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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE MÉDICINA INSTITUTO NACIONAL DE CIENCIAS MÉDICAS Y NUTRICIÓN “SALVADOR ZUBIRÁN” Nefropatía no diabética en pacientes con diabetes mellitus. T E S I S QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE: ESPECIALISTA EN MEDICINA INTERNA P R E S E N T A : MANUEL ALEJANDRO MARQUEZ MARTINEZ DIRECTOR DE TESIS: DR. ALFONSO GULIAS HERRERO NOVIEMBRE 2013 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. ii CONTENIDO AGRADECIMIENTOS III RESUMEN V INTRODUCCIÓN 1 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA 19 JUSTIFICACIÓN 20 PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN 21 OBJETIVOS 22 OBJETIVO GENERAL 22 OBJETIVOS ESPECÍFICOS 22 MATERIAL Y MÉTODOS 23 TIPO DE ESTUDIO 23 POBLACIÓN EN ESTUDIO Y TAMAÑO DE LA MUESTRA 23 CRITERIOS DE INCLUSIÓN, EXCLUSIÓN Y ELIMINACIÓN 23 PERFIL DE LOS PACIENTES 23 DATOS DEMOGRÁFICOS, CARACTERISTICAS CLÍNICAS Y BIOQUIMICAS 24 VARIABLES Y ESCALAS DE MEDICIÓN 24 RECOLECCIÓN DE DATOS Y ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS 25 RESULTADOS 27 DISCUSIÓN 32 CONCLUSIONES 36 REFERENCIAS 35 ANEXOS 49 iii LISTA DE TABLAS Tabla 1 Caracteristicas demográficas. ............................................................................................. 28 Tabla 2 Características clínicas y comorbilidades ................................................................................... 29 Tabla 3 Otros hallazgos clínicos .............................................................................................................. 30 LISTA DE GRÁFICAS Gráfica 1 Edad de los pacientes al momento de la biopsia................................................................... 28 Gráfica 2 Años de evolución de diabetes mellitus al momento de la biopsia renal ..................................... 31 iv AGRADECIMIENTOS A mi madre. v RESUMEN La nefropatía diabética es una de las principales complicaciones microvasculares de la diabetes mellitus, alrededor de 20 al 40 % de los pacientes con este diagnóstico eventualmente desarrollaran enfermedad renal crónico terminal. El desarrollo de proteinuria, hematuria y/o deterioro en la función renal en los pacientes con diabetes mellitus es ocasionalmente debido a una enfermedad glomerular diferente a la nefropatía diabética (estimada hasta en un 30 %), pero debido a que la enfermedad renal en los pacientes con diabetes mellitus usualmente se adjudica a esta, sin mayor estudio, la coincidencia de enfermedad renal no diabética puede estar infra estimada. Debido a los factores genéticos, socioeconómicos como la dieta, entre otros, se ha observado que nuestra población es susceptible a desarrollar nefropatía diabética, sin embargo no existen estudios descriptivos que nos aporten información acerca de los diagnósticos de nefropatía no diabética en nuestra población así como los factores de riesgo. La descripción de las características clínicas y de laboratorio en estos pacientes ayudaría a definir qué población podría beneficiarse con la biopsia renal y evitar las co-morbilidades asociadas al procedimiento. Por lo tanto, el objetivo de este estudio fue describir las características clínicas y de laboratorio de los pacientes con diabetes mellitus que se le realizaron biopsia renal en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y de la Nutrición “Salvador Zubirán”. Para lograr este objetivo se realizó un estudio, de tipo retrospectivo, descriptivo, longitudinal en archivo clínico de los pacientes con diabetes mellitus a los cuales se les realizó una biopsia renal en el periodo de enero del año 2000 hasta diciembre del año 2012, en el Hospital de Ciencias Médicas y Nutrición ¨Salvador Zubirán¨. Se obtuvieron los siguientes resultados: Entre enero del año 2000 hasta diciembre del año 2011, se realizaron un número de 1735 biopsias renales en nuestro Instituto, un numero de 74 resultados con base al sistema de clasificación CIE-10 con diagnóstico de diabetes, de las cuales 36 correspondían a pacientes con diagnostico de diabetes mellitus tipo 2, 2 casos tenían diagnóstico de diabetes mellitus tipo 1. En total se incluyeron 38 pacientes para el análisis: de estos, 24 pacientes (63.16 %) pertenecieron al grupo 1 (nefropatía diabética), 7 pacientes (18.42 %) con diagnóstico patológico de enfermedad renal no diabética, y 7 pacientes (18.42 %) enfermedad renal diabética y no diabética. vi INTRODUCCIÓN 1.1 INTRODUCCIÓN Y EPIDEMIOLOGÍA La nefropatía diabética es una complicación microvascular que involucra a los riñones (Svensson, 2013). Es más común en pacientes con diabetes mellitus tipo 1, aunque existen más casos en pacientes con diabetes mellitus tipo 2 (Cowie, 1989). Alrededor de 20 al 40 % de los pacientes con el diagnóstico de diabetes mellitus tipo 2 eventualmente desarrollaran enfermedad renal (Kikkawa, 2003). Es la causa de más del 40 % de casos nuevos de enfermedad renal crónica terminal de forma anual, y es considerada una de las causas líderes de enfermedad renal crónica en los Estados Unidos de Norteamérica, así como en Europa y en Japón (Kikkawa, 2003). La incidencia cumulativa de la enfermedad renal terminal en pacientes con diabetes mellitus es de 2.2 % a los 20 años, y de 7.8 % a los 30 años (Finne, 2005). En México existe poca información de la prevalencia y las características clínicas de la nefropatía diabética. En un estudio publicad|o en 1996, 13,532, se encontró una incidencia de diabetes mellitus de 13.3 % (304 personas), encontrando microalbuminuria en 84.4% de los hombres y 63.8 % de las mujeres, así como una disminución en la función renal en 26 % de los hombres y 50 % de las mujeres (González Villalpando, 1996). 1.2 CLASIFICACIÓN: La clasificación patológica de la nefropatía diabética se divide en cuatro lesiones glomerulares principales, con una evaluación separada de los grados de involucro intersticial y vascular (Tervaert, 2010). Clase I: engrosamiento de la membrana basal glomerular. vii Esta es una lesión que se encuentra característicamente en etapas tempranas de la enfermedad (White, 2000) (Mauer, 1984), y aumenta con la duración de la enfermedad (Perrin, 2006). El engrosamiento de la membrana basal glomerular es una consecuencia de la acumulación de matriz extracelular, con un aumento de depósitos de componentes normales como colágeno tipo IV y Vi, laminan y fibronectina (Kim, 1991), y dicha acumulación resulta de un aumento de la producción de estas proteínas, su disminución en la degradación, o una combinación de ambas. Cabe destacar que esta lesión puede estar presente en pacientes con diabetes mellitus tipo 1 con valores normales de albuminuria (Perrin, 2006) (Drummond, 2002). Clase II: expansión mesangial,leve (IIa) o severa (IIb). La clase 2 abarca aquellos pacientes con expansión mesangial leve o severa que no cumplen con los criterios de inclusión para la clase III o IV. La expansión mesangial se define como un incremento en el material extracelular en el mesangio; la diferencia entre leve o severa se basa en si el área de mesangio expandido es más pequeño o más grande que el área media que la luz capilar. si se observa expansión mesangial severa en más de 25 % de los mesangios totales observados a través de la biopsia, esta se clasifica como IIb. Clase III: esclerosis nodular (lesiones de Kimmelstiel-Wilson). Si por lo menos se observa una lesión de Kimmelstiel-Wilson en la biopsia, y en esta no se observa más de 50 % de glomérulos con esclerosis global, esta se clasifica como clase III. La lesión de Kimmelstiel-Wilson usualmente se encuentra en combinación con una expansión mesangial. Se considera que estas lesiones son una transición de una forma temprana o moderada de estadio renal, a una enfermedad renal progresivamente más avanzada. Clase IV: glomeruloesclerosis diabética avanzada: viii La clase IV implica una nefropatía diabética avanzada, en la cual se observa en la biopsia más del 50 % de glomeruloesclerosis global en la cual existe evidencia clínica o patológica de que la esclerosis es atribuible a nefropatía diabética. Es el punto final de mecanismos multifactoriales que llevan a la acumulación excesiva de proteínas de matriz extracelular como colágeno tipo I, III y IV, fibronectina en el espacio mesangial, en el cual a través de las etapas de expansión mesangial y desarrollo de lesiones de Kimmelstiel-Wilson finalmente resultan en glomeruloesclerosis (Qian, 2008). 