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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE PSICOLOGÍA Redes léxicas de tipo fonológico en población con síndrome de Down: efectos de similitud inicial y final en una tarea tipo priming Tesis que para obtener el título de LICENCIADA EN PSICOLOGÍA PRESENTA JESSICA RAMOS SÁNCHEZ DIRECTOR DE TESIS DRA. NATALIA ARIAS TREJO Ciudad Universitaria, Ciudad de México, 2017 Los datos de esta investigación forman parte del proyecto “Language comprehension in Down syndrome” de la Fundación Jérôme Lejeune y el proyecto PAPIIT-IN304417 “Redes léxicas tempranas: análisis longitudinal en infantes con desarrollo típico y exploratorio en población con síndrome de Down”, ambos bajo la coordinación de la Dra. Natalia Arias Trejo UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 2 Agradecimientos A mis padres, dentro del cobijo de su inquebrantable presencia y apoyo he encontrado la fortaleza para lograr un nuevo paso en mi carrera. A mi padre, por ser padre, maestro y amigo a la vez. Tus consejos son el cimiento que sostiene el logro de este trabajo. A mi madre, quien tan discretamente es la mujer más fuerte que conozco. Porque siempre estuvo ahí, sin condiciones. Gracias por hacerme sentir tan rodeada de amor. A mi hermana, cuyo recuerdo es una compañía espiritual y una motivación personal que atesoro en mi corazón. A mi tía Chayi, quien fue compañía fiel durante estos largos 6 años. Por alegrar mi tiempo durante esta travesía con su presencia. A la Dra. Natalia Arias, por sus invaluables enseñanzas y por aceptar ser mi primer gran mentor en esta joven carrera que apenas inicio. A mis sinodales el Dr. Ángel Tovar, Dr. Álvaro Torres, Dra. Haydee Carrasco y Dra. Alejandra Auza por mejorar este trabajo con sus atinados consejos. A mis compañeros del Laboratorio de Psicolingüística. A mis queridas Fer y Ethel por ofrecerme su amistad e incondicional apoyo, por creer en mí. A Rob, Julia y Armando quienes fueron maestros al compartir su experiencia conmigo. A Karen, Abril, Alma, Adriana, Mariana, Vania, Marco, Tania por su compañía e invaluable ayuda. Y a todos los miembros que fueron, apenas son y serán miembros de este gran equipo. A mi querida Melisa, a quien considero mi hermana. Gracias por esas largas pláticas, por regresar una sonrisa a mi espíritu cansado, por los consejos. En fin, por entender. A mi querida Adri, quien compartió este proceso conmigo de la forma más cercana y siempre ha creído en mí. No lo sé todo ni lo puedo todo, pero ella me hace creer que sí. A aquellos profesores que fueron responsables de formar al estudiante que soy ahora: Martha Valdés, Grisell García, Maritza Peña y el Dr. Lugo. Y a mis amados Jess y Héctor. A quienes extraño mucho y cuya dolorosa ausencia es mi constante recordatorio de lo valioso que es disfrutar del poco tiempo que tenemos en esta frágil vida. Gracias. 3 "The sciences have developed in an order the reverse of what might have been expected. What was most remote from ourselves was first brought under the domain of law, and then, gradually, what was nearer: first heavens, next the earth, then animal and vegetable life, then the human body, and at last of all (as yet very imperfectly) the human mind..." Bertrand Rusell, 1935 “There’s so much to write. Where should I start? I texted my old Jiko this question, and she wrote back this: “You should start where you are.” Ruth Ozeki, A Tale for The Time Being 4 Resumen Esta tesis explora el establecimiento de redes léxicas de tipo fonológico en población con síndrome de Down (SD). Fueron evaluados 24 niños con síndrome de Down (edad cronológica EC; M=9.7 DE=4.2) y 24 niños con desarrollo típico (DT) (EC; M=3.1 DE=.51). Ambos grupos fueron pareados por la puntuación directa obtenida en la prueba de vocabulario receptivo Peabody PPVT-III (M=26.9, DE=10.6). Se realizó un experimento tipo priming por medio del paradigma de mirada intermodal preferencial, con el uso de un rastreador visual, con dos condiciones diferentes (similitud inicial y similitud final). Se presentó de manera auditiva una palabra Prime que podía o no estar relacionada fonológicamente con una palabra Target presentada posteriormente. Ambas condiciones estuvieron compuestas de 5 ensayos relacionados y 5 ensayos no relacionados, y cada ensayo tuvo una duración total de 3800ms. La primera condición exploró el efecto de la existencia de Similitud Inicial (sílaba inicial) entre las palabras Prime y Target (e.g., pera-perro) en el reconocimiento visual del Target. En una segunda condición se exploró el efecto de existencia de Similitud Final (sílaba final) entre Prime y Target (e.g., gato-moto) en el reconocimiento visual del target. Los resultados fueron analizados temporalmente, se dividió la ventana de análisis en 13 intervalos de 200ms y se obtuvo la probabilidad de fijación a Target y Distractor en ensayos relacionados y no relacionados para cada uno de los 13 intervalos. Los resultados muestran diferencias temporales en el patrón visual de reconocimiento del Target entre el grupo con SD y DT en ambas condiciones. Se encontró un efecto de interferencia léxica en el reconocimiento del Target en ensayos relacionados para el grupo con DT y SD, cuando la palabra Prime tenía un tamaño de cohorte grande (número de palabras que inician con la misma sílaba). Por otro lado, se encontró un efecto de facilitación en el reconocimiento del Target en ensayos relacionados en la condición de Similitud Final, en ambos grupos. Los resultados aportan evidencia de una organización léxica y pre-léxica de los vocabularios tempranos de ambos grupos (DT y SD), a partir de información de tipo fonológico. Además, sugieren diferencias en el procesamiento temporal de información auditiva y léxica entre los participantes con DT y con SD. 5 Tabla de Contenidos 1. SÍNDROME DE DOWN ............................................................................................................ 8 1.1 Epidemiología y fenotipo del síndrome de Down ..................................................................... 8 1.2 Desarrollo cognitivo en SD ..................................................................................................... 12 1.2.1 Memoria de Trabajo ......................................................................................................... 13 1.2.2 Memoria de Largo Plazo .................................................................................................. 14 1.2.3 Atención ........................................................................................................................... 15 1.3 Perfil lingüístico en el síndrome de Down .............................................................................. 16 1.3.1 Desarrollo prelingüístico en niños con SD ....................................................................... 16 2. DESARROLLO FONOLÓGICO ................................................................................................. 18 2.1 Fonología del Español .............................................................................................................18 2.1.1 El fonema ......................................................................................................................... 18 2.1.2 La sílaba ........................................................................................................................... 20 2.1.3 Frecuencia silábica ........................................................................................................... 23 2.2 Desarrollo fonológico temprano en niños con DT y SD ......................................................... 23 2.2.1 Componente biológico: producción de sonidos ............................................................... 24 2.3 Representaciones fonológicas ................................................................................................. 27 2.3.1 Teoría de representaciones fonológicas holísticas ........................................................... 29 2.3.2 Teoría de representaciones fonológicas detalladas........................................................... 32 2.3.3 Representaciones fonológicas en síndrome de Down ...................................................... 35 3. LÉXICO MENTAL Y REDES LÉXICAS ................................................................................... 38 3.1 Léxico Mental ......................................................................................................................... 38 3.1.1. Desarrollo léxico en niños con SD .................................................................................. 38 3.2. Redes léxicas .......................................................................................................................... 40 3.2.1. Modelos semánticos ........................................................................................................ 41 3.2.2. Modelos conexionistas .................................................................................................... 44 3.3. Redes léxicas de tipo fonológico ............................................................................................ 45 3.3.1. Reconocimiento de palabras ............................................................................................ 45 3.3.2 Modelos de competencia léxica ....................................................................................... 47 3.3.3 Modelos basados en la similitud en onset (Onset-Similarity Based Models) .................. 47 3.3.4 Modelos basados en la similitud global (Global Similarity Models) ............................... 