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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MEXICO 
 
 
 
 
FACULTAD DE MEDICINA VETERINARIA Y ZOOTECNIA 
 
 
 
 
EVALUACIÓN DE LA EFICACIA DE LA CLINOPTILOLITA CONTRA EIMERIA 
SPP. EN OVINOS ESTABULADOS 
 
 
 
TESIS 
 
 
 
QUE PARA OBTENER EL TITULO DE MEDICO VETERINARIO ZOOTECNISTA 
 
 
 
PRESENTA 
 
 
VEGA DE LA CRUZ JORGE 
 
 
ASESORES: 
 
 
MVZ YAZMÍN ALCALÁ CANTO 
 
MVZ CARLOS GUTIERREZ OLVERA 
 
 
México, D.F. 2012 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
 
DEDICATORIA 
 
 
A mis maestros de vida: 
 
A mi madre Rosa Margarita de la Cruz Sánchez quien me cuida y guía desde 
 
donde se encuentre en la eternidad, gracias madre. 
 
A mi padre Jorge Vega Farias por su infinita paciencia y apoyo para la realización 
 
de este trabajo. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
AGRADECIMIENTOS 
 
Al proyecto PAPIIT IN215209 por los fondos para realizar esta tesis. 
 
 
A mis asesores MVZ Yazmín Alcalá Canto y MVZ Carlos Gutiérrez Olvera por su 
paciencia y dedicatoria para resolver mis dudas en este trabajo. 
 
A mi honorable jurado: 
 
MVZ Héctor Sumano López 
 
MVZ María Cristina Guerrero Molina 
 
MVZ Jorge Armando Álvarez León 
 
MVZ Yazmín Alcalá Canto 
 
MVZ Aurora Hilda Ramírez Pérez 
 
 
Y de manera especial a la MVZ Erandi González Robert por su apoyo en los 
 
momentos difíciles y su ayuda con los pequeños grandes detalles de este trabajo. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Contenido 
 
 
 
Resumen ………………………………………………………………………………...1 
 
I. Introducción ……………………………………………………………….................2 
 
I.I. Distribución geográfica ….……………………….……………………………….. 3 
 
I.II. Importancia ……….………………………………………………………………...3 
 
I.III. Morfología ………………………………………………………………………….3 
 
I.IV. Ciclo biológico …………………………………………………..………………..4 
 
I.V. Patogenia …………………………………………………………………………..6 
 
I.VI. Lesiones ……………………………………………………………………………9 
 
I.VII. Signos clínicos ………..………………………………………………………...10 
 
I.VIII. Diagnostico ………………………………….………………………………….11 
 
I.IX. Tratamiento ………………………………………………………………………12 
 
II. Zeolitas ...……………………………………………………………………………14 
 
II.I Aplicaciones de las zeolitas ……..…………………………………………15 – 17 
 
II.II Uso de zeolitas en ganadería ……………….…………………………………..18 
 
II.III Efectos de las zeolitas en la salud animal ………………………………19 – 21 
 
III. Justificación ……………..…………………………………………………………22 
 
IV. Hipótesis ……..…………………………………………………………………….23 
 
V. Objetivos …...……………………………………………………………………….24 
 
VI. Material y métodos ….…….………………………………………………………24 
 
VII. Resultados ………………………………………………………………………..28 
 
VIII. Discusión …………………………………………………………………………34 
 
 
IX. Conclusión ……..…………………………………………………………………..36 
 
X. Referencias ………..…………...…………………………………………………..37 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
RESUMEN 
VEGA DE LA CRUZ JORGE. Evaluación de la eficiencia de la clinoptilolita contra 
Eimeria spp. en ovinos estabulados. (Bajo la dirección de la MVZ Yazmín Alcalá 
Canto y MVZ Carlos Gutiérrez Olvera). 
Las zeolitas naturales como la clinoptilolita son minerales que se encuentran 
presentes en las rocas sedimentarias volcanogénicas. Las zeolitas han sido 
utilizadas por sus propiedades de adsorción, intercambio de cationes, catálisis y 
por su aplicación en procesos de deshidratación-rehidratación. Además se han 
usado para unirse a los metales pesados y las micotoxinas, en piscicultura, 
agronomía, horticultura y para remover el amoniaco producido en los desechos 
municipales, industriales y agropecuarios. También se han empleado como aditivo 
alimenticio y se ha demostrado que los animales que consumen dietas con zeolita 
tienen desempeños productivos más altos. El objetivo de este estudio fue evaluar 
la actividad de la zeolita (clinoptilolita) combinada con una dieta comercial en la 
excreción de ooquistes del protozoario parásito Eimeria en 12 corderos 
estabulados con una infección natural, así como su efecto sobre la ganancia 
promedio diaria de peso y la consistencia del material fecal de estos animales. Los 
resultados obtenidos permiten sugerir que la zeolita ejerce un efecto 
anticoccidiano, lo que proporciona bases para realizar estudios futuros. 
 
 
 
 
 
I. Introducción 
Las coccidias comprenden un grupo diverso de protozoarios intracelulares 
obligados de vertebrados, sólo algunas especies infectan a invertebrados. Estos 
parásitos han sido clasificados en el Phylum Apicomplexa, que se caracteriza por 
la presencia de un conjunto de organelos dentro del extremo anterior de los 
estadios invasivos (Jolley y Bardsley, 2006). Los agentes causales de la eimeriosis 
o coccidiosis en rumiantes son organismos que se desarrollan dentro de las 
células intestinales de los huéspedes. Debido a que el desarrollo intracelular 
provoca la destrucción de las células en las que se multiplican, se les considera 
parásitos aunque no lleguen a provocar la enfermedad (Taylor y Catchpole, 1994). 
La mayoría de las especies que infectan rumiantes no provocan signos aún 
cuando se encuentren en cantidades elevadas en los análisis diagnósticos 
estándar que se realizan. Consecuentemente, es importante diferenciar las 
especies patógenas de las de menor importancia clínica (Kauffman, 1996). Los 
organismos abordados en este capítulo se agrupan taxonómicamente dentro del 
género Eimeria perteneciente a la familia Eimeriidae del Phylum Apicomplexa. En 
general, todas las especies de Eimeria que infectan rumiantes son rígidamente 
específicas de huésped, capaces de completar su desarrollo y reproducción en el 
tracto digestivo de huéspedes específicos y genéticamente compatibles (Long, 
1990). Algunas de las especies de Eimeria más comunes en ovinos son E. ovina, 
E. ovinoidalis, E. ahsata, E. parva, E. intrincata, E. bakuensis, E. crandallis, E. 
 
faurei, entre otras. Cabe señalar que E. ovinoidalis se considera una de las 
especies más patógenas (Mehlhorn, 2004). 
 
 
I.I Distribución geográfica 
La eimeriosis en rumiantes es una enfermedad cosmopolita. Sin embargo, la 
frecuencia, incidencia, prevalencia, morbilidad y mortalidad varía según las 
regiones, tipo de explotación y medidas de bioseguridad que se aplican en el 
manejo del ganado (Levine, 1985). 
 
I.II Importancia 
Los factores considerados en la estimación de pérdidas a causa de eimeriosis en 
ovinos incluyen: mortalidad, retraso en el crecimiento y costos generados por 
tratamientos. Las pérdidas indirectas se deben principalmente a la disminución del 
crecimiento y al retraso en la ganancia de diaria de peso. La coccidiosis clínica 
provoca lesiones patógenas severas en el intestino de los rumiantes y la atrofia de 
las vellosidades intestinales puede ser una secuela que resulte en mala absorción 
(Taylor, 1995). Debido a que el género Eimeria se caracteriza por una alta 
especificidad de huésped, con excepciones escasas, se disminuye 
significativamente el riesgo de zoonosis a causa de esta enfermedad (Mehlhorn, 
2004). 
 
