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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MÉXICO 
FACULTAD DE MEDICINA. 
 
DIVISION DE ESTUDIOS DE POSGRADO E INVESTIGACIÓN. 
 
HOSPITAL GENERAL DE MÉXICO 
“DR. EDUARDO LICEAGA” 
 
SECRETARÍA DE SALUD 
 
Frecuencia e impacto de la presencia de vaso aberrante y litiasis en los 
pacientes con diagnóstico de estenosis ureteropielica, sometidos a 
pieloplastia laparoscópica en el Hospital General de México. 
 
 TESIS DE POSGRADO. 
 
PARA OBTENER EL TÍTULO DE LA ESPECIALIDAD EN: 
UROLOGÍA 
 
PRESENTA 
 
DR. DAMIAN ALEJANDRO JIMENEZ AGUILLON 
 
TUTOR: 
 
MCM. JESÚS EMMANUEL ROSAS NAVA 
 
COTUTOR: 
MCM. HUGO ARTURO MANZANILLA GARCIA. 
 
MEXICO D.F. NOVIEMBRE 2015. 
 
 
 
 
 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
MCM. HUGO ARTURO MANZANILLA GARCÍA 
 
PROFESOR TITULAR DEL CURSO UNIVERSITARIO DE 
 
ESPECIALIZACIÓN EN UROLOGIA 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
MCM. JESÚS EMMANUEL ROSAS NAVA 
 
TUTOR DE TESIS 
 
ESPECIALIZACION EN UROLOGÍA 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
AGRADECIMIENTOS Y DEDICATORIA 
 
Este trabajo de tesis está dedicada de forma especial a mi madre, quien en 
todo momento estaba dispuesta a apoyarme sin importar la hora o el día de la 
semana que yo la necesitara. 
 
A mi padre y mis hermanos quienes han sido parte importante de mi vida, son 
ellos, mi familia con los que siempre podre contar. 
 
A todos los maestros de esta gran institución, que me han formado como 
Urólogo, ellos quienes se dispusieron a enseñarme y depositaron esperanza 
en mí para finalmente concluir este difícil camino. 
 
De igual manera agradecer de forma particular a quien es el responsable de 
este trabajo, Dr. Jesús Emmanuel Rosas Nava, quien me ha brindado un gran 
apoyo en todos los sentidos para que este trabajo pudiera concluirse, 
consejos y enseñanzas. 
 
Este trabajo representa el final de un camino que comencé a recorrer hace 
algunos años ya, junto con 4 personas más a las cuales considero parte de mi 
familia, hoy a todos y cada uno de ellos les quiero decir que lo logramos y 
darles gracias por todos los momentos que pasamos juntos. 
 
Son tantas las personas que han formado parte importante en mi vida a las 
que me encantaría agradecer por haber formado parte de este logro que esta 
a punto de cumplirse. Algunas están en mi presente, otras tantas solo ahora 
son gratos recuerdos, sin importar por ahora donde estén cada uno de ellos 
quiero agradecer por formar o haber formado parte de mi vida. 
 
Deseo en verdad que a cada una de las personas citadas en estos 
agradecimientos y las que por falta de espacio no estén citadas aquí, la vida 
les colme de bendiciones y agradecido estaré por siempre. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
ÍNDICE 
 
 
Titulo………………………………………………… 5 
 
Marco Teórico…………………………………….. 6 
 
Planteamiento del problema………………… 36 
 
Justificación………………………………………. 36 
 
Hipótesis…………………………………………… 36 
 
Objetivos…………………………………………… 37 
 
Metodología……………………………………….. 37 
 
Material y métodos……………………………… 42 
 
Análisis estadístico……………………………… 43 
 
Resultados…………………………………………. 43 
 
Discusión……………………………………………. 50 
 
Conclusiones………………………………………. 53 
 
Bibliografía…………………………………………. 53 
 
 
 
 
TITULO 
 
 
 
 
 
 
 
“FRECUENCIA E IMPACTO DE LA 
PRESENCIA DE VASO ABERRANTE Y 
LITIASIS EN LOS PACIENTES CON 
DIAGNÓSTICO DE ESTENOSIS 
URETEROPIELICA, SOMETIDOS A 
PIELOPLASTIA LAPAROSCÓPICA EN EL 
HOSPITAL GENERAL DE MÉXICO.” 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
MARCO TEÓRICO 
 
ANATOMIA Y EMBRIOLOGIA DEL SISTEMA URINARIO. 
El sistema urinario es un conjunto de órganos que su principal función es mantener 
constante alcalinidad y la composición química de la sangre. Esto se logra gracias a 
mantener constantes los productos de desecho que constituyen la orina, quienes se 
encargan de esta regulación tan importante para mantener la homeostasis dentro del 
organismo son los riñones. 
 
Los riñones están situados en la región retroperitoneal a lo largo de los músculos 
psoas. El hilio renal se encuentra a nivel de la apófisis transversa de la primera vértebra 
lumbar. Los polos superiores están algo más cerca de la línea media. El polo 
superior izquierdo queda a la altura de la décimo primera costilla, el polo superior 
derecho un poco más bajo, por la presencia del hígado. 
 
Al nacimiento el riñón mide 4 centímetros, para alcanzar 10 centímetros en el adulto. El 
peso promedio del riñón al nacimiento es de 25 gramos, en el adulto alcanza los 125 
gramos. 
 
Los riñones están sostenidos por distintas estructuras aledañas al riñón, la grasa 
perirrenal, se encuentra cubierta por la fascia de Gerota con su hoja anterior de 
Toldt, cuenta con un pedículo vascular renal (1). 
 
El riñón está envuelto por una cápsula renal, fibrosa, delgada y resistente y al cortar 
esta capsula de forma longitudinal, se observa el parénquima renal compuesto por la 
sustancia medular central que se encuentra formada por 8 a 12 pirámides cónicas 
de Malpighi en cada riñón, cuyas bases quedan en contacto con la corteza y sus 
vértices, que en su seno produce una eminencia denominada papila, perforada 
por 15 a 20 orificios por los cuales se abren los conductos colectores a los cálices 
menores. Cada 4 a 7 pirámides forman una papila o cáliz menor. Rodeando las 
pirámides, excepto en la papila se encuentra la sustancia cortical, formada por una 
gruesa capa periférica que separa las pirámides de Malpighi de la periferia del riñón 
y por otra parte se hunde y penetra entre las pirámides. 
 
La sustancia cortical contiene los glomérulos renales, en el tejido intersticial que 
separa los túbulos unos de otros y forma el retículo renal, se encuentran los 
vasos arteriales, venosos y linfáticos y los nervios del riñón. (Figura 1) 
 
La pelvis renal puede ser intra o extrarrenal y posee normalmente tres cálices 
mayores formados por la unión de 2 a 4 cálices menores. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Figura 1.- Anatomía macroscópica del riñón. Disponible en: 
http://www.anatomiahumana.ucv.cl/morfo2/ren.html 
 
Histología: La unidad anatomofuncional del riñón es la nefrona, la cual está formada 
por túbulos que tienen funciones secretoras y excretoras. La porción secretora 
está contenida en gran parta en la corteza y consta de un corpúsculo de Malpighi 
y de la parte secretora del túbulo. La porción excretora de este túbulo está en la 
médula. 
 
El corpúsculo de Malpighi comprende la capsula de Bowman en cuyo interior está el 
glomérulo, formado por un ovillo de capilares sanguíneos ligados a la circulación del 
riñón por la arteria aferente y por la arteria eferente. La red glomerular está 
interpuesta entre estas dos arteriolas, cuya pared muscular permite la contracción o 
la dilatación de los vasos, regulando de esta manera la presión del glomérulo. 
 
El total de glomérulos en cada riñón es de un millón. El glomérulose continúa con 
el túbulo contorneado proximal, conducto enrrollado sobre si mismo, continuando 
con el Asa de Henle con su porción ascendente y descendente y el túbulo contorneado 
distal. Estos tubos a medida que descienden al espesor de las pirámides de Malpighi, 
se reúnen entre sí, de lo cual resulta que los 4.000 a 6.000 túbulos colectores 
que se encuentran en la base de una pirámide de Malpighi sólo forman en el 
vértice de la misma de 15 a 20 conductos, teniendo cada uno su orificio en el área 
cribosa. Todas las partes rectilíneas del tubo urinario están alojadas en la sustancia 
medular, mientras que las partes contorneadas están en la sustancia cortical. 
 
Irrigación e inervación: 
 
Arterias renales: Nacen de la aorta a la altura de la primera vértebra lumbar y 
llegan horizontalmente al hilio de riñón. Cada una de ellas está cubierta por la vena 
renal correspondiente. Se divide en varias ramas dentro del riñón en arterias 
interlobulares, arciformes e interlobulillares y terminan en las arteriolas aferentes del 
glomérulo (2). Del glomérulo, la sangre depurada pasa por las arterias capilares 
eferentes del glomérulo entre los túbulos renales y finalmente llegan al sistema 
colector venoso (Figura 2). 
 
 
 
Venas renales: Las venas del parénquima renal convergen hacia la base de las 
pirámides en donde se resumen en algunas venas piramidales. Estas se reúnen en 
el seno del riñón y constituyen la vena renal. La vena renal de cada riñón va a la 
vena cava inferior pasando por delante de la arteria renal de cada lado. 
 
Inervación: Procede de los nervios esplácnicos y del plexo solar. Son simpáticos, que 
poseen elementos vasoconstrictores y dilatadores, mientras que los parasimpáticos, 
que proceden del nervio vago, lo que explica las manifestaciones clínicas como 
nausea y vomito tras la presencia de un cólico renoureteral. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Figura 2.- Irrigación del riñón Fuente: Fuente: Netter FH. Atlas de Anatomia Humana. 
Editorial Masson; 2003. 
 
 
Las vías de excreción de cada riñón están formadas por los cálices, la pelvis renal y 
el uréter. 
 
