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1 UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE MEDICINA HOSPITAL PSIQUIÁTRICO “FRAY BERNARDINO ÁLVAREZ” TITULO: TRASTORNOS MOTORES INDUCIDOS POR FÁRMACOS: CATATONIA Y SÍNDROME NEUROLÉPTICO MALIGNO EN PACIENTES DEL HOSPITAL PSIQUIÁTRICO “FRAY BERNARDINO ÁLVAREZ” Presenta la Tesis para obtener el Diploma de Especialista en Psiquiatría Claudia Georgina Castillo Herrera Asesor teórico: María del Socorro González Valadez Co-asesor teórico: Alma Delia Gutiérrez Álvarez Asesor Metodológico: Juana Freyre Galicia .. 01 de Junio de 2018 http://www.google.com.mx/url?sa=i&rct=j&q=&esrc=s&source=images&cd=&cad=rja&uact=8&ved=0CAcQjRxqFQoTCOqL4dT_78YCFYZ_kgodUlIEpg&url=http://la-morsa.blogspot.com/2014_09_01_archive.html&ei=YjWwVerSJob_yQTSpJGwCg&bvm=bv.98476267,d.cGU&psig=AFQjCNHd2MVNItTLGm8pQfQJ_lVZ7VYUmg&ust=1437697751547013 http://www.google.com.mx/url?sa=i&rct=j&q=&esrc=s&source=images&cd=&cad=rja&uact=8&ved=0CAcQjRxqFQoTCPSwh_j_78YCFQhckgod_TkOQQ&url=http://comitedecalidadhospitalfraybernardino.blogspot.com/&ei=rDWwVfSqKIi4yQT987iIBA&bvm=bv.98476267,d.cGU&psig=AFQjCNFA-_2E8Wrpnptgz_NVWWTjd9dAXw&ust=1437697802364417 Veronica Texto escrito a máquina CD.MX. UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 2 AGRADECIMIENTOS A MARIO Y CAROLINA POR CRIARME SIEMPRE CON ENSEÑANZAS Y AMOR Y POR PERMITIRME LLEGAR A SER LA PERSONA QUE ACTUALMENTE SOY A ANDREA POR APOYARME Y POR AYUDARME EN TODAS LAS NOCHES DE DESVELO Y ESTUDIO A MIGUEL ANGEL POR ESTAR SIEMPRE PRESENTE, POR TODOS ESTOS AÑOS Y TODA LA CONTENCIÓN A LAS DOCTORAS SOCORRO Y ALMA POR TODAS LAS ENSEÑANZAS Y TODOS LOS CONSEJOS A LA MAESTRA FREYRE POR TODA LA AYUDA EN ESTE PROCESO 3 INDICE RESUMEN……….…………………………………………………….. INTRODUCCIÓN……………………………………………………… 6 7 MARCO TEÓRICO…………...……………………………………….. 8 METODOLOGÍA………………...…………………………………….. 25 JUSTIFICACIÓN………………………………………...... PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA………………… PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN……………………. OBJETIVOS………………………………………………... HIPÓTESIS………………………………………………… VARIABLES……………………………………………….. TIPO DE ESTUDIO………………………………………... MUESTRA………………………………………………….. CRITERIOS DE INCLUSIÓN Y EXCLUSIÓN………… INSTRUMENTO DE MEDICIÓN……………………….. PROCEDIMIENTO……………………………………….. CONSIDERACIONES BIOÉTICAS……………………. ANÁLISIS ESTADÍSTICO………………………………. 25 26 26 26 27 28 29 29 29 30 31 32 33 RESULTADOS………………………………………………………… DISCUSIÓN……………………………………………………………. CONCLUSIONES……………………………………………………… 34 47 50 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS………………………………. 51 ANEXOS…….………………………………………………………….. 53 4 INDICE DE TABLAS ESTADIOS DE WOODBURY DE SINDROME NEUROLEPTICO MALIGNO……….………………………….………………………………………….. CUADRO DE OPERACIONALIZACION DE VARIABLES……………………… 21 28 RELACION GENERO Y EDAD………………….………………………………….. 34 DIAGNOSTICO PSIQUIATRICO PRINCIPAL…………………………………….. 35 DIAGNOSTICO PSIQUIATRICO SECUNDARIO………………………….…...... DISTRIBUCION DE PATOLOGIA SEGÚN GENERO.…………………………… DISTRIBUCION DE PATOLOGIA SEGÚN GENERO Y RANGO DE EDAD…………………………………………………………………………………… DISTRIBUCION DE COMPLICACIONES SEGÚN GRAVEDAD...……………... ANTIPSICÓTICOS UTILIZADOS…………………………………………………… DISTRIBUCION DE DOSIS DE ANTIPSICOTICO SEGÚN PRESENTACIÓN DE SEVERIDAD DE CATATONIA Y SNM…..…………………………………….. CORRELACIÓN DE PEARSON ENTRE SEVERIDAD DE COMPLICACIONES Y DOSIS MAXIMA DE ANTIPSICOTICOS….…………... DOSIS DE LORAZEPAM SEGÚN SEVERIDAD DE CATATONIA…………….. DOSIS DE LORAZEPAM SEGÚN ESTADIO DE SNM………………..………… SESIONES DE TEC SEGÚN SEVERIDAD DE CATATONIA….……………….. SESIONES DE TEC SEGÚN ESTADIO DE SNM….…………………………….. TIEMPO DE RESOLUCIÓN SEGÚN SEVERIDAD DE CATATONIA…………. TIEMPO DE RESOLUCIÓN SEGÚN ESTADIO DE SNM………………………. 35 36 36 37 39 41 42 43 43 44 44 45 45 5 LISTA DE ABREVIATURAS SNM: Síndrome neuroléptico maligno SEP: síntomas extrapiramidales AT: Antipsicóticos típicos AA: Antipsicóticos atípicos APS: antipsicótico CPK: creatin fosfocinasa TEC: terapia electroconvulsiva DSM – IV: Manual de diagnóstico en salud mental, cuarta edición. 6 RESUMEN Desde el uso de los antipsicóticos, se han descubierto efectos secundarios; los cuadros infrecuentes que ponen en peligro la vida del paciente, son la catatonia inducida por fármacos y el síndrome neuroléptico maligno, que son complicaciones severas que requieren de un manejo especial y un reconocimiento temprano. Existen escalas que ayudan a reconocerlas. Objetivos: Determinar la frecuencia de catatonia inducida por antipsicóticos y síndrome neuroléptico maligno en pacientes que tienen antipsicótico, comparar la gravedad y frecuencia de acuerdo al antipsicótico y dosis, determinar la relación entre los posibles factores de riesgo y su aparición. Material y método: Se evaluó la presencia de catatonia inducida por fármacos mediante la escala de Bush y Francis y determinación de estadios de Woodbury para el síndrome neuroléptico maligno en pacientes hospitalizados del hospital “Fray Bernardino Álvarez” y que previo al inicio de los síntomas, hayan tenido manejo antipsicótico; se dio seguimiento mientras tuvo tratamiento de la complicación y se registraron el resultado final y manejo. Resultados: Ambos cuadros se dieron más frecuentemente en hombres jóvenes con uso de haloperidol en dosis altas, además, la asociación a otro fármaco o modificación del primer antipsicótico por un sustituto a dosis altas, condicionan la aparición de alguna de las complicaciones. Conclusiones: Ambas entidades son frecuentes entre la población manejada con antipsicóticos dentro del Hospital Psiquiátrico Fray Bernardino Álvarez. Son necesarios más estudios para poder determinar un patrón de factores de riesgo específicos en la población que se atiende en este hospital. Palabras clave: antipsicóticos, catatonia inducida por fármacos, síndrome neuroléptico maligno, dopamina 7 INTRODUCCIÓN Un conjunto de padecimientos comunes en la psiquiatría son todos los que cursan con síntomas psicóticos, independientemente del origen del padecimiento, cualquier paciente puede cursar con este tipo de síntomas y para todos, el manejo específico es con antipsicóticos. Aunque se han tenido grandes avances en el campo de la farmacología, aún entre los antipsicóticos atípicos se pueden observar síntomas extrapiramidales los cuales pueden ser leves y fáciles de controlar o pueden llegar a ser severos y poner en riesgo la vida, las dos complicaciones más graves de este tipo son la catatonia y el síndrome neuroléptico maligno. La catatonia es un síndrome neuropsiquiátrico que se caracteriza por anormalidades motoras y se puede observar en una amplia variedad de desórdenes médicos, neurológicos y psiquiátricos. La catatonia maligna es una variante rara pero letal de catatonia. El síndrome neuroléptico maligno es una reacción adversa rara y fatal a neurolépticos en pacientes psiquiátricos y que comparte muchas características clínicas con la catatonia maligna. Actualmente estos dos cuadros se siguen presentando más frecuentemente de lo que se cree, el problemaradica en que son complicaciones que pueden ser difíciles de diagnosticar y tratar pero es importante reconocerlas para disminuir la morbilidad y mortalidad asociadas. En este estudio pretendemos determinar la tasa de incidencia tanto de catatonia asociada a antipsicóticos como de síndrome neuroléptico maligno en pacientes que se encuentren hospitalizados en el Hospital Psiquiátrico “Fray Bernardino Álvarez”, diagnosticados mediante escalas validadas y posteriormente, describir cuáles antipsicóticos y padecimientos subyacentes fueron los más asociados con el desarrollo de estas complicaciones y cuál fue el manejo de mayor eficacia en los pacientes afectados. 8 MARCO TEÓRICO Desde su concepción, la farmacología de los antipsicóticos (APS) ha estado invariablemente ligada a la inhibición del movimiento (propiedades neurolépticas) de estos fármacos, esto debido a su capacidad para bloquear los receptores de dopamina en el cerebro (1, 2). Se pensaba que los primeros antipsicóticos eran útiles primordialmente para el manejo de la agitación psicomotriz en lugar de funcionar como antipsicóticos, por esta razón, frecuentemente se observaban efectos extrapiramidales los cuales eran indicadores de que la dosis terapéutica del antipsicótico se había alcanzado (1, 2). Sin embargo, quedó claro que los síntomas extrapiramidales pueden ser confundidos con, o pueden empeorar los síntomas psicóticos, en algunas ocasiones son irreversibles o letales, requieren de manejo con antiparkinsónicos, pueden ser estigmatizantes e influyen de forma importante en el apego terapéutico así como en las tasas de recaídas y rehospitalización. Los mecanismos mediante los cuales estos fármacos causan determinados efectos extrapiramidales (que pueden ser opuestos entre ellos), no se conoce bien debido a que intervienen factores individuales de farmacocinética, farmacodinamia y sensibilidad de distintos tipos de subreceptores (2). FARMACOLOGÍA DE LOS ANTIPSICÓTICOS Los antipsicóticos se empezaron a usar desde la década de los años 50 del siglo XX; en 1952, aparece el primer fármaco del grupo de las fenotiazinas, la cloropromazina, que se encontró útil para el manejo de las psicosis graves (3, 4). A partir de entonces, se empezaron a sintetizar distintas moléculas, los antipsicóticos o neurolépticos. En la actualidad, estos fármacos se usan tanto para trastornos psicóticos como en procesos de distintas etiologías, tanto psiquiátricos como no psiquiátricos. Desde 1988 y después de distintas revisiones, se demostraba que la clozapina tiene una mayor eficacia en el manejo de la esquizofrenia con menor aparición de síntomas extrapiramidales (SEP), a partir de entonces la industria farmacéutica se enfocó en la investigación para sintetización de nuevas moléculas atípicas (1). 