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1 POSGRADO EN CIENCIAS BIOLÓGICAS FACULTAD DE CIENCIAS VARIACIÓN EN LA CONFIGURACIÓN GENÉTICA DEL COMPLEJO MAYOR DE HISTOCOMPATIBILIDAD EL POBLACIONES DE LOBOS MARINOS (ZALOPHUS CALIFORNIANUS) SEPARADAS GEOGRÁFICAMENTE T E S I S QUE PARA OBTENER EL GRADO ACADÉMICO DE MAESTRO EN CIENCIAS (BIOLOGÍA ANIMAL) P R E S E N T A CARLOS RAMÓN GODÍNEZ REYES DIRECTOR DE TESIS: DRA. DULCE MARÍA BROUSSET HERNÁNDEZ JÁUREGUI MÉXICO, D.F. A 07 DE SEPTIEMBRE DE 2010 UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MEXICO UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 2 CONTENIDO RESÚMEN…………………………………………. i ABSTRACTS………………………………………. i i 1. INTRODUCCIÓN….…………………………... 1 2. ARTÍCULO: MHC gene conf iguration variat ion in geographical ly disparate populations of Cal i fornia sea l ions (Zalophus cal i fornianus). 2005. L. Bowen, B.M. Aldridge, R. DeLong, S. Mel l in, C. Godínez, A. Zavala, F. Gul land, L. Lowenstein, J.L. Stott and M.L. Johnson. Molecular Ecology, 15, 529- 533. ………………………………………………… 16 3. CONCLUSIÓN…………………………………. 22 4. LITERATURA CITADA………………………… 26 3 RESUMEN Título de la tesis: Variación en la configuración genética del Complejo Mayor de Histocompatibilidad en poblaciones de lobos marinos (Zalophus californianus) separadas geográficamente MVZ Carlos Ramón Godínez Reyes Director: Dra. Dulce María Brousset Hernández Jáuregui Maestría en Ciencias (Biología Animal) No. Exp.: 3941060 Se examinaron los genotipos de clase II del Complejo Mayor de Histocompatibilidad (MHC por sus siglas en inglés), en dos poblaciones de lobo marino de California (Zalophus californianus), aisladas geográficamente (una en el Golfo de California y otra en la costa del Océano Pacífico). Se examinó el DNA genómico de 227 lobos marinos de California, usando ocho pares de iniciadores (primer) específicos de secuencia (SSP por sus siglas en inglés) flanqueando el supuesto sitio de liga-péptido. Un total de 40 configuraciones de genotipo Zaca-DRB diferentes fue identificado entre los 227 individuos. Usando SSP-PCR, se encontraron diferencias significativas entre las poblaciones de Zalophus de la costa de California y el Golfo de California en números de secuencias DRB por individuo y la configuración de secuencias dentro de individuos. Además, patrones únicos locales de diversidad de MHC fueron identificados entre los animales de la región de las Grandes Islas del Golfo de California. Estas diferencias entre poblaciones son consistentes con sus diferentes patrones ecológicos de presión de selección y/o aislamiento geográfico. Las consecuencias de estas configuración dividida del MHC a nivel poblacional son desconocidas hasta el momento; sin embargo, el incremento a nivel mundial de enfermedades infecciosas emergentes urge su estudio. 4 ABSTRACT Thesis title: MHC gene configuration variation in geographically disparate populations of California sea lions (Zalophus californianus) MVZ Carlos Ramón Godínez Reyes Director: Dra. Dulce María Brousset Hernández Jáuregui Master in Science (Animal Biology) No. Exp.: 3941060 Major histocompatibility complex (MHC) class II DRB genotypes were examined in two geographically isolated populations of California sea lions (Zalophus californianus) (Gulf of California and California coastal Pacific Ocean). Genomic DNA from 227 California sea lions was examined using eight sequence-specific primer (SSP) pairs flanking the putative peptide-binding site. A total of 40 different Zaca-DRB genotype configurations were identified among the 227 individuals. Using SSP-PCR, significant differences were found between coastal California and Gulf of California Zalophus populations in numbers of DRB sequences per individual and configuration of sequences within individuals. Additionally, unique local patterns of MHC diversity were identified among the Midriff Island animals. These population differences are consistent with either ecologically distinct patterns of selection pressures and/or geographical isolation. The consequences of these partitioned MHC configurations at the population level are as yet unknown; however, the worldwide increase in emerging marine diseases lends urgency to their examination. 