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Refunduplicatura-factores-de-riesgo-y-complicaciones--experiencia-en-el-Hospital-Juarez-de-Mexico

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UNIVERSIDAD	NACIONAL	AUTÓNOMA	DE	MÉXICO	
DIVISIÓN	DE	ESTUDIOS	DE	POSGRADO	
“HOSPITAL	JUÁREZ	DE	MÉXICO”	
	
	
	
Tema:	
	
R EFUNDUPLICATURA:	F ACTORES	DE	RIESGO	Y	COMPLICACIONES.	
EXPERIENCIA	EN	EL	HOSPITAL	JUÁREZ	DE	MÉXICO.	
	
	
	
TESIS	
	
PARA	OBTENER	EL	TÍTULO	DE	ESPECIALISTA	EN	
	
	
C IRUGÍA	GENERAL	
	
	
	
AUTOR:	
DRA.	LUCÍA	VÁSQUEZ	SÁNCHEZ	
	
	
ASESOR	DE	TESIS:	
DR.	VÍCTOR	MANUEL	PINTO	ANGULO	
	
	
CIUDAD	DE	MÉXICO,	JULIO	2018	
	
	
NÚMERO	DE	REGISTRO	HJM	0426/18-R	
	
	
	
	
	
	
	
	
Tesis
Texto escrito a máquina
FACULTAD DE MEDICINA
Tesis
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respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
	 2	
	
	
	
	
	
	
	
Dr.	Jaime	Mellado	Ábrego	
Titular	de	la	Unidad	de	Enseñanza	
Hospital	Juárez	de	México	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
Dr.	Javier	García	Álvarez	
Profesor	Titular	del	Curso	Universitario	de	Cirugía	General	
Hospital	Juárez	de	México	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
Dr.	Víctor	Manuel	Pinto	Angulo	
Médico	Adscrito	de	Servicio	de	Cirugía	General	
Profesor	Adjunto	del	Curso	Universitario	de	Cirugía	General	
Investigador	responsable	–	Asesor	de	tesis		
Hospital	Juárez	de	México		
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	 3	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
Investigador	responsable	
Dr.	Víctor	Manuel	Pinto	Angulo	
Médico	Adscrito	de	Servicio	de	Cirugía	General	
Hospital	Juárez	de	México	
	
	
	
	
	
Tesista	
Dra.	Lucía	Vásquez	Sánchez	
Residente	de	Cuarto	Año	de	Cirugía	General	
Hospital	Juárez	de	México		
	
	
	
	
	
Colaboradores	
Dr.	Javier	García	Álvarez	
Profesor	Titular	del	Curso	de	Cirugía	General	
Hospital	Juárez	de	México		
	
	
	
	 4	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
Dedicatoria 
 
A Dios, a mis padres y mi hermana por creer en mi, ayudándome a vencer los 
obstáculos que se presentaron a lo largo de todos estos años; por darme su amor y 
apoyo incondicional. 
 
 
A todos aquellos que me cerraron las puertas, que me tiraron a los lobos diciendo 
que “alguien como yo” no podría convertirse en cirujana, porque ese gran 
obstáculo en mi vida me permitió renacer con más fuerza. 
 
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	 5	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
Agradecimientos 
 
A mis maestros y amigos Dr. Víctor Manuel Pinto Angulo, Dr. Javier García Álvarez, 
Dr. Jorge A. Robles Aviña. 
 
A los ángeles que me ayudaron: Dr. Genaro Ortega Cariño, Dr. Francisco García 
Rodríguez, Dr. Alejandro De Artola Noble y José LuisAltamirano Peña. 
 
A mis pacientes que me dejaron aprender de ellos tanto en el Hospital Juárez de México 
como en el Hospital Dr. Manuel Gea González. 
 
A mis amigos que estuvieron cerca de mi para no dejarme vencer durante estos 8 años. 
 
Gracias. 
	
	
	
	
	
 
	 6	
TABLA	DE	CONTENIDO	
	
� MARCO	TEÓRICO		.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	7	
o INTRODUCCIÓN	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	7	
o ANTECEDENTES	HISTÓRICOS	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.		8	
o DIAGNÓSTICO	Y	EVALUACIÓN	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	9	
o CAUSAS	DE	FALLA	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.		10	
o ASPECTOS	TÉCNICOS	DE	LA	REINTERVENCIÓN	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.11	
o PRONÓSTICO	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	12	
	
� JUSTIFICACIÓN	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	13	
	
� PREGUNTA	DE	INVESTIGACIÓN	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	13	
	
� OBJETIVOS	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	13	
	
� METODOLOGÍA	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.		13	
	
� RESULTADOS	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	15	
	
� ANÁLISIS	DE	RESULTADOS		.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	39	
	
� DISCUSIÓN	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	42	
	
� CONCLUSIONES	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	44	
	
� REFERENCIAS	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	.	44	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	 7	
	
MARCO	TEÓRICO	
	
INTRODUCCIÓN	
	
La	 enfermedad	 por	 reflujo	 gastroesofágico	 sigue	 siendo	 una	 patología	 benigna	 altamente	
frecuente	1,	2.	A	partir	de	que	existió	un	incremento	por	esta	cirugía	alrededor	de	la	década	de	los	
90	 y	 2000	 debido	 al	 incremento	 del	 abordaje	 laparoscópico,	 hubo	 un	 alza	 en	 complicaciones	
postquirúrgicas	de	manera	mulitfactorial.	En	México	se	estima	que	cerca	del	25%	de	la	población	
general	padece	síntomas	de	reflujo	gastroesofágico	ya	sea	de	manera	intermitente	o	persistente3.	
Se	 han	 estudiado	 diferentes	 espectros	 de	 la	 patología	 como	 esófago	 hipersensible	 y	 reflujo	 no	
erosivo	gastroesofágico,	que	pudieran	ser	confundidos	 fácilmente	con	el	ERGE	(enfermedad	por	
reflujo	gastroesofágico).	
	
El	 objetivo	 principal	 del	 tratamiento	 es	 la	 eliminación	 de	 la	 sintomatología,	 la	 prevención	 y/o	
reversión	de	complicaciones	asociadas	como	el	esófago	de	Barret4.	
	Diferentes	estudios	han	demostrado	que	 la	 cirugía	mejora	 significativamente	 la	 sintomatología,	
con	consecuente	mejoría	de	la	calidad	de	vida,	así	como	síntomas	atípicos	como	respiratorios5-7.	A	
pesar	 de	 que	 la	 introducción	 de	 los	 inhibidores	 de	 bomba	 de	 protones	 mejoraron	 de	 manera	
importante	el	 tratamiento	médico	de	esta	enfermedad,	 la	cirugía	continua	siendo	el	 tratamiento	
más	 eficaz	 a	 largo	 plazo,	 además	 de	 ser	 más	 costo	 efectivo,	 siempre	 y	 cuando	 el	 paciente	 sea	
candidato	a	la	misma	y	sea	bien	protocolizado8.	
	
Es	 importante	 recordar	 que	 el	 paciente	 con	 ERGE	 que	 es	 un	mal	 candidato	 es	 aquel	 que	 tiene	
obesidad	mórbida,	síntomas	atípicos,	mala	respuesta	a	 inhibidores	de	bomba	de	protones	(IBP),	
tosedores	 crónicos,	náusea,	pobre	peristalsis	 esofágica	prequirúrgica	 con	excesiva	 exposición	al	
ácido	en	supino,	hernias	hiatales	muy	grandes;	e	 incluso	hay	literatura	que	marca	el	género	y	 la	
edad	mayor	a	50	años	como	factores	de	mal	pronóstico.		
	
Acerca	 de	 las	 complicaciones,	 el	 procentaje	 se	 encuentra	 entre	 3%	 y	 30%	 según	 el	 centro	
evaluado9,	10;	sin	embargo,	el	éxito	de	la	funduplicatura	laparoscópica	en	centros	especializados	es	
del	 90	 –	 95%11;	 por	 lo	 tanto,	 con	 base	 en	 estos	 datos,	 se	 supone	 que	 habrá	 algunos	 pacientes	
operados	quienes	manifestarán	síntomas	recurrentes.	Se	ha	visto	que	la	falla	de	la	primera	cirugía	
anti-reflujo	 es	multifactorial:	 como	 consecuencia	 de	 características	 intrínsecas	 del	 paciente,	 así	
como	de	 factores	ambientales	estresantes	y	problemas	 técnicos	de	 la	 cirugía12.	Además	se	debe	
tomar	el	cuenta	que	si	a	lolargo	de	estos	años,	ha	habido	un	aumento	de	funduplicaturas,	por	lo	
tanto	 será	 común	 la	 presencia	 de	 complicaciones,	 siendo	 requerido	 un	 segundo	 procedimiento	
entre	3	y	6%	de	 los	casos11,	13.	Se	ha	comprobado	que	en	estos	pacientes	 la	reoperación	para	 la	
cirugía	anti-reflujo	fallida	es	segura	y	efectiva14	
	
	
	
	
	
	 8	
ANTECEDENTES	HISTÓRICOS	
	
En	1951	Philip	Allison	enfatizó	la	asociación	entre	la	esofagitis	por	reflujo	y	la	hernia	hiatal.	En	un	
inicio,	 su	 cirugía	 constaba	 de	 la	 reducción	 de	 la	 hernia;	 sin	 embargo,	 los	 resultados	 no	 eran	
totalmente	satisfactorios.		
	
Fue	en	1956	el	Dr.	Rudolph	Nissen	realizó	en	Turquía	una	“bufanda	gástrica”	para	proteger	una	
anastomosis	 esofagogástrica	 posterior	 a	 realizar	 una	 resección	 de	 la	 unión	 esofagogástrica	
secundaria	a	enfermedad	ulcerosa	péptica	en	un	paciente	joven.		Estos	pacientes	quedaban	con	un	
reflujo	 incapacitante,	 sin	 embargo,	 el	 doctor	 la	 realizó	 para	 proteger	 la	 anastomosis	 y	
posteriormente	se	da	cuenta	de	que	el	reflujo	no	apareció;	por	lo	cual,	lo	describe	como	un	nuevo	
tratamiento	para	la	enfermedad	por	reflujo	gastroesofágico.	Originalmente	las	paredes	anterior	y	
posterior	 del	 fondo	 se	 usaban	 para	 la	 funduplicatura	 sin	 división	 de	 vasos	 cortos,	 esta	
funduplicatura	 era	 alrededor	 de	 6cm	 del	 esófago	 distal	 justo	 por	 encima	 de	 la	 unión	
esofagogástrica	y	 era	 aproximada	usando	4	ó	5	 suturas	 interrumpidas,	 de	 las	 cuales	una	o	más	
incorporaban	la	pared	anterior	del	esófago.	La	funduplicatura	era	realizada	encima	de	una	bujía	
de	 36	 Fr.	 En	 este	 procedimiento	 original,	 Nissen	 no	 reparaba	 la	 crura	 diafragmática	 y	 tenía	
relativamente	incidencia	inaceptable	de	disfagia	y	síndrome	de	la	burbuja	postoperatoria.		
	
Donahue	y	colaboradores	describieron	el	procedimiento	usando	una	bujía	más	grande	de	50	Fr,	
posterior	 a	 esto,	 DeMeester	 y	 su	 grupo	 describieron	 otras	 maniobras	 que	 mejoraron	 el	
procedimiento	 como	 una	 bujía	 aún	 más	 grande	 de	 60	 Fr,	 disminuyeron	 la	 longitud	 de	 la	
funduplicatura	 a	 1cm	 y	 dividieron	 los	 vasos	 cortos	 para	 crear	 una	 funduplicatura	 “floppy”.	
Introducían	el	dedo	índice		a	lo	largo	del	esófago	para	corroborar	esta	laxitud.		El	procedimiento	
también	 fue	modificado	por	Rossetti	y	Hell	usando	solo	 la	pared	anterior	del	 fondo	con	mínima	
disección	del	cardias.	
	
En	 1963	 André	 Toupet	 describió	 una	 funduplicatura	 posterior	 de	 270° para	 disminuir	 la	
incidencia	de	disfagia	y	síndrome	de	la	burbuja	atrapada.	Actualmente	este	manejo	está	indicado	
en	 pacientes	 con	 motilidad	 esofágica	 alterada.	 Jaques	 Dor	 creó	 otra	 técnica	 parcial,	 una	
funduplicatura	 de	 180°	 usada	 en	 combinación	 con	 miotomía	 de	 Heller	 para	 acalasia,	 aunque	
también	 es	 usado	 como	 tratamiento	 para	 ERGE.	 En	 resultados	 actuales	 no	 existen	 diferencias	
entre	este	procedimiento	versus	la	funduplicatura	Toupet.		
	
Para	 pacientes	 	 con	 esofagitis	 severa	 que	 termina	 en	 estenosis,	 la	 hernia	 hiatal	 puede	 ser	
recurrente	y	puede	ocurrir	acortamiento	del	esófago	o	“esófago	corto”,	es	por	esto	que	Collis	creó	
el	 “alargamiento	 esofágico”,	 mejor	 conocido	 como	 gastroplastía	 de	 Collis	 o	 procedimiento	 de	
Collis-Nissen.		
	
En	1960,	Belsy	describió	una	 funduplicatura	parcial	 imbrincada	completada	en	cavidad	 torácica	
izqueirda.	 Este	 procedimiento	 requiere	 una	 laparotomía	 o	 toracotomía	 izquierda	 para	
completarla.		
	
Las	 modificaciones	 surgieron	 debido	 a	 un	 incremento	 de	 complicaciones	 como	 la	 disfagia	 y	
desórdenes	 de	 motilidad.	 En	 1975	 Vicente	 Guarner,	 en	 México	 describió	 uno	 fundoplastia	
posterior	en	la	cual	el	fondo	pasaba	detrás	del	esófago.		
	 9	
	
Con	 el	 advenimiento	 de	 la	 laparoscopía	 a	 finales	 de	 los	 ochentas,	 en	 1991	 Dallemagne	 y	
colaboradores		reportaron	por	primera	vez	la	funduplicatura	tipo	Nissen	laparoscópica	como	un	
procedimiento	factible	y	reproducible.		
	