I.III Morfología 
Estadios invasivos y móviles (esporozoito y merozoito): 
El complejo apical de los organismos clasificados dentro del phylum Apicomplexa 
incluye un grupo de organelos que facilitan el ingreso del protozoario a la céluladel hospedero. Estos organelos incluyen una serie de microtúbulos que forman 
una estructura llamada conoide, la cual consiste en una serie de estructuras 
fibrilares en espiral que se sugiere permiten al protozoario penetrar a la célula 
huésped; Los anillos polares, son engrosamientos osmiofílicos del complejo 
pelicular interno; Los gránulos densos, están involucrados en la formación de 
una vacuola parasitófora que facilita la invasión celular, Los rhoptrios, son 
organelos tubulares osmiofílicos alargados posteriormente que se extienden de la 
porción anterior hacia el interior del conoide. Se sugiere que los rhoptrios secretan 
una enzima proteolítica que auxilia la función del conoide y recluta mitocondrias 
del hospedero. Los micronemas son organelos osmiofílicos que se extienden 
longitudinalmente en la parte anterior de la célula y permiten la adhesión del 
parásito a la célula hospedera mediante la conexión del citoesqueleto del 
protozoario (Urquhart et al., 1996). 
El estadio inmóvil se denomina ooquiste u oocisto. Los ooquistes son estadios 
exógenos que generalmente se excretan con las heces del huésped. La 
esporogonia es la fase mediante el cual un esporonte (zigoto) lleva a cabo una 
serie de divisiones dentro de la pared del ooquiste para formar esporozoitos, los 
cuales en el caso de Eimeria se encuentran contenidos dentro de esporoquistes. 
Los ooquistes del género Eimeria presentan en su interior cuatro esporoquistes 
cada uno con dos esporozoitos. Estudios ultraestructurales del ooquiste han 
 
demostrado la presencia de diversos organelos dependiendo de la especie de 
Eimeria, entre ellos el gránulo polar, cuerpo residual del ooquiste, micrópilo y 
tapón del micrópilo (Eckert et al., 1995). El esporoquiste posee una pared y un 
residuo, mientras que el esporozoito presenta un núcleo y los cuerpos retráctiles 
anterior y posterior (Long, 1990). 
 
I.IV Ciclo Biológico 
El ciclo biológico del género Eimeria se divide en 3 fases: 
1. Esporogonia 
2. Merogonia o esquizogonia 
3. Gametogonia 
Esporogonia.- Los ooquistes esporulados constituyen el estadio infeccioso del 
género Eimeria y son excretados con las heces. Bajo condiciones adecuadas de 
oxigenación, humedad elevada y temperaturas óptimas, de alrededor de 27ºC, el 
núcleo se divide dos veces y la masa protoplásmica forma 4 cuerpos cónicos a 
partir de una masa central. Cada uno de estos conos se redondea y forma un 
esporoblasto, aunque en algunas especies el protoplasma restante forma el 
cuerpo residual del ooquiste. Cada esporoblasto secreta una pared de material 
refráctil que se conoce como esporoquiste, mientras que en el interior el 
protoplasma se divide y forma dos esporozoitos. En algunas especies el 
protoplasma restante dentro del esporoquiste forma un cuerpo residual del 
esporoquiste. Bajo condiciones ambientales óptimas, esta fase del ciclo se realiza 
en 2-4 días (Levine, 1985). 
Merogonia o esquizogonia (reproducción asexual).- El hospedero se infecta al 
ingerir el ooquiste esporulado. Los esporoquistes se liberan ya sea 
mecánicamente o por el estímulo del CO2 y los esporozoitos se liberan al ser 
activados por la tripsina y bilis. En muchas especies, cada esporozoito penetra 
una célula epitelial, se redondea y se le conoce como trofozoito. Después de 
aproximadamente 7 días, cada trofozoito se divide por fisión binaria múltiple y 
forma el meronte o esquizonte, estructura que está formada por un elevado 
número de organismos elongados nucleados conocidos como merozoitos. 
Cuando la división se completa y el meronte madura, la célula huésped y el 
meronte mismo se rompen, por lo que los merozoites se liberan e invaden células 
adyacentes. La merogonia puede repetirse varias generaciones dependiendo de la 
especie de Eimeria (Mehlhorn, 2004; Urquhart et al., 1996). 
Gametogonia (reproducción sexual).- La merogonia concluye cuando los 
merozoitos forman gametocitos machos (microgametocitos) y hembras 
(macrogametocitos). Estos estadios de vida pueden distinguirse de los trofozoitos 
o merozoitos en desarrollo por el hecho de que tienen un núcleo único y grande. 
Los microgametocitos se dividen repetidamente para formar un gran número de 
organismos flagelados con un solo núcleo, a los que se les denomina 
microgametos. Los protozoarios presentan órganos de locomoción solamente 
durante esta breve fase de su ciclo de vida. Los microgametos se liberan por la 
 
ruptura de la célula huésped, uno penetra un macrogameto y se lleva a cabo la 
fusión de los núcleos del microgameto y macrogameto. Se forma un pared quística 
alrededor del zigoto (zigotoquiste u ooquiste), el cual se libera en las heces 
como un ooquiste no esporulado. El periodo prepatente, es decir, antes del inicio 
de la excreción de ooquistes (Mundt et al., 2005) dura en promedio 3-4 semanas 
(Urquhart et al., 1996). 
 
I.V Patogenia 
La severidad de la infección por Eimeria en rumiantes depende de dos factores 
importantes: los parásitos como tales y la reacción del hospedero hacia ellos, que 
si es severa puede causar más daño que los mismos parásitos. Ambos factores 
causan cambios estructurales que reducen la función de los órganos afectados la 
cual desencadena en una serie de cambios fisiológicos (Mehlhorn y Piekarski, 
1993). Algunas de las reacciones del huésped se producen como respuestas 
generales a la interferencia con sus tejidos, mientras que otras son respuestas 
específicas hacia las coccidias. El intestino delgado de los rumiantes es muy largo 
(25 metros), lo cual proporciona un gran número de enterocitos que permiten la 
multiplicación excesiva del parásito sin que se provoque mucho daño. En caso de 
que se afecte la absorción, el intestino grueso puede ejercer un cierto efecto 
compensatorio (Dougshcies y Najdrowski, 2005). Las coccidias que afectan el 
intestino grueso tienden a ser más patógenas que aquéllas que infectan el 
delgado. Esto puede deberse a que la regeneración celular es menor, 
parcialmente debido a que en el intestino grueso existen más organismos 
oportunistas que pueden invadir una mucosa dañada (Smyth, 1994). Las coccidias 
menos patógenas causan efectos resultantes de la hiperplasia y la pérdida de la 
superficie celular, mientras que las especies más patogénicas provocan cambios 
que derivan en pérdida de las células de la cripta y ruptura de vasos sanguíneos 
(Urquhart et al., 1996). Con respecto a la histopatología, se observa los siguiente 
(Mehlhorn, 2004): 
1. Cambios vasculares – Se presenta hiperemia, edema y hemorragia de acuerdo 
con el grado de severidad del daño. Esto puede ser parte de una respuesta 
general inflamatoria que puede también ser generada por bacterias oportunistas. 
Puede incrementarse la permeabilidad del endotelio y epitelio, derivando en 
edema e incremento en la pérdida de fluidos (Levine, 1985). 
2- Infiltración celular – Los neutrófilos, eosinófilos, linfocitos y macrófagos se 
acumulan como parte de la respuesta inflamatoria. Se observa una gran cantidad 
de neutrófilos en las áreas de ruptura del recubrimiento epitelial, especialmente si 
hay invasión bacteriana. Los macrófagos, neutrófilos y eosinófilos desempeñan un 
papel importante en la destrucción de los merontes de primera generación (Long, 
1990). 
3. Hiperplasia epitelial – Todas las infecciones causadas por coccidias dañan el 
epitelio provocando una respuesta de hiperplasia o proliferación celular. En la 
mayoría de los casos proliferan únicamente las células no infectadas, pero en 
otros casos las células infectadas con coccidias continúan dividiéndose 
(Catchpole, 1985). La proliferación continua de las células intestinales resulta en el 
alargamiento de las criptas intestinales y en la disminución de la tasa 
 
