Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE MEDICINA DIVISIÓN DE ESTUDIOS DE POSTGRADO E INVESTIGACIÓN DEPARTAMENTO DE MEDICINA FAMILIAR INSTITUTO DE SEGURIDAD SOCIAL DEL ESTADO DE MÉXICO Y MUNICIPIOS HOSPITAL MATERNO INFANTIL. TOLUCA, ESTADO DE MÉXICO PREVALENCIA DE COMORBILIDAD Y COMPLICACIONES CRÓNICAS EN LOS DERECHOHABIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO 2 EN LA CLÍNICA DE CONSULTA EXTERNA ISSEMYM IXTLAHUACA DE ENERO A DICIEMBRE DE 2007 TESIS QUE PARA OBTENER EL DIPLOMA DE ESPECIALISTA EN MEDICINA FAMILIAR PRESENTA M.C. MARÍA GUADALUPE BECERRIL GARCÍA TOLUCA, MÉXICO FEBRERO DE 2010 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. TRABAJO QUE PARA OBTENER EL DIPLOMA DE ESPECIALISTA EN MEDICINA FAMILIAR M. C. MARÍA GUADALUPE BECERRIL GARCÍA AUTORIZACIONES ESP. M.F. DANIEL GODINEZ TAMAY PROFESOR TITULAR DEL CURSO DE ESPECIALIZACIÓN EN MEDICINA FAMILIAR EN INSTITUTO DE SEGURIDAD SOCIAL DEL ESTADO DE MÉXICO Y MUNICIPIOS HOSPITAL MATERNO INFANTIL TOLUCA, ESTADO DE MÉXICO ASESORES DE TESIS ESP. EN S.P. DOMINGO HERNÁNDEZ GONZÁLEZ MÉDICO ADSCRITO A LA UNIDAD DE EPIDEMIOLOGÍA CLÍNICA INSTITUTO DE SEGURIDAD SOCIAL DEL ESTADO DE MÉXICO Y MUNICIPIOS CENTRO MÉDICO TOLUCA, ESTADO DE MÉXICO M. EN C. EDUARDO BREA ANDRÉS ESP. EN MEDICINA INTERNA Y ENDOCRINOLOGÍA POR LA UNAM M. EN C MÉDICAS POR LA UNAM COORDINADOR CLÍNICO DE EDUCACIÓN E INVESTIGACIÓN MÉDICA DEL INSTITUTO DE SEGURIDAD SOCIAL DEL ESTADO DE MÉXICO Y MUNICIPIOS M. ESP. P. VÍCTOR MANUEL VILLAGRÁN MUÑOZ DIRECTOR DE EDUCACIÓN E INVESTIGACIÓN DE SALUD DEL INSTITUTO DE SEGURIDAD SOCIAL DEL ESTADO DE MÉXICO Y MUNICIPIOS TOLUCA, MÉXICO FEBRERO 2010 PREVALENCIA DE COMORBILIDAD Y COMPLICACIONES CRÓNICAS EN LOS DERECHOHABIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO 2 EN LA CLÍNICA DE CONSULTA EXTERNA ISSEMYM IXTLAHUACA DE ENERO A DICIEMBRE DE 2007 TRABAJO QUE PARA OBTENER EL DIPLOMA DE ESPECIALISTA EN MEDICINA FAMILIAR M. C. MARÍA GUADALUPE BECERRIL GARCÍA AUTORIZACIONES DR. FRANCISCO JAVIER FULVIO GÓMEZ CLAVELINA JEFE DEL DEPARTAMENTO DE MEDICINA FAMILIAR FACULTAD DE MEDICINA U. N. A. M. DR. FELIPE DE JESÚS GARCÍA PEDROZA COORDINADOR DE INVESTIGACIÓN DEL DEPARTAMENTO DE MEDICINA FAMILIAR FACULTAD DE MEDICINA U. N. A. M. DR. ISAÍAS HERNANDEZ TORRES COORDINACIÓN DE DOCENCIA DEPARTAMENTO DE MEDICINA FAMILIAR FACULTAD DE MEDICINA U. N A. M. DEDICATORIAS A DIOS Ya que en todo momento me ha provisto de lo necesario para alcanzar mis metas. A MIS PADRES Por su gran ejemplo de vida y responsabilidad. A MIS HIJOS Por esos momentos de ternura y cariño que han sido trascendentes en mi vida. A MIS HERMANOS Ya que sé que siempre puedo contar con su gran apoyo. RESUMEN El papel del médico familiar es fundamental en la prevención de las complicaciones por diabetes, pues éstas se presentarán con menor intensidad y a más largo plazo en la medida que se logre un control glucémico adecuado. Objetivo Determinar la frecuencia de comorbilidad y complicaciones crónicas de la diabetes mellitus en derechohabientes de la C.C.E. ISSEMYM Ixtlahuaca. Material y métodos Estudio transversal, descriptivo, observacional que incluyó a 82 pacientes con diabetes mellitus que acudieron durante el 2007. La información fue extraída de los expedientes clínicos. Para el análisis estadístico se utilizó el programa estadístico SPSS versión 17. Resultados La prevalencia de DM en adultos de 41 a 50 años de edad fue de 32.9 %. En las mujeres fue de 53.7 % y en los hombres de 46.3 %. La prevalencia aumentó en relación directa con la edad, después de los 40 años. Asimismo, fue más frecuente en la población con menor escolaridad (52.4 %). se encontró obesidad en 43 (52.4 %), dislipidemia 37 (45.1 %), hipertensión arterial en 34 casos (41.5 %), neuropatía en 40 (48.8 %), estreñimiento o diarrea en 7 (8.6 %), úlceras del pie en 6 casos (7.3 %), retinopatía en 5 (6.1 %), insuficiencia renal crónica en 4 pacientes (4.9 %), nefropatía en 2 (2.4 %), disfunción eréctil en 2 (2.4 %), secuelas de enfermedad vascular cerebral en 1 (1.2 %), amputación no traumática en 1 (1.2 %), gastroparesia en 1 (1.2 %) y cistopatía en 1 (1.2%). Conclusiones La frecuencia de complicaciones de la diabetes mellitus en la población estudiada fue con tendencia a aumentar con el tiempo de evolución de la enfermedad. Los datos son prueba del grave problema de salud que representa la DM. Su efecto se magnifica al afectar con mayor frecuencia a grupos de población económicamente activa. Los datos reportados son útiles para la instalación de programas de escrutinio y prevención. Los resultados confirman que la diabetes debe ser motivo de investigación en pacientes con DM en familiares de primer grado. SUMMARY The roll of the family doctor is fundamental in the prevention of diabetes complications, because these complications will be minor if there is a good glycemic level control. Objective Determine the frequency of disease and late complications of diabetes mellitus (DM) among population in ISSEMYM Ixtlahuaca. Materials and methods A descriptive analysis included 82 diabetic patients selected in 2007. The information was taken from the clinical charts got. Individual weighted factors were considered in the statistical analysis utilize the program sadistic SPSS form 17. Results The prevalence of DM in adults ages 41-50 years was 32.9 %. The prevalence was 53.7 % in women and 46.3 % in men. It was higher according to age older 40 years. DM was more frequent in the population with the least amount of schooling (52.4 %). Obesity was found in 43 cases (52.4 %), dyslpipidemy in 37 (45.1 %), arterial hypertension in 34 cases (41.5 %), neuropathy in 40 (48.8 %), estreñimiento o diarrhea in 7 (8.6 %), grade 0 diabetic foot ulcers 6 cases (7.3 %), retinopathy in 5 (6.1 %), insufficiency renal chronic in 4 patients (4.9 %), nephropathy in 2 (2.4 %), erectile dysfunction in 2 (2.4 %), sequels of disease vascular cerebral in 1 (1.2 %), amputation no traumatic in 1 (1.2 %), gastroparesia en 1 (1.2 %) y cistopatía en 1 (1.2%). Conclusions The frequencies of DM complications in this with an increasing tendency of develop complications. A result from that DM represents a serious public health. The impact increases when DM affects populations with social or economic active. These results confirm that DM should be screened in patients first-degree family members. INDICE Pagina Introducción 1 Marco Teórico 3 Diabetes Mellitus tipo 2 3 Historia 3 Concepto y clasificación 3 Epidemiologia 4 Diagnóstico 7 Fisiopatología 9 Complicaciones agudas 14 Complicaciones crónicas 15 Tratamiento 26 Complicaciones del tratamiento de la diabetes mellitus 37 Aspectos constantes de la atención integral de la diabetes 38 Planteamiento del problema 40 Justificación 42 Objetivos 44 Objetivo general44 Objetivos específicos 44 Metodología 46 Tipo de estudio 46 Diseño de estudio 46 Población, lugar y tiempo 47 Muestra 47 Criterios 47 Criterios de inclusión 47 Criterios de exclusión 47 Criterios de eliminación 47 Variables 48 Definición operacional de las variables 48 Diseño estadístico 51 Instrumento de recolección de datos 51 Método de recolección de datos 52 Maniobras para evitar o controlar sesgos 52 Prueba piloto 52 Procedimiento estadístico 53 Recursos humanos, materiales, físicos y financiamiento del proyecto 53 Implicaciones éticas 53 Resultados 54 Comorbilidad 52 Discusión 57 Conclusiones 61 Referencias 64 Anexos 68 Anexo de referencia 1 68 Anexo de referencia 2 69 Instrumento final 71 Cuadros y gráficas 74 Cuadro No. 4 74 Cuadro No. 5 74 Cuadro No. 6 75 Cuadro No. 7 75 Gráfica No. 1 76 Cuadro No. 8 76 Gráfica No. 2 77 Cuadro No. 9 77 Gráfica No. 3 78 Cuadro No. 10 78 Cuadro No. 11 79 Cuadro No. 12 79 Cuadro No. 13 Gráfica No 4 80 80 Gráfica No. 4 80 Cuadro No. 14 81 Cuadro No. 15 81 Cuadro No. 16 81 Cronograma 82 TÍTULO PREVALENCIA DE COMORBILIDAD Y COMPLICACIONES CRÓNICAS EN LOS DERECHOHABIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO 2 EN LA CLÍNICA DE CONSULTA EXTERNA ISSEMYM IXTLAHUACA DE ENERO A DICIEMBRE DE 2007 1 Introducción La diabetes mellitus tipo 2 (DMT2) es un síndrome heterogéneo de elevada frecuencia; abarca cerca de 90 % del total de diabéticos. Su prevalencia se ha incrementado y se incrementará aún más debido a las modificaciones socioculturales inducidas por la urbanización y por el progresivo envejecimiento poblacional. 1 La hiperglucemia crónica producida por la diabetes está asociada con lesiones, disfunciones y discapacidades de varios órganos. Los sujetos con diabetes de tipo 2 sin diagnosticar tienen un riesgo significativamente más alto de padecer enfermedades coronarias, ictus o enfermedad vascular periférica que los sujetos normales. También tienen más probabilidades de padecer dislipidemias, obesidad e hipertensión que la población no diabética. 2 El control de la diabetes mellitus requiere la evaluación continua y estricta de un gran número de factores que lo afectan, no solo desde el punto de vista de la glucemia sino de otros participantes en el trastorno metabólico por ella producida, de otras enfermedades asociadas a ella y de hábitos de salud que influyen en su control y en la aparición de diferentes complicaciones. 3 Para abordar éste problema, bajo el punto de vista asistencial, hay que utilizar todos los recursos sanitarios disponibles, por tratarse de pacientes con pluripatología y factores de riesgo asociados que requieren un abordaje integral e integrado, conduce de esta forma a que los pacientes con DMT2 representen uno de nuestros objetivos de Atención Primaria en donde debemos mantener un papel de apoyo, tanto terapéutico como educacional. 