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1 UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE MEDICINA FRECUENCIA DE SALVAMENTO DE EXTREMIDAD Y DE AMPUTACIÓN EN PACIENTES CON PIE DIABÉTICO HOSPITALIZADOS DEL HOSPITAL ESPAÑOL, EN EL PERIODO DE MARZO DEL 2015 A FEBRERO DEL 2018 TESIS PARA OBTENER LA ESPECIALIDAD DE: CIRUGÍA GENERAL P R E S E N T A: KETZALKOATL TECOMAHUA ROMÁN DIRECTOR DE TESIS: DR. VENANCIO PÉREZ DAMIAN CIUDAD UNIVERSITARIA, CIUDAD DE MÉXICO, 2019 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 2 AGRADECIMIENTOS Agradezco por poder consagrar mi vida a mi pasión, la cirugía y seguir en este camino con impetu y vocación. De la misma manera a las personas que hicieron posible este momento. A mi familia, con especial enfásis, a aquella que siempre me ha y sigue impulsando, así como enseñarme a luchar por mis metas, mi Madre; a mi hermana Malinalli, por ser mis compañera y unos ejemplos de fortaleza, a mi Padre por mostrarme lo que significa la responsabilidad y la mejora continua como persona. Agradecimiento especial a Maria Jose por mostrarme que todos podemos aprender y enseñarme que no basta solo ser bueno en lo que haces, también se tiene que ser compasivo, asi como su apoyo. A mis Maestros y Guías Dr. Jorge Fernandez Alvarez, Dr. Jose Manuel Gomez López y a mi tutor el Dr. Venancio Pérez Damian; Predicare con su ejemplo. Asi mismo al Servicio de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Español por su apoyo en la elaboarion de este material; Dra. Paola Rojas Güevara, Dr. Sergio Benites Palacios, Dr. Alejandro Cortina Nascimento y el Dr. Isidoro Barrios Cedrún. Y por último, pero no menos importante a todos los pacientes que permitieron que aprendiera este fino arte a través ellos. 3 INDICE I. Resumen 4 II. Marco Teórico 5 III. Planteamiento del Problema 28 IV. Justificación 28 V. Objetivos V.I Objetivo general V.II Objetivos específicos 29 29 29 VI. Metodología VI.I Diseño de investigación VI.II Hipótesis VI.IIIPoblanción de estudio VI. IVMuestra VI.VCriterios de selcción 29 29 29 29 29 30 VII. Análisis Estadístico 30 VIII. Definición operacional de variables 30 IX. Consideraciones éticas 33 X. Resultados 34 XI. Discusión 37 XII. Conclusiones 38 XIII. Tablas y Gráficos 39 XIII. Bibliografía 46 4 I. RESUMEN Introducción: En México la población de personas con diabetes fluctúa entre 6.5 y 10 millones en individuos de 20 a 69 años, de este total dos millones de sujetos no están diagnosticados. Los tratamientos están basados en antimicrobianos, antidiabéticos orales, insulina, analgésicos, determinaciones frecuentes de pruebas de laboratorio y estudios de gabinete; finalmente se agrega el tratamiento quirúrgico conservador en los casos que es posible salvar la extremidad, el tratamiento quirúrgico radical consistente en amputaciones mayores. Esto la convierte en una de las patologías de mayor costo hospitalario Objetivo: Identificar la frecuencia de salvamento de extremidad y de amputación en pacientes con pie diabético en paciente hospitalizados del Hospital Español, en el periodo de marzo del 2015 a febrero 2018 Diseño: se realizó un estudio observacional, transversal, retrospectivo en pacientes hospitalizados en el Hospital Español de México de marzo al 2015 a febrero del 2018. Instrumento: se realizó revisión manual de los censos clínicos de cirugía vascular del Hospital Español de México de los años comprendidos de marzo del 2015 a febrero del 2018. Resultados: Con base en los criterios de inclusión, exclusión y eliminación antes comentados, se obtiene un total de muestra de 48 pacientes. Del total de pacientes 31 pacientes correspondían al sexo masculino y 17 pertenecían al sexo femenino. La media de edad del total de la muestra fue de 61.83 años. reingresan 12 pacientes representando el 25 % de los pacientes. 32 pacientes representando el 66% del total de los pacientes tienen antecedentes heredofamiliares de diabetes mellitus tipo 2. La media de años con diagnóstico de diabetes mellitus tipo 2 es de 15.87 años. 62.5% del total de pacientes presentan como diagnóstico comórbido hipertensión arterial sistémica, 22.9% Enfermedad renal crónica, 14.5% alguna Cardiopatía, 8.3% Eventos vasculares cerebrales. 52% de la población ya contaba con diagnóstico previo de pie diabético. 47% de los pacientes fueron sometidos a una amputación, 47.8% de estos se sometieron a amputación de un ortejo, 21.7% se amputo mas de un ortejo, 13% a una amputación infracondilea, 13% a amputación supracondilea, 4.3% una amputación de Lisfranc. Del total de la muestra sólo 12.5% de los pacientes fueron sometidos a amputación mayor. Los microoganismos mas comunes en ulceras infectadas fueron Staphylococcus aureus en el 16% de la población yEscherichia coli en el 16% de la población. Palabras calve: pie diabético, salvamento de extremidad, amputación mayor. 5 II. MARCO TEÓRICO Se estima que para el año 2035 la prevalencia mundial de la diabetes mellitus se elevará a casi 600 millones, y alrededor del 80% de estas personas viven en países en desarrollo.1 La diabetes es la principal causa de patología del pie, y causa ulceraciones en el pie por neuropatía, infección e isquemia.2 El pie diabético (PD) es una complicación de la diabetes mellitus asociada al padecimiento de úlceras en el pie producidas por traumatismos externos o internos asociados a diferentes estadios de neuropatía diabética y enfermedad vascular periférica. Las lesiones en el pie constituyen una de las mayores causas de morbilidad e incapacidad en las personas con diabetes.3 La Organización Mundial de la Salud (OMS) define al pie diabético (PD) como la infección, ulceración y destrucción de tejidos profundos de la extremidad inferior, asociadas con alteraciones neurológicas y diversos grados de enfermedad vascular periférica; secundarios al efecto de la hiperglucemia crónica.4 La complicacion más grave del padecimiento de una úlcera del pie diabético es la amputación mayor o menor. En los Estados Unidos, hasta un 15% tiene úlceras activas y 1 de cada 4 tiene un riesgo de por vida de desarrollar una úlcera del pie diabético.5 La infección ocurre en aproximadamente la mitad de las úlceras del pie diabético. Las complicaciones relacionadas con úlceras son la principal causa de hospitalización para pacientes diabéticos.6 Hay un creciente riesgo de amputación entre pacientes diabéticos, el 85% de los pacientes que presentan una úlcera de pie están en riesgo de una amputación posterior.7 El deterioro de la calidad de vida produce estrés cardiovascular y un mayor riesgo de mortalidad en comparación con la población general. Los pacientes con úlcera de pie diabético tienen una tasa de mortalidad anual cercana al 10%, con un aumento del 20% anual si se realiza una amputación. Los pacientes diabéticos que se someten a amputación tienen una incidencia de mortalidad de 27 meses después de la operación, en comparación con 47 meses entre los pacientes no diabéticos con amputación.8 Entre los pacientes que se someten a unaamputación mayor de la extremidad inferior, hasta un 40% se someterán a la amputación de la extremidad contralateral en 3 años.9 La amputación mayor se ha relacionado con una pérdida en la esperanza de vida de estos pacientes que los sitúa en tasas de mortalidad cercanas y a veces superiores al cáncer de colón, próstata, mama o enfermedad de Hodking.10 Cada año, más de 1 millón de personas con diabetes pierden al menos una parte de su pierna como consecuencia de las complicaciones de la diabetes. Esto se traduce en la estimación de que cada 20 segundos se pierde una extremidad inferior por diabetes en algún lugar del mundo.11 6 Etiología: La etiología de la ulceración del pie diabético es un proceso multifactorial y complejo, derivado de la neuropatía, la insuficiencia vascular y el riesgo de infección. Los principales factores de riesgo asociados con la formación de úlceras del pie diabético son la neuropatía periférica diabética y la enfermedad arterial periférica (PAD), que actúan de forma aislada o concurrente. 12 La neuropatía diabética, que se define como la presencia de sín- tomas o signos de disfunción del sistema nervioso periférico en el paciente diabético, una vez excluidas otras causas. Es una de las complicaciones microvasculares más frecuentes en la pobla- ción diabética, aumenta su prevalencia y gravedad conforme se incrementa el tiempo de evolución de la diabetes, la edad, la hiperglucemia y su duración. Constituye el factor de riesgo más importante asociado a la presencia de úlceras en los pies. Afecta a fibras nerviosas sensitivas, motoras y autonómicas del sistema nervioso periférico de comienzo predominantemente distal y lento, es asintomática en más del 85% de los casos. En cuanto a la afectación de las fibras sensitivas, la pérdida o la disminución de la sensibilidad térmica, algésica, vibratoria y propioceptiva propicia la aparición de lesiones inducidas por una manipulación inadecuada de los pies, por el uso de calzado ina- propiado y por hábitos higiénicos peligrosos. Pasa desapercibida y se mantiene en el tiempo debido a la pérdida del reflejo defensivo doloroso. El primer síntoma suele ser una úlcera en la mayoría de los casos. Por otro lado, las fibras motoras son las encargadas de mantener de forma correcta la posición de las articulaciones del pie, lo que permite una distribución adecuada de las presiones. Cuando estas se alteran, se puede producir una atrofia muscular que induce deformidad ósea y modifica la biomecánica de la marcha y la redistribución de las presiones. La formación de callos en los puntos anómalos de presión, junto con un adelgazamiento de la cabeza metatarsiana, incrementa la presión plantar y, por último, induce el desarrollo de la úlcera. La pérdida de las fibras autonómicas produce una alteración en la regulación del flujo sanguíneo y una disminución de la sudo- ración; como consecuencia, la piel está seca y aparecen fisuras.13 La enfermedad vascular periférica, caracterizada por una afectación distal al territorio infrapoplíteo, en ocasiones bilateral y multisegmentaria. Si aparece calcificación de la media se aso- cia a la presencia de neuropatía. La enfermedad arterial contribuye al desarrollo del 50% de las úlceras del pie diabético y desempeña un papel en el 70% de la mortalidad entre los pacientes diabéticos.14 Puede estar presente de forma aislada o en combinación con enfermedad neuropática en hasta el 45% de las ulceraciones de las extremidades inferiores. 