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La-practica-de-Mindfulness-en-el-ambito-psicologico-y-su-eficacia-en-el-contexto-educativo

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Universidad Nacional Autónoma de México 
 
Facultad de Estudios Superiores Iztacala 
 
 
 La práctica de Mindfulness en el ámbito psicológico 
 y su eficacia en el contexto educativo 
 
 Quien para obtener el título de 
 LICENCIADA EN PSICOLOGÍA 
 
 P R E S E N T A 
 
 Pamela Flores Ordóñez 
 
 
 Dra. Norma Coffin Cabrera 
 Mtra. María de Lourdes Jiménez Rentería 
 Lic. Francisca Bejar Nava 
 
 
 
 
 Los Reyes Iztacala, Edo. de México, 2017 
 
 
 
 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
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reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
 
 
Se necesita una determinada forma de excavar, un cierto tipo de arqueología 
interna, para llegar a descubrir nuestra totalidad, aunque esté muy bien 
cubierta bajo capas de opiniones, de cosas que nos gustas y nos disgustan y 
por la densa niebla de los pensamientos y hábitos inconscientes y 
automáticos, por mencionar el dolor 
Jon Kabat-ZInn 
Los sentimientos van y vienen como las nubes en un cielo ventoso. La 
respiración consciente es mi ancla 
Thich Nhat Hanh 
Hay que ser conscientes de que lo que nos provoca malestar o ansiedad no 
son los eventos, sino como vinculamos las emociones a éstos 
Jonathan García- Allen 
No te creas todo lo que piensas. Los pensamientos no son más que eso: 
pensamientos 
Allan Lokos 
Responde; no reacciones. Escucha; no hables. Piensa; no asumas 
Raji Lukkoor 
La peor agresión a nosotros mismos, la peor de todas, es permanecer 
ignorante por no tener el valor y el respeto de tratarnos a nosotros mismos 
con honestidad y ternura 
Pema Chödrön 
Somos lo que pensamos, todo lo que somos se levanta con 
nuestros pensamientos. Con ellos, creamos el mundo. 
Buda 
Todos los actos incorrectos vienen de la mente. Si la mente cambia, ¿cómo 
podrían permanecer esos actos? 
Buda 
 
 
 
 
 
 
Dedicatorias 
A todas las niñas y niños del mundo que sin saberlo saben cómo disfrutar del 
momento presente y hacer siempre de este mundo aún un lugar de misterio, y 
espontaneidad 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Agradecimientos 
A mi padre por su hermosa paciencia que sin ella este recorrido habría sido 
doblemente difícil, a su amor y apoyo incondicional, porque nunca puso ni ha 
puesto una duda o un “pero” en mis logros, metas y planes a futuro. Por 
siempre ser y estar presente. 
A mi mamá por su apoyo y calidez. 
A mis profesoras y profesores que formaron parte de este proyecto, y que 
nunca dudaron de mí ni de brindarme su apoyo. 
A mi tío Nacho por sus valiosas observaciones y apoyo presente en el trabajo. 
A mis amigas, en especial a Jimena por escucharme siempre que la he 
necesitado, y cuando emocionalmente me sentía preocupada por este 
proyecto ya finalizado. 
A Miguel por ser y estar presente, por apoyarme, por confiar, animarme, y 
compartirme una forma distinta y natural de entender la vida. 
A esas personas que nunca dudaron de mí esfuerzo para lograr terminar este 
proyecto, y que siempre me animaron en los momentos más difíciles. 
A mi alma mater la UNAM que por ser pública y gratuita, tuve la oportunidad 
de ser parte de su comunidad y que me formara. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Índice 
Introducción 1 
Capítulo 1. Mindfulness 4 
1.1 Mindfulness como teoría 5 
1.2 Mindfulness como práctica 9 
1.3 Mindfulness como proceso psicológico 13 
1.4 Mindfulness y Neuroanatomía 24 
Capítulo 2. Mindfulness y las terapias de tercera generación 40 
2.1 Terapia de Activación Conductual 43 
2.2 Psicoterapia Analítico Funcional 46 
2.3 Terapia Conductual Dialéctica 48 
2.4 Terapia de Aceptación y Compromiso 50 
2.5 Terapia Integral de Pareja 53 
2.6 Terapia Cognitiva basada en la Atención Plena 55 
Capítulo 3. Mindfulness en el contexto escolar 61 
3.1 Mindfulness y emociones en niños 61 
3.2 Mindfulness y aprendizaje de los niños en la escuela 65 
3.3 Mindfulness y profesores 82 
 Conclusión 86 
 Bibliografía 90 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
INTRODUCCIÓN 
La mayoría de las personas que acuden a terapia, buscan ayuda para aliviar algún 
malestar emocional que no saben cómo manejar. Usualmente ocurre porque la 
forma en que han aprendido a responder y relacionarse con sus sentimientos, las 
ha llevado a experimentar mayores dificultades, sin embargo, la práctica de 
Mindfulness ha demostrado ser una opción ante este malestar, expandiendo sus 
beneficios hasta el campo educativo, por lo tanto, el presente trabajo tratará sobre 
la relación que existe entre Mindfulness en Psicología y su inserción en la 
educación. 
Para ello, en el presente trabajo, se delimitará a los últimos diez años, es 
decir, del año 2006 al 2016; para lograr los propósitos, se utilizará bibliografía 
actualizada y de relevante importancia, asimismo, con excepción de aquellostextos que sean de notable valor, pero su año de publicación anteceda a los 
propuestos; se llevarán a cabo una serie de estrategias como la investigación 
documental –bibliográfica, hemerográfica y electrónica-. 
Los trabajos seleccionados que serán de utilidad para la presente 
investigación se elegirán de acuerdo al grado de importancia que pudieran tener 
para el tema Mindfulness en psicología y su eficacia en el campo educativo, 
haciendo énfasis en aquéllos que utilizan las técnicas del programa de reducción 
del estrés basado en atención plena (MBRS). Para encontrar dichos archivos se 
usarán las palabras clave: Mindfulness, psicología, terapias de tercera generación, 
atención plena, Mindfulness y educación, Mindfulness y neurociencias, 
Mindfulness in elementary school. 
Dentro de la investigación, en el Capítulo 1 se abordará primeramente lo 
que es Mindfulness a partir de tres aspectos: teórico, práctico y como proceso 
psicológico. Así como su funcionamiento en el cerebro cuando se practica. 
 Posteriormente en el Capítulo 2, se hablará sobre sus inicios dentro de la 
Psicología, para ello se abordarán algunas de las terapias de tercera generación 
dentro de las cuales se utiliza, y una breve explicación de sus antecesoras, con el 
objetivo de comprender de qué manera está relacionada la práctica de 
Mindfulness con la Psicología, y su importancia dentro de ésta. 
2 
 
Dentro de las terapias de tercera generación en el capítulo 2, revisaremos la 
terapia cognitiva basada en Mindfulness (TCBM) de Segal, Williams y Teasdale 
(2002); la terapia de aceptación y compromiso (TAC), de Hayes, Strosahl, et al., 
(1999); y la terapia conductual dialéctica (TCD) de Linehan (1993), por ser las que 
hacen uso de algunas de las técnicas del programa de reducción del estrés 
basado en Mindfulness (MBSR por sus siglas en inglés), de Jon Kabat-Zinn, 
(1990), ya sea de manera general o sólo en algunos aspectos (Cebolla i Martí & 
Miró, 2008), debido a su relación en cuanto a sus objetivos. 
Finalmente, en el Capítulo 3 se podrá hablar sobre Mindfulness en el ámbito 
educativo; para ello, debido a que la atención plena en la Psicología influye en 
ciertos aspectos de las funciones cognitivas y en el procesamiento emocional, 
será a partir de ahí donde se analizará su relación con la educación de niños de 
preescolar y primaria, además de considerar el papel de los profesores como otro 
aspecto fundamental de Mindfulness en la educación. 
En este sentido, en el capítulo 3 primero se hablará sobre atención plena en 
el manejo de las emociones de los niños, ya que de este modo podremos 
comprender el papel de Mindfulness en el campo educativo, para entender de qué 
manera se relaciona con el aprendizaje. Ya que, si la forma de relacionarse con 
las emociones implica salud mental y emocional, entonces esto influye en la forma 
en que se puede aprender dentro de un salón de clases, además de contribuir al 
entrenamiento o desarrollo de habilidades necesarias para el aprendizaje como lo 
es la capacidad de atención. 
Por lo tanto, la hipótesis sobre la cual el trabajo se basará plantea que, si un 
estudiante de educación temprana logra aprender a desarrollar Mindfulness dentro 
del aula, esto le permitirá desarrollarse con mayor éxito en la escuela y en sus 
relaciones sociales. 
Para ello, el objetivo del presente trabajo fue analizar la influencia que tiene 
en los menores la enseñanza de Mindfulness en el ámbito educativo sobre el 
manejo de sus emociones, y su desarrollo académico y socia. 
Finalmente, el presente trabajo pretende dar una aportación a la Psicología 
y sobre todo, a la Psicología Educativa, ya que si bien se ha hablado y estudiado 
3 
 
sobre los beneficios de Mindfulness en el ámbito terapéutico; aquí se presenta un 
análisis psicológico de su eficacia en el ámbito educativo con niños, y profesores 
en la mejora del rendimiento académico, en las relaciones interpersonales y el 
manejo de las emociones de manera que logren tener una buena salud emocional 
y mental, no sólo dentro del aula si no también, fuera de ésta. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
4 
 
