Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MÉXICO FACULTAD DE MEDICINA. DIVISION DE ESTUDIOS DE POSGRADO E INVESTIGACIÓN. HOSPITAL GENERAL DE MÉXICO “DR. EDUARDO LICEAGA” SECRETARÍA DE SALUD Frecuencia e impacto de la presencia de vaso aberrante y litiasis en los pacientes con diagnóstico de estenosis ureteropielica, sometidos a pieloplastia laparoscópica en el Hospital General de México. TESIS DE POSGRADO. PARA OBTENER EL TÍTULO DE LA ESPECIALIDAD EN: UROLOGÍA PRESENTA DR. DAMIAN ALEJANDRO JIMENEZ AGUILLON TUTOR: MCM. JESÚS EMMANUEL ROSAS NAVA COTUTOR: MCM. HUGO ARTURO MANZANILLA GARCIA. MEXICO D.F. NOVIEMBRE 2015. UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. MCM. HUGO ARTURO MANZANILLA GARCÍA PROFESOR TITULAR DEL CURSO UNIVERSITARIO DE ESPECIALIZACIÓN EN UROLOGIA MCM. JESÚS EMMANUEL ROSAS NAVA TUTOR DE TESIS ESPECIALIZACION EN UROLOGÍA AGRADECIMIENTOS Y DEDICATORIA Este trabajo de tesis está dedicada de forma especial a mi madre, quien en todo momento estaba dispuesta a apoyarme sin importar la hora o el día de la semana que yo la necesitara. A mi padre y mis hermanos quienes han sido parte importante de mi vida, son ellos, mi familia con los que siempre podre contar. A todos los maestros de esta gran institución, que me han formado como Urólogo, ellos quienes se dispusieron a enseñarme y depositaron esperanza en mí para finalmente concluir este difícil camino. De igual manera agradecer de forma particular a quien es el responsable de este trabajo, Dr. Jesús Emmanuel Rosas Nava, quien me ha brindado un gran apoyo en todos los sentidos para que este trabajo pudiera concluirse, consejos y enseñanzas. Este trabajo representa el final de un camino que comencé a recorrer hace algunos años ya, junto con 4 personas más a las cuales considero parte de mi familia, hoy a todos y cada uno de ellos les quiero decir que lo logramos y darles gracias por todos los momentos que pasamos juntos. Son tantas las personas que han formado parte importante en mi vida a las que me encantaría agradecer por haber formado parte de este logro que esta a punto de cumplirse. Algunas están en mi presente, otras tantas solo ahora son gratos recuerdos, sin importar por ahora donde estén cada uno de ellos quiero agradecer por formar o haber formado parte de mi vida. Deseo en verdad que a cada una de las personas citadas en estos agradecimientos y las que por falta de espacio no estén citadas aquí, la vida les colme de bendiciones y agradecido estaré por siempre. ÍNDICE Titulo………………………………………………… 5 Marco Teórico…………………………………….. 6 Planteamiento del problema………………… 36 Justificación………………………………………. 36 Hipótesis…………………………………………… 36 Objetivos…………………………………………… 37 Metodología……………………………………….. 37 Material y métodos……………………………… 42 Análisis estadístico……………………………… 43 Resultados…………………………………………. 43 Discusión……………………………………………. 50 Conclusiones………………………………………. 53 Bibliografía…………………………………………. 53 TITULO “FRECUENCIA E IMPACTO DE LA PRESENCIA DE VASO ABERRANTE Y LITIASIS EN LOS PACIENTES CON DIAGNÓSTICO DE ESTENOSIS URETEROPIELICA, SOMETIDOS A PIELOPLASTIA LAPAROSCÓPICA EN EL HOSPITAL GENERAL DE MÉXICO.” MARCO TEÓRICO ANATOMIA Y EMBRIOLOGIA DEL SISTEMA URINARIO. El sistema urinario es un conjunto de órganos que su principal función es mantener constante alcalinidad y la composición química de la sangre. Esto se logra gracias a mantener constantes los productos de desecho que constituyen la orina, quienes se encargan de esta regulación tan importante para mantener la homeostasis dentro del organismo son los riñones. Los riñones están situados en la región retroperitoneal a lo largo de los músculos psoas. El hilio renal se encuentra a nivel de la apófisis transversa de la primera vértebra lumbar. Los polos superiores están algo más cerca de la línea media. El polo superior izquierdo queda a la altura de la décimo primera costilla, el polo superior derecho un poco más bajo, por la presencia del hígado. Al nacimiento el riñón mide 4 centímetros, para alcanzar 10 centímetros en el adulto. El peso promedio del riñón al nacimiento es de 25 gramos, en el adulto alcanza los 125 gramos. Los riñones están sostenidos por distintas estructuras aledañas al riñón, la grasa perirrenal, se encuentra cubierta por la fascia de Gerota con su hoja anterior de Toldt, cuenta con un pedículo vascular renal (1). El riñón está envuelto por una cápsula renal, fibrosa, delgada y resistente y al cortar esta capsula de forma longitudinal, se observa el parénquima renal compuesto por la sustancia medular central que se encuentra formada por 8 a 12 pirámides cónicas de Malpighi en cada riñón, cuyas bases quedan en contacto con la corteza y sus vértices, que en su seno produce una eminencia denominada papila, perforada por 15 a 20 orificios por los cuales se abren los conductos colectores a los cálices menores. Cada 4 a 7 pirámides forman una papila o cáliz menor. Rodeando las pirámides, excepto en la papila se encuentra la sustancia cortical, formada por una gruesa capa periférica que separa las pirámides de Malpighi de la periferia del riñón y por otra parte se hunde y penetra entre las pirámides. La sustancia cortical contiene los glomérulos renales, en el tejido intersticial que separa los túbulos unos de otros y forma el retículo renal, se encuentran los vasos arteriales, venosos y linfáticos y los nervios del riñón. (Figura 1) La pelvis renal puede ser intra o extrarrenal y posee normalmente tres cálices mayores formados por la unión de 2 a 4 cálices menores. Figura 1.