7 Las alteraciones biomecánicas, caracterizadas por modificar los puntos de apoyo durante la marcha o en posición estática, lo que induce la aparición de callosidades y/o úlceras por presión. Una vez que la piel está ulcerada, es susceptible de infectarse, un problema médico urgente. Solo dos tercios de las úlceras del pie finalmente sanarán y hasta un 28% puede resultar en alguna forma de amputación de extremidades inferiores.15 La amputación del pie o de la pierna se produce fundamentalmente por eventos relacionados con la isquemia o la infección, siendo esta última la causa principal.16 Factores precipitantes o desencadenantes: Sobre el pie de riesgo desarrollado por los factores predisponentes, para que se inicie una lesión, deben actuar los de tipo precipitante o desencadenante, siendo el más frecuente el traumatismo mecánico cuando actúa de forma mantenida, provocando la rotura de la piel y la úlcera o la necrosis secundaria. Ambas se producen, pues, por la interacción anormal y mantenida en un determinado período evolutivo, entre un estrés ambiental, que puede ser de mínima magnitud, y la respuesta de unos tejidos condicionados en su adaptación al mismo. Si en un pie neuropático con sensibilidad alterada se aplica un estrés de tipo normal y moderado, pero reiterativo en un intervalo evolutivo prolongado y concentrado sobre una zona de aumento de la presión plantar condicionada por una deformidad como puede ser el hallux valgus o una callosidad, el proceso va a determinar la autolisis inflamatoria seguida de necrosis, al no existir una respuesta dolorosa defensiva. En un pie isquémico, la capacidad de los tejidos para resistir el fracaso es menor, y un estrés ligero y mantenido, como puede ser el de un zapato mal ajustado, es suficiente para iniciar la lesión. Los factores desencadenantes pueden ser de tipo extrínseco o intrínseco. Factores extrínsecos: Son de tipo traumático, y pueden ser mecánicos, térmicos o químicos. El traumatismo mecánico se produce habitualmente a causa de calzados mal ajustados, y constituye el factor precipitante más frecuente para la aparición de úlceras, sean neuroisquémicas o neuropáticas, correspondiendo el 50% de las mismas a zonas afectadas por callosidades en los dedos. El traumatismo térmico es directo y lesiona la piel. Habitualmente se produce al introducir el pie en agua a temperatura excesivamente elevada; utilizar bolsas de agua caliente; descansar muy cerca de una estufa o radiador; andar descalzo por arena caliente o no proteger adecuadamente el pie de temperaturas muy bajas. El 8 traumatismo químico suele producirse por aplicación inadecuada de agentes queratolíticos. Por ejemplo, con ácido salicílico. Factores intrínsecos: Cualquier deformidad del pie, como los dedos en martillo y en garra; el hallux valgus; la artropatía de Charcot, o la limitación de la movilidad articular, condicionan un aumento de la presión plantar máxima en la zona, provocando la formación de callosidades, que constituyen lesiones preulcerosas, hecho confirmado por la práctica clínica, porque en estas zonas es donde la mayoría de los enfermos desarrollan las lesiones ulcerosas. Factores agravantes: Aunque de una forma secundaria, la infección es determinante en el desarrollo de la úlcera, y adquiere un papel relevante en el mantenimiento de esta. No es responsable del inicio de la úlcera, excepto en aquellas situaciones en que la ruptura de la piel es causada de forma directa por infecciones fúngicas, pero sí interviene en la evolución de las mismas una vez iniciadas. Cuando se asocia a la isquemia, la infección es el factor que va a establecer el pronóstico evolutivo de la lesión. En este sentido, se puede afirmar que no existen úlceras infecciosas en el PD, sino infectadas. . La mayor sensibilidad a la infección en los enfermos diabéticos se debe a diferentes causas, entre las que cabe mencionar como más prevalentes, la ausencia de dolor, que favorece el desarrollo insidioso de una celulitis extensa o de un absceso; la hiperglucemia, que altera los mecanismos inmunitarios, fundamentalmente la inmunidad celular y la isquemia, que compromete la perfusión arterial y el aporte de oxígeno. La alteración sensitiva interviene demorando la percepción de la lesión y,por tanto, es un factor coadyuvante de la instauración de la infección. Las úlceras neuropáticas y neuroisquémicas suelen estar sobreinfectadas por microorganismos diversos, que en su mayoría son saprófitos (estafilococos, estreptococos), aunque también pueden detectarse aerobios y anaerobios facultativos (E. coli) o anaerobios estrictos (Bacterioides y Clostridium perfringens) si las úlceras son profundas. Tales microorganismos, favorecidos por la alteración de las condiciones homeorreológicas, pueden llegar a invadir los tejidos profundos progresando hasta las estructuras óseas. De todas las infecciones observadas en el PD, las bacterianas (básicamente las causadas por estafilococos y estreptococos) y las micóticas (candidiasis, dermatofitosis, cromoblastomicosis) son las más frecuentes. Las úlceras más frecuentes son las neuropáticas: de entre un 45% y un 60%. Las 9 neuroisquémicas suponen entre un 25%, y un 45% y las puramente isquémicas, entre un 10% y un 15%. Por tanto, la neuropatía está implicada en un 85%-90% de las úlceras del PD. La polineuropatía simétrica distal, que es la forma más frecuente de ND, afecta a las fibras nerviosas sensitivas, motoras y autónomas. En definitiva, pues, el trastorno sensitivo se caracteriza por disminución de la sensación de dolor y temperatura, y posteriormente de la sensibilidad vibratoria y de la sensorial superficial. Los defectos de los nervios motores pueden provocar atrofia de los músculos intrínsecos del pie dando lugar a deformidades del pie como dedos en martillo o en garra. Las consecuencias de la neuropatía autonómica incluyen pérdida de sudoración, fisuras secas en la piel e inestabilidad vasomotora, con incremento de la derivación del flujo arterial por los shunts arterio-venosos, implicando situaciones de isquemia capilar. La conjugación de todos estos factores y en los estadios más avanzados determina la neuroartropatía de Charcot. También existe un aumento de la presión plantar en zonas de úlceras plantares previas y en zonas de limitación de la movilidad articular, aspecto que condiciona que se mantenga un estrés repetido en la zona, provocando la autolisis inflamatoria y el hematoma subqueratósico, que conducen a la necrosis tisular. Si existe macroangiopatía asociada, se produce una disminución del flujo sanguíneo y de la presión de perfusión en la circulación distal. En este contexto, y cuando las lesiones arteriales estenosantes u obliterantes alcanzan el punto crítico de afectar a la presión parcial de oxígeno tisular y el aporte de sustancias nutrientes requeridas por la microcirculación para mantener el metabolismo basal tisular, se establece la situación clínica denominada isquemia crítica. Esta secuencia de situaciones fisiopatológicas, asociadas a las alteraciones hemorreológicas de la DM, implica que la acción de uno o varios de los factores desencadenantes descritos pueda provocar una necrosis tisular, que suele complicarse además por la disminución de la sensibilidad por la neuropatía generalmente asociada. La isquemia, asimismo, provoca una disminución de la capacidad de cicatrización. Sea cual sea la causa de la lesión, la pérdida de la protección cutánea favorece la infección, que puede agravarse por la propia isquemia, en función de la disminución del aporte de oxígeno, que actúa condicionando, por un lado, la difusión de la infección y el crecimiento de gérmenes anaerobios y, por otro, la neuropatía, con pérdida de sensibilidad.17 Exploración física: El examen físico del pie diabético debe incluir evaluaciones dermatológicas, neurológicas, vasculares y musculoesqueléticas. Debe incluir la adecuada 10 inspección, palpación, y determinación de la profundidad de la úlcera, evaluar compromiso óseo, la existencia de celulitis o abscesos, crepitación, secreción o necrosis.18 Las pruebas sensoriales utilizando un monofilamento Semmes-Weinstein (10 g) es una prueba predictiva y fácilmente reproducible para evaluar el riesgo neuropático de ulceración y amputación del pie en pacientes diabéticos. La falla del paciente para percibir más de cuatro o más de los 10 sitios de prueba se ha asociado con un aumento de 15 veces en el riesgo de ulceración plantar.19 La úlcera diabética debe inspeccionarse visualmente para detectar la presencia de tejido viable, drenaje, purulencia, olor y eritema circundante.20 Se han desarrollado sistemas de clasificación de úlceras del pie diabético y se han utilizado