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FACULTAD DE ODONTOLOGÍA TRASTORNOS TEMPOROMANDIBULARES, CONSIDERACIONES EN SU ETIOLOGÍA Y DIAGNÓSTICO. T E S I N A QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE C I R U J A N O D E N T I S T A P R E S E N T A: MIGUEL IVÁN MARTÍNEZ ROMERO TUTORA: Mtra. DENIS ANAYANSI CUEVAS ROJO Cd. Mx. 2019 UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. Agradezco a la Universidad Nacional Autónoma de México y a la Facultad de Odontología por brindarme una formación personal y profesional de tan alta calidad; por enseñarme con el ejemplo, la importancia de los valores humanos en una sociedad y por permitirme ser un elemento más que conforma esta máxima casa de estudios. A mis profesores, por compartir su vasto conocimiento y experiencia, misma que me llena de inspiración y admiración. A mi tutora, la Mtra. Denis Anayansi Cuevas Rojo, por su paciencia y todo el apoyo que me brindó en la elaboración de este trabajo. A mi madre, Maribel Romero Belmonte por brindarme su respaldo en cada momento de la vida, por depositar toda su confianza en mí y por darme la oportunidad de continuar con este sueño que muchos consideraron terquedad. A mi padre, por enseñarme el valor de la responsabilidad y solidaridad. A mi compañera y guía, Mariel Barrera, por toda su paciencia, humanidad, solidaridad y compañía. Por mostrarme que en las adversidades se puede aprender y superarse. Por brindarme su amor y amistad, permitiéndome seguir en el mismo camino. A mis amigos y hermanos, Roberto, Daniel, José R., Carlos, Sergio y Alan, porque durante todo este tiempo han sido un ejemplo de admiración. Gracias por escucharme cuando más lo he necesitado y no permitirme caer. A Ricardo Aldana, porque su ayuda ha sido fundamental para la culminación de este logro. A Javier y Carlos Castilla cuya generosidad ha sido fundamental en mi desarrollo académico, gracias por tanto. Por mi raza hablará el espíritu. ÍNDICE INTRODUCCIÓN ............................................................................................ 5 OBJETIVO ...................................................................................................... 6 CAPÍTULO 1 SISTEMA ESTOMATOGNÁTICO ............................................ 7 1.1 Componentes anatómicos ..................................................................... 7 1.2 Biomecánica del sistema masticatorio ................................................ 19 1.3 Oclusión funcional óptima ................................................................... 21 CAPÍTULO 2 TRASTORNOS TEMPOROMANDIBULARES....................... 30 2.1 Trastornos de los músculos de la masticación .................................... 34 2.1.1 Co-contracción protectora ............................................................. 35 2.1.2 Dolor muscular local ..................................................................... 35 2.1.3 Espasmos musculares .................................................................. 36 2.1.4 Dolor miofascial ............................................................................ 37 2.1.5 Miositis .......................................................................................... 38 2.2 Trastornos de la articulación temporomandibular ................................ 39 2.2.1 Alteraciones del complejo cóndilo-disco ....................................... 39 2.2.2 Incompatibilidad estructural de las superficies articulares ............ 42 2.3 Trastornos inflamatorios de la articulación temporomandibular .......... 47 2.3.1 Sinovitis ........................................................................................ 47 2.3.2 Capsulitis ...................................................................................... 48 2.3.3 Retrodiscitis .................................................................................. 48 2.3.4 Artritis ............................................................................................ 49 2.3.5 Tendinitis del temporal .................................................................. 50 2.4 Hipomovilidad mandibular crónica ....................................................... 51 2.4.1 Anquilosis ..................................................................................... 51 2.5 Trastornos del crecimiento .................................................................. 52 CAPÍTULO 3 EXPLORACIÓN DE LOS TRASTORNOS TEMPOROMANDIBULARES ....................................................................... 54 3.1 Exploración de los músculos de la masticación .................................. 54 3.2 Exploración de la articulación temporomandibular .............................. 57 3.2.1 Percepción de ruidos articulares ................................................... 58 CAPÍTULO 4 DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO ........................................ 60 CAPÍTULO 5 PROTOCOLO DE ABORDAJE CLÍNICO DE LA ARTICULACIÓN TEMPOROMANDIBULAR ............................................... 72 CONCLUSIONES ......................................................................................... 77 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ............................................................ 78 5 INTRODUCCIÓN A través de los años múltiples investigaciones han reportado la naturaleza multifactorial de los Trastornos temporomandibulares, no obstante, sus manifestaciones clínicas involucran a diferentes estructuras anatómicas como son: músculos de la masticación, la articulación temporomandibular y estructuras asociadas lo que convierte a su manejo en uno de los retos más complejos que confronta el Odontólogo. Los trastornos temporomandibulares han sido reconocidos como una de las causas más comunes de dolor orofacial y, es por ello que se vuelve necesario el exponer maniobras basadas en evidencias literarias capaces de prevenir, diagnosticar y tratar estos trastornos de manera segura y eficaz. Además del dolor, otros síntomas que pueden manifestar estos trastornos temporomandibulares son: ruidos articulares, debilidad de los músculos de la masticación y disminución de los movimientos de la mandíbula. Para lograr un correcto diagnóstico se necesita, primero conocer la anatomía y función de las estructuras comprometidas en estas patologías y después conocer cómo realizar una correcta exploración clínica. Ésta involucra tanto la palpación de la musculatura y articulaciones, como la auscultación de la articulación temporomandibular, con la finalidad de reconocer y distinguir los ruidos articulares presentes, así como otros síntomas que sean indicativos de algún trastorno o anomalía. Los diferentes tipos de tratamientos van encaminados a la reducción o eliminación del dolor, así como a una restauración de la función mandibular, por lo cual, es importante reconocer que un aspecto determinante en el éxito terapéutico será la educación que demos al paciente acerca del trastorno que padece. 6 OBJETIVO Describir la etiología de los diferentes trastornos temporomandibulares.7 CAPÍTULO 1 SISTEMA ESTOMATOGNÁTICO El sistema estomatognático es la unidad funcional encargado de la masticación, el habla y la deglución. Además, su participación es relevante en la respiración y en el sentido del gusto. El sistema estomatognático está formado por huesos, músculos, articulaciones temporomandibulares (ATM), ligamentos y dientes, que de manera coordinada están regulados por el sistema nervioso para cumplir con dichas funciones. Los huesos, músculos y articulaciones conforman la base morfofuncional del sistema estomatognático.1 1.1 Componentes anatómicos Los tres componentes esqueléticos principales que forman el sistema estomatognático son: el maxilar, la mandíbula y el hueso temporal. En el maxilar y la mandíbula respectivamente, se encuentran articulados los dientes, mientras que en el hueso temporal se encuentra articulada la mandíbula. El maxilar: Durante el desarrollo hay dos huesos maxilares que se fusionan en la línea media por la sutura intermaxilar o sutura palatina mediana. El borde del maxilar se extiende hacia arriba para formar el suelo de la cavidad nasal, así como el de las órbitas. En la parte inferior, forman el paladar y las crestas o apófisis alveolares, donde se encontrarán sostenidos los dientes. Los huesos maxilares se encuentran fusionados de manera compleja con los huesos del cráneo, por lo tanto, se le considera al maxilar y los dientes maxilares o superiores un componente fijo o estacionario del sistema estomatognático (fig. 1).1 8 Fig.1 Vista lateral del Maxilar. La mandíbula es el hueso más grande y fuerte de la cara, siendo el único de la cara que se articula por medio de una doble diartrosis con dos huesos del cráneo (los huesos temporales), por lo cual es el único hueso capaz de realizar movimientos amplios. Es un hueso con forma de herradura que sostiene los dientes inferiores y constituye el esqueleto facial inferior. Asimismo, se encuentra unida al maxilar mediante músculos, ligamentos y otros tejidos blandos, que le proporcionan la movilidad necesaria para su función y correlación con el maxilar. Presenta un cuerpo y dos ramas que se extienden hacia arriba en forma de dos apófisis; la anterior es la coronoides y la posterior el cóndilo. El cóndilo es la porción de la mandíbula que se articula con el cráneo (fig. 2).1 Fig.2 Mandíbula. Hueso temporal: El cóndilo mandibular se articula en la base del cráneo con la porción escamosa del temporal. Esta porción escamosa está formada por 9 una fosa cóncava donde se sitúa el cóndilo, dicha fosa se denomina “cavidad glenoidea” o “fosa mandibular”. Justo delante de la fosa se encuentra una prominencia ósea convexa denominada “eminencia articular”. El grado de convexidad de la eminencia articular es muy variable, pero tiene importancia puesto que la inclinación de esta superficie dicta el camino del cóndilo cuando la mandíbula se coloca hacia delante. La eminencia articular está formada por un hueso denso y grueso, que podría tener cierta tolerancia a fuerzas intensas (fig. 3).1,2 Fig.3 Cara exocraneal y endocraneal del hueso Temporal. La Articulación Temporomandibular (ATM) es un conjunto de estructuras que permite la relación anatómica y funcional entre el hueso temporal y la mandíbula. Esta articulación permite realizar los movimientos mandibulares y las funciones del sistema estomatognático. La ATM está compuesta por el cóndilo mandibular, la fosa mandibular y la eminencia articular del temporal, el disco articular, la membrana sinovial y la cápsula articular. En ese sentido tenemos que el cóndilo mandibular se ajusta a la fosa mandibular del hueso temporal, separadas por el disco articular que evita la articulación directa, (fig. 4).1,3 10 Fig. 4 Articulación temporomandibular. A la ATM se le considera una articulación compuesta debido a que el disco articular actúa como un hueso sin osificar que permite los movimientos complejos de la articulación. Técnicamente se le ha denominado articulación ginglimoartroidal al permitir movimientos de bisagra en un plano y movimientos de deslizamiento.1 La irrigación de la articulación tiene como responsables a diversas ramas de la arteria maxilar y ramas de la arteria temporal superficial, adicionalmente, la irrigación está complementada por ramas directas de la arteria carótida externa (fig. 5).4,5 A B Fig.5 A Irrigación de la cara posterior del cóndilo mandibular. B Irrigación de la articulación temporomandibular. 11 El drenaje venoso lo otorga mayoritariamente el plexo pterigoideo y las venas temporales superficiales; mientras que la inervación sensitiva está a cargo de los nervios auriculotemporal y maseterino, ramos del nervio mandibular (fig. 6).4,5 Fig.6 Drenaje venoso de la articulación temporomandibular. Cóndilo mandibular: Se divide en cabeza y cuello. La cabeza es convexa en todos sentidos, su superficie superior articula con el disco articular. Su eje longitudinal es perpendicular a la rama mandibular.6 Fig. 7 A B Fig.7 Cóndilo mandibular, A cara anterior, B cara posterior.1 Cavidad glenoidea se encuentra en la porción escamosa del hueso temporal, localizada como una fosa, cuya función es ser receptora del disco y el cóndilo mandibular. 12 Eminencia articular es un tubérculo localizado en la porción escamosa del hueso temporal, localizado de manera anterior respecto a la fosa mandibular o glenoidea; debido al leve impulso hacia delante de los músculos elevadores, los cóndilos se sostienen firmemente contra la eminencia (con el disco interpuesto).6 Fig. 8 Fig.8 Fosa mandibular y Eminencia articular.1 El disco articular es una estructura fibrosa, que presenta una forma cóncava- convexa en su cara superior y cóncava en su cara inferior, dividiendo a la articulación en dos unidades funcionalmente diferentes. El disco es flexible y durante el movimiento puede adaptarse a las exigencias funcionales de las superficies articulares conservando su morfología a menos que se produzcan fuerzas destructoras o cambios estructurales en la articulación. En este caso, la morfología del disco puede alterarse de manera irreversible y producir cambios biomecánicos durante su función.1,3 Por detrás, el disco articular está unido a una región de tejido conjuntivo laxo muy vascularizado e inervado. Conocido como tejido retrodiscal o inserción posterior. Por arriba está límitado por la lámina retrodiscal superior. Mientras que por debajo de los tejidos retrodiscales se encuentra la lámina retrodiscal inferior.1,6 Las inserciones superior e inferior de la región anterior del disco se realizan en el ligamento capsular que rodea la mayor parte de la articulación. 13 La inserción superior se encuentra en el margen anterior de la superfice del hueso temporal, mientras que la inserción inferior se localiza en el margen anterior de la superficie articular del cóndilo (fig. 9).1 A B Fig.9 A) Vista lateral del disco articular. B) Vista anterior del disco articular. La cápsula articular es una cápsula fibrosa que se inserta en la parte media y lateral de la cavidad glenoidea del temporal llegando hasta la eminencia articular. La cápsula es laxa en su parte anterior, media y posterior, mientras que es sus porciones laterales está reforzado por el ligamento temporomandibular. La membrana sinovial tapiza la cápsula y los bordes del disco articular; esta membrana produce el líquido sinovial, cuya función es lubricar y nutrir la articulación. Este líquido se almacenaen los fondos de saco de las cavidades supra e infradiscal, sin embargo, durante los movimientos articulares, el líquido se desplaza de un sitio a otro (mecanismo conocido como lubricación límite).6 Ligamentos de la ATM: La ATM tiene ligamentos principales que intervienen en la función de la misma articulación, y ligamentos accesorios, que por sus inserciones restringen en parte la proyeción anterior de la mandíbula, limitando los movimientos condilares. Los ligamentos principales son: ligamento capsular, ligamentos colaterales y ligamento temporomandibular; como 14 ligamentos accesorios contamos con: ligamento esfenomandibular y ligamento estilomandibular. Ligamento capsular: Es el ligamento que rodea y envuelve a la articulación.4 Fig. 10 Fig. 10 Ligamento capsular.1 Ligamentos colaterales: Estos ligamentos permiten al disco moverse pasivamente por el cóndilo, anatómicamente se distinguen un ligamento colateral medial y un ligamento colateral lateral.7 Fig. 11 Fig. 11 Ligamentos colaterales, ligamento medial (LDM) y ligamento lateral (LDL).1 15 Ligamento temporomandibular es el medio de unión más importante. Se dispone por fuera de la cápsula y se inserta por encima de la tuberosidad cigomática para terminar en la cara posterior e interna del cuello del cóndilo mandibular. El ligamento temporomandibular detiene a la mandibula de abrirse más allá de la relación céntrica. La unión del ligamento en el lado posterior del cuello del cóndilo frena la rotación en bisagra fija y se convierte en un fulcro que fuerza al cóndilo a trasladarse hacia delante conforme la mandibula se abre más (fig. 12).1,7 Fig.12 Ligamento temporomandibular. Ligamento esfenomandibular une el proceso pterigoides del esfenoides con la mandíbula en su parte interna. Ligamento estilomandibular une el proceso estiloides del temporal con la mandíbula.5,7 Fig. 13 Fig.13 Ligamentos accesorios, a la izquierda ligamento estilomandibular y a la derecha ligamento esfenomandibular.4 16 Músculos de la masticación: Son cuatro pares de músculos que forman el grupo de de los músculos de la masticación: el masetero, el temporal, el pterigoideo interno y el pterigoideo externo. Por otro lado se encue ntran los músculos digástricos, que aunque no se consideran músculos masticatorios, tienen un papel importante en la función mandibular.1 El masetero es un músculo formado por dos vientres con forma rectangular que se origina en el arco cigomático y se extiende hasta el borde inferior de la rama de la mandibula, desde la región del segundo molar, hasta el ángulo. Cuando las fibras del masetero se contraen, la mandíbula se eleva y los dientes contactan; su vientre superficial puede facilitar la protusión mandibular. Se encuentra inervado por el nervio maseterino, rama del nervio Mandibular.1,2 Fig. 14 Fig. 14 Vista lateral del músculo masetero.4 El temporal es un músculo con forma de abanico, cuyo origen está en la fosa temporal y en la superficie lateral del cráneo. Cuando el músculo temporal se contrae, la mandibula se eleva y los dientes contactan. Dado que la angulación y disposición de sus fibras es variable, el temporal tiene la capacidad de coordinar los movimientos de cierre, siendo así, un músculo de posicionamiento de la mandíbula. La inervación está llevada a cabo por los nervios temporales profundos, ramas del nervio mandibular (fig. 15).1,2,4 17 Fig. 15 Vista lateral del músculo temporal. El músculo pterigoideo interno o medial se origina en la fosa pterigoidea y se inserta a lo largo de la superficie interna del ángulo mandibular. Junto al masetero, forma el cabestrillo muscular que soporta la mandíbula en el ángulo mandibular. Cuando sus fibras se contraen, la mandibula se eleva y los dientes contactan. Este músculo también participa en la protrusión de la mandíbula.1 El músculo pterigoideo externo o lateral se divide e identifica como dos músculos distintos y diferenciados: Pterigoideo lateral superior y pteriogoideo lateral inferior. El pterigoideo externo superior tiene su origen en la superficie infratemporal del ala mayor del esfenoides y su inserción en la cápsula articular, en el disco y en el cuello del cóndilo. Es sumamente activo al morder con fuerza y mantener los dientes juntos, sin embargo se