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Intervenciones-cognitivo-conductuales-en-pacientes-con-cancer-por-fase-de-enfermedad

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INTERVENCIONES COGNITIVO CONDUCTUALES 
EN PACIENTES CON CÁNCER POR FASE DE ENFERMEDAD 
 
R E P O R T E D E E X P E R I E N C I A P R O F E S I O N A L 
Q U E P A R A O B T E N E R E L G R A D O D E : 
M A E S T R A E N P S I C O L O G Í A 
P R E S E N T A : 
 
CLAUDIA IVETH ASTUDILLO GARCÍA 
 
DIRECTORA DEL REPORTE: 
DRA. DOLORES MERCADO CORONA 
 
COMITÉ TUTORIAL: 
MTRA. MARÍA CRISTINA BRAVO GONZÁLEZ 
DR. DANIEL ÁNGEL MENDOZA POSADA 
MTRA. LETICIA ASCENCIO HUERTAS 
MTRO. LEONARDO REYNOSO ERAZO 
 
 
MÉXICO, D.F. 2010 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA 
DE MÉXICO 
 
PROGRAMA DE MAESTRÍA Y DOCTORADO EN PSICOLOGÍA 
RESIDENCIA EN MEDICINA CONDUCTUAL 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 
 
 2 
 
 
 
AgradecimientosAgradecimientosAgradecimientosAgradecimientos 
 
A mis padres Silvia y Eliseo que me han estado a mi lado en cada momento de mi vida. Sabiendo que 
jamás encontraré la forma de compensar su constante apoyo y confianza, sólo espero que comprendan que mis 
ideales, esfuerzos y logros han sido también suyos e inspirados en ustedes… 
A mis hermanos Liliana, Lizeth y Omar, pues hago este triunfo compartido… 
A Guillermo por estar conmigo en los momentos más relevantes… 
A los pacientes que compartieron conmigo sus experiencias y me permitieron aprender a través de ellas… 
A mis compañeros de la maestría, amigos que se mantuvieron y aquellos que conocí a través de ella; que me 
enseñaron el valor de la amistad, que me permitieron compartir historias y sin duda hacer una propia… 
A la Dra. Dolores Mercado por brindarme siempre su ayuda y consejo oportuno e incondicional… 
A todos los maestros, médicos, psicólogos, enfermeras, y demás profesionales que confiaron en el trabajo psicológico 
y me permitieron aprender con ellos… 
A la Universidad Nacional Autónoma de México por esta oportunidad de continuar siendo una orgullosa 
universitaria... 
Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 
 
 3 
 
Índice 
 
Resumen ........................................................................................................................... 4 
Introducción ....................................................................................................................... 5 
I. Concepto de Salud-Enfermedad ................................................................................ 8 
� Trabajo de investigación ................................................................................ 15 
II. Cáncer y Psicología ................................................................................................. 19 
III. Intervenciones psicológicas realizadas en pacientes oncológicos por fase de 
enfermedad ..................................................................................................................... 28 
� Caso clínico ................................................................................................... 34 
1. Prevención ............................................................................................................ 39 
� Trabajo de investigación ................................................................................ 43 
2. Detección y Diagnóstico oportuno ......................................................................... 49 
� Caso clínico ................................................................................................... 53 
3. Tratamiento ........................................................................................................... 58 
� Estudio exploratorio ....................................................................................... 63 
4. Cuidados Paliativos ............................................................................................... 68 
� Estudio exploratorio ....................................................................................... 72 
IV. Discusión .............................................................................................................. 80 
Referencias bibliográficas ................................................................................................ 84 
Apéndice .......................................................................................................................... 93 
1. Primer año de residencia Hospital Juárez de México ............................................ 93 
2. Segundo Año de Residencia Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias .. 99 
 
 
Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 
 
 4 
 
Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer por fase de 
enfermedad 
 
Resumen 
El cáncer es un padecimiento crónico-degenerativo que por su evolución 
puede acabar con la vida del huésped. Para combatirlo se requiere del 
uso de tratamientos agresivos que desencadenan una serie de 
reacciones psicológicas, psiquiátricas, sociales, económicas, sexuales, y 
culturales. Su aparición por tanto, produce un impacto en la vida del 
paciente y de quien lo rodea, y una ruptura en su comportamiento y estilo 
de vida, generando una situación de desequilibrio. Las intervenciones 
psicológicas desde el campo de la Medicina Conductual pueden ayudar 
a las personas con esta enfermedad a sentirse mejor física y 
emocionalmente, aumentar sus habilidades de cuidado personal y de 
adaptación a la enfermedad, así como mejorar la efectividad de la 
intervención médica. Los objetivos de la intervención psicológica pueden 
ser definidos en función de la fase de la enfermedad en la que se 
encuentre el paciente: 1) prevención, 2) detección y diagnóstico 
oportuno, 3) tratamiento o 4) cuidados paliativos. El presente reporte 
tiene como objetivo describir, tanto teórica como empíricamente, las 
intervenciones cognitivo conductuales, que se pueden realizar en cada 
una de las fases de la enfermedad oncológica. 
Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 
 
 5 
 
Introducción 
La Medicina Conductual es el campo interdisciplinario que se ocupa de la integración de 
las ciencias biomédicas y conductuales en el desarrollo y aplicación de conocimientos y 
técnicas para la promoción de la salud; prevención, diagnóstico, tratamiento y 
rehabilitación de las enfermedades (Schwartz & Weiss, 1978) la suposición básica en la 
que se fundamenta como disciplina es que los cambios en comportamiento y en estilo de 
vida pueden mejorar la salud, prevenir la enfermedad y reducir los síntomas de ésta. La 
reciente producción de literatura en esta área, ha mostrado que los cambios en el 
comportamiento pueden ayudar a las personas a sentirse mejor física y emocionalmente, 
mejorar su estado de salud, aumentar sus habilidades de cuidado personal y mejorar sus 
habilidades para vivir con una enfermedad crónica. Las intervenciones conductuales 
pueden mejorar también la efectividad de la intervención médica, así como a ayudar a 
reducir lasobre utilización del sistema de atención a la salud y sus costos asociados 
(Residencia en Medicina Conductual, s.f.). 
El presente reporte describe las actividades realizadas por la residente en Medicina 
Conductual en pacientes con cáncer, llevadas a cabo en dos instituciones de salud: el 
Hospital Juárez de México en el servicio de Oncología y en el Instituto Nacional de 
Enfermedades Respiratorias en el pabellón de Neumología oncológica. 
El objetivo del mismo es describir las necesidades psicológicas que genera el padecer 
cáncer, tanto en el paciente como en los familiares que lo rodean, y presentar opciones de 
intervención basadas en la Medicina Conductual. El conjunto de actividades propuestas y 
realizadas durante los dos años de residencia, son descritas por fase de enfermedad 
según los criterios para el control del cáncer de la Organización Mundial de la Salud 
(World Health Organization (a), 2007), estás son: prevención, detección temprana y 
diagnóstico oportuno, tratamiento y cuidados paliativos; donde además del planteamiento 
de los aspectos teóricos y principios cognoscitivos y conductuales se ofrecen ejemplos de 
actividades realizadas ya sean de evaluación, de intervención o de investigación. 
En la primera parte del reporte se presenta el concepto de salud-enfermedad, donde se 
describen los resultados obtenidos del ejercicio de redes semánticas naturales para 
conocer el significado que población adulta atribuye a los términos de salud, enfermedad, 
ir al médico y seguir un tratamiento. 
Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 
 
 6 
 
En el segundo capítulo se tratan generalidades del cáncer, su epidemiología actual y el 
impacto psicológico que genera. 
En el tercer capítulo se describen las intervenciones psicológicas que se ajustan a cada 
fase de la enfermedad, dado que desde la realización de las pruebas diagnósticas, hasta 
la remisión completa de la enfermedad o la situación al final de la vida los pacientes 
oncológicos pasan por situaciones específicas que le demandan tanto un ajuste cognitivo 
como un cambio conductual para una mejor adaptación. Ejemplos de estos cambios se 
ilustran en el caso clínico que se presenta, donde se describen las necesidades 
psicológicas de una paciente a lo largo de todo su proceso de enfermedad. 
Se ha reportado que el cáncer puede evitarse hasta en un 40% de los casos (World 
Health Organization (b), 2007), si se llevan a cabo hábitos saludables (ejercicio, consumo 
de frutas y verduras, etcétera) y si se evitan conductas patógenas (fumar por ejemplo). En 
este sentido de promover la Prevención diferentes teorías han tratado de explicar la 
probabilidad de que una persona llegue a adoptar medidas protectoras. Por ello se 
presenta la validación de un cuestionario de creencias en salud en relación con la 
prevención del cáncer en una muestra de hombres y mujeres que acuden a un hospital de 
segundo nivel. 
En un posterior nivel de atención lo que se busca es la Detección temprana y un 
diagnóstico oportuno. Una vez que la persona está ante la posibilidad real de una 
enfermedad oncológica comienza un proceso desatado por la confirmación del 
diagnóstico. Es así que la preparación psicológica para el proceso diagnóstico, es un 
aspecto importante a desarrollar, ya que se prepara al paciente para la realización de 
estudios médicos invasivos y la confirmación del diagnóstico; en este proceso se valida la 
ambivalencia emocional producida, se identifican las creencias, y emociones asociadas y 
se establece un puente de comunicación con el médico tratante. Es en este sentido que 
se presenta un caso clínico, donde se evalúa el efecto de la preparación psicológica para 
la disminución de la ansiedad ante procedimientos médicos invasivos. 
El inicio del Tratamiento contempla la aceptación del diagnóstico y el comienzo del 
proceso de lucha contra la enfermedad. El psicólogo puede intervenir desde la 
elaboración de la balanza decisional hasta la evaluación de los efectos secundarios del 
tratamiento. En la enfermedad oncológica existen tres tipos principales de tratamientos, 
Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 
 