vellosidad/cripta (Mehlhorn y Piekarski, 1993). La hiperplasia puede ser focal o 
difusa. La primera ocasiona la formación de “parches de ooquistes” y pólipos en el 
caso de E. ovina y E. ahsata. Estas lesiones focales resultan de la liberación de 
merozoitos dentrodela lámina propia. Los pólipos se forman debido al 
alargamiento excesivo de las vellosidades causado por la hiperplasia de las criptas 
o por el aumento del tiempo de vida de cada enterocito (Long, 1990). 
4. Pérdida epitelial – Los enterocitos generalmente completan su tiempo de vida 
en unos pocos días. Cuando llegan a la superficie de la mucosa, se liberan al 
lumen o son absorbidos por los enterocitos adyacentes. En las infecciones 
causadas por coccidias, los enterocitos se pierden prematuramente, 
probablemente debido a la anoxia que ocurre en los rumiantes cuando los 
merontes gigantes separan al epitelio de su fuente de sangre (Gregory et al., 
1989). También puede deberse a una reacción de hipersensibilidad en la que la 
acumulación de fluidos debajo del epitelio forma hojas del mismo tejido a partir del 
estroma. En estos casos las células mueren por necrosis (Mehlhorn, 2004). Otro 
mecanismo es la apoptosis o muerte celular programada tanto en la superficie 
intestinal como en las criptas. La pérdida de epitelio en el intestino delgado 
provoca atrofia de las vellosidades. Si las criptas resultan intactas, la hiperplasia 
de las criptas producirá nuevas células para restaurar la arquitectura de las 
vellosidades. Sin embargo, se reduce el área de absorción, aumenta la cantidad 
de enterocitos inmaduros por la tasa de generación celular aumentada y en 
consecuencia disminuye la absorción de nutrientes. Si la pérdida celular se 
extiende a las criptas, puede provocar atrofia de las mismas. Si el epitelio no se 
regenera, se presenta denudación en el área. Esto implica la pérdida de epitelio de 
absorción y el acceso de bacterias y hongos oportunistas a los tejidos (Levine, 
1985). La pérdida de epitelio de absorción produce enteritis y la invasión por 
organismos oportunistas pueden causar necrosis del tejido y muerte del huésped. 
Una de las causas más letales es la absorción de toxinas resultantes de la 
proteolisis excesiva (Jolley y Bardsley, 2006). 
 
I.VI Lesiones 
Los esporozoitos causan menos daño en comparación con estadios más tardíos y 
generalmente causan un daño mínimo. Sin embargo, las células que infectan 
presentan varios grados de hipertrofia del nucleólo, núcleo y citoplasma. El 
número masivo de merontes provoca engrosamiento de la mucosa. Los merontes 
de las coccidias de rumiantes son visibles macroscópicamente como manchas 
blanquecinas (Dougschies y Najdrowski, 2005). Los merontes en grandes 
cantidades pueden causar edema y hemorragias en corderos. Los merontes 
gigantes en rumiantes generalmente se rodean de células inflamatorias, 
particularmente neutrófilos. Las células huésped pueden entrar al meronte y 
englobar merozoitos. Los merontes destruidos se observan como “fantasmas”, es 
decir, aglomeraciones de macrófagos y detritos celulares (Mehlhorn, 2004). En la 
mayoría de las relaciones coccidias-huésped, éste es el estadio más patogénico, 
quizás por ser el más numeroso. Se observa engrosamiento, edema, hemorragias 
petequiales o de gran extensión. Pueden existir membranas diftéricas de material 
necrótico y puede continuar la división y lesiones hiperplásicas difusas o focales 
 
(Smyth, 1994). Las células pueden detener su división pero permanecer en su 
lugar hasta que el parásito madure. En este caso es evidente la pérdida del 
epitelio. Como mecanismo de reacción por parte del huésped, las células se 
desprenden de la membrana basal y se pierden en el lumen intestinal. Sin 
embargo, este proceso resulta en pérdida de grandes áreas de mucosa en 
infecciones masivas, y la recuperación puede tardar varias semanas (Reeg et al., 
2005). 
 
I.VII Signos clínicos 
Se ha establecido que E. ovinoidalis puede ser muy patógena y que otras 
especies, tales como E. ovina y E. crandallis, pueden exacerbar los signos de la 
primera especie (Mehlhorn y Piekarski, 1993). Los brotes de coccidiosis 
generalmente son agudos y se caracterizan por una morbilidad moderada y baja 
mortalidad. Se observa una diarrea acuosa verde o amarillenta con olor fétido y 
ocasionalmente con sangre (Mundt et al., 2005). Los animales muestran dolor 
abdominal, un grado de anemia macrocítica hipocrómica, pérdida del apetito, 
deshidratación, tenesmo, debilidad y pérdida de peso. También son importantes la 
depresión, inactividad y recumbencia. Los cambios patológicos incluyen el 
engrosamiento de la mucosa del ciego y colon, edema, hemorragia e hiperemia. 
La eimeriosis puede presentarse junto con miasis, diarrea bacteriana y septicemia. 
Los animales recién nacidos son relativamente resistentes a la infección y su 
susceptibilidad incrementa hacia las 4 semanas de edad (Jolley y Bardsley, 2006; 
Mehlhorn, 2004). 
 
I.VIII Diagnóstico 
Los animales jóvenes que comienzan a mostrar signos como diarrea, anemia, 
deshidratación, debilidad, anorexia y emaciación deben ser examinados para 
diagnosticar eimeriosis. El examen microscópico de las heces es el método de 
diagnóstico más efectivo desde el punto de vista costo-beneficio, así como el más 
sencillo y directo, aunque también se han desarrollado métodos serológicos 
analíticos mediante inmunoensayos o ensayos de genética molecular (Berriatua, 
1995; Jolley y Bardsley, 2006). El análisis fecal tradicional involucra la 
concentración de los ooquistes de las heces mediante el método de flotación con 
azúcar o sal, seguido de la identificación de las especies mediante la 
diferenciación microscópica de los ooquistes concentrados. La cuantificación de la 
carga parasitaria puede realizarse mediante el conteo de ooquistes en la cámara 
de McMaster (Thienpont et al., 1990). Las descargas diarreicas, generalmente sin 
sangre, causadas por virus, bacterias u otras etiologías a veces contienen 
ooquistes en moderadas o grandes cantidades de especies no patógenas de 
Eimeria. En estas situaciones, la identificación de las coccidias en muestras 
fecales es esencial para un diagnóstico exacto del problema clínico (Reeg et al., 
2005). Los ooquistes son más numerosos en las heces o tejidos durante el periodo 
temprano de patencia (inicio de excreción de ooquistes) y permanecen elevados 
durante 3 a 7 días, después de los cuales se completa el ciclo endógeno y las 
cuentas de ooquistes fecales disminuyen a cero (da Silva y Miller, 1991). Se 
sugiere que las heces deben ser colectadas de los animales al inicio de la fase 
 
diarreica, en lugar de una o dos semanas después del inicio de la fase clínica 
(Mundt et al., 2005). Si el huésped sobrevive a la infección clínica y comienza a 
recuperarse, las infecciones subclínicas no comenzarán hasta semanas o meses 
después. (Dougschies y Najdrowski, 2005). 
 
