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“Una revisión sobre la clínica de la anorexia desde Freud y Lacan” UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. Agradecimientos Quiero agradecer a mi familia por su paciencia, comprensión y tolerancia, sin ellos no hubiera logrado culminar mi formación profesional, pero sobre todo a mis padres por su apoyo absoluto. A mis amigas, Hilary, Mireya y Ale quienes fueron mi consuelo en momentos de soledad, estrés y me permitieron hablar por horas de este trabajo. A Carlos, Juan, Javier y Anahi que me apoyaron siempre en todas mis decisiones y han estado ahí por tantos años en mi vida, tomándome de la mano y ofreciéndome su generosa comprensión. A mi asesor el Profesor Antonio Mejía Coria quien me oriento en todo momento respondiendo mis mil preguntas, por su motivación, dedicación y responsabilidad ha ganado mi completa admiración. A mi sinodales por su apoyo incondicional. A la UNAM mi Alma matér por haberme formado como profesionista y persona, gracias a ella soy lo que soy. A todos ellos dedico este trabajo y les agradezco que paso a paso me hayan dado la confianza necesaria para llegar hasta este momento. Figura 1. Galán Navarro Ana D. (2015). Delirio Anoréxico. México. Dibujo a lápiz. ÍNDICE • INTRODUCCIÓN - Santa anorexia - Definición de la anorexia • 1. LA NADA EN LA ANOREXIA - 1.1 El Nombre del padre - 1.2 Real, simbólico e Imaginario - 1.3 El deseo, goce y vacio - 1.4 La nada de la anorexia - 1.5 La relación con la madre cocodrilo • 2. LA ANOREXIA COMO NOVIA DE LA MUERTE - 2.1 Imagen corporal - 2.2 La idea de lo bello en el cuerpo - 2.3 El estadio del espejo en relación a la anorexia. - 2.4 Nombre del padre/ Síntoma • 3. MELANCOLÍA EN LA ANOREXIA - 3.1 Melancolía y duelo - 3.2 Melancolía, más allá de la etiqueta “depresiva” - 3.3 El melancólico anoréxico. 2 2 5 13 13 16 17 19 23 26 26 28 30 33 36 36 40 45 • 4. EMPUJE A LA MUERTE - 4.1 Pasión por los huesos - 4.2 Acting out y pasaje al acto - 4.3 Casos graves • 5. TRATAMIENTO - 5.1 Holofrase anoréxica - 5.2 Hacer nombre, la apropiación de la anorexia - 5.3 Tiempo preliminar - 5.4 Dirección de la cura - 5.5 Abordando la melancolía anoréxica • CONCLUSIÓNES • BIBLIOGRAFÍA 50 52 55 57 61 63 64 66 69 71 74 80 INTRODUCCIÓN Desde la antigüedad las diferentes culturas han interpretado de manera distinta el ayuno asociándolo con la pureza, con el arrepentimiento, con el castigo entre otras. Pero en el siglo I es cuando se menciona por primera vez el termino griego “anorexis” que significaba “falta de deseo” pero es hasta Galeno en el año 209 DC., en su libro de “Epidemias del Corpus Hippocraticum”, donde se nos menciona que los griegos llamaban anorektous y asitous a los que rechazaban los alimentos (Adame, 2011). Santa Anorexia. Por lo tanto desde la antigüedad como ya se menciono en algunas culturas se habla del ayuno pero se le daba una interpretación muy diferentes a la actual, además que durante la Edad Media muchas mujeres trataron de lograr la unión mística con Dios pasando por la purificación que les proporcionaba hacer ayuno, siendo el ayuno un factor importante en el modelo de santidad femenina, y se alentaba la conducta de ayuno porque era consideraba una unión con Dios, pero la iglesia no les exigía llegar a límites extremos. Lo interesante viene a ser que en este periodo donde se fomentaba el ayuno como purificación, no se sabía hasta qué punto poner en riesgo la vida de las jóvenes era obra de Dios o del Diablo, es por esta razón que algunas de las ayunadoras se consideraban herejes o practicantes de brujería (Adame, 2011). Entonces cabe destacar que en la Edad Media las mujeres restringían su alimentación por cuestiones religiosas, debido a que buscan la perfección relacionada con la vida espiritual y un ejemplo de esto es Santa Wilgerfortis patrona de las mujeres mal casadas, en Portugal quien en el siglo XV se negó a comer hasta morir para evitar su matrimonio con un hombre por el que sentía un profundo desprecio, a raíz de su muerte se erigieron santuarios para conservar su memoria con diversos cultos en su honor, en los que la ofrenda del alimento venia a traer el recuerdo de esa mujer que con su lucha y valentía trato de defender su deseo frente a la imposición de un matrimonio no querido (Herrero, 1999). 3 | P á g i n a En cuanto a la primera descripción médica de la anorexia de acuerdo con Grajales (2005) es realizada por Richard Morton, él la llamo atrofia o consunción nerviosa un cuadro que se caracterizaba por: la pérdida del apetito, la mala digestión, debilidad, pérdida progresiva de peso y languidez corporal, debido a que identifico en 1689 a dos mujeres que presentaban estos síntomas incluyendo la amenorrea, Morton también relaciono la “consunción nerviosa” con la melancolía o un trastorno histérico, además las contribuciones de Morton contribuyeron a que se le diera una visión más natural a la anorexia, pero es hasta después del siglo XIX que nace el término “anorexia nervosa”, la cual se asociaba al rechazo a los alimentos y a la amenorrea. Pero los primeros en ofrecer descripciones sobre la anorexia nervosa de forma certera son Gull y Laségue, quienes ya señalaban el temor mórbido a engordar o subir de peso. Gull describía la anorexia como una emaciación asociada, constipación, pérdida de apetito, pulso y respiración disminuida y ausencia de patología somática, mientras que Laségue en Francia la definía como una perturbación histérica del tracto digestivo, haciendo hincapié en la influencia que tenía el entorno familiar en el paciente. Por lo tanto como se puede observar tanto Gull como Laségue son reconocidos como los personajes que iniciaron el estudio científico de la anorexia nervosa (Grajales, 2005). Así mismo cabe mencionar que en el siglo XIX algunos autores habían reconocido el síntoma del miedo a engordar en las anoréxicas, algunos escritos sugieren que fue Charcot el primero en señalar el miedo a la obesidad como el responsable de la motivación anoréxica hacia el ayuno. Pero es hasta el siglo XX el psiquiatra francés Pierre Janet impulso el análisis del trastorno estableciendo una relación entre la anorexia y la sintomatología obsesiva. Janet dedico mucha atención a la anorexia, planteando varias posibilidades etiológicas, entre las cuales se encontraban: la histeria y las obsesiones. En 1903 Janet presenta el caso de una paciente de 37 años que expresa el deseo de no crecer, y el deduce que la causa posible de la anorexia que presenta la paciente es la neurosis obsesiva,donde destaca la aversión al cuerpo y el temor al desarrollo sexual. De 4 | P á g i n a la misma manera este autor menciona que la paciente manifiesta un disgusto con su cuerpo, teme engordar y hacerse mujer (Grajales, 2005). Es entonces que después de la segunda Guerra Mundial que se inicia el abordaje de los Trastornos del comportamiento alimentario (TCA) donde se incluye a la anorexia. De manera puntual Grajales (2005) nos menciona que Garner y Garfikel realizaron algunos experimentos en la segunda guerra mundial con sujetos que se sometieron a una dieta mínima durante seis meses y al cabo de un tiempo estos sujetos comenzaron a mostrar perdida del deseo por comer, comportamientos obsesivos, reducción de la concentración, perdida del sueño, perdida del interés sexual y depresión, así como una preocupación excesiva por la comida. Entonces a partir de 1940 surgen teorías relacionadas con la psiquiatría, donde se relaciona la anorexia con otros síntomas, aunado al trastorno psíquico respecto a la imagen corporal y el repudio a la sexualidad. Así que podemos destacar que a lo largo de la historia la anorexia ha aparecido en varios momentos en el tiempo, con diferentes nombres y asociada a diferentes causas, así como brindándole diferentes objetivos como lo fueron: factores divinos de purificación y unión con Dios, satánicos al poner en riesgo la vida del sujeto, desequilibrios mentales asociándolo a la histeria. Hoy en día todo este recorrido histórico parece darnos elementos para asociarlo con lo que hoy denominamos anorexia. ¿Pero que es la anorexia? 5 | P á g i n a Definición de la anorexia Vamos a partir de que los trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) en donde se han colocado la bulimia y anorexia han tenido un gran incremento en los últimos años, la Organización Mundial de la Salud (OMS) los ubica entre las enfermedades mentales de prioridad para los niños y adolescentes debido al riesgo que implican a la salud. Pero a pesar de lo anterior no hay datos cuantitativos que señalen en que porcentaje este trastorno afecta a la población y mucho menos por separado como afecta a la población la anorexia (López y Treasure, 2011). En ese sentido Cruzat, Aspillaga, Behar, Espejo, Catalina, Gana y Constanza (2013) han encontrado un señalamiento muy importante que es que una gran parte de las adolescentes que padecen algún TCA no acuden a consulta directamente es decir no lo solicitan, generalmente son detectadas por sus padres, profesores o pares y son forzadas a ir a las consultas, que se realizan de mano de médicos generales, nutricionistas y otros especialistas. Una de las explicaciones que tienen aquellos que les prestan servicio a este tipo de pacientes acerca de la razón por la cual no buscan ayuda es debido a que no poseen conciencia de la enfermedad de la cual son víctimas. Estos mismos autores señalan que dentro de la clínica un obstáculo muy grande con el que continuamente se topan es la deserción, ya que en ocasiones las pacientes terminan con alteraciones cognitivas