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Procesos-cerebrales-involucrados-en-personas-bilingues-con-afasia--una-propuesta-de-intervencion

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
____________________________________________ 
 
 FACULTAD DE PSICOLOGÍA 
 DIVISIÓN DE INVESTIGACIÓN Y POSGRADO 
 
 
 
 
 
 PROCESOS CEREBRALES INVOLUCRADOS EN 
 PERSONAS BILINGÜES CON AFASIA: 
 UNA PROPUESTA DE INTERVENCIÓN 
 
 
 
 
 
 T E S I S 
 QUE PARA OBTENER EL GRADO DE 
 MAESTRA EN PSICOBIOLOGÍA 
 P R E S E N T A : 
 BEATRIZ GONZÁLEZ CALDERÓN 
 
 
 
 
 
 DIRECTORA DE TESIS: DRA. IRMA YOLANDA DEL RÍO PORTILLA 
 COMITÉ DE TESIS: DR. CÉSAR CASASOLA CASTRO 
 DR. FELIPE CRUZ PÉREZ 
 DRA. MARÍA DOLORES RODRÍGUEZ ORTIZ 
 DR. JOSÉ LUIS DIAZ MEZA 
 
 
 
 
 
 
 MÉXICO, D.F. 2012 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL 
 
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respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
AGRADECIMIENTOS 
 
A la Universidad Nacional Autónoma de México, por abrirme sus puertas y brindarme la 
oportunidad de crecer académica y personalmente. 
 
A la Dra. Irma Yolanda del Río Portilla, por el interés en formar en mí desde la licenciatura 
una capacidad crítica y analítica. Gracias por tu confianza y porque fuiste la primera que 
creyó y apoyó esta idea. Es un gusto llegar a tu laboratorio porque sé que siempre seré 
recibida con una sonrisa! Eres todo un ejemplo a seguir. Gracias por todo Yola! 
 
Al comité de tesis, Dra. María Dolores Rodríguez Ortiz, Dr. José Luis Díaz Meza, Dr. 
Felipe Cruz Pérez y Dr. César Casasola Castro, por su excelente criterio y valiosas 
aportaciones para mejorar este trabajo. 
 
Al Dr. Fernando Cuetos Vega, catedrático de la Universidad de Oviedo (Asturias, España) 
y reconocido investigador en el área de lenguaje y las afasias, por sus contribuciones vía 
electrónica a este trabajo. Gracias además por compartir desinteresadamente sus amplios 
conocimientos y experiencia. Espero volver pronto! 
 
A la Lic. Ana Eugenia Díaz de León, porque fuiste quien despertó en mí desde la 
licenciatura el interés por el estudio del lenguaje, pero sobre todo, gracias por tu confianza 
y apoyo incondicional durante todo el tiempo que compartimos juntas. 
 
Al Lic. Jaime Flores Suaste, director del CCH Sur por todo el apoyo institucional brindado 
para la culminación de este trabajo. Gracias además por la confianza que ha depositado 
en mí. 
 
A la Mtra. Georgina Balderas Gallardo, jefa de la Unidad de Planeación del CCH Sur. 
Gina, gracias infinitas por impulsar la conclusión de esta tesis, pero sobre todo gracias por 
tu amistad! 
 
Al Mtro. Aníbal David Cambrón Ortiz, por su apoyo para atender todos esos últimos 
detalles técnicos del documento que me parecían secundarios, y que al final reparé en su 
importancia. Gracias por todas esas horas de asesoría y por toda tu paciencia! 
 
A la Dra. Jeannette Gorn, porque con tu experiencia profesional y de vida has ayudado a 
dar una mejor estructura a mi persona, que se ve reflejada en la calidad de mi vida 
emocional. Esta tesis es parte del resultado de lo que hemos trabajado. 
 
A la División de Educación Continua de la Facultad de Psicología de la UNAM, por el 
apoyo brindado a través del Programa “Titúlate/Gradúate”. Gracias por los seminarios y 
asesorías. Con especial agradecimiento al Lic. Juan Manuel Gálvez por estar al pendiente 
de los avances y por ser parte de este proceso. 
 
Al STUNAM por la beca otorgada para la realización de este trabajo. 
DEDICATORIAS 
 
 
A mi enorme familia por ser mi principal soporte y porque lo grande va mucho más 
allá del número!! 
 
A mis padres Lorenza Calderón Flores y Fausto González Pérez por ser unos 
guerreros de la vida. Mi gratitud eterna por todo su apoyo incondicional. 
 
A mis hermanos Mauricio, Carlos, Blanca, Lino, Eugenia, Lulú, Mary, Fausto, Julia y 
Romo, por compartir, por escuchar, por entender, por estar. Un agradecimiento infinito 
por abrigarme con su cariño, sobre todo en los momentos de mayor dificultad de mi 
vida. 
 
A mis sobrinos Beto L., Enrique, Daniel, Caro, Manuel, Beto E., Gustavo, Gely, Ara, 
Jimena, Cristy, Natan, Sebastián, Emilio, Diego y Ángel, de todas las edades y 
temperamentos. Con mucho cariño para ustedes porque me han enseñado a disfrutar 
de las cosas más simples de la vida y porque estamos conectados por un lazo que va 
mucho más del sanguíneo. Gracias a todos por demostrarme tanta confianza, seguiré 
siendo su cómplice por siempre! Los amo. 
 
Una dedicatoria muy especial a mis sobrinos Juan Chávez González y Santiago 
González Suárez, esos dos angelitos que nos observan y cuidan desde un cielo lleno 
de estrellas y que sin duda son parte de la corte celestial. Dios quiso que el momento 
de conocernos se prolongara. Son y serán parte de nuestra familia. Los amamos. 
 
A mis cuñados (a) José Luis López, Pedro Tavera, Claudio Estrada, Juan Chávez, 
Álvaro Alcántara y Mónica Suárez, por el apoyo brindado en distintos momentos, pero 
sobre todo, por ser también parte de mi familia. 
 
A mis amigos Héctor Martínez, Octavio Moreno, Karina Ramos, Cosme Aguilar, 
Adriana Pacheco, Beto Montaño, Gloria Melchor, Luciano Domínguez, Jazmín Leos, 
Lorena Delgadillo, José Luis Sánchez, Carmen Cruz, Rocío Pérez, Karina Martínez, 
Pilar Pérez, Martha Castillo, Araceli Sosa, Gina Balderas, Lety Cuevas, Cristy Téllez, 
Doris Flores, Rosa Angélica Gómez, Inés Chávez, M. Ángel Mejía, Ricardo Aguilar, 
Héctor Montes, Ulises Zamudio, Rocío Zaldívar y Margarita Herrera, porque han 
sabido estar en distintos momentos de mi vida. Mis compañeros en tantas aventuras!! 
Gracias por la generosidad de su tiempo y por albergarme en su corazón. 
 
 
El cariño de todos ustedes es el único capital que me interesa proteger. 
 
A la vida porque desde una edad muy temprana me ha enfrentado a difíciles 
situaciones, pero gracias a eso fui descubriendo mi potencialidad. Gracias por 
enseñarme que las ilusiones superan las adversidades. A través de los años y las 
pruebas que me has puesto, he aprendido a valorarte y a disfrutarte más y más… 
Viva la vida!! 
 
 
 
 
 
 
He sido una persona afortunada en la vida… nada me ha sido fácil 
Sigmund Freud 
 
 
 
 
 
Cuando se perdieron las palabras 
(Ricardo Gaspari*) 
 
Y de pronto se perdieron las palabras. 
Sólo las formas y las cosas perduraban 
pero había olvidado el modo de llamarlas. 
Un relámpago había borrado de mi memoria 
el lenguaje heredado de otros siglos 
y el que descubría cotidianamente. 
 
Tenía que reinventar el mundo que me circundaba 
porque ese universo sólo estaba en la palabra. 
Y recién supe que el silencio es mera pausa la 
que separa el ser del no ser de la existencia. 
Porque ya no importaba descubrir la belleza 
mientras no pudieradecirlo con palabras. 
 
