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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO DIVISIÓN DE ESTUDIOS DE POSGRADO “HOSPITAL JUÁREZ DE MÉXICO” Tema: R EFUNDUPLICATURA: F ACTORES DE RIESGO Y COMPLICACIONES. EXPERIENCIA EN EL HOSPITAL JUÁREZ DE MÉXICO. TESIS PARA OBTENER EL TÍTULO DE ESPECIALISTA EN C IRUGÍA GENERAL AUTOR: DRA. LUCÍA VÁSQUEZ SÁNCHEZ ASESOR DE TESIS: DR. VÍCTOR MANUEL PINTO ANGULO CIUDAD DE MÉXICO, JULIO 2018 NÚMERO DE REGISTRO HJM 0426/18-R Tesis Texto escrito a máquina FACULTAD DE MEDICINA Tesis Texto escrito a máquina Tesis Texto escrito a máquina Tesis Texto escrito a máquina Tesis Texto escrito a máquina Tesis Texto escrito a máquina Tesis Texto escrito a máquina UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 2 Dr. Jaime Mellado Ábrego Titular de la Unidad de Enseñanza Hospital Juárez de México Dr. Javier García Álvarez Profesor Titular del Curso Universitario de Cirugía General Hospital Juárez de México Dr. Víctor Manuel Pinto Angulo Médico Adscrito de Servicio de Cirugía General Profesor Adjunto del Curso Universitario de Cirugía General Investigador responsable – Asesor de tesis Hospital Juárez de México 3 Investigador responsable Dr. Víctor Manuel Pinto Angulo Médico Adscrito de Servicio de Cirugía General Hospital Juárez de México Tesista Dra. Lucía Vásquez Sánchez Residente de Cuarto Año de Cirugía General Hospital Juárez de México Colaboradores Dr. Javier García Álvarez Profesor Titular del Curso de Cirugía General Hospital Juárez de México 4 Dedicatoria A Dios, a mis padres y mi hermana por creer en mi, ayudándome a vencer los obstáculos que se presentaron a lo largo de todos estos años; por darme su amor y apoyo incondicional. A todos aquellos que me cerraron las puertas, que me tiraron a los lobos diciendo que “alguien como yo” no podría convertirse en cirujana, porque ese gran obstáculo en mi vida me permitió renacer con más fuerza. 5 Agradecimientos A mis maestros y amigos Dr. Víctor Manuel Pinto Angulo, Dr. Javier García Álvarez, Dr. Jorge A. Robles Aviña. A los ángeles que me ayudaron: Dr. Genaro Ortega Cariño, Dr. Francisco García Rodríguez, Dr. Alejandro De Artola Noble y José LuisAltamirano Peña. A mis pacientes que me dejaron aprender de ellos tanto en el Hospital Juárez de México como en el Hospital Dr. Manuel Gea González. A mis amigos que estuvieron cerca de mi para no dejarme vencer durante estos 8 años. Gracias. 6 TABLA DE CONTENIDO � MARCO TEÓRICO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7 o INTRODUCCIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7 o ANTECEDENTES HISTÓRICOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8 o DIAGNÓSTICO Y EVALUACIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9 o CAUSAS DE FALLA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10 o ASPECTOS TÉCNICOS DE LA REINTERVENCIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . .11 o PRONÓSTICO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12 � JUSTIFICACIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13 � PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13 � OBJETIVOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13 � METODOLOGÍA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13 � RESULTADOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15 � ANÁLISIS DE RESULTADOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39 � DISCUSIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42 � CONCLUSIONES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44 � REFERENCIAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44 7 MARCO TEÓRICO INTRODUCCIÓN La enfermedad por reflujo gastroesofágico sigue siendo una patología benigna altamente frecuente 1, 2. A partir de que existió un incremento por esta cirugía alrededor de la década de los 90 y 2000 debido al incremento del abordaje laparoscópico, hubo un alza en complicaciones postquirúrgicas de manera mulitfactorial. En México se estima que cerca del 25% de la población general padece síntomas de reflujo gastroesofágico ya sea de manera intermitente o persistente3. Se han estudiado diferentes espectros de la patología como esófago hipersensible y reflujo no erosivo gastroesofágico, que pudieran ser confundidos fácilmente con el ERGE (enfermedad por reflujo gastroesofágico). El objetivo principal del tratamiento es la eliminación de la sintomatología, la prevención y/o reversión de complicaciones asociadas como el esófago de Barret4. Diferentes estudios han demostrado que la cirugía mejora significativamente la sintomatología, con consecuente mejoría de la calidad de vida, así como síntomas atípicos como respiratorios5-7. A pesar de que la introducción de los inhibidores de bomba de protones mejoraron de manera importante el tratamiento médico de esta enfermedad, la cirugía continua siendo el tratamiento más eficaz a largo plazo, además de ser más costo efectivo, siempre y cuando el paciente sea candidato a la misma y sea bien protocolizado8. Es importante recordar que el paciente con ERGE que es un mal candidato es aquel que tiene obesidad mórbida, síntomas atípicos, mala respuesta a inhibidores de bomba de protones (IBP), tosedores crónicos, náusea, pobre peristalsis esofágica prequirúrgica con excesiva exposición al ácido en supino, hernias hiatales muy grandes; e incluso hay literatura que marca el género y la edad mayor a 50 años como factores de mal pronóstico. Acerca de las complicaciones, el procentaje se encuentra entre 3% y 30% según el centro evaluado9, 10; sin embargo, el éxito de la funduplicatura laparoscópica en centros especializados es del 90 – 95%11; por lo tanto, con base en estos datos, se supone que habrá algunos pacientes operados quienes manifestarán síntomas recurrentes. Se ha visto que la falla de la primera cirugía anti-reflujo es multifactorial: como consecuencia de características intrínsecas del paciente, así como de factores ambientales estresantes y problemas técnicos de la cirugía12. Además se debe tomar el cuenta que si a lolargo de estos años, ha habido un aumento de funduplicaturas, por lo tanto será común la presencia de complicaciones, siendo requerido un segundo procedimiento entre 3 y 6% de los casos11, 13. Se ha comprobado que en estos pacientes la reoperación para la cirugía anti-reflujo fallida es segura y efectiva14 8 ANTECEDENTES HISTÓRICOS En 1951 Philip Allison enfatizó la asociación entre la esofagitis por reflujo y la hernia hiatal. En un inicio, su cirugía constaba de la reducción de la hernia; sin embargo, los resultados no eran totalmente satisfactorios. Fue en 1956 el Dr. Rudolph Nissen realizó en Turquía una “bufanda gástrica” para proteger una anastomosis esofagogástrica posterior a realizar una resección de la unión esofagogástrica secundaria a enfermedad ulcerosa péptica en un paciente joven. Estos pacientes quedaban con un reflujo incapacitante, sin embargo, el doctor la realizó para proteger la anastomosis y posteriormente se da cuenta de que el reflujo no apareció; por lo cual, lo describe como un nuevo tratamiento para la enfermedad por reflujo gastroesofágico. Originalmente las paredes anterior y posterior del fondo se usaban para la funduplicatura sin división de vasos cortos, esta funduplicatura era alrededor de 6cm del esófago distal justo por encima de la unión esofagogástrica y era aproximada usando 4 ó 5 suturas interrumpidas, de las cuales una o más incorporaban la pared anterior del esófago. La funduplicatura era realizada encima de una bujía de 36 Fr. En este procedimiento original, Nissen no reparaba la crura diafragmática y tenía relativamente incidencia inaceptable de disfagia y síndrome de la burbuja postoperatoria. Donahue y colaboradores describieron el procedimiento usando una bujía más grande de 50 Fr, posterior a esto, DeMeester y su grupo describieron otras maniobras que mejoraron el procedimiento como una bujía aún más grande de 60 Fr, disminuyeron la longitud de la funduplicatura a 1cm y dividieron los vasos cortos para crear una funduplicatura “floppy”. Introducían el dedo índice a lo largo del esófago para corroborar esta laxitud. El procedimiento también fue modificado por Rossetti y Hell usando solo la pared anterior del fondo con mínima disección del cardias. En 1963 André Toupet describió una funduplicatura posterior de 270° para disminuir la incidencia de disfagia y síndrome de la burbuja atrapada. Actualmente este manejo está indicado en pacientes con motilidad esofágica alterada. Jaques Dor creó otra técnica parcial, una funduplicatura de 180° usada en combinación con miotomía de Heller para acalasia, aunque también es usado como tratamiento para ERGE. En resultados actuales no existen diferencias entre este procedimiento versus la funduplicatura Toupet. Para pacientes con esofagitis severa que termina en estenosis, la hernia hiatal puede ser recurrente y puede ocurrir acortamiento del esófago o “esófago corto”, es por esto que Collis creó el “alargamiento esofágico”, mejor conocido como gastroplastía de Collis o procedimiento de Collis-Nissen. En 1960, Belsy describió una funduplicatura parcial imbrincada completada en cavidad torácica izqueirda. Este procedimiento requiere una laparotomía o toracotomía izquierda para completarla. Las modificaciones surgieron debido a un incremento de complicaciones como la disfagia y desórdenes de motilidad. En 1975 Vicente Guarner, en México describió uno fundoplastia posterior en la cual el fondo pasaba detrás del esófago. 