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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
 
 
 
 
 
FACULTAD DE MEDICINA 
DIVISIÓN DE ESTUDIOS DE POSTGRADO 
 
INSTITUTO NACIONAL DE CARDIOLOGÍA 
IGNACIO CHÁVEZ 
 
 
UTILIDAD DEL BALÓN INTRAAÓRTICO DE CONTRAPULSACIÓN 
 EN PACIENTES CON CHOQUE CARDIOGÉNICO SECUNDARIO A 
 INFARTO DEL MIOCARDIO 
 
 
 
TESIS 
QUE PARA OBTENER EL GRADO DE: 
ESPECIALISTA EN CARDIOLOGÍA 
 
PRESENTA: 
DR. HÉCTOR ARNULFO CARMONA RUIZ 
 
ASESORES: 
DR. GERARDO VIEYRA HERRERA 
DR. HÉCTOR GONZÁLEZ PACHECO 
 
MÉXICO, DF. 2011 
 
 
 
 
 
 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
 III 
AGRADECIMIENTOS 
 
 
 
 
 
 
A mis padres por su gran esfuerzo para darme la oportunidad de estudiar una 
carrera y por su apoyo. 
 
 
A mi esposa por su compañía, apoyo y comprensión durante estos años de 
residencia. 
 
 
A mis maestros por su disposición y por haber compartido conmigo todos sus 
conocimientos. 
 
 
 A mis amigos por haber hecho menos difíciles estos años de residencia. 
 
 
 
 
 
 
 
 
A TODOS 
 
¡MUCHAS GRACIAS! 
 IV 
_________________________ 
Dr. José Fernando Guadalajara Boo 
Director de Enseñanza 
Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chavez 
 
 
________________________ 
Dr. Gerardo Vieyra Herrera 
Médico adscrito al servicio de Consulta Externa 
Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez. 
 
 
 
_________________________ 
Dr. Héctor González Pacheco 
Subjefe del servicio de Unidad de Cuidados Coronarios 
Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez 
 
 
 
__________________________ 
Dr. Héctor Arnulfo Carmona Ruiz 
Residente de Cardiología 
Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez 
 
 V 
ÍNDICE 
 
1. RESUMEN 1 
2. ANTECEDENTES 3 
3. HIPOTESIS 9 
4. OBJETIVO 10 
5. MATERIAL Y MÉTODOS 11 
6. RESULTADOS 13 
7. DISCUSIÓN 17 
8. CONCLUSIONES 20 
9. BIBLIOGRAFÍA 21 
10. ANEXOS 24 
 
 
 1 
RESUMEN 
 
UTILIDAD DEL BALÓN INTRAAÓRTICO DE CONTRAPULSACIÓN EN 
PACIENTES CON CHOQUE CARDIOGÉNICO SECUNDARIO A INFARTO DEL 
MIOCARDIO 
 
Objetivo: Determinar si el uso de balón intraaórtico de contrapulsación se asocia 
disminución de la mortalidad en pacientes con choque cardiogénico secundario a infarto del 
miocardio en pacientes del Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez. 
 
Material y métodos: Es un estudio de tipo descriptivo, transversal, retrospectivo, se incluyó 
a todos los pacientes consecutivos del periodo de enero del 2005 a enero del 2010 
ingresados en la Unidad de Cuidados Coronarios, con el diagnostico de choque 
cardiogénico secundario a infarto del miocardio. Se dividió a los pacientes en 2 grupos, un 
grupo en los que se utilizó balón intraaórtico de contrapulsación (BIAC) y otro grupo en el 
cual no se utilizó BIAC. 
 
Resultados: Se incluyeron 4053 pacientes con diagnostico de infarto del miocardio tanto 
con elevación como sin elevación del segmento ST, de los cuales 175 pacientes presentaron 
choque cardiogénico. Se utilizó BIAC en 86 (49.1%) pacientes, mientras que en 89 (50.9%) 
pacientes no se utilizó BIAC. La presencia de choque cardiogénico fue significativamente 
mayor en el género masculino (79.4% vs. 20.6% p < 0.001). En el grupo en el que se 
utilizó BIAC la mortalidad fue de 64% y de 74.2% en el grupo en el que no se utilizó 
BIAC, sin encontrar diferencia estadísticamente significativa (p= 0.09). 
 
Conclusiones: En pacientes con choque cardiogénico secundario a infarto del miocardio, el 
uso del BIAC no disminuye la mortalidad. 
 
Palabras clave: Choque cardiogénico, infarto del miocardio, balón intraaórtico de 
contrapulsación, mortalidad. 
 2 
USEFULNESS OF INTRA-AORTIC BALLOON COUNTERPULSATION IN 
PATIENTS WITH CARDIOGENIC SHOCK SECONDARY TO ACUTE 
MYOCARDIAL INFARCTION 
 
 
 
Objective: To determine if the use of intra-aortic balloon counterpulsation (IABC) is 
associated with a reduction in mortality in patients with cardiogenic shock secondary to 
acute myocardial infarction in the Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez. 
 
Material and methods: This is a descriptive, transverse, retrospective study, it included all 
consecutive patients from january 2005 to january 2010 that were admitted to the Coronary 
Care Unit with the diagnosis of cardiogenic shock secondary to myocardial infarction. The 
patients were divided in 2 groups, a group in whom the IABC was utilized and a second 
group in whom the IABC was not utilized. 
 
Results: 4053 patients with diagnosis of myocardial infarction with and without ST segment 
elevation were included. 175 patients were complicated with cardiogenic shock. The IABC 
was utilized in 86 (49.1%) patients, while in 89 (50.9%) the IABC was not utilized. There 
were significantly more male patients presenting cardiogenic shock (79.4% vs. 20.6%, p < 
0.001). The mortality in the IABC group was 64% vs. 74.2% in the IABC group, there was 
not statistically significant difference between both groups (p= 0.09). 
 
Conclusions: In patients with cardiogenic shock secondary to myocardial infarction the 
utilization of IABC does not reduce mortality. 
 
