Logo Studenta

Percepcion-de-mujeres-vctimas-de-violacion-sobre-la-intervencion-terapeutica-y-su-calidad-de-vida

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
 
 FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES ZARAGOZA 
 CARRERA DE PSICOLOGÍA 
 
 
 PERCEPCIÓN DE MUJERES VÍCTIMAS DE VIOLACIÓN 
 SOBRE LA INTERVENCIÓN TERAPÉUTICA Y SU 
 CALIDAD DE VIDA 
 
 
 T E S I S 
 QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE: 
 L I C E N C I A D A E N P S I C O L O G Í A 
 P R E S E N T A : 
 ANGÉLICA DEL CARMEN BRISEÑO RAMOS 
 
 JURADO DE EXAMEN 
 DIRECTORA: DRA. ANA MARÍA ROSADO CASTILLO 
 COMITÉ: MTRO. EDGAR PÉREZ ORTEGA 
 DRA. BLANCA INÉS VARGAS NÚÑEZ 
 MTRA. LIDIA BELTRÁN RUÍZ 
 MTRA. ALEJANDRA LUNA GARCÍA 
 
 
 México D.F. Octubre, 2015 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
Restricciones de uso 
 
DERECHOS RESERVADOS © 
PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL 
 
Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal 
del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). 
El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea 
objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para 
fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo 
mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
AGRADECIMIENTOS 
 
 
A la DRA. ANA MARÍA ROSADO CASTILLO, 
por su apoyo, paciencia y aportación de conocimientos 
a lo largo de esta Investigación, por brindarme una palabra 
de aliento en momentos difíciles y por confiar en mí. 
 
 
 Al CTA por abrirme las puertas y brindarme la 
oportunidad de servir a la comunidad 
 y conocer a grandes personas. 
 
 
A las PSICÓLOGAS que compartieron su experiencia 
Profesional y personal. Y las que tuve el gusto de conocer. 
 
 
 A la PSICÓLOGA (omito el nombre por cuestiones de confidencialidad) 
encargada del grupo de mujeres que colaboraron en la presente 
investigación, ya que sin su apoyo y disposición, 
no sería posible la culminación de este trabajo. 
 
 
A las MUJERES que contribuyeron a esta Investigación, porque 
conocerlas fue un gran aprendizaje. Gracias por alzar la voz y romper el silencio. 
Al COMITÉ ya que cada uno de ustedes aportó 
conocimientos y comentarios acertados para la mejora de esta investigación. 
 
 
A mi FAMILIA por brindarme su apoyo y estar 
conmigo en los buenos y malos momentos. 
 
 
A mi MADRE porque ella ha estado presente en cada 
etapa de mi vida, me ha visto crecer como persona, ha estado 
conmigo apoyándome y ha compartido este camino a lo largo de mi carrera. 
 
 
A mi NOVIO y AMIGO te agradezco tu apoyo incondicional, 
tu paciencia, tu amor y tu optimismo para ayudarme 
a superar cada obstáculo que se presenta. 
 
 
A DANIEL BRISEÑO porque ha estado conmigo 
desde siempre, y desde que comencé esta etapa de mi vida 
me brindó su apoyo de muchas maneras para lograr concluir mis estudios. 
 
 
 
 
 
A TODOS USTEDES… GRACIAS. 
ÍNDICE 
 Página 
Resumen………………………………………………………………………………….….1 
Introducción…………………………………………………………………….…………...2 
Capítulo 1 ¿Qué es violencia? La violencia: un problema social………….………8 
 1.2 Violencia sexual…………………………………………..………………12 
 1.2.1 Abuso sexual………………………………………………………….14 
 1.2.2 Violación……………………………………………………………….17 
 1.3 Consecuencias psicológicas y sociales de la violencia sexual….24 
Capítulo 2 Calidad de vida: Una visión integradora………………………………..31 
 2.1 Felicidad y bienestar subjetivo: ¿Significan lo mismo?..................32 
 2.2 ¿Qué es calidad de vida?....................................................................38 
 2.3 Dimensiones e indicadores de calidad de vida…..………………….42 
 2.3.1 Relaciones Interpersonales…………………………………...……43 
 2.3.2 Desarrollo personal………………………………………...……..…44 
 2.3.3 Bienestar emocional.…………….…………………………………..44 
 2.3.4 Bienestar físico……………………………………………………….45 
 2.3.5 Inclusión social….…………………………………………………....46 
 2.3.6 Autodeterminación……………………………………………….….46 
 2.3.7 Bienestar material…………………………………………………....47 
 2.3.8 Derechos………………………………………………………………48 
 Tabla I Dimensiones de calidad de vida…………..……………….…..50 
Capítulo 3 Intervención Terapéutica a Víctimas de Delitos sexuales……….…..56 
 3.1 Modelos de intervención…………………………………………….…...61 
 3.1.1 Intervención en crisis………………………….…………………….63 
 3.1.2 Intervención cognitivo-conductual………………………………..66 
 3.1.3 Psicoterapia grupal…………………………………………………..70 
 3.2 Intervención terapéutica en el Centro de Terapia de Apoyo a 
Víctimas de Delitos Sexuales (CTA)…………………………………...74 
Capítulo 4 Método…………………………………………….…………………………..79 
 4.1 Tipo de estudio…………………………………………………………….82 
 4.2 Escenario…………………………………………………………………...82 
 4.3 Participantes………………………………….….………………………...83 
 4.3.1 Participantes Fase 1………………………………………………….83 
 Tabla II Entrevista semi estructurada a Psicólogas del área Clínica...84 
 4.3.2 Participantes Fase 2………………………………………………….87 
 Tabla III Mujeres integrantes de grupo focal..........................................87 
 4.4 Procedimiento…………………………………..…………………………90 
 4.5 Instrumentos de Investigación………………………………...……….94 
Capítulo 5 Resultados…………………...…………………..………………………......98 
 5.1 Fase 1: Entrevistas a Psicólogos del área clínica………………......99 
 Tabla 1 Desempeño en el área de Psicología Clínica / Experiencia….100 
 Tabla 1.1 Desempeño en el área de Psicología Clínica / Usuarios……...101 
 Tabla 1.2 Desempeño en el área de Psicología Clínica / Limitantes…….102 
 Tabla 2 Organización del servicio…………………………………………..103 
 Tabla 2.1 Organización del servicio / Intervención Terapéutica………....104 
 Tabla 2.2 Organización del servicio / Protocolos…………………………..105 
 Tabla 2.3 Organización del servicio / Evaluación………………………......106 
 Tabla 3 Justificación del tipo de Intervención……………………………107 
 Tabla 3.1 Justificación del tipo de Intervención / Objetivos………………108 
 Tabla 3.2 Justificación del tipo de Intervención / Calidad de vida……….109 
 Tabla 3.3 Justificación del tipo de Intervención / Preferencias…………...110 
 Tabla 3.4 Justificación del tipo de Intervención / Cambios………………..111 
 Tabla 3.5 Justificación del tipo de Intervención / Sugerencias……………112 
 Tabla 4 Evaluación del servicio / General…………………………………113 
 Tabla 4.1 Evaluación del servicio / Deserción………………………………114 
 5.2 Fase 2: Grupo Focal con Mujeresvíctimas de violación……...........115 
 Tabla 5 Intervención Terapéutica / Significado…………………………..115 
 Tabla 5.1 Intervención Terapéutica / Definición……………………………116 
 Tabla 5.2 Intervención Terapéutica / Beneficios…………………………...117 
 Tabla 5.3 Intervención Terapéutica / Expectativas………………………..118 
 Tabla 5.4 Intervención Terapéutica / Limitantes……………………………119 
Tabla 6 Calidad de vida (CDV) / Definición………………………………………….120 
 Tabla 7 CDV / Relaciones Interpersonales / Interacciones……………..121 
 Tabla 7.1 CDV / Relaciones Interpersonales / Familia…………………..122 
 Tabla 8 CDV / Desarrollo Personal / Progreso……………………………123 
 Tabla 9 CDV / Bienestar Emocional / Satisfacción………………………124 
 Tabla 9.1 CDV / Bienestar Emocional / Ausencia de estrés……………125 
 Tabla 9.2 CDV / Bienestar Emocional / Autoconcepto…………………..126 
 Tabla 9.3 CDV / Bienestar Emocional / Seguridad....…………………….127 
 Tabla 9.4 CDV / Bienestar Emocional / Felicidad………………………...128 
 Tabla 10 CDV / Bienestar Físico / Salud…………………………………...129 
 Tabla 10.1 CDV / Bienestar Físico / Nutrición…………………………….130 
 Tabla 11 CDV / Inclusión social / Apoyos…………………………………131 
 Tabla 11.1 CDV / Inclusión social / Aceptación………………………......132 
 Tabla 12 CDV / Autodeterminación / Metas y valores personales……133 
 Tabla 12.1 CDV / Autodeterminación / Decisiones / Elecciones………134 
 Tabla 13 CDV / Bienestar Material / Empleo………………………………135 
 Tabla 13.1 CDV / Bienestar Material / Nivel Socioeconómico………….136 
 Tabla 14 CDV / Derechos / Acceso………………………………………….137 
 Tabla 14.1 CDV / Derechos / Privacidad……………………………………138 
 Tabla 15 Relación entre calidad de vida e Intervención terapéutica…139 
 Tabla 15.1 Limitantes en el Servicio que se brinda……………………...140 
Capítulo 6 Discusión y Conclusiones………………………………………….…….143 
 Discusión………………………………………………………………………143 
 6.1 Conclusiones Fase 1…………………………………………………...147 
 6.2 Conclusiones Fase 2…………………………………………………...152 
 6.3 Relación entre Fase 1 y Fase 2……………………………………….158 
 Aportaciones………………………………………………………………….160 
 Recomendaciones…………………………………………………………...161 
 Limitaciones en la Investigación…………………………………………..162 
REFERENCIAS…………………………………………………………………….……..163 
ANEXOS…………………………………………………………………………………...170 
Anexo 1 Guía de entrevista para los psicólogos clínicos………………………..171 
Anexo 2 Consentimiento informado………………………………………………....173 
Anexo 3 Guía de pautas para grupo focal…………………………………………..174 
Anexo 4 Organización de atención a víctimas de delitos………………………..176 
GLOSARIO………………………………………………………………………………..177 
GLOSARIO DE ABREVIATURAS……………………………………………………..180 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
1 
Resumen 
La presente investigación abordó el tema de violencia sexual que han vivido mujeres 
de cualquier estrato social, edad y ocupación, para ello se contó con una población 
de 11 mujeres adultas con edades que oscilaron entre los 19 y 54 años. El estudio 
se enfocó a la percepción que tienen sobre la atención psicológica que recibieron en 
el Centro de Terapia de Apoyo a Víctimas de Delitos Sexuales (CTA) perteneciente 
a la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJ DF). De acuerdo a la 
intervención terapéutica brindada se llevó a cabo el análisis de la percepción que 
cada mujer refirió en relación a los cambios observados en su calidad de vida 
después de concluida dicha intervención. Los objetivos planteados se abordaron 
mediante la realización de dos fases (Fase 1 y 2), en la primera se realizaron 
entrevistas semi-estructuradas a 6 Psicólogas encargadas del Área Clínica para 
profundizar sobre el servicio y la atención psicológica que se ofrece en el CTA. En 
la Fase 2 se realizó una sesión de grupo focal de dos horas con las mujeres 
víctimas de violación que concluyeron la Intervención Terapéutica en este Centro, 
se abordaron los siguientes temas: Intervención terapéutica y calidad de vida; que 
para fines de este estudio se consideraron las dimensiones sobre Relaciones 
interpersonales, Bienestar emocional, Inclusión social, Bienestar físico, 
Autodeterminación, Desarrollo personal, Bienestar material y Derechos. 
Palabras clave: víctimas de violación, intervención terapéutica, calidad de vida. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
2 
INTRODUCCIÓN 
 
