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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE MEDICINA DIVISIÓN DE ESTUDIOS DE POSTGRADO INSTITUTO NACIONAL DE CARDIOLOGÍA IGNACIO CHÁVEZ UTILIDAD DEL BALÓN INTRAAÓRTICO DE CONTRAPULSACIÓN EN PACIENTES CON CHOQUE CARDIOGÉNICO SECUNDARIO A INFARTO DEL MIOCARDIO TESIS QUE PARA OBTENER EL GRADO DE: ESPECIALISTA EN CARDIOLOGÍA PRESENTA: DR. HÉCTOR ARNULFO CARMONA RUIZ ASESORES: DR. GERARDO VIEYRA HERRERA DR. HÉCTOR GONZÁLEZ PACHECO MÉXICO, DF. 2011 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. III AGRADECIMIENTOS A mis padres por su gran esfuerzo para darme la oportunidad de estudiar una carrera y por su apoyo. A mi esposa por su compañía, apoyo y comprensión durante estos años de residencia. A mis maestros por su disposición y por haber compartido conmigo todos sus conocimientos. A mis amigos por haber hecho menos difíciles estos años de residencia. A TODOS ¡MUCHAS GRACIAS! IV _________________________ Dr. José Fernando Guadalajara Boo Director de Enseñanza Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chavez ________________________ Dr. Gerardo Vieyra Herrera Médico adscrito al servicio de Consulta Externa Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez. _________________________ Dr. Héctor González Pacheco Subjefe del servicio de Unidad de Cuidados Coronarios Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez __________________________ Dr. Héctor Arnulfo Carmona Ruiz Residente de Cardiología Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez V ÍNDICE 1. RESUMEN 1 2. ANTECEDENTES 3 3. HIPOTESIS 9 4. OBJETIVO 10 5. MATERIAL Y MÉTODOS 11 6. RESULTADOS 13 7. DISCUSIÓN 17 8. CONCLUSIONES 20 9. BIBLIOGRAFÍA 21 10. ANEXOS 24 1 RESUMEN UTILIDAD DEL BALÓN INTRAAÓRTICO DE CONTRAPULSACIÓN EN PACIENTES CON CHOQUE CARDIOGÉNICO SECUNDARIO A INFARTO DEL MIOCARDIO Objetivo: Determinar si el uso de balón intraaórtico de contrapulsación se asocia disminución de la mortalidad en pacientes con choque cardiogénico secundario a infarto del miocardio en pacientes del Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez. Material y métodos: Es un estudio de tipo descriptivo, transversal, retrospectivo, se incluyó a todos los pacientes consecutivos del periodo de enero del 2005 a enero del 2010 ingresados en la Unidad de Cuidados Coronarios, con el diagnostico de choque cardiogénico secundario a infarto del miocardio. Se dividió a los pacientes en 2 grupos, un grupo en los que se utilizó balón intraaórtico de contrapulsación (BIAC) y otro grupo en el cual no se utilizó BIAC. Resultados: Se incluyeron 4053 pacientes con diagnostico de infarto del miocardio tanto con elevación como sin elevación del segmento ST, de los cuales 175 pacientes presentaron choque cardiogénico. Se utilizó BIAC en 86 (49.1%) pacientes, mientras que en 89 (50.9%) pacientes no se utilizó BIAC. La presencia de choque cardiogénico fue significativamente mayor en el género masculino (79.4% vs. 20.6% p < 0.001). En el grupo en el que se utilizó BIAC la mortalidad fue de 64% y de 74.2% en el grupo en el que no se utilizó BIAC, sin encontrar diferencia estadísticamente significativa (p= 0.09). Conclusiones: En pacientes con choque cardiogénico secundario a infarto del miocardio, el uso del BIAC no disminuye la mortalidad. Palabras clave: Choque cardiogénico, infarto del miocardio, balón intraaórtico de contrapulsación, mortalidad. 2 USEFULNESS OF INTRA-AORTIC BALLOON COUNTERPULSATION IN PATIENTS WITH CARDIOGENIC SHOCK SECONDARY TO ACUTE MYOCARDIAL INFARCTION Objective: To determine if the use of intra-aortic balloon counterpulsation (IABC) is associated with a reduction in mortality in patients with cardiogenic shock secondary to acute myocardial infarction in the Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez. Material and methods: This is a descriptive, transverse, retrospective study, it included all consecutive patients from january 2005 to january 2010 that were admitted to the Coronary Care Unit with the diagnosis of cardiogenic shock secondary to myocardial infarction. The patients were divided in 2 groups, a group in whom the IABC was utilized and a second group in whom the IABC was not utilized. Results: 4053 patients with diagnosis of myocardial infarction with and without ST segment elevation were included. 175 patients were complicated with cardiogenic shock. The IABC was utilized in 86 (49.1%) patients, while in 89 (50.9%) the IABC was not utilized. There were significantly more male patients presenting cardiogenic shock (79.4% vs. 20.6%, p < 0.001). The mortality in the IABC group was 64% vs. 74.2% in the IABC group, there was not statistically significant difference between both groups (p= 0.09). Conclusions: In patients with cardiogenic shock secondary to myocardial infarction the utilization of IABC does not reduce mortality. Key words: Cardiogenic shock, myocardial infarction, intra-aortic balloon counterpulsation, mortality. 3 ANTECEDENTES El choque cardiogénico es una entidad que pone en peligro la vida y es la causa más común de muerte en pacientes hospitalizados por infarto del miocardio. 