4 En algunas instituciones las complicaciones crónicas de la diabetes mellitus constituyen una de las primeras causas de invalidez y muerte. Existen varios métodos para evaluar las complicaciones tardías en esta enfermedad, destacando la tasa de prevalencia en el corto plazo (un año del diagnóstico) o en el largo plazo (cinco, 10, 15 y 20 años). Las repercusiones de la hiperglucemia crónica sobre el organismo son múltiples y dan lugar a la disfunción de algunos tejidos. Los informes sobre la prevalencia de estas complicaciones ofrecen cifras muy variadas, por ejemplo: las cifras para retinopatía oscilan entre 14 % para pacientes con menos de siete años de evolución de la enfermedad y 70 % cuando la duración supera los 15 años. Algunos autores han mencionado que los pacientes diabéticos tienen 25 veces más probabilidades de padecer ceguera que los que no lo son y que la nefropatía es la primera causa de insuficiencia renal crónica en adultos. La 2 neuropatía es una complicación silenciosa, pero cuando se presentan síntomas éstos suelen ser incapacitantes porque traducen daño extenso y avanzado, si bien algunas series indican que desde el primer año de evolución ya existen ciertos cambios neuropáticos en el nervio periférico. El “pie diabético” es una lesión ulcerosa que hasta en una cuarta parte de los casos puede evolucionar a necrobiosis y pérdida de la extremidad. También se afirma que la hipercolesterolemia en pacientes diabéticos contribuye a la formación de ateromas coronarios y cerebrales. 5 La diabetes mellitus, por lo tanto, es contemplada como un problema de salud pública, que establece un alto impacto económico y social, que conlleva la disminución en la calidad de vida de los sujetos que la padecen, así como la perdida de años de vida productiva y años de vida potencial perdidos a consecuencia de las complicaciones crónicas o de la mortalidad. En México, durante 1995, la diabetes mellitus ocupo el cuarto lugar como causa de mortalidad general, mientras que para el año de 1999, fue la tercera causa de mortalidad en la población en edad reproductiva (15 a 64 años) y también la tercera causa de mortalidad general en toda la población mexicana. 6 Por tal motivo el presente estudio pretende determinar los padecimientos asociados y las complicaciones crónicas en los derechohabientes con diabetes mellitus tipo 2 de la Clínica de Consulta Externa de Ixtlahuaca. 3 1. MARCO TEÓRICO 1.1 DIABETES MELLITUS TIPO 2 1.1.1 HISTORIA La primera referencia a la diabetes se encuentra en el papiro de Ebers encontrado por Georg Ebers en 1872 cerca de Thebes y que se cree fue escrito en 1,550 a. C. 7 Resulta interesante recordar que, hasta el año 1921, los diabéticos que hoy llamamos de tipo 1 morían de cetoacidosis a las pocas horas del diagnóstico, aunque unos pocos sobrevivían presentando desnutrición y debilidad progresivas, hasta morir 1-2 años después en caquexia extrema. Por otro lado, en esos años la expectativa de vida al nacer de gran parte de la población mundial era de poco más de 40 años, de modo que muy pocas personas llegaban a tener lo que hoy llamamos Diabetes tipo 2, enfermedad que comienza habitualmente después de esa edad. Sin embargo en este mismo año se descubrió y purificó la insulina. Tan pronto como los primeros diabéticos comenzaron a ser tratados con inyecciones de insulina, una oleada de optimismo contagió a médicos, pacientes y familiares, y muchos pensaron que el problema de la Diabetes estaba resuelto para siempre. No ocurrió así. Por un lado, en los 75 años transcurridos desde 1921, la esperanza de vida al nacer aumentó a más de 70 años en extensas áreas del mundo, aumentando enormemente el número de diabéticos. Por otro lado, el tratamiento con insulina de los tipo 1 elevó su expectativa de vida cifras cercanas a las de la población general. Como resultado, en los últimos 75 años han ocurrido dos cosas: (a): La así llamada “epidemia global” de Diabetes Mellitus, que hoy afecta a 100- 120 millones de personas en el mundo. (b): La emergencia de las ”complicaciones crónicas” de la Diabetes, que antes de 1940 no se conocían, simplemente porque los diabéticos no vivían el tiempo suficiente para desarrollarlas. Estas complicaciones crónicas, que comenzaron a conocerse 20 años después del descubrimiento de la insulina, emergieron como una “nueva” amenaza para la calidad de vida de los diabéticos, y constituyen hoy día problemas mayores de salud pública a nivel mundial. 8 1.1.2 CONCEPTO Y CLASIFICACIÓN 4 Se le llama diabetes a la enfermedad sistémica, crónico-degenerativa, de carácter heterogéneo, con grados variables de predisposición hereditaria y con participación de diversos factores ambientales, y que se caracteriza por hiperglucemia crónicadebido a la deficiencia en la producción o acción de la insulina, lo que afecta al metabolismo intermedio de los hidratos de carbono, proteínas y grasas. Con fines de diagnóstico y tratamiento la diabetes mellitus (DM) se clasifica de la siguiente manera: 1. Diabetes tipo 1 2. Diabetes tipo 2 3. Otros tipos específicos 4. Diabetes gestacional 9 1.1.3 EPIDEMIOLOGÍA La prevalencia mundial de la DM (diabetes mellitus) se ha incrementado en grado impresionante en los dos últimos decenios. De manera similar, están aumentando también las tasas de prevalencia del trastorno de glucosa en ayunas. Aunque la prevalencia tanto de la DM tipo 1 como de la DMT2 está aumentando en todo el mundo, cabe esperar que la de tipo 2 aumente con más rapidez en el futuro a causa de la obesidad creciente y la reducción de la actividad física. La DM se incrementa con la edad. En el año 2000 se estimaba que la prevalencia de la diabetes era de 0.19% en personas menores de 20 años, y el 8.6% en las mayores de esa edad. En los individuos de más de 65 años de edad la prevalencia de DM fue de 20.1%. La prevalencia es semejante en varones y mujeres dentro de la mayor parte de los grupos de edad, pero es ligeramente más elevada en los varones mayores de 60 años. 10 En México, desde 1940 la diabetes ya se encontraba dentro de las primeras 20 causas de mortalidad, con una tasa de 4.2 por 100 000 habitantes. Pese a ello, se la consideraba una enfermedad poco frecuente (1% de la población adulta). Las consecuencias de la enfermedad crecieron a partir de 1970, cuando la diabetes ocupó el 15º lugar como causa de muerte. Diez años después ocupó el noveno lugar y para 1990 alcanzó el cuarto lugar como causa de mortalidad general. A partir del 2000, la diabetes es la primera causa de muerte en mujeres y la segunda en hombres (después de la cardiopatía isquémica, enfermedad resultante muchas veces de la diabetes). Contrario a lo observado con otras afecciones (como la 5 cirrosis hepática), la tasa de mortalidad por DM aumentó desde el año 2000 al 2003. Por ejemplo, en las mujeres, la tasa se incrementó 17.1% (de 51.2 a 61.8 por 100 000 habitantes) y en los hombres el ascenso fue de 22.2% (de 42.2 a 51.6 por 100 000 habitantes). En 2003, la diabetes representó 12.6% de todas las muertes ocurridas en el país y la edad promedio al morir fue de 66 años. 11 Nuestro país en el año 2002 tuvo una tasa de prevalencia de diabetes de 27x1000 habitantes y una mortalidad de 12x100 000. Las causas más frecuentes de muerte en diabéticos mayores de 15 años fueron aterosclerosis, nefropatía y las infecciones. El 70 % de los diabéticos fallecidos fueron DMT2, predominando en ellos las afecciones cardiovasculares. Se sabe además que los diabéticos tipo 2 constituyen la mayor parte de los diabéticos que acuden a consulta y que ingresan en los centros hospitalarios. 1 Según la Dirección de Vigilancia Epidemiológica de Enfermedades no Transmisibles, la población registrada en el año 2005 fue de 7551 pacientes diabéticos, con edad mayor o igual a 20 años de edad, de los cuales el 44.2% fue del género masculino y el 55.8% del género femenino. La edad promedio al diagnóstico fue de 48 años y al ingreso de 58, el 25% de los pacientes se diagnostican después de los 57 años de edad. 12 La hipertensión arterial es un problema común en la diabetes. La prevalencia de la hipertensión en los diabéticos es aproximadamente el doble que en la población no diabética, los pacientes con diabetes de tipo 2 son frecuentemente hipertensos en el momento del diagnóstico de la diabetes, lo que sugiere que las anomalías hormonales o metabólicas asociadas a la hipertensión pueden exacerbar la intolerancia a los carbohidratos, o que ambas condiciones están relacionadas con un mismo mecanismo subyacente. El aumento de la presión arterial está, a menudo relacionado con la obesidad, disminución de la actividad física y edad avanzada, características todas ellas propias de los individuos con diabetes de tipo 2. La hipertensión sistólica aislada es particularmente común entre los diabéticos de tipo 2 y frecuentemente se atribuye a la enfermedad macrovascular y una pérdida de elasticidad en las grandes arterias. Adicionalmente, la presión arterial aumenta con la edad contribuyendo a la alta prevalencia de hipertensión sistólica en la diabetes de tipo 2. La hipertensión es más prevalente entre los hombres diabéticos antes de los 50 años, pero posteriormente, lo es más entre las mujeres diabéticas. En los sujetos diabéticos de la mayor parte de etnias y grupos raciales, la 6 hipertensión aumenta con la edad, obesidad y duración de la diabetes, en particular si está presente la proteinuria. La hipertensión y la diabetes de tipo 2 comparten algunos factores de riesgo como son la obesidad, adiposidad visceral y, posiblemente, la resistencia a la insulina. Los sujetos diabéticos con hipertensión tienen un mayor riesgo de enfermedades macro y microvasculares que los diabéticos normotensos. La diabetes es un factor de riesgo para el ictus en hombres y en mujeres. El riesgo de morbilidad y de mortalidad por ictus es aproximadamente doble entre los diabéticos que entre los no diabéticos. La hipertensión es, para la población en general, un factor de riesgo para el ictus seis veces mayor. La suma de hipertensión y diabetes aumenta sustancialmente el riesgo de ictus en los diabéticos. La diabetes es un factor de riesgo independiente de la enfermedad coronaria y este riesgo se duplica cuando hay además hipertensión. Otros factores de riego para la enfermedad coronaria incluyen dislipidemia, obesidad y tabaquismo. La hipertensión también aumenta la incidencia de hipertrofia del ventrículo izquierdo y fallo cardiaco congestivo, dos patologías más frecuentes en las personas con diabetes. Los diabéticos que tienen hipertensión también muestran una mayor incidencia de enfermedad vascular periférica y de amputaciones. La hipertensión acelera la progresión de la enfermedad renal y también aumenta el riesgo de desarrollar (o de que progrese) una retinopatía diabética. 