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FACULTAD DE ODONTOLOGÍA 
 
TÉCNICAS DISPONIBLES PARA LA ESTIMACIÓN DE LA 
EDAD EN PACIENTES ORTODÓNTICOS, MUESTRAS 
FORENSES Y ANTROPOLÓGICAS. 
 
T E S I N A 
 
QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE 
 
C I R U J A N O D E N T I S T A 
 
P R E S E N T A: 
 
ROBERTO EMERSON FRANK GARCIA 
 
TUTORA: Esp. MA. MAGDALENA VARGAS PÉREZ 
 
MÉXICO, D.F. 2013 
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
DEDICATORIA 
 
 
A mi padre Ricardo L. Frank Salgado 
mi hermano Ricardo Frank Garcia 
mi abuela Yolanda Salgado Fonseca 
 
 
Para mi segunda familia 
Los arqueros de la UNAM 
al entrenador Carlos “Flash” Hidalgo, 
Carlos Tejeda, Kevin del Valle, Rodrigo Oliva, 
Cecilia Guevara, Anastassia Égido, René Durán, 
Héctor Hidalgo, Yoru Cross, Fernando Durán, 
Lia Salas, Stivaliz Araiza y Juan Carlos Rodriguez. 
 
 
A los doctores de la Facultad de Odontología 
Magda Vargas, Fabiola Trujillo, Alejandro Romero, 
Silvia Maldonado, Santa Ponce Bravo, Ricardo del Palacio 
Alberto Abel González, José Nava, Leonor Ochoa, 
Ricardo Michigan Ito, Cecilia Suárez Negroe, 
Fernando Rodriguez, Maria del Rosario Lazo y Victor Diaz Michel. 
 
 
Con gran aprecio para el INAH 
Nancy Gelover, Sandra Santiago, 
y al Mtro. Jorge Aturo Talavera. 
 
 
A mis amigos de la Facultad de Odontología 
Mitzy Ortega, Vanessa Gómez, Diana Valencia, 
Eliza Arteaga, Hebe Cerbera, Yuritzi Rojas, 
Luis Alberto Pescador, Ana Véliz, y Juan Rodriguez. 
 
 
 
 
 
 
 
TÉCNICAS DISPONIBLES PARA LA ESTIMACIÓN DE LA 
EDAD EN PACIENTES ORTODÓNTICOS, MUESTRAS 
FORENSES Y ANTROPOLÓGICAS. 
(Revisión Bibliográfica) 
 
1.- Introducción ……………………………………………………… 5 
2.- Antecedentes Históricos 
 2.1 Estudios antropológicos previos ……………… 7 
2.2 Antropología y determinación de la edad ………….…... 17 
2.3 Evolución dental y maxilofacial . .……………….. 26 
3.- Técnicas para estimación de la edad. 
3.1 Erupción dental y el desgaste de los dientes……………… 32 
3.2 Análisis Carpal………………………………………………… 38 
 3.3 Crecimiento cervical………………..…………………………. 49 
3.4 Unión epifisaria clavicular……………..……………………... 56 
3.5 Estado de la sínfisis púbica………………………………….. 63 
3.6 Superficie auricular del ílion………….…………………….... 71 
3.7 Fusión de suturas craneales (Craneosinostósis)………….. 77 
4.- Conclusiones……...…………………………………………………… 82 
5.- Fuentes de información……………………………………………….. 84 
6.- Glosario….……………………………………………………………..... 91
 
 
 
5 
 
1.- INTRODUCCIÓN 
 
-Cuando a uno de mis hermanos le quitaron algunos dientes antes de tiempo 
debido a un mal diagnóstico, poco sabíamos de las repercusiones que 
tendría en su vida actual.- 
 
La estimación de la edad, es un auxiliar de diagnóstico sumamente 
importante, ya que permite conocer y predecir el estado de maduración ósea 
de una persona, además de facilitar la planeación del tratamiento a seguir. 
Sin embargo, el origen de las técnicas que actualmente se utilizan para la 
estimación de la edad, no fue gracias a la acción de los odontólogos, sino de 
los antropólogos que se hicieron la “gran pregunta” ¿cuántos años tiene este 
individuo? (refiriéndose a la edad de restos óseos encontrados en algún 
lugar). 
 
Con el tiempo, diferentes especialistas adoptaron estas técnicas y sus 
aplicaciones en diversas áreas que van desde la antropología (datación de 
entierros históricos), medicina forense (resoluciones para casos en 
criminalística), odontología (aplicación directa en pacientes), etc. 
 
De las técnicas disponibles para este fin; las principales que utilizan los 
ortodoncistas en su práctica privada son tres. 
 
- Erupción dentaria 
- Análisis Carpal 
- Crecimiento de vértebras cervicales 
 
Esto se debe, a que esas técnicas son las únicas que se pueden emplear en 
pacientes “vivos”; el resto de las técnicas descritas requieren el análisis 
 
 
 
6 
 
anatómico de zonas que únicamente pueden ser vistas cuando los tejidos 
blandos no están presentes. 
 
Otra característica importante de hacer notar con respecto a estas tres 
técnicas empleadas en ortodoncia, es que presentan entre sí consistencia en 
cuanto a sus resultados, es decir que si en un paciente es determinada cierta 
edad, esta será la misma con cualquiera de las evaluaciones que se realicen, 
sin embargo las técnicas empleadas en cuerpos secos no siempre 
mantienen esta constante, debido a las características individuales de cada 
organismo, como son actividad física hábitos alimenticios o incluso el número 
de embarazos que ha tenido una mujer. 
 
Cada técnica tiene sus puntos positivos y negativos, algunas requieren de un 
excelente ojo clínico para reconocer las características que un rango de edad 
ofrece. Otras, por otra parte; no son tan exactas en sus resultados con lo que 
el margen de error en la estimación es bastante grande. 
 
De este modo, se llega a uno de los objetivos de este trabajo, que es el de 
proporcionar un pequeño compendio de diferentes técnicas que se utilizan en 
varias áreas como lo son: odontología, medicina forense y antropología para 
poder ampliar el conocimiento del lector o bien usarse como referencia en 
algún momento que sea necesario. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
7 
 
2.- ESTUDIOS ANTROPOLÓGICOS PREVIOS 
 
La historia de la metodología para estimar la edad de una persona es 
compleja e incorpora una literatura larga y diversa. Debido a esto, -He 
decidido centrarme en los hechos más importantes los cuales han formado 
poco a poco el conocimiento sobre el tema-. 
ESTUDIOS PIONEROS DE THOMAS DWIGHT 
El trabajo de Thomas Dwight (1843-1911) (Figura 1), representa un punto de 
entrada útil a la historia de la estimación de la edad. Se le considera a Dwight 
como “El padre de la antropología forense en los Estados Unidos” ya que él 
se vio envuelto en casos forenses he hizo contribuciones tempranas muy 
importantes en el campo del estudio forense. Trabajando en Boston, Dwight 
dirigió investigaciones y enseñó anatomía por décadas, manteniendo el título 
de profesorado en Harvard. A pesar de que hizo aportes en investigación de 
métodos para estimar la edad1 su reputación en antropología forense se 
cimentó a través de su publicación ganadora de premios en 1878 “La 
identificación del esqueleto humano, un estudio Medico-Legal” (The 
Identification of the Human Skeleton, A medico-legal study). 
 
Figura 1. Thomas Dwight 
Fuente: https://cms.www.countway.harvard.edu/wp/?p=3502 
 
 
 
8 
 
Aunque el ensayo de Dwight era muy generalizado, tocaba unos puntos 
clave en la determinación de la edad, que hoy en día continúan siendo 
importantes. Mucha de esta información, se centra en que Dwight enfatizó la 
importancia de la diferencia de géneros durante el crecimiento de un 
individuo y que los diferentes métodos aplican para estados de la vida 
generalizados. 
 
Dwight reconoció un estadío de inmadurez esqueletal hasta los 25 años en 
varones y 22 en mujeres, una etapa de “joven adulto” extendiéndose hasta 
los 30 años aproximadamente, un estado de madurez desde los 30 hasta los 
60 y el estado de “senilidad” que puede empezar en un período variable2. 
 
Para la etapa de inmadurez, midió los tamaños de los diferentes huesos y el 
grado de unión epifisaria,encontrando diferencias entre el inicio y la fusión 
final, además de variación considerable en el momento que iniciaba este 
hecho. Dwight estaba tan impresionado con esa susodicha variación, que se 
rehusó a tabular esta información destacando que: “El hecho es que, 
cuidadosas observaciones de cientos de esqueletos de edades conocidas 
todavía necesitan ser realizadas para entender éste fenómeno”2. 
 
Dwight también puso atención a los cambios de la edad en las etapas de 
joven adulto, adulto maduro y senilidad, pero estaba similarmente consciente 
que la variabilidad era extensa y que investigación sólida necesitaba ser 
completada. En una declaración muy cautelosa concerniente al cierre de las 
suturas craneales, que fue posteriormente restada de importancia por otros, 
el notó que “El cierre de las suturas que usualmente empieza en el estadío 
de madurez ósea, es otro de esos signos que es demasiado variable para 
 
 
 
9 
 
poder depender de él”2. También fue cauteloso de la variabilidad en la 
erupción del tercer molar. 
 
TRABAJOS DE H. H. WILDER 
 
 
Figura 2. Thornton Wilder (1897-1975) 
Fuente: http://pepeworks.blogspot.mx/2009_12_01_archive.html 
 
Wilder se centra en análisis de huellas digitales, su estudio, contiene una 
sección robusta titulada “Identificación de restos fragmentados, en 
descomposición o secos; identificación de dientes y hueso”. Esa sección 
particular, incluye información en la estimación de la edad. Según Wilder “La 
edad de una persona menor a 25 años puede ser calculada por su esqueleto, 
o incluso, a partir de un simple hueso”3. 
 
La publicación de Wilder y Wentworth3 provee de una tabla listando la fusión 
del proceso coracoides de la escápula con el “hueso principal” (Figura 3) 
durante la pubertad, fusión de la sincondrosis esfeno-basilar a los 16 años, 
fusión de las tres partes del hueso pélvico (Figura 4) hacia los 18-20 años y 
 
 
 
10 
 
fusión de la cresta ilíaca (Figura 4) a los 25-28 años de edad. La erupción 
dental es discutida, pero no la formación dental (odontogénesis). 
 
 
Figura 3. Escápula 
Fuente: SOBOTTA, Johannes. Atlas de Anatomia Humana. 21ed. Rio de Janeiro: Guanabara Koogan, 2000. 
 
