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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO ____________________________________________ FACULTAD DE PSICOLOGÍA DIVISIÓN DE INVESTIGACIÓN Y POSGRADO PROCESOS CEREBRALES INVOLUCRADOS EN PERSONAS BILINGÜES CON AFASIA: UNA PROPUESTA DE INTERVENCIÓN T E S I S QUE PARA OBTENER EL GRADO DE MAESTRA EN PSICOBIOLOGÍA P R E S E N T A : BEATRIZ GONZÁLEZ CALDERÓN DIRECTORA DE TESIS: DRA. IRMA YOLANDA DEL RÍO PORTILLA COMITÉ DE TESIS: DR. CÉSAR CASASOLA CASTRO DR. FELIPE CRUZ PÉREZ DRA. MARÍA DOLORES RODRÍGUEZ ORTIZ DR. JOSÉ LUIS DIAZ MEZA MÉXICO, D.F. 2012 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. AGRADECIMIENTOS A la Universidad Nacional Autónoma de México, por abrirme sus puertas y brindarme la oportunidad de crecer académica y personalmente. A la Dra. Irma Yolanda del Río Portilla, por el interés en formar en mí desde la licenciatura una capacidad crítica y analítica. Gracias por tu confianza y porque fuiste la primera que creyó y apoyó esta idea. Es un gusto llegar a tu laboratorio porque sé que siempre seré recibida con una sonrisa! Eres todo un ejemplo a seguir. Gracias por todo Yola! Al comité de tesis, Dra. María Dolores Rodríguez Ortiz, Dr. José Luis Díaz Meza, Dr. Felipe Cruz Pérez y Dr. César Casasola Castro, por su excelente criterio y valiosas aportaciones para mejorar este trabajo. Al Dr. Fernando Cuetos Vega, catedrático de la Universidad de Oviedo (Asturias, España) y reconocido investigador en el área de lenguaje y las afasias, por sus contribuciones vía electrónica a este trabajo. Gracias además por compartir desinteresadamente sus amplios conocimientos y experiencia. Espero volver pronto! A la Lic. Ana Eugenia Díaz de León, porque fuiste quien despertó en mí desde la licenciatura el interés por el estudio del lenguaje, pero sobre todo, gracias por tu confianza y apoyo incondicional durante todo el tiempo que compartimos juntas. Al Lic. Jaime Flores Suaste, director del CCH Sur por todo el apoyo institucional brindado para la culminación de este trabajo. Gracias además por la confianza que ha depositado en mí. A la Mtra. Georgina Balderas Gallardo, jefa de la Unidad de Planeación del CCH Sur. Gina, gracias infinitas por impulsar la conclusión de esta tesis, pero sobre todo gracias por tu amistad! Al Mtro. Aníbal David Cambrón Ortiz, por su apoyo para atender todos esos últimos detalles técnicos del documento que me parecían secundarios, y que al final reparé en su importancia. Gracias por todas esas horas de asesoría y por toda tu paciencia! A la Dra. Jeannette Gorn, porque con tu experiencia profesional y de vida has ayudado a dar una mejor estructura a mi persona, que se ve reflejada en la calidad de mi vida emocional. Esta tesis es parte del resultado de lo que hemos trabajado. A la División de Educación Continua de la Facultad de Psicología de la UNAM, por el apoyo brindado a través del Programa “Titúlate/Gradúate”. Gracias por los seminarios y asesorías. Con especial agradecimiento al Lic. Juan Manuel Gálvez por estar al pendiente de los avances y por ser parte de este proceso. Al STUNAM por la beca otorgada para la realización de este trabajo. DEDICATORIAS A mi enorme familia por ser mi principal soporte y porque lo grande va mucho más allá del número!! A mis padres Lorenza Calderón Flores y Fausto González Pérez por ser unos guerreros de la vida. Mi gratitud eterna por todo su apoyo incondicional. A mis hermanos Mauricio, Carlos, Blanca, Lino, Eugenia, Lulú, Mary, Fausto, Julia y Romo, por compartir, por escuchar, por entender, por estar. Un agradecimiento infinito por abrigarme con su cariño, sobre todo en los momentos de mayor dificultad de mi vida. A mis sobrinos Beto L., Enrique, Daniel, Caro, Manuel, Beto E., Gustavo, Gely, Ara, Jimena, Cristy, Natan, Sebastián, Emilio, Diego y Ángel, de todas las edades y temperamentos. Con mucho cariño para ustedes porque me han enseñado a disfrutar de las cosas más simples de la vida y porque estamos conectados por un lazo que va mucho más del sanguíneo. Gracias a todos por demostrarme tanta confianza, seguiré siendo su cómplice por siempre! Los amo. Una dedicatoria muy especial a mis sobrinos Juan Chávez González y Santiago González Suárez, esos dos angelitos que nos observan y cuidan desde un cielo lleno de estrellas y que sin duda son parte de la corte celestial. Dios quiso que el momento de conocernos se prolongara. Son y serán parte de nuestra familia. Los amamos. A mis cuñados (a) José Luis López, Pedro Tavera, Claudio Estrada, Juan Chávez, Álvaro Alcántara y Mónica Suárez, por el apoyo brindado en distintos momentos, pero sobre todo, por ser también parte de mi familia. A mis amigos Héctor Martínez, Octavio Moreno, Karina Ramos, Cosme Aguilar, Adriana Pacheco, Beto Montaño, Gloria Melchor, Luciano Domínguez, Jazmín Leos, Lorena Delgadillo, José Luis Sánchez, Carmen Cruz, Rocío Pérez, Karina Martínez, Pilar Pérez, Martha Castillo, Araceli Sosa, Gina Balderas, Lety Cuevas, Cristy Téllez, Doris Flores, Rosa Angélica Gómez, Inés Chávez, M. Ángel Mejía, Ricardo Aguilar, Héctor Montes, Ulises Zamudio, Rocío Zaldívar y Margarita Herrera, porque han sabido estar en distintos momentos de mi vida. Mis compañeros en tantas aventuras!! Gracias por la generosidad de su tiempo y por albergarme en su corazón. El cariño de todos ustedes es el único capital que me interesa proteger. A la vida porque desde una edad muy temprana me ha enfrentado a difíciles situaciones, pero gracias a eso fui descubriendo mi potencialidad. Gracias por enseñarme que las ilusiones superan las adversidades. A través de los años y las pruebas que me has puesto, he aprendido a valorarte y a disfrutarte más y más… Viva la vida!! He sido una persona afortunada en la vida… nada me ha sido fácil Sigmund Freud Cuando se perdieron las palabras (Ricardo Gaspari*) Y de pronto se perdieron las palabras. Sólo las formas y las cosas perduraban pero había olvidado el modo de llamarlas. Un relámpago había borrado de mi memoria el lenguaje heredado de otros siglos y el que descubría cotidianamente. Tenía que reinventar el mundo que me circundaba porque ese universo sólo estaba en la palabra. Y recién supe que el silencio es mera pausa la que separa el ser del no ser de la existencia. Porque ya no importaba descubrir la belleza mientras no pudieradecirlo con palabras. Y recién supe que la contemplación es un sordo e inútil llamado a los sentidos, que sin palabras se torna regresiva se bloquea la inteligencia más profunda y que también el sentimiento, el más puro, el más noble, necesita expresarse con palabras. * Ricardo Gaspari se recuperó de una Afasia gracias al apoyo de la FAA (Fundación Argentina de Afasia) I ÍNDICE RESUMEN ......................................................................................................................................... 1 INTRODUCCIÓN .............................................................................................................................. 2 CAPÍTULO 1. ORIGEN Y EVOLUCIÓN DEL LENGUAJE ........................................................ 7 Estructuras anatómicas que posibilitan el lenguaje articulado .......................................... 8 a) Encéfalo ..................................................................................................................... 8 b) Aparato bucofaringolaríngeo ................................................................................ 11 Teorías sobre el origen del lenguaje ................................................................................... 16 a) Teoría gestual. ........................................................................................................ 16 b) Teoría social. ........................................................................................................... 16 c) Teoría neurobiológica. ........................................................................................... 17 d) Hipótesis del hombre cazador. ............................................................................. 18 CAPÍTULO 2. LATERALIDAD CEREBRAL .............................................................................. 19 Lateralidad. .............................................................................................................................. 19 Dominancia. ............................................................................................................................. 20 Asimetría. ................................................................................................................................. 21 Participación del hemisferio derecho en el lenguaje. ....................................................... 22 Diferencias sexuales en habilidades cognoscitivas a partir del sistema nervioso ....... 23 a) Diferencias anatómicas. ........................................................................................ 25 b) Diferencias funcionales .......................................................................................... 26 c) Factores endocrinos ............................................................................................... 27 d) Factores socioculturales ........................................................................................ 28 CAPÍTULO 3. ESTRUCTURA CITOARQUITECTÓNICA Y ACTIVACIÓN DE LAS ÁREAS DE LENGUAJE. .............................................................................................................................. 