Y recién supe que la contemplación 
es un sordo e inútil llamado a los sentidos, 
que sin palabras se torna regresiva 
se bloquea la inteligencia más profunda 
y que también el sentimiento, el más puro, 
el más noble, necesita expresarse con palabras. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
* Ricardo Gaspari se recuperó de una 
 Afasia gracias al apoyo de la FAA 
 (Fundación Argentina de Afasia) 
 
I 
 
ÍNDICE 
 
RESUMEN ......................................................................................................................................... 1 
INTRODUCCIÓN .............................................................................................................................. 2 
CAPÍTULO 1. ORIGEN Y EVOLUCIÓN DEL LENGUAJE ........................................................ 7 
Estructuras anatómicas que posibilitan el lenguaje articulado .......................................... 8 
a) Encéfalo ..................................................................................................................... 8 
b) Aparato bucofaringolaríngeo ................................................................................ 11 
Teorías sobre el origen del lenguaje ................................................................................... 16 
a) Teoría gestual. ........................................................................................................ 16 
b) Teoría social. ........................................................................................................... 16 
c) Teoría neurobiológica. ........................................................................................... 17 
d) Hipótesis del hombre cazador. ............................................................................. 18 
CAPÍTULO 2. LATERALIDAD CEREBRAL .............................................................................. 19 
Lateralidad. .............................................................................................................................. 19 
Dominancia. ............................................................................................................................. 20 
Asimetría. ................................................................................................................................. 21 
Participación del hemisferio derecho en el lenguaje. ....................................................... 22 
Diferencias sexuales en habilidades cognoscitivas a partir del sistema nervioso ....... 23 
a) Diferencias anatómicas. ........................................................................................ 25 
b) Diferencias funcionales .......................................................................................... 26 
c) Factores endocrinos ............................................................................................... 27 
d) Factores socioculturales ........................................................................................ 28 
CAPÍTULO 3. ESTRUCTURA CITOARQUITECTÓNICA Y ACTIVACIÓN DE LAS ÁREAS 
DE LENGUAJE. .............................................................................................................................. 29 
Organización citoarquitectónica de la corteza cerebral humana y activación de las 
áreas de lenguaje. .................................................................................................................. 29 
a) Áreas sensoriales o aferentes. ............................................................................. 30 
b) Áreas motoras o efectoras (Tabla 2). .................................................................. 31 
Actividad cerebral durante el proceso de lectura silenciosa ............................................ 33 
Actividad cerebral durante el proceso del habla ................................................................ 35 
Actividad cerebral durante la prosodia emocional ............................................................. 36 
Un modelo de organización de lenguaje ............................................................................ 37 
CAPÍTULO 4. FACTORES NEUROFISIOLÓGICOS DEL BILINGÜISMO .......................... 43 
CAPÍTULO 5. AFASIAS ............................................................................................................... 49 
Definición. ................................................................................................................................ 49 
Causas. .................................................................................................................................... 49 
Clasificación. ........................................................................................................................... 50 
1. Clasificación de Luria ............................................................................................. 50 
2. Clasificación de Benson y Ardila .......................................................................... 54 
II 
 
CAPÍTULO 6. DIAGNÓSTICO Y PATRONES DE RECUPERACIÓN EN LA AFASIA 
BILINGÜE ........................................................................................................................................ 64 
Diagnóstico .............................................................................................................................. 64 
a) Programa integrado de exploración neuropsicológica - Test de Barcelona 
(versión abreviada y estandarizada para población mexicana). ............................. 64 
b) Test de Boston. ....................................................................................................... 64 
c) Prueba de afasia para bilingües: Test de Paradis ............................................. 65 
d) Evaluación Neurolingüística de las Alteraciones de Lenguaje (ENAL) .......... 66 
e) Test de Stroop......................................................................................................... 67 
f) Cuestionario sociolingüístico ................................................................................ 67 
Patrones de recuperación del idioma en personas bilingües afásicas .......................... 68 
CAPÍTULO 7. PROPUESTA DE INTERVENCIÓN EN PACIENTES BILINGÜES 
AFÁSICOS....................................................................................................................................... 72 
Tipos de intervención en afasia. .......................................................................................... 73 
Diseño de rehabilitación. ....................................................................................................... 76 
PROGRAMA DE REHABILITACIÓN................................................................................... 78 
Objetivos generales: ...................................................................................................... 78 
Objetivos particulares: ................................................................................................... 78 
Características de los pacientes .................................................................................. 79 
Diagnóstico neuropsicológico. ...................................................................................... 79 
Información general del paciente ................................................................................. 79 
Número de sesiones. ..................................................................................................... 79 
Duración de las sesiones. ............................................................................................. 80 
Selección del idioma con el que se llevará a cabo la rehabilitación. ...................... 80 
Periodo total de tratamiento. ......................................................................................... 80 
Fin del tratamiento. .........................................................................................................80 
Diseño para la rehabilitación. ........................................................................................ 80 
Esquema de trabajo. ...................................................................................................... 81 
Seguimiento del desempeño diario. ............................................................................ 81 
Evaluación continua. ...................................................................................................... 81 
Evaluación del tratamiento. ........................................................................................... 81 
Criterios de superación de las distintas áreas de intervención. .............................. 81 
TAREAS A REALIZAR EN CUALQUIERA DE LAS DOS LENGUAS ............................ 82 
ÁREAS DE INTERVENCIÓN: .............................................................................................. 82 
1. Etapa previa: Intervención logopédica. .................................................................. 82 
2. Expresión oral. ............................................................................................................ 83 
3. Comprensión verbal / comprensión auditiva .......................................................... 90 
4. Comprensión de lenguaje escrito y razonamiento verbal .................................... 93 
5. Proceso de escritura .................................................................................................. 96 
6. Relaciones espaciales ............................................................................................... 98 
7. Tareas lingüísticas de traducción ............................................................................ 99 
Consideraciones neuroanatómicas acerca de la rehabilitación .................................... 102 
CAPÍTULO 8. DISCUSIÓN ......................................................................................................... 105 
III 
 
ALCANCES Y LIMITACIONES .......................................................................................... 116 
REFERENCIAS ............................................................................................................................ 118 
ANEXO 1 ....................................................................................................................................... 132 
ANEXO 2 ....................................................................................................................................... 133 
ANEXO 3 ....................................................................................................................................... 134 
ANEXO 4 ....................................................................................................................................... 135 
ANEXO 5 ....................................................................................................................................... 136 
ANEXO 6 ....................................................................................................................................... 136 
ANEXO 7 ....................................................................................................................................... 137 
ANEXO 8 ....................................................................................................................................... 137 
 
 
 
1 
 
RESUMEN 
 
 
Se ha descrito que las funciones cerebrales están especializadas, ya que un hemisferio 
predomina en alguna función, tal es el caso del lenguaje. Se ha reportado que los 
pacientes afásicos pueden recuperar su comunicación una vez que se han sometido a un 
proceso de rehabilitación. Recientemente se empieza a dar énfasis a la intervención 
terapéutica de pacientes bilingües afásicos a fin de recuperar el lenguaje a través de una 
u otra lengua. El presente trabajo es una aproximación al estudio y rehabilitación de 
pacientes bilingües afásicos (español-inglés). El interés en este tipo de población radica 
en la posibilidad de tener una vía alterna a nivel cerebral para su recuperación funcional, 
esto podría deberse a que el aprendizaje de una segunda lengua permite una mejor 
compensación inter-hemisférica e intra-hemisférica, lo que permite una mejor 
recuperación después de una lesión cerebral. Para proponer un esquema de 
rehabilitación se sugiere una serie de actividades que se ajustarán a las necesidades de 
cada paciente. Con esta propuesta de intervención se pretende contribuir a la 
recuperación de la capacidad de comunicación de los pacientes, además de identificar los 
procesos cerebrales involucrados en cada una de las tareas cognoscitivas propuestas. 
 
Palabras clave: Lenguaje, afasia, bilingüe, rehabilitación 
 
 
 
ABSTRACT 
 
 
It has proven that brain functions are specialized, because a hemisphere predominates in 
certain functions, such as of language. It has been reported that aphasic patients can 
recover their communication skills once they have undergone a process of rehabilitation. 
Recently it has been given more attention or importance to therapeutic intervention of 
bilingual aphasic patients to recover speech by using one of the languages (either the 
mother tongue or the second language). The main goal of this paper is to approach the 
study and rehabilitation of aphasic bilingual patients (Spanish-English, mother tongue-
second language). The interest on this kind of population lies on the possibility of having 
an alternative pathway for function brain recovery, this could be a result of the fact that 
learning a second language allows a better compensation of the brain hemisphere and as 
a consequence a better recovery after brain injury. The proposed recovery scheme 
includes patient specific activities. This proposed scheme of intervention is aimed to 
contribute to the recovery of the patient communication skills and to identify the brain 
processes involved in each of the proposed cognitive activities. 
 
Key words: Language, aphasia, bilingual, rehabilitation 
 
2 
 
INTRODUCCIÓN 
 
Uno de los procesos cognoscitivos más interesantes tanto por su complejidad y 
diversidad es el lenguaje, y es precisamente esta facultad cognoscitiva la que ha 
alcanzado un mayor desarrollo en la especie humana. La importancia de su 
estudio radica en lo esencial que es en nuestra vida cotidiana, ya que permite la 
comunicación con los demás; por otro lado, es responsable del rápido incremento 
de nuestro conocimiento, de la intensidad de nuestras relaciones interpersonales, 
y de la complejidad de nuestro pensamiento abstracto e imaginativo. La riqueza 
del lenguaje radica entonces en su capacidad simbólica, es decir, de la capacidad 
de generación y comprensión de símbolos lingüísticos y con ello producir y 
comprender un número ilimitado de palabras, frases, ideas, pensamientos, etc.; 
estas características básicas hacen que el lenguaje humano sea totalmente 
distinto a cualquier otro sistema de comunicación animal (Berko y Bernstein, 2000; 
Dick et al., 2001). 
 