A través de la historia de la humanidad la víctima de una conducta considerada por 
el grupo social como delito, siempre fue olvidada y sobre victimizada por parte del 
estado y del derecho. En México, a finales de la década de los 80´s empezaron a 
surgir programas de atención, creándose en la Procuraduría General de Justicia en 
el año de 1989, el Centro de Terapia de Apoyo a Víctimas de Delitos Sexuales 
(CTA), paralelo en la creación de las agencias especializadas en dichos ilícitos 
(Manual del sistema de auxilio a víctimas de delitos, 2000). 
El Centro de Terapia de Apoyo a Víctimas de Delitos Sexuales, es una unidad 
administrativa especializada, que actualmente se encuentra subordinada 
jerárquicamente a la Dirección General de Atención a Víctimas del Delito, de la 
Subprocuraduría de Atención a Víctimas del Delito y Servicios a la comunidad, 
fundado lo anterior en el artículo segundo de la Ley orgánica de la Procuraduría 
General de Justicia del Distrito Federal (Manual del sistema de auxilio a víctimas de 
delitos, 2000). 
Cabe rescatar que la seguridad pública es una tarea que mantiene preocupada 
a la sociedad en su conjunto, porque cada día aumenta el número de personas que 
son testigos de un ilícito, o infortunadamente han sido víctimas de algún delincuente. 
En el caso de los delitos sexuales no es la excepción, ya que a diario se 
incrementan las denuncias de agresiones en sitios que antes no eran comunes 
(Manual del sistema de auxilio a víctimas de delitos, 2000). 
 
3 
De acuerdo a la nota periodística escrita por Velasco (2013) en La Jornada, se 
resalta que: 
“La prevalencia de violaciones en México tiene niveles inaceptablemente 
altos y, lo que es peor, crecientes, ya que al año se registran 15 mil 
denuncias por violación sexual sin que se puedan hacer estimaciones de la 
llamada cifra negra (las no denunciadas), se advierte en el reciente 
diagnóstico Violencia feminicida en México” (Velasco, 2013, pág. 1). 
 
A cargo del Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES), la ONU-Mujeres y 
la Comisión Especial para el Seguimiento de los Feminicidios de la Cámara de 
Diputados de la 61 legislatura, el inédito estudio, en poder de La Jornada, revela que 
no pasan de 4 mil las averiguaciones previas que han culminado con la detención 
del presunto culpable y su consignación ante el Poder Judicial. En este primer 
estudio en su tipo, concluido en septiembre pasado, se indica que el panorama en 
estos delitos es desolador, ya que en 2010 se tenía apenas a 56 por ciento de los 
sujetos a proceso ocho años antes. 
La situación resulta aún más grave al considerar las sentencias condenatorias, 
pues mientras de 1997 a 2006 representaban 76 por ciento de los sometidos a 
proceso, esta proporción no alcanza la mitad en los cuatro años recientes. Esto 
significa que menos de 30% de las denuncias presentadas culminaron con una 
sentencia condenatoria. Se consigna que el 99% de los casos, los presuntos 
delincuentes son varones (Velasco, 2013). 
 
4 
Las entidades del país con mayor número de violaciones en los años recientes son: 
El estado de México, con 2 mil 895 casos; Distrito Federal, mil 162; Jalisco, 840; 
Chihuahua, 726; Puebla, 740; Baja California,683; Tamaulipas, 636; Nuevo León, 
476; Quintana Roo, 455, y Guerrero, 419. Sin embargo, son aproximaciones, pues 
los registros de procuración e impartición de justicia omiten información fundamental 
sobre la víctima (Velasco, 2013). 
El presente estudio cobra vital importancia a raíz de los requerimientos de las 
víctimas de delitos sexuales, en donde lo que se pretende en cada uno de los 
Centros de atención, es brindar el apoyo y la orientación adecuada a cada usuaria 
que asiste a él. Por lo que al conocer la percepción de las mujeres víctimas de 
violación se pretendió brindar sugerencias para la mejora del servicio que se ofrece, 
y así las autoridades encargadas del Centro de Terapia de Apoyo a Víctimas de 
Delitos Sexuales las lleven a cabo, y se logre aumentar el grado de adhesión a la 
Intervención Terapéutica que es fundamental en el proceso que se brinda. 
En el primer capítulo se explica la problemática sobre la violencia como un 
grave problema que enfrenta la sociedad, se brinda su definición y un panorama 
general, para profundizar posteriormente acerca de la violencia sexual que compete 
a esta investigación, así como sus características y consecuencias psicológicas, 
físicas y sociales, también se contemplan dos tipos de violencia sexual: abuso 
sexual y violación con un matiz jurídico y psicológico. 
En el segundo capítulo se considera el constructo de calidad de vida, dado que 
cuando se es víctima de un delito sexual repercute en diferentes ámbitos como son: 
 
5 
el familiar, el social, a nivel personal (físico y emocional), entre otros, por lo que se 
identifican las áreas de la calidad de vida que se modificaron positivamente gracias a 
la intervención terapéutica brindada en el CTA. Para ello se presenta la relación 
existente entre felicidad y bienestar subjetivo considerando el debate que se ha 
generado sobre estos conceptos y se aborda la relación directa con el constructo de 
calidad de vida, así como su definición. Se explican los componentes subjetivos y 
objetivos que la componen, y la importancia de la percepción del individuo que 
refleja la calidad de vida que experimenta. Se abordan las dimensiones propuestas 
por los autores Schalock & Verdugo (2003), quienes consideran relevantes las ocho 
dimensiones siguientes: bienestar emocional, relaciones interpersonales, bienestar 
material, desarrollo personal, bienestar físico, autodeterminación, inclusión social y 
derechos. En cada dimensión se describen los indicadores específicos que permiten 
una mejor comprensión de cada una. 
En el tercer capítulo se incluyen los principales modelos de intervención 
terapéutica que se utilizan en el Centro de Terapia de Apoyo a Víctimas de Delitos 
Sexuales (CTA), por lo que se considera relevante explicarlos de manera 
independiente, presentando los siguientes: Intervención en crisis, Intervención 
cognitivo-conductual y Psicoterapia grupal. Cada uno se explica de manera general, 
argumentando sus características generales. Posteriormente se brinda una 
descripción del trabajo realizado en el CTA para esclarecer la información brindada. 
En el cuarto capítulo se indica el método utilizado para realizar la presente 
investigación, por lo que se argumenta el procedimiento llevado a cabo para obtener 
 
6 
los presentes resultados, es decir, las dos fases planteadas para abordar los 
objetivos planteados en cada una. 
En el quinto capítulo se analizó la información recabada en las fases 
clasificadas en este estudio (Fase 1 y 2), primeramente se presentan los resultados 
obtenidos por medio de las entrevistas semi-estructuradas a las psicólogas clínicas 
(Fase 1) y lo reflejado en la sesión de grupo focal con las mujeres víctimas de 
violación (Fase 2), que concluyeron la intervención terapéutica en el Centro de 
Terapia de Apoyo a Víctimas de Delitos Sexuales (CTA) perteneciente a la 
Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJ DF). El análisis se 
presenta en formato de tabla para facilitar la comprensión e interpretación de los 
resultados. 
En el capítulo final (sexto) se presenta la discusión y las conclusiones 
obtenidas y la relación existente entre las dos fases, indicando también las 
aportaciones, limitaciones y recomendaciones que surgieron en este estudio. 
Finalmente se brindan sugerencias para que se lleven a cabo en el Centro de 
Terapia. 
Con lo antes mencionado, surgen dudas respecto a la violencia sexual que se 
ejerce sobre las mujeres, y por ende, la necesidad de entender qué es la violencia y 
los tipos de violencia sexual que se han clasificado. A continuación se explica ¿Qué 
es la violencia? para posteriormente encuadrar la violencia sexual y finalmente 
diferenciar los tipos de violencia sexual investigados en el presente estudio, dando 
énfasis en el delito de violación con un matiz jurídico y psicológico. 
 