I.IX Tratamiento 
Básicamente existen dos opciones de tratamiento que se han estudiado 
comparativamente en el campo: 
1. Tratamiento terapéutico: Administración de fármacos después del inicio de la 
excreción de ooquistes o de la presentación de la enfermedad clínica (Mundt et al., 
2005). 
2. Tratamiento metafiláctico: Administración de fármacos durante el periodo 
prepatente, es decir, antes de que sea posible efectuar el diagnóstico in vivo de la 
infección. Por lo tanto, el tratamiento metafiláctico se refiere a la administración del 
quimioterapéutico en un periodo de tiempo cercano a la observación esperada de 
signos compatibles con coccidiosis, con base en la historia clínica del rebaño 
(Dougschies et al., 2005). Aunque la coccidiosis aguda puede ser tratada con el 
uso de fármacos como las sulfonamidas, lasalocida, monensina, amprolio, 
decoquinato y toltrazuril, la profilaxis es muy importante, ya que cuando las 
instalaciones se mantienen limpias y los animales no consumen alimento o agua 
contaminados con ooquistes infectantes, el riesgo de coccidiosis disminuye 
significativamente (Jolley y Bardsley, 2006). Así, lo más deseable es instrumentar 
medidas profilácticas en lugar de terapéuticas. Sin embargo, en la actualidad se 
recurre incluso indiscriminadamente al uso de fármacos para evitar las pérdidas 
relacionadas con esteparásito. El panorama agroalimentario actual de mercados 
de mayor competitividad y exigencia por productos de mayor sanidad e inocuidad, 
especialmente productos exportables, y la dinámica de la seguridad alimentaria 
para la próxima década se encaminan a reorientar prioridades y perspectivas 
basadas en el uso de productos que garanticen una disminución significativa del 
riesgo de presencia de residuos farmacológicos en los alimentos de origen animal 
y la selección de parásitos resistentes. Si el uso de fármacos antiparasitarios sigue 
administrándose indiscriminadamente, se esperará aumento progresivo de casos 
de resistencia múltiple en distintas poblaciones parasitarias junto a la posibilidad 
de crear mayores desequilibrios ecológicos y dinamizar la presencia de residuos 
de fármacos sintéticos en productos de consumo. Es claro que hay un creciente 
interés, de la comunidad científica en las alternativas de control parasitario de 
origen natural (Togola et al. 2005), sin embargo, la evidencia científica sobre la 
eficacia antiparasitaria de muchos productos naturales es limitada. La validación 
de los efectos antiparasitarios y posibles efectos secundarios en poblaciones 
pecuarias es necesaria antes de su adopción como un método novedoso para el 
control de parásitos. 
Se conoce como un fármaco coccidiostático al agente químico que generalmente 
se administra como aditivo alimenticio o en el agua de bebida y que actúa en las 
primeras fases del ciclo evolutivo del protozoario. Cuando se administran los 
 
fármacos a niveles efectivos durante el periodo de la infección, se desarrolla un 
nivel protector de inmunidad hacia las especies involucradas de Eimeria, después 
de lo cual debe descontinuarse la medicación para que exista una protección 
significativa contra la reinfección con la especie inicial (Gregory y Catchpole, 
1989). Por otro lado, un fármaco coccidicida es el que evita la formación de 
lesiones intestinales severas y reduce drásticamente la eliminación de ooquistes 
en heces (Wang, 1997). Por lo tanto, se reduce el tiempo de contacto de los 
parásitos con el huésped y se induce la inmunidad. La eimeriosis comenzó a 
controlarse en la década de 1940 con sulfonamidas (Smyth, 1994). Posteriormente 
comenzaron a utilizarse otros grupos químicos como el Amprolio y la Nicarbazina, 
que siguen siendo utilizados en la actualidad. Después se introdujeron al mercado 
los quimioterapéuticos anticoccidianos Diclazuril y Toltrazuril (Croft, 1997). 
Algunas especies de coccidias han desarrollado resistencia a los coccidiostatos 
utilizados repetidamente durante largos periodos, especialmente en la producción 
avícola. El uso de coccidiostatos en la producción de rumiantes tiende a ser 
periódico, más que continuo, por lo que la documentación de casos de resistencia 
a fármacos anticoccidianos es limitada (Stephan et al., 1997). 
La actual evidencia científica sugiere que existe un importante potencial para 
utilizar las zeolitas naturales para mejorar la salud de animales de interés en la 
economía pecuaria. Las zeolitas naturales, como la clinoptilolita, son minerales 
que se encuentran presentes en las rocas sedimentarias volcanogénicas y han 
sido utilizadas por sus propiedades de adsorción, intercambio de cationes, 
catálisis y por su aplicación en procesos de deshidratación-rehidratación. 
 
 
II. Zeolitas 
Las zeolitas son una familia de minerales aluminosilicatos cristalinos. La primera 
zeolita se describió en 1756, por Cronstedt, un minerólogo sueco, que les dio el 
nombre de origen griego “piedras hirviendo”, refiriéndose a la evolución del vapor 
de agua cuando la roca se calienta. Actualmente se conocen unas 50 zeolitas 
naturales y se sintetizan más de 150 para aplicaciones específicas como la 
catálisis industrial o como carga en la fabricación de detergentes (Thilsing et al., 
2006). La Clinoptilolita es una zeolita natural formada por la separación y 
agrupamiento de cristales en la superficie de ceniza volcánica en lagos o aguas 
marinas hace millones de años. Este tipo es el más estudiado y esta considerada 
la de mayor utilidad. La clinoptilolita, como otras zeolitas, tiene una estructura 
similar a una celda, consiste en tetraedros de alimunio y silicatos unidos por 
átomos de oxígeno compartidos. Las cargas negativas de las unidades de AlO4 se 
equilibran con la presencia de cationes intercambiables, principalmente calcio, 
magnesio, sodio, potasio y hierro (Filippidis et al. 1996). 
Estos iones pueden ser desplazados por otras sustancias, por ejemplo metales 
pesados o iones de amoníaco. Este fenómeno se conoce como intercambio 
catiónico, y es esta capacidad de la clinoptilolita lo que le da las propiedades 
útiles. La clinoptilolita se conoce también como adsorbente de ciertos gases, como 
el sulfito de hidrógeno y el dióxido de azufre (Bernal y Lopez-Real, 1993). 
 
II.I Aplicaciones de las zeolitas 
 
Eliminación del olor de excretas: Las zeolitas naturales pueden utilizarse en el 
control de malos olores generados en granjas de producción intensiva. Si se utiliza 
como aditivo en el alimento, disminuye notablemente el contenido de amoniaco en 
las heces, también puede utilizarse directamente en el pozo de los residuos (Elliot 
y Edwards, 1991). Tienen una gran capacidad de absorción del amoníaco y sulfuro 
de hidrógeno, que provocan malos olores, y ayudan en el proceso de digestión 
anaeróbica. El producto resultante es un fertilizante natural de liberación lenta. El 
nivel óptimo de zeolita para minimizar la emisión de malos olores es independiente 
del nivel de humedad y del contenido en nitrógeno de los residuos a tratar, aunque 
se ha demostrado que niveles entre 2 y 4 gramos de zeolita/L de residuo resultan 
en la reducción del tiempo de digestión anaeróbica. El producto recomendado es 
el de granulometría <0.9mm. Las zeolitas naturales también se utilizan en plantas 
de tratamiento de residuos para prevenir las emisiones de malos olores a la 
atmósfera (Dyer y Keir, 1989). 
Eliminación de Amoníaco en Piscifactorías: La capacidad de absorción de 
amoníaco de las zeolitas naturales hace que sean una forma natural muy efectiva 
de controlar los altos niveles de amoníaco generados en las piscifactorías. Las 
zeolitas, pueden utilizarse en el sistema de filtración o bien vertidas directamente 
en el agua ya que son completamente inofensivas para el medio acuático 
(Filippidis et al, 1996). En acuacultura, uno de los usos más frecuentes de la 
zeolita es como sustrato nitrificante para la reducción (oxidación) de productos 
nitrogenados, mejorando la calidad del agua y salud de los animales. También se 
utiliza para potenciar el crecimiento de las micro algas añadiendo el mineral en los 
cultivos de las mismas. Otros usos son como un ablandador de aguas, debido a su 
 