muy graves debido a su malnutrición y se hace poco probable desarrollar una alianza terapéutica, la cual es fundamental para su adherencia al tratamiento . Veira (2012) menciona al respecto que los TCA, son vistos socialmente como problemas de salud física y mental, que afectan en diferentes proporciones a hombres pero sobre todo a mujeres y la aparición de los TCA en la población femenina actualmente se han relacionado con la idea de que es un mal buscado, donde las decisiones personales son las responsables de estos padecimientos un ejemplo siendo el gusto por la moda, el ideal de belleza, la inclusión en dietas bastante rigurosas y el desarrollo de algunas actividades como lo es el modelaje y todos aquellos oficios que exigen a la población un cuerpo delgado son aquellos 6 | P á g i n a factores los que inducen a la anorexia. Hoy en día hay una tendencia evidente a considerar a los TCA como fenómenos, en los que podemos ver una clara interacción de diferentes factores como los: individuales, familiares, socioculturales y biológicos. En ese sentido los factores individuales están seriamente relacionados con la baja autoestima, el ciclo de vida en el que se encuentra el individuo, pero lo más importante es la relación entre la enfermedad y aquellos rasgos de la personalidad que hay en las personas que sufren de algún TCA, de igual manera se busca entender la existencia de predisposiciones individuales como aquellas de índole genético. Estos factores individuales se correlacionan positivamente con los socioculturales y los familiares, en donde se destaca que el apoyo y la relación tanto de amigos y familia son factores importantes para la aparición de la enfermedad. En cuanto a los factores socioculturales hay exigencias sociales que recaen sobre el sujeto, en relación a los cánones de belleza, pero cabe destacar que los enfoques que abordan los TCA desde el ámbito sociocultural destacan que este padecimiento está fuertemente relacionada su aparición con el rol que juega la familia, los imaginarios sociales, los medios de comunicación, los amigos ya que estos influyen en la manera en que el individuo percibe su apariencia corporal, también las condiciones socioeconómicas están implicadas desde este factor explicando como el cuerpo se utiliza como una herramienta útil para el ascenso socio económico (Veira, 2012). En cuanto al papel que juega la familia Veira (2012) menciona que se ha encontrado que en ocasiones los padres tienen el temor de que sus hijos sean rechazados a causa de su apariencia física y es por lo anterior que los padres van a fijar su atención en el control alimenticio y nutrición, e influenciados por las exigencias sociales de mantener una buena nutrición, comienzan a calcular el beneficio de cada alimento, toman decisiones que consideraran pertinentes para que sus hijos pierdan peso como el ejercicio diario, alimentos bajos en carbohidratos, ayuno etc. Además de este rol que desempeñan los padres también debe tomarse en cuanta que existe una tipología familiar, es importante 7 | P á g i n a conocer el contexto familiar donde se desenvuelve el paciente con anorexia y es desde el enfoque sistémico que encontramos diferentes modelos de sistemas familiares en donde se encuentran características disfuncionales que prevalecen en pacientes con anorexia como lo son: El modelo llamado de aglutamiento; que consiste en que cada miembro de la familia se encuentra involucrado de manera reciproca con los otros miembros y viceversa, el segundo modelo es el de sobreprotección; donde los miembros que componen a la familia muestran un alto grado de interés reciproco. En el momento que el enfermo asume un comportamiento sintomático toda la familia se moviliza y trata sobre todo de protegerlo. El tercero es el modelo de rigidez, donde el sistema familiar se resiste al cambio, se apunta que no es necesario un cambio o transformación, no van a existir otros problemas más allá de la enfermedad que tiene uno de los miembros, por último el modelo de evitación del conflicto; aquí encontramos algunos mecanismos que usa la familia para evitar y no agravar el desacuerdo con el fin de que no haya problemas entre los integrantes. Son todos estos sistemas donde el paciente con anorexia va a jugar un rol central (Veira, 2012). Hay que mencionar también que la anorexia nerviosa, es un trastorno potencialmente grave que en los últimos años ha tenido un progresivo aumento de la atención y dedicación de los profesionales de la salud, de los medios de comunicación y del público en general. En cuanto al tratamiento uno de los principales desafío es el diagnostico, pero hoy en día dentro de hospitales y clínicas podemos encontrar que se utilizan dos categorizaciones internacionalesque son: el Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE- 10) y el Manual Diagnostico y Estadístico de Trastornos Mentales (DSM V). A continuación se enlistan los criterios para diagnosticar a un individuo con anorexia nerviosa de acuerdo con el DSM V (Asociación Americana de Psiquiatría, 2013): 8 | P á g i n a A. Restricción de la ingesta energética en relación con las necesidades, que conduce a un peso corporal significativamente bajo con relación a la edad, el sexo, el curso del desarrollo y la salud física. Peso significativamente bajo se define como un peso que es inferior al mínimo normal o, en niños y adolescentes, inferior al mínimo esperado. B. Miedo intenso a ganar peso o a engordar, o comportamiento persistente que interfiere en el aumento de peso, incluso con un peso significativamente bajo. C. Alteración en la forma en que uno mismo percibe su propio peso o constitución, influencia impropia del peso o la constitución corporal en la autoevaluación, o falta persistente de reconocimiento de la gravedad del peso corporal bajo actual. • Subtipo restrictivo: Durante los últimos tres meses, el individuo no ha tenido episodios recurrentes de atracones o purgas (es decir, vómito auto provocado o utilización incorrecta de laxantes, diuréticos o enemas). Este subtipo describe presentaciones en la que la pérdida de peso es debida sobre todo a la dieta, el ayuno y/o el ejercicio excesivo. • Subtipo con atracones/purgas: Durante los últimos tres meses, el individuo ha tenido episodios recurrentes de atracones o purgas (es decir, vómito auto provocado o utilización incorrecta de laxantes, diuréticos o enemas). Es importante mencionar que en la versión anterior, en el DSM IV se incluía que en las mujeres pos puberales se daba una ausencia de al menos tres ciclos menstruales consecutivos conocida como amenorrea, un criterio que fue eliminado de la versión DSMV, debido a que se había encontrado que una gran proporción de pacientes que cumplen con los otros criterios de la Anorexia Nervosa, mantienen menstruaciones regulares, y por otro lado debido a que existe una 9 | P á g i n a relación inestable entre la pérdida de peso y la amenorrea secundaria, se decidió que se retirara el criterio ya que no resultaba generalizable a todos los posibles casos con Anorexia (López y Treasure, 2011). En la triada de la anorexia, cuerpo, alimentación e imagen corporal de acuerdo con Rodríguez (2010) se inhibe e influyen recíprocamente las ideas, significados, anhelos, deseos, acciones y reacciones. La cultura así como puede liberar también puede constreñir y nos dicta quién o qué es lo que se debe desear, mientras que se nos acerca todo un mundo de tecnología, que posibilita las condiciones objetivas con el fin de alcanzar las aspiraciones individuales con respecto al cuerpo y la imagen corporal de la delgadez, encontramos que la escuela, familia y los grupos sociales en los que se producen, moldean las normas y valores culturales y a través de ellos también el individuo interioriza practicas de consumo, el orden social, así como aspiraciones y deseos. Donde se vuelve una manera de vivir el cuerpo bajo la vigilancia de la atenta mirada corporal: el control estético y moral en la anorexia. Es entonces que la anorexia se presenta un síntoma característico de las sociedades occidentalizadas, una epidemia social aun desconocida por su aparente frivolidad, que ocasiona profundas consecuencias biológicas y psicológicas en los individuos, conformando una condición de salud limitante biológica, psicológica y socialmente, la cual deriva en un comportamiento anoréxico con una identidad propia y estructura mental especifica. “Si el malestar en la cultura es provocado por el desaliento y la melancolía; entonces, el (anoréxico) melancólico es una figura de cuño urbano en la que ha trabajado tanto con éxito como en vano, la civilización” (Sloterdijk, 2006, citado en Rodríguez, 2010). Con respecto a lo anterior encontramos que actualmente la incidencia de anorexia nerviosa ha aumentado considerablemente en las últimas décadas, volviéndose un problema social importante debido a que las pacientes en esta condición mantienen una restricción alimentaria y bajo peso, acarreando consigo enfermedades secundarias y altos índices de mortalidad. Es por esto que dentro 10 | P á g i n a del área de la salud se pueden encontrar un gran número de investigaciones enfocadas a tratar de entender la génesis, desarrollo, mantenimiento y tratamiento de la anorexia. Además esta problemática ha sido abordada desde diferentes enfoques, y se han elaborado una gran cantidad de teorías con la finalidad de entender que es la anorexia y como librar a la sociedad de ella, pero lo anterior ha logrado que con tanta información acerca del tema surjan y surjan nuevas preguntas e investigaciones abundantes, con diferentes concepciones acerca del porque esta enfermedad aparece, y difícilmente se erradica, pero sobre todo surgiendo un gran variedad de tratamientos desde las diferentes teorías. