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Av. Hidalgo 935, Colonia Centro, C.P. 44100, Guadalajara, Jalisco, México bibliotecadigital@redudg.udg.mx - Tel. 31 34 22 77 ext. 11959 UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA COORDINACIÓN GENERAL ACADÉMICA Coordinación de Bibliotecas Biblioteca Digital La presente tesis es publicada a texto completo en virtud de que el autor ha dado su autorización por escrito para la incorporación del documento a la Biblioteca Digital y al Repositorio Institucional de la Universidad de Guadalajara, esto sin sufrir menoscabo sobre sus derechos como autor de la obra y los usos que posteriormente quiera darle a la misma. Universidad de Guadalajara ___________________________________________ Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades División de Estudios de Estado y Sociedad Departamento de Estudios en Educación Maestría en Investigación Educativa El uso de los conectores en un evento narrativo en niños con trastorno específico del lenguaje. Tesis para obtener el grado de Maestro en Investigación Educativa Presenta: Carlos Vicente González García “Becado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología” Bajo la Dirección de: Dr. Luis Alfredo Mayoral Gutiérrez y Co-Didirectora Dra. Judith Suro Sánchez Zapopan, Jal., a XX de mayo del 2019. i Índice Lista de tablas .......................................................................................................... ii Lista de Figuras ...................................................................................................... iii Agradecimientos ..................................................................................................... iv Resumen .................................................................................................................. 5 Abstract ................................................................................................................... 6 Introducción ............................................................................................................ 7 Antecedentes .......................................................................................................... 10 ¿Qué es el trastorno específico del lenguaje? ........................................................... 10 Criterios Diagnósticos para el TEL ......................................................................... 21 Narraciones infantiles ............................................................................................ 22 Conectores ............................................................................................................. 55 Tipos de conectores ................................................................................................ 57 Planteamiento del problema ................................................................................... 66 Objetivos ............................................................................................................... 67 Método .................................................................................................................. 67 Resultados ............................................................................................................. 77 Discusión ............................................................................................................... 81 Conclusiones .......................................................................................................... 85 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ............................................................................. 87 Apéndice A .......................................................................................................... 105 Apéndice B........................................................................................................... 107 Apéndice C .......................................................................................................... 108 Apéndice D .......................................................................................................... 110 ii Lista de tablas TABLA 1.VOCALES DEL ESPAÑOL ...................................................................................... 40 TABLA 2. FONEMAS CONSONÁNTICOS DEL ESPAÑOL ........................................................... 41 TABLA 3. PRINCIPALES CARACTERÍSTICAS DEL DESARROLLO MORFOSINTÁCTICO (MORENO, 1997) ........................................................................................................................ 44 TABLA 4. DESARROLLO MORFOSINTÁCTICO (VILASECA, 2014) .......................................... 45 TABLA 5. DESARROLLO MORFOSINTÁCTICO DEL TIEMPO VERBAL SEGÚN LA EDAD (FERNÁNDEZ & AGUADO, 2007) ................................................................................ 48 TABLA 6. MEDIA Y DESVIACIÓN ESTÁNDAR DE LA PUNTUACIÓN DE PLS-5 .......................... 70 TABLA 7. FRECUENCIA DE USO DE LOS CONECTORES .......................................................... 80 TABLA 8. MEDIANAS Y RANGOS PROMEDIO DE LOS CONECTORES POR GRUPO ...................... 81 iii Lista de Figuras FIGURA 1. FRECUENCIA DE CONECTORES EN CADA UNO DE LOS GRUPOS ............................. 78 FIGURA 2. FRECUENCIA DE CONECTORES CAUSALES........................................................... 79 FIGURA 3. FRECUENCIA DE CONECTORES ADITIVOS ............................................................ 79 FIGURA 4. FRECUENCIA DE MARCADORES DE ENCADENAMIENTO ........................................ 80 iv Agradecimientos Este trabajo de investigación tiene varios cómplices, ya que sin sus causas y azares jamás se habría culminado su punto final. A la Universidad de Guadalajara y a la Maestría en Investigación Educativa. Al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), por haberme otorgado el financiamiento durante mis estudios de maestría. Al Laboratorio de Psicología y Educación Especial, al Centro de Rehabilitación Integral (CRI) Sra. “Olivia Miramontes Aguirre” del DIF Jalisco, a los Centros de Desarrollo Comunitario (CDC) y Centros de Desarrollo Integral (CDI) del DIF GDL, por abrirme sus puertas y su confianza, y en especial a la directora Lydia García, por todas sus atenciones y por su amistad. También agradezco a los todos los niños que participaron en esta investigación. A mis padres (Paty y Vicente), por fomentar en mi el estudio y la perseverancia; a mis hermanos David por estar siempre en mi mente y a Oscar y por su fraternidad. Al Dr. Alfredo Mayoral, por asumir el reto de la dirección de este trabajo y por confiar siempre en mi. A la Dra. Judith Suro, por su amistad y por ser una guía fundamental en la codirección de este trabajo, por sus enseñanzas teóricas, metodológicas y de investigación que siempre estuvieron acompañadas de un buen café. A la Dra. Donna Jackson y al Dr. Gerardo Aguado porque en los primeros semestres supieron darle cause a este trabajo. A todos mis compañeros de la maestría, ya que aprendí de cada uno de ellos, pero en especial a Octavio, Ivar y Belén quienes hicieron con su compañía un mejor momento. A Yoatl, por ser siempre mi corazón del agua; mi gran motivante. A Claudia, por ser mi musa. Porque desde el principio estuvo en las buenas y en las malas. Por sus criticas, sus revisiones, sus desvelos (sin faltar las tazas de café) y, sobre todo por su incondicional apoyo. A todos ustedes muchas gracias. 5 Resumen Aproximadamente el 7% de la población con cinco años de edad que no tiene pérdida auditiva, daño neurológico evidente y ningún menoscabo en la inteligencia, presenta una deficiencia significativa en la habilidad lingüística que no puede ser explicada por deficiencias cognitivas, por lo que se consideraun trastorno específico del lenguaje (TEL). Existen varias explicaciones sobre los distintos déficits que contribuyen al desarrollo de esta afectación lingüística, y todos coinciden en que en el TEL hay un desarrollo y uso atípico de la lengua, manifestado a nivel expresivo y comprensivo. El objetivo de este trabajo fue analizar el uso de los conectores en un evento narrativo en niños con TEL. Se evaluaron 45 niños monolingües hispanohablantes en edad preescolar, agrupados en: grupo 1 (15 niños con TEL); grupo 2 (15 niños con desarrollo típico del lenguaje, DTL, emparejados por edad cronológica) y grupo 3 (15 niños con desarrollo típico del lenguaje, emparejados por nivel de lenguaje). El uso de los conectores en los tres grupos fue parecido, sin embargo, resalta el mayor uso de marcadores de encadenamiento en el grupo con TEL, lo que sugiere un indicador para la detección temprana de esta alteración del lenguaje en niños de edad preescolar. Palabras clave: trastorno específico del lenguaje, evento narrativo, conectores, marcadores de encadenamiento. 6 Abstract There is a 7% of the population with five years of age that doesn`t have hearing loss, evident neurological damage and no impairment in intelligence, despite this, presents a significant deficiency in the linguistic ability that cannot be explained by cognitive deficiencies and is considered a specific language impairment (SLI). There are several reasons about the different deficits that contribute to the development of this linguistic affectation, and all agree that in the SLI there is an atypical development and use of the language, both in an expressive and comprehensive level. The aim of this study was to analyze the use of connectors in a narrative event by children with SLI. A total of 45 monolingual Spanish-speaking children of pre-school age were evaluated, grouped into: group 1 (15 children with SLI); group 2 (15 children with typical language development, TLD, matched by chronological age) and group 3 (15 children with typical language development, matched by level of language). The use of the connectors in the three groups was similar, however, it highlights the greater use of linkage markers in the group with SLI, which suggests an indicator for the early detection of this alteration of language in preschool children. Key words: language specific impairment, narrative event, connectors, link markers. 