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cada uno con repercusiones a nivel físico, emocional y social diferentes: 1) cirugía, que 
suele ocasionar ansiedad pre operatoria, dismorfismo corporal ante las cirugías radicales 
o miedo ante la probabilidad de la muerte, 2) radioterapia, que produce malestar físico por 
los efectos secundarios, ansiedad ante los aparatos, falta de apego al tratamiento ante lo 
prolongado de las sesiones y 3) quimioterapia, que conlleva un desgaste físico que puede 
propiciar una falta de apego al tratamiento o náusea y vómito anticipatorio. 
Para esta fase se presentan los resultados del piloteo de un procedimiento basado en los 
principios del condicionamiento clásico, para la disminución de náusea y vómito en 
pacientes sometidos a quimioterapia. 
Una vez agotadas las posibilidades de un tratamiento curativo, el paciente entra en la fase 
terminal donde los principales objetivos se centran en la atención y/o Cuidados 
paliativos , en esta etapa se trabaja con la elaboración del duelo anticipado, control de la 
sintomatología, preparación familiar, resolución de pendientes, sobrecarga del cuidador 
primario. En ocasiones no se llega a un diagnóstico concluyente por lo que se contempla 
la necesidad de la realización de la autopsia, por lo que se analiza la percepción que 
tienen los familiares de pacientes en la terapia intensiva con respecto al significado que le 
adjudican a la realización de tal procedimiento, así como la percepción que tienen los 
médicos hacia su petición. 
Por último, se incluyen en el apéndice los informes de las actividades realizadas en cada 
una de las sedes, y se destacan las características de la población atendida, 
características de la sede, de las actividades y de las supervisiones recibidas. 
Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 
 
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I. Concepto de Salud-Enfermedad 
El término salud es un concepto que ha cambiado a lo largo de la historia del hombre. En 
el proceso de tratar de explicar la relación entre salud-enfermedad, casi todas las 
grandes culturas coinciden en que la salud gira en torno a los conceptos de armonía, de 
equilibrio y de equidad, y lo opuesto se atribuye a la enfermedad. Es hasta la época del 
Renacimiento donde se encuentra que “en los seres vivos el ambiente interno, que es 
producto del funcionamiento del organismo, preserva la relación necesaria de intercambio 
y equilibrio con el ambiente externo” (Vega, 2002). No obstante, el desarrollo de las 
ciencias de aquella época no permitía la integración de estos conocimientos con los que 
provenían de la actividad económico-social y psicológica para entender su papel en el 
concepto de la salud y la enfermedad. A finales del siglo XVIII, se aceptaron los factores 
externos vinculados a las actividades cotidianas del hombre, tales como las 
características del trabajo y modo de vida, la calidad del agua de consumo, las 
características de la vivienda en los barrios pobres, la fábrica como productora de 
enfermedad, las condiciones de vida miserables, el hambre y la mala higiene y a las 
desigualdades económicas, jurídicas y sociales de los trabajadores. Este avance en el 
conocimiento fue decisivo para el surgimiento de un nuevo paradigma en las Ciencias 
Médicas, el modelo Médico-Social, que señala la determinación social de la salud, que 
facilitó el establecimiento de las relaciones existentes entre las condiciones de vida, 
determinadas conductas y factores de riesgo (Valadez, Villaseñor y Alfaro, 2004). 
Ya en el siglo XX se conceptualizó que la salud está determinada por una variedad de 
factores que se agrupan en cuatro divisiones primarias: estilo de vida, medio ambiente, 
organización de la atención de la salud y biología humana,mismos que se relacionan y 
se modifican entre sí mediante un círculo envolvente formado por la población, los 
sistemas culturales, la salud mental, el equilibrio ecológico y los recursos materiales (ver 
figura 1). 
Por lo que en la actualidad el concepto de salud va más allá de la ausencia de 
enfermedad, y se asume como un concepto más amplio e integral de bienestar físico, 
psicológico y social, que incluye hábitos, creencias, atribuciones y estilos de vida, 
relacionados con el mantenimiento de la salud o la presencia de enfermedad. Dentro de 
esta perspectiva, el estado de salud que posea un individuo constituye la expresión de 
una compleja interacción entre el organismo y el medio ambiente, entendido éste como el 
Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 
 
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contexto físico, social, cultural y económico en el que se desarrolla (Contreras, Esguerra 
y Londoño, 2005). 
 
Figura 1 . Paradigma de bienestar y campos de fuerza de la salud (Dever, 1991) 
Así pues, la salud es un concepto sumamente complejo que necesita la intervención de 
distintas disciplinas que estudien cada uno de los factores involucrados, por lo que hace 
necesario que el equipo de salud esté conformado por un equipo multidisciplinario que 
estudie cada una de las variables involucradas en este proceso (médicos, enfermeras, 
psicólogos, epidemiólogos, sociólogos, trabajadores sociales, etcétera.) en aras de 
acercar la salud a todo individuo por derecho. 
En este sentido, resulta necesario reflexionar sobre los factores relacionados con la salud 
y las posibilidades de potenciarlos o modificarlos. 
Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 
 
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La adquisición y mantenimiento de comportamientos relacionados con la salud implican 
necesariamente procesos multifactoriales y determinados por factores interactuantes, 
pues no se trata de fenómenos simples ni de sucesos aislados. Dentro de este contexto, 
es evidente que aspectos como la edad, sexo, la estructura familiar (prácticas de las 
generaciones pasadas de adultos), estatus socioeconómico, actitudes, valores y 
percepción que tienen los jóvenes sobre la salud deben ser estudiados e incluidos dentro 
de contextos multidisciplinares para diseñar intervenciones más exitosas (Contreras, 
Esguerra y Londoño, 2005). 
El actual paradigma de salud señala que ésta se determina por cuatro factores 
interactuantes entre sí: 
1. Factores ligados con la atención sanitaria: donde se incluyen la cantidad, calidad, 
gratuidad y acceso a los servicios sanitarios (factores que escapan al control del 
individuo). 
2. Factores biológicos: donde se incluyen aquellas causas ligadas a la genética y el 
envejecimiento celular (factores internos del individuo). 
3. Factores ligados al medio ambiente: incluyen desde los contaminantes 
ambientales a la presión sociocultural, dentro de un grupo de factores externos al 
propio individuo. 
4. Factores ligados al estilo de vida: comprenden un conjunto de decisiones que el 
propio individuo toma respecto a su salud. 
De estos factores destaca que sólo uno está en pleno control por parte del individuo, el 
estilo de vida. En este contexto es importante señalar que la mayoría de causas de 
morbilidad y mortalidad son prevenibles y que muchas de ellas están relacionadas con la 
realización de conductas de salud (no fumar, consumo de bebidas alcohólicas con 
moderación, incluir frutas y vegetales en la dieta, ser activo físicamente y tener un peso 
normal) (World Health Organization (b), 2007). 
El estilo de vida se puede considerar como los hábitos, actitudes, conductas, tradiciones, 
actividades y decisiones de una persona, o de un grupo de personas, frente a las diversas 
circunstancias en las que el ser humano se desarrolla en sociedad, o mediante su 
quehacer diario y que son susceptibles a ser modificados. Éste se va conformando a lo 
largo de la historia de vida del sujeto, pudiéndose afirmar que se trata de un proceso de 
aprendizaje, ya sea por asimilación, o por imitación de modelos de patrones familiares, o 
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de grupos formales o informales, a su vez, puede ser resultado de las decisiones 
conscientes de quienes aspiran a perfeccionarse. Así pues, representa un producto 
complejo, fruto de factores personales, ambientales y sociales, que convergen de la 
historia personal e interpersonal del individuo (Sanabria-Ferrand, González y Urrego, 
2007). 
Por tanto, si se considera a la enfermedad como producto de un estilo de vida 
inadecuado, se hace fundamental contar con el apoyo de una disciplina que de manera 
sistemática proporcione al paciente las habilidades necesarias para modificar su 
conducta. Es en este sentido que se presenta la Medicina Conductual como “un campo 
interdisciplinario que está relacionado con el desarrollo e integración del conocimiento de 
las ciencias biomédicas y conductuales, a la aplicación clínica de principios, técnicas y 
procedimientos de la terapia conductual, en la evaluación, tratamiento, rehabilitación y 
prevención de desordenes físicos, así como la validación de estos en programas en 
problemas de salud” (Schwartz & Weiss, 1978, pag. 249). 
Actualmente la Medicina conductual se ha centrado principalmente en las siguientes 
líneas de investigación: 1) el impacto de los factores psicosociales, tales como el estrés, 
en la salud y la enfermedad; 2) la relación entre las variables psicológicas con los 
procesos específicos de la enfermedad, su etiología y mantenimiento; y 3) evaluación de 
la eficacia de las intervenciones (Nater, Gaabb, Riefc & Ehler, 2006) 
Por lo que la investigación en Medicina Conductual ha estado presente desde hace más 
de treinta años, entre otras razones debido a que en la actualidad se atraviesa por un 
cambio en el patrón de frecuencia de enfermedades, se observa una declinación en la 
aparición de padecimientos infecciosos y un aumento en las enfermedades de tipo crónico 
degenerativo. La causa principal puede encontrarse en el cambio de una sociedad agraria 
a una industrializada, dado que las enfermedades que afectan un determinado segmento 
de una cultura varían de acuerdo con las condiciones sociales y físicas que caracterizan a 
la sociedad en ese momento. Así, en principio el estilo de vida del hombre era 
principalmente agrícola por naturaleza; actualmente con el advenimiento de la 
industrialización el estilo de vida se transformó trayendo como consecuencia el cambio en 
los modelos de salud. En la sociedad agraria las necesidades básicas eran alimentación, 
vivienda y vestido, y las enfermedades parasitarias e infecciosas y la desnutrición 
resultaban en una alta mortalidad (aunque esta situación todavía sigue presente en 
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países en vías de desarrollo), por otro lado, el estilo de la sociedad contemporánea 
(especialmente en países desarrollados) puede provocar determinados tipos de 
enfermedades al aumentar la prosperidad y la urbanización, las dietas tienden a ser más 
ricas en energía y en grasas (especialmente saturadas) y a tener un contenido menor de 
fibra y de carbohidratos complejos y uno mayor de alcohol, de carbohidratos refinados y 
de sal. En los medios urbanos disminuye con frecuencia el ejercicio físico y el gasto de 
energía, mientras que se incrementa el consumo de tabaco y el estrés. Estos y otros 
factores de riesgo, junto con el incremento en la esperanza de vida, van unidos a una 
mayor prevalencia de obesidad, de hipertensión, de enfermedades cardiovasculares, de 
diabetes, de osteoporosis y de algunos tipos de cáncer, con los subsecuentes costos 
sociales y de atención de salud. 
Esta situación conlleva a un número importante de consideraciones como consecuencia, 
entre ellos un aumento del gasto en materia de salud destinadoa la atención y 
tratamiento de pacientes con este tipo de padecimientos, capacidad insuficiente para 
atender la demanda de los servicios de gran cantidad de usuarios, y al costo de las 
complicaciones, tanto en vidas como en limitaciones físicas, emocionales y sociales de 
quien lo padece. 
La cronicidad y el deterioro gradual que caracterizan estos padecimientos traen consigo 
cambios importantes en los estilos y modos de vida de los enfermos y sus familiares. Por 
parte del enfermo, el largo proceso puede generar cambios importantes en su identidad y 
autoestima, generar dudas e incertidumbres sobre un futuro que luce incapacitante, y que 
alterará sus relaciones personales, además de sufrir una pérdida del sentido de control de 
su vida, de su autonomía y de su capacidad para la toma de decisiones, todo ello 
acompañado de molestias y dolores propios de la enfermedad y, en muchos casos, de 
reacciones secundarias a tratamientos igualmente agresivos y dolorosos (Ortiz, 2004). 
El estar enfermo lleva consigo un cambio a nivel emocional, cognitivo y conductual. La 
relación entre emoción y salud es innegable, sin embargo éstas no influyen en la salud a 
través de un único mecanismo, sino de muy diversas maneras, que además, inciden en 
diferentes momentos de la enfermedad, que apuntan a diferentes hechos (Martínez y 
Fernández, 1994): 
Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 
 