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que en el planeta al menos uno por ciento de los adolescentes y adultos jóvenes sufre anorexia y otro 4.1 por ciento de bulimia. Denominados trastornos de la conducta alimentaria (TCA), se estima que de 5 a 13 por ciento de este grupo poblacional presenta síndromes parciales de estas alteraciones, aunque se carece de una estadística precisa de los casos en el mundo (La jornada, 2010). Pero es importante que el problema no se reduzca al discurso medico, el problema de fondo es desde donde abordar e interpretar la anorexia, el problema es cómo lidiar con una problemática tan compleja y que ha sido explicada desde tantas perspectiva, que se encuentra relacionada con tantos factores y que nos lleva a enfrentarnos a tan diversas situaciones a la hora de su tratamiento. Entonces vienen los manuales diagnósticos que se aparecen como aquellos que nos ayudarán a identificar de los sujetos anoréxicos, pero al final solo favorecen el ocultamiento del carácter multidimensional de los síntomas, los manuales vienen a etiquetar a los sujetos y a su vez previéndolos de un conjunto de criterios diagnostico que los va a definir e identificar como sujetos anoréxicos. Es en este sentido que el enfoque psicoanalítico no se ha quedado atrás y también ha ido ofreciendo teorizaciones a partir de casos clínicos, en base a los postulados de Freud y en particular de Lacan. Es por lo anterior que en el presente 11 | P á g i n a trabajo pretende realizar una revisión teórica y documental sobre la anorexia desde la teoría psicoanalítica, destacando que dentro de este enfoque no se busca patologizar, únicamente se enfatizan las particularidades de cada sujeto lo cual enriquece mas la comprensión de la anorexia como síntoma y no como una estructura o un trastorno que definirá al sujeto Por lo tanto este trabajo pretende resolver las siguientes preguntas; ¿Cómo se orienta la dirección de la cura en el psicoanálisis con respecto a los sujetos anoréxicos?,¿Qué sucede con la imagen del cuerpo en un sujeto anoréxico?, ¿La implicación de la melancolía en la anorexia?, ¿De qué manera el psicoanálisis implica a la familia y la sociedad en la constitución de la anorexia? Para lograrlo se realizara una recopilación de datos existentes en forma documental como lo son, libros, revistas electrónicas, tesis, con el propósito de profundizar en el tema. Se pretende realizar una síntesis de la información buscando así lograr la sistematización del conocimiento obtenido para una mejor comprensión de la temática. Hay que mencionar además que esta investigación se deriva de la inquietud que se tiene en particular de la anorexia, ya que en general el abordaje de la anorexia se ha centrado en enfoquesque manifiestan explicaciones uni causales, que generalmente ocasiona un reduccionismo explicativo, limitando la comprensión del fenómeno. Lo que se manifiesta como una forma de facilitar y guiar el diagnostico de los terapeutas termina por patologizar a los pacientes, haciendo así que se determine a partir de un manual diagnostico si nos encontramos ante sujetos desviados o normales, sanos o enfermos, de esta manera se les asigna a los pacientes características y atributos que debería poseer de acuerdo con un diagnostico. Una identidad en función de la patología que le ha sido asignada. De igual manera desde las teorías sociológicas expresan un reduccionismo sociológico al atribuirle mayor peso a la industria de la moda como principal factor de incidencia. Fue por lo anterior que considere importante entender la anorexia desde un marco teórico psicoanalítico, donde se parte de que cada sujeto es 12 | P á g i n a particular, imponiendo que no es universal la manera en la que se manifiesta el síntoma anoréxico, partiendo de que no serán un conjunto de comportamientos específicos que designen al sujeto, sino mas bien la estructura del sujeto y sus diferencias como individuo serán los que determinen la manera en la que se expresará la anorexia en cada sujeto. El beneficio social que se encuentra para la elaboración de este trabajo, es que frente a una enfermedad que invade el cuerpo y la vida del sujeto, el psicoanálisis aplicado a la clínica muestra ser una vía eficaz, aparte de ofrecer una nueva perspectiva para abordar la anorexia en la cual no se reduce al sujeto. Esta investigación documental es importante debido a que no se cuenta casi con trabajos en la UNAM que aborden esta temática desde el enfoque psicoanalítico, y por esta razón con este trabajo se busca ofrecer una propuesta que propicie la investigación sobre este tema. Se pretende que la investigación documental motive a más estudiantes a abordar el tema de la anorexia desde el psicoanálisis, lo cual puede contribuir a generar más preguntas de investigación y abrir nuevos campos para el estudio de la anorexia desde una perspectiva psicoanalítica. En lo que toca a este trabajo constará de cinco capítulos en donde se intentará exponer la teorización de manera general que se ha hecho hasta ahora de la anorexia, en los primeros capítulos se hablará de algunas nociones básicas del psicoanálisis para entender posteriormente la perspectiva psicoanalítica de la anorexia, también se abordará la melancolía donde se hará especial hincapié en la depresión, para por ultimo explicar su relación con la anorexia. Después de expuesto lo anterior se abordará una breve explicación de las consideraciones a que toma en cuenta el psicoanálisis para el tratamiento de la anorexia. 1. LA NADA EN LA ANOREXIA Para entender la anorexia el primer punto a abordar es “La nada” la cual aparece constantemente en el discurso anoréxico, pero antes de eso, hay algunos conceptos que hay que esclarecer antes de abordarla y se describen a continuación, esto debido a que a lo largo de esta revisión se mencionarán dichos conceptos y es necesario que se esclarezca a que hacen referencia. 1.1 El Nombre del padre. El primero es el Nombre del Padre un punto importante que tiene gran implicación en la anorexia, el cual designa un significante sin significado, un significante primordial que tiene el privilegio de ser el que instaura la entrada del orden del significante con el mundo, es la última palabra del significado, la nunca alcanzada, El Nombre del padre en Lacan, sería lo que Freud describió como lo originalmente reprimido. El inconsciente está estructurado como un lenguaje, por lo anterior el inconsciente y el lenguaje son hijos del mismo padre (Rabinovich, 2005). Lacan concibe el origen de la estructura del significante, diciendo que el significante debe primero concebirse como diferente de la significación. Se distingue por no tener en sí mismo significación propia. El significante en Lacan queda especificado como un signo material que no tiene ningún sentido. La estructura sin- sentido esta en el origen del lenguaje. Algo es significante no en tanto todo o nada, sino en la medida que algo que constituye un todo, el signo, está ahí para no significar nada. Ahí comienza el orden del significante, que se distingue del orden de la significación. El significante nace del funcionamiento conjunto de signos que están articulados en un circuito de intercambio social. El signo es lo que significa algo para alguien, es la materia prima de la que surge el significante (Rabinovich, 2005). De acuerdo con Rabinovich (2005) en cuanto al pasaje del signo al estadio del significante implica que el signo primero rompa su apego a ese algo que significa; esa operación transmuta su naturaleza de signo en la de significante. 14 | P á g i n a Entonces el significante es definido a partir del momento en que se torna un elemento sin sentido. La facultad de significar que tiene un significante, surge del enlace con otro elemento del sistema de signos y no por su adherencia a una significación fija, por lo tanto la primera condición en la estructuración del significante es que no signifique nada, la segunda es que encuentre el sentido en relación a otro significante, la tercera es identificar al significante en el registro del sentido, pero puesto que se desplaza y transforma no resulta posible, hay que buscar su identidad en su configuración fonética. El significante se recorta a partir de su materialidad del o de los fonemas que componen la emisión vocal, para que un significante pueda ser significando, no resulta decisivo que la articulación fonológica llegue a ser emitida por el hablante o percibida por el receptor con absoluta precisión (Rabinovich, 2005). Así mismo tres órdenes entran en juego en la estructura del significante: lo imaginario (por su vinculación al campo del sentido), lo simbólico (como material fonético registrable en el código) y lo real (por su naturaleza de puro sin sentido), estos tres registros permiten discernir las diferentes dimensiones de la instancia paterna donde el Nombre del Padre es definido como el significante primordial, indica que es el primero en alcanzar el sin sentido, el que interviene como un catalizador en la precipitación del orden del lenguaje. El Nombre del Padre se sitúa en un tiempo lógico de la estructura, la primera presencia del significante en lo real, es decir el Nombre del Padre presentado como un nombre de sustitución para a la vez designar y reabsorber el goce innombrable a fin de hacer creer que esta confiscado por el padre (Rabinovich, 2005). Con respecto a él significante