En la actualidad, las nuevas tecnologías para analizar la neuroanatomía del 
lenguaje han transformado las relaciones entre cerebro y lenguaje, aunque hay 
aspectos teóricos que aun conservan su validez, por ejemplo, el hecho de que el 
hemisferio izquierdo es el dominante para el lenguaje en la mayoría de las 
personas diestras, que las lesiones anteriores producen por lo general afasias no 
fluidas o que las lesiones posteriores generalmente causan lesiones fluidas. En 
contraste con esta visión esquemática, aunque clínicamente relevante, los 
estudios actuales de neuroimagen muestran una amplia participación del cerebro 
en muchas actividades lingüísticas. Así, la investigación contemporánea en 
neuroanatomía del lenguaje ha clarificado el grado en que todo el cerebro está 
implicado en los procesos de generación de lenguaje,por ejemplo: la producción 
verbal de una palabra implica las siguientes estructuras cerebrales: sistema 
activador reticular ascendente, cerebelo, ganglios basales, sistema límbico, 
algunas regiones del hemisferio derecho, las áreas del hemisferio izquierdo de 
Wernicke, de Broca y la motora suplementaria (Helm-Estabrooks, 2005). 
3 
 
Se sabe entonces, que las estructuras neuroanatómicas específicas nunca 
funcionan de manera completamente aislada de las otras áreas cerebrales, todas 
las habilidades cognoscitivas como es el caso del lenguaje, se llevan a cabo a 
partir de la interacción dinámica de múltiples regiones anatómicas, es decir, de 
redes neuronales superpuestas e interconectadas, ampliamente distribuidas por 
todo el cerebro y que realizan sus funciones neuronales específicas, tanto de 
forma secuencial como en paralelo (Helm-Estabrooks, 2005). 
 
Por otro lado, para tratar de entender la complejidad del lenguaje se ha propuesto 
abordarlo desde tres perspectivas: 1) Comprensión del lenguaje en distintos 
niveles, desde la percepción de los sonidos hasta la comprensión de frases, 
discursos o textos con un alto nivel de complejidad. 2) Producción del lenguaje, 
que va desde la producción de los distintos sonidos propios de una lengua 
determinada, iniciando con la repetición de sonidos, palabras y frases, hasta el 
habla espontánea o la producción de un discurso. En este rubro se investigan 
además, los efectos de las alteraciones del funcionamiento lingüístico de sujetos 
con lesiones cerebrales, en los que aparece una pérdida o deterioro de las reglas 
arbitrarias de asociación simbólica y estructuración lingüística, así como de la 
capacidad de generación de elementos verbales, y en los que las diferentes 
unidades de la lengua pueden estar afectadas en diferente magnitud, en su 
vertiente perceptiva, comprensiva, productiva o ambas. Así, los trastornos del 
lenguaje juegan un papel importante en la comprensión del procesamiento normal 
del lenguaje, ya que dichos funcionamientos patológicos permiten conocer los 
efectos de las alteraciones en distintas áreas y 3) Adquisición de la lengua 
materna o de una segunda lengua (Belinchón, et al., 1992; Vega y Cuetos, 1999; 
Berko y Bernstein, 2000). 
 
Respecto a los trastornos en el funcionamiento lingüístico, resulta pertinente 
resaltar que cualquier alteración grave del lenguaje afecta los distintos ámbitos de 
la vida cotidiana del individuo. Las relaciones interpersonales sociales y familiares 
se ven afectadas con un rápido decremento o pérdida de las relaciones laborales, 
4 
 
ya que de ser personas altamente productivas pasan a ser personas sociológica y 
económicamente dependientes. Por otro lado, el área cognoscitiva también va a 
verse afectada ya que la mayoría de las veces las lesiones cerebrales afectan a 
más de un sistema cognoscitivo tales como la atención, percepción, memoria o el 
razonamiento, que a su vez, se verán afectados conjuntamente con las 
capacidades verbales o comunicativas (Silveri y Misciagna, 2000; Vendrell, 2001; 
Dominey, et al., 2003). 
 
Siguiendo con este punto, uno de los trastornos de lenguaje más estudiados en el 
ámbito de la neuropsicología que reúne las características antes mencionadas es 
la afasia, que consiste en un deterioro adquirido del lenguaje oral, escrito o 
mímico, en su faceta de comprensión, producción o en ambas, a partir de una 
lesión cerebral localizada una vez que el lenguaje ya ha sido adquirido. Este 
trastorno se presenta tanto en personas monolingües como bilingües, siendo la 
segunda modalidad la que interesa en el presente trabajo. 
 
Pero, ¿Por qué el interés de trabajar con pacientes bilingües?. En primer lugar, 
mencionemos a manera de contexto, que nos encontramos en una sociedad en la 
que el conocimiento o dominio de dos o más lenguas por parte de un mismo 
individuo no es un fenómeno excepcional, sino más bien, una situación cotidiana y 
común para un número de personas cada vez mayor. Actualmente, existe una 
gran cantidad de instituciones educativas, no sólo a nivel nacional, en donde se 
estimula el manejo de dos o incluso más idiomas. Es evidente que nadie cuestiona 
este contacto interlingüístico, por el contrario, es bien recibido en nuestra sociedad 
puesto que abre una gran cantidad de oportunidades en distintas áreas del 
individuo, tales como la académica, social y laboral. 
 
Así, el bilingüismo ha conducido a neurofisiólogos y neuropsicólogos a 
cuestionarse acerca de la forma en que dos lenguas se procesan en el cerebro. A 
partir de este interés, surge relativamente reciente una línea de investigación que 
trata de desarrollar modelos teóricos que expliquen los procesos cerebrales que 
ocurren en personas bilingües, con y sin alteraciones cerebrales. 
5 
 
Los primeros fundamentos neurobiológicos de los pacientes bilingües, surgen a 
raíz de la recuperación dispar de los distintos idiomas, la hipótesis de los sustratos 
distintos de uno y otro lenguaje en el cerebro bilingüe, era la mejor explicación 
frente a los distintos patrones de recuperación (Paradis y Goldblum, 1989). 
Posteriormente, estas afirmaciones comenzaron a ser cuestionadas, ya que 
existen mayores precisiones en la formulación metodológica, y se cuenta además 
con el avance en los métodos de neuroimagen, por lo que algunos resultados 
recientes proponen que en este proceso existen sustratos neurobiológicos 
compartidos (Hull y Vaid, 2007). Actualmente no existe un consenso respecto a 
esta situación, por lo que neurofisiólogos, neuropsicólogos y psicolingüistas siguen 
en la búsqueda de la consolidación de modelos teóricos. 
 
Como se mencionó anteriormente, la afasia es uno de los trastornos mayormente 
estudiado, y una modalidad que empieza a cobrar relevancia es la afasia en 
bilingües. Además de la búsqueda de modelos teóricos que fundamenten la 
participación de distintas áreas cerebrales en el bilingüismo, de manera paralela 
se pretende conocer los factores responsables en el patrón de recuperación que 
sigue cada lengua después de una lesión. 
 
Con base en lo anteriormente expuesto, surge el interés por adentrarnos en el 
conocimiento de las afasias en pacientes bilingües, pero sobre todo, en su 
rehabilitación. Otro de los factores que motivó el inicio de este trabajo, radica en la 
escasa literatura que existe respecto a los patrones de recuperación, tanto en el 
ámbito de la comprensión como en el de la producción. 
 
El esquema de exposición desarrollado en el marco teórico del presente trabajo, 
intenta recoger los fundamentos teóricos que brinden solidez a la propuesta de 
rehabilitación. Así, dado el interés que ha generado el estudio del lenguaje desde 
sus orígenes, se hace una breve revisión al respecto (capítulo 1), una vez que se 
tiene una panorámica general de la génesis del lenguaje, nos adentramos al 
proceso de rehabilitación de un paciente bilingüe afásico, que inicia con la 
comprensión de la neuroanatomía del lenguaje (capítulos 2 y 3), así como de los 
6 
 
factores neurofisiológicos del bilingüismo (capítulo 4), posteriormente se revisa la 
neuropatología de la afasia (Capítulo 5). El éxito de un programa de rehabilitación 
de este tipo de desorden de lenguaje, se basa en las fortalezas del paciente, es 
decir, de las áreas conservadas en la cognición, la memoria y por supuesto la 
comunicación tanto verbal como no verbal, de ahí la importancia de realizar un 
diagnóstico preciso (Capítulo 6), que será entonces la base de la propuesta de 
intervención (capítulo 7). Con ello se pretende contribuir a un mejor manejo de la 
afasia en pacientes bilingües, sin que con ello se intente cubrir todos los aspectos 
presentes de este trastorno dada la complejidad del lenguaje. 
 
El presente trabajo tiene como propósito entonces, la aportación de una serie de 
estrategias que sirvan como base para la conformación de un modelo deintervención terapéutica que contribuya a la rehabilitación de pacientes con estas 
características. Con este tipo de propuestas de intervención, se podría por un 
lado, dar respuesta a las necesidades de recuperación de los pacientes bilingües 
afásicos, y por otro, contribuir a la investigación básica con un seguimiento a nivel 
neuroanatómico, ya que la rehabilitación en este tipo de pacientes no está 
ampliamente documentada, a diferencia de la que está dirigida a los pacientes 
afásicos monolingües. 
 
Los fundamentos teóricos expuestos tienen la intención de proporcionar evidencia 
a favor de la validez de algunos componentes y mecanismos implicados en el 
procesamiento del lenguaje, tanto en sus aspectos naturales como en las afasias, 
por otro lado, tener referentes teóricos que fundamenten la estrategia de 
rehabilitación. Centrar la propuesta en la población mexicana, supone además una 
contribución importante. 
 
 
 
 
 
7 
 
CAPÍTULO 1. ORIGEN Y EVOLUCIÓN DEL LENGUAJE 
 
A lo largo de toda la historia ha existido un gran interés sobre los orígenes del 
lenguaje, es por ello que ha sido estudiado desde diversas disciplinas que han 
arrojado investigaciones contemporáneas en lingüística, antropología, psicología 
comparada y genética, cuyos resultados han permitido avanzar significativamente 
en la comprensión sobre los orígenes del lenguaje humano (Tallerman, 2005). 
 