13 La diabetes tipo 2 está asociada con un riesgo 2 a 4 veces mayor de enfermedades coronarias. El patrón más común de la dislipidemia en los pacientes con diabetes tipo 2 es unos niveles elevados de triglicéridos y unos niveles reducidos del colesterol, el nivel medio de triglicéridos en los diabéticos de tipo 2 es <200 mg/dl (2.30 mmol/l), y el 85–95% de los pacientes tienen unos niveles de triglicéridos por debajo de los 400 mg/dl (4.5 mmol/l). La obesidad y la diabetes mellitus constituyen una de las asociaciones más frecuentes y letales en la actualidad. Desde los primeros resultados del estudio Framingham se consideraron ambas condiciones como factores de riesgo para la enfermedad coronaria, y en los últimos años la incidencia explosiva de obesidad en países desarrollados, unido al creciente entendimiento sobre su interrelación con la aparición del síndrome de resistencia a la insulina y el inicio de la diabetes mellitus no insulinodependiente, ha hecho que numerosos estudios se hayan realizado para tratar este tema. 7 Nefropatía diabética. Es la causa más común de insuficiencia renal crónica terminal (IRC-T). Estudios poblacionales realizados por el Instituto de Nefrología informan que 25 % de todos los casos de insuficiencia renal y 10-15 % de los casos incluidos en el plan de diálisis y trasplantes son diabéticos. Retinopatía diabética. Estudios del Instituto de Endocrinología y del nivel de Atención Primaria, demuestran que 26 % de los diabéticos tienen algún grado de retinopatía y que 4 % padece de retinopatía proliferativa, es decir con riesgo de pérdida de visión o ya ciegos. Complicaciones vasculares periféricas. El Instituto de Angiología ha encontrado que entre 60-70 % de los diabéticosconocidos existe algún tipo de macroangiopatía en los miembros inferiores (30 % en piernas y muslos y 62 % en los pies). Entre 1 y 2 % de los diabéticos tienen algún tipo de amputación y en general más de 50 % de todas las amputaciones no traumáticas se hacen en diabéticos. Enfermedad cardiovascular. Es la principal causa de morbimortalidad en los pacientes diabéticos tipo 2. La enfermedad coronaria es más frecuente, más precoz y más severa en el diabético y el riesgo es el doble en hombres y hasta cinco veces más alto en mujeres cuando se comparan con no diabéticas, sobre todo en la etapa post-menopáusica. La mortalidad es 1.5 a 2 veces mayor que la de la población general. Son precisamente todas éstas características de la diabetes las que fundamentan la necesidad de desarrollar el trabajo médico con éstos pacientes en forma de equipos multidisciplinarios que permitan su evaluación y manejo de manera integral. Otra característica de la DMT2 que requiere destacarse, es que puede cursar durante períodos variables de tiempo de forma oligosintomática o asintomática; lo que explica que en más de 30 % de los pacientes se presenten complicaciones crónicas vasculares al debut clínico de la diabetes. 14 1.1.4 DIAGNOSTICO Se establece el diagnóstico de diabetes, si cumple cualquiera de los siguientes criterios: presencia de síntomas clásicos y una glucemia plasmática casual >200 mg/dl (11,1 mmol/l); glucemia plasmática en ayuno >126 mg/dl (7 mmol/l); o bien glucemia >200 mg/dl (11,1 mmol/l) a las dos horas después de carga oral de 75 g de glucosa disuelta en agua. En ausencia de hiperglucemia inequívoca, con 8 descompensación metabólica aguda, el diagnóstico debe confirmarse repitiendo la prueba otro día. Se establece el diagnóstico de glucosa anormal en ayuno, cuando la glucosa plasmática o en suero es >110 mg/dl (6,1 mmol/l) y <126 mg/dl (6,9 mmol/l). Se establece el diagnóstico de intolerancia a la glucosa, cuando la glucosa plasmática, a las dos horas poscarga, es >140 mg/dl (7,8 mmol/l) y <200 mg/dl (11,1 mmol/l). 9 1.1.4.1 Detección Se recomienda el empleo generalizado de la glucosa plasmática en ayunas como prueba de detección de DMT2 porque: 1) gran número de los individuos que satisfacen los criterios actuales de DM son asintomáticos y no se percatan de que experimentan el trastorno, 2) los estudios epidemiológicos sugieren que puede existir DMT2 hasta durante un decenio antes de establecer el diagnóstico, 3) hasta 50% de los individuos con DMT2 tienen una o más complicaciones específicas de la diabetes en el momento de su diagnóstico y 4) el tratamiento de la DMT2 puede alterar favorablemente la evolución natural de esta enfermedad. La American Diabetes Association (ADA) recomienda investigar a todos los individuos mayores de 45 años de edad cada tres años, y hacerlo con todo los que tienen factores adicionales de riesgo a edad más temprana. Factores de riesgo de diabetes mellitus tipo 2 Antecedentes familiares de diabetes (por ejemplo, progenitor o hermano con diabetes de tipo 2) Obesidad Inactividad física habitual Raza o etnicidad (por ejemplo afroestadounidense, hispanoestadounidense, amerindio, ascendencia asiática, isleño del Pacífico) Trastorno de la glucosa en ayunas o trastorno de la tolerancia a la glucosa previamente identificados Antecedente de diabetes mellitus gestacional o nacimiento de un niño que pesa > de 4 Kg. Hipertensión ( presión arterial 140/90 mmHg) 9 Concentración de colesterol de HDL ≤ 35 mg/100ml, concentración de triglicéridos 250 mg/100ml o ambas cosas Síndrome de ovario poliquístico o acantosis nigricans Antecedente de enfermedad vascular.9 En cuanto a las consideraciones genéticas la DMT2 posee un fuerte componente genético; se trata de una enfermedad poligénica y multifactorial. Los individuos con un progenitor con DMT2 tienen más riesgo de diabetes; si ambos progenitores tienen DMT2, el riesgo en la descendencia puede alcanzar el 40%. En muchos familiares en primer grado no diabéticos de sujetos con DMT2 existe resistencia a la insulina. 9 1.1.5 FISIOPATOLOGÍA La diabetes mellitus de tipo 2 se caracteriza por tres alteraciones fisiopatológicas: trastorno de la secreción de insulina, resistencia periférica a ésta y producción hepática excesiva de glucosa. La obesidad, en especial la visceral o central es muy frecuente en esta forma de diabetes. La resistencia a la insulina que acompaña a la obesidad aumenta la resistencia a la insulina determinada genéticamente de la DMT2. Los adipositos secretan cierto número de productos biológicos (leptina, factor de necrosis tumoral alfa, ácidos grasos libres, resistina y adiponectina) que modulan la secreción de insulina, la acción de la insulina y el peso corporal, y pueden contribuir a la resistencia a la insulina. En las fases tempranas del trastorno, la tolerancia a la glucosa permanece normal, a pesar de la resistencia a la insulina, porque las células beta pancreáticas compensan aumentando la producción de insulina. A medida que avanzan la resistencia a la insulina y la hiperinsulinemia compensadora, los islotes pancreáticos se tornan incapaces de mantener el estado de hiperinsulinismo. Se desarrolla entonces trastorno de la glucosa en ayuno, caracterizado por grandes elevaciones de la glucemia postprandial. Cuando declina todavía más la secreción de insulina y aumenta la producción hepática de glucosa, aparece la diabetes manifiesta con hiperglucemia en ayuno. Finalmente ocurre el fallo de las células beta. A menudo están elevados los marcadores de la inflamación como IL-6 y la proteína C reactiva en la diabetes de tipo 2. La capacidad disminuida de la insulina para actuar con eficacia sobre tejidos diana periféricos (en particular muscular y hepático) es un aspecto sobresaliente de la DM de tipo 2 y es resultado de una combinación de susceptibilidad genética y 10 obesidad. La resistencia es relativa, porque los niveles supranormales de la insulina circulante normalizarán la glucemia plasmática. Las curvas dosis- respuesta de la insulina muestran un desplazamiento hacia la derecha, que indican menor sensibilidad, y una respuesta máxima reducida, que refleja disminución global del empleo de glucosa (30 – 60% inferior al de los sujetos normales). La resistencia a la acción de la insulina altera la utilización de glucosa por los tejidos sensibles a insulina y aumenta la producción hepática de glucosa; ambos efectos contribuyen a la hiperglucemia de la diabetes. El aumento de la producción hepática de glucosa es responsable predominantemente de los niveles elevados de glucosa plasmática en ayunas mientras que el decremento de la utilización periférica de glucosa produce hiperglucemia posprandial. En el músculo esquelético existe un trastorno mayor del uso no oxidativo de la glucosa (formación de glucógeno) que del metabolismo oxidativo de la glucosa por la glucólisis. La utilización de la glucosa por los tejidos independientes de la insulina no está alterada en la DMT2. En la DMT2, la secreción de insulina aumenta inicialmente en respuesta a la insulinoresistencia, con el fin de mantener una tolerancia normal a la glucosa. Finalmente, el defecto de secreción de insulina avanza a un estado de secreción de insulina visiblemente inadecuada. La resistencia hepática a la insulina refleja la incapacidad de la hiperinsulinemia de suprimir la gluconeogénesis, lo que produce hiperglucemia en ayunas y disminución del almacenamiento de glucosa en el hígado en el período postprandial. 