1.3 FISIOPATOLOGÍA / PATOGENESIS: La base fisiopatológica exacta para la progresión de esta enfermedad no se conoce con exactitud. Existen múltiples mecanismo que contribuyen a este, como son cambios hemodinámicos de forma temprana de hiperperfusión glomerular y de hiperfiltración que conllevan a una pérdida de albúmina a partir de los capilares glomerulares, así como cambios estructurales como un engrosamiento de la membrana basal glomerular, hipertrofia glomerular, glomeruloesclerosis, expansión de células mesangiales, lesión y perdida de podocitos. (Bakris, 2011 ). a) Hiperfiltración glomerular: El papel de la hipertensión glomerular y la hiperfiltración en la nefropatía diabética esta reforzada por los aparentes beneficios en el bloqueo del sistema de reinan angiotensina. Antagonizando los efectos profibróticos de la angiotensina II pudiera ser también un factor significante en el beneficio observado con estos agentes (Hilgers, 2005). El soporte para tales eventos profibróticos involucrados en la nefropatía diabética se demostraron en hallazgos en modelos animales de nefropatía diabética (Nagai, 2005), en el cual al haber un bloqueo sistémico del sistema reinan angiotensina (por 7 semanas) en ratas pre diabéticas reducía la aparición de proteinuria y mejoraba la estructura glomerular. b) Hiperglicemia y productos finales de la glicosilación: ix La hiperglucemia puede directamente inducir expansión y lesión mesangial, probablemente en parte al incrementar la producción de matriz o la glicosilación de proteínas de la matriz. Estudios realizados in vitro han demostrado que la hiperglicemia estimula la producción de células mesangiales de la matriz (Heiling, 1995), y apoteosis de células mesangiales (Mishra, 2005) (Vasylyeva, 2005). La expansión de células del mesangio parece estar mediada en parte por un incremento en la concentración de glucosa en la células mesangiales, debido a que cambios similares en la función del mesangio pueden ser inducidos en un medio de glucosa normal al tener sobre expresión de transportadores de glucosa, y por lo tanto aumentando la entrada de glucosa en las células (Heiling, 1995). Las glicosilación de proteínas tisulares pueden también contribuir al desarrollo de nefropatía diabética y otras complicaciones microvasculares. En estados de hiperglicemia crónica, algunos de los excesos de glucosa se combinan con aminoácidos libres circulantes o proteínas tisulares, estos procesos no enzimáticos inician de forma temprana productos de glicosilación reversibles, que posteriormente crean productos finales de glicosilación avanzados irreversibles. Los productos finales de glicosilación avanzados circulantes están incrementados en diabéticos, particularmente en aquellos con insuficiencia renal, debido a que estos productos son normalmente excretados por la orina (Makita, 1991). El efecto neto es la acumulación de estos productos finales de glicosilación avanzados, en parte por los entrecruzamientos con el colágeno, la cual puede contribuir a la falla renal asociada y las complicaciones microvasculares (Singh, 1998). Otros mecanismos propuestos para lo cual la hiperglicemia pudiera promover el desarrollo de nefropatía diabética incluyen la activación de la proteína kinasa C (Cooper, 1998), y la regulación a la alza de la expresión de heparanasa, y como una disminución de helaran sulfato en la células puede contribuir al incremento de la permeabilidad de la membrana basal glomerular a la albúmina (Maxhimer, 2005) (van den Hoven, 2006). c) Prorenina: x Estudios clínicos iniciales en niños y adolescentes sugirieron que el incremento en plasma de la actividad de prorenina era un factor de riesgo para el desarrollo de nefropatía diabética (Wilson, 1990) (Daneman, 1994). La prorenina se une a un receptor especifico titular que promueve la activación de las proteínas de kinasas MAPK ( mitogen-activated protein kinases) p44/p42A (Nguyen, 2006). Un posible rol patogénico para la prorenina en el desarrollo de nefropatía diabética fue sugerido por un modelo experimental en el cual el bloqueo prolongado del receptor de prorenina abolía la activación de MAPK y prevenía el desarrollo de nefropatía a pesar de un incremento no alterado en la actividad de la angiotensina II (Ichihara, 2006). d) Citoquinas: La activación de citoquinas, elementos profibróticos, inflamación y factores de crecimiento vascular, pueden estar involucrados en la acumulación de matriz en la nefropatía diabética (Wolf, 1999) (Hohenstein, 2006) (Navarro-González, 2008). La hiperglicemia estimula el incremento en la expresión de factor de crecimiento vascular endotelial (vascular endothelial growth factor, VEGF), un mediador de lesión endotelial en personas diabéticas (Hohenstein, 2006). Un potencial rol patogénico para el VEGF en el desarrollo de la nefropatía diabética es soportado por la observación de que el bloqueo del VEGF mejora la albuminuria en modelos experimentales de nefropatía diabética (de Vriese, 2001) (Sung, 2006). Una disminución de la proteína C inducida por la hiperglicemia contribuye a una lesión estructural en la nefropatía diabética y empeora la proteinuria en modelos de ratones con diabetes (Isermann, 2007), aunque el rol de la proteína C activada en humanos con nefropatía diabética aún no se conoce. La hiperglicemia también aumenta la expresión de factor de crecimiento transformante beta (TGF-beta) en el glomérulo y esta citoquina específicamente estimula proteínas de la matriz (Wolf, 1999) (Sharma, 1995). Además, la diabetes está asociada con una disminución en la expresión de BMP-7 (renal bone xi morphogenic protein-7), el cual parece contrarrestar las acciones pro fibrogénicas del TGF-beta (Wang, 2006). e) Expresión de nefrina: La expresión renal de nefrina puede estar alterada en la nefropatía diabética. Mutaciones congénitas en la nefrina, una proteína de transmembrana expresada por los podocitos, resulta en un síndrome nefrítico congénito severo de el tipo Finlandés (congenital nephrotic syndrome of the Finnish tupe.). Cuando se compara con pacientes no diabéticoscon cambios mínimos de nefropatía y controles, los pacientes con nefropatía diabética tienen una disminución marcada de la expresión de nefrina (Benigni, 2004) (Doublier, 2003). f) Alteración en la señalización de insulina especifica de podocitos: Defectos en la señalización de insulina específica de los podocitos puede contribuir al desarrollo de la nefropatía diabética. Modelos en ratones han sido generados en el cual el gen que codifica el receptor de insulina es borrado de forma específica de los podocitos (Welsh, 2010). En ausencia de hiperglicemia, los ratones afectados desarrollan albuminuria, borramiento de los podocitos, apoptosis, engrosamiento de la membrana basal glomerular, acumulación de matriz mesangial y glomeruloesclerosis (Fornoni, 2010) (Gurley, 2010). 