48 3.3.5 Modelo TRACE ............................................................................................................... 49 3.4. Análisis teóricos de redes léxicas en infantes y adultos ......................................................... 50 3.5. Correlatos fisiológicos............................................................................................................ 52 4. PRIMING FONOLÓGICO ........................................................................................................... 54 6 4.1 Antecedentes de la tarea de priming........................................................................................ 54 4.1.2. Tipos de tareas ................................................................................................................. 54 4.2. Priming Fonológico ................................................................................................................ 55 4.2.1. Tipos de efectos ............................................................................................................... 56 4.3 Priming Fonológico en posición inicial (onset) en adultos ..................................................... 57 4.3.1. Efectos en pares prime-target monosilábicos .................................................................. 58 4.3.2. Efectos en pares prime-target bisilábicos ........................................................................ 59 4.3.3. Factores que influyen en los efectos de competencia y facilitación ................................ 60 4.4 Priming fonológico en posición final (offset) en adultos ........................................................ 61 4.4.1 Efectos en pares prime-target monosilábicos ................................................................... 61 4.4.2 Efectos en pares prime-target bisilábicos ......................................................................... 62 4.4.3 Factores que influyen en los efectos de competencia y facilitación ................................. 63 4.6 Priming fonológico en habla española .................................................................................... 65 4.7 Priming fonológico en edades tempranas ................................................................................ 66 4.6.1 Efectos con respecto al tamaño de cohorte de la palabra prime y target .......................... 68 4.8 Priming fonológico en poblaciones con problemas de lenguaje ............................................. 69 5. JUSTIFICACIÓN, OBJETIVO Y MÉTODO............................................................................... 72 5.1 Justificación ............................................................................................................................. 72 5.2 Objetivo General ..................................................................................................................... 76 5.3 Objetivos Específicos .............................................................................................................. 76 5.4 Hipótesis de Investigación ...................................................................................................... 77 5.5 Método General ....................................................................................................................... 78 5.5.1 Participantes ..................................................................................................................... 78 5.5.2 Instrumentos ..................................................................................................................... 80 5.5.3 Evaluación experimental de la formación de redes fonológicas ...................................... 85 5.5.4 Diseño experimental ......................................................................................................... 93 5.5.4 Procedimiento general ...................................................................................................... 96 6. ANÁLISIS DE DATOS ................................................................................................................ 99 6.1 Análisis Temporal ................................................................................................................... 99 6.1.1 División temporal de los ensayos en intervalos ............................................................... 99 6.1.2 Cálculo de probabilidades individuales de fijación a Target y Distractor por Intervalo 100 6.1.3 Cálculo de promedios de probabilidad de fijación a Target o Distractor por Intervalo . 101 6.1.4 Cálculo de probabilidades condicionales por Intervalo .................................................. 103 6.2 Resultados Similitud Inicial .................................................................................................. 104 6.2.1 Gráficas Temporales Desarrollo Típico y Síndrome de Down ...................................... 104 7 6.2.2 Resultados para Desarrollo Típico ................................................................................. 106 6.2.3 Resultados para Síndrome de Down .............................................................................. 108 6.2.4 Comparación entre Grupos ............................................................................................. 110 6.3. Análisis por Tamaño de Cohorte para SimilitudInicial ....................................................... 111 6.3.1 Resultados Desarrollo Típico ......................................................................................... 113 6.3.2 Resultados Síndrome de Down ...................................................................................... 120 6.3.3 Conclusiones Similitud Inicial ....................................................................................... 125 6.4 Resultados Similitud Final .................................................................................................... 127 6.4.1 Gráficas Temporales Desarrollo Típico y Síndrome de Down ...................................... 127 6.4.2 Resultados Desarrollo Típico ......................................................................................... 129 6.4.3 Resultados Síndrome de Down ...................................................................................... 131 6.4.4 Comparación entre Grupos ............................................................................................. 134 6.4.5 Conclusiones Similitud Final ......................................................................................... 134 7. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES ............................................................................................ 135 7.1 Condiciónde Similitud Inicial ............................................................................................... 135 7.1.1 Análisis de tamaño de cohorte a nivel Prime ................................................................. 138 7.1.2 Análisis de tamaño de cohorte a nivel Target ................................................................ 140 7.1.3 Conclusiones Finales Similitud Inicial ........................................................................... 141 7.2 Condición de Similitud Final ................................................................................................ 143 7.2.1 Conclusiones Finales Similitud Final ............................................................................. 145 7.3 Contribuciones ...................................................................................................................... 146 7.4 Consideraciones finales ......................................................................................................... 146 7.4.1 Limitaciones ................................................................................................................... 147 7.4.2 Investigaciones futuras ................................................................................................... 148 8. Apéndices .................................................................................................................................... 164 8 1. SÍNDROME DE DOWN 1.1 Epidemiología y fenotipo del síndrome de Down El síndrome de Down (SD) es la causa genética más común de discapacidad intelectual, entendiendo por discapacidad intelectual la presencia de limitaciones significativas tanto en el funcionamiento intelectual como en el comportamiento adaptativo (Dierssen, 2012). La Organización Mundial de la Salud ubica, a nivel mundial, la incidencia de niños que nacen con este padecimiento entre 1/1000 y 1/1100 de nacimiento vivos (Romero, Hernández, Serrano, Pablo, & Hernández, 2014). Por su parte, la Secretaria de Salud en México publicó que la incidencia del SD en el país en el 2007 fue de 1/650 nacimientos vivos (citado en Romero et al., 2014). El desorden del SD resulta de la presencia de material cromosómico extra en el brazo largo del cromosoma humano 21 (Hsa21) (Dierssen, 2012) que produce un aumento en la expresión genética en dicho cromosoma. Esta sobreexpresión genética genera una cascada de eventos neuroquímicos y fisiológicos que afectan el desarrollo de la estructura nerviosa fetal e influyen en periodos críticos del desarrollo, produciendo una serie de cambios y deficiencias estructurales, cognitivas y de comportamiento en etapas subsecuentes del desarrollo (Patterson, 1995). Existen tres variantes genéticas que causan el SD (Garduño-Zarazúa, Giammatteo Alois, Kofman-Epstein, & Cervantes Peredo, 2013; Roizen & Patterson, 2003): 1. Trisomía 21 regular o libre: la forma más común en el 95-98% de los casos, ocurre cuando hay presencia de material cromosómico extra en todas las células del individuo. 