1 Se puede definir como hipotensión persistente e hipoperfusión tisular debido a insuficiencia cardiaca, en presencia de tener volumen intravascular y presiones de llenado del ventrículo izquierdo adecuados. Los signos clínicos incluyen hipotensión, taquicardia, oliguria, extremidades frías y estado mental alterado. Los hallazgos hemodinámicos son hipotensión sostenida, con tensión arterial sistólica <90mmHg por 30 minutos o más, índice cardiaco <2.2 l/min/m 2 y presión capilar pulmonar >15mmHg. 2 Otra definición que se ha utilizado es la de un síndrome que se presenta debido a la falla ventricular izquierda o derecha en forma aguda y grave, que produce hipotensión e hipoperfusión tisular con disfunción celular y multiorgánica progresiva. 3,4 El choque cardiogénico es una importante complicación del infarto del miocardio. La incidencia se ha mantenido estable durante las 3 ultimas décadas a pesar de los avances para su diagnostico y tratamiento. 1 En estudios previos se ha observado que la incidencia de choque cardiogénico en pacientes con infarto del miocardio con elevación del segmento ST es de 8% y de 2.5% en pacientes con infarto del miocardio sin elevación del segmento ST. Este último grupo es más propenso a presentar oclusión de la arteria circunfleja, comorbilidades y enfermedad coronaria trivascular o del tronco de la coronaria izquierda. 5, 6, 7 El choque cardiogénico generalmente se desarrolla de forma temprana después del inicio de la sintomatología, aproximadamente 50% de los pacientes lo presentan dentro de las primeras 6 horas y 72% dentro de las primeras 24 horas. Algunos pacientes primero presentan un estado de pre-choque manifestado por datos de hipoperfusión sistémica sin hipotensión. 8, 9 Los factores de riesgopara desarrollar choque cardiogénico incluyen edad, infarto del miocardio de localización anterior, hipertensión, diabetes mellitus, enfermedad coronaria multivaso, infarto del miocardio previo, insuficiencia cardiaca previa, infarto del miocardio con elevación del segmento ST o bloqueo de rama izquierda del haz de His. 10, 11 La mayoría de los pacientes desarrollan choque cardiogénico debido a isquemia o necrosis miocárdica extensa, la cual afecta directamente la contractilidad y esto resulta en 4 una disminución del gasto sistólico y presión arterial. Un primer infarto extenso puede causar choque cardiogénico o bien puede ser consecuencia de un reinfarto o extensión de un infarto en el mismo territorio o de varios infartos pequeños. La fisiopatología del choque cardiogénico es más complicada que una reducción en la contractilidad miocárdica. En algunos casos la fracción de eyección del ventrículo izquierdo (FEVI) puede estar solo moderadamente deprimida en forma aguda y permanece sin cambios aun cuando el estado funcional ha mejorado. 12 En el choque cardiogénico también participan una serie de respuestas neurohumorales, que incluyen activación del sistema nervioso simpático y el sistema renina angiotensina debido a una reducción percibida del volumen circulante y la presión. Estos causan vasoconstricción y retención de agua y sodio. La función miocárdica se encuentra deprimida y existe alteración en la vasoconstricción mediada por catecolaminas, debido a un estado inflamatorio sistémico con altos niveles en plasma de citocinas (FNT alfa, interleucina 6) y por producción inapropiada de oxido nítrico. 12 A nivel celular, la inadecuada oxigenación de los miocitos afecta la producción de ATP, por lo que el metabolismo cambia de aeróbico a anaeróbico con producción de acido láctico. El calcio intracelular aumenta y el sodio intracelular compite para sacar calcio. Si la hipo perfusión y la isquemia son muy importantes se presenta edema mitocondrial y ruptura de la membrana celular. Estos cambios a nivel metabólico y bioquímico conducen a disfunción diastólica debido a la relajación miocárdica anormal, con aumento de las presiones de llenado del ventrículo izquierdo, lo que se manifiesta como congestión pulmonar y edema. 2, 13 Todos estos factores llevan a una disminución de la perfusión coronaria y en consecuencia inician un circulo vicioso de mas daño miocárdico, isquemia y necrosis, lo que resulta en menor tensión arterial, acidosis láctica, falla orgánica múltiple y finalmente la muerte. 12 Se debe realizar diagnostico diferencial con disección aortica, neumotórax a tensión, tromboembolia pulmonar masiva, hemorragia y/o sepsis como causas del estado de choque. 12 El aspecto más importante en el tratamiento inicial de un paciente con choque cardiogénico es reconocer el estado de choque en las primeras etapas. La evaluación rápida 5 mediante historia clínica, exploración física y radiografía de tórax es obligatoria para poder reconocer los signos de insuficiencia cardiaca, edema pulmonar, o bien de hipo perfusión tisular como hipotensión, taquicardia, agitación, confusión, oliguria, cianosis y piel fría. 1 El electrocardiograma puede mostrar datos de isquemia miocárdica, infarto del miocardio, nuevo bloqueo de rama izquierda del haz de His y/o arritmias. El ecocardiograma permite valorar la función ventricular regional y global, la presencia de insuficiencia mitral y otras alteraciones valvulares, derrame pericárdico o ruptura del septum. 