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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE MEDICINA DIVISION DE ESTUDIOS DE POSGRADO “RESULTADOS DEL ENCLAVADO ENDOMEDULAR EN 216 FRACTURAS DIAFISIARIAS DE TIBIA EN UN HOSPITAL DE CONCENTRACION DE LA SECRETARIA DE SALUD DEL DISTRITO FEDERAL DEL 2010 AL 2015” TESIS QUE PARA OPTAR POR EL GRADO DE Especialista EN Ortopedia PRESENTA: Giovanni Cázares Hernández TUTOR O TUTORES PRINCIPALES DR. JORGE ARTURO AVIÑA VALENCIA DR. MOISES FRANCO VALENCIA Ciudad Universitaria, CD. MX. Septiembre 2016 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. ii “RESULTADOS DEL ENCLAVADO ENDOMEDULAR EN 216 FRACTURAS DIAFISIARIAS DE TIBIA EN UN HOSPITAL DE CONCENTRACION DE LA SECRETARIA DE SALUD DEL DISTRITO FEDERAL DEL 2010 AL 2015” DR. GIOVANNI CAZARES HERNANDEZ iii “RESULTADOS DEL ENCLAVADO ENDOMEDULAR EN 216 FRACTURAS DIAFISIARIAS DE TIBIA EN UN HOSPITAL DE CONCENTRACION DE LA SECRETARIA DE SALUD DEL DISTRITO FEDERAL DEL 2010 AL 2015” DR. GIOVANNI CAZARES HERNANDEZ iv INDICE I. ANTECEDENTES ………………………………. 1 ESTADÍSTICA ………………………………. 1 INTRODUCCIÓN ………………………. 1 TERMINOLOGÍA ………………………. 2 TABAQUISMO Y LOS TEJIDOS ………. 2 ANATOMIA Y BIOMECANICA ………. 5 ETIOLOGIA E INCIDENCIA ………………. 7 CLASIFICACION ………………………. 9 MANEJO CONSERVADOR ………………. 10 MANEJO QUIRURGICO ………………. 12 COMPLICACIONES ……………………… 13 TRASTORNOS DE LA CONSOLIDACION .. 14 ACTUALIDAD DEL MANEJO ……….. 16 II. JUSTIFICACION ………………………………. 27 III. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA ……….. 28 IV. OBJETIVO DE TRABAJO ………………. 29 V. HIPOTESIS DE TRABAJO ………………. 30 VI. MATERIAL ………………………………………. 31 VII. METODOS ………………………………............. 33 VIII. IMPLICACIONES ETICAS ………………………. 35 IX. MAPA DE ACTIVIDADES ……………………….. 40 X. RESULTADOS ……………………………….. 41 XI. DISCUSION ……………………………….. 63 XII. CONCLUSIONES ……………………………….. 64 XIII. ANEXOS ……………………………………….. 65 XIV. REFERENCIAS BIBLOGRAFICAS ………... 66 5 RESUMEN Y PALABRAS CLAVE Antecedentes. Las fracturas de la diáfisis tibial son las fracturas más frecuentes de huesos largos. El enclavado endomedular rimado bloqueado se ha convertido en el estándar para el tratamiento de fracturas desplazadas de la diáfisis tibial. La tasa de unión estimada para fracturas diafisiarias de tibia es aproximadamente del 95% o mayor. Objetivo. Determinar el número de pacientes con fracturas de la diáfisis tibial, su tratamiento, seguimiento e impacto con el uso del tabaco. Material y Métodos. Estudio retrospectivo, longitudinal, observacional, descriptivo, de casos y controles. Criterios de inclusión: pacientes que se presentaron al Hospital General Dr. Rubén Leñero, mayores de 17 años, con fractura de la diáfisis tibial del 2010 al 2015, manejados mediante enclavado endomedular, rimado y bloqueado. Resultados. 216 fracturas diafisiarias de tibia con enclavado endomedular. La causa más común fue accidental en un 48%; 135 de baja energía y 81 de alta energía; 117 cerradas y 99 expuestas; 105 fumadores y 111 no fumadores; 148 consolidaron y 68 desarrollaron no-unión. Conclusiones. Los factores de riesgo más importantes para complicaciones son el mecanismo de lesión, la integridad de los tejidos blandos, la complejidad de la fractura, y el tercio diafisiario, independientemente del tratamiento quirúrgico. Palabras Clave: (trauma, fractura, diáfisis, tibial, enclavado endomedular, tejidos blandos, unión, fumar). 1 I. ANTECEDENTES ESTADÍSTICA. El perfil de mortalidad de las naciones en vías de desarrollo demuestran que el trauma es una de las principales causas de muerte entre su población. Los accidentes se han colocado entre las cuatro principales causas de muerte en México, lo cual los ha ubicado como un problema de salud pública tomando en cuenta que ocupan el sexto lugar como causa de muerte y primero entre la población de entre 20 y 30 años según el último censo de población. Es importante señalar que por cada tres accidentes hay dos discapacitados permanentes. El trauma representa el 12% de la carga mundial de la enfermedad (1). INTRODUCCIÓN. Las fracturas de la diáfisis tibial son las fracturas más frecuentes de huesos largos; la gran mayoría de estas fracturas son en pacientes masculinos jóvenes, con un segundo pico de incidencia entre los pacientes de edad avanzada (2). La mayoría de las fracturas de la diáfisis tibial en pacientes jóvenes resultan de mecanismos de energía directos de alta energía. Estas lesiones usualmente se acompañan de lesión sustancial a los tejidos blandos. Se debe tener atención a los tejidos blandos. El manejo y pronóstico de las fracturas de la diáfisis tibial son influenciados por la localización del hueso (proximal, medio, o tercio distal) y su orientación (transverso, oblicuo, espiral o conminuto). El enclavado endomedular rimado bloqueado se ha convertido en el estándar para el tratamiento de fracturas desplazadas de la diáfisis tibial. Las fracturas del tercio proximal de la tibia presentan un reto único de fijación y consideración especial. Mal-unión es una consecuencia del enclavado de estas fracturas, ocurriendo en el 84% de los pacientes, vs un 37% de todas las fracturas cerradas de la diáfisis tibial. El pronóstico de una fractura de la tibia depende de la extensión del hueso y el daño de los tejidos blandos. La mayoría de las fracturas cerradas de baja energía consiguen unión al cabo de 10 a 13 semanas. Las fracturas de alta energía usualmente pueden requerir tanto como 20 semanas para conseguir su consolidación. La tasa de unión estimada para fracturas diafisiarias de tibia (en ausencia de amplia extensión a tejidos blandos) es aproximadamente del 95% o mayor (2). 2 TERMINOLOGÍA. Además de tener en cuenta ciertas definiciones que a continuación se manejaran a lo largo de nuestro estudio los cuales son: Traumatismo. Daño de los tejidos orgánicos producido por un golpe, torcedura u otra circunstancia generalmente externa. Fractura. Se puede definir a la fractura como la culminación del proceso de deformación plástica. En general, se manifiesta como la solución de continuidad a nivel de tejido óseo el cual puede dividirse en dos o más fragmentos bajo la acción que está sometida. Fractura expuesta. Se define como aquella fractura que tiene comunicación con el medio externo, en el cual se han interrumpido las barreras que la protegen del medio externo. Retardo en la consolidación. Es una fractura no consolidada que continúa mostrando progresión hacia la consolidación o que no se ha presentado en el tiempo suficiente para satisfacer un tiempo estándar arbitrario para no-unión en radiografías a varios intervalos de tiempo variando de veinte a veintiséis semanas. No-unión. Se define según la Food and Drug Administration como una fractura en la cual ha ocurrido un mínimo de 9 meses previamente y que no ha mostrado signos radiológicos de progresión hacia la consolidación por tres meses consecutivos. Mal-unión. Se le define a una fractura que ha consolidado pero en una posición no anatómica. Traumade alta energía. Intercambio de una importante cantidad de energía entre dos o más cuerpos, producida durante una situación incidental, dicha energía actúa contra otro objeto que es el paciente y sus órganos. TABAQUISMO Y LOS TEJIDOS. Alrededor de 1.3 billones de individuos consumen tabaco en el mundo. Se estima que 6 millones de muertes son causadas anualmente como resultado de los efectos indeseados de fumar. Aunque fumar puede disminuir en la industrialización mundial, casi 1 de 5 americanos fuma. En los países en desarrollo, el tabaco sigue 3 incrementando a una tasa de casi 3.4% anualmente. Aunque los efectos deteriorantes de fumar en varios órganos han llamado mucho la atención, los efectos en el sistema musculo-esquelético son usualmente mal apreciados. Las fracturas en la población norteamericana se estima ser en un 6.8 millones de las lesiones anualmente que requieren tratamiento médico. A pesar de la existencia de esfuerzos promocionales para maximizar la consolidación ósea a través de suplementos con vitaminas y minerales y apoyo nutricional, los factores sociales como fumar han sido de poco interés. El cigarro contiene más de 4,000 sustancias identificadas, incluyendo nicotina, monóxido de carbono y cianuro de hidrógeno, los cuales afectan el metabolismo óseo. La nicotina se conoce como un agente vasoconstrictivo, y se hipotetiza que disminuye el flujo sanguíneo la hipoxemia de los tejidos son responsables de los efectos de fumar en el metabolismo óseo. Sin embargo, aún existe poca evidencia para guiar al médico en atender un fumador que conlleva una fractura. Las sustancias dentro del cigarro tienen muchos efectos deteriorantes en los tejidos blandos. En el ámbito de las heridas quirúrgicas, estos efectos pueden manifestarse como necrosis de la herida, infección o dehiscencia. En los tejidos blandos, la nicotina disminuye el flujo sanguíneo tisular por medio de la vasoconstricción e incrementa la agregación plaquetaria. Además, el monóxido de carbono desplaza el oxígeno de la hemoglobina, disminuyen la presión de oxígeno en los tejidos. El tabaquismo inhibe directamente la función biológica de los fibroblastos, eritrocitos y macrófagos. En un estudio prospectivo en humanos, la síntesis de colágeno en el tejido subcutáneo, un determinante crítico de la fuerza de una herida quirúrgica, se encontraba inhibida por el tabaco. La literatura en cirugía plástica y cirugía general indica