9 2. Translocación: ocurre cuando una parte del cromosoma 21 se adhiere a otro cromosoma, en el 4% de los casos. 3. Mosaicismo: es el resultado de un defecto en la separación del cromosoma 21 que provoca la existencia de material cromosómico extra en algunas, pero no todas, las células del individuo, en el 1% de los casos. De acuerdo con Hassold y Sherman (2002) algunos factores como la raza, nivel socioeconómico o ubicación geográfica de una persona, no influyen en la probabilidad de tener un niño con SD. Los principales factores etiológicos que se han relacionado con la incidencia de SD son la edad de ambos padres: 35 años o más para edad materna y 45 o más para edad paterna, así como antecedentes de hijos con cromosomopatías (Sherman, Allen, Bean, & Freeman, 2007). Entre las características físicas del fenotipo de SD se encuentran: ▪ Alteraciones oro-faciales, como la presencia de una cavidad oral pequeña, paladar hendido, dentadura anormal e irregular y una lengua larga que sobresale de la cavidad oral. Estas deficiencias tienden a dificultar la producción del habla en individuos con SD (Stoel-Gammon, 1997). ▪ Alteraciones musculares, con músculos faciales ausentes o débilmente diferenciados, articulaciones hiperextensibles y diferencias significativas en las inervaciones nerviosas musculares (Miller & Leddy, 1998); así como hipotonía y flacidez muscular (Henderson, 1985). ▪ Problemas médicos, que incluyen defectos respiratorios congénitos (Jacobs, Gray, & Todd, 1996), malformaciones cardiacas y anomalías gastrointestinales (Awan, Macafee, & Hall, 2004), disfunciones tiroideas (Coleman, 1994) e incremento en la 10 incidencia de inmunodeficiencias, leucemia y disfunciones hematopoyéticas (Dante Cicchetti & Beeghly, 1990). De igual forma, se han reportado numerosas alteraciones anatómicas y estructurales en el sistema nervioso del individuo con SD: ▪ Alteraciones morfológicas y microscópicas cerebrales (Petit, LeBoutillier, Alfano, & Becker, 1984). ▪ Deficiencias histológicas y neuroquímicas en la estructura cerebral (Smith & Warren, 1985; Takashima, Becker, Armstrong, & Chan, 1981). ▪ Volúmenes cerebrales y cerebelares reducidos tanto en materia gris como materia blanca, menor tamaño del tallo cerebral con relación al tamaño de los hemisferios cerebrales (Lubec & Engidawork, 2002), así como un cuerpo calloso e hipocampo reducido en comparación con sujetos controles (Teipel et al., 2003). ▪ Desarrollo inmaduro de la conectividad cerebral, con una habilidad deficiente para integrar información entre regiones cerebrales distantes en redes neuronales distribuidas coherentes (Anderson et al., 2013). ▪ Bajas tasas de mielinización en niños con SD (Koo, Blaser, Harwood-Nash, Becker, & Murphy, 1992) y un desarrollo tardío y lento de procesos inhibitorios cerebrales en recién nacidos con SD (Karrer, Karrer, Bloom, Chaney, & Davis, 1998). El niño con SD, además de las alteraciones físicas propias de su fenotipo, presenta problemas en sus capacidades perceptivas, especialmente en sus habilidades auditivas y visuales. De acuerdo a Roizen, Wolters, Nicol, y Blondis (1993), alrededor de 1/3 niños con SD sufren de pérdida auditiva secundario a problemas conductivos o sensorio-neurales, y el 11 96% de niños preescolares con SD sufren de infecciones auditivas esporádicas en al menos un oído (Shott, Joseph, & Heithaus, 2001). En una muestra de 48 niños con SD evaluadospor Roizen et al. (1993) en habilidades auditivas, el 28% presentó pérdida auditiva en un oído y el 38% en ambos oídos. De estos el 33% tenía pérdida auditiva menor, el 13% pérdida auditiva moderada y el 3% pérdida auditiva severa. La causa más común de pérdida auditiva encontrada tanto por Roizen et al. (1993) como Shott et al. (2001) fue la otitis media, que es una inflamación e infección del oído medio, acompañada por presencia de fluido que causa una pérdida auditiva leve a moderada de tipo fluctuante (Roberts et al., 2004). De acuerdo con Marcell y Cohen (1992), Chapman y Hesketh (2000) y Miolo, Chapman y Sindberg (2005) la pérdida auditiva en pacientes con SD está relacionada con la dificultad para comprender morfemas gramaticales, la necesidad de mayor tiempo para identificar sonidos del habla, la reducción del número de palabras producidas por el niño con SD y la inteligibilidad de su habla. En cuanto a los problemas en habilidades visuales, el paciente con SD presenta alteraciones en el control motor de sus ojos. Las formas más comunes de movimientos oculares atípicos en SD son el nistagmo por defecto sensorial (SDN por sus siglas en inglés) y el estrabismo (Lawson et al., 1996). El paciente con SD también presenta trastornos del comportamiento con mayor frecuencia que la población con desarrollo típico (DT); entre los principales trastornos que se presentan en los pacientes con SD se encuentran el déficit de atención e hiperactividad y la depresión (Roizen & Patterson, 2003). 12 1.2 Desarrollo cognitivo en SD El grado de déficit cognitivo en SD puede variar desde niveles cercanos a la inteligencia normal con un coeficiente intelectual (CI) cercano a 70 (deficiencia intelectual leve- moderada) hasta el retraso severo con un CI cercano a 40 (Dierssen, 2012; Roberts, Price, & Malkin, 2007); aunque se ha reportado que aproximadamente el 80% de los individuos con SD presentan niveles moderados de deficiencia intelectual (Roberts et al., 2007). La evolución de las habilidades cognitivas del niño con SD refleja mejoras asociadas a la edad, específicamente en habilidades de comprensión visual, organización perceptual, atención e inhibición del comportamiento (Dierssen, 2012); así como en el desarrollo del lenguaje receptivo y expresivo (Chapman & Hesketh, 2000). Sin embargo, el incremento en el CI y las mejoras en habilidades cognitivas de los individuos con SD se estabiliza y comienza a disminuir al llegar a la adolescencia tardía, debido a aspectos neurodegenerativos asociados al SD como la aparición temprana de síntomas de demencia y envejecimiento acelerado (Dierssen, 2012). A pesar de que gran parte de los estudios que investigan los patrones y evolución de las habilidades cognitivas en el SD utilizan una población con rangos de edades amplios, gran parte de ellos concuerdan en la presencia de fortalezas en los individuos con SD en tareas que involucran habilidades visuoespaciales, y debilidades en tareas que requieren de habilidades verbales y auditivas (Klein & Mervis, 1999). De acuerdo con Lanfranchi, Jerman, Dal Pont, Alberti y Vianello (2010) los adolescentes con SD presentan dificultades particulares en funciones ejecutivas relacionadas 13 con la memoria de trabajo verbal, ‘conceptual shifting’ (involucra flexibilidad cognitiva e inhibición) y planeación. 1.2.1 Memoria de Trabajo Definida por Baddeley y Jarrold (2007) como un sistema de capacidad limitada para mantener y manipular información de tipo visual y auditivo, por un período corto de tiempo de aproximadamente 2 segundos. Los niños con SD presentan mayores deficiencias en la memoria de trabajo verbal en comparación con la memoria de trabajo visual (Baddeley & Jarrold, 2007; Chapman & Hesketh, 2000; Laws & Bishop, 2003). Entre las posibles explicaciones de este déficit, Gathercole y Baddeley (1990) proponen que el individuo con SD presenta problemas específicos asociados a la reducción en la capacidad de almacenamiento del componente fonológico de la memoria de trabajo (memoria fonológica). Gathercole y Baddeley (1989, 1990), y Bowey (2001) encontraron una relación robusta en niños con DT, entre la memoria fonológica y las mediciones de conocimiento de vocabulario (receptivo y productivo). En niños con SD la memoria de trabajo verbal (fonológica) y la edad cronológica (EC) son predictores del registro de vocabulario temprano (Chapman & Hesketh, 2001). Además, la deficiencia en memoria fonológica en el niño con SD está relacionada con una comprensión pobre del habla y dificultades en lectura (Martin, Klusek, Estigarribia, & Roberts, 2009). Estos resultados, de acuerdo a Gathercole y Baddeley (1990) reflejan el papel crucial que el componente fonológico de la memoria de trabajo cumple en apoyar en la construcción de representaciones fonológicas estables en la memoria a largo plazo. Esto sugiere que, individuos con una capacidad deficiente en este componente, como es el caso de los niños 14 con SD, presentan dificultades en el aprendizaje de las formas fonológicas de nuevas palabras (Gathercole, Service, Hitch, Adams, & Martin, 1999). Las alteraciones neuroanatómicas asociadas a las deficiencias presentes en memoria de trabajo en población con SD incluyen: baja densidad de materia gris en lóbulo parietal inferior, ínsula, giro superior temporal, el lóbulo occipital medial y cerebelo (Menghini, Costanzo, & Vicari, 2011). 