Key words: Cardiogenic shock, myocardial infarction, intra-aortic balloon counterpulsation, 
mortality. 
 3 
ANTECEDENTES 
 
 El choque cardiogénico es una entidad que pone en peligro la vida y es la causa más 
común de muerte en pacientes hospitalizados por infarto del miocardio.
 1
 
Se puede definir como hipotensión persistente e hipoperfusión tisular debido a 
insuficiencia cardiaca, en presencia de tener volumen intravascular y presiones de llenado 
del ventrículo izquierdo adecuados. Los signos clínicos incluyen hipotensión, taquicardia, 
oliguria, extremidades frías y estado mental alterado. Los hallazgos hemodinámicos son 
hipotensión sostenida, con tensión arterial sistólica <90mmHg por 30 minutos o más, índice 
cardiaco <2.2 l/min/m
2
 y presión capilar pulmonar >15mmHg.
2 
Otra definición que se ha utilizado es la de un síndrome que se presenta debido a la 
falla ventricular izquierda o derecha en forma aguda y grave, que produce hipotensión e 
hipoperfusión tisular con disfunción celular y multiorgánica progresiva.
3,4
 
 El choque cardiogénico es una importante complicación del infarto del miocardio. 
La incidencia se ha mantenido estable durante las 3 ultimas décadas a pesar de los avances 
para su diagnostico y tratamiento.
1 
 En estudios previos se ha observado que la incidencia de choque cardiogénico en 
pacientes con infarto del miocardio con elevación del segmento ST es de 8% y de 2.5% en 
pacientes con infarto del miocardio sin elevación del segmento ST. Este último grupo es 
más propenso a presentar oclusión de la arteria circunfleja, comorbilidades y enfermedad 
coronaria trivascular o del tronco de la coronaria izquierda.
5, 6, 7 
 
El choque cardiogénico generalmente se desarrolla de forma temprana después del 
inicio de la sintomatología, aproximadamente 50% de los pacientes lo presentan dentro de 
las primeras 6 horas y 72% dentro de las primeras 24 horas. Algunos pacientes primero 
presentan un estado de pre-choque manifestado por datos de hipoperfusión sistémica sin 
hipotensión.
 8, 9
 
Los factores de riesgopara desarrollar choque cardiogénico incluyen edad, infarto 
del miocardio de localización anterior, hipertensión, diabetes mellitus, enfermedad 
coronaria multivaso, infarto del miocardio previo, insuficiencia cardiaca previa, infarto del 
miocardio con elevación del segmento ST o bloqueo de rama izquierda del haz de His.
10, 11 
La mayoría de los pacientes desarrollan choque cardiogénico debido a isquemia o 
necrosis miocárdica extensa, la cual afecta directamente la contractilidad y esto resulta en 
 4 
una disminución del gasto sistólico y presión arterial. Un primer infarto extenso puede 
causar choque cardiogénico o bien puede ser consecuencia de un reinfarto o extensión de 
un infarto en el mismo territorio o de varios infartos pequeños. La fisiopatología del choque 
cardiogénico es más complicada que una reducción en la contractilidad miocárdica. En 
algunos casos la fracción de eyección del ventrículo izquierdo (FEVI) puede estar solo 
moderadamente deprimida en forma aguda y permanece sin cambios aun cuando el estado 
funcional ha mejorado.
12 
En el choque cardiogénico también participan una serie de respuestas 
neurohumorales, que incluyen activación del sistema nervioso simpático y el sistema renina 
angiotensina debido a una reducción percibida del volumen circulante y la presión. Estos 
causan vasoconstricción y retención de agua y sodio. La función miocárdica se encuentra 
deprimida y existe alteración en la vasoconstricción mediada por catecolaminas, debido a 
un estado inflamatorio sistémico con altos niveles en plasma de citocinas (FNT alfa, 
interleucina 6) y por producción inapropiada de oxido nítrico.
12
 