29 Organización citoarquitectónica de la corteza cerebral humana y activación de las áreas de lenguaje. .................................................................................................................. 29 a) Áreas sensoriales o aferentes. ............................................................................. 30 b) Áreas motoras o efectoras (Tabla 2). .................................................................. 31 Actividad cerebral durante el proceso de lectura silenciosa ............................................ 33 Actividad cerebral durante el proceso del habla ................................................................ 35 Actividad cerebral durante la prosodia emocional ............................................................. 36 Un modelo de organización de lenguaje ............................................................................ 37 CAPÍTULO 4. FACTORES NEUROFISIOLÓGICOS DEL BILINGÜISMO .......................... 43 CAPÍTULO 5. AFASIAS ............................................................................................................... 49 Definición. ................................................................................................................................ 49 Causas. .................................................................................................................................... 49 Clasificación. ........................................................................................................................... 50 1. Clasificación de Luria ............................................................................................. 50 2. Clasificación de Benson y Ardila .......................................................................... 54 II CAPÍTULO 6. DIAGNÓSTICO Y PATRONES DE RECUPERACIÓN EN LA AFASIA BILINGÜE ........................................................................................................................................ 64 Diagnóstico .............................................................................................................................. 64 a) Programa integrado de exploración neuropsicológica - Test de Barcelona (versión abreviada y estandarizada para población mexicana). ............................. 64 b) Test de Boston. ....................................................................................................... 64 c) Prueba de afasia para bilingües: Test de Paradis ............................................. 65 d) Evaluación Neurolingüística de las Alteraciones de Lenguaje (ENAL) .......... 66 e) Test de Stroop......................................................................................................... 67 f) Cuestionario sociolingüístico ................................................................................ 67 Patrones de recuperación del idioma en personas bilingües afásicas .......................... 68 CAPÍTULO 7. PROPUESTA DE INTERVENCIÓN EN PACIENTES BILINGÜES AFÁSICOS....................................................................................................................................... 72 Tipos de intervención en afasia. .......................................................................................... 73 Diseño de rehabilitación. ....................................................................................................... 76 PROGRAMA DE REHABILITACIÓN................................................................................... 78 Objetivos generales: ...................................................................................................... 78 Objetivos particulares: ................................................................................................... 78 Características de los pacientes .................................................................................. 79 Diagnóstico neuropsicológico. ...................................................................................... 79 Información general del paciente ................................................................................. 79 Número de sesiones. ..................................................................................................... 79 Duración de las sesiones. ............................................................................................. 80 Selección del idioma con el que se llevará a cabo la rehabilitación. ...................... 80 Periodo total de tratamiento. ......................................................................................... 80 Fin del tratamiento. .........................................................................................................80 Diseño para la rehabilitación. ........................................................................................ 80 Esquema de trabajo. ...................................................................................................... 81 Seguimiento del desempeño diario. ............................................................................ 81 Evaluación continua. ...................................................................................................... 81 Evaluación del tratamiento. ........................................................................................... 81 Criterios de superación de las distintas áreas de intervención. .............................. 81 TAREAS A REALIZAR EN CUALQUIERA DE LAS DOS LENGUAS ............................ 82 ÁREAS DE INTERVENCIÓN: .............................................................................................. 82 1. Etapa previa: Intervención logopédica. .................................................................. 82 2. Expresión oral. ............................................................................................................ 83 3. Comprensión verbal / comprensión auditiva .......................................................... 90 4. Comprensión de lenguaje escrito y razonamiento verbal .................................... 93 5. Proceso de escritura .................................................................................................. 96 6. Relaciones espaciales ............................................................................................... 98 7. Tareas lingüísticas de traducción ............................................................................ 99 Consideraciones neuroanatómicas acerca de la rehabilitación .................................... 102 CAPÍTULO 8. DISCUSIÓN ......................................................................................................... 105 III ALCANCES Y LIMITACIONES .......................................................................................... 116 REFERENCIAS ............................................................................................................................ 118 ANEXO 1 ....................................................................................................................................... 132 ANEXO 2 ....................................................................................................................................... 133 ANEXO 3 ....................................................................................................................................... 134 ANEXO 4 ....................................................................................................................................... 135 ANEXO 5 ....................................................................................................................................... 136 ANEXO 6 ....................................................................................................................................... 136 ANEXO 7 ....................................................................................................................................... 137 ANEXO 8 ....................................................................................................................................... 137 1 RESUMEN Se ha descrito que las funciones cerebrales están especializadas, ya que un hemisferio predomina en alguna función, tal es el caso del lenguaje. Se ha reportado que los pacientes afásicos pueden recuperar su comunicación una vez que se han sometido a un proceso de rehabilitación. Recientemente se empieza a dar énfasis a la intervención terapéutica de pacientes bilingües afásicos a fin de recuperar el lenguaje a través de una u otra lengua. El presente trabajo es una aproximación al estudio y rehabilitación de pacientes bilingües afásicos (español-inglés). El interés en este tipo de población radica en la posibilidad de tener una vía alterna a nivel cerebral para su recuperación funcional, esto podría deberse a que el aprendizaje de una segunda lengua permite una mejor compensación inter-hemisférica e intra-hemisférica, lo que permite una mejor recuperación después de una lesión cerebral. Para proponer un esquema de rehabilitación se sugiere una serie de actividades que se ajustarán a las necesidades de cada paciente. Con esta propuesta de intervención se pretende contribuir a la recuperación de la capacidad de comunicación de los pacientes, además de identificar los procesos cerebrales involucrados en cada una de las tareas cognoscitivas propuestas. Palabras clave: Lenguaje, afasia, bilingüe, rehabilitación ABSTRACT It has proven that brain functions are specialized, because a hemisphere predominates in