1 El pronóstico del choque cardiogénico es muy pobre, con tasas de mortalidad que van del 50% al 80% en las primeras series reportadas. 1 La mortalidad intrahospitalaria reportada en el estudio SHould we emergently revascularize Occluded Coronaries for cardiogenic shockK (SHOCK) Trial Registry fue del 60%. 14 En el National Registry of Myocardial Infarction (NRMI) la mortalidad intrahospitalaria disminuyó de 60.3% en 1995 a 47.9% en el 2004. 5 La sobrevida a largo plazo en los datos obtenidos del estudio SHOCK muestran que a los 3 y 6 años la tasa de supervivencia en los pacientes con revascularización temprana fue de 41.4% y 32.8% respectivamente. 15 Estas tasas de supervivencia son similares o mejores que las de 30 días reportadas en estudios en los cuales los pacientes no recibían de forma rutinaria tratamiento invasivo y similares a las tasas de supervivencia a 5 años de distintos tipos de cáncer. 16 Estos hallazgos también son consistentes con la supervivencia a 11 años de 55% observada en el estudio Global Utilization of Streptokinase and t-PA for Occluded Coronary Arteries (GUSTO-I) entre los pacientes sobrevivientes. Además, en el estudio GUSTO-I la tasa de mortalidad anual después de 1 año (2%-4%) fue similar en pacientes con y sin choque cardiogénico. 17 En nuestro medio Hurtado y cols. reportaron en un estudio realizado en 1984 una tasa de mortalidad de choque cardiogénico de 98%. 18 En otro estudio realizado en el Instituto Nacional de Cardiología, publicado en el 2005, se estudio en forma retrospectiva a 155 pacientes ingresados a la unidad de cuidados coronarios con diagnostico de choque cardiogénico en el periodo de 1990-2002, se dividió a los pacientes en grupo A (tratamiento médico) y grupo B (revascularización mediante 6 cirugía o intervencionismo). En el grupo A la mortalidad fue de 97.4% (77/79), mientras que en el grupo B fue de 59.2% (45/77). 19 En cuanto al tratamiento, antes de 1960 todo paciente en estado de choque cardiogénico tenía una mortalidad de cerca del 100%; en base a ello el diseño de instrumentos médicos que ayudarían al paciente a mantener su vida tuvo un gran auge y aparecieron numerosos artículos referentes a dispositivos que atendían el estado hemodinámico del paciente. 20 En 1812, Le Gallois, propuso por primera vez el concepto de apoyo circulatorio temporal o definitivo para un corazón enfermo. 20 Después de mas de un siglo, en 1958 Akutsu y Koff publicaron un estudio inicial de experimentos con corazones artificiales totales en animales de laboratorio. En 1969 Cooley informó el primer apoyo circulatorio total realizado en un ser humano. 20 El concepto de contrapulsación fue establecido por Harken en 1958 y empleado por Claus en 1961. 20, 21 En 1962 Moulopoulos y colaboradores, de la Cleveland Clinic, desarrollaron un prototipo experimental de balón intraaórtico de contrapulsación (BIAC), sugiriendo el empleo de este en el interior de la aorta torácica que debería ser inflado con el cierre de la válvula aórtica para producir un aumento de la presión diastólica, el cual al desinflarse durante el inicio de la sístole, disminuiría la postcarga. 22, 23 En 1968, Kantrowitz y colaboradores, perfeccionaron la técnica y comunicaron el primer caso clínico llevado a cabo con éxito. Numerosos estudios clínicos siguieron a este y refirieron la importancia del momento en el cual se inflaba y desinflaba el catéter. 23, 24 El BIAC está diseñado para inflarse durante la diástole y desinflarse durante la sístole, mejora el flujo diastólico coronario, además de que reduce la postcarga y el trabajo miocárdico. Durante este proceso de moviliza un volumen de sangre (generalmente entre 30-50ml), lo que consigue aumentar el gasto cardiaco hasta en 1 l/min. Se considera que estos efectos fisiológicos llevan a una mejoría de la función miocárdica y de otros órganos después de un infarto del miocardio con elevación del segmento ST. 24, 25 Uno de los métodos que se considera que disminuye la mortalidad es el uso de BIAC para asistencia mecánica, el cual tiene recomendación clase IC en las guías de la 7 Sociedad Europea de Cardiología y clase IB en las guías del American College of Cardiology/American Heart Association. A pesar de estas recomendaciones, el porcentaje de uso del BIAC en pacientes con choque cardiogénicoes de solo 20-30% en promedio; esto es debido principalmente a que existe poca evidencia de ensayos clínicos controlados que prueben la utilidad clínica del BIAC en choque cardiogénico. 5, 26 Entre los estudios sobre la utilidad del BIAC en el choque cardiogénico se encuentra uno realizado en México en el hospital Medica Sur realizado por Arias y cols. publicado en el 2004, en el cual se estudiaron de forma prospectiva 292 pacientes divididos en 2 grupos (tratamiento médico vs. Tratamiento médico con BIAC). Se observó que el grupo de tratamiento médico con choque temprano la mortalidad fue de 40%, mientras que en el grupo de BIAC con choque temprano la mortalidad fue de 22.7% (p<0.05). En el choque tardío la mortalidad en el grupo de tratamiento médico fue de 75% y en el grupo de BIAC fue de 55.5% (p < 0.05). 