mantiene inactivo durante la apertura, y solo entra en función con los músculos elevadores. El pterigoideo externo inferior, se origina en la superficie externa de la lámina pterigoidea externa y se inserta en el cuello del cóndilo. Cuando los pterigoideos externos inferiores se contraen de forma simultánea, los cóndilos son traccionados desde las eminencias articulares, hacia abajo, produciendo la protrusión de la mandíbula; cuando la contracción es unilateral se origina un movimiento lateral de la mandíbula hacia el lado contrario.1 fig. 16 18 A B Fig. 16 A) Vista posterior, se ubican los músculos pterigoideos medial (1) y lateral (2) B) Visión dorsal oblicua, asa muscular de músculos masticadores.4 19 1.2 Biomecánica del sistema masticatorio La articulación temporomandibular (ATM) es demasiado compleja, por un lado, son dos articulaciones unidas, conectadas el mismo hueso y por el otro, cada articulación puede actuar simultáneamente sin la otra. La estructura y función de la ATM puede dividirse en dos sistemas distintos En primer lugar, tenemos a los tejidos que rodean la cavidad sinovial inferior (es decir, el cóndilo y el disco articular). Puesto que el disco y el cóndilo se unen por medio de los ligamentos discales medial y lateral (complejo cóndilo- disco), el único movimiento fisiológico que puede producirse es “la rotación “del disco sobre la superficie articular del cóndilo. Este movimiento de rotación que se produce en el espacio articular inferior es el responsable de la apertura de la mandíbula los primeros 20mm. 1,6 El segundo sistema está formado por el complejo cóndilo-disco que actúa sobre la superficie de la fosa mandibular. Debido a que el disco articular no está fuertemente unido a la fosa mandibular; es posible que se produzca un movimiento libre de desplazamiento entre estas superficies. Dicho movimiento denominado “traslación” se produce cuando la mandíbula se desplaza hacia delante (Fig. 17).1 A B C Fig. 17 A) Cóndilo en posición de reposo dentro de la fosa mandibular. B) Cóndilo rota en sentido anterior y el disco rota sobre el cóndilo en sentido posterior inicio de movimiento de apertura. C) Movimiento de traslación o desplazamiento, apertura máxima 20 Las superficies articulares no tienen fijación ni unión estructural, pero es preciso que se mantengan constantemente en contacto para no perder estabilidad en la articulación. Conforme se abre la mandíbula desde la posición de máxima intercuspidación, el cóndilo puede rotar y de inmediato desplazarse hacia delante. La trayectoria condilar, sigue más o menos el contorno de la eminencia articular; a medida que se cierra la mandíbula, el cóndilo rota y se desplaza de nuevo a su posición. Mediante este movimiento, se consigue completar la apertura de la mandíbula.1,6 La estabilidad de la articulación se mantiene gracias a la constante actividad muscular (principalmente la de los elevadores), que se mantienen en un estado de leve contracción o “tono” incluso en la posición de reposo. A medida que la actividad muscular aumente, el cóndilo es empujado contra el disco, lo que genera un aumento en la presión interarticular de las superficies articulares. En ausencia de dicha presión, las superficies articularesse separan y técnicamente se producirá una luxación.1 Un tercer movimiento mandibular puede describirse como movimiento de trituración. En este movimiento se distingue entre el cóndilo en reposo y el cóndilo pendular; el cóndilo en reposo (que será a donde se dirige el movimiento de la mandíbula) gira alrededor de un eje casi vertical (asimismo un eje de rotación), mientras el cóndilo pendular equilibra y oscila hacia delante y hacia dentro en sentido de traslación.4 La amplitud del movimiento pendular se mide en grados y se le denomina ángulo de Bennet. Durante la oscilación de la mandíbula se efectúa en el lado que trabajo una laterotrusión, y en el lado que equilibra (lado de balance) una mediotrusión.4 21 En la biomecánica normal de la ATM debemos señalar dos hechos de interés. Por un lado, los movimientos adaptativos del disco durante la función articular dependen en gran medida de la morfología normal del disco, de manera que cuando ésta se modifica, la biomecánica articular se ve alterada, apareciendo los signos de disfunción articular. Por otro lado, los ligamentos al tratarse de estructuras poco elásticas actúan de forma pasiva en los movimientos de la ATM, restringiendo unos movimientos y permitiendo otros. Este dato es de gran importancia, ya que una excesiva presión sobre los mismos puede inducir su elongación y alterar de este modo la normal funcionalidad de la ATM (fig. 18).4 A B Fig. 18 A) Movimiento de rotación. B) Movimiento de traslación. 1.3 Oclusión funcional óptima En odontología, se entiende por “oclusión funcional” la relación de los dientes maxilares y mandibulares cuando están en contacto funcional durante la actividad de la mandíbula, es decir, durante la masticación y la deglución.7 22 La Organización Mundial de la Salud (OMS) determinó en el año 2000 que el objetivo en la salud oral debe ser la mantención de al menos 20 dientes bien distribuidos estética y funcionalmente, que no requieran prótesis, permitiendo una dentición estable en el tiempo, donde las funciones orales estén satisfechas para la mayoría de la población. Sin embargo, estudios indican que la estabilidad oclusal se ve comprometida con la falta de dientes posteriores, sin olvidar que la decisión debiera tomarse de acuerdo con las demandas y necesidades de cada paciente en particular.7 El primer concepto de oclusión de relevancia que se utilizó para describir la oclusión óptima fue el de “oclusión equilibrada”. Este concepto defendía unos contactos dentarios bilaterales y equilibrados durante todos los movimientos de lateralidad y de protrusión.1 Como se ha indicado, el sistema estomatognático es un sistema muy complejo e interrelacionado por sus componentes. La mandíbula, hueso unido al cráneo por ligamentos está suspendido por un cabestrillo muscular. Cuando los músculos elevadores (masetero, temporal y pterigoideo medial) entran en acción, su contracción eleva la mandíbula hasta que se efectúa el contacto y se aplica una fuerza sobre el cráneo en tres zonas: las dos articulaciones temporomandibulares y los dientes. Debido a que estos músculos son capaces de generar fuerzas intensas, las posibilidades de que se produzcan lesiones en estos tres lugares son altas.1 Es necesario conocer y comprender el óptimo estado de funcionalidad de la posición articular y los contactos dentarios. El glosario de términos odontológicos define a la relación céntrica como: La relación maxilomandibular en la cual los cóndilos están en la porción más anterosuperior (no forzada) enfrentando a la vertiente posterior de la eminencia con la porción más 23 delgada y avascular del disco, es independiente del contacto dentario y se evidencia cuando se logra un movimiento rotatorio puro en el eje transversal.7 La posición articular funcional óptima, determinada por los músculos, es la que tiene a los cóndilos situados en su posición superoanterior máxima en las fosas articulares, cuando se apoyan contra las pendientes de las eminencias; sin embargo, esta posición óptima se alcanza hasta que los discos articulares estén interpuestos adecuadamente entre los cóndilos y las fosas articulares. Ésta es la posición del cóndilo cuando se da una contracción intensa de los músculos elevadores y sin interferencias oclusales. Esta posición es considerada la posición musculoesqueléticamente más estable de la mandíbula y es donde las superficies articulares y los tejidos de las articulaciones se encuentran alineados, de manera que las fuerzas aplicadas por la musculatura no causen ninguna lesión.1,7 Fig. 19 Fig. 19 Relación céntrica.2 En la articulación, las fibras horizontales del ligamento temporomandibular pueden soportar una fuerza aplicada a la mandíbula de adelante hacia atrás, por lo tanto, la posición superoposterior máxima de los cóndilos es una posición ligamentosa. Si este ligamento está tenso, podría haber muy poca 24 diferencia entre la posición de máxima retrusión superior, la posición superior máxima (posición de Dawson) y la posición superoanterior (musculoesqueléticamente estable); sin embargo, si el ligamento temporomandibular está laxo o distendido, puede existir una amplitud de movimiento anteroposterior mientras el cóndilo permanece en su posición superior máxima. De tal forma que cuanto más posterior sea la fuerza aplicada a la mandíbula, mayor será el alargamiento del ligamento y más posterior será la posición condílea.1,2 La posición más superior y posterior del cóndilo, no es una posición fisiológica o firme, es por eso que cuando se aplica una fuerza en ésta área, existen grandes posibilidades de que se produzca dolor y/o se provoque alguna lesión, debido a que la cara posterior del disco, la lámina retrodiscal inferior y los tejidos retrodiscales se encuentran altamente vascularizados y bien inervados por fibras nerviosas sensitivas. Por otro lado, la cara posterior de la fosa mandibular es bastante delgada y no parece estar destinada a soportar una fuerza importante. Esta característica, de nuevo pone en manifiesto que la posición condílea superoposterior no parece ser la posición funcional óptima de la articulación. La mandíbula está en