Cálices renales: Son tubos membranosos fijos por su extremo externo alrededor de 
la base de cada una de las papilas, en el que vierten la orina que fluye por los orificios 
del área cribosa. Los cálices menores se reúnen en grupos de 3 a 4 y forman 3 
cálices mayores en número de tres; superior, medio e inferior. 
 
Pelvis renal: Es una cavidad en forma de embudo. Ocupa la parte posterior del 
pedículo renal y se continúa con el uréter, que es un conducto irregular de 25 centímetros 
de longitud y de 5 milímetros de diámetro. Tiene una dirección oblicua, de arriba abajo 
y de fuera adentro. En el curso de su trayecto el uréter desciende por la parte 
posterior de la cavidad abdominal, cruza los grandes vasos ilíacos y penetra en la 
vejiga a través del meato ureteral. Presenta tres estrechamientos, los cuales se 
encuentran en la unión ureteropielica, cruce de los vasos ilíacos y en la unión 
ureterovesical. Tienen importancia para el paso de litos. 
 
Penetra en la vejiga en el ángulo externo del trígono vesical, carece de esfínter y su 
mecanismo valvular está dado por su entrada oblicua a la vejiga y la pared vesical 
misma. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Figura 3.- Anatomía la vía excretora del sistema urinario. Fuente: Gray's Anatomy for 
Students, second edition 2009. 
 
EMBRIOLOGIA: 
 
En cuanto al origen embriológico del sistema urogenital, a nivel funcional, se puede 
dividir en aparato urinario o excretor y el aparato genital o reproductor. 
 
Desde el punto de vista embriológico, estos sistemas están estrechamente 
relacionados. También se relacionan en el plano anatómico. 
 
El aparato urogenital se desarrolla a partir del mesodermo intermedio, que se 
extiende a lo largo de la pared corporal dorsal del embrión. Durante el plegamiento 
del embrión en el plano horizontal, este mesodermo es arrastrado ventralmente y pierde 
su conexión con los somitas. Se forma una elevación longitudinal del mesodermo, la 
cresta urogenital, a cada lado de la aorta dorsal, que da lugar a partes de los aparatos 
urinario y genital. 
 
Durante la vida intrauterina se forman tres sistemas renales ligeramente superpuestos, 
que de sentido cefálico a caudal son: El pronefros, el cual es rudimentario y no 
llega a ser funcional; el mesonefros, que puede funcionar por un breve tiempo a 
inicios del período fetal y el metanefros, que forma el riñón definitivo y permanente 
(3). 
 
Pronefros.- Al comienzo de la cuarta semana de gestación, en el embrión humano 
el pronefros está representado por 7 a 10 grupos celulares macizos en la región cervical. 
Estos grupos forman unidades vestigiales excretoras, los nefrotomas, que 
experimentan regresión antes de que se originen los más caudales. Al final de la cuarta 
semana desaparece cualquier indicio del sistema pronefrico. 
 
Mesonefros.- El mesonefros y los conductos mesonéfricos derivan del mesodermo 
intermedio de los segmentos torácicos superiores a lumbares superiores. Durante la 
regresión del sistema pronefrico, a comienzos de la cuarta semana de desarrollo, 
aparecen los primeros túbulos excretores del mesonefros. Estos se alargan rápidamente 
 
 
adoptan la forma de una asa en forma de S y adquieren un ovillo de capilares que 
constituyen el glomérulo en su extremo medial. Los túbulos forman alrededor de los 
glomérulos la capsula de Bowman, y estas estructuras en conjunto constituyen el 
corpúsculo renal. En el extremo opuesto, el túbulo desemboca en un conducto 
colector longitudinal denominado conducto mesonefrico o de Wolff. 
 
A mediados del segundo mes de desarrollo, el mesonefros da lugar a un órgano ovoide 
voluminoso a cada lado de la línea media, la gónada. Como esta gónada en desarrollo 
está situada en el lado interno del mesonefros, el relieve producido por ambos órganos 
se denomina cresta urogenital. Mientras los túbulos caudales están aún en 
diferenciación, los túbulos y glomérulos craneales muestran cambios degenerativos 
y la mayor parte ha desaparecido a fines del segundo mes. 
 
Metanefros.- Durante la quinta semana del desarrollo aparece un tercer órgano 
urinario, el Metanefros o riñón definitivo. Sus unidades excretoras se desarrollan a 
partir del mesodermo metanéfrico. El desarrollo de conductos difiere del de los otros 
sistemas renales. 
 
Sistema colector.- Los túbulos colectores del riñón definitivo se desarrollan a partir 
del brote ureteral, que es una evaginación del conducto mesonéfrico próxima a su 
desembocadura en la cloaca. Posteriormente, el esbozo se dilata para dar origen a la 
pelvis renal definitiva y se divide en una porción craneal y otra caudal, los futuros 
cálices mayores. 
 
Cada cáliz forma dos nuevos brotes al introducirse en el tejido metanéfrico, los cuales 
siguen subdividiéndose hasta constituir 12 generaciones de túbulos. Mientras que en la 
periferia aparecen más túbulos hasta el final del quinto mes de vida intrauterina, los 
túbulos de segundo orden crecen e incorporan a los de la tercera y cuarta generación 
formando los cálices menores de la pelvis renal. Al continuar el desarrollo, los túbulos 
colectores de la quinta generación y de las generaciones sucesivas se alargan 
considerablemente y convergen en el cáliz menor, donde forman la pirámide renal. 
En consecuencia el brote ureteral origina: el uréter, la pelvis renal, los cálices mayores 
y menoresy entre uno a tres millones de túbulos colectores. 
 
Sistema excretor.- Cada túbulo colector neoformado está cubierto en el extremo distal 
por tejido metanéfrico. Por influencia inductora del túbulo, las células que cubren al 
tubulo colector forman pequeñas vesículas, las vesículas renales, que a su vez forman 
túbulos más pequeños en forma de S, los capilares crecen dentro de una concavidad en 
uno de los extremos de la S y se diferencian en glomérulos. Los túbulos, junto con sus 
glomérulos, forman las nefronas que es la unidad anatomofuncional del riñon. El 
extremo proximal de cada nefrona constituye la capsula de Bowman, en cuya profunda 
concavidad se encuentra el glomérulo. El extremo distal mantiene una comunicación 
franca con uno de los túbulos colectores y establece de tal modo una vía de paso desde 
la capsula de Bowman a la unidad colectora. 
 
El alargamiento continuo del tubo excretor da como resultado la formación del túbulo 
contorneado proximal, el asa de Henle y el túbulo contorneado distal. 
 
En consecuencia, el riñón tiene dos orígenes en su desarrollo: 
a) El mesodermo metanéfrico, que proporciona las unidades excretoras 
b) El brote ureteral, que da origen al sistema colector. 
 
 
 
 
Las nefronas se forman hasta el nacimiento, momento en el que hay más de un 
millón en cada riñón. La producción de orina se inicia tempranamente en la gestación, 
poco después de la diferenciación de los capilares glomerulares, que comienzan a 
formarse en la décima semana. En el momento del nacimiento, los riñones tiene un 
aspecto lobulado, pero durante la infancia la lobulación desaparece por el crecimiento 
de las nefronas, a pesar de que el número de estas no aumenta. 
 
El riñón definitivo formado a partir del metanefros empieza a funcionar alrededor de la 
semana doce de gestación, la orina es emitida hacia la cavidad amniótica y se mezcla 
con el líquido amniótico. Este líquido es deglutido por el feto y reciclado a través de los 
riñones. 
 
Durante la vida intrauterina, los riñones no tiene a su cargo la excreción de productos 
de deshecho, función que es realizada por la placenta. 
 
Fisiología del riñón: 
 
Hablando de la fisiología renal, cada unidad renal está formado por más de un millón de 
unidades anatomofuncionales llamadas nefronas. 
 
De manera básica, podemos decir que una nefrona es un finísimo tubo que se encarga 
de filtrar el plasma sanguíneo, se encarga de seleccionar lo que debe ser excretado y 
lo que deber ser reabsorbido. Todas las nefronas comienzan en la corteza renal, 
prolongándose hacia la médula. Cada nefrona está formada por: La cápsula de Bowman 
y el túbulo renal (formado por el túbulo contorneado proximal, el asa de Henle y el 
túbulo contorneado distal). (Figura 4) 
 
Cápsula de Bowman.- La capsula de Bowman es la parte inicial de la nefrona. Tiene 
forma de copa. Dentro de la cápsula de Bowman hay un ovillo de capilares llamado 
glomérulo. Al conjunto de la cápsula de Bowman y del glomérulo se le conoce 
con el nombre de corpúsculo renal. El revestimiento interno de la cápsula de 
Bowman está formado por células epiteliales especializadas llamadas podocitos. Los 
podocitos tienen numerosas prolongaciones citoplasmáticas (procesos podocitarios) 
que cubren la superficie de la mayor parte del glomérulo. Los procesos podocitarios en 
realidad son ramas del cuerpo celular del podocito, que se continúan dividiendo 
en numerosas ramas que forman una red y que terminan en unos pequeños pies 
denominados pedicelos. 
 
La capa externa de la cápsula está formada por epitelio escamoso simple. Las nefronas 
cuya cápsula de Bowman está más cerca de la médula se conocen con el nombre de 
nefronas yuxtamedulares, y las que tienen la cápsula de Bowman más cerca de la 
superficie de la corteza se llaman nefronas corticales. Éstas últimas suponen un 85% 
del total de las nefronas (4). 
 
Túbulo contorneado proximal.- Este es un fino tubo que se continúa de la cápsula de 
Bowman, situado en la corteza renal. Está formado por epitelio con abundantes 
microvellosidades orientadas hacia la luz interna, lo que le da un aspecto de borde en 
cepillo. Es muy tortuoso y con muchas circunvoluciones. 
 
Asa de Henle.- Esta es la continuación del túbulo contorneado proximal. Consta de una 
rama descendente, una zona curva y una rama ascendente. La parte inferior de la rama 
 
 
descendente es más estrecha que la parte superior, y este menor calibre se mantiene 
en la zona curva del asa y en la primera parte de la rama ascendente, para luego 
ir engrosando de nuevo. En las nefronas yuxtamedulares parte del asa de Henle penetra 
desde la corteza hasta la médula renal. En las nefronas corticales el asa de Henle 
permanece casi en su totalidad en la corteza. 
 
