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FACULTAD DE ODONTOLOGÍA TÉCNICAS DISPONIBLES PARA LA ESTIMACIÓN DE LA EDAD EN PACIENTES ORTODÓNTICOS, MUESTRAS FORENSES Y ANTROPOLÓGICAS. T E S I N A QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE C I R U J A N O D E N T I S T A P R E S E N T A: ROBERTO EMERSON FRANK GARCIA TUTORA: Esp. MA. MAGDALENA VARGAS PÉREZ MÉXICO, D.F. 2013 UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. DEDICATORIA A mi padre Ricardo L. Frank Salgado mi hermano Ricardo Frank Garcia mi abuela Yolanda Salgado Fonseca Para mi segunda familia Los arqueros de la UNAM al entrenador Carlos “Flash” Hidalgo, Carlos Tejeda, Kevin del Valle, Rodrigo Oliva, Cecilia Guevara, Anastassia Égido, René Durán, Héctor Hidalgo, Yoru Cross, Fernando Durán, Lia Salas, Stivaliz Araiza y Juan Carlos Rodriguez. A los doctores de la Facultad de Odontología Magda Vargas, Fabiola Trujillo, Alejandro Romero, Silvia Maldonado, Santa Ponce Bravo, Ricardo del Palacio Alberto Abel González, José Nava, Leonor Ochoa, Ricardo Michigan Ito, Cecilia Suárez Negroe, Fernando Rodriguez, Maria del Rosario Lazo y Victor Diaz Michel. Con gran aprecio para el INAH Nancy Gelover, Sandra Santiago, y al Mtro. Jorge Aturo Talavera. A mis amigos de la Facultad de Odontología Mitzy Ortega, Vanessa Gómez, Diana Valencia, Eliza Arteaga, Hebe Cerbera, Yuritzi Rojas, Luis Alberto Pescador, Ana Véliz, y Juan Rodriguez. TÉCNICAS DISPONIBLES PARA LA ESTIMACIÓN DE LA EDAD EN PACIENTES ORTODÓNTICOS, MUESTRAS FORENSES Y ANTROPOLÓGICAS. (Revisión Bibliográfica) 1.- Introducción ……………………………………………………… 5 2.- Antecedentes Históricos 2.1 Estudios antropológicos previos ……………… 7 2.2 Antropología y determinación de la edad ………….…... 17 2.3 Evolución dental y maxilofacial . .……………….. 26 3.- Técnicas para estimación de la edad. 3.1 Erupción dental y el desgaste de los dientes……………… 32 3.2 Análisis Carpal………………………………………………… 38 3.3 Crecimiento cervical………………..…………………………. 49 3.4 Unión epifisaria clavicular……………..……………………... 56 3.5 Estado de la sínfisis púbica………………………………….. 63 3.6 Superficie auricular del ílion………….…………………….... 71 3.7 Fusión de suturas craneales (Craneosinostósis)………….. 77 4.- Conclusiones……...…………………………………………………… 82 5.- Fuentes de información……………………………………………….. 84 6.- Glosario….……………………………………………………………..... 91 5 1.- INTRODUCCIÓN -Cuando a uno de mis hermanos le quitaron algunos dientes antes de tiempo debido a un mal diagnóstico, poco sabíamos de las repercusiones que tendría en su vida actual.- La estimación de la edad, es un auxiliar de diagnóstico sumamente importante, ya que permite conocer y predecir el estado de maduración ósea de una persona, además de facilitar la planeación del tratamiento a seguir. Sin embargo, el origen de las técnicas que actualmente se utilizan para la estimación de la edad, no fue gracias a la acción de los odontólogos, sino de los antropólogos que se hicieron la “gran pregunta” ¿cuántos años tiene este individuo? (refiriéndose a la edad de restos óseos encontrados en algún lugar). Con el tiempo, diferentes especialistas adoptaron estas técnicas y sus aplicaciones en diversas áreas que van desde la antropología (datación de entierros históricos), medicina forense (resoluciones para casos en criminalística), odontología (aplicación directa en pacientes), etc. De las técnicas disponibles para este fin; las principales que utilizan los ortodoncistas en su práctica privada son tres. - Erupción dentaria - Análisis Carpal - Crecimiento de vértebras cervicales Esto se debe, a que esas técnicas son las únicas que se pueden emplear en pacientes “vivos”; el resto de las técnicas descritas requieren el análisis 6 anatómico de zonas que únicamente pueden ser vistas cuando los tejidos blandos no están presentes. Otra característica importante de hacer notar con respecto a estas tres técnicas empleadas en ortodoncia, es que presentan entre sí consistencia en cuanto a sus resultados, es decir que si en un paciente es determinada cierta edad, esta será la misma con cualquiera de las evaluaciones que se realicen, sin embargo las técnicas empleadas en cuerpos secos no siempre mantienen esta constante, debido a las características individuales de cada organismo, como son actividad física hábitos alimenticios o incluso el número de embarazos que ha tenido una mujer. Cada técnica tiene sus puntos positivos y negativos, algunas requieren de un excelente ojo clínico para reconocer las características que un rango de edad ofrece. Otras, por otra parte; no son tan exactas en sus resultados con lo que el margen de error en la estimación es bastante grande. De este modo, se llega a uno de los objetivos de este trabajo, que es el de proporcionar un pequeño compendio de diferentes técnicas que se utilizan en varias áreas como lo son: odontología, medicina forense y antropología para poder ampliar el conocimiento del lector o bien usarse como referencia en algún momento que sea necesario. 7 2.- ESTUDIOS ANTROPOLÓGICOS PREVIOS La historia de la metodología para estimar la edad de una persona es compleja e incorpora una literatura larga y diversa. Debido a esto, -He decidido centrarme en los hechos más importantes los cuales han formado poco a poco el conocimiento sobre el tema-. ESTUDIOS PIONEROS DE THOMAS DWIGHT El trabajo de Thomas Dwight (1843-1911) (Figura 1), representa un punto de entrada útil a la historia de la estimación de la edad. Se le considera a Dwight como “El padre de la antropología forense en los Estados Unidos” ya que él se vio envuelto en casos forenses he hizo contribuciones tempranas muy importantes en el campo del estudio forense. Trabajando en Boston, Dwight dirigió investigaciones y enseñó anatomía por décadas, manteniendo el título de profesorado en Harvard. A pesar de que hizo aportes en investigación de métodos para estimar la edad1 su reputación en antropología forense se cimentó a través de su publicación ganadora de premios en 1878 “La identificación del esqueleto humano, un estudio Medico-Legal” (The Identification of the Human Skeleton, A medico-legal study). Figura 1. Thomas Dwight Fuente: https://cms.www.countway.harvard.edu/wp/?p=3502 8 Aunque el ensayo de Dwight era muy generalizado, tocaba unos puntos clave en la determinación de la edad, que hoy en día continúan siendo importantes. Mucha de esta información, se centra en que Dwight enfatizó la importancia de la diferencia de géneros durante el crecimiento de un individuo y que los diferentes métodos aplican para estados de la vida generalizados. Dwight reconoció un estadío de inmadurez esqueletal hasta los 25 años en varones y 22 en mujeres, una etapa de “joven adulto” extendiéndose hasta los 30 años aproximadamente, un estado de madurez desde los 30 hasta los 60 y el estado de “senilidad” que puede empezar en un período variable2. Para la etapa de inmadurez, midió los tamaños de los diferentes huesos y el grado de unión epifisaria,encontrando diferencias entre el inicio y la fusión final, además de variación considerable en el momento que iniciaba este hecho. Dwight estaba tan impresionado con esa susodicha variación, que se rehusó a tabular esta información destacando que: “El hecho es que, cuidadosas observaciones de cientos de esqueletos de edades conocidas todavía necesitan ser realizadas para entender éste fenómeno”2. Dwight también puso atención a los cambios de la edad en las etapas de joven adulto, adulto maduro y senilidad, pero estaba similarmente consciente que la variabilidad era extensa y que investigación sólida necesitaba ser completada. En una declaración muy cautelosa concerniente al cierre de las suturas craneales, que fue posteriormente restada de importancia por otros, el notó que “El cierre de las suturas que usualmente empieza en el estadío de madurez ósea, es otro de esos signos que es demasiado variable para 9 poder depender de él”2. También fue cauteloso de la variabilidad en la erupción del tercer molar. TRABAJOS DE H. H. WILDER Figura 2. Thornton Wilder (1897-1975) Fuente: http://pepeworks.blogspot.mx/2009_12_01_archive.html Wilder se centra en análisis de huellas digitales, su estudio, contiene una sección robusta titulada “Identificación de restos fragmentados, en descomposición o secos; identificación de dientes y hueso”. Esa sección particular, incluye información en la estimación de la edad. Según Wilder “La edad de una persona menor a 25 años puede ser calculada por su esqueleto, o incluso, a partir de un simple hueso”3. La publicación de Wilder y Wentworth3 provee de una tabla listando la fusión del proceso coracoides de la escápula con el “hueso principal” (Figura 3) durante la pubertad, fusión de la sincondrosis esfeno-basilar a los 16 años, fusión de las tres partes del hueso pélvico (Figura 4) hacia los 18-20 años y 10 fusión de la cresta ilíaca (Figura 4) a los 25-28 años de edad. La erupción dental es discutida, pero no la formación dental (odontogénesis). Figura 3. Escápula Fuente: SOBOTTA, Johannes. Atlas de Anatomia Humana. 