capacidad de intercambiar iones, y para hacer engordar más rápido a algunos 
peces (Misaelides y Godelitsas, 1995). 
Fabricación de Fertilizantes de Liberación Lenta: Las zeolitas son los 
fertilizantes de liberación lenta que existen de forma natural. Tienen una estructura 
con carga negativa que contiene nutrientes como son el potasio y el nitrógeno. Las 
zeolitas pueden cargarse con estos iones antes de utilizarse como medio de 
cultivo para después poder liberar los nutrientes cerca del sistema de raíces donde 
son necesarios para el crecimiento (Mumpton 1999). Esto previene la pérdida de 
los alimentos en el agua, reduce los niveles de contaminación y disminuye 
también la cantidad de fertilizante necesario. 
Corrección del Suelo: La adición de zeolita en el suelo reduce significativamente 
la cantidad de agua y el costo de fertilizantes mediante la retención de nutrientes 
en la zona de las raíces. Las zeolitas forman un depósito permanente de agua, 
asegurando un efecto de humedad prolongada hasta en épocas de sequía (Dyer y 
Keir, 1989). 
Medio de Crecimiento de Plantas: La zeolitaen la agricultura es utilizada en la 
preparación de fertilizantes químicos que, tras su aplicación en los suelos, ayudan 
a producir nutrientes importantes para el crecimiento de las plantas (Mumpton 
1999). Las condiciones físico químicas de los suelos arenosos mejoran con la 
aplicación de zeolita debido a que aumenta su capacidad de retención de 
humedad. En los suelos arcillosos mejora las condiciones físicas evitando su 
compactación y mejorando la capacidad de penetración de agua en ellos. 
Potabilización de agua: Las zeolitas naturales tienen una excelente capacidad de 
intercambio iónico y alta recuperación de cationes de metales pesados (Pb, Cu, 
 
Cd, Zn, Co, Cr, Mn y Fe; Pb, Cu), hasta el 97%, del agua potable y agua residual 
(Misaelides y Godelitsas 1995). 
Deodorizantes y deshumidificantes: Las zeolitas naturales se utilizan en una 
gran variedad de productos de consumo para eliminar humedad y malos olores. 
Las zeolitas tienen una gran capacidad de absorción de humedad y pueden 
reutilizase simplemente calentando para eliminar la humedad absorbida. De hecho 
las zeolitas pueden utilizarse en cualquier situación donde la humedad y/o los 
malos olores representan un problema. Son completamente inofensivas para los 
seres humanos y animales y pueden ser utilizadas repetidamente (Mumpton, 
1999). 
Jaulas para aves: Las zeolitas naturales pueden utilizarse en jaulas de pájaros 
para absorber el agua de los excrementos y para eliminar los malos olores. 
Pueden esparcirse en la base de la jaula y barrerse después de su uso. Son 
inocuas para las aves y pueden ingerirse sin efectos indeseables o tóxicos (Sarr et 
al; 1995). 
Arena para gatos: Las zeolitas pueden añadirse a la arena de los gatos para 
eliminar malos olores. Aunque las zeolitas puedan absorber humedad no forman 
grumos y los gránulos permanecen separados. (Papaioannou et al 2005). 
 
II.II Uso de las zeolitas en ganadería 
Muchos investigadores han demostrado que la inclusión de zeolitas en las dietas 
de los animales incrementa la ganancia diaria de peso y la conversión alimenticia 
en los porcinos (Papaionannou et al; 2005; Gunther, 1990), becerros (Horst et al; 
 
1997), ovinos (Papaionannou et al; 2005) y en pollos de engorda (Balevi et al; 
1998; Fethiere et al; 1994, Olver, 1997). Las zeolitas también aumentan el 
desempeño reproductivo de las cerdas (Papaioannou et al; 2002), aumentan la 
producción de leche en vacas (Des Coteaux et al; 1997; Horst et a;. 1997) y de 
huevo (Yannakopoulos, 1995; Olver, 1997). El cuadro 1 resume los posibles 
mecanismos mediante los cuales posiblemente las zeolitas ejercen su actividad en 
los animales para abasto. Las zeolitas son capaces de reducir el mal olor de las 
excretas e incrementar la retención de nitrógeno de las mismas, controlar su 
contenido de humedad y disminuir la emisión de metano producido por la digestión 
del estiércol (Sundararajan et al., 2000). Se ha demostrado la reducción en el 
contenido de humedad de las excretas de animales suplementados con zeolitas 
(Thilsing et al., 2006). 
 
 
Cuadro 1. Empleo de zeolitas en dietas comerciales. 
Acción Mecanismo 
Efecto de unión al amoniaco Eliminación de los efectos tóxicos 
debidos a la producción de amoniaco 
por la actividad intestinal microbiana 
(Dyer y Keir, 1989; Bernal y Lopez-Real, 
1993) 
Eliminación fecal de p-cresol Reducción de la absorción de productos 
tóxicos de la degradación intestinal 
microbiana, tales como el p-cresol 
(Gunther, 1990) 
Efecto retardado del tránsito intestinal Tasa de paso de la ingesta más lenta a 
través de los intestinos, provocando un 
uso más eficiente de los nutrientes 
(Olver, 1997) 
Incremento en la actividad de las 
enzimas pancreáticas 
Efecto favorable en la hidrólisis de los 
componentes alimenticios en un rango 
amplio de pH, aumento de energía y 
 
retención de proteínas (Cabezas et al; 
1991) 
Secuestro de aflatoxinas Eliminación de los efectos de las 
micotoxinas (Sarr et al; 1995) 
 
II.III Efectos de las zeolitas en salud animal 
Efecto en micotoxicosis 
La clinoptilolita, tiene índices de adsorción in vitro mayores al 80% para las 
aflatoxinas B1y G2 (Sarr et al 1995; Balevi et al. 1998) y el proceso de adsorción 
comienza con una reacción rápida en la que la mayor parte de la toxina es 
adsorbida en los primeros minutos. La eficacia in vivo de las zeolitas sobre la 
aflatoxicosis en aves ha sido verificada en muchos estudios (Gunther , 1990; 
Balevi et al; 1998, Elliot y Edwards 1991, Yannakopoulos et al; 1995). 
 
Efecto sobre el síndrome diarreico 
Se ha publicado que el uso en la dieta de zeolitas naturales reduce la incidencia y 
disminuye la severidad y duración de las diarreas en los becerros (Papaioannou et 
al; 2005) y cerdos (Papaioannou et al; 2002). La clinoptilolita y mordenita son 
capaces de adsorber e inactivar parcialmente la enterotoxina termolábil de E. coli 
in vitro, evitando su adhesión a la membrana celular intestinal (Gunther, 1990). 
Además, la capacidad de adsorción de la clinoptilolita es superior al 94% para el 
rotavirus y coronavirus bovino (Papaioannou et al; 2005). 
 
Prevención de enfermedades metabólicas en las vacas 
 
La inclusión de zeolita en la dieta de los animales durante el periodo seco reduce 
la biodisponibilidad del Ca dietético y protege eficientemente contra la fiebre 
puerperal, a través de la estimulación de mecanismos homeostáticos del Ca antes 
del parto (Jorgensen et al; 2001, Horst et al; 1997, Pallesen et al. 2008). Además, 
la clinoptilolita se ha utilizado efectivamente para aumentar el balance de energía 
durante el periodo seco y el inicio de la lactación. La adición de clinoptilolita al 
2.5% en el concentrado resultó en una incidencia significativamente menor de 
cetosis (5.9%) durante el primer mes después del parto, en comparación con el 
grupo testigo (38.9%) (DesCoteaux et al; 1997, Pallesen et al; 2008). De acuerdo 
con estos autores, la clinoptilolita aumenta el estado energético de las vacas a 
través de la estimulación preparto de la producción de propionato en el rumen o 
mediante el incremento de la digestión post-ruminal del almidón. 
 
Protección en intoxicaciones y envenenamientos 
Se ha documentado que las zeolitas reducen efectivamente las concentraciones 
ruminales de amoniaco mediante la inhibición de la población de la microbiota 
(Gunther, 1990). También se han utilizado para contrarrestar los efectos tóxicos de 
metales pesados como el plomo (Bernal y Lopez-Real 1993) e incluso de 
elementos radioactivos (Misaelides y Godelitsas, 1995). 
 