con fines clínicos y de investigación. La Clasificación Wagner es el primer sistema de este tipo y se desarrolló inicialmente para heridas por presión en lugar de úlceras diabéticas. Tiene sensibilidad y especificidad limitadas, así como una aplicación clínica limitada.21 El Sistema de clasificación de la Universidad de Texas y la clasificación de la úlcera PEDIS se desarrollaron posteriormente para correlacionar las características de la herida con los resultados clínicos.22 El sistema de clasificación WIfI (Wound, Ischemia, foot Infection) defendido por la Society for Vascular Surgery es el sistema más reciente de estadificación de la úlcera del pie que ha sido clínicamente validado por varios investigadores.23 Grado Características 0 Sin lesión del pie abierta 1 Presencia de úlcera superficial, espesor parcial o total 2 La úlcera se extiende a los ligamentos, tendones, cápsula articular o fascia profunda sin abscesos u osteomielitis 3 Presencia de úlcera profunda con absceso, osteomielitis 4 Gangrena localizada en el antepié o el talón 5 Extensiva Sistema de Clasificación de Wager para Ulcera de Pie Diabético. Grado Características 0 Presencia de preulcerización o epitelización postulcerosa 1 Úlcera superficial que no penetra en el tendón, el hueso o la articulación 2 Úlcera que penetra hasta el tendón o la cápsula 3 Úlcera que penetra en el hueso o la articulación A Úlcera no infectada y no isquémica B Infección presente C Isquemia presente D Isquemia e infección presente 11 Sistema de Clasificación de Texas para Ulcera de Pie Diabético. Resumen del sistema de clasificación de la infección del pie diabético por el grupo de trabajo internacional sobre la infección del pie diabético(PEDIS) Grado Signos clínicos de infección 1 Ninguna 2 Proceso local que involucra piel y tejido subcutáneo Eritema (si está presente) <2 cm No hay signos de infección sistémica 3 Proceso local más profundo que la piel y el tejido subcutáneo Eritema> 2 cm Absceso local, osteomielitis, artritis séptica, fascitis. No hay signos de infección sistémica. 4 Signos de infección sistémica (> 2 de los siguientes); Temperatura> 38 ° C, o, <36 ° C Frecuencia cardíaca> 90 lpm Frecuencia respiratoria> 20 respiraciones / min tcPO2 <32 mm Hg WBC> 12, o,> 10% de bandas Signos de infección local; hinchazón, induración, eritema, ternura, calor, secreción purulenta. Los tratamientos están basados en antimicrobianos, antidiabéticos orales, insulina, analgésicos, determinaciones frecuentes de pruebas de laboratorio y estudios de gabinete; finalmente se agrega el tratamiento quirúrgico conservador en los casos que es posible salvar la extremidad, y el tratamiento quirúrgico radical, consistente en amputaciones mayores. Esto la convierte en una de las patologías de mayor costo hospitalario. La decisión de tratar una úlcera del pie diabético de forma ambulatoria o como un paciente interno en el hospital a menudo depende del estado clínico actual del paciente. Los pacientes sépticos con heridas gravemente infectadas requieren ingreso para tratamiento quirúrgico urgente para limitar la propagación de la infección y la destrucción del tejido. Los pacientes con problemas crónicos y estables se pueden manejar en el entorno ambulatorio para ello se requiere control dela infección y la inflamación, equilibrio de la humedad y los puntos de presión.24 Tipos de manejo: Desbridamiento de herida: Consiste en alterar el entorno de la herida y promover la curación mediante la eliminación tejido anormal, como epidermis hiperqueratósica y tejido necrótico, desechos extraños y bacterias.25 Convierte una herida estancada en una herida cicatrizante aguda al liberar los factores de crecimiento plaquetario, inhibir las proteinasas y limitar la acción del biofilm bacteriano.26 Las diferentes modalidades para desbridar una herida incluyen quirúrgica, enzimática, autolítica, mecánica e 12 intraoperatoria con ultrasonido y dispositivos hidroquirúrgicos, hasta lograra el cierre de la herida.27 Entre desbridamientos, las heridas deben cubrirse con apósitos húmedos, apósitos que contengan plata o cremas, o tratarse con terapia de presión negativa.28 Descarga de presión: El pie también debe descargarse para minimizar la presión sobre la herida y evitar que las úlceras vuelvan a aparecer. La probabilidad de curación aumenta con la efectividad de la descarga y el cumplimiento del paciente.29 Educación del paciente: Debido al curso inicial indolente de las úlceras del pie diabético pero sus complicaciones potencialmente devastadoras, es aconsejable educar a los pacientes y sus familias sobre la naturaleza de la enfermedad para maximizar la probabilidad de cumplimiento con la optimización médica y el cuidado de la herida.24 Manejo de las úlceras de pie diabético: Considerando que las úlceras de pie diabético son crónicas, es necesario hacer la distinción entre colonización e infección: la colonización es la multiplicación de microorganismos sin provocar una reacción en el huésped; la infección es la respuesta inflamatoria del huésped al daño provocado por la multiplicación de los microorganismos. Las úlceras de pie diabético infectado en general presentan exudado de mal olor, induración de tejido, eritema alrededor de la úlcera, calor local y edema. El dolor, la fiebre y el aumento de los glóbulos blancos se asocian con infección y no con colonización. Las infecciones del pie constituyen la infección de partes blandas más frecuente en el diabético y pueden llevar a una osteomielitis, amputación o a la muerte. La presencia de inflamación local, exudado o crepitación indica infección, pero su ausencia no fue descartada y puede observarse osteomielitis bajo una úlcera no inflamatoria. Por otra parte, la existencia de signos inflamatorios en un pie no ulcerado puede corresponder a una artropatía de Charcot. Síntomas sistémicos como fiebre o calofríos, al igual que leucocitosis, solo se presentar en un tercio de los casos de infección. La hiperglicemia en cambio en común. La neuropatía predispone a la infección al permitir puertas de entrada como úlceras plantares. En ausencia de úlceras, el 60% de las infecciones comienza en los espacios interdigitales, seguido de la región periungueal en 30% y el restante 10% en otras zonas. 13 En las infecciones de pie diabético, los agentes de las mujeres por tratarse de una infección superficial o profunda. Las infecciones superficiales agudas adquiridas en la comunidad y el tratamiento antibacteriano son generalmente provocadas por estafilococos aureus o estreptococos spp y no siempre requieren uso de antimicrobianos. Las infecciones profundas y / o crónicas son polimicrobianas en más del 50% de los casos, con participación de dos o 3 agentes como promedio. En ellas debe intentarse siempre un diagnóstico bacteriológico preciso a través de cultivos. La cronicidad y la repetición de los tratamientos antibióticos llevan a la selección de flora bacteriana el porcentaje de gramos negativos y gramos positivos multirresistentes. El objetivo básico del manejo de las úlceras del pie diabético infectadas es removedor todo el material extraño y eliminar el tejido esfacelado o necrótico. En el manejo avanzado de las úlceras de pie diabético se recomienda realizar una curación diaria y evaluar cada 24 horas las condiciones generales y locales del paciente. Realizar un lavado amplio y efectivo y utilizar como cobertura un apósito interactivo, bioactivo o mixto, dependiendo de la cantidad y calidad del exudado y de las características del tejido (granulatorio, esfacelado o necrótico). Recomendaciones: • Realizar la curación cada 24 h. Si el exudado de la úlcera ha extravasado la cobertura, cambiarla de inmediato. • No se recomienda el uso tópico de medicamentos porque la mayoría son citotóxicos, una excepción del metronidazol al 0.8% que permite el control de las colonias. • Nunca uses apósitos transparentes como cobertura secundaria por el riesgo de aumentar la infección, principalmente con anaerobios. • En úlceras sucias con tierra, pus u otros elementos, efectuando un lavado con jabón, utilizando clorhexidina jabonosa al 2% o jabón de glicerina farmacéutica. Hay que recordar que el lavado se efectúa con movimientos rotatorios, produciendo una espuma abundante, y que, una vez terminado el procedimiento, es necesario lavar abundantemente solución. Esta técnica puede ser repetida por un máximo de tres días, considerando que el emoliente del jabón es un producto químico que afecta al tejido de granulación. • Solo utilizar la solución fisiológica, el ringer lactato agua bidestilada para efectuar el arrastre mecánico. • El apósito hiperosmótico se cambia diariamente por un período no superior a 3 días, ya que, por su gran capacidad de absorción, se corre el riesgo de resecar la herida. Coberturas. En la curación avanzada de las úlceras de pie diabético se utilizan apósitos interactivos, bioactivos y mixtos como apósitos primarios. En algunas ocasiones 14 los interactivos también se pueden usar como coberturas secundarias. Los apósitos pasivos se utilizarán exclusivamente como secundarios. Manejo avanzado de heridas: El manejo avanzado de heridas o método de curación no tradicional es una práctica mundialmente reconocida, iniciada en 1962 con los trabajos de Winter Etal, que comprobadamente trae grandes beneficios clínicos al paciente, reflejados en menor número de curaciones, menos dolorosas y con una tasa menor de complicaciones. Consiste en manejo de heridas con injertos de células cultivadas, aloinjertos, xenoinjertos de colágeno y membranas amnióticas. Existen pruebas