21ed. Rio de Janeiro: Guanabara Koogan, 2000. Figura 4. Pelvis Fuente: http://vitruviooseo.webnode.es/componentes/division/huesos-de-la-cadera/ 11 Algunos de sus criterios para estimar la edad durante la adultez, se enfocan en el colapso (cierre de las suturas craneales, cambios en el ángulo de la mandíbula y la “reducción del ángulo entre el cuello y el cuerpo de fémur3. ANTROPOMETRIA DE HRDLICKA (1920) Figura 5. Aleks Hrdlicka Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Aleš_Hrdlička Aleks Hrdlicka refirió datos de la estimación de la edad a partir de restos esqueletales4. En su trabajo, Hrdlicka hizo un sumario de cambios básicos ligados a la edad, discutidos previamente por otros, pero enfatizó algunos factores que eran especialmente útiles. Para los primeros años de la edad adulta, enfatizó la regularidad de la fusión de la sincondrosis basilar y reportó rangos de edad de entre uno y cinco años de diferencia para la fusión completa en diferentes sitios del hueso. Además, prestó singular atención en la variación poblacional en el momento de la erupción y el desgaste dentales. Hrdlicka notó las diferencias en edad durante el cierre de las suturas craneales y sugirió el considerar ese factor junto al desgaste dental como determinantes de la edad. 12 Hrdlicka también hizo hincapié en que “La articulación púbica muestra importantes cambios con la edad”4. LA “GUIA” DE KROGMAN (1939) Figura 6. Wilton Marion Krogman Fuente: http://anthropology.blog.ocn.ne.jp/bioarchaeology/2011/12/wilton_marion_k.html Historiadores de la antropología forense han identificado la publicación de 19395 hecha por Wilton Marion Krogman (Figura 6) como un documento clave en el desarrollo del campo. Por primera vez, Krogman (1903-1987) recabó información importante en la identificación humana a partir de restos óseos para publicarlos en una guía orientada hacia la aplicación de la ley. Él presentó información de la edad durante diferentes etapas del cierre de las suturas craneales (inicio, intermedio y final), además de agregar información en las fechas de aparición de los centros de osificación. En contraste a las publicaciones de Hrdlicka, Krogman detalló los cambios que ocurren con la edad en sínfisis púbica. Prestó especial atención a la pérdida gradual de las prominencias óseas de la cara sinfisaria del púbis así como la formación de 13 “nódulos”, puntilleo y erosión. Además, resaltó como el uso de los rayos-X podría ser importante; clasificando los cambios vistos en 4 etapas: debajo de 25 años, entre los 26 y los 29 años, entre los 40 y los 55 años y después de los 56 años de edad. Hacia 1962 hizo una revisión de su trabajo, presentando los sistemas concernientes a la sínfisis púbica, y haciendo que tomara su lugar como el indicador de la edad más confiable en el esqueleto humano6. Finalmente, concluye las secciones de envejecimiento con la declaración hecha durante la década de los 30s y los 40s “Usando la sínfisis púbica y otros criterios esqueletales, me atrevo a aseverar una exactitud de mas o menos 2 años de edad al momento de la determinación”6. TRABAJOS DE STEWART (1952) T. D. Stewart (Figura 7) publicó una revisión del trabajo clásico de referencia “Antropometría Práctica” de Hrdlicka donde hubo mínimos cambios en la sección del envejecimiento esqueletal, pero la adición más importante fue una nota al pie de página haciendo referencia al (aquel entonces) recientemente publicado trabajo “Atlas Radiográfico del Desarrollo Esqueletal de la Mano y Muñeca” (Atlas of Skeletal Development of the Hand and Wrist, 1950) por Greulich & Pyle7. 14 Figura 7. Thomas Dale Stewart Fuente: http://www.nap.edu/openbook.php?record_id=11807&page=352 Publicó en 1979 un nuevo libro8 el cual se enfocaba en la metodología relacionada a la estimación de la edad al morir agregando una robusta relección de datos relacionados con la formación y la erupción dentales, resaltando la importancia de los dientes para calcular la edad en los individuos jóvenes. Para el cálculo en los adultos, Stewart incluyó recientes estudios de Gilbert y McKern9, que extendían un sistema anteriormente establecido para evaluar la sínfisis púbica de las mujeres. También proporcionó detalle de la literatura y de su propia investigación en cambios en las articulaciones debido a la artritis, abordaje de datos dentales históricos, estudios de cambios en el hueso esponjoso y microestructura del mismo con cambios histológicos en el hueso compacto debido a la edad10, 11, 12. 15 Finalmente, el libro se diferencia de trabajos previos en: 1.- Producir metodología enfocándose en un rango más amplio de estructuras anatómicas 2.- Concientizar la variación en la mayoría de los cambios por la edad. 3.- La necesidad para ser selectivo en consultar la literatura publicada anteriormente En México, se han realizado diversas investigaciones13, entre ellas: Roberto Jiménez Ovando en su tesis titulada “Estudio Radiológico del carpo como indicador del desarrollo óseo en los niños en edad escolar”14 menciona que hasta el momento y de acuerdo con la información que se dispone, los estudios sobre crecimiento y desarrollo infantil que se han realizado en México, han sido de carácter antropomédico y psicológico, pero no existen trabajos del tipo osteométrico-radiológico. El objeto de su investigación fue el de estudiar y establecer normas de desarrollo óseo, utilizando una muestra de niños mexicanos del D.F., teniendo en cuenta que el desarrollo infantil está íntimamente ligado con factores nutricionales y estos a su vez, lo están consituaciones socio-económicas13. Márquez Morfin, publica un artículo concerniente a dicho tema que se titula “Determinación de la edad por medio de la longitud de los huesos largos infantiles de población colonial mexicana”15, cuya finalidad era obtener las relaciones adecuadas entre la edad determinada por medio de los procesos de maduración, erupción dental y la longitud de los huesos largos. La muestra fue tomada de una colección colonial procedente de la Catedral Metropolitana y de la iglesia de la Soledad en la Ciudad de México. La muestra consistió de 33 esqueletos los cuales eran pertenecientes a los siglos XVI, XVII y XVIII, los cuales fueron seleccionados tanto de entierros 16 individuales, como de entierros colectivos. Él llega a la conclusión de que por medio de estos estudios se puede llegar a tener noción sobre condiciones de salud a través de las líneas de Harris como indicador general de los problemas de salud; así como la edad a la que el individuo se ve expuesto a mayor estrés13. Peña Reyes16 realiza un estudio para evaluar la maduración esquelética de mano y muñeca en una muestra de niños de Oaxaca. Los objetivos de su trabajo son: 1. Cotejar las evaluaciones de madurez esquelética con un estudio previo. 2. Diferenciar las relaciones entre edad esquelética evaluada por cada uno de los métodos y los indicadores del estado que guarda el crecimiento. Sus resultados muestran la necesidad de utilizar diferentes técnicas de análisis de la edad para comprobar la veracidad de las mismas. 17 2.2 ANTROPOLOGIA DENTAL Y DETERMINACIÓN DE LA EDAD La Antropología Física, se enfoca en la variación biológica del ser humano a través del tiempo y del espacio. Se puede decir, que los estudios realizados por un antropólogo físico abarcan desde el origen de los Homínidos hace aproximadamente cinco a ocho millones de años y extendiéndose por una gran variedad de muestras fósiles hasta llegar al moderno Homo Sapiens (Figura 8). Destacando, que el rango de éstos estudios se extiende a todas las partes del globo habitadas en algún momento por humanos o sus ancestros. Figura 8. Evolución del ser humano (Imagen de dominio público) Fuente: http://images.wikia.com/uncyclopedia/images/d/d8/Human-evolution.gif Métodos utilizados para llevar a cabo investigación en variación humana van desde medidas anatómicas, parámetros fisiológicos y secuenciación de ADN. Y tratan problemas en torno a una infinidad de preguntas concernientes a adaptación humana, variación e historia. La Antropología Dental, es un sub-campo de la antropología física a pesar de que muchas de las contribuciones principales en ésta área de la investigación provienen de campos fuera de la antropología como los son: 18 Odontología General, Genética, Anatomía y Paleontología. Algunos colaboradores se centran en aspectos del desarrollo de la dentición, desde la formación del germen dentario hasta defectos de la corona. Otros se enfocan en cambios post erupción tales como lo son el desgaste ordinario de la corona o modificaciones dentales de aspecto cultural. El estudio de la Patología Dental, en particular la caries, osteítis periapical, patrones de pérdida dentaria y enfermedad periodontal, proveen otra área de investigación. Investigadores interesados en esos elementos de la dentición humana, los cuales tienen un pequeño elemento genético estudian morfología y tamaño del diente entre otras cosas17, 18. Mucha evidencia se ha acumulado durante el siglo pasado para indicar que el desarrollo dental es regulado en gran medida por la acción de los genes. Esto es cierto no únicamente para la forma de la corona y la raíz, pero se extiende para la infinidad de variantes estructurales de un diente. (Dahlberg 1951, menciona que en esencia todas las denticiones humanas son básicamente iguales) Las diferencias entre individuos son en el número y extensión de las características primarias y secundarias de los grupos de dientes, que a su vez son reflejo de la constitución genética del individuo. Desde la “huella” básica o patrón dental maestro que caracteriza a todas las denticiones humanas, los dientes exhiben características morfológicas y métricas que varían con y entre las poblaciones. Evolutivamente hablando, éstas características son observables en los ejemplares homínidos tanto los fósiles como los vivos. En poblaciones humanas recientes patrones de variación son evidentes tanto en la morfología como en el tamaño de la corona (Figura 9). 