9 Con el advenimiento de la laparoscopía a finales de los ochentas, en 1991 Dallemagne y colaboradores reportaron por primera vez la funduplicatura tipo Nissen laparoscópica como un procedimiento factible y reproducible. En el 2011, desde México, el Dr. Mucio Moreno describió la esofagogastropexia posterior no deformable, mejor conocida como la funduplicatura tipo Gea, cuyo objetivo con esta técnica es “congelar” la funduplicatura de tal manera que sea difícil su disrupción o modificación con el tiempo, por lo cual, en su estudio con seguimiento a 15 años, muestra una baja incidencia de falla de la funduplicatura. DIAGNÓSTICO Y EVALUACIÓN En nuestro días se ha incrementado hasta en un 800% debido a la cirugía laparoscópica; sin embargo, se habla de un abuso del procedimiento. La recurrencia de síntomas alcanza 17-20% en la literatura mundial. El tiempo de vida de una funduplicatura es muy variable, depende de la técnica y del cuidado que el paciente tenga, tal como no subir de peso, masticar correctamente y no aumentar la presión intrabdominal que pudiera dar como resultado una recidiva. Se ha estimado que el tiempo promedio para la recurrencia de síntomas es de 38 meses. La pirosis y la disfagia son las dos manifestaciones más frecuentes en los pacientes que requieren reoperación, aproximadamente un 80%15. Los pacientes también describen dolor retroesternal (no cardiaco), saciedad temprana, regurgitación, vómito y aspiración (20%).11, 12, 14, 16. Es necesaria una evaluación extensa del paciente, ya que se debe considerar que habrá disfagia en la mayoría de los pacientes durante las primeras semanas de la cirugía, posterior a la inflamación se deberá reevaluar al paciente. En caso de que hayan pasado este tiempo, se deberá realizar una evaluación estandarizada de la sintomatología y una revisión de la nota quirúrgica de la cirugía inicial, en caso de tener la disposición del video o contacto con el primer cirujano, esto será de mucha utilidad. Se debe tomar en cuenta que existirán algunos pacientes que posiblemente no hayan sido candidatos de manera inicial y fueron mal estudiados, por lo cual será necesario contar con los estudios previos a la primera cirugía y los nuevos a evaluar el caso actual, dentro de los cuales se pueden incluir una radiografía de tórax, manometría esofágica, pH-metría de 24 horas, esofagograma y endoscopía; incluso, en caso de presentar alteraciones en vaciamento gástrico se puede considerarse una centellografía12, 13. Se menciona en la literatura que el estándar de oro para diagnosticar la ERGE recurrente es la pHmetría de 24 horas; sin embargo, se debe mantener cautela, ya que no se debe realizar el estudio de manera rutinaria, ya que si la pHmetría demuestra exposición patológica al ácido, no tiene que estar siempre asociada a síntomas; es más, los síntomas interpretados como reflujo recurrente parecen tener una asociación leve con la exposición del esófago al ácido. También se menciona que con el esofagograma y endoscopia se ve el 95% de la falla quirúrgica de la primera intervención. En el esofagograma se puede observar si existe trastorno del vaciamiento gástrico, el cual puede ser resultado de ruptura de nervios vagos durante la primera cirugía que afecte la 10 motilidad gástrica o bien, pacientes consumidores de antidepresivos que también disminuyen la motilidad. CAUSAS DE FALLA Como se había mencionado previamente, es multifactorial. Se distinguen: � Inadecuada selección del paciente: es necesario no confundir síntomas, tener una adecuada valoración. Pacientes con enfermedad por reflujo no erosivo no son buenos candidatos y la mayoría no se benefician del procedimiento. Pacientes con obesidad no se benefician, el procedimiento indicado es cierre de pilares y bypass gástrico. Pacientes psiquiátricos son también malos candidatos. � Inexperiencia del cirujano. Se habla de una curva de aprendizaje de más de 30 procedimientos con tutoría.Es muy importante diferenciar las complicaciones postfunduplicatura: � Falla quirúrgica: síntomas persistentes; es decir, nunca desaparecieron y el paciente sigue igual � Disfunción de la funduplicatura: síntomas recurrentes posterior a 2 años. � Complicación: el paciente presenta nuevos síntomas y está peor respecto al momento previo a la cirugía. Se ha descrito la recurrencia de hernia hiatal y la disrupción de la funduplicatura15 ya sea por aumento de la presión intrabdominal (por ejemplo, tosedores crónicos, aumento de peso, embarazo, etc.) o bien, debido a que el paciente no llevó los cuidados necesarios en el postoperatorio como masticar adecuadamente. La incidencia por estas causas es muy variable y alcanza en algunos estudios hasta el 50%. Causas menos comunes son: malposición de la funduplicatura (que se tome el cuerpo en lugar del fondo), funduplicatura apretada y cierre crural ajustado. Incluso se han reportado casos de acalasia o algún otro trastorno motor que no habían sido identificados previamente por la decisión de no realizar un adecuado protocolo previo a realizar la funduplicatura11, 12, 14. En otros estudios se menciona la recurrencia de la hernia hiatal como disrupción de los pilares o cierre crural ajustado como causa del 55% de las fallas. Mientras que la disrupción de la funduplicatura, mal posición de la funduplicatura (que se encuentre torcida por inadecuada disección retroesofágica, que no halla habido adecuada adherenciolisis del fundus gástrico o no se ligaron los vasos cortos que provoque que la funduplicatura se jale hacia el pilar derecho y no funcione bien; en reloj de arena cuando hay plicatura corporal en vez de fúndica) alcanza hasta el 85% en algunas series. En otros estudios se muestra que no se encuentra una causa tras la revisión laparoscópica de la funduplicatura. Existen dos clasificaciones para la funduplicatura fallida, la clasificación de Horgan y la de Atif Igbal. La diferencia entre estas es que la primera es una clasificación anatómica, mientras que la segunda es tanto fisiológica como anatómica. La clasificación del Dr. Santiago Horgan (San Diego) se visualiza por endoscopia y serie esofagogástrica: 11 • IA: Migración proximal de la unión esofagogástrica parcial o total por falta de disección esofágica mediastinal. Es el tipo más frecuente observado tras cirugía laparoscópica • IB: Migración proximal de la unión esofagogástrica pero con funduplicatura intrabdominal. Se da por no fijar la funduplicatura al esófago, o si se fijó, fue al estómago. Este tipo es más frecuentemente observado tras cirugía abierta. • II: Hernia paraesofágica donde la unión esofagogástrica es intrabdominal, no se disecó bien el fondo gástrico y no se cerraron los pilares. • III: Funduplicatura construida con el cuerpo gástrico y no con el fondo (en reloj de arena), la unión esofagogástrica está intrabdominal, no hubo buena disección ni disección de los vasos cortos. La clasificación del Dr. Atif Iqbal (Emory, Atlanta) resultó tras realizar el estudio con la serie más grande de pacientes refunduplicados: • I Falla en el cierre del hiato: hay ruptura del cierre de pilares o el cierre es apretado formando estenosis. • II Falla de la funduplicatura: hay ruptura parcial o total de la misma, la funduplicatura está hipertensa, funduplicatura girada (por falta de disección de retroesófago), deslizada, intratorácica, hernia paraesofágica; en fin, todo lo inherente a la funduplicatura en sí. • III Esófago corto: longitud inadecuada del esófago. • IV Gastroparesia postquirúrgica: vagotomía inadvertida. • V Diagnóstico incorrecto Aunque cabe mencionar respecto al tipo IV de Atif Iqbal, que los japoneses mencionan en sus estudios, que si no se logran los 3cm de esófago intrabdominal, es factible realizar vagotomía posterior y si aún así no se puede, realizar vagotomía anterior. Las fallas fisiológicas generalmente están asociadas a la mala selección del paciente o alteraciones en la función gastrointestinal; mientras que las fallas anatómicas son asociadas a problemas técnicos. ASPECTOS TÉCNICOS DE LA REINTERVENCIÓN A pesar de que se ha reportado un índice de conversión a cirugía abierta de hasta el 19%, se prefiere comenzar por vía laparoscópica. En una refunduplicatura, el aspecto técnico y anatómico es esencial. Y la técnica quirúrgica incluye los siguientes pasos: a) Realizar una laparoscopia diagnóstica, realizar adherenciolisis, para proceder a separar cuidadosamente el hiato de la unión esofagogástrica y obtener una adecuada disección de los pilares. Posteriormente se identifica la funduplicatura y si no presenta ya una disrupación, se separan los puntos de plicatura para restaurar la anatomía gástrica previa. Se obtiene una