7 Introducción Diversos autores han reportado que las habilidades lingüísticas como las narrativas, son fuertes predictores en los procesos de aprendizaje (Rescorla, 2011; Akhutina y Pylaeva, 2012) y éxito escolar (Kaderavek y Sulzby, 2000; Miller et al. 2006) tanto en producción como en comprensión (Contreras y Soriano,2004). Es por ello que son esenciales para satisfacer demandas sociales e individuales que están vinculadas con la comunicación y el aprendizaje en general. Las habilidades linguísticas de tipo narrativas requieren de diversos elementos, entre ellos están los conectores, ya que la función de éstos en un evento narrativo es de tipo discursivo y con dependencia del conexto (Martí, 2011). Los conectores son los encargados de establecer relaciones semánticas entre las cláusulas. Los trabajos que vinculan el lenguaje infantil y los conectores (McCabe, Bailey y Mezli, 2008; Fajardo, Tavares, Ávila y Ferrer, 2013) lo han hecho en condiciones naturales de desarrollo lingüístico, es decir, sin patologías o alteraciones lingüística. Sin embargo, existe un porcentaje considerable de niños que, a pesar de no tener ninguna condición neurológica evidente, ningún deterioro auditivo y conservar una inteligencia promedio, no logran desarrollar las habilidades lingüísticas acordes a su edad cronológica. Es entonces cuando se habla del trastorno específico del lenguaje (TEL). Muchos de los trabajos relacionados con el TEL desde el enfoque lingüístico han reportado el desarrollo de la morfosintaxis (Fernández y Aguado, 2007), los problemas en la repetición de pseudopalabras (Aguado, Cuetos-Vega, Domezáin y Pascual, 2006), las autoreparaciones en los problemas fuente (Lara, Rojas, Jackson-Maldonado y Díaz, 2015), 8 los procesos fonológicos múltiples (Mejía y Jacksosn-Maldonado, 2017) y diferencias en las habilidades narrativas (Norbury y Bishop, 2003). Utilizar las narraciones infantiles como medio para la obtención de información del desarrollo lingüístico y sus desviaciones ha sido motivo de distintas investigaciones, sin embargo, la gran mayoría son en lengua inglesa o en población bilingüe (Berman y Slobin, 1994; Kaderavek y Sulzby, 2000; Bedore y Leonard, 2001; Paris y Paris, 2003; Gutierrez- Clellen, 2004; Heilmann, Miller y Nockerts, 2010; Maresma y Viro, 2014;). Dado los pocos estudios sobre TEL en español (Auza y Morgan, 2013a; Alarcón y Auza, 2014b; Coloma, 2014; Jackson-Maldonado, Bárcenas & Alarcón, 2015; Jackson- Maldonado y Maldonado, 2016) se consideró pertinente abordar el análisis de los conectores en un evento narrativo ya que así se podrán aportar más elementos que permitan comprender e identificar las cualidades lingüísticas de niños en edad preescolar tanto en el procesamiento como en el uso de la adquisición del lenguaje. Dado lo anterior, los objetivos de este trabajo fueron, por un lado, conocer el uso de los conectores en las narraciones producidas por niños con TEL, los tipos de conectores y la frecuencia de utilización y, por otro lado, comparar ese uso y frecuencia con el que muestran los niños con desarrollo típico del Leguaje (DTL). El análisis se realizó con un corpus compuesto por 45 narraciones, las cuáles fueron divididas en tres grupos, quedando de la siguiente manera: 1) 15 niños con TEL; 2) 15 niños con DTL pareado por edad con los niños con TEL; 3) 15 niños con DTL pareados por desarrollo del lenguaje con los niños con TEL. Todas las narraciones fueron elicitadas a partir de la presentación del video el puente (Chiang Tey, 2010), el cual tiene como característica principal que no cuenta con diálogos que influyan en su posterior narración (ver apéndice A). 9 Por ultimo, se muestran los resultados obtenidos y se discuten torno a cómo estos podrían contribuir a un mayor entendimiento del Trastorno Específico del Lenguaje. 10 Antecedentes ¿Qué es el trastorno específico del lenguaje? El Trastorno Específico del Lenguaje surgió unido o fue tratado como una derivación de los trastornos afásicos en adultos; progresivamente fue desplazando a un análisis más clásico vinculado a la disfasia, que ha sido el más extendido hasta hace algunos años en la cultura europea. El término ‘disfasia’, a su vez, sustituía a otros, como alalia, audiomudez, sordera verbal congénita o afasia evolutiva (Fresnada y Mendoza, 2005). De acuerdo con el DSM-V (2014) un trastorno del lenguaje se ubica en un trastorno del neurodesarrollo, en el apartado de trastornos de la comunicación. Los criterios diagnósticos se enmarcan en: a) Dificultades persistentes en la adquisición y uso del lenguaje en todas sus modalidades (hablado, escrito, lenguaje de signos) debido a deficiencias de la comprensión o la producción que incluye lo siguiente: 1. Vocabulario reducido 2. Estructura gramatical limitada 3. Deterioro del discurso b) Las capacidades de lenguaje están notablemente, desde un punto de vista cuantificable, por debajo de lo esperado para la edad, lo que produce limitaciones funcionales en la comunicación eficaz, la participación social, los logros académicos o el desempeño laboral, de forma individual o en cualquier combinación. c) El inicio de los síntomas se produce en las primeras fases del período de desarrollo. 11 d) Las dificultades no se pueden atribuir a un deterioro auditivo o sensorial de otro tipo, a una disfunciónmotora o a otra afección médica o neurológica y no se explica mejor por discapacidad intelectual (trastorno del desarrollo intelectual) o retraso global del desarrollo. Por otra parte, la American Speech-Language-Hearing Association (ASHA, 2017) coloca los problemas de lenguaje, dentro de los trastornos de la comunicación, indicando que son un problema en la comprensión y/o uso del habla, escrito y/u otro sistema de símbolos. El trastorno puede incluir (1) la forma del lenguaje (fonología, morfología, sintaxis), (2) el contenido del lenguaje (semántica), y/o (3) la función del lenguaje en la comunicación (pragmática) en cualquier combinación: 1. Forma del Lenguaje a. Fonología es el sistema de sonidos de un lenguaje y las reglas que gobiernan la combinación de sonidos. b. Morfología es el sistema que gobierna la estructura de las palabras y la construcción de las formas de las palabras. c. Sintaxis es el sistema que gobierna el orden y la combinación de las palabras para formar oraciones, así como la relación entre los elementos dentro de la oración. 2. Contenido del lenguaje. a. Semántica es el sistema que gobierna el significado de las palabras y las oraciones. 3. Funciones del lenguaje a. Pragmática es el sistema que combina los componentes acerca del lenguaje que son funcional y socialmente apropiados en la comunicación. 12 Trastorno del desarrollo del lenguaje Allen, Rapin y Wiznitzer (1988), propusieron una primera clasificación de los trastornos del desarrollo del lenguaje en niños de preescolar, la cual incluye los siguientes subtipos: Trastornos que afectan la comprensión y expresión 1. Agnosia Verbal Auditiva (sordera de palabras). Los niños entienden poco o nada de lo que ellos escuchan porque son incapaces de decodificar el lenguaje a nivel fonológico. El inicio del habla es muy limitado, o el habla puede retroceder o después mantenerse con un inicio enlentecido. La producción del habla es ausente o muy escasa, con deficiencias en la articulación. 2. Síndrome por déficit fonológico-sintáctico. Los niños no tienen fluencia y hablan con oraciones simplificadas; pueden omitir marcadores sintácticos (por ejemplo, el plural y el tiempo pasado) y palabras cortas (conectores) como artículos, preposiciones y conjunciones. La articulación del habla es deficiente. No encontrar la palabra, es un problema frecuente. La comprensión es variable, a menudo, superior a la producción. El inició del habla se ve retrasado. A. Trastornos expresivos 3. Dispraxia verbal. Niños con fluencia severamente alterada, con mucho daño en la articulación del habla, pero buena comprensión. Sin deficiencias oromotoras que proporcionen una adecuada explicación. Los niños hablan con mucho esfuerzo y con oraciones cortas. Pueden aprender a leer. Algunos desarrollan un lenguaje rico en gestos, que beneficia el aprendizaje de signos y la lectura. El inicio del habla es muy retrasado. El trastorno tiende a persistir. 4. Síndrome por déficit de la programación fonológica. Los niños son fluentes, 13 pero con ausencia de inteligibilidad. Ellos saben lo que quieren decir y dicen las oraciones, pero tienen algunas dificultades en la formulación del discurso. La estructura oracional es generalmente buena, pero los marcadores gramaticales pueden ser omitidos. La comprensión es buena. El inicio del habla puede ser normal o retrasado. B. Trastorno del procesamiento central y la formulación 5. Síndrome por déficit semántico-pragmático. Los niños son fluentes y a menudo verborreicos. La sintaxis y la fonología están intactas, el vocabulario puede ser amplio y sofisticado. La prosodia es a menudo cantada o plana (de madera). La comprensión del significado de los mensajes verbales es notablemente compleja. La ecolalia, el uso de guiones y las perseveraciones son comunes. Los niños pueden hablar a ellos mismo o hablar por hablar. Tienen un inadecuado entendimiento de las reglas y turnos de la conversación. El inicio del habla pude ser precoz o retrasado. 