19 Figura 9. Diferencias en la Morfología del Tubérculo de Carabelli propuesto por: Zoubov y Jaldeeva (1989,1993) Fuente: http://www.bdigital.unal.edu.co/1303/5/04CAPI03.pdf El esmalte el cual cubre a la corona del diente19, es la parte más “dura” que lo conforma, consiste principalmente de Hidroxiapatita de Calcio (Ca10(PO4)6(OH)2). Debido a que este componente inorgánico es extremadamente durable, los dientes muestran una preservación excelente en casi todos los contextos tafonómicos. En depósitos fósiles de homínidos y sitios arqueológicos recientes, los dientes son los restos que están en mejor estado de conservación. Gracias a sus propiedades, es frecuente que se hallen dientes de manera individual incluso tiempo después de que el resto del cuerpo ha desaparecido. Además de sus cualidades de preservación, los dientes son el único tejido duro observable directamente en los seres vivos. Pueden ser estudiados a través de un examen intraoral directo, pero es generalmente más eficiente el reproducir los dientes en la mandíbula y en el maxilar a través de impresiones de alginato que sirven de molde para verter yeso y así obtener una copia permanente o un modelo de estudio. Algunos trabajadores; especialmente aquellos en Rusia, hacen observaciones directamente en impresiones de cera. Dientes extraídos de individuos vivos proveen otra área de estudio, pero debido a su naturaleza aislada del contexto de una dentadura completa, son 20 menos útiles que modelos dentales o esqueletos completos para un análisis sistemático de la dentición completa. Durante el siglo XIX, anatomistas dentales y antropólogos describieron variaciones morfológicas y comentaron acerca de su relativa frecuencia en diferentes poblaciones raciales. George Von Carabelli20 hizo descripciones acerca de una cúspide mesio-lingual accesoria en los molares superiores que era bastante común en las poblaciones europeas. En ese tiempo, Von Carabelli no tenía idea de que alcanzaría un grado de inmortalidad en base de esta pequeña cúspide accesoria que lleva su nombre hasta este día. (Figura 10) Figura 10. Ubicación del Tubérculo de Carabelli Fuente: http://html.rincondelvago.com/morfologia-dental.html Los primeros odontólogos y antropólogos de Alemania y Francia, mostraron que algunas variaciones morfológicas, especialmente el número de cúspides en molares superiores e inferiores distinguían a las principales razas de la humanidad. Anatomistas dentales como C.S. Tómes, describieron la corona y las raíces de los dientes humanos colocándolos en perspectiva de una odontología 21 comparativa. Pero a pesar de tales esfuerzos, solo la base para el estudio sistemático de la variación y la morfología de los dientes humanos fue establecida al principio del siglo XX. A mitad de 1920, Hrdlicka escribió lo que probablemente es considerado el documento angular en el estudio de la morfología de la corona de los dientes humanos gracias a sus observaciones de los “incisivos en forma de pala”4 (nombrados así, por que los márgenes delimitantes de la cara palatina en un incisivo encierran a una fosa, dándole la apariencia de una “pala para carbón”. Con accesoa varias colecciones de restos humanos derivadas de sitios arqueológicos ubicadas en el Museo Nacional de Historia de los estados Unidos, Hrdlicka tuvo una ventaja muy grande sobre sus contemporáneos europeos. Mientras ahondaba en los estudios de investigadores dentales anteriores a él; Hrdlicka fue el primero en clasificar el grado de expresión de una variante morfológica, compararla entre diferentes poblaciones y describir su incidencia en otras especies (entiéndase por especies no humanas). Algunos de sus hallazgos son: la similitud entre los asiáticos y los indios americanos, además de su marcada diferencia con las poblaciones de Europa y África en cuanto a la expresión y lo marcado de la “forma de pala”.21 Entre los estudios de variación dental, se encuentran los de Gregory21, 22, 23 que ven el grado de variación de los incisivos en forma de pala, tuberculum dentale de los dientes anteriores superiores, cúspides de los molares superiores e inferiores, patrón geográfico de los molares inferiores y el tubérculo de Carabelli. 22 Hablando desde las ventajas del siglo XX, Gregory catalogó las características morfológicas en “primitivas” y “civilizadas”. Sus características primitivas incluían la forma de pala de los incisivos, una fórmula de cúspides 4-4-4 o 5-5-5, Tubérculo de Carabelli en M1 y en M2 y la retención de un patrón primitivo (Dryopitecus) en los molares inferiores (Figuras 11, 12). Las características civilizadas de la dentición, o aquellas relacionadas con la “dentición moderna”, incluyen la ausencia o disminución de la forma de pala, la poca frecuencia del Tubérculo de Carabelli, segundos molares superiores redondeados hasta con tres cúspides y molares inferiores con patrones geográficos en forma de “cruz” en lugar de “y”. En este aspecto, Gregory anticipó los métodos de análisis cuantitativo que enfatizan la importancia de las características primitivas y de las derivadas para tratar de desenmarañar la historia de la evolución. Figura 11. Mandíbula de Dryopitecus fontani Imagen de dominio público Fuente: http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Dryopithecus_fontani.jpg http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Dryopithecus_fontani.jpg 23 Figura 12. Primer registro fósil de Dryopitecus fontani donde se observa la fórmula 4-4-4 en los molares (1A-2A) Imagen de dominio público Fuente: http://en.wikipedia.org/wiki/Dryopithecus_fontani En 1925, T.D. Campbell, publicó “Dentición y paladar de los aborígenes australianos”25, él notó que las diferencias entre las denticiones de los diferentes biotipos humanos no habían sido lo suficientemente reconocidos como para abrir otra línea de investigación. Pero esto no se debe a la carencia de diferencias, sino al tiempo que llevaría investigarlas. A pesar de que su trabajo incluyó observaciones morfológicas de las cúspides de los molares superiores e inferiores, número de raíces en premolares superiores e inferiores y características en relación a los estudios de Carabelli. No proporciona información estadística en relación a la forma de pala de los incisivos superiores, únicamente se limita a decir que “no es una característica de la dentición en los aborígenes australianos”. J.C.M. Shaw (1931), contribuyó con un trabajo muy importante titulado: “Los dientes, el paladar duro y la mandíbula en razas Bantu de Sudáfrica”26. Basando su trabajo en los estudios de Campbell, Shaw provee al lector de observaciones morfológicas en las cúspides y raíces de los molares 24 superiores e inferiores, número de raíces de caninos y premolares inferiores y de la forma de los incisivos. Dahlberg, realizó un trabajo en la morfología dental de la población blanca de Chicago. El estudio a profundidad de uno de estos grupos (Los indios Pima del centro de Arizona), abarcando un lapso de 35 años. De éste trabajo, surgieron las primeras y más importantes publicaciones de Dahlberg: “La cambiante dentición del hombre”27 y “La dentición del Indio Americano”28. En 1956, Dahlberg también lanzó una serie de tablas de referencia que ayudaron a estandarizar las observaciones morfológicas de la corona dental. Las tablas para los incisivos en forma de pala, estudios de Carabelli, el Hipocono, y el “prostostylid” (Tubérculo o cúspide accesoria) (Figura 13), jugaron un papel significante para estimular futuros estudios morfológicos en la dentición humana. Figura 13. H = Hipocono, Pr = Protocono, Pa = Paracono, M = Metacono Fuente: Img. División Antropología, Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universidad Nacional de La Plata, CONICET, (Aut. Valeria Bernal) La década de los 50s, marca una etapa formativa muy importante para el desarrollo de los estudios de antropología y de morfología dental. 