9 Antipsicóticos típicos (AT) Son el tipo de antipsicótico más antiguo, con acción fundamentalmente dopaminérgica (receptores D2) y son eficaces especialmente para el control de síntomas psicóticos positivos. Más frecuentemente asociados con SEP además de sedación, hipotensión ortostática, alteraciones en electrocardiográficas e hiperprolactinemia (4). Antipsicóticos atípicos (AA) Se les llama atípicos por su característica de ocasionar menos efectos extrapiramidales (sedación, sialorrea, temblor, parkinsonismo) (1, 3). El primer fármaco que se sintetizó con estas características fue la clozapina, utilizada a partir de los años sesenta. Estos tienen como característica principal el bloquear simultáneamente los receptores dopaminérgicos y serotoninérgicos, por lo tanto, son eficaces en el control de síntomas positivos y negativos; se asocian en menor medida con SEP e hiperprolactinemia y en algunos estudios se han considerado como superiores a los AT (4). Sin embargo, los AA se asocian en mayor medida con aumento de peso y síndrome metabólico (3, 4). CATATONIA INDUCIDA POR ANTIPSICÓTICOS La catatonia es un complejo síndrome neuropsiquiátrico, se caracteriza principalmente por síntomas motores (incapacidad para moverse a pesar de tener íntegra la capacidad física); sin embargo, se ha visto que también pueden llegar a presentarse una serie de signos y síntomas mentales, afectivos, vegetativos e incluso del pensamiento y del comportamiento. El síndrome catatónico se ha identificado en una gran variedad de trastornos psiquiátricos, médicos y neurológicos, así como por estados inducidos por drogas (5, 6, 7). La palabra “katatonia” proviene del griego, utilizada para describir: tensión insana (6), un concepto que fue desarrollado por Karl Kahlbaum, director de una clínica psiquiátrica privada en Görlitz Alemania; quien acuñó el término en 1874 para un conjunto de síntomas bien reconocidos por los psiquiatras aunque poco delimitados hasta entonces, observados en pacientes que padecían una “profunda melancolía” (7, 8). La descripción de Kahlbaum en su trabajo titulado Die katatonie oder das Spannungsirresein describió un desorden en el que 10 los síntomas principales eran los motores (incluidos el mutismo, negativismo, estereotipias, catalepsia y verbigeración) acompañado por síntomas afectivo, cognitivos y neurovegetativos; considerando que los signos neuromotores eran más importantes que el contenido de los delirios. De acuerdo con Kahlbaum, las dos características fundamentales de la catatonia eran: 1) la centralidad de las alteraciones comportamentales y motoras, 2) la autonomía nosológica del desorden (la consideraba una entidad diagnóstica independiente) (9). En la descripción de Kahlbaum, la catatonia tenía un curso clínico cíclico, con exacerbaciones graduales seguidas de períodos estáticos y remisiones, el pronóstico era considerado como bueno en la mayoría de los casos (9). Más tarde, este concepto de catatonia fue marginado por la psiquiatría Kraepeliana (Kraepeling creía que la catatonia era una posible expresión clínica de un trastorno psicótico con un curso clínico desfavorable) y en 1893 fue clasificado en una categoría de demencia precoz (la catatonia no era una entidad clínica independiente sino una manifestación de la demencia precoz); en este momento, para Kraepelin y desde entonces, para el resto del mundo, la catatonia se convirtió en parte de lo que Eugen Bleuler llamó en 1906 como "esquizofrenia de tipo catatónico" (9, 10). En 1934, Stauder describió una forma de catatonia caracterizada por un inicio rápido y abrupto, de evolución rápida y con peor pronóstico, la llamó die todliche katatonie (catatonia letal o maligna), posteriormente, otros autores contribuyeron al reportar que algunos síntomas principales de esta entidad eran hipertermia y alteraciones severas del sistema nervioso autónomo (taquicardia, taquipnea, hipertensión o fluctuaciones en la presión arterial, diaforesis y alternancia entre agitación y estupor) (9, 11). La catatonia inducida por antipsicóticos se presenta normalmente en su forma maligna (aproximadamente en el 2% de los pacientes), con un inicio rápido y severo (5). Fisiopatología Inicialmente (y debido a que la catatonia se consideraba parte de la esquizofrenia), se estudió como un trastorno motor extrapiramidal, centrando las investigaciones en los ganglios basales, asociados con la producción de movimientos, como el sustrato neuropatológico subyacente; nunca se obtuvieron hallazgos consistentes debido a que no se 11 sabía si estas alteraciones se relacionaban directamente con la catatonia o con esquizofrenia. Con la introducción de los neurolépticos y su capacidad de inducir síntomas catatónicos, ha reaparecido el interés clínico y científico por esta condición (7, 12). Síntomas motores: Los movimientos no se pueden detener y se vuelven repetitivos, con posturas congeladas o extrañas y las acciones son contrarias a los que se intenta (13). Estos síntomas, como la acinesia y la adopción de posturas extrañas,se pueden explicar por una disfunción cortical parietal posterior derecha; a pesar de esta inmovilidad, no tienen dificultad en la iniciación y ejecución de movimientos, por lo tanto, el área motora suplementaria, involucrada en la iniciación interna de movimientos, se encuentra intacta. En contraste, la habilidad para terminar los movimientos y retornar a la posición neutra (asociada con el reconocimiento de la posición y de la localización espacial) y que se encuentra a cargo de la corteza parietal posterior derecha, sí se encuentra alterada. Además, los pacientes presentan anosognosia motora (pérdida de la consciencia de las posturas) y déficits en las habilidades visoconstruccionales, también relacionadas con la corteza parietal posterior derecha. Síntomas afectivos: Suelen ser intensos e incontrolables, pueden explicarse por déficits en la transmisión gabaérgica y la actividad cortical prefrontal orbitofrontal medial, implicada en el procesamiento de las emociones; esto se evidencia en la eficacia terapéutica de sustancias gabaérgicas así como aplicación de terapia electroconvulsiva (TEC) y en la disminución de la perfusión imagenológica de áreas orbitofrontales, especialmente el área medial. La corteza orbitofrontal está estrechamente relacionada con la corteza premotora/motora; esta conectividad se ha encontrado alterada en pacientes catatónicos (disminuida). Síntomas comportamentales: pueden estar relacionados con falta de inhibición de patrones de comportamiento (perseveración, estereotipias, obediencia automática y negativismo), los pacientes muestran disfunción en la corteza orbitofrontal lateral durante la memoria de trabajo, esta área está relacionada con la inhibición del comportamiento y control afectivo. 12 La corteza orbitofrontal lateral, como parte del circuito orbitofrontal, está relacionada con el cuerpo estriado ventral; por lo tanto, aun si los neurolépticos bloquean los receptores D2, pueden modular de forma indirecta la actividad neural en la corteza orbitofrontal por medio de este circuito. Es posible que esta disfunción orbitofrontal lateral induzca una modulación «de arriba hacia abajo» (top-down) en el cuerpo estriado ventral y en los núcleos del tallo, que llevaría a las alteraciones vegetativas observadas en la catatonía inducida por neurolépticos y en la catatonía letal, respectivamente (12). Hallazgos neuropatológicos: No se tienen estudios anatomopatológicos en pacientes con síndrome catatónico ya que como se dijo antes, los anteriores se realizaron en pacientes esquizofrénicos que no habían sido expuestos a neurolépticos. Hallazgos de estudios de imagen estructural y funcional: En resultados de tomografía computarizada (TAC), se ha encontrado agrandamiento difuso en las áreas corticales, particularmente frontal. Otros estudios han reportado afectación en áreas fronto – temporales izquierdas y atrofia cerebelar. En estudios del flujo sanguíneo cerebral regional (FSCR) se ha demostrado asimetría derecha – izquierda en los ganglios basales, hipoperfusión en estructuras temporales mediales izquierdas, alteraciones en la perfusión caudal y parietal derecha, hipoperfusión de corteza prefrontal izquierda y corteza parietal derecha; también, disminución de la perfusión en las cortezas parietal posterior derecha y prefrontal inferior lateral derecha. La disminución de la perfusión de la corteza parietal derecha se correlaciona significativamente con los síntomas afectivos y motores y con las habilidades visoespaciales y de atención (12). En resonancia magnética funcional (fMRI), los pacientes catatónicos muestran diferencias en el patrón de lateralización con alteraciones en la corteza motora derecha, también alteraciones de los procesos de activación y desactivación en las áreas orbitofrontal medial derecha, orbitofrontal prefrontal lateral y corteza premotora. 