1.4 CARACTERISTICAS CLINICAS Progresión de la enfermedad con poca o no albuminuria: Por razones que no se conocen del todo, el grado de albuminuria no está necesariamente ligado a la progresión de la enfermedad en pacientes con nefropatía diabética, ya sea que esté asociada a diabetes mellitus tipo 1 o tipo 2 (Perkins, 2010) (Caramori, 2003). Perkins (Perkins, 2010) (Perkins, Microalbuminuria and the risk for early progressive renal function decline in type 1 diabetes., 2007) demostró en un estudio de 79 pacientes con diabetes mellitus tipo 1 que tuvieron un seguimiento promedio de 12 años, posterior a la aparición de microalbuminuria; 23 pacientes tuvieron progresión a una enfermedad avanzada xii (definida como una tasa de filtrado glomerular menos de 60 mL/minuto); de estos 23 pacientes, 11 tenían microalbuminuria de forma estable o regresión a niveles normales de albuminuria. Los otros 12 pacientes desarrollaron proteinuria que usualmente se acompaño, pero no presidió la disminución de la tasa de filtrado glomerular. La tasa de pérdida del filtrado glomerular fue menor en los pacientes que tuvieron regresión a niveles normales de albuminuria, comparado con pacientes con microalbuminuria estable o progresión a macroalbuminuria; los pacientes que progresaron a macroalbuminuria tuvieron las mayores reducciones en perdida de filtrado glomerular y todos los seis pacientes que desarrollaron enfermedad renal crónica terminal habían progresado a la macroalbuminuria. Los factores o el factor responsable de la disminución progresiva de la tasa de filtrado glomerular en pacientes no proteinuricos con nefropatía diabética no se conoce. Una posibilidad es que exista una enfermedad vascular intrarrenal (MacIsaac, 2006), sin embargo en el estudio realizado por MacIsaac, los pacientes con diagnóstico de diabetes mellitus tipo 2 y una tasa de filtrado glomerular menor de 60 mL/minuto, las resistencias vasculares demostradas por ultrasonido dúplex estuvieron elevadas en un mismo grado en pacientes con o sin proteinuria; además, la progresión en no proteinuricos ocurrió en diabetes tipo 1, una población que es generalmente mucho más joven que aquellos pacientes con diabetes mellitus tipo 2 y menos probable que tengan una enfermedad vascular intrarrenal. Hematuria: El sedimento urinario en los pacientes con nefropatía diabética es usualmente blando, pero hematuria microscópica puede ocurrir como en cualquier forma de enfermedad glomerular, incluyendo enfermedades como nefropatía membranosa que no está asociada con glomerulonefritis. Esto es un tema importante en la nefropatía diabética debido a que la enfermedad renal no diabética, ya sea aislada o con nefropatía diabética, no es infrecuente en pacientes con diabetes. xiii La prevalencia de hematuria en pacientes con nefropatía diabética y ya sea que esta se deba a la misma nefropatía diabética o a una enfermedad renal concurrente ha sido ya evaluada (Matsumura, 1994) (O'Neill, 1983) (Faria, 1988). En un estudio de Matsumura, realizado en Japón, en 154 pacientes con diabetes mellitus, la presencia de hematuria fue observada en 26 pacientes (17 %), 10 de los cuales tuvieron un diagnóstico de nefropatía por IgA y uno con diagnóstico de nefropatía membranosa. Los 15 pacientes restantes con hematuria, comparados con los 128 pacientes sin hematuria, tenían una nefropatía diabética más severa en el resultado de la biopsia renal, manifestada como lesión glomerular difusa avanzada y lesiones intersticiales, así como niveles mayores en la cifra de creatinina. 1.5 FACTORES DE RIESGO Estudios en pacientes que tienen o no tienen clínica evidente de nefropatía diabética se han identificado numerosos factores que se han asociado con un riesgo mayor de involucro renal (Mogensen, 1990). a) Susceptibilidad genética: La susceptibilidad genética puede desarrollar un importante determinante en ambas la incidencia y la severidad de la nefropatía diabética (Krolewski, 1999) (Adler, 2004). La probabilidad de desarrollar nefropatía diabética aumenta marcadamente en paciente con un hermano con diabetes mellitus o un padre que tiene nefropatía diabética, estas observaciones se ha hecho tanto para pacientes con diabetes mellitus tipo 1 como diabetes mellitus tipo 2 (Satko, 2002) (Trevisan, 1995). Por ejemplo, en un artículo publicado por Pettitt, evaluaron familias de los indios Pima en los cuales dos generaciones sucesivas tenían diabetes mellitus tipo 2. La probabilidad de los hijos de tener proteinuria era de 14 % si ninguno de los padres tenía proteinuria, 23 % si uno de los padres tenía proteinuria, y de 46 % si ambos padres tenía proteinuria (Pettitt, 1990). El aumento en el riesgo familiar no puede ser explicado por la duración de la diabetes mellitus, hipertensión o el grado de control glicémico, sin embargo una xiv predisposición al manejo anormal de sodio e hipertensión pueden ser importantes (Trevisan, 1995). Múltiples estudios han examinado el papel del genotipo en el gen de la enzima convertidora de angiotensina como un factor de riesgo potencial, con resultados variables (Jeffers, 1997) (Kuramoto, 1999) (Kunz, 1998) (Hadjadj, 2007). Otro factor genético implicado es el gen del receptor de angiotensina-II tipo 2, localizado en el cromosoma X, en el cual los hombres con diabetes mellitus tipo I con el haplotipo AA tienen menores tasas de filtrado glomerular que aquellos con el haplotipo GT (Pettersson-Fernholm, 2006). Otro factor de riesgo aumentado puede estar dado por heredar un alelo del gen de la reductasa de la aldosa, la enzima limitante de la vía del poliol (Shah, 1998). b) Edad: El impacto de la edad al inicio de la diabetes mellitus en el riesgo de desarrollar nefropatía diabética y enfermedad renal crónica terminal es poco evidente. Por ejemplo, entre pacientes con diabetes mellitus tipo 2, el aumento de la edad, asi como la duración de la diabetes mellitus, se ha asociado con un incremento en el riesgo de desarrollar albuminuria en Australia (Tapp, 2004) (13). En contraste, en un estudio realizado por Pavkov en una población de 1856 indios Pima con diabetes mellitus tipo 2, los pacientes que desarrollaron diabetes mellitus antes de la edad de 20 años tenían un mayor riesgo de progresa a enfermedad renal crónico terminal (25 contra 5 porciento por cada 1000 pacientes de año por riesgo) (Pavkov, 2006). Para los pacientes con diabetes mellitus tipo 1, el riesgo de desarrollar enfermedad renal crónico terminal es bajo para los pacientes diagnosticados antes de la edad de 5 años; a edades mayores, la relación de edad hacia la progresión de enfermedad renal crónico terminal es incierto (Svensson, Age at onset of childhood-onset type 1 diabetes and the development of end-stage renal disease: a nationwide population-based study., 2006) (Finne, Incidence of end-stage renal disease in patients with type 1 diabetes., 2005). xv c) Presión arterial: Diversos estudios perspectivos han notado una asociación entre el desarrollo subsecuente de nefropatíadiabética y tener presiones arteriales altas. Aunque estos resultados pueden variar entre estudios, por ejemplo en una serie de 3500 pacientes