certain functions, such as of language. It has been reported that aphasic patients can recover their communication skills once they have undergone a process of rehabilitation. Recently it has been given more attention or importance to therapeutic intervention of bilingual aphasic patients to recover speech by using one of the languages (either the mother tongue or the second language). The main goal of this paper is to approach the study and rehabilitation of aphasic bilingual patients (Spanish-English, mother tongue- second language). The interest on this kind of population lies on the possibility of having an alternative pathway for function brain recovery, this could be a result of the fact that learning a second language allows a better compensation of the brain hemisphere and as a consequence a better recovery after brain injury. The proposed recovery scheme includes patient specific activities. This proposed scheme of intervention is aimed to contribute to the recovery of the patient communication skills and to identify the brain processes involved in each of the proposed cognitive activities. Key words: Language, aphasia, bilingual, rehabilitation 2 INTRODUCCIÓN Uno de los procesos cognoscitivos más interesantes tanto por su complejidad y diversidad es el lenguaje, y es precisamente esta facultad cognoscitiva la que ha alcanzado un mayor desarrollo en la especie humana. La importancia de su estudio radica en lo esencial que es en nuestra vida cotidiana, ya que permite la comunicación con los demás; por otro lado, es responsable del rápido incremento de nuestro conocimiento, de la intensidad de nuestras relaciones interpersonales, y de la complejidad de nuestro pensamiento abstracto e imaginativo. La riqueza del lenguaje radica entonces en su capacidad simbólica, es decir, de la capacidad de generación y comprensión de símbolos lingüísticos y con ello producir y comprender un número ilimitado de palabras, frases, ideas, pensamientos, etc.; estas características básicas hacen que el lenguaje humano sea totalmente distinto a cualquier otro sistema de comunicación animal (Berko y Bernstein, 2000; Dick et al., 2001). En la actualidad, las nuevas tecnologías para analizar la neuroanatomía del lenguaje han transformado las relaciones entre cerebro y lenguaje, aunque hay aspectos teóricos que aun conservan su validez, por ejemplo, el hecho de que el hemisferio izquierdo es el dominante para el lenguaje en la mayoría de las personas diestras, que las lesiones anteriores producen por lo general afasias no fluidas o que las lesiones posteriores generalmente causan lesiones fluidas. En contraste con esta visión esquemática, aunque clínicamente relevante, los estudios actuales de neuroimagen muestran una amplia participación del cerebro en muchas actividades lingüísticas. Así, la investigación contemporánea en neuroanatomía del lenguaje ha clarificado el grado en que todo el cerebro está implicado en los procesos de generación de lenguaje,por ejemplo: la producción verbal de una palabra implica las siguientes estructuras cerebrales: sistema activador reticular ascendente, cerebelo, ganglios basales, sistema límbico, algunas regiones del hemisferio derecho, las áreas del hemisferio izquierdo de Wernicke, de Broca y la motora suplementaria (Helm-Estabrooks, 2005). 3 Se sabe entonces, que las estructuras neuroanatómicas específicas nunca funcionan de manera completamente aislada de las otras áreas cerebrales, todas las habilidades cognoscitivas como es el caso del lenguaje, se llevan a cabo a partir de la interacción dinámica de múltiples regiones anatómicas, es decir, de redes neuronales superpuestas e interconectadas, ampliamente distribuidas por todo el cerebro y que realizan sus funciones neuronales específicas, tanto de forma secuencial como en paralelo (Helm-Estabrooks, 2005). Por otro lado, para tratar de entender la complejidad del lenguaje se ha propuesto abordarlo desde tres perspectivas: 1) Comprensión del lenguaje en distintos niveles, desde la percepción de los sonidos hasta la comprensión de frases, discursos o textos con un alto nivel de complejidad. 2) Producción del lenguaje, que va desde la producción de los distintos sonidos propios de una lengua determinada, iniciando con la repetición de sonidos, palabras y frases, hasta el habla espontánea o la producción de un discurso. En este rubro se investigan además, los efectos de las alteraciones del funcionamiento lingüístico de sujetos con lesiones cerebrales, en los que aparece una pérdida o deterioro de las reglas arbitrarias de asociación simbólica y estructuración lingüística, así como de la capacidad de generación de elementos verbales, y en los que las diferentes unidades de la lengua pueden estar afectadas en diferente magnitud, en su vertiente perceptiva, comprensiva, productiva o ambas. Así, los trastornos del lenguaje juegan un papel importante en la comprensión del procesamiento normal del lenguaje, ya que dichos funcionamientos patológicos permiten conocer los efectos de las alteraciones en distintas áreas y 3) Adquisición de la lengua materna o de una segunda lengua (Belinchón, et al., 1992; Vega y Cuetos, 1999; Berko y Bernstein, 2000). Respecto a los trastornos en el funcionamiento lingüístico, resulta pertinente resaltar que cualquier alteración grave del lenguaje afecta los distintos ámbitos de la vida cotidiana del individuo. Las relaciones interpersonales sociales y familiares se ven afectadas con un rápido decremento o pérdida de las relaciones laborales, 4 ya que de ser personas altamente productivas pasan a ser personas sociológica y económicamente dependientes. Por otro lado, el área cognoscitiva también va a verse afectada ya que la mayoría de las veces las lesiones cerebrales afectan a más de un sistema cognoscitivo tales como la atención, percepción, memoria o el razonamiento, que a su vez, se verán afectados conjuntamente con las capacidades verbales o comunicativas (Silveri y Misciagna, 2000; Vendrell, 2001; Dominey, et al., 2003). Siguiendo con este punto, uno de los trastornos de lenguaje más estudiados en el ámbito de la neuropsicología que reúne las características antes mencionadas es la afasia, que consiste en un deterioro adquirido del lenguaje oral, escrito o mímico, en su faceta de comprensión, producción o en ambas, a partir de una lesión cerebral localizada una vez que el lenguaje ya ha sido adquirido. Este trastorno se presenta tanto en personas monolingües como bilingües, siendo la segunda modalidad la que interesa en el presente trabajo. Pero, ¿Por qué el interés de trabajar con pacientes bilingües?. En primer lugar, mencionemos a manera de contexto, que nos encontramos en una sociedad en la que el conocimiento o dominio de dos o más lenguas por parte de un mismo individuo no es un fenómeno excepcional, sino más bien, una situación cotidiana y común para un número de personas cada vez mayor. Actualmente, existe una gran cantidad de instituciones educativas, no sólo a nivel nacional, en donde se estimula el manejo de dos o incluso más idiomas. Es evidente que nadie cuestiona este contacto interlingüístico, por el contrario, es bien recibido en nuestra sociedad puesto que abre una gran cantidad de oportunidades en distintas áreas del individuo, tales como la académica, social y laboral. Así, el bilingüismo ha conducido a neurofisiólogos y neuropsicólogos a cuestionarse acerca de la forma en que dos lenguas se procesan en el cerebro. A partir de este interés, surge relativamente reciente una línea de investigación que trata de desarrollar modelos teóricos que expliquen los procesos cerebrales que ocurren en personas bilingües, con y sin alteraciones cerebrales. 5 Los primeros fundamentos neurobiológicos de los pacientes bilingües, surgen a raíz de la recuperación dispar de los distintos idiomas, la hipótesis de los sustratos distintos de uno y otro lenguaje en el cerebro bilingüe, era la mejor explicación frente a los distintos patrones de recuperación (Paradis y Goldblum, 1989). Posteriormente, estas afirmaciones comenzaron a ser cuestionadas, ya que existen mayores precisiones en la formulación metodológica, y se cuenta además con el avance en los métodos de neuroimagen, por lo que algunos resultados recientes proponen que en este proceso existen sustratos neurobiológicos compartidos (Hull y Vaid, 2007). Actualmente no existe un consenso respecto a esta situación, por lo que neurofisiólogos, neuropsicólogos y psicolingüistas siguen en la búsqueda de la consolidación de modelos teóricos. Como se mencionó anteriormente, la afasia es uno de los trastornos mayormente estudiado, y una modalidad que empieza a cobrar relevancia es la afasia en bilingües. Además de la búsqueda de modelos teóricos que fundamenten la participación de distintas áreas cerebrales en el bilingüismo, de manera paralela se pretende conocer los factores responsables en el patrón de recuperación que sigue cada lengua después de una lesión. Con base en lo anteriormente expuesto, surge el interés por adentrarnos en el conocimiento de las afasias en pacientes bilingües, pero sobre todo, en su rehabilitación. Otro de los factores que motivó el inicio de este trabajo, radica en la escasa literatura que existe respecto a los patrones de recuperación, tanto en el ámbito de la comprensión como en el de la producción. El esquema de exposición desarrollado en el marco teórico del presente trabajo, intenta recoger los fundamentos teóricos que brinden solidez a la propuesta de rehabilitación. Así, dado el interés que ha generado el