita y cols., en otra serie de neumonías en inmunodeprimidos refieren 5 muertes en 10 pacientes (13). La fuente desde la que los pacientes adquieren S. maltophilia no está aclarada (60). Aunque se ha aislado S. maltophilia en los circuitos de ventilación mecánica (1, 4), puede que sólo signifique una contaminación desde los pacientes en vez de la fuente de infección en sí. Klick y Du Moulin describieron un agrupamiento de casos en una unidad de cuidados intensivos en la cual estuvo implicado un analizador de oxígeno contaminado por S. maltophilia (21), y Korn y cols. describieron también un brote asociado con la línea de temperatura de un ventilador (26). Turner-Hubbard y cols. atribuyeron el aislamiento de S. maltophilia en lavados broncoalveolares a la falta de protocolos de esterilización de los broncoscopios (15). No encontraron infección clínica tras la utilización de los broncoscopios contaminados. La infección del tracto respiratorio superior por S. maltophilia es muy rara, y el significado clínico de su aislamiento en los exudados faríngeos, incierto (41). Se ha descrito un caso de mastoiditis en un paciente nadador con otitis media (41), y tres casos de sinusitis (42) en pacientes pediátricos. Bacteriemia. S. maltophilia se aísla con gran frecuencia en muestras de hemocultivo (3, 6, 21, 22, 29, 30), y con una incidencia en aumento (29). Puede ser secundaria a infecciones cardiopulmonares, urinarias, gastrointestinales, o de piel y tejidos blandos (12, 22, 29-30, 32), pero a menudo se trata de bacteriemias primarias. Los dispositivos intravasculares son una causa importante de bacteriemia y han cobrado una importancia creciente en los últimos años (3, 12, 21-22, 28-30). Por ello, cuando el foco de infección responsable de la bacteriemia no es aparente en un paciente con un catéter intravascular, se tiende a pensar que dicho catéter es el origen de la misma. En algunos estudios ha sido posible identificar el reservorio ambiental a través del cual se ha producido la bacteriemia por S. maltophilia. Flaherty y cols. investigaron un brote de bacteriemias por bacilos gramnegativos que incluían 3 casos producidos por S. maltophilia y uno producido por S. maltophilia y Enterobacter cloacae, y en el cual se identificó la superficie contaminante en una anilla del hemodializador (18). En otro estudio se simuló una diálisis tras la contaminación de las anillas del hemodializador con S. maltophilia y Mycobacterium chelonae con su posterior esterilización, y a pesar de ello se demostró contaminación del compartimento sanguíneo por estos microorganismos (23). Es importante distinguir entre bacteriemias y pseudobacteriemias debidas a la contaminación sanguínea a través de los materiales utilizados en la extracción, como es el caso de la inoculación de la sangre en tubos anticoagulantes no estériles previa a la inoculación en los tubos de hemocultivos (17, 24). En algunos casos se han descrito recidivas de bacteriemias (21, 3). La mayor parte de ellos eran de pacientes con catéteres venosos centrales, y la bacteriemia se controló tras su retirada. Técnicas moleculares demostraron que los episodios eran producidos por los mismos microorganismos (13). La mortalidad asociada a la bacteriemia por S. maltophilia puede ser elevada (22, 30, 32, 21). En una serie de 32 casos, Jang y cols. encontraron un pronóstico fatal en 22 de los pacientes (69%), de losque 13 (41%) murieron por una causa directamente atribuible a la septicemia (21). En otra serie de 91 bacteriemias, Muder y cols. observaron una mortalidad cruda y aguda del 38% y el 25%, respectivamente (30). En otra serie de 37 bacteriemias significativas en pacientes hematológicos se observó una mortalidad aguda del 24% (30). Sin embargo, Herrero y cols. comunicaron 11 casos de bacteriemias significativas sin muertes atribuibles a ellas (21). Las bacteriemias polimicrobianas con S. maltophilia son frecuentes (32). Diversos estudios han sugerido que no existen diferencias significativas en el pronóstico comparadas con las monomicrobianas (12, 30, 32), aunque en algunos estudios se ha descrito una mayor mortalidad en estas últimas (22, 29). La mortalidad se ha asociado a factores relacionados con la patología de base del paciente, como la neutropenia severa y la gravedad de la enfermedad de base, con la utilización de un tratamiento antimicrobiano no adecuado (22, 30, 27), y con factores relacionados con la infección por S. maltophilia, como la