13 Hallazgos en electroencefalograma (EEG): Se han postulado alteraciones del ritmo, una “disritmia subcortical paroxística no ictal” y/o alteraciones en las ondas alpha. Sin embargo, no se cuenta con investigaciones sistemáticas en pacientes con catatonia. Hallazgos neuroquímicos: se ha observado un aumento de metabolitos dopaminérgicos (ácido homovanílico y vanílico) y adrenérgicos/noradrenérgicos (norepinefrina, metanefrina y epinefrina) en la orina de pacientes con catatonia periódica, se ha reportado correlación entre los síntomas vegetativos y la alteración de estos metabolitos. Se ha encontrado también aumento de la concentración de ácido homovanílico en plasma de pacientes catatónicos agudos; estos datos sugieren una hiperactividad del sistema dopaminérgico en la catatonia, sin embargo, estos datos son controvertidos. En otros estudios se ha postulado la alteración de la neurotransmisión gabaérgica como mecanismo fisiopatológico debido a que el lorazepam (potenciador de receptor GABA – A), es terapéuticamente eficaz en un 60%- 80% de los casos (12). En estudios de densidad de receptores GABA – A por medio de tomografía computarizada por emisión monofotónica (SPECT), se encontró menor unión a dichos receptores y alteración de la relación derecha – izquierda en la corteza sensoriomotora izquierda, también se encontró menor unión a receptores GABA – A en la corteza orbitofrontal lateral derecha y parietal posterior derecha. Asimismo, hay pruebas indirectas acerca del papel de los sistemas glutaminérgicos y serotoninérgicos en la catatonia. Se ha propuesto un papel del sistema serotoninérgico, que estaría dado por un desequilibrio entre regulación «a la alza» (up-regulated) de receptores 5HT1a y «a la baja» (down-regulated) de receptores 5HT2a, aunque el mecanismo exacto no es claro. Los trastornos del afecto, las condiciones médicas y neurológicas, las anormalidades genéticas y ciertas drogas o fármacos pueden estar asociados con la catatonia, aunque hasta el momento no existen pruebas concluyentes que apoyen una asociación directa de causa – efecto. En la actualidad, la naturaleza de la catatonia sigue siendo desconocida y faltan marcadores biológicos que soporten su existencia como un trastorno aislado (14, 15). 14 Fuente: Crespo ML, Pérez V. Catatonia: un síndrome neuropsiquiátrico. (Revista colombiana de psiquiatría). P: 261 (7). Cuadro clínico y diagnóstico Recae en un grupo de características clínicas típicas que comprenden anormalidades motoras en asociación con alteraciones en la conciencia, afecto y pensamiento (7). Inicialmente, Kahlbaum describió 17 signos motores y otros autores extendieron esta lista hasta tener más de 40; actualmente, los signos más comunes son: 1. Mutismo: No siempre total ni relacionado con inmovilidad. 2. Estupor: Disminución de las respuestas ante estímulos externos, comportamiento hipoactivo. 3. Negativismo (gegenhalten): resistencia a la manipulación por el examinador; parece como si el paciente estuviera “pegado” a los movimientos del examinador. 4. Posturas extrañas (catalepsia): mantener las mismas por periodos prolongados. No es una característica indispensable para realizar el diagnóstico. 5. Flexibilidad cérea: similar a doblar una vela. Al inicio tiene resistencia pero finalmente permiten que se les coloque en cualquier posición. 15 6. Estereotipia: comportamiento motor repetitivo y sin un fin definido (movimientos o palabras). 7. Obediencia automática: Coopera exageradamente durante la exploración o persiste espontáneamente en los movimientos que se le pidió hacer. 8. Ambitendencia: El paciente parece “trabado” en un movimiento indeciso cuando el examinador contradice verbalmente la acción que debe realizar. la catalepsia no es un signo indispensable para el diagnóstico. 9. Ecofenómenos: ecolalia y ecopraxia. 10. Manierismos: Lenguaje o movimientos extraños pero con un fin definido. Los signos clásicos decatatonia son el mutismo, catalepsia, obediencia automática y estereotipia. El mutismo y estupor son considerados como signos catatónicos principales pero no son patognomónicos (5). Los pacientes pueden presentar también analgesia como síntoma acompañante y en estados catatónicos de larga evolución pueden presentar complicaciones como deshidratación, desnutrición, desequilibrio electrolítico, déficit de tiamina, pérdida ponderal, atrofia muscular, contracturas, úlceras por presión, neumonía por aspiración, infecciones de vías urinarias, trombosis venosa, embolia pulmonar que llegan a poner en peligro la vida del paciente. El diagnóstico de la catatonia puede ser difícil ya que no hay descripciones operativas bien definidas sobre este fenómeno (16). Distintos estudios consideran 2 patrones de presentación de catatonia: el estuporoso que consiste en catalepsia, posturas extrañas, mutismo y negativismo; y el delirante, que consiste en ecolalia, ecopraxia, estereotipias y obediencia automática (17). Dentro del manual de diagnóstico de salud mental, cuarta edición (DSM – IV), la catatonia se considera en 3 contextos principalmente: 1) debida a una condición médica general, 2) esquizofrenia catatónica, 3) como parte de un trastorno del estado de ánimo. Para realizar el diagnóstico, se necesita que el paciente presente al menos 2 de 5 síntomas enlistados: 1) inmovilidad motora (catalepsia o estupor), 2) actividad motora excesiva, 3) negativismo o mutismo extremos, 4) peculiaridades en el movimiento involuntario (posturas fijas, 16 movimientos estereotipados, manierismos o expresiones faciales llamativos) y 5) ecolalia o ecopraxia (18). En el DSM – V se realizaron algunos cambios respecto a la edición anterior; la catatonia se considera en 4 contextos: se elimina la esquizofrenia catatónica y se le considera como parte de trastornos psicóticos, se considera un síndrome catatónico no especificado, los otros dos contextos permanecen sin cambios en cuanto al DSM – IV; otro de los cambios es que en lugar de ser 5 síntomas, la lista se amplía a 12 y para realizar el diagnóstico se requiere la presencia de al menos 3 (18). La aplicación de escalas clínicas es útil como ayuda para la exploración completa y cuantificación de gravedad, estás puntuaciones no son pronosticas; el instrumento clínico más usado actualmente para el diagnóstico de la catatonia en la escala de Bush y Francis, está compuesta por 23 ítems (ver anexo 2): los primeros 14 describen los signos más comunes y se evalúan conforme a su presencia o ausencia (la presencia de 2 o más de estos signos se considera como diagnóstico de catatonia) y a continuación se usa el puntaje total de los 23 para determinar la gravedad, pudiendo tener un puntaje total de 69 (6, 16, 17, 19). SINDROME NEUROLEPTICO MALIGNO (SNM) Es una complicación rara del tratamiento con antipsicóticos pero que puede poner en peligro la vida y comparte muchas características clínicas con la catatonia maligna (11, 20). Las primeras publicaciones acerca de este síndrome aparecieron en la década de 1960, describiéndolo como una entidad similar a la catatonia maligna pero que se diferencia en que en SNM aparece después del uso de neurolépticos; la primera descripción del síndrome fue realizada por el médico francés Jean Delay y fue asociado al uso de haloperidol, inicialmente se le denominó síndrome hipertónico acinético (5, 9, 21, 22). Se le considera como un “síndrome motor” y tiene 4 características principales: hipertermia, síntomas motores, alteraciones del estado de alerta e inestabilidad autonómica. Se presenta en alrededor del 1% de pacientes que reciben antipsicóticos (se ha reportado un rango de 0.2 – 3.23%), habitualmente en el período comprendido en las 24 a 72 hrs de 17 iniciado el tratamiento y hasta las dos primeras semanas de exposición al fármaco; se da más frecuentemente en hombres de entre 20 y 50 años de edad. Se le ha asociado con todos los antipsicóticos típicos y algunos atípicos. Se asocia con una importante tasa de mortalidad y requiere de un reconocimiento temprano y pronto tratamiento (5, 13, 15, 20, 21). Factores de riesgo para presentar SNM: edad avanzada (esto debido a comorbilidades asociadas), desnutrición, deshidratación, anormalidades electrolíticas, patología infecciosa, trastorno bipolar, enfermedad orgánica cerebral, retraso mental, dependencia a alcohol, sexo masculino, predisposición genética, temperatura ambiental elevada, agitación psicomotriz, tirotoxicosis, antecedente o catatonia presente, síntomas extrapiramidales previos o actuales secundarios a antipsicóticos, antecedente de SNM, manejo actual con un antipsicótico potente o incremento rápido en la dosis del APS (el riesgo aumenta si se usa concomitantemente con antidepresivos o estabilizadores del estado de ánimo) o >2 antipsicóticos, antipsicóticos de depósito o IM, uso reciente de alcohol con disfunción hepática (5, 20, 22). Fisiopatología A diferencia de la catatonia, en el SNM no se observan síntomas afectivos ni anormalidades en el comportamiento y el desarrollo de la sintomatología se asocia con 3 posibles métodos de acción: 1. Administración de bloqueadores de receptores dopaminérgicos centrales: Los antipsicóticos que más frecuentemente se han asociado son haloperidol, clorpromazina, flufenazina y flufenazina de depósito; y los más raramente asociados, levomepromazina, tioridazina, clozapina, olanzapina, quetiapina, risperidona y aripiprazol; otros fármacos que también se han asociado por el bloqueo de receptores dopaminérgicos son droperidol, metoclopramida, prometazina, metiltirosina y tetrabenazina (21). 2. Retiro súbito de agentes dopaminérgicos: levodopa, carbidopa, amantadina, bromocriptina, pergolida, pramipexol, cabergolina, apomorfina e inhibidores de la Catecol – O – metiltransferasa (COMT) como entacapone y tolcapone. 