para respaldar el uso de estos productos para las heridas que han demostrado una disminución en la tasa de curación, pero la calidad de la evidencia es variable, y la elección del producto a menudo se basa en la preferencia del profesional.24 Terapia con presión negativa: Esta modalidad de tratamiento utiliza "Succión subatmosférica continua o intermitente, realizada sobre la herida quirúrgica, mediante una esponja de poliuretano y sellada con un plástico adherente transparente" para conseguir la cicatrización de la herida. La hipótesis subyacente a su desarrollo es que la presión negativa extrae el líquido extracelular y el exudado, reduciendo el edema y mejorando el flujo sanguíneo local, elimina las moléculas que impiden la cicatrización correcta (Metaloproteasas). Esto hace que la provisión de oxígeno y nutrientes en la zona lesionada, eliminando además el sustrato de crecimiento de los microorganismos y promoviendo en última instancia la aceleración de la cicatrización. Promueve la cicatrización en ambiente húmedo. La presión negativa estimula y acelera la formación de tejido de granulación y promueve la angiogénesis, pudiendo jugar un papel en el aumento de la proliferación celular y de la síntesis proteica. Zhang y colegas informaron que la terapia de presión negativa tiene más probabilidades de reducir o curar úlceras en comparación con la terapia estándar y en un período de tiempo más corto.18 Existen 3 tipos de esponjas: - Negra: con poros de entre 400 y 600 micras y compuesta de poliuretano,aplicándose en el interior de la herida. Es hidrófoba y fácilmente colapsable, utilizándose ante la necesidad de estimular la granulación y la contracción de la herida. - Blanca: con poros de aproximadamente 250 micras y compuesta de polivinilalcohol, se aplica sobre la herida cuando existe escaso tejido de granulación y se requiere fuerza de tensión. Es hidrófila y necesita más presión para colapsarse, cuando se presenta cuando el tejido que cubre es friable. 15 - Con plata: La plata metálica microaleada se distribuye uniformemente a través de todo el espacio, lo que proporciona una plata efectiva después del dimensionamiento como una barrera eficaz contra la penetración bacteriana. Los iones de plata protectores reducen las bacterias aerobias, gram negativas y gram positivas, y pueden ayudar a reducir las infecciones en las heridas. Indicaciones: Es recomendable usar en las heridas que el tratamiento convencional no se redujo al menos el 50% de su tamaño en el período de una mes. Es imprescindible que el paciente esté hemodinámicamente estable y tenga intacta la capacidad de cicatrización: Pie diabético, Ulceras por presión, Fijación de injerto de piel, Quemaduras, Dehiscencia de sutura esternal o abdominal, Exposición de tendón y traumatismo de Extremidades inferiores, Fístulas, Zona donante , Hidrosadenitis supurativa, Heridas de fasciotomía, Mordeduras de animales, Congelación, Heridas columna vertebral, Osteomielitis. Contraindicaciones: Este tipo de tratamiento está contraindicado en el caso de las heridas debidas a neoplasias o de componente neoplásico, osteomielitis no tratada, fístulas a órganos o cavidades, exposición de venas o arterias, existencia de tejido necrótico, mal estado nutricional del paciente o previsible fallecimiento en los siguientes seis meses. También se aconseja utilizar con precaución cuando exista un sangrado activo o si el paciente sigue con tratamiento anticoagulante. Complicaciones: Las más habituales son las siguientes: Sangrado en el momento de cambiar la esponja debido al exceso de crecimiento de tejido de granulación, sobre todo si la esponja estuvo colocada durante más de 48 o 72 horas. Problemas por el olor que se desprende, necesitando en ocasiones descartar la presencia de una infección activa. Reacciones alérgicas al material utilizado (esponjas, apósitos, etc.). Necrosis de los márgenes de la herida. Infección, habiéndose observado incluso por gérmenes anaerobios y síndrome de shock tóxico. Depleción de líquidos, descrito en edad extrema, que perdía gran cantidad de líquido por las lesiones. Dolor, sobre todo durante los cambios de la esponja y al reiniciar la presión negativa por el cambio. Tiene buena respuesta a la analgesia. Cirugía de tejidos blandos: Los pacientes diabéticos con ulceraciones del pie, abscesos, cambios gangrenosos húmedos, gas en el tejido en radiografías simples o signos sistémicos de sepsis requieren atención quirúrgica urgente. Se debe realizar una incisión profunda y drenaje de abscesos o vías infecciosas en el quirófano, junto 16 con una exploración adecuada de los compartimentos fasciales y las capas del pie, porque los abscesos que provienen de la úlcera del pie pueden seguir hasta el tobillo o la parte inferior de la pierna. La amputación de dígitos o partes del pie puede ser necesaria debido a la gangrena o para limitar el avance de la infección. Después de tratar la infección del pie, el enfoque de la atención debe dirigirse hacia la necesidad de revascularización y el cierre de la herida primaria o secundaria. La fisiología alterada de estas heridas, así como a problemas sistémicos adicionales en pacientes diabéticos, provocan un cierre de la herida lento y con frecuencia se requieren intervenciones múltiples, con buen se han reportado tasas de cierre de hasta 80%. Los principios que definen el cierre exitoso de la herida incluyen el control de la infección, el desbridamiento de la herida, la perfusión adecuada, la descarga de presión y el equilibrio de la humedad. Las pequeñas heridas superficiales pueden sanar sin intervención adicional o con la aplicación de materiales basados en células como Dermagraft, Apligraft o aloinjertos de queratinocitos.30 flaps tisulares locales: Los colgajos locales para el cierre de la herida deben diseñarse de acuerdo con el suministro de sangre real del pie. La ventaja significativa de usar flaps de piel locales es el concepto reemplazar defectos con piel similarmente especializada. La desventaja de los colgajos locales es la cantidad limitada de piel especializada disponible para cerrar heridas, lo que limita el tamaño de las heridas que se pueden manejar de esta manera. Se deben de manejar la s prominecias oseas para mejorar los índices de curación. En pacientes seleccionados pueden ser muy exitosos. También se pueden diseñar colgajos de rotación plantar doble a cada lado del defecto para el cierre de pequeñas (<2 cm) úlceras plantares centrales en el antepié.24, 30 Colgajos libres: Los colgajos libres suministran una gran cantidad de tejido y pueden permitir un desbridamiento agresivo porque el tamaño de la herida es menos restrictivo que con los colgajos pediculados. El colgajo no debe alterar el suministro vascular del pie, por lo que las anastomosis arteriales de extremo a lado son una mejor opción que las anastomosis de extremo a extremo para mantener el flujo en la circulación nativa. Las transferencias microvasculares con frecuencia requieren procedimientos secundarios tales como citorreducción y reintroducción de tejido para mejorar la estética y la función. Las series exitosas informan que se requiere desbridamiento agresivo de tejido no viable, revascularización cuando es necesario, control de problemas médicos, soporte de peso gradual protegido, corrección de anormalidades óseas subyacentes antes o durante el procedimiento de colgajo y control de infección. Los pacientes con problemas médicos múltiples y mal controlados se tratan mejor con opciones locales de cierre del tejido.24, 30 17 Prevención de los defectos recurrentes de los tejidos blandos: La prevención de la recurrencia de la herida es tan importante como el cierre inicial de la herida. Desafortunadamente, el riesgo de ulceración recurrente sigue siendo alto a pesar de las mejoras en el manejo del pie diabético. La presencia continua de aquellos factores que conducen a la formación de úlceras iniciales, como la neuropatía o la enfermedad arterial, contribuye significativamente a esta tasa de recurrencia. La ulceración de la superficie plantar se correlaciona con el aumento de las presiones de la planta y el mediopié con la deambulación. El acortamiento del tendón de Aquiles por contracción o rigidez crónica puede contribuir significativamente al aumento de la presión del pie plantar. Los niveles elevados de glucosa pueden conducir a una reticulación anormal entre las fibrillas de colágeno y aumentar la rigidez del tendón. Los pacientes que no pueden dorsiflexionar el tobillo o tienen presiones aumentadas en el antepié se consideran en mayor riesgo de ulceración recurrente. El alargamiento del tendón de Aquiles a menudo se puede realizar por vía percutánea para lograr un punto neutro o dentro de los 5 grados de dorsiflexión en un esfuerzo por prevenir la ulceración recurrente del pie.24, 30 Amputaciones: Cuando no es posible el cierre de la herida, debido al tamaño y la extensión de la herida, la ubicación o la isquemia irreversible, puede ser necesaria alguna variante de la amputación del pie. La elección adecuada y el rendimiento óptimo de la amputación, como las amputaciones parciales o completas de ortejos, transmetatarsianas y del mediopié, son componentes fundamentales del tratamiento del pie diabético. Con los avances actuales en revascularización y tratamientos de cuidado de heridas, una amputación parcial del pie puede ser posible dondeanteriormente se hubiera pensado que una amputación por debajo o por encima de la rodilla era más probable. Aunque las amputaciones con frecuencia conllevan un estigma social y se asocian con un