repetitivamente que los fumadores se encuentran en un elevado riesgo de desarrollar complicaciones postoperatorias en la herida. La literatura ortopédica quirúrgica ha demostrado prolongación en el tiempo de cicatrización de las heridas en fumadores sometidos a fijación quirúrgica de fracturas de calcáneo así como un alto riesgo de infecciones postoperatorias de la herida posterior a una fusión lumbar. Además de los efectos en los tejidos blandos, el consumo de tabaco se cree que retarda la consolidación ósea. A nivel celular, la nicotina altera directamente un amplio rango de genes de citocinas asociadas con la neovascularización y 4 diferenciación osteoblástica factor de crecimiento del endotelio vascular [VEGF]; proteína morfogenética ósea [BMP] -2, 4 y 6; factor de crecimiento básico de fibroblastos [bFGF]; y colágena tipo I). Modelos animales han demostrado que la administración de nicotina o extractos del tabaco resultan en menores tasas de fusión espinal e inferior consolidación ósea posterior a osteotomías o fracturas. Otros estudios animales han demostrado retardos en la consolidación, con altas tasas de no-unión en alargamientos tibiales y fracturas de tibia. En estudios clínicos, se encontró que los fumadores presentaban un mayor índice de pseudoartrosis posterior a artrodesis lumbar, y la tasa de no- unión fue hasta 16 veces mayor en las artrodesis de tobillo. Un meta-análisis de estudios aleatorizados que evalúan los efectos de dejar de fumar en complicaciones postoperatorias en todos los pacientes tratados quirúrgicamente demostró una disminución en general del 41% de los riesgos. En pacientes que llevaron cirugía electiva de reemplazo articular, una intervención preoperatoria de 4 semanas combinado con asesoría y terapia de reemplazo de nicotina logró disminuir la tasa de complicaciones postoperatorias en un 18% en el grupo intervenido comparado con un 52% en el grupo no intervenido con este programa. Un estudio aleatorizado que evaluó la hospitalización para una fractura aguda reveló que los fumadores presentaban una frecuencia de 2.51 veces más para desarrollar una complicación postoperatoria. El uso del tabaco ha sido sugestivo de incrementar las tasas de complicaciones perioperatorias incluyendo complicaciones en los tejidos blandos, disminuir la tasa de consolidación de las fracturas, y prolongar el tiempo de curación. El fumar incrementa significativamente el riesgo de no-unión en general de las fracturas, las fracturas de la tibia y las fracturas expuestas. No hay diferencias significativas en cuanto al tiempo de consolidación de todas las fracturas en general y en el incremento de las tasas postoperatorias de infecciones de tejidos blandos y profundos comparado con los que no fuman. El uso del tabaco es un factor de riesgo ampliamente conocido para enfermedad cardiovascular, respiratoria y numerosos tipos de cáncer; además, hay estudios que soportan el consumo del tabaco ser un factor de riesgo significativo para 5 complicaciones posterior a fracturas, incluyendo retardo de la consolidación, no- unión y problemas de cicatrización de heridas. En los pacientes fumadores que cuentan con cirugías programadas, un programa para dejar de fumar es eficaz en incrementar las tasas de abandonarlo al momento de la cirugía y a 12 meses posteriores a esta. Más intervenciones como estas pueden reducir las complicaciones postoperatorias asociadas con el consumo de tabaco. Alrededor de 1 millón de fracturas ocurren anualmente en el reino unido, 5-10% de estos progresan a desarrollar complicaciones en su curación, llevando a un problema considerable para los pacientes como los médicos. El tabaquismo continúa siendo la principal causa prevenible de muerte en los Estados Unidos. Además de esto, hay una amplia cantidad de evidencia, tanto en estudios in vitro e in vivo, que el fumar es un factor de riesgo significativo para complicaciones posteriores a una fractura, incluyendo retardo en la consolidación, no-unión y dificultad en la cicatrización de heridas. También se ha reconocido al tabaquismo como un factor de riesgo para reducir la densidad ósea. ANATOMÍA Y BIOMECÁNICA. Las fracturas de la diáfisis tibial son las fracturas más comunes de huesos largos, con una incidencia mayor de 75,000 al año en los estados unidos; la mayoría de estas fracturas se presentan en masculinos jóvenes (pensado que se relaciona a accidentes deportivos o automovilísticos) con un segundo pico de incidencia entre los pacientes de edad avanzada, en los cuales las lesiones resultan de una simple caída. Aunque la fijación intramedular se ha convertido en el tratamiento estándar, muchas de estas fracturas pueden ser manejadas de forma conservadora (2). 6 La tibia carga casi 5 veces el peso corporal de fuerza axial durante la deambulación. También está sujeta a fuerzas de flexión y torsión, especialmente cuando el pie está en apoyo, aunque su resistencia ante estas cargas es por mucho menor a las vistas con compresión. La tibia es subcutánea por mucho de su trayecto, siendo sujeta a una lesión directa y puede hacer el proceso de consolidación más difícil. La fascia fuerte, rodea completamente los músculos que acompañan la tibia, y la ausencia de un hiato largo en la fascia incrementa la probabilidad de un síndrome compartimental comparado con otros huesos largos lesionados. Laarteria tibial 7 anterior, la cual da origen a varios vasos periósticos, usualmente es dañada al pasar a través del hiato en la membrana interósea; cuando la tibia se fractura, esta arteria puede ser la fuente sangrado sustancial y elevación de la presión intracompartimental (2). ETIOLOGIA E INCIDENCIA. La mayoría de las fracturas diafisiarias de la tibia en pacientes jóvenes resultan de un mecanismo de lesión directo, de alta energía. Estas lesiones usualmente causan un patrón de fractura desplazado y conminuto, usualmente acompañado de lesión sustancial de tejidos blandos. Las lesiones relacionadas con el deporte usualmente resultan de un mecanismo de flexión, produciendo una fractura espiral u oblicua, y ocasionalmente un fragmento en alas de mariposa. Los pacientes de edad avanzada usualmente sufren lesiones de baja energía, con mecanismo indirecto, torsional. Aunque estos mecanismos usualmente causan un patrón de fractura espiral, no desplazado con lesión mínima de tejidos blandos, patrones más complicados pueden ocurrir en pacientes con hueso osteoporótico (2). 8 Se debe prestar mucha atención a los tejidos blandos. Debido a que el hueso es subcutáneo, una fractura cerrada puede fácilmente convertirse en una fractura expuesta, al penetrar los picos de la fractura a través de la piel. Además, el sangrado o edema de los tejidos blandos puede incrementar la presión intersticial y obstruir el flujo sanguíneo, llevando a necrosis isquémica del músculo o nervio, por ejemplo, síndrome compartimental (2). Debido a que la tibia es subcutánea, el diagnóstico de una fractura es usualmente obvio. Sin embargo, los retos diagnósticos son excluir una fractura expuesta cuando hay disrupciones asociadas de la piel, un síndrome compartimental incipiente, o una lesión asociada de ligamentos de la rodilla y tobillo. Las radiografías usualmente son suficientes para mostrar la lesión y delinear la mejor opción de tratamiento para el paciente (2). 9 El manejo y pronóstico de las fracturas diafisiarias de la tibia son influenciadas por tanto su localización en el hueso (proximal, medio, o tercio distal) y su orientación (transverso, oblicuo, espiral, o conminuido). El desplazamiento y angulación juegan un rol para determinar el tratamiento (2). CLASIFICACION. La clasificación AO/OTA designa la región del hueso por una letra (A, B, C) para la severidad de la fractura, y un número (1, 2, 3) indicando el incremento en la complejidad y conminución. Esta clasificación no es frecuentemente utilizada en la clínica, pero ayuda a estandarizar descripciones de fracturas para propósitos de investigación. Tscherne y Gotzen desarrollaron un sistema de clasificación para evaluar la lesión a los tejidos blandos en fracturas cerradas diafisiarias de la tibia. Una lesión tipo 0 usualmente resulta de una fuerza indirecta, torsional resultando en un patrón de fractura simple y mínima lesión a los tejidos blandos. Estas fracturas pueden ser manejadas quirúrgicamente o conservadoramente dependiendo de la severidad del desplazamiento y angulación y conllevan un buen pronóstico. Las tipo 10 1 representan fracturas leves a moderadamente severas con abrasiones superficiales o contusiones. Las fracturas por alta energía y abrasiones profundas con edema asociado competen a las tipo 2, usualmente con un síndrome compartimental asociado. Finalmente, las lesiones tipo 3 incluyen una lesión extensa de la piel y músculo, usualmente causado por una lesión por aplastamiento, un patrón de fractura severo, y síndrome compartimental. Las lesiones tipo 2 y 3 casi siempre son manejadas quirúrgicamente, con peores resultados relacionados con la severidad de los tejidos blandos y la conminución de la fractura (2). MANEJO CONSERVADOR. Los objetivos del tratamiento son una función indolora de la extremidad inferior. Para lograr estos objetivos usualmente se requiere 1) establecer la consolidación ósea; 2) establecer y mantener la longitud normal, alineación, y rotación del hueso; y 3) establecer y mantener las relaciones anatómicas normales entre