En	 el	 2011,	 desde	 México,	 el	 Dr.	 Mucio	 Moreno	 describió	 la	 esofagogastropexia	 posterior	 no	
deformable,	mejor	 conocida	 como	 la	 funduplicatura	 tipo	 Gea,	 cuyo	 objetivo	 con	 esta	 técnica	 es	
“congelar”	 la	 funduplicatura	 de	 tal	 manera	 que	 sea	 difícil	 su	 disrupción	 o	 modificación	 con	 el	
tiempo,	por	lo	cual,	en	su	estudio	con	seguimiento	a	15	años,	muestra	una	baja	incidencia	de	falla	
de	la	funduplicatura.		
	
DIAGNÓSTICO	Y	EVALUACIÓN	
	
En	 nuestro	 días	 se	 ha	 incrementado	 hasta	 en	 un	 800%	 debido	 a	 la	 cirugía	 laparoscópica;	 sin	
embargo,	se	habla	de	un	abuso	del	procedimiento.	La	recurrencia	de	síntomas	alcanza	17-20%	en	
la	literatura	mundial.		
	
El	tiempo	de	vida	de	una	funduplicatura	es	muy	variable,	depende	de	la	técnica	y	del	cuidado	que	
el	 paciente	 tenga,	 tal	 como	no	 subir	de	peso,	masticar	 correctamente	 y	no	 aumentar	 la	 presión	
intrabdominal	 que	 pudiera	 dar	 como	 resultado	 una	 recidiva.	 Se	 ha	 estimado	 que	 el	 tiempo	
promedio	 para	 la	 recurrencia	 de	 síntomas	 es	 de	 38	meses.	 La	 pirosis	 y	 la	 disfagia	 son	 las	 dos	
manifestaciones	más	frecuentes	en	los	pacientes	que	requieren	reoperación,	aproximadamente	un	
80%15.	 Los	 pacientes	 también	 describen	 dolor	 retroesternal	 (no	 cardiaco),	 saciedad	 temprana,	
regurgitación,	vómito	y	aspiración	(20%).11,	12,	14,	16.			
	
Es	necesaria	una	evaluación	extensa	del	paciente,	ya	que	se	debe	considerar	que	habrá	disfagia	en	
la	mayoría	de	los	pacientes	durante	las	primeras	semanas	de	la	cirugía,	posterior	a	la	inflamación	
se	deberá	reevaluar	al	paciente.	En	caso	de	que	hayan	pasado	este	tiempo,	se	deberá	realizar	una	
evaluación	estandarizada	de	 la	sintomatología	y	una	revisión	de	 la	nota	quirúrgica	de	 la	cirugía	
inicial,	 en	caso	de	 tener	 la	disposición	del	video	o	 contacto	con	el	primer	cirujano,	 esto	 será	de	
mucha	 utilidad.	 Se	 debe	 tomar	 en	 cuenta	 que	 existirán	 algunos	 pacientes	 que	 posiblemente	 no	
hayan	sido	candidatos	de	manera	inicial	y	fueron	mal	estudiados,	por	lo	cual	será	necesario	contar	
con	los	estudios	previos	a	 la	primera	cirugía	y	 los	nuevos	a	evaluar	el	caso	actual,	dentro	de	 los	
cuales	se	pueden	incluir	una	radiografía	de	tórax,	manometría	esofágica,	pH-metría	de	24	horas,	
esofagograma	y	endoscopía;	incluso,	en	caso	de	presentar	alteraciones	en	vaciamento	gástrico	se	
puede	considerarse	una	centellografía12,	13.		
	
Se	menciona	 en	 la	 literatura	que	 el	 estándar	de	 oro	para	diagnosticar	 la	ERGE	 recurrente	 es	 la	
pHmetría	 de	 24	 horas;	 sin	 embargo,	 	 se	 debe	mantener	 cautela,	 ya	 que	 no	 se	 debe	 realizar	 el	
estudio	de	manera	rutinaria,	ya	que	si	 la	pHmetría	demuestra	exposición	patológica	al	ácido,	no	
tiene	 que	 estar	 siempre	 asociada	 a	 síntomas;	 es	 más,	 los	 síntomas	 interpretados	 como	 reflujo	
recurrente	parecen	tener	una	asociación	 leve	con	 la	exposición	del	esófago	al	ácido.	También	se	
menciona	que	con	el	esofagograma	y	endoscopia	se	ve	el	95%	de	la	falla	quirúrgica	de	la	primera	
intervención.	En	el	esofagograma	se	puede	observar	si	existe	trastorno	del	vaciamiento	gástrico,	el	
cual	 puede	 ser	 resultado	 de	 ruptura	 de	 nervios	 vagos	 durante	 la	 primera	 cirugía	 que	 afecte	 la	
	 10	
motilidad	gástrica	o	bien,	pacientes	consumidores	de	antidepresivos	que	también	disminuyen	la	
motilidad.		
	
CAUSAS	DE	FALLA	
	
Como	se	había	mencionado	previamente,	es	multifactorial.	Se	distinguen:	
� Inadecuada	selección	del	paciente:	es	necesario	no	confundir	síntomas,	tener	una	adecuada	
valoración.	Pacientes	con	enfermedad	por	reflujo	no	erosivo	no	son	buenos	candidatos	y	la	
mayoría	 no	 se	 benefician	 del	 procedimiento.	 Pacientes	 con	 obesidad	no	 se	 benefician,	 el	
procedimiento	indicado	es	cierre	de	pilares	y	bypass	gástrico.	Pacientes	psiquiátricos	son	
también	malos	candidatos.	
� Inexperiencia	 del	 cirujano.	 Se	 habla	 de	 una	 curva	 de	 aprendizaje	 de	 más	 de	 30	
procedimientos	con	tutoría.Es	muy	importante	diferenciar	las	complicaciones	postfunduplicatura:	
� Falla	quirúrgica:	síntomas	persistentes;	es	decir,	nunca	desaparecieron	y	el	paciente	sigue	
igual	
� Disfunción	de	la	funduplicatura:	síntomas	recurrentes	posterior	a	2	años.	
� Complicación:	 el	 paciente	 presenta	 nuevos	 síntomas	 y	 está	 peor	 respecto	 al	 momento	
previo	a	la	cirugía.		
	
Se	 ha	 descrito	 la	 recurrencia	 de	 hernia	 hiatal	 y	 la	 disrupción	 de	 la	 funduplicatura15	 ya	 sea	 por	
aumento	 de	 la	 presión	 intrabdominal	 (por	 ejemplo,	 tosedores	 crónicos,	 aumento	 de	 peso,	
embarazo,	 etc.)	 o	 bien,	 debido	 a	 que	 el	 paciente	 no	 llevó	 los	 cuidados	 necesarios	 en	 el	
postoperatorio	como	masticar	adecuadamente.		La	incidencia	por	estas	causas	es	muy	variable		y	
alcanza	 en	 algunos	 estudios	 hasta	 el	 50%.	 Causas	 menos	 comunes	 son:	 malposición	 de	 la	
funduplicatura		(que	se	tome	el	cuerpo	en	lugar	del	fondo),	funduplicatura	apretada	y	cierre	crural	
ajustado.	Incluso	se	han	reportado	casos	de	acalasia	o	algún	otro	trastorno	motor	que	no	habían	
sido	 identificados	 previamente	 por	 la	 decisión	 de	 no	 realizar	 un	 adecuado	 protocolo	 previo	 a	
realizar	la		funduplicatura11,	12,	14.	
	
En	otros	estudios	se	menciona	la	recurrencia	de	la	hernia	hiatal	como	disrupción	de	los	pilares	o	
cierre	 crural	 ajustado	 como	 causa	 del	 55%	 de	 las	 fallas.	 Mientras	 que	 la	 disrupción	 de	 la	
funduplicatura,	 mal	 posición	 de	 la	 funduplicatura	 (que	 se	 encuentre	 torcida	 por	 inadecuada	
disección	retroesofágica,	que	no	halla	habido	adecuada	adherenciolisis	del	fundus	gástrico	o	no	se	
ligaron	 los	 vasos	 cortos	 que	provoque	que	 la	 funduplicatura	 se	 jale	 hacia	 el	 pilar	 derecho	 y	 no	
funcione	bien;	en	reloj	de	arena	cuando	hay	plicatura	corporal	en	vez	de	fúndica)	alcanza	hasta	el	
85%	 en	 algunas	 series.	 En	 otros	 estudios	 se	 muestra	 que	 no	 se	 encuentra	 una	 causa	 tras	 la	
revisión	laparoscópica	de	la	funduplicatura.		
	
Existen	 dos	 clasificaciones	 para	 la	 funduplicatura	 fallida,	 la	 clasificación	 de	Horgan	 y	 la	 de	 Atif	
Igbal.	La	diferencia	entre	estas	es	que	la	primera	es	una	clasificación	anatómica,	mientras	que	la	
segunda	es	tanto	fisiológica	como	anatómica.		
	
La	 clasificación	 del	 Dr.	 Santiago	 Horgan	 (San	 Diego)	 se	 visualiza	 por	 endoscopia	 y	 serie	
esofagogástrica:	
	 11	
• IA:	Migración	 proximal	 de	 la	 unión	 esofagogástrica	 parcial	 o	 total	 por	 falta	 de	 disección	
esofágica	mediastinal.	Es	el	tipo	más	frecuente	observado	tras	cirugía	laparoscópica	
• IB:	Migración	proximal	de	la	unión	esofagogástrica	pero	con	funduplicatura	intrabdominal.	
Se	da	por	no	fijar	la	funduplicatura	al	esófago,	o	si	se	fijó,	fue	al	estómago.	Este	tipo	es	más	
frecuentemente	observado	tras	cirugía	abierta.		
• II:	Hernia	paraesofágica	donde	la	unión	esofagogástrica	es	intrabdominal,	no	se	disecó	bien	
el	fondo	gástrico	y	no	se	cerraron	los	pilares.		
• III:	Funduplicatura	construida	con	el	cuerpo	gástrico	y	no	con	el	fondo	(en	reloj	de	arena),	
la	unión	esofagogástrica	está	 intrabdominal,	no	hubo	buena	disección	ni	disección	de	 los	
vasos	cortos.		
	
La		clasificación	del	Dr.	Atif	Iqbal	(Emory,	Atlanta)	resultó	tras	realizar	el	estudio	con	la	serie	más	
grande	de	pacientes	refunduplicados:		
• I	 Falla	 en	 el	 cierre	 del	 hiato:	 hay	 ruptura	del	 cierre	 de	pilares	 o	 el	 cierre	 es	 apretado	
formando	estenosis.		
• II	 Falla	de	 la	 funduplicatura:	hay	ruptura	parcial	o	total	de	 la	misma,	 la	 funduplicatura	
está	hipertensa,	 funduplicatura	girada	(por	 falta	de	disección	de	retroesófago),	deslizada,	
intratorácica,	hernia	paraesofágica;	en	fin,	todo	lo	inherente	a	la	funduplicatura	en	sí.		
• III	Esófago	corto:	longitud	inadecuada	del	esófago.	
• IV	Gastroparesia	postquirúrgica:	vagotomía	inadvertida.	
• V	Diagnóstico	incorrecto	
	
Aunque	 cabe	mencionar	 respecto	 al	 tipo	 IV	 de	 Atif	 Iqbal,	 que	 los	 japoneses	mencionan	 en	 sus	
estudios,	 que	 si	 no	 se	 logran	 los	 3cm	 de	 esófago	 intrabdominal,	 es	 factible	 realizar	 vagotomía	
posterior	y	si	aún	así	no	se	puede,	realizar	vagotomía	anterior.		
Las	fallas	fisiológicas	generalmente	están	asociadas	a	la	mala	selección	del	paciente	o	alteraciones	
en	 la	 función	 gastrointestinal;	 mientras	 que	 las	 fallas	 anatómicas	 son	 asociadas	 a	 problemas	
técnicos.		
	
ASPECTOS	TÉCNICOS	DE	LA	REINTERVENCIÓN	
	
A	 pesar	 de	 que	 se	 ha	 reportado	 un	 índice	 de	 conversión	 a	 cirugía	 abierta	 de	 hasta	 el	 19%,	 se	
prefiere	comenzar	por	vía	laparoscópica. En	una	refunduplicatura,	el	aspecto	técnico	y	anatómico	
es	esencial.	Y	la	técnica	quirúrgica	incluye	los	siguientes	pasos:		
	
a) Realizar	 una	 laparoscopia	 diagnóstica,	 realizar	 adherenciolisis,	 para	 proceder	 a	 separar	
cuidadosamente	 el	 hiato	 de	 la	 unión	 esofagogástrica	 y	 obtener	 una	 adecuada	 disección	 de	 los	
pilares.	 Posteriormente	 se	 identifica	 la	 funduplicatura	 y	 si	 no	 presenta	 ya	 una	 disrupación,	 se	
separan	los	puntos	de	plicatura	para	restaurar	la	anatomía	gástrica	previa.	Se	obtiene	una	mejor	
manipulación	 del	 fondo	 con	 la	 separación	 de	 los	 vasos	 cortos	 en	 caso	 de	 que	 hayan	 sido	
respetados	en	la	cirugía	previa.		
	
b) La	movilización	 y	 disección	 esofágica	 a	 nivel	 torácico	 es	 esencial,	 ya	 que	 se	 obtendrá	 una	
porción	 intrabdominal	mayor	a	3cm	para	evitar	una	migración	de	 la	 funduplicatura	al	 tórax,	asi	
	 12	
como	 evitar	 un	 falso	 esófago	 corto.	 Si	 se	 identifica	 un	 verdadero	 esófago	 corto,	 se	 procede	 a		
realizar	una	gastroplastia	de	Collis.	
	
c) Es	 necesario	 el	 cierre	 primario	 de	 los	 pilares	 mediante	 puntos	 simples,	 conservando	 el	
peritoneo	que	los	rodea	para	evitar	desgarros.	También	es	importante	asegurarse	que	el	cierre	no	
quede	apretado	para	evitar	una	posible	disfagia.	Se	ha	considerado	que	el	uso	de	bujía	calibradora	
es	efectiva	solo	en	las	reoperaciones	anti-reflujo.	En	caso	de	encontrar	un	defecto	grande,	pudiera	
indicarse	 el	 uso	 de	mallas	 de	material	 biológico	 ya	 que	 las	 de	 tipo	 sintético	 se	 han	 asociado	 a	
complicaciones	mayores,	 tomando	en	 cuenta	que	 tampoco	 son	 inocuas20;	 sin	 embargo,	 estudios	
recientes	manifiestan	que	respecto	al	cierre	de	pilares	versus	colocación	de	mallas,	la	recidiva	es	
igual.		
		
d) Finalmente	 se	 realiza	 una	 funduplicatura	 ya	 sea	 total	 o	 parcial,	 dependiendo	 del	 caso	 del	
paciente13.	
	