10 Algunos pacientes con diabetes mellitus son susceptibles a desarrollar complicaciones que causan morbilidad y mortalidad prematura, generalmente en la segunda década posterior a la aparición de la hiperglucemia. En la mayor parte de los casos, estascomplicaciones son resultado de alteraciones vasculares relacionadas con la elevación crónica de la glucosa sérica. El estudio DCCT (Diabetes Control and Complications Trial) mostró que, en gran parte, la fisiopatología de las complicaciones crónicas de la Diabetes tiene un punto en común: la hiperglicemia. Es la sumatoria de las elevaciones de la glicemia la que, a través de los años, va desencadenando procesos bioquímicos y físico- químicos en los tejidos, los que finalmente se manifiestan como los síntomas y signos clásicos de las complicaciones. El estudio DCCT también demostró los enormes beneficios del buen control de la glicemia: 11 Mientras más cercana a lo normal se mantiene la glicemia y la hemoglobina glicosilada, mayor es el beneficio en la reducción de complicaciones. Mecanismos Fisiopatológicos de Complicaciones a partir de la Hiperglicemia: En general, hay tres vías metabólicas a través de las cuales la hiperglicemia lleva, a través de los años, a las complicaciones microvasculares crónicas de la diabetes: 1) Aumento de la actividad de la Aldosa Reductasa 2) Aumento del Diacilglicerol (DAG) y de la actividad de la b2 - Proteín Kinasa-C 3) Aceleración de la glicosilación no enzimática de proteínas. 15 1.1.5.1 Retinopatía diabética Esta complicación crónica está estrechamente relacionada con el daño que la hiperglicemia es capaz de hacer especialmente en los capilares de la retina. Los pericitos retinales son los primeros en ser afectados, ya que acumulan sorbitol, pierden capacidad contráctil, y mueren. Simultáneamente, ocurre una vasodilatación capilar, que se debe en parte a la pérdida de pericitos, y en parte a la activación de la b2 -Proteín Kinasa C. Ya a estas alturas hay aumento de la permeabilidad capilar. Sin embargo, tienen que transcurrir 5 o más años desde el comienzo de la hiperglicemia para que esta permeabilidad aumentada de la membrana basal (glicosilación) produzca exudados céreos por exudación de lípidos y microhemorragias por grietas en los capilares. En este mismo momento comienzan a perderse las células endoteliales, debilitándose la pared capilar y dando origen a microaneurismas. Años después, la pérdida de células endoteliales llega a tal punto que se da origen a los „capilares acelulares‟, simples tubos de membrana basal, obstruídos en parte por microtrombos originados en el interior de los microaneurismas. A partir de este momento hay isquemia en extensas áreas de la retina, produciéndose microinfartos que se ven en el oftalmoscopio como „exudados algodonosos‟. Como respuesta a la isquemia, la retina secreta un „factor angiogénico‟, que estimula la génesis de capilares de neoformación. Estos nuevos capilares son frágiles, y se rompen con gran facilidad, dando origen a hemorragias mayores en la retina primero, y en el cuerpo vítreo después. Es la hemorragia vítrea la responsable final de la ceguera en la mayoría de los diabéticos. 1.1.5.2 Nefropatía diabética 12 Se refiere al daño predominantemente de tipo glomerular, con compromiso intersticial; frecuentemente se añade daño por hipertensión arterial. Esta causa el 44% de todas las insuficiencias renales terminales en el mundo occidental. La hiperglicemia crónica es también la responsable de esta complicación. En los primeros años de la diabetes, la hiperglicemia produce cambios funcionales, como son la vasodilatación de las arteriolas aferente y eferente (Aldosa Reductasa y b2 - Proteín Kinasa C activadas), con aumento del flujo plasmático renal. Sin embargo, la activación de la b2 -Proteín Kinasa C hace que la vasodilatación sea mayor en la arteriola aferente que en la eferente, aumentando la presión de filtración y la filtración glomerular. Ya después de 5 años de diabetes, la hiperglicemia se ha traducido en cambios moleculares y estructurales. El engrosamiento de la pared de las arteriolas aferente y eferente (glicosilación) normaliza eventualmente el flujo plasmático renal, y la membrana basal glomerular se engruesa y aumenta su permeabilidad, apareciendo microalbuminuria primero (entre 20 y 200 µg/min, o bien de 30-300 mg/24 horas en más de una ocasión), y macroalbuminuria después (>200 mg/24 horas). Simultáneamente las células mesangiales se multiplican (activación de b2 - Proteín Kinasa C) y aumenta la cantidad de matriz mesangial. En esta etapa el paciente tiene macroalbuminuria en el rango de síndrome nefrótico, con hipertensión arterial en casi todos los casos. Finalmente, la suma de matriz mesangial aumentada, más el engrosamiento de la membrana basal glomerular, van estrangulando a las asas capilares, reduciendo progresivamente el lumen de éstos. En esta situación sobreviene una progresiva disminución del flujo plasmático renal y de la filtración glomerular, que llevan al paciente a la insuficiencia renal terminal. La lección más importante que da el conocimiento de la fisiopatología de la nefropatía diabética, es que la hiperglicemia ya está produciendo drásticos cambios en la fisiología renal años antes de la aparición de macroalbuminuria, hipertensión y caída de la función renal. De allí la importancia del buen control de la hiperglicemia desde el momento del diagnóstico de la diabetes. 1.1.5.3 Neuropatía diabética Esta complicación de la hiperglicemia está relacionada con la activación de la Aldosa Reductasa y con la glicosilación de proteínas. La activación de b2 -Proteín Kinasa C poco o nada tiene que ver con esta complicación, ya que en las fibras 13 nerviosas sometidas a hiperglicemia no existe un aumento sino una disminución del diacilglicerol. Muy precozmente en la evolución de la Diabetes, la activación de la Aldosa Reductasa en el nervio produce una depleción de Mioinositol, lo que lleva a una disminución del diacilglicerol. Esto produce una menor actividad de la ATPasa Na+/K+ y edema axonal. En estas circunstancias ya se observa una disminución en la velocidad de conducción nerviosa. El edema también puede producir compresión de nervios que pasan por canales óseos inextensibles, como los pares craneanos (mononeuropatías), fenómeno que puede ocurrir a poco de diagnosticada la diabetes, y que es reversible. Más adelante, la combinación de obstrucción de vasa nervorum (arteriolosclerosis y engrosamiento de membrana basal), más la glicosilación de la mielina, que la hace apetecible a los macrófagos, produce desmielinización segmentaria. A esto se agrega la glicosilación de la tubulina, con severo daño del transporte axonal. Este último fenómeno produciría mayor daño en las fibras más largas, lo que explicaría la mayor severidad distal de la neuropatía diabética. Clásicamente, esta secuencia de eventos hace que en una biopsia de nervio periférico, aparezca una combinación simultánea de fibras normales, fibras desmielinizadas, fibras destruidas, y axones en regeneración. Cabe recalcar que la susceptibilidad de las fibras nerviosas al daño por la diabetes no es la misma para cada tipo de fibra. En general, las fibras mielinizadas gruesas (motoras, sensibilidad táctil y vibratoria) son más resistentes a la hiperglicemia y más susceptibles al daño por la isquemia. Por otro lado, las fibras mielinizadas delgadas, y las fibras no mielinizadas (sensaciones de dolor y calor), son más sensibles al daño por hiperglicemia y más resistentes a la isquemia. Es por esta razón que los diabéticos pueden perder la sensibilidad al dolor y al calor en los pies, años antes de tener pérdida de sensibilidad vibratoria o táctil. El daño que produce la hiperglicemia en los nervios periféricos no sólo ocurre precozmente en la diabetes, sino que es extraordinariamente frecuente. También, por su naturaleza, puede producir una variada gama de manifestaciones clínicas. Sin embargo, el conocimiento de su fisiopatología le permitirá entender que el clínico nodebe esperar a que estas manifestaciones clínicas aparezcan para comenzar a luchar por obtener glicemias normales en los diabéticos. 14 La neuropatía, junto con las otras complicaciones crónicas de la diabetes nos enseña que el médico debe hacer esfuerzos por obtener euglicemia desde el momento del diagnóstico de la diabetes, y debe continuar esa lucha por toda la vida del paciente. Todas estas teorías sugieren que la hiperglucemia y otros productos del metabolismo anormal de la glucosa son responsables del daño tisular; además de factores adicionales, como la predisposición genética, el tabaquismo y las alteraciones de los lípidos y las proteínas de la coagulación. 