sufrimiento psicológico significativo para el paciente, dan como resultado una curación rápida, hospitalizaciones más cortas, menor riesgo de reinfección o recurrencia de una herida y un resultado funcional aceptable. Una vez sanado el sitio de amputación del paciente, el objetivo del tratamiento debe ser la prevención de la recurrencia de la úlcera en el sitio de la amputación mediante la descarga adecuada y la educación del paciente.24 La amputación, con independencia de su nivel, es una intervención de técnica compleja y en la que, para minimizar las complicaciones locales y sistémicas, es fundamental seguir una serie de principios básicos generales: a) La antibioticoterapia debe utilizarse siempre. Si existe infección previa, debe prolongarse en el postoperatorio hasta confirmar la evolución clínica correcta del muñón. Esta situación es la más habitual en el PD, pero en aquellos casos en que no existan signos clínicos de infección, debe utilizarse de forma profiláctica, iniciando la pauta previamente a la intervención y retirándola a las 48 horas. Los 18 antibióticos utilizados tienen que cubrir los gérmenes gram-positivos, gram- negativos y anaerobios. b) La hemostasia debe ser muy rigurosa, ya que la formación de hematoma implica necrosis o infección. c) Los bordes cutáneos deben aproximarse sin tensión, y hay que evitar el exceso de manipulación y los traumatismos de los tejidos blandos por la utilización de pinzas u otros instrumentos. d) Debe realizarse la tracción de los trayectos nerviosos con la finalidad de que su sección reste más proximal que el resto de los tejidos, consiguiendo así su retracción y evitando el posible desarrollo de neurinomas en la cicatriz. e) De igual forma debe procederse con los tendones y con los cartílagos articulares, ya que son tejidos sin vascularización, que pueden interferir en la formación de tejido de granulación. f) No dejar esquirlas óseas en la herida, ni rebordes cortantes.24 Amputaciones Menores: Son aquellas que se limitan al pie. Amputaciones distales de los dedos: Están indicadas cuando la lesión necrótica se circunscribe a las zonas acras de los dedos. Es necesario extirpar todos los tejidos desvitalizados, resecando de forma total o parcial las falanges hasta que queden bien recubiertas por tejido blando, y eliminando las carillas articulares que permanezcan al descubierto. En presencia de infección, se deja abierta para que cierre por segunda intención. Amputación transfalángica. La resección de tejido es mínima y no precisa de rehabilitación, ya que después de la misma el pie se mantiene con una buena funcionalidad. Indicaciones: En las lesiones localizadas en la falange media y la distal, siempre que en la base del dedo reste una zona de piel lo suficientemente extensa como para recubrir la herida. El tipo de lesión suele ser una gangrena seca bien delimitada, ulceraciones neurotróficas u osteomielitis. Contraindicaciones: - Gangrena o infección que incluye el tejido blando que recubre la falange proximal. - Artritis séptica de la articulación metatarsofalángica. - Celulitis que penetra en el pie. - Afección del espacio interdigital. - Dolor en reposo de los dedos y antepié. 19 Amputación digital transmetatarsiana Este tipo de amputación tiene la ventaja, sobre las más proximales, de que la deformidad del pie es mínima, mantiene su funcionalidad y que no precisa rehabilitación. Indicaciones: Lesiones necróticas de los tejidos que recubren la falange proximal con indemnidad del espacio interdigital, del pliegue cutáneo y de la articulación metatarso-falángica. Contraindicaciones: - Artritis séptica de la articulación metatarsofalángica. - Celulitis que penetra en el pie. - Afección del espacio interdigital. - Lesiones de varios dedos del pie. En este último caso, es recomendable realizar de primera intención una amputación transmetatarsiana, ya que la amputación de dos o más dedos suele conllevar la sutura a tensión, y el pie queda con una alteración importante en la transmisión normal de la carga, lo que ocasionará, en un futuro, nuevas lesiones por roce o el desarrollo de un mal perforante plantar. La técnica supone la exéresis del dedo, de la articulación metatarso-falángica y de la parte distal del metatarsiano. Sin embargo, existen variaciones dependiendo del dedo que se ampute: Amputación del segundo, tercero y cuarto dedos. La incisión se inicia en la base del dedo por sus caras interna y externa, dejando algunos milímetros de piel en la falange proximal para facilitar el cierre de la herida sin tensión. Se prolonga en su cara dorsal hasta converger sobre el eje metatarsiano a unos cuatro centímetros de la base del dedo. En la cara plantar se realiza la misma incisión. Los tejidos blandos son extirpados con bisturí. Se abre la cápsula de la articulación metatarso-falángica y se desarticula el dedo, para posteriormente resecar la cabeza del metatarsiano. Amputación del primero y quinto dedos. La incisión cutánea se inicia sobre su cara lateral en la base del metatarsiano, en forma de raqueta que incluye todo el dedo y transcurriendo por el espacio interdigital. Se deja el borde inferior algo más extenso que el superior para que recubra la herida quirúrgica, ya que el tejido subcutáneo plantar, al estar formado por tejido graso y tabiques fibrosos más resistentes a la infección y a la necrosis, proporciona una mejor protección. 20 Cuando existe una ulceración sobre la articulación metatarso-falángica del quinto dedo, debe realizarse una incisión en la piel en forma de ojal, sobre la cara lateral externa de la articulación, incluyendo los tejidos lesionados, y proceder a la apertura de la cápsula articular y a la resección de la cabeza del metatarsiano y de la base de la falange proximal, con la finalidad de suturar la piel sin tensión. La ventaja que aporta esta técnica sobre la clásica de amputación total del dedo es que el traumatismo tisular es mínimo, aspecto importante en este tipo de enfermos, que tienen una vascularización distal muy deficiente. Puede seguirse el mismo procedimiento en el caso de la ulceración de un hallux valgus. Amputaciones atípicas. Son aquellas circunscritas al pie y técnicamente menos estandarizadas. Están indicadas cuando existe una infección o una gangrena no estabilizada, en función de salvaguardar el apoyo plantar del pie y, sobre todo, el del primer dedo, que tiene un papel muy importante en la dinámica del mismo. Suponen la extirpación de toda la piel, tejidos necróticos y estructuras óseas afectadas. El límite de la sección ósea debe situarse en la parte proximal de los metatarsianos, ya que una amputación más posterior no consigue un pie funcional y en esta situación, la mejor opción es una amputación reglada a un nivel más proximal. Generalmente, se deja abierta para que la cicatrización se haga por segunda intención. Amputaciones transmetatarsianas: Se basa en la resección de la totalidad de las falanges y de la epífisis distal de los metatarsianos. Se consigue una aceptable funcionalidad del pie y no precisa de rehabilitación compleja. Indicaciones: - Lesión que incluya varios dedos y sus espacios interdigitales. - En los procesos que afectan al dorso del pie, en su tercio anterior, sin sobrepasar el surco metatarso- falángico en la planta del mismo. Contraindicaciones: - Infección profunda del antepié. - Lesiones que afecten a la planta del pie. Deben evitarse los hematomas mediante una hemostasia cuidadosa, ya que son motivo de infección e impiden el acoplamiento del colgajo. Se han descrito otras amputaciones, en zonas más posterioresdel pie, como son las de Lisfranc y Chopart.(Figura 1.) La primera consiste en la 21 desarticulación tarsometatarsiana, y en la segunda la sección se realiza a nivel mediotarsiano. Son amputaciones con un importante grado de inestabilidad, que se traduce por equinismo o equino-varo, y por estas razones, habitualmente no se practican. Figura 1. Transmetatarsal Lisfranc Chopart Amputaciones Mayores: Amoutación de Syme. (Figura 2) Descrita por este autor en 1842, se realiza a nivel de la articulación del tobillo. Se consigue un buen muñón de apoyo, restando espacio suficiente entre el extremo del muñón y el suelo, para la adaptación de la prótesis que supla sus funciones. Indicaciones: - Fracaso de la amputación transmetatarsiana. - Gangrenas o úlceras bien delimitadas del antepié, tanto dorsales como plantares, que imposibiliten la realización de una amputación transmetatarsiana. Contraindicaciones: - Lesiones próximas al tobillo y que no permitan el espacio suficiente para realizarla. - Isquemia, ulceraciones o infecciones del talón. - La presencia de un pie neuropático con ausencia de sensibilidad en el talón es una contraindicación relativa. Amputación de Pirogoff. (Figura 2) Técnicamente es similar a de Syme, difiriendo únicamente en la conservación de una porción del hueso calcáneo como zona de apoyo. 