 
Figura 4. Pelvis 
Fuente: http://vitruviooseo.webnode.es/componentes/division/huesos-de-la-cadera/ 
 
 
 
 
11 
 
 
Algunos de sus criterios para estimar la edad durante la adultez, se enfocan 
en el colapso (cierre de las suturas craneales, cambios en el ángulo de la 
mandíbula y la “reducción del ángulo entre el cuello y el cuerpo de fémur3. 
 
ANTROPOMETRIA DE HRDLICKA (1920) 
 
 
Figura 5. Aleks Hrdlicka 
Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Aleš_Hrdlička 
 
Aleks Hrdlicka refirió datos de la estimación de la edad a partir de restos 
esqueletales4. En su trabajo, Hrdlicka hizo un sumario de cambios básicos 
ligados a la edad, discutidos previamente por otros, pero enfatizó algunos 
factores que eran especialmente útiles. Para los primeros años de la edad 
adulta, enfatizó la regularidad de la fusión de la sincondrosis basilar y reportó 
rangos de edad de entre uno y cinco años de diferencia para la fusión 
completa en diferentes sitios del hueso. 
 
Además, prestó singular atención en la variación poblacional en el momento 
de la erupción y el desgaste dentales. Hrdlicka notó las diferencias en edad 
durante el cierre de las suturas craneales y sugirió el considerar ese factor 
junto al desgaste dental como determinantes de la edad. 
 
 
 
12 
 
 
Hrdlicka también hizo hincapié en que “La articulación púbica muestra 
importantes cambios con la edad”4. 
 
LA “GUIA” DE KROGMAN (1939) 
 
Figura 6. Wilton Marion Krogman 
Fuente: http://anthropology.blog.ocn.ne.jp/bioarchaeology/2011/12/wilton_marion_k.html 
 
Historiadores de la antropología forense han identificado la publicación de 
19395 hecha por Wilton Marion Krogman (Figura 6) como un documento 
clave en el desarrollo del campo. Por primera vez, Krogman (1903-1987) 
recabó información importante en la identificación humana a partir de restos 
óseos para publicarlos en una guía orientada hacia la aplicación de la ley. 
 
Él presentó información de la edad durante diferentes etapas del cierre de las 
suturas craneales (inicio, intermedio y final), además de agregar información 
en las fechas de aparición de los centros de osificación. En contraste a las 
publicaciones de Hrdlicka, Krogman detalló los cambios que ocurren con la 
edad en sínfisis púbica. Prestó especial atención a la pérdida gradual de las 
prominencias óseas de la cara sinfisaria del púbis así como la formación de 
 
 
 
13 
 
“nódulos”, puntilleo y erosión. Además, resaltó como el uso de los rayos-X 
podría ser importante; clasificando los cambios vistos en 4 etapas: debajo de 
25 años, entre los 26 y los 29 años, entre los 40 y los 55 años y después de 
los 56 años de edad. 
 
Hacia 1962 hizo una revisión de su trabajo, presentando los sistemas 
concernientes a la sínfisis púbica, y haciendo que tomara su lugar como el 
indicador de la edad más confiable en el esqueleto humano6. Finalmente, 
concluye las secciones de envejecimiento con la declaración hecha durante 
la década de los 30s y los 40s “Usando la sínfisis púbica y otros criterios 
esqueletales, me atrevo a aseverar una exactitud de mas o menos 2 años de 
edad al momento de la determinación”6. 
 
TRABAJOS DE STEWART (1952) 
 
T. D. Stewart (Figura 7) publicó una revisión del trabajo clásico de 
referencia “Antropometría Práctica” de Hrdlicka donde hubo mínimos 
cambios en la sección del envejecimiento esqueletal, pero la adición más 
importante fue una nota al pie de página haciendo referencia al (aquel 
entonces) recientemente publicado trabajo “Atlas Radiográfico del Desarrollo 
Esqueletal de la Mano y Muñeca” (Atlas of Skeletal Development of the Hand 
and Wrist, 1950) por Greulich & Pyle7. 
 
 
 
14 
 
 
Figura 7. Thomas Dale Stewart 
Fuente: http://www.nap.edu/openbook.php?record_id=11807&page=352 
 
 
Publicó en 1979 un nuevo libro8 el cual se enfocaba en la metodología 
relacionada a la estimación de la edad al morir agregando una robusta 
relección de datos relacionados con la formación y la erupción dentales, 
resaltando la importancia de los dientes para calcular la edad en los 
individuos jóvenes. 
 
Para el cálculo en los adultos, Stewart incluyó recientes estudios de Gilbert y 
McKern9, que extendían un sistema anteriormente establecido para evaluar 
la sínfisis púbica de las mujeres. También proporcionó detalle de la literatura 
y de su propia investigación en cambios en las articulaciones debido a la 
artritis, abordaje de datos dentales históricos, estudios de cambios en el 
hueso esponjoso y microestructura del mismo con cambios histológicos en el 
hueso compacto debido a la edad10, 11, 12. 
 
 
 
 
 
 
15 
 
Finalmente, el libro se diferencia de trabajos previos en: 
 
1.- Producir metodología enfocándose en un rango más amplio de 
estructuras anatómicas 
2.- Concientizar la variación en la mayoría de los cambios por la edad. 
3.- La necesidad para ser selectivo en consultar la literatura publicada 
anteriormente 
 
En México, se han realizado diversas investigaciones13, entre ellas: 
 
Roberto Jiménez Ovando en su tesis titulada “Estudio Radiológico del carpo 
como indicador del desarrollo óseo en los niños en edad escolar”14 menciona 
que hasta el momento y de acuerdo con la información que se dispone, los 
estudios sobre crecimiento y desarrollo infantil que se han realizado en 
México, han sido de carácter antropomédico y psicológico, pero no existen 
trabajos del tipo osteométrico-radiológico. El objeto de su investigación fue el 
de estudiar y establecer normas de desarrollo óseo, utilizando una muestra 
de niños mexicanos del D.F., teniendo en cuenta que el desarrollo infantil 
está íntimamente ligado con factores nutricionales y estos a su vez, lo están 
consituaciones socio-económicas13. 
 
Márquez Morfin, publica un artículo concerniente a dicho tema que se titula 
“Determinación de la edad por medio de la longitud de los huesos largos 
infantiles de población colonial mexicana”15, cuya finalidad era obtener las 
relaciones adecuadas entre la edad determinada por medio de los procesos 
de maduración, erupción dental y la longitud de los huesos largos. La 
muestra fue tomada de una colección colonial procedente de la Catedral 
Metropolitana y de la iglesia de la Soledad en la Ciudad de México. La 
muestra consistió de 33 esqueletos los cuales eran pertenecientes a los 
siglos XVI, XVII y XVIII, los cuales fueron seleccionados tanto de entierros 
 
 
 
16 
 
individuales, como de entierros colectivos. Él llega a la conclusión de que por 
medio de estos estudios se puede llegar a tener noción sobre condiciones de 
salud a través de las líneas de Harris como indicador general de los 
problemas de salud; así como la edad a la que el individuo se ve expuesto a 
mayor estrés13. 
 
Peña Reyes16 realiza un estudio para evaluar la maduración esquelética de 
mano y muñeca en una muestra de niños de Oaxaca. Los objetivos de su 
trabajo son: 1. Cotejar las evaluaciones de madurez esquelética con un 
estudio previo. 2. Diferenciar las relaciones entre edad esquelética evaluada 
por cada uno de los métodos y los indicadores del estado que guarda el 
crecimiento. Sus resultados muestran la necesidad de utilizar diferentes 
técnicas de análisis de la edad para comprobar la veracidad de las mismas. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
17 
 
2.2 ANTROPOLOGIA DENTAL Y DETERMINACIÓN DE LA 
EDAD 
 
La Antropología Física, se enfoca en la variación biológica del ser humano a 
través del tiempo y del espacio. Se puede decir, que los estudios realizados 
por un antropólogo físico abarcan desde el origen de los Homínidos hace 
aproximadamente cinco a ocho millones de años y extendiéndose por una 
gran variedad de muestras fósiles hasta llegar al moderno Homo Sapiens 
(Figura 8). Destacando, que el rango de éstos estudios se extiende a todas 
las partes del globo habitadas en algún momento por humanos o sus 
ancestros. 
 
 
Figura 8. Evolución del ser humano (Imagen de dominio público) 
Fuente: http://images.wikia.com/uncyclopedia/images/d/d8/Human-evolution.gif 
 
Métodos utilizados para llevar a cabo investigación en variación humana van 
desde medidas anatómicas, parámetros fisiológicos y secuenciación de ADN. 
Y tratan problemas en torno a una infinidad de preguntas concernientes a 
adaptación humana, variación e historia. 
 
La Antropología Dental, es un sub-campo de la antropología física a pesar de 
que muchas de las contribuciones principales en ésta área de la 
investigación provienen de campos fuera de la antropología como los son: 
 
 
 
18 
 
Odontología General, Genética, Anatomía y Paleontología. Algunos 
colaboradores se centran en aspectos del desarrollo de la dentición, desde la 
formación del germen dentario hasta defectos de la corona. Otros se enfocan 
en cambios post erupción tales como lo son el desgaste ordinario de la 
corona o modificaciones dentales de aspecto cultural. 
 
El estudio de la Patología Dental, en particular la caries, osteítis periapical, 
patrones de pérdida dentaria y enfermedad periodontal, proveen otra área de 
investigación. Investigadores interesados en esos elementos de la dentición 
humana, los cuales tienen un pequeño elemento genético estudian 
morfología y tamaño del diente entre otras cosas17, 18. 
 
Mucha evidencia se ha acumulado durante el siglo pasado para indicar que 
el desarrollo dental es regulado en gran medida por la acción de los genes. 
Esto es cierto no únicamente para la forma de la corona y la raíz, pero se 
extiende para la infinidad de variantes estructurales de un diente. (Dahlberg 
1951, menciona que en esencia todas las denticiones humanas son 
básicamente iguales) Las diferencias entre individuos son en el número y 
extensión de las características primarias y secundarias de los grupos de 
dientes, que a su vez son reflejo de la constitución genética del individuo. 
 
Desde la “huella” básica o patrón dental maestro que caracteriza a todas las 
denticiones humanas, los dientes exhiben características morfológicas y 
métricas que varían con y entre las poblaciones. 
 
Evolutivamente hablando, éstas características son observables en los 
ejemplares homínidos tanto los fósiles como los vivos. En poblaciones 
humanas recientes patrones de variación son evidentes tanto en la 
morfología como en el tamaño de la corona (Figura 9). 
 