A nivel celular, la inadecuada oxigenación de los miocitos afecta la producción de 
ATP, por lo que el metabolismo cambia de aeróbico a anaeróbico con producción de acido 
láctico. El calcio intracelular aumenta y el sodio intracelular compite para sacar calcio. Si la 
hipo perfusión y la isquemia son muy importantes se presenta edema mitocondrial y ruptura 
de la membrana celular. Estos cambios a nivel metabólico y bioquímico conducen a 
disfunción diastólica debido a la relajación miocárdica anormal, con aumento de las 
presiones de llenado del ventrículo izquierdo, lo que se manifiesta como congestión 
pulmonar y edema.
2, 13 
Todos estos factores llevan a una disminución de la perfusión coronaria y en 
consecuencia inician un circulo vicioso de mas daño miocárdico, isquemia y necrosis, lo 
que resulta en menor tensión arterial, acidosis láctica, falla orgánica múltiple y finalmente 
la muerte.
12 
Se debe realizar diagnostico diferencial con disección aortica, neumotórax a tensión, 
tromboembolia pulmonar masiva, hemorragia y/o sepsis como causas del estado de 
choque.
12 
El aspecto más importante en el tratamiento inicial de un paciente con choque 
cardiogénico es reconocer el estado de choque en las primeras etapas. La evaluación rápida 
 5 
mediante historia clínica, exploración física y radiografía de tórax es obligatoria para poder 
reconocer los signos de insuficiencia cardiaca, edema pulmonar, o bien de hipo perfusión 
tisular como hipotensión, taquicardia, agitación, confusión, oliguria, cianosis y piel fría.
1 
El electrocardiograma puede mostrar datos de isquemia miocárdica, infarto del 
miocardio, nuevo bloqueo de rama izquierda del haz de His y/o arritmias. El 
ecocardiograma permite valorar la función ventricular regional y global, la presencia de 
insuficiencia mitral y otras alteraciones valvulares, derrame pericárdico o ruptura del 
septum.
1 
El pronóstico del choque cardiogénico es muy pobre, con tasas de mortalidad que 
van del 50% al 80% en las primeras series reportadas.
1 
La mortalidad intrahospitalaria reportada en el estudio SHould we emergently 
revascularize Occluded Coronaries for cardiogenic shockK (SHOCK) Trial Registry fue del 
60%.
14
 En el National Registry of Myocardial Infarction (NRMI) la mortalidad 
intrahospitalaria disminuyó de 60.3% en 1995 a 47.9% en el 2004.
5 
La sobrevida a largo plazo en los datos obtenidos del estudio SHOCK muestran que 
a los 3 y 6 años la tasa de supervivencia en los pacientes con revascularización temprana 
fue de 41.4% y 32.8% respectivamente.
15 
Estas tasas de supervivencia son similares o 
mejores que las de 30 días reportadas en estudios en los cuales los pacientes no recibían de 
forma rutinaria tratamiento invasivo y similares a las tasas de supervivencia a 5 años de 
distintos tipos de cáncer.
16 
Estos hallazgos también son consistentes con la supervivencia a 11 años de 55% 
observada en el estudio Global Utilization of Streptokinase and t-PA for Occluded 
Coronary Arteries (GUSTO-I) entre los pacientes sobrevivientes. Además, en el estudio 
GUSTO-I la tasa de mortalidad anual después de 1 año (2%-4%) fue similar en pacientes 
con y sin choque cardiogénico.
17 
En nuestro medio Hurtado y cols. reportaron en un estudio realizado en 1984 una 
tasa de mortalidad de choque cardiogénico de 98%.
18 
En otro estudio realizado en el Instituto Nacional de Cardiología, publicado en el 
2005, se estudio en forma retrospectiva a 155 pacientes ingresados a la unidad de cuidados 
coronarios con diagnostico de choque cardiogénico en el periodo de 1990-2002, se dividió 
a los pacientes en grupo A (tratamiento médico) y grupo B (revascularización mediante 
 6 
cirugía o intervencionismo). En el grupo A la mortalidad fue de 97.4% (77/79), mientras 
que en el grupo B fue de 59.2% (45/77).
19 
 En cuanto al tratamiento, antes de 1960 todo paciente en estado de choque 
cardiogénico tenía una mortalidad de cerca del 100%; en base a ello el diseño de 
instrumentos médicos que ayudarían al paciente a mantener su vida tuvo un gran auge y 
aparecieron numerosos artículos referentes a dispositivos que atendían el estado 
hemodinámico del paciente.
20
 
En 1812, Le Gallois, propuso por primera vez el concepto de apoyo circulatorio 
temporal o definitivo para un corazón enfermo.
20 
Después de mas de un siglo, en 1958 Akutsu y Koff publicaron un estudio inicial de 
experimentos con corazones artificiales totales en animales de laboratorio. En 1969 Cooley 
informó el primer apoyo circulatorio total realizado en un ser humano.
20 
El concepto de contrapulsación fue establecido por Harken en 1958 y empleado por 
Claus en 1961.
20, 21 
En 1962 Moulopoulos y colaboradores, de la Cleveland Clinic, desarrollaron un 
prototipo experimental de balón intraaórtico de contrapulsación (BIAC), sugiriendo el 
empleo de este en el interior de la aorta torácica que debería ser inflado con el cierre de la 
válvula aórtica para producir un aumento de la presión diastólica, el cual al desinflarse 
durante el inicio de la sístole, disminuiría la postcarga.
22, 23 
En 1968, Kantrowitz y colaboradores, perfeccionaron la técnica y comunicaron el 
primer caso clínico llevado a cabo con éxito. Numerosos estudios clínicos siguieron a este y 
refirieron la importancia del momento en el cual se inflaba y desinflaba el catéter.
23, 24 
El BIAC está diseñado para inflarse durante la diástole y desinflarse durante la 
sístole, mejora el flujo diastólico coronario, además de que reduce la postcarga y el trabajo 
miocárdico. Durante este proceso de moviliza un volumen de sangre (generalmente entre 
30-50ml), lo que consigue aumentar el gasto cardiaco hasta en 1 l/min. Se considera que 
estos efectos fisiológicos llevan a una mejoría de la función miocárdica y de otros órganos 
después de un infarto del miocardio con elevación del segmento ST.
24, 25
 
Uno de los métodos que se considera que disminuye la mortalidad es el uso de 
BIAC para asistencia mecánica, el cual tiene recomendación clase IC en las guías de la 
 7 
Sociedad Europea de Cardiología y clase IB en las guías del American College of 
Cardiology/American Heart Association. 
A pesar de estas recomendaciones, el porcentaje de uso del BIAC en pacientes con 
choque cardiogénicoes de solo 20-30% en promedio; esto es debido principalmente a que 
existe poca evidencia de ensayos clínicos controlados que prueben la utilidad clínica del 
BIAC en choque cardiogénico.
5, 26 
Entre los estudios sobre la utilidad del BIAC en el choque cardiogénico se encuentra 
uno realizado en México en el hospital Medica Sur realizado por Arias y cols. publicado en 
el 2004, en el cual se estudiaron de forma prospectiva 292 pacientes divididos en 2 grupos 
(tratamiento médico vs. Tratamiento médico con BIAC). Se observó que el grupo de 
tratamiento médico con choque temprano la mortalidad fue de 40%, mientras que en el 
grupo de BIAC con choque temprano la mortalidad fue de 22.7% (p<0.05). En el choque 
tardío la mortalidad en el grupo de tratamiento médico fue de 75% y en el grupo de BIAC 
fue de 55.5% (p < 0.05).
27 
Recientemente Sjauw y cols. realizaron un metaanálisis de la evidencia actual sobre 
el uso de BIAC en pacientes con choque cardiogénico secundario a infarto del miocardio. 
En su metaanálisis se incluyeron nueve cohortes de pacientes con infarto del miocardio 
complicado con choque cardiogénico (n= 10 529). Los principales hallazgos en este 
metaanálisis fueron que en los pacientes en los que se utilizaba BIAC como terapia adjunta 
al tratamiento trombolítico había una reducción del 18% en la mortalidad a 30 días (IC 95% 
16-20, P<0.0001); por el contrario en pacientes en los que se utilizaba BIAC como terapia 
adjunta para ACTP se observó un aumento de 6% en la mortalidad a 30 días (IC 95% 3-10, 
P=0.0008). La tasa de revascularización en pacientes tratados con BIAC (39%) fue mayor 
en comparación con el grupo control (9%), con riesgo relativo de 4 (IC 95% 3.6-4.5, 
P<0.001).
28 
En el 2009 también fue publicado un estudio retrospectivo sobre la utilidad del 
balón de contrapulsación en pacientes con choque cardiogénico secundario a infarto del 
miocardio. Se evaluó la mortalidad a 30 días y a largo plazo; fueron evaluados 300 
pacientes en ingresados en el periodo de enero de 1990 a junio del 2004. Se observó una 
 8 
supervivencia de 58% a 30 días. La supervivencia a 1,5 y 10 años fue de 69%, 58% y 36% 
respectivamente.
29 
Actualmente se está llevando a cabo un ensayo clínico controlado por parte de la 
universidad de Leipzig para evaluar la mortalidad en pacientes con choque cardiogénico 
tratados mediante ACTP mas BIAC y tratamiento médico y en pacientes tratados 
únicamente con ACTP mas tratamiento médico. (ClinicalTrials.gov NCT00491036). 
Hasta la fecha no existe ningún estudio o reporte sobre la utilidad del BIAC en 
pacientes con choque cardiogénico dentro del Instituto Nacional de Cardiología Ignacio 
Chávez, por lo que se decidió realizar este estudio. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 9 
HIPÓTESIS 
 
