Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
INTERVENCIONES COGNITIVO CONDUCTUALES EN PACIENTES CON CÁNCER POR FASE DE ENFERMEDAD R E P O R T E D E E X P E R I E N C I A P R O F E S I O N A L Q U E P A R A O B T E N E R E L G R A D O D E : M A E S T R A E N P S I C O L O G Í A P R E S E N T A : CLAUDIA IVETH ASTUDILLO GARCÍA DIRECTORA DEL REPORTE: DRA. DOLORES MERCADO CORONA COMITÉ TUTORIAL: MTRA. MARÍA CRISTINA BRAVO GONZÁLEZ DR. DANIEL ÁNGEL MENDOZA POSADA MTRA. LETICIA ASCENCIO HUERTAS MTRO. LEONARDO REYNOSO ERAZO MÉXICO, D.F. 2010 UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO PROGRAMA DE MAESTRÍA Y DOCTORADO EN PSICOLOGÍA RESIDENCIA EN MEDICINA CONDUCTUAL UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 2 AgradecimientosAgradecimientosAgradecimientosAgradecimientos A mis padres Silvia y Eliseo que me han estado a mi lado en cada momento de mi vida. Sabiendo que jamás encontraré la forma de compensar su constante apoyo y confianza, sólo espero que comprendan que mis ideales, esfuerzos y logros han sido también suyos e inspirados en ustedes… A mis hermanos Liliana, Lizeth y Omar, pues hago este triunfo compartido… A Guillermo por estar conmigo en los momentos más relevantes… A los pacientes que compartieron conmigo sus experiencias y me permitieron aprender a través de ellas… A mis compañeros de la maestría, amigos que se mantuvieron y aquellos que conocí a través de ella; que me enseñaron el valor de la amistad, que me permitieron compartir historias y sin duda hacer una propia… A la Dra. Dolores Mercado por brindarme siempre su ayuda y consejo oportuno e incondicional… A todos los maestros, médicos, psicólogos, enfermeras, y demás profesionales que confiaron en el trabajo psicológico y me permitieron aprender con ellos… A la Universidad Nacional Autónoma de México por esta oportunidad de continuar siendo una orgullosa universitaria... Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 3 Índice Resumen ........................................................................................................................... 4 Introducción ....................................................................................................................... 5 I. Concepto de Salud-Enfermedad ................................................................................ 8 � Trabajo de investigación ................................................................................ 15 II. Cáncer y Psicología ................................................................................................. 19 III. Intervenciones psicológicas realizadas en pacientes oncológicos por fase de enfermedad ..................................................................................................................... 28 � Caso clínico ................................................................................................... 34 1. Prevención ............................................................................................................ 39 � Trabajo de investigación ................................................................................ 43 2. Detección y Diagnóstico oportuno ......................................................................... 49 � Caso clínico ................................................................................................... 53 3. Tratamiento ........................................................................................................... 58 � Estudio exploratorio ....................................................................................... 63 4. Cuidados Paliativos ............................................................................................... 68 � Estudio exploratorio ....................................................................................... 72 IV. Discusión .............................................................................................................. 80 Referencias bibliográficas ................................................................................................ 84 Apéndice .......................................................................................................................... 93 1. Primer año de residencia Hospital Juárez de México ............................................ 93 2. Segundo Año de Residencia Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias .. 99 Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 4 Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer por fase de enfermedad Resumen El cáncer es un padecimiento crónico-degenerativo que por su evolución puede acabar con la vida del huésped. Para combatirlo se requiere del uso de tratamientos agresivos que desencadenan una serie de reacciones psicológicas, psiquiátricas, sociales, económicas, sexuales, y culturales. Su aparición por tanto, produce un impacto en la vida del paciente y de quien lo rodea, y una ruptura en su comportamiento y estilo de vida, generando una situación de desequilibrio. Las intervenciones psicológicas desde el campo de la Medicina Conductual pueden ayudar a las personas con esta enfermedad a sentirse mejor física y emocionalmente, aumentar sus habilidades de cuidado personal y de adaptación a la enfermedad, así como mejorar la efectividad de la intervención médica. Los objetivos de la intervención psicológica pueden ser definidos en función de la fase de la enfermedad en la que se encuentre el paciente: 1) prevención, 2) detección y diagnóstico oportuno, 3) tratamiento o 4) cuidados paliativos. El presente reporte tiene como objetivo describir, tanto teórica como empíricamente, las intervenciones cognitivo conductuales, que se pueden realizar en cada una de las fases de la enfermedad oncológica. Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 5 Introducción La Medicina Conductual es el campo interdisciplinario que se ocupa de la integración de las ciencias biomédicas y conductuales en el desarrollo y aplicación de conocimientos y técnicas para la promoción de la salud; prevención, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de las enfermedades (Schwartz & Weiss, 1978) la suposición básica en la que se fundamenta como disciplina es que los cambios en comportamiento y en estilo de vida pueden mejorar la salud, prevenir la enfermedad y reducir los síntomas de ésta. La reciente producción de literatura en esta área, ha mostrado que los cambios en el comportamiento pueden ayudar a las personas a sentirse mejor física y emocionalmente, mejorar su estado de salud, aumentar sus habilidades de cuidado personal y mejorar sus habilidades para vivir con una enfermedad crónica. Las intervenciones conductuales pueden mejorar también la efectividad de la intervención médica, así como a ayudar a reducir lasobre utilización del sistema de atención a la salud y sus costos asociados (Residencia en Medicina Conductual, s.f.). El presente reporte describe las actividades realizadas por la residente en Medicina Conductual en pacientes con cáncer, llevadas a cabo en dos instituciones de salud: el Hospital Juárez de México en el servicio de Oncología y en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias en el pabellón de Neumología oncológica. El objetivo del mismo es describir las necesidades psicológicas que genera el padecer cáncer, tanto en el paciente como en los familiares que lo rodean, y presentar opciones de intervención basadas en la Medicina Conductual. El conjunto de actividades propuestas y realizadas durante los dos años de residencia, son descritas por fase de enfermedad según los criterios para el control del cáncer de la Organización Mundial de la Salud (World Health Organization (a), 2007), estás son: prevención, detección temprana y diagnóstico oportuno, tratamiento y cuidados paliativos; donde además del planteamiento de los aspectos teóricos y principios cognoscitivos y conductuales se ofrecen ejemplos de actividades realizadas ya sean de evaluación, de intervención o de investigación. En la primera parte del reporte se presenta el concepto de salud-enfermedad, donde se describen los resultados obtenidos del ejercicio de redes semánticas naturales para conocer el significado que población adulta atribuye a los términos de salud, enfermedad, ir al médico y seguir un tratamiento. Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 6 En el segundo capítulo se tratan generalidades del cáncer, su epidemiología actual y el impacto psicológico que genera. En el tercer capítulo se describen las intervenciones psicológicas que se ajustan a cada fase de la enfermedad, dado que desde la realización de las pruebas diagnósticas, hasta la remisión completa de la enfermedad o la situación al final de la vida los pacientes oncológicos pasan por situaciones específicas que le demandan tanto un ajuste cognitivo como un cambio conductual para una mejor adaptación. Ejemplos de estos cambios se ilustran en el caso clínico que se presenta, donde se describen las necesidades psicológicas de una paciente a lo largo de todo su proceso de enfermedad. Se ha reportado que el cáncer puede evitarse hasta en un 40% de los casos (World Health Organization (b), 2007), si se llevan a cabo hábitos saludables (ejercicio, consumo de frutas y verduras, etcétera) y si se evitan conductas patógenas (fumar por ejemplo). En este sentido de promover la Prevención diferentes teorías han tratado de explicar la probabilidad de que una persona llegue a adoptar medidas protectoras. Por ello se presenta la validación de un cuestionario de creencias en salud en relación con la prevención del cáncer en una muestra de hombres y mujeres que acuden a un hospital de segundo nivel. En un posterior nivel de atención lo que se busca es la Detección temprana y un diagnóstico oportuno. Una vez que la persona está ante la posibilidad real de una enfermedad oncológica comienza un proceso desatado por la confirmación del diagnóstico. Es así que la preparación psicológica para el proceso diagnóstico, es un aspecto importante a desarrollar, ya que se prepara al paciente para la realización de estudios médicos invasivos y la confirmación del diagnóstico; en este proceso se valida la ambivalencia emocional producida, se identifican las creencias, y emociones asociadas y se establece un puente de comunicación con el médico tratante. Es en este sentido que se presenta un caso clínico, donde se evalúa el efecto de la preparación psicológica para la disminución de la ansiedad ante procedimientos médicos invasivos. El inicio del Tratamiento contempla la aceptación del diagnóstico y el comienzo del proceso de lucha contra la enfermedad. El psicólogo puede intervenir desde la elaboración de la balanza decisional hasta la evaluación de los efectos secundarios del tratamiento. En la enfermedad oncológica existen tres tipos principales de tratamientos, Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 7 cada uno con repercusiones a nivel físico, emocional y social diferentes: 1) cirugía, que suele ocasionar ansiedad pre operatoria, dismorfismo corporal ante las cirugías radicales o miedo ante la probabilidad de la muerte, 2) radioterapia, que produce malestar físico por los efectos secundarios, ansiedad ante los aparatos, falta de apego al tratamiento ante lo prolongado de las sesiones y 3) quimioterapia, que conlleva un desgaste físico que puede propiciar una falta de apego al tratamiento o náusea y vómito anticipatorio. Para esta fase se presentan los resultados del piloteo de un procedimiento basado en los principios del condicionamiento clásico, para la disminución de náusea y vómito en pacientes sometidos a quimioterapia. Una vez agotadas las posibilidades de un tratamiento curativo, el paciente entra en la fase terminal donde los principales objetivos se centran en la atención y/o Cuidados paliativos , en esta etapa se trabaja con la elaboración del duelo anticipado, control de la sintomatología, preparación familiar, resolución de pendientes, sobrecarga del cuidador primario. En ocasiones no se llega a un diagnóstico concluyente por lo que se contempla la necesidad de la realización de la autopsia, por lo que se analiza la percepción que tienen los familiares de pacientes en la terapia intensiva con respecto al significado que le adjudican a la realización de tal procedimiento, así como la percepción que tienen los médicos hacia su petición. Por último, se incluyen en el apéndice los informes de las actividades realizadas en cada una de las sedes, y se destacan las características de la población atendida, características de la sede, de las actividades y de las supervisiones recibidas. Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 8 I. Concepto de Salud-Enfermedad El término salud es un concepto que ha cambiado a lo largo de la historia del hombre. En el proceso de tratar de explicar la relación entre salud-enfermedad, casi todas las grandes culturas coinciden en que la salud gira en torno a los conceptos de armonía, de equilibrio y de equidad, y lo opuesto se atribuye a la enfermedad. Es hasta la época del Renacimiento donde se encuentra que “en los seres vivos el ambiente interno, que es producto del funcionamiento del organismo, preserva la relación necesaria de intercambio y equilibrio con el ambiente externo” (Vega, 2002). No obstante, el desarrollo de las ciencias de aquella época no permitía la integración de estos conocimientos con los que provenían de la actividad económico-social y psicológica para entender su papel en el concepto de la salud y la enfermedad. A finales del siglo XVIII, se aceptaron los factores externos vinculados a las actividades cotidianas del hombre, tales como las características del trabajo y modo de vida, la calidad del agua de consumo, las características de la vivienda en los barrios pobres, la fábrica como productora de enfermedad, las condiciones de vida miserables, el hambre y la mala higiene y a las desigualdades económicas, jurídicas y sociales de los trabajadores. Este avance en el conocimiento fue decisivo para el surgimiento de un nuevo paradigma en las Ciencias Médicas, el modelo Médico-Social, que señala la determinación social de la salud, que facilitó el establecimiento de las relaciones existentes entre las condiciones de vida, determinadas conductas y factores de riesgo (Valadez, Villaseñor y Alfaro, 2004). Ya en el siglo XX se conceptualizó que la salud está determinada por una variedad de factores que se agrupan en cuatro divisiones primarias: estilo de vida, medio ambiente, organización de la atención de la salud y biología humana,mismos que se relacionan y se modifican entre sí mediante un círculo envolvente formado por la población, los sistemas culturales, la salud mental, el equilibrio ecológico y los recursos materiales (ver figura 1). Por lo que en la actualidad el concepto de salud va más allá de la ausencia de enfermedad, y se asume como un concepto más amplio e integral de bienestar físico, psicológico y social, que incluye hábitos, creencias, atribuciones y estilos de vida, relacionados con el mantenimiento de la salud o la presencia de enfermedad. Dentro de esta perspectiva, el estado de salud que posea un individuo constituye la expresión de una compleja interacción entre el organismo y el medio ambiente, entendido éste como el Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 9 contexto físico, social, cultural y económico en el que se desarrolla (Contreras, Esguerra y Londoño, 2005). Figura 1 . Paradigma de bienestar y campos de fuerza de la salud (Dever, 1991) Así pues, la salud es un concepto sumamente complejo que necesita la intervención de distintas disciplinas que estudien cada uno de los factores involucrados, por lo que hace necesario que el equipo de salud esté conformado por un equipo multidisciplinario que estudie cada una de las variables involucradas en este proceso (médicos, enfermeras, psicólogos, epidemiólogos, sociólogos, trabajadores sociales, etcétera.) en aras de acercar la salud a todo individuo por derecho. En este sentido, resulta necesario reflexionar sobre los factores relacionados con la salud y las posibilidades de potenciarlos o modificarlos. Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 10 La adquisición y mantenimiento de comportamientos relacionados con la salud implican necesariamente procesos multifactoriales y determinados por factores interactuantes, pues no se trata de fenómenos simples ni de sucesos aislados. Dentro de este contexto, es evidente que aspectos como la edad, sexo, la estructura familiar (prácticas de las generaciones pasadas de adultos), estatus socioeconómico, actitudes, valores y percepción que tienen los jóvenes sobre la salud deben ser estudiados e incluidos dentro de contextos multidisciplinares para diseñar intervenciones más exitosas (Contreras, Esguerra y Londoño, 2005). El actual paradigma de salud señala que ésta se determina por cuatro factores interactuantes entre sí: 1. Factores ligados con la atención sanitaria: donde se incluyen la cantidad, calidad, gratuidad y acceso a los servicios sanitarios (factores que escapan al control del individuo). 2. Factores biológicos: donde se incluyen aquellas causas ligadas a la genética y el envejecimiento celular (factores internos del individuo). 3. Factores ligados al medio ambiente: incluyen desde los contaminantes ambientales a la presión sociocultural, dentro de un grupo de factores externos al propio individuo. 4. Factores ligados al estilo de vida: comprenden un conjunto de decisiones que el propio individuo toma respecto a su salud. De estos factores destaca que sólo uno está en pleno control por parte del individuo, el estilo de vida. En este contexto es importante señalar que la mayoría de causas de morbilidad y mortalidad son prevenibles y que muchas de ellas están relacionadas con la realización de conductas de salud (no fumar, consumo de bebidas alcohólicas con moderación, incluir frutas y vegetales en la dieta, ser activo físicamente y tener un peso normal) (World Health Organization (b), 2007). El estilo de vida se puede considerar como los hábitos, actitudes, conductas, tradiciones, actividades y decisiones de una persona, o de un grupo de personas, frente a las diversas circunstancias en las que el ser humano se desarrolla en sociedad, o mediante su quehacer diario y que son susceptibles a ser modificados. Éste se va conformando a lo largo de la historia de vida del sujeto, pudiéndose afirmar que se trata de un proceso de aprendizaje, ya sea por asimilación, o por imitación de modelos de patrones familiares, o Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 11 de grupos formales o informales, a su vez, puede ser resultado de las decisiones conscientes de quienes aspiran a perfeccionarse. Así pues, representa un producto complejo, fruto de factores personales, ambientales y sociales, que convergen de la historia personal e interpersonal del individuo (Sanabria-Ferrand, González y Urrego, 2007). Por tanto, si se considera a la enfermedad como producto de un estilo de vida inadecuado, se hace fundamental contar con el apoyo de una disciplina que de manera sistemática proporcione al paciente