7 
 
 
 
 
Capítulo 1 
¿Qué es violencia? La 
violencia: un problema 
social 
 
 
 
 
 
 
 
8 
Capítulo 1 
¿Qué es violencia? La violencia: un problema social 
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), en su Informe Mundial 
sobre la violencia y la salud (2002b), una de las razones por las que apenas se ha 
considerado a la violencia como una cuestión de salud pública es la falta de una 
definición clara del problema. La violencia es un fenómeno sumamente difuso y 
complejo cuya definición no puede tener exactitud científica, ya que es una cuestión 
de apreciación. La noción de lo que son comportamientos aceptables e inaceptables, 
o de lo que constituye un daño, está influida por la cultura y sometida a una continua 
revisión a medida que los valores y las normas sociales evolucionan. En este mundo 
en vertiginosa evolución, proteger la vida y la dignidad humanas exige esforzarse 
por lograr un consenso y establecer normas universales de comportamiento basadas 
en el desarrollo de derechos humanos. 
 
El informe agrega que la violencia puede definirse de muchas maneras, según 
quién lo haga y con qué propósito. Por ejemplo, la definición orientada al arresto y la 
condena será diferente a la empleada para las intervenciones de los servicios 
sociales. En el ámbito de la salud pública, la dificultad reside en definir la violencia 
de manera que abarque el conjunto de actos perpetrados y las experiencias 
subjetivas de las víctimas, pero sin que la definición resulte tan amplia que pierda 
sentido o describa como hechos patológicos las vicisitudes naturales de la vida 
cotidiana. Se necesita, además, un consenso mundial que permita comparar los 
datos entre los países y construir una sólida base de conocimiento (OMS, 2002b). 
 
9 
Se define la violencia como el uso deliberado de la fuerza física o el poder, ya sea 
en grado de amenaza o efectivo, contra uno mismo, otra persona o un grupo o 
comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, 
daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones (OMS, 2002a). 
 
La definición comprende tanto la violencia interpersonal como el 
comportamiento suicida y los conflictos armados. Cubre también una amplia gama 
de actos que van más allá del acto físico para incluir las amenazas e intimidaciones. 
Además de la muerte y las lesiones, abarca numerosas consecuencias del 
comportamiento violento, a menudo menos notorias, como los daños psíquicos, 
privaciones y deficiencias del desarrollo que comprometan el bienestar de los 
individuos, las familias y las comunidades (OMS, 2002a). 
 
En el estudio sobre Violencia Feminicida en México (2012), se explica que la 
violencia es un hecho social, en buena parte resultado de un comportamiento 
aprendido en contextos permeados por desigualdades sociales y basado ya sea en 
la clase social, el género, la edad, la raza, las capacidades distintas, e incluso las 
diferencias religiosas. En nuestra sociedad la cultura de la violencia está extendida, 
ya queson frecuentes las situaciones cotidianas donde se ejerce la violencia y se 
multiplican los actos de personas que no reconocen los derechos y la dignidad de 
los otros. En muchas de nuestras ciudades se ha vuelto común presenciar o conocer 
hechos de extorsión, amenazas, chantaje, golpes, lesiones y aún más, la muerte de 
personas conocidas o cercanas. 
 
10 
Muchas de esas formas de violencia están atravesadas por el género. Son prácticas 
que se actúan para demostrar hombría y poder de dominio hacia las mujeres o hacia 
otros hombres, para imponer la voluntad y deseos del hombre-macho, a las mujeres 
del entorno o a hombres considerados débiles. Otras prácticas violentas se ejercen 
entre padres, madres, hijos e hijas, y suelen transmitirse de generación en 
generación (Violencia Feminicida en México, 2012). 
 
De manera particular si se habla de violencia hacia las mujeres el estudio de 
Violencia Feminicida en México (2012), señala que se caracteriza por: 
 
 Su “invisibilidad”, producto de las pautas culturales que aún priman en 
nuestras sociedades, en las que la violencia intrafamiliar o de pareja y los 
abusos sexuales de conocidos, familiares o desconocidos, son concebidos ya 
sea como eventos del ámbito privado donde los demás –incluso las 
autoridades- no deben inmiscuirse, o como contingencias frecuentes en la 
vida de una mujer. 
 Su “normalidad” es otro de los rasgos que la acompañan. La cultura patriarcal 
justifica o aun “autoriza” al varón para ejercer la violencia contra la mujer 
cuando su objetivo es “corregir” comportamientos que se salen de la norma, 
que no se adecuan a su rol esperado de madre, esposa y ama de casa. Dicha 
cultura justifica, asimismo, la potestad de cualquier varón para intervenir o 
controlar la vida de las mujeres o usar de distintos tipos de violencia en contra 
de una mujer que “desafía” o transgrede las fronteras culturales del género. 
 
11 
 Su “impunidad”, que es consecuencia de todo lo anterior, ya que si la 
violencia entre parejas o intrafamiliar es justificada como “natural” o como 
“asunto privado”, no puede ser juzgada como violación a ningún derecho y, 
por lo tanto, no es sancionable. También, a menudo es justificada en casos 
donde la violencia la ejerce un hombre desconocido sobre una mujer 
“transgresora”. De suerte que en el imaginario común de la mayoría de la 
población, y aun en gran parte de los operadores de la procuración de justicia, 
la violencia hacia las mujeres no es condenable. 
 
Por otro lado el marco para el reconocimiento del derecho de las mujeres a una 
vida libre de violencia parte de la referencia explícita a la discriminación de género, 
como un rasgo estructural y sistemático de la sociedad, tomando en cuenta las 
experiencias de las mujeres y los costos de la violencia en su vida, su salud y su 
libertad. Tomando, asimismo, distancia de las visiones prevalecientes en muchos 
medios todavía hasta algunos años, que consideraban la violencia como un 
problema reducido a casos de maltrato familiar (Unidad de Violencia Intrafamiliar, 
2012). 
 
El planteamiento central es que la violencia contra las mujeres es expresión y 
resultado de la denegación de sus derechos ciudadanos, afirmando que la violencia 
atenta directamente en contra de su dignidad, su integridad personal y sus libertades 
fundamentales como persona. En tal sentido, el derecho de las mujeres a una vida 
libre de violencia es una expresión generalizada de sus derechos civiles. Es decir, se 
plantea no como un problema individual, privado, familiar o relacional de “algunas 
 
12 
mujeres”, sino como un problema estrechamente vinculado con las formas débiles 
de la ciudadanía femenina ante el cual el Estado debía actuar con medidas para 
prevenir, atender, sancionar y erradicar cualquier manifestación de esta violencia 
tanto el ámbito público como en el privado (Unidad de Violencia Intrafamiliar, 2012). 
 
1.2 Violencia sexual 
La violencia sexual comprende una gran diversidad de actos, como las 
relaciones sexuales bajo coacción en el matrimonio y en las citas, las violaciones por 
parte de extraños, las violaciones sistemáticas durante los conflictos armados, el 
acoso sexual (incluida la petición de favores sexuales a cambio de trabajo o 
calificaciones escolares), los abusos sexuales de menores, la prostitución forzada y 
la trata de personas, los matrimonios precoces y los actos violentos contra la 
integridad sexual de las mujeres, como la mutilación genital y las inspecciones 
obligatorias de la virginidad. Tanto hombres como mujeres pueden, además, sufrir 
violaciones estando detenidos o encarcelados (OMS, 2002b). 
 
La mayor parte de este tipo de violencia tiene como víctimas a mujeres y niñas, 
y son perpetradas por hombres y niños. Sin embargo, la violación de hombres y 
niños por otros hombres, es un problema constatado, y se registran igualmente 
coacciones a hombres jóvenes por parte de mujeres mayores para mantener 
relaciones sexuales. Según los datos disponibles, en algunos países, una de cada 
cuatro mujeres señala haber sido víctima de violencia sexual por parte de su pareja, 
y hasta una tercera parte de las adolescentes han sufrido una iniciación sexual 
forzada. Los datos indican que cientos de miles de mujeres y niñas de todo el mundo 
 
13 
son compradas y vendidas cada año con destino a la prostitución o la esclavitud 
sexual, o se ven sometidas a la violencia sexual en escuelas, lugares de trabajo y 
entornos sanitarios y de atención a refugiados (OMS, 2002b). 
 
Uno de los grandes logros del feminismo contemporáneo es que cambió 
nuestra comprensión de la sexualidad y de las relaciones entre mujeres y varones, al 
identificar la violencia sexual como un elemento importante en el mantenimiento de 
la subordinación de las mujeres, al proporcionarles nuevas vías para la comprensión 
de su situación y al impulsar la creación de recursos para combatir dicha violencia. 
Ha conseguido que se entienda la violación no como un delito en contra del honor de 
las familias, sino como un asalto violento cometido contra las mujeres, no sólo por 
extraños, sino también por los maridos, padres y personas cercanas. Ha promovido 
las denuncias por malos tratos a las mujeres, insistiendo en abandonar su 
consideración como un asunto privado y personal entre los miembros de una pareja 
(Osborne, 2008 en Violencia Feminicida en México, 2012). 
 