- Anatomía macroscópica del riñón. Disponible en: http://www.anatomiahumana.ucv.cl/morfo2/ren.html Histología: La unidad anatomofuncional del riñón es la nefrona, la cual está formada por túbulos que tienen funciones secretoras y excretoras. La porción secretora está contenida en gran parta en la corteza y consta de un corpúsculo de Malpighi y de la parte secretora del túbulo. La porción excretora de este túbulo está en la médula. El corpúsculo de Malpighi comprende la capsula de Bowman en cuyo interior está el glomérulo, formado por un ovillo de capilares sanguíneos ligados a la circulación del riñón por la arteria aferente y por la arteria eferente. La red glomerular está interpuesta entre estas dos arteriolas, cuya pared muscular permite la contracción o la dilatación de los vasos, regulando de esta manera la presión del glomérulo. El total de glomérulos en cada riñón es de un millón. El glomérulose continúa con el túbulo contorneado proximal, conducto enrrollado sobre si mismo, continuando con el Asa de Henle con su porción ascendente y descendente y el túbulo contorneado distal. Estos tubos a medida que descienden al espesor de las pirámides de Malpighi, se reúnen entre sí, de lo cual resulta que los 4.000 a 6.000 túbulos colectores que se encuentran en la base de una pirámide de Malpighi sólo forman en el vértice de la misma de 15 a 20 conductos, teniendo cada uno su orificio en el área cribosa. Todas las partes rectilíneas del tubo urinario están alojadas en la sustancia medular, mientras que las partes contorneadas están en la sustancia cortical. Irrigación e inervación: Arterias renales: Nacen de la aorta a la altura de la primera vértebra lumbar y llegan horizontalmente al hilio de riñón. Cada una de ellas está cubierta por la vena renal correspondiente. Se divide en varias ramas dentro del riñón en arterias interlobulares, arciformes e interlobulillares y terminan en las arteriolas aferentes del glomérulo (2). Del glomérulo, la sangre depurada pasa por las arterias capilares eferentes del glomérulo entre los túbulos renales y finalmente llegan al sistema colector venoso (Figura 2). Venas renales: Las venas del parénquima renal convergen hacia la base de las pirámides en donde se resumen en algunas venas piramidales. Estas se reúnen en el seno del riñón y constituyen la vena renal. La vena renal de cada riñón va a la vena cava inferior pasando por delante de la arteria renal de cada lado. Inervación: Procede de los nervios esplácnicos y del plexo solar. Son simpáticos, que poseen elementos vasoconstrictores y dilatadores, mientras que los parasimpáticos, que proceden del nervio vago, lo que explica las manifestaciones clínicas como nausea y vomito tras la presencia de un cólico renoureteral. Figura 2.- Irrigación del riñón Fuente: Fuente: Netter FH. Atlas de Anatomia Humana. Editorial Masson; 2003. Las vías de excreción de cada riñón están formadas por los cálices, la pelvis renal y el uréter. Cálices renales: Son tubos membranosos fijos por su extremo externo alrededor de la base de cada una de las papilas, en el que vierten la orina que fluye por los orificios del área cribosa. Los cálices menores se reúnen en grupos de 3 a 4 y forman 3 cálices mayores en número de tres; superior, medio e inferior. Pelvis renal: Es una cavidad en forma de embudo. Ocupa la parte posterior del pedículo renal y se continúa con el uréter, que es un conducto irregular de 25 centímetros de longitud y de 5 milímetros de diámetro. Tiene una dirección oblicua, de arriba abajo y de fuera adentro. En el curso de su trayecto el uréter desciende por la parte posterior de la cavidad abdominal, cruza los grandes vasos ilíacos y penetra en la vejiga a través del meato ureteral. Presenta tres estrechamientos, los cuales se encuentran en la unión ureteropielica, cruce de los vasos ilíacos y en la unión ureterovesical. Tienen importancia para el paso de litos. Penetra en la vejiga en el ángulo externo del trígono vesical, carece de esfínter y su mecanismo valvular está dado por su entrada oblicua a la vejiga y la pared vesical misma. Figura 3.- Anatomía la vía excretora del sistema urinario. Fuente: Gray's Anatomy for Students, second edition 2009. EMBRIOLOGIA: En cuanto al origen embriológico del sistema urogenital, a nivel funcional, se puede dividir en aparato urinario o excretor y el aparato genital o reproductor. Desde el punto de vista embriológico, estos sistemas están estrechamente relacionados. También se relacionan en el plano anatómico. El aparato urogenital se desarrolla a partir del mesodermo intermedio, que se extiende a lo largo de la pared corporal dorsal del embrión. Durante el plegamiento del embrión en el plano horizontal, este mesodermo es arrastrado ventralmente y pierde su conexión con los somitas. Se forma una elevación longitudinal del mesodermo, la cresta urogenital, a cada lado de la aorta dorsal, que da lugar a partes de los aparatos urinario y genital. Durante la vida intrauterina se forman tres sistemas renales ligeramente superpuestos, que de sentido cefálico a caudal son: El pronefros, el cual es rudimentario y no llega a ser funcional; el mesonefros, que puede funcionar por un breve tiempo a inicios del período fetal y el metanefros, que forma el riñón definitivo y permanente (3). Pronefros.