relación céntrica si se satisfacen los cinco criterios: 1) el disco esté alineado correctamente en ambos cóndilos, 2) los complejos cóndilos-discos están en el punto más alto posible contra las vertientes posteriores de la eminencia, 3) el polo medial de cada complejo cóndilo-disco es apoyado por el hueso,4) los músculos pterigoideos laterales inferiores han liberado la contracción y son pasivos, 5) las ATM pueden aceptar una carga compresiva firme sin signos de sensibilidad o tensión.1,2 La posición musculoesqueléticamente estable de las articulaciones, solo puede mantenerse cuando está en armonía con una situación de contactos 25 dentarios estable. Todos los movimientos de la mandíbula sean hacia delante o de lateralidad desde la relación céntrica, involucran siempre al músculo pterigoideo lateral, porque estos movimientos son realizados mediante la tracción de uno o ambos cóndilos hacia delante y abajo.2 Así el músculo pterigoideo lateral inferior tiene la única responsabilidad de posicionar anteriormente la mandíbula para alinearla con el contacto interoclusal máximo, siempre que la relación céntrica no coincida con la máxima intercuspidación.2 Se le denomina oclusión céntrica (posición de máxima intercuspidación), a la posición donde existe mayor contacto entre ambos arcos dentarios, donde las superficies oclusales tienen relaciones exactas entre cúspide, fosas y rebordes marginales, además de contener una gran fuerza de los músculos masticatorios, presente en lamasticación y deglución de los alimentos.8 La situación oclusal estable debe permitir un funcionamiento eficaz y, al mismo tiempo, reducir al mínimo las lesiones de cualquiera de los componentes del sistema masticatorio. Los músculos tienen la capacidad de aplicar a los dientes una fuerza muy superior a la que se requiere para su función. Es importante establecer situaciones oclusales que puedan aceptar fuerzas intensas con una probabilidad mínima de causar lesiones y que al mismo tiempo sean funcionales y eficientes.1 Los criterios de oclusión funcional óptima se describen cono el contacto uniforma y simultáneo de todos los dientes posibles cuando los cóndilos mandibulares se encuentran en su posición superoanterior máxima, apoyados contra las pendientes posteriores de las eminencias articulares, con los discos interpuestos adecuadamente.1 26 La indicación de que los dientes deben tener un contacto uniforme y simultáneo no es lo bastante descriptiva para desarrollar situaciones oclusales óptimas, debe valorarse el patrón de contacto de cada diente, así como la dirección y la cantidad de fuerza real aplicada. Los tejidos óseos no toleran las fuerzas de presión, es decir, si se aplica una fuerza en un hueso, el tejido óseo tiende a presentar una resorción. Debido a que los dientes reciben constantemente fuerzas oclusales, existe un ligamento periodontal entre la raíz del diente y el hueso alveolar que ayuda a controlar dichas fuerzas. Cuando se aplica una fuerza en el diente, las fibras soportan esta fuerza y se crea una tensión en la inserción alveolar. La formación de hueso es estimulada por esta tensión (tracción); siendo así que, el ligamento periodontal es capaz de convertir fuerza destructiva (presión) en fuerza aceptable (de tensión). Además, el ligamento periodontal acepta diversas direcciones de la fuerza oclusal, esto dependerá de la inclinación del plano dónde se lleve a cabo el contacto dentario. Si un diente sufre un contacto que consiga que las fuerzas resultantes tengan la dirección de su eje longitudinal (carga axial), el ligamento periodontal es muy eficiente en la aceptación de las fuerzas y las lesiones son menos probables, sin embargo, si el contacto dentario se realiza de tal forma que se aplican fuerzas horizontales en las estructuras de soporte, es mayor la probabilidad la de efectos patológicos. La carga axial puede conseguirse por dos métodos: mediante contactos entre punta de la cúspide y la superficie plana, o mediante contactos entre planos inclinados recíprocos (tripodización).1 Las articulaciones temporomandibulares y la musculatura asociada permiten que la mandíbula se desplace en los tres planos del espacio (sagital, horizontal y frontal), junto con estos movimientos pueden producirse posibles contactos dentarios. Se ha utilizado el término excéntrico para describir todo movimiento de la mandíbula que se aparte de la posición intercuspídea y provoque 27 contactos dentarios; los tres movimientos básicos son: protrusión, laterotrusión y retrusión. Como ya se ha indicado, las fuerzas horizontales no son bien aceptadas por las estructuras de soporte y el sistema neuromuscular, sin embargo, la complejidad de la articulación requiere que algunos dientes soporten la carga de estas fuerzas consideradas inaceptables. Los caninos son los dientes más aptos para aceptar las fuerzas horizontales que se originan durante los movimientos excéntricos. Así pues, cuando la mandíbula se desplaza a la derecha o a la izquierda, en un movimiento de laterotrusión, los caninos maxilares y mandibulares son los dientes apropiados para el contacto y para disipar las fuerzas horizontales, al mismo tiempo que se desocluyen o desarticulan los dientes posteriores. Cuando esta situación está presente, se dice que existe “guía canina” (fig. 20).1 A B Fig. 20 A) Guía canina. B) Aspecto clínico, movimiento de laterotrusión. No obstante, cuando los caninos no estén en una posición apropiada para recibir estas fuerzas horizontales, otros dientes deberán contactar con los movimientos excéntricos. La alternativa más favorable a la guía canina es la denominada “función de grupo”. En la función de grupo varios dientes del lado de trabajo contactan durante el movimiento de laterotrusión. Los contactos de laterotrusión mediante guía canina o función de grupo, deben proporcionar una 28 guía adecuada para la desoclusión inmediata de los dientes del lado contrario a la arcada (lado de mediotrusión o de balance). Los contactos mediotrusivos pueden ser destructivos para el sistema estomatognático debido a la cantidad y dirección de fuerzas que pueden aplicarse sobre la articulación y las estructuras dentales (fig. 21).1 A B Fig. 21 A) Función de grupo. B) Aspecto clínico, movimiento de laterotrusión Una de las razones más importantes por las que deberían evitarse los contactos mediotrusivos guarda relación con el efecto que pueden tener la carga y la estabilidad articulares.1,8 Cuando la mandíbula se desplaza de atrás hacia adelante en contacto protrusivo, pueden aplicarse fuerzas horizontales lesivas. Al igual que ocurre con movimientos de lateralidad, los dientes anteriores son los más apropiados para recibir y disipar estas fuerzas; en consecuencia, durante la protrusión deben entrar en contacto los dientes anteriores, lo que causa la desoclusión de los dientes posteriores. Puede decirse que los dientes posteriores actúan de manera más eficaz como tope de la mandíbula durante el cierre, mientras que los dientes anteriores son más eficaces como guía de la mandíbula durante los movimientos excéntricos, esta situación se describe como “oclusión mutuamente protegida” (fig. 22).1 29 A B Fig. 22 A) Movimiento de protrusión con guía anterior. B) Aspecto clínico, oclusión mutuamente protegida Según Niles Guichet, la oclusión ideal es aquella que realiza todas sus funciones, al mismo tiempo que mantiene todos sus componentes en estado de salud. Las características que definen una oclusión ideal son: fuerza axial sobre las unidades dentales, fuerza distribuida simultáneamente sobre los dientes posteriores, sin contactar los dientes anteriores, oclusión céntrica coincidente con la relación céntrica, espacio libre interoclusal adecuado, guías caninas en los movimientos laterales, oclusión céntrica estable desde cualquier punto de lateralidad, contacto anterior en protrusión, función de grupo cuando las guías caninas no pueden obtenerse.9 30 CAPÍTULO 2 TRASTORNOS TEMPOROMANDIBULARES Los trastornos temporomandibulares (TTM) abarcan un conjunto de problemas clínicos que comprometen diferentes estructuras anatómicas como son: músculos de la masticación, la ATM y estructuras asociadas. Dichas entidades se han detectado como una de las principales causas de dolor en la región orofacial de origen no dentario.11 Fig.23 Fig. 23 Estructuras que componen el sistema masticatorio. 