18 3. Sobredosis de medicamentos: citalopram, inhibidores de monoaminooxidasa (IMAOs), anfetaminas, cocaína, éxtasis, loxapina, epinefrina y litio. 4. Otros fármacos implicados: fenitoina y ácido valproico (21). La hipótesis actual sobre la fisiopatología del SNM establece que este padecimiento se origina por un bloqueo abrupto y extenso de los receptores dopaminérgicos D2 en hipotálamo anterior, cuerpo estriado y ganglios basales, lo que condiciona el desarrollo de fiebre elevada, rigidez muscular y alteraciones del estado de alerta respectivamente; también se cree que otros receptores no dopaminérgicos (serotoninérgicos, adrenérgicos y colinérgicos) tienen un papel importante en la fisiopatología del SNM al regular la función motora extrapiramidal, termorregulación, metabolismo muscular y estado mental (11). Síntomas motores: Los pacientes muestran acinesia, rigidez en rueda dentada y déficit en la capacidad de iniciar movimientos, esto podría deberse a compromiso del área motora suplementaria y receptores dopaminérgicos estriatales, la corteza parietal posterior derecha (a diferencia de la catatonia), se mantiene intacta. Se tiene la hipótesis de que al bloquear los receptores D2 estriatales, se origina una disregulación en las conexiones motora cortical – premotora estriatal, condicionando alteraciones del “ciclo motor” (12). Síntomas afectivos: Estos parecen ser secundarios a la conciencia que tienen los pacientes de las alteraciones motoras, lo más predominante es la ansiedad. Hasta el momento no se han encontrado alteraciones en las regiones corticales que se encargan del procesamiento de las emociones. Síntomas comportamentales: Se encuentran anormalidades vegetativas secundarias al bloqueo de receptores dopaminérgicos en el hipotálamo y tronco encefálico. Los pacientes con SNM no presentan anormalidades comportamentales graves. Alteración del estado mental: Se cree que puede ser causado por una disregulación “a laalza” subcórtico – cortical en la transmisión de receptores GABAA en la corteza frontal secundaria a disregulación dopaminérgica subcortical (11). 19 Hallazgos neuropatológicos: Se han reportado alteraciones en núcleos hipotalámicos anterior y lateral. Hallazgos neuroquímicos: Regulación a la baja de la dopamina estriatal, esto debido a que los neurolépticos típicos que tienen mayor bloqueo de receptores D2, causan en mayor proporción este síndrome que los neurolépticos atípicos; respecto a esto, se han llevado a cabo diversos estudios sobre los receptores D2 estriatales, sin embargo, no se han realizado investigaciones sobre el papel de los otros receptores dopaminérgicos u otras vías dopaminérgicas (12). En otros estudios también se han observado niveles disminuidos de ácido homovanílico. Debido a similaridades en los síntomas motores, las investigaciones se han centrado en si la catatonia y el SNM deben ser considerados como “variantes del mismo desorden” por lo que sus mecanismos patofisiológicos deberían ser muy parecidos (12). Fuente: Vargas A, Gómez – Restrepo C. Síndrome neuroléptico maligno. (Rev Colomb Psiquiat.) P: 103 (21). 20 Cuadro clínico y diagnóstico Típicamente inicia en las 24 – 72 horas que siguen al inicio del antipsicótico y es raro que se presente después de dos semanas de haberlo iniciado, a excepción que se trate de un antipsicótico de depósito y su duración es de 7 a 10 días y hasta un mes en los fármacos de depósito. Signos tempranos de SNM: desarrollo abrupto de SEP con dosis bajas o moderadas de antipsicóticos, manía con fiebre, sialorrea, síntomas de catatonia o inestabilidad autonómica en las primeras 24 hrs de inicio de un antipsicótico. Síntomas motores: rigidez que puede ir desde hipertonía muscular hasta rigidez severa; se le describe como “rigidez en tubo de plomo” por el incremento en el tono muscular con resistencia al movimiento pasivo. En algunos casos, acatisia, temblores, reflejos anormales, bradicinesia, acinesia, disartria, corea, distonías, nistagmo, disfagia, afonía y convulsiones (21). Alteración del estado de alerta: puede ir desde la confusión y evolucionar a delirium, estupor y coma, en algunos casos, agitación catatónica (15, 21). Hipertermia: Lo típico es que sea una fiebre mayor de 38.5°C, existiendo reportes en los que se eleva a 41 o 42 °C Inestabilidad autonómica: hipertensión, hipotensión postural, fluctuaciones de la presión arterial, taquicardia, taquipnea, sialorrea, diaforesis, palidez (en el 50 a 100% y asociada con estimulación de sistema nervioso simpático), incontinencia urinaria. Hallazgos de laboratorio: Ningún estudio es diagnóstico, los dos datos más característicos son leucocitosis (de 10,000 – 40,000/mm3) y elevación de creatin fosfocinasa (CPK) (hasta más de 100,000 U/L por rabdomiólisis secundaria a rigidez y se asocia con la severidad del cuadro); otras alteraciones que se encuentran pueden ser: aumento de desidrogenasa láctica, aspartato amonitransferasa (AST), alanino aminotransferasa (ALT) y fosfatasa alcalina, mioglobinuria, proteinuria, aumento de creatinina y nitrógeno ureico, alteraciones electrolíticas (hipocalcemia por secuestro de calcio en los músculos, hipomagnesemia), disminución de hierro sérico, deshidratación con aumento de osmolaridad sérica, acidosis metabólica, hipoglucemia (20, 21). 21 Los pacientes pueden cursar con complicaciones como deshidratación, hipoventilación y taquipnea (debido a disminución de expansión del tórax por rigidez), falla renal aguda (debida a rabdomiolisis), íleo paralítico y anormalidades de la coagulación. La mortalidad ha disminuido del 70% al 10 a 20% y está causada principalmente por complicaciones como falla respiratoria, colapso cardiovascular, falla renal aguda, arritmias, neumonía por aspiración o nosocomial y tromboembolismo (20, 21, 22). Dentro del DSM – IV, se considera al SNM como un efecto adverso a los antipsicóticos y como una forma de catatonia maligna (17). Para realizar el diagnóstico, se requiere de aparición de rigidez muscular intensa y fiebre elevada asociada con la toma medicación neuroléptica y que se encuentren acompañadas por >2 de los síntomas: 1) diaforesis, 2) disfagia, 3) temblor, 4) incontinencia, 5) cambio en el estado de conciencia, 6) mutismo, 7) taquicardia, 8) tensión arterial elevada o fluctuante, 9) leucocitosis, 10) hallazgos analíticos de lesión muscular; ninguno de estos síntomas deben ser explicados por el uso de otra sustancia, padecimientos neurológicos, médicos o psiquiátricos (21). En 1992, Michael y Margarita Woodbury dividieron la sintomatología del SNM en 5 estadios que hacen más sencillo tanto el diagnóstico como el tratamiento de primera y segunda línea a seguir (23, 24). Estadio de Woodbury Presentación clínica Tratamiento de soporte Intervenciones 1ra línea Intervenciones 2da línea Estadio I: parkinsonismo inducido por fármacos Rigidez, temblor Reducir o cambiar APS Fármacos anticolinérgicos Estadio II: catatonia inducida por fármacos Rigidez, mutismo, estupor Suspender, reducir o cambiar APS Lorazepam (1 – 2mgIM o VO cada 4 a 6 hrs) Estadio III: SNM leve Rigidez moderada, catatonia, confusión, temp. <38°C, FC 100 – 120 lpm Suspender APS, monitorizar progresión, corregir factores de riesgo. Lorazepam (1 – 2mg IM o VO cada 4 a 6 hrs) Estadio IV: SNM moderado Rigidez moderada, catatonia, confusión, temp. 38 – 40°C, FC 100 – 120 lpm Suspender APS, sueroterapia, medidas de enfriamiento, corregir factores de riesgo, cuidados intensivos Lorazepam (1 – 2mg IM o VO cada 4 a 6 hrs), bromocriptina (2.5 – 5mg VO cada 8 hrs) o amantadina (100mg VO cada 8 hrs) Considerar TEC (6 – 10 sesiones) 22 Estadio V: SNM grave Rigidez severa, catatonia, coma, temp. >40°C, FC >120 lpm Suspender APS, sueroterapia, medidas de enfriamiento, corregir factores de riesgo, cuidados intensivos Dantroleno (1 – 2.5 mg/kg IV cada 6 hrs por 48 hrs) más bromocriptina (2.5 – 5mg VO cada 8 hrs) o amantadina (100mg VO cada 8 hrs) Considerar TEC (6 – 10 sesiones) Fuente: Verdura – Vizcaíno EJ, Ballesteros – Sanz D, Sanz – Fuentenebro J. Terapia electroconvulsiva como tratamiento del síndrome neuroléptico maligno. (Rev Psiquiatr Salud Ment.) P: 172 (24). MANEJO DE AMBAS ENTIDADES Cualquiera de las dos entidades puede poner en peligro la vida del paciente y hay que suspender inmediatamente la administración del antipsicótico; dependiendo de la severidad de los síntomas y la duración del cuadro es el manejo individualizado que se debe seguir. El manejo de soporte debe ser, además de la detección temprana y descontinuar el antipsicótico, corregir las alteraciones hidroelectrolíticas, desnutrición, disminuir la temperatura en el SNM y monitoreo estrecho de la vía aérea y circulación así como corregir los factores de riesgo en cada paciente. Se pueden utilizar soluciones cristaloides en caso necesario así como colocación de sonda nasogástrica para administración de medicamentos y alimentos. También se debe valorar el uso de anticoagulantes a dosis bajas (20, 21, 22, 25). Tanto en la catatonia como en el SNM, el primer paso en el tratamiento son las benzodiacepinas, se pueden administrar por vía oral o parenteral, el fármaco de elección es el lorazepam a una dosis de 1 o 2 mg cada 4 a 6 hrs. En la catatonia se puede hacer una prueba terapéutica con benzodiacepinas, en este, después de que se valora al paciente, se administran 1 o 2 mg de lorazepam de forma intravenosa y se reexamina al paciente después de 5 minutos, en caso de no