 
 
 
19 
 
 
 
 
Figura 9. Diferencias en la Morfología del Tubérculo de Carabelli propuesto por: Zoubov y Jaldeeva (1989,1993) 
Fuente: http://www.bdigital.unal.edu.co/1303/5/04CAPI03.pdf 
 
 
El esmalte el cual cubre a la corona del diente19, es la parte más “dura” que 
lo conforma, consiste principalmente de Hidroxiapatita de Calcio 
(Ca10(PO4)6(OH)2). Debido a que este componente inorgánico es 
extremadamente durable, los dientes muestran una preservación excelente 
en casi todos los contextos tafonómicos. En depósitos fósiles de homínidos y 
sitios arqueológicos recientes, los dientes son los restos que están en mejor 
estado de conservación. Gracias a sus propiedades, es frecuente que se 
hallen dientes de manera individual incluso tiempo después de que el resto 
del cuerpo ha desaparecido. 
 
Además de sus cualidades de preservación, los dientes son el único tejido 
duro observable directamente en los seres vivos. Pueden ser estudiados a 
través de un examen intraoral directo, pero es generalmente más eficiente el 
reproducir los dientes en la mandíbula y en el maxilar a través de 
impresiones de alginato que sirven de molde para verter yeso y así obtener 
una copia permanente o un modelo de estudio. Algunos trabajadores; 
especialmente aquellos en Rusia, hacen observaciones directamente en 
impresiones de cera. 
 
Dientes extraídos de individuos vivos proveen otra área de estudio, pero 
debido a su naturaleza aislada del contexto de una dentadura completa, son 
 
 
 
20 
 
menos útiles que modelos dentales o esqueletos completos para un análisis 
sistemático de la dentición completa. 
 
Durante el siglo XIX, anatomistas dentales y antropólogos describieron 
variaciones morfológicas y comentaron acerca de su relativa frecuencia en 
diferentes poblaciones raciales. George Von Carabelli20 hizo descripciones 
acerca de una cúspide mesio-lingual accesoria en los molares superiores 
que era bastante común en las poblaciones europeas. 
 
En ese tiempo, Von Carabelli no tenía idea de que alcanzaría un grado de 
inmortalidad en base de esta pequeña cúspide accesoria que lleva su 
nombre hasta este día. (Figura 10) 
 
 
Figura 10. Ubicación del Tubérculo de Carabelli 
Fuente: http://html.rincondelvago.com/morfologia-dental.html 
 
Los primeros odontólogos y antropólogos de Alemania y Francia, mostraron 
que algunas variaciones morfológicas, especialmente el número de cúspides 
en molares superiores e inferiores distinguían a las principales razas de la 
humanidad. 
 
Anatomistas dentales como C.S. Tómes, describieron la corona y las raíces 
de los dientes humanos colocándolos en perspectiva de una odontología 
 
 
 
21 
 
comparativa. Pero a pesar de tales esfuerzos, solo la base para el estudio 
sistemático de la variación y la morfología de los dientes humanos fue 
establecida al principio del siglo XX. 
 
A mitad de 1920, Hrdlicka escribió lo que probablemente es considerado el 
documento angular en el estudio de la morfología de la corona de los dientes 
humanos gracias a sus observaciones de los “incisivos en forma de pala”4 
(nombrados así, por que los márgenes delimitantes de la cara palatina en un 
incisivo encierran a una fosa, dándole la apariencia de una “pala para 
carbón”. 
 
Con accesoa varias colecciones de restos humanos derivadas de sitios 
arqueológicos ubicadas en el Museo Nacional de Historia de los estados 
Unidos, Hrdlicka tuvo una ventaja muy grande sobre sus contemporáneos 
europeos. Mientras ahondaba en los estudios de investigadores dentales 
anteriores a él; Hrdlicka fue el primero en clasificar el grado de expresión de 
una variante morfológica, compararla entre diferentes poblaciones y describir 
su incidencia en otras especies (entiéndase por especies no humanas). 
 
Algunos de sus hallazgos son: la similitud entre los asiáticos y los indios 
americanos, además de su marcada diferencia con las poblaciones de 
Europa y África en cuanto a la expresión y lo marcado de la “forma de 
pala”.21 
 
Entre los estudios de variación dental, se encuentran los de Gregory21, 22, 23 
que ven el grado de variación de los incisivos en forma de pala, tuberculum 
dentale de los dientes anteriores superiores, cúspides de los molares 
superiores e inferiores, patrón geográfico de los molares inferiores y el 
tubérculo de Carabelli. 
 
 
 
 
22 
 
Hablando desde las ventajas del siglo XX, Gregory catalogó las 
características morfológicas en “primitivas” y “civilizadas”. Sus características 
primitivas incluían la forma de pala de los incisivos, una fórmula de cúspides 
4-4-4 o 5-5-5, Tubérculo de Carabelli en M1 y en M2 y la retención de un 
patrón primitivo (Dryopitecus) en los molares inferiores (Figuras 11, 12). 
 
Las características civilizadas de la dentición, o aquellas relacionadas con la 
“dentición moderna”, incluyen la ausencia o disminución de la forma de pala, 
la poca frecuencia del Tubérculo de Carabelli, segundos molares superiores 
redondeados hasta con tres cúspides y molares inferiores con patrones 
geográficos en forma de “cruz” en lugar de “y”. En este aspecto, Gregory 
anticipó los métodos de análisis cuantitativo que enfatizan la importancia de 
las características primitivas y de las derivadas para tratar de desenmarañar 
la historia de la evolución. 
 
 
 
Figura 11. Mandíbula de Dryopitecus fontani 
Imagen de dominio público 
Fuente: http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Dryopithecus_fontani.jpg 
 
 
 
 
 
http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Dryopithecus_fontani.jpg
 
 
 
23 
 
 
Figura 12. Primer registro fósil de Dryopitecus fontani donde se observa la fórmula 4-4-4 en los molares (1A-2A) 
Imagen de dominio público 
Fuente: http://en.wikipedia.org/wiki/Dryopithecus_fontani 
 
 
En 1925, T.D. Campbell, publicó “Dentición y paladar de los aborígenes 
australianos”25, él notó que las diferencias entre las denticiones de los 
diferentes biotipos humanos no habían sido lo suficientemente reconocidos 
como para abrir otra línea de investigación. Pero esto no se debe a la 
carencia de diferencias, sino al tiempo que llevaría investigarlas. A pesar de 
que su trabajo incluyó observaciones morfológicas de las cúspides de los 
molares superiores e inferiores, número de raíces en premolares superiores 
e inferiores y características en relación a los estudios de Carabelli. No 
proporciona información estadística en relación a la forma de pala de los 
incisivos superiores, únicamente se limita a decir que “no es una 
característica de la dentición en los aborígenes australianos”. 
 
J.C.M. Shaw (1931), contribuyó con un trabajo muy importante titulado: “Los 
dientes, el paladar duro y la mandíbula en razas Bantu de Sudáfrica”26. 
Basando su trabajo en los estudios de Campbell, Shaw provee al lector de 
observaciones morfológicas en las cúspides y raíces de los molares 
 
 
 
24 
 
superiores e inferiores, número de raíces de caninos y premolares inferiores 
y de la forma de los incisivos. 
 
Dahlberg, realizó un trabajo en la morfología dental de la población blanca de 
Chicago. El estudio a profundidad de uno de estos grupos (Los indios Pima 
del centro de Arizona), abarcando un lapso de 35 años. De éste trabajo, 
surgieron las primeras y más importantes publicaciones de Dahlberg: “La 
cambiante dentición del hombre”27 y “La dentición del Indio Americano”28. 
 
En 1956, Dahlberg también lanzó una serie de tablas de referencia que 
ayudaron a estandarizar las observaciones morfológicas de la corona dental. 
 
Las tablas para los incisivos en forma de pala, estudios de Carabelli, el 
Hipocono, y el “prostostylid” (Tubérculo o cúspide accesoria) (Figura 13), 
jugaron un papel significante para estimular futuros estudios morfológicos en 
la dentición humana. 
 
 
Figura 13. H = Hipocono, Pr = Protocono, Pa = Paracono, M = Metacono 
Fuente: Img. División Antropología, Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universidad Nacional de La Plata, 
CONICET, (Aut. Valeria Bernal) 
 
 
La década de los 50s, marca una etapa formativa muy importante para el 
desarrollo de los estudios de antropología y de morfología dental. 
 
 
 
25 
 
Complementando el trabajo de Dahlberg, los investigadores contribuyeron 
con estudios en base en la genética y morfogénesis de las características de 
la corona dental, el potencial forense de la morfología dental, interacciones 
de la dentición, y estudios comparativos importantes en las denticiones de 
Europa que abarcan desde el Paleolítico superior hasta la actualidad. 
 
En 1963, el estudio de la dentición humana recibió una gran empuje con la 
publicación de “Antropología Dental”29, editado por D.R. Brothwell. Se 
anexaban documentos que hablaban entre otras cosas del nivel de 
caracterización en forma de pala, la dentición Indio Americana, caninos 
inferiores con dos raíces y agenesia del tercer molar. El reconocimiento de la 
antropología dental como un subcampo de la antropología física coincide en 
esencia con la publicación de éste trabajo. 
 
Nuevamente en 1991, Albert A. Dahlberg escribió “Perspectiva Histórica de la 
Antropología Dental” para el volumen “Avances en Antropología Dental”30. 
Dahlberg era tanto un dentista como un pionero en el campo de la 
ondontología antropológica y debido a esos dos intereses, su tratamiento 
histórico se enfocaba tanto en el desarrollo de la biología oral, como en la 
historia de la antropología dental per se. 
 
Unos años después, Scott (1997) escribió un documento histórico en el tema 
de Antropología Dental publicado en el libro publicado bajo su autoría “History 
of Physical Anthropology”31. 
 
En las últimas cuatro décadas, el número de artículos tratando estudios de la 
morfología dental, excede por mucho lo realizado en los cien años previos. 
Esta era ha sido testigo de la clasificación de muchas “nuevas” 
características morfológicas, caracterizaciones de muchos ejemplares 
poblacionales y de esfuerzos más enfocados en entender la naturaleza 
 
 
 
26 
 
biológica de la corona y de las características de la raíz. Todavía queda 
mucho por hacer, pero el estado de “obscuridad dental” descrito por Keith 
hace más de sesenta años, está saliendo a la luz poco a poco. 
 
 
2.3 EVOLUCIÓN DENTAL Y MAXILOFACIAL 
 
 
Se ha estimado, que los humanos se separaron del resto de los homínidos 
hace aproximadamente 5-8 millones de años32. 
 