las habilidades necesarias para modificar su conducta. Es en este sentido que se presenta la Medicina Conductual como “un campo interdisciplinario que está relacionado con el desarrollo e integración del conocimiento de las ciencias biomédicas y conductuales, a la aplicación clínica de principios, técnicas y procedimientos de la terapia conductual, en la evaluación, tratamiento, rehabilitación y prevención de desordenes físicos, así como la validación de estos en programas en problemas de salud” (Schwartz & Weiss, 1978, pag. 249). Actualmente la Medicina conductual se ha centrado principalmente en las siguientes líneas de investigación: 1) el impacto de los factores psicosociales, tales como el estrés, en la salud y la enfermedad; 2) la relación entre las variables psicológicas con los procesos específicos de la enfermedad, su etiología y mantenimiento; y 3) evaluación de la eficacia de las intervenciones (Nater, Gaabb, Riefc & Ehler, 2006) Por lo que la investigación en Medicina Conductual ha estado presente desde hace más de treinta años, entre otras razones debido a que en la actualidad se atraviesa por un cambio en el patrón de frecuencia de enfermedades, se observa una declinación en la aparición de padecimientos infecciosos y un aumento en las enfermedades de tipo crónico degenerativo. La causa principal puede encontrarse en el cambio de una sociedad agraria a una industrializada, dado que las enfermedades que afectan un determinado segmento de una cultura varían de acuerdo con las condiciones sociales y físicas que caracterizan a la sociedad en ese momento. Así, en principio el estilo de vida del hombre era principalmente agrícola por naturaleza; actualmente con el advenimiento de la industrialización el estilo de vida se transformó trayendo como consecuencia el cambio en los modelos de salud. En la sociedad agraria las necesidades básicas eran alimentación, vivienda y vestido, y las enfermedades parasitarias e infecciosas y la desnutrición resultaban en una alta mortalidad (aunque esta situación todavía sigue presente en Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 12 países en vías de desarrollo), por otro lado, el estilo de la sociedad contemporánea (especialmente en países desarrollados) puede provocar determinados tipos de enfermedades al aumentar la prosperidad y la urbanización, las dietas tienden a ser más ricas en energía y en grasas (especialmente saturadas) y a tener un contenido menor de fibra y de carbohidratos complejos y uno mayor de alcohol, de carbohidratos refinados y de sal. En los medios urbanos disminuye con frecuencia el ejercicio físico y el gasto de energía, mientras que se incrementa el consumo de tabaco y el estrés. Estos y otros factores de riesgo, junto con el incremento en la esperanza de vida, van unidos a una mayor prevalencia de obesidad, de hipertensión, de enfermedades cardiovasculares, de diabetes, de osteoporosis y de algunos tipos de cáncer, con los subsecuentes costos sociales y de atención de salud. Esta situación conlleva a un número importante de consideraciones como consecuencia, entre ellos un aumento del gasto en materia de salud destinadoa la atención y tratamiento de pacientes con este tipo de padecimientos, capacidad insuficiente para atender la demanda de los servicios de gran cantidad de usuarios, y al costo de las complicaciones, tanto en vidas como en limitaciones físicas, emocionales y sociales de quien lo padece. La cronicidad y el deterioro gradual que caracterizan estos padecimientos traen consigo cambios importantes en los estilos y modos de vida de los enfermos y sus familiares. Por parte del enfermo, el largo proceso puede generar cambios importantes en su identidad y autoestima, generar dudas e incertidumbres sobre un futuro que luce incapacitante, y que alterará sus relaciones personales, además de sufrir una pérdida del sentido de control de su vida, de su autonomía y de su capacidad para la toma de decisiones, todo ello acompañado de molestias y dolores propios de la enfermedad y, en muchos casos, de reacciones secundarias a tratamientos igualmente agresivos y dolorosos (Ortiz, 2004). El estar enfermo lleva consigo un cambio a nivel emocional, cognitivo y conductual. La relación entre emoción y salud es innegable, sin embargo éstas no influyen en la salud a través de un único mecanismo, sino de muy diversas maneras, que además, inciden en diferentes momentos de la enfermedad, que apuntan a diferentes hechos (Martínez y Fernández, 1994): Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 13 a) Las emociones negativas constituyen un riesgo para la salud. Se ha comprobado el efecto del estrés en la etiopatogenia de diferentes enfermedades; la interpretación y el afrontamiento que el individuo hace de las situaciones de estrés, hasta los recientes estudios en Psiconeuroinmunología que permiten objetivar las relaciones entre los estados emocionales negativos y sus consecuencias en su sistema inmune. b) Los estados emocionales crónicos afectan a los hábitos de salud. Parte de los efectos patógenos que produce el estrés sobre la salud se deben a la realización de hábitos patógenos como incremento en la ingesta de alcohol, del hábito de fumar, y la paralela disminución de conductas saludables tales como el ejercicio físico, las precauciones ante contagios y accidentes. c) Los episodios emocionales agudos pueden agravar ciertas enfermedades. Además del riesgo en la aparición de enfermedades, las emociones también inciden en su curso, precipitando el inicio de una crisis, su agravamiento y hasta su cronificación. d) Las emociones pueden distorsionar la conducta de los enfermos. El grado de información, el apoyo y protección familiar, la relación con el médico y personal sanitario, así como el cumplimiento de prescripciones médicas son aspectos influidos por el estado emocional. Las emociones pueden distorsionar la conducta del paciente y hacer que tome decisiones o adopte actitudes que pueden interferir con el proceso de curación. La teoría cognitivo conductual, por su parte, subraya el rol de los factores cognitivos en la etiología y mantenimiento de conductas maladaptativas partiendo del hecho de que las personas desarrollan su propio modelo cognitivo de la enfermedad, que incluyen sus creencias sobre la etiología, los síntomas y las consecuencias personales de padecerla así como la medida en que se percibe que puede ser controlada o curada (Fabbri, Kapur, Wells & Creed, 2001). En el aspecto conductual, de acuerdo con Matarazzo (1995) los comportamientos de salud contemplan esfuerzos para reducir “patógenos conductuales” (conductas que incrementan en riesgo de un individuo a enfermar) y practicar las conductas que actúan como “inmunógenos conductuales” (comportamientos que hacen al individuo menos susceptible a la enfermedad). Sin embargo, la sola información sobre cómo se produce la enfermedad y la manera de prevenirlas, no es suficiente para el cambio de hábitos. Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 14 Becoña (2004 en Sanabria-Ferrand, González y Urrego, 2007) plantea algunos aspectos que pueden explicar porque las personas no adoptan estilos de vida saludables, dentro de ellos se enlistan, el carácter placentero y la inmediatez de los efectos de las conductas no saludables, la no percepción de la relación entre la práctica de los comportamientos nocivos con la aparición de la enfermedad diagnosticada, la idea que la mayoría tiene del poder sin límites de la medicina y de la tecnología para solucionar los problemas de salud, las barreras culturales que impiden el cambio de los hábitos no saludables y el cambio como un proceso cíclico y lento y más rápido que lineal. Todo esto refuerza la necesidad de abordar el tema desde la complejidad que de la que se desprende. Desde la perspectiva de la Medicina Conductual se pretende llegar a dilucidar los factores involucrados en la adopción de estilos de vida saludables tales que permitan mejorar la salud, prevenir enfermedades, o disminuir los síntomas asociados a ésta. Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 15 � Trabajo de investigación Concepto de Salud y Enfermedad en una muestra de ad ultos de la ciudad de México Resumen Conocer el estado de salud es valorar los determinantes relacionados con la biología de la persona, el medio ambiente, el sistema de salud que le atiende y los estilos de vida que caracterizan su comunidad, y por consiguiente su cultura, el ubicar al factor cognitivo como asociado, determinante o predisponente de cambios conductuales y la adopción de estilos de vida saludables, es fundamental, pues las intervenciones preventivas que intentan controlar y evitar conductas de riesgo resultan mejores si consideran el componente cognitivo. Por ello la presente investigación tiene como objetivo identificar el significado que 50 individuos adultos en aparente estado de salud dan a los conceptos de salud-enfermedad, así como diversas conductas de autocuidado (ir al médico y seguir un tratamiento) por medio de la técnica de redes semánticas. Actualmente se ha superado el concepto de salud como ausencia de enfermedad y se asume como un concepto más amplio e integral de bienestar físico, psicológico y social, que incluye por tanto hábitos, creencias, atribuciones y estilos de vida particulares para cada individuo. Conocer el estado de salud, por tanto, es valorar los determinantes relacionados con la biología de la persona, el medio ambiente, el sistema de salud que le atiende y los estilos de vida que caracterizan su comunidad, y por consiguiente su cultura (Vergara, 