5 1. INTRODUCCIÓN A diferencia de los ecosistemas terrestres en los que nos desenvolvemos con confianza y seguridad desde principios de la humanidad, mucho es lo que se desconoce acerca de lo que pasa en los ecosistemas marinos y, sobre todo, lo que de ello repercute en el desarrollo de la humanidad. Desde tiempos remotos, por ejemplo, la pesca ha sido una de las fuentes de alimentación más importantes para la humanidad, y provee de empleo y beneficios económicos a aquéllos involucrados en dicha actividad. Sin embargo, es en las últimas décadas hemos aprendido que lejos de ser inagotables, algunos de esos recursos marinos pesqueros se han colapsado por sobreexplotación, han desparecido de grandes regiones e incluso algunas especies se han extinguido de la faz del planeta, producto en gran medida de la presión que ejercen las actividades humanas, directa e indirectamente, sobre esos ecosistemas. Sin embargo, el incremento en nuestro conocimiento y el desarrollo dinámico de las pesquerías, nos ha mostrado que aunque renovables, no son infinitos y necesitan de un manejo apropiado, si su contribución al mejoramiento nutricional, económico y social al crecimiento de la población mundial se pretende sea sostenido (FAO 2009). Por otro lado, las evidencias de que el clima de la Tierra está cambiando a una tasa extraordinaria son cada vez mayores (Intergovernmental Panel on Climate Change 2007; Walsh 2008). Los Glaciares y los hielos de los polos disminuyen rápidamente, cambios en la distribución de flora y fauna tropical y templada, hacia los polos, y reportes de variaciones en la fenología de los fenómenos de historia natural en aves, reptiles y mamíferos son consistentes con el cambio climático (Moore, 2008). Aunado a ello, mientras más humanos habitan las regiones costeras, se comienza a desarrollar una especie de “ansiedad” global (Bossart, 2006) acerca de la salud de nuestros ecosistemas acuáticos. Particularmente en países desarrollados, como los Estados Unidos de Norteamérica, en donde más de la mitad de su población habita ecosistemas costeros de agua dulce o marinos, hay un creciente interés por monitorear esta condición. Uno de los componentes de la Iniciativa de Salud de Océanos y Humana de la National 6 Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA), por ejemplo, incluye el concepto de especies centinela marinas. Dado que los mamíferos marinos integran y reflejan variaciones ecológicas a lo largo de grandes escalas espaciales y temporales, un buen número de ellos han sido descritos como centinelas de ecosistemas costeros y marinos (Aguirre y Tabor, 2004). Dichas especies centinelas han sido usadas para obtener alertas tempranas acerca de procesos negativos o impactos actuales o potenciales, precisamente porser longevas, su nivel trófico alto, y que tienen importantes reservas de grasa, que sirven como depósitos para toxinas antropogénicas (Reddy et al., 2001; Wells et al, 2004). Adicionalmente, los mamíferos marinos se consideran dentro de la megafauna que despierta fuertes emociones y simpatías humanas, por lo que es altamente observable (Bossart, 1999). Prácticamente todas las amenazas a los mamíferos marinos tienen que ver con el tamaño y la tasa de crecimiento poblacional y los patrones de comportamiento de consumo humanos (Marine Mammal Commission, 2004). Sin embargo, el mayor interés tal vez sea lo que los mamíferos marinos nos pueden decir acerca de nuestra condición de salud humana, o sobre potenciales impactos en nuestro bienestar (Bossart, 2006). Es decir, hay que conocer la la condición de salud de estas especies centinela, para poder conocer cual es el estado o condición de salud de estos ecosistemas (Godínez et al. 2006). Para conocer el estado poblacional y condición de salud de especies marinas, según ciencia de la biología de la conservación, además realizar estudios de demografía, que nos indican el tamaño, estructura, distribución y abundancia de las mismas, se necesita integrar teorías de los campos de la ecología, taxonomía y genética para evaluar los efectos humanos sobre la biodiversidad biológica, y para desarrollar aproximaciones prácticas para prevenir la extinción de especies (Wilson, 1992; Soulé, 1996). Un factor importante en la definición de la dinámica de las poblaciones de especies animales, incluyendo a los mamíferos marinos, son las enfermedades, ya que en cierto momento pueden definir la salud o muerte de algunos individuos o, en su caso poblaciones animales enteras, por lo que también juegan un rol importante en la toma de decisiones en cuanto a el manejo de especies y 7 ecosistemas, reproducción en cautiverio y reintroducción, y restauración de hábitat (Woodroffe, 1999). A pesar de que una buena parte de las enfermedades infecciosas en vida libre pasan inadvertidas (Scott 1988), se requiere de mayor investigación sobre los efectos de las enfermedades infecciosas sobre los organismos silvestres a un nivel poblacional (Woodroffe 1999). El Golfo de California es el único mar interior en el Pacífico Oriental, es la región pesquera más importante de México y uno de los sistemas