1. MINDFULNESS 
Para conocer en términos teóricos y en su aplicación la técnica de Mindfulness, es 
necesario explicarla en sus diversas partes que la componen, esto es: en su teoría, 
en su práctica, como proceso psicológico, y en su funcionamiento cerebral. 
Mindfulness es la traducción al inglés de la palabra sati en la lengua pali, 
que incluye el significado de conciencia, atención y recuerdo, y proviene de las 
enseñanzas del budismo theravada del Buda Siddartha Gautama Sakyamuni (563 
a.C.), desde hace más de dos mil quinientos años (Moñivas, García & García, 
2012). Por otro lado, y de acuerdo con Parra, Montañés, Montañés y Bartolomé 
(2012), los referentes más sobresalientes del Mindfulness en occidente son el 
médico Jon Kabat- Zinn, quien lo introdujo en el campo de salud como estrategia 
de regulación del estrés; el monje budista Thich Nhat Hah, quien por medio de sus 
libros y escritos clarificó su significado y su definición, así como la explicación de 
su práctica; asimismo, Segal, William y Teasdale (2002), quienes de acuerdo con 
Cebolla (2012) le dieron un modelo psicológico a partir de la terapia cognitiva 
basada en atención plena TCAP. 
En el siglo XXI, Mindfulness, está teniendo presencia; su teoría y su práctica 
en el campo de la psicología, la psicoterapia y la medicina como consecuencia de 
factores como: la globalización, los avances de la psicología cognitiva para la que 
es de interés el modo en que el entrenamiento en Mindfulness ha permitido el 
desarrollo de la atención y la conciencia y sus efectos positivos de desarrollarla 
para la salud mental, como en algunas terapias psicológicas de la tercera ola, y 
finalmente los avances tecnológicos en las neurociencias en especial los 
relacionados con la neurociencia afectiva y cognitiva, que estudian la relación del 
cerebro con las emociones, los pensamientos y cómo funciona durante estos 
procesos en la práctica de Mindfulness (Simón, 2006). Asociado con esto, también 
se ha desarrollado el estudio de la relación que guarda la práctica de la atención 
consciente en las relaciones interpersonales, por medio de la observación de sus 
efectos en zonas específicas del cerebro, a partir de la neurobiología interpersonal 
nombrada así por Siegel (2001 citado en Simón, 2006). Dichos avances han 
permitido una nueva forma de trabajar los problemas por los cuales el paciente 
5 
 
atraviesa a partir del conocimiento que se tiene sobre la relación que existe entre 
los fenómenos mentales y el funcionamiento cerebral (Simón, 2006). 
Por otro lado, se puede hablar de Mindfulness como teoría, como práctica y 
como un estado y proceso mental en la psicología y la ciencia, esto tomando en 
cuenta a Germer (2011 citado en Moñivas, García-Diex & García-De-Silva, 2012), 
quien plantea que Mindfulness se puede usar para referirse a un constructo teórico, 
a una práctica y a un proceso psicológico. 
Por lo que se comprende en su origen y sus principios filosóficos así como 
en lo que la caracteriza o define; en las técnicas utilizadas para practicarlo y llegar 
a él y en su estado a través de su funcionamiento psicológico y mental a nivel 
cerebral, sin embargo, su significado no varía del que fue propuesto por Kabat 
Zinn: “(…)centrar la atención de un modo intencional: en un objeto en el momento 
presente, y sin juzgar” (Kabat-Zinn, 1990 comentado en Cebolla i Martí & Miró, 
2008, p. 259), por lo que se puede decir que Mindfulness es teoría para entender 
de qué se habla, práctica para saber cómo llevarlo a cabo y desarrollarlo, y 
experiencia para reconocerlo en uno mismo. 
 
1.1 Mindfulness como teoría 
Hablar de Mindfulness como teoría implica hacer referencia a las múltiples 
definiciones que se hanrealizado por varios autores como: Simón, 2007; Germer, 
2005; Brown y Ryan, 2003; Kabat-Zinn, 1990, Dimidjian & Linehan, 2003 (citados 
en Parra, Montañés, Montañés, & Bartolomé, 2012) sin embargo, en el presente 
trabajo se hablará de la teoría a partir de su origen y algunos de sus principios y 
conceptos más relevantes que lo caracterizan, y que son descritos a continuación. 
Uno de ellos se refiere a que los humanos se caracterizan por tener tres 
cualidades (impermanencia, aceptación del sufrimiento, conciencia del No-Yo), 
que les permiten comprender de manera sabia y consciente la existencia humana, 
sin embargo, suelen ser distorsionadas por percepciones y pensamientos fuera de 
la realidad, por lo que la examinación paciente y constante de estos procesos 
permiten la comprensión de la existencia de estas cualidades en su máxima 
expresión, a) la impermanencia (anicca), que se refiere a que todo suceso es 
6 
 
condicionado por episodios de actividad cognitiva o física pero que en cualquier 
momento pueden cambiar o desaparecer, y son los que conforman la experiencia 
subjetiva de la mente; b) el sufrimiento (dukkha), además de referirse a la 
aceptación de la inevitabilidad del dolor que caracteriza a cualquier ser vivo, 
detalla también a la desesperación que surge ante la inevitabilidad del dolor y del 
deseo por conseguir lo que uno quiere y no tenerlo, así como la confusión de 
deseos contradictorios; c) el No-Yo (anatta), precisa como las personas buscan un 
sentimiento de identidad que los defina y les dé un “yo” pero a partir de la 
proyección de pensamientos, sentimientos, emociones los cuales, sin embargo, 
son sólo patrones de comportamiento mal adaptativos, que llevan a dificultades y 
al sufrimiento psicológico (Mañas, Franco & Faisey, 2009). 
Otro principio plantea que las causas de este sufrimiento, son debido a tres 
comportamientos automáticos a través de los cuales las personas reaccionan 
obteniendo resultados desfavorables como la conducta de la avidez, que explica 
cómo las personas viven aferrándose a lo que desean; el odio se refiere a una 
conducta que se caracteriza por ser aversiva, por buscar alejamiento, por atacar o 
negar lo que se experimenta como desagradable; la ilusión corresponde a la 
conducta de actuar con ignorancia a los hechos que no se quieren ver tal y como 
son (Mañas et al., 2009). 
Sin embargo, existe un principio que plantea que existen cuatro verdades, 
que cuando se aceptan y comprenden ayudan a responder al sufrimiento: la 
primera es saber que toda existencia está caracterizada por el sufrimiento pues 
cualquier causa natural como la muerte, el dolor, lo deseable e indeseable lo 
produce; la segunda, es saber que el origen del sufrimiento, se debe a un 
desequilibrio constante cuando lo que se experimenta es contrario a lo que se 
desea, por lo que, también proviene de la ilusión, del odio y de la ambición; la 
tercera, sirve para saber que el cese del sufrimiento sólo se logra eliminando el 
deseo, liberándose del apego, y cambiando el comportamiento de resistencia 
hacia lo desagradable y la actitud de aferramiento a lo agradable; y finalmente, 
señala que para responder al sufrimiento se deberá seguir el noble camino óctuple 
que consiste en una serie de estrategias para liberarse de él (Mañas et al,. 2009). 
7 
 
Dicho camino consiste en el principio del seguimiento de ocho guías para 
vivir la vida que son: el recto ver o comprensión correcta que significa ver las 
cosas tal y como son sin engañarse; la recta intención o pensamiento correcto que 
significa no dejarse llevar por los deseos ni por los sentimientos de odio; el recto 
hablar o palabra correcta es no hablar más de lo necesario, no mentir, o hablar por 
simplemente tener un tema de conversación; la recta acción o correcta acción es 
comportarse de acuerdo a un código moral, que respete a todas las personas y 
seres vivos; el recto sustento u ocupación correcta es vivir a partir de un oficio o 
actividad que no haga daño a los demás; el recto esfuerzo es esforzarse en cosas 
encaminadas a algo positivo y encaminar las que estaban dirigidas a algo 
negativo; el recto Mindfulness o atención correcta, es atender de manera 
consciente a cada suceso externo e interno, así como vivir del mismo modo cada 
instante de la vida; y la recta concentración, es practicar la meditación como 
actividad de la vida diaria con intenciones positivas hacia uno mismo y los demás 
(Mañas et al., 2009). 
Para poder llegar a los puntos mencionados es necesaria la práctica del 
principio de “los cuatro fundamentos de Mindfulness (o los cuatro fundamentos de 
la atención)” (Mañas et al., 2009, p. 10): 1) Mindfulness del cuerpo, implica estar 
consciente de éste, a partir de sus movimientos y las sensaciones corporales que 
se desprenden de estos, o de su estado de quietud que permite reconocer y sentir 
cada parte del cuerpo, recorriéndolo junto con los movimientos que provoca la 
respiración; 2) Mindfulness de las sensaciones, es ser consciente de éstas a partir 
de lo que se experimenta sin aferrarse o rechazar junto con el seguimiento de la 
respiración, ya sean agradables, desagradables o neutras, es decir, que ambas se 
experimenten sin juzgarlas simplemente prestando atención a su forma en cuanto 
a cómo se presentan; 3) Mindfulness de la mente, es ser conscientes de cómo se 
van formando ideas, imágenes y pensamientos dentro de la mente, y ser capaces 
de reconocer cuando éstas no permiten ver de manera clara las cosas tal y como 
son, como cuando la mente se pierde en ideas vagas y salta de un pensamiento; 
4) Mindfulness de los objetos mentales, es ser consciente de lo que se evoca en la 
mente al momento de estar experimentando algunas sensaciones, emociones, 
8 
 