27 Recientemente Sjauw y cols. realizaron un metaanálisis de la evidencia actual sobre el uso de BIAC en pacientes con choque cardiogénico secundario a infarto del miocardio. En su metaanálisis se incluyeron nueve cohortes de pacientes con infarto del miocardio complicado con choque cardiogénico (n= 10 529). Los principales hallazgos en este metaanálisis fueron que en los pacientes en los que se utilizaba BIAC como terapia adjunta al tratamiento trombolítico había una reducción del 18% en la mortalidad a 30 días (IC 95% 16-20, P<0.0001); por el contrario en pacientes en los que se utilizaba BIAC como terapia adjunta para ACTP se observó un aumento de 6% en la mortalidad a 30 días (IC 95% 3-10, P=0.0008). La tasa de revascularización en pacientes tratados con BIAC (39%) fue mayor en comparación con el grupo control (9%), con riesgo relativo de 4 (IC 95% 3.6-4.5, P<0.001). 28 En el 2009 también fue publicado un estudio retrospectivo sobre la utilidad del balón de contrapulsación en pacientes con choque cardiogénico secundario a infarto del miocardio. Se evaluó la mortalidad a 30 días y a largo plazo; fueron evaluados 300 pacientes en ingresados en el periodo de enero de 1990 a junio del 2004. Se observó una 8 supervivencia de 58% a 30 días. La supervivencia a 1,5 y 10 años fue de 69%, 58% y 36% respectivamente. 29 Actualmente se está llevando a cabo un ensayo clínico controlado por parte de la universidad de Leipzig para evaluar la mortalidad en pacientes con choque cardiogénico tratados mediante ACTP mas BIAC y tratamiento médico y en pacientes tratados únicamente con ACTP mas tratamiento médico. (ClinicalTrials.gov NCT00491036). Hasta la fecha no existe ningún estudio o reporte sobre la utilidad del BIAC en pacientes con choque cardiogénico dentro del Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez, por lo que se decidió realizar este estudio. 9 HIPÓTESIS El uso de balón intraaórtico de contrapulsación en pacientes con choque cardiogénico secundario a infarto del miocardio disminuye la mortalidad. El uso de balón intraaórtico de contrapulsación en pacientes con choque cardiogénico secundario a infarto del miocardio no disminuye la mortalidad. 10 OBJETIVO Determinar si el uso de balón intraaórtico de contrapulsación se asocia disminución de la mortalidad en pacientes con choque cardiogénico secundario a infarto del miocardio en pacientes del Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez. 11 MATERIAL Y MÉTODOS Este estudio de tipo descriptivo se llevó a cabo en el Instituto nacional de Cardiología Ignacio Chávez, se incluyó a todos los pacientes consecutivos del periodo de enero del 2005 a enero del 2010 ingresados en la Unidad de Cuidados Coronarios (UCC), con el diagnostico de choque cardiogénico secundario a infarto del miocardio. Durante el periodo de enero del 2005 a enero del 2010 ingresaron 4053 pacientes con diagnostico de infarto agudo del miocardio (tanto con elevación del segmento ST como sin elevación del segmento ST). Estos pacientes fueron divididos en 2 grupos, un grupo en quienes se utilizó BIAC, mientras que en otro grupo se incluyó a pacientes a quienes no se les colocó BIAC. La indicación para la utilización de BIAC fue choque cardiogénico en todos los casos. Los datos fueron obtenidos de forma retrospectiva mediante la revisión de los expedientes médicos del Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez. Los criterios de inclusión fueron: Pacientes de 18 años de edad en adelante, infarto agudo del miocardio con elevación del segmento ST (IM CEST) definido como dolor torácico típico con elevación persistente del segmento ST (>20 minutos) de mas de 0.1mV en 2 o más derivaciones contiguas, infarto agudo del miocardio sin elevación del segmento ST (IM SEST) definido como dolor torácico típico pero sin elevación persistente del segmento ST (depresión persistente o transitoria del segmento ST o una inversión de las ondas T, ondas T planas, pseudonormalización de las ondas T o ausencia de cambios) con elevación de troponinas, choque cardiogénico definido como hipotensión (TAS <90 mmHg) secundaria a insuficiencia cardiaca, con signos de hipoperfusión (piel fría, oliguria, alteraciones del sensorio) que no respondieron a la administración de líquidos y que requirieron uso de inotrópicos (los inotrópicos utilizados fueron dobutamina, dopamina y/o norepinefrina). Los pacientes con choque cardiogénico por otras causas ((insuficiencia mitral severa, ruptura septal ventricular, tamponade cardiaco, miocardiopatía dilatada, enfermedad valvular previa) no se incluyeron en este estudio. La fracción de expulsión del ventrículo izquierdo se evaluó mediante ecocardiografía transtorácica. 