marinos más observados de cerca por el sector de la conservación (Lluch, et al. 2007). Ha sido objeto de exporación por decadas, y se han hecho algunas evaluaciones aisladas sobre variaciones climáticas y perturbaciones en el ecosistema inducidas por el hombre. Es único por su conformación y su localización geográfica. Además es sitio de interés y representan ecosistemas con un notable aislamiento geográfico, rarezas biológicas e importantes endemismos (Lluch et al. 2007). En este mar interior se reportan 36 especies de mamíferos marinos (4 pinnipedos, 31 cetáceos y un murciélago; Aurioles-Gamboa, 1993; Guerrero- Ruíz et al. 2006; Brusca et al., 2004), 29 especies más que en Alaska, región considerada como de alta biodiversidad (Wynne,1992). Esto es en parte porque el Golfo es un área de alimentación y reproducción de cetáceos tales como la ballena azul (Gendron, 1991), jorobada (Urban et al., 2000), gris (Aurioles Gamboa, 1993), cachalotes, calderones de aletas cortas, delfín de Baird, rorcual tropical, ballenas de Bryde (Breese y Tershy, 1993), etc. Sin embargo, hay stocks residentes de cetáceos y uno de pinnípedo, algunos incluso aislados del Oceano Pacífico, como el lobo marino de California (Zalophus californianus), el rorcual o ballena de aleta (Balaenoptera physalus) (Bérubé et al., 2002), y la más pequeña de las marsopas, considerada endémica del norte del Golfo de California (Jaramillo-Legorreta et al., 1999). El lobo marino de California se considera dentro de las especies “centinela” ya que son sensibles a cambios en el ambiente reflejándolos en la salud de sus poblaciones.Muchos factores son potencialmente importantes para la 8 determinación de la tendencia de la población de lobos marinos en el Golfo de California. Éstos incluyen (1) contaminación, (2) enfermedades, (3) perturbación humana, incluyendo el turismo, (4) muerte ilegal, incluyendo captura incidental, y (5) descenso en la disponiibilidad de presas. Se han reportado altos niveles de contaminantes en lobos marinos de California en la costa de California, tales como el DDT y PCBs (e.g., Kannan et al. 2004) y se han asociado a desbalances fisiológicos (Debier et al. 2005) y mortalidad asociada al cáncer (Ylitalo et al. 2005). Como especie centinela, a diferencia de las demás especies de mamíferos marinos, al lobo marino de California (Zalophus californianus californianus) se le puede observar a lo largo de la costa occidental de la península de Baja California e islas del Pacífico, y en todo el Golfo de California, principalmente durante los meses de reproducción, entre mayo y julio. En la parte norte del Golfo de California, incluida la Región de las Grandes Islas, se conocen hasta 22 áreas de agrupación de lobos marinos o loberas, once de ellas presentan actividad reproductiva y concentran al mayor número de animales en el Golfo (Zavala, 1993). Sólo existen otras dos loberas con activida reproductivas en el Golfo de California, muy al sur, la lobera de los Islotes en el Archipiélago de Espíritu Santo, y el Farallón de San Ignacio, en la costa de Topolobampo (Aurioles-Gamboa, y Zavala-González, 1994). Aunque algunas zonas del Golfo de California han sido sometidas por años a presión por vertimiento de contaminantes, al parecer la contaminacion no es un problema grave el día de hoy en el Golfo de California, pues hay baja industrialización y pocas descargas de agua ducle al sistema. Datos no pubicados por Daniel Anderson de la Universidad de California en Davis, en pelícanos pardos en el Golfo de California, en la Región de las Grandes Islas, indican que los niveles de contaminantes organoclorados y organofosforados, son muy bajos, y hay poca información acerca de efectos en la dinámica de las poblaciones. Todas las Islas del Golfo de California son un Área Natural Protegida por el Gobierno Federal, a cargo de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, por lo que en general las colonias de lobos marinos en las islas 9 tienen una presión baja. Existe una interacción histórica entre lobos marinos y algunas artes de pesca, principalmene los pescadores de escama o agalleras. El lobo marino fue usado durante muchos años como carnada en la pesca de tiburón en esta región (Zavala y mellink, 2000). Se tiene un índice de interacción entre lobos marinos y redes agalleras, obtenido de el conteo de lobos marinos con heridas de redes o con trozos de redes en el cuello, que varía entre el 0 y el 2.5% de los lobos en la parte central del Golfo de California (Zavala y Melink, 1997), aunque datos recientes apuntan a que posiblemente este número sea mayor, alrededor del 10%, debido a que tan sólo en Bahia de los Ángeles, se