Túbulo contorneado distal.- Es el tubo que se encuentra a continuación de la rama 
ascendente del asa de Henle. Su trayecto es sinuoso y con muchas circunvoluciones. 
En el punto donde la arteriola aferente contacta con el túbulo contorneado distal 
se encuentra el aparato yuxtaglomerular. El aparato yuxtaglomerular consta de 
células que contienen gránulos de la enzima renina, así como de células 
mecanorreceptoras que detectan los aumentos en la presión de la arteriola, y 
células quimiorreceptoras que detectan la concentración de los solutos en el líquido 
que fluye por dentro del túbulo (4). 
 
Túbulo colector.- Los desechos retirados del plasma que han sido seleccionados 
por la nefrona terminan desembocando desde el túbulo contorneado distal hacia 
el túbulo colector. Este túbulo es un conducto recto formado por la unión de los 
túbulos distales de varias nefronas. Todos los conductos colectores del riñón atraviesan 
la médula desde su base superior hasta la papila renal, desde donde drenan su 
contenido a la pelvis renal. Las pirámides renales resultan de la agrupación de varios 
túbulos colectores, paralelos entre sí (4). 
Figura 4.- Unidad anatomofuncional de la vía urinaria, la nefrona. Disponible en: 
https://epifumi.wordpress.com/2012/02/27/anatomia-del-aparato-excretor/ 
 
Las funciones básicas del aparato urinario son variadas dentro de las cuales se 
encuentran las siguientes: 
 
https://www.google.com.mx/url?sa=i&rct=j&q=&esrc=s&source=images&cd=&cad=rja&uact=8&ved=0CAcQjRxqFQoTCMH9sfLp3MYCFYmhgAodnQcKFQ&url=https://epifumi.wordpress.com/2012/02/27/anatomia-del-aparato-excretor/&ei=bCimVcGXConDggSdj6ioAQ&psig=AFQjCNEZ0KgW_kTsbroHN61MlNdIbTB_tQ&ust=1437038963446886
 
 
 
Excreción de desechos metabólicos.- Los principales productos de desecho obtenidos del 
metabolismo celular son agua, dióxido de carbono y los residuos nitrogenados como 
amoníaco, ácido úrico y urea. El agua se excreta en forma de vapor de agua mediante 
la respiración y el sudor. Pero la mayoría del agua es excretada en forma de orina, 
cerca de 1500 mililitros al día. 
 
El dióxido de carbono es eliminado por el aparato respiratorio. La degradación 
celular de los aminoácidos da lugar a amoníaco, que rápidamente es transformada 
en ácido úrico o urea. El ácido úrico también es producto del metabolismo de las 
purinas. La excreción de los desechos nitrogenados son eliminados por el aparato 
urinario. 
 
Regulación del equilibrio hidroelectrolítico.- El equilibrio de electrolitos se basa en el 
mantenimiento de estos en la sangre, liquido intracelular y liquido extracelular. La 
cantidad de orina producida y su contenido en electrolitos depende de la necesidad del 
organismo de retener o eliminar agua e iones. 
 
Este proceso está regulado por varios mecanismos hormonales como la hormona 
antidiurética,la cual es sintetizada por el hipotálamo y liberada por la neurohipófisis. 
Esta hormona hace más permeables al agua los conductos colectores, lo que provoca 
una mayor reabsorción de esta molécula hacia el líquido intersticial y, por tanto, 
hacia los capilares sanguíneos. Por lo tanto se incrementa la volemia y por ende la 
presión arterial. Esta hormona es secretada cuando los receptores del hipotálamo 
detectan un aumento en la presión osmótica y por lo tanto se aumenta la resorción 
de agua. 
 
Sistema renina- angiotensina- aldosterona.- Si se presenta hipotensión secundaria a 
hipovolemia, el aparato yuxtaglomerular del riñón libera renina, esta enzima es la 
encargada de convertir al angiotensinógeno en angiotensina. La angiotensina 
circulante, a su paso por los pulmones, es convertida en angiotensina II. La 
angiotensina II provoca vasoconstricción, lo que incrementa la presión sanguínea y 
por lo tanto la corteza suprarrenal libera aldosterona. La aldosterona es la hormona 
encargada de la reabsorción de sodio y agua en el túbulo contorneado distal a cambio 
de la secreción de potasio por lo tanto se incrementa la volemia y con esta un 
incremento de la presión arterial. 
 
El péptido natriurético auricular es una hormona producida y almacenada por células 
especiales del miocardio de las aurículas del corazón. Cuando hay hipervolemia, las 
aurículas se distienden y liberan péptido natriuretico auricular. Éste actúa sobre 
las arteriolas aferentes del riñón, dilatándolas inhibiendo así la reabsorción de sodio 
en los conductos colectores, actúa sobre la corteza suprarrenal inhibiendo la 
secreción de aldosterona, deteniendo así el eje renina angiotensina aldosterona. El 
péptido natriuretico auricular y el sistema renina angiotensina aldosterona se 
antagonizan, para así mantener un equilibrio hidroelectrolítico y de la presión arterial. 
 
Regulación del equilibrio ácido-base.- El pH es el grado de acidez de un tejido, 
dentro del organismo humano el pH sanguíneo ha de mantenerse 7.35 y 7.45. 
Cuando la nefrona detecta un descenso de pH sanguíneo, se produce la secreción 
de iones hidrógeno y amoníaco sanguíneos hacia la luz del túbulo contorneado 
distal y el túbulo colector, aumentando así la acidez urinaria y disminuyendo la acidez 
 
 
sanguínea. Esta secreción se acompaña de reabsorción desde la nefrona hacia los 
capilares tubulares de amortiguadores químicos como el bicarbonato. 
 
Síntesis de eritropoyetina.- La eritropoyetina es una hormona fabricada por la médula 
renal y su función es estimular la eritropoyesis. Esta hormona es sintetizada y liberada 
cuando el riñón detecta hipoxemia. Al aumentar la producción de eritrocitos aumenta la 
capacidad de transporte de oxígeno a los tejidos. 
 
Activación de vitamina D y síntesis de prostaglandinas.- La vitamina D3, es esencial 
para la absorción y utilización del calcio, esta vitamina es convertida en su forma 
activa a su paso por el riñón. La Prostaglandina E3, I2 y la prostaciclina son 
prostaglandinas vasodilatadoras, mientras que el tromboxano A2 es vasoconstrictora. 
En general, cuando disminuye la presión de perfusión renal aumenta la producción 
renal de estas prostaglandinas, provocando vasodilatación intrarrenal que contribuye 
a mantener el flujo sanguíneo. 
 
Funcionamiento de la nefrona: 
La depuración del plasma sanguíneo y la formación de la orina son determinadas por 
los procesos de filtración, reabsorción y secreción llevados a cabo en cada nefrona. 
 
Filtración.- La sangre fluye por los capilares glomerulares a una alta presión, por lo que 
más de un 10% de su plasma abandona el vaso sanguíneo y se introduce en el interior 
de la cápsula de Bowman. Esta gran cantidad de filtrado glomerular se encuentra 
determinada por: 
 
-La presión hidrostática en los capilares del glomérulo es mayor en el resto de los 
capilares del organismo debido a la alta resistencia al flujo de salida que opone la 
arteriola eferente. 
 
-El glomérulo, quien se encuentra formado por una gran cantidad de capilares en muy 
poco espacio, por lo tanto ofrece una gran área de superficie en contacto con las paredes 
de la cápsula de Bowman. 
 
-Los capilares glomerulares son muy porosos estos capilares poseen numerosas 
fenestraciones entre las células epiteliales de sus paredes. Al igual que el resto de los 
capilares sanguíneos, están formados exclusivamente por una fina capa de endotelio. 
Las paredes de los capilares del glomérulo y los pedicelos de los podocitos forman 
la denominada membrana de filtración, que permite el paso de líquido y solutos de 
pequeño tamaño molecular disueltos en el plasma, sustancias como glucosa, 
aminoácidos, sodio, potasio, cloro, bicarbonato y urea. 
 
El volumen total de sangre que pasa por los riñones es de unos 1200 ml/minuto, es 
decir, aproximadamente una cuarta parte del gasto cardíaco total. Si el 10% del 
plasma que pasa por el glomérulo en cada ocasión se filtra hacia la nefrona, significa 
que del volumen total de sangre que pasa por los riñones en un minuto 120 ml 
abandonan la circulación sistémica y pasan a la cápsula de Bowman, lo que en 24 
horas serían 170-180 litros. Por lo tanto estos 180 litros fueran retenidos por la 
nefrona, el organismo se quedaría sin agua, sin solutos, provocando la muerte. 
 
Reabsorción.- Aproximadamente un 99% del filtrado glomerular que ha llegado al 
interior de la cápsula de Bowman es reabsorbido desde el túbulo de la nefrona hacia los 
capilares peritubulares que lo rodean, por lo tanto se reintegran a la circulación. En 
realidad, el agua y solutos que no han de ser eliminados pasan desde la nefrona hacia 
 
 
 
el líquido intersticial circundante, y de éste a la sangre. Las células con 
microvellosidades del túbulo contorneado proximal permiten incrementar la 
superficie de absorción en poco espacio. Los iones reabsorbidos hacen a la sangre 
peritubular hipertónica, lo que de manera natural produce osmosis, lo que provoca 
de manera natural la reabsorción da agua hacia los capilares peritubulares hasta que 
el líquido intratubular y la sangre sean isotónicos. La reabsorción de nutrientes es 
mediante transporte activo y la reabsorción de urea es mediante transporte pasivo. 
 