con reciente diagnostico de diabetes mellitus tipo 2, 39 % de los pacientes ya contaban con diagnóstico de hipertensión; en aproximadamente la mitad de estos pacientes, la elevación de las cifras de presión arterial ocurrió antes del desarrollo de albuminuria de forma moderada (Hypertension in Diabetes Study, 1993). d) Tasa de filtrado glomerular: Aproximadamente una mitad de los pacientes con diabetes mellitus tipo 2 que tienen menos de 5 años de duración tienen una tasa de filtrado glomerular por un valor encima de 25 a 50 por ciento de lo normal. Estos pacientes con hiperfiltración glomerular parecen tener un riesgo incrementado para desarrollar nefropatía diabética (Mogensen, Prediction of clinical diabetic nephropathy in IDDM patients. Alternatives to microalbuminuria?, 1990) (Rudberg, 1992). Esto es particularmente cierto para el desarrollo posterior de nefropatía si la tasa de filtrado glomerular es mayor a 150 mL/minuto; en comparación, un menor grado de hiperfiltración podría tener un curso más lento, con un menor riesgo de microalbuminuria. En un estudio prospectivo por Rudberg (Rudberg, 1992), los pacientes con diabetes mellitus tipo 1 y una tasa de filtrado glomerular por arriba de 125 mL/min tenían un riesgo de desarrollar microalbuminuria a 8 años de aproximadamente 50 % contra solo 5 % de los pacientes con menores tasas de filtrado glomerular que fue similar a los vistos en pacientes no diabéticos. La hiperfiltración glomerular en diabéticos tipo 1 es típicamente asociada con hipertrofia glomerular y un incremento del tamaño renal (Tuttle K. , 1991). Esta asociación entre estos cambios hemodinámicos y cambios estructurales y el xvi desarrollo de nefropatía diabética pueden estar relacionados tanto a un incremento en la hipertensión intraglomerular (el cual deriva de la hiperfiltración) y una hipertrofia glomerular (el cual también aumenta el estrés de la pared). La terapia farmacéutica armada a revertir estos cambios (con el control agresivo de la glucosa plasmática en el curso temprano de la enfermedad, restricción de proteínas y fármacos antihipertensivos) pudiera disminuir la tasa de progresión de la enfermedad renal (Tuttle K. , 1991). Los hallazgos en los pacientes con diabetes mellitus tipo 2 son diferentes. Hasta 45 porciento de los pacientes afectados inicialmente tienen una tasa de filtrado glomerular que es más de dos desviaciones estándar por encima de los controles no diabéticos de la misma edad (Vora, 1992) (Nowack, 1992). Sin embargo, el grado de hiperfiltración (que es en promedio 117 a 133 mL/minuto) es menor que en aquellos pacientes con diabetes tipo 1. Los pacientes con diabetes tipo 2 también son mayores y muy probablemente tienen enfermedad vascular ateroesclerótica, la cual pudiera limitar el incremento de tanto la tasa de filtrado glomerular y el tamaño glomerular (Gambara, 1993). La importancia potencial de la hipertensión intraglomerular en la patogénesis de la nefropatía diabética pudiera explicar el porqué la hipertensión sistémica es un factor de riesgo importante para el desarrollo de nefropatía diabética (Earle, 1994). Estudios en animales experimentales sugieren que el estado del diabético está asociado con una alteración en la autorregulación. Como resultado, un aumento en la presión sistémica no produce la vasoconstricción aferente arteriolar esperada que debería minimizar la transmisión de la presión intraglomerular elevada (Hayashi K. , 1992). e) Control glicémico: La nefropatía diabética es más probable en desarrollarse en pacientes en los cuales el control glicémico es peor (mayor nivel de hemoglobina glucosilada [HbA1c]). El grupo de estudio de diabetes control y complicaciones (The Diabetes Control and Complications (DCCT) Research Group) analizo 1365 pacientes con xvii niveles normales de excreción de albúmina al inicio del estudio, al seguimiento hasta nueve años (media de 6.5 años) es grupo de tratamiento con terapia intensiva llevó a una disminución de forma significativa en la aparición de microalbuminuria (16.4 % contra 23.9 %, riesgo de reducción ajustado de 39 %). Hubo además una disminución significativa en el desarrollo de macroalbuminuria de reciente inicio en toda la población estudiada (3.2 contra 7.2 %, riesgo de reducción ajustado en 51 %) (The Diabetes Control and Complications (DCCT) Research Group., 1995). La terapia intensiva con insulina pudiera actuar en parte al revertir la hiperfiltración glomerular de forma temprana y la hipertrofia, las cuales parecen ser un importante factor de riesgo para la lesión glomerular (Tuttle, 1991) (Tuttle, 1992). f) Raza: La incidencia y severidad de la nefropatía diabética se incrementa en la raza negra (3 a 6 veces comparado con caucásicos), México-Americanos, e indios Pima con diabetes mellitus tipo 2 (Brancati, 1992) (Smith, 1991) (Nelson, 1993). Esta observación en tan dispersa población genética sugiere un rol primario de factores socioeconómicos, como la dieta, el pobre control glicémico, hipertensión y la obesidad (Kohler, 2000). Sin embargo, la importancia de la influencia genética en la propensión racial hacia la nefropatía diabética no puede excluirse del todo. Incluso cuando se hacen ajustes para el incremento de la incidencia de hipertensión y estatus socioeconómico bajo en negros, aun parece existir tanto como 4.8 veces más un incremento para enfermedad renal terminal debido a nefropatía diabética (Brancati, 1992), esto parece ocurrir solo en pacientes con diabetes mellitus tipo 2, sin un incremento en el riesgo en pacientes con diabetes mellitus tipo 1. Los indios Pima, por el otro lado, tienen un mayor número de glomérulos a diferencia de los caucásicos, un descubrimiento que puede representar un rasgo genético especifico (Schmidt, 1992). Este incremento en el tamaño glomerular, por xviii los mecanismos ya descritos previamente, pudiera llevar a una susceptibilidad aumentada hacia la lesión glomerular inducida por la diabetes mellitus. Una manifestación de este riesgo incrementado es la observación que los indios Pima diabéticos con una duración conocida de la enfermedad de menos de 3 años ya muestran una evidencia de disfunción glomerular (aumento en la excreción de albumina) (Nelson, 1993) (Myers, 1991). Estos pacientes también tienen una mayor tasa de filtrado glomerular (140 mL/minuto contra 122 mL/minuto) (Myers, 1991) (Nelson, 1993). g) Obesidad: Un mayor índice de masa corporal ha sido asociado con un incremento en el riesgo de enfermedad crónico terminal entre los pacientes con diabetes mellitus (Tapp, 2004) (Hayashi, 1992) (Gelber, 2005) (Ejerblad, 2006) (Boer, 2007). Además, la dieta y la pérdida de peso pudieran reducir el nivel de proteinuria y mejorar la función renal en pacientes con diabetes (Morales, 2003) (Saiki, 2005). Sin embargo, la contribución de la obesidad (o pérdida de peso) a el riesgo de nefropatía (independiente de la diabetes y del control glicémico) no ha sido convincentemente demostrado en estos estudios. h) Tabaquismo: El fumar está asociado con una variedad de efectos adversos en pacientes con diabetes mellitus. Esto incluye una evidencia en el aumento en la albuminuria y el riesgo de enfermedad renal terminal y una disminución en la sobrevida una vez que la diálisis inicia. Alguno de estos efectos pueden estar relacionados con un peor control glicémico (Chase, 1991). i) Anticonceptivos orales: Un estudio publicado por Ahmed, sugería una conexión entre el uso de anticonceptivos orales y el