enmallan cada año alrededor de 100 lobos marinos en redes agalleras entre marzo y septiembre, en el área de el Rincón (Abraham Vazquez, comentario personal). La lobera, o colonia de reproducción de lobos marinos con mayor interacción entre lobos marinos y redes de pesca agallera, es la lobera de Espiritu Santo, conocida como Los Islotes, con 7-9% (Harcourt et al., 1994; Aurioles et al., 2003), y es la lobera que recibe el número más alto de turistas visitantes y un alto nivel de perturbación (Labrada y Aurioles, aceptado). Sin embargo es una de las loberas con mayor crecimiento poblacional. Aunque tampoco hay datos para confimar, se sospecha de que pescadores rebereños y pescadores deportivos matan lobos marinos, por molestia por la interacción y daño a sus artes depesca y sus capturas. Finalmente, la disponibilidad de alimento es otro factor que afecta la dinámica poblacional, que puede afectar la abundancia local o regional de los pinnípedos (Trilmich y Ono, 1991). Muchas poblaciones de pinnípedos muestran fluctuaciones temporales,d e acuerdo con la disponibilidad de sus presas principales (e.g. Ainley, et al. 1982; Trites y Donnelly 2003). Con excepción del Farallón de San Ignacio, las áreas de reproduccion más vulnerables están en el Archipiélago de Ángel de la Guarda (Ward et al. 2010). Ésta área contiene una gran concentración de sardina del pacífico (Sardinops caeruleus) todo el año (Lluch-Cota et al. 1999). Por otro lado, estudios de dieta han correlacionado los patrones de distribción de la sardina del pacífico con la importancia de esta presa en la dieta del lobo marino de California (García-Rodríguez y Aurioles- Gamboa 2004). Hay ciertas evidencias de una posible relación entre el decenso 10 en en el número de lobos marinos en las colonias de reproducción de centro del Golfo de California, y la abundancia de sardina. En principio, en los alrededores de la isla Ángel de la Guarda es un ecosistema muy variable, en el que la sardina es uno de los componentes más importantes, que influye en muchos grupos en el sistema (Lluch et al. 2007). Las capturas de sardina han sido altamente variables, siendo uno de los pelágicos menores más importantes (Nevárez-Martínez 1990). En segundo lugar, la sardina del Pacífico fue la presa predominante para la lobera de Los Machos (García-Rodríguez y Aurioles- Gamboa 2004), y esta lobera está disminuyendo dramáticamente. Esto puede también estar ocurriendo en las loberas de Granito, los Cantiles y El Rasito, daada su proximidad con Los Machos. En tercer lugar, de 1989 a 1992, se dio un decenso importante en la pesquería de la sardina, en la que los arribos cayeron de 292,000 tons, en 1988-1989 a menos de 7,500 tons en 1991-1993 (Cisneros-Mata et al. 1995). Esto coincidió con el momento en el que las colonias de reproducción de lobos marinos del Golfo de California, mostraron también tendencias e decenso, reforzando la idea de que la abundancia de lobos marinos fluctúa con los arribos de sardina. Un par de trabajos no publicados (Aurioles-Gamboa, et al. datos no publicados; Zavala-González et al. datos no publicados), encontraron coincidencias marcadas similares, en los censos de crías de lobo marino en la región de las Grandes Islas, y la captura total de sardina de los últimos 20 años. Por otro lado, el lobo marino de California del Golfo de California podrían ser particularmente vulnerable dado lo pequeño de su población, y su potencialmente significativa subdivisión poblacional. El stock de las EEUUAA incluye cuatro colonias grandes, con un total de 138,881 animales (Caretta et al. 2003). De acuerdo con Schramm et al. (2009) el movimiento de animales entre diferentes áreas es muy bajo. El tamaño de la divergencia entre grupos sugiere que las hembras no migran entre regiones. Las causas que inhiben dichos movimientos podrían se factores etológicos, como la filopatía de las hembras o factores ecológicos como la distribución aislada de las diferentes 11 presas (Maldonado et al. 1995). El grupo de loberas de reproducción considerado por Ward (2009) como de la Región de las Grandes Islas norte, es que que ha disminuido constantemente en las últimas tres décadas, y considerado por tanto con la mayor vulnerabilidad en cualquier estratégia de Conservación. Esta diversidad limitada en los lobos marinos del Golfo de California, podría ser de vital importancia en la forma en la que estos animales enfrentan no solo variabilidad en el consumo de sus presas, sino también en su capacidad de respuesta ante la presencia de enfermedades. La aparición de enfermedades en la fauna silvestre es un problema que además de amenazar la sobrevivencia de las especies