La importancia del lenguaje radica en que es uno de los rasgos de conducta más 
distintivos de nuestra especie, ya que ningún otro animal se comunica de la 
manera en que lo hacemos nosotros. Por este motivo, sólo la comunicación 
humana puede ser llamada “lenguaje”, siendo los sistemas de comunicación entre 
animales “medios de transmisión de información no lingüísticos”. En este contexto, 
Chomsky (1968, en Campillo-Valero y García-Guixé, 2005) descarta que el 
lenguaje sea solamente una forma superior de alguna función animal, considera 
entonces que el lenguaje es un fenómeno cualitativamente nuevo y, como tal, no 
tiene una verdadera analogía dentro del mundo animal. 
 
En la actualidad se afirma que el lenguaje evolucionó en los seres humanos 
gracias a la tendencia instintiva para hablar, pero se sigue cuestionando cuándo 
se originó y cómo tuvo lugar esa evolución. Por un lado, se afirma que emergió 
tempranamente en la historia de los homínidos y, siguiendo un proceso de 
evolución lento y gradual, llegó a la forma moderna en tiempo reciente, por otro 
lado, se dice que el lenguaje tuvo una aparición muy tardía y sufrió una evolución 
muy rápida. Las bases en que se apoyan estos argumentos son muy variadas: 
algunas hacen referencia a la base anatómica, otras a las prácticas culturales, o 
bien, al establecimiento de nexos comparativos con los gritos o sonidos emitidos 
por diversos animales (Campillo-Valero y García-Guixé, 2005). 
 
Tratar de entender la evolución del lenguaje, nos conduce a su filogénesis que es 
de por lo menos dos millones de años atrás, al parecer dicha evolución ha tenido 
distintos grados sucesivos, es decir, el camino que conduce a él es la suma de 
8 
 
una serie muy diversa de aptitudes comunicativas. Esa capacidad comunicativa 
toma un rumbo distinto a partir de la aparición de un sistema de producción eficaz 
de sonidos (aparato bucofaringolaríngeo) y de un medio de identificación 
fonético/semántico que relaciona las combinaciones de sonidos con significados 
(gracias a la compleja red de conexiones neuronales que en gran parte se 
ignoran) (Campillo-Valero y García-Guixé, 2005). 
 
Otro aspecto que ha sido de gran interés es el referente a los cambios que ha 
sufrido el cerebro a lo largo de la evolución humana, estas variaciones se han 
podido constatar a partir del aumento progresivo de su volumen y mediante la 
determinación de ciertas áreas o regiones a partir de la elaboración de moldes 
endocraneales, sin embrago, no se tiene una base anatómica comprobada de la 
evolución de nuestro aparato bucofaringolaríngeo. Esta circunstancia ha permitido 
aceptar soluciones hipotéticas, cuyas bases son todavía discutibles (Campillo-
Valero y García-Guixé, 2005). 
 
Es evidente que para poder hablar se necesitan unos órganos adecuados que hoy 
en día sólo poseemos los humanos, pero además se precisa tener algo que decir, 
sea por la necesidad de transmitir lo que pensamos a otras personas y que éstas 
nos comprendan, así como entender sus respuestas, con lo cual queda 
establecido un diálogo con plena conciencia de su contenido. : indudablemente, 
como dijo Tobias (1997), se habla con el cerebro. Revisemos entonces de manera 
general las estructuras anatómicas que posibilitan la articulación del lenguaje. 
 
Estructuras anatómicas que posibilitan el lenguaje articulado 
 
a) Encéfalo 
 
Como ocurre con muchas funciones mentales complejas, el lenguaje no puede ser 
delimitado a áreas cerebrales concretas, es decir, no existe un centro cerebral del 
lenguaje ya que es una función global. No obstante, se ha determinado que el 
hemisferio izquierdo está implicado en mayor medida con las funciones de 
9 
 
lenguaje, gracias a una gran variedad de estudios basados en sus trastornos se 
han podido localizar áreas específicas responsables de dichas patologías. Así, 
Broca determinó que las lesiones situadas en la región pre-rolándica de la tercera 
circunvolución inferior cerebral del hemisferio izquierdo, daban lugar a la afasia 
motora, en la que el paciente no puede articular palabras. Posteriormente, 
Wernicke describió la afasia expresiva, que consiste en la dificultad en la 
comprensión del lenguaje hablado, cuyo origen se localiza en la primera 
circunvolución temporal del hemisferio dominante. Actualmente se sabe que la 
transmisión de mensajes entre las áreas de Broca y Wernicke se realiza a través 
de los fasciculus arcuatus, sin embargo, no se conoce el mecanismo intrínseco por 
el que se rige nuestro encéfalo y cómo permite la asociación de fonemas, la 
comprensión gramatical, la asociación de ideas u otros muchos mecanismos 
imprescindibles para el lenguaje (Boyd y Silk, 2001). 
 
Respecto al volumen cerebral, se ha comprobado un progresivo aumento del 
mismo a lo largo de la evolución de los homínidos (Figura 1). El volumen cerebral 
aceptado para los australopitecinos oscila alrededor de 450-500 cm3, similar al de 
los chimpancés y se considera voluminoso para su talla, que no solía sobrepasar 
los 110 cm3. en las formas gráciles y los 140 cm3. en las robustas. En los H. 
habilis, el volumen se sitúa alrededor de los 700 cm3, siendo su estatura algo 
mayor. La morfología de los H. erectus era similar a la del hombre actual, pero su 
encéfalo tenía un volumen aproximado de unos 1.000 cm3. H. sapiens 
neanderthalensis tenía un cerebro voluminoso, de unos 1.500 cm3. Todos los H. 
sapiens sapiens, entre los que nos incluimos nosotros, tiene un volumen 
encefálico promedio de 1.400 cm3, con importantes oscilaciones que no siempre 
están en relación con el volumen corporal. No obstante, está demostrado que no 
existe una correlación directa entre el tamaño cerebral y la capacidad lingüística 
(Boyd y Silk, 2001). 
 
 
 
10 
 
 
 
 
 
 
 
Si bien es cierto que los cerebros no se fosilizan, la morfología del encéfalo en los 
homínidos se ha logrado estudiar mediante su modelado a partir del endocráneo. 
En estos moldes endocraneales se ha podido observar una morfología cerebral 
muy similar a la actual: todos son girencefálicos y en algunos suelen verse las 
improntas de las cisuras de Silvio (sulcus lateralis) y de Rolando (sulcus centralis), 
incluso, en ocasiones se puede apreciar en algunos moldes el área de Broca (pars 
triangularis). Estas estructuras también se observan en orangutanes, gorilas y 
chimpanés actuales, que solamente difieren en cuanto al volumen cerebral y en 
una menor operculización de la cisura de Silvio. Esta circunstancia, que consisteen una expansión de la corteza cerebral hacia el endoencéfalo, que en su fondo 
se amplía dando lugar a una cavidad virtual que origina el lóbulo de la ínsula 
(lobus insularis o ínsula), permite incrementar considerablemente la superficie 
cortical ocupada por las áreas neuronales (Campillo-Valero y García-Guixé, 2005). 
 
Por otro lado, Tobias (1997), afirma que en Australopithecus africanus, una 
especie de australopitecino, se dio un cambio estructural en las áreas de Broca y 
Figura 1. Esquema comparativo de las capacidades craneanas de 
un gorila actual (A), un representante del género Australopithecus 
(B), un espécimen de Homo erectus (C), y un humano actual (D). 
(Tomado de Campillo-Valero y García-Guixé, 2005). 
A 
D C 
B 
11 
 
Wernicke, más acusadas en H. habilis. Este mismo autor en 1973 identificó en el 
cráneo del espécimen OH 24 (H. habilis) impresiones del lóbulo parietal superior e 
inferior, en las que creyó identificar el área de Broca y parte del área de Wernicke, 
y desde 1979 defiende la capacidad lingüística de H. habilis. 
 
Al parecer, la observación de la pars triangularis del lóbulo frontal en moldes 
endocraneales no es tarea fácil por lo que existen dudas que su impronta se vea 
con frecuencia. En el caso de las intervenciones neuroquirúrgicas, tras la apretura 
de la duramadre, no siempre se determina con facilidad dicha área y requiere una 
meticulosa inspección para localizarla con exactitud (Campillo-Valero y García-
Guixé, 2005). 
 
En cuanto a la superficie endocraneal, en el momento del nacimiento aún no se 
observan impresiones digitales, debido a que éstas se forman durante la fase de 
expansión del cerebro y se visualizan a partir de los 2 años, alcanzando su 
máximo desarrollo a los 4-5 años, y lentamente se atenúan desapareciendo casi 
completamente a los 10 años (excepto en los techos de las órbitas). Algo similar 
ocurre con las cisuras de Silvio y de Rolando. Se cree que esta remodelación de la 
tabla interna se debe a la detención de la expansión encefálica alrededor de los 5 
años, ya que el latido cerebral se amortigua por el líquido cefalorraquídeo situado 
en el interior de los espacios subaracnoideos y a partir de esa edad comienza el 
engrosamiento del hueso craneal que prosigue hasta la senectud (Campillo-
Valero, 2002). 
 
b) Aparato bucofaringolaríngeo 
 
Es importante señalar que los humanos no tenemos un órgano fonador específico, 
el hecho de que las lenguas tengan una expresión fónico-acústica, donde el 
trabajo de ciertos órganos produce los sonidos y el aparato auditivo los capta, es 
el resultado de un largo y complejo proceso de evolución. Evolutivamente 
hablando, la producción de sonidos ha aparecido como una función secundaria, ya 
que los órganos que producen la fonación están diseñados para otras finalidades: 
12 
 
los pulmones y la laringe garantizan la respiración; la boca, los dientes y la lengua 
nos sirven para ingerir y masticar los alimentos (aparte de distinguir los diferentes 
gustos) y la nariz sirve para respirar así como para discriminar olores (Campillo-
Valero, 2002). 
 