1 Los TTM se han descrito con diferentes nombres: desordenes cráneomandibulares, síndrome de Costen (por el otorrinolaringólogo James Costen que fue quien sugirió por primera vez que las alteraciones en el estado dentario eran responsables de diversos síntomas del oído), síndrome doloroso por disfunción temporomandibular, lesión crónica del menisco, disfunción miofacial, artralgia temporomandibular, entre otros. Fue hasta que la Asociación Dental Americana adoptó el nombre de TTM considerando que este término incluye a la ATM, así como a todos los trastornos asociadoscon la función del aparato masticador.1,10 31 Los trastornos Temporomandibulares se caracterizan principalmente por dolor en los músculos de la masticación, área preauricular o directamente en la articulación (usualmente agravado por la manipulación y la alteración de los movimientos mandibulares, principalmente debido a la limitación del movimiento), presencia de ruidos articulares como crepitación y chasquidos, alteraciones de apertura y cierre mandibular, contracción involuntaria de los músculos de la masticación, cefalea, dolor periodontal, dolor facial difuso, otalgia y tinnitus; así como cambios degenerativos como los que se observan en la artrosis y artritis reumatoide.10,11 La hipertrofia de los músculos de la masticación no dolorosa y un desgaste oclusal anormal asociado con un hábito parafuncional como el bruxismo pueden ser problemas relacionados.11 La etiología de los TTM es compleja y multifactorial. Los factores que aumentan el riesgo de tener un TTM se conocen como factores predisponentes, los factores que producen la aparición de un TTM reciben el nombre de factores iniciadores y los factores que favorecen el progreso del TTM se denomina factores perpetuanes. Entre los diversos factores que pueden ocasionar algún TTM, son cinco los que resaltan en la presencia de un TTM. Estos factores son: 1) condiciones oclusales, 2) los traumatismos, 3) el estrés emocional, 4) el dolor profundo, 5) las actividades parafuncionales.1,11 Autores como Goldstein, mencionan que las causas de los TTM varían desde un trauma a un padecimiento inmunológico o hasta crecimientos neoplásicos o mecanismos neurobiológicos desconocidos. Numerosos investigadores mencionan que los factores oclusales desempeñan un papel mínimo o nulo en los TTM, considerando el estado mental, el estrés y la ansiedad, sumados a la 32 tensión de los músculos de la masticación como base en la formación de los TTM; es por ello que autores como Shwartz y Marbach han argumentado en diversos artículos, que los factores psicosociales y no el estado de la oclusión, debería ser la base del tratamiento (fig. 24).1,12 Fig. 24 Desgaste dental causado por bruxismo, asociado a estrés y estado emocional, como factores etiológicos de los TTM. El estado oclusal puede ocasionar TTM de dos maneras distintas. La primera consiste en la introducción de modificaciones agudas del estado oclusal, sin embargo, aunque los cambios agudos pueden inducir una respuesta de co- contracción muscular que da lugar a un cuadro de dolor muscular, lo más frecuente es que se desarrollen nuevos engramas musculares y que el paciente se adopte con pocas consecuencias negativas. La segunda forma en que el estado oclusal puede influir en un TTM, se da en presencia de una inestabilidad ortopédica, esta estabilidad ortopédica debe ser importante y debe combinarse con cargas significativas.1,12 Los problemas que llevan a los dientes a la posición de intercuspidación tienen su respuesta en los músculos; una vez que los dientes están en oclusión, los problemas de la carga en las estructuras de masticación tienen su respuesta en las articulaciones. Existe una clasificación muy completa de la American of Orofacial Pain (AAOP): (tabla 1).1,10 33 . Tabla 1 Clasificación de los desórdenes temporomandibulares según la AAOP Tabla 1 Clasificación de los TTM 34 Sin embargo, Okeson plantea una clasificación diagnóstica a partir de algunas modificaciones a la desarrollada por el DR. Welden Bell: - Trastornos de los músculos de la masticación: Co-contracción protectora (rigidez muscular), Dolor muscular local, Dolor miofascial, Espasmos musculares, Miositis. - Trastornos debido a la Alteración del complejo disco-cóndilo: Alteración morfológica, Adherencias, incoordinación disco-condilar por desplazamiento o luxación discal, Subluxación (hipermovilidad), Luxación mandibular. - Trastornos inflamatorios de la ATM: Sinovitis, Capsulitis, Retrodiscitis, Artritis (osteoartritis, osteoartrosis y poliartritis) y Tendinitis. - Hipomovilidad mandibular crónica: Pseudoanquilosis, Fibrosis capsular y Anquilosis. - Trastornos del crecimiento: Óseos (agenesia, hipoplasia, hiperplasia o neoplasia) Musculares (hipertrofia o neoplasia).1,11,12,13 2.1 Trastornos de los músculos de la masticación La interrupción de la función normal en el músculo puede deberse a múltiples alteraciones; estas alteraciones pueden ser locales o sistémicas. Los factores locales son alteraciones que modifican intensamente la percepción de los estímulos sensitivos o de propiocepción en las estructuras masticatorias, ejemplos de estos factores locales son los traumatismos, apertura máxima por periodos largos de tiempo, alguna interferencia oclusal, entre otros. Algunas situaciones sistémicas que causan la alteración de la función normal del músculo son el estrés, enfermedades agudas o virales, enfermedades autoinmunes, etc.1,11 35 2.1.1 Co-contracción protectora La co-contracción protectora o rigidez muscular es la primera respuesta de los músculos de la masticación ante una lesión o amenaza de lesión dirigida por el Sistema Nervioso Central. En presencia de un estímulo nocivo la secuencia normal de la actividad muscular se altera para proteger a la parte amenazada de una mayor lesión. La co-contracción protectora no es un trastorno patológico, sin embargo, si se prolonga puede dar lugar a síntomas miálgicos.1,11 La etiología de la co-contracción protectora puede ser cualquier alteración en los estímulos sensitivos o en la propiocepción. Su manifestación clínica se presenta como una debilidad muscular después de alguna alteración. Si el músculo es mantenido en estado acortado, la fibrosis y la contractura muscular puede durar varios meses. El dolor suele presentarse con la actividad muscular y aunque la apertura de la boca es limitada, se puede alcanzar una apertura máxima; el dolor a menudo es disminuido con el reposo muscular.1,13 La anamnesis juega un papel muy importante debido a que la clave para su diagnóstico es la identificación de una alteración previa seguida por la rigidez muscular.1 2.1.2 Dolor muscular local El dolor muscular local (mialgia) es un trastorno caracterizado por alteraciones en el entorno local de los tejidos musculares. Entre las causas que producen esta alteración local, son los traumatismos locales o el uso excesivo de los músculos. Este tipo de dolor muscular local suele recibir el nombre de “dolor muscular tardío” o “dolor muscular tras el ejercicio”. El dolor muscular local puede provocar una co-contracción protectora, creando así un círculo vicioso entre estas entidades. El dolor muscular local se manifiesta clínicamente por un dolor en los músculos a la palpación y un aumento de dolor con la función acompañado con una 36 dificultad de apertura bucal que, a diferencia de la co-contracción protectora, no se consigue una apertura mayor.1 2.1.3 Espasmos musculares Un mioespasmo es una contracción muscular tónica inducida por el sistema nervioso central, se reconocen fácilmente por la disfunción estructural que producen; dado que un músculo que presenta un espasmo está completamente contraído, se producen cambios posicionales importantes de la mandíbula según el músculo afectado, estas alteraciones causan maloclusiones agudas. Los mioespasmos también se caracterizan por unos músculos muy duros a la palpación. Suelen tener una duración muy corta, es por ello que pueden percibirse como algún calambre, se clasifican como “distonias” cuando estos episodios son repetitivos. Se identifica por una actividad electromiográfica aumentada del músculo en estado de reposo (fig.25).1,13 Fig. 25Espasmo de músculo pterigoideo que obliga a la posición lateral. 37 2.1.4 Dolor miofascial Es la lesión muscular más común, se caracteriza por ser un dolor regional cuya característica principal es la asociación con áreas sensibles (puntos de gatillo). El dolor miofascial tiene su origen en los puntos de gatillo, la reproducción del dolor a la palpación del punto de gatillo se considera diagnóstico de este tipo de alteración, aunque el dolor típicamente ocurra sobre el punto gatillo, puede remitirse a áreas distantes, por ejemplo, el dolor en el área del músculo temporal es referido en la región del músculo frontal y el masetero en el oído. El dolor miofascial es la causa más común de origen masticatorio. Aunque la etiología del dolor miofascial sea confusa, Travell y Simons han descrito ciertos factores locales y sistémicos que parecen estar asociados como la presencia de micro o macrotraumatismos en músculos debilitados, hipovitaminosis, el mal estado físico, la fatiga crónica y las infecciones virales; el estrés emocional y los estímulos dolorosos profundos parecen ser otros factores importantes para desencadenar esta alteración (fig.26).1,13 Fig.26 El vientre muscular occipital del músculo occipitofrontal puede producir una cefalalgia referida detrás del ojo, a este fenómeno se conoce como punto gatillo. 