nativas, puede afectar la salud humana, por ello, el diagnóstico de la salud de las poblaciones de especies centinela resulta de particular relevancia, pues provee información esencial y temprana que advierte de posibles daños en el ambiente, y proporciona un rápido diagnóstico de riesgo (Godínez, et al. 2006, Aguirre y Tabor, 2004; Tabor y Aguirre, 2004). Una serie de problemas de índole parasitario (refiriéndonos a bacterias, virus, nemátodos, tremátodos, céstodos, etc.) presentes en determinada población animal, son reflejo de la presión ecológica a la que esta está siendo sometida. Esa presión necesariamente se tiene que reflejar en cómo cada individuo hace frente a sus presiones individuales. Se tiene que reflejar, en consecuencia, en su fisiología o, dicho de otra forma, en cómo su organismo cambia y se adapta para poder sobrevivir ante esas presiones. Cuando un individuo se ve rebasado por las presiones medio ambientales (e.g. competencia intra e inter-específica, depredación, escasez de recursos, acumulo de metales pesados y organoclorados que provocan falla del sistema inmune o parasitismo), se enferma y muere. Cuando a una población animal le sucede lo mismo, ocurre una mortalidad masiva, que en años recientes no ha sido poco frecuente en el caso de los mamíferos marinos, incluidos los pinnípedos. La mortalidad masiva de decenas de miles de focas comunes (Phoca vitulina) alrededor de las costas europeas en 1988, provocó un gran interés en la prensa 12 popular, pero también elevó preguntas acerca de la importancia de la mortalidad masiva en la dinámica poblacional de mamíferos marinos (Harwood y Hall, 1990). La mayoría de las mortalidades masivas de mamíferos marinos parecen haber sido causadas por un parásito o toxina. Sin embargo, en los últimos años los parásitos han sido considerados como un factor menor en la dinámica poblacional de grandes vertebrados. La ocurrencia de enfermedades en estas especies sólo ha sido estudiada extensivamente cuando existe la posibilidad de afectar poblaciones humanas (Harwood y Hall, 1990). La organización social de los pinnípedos es a menudo compleja, y esto los puede hacer vulnerables a mortalidades masivas por parásitos o toxinas. Las especies de pinnípedos mexicanos se congregan en tiempos particulares del año para reproducirse o alimentarse. La introducción de algún parásito a la población en ese momento, o la presencia de toxinas en el alimento, los puede llevar a una mortalidad a gran escala. Algunas enfermedades importantes, como es el caso de la Leptospirosis, causada por la espiroqueta Leptospira spp., o de la Dirofilariasis, causada por el nemátodo Dirofilaria immitis, ambas enfermedades zoonóticas y cuya presencia en alguna de las loberas pudiera representar problemas de salud pública, pueden identificarse por la detección de anticuerpos en el suero de los lobos marinos mediante pruebas serológicas, (Vedros, et al. 1971). Enfermedades como el Morbillivirus en lobos marinos, un virus que causó la mortalidad masiva de poco más del 50% de la foca de puerto Phoca vitulina en el noroeste de Europa a finales de los años 80, y la leptospirosis que en la costa de California, EUA, causó severos problemas en las poblaciones de lobo marino (Gulland et al., 1996; Godínez et al., 1999; Acevedo-Whitehouse et al., 2003), deben ser diagnosticadas en las poblaciones de lobo marino de California como especie centinela de esta región. Algunos estudios señalan la presencia de Leptospira interrogans (Godínez et al., 1999; Acevedo-Whitehouse et al., 2003), en el Golfo de California, aunque no se han reportado aún mortalidades masivas de esta especie causadas por esta bacteria en esta región, como en la costa del Pacífico (Gulland, et al. 1996). 13 Las estimaciones de abundancia de los mamíferos marinos del Golfo de California son muy escasas, y series de tiempo sólo existen para algunaspoblaciones. El lobo marino de California, el único pinnípedo que se reproduce en el Golfo de California, tiene una población residente de 13 colonias de reproducción, que contienen de 24,000 a 31,000 individuos (Aurioles-Gamboa y Zavala, 1994, Szteren et al. 2006). En años recientes, sólo en las tres colonias de reproducción norteñas (Rocas Consag, El Coloradito y San Jorge), y en las dos del sur (Los Islotes y Farallón de San Ignacio) se registra una tasa de crecimiento positiva. El resto se encuentra estable, después de una disminución abrupta en la década de los años 90 (El Rasito, El Partido, San Esteban, San Pedro Mártir y San Pedro Nolasco), y tres se encuentran en franco deterioro (Granito, Cantiles y Machos), éstas últimas se encuentran en la recientemente creada Reserva