 13 
 
a) Las emociones negativas constituyen un riesgo para la salud. Se ha comprobado 
el efecto del estrés en la etiopatogenia de diferentes enfermedades; la 
interpretación y el afrontamiento que el individuo hace de las situaciones de estrés, 
hasta los recientes estudios en Psiconeuroinmunología que permiten objetivar las 
relaciones entre los estados emocionales negativos y sus consecuencias en su 
sistema inmune. 
b) Los estados emocionales crónicos afectan a los hábitos de salud. Parte de los 
efectos patógenos que produce el estrés sobre la salud se deben a la realización 
de hábitos patógenos como incremento en la ingesta de alcohol, del hábito de 
fumar, y la paralela disminución de conductas saludables tales como el ejercicio 
físico, las precauciones ante contagios y accidentes. 
c) Los episodios emocionales agudos pueden agravar ciertas enfermedades. 
Además del riesgo en la aparición de enfermedades, las emociones también 
inciden en su curso, precipitando el inicio de una crisis, su agravamiento y hasta 
su cronificación. 
d) Las emociones pueden distorsionar la conducta de los enfermos. El grado de 
información, el apoyo y protección familiar, la relación con el médico y personal 
sanitario, así como el cumplimiento de prescripciones médicas son aspectos 
influidos por el estado emocional. Las emociones pueden distorsionar la conducta 
del paciente y hacer que tome decisiones o adopte actitudes que pueden interferir 
con el proceso de curación. 
La teoría cognitivo conductual, por su parte, subraya el rol de los factores cognitivos en la 
etiología y mantenimiento de conductas maladaptativas partiendo del hecho de que las 
personas desarrollan su propio modelo cognitivo de la enfermedad, que incluyen sus 
creencias sobre la etiología, los síntomas y las consecuencias personales de padecerla 
así como la medida en que se percibe que puede ser controlada o curada (Fabbri, Kapur, 
Wells & Creed, 2001). 
En el aspecto conductual, de acuerdo con Matarazzo (1995) los comportamientos de 
salud contemplan esfuerzos para reducir “patógenos conductuales” (conductas que 
incrementan en riesgo de un individuo a enfermar) y practicar las conductas que actúan 
como “inmunógenos conductuales” (comportamientos que hacen al individuo menos 
susceptible a la enfermedad). Sin embargo, la sola información sobre cómo se produce la 
enfermedad y la manera de prevenirlas, no es suficiente para el cambio de hábitos. 
Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 
 
 14 
 
Becoña (2004 en Sanabria-Ferrand, González y Urrego, 2007) plantea algunos aspectos 
que pueden explicar porque las personas no adoptan estilos de vida saludables, dentro de 
ellos se enlistan, el carácter placentero y la inmediatez de los efectos de las conductas no 
saludables, la no percepción de la relación entre la práctica de los comportamientos 
nocivos con la aparición de la enfermedad diagnosticada, la idea que la mayoría tiene del 
poder sin límites de la medicina y de la tecnología para solucionar los problemas de salud, 
las barreras culturales que impiden el cambio de los hábitos no saludables y el cambio 
como un proceso cíclico y lento y más rápido que lineal. 
Todo esto refuerza la necesidad de abordar el tema desde la complejidad que de la que 
se desprende. Desde la perspectiva de la Medicina Conductual se pretende llegar a 
dilucidar los factores involucrados en la adopción de estilos de vida saludables tales que 
permitan mejorar la salud, prevenir enfermedades, o disminuir los síntomas asociados a 
ésta. 
Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 
 
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� Trabajo de investigación 
Concepto de Salud y Enfermedad en una muestra de ad ultos de la ciudad de 
México 
Resumen 
Conocer el estado de salud es valorar los determinantes relacionados 
con la biología de la persona, el medio ambiente, el sistema de salud 
que le atiende y los estilos de vida que caracterizan su comunidad, y 
por consiguiente su cultura, el ubicar al factor cognitivo como 
asociado, determinante o predisponente de cambios conductuales y 
la adopción de estilos de vida saludables, es fundamental, pues las 
intervenciones preventivas que intentan controlar y evitar conductas 
de riesgo resultan mejores si consideran el componente cognitivo. Por 
ello la presente investigación tiene como objetivo identificar el 
significado que 50 individuos adultos en aparente estado de salud 
dan a los conceptos de salud-enfermedad, así como diversas 
conductas de autocuidado (ir al médico y seguir un tratamiento) por 
medio de la técnica de redes semánticas. 
Actualmente se ha superado el concepto de salud como ausencia de enfermedad y se 
asume como un concepto más amplio e integral de bienestar físico, psicológico y social, 
que incluye por tanto hábitos, creencias, atribuciones y estilos de vida particulares para 
cada individuo. Conocer el estado de salud, por tanto, es valorar los determinantes 
relacionados con la biología de la persona, el medio ambiente, el sistema de salud que le 
atiende y los estilos de vida que caracterizan su comunidad, y por consiguiente su cultura 
(Vergara, 2007). De esta manera, la educación en salud debe tomar en cuenta el valor 
que tiene cada una de estas variables. Ubicar al factor cognitivo como asociado, 
determinante o predisponente de cambios conductuales y la adopción de estilos de vida 
saludables, es fundamental, pues resulta un hecho comprobado que las intervenciones 
preventivas que intentan controlar y evitar conductas de riesgo resultan mejores si 
consideran el componente cognitivo (Arrivillaga, Salazar y Correa, 2003). 
Por ello es de primordial importancia conocer el significado de constructos tales como 
salud-enfermedad. Y con el fin de establecer una línea base para la evaluación de 
creencias sobre el proceso salud-enfermedad, la presente investigación tiene como 
objetivo identificar el significado que individuos adultos dan a los conceptos de salud-
enfermedad, así como diversas conductas de autocuidado (ir al médico y seguir un 
tratamiento). 
Método 
Se trabajó con 50 adultos, hombres y mujeres, que acudían a centros de convivencia 
social, cuyas edades fluctuaban entre 18 y 60 años, en aparente estado de salud. Para la 
obtención de la muestra se realizó un muestreo no probabilístico. Se utilizó la técnica de 
redes semánticas naturales, misma que permitió obtener información sobre las 
concepciones y/o percepciones que tienen los participantes con respecto alas creencias 
de salud; para realizar esta técnica se utilizaron cinco estímulos: Para mí, la salud es…, 
Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 
 