Los dientes y la mandíbula de los seres humanos son más pequeños que 
aquellos encontrados en los grandes simios. Investigaciones en los fósiles 
también muestran la evidencia de la disminución de tamaño del sistema 
masticatorio en los homininos* que son antepasados del Homo sapiens. Los 
investigadores mantienen la postura de que esta disminución se debe en 
mayor parte a los cambios en los hábitos alimenticios de la especie. 
 
Existen diferencias morfológicas que diferencían a los humanos modernos de 
los primates, éstas incluyen características en la dentición, cráneo, cerebro, 
tronco y los dientes. Por ejemplo, los dientes caninos de los primates 
presentan dimorfismo sexual cuando se les compara a los de los humanos y 
usualmente no tienen desgaste a nivel de las superficies oclusales delos 
dientes posteriores. Las mandíbulas en los humanos son más pequeñas, 
menos burdas y con una proyección horizontal menor que en los primates. 
Esas características que distinguen a los seres humanos de otras especies, 
pueden encontrarse también en los primeros homininos* junto con otras 
similitudes en el taxón*. 
 
 
 
 
27 
 
Lucas et al.33 Estuvieron de acuerdo en que las características dentales del 
último antepasado común de los chimpancés, bononos y homínidos eran 
muy similares a las de los monos actuales. Tenían incisivos grandes que 
eran procumbentes (proyectados hacia adelante) cuando recién 
erupcionaban. Los caninos también mostraban características de dimorfismo 
sexual, los machos poseían caninos más pronunciados que las hembras. Los 
premolares tenían coronas relativamente pequeñas y el segundo molar era el 
diente más grande (del grupo de molares) exactamente como en los grandes 
simios. De igual manera el borde posterior del canino superior se “afilaba” en 
contra de la extensión anterior del premolar inferior tal y como se muestra en 
los restos del ardipithecus (Figura 14). 
 
Otra de las características evolutivas que separan al Homo sapiens de 
nuestros ancestros. Es la barbilla protuberante la cual estaba ausente en los 
precursores del ser humano y en los Neandertales33, 34. Varios estudios se 
han realizado en la función y la base biomecánica de la formación de la 
barbilla. Mientras que algunos autores sostienen que la barbilla provee de 
resistencia a las fuerzas que actúan sobre la mandíbula44, algunos otros 
incluido Liberman45 creen que la barbilla no tiene importancia funcional. 
 
Se creía que las fuerzas biomecánicas relacionadas al sistema masticatorio 
jugaban un papel en la formación de la barbilla34, sin embargo puntos de 
vista opuestos sostienen que el desarrollo de la barbilla en los humanos 
surgió al mismo tiempo que el uso constante o disminuido de los dientes y al 
mismo tiempo que la mandíbula disminuía su tamaño45. Algunos autores 
declaran que la reducción en el arco dentario dejó a la barbilla como una 
protrusión en la mandíbula. Ichim et al.46 dicen que la formación de la barbilla 
podría deberse a las contracciones repetidas de la lengua y de la 
musculatura oral que resultaron del origen del habla en el humano moderno 
hace aproximadamente 50,000 años. 
 
 
 
28 
 
 
 
Figura 14 Sup. Diferencias entre Humano (Izquierda), Ardipithecus (Centro) y Chimpancé (Derecha). 
Nótese la clase I de Angle en Humanos y la clase III (canina) en el Chimpancé 
Figura 14. Inf. Zonas en molares donde el color rojo indica mayor fuerza durante el ciclo masticatorio y el azul 
menor fuerza. 
Fuente: http://news.nationalgeographic.com/news/2009/10/photogalleries/oldest-human-skeleton-ardi-missing-link-
chimps-pictures/#/ardipithecus-ramidus-teeth-comparison_11772_600x450.jpg 
 
El plano oclusal en los seres humanos a menudo no es horizontal sino 
helicoidal. Un plano oclusal helicoidal es una inclinación donde los dientes 
anteriores muestran un plano inclinado hacia palatino mientras que los 
dientes en la parte posterior se inclinan bucalmente formando una “trenza”. 
 
Aunque el patrón helicoidal es atribuido como una característica típica de la 
región orofacial del género Homo, se ha visto también en los Homínidos del 
Pleistoceno y en los primates, especialmente los chimpancés. 
 
Smith47, menciona que la continua reducción de la arcada dental en los 
homínidos, se debe a que los molares han cambiado de lugar poco a poco 
para descansar posteriormente a la raíz del arco cigomático, y mesialmente 
al complejo pterigo-maseterino. Ambos factores aparentemente son de 
importancia para el desarrollo del plano oclusal helicoidal. 
 
 
 
 
29 
 
También, la reducción de los arcos dentales y su retracción bajo el cráneo 
requería de la inclinación axial de las raíces en los molares. Se ha propuesto 
que esta inclinación axial en el transcurso de la evolución fue paralela por 
cambios diferenciales en la altura de las cúspides para poder mantener el 
complejo masticatorio como una unidad funcional48. Los dientes posteriores 
de los humanos también están inclinados en el plano sagital. Los terceros 
molares han pasado por un proceso de inclinación hacia adelante durante el 
curso de la evolución como resultado de un desplazamiento de la articulación 
temporomandibular en relación con el plano oclusal. Este movimiento, 
desarrolló la curva de Spee (Figura 15) la cual es más pronunciada en 
humanos cuando se les compara con otros homínidos. Esto también volvía 
funcionales a los terceros molares a pesar de su posición49. 
 
 
Figura 15. Curva de Spee 
Fuente: http://www.dentienonsolo.it 
 
Se ha mencionado, que gracias a esta curva, los molares en el lado funcional 
durante el proceso masticatorio pueden realizar el movimiento “para triturar” 
los alimentos. Una compleja relación entre la curva de Spee y el plano 
oclusal helicoidal permite a los molares funcionar en grupos y no de manera 
simultánea bilateral, incluyendo a los terceros molares49. 
 
 
 
 
30 
 
Aunque el plano oclusal helicoidal ha sido aceptado como un producto de los 
cambios evolutivos en el sistema masticatorio, Macho y Berner48 han 
concluido que este plano podría ser considerado como una adaptación 
funcional per se. 
 
Cuando se analiza la evolución del cóndilo mandibular, se aprecia que en los 
primeros homininos* se heredó una articulación posicionada inferior y 
anteriormente la cual viene de antepasados ramamorfos (Hominoideos del 
mioceno temprano-medio). En la línea del australopitecus, la articulación 
permanece hacia adelante, pero se desplazó hacia arriba (Figura 16) 
 
 
 
Figura 16. Posición de la ATM en el Australopitecus afarensis 
Fuente: http://www.nwcreation.net/images/Australopithecus_afarensisafarensis.jpg 
Fuente: http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0022519312002834 
 
http://www.nwcreation.net/images/Australopithecus_afarensisafarensis.jpg
 
 
 
31 
 
En el grupo de los Homo erectus, se levantó menos y se desplazó hacia 
atrás. Los neandertales tenían una rama mandibular ancha, pero con 
diferentes valores par la altura de la misma47 (Figura 17). 
 
 
Figura 17. Comparación entre los cráneos del H. neanderthalis y del H. sapiens 
Fuente: http://www.erichufschmid.net/Neanderthals/More-Neanderthals-4.html 
 
En el Homo sapiens, la articulación de ha movido hacia adelante, pero ha 
mantenido la misma distribución en la elevación tal y como en el Neandertal. 
Los cóndilos mandibulares de los homínidos, ocupan una posición restringida 
en relación con el plano oclusal. Diferentes posiciones (Alta, baja, anterior o 
posterior) tienen un efecto considerable en los movimientos de los molares 
cuando se cierra la mandíbula y por lo tanto afecta el modo en el que la 
comida es procesada durante la masticación. Durante la evolución humana 
ha habido cambios bien definidos en la posición de la articulación 
temporomandibular los cuales también están relacionados con la variación 
de la dieta y el procesamiento de los alimentos50. 
 
 
 
 
 
 
 
 
32 
 
 
3.- TÉCNICAS PARA DETERMINACIÓN DE LA EDAD 
 
 
3.1 ERUPCIÓN DENTAL Y EL DESGASTE DE LOS DIENTES. 
 
 
La erupción y el desgaste de los dientes han sido usados de manera extensa 
para datar al esqueleto humano. El desarrollo dental está mucho más 
asociado con la edad cronológica de una persona en comparación con otras 
partes esqueletales, y parece estar sobre un riguroso control genético. 
 
Debido a la formación regular, a los tiempos de erupción para los dientes y 
debido a que son los remanentes más comunes en los contextos forense, 
arqueológico y paleontológico, el desarrollo dental es probablemente la 
técnica más ampliamente utilizada para datar remanentes subadultos. 
Smith51 provee una revisión de las varias técnicas disponibles. 
 
Es importantemencionar, que “regular” no significa “constante” cuando 
hablamos de dentición humana. Por ejemplo: algunos infantes sufren de 
tiempos de erupción de manera temprana durante sus vidas, y diferentes 
individuos pasan por un orden de erupción diferente52, se ha demostrado que 
algunos individuos Africano-Americanos y Europeo-Americanos, difieren 
tanto en cantidad como en el dimorfismo sexual de la mineralización dental53. 
 
La edad puede ser determinada por el desarrollo del diente en diferentes 
maneras. Una es mediante la comparación al individuo con una tabla o un 
atlas que muestre las diferentes etapas del desarrollo en la dentición 
completa. Otra es mediante la comparación de las etapas de la formación 
con cada diente individual. Liversidge54 discute los pros y los contras de 
éstos métodos y recomienda abordar el problema mediante la solución con el 
atlas debido a la facilidad de uso y a la certeza del método. 
 
 
 
33 
 
 
Ubelaker55, 56 ofrece un sumario gráfico con información en el desarrollo 
dental en los nativos americanos (Figura 18). La variación basada en género 
tanto en la erupción como en el desarrollo dental es más aparente con la 
posición del canino, y este diente es el que menos atención debe prestársele 
cuando se trata de datar denticiones de transición. 
 
 
 
Figura 18. Desarrollo dental en Nativos Americanos. Adaptado del trabajo de Ubelaker (1999, 2008) 
 
 
Al valorar la edad del individuo joven basado en la información dental, es 
importante notar todos los aspectos del desarrollo, incluyendo el terminado 
de las coronas y la formación de las raíces, además de la posición de cada 
diente con respecto al margen alveolar. 
 
Cuando se utilizan estándares publicados, hay que estar seguros de discernir 
entre la erupción a través del margen alveolar (hueso) o a través de la encía 
 
 
 
34 
 
(tejido blando). También hay que notar que el desarrollo dental es sensible 
de las diferencias de género y poblacionales57, 58, 59. 
 