de la Biosfera Bahía de los Ángeles canales de Ballenas y Salsipuedes. Éstas han disminuido cerca de un 20% en los últimos 15 años (Szteren et al., 2006; Ward et al., 2009). Las enfermedades emergentes se definen como infecciones que o aparecen recientemente, o que han existido y que rápidamente exanden su rango geográfico con una correspondiente incremento en su detección, prevalencia, mortalidad o morbilidad (Morse 1995). Una enfermedad infecciosa puede surgir in una población por cambios en el agente infeccioso, por cambios en la resistencia del hospedero, o por cambios medioambientales que causen nuevas interacciones entre el agente infeccioso y el hospedero. En el artículo que aquí se presenta, analizamos el rol que juega la respuesta inmune de el hospedero a nvel poblacional, en relación a su capacidad de hacer frente a la presencia de agentes infecciosos de estas consideradas enfermedades emergentes en lobos marinos de California del Golfo de California. En particular, el polimorfismo o la diversidad del Complejo Mayor de Histocompatibilidad (MHC por sus siglas en inglés). Ciertas enfermedades se asocian con determinados alelos del MHC. Entre ellas se incluyen numerosos procesos autoinmunes, susceptibilidad a virus, alteraciones neurológicas y del sistema del complemento y algunos tipos de alergias. No obstante, en casi todos los casos están implicados otros genes 14 no situados en el complejo MHC, además de factores ambientales. En el caso de las enfermedades infecciosas, la susceptibilidad a un patógeno dado puede reflejar el papel de unos determinados alelos del MHC en la respuesta o ausencia de respuesta frente a ese patógeno. La importancia adaptativa del polimorfismo CMH en una población radica en que tiende a proteger a la especie frente a agentes infecciosos, ya que amplía la variedad de antígenos que se pueden reconocer. Cuando, por alguna circunstancia, disminuye el grado de polimorfismo del CMH, aumentan los riesgos de enfermedades infecciosas en las poblaciones (Paul, 1999). Los diferentes organismos vivos están en contacto continuo con agentes etiológicos que en algunos casos presentan alta virulencia y patogenicidad, sin embargo no todos los contactos de este tipo resultan en infecciones y esto es debido en parte a la interacción de las células y moléculas del sistema inmunológico, en este contexto el MHC (complejo mayor de histocompatibilidad) juega un papel muy importante en la presentación del antígeno a las células y/o moléculas efectoras o moduladoras del sistema inmunológico y las diferentes vías de respuesta que presenta siendo las más complejas en los mamíferos (Cabello, 2007). Actualmente sabemos que hay dos tipos de moléculas MHC, las clase I que estan involucradas en la presentación de antígenos endógenos y moléculas MHC clase II involucradas en la presentación de antígenos exógenos, esta diferencia en la presentación de los productos de proteólisis de los antígenos dictamina el mecanismo de respuesta del sistema Inmunólogico y las células efectoras involucradas, en el humano las moléculas clase I interactúan con células tipo CD 8 y las moléculas MHC clase II con linfocitos CD 4, lo que a su vez tiende a generar respuesta tipo celular o humoral, respectivamente (Cabello, 2007). Se ha propuesto que los atributos poligénicos y polimórficos del Complejo Mayor de Histocompatibilidad (MCH) sean centrales en el mantenimiento de la salud inmunológica y vigor de las especies. Los genes del MHC codifican a un set de proteínas transmembranales, críticas para la generación de respuestas inmunes (Paul, 1999; Klein y Sato, 2000a,b). La variedad de las proteínas 15 codificadas del MHC en un individuo, determina finalmente el repertorio de péptidos foráneos a los cuales un animal es capaz de responder y, a nivel poblacional, refleja una influencia hstórica de presiones patogénicas y biología de la reproducción (Zinkernagel, 1979; Reizis, et al, 1998). Por ello, un análisis del MHC provee un mecanismo para relacionar diversidad genética funcionalmente importante, a nivel poblacional con estresores medioambientales (Cohen, 2002). El concepto de asociaciones entre diversidad genética funcionalmente relevante y procesos ecosistémicos es cada vez mas aceptado (Meyer y Thomson 2001; Cohen 2002). La diversidad funcional es particularmente importante en genes del sistema inmune, tales como los del MHC, que codifican una serie de proteínas transmembranales, críticas para la generación de la respuesta inmune (Paul 1999; Klein y Sato 2000a, b). La variedad de las proteínas codificadas o que puede reconocer el MHC en un individuo, al final determina el repertorio de péptidos