presencia de “shock” séptico al inicio, o cuando el foco primario de la bacteriemia es una neumonía (28, 32, 6). Se han descrito complicaciones en la septicemia por S. maltophilia, como la coagulación intravascular diseminada, púrpura fulminante o ectima gangrenoso. Endocarditis. Según nuestro conocimiento, se han descrito 23 casos de endocarditis en la literatura (8, 32). El 87% de los pacientes tenía factores de riesgo para endocarditis: antecedente de cirugía cardiaca (60%), adicción a drogas por vía parenteral (32%), dispositivos intravasculares (2 catéteres venosos centrales, 1 reservorio, y 1 catéter ventriculoatrial) (18%), extracción o manipulación dentaria (14%), cistoscopia, y contaminación de la sustancia anticoagulante del sistema venoso del paciente. El 52% de las endocarditis ocurrieron sobre válvulas protésicas, y de las ocurridas sobre válvulas nativas, en el 60% no existía patología valvular de base. Las endocarditis sobre válvulas protésicas afectaron al lado izquierdo del corazón; y de las nativas, el 50% se produjo en la válvula aórtica y el 38% en la tricúspide. Catorce endocarditis fueron postoperatorias, tanto tempranas (32), como tardías (22). En ausencia de abuso a drogas y de cirugía valvular la endocarditis es rara. Gutiérrez Rodero y cols. describen un caso de endocarditis sobre válvula nativa seguido de la infección de una derivación ventriculoatrial (5). La forma de presentación clínica es similar a la de otros bacilos gramnegativos, y puede complicarse con abscesos en el anillo valvular o miocardio (8), con embolismos sépticos (22, 24) o absceso de pulmón (75). El pronóstico de la endocarditis por S. maltophilia es variable; se produjo una mortalidad del 39%, que fue similar para las endocarditis protésicas que para las nativas. El 50% de los pacientes tuvieron que ser intervenidos (62% de las endocarditis protésicas). En casi todos los pacientes se utilizaron en el tratamiento dos o más antimicrobianos. Se han descrito también casos de pericarditis (3, 22), infección del saco pseudopericárdico en el recipiente de un corazón artificial (4), y pseudoaneurisma de la arteria subclavia izquierda en un paciente con leucemia aguda y neumonía (23). Infección del Sistema Nervioso Central. La meningitis causada por S. maltophilia es rara. En neonatos y niños suele aparecer espontáneamente (23-27), mientras que en adultos suele ser secundaria a procedimientos neuroquirúrgicos (25, 28-29). La presencia de material extraño como derivaciones de líquido cefalorraquídeo, tubos de ventriculotomía o reservorios subcutáneos para el tratamiento de meningitis carcinomatosas puede ser un factor importante en la patogénesis de estas infecciones (20- 21). Se ha descrito un caso de absceso epidural tras la colocación de un catéter espinal epidural (22). La meningitis en adultos sin antecedentes neuroquirúrgicos es muy rara (23). La otra especie de Stenotrophomonas, S. africana, fue aislada en el líquido cefalorraquídeo de un refugiado de Ruanda infectado por el VIH que sufría un cuadro de meningoencefalitis (11). Infección del Tracto Urinario. S. maltophilia se aísla con cierta frecuencia en muestras de orina, pero se desconoce su papel como patógeno (41), y, por tanto, es considerado una causa infrecuente de infección urinaria (6, 13, 21, 25). En la mayoría de las ocasiones la infección suele ser nosocomial (2), y generalmente se asocia a patología estructural del tracto urinario (14), a cirugía, o a instrumentalización del mismo (incluido el sondaje urinario) (6, 21, 23-25). VanCouwenberghe y cols. en un estudio caso y control de factores de riesgo asociados a la adquisición de S. maltophilia (5), encuentran que los casos están sondados con mayor frecuencia y durante más tiempo que los controles, pero no evalúan su significación dado el bajo número de pacientes. Se ha descrito un brote de infección nosocomial por la instilación intravesical de un desinfectante contaminado (13). Las infecciones urinarias por S. maltophilia de la comunidad son raras (5, 24). Se han comunicado 2 casos en pacientes con infección por el VIH (25). S. maltophilia puede producir también uretritis, abscesos periuretrales y epididimitis (4, 26), incluso se ha aislado en una muestra de semen de un hombre fértil (4). Infección de la Piel y Tejidos Blandos. S. maltophilia es un aislamiento relativamente frecuente de heridas y otras lesiones de la piel (4, 3, 23, 25). Su papel como patógeno es difícil de