25 Complementando el trabajo de Dahlberg, los investigadores contribuyeron con estudios en base en la genética y morfogénesis de las características de la corona dental, el potencial forense de la morfología dental, interacciones de la dentición, y estudios comparativos importantes en las denticiones de Europa que abarcan desde el Paleolítico superior hasta la actualidad. En 1963, el estudio de la dentición humana recibió una gran empuje con la publicación de “Antropología Dental”29, editado por D.R. Brothwell. Se anexaban documentos que hablaban entre otras cosas del nivel de caracterización en forma de pala, la dentición Indio Americana, caninos inferiores con dos raíces y agenesia del tercer molar. El reconocimiento de la antropología dental como un subcampo de la antropología física coincide en esencia con la publicación de éste trabajo. Nuevamente en 1991, Albert A. Dahlberg escribió “Perspectiva Histórica de la Antropología Dental” para el volumen “Avances en Antropología Dental”30. Dahlberg era tanto un dentista como un pionero en el campo de la ondontología antropológica y debido a esos dos intereses, su tratamiento histórico se enfocaba tanto en el desarrollo de la biología oral, como en la historia de la antropología dental per se. Unos años después, Scott (1997) escribió un documento histórico en el tema de Antropología Dental publicado en el libro publicado bajo su autoría “History of Physical Anthropology”31. En las últimas cuatro décadas, el número de artículos tratando estudios de la morfología dental, excede por mucho lo realizado en los cien años previos. Esta era ha sido testigo de la clasificación de muchas “nuevas” características morfológicas, caracterizaciones de muchos ejemplares poblacionales y de esfuerzos más enfocados en entender la naturaleza 26 biológica de la corona y de las características de la raíz. Todavía queda mucho por hacer, pero el estado de “obscuridad dental” descrito por Keith hace más de sesenta años, está saliendo a la luz poco a poco. 2.3 EVOLUCIÓN DENTAL Y MAXILOFACIAL Se ha estimado, que los humanos se separaron del resto de los homínidos hace aproximadamente 5-8 millones de años32. Los dientes y la mandíbula de los seres humanos son más pequeños que aquellos encontrados en los grandes simios. Investigaciones en los fósiles también muestran la evidencia de la disminución de tamaño del sistema masticatorio en los homininos* que son antepasados del Homo sapiens. Los investigadores mantienen la postura de que esta disminución se debe en mayor parte a los cambios en los hábitos alimenticios de la especie. Existen diferencias morfológicas que diferencían a los humanos modernos de los primates, éstas incluyen características en la dentición, cráneo, cerebro, tronco y los dientes. Por ejemplo, los dientes caninos de los primates presentan dimorfismo sexual cuando se les compara a los de los humanos y usualmente no tienen desgaste a nivel de las superficies oclusales delos dientes posteriores. Las mandíbulas en los humanos son más pequeñas, menos burdas y con una proyección horizontal menor que en los primates. Esas características que distinguen a los seres humanos de otras especies, pueden encontrarse también en los primeros homininos* junto con otras similitudes en el taxón*. 27 Lucas et al.33 Estuvieron de acuerdo en que las características dentales del último antepasado común de los chimpancés, bononos y homínidos eran muy similares a las de los monos actuales. Tenían incisivos grandes que eran procumbentes (proyectados hacia adelante) cuando recién erupcionaban. Los caninos también mostraban características de dimorfismo sexual, los machos poseían caninos más pronunciados que las hembras. Los premolares tenían coronas relativamente pequeñas y el segundo molar era el diente más grande (del grupo de molares) exactamente como en los grandes simios. De igual manera el borde posterior del canino superior se “afilaba” en contra de la extensión anterior del premolar inferior tal y como se muestra en los restos del ardipithecus (Figura 14). Otra de las características evolutivas que separan al Homo sapiens de nuestros ancestros. Es la barbilla protuberante la cual estaba ausente en los precursores del ser humano y en los Neandertales33, 34. Varios estudios se han realizado en la función y la base biomecánica de la formación de la barbilla. Mientras que algunos autores sostienen que la barbilla provee de resistencia a las fuerzas que actúan sobre la mandíbula44, algunos otros incluido Liberman45 creen que la barbilla no tiene importancia funcional. Se creía que las fuerzas biomecánicas relacionadas al sistema masticatorio jugaban un papel en la formación de la barbilla34, sin embargo puntos de vista opuestos sostienen que el desarrollo de la barbilla en los humanos surgió al mismo tiempo que el uso constante o disminuido de los dientes y al mismo tiempo que la mandíbula disminuía su tamaño45. Algunos autores declaran que la reducción en el arco dentario dejó a la barbilla como una protrusión en la mandíbula. Ichim et al.46 dicen que la formación de la barbilla podría deberse a las contracciones repetidas de la lengua y de la musculatura oral que resultaron del origen del habla en el humano moderno hace aproximadamente 50,000 años. 28 Figura 14 Sup. Diferencias entre Humano (Izquierda), Ardipithecus (Centro) y Chimpancé (Derecha). Nótese la clase I de Angle en Humanos y la clase III (canina) en el Chimpancé Figura 14. Inf. Zonas en molares donde el color rojo indica mayor fuerza durante el ciclo masticatorio y el azul menor fuerza. Fuente: http://news.nationalgeographic.com/news/2009/10/photogalleries/oldest-human-skeleton-ardi-missing-link- chimps-pictures/#/ardipithecus-ramidus-teeth-comparison_11772_600x450.jpg El plano oclusal en los seres humanos a menudo no es horizontal sino helicoidal. Un plano oclusal helicoidal es una inclinación donde los dientes anteriores muestran un plano inclinado hacia palatino mientras que los dientes en la parte posterior se inclinan bucalmente formando una “trenza”. Aunque el patrón helicoidal es atribuido como una característica típica de la región orofacial del género Homo, se ha visto también en los Homínidos del Pleistoceno y en los primates, especialmente los chimpancés. Smith47, menciona que la continua reducción de la arcada dental en los homínidos, se debe a que los molares han cambiado de lugar poco a poco para descansar posteriormente a la raíz del arco cigomático, y mesialmente al complejo pterigo-maseterino. Ambos factores aparentemente son de importancia para el desarrollo del plano oclusal helicoidal. 29 También, la reducción de los arcos dentales y su retracción bajo el cráneo requería de la inclinación axial de las raíces en los molares. Se ha propuesto que esta inclinación axial en el transcurso de la evolución fue paralela por cambios diferenciales en la altura de las cúspides para poder mantener el complejo masticatorio como una unidad funcional48. Los dientes posteriores de los humanos también están inclinados en el plano sagital. Los terceros molares han pasado por un proceso de inclinación hacia adelante durante el curso de la evolución como resultado de un desplazamiento de la articulación temporomandibular en relación con el plano oclusal. Este movimiento, desarrolló la curva de Spee (Figura 15) la cual es más pronunciada en humanos cuando se les compara con otros homínidos. Esto también volvía funcionales a los terceros molares a pesar de su posición49. Figura 15. Curva de Spee Fuente: http://www.dentienonsolo.it Se ha mencionado, que gracias a esta curva, los molares en el lado funcional durante el proceso masticatorio pueden realizar el movimiento “para triturar” los alimentos. Una compleja relación entre la curva de Spee y el plano oclusal helicoidal permite a los molares funcionar en grupos y no de manera simultánea bilateral, incluyendo a los terceros molares49. 30 Aunque el plano oclusal helicoidal ha sido aceptado como un producto de los cambios evolutivos en el sistema masticatorio, Macho y Berner48 han concluido que este plano podría ser considerado como una adaptación funcional per se. Cuando se analiza la evolución del cóndilo mandibular, se aprecia que en los primeros homininos* se heredó una articulación posicionada inferior y anteriormente la cual viene de antepasados ramamorfos (Hominoideos del mioceno temprano-medio). En la línea del australopitecus, la articulación permanece hacia adelante, pero se desplazó hacia arriba (Figura 16) Figura 16. Posición de la ATM en el Australopitecus afarensis Fuente: http://www.nwcreation.net/images/Australopithecus_afarensisafarensis.jpg Fuente: http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0022519312002834 http://www.nwcreation.net/images/Australopithecus_afarensisafarensis.jpg 31 En el grupo de los Homo erectus, se levantó menos y se desplazó hacia atrás. Los neandertales tenían una rama mandibular ancha, pero con diferentes valores par la altura de la misma47 (Figura 17). Figura 17. Comparación entre los cráneos del H. neanderthalis y del H. sapiens Fuente: http://www.erichufschmid.net/Neanderthals/More-Neanderthals-4.html En el Homo sapiens, la articulación de ha movido hacia adelante, pero ha mantenido la misma distribución en la elevación tal y como en el Neandertal. Los cóndilos mandibulares de los homínidos, ocupan una posición restringida en relación con el plano oclusal. Diferentes posiciones (Alta, baja, anterior o posterior) tienen un efecto considerable en los movimientos de los molares cuando se cierra la mandíbula y por lo tanto afecta el modo en el que la comida es procesada durante la masticación. Durante la evolución humana ha habido cambios bien definidos en la posición de la articulación temporomandibular los cuales también están relacionados con la variación de la dieta y el procesamiento de los alimentos50. 32 3.