38 2.1.5 Miositis La miositis o mialgia de mediación central, es un trastorno doloroso muscular crónico y continuo que se debe predominantemente a efectos del Sistema Nervioso Central que se perciben a nivel periférico en los tejidos musculares. Los síntomas iniciales son similares a los de un trastorno inflamatorio del tejido muscular, debido a esto, en ocasiones se le conoce como “miositis”; sin embargo, los síntomas de este trastorno no son los clásicos de la inflamación (p. ej., eritema, aumento de volumen), por lo que el término adecuado para este trastorno es el de “inflamación neurógena”. El concepto más relevante, es que el dolor muscular que se expresa no puede tratarse manipulando el músculo doloroso, el tratamiento va dirigido al mecanismo central, situación que muchas veces puede escapar de la competencia del Odontólogo. La miositis es la lesión menos común y aguda, que implica la inflamación de músculo y tejido conectivo produciendo dolor e inflamación de la zona. No existen ni punto gatillo ni actividad electromiográfica aumentada. El dolor se caracteriza porque se intensifica con el movimiento. La causa más común de este trastorno es el dolor muscular prolongado o el dolor miofascial; este trastorno está más asociado a la continuidad del dolor muscular, que a la duración real. La inflamación suele producirse por una causa local como una infección, pericoronitis, algún traumatismo o celulitis.1,13 39 2.2 Trastornos de la articulación temporomandibular Los trastornos funcionales de las ATM son quizá los que se observan con mayor frecuencia, se encuentran como un hallazgo debido a la gran prevalencia de los signos y no tanto de los síntomas. Sin embargo, cuando los trastornos se presentan, suelen corresponder a uno de estos tres grandes grupos: alteraciones del complejo cóndilo-disco, incompatibilidad estructural de las superficies articulares y trastornos articulares inflamatorios.1 2.2.1 Alteraciones del complejo cóndilo-disco El disco está unido lateral y medialmente por los ligamentos colaterales discales, siendo el movimiento de translación el único que se puede producir entre la fosa mandibular y el complejo cóndilo disco, a su vez, el único movimiento que puede producirse entre el cóndilo y el disco es el movimiento de rotación. Estos trastornos se producen debido a que se modifica la relación que hay entre el cóndilo y el disco articular.1 Desplazamiento del disco acompañado de reducción articular Se caracteriza por el chasquido que produce el movimiento de apertura y cierre mandibular. El disco articular se coloca en el lado opuesto a su situación habitual. Este desplazamiento sólo ocurre con la boca cerrada, cuando la boca se abre y la mandíbula se desliza hacia delante, el disco vuelve a su posición produciendo un chasquido mientras lo hace. Al cierre, el disco se desliza nuevamente produciendo a menudo otro ruido. La disfunción momentánea del disco puede ser causa de irregularidades en la superficie articular, degradación del líquido sinovial, descoordinación de la unión disco-cóndilo, aumento en la actividad muscular, o la deformación discal.13 40 Como el disco se hace cada vez más disfuncional, comienza a interferir con el movimiento normal del cóndilo y puede ser la causa del cierre mandibular permanente. En ocasiones se puede generar excesiva laxitud en los ligamentos pudiendo originar una subluxación mandibular.13 Fig. 27 y 28 Fig. 28 Desplazamiento del disco acompañado de reducción articular. 1 A B C Fig. 29 A) Desplazamiento del disco articular en posición de reposo. B) Desplazamiento del disco articular durante la traslación, acompañado de un clic. C) Reposición del disco articular en su posición dentro de la cavidad glenoidea, esto también se puede acompañar de un segundo clic.1 41 Desplazamiento discal sin reducción articular se caracteriza por una limitación en la apertura bucal al interferir el deslizamiento normal del cóndilo sobre el disco debido a la adherencia del disco, deformación o distrofia. En esta situación, la apertura se encuentra disminuida 20-30 mm con una desviación de la mandíbula al lado afectado que generalmente, situación que se acompaña de dolor. Después de que el disco es desplazado permanentemente, se produce una remodelación del mismo y una alteración ligamentosa. Cuando existe cierre mandibular permanente, se produce una acomodación muscular y ligamentosa que permite la apertura mandibular normal y la disminución del dolor. Esta adaptación articular incluye la remodelación de las superficies articulares. Una buena remodelación permite recuperar la apertura normal con el mínimo de dolor, sin embargo, se produce una crepitación que a menudo persiste.13 Fig. 29 Fig. 29 Desplazamiento del disco articular sin reducción.1 42 No obstante, en ocasiones se presenta una degeneración ósea, produciendo una erosión severa, disminución de la dimensión vertical, cambios en la oclusión, dolor muscular y una función mandibular comprometida. La causa principal de este desplazamiento discal son las alteraciones biomecánicas sobre el cóndilo, así como los micro y macrotraumatismos. Cuando la única sintomatología es el ruido articular, la observación es el único tratamiento, sin embargo, el dolor, el cierre intermitente y la dificultad de realizar los movimientos mandibulares, requiere observación más cercana y posiblemente la intervención.13 Fig.30 Fig. 30 En esta imagen podemos apreciar un desplazamiento anterior del disco articular, el cóndilo articula por completo con los tejidos retrodiscales.1 2.2.2 Incompatibilidad estructural de las superficies articulares Algunas alteraciones discales se deben a problemas entre las superficies de las articulaciones. En una articulación sana, estas superficies son duras y lisas, y cuando están lubricadas por el líquido sinovial de desplazan unas sin otras casi sin roce. Las alteraciones pueden deberse a una lubricación insuficiente o a la aparición de adherencias en la superficie.1 43 Adherencia Una adherencia es una unión pasajera a las superficies articulares, sin que se produzcan cambios que unan físicamente los tejidos entre sí Cuando una articulación recibe una carga estática, una pequeña cantidad del líquido sinovial ya absorbido es exprimido de las superficies articulares y las lubrica (lubricación exudativa),en cuanto la articulación se mueve, el reservorio del líquido del área periférica de la articulación lubrica de nuevo las superficies articulares, preparándolas para una futura carga (lubricación límite). Sin embargo, si la carga estática persiste durante un periodo de tiempo prolongado, la lubricación exudativa puede agotarse y producir una adherencia en las superficies articulares. Al desaparecer la carga estática y el movimiento inicia, se percibe una sensación de rigidez, hasta que se consiga la energía necesaria para separar las superficies adheridas y se recupere la función normal (fig.31). 1 A B Fig. 31 Adherencia del disco con el cóndilo mandibular. A. Posición del disco en movimiento de rotación inhibida (debido a la adherencia); B. Posición del disco articular en movimiento de traslación, existe desplazamiento del disco sobre la fosa, pero no sobre el cóndilo. 44 No obstante, si la adherencia persiste durante bastante tiempo, puede formarse tejido fibroso entre las superficies articulares y desarrollarse una verdadera adhesión. Al intentar movimiento de apertura, existirá una resistencia hasta que se produzca un chasquido brusco que corresponda a la separación de las superficies. Los chasquidos debidos a las adherencias temporales tienen lugar sólo después de un periodo de carga estática, posterior al único chasquido, la articulación no produce más ruidos durante las aperturas y cierres (fig. 32).1,11 A B C Fig. 32 A) Adherencia en el espacio articular inferior, B) En el movimiento de apertura existe desplazamiento del disco sobre la fosa, pero la rotación del disco sobre el cóndilo está inhibida. C) Si se liberan las adherencias se restablece el movimiento normal del disco. La adhesión puede producirse entre el cóndilo y el disco, así como entre la fosa y el disco. Las principales causas de adherencias son los micro y macrotraumatismos, seguidos por hemartrosis de origen traumático o quirúrgico.1,7 Subluxación Se denomina subluxación o “hipermovilidad” a ciertos movimientos de la ATM observados clínicamente durante la apertura amplia de la boca. La anatomía de algunas articulaciones no permite el desplazamiento suave del cóndilo en 45 su traslación hacia abajo sobre la eminencia articular, las observaciones de algunas articulaciones revelan que, al abrir la boca en su máxima amplitud, se produce una pausa momentánea, seguida de un salto brusco hasta la posición de máxima apertura. Esto se debe a que, en la apertura máxima, en los polos laterales de los cóndilos se produce un salto hacia delante, lo que produce una depresión preauricular apreciable. En una articulación subluxada, el movimiento de rotación máxima del disco se alcanza antes que la traslación máxima del cóndilo. Esto produce que, al abrir más la boca, la última parte del movimiento de traslación se produce con un desplazamiento conjunto del cóndilo y el disco formando una unidad. Esta anormalidad provoca un salto rápido hacia delante y un ruido de golpe seco del complejo cóndilo-disco. La relación real entre una subluxación y los TTM no se ha establecido, sin embargo, una subluxación que se produce repetidamente, puede elongar los ligamentos, lo que da lugar a alguna interferencia discal.1,11 Luxación espontánea En ocasiones, la apertura bucal rebasa su límite y la mandíbula se bloquea. Este fenómeno se denomina luxación espontánea o bloqueo abierto ya que el paciente no puede cerrar la boca. En una luxación espontánea, el disco sufre una rotación máxima sobre el cóndilo antes de que se produzca una traslación completa de éste. El final de la traslación corresponde entonces a un movimiento súbito del complejo cóndilo-disco formando una unidad. Si en la posición de apertura máxima se aplica una presión para forzar una apertura mayor, la fijación tensa del ligamento capsular anterior causa una rotación del cóndilo y el disco, desplazando a éste más hacia