8 y 9 1.1.6 COMPLICACIONES AGUDAS La cetoacidosis diabética y el estado hiperosmolar son complicaciones agudas. Ambos trastornos se acompañan de deficiencia de insulina absoluta o relativa, deficiencia de volumen y anormalidades del equilibrio acidobásico. 1.1.6.1 Cetoacidosis diabética. Suele desarrollarse en un plazo de 24 h puede ser el complejo sintomático inicial que culmina con el diagnóstico de DM de tipo 1, pero ocurre con más frecuencia en personas que experimentan diabetes establecida. La cetoacidosis diabética es el resultado de déficit de insulina combinado con exceso de hormonas antagonistas (glucagón, catecolaminas, cortisol y hormona del crecimiento). Para que se desarrolle un a cetoacidosis diabética es necesaria la combinación de déficit de insulina y exceso de glucagón. El descenso de la proporción entre insulina y glucagón incrementa gluconeogénesis, glucogenólisis y formación de cuerpos cetónicos en el hígado además de aumentar el suministro al hígado de sustratos procedentes de la grasa y el músculo (ácidos grasos libres, aminoácidos). 1.1.6.2 Estado Hiperosmolar hiperglucemico El paciente prototipo es un anciano con DM tipo 2 que tiene antecedente de varias semanas de duración con poliuria, pérdida de peso y decremento de la ingestión oral que culminan en confusión mental letargo o coma. A la exploración física hay deshidratación profunda e hiperosmolar, hipotensión, taquicardia y trastornos de estado mental. Ausencia de náusea, vómitos y dolor abdominal, así como la respiración de Kussmaul. Con frecuencia el estado hiperosmolar hiperglucémico es precipitado por una enfermedad concomitante grave, como infarto del miocardio y accidente vascular cerebral. Otros factores precipitantes son sepsis, neumonía y otras infecciones y es indispensable investigar su presencia. También pueden 15 contribuir a la presencia de este trastorno padecimientos debilitantes (accidente vascular cerebral previo o demencia) y situaciones sociales que obstaculizan la ingestión de agua. El déficit relativo de insulina y el aporte insuficiente de líquidos son las causas que subyacen al estado hiperosmolar hiperglucémico. 1.1.7 COMPLICACIONES CRÓNICAS Las complicaciones crónicas pueden afectar muchos sistemas orgánicos y son responsables de gran parte de la morbilidad y mortalidad que acompañan a este trastorno. Las complicaciones crónicas pueden dividirse en vasculares y no vasculares. A su vez las complicaciones vasculares se subdividen en microangiopatía (retinopatía, neuropatía y nefropatía) y macroangiopatía (cardiopatía isquémica, enfermedad vascular periférica y enfermedad cerebrovascular). Las complicaciones no vasculares comprenden problemas como gastroparesia, disfunción sexual y afecciones de la piel. El riesgo de complicaciones crónicas aumenta con la duración de la hiperglucemia; suelen hacerse evidentes en el transcurso del segundo decenio de la hiperglucemia. Como la DM de tipo 2 puede tener un período prolongado de hiperglucemia asintomática, muchos individuos con DM de tipo 2 presentan complicaciones en el momento del diagnóstico. Complicaciones microvasculares. Enfermedades oculares: retinopatía (no proliferativa y proliferativa) y edema de la mácula. Neuropatías: sensitivas y motoras (mononeuropatías y polineuropatías); vegetativas. Nefropatías. Complicaciones macrovasculares. Arteriopatía coronaria, enfermedad vascular periférica, y enfermedad vascular cerebral. Otras: Del tubo digestivo (gastroparesia, diarrea), genitourinaria (uropatías y disfunción sexual), dermatológicas, infecciosas, cataratas y glaucoma. 1.1.7.1 Retinopatía diabética La DM es la primera causa de ceguera entre los 20 y 74 años en Estados Unidos. La importancia de este problema viene refrenada por el hecho de que los diabéticos tienen 25 veces más probabilidad de convertirse en sujetos legalmente ciegos que quienes no padecen DM. La ceguera es en esencia el resultado de la retinopatía diabética progresiva y del edema macular de importancia clínica. La retinopatía se clasifica en proliferativa y no proliferativa. La retinopatía diabética no 16 proliferativa ocurre hacia el final del primer decenio de la enfermedad o al principio del segundo y se caracteriza por microaneurismas vasculares retinianos, manchas hemorrágicas y exudados algodonosos y evoluciona a alteración del calibre de las venas, alteraciones microvasculares intrarretinianas, microaneurismas y hemorragias más numerosas. Los mecanismos fisiopatológicos que se invocan en la retinopatía no proliferativa comprenden pérdida de pericitos retinianos, aumento de la permeabilidad vascular retiniana, y alteraciones del flujo sanguíneo retiniano todos los cuales pueden provocar isquemia retiniana. La neovascularización en respuesta a la hipoxia retiniana constituye el sello de la retinopatía proliferativa diabética, estos vasos neoformados pueden aparecer en el nervio óptico, la mácula o ambos y se rompen con facilidad provocando hemorragia vítrea, fibrosis y en último término, desprendimiento de retina. No todos los individuos con retinopatía no proliferativa avanzan a la forma proliferativa, pero cuanto más grave es aquella mayor es la probabilidad de que esto último ocurra en el plazo de 5 años. Esto crea una oportunidad clara de detección precoz y de tratamiento de la retinopatía diabética. Puede ocurrir edema macular clínicamente importante cuando sólo existe retinopatía no proliferativa. Se encuentra retinopatía no proliferativa prácticamente en todos los individuos que han sufrido DM durante más de 20 años. El control glucémico intensivo retrasará en gran medida o frenará el avance de la retinopatía. Paradójicamente, durante los primeros 6 a 12 meses de mejora del control glucémico, la retinopatía diabética establecida puede empeorar de manera transitoria. Por fortuna, esta progresión es temporal, y a largo plazo el buen control de la glucemia se asocia a menos retinopatía. Examen de los ojos. En casos de diabetes tipo 2, al momento de establecer el diagnóstico y posteriormente de manera anual, se efectuará el examen de agudeza visual y de la retina. En caso de que el médico al efectuar el examen de los ojos identifique cualquiera de las siguientes anomalías: maculopatía, disminución de la agudeza visual, cambios proliferativos, dificultad para visualizar claramente la retina y catarata, referirá al paciente al oftalmólogo. En caso de que el médico no pueda efectuar el examen de los ojos, debe referir al paciente al especialista. 1.1.7.2 Nefropatía diabética Es la primera causa de nefropatía terminal en Estados Unidos, y una de las primeras causas de morbimortalidad relacionada con la DM. La proteinuria en sujetos con DM se acompaña de notable decremento de la supervivencia y de un 17 aumento de riesgo de enfermedad cardiovascular. Los individuos con nefropatía diabética casi siempre tienen también retinopatía. La patogenia de la nefropatía diabética está relacionada con la hiperglucemia crónica. Aunque no se conocen por completo los mecanismos a través de los cuales la hiperglucemiaconduce a la nefropatía en etapa terminal comprenden los siguientes: interacción de factores solubles,(factor de crecimiento, angiotensina II, endotelina, productos terminales avanzados de la glucosilación), alteraciones hemodinámicas en la microcirculación renal (hiperfiltración glomerular, aumento de la presión capilar glomerular) y alteraciones estructurales en el glomérulo (aumento de matriz extracelular, engrosamiento de la membrana basal, expansión mesangial, fibrosis). Fumar acelera el declive de la función renal. La nefropatía que se desarrolla en la DMT2 difiere en la de tipo 1 en los siguientes aspectos: 1) puede haber oligoalbuminuria o nefropatía manifiesta en el momento en que se diagnostica la DM de tipo 2 lo que refleja su largo período asintomático; 2) es más frecuente que la oligoalbuminuria o la nefropatía manifiesta vayan acompañadas de hipertensión en la DM de tipo 2 y 3) la oligoalbuminuria predice menos a nefropatía manifiesta en la DMT2. Finalmente debe señalarse que en la DMT2 la albuminuria puede ser secundaria a factores no relacionados con la DM, como hipertensión, insuficiencia cardiaca congestiva, afección prostática o infección. La nefropatía diabética y la nefropatía en etapa terminal secundaria a esta se desarrollan más en individuos afroestadounidenses, amerindios de Estados Unidos e hispanos que en los sujetos caucásicos con DMT2. Como parte de la asistencia global de la diabetes, debe identificarse la microalbuminuria en una etapa temprana, en la que pueden instituirse medidas terapéuticas eficaces. Las intervenciones eficaces para aminorar el avance desde oligoalbuminuria hasta nefropatía franca son: 1) casi normalización de la glucemia, 2) control estricto de la presión arterial, 3) administración de inhibidores de la ACE (enzima convertidora de angiotensina) y 4) tratamiento de la dislipidemia. 