haber cambios se le puede dar una segunda dosis de lorazepam y se reexamina nuevamente 5 minutos después, se considera una prueba positiva cuando hay una reducción de los síntomas en comparación con la escala inicial(23, 25). Hay diversos estudios en los que se han descrito manejos exitosos de catatonia con zolpidem, amantadina, memantina, bromocriptina, biperideno y valproato, sin embargo, su 23 eficacia aún no se encuentra aprobada por completo y se deben realizar más estudios al respecto. En el caso del SNM, el tratamiento de segunda línea son los agonistas dopaminérgicos, la amantadina y la bromocriptina son útiles ya que aceleran la recuperación y disminuyen la mortalidad, se pueden administrar solos o en combinación (las dosis se comentaron previamente); la bromocriptina puede empeorar la psicosis subyacente y provocar hipotensión o vómitos por lo que es necesario mantener al paciente bajo vigilancia estrecha cuando se administre este medicamento (22, 23). En casos severos, se puede usar dantroleno, un relajante muscular, ya que inhibe la liberación de calcio del retículo endoplásmico, resulta útil para reducir la temperatura corporal y la rigidez muscular (11, 23). La resolución completa de los síntomas se da entre los dos días y dos semanas después de iniciar el manejo integral y puede tardar hasta un mes en pacientes con antipsicóticos de depósito; el manejo farmacológico específico debe continuar durante al menos 10 días después de la resolución del cuadro (dos o tres semanas en caso de APS de depósito) (20, 21). Otra herramienta terapéutica que ha resultado útil tanto en catatonia como en SNM es la terapia electroconvulsiva (TEC), se le considera como un procedimiento relativamente seguro y se cree que se facilita la actividad dopaminérgica. El uso de TEC se utiliza en casos graves, cuadros refractarios o que no responden al tratamiento, síntomas residuales, en psicosis posterior a la resolución de la catatonia o SNM o cuando el diagnóstico subyacente es depresión psicótica. En casos severos en los que la vida del paciente se encuentre en riesgo, no se debe esperar a iniciar manejo farmacológico y se debe considerar la TEC como manejo de primera línea (21, 23, 25, 26). En ambos padecimientos y después de remitir el cuadro, el manejo psiquiátrico debe ser cuidadoso, las recomendaciones en distintos estudios dicen que los neurolépticos se deben evitar por el riesgo elevado de reaparición del cuadro clínico, sin embargo, si el manejo antipsicótico es primordial, se debe iniciar de preferencia con un atípico a dosis mínimas, en todos los casos después de dos semanas de haber remitido el cuadro (22). Algunos autores consideran que la catatonia y el SNM son desórdenes del mismo espectro, sin embargo, se necesitan más estudios al respecto; la similitud en su presentación (en diversos estudios se reporta que su diferencia principal es que en la catatonia maligna se 24 presentan primero los síntomas catatónicos y posteriormente los síntomas autonómicos a diferencia del SNM en que pueden aparecer simultáneamente), alto potencial de mortalidad y ocurrencia en poblaciones similares, colocan la vigilancia de ambos como el punto más importante de su manejo y prevención. 25 METODOLOGIA Justificación El padecimiento psicótico más común es la esquizofrenia, sin embargo, existen diversos padecimientos diferentes que pueden cursar con síntomas psicóticos y el tratamiento en todos estos pacientes son los antipsicóticos. Desde el descubrimiento del primer antipsicótico, se ha observado una gran gama de efectos adversos los cuales según el antipsicótico y el metabolismo de cada paciente pueden variar en su incidencia y gravedad; estos efectos adversos se usaban al principio del uso de terapia antipsicótica como indicadores de haber alcanzado un rango terapéutico del fármaco, por lo tanto, se consideraba que era “bueno” que los pacientes se encontraran todo el tiempo con alteraciones motoras (primeras características clínicas de la impregnación con antipsicóticos), sin embargo, posteriormente se encontró que estas alteraciones no debían presentarse en los pacientes y que el tenerlas era causa de mayor malestar tanto físico como social y como consecuencia, pérdida de adherencia al tratamiento. Posteriormente y con la invención de los antipsicóticos de segunda generación, los efectos extrapiramidales se han visto reducidos tanto en incidencia como en gravedad, sin embargo, aún tienen una tasa de presentación importante en los pacientes. Las presentaciones clínicas más graves de los efectos extrapiramidales son la catatonia y el síndrome neuroléptico maligno, estas pueden poner en riesgo la vida del paciente y dentro de la población intrahospitalaria se presentan más frecuentemente de lo que se tiene registrado; generalmente no se instauran abruptamente sino que inician con síntomas extrapiramidales únicamente motores y según el antipsicótico usado así como factores dependientes del paciente, pueden tener un avance lento o rápido y terminar en las presentaciones graves ya mencionadas. Por este motivo, es importante conocer cuál es la incidencia real de presentación de estas alteraciones así como conocer el manejo adecuado además de saber qué pacientes tienen mayor riesgo de sufrir estos síndromes según el padecimiento y manejo de base. 26 Planteamiento del problema Debido a que la catatonia inducida por fármacos y el síndrome neuroléptico maligno son condiciones poco estudiadas debido a que son complicaciones poco comunes del uso de fármacos; en el periodo comprendido entre el 1 de marzo de 2017 al 28 de febrero de 2018 se realizó este estudio en pacientes que se encontraban hospitalizados dentro del Hospital Psiquiátrico “Fray Bernardino Álvarez” y que durante su estancia iniciaron con sintomatología característica de los padecimientos estudiados, esto para conocer la frecuencia de ambas complicaciones. Se pretendía conocer también el padecimiento psiquiátrico de base, comorbilidades médicas no psiquiátricas y el antipsicótico usado como tratamiento para determinar un patrón de factores de riesgo según estas variables. Pregunta de investigación ¿Cuál es la frecuencia de la catatonia inducida por fármacos y el síndrome neuroléptico maligno en pacientes que se encuentran con manejo antipsicótico? Objetivo General Diagnosticar pacientes con catatonia y/o síndrome neuroléptico maligno inducido por antipsicóticos en pacientes que tienen manejo antipsicótico. Objetivos Particulares Comparar la gravedad y frecuencia de presentación de acuerdo al antipsicótico y dosis utilizados. Determinar la relación entre los posibles factores de riesgo y la aparición de catatonia y síndrome neuroléptico maligno. 27 Hipótesis H1: La catatonia y el síndrome neuroléptico maligno son entidades que se presentan con frecuencia en pacientes tratados con antipsicóticos. H0: La catatonia y el síndrome neuroléptico maligno son entidades infrecuentes en pacientes tratados con antipsicóticos. 28 VARIABLES Cuadro de operacionalización de variables Variable Definición conceptual Definición de la medición Tipo de variable Dependiente o independiente Catatonia inducida por antipsicóticos en pacientes tratados Cuantitativa Severidad de la catatonia Discontinua Dependiente Síndrome neuroléptico maligno en pacientes tratados Cuantitativa Estadio del síndrome Contínua Dependiente Tratamiento farmacológico Cualitativa Fármaco Nominal Independiente Diagnóstico psiquiátrico Cualitativa Diagnóstico Nominal Independiente Comorbilidades médicas no psiquiátricas Cualitativa Diagnóstico Nominal Independiente Género Cualitativa Masculino Femenino Nominal Independiente Edad Cuantitativa Rango de edad Intervalar Independiente 29 DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN Tipo de muestra Diseño de investigación observacional, transversal, comparativo Tipode muestra no probabilística, intencional Unidad de muestra Se seleccionaron pacientes hospitalizados en el Hospital Psiquiátrico Fray Bernardino Álvarez que hayan presentado catatonia inducida por fármacos o síndrome neuroléptico maligno en dicho periodo de hospitalización. Tras la evaluación inicial, se dio seguimiento al manejo de la complicación. Se determinó el diagnóstico de catatonia inducida por fármacos según los criterios de DSM – V y escala de Bush y Francis y de síndrome neuroléptico maligno según estadios de Woodbury. Criterios de inclusión 1. Pacientes que se encontraran hospitalizados en el Hospital Psiquiátrico Fray Bernardino Álvarez. 2. Que se encontraran con manejo antipsicótico previo al inicio de la sintomatología. 3. Que cumplieran criterios diagnósticos para catatonia inducida por fármacos determinada por medio de aplicación de escala diagnóstica. 4. Que cumplieran criterios diagnósticos para síndrome neuroléptico maligno en estadio 3, 4 o 5 según la clasificación de Woodbury. Criterios de exclusión 1. Catatonia de origen distinto al causado por fármacos. 2. Pacientes con diagnóstico de síndrome neuroléptico maligno en estadios 1 o 2. 