mejor manipulación del fondo con la separación de los vasos cortos en caso de que hayan sido respetados en la cirugía previa. b) La movilización y disección esofágica a nivel torácico es esencial, ya que se obtendrá una porción intrabdominal mayor a 3cm para evitar una migración de la funduplicatura al tórax, asi 12 como evitar un falso esófago corto. Si se identifica un verdadero esófago corto, se procede a realizar una gastroplastia de Collis. c) Es necesario el cierre primario de los pilares mediante puntos simples, conservando el peritoneo que los rodea para evitar desgarros. También es importante asegurarse que el cierre no quede apretado para evitar una posible disfagia. Se ha considerado que el uso de bujía calibradora es efectiva solo en las reoperaciones anti-reflujo. En caso de encontrar un defecto grande, pudiera indicarse el uso de mallas de material biológico ya que las de tipo sintético se han asociado a complicaciones mayores, tomando en cuenta que tampoco son inocuas20; sin embargo, estudios recientes manifiestan que respecto al cierre de pilares versus colocación de mallas, la recidiva es igual. d) Finalmente se realiza una funduplicatura ya sea total o parcial, dependiendo del caso del paciente13. En general, los puntos más importantes de la reintervención son los siguientes: � Se debe identificar la unión esofagogástrica • Adherenciolisis del lóbulo izquierdo del hígado a la cara anterior del esófago y estómago. • Desmantelamiento completo de la funduplicatura previa. Idealmente con engrapadora lineal se deshace. • Reestablecer la anatomía y reconocimiento de un posible esófago corto. � Reparación del defecto hiatal para posteriormente proceder a la correcta realización de nueva funduplicatura. En la mayoría de la literatura se prefiere Nissen. � Ante la duda, realizar endoscopía transoperatoria y si la dificultad técnica es muy importante, Tagarona y col. Mencionan que se puede realizar una ventana en epiplón gastrocólico hacia la transcavidad de los epiplones y buscar los pilares por debajo y la parte posterior del esófago y estómago para poder identificar las estructuras. Otra maniobra es valorar la gastrectomía subtotal con reconstrucción en Y de Roux larga para evitar el reflujo, como lo describe Csendes y colaboradores. PRONÓSTICO El rango de éxito para un segundo procedimiento anti-reflujo es menor que en las cirugías primarias, alcanzando un rango entre 50% al 89%. La segunda y tercera reintervención, se asocian a rangos de éxito aún menores, disminuyendo hasta un 20% con cada una de las siguientes cirugías12. Se dice que alrededor del 10% de los pacientes que van a un procedimientode refunduplicatura laparoscópico, necesitarán un tercer procedimiento. Y las complicaciones postquirúrgicas son mayores en un abordaje abierto versus laparoscópico (17.4% vs 15.3%). En cuanto a calidad de vida, la mayoría de los pacientes sometidos a una reoperación refieren entre buenos y excelentes resultados subjetivos a largo plazo12, 19, con lo cual se elimina la necesidad de fármacos como procinéticos o inhibidores de bomba de protones 21. Sin embargo, 13 cerca del 10% de los pacientes reportan no identificar cambios o incluso empeoramiento de los síntomas después de la reoperación. JUSTIFICACIÓN Existen casos de recidiva de enfermedad por reflujo gastroesofágico posterior a un procedimiento quirúrgico estándar, se busca conocer si en esta muestra de población mexicana existen factores de riesgo reconocibles a tiempo para evitar un segundo o tercer procedimiento quirúrgico que pudiera desencadenar nuevas complicaciones para el paciente. PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN ¿Qué factores de riesgo existen además de las posibles complicaciones postquirúrgicas que llevan a un paciente en un sector de la población mexicana a reoperarse por enfermedad por reflujo gastroesofágico? OBJETIVO GENERAL • Conocer los factores de riesgo que existen en esta población mexicana para recidiva de síntomas de reflujo gastroesofágico posterior a un procedimiento quirúrgico antireflujo. OBJETIVOS ESPECÍFICOS • Conocer las características del primer procedimiento antireflujo que posiblemente podrían haber impactado en el estado postquirúrgico del paciente • Conocer si existen complicaciones postquirúrgicas no tratadas o no diagnosticadas • Conocer si los pacientes siguieron y por cuánto tiempo las indicaciones del postoperatorio que posiblemente hayan desencadenado en recidiva de la enfermedad • Conocer si los pacientes previo a nuevo tratamiento quirúrgico llevaron un adecuado protocolo prequirúrgico incluyendo endoscopia, manometría y pHmetría. M ETODOLOGÍA Diseño de la investigación: Estudio retrospectivo, observacional, transversal, del periodo de enero de 2010 a febrero de 2018 Definición de la población: Pacientes que han sido tratados por servicio de cirugía general del Hospital Juárez de México por enfermedad por reflujo gastroesofágico recidivante y que han sido llevados a un segundo procedimiento anti-reflujo, en el periodo comprendido de enero 2010 a febrero de 2018. Definición de variables: 14 De la revisión de expedientes clínicos se obtendrán los siguientes datos: edad, género, tiempo de evolución antes de la primera cirugía, síntomas posteriores a la primera cirugía, tiempo de evolución entre la primera y segunda cirugía, en caso necesario, tiempo de evolución entre la segunda y tercera cirugía, tipo de refunduplicatura realizada en nuestro hospital, hallazgos de la endoscopia, pHmetría y manometría. Nombre de variable Definición Operacionalización Tipo de variable Edad Años cumplidos al momento de la cirugía Años cumplidos Dimensional cuantitativa, independiente Género Fenotipo del paciente Femenino o masculino Cualitativa nominal Tiempo de evolución antes de la 1ª cirugía Años de evolución de enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) antes de 1ª cirugía Años de evolución de enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) antes de 1ª cirugía Dimensional, discreta Persistencia de síntomas posterior a 1ª cirugía Presencia pirosis, disfagia, dolor, plenitud postprandial temprana 1 mes posterior a la cirugía Si o no Cualitativa ordinal Síntoma más importante Pirosis, disfagia, dolor, plenitud postprandial temprana Pirosis, disfagia, dolor, etc. Cualitativa nominal Tiempo entre 1ª y 2ª cirugía Tiempo transcurrido entre la 1ª y 2ª cirugía Años Dimensional discreta Tipo de cirugía en 1er y 2ª intervensión Técnica quirúrgica empleada Total o parcial (de 270, 180 o 90 grados). Abierta o laparoscópica Cualitativa nominal Hospital de realización Hospital de realización de la cirugía Hospital de realización de la cirugía Cualitativa nominal Factores de riesgo Tabaquismo, etililsmo, obesidad, embarazo o alguna otro factor que aumente presión intrabdominal Si o no. Si lo presenta: Cualitativa ordinal Comorbilidad Diabetes, hipertensión, obesidad, cardiopatía, nefropatía Si o no. Cualitativa ordinal Hallazgos de pHmetría Puntuación de DeMeester mayor a 14.7 representa positividad para refflujo ácido patológico. Indice de asociación de síntomas presente Si exitise presencia de reflujo gastroesofágico patológico y tiene asociacion de síntomas positivo o negativo Cualitativa ordinal Hallazgos de manometría Condición de contractilidad del cuerpo esofágico. Tonicidad el esfínter esofágico inferior. Si existe alteraciones de motilidad y tono de esfinter esofágico inferior Cualitativa ordinal Hallazgos de endoscopia Hernia hiatal: presencia de paso del estómago al tórax. Esofagitis Presencia o no de hernia hiatal, de esofagitis o alguna otra patología Cualitativa ordinal 15 estadificada por la clasificación de Los Angeles. Técnicas, instrumentos y procedimientos de recolección de información: revisión de expedientes del archivo del Hospital Juárez de México de pacientes con diagnóstico de enfermedad por reflujo gastroesofágico y postoperados de refunduplicatura. Análisis e interpretación de los resultados: mediante análisis con sistema SPSS v.24 se realizará estadística descriptiva. Recursos: Información otorgada por servicio de estadística del Hospital Juárez de México, expedientes en el archivo del Hospital Juárez de México. Aspectos éticos y de bioseguridad: Se salvaguarda la identidad de los pacientes y no existe interacción con ellos debido a que es un estudio observacional retrospectivo. La base de datos utilizará únicamente las variables y el número de expediente como identificador. Solo el equipo de investigación tendrá acceso a la base de datos. El protocolo no representa un conflicto bioético. Cronograma: Inicio: _01 _/___07__/__2017 _ Termino: ___28____/____02____/____2018__ día mes año día mes año R ESULTADOS Durante el periodo comprendido entre enero de 2010 a febrero de 2018, se contabilizaron por el servicio de estadística hospitalaria del Hospital Juárez de México, 199 pacientes que fueron sometidos a cirugía antireflujo, de los cuales se buscó intencionadamente cada expediente; sin embargo, se encontraron en archivo solo 153 de estos expedientes, ya que la