1.1.7.3 Neuropatía Alrededor del 50% de los sujetos con DM de tipo 1 y 2 de larga evolución presentan neuropatía diabética. Puede manifestarse en forma de polineuropatía, mononeuropatía o neuropatía vegetativa (autónoma) o combinaciones de ellas. El desarrollo de la neuropatía se relaciona con la duración de la diabetes y con el control de la glucemia; ocurre pérdida de fibras nerviosas tanto mielínicas como amielínicas. Polineuropatía y mononeuropatía. La forma más frecuente de 18 neuropatía diabética es la polineuropatía simétrica distal. Se presenta con frecuencia máxima como pérdida de la sensibilidad distal. También ocurren hiperestesias, parestesias y disestesias. Puede desarrollarse cualquier combinación de estos síntomas conforme avanza la neuropatía. Los síntomas consisten en sensación de adormecimiento, hormigueo, pinchazos o ardor quemante que se inicia en los pies y se extiende en sentido proximal. En algunos de estos individuos sobreviene el dolor neuropático precedido, ocasionalmente, por mejoría de su control de la glucosa. El dolor afecta de manera característica las extremidades inferiores, suele percibirse en reposo y empeora durante la noche. Se han descrito formas tanto agudas (que dura menos de 12 meses) como crónicas de la neuropatía diabética dolorosa. Conforme avanza este trastorno neurológico, el dolor va cediendo, y acaba por desaparecer, pero persiste en déficit de la sensibilidad de las extremidades inferiores. La exploración física descubre pérdida de la sensibilidad, pérdida del reflejo del tobillo y sentido de la posición anormal. La polirradiculopatía diabética es un síndrome caracterizado por dolor incapacitante situado en el territorio de distribución de una o más raíces nerviosas. Puede ir acompañado de debilidad motora. La radiculopatía intercostal o de tronco provoca dolor en el tórax o abdomen. La afección del plexo lumbar o el nervio femoral puede causar dolor en el muslo o la cadera y acompañarse de debilidad motora en los flexores o extensores de la cadera (amiotrofia diabética). Suelen resolverse espontáneamente en seis a 12 meses. La mononeuropatía (disfunción de nervios craneales o periféricos aislados) es menos frecuente que la polineuropatía en la DM y se presenta en forma de dolor o debilidad motora en el territorio de un solo nervio. Se ha propuesto una etiología vascular, pero se ignora su patogenia. Lo más frecuente es la afección del tercer par craneal, y la diplopía anuncia su presencia. La exploración física revela ptosis y oftalmoplejía, con miosis normal a la luz. A veces se afectan los pares craneales IV, VI y VII (parálisis de Bell). También puede haber mononeuropatía periférica o afección simultánea de más de un nervio (mononeuropatía múltiple). 1.1.7.3.1 Neuropatía vegetativa (autónoma). Los pacientes con DM de tipo 1 o 2 de larga evolución pueden presentar signos de disfunción vegetativa que afectan los sistemas colinérgico, noradrenérgico y peptidérgico (péptidos como polipéptido pancreático, sustancia P, etc.) Es posible que la neuropatía vegetativa relacionada con la DM afecte numerosos aparatos y 19 sistemas, como el cardiovascular, el digestivo, el genitourinario, el seudomotor y el metabólico. Las neuropatías que afectan al aparato cardiovascular tienen el potencial de provocar taquicardia de reposo e hipotensión ortostática. También se han atribuido a la neuropatía autónoma casos de muerte repentina. Es probable que la gastroparesia y las dificultades de vaciamiento de la vejiga estén relacionadas con la neuropatía vegetativa de la DM. La disfunción del sistema nervioso simpático puede producir hiperhidrosis de las extremidades superiores y anhidrosis de las inferiores. En este último caso es posible que ocurran sequedad de la piel y grietas de modo que aumenta el riesgo de úlceras en los pies. La neuropatía autónoma puede reducir la liberación de hormonas de la contrarregulación lo que conlleva incapacidad para detectar adecuadamente la hipoglucemia por lo cual el paciente queda expuesto a un riesgo de hipoglucemia grave y se complican los esfuerzos por lograr un mejor control glucémico. El tratamiento de la neuropatía diabética dista de ser satisfactorio. Se debe perseguir un mejor control de la glucemia, que mejorará la velocidad de conducción nerviosa, pero no necesariamente los síntomas de neuropatía diabética. La clave del tratamiento es evitar las neurotoxinas (alcohol), administras suplementos vitamínicos contra posibles deficiencias (B12, B6, folato) y dar apoyo sintomático. La pérdida de sensibilidad pone al paciente en peligro de ulceración y de sus secuelas; por ello reviste importancia capital la prevención de estos problemas. Como el dolor de la neuropatía diabética puede resolverse en el transcurso del primer año, es posible suspender los analgésicos a medida que se produce en daño neuronal progresivo. 1.1.7.3.2 Disfunción gastrointestinal o genitourinaria La DM de larga evolución de los tipos 1 y 2 puede afectar la motilidad y el funcionamiento del tubo digestivo y el aparato genitourinario. Los síntomas digestivos más destacados son retraso del vaciamiento gástrico (gastroparesia) y alteraciones de la motilidad del intestino delgado y el grueso (estreñimiento o diarrea). La gastroparesia puede presentarse con síntomas de anorexia, náuseas, vómitos, saciedad precoz y distensión del abdomen. La gamagrafía tras la ingestión de una comida marcada con la ingestión de un radiotrazador es la forma óptima de demostrar el retraso del vaciamiento gástrico. Una característica frecuente de la neuropatía vegetativa digestiva relacionada con la DM es la diarrea nocturna, que alterna con estreñimiento. En la diabetes de larga evolución es frecuente la disfunción esofágica, pero suele ser asintomática. 20 La neuropatía autónoma diabética puede provocar afecciones genitourinarias que comprenden cistopatía, disfunción eréctil y disfunción sexualfemenina (descenso del deseo sexual, dispareunia, decremento de la lubricación vaginal). Los síntomas de la cistopatía empiezan por la incapacidad para sentir el llenado vesical y realizar una micción completa. A medida que empeora la contractilidad vesical, aumenta la capacidad de la vejiga y el residuo posmiccional, lo que produce síntomas de dificultad para iniciar la micción, decremento de la frecuencia miccional, incontinencia e infecciones urinarias repetidas. La valoración diagnóstica comprende cistometría y estudios urodinámicos. La disfunción eréctil y la eyaculación retrógrada son muy frecuentes en la DM y pueden ser de los primeros indicios de neuropatía diabética. La disfunción eréctil, cuya frecuencia aumenta con la edad del paciente y la duración de la diabetes, puede ocurrir en ausencia de otros signos de neuropatía vegetativa diabética. Los tratamientos actuales de estas complicaciones de la DM son insatisfactorios. Un objetivo fundamental deberá ser elevar el control de la glucemia, porque algunos aspectos (neuropatía y función gástrica) pueden mejorar. La comidas pequeñas y frecuentes, más difíciles de digerir (líquidas) y de bajo contenido en grasa y fibra pueden reducir al mínimo los síntomas de gastroparesia. Como la neuropatía avanzada es irreversible, la detección temprana de esta complicación es importante. La búsqueda de estas complicaciones se lleva a cabo mediante una cuidadosa revisión clínica, que incluya el examen de los reflejos, de la sensibilidad periférica, dolor, tacto, temperatura, vibración y posición. El paciente es referido al especialista, si se observa disminución de la sensibilidad en los pies, mononeuropatía aislada, hiperestesia o dolor nocturno de pies o piernas, impotencia y signos o síntomas de neuropatía autonómica, como sudoración excesiva de tronco y cabeza, diarreas sin causa o estreñimiento pertinaz. 9 y 10 1.1.7.4 Complicaciones cardiovasculares La Asociación Americana del Corazón considera la diabetes como uno de los seis factores de riesgo principales para las enfermedades cardiovasculares. De hecho, los adultos con diabetes tienen de dos a cuatro veces más probabilidades que los adultos sin diabetes de tener enfermedades del corazón o de tener un ataque al cerebro. 15 La incidencia de enfermedades cardiovasculares está incrementada en quienes presentan DM de tipos 1 y 2. El Framingham Heart Study reveló un incremento 21 notable de arteriopatía periférica, insuficiencia cardiaca congestiva, arteriopatía coronaria, infarto de miocardio y muerte repentina (incremento del riesgo de una a cinco veces) en la DM. La American Heart Association definió recientemente a la DM como factor mayor de riesgo de enfermedad cardiovascular (la coloco en la misma categoría que tabaquismo, hipertensión e hiperlipidemia). Los pacientes con diabetes de tipo 2 sin infarto del miocardio previo experimentan un riesgo semejante de enfermedad cardiovascular y sucesos relacionados que los sujetos no diabéticos que han sufrido de antemano un infarto del miocardio. A causa de la prevalencia extremadamente elevada de enfermedad cardiovascular subyacente en los individuos diabéticos (en particular con DMT 2), deben buscarse manifestaciones de enfermedad vascular ateroesclerótica en el enfermo diabético que tiene síntomas sugerentes de isquemia cardiaca, arteriopatía periférica o carotidea o electrocardiograma en reposo que indica infarto del miocardio previo, o que planea iniciar un programa de ejercicios, experimenta proteinuria o presenta otros factores de riesgo cardiaco (recomendaciones de la ADA). Es frecuente la ausencia de dolor cardiaco (“isquemia silenciosa”) en los diabéticos, y está indicada la valoración cardiaca concienzuda en los que se someterán a una operación quirúrgica mayor. El pronóstico para los individuos diabéticos que experimentan una arteriopatía coronaria o un infarto del miocardio es peor que en quienes no sean diabéticos. Es más probable que la enfermedad arterial coronaria abarque muchos vasos en el individuo con diabetes mellitus. La DMT2 aumenta al doble la mortalidad cardiovascular en los varones y al cuádruple en las mujeres. Los factores de riesgo de macroangiopatía en los diabéticos son dislipidemia, hipertensión, obesidad, actividad física escasa y tabaquismo. Otros factores de riesgo específicos de la población diabética son oligoalbuminuria, macroproteinuria, elevación de la proteína sérica y alteración de la función plaquetaria. La resistencia a la insulina, reflejada por el aumento de los valores de insulina sérica, se asocia a un incremento del riesgo de complicaciones cardiovasculares tanto en diabéticos como en no diabéticos. Los individuos con resistencia a la insulina y DMT2 tienen valores elevados de inhibidores del activador del plasminógeno y de fibrinógeno, lo cual facilita la coagulación y trastornos de fibrinólisis, favoreciendo así el desarrollo de trombosis. La diabetes se acompaña también de disfunción endotelial, del músculo liso vascular y plaquetaria. 