las rodillas y los tobillos para soportar el peso, movimiento, y propulsión. Ya sea que estos pueden 11 ser manejados mejor con cirugía (enclavado intramedular o fijación externa) o con tratamiento cerrado (usualmente inmovilización con aparato de yeso seguido de una férula funcional) dependen de las circunstancias particulares de la lesión. Muchos de estas recomendaciones terapéuticas están basadas en opiniones expertas y no por estudios de alta calidad con altos niveles de evidencia (2). De acuerdo a un grupo de expertos, el manejo conservador puede ser utilizado cuando hay mínima lesión de tejidos blandos y cuando no hay desplazamiento o deformidad sustancial de la fractura. Los límites superiores de tolerabilidad de deformidad son 5° de angulación en el plano coronal, 10° de angulación en el plano sagital°, 5° de deformidad rotacional, y acortamiento menor a 1 cm (2). Si se piensa aplicar el manejo conservador, el paciente deberá usar un aparto de yeso tipo bota larga con el tobillo en neutro y la rodilla posicionada a 10° a 15° de flexión para iniciar el apoyo tempranamente. El área supracondílea debe ser cuidadosamente moldeada para prevenir deslizamiento del aparto de yeso. Las 12 radiografías deberán ser tomadas a intervalos de 1 a 2 semanas para verificar que se mantenga la reducción. Aunque cierto acortamiento a partir de la reducción inicial es esperado, en caso de más de 1.5 cm de acortamiento es visto o los criterios de alineación para el manejo conservador no se cumplen, se puede indicar el manejo quirúrgico. Tan temprano como sea posible para que el paciente pueda soportar peso cómodamente, se debe realizar la transición a una férula de descarga funcional de rodilla (2). MANEJO QUIRÚRGICO. El enclavado intramedular bloqueado rimado se ha convertido en el estándar para el tratamiento de las fracturas diafisiarias de la tibia desplazadas. Para fracturas desplazadas diafisiarias de la tibia, o aquellas con lesión mayor de tejidos blandos, dos estudios sugieren que la fijación intramedular resulta en consolidaciones más rápidas, menor índice de mal-unión, y un tiempo más rápido para regresar a laborar que con el manejo cerrado (2). Aunque el rimado intramedular en varios reportes resultan de menores tasas de re- operación que con enclavado no rimado en fracturas cerradas de la diáfisis tibial, el debate sobre el rimado aún persiste (2). El rimado intramedular puede irrumpir la circulación sanguínea endóstica, teóricamente, sin embargo un estudio experimental sugiere que esta es re- establecida antes de la consolidación, y algunos estudios clínicos reportan mejores resultados con rimado. El rimado intramedular aumenta el canal medular y permite la inserción de un clavo de mayor diámetro, reduciendo así el riesgo de fracaso por fatiga del implante (2). Si la fractura es transversa, las propiedades mecánicas del constructo hueso- implante permiten el apoyo inmediato (2). Las fracturas del tercio proximal de la diáfisis tibial presentan un reto único de fijación y consideración especial. La mal-unión es una consecuencia desafortunada para enclavar estas fracturas, ocurriendo en un 84% de los pacientes en una serie de casos, versus por mucho un 37% de todas las fracturas cerradas de la diáfisis de 13 la tibia en otro estudio. La selección cuidadosa del punto de inicio y el uso apropiado de tornillos de bloqueo pueden ayudar a prevenir deformidades (2). Para patrones simples de fractura, el apoyo inmediato es sugerido posterior al enclavado endomedular. Sin embargo, cuando hay conminución y la lesión no es estable en su longitud, hay una lesión sustancial de los tejidos blandos,o se elige fijación con placa, el apoyo debe retrasarse por 6 a 8 semanas posterior a la cirugía. Ejercicios tempranos de rangos de movilidad del tobillo y la rodilla deben ser instituidos en el período postoperatorio inmediato a menos que haya lesión de tejidos blandos. Las actividades se van incrementando conforme la consolidación de la fractura pero en general, la marcha normal y los movimientos completos son el objetivo a los 6 meses, con retorno a las actividades sin restricción al cabo de 1 año (2). Debido a la falta de cobertura de tejidos blandos en la tibia y su desventaja mecánica, la fijación interna con placas generalmente es evitada. La fijación con placa es una opción de tratamiento razonable para el manejo de no-uniones de la diáfisis tibial o para fracturas con extensión articular o periarticular (2). La fijación externa puede ser utilizada en vez de los clavos endomedulares en pacientes con amplia lesión de tejidos blandos o en cirugía de control de daños en pacientes con politrauma. Si se decide convertir a fijación intramedular, el procedimiento debe realizarse lo más tempranamente posible, preferiblemente dentro de las primeras 4 semanas para minimizar la probabilidad de sepsis por los tornillos schanz (2). COMPLICACIONES. El pronóstico posterior a la fractura de tibia depende de la extensión en el hueso y la lesión de los tejidos blandos. La mayoría de las fracturas cerradas de baja energía consiguen consolidar al cabo de 10 a 13 semanas. Las fracturas por alta energía usualmente pueden requerir hasta 20 semanas para conseguir consolidar. La tasa de unión estimada para fracturas diafisiarias de tibia (en la ausencia de lesión extensa de tejidos blandos) es aproximadamente 95% o mayor. Aún entre pacientes con fracturas por alta energía, el 76% que se encontraban laborando al momento de la lesión eventualmente regresan a su labor en un promedio de 11 meses. A pesar 14 de altas tasas de consolidación y buena restitución de la función, las fracturas diafisiarias de la tibia aún conservan un reto quirúrgico (2). Las complicaciones de fracturas cerradas de la diáfisis tibial incluyen lesión vascular, embolismo graso, y síndrome compartimental. 2 estudios reportaron tasas de síndrome compartimental en fracturas tipo A de la AO del 5.8% al 15.6%, en las tipo B del 11.4% al 16.7%, y en las tipo c del 9.6% al 28.6% (2). La Infección es una complicación rara de fracturas cerradas, con una incidencia menor al 1%. La fijación intramedular generalmente es bien tolerada, pero puede complicarse por no-unión, mal-unión y falla del implante. El dolor anterior de rodilla es poco común posterior al enclavado intramedular de la tibia, una observación que debe llevar al paciente a la movilidad precoz de la rodilla durante el tratamiento. Aunque la causa exacta del dolor anterior de rodilla es incierta, puede llevar a una discapacidad funcional sustancial. En un estudio, 33.7% de los pacientes reportaron dolor durante el reposo, 57% al correr, y 92% al arrodillarse (2). TRASTORNOS DE LA CONSOLIDACIÓN. La no-unión de la diáfisis tibial es un problema común que puede llegar a ser discapacitante. El tratamiento puede requerir múltiples procedimientos quirúrgicos, hospitalización prolongada, y años de discapacidad antes de que se logre la consolidación o se realice una amputación. La mayoría de las fracturas de la tibia consolidan posterior al tratamiento inicial, pero la no unión es una condición que todos los ortopedistas ven cuando tratan fracturas de la tibia. El reconocimiento temprano de una no-unión potencial seguido de intervención temprana puede reducir el tiempo final para consolidar y disminuye la frustración del paciente y el cirujano (3). Un retardo en la consolidación es una fractura no consolidada que continúa mostrando progreso hacia la consolidación o que no ha estado presente por un tiempo satisfactorio suficiente en un tiempo arbitrario estándar para no-unión. La falla de ver evidencia de de consolidación en radiografías a varios puntos de tiempo variando de 20 a 26 semanas ha sido utilizado por varios autores como el criterio para definir retardo de la consolidación. La falta de precisión en la definición disminuye su valor en reportes publicados. El retardo de la consolidación puede 15 mejor ser pensado como el punto en el cual uno debe considerar modificar el tratamiento para lograr la consolidación. Aunque la determinación de un retardo de la consolidación de una fractura de tibia es frecuentemente hecha al cabo de 20 semanas, puede ser posible reconocer retardo de consolidación de ciertas fracturas, especialmente en fracturas expuestas tipo III de Gustilo de forma más temprana (3). La no unión de una fractura ocurre cuando en proceso de consolidación biológico normal de un hueso cesa, de forma que la consolidación sólida no se logrará a cabo sin tratamiento posterior. No unión ha sido definida por la FDA como una fractura que ha ocurrido en un mínimo de 9 meses previamente y que no ha mostrado signos radiológicos de progresión hacia la consolidación por 3 meses consecutivos (3). Las no-uniones son clasificadas de acuerdo a su apariencia radiológica como hipertróficas, oligotróficas, o atróficas, definido por La Velle. Esta clasificación ayuda para entender los factores mecánicos y biológicos que contribuyen a la causa de la no-unión y puede ser utilizada para su tratamiento directo. Las no-uniones hipertróficas tienen abundante callo. Esto indica un adecuado flujo sanguíneo pero una falta de una estabilidad mecánica suficiente para completar la consolidación de la fractura (3). Las no-uniones oligotróficas tienen poco callo pero aún tienen un adecuado flujo sanguíneo. Estas no uniones son típicamente debido a una reducción inadecuada con poco o ningún contacto entre las superficies de la fractura. Las no-uniones atróficas pueden o no tener poco callo y tienen resorción del hueso. Se piensan deberse a un proceso biológico deficiente (3). Una mal-unión de una fractura es una fractura que ha consolidado pero en una posición no anatómica. La intervención quirúrgica es indicada para una malposición funcional, en vez de una deformidad cosmética que es notada en el período de recuperación posterior al trauma inicial. El seguimiento cercano de los pacientes con fracturas agudas de tibia y la intervención temprana en casos de desarrollar deformidad angular puede prevenir la mayoría de mal-alineaciones no aceptables asociadas ya sea con la consolidación temprana de la fractura o un retardo de la consolidación (3). 