para saber sobre qué o quién éstas se están experimentando, en general, es 
aquel que se realiza cuando observamos lo que surge en nuestra mente respecto 
a un fenómeno que estemos advirtiendo (Mañas et al., 2009). 
Lo curioso es que por medio de la meditación de la atención consciente se 
logra desarrollar el principio que el Buda llamó las cuatro cualidades del corazón: 
la bondad (metta) que se entiende como “(…)amor incondicional a todos los seres 
(…)” (Mañas et al., 2009 p. 12); la compasión (karuna), que es preocuparse y 
actuar para que todos los seres vivos puedan vivir libres del sufrimiento; el júbilo 
(mudita), que es responder con alegría a los logros de los demás, y la 
ecuanimidad (upekkha), que es responder de manera abierta a cualquier 
experiencia sea agradable o desagradable, es decir, sin aferramiento, deseo o 
rechazo (Mañas et al., 2009). 
En la práctica de Mindfulness, existe lo que se conoce como las siete 
actitudes mentales que provienen del budismo y que son otros de los principios de 
éste, y que se deben tener durante su desarrollo, mismas que a su vez han sido 
adaptadas por varios autores como Kabat-Zinn (2003 citado en Mañas, 2009), 
donde la atención y el compromiso son fundamentales, y se caracterizan de 
acuerdo con Parra et al. (2012), y Stahal y Goldstein (2010) por: No juzgar, 
consiste en dejar la mente en un estado de aceptación que permita la observación 
de los pensamientos, sentimientos y sensaciones, tal y como son sin ponerles 
etiquetas de correctos o incorrectos, o todo lo que implique calificarlos dentro de lo 
positivo y/o negativo; la paciencia, consiste en aceptarse tal y como se es sin 
juzgarse, o castigarse simplemente aceptándose y llevando un sentimiento de 
amor propio; mente de principiante, consiste en ver las cosas como si siempre 
tuvieran algo nuevo, algo que aún hay por conocer y aprender, ver las cosas como 
nuevas; la confianza permite en la observación de la experiencia diferenciar entre 
lo que es objetivo y subjetivo; no forzarse consiste en no tratar de huir de lo que se 
está experimentando en el momento presente, a pesar de que pueda serdoloroso; 
la aceptación que permite reconocer las cosas tal y como son; y el ceder que 
permite acercarse a la experiencia de vivir las cosas como son en el momento 
9 
 
presente, dejando a un lado la constante mente evaluativa, sin dejar de lado lo que 
está ocurriendo. 
 
1.2 Mindfulness como práctica 
Existe una terapia basada en Mindfulness por medio del programa de Terapia de 
Reducción del Estrés Basada en la Atención Plena (REBAP), implementada por 
John Kabat-Zinn (1990 citado en Moreno, 2015), quien es profesor de medicina 
en el Centro Médico de la Universidad de Massachusetts, y trajo consigo las 
enseñanzas del budismo aplicadas a un modelo médico (Jon Kabat-Zinn, 2009), el 
cual se caracteriza, de acuerdo con la Sociedad de Mindfulness y Salud (2016), 
por ser un proceso terapéutico de ocho clases semanales con una duración cada 
una de dos horas, y una clase en sábado a partir de la sexta o séptima semana, 
que dura todo un día. Durante el programa se realizan: prácticas guiadas de 
meditación Mindfulness, ejercicios de flexibilidad corporal realizados con 
Mindfulness, diálogos de exploración para integrar la práctica en la vida diaria, 
instrucciones específicas y personalizadas para cada participante, diálogos y 
exploraciones grupales, tareas diarias para la casa y tres CDs con práctica guiada 
y un cuaderno de tareas. En general, se practica la Atención a la Respiración, 
Meditación Mindfulness y los Ejercicios de Flexibilidad Corporal. Durante la 
práctica Mindfulness la persona va reconociendo cómo son sus pensamientos 
habituales, cómo van cambiando y surgiendo, de esta manera, puede hacerles 
frente relacionándose de otra forma a la habitual, de igual manera que sucede 
con las sensaciones que se perciben con el cuerpo o el tono emocional, pero para 
ello se necesita prestar atención consciente, la cual se puede desarrollar con la 
práctica de Mindfulness. 
 Como se puede ver, la práctica de Mindfulness no sólo consiste o se trata 
de llevar consigo las actitudes mentales que anteriormente han sido descritas, sino 
que también es un conjunto de técnicas que provienen de la meditación vipassana 
desarrolladas por el Buda Siddartha, por lo que Mindfulness también ha sido la 
traducción que se le da a su práctica. Utilizada en occidente para aprender a 
responder por medio de la consciencia a los procesos mentales que pudieran 
10 
 
llegar a producir diversos trastornos psicológicos, y problemas de comportamiento 
(Bishop et.al. 2004, citado en Mañas, et al., 2009), mediante el cultivo de la 
atención consciente a partir de la atención en uno mismo, las sensaciones 
corporales, emociones, pensamientos y lo que ocurre alrededor (Bodhi, 2000; 
Germer, 2005; Germer et al., 2005; Gunaratana, 2002; Wallace, 2001; Young, 
1997 citados en Davis & Hayes, 2011). Por lo tanto, la meditación vipassana es la 
principal técnica usada para desarrollar la atención consciente, como se muestra 
en el siguiente esquema (véase la Figura 1). 
11 
 
Figura 1. Diferencias y similitudes entre la meditación de concentración y la 
meditación vipassana. 
 
 
 
Fuente: Elaboración propia basada en Mañas et al. (2009), Kabat-Zinn, (1994; 
Linehan, 1993b citado en Baer, 2003) y Moñivas et al. (2012). 
 
 
12 
 
 De acuerdo con Siegel (2012), Mindfulness se puede practicar de 
manera formal o informal, y en donde en la práctica formal, antes de aprender a 
realizar Mindfulness, se enseña a ejecutar la meditación de concentración para 
estabilizar la mente mediante la concentración en un estímulo específico; en este 
caso, con la respiración se excluye otro estímulo que se quiera hacer presente 
para volver a prestar atención al estímulo original. Posteriormente, se pasa a la 
meditación vipassana, en donde se pretende reconocer cualquier pensamiento o 
sensación que se presente durante la meditación sin ignorarlos o intentar 
ahuyentarlos, más bien observarlos como son y permitir que se vayan como 
surgieron. Este tipo de meditación permite dar cuenta de cómo reacciona y opera 
la mente habitualmente, y acercarse a lo que le molesta para conocerlo 
(meditación insight); posteriormente, se trae de nuevo la atención a la respiración 
hasta lograr una completa concentración centrada en lo que ocurre en el momento 
presente. Como puede observarse, la meditación vipassana es una 
complementación de ambas meditaciones para el desarrollo de la atención 
consciente con aceptación, centrándose en todo momento en cómo se 
experimenta la atención consciente a través del cuerpo. 
Asimismo, se ha buscado una forma de entender Mindfulness como una 
conducta, de acuerdo con Bishop et al. (2004 citado en Mañas et al., 2009), 
consiste en dos componentes que constituyen su práctica y que de hecho son 
descritos o explicados en el esquema anterior que explica la práctica de la 
atención consciente. Estos son la autorregulación de la atención que la caracteriza 
el mantenimiento, la redirección de la atención y la selección de los estímulos 
sobre los cuales se va a centrar la atención, paso que ayuda a reconocer los 
procesos mentales que suceden en el momento presente. El segundo componente, 
consiste en orientarse hacia la experiencia, dicha orientación implica reconocer el 
tipo de relación que se da en cómo la persona se acerca o responde (curiosidad, 
apertura y aceptación) ante lo experimentado en el momento presente. Lo que 
permite conocer cómo se reacciona y aprender a responder de manera no 
automática. 
 
13 
 
1.3 Mindfulness como proceso psicológico 
Hablar de Mindfulness como proceso psicológico implica abordar dos teorías en 
específico, y un concepto: la mentalización, teoría de la mente, y la fenomenología 
de Hurssel que permiten dar cuenta de la relación que tiene con la psicología, 
sobre todo, a través de cómo éstas han tratado el tema de la atención consciente 
y su relación con los estados emocionales y mentales, mismas que a su vez 
permiten un acercamiento a la comprensión y funcionamiento de Mindfulness, así 
como la forma en que surge y cómo se experimenta cuando se lleva a cabo. 
Asimismo, entender que no se trata de la práctica de una religión (Budismo 
Theravada), o de una simple técnica terapéutica, pues de acuerdo con Simón 
(2010) tiene que ver con algo que forma parte del ser humano. 
Y por lo mismo, forma parte (de alguna manera) de las teorías psicológicas 
que han abordado el tema de lo que implica no ser consciente de los propios 
pensamientos, ni de la forma en que estos se van construyendo frente a un 
evento; de las ventajas del pensamiento automático para la sobrevivencia. Pero 
también de sus desventajas, para responder de diferente manera a lo habitual, 
que en muchas ocasiones causa problemáticas en cuanto a la forma de sentir y 
pensar sobre uno mismo y los demás; de las ventajas de una atención controlada 
o consciente, para diferenciar las ideas propias de las de los demás, esto es no 
poner ideas o creencias personales sobre lo que uno cree están pensando otros, y 
mejor observar lo que en realidad ocurre cuando éstas están presentes; así, como 
las diferencias entre un pensamiento subjetivo, y otro que procura observar las 
características de un evento objetivamente, y no desde uno mismo (entre otras), 
pero en general de las ventajas de ser consciente de las elaboraciones mentales 
que se construyen y de la forma habitual de responder ante ciertos eventos, así 
como la manera en que las personas se relacionan. 
Por lo que, Mindfulness es una cualidad o característica humana, que 
cualquiera ha llegado a aplicar en algún momento de su vida cuando es 
consciente de sus contenidos mentales o sobre cómo experimenta diversas 
sensaciones y realiza actividades en un momento presente. Pero, a pesar de ser 
una capacidad humana muchas personas no suelen ser conscientes de lo que 
14 
 