Como se ha mencionado anteriormente la violencia sexual implica un severo 
daño psicológico a la víctima, por lo cual se explicará de manera concisa lo que se 
entiende por abuso sexual y violación, desde el punto de vista legal y psicológico, 
así como las consecuencias físicas, psicológicas y sociales que este tipo de 
violencia genera. 
 
 
 
 
14 
1.2.1 Abuso sexual 
 
El fenómeno del abuso sexual está presente en ambos sexos, aunque es más 
frecuente en el sexo femenino, puede afectar a cualquier grupo de ciudadanos 
considerados legalmente como menores de edad, tanto las niñas y niños, como las y 
los adolescentes. Esta forma de manifestación de la violencia es un fenómeno 
creciente, convertido en un problema mundial, que abarca formas complejas y que 
afecta a grandes grupos de la población. La violencia sexual contra niños y 
adolescentes es el más grave maltrato infantil, es un fenómeno social y cultural que 
atraviesa todos los estratos sociales y culturales, puede considerarse como la peor 
forma de violación fundamental de los derechos humanos (Peláez, 2010). 
 
Se define como abuso sexual a la imposición a niños, niñas o adolescentes 
inmaduros de actividades sexuales que no comprenden en su totalidad, a las que no 
pueden dar su consentimiento o que violan tabúes de las relaciones familiares 
(Peláez, 2010). 
 
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (2002b), la mayor parte de 
las agresiones sexuales tienen como víctimas a mujeres y niñas,y son perpetradas 
por hombres de distintas edades. Dentro del concepto de abuso sexual se incluyen 
eventos como el exhibicionismo, caricias y manipulación, visión de los genitales, los 
cuales pueden ser realizados con o sin el uso de la fuerza. 
 
 
15 
Se conoce que los casos reportados de abuso sexual constituyen una proporción 
ínfima de los que realmente tienen lugar, por lo que son considerados únicamente 
como la punta visible de un iceberg cuyo problema mayor permanece oculto. El 
abuso sexual se descubre a menudo cuando la niña lo revela a uno de sus padres, 
un amigo(a), maestro(a) o un profesional de la salud. Esta confesión puede ser 
intencional o accidental, en ocasiones el primer signo de un incesto prolongado es la 
aparición del embarazo en una adolescente, aunque la tendencia generalizada es no 
dar valor inicial a las acusaciones de abuso por parte de niñas y niños, lo cierto es 
que la mayoría de las veces cuando una niña o niño refiere ser abusado dicen la 
verdad. 
Por otro lado, pese a que muchos ofensores no tienen la finalidad de dañar a la 
víctima, está casi siempre termina lesionada. El blanco del ofensor infantil son niños 
de ambos sexos, aunque el abuso es más común en las niñas, en tanto en la 
mayoría de los casos no se detecta al perpetrador, y cuando esto sucede casi nunca 
es denunciado (Peláez, 2010.) 
 
De acuerdo al Artículo 176 del Código Penal del Distrito Federal (2011), se 
explica que al que, sin consentimiento de una persona y sin el propósito de llegar a 
la cópula, ejecute en ella un acto sexual, la obligue a observarlo o la haga ejecutarlo, 
se le impondrá de uno a seis años de prisión. Si se hiciere uso de violencia física o 
moral, la pena prevista se aumentará en una mitad. 
 
 
 
16 
Una de las principales preocupaciones ante el hecho de un abuso sexual es el 
riesgo de adquirir una Infección de Transmisión Sexual (ITS). Resulta importante 
poder distinguir entre las ITS diagnosticadas en la primera consulta y aquellas 
encontradas durante el seguimiento, esto es puntualmente importante en las 
adolescentes. Estudios realizados sobre los perfiles de la violencia doméstica 
reportan una asociación positiva entre ITS y violencia intrafamiliar, lo cual pudiera 
relacionarse con las altas tasas de sexo forzado en mujeres, las reducidas 
posibilidades que tienen éstas de negociar la práctica del sexo protegido y uso del 
condón, así como el poco acceso a consejería y pruebas diagnósticas para ITS y 
VIH/SIDA (Peláez, 2010). 
 
Existe así mismo una mayor prevalencia de ITS en mujeres que han sufrido 
violencia en sus relaciones de pareja que en las que no han sufrido de estas. Entre 
un 29% y un 43% de los abusos reportados se detectan evidencias de al menos una 
ITS en la valoración inicial (Peláez, 2010). 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
17 
1.2.2 Violación 
 
Las definiciones de violación son múltiples desde los distintos enfoques disciplinarios 
que se ocupan del tema; sin embargo, pueden ubicarse en torno a dos vertientes 
fundamentales: a) la que intenta discriminar muy claramente la violación de otro tipo 
de delitos y perversiones que suceden alrededor de la esfera sexual (estupro, abuso 
sexual, entre otras), y b) la que intenta incluir a la violación como delito asociado al 
poder, tanto desde una crítica de la violencia como de la organización patriarcal de 
la sociedad. La problemática del consentimiento priva en la primera, mientras que la 
imposición violenta de un poder sobre el cuerpo victimado es la interrogante que, en 
la segunda perspectiva, conlleva importantes cuestionamientos a partir de los 
efectos de la violencia sobre las víctimas (Manero & Villamil, 2003). 
 
Desde la primera perspectiva se ha desarrollado una gran cantidad de estudios 
que incluyen, por supuesto, las secuelas de índole psicológica que genera la 
violación. Este llamado “delito sexual” en su tratamiento clínico, mostró una 
sintomatología que se aproximaba a lo que después sería establecido como el 
trastorno de estrés postraumático (Manero & Villamil, 2003). 
 
La perspectiva psicosocial de la violación se inició en la literatura feminista en 
los años 70; no aparecería como un problema psicológico, sino relacionado a la 
desigualdad de los géneros. Es una conducta socializada y ocurre en aquellas 
culturas caracterizadas por otros comportamientos violentos y por la dominación 
sobre las mujeres (Lottes, 1988 en Soria & Hernández, 1994). 
 
18 
La violación es un fenómeno social determinado por múltiples factores que 
difícilmente pueden ser separados para ser analizados y comprender así la 
naturaleza del evento. La violación constituye la máxima expresión de violencia 
contra la integridad de una persona en la que no se respeta el género, edad, etnia o 
religión (Romero, 2006). 
 
El acto de la violación es un delito de violencia, la sociedad facilita, promueve y 
refuerza este hecho. El acto sexual pasa a ser un acto de poder del fuerte sobre el 
débil, ya sea mujer o niño. Frecuentemente el violador es un sujeto conocido y 
comete el delito en casa de la víctima, es decir que puede ser el marido, novio o el 
jefe. Cuando la mujer denuncia este delito se encuentra con un proceso de 
corrupción que hay en otros terrenos, agravado por las reacciones de cólera, burla y 
reproche de que comienza a ser víctima. La mujer violada (que puede ser cualquier 
mujer aunque no responda a los estereotipos de atractiva, joven entre otros) tiene 
que explicar que ella no provocó el delito cometido (Dowdeswell, 1987). 
 
La violación es una conducta social y como tal es aprendida, considerándose 
que la socialización sexual juega un rol decisivo en la conducta de los violadores, 
especialmente en cuanto adquieren su concepción de la relación intersexual y de la 
división de roles; se autodefinen como masculinos y tienen una visión negativa de 
las mujeres como personas dependientes y sin autonomía (Soria & Hernández, 
1994). 
 
 
19 
Es bien conocido el conjunto de problemas al que se enfrentan las víctimas de este 
tipo de violencia, como el trastorno de estrés postraumático (TEPT), la desconfianza, 
la revictimización cuando se atreven a denunciar, la falta de información, entre otros 
más. Además, los registros de procuración e impartición de justicia omiten 
información fundamental sobre la víctima, como ocurre con las denuncias de 
violación que, lamentablemente, no son divididas por sexo. Sin embargo, las 
estadísticas judiciales sobre violación que integra el INEGI, nos revelan que 
alrededor de 99 por ciento, tanto de los presuntos delincuentes como de los 
sentenciados por este delito son varones (Estudio sobre Violencia Feminicida en 
México, 2002). 
 
El sistema jurídico se encontró con un cambio social en la sexualidad y las 
relaciones humanas que planteaba un conflicto en la esencia misma de conceptos 
clásicos de los delitos sexuales, la sexualidad libremente asumida pasa ser 
considerada un derecho de la persona y se hace necesario un cambio radical en el 
marco legislativo: los tribunales son un reflejo de la sociedad donde ésta proyecta su 
concepción del mundo y de la sexualidad (Ruíz, 1991 en Soria & Hernández, 1994). 
 
Por otra parte el Código Penal del Distrito Federal en el título quinto que engloba el 
tema de “Delitos contra la libertad y la seguridad sexual y el normal desarrollo 
psicosexual” establece: 
 
ARTÍCULO 174: “Al que por medio de violencia física o moral realice cópula 
con persona de cualquier sexo, se le impondrá prisión de seis a diecisiete años” 
 
20 
“Se entiende por cópula, la introducción del pene en el cuerpo humano por vía 
vaginal, anal o bucal” (Código Penal del Distrito Federal, 2011, p. 45). 
 
Se agrega que: “Se sancionará con la misma pena antes señalada, al que 
introduzca por vía vaginal o anal cualquier elemento, instrumento, cualquier parte del 
cuerpo humano,distinto al pene, por medio de la violencia física o moral”. Y 
finalmente: “Si entre el activo y el pasivo existiera un vínculo matrimonial, de 
concubinato o de pareja, se impondrá la pena prevista en este artículo, en estos 
casos el delito se perseguirá por querella” (Código Penal del Distrito Federal, 2011, 
p.45). 
 