1.2.2 Memoria de Largo Plazo El modelo de memoria de largo plazo de Squire (1987) (citado en Vicari, Bellucci, & Carlesimo, 2000) distingue entre la memoria explícita o declarativa, y la memoria implícita o procedimental. La primera está involucrada en la recuperación consciente de información y en el reconocimiento consciente de experiencias; mientras que la segunda se manifiesta como una facilitación (mejora en el desempeño) en tareas de tipo perceptuales, cognitivas o motoras, sin una recuperación intencional de información o experiencias previas. Vicari et al. (2000) encontraron una disociación entre las habilidades en memoria explícita e implícita en las personas con SD. La memoria implícita se encuentra menos afectada que la memoria explícita. Los autores sugieren que la diferencia en el desempeño entre ambos procesos cognitivos se debe a que la memoria implícita es un proceso automático que no demanda recursos atencionales considerables, al contario de la alta demanda cognitiva y atencional que requiere la memoria explícita. De acuerdo con Dierssen (2012) la densidad de la materia gris en la corteza orbito frontal, en regiones laterales y mediales de los lóbulos temporales y del cingulado anterior, 15 correlacionan con las deficiencias presentes en memoria de largo plazo en la población con SD. 1.2.3 Atención Los resultados acerca de las habilidades atencionales en niños con SD son contradictorios. Brown et al. (2003) encontraron menores tiempos de duración de la atención sostenida en infantes con SD en comparación con sus controles pareados por edad mental (EM). Por su parte, Costanzo et al. (2013) encontraron un menor desempeño en la atención visual selectiva en niños con SD, pero no en atención visual sostenida, en comparación con sus controles pareados por EM. Se han reportado problemas con las habilidades para orientar la atención, es decir que los individuos con SD tienen problemas para priorizar su atención hacia ciertos estímulos presentados especialmente (Cornish et al., 2001; Cornish, Scerif & Karmiloff-Smith, 2007). Adicionalmente, de acuerdo con Breckenridge, Braddick, Anker, Woodhouse & Atkinson (2013) algunos de los déficits encontrados en las habilidades atencionales de individuos con SD se encuentran también en la capacidad para mantener una vigilancia eficiente durante tareas de tipo atencional. Por ejemplo, recientemente Angulo-Chavira, García & Arias-Trejo(2017) midieron la dilatación pupilar de participantes con SD y DT utilizando una tarea de vigilancia. Estos autores encontraron que, aunque el desempeño en la tarea de ambos grupos fue similar, el grupo con SD presenta una dilatación pupilar mayor a la del grupo con DT, los autores interpretan este resultado como una evidencia de un mayor esfuerzo cognitivo que realiza el grupo SD para poder tener un desempeño similar al grupo con DT en la tarea de vigilancia. 16 1.3 Perfil lingüístico en el síndrome de Down Las habilidades lingüísticas en SD se caracterizan por presentar tasas de desarrollo distintas entre el vocabulario receptivo y productivo, así como una disociación entre el desarrollo de los dominios léxico –vocabulario- y sintáctico en el lenguaje del niño con SD (Klein & Mervis, 1999). Además, a pesar de que el desarrollo y aparición de las primeras habilidades lingüísticas (como la aparición de balbuceos y primeras vocalizaciones) se presentan en tiempos consistentes con el desarrollo cognitivo general, o EM, del infante con SD, en etapas posteriores del desarrollo hay retrasos específicos en el vocabulario expresivo y las habilidades morfosintácticas (Cardoso-Martins, Mervis, & Mervis, 1985; Chapman & Hesketh, 2000; Miller, 1995). 1.3.1 Desarrollo prelingüístico en niños con SD Esta etapa se caracteriza por el uso de gestos, vocalizaciones y expresiones faciales como actos comunicativos. La etapa prelingüística en los individuos con SD puede extenderse durante varios años e incluso toda su vida (Roberts et al., 2007), en comparación con los niños con DT la cual tiene una duración de entre 12 a 18 meses. El uso de gestos en el niño con SD en las etapas tempranas del desarrollo se considera una fortaleza (Caselli et al., 1998; Galeote, Sebastián, Checa, Rey, & Soto, 2011), aunque las funciones comunicativas de estos gestos difieren de las funciones comunicativas de los niños con DT, especialmente por las limitaciones que implican el que tienen una menor capacidad para coordinar su atención entre personas y objetos (atención conjunta) (Roberts et al., 2007). Las etapas de balbuceo y las primeras vocalizaciones en los niños con SD son similares en contenido al de niños con DT; sin embargo, en niños con SD tienen un inicio 17 tardío (Lynch, Oller, Steffens, & Levine, 1995). De tal forma que el periodo de balbuceo en los niños con SD se llega a extender hasta el segundo año o más de vida (Stoel-Gammon, 1997). 18 2. DESARROLLO FONOLÓGICO 2.1 Fonología del Español Para comprender la literatura existente acerca del desarrollo fonológico en infantes y niños con SD y DT, es necesario establecer una distinción entre dos disciplinas estrechamente relacionadas: fonología y fonética. De acuerdo a Rogers (2013) y Vigário, Frota y Freitas (2011) la fonética se encarga de la descripción física de los sonidos del lenguaje, y estudia a éstos como objetos físicos. Por otro lado, la fonología estudia la forma en la que los sonidos son usados en función de unos con otros en el lenguaje humano, y la forma en que son organizados en patrones; es decir, estudia a los sistemas de sonido en el lenguaje. Aunque la dependencia entre ambas disciplinas dificulta su distinción clara en la investigación aplicada (Vigário et al., 2011), se puede entender a la fonética como una herramienta de trabajo para estudiar a la fonología de un lenguaje. En el presente proyecto se evaluó únicamente el aspecto fonológico en el desarrollo del lenguaje en el niño. 2.1.1 El fonema Las palabras de cualquier lengua están constituidas por secuencias de segmentos de sonidos denominados fonemas, que se definen como “la unidad lingüística más pequeña, desprovista de significado, formada por un haz simultáneo de rasgos distintivos” (Quilis, 2010, p. 10). Estos rasgos distintivos se pueden entender como características pertinentes a su articulación que permiten distinguir a un sonido de otro. 19 La forma más general de dividir a los sonidos de una lengua es por consonantes y vocales; en donde los sonidos consonánticos involucran un cierre u obstrucción importante del paso de aire a través del tracto vocal (ej., /t/, /d/). Mientras que los sonidos vocálicos son producidos con el tracto vocal abierto, permitiendo el flujo de aire de manera libre (ej., /a/, /e/) (Rogers, 2013). Los sonidos consonánticos, por su parte, pueden clasificarse a través de tres dimensiones: su grado de sonoridad, su lugar y su manera de articulación (Rogers, 2013). ▪ Lugar de articulación: se refiere al lugar donde sucede la obstrucción del flujo de aire en el tracto vocal. En el español se pueden encontrar sonidos consonánticos de tipo labial (/p/, /b/ y /m), labiodental (/f/), linguodentales o dentales (/t/, /d/, /n̹/, /l̹/), linguoalveolares o alveolares ( ִ/ð/, /θ/, /n/, /l/), palatales (/t͡ ʃ/, /ʝ/, /ʎ/, /ɲ/) y velares (/k/, /g/, /x/, /ŋ/) (Quilis, 2010). ▪ Manera de articulación: se refiere al grado y tipo de constricción que se realiza en el tracto vocal. En el español se pueden encontrar sonidos consonánticos de tipo (Quilis, 2010): - Oclusivos: hay un cierre completo de los órganos articulatorios. - Fricativos: hay un estrechamiento de los órganos articulatorios, pero estos no llegan nunca a tocarse. - Africados o semioclusivas: durante el cierre de los órganos articulatorios se mantiene una pequeña abertura que permite el deslizamiento del aire, produciendo una fricación. - Nasales: la cavidad bucal se cierra y el flujo de aire sucede a través de la cavidad nasal. 20 - Líquidas: el flujo de aire puede suceder por un solo lado o ambos lados de la cavidad bucal (laterales), o el flujo de aire se interrumpe en breves oclusiones entre el ápice de la lengua y los alveolos (vibrantes). ▪ Grado de sonoridad: se refiere a la diferencia en el grado de esfuerzo muscular de los órganos articulatorios (i.e. energía articulatoria) y el comportamiento de las cuerdas vocales durante la producción del sonido. Los sonidos sordos son aquellos donde no existe vibración de las cuerdas bucales (consonantes sordas), y los sonidos sonoros son aquellos donde existe vibración de las cuerdas bucales (vocales y consonantes sonoras) (Rogers, 2013). 2.1.2 La sílaba Las palabras de cualquier lengua no solo están constituidas por secuencias de segmentos de sonidos o fonemas, sino que también consisten en un patrón rítmico que agrupa a estos segmentos en unidades de mayor tamaño denominadas sílabas (China, 2004). Esta agrupación en sílabas es un fenómeno fonológico que proviene de la articulación y unión de segmentos fónicos (fonemas), y de controlar el tempo de esta producción de la manera más eficiente, es decir, aquella que representa el menor esfuerzo por parte del hablante (De Jorge Botana, 2004). La estructura de la sílaba en el español se compone de tres elementos: un núcleo silábico constituido por una vocal o diptongo, el cual será afectado por el acento: la/s consonante/s que preceden al núcleo constituyen el ataque silábico y la/s consonante/s que siguen al núcleo constituyen la coda silábica (China, 2004). 