están pensando, sintiendo, y haciendo cuandola mente se encuentra yendo de un 
lugar a otro, divagando entre recuerdos, ideas, pensamientos o planes a futuro sin 
llegar a un lugar específico o encontrar respuesta alguna en caso de estarla 
buscando (Simón, 2006; Simón 2010). 
Sin embargo, Buda descubrió una forma de practicarla (Simón, 2006) de 
manera más constante y lograr llevarla a cada momento de la vida diaria, en 
respuesta al sufrimiento que caracteriza al ser humano. Por lo tanto, en la 
actualidad la práctica de esta cualidad parece novedosa ante tanto ajetreo de la 
vida cotidiana, cuando sólo es una forma de practicarla, para aprender a 
responder con ella como seguramente en otros momentos lo ha sido, y conocer 
sus grandes beneficios que trae a la salud sobre todo la emocional. 
Para entender mejor lo hasta ahora expresado, es necesario explicar 
brevemente la Teoría de la Mente (ToM) ya que es una forma de comprender lo 
que naturalmente sucede cuando se aprende a responder de manera natural por 
medio de interpretaciones y creencias formadas a lo largo de la vida sobre las 
demás personas, desde una explicación cognitiva. Posteriormente, se hablará 
sobre el concepto de mentalización, el cual de acuerdo con Lanza (2011) tiene su 
base teórica en la ToM, pero también considera la teoría del afecto la cual influye 
para que dicho proceso (ToM) cuando no funciona de manera adecuada afecte las 
relaciones de las personas, en cuanto a su manera de interpretar conductas y 
eventos mentales en los demás. Por otro lado, contiene la explicación de lo que 
implica el uso de la atención consciente o controlada en los estados mentales con 
los cuales se observa o experimenta un suceso determinado, sobre todo en lo que 
respecta a las relaciones interpersonales. 
Finalmente, se hablará de la fenomenología de la escuela Husserliana que 
tiene puntos en común en cuanto a los principios de Mindfulness, la comprensión y 
explicación de los estados subjetivos de la experiencia humana y su 
funcionamiento, desde una explicación psicológica que expone la forma en que se 
experimenta y que da cuenta de Mindfulness como capacidad básica de los seres 
humanos más allá de su relación con la tradición budista y su práctica terapéutica 
(Goldstein, 2005; Kabat-Zinn, 2003, citados en Brown & Cordon, 2011). 
15 
 
La Teoría de la Mente (ToM), es una capacidad humana evolutiva, que 
consiste en poder interpretar las expresiones corporales, faciales y el tono de voz 
de las personas y a partir de ellas hacer una “teoría de la mente” de lo que la otra 
persona pueda estar sintiendo o pensando. Asimismo, atribuye acciones, 
motivaciones e ideas de otros, por lo que por medio de ésta, uno puede suponer, 
imaginar lo que los otros sienten y piensan. Este proceso, se posee a determinada 
edad y constantemente se va desarrollando y mejorando a partir de las 
experiencias, por lo que, algunas personas poseen una mejor teoría de la mente 
que otras, aunque también depende del contexto. Cabe mencionar, que las 
personas llevan esta capacidad a todas las actividades de su vida y sin darse 
cuenta de ello, les ayuda a relacionarse con las demás personas (Odisea, 2013). 
 Por otro lado, la ToM ayuda a reducir la incertidumbre del entorno, al hacer 
uso de las funciones ejecutivas que permiten hacer predicciones a partir de 
soluciones imaginadas, siempre que se presenta un problema novedoso a 
enfrentar; predice y comprende la conducta de otras personas; esto es intuir o 
advertir otro sistema cognitivo distinto al propio. Asimismo, las regiones cerebrales 
de mayor activación son la corteza prefrontal, específicamente la del hemisferio 
derecho, que participa en el reconocimiento facial de emociones, donde la 
amígdala tiene que ver con las emociones de miedo o asco, la cual también dota 
de un valor emocional y social a los estímulos percibidos, en el procesamiento de 
las creencias de primer y segundo orden, en la empatía y juicio moral, en la 
expresión emocional a través de la mirada, en el procesamiento de las mentiras 
como piadosas o no piadosas, y en la ironía. Cada uno encuentra su 
procesamiento en diferentes zonas del cerebro particularmente las del lado 
derecho y de la amígdala. Por lo tanto, se trata de un proceso que percibe, 
procesa y evalúa los estímulos (Tirapu-Ustárroz, Pérez-Sayes, Erekatxo-Bilbao & 
Pelegrín-Valero, 2007). Sin embargo, a pesar de tener ventajas para la 
sobrevivencia humana y ser parte de lo que diferencia a los seres humanos de 
algunas especies, también puede ser un ejemplo de lo que podría ocurrir si en 
ciertos momentos de la vida diaria no se es consciente de la forma en que 
procesamos esos pensamientos o teoría de la mente, pues a veces es necesario 
16 
 
hacer un alto a la forma habitual de pensar o interpretar ciertas cosas, ya que no 
siempre son las más adecuadas o saludables (Lanza, 2011; Brown & Cordon, 
2011). Lo cual se puede lograr por medio de Mindfulness. 
Por lo mismo, surge la terapia de la mentalización la cual tiene su base 
teórica en la teoría de la mente a la cual se integran los aspectos emocionales que 
se generan durante los primeros años entre el individuo y sus cuidadores, en la 
cual se describe la mentalización como una actividad mental preconsciente, 
intuitiva y emocional, en la mayoría de las veces, y en la minoría reflexiva y 
controlada, que ayuda a comprender el propio comportamiento y el de los demás, 
a través de estados y procesos mentales propios, que deberían además de ayudar 
a regular las emociones y a establecer relaciones interpersonales sanas, solo que 
de no estar bien trabajada esta actividad mental, es difícil conseguirlo (Lanza, 
2011) trayendo consigo diversas patologías. 
De igual manera, se puede definir como un conjunto de operaciones 
psicológicas que incluyen capacidades representacionales para interpretar y 
predecir los comportamientos, mediante la atribución de estados mentales 
intencionales (Gergely, 2003 citado en Lanza, 2011). Por otro lado, la 
mentalización se caracteriza por tres componentes y cuatro polaridades. Los 
componentes incluyen diversas habilidades cognitivas específicas, determinados 
conocimientos, y un sistema representacional específico (Lanza, 2011). Dentro de 
las habilidades están las que reciben una consideración especial: la atención y la 
imaginación. La primera, debido a que la mentalización depende de imaginar lo 
que los demás puedan pensar, sentir, idear, etc. Pues sin ella, entonces se 
respondería sin saber cómo la otra persona podría reaccionar, lo cual sería más 
difícil al momento de relacionarse o entender a los demás. La segunda, se ve 
como una habilidad que permite ya sea inhibir otros procesos mentales o 
facilitarlos para mejorar alguna tarea que se pretende llevar a cabo (Allen, Fonagy 
& Baterman, 2008 citado en Lanza, 2011). 
Asimismo, plantea que prestar atención a los estados mentales es 
mentalizar, lo que permite la posibilidad de reflexionar acerca de ellos. Para 
prestar atención a los estados mentales y su posible reflexión se llevan a cabo tres 
17 
 
variedades de la atención: selectiva, sostenida y de control atencional (Burin, 
Drake & Harris, 2007 citado en Lanza, 2011). La atención selectiva consiste en 
seleccionar de entre una cantidad de estímulos, aquellos necesarios para el 
objetivo presente pero manteniéndose con atención, aunque no de manera 
relevante a estímulos nuevos que pudieran llegar a presentarse. La atención 
sostenida busca mantener la atención en dicho objetivo durante un tiempo 
determinado. El control atencional incluye los dos niveles de atención anteriores 
para realizar tareas que necesitan la inhibición de respuestas automáticas. Cabe 
señalar que la forma en que la mentalización infiere sobre los estados mentales, 
igualmente tiene que ver con los conocimientos que interfieren en este proceso: 
los generales y los específicos. Los primeros son conocimientos basadosprincipalmente en experiencias, y también relacionados con el desarrollo mental 
en que se encuentre la persona; los segundos, dependen de qué tanto se conoce 
a la otra persona para entender su comportamiento, estados mentales y 
funcionamiento mental. Al mismo tiempo se necesita de un sistema 
representacional específico para poder analizar, y reflexionar sobre los estados 
mentales (Lanza, 2011). 
Por lo tanto, la mentalización se puede llevar de manera automática o 
controlada, en donde la primera se caracteriza principalmente por un 
procesamiento rápido y simultáneo de diversos estímulos, por no ser consciente y 
tampoco reflexiva; mientras que la segunda, es lo contrario, pues es consciente y 
reflexiva; se caracteriza por la atención controlada, y lleva un procesamiento serial 
y pausado, que permite reflexionar sobre los propios estados mentales para lograr 
un distanciamiento psicológico respecto a estos y la realidad, lo que permite 
reconocer otros puntos de vista o alternativas diferentes a las que se han creado o 
tomado por diferentes situaciones (Lanza, 2011). 
Asimismo, los estados afectivos influyen en la manera en que se realiza la 
mentalización de los estados mentales propios o de las otras personas, a través 
de la intuición de sus sentimientos (Bateman & Fonagy, 2006 citado en Lanza, 
2011). Por lo que ambos suelen presentarse en conjunto en el proceso de 
mentalización (Fonagy, Gergely, Jurist & Target, 2002 citados en Lanza, 2011). 
18 
 