- TÉCNICAS PARA DETERMINACIÓN DE LA EDAD 3.1 ERUPCIÓN DENTAL Y EL DESGASTE DE LOS DIENTES. La erupción y el desgaste de los dientes han sido usados de manera extensa para datar al esqueleto humano. El desarrollo dental está mucho más asociado con la edad cronológica de una persona en comparación con otras partes esqueletales, y parece estar sobre un riguroso control genético. Debido a la formación regular, a los tiempos de erupción para los dientes y debido a que son los remanentes más comunes en los contextos forense, arqueológico y paleontológico, el desarrollo dental es probablemente la técnica más ampliamente utilizada para datar remanentes subadultos. Smith51 provee una revisión de las varias técnicas disponibles. Es importantemencionar, que “regular” no significa “constante” cuando hablamos de dentición humana. Por ejemplo: algunos infantes sufren de tiempos de erupción de manera temprana durante sus vidas, y diferentes individuos pasan por un orden de erupción diferente52, se ha demostrado que algunos individuos Africano-Americanos y Europeo-Americanos, difieren tanto en cantidad como en el dimorfismo sexual de la mineralización dental53. La edad puede ser determinada por el desarrollo del diente en diferentes maneras. Una es mediante la comparación al individuo con una tabla o un atlas que muestre las diferentes etapas del desarrollo en la dentición completa. Otra es mediante la comparación de las etapas de la formación con cada diente individual. Liversidge54 discute los pros y los contras de éstos métodos y recomienda abordar el problema mediante la solución con el atlas debido a la facilidad de uso y a la certeza del método. 33 Ubelaker55, 56 ofrece un sumario gráfico con información en el desarrollo dental en los nativos americanos (Figura 18). La variación basada en género tanto en la erupción como en el desarrollo dental es más aparente con la posición del canino, y este diente es el que menos atención debe prestársele cuando se trata de datar denticiones de transición. Figura 18. Desarrollo dental en Nativos Americanos. Adaptado del trabajo de Ubelaker (1999, 2008) Al valorar la edad del individuo joven basado en la información dental, es importante notar todos los aspectos del desarrollo, incluyendo el terminado de las coronas y la formación de las raíces, además de la posición de cada diente con respecto al margen alveolar. Cuando se utilizan estándares publicados, hay que estar seguros de discernir entre la erupción a través del margen alveolar (hueso) o a través de la encía 34 (tejido blando). También hay que notar que el desarrollo dental es sensible de las diferencias de género y poblacionales57, 58, 59. ESTIMANDO LA EDAD DEL ADULTO Una vez que un diente permanente erupciona, empieza a tener desgaste. El grado y patrón del desgaste están gobernados por las secuencias del desarrollo dental, morfología dentaria, tamaño del diente, estructura interna de la corona, angulación dentaria, uso de los dientes no relacionados con la dieta (hábitos), mecanismos de la masticación del individuo y dieta del mismo60, 61. Si el grado de desgaste en una población es relativamente homogéneo, se sugiere que la extensión del desgaste está en función de la edad. Este factor puede ser usado en asignar edades dentales a especímenes adultos. Cuando esto ha sido probado en poblaciones modernas, correlaciones entre la edad conocida y el desgaste dentario han demostrado ser válidas62, 63. Sin embargo, el investigador (Odontólogo Forense, Osteólogo, Antropólogo, etc.) debe siempre estar a la expectativa de casos de desgaste acelerado debido a la patología en la que se usan los dientes como herramientas64. El primer paso para verificar la edad mediante la atrición dental, es la aplicación de una seriación de todas las denticiones basadas en desarrollo y desgaste. Miles65 fue el primero en establecer una escala de atrición basada en el desarrollo. Las bases de la técnica son utilizadas como en el siguiente ejemplo: Un primer molar permanente, acumula aproximadamente 6 años de desgaste antes de que el segundo molar del mismo individuo erupcione (asumiendo la etapa de erupción a los 6 y a los 12 años respectivamente). Cuando una cantidad similar de desgaste (6 años) se encuentra en el 3er 35 molar de otro individuo (un molar valorado para erupcionar a los 18 años), la edad del individuo puede estimarse como 18 + 6 = 24 años. Lovejoy62 ha concluido, para la población prehistórica Libben (Una serie de colecciones osteológicas del Medio-Oeste de los Estado Unidos) que el desgaste dentario valorado mediante procedimientos seriales en un indicador confiable e importante de la edad de un adulto al momento de fallecer. También encontró a nivel poblacional, que el desgaste dentario era bastante regular en forma y grado. Tal y como él menciona, la valoración de un solo individuo en un ambiente forense basado en desgaste dentario, únicamente permite una aproximación a “groso modo” de la edad. Pero si toda una población biológica es seriada, el desgaste dentario proporciona resultados precisos. De hecho, Lovejoy y sus colegas62 concluyeron que el desgaste dentario es (por si mismo) el mejor indicador para determinar la edad en poblaciones esqueletales. Encontraron al desgaste dental como un indicador de la edad certero y consistente sin fallas. La figura 19 ilustra el desgaste de manera estandarizada utilizado por éstos trabajadores. Mays66 también encontró al desgaste dentario como un indicador confiable en una colección osteológica histórica de Alemania. Hillson67 y Whittaker68 discutieron métodos útiles para comprobar la edad individual basado en el análisis microscópico de los dientes permanentes. Conforme los dientes envejecen, formación de una dentina secundaria reduce la altura de la cámara pulpar. Drusini et al.69 usaron esto para datar radiografías de individuos adultos con un margen de error de +- 5 años en el 78% de los dientes. 36 Atrición Maxilar Atrición Mandibular A B1 B2 C D E F G H I Figura 19. Modelo de Patrones del desgaste dentario en una población prehistórica nativa de Libben, Ohio. El desgaste está dividido en fases para para las denticiones del maxilar (izquierda) y la mandíbula (derecha). La dentina expuesta se muestra en color negro. La edad en años para las diferentes etapas son las siguientes: A, 12– 18; B1, 16–20; B2, 16–20; C, 18–22; D, 20–24; E, 24–30; F, 30–35; G, 35–40; H (maxilar), 40–50; H (mandibular), 40–45; I, 45–55. (Lovejoy et al. 1985) 37 Otros estudios mostraron que la traslucidez apical de la corona tiene correlación con la edad adulta, pero aplicaciones de la técnica han mostrado ser menos útiles que otros métodos70. Rango de edad (años) Entre 17 – 25 años 25 – 35 años 33 – 45 años Más de 45 años Númer o del molar M1, M1 M2, M2 M3, M3 M 1, M1 M2, M2 M3, M3 M1, M1 M2, M2 M 3, M3 M1, M1 M2 , M2 M 3, M 3 Patrón de desga ste Sin exposici ón de dentina. El esmalte puede estar poco “pulido” Cualquier grado de desgaste mayor que las columnas previas En ocasiones un patrón de desgaste irregular ocurre. (1) (2) (2+) (3) (3+) (4) (4+) (5) (5+) (5++) (6) (7) Sin cambios Solo esmalte (3-) Desgaste desigual Hasta el cuello Solo la raiz Figura 20. Patrones de desgaste dental derivados de una muestra de esqueletos desde la época prehistórica hasta la medieval. En la parte superior: Patrones típicos de desgaste característico de cuatro grandes grupos de edad. En la parte inferior: Puntuaciones asignadas al desgaste dental en molares. La dentina expuesta se muestra en negro y el esmalte desgastado se muestra como un patrón a rayas. Adaptado de Brothwell (1981). 38 3.2 ANÁLISIS CARPAL. Hoy en día, el análisis carpal; es una de las principales herramientas que usan los ortodoncistas para valorar la edad ósea de una persona. Este análisis, se lleva a cabo mediante la comparación de una radiografía de la mano izquierda de un paciente contra una tabla de referencia. Gracias a la interpretación de una “simple radiografía” el especialista es capaz de obtener información acerca del estado de maduración relativa de un paciente basándose en diversos factores de desarrollo y maduración que aparecen de forma regular y secuencial durante el desarrollo óseo, para de ésta manera poderseparar a un individuo “normal” de uno con crecimiento avanzado o retrasado. Las lecturas continuas de la edad esqueletal de una persona indican la dirección del desarrollo del mismo y/o muestran el progreso durante el tratamiento. En personas normales la edad ósea no debe de variar más de un 10% en contraste con la edad cronológica del individuo. Una mayor disconcordancia entre la edad cronológica y la edad biológica ocurre en niños que son obesos o que empiezan la pubertad temprano, de tal modo que su “envejecimiento esqueletal” es mayor en ambos casos71. Las aplicaciones principales de la determinación de la edad en ortodoncia, responden a 4 situaciones: 1. Cuando se desea realizar un tratamiento funcional u ortopédico en una edad tardía. 2. Cuando se va a realizar un tratamiento quirúrgico en una edad temprana. 39 3. Para realizar una disyunción palatina en una edad considerada límite o tardía. 