22 Se extirpa la parte anterior del mismo, dejando la posterior con la inserción del tendón de Aquiles para, a continuación, rotar su tuberosidad con el fin de afrontarlo con la superficie seccionada de la tibia y del peroné. Tiene el inconveniente de que el muñón pierde poca altura con respecto al suelo, lo que impide el acoplamiento posterior de una prótesis a nivel de la articulación del tobillo, y por este motivo es necesario colocar un alza correctora en la otra extremidad. Amputación Infracondilea: Tiene la ventaja, sobre la supracondílea, de preservar la articulación de la rodilla, lo que facilita la prótesis de aquellos enfermos en los que, por sus condiciones físicas, no sería posible realizarla en el caso de amputaciones más proximales. El tipo de muñón resultante no es de carga. El peso no lo soporta el muñón sino el extremo proximal de la tibia, siendo importante conservar el peroné porque proporciona una estructura piramidal al muñón que le procura una buena estabilidad. Indicaciones: - Fracaso de la amputación transmetatarsiana. - Gangrena de pie que invade la región metatarsiana e impide realizar una amputación a este nivel. Contraindicaciones: - Gangrena extensa de la pierna. - Articulación de la rodilla en flexión irreductible de más de veinte grados. - Enfermos a que, por sus condiciones generales, no va a ser fácil colocar una prótesis. Existen muchas variantes técnicas de la amputación infracondílea, que se diferencian entre sí por la construcción de los colgajos miocutáneos. Amputación Supracondilea. En este tipo de amputación se pierde la articulación de la rodilla y la carga protésica se concentra en la zona isquiática y no directamente sobre el muñón, como sucede en la desarticulación de la rodilla. Un aspecto fundamental, por las consecuencias que posteriormente va a suponer sobre la prótesis, es la correcta longitud del muñón, que facilite un brazo de palanca adecuado para la movilización de la prótesis y del mecanismo de la rodilla 23 protésica, que debe quedar situada al mismo nivel de la rodilla de la extremidad contralateral. Una longitud excesiva significa una asimetría antiestética, perceptible cuando el enfermo está sentado, y un muñón excesivamente corto dificultades en la prótesis, ya que funcionalmente es equivalente a la desarticulación de la cadera. Indicaciones - Fracaso de cicatrización en la amputación infracondílea. - Contractura de los músculos de la pantorrilla con flexión en la articulación de la rodilla. Contraindicaciones - Extensión de la gangrena o la infección a nivel del muslo. Figura 2. Symes Pirogoff La amputación es una intervención compleja, cuyas complicaciones constituyen a menudo el fracaso de la intervención y repercusiones sistémicas graves. Las principales son: - El hematoma, cuyas consecuencias son el incremento de la presión interna del muñón, la isquemia secundaria y la infección. - La infección, que es una complicación muy grave y que en la mayor parte de los casos hace fracasar la amputación y deteriora gravemente la situación general del enfermo. Generalmente, se manifiesta en forma de dolor en el muñón y suele ir acompañada por fiebre y leucocitosis. - Fracaso en la cicatrización como consecuencia de una inadecuada elección del nivel de amputación. Son heridas que, en el curso del postoperatorio, presentan necrosis marginales en los bordes cutáneos y escaras. - Percepción de la extremidad amputada — síndrome del "miembro fantasma"— que consiste en la sensación expresada por el paciente de seguir percibiendo físicamente no sólo la parte de extremidad amputada, sino además con la sintomatología del dolor isquémico pre-operatorio. Se advierte con mayor frecuencia en las amputaciones supracondíleas. - Contractura en flexión de la articulación de la rodilla o cadera por dolor en el muñón.24 24 Enfermedad Arterial periférica en el pie diabético: Para que las úlceras diabéticas cicatricen, ha sido de importancia restablecer el flujo sanguíneo pulsátil hacia el pie. Aunque el segmento arterial femoropoplíteo se ve comúnmente afectado en los diabéticos, la enfermedad oclusiva de la arteria tibial es la distribución clásica en pacientes diabéticos, lo que lleva a una isquemia que pone en peligro las extremidades. En el pasado, se razonó que, debido a que la etiología de la enfermedad arterial diabética era secundaria a la oclusión de la circulación microvascular, la cirugía de derivación no mejoraría el flujo dentro de la microcirculación y sin duda fallaría. Sin embargo, la revascularización de las extremidades inferiores con intervenciones abiertas o endovasculares puede contribuir de manera significativa a la preservación de las extremidades en esta población de pacientes. Las indicaciones para tratar la enfermedad oclusiva arterial en diabéticos son similares a las de los pacientes no diabéticos: claudicación limitante del estilo de vida, dolor en reposo y pérdida de tejido que se asocia con úlceras que no cicatrizan y cambios gangrenosos.31 Laboratorio Vascular: Los pacientes diabéticos con pérdida de tejido o úlceras que no cicatrizan sin pulsos de pedal palpables deben someterse a más pruebas para detectar la enfermedad arterial subyacente. Las mediciones del índice tobillo-brazo (ITB) son poco confiables en diabéticos debido a la calcinosis medial de los vasos tibiales. Sin embargo, las arterias digitales a menudo se libran de la gran calcificación que se produce en las arterias tibiales, y sus mediciones de flujo reflejan con mayor precisión la perfusión del pie. Como tal, las mediciones del índice medio pie- braquial pueden ser más útiles en pacientes diabéticos con una supuesta ITB falsamente elevada, el cual mayor que 0.6 es predictivo de curación de tejido. Las pruebas alternativas que también podrían ser útiles en el estudio de las úlceras del pie diabético incluyen las tomas de volumen de pulso, la fotopletismografía, la tensión de oxígeno transcutánea y la presión de perfusión cutánea. Imágenes no invasivas, como Angiotomografía computarizada (CTA) y Angioresonancia magnética (MRA), son a menudo el siguiente paso para las imágenes arteriales basadas en la evaluación del laboratorio vascular.Se requieren detalles finos y definición de las arterias tibiales y de las pedias para planificar la revascularizacióndiabética; por lo tanto, a menudo se obtienen arteriografíaspara ayudar con la planificación operativa, con la angiografía de CO2 considerada en el contexto de insuficiencia renal. Las imágenes de un CTA o MRA pueden permitir un abordaje arteriográfico enfocado que a menudo se puede combinar con una intervención terapéutica endovascular si es apropiado. Ocurre en aproximadamente el 60% de los estudios arteriográficos realizados para la conservación de extremidades diabéticas. 25 Las intervenciones endovasculares continúan desempeñando un papel cada vez más prominente en el tratamiento de los pacientes con úlcera del pie diabético. Sin embargo, la enfermedad oclusiva de la arteria tibial sigue siendo un desafío para un enfoque basado en el manejo con catéter. Varios autores han demostrado resultados comparables después de la revascularización endovascular en diabéticos y no diabéticos, con menores tasas de permeabilidad primaria a largo plazo en pacientes diabéticos, pero permeabilidad secundaria equivalente y tasas de preservación de la extremidad. La recanalización arterial puede ser un factor importante para determinar la eficacia de las intervenciones endovasculares. Los pacientes diabéticos sometidos a angioplastia tibial con falta de una arteria tibial incrementan el índice de amputación a 62%, en comparación con el 1,7% en pacientes con al menos una arteria patente en el pie. Hay diferentes modalidades disponibles para la revascularización, incluida la angioplastia tibial estándar con cables dedicados, balones estándar y balones liberadores de fármacos, así como la reconstrucción del arco del pedal con la técnica del "loop pedio". La técnica del loop pedio consiste en atravesar lesiones en el arco del pedal para establecer un flujo sanguíneo hacia el pie de forma prograda o retrógrada.24 Los datos sobre el papel de las tecnologías de stenting y elución de fármacos en la revascularización de la arteria tibial siguen siendo limitados. Aunque un estudio informó que el stent infrapoplíteo puede ser exitoso, con tasas de reestenosis de 20% a 1 año y más de 70% de permeabilidad primaria, la preservación de la extremidad funcional fue mejor para los pacientes sometidos a angioplastia debajo de la rodilla proximal en comparación con la colocación de stent tibial.32 La revascularización ayuda para asegurar la cicatrización en aquel PD en el que, una causa de un proceso infeccioso, se ha realizado una exéresis quirúrgica más o menos extensa y que inicialmente no presentaba una buena perfusión. En el mayor porcentaje de estas situaciones, si la revascularización no es viable o fracasa, la amputación es la única alternativa. En la patología isquémica de las extremidades inferiores se ofrece de las siguientes cuatro opciones técnicas de revascularización: - By-pass. - Endarteriectomía. - Cirugía endovascular. - Simpatectomía. Obviamente, no difieren en su aplicación con respecto a las medidas en el enfermo isquémico no diabético, pero sí características morfológicas de la arterioesclerosis en el enfermo diabético, como la plurisegmentariedad lesional, la afectación prevalente de los troncos tibiales y la calcificación, introducción importante y valorable elementos diferenciales tanto en la estrategia quirúrgica como en los resultados de permeabilidad, inmediata y tardía. Margarita Texto escrito a máquina Intervenciones endovasculares: 26 Sector aorto-ilíaco. Las opciones de revascularización en este sector incluyen: - Eludir aorto-femoral (bi o uni). - El by-pass extra-anatómico (axilo-femoral, fémoro-femoral). - La endarteriectomía. - La cirugía endovascular en el sector ilíaco. El by-pass aorto-femoral es una técnica que aporta resultados satisfactorios con el nivel de evidencia, en el que su tasa de permeabilidad a los cinco años se sitúa en el 85% -90%, con una morbilidad del 8% y una mortalidad inferior al 5%. En cuanto a la morfología lesional de la arterioesclerosis obliterante en este sector, la situación más prevalente