falo y el Nombre del padre comparten de acuerdo con Lacan su estatuto teórico y su fundamento lógico es decir, designan lo mismo, esto refiere a que el falo es lo que da significación a la perdida de goce. El falo en tanto símbolo de falta es el símbolo de los símbolos y todo símbolo representa en primer lugar ausencia: la cosa significada falta en el símbolo. Objeto falta, es decir objeto (a), así mismo es la misma falta la que se nombra objeto ya 15 | P á g i n a que el termino objeto opaca la dimensión original de la falta que nombra, por todo esto Lacan solía llamarlo solo “a” (Rabinovich, 2005). Rabinovich (2005) afirma que el Otro es definido como el lugar donde se articula todo lo que puede ser enunciado por el significante. Esto es el Otro figura como la referencia al polo subjetivo donde adquiere consistencia la idea de todo, pero ya que el lenguaje no puede capturar en su estructura el objeto que pretende significar, el lenguaje viene marcado desde el inicio por una falta, un agujero al que se denomina “a”, caído por fuera del campo de la simbolización, que especifica lo real desde Lacan, es el referente universalde todo lo que el lenguaje puede significar, es al mismo tiempo, lo que a él le falta, lo que lo hace incompleto, lo real como el no todo de la estructura significante. El objeto “a” localiza el goce recortado del lugar del Otro, como objeto de goce en lo real, circunscribe la falta que en el Otro es traducida como pérdida, pérdida del goce donde se afinca su función como causa del deseo. Así mismo como objeto de goce en lo real, circunscribe la falta que en el Otro es traducida como pérdida, pérdida de goce, donde se afinca su función como causa del deseo. El Falo viene a desempeñar su función por hacer entrar al goce en el campo del significante. De ahí que el falo no significa al goce, es el goce mismo. Es decir el Nombre del Padre se establece en primera instancia como sostén de la ley del lenguaje, que se caracteriza por ser la ley del sin sentido o del equívoco, en segundo lugar toda significación trata de llenar el agujero, el objeto falta y ya que el falo es el significante de la falta es entonces que todos los otros significantes solo tienen sentido por relación a él. 16 | P á g i n a 1.2 Real, simbólico e Imaginario Consideremos ahora que el ser que habla esta siempre situado entre dos y tres dimensiones. Las tres formas del nombre del padre, es decir lo imaginario, simbólico y real. Estos registros son los nombres del padre, en donde la función del padre es una condición de posibilidad de todo sujeto, los tres registros se hacen trenza en tanto aquello de lo que el nudo se sostiene. La condición del sujeto entonces es relativa a la historia constituida por los nombres del padre (Murillo, 2011). Acerca de la noción de lo real apunta a que no sería ni significante ni significado, sería algo distinto del sentido y distinto del saber. Lo real entonces remitiría el sentido y el saber al registro del semblante. Lo real está hecho para entregar al significante al orden simbólico los elementos que van a significar, es por esto que lo real se presenta en la experiencia analítica como datos que no fueron elegidos, seleccionados, sino que, por estar inscriptos en el discurso, entregan significaciones. Así mismo la significación en el orden de lo individual es el destino que significa que el sujeto elabora a partir del reparto de lo real una significación que explica lo que se ve llevado a vivir a experimentar (Miller, 2003). Otro rasgo importante de esta significatización es que implica dos operaciones; la primera es que lo real es concebido como elemento, es decir es elementizado surge una operación que elementiza lo real, que hace que lo real se presente como elementos distintos el uno del otro, en segundo lugar hay que mencionar que lo real es atrapado en un saber que se presenta en forma de leyes, además hay leyes del significante que se imponen a lo real (Miller, 2003). Aquí la palabra juega el papel de la mediación es decir de algo que cambia a los dos partenaires en presencia. La palabra dada es también una forma de acto, la palabra mediadora no es un puro y simple mediador en ese plano elemental, ella permite entre dos hombres trascender la relación agresiva fundamental en el espejismo semejante. Las palabras se han encontrando en el común acuerdo de la comunicabilidad a saber que las mismas palabras sirven 17 | P á g i n a para reconocer la misma cosa, esto es precisamente en función de las relaciones de una relación de partida, que ha permitido a esta personas ser personas que comunican (Lacan, 1953). Por lo tanto de acuerdo con Lacan (1953) toda relación de dos está marcada por el estilo de lo imaginario, y que para que una relación tome su valor simbólico es preciso que haya allí una mediación de un tercer personaje que realiza por relación al sujeto el elemento trascendente gracias al cual su relación con el objeto puede ser sostenida en cierta distancia. Al introducirse el tercero que entra en la relación narcisista se introduce la posibilidad de una mediación real, y es por medio de este personaje que dicho de otro modo una imagen de dominio por intermedio del cual su deseo y su cumplimiento puede realizarse de manera simbólica. Entonces el registro simbólico es aquello en lo que el sujeto se compromete en una relación propiamente humana, desde que se trata del registro del “yo”, aquello en lo que el sujeto se compromete donde hay un elemento temporal. La distinción de los registros real, simbólico e imaginario en Lacan hace referencia a que la realidad está en el punto de incidencia de lo simbólico sobre lo real, desde entonces separado inaccesible, o solo accesible en el fenómeno psicótico, la irrupción de lo real aparece como aquello que escapa al aparato de la simbolización lo que no es simbolizable y no reprimido que solo puede volver desde lo real adquiriendo entonces un carácter alucinatorio. 1.3 El deseo, goce y vacio Una vez establecidos los puntos base de este trabajo el siguiente punto tratar es la privación anoréxica, donde el sujeto puede elegir el vacio como meta pulsional, pero este goce de vacío no anula en absoluto el sujeto del deseo. En este punto es necesario mencionar que la figura paterna es la instancia mediadora del deseo, es decir la intrusión de la figura del padre va a introducir en la economía del deseo del niño cierto modo de vectorización a lo que se designa como función paterna que no es otra cosa más que la función fálica. Esta función fálica es operatoria por lo tanto vectoriza el deseo del niño de una instancia 18 | P á g i n a simbólica mediadora es decir el padre simbólico. Lacan hace la diferenciación entre el padre real, simbólico e imaginario. El padre real viene siendo el padre en la realidad de su ser es decir no el progenitor, pero este padre real nunca es aquel que interviene en el curso del complejo de Edipo. El que viene a interceder es el padre imaginario, aquí es donde encontramos el termino imago, el padre nunca es captado o aprehendido por el niño más que bajo la forma de la imago paterna, es decir una figura del padre tal como el niño tiene interés en percibirla en la economía de su deseo, pero también puede darse una representación de ella por medio del discurso de la madre. El padre simbólico es en el sentido de que su intervención estructurante en la dialéctica edípica se especifica por el solo hecho de ser puramente significante, en lo cual la función paterna como tal es fundamental ya que es estructurante (Dor, 1991). Es decir cuando hablamos del complejo de Edipo es necesario tener en cuenta la entidad paterna ya que debemos localizar la economía del deseo del niño con respecto al padre imaginario o al padre simbólico. Cabe mencionar que el padre real este o no presente, sea o no carente es completamente secundario para las apuestas edípicas, en cambio si la presencia o la carencia paterna concierne más directamente al padre imaginario que al simbólico entonces se vuelven determinantes. Es decir la evolución psíquica perfectamente estructurante para el niño puede cumplirse fuera de la presencia del padre real (Dor, 1991). Por lo que se refiere a la falta es una negatividad dialéctica ya que es aquello a lo que aspira para lograr la realización del deseo es su propia supresión como falta, de forma análoga, la falta no se puede llenar con ningún objeto, la falta que toma la forma del deseo inviste al Otro, es falta bajo transferencia, es falta como apertura al Otro, más aún lo que da vida al vacío es el deseo, deseo que transforma el vacio en una falta. Hay que mencionar además que en la anorexia encontramos una desarticulación del vínculo dialectico entre vacio, falta y deseo, donde el vacio no aparece ya en relación con el Otro a través del movimiento de apertura del deseo como expresión de la falta, sino que se solidifica, se presenta como disociado del deseo y por tanto,como innombrable. No es tampoco el vacio 19 | P á g i n a del que la anoréxica goza en la privación, pues es un vacio que narcotiza el ser mismo del sujeto (Recalcati, 2003). Habría que decir también que el deseo hace referencia a la separación que hay entre la necesidad y demanda. Este es un punto muy importante ya que en la anorexia el deseo se ubica alterando la función alimentaria, cuando la anoréxica se define como el deseo de nada, el sujeto trata de sostener su deseo como algo que es externo a la demanda como algo mas importante que la necesidad alimenticia, con la cual va a sostener su deseo. Así mismo el deseo de nada surge ante la saturación de objetos que le ofrece el Otro para tapar la falta del sujeto y ante esto el sujeto defiende su deseo con la nada. Es esta demanda que el Otro no puede responder porque sería responder al deseo, y esto significa para el Otro dar lo que no tiene, puesto que a él también le falta el ser. La demanda de ser nutrido la desborda un deseo y para que no se extinga el sujeto no se deja nutrir, se niega a desaparecer como deseo, ya que si satisface la demanda se mata este deseo, entonces el no dejarse nutrir será lo que mantenga el deseo (Ruegas, 2005). 