Impacto en infecciones parasitarias 
De acuerdo con Papaioannou et al. (2005), la administración de clinoptilolita al 
10% en una dieta convencional en ratas, eliminó las poblaciones de nemátodos 
 
(Nippostrongylus brasiliensis). Además, el mismo autor menciona que se ha 
demostrado una restitución acelerada de la actividad de la α-D-glucosidasa y 
aminopeptidasa en ratas alimentadas con una dieta suplementada con clinoptilolita 
al 5% que se recuperaban de una infección por N. brasiliensis. Confirmando las 
observaciones en ratas, Deligiannis et al; 2005 observaron que corderos 
infectados con nemátodos gastrointestinales alimentados con una mezcla 
conteniendo 3% de clinoptilolita disminuyeron significativamente su carga 
parasitaria y cuenta de huevos fecales y demostraron que la complementación con 
clinoptilolita redujo el establecimiento de nematodos gastrointestinales y resultó en 
un buen desempeño productivo de los animales. Las zeolitas también se han 
utilizado como “portadores cargados” de antihelmínticos a través del retardo de la 
liberación del fármaco y la prolongación de su acción terapéutica (Dyer et al; 
2000). El mecanismo de liberación prolongada implica una liberación lenta de las 
moléculas del fármaco a través de las cavidades de la superficie externa e interna 
de la zeolita, que son reemplazadasprogresivamente por proteínas del huésped y 
moléculas de agua, respectivamente, durante el transporte intestinal del 
compuesto fármaco-zeolita. Se han obtenido resultados prometedores con el uso 
de zeolita cargada con tetramisol y zeolita cargada con pirantel y fenbendazol en 
ratas infectadas con N. brasiliensis (Papaioannou et al; 2005), y con zeolitas 
cargadas con diclorvós en cerdos infectados con Ascaris suum (Dyer et al; 2000). 
 
III. Justificación 
La coccidiosis ovina es una enfermedad que limita la producción y causa 
mortalidades considerables en corderos. Esta enfermedad puede pasar 
inadvertida a causa de la ausencia de signos clínicos y por lo tanto los ovinos 
consumen la misma cantidad de alimento sin tener una ganancia de peso 
 
comparable con ovinos no infectados. El control actual de esta enfermedad se 
lleva a cabo mediante el uso de fármacos anticoccidianos, los cuales resultan ser 
efectivos; sin embargo, son caros y su uso indiscriminado conlleva al surgimiento 
de cepas resistentes. La ganadería convencional desarrollada en las últimas 
décadas, se ha sustentado en el uso intensivo de insumos químicos, los que en su 
mayoría pueden llegar a ser tóxicos y que además contaminan el suelo, agua y 
alimentos. La búsqueda de alternativas de control y prevención de la coccidiosis 
ovina se fundamenta en la necesidad de un producto que reduzca o elimine 
todo efecto secundario a su uso prolongado y que sea rentable desde el punto de 
vista económico. 
Los productos naturales como la zeolita pueden proporcionar una alternativa para 
nuevos modelos de control de la coccidiosis con la ventaja de que en nuestro país 
este mineral esta altamente disponible y a un precio muy accesible para la 
mayoría de los productores. 
El desarrollo de una ganadería eficiente y sustentable, la preocupación por la 
presencia de agentes farmacológicos en los productos alimenticios y la 
conservación de los recursos naturales exigen favorecer la opción de una crianza 
de animales que fomente prácticas y técnicas amigables con el medio ambiente, 
donde los fármacos sintéticos no sean la primera elección. El uso de la zeolita es 
una alternativa para disminuir el impacto provocado por el protozoario parásito 
Eimeria sin dañar la salud del animal, el consumidor y el ambiente. 
En la actualidad es común recibir información referente a la escasez de alimentos, 
motivo por el cual es necesario impulsar y promover la producción ganadera de 
nuestro país creando estrategias que permitan incrementar y fomentar ganado que 
permita competir con ventajas ante las importaciones de carne y de borregas de 
desecho. La ventaja principal de los ovinos es su habilidad para utilizar pastos, 
forraje y subproductos agrícolas para producir lana y carne; aunado a que pueden 
ser mantenidos en tierras con poco valor agrícola o incluso en la rotación de 
cultivos, contribuyendo así a la restauración de la fertilidad del suelo. 
 El presente trabajo se orienta a proporcionar una alternativa para potenciar la 
capacidad productiva de los ovinos y controlar naturalmente una enfermedad de 
importancia económica y sanitaria en nuestro país, lo que nos ayudará a poner en 
práctica una ganadería en beneficio de la salud humana, animal y del ambiente en 
general. 
 
IV. Hipótesis 
La clinoptilolita reduce la infección causada por Eimeria spp. en ovinos infectados 
y aumenta su ganancia de peso debido a que la viabilidad de los ooquistes 
disminuye en el ambiente por las propiedades adsorbentes de la clinoptilolita. 
 
 
V. Objetivos 
1. Evaluar el efecto de la utilización de clinoptilolita sobre la ganancia de peso y 
sobre la infección con Eimeria spp. en ovinos. 
2. Evaluar la consistencia fecal entre los animales que consumieron clinoptilolita y 
los testigos. 
 
3. Evaluar el efecto de la utilización de clinoptilolita en la dieta de ovinos infectados 
naturalmente con Eimeria sobre la reducción en la excreción de ooquistes. 
4. Evaluar el efecto de la utilización de clinoptilolita sobre la tasa de esporulación 
de los ooquistes excretados de Eimeria. 
 
VI. Material y Métodos 
 
Lugar de los animales 
El presente trabajo se llevó a cabo en el Centro de Enseñanza, Práctica e 
Investigación en Producción y Salud Animal (CEPIPSA) situado en la Avenida 
Cruz Blanca No. 486, en San Miguel Topilejo, México, D.F. San Miguel Topilejo es 
un pueblo que se encuentra entre las colinas de la cordillera del Ajusco, al sur de 
la Ciudad de México, pertenece a la delegación Tlalpan del Distrito Federal y está 
ubicado junto a la carretera federal México- Cuernavaca. El Centro cuenta con una 
superficie total de 33,755 m2. Está ubicado en el kilómetro 28.5 de la Carretera 
Federal México – Cuernavaca, a 19° latitud norte y 99° longitud Oeste a una altura 
de 2760 msnm; el clima de la región es c (w) b (ij) que corresponde a semifrío 
semihúmedo con lluvias en verano, con una precipitación pluvial de 800 a 1200 
milímetros anuales y una temperatura promedio de 19° C (Cortés, 2006). 
 
Animales experimentales 
En un arreglo completamente al azar, se utilizaron dos grupos (A y B) de doce 
corderos hembras cada uno, raza Pelibuey de 3 meses de edad, con un peso 
promedio de 18 kg, que no habían recibido tratamientos antiparasitarios ni 
sulfonamidas en los 2 meses previos al estudio. Las corderas recibieron una 
alimentación consistente en heno de avena, ensilado de maíz, sales minerales y 
concentrado comercial; así como agua ad libitum. 
A cada animal del grupo A les fueron administrados 25 g (Pallesen et al. 2008) de 
clinoptilolita el día 1 del estudio junto con el alimento concentrado que 
consumieron. Se utilizó un suplemento comercial de zeolita potásica tipo 
clinoptilolita en polvo silicato de aluminio sódico de una mina en el estado de 
Puebla, México, con un tamaño de partícula de 63-0.90 µm (malla 170 x 230). La 
clinoptilolita se adicionó en el alimento diariamente por 42 días. Los otros doce 
ovinos (grupo B) no consumieron la clinoptilolita y fungieron como testigos. Se 
 
realizó un pesaje individual antes de los tratamientos y cada 15 días hasta finalizar 
el estudio, el cual tuvo una duración de 42 días. 
 