3. Que el paciente o responsable se negaran a participar en el estudio 30 Instrumento de medición Escala para catatonia de Bush y Francis Escala creada por Bush y colaboradores en 1996, basados en las descripciones de catatonia por Kahlbaum, Kraepelin, Taylor, Lohr y Wisniewski, Rogers, Morrison, Rosal, DSM III y IV y la CIE-10; utilizando definiciones operativas de signos asociados a catatonia a partir de hallazgos de otros estudios y comparando la distribución de los signos encontrados con la de otras publicaciones del mismo tipo. Se trata de una escala compuesta por 23 ítems: los primeros 14 describen los signos más comunes y se evalúan conforme a su presencia o ausencia, pudiendo tener una puntuación de 0 cuando el síntoma no se encuentra presenta o 1, 2 o 3 dependiendo del grado de presentación del síntoma (la presencia de 2 o más de estos signos se considera como diagnóstico de catatonia); los restantes 9 ítems son 8 signos característicos pero que no se presentan tan frecuentemente y 1 ítem para valorar si existe alteración autonómica, a continuación se usa el puntaje total de los 23 para determinar la gravedad, pudiendo tener un puntaje total de 69; se considera que entre más elevado sea el puntaje total, mayor el grado de severidad. Estadios de Woodbury para síndrome neuroléptico maligno En 1992, Michael y Margarita Woodbury, crearon este instrumento útil para la clasificación del síndrome así como para determinar el manejo más recomendado en cada caso según el estadio en que se encuentra. Se divide en 5 estadios, del más leve al más grave y en cada uno se especifican los síntomas y alteraciones de laboratorio que se pueden encontrar así como el manejo de primera y segunda líneas más recomendado. 31 Procedimiento 1. Se presentó el protocolo de investigación ante el comité de ética e investigación del Hospital Psiquiátrico “Fray Bernardino Álvarez”, obteniendo la aprobación de los mismos para realizar el estudio. 2. Se buscaron pacientes de primera vez o subsecuentes que estuvieran hospitalizados, con manejo con antipsicóticos y que cumplieran con el resto de criterios de inclusión. 3. Se les informó sobre el motivo y procedimiento del estudio y se les dio una carta de consentimiento informado, este procedimiento se realizó con el familiar responsable en caso de que el estado del paciente no le permitiera dar su autorización. 4. Se realizó una valoración clínica utilizando las escalas ya descritas para confirmar el diagnóstico y se realizaron revaloraciones conforme lo establecido en el tratamiento específico, en todos los casos se procuró que el paciente fuera trasladado a servicio especial de hospitalización para tener vigilancia estrecha. 5. Además de la exploración física, se realizaron pruebas de laboratorio de tamizaje y posteriormente de control (biometría hemática, química sanguínea, pruebas de función hepática, creatin fosfocinasa) para vigilar la evolución del paciente y prevenir complicaciones, se tomaron nuevas muestras de sangre con regularidad para dar seguimiento al caso, la frecuencia de toma de dichas muestras fue decisión del médico tratante. 6. Durante el tiempo que el paciente presentó estas complicaciones, se dio seguimiento del caso y se documentó el manejo instaurado, tiempo que tardó en remitir el cuadro así como el desenlace en cada paciente. 7. Se realizó una base de datos con los resultados encontrados y posteriormente fue analizada con sistema estadístico para determinar la tasa de frecuencia de catatonia inducida por fármacos y síndrome neuroléptico maligno. 8. También se buscó comparar entre los antipsicóticos administrados y el padecimiento psiquiátrico subyacente, para determinar si alguno condujo más frecuentemente al desarrollo de complicaciones graves en comparación con los demás. 32 Consideraciones bioéticas Este trabajo partió de principios éticos que buscan evitar el daño a los participantes, particularmente en cuanto al malestar, dolor y riesgos, así como el no costo en la participación del estudio. El trato otorgado a los participantes será digno y respetuoso, asegurando la confidencialidad de la información relativa al estudio propuesto mediante el resguardo de datos personales. Los principios éticos apropiados para el ejercicio del presente estudio refieren: 1. Beneficencia: el interés central del trabajo pretende determinar formas oportunas de prevención sobre una enfermedad crónica y deteriorante para el paciente. 2. No maleficencia: durante la realización del estudio se resguarda a los participantes del no perjuicio y el respeto de derechos humanos fundamentales. 3. Autonomía: los participantes están en libertad de elegir participar y/o no continuar en la investigación. 4. Justicia: los participantes están en libertad de elegir participar sin discriminación por credo religioso, condición social, raza, género u orientación sexo-genérica. Según el artículo 17 del Reglamento de la Ley General de Salud en Materia de investigación (Diario Federal de la Nación, 1983), este estudio se considera como: “II. Investigación con riesgo mínimo. Debido a que se trata de complicaciones potencialmente mortales, al detectarse un nuevo caso, el paciente se trasladará a un servicio especial de hospitalización y se realizará una exploración física completa y estudios de laboratorio complementarios (biometría hemática, química sanguínea, pruebas de función hepática, creatin fosfocinasa) para los cuales se requiere tomar una muestra de sangre la cual será obtenida por técnicos de laboratorio y una vez instaurado el manejo específico, se tomarán nuevas muestras de sangre con regularidad para dar seguimiento al caso, la frecuencia de toma de dichas muestras será decisión del médico tratante y el costo final de estos estudios será cubierto por el paciente como parte de los servicios de hospitalización. Se seleccionará a todos los pacientes que cumplan con los criterios de inclusión dentro del estudio, esto con el objetivo de otorgar un manejo y seguimiento efectivos y seguros para el paciente y evitar futuras complicaciones y secuelas irreversibles que pudieran poner en peligro la vida y/o calidad de vida del paciente. 33 Plan de manejo estadístico La información fue sometida a análisis de estadística paramétrica y no paramétrica para determinar las frecuencias de las variables; para la comparación de diagnósticos y tratamientos en que se presentaban ambos padecimientos; se utilizó chi cuadrada y para la relación entre posibles factores de riesgo y aparición de catatonia o síndrome neuroléptico maligno se utilizó correlación de Pearson.34 RESULTADOS Entre el período comprendido entre el 1 de marzo de 2017 al 28 de febrero de 2018, se estudió una muestra de 19 sujetos de los cuales, 13 (68.42%) pertenecían al género masculino y 6 (31.57%) al femenino. Para fines del estudio, al momento de analizar los datos se clasificó la edad en rangos y se realizó tabla de contingencia entre género y edad; el 47.36% de todos los sujetos se encontraba en las edades entre 19 y 28 años (53.84 de los pacientes masculinos y 33.3% de pacientes femeninas), el segundo rango más frecuente de presentación fue de los 29 a 38 años de edad (23% del total de masculinos y 33.3% de pacientes femeninas). (Tabla 1) Tabla 1. Relación género y edad EDAD Total 19 A 28 29 A 38 39 A 48 49 A 58 GENERO MASCULINO 7 (53.84%) 3 (23.07%) 2 (15.38%) 1 (7.69%) 13 (68.42%) FEMENINO 2 (33.33%) 2 (33.33%) 1 (16.66%) 1 (16.66%) 6 (31.57%) Total 9 (47.36%) 5 (26.31%) 3 (15.78%) 2 (10.52%) 19 (100%) Del total de pacientes, 10 (52.63%) presentó dos diagnósticos psiquiátricos mientras que 9 (47.36%) mostró sólo uno; por lo anterior se decidió dividir los diagnósticos en: diagnóstico psiquiátrico principal en el que se incluyen a los 19 pacientes (en caso de tener dos diagnósticos, se indica el principal) y diagnóstico psiquiátrico secundario en el que se indica el segundo diagnóstico de los 10 pacientes con dos patologías psiquiátricas. Dentro del grupo de diagnóstico psiquiátrico primario, el diagnóstico más frecuente fue el de esquizofrenia, presente en 10 pacientes (52.63%), seguido por trastorno esquizoafectivo en 3 pacientes (15.78%), discapacidad intelectual y trastorno psicótico en estudio en 2 pacientes, cada uno (10.52%) y finalmente, con trastorno psicótico inducido por consumo de múltiples sustancias y trastorno esquizofreniforme orgánico sólo en un paciente, en cada uno de los diagnósticos (5.26%). (Tabla 2) 35 Tabla 2. Diagnóstico psiquiátrico principal DIAGNOSTICO PSIQUIATRICO PRINCIPAL Total F20 F25 F19.5 F70 F29 F06.2 GENERO MASCULINO 6 (46.15%) 1 (7.69%) 1 (7.69%) 2 (15.38%) 2 (15.38%) 1 (7.69%) 13 (68.42%) FEMENINO 4 (66.66%) 2 (33.33%) 0 0 0 0 6 (31.57%) Total 10 (52.63%) 3 (15.78%) 1 (5.26%) 2 (10.52%) 2 (10.52) 1 (5.26%) 19 (100%) Dentro de los 10 pacientes que presentaban un diagnóstico psiquiátrico secundario, el diagnóstico más frecuente fue el de consumo perjudicial de múltiples sustancias, presente en 5 pacientes (50%), seguido por discapacidad intelectual y trastorno depresivo en 2 pacientes (20% en cada caso) y por último, delirium en uno de los pacientes (10% del total de pacientes con comorbilidad). (Tabla 3) En los dos grupos de diagnósticos se utilizaron tablas de contingencia, observándose que la frecuencia de presentación se respetaba según lo descrito tanto en hombres como en mujeres, sin embargo, las mujeres se concentraron en dos diagnósticos primarios (esquizofrenia y trastorno esquizoafectivo) y dos comorbilidades psiquiátricas (discapacidad intelectual y consumo perjudicial de múltiples sustancias) Tabla 3. Diagnóstico psiquiátrico secundario DIAGNÓSTICO PSIQUIÁTRICO SECUNDARIO Total 0 F70 F19.1 F32 F05 GÉNERO MASCULINO 6 (46.15%) 0 4 (30.76%) 2 (15.38%) 1 (7.69%) 13 (68.42%) FEMENINO 3 (50%) 2 (33.33%) 1 (16.66%) 0 0 6 (31.57%) Total 9 (47.36%) 2 (10.52%) 5 (26.31%) 2 (10.52%) 1 (5.26%) 19 (100%) Las edades de presentación de las