 El uso de balón intraaórtico de contrapulsación en pacientes con choque 
cardiogénico secundario a infarto del miocardio disminuye la mortalidad. 
 
 
 El uso de balón intraaórtico de contrapulsación en pacientes con choque 
cardiogénico secundario a infarto del miocardio no disminuye la mortalidad. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 10 
OBJETIVO 
 
 Determinar si el uso de balón intraaórtico de contrapulsación se asocia disminución 
de la mortalidad en pacientes con choque cardiogénico secundario a infarto del miocardio 
en pacientes del Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez. 
 
 
 11 
MATERIAL Y MÉTODOS 
 
Este estudio de tipo descriptivo se llevó a cabo en el Instituto nacional de Cardiología 
Ignacio Chávez, se incluyó a todos los pacientes consecutivos del periodo de enero del 
2005 a enero del 2010 ingresados en la Unidad de Cuidados Coronarios (UCC), con el 
diagnostico de choque cardiogénico secundario a infarto del miocardio. 
Durante el periodo de enero del 2005 a enero del 2010 ingresaron 4053 pacientes con 
diagnostico de infarto agudo del miocardio (tanto con elevación del segmento ST como sin 
elevación del segmento ST). Estos pacientes fueron divididos en 2 grupos, un grupo en 
quienes se utilizó BIAC, mientras que en otro grupo se incluyó a pacientes a quienes no se 
les colocó BIAC. La indicación para la utilización de BIAC fue choque cardiogénico en 
todos los casos. 
Los datos fueron obtenidos de forma retrospectiva mediante la revisión de los 
expedientes médicos del Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez. 
Los criterios de inclusión fueron: Pacientes de 18 años de edad en adelante, infarto 
agudo del miocardio con elevación del segmento ST (IM CEST) definido como dolor 
torácico típico con elevación persistente del segmento ST (>20 minutos) de mas de 0.1mV 
en 2 o más derivaciones contiguas, infarto agudo del miocardio sin elevación del segmento 
ST (IM SEST) definido como dolor torácico típico pero sin elevación persistente del 
segmento ST (depresión persistente o transitoria del segmento ST o una inversión de las 
ondas T, ondas T planas, pseudonormalización de las ondas T o ausencia de cambios) con 
elevación de troponinas, choque cardiogénico definido como hipotensión (TAS <90 
mmHg) secundaria a insuficiencia cardiaca, con signos de hipoperfusión (piel fría, oliguria, 
alteraciones del sensorio) que no respondieron a la administración de líquidos y que 
requirieron uso de inotrópicos (los inotrópicos utilizados fueron dobutamina, dopamina y/o 
norepinefrina). 
Los pacientes con choque cardiogénico por otras causas ((insuficiencia mitral severa, 
ruptura septal ventricular, tamponade cardiaco, miocardiopatía dilatada, enfermedad 
valvular previa) no se incluyeron en este estudio. 
La fracción de expulsión del ventrículo izquierdo se evaluó mediante ecocardiografía 
transtorácica. 
 12 
Se evaluaron las siguientes complicaciones de los pacientes durante su estancia en la 
UCC: Necesidad de ventilación mecánica, reinfarto, enfermedad vascular cerebral, 
arritmias, hemorragia, hemorragia de tubo digestivo, insuficiencia renal aguda, neumonía 
nosocomial y sepsis. 
El seguimiento de los pacientes se realizó desde el momento del ingreso hasta su alta 
del área de hospitalización general del Instituto Nacional de Cardiología. 
Los datos se analizaron mediante el software Statistical Package for Social Sciences 
(SPSS). Las variables continuas se compararon utilizando la prueba t de Student y se 
encuentran expresadas en media ± desviación estándar. Las variables categóricas se 
compararon utilizando la prueba de exacta de Fisher y se presentan como porcentajes. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 13 
RESULTADOS 
 