Toma de muestras 
Se tomaron muestras directamente del recto de materia fecal de cada cordero el día 0 
para tener la certeza de que los animales eran positivos a coccidiosis. La clinoptilolita 
se administró el día 1. Posteriormente se colectaron muestras a los 7, 14, 21, 28, 35 y 
42 días del experimento. Las muestras se transportaron en bolsas de plástico en 
refrigeración a 4о C al Laboratorio de Investigación del Departamento de Parasitología 
de la FMVZ de la UNAM. Las muestras se mantuvieron en refrigeración por un periodo 
no mayor a 3 días para evitar la desecación de las heces. Las muestras se examinaron 
utilizando la técnica de McMaster de campo (Rodríguez y Cob 2005). 
Para determinar el grado de parasitosis (carga parasitaria), los resultados 
cuantitativos se reportaron como ooquistes por gramo de heces (opg). Se evaluó 
la consistencia fecal de acuerdo con la siguiente clasificación: 1: firmes, sólidas y 
formadas; 2: semilíquidas a líquidas; 3: acuosas y 4: hemorrágicas con o sin tejido 
(Mundt et al. 2009). 
 
Esporulación de ooquistes 
La esporulación se llevó a cabo de acuerdo con el método descrito por 
Waldenstedt (2001). Los ooquisets que se aislaron del material fecal colectados de 
las corderas suplementadas o no con clinoptilolita se suspendieron en 300 ml de 
una solución de dicromato de potasio al 2.5% y se distribuyeron en varios tubos de 
centrífuga. Los tubos se centrifugaron a 2000 revoluciones por minutos durante 5 
minutos y el sobrenadante se descartó. El sedimento se lavó con la solución de 
dicromato de potasio (2.5%) y se colocó en una caja Petri para incubarse a 28°C 
bajo aireación constante. Las tasas de esporulación se determinaron al contar 100 
ooquistes que tuvieran los 4 esporoquistes claramente divididos. Se realizaron 
cinco réplicas yse contaron a las 0, 12, 24, 36, 48, 60, 72, 84, 96 y 108 horas 
(Waldenstedt et al. 2001). Posteriormente, la esporulación se verificó diariamente 
durante dos semanas. Los resultados se reportaron como porcentaje de ooquistes 
esporulados. 
Tratamiento in vitro de los ooquistes esporulados 
Se llevó a cabo la exposición in vitro de los ooquistes a la clinoptilolita de acuerdo 
con Filippidis et al. (1996) para evaluar el efecto de este mineral sobre el ooquiste 
esporulado. Se aislaron 200 ooquistes del cultivo con dicromato de potasio: 100 
del grupo tratado y 100 del testigo. Los ooquistes se lavaron 3 veces con agua y 
se colocaron 0.5 ml de la solución de ooquistes en dicromato de potasio al 2.5% 
en placas de 24 pozos (BD, México). Se añadieron 10 ml de una solución acuosa 
de clinoptilolita a los pozos experimentales por triplicado y 10 ml de agua a los 
pozos testigos por triplicado. Se valoró la integridad estructural de los ooquistes 
tratados y testigos utilizando microscopía óptica de campo claro cada 12 horas. 
 
Determinación de la tasa de esporulación 
Los ooquistes que fueron detectados en cada muestreo se mantuvieron bajo 
condiciones ordinarias de esporulación en laboratorio en una solución al 2% de 
 
dicromato de potasio a 27°C (Rodríguez y Cob, 2005). Las muestras que fueron 
sometidas a esporulación se examinaron para determinar cuántos ooquistes 
esporularon. Para ello, se examinaron al menos 100 ooquistes de cada muestra 
(Graat et al, 1994). Se consideraron ooquistes esporulados únicamente aquéllos 
con 4 esporoquistes claramente identificables. Se llevaron a cabo tres réplicas de 
conteos de ooquistes esporulados a las 0, 12, 24, 36, 48, 60, 72, 84, 96 y 108 
horas y subsecuentemente cada 2 semanas (Waldenstedt et al, 2001). Los 
resultados se reportaron como porcentaje de ooquistes esporulados. 
 
Análisis 
La eficacia de la clinoptilolita contra Eimeria se determinó de acuerdo con el 
porcentaje de reducción de excreción de ooquistes fecales (grado de infección), 
porcentaje de esporulación de Eimeria, promedio de ganancia diaria de peso y 
determinación de la consistencia fecal. 
Análisis estadístico 
Las variables de respuesta fueron: opg, consistencia fecal a los 7, 14, 21, 28, 35 y 
42 días y la ganancia de peso a los 42 días. Se calculó la ganancia diaria de peso 
y se obtuvo la media de la consistencia fecal en los animales tratados y testigos. 
Los resultados se analizaron a través de la prueba de t-Student para muestras 
independientes a un nivel de confianza del 95% (Murray, 1991). 
 
VII. RESULTADOS 
Los resultados obtenidos se compararon entre los 12 ovinos que no consumieron 
la zeolita y se obtuvieron los siguientes datos: 
Dentro de la identificación de especies de Eimeria existentes en la muestras de 
heces obtenidas de los ovinos, mezcladas con dicromato de potasio al 2%, se 
encontró que la especie más frecuente fue E. ovinoidalis, en una proporción del 
24%. También se detectaron las especies E. ovina (21%), E. parva (18%), E. 
arloingi (11%), E. faurei (9%), E. pallida (7%), E crandallis (6%) y E. ahsata (4%). 
En la gráfica 1 se muestra la comparación entre las especies presentes. 
 
0
5
10
15
20
25
E .
 o
vi
no
id
al
lis
E .
 o
vi
na
E .
 p
ar
va
E .
 a
rlo
in
gi
E .
 fa
ur
ei
E .
 p
al
lid
a
E .
 c
ra
nd
al
lis
E .
 a
hs
at
a
Gráfic a  1. E s pec ies  de E imeria (% ) identific adas  a través  de  la 
induc c ión  de  s u  es porulac ión  c on  dic romato  de  potas io  al 2%  en  
c ondic iones  de laboratorio
 
 
Los resultados en los exámenes coprológicos hechos durante el estudio son 
claramente diferentes y se puede observar cambios drásticos. En el cuadro 2 se 
esquematizan los resultados relativos al examen coprológico de las corderas 
suplementadas o no con clinoptilolita. 
 
 
 
Se puede observar que la reducción en el conteo de ooquistes comenzó a 
presentarse a partir del día 14 posterior a que los ovinos ingirieron el mineral, 
siendo mucho más evidente la disminución después del día 21. La comparativa se 
observa en la gráfica 2. 
 Día 0 Día 7 Día 14 Día 21 Día 28 Día 35 Día 42 PROMEDIO
Testigos 6537.5 7012.5 6891.6 7633.3 8712.5 9733.3 10541.6 8151.7 
Suplementados 6433.3 5454.1 5325 2262.5 591.6 175 41.6 2897.6 
Cuadro 2. Comparación entre las medias obtenidas de los 
exámenes coprológicos realizados a los dos grupos de 
corderas
 
Gráfica 2. Excreción media de ooquistes de Eimeria 
0
2000
4000
6000
8000
10000
12000
Día  0 Día  7 Día  14 Día  21 Día  28 Día  35 Día  42
Testigos
S uplementado
 
 
La mayor reducción de opg se observó a los 42 días post-tratamiento en las 
corderas suplementadas, con una disminución de 99.60% de ooquistes de 
Eimeria. En contraste, en el grupo control se advirtió un aumento del 61.24% en la 
eliminación de ooquistes después de 42 días. El análisis estadístico demostró una 
diferencia significativa (P<0.05) entre los resultados obtenidos entre los grupos 
experimentales y el grupo testigo a partir de los 21 días post-tratamiento. Con 
respecto a la valoración de la consistencia fecal, el cuadro 3 muestra que se 
observó una consistencia más sólida de las heces 42 días después del tratamiento 
en las corderas tratadas, mientras que en el grupo testigo la consistencia fecal se 
mantuvo igual o empeoró. 
 
 
Suplementadas Consist. 
fecal inicial 
Consist. 
fecal final 
Testigos Consist. 
fecal inicial 
Consist. 
fecal final 
1 3 1 
1 3 3 
2 3 1 
2 2 3 
3 3 1 
3 2 3 
4 2 1 
4 3 3 
5 2 1 
5 2 2 
6 2 1 
6 3 3 
Cuadro 3. Comparación de consistencia fecal entre las corderas suplementadas con 
zeolita y las que no lo fueron durante el estudio. 
 