2007). De esta manera, la educación en salud debe tomar en cuenta el valor que tiene cada una de estas variables. Ubicar al factor cognitivo como asociado, determinante o predisponente de cambios conductuales y la adopción de estilos de vida saludables, es fundamental, pues resulta un hecho comprobado que las intervenciones preventivas que intentan controlar y evitar conductas de riesgo resultan mejores si consideran el componente cognitivo (Arrivillaga, Salazar y Correa, 2003). Por ello es de primordial importancia conocer el significado de constructos tales como salud-enfermedad. Y con el fin de establecer una línea base para la evaluación de creencias sobre el proceso salud-enfermedad, la presente investigación tiene como objetivo identificar el significado que individuos adultos dan a los conceptos de salud- enfermedad, así como diversas conductas de autocuidado (ir al médico y seguir un tratamiento). Método Se trabajó con 50 adultos, hombres y mujeres, que acudían a centros de convivencia social, cuyas edades fluctuaban entre 18 y 60 años, en aparente estado de salud. Para la obtención de la muestra se realizó un muestreo no probabilístico. Se utilizó la técnica de redes semánticas naturales, misma que permitió obtener información sobre las concepciones y/o percepciones que tienen los participantes con respecto alas creencias de salud; para realizar esta técnica se utilizaron cinco estímulos: Para mí, la salud es…, Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 16 Para mí, estar enfermo es…, Para mí, la enfermedad es…, Para mí, ir al médico es… Para mí, seguir un tratamiento médico es…, para lo cual se solicitó a los participantes escribir una lista de 5 palabras que consideraran tuvieran relación con cada uno de los estímulos; posteriormente se solicitó jerarquizarlas, con base en la importancia que les atribuían a cada una Resultados Las respuestas fueron analizadas de acuerdo con los parámetros propuestos por Reyes (1993) para redes semánticas naturales modificadas, que son los valores: TR, PS, núcleo de la red definidos de la siguiente forma: - TR (Tamaño de la red): número total de definidoras producidas por los sujetos. - PS (Peso semántico): obtenido a través de la ponderación y frecuencia. - Núcleo de la red: definidoras más significativas delimitadas a través del punto de quiebre (ponderación). El tamaño de la red por estímulo fue de 106 para salud, 128 para enfermedad, 116 para médico, 127 para tratamiento médico y 122 para estar enfermo. En la tabla 1 se presentan el peso semántico y el núcleo de la red para los estímulos salud y enfermedad; ambos presentan 17 definidoras, donde la que obtiene mayor peso semántico es la palabra bienestar en el caso de la salud y dolor en la enfermedad. Tabla 1. Núcleo de la red y peso semántico obtenido de las definidoras salud y enfermedad. Salud Enfermedad Núcleo de la red PS Núcleo de la red PS 1. Bienestar 165 1. Dolor 104 2. Importante 124 2. Tristeza 68 3. Tranquilidad 95 3. Depresión 66 4. Primordial 73 4. Desagradable 62 5. Necesaria 70 5. Mala 54 6. Alegría 64 6. Miedo 54 7. Felicidad 64 7. Frustración 52 8. Ejercicio 51 8. Angustia 50 9. Estabilidad 50 9. Desgastante 43 10. Vida 48 10. Controlable 41 11. Básica 42 11. Descuido 40 12. Armonía 40 12. Muerte 40 13. Amor 36 13. Preocupante 37 14. Indispensable 36 14. Curable 34 15.Responsabilidad 35 15. Inevitable 31 16. Sentirse bien 33 16. Molesta 30 17. Gozo 32 17. Inseguridad 28 En la tabla 2 se muestra las definidoras para tratamiento médico, estar enfermo e ir con el médico. El término ir al médico obtuvo en su núcleo 16 definidoras, donde la que obtiene mayor peso semántico es la palabra necesario. Para el seguimiento del tratamiento médico, se obtuvieron 18 palabras definidoras y la palabra importante es la de mayor relevancia. Por último el estar enfermo obtuvo en su núcleo 17 definidoras, y la Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 17 palabra triste es la de mayor peso semántico. Tabla 2. Núcleo de la red y peso semántico obtenido de las definidoras tratamiento médico, estar enfermo e ir con el médico. Tratamiento Médico Estar enfermo Ir con el médico Núcleo de la Red PS Núcleo de la Red PS Núcleo de la Red PS 1.Importante 109 1. Triste 144 1. Necesario 134 2. Disciplina 108 2. Dolor 80 2. Importante 95 3. Necesario 98 3. Malo 70 3. Cuidarme 72 4. Salud 62 4. Malestar 64 4.Responsabilidad 59 5. Responsabilidad 61 5. Preocupación 63 5. Salud 59 6. Sanar 43 6. Molesto 58 6. Ayuda 52 7.Obedecer 41 7. Angustia 57 7. Prevención 52 8. Mejorar 39 8. Desagradable 56 8. Saludable 45 9. Alivio 34 9. Deprimente 54 9. Miedo 44 10. Costoso 34 10. Desesperante 43 10. Medicamento 42 11. Fastidioso 34 11. Frustración 39 11. Tiempo 41 12. Bueno 33 12. Inestabilidad 34 12. Curar 39 13. Tranquilidad 32 13. Intranquilidad 33 13. Chequeo 34 14. Cuidarme 31 14. Horrible 31 14. Revisión 34 15. Indispensable 31 15. Inutilidad 31 15. Enfermedad 32 16. Saludable 31 16. No poder trabajar 31 16. Mejora 32 17. Curarse 30 17. Sufrimiento 31 18. Tedioso 30 Discusión De acuerdo con los resultados obtenidos por la técnica de redes semánticas se observa que los participantes evalúan a la salud como algo positivo (bienestar, importante, tranquilidad) y a la enfermedad como algo negativo (dolor, tristeza, depresión). Lo cual indica que se definen a la enfermedad o al estar enfermo como algo altamente amenazante, sobre todo dentro del plano emocional. Otro aspecto importante es la definidora ejercicio, pues éste demuestra una conducta, la cual ha demostrado que es uno de los principales factores de protección para un sin número de enfermedades (World Health Organization (b), 2007). Aunado al hecho de que hayan presentado definidoras como curable y tratable, demuestra que la percepción de que se puede llevar a cabo acciones protectoras para evitar la enfermedad está presente Las visitas al médico se señalan como algo necesario, importante y como una conducta de autocuidado. Sin embargo sería importante evaluar si la percepción de beneficios de las revisiones regulares, los llevan a efectivamente ir al médico. En este mismo sentido el adherirse al tratamiento médico fue calificado como importante, no obstante resalta el hecho de que la segunda definidora haya sido disciplina, lo que indica que se requiere de un esfuerzo importante para cumplir con el tratamiento pero, al observar la asociación tratamiento-salud, señala que el seguir el régimen medico brinda resultados positivos, pese a las barreras presentadas (costoso, fastidiosos y tedioso). Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 18 Así mismo, debemos considerar el hecho de que el estar enfermo es altamente amenazante en el plano emocional, por lo que se tiene que tomar en cuenta para diseñar estrategias encaminadas a la prevención. Por lo que se concluye que trabajos como éste distingue puntos importantes de significación y señala la necesidad de abrir líneas de investigación con técnicas metodológicas más rígidas que profundicen en las creencias o atribuciones que los pacientes tienen de sus enfermedades y los tratamientos, para utilizar esta información como una herramienta de comunicación, factor fundamental dentro de las acciones de la atención integral a la salud. Del mismo modo, tal como lo mencionan Garza, Calderón, Salinas, Nuñez y Villarreal (2003) se destaca el hecho de que en la atención de los pacientes es necesario tomar en cuenta los puntos de vista acerca de su realidad, ya que los de la comunidad no necesariamente coinciden con los de los pacientes y hay que dirigir la atención hacia estos últimos, pues son ellos quienes viven la enfermedad y casi no se les toma en cuenta para buscar alternativas de solución a su problema. Otro factor de consideración es el hecho de que el percibirse enfermo puede ser la puerta de entrada al sistema de atención de la salud. Pero la accesibilidad está condicionada por factores geográficos, económicos, jurídicos y psico-socio-culturales. Existen trabajos realizados desde hace décadas que han revelado que la mayoría de los síntomas de enfermedad no son tenidos en cuenta o no reciben atención médica. Estos estudios coinciden en que solamente cerca de una tercera parte de quienes presentan algún tipo de síntomas van en busca de atención médica (Kornblit, Mendes, Di Leo, Camarotti & Adaszko, 2005), por lo que también es necesario considerar las variables socioeconómicas, culturales, ambientales en las que está envuelto un paciente, y atender a sus efectos dentro de la conducta de prevención y tratamiento. Por lo que surge la necesidad de realizar el análisis funcional de tales conductas. Moreno y Gil, (2003), explican que en un enfoque funcional debe incluir variables independientes que, al menos en principio, puedan ser directamente manipulables, lo que supone al fin, considerar las creencias o verbalizaciones sobre algo como variables dependientes, y buscar los determinantes en el contexto en el que estas creencias y estas conductas se generan y se mantienen. En resumen, para el análisis funcional las creencias, actitudes y demás fenómenos no son sino tipos deconducta verbal, que han adquirido, a lo largo de la historia conductual del sujeto, funciones de control sobre otras conductas, tanto verbales como no verbales. Por tanto será necesario atender, no sólo a las conductas de salud que lleva a cabo el sujeto o a las creencias que manifiesta tener, sino también, y lo que es más importante, a las diferentes funciones que establezcan la relación entre ambas. Así pues la relación costo-beneficio entre la salud-enfermedad se muestra presente, pues según las definidoras propuestas estos son constructos dicotómicos, donde la Medicina conductual tiene un importante desafío en dirección de promover una visión multidisciplinar del hombre que experimenta el proceso de la salud y la enfermedad. Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 19 II. Cáncer y Psicología El cáncer es una enfermedad conocida desde la antigüedad, su nombre, dado por Hipócrates, deriva de la palabra griega kankros, que significa cangrejo y que demuestra la similitud con que este animal atrapa y destroza sus presas (Pérez, 2000). Las causas de su aparición pueden ser de tipo endógeno (alteraciones inmunológicas, trastornos metabólicos) ó exógeno (colorantes, pesticidas) que generan cambios estructurales y bioquímicos irreversibles e implican descendencia celular anómala causada por alteraciones en los oncogenes, los genes supresores de tumores y genes microRNA (Croce, 2008) llevado a cabo por diversos eventos intracelulares: mutación, translocación cromosómica, amplificación, inserción y deleción (supresión) (Coleman, 2008). El origen del cáncer parte del hecho de que la vida pretende crecer y multiplicarse, pero cuando las células cooperan en la construcción de un organismo superior, su crecimiento debe ser regulado, dado que un organismo superior sólo es posible bajo una política de crecimiento represiva y rigurosa. La célula cancerosa no obedece a los esfuerzos regulatorios del organismo y establece un patrón de estructura disipativa que dependerá de los recursos provenientes del huésped y cuando la capacidad de adaptación del huésped es sobrepasada por el neoplasma, éste adquiere la categoría metabólica y estructural de “organismo primario” (Pátiño, 2002). Existen más de 110 tipos diferentes de cáncer en el humano (Smedslund & Ringdal, 2004) y el tipo específico toma su nombre según el órgano en que comienza, sin embargo aún cuando existen tantos tipos de cáncer como tejidos, sistemas y aparatos hay en el cuerpo, todos los procesos cancerígenos tiene en común: - Una proliferación anormal de células, que dan lugar a un crecimiento celular incontrolado de una masa tumoral o neoplasia. - La tendencia a invadir tejidos vecinos. - La capacidad de diseminarse por otras partes del organismo. El cáncer es una enfermedad común en todos los países del mundo. La Organización Mundial de la Salud (World Health Organization (a), 2007) estima que 7.6 millones de personas murieron a causa del cáncer en el 2005 y que en 10 años 84 millones de personar morirán a causa de éste si no se toman medidas al respecto. La probabilidad de Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 20 que una persona lo desarrolle cuando llega a los 70 años, supuesta la supervivencia a esa edad, oscila entre un 10 y un 40 % en ambos sexos. En promedio, en los países desarrollados alrededor de una persona de cada cinco morirá de cáncer. Esta probabilidad es de uno de cada 15 en los países en vías de desarrollo (Organización Internacional del Trabajo, 2005). En México en los últimos 15 años, la cifra absoluta de muerte por cáncer ha aumentado 1.7 veces y la tasa de mortalidad por dichos tumores para 1995 rebasó 3.7 veces a la registrada en 1992 (Reyes, Guillén, Alcázar y Arias, 2006). En el 2006, los tumores malignos fueron la tercera causa de muerte en México (antecedidos únicamente por enfermedades del corazón y muertes a causa de la diabetes mellitus), 63 888 personas fallecieron a causa de tumores malignos, representando el 12.9% del total de las defunciones registradas. En el 2006 las cifras de la incidencia del cáncer por sexo señala que en los varones, los tumores malignos son la tercera causa de muerte con 31 010 defunciones, que significan 11.3% de los fallecimientos de hombres. En las mujeres, se ubica en el tercer lugar de las principales causas de muerte con 32 875 decesos; es decir, 14.9% de las defunciones en la población femenina. En los varones, las tres principales causas de muerte por tumores malignos corresponden a los de: próstata (17.1%), tráquea, bronquios y pulmón (16.6%) y estómago (10.4%). En las mujeres, 15.0% de las defunciones por cáncer maligno corresponden al de mama y 13.9% más al del cuello del útero (cérvico-uterino); asimismo, el de hígado y vías biliares intrahepáticas ocasionó 9.2% de las muertes. En la figura 2 se muestra la distribución porcentual por sexo, según el tipo de tumor maligno diagnosticado. No obstante, el modo en que un individuo experimenta el cáncer está asociado con su contexto personal y social en el que se encuentra al enfrentar la enfermedad. A su vez, está condicionado por los tratamientos posibles, por las creencias sociales respecto al cáncer en general y al tipo de cáncer en particular (Barroilhet, Forjaz y Garrido, 2005). Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 21 Figura 2. Distribución de la frecuencia de tipo de cáncer por sexo. Tomado de INEGI, 2008. El alcance psicológico de este problema de salud está matizado y fuertemente influenciado por el miedo que la sociedad proyecta en dicha enfermedad. Hasta mediados del siglo XX el cáncer fue una enfermedad fuertemente estigmatizada en las sociedades, equiparando su significado directamente con el de la muerte. No fue sino hasta la década de los 70 que hubo un cambio importante en la concepción médica de la enfermedad oncológica: el cáncer pasó de ser considerado una patología loco-regional a una enfermedad crónica, donde el paciente convive con su enfermedad durante mucho tiempo, incluso toda su vida, por lo que comienza la incorporación de los aspectos psicológicos a la biología de la enfermedad. Otro avance de particular importancia en aras de la investigación psicosocial y psiquiátrica del cáncer ocurrió en 1975 cuando un grupo de investigadores en San Antonio, Texas dio la primera conferencia internacional sobre Psicooncología (Holland, 2002), sentando el primer precedente de los aportes de la oncología y psicología para un manejo integral del paciente con cáncer. La Psicología Oncológica constituye una rama especializada de la Medicina Conductual que se ocupa de las relaciones entre el comportamiento y los estados de salud y enfermedad, la prevención y el tratamiento, el fomento de hábitos sanos y la interdisciplinariedad sistemática. En líneas generales, la contribución de la Psicología en Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 22 la lucha contra el cáncer se puede resumir en diferentes aspectos (Bayés, 1984 en (Guerra, 2003): - Intervención psicológica a nivel de prevención primaria. La prevención primaria se lleva a cabo antes de que surja la enfermedad y tiene por misión impedir su aparición, constituyendo el tipo de intervención más deseable. Una intervención psicológica a nivel de prevención primaria incluiría cambios en los hábitos y conductas de riesgo (tabaco, alcohol, dieta, contaminación ambiental, ocupación laboral, comportamiento reproductivo y sexual, medicamentos, etcétera.) y en las estrategias de respuesta ante las situaciones de estrés. - Intervención psicológica a nivel de prevención secundaria. La prevención secundaria tiene como objetivo localizar y tratar lo antes posible las enfermedades cuya génesis no ha podido ser impedida por las medidas de prevenciónprimaria; se trata de detectar la enfermedad en sus estadios iniciales. Una intervención psicológica a nivel de prevención secundaria incluiría la transmisión eficaz de información a la población general y adquisición de hábitos periódicos y sistemáticos de detección en las poblaciones de alto riesgo (mamografías, papanicolaou, autoexamen de senos, etcétera). - Intervención psicológica a nivel de prevención terciaria. La prevención terciaria se lleva a cabo algún tiempo después de que la enfermedad se haya declarado y su objetivo es evitar complicaciones y recaídas. Una intervención psicológica a este nivel incluiría el cumplimiento de las prescripciones facultativas (adherencia al tratamiento y dietas), entrenamiento de los enfermos en técnicas de afrontamiento psicológico de la enfermedad, entrenamiento del personal sanitario en la mejora de sus interacciones con los enfermos y en técnicas de afrontamiento para combatir su propia ansiedad y depresión, las cuales pueden repercutir negativamente sobre los enfermos, la colaboración en la resolución de problemas tales como la comunicación del diagnóstico al enfermo o la preparación para la muerte en los pacientes terminales, y solución de problemas potencialmente modificables por medios psicológicos (náuseas y vómitos anticipatorios, dolor, ansiedad, depresión, insomnio, aversiones gustativas, etcétera). Hoy en día, el creciente conocimiento acerca de la influencia de factores psicológicos y psicosociales en el paciente oncológico, hace innegable la necesidad de incluir intervenciones psicológicas como parte integral del tratamiento. Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 23 La atención de los factores psicosociales incluyen el manejo de la familia y de aspectos relativos al equipo médico (dimensión psicosocial), además de los factores psicológicos, conductuales y sociales que influyen en la aparición del tumor y en su progresión (dimensión psicobiológica) (Almanza-Muñoz, 2001) y que constituyen desafíos que todo paciente diagnosticado con esta enfermedad debe enfrentar en mayor o menor medida, como lo son: a) el mantenimiento de la actividad y la independencia, b) el control de los efectos secundarios del tratamiento, c) la aceptación del diagnóstico, d) búsqueda y comprensión de la información médica, e) regulación de los sentimientos asociados con la experiencia del cáncer, f) búsqueda de apoyo social y, g) manejo del estrés. El objetivo de las intervenciones psicológicas por tanto, es ayudar a los pacientes de cáncer a aceptar su diagnóstico y tratamiento, disminuir los sentimientos de alienación, aislamiento, indefensión y abandono, reducir la ansiedad en relación con los tratamientos, y clarificar percepciones e informaciones erróneas, así como incrementar una sensación de control, mediante el aumento de la autoeficacia y la reducción de la impredecibilidad (Bárez, Blasco y Fernández, 2003). Una de las principales reacciones negativas que experimenta el paciente ante al diagnóstico de cáncer es el distrés, el cual ha sido definido como una experiencia multifactorial displacentera de naturaleza emocional, psicológica, social o espiritual, que interfiere con la habilidad de enfrentar el cáncer, sus síntomas físicos y su tratamiento (Graves, Arnold, Love, Kirsh, Moore & Passik, 2007). El distrés no sólo produce malestar importante, si no también se ha asociado con una peor calidad de vida, menor apego al tratamiento, prolongación de la estancia hospitalaria, e incluso conducir a tendencias suicidas y provocar una carga emocional negativa en la familia (Endo, Akechi, Okuyama, Seto, Kato, Seki, Eguchi, Hosaka & Furukawa, 2008). En un estudio epidemiológico donde se analizaron los registros de la población en Estados Unidos con diagnóstico de cáncer desde 1973 al 2002, encontraron que los rangos de suicidio más altos fueron observados en pacientes masculinos, de raza blanca, con edad avanzada y solteros; por diagnóstico, el cáncer de pulmón y bronquios, estomago, cavidad oral y faringe fueron los que tuvieron mayor prevalencia de suicidio y casi todos ocurrieron dentro de los primeros cinco años del diagnóstico oncológico, esto ajustado por sexo, edad, y raza (Misono, Weiss, Fann, Redman & Yunch, 2008). Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 24 La depresión y la ansiedad también son dos de las emociones que experimentan los pacientes con cáncer con mayor frecuencia. La prevalencia de los trastornos depresivos en la población oncológica varía ampliamente desde cifras del 1,5% al 50% según los estudios, aunque la mayoría de los datos existentes encuentra cifras de prevalencia entorno al 25% (Rodríguez, Bayón, Orgaz, Torres, Mora y Castelo, 2007). Esto debido al estigma, a los temores, percepciones y síntomas asociados con la enfermedad. Para la mayoría de personas, el temor principal es morir de manera dolorosa; a esto se suma el temor de volverse incapaces y dependientes, tener alteraciones en su apariencia, experimentar cambios en las funciones de su cuerpo y perder la compañía de las personas allegadas (Valencia, 2006), el sitio del cáncer, la edad, etapa de la enfermedad, tiempo del diagnóstico y tipo de tratamiento, son las variables más importantes asociadas con la prevalencia de depresión (Pasquino & Biondi, 2007). La ansiedad, puede ocurrir en cuatro contextos: la situacional, la relacionada con la enfermedad, con el tratamiento y el trastorno de ansiedad pre tratamiento (Manoj, Gangadharan, Nandkumar, Bejoy, Badridien, & Rita, 2006). A su vez, se tiene que tomar en cuenta que el impacto de la enfermedad también afecta a los familiares del paciente, se calcula que aproximadamente del 10 al 30% de los familiares experimentan alguna forma de morbilidad psiquiátrica (Trivedi, Petera, Fillip & Hrstka, 2007). La confrontación de esta experiencia puede crear dentro de la familia un nuevo sistema de demandas y limitaciones en el comportamiento de cada individuo y la necesidad de crear nuevas habilidades y capacidades a nuevos problemas. Ciertas familias tienen una base más vulnerable a la crisis y la confrontan con un sentido de desesperación, ambigüedad, pérdida de control, reflejados en una interacción disfuncional y conflictiva entre los miembros de la familia (Bloom, Stewart, Johnston, Banks & Fobair, 2001). La enfermedad puede percibirse entonces como potencial de peligro de desintegración o como oportunidad para el fortalecimiento de la familia, recuperación, adaptación y comprensión de las necesidades y las expectativas de cada miembro familiar (Baider, 2003). Por lo que contar con apoyo familiar también es una variable importante en el rol de la adaptación a la enfermedad, por ejemplo, se ha encontrado que pacientes con cáncer que no cuentan con una pareja presentan una calidad de vida y una respuesta al tratamiento más pobre que aquellos que están casados (Smedslund & Ringdal, 2004). Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 25 Por otro lado, el uso de tratamientos agresivos para el tratamiento del cáncer, ha demandando la necesidad de un control más efectivo del dolor, náusea, y otras consecuencias aversivas del tratamiento. Las intervenciones conductuales han mostrado eficacia en este sentido, debido al efecto positivo a corto plazo de sus intervenciones y al aumentar la percepción de control del paciente hacia su enfermedad. La intervención conductual es descrita como una aplicación práctica que busca modificar las condiciones (ambientales y sociales), promover estrategias de afrontamiento activas, modificación de creencias, regulación de emociones y actitudes que tendrá un impacto en la adaptación del paciente en el proceso de la enfermedad (Redd, Montgomery & DuHamel, 2001). El enfoque cognitivo suma la hipótesis de que los patronesde pensamiento, llamados distorsiones cognitivas, tienen efectos adversos sobre las emociones y la conducta y que, por tanto, su reestructuración, por medio de intervenciones psicoeducativas y práctica continua, puede mejorar el estado del consultante. Es por ello que son muchos los beneficios de la intervención cognitivo conductual en pacientes con cáncer, que van desde la efectividad en la reducción del distrés que experimentan pacientes y familias ante el diagnóstico y evolución de la enfermedad y en el dominio de sus síntomas físicos; mejora la adherencia a los tratamientos médicos y ayuda a aumentar la efectividad de los mismos; disminución de los efectos adversos de los tratamientos, reducción del tiempo de recuperación del paciente luego de las intervenciones médicas y la disminución de las consultas innecesarias al equipo médico tratante, preservando la relación médico-paciente y teniendo un menor coste económico (Carlson & Bultz, 2003). En un meta-análisis que investigaba los efectos de la terapia cognitivo-conductual y la educación al paciente, sobre la depresión, ansiedad, dolor, funcionamiento físico y calidad de vida en adultos sobrevivientes al cáncer, se tomaron en cuenta los ensayos clínicos en la bases de datos MEDLINE, PSYCHINFO y Cochrane en el periodo comprendido de 1993-2004. Se analizaron 15 estudios con un tamaño de muestra total de 1,492 pacientes y se encontró que la terapia cognitivo conductual demostró mayor efectividad en comparación con la educación al paciente sobre los efectos de la depresión (ES = 1.2; 95% CI = 0.22-2.19) y la ansiedad a corto plazo (ES = 1.99; 95% CI = 0.69-3.31), y una Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 26 mejora en la calidad de vida con efectos a corto y a largo plazo (ES = 0.91; 95% CI = 0.38-1.44). A su vez se observó que las intervenciones individuales fueron más efectivas que las grupales (Osborn, Demoncada & Feuerstein, 2006). Con base en estos resultados se vislumbra la necesidad de intervención psicológica aunada a la consulta médica. Otro punto importante, aunque con poca investigación, es el efecto de la intervención psicológica sobre la utilización de los servicios de salud. Una investigación dirigida por el Alberta Health Care en Canadá, reporta los resultados de un estudio prospectivo, aleatorizado en el que pacientes en etapa temprana de cáncer de mama fueron asignadas al grupo de tratamiento o al de control. El tratamiento consistió en 6 sesiones semanales de terapia cognitivo-conductual, mientras que el grupo control recibió la atención habitual y material de autoaprendizaje. Todas las mujeres fueron evaluadas en cuanto a síntomas psiquiátricos, estado de ánimo, depresión y estrategias de afrontamiento, en cuatro períodos de tiempo: pre y post intervención y primer y segundo año de seguimiento. Se obtuvieron los registros de facturación de los dos años de seguimiento para determinar la cantidad total facturada por persona en el curso del estudio Las mujeres que participaron en el grupo de tratamiento (28 en total) tenían menor índice de depresión y de perturbación del estado de ánimo, mayor índice global de calidad de vida y menores síntomas psiquiátricos post intervención y a 2-años de seguimiento en comparación con el grupo control. También pagaron un promedio de 221 dólares menos que las mujeres del grupo control, así como una reducción de 23,5% en los costos de facturación. El total de cantidad ahorrada en el grupo de tratamiento fue de $ 6199 en el curso del estudio (Simpson, Carlson & Trew, 2001). En el meta-análisis conducido por Smedslund y Ringdal (2004) analizaron el efecto de las intervenciones psicosociales sobre la supervivencia de pacientes con cáncer; su búsqueda se enfocó en 30 revistas que entre 1989 y 2003 publicaron 14 intervenciones que englobaban a 2626 pacientes y encontraron que a pesar de que en forma general no encontraron efectos significativos sobre la supervivencia hazard ratio (HR) 0.85 (95% CI: 0.65–1.11), las intervenciones individuales mostraron ser mayormente significativas (HR: 0.55, 95% CI: 0.43–0.70) a comparación de las