establecer debido a la falta de información clínica, microbiológica y de criterios diagnósticos de los casos comunicados (5, 1, 6), problema que se ve agravado cuando se aísla en cultivos polimicrobianos. La infección de la herida puede ocurrir tras traumatismos, cirugía o quemaduras (4, 23). También puede ocurrir por pérdida iatrogénica de la continuidad de la piel por osteomas o inserción de catéteres, ya sean vasculares o percutáneos (2, 5, 6). La celulitis primaria o metastásica también se ha descrito en algunos pacientes, sobre todo en aquellos con neoplasias sólidas y hematológicas (22, 32). Vartivarian y cols. en una serie de 114 infecciones por S. maltophilia en pacientes con cáncer, describen 5 casos de celulitis primaria y 6 casos de celulitis metastásica (2). La celulitis metastásica puede presentarse como un ectima gangrenoso, que aunque está asociado con bacteriemias por P. aeruginosa, también se ha descrito en infecciones sistémicas por S. maltophilia en pacientes oncológicos (3, 6, 19, 13, 21). Cinco de los 6 casos de celulitis metastásica en esa misma serie se manifestaron como lesiones dérmicas nodulares que simulaban una infección diseminada por hongos, y que se acompañaron de un mal pronóstico (6). S. maltophilia puede producir lesiones mucocutáneas y perineales en pacientes con neoplasias (1, 2). Otras infecciones de tejidos blandos por S. maltophilia descritas son: celulitis umbilical (13), heridas por arañazo de gatos y picaduras (23). Infección Intraabdominal y del Tracto Gastrointestinal. Algunos individuos pueden ser portadores gastrointestinales asintomáticos de S. maltophilia, aunque es una causa muy rara de infección del tracto digestivo. Se han comunicado casos de aislamientos en líquido ascítico (4, 23, 26), pero los más importantes son los casos de peritonitis en pacientes en diálisis crónica peritoneal ambulatoria (4, 5, 21-26). Estas peritonitis pueden ser secundarias a la infección del lugar de inserción de la cánula Tenckhoff, aunque no siempre progresan a peritonitis (4). La infección local del lugar de inserción del catéter no suele precisar retirada del mismo y evolucionan favorablemente con tratamiento antimicrobiano o simplemente con curas locales (4, 5). Las peritonitis sí precisan en lamayoría de los casos retirada del catéter y tratamiento antimicrobiano intravenoso (9, 10, 5, 22). Dapena y cols. compararon la infección del sitio de inserción del catéter peritoneal por S. maltophilia en 13 pacientes, con 17 pacientes con infección por Pseudomonas (4), y encontraron que la infección por S. maltophilia se asociaba con el aislamiento de otros microorganismos (66% versus 5%; p < 0,02), y precisaba en menos ocasiones la retirada del catéter (1/13 versus 11/17; p < 0,03). Taylor y cols. compararon 7 casos de peritonitis por S. maltophilia con otros 21 casos de peritonitis por otros microorganismos, y encontraron que en las primeras los pacientes eran más jóvenes y habían recibido más frecuentemente inmunosupresores (50). S. maltophilia puede producir otro tipo de infecciones intraabdominales, como abscesos pancreáticos secundarios a pancreatitis necrotizante (23), abscesos hepáticos (24) o colangitis. Se han descrito 6 casos de colangitis; una en un paciente con SIDA (25) y 5 en pacientes con obstrucción de la vía biliar secundaria a neoplasias (26). Zuravleff y cols. describieron un caso de bacteriemia secundaria a una gastroenteritis (21), aunque no estuvo clara la relación entre ambos eventos. También se ha aislado S. maltophilia formando parte de la flora oral de pacientes con cáncer sometidos a quimioterapia (1), aunque sin observarse signos de infección. Se ha sugerido que algunas variantes de S. maltophilia con pared defectuosa pudieran tener algún papel en la patogénesis de la enfermedad de Crohn y de la colitis ulcerosa (1). Graham y cols. mediante técnicas de hibridación de ADN identificaron secuencias homólogas a las de S. maltophilia en pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal (27), pero estudios adicionales inmunológicos, serológicos e inmunohistoquímicos no lo pudieron corroborar (41, 268-269). Infección Ocular. La incidencia de infecciones oculares por S. maltophilia parece estar en aumento (24). Se ha descrito una gran variedad de síndromes, como conjuntivitis, queratitis, escleritis, dacriocistitis y celulitis preseptal (1, 24). También se han observado casos de conjuntivitis, queratitis y úlceras corneales en