ESTIMANDO LA EDAD DEL ADULTO 
 
Una vez que un diente permanente erupciona, empieza a tener desgaste. El 
grado y patrón del desgaste están gobernados por las secuencias del 
desarrollo dental, morfología dentaria, tamaño del diente, estructura interna 
de la corona, angulación dentaria, uso de los dientes no relacionados con la 
dieta (hábitos), mecanismos de la masticación del individuo y dieta del 
mismo60, 61. 
 
Si el grado de desgaste en una población es relativamente homogéneo, se 
sugiere que la extensión del desgaste está en función de la edad. Este factor 
puede ser usado en asignar edades dentales a especímenes adultos. 
 
Cuando esto ha sido probado en poblaciones modernas, correlaciones entre 
la edad conocida y el desgaste dentario han demostrado ser válidas62, 63. Sin 
embargo, el investigador (Odontólogo Forense, Osteólogo, Antropólogo, etc.) 
debe siempre estar a la expectativa de casos de desgaste acelerado debido 
a la patología en la que se usan los dientes como herramientas64. 
 
El primer paso para verificar la edad mediante la atrición dental, es la 
aplicación de una seriación de todas las denticiones basadas en desarrollo y 
desgaste. Miles65 fue el primero en establecer una escala de atrición basada 
en el desarrollo. Las bases de la técnica son utilizadas como en el siguiente 
ejemplo: Un primer molar permanente, acumula aproximadamente 6 años de 
desgaste antes de que el segundo molar del mismo individuo erupcione 
(asumiendo la etapa de erupción a los 6 y a los 12 años respectivamente). 
Cuando una cantidad similar de desgaste (6 años) se encuentra en el 3er 
 
 
 
35 
 
molar de otro individuo (un molar valorado para erupcionar a los 18 años), la 
edad del individuo puede estimarse como 18 + 6 = 24 años. 
 
Lovejoy62 ha concluido, para la población prehistórica Libben (Una serie de 
colecciones osteológicas del Medio-Oeste de los Estado Unidos) que el 
desgaste dentario valorado mediante procedimientos seriales en un indicador 
confiable e importante de la edad de un adulto al momento de fallecer. 
También encontró a nivel poblacional, que el desgaste dentario era bastante 
regular en forma y grado. 
 
Tal y como él menciona, la valoración de un solo individuo en un ambiente 
forense basado en desgaste dentario, únicamente permite una aproximación 
a “groso modo” de la edad. Pero si toda una población biológica es seriada, 
el desgaste dentario proporciona resultados precisos. 
 
De hecho, Lovejoy y sus colegas62 concluyeron que el desgaste dentario es 
(por si mismo) el mejor indicador para determinar la edad en poblaciones 
esqueletales. Encontraron al desgaste dental como un indicador de la edad 
certero y consistente sin fallas. 
 
La figura 19 ilustra el desgaste de manera estandarizada utilizado por éstos 
trabajadores. Mays66 también encontró al desgaste dentario como un 
indicador confiable en una colección osteológica histórica de Alemania. 
 
Hillson67 y Whittaker68 discutieron métodos útiles para comprobar la edad 
individual basado en el análisis microscópico de los dientes permanentes. 
Conforme los dientes envejecen, formación de una dentina secundaria 
reduce la altura de la cámara pulpar. Drusini et al.69 usaron esto para datar 
radiografías de individuos adultos con un margen de error de +- 5 años en el 
78% de los dientes. 
 
 
 
36 
 
 
 
 
 
 
 Atrición Maxilar Atrición Mandibular 
A 
 
B1 
 
B2 
 
C 
 
D 
 
E 
 
F 
 
G 
 
H 
 
I 
 
 
Figura 19. Modelo de Patrones del desgaste dentario en una población prehistórica nativa de Libben, Ohio. 
El desgaste está dividido en fases para para las denticiones del maxilar (izquierda) y la mandíbula (derecha). La 
dentina expuesta se muestra en color negro. La edad en años para las diferentes etapas son las siguientes: A, 12–
18; B1, 16–20; B2, 16–20; C, 18–22; D, 20–24; E, 24–30; F, 30–35; G, 35–40; H (maxilar), 40–50; H (mandibular), 
40–45; I, 45–55. (Lovejoy et al. 1985) 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
37 
 
Otros estudios mostraron que la traslucidez apical de la corona tiene 
correlación con la edad adulta, pero aplicaciones de la técnica han mostrado 
ser menos útiles que otros métodos70. 
 
Rango 
de 
edad 
(años) 
Entre 17 – 25 años 25 – 35 años 33 – 45 años Más de 45 años 
Númer
o del 
molar 
M1, M1 M2, M2 M3, M3 M
1, 
M1 
M2, 
M2 
M3, 
M3 
M1, M1 M2, M2 M
3, 
M3 
M1, 
M1 
M2
, 
M2 
M
3, 
M
3 
Patrón 
de 
desga
ste 
 
Sin 
exposici
ón de 
dentina. 
 
El 
esmalte 
puede 
estar 
poco 
“pulido” 
 
Cualquier grado 
de desgaste 
mayor que las 
columnas 
previas 
 
En ocasiones un 
patrón de 
desgaste 
irregular ocurre. 
 
(1) (2) (2+) (3) (3+) (4) (4+) (5) (5+) (5++) (6) (7) 
 
Sin 
cambios 
Solo 
esmalte (3-) 
Desgaste 
desigual 
Hasta 
el 
cuello 
Solo la 
raiz 
Figura 20. Patrones de desgaste dental derivados de una muestra de esqueletos desde la época prehistórica hasta 
la medieval. En la parte superior: Patrones típicos de desgaste característico de cuatro grandes grupos de edad. 
En la parte inferior: Puntuaciones asignadas al desgaste dental en molares. La dentina expuesta se muestra en 
negro y el esmalte desgastado se muestra como un patrón a rayas. Adaptado de Brothwell (1981). 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
38 
 
3.2 ANÁLISIS CARPAL. 
 
Hoy en día, el análisis carpal; es una de las principales herramientas que 
usan los ortodoncistas para valorar la edad ósea de una persona. Este 
análisis, se lleva a cabo mediante la comparación de una radiografía de la 
mano izquierda de un paciente contra una tabla de referencia. 
 
Gracias a la interpretación de una “simple radiografía” el especialista es 
capaz de obtener información acerca del estado de maduración relativa de 
un paciente basándose en diversos factores de desarrollo y maduración que 
aparecen de forma regular y secuencial durante el desarrollo óseo, para de 
ésta manera poderseparar a un individuo “normal” de uno con crecimiento 
avanzado o retrasado. 
 
Las lecturas continuas de la edad esqueletal de una persona indican la 
dirección del desarrollo del mismo y/o muestran el progreso durante el 
tratamiento. En personas normales la edad ósea no debe de variar más de 
un 10% en contraste con la edad cronológica del individuo. Una mayor 
disconcordancia entre la edad cronológica y la edad biológica ocurre en 
niños que son obesos o que empiezan la pubertad temprano, de tal modo 
que su “envejecimiento esqueletal” es mayor en ambos casos71. 
 
Las aplicaciones principales de la determinación de la edad en ortodoncia, 
responden a 4 situaciones: 
 
1. Cuando se desea realizar un tratamiento funcional u ortopédico en 
una edad tardía. 
2. Cuando se va a realizar un tratamiento quirúrgico en una edad 
temprana. 
 
 
 
39 
 
3. Para realizar una disyunción palatina en una edad considerada límite 
o tardía. 
4. Cuando deseamos asegurarnos del momento exacto de dar de alta en 
retención a casos críticos como podrían ser mordidas abiertas o la 
clase III. 
 
Un número de factores importantes debe de considerarse cuando se 
determina la edad. Por ejemplo; el grado de maduración esqueletal difiere 
entre niños y niñas, o entre grupos étnicos. 
 
Además, cuando existen situaciones de desórdenes del desarrollo como lo 
son: displasias esqueletales, anormalidades endócrinas u otras causas que 
retarden el crecimiento; los resultados de la técnica podrían verse afectados. 
 
INDICADORES DE MADURACIÓN ESQUELETAL EN NIÑOS Y 
ADOLESCENTES 
 
En la mayoría de los niños sanos, existe una secuencia establecida de la 
osificación del carpo, metacarpo y los huesos de la falange (Figura 21), la 
cual es remarcablemente constante y la misma para ambos sexos. En 
general, el primer centro de osificación en aparecer en la mano y muñeca, es 
el hueso grande, y el último, es de manera más frecuente, el sesamoideo 
perteneciente al pulgar. 
 
El primer centro epifisario en aparecer es el distal del radio, seguido por 
aquellos en el lado proximal de la falanges, los metacarpos, las falanges 
medias, las falanges distales y finalmente el cúbito. 
 
Hay sin embargo dos excepciones a esta secuencia: La epífisis de la falange 
distal del pulgar comúnmente aparece al mismo tiempo que la epífisis de los 
 
 
 
40 
 
metacarpos, y la epífisis de la falange media del meñique es frecuente que 
sea la última en osificar. 
 
Debido a que el valor para predecir los centros de osificación difiere y cambia 
durante el crecimiento, el investigador debe enfocarse de manera primaria en 
los centros que mejor caractericen el desarrollo esqueletal para la edad 
cronológica de la persona que se está valorando. 
 
 
 
 
Figura 21. Orden de la aparición de los huesos del carpo, la secuencia usual es: (1) Hueso 
Grande, (2) Hueso Ganchoso, (3) Piramidal, (4) Semilunar, (5) Trapecio, (6) Trapezoide, (7) 
Escafoides, (8) Pisiforme. La epífisis distal del radio osifica antes que el hueso piramidal y 
que el cúbito antes que el hueso pisiforme. Fuente: Atlas of Hand Bone Age, Gilzans 2005 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
41 
 
La técnica establecida por Grave y Brown en 1976, divide las diferentes 
fases de maduración en 9 etapas con lo que se trata de medir de manera 
más precisa la edad ósea. 
 
Para entenderla, es necesario conocer la nomenclatura utilizada (Figura 22): 
 
 
 
 
 
 
 
 
Figura 22: “Disección” de la nomenclatura utilizada por Grave & Brown en su técnica para la 
determinación de la edad. Fuente: Atlas de Ortopedia Maxilar, Thomas Rakosi (1992) 
 
 
Los estados de crecimiento de los dedos, se valoran según la relación entre 
la epífisis y la diáfisis, distinguiéndose tres estados de osificación de las 
falanges. (Figura 23) 
 
 
Figura 23: Grados de osificación de las falanges con su nomenclatura. 
Fuente: Atlas of Hand Bone Age, Gilzans 2005 
 
Primer estadío (=): La epífisis tiene la misma anchura que la diáfisis. 
Segundo estadío (cap): La diáfisis rodea la epífisis a modo de capuchón. 
Tercer estadío (u): Unidad; la epífisis se osifica con la diáfisis. 
 