6. Síndrome por déficit léxico sintáctico. Lo niños tienen dificultad en encontrar las palabras en el discurso. Tienen dificultad en poner sus ideas dentro de la palabra. El lenguaje espontáneo es superior al lenguaje dirigido por las demandas de la conversación o de las respuestas a las preguntas. Sintaxis inmadura. Fonología intacta. La comprensión de oraciones complejas es pobre. El inicio del habla es usualmente retrasado. Posteriormente, Rapin (1996), define clínicamente los subtipos de los Trastornos del desarrollo del lenguaje en: 14 Trastorno expresivo/receptivo Agnosia Auditiva Verbal (AVA): daño profundo en la comprensión porque muchas deficiencias en la codificación son resultado de un déficit expresivo severo. Los niños son no verbales o tienen una expresión muy limitada con déficit fonológico. Trastorno por déficit fonológico/sintáctico: comprensión igual o mejor que la producción la cual es empobrecida con cortos enunciado a menudo agramaticales trastornos fonológico y vocabulario limitado. Trastorno expresivo (comprensión normal o cerca de lo normal) Dispraxia verbal: subtipo extremadamente no fluido con escasa producción y muy pobre fonológicamente. Trastorno por déficit en la programación del habla: subtipo fluido con jergas. Trastornos del procesamiento de alto orden Trastorno por déficit léxico: déficit grave para encontrar palabras y dificultad en la comprensión para los conectores del habla. EL lenguaje espontáneo es superior al lenguaje solicitado. Formulación inadecuada del discurso. Posteriormente, la fonología y la sintaxis sin problemas. Trastorno por déficit semántico pragmático: Verborrea con déficit en la comprensión para los conectores del habla. Déficit para encontrar las palabras y frecuencia atípica para la elección de palabras. Fonológicamente y sintácticamente sin problemas. Habilidades conversacionales inadecuadas: el habla en voz alta no es para nadie en particular, pobre mantenimiento del tópico. Posterior a los trabajos de Allen, Rapin y Wiznitzer (1998), Conti-Ramses y Botting 15 (1999) proponen una clasificación del TEL en subgrupos: déficit léxico-sintáctico, dispraxia verbal, déficit de la programación fonológica, déficit fonológico-sintáctico y déficit semántico-pragmático. Sin embargo, para la Guía Latinoamericana de Diagnóstico Psiquiátrico (GLADP, 2004), los Trastornos específicos del desarrollo del habla y del lenguaje corresponden a la categoría de Trastornos del desarrollo psicológico, indicando que son trastornos en los cuales las formas normales de la adquisición del lenguaje se encuentran perturbadas desde edades tempranas del desarrollo. Estos estados no son directamente atribuibles a anormalidades neurológicas o de los mecanismos del habla, daños sensoriales, retraso mental o factores ambientales. Los trastornos específicos del habla y del lenguaje son seguidos a menudo por problemas asociados, como dificultades en la lectura y en la ortografía, anormalidades en las relaciones interpersonales y trastornos emocionales y de la conducta. Del análisis de las diferentes propuestas para comprender mejor al TEL destaca la de Van Daal, Verehoeven y Van Balkom (2004) quienes proponen cuatro subtipos para el TEL que son: Trastorno mixto receptivo-expresivo, trastorno de la producción fonológica, trastorno gramatical y trastorno de la percepción auditiva. Por su parte Crespo-Eguílaz y Narbona (2006) proponen una clasificación del Trastorno Específico del Lenguaje, ellos basaron los subtipos propuestos a partir de los perfiles clínicos utilizando una muestra formada de 86 sujetos, quedando de la siguiente forma: Afectación de la forma del lenguaje en las vertientes de comprensión y expresión Trastorno masivo: agnosia verbal auditiva: Es la afectación masiva del lenguaje desde el nivel másbásico de reconocimiento de los diferenciadores fonéticos. La 16 incapacidad para reconocer y discriminar los sonidos del lenguaje es el déficit básico de este grupo. La comprensión verbal es muy baja (menor de –3 desviaciones típicas por debajo de la media); los niños afectos comprenden palabras sueltas con el apoyo de lectura labial. Éstos se comportan funcionalmente como sordos para el lenguaje, aunque su audición es normal. Como el trastorno de la integración perceptiva afecta al desarrollo del resto de los componentes receptivos (sintaxis y vocabulario) y el de la expresión verbal, esta también es nula o muy escasa y no pueden repetir palabras adecuadamente. Los afectados comprenden y comunican las demandas e intereses mediante gestos naturales y, cuando utilizan el escaso lenguaje oral que llegan a adquirir, éste es adecuado para el contexto comunicativo. La agnosia verbal auditiva es el TEL de mayor gravedad. Trastorno fonológico-sintáctico: tienen dificultades de comprensión cuando el enunciado incluye estructuras sintácticas complejas, es largo o se presenta descontextualizado. La fonología está alterada en la vertiente expresiva; los errores fonológicos (omisiones, distorsiones y sustituciones) afectan a la inteligibilidad. El discurso es hipofluente e hipogramatical. No se evidencian dificultades en las dimensiones funcionales del lenguaje. os déficit de este grupo se centran en la fonología expresiva y, sobre todo, en la sintaxis receptiva y expresiva. Trastorno léxico-sintáctico: presentan un nivel pobre de comprensión de vocabulario. Estos problemas léxicos limitan la comprensión de enunciados. Esto puede deberse en parte a que no utilizan el boot strapping sintáctico; es decir, que no deducen parte del significado de las palabras nuevas a partir de las características sintácticas de la frase. No obstante, el déficit principal es la evocación lexical. Les cuesta encontrar la palabra correcta; por consiguiente, muestran anomias, pobreza 17 terminológica, circunloquios y autocorrecciones frecuentes. Estas dificultades influyen en el uso semántico del lenguaje para relacionar significados, para mantener el referente a lo largo de las proposiciones y para expresar una idea. Como grupo, no presentan dificultades en la contextualización del lenguaje. Afectación de la forma del lenguaje en la vertiente expresiva Trastorno fonológico: las dificultades en esta dimensión lingüística son el problema único de este grupo, que muestra una capacidad media en la ver- tiente receptiva del lenguaje. Los sujetos de este grupo presentan un habla sin particulares problemas de fluidez, pero caracterizada por la imprecisión articulatoria y por los cambiantes defectos de pronunciación. Pueden producir fonemas y sílabas aisladamente, pero éstos se desestructuran u omiten de manera diversa al utilizarlos en el contexto de la palabra y/o frase. El nivel de vocabulario expresivo es aceptable, aunque con errores en la pronunciación en todos los sujetos, y el discurso es parcialmente ininteligible. No presentan dificultades en el uso cognitivo y pragmático del lenguaje. Afectación de las funciones psicolingüísticas Trastorno pragmático: En este grupo no se aprecian problemas en los aspectos formales del lenguaje (fonología y morfosintaxis) ni en las referencias semánticas de las emisiones verbales. Sin embargo, los afectados presentan un déficit específico en la adaptación del lenguaje al contexto y al interlocutor: el discurso comunicativo tiende a centrarse en sus temas de interés, realizan una elevada cantidad de inicios de conversación, interrupciones y cambios inesperados del tema de conversación. En una situación controlada pueden realizar definiciones, descripciones y relatos coherentes. Los sujetos incluidos en este subtipo muestran 18 afectación específica del uso pragmático del lenguaje, pero no tienen dificultades significativas en ninguna otra dimensión lingüística. Trastorno semántico-pragmático: Los sujetos componentes de este grupo muestran un trastorno pragmático, pero además un déficit en el uso cognitivo del lenguaje. La comprensión tiende a ser literal o puede limitarse a frases sencillas y concretas. La expresión verbal es muy fluida, con frases sintácticamente correctas; pero hay que señalar que, una vez evaluada estas capacidades mediante pruebas estructuradas, no es tan adecuada como aparentemente manifiestan. Suelen utilizar frases sin conocer bien el significado, emiten expresiones repetitivas y el discurso puede resultar mal cohesionado. Les cuesta narrar un relato, explicar de manera secuencial una experiencia vivida o expresar una idea de forma coherente. Por otro lado, Haskill y Tyler (2007) resumen los problemas de lenguaje en dos subgrupos: 1) Alteraciones sintácticas Con marcadas dificultades en la comprensión Dificultades en la producción morfosintáctica 2) Alteraciones sintáctico-fonológicas Dificultades en la comprensión Dificultades en producción morfosintáctica Dificultades fonológicas severas Los elementos antes expuestos permiten comprender la dimensión del TEL y que de acuerdo con Bishop (1992) el TEL es diagnosticado cuando hay una falla en el desarrollo normal del lenguaje que no puede ser explicada en términos de discapacidad mental o 19 física, pérdida auditiva, trastorno emocional o deprivación ambiental. De acuerdo con Leonard (2014) aproximadamente el 7% de la población con cinco años de edad presenta una deficiencia significativa en la habilidad lingüística que no puede ser atribuida a pérdida auditiva, menoscabo en la inteligencia o daño neurológico. Para el caso de la población mexicana los datos oscilan entre un 6.8 % y un 10.2% según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI, 2010). Aguado (2009) define al TEL como limitación significativa no explicable por un retraso cognitivo, por alteraciones morfológicas o motrices de los órganos de la articulación, por deficiencias perceptivas o por trastornos de la calidad de la relación social. Los niños con este trastorno se caracterizan por presentar un desarrollo atípico de la lengua que se manifiesta tanto en la expresión como en la comprensión (Lara, Rojas, Jackson- Maldonado y Díaz, 2015). Finalmente, y después de varias revisiones y modificaciones, sean estás a partir de criterios clínicos o psicométricos, el grupo de expertos en TEL (Aguado et al, 2015) indica que existen dos subtipos de TEL que mantienen su vigencia y son: 1) el que corresponde a un déficit fonológico sintáctico. 