Desde los primeros homínidos hasta el Homo sapiens, ha habido como mínimo 
dos modificaciones importantes que han permitido la aparición del habla hace 2,5 
millones de años: el grado de flexión de la base del cráneo junto con el descenso 
de la laringe (que forzosamente tendrá que ver con el hecho de caminar erguidos) 
y la modificación de algunos mecanismos respiratorios, que nos han permitido 
comer por un lado, o hablar y respirar a la vez por otro. En cambio, en el resto de 
los mamíferos, el esófago y la tráquea pueden funcionar simultáneamente. En los 
humanos, este descenso conlleva una pérdida de eficacia en la respiración y el 
olfato, pero se gana en la capacidad de modular una amplia serie de sonidos 
diferentes (Martin, 2003). 
 
Si bien es cierto que no existe un órgano específico fonador, la presencia del 
aparato bucofaringolaríngeo es esencial, pues de él depende la modulación del 
aire espirado que da origen a los sonidos, posibilitando así, el lenguaje articulado. 
La posición baja de la laringe es exclusiva del hombre moderno (Fig. 2). La glotis 
evita la entrada de los alimentos en la tráquea, circunstancia que nos impide 
deglutir y respirar al mismo tiempo, pues correríamos el riesgo de que lo que 
ingiriéramos, sólido o líquido, penetrase en nuestros pulmones poniendo en 
peligro nuestra vida, pero tiene la excepción de los bebés de nuestra especie que 
conservan la posición alta de la laringe hasta aproximadamente los dos años de 
edad (Campillo-Valero y García-Guixé, 2005). 
 
 
 
 
 
13 
 
 
Figura 2. Diferencias anatómicas entre el aparato fonador de los primates y del humano 
(Tomado de Campillo-Valero y García-Guixé, 2005). 
 
El descenso y alargamiento de la faringe, se observa tanto en la ontogenia como 
en la filogenia de la especie humana. A partir de los tres meses de edad, los 
bebés empiezan un descenso paulatino y lento de la laringe que culmina en una 
primera fase hacia los 3 o 4 años y, en una segunda y fase final, en la pubertad de 
los varones. Es por esta razón que durante la lactancia, un bebé puede 
amamantarse y respirar a la vez (al igual que en el resto de los mamíferos), al 
tener la laringe en una posición elevada que le permite conectarse con la cavidad 
nasal, cosa que no será posible en una etapa posterior (Martin, 2003). 
 
El aire espirado pasa por la hendidura de las cuerdas vocales y la lengua humana, 
cuya situación es muy posterior con relación a la faringe, modula su salida y es 
fundamental para la emisión de las palabras. La amplia motilidad de la lengua así 
como su gran sensibilidad permiten modificar la morfología de la cavidad bucal y 
los movimientos de los labios permiten completar las variaciones del trayecto que 
sigue el aire expelido y, de este modo, se originan los distintos sonidos del 
lenguaje. En los otros primates ocurre como en los bebés humanos: la laringe está 
situada en una posición muy elevada, circunstancia que les permite comer y 
respirar al mismo tiempo, pero les impide una modulación amplia de los sonidos. 
(Campillo-Valero y García-Guixé, 2005). 
 
Según Laitman (1986, en Campillo-Valero y García-Guixé, 2005) este descenso 
de la laringe que en la actualidad ocurre sólo en nuestra especie, empezó en H. 
ergaster/erectus. Esta hipótesis está basada en la observación del grado de 
14 
 
flexión de la base del cráneo, que se considera, es un reflejo de la posición de la 
laringe. En individuos adultos de nuestra especie la base del cráneo presenta una 
forma arqueada, mientras que en otros mamíferos y en los bebés humanos esta 
estructura es mucho más plana. Analizando esta característica en el registro fósil, 
este mismo autor concluyó que los australopitecinos dispondrían de una laringe en 
posición alta, similar a los chimpancés y que el descenso empezó en H. erectus, 
en el que la posición de la laringe equivaldría a la de un niño humano moderno de 
8 años de edad. No obstante, la flexión de la base del cráneo completa, semejante 
a la de los humanos actuales, no se conseguiría hasta los H. sapiens arcaicos, 
hace unos 300,000 años. Por su parte, Krantz (1988, en Campillo-Valero y García-
Guixé, 2005) sostiene que el descenso de la laringe no tuvo lugar hasta hace 
40,000 años, como resultado de un proceso evolutivo propio de nuestra especie. 
 
Este descenso de la laringe se ha relacionado con la habilidad articulatoria 
humana lo que contribuye a una mayor independencia de los procesos de 
fonación y articulación. Así, el descenso de la laringe y los cambios morfológicos 
que posibilitan la producción del habla deben haber ocurrido en parte durante la 
evolución de los homínidos y no como un cambio único durante la evolución 
humana. Estas adaptaciones anatómicas permitieron pasar de los ruidos, las 
onomatopeyas y las expresiones emocionalesa las palabras (Ardila, 2006). 
 
Teniendo ya las palabras, las preguntas que se hace Ardila (2006) en este nivel 
son: ¿Cómo unir dos palabras para crear una unidad de más alto nivel (el 
sintagma)?, ¿Cómo marcar la relación entre las dos palabras?, ambos 
cuestionamientos dan pauta a la aparición de uno de los estadios importantes en 
el lenguaje: la gramática. El punto crucial en la aparición de la gramática no es la 
extensión del vocabulario, lo realmente importante es tener palabras 
correspondientes a diferentes clases que puedan combinarse para formar una 
unidad de un nivel más alto (sintagma). Una de esas palabras es un nombre y la 
otra frecuentemente es un verbo. 
15 
 
Así, uno de los cuestionamientos que se hace es cómo aparecieron los verbos, ya 
que crear un nombre no parece particularmente difícil partiendo de la hipótesis de 
que los nombres pueden crearse a partir de onomatopeyas, mientras que los 
verbos pueden crearse partiendo de los nombres, pero con el significado de una 
acción. Este autor supone entonces que los verbos y la gramática aparecieron 
simultáneamente en la evolución del lenguaje humano. Añade además que la 
gramática se asocia con habilidades práxicas orales, en consecuencia, los tres 
deben haber aparecido simultáneamente en la evolución del lenguaje humano, es 
decir, la utilización de verbos, el uso de la gramática y la secuenciación rápida de 
los movimientos con los órganos articulatorios requerida para producir los sonidos 
del lenguaje. 
 
Finalmente, Ardila (2006) afirma que el desarrollo del lenguaje humano parece 
correlacionarse con un incremento en el volumen del lóbulo temporal y que dicho 
incremento pudo haber ocurrido hace unos 200,000-300,000 años, en 
consecuencia, se podría suponer que los homínidos existentes antes del Homo 
sapiens pueden haber desarrollado algún sistema complejo de comunicación 
lexicosemántica. 
 
Como se ha podido apreciar en esta exposición, los seres humanos modernos 
somos el resultado de una serie de acontecimientos evolutivos. En el caso del 
lenguaje, las posibilidades de realizar hipótesis firmes son limitadas y hacer 
inferencias a partir de registros fósiles resulta inviable, pues es evidente que ni el 
lenguaje ni las principales estructuras biológicas relacionadas con el mismo 
(circuitos neuronales, partes blandas del aparato fonador, etc.) se fosilizan. 
Entonces, para tratar de realizar dichas inferencias se ha recurrido 
convencionalmente al análisis de determinadas evidencias secundarias presentes 
en el registro fósil y con ello brindar explicaciones de los distintos momentos por lo 
que ha atravesado el lenguaje en su evolución. Así, el camino recorrido por la 
humanidad con el equipo cerebral y bucofaríngeo que poseemos, ha sido extenso 
16 
 
y variado, se ha dejado atrás una larga serie de modelos precursores de muy 
distintas características hasta poseer el modelo actual. 
 
Hasta aquí se han expuesto algunos referentes teóricos desde el punto de vista 
anatómico acerca del origen y evolución del lenguaje, pero existen además otras 
teorías que tratan de fundamentar la génesis del lenguaje, que abarcan no sólo 
aspectos biológicos, sino también sociales. 
 
Teorías sobre el origen del lenguaje 
 
Mucho se ha cuestionado acerca de cuál fue el sustrato que permitió el origen del 
lenguaje, por lo que hay distintas teorías que intentan explicarlo, que básicamente 
se engloban en tres: 
 
a) Teoría gestual. 
 