Alrededor de un 65% del filtrado glomerular es reabsorbido en el túbulo contorneado 
proximal. El asa de Henle y el túbulo contorneado distal continúan este proceso de 
concentración del filtrado mediante la reabsorción de agua y solutos. En la porción 
descendente del asa de Henle se reabsorbe agua, en la porción ascendente del asa 
de Henle las paredes son impermeables al agua. Esto favorece la salida de agua por 
osmosis desde el túbulo contorneado distal y el conducto colector por la presencia 
de hormona antidiurética, concentrándose el filtrado hasta formar la orina definitiva que 
drena hacia la pelvis renal. En este túbulo también se reabsorbe urea. 
 
Secreción.- La secreción es el procedimiento inverso a la reabsorción. Algunas 
sustancias que no fueron filtradas desde el glomérulo hacia la cápsula de Bowman, son 
transportadas desde la sangre de los capilares peritubulares hacia el túbulo de la 
nefrona. La secreción de iones hidrógeno y amonio supone un importante 
mecanismo de regulación del pH sanguíneo, cuando la sangre se hace demasiado ácida, 
se secretan más iones de este tipo en la orina. 
 
La secreción de iones potasio también es un importante mecanismo homeostático. 
Además, la hiperpotasemia también estimula a la corteza suprarrenal para que ésta 
sinteticey secrete aldosterona, hormona que incrementa aún más la secreción de 
potasio al estimular las bombas celulares intercambiadoras de sodio intratubular por 
potasio sanguíneo. 
 
EPIDEMIOLOGIA DE LA ESTENOSIS URETEROPIELICA. 
 
La obstrucción de la Unión Ureteropielica es la causa más frecuente de dilatación del 
sistema colector renal en los niños, llegando a ocupar el 80% de todos los casos de 
dilatación pielocalicial. La incidencia de obstrucción de la Unión Ureteropielica es menos 
frecuente en adultos que en niños, pero no es una rareza. Dentro de este grupo es más 
frecuente en adultos jóvenes. 
Suele aparecer con mayor frecuencia en el hombre con una relación masculino-femenino 
de 2-3:1 y afecta con mayor frecuencia al riñón izquierdo con relación al derecho (5). 
Además cerca del 20% de los casos con estenosis ureteropielica suelen ser bilaterales. 
 
De cada cien dilataciones renales apreciadas prenatalmente se muestra la siguiente 
distribución según experiencias en centros de referencia en atención a dilataciones 
ureteropielicas: el 50 % de ellas son transitorias y el estudio ecográfico postnatal será 
normal. 
 El 11 % serán debidas a la existencia de una obstrucción de la unión pieloureteral. 
 El 15 % serán debidas a dilatación no obstructiva y conformaciones especiales de 
la pelvis renal. 
 El 9 % serán secundarias a un reflujo vesico ureteral congénito. 
 
 
 El 4 % son secundarias a alguna dilatación ureteral, de cualquier causa. 
 El 3 % a displasia renal. 
 El 2 % a displasia multiquística. 
 El 2 % a duplicidades y ureteroceles y otras malformaciones de la desembocadura 
ureteral. 
 El 1 % a dilataciones secundarias a válvulas de uretra posterior. 
 El 3 % restante se deben a otras causas. 
Al final, según los datos actualizados en base a la experiencia acumulada por las distintas 
unidades de urología, de este 11 % de recién nacidos con estenosis de la unión 
pieloureteral, solamente necesitarán intervención quirúrgica los riñones que tengan al 
nacimiento una pelvis renal de diámetro anteroposterior mayor de 20 mm (6). 
Como se comentó con anterioridad es una malformación relativamente frecuente. Puede 
diagnosticarse de forma prenatal o dentro del primer año de vida, aunque en algunas 
otras ocasiones por la mínima sintomatología o sintomatología vaga del padecimiento 
puede llegar a retrasarse el diagnostico hasta la edad adulta. 
La obstrucción a nivel ureteropielica provoca un incremento en la presión a este nivel y 
por lo tanto se dificulta el vaciamiento de la pelvis renal y por lo tanto existirá mayor 
dilatación pielica, o incluso atrofia del parénquima renal, en algunos casos la 
complicación más temida es la exclusión de la unidad renal del paciente afectado. 
Dentro de las causas de la estenosis ureteropielica pueden agruparse de la siguiente 
manera: 
a) Intrínsecas: Derivadas de que el uréter en su desarrollo pasaría por una fase sólida, 
con posterior recanalización, que en este caso sería fallida. También puede existir una 
mala arquitectura de las fibras musculares lisas que tienen una disposición circular en 
vez de helicoidal, con lo que la propulsión del bolo urinario no es eficaz. Puede haber 
hipoplasia del músculo liso y reemplazo por tejido fibroso, con igual falla del 
peristaltismo. En algunos casos se puede reconocer un mecanismo valvular por pliegues 
e hipertrofia de la mucosa. 
b) Extrínsecas: La presencia de vasos aberrantes, (Figura 5) que cruzan la unión 
ureteropielica por detrás son responsables de una compresión que al igual que las 
bandas fibrosas provocan angulación de la unión ureteropielica y por lo tanto disminuyen 
o afectan al adecuado drenaje de la vía urinaria. Pueden sumarse a factores intrínsecos. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Figura 5.- Estenosis de la unión ureteropielica debida a una arteria que acoda el uréter. 
Netter,F.H.,Ciba Coll.Med.Ill. 
c) Funcionales: En algunas ocasiones durante el tratamiento quirúrgico corrector de la 
estenosis de la unión ureteropielica no logra demostrarse alguna alteración que explique 
la hidronefrosis que se encuentra por lo tanto sugiere la existencia de algún factor 
funcional más que alteraciones anatómicas que dificulten el adecuado drenaje de la 
pelvis renal. 
Los síntomas de presentación de esta entidad patológica dependen de la edad: En el 
lactante se puede descubrir por la palpación de una masa abdominal. En niños mayores 
y adultos se presenta como dolor sordo, náuseas y vómito. Rara vez como cólico 
renoureteral, infecciones urinarias frecuentes con o sin fiebre, hematuria 
monosintomatica. La presencia de litiasis asociada a la estenosis de la unión 
ureteropielica es frecuente, Afectaciones generales son mucho menos frecuentes como 
hipertensión arterial sistémica. En la siguiente tabla (Tabla 1), se presentan los síntomas 
principales al momento del diagnóstico. 
Síntomas Número de pacientes Porcentaje 
Dolor 105 92 
Infección urinaria 37 32 
Hematuria 24 21 
Nausea y vomito 9 7.9 
Hipertensión arterial 2 1.7 
Masa abdominal 1 0.8 
Tabla 1. Presentación de los síntomas en pacientes con diagnóstico de estenosis de la 
unión ureteteropielica. (Ricardo Alonso Castillejos-Molina Surgical treatment of 
ureteropelvic junction obstruction Gac. Méd. Méx vol.142 no.3 México may/jun. 2006. 
 
 
 
DIAGNOSTICO: 
El diagnóstico de la estenosis ureteropielica se sospecha desde la vida intrauterina a 
través de la identificación de ectasia pielocalicial durante los ultrasonidos obstétricos sin 
embargo no todos los pacientes a los cuales se les documenta ectasia pielocalicial 
prenatalmente tienen algún impacto en la vida extrauterina. 
Existen distintos métodos diagnósticos para esta entidad patológica. Sin embargo el gold 
estándar para diagnosticar una estenosis ureteropielica es la tomografía axial 
computada. 
TOMOGRAFIA AXIAL COMPUTADA: 
La principal indicación de la tomografía es el estudio de paciente con alto riesgo de 
sospecha de carcinoma de células transicionales, es decir, pacientes mayores de 40 años 
con hematuria macroscópica. Sin embargo este método diagnóstico es usado cada vez 
más para la caracterización de condiciones benignas como anomalías congénitas y 
variantes anatómicas, como es el caso de nuestro objeto de estudio como la estenosis 
ureteral por la presencia de vasos aberrantes (7). 
La tomografía tiene varias ventajas que han relegado otros métodos diagnósticos a un 
segundo plano. Estas ventajas son la evaluación integral de las vías urinarias en un solo 
estudio, mayor sensibilidad para detectar cálculos y lesiones focales renales, evaluación 
tanto de la luz como de la pared de los uréteros y la pelvis renal. Capacidad de estadificar 
con el mismo estudio las lesiones tumorales detectadas, identificación de patologías 
externas al tracto urinario y mejor visualización de las lesiones vesicales. 
El mayor inconveniente de este método diagnóstico es la alta dosis de radiación, por lo 
que sólo debe utilizarse en situaciones que realmente lo ameriten. 
Técnica: 
Se han propuesto diversos protocolos y técnicas para la realización de una tomografía 
y se han ido modificando a través del tiempo. Sin embargo existe consenso sobre 4 
características básicas que debe tener este estudio (8). 
1. Debe ser un examen diagnóstico optimizado para la evaluación de los riñones, 
uréteros y vejiga. 
2. Debe ser un estudio realizado con tomografía computarizada multidetector, con 
imágenes de alta resolución espacial. 
3. Requiere la administración intravenosa de medio de contraste. 
4. Debe incluir como requisito fundamental de una fase de eliminación, indispensable 
para evaluar el urotelio. 
 
 
 
La urotomografía fue descrita originalmente como una técnica trifásica que utiliza un 
bolo único de medio de contraste intravenoso (9). En primer lugar se realiza una fase 
sin contraste, que en el caso del uréter es valiosapara visualización inicial de variantes 
anatómicas, diagnostico de cálculos. Luego se administra un bolo de medio de contraste 
(100–150 ml), inyectado a una velocidad de 2–3 ml/seg, momento a partir del cual son 
obtenidas 2 fases de imágenes. La fase nefrográfica se obtiene entre 70–120 segundos 
después de la administración del medio de contraste, en esta fase se evalúa el realce y 
grosor de la pared del urotelio. La fase excretora se obtiene tras un retraso de al menos 
180 segundos después de la administración del contraste, esta fase es útil para evaluar 
el trayecto ureteral en el caso de variantes anatómicas y anomalías congénitas, y los 
defectos de llenado secundarios a tumores, procesos inflamatorios e infecciosos. 
 