En	general,	los	puntos	más	importantes	de	la	reintervención	son	los	siguientes:		
	
� Se	debe	identificar	la	unión	esofagogástrica	
• Adherenciolisis	del	lóbulo	izquierdo	del	hígado	a	la	cara	anterior	del	esófago	y	estómago.	
• Desmantelamiento	 completo	 de	 la	 funduplicatura	 previa.	 Idealmente	 con	 engrapadora	
lineal	se	deshace.	
• Reestablecer	la	anatomía	y	reconocimiento	de	un	posible	esófago	corto.		
	
� Reparación	 del	 defecto	 hiatal	 para	 posteriormente	 proceder	 a	 la	 correcta	 realización	 de	
nueva	funduplicatura.	En	la	mayoría	de	la	literatura	se	prefiere	Nissen.		
	
� Ante	 la	 duda,	 realizar	 endoscopía	 transoperatoria	 y	 si	 la	 dificultad	 técnica	 es	 muy	
importante,	 Tagarona	 y	 col.	 Mencionan	 que	 se	 puede	 realizar	 una	 ventana	 en	 epiplón	
gastrocólico	hacia	la	transcavidad	de	los	epiplones	y	buscar	los	pilares	por	debajo	y	la	parte	
posterior	del	esófago	y	estómago	para	poder	identificar	las	estructuras.	Otra	maniobra	es	
valorar	 la	 gastrectomía	 subtotal	 con	 reconstrucción	 en	 Y	 de	 Roux	 larga	 para	 evitar	 el	
reflujo,	como	lo	describe	Csendes	y	colaboradores.		
	
PRONÓSTICO	
	
El	 rango	 de	 éxito	 para	 un	 segundo	 procedimiento	 anti-reflujo	 es	 menor	 que	 en	 las	 cirugías	
primarias,	 alcanzando	 un	 rango	 entre	 50%	 al	 89%.	 La	 segunda	 y	 tercera	 reintervención,	 se	
asocian	 a	 rangos	 de	 éxito	 aún	 menores,	 disminuyendo	 hasta	 un	 20%	 con	 cada	 una	 de	 las	
siguientes	cirugías12.	Se	dice	que	alrededor	del	10%	de	los	pacientes	que	van	a	un	procedimientode	 refunduplicatura	 laparoscópico,	 necesitarán	 un	 tercer	 procedimiento.	 Y	 las	 complicaciones	
postquirúrgicas	son	mayores	en	un	abordaje	abierto	versus	laparoscópico	(17.4%	vs	15.3%).		
	
En	 cuanto	 a	 calidad	 de	 vida,	 la	mayoría	 de	 los	 pacientes	 sometidos	 a	 una	 reoperación	 refieren	
entre	 buenos	 y	 excelentes	 resultados	 subjetivos	 a	 largo	 plazo12,	 19,	 con	 lo	 cual	 se	 elimina	 la	
necesidad	de	 fármacos	 como	procinéticos	o	 inhibidores	de	bomba	de	protones	 21.	 Sin	 embargo,	
	 13	
cerca	del	10%	de	 los	pacientes	reportan	no	 identificar	cambios	o	 incluso	empeoramiento	de	 los	
síntomas	después	de	la	reoperación.	
	
JUSTIFICACIÓN	
	
Existen	casos	de	recidiva	de	enfermedad	por	reflujo	gastroesofágico	posterior	a	un	procedimiento	
quirúrgico	estándar,	se	busca	conocer	si	en	esta	muestra	de	población	mexicana	existen	factores	
de	 riesgo	 reconocibles	 a	 tiempo	para	 evitar	 un	 segundo	 o	 tercer	 procedimiento	 quirúrgico	 que	
pudiera	desencadenar	nuevas	complicaciones	para	el	paciente.		
	
PREGUNTA	DE	INVESTIGACIÓN		
	
¿Qué	factores	de	riesgo	existen	además	de	las	posibles	complicaciones	postquirúrgicas	que	llevan	
a	 un	 paciente	 en	 un	 sector	 de	 la	 población	mexicana	 a	 reoperarse	 por	 enfermedad	 por	 reflujo	
gastroesofágico?	
	
OBJETIVO	GENERAL	
• Conocer	 los	 factores	 de	 riesgo	 que	 existen	 en	 esta	 población	mexicana	 para	 recidiva	 de	
síntomas	de	reflujo	gastroesofágico	posterior	a	un	procedimiento	quirúrgico	antireflujo.	
	
OBJETIVOS	ESPECÍFICOS		
• Conocer	las	características	del	primer	procedimiento	antireflujo	que	posiblemente	podrían	
haber	impactado	en	el	estado	postquirúrgico	del	paciente	
• Conocer	si	existen	complicaciones	postquirúrgicas	no	tratadas	o	no	diagnosticadas	
• Conocer	si	los	pacientes	siguieron	y	por	cuánto	tiempo	las	indicaciones	del	postoperatorio	
que	posiblemente	hayan	desencadenado	en	recidiva	de	la	enfermedad	
• Conocer	 si	 los	 pacientes	 previo	 a	 nuevo	 tratamiento	 quirúrgico	 llevaron	 un	 adecuado	
protocolo	prequirúrgico	incluyendo	endoscopia,	manometría	y	pHmetría.		
	
M ETODOLOGÍA	
	
Diseño	 de	 la	 investigación:	 Estudio	 retrospectivo,	 observacional,	 transversal,	 del	 periodo	 de	
enero	de	2010	a	febrero	de	2018	
	
Definición	de	 la	población:	Pacientes	que	han	sido	tratados	por	servicio	de	cirugía	general	del	
Hospital	Juárez	de	México	por	enfermedad	por	reflujo	gastroesofágico	recidivante	y	que	han	sido	
llevados	 a	 un	 segundo	 procedimiento	 anti-reflujo,	 en	 el	 periodo	 comprendido	 de	 enero	 2010	 a	
febrero	de	2018.	
	
Definición	de	variables:		
	 14	
De	la	revisión	de	expedientes	clínicos	se	obtendrán	los	siguientes	datos:	edad,	género,	tiempo	de	
evolución	 antes	 de	 la	 primera	 cirugía,	 síntomas	 posteriores	 a	 la	 primera	 cirugía,	 tiempo	 de	
evolución	 entre	 la	 primera	 y	 segunda	 cirugía,	 en	 caso	 necesario,	 tiempo	 de	 evolución	 entre	 la	
segunda	y	tercera	cirugía,	tipo	de	refunduplicatura	realizada	en	nuestro	hospital,	hallazgos	de	la	
endoscopia,	pHmetría	y	manometría.	
	
Nombre	 de	
variable	
Definición	 Operacionalización	 Tipo	de	variable	
Edad	 Años	 cumplidos	 al	
momento	de	la	cirugía	
Años	cumplidos	 Dimensional	 cuantitativa,	
independiente	
Género	 Fenotipo	del	paciente	 Femenino	o	masculino	 Cualitativa	nominal	
Tiempo	 de	
evolución	 antes	 de	
la	1ª	cirugía	
Años	 de	 evolución	 de	
enfermedad	 por	 reflujo	
gastroesofágico	 (ERGE)	
antes	de	1ª	cirugía	
Años	de	evolución	de	enfermedad	
por	 reflujo	 gastroesofágico	
(ERGE)	antes	de	1ª	cirugía	
Dimensional,	discreta	
Persistencia	 de	
síntomas	 posterior	
a	1ª	cirugía	
Presencia	 pirosis,	
disfagia,	 dolor,	 plenitud	
postprandial	temprana	1	
mes	 posterior	 a	 la	
cirugía	
Si	o	no	 Cualitativa	ordinal		
Síntoma	 más	
importante	
Pirosis,	 disfagia,	 dolor,	
plenitud	 postprandial	
temprana	
Pirosis,	disfagia,	dolor,	etc.	 Cualitativa	nominal	
Tiempo	 entre	 1ª	 y	
2ª	cirugía	
Tiempo	 transcurrido	
entre	la	1ª	y	2ª	cirugía	
Años		 Dimensional	discreta	
Tipo	 de	 cirugía	 en	
1er	 y	 2ª	
intervensión	
Técnica	 quirúrgica	
empleada	
Total	 o	 parcial	 (de	 270,	 180	 o	 90	
grados).	Abierta	o	laparoscópica	
Cualitativa	nominal	
Hospital	 de	
realización		
Hospital	 de	 realización	
de	la	cirugía	
Hospital	 de	 realización	 de	 la	
cirugía	
Cualitativa	nominal	
Factores	de	riesgo	 Tabaquismo,	 etililsmo,	
obesidad,	 embarazo	 o	
alguna	 otro	 factor	 que	
aumente	 presión	
intrabdominal	
Si	o	no.	Si	lo	presenta:		 Cualitativa	ordinal	
Comorbilidad	 Diabetes,	 hipertensión,	
obesidad,	 cardiopatía,	
nefropatía	
Si	o	no.		 Cualitativa	ordinal	
Hallazgos	 de	
pHmetría	
Puntuación	 de	
DeMeester	mayor	a	14.7	
representa	 positividad	
para	 refflujo	 ácido	
patológico.	 Indice	 de	
asociación	 de	 síntomas	
presente	
Si	 exitise	 presencia	 de	 reflujo	
gastroesofágico	patológico	y	 tiene	
asociacion	 de	 síntomas	 positivo	 o	
negativo	
Cualitativa	ordinal	
Hallazgos	 de	
manometría	
Condición	 de	
contractilidad	 del	
cuerpo	 esofágico.	
Tonicidad	 el	 esfínter	
esofágico	inferior.		
Si	existe	alteraciones	de	motilidad	
y	 tono	 de	 esfinter	 esofágico	
inferior	
Cualitativa	ordinal	
Hallazgos	 de	
endoscopia	
Hernia	 hiatal:	 presencia	
de	 paso	 del	 estómago	 al	
tórax.	 Esofagitis	
Presencia	o	no	de	hernia	hiatal,	de	
esofagitis	o	alguna	otra	patología	
Cualitativa	ordinal	
	 15	
estadificada	 por	 la	
clasificación	 de	 Los	
Angeles.	
	
Técnicas,	 instrumentos	 y	 procedimientos	 de	 recolección	 de	 información:	 revisión	 de	
expedientes	 del	 archivo	 del	 Hospital	 Juárez	 de	 México	 de	 pacientes	 con	 diagnóstico	 de	
enfermedad	por	reflujo	gastroesofágico	y	postoperados	de	refunduplicatura.		
	
Análisis	 e	 interpretación	 de	 los	 resultados:	 mediante	 análisis	 con	 sistema	 SPSS	 v.24	 se	
realizará	estadística	descriptiva.	
	
Recursos:	 Información	 otorgada	 por	 servicio	 de	 estadística	 del	 Hospital	 Juárez	 de	 México,	
expedientes	en	el	archivo	del	Hospital	Juárez	de	México.		
	
Aspectos	 éticos	 y	 de	 bioseguridad:	 Se	 salvaguarda	 la	 identidad	 de	 los	 pacientes	 y	 no	 existe	
interacción	 con	 ellos	 debido	 a	 que	 es	 un	 estudio	 observacional	 retrospectivo.	 La	 base	 de	 datos	
utilizará	únicamente	las	variables	y	el	número	de	expediente	como	identificador.	Solo	el	equipo	de	
investigación	tendrá	acceso	a	la	base	de	datos.	El	protocolo	no	representa	un	conflicto	bioético.	
	
Cronograma:	
Inicio: _01 _/___07__/__2017 _ Termino: ___28____/____02____/____2018__ 
día mes año día mes año 
	
	
R ESULTADOS		
Durante	el	periodo	comprendido	entre	enero	de	2010	a	febrero	de	2018,	se	contabilizaron	por	el	
servicio	 de	 estadística	 hospitalaria	 del	 Hospital	 Juárez	 de	 México,	 199	 pacientes	 que	 fueron	
sometidos	 a	 cirugía	 antireflujo,	 de	 los	 cuales	 se	 buscó	 intencionadamente	 cada	 expediente;	 sin	
embargo,	 se	 encontraron	 en	 archivo	 solo	 153	 de	 estos	 expedientes,	 ya	 que	 la	 mayoría	 de	 los	
faltantes	 fueron	 depurados	 tras	 haber	 estado	 inactivos	 por	 5	 años	 (Gráfico	 1).	 	 De	 estos	 153	
pacientes,	8	(5.22%)	fueron	sometidos	por	segunda	ocasión	a	un	nuevo	procedimiento	quirúrgico	
debido	 a	 persistencia	 de	 síntomas	 o	 complicaciones;	 tomando	 en	 cuenta,	 que	 no	 todos	 fueron	
operados	por	primera	vez	en	el	Hospital	Juárez	de	México.		
	