estudio del lenguaje desde sus orígenes, se hace una breve revisión al respecto (capítulo 1), una vez que se tiene una panorámica general de la génesis del lenguaje, nos adentramos al proceso de rehabilitación de un paciente bilingüe afásico, que inicia con la comprensión de la neuroanatomía del lenguaje (capítulos 2 y 3), así como de los 6 factores neurofisiológicos del bilingüismo (capítulo 4), posteriormente se revisa la neuropatología de la afasia (Capítulo 5). El éxito de un programa de rehabilitación de este tipo de desorden de lenguaje, se basa en las fortalezas del paciente, es decir, de las áreas conservadas en la cognición, la memoria y por supuesto la comunicación tanto verbal como no verbal, de ahí la importancia de realizar un diagnóstico preciso (Capítulo 6), que será entonces la base de la propuesta de intervención (capítulo 7). Con ello se pretende contribuir a un mejor manejo de la afasia en pacientes bilingües, sin que con ello se intente cubrir todos los aspectos presentes de este trastorno dada la complejidad del lenguaje. El presente trabajo tiene como propósito entonces, la aportación de una serie de estrategias que sirvan como base para la conformación de un modelo deintervención terapéutica que contribuya a la rehabilitación de pacientes con estas características. Con este tipo de propuestas de intervención, se podría por un lado, dar respuesta a las necesidades de recuperación de los pacientes bilingües afásicos, y por otro, contribuir a la investigación básica con un seguimiento a nivel neuroanatómico, ya que la rehabilitación en este tipo de pacientes no está ampliamente documentada, a diferencia de la que está dirigida a los pacientes afásicos monolingües. Los fundamentos teóricos expuestos tienen la intención de proporcionar evidencia a favor de la validez de algunos componentes y mecanismos implicados en el procesamiento del lenguaje, tanto en sus aspectos naturales como en las afasias, por otro lado, tener referentes teóricos que fundamenten la estrategia de rehabilitación. Centrar la propuesta en la población mexicana, supone además una contribución importante. 7 CAPÍTULO 1. ORIGEN Y EVOLUCIÓN DEL LENGUAJE A lo largo de toda la historia ha existido un gran interés sobre los orígenes del lenguaje, es por ello que ha sido estudiado desde diversas disciplinas que han arrojado investigaciones contemporáneas en lingüística, antropología, psicología comparada y genética, cuyos resultados han permitido avanzar significativamente en la comprensión sobre los orígenes del lenguaje humano (Tallerman, 2005). La importancia del lenguaje radica en que es uno de los rasgos de conducta más distintivos de nuestra especie, ya que ningún otro animal se comunica de la manera en que lo hacemos nosotros. Por este motivo, sólo la comunicación humana puede ser llamada “lenguaje”, siendo los sistemas de comunicación entre animales “medios de transmisión de información no lingüísticos”. En este contexto, Chomsky (1968, en Campillo-Valero y García-Guixé, 2005) descarta que el lenguaje sea solamente una forma superior de alguna función animal, considera entonces que el lenguaje es un fenómeno cualitativamente nuevo y, como tal, no tiene una verdadera analogía dentro del mundo animal. En la actualidad se afirma que el lenguaje evolucionó en los seres humanos gracias a la tendencia instintiva para hablar, pero se sigue cuestionando cuándo se originó y cómo tuvo lugar esa evolución. Por un lado, se afirma que emergió tempranamente en la historia de los homínidos y, siguiendo un proceso de evolución lento y gradual, llegó a la forma moderna en tiempo reciente, por otro lado, se dice que el lenguaje tuvo una aparición muy tardía y sufrió una evolución muy rápida. Las bases en que se apoyan estos argumentos son muy variadas: algunas hacen referencia a la base anatómica, otras a las prácticas culturales, o bien, al establecimiento de nexos comparativos con los gritos o sonidos emitidos por diversos animales (Campillo-Valero y García-Guixé, 2005). Tratar de entender la evolución del lenguaje, nos conduce a su filogénesis que es de por lo menos dos millones de años atrás, al parecer dicha evolución ha tenido distintos grados sucesivos, es decir, el camino que conduce a él es la suma de 8 una serie muy diversa de aptitudes comunicativas. Esa capacidad comunicativa toma un rumbo distinto a partir de la aparición de un sistema de producción eficaz de sonidos (aparato bucofaringolaríngeo) y de un medio de identificación fonético/semántico que relaciona las combinaciones de sonidos con significados (gracias a la compleja red de conexiones neuronales que en gran parte se ignoran) (Campillo-Valero y García-Guixé, 2005). Otro aspecto que ha sido de gran interés es el referente a los cambios que ha sufrido el cerebro a lo largo de la evolución humana, estas variaciones se han podido constatar a partir del aumento progresivo de su volumen y mediante la determinación de ciertas áreas o regiones a partir de la elaboración de moldes endocraneales, sin embrago, no se tiene una base anatómica comprobada de la evolución de nuestro aparato bucofaringolaríngeo. Esta circunstancia ha permitido aceptar soluciones hipotéticas, cuyas bases son todavía discutibles (Campillo- Valero y García-Guixé, 2005). Es evidente que para poder hablar se necesitan unos órganos adecuados que hoy en día sólo poseemos los humanos, pero además se precisa tener algo que decir, sea por la necesidad de transmitir lo que pensamos a otras personas y que éstas nos comprendan, así como entender sus respuestas, con lo cual queda establecido un diálogo con plena conciencia de su contenido. : indudablemente, como dijo Tobias (1997), se habla con el cerebro. Revisemos entonces de manera general las estructuras anatómicas que posibilitan la articulación del lenguaje. Estructuras anatómicas que posibilitan el lenguaje articulado a) Encéfalo Como ocurre con muchas funciones mentales complejas, el lenguaje no puede ser delimitado a áreas cerebrales concretas, es decir, no existe un centro cerebral del lenguaje ya que es una función global. No obstante, se ha determinado que el hemisferio izquierdo está implicado en mayor medida con las funciones de 9 lenguaje, gracias a una gran variedad de estudios basados en sus trastornos se han podido localizar áreas específicas responsables de dichas patologías. Así, Broca determinó que las lesiones situadas en la región pre-rolándica de la tercera circunvolución inferior cerebral del hemisferio izquierdo, daban lugar a la afasia motora, en la que el paciente no puede articular palabras. Posteriormente, Wernicke describió la afasia expresiva, que consiste en la dificultad en la comprensión del lenguaje hablado, cuyo origen se localiza en la primera circunvolución temporal del hemisferio dominante. Actualmente se sabe que la transmisión de mensajes entre las áreas de Broca y Wernicke se realiza a través de los fasciculus arcuatus, sin embargo, no se conoce el mecanismo intrínseco por el que se rige nuestro encéfalo y cómo permite la asociación de fonemas, la comprensión gramatical, la asociación de ideas u otros muchos mecanismos imprescindibles para el lenguaje (Boyd y Silk, 2001). Respecto al volumen cerebral, se ha comprobado un progresivo aumento del mismo a lo largo de la evolución de los homínidos (Figura 1). El volumen cerebral aceptado para los australopitecinos oscila alrededor de 450-500 cm3, similar al de los chimpancés y se considera voluminoso para su talla, que no solía sobrepasar los 110 cm3. en las formas gráciles y los 140 cm3. en las robustas. En los H. habilis, el volumen se sitúa alrededor de los 700 cm3, siendo su estatura algo mayor. La morfología de los H. erectus era similar a la del hombre actual, pero su encéfalo tenía un volumen aproximado de unos 1.000 cm3. H. sapiens neanderthalensis tenía un cerebro voluminoso, de unos 1.500 cm3. Todos los H. sapiens sapiens, entre los que nos incluimos nosotros, tiene un volumen encefálico promedio de 1.400 cm3, con importantes oscilaciones que no siempre están en relación con el volumen corporal. No obstante, está demostrado que no existe una correlación directa entre el tamaño cerebral y la capacidad lingüística (Boyd y Silk, 2001). 