21 De acuerdo al Principio de Secuenciamiento de la Sonoridad (China, 2004; Moreno Cabrera, 1997) en la estructura silábica se presenta una transición de la sonoridad, la cual debe aumentar desde una posición cerrada en el ataque hacia una posición de máxima abertura y sonoridad en el núcleo silábico, que se cierra posteriormente para adoptar, de nuevo, una posición cerrada (implosión) hacia el extremo final de la sílaba o coda. De esta forma el pico máximo de sonoridad en la sílaba será su núcleo silábico. En el español el ataque puede estar constituido por un elemento nulo (ej., a-vión), por una consonante aislada (ej., ca-sa) o por un cluster consonántico o ataquecomplejo (ej., tren). Por otro lado, las sílabas que tienen elementos nulos en sus codas (ej., casa) se denominan sílabas abiertas. Si la coda está compuesta por una consonante o cluster consonántico (ej., árbol) se denomina sílaba cerrada (China, 2004; Quilis, 2010). Las sílabas abiertas son las más numerosas en el español constituyendo el 66.19%, mientras que las sílabas cerradas constituyen el 33.81% (Quilis, 2010). Con relación a los tipos de estructuras silábicas presentes en el español, Carreiras y Perea (2011) reportan 19 tipos de estructuras posibles, donde la estructura (-CV- consonante- vocal) y la estructura (-CVC- consonante-vocal-consonante) representan alrededor del 70% de ellas en adultos de habla castellana, o en el caso del español mexicano usado por niños el 78.54% (Justicia, Santiago, Palma, Huertas, & Gutiérrez, 1996). Gran parte de la literatura referente al desarrollo fonológico de niños y la formación de representaciones fonológicas y silábicas se centra en el habla inglesa. Sin embargo, resulta importante tomar en cuenta algunas las diferencias que existen entre el habla inglesa y española. Específicamente, en el tipo y composición de la estructura silábica en ambos idiomas. Entre las estructuras silábicas presentes en el inglés no permitidas en el español se 22 encuentran los ataques constituidos por tres consonantes (-CCCV- sprint) y las codas con dos consonantes (-CVCC- gulf) (Moreno Cabrera, 1997). Aunado a esta diferencia, la definición extensional de la sílaba en el español se encuentra restringida a alrededor de 3224 posibles combinaciones de letras que pueden componer a una sílaba; este número es poco en comparación con lenguas como el inglés y el alemán (De Jorge Botana, 2004). El 90% de las palabras monosilábicas en inglés están acentuadas o marcadas de manera prosódica en la primera sílaba, en comparación con el 70% de las palabras bisilábicas marcadas al inicio en el español (Falcón, Alva, & Franco, 2013). Otra característica del español es que forma parte del grupo de lenguas con una ortografía transparente junto con el italiano entre otras. La ortografía transparente se entiende como la existencia en una lengua de univocidad entre los grafemas (unidad mínima de análisis de la escritura) y fonemas; de forma que para cada grafema existe un fonema y viceversa (De Jorge Botana, 2004). En el desarrollo fonológico del niño, la estructura silábica de tipo (-CV-) se considera la más óptima dado que es canónica (se presenta en todas las lenguas) y es la más abundante (Clements, 1990). Su idoneidad se ha demostrado por Bernhardt y Stoel-Gammon (1996) quienes reportaron que el 90% de los niños de habla inglesa en su investigación producían palabras con estructura silábica (-CVCV-) dentro de sus primeras diez palabras (e.g., mommy, daddy, byebye). Sin embargo, dentro de esta estructura existen grados de complejidad determinados por el grado de cambio de sonoridad entre el ataque y coda que constituyen a la sílaba. De acuerdo con Clements (1990) la sílaba [ta] será más fácil de adquirir que la sílaba [la] debido a que el aumento de la sonoridad entre el ataque y el núcleo es más abrupto y mayor cuando el ataque se compone de una consonante oclusiva /t/ a una lateral /l/. Es 23 decir, aquellas sílabas donde los cambios de sonoridad son más abruptos son más fáciles de adquirir dado su menor complejidad. 2.1.3 Frecuencia silábica Existen regularidades que influyen en la adquisición, aprendizaje y procesamiento de una lengua. Entre ellos se encuentra la frecuencia silábica, que se define como la probabilidad de aparición de una sílaba en el léxico o vocabulario de una lengua (De Jorge Botana, 2004). Se puede calcular la frecuencia general de aparición, es decir, la frecuencia de aparición de una sílaba en cualquier posición en la palabra, o una frecuencia posicional en donde se toma en cuenta la posición determinada de la sílaba en la palabra. De acuerdo con De Vega, Carreiras, Gutiérrez-Calvo y Alonso-Quecuty (1990) el índice de frecuencia posicional muestra efectos más significativos que la frecuencia silábica total en tareas de acceso léxico y reconocimiento de palabras. 2.2 Desarrollo fonológico temprano en niños con DT y SD De acuerdo con Curtin y Zamuner (2014), el aprendizaje del sistema fonológico de una lengua requiere de aprender los sonidos que la componen y sus distribuciones, las combinaciones de sonidos posibles y la información prosódica como las sílabas, ritmo y entonación. Todas estas propiedades apoyarán al niño a organizar los contenidos de sus léxicos mentales tempranos, y por ende, a construir una estructura léxica estable. Se entiende por léxico mental a la representación mental de las palabras adquiridas por el niño, y todos sus atributos fonológicos, sintácticos, semánticos y perceptuales (Marslen-Wilson, Tyler, Waksler, & Older, 1994). 24 Se puede dividir al desarrollo fonológico en dos componentes básicos: 1) un componente biológico asociado con el desarrollo del aparato motor y articulatorio, necesario para la adquisición y producción adecuada de los sonidos de la lengua y 2) un componente cognitivo-lingüístico asociado con el aprendizaje de las características fonológicas del lenguaje, el cual incluye procesos cognitivos como la memoria y el reconocimiento de patrones, así como la codificación y recuperación de palabras en el léxico mental del niño (Stoel-Gammon & Sosa, 2007). 2.2.1 Componente biológico: producción de sonidos Dentro de este componente se encuentra la habilidad para aprender los patrones de movimiento que producen secuencias de sonido con significado, similares a aquellas emitidas por los adultos. Esta etapa del aprendizaje del lenguaje se conoce como la etapa de la aparición de las primeras palabras. En niños con DT la aparición de las primeras emisiones vocales con significado (aquellas vocalizaciones que pueden ser juzgadas como palabras) sucede en promedio a los 14 meses de edad, y este tipo de emisión vocal con significado representará el 13% de todas las emisiones vocales de los niños a esa edad. Por el contrario, Smith & Stoel-Gammon (1983) y Stoel-Gammon (2001) reportan que en niños con SD la aparición de vocalizaciones con significado se da en promedio a los 21 meses y representan únicamente el 2% de todas las emisiones vocales del niño a esa edad y el 5% a los 30 meses. Se puede observar entonces que las diferencias importantes en el desarrollo fonológico entre niños con DT y SD comienzan a partir de la aparición de las primeras palabras. 25 Stoel-Gammon (2011) explica que esta diferencia en la aparición de primeras palabras, entre niños con DT y SD, se puede explicar tomando en cuenta la presencia de alteraciones anatómicas y dificultades neuropsicológicas en el SD, las cuales dificultan la variabilidad de las vocalizaciones tempranas que puede emitir el niño en etapas prelingüísticas. Dado que los niños que producen un mayor número de vocalizaciones prelingüísticas, con una amplia variabilidad de sonidos consonánticos y vocálicos en su balbuceo, adquieren un mayor catálogo de “bloques de construcción” que serán usados para la producción de palabras, no es de sorprender que el niño con SD presente dificultades significativas cuando llega a la etapa de producción de palabras (Stoel-Gammon, 2011). A pesar de la diferencia en tiempos de aparición de las primeras palabras, los niños con SD y niños DT pareados por edad mental verbal (EMV) presentan, en la producción de sus primeras palabras, patrones de errores y procesos fonológicos similares (Dodd, 1976; Roberts et al., 2007). En uno de los estudios de China (2004) con niños con DT de habla hispana, los patrones de error más comunes encontrados en su habla infantil son: ▪ Omisión de codas silábicas: los niños solo producen sílabas de tipo –CV-,afectando a la estructura silábica de las palabras (ej., producir /tota/ en lugar de /torta/). ▪ Reducción del ataque silábico: los niños adquieren con mayor facilidad y de manera más temprana los ataques simples (una sola consonante) (Jakobson, 1968); y omiten el segmento de mayor sonoridad cuando el ataque se compone de un clúster consonántico (ej., producir /gobo/ en lugar de /globo/) 26 ▪ Frontalización: sustitución de segmentos dorsales por segmentos coronales o labiales (ej., producir /tasa/ en lugar de /kasa/). ▪ Oclusivización: sustitución de segmentos fricativos por segmentos oclusivos (ej., producir /topa/ en lugar de /sopa/). De acuerdo a Vivar y León (2009) a los 3 años los niños DT de habla hispana articulan de manera correcta las consonantes en un 80% de las veces. Las consonantes fricativas y las vibrantes son las que representan mayor dificultad para su adquisición; mientras que las oclusivas y nasales se adquieren con mayor rapidez y eficiencia. En el caso de niños con SD no existen reportes de la adquisición fonológica en hablantes del español, sin embargo, los reportes de Stoel-Gammon (2001) de niños con SD de habla inglesa presentan patrones de desarrollo que no son distintos de lo reportado para habla española en niños con DT. Las consonantes nasales y oclusivas se producen con mayor precisión por los niños con SD, en comparación con las consonantes fricativas, africadas y liquidas. Con relación a los patrones de error y procesos fonológicos encontrados en las producciones de niños con SD, gran parte de los estudios se han centrado en niños de habla inglesa. Se menciona a continuación algunos de los patrones de error encontrados en estos estudios, y se incluyen ejemplos en español para facilitar su comprensión (Dodd, 1976; Smith & Stoel-Gammon, 1983; Stoel-Gammon, 1980, 1981): ▪ Omisión de sílabas: producción únicamente de las sílabas menos complejas que conforman a la palabra, especialmente en palabras trisilábicas (ej., producir “zana” en lugar de “manzana”). 