	Gráfico	1.		Cirugías	antireflujo	realizadas	por	año	en	el	Hospital	Juárez	de	México.	*Solo	enero	y	febrero	de	2018	
	
	
 
	
 
 
	
	
0	
5	
10	
15	
20	
25	
30	
35	
2010	 2011	 2012	 2013	 2014	 2015	 2016	 2017	 2018*	
Cirugías	antire\lujo	realizadas	por	año	en	el	
Hospital	Juárez	de	México		
	 16	
Cabe	 mencionar,	 que	 existen	 pacientes	 que	 presentaron	 persistencia	 de	 síntomas	 o	
complicaciones	 post-funduplicatura	 que	 no	 fueron	 llevados	 a	 cirugía	 nuevamente,	 que	 se	
cuantificó	en	21.7%	de	los	pacientes	del	grupo	no	refunduplicado	(31	pacientes).	Tabla	1.		
	
Tabla	 1.Pacientes	 con	 persistencia	 de	 síntomas	 postquirúrgicos	 divididos	 entre	 los	 que	 fueron	 o	 no	
reoperados.	p=0.001	
	
	
De	los	153	pacientes	reclutados,	la	media	de	edad	de	los	que	fueron	reoperados	fue	de	44.8	años,	
mientras	que	de	 los	que	no	 fueron	sometidos	a	un	segundo	procedimiento	 fue	de	48.5,	 con	una	
diferencia	 no	 significativa	 de	 0.476	 (Gráfico	 2).	 	 En	 cuanto	 al	 sexo	 de	 los	 pacientes,	 54	 fueron	
hombres	 y	 99	 fueron	 mujeres,	 de	 los	 cuales,	 3	 masculinos	 fueron	 llevados	 a	 reoperación	 y	 5	
femeninos	lo	hicieron,	siendo	esta	diferencia	no	significativa	(0.58)	(Gráfico	3).	
	
Gráfico	2.	Edad	de	los	pacientes	respecto	a	refunduplicatura.	
	
	
	
	 17	
Gráfico	3.	Género	de	los	pacientes	respecto	a	refunduplicatura	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
El	tiempo	de	evolución	previo	a	la	primera	cirugía	fue	variable,	se	describió	en	grupos:	menor	a	1	
año,	de	1	a	4	años,	de	5	a	9	años,	de	10	a	14	años,	de	15	a	20	años	y	más	de	20	años.	En	el	grupo	de	
refunduplicaturas,	 el	 50%	 de	 los	 pacientes	 (4	 pacientes)	 llevaban	 de	 10	 a	 14	 años	 con	 la	
sintomatología,	mientras	que	los	que	no	fueron	reoperados,	el	53.8%	(78	pacientes)	llevaban	de	1	
a	 4	 años	 (Gráfico	 4	 y	 Tabla	 2).	 De	 los	 pacientes	 que	 no	 fueron	 sometidos	 a	 cirugía,	 pero	 que	
persistieron	los	síntomas,	la	mayoría	cayó	en	el	grupo	de	1	a	4	años.	(Tabla	3).	Poner	acotación	
	
Gráfico	4.	Tiempo	de	evolución	de	síntomas	previos	a	la	primera	cirugía,	divididos	en	grupos:	menor	a	1	año,	
de	1	a	4	años,	de	5	a	9	años,	de	10	a	14	años,	de	15	a	20	años	y	más	de	20	años.		
	
	 18	
Tabla	 2.	 Tiempo	 de	 evolución	 de	 síntomas	 de	 la	 población	 total	 divididos	 en	 pacientes	 refunduplicados	
respecto	a	los	no	operados	por	segunda	vez.		P=0.103	
	
Tabla	3.	Tiempo	de	evolución	de	síntomas	de	la	población	total	dependiendo	si	persistieron	o	no	síntomas	en	el	
postquirúrgico.		
	
	
El	tipo	de	procedimiento	realizado	más	frecuente,	sin	importar	si	fue	refunduplicatura	o	no	fue	la	
cirugía	 de	Nissen,	 en	 abordaje	 laparoscópico,	 en	 total	 137	 procedimientos	 (89.5%),	 en	 algunas	
ocasiones,	fue	combinado	con	colecistectomía	y	en	un	caso	con	esplenectomía	(Gráfico	5	y	Tabla	
2).		Hablando	sobre	diferencias	entre	cada	grupo	de	pacientes,	en	los	que	fueron	refunduplicados,	
Nissen	 fue	 escogido	 en	 una	 primera	 ocasión	 en	 el	 37%	de	 los	 casos,	Nissen	 abierta	 en	 el	 25%,	
Toupet,	Dor	y	miotomía	con	funduplicatura	Nissen	cada	una	representa	12.5%.	Del	grupo	con	una	
sola	 cirugía	 antireflujo,	 Nissen	 laparoscópica	 89.5%,	 la	 combinación	 con	 colecistectomía	
laparoscópica	 fue	 de	 3.3%,	 Guarner	 abierta	 en	 2%	 de	 los	 casos,	 Nissen	 abierta	 en	 1.3%,	 Dor	
laparoscópica	 en	 1.3%,	 la	 esofagogastropexia	 posterior	 no	 deformable	 (tipo	 Gea)	 0.7%,	 Toupet	
laparoscópica	0.7%,	miotomía	con	funduplicatura	Nissen	laparoscópica	0.7%,	Nissen		
	
	 19	
	
laparoscópica	 con	 esplenectomía	 abierta	 en	 0.7%	 (1	 paciente)	 debido	 a	 complicación	 por	
sangrado	transoperatorio	durante	disección	de	vasos	cortos	(Tabla	4).		
	
	
Gráfico	5.	Muestra	el	predominio	de	preferencia	por	la	cirugía	tipo	Nissen	laparoscópica	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
m 
S '" 
< • " , u • 
'" " 
" 
, 
• • + ~ o: • n • "- o: ~ ro • • ~ ~ 
Gráfico de barras 
~ • ro ~ • • • ti • ~ ~ • -• ti ti --
+ 
2' , 
~ 
< 
•• --ro , 
• ~ 
+ 
ro -"-ro , 
ro 
n 
o 
ª • 
Redo 
o no 
Redo 
. si 
_ 00 
	 20	
	
	
Tabla	 4.	 Tipo	 de	 procedimientos,	 tanto	 de	 pacientes	 con	 un	 solo	 procdimiento,	 como	 refunduplicados	
(p=0.001).	
	
	
Tomando	 el	 grupo	 de	 pacientes	 que	 persistieron	 con	 síntomas,	 sin	 importar	 si	 fueron	 o	 no	
llevados	 a	 reoperación,	 se	 encontró	 que	 el	 abordaje	 laparoscópico	 de	 la	 técnica	 Nissen	 sigue	
siendo	el	de	elección.	(Tabla	5).	
	
	
	
	
	
	
	 21	
Tabla	5.	Tipo	de	cirugía	realizada	de	acuerdo	a	persistencia	o	no	de	síntomas	postquirúrgicos.		
	
	
	
Respecto	al	hospital	donde	se	realizó	la	primera	cirugía,	se	entiende	que	a	todos	los	pacientes	que	
se	les	realizó	un	solo	procedimiento,	se	les	realizó	en	el	Hospital	Juárez	de	México.	Mientras	que	
en	el	grupo	de	refunduplicatura,	en	3	de	los	casos	el	procedimiento	inicial	se	efectuó	en	el	Hospital	
Juárez	 de	 México,	 mientras	 que	 en	 5	 casos	 (62.5%),	 siendo	 estadísticamente	 significativo	 en	
p=0.001	(Tabla	6).			
	
Tabla	6.	Hospital	donde	se	hizo	la	primera	cirugía	
	
	
	
En	 cuanto	 a	 los	 hallazgos	 endoscópicos	 iniciales	 de	 todos	 los	 pacientes	 estudiados,	 no	 existe	
información	de	 un	paciente	 del	 grupo	de	 refunduplicados	 y	 uno	de	 los	 no	 refunduplicados;	 del	
resto,	si	se	cuenta	con	información.	Refiriéndonos	a	presencia	o	no	de	hernia	hiatal,	en	el	grupo	de	
reoperados,	el	71.4%	tenían	hernia	hiatal	tipo	I,	la	cual	se	define	por	delizamiento,	mientras	que	
en	 28.6%,	 contaban	 con	 hiato	 normal.	 En	 el	 grupo	 sin	 refunduplicatura,	 el	 80.5%	 presentaban	
hernia	hiatal	tipo	I,	15.3%	con	hiato	normal,	2.1%	con	hernia	hiatal	tipo	II	(paraesofágica),	2.1%	
tipo	III	(mixta),	no	se	cuantificó	ningún	caso	con	hernia	hiatal	tipo	IV.		(Tabla	7)	
	
	
	
	
	
	
	
	
	 22	
Tabla	7.	Hallazgos	de	presencia	o	no	de	hernia	hiatal	
	
	
	
Hablando	de	los	pacientes	en	quienes	persistieron	síntomas	y	se	consideró	falla	de	la	cirugía,	sin	
importar	 si	 fueron	 llevados	 o	 no	 a	 reoperación,	 en	 30	 (76.9%)	 de	 los	 39	 pacientes	 que	 sí	
presentaron	persistencia	sintomática,	el	hallazgo	inicial	fue	hernia	hiatal	tipo	I,	mientras	que	en	9	
(23.1%)		fue	un	hiato	normal.	(Tabla	8)	
	
Tabla	8.	Hallazgo	de	presencia	o	no	de	hernia	hiatal	en	pacientes	que	presentaron	falla	de	la	funduplicatura		
 
	
	
En	el	segundo	parámetro	a	valorar	de	la	endoscopia	prequirúrgica,	se	menciona	la	existencia	o	no	
de	 algún	 grado	 de	 esofagitis,	 alguna	 alteración	 adicional	 como	 estenosis	 péptica	 (descartando	
algún	 posible	 componente	 oncológico),	 esófago	 de	 Barret	 o	 incluso	 algún	 indicio	 de	 trastorno	
motor.	 De	 manera	 general,	 el	 46%	 de	 los	 casos	 no	 presentaron	 algún	 hallazgo	 anormal	
macroscópico	en	esófago,	mientras	que	al	separar	los	grupos,	de	los	que	sí	fueron	reoperados,	un	
71.4%	 tenía	 un	 hallazgo	 normal,	 14.3%	 presentaba	 esofagitis	 A	 de	 Los	 Ángeles,	 y	 un	 14.3%	
mostraba	 un	 posible	 trastorno	motor.	 Del	 grupo	 que	 no	 se	 reoperó,	 los	 resultados	 fueron	más	
heterogéneos,	 44.8%	 no	 presentaron	 alteraciones	 macroscópicas,	 mientras	 que	 el	 18.9%	 tuvo	
esofagitis	 A	 de	 Los	 Ángeles,	 18.2%	 esofagitis	 B	 de	 Los	 Ángeles,	 7.7%	 Esófago	 de	 Barret	 sin	
displasia,	4.2%	esofagitis	D	de	Los	Ángeles,	3.5%	presentaron	un	anillo	de	Schatzky	o	algún	tipo	
de	estenosis	péptica,	2.1%	esofagitis	C	de	Los	Ángeles	y	0.7%	un	aparente	trastorno	motor.	Estos	
hallazgos	no	fueron	estadísticamente	significativos	(p=0.76),	(Tabla	9).		
	 23	
	
Tabla	 9.	 Hallazgos	 endoscópicos	 prequirúrgicos	 de	 complicaciones	 de	 ERGE	 en	 pacientes	 reoperados	 y	 no	
reoperados.	(p=0.76)	
	
	
	
	
En	 cuanto	a	pacientes	 con	persistencia	o	no	de	 síntomas,	46.1%	del	primer	grupo,	no	presentó	
hallazgos	macroscópicos	de	esofagitis,	el	17.9%	presentó	esofagitis	A	de	Los	Ángeles,	15.38%	con	
esofagitis	B	de	Los	Ángeles,	10.2%	con	Esófago	de	Barret	sin	displasia,	5.1%	con	posible	trastorno	
motor	 y	 5.1%	 con	 anillo	 Schatzky.	 De	 los	 que	 no	 persistieron	 síntomas,	 45.9%	 no	 presentaron	
complicaciones	 macroscópicas	 de	 ERGE,	 18.9%	 presentaron	 esofagitis	 A	 de	 Los	 Ángeles,	 18%	
esofagitis	B	de	Los	Ángeles,	6.3%	Esófago	de	Barret	sin	displasia,	5.4%	esofagitis	D	de	Los	Ángeles,	
2.7%	esofagitis	C	de	Los	Ángeles,	2.7%	anillo	de	Schatzky	y	ninguno	presentó	hallazgos	de	posible	
trastorno	motor.	(Tabla	10).		
	
	
	
	
	
	 24	
Tabla	 10.	Hallazgos	 endoscópicos	 prequirúrgicos	 de	 complicaciones	 de	ERGE	 en	 pacientes	 que	 presentaron	
persistencia	de	síntomas.	
	
	
	
Sobre	 los	 hallazgosde	 la	 manometría	 prequirúrgica,	 contamos	 con	 datos	 de	 123	 de	 los	 153	
pacientes,	 ya	 que	 se	 observó	 que	 en	 los	 pacientes	 refunduplicados	 solo	 2	 contaban	 con	 dicho	
estudio,	mientras	 que	 de	 los	 no	 reoperados,	 121	de	 los	 145	 contaban	 con	 él.	 	 Del	 primero	 uno	
presentó	 esfínter	 esofágico	 inferior	 normotónico	 con	 motilidad	 esofágica	 inefectiva	 y	 uno	 con	
esfínter	 esofágico	 inferior	 hipotónico	 con	 motilidad	 esofágica	 efectiva.	 Del	 segundo	 grupo,	 el	
69.4%	 presentó	 esfínter	 esofágico	 inferior	 hipotónico;	 sin	 embargo,	 la	mitad	 de	 este	 subgrupo	
tuvo	motilidad	esofágica	 efectiva	y	 la	otra	mitad	motilidad	esofágica	 inefectiva,	mientras	que	el	
16.5%	presentó	una	manometría	sin	alteraciones,	7.4%	un	esfínter	esofágico	inferior	normal	con	
motilidad	esofágica	 inefectiva,	4.1%	no	se	pudo	valorar	 la	motilidad,	 el	1.6%	presentó	datos	de	
obstrucción	de	salida	gástrica,	correspondientes	a	cambios	por	hernia	hiatal	y	el	0.8%	presentó	un	
esfófago	en	cascanueces,	paciente	que	aunque	no	se	reoperó,	presentó	persistencia	de	síntomas	a	
los	dos	meses	de	la	cirugía.	(Gráfico	6	y	Tabla	11).		
	