- Al comienzo de la cuarta semana de gestación, en el embrión humano el pronefros está representado por 7 a 10 grupos celulares macizos en la región cervical. Estos grupos forman unidades vestigiales excretoras, los nefrotomas, que experimentan regresión antes de que se originen los más caudales. Al final de la cuarta semana desaparece cualquier indicio del sistema pronefrico. Mesonefros.- El mesonefros y los conductos mesonéfricos derivan del mesodermo intermedio de los segmentos torácicos superiores a lumbares superiores. Durante la regresión del sistema pronefrico, a comienzos de la cuarta semana de desarrollo, aparecen los primeros túbulos excretores del mesonefros. Estos se alargan rápidamente adoptan la forma de una asa en forma de S y adquieren un ovillo de capilares que constituyen el glomérulo en su extremo medial. Los túbulos forman alrededor de los glomérulos la capsula de Bowman, y estas estructuras en conjunto constituyen el corpúsculo renal. En el extremo opuesto, el túbulo desemboca en un conducto colector longitudinal denominado conducto mesonefrico o de Wolff. A mediados del segundo mes de desarrollo, el mesonefros da lugar a un órgano ovoide voluminoso a cada lado de la línea media, la gónada. Como esta gónada en desarrollo está situada en el lado interno del mesonefros, el relieve producido por ambos órganos se denomina cresta urogenital. Mientras los túbulos caudales están aún en diferenciación, los túbulos y glomérulos craneales muestran cambios degenerativos y la mayor parte ha desaparecido a fines del segundo mes. Metanefros.- Durante la quinta semana del desarrollo aparece un tercer órgano urinario, el Metanefros o riñón definitivo. Sus unidades excretoras se desarrollan a partir del mesodermo metanéfrico. El desarrollo de conductos difiere del de los otros sistemas renales. Sistema colector.- Los túbulos colectores del riñón definitivo se desarrollan a partir del brote ureteral, que es una evaginación del conducto mesonéfrico próxima a su desembocadura en la cloaca. Posteriormente, el esbozo se dilata para dar origen a la pelvis renal definitiva y se divide en una porción craneal y otra caudal, los futuros cálices mayores. Cada cáliz forma dos nuevos brotes al introducirse en el tejido metanéfrico, los cuales siguen subdividiéndose hasta constituir 12 generaciones de túbulos. Mientras que en la periferia aparecen más túbulos hasta el final del quinto mes de vida intrauterina, los túbulos de segundo orden crecen e incorporan a los de la tercera y cuarta generación formando los cálices menores de la pelvis renal. Al continuar el desarrollo, los túbulos colectores de la quinta generación y de las generaciones sucesivas se alargan considerablemente y convergen en el cáliz menor, donde forman la pirámide renal. En consecuencia el brote ureteral origina: el uréter, la pelvis renal, los cálices mayores y menoresy entre uno a tres millones de túbulos colectores. Sistema excretor.- Cada túbulo colector neoformado está cubierto en el extremo distal por tejido metanéfrico. Por influencia inductora del túbulo, las células que cubren al tubulo colector forman pequeñas vesículas, las vesículas renales, que a su vez forman túbulos más pequeños en forma de S, los capilares crecen dentro de una concavidad en uno de los extremos de la S y se diferencian en glomérulos. Los túbulos, junto con sus glomérulos, forman las nefronas que es la unidad anatomofuncional del riñon. El extremo proximal de cada nefrona constituye la capsula de Bowman, en cuya profunda concavidad se encuentra el glomérulo. El extremo distal mantiene una comunicación franca con uno de los túbulos colectores y establece de tal modo una vía de paso desde la capsula de Bowman a la unidad colectora. El alargamiento continuo del tubo excretor da como resultado la formación del túbulo contorneado proximal, el asa de Henle y el túbulo contorneado distal. En consecuencia, el riñón tiene dos orígenes en su desarrollo: a) El mesodermo metanéfrico, que proporciona las unidades excretoras b) El brote ureteral, que da origen al sistema colector. Las nefronas se forman hasta el nacimiento, momento en el que hay más de un millón en cada riñón. La producción de orina se inicia tempranamente en la gestación, poco después de la diferenciación de los capilares glomerulares, que comienzan a formarse en la décima semana. En el momento del nacimiento, los riñones tiene un aspecto lobulado, pero durante la infancia la lobulación desaparece por el crecimiento de las nefronas, a pesar de que el número de estas no aumenta. El riñón definitivo formado a partir del metanefros