12 Se evaluaron las siguientes complicaciones de los pacientes durante su estancia en la UCC: Necesidad de ventilación mecánica, reinfarto, enfermedad vascular cerebral, arritmias, hemorragia, hemorragia de tubo digestivo, insuficiencia renal aguda, neumonía nosocomial y sepsis. El seguimiento de los pacientes se realizó desde el momento del ingreso hasta su alta del área de hospitalización general del Instituto Nacional de Cardiología. Los datos se analizaron mediante el software Statistical Package for Social Sciences (SPSS). Las variables continuas se compararon utilizando la prueba t de Student y se encuentran expresadas en media ± desviación estándar. Las variables categóricas se compararon utilizando la prueba de exacta de Fisher y se presentan como porcentajes. 13 RESULTADOS Se incluyeron 4053 pacientes del periodo de enero 2005 a enero del 2010 con diagnostico infarto agudo del miocardio tanto con elevación como sin elevación del segmento ST, de los cuales 175 pacientes presentaron choque cardiogénico, lo cual representa el 4.3%. De los 4053 pacientes, en 143 (3.5%) el choque cardiogénico fue secundario a IM CEST, mientras que en solo 32 (0.8%) el choque fue secundario a IM SEST. De los 175 pacientes con choque cardiogénico, se utilizó BIAC en 86 (49.1%) pacientes, mientras que en 89 (50.9%) pacientes no se utilizó BIAC (Fig. 1). La media de edad de los pacientes incluidos en este estudio fue de 59.9 ± 10.4 años en el grupo de pacientes en los que se utilizó BIAC, mientras que en grupo en el que no se utilizó BIAC fue de 64.2 ± 11.7 años (p= 0.01). De los 175 pacientes incluidos, 139 (79.4%) eran hombres y 36 (20.6%) eran mujeres; de 86 pacientes en quienes se utilizó el BIAC 79% eran hombres y 7% eran mujeres, de los 89 pacientes en quienes no se utilizó BIAC 60% eran hombres y 29% mujeres. En cuanto a los factores de riesgo cardiovascular, del total de pacientes 52% (91) padecían diabetes mellitus, mientras que de los pacientes en los que se utilizó BIAC 46.5% (40) padecían diabetes, en los pacientesen quienes no se utilizó BIAC 57.3% (51) padecían diabetes mellitus. Del total de pacientes 49.1% (86) padecían hipertensión arterial sistémica, de los pacientes tratados con BIAC 38.4% (33) y de los pacientes no tratados con BIAC 59.6% (53) padecían hipertensión arterial sistémica. La dislipidemia, tabaquismo y la enfermedad arterial periférica estuvieron presentes en 32.6%, 38.9% y 1.1% de los pacientes que presentaron choque cardiogénico, sin embargo no hubo diferencia estadísticamente significativa entre el grupo el que se utilizó BIAC y el grupo en el que no se utilizó BIAC. En cambio 8% de los pacientes presentaban insuficiencia renal crónica y en este factor de riesgo si se observó diferencia ya que todos estos pacientes se encontraron en el grupo en el que no se utilizó BIAC (p < 0.001). En cuanto a los antecedentes patológicos, los pacientes con choque cardiogénico presentaron enfermedad vascular cerebral (EVC) previa, infarto del miocardio (IM) previo, cirugía de revascularización previa y angioplastia previa en 2.9%, 24%, 4% y 8% respectivamente, sin encontrar diferencia estadísticamente significativa entre los grupos con BIAC y sin BIAC. 14 Se registraron la tensión arterial sistólica, tensión arterial diastólica y tensión arterial media, así como la frecuencia cardiaca al momento del ingreso a UCC, se encontró que la media fue de 97.7mmHg, 60.1mmHg, 72.6mmHg y 93 lat/min respectivamente, sin encontrar diferencias entre ambos grupos. En cuanto a la fracción de expulsión del ventrículo izquierdo, se encontró una media de 34.2%, sin encontrar diferencia estadísticamente significativa entre el grupo con BIAC y sin BIAC. De los 175 pacientes con choque cardiogénico, en 143 (81.7%) fue secundario a IM CEST, mientras que en 32 (18.3%) fue secundario a IM SEST (p= 0.04). Todas las características basales previamente descritas se encuentran listadas en la tabla 1. Del grupo de pacientes con choque cardiogénico, se les realizó coronariografía desde el ingreso (con y sin realización de ACTP) a 122 pacientes (69.7%), 82 (95.3%) de los cuales pertenecían al grupo de pacientes con BIAC, mientras que solo a 40 (44.9%) de los pacientes del grupo sin BIAC se les realizó coronariografía (Tabla 2). De los pacientes a quienes se les realizó coronariografía desde el momento del ingreso, en el grupo con BIAC se encontró que 20 (24.4%) pacientes presentaron enfermedad de un solo vaso, 31 (37.8%) pacientes presentaron enfermedad de 2 vasos y 31 (37.8%) pacientes presentaron enfermedad trivascular; mientas que en el grupo en el que no se utilizó BIAC, en 12 (30%) pacientes se encontró enfermedad de 1 solo vaso, en 15 (37.5%) se encontró enfermedad de 2 vasos y en 13 (32.5%) pacientes se encontró enfermedad trivascular (Tabla 3). En cuanto a la localización del infarto, se dividió en infarto del miocardio con localización anterior, infarto del miocardio con localización posteroinferior e infarto del miocardio con otra localización (lateral, ventrículo derecho); se observó que en el grupo de pacientes con BIAC el IM anterior se presentó en 39 (52%) pacientes, IM posteroinferior en 33 (44%) pacientes y el IM de otra