Gráfico	6.	Manometría	prequirúrgia.		
	
	
	
	 25	
Tabla	11.		Hallazgos	manométricos	prequirúrgicos	respecto	a	grupo	refunduplicado	y	no	reoperado.		
	
	
	
Al	dividir	 los	pacientes	entre	 los	que	persistieron	o	no	sintomáticamente	posterior	a	 la	primera	
cirugía,	 la	 tendencia	 a	 tener	 hipotonía	 en	 esfínter	 esofágico	 inferior	 no	 cambia,	 ya	 sea	 con	
motilidad	esofágica	efectiva	o	inefectiva.	(Tabla	12).		
	
Tabla	 12.	 Hallazgos	 manométricos	 prequirúrgicos	 de	 pacientes	 que	 presentaron	 persistencia	 de	 síntomas	
posquirúrgicos.		
 
	 26	
	
Sobre	 la	 pHmetría	 prequirúrgica,	 hubo	 34	 casos	 perdidos,	 de	 pacientes	 refunduplicados	 solo	
contamos	con	información	de	un	paciente,	mientras	que	de	los	casos	no	reoperados	tenemos	27	
casos	perdidos	de	un	total	de	145.	Aún	así,	la	tendencia	del	DeMeester	valorado	es	patológico	con	
una	media	de	22.65	puntos,	con	una	desviación	estándar	de	13.6-	42.45.	(Tabla	13	y	Gráfico	7).		
	
Tabla	13.		pHmetrías	prequirúrgicas	recabadas	de	todos	los	pacientes	
 
 
Gráfico	7.		Puntuación	de	DeMeester	de	los	casos	recabados.		
	
	
	
Tomando	en	cuenta	los	pacientes	que	refirieron	persistencia	de	síntomas,	varios	referían	más	de	
un	síntoma,	por	lo	que	se	les	pidió	que	dijeran	el	más	importante,	que	resultó	ser	pirosis	tanto	en	
el	 grupo	 reoperado	 como	 en	 el	 que	 no.	 En	 el	 grupo	 reoperado,	 la	 pirosis	 ocupó	 el	 62.5%,	 la	
disfagia	 el	 37.5%.	 En	 el	 grupo	 que	 no	 se	 reoperó,	 el	 77.8%	 se	 encontraba	 asintomático	 a	 largo	
plazo,	 esto	 depende	 de	 cada	 paciente,	 ya	 que	 algunos	 llevaban	 7	 años	 de	 seguimiento	 y	 otros	
escasos	meses,	dependiendo	de	 la	 fecha	de	 su	 cirugía.	En	este	mismo	grupo,	 el	11.8%	presentó	
persistencia	 de	 pirosis,	 el	 6.3%	 disfagia,	 2.1%	 dolor	 torácico,	 1.4%	 regurgitación	 y	 0.7%	
intolerancia	a	la	vía	oral	que	incluso	lo	llevó	a	pérdida	de	peso	importante.	Como	se	mencionó,	la	
	 27	
mayoría	 presentaba	 más	 de	 un	 síntoma,	 mostrando	 que	 los	 pacientes	 que	 referían	 disfagia,	
generalmente	estaba	acompañada	de	dolor	torácico.	P=	0.96.	(Tabla	14	y	Gráfico	8).	
	
Tabla	14.	 Persistencia	de	 síntomas.	 Se	muestra	 el	 síntoma	más	 frecuente	 tanto	 en	pacientes	no	 reoperados	
como	en	refunduplicados.	P=0.96	
	
 
 
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
Tabla cruzada sinloma + frec poslqx l'Redo o no Redo 
R~do o 00 R~do 
" 00 Tota l 
,intom¡¡ + f,u pO<1q x I n'nguoo Reo",nto , m m 
" d~ ntro d~ R. do o 00 0 .0" 77 .8" 73 .7" 
R~ do 
poro,", Ruuento , " " 
" d~ ntro d~ R. do o 00 62 .5" 11.8" 14.5" 
R~ do 
di,f¡¡9'" Ruuento , , " " d~ ntro d~ R. do o 00 37.5" 6.1" 7.9" 
R~ do 
into¡" ,¡¡",,,, ¡¡ VO Ruuento , , , 
" d~ ntro d~ R. do o 00 0 .0" 0 .7" 0 .7" 
R~ do 
'~9u'9ita{ión Ruuento , , , 
" d~ ntro d~ R. do o 00 0 .0" 1.4" 1.1" 
R~ do 
dolo, to,~{i<o Ruuento , , , 
" d~ ntro d~ R. do o 00 0 .0" 2.1" 2.0" 
R~ do 
Total Ruuento • ... '" " d~ ntro d~ R. do o 00 100.0" 100.0" 100.0" 
R~ do 
	 28	
Gráfico	8.	Síntomas	persistentes	más	importantes	en	pacientes	con	falla	a	funduplicatura.	
	
	
	
Se	observó	que	varios	de	 los	pacientes	que	presentaron	disfagia	en	 los	primeros	meses,	era	por	
mala	técnica	en	higiene	dietética,	ya	que	aunque	algunos	si	referían	haber	recibido	instrucciones	
sobre	 la	 dieta,	 muchos	 decidían	 abandonar	 dichas	 instrucciones	 con	 el	 paso	 de	 los	 meses.	
Adicionalmente	 se	 evaluó	 si	 existían	 factores	 de	 riesgo	 para	 recidiva	 como	 obesidad,	 etilismo,	
tabaquismo	 (que	 modifican	 el	 desempeño	 de	 la	 unión	 esofagogástrica),	 algún	 trastorno	 motor	
adicional	 e	 incluso	 hubo	 un	 paciente	 con	 antecedente	 de	 parálisis	 cerebral	 infantil,	 ya	 que	 los	
trastornos	psiquiátricos	son	considerados	como	factor	de	mal	pronóstico	postquirúrgico.	El	factor	
más	importante	encontrado	fue	la	obesidad,	ya	sea	grado	I,	II	o	III,	en	2	pacientes	refunduplicados	
(25%)	y	en	32	pacientes	(22.1%)	del	grupo	no	reoperado,	con	una	p=0.998.	(Tabla	15	y	Gráfico	9).	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	 29	
Tabla	15.	Factores	de	riesgo	en	pacientes	operados	de	funduplicatura	y	refunduplicatura.	P=0.998	
	
	
Gráfico	 9.	 Representación	 de	 factores	 de	 riesgo	 en	 pacientes	 refunduplicados	 respecto	 a	 los	 que	 no	 fueron	
reoperados.		
	
	 30	
	
Así	mismo,	se	valoraron	persistencia	o	no	de	comorbilidades,	encontrando	que	la	gran	mayoría	de	
los	pacientes	(52.9%)	del	total	de	la	población,	eran	pacientes	previamente	sanos,	mientras	que	el	
12.4%	presentaba	obesidad	grado	I,	siendo	esta	la	comorbilidad	más	frecuente	tanto	en	el	grupo	
refunduplicado	 (25%),	 como	 en	 el	 no	 reoperado	 (11.7%),	 seguidos	 de	 obesidad	 grado	 II,	
hipertensión	 arterial	 sistémica,	 diabetes	 mellitus	 tipo	 II,	 hipotiroidismo,	 síndrome	 metabólico,	
trastornos	 reumáticos	 que	 incluyen	 fibromialgia,	 artritis	 reumatoide,	 síndrome	 de	 Cherry,	
síndrome	de	Job	y	síndrome	de	Sjogren;	con	un	menor	porcentaje	enfermedades	de	transmisión	
sexual	(virus	de	papiloma	humano,	VIH	o	sífilis),	trastornos	psiquiátricos	(ansiedad	y	depresión),	
hepatopatías,	 trastornos	 neurológicos	 como	 parálisis	 cerebral	 infantil	 y	 epilepsia,	 cardiopatía	
isquémica,	obesidad	grado	III,	hiperplasia	prostática,	trastorno	motor	esofágico,	osteoporosis	y	en	
un	 paciente	 antecedente	 de	 cáncer	 no	 gastrointestinal	 (cáncer	 de	 mama	 en	 seguimiento	 por	
oncología).	(Tabla	16	y	Gráfico	10).	
	
Tabla	16.		Comorbilidades	en	pacientes	refunduplicados	y	no	reoperados.		
 
	 31	
 
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
v~¡I;go ReU>ento o 
!6 dentro de Redo o 00 0.0" 0.7" 0.7" 
Redo 
dncu ooCI RUlII'nto O 
!6 dentro de Redo o 00 0.0" 0.7" 0.7" 
Redo 
Tx de ~nsiedild ¡tx Re(lII'nto O ¡ ¡ 
depre!1vo 
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Redo 
"" Re(lII'nto O !6 demro de Redo o 00 0.0" 0.7" 0.7" 
Redo 
hipotlroidismo Re(lII'nto O 6 6 
!6 dentro de Redo o 00 0.0" 4.1" ] .9" 
Redo 
hepit~l! B y RUlII'nto O ¡ ¡ 
hePiltopiltii 
!6 demro de Redo o 00 0.0" 1.4" U " 
Redo 
Síf,lis prlm,uia¡VPH Re( lII'nto O 3 3 
!6 dentro de Redo o 00 0 .0" U " l .Olli 
Redo 
trillOroo motor RUlII'nto O 
esof¡jgic:o 
!6 dentro de Redo o 00 0.0" 0.7" 0.7" 
Redo 
Epllep!1a ¡tx ReClII'nto O ¡ ¡ 
nl'yrológlco ¡ PCI 
!6 dentro de Redo o 00 0 .0" 1.4" U " 
Redo 
HPO y HPB RUlII'nto O 
!6 dentro de Redo o 00 0.0" 0.7" 0.7" 
Redo 
,=, R!clII'nto • "5 '" !6 dentro de Redo o 00 100.0" 100.0" 100.0" 
Redo 
	 32	
Gráfico	10.	Comparación	de	pacientes	previamente	sanos	con	los	que	ya	presentaban	comorbilidades.		
	
	
	
	
	
Los	 pacientes	 que	 se	 mantuvieron	 con	 persistencia	 sintomática,	 algunos	 necesitaron	
medicamentos	diversos	en	el	postquirúrgico,	ya	sea	inhibidor	de	bomba	de	protones,	procinéticos,	
combinación	de	estos	últimos,	 calcio	antagonistas,	antiácidos,	 sucralfato	y	antiespasmódicos.	De	
los	pacientes	que	fueronreoperados	el	100%	necesitó	medicamentos	entre	la	cirugía	primaria	y	
las	reoperaciones,	siendo	lo	más	frecuente	la	combinación	de	IBP	con	procinético	en	el	62.5%	de	
los	 casos,	 de	 manera	 equitativa	 con	 el	 12.5%,	 necesitaron	 IBP	 como	 monoterapia,	 procinético	
como	monoterapia	 y	 una	 combinación	de	 IBP	 con	 antiespasmódico.	De	 los	 pacientes	 que	no	 se	
reoperaron,	el	76.6%	no	necesitó	terapia	farmacológica	de	algún	tipo,	mientras	que	el	porcentaje	
restante	necesitó	procinético	en	el	6.4%,	IBP	en	el	5.7%,	antiácido	o	sucralfato	(no	IBP)	en	el	2.8%	
de	los	casos,	la	combinación	de	IBP	con	antiespasmódico	en	el	2.1%,		y	calcio	antagonista	en	0.7%	
de	los	casos,	correspondiente	a	un	paciente	con	acalasia	que	falló	al	tratamiento	quirúrgico	inicial.		
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	 33	
Tabla	17.	Necesidad	de	terapia	farmacológica	posterior	a	cirugía	antireflujo.		
	
	
Posterior	a	la	cirugía	antireflujo	primaria,	a	varios	pacientes	se	les	practicó	endoscopia,	debido	a	
que	presentaron	sintomatología	previa,	de	los	pacientes	no	reoperados,	la	gran	mayoría	(93.3%)	
solo	presentó	cambios	postquirúrgicos,	mientras	que	el	3.3%	presentó	una	hernia	hiatal	 tipo	 II,	
3.3%	 un	 hiato	 normal.	 En	 cuanto	 a	 los	 pacientes	 que	 fueron	 llevados	 a	 nuevo	 procedimiento	
antireflujo,	 el	 ninguno	 presentó	 una	 endoscopia	 normal,	 el	 28.6%	 tenía	 hernia	 hiatal	 tipo	 I,	 el	
28.6%	tenía	una	estenosis	en	unión	esofagogástrica,	el	14.3%	una	hernia	hiatal	tipo	II,	14.3%	tenía	
una	plicatura	corporal	y	14.3%	cambios	postquirúrgicos.	(Tabla	18).		
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	 34	
Tabla	18.	Hallazgos	endoscópicos	postquirúrgicos.		
	