Se incluyeron 4053 pacientes del periodo de enero 2005 a enero del 2010 con 
diagnostico infarto agudo del miocardio tanto con elevación como sin elevación del 
segmento ST, de los cuales 175 pacientes presentaron choque cardiogénico, lo cual 
representa el 4.3%. De los 4053 pacientes, en 143 (3.5%) el choque cardiogénico fue 
secundario a IM CEST, mientras que en solo 32 (0.8%) el choque fue secundario a IM 
SEST. De los 175 pacientes con choque cardiogénico, se utilizó BIAC en 86 (49.1%) 
pacientes, mientras que en 89 (50.9%) pacientes no se utilizó BIAC (Fig. 1). 
La media de edad de los pacientes incluidos en este estudio fue de 59.9 ± 10.4 años en 
el grupo de pacientes en los que se utilizó BIAC, mientras que en grupo en el que no se 
utilizó BIAC fue de 64.2 ± 11.7 años (p= 0.01). 
De los 175 pacientes incluidos, 139 (79.4%) eran hombres y 36 (20.6%) eran mujeres; 
de 86 pacientes en quienes se utilizó el BIAC 79% eran hombres y 7% eran mujeres, de los 
89 pacientes en quienes no se utilizó BIAC 60% eran hombres y 29% mujeres. 
En cuanto a los factores de riesgo cardiovascular, del total de pacientes 52% (91) 
padecían diabetes mellitus, mientras que de los pacientes en los que se utilizó BIAC 46.5% 
(40) padecían diabetes, en los pacientesen quienes no se utilizó BIAC 57.3% (51) padecían 
diabetes mellitus. Del total de pacientes 49.1% (86) padecían hipertensión arterial 
sistémica, de los pacientes tratados con BIAC 38.4% (33) y de los pacientes no tratados con 
BIAC 59.6% (53) padecían hipertensión arterial sistémica. 
La dislipidemia, tabaquismo y la enfermedad arterial periférica estuvieron presentes en 
32.6%, 38.9% y 1.1% de los pacientes que presentaron choque cardiogénico, sin embargo 
no hubo diferencia estadísticamente significativa entre el grupo el que se utilizó BIAC y el 
grupo en el que no se utilizó BIAC. En cambio 8% de los pacientes presentaban 
insuficiencia renal crónica y en este factor de riesgo si se observó diferencia ya que todos 
estos pacientes se encontraron en el grupo en el que no se utilizó BIAC (p < 0.001). 
En cuanto a los antecedentes patológicos, los pacientes con choque cardiogénico 
presentaron enfermedad vascular cerebral (EVC) previa, infarto del miocardio (IM) previo, 
cirugía de revascularización previa y angioplastia previa en 2.9%, 24%, 4% y 8% 
respectivamente, sin encontrar diferencia estadísticamente significativa entre los grupos con 
BIAC y sin BIAC. 
 14 
Se registraron la tensión arterial sistólica, tensión arterial diastólica y tensión arterial 
media, así como la frecuencia cardiaca al momento del ingreso a UCC, se encontró que la 
media fue de 97.7mmHg, 60.1mmHg, 72.6mmHg y 93 lat/min respectivamente, sin 
encontrar diferencias entre ambos grupos. 
En cuanto a la fracción de expulsión del ventrículo izquierdo, se encontró una media de 
34.2%, sin encontrar diferencia estadísticamente significativa entre el grupo con BIAC y 
sin BIAC. 
De los 175 pacientes con choque cardiogénico, en 143 (81.7%) fue secundario a IM 
CEST, mientras que en 32 (18.3%) fue secundario a IM SEST (p= 0.04). 
Todas las características basales previamente descritas se encuentran listadas en la tabla 
1. 
Del grupo de pacientes con choque cardiogénico, se les realizó coronariografía desde el 
ingreso (con y sin realización de ACTP) a 122 pacientes (69.7%), 82 (95.3%) de los cuales 
pertenecían al grupo de pacientes con BIAC, mientras que solo a 40 (44.9%) de los 
pacientes del grupo sin BIAC se les realizó coronariografía (Tabla 2). 
De los pacientes a quienes se les realizó coronariografía desde el momento del ingreso, 
en el grupo con BIAC se encontró que 20 (24.4%) pacientes presentaron enfermedad de un 
solo vaso, 31 (37.8%) pacientes presentaron enfermedad de 2 vasos y 31 (37.8%) pacientes 
presentaron enfermedad trivascular; mientas que en el grupo en el que no se utilizó BIAC, 
en 12 (30%) pacientes se encontró enfermedad de 1 solo vaso, en 15 (37.5%) se encontró 
enfermedad de 2 vasos y en 13 (32.5%) pacientes se encontró enfermedad trivascular 
(Tabla 3). 
En cuanto a la localización del infarto, se dividió en infarto del miocardio con 
localización anterior, infarto del miocardio con localización posteroinferior e infarto del 
miocardio con otra localización (lateral, ventrículo derecho); se observó que en el grupo de 
pacientes con BIAC el IM anterior se presentó en 39 (52%) pacientes, IM posteroinferior 
en 33 (44%) pacientes y el IM de otra localización en 3 (4.2%). En el grupo de pacientes 
sin BIAC se presentó IM anterior en 32 (47.1%) pacientes, IM posteroinferior en 33 