localización en 3 (4.2%). En el grupo de pacientes sin BIAC se presentó IM anterior en 32 (47.1%) pacientes, IM posteroinferior en 33 (48.5%) e IM de otra localización en 3 (4.4%) (Tabla 4). Del total de pacientes con choque cardiogénico, no recibieron terapia de reperfusión 79 (55.2%), de los cuales 35 (46.7%) fueron del grupo con BIAC y 44 (64.7%) del grupo sin 15 BIAC. Como terapia de reperfusión se tomaron en cuenta fibrinólisis y ACTP primaria, se observó que 7 (4.9%) pacientes fueron tratados con fibrinólisis, de los cuales 2 (2.7%) pertenecían al grupo de BIAC y 5 (7.4%) al grupo sin BIAC. Se le realizó ACTP primaria a 57 (39.9%) pacientes, de los cuales 38 (50.7%) eran del grupo de BIAC, mientras que los otros 19 (27.9%) eran del grupo sin BIAC (Tabla 5). En algunos pacientes fue posible realizar ACTP durante su estancia en UCC (ACTP no primaria), en estos pacientes se observo que de los pacientes con IM SEST a 11 (34.4%) se les realizó ACTP no primaria, de los cuales 5 (45.5%) pacientes pertenecían al grupo de BIAC y 6 (28.6%) pacientes al grupo sin BIAC. De los pacientes con IM CEST, a 30 (21%) se les realizó ACTP no primaria, 18 (24%) pacientes pertenecían al grupo con BIAC y 12 (17.6%) pacientes eran del grupo sin BIAC (Tabla 6). Otro grupo de pacientes fue tratado mediante cirugía de revascularización coronaria, en pacientes con choque secundario a IM SEST a 1 (3.1%) paciente se le realizó cirugía, este paciente pertenecía al grupo de BIAC. En los pacientes con choque secundario a IM CEST, 15 (10.5%) fueron tratados mediante cirugía, de los cuales 13 (17.3%) pertenecían al grupo de BIAC y 2 (2.9%) al grupo sin BIAC (Tabla 7). Se presentaron complicaciones mecánicas del infarto del miocardio en 33 (18.9%) pacientes del total con choque cardiogénico, de los cuales 22 (25.6%) pertenecían al grupo con BIAC, mientras que los 11 (12.4%) restantes pertenecían al grupo sin BIAC (Tabla 8). También se presentaron complicaciones durante la estancia en UCC, entre las cuales se encontraron el uso de ventilación mecánica invasiva, que fue necesaria en 139 (79.4%) pacientes, de los cuales 81 (94.2%) pertenecían al grupo con BIAC y 58 (65.2%) al grupo sin BIAC. Otra de las complicaciones que se presentaron fue el reinfarto, el cual se presentó en 13 (7.4%) de los pacientes con choque cardiogénico, 6 (7%) en el grupo con BIAC y 7 (7.9%) en el grupo sin BIAC. El EVC se presento en 9 (5.1%) pacientes, de los cuales 6 (7%) eran del grupo con BIAC y 3 (3.4%) del grupo sin BIAC. Se presentó taquicardia ventricular y/o fibrilación ventricular en 78 (44.6%) pacientes, 44 (51.2%) dentro del grupo con BIAC y 34 (38.2%) en el grupo sin BIAC. El sangrado mayor TIMI (que corresponde a un descenso de la hemoglobina de 5g/dl o mayor, descenso del hematocrito de 15% o mayor, o bien hemorragia intracraneal) ocurrió en 12 (6.9%) pacientes, de los cuales 7 (8.1%) eran del grupo con BIAC y 5 (5.6%) del grupo sin BIAC. 16 La hemorragia de tubo digestivo alto se observó en 19 (10.9%) pacientes, 12 (14%) dentro del grupo con BIAC y 7 (7.9%) en el grupo sin BIAC. La lesión renal aguda se presentó como complicación en 44 (25.1%) pacientes, 27 (31.4%) de ellos eran del grupo con BIAC, 17 (19.1%) eran del grupo sin BIAC. Treinta y cuatro (19.4%) pacientes desarrollaron neumonía nosocomial, 24 (27.9%) en el grupo de BIAC y 10 (11.2%) en el grupo sin BIAC. Finalmente 24 (13.7%) desarrollaron sepsis, 18 (20.9%) dentro del grupo con BIAC y 6 (6.7%) dentro del grupo sin BIAC (Tabla 9). La media del tiempo de estancia en UCC en estos pacientes fue de 7.24 ± 9.7 días, en los pacientes del grupo de BIAC fue de 8.7 ± 11.8 días y en los pacientes sin BIAC fue de 5.8 ± 6.9 días (Fig. 2). La media de estancia intrahospitalaria total (incluyendo UCC y piso hospitalización general) fue de 10.8 ± 17.2 días, en los pacientes del grupo de BIAC fue de 12.6 ± 17.4 días, mientras que en los pacientes sin BIAC fue de 9.2 ± 16.9 días. La mortalidad durante la estancia en UCC en el grupo de pacientes con choque cardiogénico fue de 69.1% (121 pacientes), al analizar estos datos encontramos que la mortalidad en los pacientes con choque cardiogénico en quienes se utilizó BIAC fue de 64% (55 pacientes), mientras que en los pacientes en quienes no se utilizó BIAC fue de 74.2% (66 pacientes), sin diferencia estadísticamente significativa (p= 0.09) (Fig. 3). La mortalidad durante la estancia intrahospitalaria total (incluyendo UCC y piso de hospitalización general) fue de 77.7% (136 pacientes), en el grupo de pacientes con BIAC la mortalidad fue de 76.7%, mientras que en el grupo de pacientes sin BIAC la mortalidad fue de 78.7% (Fig. 4).17 DISCUSIÓN Este es, hasta la fecha, el único estudio realizado en el Instituto Nacional de Cardiología que evalúa el beneficio del uso del balón intraaórtico de contrapulsación en pacientes con choque cardiogénico secundario a infarto del miocardio. Se registró una incidencia de choque cardiogénico del 3.5% en pacientes con IM CEST y de 0.8% en pacientes con IM SEST, que es menor a lo reportado en la literatura, con incidencia de 8% y 2.5% en IM CEST e IM SEST respectivamente. 