10 La resistencia a la insulina, una condición en la que el cuerpo no puede utilizar la insulina que produce eficientemente, es una de las principales deficiencias 22 metabólicas asociadas con la diabetes tipo 2 y se asocia con un elevado riesgo de enfermedades del corazón y de ataques al cerebro. 16 Además de la coronariopatía isquémica, en los diabéticos existe incremento de la enfermedad vascular cerebral (aumento de tres veces en la frecuencia de apoplejía). Los sujetos con DM tienen más riesgo de insuficiencia cardiaca congestiva (miocardiopatía diabética). Probablemente la causa de este trastorno es multifactorial e incluye factores como isquemia miocárdica por ateroesclerosis, hipertensión y disfunción de los miocardiocitos secundaria a hiperglucemia crónica. 1.1.7.4.1 Factor de riesgo cardiovascular. 1) Dislipidemia: Los diabéticos pueden tener varias formas de dislipidemia. El patrón más común consiste en hipertrigliceridemia y descenso de los valores de colesterol HDL. De acuerdo con las guías de referencia de la ADA y de la American Heart Association, los valores deseados de lípidos en individuos diabéticos sin enfermedad cardiovascular deben ser: LDL, menos de 100mg/dl, HDL, más de 40 mg/dl en varones y más de 50mg/dl en mujeres; por último triglicéridos, menos de 150 mg/dl. Esto se debe a que la incidencia de infartos del miocardio en la DM de tipo 2 es la misma que en el paciente no diabético que ha tenido un infarto del miocardio previo. 2) Hipertensión: La hipertensión puede acelerar otras complicaciones diabéticas, en especial la enfermedad cardiovascular y la neuropatía. El tratamiento de la hipertensión debe hacer hincapié en primer lugar en las modificaciones del modo de vida, como perder peso, hacer ejercicio, reducir el estrés y restringir el sodio. 1.1.7.5 Complicaciones de las extremidades inferiores La diabetes es la primera causa de amputación no traumática de las extremidades inferiores en Estados Unidos. Las úlceras e infecciones del pie son también una importante causa de morbilidad en los diabéticos. Las razones de aumento de la incidencia de estos trastornos en la DM son complejas y suponen la interacción de varios factores patogénicos: neuropatía, biomecánica anormal del pie, enfermedad vascular periférica y cicatrización deficiente de las heridas. La neuropatía sensitiva periférica interfiere en los mecanismos normales de protección y permite que el paciente sufra traumatismos importantes o leves repetidos, que a menudo pasan inadvertidos. Los trastornos de la sensibilidad causan un soporte anormal del peso durante la marcha, con la consiguiente formación de callosidades o úlceras. La neuropatía motora y sensitiva conduce a una mecánica anormal de los músculos del pie y alteracionesestructurales del pie (dedo en martillo, deformidad del pie en garra, prominencia de las cabezas de los metatarsianos, articulación de Charcot). 23 La neuropatía vegetativa provoca anhidrosis y altera el flujo sanguíneo superficial del pie, lo que promueve la desecación de la piel y la formación de fisuras. La enfermedad vascular periférica y la cicatrización deficiente impiden la resolución de pequeñas heridas de la piel, permitiendo que aumenten de tamaño y se infecten. Alrededor del 15% de los diabéticos presentan una ulcera en el pie y una fracción importante de ellos sufrirá en algún momento una amputación (riesgo del 14 al 24% con esa úlcera u otras úlceras posteriores). Los factores de riesgo de úlceras en el pie o de amputación comprenden sexo masculino, diabetes de más de 10 años de duración, neuropatía periférica, estructura anormal del pie (alteraciones óseas, callo, engrosamiento de las uñas), enfermedad vascular periférica, tabaquismo, antecedentes de úlcera o amputación y control de la glucemia deficiente. El tratamiento óptimo de las úlceras del pie y las amputaciones consiste en prevenir a través de la detección de pacientes de alto riesgo, educar al paciente e instaurar medidas para prevenir la ulceración. Es necesario identificar a los pacientes de alto riesgo en el transcurso de la exploración sistemática de los pies de todos los diabéticos. La educación del paciente debe hacer hincapié en lo siguiente: 1) selección cuidadosa del calzado, 2) inspección diaria de los pies para detectar los signos incipientes de ajuste deficiente del calzado o traumatismos menores, 3) higiene diaria de los pies para mantener la piel limpia e hidratada, 4) evitación del autotratamiento de las alteraciones de los pies y las conductas de alto riesgo (p. Ej. Caminar descalzo), y 5) consulta rápida con un profesional de la salud en caso de cualquier anomalía. 10 1.1.7.5.1 Sistema de Clasificación de Wagner y de la Universidad de Texas para Úlceras en Pie Diabético Clasificación Wagner de Úlceras en Pie Diabético Grade 0: Ausencia de ulceras en un pie de alto riesgo. Grade 1: Úlcera superficial que compromete todo el espesor de la piel pero no tejidos subyacentes. Grade 2: Úlcera profunda, penetrando hasta ligamentos y músculos pero no compromete el hueso o la formación de abscesos. Grade 3: Úlcera profunda con celulitis o formación de abscesos, casi siempre con osteomielitis. Grade 4: Gangrena localizada. 24 Grade 5: Gangrena extensa que compromete todo el pie. 1.1.7.5.2 Sistema de Clasificación de la Universidad de Texas para Úlceras en Pie Diabético Grado I-A: no infectado, ulceración superficial no isquémica Grado I-B: infectado, ulceración superficial no isquémica Grado I-C: isquémica, ulceración superficial no infectada Grado I-D: isquémica y ulceración superficial infectada Grado II-A: no infectada, úlcera no isquémica que penetra hasta la capsula o hueso Grado II-B: infectada, úlcera no isquémica que penetra hasta la capsula o hueso Grado II-C: isquémica, úlcera no infectada que penetra hasta la capsula o hueso Grado II-D: úlcera isquémica e infectada que penetra hasta la capsula o hueso Grado III-A: no infectada, úlcera no isquémica que penetra hasta hueso o un absceso profundo Grado III-B: infectada, úlcera no isquémica que penetra hasta hueso o un absceso profundo Grado III-C: isquémica, úlcera no infectada que penetra hasta hueso o un absceso profundo Grado III-D: úlcera isquémica e infectada que penetra hasta hueso o un absceso profundo.16 La neuropatía periférica o la enfermedad vascular periférica, puede conducir a ulceración, infección y gangrena de los miembros inferiores. Los factores de riesgo incluyen, principalmente, calzado inadecuado, deformidades del pie, incapacidad para el autocuidado, descuido, alcoholismo y tabaquismo. Las estrategias para prevenir el pie diabético son educación del paciente, control de la glucemia, inspección periódica, autocuidado de los pies y envío inmediato al especialista, en caso de infección. 11.7.6 Infecciones 25 En quienes experimentan DM las infecciones son más frecuentes y más graves. Los motivos son anormalidades mal definidas de la inmunidad media por células y la función fagocítica relacionadas con la hiperglucemia, así como vascularización disminuida. La hiperglucemia propicia la colonización y la proliferación de diversos microorganismos (cándida y otras especies de hongos). Muchas infecciones ordinarias son más frecuentes y graves en la población diabética, en tanto que se observan diversas infecciones raras casi exclusivamente en los individuos diabéticos. Entre los ejemplos de esta categoría se encuentran mucormicosis rinocerebral, infecciones enfisematosas de vesícula biliar y vías urinarias y otitis externa “maligna” o invasora. Este último trastorno suele ser secundario a infección por P. aeruginosa de los tejidos blandos que rodean el conducto auditivo externo, suele iniciarse con dolor y secreción purulenta y puede avanzar con rapidez hasta osteomielitis y meningitis. Neumonía e infecciones urinarias, de la piel y los tejidos blandos son más frecuentes en los diabéticos. En general, los microorganismos que causan las infecciones pulmonares son similares a los que se hayan en la población no diabética; sin embargo, la frecuencia de gram-negativos S. aureus y M. tuberculosis es mayor. Las infecciones urinarias se deben a bacterias comunes como E. coli, aunque a menudo se observan varias especies de levaduras (Candida, y torulopsis glabrata). Los diabéticos tienen mayor frecuencia de colonización de los pliegues cutáneos y las fosas nasales por S. aureus. El riesgo de infecciones de las heridas quirúrgicas es más elevado en los diabéticos.9 1.1.7.7 Manifestaciones dermatológicas Las manifestaciones cutáneas más frecuentes de la DM son cicatrización lenta de las heridas y úlceras cutáneas. Las dermopatías diabéticas, a veces denominadas pápulas pretibiales pigmentadas ó “manchas cutáneas diabéticas”, empiezan en una zona eritematosa y evolucionan a un área de hiperpigmentación circular. Estas lesiones se deben a traumatismos mecánicos menores en la región pretibial y son más frecuentes en los diabéticos ancianos. También se ven procesos ampollosos (úlceras superficiales o erosiones en la región pretibial). La necrobiosis lipoídica diabéticorum es un raro trastorno de la diabetes que afecta predominantemente a la mujer joven con DM de tipo 1, neuropatía y retinopatía. Suele empezar en la región pretibial en forma de una placa o pápulas eritematosas que aumentan gradualmente de tamaño, se oscurecen, desarrollan bordes irregulares con centros atróficos y ulceración central. Pueden ser dolorosas. La acantosis nigricans (placas aterciopeladas situadas en el cuello o las superficies de extensión) es a veces una 26 manifestación de resistencia grave a la insulina con diabetes. El granuloma anular, localizado o generalizado (placas eritematosas situadas sobre las extremidades o el tronco) y el escleredema (áreas de engrosamiento de la piel de la espalda o el cuello en el lugar donde previamente ha habitado infecciones cutáneas) son más frecuentes en los diabéticos. La lipoatrofia y la lipohipertrofia pueden producirse en los lugares de inyección de insulina pero son raros con el empleo de insulina humana. La xerosis y el prurito son frecuentes y se alivian con hidratantes cutáneos. 