(48.5%) e IM de otra localización en 3 (4.4%) (Tabla 4). 
Del total de pacientes con choque cardiogénico, no recibieron terapia de reperfusión 79 
(55.2%), de los cuales 35 (46.7%) fueron del grupo con BIAC y 44 (64.7%) del grupo sin 
 15 
BIAC. Como terapia de reperfusión se tomaron en cuenta fibrinólisis y ACTP primaria, se 
observó que 7 (4.9%) pacientes fueron tratados con fibrinólisis, de los cuales 2 (2.7%) 
pertenecían al grupo de BIAC y 5 (7.4%) al grupo sin BIAC. Se le realizó ACTP primaria a 
57 (39.9%) pacientes, de los cuales 38 (50.7%) eran del grupo de BIAC, mientras que los 
otros 19 (27.9%) eran del grupo sin BIAC (Tabla 5). 
En algunos pacientes fue posible realizar ACTP durante su estancia en UCC (ACTP no 
primaria), en estos pacientes se observo que de los pacientes con IM SEST a 11 (34.4%) se 
les realizó ACTP no primaria, de los cuales 5 (45.5%) pacientes pertenecían al grupo de 
BIAC y 6 (28.6%) pacientes al grupo sin BIAC. De los pacientes con IM CEST, a 30 (21%) 
se les realizó ACTP no primaria, 18 (24%) pacientes pertenecían al grupo con BIAC y 12 
(17.6%) pacientes eran del grupo sin BIAC (Tabla 6). 
Otro grupo de pacientes fue tratado mediante cirugía de revascularización coronaria, en 
pacientes con choque secundario a IM SEST a 1 (3.1%) paciente se le realizó cirugía, este 
paciente pertenecía al grupo de BIAC. En los pacientes con choque secundario a IM CEST, 
15 (10.5%) fueron tratados mediante cirugía, de los cuales 13 (17.3%) pertenecían al grupo 
de BIAC y 2 (2.9%) al grupo sin BIAC (Tabla 7). 
Se presentaron complicaciones mecánicas del infarto del miocardio en 33 (18.9%) 
pacientes del total con choque cardiogénico, de los cuales 22 (25.6%) pertenecían al grupo 
con BIAC, mientras que los 11 (12.4%) restantes pertenecían al grupo sin BIAC (Tabla 8). 
También se presentaron complicaciones durante la estancia en UCC, entre las cuales se 
encontraron el uso de ventilación mecánica invasiva, que fue necesaria en 139 (79.4%) 
pacientes, de los cuales 81 (94.2%) pertenecían al grupo con BIAC y 58 (65.2%) al grupo 
sin BIAC. Otra de las complicaciones que se presentaron fue el reinfarto, el cual se 
presentó en 13 (7.4%) de los pacientes con choque cardiogénico, 6 (7%) en el grupo con 
BIAC y 7 (7.9%) en el grupo sin BIAC. El EVC se presento en 9 (5.1%) pacientes, de los 
cuales 6 (7%) eran del grupo con BIAC y 3 (3.4%) del grupo sin BIAC. Se presentó 
taquicardia ventricular y/o fibrilación ventricular en 78 (44.6%) pacientes, 44 (51.2%) 
dentro del grupo con BIAC y 34 (38.2%) en el grupo sin BIAC. El sangrado mayor TIMI 
(que corresponde a un descenso de la hemoglobina de 5g/dl o mayor, descenso del 
hematocrito de 15% o mayor, o bien hemorragia intracraneal) ocurrió en 12 (6.9%) 
pacientes, de los cuales 7 (8.1%) eran del grupo con BIAC y 5 (5.6%) del grupo sin BIAC. 
 16 
La hemorragia de tubo digestivo alto se observó en 19 (10.9%) pacientes, 12 (14%) dentro 
del grupo con BIAC y 7 (7.9%) en el grupo sin BIAC. La lesión renal aguda se presentó 
como complicación en 44 (25.1%) pacientes, 27 (31.4%) de ellos eran del grupo con BIAC, 
17 (19.1%) eran del grupo sin BIAC. Treinta y cuatro (19.4%) pacientes desarrollaron 
neumonía nosocomial, 24 (27.9%) en el grupo de BIAC y 10 (11.2%) en el grupo sin 
BIAC. Finalmente 24 (13.7%) desarrollaron sepsis, 18 (20.9%) dentro del grupo con BIAC 
y 6 (6.7%) dentro del grupo sin BIAC (Tabla 9). 
La media del tiempo de estancia en UCC en estos pacientes fue de 7.24 ± 9.7 días, en 
los pacientes del grupo de BIAC fue de 8.7 ± 11.8 días y en los pacientes sin BIAC fue de 
5.8 ± 6.9 días (Fig. 2). 
La media de estancia intrahospitalaria total (incluyendo UCC y piso hospitalización 
general) fue de 10.8 ± 17.2 días, en los pacientes del grupo de BIAC fue de 12.6 ± 17.4 
días, mientras que en los pacientes sin BIAC fue de 9.2 ± 16.9 días. 
La mortalidad durante la estancia en UCC en el grupo de pacientes con choque 
cardiogénico fue de 69.1% (121 pacientes), al analizar estos datos encontramos que la 
mortalidad en los pacientes con choque cardiogénico en quienes se utilizó BIAC fue de 
64% (55 pacientes), mientras que en los pacientes en quienes no se utilizó BIAC fue de 
74.2% (66 pacientes), sin diferencia estadísticamente significativa (p= 0.09) (Fig. 3). 
La mortalidad durante la estancia intrahospitalaria total (incluyendo UCC y piso de 
hospitalización general) fue de 77.7% (136 pacientes), en el grupo de pacientes con BIAC 
la mortalidad fue de 76.7%, mientras que en el grupo de pacientes sin BIAC la mortalidad 
fue de 78.7% (Fig. 4).17 
DISCUSIÓN 
 