 
M P 3 
D - Distal 
M - Medial 
P - Proximal 
Falange 
(Phalanx) 
1.- Pulgar 
2.- Índice 
3.- Medio 
4.- Anular 
5.- Meñique 
R – Radio 
S - Sesamoideo 
= / Cap / U 
 
 
 
42 
 
1° estadío de maduración PP2= (Figura 24) 
La epífisis de la falange proximal del dedo índice (PP2) muestra la misma 
anchura que la diáfisis. 
Este estadío comienza aproximadamente 3 años antes del brote de 
crecimiento puberal. 
 
Figura 24: 1er estadío de maduración 
Fuentes: Atlas de ortopedia maxilar: Diagnóstico (Rakosi, 1992) 
Hand Bone Age: A Digital Atlas (Gilzans, 2005) 
 
2° estadío de maduración MP3= (Figura 25) 
La epífisis de la segunda falange del dedo medio (MP3) muestra la misma 
anchura que la diáfisis. 
 
Figura 25: 2do estadío de maduración 
Fuentes: Atlas de ortopedia maxilar: Diagnóstico (Rakosi, 1992) 
Hand Bone Age: A Digital Atlas (Gilzans, 2005) 
 
 
 
 
43 
 
3° estadío de maduración Pisi, H1 y R= (Figura 26) 
Esta fase del desarrollo se valora de acuerdo con tres características de 
osificación que aparecen de modo secuencial, aunque en un plazo bastante 
próximo, durante el proceso de maduración ósea. 
Estadío Pisi = Osificación visible del hueso Pisiforme 
Estadío H1 = Osificación de la apófisis unciforme del hueso ganchoso 
Estadío R = Anchura equivalente de la epífisis y diáfisis del radio 
 
 
 
 
 
Figura 26: 3er estadío de maduración 
Fuentes: Atlas de ortopedia maxilar: Diagnóstico (Rakosi, 1992) 
Hand Bone Age: A Digital Atlas (Gilzans, 2005) 
 
 
 
 
 
 
 
 
44 
 
4° estadío de maduración S y H2 (Figura 27) 
Estadío S = Inicio de la mineralización del hueso sesamoideo cubital de la 
articulación metacarpofalángica del pulgar. 
Estadío H2 = Osificación avanzada de la apófisis unciforme del hueso 
ganchoso. 
El cuarto estadío se alcanza poco antes o al inicio del brote de crecimiento 
puberal. 
 
 
 
 
Figura 27: 4o estadío de maduración 
Fuentes: Atlas de ortopedia maxilar: Diagnóstico (Rakosi, 1992) 
Hand Bone Age: A Digital Atlas (Gilzans, 2005) 
 
 
 
45 
 
5° estadío de maduración MP3cap, PP1cap y Rcap (Figura 28) 
Durante este estadío, la diáfisis rodea en forma de capuchón a la epífisis. 
El estadío MP3cap, indica que el proceso se desarrolla en la segunda falange 
del dedo medio; el estadío PP1cap, en la falange proximal del pulgar, y el 
estadío Rcap, en el radio. 
Este estadío de osificación coincide con el brote máximo de crecimiento 
puberal. 
 
Figura 28: 5o estadío de maduración 
Fuentes: Atlas de ortopedia maxilar: Diagnóstico (Rakosi, 1992) 
Hand Bone Age: A Digital Atlas (Gilzans, 2005) 
 
 
 
 
 
 
46 
 
6° estadío de maduración DP3u (Figura 29) 
Fusión visible de la epífisis y diáfisis de la falange distal del dedo medio 
(DP3). 
Al alcanzarse este estadío evolutivo, termina el brote de crecimiento puberal. 
 
Figura 29: 6o estadío de maduración 
Fuentes: Atlas de ortopedia maxilar: Diagnóstico (Rakosi, 1992) 
Hand Bone Age: A Digital Atlas (Gilzans, 2005) 
 
7° estadío de maduración PP3u (Figura 30) 
Fusión visible de la epífisis y diáfisis de la falange proximal del dedo medio 
(PP3). 
 
Figura 30: 7o estadío de maduración 
Fuentes: Atlas de ortopedia maxilar: Diagnóstico (Rakosi, 1992) 
Hand Bone Age: A Digital Atlas (Gilzans, 2005) 
 
 
 
 
 
47 
 
8° estadío de maduración MP3u (Figura 31) 
Fusión visible de la epífisis y diáfisis de la segunda falange del dedo medio 
(MP3). 
 
Figura 31: 8o estadío de maduración 
Fuentes: Atlas de ortopedia maxilar: Diagnóstico (Rakosi, 1992) 
Hand Bone Age: A Digital Atlas (Gilzans, 2005) 
 
9° estadío de maduración Ru (Figura 32) 
Osificacióncompleta de la epífisis y diáfisis del radio. 
Al llegar a éste estadío, termina la osificación de todos los huesos de la 
mano, y al mismo tiempo, el crecimiento óseo. 
 
Figura 32: 9o estadío de maduración 
Fuentes: Atlas de ortopedia maxilar: Diagnóstico (Rakosi, 1992) 
Hand Bone Age: A Digital Atlas (Gilzans, 2005) 
 
 
 
 
48 
 
Los brotes de crecimiento prepuberal, dependen del sexo y varían en 
relación con la edad cronológica. Por lo general, el brote de crecimiento inicia 
en las niñas entre los 10 y los 12 años y en los niños, entre los 12 y los 14 
años, con un margen de variación de 3-6 años. (Tabla 1) 
 
Período de Crecimiento 
 1.- 
PP2= 
2.- 
MP3= 
3.- 
Pisi 
H1 
R= 
4.- 
S 
H2 
5.- 
MP3cap 
Rcap 
PP1cap 
6.- 
DP3u 
7.- 
PP3u 
8.- 
MP3u 
9.- 
Ru 
Masc. 10.6 12.0 12.6 13.0 14.0 15.0 15.9 15.9 18.5 
Fem. 8.1 8.1 9.6 10.6 11.0 13.0 13.3 13.9 16.0 
 
Tabla 1: Tabla que relaciona los estadíos de osificación de los huesos de la mano y la edad 
ósea durante el período de los 8 a los 18 años de vida (Schopf, 1978) 
Fuente: Atlas de ortopedia maxilar: Diagnóstico (Rakosi, 1992) 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
49 
 
3.3 CRECIMIENTO CERVICAL 
 
Según Baccetti et al.72, la confiabilidad y eficiencia de un indicador de 
maduración esqueletal debe ser evaluado respecto a varios requisitos 
fundamentales. Un indicador ideal debe caracterizarse por: 
 
1.- Eficacia en determinar el punto máximo de crecimiento mandibular. 
2.- Evitar exposiciones a rayos x adicionales. 
3.- Fácil aplicación e interpretación. 
4.- Consistencia en la interpretación de los datos (interexaminadores). 
5.- Utilidad diagnostica al anticipar la ocurrencia del crecimiento máximo. 
 
Éstas características se cumplen en un método de maduración 
Cervicovertebral (CVM) propuesto previamente por Franchi73: 
 
A.- En cerca de un 95% de los sujetos norteamericanos, un intervalo de 
crecimiento en CVM coincide con el crecimiento máximo puberal tanto en 
crecimiento mandibular como en estatura del individuo. 
 
B.- Las vértebras cervicales estudiadas son posibles de analizar en 
radiografías laterales de cráneo, utilizadas normalmente en la planificación 
de tratamientos de Ortodoncia. 
 
C.- La facilidad de reproducción en la clasificación de las etapas de CVM es 
alta (98% en examinadores calificados). 
 
D.- El método es útil en la anticipación del crecimiento máximo puberal y para 
establecer el fin del crecimiento mandibular. 
 
 
 
 
50 
 
Según lo sugerido por Hassel y Farman74, se incluyen solamente tres 
vertebras para realizar el análisis: C2-C3-C4 y su diagnóstico se basa en un 
método observacional de etapas individuales que podían ser identificadas 
fácilmente en la radiografía lateral de manera individual. 
 
2 variables se analizan durante la inspección. 
 
A.- Presencia o ausencia de una concavidad en 
el borde inferior de C2, C3 y C4. 
 
B.- Forma del cuerpo de C3 y C4. En las que 
cuatro formas básicas fueron consideradas 
(Trapezoidal, Rectangular Horizontal, Cuadrada y 
Rectangular Vertical). 
 
Análisis Cefalométrico 
 
En las cefalometrías laterales, los siguientes 
puntos se trazan para definir las características 
morfológicas de los cuerpos vertebrales. (Figura 
33). 
 Figura 33. 
 
• C2p, C2m, C2a: los puntos más posterior, anterior y profundo del 
borde inferior en el cuerpo de C2. 
 
• C3up, C3ua: Los puntos más superiores de los bordes posterior y 
anterior de C3. 
 
 
 
 
51 
 
• C3lp, C3m, C3la: los puntos más posterior, anterior y profundo del 
borde inferior en el cuerpo de C3. 
 
• C4up, C4ua: Los puntos más superiores de los bordes posterior y 
anterior de C4. 
 
• C4lp, C4 m, C4la: los puntos más posterior, anterior y profundo del 
borde inferior en el cuerpo de C4. 
 
Análisis CVM. Las primeras siete vertebras de la columna espinal 
constituyen la columna cervical. 
 
Las primeras dos vértebras, el atlas y el axis presentan características únicas 
y muy particulares respecto a las siguientes las cuales comparten su 
anatomía principal 75. 
 
El método de determinación de madurez esqueletal cuenta con 6 etapas (Fig, 
34). 
 
 
Fig. 34. Tomado de Baccetti et al. Seminars in Orthodontics, Volume 11, Issue 3, September 2005. 
 
 
 
52 
 
Etapa 1 (CS1). (iniciación), Las vértebras tienen forma de cuna, con bordes 
superiores que se adelgazan desde posterior hacia anterior. Los bordes 
inferiores de todos los cuerpos vertebrales cervicales son planos. El punto 
máximo de crecimiento mandibular, ocurrirá aproximadamente 2 años 
después de esta etapa. (Figura 35). 
 