empieza a funcionar alrededor de la semana doce de gestación, la orina es emitida hacia la cavidad amniótica y se mezcla con el líquido amniótico. Este líquido es deglutido por el feto y reciclado a través de los riñones. Durante la vida intrauterina, los riñones no tiene a su cargo la excreción de productos de deshecho, función que es realizada por la placenta. Fisiología del riñón: Hablando de la fisiología renal, cada unidad renal está formado por más de un millón de unidades anatomofuncionales llamadas nefronas. De manera básica, podemos decir que una nefrona es un finísimo tubo que se encarga de filtrar el plasma sanguíneo, se encarga de seleccionar lo que debe ser excretado y lo que deber ser reabsorbido. Todas las nefronas comienzan en la corteza renal, prolongándose hacia la médula. Cada nefrona está formada por: La cápsula de Bowman y el túbulo renal (formado por el túbulo contorneado proximal, el asa de Henle y el túbulo contorneado distal). (Figura 4) Cápsula de Bowman.- La capsula de Bowman es la parte inicial de la nefrona. Tiene forma de copa. Dentro de la cápsula de Bowman hay un ovillo de capilares llamado glomérulo. Al conjunto de la cápsula de Bowman y del glomérulo se le conoce con el nombre de corpúsculo renal. El revestimiento interno de la cápsula de Bowman está formado por células epiteliales especializadas llamadas podocitos. Los podocitos tienen numerosas prolongaciones citoplasmáticas (procesos podocitarios) que cubren la superficie de la mayor parte del glomérulo. Los procesos podocitarios en realidad son ramas del cuerpo celular del podocito, que se continúan dividiendo en numerosas ramas que forman una red y que terminan en unos pequeños pies denominados pedicelos. La capa externa de la cápsula está formada por epitelio escamoso simple. Las nefronas cuya cápsula de Bowman está más cerca de la médula se conocen con el nombre de nefronas yuxtamedulares, y las que tienen la cápsula de Bowman más cerca de la superficie de la corteza se llaman nefronas corticales. Éstas últimas suponen un 85% del total de las nefronas (4). Túbulo contorneado proximal.- Este es un fino tubo que se continúa de la cápsula de Bowman, situado en la corteza renal. Está formado por epitelio con abundantes microvellosidades orientadas hacia la luz interna, lo que le da un aspecto de borde en cepillo. Es muy tortuoso y con muchas circunvoluciones. Asa de Henle.- Esta es la continuación del túbulo contorneado proximal. Consta de una rama descendente, una zona curva y una rama ascendente. La parte inferior de la rama descendente es más estrecha que la parte superior, y este menor calibre se mantiene en la zona curva del asa y en la primera parte de la rama ascendente, para luego ir engrosando de nuevo. En las nefronas yuxtamedulares parte del asa de Henle penetra desde la corteza hasta la médula renal. En las nefronas corticales el asa de Henle permanece casi en su totalidad en la corteza. Túbulo contorneado distal.- Es el tubo que se encuentra a continuación de la rama ascendente del asa de Henle. Su trayecto es sinuoso y con muchas circunvoluciones. En el punto donde la arteriola aferente contacta con el túbulo contorneado distal se encuentra el aparato yuxtaglomerular. El aparato yuxtaglomerular consta de células que contienen gránulos de la enzima renina, así como de células mecanorreceptoras que detectan los aumentos en la presión de la arteriola, y células quimiorreceptoras que detectan la concentración de los solutos en el líquido que fluye por dentro del túbulo (4). Túbulo colector.- Los desechos retirados del plasma que han sido seleccionados por la nefrona terminan desembocando desde el túbulo contorneado distal hacia el túbulo colector. Este túbulo es un conducto recto formado por la unión de los túbulos distales de varias nefronas. Todos los conductos colectores del riñón atraviesan la médula desde su base superior hasta la papila renal, desde donde drenan su contenido a la pelvis renal. Las pirámides renales resultan de la agrupación de varios túbulos colectores, paralelos entre sí (4). Figura 4.- Unidad anatomofuncional de la vía urinaria, la nefrona. Disponible en: https://epifumi.wordpress.com/2012/02/27/anatomia-del-aparato-excretor/ Las funciones básicas del aparato urinario son variadas dentro de las cuales se encuentran las siguientes: https://www.google.com.mx/url?sa=i&rct=j&q=&esrc=s&source=images&cd=&cad=rja&uact=8&ved=0CAcQjRxqFQoTCMH9sfLp3MYCFYmhgAodnQcKFQ&url=https://epifumi.wordpress.com/2012/02/27/anatomia-del-aparato-excretor/&ei=bCimVcGXConDggSdj6ioAQ&psig=AFQjCNEZ0KgW_kTsbroHN61MlNdIbTB_tQ&ust=1437038963446886 Excreción de desechos metabólicos.- Los principales productos de desecho obtenidos del metabolismo celular son agua, dióxido de carbono y los residuos nitrogenados como amoníaco, ácido úrico y urea. El agua se excreta en forma de vapor de agua mediante la respiración y el sudor. Pero la mayoría del agua es excretada en forma de orina, cerca de 1500 mililitros al día. El dióxido de carbono es eliminado por el aparato respiratorio. La degradación celular de los aminoácidos da lugar a amoníaco, que rápidamente es transformada en ácido úrico o urea. El ácido úrico también es producto del metabolismo de las purinas. La excreción de los desechos nitrogenados son eliminados por el aparato urinario. Regulación del equilibrio hidroelectrolítico.