2) el que corresponde al déficit sintáctico-semántico. Ese mismo comité de expertos propone mantener estos dos subtipos básicos, entendiendo que en ambos la comprensión del lenguaje puede estar afectada en mayor o menor grado ¿Cómo evaluar el TEL? El TEL al no ser un desorden homogéneo dado que puede haber diferentes grados de afectación en la producción o la comprensión del lenguaje en diversos componentes morfosintácticos y no queda claro si es específico a componentes lingüísticos, o si también 20 están involucrado aspectos cognoscitivos y de procesamiento (Jackson-Maldonado, Bárcenas & Alarcón Neve, 2015). Entonces resulta interesante en estos niños, como lo indican Carballo y Fresnada (2005), que los déficits del lenguaje no parecen concurrir con déficit auditivos, cognitivos ni neurológicos claros, por lo que, para determinar un TEL se debe efectuar un análisis por exclusión, para asegurar que no existan dificultades auditivas, neurológicas, cognoscitivas o ambientales que causen el problema (Coloma et al, 2015). Dentro del proceso evaluativo es útil, de acuerdo con Carballo y Fresnada (2005), tener listas de prueba o listados de control completas de lenguaje y comunicación de los padres, maestros y el niño. Las respuestas a estas listas pueden utilizarse comopunto de partida en la evaluación. En la práctica clínica, para distinguir las formas en que se pueden manifestar los problemas lingüísticos del TEL, se considera conveniente realizar una evaluación neuropsicolingüística completa del niño que incluya, de acuerdo con Crespo-Eguílas y Narbona (2006) lo siguiente: Entrevista semiestructurada con los padres en la que se precisen los hitos del desarrollo psicomotor y la conducta del niño. Exploración neurológica. Evaluación cualitativa del niño mediante un rato de juego con imágenes u objetos. Evaluación cuantitativa del rendimiento en las distintas dimensiones del lenguaje mediante pruebas estructuradas. Valoración de la información aportada por los padres y por los distintos profesionales que trabajan con el niño (boletín de notas del maestro, informe del logopeda, psicopedagogo u orientador). 21 Criterios Diagnósticos para el TEL Los dos grandes manuales que son considerados como referentes mundiales para la clasificación de las enfermedades y trastornos mentales, no consideran al TEL dentro de sus clasificaciones diagnósticas. Por lo que en la actualidad se utilizan criterios basados en investigaciones empírica, las cuales ofrecen datos que permiten tener una mayor claridad al momento de diagnosticar el TEL. Los criterios de exclusión más ampliamente utilizados para el diagnóstico de los niños con TEL, fueron propuestos por Leonard (1998) y son expuestos a continuación en la figura 1. Figura 1. Factor Criterio Capacidad Lingüística Puntuación en los test de lenguaje de - 1,25 DE CI verbal CI de 85 o superior Audición Niveles convencionales Disfunción Neurológica Sin evidencia de lesiones cerebrales Estructura Oral Ausencia de anomalías estructurales Motricidad Oral Apropiada Interacciones físicas y sociales Ausencia de síntomas de una interacción social alterada Por su parte Bishop (1977) propuso que, para el diagnóstico del TEL se consideren - 2 desviaciones estándar si se utiliza una prueba de lenguaje o una puntuación de -1,5 si se utilizan dos pruebas de lenguaje, sin embargo, el comité de expertos en TEL, propone: Excluir del diagnóstico del TEL a la discapacidad cognitiva, al autismo, a la lesión o daño neurológico y a la sordera. 22 No se deben excluir otros trastornos como trastorno por déficit de atención e hiperactividad, dislexia ni trastorno de procesamiento auditivo (Aguado, Coloma, Martínez, Mendoza, Montes, Navarro & Serra, 2015, p.2). Asimismo, este comité en cuanto a la base psicométrica para el diagnóstico de TEL recomienda que las puntuaciones en al menos una de las escalas centrales de la Clinical Evaluation of Language Fundamentals Fourth Edition (CELF-4), estén como mínimo en 1,5 DT por debajo de la media, sin embargo, si se opta por la utilización de algún otro test, seguir las indicaciones incluidas en los manuales y en caso de no aparecer, optar por 1,5 DT (Aguado, et al, 2015). Después de los 4 años de edad ya se puede detectar a un niño con TEL, si existe retraso de más de seis meses en los componentes morfosintácticos y léxicos, tanto en expresión como en comprensión del lenguaje. Asimismo, debe haber una diferencia de 12 meses en la edad mental y el lenguaje (Stark y Tallal, 1981). Narraciones infantiles Narrar de acuerdo con Barriga Villanueva (1992), supone una serie de complejas habilidades discursivas y sociales vinculas entre sí, en las que se mezclan la memoria, la creatividad y el conocimiento del mundo. Ese conocimiento es organizado en un discurso narrativo que además permite organizar no solo el conocimiento mismo, sino también la experiencia humana (Engel, 2005). Prince (1982) sostiene que la narración puede ser definida como la representación de eventos y situaciones, sean reales o ficticias en una secuencia temporal. Desde edades tempranas, los niños comienzan a narrar, sean esas narraciones a partir de un evento novedoso, de una película o simplemente de algún acontecer cotidiano. 23 Los seres humanos, individual y socialmente, viven la vida de manera narrativa (Sarbin, 1986). En el caso del lenguaje infantil, los niños expresarán sus emociones, necesidades o pensamientos en general, creando constantemente nuevos enunciados, pero estos son para sí mismos, a través de operaciones sintácticas basadas en el uso, en las que comienzan con esquemas expresivos que irán modificando según las exigencias de la situación comunicativa particular (Tomasello, 2000). Contamos lo ocurrido o lo que todavía no sucede, pero lo contamos con una secuencia, es decir, narramos de acuerdo a nuestros motivos e intereses; ya que narrar es parte importante no solo del desarrollo lingüístico sino del desarrollo en general, pues incluso las palabras y el aprendizaje de las mismas tienen un aprendizaje social (Tomasello y Akhtar, 2000). El niño poco a poco va sofisticando su lenguaje en la medida de su desarrollo y con ello, la complejidad de las narraciones irá en aumento. Mientras el emisor este narrando no importan los errores o las correcciones que el interlocutor pueda realizar; ya sean de corte fono-articulatorias, semánticas o morfosintácticas, sin importar los errores que se presenten, las narraciones seguirán ocurriendo, ya que estas habilidades son parte ineludible de la condición humana, puesto que el ser humano es por naturaleza un ser narrativo (Polkinghorne, 1988). Esta habilidad para narrar se va desarrollando paulatinamente hasta llegar a cierto grado de fluidez narrativa. Es con el paso del tiempo y con las correcciones del mundo adulto, que esa habilidad narrativa se irá dominando. El desarrollo de este dominio narrativo se da de forma natural y automático, es decir, no se es consciente de cada uno de los elementos léxicos que se utilizan para contar una historia. Ya que de acuerdo a la ley de 24 toma de consciencia que dedujo Claparéde (citado en Vigotsky, 1926/2007), cuanto más se utiliza cualquier relación de modo automático, más difícil resulta tomar consciencia. Bajo este análisis Vigotsky (1997a) propuso que tomar consciencia de una operación cualquiera, significa transferirla al plano del lenguaje, es decir, reconstruirla en la imaginación para poder expresarla en palabras. La capacidad creativa para narrar una historia en niños de edad preescolar, está condicionada, en gran parte, por el imput de experiencias recibidas por el entorno que los rodea (Monforte, 2014), Sin embargo, a nivel infantil si la habilidad narrativa se viera alterada, desviada o interrumpida a consecuencia de un problema de lenguaje, podrían verse afectadas otras áreas, como la comprensión lectora (Paris & Paris, 2003) o las habilidades en la decodificación (Coloma, Sotomayor, De Barbieri & Silva,2015), entre otros. Dentro de esa complejidad están las palabras utilizadas, las cuales juegan un rol importante en función de su dominio, este dominio se observa a través del uso frecuente, así pues, la complejidad está determinada por la utilización de las palabras; tener un léxico variado y extenso, tendrá un rol importante en la producción de narraciones. Para Maldonado y Fridman (2014), las palabras están determinadas por juegos de dependencia y amalgamientos semánticos y fonéticos entre sus miembros componenciales. El conjunto de estos elementos con significados unitarios (por ejemplo, un oso siempre será un oso), va creando una narración que el niño manifestará por medio de la pseudoespontaneidad. Cabe mencionar que en un principio en la espontaneidad de lo contado están presente defectos en su construcción, orden y temporalidad. 