 
Figura 6.- Imagen de tomografía axial computada en corte 
coronal en el cual se observa estenosis ureteropiélica 
derecha a consecuencia de la presencia de vaso aberrante. 
 
 
Figura 7.- Tomografia axial 
computada en un corte coronal en la cual se observa 
estenosis ureteropielica izquierda sin evidenciar la presencia 
de vaso aberrante como causa de este. 
 
Figura 8.- Imagen tomografica 
en un corte coronal en la cual 
se observa estenosis de la 
unión ureteropielica derecha 
sin la presencia de vaso 
aberrante como causa de la 
estenosis ureteropielica. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Figura 9.- Estudio tomografico en un corte axial, 
se encuentra diagnostico de estenosis de la unión 
ureteropielica derecha. 
 
 
Figura 10.- Tomografia abdominopelvica en corte 
coronal donde se encuentra estenosis de la unión 
ureteropielica izquierda, con importante ectasia en la 
unión ureteropielica del lado izquierdo. 
 
 
 
 
 
 
Figura 11.- Corte coronal de tomografía 
abdominopelvica donde se encuentra estenosis de la 
unión uretereopielica derecha. 
 
 
UROGRAFIA EXCRETORA COMO METODO DIAGNOSTICO DE ESTENOSIS 
URETEROPIELICA: 
Esta técnica imagenologica brinda importante información previa al tratamiento de los 
pacientes con diagnóstico de estenosis ureteropiélica. En la actualidad ha sido 
desplazada por la tomografía computada, sin embargo hace algunas décadas era el 
principal método diagnóstico de esta entidad patológica, ya que no solo ofrece datos 
morfológicos, sino también funcionales del riñón afectado. 
Radiografía simple, si la estenosis de la unión ureteropiélica es leve, la radiografía 
es normal. Si es severa, provoca una marcada hidronefrosis y puede mostrar la 
presencia de una masa en las partes blandas, con desplazamientos de asas 
intestinales. Por ectasia urinaria, pueden formar cálculos visibles en la radiografía 
simple. 
Este estudio se puede realizar con o sin diurético y es útil para diagnosticar la 
obstrucción de la unión ureteropiélica, muestra de forma cualitativa la función 
renal y determina cuantitativamente el grado de obstrucción. Es útil para detectar 
retraso o incluso la ausencia de excreción del riñón afectado. Si la función renal se 
encuentra conservada se opacificará totalmente la pelvis renal, observándose una 
imagen conocida como “pie desnudo” (Figura 12) 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Figura 12.- Hidronefrosis típica en “huella de pie desnudo”. 
Si la obstrucción de la unión ureteropiélica es debida a un vaso aberrante que 
ocasiona compresión, puede observarse el uréter proximal angulado inmediatamente 
por encima del vaso aberrante (figura 13). 
 
 
 
 
 
 
 
Figura 13.- Dilatación pielocalicial en el riñón derecho, consecuencia de la compresión 
extrínseca por un vaso aberrante. Disponible en: 
http://www.sld.cu/galerias/pdf/sitios/williamsoler/debate_en_peditria_uropatia_obstru
ctiva.pdf 
La mayoría de las hidronefrosis se diagnostican mediante la urografía intravenosa 
(90%). Dos excepciones son las hidronefrosis intermitentes y la inadecuada 
visibilidad renal, por grave deterioro de la función renal. 
PIELOGRAFIA ASCENDENTE Y ESTENOSIS URETEROPIELICA: 
Este estudio radiológico permite la delimitación de la anatomía del uréter, pelvis renal y 
sistemas colectores. Es de utilidad en los pacientes en los cuales se presentan con 
deterioro importante de la función renal, retardo importante en la eliminación de los 
medios de contraste, también se utiliza en pacientes con alergia a los medios de 
contraste. 
Comienza por realizar cateterismo del uréter en una sala de cistoscopia, una vez que se 
cateterizo el uréter del lado afectado, el paciente se lleva a la sala de rayos X, donde se 
realizan tomas de radiografías, para observar la anatomía del uréter y la pelvis renal, 
así como los sistemas colectores (Figura 14). 
 
 
Figura 14.- Pielografía ascendente derecha, en la cual se observa estenosis 
ureteropiélica. Disponible en: 
http://revistasau.org/index.php/revista/article/viewFile/747/697 
GAMMAGRAFIA RENAL Y ESTENOSIS URETEROPIELICA: 
La evaluación radioisotópica permite estudiar las anormalidades estructurales y su 
impacto funcional, realizar estimaciones cuantitativas de la perfusión y función renal, de 
la dinámica vesical y la presencia de reflujo vesicoureteral. 
Se han usado isótopos específicos para evaluar la función renal según su mecanismo de 
excreción, utilizando diferentes protocolos de estudio. 
Técnicas de imágenes renales 
Las imágenes funcionales permiten la evaluación del flujo sanguíneo, el parénquima y la 
excreción renales. Existen múltiples radiofármacos utilizados en la gammagrafía renal 
para así evaluar alguna particularidad de la vía urinaria. 
Evaluación del parénquima renal: 
Tc-99mDMSA (Ácido dimercaptosuccínico) A través de imágenes estáticas permite la 
evaluación de la corteza renal y obtener un valor relativo de la función renal por 
separado. 
Indicaciones: Indicaciones: Evaluación de la forma, tamaño y posición renal, 
determinación de la función renal relativa, evaluación de pielonefritis aguda y crónica, 
lesiones expansivas (masas renales, quistes), infarto renal, secuelas de nefropatía por 
reflujo y trauma renal en ausencia de compromiso de otros órganos abdominales. 
Pielonefritis aguda: La pielonefritis aguda es la mayor causa de morbilidad en niños con 
infecciones urinarias y puede conducir a cicatrices renales irreversibles, cuyas secuelas 
pueden ser hipertensión arterial e insuficiencia renal crónica. En ocasiones los 
parámetros clínicos y de laboratorio, así como la ultrasonografía, no permiten establecer 
su diagnóstico. Por tal motivo un estudio de elección es la realización de gammagrama 
renal. La presencia de áreas focales en las cuales hay disminución de la captación del 
DMSA, con o sin aumento de tamaño, o disminución difusa de la captación en riñones, 
asociado a aumento de tamaño, son interpretadas como pielonefritis aguda (Figura 
11).Este estudio es importante para el seguimiento de las alteraciones y en el control de 
pielonefritis aguda. Los cambios parenquimatosos inflamatorios agudos son reversibles 
y no dejan cicatrices en la mayoría de los casos adecuadamente tratados. Se recomienda 
 
 
 
controlar a los pacientes a los 6-12 meses después del cuadro agudo (10). La presencia 
y localización de cicatrices ocurre en las áreas de pielonefritis aguda previa. 
 
Figura 15.- Gammagrama renal, estudio imagenologico importante para descartar la 
exclusión de la unidad renal. 
EVALUACIÓN DE LA EXCRECIÓN RENAL: 
Tc-99m-MAG3 (Mercaptoacetilglicina) y Tc-99m-DTPA (Ácido 
Dietilentriaminopentacético). 
El MAG3 es un compuesto aniónico y lipofílico que, después de su administración 
intravenosa, se une a proteínas plasmáticas y es rápidamente aclarado de la sangre por 
los riñones mediante secreción tubular (11). La medida de la actividad de las imágenes 
renales permite calcular el aporte circulatorio que recibe cada riñón, el tránsito tubular 
y la excreción renal del producto. En el uso de este radiofármaco podemosencontrar 
ejemplos de interacciones medicamentosas que se han incorporado a protocolos de 
trabajo, como son las producidas por los inhibidores de la enzima convertidora de 
angiotensina (IECA) y la furosemida (Figura 16). 
Ambos agentes permiten realizar un estudio dinámico en dos fases: 
1) Fase Angiográfica que permite la evaluación del flujo sanguíneo renal relativo. 
2) Fase Nefrográfica que evalúa la función y excreción renal. 
Debido a las diferencias en los mecanismos de excreción de ambos agentes, el MAG3 
está especialmente indicado en niños, pacientes con insuficiencia renal, trasplantados 
renales y en la evaluación de hipertensión renovascular. El MAG3 se excreta por filtración 
glomerular y secreción tubular, a diferencia del DTPA que sólo presenta filtración 
glomerular. 
Indicaciones: Alteraciones de la posición, forma o tamaño renal. 
Evaluación de la función renal por separado. En casos de uropatía obstructiva, como la 
estenosis ureteropiélica, se puede agregar un diurético como la furosemida endovenosa 
y en la evaluación de Hipertensión Renovascular se asocia a captopril oral. También esta 
indicado en evaluación del trasplante renal. 
Uropatía Obstructiva: La hidronefrosis o dilatación de la pelvis renal y/o del sistema 
colector puede ser el resultado de una obstrucción. La pielografía endovenosa, la 
ultrasonografía o la tomografía axial computada sugieren la presencia de obstrucción, 
 
 
basados en la dilatación piélica, ureteral o en la demostración directa de la causa 
obstructiva. Demostrada una obstrucción, el paciente debe ser tratado quirúrgicamente. 
Sin embargo, en algunos pacientes la pelvis renal y uréteres se dilatan sin que exista 
obstrucción al flujo de orina, como ocurre en anomalías congénitas, obstrucción previa 
o cirugía del tracto urinario previa. El gammagrama renal dinámico, es una excelente 
herramienta para diferenciar la dilatación obstructiva de la no obstructiva (12). Se 
complementa el estudio con la administración de diurético endovenoso (furosemida en 
dosis de 1mg/Kg peso) para evaluar la excreción urinaria. La eliminación del trazador 
después de la administración del diurético es una respuesta normal. En cambio, si existe 
retención de la actividad en la pelvis renal, se demuestra la obstrucción (Figura 17). 
 
 
Figura 16.- Gammagrama renal con DTPA y uso de diurético, se observa rápida 
eliminación tras la aplicación de diurético. 
 