 16 
 
Para mí, estar enfermo es…, Para mí, la enfermedad es…, Para mí, ir al médico es… 
Para mí, seguir un tratamiento médico es…, para lo cual se solicitó a los participantes 
escribir una lista de 5 palabras que consideraran tuvieran relación con cada uno de los 
estímulos; posteriormente se solicitó jerarquizarlas, con base en la importancia que les 
atribuían a cada una 
Resultados 
Las respuestas fueron analizadas de acuerdo con los parámetros propuestos por Reyes 
(1993) para redes semánticas naturales modificadas, que son los valores: TR, PS, núcleo 
de la red definidos de la siguiente forma: 
- TR (Tamaño de la red): número total de definidoras producidas por los sujetos. 
- PS (Peso semántico): obtenido a través de la ponderación y frecuencia. 
- Núcleo de la red: definidoras más significativas delimitadas a través del punto de 
quiebre (ponderación). 
El tamaño de la red por estímulo fue de 106 para salud, 128 para enfermedad, 116 para 
médico, 127 para tratamiento médico y 122 para estar enfermo. 
En la tabla 1 se presentan el peso semántico y el núcleo de la red para los estímulos 
salud y enfermedad; ambos presentan 17 definidoras, donde la que obtiene mayor peso 
semántico es la palabra bienestar en el caso de la salud y dolor en la enfermedad. 
Tabla 1. Núcleo de la red y peso semántico obtenido de las definidoras salud y enfermedad. 
Salud Enfermedad 
 
Núcleo de la red PS Núcleo de la red PS 
1. Bienestar 165 1. Dolor 104 
2. Importante 124 2. Tristeza 68 
3. Tranquilidad 95 3. Depresión 66 
4. Primordial 73 4. Desagradable 62 
5. Necesaria 70 5. Mala 54 
6. Alegría 64 6. Miedo 54 
7. Felicidad 64 7. Frustración 52 
8. Ejercicio 51 8. Angustia 50 
9. Estabilidad 50 9. Desgastante 43 
10. Vida 48 10. Controlable 41 
11. Básica 42 11. Descuido 40 
12. Armonía 40 12. Muerte 40 
13. Amor 36 13. Preocupante 37 
14. Indispensable 36 14. Curable 34 
15.Responsabilidad 35 15. Inevitable 31 
16. Sentirse bien 33 16. Molesta 30 
17. Gozo 32 17. Inseguridad 28 
En la tabla 2 se muestra las definidoras para tratamiento médico, estar enfermo e ir con 
el médico. El término ir al médico obtuvo en su núcleo 16 definidoras, donde la que 
obtiene mayor peso semántico es la palabra necesario. Para el seguimiento del 
tratamiento médico, se obtuvieron 18 palabras definidoras y la palabra importante es la 
de mayor relevancia. Por último el estar enfermo obtuvo en su núcleo 17 definidoras, y la 
Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 
 
 17 
 
palabra triste es la de mayor peso semántico. 
Tabla 2. Núcleo de la red y peso semántico obtenido de las definidoras tratamiento médico, estar 
enfermo e ir con el médico. 
Tratamiento Médico 
Estar enfermo Ir con el médico 
Núcleo de la Red PS 
Núcleo de la 
Red PS Núcleo de la Red PS 
1.Importante 109 1. Triste 144 1. Necesario 134 
2. Disciplina 108 2. Dolor 80 2. Importante 95 
3. Necesario 98 3. Malo 70 3. Cuidarme 72 
4. Salud 62 4. Malestar 64 4.Responsabilidad 59 
5. Responsabilidad 61 5. Preocupación 63 5. Salud 59 
6. Sanar 43 6. Molesto 58 6. Ayuda 52 
7.Obedecer 41 7. Angustia 57 7. Prevención 52 
8. Mejorar 39 8. Desagradable 56 8. Saludable 45 
9. Alivio 34 9. Deprimente 54 9. Miedo 44 
10. Costoso 34 10. Desesperante 43 10. Medicamento 42 
11. Fastidioso 34 11. Frustración 39 11. Tiempo 41 
12. Bueno 33 12. Inestabilidad 34 12. Curar 39 
13. Tranquilidad 32 13. Intranquilidad 33 13. Chequeo 34 
14. Cuidarme 31 14. Horrible 31 14. Revisión 34 
15. Indispensable 31 15. Inutilidad 31 15. Enfermedad 32 
16. Saludable 31 16. No poder trabajar 31 16. Mejora 32 
17. Curarse 30 17. Sufrimiento 31 
18. Tedioso 30 
Discusión 
De acuerdo con los resultados obtenidos por la técnica de redes semánticas se observa 
que los participantes evalúan a la salud como algo positivo (bienestar, importante, 
tranquilidad) y a la enfermedad como algo negativo (dolor, tristeza, depresión). Lo cual 
indica que se definen a la enfermedad o al estar enfermo como algo altamente 
amenazante, sobre todo dentro del plano emocional. 
Otro aspecto importante es la definidora ejercicio, pues éste demuestra una conducta, la 
cual ha demostrado que es uno de los principales factores de protección para un sin 
número de enfermedades (World Health Organization (b), 2007). Aunado al hecho de que 
hayan presentado definidoras como curable y tratable, demuestra que la percepción de 
que se puede llevar a cabo acciones protectoras para evitar la enfermedad está presente 
Las visitas al médico se señalan como algo necesario, importante y como una conducta 
de autocuidado. Sin embargo sería importante evaluar si la percepción de beneficios de 
las revisiones regulares, los llevan a efectivamente ir al médico. En este mismo sentido el 
adherirse al tratamiento médico fue calificado como importante, no obstante resalta el 
hecho de que la segunda definidora haya sido disciplina, lo que indica que se requiere de 
un esfuerzo importante para cumplir con el tratamiento pero, al observar la asociación 
tratamiento-salud, señala que el seguir el régimen medico brinda resultados positivos, 
pese a las barreras presentadas (costoso, fastidiosos y tedioso). 
Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 
 
 18 
 
Así mismo, debemos considerar el hecho de que el estar enfermo es altamente 
amenazante en el plano emocional, por lo que se tiene que tomar en cuenta para diseñar 
estrategias encaminadas a la prevención. 
Por lo que se concluye que trabajos como éste distingue puntos importantes de 
significación y señala la necesidad de abrir líneas de investigación con técnicas 
metodológicas más rígidas que profundicen en las creencias o atribuciones que los 
pacientes tienen de sus enfermedades y los tratamientos, para utilizar esta información 
como una herramienta de comunicación, factor fundamental dentro de las acciones de la 
atención integral a la salud. 
Del mismo modo, tal como lo mencionan Garza, Calderón, Salinas, Nuñez y Villarreal 
(2003) se destaca el hecho de que en la atención de los pacientes es necesario tomar en 
cuenta los puntos de vista acerca de su realidad, ya que los de la comunidad no 
necesariamente coinciden con los de los pacientes y hay que dirigir la atención hacia 
estos últimos, pues son ellos quienes viven la enfermedad y casi no se les toma en 
cuenta para buscar alternativas de solución a su problema. 
Otro factor de consideración es el hecho de que el percibirse enfermo puede ser la puerta 
de entrada al sistema de atención de la salud. Pero la accesibilidad está condicionada 
por factores geográficos, económicos, jurídicos y psico-socio-culturales. Existen trabajos 
realizados desde hace décadas que han revelado que la mayoría de los síntomas de 
enfermedad no son tenidos en cuenta o no reciben atención médica. Estos estudios 
coinciden en que solamente cerca de una tercera parte de quienes presentan algún tipo 
de síntomas van en busca de atención médica (Kornblit, Mendes, Di Leo, Camarotti & 
Adaszko, 2005), por lo que también es necesario considerar las variables 
socioeconómicas, culturales, ambientales en las que está envuelto un paciente, y atender 
a sus efectos dentro de la conducta de prevención y tratamiento. Por lo que surge la 
necesidad de realizar el análisis funcional de tales conductas. 
Moreno y Gil, (2003), explican que en un enfoque funcional debe incluir variables 
independientes que, al menos en principio, puedan ser directamente manipulables, lo que 
supone al fin, considerar las creencias o verbalizaciones sobre algo como variables 
dependientes, y buscar los determinantes en el contexto en el que estas creencias y 
estas conductas se generan y se mantienen. En resumen, para el análisis funcional las 
creencias, actitudes y demás fenómenos no son sino tipos deconducta verbal, que han 
adquirido, a lo largo de la historia conductual del sujeto, funciones de control sobre otras 
conductas, tanto verbales como no verbales. 
Por tanto será necesario atender, no sólo a las conductas de salud que lleva a cabo el 
sujeto o a las creencias que manifiesta tener, sino también, y lo que es más importante, a 
las diferentes funciones que establezcan la relación entre ambas. Así pues la relación 
costo-beneficio entre la salud-enfermedad se muestra presente, pues según las 
definidoras propuestas estos son constructos dicotómicos, donde la Medicina conductual 
tiene un importante desafío en dirección de promover una visión multidisciplinar del 
hombre que experimenta el proceso de la salud y la enfermedad. 
 
Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 
 
 19 
 
II. Cáncer y Psicología 
El cáncer es una enfermedad conocida desde la antigüedad, su nombre, dado por 
Hipócrates, deriva de la palabra griega kankros, que significa cangrejo y que demuestra la 
similitud con que este animal atrapa y destroza sus presas (Pérez, 2000). 
Las causas de su aparición pueden ser de tipo endógeno (alteraciones inmunológicas, 
trastornos metabólicos) ó exógeno (colorantes, pesticidas) que generan cambios 
estructurales y bioquímicos irreversibles e implican descendencia celular anómala 
causada por alteraciones en los oncogenes, los genes supresores de tumores y genes 
microRNA (Croce, 2008) llevado a cabo por diversos eventos intracelulares: mutación, 
translocación cromosómica, amplificación, inserción y deleción (supresión) (Coleman, 
2008). 
El origen del cáncer parte del hecho de que la vida pretende crecer y multiplicarse, pero 
cuando las células cooperan en la construcción de un organismo superior, su crecimiento 
debe ser regulado, dado que un organismo superior sólo es posible bajo una política de 
crecimiento represiva y rigurosa. La célula cancerosa no obedece a los esfuerzos 
regulatorios del organismo y establece un patrón de estructura disipativa que dependerá 
de los recursos provenientes del huésped y cuando la capacidad de adaptación del 
huésped es sobrepasada por el neoplasma, éste adquiere la categoría metabólica y 
estructural de “organismo primario” (Pátiño, 2002). 
Existen más de 110 tipos diferentes de cáncer en el humano (Smedslund & Ringdal, 
2004) y el tipo específico toma su nombre según el órgano en que comienza, sin embargo 
aún cuando existen tantos tipos de cáncer como tejidos, sistemas y aparatos hay en el 
cuerpo, todos los procesos cancerígenos tiene en común: 
- Una proliferación anormal de células, que dan lugar a un crecimiento celular 
incontrolado de una masa tumoral o neoplasia. 
- La tendencia a invadir tejidos vecinos. 
- La capacidad de diseminarse por otras partes del organismo. 
El cáncer es una enfermedad común en todos los países del mundo. La Organización 
Mundial de la Salud (World Health Organization (a), 2007) estima que 7.6 millones de 
personas murieron a causa del cáncer en el 2005 y que en 10 años 84 millones de 
personar morirán a causa de éste si no se toman medidas al respecto. La probabilidad de 
Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 
 
 20 
 
que una persona lo desarrolle cuando llega a los 70 años, supuesta la supervivencia a 
esa edad, oscila entre un 10 y un 40 % en ambos sexos. En promedio, en los países 
desarrollados alrededor de una persona de cada cinco morirá de cáncer. Esta 
probabilidad es de uno de cada 15 en los países en vías de desarrollo (Organización 
Internacional del Trabajo, 2005). 
En México en los últimos 15 años, la cifra absoluta de muerte por cáncer ha aumentado 
1.7 veces y la tasa de mortalidad por dichos tumores para 1995 rebasó 3.7 veces a la 
registrada en 1992 (Reyes, Guillén, Alcázar y Arias, 2006). En el 2006, los tumores 
malignos fueron la tercera causa de muerte en México (antecedidos únicamente por 
enfermedades del corazón y muertes a causa de la diabetes mellitus), 63 888 personas 
fallecieron a causa de tumores malignos, representando el 12.9% del total de las 
defunciones registradas. 
En el 2006 las cifras de la incidencia del cáncer por sexo señala que en los varones, los 
tumores malignos son la tercera causa de muerte con 31 010 defunciones, que significan 
11.3% de los fallecimientos de hombres. En las mujeres, se ubica en el tercer lugar de las 
principales causas de muerte con 32 875 decesos; es decir, 14.9% de las defunciones en 
la población femenina. En los varones, las tres principales causas de muerte por tumores 
malignos corresponden a los de: próstata (17.1%), tráquea, bronquios y pulmón (16.6%) y 
estómago (10.4%). En las mujeres, 15.0% de las defunciones por cáncer maligno 
corresponden al de mama y 13.9% más al del cuello del útero (cérvico-uterino); asimismo, 
el de hígado y vías biliares intrahepáticas ocasionó 9.2% de las muertes. En la figura 2 se 
muestra la distribución porcentual por sexo, según el tipo de tumor maligno diagnosticado. 
No obstante, el modo en que un individuo experimenta el cáncer está asociado con su 
contexto personal y social en el que se encuentra al enfrentar la enfermedad. A su vez, 
está condicionado por los tratamientos posibles, por las creencias sociales respecto al 
cáncer en general y al tipo de cáncer en particular (Barroilhet, Forjaz y Garrido, 2005). 
Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 
 
 21 
 
 
Figura 2. Distribución de la frecuencia de tipo de cáncer por sexo. Tomado de INEGI, 2008. 
El alcance psicológico de este problema de salud está matizado y fuertemente 
influenciado por el miedo que la sociedad proyecta en dicha enfermedad. Hasta mediados 
del siglo XX el cáncer fue una enfermedad fuertemente estigmatizada en las sociedades, 
equiparando su significado directamente con el de la muerte. No fue sino hasta la década 
de los 70 que hubo un cambio importante en la concepción médica de la enfermedad 
oncológica: el cáncer pasó de ser considerado una patología loco-regional a una 
enfermedad crónica, donde el paciente convive con su enfermedad durante mucho 
tiempo, incluso toda su vida, por lo que comienza la incorporación de los aspectos 
psicológicos a la biología de la enfermedad. Otro avance de particular importancia en aras 
de la investigación psicosocial y psiquiátrica del cáncer ocurrió en 1975 cuando un grupo 
de investigadores en San Antonio, Texas dio la primera conferencia internacional sobre 
Psicooncología (Holland, 2002), sentando el primer precedente de los aportes de la 
oncología y psicología para un manejo integral del paciente con cáncer. 
La Psicología Oncológica constituye una rama especializada de la Medicina Conductual 
que se ocupa de las relaciones entre el comportamiento y los estados de salud y 
enfermedad, la prevención y el tratamiento, el fomento de hábitos sanos y la 
interdisciplinariedad sistemática. En líneas generales, la contribución de la Psicología en 
Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 
 
 22 
 
la lucha contra el cáncer se puede resumir en diferentes aspectos (Bayés, 1984 en 
(Guerra, 2003): 
- Intervención psicológica a nivel de prevención primaria. La prevención primaria se 
lleva a cabo antes de que surja la enfermedad y tiene por misión impedir su 
aparición, constituyendo el tipo de intervención más deseable. Una intervención 
psicológica a nivel de prevención primaria incluiría cambios en los hábitos y 
conductas de riesgo (tabaco, alcohol, dieta, contaminación ambiental, ocupación 
laboral, comportamiento reproductivo y sexual, medicamentos, etcétera.) y en las 
estrategias de respuesta ante las situaciones de estrés. 
- Intervención psicológica a nivel de prevención secundaria. La prevención 
secundaria tiene como objetivo localizar y tratar lo antes posible las enfermedades 
cuya génesis no ha podido ser impedida por las medidas de prevenciónprimaria; 
se trata de detectar la enfermedad en sus estadios iniciales. Una intervención 
psicológica a nivel de prevención secundaria incluiría la transmisión eficaz de 
información a la población general y adquisición de hábitos periódicos y 
sistemáticos de detección en las poblaciones de alto riesgo (mamografías, 
papanicolaou, autoexamen de senos, etcétera). 
- Intervención psicológica a nivel de prevención terciaria. La prevención terciaria se 
lleva a cabo algún tiempo después de que la enfermedad se haya declarado y su 
objetivo es evitar complicaciones y recaídas. Una intervención psicológica a este 
nivel incluiría el cumplimiento de las prescripciones facultativas (adherencia al 
tratamiento y dietas), entrenamiento de los enfermos en técnicas de afrontamiento 
psicológico de la enfermedad, entrenamiento del personal sanitario en la mejora de 
sus interacciones con los enfermos y en técnicas de afrontamiento para combatir 
su propia ansiedad y depresión, las cuales pueden repercutir negativamente sobre 
los enfermos, la colaboración en la resolución de problemas tales como la 
comunicación del diagnóstico al enfermo o la preparación para la muerte en los 
pacientes terminales, y solución de problemas potencialmente modificables por 
medios psicológicos (náuseas y vómitos anticipatorios, dolor, ansiedad, depresión, 
insomnio, aversiones gustativas, etcétera). 
Hoy en día, el creciente conocimiento acerca de la influencia de factores psicológicos y 
psicosociales en el paciente oncológico, hace innegable la necesidad de incluir 
intervenciones psicológicas como parte integral del tratamiento. 
Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 
 