10 Si bien es cierto que los cerebros no se fosilizan, la morfología del encéfalo en los homínidos se ha logrado estudiar mediante su modelado a partir del endocráneo. En estos moldes endocraneales se ha podido observar una morfología cerebral muy similar a la actual: todos son girencefálicos y en algunos suelen verse las improntas de las cisuras de Silvio (sulcus lateralis) y de Rolando (sulcus centralis), incluso, en ocasiones se puede apreciar en algunos moldes el área de Broca (pars triangularis). Estas estructuras también se observan en orangutanes, gorilas y chimpanés actuales, que solamente difieren en cuanto al volumen cerebral y en una menor operculización de la cisura de Silvio. Esta circunstancia, que consisteen una expansión de la corteza cerebral hacia el endoencéfalo, que en su fondo se amplía dando lugar a una cavidad virtual que origina el lóbulo de la ínsula (lobus insularis o ínsula), permite incrementar considerablemente la superficie cortical ocupada por las áreas neuronales (Campillo-Valero y García-Guixé, 2005). Por otro lado, Tobias (1997), afirma que en Australopithecus africanus, una especie de australopitecino, se dio un cambio estructural en las áreas de Broca y Figura 1. Esquema comparativo de las capacidades craneanas de un gorila actual (A), un representante del género Australopithecus (B), un espécimen de Homo erectus (C), y un humano actual (D). (Tomado de Campillo-Valero y García-Guixé, 2005). A D C B 11 Wernicke, más acusadas en H. habilis. Este mismo autor en 1973 identificó en el cráneo del espécimen OH 24 (H. habilis) impresiones del lóbulo parietal superior e inferior, en las que creyó identificar el área de Broca y parte del área de Wernicke, y desde 1979 defiende la capacidad lingüística de H. habilis. Al parecer, la observación de la pars triangularis del lóbulo frontal en moldes endocraneales no es tarea fácil por lo que existen dudas que su impronta se vea con frecuencia. En el caso de las intervenciones neuroquirúrgicas, tras la apretura de la duramadre, no siempre se determina con facilidad dicha área y requiere una meticulosa inspección para localizarla con exactitud (Campillo-Valero y García- Guixé, 2005). En cuanto a la superficie endocraneal, en el momento del nacimiento aún no se observan impresiones digitales, debido a que éstas se forman durante la fase de expansión del cerebro y se visualizan a partir de los 2 años, alcanzando su máximo desarrollo a los 4-5 años, y lentamente se atenúan desapareciendo casi completamente a los 10 años (excepto en los techos de las órbitas). Algo similar ocurre con las cisuras de Silvio y de Rolando. Se cree que esta remodelación de la tabla interna se debe a la detención de la expansión encefálica alrededor de los 5 años, ya que el latido cerebral se amortigua por el líquido cefalorraquídeo situado en el interior de los espacios subaracnoideos y a partir de esa edad comienza el engrosamiento del hueso craneal que prosigue hasta la senectud (Campillo- Valero, 2002). b) Aparato bucofaringolaríngeo Es importante señalar que los humanos no tenemos un órgano fonador específico, el hecho de que las lenguas tengan una expresión fónico-acústica, donde el trabajo de ciertos órganos produce los sonidos y el aparato auditivo los capta, es el resultado de un largo y complejo proceso de evolución. Evolutivamente hablando, la producción de sonidos ha aparecido como una función secundaria, ya que los órganos que producen la fonación están diseñados para otras finalidades: 12 los pulmones y la laringe garantizan la respiración; la boca, los dientes y la lengua nos sirven para ingerir y masticar los alimentos (aparte de distinguir los diferentes gustos) y la nariz sirve para respirar así como para discriminar olores (Campillo- Valero, 2002). Desde los primeros homínidos hasta el Homo sapiens, ha habido como mínimo dos modificaciones importantes que han permitido la aparición del habla hace 2,5 millones de años: el grado de flexión de la base del cráneo junto con el descenso de la laringe (que forzosamente tendrá que ver con el hecho de caminar erguidos) y la modificación de algunos mecanismos respiratorios, que nos han permitido comer por un lado, o hablar y respirar a la vez por otro. En cambio, en el resto de los mamíferos, el esófago y la tráquea pueden funcionar simultáneamente. En los humanos, este descenso conlleva una pérdida de eficacia en la respiración y el olfato, pero se gana en la capacidad de modular una amplia serie de sonidos diferentes (Martin, 2003). Si bien es cierto que no existe un órgano específico fonador, la presencia del aparato bucofaringolaríngeo es esencial, pues de él depende la modulación del aire espirado que da origen a los sonidos, posibilitando así, el lenguaje articulado. La posición baja de la laringe es exclusiva del hombre moderno (Fig. 2). La glotis evita la entrada de los alimentos en la tráquea, circunstancia que nos impide deglutir y respirar al mismo tiempo, pues correríamos el riesgo de que lo que ingiriéramos, sólido o líquido, penetrase en nuestros pulmones poniendo en peligro nuestra vida, pero tiene la excepción de los bebés de nuestra especie que conservan la posición alta de la laringe hasta aproximadamente los dos años de edad (Campillo-Valero y García-Guixé, 2005). 13 Figura 2. Diferencias anatómicas entre el aparato fonador de los primates y del humano (Tomado de Campillo-Valero y García-Guixé, 2005). El descenso y alargamiento de la faringe, se observa tanto en la ontogenia como en la filogenia de la especie humana. A partir de los tres meses de edad, los bebés empiezan un descenso paulatino y lento de la laringe que culmina en una primera fase hacia los 3 o 4 años y, en una segunda y fase final, en la pubertad de los varones. Es por esta razón que durante la lactancia, un bebé puede amamantarse y respirar a la vez (al igual que en el resto de los mamíferos), al tener la laringe en una posición elevada que le permite conectarse con la cavidad nasal, cosa que no será posible en una etapa posterior (Martin, 2003). El aire espirado pasa por la hendidura de las cuerdas vocales y la lengua humana, cuya situación es muy posterior con relación a la faringe, modula su salida y es fundamental para la emisión de las palabras. La amplia motilidad de la lengua así como su gran sensibilidad permiten modificar la morfología de la cavidad bucal y los movimientos de los labios permiten completar las variaciones del trayecto que sigue el aire expelido y, de este modo, se originan los distintos sonidos del lenguaje. En los otros primates ocurre como en los bebés humanos: la laringe está situada en una posición muy elevada, circunstancia que les permite comer y respirar al mismo tiempo, pero les impide una modulación amplia de los sonidos. (Campillo-Valero y García-Guixé, 2005). Según Laitman (1986, en Campillo-Valero y García-Guixé, 2005) este descenso de la laringe que en la actualidad ocurre sólo en nuestra especie, empezó en H. ergaster/erectus. Esta hipótesis está basada en la observación del grado de 14 flexión de la base del cráneo, que se considera, es un reflejo de la posición de la laringe. En individuos adultos de nuestra especie la base del cráneo presenta una forma arqueada, mientras que en otros mamíferos y en los bebés humanos esta estructura es mucho más plana. Analizando esta característica en el registro fósil, este mismo autor concluyó que los australopitecinos dispondrían de una laringe en posición alta, similar a los chimpancés y que el descenso empezó en H. erectus, en el que la posición de la laringe equivaldría a la de un niño humano moderno de 8 años de edad. No obstante, la flexión de la base del cráneo completa, semejante a la de los humanos actuales, no se conseguiría hasta los H. sapiens arcaicos, hace unos 300,000 años. Por su parte, Krantz (1988, en Campillo-Valero y García- Guixé, 2005) sostiene que el descenso de la laringe no tuvo lugar hasta hace 40,000 años, como resultado de un proceso evolutivo propio de nuestra especie. Este descenso de la laringe se ha relacionado con la habilidad articulatoria humana lo que contribuye a una mayor independencia de los procesos de fonación y articulación. Así, el descenso de la laringe y los cambios morfológicos que posibilitan la producción del habla deben haber ocurrido en parte durante la evolución de los homínidos y no como un cambio único durante la evolución humana. Estas adaptaciones anatómicas permitieron pasar de los ruidos, las onomatopeyas y las expresiones emocionalesa las palabras (Ardila, 2006). Teniendo ya las palabras, las preguntas que se hace Ardila (2006) en este nivel son: ¿Cómo unir dos palabras para crear una unidad de más alto nivel (el sintagma)?, ¿Cómo marcar la relación entre las dos palabras?, ambos cuestionamientos dan pauta a la aparición de uno de los estadios importantes en el lenguaje: la gramática. El punto crucial en la aparición de la gramática no es la extensión del vocabulario, lo realmente importante es tener palabras correspondientes a diferentes clases que puedan combinarse para formar una unidad de un nivel más alto (sintagma). Una de esas palabras es un nombre y la otra frecuentemente es un verbo. 15 Así, uno de los cuestionamientos que se hace es cómo aparecieron los verbos, ya que crear un nombre no parece particularmente difícil partiendo de la hipótesis de que los nombres pueden crearse a partir de onomatopeyas, mientras que los verbos pueden crearse partiendo de los nombres, pero con el significado de una acción. Este autor supone entonces que los verbos y la gramática aparecieron simultáneamente en la evolución del lenguaje humano. Añade además que la gramática se asocia con habilidades práxicas orales, en consecuencia, los tres deben haber aparecido simultáneamente en la evolución del lenguaje humano, es decir, la utilización de verbos, el uso de la gramática y la secuenciación rápida de los movimientos con los órganos articulatorios requerida para producir los sonidos del lenguaje. Finalmente, Ardila (2006) afirma que el desarrollo del lenguaje humano parece correlacionarse con un incremento en el volumen del lóbulo temporal y que dicho incremento pudo haber ocurrido hace unos 200,000-300,000 años, en consecuencia, se podría suponer que los homínidos existentes antes del Homo sapiens pueden haber desarrollado algún sistema complejo de comunicación lexicosemántica. Como se ha podido apreciar en esta exposición, los seres humanos modernos somos el resultado de una serie de acontecimientos evolutivos. En el caso del lenguaje, las posibilidades de realizar hipótesis firmes son limitadas y hacer inferencias a partir de registros fósiles resulta inviable, pues es evidente que ni el lenguaje ni las principales estructuras biológicas relacionadas con el mismo (circuitos neuronales, partes blandas del aparato fonador, etc.) se fosilizan. Entonces, para tratar de realizar dichas