1.4 La nada de la anorexia Algo que cabe destacar desde el principio para evitar posibles confusiones es que existen anorexias neuróticas, perversas y psicóticas, no se debe confundir los fenómenos típicos de la anorexia con una nueva estructura, es importante entender que la teoría simplemente trata de identificar el rasgo diferencial de la anorexia, el rasgo que nos permita captar su función de compensación, suplencia o incluso expresión del delirio subjetivo, entender sobre todo su función de defensa del deseo, evitando así una multiplicación de las estructuras que nos lleven a la generalización o establecimiento de diagnósticos reduccionistas y medicalizados. La anorexia se presentará en cada sujeto y en cada estructura de manera diferente. Por todo lo anterior y ya adentrándonos específicamente en la anorexia conviene subrayar antes que nada, que la elección anoréxica de la “nada”, es la 20 | P á g i n a elección de comer “nada”, la anorexia es una verdadera pasión por la “nada”. “Quiero nada…, como nada…, deseo nada…” estas son expresiones típicas usadas por los sujetos anoréxicos en la clínica de acuerdo con Recalcati (2003) en los que la “nada” se repite como un apremio constante. La anorexia se configura como un culto, un elogio, un fanatismo de la “nada”. Considerando lo anterior cabe destacar que la nada se divide en dos tiempos: La primera nada (es la nada como objeto separador): donde se manifiesta la esencia de la anorexia como maniobra de separación. Comer nada es el modo de reducir la omnipotencia del Otro a impotencia, es desenganchar al sujeto de la dependencia alienante del Otro. Ya que si consideramos que en la infancia el sujeto se encuentra en un estado de impotencia fundamental respecto a la omnipotencia del Otro, en la adolescencia a través de la función de la nada como objeto separador, el sujeto anoréxico arroja al Otro a una impotencia angustiada y conquista una posición de supremacía imaginaria respecto a aquel (Recalcati, 2003). A través de no comer nada, de acuerdo con Recalcati (2003) la anorexia abre un agujero en el Otro, puede entregar al Otro a la castración. Por tanto la nada aparece aquí entre el sujeto y el Otro como ese objeto que el sujeto utiliza para zafarse de la demanda asfixiante del Otro, es la nada fungiendo como escudo y como soporte del deseo. Esta nada como separación anoréxica se consuma como pura actividad de negación, como una oposición unilateral al Otro, se configura como un modo para negar la dependencia estructural (simbólica) del sujeto respecto al Otro. La primera nada entonces se debe alcanzar con la separación, el sujeto es una expresión pura de la división del sujeto y que debe poderse situar en el lado de la separación más que en el de la alienación, es la nada que aniquila la naturaleza transitiva de la demanda en nombre del deseo. Por tanto la satisfacción de la demanda no podrá realizar jamás la satisfacción del deseo. No es una pura exclusión del Otro, sino un rechazo que equivale a una llamada al Otro, es la 21 | P á g i n a forma negativizada que puede asumir la demanda de amor una vez que ha chocado contra la ausencia del signo de amor en el Otro, contra otro que no ha hecho don de su propia falta. Así que la primera nada se expone en la forma del rechazo sosteniendo la causa del deseo como imposible de reducir a la de la satisfacción de la necesidad. El rechazo defiende el deseo del riesgo de ser absorbido por la demanda (Recalcati, 2003). Al mismo tiempo de acuerdo con Recalcati (2003) a menudo podemos encontrar en la historia del sujeto anoréxico una decepción edípica, una frustración paterna de la demanda de amor a partir de la cual el sujeto puede hacer de su cuerpo un instrumento de chantaje para con el Otro del amor, y es que al convertirse en instrumento para chantajear al Otro, lo empuja a dar no lo que tiene, sino lo que no tiene, a hacer signo de su falta, a donar un signo de amor. Consideremos ahora que la primera nada está en relación con el deseo del Otro, es la exigencia de un signo de amor, donde la negación del alimento tiene lugar con la finalidad de hacer surgir ese signo de amor. El drama de la anorexia es donde el signo y el objeto aparecen como escindidos, es decir para hacer existir el signo de amor aquella debe cerrar el paso al objeto debe poder rechazar el objeto porque el Otro de la anoréxica no ha sabido efectuar la dimensión del don del objeto como aquello que hace signo de amor, sino que por el contrario, ha utilizado la oferta del objeto para matar este signo. La segunda nada (Se caracteriza clínicamente en la dimensión psicótica de la anorexia y de los casos denominados graves): al contrario de la primera nada está no se encuentra en relación con el deseo del Otro sino más bien con el goce del Otro, se trata de una nada que extravía todo valor dialectico para convertirse en una hipostasis, ya que mientras que la primera nada funciona como objeto separador, la segunda tiene un carácter holofrasico, congelado, no está en conexión con el Otro, expresa un rechazo radical del Otro, está en la reducción del deseo a nada, va referida a una modalidad de goce que excluye al Otro, como pura aniquilación de sí (Recalcati, 2003). 22 | P á g i n a La segunda nada se manifiesta como un eclipse total de la demanda, una separación del sujeto de la demanda como tal, no indica una llamada al deseo sino una carrera hacia la muerte, un empuje del cuerpo hacia su propia destrucción. Es entonces la nadificacion del cuerpo que se distingue en los casos graves de anorexia que no puede absorberse en la lógica histérica del sacrificio extremo del cuerpo para obtener del Otro el signo de su falta, se trata de una especie de mineralización del cuerpo, de una especie de identificación paradójica del cuerpo a la Cosa, de una momificación psicosomática, de una forma radical de nirvanizacion del sujeto (Recalcati, 2003). Con respecto a esta nirvanizacion del sujeto Recalcati (2003) menciona que es una tendencia del aparato psíquico a reducir a cero el nivel de tensión interna, dado que esta tenencia es moderada por el principio del placer, se estructura sobre la imposibilidad de un restablecimiento integral del cero. El aparato psíquico tiende a reducir al mínimo el nivel de excitación interna, persigue el placer y evita el displacer. Es por lo tanto que el principio del Nirvana no es un principio de división del sujeto, sino más en un principio de identidad. La anorexia entonces puede ser un ejemplo clínico de la desunión entre pulsión de muerte y vida, el principio del Nirvana se imponecomo tal, es la expresión pura de la pulsión de muerte. Por lo tanto en la segunda nada en la anorexia grave se manifiesta la nirvanizacion del sujeto que tiene lugar en lo real, sin el filtro significante del principio del placer. La tendencia cero se convierte en una práctica que se realiza a diario. La vida es un exceso, un terremoto.. Todo lo que estoy obligada a comer debe ser neutro, insípido. Solo la insipidez me sostiene. El sabor, en cambio, me desequilibra, me turba, me trastorna.. No soy yo la que siento el sabor sino que es el sabor el que me amenaza.. Comer el in- sabor, comer en blanco es mi modo para neutralizar el sabor. Como el mínimo, el mínimo del mínimo. Pero el mínimo debe ser sin sabor, blanco, debe no añadir nada a mi cuerpo, no debe turbar mi equilibrio.. Si siento el sabor todo se derrumba… O bien: Lo mismo que entra debe 23 | P á g i n a poder salir del cuerpo.., las entradas iguales que las salidas.. Así, después de vomitar, debo poder comprobar que lo que he comido haya salido totalmente de mi cuerpo. (Recalcati, 2003, Clínica del vacío, Página 29) Lo anterior nos habla del principio del Nirvana, el cuerpo es el cuerpo de lo Uni, es el cuerpo de lo mismo, el deseo es aniquilado. En donde se destaca una economía del goce que tienden al cero, una economía cerrada en sí misma, dominada por un apetito de muerte sin freno. El pensamiento del cuerpo se impone como el único pensamiento posible, un pensamiento fijado al cuerpo – Cosa a la necesidad de preservar la mismidad del cuerpo. El cuerpo no es desertificado del goce por la acción significante, sino que se convierte el mismo en un desierto que elimina el sabor de la vida, es una desvitalización no simbólica, sino real (Recalcati, 2003). 1.5La relación con la madre cocodrilo. Otro rasgo importante es la relación que hay entre la madre y el sujeto anoréxico, para esto Herrero (1999) nos menciona que en la anorexia hay una madre completa que confunde la necesidad con el amor y trata de obturar de manera permanente el vacio estructural con el objeto alimento, atiborra la demanda del bebé y no deja lugar alguno para la demanda de amor, la demanda de nada. El rechazo del alimento por parte del sujeto, es entonces un intento por mantener al margen la demanda de vacío, en su rechazo la anorexia quiere nada para así preservar el deseo y garantizarse como sujeto donde no encuentra la falta del Otro, donde la madre omnipotente aparece siempre como completa y sin agujeros, es entonces que para salir de la frustración de la demanda de amor, la anoréxica acaba logrando el plus de satisfacción pulsional con el objeto nada. La anoréxica identifica a la nada comiendo nada, hace de su cuerpo ese emblema transparente, invisible y vaciado que conduce a la pulsión de muerte freudiana hasta su límite. 