riesgo de nefropatía diabética (Ahmed, 2005). xix 1.6 RELACIÓN ENTRE NEFROPATÍA DIABÉTICA Y RETINOPATÍA Los pacientes con nefropatía y diabetes mellitustipo 1 casi siempre tienen signos de otra enfermedad microvascular diabética, como retinopatía o neuropatía (Orchard, 1990) (Parving, 1988). La retinopatía es fácil de detectar clínicamente, y típicamente precede el inicio de la nefropatía en estos pacientes. Lo opuesto no es cierto; ya que solo una pequeña minoría de pacientes con retinopatía avanzada tienen cambios histológicos en el glomérulo y una excreción avanzada de proteínas que es por lo menos en el rango de microalbuminuria, y la mayoría tienen poca o no enfermedad renal, documentada por biopsia y excreción de proteínas (Ng, 1994) (Chavers, 1994). La relación entre la nefropatía diabética y nefropatía es menos predictible en pacientes con diabetes mellitus tipo 2. En un estudio de 35 pacientes con diabetes y proteinuria de forma significativa (>300 mg/día), 27 pacientes (77 porciento) se encontró que tenían nefropatía diabética por biopsia renal (Parving, Prevalence and causes of albuminuria in non-insulin-dependent diabetic patients., 1992). La retinopatía diabética estaba presente en 15 de los 27 pacientes (56 porciento), y en ninguno de los 8 individuos sin nefropatía diabética, por lo tanto resultando en un valor predictivo positivo de 100 porciento y valor predictivo negativo de 40 porciento (Christensen, 2000). Por lo tanto, los pacientes con diabetes mellitus tipo 2 con proteinuria marcada y retinopatía, muy probablemente tienen una nefropatía diabética, mientas que aquellos sin retinopatía, tienen una alta frecuencia de enfermedad glomerular no diabética (Huang, 2007). Información de la National Health and Nutrition Examination Survey sugiere que 30 % de los pacientes con diabetes mellitus tipo 2 con insuficiencia renal tienen enfermedad renal no diabética (Kramer, 2003). Basado en la correlación entre nefropatía y retinopatía, las guías de K/DOQI del 2007 para pacientes con diabetes y enfermedad renal crónica, sugieren que la enfermedad renal crónica debe de atribuirse a la diabetes en la mayoría de los xx pacientes con diabetes si están presentas tanto microalbuminuria o proteinuria y retinopatía diabética (KDOQI, 2007). 1.7 ENFERMEDAD RENAL NO DIABÉTICA El desarrollo de proteinuria y/o hematuria en los pacientes con diabetes mellitus es ocasionalmente debido a enfermedad glomerular diferente a la nefropatía diabética. Como ejemplo, la nefropatía membranosa, la enfermedad por cambios mínimos, nefropatía por IgA, glomeruloesclerosis focal y segmentaria, purpura de Henoch-Schönlein, enfermedad de membrana basal, glomerulonefritis proliferativa, glomerulonefritis pauci-inmune. Debido a que la enfermedad renal en los pacientes con diabetes usualmente se adjudica a esta, sin mayor estudio, la coincidencia de enfermedad renal no diabética puede estar infra estimada. Entre los pacientes con diabetes mellitus tipo 2 con biopsia renal realizada, la prevalencia de enfermedad renal no diabética es las publicaciones realizadas varia ampliamente, desde un 12 % hasta un 45 %, dependiendo de los criterios de selección y la población estudiada (Bertani, 1986). La prevalencia de enfermedad renal no diabética en población India, reportado por Kumar et al (Prakash, 2001) es de 12.3 % en la población del norte de India, mientras que Jacob (John, 1994) reportó una prevalencia alta de enfermedad renal no diabética en la población del sur de India, y especialmente de la glomerulonefritis proliferativa, la cual se encontró en un 21.5% de los pacientes estudiados. Sin embargo, en un estudio por Mohan (Premalatha, 2002), sugiere que aun en sujetos con sospecha clínica de tener enfermedad renal no diabética, muchos podrían tener nefropatía diabética en la biopsia renal. En un estudio realizado por Soni (Sachin, 2006), en pacientes con diabetes mellitus tipo 2, 72.5% porciento presentaron enfermedad renal no diabética (ya sea aislada o asociada a glomeruloesclerosis diabética). Las características que xxi daban una mayor probabilidad de enfermedad renal no diabética fue la duración de la diabetes mellitus (menor duración); ausencia de retinopatía, la cual predijo enfermedad renal no diabética en 68 % de los casos, el cual cuando se combinó con la presencia de proteinuria en rangos nefróticos llegó a ser del 76.7 % . Las pistas clínicas que sugieren la presencia de una enfermedad glomerular no diabética son: (Parving, Prevalence and causes of albuminuria in non-insulin- dependent diabetic patients., 1992) (KDOQI, 2007) (Wolf, Diabetic nephropathy in type 2 diabetes prevention and patient management., 2003): El inicio de la proteinuria es menor de 5 años, desde que se documento el inicio de la diabetes mellitus tipo 1, debido a que el periodo latente para el desarrollo de nefropatía diabética es usualmente de 10 a 15 años (Orchard, 1990) (Parving, Prevalence of microalbuminuria, arterial hypertension, retinopathy and neuropathy in patients with insulin dependent diabetes., 1988). El periodo latente es probablemente similar en pacientes con diabetes mellitus tipo 2, aunque el inicio de la enfermedad es en ocasiones difícil de asegurar. El inicio agudo de la enfermedad renal. La nefropatía diabética es una enfermedad progresiva lenta caracterizada por un aumento en la excreción de proteínas y la concentración de creatinina sérica a través de un periodo de años. La presencia de un sedimento urinario activo que contiene células rojas (particularmente acantositos) y cilindros celulares. Sin embargo, la presencia de hematuria y cilindros granulosos también puede observarse en pacientes solo con nefropatía diabética (Matsumura, 1994) (O'Neill, 1983) (Faria, Glomerular hematuria in diabetics., 1988). En pacientes con diabetes mellitus tipo 1, la ausencia de retinopatía o neuropatía diabética, sugiere una enfermedad renal no diabética. Por el otro lado, la falta de retinopatía en pacientes con diabetes mellitus tipo 2 no antecede la nefropatía diabética, la cual se encontró ausente en 12 de 27 pacientes con biopsia confirmada de nefropatía diabética en un estudio xxii (Parving, Prevalence and causes of albuminuria in non-insulin-dependent diabetic patients., 1992). Signos y síntomas de otra enfermedad sistémica (KDOQI, 2007). Reducción significante de la tasa de filtrado glomerular (>30 porciento) donde de dos a tres meses de la administración de inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina o bloqueadores de los receptores de angiotensina II (KDOQI, 2007). 1.8 NEFROESCLEROSIS Además de las enfermedades glomerulares no diabéticas, el desarrollo de insuficiencia renal y hematuria puede ser inducida por otras enfermedades, particularmente la enfermedad vascular arterioesclerótica (nefroesclerosis) en pacientes mayores con diabetes mellitus tipo 2 (Myers D. , 2003) (Mazzucco, 2002) (Gambara, 1993) (Ritz, 1996). Esta enfermedad no puede ser usualmente distinguida de la nefropatía diabética sin realizar una biopsia renal. Estos es raramente necesario, debido a que esta distinción no tiene una significancia clínica. Una clave potencial a favor de la presencia de nefroesclerosis es un aumento en la concentración creatinina plasmática después de la administración de un inhibidor de la enzima convertidora de angiotensina para el tratamiento de la hipertensión. 