Además de los procesos mentales que se basan en lo externo (acciones, 
reconocimiento visual de las emociones, intenciones perceptibles a partir del rostro 
y la postura) y en lo interno (empatía, autorreflexión, memoria, emociones, etc), en 
el self y en el otro, para determinar qué es lo que la otra persona puede estar 
sintiendo o pensando. Cuando sucede la focalización en el otro se activan las 
neuronas espejo que activan los mismos circuitos cerebrales que se activarían 
cuando uno mismo realiza las actividades que observa en otra persona, lo mismo 
que sucede cuando uno se imagina realizando alguna actividad, mientras que otra 
forma de procesar sucede cuando la focalización se puede realizar en ambos pero 
diferenciando los procesos mentales propios y los del otro, lo que permite 
focalizarse en uno o en el otro, aunque, es más difícil que esto suceda en el primer 
procesamiento pues éste se comporta de manera automática e imitativa. Por otro 
lado, ambos procesos se pueden presentar en un mismo momento, por lo tanto, 
no se habla de ellos como separados, y pueden ir de uno a otro, lo que hace que 
la relación entre ambas personas se desarrolle de diferentes maneras (Lanza, 
2011). 
Como se puede ver, la mentalización comparte muchas similitudes con el 
Mindfulness, sin embargo, existen diferencias en el sentido de que en Mindfulness, 
se aprende a ser consciente de estos procesos y a ser capaz de ver estos estados 
mentales como lo que son, sin juzgarlos, o aferrarse a ellos y dejar que surjan 
como parte de la experiencia, asimismo aprender a diferencias los propios 
pensamientos, sentimientos o emociones de los de las demás personas, incluso 
Willin (2007, citado en Davis & Hayes, 2010) ha sugerido que Mindfulness puede 
ayudar al proceso de mentalización gracias a que éste fomenta la capacidad de 
receptividad en las personas. De igual manera, la intersubjetividad (Benjamin, 
1990, citado en Davis & Hayes, 2010) es un constructo que también es compartido 
y desarrollado por Mindfulness el cual implica un sentimiento de conexión con los 
otros (Thompson, 2001, citado en Davis & Hayes, 2010) o lo que es llamado 
interbeing por Thich Nhat Hanh (1987, citado en Davis & Hayes, 2010), y se refiere 
al hecho de que por estar conectados con el momento presente, es más fácil 
experimentar lo que ocurre y así como sentir la experiencia de los demás (Hanh, 
19 
 
1987, citado en Davis & Hayes, 2010). Mientras que el insight por otra parte, 
puede ser un proceso que se consigue mediante la atención consciente, que sería 
tomar conciencia de nuestras acciones y pensamientos, aunque Siegel (2007b, 
2009, citado en Davis & Hayes, 2010) ha propuesto una base neurológica de la 
conexión que existe entre insight y Mindfulness. 
Por último, Hurssel (citado en Brown & Cordon, 2011), explicaba que 
existían dos modos con los cuales se experimenta la realidad cuando se procesa 
lo que llega a la conciencia por medio de los sentidos o de la mente, el primero 
puede ser a partir de una actitud natural que lleva a experimentar los eventos de 
manera subjetiva, lo cual implica realizar operaciones cognitivas, para lograr dar 
una explicación o interpretación clara de aquello que se está viviendo. 
Este modo de procesar de acuerdo con Brown y Cordon (2011), se 
caracteriza por ser evaluativo, lo que quiere decir es que la persona da una 
interpretación positiva, negativa o neutra a un evento, desde su propia experiencia 
o bien, en la mayoría de las veces, a partir de un tono afectivo de desagrado o 
agrado; también se caracteriza por una asociación que se hace en la memoria a 
partir del recuerdo de eventos pasados con el suceso presente, por tener 
similitudes con éste; o bien la experiencia se va asimilando a partir de operaciones 
cognitivas y esquemas cognitivos ya desarrollados anteriormente. Sin embargo, 
este modo de procesamiento a pesar de sus ventajas: la facilidad para responder, 
dar una orden y una relación a los acontecimientos que pueden ayudar a realizar 
un objetivo o meta, también se caracteriza por sus consecuencias poco ventajosas 
al momento de reconocer o dar cuenta de un evento, pues de acuerdo con Bargh 
y Chartrand (1999, citados en Brown & Cordon, 2011) las personas tienden a 
responder de manera condicional y habitual, ante éste con base en conceptos, 
etiquetas, planear, comparar y juicios que se han formado, por lo que la realidad 
puede ser experimentada de manera poco real u objetiva y ser distorsionada, 
incompleta y superficial junto con un tono emocional que la hace aún más 
subjetiva. Por lo que, se experimenta a partir de sí mismo, sin ver como es 
realmente la naturaleza del objeto o acontecimiento. 
20 
 
El otro modo de procesamiento consciente propuesto por Husserl (Brown & 
Cordon, 2011) es la actitud fenomenológica mediante la cual se presta atención a 
las cosas pero sin proyectar en ellas las emociones, sentimientos, y/o creencias 
que se tienen; además, se es consciente de cómo esas posibles proyecciones 
operan y la forma en la que se expresan y experimentan sin agregar más 
características de las que los componen. Por otra parte, implica que cuando se 
presta atención se está en contacto directo con el momento presente, lo cual 
permite estar en la realidad tal cual es, incluso con aquellas reacciones 
psicológicas con las cuales se suele responder de manera automática ante 
cualquier evento de la vida diaria; y en vez de actuar a partir de ellas se vuelven 
parte de la observación, de la experiencia presente. 
Cuando se dejan a un lado las elaboraciones cognitivas de aquello que se 
experimenta, permite conectarse realmente con la experiencia emocional, ya que 
se es consciente de ésta, y no se está respondiendo a eventos cognitivos propios 
que alejan a la persona de dicha emoción (Varela & Shear, 1999 citados en Brown 
& Cordon, 2011). La ventaja de esto, es que de acuerdo con Husserl la conciencia 
es intencional, lo que implica poder llevarla a cualquier experiencia presente, 
fijarse en si se está, o no, prestando atención, conocer la forma en que va 
cambiando el nivel atencional, dependiendo de los estímulos que se presenten. 
Esto permite tener mayor conocimiento de sí mismo en cuanto a la forma de 
pensar, sentir y actuar, dando libertad para elegir cómo responder ante la 
experiencia, así como la oportunidad de vivir más alegremente (Thompson & 
Zahavi, 2007 citado en Brown &Cordon, 2011). 
Por lo tanto, Mindfulness como proceso psicológico se caracteriza por ser 
consciente de los propios pensamientos y sensaciones, a través de lo cual se 
puede controlar y predecir la conducta tomando una postura diferente a la habitual. 
Del mismo modo, se caracteriza por ser un estado mental mediante el cual solo se 
trata de darse un momento para percibir el cuerpo y sus sensaciones, así, como lo 
que ocurre a su alrededor en el momento presente, más allá de sus pensamientos. 
Dicho proceso implica salir del llamado piloto automático, es decir, de responder o 
21 
 
actuar de manera consciente, controlada y libre, más que a reaccionar de manera 
inconsciente, inmediata y condicionada (Moñivas et al., 2012). 
Asimismo, debido a que es una capacidad humana también se ha 
encontrado a Mindfulness como estado y Mindfulness como rasgo de acuerdo con 
Brown y Cordon (2011), el primero se relaciona, con estudios realizados en el 
laboratorio de manera inducida, mientras que el segundo, se relaciona con lo que 
se ha mencionado respecto a una habilidad humana, y se refiere a la capacidad 
que la persona pueda ya tener en su vida diaria. Ambos han sido estudiados para 
investigar la correlación que tiene su práctica o el estar en ese estado para la 
salud física y mental. Desde ambos se analiza la forma en que la experiencia 
emocional se vive y cómo ésta varía entre las personas, tanto en su práctica, 
como en lo que se refiere a capacidad coesencial. 
Es importante reconocer la relación que tiene con la regulación emocional, 
ya que la emoción se caracteriza por tener un contenido subjetivo de las 
sensaciones agradables o desagradables además, de que como mencionan Barret 
et al. (2007 citado en Brown & Cordón, 2011), se caracteriza por dar un significado 
relacional y situacional que definan la emoción como causa o consecuencia de 
éstas. De acuerdo con Brown y Cordón (2011), la importancia de relacionar 
Mindfulness con la regulación emocional, es que a través de su práctica por su 
naturaleza subjetiva, ayuda a detener las influencias conceptuales que por lo 
general juzgan, evalúan y califican algo como positivo o negativo, lo cual sólo hace 
que el estado emocional se vuelva más difícil de sobrellevar; por otro lado, permite 
responder de manera más objetiva y natural ante situaciones difíciles que por lo 
general se vuelven más caóticas debido a las distorsiones negativas que se hacen 
de ellas; por lo mismo, permite vivir la experiencia afectiva y subjetiva, de manera 
menos elaborada, asimismo, debido a que implica atención abierta y fija hacia 
cualquier experiencia interna o externa, sin juzgarla, permite que las 
características desagradables o agradables de ésta no aumenten, sino todo lo 
contrario, aumenta la proximidad hacia la experiencia pero con la capacidad de 
verla tal y como es, sin huir por medio de elaboraciones mentales, lo que también 
de acuerdo con Barret y Gross (2001 citado en Brown & Cordón, 2011), ayuda a la 
22 
 