portadores de lentes de contacto en las cuales se ha aislado S. maltophilia (4, 24-25). Se han comunicado 5 casos de endoftalmitis, dos tras la extracción de cataratas (24-27), uno tras la implantación de una lente intraocular (28), uno tras la implantación de un preparado de ganciclovir (4), y otro después de una herida penetrante con un objeto de madera (29). Se ha referido un caso de absceso intralenticular (25). S. maltophilia se ha aislado en las lentes de contacto y en los objetos para su cuidado (1, 24, 21), y aunque se ha sugerido que existe sinergia entre S. maltophilia y Acantomoeba spp., que puede ser importante en la patogénesis de la queratitis amebiana asociada a lentes de contacto (4), no se ha demostrado en otros estudios (21). S. maltophilia también se ha aislado en los sistemas de aspiración de fluidos utilizados en las vitrectomías e intervenciones de cataratas (25). Infección de Huesos y Articulaciones. La infección ósea y la articular son raras. Suelen ir seguidas de cirugía ortopédica o de traumatismos (4, 6, 23, 28-25). Se ha descrito el caso de un adicto a drogas por vía parenteral con infección de la sínfisis del pubis por S. maltophilia y P. aeruginosa (41), y un caso de bursitis prepatelar (4). SENSIBILIDAD A LOS ANTIMICROBIANOS Y TRATAMIENTO Aunque S. maltophilia presente, como se ha visto en el apartado de epidemiología, una gran diversidad genómica, posee una gran homogeneidad fenotípica en su perfil de sensibilidad. Su resistencia intrínseca le confiere un carácter de multirresistencia a numerosos y diferentes antimicrobianos. Esta resistencia intrínseca, junto a las resistencias adquiridas por la presión selectiva de los antimicrobianos, supone una ventaja ecológica sobre otros posibles patógenos hospitalarios. Pruebas de Sensibilidad in Vitro El manejo de las infecciones causadas por S. maltophilia es difícil no sólo por su multirresistencia, también por los problemas metodológicos de las pruebas de sensibilidad. Los resultados de las diferentes pruebas de sensibilidad pueden afectarse por numerosos factores. La composición del medio de cultivo es un factor determinante en la realización de dichas pruebas in vitro con S. maltophilia. Para el grupo de los betalactámicos, parece que influyen tanto el tipo de nutriente utilizado en el medio como su concentración (27). Bonfiglio y 30 cols. mencionan al medio Isosensitest como el más adecuado al ofrecer menos variaciones en sus resultados. El agar Mueller-Hinton produjo una disminución de sensibilidad a los diferentes agentes, que fue más evidente con los betalactámicos, y más acusada con la progresiva disminución de los nutrientes de dicho medio (27). La concentración de Zn2+ en el medio de cultivo, pero no la de Ca2+ y Mg2+, influye en la sensibilidad de S. maltophilia a imipenem (27). Este efecto no ocurre, sin embargo, con meropenem, pues la sensibilidad disminuye con pequeños incrementos en la concentración de los iones (22). Esto puede ser debido a que la betalactamasa L1 (ver posteriormente) necesita de su estructura multimérica para hidrolizar imipenem, mientras que bastaría con la monomérica (que requiere menos zinc) para hidrolizar meropenem, pues si la resistencia principal a las carbapenemas es mediada por la hidrólisis de la betalactamasa L1 se deberían de afectar ambos agentes por igual (27). La concentración de iones divalentes afecta a la concentración mínima inhibitoria (CMI) de las carboxi- y ureidopenicilinas (8, 27). Se han observado efectos similares con las tetraciclinas, polimixina B, aminoglucósidos y trimetoprim-sulfametoxazol (8, 27). Con la gentamicina y la tobramicina se han encontrado diferencias en la CMI cuando se comparan técnicas de caldo y de agar (4). Durante la última década varios autores han ofrecido resultados poco concordantes entre los métodos de sensibilidad y las recomendaciones del National Committee for Clinical Laboratory Standards (NCCLS). Los métodos de difusión con disco, en general, parece que son inapropiados y poco reproducibles (1, 4, 5, 7, 27), con marcadas variaciones en los resultados observados a las 24 y las 48 horas de incubación (8, 27). A pesar de que Arpi y cols. señalan que la difusión con disco es tan fiable como el E test y la dilución en agar cuando determinan la sensibilidad a ciprofloxacino de 124 aislamientos clínicos de S. maltophilia (276), otros autores han señalado que la determinación de la sensibilidad a las quinolonas, y particularmente