1.9 BIOPSIA RENAL EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS El riesgo de complicaciones asociadas al realizar una biopsia renal no es mayor que los riesgos que tienen los pacientes con otras causas de enfermedad renal crónica (Eiro, 2005) (Whittier, Timing of complications in percutaneous renal biopsy., 2004). La mayoría de las complicaciones son por sangrado, e incluyen hematuria microscópica, disminución en el nivel de hemoglobina, hematuria macroscópica, hematomas perinefricos, y formación de fístulas arteriovenosas (Korbet, 2002) (Whittier). Las mujeresestán más propensas a sangrar que los hombres, y los factores de riesgo que comúnmente se identifican como factores de xxiii riesgo de sangrado son edad mayor, disminución de filtrado glomerular, presión sistólica y diastólica elevada, tiempos de tromboplastina y de sangrado prolongado (Eiro, 2005) (Korbet, 2002) (Manno, 2004) (Mattix, 1999). La nefropatía no diabética descrita con mayor frecuencia es la nefropatía membranosa, seguida por la nefropatía por IgA, aunque hay series en las que se cita una incidencia elevada de glomerulonefritis membranoproliferativa, nefropatía de cambios mínimos o incluso glomerulonefritis proliferativa aguda (John, 1994) (Parving, Prevalence and causes of albuminuria in non-insulin-dependent diabetic patients., 1992) (Waldherr, 1992) (Wirta, 2000) (Olsen, 1996) (Mak, 1997) (Castelao, 1999 ). Las indicaciones para realizar una biopsia renal percutánea en pacientes con diabetes mellitus tipo 1 o tipo 2 varían entre nefrólogos. Las indicaciones comunes incluyen el inicio agudo de un síndrome nefrótico, deterioro rápido de la función glomerular, hematuria, ausencia de retinopatía diabética, o una enfermedad sistémica concomitante (hepatitis C crónica, lupus eritematoso generalizado). Un estudio incluso concluyo que la biopsia renal no debería de ser realizada en pacientes con diabetes mellitus tipo 2 con proteinuria, debido a la baja prevalencia de enfermedad renal no diabética (Olsen, 1996) xxiv 1. Planteamiento del problema. La nefropatía diabética es una de las principales complicaciones microvasculares de la diabetes mellitus, alrededor de 20 al 40 % de los pacientes con este diagnóstico eventualmente desarrollaran enfermedad renal crónico terminal. El desarrollo de proteinuria, hematuria y/o deterioro en la función renal en los pacientes con diabetes mellitus es ocasionalmente debido a una enfermedad glomerular diferente a la nefropatía diabética (estimada hasta en un 30 %), pero debido a que la enfermedad renal en los pacientes con diabetes usualmente se adjudica a esta, sin mayor estudio, la coincidencia de enfermedad renal no diabética puede estar infra estimada. Debido a los factores genéticos, socioeconómicos como la dieta, entre otros, se ha observado que nuestra población es susceptible a desarrollar nefropatía diabética, sin embargo no existen estudios descriptivos que nos aporten información acerca de los diagnósticos de nefropatía no diabética en nuestra población así como los factores de riesgo. xxv 2. Justificación Existe controversia en la realización de una biopsia renal en los pacientes con diabetes mellitus y enfermedad renal de novo; sin embargo, en algunos casos este procedimiento es indispensable para normar el manejo terapéutico. La descripción de las características clínicas y de laboratorio en estos pacientes ayudaría a definir qué población podría beneficiarse con la biopsia renal y evitar las co-morbilidades asociadas al procedimiento. xxvi 3. Pregunta de investigación ¿Cuáles son las características clínicas o de laboratorio que definen a la nefropatía no diabética en pacientes con diabetes mellitus? xxvii 4. Objetivos Objetivo general Describir las características clínicas y de laboratorio de los pacientes con diabetes mellitus que se le realizaron biopsia renal en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y de la Nutrición “Salvador Zubirán” Objetivos especificos - Identificar los pacientes con diabetes mellitus a los cuales se les realizó una biopsia renal en el periodo de enero de 2000 a diciembre de 2011. - Describir las características clínicas y de laboratorio de los pacientes en estudio. - Identificar los diagnósticos histopatológicos de los pacientes en estudio. - Correlacionar las características clínicas y de laboratorio con las características histopatológicas. xxviii 5. MATERIALES Y MÉTODOS Tipo de estudio, población en estudio y tamaño de la muestra Se realizó un estudio, de tipo retrospectivo, descriptivo, longitudinal en archivo clínico de los pacientes con diabetes mellitus a los cuales se les realizó una biopsia renal en el periodo de enero del año 2000 hasta diciembre del año 2011, en el Hospital de Ciencias Médicas y Nutrición ¨Salvador Zubirán¨ con los siguientes criterios: Criterios de inclusión: -Pacientes con biopsia renal y con el diagnóstico de diabetes mellitus tipo 1 o tipo 2, con sospecha clínica de enfermedad renal no diabética que cuenten con expediente disponible en el archivo clínico del Instituto. Criterios de no inclusión: -Pacientes con trasplante renal - Pacientes con diabetes mellitus secundaria al uso de esteroides Criterios de exclusión: -Pacientes con expediente no disponible -Pacientes con resultados de la biopsia no disponibles Perfil de los pacientes: Basado en los hallazgos de las biopsias los pacientes fueron caracterizados en tres grupos: - Grupo 1: glomeruloesclerosis diabética aislada. - Grupo 2: enfermedad renal no diabética aislada. - Grupo 3: enfermedad renal no diabética, combinada con glomeruloesclerosis diabética. xxix Datos demográficos, características clínicas y bioquímicas: En el momento de la biopsia renal se valoraron los siguientes aspectos: Edad, sexo, índice de masa corporal, tiempo de evolución de la diabetes mellitus, niveles de nitrógeno ureico, creatinina sérica, nivel de hemoglobina glucosilada, nivel de proteína en orina de 24 horas, niveles de albúmina y proteínas totales séricas, nivel de depuración de creatinina, presencia o ausencia de hematuria, la presencia o ausencia de retinopatía diabética, la presencia o ausencia de hipertensión arterial sistémica de forma y el tamaño renal determinado por ultrasonido. Variables y escalas de medición: - Hematuria: La presencia de hematuria fue definida como la presencia de más de 5 eritrocitos por campo, en una muestra de orina centrifugada al azar, notado en el examen general de orina más reciente previo a la biopsia. - Índice de masa corporal: El índice de masa corporal se calculó mediante la fórmula peso/talla2. - Tiempo de duración de la diabetes mellitus: Fue valorado en años, desde el año de su diagnóstico, hasta la fecha que se realizó la biopsia renal. - Retinopatía diabética: Fue confirmada mediante el examen de fondo de ojo, realizada por un oftalmólogo, y que se encontrara plasmada en el expediente clínico hasta dos años antes de la realización de la biopsia renal. - Depuración de creatinina: xxx Se calculo mediante la fórmula de MDRD (Modified Diet on Renal Disease) (Levey, 1999). - Proteinuria: Medida en orina de 24 horas, y se consideró significativa si > 0.3 g/24 horas; o por medio de la relación proteína/creatinina en orina al azar. - Hipertensión arterial sistémica: Definida como una presión arterial sistólica de > 140 mmHg, o una presión arterial diastólica de > 90 mmHg, o el uso de antihipertensivos. - Tamaño renal: Fue estimado mediante ultrasonido, y se definió como normal una medición longitudinal por arriba de 9 cm, o en el caso que no estuviera especificado el tamaño en el