Este es, hasta la fecha, el único estudio realizado en el Instituto Nacional de Cardiología 
que evalúa el beneficio del uso del balón intraaórtico de contrapulsación en pacientes con 
choque cardiogénico secundario a infarto del miocardio. 
Se registró una incidencia de choque cardiogénico del 3.5% en pacientes con IM CEST 
y de 0.8% en pacientes con IM SEST, que es menor a lo reportado en la literatura, con 
incidencia de 8% y 2.5% en IM CEST e IM SEST respectivamente.
5, 6, 7
 
Los pacientes tuvieron una media de edad de 62.09 ± 11.3 años, que fue 
significativamente mayor en pacientes en quienes no se utilizó BIAC (59.9 ± 10.4 vs. 64.2 
± 11.7, p= 0.01). 
La incidencia de choque cardiogénico fue significativamente mayor en hombres (79.4% 
vs. 20.6% p < 0.001), lo cual es comparable a lo reportado por Cheng y colaboradores así 
como por Arias y colaboradores.
27, 29 
Entre los factores de riesgo se observó, al igual que lo descrito en la literatura, diabetes 
mellitus, hipertensión arterial, tabaquismo, dislipidemia, enfermedad arterial periférica e 
insuficiencia renal crónica, de entre los cuales la hipertensión arterial, el tabaquismo y la 
insuficiencia renal crónica tuvieron diferencia estadísticamente significativa con p de 0.04, 
0.07 y < 0.001 entre ambos grupos de pacientes. 
El factor de riesgo que se encontró más frecuentemente en estos pacientes fue la 
diabetes mellitus, en 52%, a diferencia de lo reportado por Arias y colaboradores y por 
Cheng y colaboradores.
27, 29 
El infarto previo fue el antecedente que más se registró en los pacientes con choque 
cardiogénico, sin embargo no hubo diferencia estadísticamente significativa entre los 
pacientes del grupo con BIAC y sin BIAC (20.9% vs. 27%, p = 0.2). 
Entre los 175 pacientes con choque cardiogénico se encontró diferencia 
estadísticamente significativa (p= 0.04) en cuanto a la causa del choque, ya que se observó 
que 81.7% presentaron choque secundario a IM CEST, mientras que solo 18.3% 
presentaron choque secundario a IM SEST. 
Se les realizó coronariografía (con y sin ACTP) al momento del ingreso a 95.3% de los 
pacientes del grupo con BIAC y solo a 44.9% de los pacientes sin BIAC, lo que muestra 
una diferencia estadísticamente significativa (p < 0.001). 
 18 
En cuanto al número de vasos afectados no se observó diferencia estadísticamente 
significativa entre el grupo con BIAC y sin BIAC y el numero de vasos afectados. 
En cuanto al tratamiento adyuvante, se encontró que a la mayoría de los pacientes 
(55.2%) no se les aplicó terapia de reperfusión, con diferencia estadísticamente 
significativa entre los grupos con BIAC y sin BIAC (46.7% vs. 64.7%, p= 0.01), la terapia 
fibrinolítica solamente se utilizó en 4.9% de los casos, también con diferencia 
estadísticamente significativa entre los pacientes con BIAC y sin BIAC (2.7% vs. 7.4%, p= 
0.01). El resto de los pacientes (39.9%) fue tratado mediante ACTP primaria, también 
observándose diferencia estadísticamente significativa entre el grupo con BIAC y sin BIAC 
(50.7% vs. 27.9%, p= 0.01). 
En cuanto a las complicaciones mecánicas del infarto del miocardio, se observó 
diferencia estadísticamente significativa entre el grupo con BIAC y el grupo sin BIAC 
(25.6% vs. 12.4%, p= 0.04). 
Entre las complicaciones observadas se encuentra la hemorragia mayor, con una 
incidencia de 8.1% en el grupo con BIAC y de 5.6% en el grupo sin BIAC, sin encontrar 
diferencia significativa entre ambos grupos, sin embargo la incidencia fue mayor que la 
reportada por Cheng y colaboradores y el registro Benchmark (2% y 0.8% 
respectivamente).
29, 30
 
Otra de las complicaciones fue la presencia de arritmias (taquicardia ventricular o 
fibrilación ventricular) , la segunda complicación más frecuente en este estudio, que se 
presentaron en 51.2% de los casos en el grupo de BIAC y 38.2% en el grupo sin BIAC, sin 
diferencia entre ambos grupos, que es mayor a lo reportado por Cheng y colaboradores 
(44%).
29 
La complicación más frecuentemente observada durante la estancia en UCC fue la 
necesidad de ventilación mecánica invasiva, la cual tuvo que ser utilizada en 94.2% de los 
pacientes del grupo de BIAC y en el 65.2% de los pacientes del grupo sin BIAC, lo cual 
muestra diferencia estadísticamente significativa (p <0.001), lo cual es mayor a lo reportado 
en la literatura.
29 
Se observó una mortalidad en general por choque cardiogénico de 69.1% la cual es 
similar a los porcentajes reportados en el estudio SHOCK y por Martínez y colaboradores, 
 19 
y muy por debajo de lo reportado por Hurtado y colaboradores en 1984 (mortalidad 98%).
5, 
18, 19 
Al analizar la tasa de mortalidad por grupos observamos que en el grupo en el que se 
utilizó BIAC fue de 64% y de 74.2% en el grupo en el que no se utilizó BIAC, sin 
encontrar diferencia estadísticamente significativa (p= 0.09). 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 20 
CONCLUSIONES 
 
 En este estudio se observó tendencia hacia la disminución de la mortalidad en 
pacientes en quienes se utilizó balón intraaórtico de contrapulsación, pero no fue 
estadísticamente significativo, se concluye que el uso de balón intraaórtico de contra 
pulsación en pacientes con choque cardiogénico secundario a infarto del miocardio no 
disminuye la mortalidad. 
 
 Con este estudio también concluimos que aunque el uso de balón intraaórtico 
de contrapulsación se encuentra dentro de las recomendaciones del American College of 
Cardiology/American Heart Association y de la European Society of Cardiology, 
continuamos utilizándolo poco, el porcentaje de pacientes con choque cardiogénico en los 
cuales se utilizó BIAC en el Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chavez es mayor 
que el reportado en el National Registry of Myocardial Infarction (NRMI) que es de 20-
30%. 
 
 Entre las limitaciones de este trabajo se encuentran que aunque el registro es 
prospectivo, el análisis de la información se hizo de forma retrospectiva, además de que los 
pacientes no fueron aleatorizados para utilizar o no balón intraaórtico de contrapulsación, 
por lo que se deberá realizar un estudio prospectivo y aleatorizado, el cual también serviría 
para evaluar el costo-beneficio de este tipo de tratamiento. 
 