27 ▪ Reducción de grupos consonánticos: tanto en el ataque como en la coda silábica (ej., producir /ten/ en lugar de /tren/). ▪ Deleción de consonantes: usualmente en la coda silábica. ▪ Oclusivización: los sonidos consonánticos fricativos y africados son producidos como oclusivas (ej., producir /taco/ en lugar de /saco/). A pesar de la clara similitud entre los patrones de errores fonológicos reportados en niños con SD y aquellos reportados en niños con DT, los niños con SD tardan en eliminar estos procesos más tiempo (Smith & Stoel-Gammon, 1983). Stoel-Gammon (2001) reporta que la ocurrencia de errores fonológicos en las producciones de palabras del niño con DT pasa de un 63% entre los 18-24 meses a un 25% en los 30-36 meses, lo que representa un porcentaje de reducción de producción de errores de alrededor de 38% por año. En el caso de niños con SD, este porcentaje de reducción es únicamente de 6% por año, con 61% de ocurrencia de errores fonológicos a los 3 años de edad y 40% a los 6 años, y presencia de errores fonológicos reportados en la adolescencia y adultez (Shriberg & Widder, 1990). 2.3 Representaciones fonológicas El desarrollo de las habilidades fonológicas es importante para el desarrollo del léxico desde sus cimientos. Este desarrollo requiere que el niño forme representaciones estables de las palabras en su memoria, de forma que éstas le permitan aprender las correspondencias entre los referentes físicos y las representaciones presentes en su memoria. Una creación temprana de representaciones fonológicas de las palabras hace a este proceso más eficiente (White & Morgan, 2008). 28 Anthony y Francis (2008) proponen que el procesamiento fonológico se compone de tres habilidades: ▪ Memoria Fonológica: se refiere a la habilidad de codificación de información en un sistema representacional basado en sonidos en un almacenamiento temporal. Esta habilidad se conoce como el componente fonológico de la memoria de trabajo en los modelos de memoria de Baddeley y Jarrold (2007). ▪ Acceso fonológico al almacenamiento léxico: se refiere a la eficiencia para recuperar los códigos fonológicos almacenados en la memoria a largo plazo. ▪ Conciencia fonológica: se refiere al grado de sensibilidad individual a la estructura de sonidos del lenguaje y a la habilidad de manipular los segmentos y sonidos individuales (fonemas) de las palabras. El concepto de representación fonológica se incluye dentro de los tres componentes propuestos por Anthony y Francis (2008) y se define como el almacenamiento de la información fonológica de las palabras en la memoria a largo plazo. De acuerdo a Sutherland y Gillon (2005), las representaciones fonológicas pueden ser holísticas (las palabras son la mínima unidad de información fonológica almacenada en la memoria) o segmentales (las palabras están codificadas y almacenadas con todos sus detalles segmentales). Sin embargo, en la literatura existe una división acerca de la naturaleza de estas representaciones. Por un lado, se encuentra la teoría que apoya la existencia de representaciones fonológicas holísticas y con un desarrollo progresivo en el léxico temprano del niño; y, por otro lado, se encuentra la teoría que apoya la existencia de representaciones fonológicas detalladas desde edades tempranas. 29 2.3.1 Teoría de representaciones fonológicas holísticas La teoría que apoya la existencia de representaciones fonológicas holísticas (totales) sostiene que la mínima unidad léxica de representación en el léxico mental en las etapas tempranas de la adquisición de palabras es la palabra misma, y no los segmentos que la componen (Ferguson & Farwell, 1975). Esta teoría se apoya de los antecedentes obtenidos en la investigación en producción fonológica en niños, en donde el patrón de desarrollo de producción de palabras ubica a las sílabas, ataques y rimas como unidades lingüísticas que son más accesibles para su adquisición que los fonemas aislados (Fowler, 1991; Treiman, 1985). Treiman y Zukowski (1991) sugirieron entonces que esta misma progresión se extiende a la formación de representaciones fonológicas y a la forma en la que los ítems léxicos son almacenados para su reconocimiento y recuperación. Las dos hipótesis más importantes que se utilizan en la teoría holística son la hipótesis de segmentación de Fowler (1991) y la hipótesis de restructuración léxica de Metsala y Walley (1998). Fowler (1991) propone que los niños almacenan palabras como unidades completas y, debido a la adquisición gradual y al crecimiento de vocabulario, los requerimientos de almacenamiento sobrepasan la capacidad en la memoria del niño, entonces las representaciones de las palabras se segmentan en unidades más pequeñas; de forma que el niño pueda representar más palabras usando menos recursos en memoria. En el caso de la hipótesis de restructuración léxica de Metsala & Walley (1998) se propone que las representaciones fonológicas tempranas únicamente contienen la 30 información necesaria para distinguir una palabra de la otra (Charles-Luce & Luce, 1990; Walley, 2005). El crecimiento del vocabulario receptivo en el niño es lo que obliga a la formación de representaciones fonológicas más específicas y eficientes que permitan al niño distinguir una palabra de la otra, dado que el niño gradualmente se enfrentará a un mayor número de pares mínimos (palabras que difieren únicamente por un fonema) y palabras con formas fonológicas similares. Se entiende entonces que la representación fonológica incompleta y poco detallada en los léxicos tempranos de los niños se debe a su vocabulario escaso y disperso. Una conclusión importante que surge de la hipótesis de restructuración léxica de Metsala & Walley (1998), es que predice que la representación de detalle fonológico en el léxicomental es menos específica en niños con vocabularios dispersos - compuestos de pocas palabras y con un bajo número de conexiones entre éstas- que en niños con vocabularios densos -con un mayor número de palabras, altamente interconectadas entre sí-; a la vez que depende de la exposición y cantidad de palabras con estructuras fonológicas similares - vecinos fonológicos- en el léxico mental temprano de los niños (White & Morgan, 2008). Las investigaciones que apoyan a la teoría holística reportan un desempeño pobre en la discriminación de fonemas en niños DT de hasta 8 años de edad en una gran variedad de tareas, entre las cuales se encuentran selección de imágenes y juicios de similitud fonológica (Barton, 1976; Bird & Chapman, 1998; Eilers & Oller, 1976; Garnica, 1973). Treiman y Zukowski (1991) aportaron evidencia de un desarrollo progresivo de las representaciones fonológicas. En su estudio, niños de 4 a 7 años debían atender a un conjunto de palabras y agruparlas con relación a su semejanza de sonido. Los niños de 4 años de edad tuvieron un mejor desempeño al agrupar palabras que compartían sílabas iguales en 31 comparación a la agrupación por similitud en onset (principio de palabra) o similitud en la rima. Por su lado, niños de 5 años podían agrupar palabras basándose en características sub- silábicas como el inicio (onset) o final (rima) de las palabras de manera correcta. Sin embargo, la habilidad para agrupar palabras basándose únicamente en la similitud en un único segmento o fonema no apareció sino hasta los 6 años de edad. En estudios con niños de habla española, Carrillo (1994) encontró evidencia de un desarrollo fonológico similar al mostrado por Treiman y Zukowski (1991). Al evaluar niños de edad preescolar y niños de primer grado de primaria encontró que ambos grupos no mostraban diferencias significativas en las tareas de detección de rima (dos segmentos finales) y detección de aliteración (dos segmentos iniciales). No obstante, en tareas que requerían de segmentación de las palabras (isolación y deleción de un fonema específico), el grupo de niños de primer grado de primaria tuvo un desempeño significativamente mejor al grupo de niños preescolares. Los resultados anteriores sugieren que antes de que el infante demuestre conciencia a nivel de fonema, éste presta atención a la estructura sonora del lenguaje y realiza asociaciones entre palabras basándose en sílabas en común o características sub-silábicas en común (Fowler, 1991; Treiman & Zukowski, 1991; Walley, Smith, & Jusczyk, 1986). Sin embargo, resulta importante destacar que la mayoría de las investigaciones que apoyan las teorías de representaciones fonológicas holísticas utilizan tareas que evalúan la conciencia fonológica (habilidad para manipular los sonidos de las palabras de manera explícita) del niño; tareas que requieren de una alta demanda cognitiva. Werker y Curtin (2005) sugieren que la diversidad de los resultados procedentes de distintos estudios en 32 desarrollo fonológico en distintas edades se debe a la diferencia en la complejidad y tipos de problemas planteados por las tareas utilizadas en cada uno de ellos. 2.3.2 Teoría de representaciones fonológicas detalladas Algunos estudios más recientes en percepción del habla en infantes y niños han planteado cuestionamientos a la naturaleza holística de las representaciones fonológicas debido a la evidencia del uso de detalles fonéticos por infantes incluso en las etapas más tempranas del desarrollo léxico (Stoel-Gammon, 2011). Por ejemplo, Kuhl et al., (1992) encontraron que los infantes desde los 6 meses de edad son sensibles a la distribución de los sonidos de su lengua. Ellos presentaron, a un grupo de niños hablantes nativos del inglés americano y a un segundo grupo de niños hablantes de sueco, un conjunto de variantes de un prototipo de vocal tanto del inglés como del sueco. Los niños hablantes del inglés tendían a agrupar a las variantes de la vocal prototípica del inglés como un solo sonido; no así para las variantes de la vocal prototípica del sueco. Un patrón contrario se obtuvo para los niños hablantes nativos del sueco. Kuhl et al., (1992) interpretaron estos resultados como una evidencia de un aprendizaje de tipo estadístico de los sonidos de la lengua materna por parte de los infantes desde edades tempranas. Adicionalmente, Jusczyk & Luce (1994) reportaron que a los 9 meses de edad los infantes son capaces de aprender los patrones fonotácticos de su lengua materna; es decir, son capaces de discriminar entre secuencias fonéticas que ocurren de manera frecuente en su lengua materna contra aquellas que suceden con menor frecuencia. Ambos resultados apoyan la conclusión que desde edades muy tempranas los infantes son sensibles a información de tipo fonológico, y llevan a cabo un aprendizaje estadístico de los patrones fonéticos que suceden en su lengua. 