24 | P á g i n a El sujeto anoréxico se enfrenta a un Otro que tiene sus ideas sobre sus necesidades, se entromete, y en lugar de darle lo que no tiene, de darle la falta, le atiborra con la papilla asfixiante, confunde sus cuidados con el don de su amor, porque como decía Lacan en sus seminarios “Es el niño al que alimentan con más amor el que rechaza el alimento y juega con su rechazo como con un deseo (anorexia mental)” (Lacan, 1975, Escritos 2, Pág. 598). En este sentido el grito del bebé precisa de otro simbólico que lo codifique para que pueda adquirir sentido, el Otro que otorga un sentido a ese grito de pura necesidad, le dota de una dimensión de petición de demanda, quien aporta su sentido y quien otorga un carácter de pedido a ese grito con el que el bebé inaugura su entrada en el mundo, entonces de ahí podría venir que la pura necesidad del bebé se convierta, por la mediación del Otro materno en una demanda de algo. Pero cabe destacar que no toda la demanda queda agotada en ese objeto que calma la necesidad, sino que hay otra demanda que circula, que reclama amor y esto es la nada, ya que aunque el bebé se encuentre saciado sigue chupando, siempre habrá un resto de insatisfacción que hará que el bebé se muestre insatisfecho y demande otra cosa. La manda de amor que trata de restituir en su pérdida en ser. Pero como dice Lacan “amar es dar lo que no se tiene” (Lacan, 1975, Escritos 2, Pág, 717), el bebé demanda nada, demanda un vacio, ese don que es el amor como una nada, como un vacio. Por lo tanto el amor viene a ser así, la nada del objeto como perdido para que de esta manera el acceso por lo simbólico provoque una perdida, un vacio al que vendrán a parar diversos objetos señuelos que trataran de paliar esa falta y entonces el resultado de esa falta de orden estructural es el deseo y la falta se convierte en la garantía de un deseo, una falta que es entendida como irresoluble (Herrero, 1999). En lo que toca a la relación del sujeto anoréxico con el Otro materno de acuerdo con Miller (1996) nos habla de que el deseo de la madre no es algo que se pueda soportar solo así, entraña siempre estragos. Es entonces una madre cocodrilo en cuya boca esta la anoréxica y es aquí donde la relación que tiene la madre con la hija es una relación de estrago, como un cocodrilo, en cuyas fauces 25 | P á g i n a puede quedar la presa y le otorga a la presa la función de satisfacerla, completándola con su argumento, colocándose en el menú, otorgándole consistencia al Otro. La madre por consiguiente se presenta como completa, ofreciendo todo, con lo cual el sujeto quedaría atrapado en un nivel alienante desde el cual no podría reconocer ni su deseo ni que demanda. Esta relación se establece como demandante y mortífera ya que la madre ubica a la hija como un objeto de goce, la madre entonces ofrece respuestas absolutas a cualquier pregunta que pueda surgir en la hija, pero estas respuestas aniquilan al sujeto en su ser deseante, así mismo son pactos en donde hay un saber irreductible entre ellas dos y es como si nadie pudiera saber acerca de lo que las une, es decir son madres que por su posicionamiento no pueden ubicar a su hijo en la ruta del deseo. 2. LA ANOREXIA COMO NOVIA DE LA MUERTE Teniendo en cuenta que las denominadas enfermedades del siglo XXI o trastornos de la conducta alimenticia (TCA), son manifestaciones de nuestro tiempo, debe quedar en claro que, son posicionamientos subjetivos que llegan a la clínica psicoanalítica. Son entonces modalidades que vienen siendo la expresión de ciertos malestares en la cultura, de una sociedad consumista, centrada en el confort y concentrada en la abundancia es ahí donde surge la anorexia para dar cuenta de que ahí donde hay confort y abundancia, el sujeto anoréxico va a crear la incomodidad, la falta, que ahí donde hay consumismo excesivo el sujeto anoréxico logra dar cuenta de cómo se consumen y sobre todo de lo que realmente es consumirse ya que habría que señalar que la anorexia es uno de los padecimientos psíquicos importantes que puede conducir al sujeto a la muerte, y entonces nos encontramos muchas veces que al abrirles la puertas del consultorio a esta clase de pacientes nos encontramos con lo que la medicina llamaría un paciente terminal y esto generalmente se evidencia en su aspecto fantasmatico y cadavérico (Miller, 1996). 2.1 Imagen corporal Examinemos ahora la imagen corporal en donde encontramos que el cuerpo anoréxico se consume, se esquelétiza, se deja morir, pero solo para abrir en el Otro una falta, para remover al Otro. En este sentido el cuerpo queda reducido a piel y huesos, es devaluado, pero solo para revalorizarse en dicha devaluación. De igual modo este cuerpo se hace invisible, tiende a desaparecer, se seca pero solo para ganar una mayor consistencia, para existir realmente para el Otro, para deslumbrar al Otro (Recalcati, 2003). Ahora bien la demanda anoréxica de acuerdo con Ruegas (2005) va a girar en torno a la aspiraciónde que el cuerpo desaparezca para que el deseo subsista. La anoréxica mantiene este modo de vida debido a que fue el único modo que encontró para llegar a surgir como sujeto deseante fuera del deseo de la madre. 27 | P á g i n a La anoréxica mantiene su negativa a alimentarse, llegando al punto del goce de la pulsión de muerte, entonces la falta de un deseo la lleva al borde de la muerte donde intenta sostener su ser, ser en la muerte. Por consiguiente Ruegas (2005) afirma que la imagen del cuerpo de la anoréxica es muy importante ya que en la anorexia la imagen se percibe de una manera diferente a la imagen desde lo real, ya que en la anorexia hay un goce que irrumpe en el cuerpo en el momento en que el sujeto se encuentra con el Otro sexuado al que rechaza. En este sentido el fantasma anoréxico se ubica como el objeto de goce del Otro, ser comida con la mirada, entonces hay un retorno del goce al propio cuerpo un goce del Uno en el que se desfigura el propio cuerpo. Hay un autoerotismo del cuerpo donde va a surgir el goce de la privación y el rechazo al semblante, el rechazo del deseo de vivir por una acumulación de nada en el vacio del cuerpo. Miller (1996) afirma entonces que en casos graves, lo real del cuerpo se presentifica de manera insoportable, ligado al horror, se presenta un cuerpo debilitado, llevado al borde, en donde se cruzan la vida y la muerte. Pero a pesar de su estado la paciente no cede en su demanda de deseo, se desentiende de aquello que su cuerpo clama, erige una fortaleza donde se guarda, luchando con el hambre, dejando en suspenso el orden de la supervivencia y dado que cuando el goce se presenta pone entre paréntesis otros dilemas del sujeto y centra sus quejas en relación con el cuerpo, un cuerpo del que sostiene querer desentenderse y es aquí donde el sufriente llega a consulta anudando su queja al cuerpo, un cuerpo que hace referencia al estatuto de lo real, al malestar- en– el- cuerpo, se presenta algo que no todo puede decirse y es cuando el cuerpo irrumpe, denuncia que la verdad está en otro lado y lo hace de formas muy particulares, ya sea desde la irrupción de angustia, o un accidente circunstancial, es por lo tanto que en la clínica con sujetos anoréxicos, la queja esta en relación al cuerpo, de ahí la denominación de sufriente, ya que se presenta un sujeto que no está implicado no se conmueve, su relato no motiva su angustia y se limita a focalizarla en referencia al sufrimiento en relación con su cuerpo. 28 | P á g i n a 2.2 La idea de lo bello en el cuerpo Encontramos también que una de las principales características que distingue a la anorexia es la manera en la que percibe su imagen corporal el sujeto, ahí donde se presenta lo horroroso para el hombre a parece lo bello para el sujeto anoréxico. Acorde con lo anterior la función de lo bello comparte la estructura de señuelo con el deseo ya que es por efecto de la belleza que el deseo procede a su modulación, lo bello resulta de una relación del sujeto con el límite entre la vida y la muerte, se habla entonces de dos muertes, en donde la primera muerte hace referencia a la muerte natural, biológica y la segunda en tanto que el lenguaje le exige al sujeto dar cuenta que no es, y es por lo anterior que la imagen del cuerpo es donde se representa la relación del hombre con el significante de su deseo es decir con su segunda muerte y es en este cuerpo donde se plasman las modulaciones del deseo, oscilando entre vida y muerte, es decir a la detención o a la desaparición del sujeto (Miller, 1996). Consideremos ahora que la anorexia presenta diferentes articulaciones posibles entre el cuerpo en relación con la belleza, la primera como valor de cambio de los ideales de la cultura y en segunda instancia el cuerpo en tanto que representa la pulsión de muerte, un cuerpo que es habitado por el discurso donde la pulsión hace su recorrido historificandolo. Por lo tanto Miller (1996) menciona que a través de la historia se han presentado diversos discursos con respecto a lo bello, pero desde lo religioso resalta sobre todo de la tradición cristiana en la cual se nos mencionan que el cuerpo que era ofrecido a la contemplación estética, era un cuerpo de belleza en el que se había sustraído toda huella del deseo. En ese sentido a veces a la clínica psicoanalítica se presentan los que entregan un cuerpo dado a la contemplación en el espejo, y este espejo debe devolver una imagen del cuerpo delgado, sin curvas, sin redondeces, si se puede invisible. Un cuerpo en donde el sujeto anoréxico inicia una persecución de belleza corporal y la relación del cuerpo y lo bello conlleva a la aparente contradicción de que es un cuerpo desencarnado, despojado del elemento erótico. 