expediente, aquellos con dictado de ¨tamaño renal normal¨. Un tamaño renal < 9 cm., fue considerado como riñones pequeños. Después de recabar la información de cada paciente se creó una base de datos para el posterior análisis estadístico. Recolección de datos y análisis de los resultados: Se revisaron los expedientes de los pacientes disponibles en el archivo clínico del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición. Se diseño una hoja de recolección de datos con la información clínica de cadapaciente (anexo 1). Las variables cualitativas dicotómicas se expresaron en frecuencias y porcentaje. En el caso de las variables continuas (numéricas de escala) previamente se estableció su normalidad mediante el test de Shapiro Wilks. En los datos con distribución normal se utilizó la media y la desviación estándar y en los datos con distribución no normal se expresaron en medianas y rangos intercuantilicos. Para el análisis inferencial se realizó un modelo bivariado por medio de la prueba de xxxi Chi2 para las variables dicotómicas y Kruskal wallis para las variables numéricas de escala. Este análisis se realizó en una base de datos en la cual se capturó la información recolectada de cada paciente y se utilizó el software de STATA versión 10.0. xxxii 6. RESULTADOS: Entre enero del año 2000 hasta diciembre del año 2011, se realizaron un número de 1735 biopsias renales en nuestro Instituto, un numero de 74 resultados con base al sistema de clasificación CIE-10 con diagnóstico de diabetes, de las cuales 36 correspondían a pacientes con diagnostico de diabetes mellitus tipo 2, 2 casos tenían diagnóstico de diabetes mellitus tipo 1. Para el estudio no se incluyeron los siguientes casos: 17 pacientes diabéticos que contaban con trasplante renal, 1 paciente con trasplante hepático, 3 con diagnóstico de lupus eritematoso generalizado y diabetes mellitus secundaria, 3 con diagnóstico de poliangeitis con granulomatosis con diabetes mellitus secundaria, 1 caso tenía diagnóstico de neoplasia renal, un caso con diagnóstico de musculo estriado en su biopsia renal, 2 casos sin contar con biopsia renal, 3 casos sin contar con diagnóstico de diabetes mellitus, y 1 caso sin expediente clínico disponible. Las indicaciones para realizar la biopsia renal en los tres grupos fueron la presencia de hematuria, síndrome hematuria – proteinuria, deterioro rápido de la función renal de forma no explicada, desarrollo repentino de proteinuria en pacientes sin presencia de retinopatía. En total se incluyeron 38 pacientes para el análisis: de estos, 24 pacientes (63.16 %) pertenecieron al grupo 1 (nefropatía diabética), 7 pacientes (18.42 %) con diagnóstico patológico de enfermedad renal no diabética, y 7 pacientes (18.42 %) enfermedad renal diabética y no diabética. 6.1 Perfil demográfico La mediana de edad de los pacientes con glomeruloesclerosis diabética fue de 48.6 años, en los pacientes con diagnóstico de enfermedad renal no diabética fue de 55.6 años, y en aquellos con enfermedad renal diabética y no diabética fue de 53 años; no se encontró diferencia estadística significativa (Ver grafica 1). xxxiii La distribución entre hombres y mujeres se presenta en la tabla 1, la relación hombre: mujer en los pacientes con glomeruloesclerosis diabética fue 1.75:1.25; en los pacientes con nefropatía diabética fue 1.5:2; y en los pacientes con diagnóstico de GD+ ERND fue de 2.5:1 (ver tabla 1). Tabla 1. Características demográficas Característica Glomeruloesclerosis diabética (n = 24) Enfermedad renal no diabética (n = 7) GD + ERND (n = 7) Prueba exacta de Fisher Genero Masculino Femenino Masculino Femenino Masculino Femenino Valor de P 14 10 3 4 5 2 0.58 xxxiv El nivel de control de glucosa, demostrado por el nivel de hemoglobina glucosilada fue similar en los tres grupos. Ninguno de los pacientes con enfermedad renal no diabética mostró datos de retinopatía al momento de la biopsia, estando presente en 40 % de los pacientes con glomeruloesclerosis diabética (8 pacientes), sin embargo no se encontró significancia estadística. En la evaluación de los diferentes parámetros clínicos y analíticos (tablas 2 y 3), no se encontraron diferencias entre los grupos en cuanto a la edad, índice de masa corporal, control glicémico, presencia de hematuria o proteinuria, nivel de albumina, proteína, creatinina sérica, proteinuria de 24 horas, tasa de filtrado glomerular o tamaño renal. 6.2 Características clínicas de los diferentes grupos de estudio al momento de la biopsia renal Tabla 2. Características clínicas y comorbilidades Característica Glomeruloesclero sis diabética (n = 24) Enfermedad renal no diabética (n = 7) GD + ERND (n = 7) Prueba exacta de Fisher Valor de P Hematuria antes de la biopsia 10 2 3 1.0 Proteinuria antes de la biopsia 23 6 7 0.67 Retinopatía 8 0 1 0.24 Hipertensión 17 4 3 0.40 Hematuria al momento de la biopsia 10 3 5 0.42 xxxv Tabla 3: Otros hallazgos clínicos Glomeruloesclerosis diabética Med (Min-Max) Enfermedad renal no diabética Med (Min-Max) GD + ERND Med (Min- Max) Prueba de Kruskal-Wallis Valor de P Edad 51 (26 – 68) 55 (40 – 79) 53 (25 – 73) 0.57 IMC 28.3 (20.4 – 50.2) 26.9 (25.9 – 31.9) 28.9 (21.3 – 32.7) 0.87 Diagnóstico DM a la biopsia (años) 9.5 (2 – 20) 3 (1 – 11) 9 (1 – 30) 0.02 HBA1c 7-3 (4.9 – 15) 9 (5.6 – 12-8) 7.2 (5 – 10.4) 0.89 Albúmina (g/dL) 2.78 (1.36 – 4.1) 2.46 (1.55 – 3.6) 2.6 (1.03 – 4.1) 0.47 Proteína sérica (mg/dL) 6.1 (4.7 – 7.6) 5.9 (4.1 – 7.2) 5.1 (4.6 – 6.9) 0.31 Creatinina (mg/dL) 1.78 (0.8 – 4.23) 1.64 (0.67 – 3.31) 1.28 (0.41 – 4.72) 0.55 BUN (mg/dL) 30.5 (16.1 – 84) 26.1 (3.1 – 39.7) 26 (9 – 48.8) 0.42 Proteinuria (g/día) 4.55 (0.1 – 13.2) 1.49 (1 – 24) 5.01 (0.6 – 17.7) 0.81 TFG (MDRD) 39 (12 – 83) 47 (17 – 96) 47 (8 – 167) 0.69 Enfermedad renal no diabética: De los 7 pacientes con resultado histopatológico que se encontraron con enfermedad renal no diabética, dos pacientes contaban con diagnóstico de nefropatía membranosa, un paciente con diagnóstico de glomeruloesclerosis focal Tamaño renal 23 5 7 0.16 xxxvi y segmentaria, uno tenía diagnóstico de nefropatía por IgA, uno con diagnóstico de glomerulonefritis lúpica, uno con diagnóstico de enfermedad de cambios mínimos, un paciente con diagnóstico de nefritis tubulointersticial crónica. Glomeruloesclerosis diabética + enfermedad renal no diabética: De los 7 pacientes con resultado histopatológico de glomeruloesclerosis diabética + enfermedad renal no diabética, 4 pacientes contaban con el diagnóstico de nefropatía membranosa, 2 con diagnóstico de glomerulonefritis focal y segmentaria con proliferación extracapilar pauciinmune, un paciente con diagnóstico de amiloidosis. La mediana de años de duración de diabetes mellitus (desde el diagnóstico al momento de la biopsia renal) fue de 9.5 años (2 – 20 años) en los pacientes con glomeruloesclerosis diabética, en comparación del grupo de pacientes con enfermedad renal no diabética el cual fue de 3 años (1 – 11 años) (p = 0.02) ,ver grafica 2. xxxvii 7. DISCUSIÓN La nefropatía diabética es una de las complicaciones más frecuentes y clínicamente importantes en pacientes con diabetes mellitus, afectando aproximadamente un 40 porciento de los pacientes que tienen diabetes mellitus por más de 20 años, y contribuye a un número importante de pacientes que entran en los programas de falla renal terminal. El diagnostico de enfermedad renal no diabética en pacientes con diabetes mellitus es importante para el tratamiento de la enfermedad renal. Las