33 Adicionalmente, Saffran, Aslin y Newport (1996) reportaron que infantes de 8 meses de edad son capaces de aprender pseudopalabras a través de la percepción de probabilidades transicionales. Es decir, presentaron a estos infantes con una cadena de sílabas sintetizadas computacionalmente (“tibudopabikugolatudaropi”) la cual no contenía pausas, cortes o diferencias de entonación. Las probabilidades transicionales eran de 1.0 entre las sílabas que formaban las cuatro pseudopalabras incluidas en la cadena (‘tibudo’, ‘pabiku’, ‘golatu’, ‘daropi’) y de .33 entre las otras sílabas adyacentes. Después de presentar esta cadena de 2 minutos a los infantes, se evalúo su preferencia a escuchar dos de las pseudopalabras originales contenidas en la cadena y dos pseudopalabras formadas al combinar sílabas de las palabras originales (e.g., ‘tudaru’ – última sílaba de ‘golatu’ y primeras dos de ‘daropi’). Los niños mostraron un efecto de novedad ante las palabras formadas por la combinación de sílabas -aquellas palabras formadas por sílabas con bajas probabilidades de transición-, esto sugiere que los niños habían detectado regularidades estadísticas en las probabilidades de transición silábicas al ser presentados con la cadena original de sílabas y detectaban la violación a estas regularidades al preferir aquellas estructuras que violaban dichas regularidades. Se he reportado en estudios recientes, que infantes de hasta 14 meses de edad presentan una sensibilidad robusta ante pronunciaciones incorrectas de vocales y consonantes en palabras familiares (Bailey & Plunkett, 2002; Ballem & Plunkett, 2005; Mani & Plunkett, 2007; Mani et al., 2008; Swingley & Aslin, 2000, 2002). Estos autores utilizaron tareas que, al contrario de las tareas usadas en las investigaciones que apoyan la teoría holística, hacen uso de técnicas más recientes como el Paradigma de Preferencia de Mirada Intermodal (Intermodal Preferential Looking Task). Este paradigma analiza las fijaciones de mirada del 34 niño/infante hacia dos imágenes presentadas frente a él, y supone que el tiempo y proporción de la mirada del niño/infante hacia cada imagen proporciona información acerca de sus procesos cognitivos y atencionales (Golinkoff, Ma, Song, & Hirsh-Pasek, 2013). Esta técnica de estudio no requiere que el niño emita una respuesta de manera explícita, por lo que los recursos atencionales utilizados por parte del niño/infante son menores. De igual forma, White y Morgan (2008) reportaron que los infantes de 19 meses de edad son sensibles a cambios fonológicos graduales en un solo segmento de la palabra. La mirada de los niños a la imagen target disminuyó de manera lineal con relación al incremento del grado de pronunciación incorrecta de la palabra. Estos resultados se asemejan a los de Swingley y Aslin (2002) quienes reportaron una sensibilidad gradual a la pronunciación incorrecta de las palabras con relación al grado de cambio fonético. White yMorgan (2008) sugirieron que sus resultados no niegan la existencia de un desarrollo gradual en la especificidad de las representaciones fonológicas de las palabras en el léxico temprano del niño; sin embargo, evidencian la existencia de representaciones fonológicas mucho más detalladas desde edades tempranas que el sugerido por las propuestas holísticas. White y Morgan (2008) también sugirieron que el uso de tareas con demandas de procesamiento menores, como la habituación o la preferencia visual, permiten demostrar en infantes, desde edades tempranas, una alta competencia para representar palabras familiares con un detalle fonológico considerable, y hacer uso de estas representaciones fonológicas detalladas para el reconocimiento de palabras. Aunado a esta distinción en el tipo de tareas utilizadas, es importante rescatar la propuesta de Gombert (1992) quien distingue entre el procesamiento implícito o “epilingüístico” y el procesamiento explícito o "metalingüístico” en las tareas utilizadas para 35 estudiar el desarrollo fonológico y la naturaleza de las representaciones fonológicas en el niño. El primer tipo de aproximación (implícito), requiere únicamente del reconocimiento de elementos segmentales similares o diferentes entre palabras; y hace uso de tareas que requieren sólo de procesamiento implícito y automático sin requerir de hacer consciente el conocimiento fonológico del niño. El segundo tipo de aproximación (explícito), requiere de la identificación y producción de segmentos similares o compartidos entre palabras, de forma tal que el niño debe hacer uso de manera explícita de su conocimiento fonológico para resolver las tareas. 2.3.3 Representaciones fonológicas en síndrome de Down Una gran parte de la investigación del desarrollo fonológico en población con SD se ha enfocado al estudio del desempeño en tareas de conciencia fonológica que miden sus habilidades en manipulación y detección de segmentos de las palabras; así como del uso explícito de su conocimiento de la estructura segmental del lenguaje (Fletcher & Buckley, 2002). Sin embargo, estas tareas tienen las mismas limitantes antes mencionadas para poder dilucidar la naturaleza de las representaciones fonológicas en esta población. De acuerdo a Baddeley, Gathercole, & Papagno (1998), Burgess & Hitch (1999) y Gupta, MacWhinney, Feldman y Sacco (2003) la formación de representaciones fonológicas estables en la memoria a largo plazo depende de la calidad de las representaciones fonológicas que se crean en la memoria a corto plazo. Esto representa un problema especial en la población con SD debido a las importantes deficiencias en el componente fonológico de la memoria a corto plazo en individuos con SD (Gathercole & Baddeley, 1990; Gathercole et al., 1999). Los individuos con SD presentan impedimentos importantes para la creación de representaciones fonológicas estables a largo plazo (Jarrold, Thorn, & Stephens, 2009). 36 Dada la carencia de investigaciones que exploren las representaciones fonológicas en SD a través de tareas implícitas (tareas tipo priming, entre otras), las conclusiones acerca de la naturaleza y el estado de las representaciones fonológicas en niños con SD únicamente se han obtenido a partir del uso de tareas explícitas, como la segmentación silábica o la detección de fonemas, las cuales exploran la conciencia fonológica. Snowling, Hulme y Mercer (2002) realizaron tres experimentos para evaluar la conciencia fonológica en individuos con SD. En el primer experimento se evaluó a 29 niños con SD y 31 niños con DT pareados por habilidad de lectura usando las puntuaciones brutas del British Ability Scales Word Reading Test. Ambos grupos diferían en EMV medida con el British Picture Vocabulary Scales (SD M= 4:1 años; DT M= 5:4). Se les evaluó en cuatro tipos de tareas: segmentación silábica, conocimiento de rimas, detección de rimas y detección de fonema inicial. En sus resultados, el desempeño de los niños con SD fue significativamente mayor en la tarea de identificación de fonema inicial que en la tarea de detección de rimas en comparación con un grupo control. En un segundo experimento, Snowling et al. (2002) evaluaron a 23 niños con SD usando dos tareas: una tarea de evaluación de la rima donde el niño debía decidir si las parejas de palabras presentadas rimaban o sonaban iguales en sus segmentos finales; y una tarea de detección de fonema inicial y final. Los niños con SD tuvieron un desempeño significativamente menor a los controles en la tarea de evaluación de la rima, mas no en la de detección de fonemas. Ambos grupos, tanto los niños con SD y de DT, se desempeñaron significativamente mejor en la detección de fonemas iniciales, en comparación con los fonemas finales. 