expresión de las emociones que se ha relacionado con una mejora en su 
regulación. 
De la misma manera, Siegel (2012), menciona que las personas que se 
han dedicado a agrupar dentro de la psicología los problemas psicoemocionales 
concluyen, que en general a todos los caracteriza el evitar de manera consciente 
o inconsciente el sufrimiento psicológico mediante la evitación experiencial como: 
bloquear, evitar, negar, o librarse de cualquier manera de las incomodidades. 
Como se puede ver, dichas particularidades en común, son las que se pretenden 
superar mediante la práctica de Mindfulness, las cuales se ven en el aislamiento 
como consecuencia de la evitación experiencial cuando algo resulta molesto, y se 
lleva a cabo de diferentes maneras, creyendo que de esta forma se encontrarán 
mejor, lo cual puede ser cierto momentáneamente, pero la lucha contra la 
situación dolorosa puede ser más difícil si se está escapando constantemente. La 
manera en que se reacciona para evitar o eliminar todo lo que resulte molesto o 
doloroso depende de la persona, por ejemplo: las drogas, el alcohol, encasillarse 
en actividades específicas para distraerse o intentar olvidarse de pensamientos o 
sensaciones desagradables, como puede ser, el ver la televisión, hacer deporte en 
exceso, ir de compras, comer demasiado etc. Es decir, se busca distracción para 
evitar la experiencia de lo que se está viviendo como desagradable. 
Otra forma de evitación, es el aislamiento, al evitar situaciones o actividades 
que considera la harán sentirse incómoda; la persona prefiere no realizarlas y/o 
enfrentarlas haciendo que sus dificultades para afrontarlas sean todavía más 
difíciles de realizar, es decir, el evitar aquello que se teme trae más consecuencias 
negativas a largo plazo. Por ende, el aprender a convivir con dichas situaciones 
por medio de la plena consciencia, permite relacionarse con el momento difícil y 
prestar atención a cómo operan los pensamientos, las sensaciones, las emociones, 
y las conductas, que en pensar cómo evitarla o simplemente reaccionar sin ni 
siquiera ser consciente de cómo están operando; es decir, perder de vista lo que 
está sucediendo en el momento presente. De esta forma se logra ser más 
tolerante a las situaciones difíciles, y se aprende a responder de otra manera a la 
habitual; permite la diferenciación entre el dolor y el sufrimiento, a partir de que la 
23 
 
persona observa cómo la forma en que responde al dolor la lleva al sufrimiento, 
debido a la manera en que intenta evitarlo por medio de racionalizaciones, 
justificaciones y conductas. 
El autor sostiene que la práctica puede ser personalizada para trabajar un 
problema en específico (dolor y enfermedad, estrés, entre otros), o en grupo. La 
importancia de la conciencia plena, radica en que se puede aprender a responder 
de otra manera ante diversas situaciones de la vida a las que se ha aprendido a 
reaccionar de manera condicionada, y que solo provoca que las personas se 
olviden de lo que acontece en el momento presente, sobre todo cuando este 
acontecimiento está teniendo resultados placenteros o no los tiene como sucede 
con el dolor, la forma de afrontar eventos estresantes de la vida, o alguna 
situación difícil ante la cual aprendemos a reaccionar de manera habitual. 
Por lo mismo, esta relación de la psicología con Mindfulness, se encuentra 
en la explicación que hacen algunos autores como: Linehan (1993); Hayes (1999); 
y Segal, Williams y Teasdale (2012) de algunas de las terapias de tercera 
generación: terapia conductual dialéctica, terapia de aceptación y compromiso, y 
terapia cognitiva basada en Mindfulness, respectivamente, sobre los mecanismos 
utilizados para obtener los beneficios desarrollados mediante la práctica de la 
atención consciente con aceptación respecto a la reducción de los síntomas y el 
cambio conductual. 
Dichos mecanismos son: la exposición, que consiste, en que cuando una 
persona esté ante una sensación dolorosa, responda observándola sin juzgarla; 
esto provoca que la persona esté relacionada de manera directa con el dolor, lo 
cual no significa que por ello vaya a sufrir más, sino que precisamente la 
disminución de la reactividad emocional permite que el sufrimiento o el malestar 
desaparezcan, dejando sólo a la sensación dolorosa que también podría verse 
disminuida (Kabat-Zinn, 1982 citado en Baer 2003); también consiste en la 
observación de emociones o pensamientos que surgen ante el dolor sin evitarlos o 
escapar de ellos, lo cual irá gradualmente disminuyendo los estados emocionales 
negativos (Linehan, 1993a, 1993b, citado en Baer, 2003). 
24 
 
A su vez, el autocontrol, de acuerdo con Linehan (1993b citado en Baer, 
2003) se caracteriza porque la persona sea capaz de manera consciente, de 
observar objetivamente las consecuencias de sus conductas impulsivas y mal 
adaptativas, para que de este modoresponda de otra forma, como el hecho de 
redirigir su atención a otras actividades. En cambio, la relajación debido a que 
generalmente es producida por la meditación, se ha utilizado con este propósito, a 
pesar de que éste no sea el fin de la práctica de la atención plena, pues existen 
otras estrategias que son utilizadas para inducir la relajación, mientras que la 
aceptación permite que el dolor, los sentimientos, y los pensamientos no se vean 
como amenazadores, sino que su presencia sea aceptada, sin juzgarlos. 
 
1.4 Mindfulness y Neuroanatomía 
En esta situación, ¿qué ocurre en el cerebro que hace que las personas se sientan 
mejor cuando lo practican, ya sea durante o después? Pues es ahí donde 
encontramos que la práctica de Mindfulness, se relaciona con la activación de 
ciertas partes del cerebro, que a continuación se explicarán, lo que permitirá 
entender dicha relación. 
 Primeramente, sabemos que gracias al cerebro, logramos percibir las 
sensaciones de tacto, temperatura, presión, dolor, etcétera. Una de las razones 
por las cuales Mindfulness ha sido de eficacia para aliviar el dolor crónico, o para 
relacionarnos de otro modo con nuestro cuerpo, es debido a lo que sucede en el 
cerebro cuando se practica. 
Ya que el cerebro cuenta con una parte llamada corteza cerebral, la cual es 
una capa circunvolucionada conformada por neuronas; dichas circunvoluciones en 
forma de surcos, se dividen por áreas llamadas lóbulos, cada uno corresponde a 
diferentes funciones (Boeree, s.f.). 
En este caso, el lóbulo frontal se encarga de las funciones ejecutivas, del 
razonamiento y la resolución de problemas, en él se encuentra una zona llamada 
córtex motor que controla los movimientos voluntarios y tiene un mapa que 
corresponde a las diferentes partes del cuerpo de la persona, lo cual significa que 
25 
 
permite saber qué partes del cuerpo se mueven o movemos de manera voluntaria 
e involuntaria (Boeree, s.f.). 
Mientras tanto el lóbulo parietal, entre otras cosas, procesa las sensaciones 
corporales de tacto, dolor, presión y temperatura, que al igual que el lóbulo frontal, 
incluye un córtex llamado somatosensorial que también tiene un mapeo corporal 
de las partes del cuerpo de las personas (Boeree, s.f.). 
Lo anterior permite que por medio de los centros de recepción y de 
procesamiento se reciban las diferentes sensaciones a través de receptores y 
neuronas sensoriales, como cuando un estímulo específico como el calor entra en 
contacto con el cuerpo (por ejemplo). Por lo que, cuando alguna parte del cuerpo 
es estimulada, inmediatamente se recibe y uno logra saber que está siendo tocado 
por algo, sin necesidad de tener conocimiento previo o ver el estímulo que lo 
provocó (Kabat – Zinn, 2012). 
Este conocimiento nos permite comprender lo que sucede cuando se 
practica Mindfulness en el cuerpo, o por su nombre en inglés, body scan, pues por 
lo general las personas no prestan atención a lo que perciben, y cuando se 
practica Mindfulness y se es consciente de lo que el cuerpo experimenta, se está 
en contacto de manera más directa con el mapa corporal ubicado en la corteza 
somatosensorial, pues usualmente, no prestamos tanta atención a nuestras 
sensaciones corporales (Kabat – Zinn, 2012) como cuando nos quedamos 
sentados escribiendo en la computadora, o recostados en el sofá, a menos que 
comencemos a sentir gran incomodidad por la postura. En caso contrario, 
sentimos un dolor que aunque es molesto, lo hacemos más extremo por medio de 
quejas o pensamientos catastrofistas, cuando en realidad no lo es, y si sólo 
observáramos cómo es el dolor en realidad sería menos difícil sobrellevarlo. 
Lo que permite ir desarrollando mayor sensibilización en cuanto a la forma 
de percibir las sensaciones corporales, lo cual se irá reflejando en la manera en 
que las personas perciben su mundo y lo que experimentan, ya que el centrar la 
atención en la sensación dolorosa sin pensamientos que lo etiqueten, permitirá ver 
el dolor como realmente lo es, lo que puede ser más favorable en cuanto a la 
disminución del sufrimiento que se experimente (Kabat – Zinn, 2012). 
26 
 
Lo interesante de esta forma de responder en el cuerpo, es que de hecho, 
los mapas corporales se caracterizan por tener plasticidad, lo que quiere decir que 
“(…) tienen la capacidad de adaptarse a los cambios provocados por la 
experiencia (…)” (Kabat-Zinn, 2012, p. 374). 
Por otro lado, existe relación con el procesamiento emocional y cognitivo de 
orden superior, el cual se lleva a cabo en la corteza cerebral mediante los 
hemisferios izquierdo y derecho; donde se sabe que la activación de determinadas 
regiones de la corteza frontal y prefrontal izquierda, se asocia con la expresión de 
emociones positivas y la aproximación orientada al placer, mientras que las del 
lado derecho con la expresión de emociones difíciles (Simón, 2006). 
Por lo tanto, Simón (2006) plantea que una de las posibles razones por las 
cuales Mindfulness ha sido relevante para el restablecimiento del equilibrio 
emocional en la psicología clínica, es debido a sus efectos en la actividad cerebral 
como se muestra en el estudio de Davidson et al. (2003, citado en Simón 2006), 
en donde se encontró que existía mayor actividad cerebral del hemisferio izquierdo 
en las zonas medias y anteriores, durante la práctica de la meditación, zona que 
como se ha mencionado, está relacionada con los afectos positivos y de 
aproximación. A su vez, dichos resultados cuentan con apoyo experimental de 
otros estudios (Simón, 2006), que demuestran la relación de la actividad cerebral 
izquierda con estados afectivos positivos y la actividad cerebral derecha con 
predominios de estados afectivos negativos (i.e., como se muestra en la Tabla 1). 
Esto significa que durante la práctica de Mindfulness se activan las mismas partes 
del cerebro relacionadas con afectos positivos. 
 