complicaciones del tratamiento estudiadas (catatonia inducida por fármacos y síndrome neuroléptico maligno) fueron de los 19 años en el menor a los 56 años en el mayor de los sujetos, teniendo una edad promedio de 33 años, la mediana de edad fue de 31 años y la moda de 26 y 27 años. 36 Del total de pacientes, 13 (68.42%) presentaron catatonia inducida por fármacos, 4 (21.05%) tuvieron síndrome neuroléptico maligno y 2 (10.52%) cumplieron criterios para las dos complicaciones. Dos de los pacientes que presentaron catatonia inducida, tenían antecedente de haber presentado esta misma complicación en internamientos pasados. De los 13 pacientes con catatonia inducida, las 6 mujeres incluidas en el estudio estaban en este grupo junto con 7 pacientes masculinos; los 4 pacientes con diagnóstico de síndrome neuroléptico maligno eran hombres y los 2 pacientes que presentaron las dos complicaciones igualmente eran hombres. (Gráfica 1). En la gráfica 2 se hace la distribución de la complicación desarrollada según el rango de edad y género, se encontró que en la mayor parte de la muestra, la complicación más común era la catatonia, excepto el grupo de hombres jóvenes en quienes las complicaciones se presentaron en la misma proporción (3 con catatonia, 3 con síndrome neuroléptico maligno y uno con criterios para los dos). Gráfica 1. Distribución de patología según género Gráfica 2. Distribución de patología según género y rango de edad De acuerdo a la gravedad alcanzada en cada una de las complicaciones por uso de antipsicótico, encontramos que, de los 13 pacientes que tuvieron catatonia inducida, el 0 2 4 6 8 Catatonia SNM Ambos Masculino Femenino 0 2 4 6 8 10 12 14 Catatonia SNM Ambos Fem 49-58 Fem 39-48 Fem 29-38 Fem 19-28 Masc 49-58 Masc 39-48 Masc 29-38 37 promedio de puntaje de severidad fue de 12 pero al momento de asignar rangos de severidad, los pacientes se distribuían de forma equitativa en los tres primeros rangos y sólo uno caía en el rango de mayor severidad (se consideraron los siguientes rangos según puntaje de severidad: 4 – 9 puntos leve, 10 – 14 puntos moderado, 15 – 19 puntos grave, 20 – 24 puntos severo). De los pacientes con síndrome neuroléptico maligno, 3 tenían gravedad moderada (grado III según los criterios de Woodbury) y uno grave (grado IV según los criterios de Woodbury). Los pacientes que tuvieron las dos complicaciones, la catatonia la presentaron en rango de gravedad severa (20 y 22 puntos) y tuvieron síndrome neuroléptico maligno grado III. (Gráfica 3). Gráfica 3. Distribución de complicaciones según gravedad En cuanto a los antipsicóticos utilizados, en el hospital psiquiátrico “Fray Bernardino Álvarez” se prefiere el haloperidol como antipsicótico de primera opción, se encontró este fármaco en 10 de los pacientes, seguido por risperidona, decanoato de haloperidol y olanzapina y por último aripiprazol. 10 de los pacientes de la muestra fue manejado con monoterapia y el fármaco escogido de primera intención. Seis de los pacientes de la muestra requirieron un segundo antipsicótico; en 5 pacientes el segundo antipsicótico se usó paralelamente al primer antipsicótico mientras que en 1 se continuó con monoterapia pero con un antipsicótico diferente al utilizado como primera opción, el fármaco más común en este caso fue la olanzapina, seguido de haloperidol y risperidona. 0 0.5 1 1.5 2 2.5 3 3.5 4 4.5 Leve Moderado Grave Severo Catatonia inducida SNM Catatonia + SNM 38 Además, 3 de los pacientes requirieron el uso de un tercer antipsicótico: olanzapina para un paciente la cual se usó como antipsicótico sustituto por falta de respuesta a los dos primeros; aripiprazol añadido a haloperidol por pobre respuesta al antipsicótico que se usó como monoterapia de primera elección y por último, ziprasidona combinado con haloperidol y olanzapina. Cabe señalar que se observó que de los 7 pacientes que requirieron terapia con 2 o 3 antipsicóticos de forma combinada, solo una era mujer y el resto eran hombres. En los 7 pacientes uno de los fármacos utilizados era haloperidol; la combinación más frecuente fue con olanzapina en 4 de los pacientes, mientras que en un paciente se combinó con aripiprazol, en otro con olanzapina y ziprasidona yel último fue haloperidol decanoato con risperidona. En cuanto a la psicopatología en el caso de pacientes que requirieron combinación de 2 o 3 antipsicóticos, la patología que más frecuentemente requirió de politerapia fue la esquizofrenia, la cual estaba presente en 4 pacientes (en uno como diagnóstico único y en tres con comorbilidad, 2 con consumo perjudicial de sustancias y 1 con trastorno depresivo); por otro lado, hubo 2 pacientes con pobre respuesta a fármacos y que requirieron cambio de antipsicótico en una o dos ocasiones pero que finalmente quedaron con monoterapia, uno tenía diagnóstico de esquizofrenia y el otro de trastorno psicótico en estudio. El tener comorbilidad psiquiátrica no es sinónimo de requerir modificaciones en el tratamiento o politerapia, ya que 7 de los pacientes que respondieron al primer antipsicótico utilizado tenían dos diagnósticos psiquiátricos mientras que 6 de los pacientes que requirieron politerapia o modificación del tratamiento tenían un único diagnóstico psiquiátrico en contraste con 3 pacientes con comorbilidad y que requirieron politerapia o cambio de antipsicótico. (Tabla 4) 39 Tabla 4. Antipsicóticos utilizados Género Diagnóstico psiquiátrico Antipsicótico 1 dosis máxima (mg/día) Antipsicótico 2 dosis máxima (mg/día) Antipsicótico 3 dosis máxima (mg/día) No. Antipsicóticos usados de forma combinada Femenino Esquizofrenia Consumo perjudicial sustancias Haloperidol 10mg 0 Femenino Trastorno esquizoafectivo Haloperidol 35 mg 0 Masculino Trastorno esquizoafectivo Olanzapina 10 mg Haloperidol 5mg 2 Masculino Trastorno psicótico en estudio Haloperidol 40 mg Olanzapina 10mg 2 Femenino Esquizofrenia Discapacidad intelectual Risperidona 2mg 0 Masculino Discapacidad intelectual Trastorno Depresivo Risperidona 3mg 0 Femenino Trastorno esquizoafectivo Discapacidad intelectual Aripiprazol 15 mg 0 Masculino Esquizofrenia Consumo perjudicial sustancias Haloperidol 15 mg Olanzapina 10 mg 2 Femenino Esquizofrenia Haloperidol 15mg Risperidona 6mg Haloperidol luego risperidona Masculino Esquizofrenia Haloperidol 10mg 0 Femenino Esquizofrenia Haloperidol depot 50mg/mes Risperidona 2mg 2 Masculino Trastorno esquizofreniforme orgánico Haloperidol depot 150mg/mes 0 Masculino Discapacidad intelectual Consumo perjudicial sustancias Haloperidol 20 mg 0 Masculino Trastorno psicótico en estudio Risperidona 4 mg Haloperidol 20mg Olanzapina 20mg Risperidona luego haloperidol luego olanzapina Masculino Esquizofrenia Delirium Risperidona 3 mg 0 Masculino Trastorno psicótico por consumo perjudicial de sustancias Haloperidol 15 mg Olanzapina 10mg 2 Masculino Esquizofrenia Consumo perjudicial sustancias Haloperidol 10 mg 0 Masculino Esquizofrenia Trastorno Depresivo Haloperidol 30 mg Olanzapina 20 mg Ziprasidona 120 mg 3 Masculino Esquizofrenia Consumo perjudicial sustancias Olanzapina 20 mg Haloperidol 30 mg Aripiprazol 30 mg Olanzapina luego haloperidol + aripiprazol En cuanto a las dosis utilizadas de antipsicóticos, se crearon 3 rangos de dosis para determinar si las dosis en miligramos utilizadas por día eran bajas, medias o altas en cada uno de los 6 antipsicóticos utilizados, para estos rangos de dosis se tomó en cuenta la dosis 40 inicial, dosis recomendadas, dosis a la cual se saturan los receptores y dosis máxima de cada fármaco según la bibliografía (la única excepción es el haloperidol decanoato que se aplica cada mes pero igualmente se puede clasificar como dosis baja, media o alta): Haloperidol: dosis baja <10mg, media 11 – 19mg, alta > 20mg Risperidona: dosis baja <2mg, media 3mg, alta > 4mg Olanzapina: dosis baja <10mg, media 11 – 19mg, alta > 20mg Aripiprazol: dosis baja <15mg, media 16 – 29mg, alta > 30mg Haloperidol decanoato: dosis baja 50mg, media 100mg, alta 150mg Ziprasidona: dosis baja 80 - 109mg, media 110 – 139mg, alta 140 - 159mg Se encontró que, independiente del momento en que se decidió utilizar cada fármaco, lo más común fue que el haloperidol se utilizara en dosis altas, la olanzapina en dosis bajas, la risperidona se usó de forma similar en los tres rangos de dosis, el aripiprazol y haloperidol decanoato sólo se usaron en dosis baja o alta y la ziprasidona sólo en dosis media. Al momento de combinar antipsicóticos, se prefirió que al menos uno de los fármacos que se combinaba se encontrara en dosis baja: en dos pacientes se utilizaron los dos fármacos en dosis bajas, en dos pacientes un fármaco tenía dosis baja y el otro media y en los 3 pacientes restantes que requirieron polifarmacia, uno tenía una dosis baja y una alta, uno con dos dosis altas y el último con dos dosis altas y una media. Independientemente del momento en que se utilizó cada fármaco, así como de si era en uso combinado o como monoterapia, las asociaciones más frecuentes entre fármacos y severidad de catatonia o síndrome neuroléptico maligno fueron: Haloperidol: a dosis bajas con catatonia leve, a dosis medias con catatonia severa, a dosis altas con catatonia severa y síndrome neuroléptico maligno moderado Risperidona: a dosis bajas o medias con catatonia moderada y grave Olanzapina: independientemente de si la dosis era baja o alta, con síndrome neuroléptico maligno moderado Haloperidol decanoato: a dosis baja con catatonia moderada y dosis alta con