Considerando el matiz psicológico que implica el delito de violación, se cita la 
definición siguiente: 
“La violencia sexual se define como toda acción u omisión, voluntaria o 
involuntaria, protagonizada por un hombre o una mujer, contra otro 
hombre o mujer que causa daño físico o emocional, vulnera los 
derechos sexuales de la otra persona, le impide o limita la satisfacción 
de sus necesidades sexuales e inhibe el pleno desarrollo de su 
sexualidad. Afecta a todos los países del mundo y a personas de todos 
los estratos sociales, independientemente de su raza, cultura y religión” 
(Dallos, Pinzón-Amado, Barrera, Mujica & Meneses, 2008, p. 57). 
 
Desgraciadamente en las ciudades más grandes del mundo, día a día aumenta 
la población y con ello aumentan los ilícitos sexuales como la violación, y cada vez 
con mayor crueldad por lo cual es indispensable implantar una adecuada política 
criminal para controlar y reducir estos actos de violencia (Romero, 2006). 
 
 
21 
Aunque se denuncian más las agresiones sexuales por extraños, no se debe olvidar 
que la mayoría suelen producirse dentro del hogar, seguidas de aquellas que se 
realizan en un automóvil, aspectos que refuerzan este criterio. Sin duda, se 
confunden los delitos más denunciados y con mayor alarma social (violación 
callejera por un extraño) con los más frecuentes y silenciados, los ocurridos entre 
marido-mujer o padre-hija (Soria & Hernández, 1994). 
 
Las violaciones no suceden mayoritariamente en lugares oscuros y apartados, 
se producen en los más variados lugares y horas. Por ejemplo un violador de niños 
lo realizaba a las 9 de la mañana, otra víctima fue violada mientras trabajaba 
limpiando oficinas a las 12 del día, un asaltante violó a una anciana de 78 años a las 
12 de la noche, entre otros casos similares (Soria & Hernández, 1994). 
 
Los mitos vinculados a la violación han demostrado como éstos, forman parte 
de actitudes interrelacionadas como: la aceptación de roles y estereotipos sexuales 
tradicionales, la aceptación de la violencia interpersonal y la percepción de la 
relación sexual como un conflicto (Burt, 1980 en Soria & Hernández, 1994). 
 
La falta de conocimiento sobre este fenómeno ha impedido que se le otorgue la 
atención adecuada, lo que contribuye a generar creencias erróneas sobre su 
causalidad, creando una serie de mitos en torno a la violación. Mitos que a nivel 
sociocultural minimizan la responsabilidad del atacante y responsabilizan a la víctima 
de la agresión, actuando como una “orden del silencio” afirmación de inexistencia, 
esto reafirma que no hay nada que decir, ni ver, ni saber. Este razonamiento lo 
 
22 
podemos ver reflejado en la mínima cantidad de víctimas que se atreven a denunciar 
el delito y la gran cantidad de víctimas que buscan el apoyo psicológico pero que no 
se atreven o atrevieron a denunciar el hecho (Romero, 2006). 
 
Lo anterior nos lleva a enfatizar que los mitos o ideas preconcebidas acerca de 
la violación pueden llegar a influenciar radicalmente la percepción que tienen los 
observadores de la víctima. Las características de una víctima más independiente 
acarreará mayores atribuciones de culpa que aquélla más convencional; del mismo 
modo, no resistirse durante un ataque sexual o no sufrir un daño considerable puede 
ser interpretado por los observadores como señal de consentimiento o aceptación 
del encuentro sexual forzado, los factores como la intencionalidad de la víctima, la 
previsibilidad que tuvo ella del ataque y la concepción de la violación como un acto 
de placer versus un acto de violencia determinan las atribuciones de culpa (Trujano 
& Raich, 2000). 
 
En este tipo de delito (sexual) no aparece en gran parte, el objetivo sexual 
claramente identificable, pero si una humillación de contenido sexual hacia la mujer. 
El componente fundamental de la violación no es el sexo si no la hostilidad/poder 
hacia la víctima; es el imponerse por medio de la coacción o simplemente el temor. 
Dicho factor de poder o dominio del agresor se encuentra de manera confusa unido 
a la internalización de la agresión como una humillación por parte de la mujer 
victimizada (Soria & Hernández, 1994). 
 
 
23 
Las culturas que presentan un sistema de dominación de género contribuyen a la 
desigualdad. Si bien no se ha estudiado de manera suficiente la naturaleza social de 
la violación, como sexual, de las mujeres y los niños, quienes son más vulnerables a 
la victimización sexual. En ese sentido, se ha señalado que la civilización es la que 
ha creado y fomentado la violación. En síntesis, se reconoce que la violación no es 
la satisfacción de un impulso físico o de un instinto natural, sino más bien un acto 
cultural (De la Garza & Díaz, 1997). 
 
Actualmente, en los delitos sexuales existe un consenso de que la comprensión 
de los mismos debe efectuarse en términos de las teorías de la violencia más que de 
la motivación sexual (Hollin, 1989 en Soria & Hernández, 1994). 
 
A continuación se especifican las principales consecuencias físicas, 
psicológicas y sociales generadas al ser víctima de un delito sexual como lo es en 
este caso, el abuso sexual y la violación. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
24 
1.3 Consecuencias físicas, psicológicas y sociales de la violencia sexual 
 
La conducta criminal es un comportamiento complejo multivariado que ha sido objeto 
de estudio de numerosas ciencias, con las cuales la psicología establece un 
continuo diálogo: criminología, sociología y biología del delito. En la agresión sexual 
se configuran elementos de poder-sumisión (agresor- víctima) que determinan tanto 
las motivaciones individuales previas al suceso por parte del agresor como las 
propias características del delito (Soria & Hernández, 1994). 
 
Entendemos por víctima, psicosocial y jurídicamente hablando, a toda persona, 
colectivo o institución que directa, o indirectamente, hayan sufrido los efectos 
derivados de una acción delictiva, ya sean lesiones físicas o mentales, alteraciones 
psicosociales de su funcionamiento habitual, pérdida financiera o menoscabo 
sustancial de sus derechos fundamentales como persona. Todo ello al margen de la 
identificación, aprehensión, enjuiciamiento y condena del perpetrador, 
independientemente de la relación (familiar o interpersonal) sostenida entre el 
agresor y la víctima, incluyendo tanto los núcleos sociales más próximos como 
aquellos más distantes afectados directamente por el delito o que actuaron en su 
defensa en el momento del suceso (Soria & Hernández, 1994). 
 
 Una vez ocurrido el evento traumático, sus consecuencias psicológicas y 
sociales negativas pueden prolongarse a lo largo de la vida de las personas. Las 
víctimas de este tipo de violencia suelen describir sentimientos de temor, odio, 
vergüenza, desvalorización, culpa, asco, tristeza, desconfianza, aislamiento, 
 
25 
marginamiento y ansiedad. En niños y niñas se pueden presentar, de forma 
adicional, síntomas de trastornos del comportamiento inespecíficos, consistentes en 
cambios bruscos en la conducta como: miedos excesivos, fobias, temor a dormir 
solos, terrores nocturnos, trastornos del sueño, pesadillas, sobrexcitación, 
comportamientos agresivos, fugas del hogar, aislamiento social, mal rendimiento o 
abandono escolar y tendencias suicidas (Dallos & Cols., 2008). 
 
También pueden presentar otras manifestaciones inespecíficas, como 
anorexia, dolor abdominal, enuresis, encopresis, disuria, rectalgia, flujo vaginal, 
secreción uretral e inclusoligeras lesiones en el área genital, alteraciones del 
comportamiento sexual (curiosidad sexual exagerada o masturbación compulsiva) o 
un conocimiento inapropiado del comportamiento sexual del adulto (Dallos & Cols., 
2008). 
La violencia tiene una cualidad retraumatizante y su efecto es también mediato. Se 
trata de un efecto de largo plazo que genera en la víctima una incapacidad cada vez 
mayor de llevar a cabo su vida normal. Tal efecto tiene que ver con la reactualización 
imaginaria (aunque sea por vía de una memoria temerosa) de la violencia sufrida. Es 
como si la violencia tuviera la capacidad de instalarse en la vida anímica, y 
periódicamente manifestara a través de imágenes terribles, la presencia de aquello que 
se consideraba dejado atrás. Los flashbacks, los recuerdos o sueños que se presentan 
en el síndrome de estrés postraumático son la evidencia metafórica de la presencia 
permanente de un poder terrible y aniquilador (Manero & Villamil, 2003). 
 
26 
La violencia sexual repercute hondamente en la salud física y mental de las víctimas. 
Al igual que las lesiones, se asocia a un mayor riesgo de diversos problemas 
sexuales y reproductivos con consecuencias que se manifiestan tanto de inmediato 
como muchos años después de la agresión. En la salud mental, las repercusiones 
son tan graves como en la física, y pueden ser también muy duraderas. La 
mortalidad asociada a la violencia sexual puede deberse al suicidio, a la infección 
por el VIH o al homicidio (OMS, 2002b). 
 
Existen factores que aumentan el riesgo de que una persona se vea forzada a 
mantener relaciones sexuales, y otros que, a su vez, aumentan el riesgo de que un 
individuo obligue a otra persona a mantenerlas. Se ha relacionado también el 
comportamiento sexualmente violento en varones con el hecho de haber 
presenciado escenas de violencia familiar y de haber tenido padres emocionalmente 
distantes y desatentos. Otros factores que contribuyen a ello son la pobreza y la vida 
en una comunidad que tolera la violencia sexual y la castiga con sanciones blandas. 
La violencia sexual es también más frecuente allí donde impera un firme 
convencimiento de los derechos sexuales del varón o los roles de los sexos son más 
rígidos (OMS, 2002b). 
 