5, 6, 7 Los pacientes tuvieron una media de edad de 62.09 ± 11.3 años, que fue significativamente mayor en pacientes en quienes no se utilizó BIAC (59.9 ± 10.4 vs. 64.2 ± 11.7, p= 0.01). La incidencia de choque cardiogénico fue significativamente mayor en hombres (79.4% vs. 20.6% p < 0.001), lo cual es comparable a lo reportado por Cheng y colaboradores así como por Arias y colaboradores. 27, 29 Entre los factores de riesgo se observó, al igual que lo descrito en la literatura, diabetes mellitus, hipertensión arterial, tabaquismo, dislipidemia, enfermedad arterial periférica e insuficiencia renal crónica, de entre los cuales la hipertensión arterial, el tabaquismo y la insuficiencia renal crónica tuvieron diferencia estadísticamente significativa con p de 0.04, 0.07 y < 0.001 entre ambos grupos de pacientes. El factor de riesgo que se encontró más frecuentemente en estos pacientes fue la diabetes mellitus, en 52%, a diferencia de lo reportado por Arias y colaboradores y por Cheng y colaboradores. 27, 29 El infarto previo fue el antecedente que más se registró en los pacientes con choque cardiogénico, sin embargo no hubo diferencia estadísticamente significativa entre los pacientes del grupo con BIAC y sin BIAC (20.9% vs. 27%, p = 0.2). Entre los 175 pacientes con choque cardiogénico se encontró diferencia estadísticamente significativa (p= 0.04) en cuanto a la causa del choque, ya que se observó que 81.7% presentaron choque secundario a IM CEST, mientras que solo 18.3% presentaron choque secundario a IM SEST. Se les realizó coronariografía (con y sin ACTP) al momento del ingreso a 95.3% de los pacientes del grupo con BIAC y solo a 44.9% de los pacientes sin BIAC, lo que muestra una diferencia estadísticamente significativa (p < 0.001). 18 En cuanto al número de vasos afectados no se observó diferencia estadísticamente significativa entre el grupo con BIAC y sin BIAC y el numero de vasos afectados. En cuanto al tratamiento adyuvante, se encontró que a la mayoría de los pacientes (55.2%) no se les aplicó terapia de reperfusión, con diferencia estadísticamente significativa entre los grupos con BIAC y sin BIAC (46.7% vs. 64.7%, p= 0.01), la terapia fibrinolítica solamente se utilizó en 4.9% de los casos, también con diferencia estadísticamente significativa entre los pacientes con BIAC y sin BIAC (2.7% vs. 7.4%, p= 0.01). El resto de los pacientes (39.9%) fue tratado mediante ACTP primaria, también observándose diferencia estadísticamente significativa entre el grupo con BIAC y sin BIAC (50.7% vs. 27.9%, p= 0.01). En cuanto a las complicaciones mecánicas del infarto del miocardio, se observó diferencia estadísticamente significativa entre el grupo con BIAC y el grupo sin BIAC (25.6% vs. 12.4%, p= 0.04). Entre las complicaciones observadas se encuentra la hemorragia mayor, con una incidencia de 8.1% en el grupo con BIAC y de 5.6% en el grupo sin BIAC, sin encontrar diferencia significativa entre ambos grupos, sin embargo la incidencia fue mayor que la reportada por Cheng y colaboradores y el registro Benchmark (2% y 0.8% respectivamente). 29, 30 Otra de las complicaciones fue la presencia de arritmias (taquicardia ventricular o fibrilación ventricular) , la segunda complicación más frecuente en este estudio, que se presentaron en 51.2% de los casos en el grupo de BIAC y 38.2% en el grupo sin BIAC, sin diferencia entre ambos grupos, que es mayor a lo reportado por Cheng y colaboradores (44%). 29 La complicación más frecuentemente observada durante la estancia en UCC fue la necesidad de ventilación mecánica invasiva, la cual tuvo que ser utilizada en 94.2% de los pacientes del grupo de BIAC y en el 65.2% de los pacientes del grupo sin BIAC, lo cual muestra diferencia estadísticamente significativa (p <0.001), lo cual es mayor a lo reportado en la literatura. 29 Se observó una mortalidad en general por choque cardiogénico de 69.1% la cual es similar a los porcentajes reportados en el estudio SHOCK y por Martínez y colaboradores, 19 y muy por debajo de lo reportado por Hurtado y colaboradores en 1984 (mortalidad 98%). 5, 18, 19 Al analizar la tasa de mortalidad por grupos observamos que en el grupo en el que se utilizó BIAC fue de 64% y de 74.2% en el grupo en el que no se utilizó BIAC, sin encontrar diferencia estadísticamente significativa (p= 0.09). 