25 Sin embargo, en niños con trastornos del lenguaje, la estructura del discurso narrativo y las relaciones causales evidencian un desempeño significativamente inferior que niños sin dicho trastorno (Coloma, 2014). Un elemento importantea considerar en las narraciones infantiles es la comprensión ya que esta es, según Paris & Paris (2003), un proceso complejo de elaboración de significados que depende del desarrollo simultáneo de muchas habilidades. En el caso de la edad preescolar, la comprensión narrativa también se relaciona con la comprensión lectora en la etapa escolar (Paris & Paris, 2003). En un trabajo sobre comprensión lectora y TEL, Coloma, Sotomayor, De Barbieri & Silva (2015), compararon a 51 niños con TEL con 53 niños con desarrollo típico del lenguaje y también encontraron un rendimiento significativamente inferior del grupo con TEL en habilidades como decodificación, comprensión lectora y comprensión de la narración. Labov y Waletzky (1967) delimitaban las narraciones con una secuencia de al menos dos cláusulas ordenadas temporalmente y con una estructura general en la que están presentes los siguientes elementos: orientación, complicación, evaluación, resolución y coda. Asimismo, como lo menciona Labov (1972), en toda narración se puede observar una clara sistematización, vinculada al pensamiento, es decir al acomodo de ideas claras y congruentes La congruencia de las ideas es lo que formará el esqueleto de una narración y consiste en una serie de cláusulas ordenadas temporalmente. Esta temporalidad que va ligada a una secuencia lógica, tiene como fin organizar las ideas y darles sentido, es decir concatenar las representaciones, de forma que permitan una expresión oral clara y comprensible al interlocutor. Sin embargo, las narraciones tienen un nivel de desarrollo, 26 que dependerá en gran medida, tanto de la estimulación como del desarrollo mismo, por lo que es necesario conocer cómo se da ese desarrollo a nivel narrativo (Labov, 1972). Desarrollo de las narraciones infantiles Si bien en un principio el primer género discursivo es el diálogo, este se ve favorecido por un adulto. Gradualmente el diálogo se convierte en narración y a los dos años de edad, como indica Solé (2015) las narraciones de los niños se reducen a una lista de acciones ejecutadas por los protagonistas que carecen de antecedentes y consecuentes. Para Landaeta, Coloma & Pavaez (2009) en el desarrollo de la narración oral se distinguen tres etapas: no estructuración, transición y estructura de relatos. La etapa de no estructuración implica que los relatos que efectúan los niños no corresponden a categorías formales del lenguaje, esto es, fonología, morfología, sintaxis, semántica y pragmática. Este período es característico de los pequeños de tres años. De acuerdo con Botvin y Sutton-Smith (1977) hay una tendencia en los niños menores de tres años a formar historias primitivas que están hechas de concatenaciones de palabras sin una secuencia de acciones ni de conexiones de acontecimientos. Ya para los cuatro años, los niños empiezan a narrar acontecimientos y acciones. Por su parte, Solé (2015) menciona que, a partir de los cuatro años, las narraciones son listas de acciones carentes de organización temporal. Siguiendo a Landaeta et al (2009) en la etapa de transición se producen secuencias de eventos que insinúan la aparición de categorías formales. Este estadio no es característico de una edad determinada, aunque se observa en algunos niños de cuatro y cinco años. Asimismo, Solé (2015) indica que, a los cinco años, los niños suelen producir narraciones de tipo descriptivo en las que los acontecimientos se encadenan temporalmente. Entre los cinco y seis años de edad, los niños ya han generado patrones de 27 complejidad léxica y sintáctica (Botting, 2002) que utilizan para coordinar, sintonizar y ajustar el contenido, así como la forma y función que los niños ajustan a las necesidades comunicativas que establecen con su interlocutor (Alarcón Neve y Auza, 2014) mediante una narración. Por último, la etapa de estructuración se caracteriza por una organización de las narraciones infantiles sobre la base de las tres categorías formales básicas (presentación, episodio y final). Se presenta alrededor de los cuatro años y continúa desarrollándose en edades posteriores (Landaeta et al, 2009). Finalmente, de acuerdo con Botvin & Sutton- Smith (1977) para los seis años de edad está presente la competencia de conjugar y coordinar secuencias de diferentes acciones en una serie de episodios. Por su parte, Stalder y Ward (2005) distinguen, en el desarrollo de las narrativas infantiles, las siguientes etapas: etiquetado (alrededor de los cuatro años de edad), que se caracteriza por las etiquetas nominales y sintaxis repetitiva, así como conglomeración de pensamientos no siempre relacionados. Segundo nivel: listado (alrededor de los cuatro años), las historias se concentran en atributos perceptuales, las acciones de los personajes se presentan como una lista sin relaciones temporales o causales. Conexión (alrededor de los cinco años de edad): los niños incluyen en su historia un tópico central con acciones características que ligan a los respectivos actores o acontecimientos. Secuenciación (alrededor de los cinco años): los niños pueden usar consistentemente secuencias temporales correctas de causa y efecto, las historias intentan responder a las preguntas “cuándo” y “por qué” suceden los acontecimientos de la historia, ya que utiliza un lenguaje más complejo. Narración (alrededor de los seis años), las historias incluyen todos los componentes de las cuatro fases anteriores, más la evidencia de planeación para alcanzar el objetivo; de esta forma el que escucha puede predecir el final desde el principio de la 28 historia. Ahora bien, una vez descrito el desarrollo de las narraciones en los niños, también es importante conocer y dominar la estructura de la narración, esto es, qué elementos propios de la narración están presentes en los sucesos narrativos de los niños. Estructura narrativa Applebee (1978) identificó seis formas básicas de estructuras narrativas en niños: Apilamiento (a los dos años). El niño nombra y describe a través de una enumeración de acciones sin presentar un tema central en la narración. Su organización es prácticamente perceptiva e inmediata, con escasos vínculos entre una frase y otra. Núcleo compartido (entre los dos y los cuatro años) Los niños de estas edades utilizan secuencias en las que los eventos son encadenados de forma superficial y arbitraria en el tiempo; no existe una relación causal o temporal entre ellos (no hay trama). Los eventos se encuentran unidos entre sí sobre la base de una característica compartida con el núcleo de la historia, que puede desencadenar en una mayor historia, aunque su estructura sigue siendo demasiado débil para amplificar el núcleo en nuevas direcciones. Núcleo focalizado (entre los tres y cuatro años). Los niños utilizan este modo organizativo para narrar sus historias, en el que suelen presentar cierta estructura narrativa con inicio, desarrollo y final de la historia, aunque no muy elaborados Episodios cambiantes (entre los 4 y cinco años). Se observa un encadenamiento de secuencias sin un núcleo definido, que impide una narración estructurada en la que las diversas partes puedan verse relacionadas entre sí. Aunque se muestra un relato 29 más complejo, con estructura narrativa definida (inicio, desarrollo y final), los episodios narrados nos llevan directamente de uno a otro, pero los atributos que los vinculan cambian constantemente (personajes que entran y salen de la historia, cambios de acción repentinos, etc.), mostrando una clara falta de definición en el ajuste de la historia que, en el conjunto, pierde su sentido y dirección. Cadena focalizada (alrededor de los cinco años). se observan procesos de encadenamiento centrados en torno a unos atributos concretos que van integrándose dentro de la narración, alrededor de un núcleo focalizado. El centro de la narraciónes un personaje protagonista, al que le van sucediendo una serie de acontecimientos que se encuentran ligados los unos con los otros, produciendo una narración centrada en cadena. Narración completa (entre los cinco y seis años). Los niños ya son capaces de producir narraciones con todas sus condiciones (tema central, personajes y trama). Incluyen enlaces basados en atributos complementarios, que permiten que el centro en torno al que se construye la historia y las secuencias de las acciones se desarrollen de forma lógica y ordenadas temporalmente, presentando un final como resolución al problema planteado en el inicio de la historia. Por su parte, Berman y Slobin (1994), establecieron que una narrativa requiere de tres momentos en el relato: 1. Inicio (onset). 2. Consecuencia (unfoding). 3. Resolución (resolution). Hasta ahora, se ha presentado el desarrollo de las narraciones, así como su estructura, 30 pero también es importante ubicar los elementos que las integran, pues gracias a este dominio, se podrán ubicar mejor, las categorías de análisis. Elementos de las narraciones El modelo de Heilmann, Miller & Nockerts (2010) propone siete elementos dentro de las habilidades narrativas: 1. Introducción: elaboración menor o mayor de la ambientación espacio- temporal y la presentación de personajes. 2. Desarrollo de los personajes: desde la mención inconsistente de los personajes o la omisión de algunos de ellos, hasta la distinción controlada de personajes principales y secundarios, y el uso del estilo directo en los diálogos. 3. Estados mentales: es el uso mayor o menor de palabras que describan rasgos psicológicos de los personajes. 4. Referencias: uso de referencialidad controlada de los pronombres y sus antecedentes gramaticales. 5. Resolución del conflicto: la especificación va desde la ausencia del conflicto, hasta su resolución lograda en forma de pasos en la trama. 