Las alteraciones en la psicosexualidad no sólo podrían estar asociadas a una 
desviación en el desarrollo normal de la sexualidad, sino que también implican una 
incorporación de la misma en forma alterada. Esta situación se puede visualizar 
claramente, por ejemplo, cuando ocurre un embarazo producto de la agresión 
sexual, viéndose modificado el proyecto de vida de la víctima; o bien ante una 
 
27 
infección de transmisión sexual. De tal modo, el impacto no sólo se evidenciará en 
sus consecuencias inmediatas, sino que también puede manifestarse en las 
relaciones vinculares madre/hijo, transmitiendo el daño a la siguiente generación 
(Guía para la evaluación pericial de daño en víctimas de delitos sexuales, 2010). 
 
En relación al abuso sexual se señala que algunas personas que lo han vivido 
se sienten avergonzadas o culpables, y se responsabilizan de algunas de las 
situaciones alrededor del abuso sexual, sea por haberlo permitido, no haberlo 
evitado o incluso por creer que, de alguna manera, lo provocaron o participaron 
activamente en él. La culpa y vergüenza pueden manifestarse también por el hecho 
de haber sentido placer, por sus propios sentimientos generados a raíz del abuso 
sexual o por las consecuencias que el descubrimiento del abuso tuvo en sus familias 
y relaciones (Quintero & Andrade, 2012). 
 
Los sentimientos de culpa y vergüenza suelen permanecer por mucho tiempo y 
llevan a que los individuos tengan una imagen negativa de sí mismos, se sientan 
“malos” o “sucios” y crean que merecen situaciones dañinas o dolorosas a manera 
de castigo. Esos sentimientos pueden explicar algunas conductas comúnmente 
observadas en personas que han vivido abuso sexual infantil, como los 
pensamientos de devaluación y minusvalía, la baja autoestima, las conductas 
autodestructivas, la depresión, las pobres expectativas a futuro, la dificultad para 
entablar relaciones, el temor y la ansiedad. 
Esos sentimientos resultan ser parte fundamental en el proceso que viven las 
víctimas de abuso sexual y de igual forma son mediadores esenciales en su 
 
28 
recuperación. La evidencia de sentimientos de culpa y vergüenza en personas que 
han vivido abuso sexual infantil, así como los efectos de ambas en la sintomatología 
y en el posterior ajuste adaptativo, remite a la trascendencia no sólo de diseñar 
propuestas de intervención que puedan incidir en la vergüenza y la culpa y así 
mediar los efectos negativos del abuso sexual infantil, sino de contar con 
evaluaciones adecuadas de sus resultados (Quintero & Andrade, 2012). 
 
Las víctimas de abuso sexual tienen una incidencia alta de trastorno por estrés 
postraumático (TEPT), trastorno del pánico y abuso de Sustancias Psico Activas 
(SPA). Se ha sugerido que el TEPT se asocia con la gravedad del abuso, el número 
de eventos de abuso, la duración y frecuencia, la presencia de penetración, la 
exposición previa a otros sucesos traumáticos (especialmente a edad temprana), el 
sexo femenino, el bajo nivel de educación y de ingresos y algunos factores 
biológicos. 
 
La información presentada es útil para entender el fenómeno de la violencia 
sexual y específicamente sobre el delito violación que se comete contra las mujeres, 
pero más allá de una definición de dicho término, lo que se pretendió en esta 
investigación fue conocer la percepción que tienen las mujeres víctimas de violación 
sobre la atención psicológica que recibieron en el Centro de Terapia de Apoyo a 
Víctimas de Delitos Sexuales (CTA) y que de acuerdo a la intervención terapéutica 
brindada (individual y grupal), se analizó la percepción que cada una refirió en 
relación a los cambios observados en su calidad de vida. 
 
29 
Inicialmente surgen diversas interrogantes como por ejemplo: ¿A qué se refiere la 
percepción de calidad de vida? ¿Qué es calidad de vida? ¿Significa lo mismo calidad 
de vida y bienestar subjetivo? ¿Qué dimensiones engloba la calidad de vida? entre 
otras. Con el fin de profundizar sobre esta temática se presenta una introducción 
sobre el significado de felicidad y bienestar subjetivo que se relacionan de manera 
directa con este constructo llamado <calidad de vida>. 
 
 
 
 
 
 
 
 
30 
 
 
Capítulo 2 
 Calidad de vida: Una 
visión integradora 
 
 
 
 
 
 
 
 
31 
Capítulo 2 
 Calidad de vida: Una visión integradora 
Uno de los principios constantes en la vida cotidiana, es la necesidad de predecir la 
conducta, sentimientos, pensamientos y reacciones de las demás personas, sobre 
todo en la medida que nos afectan, se puede decir que una de las razones, quizá la 
principal, de nuestra supervivencia como especie y como individuos está en la 
adecuada percepción del medio –físico y social- y en la adaptación a éstas 
condiciones cambiantes (Morales, Rebolloso, Fernández, Huici, Marques, Páez & 
Turner, 1996). 
Morales & Cols. (1996) explican que la percepción comprende dos procesos, el 
primero abarca la recodificación o selección del enorme caudal de datos que nos 
llega del exterior, reduciendo su complejidad y facilitando su almacenamiento y 
recuperación en la memoria, y como segundo proceso se encuentra el intento de ir 
más allá de la información obtenida, con el fin de predecir acontecimientos futuros. 
Los autores agregan que nuestras percepciones de los objetos y de las demás 
personas, tienen un significado. Los diversos estímulos que percibimos pasan al 
interior de nuestra mente a través de un tamiz cuya función primordial consiste en 
<interpretarlos> otorgándoles significados. 
Estos autores señalan que se debe concebir a la percepción como un proceso 
selectivo, dinámico yfuncional, ya que percibir consiste básicamente en formular 
hipótesis y tomar decisiones. Dicho proceso está determinado por las necesidades, 
 
32 
valores sociales, aprendizajes, y en general, por las características permanentes y 
temporales de los individuos. 
Con la información brindada anteriormente cabe resaltar de qué manera se 
relacionan los conceptos de percepción, felicidad, bienestar subjetivo y calidad de 
vida. Bajo esta línea de definiciones iniciaremos con la relación entre los conceptos 
de felicidad y bienestar subjetivo para posteriormente explicar el constructo de 
calidad de vida. 
 
2.1 Felicidad y Bienestar subjetivo: ¿Significan lo mismo? 
El estudio de la felicidad ha sido por mucho tiempo un escenario para la 
especulación filosófica. Por carecer de mediciones empíricas sobre la felicidad, no 
ha sido posible verificar propuestas en relación con ella. Por lo tanto, el 
entendimiento de la felicidad ha permanecido especulativo e incierto. Durante las 
últimas décadas, algunos métodos de investigación y estudios presentados por las 
ciencias sociales han proporcionado un gran adelanto. Se han desarrollado formas 
de medición confiables para la felicidad, por medio de las cuales ha evolucionado un 
cuerpo significante de conocimiento (Garduño, Salinas & Rojas, 2005). 
 
 De acuerdo con estos autores se explica que desde los años sesenta apareció 
un nuevo tema de investigación, ya que en aquel tiempo la mayoría de las Naciones 
Occidentales se habían convertido en Estados de bienestar abundante. Se 
reconocieron límites para el crecimiento económico y algunos valores 
 
33 
posmaterialistas ganaron terreno lo cual llevó a concepciones más amplias y a 
mediciones de una buena vida. En consecuencia a ello, se introdujeron nuevos 
términos como calidad de vida y bienestar, así también revivieron términos antiguos 
como el de felicidad. En un principio estas nociones fueron polémicas y sirvieron 
para denotar que hay algo más que un bienestar material ya que rápidamente se 
desarrollaron hacia conceptos más sustantivos, y resultaron ser temas de 
investigación empírica (Garduño & Cols., 2005). 
 
Concepto y definición de felicidad 
De acuerdo con Garduño & Cols. (2005), el concepto de felicidad se explica 
como el "goce subjetivo de la vida" (p.27). Dichos autores definen a la felicidad 
como el “grado en el cual un individuo evalúa la calidad global de su vida presente 
como un todo de manera positiva” (p. 27), en otras palabras, que tanto le agrada la 
vida que tiene. 
 
Estos autores explican que la evaluación global de la vida involucra todos los 
criterios que surgen en la mente del individuo: qué bien se siente, qué bien cumple 
sus expectativas y qué tan deseable se estima que es. Cuando se valora que tanto 
apreciamos la vida que vivimos, parece que se usan dos fuentes de información: 
primero el aspecto emocional, estimamos qué bien nos sentimos generalmente, y 
segundo en el nivel cognitivo comparamos "la vida como es" en relación con 
estándares de cómo "debe ser la vida". . 
 
34 
Las valoraciones de la vida pueden estar referidas a diferentes periodos de tiempo: 
cómo ha sido la vida, cómo es ahora y cómo será probablemente en el futuro. Estas 
evaluaciones no coinciden necesariamente; uno puede ser positivo acerca de la vida 
pasada, pero negativo acerca del futuro. La apreciación de la vida presente no es la 
misma que la del estado de ánimo del momento. Se puede estar insatisfecho con la 
vida pero sentirse eufórico ocasionalmente. El afecto momentáneo puede influenciar 
la percepción de las experiencias de vida y el juicio global de la misma, pero no es 
sinónimo con el concepto de felicidad (Garduño & Cols., 2005). 
Las necesidades esenciales o requerimientos a los que Maslow en 1970 hace 
referencia, son las necesidades fisiológicas de nutrientes, buen funcionamiento 
físico, protección corporal y abrigo de la intemperie y las necesidades psicológicas 
para un buen funcionamiento mental y en sociedad (Garduño & Cols., 2005). 
Las evaluaciones de la vida pueden diferir en muchos aspectos. Una diferencia 
está en su certeza: algunas personas son más definitivas acerca de su valoración de 
la vida mientras que otras vacilan. Algunos críticos sociales están todavía renuentes 
a aceptar que el hombre contemporáneo es feliz. De acuerdo con ellos, la felicidad 
reportada la consideran un ajuste sombrío. Más que disfrutar la vida, la gente reporta 
tener esperanza de una vida mejor y de ajuste a lo inevitable (Ipsen, 1978 en 
Garduño & Cols., 2005). 
 