37 En el tercer experimento, Snowling et al. (2002) evaluaron la conciencia fonológica en 20 niños con SD en dos tareas: evaluación de la rima y evaluación de la aliteración (inicio de las palabras). El desempeño del grupo de niños con SD fue significativamente mayor en la tarea de evaluación de la aliteración. Además, el grupo con SD presentó un desempeño por debajo del nivel del azar en la tarea de evaluación de la rima, efecto que no se presentó en el grupo control. Los resultados de Snowling et al. (2002) sugieren que el niño con SD presenta problemas importantes en tareas que requieren juicios acerca de la rima de las palabras. De igual forma, Cardoso-Martins et al. (1985) encontraron que, tanto en niños con SD con y sin habilidad lectora, las tareas de detección de rima y fonemas intermedios les resultan significativamente más difíciles que las tareas de detección de fonemas iniciales. Este déficit en la rima no se presentó en el grupo control. Los autores sugieren que el niño con SD aprendiz del inglés es selectivamente más sensible a los sonidos del inicio de las palabras que a los sonidos finales, en comparación con el grupo control. Sin embargo, similar a lo propuesto por Snowling et al. (2002), a pesar de que las habilidades de conciencia fonológica en SD no se desarrollan de manera similar a lo reportado en niños con DT, es incorrecto suponer que esta población no posee, ni hace uso de representaciones fonológicas detalladas en su léxico mental. Con respecto a la sensibilidad de sonidos iniciales y finales en niños con DT de habla hispana, Falcón et al. (2013) encontraron que los infantes de 9 a 12 meses de edad discriminan categóricamente tanto palabras que comparten similitud en la sílaba inicial como aquellas que tienen similitud en la sílaba final, de listas de palabras que no comparten similitud alguna. Se desconoce si este patrón se presenta también en niños con SD. 38 3. LÉXICO MENTAL Y REDES LÉXICAS 3.1 Léxico Mental El término léxico mental se refiere al conjunto de representaciones mentales de las palabras conocidas por el hablante, así como todos sus atributos fonológicos, sintácticos, morfológicos y semánticos (Elman, 2004; Marslen-Wilson et al., 1994). En edades tempranas, el desarrollo del léxico mental se mide a través de la extensión del vocabulario del niño. Esta medición puede realizarse de manera indirecta a través de reportes parentales, especialmente en edades muy tempranas del desarrollo (Dale & Fenson, 1996; Jackson-Maldonado, Thal, Marchman, Bates, & Gutierrez-Clellen, 1993), o de manera directa a través de evaluaciones de vocabulario receptivo y productivo (Gathercole, Emslie, & Baddeley, 1992; Metsala, 1999). 3.1.1. Desarrollo léxico en niños con SD Caselli et al., (1998) reportaron que los niños con SD tienen una comprensión de vocabulario -vocabulario receptivo- mayor que su producción de palabras -vocabulario productivo-, revelando una asincronía en el desarrollo de ambos dominios (Chapman, Schwartz, & Kay- Raining Bird, 1991). El vocabulario receptivo se ha descrito de maneraconsistente como una fortaleza en el desarrollo léxico de los niños con SD (Abbeduto, Warren, & Conners, 2007; Chapman & Hesketh, 2001; Chapman et al., 1991). El vocabulario receptivo (comúnmente medido a través del Peabody Picture Vocabulary Test, PPVT-R) (Dunn, Dunn, & Arribas, 2010) se desarrolla a la par, o incluso se ha sugerido que por delante, de las habilidades cognitivas de 39 los niños con SD (Klein & Mervis, 1999; Laws & Bishop, 2003; Laws et al., 2015). Específicamente, en el caso de niños con SD de habla hispana, Galeote et al., (2011) evaluaron a un grupo de niños con SD con una EMV de 8 a 29 meses de edad y observaron un desarrollo del vocabulario receptivo en línea con sus otras habilidades cognitivas, además de un patrón de crecimiento similar al observado en el grupo de DT pareado por EMV. Otras investigaciones que han evaluado adolescentes con SD (10-19 edad cronológica- EC) (Laws & Bishop, 2003; Ypsilanti et al., 2005), niños con SD de entre 5 y 20 años EC (Chapman et al., 1991), reportan resultados similares en donde el grupo con SD incorpora nuevas palabras a su vocabulario receptivo de manera similar a como lo hacen niños con DT con misma edad mental no verbal. Por otro lado, el vocabulario expresivo se reporta como una debilidad particular en los niños con SD; aunque se han obtenido resultados inconsistentes cuando se evalúa el nivel de vocabulario expresivo con relación a otras habilidades cognitivas (Roberts et al., 2007). El inicio de aparición de la primera palabra se encuentra retrasado en niños con SD, y el crecimiento del vocabulario expresivo temprano es más lento (alrededor de 18 meses de retraso) en comparación con niños con DT pareados por edad mental (EM) (Caselli et al., 1998; Mervis & Robinson, 2000; Oliver & Buckley, 1994). Con relación a la extensión del vocabulario expresivo, Mervis (1990) reporta que niños con DT de 21 meses de edad presentan tamaños de vocabulario expresivo de alrededor de 118 palabras. En contraste, en niños con SD con una edad promedio de 27.3 meses su producción de palabras es únicamente alrededor de 10 palabras (Oliver & Buckley, 1994). La explosión de vocabulario se define como un incremento en la tasa de crecimiento del vocabulario del niño alrededor de los 18 meses de edad (Goldfield & Reznick, 1990; Nazzi 40 & Bertoncini, 2003). Goldfield & Reznick (2009) han observado que en niños de habla inglesa con DT se presenta entre los 18-21 meses. En contraste, en un número limitado de niños con SD se ha reportado que la explosión de vocabulario se presenta alrededor de los 30 meses, con un promedio significativamente menor de palabras, alrededor de 24.4 palabras (Galeote et al., 2011). Debe tomarse en cuenta que Galeote et al., (2011) consideraron a la producción de gestos como parte del vocabulario productivo en SD. Estos autores sugieren que los niños con SD hacen uso de producciones gestuales para sustituir su producción oral de palabras; y estos deben considerarse como parte de su vocabulario productivo. La inclusión de gestos como parte del vocabulario productivo de niños con SD se debe en parte a la alta presencia de problemas articulatorios en esta población, los cuales dificultan la producción del habla, y esto influye en los bajos puntajes obtenidos en las mediciones tradicionales de vocabulario productivo en los niños con SD (Stoel-Gammon, 1997). A pesar de las diferencias en la extensión y cronología en el desarrollo del vocabulario entre los niños con SD y DT, las palabras contenidas en el vocabulario temprano de los niños en ambos grupos son notablemente similares (Gillham, 1990; Oliver & Buckley, 1994). Los objetos concretos constituyen la clase de palabras más abundante en su vocabulario (Mervis, 1990) y los niños con SD forman categorías semánticas similares a las de niños con DT, aunque con menor extensión (Tager-Flusberg, 1985). 3.2. Redes léxicas Una red se define como un sistema de componentes interconectados, en donde a los componentes se les denominan ‘nodos’ y a las conexiones entre nodos ‘links’ (Ke, 2007a). Uno de los problemas al estudiar el desarrollo y formación del léxico mental es explicar cómo 41 el hablante de un idioma es eficiente para reconocer y recuperar palabras, teniendo un léxico mental compuesto de múltiples entradas posibles (Ke, 2007b). La propuesta de una ‘estructura relacional’ en el almacenamiento de palabras es uno de los primeros antecedentes del modelo de red léxica. Al momento de almacenar nuevas entradas en el léxico mental, se incorpora, también, un conjunto de propiedades fonológicas, gramaticales, categóricas y de significado. Si cada palabra y sus propiedades se almacenaran en el léxico mental de manera independiente existiría una sobrecarga en los recursos de almacenamiento disponibles. La propuesta de estructura relacional sugiere que, el almacenamiento de entradas léxicas no es independiente entre sí, y supone la existencia de vínculos entre las diferentes entradas léxicas para reducir los requisitos de almacenamiento; lo que hace más eficiente los procesos de recuperación y reconocimiento de palabras (Ke, 2007b). 3.2.1. Modelos semánticos Los primeros modelos de acceso al léxico que utilizaron la estructura en red como patrón de organización del léxico mental se enfocaron, principalmente, en las representaciones a nivel semántico (de significado). La teoría de red léxica (LTN, Lexical Network Theory) propone que la estructura en red es la mejor explicación para la organización de la porción semántica del léxico mental (Norvig, 1989). Algunos de los modelos que forman parte de la LTN son los modelos propuestos por Collins & Quillian, (1969) con su Modelo de Red Jerárquica (Hierarchical Network Model) y el Modelo de Propagación de la Activación (Spreading Activation Model) (Collins & Loftus, 1975). 42 1) Modelo de Red Jerárquica (Collin & Quillian, 1969): postula que el conocimiento semántico está representado en un conjunto de nodos, dónde cada nodo representa una palabra específica – ej. “perro”- y es almacenado junto con su conjunto de características en un arreglo jerárquico (ver Figura 1). De acuerdo con estos autores, el léxico mental se encuentra organizado como una pirámide de entradas léxicas interconectadas; los conceptos más generales se encontrarán en la parte superior de la pirámide, y las características más específicas de los conceptos en los niveles inferiores. La información que es almacenada en un nivel de la jerarquía no se repetirá en otros niveles; así, un concepto estará almacenado en el nivel más alto posible (e.g., “respira” estará representado en un nivel superior a “ave” y “pez”). 2) Modelo de Propagación de la Activación (Collins & Loftus, 1975): Este modelo rompe la estructura jerárquica del Modelo de Red Jerárquica de Collins & Quillian, (1969) y propone que todos los nodos de la red pueden formar conexiones entre sí. Figura 1. Representación esquemática de la estructura jerárquica en el Modelo de Red Jerárquica; adaptado de Collins & Quillian (1969) 43 Tanto los objetos, rasgos, verbos y los links entre ellos son tratados como conceptos con nodos específicos, capaces de formar vínculos entre sí. La distancia entre dos nodos tiene una relación inversamente proporcional con la fuerza de relación entre ellos. Una propuesta importante de este modelo es la propagación de la activación como el mecanismo para el acceso léxico. Cuando un concepto es procesado (o estimulado) la activación de un nodo se propaga, primero, a los nodos directamente vinculados con éste y, posteriormente, a los nodos vinculados con los segundos y así sucesivamente. De manera que el significado completo de un concepto se obtiene mediante la activación de la red (nodos y sus links) activada desde el primer nodo. De acuerdo con este
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