- El equilibrio de electrolitos se basa en el mantenimiento de estos en la sangre, liquido intracelular y liquido extracelular. La cantidad de orina producida y su contenido en electrolitos depende de la necesidad del organismo de retener o eliminar agua e iones. Este proceso está regulado por varios mecanismos hormonales como la hormona antidiurética,la cual es sintetizada por el hipotálamo y liberada por la neurohipófisis. Esta hormona hace más permeables al agua los conductos colectores, lo que provoca una mayor reabsorción de esta molécula hacia el líquido intersticial y, por tanto, hacia los capilares sanguíneos. Por lo tanto se incrementa la volemia y por ende la presión arterial. Esta hormona es secretada cuando los receptores del hipotálamo detectan un aumento en la presión osmótica y por lo tanto se aumenta la resorción de agua. Sistema renina- angiotensina- aldosterona.- Si se presenta hipotensión secundaria a hipovolemia, el aparato yuxtaglomerular del riñón libera renina, esta enzima es la encargada de convertir al angiotensinógeno en angiotensina. La angiotensina circulante, a su paso por los pulmones, es convertida en angiotensina II. La angiotensina II provoca vasoconstricción, lo que incrementa la presión sanguínea y por lo tanto la corteza suprarrenal libera aldosterona. La aldosterona es la hormona encargada de la reabsorción de sodio y agua en el túbulo contorneado distal a cambio de la secreción de potasio por lo tanto se incrementa la volemia y con esta un incremento de la presión arterial. El péptido natriurético auricular es una hormona producida y almacenada por células especiales del miocardio de las aurículas del corazón. Cuando hay hipervolemia, las aurículas se distienden y liberan péptido natriuretico auricular. Éste actúa sobre las arteriolas aferentes del riñón, dilatándolas inhibiendo así la reabsorción de sodio en los conductos colectores, actúa sobre la corteza suprarrenal inhibiendo la secreción de aldosterona, deteniendo así el eje renina angiotensina aldosterona. El péptido natriuretico auricular y el sistema renina angiotensina aldosterona se antagonizan, para así mantener un equilibrio hidroelectrolítico y de la presión arterial. Regulación del equilibrio ácido-base.- El pH es el grado de acidez de un tejido, dentro del organismo humano el pH sanguíneo ha de mantenerse 7.35 y 7.45. Cuando la nefrona detecta un descenso de pH sanguíneo, se produce la secreción de iones hidrógeno y amoníaco sanguíneos hacia la luz del túbulo contorneado distal y el túbulo colector, aumentando así la acidez urinaria y disminuyendo la acidez sanguínea. Esta secreción se acompaña de reabsorción desde la nefrona hacia los capilares tubulares de amortiguadores químicos como el bicarbonato. Síntesis de eritropoyetina.- La eritropoyetina es una hormona fabricada por la médula renal y su función es estimular la eritropoyesis. Esta hormona es sintetizada y liberada cuando el riñón detecta hipoxemia. Al aumentar la producción de eritrocitos aumenta la capacidad de transporte de oxígeno a los tejidos. Activación de vitamina D y síntesis de prostaglandinas.- La vitamina D3, es esencial para la absorción y utilización del calcio, esta vitamina es convertida en su forma activa a su paso por el riñón. La Prostaglandina E3, I2 y la prostaciclina son prostaglandinas vasodilatadoras, mientras que el tromboxano A2 es vasoconstrictora. En general, cuando disminuye la presión de perfusión renal aumenta la producción renal de estas prostaglandinas, provocando vasodilatación intrarrenal que contribuye a mantener el flujo sanguíneo. Funcionamiento de la nefrona: La depuración del plasma sanguíneo y la formación de la orina son determinadas por los procesos de filtración, reabsorción y secreción llevados a cabo en cada nefrona. Filtración.- La sangre fluye por los capilares glomerulares a una alta presión, por lo que más de un 10% de su plasma abandona el vaso sanguíneo y se introduce en el interior de la cápsula de Bowman. Esta gran cantidad de filtrado glomerular se encuentra determinada por: -La presión hidrostática en los capilares del glomérulo es mayor en el resto de los capilares del organismo debido a la alta resistencia al flujo de salida que opone la arteriola eferente. -El glomérulo, quien se encuentra formado por una gran cantidad de capilares en muy poco espacio, por lo tanto ofrece una gran área de superficie en contacto con las paredes de la cápsula de Bowman. -Los capilares glomerulares son muy porosos estos capilares poseen numerosas fenestraciones entre las células epiteliales de sus paredes. Al igual que el resto de los capilares sanguíneos, están formados exclusivamente por una fina capa de endotelio. Las paredes de los capilares del glomérulo y los pedicelos de los podocitos forman la denominada membrana de filtración, que permite el paso de líquido y solutos de pequeño tamaño molecular disueltos en el plasma, sustancias como glucosa, aminoácidos, sodio, potasio, cloro, bicarbonato y urea. El volumen total de sangre que pasa por los riñones es de unos 1200 ml/minuto, es decir, aproximadamente una cuarta parte del gasto cardíaco total. Si el 10% del plasma que pasa por el glomérulo en cada ocasión se filtra hacia la nefrona, significa que del volumen total de sangre que pasa por los riñones en un minuto 120 ml abandonan la circulación sistémica y pasan a la cápsula de Bowman, lo que en 24 horas serían 170-180 litros. Por lo tanto estos 180 litros fueran retenidos por la nefrona, el organismo se quedaría sin agua, sin solutos, provocando la muerte. Reabsorción.