mayoría de los faltantes fueron depurados tras haber estado inactivos por 5 años (Gráfico 1). De estos 153 pacientes, 8 (5.22%) fueron sometidos por segunda ocasión a un nuevo procedimiento quirúrgico debido a persistencia de síntomas o complicaciones; tomando en cuenta, que no todos fueron operados por primera vez en el Hospital Juárez de México. Gráfico 1. Cirugías antireflujo realizadas por año en el Hospital Juárez de México. *Solo enero y febrero de 2018 0 5 10 15 20 25 30 35 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018* Cirugías antire\lujo realizadas por año en el Hospital Juárez de México 16 Cabe mencionar, que existen pacientes que presentaron persistencia de síntomas o complicaciones post-funduplicatura que no fueron llevados a cirugía nuevamente, que se cuantificó en 21.7% de los pacientes del grupo no refunduplicado (31 pacientes). Tabla 1. Tabla 1.Pacientes con persistencia de síntomas postquirúrgicos divididos entre los que fueron o no reoperados. p=0.001 De los 153 pacientes reclutados, la media de edad de los que fueron reoperados fue de 44.8 años, mientras que de los que no fueron sometidos a un segundo procedimiento fue de 48.5, con una diferencia no significativa de 0.476 (Gráfico 2). En cuanto al sexo de los pacientes, 54 fueron hombres y 99 fueron mujeres, de los cuales, 3 masculinos fueron llevados a reoperación y 5 femeninos lo hicieron, siendo esta diferencia no significativa (0.58) (Gráfico 3). Gráfico 2. Edad de los pacientes respecto a refunduplicatura. 17 Gráfico 3. Género de los pacientes respecto a refunduplicatura El tiempo de evolución previo a la primera cirugía fue variable, se describió en grupos: menor a 1 año, de 1 a 4 años, de 5 a 9 años, de 10 a 14 años, de 15 a 20 años y más de 20 años. En el grupo de refunduplicaturas, el 50% de los pacientes (4 pacientes) llevaban de 10 a 14 años con la sintomatología, mientras que los que no fueron reoperados, el 53.8% (78 pacientes) llevaban de 1 a 4 años (Gráfico 4 y Tabla 2). De los pacientes que no fueron sometidos a cirugía, pero que persistieron los síntomas, la mayoría cayó en el grupo de 1 a 4 años. (Tabla 3). Poner acotación Gráfico 4. Tiempo de evolución de síntomas previos a la primera cirugía, divididos en grupos: menor a 1 año, de 1 a 4 años, de 5 a 9 años, de 10 a 14 años, de 15 a 20 años y más de 20 años. 18 Tabla 2. Tiempo de evolución de síntomas de la población total divididos en pacientes refunduplicados respecto a los no operados por segunda vez. P=0.103 Tabla 3. Tiempo de evolución de síntomas de la población total dependiendo si persistieron o no síntomas en el postquirúrgico. El tipo de procedimiento realizado más frecuente, sin importar si fue refunduplicatura o no fue la cirugía de Nissen, en abordaje laparoscópico, en total 137 procedimientos (89.5%), en algunas ocasiones, fue combinado con colecistectomía y en un caso con esplenectomía (Gráfico 5 y Tabla 2). Hablando sobre diferencias entre cada grupo de pacientes, en los que fueron refunduplicados, Nissen fue escogido en una primera ocasión en el 37% de los casos, Nissen abierta en el 25%, Toupet, Dor y miotomía con funduplicatura Nissen cada una representa 12.5%. Del grupo con una sola cirugía antireflujo, Nissen laparoscópica 89.5%, la combinación con colecistectomía laparoscópica fue de 3.3%, Guarner abierta en 2% de los casos, Nissen abierta en 1.3%, Dor laparoscópica en 1.3%, la esofagogastropexia posterior no deformable (tipo Gea) 0.7%, Toupet laparoscópica 0.7%, miotomía con funduplicatura Nissen laparoscópica 0.7%, Nissen 19 laparoscópica con esplenectomía abierta en 0.7% (1 paciente) debido a complicación por sangrado transoperatorio durante disección de vasos cortos (Tabla 4). Gráfico 5. Muestra el predominio de preferencia por la cirugía tipo Nissen laparoscópica m S '" < • " , u • '" " " , • • + ~ o: • n • "- o: ~ ro • • ~ ~ Gráfico de barras ~ • ro ~ • • • ti • ~ ~ • -• ti ti -- + 2' , ~ < •• --ro , • ~ + ro -"-ro , ro n o ª • Redo o no Redo . si _ 00 20 Tabla 4. Tipo de procedimientos, tanto de pacientes con un solo procdimiento, como refunduplicados (p=0.001). Tomando el grupo de pacientes que persistieron con síntomas, sin importar si fueron o no llevados a reoperación, se encontró que el abordaje laparoscópico de la técnica Nissen sigue siendo el de elección. (Tabla 5). 21 Tabla 5. Tipo de cirugía realizada de acuerdo a persistencia o no de síntomas postquirúrgicos. Respecto al hospital donde se realizó la primera cirugía, se entiende que a todos los pacientes que se les realizó un solo procedimiento, se les realizó en el Hospital Juárez de México. Mientras que en el grupo de refunduplicatura, en 3 de los casos el procedimiento inicial se efectuó en el Hospital Juárez de México, mientras que en 5 casos (62.5%), siendo estadísticamente significativo en p=0.001 (Tabla 6). Tabla 6. Hospital donde se hizo la primera cirugía En cuanto a los hallazgos endoscópicos iniciales de todos los pacientes estudiados, no existe información de un paciente del grupo de refunduplicados y uno de los no refunduplicados; del resto, si se cuenta con información. Refiriéndonos a presencia o no de hernia hiatal, en el grupo de reoperados, el 71.4% tenían hernia hiatal tipo I, la cual se define por delizamiento, mientras que en 28.6%, contaban con hiato normal. En el grupo sin refunduplicatura, el 80.5% presentaban hernia hiatal tipo I, 15.3% con hiato normal, 2.1% con hernia hiatal tipo II (paraesofágica), 2.1% tipo III (mixta), no se cuantificó ningún caso con hernia hiatal tipo IV. (Tabla 7) 22 Tabla 7. Hallazgos de presencia o no de hernia hiatal Hablando de los pacientes en quienes persistieron síntomas y se consideró falla de la cirugía, sin importar si fueron llevados o no a reoperación, en 30 (76.9%) de los 39 pacientes que sí presentaron persistencia sintomática, el hallazgo inicial fue hernia hiatal tipo I, mientras que en 9 (23.1%) fue un hiato normal. (Tabla 8) Tabla 8. Hallazgo de presencia o no de hernia hiatal en pacientes que presentaron falla de la funduplicatura En el segundo parámetro a valorar de la endoscopia prequirúrgica, se menciona la existencia o no de algún grado de esofagitis, alguna alteración adicional como estenosis péptica (descartando algún posible componente oncológico), esófago de Barret o incluso algún indicio de trastorno motor. De manera general, el 46% de los casos no presentaron algún hallazgo anormal macroscópico en esófago, mientras que al separar los grupos, de los que sí fueron reoperados, un 71.4% tenía un hallazgo normal, 14.3% presentaba esofagitis A de Los Ángeles, y un 14.3% mostraba un posible trastorno motor. Del grupo que no se reoperó, los resultados fueron más heterogéneos, 44.8% no presentaron alteraciones macroscópicas, mientras que el 18.9% tuvo esofagitis A de Los Ángeles, 18.2% esofagitis B de Los Ángeles, 7.7% Esófago de Barret sin displasia, 4.2% esofagitis D de Los Ángeles, 3.5% presentaron un anillo de Schatzky o algún tipo de estenosis péptica, 2.1% esofagitis C de Los Ángeles y 0.7% un aparente trastorno motor. Estos hallazgos no fueron estadísticamente significativos (p=0.76), (Tabla 9). 23 Tabla 9. Hallazgos endoscópicos prequirúrgicos de complicaciones de ERGE en pacientes reoperados y no reoperados. (p=0.76) En cuanto a pacientes con persistencia o no de síntomas, 46.1% del primer grupo, no presentó hallazgos macroscópicos de esofagitis, el 17.9% presentó esofagitis A de Los Ángeles, 15.38% con esofagitis B de Los Ángeles, 10.2% con Esófago de Barret sin displasia, 5.1% con posible trastorno motor y 5.1% con anillo Schatzky. De los que no persistieron síntomas, 45.9% no presentaron complicaciones macroscópicas de ERGE, 18.9% presentaron esofagitis A de Los Ángeles, 18% esofagitis B de Los Ángeles, 6.3% Esófago de Barret sin displasia, 5.4% esofagitis D de Los Ángeles, 2.7% esofagitis C de Los Ángeles, 2.7% anillo de Schatzky y ninguno presentó hallazgos de posible trastorno motor. (Tabla 10). 24 Tabla 10. Hallazgos endoscópicos prequirúrgicos de complicaciones de ERGE en pacientes que presentaron persistencia de síntomas. Sobre los hallazgosde la manometría prequirúrgica, contamos con datos de 123 de los 153 pacientes, ya que se observó que en los pacientes refunduplicados solo 2 contaban con dicho estudio, mientras que de los no reoperados, 121 de los 145 contaban con él. Del primero uno presentó esfínter esofágico inferior normotónico con motilidad esofágica inefectiva y uno con esfínter esofágico inferior hipotónico con motilidad esofágica efectiva. Del segundo grupo, el 69.4% presentó esfínter esofágico inferior hipotónico; sin embargo, la mitad de este subgrupo tuvo motilidad esofágica efectiva y la otra mitad motilidad esofágica inefectiva, mientras que el 16.5% presentó una manometría sin alteraciones, 7.4% un esfínter esofágico inferior normal con motilidad esofágica inefectiva, 4.1% no se pudo valorar la motilidad, el 1.6% presentó datos de obstrucción de salida gástrica, correspondientes a cambios por hernia hiatal y el 0.8% presentó un esfófago en cascanueces, paciente que aunque no se reoperó, presentó persistencia de síntomas a los dos meses de la cirugía. (Gráfico 6 y Tabla 11). Gráfico 6. Manometría prequirúrgia. 