6. Cohesión: es el orden lógico de los sucesos y la fluidez de sus transiciones. 7. Conclusión: puede ser desde la interrupción brusca del relato hasta la finalización de la trama y el uso de fórmulas discursivas de cierre. De acuerdo con Jackson-Maldonado, Bárcenas & Alarcón (2015) a los tres o cuatro años de edad los niños son capaces de colocar más de dos acontecimientos, aunque de manera errática y confundiendo la cronología del evento. A los cinco años utilizan ya un orden correcto de eventos, pero no logran describir completamente el clímax y el término de 31 cuento. Por otro lado, Maresma & Viro (2014) proponen un modelo narrativo en el que se distinguen seis elementos: Comprensión y control del género: los niños son capaces de producir un relato, enumeran o describen. Ficcionalización: son relatos de personajes ficticios o ajenos a su experiencia. Complejidad: se refiere a la longitud. En su versión más elaborada el número de palabras es amplio. Aparecen los detalles en la descripción de personajes y en la ambientación. Coherencia: relación sujeto-acción. Hay utilización de pronombres con antecedentes o referentes claros. Se aprecian ya los conectores discursivos. Habilidades pragmáticas y discursivas: se reflejan actitudes, emociones y estados internos de los personajes. Es característico el uso de gestos que acompañan la voz y refuerzan la situación comunicativa. Soltura: Es evidente la fluidez y comodidad narrativa. Las pausas son breves, así como las interrupciones. Un elemento importante en el modelo de Maresma & Viro (2014) es la compresión narrativa, entendiendo esta como la comprensión de historias sin especificar la forma en que son presentadas (Strasser, Larraín, López de Lérida, & Lissi, 2010). En este sentido es muy importante no pasar por alto el análisis de cada etapa de desarrollo, ya que, en ese sentido, si se desconocen dichas etapas, el análisis de alguna posible desviación será más complicado. 32 Una narración, a diferencia de la simple producción oral espontánea, cambia en relación a su producción lingüística, ya que, en el caso de la primera, esta tiene una sistematización que se compone de una idea central, y de varias ideas secundarias; y por eso, cuando hay una desviación de esa idea central, esta desviación es evidente para el interlocutor, ya que en toda narración se pueden distinguir, de acuerdo con Gutiérrez-Clellen (2004) relaciones de coherencia y referencialidad, que aunados a los clíticos, las preposiciones, los nexos, las marcas de número, las flexiones verbales, las conjunciones, las construcciones posesivas y los reflexivos, forman parte del componente morfosintáctico que proporciona información suficiente la cual puede servir de herramienta para diagnosticar alguna desviación o dificultad en el lenguaje expresivo. Norbury & Bishop (2003) encontraron que los niños con TEL producían historias sintácticamente menos complejas que los niños con desarrollo típico. De ahí la importancia de utilizar el discurso narrativo, pues permite la identificación de los patrones del desarrollo lingüístico tan importantes para el diagnóstico de estos trastornos. Sin embargo, no siempre son tan evidentes los problemas de lenguaje o bien algunas veces suelen confundirse con dinámicas familiares inadecuadas, y algunas veces se asumen dichos problemas a la ausencia o precariedad de estructuras en el interior de la familia. Otras veces no se le da la importancia debida ni en la escuela ni en la casa y el problema de lenguaje va impactando otras áreas como la social o la académica. Es por esto, que es de suma importancia conocer el desarrollo del lenguaje en general y saber qué elementos son propios de la edad y cuáles se han desviado de la norma. 33 Desarrollo de las habilidades lingüísticas ¿Qué es el desarrollo? Para Liublinskaia (1971) el desarrollo es un proceso de «formación que pasa por una serie de gradaciones, estadios o fases sucesivamente relacionadas entre sí» (p.22). Lenin (1973) proponía ya al desarrollo «como lucha de contrarios, de la destrucción de lo viejo y del surgimiento de lo nuevo» (p.149), en este sentido es de alguna forma no quedarse con aquellas funciones básicas y permitir su paso a funciones más complejas. Por su parte, para Vigotsky (1997a) la verdadera esencia del desarrollo «no radica en el desarrollo posterior, sino en el cambio de conexiones» (p.48); los procesos de la actividad psíquica que subyacen a toda actividad humana no son estáticos, pues esto depende del momento histórico y cultural en el que se encuentre la persona. Evidentemente no es lo mismo el análisis de un adulto que el de un niño, ni tampoco lo son los análisis de dos niños de contextos distintos. En todo caso, si se desconoce el desarrollo, se cometerán una serie de equivocaciones, tanto de orden epistemológico y teórico como de orden metodológico y clínico. De ahí la importancia que tiene el conocimiento desde la perspectiva de desarrollo y el conocimiento de las habilidades que hacen posible el aprendizaje en general. Hay diversas teorías en relación con el desarrollo del niño que de acuerdo con Vigotsky (1926/2007) se pueden agrupar esquemáticamente en tres categorías fundamentales. Las primeras sustentan la independencia del proceso de desarrollo y del proceso de aprendizaje. Estas teorías proponen que el aprendizaje es externo y que el desarrollo del niño es un proceso en paralelo pero que no participa activamente en este y tampoco lo modifica. 34 Un segundo grupo de teorías, siguiendo con Vigotsky (1926/2007) afirma que el aprendizaje es desarrollo, y atribuyen al aprendizaje un valor de primer plano dentro del desarrollo infantil. Finalmente, un tercer grupo de teorías implica un dualismo del desarrollo, en el que el desarrollo es visto dicotómicamente, esto es, como dos procesos, que, aunque conexos, son de diferente naturaleza,pero se condicionan recíprocamente, por lo que se tiene por una parte la maduración, la cual depende directamente del desarrollo del sistema nervioso y por otra, se ve que el aprendizaje es en sí mismo un proceso de desarrollo. Kostiuk (1926/2007) considera que «el desarrollo de todo ser, incluido el niño, su propio movimiento, su propia vida, está condicionado por la entera totalidad de las múltiples relaciones con la realidad circundante» (p.57). Esto significa que el medio juega un papel muy importante en la configuración cognitiva del sujeto cognoscente dentro del proceso de desarrollo. Sin embargo, Bogoyavlensky & Menchiskaya (1960/2007) mencionan que es imposible medir la dependencia del desarrollo psíquico de la edad, sin referirse a las condiciones de vida en que se encuentra el niño; es aquí donde la diversidad de factores juega un papel importante, pues aquellos hogares que promueven la estimulación cultural tendrán más ventajas sobre aquellos que carezcan de esas herramientas. Otro elemento no menos importante e indisoluble del desarrollo es la edad y las características de la misma: Ha de establecerse de inmediato que existen diferencias claras y rotundas entre cambios debido a la edad en los procesos fisiológicos del organismo y cambios debido a la edad en los procesos psíquicos, y muy en especial en los cognoscitivos. Si los primeros aparecen de modo más o menos específico e inmediato dependiendo de la edad, los segundos están 35 caracterizados por variaciones notables y múltiples (Bogoyavlensky & Menchiskaya, 2007, p.63). En el proceso de desarrollo, el niño paulatinamente se va apropiando del lenguaje humano. Esto significa, de acuerdo con Leontiev (1926/2007), en el niño se forman capacidades y funciones específicamente humanas: la capacidad de hablar y comprender, esto es, articular el lenguaje y procesar lo que se escucha. Esta apropiación tiene lugar de acuerdo a determinadas etapas de asimilación, comprensión y expresión de la función lingüística. Para Luria (1926/2007) la función de generalización es la función principal del lenguaje, sin la que sería imposible adquirir la experiencia de las generaciones anteriores. Pero sería erróneo creer que esta es la única función del lenguaje. El lenguaje no es solo un medio de generalización; es, al mismo tiempo, la base del pensamiento. Pero la palabra no siempre posee un significado generalizado «para que el nombre (de un objeto, una acción, una cualidad, una relación) adquiera un significado generalizado, debe aparecer en un sistema de relaciones diversas, numerosas» (Guerbova, 1990, p. 146) esto es, el niño tiene que aprender a utilizar correctamente los nombres de los objetos en todas las situaciones cotidianas como en el juego, la escuela o la familia. El lenguaje puede ser definido en relación a sus símbolos, a sus significados o funciones, pero independientemente desde donde se le defina, debe tomarse en cuenta que tiene indudablemente una base biológica y una reciprocidad socio-cultural por lo que, de acuerdo con Lecours (1980) el lenguaje «el resultado de una actividad nerviosa compleja que permite la comunicación interindividual de estados psíquicos a través de la materialización de signos multimodales que simbolizan esos estados de acuerdo a una convención propia de una comunidad lingüística» (p.54). 