 
 
 
 
 
 
 
27 
 
Tabla 1. 
Tipo de predominio de estados afectivos dependiendo el lado prefrontal del 
cerebro. 
 
Fuente: Simón (2006). 
Asimismo, Davidson et al. (2003 citado en Kabat-Zinn, 2012), utilizaron el 
programa de reducción del estrés basado en atención plena, para conocer cómo 
influía la práctica de la meditación en el cerebro, el ajuste temperamental, y sus 
posibles efectos en la salud y bienestar, luego de la aplicación del programa. 
Los participantes fueron voluntarios aparentemente sanos de una empresa, 
que durante cuatro horas fueron sometidos a pruebas de laboratorio para 
28 
 
determinar su nivel de funcionamiento cerebral en diversos aspectos, y al mismo 
tiempo eran expuestos a estímulos emocionales a través de tareas placenteras y/o 
estresantes; posteriormente, se asignaron al azar a dos grupos diferentes, en el 
primero (grupo otoño), se aplicó el programa con ocho semanas de duración y en 
el segundo (grupo primavera), se designó después de aproximadamente seis 
meses. Una vez que ambos ya habían recibido el programa, volvieron a ser 
sometidos a la misma batería de pruebas de laboratorio, siendo el grupo 
primavera el grupo control. 
Entre las situaciones estresantes ante las cuales se expuso a ambos grupos, 
fue asistir obligatoriamente a un laboratorio en tres ocasiones durante cuatro horas 
cada sesión, en ayunas, sin haber ido al baño, sentarse en una habitación a 
oscuras y ponerse el casco electroencefalógrafo, mientras eran sometidos a 
pruebas estresantes y emocionalmente provocadoras, para ver el modo en que 
reaccionaba su cerebro. Antes de la aplicación del programa, no se encontró 
diferencia significativa en la activación cerebral de ambos grupos, pero luego de 
ocho semanas de entrenamiento atencional, el grupo otoño mostró una activación 
significativamente mayor del hemisferio izquierdo del cerebro, mientras que el 
grupo control presentó mayor activación del lado derecho, lo cual se interpretó 
como resultadode estar expuestos constantemente a situaciones estresantes en 
el laboratorio. 
La activación de la región frontal izquierda de la corteza cerebral, se 
presentaba tanto en situaciones de descanso como de estrés, un cambio que se 
interpretó como el desarrollo de una tendencia a expresarse con emociones más 
positivas, y responder de manera más eficaz a las emociones difíciles, en 
situaciones estresantes. El cambio se siguió manteniendo hasta cuatro meses 
luego de haber finalizado el programa, lo que no sucedió con el grupo primavera. 
Dichos resultados, propusieron que el ajuste temperamental no era 
determinante en el temperamento de las personas, sino que podía ser modificado, 
por ejemplo, con la práctica constante de la meditación. Por otro lado, los 
hallazgos encontrados en el cambio de funcionamiento cerebral luego de haber 
terminado el programa, y después de cuatro meses de seguimiento, coincidieron 
29 
 
con los informes de los participantes en cuanto a experimentar menor ansiedad, y 
estrés, que cuando iniciaron el programa. Por ende, se concluyó que el programa 
de reducción del estrés basado en atención plena, y su aplicación en la vida diaria, 
ayuda a la salud física y mental que podría ayudar a las personas que se 
enfrentan a situaciones estresantes. 
Otros resultados de acuerdo con Kabat-Zinn (2012) confirman los 
anteriormente mencionados, como el que se obtuvo a partir de una investigación 
con lamas y monjes tibetanos orientales y occidentales, quienes mostraron 
diferencias significativas en la relación izquierda/derecha del cerebro, que en 
algunos casos se intensificó durante la práctica de la meditación. Éste cambio de 
dirección cerebral en los lamas, era la misma que se activaba y tenía lugar en las 
mismas regiones cerebrales de la corteza frontal de las personas que comienzan 
la práctica regular de la meditación. Por lo que, sugieren que el entrenamiento 
constante de la meditación, puede cambiar los circuitos cerebrales que responden 
al procesamiento de las emociones, y al mismo tiempo demuestra la capacidad de 
neuroplasticidad del cerebro. 
Saber que existen otras formas de responder, implica poder llevar a cabo un 
nuevo aprendizaje que pueda contribuir en la plasticidad cerebral y en la relación 
cuerpo y cerebro, de tal forma que la meditación contribuye al desarrollo de las 
regiones cerebrales poco usadas frecuentemente de manera consciente, como la 
corteza somatosensorial, cuando se realiza Mindfulness con el cuerpo (Kabat – 
Zinn, 2012). 
Con lo que respecta a la forma en que se perciben las cosas, Simón (2006), 
plantea que la razón por la cual la práctica de Mindfulness permite una forma de 
responder flexible, paciente y abierta, es debido al cambio cerebral que se hace al 
momento de procesar información externa e interna, pues usualmente la 
información percibida a través de los estímulos sensoriales es procesada del 
modo “arriba abajo” mencionado así por Engel, Frines y Singer (2001, citado en 
Simón, 2006). Dicho procesamiento consiste en que los estímulos sensoriales 
llegan a la corteza cerebral, y por medio de la vía córtico-cerebral la información 
se filtra al tálamo, que funciona como interconector y determina qué información 
30 
 
continúa y cuál no, debido a su capacidad para identificar qué rasgos de ésta son 
similares con la información adquirida de aprendizajes previos; de este modo, sólo 
aquella con la que se haga la asociación sigue siendo procesada, mientras que la 
que se considera como novedosa o poco relevante es eliminada, lo que implica no 
experimentar en realidad toda la información, sino sólo una parte de ella (Simón, 
2006). 
Este modo de procesamiento, permite la toma de decisiones rápidas para 
actuar ante situaciones que lo requieran, mediante la predicción de posibles 
sucesos de un evento. Sin embargo, no siempre es necesario responder de esta 
manera, pues esto implica no conocer toda la experiencia, dar todo por hecho y 
responder de manera similar, lo que en ocasiones también puede llevar a 
dificultades cuando se responde del mismo modo (evitando, enojándose, 
estresándose, entre otros), relacionando siempre igual las cosas, en vez de ver las 
cosas, con lo que Kabat Zinn (1990, 2003 citado en Simón, 2006 p. 10) menciona 
una “mente de principiante”, por lo que el procesamiento de abajo arriba procesa 
la información primaria del momento presente y se caracteriza por ocho sentidos o 
corrientes de información sensorial, así nombradas por Siegel (2007 citado en 
Simón, 2006) y que consisten en: los cinco órganos de los sentidos, la 
interocepción, la comprensión de la mente propia y de los otros, y la resonancia o 
disonancia en las relaciones interpersonales. Estas corrientes proveen información 
más allá de la que sólo es observada, de manera que cuando se presta atención 
a alguna de ellas, junto con la ayuda de la auto observación, la forma de 
responder se hace consciente y con la alternativa de actuar diferente a lo habitual 
(Simón, 2006). 
Además, el hecho de prestar atención a la información sin hacer 
clasificaciones implica llevar una mente de principiante que dificulta el 
procesamiento de “arriba abajo” permitiendo la llegada de mayor información a los 
lóbulos frontales activando la corteza prefrontal (Simón, 2006). Hacer esto 
constantemente, implica lograr observar la forma en que se ha aprendido a actuar 
ante determinadas situaciones de la vida diaria, con la posibilidad de cambiar. Lo 
que de acuerdo con Simón (2006) es tratar de ver la realidad desde su 
31 
 