25 Tabla 11. Hallazgos manométricos prequirúrgicos respecto a grupo refunduplicado y no reoperado. Al dividir los pacientes entre los que persistieron o no sintomáticamente posterior a la primera cirugía, la tendencia a tener hipotonía en esfínter esofágico inferior no cambia, ya sea con motilidad esofágica efectiva o inefectiva. (Tabla 12). Tabla 12. Hallazgos manométricos prequirúrgicos de pacientes que presentaron persistencia de síntomas posquirúrgicos. 26 Sobre la pHmetría prequirúrgica, hubo 34 casos perdidos, de pacientes refunduplicados solo contamos con información de un paciente, mientras que de los casos no reoperados tenemos 27 casos perdidos de un total de 145. Aún así, la tendencia del DeMeester valorado es patológico con una media de 22.65 puntos, con una desviación estándar de 13.6- 42.45. (Tabla 13 y Gráfico 7). Tabla 13. pHmetrías prequirúrgicas recabadas de todos los pacientes Gráfico 7. Puntuación de DeMeester de los casos recabados. Tomando en cuenta los pacientes que refirieron persistencia de síntomas, varios referían más de un síntoma, por lo que se les pidió que dijeran el más importante, que resultó ser pirosis tanto en el grupo reoperado como en el que no. En el grupo reoperado, la pirosis ocupó el 62.5%, la disfagia el 37.5%. En el grupo que no se reoperó, el 77.8% se encontraba asintomático a largo plazo, esto depende de cada paciente, ya que algunos llevaban 7 años de seguimiento y otros escasos meses, dependiendo de la fecha de su cirugía. En este mismo grupo, el 11.8% presentó persistencia de pirosis, el 6.3% disfagia, 2.1% dolor torácico, 1.4% regurgitación y 0.7% intolerancia a la vía oral que incluso lo llevó a pérdida de peso importante. Como se mencionó, la 27 mayoría presentaba más de un síntoma, mostrando que los pacientes que referían disfagia, generalmente estaba acompañada de dolor torácico. P= 0.96. (Tabla 14 y Gráfico 8). Tabla 14. Persistencia de síntomas. Se muestra el síntoma más frecuente tanto en pacientes no reoperados como en refunduplicados. P=0.96 Tabla cruzada sinloma + frec poslqx l'Redo o no Redo R~do o 00 R~do " 00 Tota l ,intom¡¡ + f,u pO<1q x I n'nguoo Reo",nto , m m " d~ ntro d~ R. do o 00 0 .0" 77 .8" 73 .7" R~ do poro,", Ruuento , " " " d~ ntro d~ R. do o 00 62 .5" 11.8" 14.5" R~ do di,f¡¡9'" Ruuento , , " " d~ ntro d~ R. do o 00 37.5" 6.1" 7.9" R~ do into¡" ,¡¡",,,, ¡¡ VO Ruuento , , , " d~ ntro d~ R. do o 00 0 .0" 0 .7" 0 .7" R~ do '~9u'9ita{ión Ruuento , , , " d~ ntro d~ R. do o 00 0 .0" 1.4" 1.1" R~ do dolo, to,~{i<o Ruuento , , , " d~ ntro d~ R. do o 00 0 .0" 2.1" 2.0" R~ do Total Ruuento • ... '" " d~ ntro d~ R. do o 00 100.0" 100.0" 100.0" R~ do 28 Gráfico 8. Síntomas persistentes más importantes en pacientes con falla a funduplicatura. Se observó que varios de los pacientes que presentaron disfagia en los primeros meses, era por mala técnica en higiene dietética, ya que aunque algunos si referían haber recibido instrucciones sobre la dieta, muchos decidían abandonar dichas instrucciones con el paso de los meses. Adicionalmente se evaluó si existían factores de riesgo para recidiva como obesidad, etilismo, tabaquismo (que modifican el desempeño de la unión esofagogástrica), algún trastorno motor adicional e incluso hubo un paciente con antecedente de parálisis cerebral infantil, ya que los trastornos psiquiátricos son considerados como factor de mal pronóstico postquirúrgico. El factor más importante encontrado fue la obesidad, ya sea grado I, II o III, en 2 pacientes refunduplicados (25%) y en 32 pacientes (22.1%) del grupo no reoperado, con una p=0.998. (Tabla 15 y Gráfico 9). 29 Tabla 15. Factores de riesgo en pacientes operados de funduplicatura y refunduplicatura. P=0.998 Gráfico 9. Representación de factores de riesgo en pacientes refunduplicados respecto a los que no fueron reoperados. 30 Así mismo, se valoraron persistencia o no de comorbilidades, encontrando que la gran mayoría de los pacientes (52.9%) del total de la población, eran pacientes previamente sanos, mientras que el 12.4% presentaba obesidad grado I, siendo esta la comorbilidad más frecuente tanto en el grupo refunduplicado (25%), como en el no reoperado (11.7%), seguidos de obesidad grado II, hipertensión arterial sistémica, diabetes mellitus tipo II, hipotiroidismo, síndrome metabólico, trastornos reumáticos que incluyen fibromialgia, artritis reumatoide, síndrome de Cherry, síndrome de Job y síndrome de Sjogren; con un menor porcentaje enfermedades de transmisión sexual (virus de papiloma humano, VIH o sífilis), trastornos psiquiátricos (ansiedad y depresión), hepatopatías, trastornos neurológicos como parálisis cerebral infantil y epilepsia, cardiopatía isquémica, obesidad grado III, hiperplasia prostática, trastorno motor esofágico, osteoporosis y en un paciente antecedente de cáncer no gastrointestinal (cáncer de mama en seguimiento por oncología). (Tabla 16 y Gráfico 10). Tabla 16. Comorbilidades en pacientes refunduplicados y no reoperados. 31 v~¡I;go ReU>ento o !6 dentro de Redo o 00 0.0" 0.7" 0.7" Redo dncu ooCI RUlII'nto O !6 dentro de Redo o 00 0.0" 0.7" 0.7" Redo Tx de ~nsiedild ¡tx Re(lII'nto O ¡ ¡ depre!1vo !6 dentro de Redo o 00 0.0" 1.4" U " Redo "" Re(lII'nto O !6 demro de Redo o 00 0.0" 0.7" 0.7" Redo hipotlroidismo Re(lII'nto O 6 6 !6 dentro de Redo o 00 0.0" 4.1" ] .9" Redo hepit~l! B y RUlII'nto O ¡ ¡ hePiltopiltii !6 demro de Redo o 00 0.0" 1.4" U " Redo Síf,lis prlm,uia¡VPH Re( lII'nto O 3 3 !6 dentro de Redo o 00 0 .0" U " l .Olli Redo trillOroo motor RUlII'nto O esof¡jgic:o !6 dentro de Redo o 00 0.0" 0.7" 0.7" Redo Epllep!1a ¡tx ReClII'nto O ¡ ¡ nl'yrológlco ¡ PCI !6 dentro de Redo o 00 0 .0" 1.4" U " Redo HPO y HPB RUlII'nto O !6 dentro de Redo o 00 0.0" 0.7" 0.7" Redo ,=, R!clII'nto • "5 '" !6 dentro de Redo o 00 100.0" 100.0" 100.0" Redo 32 Gráfico 10. Comparación de pacientes previamente sanos con los que ya presentaban comorbilidades. Los pacientes que se mantuvieron con persistencia sintomática, algunos necesitaron medicamentos diversos en el postquirúrgico, ya sea inhibidor de bomba de protones, procinéticos, combinación de estos últimos, calcio antagonistas, antiácidos, sucralfato y antiespasmódicos. De los pacientes que fueronreoperados el 100% necesitó medicamentos entre la cirugía primaria y las reoperaciones, siendo lo más frecuente la combinación de IBP con procinético en el 62.5% de los casos, de manera equitativa con el 12.5%, necesitaron IBP como monoterapia, procinético como monoterapia y una combinación de IBP con antiespasmódico. De los pacientes que no se reoperaron, el 76.6% no necesitó terapia farmacológica de algún tipo, mientras que el porcentaje restante necesitó procinético en el 6.4%, IBP en el 5.7%, antiácido o sucralfato (no IBP) en el 2.8% de los casos, la combinación de IBP con antiespasmódico en el 2.1%, y calcio antagonista en 0.7% de los casos, correspondiente a un paciente con acalasia que falló al tratamiento quirúrgico inicial. 33 Tabla 17. Necesidad de terapia farmacológica posterior a cirugía antireflujo. Posterior a la cirugía antireflujo primaria, a varios pacientes se les practicó endoscopia, debido a que presentaron sintomatología previa, de los pacientes no reoperados, la gran mayoría (93.3%) solo presentó cambios postquirúrgicos, mientras que el 3.3% presentó una hernia hiatal tipo II, 3.3% un hiato normal. En cuanto a los pacientes que fueron llevados a nuevo procedimiento antireflujo, el ninguno presentó una endoscopia normal, el 28.6% tenía hernia hiatal tipo I, el 28.6% tenía una estenosis en unión esofagogástrica, el 14.3% una hernia hiatal tipo II, 14.3% tenía una plicatura corporal y 14.3% cambios postquirúrgicos. (Tabla 18). 34 Tabla 18. Hallazgos endoscópicos postquirúrgicos. Hablando sobre dichas endoscopias, específicamente sobre posibles complicaciones macroscópicas de ERGE como esofagitis, de los pacientes no reoperados, el 70.4% el esófago se observó sin alteraciones, el 11.1% correspondieron a pacientes con esófago de Barret ya conocido previamente, que se mantienen en seguimiento, el 7.4% presentaron un probable trastorno motor, el 3.7% con esofagitis A de Los Angeles, 3.7% con esofagitis B de Los Angeles, 3.7% con esofagitis C de Los Ángeles. De los pacientes que si se reoperaron, 28.6% presentó estenosis o anillo de Schatzky, 28.6% esófago sin alteraciones, 14.3% esofagitis B de Los Angeles, 14.3% esofagitis D de Los Ángeles, 14.3% probable trastorno motor, que corresponde al caso previamente mencionado de acalasia. (Tabla 19). 