29 | P á g i n a Entonces hay que mencionar que para los griegos lo bello era en síntesis la armonía, proporción y limitación y lo contrario para ellos era la desproporción, el desorden, el caos. Entonces la belleza por la estética y el arte fue concebida como un término de medida y limitación que rechaza todo cuanto implique desproporción y caos. Lacan de acuerdo con Miller (1996) nos habla de la función que tiene lo bello en el ser humano tomando distancia del deseo y lo bello como barrera de contención. Por lo tanto de acuerdo con Miller (1996) parecería que la moda de la imagen y el culto al cuerpo favorecen por medio de la identificación la tensión con la imagen propia, debido a que la norma que se dicta en la actualidad que es: no valemos más que la imagen que el Otro nos devuelve amablemente, de ahí la insistencia a mantenernos acorde con unas señas de identidad que se encuentran dirigidas desde lo social, que tiranizan nuestras expectativas y es el ideal de belleza impuesto desde la cultura con el que se construye la imagen, la identidad por medio de las identificaciones edípicas, la construcción de la identidad sexual y el ser de deseo del sujeto. Por lo que refiere a la anorexia esta en relación con la alienación al significante que se encuentra al servicio de la relación con el Otro, es decir busca con esa imagen de completud, la palabra y la parte amable del Otro que le permita construirse como un ser con identidad propia y es cuando la imagen cobra aquí el estatuto de un significante Amo poniendo de manifiesto la relación mortífera que el sujeto mantiene con el ideal, de esa manera se explicaría como la anorexia puede llevarse el ideal de belleza hasta la exaltación, alejando así la imagen sexual y deseable del cuerpo hacia esa otra forma donde predomina la transparencia asexual y tenebrosa del cuerpo de vacío que goza en solitario. Conviene subrayar que no es tan fácil explicar desde el estatuto de la imagen ideal porque los sujetos guiados por un ideal de belleza, de vienen en un ser de anorexia, que es un ser que hace del cuerpo todo un semblante de vacío. Pero si solo consideramos la explicación sociológica del ideal de belleza donde se toma como vertiente 30 | P á g i n a significante el síntoma, no lograríamos entender la complejidad del tema ya que del contexto psicoanalítico no parece suficiente esta explicación (Herrero, 1999). 2.3 El estadio del espejo en relación a la anorexia Así mismo al hablar de la anorexia es indispensable hablar del estadio del espejo de Lacan, donde de acuerdo con Guillen (2010) el sujeto se aliena a la imagen, a una imagen que constituye el esquema mental del cuerpo, de un modo anticipado a su maduración, pero su organismo no coincide con su cuerpo, para el sujeto el cuerpo está en lo imaginario en tanto que su organismo es decir su cuerpo real se encuentra perdido para el niño, porque a la hora de construir su imagen debe recurrir sin saberlo al tramite simbólico, que es el circuito del deseo del Otro que le devolverá esa imagen unificada, que es constituyente del sujeto.Por lo tanto la teoría de Lacan de acuerdo con Braunstein (1980) que habla del estadio del espejo se podría resumir de la siguiente manera: un bebe que juega a mirarse en el espejo, a verse mirado, a verse a aparecer y desaparecer, pero pronto descubre que es solo una imagen, una forma que será comparable a los otros, una forma que reconoce en el espejo, se percata que el del cristal es él y tiene un nombre, pero todo esto lo descubre a partir de que Otro se lo señala, a partir de que lo identifica como aquella imagen reflejada en el espejo. Por medio de que el otro lo señala a él como el de la imagen, y es ahí donde el bebe es capaz de identificarse a sí mismo, se observa entonces como una figura unificada, una unidad que es él y será como los otros lo identifiquen, que lo salvará de la dispersión. Una imagen que a la vez lo deja fuera, es él pero no es todo él, mucho de su imagen no podrá ser referido a la imagen que observa. En este punto también es donde se da cuenta que la identificación de sí mismo, separado de los otros también separa al sujeto del otro, realiza un corte entre el yo y el Otro, un corte que lo separa de la madre, le establece límites entre ella y el mismo. El sujeto como significado no va a poder ser representado sin la pérdida del significante y debe unirse el significante con otro para crear una cadena de significantes (Braunstein, 1980). 31 | P á g i n a En este sentido en la anorexia nos hayamos con un cuerpo que no coincide con su cuerpo en lo real, con su esquema corporal, cabe señalar que la imagen corporal es importante ya que gracias a ella se puede entrar en la comunicación con el Otro, ya que toda comunicación con el Otro se asienta en la imagen del cuerpo, imagen del cuerpo como soporte del narcisismo y entonces el esquema corporal es una abstracción de una vivencia del cuerpo, que se estructura mediante la experiencia y el aprendizaje, pero la imagen del cuerpo se estructura por medio de la comunicación entre sujetos y la huella memorizada del gozar frustrado o prohibido y esto hace referencia a lo imaginario. Esta imagen del cuerpo es aquello en donde se van a inscribir las experiencias que se relacionan con la necesidad, el deseo, narcisisantes, las cuales se manifiestan como una simbolización de las variaciones de la percepción del esquema corporal, entre los cuales el contacto y decires de la madre serán predominantes (Guillen, 2010). Hay que mencionar además que el Yo es efecto de la identificación, es decir de la transformación que sufre el sujeto cuando asume la imagen y esta construcción de la imagen del cuerpo ideal depende de cómo asuma su cuerpo frente a ese Otro, que va a invitar al sujeto a reconocer su imagen frente al espejo donde se van a dar lugar las formaciones del Yo. Por tanto la imagen en el espejo va a aparecer como una unidad y la impotencia motora causará una rivalidad con la imagen ya que el sujeto la vive como amenaza de fragmentación (Ruegas, 2005). Por lo anterior el objeto del deseo es el objeto del deseo del Otro, el sujeto se va a ubicar en ese lugar para formar sus identificaciones, ya que va a ser el sujeto el que sostenga las significaciones desde un punto fuera de lo ideal. Entonces el Yo ideal es la primera forma en la que el sujeto se aliena, que es la unidad del cuerpo en la imagen, este se posiciona como el punto de partida del yo. Mientras que el Ideal del Yo es el lugar desde el cual el sujeto es mirado, es el lugar donde se le dice que y como debe ser para alcanzar esa perfección, ese ideal. En particular en la anoréxica ocurre que la imagen ideal está suspendida en 32 | P á g i n a relación con el falo simbólico, como una suplencia fallida de lo que el significante fálico permite nombrar en cuanto a la sexualización (Ruegas, 2005). En ese sentido de acuerdo con Ruegas (2005) el falo es el que hace hablar dando lugar a lo real del sexo a través del semblante, pero cuando responde la imagen estamos en el reino del silencio de muerte, hay un rechazo del inconsciente, es cuando el goce de la maniobra del cuerpo es más aceptable ya que el inconsciente no lo es. Precisamente en la anoréxica encontramos que el sujeto se escuda en la imagen, es su modo de esquivar el semblante, ya que la imagen con la que se identifica no queda articulada a la castración y la verdad propia del semblante de las cuales el sujeto no quiere saber. Entonces al sujeto anoréxico en ocasiones al hacer que su cuerpo opere como un falo, se le coloca del lado del tener, pero desde un goce del tener que le es insuficiente, sin significación fálica, falos no sometidos a la falta y es así como para el sujeto anoréxico no hay límite, es adelgazar hasta morir, hay una búsqueda de ese Otro que pueda obturar su demanda ilimitada. El problema surge cuando no se constituye bien el cuerpo como falo, cuando en esta construcción narcisista no se logra constituir una imagen fálica, entonces lo que suple no es el síntoma sino una nominación imaginaria, un recurso a la imagen misma del cuerpo, es entonces cuando se da un intento de capturar al Otro que le represente su propio cuerpo (Ruegas, 2005). 