 23 
 
La atención de los factores psicosociales incluyen el manejo de la familia y de aspectos 
relativos al equipo médico (dimensión psicosocial), además de los factores psicológicos, 
conductuales y sociales que influyen en la aparición del tumor y en su progresión 
(dimensión psicobiológica) (Almanza-Muñoz, 2001) y que constituyen desafíos que todo 
paciente diagnosticado con esta enfermedad debe enfrentar en mayor o menor medida, 
como lo son: a) el mantenimiento de la actividad y la independencia, b) el control de los 
efectos secundarios del tratamiento, c) la aceptación del diagnóstico, d) búsqueda y 
comprensión de la información médica, e) regulación de los sentimientos asociados con la 
experiencia del cáncer, f) búsqueda de apoyo social y, g) manejo del estrés. 
El objetivo de las intervenciones psicológicas por tanto, es ayudar a los pacientes de 
cáncer a aceptar su diagnóstico y tratamiento, disminuir los sentimientos de alienación, 
aislamiento, indefensión y abandono, reducir la ansiedad en relación con los tratamientos, 
y clarificar percepciones e informaciones erróneas, así como incrementar una sensación 
de control, mediante el aumento de la autoeficacia y la reducción de la impredecibilidad 
(Bárez, Blasco y Fernández, 2003). 
Una de las principales reacciones negativas que experimenta el paciente ante al 
diagnóstico de cáncer es el distrés, el cual ha sido definido como una experiencia 
multifactorial displacentera de naturaleza emocional, psicológica, social o espiritual, que 
interfiere con la habilidad de enfrentar el cáncer, sus síntomas físicos y su tratamiento 
(Graves, Arnold, Love, Kirsh, Moore & Passik, 2007). El distrés no sólo produce malestar 
importante, si no también se ha asociado con una peor calidad de vida, menor apego al 
tratamiento, prolongación de la estancia hospitalaria, e incluso conducir a tendencias 
suicidas y provocar una carga emocional negativa en la familia (Endo, Akechi, Okuyama, 
Seto, Kato, Seki, Eguchi, Hosaka & Furukawa, 2008). 
En un estudio epidemiológico donde se analizaron los registros de la población en 
Estados Unidos con diagnóstico de cáncer desde 1973 al 2002, encontraron que los 
rangos de suicidio más altos fueron observados en pacientes masculinos, de raza blanca, 
con edad avanzada y solteros; por diagnóstico, el cáncer de pulmón y bronquios, 
estomago, cavidad oral y faringe fueron los que tuvieron mayor prevalencia de suicidio y 
casi todos ocurrieron dentro de los primeros cinco años del diagnóstico oncológico, esto 
ajustado por sexo, edad, y raza (Misono, Weiss, Fann, Redman & Yunch, 2008). 
Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 
 
 24 
 
La depresión y la ansiedad también son dos de las emociones que experimentan los 
pacientes con cáncer con mayor frecuencia. La prevalencia de los trastornos depresivos 
en la población oncológica varía ampliamente desde cifras del 1,5% al 50% según los 
estudios, aunque la mayoría de los datos existentes encuentra cifras de prevalencia 
entorno al 25% (Rodríguez, Bayón, Orgaz, Torres, Mora y Castelo, 2007). Esto debido al 
estigma, a los temores, percepciones y síntomas asociados con la enfermedad. Para la 
mayoría de personas, el temor principal es morir de manera dolorosa; a esto se suma el 
temor de volverse incapaces y dependientes, tener alteraciones en su apariencia, 
experimentar cambios en las funciones de su cuerpo y perder la compañía de las 
personas allegadas (Valencia, 2006), el sitio del cáncer, la edad, etapa de la enfermedad, 
tiempo del diagnóstico y tipo de tratamiento, son las variables más importantes asociadas 
con la prevalencia de depresión (Pasquino & Biondi, 2007). 
La ansiedad, puede ocurrir en cuatro contextos: la situacional, la relacionada con la 
enfermedad, con el tratamiento y el trastorno de ansiedad pre tratamiento (Manoj, 
Gangadharan, Nandkumar, Bejoy, Badridien, & Rita, 2006). 
A su vez, se tiene que tomar en cuenta que el impacto de la enfermedad también afecta a 
los familiares del paciente, se calcula que aproximadamente del 10 al 30% de los 
familiares experimentan alguna forma de morbilidad psiquiátrica (Trivedi, Petera, Fillip & 
Hrstka, 2007). La confrontación de esta experiencia puede crear dentro de la familia un 
nuevo sistema de demandas y limitaciones en el comportamiento de cada individuo y la 
necesidad de crear nuevas habilidades y capacidades a nuevos problemas. Ciertas 
familias tienen una base más vulnerable a la crisis y la confrontan con un sentido de 
desesperación, ambigüedad, pérdida de control, reflejados en una interacción disfuncional 
y conflictiva entre los miembros de la familia (Bloom, Stewart, Johnston, Banks & Fobair, 
2001). La enfermedad puede percibirse entonces como potencial de peligro de 
desintegración o como oportunidad para el fortalecimiento de la familia, recuperación, 
adaptación y comprensión de las necesidades y las expectativas de cada miembro 
familiar (Baider, 2003). Por lo que contar con apoyo familiar también es una variable 
importante en el rol de la adaptación a la enfermedad, por ejemplo, se ha encontrado que 
pacientes con cáncer que no cuentan con una pareja presentan una calidad de vida y una 
respuesta al tratamiento más pobre que aquellos que están casados (Smedslund & 
Ringdal, 2004). 
Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 
 
 25 
 
Por otro lado, el uso de tratamientos agresivos para el tratamiento del cáncer, ha 
demandando la necesidad de un control más efectivo del dolor, náusea, y otras 
consecuencias aversivas del tratamiento. Las intervenciones conductuales han mostrado 
eficacia en este sentido, debido al efecto positivo a corto plazo de sus intervenciones y al 
aumentar la percepción de control del paciente hacia su enfermedad. 
La intervención conductual es descrita como una aplicación práctica que busca modificar 
las condiciones (ambientales y sociales), promover estrategias de afrontamiento activas, 
modificación de creencias, regulación de emociones y actitudes que tendrá un impacto en 
la adaptación del paciente en el proceso de la enfermedad (Redd, Montgomery & 
DuHamel, 2001). 
El enfoque cognitivo suma la hipótesis de que los patronesde pensamiento, llamados 
distorsiones cognitivas, tienen efectos adversos sobre las emociones y la conducta y que, 
por tanto, su reestructuración, por medio de intervenciones psicoeducativas y práctica 
continua, puede mejorar el estado del consultante. 
Es por ello que son muchos los beneficios de la intervención cognitivo conductual en 
pacientes con cáncer, que van desde la efectividad en la reducción del distrés que 
experimentan pacientes y familias ante el diagnóstico y evolución de la enfermedad y en 
el dominio de sus síntomas físicos; mejora la adherencia a los tratamientos médicos y 
ayuda a aumentar la efectividad de los mismos; disminución de los efectos adversos de 
los tratamientos, reducción del tiempo de recuperación del paciente luego de las 
intervenciones médicas y la disminución de las consultas innecesarias al equipo médico 
tratante, preservando la relación médico-paciente y teniendo un menor coste económico 
(Carlson & Bultz, 2003). 
En un meta-análisis que investigaba los efectos de la terapia cognitivo-conductual y la 
educación al paciente, sobre la depresión, ansiedad, dolor, funcionamiento físico y calidad 
de vida en adultos sobrevivientes al cáncer, se tomaron en cuenta los ensayos clínicos en 
la bases de datos MEDLINE, PSYCHINFO y Cochrane en el periodo comprendido de 
1993-2004. Se analizaron 15 estudios con un tamaño de muestra total de 1,492 pacientes 
y se encontró que la terapia cognitivo conductual demostró mayor efectividad en 
comparación con la educación al paciente sobre los efectos de la depresión (ES = 1.2; 
95% CI = 0.22-2.19) y la ansiedad a corto plazo (ES = 1.99; 95% CI = 0.69-3.31), y una 
Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 
 
 26 
 
mejora en la calidad de vida con efectos a corto y a largo plazo (ES = 0.91; 95% CI = 
0.38-1.44). A su vez se observó que las intervenciones individuales fueron más efectivas 
que las grupales (Osborn, Demoncada & Feuerstein, 2006). 
Con base en estos resultados se vislumbra la necesidad de intervención psicológica 
aunada a la consulta médica. Otro punto importante, aunque con poca investigación, es el 
efecto de la intervención psicológica sobre la utilización de los servicios de salud. Una 
investigación dirigida por el Alberta Health Care en Canadá, reporta los resultados de un 
estudio prospectivo, aleatorizado en el que pacientes en etapa temprana de cáncer de 
mama fueron asignadas al grupo de tratamiento o al de control. El tratamiento consistió en 
6 sesiones semanales de terapia cognitivo-conductual, mientras que el grupo control 
recibió la atención habitual y material de autoaprendizaje. Todas las mujeres fueron 
evaluadas en cuanto a síntomas psiquiátricos, estado de ánimo, depresión y estrategias 
de afrontamiento, en cuatro períodos de tiempo: pre y post intervención y primer y 
segundo año de seguimiento. Se obtuvieron los registros de facturación de los dos años 
de seguimiento para determinar la cantidad total facturada por persona en el curso del 
estudio Las mujeres que participaron en el grupo de tratamiento (28 en total) tenían menor 
índice de depresión y de perturbación del estado de ánimo, mayor índice global de calidad 
de vida y menores síntomas psiquiátricos post intervención y a 2-años de seguimiento en 
comparación con el grupo control. También pagaron un promedio de 221 dólares menos 
que las mujeres del grupo control, así como una reducción de 23,5% en los costos de 
facturación. El total de cantidad ahorrada en el grupo de tratamiento fue de $ 6199 en el 
curso del estudio (Simpson, Carlson & Trew, 2001). 
En el meta-análisis conducido por Smedslund y Ringdal (2004) analizaron el efecto de las 
intervenciones psicosociales sobre la supervivencia de pacientes con cáncer; su 
búsqueda se enfocó en 30 revistas que entre 1989 y 2003 publicaron 14 intervenciones 
que englobaban a 2626 pacientes y encontraron que a pesar de que en forma general no 
encontraron efectos significativos sobre la supervivencia hazard ratio (HR) 0.85 (95% CI: 
0.65–1.11), las intervenciones individuales mostraron ser mayormente significativas (HR: 
0.55, 95% CI: 0.43–0.70) a comparación de las grupales. 
Classen, (en Smedslund & Ringdal, 2004) analizó los efectos de seis ensayos clínicos 
controlados de intervención psicosocial sobre el periodo de sobre vida. Sólo tres ensayos 
mostraron eficacia y a diferencia de los que no mostraron resultados positivos tenían en 
Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 
 
 27 
 
común: un ambiente de apoyo estable y consistente; grupos homogéneos en cuanto al 
tipo y la etapa de la enfermedad; componente educacional y manejo de estrés y 
entrenamiento en estrategias de afrontamiento. 
Por lo anterior se observa que el paciente que experimenta el cáncer sufre una serie de 
reacciones físicas, emocionales y sociales, por lo que la necesidad de la intervención 
psicológica es clara. Ésta puede darse en cualquiera de los cuatro componentes básicos 
de control del cáncer que ha propuesto la Organización Mundial de la salud (World Health 
Organization (a), 2007) los cuales son: 
- Prevención 
- Detección temprana y diagnóstico oportuno 
- Tratamiento 
- Cuidados paliativos 
Las intervenciones psicológicas por tanto, deben tomar en cuenta las variables que 
determinan la realización de conductas protectoras de salud; las características de los 
sujetos en riesgo; las necesidades del paciente con un diagnóstico de cáncer, de su 
familia; las características propias de la enfermedad y de la etapa de la en la que se 
encuentre; así como trabajar en conjunto con el equipo médico para brindar la atención 
integral del sujeto en toda su complejidad. 
 
Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 
 
 28 
 
III. Intervenciones psicológicas realizadas en paci entes oncológicos por fase de 
enfermedad 
El impacto del diagnóstico, pronóstico y tratamiento del cáncer provoca una serie de 
respuestas psicológicas, físicas y sociales en el paciente que varían en grado e 
importancia, y que están relacionadas con determinadas variables personales y clínicas. 
La experiencia del cáncer consiste en una serie de eventos predecibles que son descritos 
en el continuum de la enfermedad, el cual involucra el integrar el diagnóstico en la vida del 
paciente y la necesidad del ajuste a las diferentes fases de la enfermedad y el tratamiento 
(Pugliese, Perrone, Nisi, Garufi, Giannarelli, Bottomley & Terzoli, 2006). Por lo que el 
trabajo de intervención que se realiza con cada paciente es diferente de acuerdo con las 
características propias del mismo y de la enfermedad. 
Cada etapa provocará en el paciente oncológico respuestas emocionales específicas 
tanto positivas como negativas. Entre los diversos correlatos psicológicos de los que se 
ha informado en la literatura figuran como los más frecuentes los síntomas de ansiedad, 
depresión, delirium y trastornos adaptativos (Martínez, Cerón, Aguilar y Sánchez, 2007). 
Los objetivos de la atención psicológica en pacientes con cáncer principalmente son 
según De Trill (2003): 
a) Conocer e identificar las reacciones emocionales apropiadas de los enfermos ante 
el cáncer y sus tratamientos, y distinguirlas de las que son expresión de un 
trastorno médico, psiquiátrico o psicológico. 
b) Proporcionar el tratamiento psicológico adecuado a dichas reacciones en cada 
momento del proceso oncológico. 
c) Conocer y saber identificar las alteraciones emocionales que se desarrollan en los 
familiares del enfermo oncológico, distinguiendo las respuestas esperadas de las 
patológicas. 
d) Proporcionar la ayuda psicológica adecuada a los familiares del enfermo en todas 
las fases de la enfermedad y del duelo. 
e) Conocer e identificar las alteraciones emocionales que pueden surgir en los 
miembros del personal sanitario que trabaja en oncología. 
f) Proporcionar ayuda psicológicaa los miembros del equipo asistencial. 
g) Identificar factores emocionales, comportamentales y sociales que aumenten el 
riesgo de padecer cáncer y crear programas para reducirlos o evitarlos. 
Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 
 
 29 
 
Las intervenciones psicológicas buscan mejorar la calidad de vida, reducir la morbilidad 
psicológica y facilitar la adaptación. Los programas educativos y las intervenciones 
psicoterapéuticas basada en el modelo cognitivo conductual son de las herramientas más 
utilizadas (Pugliese et al, 2006). 
Según Saenz y Modolell (2004), existen dos modelos de atención psicológica a pacientes 
con cáncer: 
- La metodología del modelo de interconsulta, está basada en la creación de una 
unidad de Psicooncología autónoma e independiente de los servicios de 
Psiquiatría y de Oncología. El oncólogo cuantifica la sintomatología psicológica y 
define la necesidad de interconsulta, si los resultados superan el índice se realiza 
la Interconsulta. Los candidatos a la consulta con el especialista en Psicooncología 
son aquellos que presenten al menos un trastorno adaptativo, acompañado de una 
sintomatología ansiosa y/o depresiva moderada. Asimismo los pacientes con algún 
tipo de trastorno mental según los criterios del DSM-IV. En la petición de la 
atención del psicólogo, el oncólogo debe hacer constar si la demanda es de 
carácter urgente u ordinario, la edad del paciente, el diagnóstico, estadio y 
tratamiento oncológico y la razón de la interconsulta. La interacción con el equipo 
multidisciplinario es como unidad de apoyo acoplada a la que poder recurrir en 
situaciones concretas. 
- Modelo Fundacional, está basado en la incorporación del psicooncólogo dentro de 
las unidades de Oncología. Es un modelo integrado. Se persigue la máxima de 
lograr un equipo interdisciplinar de atención al paciente. El proyecto consiste en la 
integración o inmersión de la actividad del psicólogo en los equipos de Oncología 
Médica. De esta forma hay una convivencia espontánea y diaria con los pacientes, 
familiares que lo acompañan y con el equipo terapéutico. Las necesidades 
emocionales de los participantes en la relación clínica se identifican y atienden en 
la Unidad de Oncología. La persona afectada permanece de forma constante bajo 
la tutela del equipo durante todas las fases del proceso evolutivo del cáncer. El 
psicólogo participa e interviene desde el primer contacto en todas las fases y 
actividades del servicio o unidad. De esta manera el paciente cuenta con la 
posibilidad de apoyo psicológico desde que llega, pasando por todos los 
momentos claves cuando escucha su diagnóstico por primera vez, al recibir los 
tratamientos en el hospital, durante los ingresos que pueda tener en su evolución, 
Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 
 
 30 
 
y finalizando en el momento de alta médica, revisiones, posibles recidivas o en la 
fase terminal. El trabajo se realiza de forma preventiva y/o a demanda, está al 
alcance de todos y en todo momento. Los puntos centrales a los que se dirige el 
psicólogo son todas las personas afectadas por el cáncer: pacientes, familiares y 
trabajadores sanitarios. El resultado por tanto, es un psicólogo integrado. 
Es ésta última la que se trata de realizar en los ambientes hospitalarios en donde se ubica 
el residente en Medicina conductual, y su intervención por lo general es flexible, 
considerando las características de los pacientes que pueden tener dificultad en asistir a 
una intervención estructurada o tradicional, debido a las limitaciones físicas y la 
expectativa de vida que presenta. 
Los componentes de la terapia son: 1) orientada al problema, que pueden ser de tipo 
emocional (por ejemplo depresión), interpersonales (comunicación con la pareja), 
relacionadas con el tipo de cáncer (problemas de imagen corporal en pacientes 
mastectomizadas), 2) carácter educativo; 3) activo-colaborativo y 4) uso de tareas en casa 
(Olivares, 2004). 
Como primer paso de la intervención psicológica se presenta la necesidad de una 
evaluación, donde se recogerán los siguientes aspectos (Modolell, Sanz y Casado, 2004): 
síntomas secundarios a la enfermedad; efectos secundarios de los tratamientos y 
cualquier alteración del sueño y del apetito; identificación de emociones como ansiedad, 
depresión; culpa, miedo, soledad, sentimientos de inutilidad, angustia, hostilidad y 
desesperanza, dado que son emociones nombradas muy frecuentemente por los 
pacientes de cáncer. A su vez se deben explorar las cogniciones del paciente: saber si 
está informado, pensamientos y preocupaciones sobre su enfermedad; determinar el 
estilo de afrontamiento del paciente, y por último, examinar el apoyo emocional de la 
familia y cuidadores primarios, si existe alguna problemática sociofamiliar o económica 
añadida que pueda dificultar el ajuste emocional a la enfermedad. 
Las intervenciones por lo general pueden ser de dos tipos principales: 
a) La intervención aguda, en crisis, debido a factores desencadenantes presentes. 
b) La intervención preventiva, que busca proporcionar o potenciar los recursos de 
pacientes, familiares y personal de salud, para que puedan afrontar situaciones 
que previsiblemente pueden ser amenazantes en un futuro próximo. Se trata de 
Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 
 