	
	
	
Hablando	 sobre	 dichas	 endoscopias,	 específicamente	 sobre	 posibles	 complicaciones	
macroscópicas	de	ERGE	como	esofagitis,	de	 los	pacientes	no	reoperados,	el	70.4%	el	esófago	se	
observó	sin	alteraciones,	el	11.1%	correspondieron	a	pacientes	con	esófago	de	Barret	ya	conocido	
previamente,	 que	 se	 mantienen	 en	 seguimiento,	 el	 7.4%	 presentaron	 un	 probable	 trastorno	
motor,	el	3.7%	con	esofagitis	A	de	Los	Angeles,	3.7%	con	esofagitis	B	de	Los	Angeles,	3.7%	con	
esofagitis	C	de	Los	Ángeles.	 	De	 los	pacientes	que	 si	 se	 reoperaron,	28.6%	presentó	estenosis	o	
anillo	 de	 Schatzky,	 28.6%	 esófago	 sin	 alteraciones,	 14.3%	 esofagitis	 B	 de	 Los	 Angeles,	 14.3%	
esofagitis	 D	 de	 Los	 Ángeles,	 14.3%	 probable	 trastorno	 motor,	 que	 corresponde	 al	 caso	
previamente	mencionado	de	acalasia.	(Tabla	19).		
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	 35	
Tabla	19.	Hallazgos	de	complicaciones	de	ERGE	en	el	postquirúrgico.		
	
	
Sobre	 la	realización	de	manometría	postquirúrgica,	no	se	cuenta	con	mucha	 información,	de	 los	
pacientes	 que	 si	 se	 reoperaron,	 se	 cuenta	 con	 4	 estudios,	 de	 los	 que	 persistieron	 con	 síntomas	
pero	no	se	reoperaron,	contamos	con	5	estudios.	De	los	pacientes	que	se	reoperaron	(8	pacientes),	
la	mitad	cuenta	con	manometría,	un	paciente	con	esfínter	esofágico	inferior	normal	con	motilidad	
esofágica	 inefectiva,	uno	con	obstrucción	 funcional	de	 la	unión	esofagogástrica,	dos	con	esfínter	
esofágico	inferior	hipotónico,	uno	con	motilidad	esofágica	efectiva	y	otro	con	inefectiva.	De	los	no	
reoperados	con	sintomatología,	tenemos	5	estudios,	cuatro	con	esfínter	esofágico	inferior	normal	
pero	dos	con	motilidad	esofágica	efectiva	y	dos	con	inefectiva,	un	paciente	con	esfínter	esofágico	
inferior	hipotónico	y	con	motilidad	inefectiva	(Tabla	20).			
	
	
	
	
	
	
	
	
	
	 36	
Tabla	20.	Hallazgos	manométricos	postquirúrgicos.		
	
	
Sobre	 pHmetría,	 se	 cuenta	 aún	menos	 con	 información.	 Del	 grupo	 que	 se	 reoperó,	 tenemos	 la	
mitad	 de	 los	 estudios,	 uno	 con	 un	 DeMeester	 importante	 de	 158.6	 con	 relación	 de	 síntomas	
positivo,	 uno	 con	 pHmetría	 normal,	 un	 tercero	 con	 DeMeester	 de	 51.8	 e	 índice	 de	 asociación	
positiva	con	predominio	de	gas,	el	cuarto	paciente	mostró	un	DeMeester	de	2.6	que	correspondió	
a	 una	 enfermedad	 por	 reflujo	 gastroesofágico	 no	 erosivo.	 De	 los	 pacientes	 no	 reoperados	 que	
persistieron	con	síntomas,	tenemos	4	estudios,	todos	correspondientes	a	enfermedad	por	reflujo	
gastroesofágico	 no	 erosivo	 y	 contamos	 con	 un	 registro	 de	 un	 paciente	 con	 estudio	 pendiente.	
(Tabla	21).	
	
Tabla	21.	Reportes	de	pHmetría	postquirúrgicas	
	
Paciente	Redo	 Paciente	No	Redo	
DeMeester	 Asociación	de	síntomas	 DeMeester	 Asociación	de	síntomas	
158.6	 Positivo	 0.6	 Negativo	(ERNE)	
normal	 normal	 <	a	14.7	 ERNE	
51.8	 positivo	 <	a	14.7	 ERNE	
2.6	 Negativo	(ERNE)	 <	a	14.7	 ERNE	
	
	
De	 los	8	 casos	 refunduplicados,	 3	pacientes	 tuvieron	 la	primera	 cirugía	 en	nuestro	hospital	 y	5	
fueron	 referidos	 de	 otros	 hospitales.	 	 De	 los	 8	 pacientes,	 uno	 requirió	 hasta	 4	 cirugías	 para	
corregir	 los	síntomas	 iniciales	y	 la	posterior	complicación,	este	 fue	un	 femenino	de	47	años	con		
acalasia,	 que	 fue	 operada	 en	 nuestro	 hospital	 de	 miotomía	 de	 Heller	 con	 funduplicatura	 tipo	
Nissen	 laparoscópica	 en	 2005	 y	 posteriormente	 desarrolló	 disfagia,	 fue	 reoperada	 en	 2007	
realizando	 desmantelamiento	 con	miotomía	 de	 Heller	 y	 funduplicatura	 tipo	 Dor	 laparoscópica,	
este	paciente	presentó	en	el	postquirúrgico	disfagia	y	pirosis,	por	lo	cual	se	volvió	a	protocolizar	
con	 endoscopia	 y	 se	 programó	 en	 2012	 para	 desmantelamiento	 y	 funduplicatura	 tipo	 Dor	
laparoscópica,	 persistiendo	 los	 síntomas,	 por	 lo	 cual	 una	 nueva	 endoscopia	 fue	 realizada	
encontrando	 estenosis	 esofágica,	 se	 procedió	 entonces	 a	 realizar	 laparoscopia	 diagnóstica	
encontrando	fibrosis	en	un	punto	del	pilar	derecho	que	angulaba	la	funduplicatura,	por	lo	cual	se	
realizó	 lisis	de	 fibrosis,	desmantelamiento	y	nueva	 funduplicatura	 tipo	Dor,	 en	esta	ocasión	con	
resolución	del	problema.	
	
El	caso	número	2	 fue	paciente	masculino	de	50	años	operado	en	 junio	de	2005	en	otro	hospital	
con	funduplicatura	tipo	Nissen	abierta,	persistió	con	pirosis,	por	lo	cual	fue	revalorado	en	2006	en	
	 37	
el	 hospital	 Rubén	 Leñero	 (no	 conocemos	 con	 exactitud	 el	 protocolo	 seguido,	 sin	 embargo,	
sabemos	que	contaba	con	una	endoscopia	inicial	que	demostraba	esofagitis	A	de	Los	Angeles).	Le	
fue	realizado	como	segundo	procedimiento	un	desmantelamiento	de	funduplicatura	y	realización	
de	una	nueva	 tipo	Nissen	con	mismo	abordaje	abierto	en	2006,	presentando	entonces	pirosis	y	
epigastralgia	crónica,	por	 lo	cual	 fue	referido	a	nuestro	hospital,	donde	se	 le	 realizó	endoscopia	
mostrando	 estenosis	 péptica	 en	 tercio	 distal	 por	 anillo	 de	 Schatzky,	 hernia	 hiatal	 tipo	 I	 y	
gastropatía	no	erosiva.	Manometría	mostró	esfínter	esofágico	 inferior	hipotónico	con	peristalsis	
esofágica	 efectiva.	 Se	 programó	 para	 febrero	 de	 2012	 con	 abordaje	 laparoscópico,	 realizando	
desmantelamiento	y	esofagogastropexia	posterior	no	deformable	(tipo	Gea).	El	paciente	presentó	
en	 el	 postquirúrgico	 disfagia,	 se	 realizó	 endoscopia	mostrando	 esofagitis	 C	 de	 Los	 Angeles,	 sin	
embargo	con	hiato	de	adecuada	apertura.	El	paciente	mejoró	en	los	meses	siguientes.		
	
El	caso	número	3	es	un	paciente	masculino	de	28	años,	operado	en	nuestro	hospital	en	junio	de	
2008	 con	 un	 procedimiento	 de	 Nissen	 laparoscópico,	 se	 desconoce	 el	 protocolo	 llevado	
inicialmente	 ya	 que	 no	 está	 documentado	 en	 el	 expediente;	 sin	 embargo,	 presentó	 pirosis	 y	
pérdida	 de	 peso	 durante	 los	 meses	 siguientes	 al	 procedimiento.	 El	 paciente	 no	 contaba	 con	
comorbilidades,	 sin	 embargo,	 tenía	 hábito	 tabáquico	 y	 alimentación	 inadecuada,	 se	 realizó	
endoscopia	 que	mostró	 estenosis	 esofágica	 del	 20%	 con	 esofagitis	D	 de	 Los	Angeles	 y	 cambios	
postquirúrgicos,	 se	 realizó	 nueva	 pHmetría	 que	 arrojó	 un	 DeMeester	 de	 2.6	 con	 índice	 de	
síntomas	de	asociación	negativa,	concluyendo	en	una	enfermedad	por	reflujo	no	erosiva.	Debido	a	
los	hallazgos	anteriores,	se	llevó	el	paciente	en	noviembre	de	2016	a	laparoscopiadiagnóstica	sin	
encontrar	alteraciones,	por	lo	cual	no	se	desmanteló	de	funduplicatura.	En	el	postquirúrgico	llevó	
terapia	farmacológica	con	IBP	y	procinéticos	con	adecuada	mejoría	de	los	síntomas.		
	
El	 caso	 número	 4	 es	 un	 paciente	 femenino	 de	 50	 años,	 operada	 en	 mayo	 de	 2013	 de	
funduplicatura	 laparoscópica	en	un	hospital	particular,	 se	 conoce	 solo	 como	estudio	previo	una	
endoscopia	 con	 hernia	 hiatal	 tipo	 I,	 casi	 inmediatamente	 posterior	 al	 procedimiento,	 presentó	
pirosis	 y	 distensión	 abdominal,	 refiere	 haber	 llevado	 una	 mala	 alimentación	 que	 no	 cambió	
después	 del	 procedimiento.	 Fue	 referida	 a	 nuestro	 hospital,	 donde	 le	 fue	 practicada	 una	
endoscopia	 reportando	hiato	abierto	y	esofagitis	B	de	Los	Angeles,	pHmetria	 con	DeMeester	de	
51.8	 y	 asociación	 de	 síntomas	 positivo	 con	 predominio	 de	 gas.	 Se	 reoperó	 en	 agosto	 de	 2016,	
realizando	 un	 desmantelamiento	 laparoscópico	 parcial,	 ya	 que	 la	 funduplicatura	 previa	 tenía	
disrupción	 parcial,	 adherenciolisis	 y	 funduplicatura	 tipo	 Nissen.	 Mejoró	 notablemente	
sintomatología	posterior	a	procedimiento.		
	
En	el	caso	número	5,	encontramos	un	paciente	femenino	de	51	años	operada	en	nuestro	hospital	
con	 funduplicatura	 tipo	 Nissen	 laparoscópica	 en	marzo	 de	 2011,	 con	 una	 endoscopia	 solo	 con	
gastropatía	crónica,	manometría	con	esfínter	esofágico	inferior	hipotónico	y	persitalsis	esofágica	
efectiva,	pHmetría	con	DeMeester	de	7.4	con	 índice	de	asocación	positiva,	presentó	disfagia	casi	
inmediatamente	 posterior	 a	 la	 cirugía	 a	 pesar	 de	 procinético,	 se	 realizó	 nueva	 endoscopia	
encontrando	 estenosis	 de	 unión	 esofagogástrica,	 manometría	 con	 unión	 esofagogástrica	
postquirúrgica	 con	 obstrucción	 funcional,	 pHmetría	 normal,	 por	 lo	 cual	 se	 llevó	 a	 quirófano	 en	
enero	 de	 2012	 realizando	 desmantelamiento	 laparoscópico	 con	 funduplicatura	 en	 “V”,	 esto	 con	
buenos	resultados,	resolviendo	los	problemas	de	la	paciente.		
	
	 38	
En	el	caso	número	6,	tenemos	un	paciente	masculino	de	22	años	que	se	operó	de	forma	particular	
en	 enero	 de	 2011,	 le	 fue	 realizado	 procedimiento	 de	 Nissen	 abierto,	 tenemos	 una	 endoscopia	
previa	 a	 eso	 con	 hernia	 hiatal	 tipo	 I.	 El	 paciente	 menciona	 que	 casi	 inmediatamente	 presentó	
disfagia	con	persistencia	de	pirosis.	El	paciente	presentaba	desde	el	prequirúrgico	inicial	obesidad	
grado	I,	mencionó	que	los	hábitos	alimenticios	no	los	cambió	en	el	postquirúrgico;	sin	embargo,	la	
disfagia	 lo	 obligó	 a	 cambiar	 estos	 hábitos	 poco	 a	 poco.	 Fue	 referido	 al	 Hospital	 General	 de	
Pachuca,	 fue	protocolizado	y	 la	endoscopia	mostró	una	hernia	hiatal	 tipo	 I	 con	plicatura	parcial	
sobre	 curvatura	 menor	 por	 debajo	 del	 cardias,	 manometría	 con	 esfínter	 esofágico	 inferior	
hipotónico	con	relajación	incompleta	y	peristalsis	esofágica	efectiva,	no	contamos	con	pHmetría.	
En	junio	de	2014	fue	reoperado	realizando	desmantelamiento	y	nueva	funduplicatura	tipo	Nissen	
abierta;	 sin	 embargo,	 persistió	 con	 pirosis	 y	 disfagia	 leve.	 Fue	 referido	 entonces	 a	 nuestro	
hospital,	donde	se	le	realizó	endoscopia	mostrando	hernia	hiatal	tipo	I,	esofagitis	A	de	Los	Angeles	
y	gastritis	aguda	leve,	esfínter	esofágico	inferior	funduplicado	hipotónico	y	esófago	con	motilidad	
inefectiva,	pHmetría	con	DeMeester	21	y	asociación	de	síntomas	positivo.	En	diciembre	de	2015	
fue	 realizada	 laparoscopía	 diagnóstica;	 sin	 embargo,	 se	 difirió	 desmantelamiento	 por	múlitples	
adherencias	epiplón-pared	Zuhlke	IV.	El	paciente	continuó	con	pirosis	leve	aislada	que	mejoró	con	
IBP	y	continua	en	seguimiento.		
	