en el enfermo diabético es la que viene significada por estenosis difusas, extensas y que afectan a ambos ejes ilíacos, sobre las que existe un consenso absoluto en cuanto a que la técnica de revascularización debe ser el by-pass aorto-bifemoral, mediante prótesis bifurcadas de Dacron, Velour o PTFE. Las principales variables identificadas como causa tardía de obliteración en el by- pass son la hiperplasia intimal en la zona anastomótica femoral y la propia progresión de la enfermedad en los segmentos distales a la misma, que se comportan comprometiendo el flujo de salida -out-flow. Sector Fpmoro-Popltteo-Tibial. Es el sector más afectado en la DM y su prevalencia en los trastornos isquémicos oscila entre el 47% y el 65%. En los enfermos diabéticos, las lesiones en el sector fémoro-poplíteo-tibial son las determinantes en el 75% de los casos de las manifestaciones clínicas de isquemia, y únicamente en el 25% de éstas, las lesiones en el sector aorto-ilíaco, únicas o asociadas a las del sector fémoro- poplíteo-tibial son determinantes de las mismas. Un aspecto diferencial entre ambos es que las lesiones en el enfermo no diabético se localizan en la arteria femoral superficial y primer segmento de la arteria poplítea —canal de Hunter— y es poco frecuente que se extienda a la totalidad de esta última, mientras que en el enfermo diabético la lesión se extiende también a la arteria poplítea y los vasos distales. La técnica revascularizadora de elección en este sector es el by-pass, interpuesto entre la arteria femoral común y el primer o tercer segmento de la arteria poplítea —supragenicular o infragenicular— o los troncos tibio-peroneos. Las características lesionales de la arterioesclerosis en el enfermo diabético hacen especialmente conflictivo el primer aspecto, y con mucha más frecuencia se impone realizar anastomosis distales a troncos tibio-peroneos a nivel maleolar, como única opción de asegurar un buen flujo de salida. 27 La angioplastia del sector fémoro-poplíteo en situación de isquemia crítica, y en enfermos con un riesgo quirúrgico elevado o con escasas posibilidades de revascularización, puede aportar incrementos en la presión de perfusión, que aún no solucionando el problema isquémico de forma definitiva, permiten, coyunturalmente, la cicatrización de las heridas y el tratamiento de la infección.24 Bypass quirúrgico: Para que las úlceras diabéticas cicatricen, se requiere restablecer el flujo sanguíneo pulsátil hacia el pie. Aunque el segmento arterial femoropoplíteo se ve comúnmente afectado en diabéticos, la enfermedad oclusiva de la arteria tibial es la distribución clásica en pacientes diabéticos, lo que lleva a una isquemia que amenaza la extremidad. Aproximadamente el 25% de los pacientes con isquemia que amenaza la extremidad, presentan heridas importantes y pérdida de tejido se tratan mejor con bypass quirúrgico como método inicial de revascularización. Hemos encontrado que los diabéticos con una pérdida de tejido más extensa (> 2 cm2) sanan más rápido y más completamente después del bypass, en comparación con la terapia endovascular. Debido a la preponderancia de la afectación de la arteria tibial, los objetivos distales pueden incluir las ramas plantares medial y lateral y otras arterias inframaleolares. Debido a la distribución tibial en el paciente diabético, a menudo se puede considerar un bypass poplíteo-distal debido a que el árbol arterial proximal se salva de la enfermedad oclusiva que limita el flujo. El uso de la arteria poplítea para el flujo de entrada limita la longitud del bypass para optimizar la permeabilidad a largo plazo, así como la longitud del conducto autógeno necesario para el bypass. Varios investigadores han establecido la superioridad del bypass de las extremidades inferiores con la vena autógena en comparación conotros conductos. Si la vena se puede utilizar como un conducto para el bypass en pacientes diabéticos, se puede obtener una tasa de permeabilidad y recuperación de la extremidad similar a la de los pacientes no diabéticos. Se a informado una permeabilidad primaria del 57% y 38% a los 5 y 10 años, respectivamente. Hasta el 30% de los pacientes diabéticos no tienen vena safena adecuada para derivación a los objetivos tibiales distales. En pacientes reoperativos, esta cifra aumenta al 50%. En tales pacientes, se deben considerar los conductos alternativos para derivación, como la vena safena menor, vena del brazo, venas compuestas y un injerto de politetrafluoroetileno (PTFE) con un parche de vena distal con o sin una fístula arteriovenosa distal. Además, aunque estos conductos alternativos no son equivalentes a la vena safena interna intacta para el bypass tibial, pueden ser efectivos para la preservación de la extremidad. 28 Los bypass de extremidades inferiores en pacientes diabéticos no están exentos de riesgo. Existe una cierta morbilidad perioperatoria asociada con la cirugía de bypass que se acerca al 20%, con una tasa de complicación incisional del 10% para los injertos venosos. Las complicaciones pulmonares, cardíacas y renales pueden retrasar la recuperación y aumentar la estancia hospitalaria y el costo. De hecho, aunque la diabetes no es un factor de riesgo para la falla del injerto venoso, se ha asociado con un mayor riesgo de mortalidad a largo plazo y pérdida de extremidades en pacientes con isquemia crítica de extremidades en comparación con pacientes no diabéticos.33 Salvamento de Extremidad: Una de las estrategias más importantes para el manejo del pie diabético es prevenir complicaciones que pueden requerir una amputación mayor de un miembro. Incluso con el tratamiento adecuado, algunos pacientes deben someterse a una amputación mayor o una operación de salvamento de la extremidad.34 Estas operaciones no son solo una enorme carga emocional y social para los pacientes debido a un impedimento físico, sino también una carga financiera.35 El rescate exitoso de la extremidad, definido como un muñón adecuado para la ambulación funcional, está principalmente determinado por el nivel de amputación. Se ve afectado principalmente por la preservación del astrágalo y el calcáneo porque minimiza la discrepancia en la longitud de las extremidades y preserva la almohadilla del talón.36 El nivel de amputación de Chopart es el más proximal entre las ubicaciones de amputación de miembros inferiores que preservan el astrágalo y el calcáneo. Aunque discutible, la amputación de Chopart se ha definido como un salvamento exitoso de las extremidades.37,38 Los cirujanos deben preservar la mayor cantidad de extremidades como sea posible. Es importante evitar la reamputación, ya que es una riesgo quirúrgico importante para los pacientes diabéticos, que por lo general ya están en una codiones deficientes y enfrentan dificultades financieras. III. PLANTAMIENTO DEL PROBLEMA ¿Cuál es la frecuencia de salvamento de extremidad y de amputación en pacientes con pie diabético en paciente hospitalizados del Hospital Español, en el periodo de marzo del 2015 a febrero 2018? IV. JUSTIFICACIÓN El presente estudió hace énfasis en la necesidad de abrir otras líneas de investigación referente a la selección de pacientes con pie diabético que podrían beneficiarse de diferentes formas de prevención e intervenciones para lograr el salvamento de extremidad y así disminuir la morbimortalidad de dichos pacientes. Actualmente existen medicamentos, apósitos, equipo avanzado y cirugías que 29 intentan preservar la funcionalidad del miembro inferior con los cuales podemos disminuir las secuelas de esta patología así como mejorar la calidad de vida y reincorporar a su vida productiva a estos pacientes. V. OBJETIVOS V.I OBJETIVO GENERAL • Identificar la frecuencia de salvamento de extremidad y de amputación en pacientes con pie diabético en paciente hospitalizados del Hospital Español, en el periodo de marzo del 2015 a febrero 2018 V.II OBJETIVOS ESPECÍFICOS • Describir las características de las úlceras del pie diabético mediante la escala de Texas y Wagner. • Describir la severidad de infecciones del pie diabético mediante la escala de la IDSA. • Describir las características demográficas (sexo, edad) de la población de estudio. • Describir los estudios de laboratorio (hemoglobina glucosilada y microbiología) • Describir las comorbilidades de la población de estudio (Hipertensión arterial, cardiopatía, nefropatía, eventos cerebrovascualres). • Contabilizar las intervenciones encaminadas al restablecimiento o mejoramiento de la circulación (intervenciones endovasculares) • Esquematizar el número de amputaciones con diagnóstico de pie diabético en el Hospital Español de México • Conocer la frecuencia de amputación infracondilea en pacientes con diagnóstico de pie diabético en el Hospital Español de México VI. METODOLOGÍA VI.I DISEÑO DE IVESTIGACIÓN Observacional, Transversal y Retrospectivo VI.II HIPÓTESIS La frecuencia de salvamento de extremidad y amputación mayor en pacientes con pie diabético será similar a la reportada en la literatura Internacional. VI.III POBLACIÓN DE ESTUDIO Pacientes con diagnóstico de pie diabetico con manejo quirúrgico en el Hospital Español. 