- Aproximadamente un 99% del filtrado glomerular que ha llegado al interior de la cápsula de Bowman es reabsorbido desde el túbulo de la nefrona hacia los capilares peritubulares que lo rodean, por lo tanto se reintegran a la circulación. En realidad, el agua y solutos que no han de ser eliminados pasan desde la nefrona hacia el líquido intersticial circundante, y de éste a la sangre. Las células con microvellosidades del túbulo contorneado proximal permiten incrementar la superficie de absorción en poco espacio. Los iones reabsorbidos hacen a la sangre peritubular hipertónica, lo que de manera natural produce osmosis, lo que provoca de manera natural la reabsorción da agua hacia los capilares peritubulares hasta que el líquido intratubular y la sangre sean isotónicos. La reabsorción de nutrientes es mediante transporte activo y la reabsorción de urea es mediante transporte pasivo. Alrededor de un 65% del filtrado glomerular es reabsorbido en el túbulo contorneado proximal. El asa de Henle y el túbulo contorneado distal continúan este proceso de concentración del filtrado mediante la reabsorción de agua y solutos. En la porción descendente del asa de Henle se reabsorbe agua, en la porción ascendente del asa de Henle las paredes son impermeables al agua. Esto favorece la salida de agua por osmosis desde el túbulo contorneado distal y el conducto colector por la presencia de hormona antidiurética, concentrándose el filtrado hasta formar la orina definitiva que drena hacia la pelvis renal. En este túbulo también se reabsorbe urea. Secreción.- La secreción es el procedimiento inverso a la reabsorción. Algunas sustancias que no fueron filtradas desde el glomérulo hacia la cápsula de Bowman, son transportadas desde la sangre de los capilares peritubulares hacia el túbulo de la nefrona. La secreción de iones hidrógeno y amonio supone un importante mecanismo de regulación del pH sanguíneo, cuando la sangre se hace demasiado ácida, se secretan más iones de este tipo en la orina. La secreción de iones potasio también es un importante mecanismo homeostático. Además, la hiperpotasemia también estimula a la corteza suprarrenal para que ésta sinteticey secrete aldosterona, hormona que incrementa aún más la secreción de potasio al estimular las bombas celulares intercambiadoras de sodio intratubular por potasio sanguíneo. EPIDEMIOLOGIA DE LA ESTENOSIS URETEROPIELICA. La obstrucción de la Unión Ureteropielica es la causa más frecuente de dilatación del sistema colector renal en los niños, llegando a ocupar el 80% de todos los casos de dilatación pielocalicial. La incidencia de obstrucción de la Unión Ureteropielica es menos frecuente en adultos que en niños, pero no es una rareza. Dentro de este grupo es más frecuente en adultos jóvenes. Suele aparecer con mayor frecuencia en el hombre con una relación masculino-femenino de 2-3:1 y afecta con mayor frecuencia al riñón izquierdo con relación al derecho (5). Además cerca del 20% de los casos con estenosis ureteropielica suelen ser bilaterales. De cada cien dilataciones renales apreciadas prenatalmente se muestra la siguiente distribución según experiencias en centros de referencia en atención a dilataciones ureteropielicas: el 50 % de ellas son transitorias y el estudio ecográfico postnatal será normal. El 11 % serán debidas a la existencia de una obstrucción de la unión pieloureteral. El 15 % serán debidas a dilatación no obstructiva y conformaciones especiales de la pelvis renal. El 9 % serán secundarias a un reflujo vesico ureteral congénito. El 4 % son secundarias a alguna dilatación ureteral, de cualquier causa. El 3 % a displasia renal. El 2 % a displasia multiquística. El 2 % a duplicidades y ureteroceles y otras malformaciones de la desembocadura ureteral. El 1 % a dilataciones secundarias a válvulas de uretra posterior. El 3 % restante se deben a otras causas. Al final, según los datos actualizados en base a la experiencia acumulada por las distintas unidades de urología, de este 11 % de recién nacidos con estenosis de la unión pieloureteral, solamente necesitarán intervención quirúrgica los riñones que tengan al nacimiento una pelvis renal de diámetro anteroposterior mayor de 20 mm (6). Como se comentó con anterioridad es una malformación relativamente frecuente. Puede diagnosticarse de forma prenatal o dentro del primer año de vida, aunque en algunas otras ocasiones por la mínima sintomatología o sintomatología vaga del padecimiento puede llegar a retrasarse