ciprofloxacino, mediante difusión con disco parecen tener grandes problemas (4, 25, 27). Hohl y cols., en un estudio de 33 aislamientos clínicos comparan la dilución en agar y la difusión con disco (3), y observan un 12% de errores máximos y un 58% de errores menores en la determinación de la sensibilidad a ciprofloxacino. A pesar de que la mayoría de los investigadores coinciden en 31 los errores de la difusión con disco que sobreestiman la sensibilidad de las quinolonas frente a S. maltophilia, también han sido descritos falsas resistencias (27). El NCCLS recomienda la dilución en caldo o en agar como método de determinación de sensibilidad para S. maltophilia (9). Yao y cols. comparan el método E test con la dilución en agar en 176 aislamientos clínicos de S. maltophilia, y encuentran una correlación del 94% entre ambos (4), destacando que es un método fiable para los betalactámicos, tobramicina, trimetoprim-sulfametoxazol y fluorquinolonas, dados los escasos errores graves que ofrece. Sin embargo, Pankuch y cols. observan importantes diferencias en los resultados de sensibilidad obtenidos porlos distintos métodos, que incluían la dilución en agar, la microdilución en caldo, el E test y la difusión con disco (25). La dilución en agar era el método que mejor se correlacionaba con los resultados obtenidos en la curva de muerte bacteriana para ticarcilina-ácido clavulánico, piperacilina-tazobactam y ciprofloxacino, y, por tanto, era el más apropiado para la determinación de la CMI en esta especie. La difusión con disco, el E test y la microdilución deberían ser modificados para obtener una mejor correlación con los otros métodos (27). Traub y cols., ante las discrepancias entre los métodos de difusión y la dilución en agar, propusieron esclarecer esta situación con la inclusión de nuevos criterios para la interpretación de los resultados obtenidos por la difusión con disco para aminoglucósidos, cefalosporinas, cloranfenicol, piperacilina-tazobactam y ticarcilina-ácido clavulánico, aumentando el diámetro del halo de inhibición de las cepas que habían sido incluidas en la categoría de sensibilidad intermedia a los antimicrobianos (28). Carroll y cols. estudian la sensibilidad de 57 aislamientos clínicos por difusión con disco y 19 los aleatorizan para comparar la sensibilidad de cinco métodos diferentes (difusión con disco, E test, microdilución en caldo Alamar colimetric, Vitek, y MicroScan) con el método de microdilución en caldo habitual (28). Entre los métodos de difusión con disco y el E test encuentran una estrecha relación, pero grandes inconsistencias para todos los antimicrobianos ensayados, excepto el cotrimoxazol, con los métodos que empleaban caldo (microdilución y sistemas comerciales de microdilución). Las mayores discrepancias las obtienen cuando el periodo de incubación se extiende hasta 48 horas, al igual que Pankuch y cols., que también habían 32 establecido previamente que las menores variaciones en los tiempos de lectura se producían en dilución en agar (27). Tras estos hallazgos, sumados a los trabajos anteriores de su grupo con modelos de simulación farmacodinámica (21), en los cuales los recrecimientos bacterianos eran evidentes, Carroll y cols. recomiendan que con los antimicrobianos como doxiciclina, minociclina o cotrimoxazol, que muestran gran actividad frente a S. maltophilia independientemente del método y del tiempo de lectura empleados, es preferible la interpretación de los resultados transcurridas 16-18 horas, mientras que para los agentes bactericidas es aconsejable la incubación de las pruebas hasta 48 horas (20). Esta independencia de la metodología a cotrimoxazol fue posteriormente puesta de manifiesto por Wiles y cols. con diversos métodos, entre los que existió buena correlación (32). La temperatura de incubación es otro de los factores que influye en los resultados de las pruebas de sensibilidad. Se observó que la sensibilidad a los aminoglucósidos y a la polimixina B disminuía cuando las bacterias se incubaban a 30ºC, en comparación con los resultados obtenidos a 37ºC (41, 81). Wilcox y cols. establecieron una fuerte correlación entre las alteraciones en las proteínas de la membrana externa y la resistencia dependiente de la temperatura a la gentamicina (283). Más tarde, y en sucesivas publicaciones, Rahmati-Bahram y cols. (24) relacionan la disminución de la sensibilidad a 30ºC con cambios en la conformación de la estructura del