16 ACTUALIDAD DE SU MANEJO. Las fracturas de la diáfisis de la tibia usualmente consolidan con cierta angulación. Aunque existe evidencia biomecánica de que dicha angulación altera la transmisión de la carga a través de las articulaciones de la extremidad inferior, no está claro si puede eventualmente llevar a la osteoartritis. Se estudiaron 164 pacientes con fractura diafisiaria de tibia, evaluados en una clínica de investigación, de 30 a 43 años posteriores a la lesión. Los sujetos fueron evaluados con respecto al dolor articular de la extremidad inferior, rigidez, y discapacidad (mediante el cuestionario WOMAC); signos clínicos de osteoartitis; y evidencia radiológica de osteofitos y disminución del espacio articular en rodillas, tobillos, y articulación subastragalina. 22 pacientes (15%) de los 151 sujetos que reportaron ninguna otra lesión en rodilla, reportaron al menos dolor en rodilla, y 8 (6%) de los 145 sujetos que no reportar alguna otra lesión en tobillo, reportaron al menos dolor moderado en el tobillo. 17 (13%) de los 135 sujetos que no reportaron alguna otra lesión en rodilla y tobillo, reportaron al menos discapacidad moderada. El lado ipsilateral demostró una mayor prevalencia que el lado contralateral en términosde dolor a los movimientos pasivos del tobillo (19 vs. 9 sujetos, p = 0.02), dolor con la movilidad pasiva subatragalina (15 vs. 4 sujetos, p = 0.01), y signos radiológicos de disminución del espacio articular (12 sujetos vs. 1, p = 0.0055). La osteoartritis de rodilla era frecuentemente bilateral. 47 fracturas (29%) consolidaron a una angulación coronal de ≥ 5°. Aparte de la asociación entre acortamiento de ≥ 10 mm y dolor reportado de rodilla (p = 0.016), no hubo asociación significativa entre estas mal-uniones y el desarrollo de osteoartritis. 17 (15%) de 114 sujetos incluidos presentaron una mal alineación en general de la extremidad inferior, definido como un ángulo cadera-rodilla-tobillo fuera del rango normal de 6.25° de varo a 4.75° de valgo. Esta mal-alineación fue debida a la mal-unión de la fractura en 9 sujetos y predecía a la fractura en 8. En extremidades con mal-alineación en varo o valgo, hubo un exceso de la rigidez subastragalina (p = 0.04) y una desviación no significativa al dolor de rodilla más frecuente. En extremidades con mal-alineación en varo, hubo una desviación no significativa a mayor frecuencia de evidencia radiológica de osteoartritis en el compartimento medial de la rodilla. La mayoría de los sujetos en los cuales se observó osteoartritis tuvieron una lineación general normal de la extremidad inferior. Como conclusión, el resultado a 30 años de una fractura diafisiaria de tibia es usualmente buena, aunque la osteoartritis leve es común. La mal-unión de la 17 fractura no es la causa de mayor prevalencia de osteoartritis sintomática del tobillo o la articulación subastragalina del mismo lado de la fractura. Aunque una mal- alineación en varo de la extremidad inferior ocurre ocasionalmente y puede causar osteoartritis en el compartimento medial de la rodilla, otros factores son importantes en causar osteoartritis posterior a una fractura diafisiaria de tibia (4). Aunque métodos reportados y definiciones han variado de autor a autor, la prevalencia de no-unión y retardo de consolidación puede estimarse de reportes publicados en la literatura. En 22 series que incluyeron un total de 5517 fracturas, la prevalencia combinada de no-unión fue 2.5% y la prevalencia combinada de retardo de consolidación fue de 4.4%. Los estudios incluyeron varias series de casos largos de fracturas cerradas de tibia predominantemente causadas por trauma de baja energía. Las fracturas expuestas con amplia contaminación y lesión extensa de tejidos blandos tienen una prevalencia mayor de no-unión y retardo de consolidación (3). En una serie de de fracturas expuestas de tibia, Clancey y autores reportaron una prevalencia del 13% de retardo de consolidación, Widenfalk y autores reportaron una prevalencia del 31% de retardo de la consolidación, y Edwards y Jaworski reportaron que el 41% de fracturas expuestas grado III requirieron injerto óseo antes de conseguir la consolidación. Velazco y autores reportaron que la tasa de no-unión para fracturas expuestas tipo II y tipo III fue del 14%. Un manejo más agresivo de tejidos blandos para fracturas expuestas y re-intervenciones más tempranas para fracturas de tibia con alto riesgo han llevado a una disminución en la prevalencia de no-uniones de tibia (3). Muchos factores han sido asociados al retardo de la consolidación o la no-unión. La mayoría están relacionadas a la lesión inicial. Otras han sido relacionadas al estado de salud del paciente y su disciplina. Sólo algunos están asociados con el control del cirujano. Los factores presentes que han sido reportados que contribuyen a no- unión o retardo de consolidación incluyen el desplazamiento de la fractura, pérdida ósea, fractura asociada del peroné, conminución, e infección. La prevalencia de retardo de la consolidación incrementa con la severidad de una fractura expuesta. Hay una correlación directa entre la energía absorbida y los tejidos blandos y 18 complicaciones relacionadas con la cicatrización de las heridas, incluyendo retardo de la consolidación, no-unión, infección, y despegamiento cutáneo (3). La naturaleza de la lesión por lo tanto juega un amplio papel en determinar la probabilidad de consolidar (3). Un factor anatómico que comúnmente determina la tasa de consolidación de las fracturas de tibia es el grado de preservación del flujo sanguíneo tibial. La anatomía del flujo sanguíneo tibial ha sido descrita antes en detalle. Los tres sistemas vasculares que irrigan a la tibia son el sistema vascular nutricio, el sistema vascular perióstico, y el sistema vascular metafisio-epifisiario (3). El sistema vascular nutricio y perióstico son los más importantes con respecto a la consolidación de una fractura de la diáfisis tibial. El sistema arterial nutricio, el cual emerge de la entrada de la arteria tibial posterior en la cortical posterior de la tibia, distal a la línea del sóleo, es divido en su origen en ramas ascendentes y descendentes (3). Los vasos nutricios proveen el flujo sanguíneo endóstico a la tibia, supliendo hasta el 90% de la cortical interna, como lo demostró Macnab. La destrucción al flujo sanguíneo endóstico es más extensa cuando la fractura ocurre en el tercio medio de la tibia, pero la distribución de no-uniones entre los tercios distal, proximal y medio de la diáfisis aparentemente son iguales. El flujo sanguíneo perióstico recibe contribuciones vasculares segmentadas de los tejidos blandos circundantes, predominantemente de la arteria tibial anterior. Mientras el periostio posterio y lateral tienen un flujo sanguíneo abundante, el flujo sanguíneo del periostio anteromedial subcutáneo es menos abundante. Rhinelander demostró que el flujo sanguíneo perióstico puede expanderse transitoriamente para irrigar el hueso entero si es necesario. El denudamiento perióstico y la resultante falta de irrigación vascular varia con el tipo de fractura, y el mayor denudamiento perióstico, visto en fracturas expuestas de alto grado, contribuyen sustancialmente a un retardo de la consolidación o no-unión (3). El fracaso para manejar adecuadamente las fracturas tibiales ha demostrado incrementar la prevalencia de retardo de consolidación y no-unión (3). 