foráneos o exógenos a los cuales el animal es capaz de responder y, a nivel poblacional, refleja la influencia histórica de presiones patogénicas y biología de la reproducción (Zinkernagel, 1979; Reizis et al. 1998). Por esta razón, el análisis del MHC provee un mecanismo para relacional diversidad genética funcionalmente importante a nivel poblacional, con estrés medioambiental (Cohen 2002). En el presente articulo estudiamos precisamente la variación en la configuración genética del complejo mayor de histocompatibilidad (MHC) en dos poblaciones geográficamente alejadas de lobos marinos de California (Zalophus californianus), una en el Golfo de California, y la otra en la costa del Pacífico frente al estado de California en los EEUUAA. 16 17 18 19 20 21 22 3. CONCLUSIÓN. El efecto del cambio climático global, sumado al impacto causado por las actividades humanas, está generando presiones significativas rumbo a la extinción masiva de muchas especies y ocasionando cambios alarmantes en los patrones y tasas de transmisión y propagación de enfermedades, la acumulación de toxinas contaminantes en el ambiente y la invasión de especies patógenas a nuevos ecosistemas (Aguirre et al., 2002; House et al., 2002). Los patógenos y las enfermedades infecciosas generan problemas tanto para la protección de especies en riesgo, como para el mantenimiento de la biodiversidad, por ello, el estudio de los efectos en los ecosistemas causados por enfermedades es un elemento relevante para la toma de decisiones de manejo de recursos naturales, bajo la premisa de que “la salud de los ecosistemas se refleja en la salud de los organismos que loshabitan” (Tabor et al., 2001). El resultado de un monitoreo continuo podrá integrarse a la información ya existente con el fin de generar planes a largo plazo sobre calidad medio- ambiental, usando a estos mamíferos marinos como indicadores altamente visibles del estado del ecosistema. Información de cambios ambientales de largo plazo en una locación y de patrones de alimentación de un depredador de alto nivel como el lobo marino, es especialmente valiosa en la determinación de eventos climáticos oceánicos mundiales relacionados con el Efecto Invernadero global (Bossart y Dierauf, 1990). En el Área de Protección de Flora y Fauna Silvestre Islas del Golfo de California, a cargo de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) se identificó desde hace poco más de 10 años, a la subespecie Zalophus californianus californianus (lobo marino de California) como indicadora del grado de conservación y de salud de las costas insulares. En realidad es un mejor indicador de la condición del ecosistema marino del Golfo de California. Su monitoreo se basa en el registro del número de animales de las loberas (o colonias) de producción, durante los meses de junio y julio (temporada reproductiva), pero con énfasis en la producción de crías. El número de crías es 23 un criterio ampliamente aceptado por la comunidad científica como un indicador directo de la estructura de la población. Mediante el censo de crías también es posible estimar el número de machos y hembras adultos en cada lobera. El conjunto de la información de cada lobera permite conocer el tamaño y tendencia de la población de lobos marinos en el Golfo de California. Cabe mencionar que factores ambientales como la Oscilación Sureña El Niño, para el Pacífico Oriental, así como cambios climáticos mayores y escalas decadales, mantienen una relación con la estabilidad de la población del lobo marino en el Golfo, la cual se refleja en la producción de crías. Por ello, es necesario contar con datos de años normales y años de El Niño para conocer mejor los límites superior e inferior de la fluctuación poblacional en el tiempo, y detectar así los cambios anómalos que pudieran presentarse. Por su parte, uno de los factores que afectan la dinámica poblacional de los lobos marinos es su condición de salud. Esta puede a su vez ser influenciada directamente por una presión excesiva sobre la población, por perturbación humana en las áreas y temporadas de reproducción, por aumento en la competencia por recursos pesqueros, con un aumento en la interacción consecuente, o por contaminación. Y el monitoreo de la condición de salud de estas especies centinela, como el lobo marino de California, a las que encontramos cada año en sus colonias de reproducción, e incluso podemos capturarlas, medirlas, pesarlas y tomar muestras biológicas para análisis en laboratorios, es fundamental para poder tener información de primera mano sobre la condición de riesgo en el que se encuentra en primera instancia la especie, listada por el gobierno mexicano