30 Se calculara una muestra representativa a partir de pacientes hospitalizados en el Hospital Español con diagnóstico de pie diabetico de marzo 2015 a febrero 2018. VI.V CRITERIOS DE SELECCIÓN Criterios de inclusión: • Pacientes hospitalizados con diagnóstico de pie diabético • Pacientes hospitalizados en el periodo marzo 2015 a febrero 2018 • Menejo quirúrgico del pie diabetico durante su hospitalización • Pacientes del Hospital Español Criterios de exclusión: • Pacientes no canditados para realizar procedimiento quirúrgico • Pacientes tratados unicamente con medicamentos • Pacientes sin Diabetes Mellitus • Pacientes hemodinamicamente inestables • Pacientes finados previo al procedimiento quirúrgico • Pacidentes con heridas en los pies secuandarias a otra patología Criterios de eliminación: • Pacientes que firmaron alta volutaria • Pacientes que se negaron al tratamiento quirúrgico y seguimiento Calculo del Tamaño de muestra: Se revisará el cien por ciento de expedientes de la población calculada. VII. ANÁLISIS ESTADÍSTICO El análisis estadístico se realizó a través del programa SPSS. Del total de casos obtenidos, los datos se agruparon por grupos los cuales se expresaron en porcentajes. La agrupación de las variables como edad, género, tiempo de evolución de diabetes, los tratamientosse expresó a través de la media con su respectiva desviación estándar además de la moda y mediana. VIII. OPERACIONALIZACIÓN DE LAS VARIABLES Nombre de variable Definición operacional Tipo de variable Fuente de variable Edad Años cumplidos en números enteros en febrero del 2108 Cuantitativa discreta Secundario Sexo 1 = Masculino 2 = Femenino Cualitativa nominal Secundario Margarita Texto escrito a máquina VI.IV MUESTRA 31 Días de estancia intrahospitalaria Días cumplidos en números enteros en febrero del 2108 Cuantitativa discreta Secundario Reingreso Números de ingresos posterior al primer ingreso Cuantitativa discreta Secundario Tabaquismo 1 = positivo 0= negativo Cualitativa nominal Secundario Antecedente heredofamiliar de diabetes mellitus tipo 2 1 = positivo 0= negativo Cualitativa nominal Secundario Evolución diabetes mellitus tipo 2 Años cumplidos con diagnóstico de diabetes mellitus Cuantitativa discreta Secundario Hipertensión arterial sistémica 1 = positivo 0= negativo Cualitativa nominal Secundario Enfermedad renal crónica 1 = positivo0= negativo Cualitativa nominal Secundario Cardiopatía isquémica 1 = positivo 0= negativo Cualitativa nominal Secundario Evento vascular cerebral 1 = positivo 0= negativo Cualitativa nominal Secundario Diagnóstico de pie diabético previo 1 = positivo 0= negativo Cualitativa nominal Secundario Angioplastia previa 1 = Se realizó angiosplastía 0= Cualitativa nominal Secundario Amputación previa 1 = Amputacion de 1 ortejo 2 = Amputacion >1 de un ortejo 3 = Amputacion transmetatarsal 4 = Lisfranc 5 = Chopart 6 = Symes 7 = Infracondilea 8 = Supracondilea 9 = Desarticulacion Cualitativa nominal Secundario Lavado// debridación Previa 1 = Se realizó lavado 0= No se realizó Cualitativa nominal Secundario 32 Escala Wagner 0, 1, 2, 3, 4, 5 Cualitativa ordinal Secundario Escala Texas 0A, 0B, 0C, 0D 1A, 1B, 1C, 1D 2A, 2B, 2C, 2D 3A, 3B, 3C, 3D Cualitativa ordinal Secundario Escala Pedis 1, 2, 3, 4 Cualitativa ordinal Secundario Amputación realizada durante estancia hospitalaria 1 = Amputacion de 1 ortejo 2 = Amputacion >1 de un ortejo 3 = Amputacion transmetatarsal 4 = Lisfranc 5 = Chopart 6 = Symes 7 = Infracondilea 8 = Supracondilea 9 = Desarticulacion Cualitativa nominal Secundario Remodelación durante estancia hospitalaria 1 = Se realizó remodelación 0= No se realizó Cualitativa nominal Secundario Angioplastia durante estancia hospitalaria 0 = No se realizó angioplastia 1 = Femoral común 2 = Femoral superficial 3 = Poplitea 4. = Tibial anterior 5 = Tibial posterior 6 = Peronea Cualitativa nominal Secundario Lavado// debridación durante estancia hospitalaria 1 = Se realizó lavado 0= No se realizó Cualitativa nominal Secundario Presión negativa durante estancia intrahospitalaria 1 = Se realizó presión negativo 0= No se realizó Cualitativa nominal Secundario Curaciones durante la estancia intrahospitalaria 1 = Si se realizó curaciones 0= No se realizó Cualitativa nominal Secundario Microbiología durante la 0 = sin crecimiento 1 = pseudomonas Cualitativa nominal Secundario 33 estancia intrahospitalaria aeuriginosa 2 = enterococcus faecalis 3 = staphylococcus aureus 4 = escherichia coli 5 = proteus vulgaris 6 = klebsiella pneumoniae 7 = streptococcus agalactiae 8 = proteus mirabilis 9 = staphylococcus epidermidis 10 = morganella morganii 11.= staphylococcus hominis Hemoglobina glucosilada durante la estancia intrahospitalaria Porcentaje de hemoglobina glucosilada durante el internamiento Cuantitativa continua Secundario IX. CONSIDERACIONES ETICAS El presente trabajo de investigación se llevará conforme a los aspectos éticos que origen toda investigación: el Código de Núremberg promulgado en 1947, siendo la principal disposición del código que “es absolutamente esencial el consentimiento informado voluntario del sujeto humano”. En 1974 en Estados Unidos de Norteamérica se estableció la Comisión Nacional para la protección de sujetos humanos en la investigación biomédica y conductual, y en 1978 la comisión presento su informe titulado Informe Belmont principios éticos y pautas para la protección de sujetos humanos de la investigación, el informe establece los principios éticos fundamentales subyacentes a la realización aceptable de la investigación en seres humanos. En 1964 la asociación Médica Mundial adoptó la Declaración de Helsinki, cuya revisión más reciente tuvo lugar en 1989, y que estableció las pautas éticas para la investigación en seres humanos. En 1966 la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó el acuerdo internacional sobre Derechos Civiles y Políticos, que entró en vigor en 1976 y que estipula lo siguiente: Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes. En especial, nadie será sometido sin su libre consentimiento a experimentos médicos o será sometido sin su libre consentimiento a experimentos médicos o científicos. 34 El Consejo Internacional de las Ciencias Médicas (CIOMS) público en 1982, el documento; Propuesta de Pautas Internacionales para la Investigación Biomédica en Seres Humanos, el cual tiene como objetivo indicar como podrían aplicarse eficazmente los principios éticos fundamentales que guían la investigación biomédica en seres humanos, tal como se establece en la Declaración de Helsinki de Asociación Médica Mundial, especialmente en los países en desarrollo, teniendo en consideración su cultura, sus circunstancias socioeconómicas, sus leyes nacionales y sus disposiciones ejecutivas y administrativas. X. RESULTADOS Se realiza revisión manual de los censos clínicos de cirugía vascular del Hospital Español de México de los años comprendidos de marzo del 2015 a febrero del 2018. Con base en los criterios de inclusión, exclusión y eliminación antes comentados, se obtiene un total de muestra de 48 pacientes. En cuanto a los datos sociodemográficos del total de la muestra, 31 pacientes correspondían al sexo masculino y 17 pertenecían al sexo femenino. La media de edad del total de la muestra fue de 61.83 años, del sexo masculino fue de 58.87 y del sexo femenino fue de 67.23 años cumplidos. La media de estancia intrahospitalaria fue de 11.54 días. Se observa que presentan hábito tabáquico 26 pacientes, de los cuales 22 son del sexo masculino y 4 son del sexo femenino. Durante los años de seguimiento se obtiene que reingresan 12 pacientes representando el 25 % de los pacientes. De los cuales 2 reingresan en 4 ocasiones, 1 en 3 ocasiones, 1 en tres ocasiones y ocho reingresan en una ocasión. Del total de la muestra se divisa que 32 pacientes representando el 66% del total de los pacientes tienen antecedentes heredofamiliares de diabetes mellitus tipo 2. De estos 32 pacientes 20 son pacientes del sexo masculino y 12 pacientes pertenecen al sexo femenino, representando 62.5% y 37.5% de esa población respectivamente. La media de años con diagnóstico de diabetes mellitus tipo 2 es de 15.87 años. De estos la media en el sexo masculino es de 14.29 años y en el sexo femenino 18.76 años con el diagnóstico. De las comorbilidades medidas en el estudio (hipertensión, enfermedad renal crónico, cardiopatía y evento vascularcerebral) se tienen los siguientes resultados: Del total de la muestra 32 pacientes (62.5% del total de pacientes) presentan como diagnóstico comórbido hipertensión arterial sistémica (18 pacientes del sexo masculino y 14 del sexo femenino). Enfermedad renal crónica es presentada por 35 11 pacientes 22.9% (7 pacientes del sexo masculino y 4 pacientes del sexo femenino). Cardiopatía previa al ingreso es presentado por 7 pacientes 14.5%, de los cuales 4 presentaban antecedente de infarto al miocardio (3 del sexo masculino y 1 del sexo femenino) y 3 insuficiencia cardiaca (2 del sexo femenino y 1 del sexo masculino). Por último evento vascular cerebral eran presentados por 4 pacientes 8.3% (3 el sexo masculino y 1 del sexo femenino). De los pacientes con presencia de diagnóstico previo de pie diabético, fueron un total de 25 pacientes. (18 del sexo masculino, 7 del sexo femenino). Centrándonos en procedimientos previos: Del total de la muestra 3 pacientes presentan manejo con angioplastia previa, de los cuales los 3 son del sexo masculino. La media de edad de estos pacientes es de 72.3 años. Tiene una media de evolución de la diabetes mellitus tipo 2 de 18.66 años. Todos los pacientes presentan antecedentes de tabaquismo, antecedentes herodofamiliares de diabetes mellitus tipo 2, así como hipertensión arterial sistémica, siendo sólo uno quien presenta enfermedad renal crónica. Del total de pacientes 33 pacientes no presentan el antecedente de amputación previa, siendo 15 pacientes los que la presentan. De estos 15 pacientes (10 pacientes masculinos,
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