19 La distracción en el sitio de fractura y la falla de inmovilizar adecuadamente la fractura son conocidas por aumentar el tiempo de consolidación. Brown y Urban, Dehne y autores, y Sarmiento, se enfocaron en un apoyo temprano con tratamiento con aparato de yeso como un método para obtener compresión intermitente en el foco de fractura, y reportaron bajas tasas de no-unión en sus series (3). El apego a los principios del tratamiento de las fracturas expuestas, incluyendo debridamientos múltiples agresivos, administración de antibióticos, y una inmovilización rígida de los fragmentos de la fractura, también han demostrado disminuir sustancialmente la prevalencia de infección y no-unión. Múltiples factores del paciente han demostrado contribuir al retardo de consolidación y no unión en las fracturas de tibia. Uno de ellos es la malnutrición, la cual usualmente pasa desapercibida. Una ingesta adecuada de proteínas es requerida para consolidar, y una inadecuada ingesta calórica ha demostrado contribuir al retardo de la consolidación y no-unión. Estudios simples de detección como medir los niveles séricos de albúmina y la cuenta total de linfocitos puede realizarse de forma rutinaria, aún para pacientes que no se encuentran visualmente malnutridos. Niveles de albúmina menores a 3.4g/dL (menor a 34g/L) y una cuenta linfocitaria menor a 1,500 células/mm3 (-1.5 x 109/L) son indicativos de un estado nutricional inadecuado. Suplementos dietéticos de proteínas para lograr y mantener los requerimientos apropiados diarios durante la consolidación de una fractura han demostrado mejorar la consolidación de las fracturas en estudiosanimales (3). El consumo del cigarro ha demostrado en numerosos estudios clínicos y experimentales tener un efecto adverso en la consolidación de las fracturas. Aunque el mecanismo exacto permanece incierto, el consumo de nicotina y uso del tabaco han demostrado tener efectos deterioros en la vascularidad local y función celular en el sitio de fractura. Los pacientes deben estar conscientes de los efectos del tabaquismo y deben ser asistidos para dejarlo. Aunque establecer el diagnóstico de retardo de la consolidación de la tibia en etapas tempranas de consolidación ósea y la cicatrización de los tejidos blandos es crucial para instituir una intervención temprana y evitar discapacidad prolongada, puede ser difícil predecir qué fracturas no consolidará posterior al tratamiento inicial (3). 20 El estado de la consolidación ósea de la fractura de tibia es mejor evaluada evaluando cuatro proyecciones radiológicas: dos oblicuas a 45° centradas sobre el sitio de fractura y las estándar anteroposterior y lateral. Las vistas oblicuas son especialmente útiles para identificar fracturas no consolidadas que son pobremente visualizables en los planos frontal y sagitales, y deberán ser tomadas en forma rutinaria para la evaluación de la consolidación de las fracturas de tibia (3). La Tomografía son frecuentemente útiles en la evaluación de la consolidación de la tibia. Tomografías tradicionales han ayudado en la evaluación al proveer vistas sagitales y coronales con un limitado, y por lo tanto enfocado, plano de visión. Las unidades tomográficas tradicionales, sin embargo, se encuentran pobremente disponibles y, en su ausencia, se ha utilizado la tomografía computarizada para evaluar la consolidación de la tibia. Los avances recientes, particularmente en mejoría de la resolución y la capacidad para limitar los destellos metálicos, han hecho a la tomografía computarizada una herramienta más útil en la evaluación de la conosolidación de las fracturas. Como consecuencia, la tomografía computarizada con vistas reconstruidas actualmente parece ser el método más útil no-operador dependiente para la evaluación de los retardos de consolidación de la tibia para la gran mayoría de los cirujanos ortopedistas (3). El ultrasonido también ha sido utilizado con éxito en algunos centros para evaluar lo que se presume ser la producción de callo en el período temprano de la consolidación posterior a la fractura que tiene alto riesgo para no-unión (3). El propósito de la evaluación con ultrasonido es determinar qué pacientes son candidatos para intervención quirúrgica temprana, de esta forma acelerando la rehabilitación mientras se limita la necesidad para una segunda cirugía. Moed y autores demostraron que el uso del ultrasonido como herramienta diagnóstica para evaluar la consolidación temprana de la tibia tiene un valor predictivo positivo del 97% con un intervalo de confianza del 95% (0.9 a 1.0) (3). La tibia parece ser particularmente bien aplicable para estudiar con ultrasonido debido a su delgada capa de tejido blando, y la presencia de un clavo intramedular facilita la evaluación del tejido interviniente sirviendo como un marcador fácilmente identificable (3). 21 El tratamiento óptimo para un retardo de consolidación inicia con una evaluación crítica para ambos factores biológicos y mecánicos (3). La localización y configuración de la fractura, la clasificación de la fractura expuesta, y cualquier infección previa o intervenciones quirúrgicas son elementos esenciales en la historia clínica. La exploración física determina el estado de los tejidos blandos, la presencia o ausencia de un seno de drenaje, y el estado neurovascular del pie. La alineación inicial y actual de la fractura debe ser evaluada clínicamente y con radiografías. Debe determinarse pérdida ósea, ya que un defecto óseo limita las opciones del tratamiento (3). Infección, defectos de tejidos blandos, y la mala alineación sustancialmente alteran las opciones para el tratamiento de los retardos de consolidación. Ambos problemas biológicos y mecánicos deben ser tratados. Un retardo de consolidación cerrado, no infectado con alineación aceptable requiere la intervención sólo para conseguir la consolidación; injerto posterolateral, enclavado intramedular rimado cerrado, y aplicación de una placa de compresión con o sin injerto óseo todos son soluciones aceptables para el problema. Los abordajes aceptables para la infección asociada con retardo de la consolidación incluyen debridamiento amplio y cobertura de los tejidos blandos además de la estabilización ósea e injerto óseo (3). FRACTURAS SEGMENTARIAS. Las fracturas segmentarias de la diáfisis tibial (AO tipos 42C2) usualmente ocurren posteriores a un trauma directo de alta energía con una consecuente lesión severa a los tejidos blandos y un alto índice de fracturas expuestas. El aporte sanguíneo del fragmento óseo intermedio puede ser severamente interrumpido y por lo tanto el tratamiento quirúrgico es demandante. Un estudio retrospectivo que compara 3 métodos distintos de estabilización, revisó los problemas postoperatorios de 26 pacientes en un período de 10 años. 16 (62%) de las fracturas se estabilizaron con un clavo intramedular, 5 (19%) con osteosíntesis con placa, y 5 (19%) con fijador externo. Los resultados reportados fue que se logró la consolidación en todos los pacientes en un tiempo promedio de 11.4 meses. En 17 pacientes (65.4%), un tratamiento quirúrgico secundario tuvo que ser necesario. Se observó pseudoartrosis en 11 fracturas (40%), tres veces en la fractura proximal y 8 veces en la fractura distal. En el grupo con enclavamiento endomedular, ocurrió 22 pseudoartrosis en 9 pacientes. En el grupo tratado con fijador externo, 3 pacientes desarrollaron pseudoartrosis. Después de cambiar a otro tipo de implante se logró la consolidación en todos los pacientes. Su conclusión respecto al manejo quirúrgico, es que el enclavado endomedular convencional no es apto para estabilizar fracturas segmentarias con un fragmento metafisiario corto. Nuevos clavos con bloqueo proximal y distal en tres planos diferentes ofrecen mejor estabilidad. La vascularidad ósea no debe ser comprometida por el procedimiento quirúrgico para estabilizar la fractura, y la reducción óptima de la fractura es un pre-requisito importante para la consolidación de la fractura sin eventos, especialmente en este tipo de configuración de fractura (5). 23 24 25 ENCLAVADO ENDOMEDULAR RIMADO VS. NO RIMADO. Aún existe el debate sobre la justificación biológica del enclavado endomedular rimado y no rimado para el tratamiento de las fracturas diafisiarias de tibia. Estudios previos pequeños han dejado evidencia inconclusa para ambos abordajes. El estudio de nivel I de evidencia SPRINT, realizado por la McMaster University en Ontario, Canada, comparó estos dos métodos de enclavamiento endomedular con respecto a las tasas de re-operaciones y complicaciones en pacientes con fracturas diafisiarias de tibia. Se realizó un ensayo multicéntrico, aleatorizado, de 1319 adultos con fractura diafisiaria de tibia manejados ya sea con enclavado endomedular rimado o no rimado. Se estandarizó el cuidado preoperatorio, y reo- peraciones para no-unión antes de 6 meses no fueron permitidos. Las variables consideradas a 12 meses postoperatorios incluyeron el uso de injerto óseo, recambio de implante, y dinamización en pacientes con un espacio en la fractura < 1 cm. Infección y fasciotomía fueron considerados como parte de la evolución, no respecto al espacio postoperatorio. Se realizó 622 enclavados endomedulares rimados y 604 no rimados. 57 (4.6%) requirieron de recambio de implante o injerto óseo debido a una no-unión. 