9 1.1.8 TRATAMIENTO 1.1.8.1 Principios generales. Los objetivos del tratamiento de la DM de tipo 1 y 2 son: 1) eliminar los síntomas relacionados con la hiperglucemia, 2) reducir o eliminar las complicaciones de microangiopatía o macroangiopatía a largo plazo y 3) permitir al paciente un modo de vida tan normal como sea posible. Para lograr estos objetivos,el médico debe identificar una meta de control glucémico en cada paciente, dar a este los recursos de educación y de fármacos para lograr este nivel, y vigilar y tratar las complicaciones relacionadas con la DM. Los síntomas de la diabetes suelen resolverse cuando la glucosa plasmática es de 200mg/dl, y por lo tanto la mayor parte del tratamiento se centra en lograr el segundo y tercer objetivos. La atención del paciente con diabetes de tipo 1 o 2 requiere un equipo interdisciplinario. Para el éxito de este equipo es fundamental la participación del paciente, sus aportaciones y su entusiasmo, todos ellos esenciales para un tratamiento óptimo de la diabetes. El tratamiento óptimo de la enfermedad implica algo más que el control de la glucosa plasmática; esto es, la atención integral tanto del tipo 1 como del tipo 2 en la cual se deben detectar y tratar las complicaciones específicas de la enfermedad y modificar los factores de riesgo de las enfermedades asociadas a la DM. El paciente con DM de tipo 1 o 2 debe recibir educación sobre nutrición, ejercicio, atención a la diabetes durante otras enfermedades y medicamentos que disminuyen la glucosa plasmática. Además de mejorar el cumplimiento, la educación del paciente permite a los diabéticos asumir mayores cuotas de responsabilidad en su autocuidado. 27 Los niveles elevados de colesterol total (>240 mg/dl), de triglicéridos (>200 mg/dl) y de colesterol LDL (>130 mg/dl), así como los niveles reducidos de HDL (<35 mg/dl), son factores importantes de riesgo para la enfermedad vascular en los casos de diabetes. Muy frecuentemente, se encuentra dislipoproteinemia en pacientes con nefropatía. El tratamiento debe iniciarse con el control de peso, actividad física y una ingestión reducida de grasas saturadas. Es indispensable que se restrinja el consumo de alcohol y se evite el tabaquismo. En caso de duda debe ser referido a un centro de 2o. nivel para realizar una evaluación cardiológica antes del inicio del programa de ejercicio. La meta del control de la presión arterial consiste en mantener los niveles de la presión sistólica y diastólica, respectivamente, por abajo de 130/85 mm de Hg. Se preferirán como antihipertensivos en tratamientos iniciales, los inhibidores de la ECA. Es necesario un control riguroso de la HTA en los pacientes con nefropatía precoz. 1.1.8.2 Fijación de un objetivo de control glucémico. Como las complicaciones de la diabetes están relacionadas con el control glucémico, la normoglucemia o una glucemia casi normal es el objetivo, a menudo esquivo, de control en la mayoría de los pacientes. Sin embargo, resulta extremadamente difícil normalizar la glucosa plasmática durante periodos prolongados. Sin importar el grado de hiperglucemia, la mejora del control glucémico disminuirá el riesgo de complicaciones diabéticas. El objetivo de control glucémico (reflejado para la A1C) se debe individualizar, y el profesional de la salud debe establecer las metas del tratamiento junto con el paciente después de considerar varios aspectos médicos, sociales y del modo de vida. Los factores importantes que se deben tener en cuenta son edad del paciente, su capacidad de comprender y poner en práctica un tratamiento complejo, presencia de otras enfermedades o tratamientos que puedan alterar la respuesta al tratamiento, modo de vida y ocupación (p. Ej. Las posibles consecuencias de sufrir una hipoglucemia en el trabajo) y nivel de apoyo por parte de la familia y los amigos. La ADA ha establecido unas propuestas de objetivos de glucemia basándose en la premisa de que el control glucémico predice el desarrollo de las complicaciones relacionadas con la diabetes. En general, el objetivo de A1C (glucohemoglobina) debe ser <7%. Otros grupos de consenso (como la Veterans Administration) han sugerido que los objetivos de A1C deben tener en cuenta la esperanza de vida del 28 paciente en el momento del diagnóstico y la presencia de complicaciones microangiopáticas. Una limitación de este enfoque es que resulta difícil saber cuándo se produce el inicio de la hiperglucemia en la diabetes de tipo 2, y que es probable que sea anterior al diagnóstico. 1.1.8.3 Consideraciones generales. Los objetivos del tratamiento en la diabetes de tipo 2 son similares a los del tipo 1. Aunque el control glucémico suele dominar el tratamiento del diabético de tipo 1, la atención del paciente de tipo 2 debe prestar atención también al tratamiento de los trastornos asociados con este tipo de diabetes (obesidad, hipertensión, dislipidemia, patología cardiovascular) y a la detección y el tratamiento de las complicaciones específicas de la diabetes. Hasta 20 a 50% de los sujetos recién diagnosticados con diabetes de tipo 2 pueden presentar complicaciones específicas de este trastorno. Tiene importancia capital la reducción del riesgo cardiovascular, porque ésta es la primera causa de muerte en estos pacientes. El tratamiento de la diabetes debe empezar por la terapia nutricional médica. También se debe instaurar un programa de ejercicio para aumentar la sensibilidad a la insulina y fomentar la pérdida de peso. Una vez instaurada la terapia nutricional médica e incrementada la actividad física, se debe reevaluar el control glucémico; si no se logra el objetivo de glucemia del paciente transcurridas tres o cuatro semanas de terapia nutricional médica, está indicado el tratamiento farmacológico. Los enfoques farmacológicos del tratamiento de la diabetes de tipo 2 comprenden tanto antidiabéticos orales como insulina; la mayoría de los médicos y pacientes prefieren empezar por los antidiabéticos orales. Cualquier tratamiento que mejore el control de la glucemia reduce la “toxicidad de la glucosa” sobre las células insulares y mejora la secreción endógena de insulina. Sin embargo, la DMT2 es un trastorno progresivo que requiere, en última instancia, múltiples agentes terapéuticos y a menudo insulina. 1.1.8.4 Antidiabéticos. Los avances en el tratamiento de la DM de tipo 2 han generado entusiasmo considerable por antidiabéticos (hipoglucemiantes) administrados por vía oral cuyo objetivo son diferentes procesos fisiopatológicos de la diabetes de tipo 2. Con base en su mecanismo de acción, los antidiabéticos orales se dividen en fármacos que aumentan la secreción de insulina, que disminuyen la producción de glucosa o que aumentan la sensibilidad a la glucosa. Los antidiabéticos orales (con la excepción de los inhibidores de la glucosidasa alfa) son ineficaces en la diabetes de tipo 1 y no se deben emplear para el control 29 de la glucosa en sujetos gravemente enfermos con diabetes de tipo 2. A veces la insulina es el antidiabético inicial. 1.1.8.4.1 Secretagogos de insulina. Los secretagogos de Insulina estimulan la secreción de ésta a través de la interacción con el canal de potasio sensible a trifosfato de adenosina de las células beta. Estos fármacos son más eficaces en los diabéticos de tipo 2 de comienzo relativamente reciente (menos de cinco años), que tienen una producción endógena residual de insulina y tendencia a la obesidad. En dosis máximas, las sulfonilureas de primera generación tienen potencia similar a las de la segunda generación, pero vida media más prolongada, mayor incidencia de hipoglucemia, e interacciones farmacológicas más frecuentes. Por tanto, suelen preferirse en general las sulfonilureas de segunda generación. Una ventaja del inicio más rápido de la acción es una mejor cobertura del ascenso posprandial de la glucosa, pero la vida media más corta de estos fármacos hace necesaria más de una dosis al día. Las sulfonilureas reducen tanto a la glucosa en ayunas como la posprandial, y el tratamiento se debe iniciar con dosis bajas, aumentándolo a intervalos de una o dos semanas con base en la autovigilancia.
Compartir