delante a través del espacio discal. El espacio discal se colapsa cuando el cóndilo pasa por los tejidos 46 retrodiscales y esto atrapa el disco en una posición avanzada. La luxación espontánea puede producirse en cualquier ATM que se fuerce más allá de un límite máximo de apertura, sin embargo, se facilita su aparición en las articulaciones que anatómicamente tienen predisposición para presentar una subluxación (fig. 33 y fig. 34).1 Fig. 33 A) Relación cóndilo disco en posición de reposo. B) posición de desplazamiento. C) luxación espontanea anterior. Fig. 34 A) relación cóndilo disco en posición de reposo. B) posición de desplazamiento. C) luxación espontánea posterior. La luxación espontánea es fácil de diagnosticar porque aparece repentinamente y el paciente queda bloqueado clínicamente a una posición con la boca abierta.1 Fig.35 47 Fig. 35 Imagen tomográfica de una luxación espontánea, se aprecia el cóndilo mandibular fuera de la fosa mandibular.11 2.3 Trastornos inflamatorios de la articulación temporomandibular Los trastornos inflamatorios son un grupo de alteraciones en que diversos tejidos que constituyen la estructura articular se inflaman como resultado de alguna lesión. Pueden afectar a cualquiera de las estructuras o a todas ellas. Los trastornos inflamatorios son: la sinovitis, la capsulitis, la retrodiscitis y la artritis. A diferencia de las alteraciones discales, en las que el dolor suele ser momentáneo y se asocia al movimiento articular, los trastornos articulares se caracterizan por un dolor sordo y constante que se acentúa con el movimiento de la articulación. Por lo general, es difícil diferenciar clínicamente los trastornos inflamatorios entre sí, ya que las manifestaciones clínicas son muy similares.1,7 2.3.1 Sinovitis Se denomina así, a la inflamación de todos los tejidos sinoviales que recubren el fondo de saco sinovial. Este tipo de alteración se identifica por un dolor intracapsular constante, que se intensifica con el movimiento articular; éste puede deberse a un traumatismo o cualquier trastorno irritante en el interior de la articulación.1 48 2.3.2 Capsulitis Es la inflamación del ligamento capsular. Por lo general se manifiesta clínicamente por un dolor a la palpación en el polo lateral del cóndilo, puede presentar dolor incluso en la posición articular estática. Se le atribuye como principal factor etiológico a un macrotraumatismo (sobre todo a lesiones a boca abierta) o bien un microtraumatismo (una presión lenta en estos tejidos por un desplazamiento condíleo anterior). Así pues, siempre que tenga lugar una elongación brusca del ligamento capsular y se observe una respuesta inflamatoria es probable que se identifique algún traumatismo previo. La capsulitis puede aparecer también como respuesta secundaria a una lesión e inflamación de los tejidos adyacentes. 2.3.3 Retrodiscitis La rica inervación y vascularización de los tejidos retrodiscales no les permite tolerar una fuerza de carga importante. Si el cóndilo presiona (aplasta) al tejido, es posible que éste sufra una rotura e inflamación. La inflamación de los tejidos retrodiscales se caracteriza por un dolor sordo y constante que a menudo aumenta al apretar los dientes. Si la inflamación es importante, se puede propiciar a que el cóndilo se desplace hacia delante y hacia abajo por la pendiente posterior de la eminencia articular. Este desplazamiento puede causar una maloclusión que clínicamente se observa como un desengranaje de los dientes posteriores ipsilaterales y un contacto intenso de los caninos contralaterales. Los macrotraumatismos (con la boca abierta) son la principal causa de la retrodiscitis, esto se debe a la fuerza que ejerce el cóndilo sobre los tejidos retrodiscales. Cuando el disco se adelgaza y los ligamentosse elongan, el disco empieza a presionar sobre los tejidos retrodiscales, siendo la lámina retrodiscal inferior la primera en 49 afectarse. Si la alteración continua, se produce una luxación del disco que fuerza todo el cóndilo a articularse con los tejidos retrodiscales. Si la carga continua o es demasiada elevada para ese tejido, se puede producir una perforación; con la perforación de estos tejidos el cóndilo llega a atravesarlos y se articula con la fosa.1 2.3.4 Artritis Las artritis articulares representan un grupo de trastornos en los que se observan alteraciones de destrucción ósea. Generalmente se considera que es la respuesta del organismo al aumento de las cargas sobre una articulación.14 Si se prolongan las fuerzas de carga, la superficie articular se reblandece (condromalacia) y empieza a reabsorberse el hueso subarticular. Una de los tipos de artritis de la ATM más frecuentes, es la denominada “osteoartritis” que se trata de un proceso destructivo en el que se alteran las superficies articulares óseas del cóndilo y la fosa. La osteoartritis a menudo es dolorosa y los síntomas se acentúan con el movimiento mandibular. La crepitación es un signo frecuente de este trastorno. Mientras que la osteoartritis se asocia a una luxación o una perforación del disco, debido a que dichas situaciones propiciarán el contacto de las superficies articulares, acelerando el proceso destructivo. Radiográficamente se aprecian a las superficies de aspecto erosionado y aplanado (fig.36).1,11 50 Fig. 36 Apreciación radiográfica de la osteoartritis, superficies articulares “aplanadas”. 2.3.5 Tendinitis del temporal El músculo temporal se inserta en la apófisis coronoides mediante un tendón relativamente grande; este tendón puede sufrir una inflamación, que puede estar ocasionada por una actividad constante y prolongada, como la generada en pacientes con bruxismo (fig.37).1, 11 Fig. 37 Palpación del tendón del músculo temporal. 51 2.4 Hipomovilidad mandibular crónica La hipomovilidad mandibular crónica es una limitación indolora y de larga duración de la mandíbula. Sólo se produce dolor cuando se aplica una fuerza para intentar una apertura más allá de la limitación existente. 2.4.1 Anquilosis Se denomina anquilosis a las adherencias de las superficies intracapsulares que impiden los movimientos normales. Cuando existe la anquilosis, la mandíbula no puede realizar una traslación desde la fosa, y esto limita intensamente la amplitud del movimiento. La anquilosis puede deberse a adherencias fibrosas en la articulación o a degeneraciones fibrosas del ligamento capsular; en ocasiones puede producirse una anquilosis ósea en que el cóndilo se une realmente a la fosa.1 La causa más frecuente de la anquilosis son los macrotraumatismos que causan una lesión tisular que da lugar a una inflamación secundaria; por otro lado, los traumatismos pueden producir también una hemartrosis o sangrado dentro de la articulación que puede construir una matriz para el desarrollo de una “fibrosis”. Además, se le atribuyen otros orígenes como complicaciones posquirúrgicas; infecciones locales como infecciones de origen dental, del oído medio o del proceso mastoidal; y enfermedades sistémicas como la espondilitis anquilosante, artritis reumatoide (6), miositis osificante, entre otras.16 Cuando la anquilosis es unilateral hay asimetría facial, con desviación del mentón hacia el lado afectado y distancia interincisiva pequeña. En la anquilosis bilateral, la limitación de la apertura bucal es más marcada, prácticamente total, aunque la distancia interincisiva puede ser mayor por la 52 rotación de la mandíbula hacia atrás. No suele haber desviación del mentón, pero la sínfisis está retraída, el cierre bilateral es incompleto y el perfil muestra retrognatismo mandibular. La anquilosis verdadera (intra-articular) debe diferenciarse de la pseudoanquilosis (extra-articular) (fig, 38).17,18 A B Fig. 38 Anquilosis. A) Fotografía de frente, nótese la apertura bucal mínima. B) Apertura oral máxima (3 mm) con desviación hacia el lado izquierdo. 2.5 Trastornos del crecimiento Las alteraciones en el crecimiento pueden tener diversas etiologías. La alteración puede afectar a los huesos o a los músculos. Los trastornos del crecimiento frecuentes de los huesos son la agenesia (sin crecimiento), la hipoplasia (crecimiento insuficiente), la hiperplasia (crecimiento excesivo) y le neoplasia (crecimiento destructivo incontrolado). Las alteraciones frecuentes del crecimiento de los músculos son la hipotrofia (músculo debilitado), la hipertrofia (aumento del tamaño y la fuerza del músculo) y la neoplasia (crecimiento destructivo incontrolado). Las deficiencias o alteraciones del crecimiento suelen deberse a alteraciones del desarrollo que pueden estar asociadas a traumatismos o factores genéticos. 