El	caso	número	7	es	un	 femenino	de	59	años	que	 fue	operada	en	otro	hospital	desconocido	por	
una	hernia	hiatal	tipo	I,	le	fue	realizada	una	funduplicatura	tipo	Dor	laparoscópica,	un	año	después	
presentó	 disfagia	 y	 odinofagia,	 refiriendo	mala	 alimentación,	 comorbilidades	 importantes	 como	
Síndrome	 de	 Sjogren,	 fibromialgia,	 hipertensión	 arterial	 sistémica	 y	 cardiopatía	 isquémica.	 Fue	
referida	a	nuestro	hospital,	se	le	realizó	endoscopia	que	mostró	hernia	hiatal	tipo	I	y	gastropatía	
crónica,	manometría	 con	esfínter	 esofágico	 inferior	hipotónico	y	peristalsis	 esofágica	 inefectiva,	
pHmetría	 con	DeMeester	 de	 158.6	 e	 índice	 de	 asociación	 positivo.	 En	 diciembre	 de	 2017,	 se	 le	
realizó	de	manera	laparoscópica,	desmantelamiento,	funduplicatura	tipo	Nissen,	adherenciolisis	y	
endoscopia	 transoperatoria.	 Con	 esto	 no	 ha	 vuelto	 ha	 presentar	 sintomatología	 de	 ERGE	 o	 de	
posibles	 complicaciones	 hasta	 el	 momento.	 La	 endoscopia	 mostró	 cambios	 postquirúrgicos	 en	
relación	a	funduplicatura.		
	
El	úlitmo	caso	es	un	 femenino	de	48	años	que	 fue	operada	en	el	Hospital	General	de	México	en	
enero	de	2008,	debido	a	hernia	hiatal	tipo	I	y	antecedente	de	8	años	con	pirosis	persistente,	se	le	
realizó	 funduplicatura	 tipo	 Toupet	 laparoscópica.	 Presentó	 pirosis	 3	 años	 después	 del	
procedimiento.	Cabe	mencionar	que	 la	paciente	 sigue	con	un	mal	 régimen	alimenticio,	presenta	
obesidad	grado	I	y	sus	síntomas	mejoran	con	IBP	y	procinético.	A	su	llegada	a	nuestro	hospital,	se	
le	 realizó	 nueva	 endoscopia	 que	 reportó	 hernia	 hiatal	 tipo	 I;	 sin	 embargo,	 por	 la	 serie	
gastroduodenal	se	reporta	hernia	hiatal	tipo	II,	no	se	realizó	manometría	ni	pHmetría.	Se	reoperó	
en	 febrero	 de	 2018	 con	 abordaje	 laparoscópico,	 se	 realizó	 adherenciolisis,	 desmantelamiento	 y	
realización	 de	 funduplicatura	 tipo	 Nissen.	 En	 los	 pocos	 meses	 de	 seguimiento	 que	 lleva,	 no	
muestra	síntomas	de	persistencia	o	de	complicaciones.		
 
 
 
	 39	
ANÁLISIS	DE	RESULTADOS	
	
En	un	periodo	de	8	años	y	dos	meses,	se	cuantificaron	199	funduplicaturas	en	el	Hospital	Juárez	
de	México,	de	las	cuales,	se	obtuvo	información	de	153	pacientes,	ya	que	el	resto	eran	expedientes	
depurados.	De	 este	 total,	 el	 5.22%	 fue	 sometido	 por	 segunda	 vez	 a	 una	 cirugía	 anti-reflujo;	 sin	
embargo,	cabe	mencionar	que	de	 los	8	pacientes	contabilizados	como	refunduplicados,	3	 fueron	
inicialmente	 operados	 en	 el	Hospital	 Juárez	 de	México,	 siendo	 así	 que	 el	 porcentaje	 de	 falla	 de	
funduplicatura	es	del	1.96%.		
	
Tabla	22.		Características	generales	de	la	población.	
	
	
De	 la	 población	 de	 153	 pacientes,	 un	 total	 de	 39	 (25.8%)	 persistieron	 con	 síntomas	 (	 pirosis	
siendo	el	síntoma	más	frecuente	en	ambos	grupos,	sin	diferencia	estadística),	e	incluso	en		algunos	
de	 ellos	 se	 agregó	 sintomatología	 correspondiente	 a	 complicación,	 siendo	 de	 estos	 últimos,	
disfagia	 el	 más	 importante,	 pero	 quedando	 en	 segundo	 plano	 respecto	 a	 la	 pirosis.	 De	 esta	
población,	no	toda	fue	reoperada,	 tomando	en	cuenta	que	el	5.22%	del	 total	de	 la	población	fue	
	 40	
refunduplicada;	 específicamente,	 el	 20.5%	del	 100%	de	 pacientes	 con	 persistencia	 de	 síntomas	
fue	reoperado.		
	
El	resto	de	los	pacientes	fue	controlado	con	terapia	farmacológica,	cuatro	de	ellos	presentaron	en	
una	pHmetría	postquirúrgica	enfermedad	por	reflujo	no	erosiva	y	debemos	recordar	que	este	tipo	
de	 pacientes	 son	malos	 candidatos	 a	 tratamiento	 quirúrgico.	Un	paciente	 presentó	 disfagia	 que	
remitió	 a	 los	 dos	 años	 con	 procinético	 y	 otros	 dos	 con	 disfagia	 fueron	 enviados	 a	 dilataciones	
esofágicas	 con	 mejoría	 de	 síntomas.	 Tres	 pacientes	 tenían	 como	 comorbilidad	 trastornos	
psiquiátricos,	 recordando	 que	 este	 tipo	 de	 pacientes	 son	 malos	 candidatos	 para	 la	 cirugía.	 Se	
encontraron	también	dos	trastornos	motores	esofágicos,	lo	cual	dice	de	una	mala	protocolización	
del	paciente	y	su	mala	selección.	Un	paciente	comenzó	a	presentar	pirosis	3	años	después	de	 la	
funduplicatura;	otro	paciente	a	los	dos	años,	al	cual	se	le	realizó	nuevo	protocolo	con	endoscopia	
normal,	serie	esofagogástrica	normal	con	pHmetría	pendiente,	presumiendo	que	posiblemente	sea	
otro	caso	de	esófago	hipersensibleo	pirosis	 funcional.	Dos	pacientes	más	presentaron	pirosis	al	
año,	 uno	 de	 estos	 últimos	 con	 antecedente	 de	 parálisis	 cerebral	 infantil,	 que	 al	 igual	 que	 los	
trastornos	 psiquiátricos,	 son	 malos	 candidatos	 para	 cirugía	 anti-reflujo.	 Tres	 mostraron	
persistencia	de	los	síntomas	inmediatamente	después	de	la	cirugía,	los	cual	aún	está	en	trámites	
para	nueva	protocolización.			
	
En	cuanto	a	la	edad	y	sexo	de	los	pacientes,	no	existe	diferencia	significativa	de	que	uno	u	otro	sea	
más	propenso	a	una	falla	en	la	funduplicatura.		
	
En	cuanto	al	tiempo	de	evolución	previo	a	 la	primera	cirugía,	en	el	grupo	reoperado,	 la	mayoría	
presentaba	una	sintomatología	de	mayor	 tiempo	de	evolución	respecto	a	 los	no	reoperados,	 sin	
embargo,	esta	tendencia	no	fue	estadísticamente	significativa.		
	
En	cuanto	al	tipo	de	cirugía,	sin	importar	si	fue	refunduplicado	o	no,	el	procedimiento	de	elección	
es	el	procedimiento	de	Nissen	laparoscópico.	A	pesar	de	que	existieron	abordajes	abiertos	tanto	
de	Nissen	como	de	funduplicatura	tipo	Guarner,	el	abordaje	predominante	es	el	laparoscópico.	Es	
importante	 comentar	 que	 a	 pesar	 de	 estos,	 en	 el	 caso	 de	 redo,	 se	 prefirió	 el	 abordaje	
laparoscópico	 sin	 importar	 el	 inicial.	 En	 uno	 de	 los	 casos	 que	 inició	 como	 funduplicatura	
laparoscópica,	se	convirtió	a	procedimiento	abierto	debido	a	lesión	en	la	zona	de	los	vasos	cortos	
y	para	control	hemostático	se	realizó	esplenectomía.		
	
Sobre	 los	 hallazgos	 endoscópicos,	 tanto	 en	 el	 grupo	 refunduplicado	 como	 el	 no	 reoperado,	 la	
mayoría	presentaba	hernia	hiatal	tipo	I	por	encima	del	71%		y	80%	respectivamente.	Se	estudió	
dentro	de	 la	 endoscopía	 si	 existían	o	no	 complicaciones	de	ERGE	 como	esofagitis	 (utilizando	 la	
clasificación	 de	 Los	 Ángeles),	 estenosis,	 anillos	 de	 Schatzky	 o	 esófago	 de	 Barret,	 sin	 encontrar	
diferencias	estadísticamente	significativas.	Lo	mismo	se	interpretó	de	los	hallazgos	manométricos	
prequirúrgicos,	 tomando	 en	 cuenta	 que	 tanto	 este	 estudio	 como	 la	 pHmetría,	 no	 todos	 los	
pacientes	 contaban	 con	 ellas	 en	 el	 expediente,	 siendo	 un	misterio	 si	 en	 algún	momento	 fueron	
tomados	o	no.		
	
De	manera	general,	sobre	los	pacientes	con	falla	de	la	funduplicatura,	todos	requirieron	de	terapia	
farmacológica	 en	 algún	 momento,	 siendo	 la	 combinación	 de	 IBP	 con	 procinético	 la	 terapia	
combinada	más	 frecuente,	dejando	en	segundo	plano	 la	monoterapia	con	 IBP	o	con	procinético.	
	 41	
Aunque	 hubo	 4	 pacientes	 que	 usaron	 antiácidos	 y/o	 sucralfato,	 un	 paciente	 en	 específico	 no	
respondía	 a	 IBP	 en	monoterpia	ni	 en	 terapia	 combinada	 y	 terminó	mejorando	 con	 antiácidos	 y	
sucralfato,	 este	 paciente	 presentó	 abundante	 reflujo	 duodenogástrico	 en	 la	 endoscopia	
postquirúrgica.		
	
De	los	8	casos	revisados	de	refunduplicatura,	3	tuvieron	la	primera	cirugía	en	nuestro	hospital	y	5	
fueron	referidos.	Uno	de	 los	casos	fue	refunduplicatura	parcial	como	complemento	de	miotomía	
de	Heller	por	acalasia,	misma	que	fue	operada	en	dos	ocasiones	debido	a	persistencia	de	disfagia.	
Cabe	destacar	que	en	inicialmente	le	fue	practicada	junto	con	la	miotomía,	una	funduplicatura	tipo	
Nissen,	 la	 cual	no	es	el	procedimiento	de	elección,	 sino	más	bien	una	 funduplicatura	parcial,	 ya	
fuera	 tipo	 Dor	 o	 Toupet.	 El	 segundo	 procedimiento	 estuvo	 bien	 indicado;	 sin	 embargo,	 al	
presentar	 nuevamente	 disfagia,	 el	 abordaje	 con	 endoscopia	 y	 manometría	 podrían	 haberse	
complementado	con	serie	esofagogástrica.	Al	final,	este	caso	se	resolvió	con	la	lisis	de	fibrosis	que	
provocaba	la	aparente	estenosis.		
	
	El	 segundo	caso	 fue	 intervenido	en	dos	ocasiones	 con	abordaje	abierto	en	otra	 institución	y	 se	
realizó	 la	 refunduplicatura	 laparoscópica	 en	 nuestro	 hospital,	 con	 adecuado	 seguimiento	 desde	
2012.	De	este	caso	es	importante	destacar	que	a	pesar	que	los	dos	procedimientos	previos	fueron	
abiertos,	esto	no	fue	una	contraindicación	para	reoperarlo	de	manera	laparoscópica.		
	
Se	 encontraron	 2	 casos	 en	 los	 que	 sus	 estudios	 prequirúrgicos	 presentaban	 enfermedad	 por	
reflujo	 no	 erosiva	 y	 esófago	 hipersensible	 con	 respuesta	 parcial	 a	 los	 IBP,	 en	 uno	 de	 ellos	 se	
realizó	 solo	 revisión	 de	 la	 funduplicatura,	 la	 cual	 se	 encontraba	 íntegra.	 Uno	 de	 estos	 casos	
presentó	 disfagia	 con	 manometría	 postquirúrgica	 con	 obstrucción	 funcional,	 se	 realizó	 una	
refunduplicatura	en	“V”,	la	cual	se	realiza	con	puntos	de	360	grados	en	puntos	distales	y	parciales	
en	los	proximales,	con	lo	cual,	se	mantiene	sin	recidiva	de	los	síntomas	a	6	años	de	seguimiento;	
siendo	esta	técnica	una	opción	de	salvamento	para	este	tipo	de	pacientes.	Se	debe	mencionar	que	
estos	pacientes	quienes	mostraban	una	pHmetría	con	aparente	enfermedad	por	reflujo	no	erosiva,	
muchos	son	malos	candidatos	para	cirugía	antireflujo	y	se	debe	tomar	en	cuenta	al	protocolizar	
bien	a	los	pacientes.		
	
Una	de	las	pacientes	operada	en	otra	institución	presentó	casi	inmediatamente	persistencia	de	los	
síntomas	asociado	ahora	a	distensión	abdominal,	 a	pesar	de	que	 se	 reoperó	3	años	después,	 se	
presume	que	posiblemente	la	disrupción	parcial	de	su	funduplicatura	ocurrió	cerca	de	la	primera	
cirugía,	por	lo	pensamos	que	hubo	falla	en	la	técnica	quirúrgica.		
	