105 de los pacientes en el grupo rimado y 114 del no rimado desarrollaronun evento primario (riesgo relativo, 0.90; 95% IC, 0.71 a 1.15). Con los resultados obtenidos, se llegó a la conclusión de que puede haber un beneficio a favor del rimado intramedular en pacientes con fracturas cerradas, aunque no se encontró diferencias en pacientes con fractura expuesta (6). El consumo de tabaco ha sido bien reconocido como un factor de inhibición en la consolidación de las fracturas, así como un factor de riesgo para no-unión. Un estudio por Battersby C. et al, evaluaron si un asesoramiento adecuado para dejar de fumar y apoyo para los fumadores que llevaran manejo de su fractura, basado en las guías del United States Public Health Service “Five A” (las 5 “A”) Smoking Cessation Guidelines- evidence-based guidelines, con énfasis en una estrategia efectiva para promover el dejar de fumar, mediante una historia del consumo, asesorando al paciente para dejar de fumar, motivación para dejar de fumar y facilitarlo por medio de grupos de apoyo e intervenciones farmacológicas (Ask, Advise, Asses, Assist, Arrange). Este estudio fue realizado en pacientes del Reino Unido con un cuestionario llenado por 156 pacientes 26 fumadores –ingresados y ambulatorios- sometidos a manejo de su fractura (87 masculinos, 69 femeninos, 18-89 años, edad media 48 años). Los resultados obtenidos fueron que 36% de los pacientes recibieron asesoramiento para dejar de fumar, mientras que apoyo y asesoramiento solo el 2.5%. Concluyeron que la evaluación de la prevalencia de fumadores, y la promoción subsecuente para dejar de fumar en pacientes con trauma, es claramente sub-óptimo. Sugieren sobresaltar la significancia de fumar como un factor de riesgo para impedir la consolidación de una fractura entre todos los profesionales de salud que manejan pacientes con trauma, y la incorporación de un asesoramiento para dejar de fumar y apoyo en el manejo del trauma para promover una óptima consolidación de la fractura. (10) 27 II. JUSTIFICACION Al realizar un seguimiento de personas con fracturas de la diáfisis tibial en una unidad hospitalaria se contará con medidas preventivas para mejorar el servicio de urgencias y el servicio de ortopedia los cuales son los primordiales para el manejo inicial del paciente con alto índice morbi-mortalidad, así como saber el curso pronóstico, expectativas e índice de consolidación para establecer si existe o no riesgo directo del tabaquismo en su consolidación y promover campañas para disminuir el consumo del tabaco. Al tener como propósito realizar un estudio de este tipo a un determinado número de personas con este tipo de fracturas de la tibia, en una unidad hospitalaria en este caso en el Hospital General Dr. Rubén Leñero, se podrá contar con medidas preventivas para mejorar la atención desde su ingreso al servicio de urgencias y posteriormente en el servicio de ortopedia los cuales son servicios primordiales para el manejo inicial del paciente ya que la naturaleza de su padecimiento presenta un alto índice morbi-mortalidad, así como saber el curso, pronóstico y expectativas de su patología. 28 III. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA Se considera que la ciudad de México es una urbe en constante crecimiento que no está exenta de problemas de carácter médico y social. Es por eso que se decide realizar un análisis de pacientes con fracturas de tibia con el fin de conocer su seguimiento e índices de consolidación en la población de esta ciudad. Actualmente se desconoce cuál es la prevalencia de consolidación, retardo en la consolidación y no unión de las fracturas de la diáfisis tibial de la población cautiva del centro de México. PREGUNTAS DE INVESTIGACION 1. ¿Cuál es la prevalencia de no unión en pacientes con fractura diafisiaria de tibia en fumadores? 2. ¿Cuál es la prevalencia de no unión en pacientes con fractura diafisiaria de tibia en no fumadores? 3. ¿Cómo impacta el tabaquismo con la consolidación de las fracturas de la diáfisis tibial? 4. ¿Puede tomarse en cuenta como un factor de riesgo? 5. ¿Cuál es el impacto el consumo del tabaco con la consolidación de las fracturas de la diáfisis tibial en la población mexicana evaluado mediante OR? 6. ¿Cuál es el impacto estadístico del fumar como factor de riesgo en los pacientes con fractura diafisiaria de tibia comparado con otros factores de riesgo? 29 IV. OBJETIVO DE TRABAJO OBJETIVO GENERAL o Determinar el número de pacientes con fracturas de la diáfisis tibial, su tratamiento, seguimiento e impacto con el uso del tabaco del 2010 al 2015 en el hospital General Dr. Rubén Leñero. OBJETIVOS ESPECIFICOS o Establecer la prevalencia de no unión en pacientes con fractura diafisiaria de tibia en fumadores. o Establecer la prevalencia de no unión en pacientes con fractura diafisiaria de tibia en no fumadores. o Establecer el impacto del tabaquismo en la consolidación de las fracturas de la diáfisis tibial. o Establecer la existencia del consumo del tabaco como factor de riesgo para complicaciones en la evolución de las fracturas diafisiarias de tibia. o Establecer la asociación del consumo del tabaco y la evolución de la consolidación de las fracturas de la diáfisis tibial manejadas con enclavado endomedular. o Establecer el impacto estadístico del fumar como factor de riesgo y compararlo con otros factores de riesgo. 30 V. HIPOTESIS DE TRABAJO El tabaquismo afecta el retraso de las fracturas, evolucionando a mal-unión, pseudoartrosis y no unión. HIPÓTESIS NULA: El tabaquismo es el factor que más impacto tiene para evitar la consolidación de las fracturas. HIPÓTESIS ALTERNA: El tabaquismo puede ser un factor pronóstico para la consolidación de las fracturas. 31 VI. MATERIAL Muestra, Población y Muestreo. Incluye a pacientes atendidos inicialmente en el servicio de urgencias en el Hospital General Dr. Rubén Leñero, mayores de 17 años de edad, con diagnóstico de fractura diafisiaria de tibia, en el período comprendido del 2010 al 2015, con tratamiento definitivo a base de fijación interna con enclavado endomedular, captados mediante el Sistema Automatizado de Egresos Hospitalarios, y con expediente clínico en el archivo. Criterios de Inclusión. Pacientes que se presentaran al Hospital General Dr. Rubén Leñero para atención médica, mayores de 17 años, con fractura de la diáfisis tibial del 01 de enero 2010 al 31 de diciembre del 2015, con manejo quirúrgico a base de enclavado endomedular, rimado, bloqueado. Criterios de No inclusión. Pacientes menores de 17 años, manejo conservador, manejo quirúrgico a base de fijador externo, placa, fracturas metafisiarias de tibia, fracturas manejadas fuera del rango de fecha establecido. Criterios de Interrupción. Pacientes que presenten dicha fractura a nivel de fémur del 1° de enero al 31 de diciembre del 2014 que no se cuente con expediente clínico. Criterios de Eliminación. Pacientes que hayan fallecido, que tengan fractura metafisiaria, que hayan sido egresados por responsiva médica de la unidad hospitalaria a pesar de estar registrados y se cuente con expediente clínico. 32 Variables incluidas para el estudio. Las variables que se tomaron en cuenta fueron: género, edad, tabaquismo (si/no), infección intrahospitalaria (si/no), tipo de reducción (abierta/cerrada), mecanismo de lesión (baja/alta energía), causa externa de lesión, tercio diafisiario (proximal/medial/distal), tipo de trazo según la clasificación AO (simple/cuña/complejo), tipo de fractura según la continuidad de los tejidos blandos (cerrada/expuesta), consolidación (si/no). Recursos: Radiografías Anteroposteriory lateral de tibia y peroné. Tomografía axial computarizada de la extremidad como estudios complementarios en caso de necesitarlo. SISTEMA AUTOMATIZADO DE EGRESOS HOSPITALARIOS DEL 2010 AL 2015 (SAEH) Expediente Clínico. 33 VII. METODOS 1. Se accedió al Sistema Automatizado de Egresos Hospitalarios (SAEH) del Hospital General Dr. Rubén Leñero para capturar la muestra, filtrando los pacientes con fractura de la diáfisis tibial según en CIE-10 del 2010 al 2015, manejados con reducción abierta o cerrada y fijación interna mediante clavo centromedular, rimado y bloqueado. 2. Se obtuvo del SAEH la edad, género, causa externa de la lesión, infección hospitalaria, tipo de reducción, días de estancia hospitalaria y número de expediente clínico. 3. Se accedió al expediente clínico de cada paciente en el archivo clínico del Hospital General Dr. Rubén Leñero para la captura del resto de los datos. 4. Los pacientes que no contaban con los datos completos en su expediente clínico, se les contactó por teléfono y se citaron al hospital para capturar el resto de la información. 5. Se incluyeron los pacientes que cumplían con los criterios de inclusión y se excluyeron el resto. 6. Se capturaron los datos y se analizaron en computadora con el programa Microsoft Excel 2013 y SPSS Statistics v21. 7. Se reportaron los resultados en Word. 34 MAPA CONCEPTUAL DE RECOLECCION DE DATOS: Figura 1. Mapa conceptual de recolección de datos. 35 VIII. IMPLICACIONES ETICAS Este estudio constituye una investigación con riesgo mínimo debido a que implica un análisis de la condición clínica de los sujetos de investigación después de recibir un tratamiento especializado. LEY GENERAL DE SALUD TITULO QUINTO Investigación para la Salud CAPITULO UNICO ARTÍCULO 96. La investigación para la salud comprende el desarrollo de acciones que contribuyan: I. Al conocimiento de los procesos biológicos y psicológicos en los seres humanos; II. Al conocimiento de los vínculos entre las causas de enfermedad, la práctica médica y la estructura social; III. A la prevención y control de los problemas de salud que se consideren prioritarios para la población; IV. Al conocimiento y control de los efectos nocivos del ambiente en la salud; V. Al estudio de las técnicas y métodos que se recomienden o empleen para la prestación de servicios de salud, y VI. A la producción nacional de insumos para la salud. ARTÍCULO 97. La Secretaría de Educación Pública, en coordinación con la Secretaría de Salud y con la participación que corresponda al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, orientará al desarrollo de la investigación científica y tecnológica destinada a la salud. La Secretaría de Salud y los gobiernos de las entidades federativas, en el ámbito de sus respectivas competencias, apoyarán y estimularán el funcionamiento de establecimientos públicos destinados a la investigación para la salud. 