 31 
 
intervenir antes de que se establezcan distintos trastornos adaptativos de base 
ansiógena depresiva o mixta, o trastornos de ansiedad o depresivos (Comas, 
Schroder y Villalba, 2003). 
En cualquier nivel Cruzado y Labrador (2000) mencionan que la intervención 
psicooncológica se basa por lo general en: 
a) Psicoeducación, consejo psicológico y orientación sobre estrategias para superar 
problemas de información, y necesidades de comunicación y emocionales. 
b) Control de estados de ánimo negativos: ansiedad, depresión, hostilidad, 
sentimientos de culpa, aislamientos, negación. Identificar emociones negativas, 
expresarlas. Estrategias para afrontarlas. 
c) Tratamiento de trastornos asociados al cambio en la imagen corporal. 
d) Solución de problemas y planificación de actividades. 
e) Intervención familiar: psicoeducación, información sobre el estado físico y 
psicológico del paciente. Estrategias de ayuda y comunicación con el paciente. 
Afrontamiento de estados emocionales negativos. Resolución de problemas de la 
vida diaria. 
f) Afrontamiento de los tratamientos oncológicos y sus efectos colaterales: miedo, 
fatiga, náuseas y vómitos, anorexia y otros. 
g) Problemas sexuales. 
Las técnicas de tratamiento se dividen en los siguientes bloques: 1) métodos no directivos 
(expresión de emociones); 2) técnicas conductuales (tareas graduadas, relajación, 
planificación de actividades; 3) técnicas cognitivas (estrategias cognitivas de 
afrontamiento, registro de pensamientos, reestructuración cognitiva y 4) trabajo con el 
cuidador primario (como coterapeuta y habilidades de comunicación) (Olivares, 2004). 
Dentro del enfoque cognitivo conductual se emplean las siguientes técnicas (Prieto, 
2004): 
1. Técnicas puramente cognitivas: 
a) Entrenamiento en detección de creencias irracionales: se le pide al sujeto que anote 
sus creencias negativas respecto a la enfermedad y que indique su intensidad. 
Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 
 
 32 
 
b) Técnicas de persuasión verbal: debate entre paciente y terapeuta, con el que se 
requiere determinar la validez o no de las creencias que el paciente tiene respecto al 
cáncer. 
c) Entrenamiento en autoinstrucciones: repetir una serie de frases que hagan referencia al 
objetivo a conseguir con el fin de reforzar su creencia. 
d) Distracción cognitiva: invitar al uso de tareas distractoras que frenen la fijación de 
creencias invadiendo los pensamientos del paciente (leer, escuchar música, relajarse).e) Biblioterapia: ofrecer la lectura de libros como forma de adquirir conceptos nuevos y 
cambiar las creencias. 
2. Técnicas conductuales: 
a) Entrenamiento en habilidades sociales y asertividad: entrenar al paciente en el 
desarrollo y adquisición de habilidades nuevas o conductas alternativas orientadas a la 
superación de determinados problemas como el miedo, la sensación de aislamiento, el 
sentimiento de soledad o dificultades de comunicación. 
b) Programación de actividades: promover un aumento de la motivación del paciente. 
c) Entrenamiento en resolución de problemas: resolver las dificultades que se presenten 
en los pacientes a lo largo del enfrentamiento con la enfermedad (conflictos profesionales, 
matrimoniales, de relación y sexuales). 
d) Intervención del rol racional: invitar al paciente a que adopte la postura del terapeuta 
mientras éste asume el rol del paciente y observar los consejos que en su lugar le daría al 
enfermo. 
e) Exposición a las situaciones temidas: conducir al paciente al enfrentamiento con las 
situaciones más temidas por él y debatir sobre ellas. 
3. Técnicas emotivas: 
a) Imaginación racional emotiva: emplear la visualización como medio de enfrentarse a las 
situaciones más temidas por el paciente y lograr su inversión. 
Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 
 
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b) Técnicas humorísticas: intentar promover la ausencia de dramatismo y reducir las 
exageraciones del paciente con respecto a su enfermedad a través del empleo del sentido 
del humor. 
No obstante, ciertas modalidades de tratamiento han demostrado ser más eficaces en una 
o más fases específicas de la enfermedad. Por ejemplo la Psicoeducación puede ser más 
efectiva durante la fase pre o diagnóstica, cuando la necesidad de información de los 
pacientes es mayor. Sin embargo, para etapas posteriores con una enfermedad más 
avanzada los grupos de apoyo pudieran ser más efectivos, mientras que técnicas tales 
como relajación, manejo del estrés y afrontamiento activo puede ser más útil durante la 
etapa de tratamiento (Carlson & Bultz, 2003). 
Por lo que cada intervención psicológica en pacientes con cáncer debe ajustarse a las 
necesidades que el paciente esté experimentando, basado en la etapa de la enfermedad, 
sus síntomas físicos y psicológicos y el ambiente social en el que está inserto. 
Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 
 
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� Caso clínico 
Impacto psicológico durante el proceso de la enferm edad oncológica 
Identificación del paciente 
GMP es una paciente femenina de 45 años de edad, madre soltera, originaria y residente 
del estado de México, con nivel de instrucción a nivel secundaria y de ocupación obrera. 
Religión católica. Habita en casa propia compartida con hermana y familia de ésta. Tiene 
dos hijas de 12 y 19 años. Ingresó al servicio de oncología por diagnóstico de cáncer de 
ovario. 
Análisis del motivo de la consulta 
Paciente femenina que fue vista por primera vez en mayo del 2008 en el piso de 
oncología previo a la cirugía programada para completar su rutina de ovario donde se 
evaluó conciencia de enfermedad y adaptación al proceso de tratamiento. 
Historia del problema 
GMP es madre soltera de dos hijas de 12 y 19 años, jefa de familia, obrera, quien estaba 
siendo tratada por la clínica del climaterio. En abril del 2007, notó un sangrado abundante 
por lo que acudió al servicio de urgencias donde le diagnosticaron anemia a causa de 
éste. En el servicio de ginecología le realizaron histerectomía, debido a la miomatosis 
uterina que presentaba en noviembre del mismo año. Sin embargo, una vez revisado el 
reporte de patología es referida en abril del 2008 al servicio de oncología por un 
diagnóstico de tumor de células de la granulosa del ovario y debido a que éste tiene 
probabilidad de recaer locorregionalmente se decide intervenirla nuevamente para 
completar su rutina de ovario. Ante la noticia de su diagnóstico oncológico GMP reporta 
haber sentido miedo debido a las connotaciones negativas que se saben del cáncer, sin 
embargo al considerar los antecedentes de depresión en su familia, decide afrontar la 
situación de una manera activa, apoyándose en sus hijas y hermanos. 
GMP proviene de familia extensa, cuenta con tres hermanos, con quienes mantiene una 
comunicación constante y funcional. Recibe apoyo económico por parte de su hermano y 
moral e instrumental por sus hermanas. Sólo reporta problemas con el esposo de una de 
ellas, con quien comparte el terreno, debido a diferencias en opiniones sobre cuidados de 
la casa en que habitan y sobre el estilo de crianzas de sus hijas. Reporta tener una 
buena relación con hermanos, comparte terreno con una de ellas en la casa de su 
madre, un hermano que vive en EUA la apoya con los gastos del tratamiento, y una más 
funge como cuidadora primaria en caso de requerir ayuda. 
Reporta apoyo por parte de sus hijas, una de ellas está en la preparatoria y una más en 
la secundaria. Manifiesta estilo de crianza democrático con ambas hijas, únicamente 
observa conflictos cuando se pelean entre ellas y GMP intenta intervenir. 
Reporta antecedentes familiares de diabetes mellitus, hipertensión arterial, depresión y 
un tío con cáncer gástrico. 
 
Intervenciones cognitivo conductuales en pacientes con cáncer 2010 
 
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Análisis y descripción de las conductas problemas 
A raíz del inicio del tratamiento oncológico GMP se enfrenta a las distintas fases del 
mismo, cada uno con características bien delimitadas, en la fase diagnóstica, reportó 
impacto caracterizado por miedo ante ideas de progresión, imposibilidad de tratamiento 
oportuno o muerte. Una vez aceptado el diagnóstico y frente a la programación de su 
cirugía se enfrenta a la ansiedad previa y manifestó enojo como reacción emocional 
frente a dos reprogramaciones de cirugía debido a falta de tiempo quirúrgico. 
Después de su cirugía, manifestó ansiedad ante el reporte de patología, y la posibilidad 
de necesidad de tratamiento adyuvante. Una vez conocida la necesidad de quimioterapia 
(QT), reportó temor ante la incertidumbre de los síntomas a experimentar y ante la falta 
de funcionalidad o de retomar sus actividades cotidianas. 
Una vez iniciada la QT manifestó náuseas frecuentes e intensas, así como cansancio 
mismo que le impidió la realización de sus labores, a su vez, comienzan a manifestarse 
síntomas depresivos como tristeza, apatía, cese en el placer por actividades cotidianas y 
deseos de abandono de tratamiento. Una vez contemplada la necesidad de continuación 
del tratamiento, GMP señaló una mejor adaptación al mismo. Una vez concluido éste, y 
con la realización de estudios se observa un aumento en sus marcadores, mismo que 
señala la necesidad de una nueva línea de QT. Ante este hecho, reporta shock 
emocional caracterizado por represión emocional y racionalización. 
En el examen mental se observa a una paciente femenina, consciente, cooperadora, con 
edad aparente igual a la cronológica, capacidad de concentración y atención adecuada, 
orientación tiempo-espacio-persona adecuada, lenguaje fluido, coherente, memorias 
conservadas, pensamiento abstracto, orientado a la racionalización, represión emocional. 
Locus de control interno, estilo de afrontamiento activo centrado en búsqueda de 
información y solución de problemas. Apoyo social percibido. 
Objetivos de la intervención 
Ajustar la intervención a las necesidades experimentadas en cada fase del proceso de 
enfermedad para propiciar adaptación a la enfermedad oncológica. 
Selección del tratamiento más adecuado 
Los tratamientos utilizados fueron seleccionados en función de la necesidad percibida en 
cada fase del proceso de enfermedad. Las tablas 4-6 describen la fase de la enfermedad 
y el análisis funcional en cada una de ellas. 
Tabla 3. Reacciones psicológicas presentadas ante la fase de diagnóstico. 
Etapa Pensamiento Emoción Conducta Intervención 
Diagnóstico

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