síndrome neuroléptico maligno grave 41 Aripiprazol: a dosis baja con catatonia grave y a dosis baja con catatonia severa y síndrome neuroléptico maligno moderado En cuanto a la combinación de antipsicóticos, se observó que a pesar de que los fármacos combinados fueran en dosis bajas, el desarrollo de catatonia o síndrome neuroléptico maligno tendían a ser más severos que en pacientes con esas mismas dosis pero con monoterapia. Los dos pacientes que desarrollaron catatonia severa y síndrome neuroléptico maligno moderado tenían combinación de haloperidol con olanzapina en un caso y haloperidol con aripiprazol en el otro. (Tabla 5) Tabla 5. Distribución de dosis de antipsicóticos según presentación de severidad de catatonia y SNM Catatonia SNM Fármaco Dosis Leve (4 – 9) Moderada (10 -14) Grave (15 – 19) Severa (20 – 24) Grado III Grado IV Haloperidol Baja 2 1 1 Media 1 1 2 1 Alta 1 1 1 3 Olanzapina Baja 2 1 2 Alta 1 1 2 Risperidona Baja 1 1 Media 1 1 Alta 1 1 Haloperidol decanoato Baja 1 Alta 1 Aripirazol Baja 1 Alta 1 1 Ziprasidona Media 1 En la tabla 6 se realizó una correlación de Pearson la cual resultó significativa en 0.05 para el estadio de síndrome neuroléptico maligno y dosis máxima del primer antipsicótico, así como dosis máxima del primer antipsicótico con dosis máxima del segundo y tercer antipsicótico. Esto quiere decir que es más probable que se desarrolle síndrome neuroléptico maligno en pacientes con dosis más altas de antipsicóticos; además, se prefería llegar a la dosis máxima del primer antipsicótico y observar la respuesta clínica antes de pensar en modificar en fármaco o añadir un segundo o tercero y se prefería que en caso de combinaciones, el segundo fármaco permaneciera a dosis bajas. Se encontró también una correlación positiva al 0.01 entre las dosis máximas del segundo y tercer antipsicótico; igualmente se llegaba a la dosis máxima del segundo fármaco antes de añadir o sustituir por un tercer antipsicótico aunque en los casos que un tercer fármaco fue necesario, éste se utilizó en dosis media o alta. 42 Tabla 6. Correlación de Pearson entre severidad de complicaciones y dosis máximas de antipsicóticos SEVERIDAD ESTADIO DEL SINDROME NEUROLEPTICO MALIGNO DOSIS MAXIMA DOSIS MAXIMA 2 DOSIS MÁXIMA3 SEVERIDAD Correlación de Pearson 1 -.347 -.144 .092 -.006 Sig. (bilateral) .145 .556 .709 .980 N 19 19 19 19 19 ESTADIO DEL SINDROME NEUROLEPTICO MALIGNO Correlación de Pearson -.347 1 .479 * .135 .188 Sig. (bilateral) .145 .038 .582 .442 N 19 19 19 19 19 DOSIS MAXIMA Correlación de Pearson -.144 .479 * 1 .487 * .542 * Sig. (bilateral) .556 .038 .035 .016 N 19 19 19 19 19 DOSIS MAXIMA 2 Correlación de Pearson .092 .135 .487 * 1 .768 ** Sig. (bilateral) .709 .582 .035 .000 N 19 19 19 19 19 DOSIS MÁXIMA 3 Correlación de Pearson -.006 .188 .542 * .768 ** 1 Sig. (bilateral) .980 .442 .016 .000 N 19 19 19 19 19 *. La correlación es significante al nivel 0,05 (bilateral). **. La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral). En cuanto al tratamiento empleado, a todos los pacientes se les inició fluidoterapia además de suspender por completo todos los medicamentos indicados al momento del inicio de la complicación, se utilizó lorazepam independientemente de si la complicación era catatonia o síndrome neuroléptico maligno, ya que este fármaco es la primera elección en ambos casos. En las siguientes dos tablas de contingencia se observa que en el caso de la catatonia, entre más alta era la severidad, la dosis de lorazepam también aumentaba; en caso del síndrome neuroléptico maligno, se utilizaron preferentemente dosis por encima de los 8mg por día en los pacientes con grado III, el único paciente que tuvo el síndrome en grado IV fue manejado con dosis bajas de lorazepam (4mg/día) debido a que fue referido a un hospital general donde el manejo se enfocó en la fluidoterapia para nefroprotección y suspensión de antipsicótico causante. (Tabla 7 y 8) 43 Tabla 7. Dosis de lorazepam según severidad de catatonia DOSIS MAXIMA Total 4 A 6 7 A 9 10 A 12 SEVERIDAD 0 2 (50%) 2 (50%) 0 4 (21.05%) 4 A 9 1 (25%) 2 (50%) 1 (25%) 4 (21.05%) 10 A 14 2 (50%) 0 2 (50%) 4 (21.05%) 15 A 19 2 (50%) 0 2 (50%) 4 (21.05%) 20 A 24 0 1 (33.33%) 2 (66.66%) 3 (15.78%) Total 7 (36.84%) 5 (26.31%) 7 (36.84%) 19 (100%) Tabla 8. Dosis de lorazepam según estadio de SNM DOSIS MAXIMA Total 4 A 6 7 A 9 10 A 12 ESTADIO DEL SINDROME NEUROLEPTICO MALIGNO 0 5 (38.46%) 3 (23.07% 5 (38.46%) 13 (68.42%) LEVE 1 (20%) 2 (40%) 2 (40%) 5 (26.31%) MODERADO 1 (100%) 0 0 1 (5.26%) Total 7 (36.84%) 5 (26.31%) 7 (36.84%) 19 (100%) En cuanto al manejo con terapia electroconvulsiva en la catatonia, esta se utilizó en pacientes con mayor severidad en la escala de Bush y Francis, sólo se utilizó en 3 pacientes: 7 sesiones en un paciente con antecedente de catatonia inducida por fármacos y que no respondía adecuadamente a dosis de hasta 10mg de lorazepam; 7 sesiones en un paciente que presentó de forma comórbida catatonia severa y síndrome neuroléptico maligno moderado; 11 sesiones en una paciente que aunque tenía catatonia moderada, no respondía a dosis de hasta 10mg de lorazepam, esto debido a que de forma comórbida presentaba un evento vascular cerebral de arteria cerebral media reciente. (Tabal 9) 44 En el caso de pacientes con síndrome neuroléptico maligno, se encontró que tienen adecuada respuesta a dosis altas de lorazepam, ya que ninguno de los pacientes que tuvo esta complicación requirió de aplicación de TEC. La única excepción fue el paciente que presentaba catatonia de forma comórbida. (Tabla 10) Tabla 9. Sesiones de TEC según severidad de catatonia TEC Total NO 7 A 10 11 O MAS SEVERIDAD 0 4 (100%) 0 0 4 (21.05%) 4 A 9 4 (100%) 0 0 4 (21.05%) 10 A 14 3 (75%) 0 1 (25%) 4 (21.05%) 15 A 19 3 (75%) 1 (25%) 0 4 (21.05%) 20 A 24 2 (66.66%) 1 (33.33%) 0 3 (15.78%) Total 16 (84.21%) 2 (10.52%) 1 (5.26%) 19 (100%) Tabla 10. Sesiones de TEC según estadio de SNM TEC Total NO 7 A 10 11 O MAS ESTADIO DEL SINDROME NEUROLEPTICO MALIGNO 0 11 (84.61) 1 (7.69%) 1 (7.69%) 13 (68.42%) LEVE 4 (80%) 1 (20%) 0 5 (26.31%) MODERADO 1 (100%) 0 0 1 (5.26%) Total 16 (84.21%) 2 (10.52%) 1 (5.26%) 19 (100%) En los pacientes del estudio que desarrollaron catatonia inducida, la mayoría de los pacientes tardó entre 15 y 24 días en salir del cuadro (31.57%); en el 66.6% de los pacientes, la catatonia se resolvió entre 5 y 34 días (incluidos los dos pacientes que presentaban de forma paralela SNM quienes presentaron remisión de las complicaciones en 16 y 20 días respectivamente), un paciente con catatonia severa también tardó más 45 tiempo en presentar valores negativos en la escala de screening de Bush y Francis; como caso especial, tenemos a dos pacientes que permanecieron con catatonia más de 55 días, son casos especiales ya que en uno, los familiares se negaron a la aplicación de TEC a pesar de no haber una respuesta adecuada al lorazepam y en el segundo caso, fue el que ya se comentó previamente que no tenía adecuada respuesta a lorazepam ni TEC por presentar un evento vascular cerebral reciente que no permitía la adecuada respuesta clínica. (Tabla 11) Los pacientes que desarrollaron síndrome neuroléptico maligno igualmente tuvieron una adecuada respuesta al manejo establecido ya que el 100% de ellos tuvo resolución del cuadro entre 5 y 34 días. (Tabla 12) Tabla 11. Tiempo de resolución según severidad de catatonia TIEMPO DE RESOLUCIÓN Total 5 A 14 15 A 24 25 A 34 35 A 44 45 A 54 55 O MAS SEVERIDAD 0 2 (50%) 1 (25%) 1 (25%) 0 0 0 4 (21.05%) 4 A 9 0 2 (50%) 2 (50%) 0 0 0 4 (21.05%) 10 A 14 1 (25%) 0 0 1 (25%) 0 2 (50%) 4 (21.05%) 15 A 19 1 (25%) 1 (25%) 1 (25%) 1 (25%) 0 0 4 (21.05%) 20 A 24 0 2 (66.66%) 0 0 1 (33.33%) 0 3 (15.78%) Total 4 (21.05%) 6 (31.57%) 4 (21.05%) 2 (10.52%) 1 (5.26%) 2 (10.42%) 19 (100%) Tabla 12. Tiempo de resolución según estadio de SNM TIEMPO DE RESOLUCIÓN Total 5 A 14 15 A 24 25 A 34 35 A 44 45 A 54 55 O MAS ESTADIO DEL SINDROME NEUROLEPTICO MALIGNO 0 2 (15.38%) 3 (23.07%) 3 (23.07%) 2 (15.38%) 1 (7.69%) 2 (15.38%) 13 (68.42%) LEVE 1 (20%) 3 (60%) 1 (20%) 0 0 0 5 (26.31%) MODERADO 1 (100%)b 0 0 0 0 0 1 (5.26%) Total 4 (21.05%) 6 (31.57%) 4 (21.05%) 2 (10.52%) 1 (5.26%) 2 (10.52%) 19 (100%) 46 En este estudio, la presencia de comorbilidades médicas no psiquiátricas no fue una variable que se pudiera asociar con el desarrollo de catatonia o síndrome neuroléptico maligno, sólo 7 de los 19 pacientes presentaron alguna comorbilidad y ninguna de las patologías se presentaba en distintos pacientes, los diagnósticos que presentaron fueron 1) desnutrición, 2) obesidad, 3) fiebre de origen desconocido, 4) evento vascular cerebral de arteria cerebral media, 5) hipercolesterolemia, 6) Hiperazoemia prerrenal secundaria a desequilibrio hidroelectrolítico por descontrol de hipertensión arterial, diabetes mellitus e hipotiroidismo además de infección de vías urinarias agregada y 7) enfermedad ácido- péptica. Sólo dos pacientes requieren especial atención: quien tuvo evento vascular cerebral, el daño orgánico influyó en que la catatonia se presentara con dosis bajas de antipsicótico y que el cuadro tuviera una pobre evolución clínica con mayores dosis de lorazepam, requiriendo 11 sesiones de TEC y con tiempo de resolución mayor; en quien presentó delirium por Hiperazoemia prerrenal, la catatonia se desarrolló con dosis medias de risperidona pero el cuadro fue de severidad moderada y respondió adecuadamente a dosis bajas de lorazepam, teniendo resolución