1,7 53 Cualquier alteración de la función o la presencia de dolor son secundarias a las modificaciones estructurales, puede observarse una asimetría clínica que se asocia con una interrupción del crecimiento o el desarrollo y es una indicativa de ella; estos trastornos tienen un desarrollo a menudo lento. Las radiografías de la ATM son de extraordinaria importancia para identificar cualquier alteración en la estructura ósea que se haya producido.1 54 CAPÍTULO 3 EXPLORACIÓN DE LOS TRASTORNOS TEMPOROMANDIBULARES Una vez realizada la historia clínica y la anamnesis correspondiente, se realiza una exploración clínica. Ésta debe identificar toda posible variación respecto al estado de la salud y función normal del sistema masticatorio. Para el diagnóstico de las patologías temporomandibulares la exploración de los músculos y articulaciones resulta fundamental. La exploración se basa en la medida del movimiento articular, en la evaluación de la función.1,13 Dentro de los pasos de la exploración de la ATM, debe seguirse adecuadamente una palpación, donde se explorará directamente la articulación con movimientos de apertura, de lateralidad, así como palpación de músculos masticadores de forma bilateral, en reposo y durante movimiento. Se debe explorar la ATM en busca de ruidos articulares por medio de la auscultación, recordando que la articulación debe realizar todos los movimientos sin ruidos. Los chasquidos articulares pueden ser indicativos de adherencias articulares, alteraciones anatómicas intraarticulares, desplazamientos del disco articular o hipermovilidad mandibular. Las crepitaciones se asocian a degeneración de la ATM.10 3.1 Exploración de los músculos de la masticación Un músculo sano no debe presentar dolor cuando esté activo, en cambio, un signo clínico frecuente del tejido muscular comprometido es el dolor. Durante la exploración muscular se determina la presencia, intensidad y la localización del dolor, así como la sensibilidad muscular. El músculo puede explorarse mediante palpación directa o mediante manipulación funcional. 55 La palpación de un músculo se realiza sobre todo con la superficie palmar del dedo medio; el índice y el anular se utilizan para explorar las áreas adyacentes. Se aplica una presión suave pero mantenida durante 1 o 2 segundos a los músculos en cuestión. Una exploración muscular completa debe localizar no sólo la sensibilidad y el dolo muscular generalizado, sino también las pequeñas bandas hipersensibles firmes y localizadas de tejido muscular (puntos de gatillo) indicativas del dolor miofascial. Para que la exploración sea más eficiente, se palpan los músculos de ambos lados.1,13 Palpación del músculo temporal: El músculotemporal se divide en tres áreas (anterior, media y posterior) que se palpan de forma independiente. La región anterior se palpa por encima del arco cigomático y por delante de la ATM. La región media se palpa justo por encima de la ATM y del arco cigomático. La región posterior se palpa por encima y por detrás de la oreja (fig. 39).1 A B C Fig. 39 Palpación del músculo temporal. A) Palpación de la porción anterior. B) palpación de la porción media. C) Palpación de la porción posterior 56 Palpación del músculo masetero El masetero se palpa bilateralmente en sus inserciones superior e inferior. Desde el arco cigomático hacia la inserción en el borde inferior de la mandíbula (fig. 40).1 A B Fig. 40 Palpación de los músculos maseteros. A) Palpación de los vientres profundos. B) Palpación de los vientres superficiales. Músculo esternocleidomastoideo y cervicales posteriores Si bien estos grupos musculares no participan de manera directa en los movimientos mandibulares, a menudo suelen presentar síntomas en los trastornos temporomandibulares y la intención principal es la búsqueda de puntos de gatillo. La palpación se hace de modo bilateral desde el origen hasta las inserciones correspondientes. Los músculos pterigoideos laterales y mediales resultan casi imposibles de palpar, esto debido a que se encuentran en una posición profunda del cráneo. Es por ello que su valoración se realiza por el método de manipulación funcional, basado en el principio de que, cuando un músculo se fatiga y produce síntomas, una mayor actividad del mismo, sólo provoca más dolor. 57 Durante la manipulación funcional, cada músculo se contrae y luego se distiende. Si el músculo es el origen real del dolor, ambas actividades lo aumentan. Manipulación funcional del músculo pterigoideo lateral inferior La mejor forma de realizar la manipulación funcional es hacer que el paciente realice un movimiento de protrusión, puesto que éste músculo es el principal responsable de esta función. Si el origen del dolor es éste músculo, esta actividad lo incrementará. 19 Manipulación funcional de músculo pterigoideo lateral superior Una fuente de dolor dentro del músculo se acentuará con la máxima intercuspidación genera una distención, contrario a ello, al morder un objeto separador se producirá la contracción del músculo.19 Manipulación funcional de músculo pterigoideo medial Debido a que este músculo es parcialmente accesible a la palpación intraoral, se vuelve necesaria la manipulación funcional, una forma de realizarla es realizar movimientos de apertura máxima (distención), y morder con fuerza (contracción). si la fuente de dolor resulta ser este músculo, estos movimientos lo incrementarán.19 3.2 Exploración de la articulación temporomandibular El dolor masticatorio que parte de las articulaciones temporomandibulares se denomina “artralgia masticatoria”. Existe una fuerte relación con las exigencias de la función masticatoria y el dolor se acentúa de forma gradual con la palpación manual o la manipulación funcional. Hay que señalar que la mayoría de artralgias están relacionadas con abusos funcionales y traumatismos.19 58 Las ATM se exploran para detectar posibles signos y síntomas asociados con dolor y disfunción, pueden utilizarse las radiografías u otras técnicas de diagnóstico por imagen para evaluar la articulación. El dolor o la sensibilidad de las ATM se determina mediante una palpación digital de las dos articulaciones, cuando la mandíbula está en reposo y durante su movimiento dinámico. Es importante diferenciar e identificar si los síntomas tienen su origen en la articulación, el músculo o bien la glándula parótida, que anatómicamente se extiende sobre la región de la articulación (fig. 41).1, 19 A B Fig. 41 Palpación de la articulación temporomandibular. A) Palpación del polo lateral del cóndilo a boca cerrada; B) Palpación del polo lateral del cóndilo a boca abierta. 3.2.1 Percepción de ruidos articulares Los ruidos articulares se ponen de manifiesto al palpar la articulación durante la repetición de movimientos de apertura, cierre y lateralidad mandibular. Estos ruidos son muy frecuentes en la clínica y pueden ser provocados por mecanismos normales o patológicos por lo que en ocasiones no requieren tratamiento. Las causas de estos ruidos comprenden las alteraciones del disco: morfológicas o funcionales, el desplazamiento del mismo, y procesos articulares como la osteoartritis.13 59 Los ruidos articulares pueden ser chasquidos (clics) o crepitaciones. Un chasquido es un ruido único de corta duración (similar al que se hace con los dedos), si es bastante intenso se denomina “pop”. La crepitación es un ruido múltiple, como de gravilla (piedresillas), que se describe como un chirrido que se asocia la mayoría de las veces a alteraciones osteoartríticas de las superficies articulares.1,19 Se ha postulado que el clic ocurre por el desplazamiento posterior del cóndilo, incoordinación muscular (pterigoideo lateral y temporal), recambio acelerado de colágeno y desplazamiento anterior del disco; siendo esta última situación con la que mayormente se ha asociado.19 La crepitación puede ser causada por causada por anormalidades congénitas o del desarrollo, proliferación neoplásica, irregularidades en el disco articular o en las superficies articulares, por presencia de osteofitos y falta de tejido sinovial funcional. Este ruido articular se ha asociado con enfermedades degenerativas como osteoartritis y osteoartrosis. Se debe tener en cuenta que, aunque la oclusión es un factor importante para la aparición de ruidos articulares, no siempre es el que más influye en su aparición.19 60 CAPÍTULO 4 DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO Para tratar eficazmente los trastornos temporomandibulares es preciso conocer los numerosos tipos de problemas que pueden existir y la variedad de etiologías que las causan. La diferenciación de estos trastornos en grupos comunes de síntomas y etiologías es un proceso denominado “diagnóstico”.1 Con el diagnóstico adecuado de los TTM se pueden establecer de forma inmediata y oportuna el plan de tratamiento correcto para restaurar o limitar el daño de la articulación y de los elementos del aparato gnático (tabla 2).10 Tabla 2 Signos y síntomas de los TTM Diagnóstico Signos y Síntomas Enfermedades articulares inflamatorias Limitación al movimiento Dolor a la laterotrusión Dolor a la palpación de la cápsula articular lateral, superior y posterior Enfermedades articulares crónicas asociadas a alteraciones funcionales Chasquido bilateral reproducible en apertura y cierre Crepitación final bilateral Desviación lateral a la apertura Rigidez mandibular a la manipulación Trastornos crónicos de la relación cóndilo-disco Chasquido bilateral reproducible en lateralidad Chasquido bilateral recíproco Enfermedades articulares crónico- degenerativas Crepitación gruesa bilateral Tabla 2 Diagnóstico y cuadro clínico de los trastornos temporomandibulares. 61 Parte fundamental para llegar al diagnóstico de los TTM es sin lugar a dudas el interrogatorio dirigido o anamnesis y la exploración física. Con respecto a la anamnesis debe hacerse especial hincapié en el antecedente de los traumatismos severos que pueden ser directos (a la zona preauricular) o indirectos (al mentón, trasmitido por la mandíbula a los cóndilos provocando una fractura condilar
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