35 Tabla 19. Hallazgos de complicaciones de ERGE en el postquirúrgico. Sobre la realización de manometría postquirúrgica, no se cuenta con mucha información, de los pacientes que si se reoperaron, se cuenta con 4 estudios, de los que persistieron con síntomas pero no se reoperaron, contamos con 5 estudios. De los pacientes que se reoperaron (8 pacientes), la mitad cuenta con manometría, un paciente con esfínter esofágico inferior normal con motilidad esofágica inefectiva, uno con obstrucción funcional de la unión esofagogástrica, dos con esfínter esofágico inferior hipotónico, uno con motilidad esofágica efectiva y otro con inefectiva. De los no reoperados con sintomatología, tenemos 5 estudios, cuatro con esfínter esofágico inferior normal pero dos con motilidad esofágica efectiva y dos con inefectiva, un paciente con esfínter esofágico inferior hipotónico y con motilidad inefectiva (Tabla 20). 36 Tabla 20. Hallazgos manométricos postquirúrgicos. Sobre pHmetría, se cuenta aún menos con información. Del grupo que se reoperó, tenemos la mitad de los estudios, uno con un DeMeester importante de 158.6 con relación de síntomas positivo, uno con pHmetría normal, un tercero con DeMeester de 51.8 e índice de asociación positiva con predominio de gas, el cuarto paciente mostró un DeMeester de 2.6 que correspondió a una enfermedad por reflujo gastroesofágico no erosivo. De los pacientes no reoperados que persistieron con síntomas, tenemos 4 estudios, todos correspondientes a enfermedad por reflujo gastroesofágico no erosivo y contamos con un registro de un paciente con estudio pendiente. (Tabla 21). Tabla 21. Reportes de pHmetría postquirúrgicas Paciente Redo Paciente No Redo DeMeester Asociación de síntomas DeMeester Asociación de síntomas 158.6 Positivo 0.6 Negativo (ERNE) normal normal < a 14.7 ERNE 51.8 positivo < a 14.7 ERNE 2.6 Negativo (ERNE) < a 14.7 ERNE De los 8 casos refunduplicados, 3 pacientes tuvieron la primera cirugía en nuestro hospital y 5 fueron referidos de otros hospitales. De los 8 pacientes, uno requirió hasta 4 cirugías para corregir los síntomas iniciales y la posterior complicación, este fue un femenino de 47 años con acalasia, que fue operada en nuestro hospital de miotomía de Heller con funduplicatura tipo Nissen laparoscópica en 2005 y posteriormente desarrolló disfagia, fue reoperada en 2007 realizando desmantelamiento con miotomía de Heller y funduplicatura tipo Dor laparoscópica, este paciente presentó en el postquirúrgico disfagia y pirosis, por lo cual se volvió a protocolizar con endoscopia y se programó en 2012 para desmantelamiento y funduplicatura tipo Dor laparoscópica, persistiendo los síntomas, por lo cual una nueva endoscopia fue realizada encontrando estenosis esofágica, se procedió entonces a realizar laparoscopia diagnóstica encontrando fibrosis en un punto del pilar derecho que angulaba la funduplicatura, por lo cual se realizó lisis de fibrosis, desmantelamiento y nueva funduplicatura tipo Dor, en esta ocasión con resolución del problema. El caso número 2 fue paciente masculino de 50 años operado en junio de 2005 en otro hospital con funduplicatura tipo Nissen abierta, persistió con pirosis, por lo cual fue revalorado en 2006 en 37 el hospital Rubén Leñero (no conocemos con exactitud el protocolo seguido, sin embargo, sabemos que contaba con una endoscopia inicial que demostraba esofagitis A de Los Angeles). Le fue realizado como segundo procedimiento un desmantelamiento de funduplicatura y realización de una nueva tipo Nissen con mismo abordaje abierto en 2006, presentando entonces pirosis y epigastralgia crónica, por lo cual fue referido a nuestro hospital, donde se le realizó endoscopia mostrando estenosis péptica en tercio distal por anillo de Schatzky, hernia hiatal tipo I y gastropatía no erosiva. Manometría mostró esfínter esofágico inferior hipotónico con peristalsis esofágica efectiva. Se programó para febrero de 2012 con abordaje laparoscópico, realizando desmantelamiento y esofagogastropexia posterior no deformable (tipo Gea). El paciente presentó en el postquirúrgico disfagia, se realizó endoscopia mostrando esofagitis C de Los Angeles, sin embargo con hiato de adecuada apertura. El paciente mejoró en los meses siguientes. El caso número 3 es un paciente masculino de 28 años, operado en nuestro hospital en junio de 2008 con un procedimiento de Nissen laparoscópico, se desconoce el protocolo llevado inicialmente ya que no está documentado en el expediente; sin embargo, presentó pirosis y pérdida de peso durante los meses siguientes al procedimiento. El paciente no contaba con comorbilidades, sin embargo, tenía hábito tabáquico y alimentación inadecuada, se realizó endoscopia que mostró estenosis esofágica del 20% con esofagitis D de Los Angeles y cambios postquirúrgicos, se realizó nueva pHmetría que arrojó un DeMeester de 2.6 con índice de síntomas de asociación negativa, concluyendo en una enfermedad por reflujo no erosiva. Debido a los hallazgos anteriores, se llevó el paciente en noviembre de 2016 a laparoscopiadiagnóstica sin encontrar alteraciones, por lo cual no se desmanteló de funduplicatura. En el postquirúrgico llevó terapia farmacológica con IBP y procinéticos con adecuada mejoría de los síntomas. El caso número 4 es un paciente femenino de 50 años, operada en mayo de 2013 de funduplicatura laparoscópica en un hospital particular, se conoce solo como estudio previo una endoscopia con hernia hiatal tipo I, casi inmediatamente posterior al procedimiento, presentó pirosis y distensión abdominal, refiere haber llevado una mala alimentación que no cambió después del procedimiento. Fue referida a nuestro hospital, donde le fue practicada una endoscopia reportando hiato abierto y esofagitis B de Los Angeles, pHmetria con DeMeester de 51.8 y asociación de síntomas positivo con predominio de gas. Se reoperó en agosto de 2016, realizando un desmantelamiento laparoscópico parcial, ya que la funduplicatura previa tenía disrupción parcial, adherenciolisis y funduplicatura tipo Nissen. Mejoró notablemente sintomatología posterior a procedimiento. En el caso número 5, encontramos un paciente femenino de 51 años operada en nuestro hospital con funduplicatura tipo Nissen laparoscópica en marzo de 2011, con una endoscopia solo con gastropatía crónica, manometría con esfínter esofágico inferior hipotónico y persitalsis esofágica efectiva, pHmetría con DeMeester de 7.4 con índice de asocación positiva, presentó disfagia casi inmediatamente posterior a la cirugía a pesar de procinético, se realizó nueva endoscopia encontrando estenosis de unión esofagogástrica, manometría con unión esofagogástrica postquirúrgica con obstrucción funcional, pHmetría normal, por lo cual se llevó a quirófano en enero de 2012 realizando desmantelamiento laparoscópico con funduplicatura en “V”, esto con buenos resultados, resolviendo los problemas de la paciente. 38 En el caso número 6, tenemos un paciente masculino de 22 años que se operó de forma particular en enero de 2011, le fue realizado procedimiento de Nissen abierto, tenemos una endoscopia previa a eso con hernia hiatal tipo I. El paciente menciona que casi inmediatamente presentó disfagia con persistencia de pirosis. El paciente presentaba desde el prequirúrgico inicial obesidad grado I, mencionó que los hábitos alimenticios no los cambió en el postquirúrgico; sin embargo, la disfagia lo obligó a cambiar estos hábitos poco a poco. Fue referido al Hospital General de Pachuca, fue protocolizado y la endoscopia mostró una hernia hiatal tipo I con plicatura parcial sobre curvatura menor por debajo del cardias, manometría con esfínter esofágico inferior hipotónico con relajación incompleta y peristalsis esofágica efectiva, no contamos con pHmetría. En junio de 2014 fue reoperado realizando desmantelamiento y nueva funduplicatura tipo Nissen abierta; sin embargo, persistió con pirosis y disfagia leve. Fue referido entonces a nuestro hospital, donde se le realizó endoscopia mostrando hernia hiatal tipo I, esofagitis A de Los Angeles y gastritis aguda leve, esfínter esofágico inferior funduplicado hipotónico y esófago con motilidad inefectiva, pHmetría con DeMeester 21 y asociación de síntomas positivo. En diciembre de 2015 fue realizada laparoscopía diagnóstica; sin embargo, se difirió desmantelamiento por múlitples adherencias epiplón-pared Zuhlke IV. El paciente continuó con pirosis leve aislada que mejoró con IBP y continua en seguimiento. El caso número 7 es un femenino de 59 años que fue operada en otro hospital desconocido por una hernia hiatal tipo I, le fue realizada una funduplicatura tipo Dor laparoscópica, un año después presentó disfagia y odinofagia, refiriendo mala alimentación, comorbilidades importantes como Síndrome de Sjogren, fibromialgia, hipertensión arterial sistémica y cardiopatía isquémica. Fue referida a nuestro hospital, se le realizó endoscopia que mostró hernia hiatal tipo I y gastropatía crónica, manometría con esfínter esofágico inferior hipotónico y peristalsis esofágica inefectiva, pHmetría con DeMeester de 158.6 e índice de asociación positivo. En diciembre de 2017, se le realizó de manera laparoscópica, desmantelamiento, funduplicatura tipo Nissen, adherenciolisis y endoscopia transoperatoria. Con esto no ha vuelto ha presentar sintomatología de ERGE o de posibles complicaciones hasta el momento. La endoscopia mostró cambios postquirúrgicos en relación a funduplicatura. El úlitmo caso es un femenino de 48 años que fue operada en el Hospital General de México en enero de 2008, debido a hernia hiatal tipo I y antecedente de 8 años con pirosis persistente, se le realizó funduplicatura tipo Toupet laparoscópica. Presentó pirosis 3 años después del procedimiento. Cabe mencionar que la paciente sigue con un mal régimen alimenticio, presenta obesidad grado I y sus síntomas mejoran con IBP y procinético. A su llegada a nuestro hospital, se le realizó nueva endoscopia que reportó hernia hiatal tipo I; sin embargo, por la serie gastroduodenal se reporta hernia hiatal tipo II, no se realizó manometría ni pHmetría. Se reoperó en febrero de 2018 con abordaje laparoscópico, se realizó adherenciolisis, desmantelamiento y realización de funduplicatura tipo Nissen. En los pocos meses de seguimiento que lleva, no muestra síntomas de persistencia o de complicaciones. 