Solo	uno	de	los	casos	referidos,	mantenía	disfagia	debido	a	que	la	funduplicatura	fue	técnicamente	
mal	colocada	por	debajo	de	la	curvatura	menor,	realizándola	así	sobre	el	cuerpo	gástrico,	una	de	
las	fallas	técnicas	de	la	funduplicatura	comúnmente	descritas	en	la	literatura.	Este	mismo	paciente	
presentó	 nuevamente	 persistencia	 de	 síntomas;	 sin	 embargo,	 en	 el	 abordaje	 laparoscópico	 de	
nuestro	 hospital,	 al	 realizar	 la	 laparoscopía	 diagnóstica	 posterior	 a	 dos	 funduplicaturas,	 se	
encuentra	adherencias	Zuhlke	IV	epiplón-pared,	por	lo	cual	se	difiere	procedimiento,	dejando	así	
el	paciente	en	seguimiento	con	IBP	con	lo	cual	mejora	 la	sintomatología.	En	este	caso,	se	podría	
imaginar	que	existía	la	opción	de	conversión	a	cirugía	abierta;	sin	embargo,	el	cirujano	en	cuestión	
decidió	mantener	en	seguimiento	con	medidas	higiénico	dietéticas	(mismas	que	el	paciente	negó	
haber	seguido	en	las	cirugías	previas),	apoyado	con	tratamiento	farmacológico.	
	 42	
	
Las	dos	últimas	pacientes	descritas,	presentaron	síntomas	al	año	y	a	los	tres	años	posteriores	a	la	
cirugía,	 nótese	 que	mantuvieron	un	periodo	 libre	 de	 síntomas;	 sin	 embargo,	 ambas	 refieren	no	
haber	 mantenido	 un	 plan	 adecuado	 alimenticio	 a	 largo	 plazo,	 lo	 cual	 puede	 jugar	 un	 papel	
importante	en	la	recidiva	de	los	síntomas.	Debemos	recordar	que	un	paciente	post-funduplicado	
debe	aprender	a	comer	de	nuevo,	siendo	incisivos	en	la	adecuada	masticación	de	los	alimentos	a	
largo	 plazo	 y	 cuidar	 un	 adecuado	 peso	 y	 otras	 situaciones	 que	 pudieran	 aumentar	 de	manera	
importante	la	presión	intrabdominal.	
	
En	cuanto	a	los	procedimientos	finales	anti-reflujo	todos	se	realizaron	con	abordaje	laparoscópico,	
uno	 corresponde	 a	 una	 funduplicatura	 parcial	 tipo	 Dor,	 una	 tipo	 Gea,	 dos	 laparoscopías	
diagnósticas,	una	funduplicatura	en	“V”	y	3	procedimientos	de	Nissen.	En	la	mitad	de	los	casos,	los	
pacientes	no	siguieron	 las	 indicaciones	dietéticas	posterior	al	primer	procedimiento,	 llegando	al	
sobrepeso	y	uno	en	obesidad.		
	
En	 el	 abordaje	 postquirúrgico,	 solo	 tres	 pacientes	 contaron	 con	 serie	 esofagogástrica,	 estudio	
ideal	en	el	protocolo	del	paciente	con	falla	a	la	funduplicatura.		
	
Aunque	 no	 hubo	 una	 diferencia	 estadísticamente	 significativa,	 si	 hay	 una	 tendencia	 a	 que	 la	
obesidad	 juega	un	papel	 importante	 como	 factor	 de	 riesgo	para	 falla	 de	 la	 funduplicatura.	 Esto	
asociado	 a	 la	 malas	 prácticas	 dietéticas	 de	 los	 pacientes	 como	 una	 adecuada	 masticación,	
fraccionamiento	 de	 la	 dieta	 y	 en	 general	 una	 buena	 alimentación.	 Varios	 de	 los	 pacientescon	
persistencia	de	síntomas	admiten	haber	abandonado	con	el	 tiempo	 las	 indicaciones	médicas,	un	
par	de	ellos	incluso	mencionan	nunca	haber	seguido	dichas	indicaciones	al	pie	de	la	letra.		
	
De	manera	general,	se	observa	que	muchos	de	los	pacientes	no	cuentan	con	alguno	de	los	estudios	
esenciales	prequirúrgicos,	ya	sea	la	pHmetría	o	la	manometría,	guiándose	en	su	mayoría	con	los	
hallazgos	endoscópicos	y	sintomatología	del	paciente,	por	lo	tanto,	varios	pacientes	que	presentan	
persistencia	de	síntomas	nunca	fueron	candidatos	ideales	desde	un	comienzo.		
	
D ISCUSIÓN	
	
La	 enfermedad	 por	 reflujo	 gastroesofágico	 es	 altamente	 frecuente,	 tal	 como	 lo	 muestra	 la	
literatura	 mundial	 y	 al	 igual	 que	 en	 ella,	 nosotros	 presentamos	 al	 procedimiento	 de	 Nissen	
laparoscópico	es	el	más	 frecuentemente	realizado,	a	pesar	de	que	es	el	estándar	de	oro,	existen	
todavía	centros	donde	se	realiza	de	manera	abierta,	esto	ligado	a	que	en	nuestro	país,	algunos	de	
los	pacientes	referidos	venían	de	lugares	donde	la	laparoscopia	aún	no	está	presente	al	100%.	En	
el	 caso	 de	 nuestro	 hospital	 hay	 un	 cirujano	 en	 específico	 que	 realizó	 abordaje	 abierto	 con	 la	
técnica	 de	 Guarner,	 esto	 debido	 a	 que	 el	 cirujano	 en	 cuestión	 es	 de	 edad	 avanzada	 y	 tiene	
dificultad	para	realizar	el	procedimiento	de	manera	 laparoscópica.	 	Por	otro	 lado,	contamos	con	
cirujanos	 que	 su	 formación	 laparoscópica	 fue	 en	 el	 Hospital	 Dr.	 Manuel	 Gea	 González	 y	 han	
logrado	 reproducir	 la	 técnica	 del	 Dr.	 Mucio	 Moreno,	 la	 esofagogastropexia	 posterior	 no	
deformable.		
	
	 43	
La	recurrencia	de	los	síntomas	es	un	problema	importante	que	impacta	en	la	calidad	de	vida	de	los	
pacientes.	Al	igual	como	lo	marca	la	literatura,	en	nuestros	pacientes	los	síntomas	más	frecuentes	
fueron	 pirosis	 y	 disfagia	 principalmente,	 posteriormente	 regurgitación,	 dolor	 torácico	 e	
intolerancia	a	la	vía	oral.		La	edad	y	el	género	no	fueron	un	factor	importante	para	esto,	como	lo	
dicta	el	artículo	de	Grover	en	las	Clínicas	de	Cirugía	de	Norteamérica	de	2015;	aunque	tal	vez	esto	
se	deba	a	que	nuestra	muestra	es	pequeña.		
	
En	la	literatura,	se	marca	la	pHmetría	como	el	estudio	de	elección	en	ERGE	recurrente	y	también	
se	marca	que	la	endoscopia	y	el	esofagograma	como	estudios	en	los	cuales	se	ve		hasta	el	95%	de	
las	fallas	quirúrgicas	de	la	primera	intervención;	sin	embargo,	en	nuestra	revisión,	observamos	un	
gran	 déficit	 de	 pHmetrías	 en	 el	 grupo	 con	 sitomatología	 persistente,	 solicitud	 mínima	 de	
esofagogramas,	 pero	 en	 todos	 los	 pacientes	 la	 endoscopia	 está	 presente.	 Con	 esto	 vemos	 lo	
importante	que	es	 tener	bien	procotolizado	el	paciente	antes	de	 la	primera	cirugía	y	con	mayor	
razón	 al	 tener	 una	 falla	 del	 procedimiento	 antireflujo.	 Es	 importante	 señalar	 que	 la	 realización	
rutinaria	de	pHmetría	postquirúrgica	no	 está	 indicada	debido	a	 la	presencia	de	 falsos	positivos	
reportadas	en	las	series	de	hasta	21%	como	lo	muestran	Eubanks	y	colaboradores	y	el	grupo	de	
trabajo	del	Dr.	Jelmer	Oor.		
	
En	 cuanto	 a	 los	 pacientes	 con	 enfermedad	 por	 reflujo	 no	 erosivo	 y	 esófago	 hipersensible	 que	
respondieron	bien	al	procedimiento	antireflujo,	se	habla	de	un	posible	efecto	placebo	de	la	cirugía	
antireflujo,	 ya	que	en	 las	pHmetrías	 iniciales	y	 las	postquirúrgicas,	no	 se	muestran	alteraciones	
objetivas;	sin	embargo,	el	paciente	refiere	mejoría	sintomática.		
	
En	 los	 estudios	muestran	una	 exposición	mayor	 al	 ácido	por	 pHmetría	 en	 los	 pacientes	 con	un	
procedimiento	 parcial	 primario	 versus	 Nissen,	 en	 nuestra	 revisión	 contamos	 solo	 con	 dos	
funduplicaturas	de	Dor	y	una	Toupet	inicial,	de	los	cuales	los	3	tuvieron	persistencia	de	síntomas,	
paradójimacemnte	dos	de	ellos	con	disfagia.		
	
Las	alteraciones	anatómicas	encontradas	en	los	pacientes	reoperados	muestra	varios	casos	con	la	
funduplicatura	 in	 situ,	 aunque	 disfuncional	 de	 acuerdo	 a	 lo	 encontrado	 por	 endoscopia	 y	
pHmetría,	 lo	 cual	 contrasta	 con	 la	 mayoría	 de	 los	 estudios	 que	 mencionan	 la	 funduplicatura	
deslizada,	 la	 funduplicatura	 mal	 posicionada	 (por	 ejemplo,	 coroporal	 en	 vez	 de	 fúndica),	
migración	intratorácica	y	disrupación	de	la	misma.	Existe	también	el	reporte	de	que	en	la	cirugía	
de	revisión	no	se	han	encontrado	alteraciones,	como	lo	fue	en	uno	de	nuestros	casos.	En	el	resto	a	
pesar	de	haber	encontrado	la	fuduplicatura	aparentemente	in	situ,	por	las	adherencias	y	fibrosis,	
se	tuvo	bien	a	desmantelar	el	procedimiento	previo	para	restaurar	en	lo	posible	la	anatomía,	tal	
como	lo	indican	los	grandes	estudios	y	recomendaciones	de	los	expertos.		
	
Respecto	a	la	reoperación	de	la	reoperación,	se	menciona	en	la	literatura,	en	estudios	como	el	de	
Awais	y	colaboradores	y	la	revisión	de	Grover	del	2015,	que	11%	de	los	pacientes	tendrían	falla	de	
la	refunduplicatura,	necesitando	así	un	tercer	o	hasta	un	cuarto	procedimiento.	En	nuestro	caso	
un	paciente	necesitó	hasta	un	4º	procedimiento	para	la	resolución	de	los	síntomas	y	dos	pacientes	
necesitaron	 3	 procedimientos,	 en	 uno	 de	 los	 cuales	 se	 difirió	 la	 cirugía	 por	 importantes	
adherencias	firmes	epiplón-pared	y	evaluando	el	riesgo-beneficio,	se	decidió	mantener	al	paciente	
con	terapia	farmacológica.	En	dos	de	estos	3	casos,	el	último	procedimiento	se	realizó	en	nuestra	
institución	y	el	paciente	con	4	procedimientos	fue	paciente	nuestro	desde	un	inicio.	Es	decir,	para	
	 44	
nuestra	revisión	3	de	8	casos	requirieron	reoperación	de	la	reoperación,	siendo	el	37.5%,	el	cual	
es	 bastante	 alto	 respecto	 a	 lo	 publicado.	 	 Los	 grupos	 de	Awais	 y	Makris	 también	 reportan	 que	
posterior	 a	 la	 falla	 de	 una	 refunduplicatura,	 una	 técnica	 de	 elección	 es	 una	 derivación	 en	
gastroyeyuno	o	esófagoyeyuno	en	Y	de	Roux;	sin	embargo,	en	nuestra	revisión	observamos	que	es	
factible,	aunque	con	dificultad,	poder	realizar	una	funduplicatura	tipo	Nissen	o	Dor	(en	el	caso	del	
paciente	con	acalasia	y	4	reintervenciones)	como	tercer	o	cuarto	procedimientos.		
	
Con	los	resultados	obtenidos	vemos	que	la	frecuencia	de	refunduplicatura	en	el	Hospital	Juárez	de	
México	es	del	1.96%,	lo	cual	es	comparable	con	la	literatura	mundial.	
	
En	general	podemos	decir	que	el	éxito	de	una	reoperación	generalmente	va	asociado	a	un	buen	
protocolo	prequirúrgico	y	a	un	buen	desmantelamiento	de	la	funduplicatura	previa.		
	
CONCLUSIÓN	
Aunque	el	porcentaje	de	éxito	es	grande	en	los	pacientes	que	se	someten	de	primera	instancia	a	
una	funduplicatura,	existe	un	porcentaje	pequeño	de	ellos	que	presentarán	síntomas	persistentes,	
recurrentes	 o	 nuevos	 y	 que	 requerirán	 un	 segundo	 procedimiento	 antireflujo	 e	 incluso	más	 de	
dos.	Esto	puede	tener	consecuencias	devastadoras,	económicas	e	incapacitantes	para	el	paciente.	
La	cirugía	es	un	reto	aún	para	el	cirujano	experimentado;	sin	embargo,	es	factible	y	reproducible.	
Se	requieren	estudios	más	grandes	para	definir	factores	de	riesgo	con	diferencia	significativa;	sin	
embargo,	 creemos	 que	 el	 factor	 de	 riesgo	mas	 importante	 es	 la	mala	 selección	 del	 paciente	 al	
menos	en	nuestro	medio.		
	
R EFERENCIAS	
	
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