inferencias se ha recurrido convencionalmente al análisis de determinadas evidencias secundarias presentes en el registro fósil y con ello brindar explicaciones de los distintos momentos por lo que ha atravesado el lenguaje en su evolución. Así, el camino recorrido por la humanidad con el equipo cerebral y bucofaríngeo que poseemos, ha sido extenso 16 y variado, se ha dejado atrás una larga serie de modelos precursores de muy distintas características hasta poseer el modelo actual. Hasta aquí se han expuesto algunos referentes teóricos desde el punto de vista anatómico acerca del origen y evolución del lenguaje, pero existen además otras teorías que tratan de fundamentar la génesis del lenguaje, que abarcan no sólo aspectos biológicos, sino también sociales. Teorías sobre el origen del lenguaje Mucho se ha cuestionado acerca de cuál fue el sustrato que permitió el origen del lenguaje, por lo que hay distintas teorías que intentan explicarlo, que básicamente se engloban en tres: a) Teoría gestual. Este modelo fue descrito originalmente por Hewes en 1973 (en Campiño-Valero y García-Guixé, 2005), quien propuso que la necesidad de emplear las manos en dos cosas a la vez (usar herramientas y comunicarse mediante gestos durante la caza) habría servido de presión selectiva para la transferencia del lenguaje gestual al vocal/oral. Posteriormente se sugirió que el primer tipo de lenguaje que usaron nuestros ancestros era un lenguaje de signos, ya que al no tener unos órganos que les permitieran expresarse a través del lenguaje oral, su forma de comunicación tuvo que ser gestual (Corballis, 2003). b) Teoría social. Considerando que existe una necesidad de contacto interpersonal, se dice que el lenguaje pudo haber surgido como sonidos que señalaran tanto identidad, pertenencia y solidaridad. Otros elementos a destacar en el origen social del lenguaje se encuentran: el papel del trabajo como causa que determinó el progreso de la comunicación oral. El hecho de compartir comida, obligaría a 17 actitudes de cooperación y por lo tanto, precisaría de un lenguaje para regularlo (Campillo-Valero y García-Guixé, 2005). Para Campillo-Valero y García-Guixé (2005), la teoría social posee una gran capacidad explicativa, ya que establece una relación entre comportamiento social, lenguaje, elaboración de artefactos y desarrollo cerebral. A lo largo de la evolución del género Homo se toma como punto de partida el bipedismo, que dejó las manos libres permitiendo fabricar y transportar herramientas, lo que contribuyó a un aumento de la capacidad craneal. Estas características son un buen indicio relativo para la aparición de capacidades cognitivas nuevas (inteligencia, lenguaje, etc.). Todo parece indicar que el lenguaje sólo pudo aparecer en una especie en la que el proceso de simbolización, aunque primitivo, fuese ya muy activo (sueños, rituales, supersticiones, etc.). Este proceso de simbolización va ligado a una complejidad social e implica una vida comunitaria muy intensa. Así, aparte de los indicios anatómicos, se considera de gran importancia los indicios culturales sobre el origen del lenguaje. Por ejemplo, construir herramientas es una tarea compleja, ya que requiere una selección previa de los materiales (planificación), contar con una técnica precisa para golpear los núcleos de piedra de la forma adecuada y elegir los fragmentos idóneos en función del tipo de instrumento que se quiere obtener. Si a todo este proceso se añade la transmisión de estos conocimientos a la descendencia, implica una habilidad cognoscitiva muy desarrollada (Tobias, 1997). c) Teoría neurobiológica. Bajo esta perspectiva, la presencia de determinadas áreas cerebrales (áreas de Broca y de Wernicke), la lateralización cerebral, así como la modificación de la laringe, son los elementos necesarios para que surja el lenguaje, independientemente de cualquier otro factor social o biológico. Relacionada con esta teoría, se encuentra la hipótesis del hombre cazador, la cual no intenta dar argumentos acerca del origen del lenguaje, sino que brinda elementos relacionados a la lateralidad cerebral. 18 d) Hipótesis del hombre cazador. A partir esta hipótesis se intenta explicar de dónde proceden las diferencias sexuales en habilidades cognoscitivas, justificando en el comportamiento de nuestros ancestros por qué los hombres destacan en las tareas visuo-espaciales, mientras que las mujeres realizan mejor las lingüísticas. La hipótesis del hombre cazador extendida hacia el terreno cognoscitivo, sostiene a este respecto que nuestros antepasados remotos organizaban su vida en torno a la caza y su sustento, y por lo tanto su supervivencia dependía de ella. En esos tiempos, y siguiendo un rol social establecido, los varones se organizaban en grupos y salían a cazar. Esa era su actividad principal, en la que ocupaban la mayor parte de su tiempo; era, además, una actividad típicamente cooperativa, es decir, que la mayoría de las veces cazaban en grupo, por lo que debían comunicarse entre ellos. Sin embargo, para esa comunicación no podían utilizar la palabra, ya que el lenguaje articulado alertaba a sus presas (mamíferos en su mayoría) que huían inmediatamente. Además, con sus voces podían llamar la atención de depredadores que pondrían en peligro su integridad física. Por todo ello, los hombres cazadores se conducían en silencio y se valían, entodo caso, de la comunicación visual (Burgues, 2006). Las mujeres, siguiendo el rol social que les correspondía, se quedaban en el asentamiento criando a sus hijos. Una de las tareas más importantes de esta crianza era enseñarles a hablar. Para ello, las mujeres pronunciaban en repetidas ocasiones una gran variedad de sonidos con el fin de que aquéllos les imitasen, fomentando así el habla de los pequeños. De esta manera, mientras las mujeres utilizaban el lenguaje como herramienta de enseñanza en sus labores, los hombres lo evitaban en las suyas. Esta podría ser una razón acerca de por qué el hombre y la mujer han evolucionado de forma distinta en cuanto a sus habilidades cognoscitivas. Esta aproximación teórica es la que trata de explicar la distinta organización funcional del cerebro para las habilidades visuo-espaciales y el lenguaje en uno y otro sexo (Burgues, 2006). 19 CAPÍTULO 2. LATERALIDAD CEREBRAL Cuando se aborda el tema de lenguaje, es importante hablar de lateralidad cerebral puesto que este fenómeno fisiológico está vinculado con la producción lingüística, así como con otras capacidades. Cabe mencionar que en múltiples ocasiones son utilizados los términos de dominancia o asimetría como sinónimos de este concepto, es por ello que una vez expuestas las particularidades de la lateralidad, se especifican las correspondientes a dominancia y asimetría. a) Lateralidad. Iniciemos entonces con el concepto de lateralidad, según Frost et al. (1999), se refiere a la limitación de estímulos a un hemisferio, el lugar donde el estímulo va a ser procesado, por ejemplo, al taparnos el ojo derecho, la información será dirigida al hemisferio izquierdo. Por su parte Portellano (1992), la describe como el lado del cerebro que controla una determinada función, aunque más frecuentemente se idealiza como el predominio funcional de un lado del cuerpo sobre el otro, manifestándose en la utilización preferente de una mano, pie, ojo y oído. Se sabe también que lenguaje es uno de los procesos cognoscitivos lateralizados más estudiados. Una de las poblaciones objetivo para el estudio de este fenómeno son los sujetos neurológicamente sanos, en los que se ha encontrado que el estilo de procesamiento de los dos hemisferios es diferente, así, el hemisferio derecho se vincula a un procesamiento holístico, mientras que el hemisferio izquierdo se relaciona con un procesamiento analítico (Barroso y Nieto, 2001), pero se plantea además que la superioridad de este hemisferio para procesar material de naturaleza verbal no es absoluta (Barroso y Nieto, 1988). En pacientes con el cerebro hendido se ha podido observar con mayor precisión el grado de lateralización del cerebro, ya que al separar el cuerpo calloso se encontró que el hemisferio izquierdo está vinculado principalmente con procesos analíticos, ejecuta preferentemente las funciones lógicas o matemáticas, y en especial está relacionado con la generación y comprensión del lenguaje; mientras 20 que el hemisferio derecho se ha relacionado con el manejo de la ubicación espacial, procesamiento de información integral, comanda principalmente las funciones emocionales, creativas y musicales (del Río-Portilla, 2005). b) Dominancia. El concepto de dominancia cerebral parte de la idea de que un hemisferio es el rector o controlador principal de la conducta (generalmente el hemisferio izquierdo) y que su contraparte diestra juega un papel accesorio o secundario; desde esta perspectiva se sobreestima el papel de un hemisferio y se subestima el otro, cuando en realidad tienen funciones diferentes y complementarias sin que predomine ningún juicio de valor. No obstante lo anterior, se sigue utilizando como una cualidad hacia el uso preferente de un hemisferio (del Río-Portilla, 2005). Por su parte, Portellano (1992) plantea que la dominancia es el predominio relativo de un hemisferio cerebral en la realización de una determinada función cognoscitiva, generalmente hace referencia al hemisferio que controla el lenguaje. Al igual que el término de lateralidad, el término de dominancia hemisférica también ha sido aplicado al lenguaje, así, se ha definido como la especialización hemisférica cerebral para el procesamiento de material lingüístico, en otras palabras, es la capacidad de alguno de los hemisferios para el manejo de los signos lingüísticos en su forma oral o escrita tanto en la comprensión como en la expresión (Ardila y Rosell, 1992). Una versión menos radical de la misma idea básica, sostiene que el hemisferio dominante contiene la mayoría de estructuras relevantes para el lenguaje respecto al otro hemisferio. Esta es una de las propuestas recientes acerca de la dominancia cerebral, en la que se acepta el hecho de que ambos hemisferios participan en diferentes grados en distintos componentes de la función verbal (Helm-Estabrooks, 2005). 