39 ANÁLISIS DE RESULTADOS En un periodo de 8 años y dos meses, se cuantificaron 199 funduplicaturas en el Hospital Juárez de México, de las cuales, se obtuvo información de 153 pacientes, ya que el resto eran expedientes depurados. De este total, el 5.22% fue sometido por segunda vez a una cirugía anti-reflujo; sin embargo, cabe mencionar que de los 8 pacientes contabilizados como refunduplicados, 3 fueron inicialmente operados en el Hospital Juárez de México, siendo así que el porcentaje de falla de funduplicatura es del 1.96%. Tabla 22. Características generales de la población. De la población de 153 pacientes, un total de 39 (25.8%) persistieron con síntomas ( pirosis siendo el síntoma más frecuente en ambos grupos, sin diferencia estadística), e incluso en algunos de ellos se agregó sintomatología correspondiente a complicación, siendo de estos últimos, disfagia el más importante, pero quedando en segundo plano respecto a la pirosis. De esta población, no toda fue reoperada, tomando en cuenta que el 5.22% del total de la población fue 40 refunduplicada; específicamente, el 20.5% del 100% de pacientes con persistencia de síntomas fue reoperado. El resto de los pacientes fue controlado con terapia farmacológica, cuatro de ellos presentaron en una pHmetría postquirúrgica enfermedad por reflujo no erosiva y debemos recordar que este tipo de pacientes son malos candidatos a tratamiento quirúrgico. Un paciente presentó disfagia que remitió a los dos años con procinético y otros dos con disfagia fueron enviados a dilataciones esofágicas con mejoría de síntomas. Tres pacientes tenían como comorbilidad trastornos psiquiátricos, recordando que este tipo de pacientes son malos candidatos para la cirugía. Se encontraron también dos trastornos motores esofágicos, lo cual dice de una mala protocolización del paciente y su mala selección. Un paciente comenzó a presentar pirosis 3 años después de la funduplicatura; otro paciente a los dos años, al cual se le realizó nuevo protocolo con endoscopia normal, serie esofagogástrica normal con pHmetría pendiente, presumiendo que posiblemente sea otro caso de esófago hipersensibleo pirosis funcional. Dos pacientes más presentaron pirosis al año, uno de estos últimos con antecedente de parálisis cerebral infantil, que al igual que los trastornos psiquiátricos, son malos candidatos para cirugía anti-reflujo. Tres mostraron persistencia de los síntomas inmediatamente después de la cirugía, los cual aún está en trámites para nueva protocolización. En cuanto a la edad y sexo de los pacientes, no existe diferencia significativa de que uno u otro sea más propenso a una falla en la funduplicatura. En cuanto al tiempo de evolución previo a la primera cirugía, en el grupo reoperado, la mayoría presentaba una sintomatología de mayor tiempo de evolución respecto a los no reoperados, sin embargo, esta tendencia no fue estadísticamente significativa. En cuanto al tipo de cirugía, sin importar si fue refunduplicado o no, el procedimiento de elección es el procedimiento de Nissen laparoscópico. A pesar de que existieron abordajes abiertos tanto de Nissen como de funduplicatura tipo Guarner, el abordaje predominante es el laparoscópico. Es importante comentar que a pesar de estos, en el caso de redo, se prefirió el abordaje laparoscópico sin importar el inicial. En uno de los casos que inició como funduplicatura laparoscópica, se convirtió a procedimiento abierto debido a lesión en la zona de los vasos cortos y para control hemostático se realizó esplenectomía. Sobre los hallazgos endoscópicos, tanto en el grupo refunduplicado como el no reoperado, la mayoría presentaba hernia hiatal tipo I por encima del 71% y 80% respectivamente. Se estudió dentro de la endoscopía si existían o no complicaciones de ERGE como esofagitis (utilizando la clasificación de Los Ángeles), estenosis, anillos de Schatzky o esófago de Barret, sin encontrar diferencias estadísticamente significativas. Lo mismo se interpretó de los hallazgos manométricos prequirúrgicos, tomando en cuenta que tanto este estudio como la pHmetría, no todos los pacientes contaban con ellas en el expediente, siendo un misterio si en algún momento fueron tomados o no. De manera general, sobre los pacientes con falla de la funduplicatura, todos requirieron de terapia farmacológica en algún momento, siendo la combinación de IBP con procinético la terapia combinada más frecuente, dejando en segundo plano la monoterapia con IBP o con procinético. 41 Aunque hubo 4 pacientes que usaron antiácidos y/o sucralfato, un paciente en específico no respondía a IBP en monoterpia ni en terapia combinada y terminó mejorando con antiácidos y sucralfato, este paciente presentó abundante reflujo duodenogástrico en la endoscopia postquirúrgica. De los 8 casos revisados de refunduplicatura, 3 tuvieron la primera cirugía en nuestro hospital y 5 fueron referidos. Uno de los casos fue refunduplicatura parcial como complemento de miotomía de Heller por acalasia, misma que fue operada en dos ocasiones debido a persistencia de disfagia. Cabe destacar que en inicialmente le fue practicada junto con la miotomía, una funduplicatura tipo Nissen, la cual no es el procedimiento de elección, sino más bien una funduplicatura parcial, ya fuera tipo Dor o Toupet. El segundo procedimiento estuvo bien indicado; sin embargo, al presentar nuevamente disfagia, el abordaje con endoscopia y manometría podrían haberse complementado con serie esofagogástrica. Al final, este caso se resolvió con la lisis de fibrosis que provocaba la aparente estenosis. El segundo caso fue intervenido en dos ocasiones con abordaje abierto en otra institución y se realizó la refunduplicatura laparoscópica en nuestro hospital, con adecuado seguimiento desde 2012. De este caso es importante destacar que a pesar que los dos procedimientos previos fueron abiertos, esto no fue una contraindicación para reoperarlo de manera laparoscópica. Se encontraron 2 casos en los que sus estudios prequirúrgicos presentaban enfermedad por reflujo no erosiva y esófago hipersensible con respuesta parcial a los IBP, en uno de ellos se realizó solo revisión de la funduplicatura, la cual se encontraba íntegra. Uno de estos casos presentó disfagia con manometría postquirúrgica con obstrucción funcional, se realizó una refunduplicatura en “V”, la cual se realiza con puntos de 360 grados en puntos distales y parciales en los proximales, con lo cual, se mantiene sin recidiva de los síntomas a 6 años de seguimiento; siendo esta técnica una opción de salvamento para este tipo de pacientes. Se debe mencionar que estos pacientes quienes mostraban una pHmetría con aparente enfermedad por reflujo no erosiva, muchos son malos candidatos para cirugía antireflujo y se debe tomar en cuenta al protocolizar bien a los pacientes. Una de las pacientes operada en otra institución presentó casi inmediatamente persistencia de los síntomas asociado ahora a distensión abdominal, a pesar de que se reoperó 3 años después, se presume que posiblemente la disrupción parcial de su funduplicatura ocurrió cerca de la primera cirugía, por lo pensamos que hubo falla en la técnica quirúrgica. Solo uno de los casos referidos, mantenía disfagia debido a que la funduplicatura fue técnicamente mal colocada por debajo de la curvatura menor, realizándola así sobre el cuerpo gástrico, una de las fallas técnicas de la funduplicatura comúnmente descritas en la literatura. Este mismo paciente presentó nuevamente persistencia de síntomas; sin embargo, en el abordaje laparoscópico de nuestro hospital, al realizar la laparoscopía diagnóstica posterior a dos funduplicaturas, se encuentra adherencias Zuhlke IV epiplón-pared, por lo cual se difiere procedimiento, dejando así el paciente en seguimiento con IBP con lo cual mejora la sintomatología. En este caso, se podría imaginar que existía la opción de conversión a cirugía abierta; sin embargo, el cirujano en cuestión decidió mantener en seguimiento con medidas higiénico dietéticas (mismas que el paciente negó haber seguido en las cirugías previas), apoyado con tratamiento farmacológico. 