Este modelo fue descrito originalmente por Hewes en 1973 (en Campiño-Valero y 
García-Guixé, 2005), quien propuso que la necesidad de emplear las manos en 
dos cosas a la vez (usar herramientas y comunicarse mediante gestos durante la 
caza) habría servido de presión selectiva para la transferencia del lenguaje gestual 
al vocal/oral. Posteriormente se sugirió que el primer tipo de lenguaje que usaron 
nuestros ancestros era un lenguaje de signos, ya que al no tener unos órganos 
que les permitieran expresarse a través del lenguaje oral, su forma de 
comunicación tuvo que ser gestual (Corballis, 2003). 
 
b) Teoría social. 
 
Considerando que existe una necesidad de contacto interpersonal, se dice que el 
lenguaje pudo haber surgido como sonidos que señalaran tanto identidad, 
pertenencia y solidaridad. Otros elementos a destacar en el origen social del 
lenguaje se encuentran: el papel del trabajo como causa que determinó el 
progreso de la comunicación oral. El hecho de compartir comida, obligaría a 
17 
 
actitudes de cooperación y por lo tanto, precisaría de un lenguaje para regularlo 
(Campillo-Valero y García-Guixé, 2005). 
 
Para Campillo-Valero y García-Guixé (2005), la teoría social posee una gran 
capacidad explicativa, ya que establece una relación entre comportamiento social, 
lenguaje, elaboración de artefactos y desarrollo cerebral. A lo largo de la evolución 
del género Homo se toma como punto de partida el bipedismo, que dejó las 
manos libres permitiendo fabricar y transportar herramientas, lo que contribuyó a 
un aumento de la capacidad craneal. Estas características son un buen indicio 
relativo para la aparición de capacidades cognitivas nuevas (inteligencia, lenguaje, 
etc.). Todo parece indicar que el lenguaje sólo pudo aparecer en una especie en la 
que el proceso de simbolización, aunque primitivo, fuese ya muy activo (sueños, 
rituales, supersticiones, etc.). Este proceso de simbolización va ligado a una 
complejidad social e implica una vida comunitaria muy intensa. Así, aparte de los 
indicios anatómicos, se considera de gran importancia los indicios culturales sobre 
el origen del lenguaje. Por ejemplo, construir herramientas es una tarea compleja, 
ya que requiere una selección previa de los materiales (planificación), contar con 
una técnica precisa para golpear los núcleos de piedra de la forma adecuada y 
elegir los fragmentos idóneos en función del tipo de instrumento que se quiere 
obtener. Si a todo este proceso se añade la transmisión de estos conocimientos a 
la descendencia, implica una habilidad cognoscitiva muy desarrollada (Tobias, 
1997). 
 
c) Teoría neurobiológica. 
 
Bajo esta perspectiva, la presencia de determinadas áreas cerebrales (áreas de 
Broca y de Wernicke), la lateralización cerebral, así como la modificación de la 
laringe, son los elementos necesarios para que surja el lenguaje, 
independientemente de cualquier otro factor social o biológico. Relacionada con 
esta teoría, se encuentra la hipótesis del hombre cazador, la cual no intenta dar 
argumentos acerca del origen del lenguaje, sino que brinda elementos 
relacionados a la lateralidad cerebral. 
18 
 
d) Hipótesis del hombre cazador. 
 
A partir esta hipótesis se intenta explicar de dónde proceden las diferencias 
sexuales en habilidades cognoscitivas, justificando en el comportamiento de 
nuestros ancestros por qué los hombres destacan en las tareas visuo-espaciales, 
mientras que las mujeres realizan mejor las lingüísticas. La hipótesis del hombre 
cazador extendida hacia el terreno cognoscitivo, sostiene a este respecto que 
nuestros antepasados remotos organizaban su vida en torno a la caza y su 
sustento, y por lo tanto su supervivencia dependía de ella. En esos tiempos, y 
siguiendo un rol social establecido, los varones se organizaban en grupos y salían 
a cazar. Esa era su actividad principal, en la que ocupaban la mayor parte de su 
tiempo; era, además, una actividad típicamente cooperativa, es decir, que la 
mayoría de las veces cazaban en grupo, por lo que debían comunicarse entre 
ellos. Sin embargo, para esa comunicación no podían utilizar la palabra, ya que el 
lenguaje articulado alertaba a sus presas (mamíferos en su mayoría) que huían 
inmediatamente. Además, con sus voces podían llamar la atención de 
depredadores que pondrían en peligro su integridad física. Por todo ello, los 
hombres cazadores se conducían en silencio y se valían, entodo caso, de la 
comunicación visual (Burgues, 2006). 
 
Las mujeres, siguiendo el rol social que les correspondía, se quedaban en el 
asentamiento criando a sus hijos. Una de las tareas más importantes de esta 
crianza era enseñarles a hablar. Para ello, las mujeres pronunciaban en repetidas 
ocasiones una gran variedad de sonidos con el fin de que aquéllos les imitasen, 
fomentando así el habla de los pequeños. De esta manera, mientras las mujeres 
utilizaban el lenguaje como herramienta de enseñanza en sus labores, los 
hombres lo evitaban en las suyas. Esta podría ser una razón acerca de por qué el 
hombre y la mujer han evolucionado de forma distinta en cuanto a sus habilidades 
cognoscitivas. Esta aproximación teórica es la que trata de explicar la distinta 
organización funcional del cerebro para las habilidades visuo-espaciales y el 
lenguaje en uno y otro sexo (Burgues, 2006). 
19 
 
CAPÍTULO 2. LATERALIDAD CEREBRAL 
 
Cuando se aborda el tema de lenguaje, es importante hablar de lateralidad 
cerebral puesto que este fenómeno fisiológico está vinculado con la producción 
lingüística, así como con otras capacidades. Cabe mencionar que en múltiples 
ocasiones son utilizados los términos de dominancia o asimetría como sinónimos 
de este concepto, es por ello que una vez expuestas las particularidades de la 
lateralidad, se especifican las correspondientes a dominancia y asimetría. 
 
a) Lateralidad. 
 
Iniciemos entonces con el concepto de lateralidad, según Frost et al. (1999), se 
refiere a la limitación de estímulos a un hemisferio, el lugar donde el estímulo va a 
ser procesado, por ejemplo, al taparnos el ojo derecho, la información será dirigida 
al hemisferio izquierdo. Por su parte Portellano (1992), la describe como el lado 
del cerebro que controla una determinada función, aunque más frecuentemente se 
idealiza como el predominio funcional de un lado del cuerpo sobre el otro, 
manifestándose en la utilización preferente de una mano, pie, ojo y oído. 
 
Se sabe también que lenguaje es uno de los procesos cognoscitivos lateralizados 
más estudiados. Una de las poblaciones objetivo para el estudio de este fenómeno 
son los sujetos neurológicamente sanos, en los que se ha encontrado que el estilo 
de procesamiento de los dos hemisferios es diferente, así, el hemisferio derecho 
se vincula a un procesamiento holístico, mientras que el hemisferio izquierdo se 
relaciona con un procesamiento analítico (Barroso y Nieto, 2001), pero se plantea 
además que la superioridad de este hemisferio para procesar material de 
naturaleza verbal no es absoluta (Barroso y Nieto, 1988). 
 
En pacientes con el cerebro hendido se ha podido observar con mayor precisión el 
grado de lateralización del cerebro, ya que al separar el cuerpo calloso se 
encontró que el hemisferio izquierdo está vinculado principalmente con procesos 
analíticos, ejecuta preferentemente las funciones lógicas o matemáticas, y en 
especial está relacionado con la generación y comprensión del lenguaje; mientras 
20 
 
que el hemisferio derecho se ha relacionado con el manejo de la ubicación 
espacial, procesamiento de información integral, comanda principalmente las 
funciones emocionales, creativas y musicales (del Río-Portilla, 2005). 
 
b) Dominancia. 
 
El concepto de dominancia cerebral parte de la idea de que un hemisferio es el 
rector o controlador principal de la conducta (generalmente el hemisferio izquierdo) 
y que su contraparte diestra juega un papel accesorio o secundario; desde esta 
perspectiva se sobreestima el papel de un hemisferio y se subestima el otro, 
cuando en realidad tienen funciones diferentes y complementarias sin que 
predomine ningún juicio de valor. No obstante lo anterior, se sigue utilizando como 
una cualidad hacia el uso preferente de un hemisferio (del Río-Portilla, 2005). Por 
su parte, Portellano (1992) plantea que la dominancia es el predominio relativo de 
un hemisferio cerebral en la realización de una determinada función cognoscitiva, 
generalmente hace referencia al hemisferio que controla el lenguaje. 
 
Al igual que el término de lateralidad, el término de dominancia hemisférica 
también ha sido aplicado al lenguaje, así, se ha definido como la especialización 
hemisférica cerebral para el procesamiento de material lingüístico, en otras 
palabras, es la capacidad de alguno de los hemisferios para el manejo de los 
signos lingüísticos en su forma oral o escrita tanto en la comprensión como en la 
expresión (Ardila y Rosell, 1992). 
 
Una versión menos radical de la misma idea básica, sostiene que el hemisferio 
dominante contiene la mayoría de estructuras relevantes para el lenguaje respecto 
al otro hemisferio. Esta es una de las propuestas recientes acerca de la 
dominancia cerebral, en la que se acepta el hecho de que ambos hemisferios 
participan en diferentes grados en distintos componentes de la función verbal 
(Helm-Estabrooks, 2005). 
 