el diagnostico hasta la edad adulta. La obstrucción a nivel ureteropielica provoca un incremento en la presión a este nivel y por lo tanto se dificulta el vaciamiento de la pelvis renal y por lo tanto existirá mayor dilatación pielica, o incluso atrofia del parénquima renal, en algunos casos la complicación más temida es la exclusión de la unidad renal del paciente afectado. Dentro de las causas de la estenosis ureteropielica pueden agruparse de la siguiente manera: a) Intrínsecas: Derivadas de que el uréter en su desarrollo pasaría por una fase sólida, con posterior recanalización, que en este caso sería fallida. También puede existir una mala arquitectura de las fibras musculares lisas que tienen una disposición circular en vez de helicoidal, con lo que la propulsión del bolo urinario no es eficaz. Puede haber hipoplasia del músculo liso y reemplazo por tejido fibroso, con igual falla del peristaltismo. En algunos casos se puede reconocer un mecanismo valvular por pliegues e hipertrofia de la mucosa. b) Extrínsecas: La presencia de vasos aberrantes, (Figura 5) que cruzan la unión ureteropielica por detrás son responsables de una compresión que al igual que las bandas fibrosas provocan angulación de la unión ureteropielica y por lo tanto disminuyen o afectan al adecuado drenaje de la vía urinaria. Pueden sumarse a factores intrínsecos. Figura 5.- Estenosis de la unión ureteropielica debida a una arteria que acoda el uréter. Netter,F.H.,Ciba Coll.Med.Ill. c) Funcionales: En algunas ocasiones durante el tratamiento quirúrgico corrector de la estenosis de la unión ureteropielica no logra demostrarse alguna alteración que explique la hidronefrosis que se encuentra por lo tanto sugiere la existencia de algún factor funcional más que alteraciones anatómicas que dificulten el adecuado drenaje de la pelvis renal. Los síntomas de presentación de esta entidad patológica dependen de la edad: En el lactante se puede descubrir por la palpación de una masa abdominal. En niños mayores y adultos se presenta como dolor sordo, náuseas y vómito. Rara vez como cólico renoureteral, infecciones urinarias frecuentes con o sin fiebre, hematuria monosintomatica. La presencia de litiasis asociada a la estenosis de la unión ureteropielica es frecuente, Afectaciones generales son mucho menos frecuentes como hipertensión arterial sistémica. En la siguiente tabla (Tabla 1), se presentan los síntomas principales al momento del diagnóstico. Síntomas Número de pacientes Porcentaje Dolor 105 92 Infección urinaria 37 32 Hematuria 24 21 Nausea y vomito 9 7.9 Hipertensión arterial 2 1.7 Masa abdominal 1 0.8 Tabla 1. Presentación de los síntomas en pacientes con diagnóstico de estenosis de la unión ureteteropielica. (Ricardo Alonso Castillejos-Molina Surgical treatment of ureteropelvic junction obstruction Gac. Méd. Méx vol.142 no.3 México may/jun. 2006. DIAGNOSTICO: El diagnóstico de la estenosis ureteropielica se sospecha desde la vida intrauterina a través de la identificación de ectasia pielocalicial durante los ultrasonidos obstétricos sin embargo no todos los pacientes a los cuales se les documenta ectasia pielocalicial prenatalmente tienen algún impacto en la vida extrauterina. Existen distintos métodos diagnósticos para esta entidad patológica. Sin embargo el gold estándar para diagnosticar una estenosis ureteropielica es la tomografía axial computada. TOMOGRAFIA AXIAL COMPUTADA: La principal indicación de la tomografía es el estudio de paciente con alto riesgo de sospecha de carcinoma de células transicionales, es decir, pacientes mayores de 40 años con hematuria macroscópica. Sin embargo este método diagnóstico es usado cada vez más para la caracterización de condiciones benignas como anomalías congénitas y variantes anatómicas, como es el caso de nuestro objeto de estudio como la estenosis ureteral por la presencia de vasos aberrantes (7). La tomografía tiene varias ventajas que han relegado otros métodos diagnósticos a un segundo plano. Estas ventajas son la evaluación integral de las vías urinarias en un solo estudio, mayor sensibilidad para detectar cálculos y lesiones focales renales, evaluación tanto de la luz como de la pared de los uréteros y la pelvis renal. Capacidad de estadificar con el mismo estudio las lesiones tumorales detectadas, identificación de patologías externas al tracto urinario y mejor visualización de las lesiones vesicales. El mayor inconveniente de este método diagnóstico es la alta dosis de radiación, por lo que sólo debe utilizarse en situaciones que realmente lo ameriten. Técnica: Se han propuesto diversos protocolos y técnicas para la realización de una tomografía y se han ido modificando a través del tiempo. Sin embargo existe consenso sobre 4 características básicas que debe tener este estudio (8). 1. Debe ser un examen diagnóstico optimizado para la evaluación de los riñones, uréteros y vejiga. 2. Debe ser un estudio realizado con tomografía computarizada multidetector, con imágenes de alta resolución espacial. 3. Requiere la administración intravenosa de medio de contraste. 