33 | P á g i n a 2.4 Nombre del padre/ Síntoma Como ya se ha mencionado en la anorexia hay una distorsión de la imagen del cuerpo, ya la imagen del cuerpo no coincide con la estructura corporal, con el cuerpo desde lo biológico y fisiológico. Esto es que para donde los demás observan extrema delgadez para ellas hay gordura y es que a través del síntoma se encuentra una forma de romper con el Otro, porque lo que el Otro ofrece es insuficiente para ellas, sabe que desean algo mas, algo que no el Otro no les puede dar porque no lo tiene (Guillen 2010). Por consiguiente en la anorexia aparece escrito en el cuerpo aquello que no puede decirse, ya sea porque es muy doloroso, peligroso o porque se desconoce, entonces para que el síntoma sea tratable es necesario interrogar a quien lo padece es necesario que sea insuficiente, es necesario que nos hable de su insatisfacción. El síntoma es una metáfora, que para nosotros parece un enigma porque desconocemos en qué consiste la sustitución, desconocemos las significaciones que fueron traspasadas y esta significación solo va a ser transparente a partir de las asociaciones (Guillen, 2010). Habría que decir también que el síntoma anoréxico generalmente se presenta en la adolescencia, y desde el psicoanálisis la infancia nunca desaparece, así como nunca se accede a la madurez sexual adulta, sus elementos de las organizaciones sexuales infantiles persisten y son resinificadas en una nueva estructura, pero de acuerdo con Guillen (2010) la madurez genital tiene un carácter simbólico que remite al acceso en lo social y en lo cultural, entonces en la adolescencia el sujeto se enfrenta a la necesidad de independizarse y pasa a formar parte de otros grupos sociales. Así es como algo que no hizo síntoma en la infancia, lo hace ahora en la adolescencia ya que este es el momento de re significación de la castración y del Edipo. Vemos a la sexualidad retornar, se re significa cobran otro valor y hay un reordenamiento del sujeto. La anorexia es un síntoma que está en relación con la imagen del cuerpo, tiene sus raíces antes de la etapa edípica en el momento de la castración primaria, es decir cuando son conscientes las diferencias anatómicas sexuales e 34 | P á g i n a inicia el reconocimiento de su pertenencia sexual y esta podría ser una de las razones, por la que el síntoma anoréxico hace su aparición de manera frecuente en la adolescencia. En segunda instancia hay retomar un tópico ya tratado en el capitulo anterior y este es el Nombre del Padre el cual se manifiesta como la posibilidad que tiene el sujeto para hacerle frente al enigma de que hay en su madre, hacer frente entoncesa lo devorador de su madre, es por lo anterior que el sujeto hace uso de la metáfora cambiando así el deseo de la madre a algo de lo que no sabe nada y de lo que no se puede decir nada y es entonces por el Nombre del Padre que se puede nombrar y se puede inscribir algo de su ser, debido a esta unión con el significante fálico. Esto hace referencia a que el Nombre del Padre funciona como el lugar desde donde el sujeto logra interpelar al Otro sexo, a la diferencia que lo nombra (Arroyave, 2007). Por lo tanto en la anorexia la madre aparece como eximida de la labor de mediatizar esta función normativa, ya sea porque desbarata o descalifica la palabra paterna o debido a que hace del padre una figura formal y castrada por ella, en tanto que no reconoce en el padre el valor fálico que sostiene su deseo de mujer. En consecuencia de lo anterior se manifiestan fallas en la función paterna y es entonces cuando el sujeto anoréxico se topa con una madre cocodrilo que la amenaza (Yosifides, 2006). Entonces el síntoma es un aparato individual para situar el objeto a, y es que la diferencia entre síntoma y el discurso, es que el discurso vale para muchos (aquí es donde entrarían las “modas”) y el síntoma solo vale para uno. Es el síntoma la forma que tiene el sujeto para arreglárselas con lo indecible, de unirse con el Otro, así mismo el síntoma en la anorexia el objeto (a) es el objeto nada, es el objeto pero negado, no es un significante es la negación de este, por lo tanto la anoréxica se queda del lado del goce, ya que el goce solo se vive, pero se vive como muerte disfrazada de belleza. En conclusión ante el borramiento del Nombre del padre que introducen los discursos actuales, el sujeto anoréxico se queda con el retorno que en esta etapa se da de lo devorador de la madre, pero el 35 | P á g i n a sujeto como recurso tiene el síntoma, objetando así el atiborramiento del Nombre del padre y mediante el objeto nada que rechaza y amenaza a la devoradora madre logrando que ella dependa del sujeto (Arroyave, 2007). 3. MELANCOLÍA EN LA ANOREXIA Como se menciono antes en la introducción la melancolía se encuentra fuertemente correlacionada con la anorexia, es por lo anterior que a continuación se trabaja la melancolía y para esto hay que retomar “Duelo y melancolía” de Freud, para al final explicar en qué sentido se relaciona con la anorexia la melancolía. 3.1. Melancolía y duelo Entonces Freud (1976) nos menciona que el duelo es general es la reacción que tiene una persona ante la pérdida de una alguien amado o de una abstracción, como a la libertad o un ideal. El duelo en ocasiones trae consigo graves desviaciones de la conducta normal en la vida, lo cual rara vez se nos ocurre catalogarlo como un estado patológico, ni remitirlo al médico, confiamos que al pasar el tiempo este estado se superara y juzgamos dañino perturbarlo, pero en algunas ocasiones se llega a observar que en lugar de duelo hay melancolía. Es por lo anterior que Cabetas (1998) afirma que se tiende a comparar la melancolía con el duelo, pero no es igual ya que el proceso de duelo es un natural y desaparece por sí solo, y la melancolía no, aparece y queda enraizada en la personalidad como un rasgo temprano, como un conflicto primario que corresponde a la etapa de desarrollo pre- verbal, por lo tanto encontramos que el proceso melancólico, se acompaña de censura y reproche, tendiendo a presentar autoagresión de manera inconsciente, la inhibición y restricción del Yo se vuelve la expresión de la entrega total al duelo melancólico. Además la melancolía nos dice Freud (1976) se singulariza en lo anímico por una cancelación del interés en el mundo exterior o la perdida de la capacidad de amar, la inhibición de la productividad y una rebaja en el sentimiento de sí que se exterioriza a manera de auto reproches o auto denigraciones y con una extrema expectativa de castigo, cabe destacar que en el duelo se muestran los mismo 37 | P á g i n a rasgos, en excepción de uno que es la falta de la perturbación del sentimiento de sí, pero en lo demás se manifiesta de la misma manera. Es en este cuadro melancólico hay un descontento muy marcado con el propio Yo, de ahí las autoacusaciones. La idealización e introyección son dos mecanismos de defensa que se manifiestan con mucha frecuencia, en toda relación de personas en la cual una parte se sienta débil y oprimida al pugnar con otra parte a la que se siente muy poderosa (Cabetas, 1998). En contraste en el duelo la reacción que se manifiesta frente a la perdida de una persona que nos era amada, consta de la perdida de interés por el mundo exterior en relación a todo lo que recuerde a la persona perdida, hayamos una pérdida de la capacidad de escoger algún objeto de amor en remplazo. Podemos verlo de la siguiente manera: el examen de realidad nos muestra que el objeto amado ha dejado de existir y de él emana ahora la exhortación de quitar toda libido de sus enlaces que se tienen con el objeto, a esto se opone una comprensible renuencia ya que el hombre no abandona con agrado una posición libidinal aun cuando el sustituto aparezca. En un caso más complejo esa renuencia puede alcanzar tal intensidad que se produce un extrañamiento de la realidad y una retención del objeto por la vía de una psicosis alucinatoria del deseo, pero es en casos normales que prevalece el acatamiento de la realidad, pero la orden que se imparte no puede cumplirse de manera inmediata, se ejecuta poco a poco con un gasto intenso de tiempo y energía de investidura pero la existencia del objeto perdido continua en lo psíquico, con cada uno de los recuerdos y cada una de las expectativas que la libido se anudaba al objeto son clausurados, sobreinvestidas y en ellos se consuma el desasimiento de la libido (Freud, 1976). Regresando a la melancolía acorde con Freud (1976) en algunos casos la reacción de duelo se puede manifestar por la pérdida de un ser amado y en otras ocasiones puede reconocerse la perdida de naturaleza mas ideal, es decir tal vez el objeto no esté realmente muerto sino que se perdió como objeto de amor, en otro tipo de circunstancias no atinamos a discernir con precisión lo que se perdió y 38 | P á g i n a a veces tampoco el paciente puede apresar en su conciencia lo que ha perdido, es en este caso cuando la melancolía podría ser la culpable, cuando sabe el sujeto a quien perdió, pero no lo que perdió en él, así que de alguna manera podemos decir que la melancolía es una pérdida de objeto sustraída de la conciencia a diferencia del duelo en donde no hay nada inconsciente. Por lo anterior la melancolía es la perdida desconocida que tendrá por consecuencia un trabajo interior semejante en donde habrá una inhibición y falta de interés, pero esta inhibición en la melancolía nos impresiona como algo enigmático porque no acertamos a ver lo que absorbe tan enteramente al sujeto, el melancólico nos demuestra que todavía algo que falta en el duelo y es una rebaja en su sentimiento yoico, un empobrecimiento del yo, donde en el duelo el mundo se ha hecho pobre y vacio, en la melancolía eso lo ocurre al yo. El sujeto entonces describe a su yo como indigno, estéril y moralmente despreciable, se hace reproches, denigra y espera repulsión y castigo, se humilla ante los demás, un cuadro que se completa con el insomnio, la repulsa del alimento y un desfallecimiento en extremo asombroso de la pulsión que compele a los seres vivos a aferrarse a la vida (Freud, 1976). Se debe agregar que en la melancolía hubo una elección de objeto, una ligadura de libido a una persona determinada, que por un desengaño o abandono por parte de la persona amada sobrevino un sacudimiento de ese vínculo de objeto, pero el resultado no fue normal. El cual habría sido un quite de la libido de ese objeto y el desplazamiento
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