4. Cuando deseamos asegurarnos del momento exacto de dar de alta en retención a casos críticos como podrían ser mordidas abiertas o la clase III. Un número de factores importantes debe de considerarse cuando se determina la edad. Por ejemplo; el grado de maduración esqueletal difiere entre niños y niñas, o entre grupos étnicos. Además, cuando existen situaciones de desórdenes del desarrollo como lo son: displasias esqueletales, anormalidades endócrinas u otras causas que retarden el crecimiento; los resultados de la técnica podrían verse afectados. INDICADORES DE MADURACIÓN ESQUELETAL EN NIÑOS Y ADOLESCENTES En la mayoría de los niños sanos, existe una secuencia establecida de la osificación del carpo, metacarpo y los huesos de la falange (Figura 21), la cual es remarcablemente constante y la misma para ambos sexos. En general, el primer centro de osificación en aparecer en la mano y muñeca, es el hueso grande, y el último, es de manera más frecuente, el sesamoideo perteneciente al pulgar. El primer centro epifisario en aparecer es el distal del radio, seguido por aquellos en el lado proximal de la falanges, los metacarpos, las falanges medias, las falanges distales y finalmente el cúbito. Hay sin embargo dos excepciones a esta secuencia: La epífisis de la falange distal del pulgar comúnmente aparece al mismo tiempo que la epífisis de los 40 metacarpos, y la epífisis de la falange media del meñique es frecuente que sea la última en osificar. Debido a que el valor para predecir los centros de osificación difiere y cambia durante el crecimiento, el investigador debe enfocarse de manera primaria en los centros que mejor caractericen el desarrollo esqueletal para la edad cronológica de la persona que se está valorando. Figura 21. Orden de la aparición de los huesos del carpo, la secuencia usual es: (1) Hueso Grande, (2) Hueso Ganchoso, (3) Piramidal, (4) Semilunar, (5) Trapecio, (6) Trapezoide, (7) Escafoides, (8) Pisiforme. La epífisis distal del radio osifica antes que el hueso piramidal y que el cúbito antes que el hueso pisiforme. Fuente: Atlas of Hand Bone Age, Gilzans 2005 41 La técnica establecida por Grave y Brown en 1976, divide las diferentes fases de maduración en 9 etapas con lo que se trata de medir de manera más precisa la edad ósea. Para entenderla, es necesario conocer la nomenclatura utilizada (Figura 22): Figura 22: “Disección” de la nomenclatura utilizada por Grave & Brown en su técnica para la determinación de la edad. Fuente: Atlas de Ortopedia Maxilar, Thomas Rakosi (1992) Los estados de crecimiento de los dedos, se valoran según la relación entre la epífisis y la diáfisis, distinguiéndose tres estados de osificación de las falanges. (Figura 23) Figura 23: Grados de osificación de las falanges con su nomenclatura. Fuente: Atlas of Hand Bone Age, Gilzans 2005 Primer estadío (=): La epífisis tiene la misma anchura que la diáfisis. Segundo estadío (cap): La diáfisis rodea la epífisis a modo de capuchón. Tercer estadío (u): Unidad; la epífisis se osifica con la diáfisis. M P 3 D - Distal M - Medial P - Proximal Falange (Phalanx) 1.- Pulgar 2.- Índice 3.- Medio 4.- Anular 5.- Meñique R – Radio S - Sesamoideo = / Cap / U 42 1° estadío de maduración PP2= (Figura 24) La epífisis de la falange proximal del dedo índice (PP2) muestra la misma anchura que la diáfisis. Este estadío comienza aproximadamente 3 años antes del brote de crecimiento puberal. Figura 24: 1er estadío de maduración Fuentes: Atlas de ortopedia maxilar: Diagnóstico (Rakosi, 1992) Hand Bone Age: A Digital Atlas (Gilzans, 2005) 2° estadío de maduración MP3= (Figura 25) La epífisis de la segunda falange del dedo medio (MP3) muestra la misma anchura que la diáfisis. Figura 25: 2do estadío de maduración Fuentes: Atlas de ortopedia maxilar: Diagnóstico (Rakosi, 1992) Hand Bone Age: A Digital Atlas (Gilzans, 2005) 43 3° estadío de maduración Pisi, H1 y R= (Figura 26) Esta fase del desarrollo se valora de acuerdo con tres características de osificación que aparecen de modo secuencial, aunque en un plazo bastante próximo, durante el proceso de maduración ósea. Estadío Pisi = Osificación visible del hueso Pisiforme Estadío H1 = Osificación de la apófisis unciforme del hueso ganchoso Estadío R = Anchura equivalente de la epífisis y diáfisis del radio Figura 26: 3er estadío de maduración Fuentes: Atlas de ortopedia maxilar: Diagnóstico (Rakosi, 1992) Hand Bone Age: A Digital Atlas (Gilzans, 2005) 44 4° estadío de maduración S y H2 (Figura 27) Estadío S = Inicio de la mineralización del hueso sesamoideo cubital de la articulación metacarpofalángica del pulgar. Estadío H2 = Osificación avanzada de la apófisis unciforme del hueso ganchoso. El cuarto estadío se alcanza poco antes o al inicio del brote de crecimiento puberal. Figura 27: 4o estadío de maduración Fuentes: Atlas de ortopedia maxilar: Diagnóstico (Rakosi, 1992) Hand Bone Age: A Digital Atlas (Gilzans, 2005) 45 5° estadío de maduración MP3cap, PP1cap y Rcap (Figura 28) Durante este estadío, la diáfisis rodea en forma de capuchón a la epífisis. El estadío MP3cap, indica que el proceso se desarrolla en la segunda falange del dedo medio; el estadío PP1cap, en la falange proximal del pulgar, y el estadío Rcap, en el radio. Este estadío de osificación coincide con el brote máximo de crecimiento puberal. Figura 28: 5o estadío de maduración Fuentes: Atlas de ortopedia maxilar: Diagnóstico (Rakosi, 1992) Hand Bone Age: A Digital Atlas (Gilzans, 2005) 46 6° estadío de maduración DP3u (Figura 29) Fusión visible de la epífisis y diáfisis de la falange distal del dedo medio (DP3). Al alcanzarse este estadío evolutivo, termina el brote de crecimiento puberal. Figura 29: 6o estadío de maduración Fuentes: Atlas de ortopedia maxilar: Diagnóstico (Rakosi, 1992) Hand Bone Age: A Digital Atlas (Gilzans, 2005) 7° estadío de maduración PP3u (Figura 30) Fusión visible de la epífisis y diáfisis de la falange proximal del dedo medio (PP3). Figura 30: 7o estadío de maduración Fuentes: Atlas de ortopedia maxilar: Diagnóstico (Rakosi, 1992) Hand Bone Age: A Digital Atlas (Gilzans, 2005) 47 8° estadío de maduración MP3u (Figura 31) Fusión visible de la epífisis y diáfisis de la segunda falange del dedo medio (MP3). Figura 31: 8o estadío de maduración Fuentes: Atlas de ortopedia maxilar: Diagnóstico (Rakosi, 1992) Hand Bone Age: A Digital Atlas (Gilzans, 2005) 9° estadío de maduración Ru (Figura 32) Osificacióncompleta de la epífisis y diáfisis del radio. Al llegar a éste estadío, termina la osificación de todos los huesos de la mano, y al mismo tiempo, el crecimiento óseo. Figura 32: 9o estadío de maduración Fuentes: Atlas de ortopedia maxilar: Diagnóstico (Rakosi, 1992) Hand Bone Age: A Digital Atlas (Gilzans, 2005) 48 Los brotes de crecimiento prepuberal, dependen del sexo y varían en relación con la edad cronológica. Por lo general, el brote de crecimiento inicia en las niñas entre los 10 y los 12 años y en los niños, entre los 12 y los 14 años, con un margen de variación de 3-6 años. (Tabla 1) Período de Crecimiento 1.- PP2= 2.- MP3= 3.- Pisi H1 R= 4.- S H2 5.- MP3cap Rcap PP1cap 6.- DP3u 7.- PP3u 8.- MP3u 9.- Ru Masc. 10.6 12.0 12.6 13.0 14.0 15.0 15.9 15.9 18.5 Fem. 8.1 8.1 9.6 10.6 11.0 13.0 13.3 13.9 16.0 Tabla 1: Tabla que relaciona los estadíos de osificación de los huesos de la mano y la edad ósea durante el período de los 8 a los 18 años de vida (Schopf, 1978) Fuente: Atlas de ortopedia maxilar: Diagnóstico (Rakosi, 1992) 49 3.3 CRECIMIENTO CERVICAL Según Baccetti et al.72, la confiabilidad y eficiencia de un indicador de maduración esqueletal debe ser evaluado respecto a varios requisitos fundamentales. Un indicador ideal debe caracterizarse por: 1.- Eficacia en determinar el punto máximo de crecimiento mandibular. 2.- Evitar exposiciones a rayos x adicionales. 3.- Fácil aplicación e interpretación. 4.- Consistencia en la interpretación de los datos (interexaminadores). 5.- Utilidad diagnostica al anticipar la ocurrencia del crecimiento máximo. Éstas características se cumplen en un método de maduración Cervicovertebral (CVM) propuesto previamente por Franchi73: A.- En cerca de un 95% de los sujetos norteamericanos, un intervalo de crecimiento en CVM coincide con el crecimiento máximo puberal tanto en crecimiento mandibular como en estatura del individuo. B.- Las vértebras cervicales estudiadas son posibles de analizar en radiografías laterales de cráneo, utilizadas normalmente en la planificación de tratamientos de Ortodoncia. C.- La facilidad de reproducción en la clasificación de las etapas de CVM es alta (98% en examinadores calificados). D.- El método es útil en la anticipación del crecimiento máximo puberal y para establecer el fin del crecimiento mandibular. 50 Según lo sugerido por Hassel y Farman74, se incluyen solamente tres vertebras para realizar el análisis: C2-C3-C4 y su diagnóstico se basa en un método observacional de etapas individuales que podían ser identificadas fácilmente en la radiografía lateral de manera individual. 2 variables se analizan durante la inspección. A.- Presencia o ausencia de una concavidad en el borde inferior de C2, C3 y C4. B.- Forma del cuerpo de C3 y C4. En las que cuatro formas básicas fueron consideradas (Trapezoidal, Rectangular Horizontal, Cuadrada y Rectangular Vertical). Análisis Cefalométrico En las cefalometrías laterales, los siguientes puntos se trazan para definir las características morfológicas de los cuerpos vertebrales. (Figura 33). Figura 33. • C2p, C2m, C2a: los puntos más posterior, anterior y profundo del borde inferior en el cuerpo de C2. • C3up, C3ua: Los puntos más superiores de los bordes posterior y anterior de C3. 51 • C3lp, C3m, C3la: los puntos más posterior, anterior y profundo del borde inferior en el cuerpo de C3. • C4up, C4ua: Los puntos más superiores de los bordes posterior y anterior de C4. • C4lp, C4 m, C4la: los puntos más posterior, anterior y profundo del borde inferior en el cuerpo de C4. Análisis CVM. Las primeras siete vertebras de la columna espinal constituyen la columna cervical. Las primeras dos vértebras, el atlas y el axis presentan características únicas y muy particulares respecto a las siguientes las cuales comparten su anatomía principal 75. El método de determinación de madurez esqueletal cuenta con 6 etapas (Fig, 34). Fig. 34. Tomado de Baccetti et al. Seminars in Orthodontics, Volume 11, Issue 3, September 2005. 