21 
 
En general se está de acuerdo en que más del 95% de las personas diestras 
poseen una dominancia para el lenguaje en el hemisferio izquierdo, a pesar de 
esto, con la evolución del concepto de dominancia cerebral se ha ido aceptando el 
hecho de que, incluso en los diestros, el hemisferio derecho contribuye en 
aspectos prosódicos y pragmáticos del lenguaje, lo que puede ser de gran 
relevancia para la rehabilitación verbal (Helm-Estabrooks, 2005) y es 
precisamente en pacientes afásicos recuperados que se ha demostrado la 
participación del hemisferio derecho en procesos lingüísticos (Leger et al., 2002). 
 
Podría decirse entonces que entre los términos lateralidad y dominancia se 
observa una característica común: la especialización de funciones; en el caso de 
la lateralidad, se puede decir que es más específica, limitándose a una o varias 
áreas de uno o ambos hemisferios, y para el caso de la dominancia la 
especialización sería más general, siendo izquierda o derecha del cuerpo (del Río-
Portilla, 2005). 
 
c) Asimetría. 
 
Se define como la participación de ambos hemisferios cerebrales en la conducta, 
aunque de manera diferenciada y cada uno con distinto peso específico en una 
determinada función (Portellano, 1992). Del Río-Portilla (2005), también considera 
que en la asimetría existe la participación de ambos hemisferios, sólo que uno de 
ellos tiene más peso en el proceso conductual y cognitivo, por ejemplo, en el caso 
del lenguaje se ha descrito una mayor participación del hemisferio izquierdo, 
mientras que la prosodia y entonación de las oraciones es realizada en el 
hemisferio derecho, por lo cual se afirma que son complementarios. 
 
El conocimiento de la asimetría funcional se ha logrado estudiando los síntomas 
que presentan los pacientes con una destrucción total o casi total de un hemisferio 
cerebral, o bien, con el comportamiento de pacientes epilépticos con crisis 
intratables farmacológicamente y en los que se practica una sección terapéutica 
del cuerpo calloso, la comisurectomía, que conlleva el funcionamiento por 
22 
 
separado de cada hemisferio (Ortiz-Siordia et al., 2008). Las funciones asimétricas 
más significativas, aunque no las únicas, son: lenguaje hablado, leído y escrito, 
ritmos y melodías, conocimientos de los rostros, del espacio, de las formas 
geométricas y de los objetos (Gil-Verona et al., 2003). 
 
Actualmente se piensa que las capacidades lingüísticas y espaciales son 
asimétricas en el hombre, ya que el lenguaje depende del hemisferio izquierdo, y 
el reconocimiento espacial depende del derecho, mientras que en las mujeres 
ambas capacidades están distribuidas más simétricamente en ambos hemisferios 
(Ortiz-Siordia et al., 2008). 
 
Como se puede apreciar, distintos autores utilizan cualquiera de los tres términos 
para referirse al lenguaje, la diferencia radica en el peso que se le da en cada uno 
de ellos. De acuerdo a la literatura revisada, el término mayormenteutilizado para 
referirse al lenguaje es el de lateralidad, pero al parecer la lateralización tampoco 
es absoluta, ya que se opone a la notable capacidad plástica del cerebro, por 
ejemplo, para compensar lesiones del hemisferio izquierdo en el hemisferio 
derecho, por lo que se ha descrito que el hemisferio derecho también tiene una 
participación relevante en el lenguaje. 
 
Participación del hemisferio derecho en el lenguaje. 
 
Desde el trabajo pionero de Broca en 1865, se sabe que el hemisferio izquierdo es 
el centro lingüístico por excelencia responsable de nuestra comprensión y uso del 
lenguaje, y que las lesiones en este hemisferio, especialmente en la zona temporal 
y frontal producen graves trastornos lingüísticos. No obstante, los estudios 
realizados en las últimas décadas muestran que el hemisferio derecho posee 
también ciertas capacidades lingüísticas (Monsalve y Cuetos, 1996). Se ha 
demostrado entonces, que el hemisferio derecho permite identificar las letras 
individuales (Zaidel, 1998), reconocer ciertas palabras, especialmente si son 
concretas (Eviatar et al., 1990; Rastatter y McGuire, 1990), sustantivos frecuentes 
(Nieto et al., 1999) o realizar el procesamiento semántico (Taylor et al., 1999). No 
23 
 
obstante, tiene ciertas limitaciones ya que no puede procesar pseudopalabras o 
palabras desconocidas y tiene dificultades además en el procesamiento de los 
verbos (Nieto et al., 1999). 
 
En términos generales, el hemisferio derecho es más lento que el izquierdo en 
procesar las palabras, posiblemente debido a que tienen estilos distintos, al 
parecer el hemisferio derecho activa los conceptos semánticos de una manera 
más difusa y lenta, mientras que el izquierdo los activa de una manera más 
focalizada y por ello más rápida (Taylor et al., 1999). 
 
Diferencias sexuales en habilidades cognoscitivas a partir del sistema 
nervioso 
 
Las diferencias sexuales en habilidades cognoscitivas han sido estudiadas desde 
diversas disciplinas tales como la antropología, la sociología, la filosofía, la 
psicología y las neurociencias. Desde la óptica de las neurociencias, se ha 
evidenciado que existen diferencias en la organización funcional del cerebro de 
hombres y mujeres, diferencia que, como se mencionó en el capítulo anterior, 
tienen bases biológicas, pues han sido fijadas por la huella de la evolución, sin 
olvidar la participación de las influencias sociales y medioambientales o 
contextuales, que juegan un papel muy importante en la teoría de la integración y 
en la evolución de las diferencias mentales entre los sexos (Burges, 2006). 
 
Iniciemos por mencionar que varones y mujeres son atraídos hacia distintas 
actividades desde edades muy tempranas. Los niños generalmente realizan 
actividades que les permite agudizar sus capacidades espaciales, sus juegos que 
se realizan generalmente en grupos, incluyen actividades que implican un mayor 
movimiento y destreza física, mientras que las niñas se involucran con mayor 
frecuencia en experiencias que favorecen su capacidad para establecer relaciones 
interpersonales (Ramos, 2001). 
 
24 
 
Desde la infancia son evidentes las diferencias sexuales en algunas habilidades. 
Las niñas sobresalen en actividades que implican la coordinación motora fina, 
memoria, razonamiento abstracto y cálculos aritméticos. Ya en la etapa adulta, las 
mujeres responden de manera más rápida y eficiente a todos los estímulos 
sensoriales, por ejemplo, perciben más fácilmente cambios en el tono y el volumen 
de la voz, tienen mejor memoria visual, visión periférica, mayor sensibilidad táctil y 
reaccionan con mayor rapidez y agudeza al dolor, aunque tienen mayor 
resistencia al dolor crónico. Por otra parte, también se ha encontrado que ejecutan 
mejor tareas que requieren cambios rápidos de atención y precisión, asimismo 
tienen mayor habilidad para realizar distintas actividades a la vez (Ramos, 2001). 
 
Los niños por su parte, muestran una mejor coordinación motora gruesa, tienen 
mayor facilidad para realizar actividades que implica moverse en el espacio, sus 
habilidades espaciales se manifiestan en transformación mental de figuras, 
armado de rompecabezas y dependen menos que las niñas de claves externas 
para guiar su conducta. En la etapa adulta los varones siguen mostrando ventaja 
en actividades que requieren habilidades espaciales, tales como orientación en el 
espacio, rotación mental ó transformación mental de formas; son más hábiles en la 
ejecución de pruebas de razonamiento matemático y principios geométricos 
(Ramos, 2001). 
 
Es importante destacar que las diferencias en algunas habilidades cognoscitivas 
varían con la edad, por ejemplo, en los primeros años de escolarización las niñas 
muestran un mejor desempeño en las tareas matemáticas, situación que se ve 
disminuida posteriormente ya que en los niveles de enseñanza media superior y 
superior se invierte esta situación, siendo los varones quienes muestran una mejor 
ejecución en las tareas matemáticas; en cuanto a las diferencias en la cantidad de 
vocabulario y comprensión de lectura que inicialmente favorece a las niñas 
disminuye con la edad (Ramos, 2001). Respecto a las habilidades espaciales que 
muestran los varones desde la infancia, éstas se mantienen independientemente 
de la edad (Ramos, 2001; Weissa et al., 2003). 
25 
 
Un factor interesante a considerar es la auto-percepción de las habilidades que se 
posee y al género al que se pertenece, para indagar esta situación, Weissa et al. 
(2003), evaluaron la magnitud de la diferencia entre los sexos en cuanto a 
funciones verbales y viso-espaciales, correlacionaron los resultados con un índice 
de auto-percepción de estas habilidades entre hombres y mujeres sanos. En 
general se encontró que las mujeres tuvieron un mejor rendimiento que los 
varones en la mayoría de los test verbales, por su parte, los hombres mostraron 
un mejor rendimiento que las mujeres en las tareas viso-espaciales. En cuanto a la 
escala de auto-percepción los varones consideraron sus habilidades espaciales 
significativamente superiores a las mujeres, mientras que las mujeres no 
estimaron tener habilidades verbales superiores a los hombres. 
 
Como se puede apreciar, hombres y mujeres presentan diferencias en algunas 
conductas y habilidades cognoscitivas, y, si partimos de que toda conducta es 
generada y regulada por el sistema nervioso central, cabría esperar que existan 
diferencias a nivel anatómico, funcional, o ambos en dicho sistema. A continuación 
se describen algunas de esas diferencias existentes. 
 
a) Diferencias anatómicas. 
 