indicaciones para realizar una biopsia renal percutánea en pacientes con diabetes mellitus tipo 1 o tipo 2 varían entre nefrólogos. Las indicaciones comunes incluyen el inicio agudo de un síndrome nefrótico, deterioro rápido de la función glomerular, hematuria, ausencia de retinopatía diabética, o una enfermedad sistémica concomitante (hepatitis C crónica, lupus eritematoso generalizado). Un estudio incluso concluyó que la biopsia renal no debería de ser realizada en pacientes con diabetes mellitus tipo 2 con proteinuria, debido a la baja prevalencia deenfermedad renal no diabética (Olsen, 1996). Entre los pacientes con diabetes mellitus tipo 2 con biopsia renal realizada, la prevalencia de enfermedad renal no diabética es las publicaciones realizadas varia ampliamente, desde un 12 % hasta un 45 %, dependiendo de los criterios de selección y la población estudiada (Bertani, 1986). La prevalencia de nefropatía no diabética en nuestra población de pacientes con diabetes mellitus fue de 18.4 %, ajustándose a los rangos de frecuencia descrito por otros estudios (Prakash, 2001) (Prakash, 2001) (Prakash, 2001). La prevalencia de pacientes que presentaron enfermedad renal no diabética combinada con enfermedad renal diabética fue también de un 18.4 %, y la prevalencia de enfermedad renal diabética 63.6 %, lo que nos sugiere que aun en sujetos con sospecha clínica de tener enfermedad renal no diabética, muchos podrían tener nefropatía diabética en la biopsia renal xxxviii Hay múltiples trabajos que intentan encontrar diferentes predictores clínicos de nefropatía no diabética en pacientes con diabetes mellitus tipo II para poder definir en qué casos está indicada la realización de la biopsia renal. Sin embargo, los resultados son dispares. En un estudio realizado por Soni (Sachin, 2006) (A), en pacientes con diabetes mellitus tipo 2, 72.5% porciento presentaron enfermedad renal no diabética (ya sea aislada o asociada a glomeruloesclerosis diabética). Las características que daban una mayor probabilidad de enfermedad renal no diabética fue la duración de la diabetes mellitus (menor duración); ausencia de retinopatía, la cual predijo enfermedad renal no diabética en 68 % de los casos, el cual cuando se combinó con la presencia de proteinuria en rangos nefróticos llegó a ser del 76.7 % . Un estudio Coreano realizado por Choi (Lee, 1999), concluyó que una menor duración de la diabetes mellitus se asoció de forma significativa con la presencia de enfermedad renal no diabética; mientras que un estudio italiano por Bertani (Monga, 1989), no encontró diferencia significativa en cuanto a la duración de la diabetes en las diferentes clases histológicas. En nuestro estudio, una menor duración de la diabetes mellitus, se asocio de forma significativa con la presencia de enfermedad renal no diabética La mediana de edad de los tres grupos es similar, sin embargo, en el grupo de pacientes con enfermedad renal no diabética, se observó que el mínimo de edad fue de 40 años, a diferencia de los otros grupos en el cual el mínimo de edad en pacientes con GD fue 26 años y con GD + ERND fue de 25 años. Aunque la presencia de hematuria es uno de los criterios de selección más habituales, no todos los estudios están de acuerdo respecto a su valor como predictor clínico de nefropatía no diabética. Algunos autores consideran que la presencia de microhematuria es indicativa de nefropatía no diabética (Mak, 1997) (Gans, 1992), mientras que otros encuentran que es una característica frecuente en la nefropatía diabética (Parving, Prevalence and causes of albuminuria in non- insulin-dependent diabetic patients., 1992) (O'Neill, 1983). Nuestros datos no van xxxix a favor de esta última afirmación, ya que los pacientes con nefropatía diabética y no diabética presentaron hematuria de forma similar. Hay múltiples trabajos que intentan encontrar diferentes predictores clínicos de NND en pacientes con DM tipo II (John, 1994) (Wirta, 2000) (Mak, 1997) (Parving, Prevalence and causes of albuminuria in non-insulin-dependent diabetic patients., 1992) para poder definir en qué casos está indicada la realización de la biopsia renal, sin embargo, los resultados son dispares. Aunque la presencia de hematuria es uno de los criterios de selección más habituales, no todos los estudios están de acuerdo respecto a su valor como predictor clínico de nefropatía no diabética. Algunos autores consideran que la presencia de micro hematuria es indicativo de nefropatía no diabética (Mak, 1997) (Gans, 1992), mientras que otros encuentran que es una característica frecuente en la nefropatía diabética (O’Neill, 1983). En nuestro estudio, aunque los pacientes con nefropatía no diabética, presentaron hematuria, esta también estuvo presente de forma considerable en los pacientes con nefropatía diabética, lo cual hace de este marcador, un pobre marcador de enfermedad renal no diabética. Clásicamente, la ausencia de retinopatía ha sido uno de los criterios más utilizados para biopsiar a pacientes diabéticos con proteinuria (John, 1994) (Parving, Prevalence and causes of albuminuria in non-insulin-dependent diabetic patients., 1992) (Castelao, 1999 ). Frente a autores que no encuentran diferencia en cuanto a la incidencia de retinopatía entre los pacientes diabéticos tipo II según presenten en la biopsia renal una nefropatía diabética o nefropatía no diabética (Mak, 1997) (Castelao, 1999 ), hay otros que manifiestan claras diferencias (John, 1994) (Parving, Prevalence and causes of albuminuria in non-insulin-dependent diabetic patients., 1992) (Lipkin, 1994). La ausencia de retinopatía no es claramente indicativa de nefropatía no diabética, pero al contrario, su presencia tiene una especificidad diagnóstica del 100% (Parving, Prevalence and causes of albuminuria in non-insulin-dependent diabetic patients., 1992). xl En nuestros resultados, de los 7 pacientes con nefropatía no diabética, ninguno de estos presentaba retinopatía al momento de la biopsia, y solo un paciente con diagnóstico histológico de GD + NND, presentó retinopatía, aunque en el análisis estadístico, esto no represento significancia, probablemente por el tamaño de la muestra de nuestro estudio, se observó una tendencia, en el cual, si lo combináramos con otros factores, como por ejemplo una menor duración de diagnóstico de la diabetes mellitus, nos podrían ayudar a seleccionar mejor que pacientes se beneficiarían de una biopsia renal. xli 8. CONCLUSIONES El presente estudio demostró que la enfermedad renal no diabética se encontró en un 18.4 % de los pacientes de forma aislada, y en otro 18.4% asociada con nefropatía diabética, siendo la causa más común la nefropatía membranosa. Por lo tanto, realizar una biopsia renal en los pacientes diabéticos es importante cuando el escenario clínico no es típico de una nefropatía diabética, sobre todo teniendo en cuenta el tiempo de evolución de esta, ya que la mayoría de las lesiones histo-patológicas encontradas, tienen el potencial de tratamiento y mejoría de la función renal de los pacientes. La mayor limitación de este estudio es su carácter retrospectivo. Se necesitan más estudios que puedan aclarar definitivamente este problema diagnóstico en nuestra población, como la diabética, y en nuestro país, que cada día tiene una mayor prevalencia en el campo de la Nefrología. xlii 9. BIBLIOGRAFIA Adler S. Diabetic nephropathy: Linking histology, cell biology, and genetics. 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