52 Etapa 1 (CS1). (iniciación), Las vértebras tienen forma de cuna, con bordes superiores que se adelgazan desde posterior hacia anterior. Los bordes inferiores de todos los cuerpos vertebrales cervicales son planos. El punto máximo de crecimiento mandibular, ocurrirá aproximadamente 2 años después de esta etapa. (Figura 35). Etapa 2 (CS2). (aceleración), Los bordes inferiores cervicales de C2 y C3 desarrollan concavidades, Los cuerpos cervicales de C3 y C4 son prácticamente rectangulares, el borde inferior de C4 es plano, la altura anterior de los cuerpos cervicales aumenta. El punto máximo de crecimiento mandibular, ocurrirá aproximadamente 1 año después de esta etapa. (Figura 36). Fig. 36. Fuente: Baccetti et al. Seminars in Orthodontics, Volume 11, Issue 3, September 2005. Fig. 35. Fuente: Baccetti et al. Seminars in Orthodontics, Volume 11, Issue 3, September 2005. 53 Etapa 3 (CS3). (transición), se desarrollan concavidades en C2 y C3, se inicia el desarrollo de la concavidad en el borde inferior de C4, los cuerpos vertebrales de C3 y C4 son rectangulares. El punto máximo de crecimiento mandibular, ocurrirá durante el año de esta etapa. (Figura 37). Etapa 4 (CS4). (desaceleración), Se observan claras concavidades en los bordes inferiores de C2,C3 y C4 con los cuerpos vertebrales de C3 y C4 casi cuadrados. El punto máximo de crecimiento mandibular ocurrió 1 o 2 años antes de esta etapa. (Figura 38). Fig. 38. Fuente: Baccetti et al. Seminars in Orthodontics, Volume 11, Issue 3, September 2005. Fig. 37. Fuente: Baccetti et al. Seminars in Orthodontics, Volume 11, Issue 3, September 2005. 54 Etapa 5 (CS5). (maduración), Se observan concavidades acentuadas en los bordes inferiores de C2,C3 y C4, y los cuerpos vertebrales de C3 y C4 son prácticamente cuadrados, las concavidades se observan bien definidas en todos los bordes inferiores de las vértebras cervicales. El punto máximo de crecimiento mandibular terminó al menos 1 año antes de esta etapa. (Figura 39). Etapa 6 (CS6). (finalización), Se observan concavidades profundas en los bordes inferiores de C2, C3 y C4, los cuerpos vertebrales presentan una dimensión más vertical que horizontal. El punto máximo de crecimiento mandibular terminó al menos 2 años antes de esta etapa. (Figura 40). Fig. 39. Fuente: Baccetti et al. Seminars in Orthodontics, Volume 11, Issue 3, September 2005. Fig. 40. Fuente: Baccetti et al. Seminars in Orthodontics, Volume 11, Issue 3, September 2005. 55 La aplicación clínica de éste método para la ortopedia dentofacial se vuelve relevante para aquellos tratamientos que se benefician de un crecimiento mandibular acelerado. El método CVM se puede utilizar como un índice para detectar el momento óptimo del inicio del tratamiento en deficiencias mandibulares fundamentalmente anomalías de Clase II. Se ha demostrado que la efectividad del tratamiento funcional en desarmonías esqueletales depende en gran medida de la respuesta biológica del cartílago condilar el cual está relacionado con el grado de desarrollo de la mandíbula72. Estudios longitudinales han descrito las etapas del método CVM y su relación respecto al crecimiento mandibular. Cuando un paciente Clase II esqueletal con una deficiencia mandibular evidente se encuentra en etapas CS1 o CS2 (Fig. 35 y 36), el clínico puede esperar al menos un año más para luego realizar una re-evaluación radiográfica orientada a iniciar un tratamiento con aparatos funcionales. La aparición de una concavidad definidaen el borde inferior de C2 indica que el brote puberal se aproxima, por tanto el punto máximo de crecimiento comenzará aproximadamente un año después. La CS3 (Fig. 37.) representa la etapa ideal para iniciar terapias con aparatos funcionales dirigidos a corregir deficiencias mandibulares, pues el crecimiento mandibular ocurrirá durante el año en curso a esta observación76. 56 3.4 UNIÓN EPIFISARIA CLAVICULAR. La clavícula, es considerado un hueso largo, tiene una cavidad medular y una epífisis en cada uno de sus extremos para permitir el crecimiento (Figura 41). La clavícula, es el primer hueso fetal que pasa por un proceso de osificación primaria y su epífisis medial es la última en fusionarse77. Sin embargo, donde otros huesos largos pasan por un proceso de osificación endocondral, la clavícula osifica via intramembranosa sin pasar por una osificación endocondral previa (Kreitner et al. 1998) Los dos centros de osificación primaria aparecen durante la 6ta semana de vida intrauterina y se fusionan aproximadamente una semana después78. Después de que la matriz osteoide es establecida, cartílago aparece en los extremos acromial y esternal del hueso, y durante ese punto el crecimiento se convierte en una combinación de osificaciones endocondral y membranosa. La masa medial cartilaginosa contribuye más al crecimiento clavicular en su longitud que en el grueso de su masa, probablemente tanto como el 80% de la longitud ósea78. Figura 41. Anatomía de la Clavícula Fuente: http://ayudantiasfabiocolpari.blogspot.mx/2012/11/osteologia-de-clavicula.html 57 La combinación tanto de la ubicación en el espacio de los centros de osificación y del tipo de osificación (endocondral) de la clavícula, le da a la misma su forma tan particular de “S” itálica durante la 8° o 9° semana de vida intrauterina78. El hueso mantiene su forma “adulta” para la 11° semana78. El crecimiento disminuye posteriormente al nacimiento hasta la etapa comprendida entre los 5 y los 7 años (El famoso “estirón”), para después nuevamente disminuir hasta la etapa de crecimiento puberal. Durante la adolescencia, centros secundarios de osificación aparecen en los extremos medial y lateral de la clavícula. Tood y D’Errico79 documentaron la fusión de la epífisis lateral a principios del siglo XX, pero desde entonces se le ha dado poca atención en la literatura. En ocasiones la apófisis lateral aparece como una lámina de hueso separada, mientras que en otras ocasiones se transparenta para asumir una apariencia de quiescencia (sin actividad); esto típicamente ocurre durante la segunda década de vida79. Mucha más atención ha sido puesta en estudiar el desarrollo y fusión de la apófisis medial77. La osificación de la apófisis medial comienza durante la pubertad, pero la apófisis medial no se fusiona al cuerpo de la clavícula completamente sino hasta diez años después de su aparición inicial78. Consecuentemente, la fusión de la apófisis medial ha probado ser útil para determinar la edad esqueletal de jóvenes adultos. La epífisis parece inicialmente como un pequeño “callo óseo” en el centro del extremo esternal y se expande hasta cubrir la mayor parte de la superficie medial. Sheuer y Black78 ofrecieron la siguiente línea de tiempo de la maduración clavicular: 58 1.- Una lámina bien definida aparece entre los 16 y los 21 años. 2.- La lámina cubre la mayor parte de la superficie medial entre los 24 y los 29 años 3.- La fusión completa acontece entre los 22 y los 30 años de edad. Figura 42. Sin Fusión Nótese la apariencia de “coral” en la superficie medial articular. Desde la izquierda: Varón Europeo-Americano de 12 años, Varón Europeo-Americano de 10 años, Mujer Europe- Americano de 12 años. (Renee Shirley, Natalie; 2009) Figura 43. Inicio de la fusión Lámina iniciando la fusión; menos del 50% de la superficie cubierta por la lámina. Desde la izquierda: Varón Europeo-Americano de 16 años, Varón Europeo-Americano de 17 años, Mujer Europeo- Americano de 20 años. 59 Figura 44. Fusión Activa Más del 50% de la superficie está cubierta por la lámina; fusión aconteciendo de manera activa. Desde la izquierda: Varón Europeo-Americano de 22 años, Varón Europeo-Americano de 25 años, Varón Europeo- Americano de 20 años. (Renee Shirley, Natalie; 2009) Figura 45. Fusión Activa (Vista lateral) Nótese el espacio visible entre la lámina epifisaria y la superficie del hueso (Renee Shirley, Natalie; 2009) 60 Figura 46. Fusión Reciente Flechas de izquierda a derecha: Cicatriz de la fusión, nódulo óseo, nódulo óseo. Desde la Izquierda: Varón Europeo-Americano de 23 años, Varón Europeo-Americano de 23 años, Varón Europeo- Americano de 25 años. (Renee Shirley, Natalie; 2009) Figura 47. Fusión Completa Desde la Izquierda: Varón Europeo-Americano de 36 años, Varón Europeo-Americano de 49 años, Mujer Europeo- Americano de 37 años. De acuerdo a sus resultados, la unión comienza en el centro de la cara epifisaria y procede superiormente, donde puede progresar ya sea anterior o posteriormente, el margen inferior es el sitio final de la fusión. 