36 Desarrollo del lenguaje El lenguaje es un artefacto cultural que surgió como un complejo sistema adaptativo entre la interacción oral de los humanos (Lee et al, 2009). Una característica del lenguaje es su ubicuidad. Se entiende la ubicuidad de la adquisición del lenguaje entre los niños generación tras generación como el producto de un instinto de interacción, que se basa en un impulso innato para comunicarse (Tomasello, 2003). En lo que respecta a la adquisición lingüística entre las diversas lenguas hay similitudes entre sus propiedades y sus mecanismos cognoscitivos, sin embargo, dadas las diferencias tipológicas, habrá particularidades, tanto en el uso de mecanismos como en el de sus representaciones (Mariscal y Auza, 2017) que al momento de estudiarlas deben ser consideradas. En condiciones naturales las habilidades lingüísticas se van desarrollando desde que el niño comienza con la utilización de su primera palabra. Teniendo un despunte importante en la edad preescolar, pues esta se relaciona con las posteriores habilidades en la emergent literacy (Torrpa, Lyytinen, Erskine, Eklund y Lyytinen, 2010). Un elemento en común en las lenguas es indudablemente la percepción auditiva o al menos de la señal acústica de la voz humana, pues los niños mucho antes de hablar son sensibles a la combinación de los fonemas, respondiendo a su entorno, por ejemplo, en ocasiones los niños dejan de llorar cuando alguien les habla, esto hipotetiza una sensibilidad a las palabras acentuadas y a las terminaciones de frase (Menyuk, 1977). Alrededor de la sexta o séptima semana, el niño puede distinguir entre entonaciones ascendentes y descendentes (Crespo-Eguilaz y Narbona, 2003). A los seis meses los niños usan información prosódica, como la organización del ritmo, para distinguir entre su lengua 37 materna y una lengua externa o ajena (Saffran y Thiessen, 2003) a esa misma edad aparecen las primeras combinaciones de sonidos Consonante Vocal (CV) acompañado de cierre del tracto vocal, es decir, inician las protosílabas (Vinter, 1994). Ya para los nueve meses han aprendido las características fonéticas y fonotácticas de su propio idioma que los conllevará a que antes de su primer año de vida puedan distinguir entre secuencias fonotácticas frecuentes de las infrecuentes, esta distinción es particularmente importante pues permite segmentar la cadena continua de sonidos en palabras (Saffran y Thiessen, 2003). Propiedades fonológicas del español Tradicionalmente el estudio de los sonidos del lenguaje humano, se lleva a cabo desde la fonología (Hualde, 2014), la cual se encarga de estudiar cómo los sonidos del habla son representados en nuestra mente (De Lacy, 2007). Esos sonidos contrastivos hacen que una palabra no solo se pronuncie de forma distinta, sino que, a partir de un cambio en la cadena de sonidos se dé un mensaje diferente, por ejemplo, casa y pasa, el sonido que ha cambiado es en /c/ y en /p/, otro ejemplo, sal y sol, aquí cambia el sonido vocálico. De acuerdo con Munguía (2015), el español mexicano tiene cinco sonidos vocálicos y diecisiete sonidos consonánticos. Por su parte, el campo de la fonética, está más relacionado con el estudio de los aspectos físicos de los sonidos del habla (Hualde, 2014). De esta última se desprenden la fonética articulatoria y la fonética acústica. El primer concepto abstracto como unidad de análisis del lenguaje oral es el fonema, el cual es definido de modo consensuado, como el o los sonidos contrastivos de los que se componen las palabras de una lengua. Se dice que son contrastivos porque si se 38 cambia un sonido por otro se pueden obtener palabras diferentes (Hualde, 2014); por ejemplo, pato-gato (/p/ por /g/). Hay palabras que se pueden componer de un solo fonema, por ejemplo, las conjunciones y, e, como en el caso de Juan y Pedro, “Pedro e Ivan”. Cabe mencionar que un fonema no significa por sí mismo nada, sin embargo, la combinación resultante adquiere significado. Cada lengua del mundo difiere en sus sonidos, por ende, en sus fonemas; sin embargo, el número de fonemas siempre será limitado en relación con el número de palabras que se puedan generar de sus combinaciones. En español hay solo cinco fonemas vocálicos y menos de veinte fonemas consonánticos (Hualde 2014) pues el número exacto dependerá de la variación del español hablado. Existen algunas excepciones como el caso de la lengua ¡xú hablada en África meridional, que cuenta con 119 fonemas (Trask, 1996). Pero noson solo los segmentos de los fonemas los que pueden contrastar las palabras, ya que también existen otros rasgos llamados suprasegmentales o prosódicos, como son el acento, ritmo, melodía y entonación. Para el caso del español, el acento de la palabra es contrastivo o fonémico (Hualde, 2014), por ejemplo, en las palabras papa vs papá, se notará el cambio de significado de forma inmediata, y esto se debe al acento marcado en la palabra, esto no ocurre con los cambios de tono, al menos para el español, pues independientemente del tono, sea este descendente o ascendente, el cambio de significado no se ve alterado. Un fonema expresado en combinación con otros fonemas formará una palabra, pero en el interior de esa palabra, los sonidos, a pesar de contener los mismos fonemas, no se producirán de la misma forma; por ejemplo, la palabra candado está compuesta por siete fonemas de los que dos son /d/, pero que son realizados de maneras diferentes; es decir, lo sonidos en que se actualizan son diferentes; en el primero el ápice de la lengua se posiciona de forma que se hace contacto con los dientes incisivos superiores y, sin embargo, en el segundo fonema /d/, el ápice se aproxima a los dientes 39 superiores pero sin adherirse a ellos. Este es un claro ejemplo de cómo los fonemas pueden realizarse en distintos alófonos. ¿Cómo se pueden analizar los sonidos del lenguaje humano? El análisis y estudio se lleva a cabo por medio de la fonología y la fonética. Respecto a la percepción del sonido, Sapir (1912/2017) ya indicaba, que el análisis fonético demuestra que la cantidad de sonidos y matrices de sonidos claramente discernibles que utilizan los hablantes de una determinada lengua, es mayor de lo que pueden reconocer, esto es, que las personas no son conscientes de las diferencias en la realización de un mismo fonema, estos sonidos son los alófonos. En este sentido, es importante reconocer que existen diferencias dentro de un sonido que aparentemente siempre es regular, sin embargo, un ligero cambio en la realización de dicho sonido, trae consigo modificaciones al momento de su expresión y en caso de ser muy notable dicho cambio, ya sea por el punto o por el modo de articulación, traerá consigo cambios a nivel semántico. En los sonidos de una lengua se distinguen como se ha planteado, sonidos consonánticos y vocálicos; estos dos tipos de sonidos difieren tanto en su articulación como en su distribución. Las consonantes se producen creando con los órganos articuladores algún obstáculo u obstrucción del aire producido por pulmones, bronquios y bronquiolos y, a diferencia de las vocales, estas se producen sin ningún impedimento en la salida del aire. Para clasificar y describir los sonidos de una lengua se emplean tres parámetros: el modo de articulación, el punto de articulación y la acción de las cuerdas vocales. Modo de articulación: Depende de la posición que adoptan los órganos articulatorios al establecer un contacto o interrupción en el paso del aire fonador, o bien una fricción o constricción. 40 Puntos de articulación: Este parámetro se utiliza para clasificar los sonidos teniendo en cuenta los articuladores que emplean en su ejecución Actividad de las cuerdas vocales: Las cuerdas o pliegues vocales son un par de grupos de cartílagos y músculos a ambos lados de la laringe. Este espacio entre las cuerdas vocales se conoce como glotis. Cuando las cuerdas vocales se juntan, se incrementa la presión subglotal, lo que causa que se separen al salir el aire de los pulmones hacia el exterior. Al bajar la presión del aire, sin embargo, otras fuerzas actúan para juntar las cuerdas vocales otra vez, dando lugar a un rápido proceso de vibración. El resultado es un sonido sonoro. Si, por otra parte, separamos las cuerdas vocales, no vibrarán al pasar el aire por ellas, y el resultado será un sonido sordo (Crystal, 2003; Hayward, 2013). Segmentación vocálica y consonántica: Para entender la naturaleza del sonido, tenemos por un lado los sonidos vocálicos, los cuales se dividen de acuerdo a su elevación, dimensión horizontal y la forma de los labios, ver tabla 1. Tabla 1.Vocales del español Anterior Central Posteriores Altas i o Medias e u Bajas a no redondeada redondeada Tomado de Hualde. Los sonidos del español. 2014. Cambridge Univerity Press. Los segmentos consonánticos son sonidos que presentan un obstáculo en el paso del aire en uno o varios lugares de la cavidad bucal, lo que ocasiona una turbulencia o 41 interrupción del flujo del aire (Esgueva, 2005). Las consonantes en español son las observadas en la tabla 2. Sin embargo, hay que tener en cuenta que ninguna lengua española hablada posee todos los sonidos. Tabla 2. Fonemas consonánticos del español Bilabial Labiodental Interdental Dental Alveolar Prepalatal Palatal Velar Glotal Oclusiva p b t d k g Fricativa f (θ) s (ʒ) (ʝ) x Africada ʧ Nasal m n ɲ Lateral l (ʎ) Vibr. simple ɾ Vibr.múltiple r Tomado de Hualde. Los sonidos del español. 