en categoría de “protección especial” en su lista de especies en riesgo NOM-ECOL- 059-2000, pero también, como especie centinela, cual es la condición de “salud” en la que se encuentra el ecosistema marino, por cambios en su dinámica poblacional. En ultima instancia, si esos cambios son causados por enfermedades infecciosas emergentes, esta información obtenida de el monitoreo de los lobos marinos de California, puede ser de gran utilidad para contener problemas de salud pública, dado que algunas de las enfermedades 24 presentes en estos animales se transmiten también al ser humano, con consecuencias fatales en ocasiones. Algunas de las zoonosis, o enfermedades que transmiten al hombre los animales, como la Leptospirosis, enfermedad causada por una bacteria de tipo espiroqueta, intracelular, Leptospira interrogans, y que causa síntomas de fiebres intermitentes, dolores en articulaciones y problemas en el tracto urinario, durante el embarazo puede causar abortos o falla reproductiva en mujeres, son también enfermedades de importancia alta en los sistemas de salud de todo el mundo, están presentes en los lobos marinos de California, tanto en la costa de California, como en el Golfo de California. Por ello, otros factores, como la resistencia a enfermedades y la condición del sistema inmune de las colonias de lobos marinos de California, son importantes para poder conocer la condición de salud de estos mamíferos marinos. Para entender el impacto evolutivo de las enfermedades, las investigaciones se han centrado en el Complejo Mayor de Histocompatibilidad (MHC). En condiciones naturales, poblaciones e individuos son desafiados constantemente por patógenos, que actúan como una de las fuerzas de selección más importantes que influyen en salud. Por ello no es sorprendente que los vertebrados hayan evolucionado un numero importante de respuestas inmunes innatas y adaptativas para superar dichas enfermedades. Para un patógeno, la presión de selección que surge de el sistema inmune de hospedero son una influencia mayor en la evolución del mecanismo de infectividad y de evasión de la respuesta inmune (Acevedo-Whitehouse y Cunningham 2006). Sorprendentemente, hay muy pocos esfuerzos publicados que incorporen el conocimiento actual de estudios en modelos de vertebrados, que traten de explicar la variación inmunogenética en poblaciones naturales. Y la mayoría de los esfuerzos se centran en el estudio del MHC, con muy pocas excepciones, en estudiar la variabilidad en un sitio en particular de este gran complejo genético, aquél de la región en la que se liga con los péptidos (PBR, peptide binding region), de las moléculas de reconocimiento transmembranal clase II (c-II PBR). Desde un punto de vista de la biología de la evolución, el c- II PBR es indudablemente importante porque muestra la marca mas grande de los efectos de balancear la selección, o de la presión de selección y, como tal, 25 es un excelente marcador para explicar el mecanismo por el cual la variabilidad del MHC controlada por patógenos se mantiene (Acevedo y Cunningham, 2006). El monitoreo de la condición de salud del lobo marino de California, como especie centinela de la Región de las Grandes Islas y norte del Golfo de California, con series de tiempo de más de 10 años, deberá continuarse en el tiempo para poder comparar con otras actividades productivas como la pesca, o con factores climáticos o ambientales conocidos en el ecosistema, y tomar decisiones de manejo, en uno de los ecosistemas más ricos del planeta, y sin embargo sometido a grandes presiones ambientales, producto de la actividad humana en la región. El monitoreo se debe centrar en conocer la dinámica poblacional de esta especie, en cada una de las loberas de reproducción, y procurando obtener información también en invierno, fuera de la temporada de reproducción, conocer la condición de saludo de cada una de las loberas, incluyendo la fortaleza y variabilidad del sistema inmune, principalmente a través del MHC, pero incluyendo también otros indicadores de la variabilidad de la respuesta inmune, como proponen Acevedo-Whitehouse y Cunningham (2006). Es importante continuar también con el trabajo de alimentación de los animales, el conocimiento de la dependencia que ellos tienen sobre las presas, y la influencia de la actividad pesquera, tal como la pesca de la sardina en el Golfo de California, sobre la población de lobos marinos, la pesca incidental, y otras causas de muerte de esta especie. 26 4. LITERATURA CITADA Acevedo-Whitehouse K, and Cunningham A.A. 2006. Is MHC enough for understanding wildlife immunogenetics? 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