36 ARTÍCULO 98. En las instituciones de salud, bajo la responsabilidad de los directores o titulares respectivos y de conformidad con las disposiciones aplicables, se constituirán: una comisión de investigación; una comisión de ética, en el caso de que se realicen investigaciones en seres humanos, y una comisión de bioseguridad, encargada de regular el uso de radiaciones ionizantes o de técnicas de ingeniería genética. El Consejo de Salubridad General emitirá las disposiciones complementarias sobre áreas o modalidades de la investigación en las que considere que es necesario. ARTÍCULO 99. La Secretaría de Salud, en coordinación con la Secretaría de Educación Pública, y con la colaboración del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y de las instituciones de educación superior, realizará y mantendrá actualizado un inventario de la investigación en el área de salud del país. ARTÍCULO 100. La investigación en seres humanos se desarrollará conforme a las siguientes bases: I. Deberá adaptarse a los principios científicos y éticos que justifican la investigación médica, especialmente en lo que se refiere a su posible contribución a la solución de problemas de salud y al desarrollo de nuevos campos de la ciencia médica; II. Podrá realizarse sólo cuando el conocimiento que se pretenda producir no pueda obtenerse por otro método idóneo; III. Podrá efectuarse sólo cuando exista una razonable seguridad de que no expone a riesgos ni daños innecesarios al sujeto en experimentación; IV. Se deberá contar con el consentimiento por escrito del sujeto en quien se realizará la investigación, o de su representante legal en caso de incapacidad legal de aquél, una vez enterado de los objetivos de la experimentación y de las posibles consecuencias positivas o negativas para su salud; V. Sólo podrá realizarse por profesionales de la salud en instituciones médicas que actúen bajo la vigilancia de las autoridades sanitarias competentes; VI. El profesional responsable suspenderá la investigación en cualquier momento, si sobreviene el riesgo de lesiones graves, invalidez o muerte del sujeto en quien se realice la investigación, y 37 VII. Las demás que establezca la correspondiente reglamentación. ARTÍCULO 101. Quien realice investigación en seres humanos en contravención a lo dispuesto en esta Ley y demás disposiciones aplicables, se hará acreedor de las sanciones correspondientes. ARTÍCULO 102. La Secretaría de Salud podrá autorizar con fines preventivos, terapéuticos, rehabilitatorios o de investigación, el empleo en seres humanos de medicamentos o materiales respecto de los cuales aún no se tenga evidencia científica suficiente de su eficacia terapéutica o se pretenda la modificación de las indicaciones terapéuticas de productos ya conocidos. Al efecto, los interesados deberán presentar la documentación siguiente: I. Solicitud por escrito; II. Información básica farmacológica y preclínica del producto; III. Estudios previos de investigación clínica, cuando los hubiere; IV. Protocolo de investigación, y V. Carta de aceptación de la institución donde se efectúe la investigación y del responsable de la misma. ARTÍCULO 103. En el tratamiento de una persona enferma, el médico podrá utilizar nuevos recursos terapéuticos o de diagnóstico, cuando exista posibilidad fundada de salvar la vida, restablecer la salud o disminuir el sufrimiento del pariente, siempre que cuente con el consentimiento por escrito de éste, de su representante legal, en su caso, o del familiar más cercano en vínculo, y sin perjuicio de cumplir con los demás requisitos que determine esta Ley y otras disposiciones aplicables. 38 DECLARACION DE HELSINKI DE LA ASOCIACION MEDICA MUNDIAL Principios éticos para las investigaciones médicas en seres humanos 1. La Asociación Médica Mundial (AMM) ha promulgado la Declaración de Helsinki como una propuesta de principios éticos para investigación médica en seres humanos, incluida la investigación del material humano y de información identificables. 5. El progreso de la medicina se basa en la investigación que, en último término, debe incluir estudios en seres humanos. Las poblaciones que están subrepresentadas en la investigación médica deben tener un acceso apropiado a la participación en la investigación. 6. En investigación médica en seres humanos, el bienestar de la persona que participa en la investigación debe tener siempre primacía sobre todos los otros intereses. 7. El propósito principal de la investigación médica en seres humanos es comprender las causas, evolución y efectos de las enfermedades y mejorar las intervenciones preventivas, diagnósticas y terapéuticas (métodos, procedimientos y tratamientos). Incluso, las mejores intervencionesactuales deben ser evaluadas continuamente a través de la investigación para que sean seguras, eficaces, efectivas, accesibles y de calidad. 8. En la práctica de la medicina y de la investigación médica, la mayoría de las intervenciones implican algunos riesgos y costos. 9. La investigación médica está sujeta a normas éticas que sirven para promover el respeto a todos los seres humanos y para proteger su salud y sus derechos individuales. Algunas poblaciones sometidas a la investigación son particularmente vulnerables y necesitan protección especial. Estas incluyen a los que no pueden otorgar o rechazar el consentimiento por sí mismos y a los que pueden ser vulnerables a coerción o influencia indebida. 39 10. Los médicos deben considerar las normas y estándares éticos, legales y jurídicos para la investigación en seres humanos en sus propios países, al igual que las normas y estándares internacionales vigentes. No se debe permitir que un requisito ético, legal o jurídico nacional o internacional disminuya o elimine cualquiera medida de protección para las personas que participan en la investigación establecida en esta Declaración. 14. El proyecto y el método de todo estudio en seres humanos debe describirse claramente en un protocolo de investigación. Este debe hacer referencia siempre a las consideraciones éticas que fueran del caso y debe indicar cómo se han considerado los principios enunciados en esta Declaración. El protocolo debe incluir información sobre financiamiento, patrocinadores, afiliaciones institucionales, otros posibles conflictos de interés e incentivos para las personas del estudio y estipulaciones para tratar o compensar a las personas que han sufrido daños como consecuencia de su participación en la investigación. El protocolo debe describir los arreglos para el acceso después del ensayo a intervenciones identificadas como beneficiosas en el estudio o el acceso a otra atención o beneficios apropiados. 15. El protocolo de la investigación debe enviarse, para consideración, comentario, consejo y aprobación, a un comité de ética de investigación antes de comenzar el estudio. Este comité debe ser independiente del investigador, del patrocinador o de cualquier otro tipo de influencia indebida. El comité debe considerar las leyes y reglamentos vigentes en el país donde se realiza la investigación, como también las normas internacionales vigentes, pero no se debe permitir que éstas disminuyan o eliminen ninguna de las protecciones para las personas que participan en la investigación establecidas en esta Declaración. El comité tiene el derecho de controlar los ensayos en curso. El investigador tiene la obligación de proporcionar información del control al comité, en especial sobre todo incidente adverso grave. No se debe hacer ningún cambio en el protocolo sin la consideración y aprobación del comité. 40 IX. MAPA DE ACTIVIDADES 41 X. RESULTADOS La cantidad de pacientes masculinos fueron 163 y 53 femeninos, con un porcentaje mayor de pacientes masculinos que se presentaron al servicio de urgencias con fractura diafisiaria de tibia (75% vs. 25%). Tabla 1. Frecuencia por Sexo. SEXO Frecuencia Porcentaje masculino 163 75.5 femenino 53 24.5 Total 216 100.0 Fuente: SAEH 2010-2015. Figura 1. Gráfica de frecuencia por sexo. Fuente: SAEH 2010-2015. 42 Se observó que el procedimiento quirúrgico más frecuente fue reducción abierta y fijación interna en un total de 194 pacientes correspondiendo al 90%, vs reducción cerrada y fijación interna en 22 pacientes lo cual corresponde al 10%. Tabla 2. Frecuencia y Porcentaje de Tipo de reducción (abierta vs. cerrada) TIPO DE REDUCCION Frecuencia Porcentaje reducción cerrada y fijación interna 22 10.2 reducción abierta y fijación interna 194 89.8 Total 216 100.0 Fuente: SAEH 2010-2015. Figura 2. Tipo de procedimiento quirúrgico en base a reducción abierta vs. cerrada Fuente: SAEH 2010-2015. 43 Se encontró que hay una tendencia a la alza en las fracturas de la diáfisis tibial por cada año transcurrido, así como el número de procedimientos quirúrgicos ha aumentado al 40% en comparación hace 5 años, y un promedio del 30% al año pasado, reflejado en el número de pacientes que se presentaron con fractura diafisiaria de tibia en el servicio de urgencias en el año 2015. Tabla 3. Frecuencia y porcentaje de fracturas diafisiarias de tibia reportadas por año. Año Frecuencia Porcentaje 2010 17 7.9 2011 44 20.4 2012 38 17.6 2013 25 11.6 2014 29 13.4 2015 63 29.2 Total 216 100.0 Fuente: SAEH 2010-2015. 44 Figura 3. Gráfico que muestra la cantidad de fracturas reportadas por año, del 2010 al 2015. Fuente: SAEH 2010-2015. 45 Figura 4. Gráfica lineal que muestra el número de pacientes atendidos con fractura diafisiaria de tibia por año. Fuente: SAEH 2010-2015. 