Figura 17.- Gammagrama renal con DTPA y uso de diurético, en la cual se demuestra 
riñón derecho obstruido al no mostrar mejoría en la eliminación del radiotrazador tras 
la administración de furosemida. Fuente: Alfredo G, Cristina A, Gema R, et al. Estudios 
radioisotopicos en la hidronefrosis. Clínicas Urológicas de la Complutense Vol. 9: 99-11 
Hipertensión renovascular: El protocolo contempla dos estudios, uno realizado en 
condiciones basales, previa suspensión de terapia antihipertensiva, y el otro bajo acción 
de Captopril oral (mg/kg peso, con un máximo de 75 mg). El captopril es un inhibidor 
de la enzima convertidora de angiotensina que bloquea la formación de angiotensina II. 
 
 
 
Normalmente, en presencia de estenosis de la arteria renal, el flujo sanguíneo renal se 
reduce lo que estimula la liberación de renina que permite la conversión de angiotensina 
I en angiotensina II. Esta última es un potente vasoconstrictor de la arteriola glomerular 
eferente, lo que permite mantener el flujo sanguíneo glomerular así como el gradiente 
de presión. Tras la toma de captopril, el mecanismo de compensación no está presente, 
por lo que se observa una disminución del flujo sanguíneo, que se expresa en una menor 
captación y excreción del trazador en el riñón afectado. 
Frente a una estenosis de ambas arterias renales, la interpretación del estudio es más 
complicada, debido a que disminuye el grado de asimetría de la respuesta en la función 
renal observada en el caso de estenosis unilateral. Además, se produce en este caso la 
coexistencia de insuficiencia renal. 
PATOLOGIAS ASOCIADAS A ESTENOSIS URETEROPIELICA: 
Las anomalías asociadas incluyen: riñón en herradura, riñón multiquístico y ectopia 
renal, entre otras. La estenosis de la unión ureteropiélica puede encontrarse hasta en 
21% de los pacientes con asociación VATER (del inglés, Vertebral defects, imperforate 
Anus, Tracheo-Esophageal fistula, and Radial and Renal displasia) y en 40% de los 
pacientes con reflujo vesicoureteral. 
LITIASIS Y ESTENOSIS URETEROPIELICA: 
La litiasis urinaria se define como la presencia de cálculos en el tracto urinario. La 
incidencia ha disminuido en los países desarrollados. La causa de esta enfermedad 
consiste en la precipitación de sustancias cristalinas que normalmente están disueltas 
en la orina, de distinta composición química. La etiología es multifactorial e implica 
factores genéticos, ambientales, raciales y estructurales además de mecanismos 
fisicoquímicos complejos. En adultos se calcula que del 3-4% de la población padece 
litiasis urinaria. 
La fisiopatología de la formación de un cálculo pasa por la génesis de un núcleo, que 
permaneciendo en la vía urinaria pueda crecer mediante la agregación de cristales o 
partículas cristalinas. Este crecimiento supone un mecanismo multifactorial en el que 
influyen factores como edad, sexo, raza, estado de hidratación y clima. 
Existen distintas teorías que explican parcialmente la formación de un cálculo: 
1) Teorías físico-químicas: Considerando que la orina es una solución en la que las sales 
pueden estar en distintas concentraciones. Cuando una sal está en situación de 
sobresaturación, la solución se comporta de forma inestable y la precipitación cristalina 
resulta entonces irreversible. 
Una vez producida esa precipitación, el núcleo calculoso resultante actúa como centro 
de posterior agregación de cristales, la fijación en una célula tubular o epitelial y de 
nuevo el crecimiento posterior con la fijación de nuevos cristales. 
La fijación tiene lugar por medio de sustancias como mucoproteínas (sustancia A y 
proteína de Tamm-Horsfall) que actúan como pegamento tras polimerizarse. 
2) Teorías anatómicas: Este es un punto importante, al cual hay que considerar ya que 
todas las situaciones que dificulten o alteren el flujo normal de la vía urinaria 
favoreciendo su estancamiento aumentan a su vez la sobresaturación. Este hecho unido 
a la aparición de infección por bacterias favorecerá la aparición de litiasis urinaria. Todas 
 
 
las malformaciones en la vía urinaria o procesos infecciosos que provoquen una 
alteración en el flujo urinario predispondrán a la formación de litiasis. 
Es preciso un cúmulo de circunstancias que deben tener lugar para que se alcance el 
resultado litiásico. Son importantes también algunos trastornos genéticos que dan como 
resultado a hipercalciuria favoreciendo la aparición de litiasis y nefrocalcinosis. 
Algunas sustancias que influyen en los procesos de nucleación, agregación y crecimiento 
cristalino: Son los promotores, inhibidores y los formadores de complejos. Los 
promotores actúan en la superficie de los cristales facilitando su crecimiento. Los 
inhibidores se unen a los puntos de crecimiento de los cristales evitando el depósito de 
otras sales, sobre todo cálcicas. Los formadores de complejos, se encargan de formar 
complejos solubles con otras sales disminuyendo la saturación de las mismas. 
Algunas sustancias pueden actuar como promotoras en una fase de la litogénesis y como 
inhibidoras en otra. 
Según la literatura, aproximadamente 10 -20% de casos de estenosis de la unión 
ureteropiélica presenta una litiasis asociada. Esto puede ocasionar una clínica importante 
al paciente, se asocia a infecciones del tracto urinario. Tras la evolución de la cirugía 
laparoscópica, el actual abordaje de la estenosis ureteropiélica ha desplazado a la cirugía 
abierta en la mayoría de los centros quirurgicos,pero la asociación de una litiasis 
secundaria añade dificultades técnicas (13). 
La coexistencia de litiasis en el riñón con estenosis ureteropiélica, no es contraindicación 
para la realización de Pieloplastia laparoscópica, siempre y cuando la litiasis piélica pueda 
ser tratada de forma laparoscópica, en las series reportadas de tratamientos de 
pieloplastia laparoscópica y litiasis renal coexistente cerca del 50% de los pacientes 
quedan libre de carga litiasica (14). 
VASOS ABERRANTES Y ESTENOSIS URETEROPIELICA EN LA PIELOPLASTIA 
LAPAROSCOPICA: 
El interés en conocer los cruces vasculares de la estenosis ureteropiélica tiene más 
utilidad ante un abordaje endoscópico anterógrado o retrógrado, con el fin de evitar su 
lesión en la incisión, así como la persistencia de la causa extrínseca obstructiva de no 
conocerlos. No obstante, una vez planificado un abordaje laparoscópico no es 
imprescindible la búsqueda de vasos aberrantes, si bien su conocimiento provocará una 
estrategia quirúrgica segura. 
En cuanto a la literatura hablando particularmente de la presencia de vasos aberrantes 
como causa de estenosis ureteropiélica se acerca al 58% del total de las estenosis 
ureteropielicas (15). 
El significado e influencia de los vasos que cruzan la unión pieloureteral sigue siendo 
objeto de debate. Es preciso disponer de pruebas de imagen que permitan una 
identificación de los mismos a través de estudios de extensión, principalmente a través 
de tomografía abdominopelvica contrastada en su fase de eliminación. 
A pesar de la alta incidencia de vasos aberrantes como causa de estenosis ureteropielica 
se describen unas tasas de éxitos mayores al 80% en pacientes tratados a través de 
endopielotomía, a pesar de que los pacientes no se sometieron a detección de estos 
vasos aberrantes a través de tomografía computada, por lo que no parecería que todos 
los vasos aberrantes son causas significativas de obstrucción 
De cualquier forma estos vasos pueden actuar como fuente potencial de complicaciones 
transoperatorias y postoperatorias, como la aparición de fístulas arterio-venosas y 
 
 
 
riesgo de hemorragia significativa. Aunque también existen vertientes en las cuales se 
niega que la presencia de vasos aberrantes sea un mayor reto quirúrgico y mayor riesgo 
en el tratamiento y pronóstico de los pacientes sometidos a pieloplastias laparoscópicas 
(16). 
En los abordajes endourológicos con visión directa, se recomienda efectuar una 
inspección visual cuidadosa del campo operatorio, para dirigir la intervención, 
separándola de los vasos pulsátiles 
TRATAMIENTO: 
El tratamiento quirúrgico de la estenosis ureteropiélica ha sufrido importantes 
modificaciones durante las últimas dos décadas, Siendo siempre un reto urológico 
importante el tratamiento de esta alteración anatómica. Se han descrito múltiples 
opciones terapéuticas, siendo la pieloplastia publicada por Anderson y Hynes en 1946 
(Figura 18), el procedimiento de elección con tasas de éxito superiores al 90 %, 
especialmente en casos de cruce vascular, hidronefrosis de grandes proporciones y 
estenosis superior a 2 cm. esta técnica en la actualidad se mantiene como el estándar 
para el tratamiento y contra esta técnica se comparan el resto de los nuevos abordajes 
y técnicas descritas en la actualidad. Habitualmente se lleva a cabo mediante una 
incisión en el flanco, lo que lleva a una larga recuperación e importante dolor 
postoperatorio (17). 
 