21 En general se está de acuerdo en que más del 95% de las personas diestras poseen una dominancia para el lenguaje en el hemisferio izquierdo, a pesar de esto, con la evolución del concepto de dominancia cerebral se ha ido aceptando el hecho de que, incluso en los diestros, el hemisferio derecho contribuye en aspectos prosódicos y pragmáticos del lenguaje, lo que puede ser de gran relevancia para la rehabilitación verbal (Helm-Estabrooks, 2005) y es precisamente en pacientes afásicos recuperados que se ha demostrado la participación del hemisferio derecho en procesos lingüísticos (Leger et al., 2002). Podría decirse entonces que entre los términos lateralidad y dominancia se observa una característica común: la especialización de funciones; en el caso de la lateralidad, se puede decir que es más específica, limitándose a una o varias áreas de uno o ambos hemisferios, y para el caso de la dominancia la especialización sería más general, siendo izquierda o derecha del cuerpo (del Río- Portilla, 2005). c) Asimetría. Se define como la participación de ambos hemisferios cerebrales en la conducta, aunque de manera diferenciada y cada uno con distinto peso específico en una determinada función (Portellano, 1992). Del Río-Portilla (2005), también considera que en la asimetría existe la participación de ambos hemisferios, sólo que uno de ellos tiene más peso en el proceso conductual y cognitivo, por ejemplo, en el caso del lenguaje se ha descrito una mayor participación del hemisferio izquierdo, mientras que la prosodia y entonación de las oraciones es realizada en el hemisferio derecho, por lo cual se afirma que son complementarios. El conocimiento de la asimetría funcional se ha logrado estudiando los síntomas que presentan los pacientes con una destrucción total o casi total de un hemisferio cerebral, o bien, con el comportamiento de pacientes epilépticos con crisis intratables farmacológicamente y en los que se practica una sección terapéutica del cuerpo calloso, la comisurectomía, que conlleva el funcionamiento por 22 separado de cada hemisferio (Ortiz-Siordia et al., 2008). Las funciones asimétricas más significativas, aunque no las únicas, son: lenguaje hablado, leído y escrito, ritmos y melodías, conocimientos de los rostros, del espacio, de las formas geométricas y de los objetos (Gil-Verona et al., 2003). Actualmente se piensa que las capacidades lingüísticas y espaciales son asimétricas en el hombre, ya que el lenguaje depende del hemisferio izquierdo, y el reconocimiento espacial depende del derecho, mientras que en las mujeres ambas capacidades están distribuidas más simétricamente en ambos hemisferios (Ortiz-Siordia et al., 2008). Como se puede apreciar, distintos autores utilizan cualquiera de los tres términos para referirse al lenguaje, la diferencia radica en el peso que se le da en cada uno de ellos. De acuerdo a la literatura revisada, el término mayormenteutilizado para referirse al lenguaje es el de lateralidad, pero al parecer la lateralización tampoco es absoluta, ya que se opone a la notable capacidad plástica del cerebro, por ejemplo, para compensar lesiones del hemisferio izquierdo en el hemisferio derecho, por lo que se ha descrito que el hemisferio derecho también tiene una participación relevante en el lenguaje. Participación del hemisferio derecho en el lenguaje. Desde el trabajo pionero de Broca en 1865, se sabe que el hemisferio izquierdo es el centro lingüístico por excelencia responsable de nuestra comprensión y uso del lenguaje, y que las lesiones en este hemisferio, especialmente en la zona temporal y frontal producen graves trastornos lingüísticos. No obstante, los estudios realizados en las últimas décadas muestran que el hemisferio derecho posee también ciertas capacidades lingüísticas (Monsalve y Cuetos, 1996). Se ha demostrado entonces, que el hemisferio derecho permite identificar las letras individuales (Zaidel, 1998), reconocer ciertas palabras, especialmente si son concretas (Eviatar et al., 1990; Rastatter y McGuire, 1990), sustantivos frecuentes (Nieto et al., 1999) o realizar el procesamiento semántico (Taylor et al., 1999). No 23 obstante, tiene ciertas limitaciones ya que no puede procesar pseudopalabras o palabras desconocidas y tiene dificultades además en el procesamiento de los verbos (Nieto et al., 1999). En términos generales, el hemisferio derecho es más lento que el izquierdo en procesar las palabras, posiblemente debido a que tienen estilos distintos, al parecer el hemisferio derecho activa los conceptos semánticos de una manera más difusa y lenta, mientras que el izquierdo los activa de una manera más focalizada y por ello más rápida (Taylor et al., 1999). Diferencias sexuales en habilidades cognoscitivas a partir del sistema nervioso Las diferencias sexuales en habilidades cognoscitivas han sido estudiadas desde diversas disciplinas tales como la antropología, la sociología, la filosofía, la psicología y las neurociencias. Desde la óptica de las neurociencias, se ha evidenciado que existen diferencias en la organización funcional del cerebro de hombres y mujeres, diferencia que, como se mencionó en el capítulo anterior, tienen bases biológicas, pues han sido fijadas por la huella de la evolución, sin olvidar la participación de las influencias sociales y medioambientales o contextuales, que juegan un papel muy importante en la teoría de la integración y en la evolución de las diferencias mentales entre los sexos (Burges, 2006). Iniciemos por mencionar que varones y mujeres son atraídos hacia distintas actividades desde edades muy tempranas. Los niños generalmente realizan actividades que les permite agudizar sus capacidades espaciales, sus juegos que se realizan generalmente en grupos, incluyen actividades que implican un mayor movimiento y destreza física, mientras que las niñas se involucran con mayor frecuencia en experiencias que favorecen su capacidad para establecer relaciones interpersonales (Ramos, 2001). 24 Desde la infancia son evidentes las diferencias sexuales en algunas habilidades. Las niñas sobresalen en actividades que implican la coordinación motora fina, memoria, razonamiento abstracto y cálculos aritméticos. Ya en la etapa adulta, las mujeres responden de manera más rápida y eficiente a todos los estímulos sensoriales, por ejemplo, perciben más fácilmente cambios en el tono y el volumen de la voz, tienen mejor memoria visual, visión periférica, mayor sensibilidad táctil y reaccionan con mayor rapidez y agudeza al dolor, aunque tienen mayor resistencia al dolor crónico. Por otra parte, también se ha encontrado que ejecutan mejor tareas que requieren cambios rápidos de atención y precisión, asimismo tienen mayor habilidad para realizar distintas actividades a la vez (Ramos, 2001). Los niños por su parte, muestran una mejor coordinación motora gruesa, tienen mayor facilidad para realizar actividades que implica moverse en el espacio, sus habilidades espaciales se manifiestan en transformación mental de figuras, armado de rompecabezas y dependen menos que las niñas de claves externas para guiar su conducta. En la etapa adulta los varones siguen mostrando ventaja en actividades que requieren habilidades espaciales, tales como orientación en el espacio, rotación mental ó transformación mental de formas; son más hábiles en la ejecución de pruebas de razonamiento matemático y principios geométricos (Ramos, 2001). Es importante destacar que las diferencias en algunas habilidades cognoscitivas varían con la edad, por ejemplo, en los primeros años de escolarización las niñas muestran un mejor desempeño en las tareas matemáticas, situación que se ve disminuida posteriormente ya que en los niveles de enseñanza media superior y superior se invierte esta situación, siendo los varones quienes muestran una mejor ejecución en las tareas matemáticas; en cuanto a las diferencias en la cantidad de vocabulario y comprensión de lectura que inicialmente favorece a las niñas disminuye con la edad (Ramos, 2001). Respecto a las habilidades espaciales que muestran los varones desde la infancia, éstas se mantienen independientemente de la edad (Ramos, 2001; Weissa et al., 2003). 