 
Etapa 2 (CS2). (aceleración), Los bordes inferiores cervicales de C2 y C3 
desarrollan concavidades, Los cuerpos cervicales de C3 y C4 son 
prácticamente rectangulares, el borde inferior de C4 es plano, la altura 
anterior de los cuerpos cervicales aumenta. El punto máximo de crecimiento 
mandibular, ocurrirá aproximadamente 1 año después de esta etapa. (Figura 
36). 
 
Fig. 36. Fuente: Baccetti et 
al. Seminars in Orthodontics, 
Volume 11, Issue 3, 
September 2005. 
Fig. 35. Fuente: Baccetti et 
al. Seminars in Orthodontics, 
Volume 11, Issue 3, 
September 2005. 
 
 
 
53 
 
 
Etapa 3 (CS3). (transición), se desarrollan concavidades en C2 y C3, se 
inicia el desarrollo de la concavidad en el borde inferior de C4, los cuerpos 
vertebrales de C3 y C4 son rectangulares. El punto máximo de crecimiento 
mandibular, ocurrirá durante el año de esta etapa. (Figura 37). 
 
 
Etapa 4 (CS4). (desaceleración), Se observan claras concavidades en los 
bordes inferiores de C2,C3 y C4 con los cuerpos vertebrales de C3 y C4 casi 
cuadrados. El punto máximo de crecimiento mandibular ocurrió 1 o 2 años 
antes de esta etapa. (Figura 38). 
 
 
Fig. 38. Fuente: Baccetti et 
al. Seminars in Orthodontics, 
Volume 11, Issue 3, 
September 2005. 
Fig. 37. Fuente: Baccetti et al. 
Seminars in Orthodontics, 
Volume 11, Issue 3, 
September 2005. 
 
 
 
54 
 
Etapa 5 (CS5). (maduración), Se observan concavidades acentuadas en los 
bordes inferiores de C2,C3 y C4, y los cuerpos vertebrales de C3 y C4 son 
prácticamente cuadrados, las concavidades se observan bien definidas en 
todos los bordes inferiores de las vértebras cervicales. El punto máximo de 
crecimiento mandibular terminó al menos 1 año antes de esta etapa. (Figura 
39). 
 
 
Etapa 6 (CS6). (finalización), Se observan concavidades profundas en los 
bordes inferiores de C2, C3 y C4, los cuerpos vertebrales presentan una 
dimensión más vertical que horizontal. El punto máximo de crecimiento 
mandibular terminó al menos 2 años antes de esta etapa. (Figura 40). 
 
Fig. 39. Fuente: Baccetti et 
al. Seminars in Orthodontics, 
Volume 11, Issue 3, 
September 2005. 
Fig. 40. Fuente: Baccetti et 
al. Seminars in Orthodontics, 
Volume 11, Issue 3, 
September 2005. 
 
 
 
55 
 
La aplicación clínica de éste método para la ortopedia dentofacial se vuelve 
relevante para aquellos tratamientos que se benefician de un crecimiento 
mandibular acelerado. El método CVM se puede utilizar como un índice para 
detectar el momento óptimo del inicio del tratamiento en deficiencias 
mandibulares fundamentalmente anomalías de Clase II. Se ha demostrado 
que la efectividad del tratamiento funcional en desarmonías esqueletales 
depende en gran medida de la respuesta biológica del cartílago condilar el 
cual está relacionado con el grado de desarrollo de la mandíbula72. 
 
Estudios longitudinales han descrito las etapas del método CVM y su relación 
respecto al crecimiento mandibular. Cuando un paciente Clase II esqueletal 
con una deficiencia mandibular evidente se encuentra en etapas CS1 o CS2 
(Fig. 35 y 36), el clínico puede esperar al menos un año más para luego 
realizar una re-evaluación radiográfica orientada a iniciar un tratamiento con 
aparatos funcionales. La aparición de una concavidad definidaen el borde 
inferior de C2 indica que el brote puberal se aproxima, por tanto el punto 
máximo de crecimiento comenzará aproximadamente un año después. 
 
La CS3 (Fig. 37.) representa la etapa ideal para iniciar terapias con aparatos 
funcionales dirigidos a corregir deficiencias mandibulares, pues el 
crecimiento mandibular ocurrirá durante el año en curso a esta observación76. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
56 
 
3.4 UNIÓN EPIFISARIA CLAVICULAR. 
 
La clavícula, es considerado un hueso largo, tiene una cavidad medular y 
una epífisis en cada uno de sus extremos para permitir el crecimiento (Figura 
41). La clavícula, es el primer hueso fetal que pasa por un proceso de 
osificación primaria y su epífisis medial es la última en fusionarse77. Sin 
embargo, donde otros huesos largos pasan por un proceso de osificación 
endocondral, la clavícula osifica via intramembranosa sin pasar por una 
osificación endocondral previa (Kreitner et al. 1998) Los dos centros de 
osificación primaria aparecen durante la 6ta semana de vida intrauterina y se 
fusionan aproximadamente una semana después78. Después de que la 
matriz osteoide es establecida, cartílago aparece en los extremos acromial y 
esternal del hueso, y durante ese punto el crecimiento se convierte en una 
combinación de osificaciones endocondral y membranosa. La masa medial 
cartilaginosa contribuye más al crecimiento clavicular en su longitud que en 
el grueso de su masa, probablemente tanto como el 80% de la longitud 
ósea78. 
 
 
 
Figura 41. Anatomía de la Clavícula 
Fuente: http://ayudantiasfabiocolpari.blogspot.mx/2012/11/osteologia-de-clavicula.html 
 
 
 
57 
 
La combinación tanto de la ubicación en el espacio de los centros de 
osificación y del tipo de osificación (endocondral) de la clavícula, le da a la 
misma su forma tan particular de “S” itálica durante la 8° o 9° semana de vida 
intrauterina78. El hueso mantiene su forma “adulta” para la 11° semana78. El 
crecimiento disminuye posteriormente al nacimiento hasta la etapa 
comprendida entre los 5 y los 7 años (El famoso “estirón”), para después 
nuevamente disminuir hasta la etapa de crecimiento puberal. 
 
Durante la adolescencia, centros secundarios de osificación aparecen en los 
extremos medial y lateral de la clavícula. Tood y D’Errico79 documentaron la 
fusión de la epífisis lateral a principios del siglo XX, pero desde entonces se 
le ha dado poca atención en la literatura. En ocasiones la apófisis lateral 
aparece como una lámina de hueso separada, mientras que en otras 
ocasiones se transparenta para asumir una apariencia de quiescencia (sin 
actividad); esto típicamente ocurre durante la segunda década de vida79. 
 
Mucha más atención ha sido puesta en estudiar el desarrollo y fusión de la 
apófisis medial77. 
 
La osificación de la apófisis medial comienza durante la pubertad, pero la 
apófisis medial no se fusiona al cuerpo de la clavícula completamente sino 
hasta diez años después de su aparición inicial78. Consecuentemente, la 
fusión de la apófisis medial ha probado ser útil para determinar la edad 
esqueletal de jóvenes adultos. La epífisis parece inicialmente como un 
pequeño “callo óseo” en el centro del extremo esternal y se expande hasta 
cubrir la mayor parte de la superficie medial. Sheuer y Black78 ofrecieron la 
siguiente línea de tiempo de la maduración clavicular: 
 
 
 
 
 
 
58 
 
1.- Una lámina bien definida aparece entre los 16 y los 21 años. 
2.- La lámina cubre la mayor parte de la superficie medial entre los 24 y los 
29 años 
3.- La fusión completa acontece entre los 22 y los 30 años de edad. 
 
 
Figura 42. Sin Fusión 
Nótese la apariencia de “coral” en la superficie medial articular. 
Desde la izquierda: Varón Europeo-Americano de 12 años, Varón Europeo-Americano de 10 años, Mujer Europe-
Americano de 12 años. 
(Renee Shirley, Natalie; 2009) 
 
 
Figura 43. Inicio de la fusión 
Lámina iniciando la fusión; menos del 50% de la superficie cubierta por la lámina. 
Desde la izquierda: Varón Europeo-Americano de 16 años, Varón Europeo-Americano de 17 años, Mujer Europeo-
Americano de 20 años. 
 
 
 
59 
 
 
 
 
Figura 44. Fusión Activa 
Más del 50% de la superficie está cubierta por la lámina; fusión aconteciendo de manera activa. 
Desde la izquierda: Varón Europeo-Americano de 22 años, Varón Europeo-Americano de 25 años, Varón Europeo-
Americano de 20 años. 
(Renee Shirley, Natalie; 2009) 
 
 
 
Figura 45. Fusión Activa (Vista lateral) 
Nótese el espacio visible entre la lámina epifisaria y la superficie del hueso 
(Renee Shirley, Natalie; 2009) 
 
 
 
 
 
 
60 
 
 
Figura 46. Fusión Reciente 
Flechas de izquierda a derecha: Cicatriz de la fusión, nódulo óseo, nódulo óseo. 
Desde la Izquierda: Varón Europeo-Americano de 23 años, Varón Europeo-Americano de 23 años, Varón Europeo-
Americano de 25 años. 
(Renee Shirley, Natalie; 2009) 
 
 
 
Figura 47. Fusión Completa 
Desde la Izquierda: Varón Europeo-Americano de 36 años, Varón Europeo-Americano de 49 años, Mujer Europeo-
Americano de 37 años. 
 
 
De acuerdo a sus resultados, la unión comienza en el centro de la cara 
epifisaria y procede superiormente, donde puede progresar ya sea anterior o 
posteriormente, el margen inferior es el sitio final de la fusión. 
 
 
 
 
61 
 
La fase 1 podía llegar hasta la edad de 25 años en varones y 23 en mujeres. 
La fase 2 fue observada en varones de 16-22 años y en mujeres de 16-21 
años. La fase 3, que marca el inicio de la fusión, fue notada en varones de 
17-30 años y en mujeres de 16-33 años. La unión completa se vio en edades 
tan tempranas como a los 20 años y en todos los casos la fusión era 
completa para los 34 años de edad. 
 