profundidad y sinceridad, dándonos cuenta de cómo la distorsionamos cuando la 
tenemos que afrontar. Esto implica aprender a conocerse a sí mismo en cuanto a 
la identidad, la cual se caracteriza por una forma de ser, actuar, pensar y/o ver las 
cosas. No obstante, la atención plena permite reconocer la manera habitual con la 
que se responde a partir de ellas, ante las diferentes circunstancias de la vida 
diaria, lo que permite darse cuenta de que son solamente capas que dificultan 
conocer el verdadero “yo” que hay debajo de ellas, lo que nos permitiría reconocer 
aquello que nos da miedo, lo que nos produce ansiedad, lo que nos causa enojo y 
comprender el porqué de ello (Simón, 2006). 
Otra forma de aprender a responder que tiene que ver con el modo en que 
procesamos la información de abajo arriba, es el principio de la aceptación a la 
incertidumbre, que consiste en procesar la información como novedosa y 
responder sin predisposiciones a lo que ocurrirá, y sin angustia (Simón, 2006). 
Como es el caso de la ecuanimidad, que se caracteriza por una actitud que 
implica saber responder de manera abierta e igualitaria a las emociones negativas, 
y no verlas como algo amenazante, a la cual se puede responder con estados 
afectivos positivos que permiten hacerles frente y no huir de ellas, dicha actitud de 
ecuanimidad y aceptación por lo tanto, implica no aferrarse a ninguna de las 
sensaciones, ya sean desagradables o agradables (Simón, 2006). 
Por lo tanto, es importante explicar brevemente la forma en que las 
emociones operan en nuestra mente y su relación con la forma en que 
respondemos frente a múltiples situaciones. De acuerdo con Mack y Williams 
(2011), su explicación se encuentra en lo que Darwin expone en su libro sobre la 
expresión de las emociones en el hombre y los animales, en donde la existencia 
de éstas tienen un origen evolutivo, que permitió a nuestros antecesores 
sobrevivir; cada una tiene funciones específicas que nos permiten reaccionar de 
forma inmediata conforme cambia la situación en que nos encontramos, por lo que 
funcionan como indicadores, ante la presencia novedosa de estímulos externos. 
Asimismo, las emociones se caracterizan por dos cualidades: por un lado, 
surgen inmediatamente, en respuesta a una posible amenaza externa u otra 
situación que requiera de su acción, porotro, desaparecen cuando los estímulos 
32 
 
dejan de ser amenazantes, y ya no es necesario mantenerse en el mismo estado 
emocional (Mack & Williams, 2011). 
Sin embargo, estas respuestas emocionales se pueden regular por medio 
de la regulación emocional, que de acuerdo con Grossman (citado en Stein, Ives-
Deliperi & Thomas, 2008) consiste en dos estrategias: centrarse en el antecedente 
por medio de la continua reformulación cognitiva y permanencia de procesos 
mentales que analizan constantemente cómo se debía modificar la situación; dos, 
las estrategias enfocadas en la respuesta, que incluyen la eliminación del estímulo 
y el escape experiencial de éste. 
Sin embargo, las emociones también se pueden mantener en los seres 
humanos, toda vez que la situación amenazante ha terminado, debido a la misma 
capacidad que tienen de construir modelos mentales y procesar simbólicamente 
para que la solución de problemas, tareas y situaciones sea menos difícil a como 
lo fue en un inicio (Sanford & Garrod, 1994 citados en Mark & Williams) pero 
aunque esta capacidad para representar el pasado y el futuro tenga grandes 
ventajas, es la misma que se utiliza cuando se está con estados de ánimo bajo, 
reactivando recuerdos del pasado, que refuerzan aún más el estado profundo de 
tristeza, los cuales son evaluados por medio de las neuronas primitivas que 
permiten que sean vistos como una amenaza real y actual; se puede decir que, 
esto es causa de trastornos emocionales como la depresión donde las situaciones 
son evaluadas, ya sea como negativas o positivas a partir del tono emocional de 
las personas, por lo tanto, el tratamiento cognitivo no solo se enfoca en la 
expresión de las emociones primarias, sino también en las elaboraciones mentales 
que se crean en torno a éstas ya que provocan que los efectos se mantengan, 
cuando de otro modo podrían haber desaparecido (Mark & Williams, 2011). Por lo 
tanto, la forma de evaluar los estímulos puede ser de dos maneras: la 
sensoperceptual y la conceptualverbal (Mark & Williams, 2011) (véase la Figura 2) 
cuando uno se suele quedar en esta última surgen mayores dificultades. 
 
 
 
33 
 
Figura 2. Modo en que se pueden evaluar los estímulos 
 
 Fuente: Mark y Williams, (2011). Traducción propia. 
 
Cuando la información del medio ambiente (imágenes, olores, sonidos, 
sabores, tacto, estímulos del mundo externo e interno) llega al cerebro, la mente 
puede maniobrar de dos maneras: una a través del procesamiento 
sonsoperceptual, donde la información opera a través de la vista, el tacto, el olfato, 
el olor, de la interocepción visceral y la propiocepción, y dos, a través del 
procesamiento conceptual: etiquetando, elaborando, analizando, juzgando, 
estableciendo metas, planificando, comparando, recordando, imaginando sucesos 
y autoreflexionando (Mark & Williams, 2011). 
Mark y Williams (2011), refieren a Sanford y Garrod (1994), quienes 
mencionan que dicha forma mental de operar (verbal/conceptual) es necesaria 
para el proceso simbólico, que ayuda en el seguimiento de tareas, solución de 
problemas y situaciones. Asimismo, la manera en que operan regularmente es 
automática, hacen uso de la anticipación sobre el futuro, y se basan en 
información del pasado para resolver problemas del presente, e incluir la 
información que sea necesaria en la memoria de trabajo e inhibir o evitar la que no 
34 
 
se requiere (Duncan, 1993; Duncan, Emslie, Williams, Johnson, & Freer, 1996 
citado en Mark & Williams, 2011). Este modo de responder se conoce como “el 
modo hacer” (doing) y es necesario para la vida diaria (Mark & Williams, 2008 
citado en Mark & Williams, 2011). Sin embargo, dicho modo puede acarrear 
problemas en algunos casos cuando se utiliza con el fin de recrear una 
experiencia emocional o suprimirla, ya que la persona termina centrándose en 
ésta situación lo cual le puede generar más que un efecto tranquilizador una 
situación de riesgo en su salud emocional (Mark & Williams, 2011). 
Sin embargo, por medio de Mindfulness, se busca entrenar la atención para 
ver en qué momento las reacciones naturales ante situaciones que se 
experimentan como desagradables o como neutras, comienzan a ser sustituidas 
por la evitación por medio de elaboraciones y las simulaciones mentales, 
características del modo doing. Por lo que, el entrenamiento en Mindfulness, 
busca cultivar otro modo de responder, por medio del cual las personas presten 
atención a los estímulos externos e internos que se presenten momento a 
momento, así como a las reacciones y relaciones que se tienen ante éstos, 
especialmente las que se caracterizan por querer que los estados emocionales 
duren, que los estados negativos terminen y que los estados emocionales neutros 
no se experimenten como aburridos, permitiendo ver las situaciones u objetos 
como son realmente, más allá de lo que se piensa sobre ellas. Lo que admite ir 
diferenciando las emociones de los procesos mentales adicionales (Mark & 
Williams, 2011). 
El proceso de meditación, por medio del cual se puede lograr lo anterior se 
muestra en la siguiente imagen (véase la Figura 3). 
 
 
 
 
 
 
 
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Figura 3. Fases de la meditación. 
 
 
Fuente: Mark y Williams, (2011). Traducción propia 
 
Explicado mediante la meditación basada en body scan, compuesta por dos 
ciclos que se repiten durante 50 minutos, cada uno con cuatro componentes: en el 
primero, 1) la atención se lleva de una parte del cuerpo a otra, 2) sosteniendo la 
atención en cada parte del cuerpo, 3) hasta permanecer en un lugar para explorar 
las sensaciones que puedan surgir ahí, 4) la atención se cambia hacia otra parte 
del cuerpo, y el ciclo se vuelve a repetir (Mark & Williams, 2011). 
Durante este proceso, las personas pueden notar cuándo la mente 
comienza a divagar y redirigir la atención para volver al momento presente cada 
que sea necesario, con una actitud de curiosidad, y compasión, más que una 
actitud de comparación, de juzgamiento o análisis, que es justo lo que sucede en 
el modo hacer o doing. Este proceso ayuda poco a poco a incrementar la atención 
sostenida, a diferenciar entre los pensamientos que se hacen sobre las 
sensaciones y la experiencia directa de éstas, y ver claramente de qué manera se 
caracterizan los estados mentales como el de aburrimiento y la inquietud. Además 
36 
 
de que permite observar cómo se construyen las propias ideas sin juzgarlas y 
verlas como eventos mentales, más que como verdades absolutas que deben ser 
asumidas tal y como son para responder a ellas (Mark & Williams, 2011). 
Por otra parte, de acuerdo con Simón (2006), la práctica de Mindfulness 
implica el desarrollo de la empatía. En la meditación budista se nombra como 
metta palabra pali que en inglés se traduce como loving-kidness, y en español se 
entiende como un estado en el cual se genera amor propio hacia uno mismo y los 
demás, y durante la meditación metta se fomentan sentimientos de compasión y 
preocupación por todos los seres vivos y uno mismo (Salzberg, 1995; Brahm, 
2006 citado en Simón, 2006), para comprender por qué, es necesario conocer 
bajo qué mecanismos cerebrales funciona y la relación de estos durante la 
meditación. Por lo que, lo anterior tiene que ver con las llamadas neuronas en 
espejo, que en los actos motores permiten indagar la intención, los estados 
mentales ligados a la acción a partir de lo que se observa que una persona está 
realizando, debido a que se activan los mismos circuitos motores y sensoriales 
que se activarían si la misma conducta fuera realizada por el observador (Gallese, 
2003 citado en Simón, 2006). Esto, de acuerdo con la teoría de la mente permite 
indagar los estados mentales de los otros. Dicho proceso puede ser consciente o 
inconsciente y deriva también de la memoria que se tiene de las propias acciones, 
a través de las cuales se pueden indagar las intenciones

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