 
 
 
 
 
Figura 18.- Pieloplastia según la Técnica de Anderson- Hynes. (Kelalis,P.,Clinical 
Ped.Urol.1985). 
De acuerdo a la hipótesis de que un segmento adinámico en lo alto del uréter retarda o 
anula la contracción muscular, la pieloplastia desmembrada de Anderson Hynes con 
resección del segmento anormal ha sido denominada la operación estándar, y su objetivo 
es el de restituir el drenaje urinario en un sistema colector obstruido y dilatado. 
Competir con una técnica que proporcionaba tan alto porcentaje de éxitos resultaba 
difícil, pero la mínima morbilidad de la cirugía percutánea hizo posible a través de 
endopielolitotomia, comenzó a tomar importancia en algún momento sin embargo solo 
se reportan tasas de éxito de tan solo un 70 a 80 % de éxitos en las mejores series (18). 
TRATAMIENTO QUIRURGICO ABIERTO: 
La pieloplastia desmembrada es la técnica que por años se ha mantenido como el gold 
standard de tratamiento de estenosis ureteropiélica. Se coloca al paciente en decúbito 
 
 
lateral contrario al lado de incisión, con una almohadilla abdominal o balón que abra el 
espacio costo-iliaco. La pierna más inferior se flexiona 90º y se coloca una almohada 
entre ambas piernas. Es importante proteger el brazo superior, que descansa, 
extendido, sobre una piernera. La incisión tipo lumbotomia suele ser la más utilizada 
además de que ofrece acceso adecuado, rápido y con resultados estéticos aceptables. 
Para acceder a la unión ureteropielica se debe liberar el polo inferior renal de sus 
adherencias y grasa perirrenal. Se debe retraer el contenido peritoneal permitiendo la 
disección del uréter y su liberación hasta la pelvis renal. Se referencia con un punto el 
borde lateral del uréter por debajo de la zona de estenosis, se debe liberar todo el 
tejido que recubre la cara posterior de la pelvis renal y la unión ureteropielica. Una 
vez llegando a este punto la unión ureteropiélica está preparada para realizar distintos 
tipos de pieloplastia. 
PIELOPLASTIA DESMEMBRADA (Figura 19) 
Es la técnica más usada en caso de cruce vascular porque traspone la unión 
ureteropielica por delante del vaso. Tras situar 2 suturas de referencia en la pelvis renal, 
se corta con tijera de Metzenbaum la zona estenótica de la unión ureteropiélica hasta 
llegar a zona completamente sana y amplia tanto de la pelvis como del uréter lumbar. 
En caso de pelvis redundante se modela ésta hasta dejarla de un tamaño adecuado, 
previa a la anastomosis se debe espatular el borde lateral del uréter suturando su 
extremo medial al borde superior o medial de la pelvis y su extremo lateral al 
borde inferior o lateral. Se debe cerrar con puntos separados con sutura reabsorbible 
como monocryl de 4/0. En caso de gran desproporción entre la pelvis y el uréter se cierra 
la porción superior de la primera dejando un orificio en el segmento más declive para la 
anastomosis ureteral (19). 
 
Figura 19.- Descripción de la técnica quirúrgica de pieloplastia desmembrada. 
Disponible en: 
https://seattleclouds.com/myapplications/jpburgues/atlas/Pieloplastiaabierta.pdf 
PIELOPLASTIA EN Y-V (Figura 20) 
Este tipo de plastia resulta ideal en caso de inserción alta del uréter. Al no resecar la 
pelvis ni interrumpir la continuidad ureteropiélica no es adecuada para casos con 
vaso polar o pelvis redundante. Tras situar 2 suturas de referencia en la pelvis renal, 
se incide en V invertida la zona estenótica de la unión ureteropiélica hasta llegar a 
zona completamente sana y amplia tanto de la pelvis como del uréter. El vértice 
de la V invertida se transfiere a una posición caudal y se sutura al borde medial del 
uréter con puntos separados con monocryl 4-0 formando la cara posterior de la Y-V 
plastia, se continúa el cierre de la cara anterior de la pelvis con la misma sutura y puntos 
separados (19-20). 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Figura 20.- Descripción de la pieloplastia con colgajo tipo Y-V. Disponible en: 
https://seattleclouds.com/myapplications/jpburgues/atlas/Pieloplastiaabierta.pdf 
PIELOPLASTIA ESPIRAL O VERTICAL 
Este tipo de plastia se realiza cuando hay zona extensa de estenosis ureteral unida a 
pelvis muy redundantes extrarrenales en las que interesa resecar parte de ella para 
evitar la estasis de la orina se pueden emplear colgajos espirales o verticales. Al 
no resecar la pelvis ni interrumpir lacontinuidad ureteropiélica no es adecuada 
para casos con vaso polar o pelvis redundante. Se incide la zona estenótica de la unión 
ureteropiélica logrando obtener un colgajo espiral o vertical hasta llegar a zona 
completamente sana y amplia tanto de la pelvis como del uréter. El vértice libre del 
colgajo se bascula caudalmente hasta poder suturar la cara medial con el borde medial 
de la ureterotomía con puntos simples con monocryl 4-0 formando la cara posterior de 
la pieloplastia espiral-vertical. Se continúa el cierre de toda la circunferencia de la unión 
ureteropielica. 
URETEROCALICOSTOMÍA 
Se prefiere esta técnica quirúrgica en caso de pieloplastia previa fallida o cuando la 
pelvis restante es muy pequeña o fibrótica. En esta técnica es importante tener un buen 
segmento de uréter sano que permita abocarlo al cáliz renal que se haya elegido. Se 
debe movilizar el riñón para realizar una nefrectomía polar que permita el acceso al cáliz 
al cual se va a anastomosar el uréter. El extremo espatulado del uréter se une al cáliz 
inferior elegido con puntos simples de la misma sutura que se prefiere en todas las 
pieloplastias, monocryl 4-0. Como la anastomosis ha de ser necesariamente ferulizada 
por un catéter doble J. Finalmente una vez terminada la ureterocalicostomia, se cierra 
la cápsula renal interponiendo grasa perirrenal. 
En la búsqueda de nuevas alternativas terapéuticas Schuessler y Cols. en 1992 
comunican su experiencia en pieloplastia desmembrada laparoscópica, y aconsejan su 
uso precisamente en aquellos casos en los que los resultados de la endopielotomía no 
eran favorables, como en aquellos riñones con pelvis redundantes y en los casos en los 
que se sospechase la presencia de un cruce vascular (21). 
Aunque la pieloplastia abierta ha sido considerada por mucho tiempo el procedimiento 
de referencia para el tratamiento de la EPU, el desarrollo de procedimientos 
endourológicos en los años 70‘s y más recientemente la pieloplastia laparoscópica se 
han introducido con el fin de intentar reproducir su éxito de una forma mínimamente 
invasiva (21). 
Se describe la colocación de un catéter ureteral doble J durante la pieloplastia el cual se 
recomienda retirarse de 4-6 semanas después del tratamiento quirúrgico. 
 
 
ENDOPIELOLITOTOMIA PERCUTANEA: 
A pesar de que la técnica de elección sea la pieloplastia, ya sea abierta o laparoscópica 
se puede tomar como opción terapéutica la realización de endopielolitotomia en 
pacientes con factores pronósticos favorables como cuando la función renal se encuentra 
conservada, no exista evidencia de vasos transversales y el riñón afectado tiene una 
función diferencial superior al 25 % (22). 
ENDOPIELOTOMÍA ANTEROGRADA: 
El paciente debe ser colocado en decúbito prono y posición de litotomía. 
Se inicia el procedimiento colocando una guía en el uréter del lado al cual será sometido 
a endopielolitotomia, una vez pasada la guía bajo control fluoroscopico, se introduce un 
catéter ureteral hasta el tercio medio ureteral y se realiza una pielografía ascendente. 
Posteriormente se avanza la guía hasta la pelvis renal, pasando sobre ella el catéter 
ureteral. Una vez retirada la guía se inyecta aire con la finalidad de llenar los cálices 
posteriores. Colocado el catéter ureteral, se procede a realizar la puncion del riñon, 
eligiendo el cáliz más adecuado, se pasa una guía sobre aguja de punción y se procede 
a dilatar del trayecto hasta 18 French, para asi a través de un cistoscopio o ureteroscopio 
se realiza nefroscopia e identificar la unión pieloureteral. Se pasa una guía por el catéter 
ureteral hasta extraerla por la zona de nefrostomía. Se debe valorar la amplitud del 
uréter y unión pieloureteral cuando es insuficiente para acomodar el bisturí de 
endopielotomía. Se pasa el bisturí de endopielolitotomia con balón de 10 French sobre 
la guía en sentido retrógrado, confirmando la posición del sistema mediante control 
fluoroscopico, posteriormente se coloca e infla el balón con la parte media sobre la unión 
ureteropielica, se realiza incisión con bisturí de endopielolitotomia mientras se infla el 
balón hasta 2 ml. Una vez realizada la incisión, se mantiene el balón inflado durante 10 
minutos para así realizar compresión de los vasos sangrantes. Posteriormente se desinfla 
el balón y se observa el tejido graso periureteral a lo largo de la incisión, la cual debe 
prolongarse un centímetro por debajo de la zona de estenosis y debe ampliarse 
lateralmente por la pelvis renal en un trayecto de 1 a 2 cm. Una vez terminada la incisión 
se retira el balón y se coloca un catéter ureteral. Una vez colocado el catéter ureteral, 
se extrae el nefroscopio y se coloca nefrostomia 10 french, extrayendo después la guía. 
A través de la nefrostomía se realiza una pielografía retrógrada para comprobar la buena 
posición de los catéteres y se da por terminado el procedimiento, a las 48 
horaspostquirurgicas se realiza una pielografía de control a través de la nefrostomía, 
retirando la nefrostomía una vez que se observa paso de contraste por el catéter 
ureteral. El catéter doble J se retira entre tres y seis semanas después de la cirugía. 
Las complicaciones más frecuentes tras realizar tratamientos endourologicos 
percutáneos son: Obstrucción de la unión ureterovesical, urinomas e hidrotórax, aunque 
ambas se han descrito en muy pocas ocasiones. Otras complicaciones más severas que 
se han descrito son hemorragia retroperitoneal y el desmembramiento ureteral (23). 
PIELOPLASTIA LAPAROSCOPICA: 
La pieloplastia laparoscópica es una técnica de escasa morbilidad y resultados similares 
a la cirugía abierta, los cuales varían entre las series publicadas de un 83 a un 100 %. 
Sus principales desventajas son la necesidad de un adecuado material y adiestramiento 
en técnicas laparoscópicas, no al alcance de todos. La pieloplastia laparoscópica se 
presenta como una alternativa ventajosa al realizar la reconstrucción con visión directa 
haciendo desaparecer el riesgo de sangrado por lesión de vasos localizados cerca de la 
unión pieloureteral, disminuyendo la morbilidad de la cirugía abierta, con menos días de 
estancia intrahospitalaria y con adecuados resultados quirúrgicos (24). 
 