Aunque la tomografía computarizada ha sido utilizada para estudiar la unión 
epifisaria, la mayoría de estos estudios usa un “grosor en la rebanada” que 
es demasiado grueso para estudiar detalles significativos acerca de las 
diferentes etapas de la fusión (ej. Grosores mayores a 1mm). Por ejemplo, en 
un estudio el grosor en las placas tenía un rango de 1mm-8mm (Kreitner et 
al. 1998)80. Ellos dividieron la unión en 4 etapas: (1) Falta de unión sin 
osificación de la epífisis, (2) Falta de unión con osificación detectable de la 
epífisis, (3) unión parcial y (4) unión completa de la epífisis con la metáfisis 
clavicular. La epífisis osificada aparecía entre los 11 y los 22 años. La unión 
parcial fue documentada entre los 16-26 años. La unión completa más 
temprana fue a los 22 años, y la unión estaba completa en todos los 
individuos cumplidos los 27 años. Sin embargo, el catalogar huesos 
escaneados mediante CT con diferentes grosores de la placa debe de ser 
hecho con cautela ya que los detalles aparentes en rebanadas de 1mm 
pueden no ser visibles en rebanadas de 8mm. Más aún, los estándares 
desarrollados a partir de escaneos CT deben ser únicamente utilizados para 
datar muestras CT y no huesos secos. 
 
En resumen, la epífisis medial clavicular, ha sido establecida como un 
método confiable de datación de edad en jóvenes adultos. Sin embargo, los 
diferentes estudios utilizan varios tipos de clasificación, y no existe un 
sistema de clasificación con márgenes de error establecidos. Más aún, la 
información más reciente para la población estadounidense es de autopsias 
 
 
 
62 
 
de la década de los 70’s81. Tendencias seculares* en maduración esqueletal 
de la epífisis medial clavicular serán examinadas comparando diferentes 
tipos de muestras durante el transcurso de esta tesis y poder proporcionar 
márgenes de error para poblaciones encontradas en el territorio nacional 
haciendo adecuaciones necesarias de acuerdo a las características raciales 
predominantes. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
63 
 
3.5 ESTADO DE LA SÍNFISIS PÚBICA. 
 
La pelvis se localiza caudal y dorsal al abdomen, y es la zona por la que el 
troncose comunica con las extremidades inferiores. La pelvis ósea, está 
constituida por los dos huesos coxales, junto al sacro y el cóccix. Tiene una 
porción superior (la pelvis mayor), flanqueada por los huesos ilíacos, y una 
porción inferior (la pelvis menor) (Figura 49). 
 
Uniendo a los dos huesos coxales, se encuentra la sínfisis púbica, que es 
una articulación cartilaginosa. 
 
En la mujer, la sínfisis púbica está recubierta por tejido graso, y forma el 
llamado monte de venus. Se ubica justo por encima de la vulva. En los 
hombres, la sínfisis púbica está por encima de donde nace el pene. El 
ligamento suspensorio del pene se inserta en la sínfisis púbica. 
 
En las mujeres embarazadas, el cartílago de la sínfisis púbica se reblandece 
gracias a la acción de una hormona llamada relaxina. Gracias a la acción de 
la relaxina, la articulación se hace más flexible, permitiendo una ligera 
separación de las caderas, que facilitará el parto. 
 
Para la determinación de la edad, uno de los indicadores más utilizados es el 
estudio metamórfico de la superficie sinfisaria del hueso coxal. Cambios de 
esta superficie, relacionados con la edad continúan incluso después de que 
la máxima estatura de un individuo ha sido alcanzada y de que otras epífisis 
en las extremidades del cuerpo se han fusionado. 
 
 
 
64 
 
 
Figura 48. Anatomía de la Pelvis 
Fuente: http://ayudantiasfabiocolpari.blogspot.mx/2012/11/osteologia.html 
 
La sínfisis púbica de otros primates pasa por estos cambios muchos más 
rápido que en los humanos y se fusiona (sinostosis) en edades avanzadas. 
Sin embargo, en los humanos, los cambios en la superficie sinfisaria 
permiten estudiarlos para generar estimados osteológicos de la edad al 
momento de fallecer. 
 
La sínfisis del joven adulto tiene una superficie rugosa que cuenta con 
crestas horizontales y surcos interpuestos. Esta superficie pierde el relieve 
con la edad y se rodea con un “aro” hacia los 35 años de edad. Subsecuente 
erosión y deterioro general de la superficie son progresivos después de esta 
etapa. 
 
Cambios relacionados con la edad de la sínfisis púbica han sido reconocidos 
por muchos años, y el primer sistema formal en utilizar estos cambios fue 
desarrollado por Todd81, basado en una serie de estudios realizado a 306 
varones de edad conocida al momento de fallecer. Todd identificó cuatro 
partes básicas de la sínfisis púbica, una superficie con una forma oval 
irregular: (a) el borde ventral, (b) el borde lateral, (c) un extremo superior, (d) 
 
 
 
65 
 
un extremo inferior. Todd notó evidencia de inflamación, rugosidades, 
nódulos osificantes y textura en cada parte de la superficie sinfisaria. 
Utilizando estas observaciones en sus especímenes con edades conocidas, 
Todd reconoció diez fases de envejecimiento de la sínfisis púbica, con 
rangos que iban desde los 18-19 años, hasta los 50 o más años, y notó que 
estas fases eran más confiables como indicadores de la edad entre los 20 y 
los 40 años. 
 
Percibió 3 etapas principales de metamorfosis en la sínfisis. Sus etapas I-III, 
comprendían la etapa “post-adolescente”, de la IV-VI la etapa de 
“crecimiento” y las fases VII-X la estapa degenerativa. 
 
La figura 49 ilustra los estándares originales de Todd; trabajos subsecuentes 
en cambios de ésta región anatómica basados en la edad están basados en 
este trabajo. 
 
 
Figura 49. Ilustración de las 10 diez etapas de maduración ósea (Todd, 1920) 
 
 
 
 
66 
 
Pocas pruebas de este método fueron efectuadas, aunque el método obtuvo 
una amplia aceptación. Brooks83 comentó de una tendencia del método de 
Todd a falsear la edad aumentándola especialmente en la 3er y 4ta década. 
 
En 1957, McKern y Stewart84 utilizaron los restos esqueletales de 349 
varones fallecidos durante la guerra de Corea en un esfuerzo por refinar el 
método de Todd. Su abordaje a este método, fue el de dividir la superficie 
sinfisaria de manera longitudinal en dos mitades, o “componentes”: La semi-
cara dorsal y la semi-cara ventral. El tercer componente de la sínfisis, fue el 
“aro sinfisario”. 
 
Cinco etapas de desarrollo fueron reconocidas para los tres componentes. 
Utilizando este sistema, el osteólogo calcula una etapa de desarrollo para 
cada componente, las suma, y deriva una edad al momento fallecer para 
cada espécimen. Este sistema, tal y como el de Todd, fue derivado de una 
colección que se limitaba a varones con un rango de edad también muy 
limitado. Gilbert y McKern85 (1973) usaron una muestra de 103 mujeres de 
edad conocida para generar un sistema de componentes para datar 
especímenes femeninos utilizando el pubis. 
 
Debido a que la sínfisis púbica está sujeta a traumas durante el 
alumbramiento, existe el potencial para cambios prematuros en la superficie 
del hueso, los cuales podrían llevar a sobredatar las muestras. En 1970, 
Suchey puso a prueba el método de Gilbert y McKern para datar la edad de 
la sínfisis femenina preguntándole a 23 osteólogos profesionales que dataran 
unas muestras sin revelarles la edad. 
 
Meindl et col.86 probaron la exactitud de esos métodos en un estudio de la 
colección Hamann-Todd. Encontraron que el sistema de Todd era mucho 
más confiable que las nuevas técnicas compuestas y que todos los sistemas 
 
 
 
67 
 
tendían a disminuir la edad calculada. Reconocieron cinco etapas biológicas 
mayores para la sínfisis púbica y proveyeron cuidadosamente de 
documentación ilustrada de sus hallazgos. También proporcionaron de una 
muy necesaria perspectiva biológica en la metamorfosis de la sínfisis púbica 
y su valoración desde el punto de vista de la evolución comparativa. 
 
Los métodos de Todd y McKern-Stewart fueron probados en la muestra de 
Los Angeles y fue valorado un margen de error “intra-observador”. Como 
resultado, modificaciones de las primeras técnicas de datación sínfisis púbica 
fueron sugeridas. Katz y Suchey (1986) sugirieron que la metodología de 
Todd era excelente, pero la colección que él utilizó fue inadecuada. Por lo 
que recomendaron el uso de una técnica de Todd modificada con seis fases 
definidas en la totalidad de la cara sinfisaria. Sus datos, claramente 
mostraron una gran cantidad de variación de edades para cada fase, 
particularmente para individuos más viejos. Por ejemplo, su fase V muestra 
una marcada diferencia para los especímenes de 51 años, pero el 95% de 
las muestras de 241 sínfisis púbicas masculinas que coincidían con esta fase 
tenían edades entre los 28 y los 78 años de edad. 
 
 
Fases de Todd Rangos de edad 
FASE I 18-19 Años 
FASE II 20-21 Años 
FASE III 22-24 Años 
FASE IV 25-26 Años 
FASE V 27-30 Años 
FASE VI 30-35 Años 
FASE VII 35-39 Años 
FASE VIII 39-44 Años 
FASE IX 45-50 Años 
FASE X 50+ Años 
Tabla 2. Rangos de edad propuestos por Todd paradeteerminación de la edad. 
Fuente: Human Osteology. 3ra Edición, White 2011 
 
 
 
 
 
68 
 
 
CLASIFICACIÓN DE TODD PARA LA 
DETERMINACIÓN DE LA EDAD 
(Fuente: Human Osteology; White, 2011) 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Fase I.- 18-19 años 
Fase IV.- 25-26 años 
Fase III.- 22-24 años Fase II.- 20-21 años 
Fase VI.- 30-35 años Fase V.- 27-30 años 
Fase IX.- 44-50 años Fase VIII.- 39-44 años Fase VII.- 35-39 años 
 
 
 
69 
 
 
 
 
PERIODOS 
SUPERFICIE 
DE LA 
SINFISIS 
NODULOS 
OSEOS 
MARGEN 
VENTRAL 
MARGEN 
DORSAL EXTREMOS 
PRIMERO 
(18-19 
AÑOS) 
Surcos y 
eminencias 
horizontales 
ásperas 
Ninguno Ninguno Ninguno Sin definir 
SEGUNDO 
(20-21 
AÑOS) 
Surcos que 
llenan 
dorsalmente 
Pueden 
aparecer 
Bisel ventral 
que empieza Comienza Sin definir 
TERCERO 
(22-24 
AÑOS) 
Eminencias y 
surcos que 
progresan 
Casi 
constantes 
Bisel más 
pronunciado 
Planicie dorsal 
más definida Sin definir 
CUARTO 
(26-26 
AÑOS) 
Eminencias y 
surcos que 
progresan 
rápidamente 
A veces Bisel muy aumentado 
Empieza 
planicie dorsal 
completa 
Inferior,

Otros materiales