Existe un consenso general en la comunidad científica que respalda la hipótesis 
de las diferencias de género en habilidades cognoscitivas, así, se han llevado a 
cabo un gran número de investigaciones con las que se intenta explicar el porqué 
de estas variaciones. En este contexto, Ankey (1995) y Gur et al. (1999), afirman 
que las diferencias sexuales en las habilidades cognoscitivas se deben a 
diferencias en el tamaño del cerebro, y a la cantidad de materia gris y materia 
blanca que componen el mismo, factores que se vinculan con el desempeño en 
pruebas en las que se evalúan capacidades espaciales y verbales. Estos autores 
también atribuyen las diferencias en habilidades cognoscitivas entre los géneros a 
diferencias sexuales en la organización cerebral, afirman que los hombres tienen 
una mayor lateralidad, es decir, las funciones cerebrales están expresadas con 
mayor participación por uno de los dos hemisferios, mientras que las mujeres 
26 
 
utilizan más los dos hemisferios para razonar. A continuación se mencionan 
algunas de esas diferencias respecto a la organización cerebral. 
 
b) Diferencias funcionales 
 
La teoría más importante acerca de las diferencias sexuales en la organización del 
cerebro, sostiene que si las mujeres y los hombres difieren en susaspectos 
cognoscitivos, es por la manera en la que sus hemisferios están especializados en 
las diferentes tareas o funciones (Kimura, 1987; Kimura, 1992a). Podemos 
encontrar además tres enfoques distintos en cuanto a la explicación cerebral de 
las diferencias mentales existentes entre los sexos: a) las diferencias en 
lateralidad, b) las diferencias intrahemisféricas, y c) el tamaño del cuerpo calloso. 
 
- Lateralidad cerebral en hombres y mujeres. Este enfoque sostiene que las 
mujeres son más bilaterales que los hombres en sus funciones 
cognoscitivas, mientras que en los hombres su cerebro está más 
lateralizado. De acuerdo con la hipótesis de la mayor bilateralidad en la 
mujer, el cerebro femenino tendría repartidas las funciones verbales en 
ambos hemisferios, de manera que la función visual comparte su espacio 
neural con la verbal en el hemisferio derecho. El cerebro masculino, por el 
contrario, tendería a tener centradas sus habilidades verbales en el 
hemisferio izquierdo y el derecho sería utilizado exclusivamente para las 
tareas espaciales (Burges, 2006). 
 
- Diferencias intrahemisféricas. Este enfoque se refiere a la focalización de 
las habilidades cognoscitivas dentro de cada hemisferio. Existe una 
hipótesis firme (Kimura y Harshman, 1984; Kimura, 1987) que sostiene que 
las áreas del lenguaje están más focalizadas en el hemisferio izquierdo en 
las mujeres, específicamente en la región anterior o frontal de éste, 
mientras que en el hombre se encuentran más difusas a lo largo de todo el 
hemisferio izquierdo (Kimura y Harshman, 1984). Esta hipótesis no afirma la 
idea de una mayor lateralidad masculina y una bilateralidad femenina, sino 
27 
 
que sostiene que se da una mayor focalización intrahemisférica femenina, 
por lo que el cerebro masculino y femenino difieren en cómo están 
representadas las funciones dentro de cada hemisferio (Kimura 1992a). 
 
La conclusión a la que se llega con este enfoque es que existen diferencias 
en la organización del cerebro para el habla y las funciones motoras, y esas 
diferencias se encuentran dentro de la organización funcional del hemisferio 
izquierdo (Burges, 2006). 
 
- El tamaño del cuerpo calloso. Un tercer enfoque acerca de las diferencias 
sexuales en el cerebro de hombres y mujeres, se centra en la banda de 
fibras neuronales que conecta ambos hemisferios (cuerpo calloso) como la 
región más importante para la diferenciación cognoscitiva de los sexos. El 
cuerpo calloso es más largo y tiene mayor conexión entre las células 
neurales de los hemisferios en las mujeres que en los hombres. Este tercer 
enfoque puede relacionarse con el primero, para argumentar la mayor 
bilateralidad, ya que si el cuerpo calloso es mayor en las mujeres eso 
significa que existe una mayor conexión entre ambos hemisferios (Burges, 
2006). 
 
Es evidente entonces que entre los dos hemisferios existen diferencias 
anatómicas y funcionales, pero debemos tener presente que además de los 
factores neurofisiológicos, también participan en dichas diferencias los factores 
endocrinos y los factores socioculturales. 
 
c) Factores endocrinos 
 
La organización estructural del cerebro se produce en una etapa precoz de la vida, 
e intervienen en ella las hormonas sexuales. Diversos estudios realizados en este 
campo sugieren que el cerebro de los hombres se organiza de una manera distinta 
al de las mujeres desde una edad muy temprana, las hormonas sexuales dirigen 
esta diferenciación durante el desarrollo, existiendo una relación entre los niveles 
28 
 
de determinadas hormonas y la estructura cognoscitiva de la edad adulta (Gouchie 
y Kimura, 1991). Uno de los hallazgos en relación a este tema, es que las pautas 
cognoscitivas pueden seguir siendo sensibles a las fluctuaciones hormonales a lo 
largo de toda la vida, así, trabajos iniciados por Hampson y Kimura (1998) han 
demostrado que el rendimiento de las mujeres en determinadas tareas cambia a lo 
largo del ciclo menstrual, por ejemplo, los niveles altos de hormonas corresponden 
a una relativa disminución en la capacidad espacial (Halpern y Tan, 2001; Tropp y 
Markus, 2001). 
 
d) Factores socioculturales 
 
Diferentes investigaciones en este campo han puesto de manifiesto que tanto 
factores socio-culturales como la alfabetización, pueden afectar las estrategias 
cognoscitivas para resolver problemas y situaciones, pero no modifican realmente 
la organización hemisférica. Si las diferencias sexuales en la cognición se 
debieran únicamente a lo socio-cultural, éstas deberían ser reforzadas con el 
tiempo, lo que no es así, ya que las diferencias en las capacidades lingüísticas se 
atenúan con el tiempo y las diferencias en las capacidades espaciales se 
mantienen estables. Es difícil pensar que los factores socioculturales por sí solos 
expliquen estas diferencias (Amunts et al., 2000). 
 
Una vez que se tiene una perspectiva de los factores que dan origen a las 
diferencias sexuales, a continuación se describen aspectos neurofisiológicos que 
participan en el lenguaje. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
29 
 
CAPÍTULO 3. ESTRUCTURA CITOARQUITECTÓNICA Y ACTIVACIÓN DE LAS 
ÁREAS DE LENGUAJE. 
 
La corteza cerebral humana difiere con respecto a la corteza de los mamíferos 
inferiores, tanto por su mayor cantidad de corteza asociativa como por el grado de 
diferenciación y especialización regional. Áreas especializadas se diferencian en la 
neocorteza y en el tálamo (complejos areonucleares). Porciones de la pars 
opercularis y triangularis de la circunvolución frontal inferior (área de Broca) junto a 
la región temporal posterior (área de Wernicke) son esenciales para la producción 
y comprensión del habla humana. El lóbulo frontal por delante de las áreas 6 y 8 
de Brodmann representa una adquisición filogenética tardía, solamente 
desarrollada en los primates y también en el hombre, que sirve de sustento a 
actividades altamente discriminativas vinculadas con la planeación, ejecución y 
control de tareas que requieran selección de programas y flexibilidad para su 
aplicación. El lóbulo temporal, en su sector anterolateral, tiene áreas solamente 
compartidas con los primates (como el área 20), o exclusivas del hombre (área 
38), importantes a la hora de valorar la significación vital de los acontecimientos 
intelectualmente captados (Etchepareborda y López-Lázaro, 2005) 
 
Organización citoarquitectónica de la corteza cerebral humana y 
activación de las áreas de lenguaje. 
 
Un referente para la organización arquitectónica de la corteza cerebral es el 
modelo propuesto por Brodmann (Figura 3). 
 
 
 
 
 
 
 
Figura 3. Áreas de Brodmann. 
Tomada de http//www.sistemanervioso.com 
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Siguiendo este modelo, Etchepareborda y López-Lázaro (2005), esquematizan las 
áreas sensoriales y motoras de la siguiente forma: 
 
a) Áreas sensoriales o aferentes. 
Constituyen la integración y formulación del lenguaje interno (Tabla 1). 
 
- Área auditiva primaria (41 de Brodmann). Localizada en la primera 
circunvolución de Heschl y con funciones de recepción del estímulo señal. 
 
- Área auditiva secundaria (42 y 22 de Brodmann). Reconocimiento de los 
sonidos. 
 
- Área auditiva terciaria (21 de Brodmann). Interpretación final de los sonidos. 
En relación directa con el pliegue curvo, área de asociación sensorial. 
 
- Circunvolución del pliegue curvo o angular (39 de Brodmann). La función de 
esta área es asociar las imágenes visuales de los objetos y de las letras 
con las imágenes auditivas de sus nombres, así como de las imágenes 
somestésicas de los objetos con sus correspondientes imágenes visuales 
no verbales y verbales e imágenes auditivas de sus nombres; es el área 
donde se efectúa el llamado intercambio sensorial. El borde superior del 
pliegue curvo en los límites con el área 19 (cisura interparietal) está 
relacionado con el intercambio auditivo-visual de figuras y símbolos

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