 
 
Desde que Schuessler y cols. En 1992 describieran la primera pieloplastia laparoscópica 
este procedimiento ha tomado fuerza y se realiza indistintamente por vía transperitoneal 
o retroperitoneal (25). 
Por otra parte, esta técnica, comparada con otras técnicas endourológicas, permite 
identificar los vasos aberrantes de una mejor manera, ya que se ha documentado hasta 
el 45% de los casos como causantes de la estenosis de la unión ureteropielica. Ademas 
de tratar de forma simultanea los cálculos concomitantes. El uso de hemoderivados a 
través de esta técnica quirúrgica es rara, en comparación con el tratamiento 
endourologico de la estenosis ureteropielica (25). 
La técnica quirúrgica, se coloca al paciente en decúbito lateral La vía de abordaje más 
utilizada es la vía transperitoneal, al disponer de mayor espacio. Para crear el 
neumoperitoneo, habitualmente se utiliza un trocar de 10-12 mm y 2 trócares de 5 mm 
laterales (Figura 21). 
 
Figura 21.- Disposición de la colocación de los trocares para realizar pieloplastia 
laparoscópica. Juan E. Bestard, Luís C, Carles Xavier R, ET AL. Pieloplastia abierta 
frente a laparoscópica: revisión de nuestra serie y descripción de nuestra técnica de 
pieloplastia laparoscópica Actas Urol Esp v.33 n.9 Madrid oct. 2009 
Se realiza una incisión en el espacio parietocólico para desplazar el colon medialmente 
y se diseca el polo inferior del riñón y la pelvis renal. Si se identifica un vaso polar, se 
diseca. Se debe liberar la pelvis renal y la unión pieloureteral de todas sus adherencias 
adyacentes. Una vez disecada la unión pieloureteral, se fija la pelvis a la pared abdominal 
con un punto simple exteriorizado,se diseca el uréter del cruce vascular si éste existe. 
Posteriormente, se reseca la zona de la unión pieloureteral y la pelvis renal redundante, 
para después espatular el uréter en una longitud aproximada de 1 centímetro y 
transponer el uréter, la cara posterior del cual anastomosamos a la pelvis renal con una 
sutura continua de monocryl de 4/0. La anastomosis debe realizarse en la zona más 
declive de la pelvis para evitar acodamientos (26-28). En este momento se coloca un 
catéter ureteral doble J montado sobre una guía, que se introduce de forma percutánea 
a través de un punzocat. 
Una vez introducido el extremo proximal del catéter en la pelvis renal, se completa la 
anastomosis y el cierre de la pelvis renal con monocryl 4-0 (Figura 22-24). 
Finalizada la anastomosis ureteropiélica, se introduce un drenaje a través del trocar más 
inferior. Se extraen los trocares, y se cierran las heridas de la entrada de los trocares. 
El drenaje puede ser retirado a las 48 horas si el gasto es escaso. Mientras que el catéter 
ureteral doble J se mantiene de 6 a 8 semanas. 
 
 
 
 
 
 
 
Figura 22.- Diseccion de la pelvis renal, 
en la pieloplastia desmembrada 
laparoscópica. 
 
 
 
 
 
 
Figura 23.- Colocación de catéter ureteral 
doble J, en la pieloplastia laparoscópica. 
 
 
 
 
 
 
Figura 24.- La unión ureteropielica una 
vez corregida la estenosis de la unión 
ureteropielica. 
 
 
 
La dificultad principal durante la laparoscopia es la realización de la sutura interna, que 
implica una larga curva de aprendizaje y tiempos operatorios iniciales prolongados. Las 
primeras series informaron de tiempos operatorios de 4-7 horas (29). 
Moon et al (30) elaboraron una de las mayores series de pieloplastias laparoscópicas, 
publicaron los resultados obtenidos tras el tratamiento de 170 pacientes con estenosis 
de la unión ureteropiélica operados por vía laparoscópica. El tiempo operatorio medio 
fue de 140 minutos y el promedio de días de estancia hospitalaria fue de 3 días. El índice 
de efectividad de esta serie fue del 96.2%, esta serie tuvo una media de seguimiento de 
 
 
 
5 meses. Los principales criterios de efectividad que se utilizaron fueron las siguientes: 
Ausencia de dolor y mejora de la excreción renal durante el postoperatorio. 
Los índices de efectividad alcanzados tras la pieloplastia laparoscópica son equivalentes 
a los índices de efectividad en la cirugía abierta que van del 90 – 95% (31). Los 
beneficios de esta técnica son numerosos: Reducción del tiempo de hospitalización, 
menor consumo de analgésicos, beneficio estético. 
PIELOPLASTIA ROBOT ASISTIDA: 
Desde el año 2000, se ha iniciado una nueva tendencia al abordaje de la pieloplastia 
incluso con robot asistida. El robot da Vinci (Intuitive©) aporta numerosas ventajas para 
la realización de la pieloplastia laparoscópica. Proporciona al operador una visión 
aumentada en tres dimensiones y una mayor movilidad con seis grados de libertad, lo 
que facilita la sutura interna y mejora notablemente la ergonomía del cirujano. 
El sistema da Vinci se compone de una consola en la que el cirujano puede observar y 
controlar a distancia los movimientos del robot por medio de dos "mandos de 
telemaniobra" en los que él mismo introduce los dedos. El robot se halla fijado a los 
trocares de laparoscopia a través de los cuales se introducen los instrumentos y la óptica. 
Sobre el campo operatorio permanece un asistente para proceder al intercambio del 
instrumental y la conexión de los cables. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Figura 25.- Sistema da Vinci, constituidos por consola del cirujano, torre de visión y 
panel del paciente con instrumentos endoscópicos. Fuente; Overview of the da Vinci 
Surgical System IEC – ISO JWG9 Workshop on Medical Robots System Operation – 
External motions. 
Sung et al (32) realizaron en 1995 la primera pieloplastia robóticamente asistida sobre 
un modelo animal (porcino), técnica mediante la cual demostraron la viabilidad y la 
eficacia de la anastomosis pieloureteral. Desde 2002, fecha en la que se comunicó la 
primera serie de tratamientos a la estenosis ureteropiélica por vía laparoscópica asistida 
por robot, la técnica no ha dejado de desarrollarse en los centros que utilizan la robótica. 
 
 
Parece que la curva de aprendizaje es menos prolongada con el robot que con la 
laparoscopia pura (33). 
La pieloplastia robot asistida se suele realizar vía transperitoneal y mediante el empleo 
del sistema da Vinci® de tres brazos: uno para la cámara de 0º ó 30º de óptica, sobre 
un trocar estándar de 12 mm y dos puertos metálicos de 8 mm para los brazos robóticos 
de trabajo. Es aconsejable un cuarto puerto auxiliar de 12 mm para el ayudante. 
El paciente debe ser colocado en posición de decúbito lateral modificado con una 
inclinación de 45-60º. Algunos autores recomiendan la colocación de un catéter ureteral 
1 semana antes de la cirugía para permitir una dilatación pasiva de la vía urinaria y 
facilitar la posterior reconstrucción. No obstante, la mayoría de autores opta por una 
tutorización ureteral perioperatoria o intraoperatoria (23). 
Una vez establecido el neumoperitoneo con aguja de Veress se colocaran los 4 puertos 
de acceso. Los brazos de trabajo del robot se introducen a través de los puertos 
metálicos reutilizables de 8 mm y la cámara a través de un trocar laparoscópico estándar 
de 12 mm. El ayudante empleará los instrumentos laparoscópicos convencionales a 
través de un puerto de 5 o 10 (33). 
En el abordaje transperitoneal, el puerto de 12 mm para la cámara se puede situar en 
el ombligo. Los trocares de 8 mm se colocan bajo visualización directa en posiciones 
equidistantes (8-10 cm) respecto al puerto de la cámara y adoptando entre sí una 
configuración triangular. El puerto de acceso auxiliar puede colocarse en la línea media 
subxifoideo para la pieloplastia derecha y a 4-5 cm por debajo del ombligo para el 
abordaje izquierdo (Figura 26). 
 
Figura 26.- Disposición de los trocares para realizar plioplastía robot asistida en el 
abordaje transperitoneal. Fuente: José Gregorio P, Mikel Gamarra Q, José Antonio G, 
et al. Cirugia renal robotica: Pieloplastia. Arch. Esp. Urol. v.60 n.4 Madrid mayo 2007. 
Una vez posicionados los trocares de acceso, se acopla el robot al paciente desde el lado 
posterior en un ángulo cefálico de 60º con respecto a la columna vertebral del paciente 
(Figura 27). 
 
 
 
El procedimiento quirúrgico no difiere del procedimiento estándar de la pieloplastia 
laparoscópica convencional. En el lado derecho, se incide la fascia de Toldt y se retrae 
medialmente la flexura hepática para identificar la fascia de Gerota; mientras que en el 
lado izquierdo se moviliza el colon descendente. Se incide cuidadosamente la fascia de 
Gerota sobre el polo inferior del riñón en busca de la unión ureteropiélica y los vasos 
que atraviesan la zona. Se identifica el uréter que suele ocupar una posición más lateral 
y profunda que la vena gonadal. Una vez asilado se eleva suavemente para proseguir la 
disección cuidadosa hasta la UPU. La disección se debe limitar a los 3-4 cm de uréter 
lumbar para intentar preservar su vascularización al máximo. El abordaje robótico ofrece 
claras ventajas de visualización tridimensional ideal ante estenosis de la unión 
ureteropielica secundarias a cruce vascular, inserción ureteral alta o pelvis renal de gran 
tamaño. En ocasiones y para facilitar la realización de la anastomosis de la unión 
ureteropielica es útil la tracción de la pelvis renal mediante punto de sutura de 3.0 (nylon 
o seda) a través de la pared abdominal. 
Figura 27.- Acoplamiento de los brazos del robot a los trocares en abordaje 
transperitoneal de pieloplastia robot asistida. Fuente: José Gregorio P, Mikel Gamarra Q, 
José Antonio G, et al. Cirugia renal robotica: Pieloplastia. Arch. Esp. 
Urol. v.60 n.4 Madrid mayo 2007. 
Una vez identificada

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