25 Un factor interesante a considerar es la auto-percepción de las habilidades que se posee y al género al que se pertenece, para indagar esta situación, Weissa et al. (2003), evaluaron la magnitud de la diferencia entre los sexos en cuanto a funciones verbales y viso-espaciales, correlacionaron los resultados con un índice de auto-percepción de estas habilidades entre hombres y mujeres sanos. En general se encontró que las mujeres tuvieron un mejor rendimiento que los varones en la mayoría de los test verbales, por su parte, los hombres mostraron un mejor rendimiento que las mujeres en las tareas viso-espaciales. En cuanto a la escala de auto-percepción los varones consideraron sus habilidades espaciales significativamente superiores a las mujeres, mientras que las mujeres no estimaron tener habilidades verbales superiores a los hombres. Como se puede apreciar, hombres y mujeres presentan diferencias en algunas conductas y habilidades cognoscitivas, y, si partimos de que toda conducta es generada y regulada por el sistema nervioso central, cabría esperar que existan diferencias a nivel anatómico, funcional, o ambos en dicho sistema. A continuación se describen algunas de esas diferencias existentes. a) Diferencias anatómicas. Existe un consenso general en la comunidad científica que respalda la hipótesis de las diferencias de género en habilidades cognoscitivas, así, se han llevado a cabo un gran número de investigaciones con las que se intenta explicar el porqué de estas variaciones. En este contexto, Ankey (1995) y Gur et al. (1999), afirman que las diferencias sexuales en las habilidades cognoscitivas se deben a diferencias en el tamaño del cerebro, y a la cantidad de materia gris y materia blanca que componen el mismo, factores que se vinculan con el desempeño en pruebas en las que se evalúan capacidades espaciales y verbales. Estos autores también atribuyen las diferencias en habilidades cognoscitivas entre los géneros a diferencias sexuales en la organización cerebral, afirman que los hombres tienen una mayor lateralidad, es decir, las funciones cerebrales están expresadas con mayor participación por uno de los dos hemisferios, mientras que las mujeres 26 utilizan más los dos hemisferios para razonar. A continuación se mencionan algunas de esas diferencias respecto a la organización cerebral. b) Diferencias funcionales La teoría más importante acerca de las diferencias sexuales en la organización del cerebro, sostiene que si las mujeres y los hombres difieren en susaspectos cognoscitivos, es por la manera en la que sus hemisferios están especializados en las diferentes tareas o funciones (Kimura, 1987; Kimura, 1992a). Podemos encontrar además tres enfoques distintos en cuanto a la explicación cerebral de las diferencias mentales existentes entre los sexos: a) las diferencias en lateralidad, b) las diferencias intrahemisféricas, y c) el tamaño del cuerpo calloso. - Lateralidad cerebral en hombres y mujeres. Este enfoque sostiene que las mujeres son más bilaterales que los hombres en sus funciones cognoscitivas, mientras que en los hombres su cerebro está más lateralizado. De acuerdo con la hipótesis de la mayor bilateralidad en la mujer, el cerebro femenino tendría repartidas las funciones verbales en ambos hemisferios, de manera que la función visual comparte su espacio neural con la verbal en el hemisferio derecho. El cerebro masculino, por el contrario, tendería a tener centradas sus habilidades verbales en el hemisferio izquierdo y el derecho sería utilizado exclusivamente para las tareas espaciales (Burges, 2006). - Diferencias intrahemisféricas. Este enfoque se refiere a la focalización de las habilidades cognoscitivas dentro de cada hemisferio. Existe una hipótesis firme (Kimura y Harshman, 1984; Kimura, 1987) que sostiene que las áreas del lenguaje están más focalizadas en el hemisferio izquierdo en las mujeres, específicamente en la región anterior o frontal de éste, mientras que en el hombre se encuentran más difusas a lo largo de todo el hemisferio izquierdo (Kimura y Harshman, 1984). Esta hipótesis no afirma la idea de una mayor lateralidad masculina y una bilateralidad femenina, sino 27 que sostiene que se da una mayor focalización intrahemisférica femenina, por lo que el cerebro masculino y femenino difieren en cómo están representadas las funciones dentro de cada hemisferio (Kimura 1992a). La conclusión a la que se llega con este enfoque es que existen diferencias en la organización del cerebro para el habla y las funciones motoras, y esas diferencias se encuentran dentro de la organización funcional del hemisferio izquierdo (Burges, 2006). - El tamaño del cuerpo calloso. Un tercer enfoque acerca de las diferencias sexuales en el cerebro de hombres y mujeres, se centra en la banda de fibras neuronales que conecta ambos hemisferios (cuerpo calloso) como la región más importante para la diferenciación cognoscitiva de los sexos. El cuerpo calloso es más largo y tiene mayor conexión entre las células neurales de los hemisferios en las mujeres que en los hombres. Este tercer enfoque puede relacionarse con el primero, para argumentar la mayor bilateralidad, ya que si el cuerpo calloso es mayor en las mujeres eso significa que existe una mayor conexión entre ambos hemisferios (Burges, 2006). Es evidente entonces que entre los dos hemisferios existen diferencias anatómicas y funcionales, pero debemos tener presente que además de los factores neurofisiológicos, también participan en dichas diferencias los factores endocrinos y los factores socioculturales. c) Factores endocrinos La organización estructural del cerebro se produce en una etapa precoz de la vida, e intervienen en ella las hormonas sexuales. Diversos estudios realizados en este campo sugieren que el cerebro de los hombres se organiza de una manera distinta al de las mujeres desde una edad muy temprana, las hormonas sexuales dirigen esta diferenciación durante el desarrollo, existiendo una relación entre los niveles 28 de determinadas hormonas y la estructura cognoscitiva de la edad adulta (Gouchie y Kimura, 1991). Uno de los hallazgos en relación a este tema, es que las pautas cognoscitivas pueden seguir siendo sensibles a las fluctuaciones hormonales a lo largo de toda la vida, así, trabajos iniciados por Hampson y Kimura (1998) han demostrado que el rendimiento de las mujeres en determinadas tareas cambia a lo largo del ciclo menstrual, por ejemplo, los niveles altos de hormonas corresponden a una relativa disminución en la capacidad espacial (Halpern y Tan, 2001; Tropp y Markus, 2001). d) Factores socioculturales Diferentes investigaciones en este campo han puesto de manifiesto que tanto factores socio-culturales como la alfabetización, pueden afectar las estrategias cognoscitivas para resolver problemas y situaciones, pero no modifican realmente la organización hemisférica. Si las diferencias sexuales en la cognición se debieran únicamente a lo socio-cultural, éstas deberían ser reforzadas con el tiempo, lo que no es así, ya que las diferencias en las capacidades lingüísticas se atenúan con el tiempo y las diferencias en las capacidades espaciales se mantienen estables. Es difícil pensar que los factores socioculturales por sí solos expliquen estas diferencias (Amunts et al., 2000). Una vez que se tiene una perspectiva de los factores que dan origen a las diferencias sexuales, a continuación se describen aspectos neurofisiológicos que participan en el lenguaje. 29 CAPÍTULO 3. ESTRUCTURA CITOARQUITECTÓNICA Y ACTIVACIÓN DE LAS ÁREAS DE LENGUAJE. La corteza cerebral humana difiere con respecto a la corteza de los mamíferos inferiores, tanto por su mayor cantidad de corteza asociativa como por el grado de diferenciación y especialización regional. Áreas especializadas se diferencian en la neocorteza y en el tálamo (complejos areonucleares). Porciones de la pars opercularis y triangularis de la circunvolución frontal inferior (área de Broca) junto a la región temporal posterior (área de Wernicke) son esenciales para la producción y comprensión del habla humana. El lóbulo frontal por delante de las áreas 6 y 8 de Brodmann representa una adquisición filogenética tardía, solamente desarrollada en los primates y también en el hombre, que sirve de sustento a actividades altamente discriminativas vinculadas con la planeación, ejecución y control de tareas que requieran selección de programas y flexibilidad para su aplicación. El lóbulo temporal, en su sector anterolateral, tiene áreas solamente compartidas con los primates (como el área 20), o exclusivas del hombre (área 38), importantes a la hora de valorar la significación vital de los acontecimientos intelectualmente captados (Etchepareborda y López-Lázaro, 2005) Organización citoarquitectónica de la corteza cerebral humana y activación de las áreas de lenguaje. Un referente para la organización arquitectónica de la corteza cerebral es el modelo propuesto por Brodmann (Figura 3). Figura 3. Áreas de Brodmann. Tomada de http//www.sistemanervioso.com 30 Siguiendo este modelo, Etchepareborda y López-Lázaro (2005), esquematizan las áreas sensoriales y motoras de la siguiente forma: a) Áreas sensoriales o aferentes. Constituyen la integración y formulación del lenguaje interno (Tabla 1). - Área auditiva primaria (41 de Brodmann). Localizada en la primera circunvolución de Heschl y con funciones de recepción del estímulo señal. - Área auditiva secundaria (42 y 22 de Brodmann). Reconocimiento de los sonidos. - Área auditiva terciaria (21 de Brodmann). Interpretación final de los sonidos. En relación directa con el pliegue curvo, área de asociación sensorial. - Circunvolución del pliegue curvo o angular (39 de Brodmann). La función de esta área es asociar las imágenes visuales de los objetos y de las letras con las imágenes auditivas de sus nombres, así como de las imágenes somestésicas de los objetos con sus correspondientes imágenes visuales no verbales y verbales e imágenes auditivas de sus nombres; es el área donde se efectúa el llamado intercambio sensorial. El borde superior del pliegue curvo en los límites con el área 19 (cisura interparietal) está relacionado con el intercambio auditivo-visual de figuras y símbolos
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