grupales. Classen, (en Smedslund & Ringdal, 2004) analizó los efectos de seis ensayos clínicos controlados de intervención psicosocial sobre el periodo de sobre vida. Sólo tres ensayos mostraron eficacia y a diferencia de los que no mostraron resultados positivos tenían en Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 27 común: un ambiente de apoyo estable y consistente; grupos homogéneos en cuanto al tipo y la etapa de la enfermedad; componente educacional y manejo de estrés y entrenamiento en estrategias de afrontamiento. Por lo anterior se observa que el paciente que experimenta el cáncer sufre una serie de reacciones físicas, emocionales y sociales, por lo que la necesidad de la intervención psicológica es clara. Ésta puede darse en cualquiera de los cuatro componentes básicos de control del cáncer que ha propuesto la Organización Mundial de la salud (World Health Organization (a), 2007) los cuales son: - Prevención - Detección temprana y diagnóstico oportuno - Tratamiento - Cuidados paliativos Las intervenciones psicológicas por tanto, deben tomar en cuenta las variables que determinan la realización de conductas protectoras de salud; las características de los sujetos en riesgo; las necesidades del paciente con un diagnóstico de cáncer, de su familia; las características propias de la enfermedad y de la etapa de la en la que se encuentre; así como trabajar en conjunto con el equipo médico para brindar la atención integral del sujeto en toda su complejidad. Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 28 III. Intervenciones psicológicas realizadas en paci entes oncológicos por fase de enfermedad El impacto del diagnóstico, pronóstico y tratamiento del cáncer provoca una serie de respuestas psicológicas, físicas y sociales en el paciente que varían en grado e importancia, y que están relacionadas con determinadas variables personales y clínicas. La experiencia del cáncer consiste en una serie de eventos predecibles que son descritos en el continuum de la enfermedad, el cual involucra el integrar el diagnóstico en la vida del paciente y la necesidad del ajuste a las diferentes fases de la enfermedad y el tratamiento (Pugliese, Perrone, Nisi, Garufi, Giannarelli, Bottomley & Terzoli, 2006). Por lo que el trabajo de intervención que se realiza con cada paciente es diferente de acuerdo con las características propias del mismo y de la enfermedad. Cada etapa provocará en el paciente oncológico respuestas emocionales específicas tanto positivas como negativas. Entre los diversos correlatos psicológicos de los que se ha informado en la literatura figuran como los más frecuentes los síntomas de ansiedad, depresión, delirium y trastornos adaptativos (Martínez, Cerón, Aguilar y Sánchez, 2007). Los objetivos de la atención psicológica en pacientes con cáncer principalmente son según De Trill (2003): a) Conocer e identificar las reacciones emocionales apropiadas de los enfermos ante el cáncer y sus tratamientos, y distinguirlas de las que son expresión de un trastorno médico, psiquiátrico o psicológico. b) Proporcionar el tratamiento psicológico adecuado a dichas reacciones en cada momento del proceso oncológico. c) Conocer y saber identificar las alteraciones emocionales que se desarrollan en los familiares del enfermo oncológico, distinguiendo las respuestas esperadas de las patológicas. d) Proporcionar la ayuda psicológica adecuada a los familiares del enfermo en todas las fases de la enfermedad y del duelo. e) Conocer e identificar las alteraciones emocionales que pueden surgir en los miembros del personal sanitario que trabaja en oncología. f) Proporcionar ayuda psicológicaa los miembros del equipo asistencial. g) Identificar factores emocionales, comportamentales y sociales que aumenten el riesgo de padecer cáncer y crear programas para reducirlos o evitarlos. Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 29 Las intervenciones psicológicas buscan mejorar la calidad de vida, reducir la morbilidad psicológica y facilitar la adaptación. Los programas educativos y las intervenciones psicoterapéuticas basada en el modelo cognitivo conductual son de las herramientas más utilizadas (Pugliese et al, 2006). Según Saenz y Modolell (2004), existen dos modelos de atención psicológica a pacientes con cáncer: - La metodología del modelo de interconsulta, está basada en la creación de una unidad de Psicooncología autónoma e independiente de los servicios de Psiquiatría y de Oncología. El oncólogo cuantifica la sintomatología psicológica y define la necesidad de interconsulta, si los resultados superan el índice se realiza la Interconsulta. Los candidatos a la consulta con el especialista en Psicooncología son aquellos que presenten al menos un trastorno adaptativo, acompañado de una sintomatología ansiosa y/o depresiva moderada. Asimismo los pacientes con algún tipo de trastorno mental según los criterios del DSM-IV. En la petición de la atención del psicólogo, el oncólogo debe hacer constar si la demanda es de carácter urgente u ordinario, la edad del paciente, el diagnóstico, estadio y tratamiento oncológico y la razón de la interconsulta. La interacción con el equipo multidisciplinario es como unidad de apoyo acoplada a la que poder recurrir en situaciones concretas. - Modelo Fundacional, está basado en la incorporación del psicooncólogo dentro de las unidades de Oncología. Es un modelo integrado. Se persigue la máxima de lograr un equipo interdisciplinar de atención al paciente. El proyecto consiste en la integración o inmersión de la actividad del psicólogo en los equipos de Oncología Médica. De esta forma hay una convivencia espontánea y diaria con los pacientes, familiares que lo acompañan y con el equipo terapéutico. Las necesidades emocionales de los participantes en la relación clínica se identifican y atienden en la Unidad de Oncología. La persona afectada permanece de forma constante bajo la tutela del equipo durante todas las fases del proceso evolutivo del cáncer. El psicólogo participa e interviene desde el primer contacto en todas las fases y actividades del servicio o unidad. De esta manera el paciente cuenta con la posibilidad de apoyo psicológico desde que llega, pasando por todos los momentos claves cuando escucha su diagnóstico por primera vez, al recibir los tratamientos en el hospital, durante los ingresos que pueda tener en su evolución, Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 30 y finalizando en el momento de alta médica, revisiones, posibles recidivas o en la fase terminal. El trabajo se realiza de forma preventiva y/o a demanda, está al alcance de todos y en todo momento. Los puntos centrales a los que se dirige el psicólogo son todas las personas afectadas por el cáncer: pacientes, familiares y trabajadores sanitarios. El resultado por tanto, es un psicólogo integrado. Es ésta última la que se trata de realizar en los ambientes hospitalarios en donde se ubica el residente en Medicina conductual, y su intervención por lo general es flexible, considerando las características de los pacientes que pueden tener dificultad en asistir a una intervención estructurada o tradicional, debido a las limitaciones físicas y la expectativa de vida que presenta. Los componentes de la terapia son: 1) orientada al problema, que pueden ser de tipo emocional (por ejemplo depresión), interpersonales (comunicación con la pareja), relacionadas con el tipo de cáncer (problemas de imagen corporal en pacientes mastectomizadas), 2) carácter educativo; 3) activo-colaborativo y 4) uso de tareas en casa (Olivares, 2004). Como primer paso de la intervención psicológica se presenta la necesidad de una evaluación, donde se recogerán los siguientes aspectos (Modolell, Sanz y Casado, 2004): síntomas secundarios a la enfermedad; efectos secundarios de los tratamientos y cualquier alteración del sueño y del apetito; identificación de emociones como ansiedad, depresión; culpa, miedo, soledad, sentimientos de inutilidad, angustia, hostilidad y desesperanza, dado que son emociones nombradas muy frecuentemente por los pacientes de cáncer. A su vez se deben explorar las cogniciones del paciente: saber si está informado, pensamientos y preocupaciones sobre su enfermedad; determinar el estilo de afrontamiento del paciente, y por último, examinar el apoyo emocional de la familia y cuidadores primarios, si existe alguna problemática sociofamiliar o económica añadida que pueda dificultar el ajuste emocional a la enfermedad. Las intervenciones por lo general pueden ser de dos tipos principales: a) La intervención aguda, en crisis, debido a factores desencadenantes presentes. b) La intervención preventiva, que busca proporcionar o potenciar los recursos de pacientes, familiares y personal de salud, para que puedan afrontar situaciones que previsiblemente pueden ser amenazantes en un futuro próximo. Se trata de Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 31 intervenir antes de que se establezcan distintos trastornos adaptativos de base ansiógena depresiva o mixta, o trastornos de ansiedad o depresivos (Comas, Schroder y Villalba, 2003). En cualquier nivel Cruzado y Labrador (2000) mencionan que la intervención psicooncológica se basa por lo general en: a) Psicoeducación, consejo psicológico y orientación sobre estrategias para superar problemas de información, y necesidades de comunicación y emocionales. b) Control de estados de ánimo negativos: ansiedad, depresión, hostilidad, sentimientos de culpa, aislamientos, negación. Identificar emociones negativas, expresarlas. Estrategias para afrontarlas. c) Tratamiento de trastornos asociados al cambio en la imagen corporal. d) Solución de problemas y planificación de actividades. e) Intervención familiar: psicoeducación, información sobre el estado físico y psicológico del paciente. Estrategias de ayuda y comunicación con el paciente. Afrontamiento de estados emocionales negativos. Resolución de problemas de la vida diaria. f) Afrontamiento de los tratamientos oncológicos y sus efectos colaterales: miedo, fatiga, náuseas y vómitos, anorexia y otros. g) Problemas sexuales. Las técnicas de tratamiento se dividen en los siguientes bloques: 1) métodos no directivos (expresión de emociones); 2) técnicas conductuales (tareas graduadas, relajación, planificación de actividades; 3) técnicas cognitivas (estrategias cognitivas de afrontamiento, registro de pensamientos, reestructuración cognitiva y 4) trabajo con el cuidador primario (como coterapeuta y habilidades de comunicación) (Olivares, 2004). Dentro del enfoque cognitivo conductual se emplean las siguientes técnicas (Prieto, 2004): 1. Técnicas puramente cognitivas: a) Entrenamiento en detección de creencias irracionales: se le pide al sujeto que anote sus creencias negativas respecto a la enfermedad y que indique su intensidad. Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 32 b) Técnicas de persuasión verbal: debate entre paciente y terapeuta, con el que se requiere determinar la validez o no de las creencias que el paciente tiene respecto al cáncer. c) Entrenamiento en autoinstrucciones: repetir una serie de frases que hagan referencia al objetivo a conseguir con el fin de reforzar su creencia. d) Distracción cognitiva: invitar al uso de tareas distractoras que frenen la fijación de creencias invadiendo los pensamientos del paciente (leer, escuchar música, relajarse).e) Biblioterapia: ofrecer la lectura de libros como forma de adquirir conceptos nuevos y cambiar las creencias. 2. Técnicas conductuales: a) Entrenamiento en habilidades sociales y asertividad: entrenar al paciente en el desarrollo y adquisición de habilidades nuevas o conductas alternativas orientadas a la superación de determinados problemas como el miedo, la sensación de aislamiento, el sentimiento de soledad o dificultades de comunicación. b) Programación de actividades: promover un aumento de la motivación del paciente. c) Entrenamiento en resolución de problemas: resolver las dificultades que se presenten en los pacientes a lo largo del enfrentamiento con la enfermedad (conflictos profesionales, matrimoniales, de relación y sexuales). d) Intervención del rol racional: invitar al paciente a que adopte la postura del terapeuta mientras éste asume el rol del paciente y observar los consejos que en su lugar le daría al enfermo. e) Exposición a las situaciones temidas: conducir al paciente al enfrentamiento con las situaciones más temidas por él y debatir sobre ellas. 3. Técnicas emotivas: a) Imaginación racional emotiva: emplear la visualización como medio de enfrentarse a las situaciones más temidas por el paciente y lograr su inversión. Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 33 b) Técnicas humorísticas: intentar promover la ausencia de dramatismo y reducir las exageraciones del paciente con respecto a su enfermedad a través del empleo del sentido del humor. No obstante, ciertas modalidades de tratamiento han demostrado ser más eficaces en una o más fases específicas de la enfermedad. Por ejemplo la Psicoeducación puede ser más efectiva durante la fase pre o diagnóstica, cuando la necesidad de información de los pacientes es mayor. Sin embargo, para etapas posteriores con una enfermedad más avanzada los grupos de apoyo pudieran ser más efectivos, mientras que técnicas tales como relajación, manejo del estrés y afrontamiento activo puede ser más útil durante la etapa de tratamiento (Carlson & Bultz, 2003). Por lo que cada intervención psicológica en pacientes con cáncer debe ajustarse a las necesidades que el paciente esté experimentando, basado en la etapa de la enfermedad, sus síntomas físicos y psicológicos y el ambiente social en el que está inserto. Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 34 � Caso clínico Impacto psicológico durante el proceso de la enferm edad oncológica Identificación del paciente GMP es una paciente femenina de 45 años de edad, madre soltera, originaria y residente del estado de México, con nivel de instrucción a nivel secundaria y de ocupación obrera. Religión católica. Habita en casa propia compartida con hermana y familia de ésta. Tiene dos hijas de 12 y 19 años. Ingresó al servicio de oncología por diagnóstico de cáncer de ovario. Análisis del motivo de la consulta Paciente femenina que fue vista por primera vez en mayo del 2008 en el piso de oncología previo a la cirugía programada para completar su rutina de ovario donde se evaluó conciencia de enfermedad y adaptación al proceso de tratamiento. Historia del problema GMP es madre soltera de dos hijas de 12 y 19 años, jefa de familia, obrera, quien estaba siendo tratada por la clínica del climaterio. En abril del 2007, notó un sangrado abundante por lo que acudió al servicio de urgencias donde le diagnosticaron anemia a causa de éste. En el servicio de ginecología le realizaron histerectomía, debido a la miomatosis uterina que presentaba en noviembre del mismo año. Sin embargo, una vez revisado el reporte de patología es referida en abril del 2008 al servicio de oncología por un diagnóstico de tumor de células de la granulosa del ovario y debido a que éste tiene probabilidad de recaer locorregionalmente se decide intervenirla nuevamente para completar su rutina de ovario. Ante la noticia de su diagnóstico oncológico GMP reporta haber sentido miedo debido a las connotaciones negativas que se saben del cáncer, sin embargo al considerar los antecedentes de depresión en su familia, decide afrontar la situación de una manera activa, apoyándose en sus hijas y hermanos. GMP proviene de familia extensa, cuenta con tres hermanos, con quienes mantiene una comunicación constante y funcional. Recibe apoyo económico por parte de su hermano y moral e instrumental por sus hermanas. Sólo reporta problemas con el esposo de una de ellas, con quien comparte el terreno, debido a diferencias en opiniones sobre cuidados de la casa en que habitan y sobre el estilo de crianzas de sus hijas. Reporta tener una buena relación con hermanos, comparte terreno con una de ellas en la casa de su madre, un hermano que vive en EUA la apoya con los gastos del tratamiento, y una más funge como cuidadora primaria en caso de requerir ayuda. Reporta apoyo por parte de sus hijas, una de ellas está en la preparatoria y una más en la secundaria. Manifiesta estilo de crianza democrático con ambas hijas, únicamente observa conflictos cuando se pelean entre ellas y GMP intenta intervenir. Reporta antecedentes familiares de diabetes mellitus, hipertensión arterial, depresión y un tío con cáncer gástrico. Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 35 Análisis y descripción de las conductas problemas A raíz del inicio del tratamiento oncológico GMP se enfrenta a las distintas fases del mismo, cada uno con características bien delimitadas, en la fase diagnóstica, reportó impacto caracterizado por miedo ante ideas de progresión, imposibilidad de tratamiento oportuno o muerte. Una vez aceptado el diagnóstico y frente a la programación de su cirugía se enfrenta a la ansiedad previa y manifestó enojo como reacción emocional frente a dos reprogramaciones de cirugía debido a falta de tiempo quirúrgico. Después de su cirugía, manifestó ansiedad ante el reporte de patología, y la posibilidad de necesidad de tratamiento adyuvante. Una vez conocida la necesidad de quimioterapia (QT), reportó temor ante la incertidumbre de los síntomas a experimentar y ante la falta de funcionalidad o de retomar sus actividades cotidianas. Una vez iniciada la QT manifestó náuseas frecuentes e intensas, así como cansancio mismo que le impidió la realización de sus labores, a su vez, comienzan a manifestarse síntomas depresivos como tristeza, apatía, cese en el placer por actividades cotidianas y deseos de abandono de tratamiento. Una vez contemplada la necesidad de continuación del tratamiento, GMP señaló una mejor adaptación al mismo. Una vez concluido éste, y con la realización de estudios se observa un aumento en sus marcadores, mismo que señala la necesidad de una nueva línea de QT. Ante este hecho, reporta shock emocional caracterizado por represión emocional y racionalización. En el examen mental se observa a una paciente femenina, consciente, cooperadora, con edad aparente igual a la cronológica, capacidad de concentración y atención adecuada, orientación tiempo-espacio-persona adecuada, lenguaje fluido, coherente, memorias conservadas, pensamiento abstracto, orientado a la racionalización, represión emocional. Locus de control interno, estilo de afrontamiento activo centrado en búsqueda de información y solución de problemas. Apoyo social percibido. Objetivos de la intervención Ajustar la intervención a las necesidades experimentadas en cada fase del proceso de enfermedad para propiciar adaptación a la enfermedad oncológica. Selección del tratamiento más adecuado Los tratamientos utilizados fueron seleccionados en función de la necesidad percibida en cada fase del proceso de enfermedad. Las tablas 4-6 describen la fase de la enfermedad y el análisis funcional en cada una de ellas. Tabla 3. Reacciones psicológicas presentadas ante la fase de diagnóstico. Etapa Pensamiento Emoción Conducta Intervención Diagnóstico
Compartir