 En base a estos resultados consideramos que en pacientes con choque cardiogénico 
secundario a infarto del miocardio se debería utilizar balón intraaórtico de contrapulsación 
si se logra identificar al subgrupo de pacientes en quienes su uso tendría utilidad. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 21 
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 24 
ANEXOS 
 
 
 
 
 
 
 
 
Figura 1. Selección de los pacientes. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 25 
Tabla 1. Características basales de los pacientes con choque cardiogénico. 
 Total 
(175) 
Con BIAC 
(86) 
Sin BIAC 
(89) 
Valor de 
p 
Edad (años) 62.09 ± 11.3 59.91 ± 10.4 64.2 ± 11.7 0.01 
Genero <0.001 
Hombre 79.4% 91.9% 67.4% 
Mujer 20.6% 8.1% 32.6% 
Factores de riesgo 
Diabetes mellitus 52% 46.5% 57.3% 0.1 
Hipertensión arterial 
sistémica 
49.1% 38.4% 59.6% .004 
Tabaquismo 32.6% 38.4% 27% 0.07 
Dislipidemia 38.9% 37.2% 40.4% 0.3 
Enfermedad arterial periférica 1.1% 0% 2.2% 0.2 
Insuficiencia renal 8% 0% 15.7% <0.001 
Antecedentes 
EVC previo 2.9% 3.5% 2.2% 0.4 
IM previo 24% 20.9% 27% 0.2 
CABG previa 4% 3.5% 4.5% 0.5 
ACTP previa 8% 8.1% 7.9% 0.5 
Tensión arterial sistólica (mmHg) 97.7 ± 28.7 99.1 ± 28.9 96.3 ± 28.5 0.5 
Tensión arterial diastólica (mmHg) 60.1 ± 22.1 63.2 ± 21.7 57.1 ± 22.2 0.07 
Tensión arterial media (mmHg) 72.6 ± 23.8 75.2 ± 23.5 70.2 ± 23.8 0.1 
Frecuencia cardiaca 
(latidos/minuto) 
93 ± 29.6 97 ± 27.1 89.1 ± 31.5 0.08 
Fracción de eyección del VI (%) 34.2 ± 11.6 34.67 ± 10.8 33.7 ± 12.6 0.6 
Enfermedad coronaria trivascular 36.1% 37.8% 32.5% 0.4 
Tipo de IM 0.04 
IM CEST 81.7% 87.2% 76.4% 
IM SEST 18.3% 12.8% 23.6% 
CABG: Cirugía de revascularización coronaria. ACTP: Angioplastia coronaria transluminal percutánea. 
IM: infarto del miocardio. EVC: Enfermedad vascular cerebral. IM CEST: Infarto del miocardio con elevación 
del segmento ST. IM SEST: Infarto del miocardio sin elevación del segmento ST. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 26 
Tabla 2. Hallazgos angiográficos y tipo de tratamiento. 
 Total 
 
Con BIAC 
 
Sin BIAC 
 
Valor de 
p 
Coronariografía al ingreso 122 (69.7%) 82 (95.3%) 40 (44.9%) < 0.001 
Numero de vasos enfermos 
1 Vaso 32 (26.2%) 20 (24.4%) 12 (30%) 0.76 
2 Vasos 46 (37.7%) 31 (37.8%) 15 (37.5%) 0.76 
3 Vasos 44 (36.1%) 31 (37.8%) 13 (32.5%) 0.47 
Localización del IM 
IM Anterior 71 (49.7%) 39 (52%) 32 (47.1%) 0.8 
IM Posteroinferior 66 (46.2%) 33 (44%) 33 (48.5%) 0.8 
Otra localización 6 (4.2%) 3 (4%) 3 (4.4%) 0.5 
Terapia de reperfusión 
No reperfundido 79 (55.2%) 35 (46.7%) 44 (64.7%) 0.01 
Fibrinólisis 7 (4.9%) 2 (2.7%) 5 (7.4%) 0.01 
ACTP primaria 57 (39.9%) 38 (50.7%) 19 (27.9%) 0.01 
ACTP no primaria 
SICA SEST 11 (34.4%) 5 (45.5%) 6 (28.6%) 0.4 
SICA CEST 30 (21%) 18 (24%) 12 (17.6%) 0.4 
CABG 
IM SEST 1 (3.1%) 1 (9.1%) 0 0.3 
IM CEST 15 (10.5%) 13 (17.3%) 2 (2.9%) 0.006 
ACTP: Angioplastia coronaria transluminal percutánea. BIAC: Balón intraaórtico de contrapulsación. CABG: 
Cirugía de revascularización coronaria. IM: Infarto del miocardio. CEST: Con elevación del segmento ST. 
SEST: Sin elevación del segmento ST. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Tabla 3. Complicaciones presentadas por los pacientes en choque cardiogénico. 
 
 
Total Con BIAC Sin BIAC Valor de 
p 
Complicaciones mecánicas 33 (18.9%) 22 (25.6%) 11 (12.4%) 0.04 
Complicaciones en UCC 
VMI 139 (79.4%) 81 (94.2%) 58 (65.2%) < 0.001 
Reinfarto 13 (7.4%) 6 (7%) 7 (7.9%) 0.5 
EVC 9 (5.1%) 6 (7%) 3 (3.4%) 0.3 
TV y/o FV 78 (44.6%) 44 (51.2%) 34 (38.2%) 0.09 
Hemorragia mayor 12 (6.9%) 7 (8.1%) 5 (5.6%) 0.5 
HTDA 19 (10.9%) 12 (14%) 7 (7.9%) 0.2 
LRA 44 (25.1%) 27 (31.4%) 17 (19.1%) 0.08 
Neumonía nosocomial 34 (19.4%) 24 (27.9%) 10 (11.2%) 0.007 
Sepsis 24 (13.7%) 18 (20.9%) 6 (6.7%) 0.008 
UCC: Unidad de cuidados coronarios. BIAC: Balón intraaórtico de contrapulsación. VMI: Ventilación 
mecánica invasiva. EVC: Enfermedad vascular cerebral. TV: Taquicardia ventricular. FV: Fibrilación 
ventricular. HTDA: Hemorragia de tubo digestivo alto. LRA: Lesión renal aguda. 
 
 
 
 
 27 
Figura 2. Días de estancia en UCC 
 
 
 
 
 
Figura 3. Mortalidad en UCC. 
 
 28 
Figura 4. Mortalidad intrahospitalaria 
 
 
 
 
 
 
 
 
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