46 Figura 5. Gráfica de barras de número de fracturas diafisiarias de tibia por año, según el género. Fuente: SAEH 2010-2015. Según las fracturas por año por género, este tipo de fracturas predominó en más del 50% en la población masculina en todos los años excepto en 2014. 47 Si se divide a la población por grupos de edad por criterio evolutivo, siendo el grupo 1 la población de 17 a 40 años representada por los adultos jóvenes, grupo 2 de 41 a 60 años y el grupo 3 mayores de 60 años representada por la población de la tercera edad, vemos que este tipo de fracturas predomina en la población joven adulta, de 17 a 40 años en más del 50%, un valor significativo, predominando en el 62% en total, el grupo 2 corresponde al 27% y la población mayor a 60 años en el 11%. Tabla 4. Frecuencia y porcentaje de fracturas por grupo de edades Grupo de edad Frecuencia Porcentaje 17 a 40 134 62,0 41 a 60 58 26,9 >60 años 24 11,1 Total 216 100,0 Fuente: SAEH 2010-2015. 48 Figura 6. Gráfico de barras de número de fracturas por año, según el grupo de edad. Fuente: SAEH 2010-2015. 49 Para crear grupos de edades no arbitrarias, se genera un criterio por grupos según cuartiles, donde el percentil 25 lo conforma la edad de 24, el percentil 50 de 34.5 años y el percentil 75 de 47 años. Con estos resultados, se obtienen 3 grupos: grupo 1 de 17 a 24 años; grupo 3 de 47 a 81 años; grupo 2 de 25 a 46 años. Fuente: SAEH 2010-2015. Tabla 6. Grupos de edad por percentiles Grupo Edad Frecuencia Porcentaje Porcentaje válido Porcentaje acumulado P. 25 57 26.4 26.4 26.4 P. 50 104 48.1 48.1 74.5 P. 75 55 25.5 25.5 100.0 Total 216 100.0 100.0 Fuente: SAEH 2010-2015. Tabla 5. División de Grupos de edad por Percentiles EDAD N Válidos 216 Perdidos 0 Media 36.98 Percentiles 25 24.00 50 34.50 75 47.00 50 Figura 7. Gráfico de barras del porcentaje de pacientes según el grupo de edad en percentiles. 1= percentil 25; 2= percentil 50; 3= percentil 75. Fuente: SAEH 2010-2015. 51 Si se dividen los días de estancia hospitalaria en grupos por criterio de intervalo constante, se generan 4 grupos: grupo 1 de 1 semana de estancia, grupo 2 de 1 a 2 semanas, grupo 3 de 2 a 3 semanas y grupo 4 de más de 3 semanas de estancia intrahospitalarias. Se observa que el grupo predominante es el grupo 2, con 86 pacientes, representando al 40%. Tabla 7. Días estancia hospitalarios Grupos de DEIH Frecuencia Porcentaje Porcentaje válido Porcentaje acumuladoGpo. 1 42 19.4 19.4 19.4 Gpo. 2 86 39.8 39.8 59.3 Gpo. 3 61 28.2 28.2 87.5 Gpo. 4 27 12.5 12.5 100.0 Total 216 100.0 100.0 Fuente: SAEH 2010-2015. Fig. 8. Gráfico de barras del número de pacientes por Grupos del número de Días de Estancia Intrahospitalarios. Fuente: SAEH 2010-2015. 52 Según los días de estancia intrahospitalarios, se generaron 3 grupos en base a cuartiles, donde se obtuvieron los siguientes resultados: una media de 14 días de estancia intrahospitalaria, una mediana de 13 días, con una desviación estándar de 7.9 días, un valor mínimo de 1 día y máximo de 51 días. De esta forma, se generaron 3 percentiles: el percentil 25 conformado por 8 días, percentil 50 por 13 días, y percentil 75 de 18 días. En base a estos resultados, se pueden generar 3 grupos en base a cuartiles; grupo 1 de 1 a 8 días, grupo 3 de 18 a 51 días y grupo 2 de 9 a 17 días. Tabla 8. Estadísticos de los grupos para Días de Estancia Intrahospitalarios por cuartiles DEIH N Válidos 216 Perdidos 0 Media 14.05 Mediana 13.00 Desv. típ. 7.987 Mínimo 1 Máximo 51 Percentiles 25 8.00 50 13.00 75 18.00 Fuente: SAEH 2010-2015. 53 Según la causa externa que condicionó la fractura diafisiaria de tibia, la causa más común fue accidental en un 48%, seguido de las caídas en un 40%, en tercer lugar como causa fueron los accidentes automovilísticos al peatón por atropellamientos. Tabla 9. Causas de fracturas diafisiarias de tibia del 2010 al 2015. CAUSA Frecuencia Porcentaje atropellamiento 35 16.2 motocicleta 11 5.1 choque automovilístico 18 8.3 caída 76 35.2 golpe por objeto 20 9.3 accidental 48 22.2 arma de fuego 3 1.4 agresión 4 1.9 trauma por animal 1 .5 Total 216 100.0 Fuente: SAEH 2010-2015. 54 Fig. 9. Gráfico de barras que muestra el número de fracturas diafisiarias de tibia del 2010 al 2015 por su causa de lesión. Fuente: SAEH 2010-2015. 55 De los 216 pacientes incluidos en el estudio, 105 de ellos refirieron ser fumadores y 111 no fumadores, correspondiendo al 49 y 51%, respectivamente. Tabla 10. Número de pacientes Fumadores y no Fumadores FUMADOR Frecuencia Porcentaje SI 105 48.6 NO 111 51.4 Total 216 100.0 Fuente: SAEH 2010-2015. Fig. 10. Gráfico de barras por frecuencia de número de pacientes fumadores y no fumadores. Fuente: SAEH 2010-2015. 56 Tabla 11. tercio diafisiario de la fractura TERCIO DIAFISIARIO Frecuencia Porcentaje proximal 19 8.8 medio 165 76.4 distal 32 14.8 Total 216 100.0 Fuente: SAEH 2010-2015. Fig. 11. Gráfico que muestra el número de fracturas de la diáfisis tibial según el tercio diafisiario afectado. Fuente: SAEH 2010-2015. 57 Tabla 12. Clasificación AO del tipo de trazo de fractura TIPO TRAZO Frecuencia Porcentaje Simple 104 48.1 Cuña 71 32.9 Complejo 41 19.0 Total 216 100.0 Fuente: SAEH 2010-2015. Fig. 12. Gráfico que muestra el número de fracturas según el tipo de trazo de fractura según la Clasificación AO. Fuente: SAEH 2010-2015. 58 Tabla 13. integridad del peroné peroné Frecuencia Porcentaje íntegro 48 22.2 fx distinto nivel 61 28.2 fx mismo nivel 107 49.5 Total 216 100.0 Fuente: SAEH 2010-2015. Fig. 13. Gráfico que muestra el número de fracturas según la integridad del peroné. Fuente: SAEH 2010-2015. 59 Tabla 14. Mecanismo de lesión TIPO DE ENERGIA Frecuencia Porcentaje BAJA ENERGIA 135 62.5 ALTA ENERGIA 81 37.5 Total 216 100.0 Fuente: SAEH 2010-2015. Fig. 14. Gráfico que muestra la cantidad de fracturas según el mecanismo de lesión, divido en baja o alta energía. Fuente: SAEH 2010-2015. 60 Tabla 15. Tipo de fractura según la Integridad de la piel TIPO DE FX Frecuencia Porcentaje CERRADA 117 54.2 EXPUESTA 99 45.8 Total 216 100.0 Fuente: SAEH 2010-2015. Fig. 15. Gráfico que muestra el número de fracturas cerradas y el número de fracturas expuestas. Fuente: SAEH 2010-2015. 61 Tabla 16. CONSOLIDACION DE LA FRACTURA CONSOLIDACION Frecuencia Porcentaje SI 148 68.5 NO 68 31.5 Total 216 100.0 Fuente: SAEH 2010-2015. Fig. 16. Número de fracturas que consolidaron y aquellas que no consolidaron. Fuente: SAEH 2010-2015. 62 Del total de las 216 fracturas, no se reportaron infecciones intrahospitalarias durante su estancia. Tabla 17. INFECCION INTRAHOSPITALARIA Frecuencia Porcentaje Porcentaje válido Porcentaje acumulado Válido no 216 100,0 100,0 100,0 Fuente: SAEH 2010-2015. 63 XI. DISCUSION En los artículos de investigación utilizados para la elaboración de este protocolo, la mayoría coinciden en que el tabaquismo es un factor de riesgo para retardo de consolidación o trastornos en la consolidación de las fracturas, no en el tiempo de consolidación. Un reporte menciona que el fumar a bajas dosis puede implicar como un factor de protección, como se encontró en el momento de realizar un análisis estadístico analítico de fumar con consolidación, reportando que pudiera tener un factor protector. El factor de riesgo más importante para una no unión o retardo de consolidación coincide con la literatura, siendo el mecanismo de lesión, la complejidad de la fractura, el tercio diafisiario y la integridad de los tejidos blandos, teniendo esto se corroboró que fueron estos los pacientes con mayores complicaciones para su consolidación. 64 XII. CONCLUSIONES Se concluye que las fracturas de tibia siguen siendo las fracturas más frecuentes de huesos largos en la población mexicana. Muchas de estas fracturas se presentan como fracturas expuestas en el Hospital General Dr. Rubén Leñero. Los pacientes que presentan fractura expuestas están sujetos a un número significativo de complicaciones, siendo los factores de riesgo más importantes para complicaciones el mecanismo de lesión, la integridad de los tejidos blandos, la complejidad de la fractura, y el tercio diafisiario, independientemente del tratamiento quirúrgico, ya que para esto sólo se incluyeron pacientes con manejo quirúrgico definitivo a base de enclavado endomedular rimado y bloqueado. 65 XIII. ANEXOS FORMATO DE RECOLECCIÓN DE DATOS 1. Nombre del Paciente: ________________________________________ 2. No. De Expediente: ___________________ 3. Edad: ___________________ 4. Sexo: Masculino / Femenino 5. Fuma: No / Si / exfumador: # cigarros al día:____ años fumando:____ 6. Comorbilidades: Si / NO 7. Diabetes Mellitus: Si / No 8. Hipertensión Arterial: Si / No 9. Enfermedad vascular periférica: Si / No 10. Clasificación AO: ___________________ 11. Mecanismo de Lesión: Alta energía / Baja energía 12. Tipo de trazo de fractura: Simple / Cuña / Multifragmentado 13. Días de estancia hospitalarios: ______________ 14. Días transcurridos del inicio de la lesión a su manejo quirúrgico: ________ 15. Fractura: Cerrada/Expuesta: Grado según Gustilo y Anderson:_____ 16. Consolidó: Si /No : Tipo: No unión (pseudoartrosis) / retardo / mal unión 17. Tiempo para su consolidación: _________ 18. Infección: Si / No 66 XIV. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS 1. INEGI. Instituto Nacional de Estadística, Geografía e informática, estadísticas de mortalidad general y por género, 2002. 2. Courtney M., et al. “Closed Tibial Shaft fratures”. Clin Orthop Relat Res (2011)469:3518-3521. 3. Phieffer Laura,
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