7 2 1 
7 2 3 
8 2 1 
8 3 3 
9 3 1 
9 3 3 
10 3 1 
10 2 3 
11 2 1 
11 2 3 
12 3 1 
12 3 2 
 
El análisis cuantitativo permitió demostrar que las tasas de excreción de ooquistes 
se correlacionaron significativamente con la consistencia fecal. 
Con respecto a la ganancia diaria de peso, la diferencia significativa (P ≤ 0.05) que 
se presentó en la ganancia de peso de los ovinos tratados se observa la 
comparación en el cuadro 4. 
 
 
 
 
 
 
 
 
La gdp promedio a los 42 días del estudio fue de: 0.172 kg en los corderos que 
recibieron zeolita y de 0.069 kg en los testigos. 
Con respecto a los resultados obtenidos al inducir la esporulación de los ooquistes 
de Eimeria bajo condiciones de laboratorio, se observó que la exposición a la 
clinoptilolita in vitro o in vivo no afectó la esporulación de los ooquistes excretados 
por los ovinos. El 85% de los ooquistes aislados de las heces de las corderas 
suplementadas con clinoptilolita esporularon en un tiempo promedio de 7±3.22 
días y el 82% de los ooquistes aislados del material fecal de los ovinos testigos 
esporularon en 7±2.98 días obsérvese gráfica 3. 
 
 peso inicial peso final ganancia/42 d 
Promedio tratados 12.71 19.96 0.172 
Promedio testigos 12.74 15.66 0.069 
Cuadro 4. Comparativa de ganancias de peso al inicio y final del 
estudio 
 
 
 
Sin embargo, los ooquistes esporulados de ambos grupos de ovinos se 
observaron morfológicamente dañados a causa de su contenido colapsado. Estos 
daños se observaron más frecuentemente después de 48 horas en las muestras 
colectadas del grupo A (72% dañados) y el grupo B (38% dañados). Después de 
96 horas de exposición in vitro a la zeolita, no se observaron los remanentes de 
los ooquistes. Por otro lado, los ooquistes que no fueron expuestos a la zeolita in 
vitro o in vivo se observaron sin cambios morfológicos y se distinguen claramente 
sus cuatro esporoquistes al término del estudio. 
 
 
La exposición de los ooquistes de Eimeria a la clinoptilolita no afectó la 
esporulación ya que 
 
el 85% de los ooquistes del grupo A y el 82% del grupo B formaron los 4 
esporoquistes. En la 
 
Figura 1 se muestran fotografías de microscopía electrónica que muestran lo 
anterior. 
 
 
 
 
 
 
 
Gràfica 3. % de esporulación obtenido en 
condiciones de laboratorio 
Figura1. A la izquierda se observa el ooquiste expuesto a la 
zeolita, mostrando el daño a las estructuras internas. A la derecha 
el ooquiste que no fue expuesto al mineral y que conserva sus 
estructuras intactas. 
 
 
 
 
VIII. DISCUSIÓN 
Se han llevado a cabo muchos estudios para obtener evidencia que permita tratar 
y prevenir eficazmente la coccidiosis en rumiantes. La necesidad de contar con 
tratamientos de bajo costo, la preocupación por la toxicidad de los fármacos 
(Jolley y Bardsleyl,2006) y la diseminación de la resistencia a agentes 
anticoccidianos han influido para probar nuevos compuestos con potencial 
antiparasitario y contrarrestar estos problemas. Se han publicado estudios sobre el 
efecto favorable que ejercen las zeolitas sobre la ganancia de peso y la conversión 
alimenticia de los rumiantes, porcinos y aves sin efectos colaterales (Papaioannou 
et al, 2005). Por ello se utilizó la misma dosis que se ha empleado en los estudios 
en ganado bovino y ovino en este estudio. En el presente estudio, la 
administración de clinoptilolita durante 42 días resultó ser 99% efectiva para 
prevenir la coccidiosis en las corderas con una infección natural de Eimeria. En 
contraste, en los animales testigos la excreción más elevada de ooquistes se 
observó a partir de los 21 días del experimento, lo cual está en concordancia con 
estudios previos, en los que el pico de excreción de ooquistes en los animales no 
tratados se presenta entre los 15 y 30 días (Mundt et al. 2005). La disminución en 
la eliminación de ooquistes después del tratamiento con clinoptilolita es muy 
importante, ya que estos ooquistes infectan a los animales recién nacidos o de los 
corrales aledaños (Jolley y Bardsley 2006). Dado que la contaminación ambiental 
con ooquistes es un factor de riesgo considerable para la prevalencia de la 
coccidiosis, la clinoptilolita puede ayudar a prevenir brotes clínicos de coccidiosis 
con la ventaja de que puede incluirse en las dietas de los animales. 
Con el objeto de determinar si la efectividad anticoccidiana de la clinoptilolita se 
relaciona con su capacidad de retener la humedad y por consiguiente reducir la 
esporulación de los ooquistes en el ambiente (Long,1990), se llevó a cabo un 
experimento para conocer el efecto de la clinoptilolita sobre los ooquistes no 
esporulados in vitro. Sin embargo, el tratamiento de estos ooquistes no fue 
efectivo, ya que más del 80% de ellos esporularon. Este resultado puede haberse 
debido al hecho de que los ooquistes no esporulados son impermeables a las 
sustancias solubles en agua y permanecen viables e infectantes aún después de 
ser tratados con enzimas proteolíticas o agentes químicos como el hipoclorito de 
sodio, dicromato de potasio (1-2%) y ácido sulfúrico (2%) (Smyth, 1994). No 
obstante, la morfología de los ooquistes esporulados resultó alterada después de 
 
la exposición a la clinoptilolita. Se observó una diferencia estadísticamente 
significativa entre la tasa de los ooquistes esporulados que se consideraron 
estructuralmente dañados después de la exposición in vivo a la clinoptilolita en 
comparación con los ooquistes esporulados aislados de las muestras fecales de 
ovinos no suplementados con zeolita. Los ooquistes esporulados que no se 
expusieron a la clinoptilolita in vivo o in vitro aún se observan sin daño estructural. 
El presente estudio, lejos de ser definitivo, sugiere que el agua presente en los 
poros de la clinoptilolita se pierde por desorción hacia las superficies externas del 
cristal y proporciona una película de moléculas de agua que coloca la adsorción 
de los ooquistes bajo un contenido de alta humedad con una presión baja de 
oxígeno, ya sea en el estiércol o en el sistema gastrointestinal del hospedero. Las 
concentraciones subóptimas de oxígeno presentes en los espacios húmedos de la 
clinoptilolita, junto con la susceptibilidad de los ooquistes al oxígeno limitado 
(Waldenstedt et al. 2001) podrían explicar la actividad anticoccidiana de la zeolita 
y el daño estructural a los ooquistes esporulados. Sin embargo, hay que 
considerar que la morfología de los ooquistes no necesariamente afectan su 
viabilidad. Pese a ello, la excreción de ooquistes fue significativamente menor en 
el grupo que consumió la zeolita. 
El mecanismo exacto de la suplementación con clinoptilolita sobre la viabilidad de 
Eimeria aún no es claro, pero se sugiere que afecta a los ooquistes en el ambiente 
acuoso de los mismos. Los ooquistes esporulados también pueden ser el blanco 
de la clinoptilolita in vivo, lo que resultó en una excreción de ooquistes inferior en 
las corderas suplementadas. 
 
IX. CONCLUSIÓN 
Los resultados obtenidos en el presente estudio sugieren que la clinoptilolita es 
efectiva al prevenir la infectividad de los ooquistes de Eimeria en ovinos con el 
beneficio adicional de aumentar el peso de los mismos. Se requieren más estudios 
para determinar su mecanismo de acción y confirmar su eficacia en el control de la 
coccidiosis ovina. 
 
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