lipopolisacárido, en relación con un mayor contenido en el antígeno O y una variación en el contenido de fosfatos, sitio de unión más importante de los aminoglucósidos (24-26). Con las quinolonas también se ha encontrado una dependencia de la temperatura, con incrementos de la CMI cuando S. maltophilia se incuba a 30ºC (8). Howe y cols. comunicaron una disminución de la sensibilidad a 30ºC para colistina, quinolonas, aminoglucósidos, y macrólidos, con mínimo efecto con los betalactámicos, cloranfenicol, tetraciclinas, rifampicina, fosfomicina y vancomicina (27). Con cotrimoxazol no hubo diferencia. En un estudio de sensibilidad dependiente de temperatura realizado con 20 antimicrobianos en 104 cepas de S. maltophilia (37), se encontró que la sensibilidad era al menos cuatro veces mayor a 37ºC para la gentamicina (51% de las cepas), amikacina (47%), colistina (44%) y tetraciclina (34%). Para una temperatura de 30ºC la 33 sensibilidad fue al menos cuatro veces mayor para cefoperazona-sulbactam (16% de las cepas) y colistina (10%). Algunos autores han propuesto que dado que muchas infecciones producidas por S. maltophilia, como el “shock” séptico, lesiones de la piel o peritonitis en pacientes sometidos a diálisis, pueden cursar con bajas temperaturas, la determinación de la sensibilidad debería realizarse a 30ºC (23-25). Diversos estudios han determinado la sinergia in vitro de diferentes combinaciones de antimicrobianos frente a S. maltophilia, particularmente de cotrimoxazol y fluoroquinolonas con otros antimicrobianos. La mayoría de las investigaciones se han realizado utilizando la técnica del “tablero de ajedrez” en caldo o agar, la cual tiene algunos inconvenientes (4). Uno de ellos es que da la información de forma discontinua, es decir, informa sólo si existe crecimiento bacteriano o no. La técnica de la curva de muerte bacteriana dependiente del tiempo ofrece, sin embargo, una información continua de la respuesta antimicrobiana. Otros inconvenientes del método del “tablero de ajedrez” son que permite sólo obtener una información precisa del efecto de las concentraciones antimicrobianas por encima y por debajo de la CMI, y que se asume que la inhibición del crecimiento bacteriano sigue una curva dosis- respuesta lineal, hecho no siempre cierto. A pesar de estas desventajas, la técnica del “tablero de ajedrez” puede ser útil en los análisis preliminares de sinergia, como cuando ninguno de los antimicrobianos estudiados sería efectivo si se utilizase sólo. Mecanismos de Resistencia En la resistencia múltiple de S. maltophilia participan múltiples factores: la permeabilidad disminuida que impide la entrada de los antimicrobianos, la existencia de sistemas de bombeo activo de antimicrobianos, o la producción de enzimas hidrolíticas o inactivantes. Dado que para un mismo grupo de antimicrobianos puede haber varios mecanismos de resistencia implicados, éstos se van a analizar según el grupo antimicrobiano. 34 Betalactámicos La multirresistencia a los betalactámicos, fundamentalmente de carácter intrínseco, se debe principalmente a la producción heterogénea de dos tipos de betalactamasas, denominadas L1 y L2 (26, 28-29). La expresión de las betalactamasas es intrínseca e inducible, por lo que se pensó que al igual que sucedía en otras especies bacterianas, la codificación de L1 y L2 era de tipo cromosómico. Un estudio reciente muestra que la codificación de estas enzimas se localiza en un fragmento de tipo plasmídico de gran tamaño que puede considerarse como parte de un cromosoma fragmentado (16). L1, producida por casi todas las cepas, pertenece a la familia de las metaloenzimas, aunque su secuencia de aminoácidos muestra significativas diferencias con las enzimas de esta clase producidas por Aeromonas hydrophila y Bacillus cereus (4). Estas enzimas son dependientes del zinc en el centro activo, y aunque este catión puede ser sustituido por Co2+, Cd2+, o Ni2+, las enzimas resultantes son menos activas que la nativa (1). La holoenzima, que consiste en un tetrámero de cuatro subunidades idénticas, hidroliza a una amplia gama de betalactámicos, con grados diferentes de eficiencia catalítica. Esta holoenzima tiene fundamentalmente actividad penicilinasa, y no puede hidrolizar monobactámicos como el aztreonam. Esta betalactamasa ha sido estudiada profundamente por su capacidad para hidrolizar carbapenemas, como imipenem y meropenem. El enzima es sensible a agentes quelantes como el
Compartir