61 La fase 1 podía llegar hasta la edad de 25 años en varones y 23 en mujeres. La fase 2 fue observada en varones de 16-22 años y en mujeres de 16-21 años. La fase 3, que marca el inicio de la fusión, fue notada en varones de 17-30 años y en mujeres de 16-33 años. La unión completa se vio en edades tan tempranas como a los 20 años y en todos los casos la fusión era completa para los 34 años de edad. Aunque la tomografía computarizada ha sido utilizada para estudiar la unión epifisaria, la mayoría de estos estudios usa un “grosor en la rebanada” que es demasiado grueso para estudiar detalles significativos acerca de las diferentes etapas de la fusión (ej. Grosores mayores a 1mm). Por ejemplo, en un estudio el grosor en las placas tenía un rango de 1mm-8mm (Kreitner et al. 1998)80. Ellos dividieron la unión en 4 etapas: (1) Falta de unión sin osificación de la epífisis, (2) Falta de unión con osificación detectable de la epífisis, (3) unión parcial y (4) unión completa de la epífisis con la metáfisis clavicular. La epífisis osificada aparecía entre los 11 y los 22 años. La unión parcial fue documentada entre los 16-26 años. La unión completa más temprana fue a los 22 años, y la unión estaba completa en todos los individuos cumplidos los 27 años. Sin embargo, el catalogar huesos escaneados mediante CT con diferentes grosores de la placa debe de ser hecho con cautela ya que los detalles aparentes en rebanadas de 1mm pueden no ser visibles en rebanadas de 8mm. Más aún, los estándares desarrollados a partir de escaneos CT deben ser únicamente utilizados para datar muestras CT y no huesos secos. En resumen, la epífisis medial clavicular, ha sido establecida como un método confiable de datación de edad en jóvenes adultos. Sin embargo, los diferentes estudios utilizan varios tipos de clasificación, y no existe un sistema de clasificación con márgenes de error establecidos. Más aún, la información más reciente para la población estadounidense es de autopsias 62 de la década de los 70’s81. Tendencias seculares* en maduración esqueletal de la epífisis medial clavicular serán examinadas comparando diferentes tipos de muestras durante el transcurso de esta tesis y poder proporcionar márgenes de error para poblaciones encontradas en el territorio nacional haciendo adecuaciones necesarias de acuerdo a las características raciales predominantes. 63 3.5 ESTADO DE LA SÍNFISIS PÚBICA. La pelvis se localiza caudal y dorsal al abdomen, y es la zona por la que el troncose comunica con las extremidades inferiores. La pelvis ósea, está constituida por los dos huesos coxales, junto al sacro y el cóccix. Tiene una porción superior (la pelvis mayor), flanqueada por los huesos ilíacos, y una porción inferior (la pelvis menor) (Figura 49). Uniendo a los dos huesos coxales, se encuentra la sínfisis púbica, que es una articulación cartilaginosa. En la mujer, la sínfisis púbica está recubierta por tejido graso, y forma el llamado monte de venus. Se ubica justo por encima de la vulva. En los hombres, la sínfisis púbica está por encima de donde nace el pene. El ligamento suspensorio del pene se inserta en la sínfisis púbica. En las mujeres embarazadas, el cartílago de la sínfisis púbica se reblandece gracias a la acción de una hormona llamada relaxina. Gracias a la acción de la relaxina, la articulación se hace más flexible, permitiendo una ligera separación de las caderas, que facilitará el parto. Para la determinación de la edad, uno de los indicadores más utilizados es el estudio metamórfico de la superficie sinfisaria del hueso coxal. Cambios de esta superficie, relacionados con la edad continúan incluso después de que la máxima estatura de un individuo ha sido alcanzada y de que otras epífisis en las extremidades del cuerpo se han fusionado. 64 Figura 48. Anatomía de la Pelvis Fuente: http://ayudantiasfabiocolpari.blogspot.mx/2012/11/osteologia.html La sínfisis púbica de otros primates pasa por estos cambios muchos más rápido que en los humanos y se fusiona (sinostosis) en edades avanzadas. Sin embargo, en los humanos, los cambios en la superficie sinfisaria permiten estudiarlos para generar estimados osteológicos de la edad al momento de fallecer. La sínfisis del joven adulto tiene una superficie rugosa que cuenta con crestas horizontales y surcos interpuestos. Esta superficie pierde el relieve con la edad y se rodea con un “aro” hacia los 35 años de edad. Subsecuente erosión y deterioro general de la superficie son progresivos después de esta etapa. Cambios relacionados con la edad de la sínfisis púbica han sido reconocidos por muchos años, y el primer sistema formal en utilizar estos cambios fue desarrollado por Todd81, basado en una serie de estudios realizado a 306 varones de edad conocida al momento de fallecer. Todd identificó cuatro partes básicas de la sínfisis púbica, una superficie con una forma oval irregular: (a) el borde ventral, (b) el borde lateral, (c) un extremo superior, (d) 65 un extremo inferior. Todd notó evidencia de inflamación, rugosidades, nódulos osificantes y textura en cada parte de la superficie sinfisaria. Utilizando estas observaciones en sus especímenes con edades conocidas, Todd reconoció diez fases de envejecimiento de la sínfisis púbica, con rangos que iban desde los 18-19 años, hasta los 50 o más años, y notó que estas fases eran más confiables como indicadores de la edad entre los 20 y los 40 años. Percibió 3 etapas principales de metamorfosis en la sínfisis. Sus etapas I-III, comprendían la etapa “post-adolescente”, de la IV-VI la etapa de “crecimiento” y las fases VII-X la estapa degenerativa. La figura 49 ilustra los estándares originales de Todd; trabajos subsecuentes en cambios de ésta región anatómica basados en la edad están basados en este trabajo. Figura 49. Ilustración de las 10 diez etapas de maduración ósea (Todd, 1920) 66 Pocas pruebas de este método fueron efectuadas, aunque el método obtuvo una amplia aceptación. Brooks83 comentó de una tendencia del método de Todd a falsear la edad aumentándola especialmente en la 3er y 4ta década. En 1957, McKern y Stewart84 utilizaron los restos esqueletales de 349 varones fallecidos durante la guerra de Corea en un esfuerzo por refinar el método de Todd. Su abordaje a este método, fue el de dividir la superficie sinfisaria de manera longitudinal en dos mitades, o “componentes”: La semi- cara dorsal y la semi-cara ventral. El tercer componente de la sínfisis, fue el “aro sinfisario”. Cinco etapas de desarrollo fueron reconocidas para los tres componentes. Utilizando este sistema, el osteólogo calcula una etapa de desarrollo para cada componente, las suma, y deriva una edad al momento fallecer para cada espécimen. Este sistema, tal y como el de Todd, fue derivado de una colección que se limitaba a varones con un rango de edad también muy limitado. Gilbert y McKern85 (1973) usaron una muestra de 103 mujeres de edad conocida para generar un sistema de componentes para datar especímenes femeninos utilizando el pubis. Debido a que la sínfisis púbica está sujeta a traumas durante el alumbramiento, existe el potencial para cambios prematuros en la superficie del hueso, los cuales podrían llevar a sobredatar las muestras. En 1970, Suchey puso a prueba el método de Gilbert y McKern para datar la edad de la sínfisis femenina preguntándole a 23 osteólogos profesionales que dataran unas muestras sin revelarles la edad. Meindl et col.86 probaron la exactitud de esos métodos en un estudio de la colección Hamann-Todd. Encontraron que el sistema de Todd era mucho más confiable que las nuevas técnicas compuestas y que todos los sistemas 67 tendían a disminuir la edad calculada. Reconocieron cinco etapas biológicas mayores para la sínfisis púbica y proveyeron cuidadosamente de documentación ilustrada de sus hallazgos. También proporcionaron de una muy necesaria perspectiva biológica en la metamorfosis de la sínfisis púbica y su valoración desde el punto de vista de la evolución comparativa. Los métodos de Todd y McKern-Stewart fueron probados en la muestra de Los Angeles y fue valorado un margen de error “intra-observador”. Como resultado, modificaciones de las primeras técnicas de datación sínfisis púbica fueron sugeridas. Katz y Suchey (1986) sugirieron que la metodología de Todd era excelente, pero la colección que él utilizó fue inadecuada. Por lo que recomendaron el uso de una técnica de Todd modificada con seis fases definidas en la totalidad de la cara sinfisaria. Sus datos, claramente mostraron una gran cantidad de variación de edades para cada fase, particularmente para individuos más viejos. Por ejemplo, su fase V muestra una marcada diferencia para los especímenes de 51 años, pero el 95% de las muestras de 241 sínfisis púbicas masculinas que coincidían con esta fase tenían edades entre los 28 y los 78 años de edad. Fases de Todd Rangos de edad FASE I 18-19 Años FASE II 20-21 Años FASE III 22-24 Años FASE IV 25-26 Años FASE V 27-30 Años FASE VI 30-35 Años FASE VII 35-39 Años FASE VIII 39-44 Años FASE IX 45-50 Años FASE X 50+ Años Tabla 2. Rangos de edad propuestos por Todd paradeteerminación de la edad. Fuente: Human Osteology. 3ra Edición, White 2011 68 CLASIFICACIÓN DE TODD PARA LA DETERMINACIÓN DE LA EDAD (Fuente: Human Osteology; White, 2011) Fase I.- 18-19 años Fase IV.- 25-26 años Fase III.- 22-24 años Fase II.- 20-21 años Fase VI.- 30-35 años Fase V.- 27-30 años Fase IX.- 44-50 años Fase VIII.- 39-44 años Fase VII.- 35-39 años 69 PERIODOS SUPERFICIE DE LA SINFISIS NODULOS OSEOS MARGEN VENTRAL MARGEN DORSAL EXTREMOS PRIMERO (18-19 AÑOS) Surcos y eminencias horizontales ásperas Ninguno Ninguno Ninguno Sin definir SEGUNDO (20-21 AÑOS) Surcos que llenan dorsalmente Pueden aparecer Bisel ventral que empieza Comienza Sin definir TERCERO (22-24 AÑOS) Eminencias y surcos que progresan Casi constantes Bisel más pronunciado Planicie dorsal más definida Sin definir CUARTO (26-26 AÑOS) Eminencias y surcos que progresan rápidamente A veces Bisel muy aumentado Empieza planicie dorsal completa Inferior,
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