20 CONCLUSIONES En este estudio se observó tendencia hacia la disminución de la mortalidad en pacientes en quienes se utilizó balón intraaórtico de contrapulsación, pero no fue estadísticamente significativo, se concluye que el uso de balón intraaórtico de contra pulsación en pacientes con choque cardiogénico secundario a infarto del miocardio no disminuye la mortalidad. Con este estudio también concluimos que aunque el uso de balón intraaórtico de contrapulsación se encuentra dentro de las recomendaciones del American College of Cardiology/American Heart Association y de la European Society of Cardiology, continuamos utilizándolo poco, el porcentaje de pacientes con choque cardiogénico en los cuales se utilizó BIAC en el Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chavez es mayor que el reportado en el National Registry of Myocardial Infarction (NRMI) que es de 20- 30%. Entre las limitaciones de este trabajo se encuentran que aunque el registro es prospectivo, el análisis de la información se hizo de forma retrospectiva, además de que los pacientes no fueron aleatorizados para utilizar o no balón intraaórtico de contrapulsación, por lo que se deberá realizar un estudio prospectivo y aleatorizado, el cual también serviría para evaluar el costo-beneficio de este tipo de tratamiento. En base a estos resultados consideramos que en pacientes con choque cardiogénico secundario a infarto del miocardio se debería utilizar balón intraaórtico de contrapulsación si se logra identificar al subgrupo de pacientes en quienes su uso tendría utilidad. 21 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. Topalian S, Ginsberg F, Parrillo J. Cardiogenic shock. Crit Care Med 2008; 36: S66-S74. 2. Hollenberg S, Kavinsky C, Parrilo J. Cardiogenic Shock. Ann Intern Med 1999; 131: 47-59. 3. Lupi E, Abundes A, Martínez A, et al. Choque cardiogénico. Rev Mex Cardiol 2000; 11(2): 254-69. 4. Alpert J, Becker R. Cardiogenic shock: elements of etiology, diagnosis and therapy. Clin Cardiol 1993; 16: 182-90. 5. Babaev A, Frederick PD, Pasta DJ, et al. Trends in management and outcomes of patients with acute myocardial infarction complicated by cardiogenic shock. JAMA 2005; 294: 448-54. 6. Holmes DR Jr, Berger PB, Hochman JS, et al. 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Total (175) Con BIAC (86) Sin BIAC (89) Valor de p Edad (años) 62.09 ± 11.3 59.91 ± 10.4 64.2 ± 11.7 0.01 Genero <0.001 Hombre 79.4% 91.9% 67.4% Mujer 20.6% 8.1% 32.6% Factores de riesgo Diabetes mellitus 52% 46.5% 57.3% 0.1 Hipertensión arterial sistémica 49.1% 38.4% 59.6% .004 Tabaquismo 32.6% 38.4% 27% 0.07 Dislipidemia 38.9% 37.2% 40.4% 0.3 Enfermedad arterial periférica 1.1% 0% 2.2% 0.2 Insuficiencia renal 8% 0% 15.7% <0.001 Antecedentes EVC previo 2.9% 3.5% 2.2% 0.4 IM previo 24% 20.9% 27% 0.2 CABG previa 4% 3.5% 4.5% 0.5 ACTP previa 8% 8.1% 7.9% 0.5 Tensión arterial sistólica (mmHg) 97.7 ± 28.7 99.1 ± 28.9 96.3 ± 28.5 0.5 Tensión arterial diastólica (mmHg) 60.1 ± 22.1 63.2 ± 21.7 57.1 ± 22.2 0.07 Tensión arterial media (mmHg) 72.6 ± 23.8 75.2 ± 23.5 70.2 ± 23.8 0.1 Frecuencia cardiaca (latidos/minuto) 93 ± 29.6 97 ± 27.1 89.1 ± 31.5 0.08 Fracción de eyección del VI (%) 34.2 ± 11.6 34.67 ± 10.8 33.7 ± 12.6 0.6 Enfermedad coronaria trivascular 36.1% 37.8% 32.5% 0.4 Tipo de IM 0.04 IM CEST 81.7% 87.2% 76.4% IM SEST 18.3% 12.8% 23.6% CABG: Cirugía de revascularización coronaria. ACTP: Angioplastia coronaria transluminal percutánea. IM: infarto del miocardio. EVC: Enfermedad vascular cerebral. IM CEST: Infarto del miocardio con elevación del segmento ST. IM SEST: Infarto del miocardio sin elevación del segmento ST. 26 Tabla 2. Hallazgos angiográficos y tipo de tratamiento. Total Con BIAC Sin BIAC Valor de p Coronariografía al ingreso 122 (69.7%) 82 (95.3%) 40 (44.9%) < 0.001 Numero de vasos enfermos 1 Vaso 32 (26.2%) 20 (24.4%) 12 (30%) 0.76 2 Vasos 46 (37.7%) 31 (37.8%) 15 (37.5%) 0.76 3 Vasos 44 (36.1%) 31 (37.8%) 13 (32.5%) 0.47 Localización del IM IM Anterior 71 (49.7%) 39 (52%) 32 (47.1%) 0.8 IM Posteroinferior 66 (46.2%) 33 (44%) 33 (48.5%) 0.8 Otra localización 6 (4.2%) 3 (4%) 3 (4.4%) 0.5 Terapia de reperfusión No reperfundido 79 (55.2%) 35 (46.7%) 44 (64.7%) 0.01 Fibrinólisis 7 (4.9%) 2 (2.7%) 5 (7.4%) 0.01 ACTP primaria 57 (39.9%) 38 (50.7%) 19 (27.9%) 0.01 ACTP no primaria SICA SEST 11 (34.4%) 5 (45.5%) 6 (28.6%) 0.4 SICA CEST 30 (21%) 18 (24%) 12 (17.6%) 0.4 CABG IM SEST 1 (3.1%) 1 (9.1%) 0 0.3 IM CEST 15 (10.5%) 13 (17.3%) 2 (2.9%) 0.006 ACTP: Angioplastia coronaria transluminal percutánea. BIAC: Balón intraaórtico de contrapulsación. CABG: Cirugía de revascularización coronaria. IM: Infarto del miocardio. CEST: Con elevación del segmento ST. SEST: Sin elevación del segmento ST. Tabla 3. Complicaciones presentadas por los pacientes en choque cardiogénico. Total Con BIAC Sin BIAC Valor de p Complicaciones mecánicas 33 (18.9%) 22 (25.6%) 11 (12.4%) 0.04 Complicaciones en UCC VMI 139 (79.4%) 81 (94.2%) 58 (65.2%) < 0.001 Reinfarto 13 (7.4%) 6 (7%) 7 (7.9%) 0.5 EVC 9 (5.1%) 6 (7%) 3 (3.4%) 0.3 TV y/o FV 78 (44.6%) 44 (51.2%) 34 (38.2%) 0.09 Hemorragia mayor 12 (6.9%) 7 (8.1%) 5 (5.6%) 0.5 HTDA 19 (10.9%) 12 (14%) 7 (7.9%) 0.2 LRA 44 (25.1%) 27 (31.4%) 17 (19.1%) 0.08 Neumonía nosocomial 34 (19.4%) 24 (27.9%) 10 (11.2%) 0.007 Sepsis 24 (13.7%) 18 (20.9%) 6 (6.7%) 0.008 UCC: Unidad de cuidados coronarios. BIAC: Balón intraaórtico de contrapulsación. VMI: Ventilación mecánica invasiva. EVC: Enfermedad vascular cerebral. TV: Taquicardia ventricular. FV: Fibrilación ventricular. HTDA: Hemorragia de tubo digestivo alto. LRA: Lesión renal aguda. 27 Figura 2. Días de estancia en UCC Figura 3. Mortalidad en UCC. 28 Figura 4. Mortalidad intrahospitalaria Portada Índice Texto
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