2014. Cambridge Univerity Press. Consonantes sordas a la izquierda, sonoras a la derecha. /θ/ solo en español peninsular /ʎ/ solo en algunas variedades peninsulares y sudamericanas /ʒ/ solo en español de Argentina /ʝ/ fonema de estatus cuestionable Propiedades morfosintácticas del español Hablar implica no solo el acto motor sino, la selección del elemento o partícula lingüística a expresar, este proceso se lleva a cabo de forma no unitaria, es decir, la comunicación (a diferencia de las primeras etapas de desarrollo lingüístico), no suele hacerse exclusivamente con una sola palabra; hablar conlleva una multiselección léxica. Al mismo tiempo que se seleccionan las palabras, estás deben combinarse gramaticalmente para que el interlocutor comprenda, o al menos para encontrarle sentido lógico a lo que escucha. Para Jackobson (1973) esto se ve claramente al nivel del léxico; el hablante selecciona palabras y las combina formando frases de acuerdo con el sistema 42 sintáctico de la lengua que emplea, y a su vez, las oraciones se combinan en enunciados. De esta forma es que se evita la mala interpretación de lo expresado, pues como indica Wittgenstein (1922/2009) el lenguaje tiene reglas de sintaxis que evitan los sinsentidos, y tiene símbolos particulares con un significado determinado y único. Para Tomasello y Brooks (1999), la importancia de la sintaxis radica en que gracias a ella los niños pueden codificar y comunicar lo que ocurre en su entorno, esto al mismo tiempo amplía las posibilidades comunicativas que ofrecen las primeras palabras cuyo significado es muy genérico. Estudiar y analizar los elementos fonéticos en la expresión oral de los niños para tratar de identificar alguna desviación o alteración no es suficiente, para ello se requiere estudiar tanto la morfología como la sintaxis y dada la estrecha relación de estos componentes es mejor utilizar de acuerdo con Urrutia y Álvarez (2001), el término morfosintaxis, que se refiere a aquellos signos que constituyen un sistema cerrado. Los signos morfosintácticos están constituidos por expresión y contenido, donde convergen forma y función. Asimismo, ya indicaba Sausurre (1945), que la morfología trata las diversas categorías de palabras (verbos, nombres, adjetivos, pronombres, etc.) y de las diferentes formas de la flexión (conjugación, declinación), y la sintaxis por su parte, tiene por objeto las funciones propias de las unidades lingüísticas. Por lo tanto, se puede afirmar que la morfología no se ocupa más que de la forma y la sintaxis indica el empleo de esa forma. Más adelante, el mismo Saussure (1945), afirma que lingüísticamente lamorfología no tiene objeto real y autónomo y no puede constituir una disciplina distinta de la sintaxis. Por su parte Hjelmslev & Diorki. (1974) complementan este análisis desde la expresión en donde indican que una expresión solo es expresión en virtud de que es 43 expresión de un contenido, y un contenido solo es contenido en virtud de que es un contenido de una expresión. Por lo tanto (a menos que se opere en aislamiento artificial), no puede haber contenido sin expresión, o contenido carente de expresión, como tampoco pude haber expresión sin contenido, o expresión carente de contenido. Debido a lo anterior se puede concluir que difícilmente se utilizan en aislado forma y contenido, forma y función, esto es: morfología y sintaxis. Ambos elementos se corresponden y hay una dependencia biunívoca al menos en el lenguaje oral. Es ahí donde se observa claramente la relación morfosintáctica, sobre todo en las etapas de desarrollo lingüístico. Cuando los niños tienen alrededor de doce meses, surgen sus primeras palabras correctamente articuladas, para los dieciocho y veinticinco meses ya unen dos palabras y son los primeros indicios de la morfosintaxis. Sin embargo, es importante mencionar que a veces la edad no es un buen índice de desarrollo morfosintáctico ya que dependerá en gran parte de las diferencias en el desarrollo y la estimulación de los procesos cognoscitivos. Los niños aprenderán nuevas sonidos, nuevas palabras y nuevas combinaciones que tendrán lugar en función de la frecuencia de la combinación de sonidos y palabras que escuchan los niños en conversaciones cotidianas, donde, de acuerdo con Rojas-Nieto (2009), obtienen los patrones básicos de las estructuras sintácticas tempranas. Monfort (2002) menciona que no es fácil establecer una forma cronológica con exactitud referente a la adquisición estructural, sin embargo, propone tres niveles de desarrollo: 1. El orden de la frase, sin el cual, no tendría sentido a la frase misma. El orden de las palabras es muy importante para el niño, porque hasta los 36-40 meses 44 dispone de pocas flexiones y nexos para matizar su mensaje, y por eso recurre a veces a construcciones personales y modificaciones de la entonación para dar más relieve a ciertas palabras (Monfor, 2002, p.59). 2. Las Flexiones, es decir, las variaciones que puede haber para cada palabra empleada. 3. El uso de nexos. La tabla 3 incluye datos obtenidos por Moreno (1997) en la que se indican las principales características del desarrollo morfosintáctico de acuerdo a la edad. Tabla 3. Principales características del desarrollo morfosintáctico (Moreno, 1997) 18-24 meses Combinaciones de dos palabras 24 – 30 meses Secuencias de tres elementos 30 – 36 meses En los enunciados se incluyen cuatro elementos, se incorporan artículos determinados y algunas preposiciones. Comienzan con la utilización de adverbios. 36 – 42 meses Producción de oraciones complejas, dominio de las interrogativas. 42 – 54 meses Correcto uso de unidades lingüísticas (preposiciones). + de 54 meses Paulatino dominio de oraciones pasivas, condicionales, circunstanciales de tiempo. Para Monfort (2002) de los 12 a los 24 meses, el niño se encuentra a nivel de frase holofrástica, esto es, que una palabra puede englobar toda une petición oracional. Para los 21 y hasta los 24 meses aparecen las primeras combinaciones propiamente, ya sea con dos o hasta tres palabras, no hay un orden todavía claro e integrado, es importante mencionar que no hay uso de nexos, puesto que la significación gramatical dependerá en mayor medida de la entonación y otros elementos. 45 A los 30 meses aparecen las primeras oraciones conformadas por hasta por cuatro elementos léxicos, aparece el artículo indefinido y algunos pronombres personales como (yo, mi, tú, ti). Para los 36 meses ya existe un orden correcto de las palabras, sobre todo en oraciones simples. Entre los 36 y 48 meses el niño llega a formar oraciones de hasta 8 elementos lingüísticos, empieza a utilizar mayor número de adjetivos y adverbios. A los 54 meses el niño utiliza frecuentemente adverbios de tiempo y empieza la construcción y uso de oraciones subordinadas circunstanciales (Monfort, 2002). Por su parte Vilaseca (2014) también da cuenta de otros elementos presentes dentro del desarrollo morfosintáctico: Tabla 4. Desarrollo Morfosintáctico (Vilaseca, 2014) Edad (meses) Aspectos morfosintácticos 0-6 Vocalizaciones no lingüísticas biológicamente condicionadas 6-9 Las vocalizaciones empiezan a adquirir algunas características del lenguaje propiamente dicho: entonación, ritmo, tono... Comprensión de algunas palabras 9-10 Preconversación: el niño vocaliza más durante los intervalos dejados libres por el adulto con el que interactúa. El bebé espacia y acorta sus vocalizaciones para dejar lugar a la respuesta del adulto 11-12 Comprende algunas palabras familiares. Vocalizaciones más precisas. Agrupa sonidos y sílabas repetidas a voluntad 12-18 Primeras palabras funcionales. Sobreextensión semántica: por ejemplo, llama «perro» a todos 46 los animales. Crecimiento cuantitativo a nivel comprensivo y productivo de vocabulario 18-24 Explosión léxica de vocabulario. El niño emite frases de dos elementos. Existe un período transicional en que las secuencias de una sola palabra empiezan a aparecer reunidas, pero sin la coherencia prosódica que caracteriza a una oración. Suele hacerse una pausa entre las palabras (p. ej., «papa / / bota» «más / / agua». Empiezan ya a aparecer las primeras flexiones (p. ej., el plural). Empiezan las frases negativas muy simples (p. ej., «dormir no») Aparecen las primeras frases interrogativas. «Qué» y «dónde» son las más tempranas 24-30 Empiezan a aparecer secuencias de tres elementos (p. ej., «mama come pan» con la estructura principal de N-V-N). Este período suele denominarse de «habla telegráfica», por no aparecer en el discurso las principales palabras función como artículos, preposiciones, flexiones de género, número, persona y tiempos verbales que no aparecerán hasta el final de este período 30-36 La estructura de la frase va haciéndose compleja y se llega a la combinación de cuatro elementos. Aparecen las primeras frases coordinadas muy sencillas (p. ej., «papa no está y mama no está»). Aumenta la frecuencia del uso de las principales flexiones; género y número. Aparición y uso sistemático de los pronombres de primera, segunda y tercera persona (yo, tú, él, ella), los artículos determinados (el, la). Frases simples muy diversas empiezan a aparecer, los adverbios de lugar combinándose en oraciones de forma coherente (p. ej., «Max está detrás la puerta»). 36-42 El niño aprende la estructura de las oraciones complejas de más de una cláusula con el uso notablemente frecuente de la conjunción «y». Aparecen las subordinadas «pero», «porque», y las estructuras comparativas «más que». Uso rudimentario de los relativos «que» (p. ej, «nena que llora»). Uso de los negativos con integración de la partícula negativa en la 47 estructura de la frase (p. ej., «el papa no ha comido»). Aumenta la complejidad de las frases interrogativas. Los auxiliares «ser» y «haber» se usan la mayoría de las veces de forma correcta, lo que facilita el uso del pasado compuesto. Empiezan a aparecer las perifrásticas de futuro (p. ej., «voy a saltar»). El niño ha aprendido los recursos esenciales de su lengua, aunque un amplio abanico de tipos oracionales sigue conteniendo una serie de «errores» desde el punto de vista gramatical. 42-54 Las diversas estructuras gramaticales van complementándose mediante el sistema pronominal (me, te, se), pronombres posesivos, verbos auxiliares, etc. Existe una eliminación progresiva de los errores sintácticos y morfológicos. Empiezan a aparecer
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