42 Las dos últimas pacientes descritas, presentaron síntomas al año y a los tres años posteriores a la cirugía, nótese que mantuvieron un periodo libre de síntomas; sin embargo, ambas refieren no haber mantenido un plan adecuado alimenticio a largo plazo, lo cual puede jugar un papel importante en la recidiva de los síntomas. Debemos recordar que un paciente post-funduplicado debe aprender a comer de nuevo, siendo incisivos en la adecuada masticación de los alimentos a largo plazo y cuidar un adecuado peso y otras situaciones que pudieran aumentar de manera importante la presión intrabdominal. En cuanto a los procedimientos finales anti-reflujo todos se realizaron con abordaje laparoscópico, uno corresponde a una funduplicatura parcial tipo Dor, una tipo Gea, dos laparoscopías diagnósticas, una funduplicatura en “V” y 3 procedimientos de Nissen. En la mitad de los casos, los pacientes no siguieron las indicaciones dietéticas posterior al primer procedimiento, llegando al sobrepeso y uno en obesidad. En el abordaje postquirúrgico, solo tres pacientes contaron con serie esofagogástrica, estudio ideal en el protocolo del paciente con falla a la funduplicatura. Aunque no hubo una diferencia estadísticamente significativa, si hay una tendencia a que la obesidad juega un papel importante como factor de riesgo para falla de la funduplicatura. Esto asociado a la malas prácticas dietéticas de los pacientes como una adecuada masticación, fraccionamiento de la dieta y en general una buena alimentación. Varios de los pacientescon persistencia de síntomas admiten haber abandonado con el tiempo las indicaciones médicas, un par de ellos incluso mencionan nunca haber seguido dichas indicaciones al pie de la letra. De manera general, se observa que muchos de los pacientes no cuentan con alguno de los estudios esenciales prequirúrgicos, ya sea la pHmetría o la manometría, guiándose en su mayoría con los hallazgos endoscópicos y sintomatología del paciente, por lo tanto, varios pacientes que presentan persistencia de síntomas nunca fueron candidatos ideales desde un comienzo. D ISCUSIÓN La enfermedad por reflujo gastroesofágico es altamente frecuente, tal como lo muestra la literatura mundial y al igual que en ella, nosotros presentamos al procedimiento de Nissen laparoscópico es el más frecuentemente realizado, a pesar de que es el estándar de oro, existen todavía centros donde se realiza de manera abierta, esto ligado a que en nuestro país, algunos de los pacientes referidos venían de lugares donde la laparoscopia aún no está presente al 100%. En el caso de nuestro hospital hay un cirujano en específico que realizó abordaje abierto con la técnica de Guarner, esto debido a que el cirujano en cuestión es de edad avanzada y tiene dificultad para realizar el procedimiento de manera laparoscópica. Por otro lado, contamos con cirujanos que su formación laparoscópica fue en el Hospital Dr. Manuel Gea González y han logrado reproducir la técnica del Dr. Mucio Moreno, la esofagogastropexia posterior no deformable. 43 La recurrencia de los síntomas es un problema importante que impacta en la calidad de vida de los pacientes. Al igual como lo marca la literatura, en nuestros pacientes los síntomas más frecuentes fueron pirosis y disfagia principalmente, posteriormente regurgitación, dolor torácico e intolerancia a la vía oral. La edad y el género no fueron un factor importante para esto, como lo dicta el artículo de Grover en las Clínicas de Cirugía de Norteamérica de 2015; aunque tal vez esto se deba a que nuestra muestra es pequeña. En la literatura, se marca la pHmetría como el estudio de elección en ERGE recurrente y también se marca que la endoscopia y el esofagograma como estudios en los cuales se ve hasta el 95% de las fallas quirúrgicas de la primera intervención; sin embargo, en nuestra revisión, observamos un gran déficit de pHmetrías en el grupo con sitomatología persistente, solicitud mínima de esofagogramas, pero en todos los pacientes la endoscopia está presente. Con esto vemos lo importante que es tener bien procotolizado el paciente antes de la primera cirugía y con mayor razón al tener una falla del procedimiento antireflujo. Es importante señalar que la realización rutinaria de pHmetría postquirúrgica no está indicada debido a la presencia de falsos positivos reportadas en las series de hasta 21% como lo muestran Eubanks y colaboradores y el grupo de trabajo del Dr. Jelmer Oor. En cuanto a los pacientes con enfermedad por reflujo no erosivo y esófago hipersensible que respondieron bien al procedimiento antireflujo, se habla de un posible efecto placebo de la cirugía antireflujo, ya que en las pHmetrías iniciales y las postquirúrgicas, no se muestran alteraciones objetivas; sin embargo, el paciente refiere mejoría sintomática. En los estudios muestran una exposición mayor al ácido por pHmetría en los pacientes con un procedimiento parcial primario versus Nissen, en nuestra revisión contamos solo con dos funduplicaturas de Dor y una Toupet inicial, de los cuales los 3 tuvieron persistencia de síntomas, paradójimacemnte dos de ellos con disfagia. Las alteraciones anatómicas encontradas en los pacientes reoperados muestra varios casos con la funduplicatura in situ, aunque disfuncional de acuerdo a lo encontrado por endoscopia y pHmetría, lo cual contrasta con la mayoría de los estudios que mencionan la funduplicatura deslizada, la funduplicatura mal posicionada (por ejemplo, coroporal en vez de fúndica), migración intratorácica y disrupación de la misma. Existe también el reporte de que en la cirugía de revisión no se han encontrado alteraciones, como lo fue en uno de nuestros casos. En el resto a pesar de haber encontrado la fuduplicatura aparentemente in situ, por las adherencias y fibrosis, se tuvo bien a desmantelar el procedimiento previo para restaurar en lo posible la anatomía, tal como lo indican los grandes estudios y recomendaciones de los expertos. Respecto a la reoperación de la reoperación, se menciona en la literatura, en estudios como el de Awais y colaboradores y la revisión de Grover del 2015, que 11% de los pacientes tendrían falla de la refunduplicatura, necesitando así un tercer o hasta un cuarto procedimiento. En nuestro caso un paciente necesitó hasta un 4º procedimiento para la resolución de los síntomas y dos pacientes necesitaron 3 procedimientos, en uno de los cuales se difirió la cirugía por importantes adherencias firmes epiplón-pared y evaluando el riesgo-beneficio, se decidió mantener al paciente con terapia farmacológica. En dos de estos 3 casos, el último procedimiento se realizó en nuestra institución y el paciente con 4 procedimientos fue paciente nuestro desde un inicio. Es decir, para 44 nuestra revisión 3 de 8 casos requirieron reoperación de la reoperación, siendo el 37.5%, el cual es bastante alto respecto a lo publicado. Los grupos de Awais y Makris también reportan que posterior a la falla de una refunduplicatura, una técnica de elección es una derivación en gastroyeyuno o esófagoyeyuno en Y de Roux; sin embargo, en nuestra revisión observamos que es factible, aunque con dificultad, poder realizar una funduplicatura tipo Nissen o Dor (en el caso del paciente con acalasia y 4 reintervenciones) como tercer o cuarto procedimientos. Con los resultados obtenidos vemos que la frecuencia de refunduplicatura en el Hospital Juárez de México es del 1.96%, lo cual es comparable con la literatura mundial. En general podemos decir que el éxito de una reoperación generalmente va asociado a un buen protocolo prequirúrgico y a un buen desmantelamiento de la funduplicatura previa. CONCLUSIÓN Aunque el porcentaje de éxito es grande en los pacientes que se someten de primera instancia a una funduplicatura, existe un porcentaje pequeño de ellos que presentarán síntomas persistentes, recurrentes o nuevos y que requerirán un segundo procedimiento antireflujo e incluso más de dos. Esto puede tener consecuencias devastadoras, económicas e incapacitantes para el paciente. La cirugía es un reto aún para el cirujano experimentado; sin embargo, es factible y reproducible. Se requieren estudios más grandes para definir factores de riesgo con diferencia significativa; sin embargo, creemos que el factor de riesgo mas importante es la mala selección del paciente al menos en nuestro medio. R EFERENCIAS 1. Shaheen NJ, Hansen RA, Morgan DR, et al. The burden of gastrointestinal and liver diseases, 2006. Am J Gastroenterol 2006; 101(9):2128-38. 2. Gatenby PA, Bann SD. Antireflux surgery. Minerva Chir 2009; 64(2):169-81. 3. Peralta-Pedrero M, Lagunes-Espinosa A, Cruz-Avelar A, et al. Frecuencia de síntomas de ERGE en adultos mayores que acuden a una unidad de medicina familiar. Rev Med Inst Mex Seguro Soc 2007; 45(5):447-552. 4. Fuchs KH, Breithaupt W, Fein M, et al. Laparoscopic Nissen repair: indications, techniques and long-term benefits. Langenbecks Arch Surg 2005; 390(3):197-202. 5. Grant AM, Wileman SM, Ramsay CR, et al. Minimal access surgery compared with medical management for chronic gastro-oesophageal reflux disease: UK collaborative randomised
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