En relación a lo anterior, los autores refieren que se pueden emplear diversas 
estrategias de defensa como son: la simple negación de la miseria propia, la 
comparación con los menos felices, y la tendencia a ver las cosas más agradables 
 
35 
de lo que son en realidad. Las personas deprimidas verían el mundo de una manera 
más realista pues es también menos amenazante admitir que uno se haya sentido 
deprimido en las últimas semanas, que admitirse desilusionado de la vida. 
En conjunto, estos hallazgos sugieren que la gente tiende a disfrutar sus vidas 
cuando las condiciones son tolerables. Esto no parece sorprendente desde el punto 
de vista biológico-adaptativo dado que es improbable que la naturaleza nos haya 
agobiado con infelicidad crónica. Como la "salud", la felicidad pareciera ser la 
condición normal (Garduño & Cols., 2005). . 
 
Es importante hacer notar que la felicidad y la queja no se excluyen 
lógicamente. Uno puede estar satisfecho con una vida como-un-todo pero aun así 
estar consciente de un déficit alarmante. De hecho, ambos se derivan de una 
reflexión sobre la vida. La preocupación puede contribuir a conseguir la felicidad al 
final. Solamente por medio del reconocimiento de los pros y contras podemos hacer 
frente a los problemas de la vida de forma efectiva. Los determinantes de la felicidad 
son entendidos vagamente. Aun así, es claro que diversos niveles del 
funcionamiento humano están involucrados: acción colectiva y conducta individual, 
experiencias sensoriales simples y cognición superior, características estables de los 
individuos y de su ambiente, y los caprichos del destino (Garduño & Cols., 2005). 
 
El juicio sobre la vida se trata sobre el flujo de las experiencias de vida, 
particularmente sobre la experiencia positiva y negativa. El flujo de las experiencias 
 
36 
es una reacción mental a la ruta de sucesos de vida que incluye grandes eventos 
que ocurren una vez solamente como el matrimonio o la migración, así como 
acontecimientos repetitivos mundanos como levantarse por la mañana y lavar los 
platos. Los sucesos que ocurren en la vida son parcialmente un asunto de buena o 
mala suerte, como en el caso de los accidentes. La ocurrencia de los eventos de 
vida también depende de ciertas condiciones y de capacidades personales. Los 
accidentes automovilísticos son menos frecuentes en sociedades bien organizadas y 
entre personas atentas. De tal manera, las posibilidades de vivir hechos 
"gratificantes" y "repugnantes" no son las mismas para todos. 
Esto comúnmente se conoce como oportunidades en la vida. 
Las oportunidades en la vida actuales tienen su origen en eventos pasados y en las 
estructuras de oportunidades, en la historia de la sociedad y en el desarrollo 
individual (Garduño & Cols., 2005). 
 
¿Qué entendemos entonces por bienestar subjetivo? 
 
La literatura actual sobre bienestar subjetivo refleja diferentes enfoques 
metodológicos ante el estudio del constructo, así como la utilización de 
conceptualizaciones que aun cuando no lo sean han sido consideradas como 
sinónimos entre sí reflejándose la confusión a nivel internacional respecto a la 
intercambiabilidad de términos como bienestarsubjetivo, felicidad, calidad de vida, 
balance efectivo, salud entre otros, poniendo en tela de juicio la comparación entre 
 
37 
los diversos resultados obtenidos por diferentes investigadores (Garduño & Cols., 
2005). 
Probablemente, ante la imposibilidad de abarcar todos los aspectos o 
dimensiones del constructo a través de los años, de los diversos enfoques teóricos 
en su estudio, así como de los propios objetivos de los investigadores, se optó por 
analizar los diversos componentes del bienestar por separado, lo cual si bien ha 
favorecido el desarrollo del constructo en la economía, por ejemplo, definiéndolo 
como distribución de la riqueza, nivel socioeconómico, etc. ha creado mucha 
confusión en el terreno de la psicología, donde los elementos afectivos y cognitivos 
no siempre han sido considerados simultáneamente, e incluso ya dentro de la 
dimensión afectiva, con poca frecuencia se han tenido en cuenta muestras 
representativas del fenómeno y se ha considerado, quizá con mayor frecuencia, tan 
sólo la felicidad, como un sinónimo de bienestar subjetivo (Bisquerra, 2013). 
 El término bienestar subjetivo se refiere a la percepción propia, personal, única 
e íntima (subjetiva) que el individuo tiene, precisamente sobre su situación física y 
psíquica, y que no necesariamente coincide con la apreciación concreta y objetiva 
que se genera de la evaluación que desde el exterior se hace de los indicadores 
observables de dichas situaciones, es decir de la calidad de vida de los individuos 
(Bisquerra, 2013). 
Garduño & otros (2005), definen bienestar subjetivo como la relación entre la 
importancia que el individuo atribuye y la satisfacción que obtiene respecto de varios 
aspectos de su vida. Una premisa fundamental es que existe una relación entre los 
 
38 
elementos que las personas identifican con importantes en su vida y la participación 
que tienen en ellos. . 
 
2.2 ¿Qué es calidad de vida? 
 
El tema de la calidad de vida se encuentra de alguna manera presente en gran parte 
de las discusiones académicas y de la vida diaria general. Podríamos decir que 
todas nuestras actividades así como cualquier tipo de programa social, a todos los 
niveles, tiene implícito un interés por mejorar la vida de la gente. Tanto las personas 
en particular, como los gobiernos en general están interesados por mejorar las 
condiciones de su vida o aquellas de la sociedad. A nivel de gobierno, en los países 
más industrializados existe desde hace algunos años la preocupación por considerar 
las opiniones, intereses e importancia de sus ciudadanos sobre una variedad de 
aspectos o dimensiones de vida (Garduño & Cols., 2005). 
 
De acuerdo con Garduño & Cols. (2005), en México el tema de la calidad de 
vida es relativamente nuevo aún entre las personas dedicadas al desarrollo y 
transmisión de la ciencia, y no existen instancias oficiales a cargo de monitorear de 
manera sistemática la percepción de la gente sobre sus vidas. 
Explican además que en el campo de la investigación social en México, el tema 
empezó a cobrar interés, especialmente desde disciplinas como la psicología, la 
sociología y recientemente, la economía. Los estudios valiosos que se han 
 
39 
desarrollado en diversas universidades y centros de investigación parecen ser 
todavía iniciativas individuales de los investigadores. 
 
En el campo de la salud mental, la calidad de vida se asocia con enfoques que 
intentan mejorar el desarrollo personal y las condiciones de vida para las personas 
con problemas psicológicos. La investigación ha estado unida a la aparición de 
enfoques comunitarios en los servicios de cuidado de población general. También se 
ha dirigido a valorar las consecuencias de diversos tratamientos sobre el 
funcionamiento social y emocional de la persona en su vida diaria, así como se ha 
preocupado por analizar la incidencia del apoyo social en el desarrollo de las 
enfermedades y problemas presentados por las personas. Además, la investigación 
en el área de la salud mental y comportamental se ha relacionado con el análisis de 
los servicios prestados a la población y su eficacia, así como la satisfacción del 
usuario con esos servicios (Schalock & Verdugo, 2003). 
 
Considerando más definiciones de calidad de vida se cita lo siguiente: 
 
“La calidad de vida es un estado de satisfacción general, derivado de 
la realización de las potencialidades de la persona. Posee aspectos 
subjetivos y aspectos objetivos. Es una sensación subjetiva de 
bienestar físico, psicológico y social. Incluye como aspectos subjetivos, 
la intimidad, la expresión emocional, la seguridad percibida, la 
productividad personal y la salud percibida. Como aspectos objetivos, 
el bienestar material, las relaciones armónicas con el ambiente físico y 
 
40 
social, y con la comunidad, y la salud objetivamente percibida” (Ardila, 
2003, p. 1). 
 
La calidad de vida, para poder evaluarse, debe reconocerse en su concepto 
multidimensional que incluye estilo de vida, vivienda, satisfacción en la escuela y en 
el empleo, así como situación económica. Es por ello que la calidad de vida se 
conceptualiza de acuerdo con un sistema de valores, estándares o perspectivas que 
varían de persona a persona, de grupo a grupo y de lugar a lugar; así, la calidad de 
vida consiste en la sensación de bienestar que puede ser experimentada por las 
personas y que representa la suma de sensaciones subjetivas y personales del 
”sentirse bien” (Ávila & Velarde, 2002). 
 
Una distinción clásica se da entre la calidad de vida objetiva y subjetiva. La 
primera se refiere al grado en que una vida cumple estándares explícitos de "buena 
vida", tal como sería evaluada por un observador imparcial externo. Por ejemplo, el 
resultado de un examen médico. La segunda se refiere a autovaloraciones basadas 
en criterios implícitos, por ejemplo, un sentimiento subjetivo de la salud. Estas 
cualidades no necesariamente corresponden entre sí: alguien puede gozar de buena 
salud, según el criterio de su médico, pero sentirse mal en su interior. El etiquetado 
conduce al mal entendimiento, la palabra objetivo sugiere una verdad indiscutible, 
mientras que el término subjetivo es fácilmente interpretado como una cuestión de 
preferencia arbitraria. Esta sugerencia es falsa; el hecho de que el ingreso pueda 
medirse de manera objetiva no significa que su valor está más allá de 
cuestionamiento (Garduño & Cols., 2005). 
 
41 
Cuando se evalúan los efectos externos de una vida se puede considerar su 
funcionalidad en relación con el ambiente. En este contexto, los doctores enfatizan 
qué tan esencial es la vida del paciente para sus allegados. La vida de una madre 
con hijos pequeños se evalúa tan alta como la vida de otra mujer de la misma edad 
sin hijos (ejemplos en la religión, la historia, la moral, la ecología). 
 
 Al evaluar nuestra vida sumamos esta rica experiencia dentro de la evaluación 
total. Por ejemplo, apreciamos los dominios de la vida. Cuando preguntamos cómo 
nos sentimos acerca de nuestro trabajo o nuestro matrimonio, la mayoría de 
nosotros tendrá una opinión. De manera similar, la mayoría de las personas forman 
ideas acerca de cualidades separadas de su vida, por ejemplo, cómo enfrentar su 
vida y si hay algún significado en ella. Tales juicios se hacen con diferentes 
perspectivas de tiempo: en el pasado, en el presente y en el futuro. Como el futuro 
es menos palpable que el pasado y el presente, las esperanzas y miedos dependen 
más de inclinaciones afectivas que de cálculos cognitivos. Junto con los aspectos de 
la vida, juzgando la vida como un todo (Garduño & Cols., 2005). . 
 
 El goce de ciertos aspectos de la vida tradicionalmente contribuirán a la 
satisfacciónde la vida como un todo (el llamado efecto particular-general), y el goce 
de la propia vida como un todo parece fomentar la satisfacción de aspectos de la 
vida (general-particular). Aun así no son cuestiones idénticas. Se puede tener un 
matrimonio feliz y está insatisfecho con la vida como un todo o estar satisfecho con 
la vida como un todo a pesar de un matrimonio infeliz. La experiencia del goce 
 
42 
puede ser momentánea o duradera. A veces se refiere a estados de ánimo 
pasajeros y a veces a satisfacciones más estables (Garduño & Cols., 2005). 
El concepto de calidad de vida tuvo su origen en la constatación de que los 
crecimientos económicos producían consecuencias negativas sobre otras 
dimensiones de las necesidades humanas y que, por tanto, era necesario considerar 
estas nuevas dimensiones cuando se valoraban proyectos sociales y económicos 
que se basaban casi exclusivamente en el incremento de los bienes materiales o 
monetarios, y despreciaban los efectos que tenían sobre la calidad ambiental o la 
identidad de los individuos (Torres, 2010). 
 
 
2.3 Dimensiones e indicadores de calidad de vida 
Dentro de la clasificación propuesta por Schalock & Verdugo (2003), se 
consideran las siguientes dimensiones con sus indicadores particulares, las cuales 
se utilizan para comprender de una manera más específica lo complejo del 
constructo calidad de vida. Esto es con fines prácticos para el análisis de la 
percepción de las mujeres víctimas de violación sobre la relación de la intervención 
terapéutica y su calidad de vida. 
 
 
 
 
43 
2.3.1 Relaciones Interpersonales 
Como primera dimensión se incluyen las Relaciones Interpersonales: en donde se 
incluyen las Interacciones; refiriéndose específicamente a la vida social (contactos, 
reuniones, Conducta social, Aislamiento, Soledad, Comunicación, Redes sociales, 
Conflictos, Hostilidad) así como también incluye a la Familia, los apoyos, el Afecto 
(Sentimientos, emociones, empatía) y finalmente las Relaciones de amistad e 
intimidad (Schalock & Verdugo, 2003). 
 
Por lo cual se entiende como relación Interpersonal cualquier proceso que 
conlleve la estimulación o respuesta entre dos o más individuos. La interacción 
social persistente entre determinados individuos conduce a la formación de 
relaciones sociales (APA, 2010). 
 
Con las cuestiones de estatus social también deben considerarse las 
relaciones sociales. Para ambas, las relaciones primarias se dan en la esfera de la 
vida privada y las secundarias en la vida pública. Los lazos íntimos se refieren a la 
felicidad que está consistentemente relacionada con la presencia y calidad de 
relaciones privadas. Sin embargo no todos los tipos de lazos son relacionados de la 
misma manera a la felicidad en todos los países (Garduño & Cols., 2005). 
 
 
 
 
 
44 
2.3.2 Desarrollo personal 
Como segunda dimensión se encuentra el Desarrollo Personal: el cual engloba la 
Educación, las Habilidades, la Actividad voluntaria, el Progreso 
(Éxito/Logros/soluciones, Productividad, Mejora, Evolución), el Rendimiento 
(Funcionamiento personal/conductual, Resolución, Rendimiento/ejecución) y la 
competencia personal (Schalock & Verdugo, 2003). 
De manera global el desarrollo personal se refiere a la adquisición gradual de 
habilidades, actitudes, relaciones y comportamientos que permiten que el individuo 
interactúe con los demás y funcione como miembro en la sociedad (APA, 2010). 
 
2.3.3 Bienestar emocional 
Como tercera dimensión se encuentra el Bienestar Emocional: que incluye la 
Satisfacción (Placer/diversión, Frustración, Intentos/ideas de suicidio, Angustia 
psicológica), la Ausencia de estrés (Relación a situaciones estresantes, 
Ansiedad/nerviosismo/agitación, Intranquilidad/relajación, Tolerancia/resistencia, 
Afrontamiento/reducción del estrés) el Autoconcepto 
(Autoconciencia/autoconocimiento, Autoestima, Imagen personal/corporal, Identidad, 
Conocimiento personal) la Seguridad, la Felicidad y la Espiritualidad (Schalock & 
Verdugo, 2003). 
 
45 
Esta dimensión compete de manera relevante a la Psicología, dado que lo que se 
pretende mejorar con una Intervención Terapéutica adecuada es inicialmente el 
bienestar emocional de la persona. 
De acuerdo con la APA (2010), podemos entender al bienestar emocional de 
forma general como: la expresión mediante un afecto positivo cuando se alcanza 
una meta, el alivio cuando se evitan sensaciones desagradables o la satisfacción 
cuando la persona disfruta el estado actual de las cosas. Incluye elementos 
experienciales, conductuales y fisiológicos, por medio de los cuales el individuo 
intenta lidiar con una cuestión o suceso personalmente significativo. 
 
2.3.4 Bienestar físico 
La cuarta dimensión corresponde al Bienestar Físico: Salud (Síntomas de 
enfermedad, Funcionamiento físico, Estado físico, Dolor, Fatiga física, 
Energía/vitalidad, Sueño, Percepción de salud, Dependencia física (de drogas), 
Medicación/farmacología), la Atención Sanitaria (Atención médica, Asistencia 
sanitaria, Intervención/tratamiento), las Actividades de la vida diaria (Práctica 
diaria/funcionamiento, Auto cuidado/higiene), el Ocio y Actividades Recreativas, la 
Nutrición y la Movilidad (Schalock & Verdugo, 2003). 
Un aspecto relacionado a la esperanza de vida tiene que ver que en muchas 
sociedades ésta ha aumentado de manera considerable, sin embargo no siempre va 
unido con una vida de calidad (Garduño & Cols., 2005). 
 
46 
2.3.5 Inclusión social 
La quinta dimensión es la Inclusión social que aborda temas referentes a: los Roles 
(Funcionamiento/rol social, Nivel funcional, Desempeño de rol), los Apoyos 
(Recursos de apoyo social, Ayudas sociales, Asistencia social), el Ambiente 
Residencial (Ambiente hospitalario, Ambiente ambulatorio) las Actividades 
comunitarias (Actividades sociales/entrenamiento, Social/participación/conducta 
social, Tareas comunitarias/ejercicios) la Aceptación (Administración/rechazo, 
Adaptación social/Inclusión social/Pertenencia social) y el Ambiente de Trabajo 
(Schalock & Verdugo, 2003). 
 
De acuerdo con la APA (2010), una interacción social comprende el desarrollo 
de la cooperación y la competencia, la influencia de la condición y los roles sociales, 
la dinámica del comportamiento, el liderazgo y la conformidad del grupo. 
 
2.3.6 Autodeterminación 
La sexta dimensión se refiere a la Autodeterminación: la Autonomía 
(Independencia, Autosuficiencia, Autoapoyo, Automantenimiento, Autocuidado), las 
Metas/Valores/Personales (Proyecto personal de vida, 
Expectativas/deseos/aspiraciones, Esperanzas, Sueños/ambiciones), el Control 
Personal, el Control Ambiental (Asesoramiento/consejo), las Decisiones, Elecciones, 
Autodirección y Actitudes. 
 
47 
La autodeterminación se refiere a ejercer control o dominio sobre uno mismo. Actuar 
como el principal agente causal de su vida, hacer elecciones y tomar decisiones 
respecto a la calidad de vida propia, sin influencias o interferencias externas 
innecesarias. 
 
2.3.7 Bienestar material 
La séptima dimensión incluye el Bienestar Material: el Empleo, la Vivienda, las 
Finanzas, el Nivel Socioeconómico, la Seguridad y la Propiedad (Schalock & 
Verdugo, 2003). 
Es innegable que las condiciones materiales de vida, aquellas relacionadas con 
lo que algunos autores llaman bienestar objetivo, son fundamentalmente como nicho 
donde se lleva a cabo la vida de las personas, donde las necesidades deficitarias se 
satisfacen en alguna medida y donde el desarrollo económico y social de la 
comunidad donde se asienta la población, da oportunidades de desarrollo a los 
individuos (Garduño & Cols., 2005). 
Una premisa que precisan los autores refiere que la felicidad es más grande en 
los países económicamente más prósperos. Mientras más rico es el país más felices 
son sus

Continuar navegando