4. Debe incluir como requisito fundamental de una fase de eliminación, indispensable para evaluar el urotelio. La urotomografía fue descrita originalmente como una técnica trifásica que utiliza un bolo único de medio de contraste intravenoso (9). En primer lugar se realiza una fase sin contraste, que en el caso del uréter es valiosapara visualización inicial de variantes anatómicas, diagnostico de cálculos. Luego se administra un bolo de medio de contraste (100–150 ml), inyectado a una velocidad de 2–3 ml/seg, momento a partir del cual son obtenidas 2 fases de imágenes. La fase nefrográfica se obtiene entre 70–120 segundos después de la administración del medio de contraste, en esta fase se evalúa el realce y grosor de la pared del urotelio. La fase excretora se obtiene tras un retraso de al menos 180 segundos después de la administración del contraste, esta fase es útil para evaluar el trayecto ureteral en el caso de variantes anatómicas y anomalías congénitas, y los defectos de llenado secundarios a tumores, procesos inflamatorios e infecciosos. Figura 6.- Imagen de tomografía axial computada en corte coronal en el cual se observa estenosis ureteropiélica derecha a consecuencia de la presencia de vaso aberrante. Figura 7.- Tomografia axial computada en un corte coronal en la cual se observa estenosis ureteropielica izquierda sin evidenciar la presencia de vaso aberrante como causa de este. Figura 8.- Imagen tomografica en un corte coronal en la cual se observa estenosis de la unión ureteropielica derecha sin la presencia de vaso aberrante como causa de la estenosis ureteropielica. Figura 9.- Estudio tomografico en un corte axial, se encuentra diagnostico de estenosis de la unión ureteropielica derecha. Figura 10.- Tomografia abdominopelvica en corte coronal donde se encuentra estenosis de la unión ureteropielica izquierda, con importante ectasia en la unión ureteropielica del lado izquierdo. Figura 11.- Corte coronal de tomografía abdominopelvica donde se encuentra estenosis de la unión uretereopielica derecha. UROGRAFIA EXCRETORA COMO METODO DIAGNOSTICO DE ESTENOSIS URETEROPIELICA: Esta técnica imagenologica brinda importante información previa al tratamiento de los pacientes con diagnóstico de estenosis ureteropiélica. En la actualidad ha sido desplazada por la tomografía computada, sin embargo hace algunas décadas era el principal método diagnóstico de esta entidad patológica, ya que no solo ofrece datos morfológicos, sino también funcionales del riñón afectado. Radiografía simple, si la estenosis de la unión ureteropiélica es leve, la radiografía es normal. Si es severa, provoca una marcada hidronefrosis y puede mostrar la presencia de una masa en las partes blandas, con desplazamientos de asas intestinales. Por ectasia urinaria, pueden formar cálculos visibles en la radiografía simple. Este estudio se puede realizar con o sin diurético y es útil para diagnosticar la obstrucción de la unión ureteropiélica, muestra de forma cualitativa la función renal y determina cuantitativamente el grado de obstrucción. Es útil para detectar retraso o incluso la ausencia de excreción del riñón afectado. Si la función renal se encuentra conservada se opacificará totalmente la pelvis renal, observándose una imagen conocida como “pie desnudo” (Figura 12) Figura 12.- Hidronefrosis típica en “huella de pie desnudo”. Si la obstrucción de la unión ureteropiélica es debida a un vaso aberrante que ocasiona compresión, puede observarse el uréter proximal angulado inmediatamente por encima del vaso aberrante (figura 13). Figura 13.- Dilatación pielocalicial en el riñón derecho, consecuencia de la compresión extrínseca por un vaso aberrante. Disponible en: http://www.sld.cu/galerias/pdf/sitios/williamsoler/debate_en_peditria_uropatia_obstru ctiva.pdf La mayoría de las hidronefrosis se diagnostican mediante la urografía intravenosa (90%). Dos excepciones son las hidronefrosis intermitentes y la inadecuada visibilidad renal, por grave deterioro de la función renal. PIELOGRAFIA ASCENDENTE Y ESTENOSIS URETEROPIELICA: Este estudio radiológico permite la delimitación de la anatomía del uréter, pelvis renal y sistemas colectores. Es de utilidad en los pacientes en los cuales se presentan con deterioro importante de la función renal, retardo importante en la eliminación de los medios de contraste, también se utiliza en pacientes con alergia a los medios de contraste. Comienza por realizar cateterismo del uréter en una sala de cistoscopia, una vez que se cateterizo el uréter del lado afectado, el paciente se lleva a la sala de rayos X, donde se realizan tomas de radiografías, para observar la anatomía del uréter y la pelvis renal, así como los sistemas colectores (Figura 14). Figura 14.- Pielografía ascendente derecha, en la cual se observa estenosis ureteropiélica. Disponible en: http://revistasau.org/index.php/revista/article/viewFile/747/697 GAMMAGRAFIA RENAL Y ESTENOSIS URETEROPIELICA: La evaluación radioisotópica permite estudiar las anormalidades estructurales y su impacto funcional, realizar estimaciones cuantitativas de la perfusión y función renal, de la dinámica vesical y la presencia de reflujo vesicoureteral. Se han usado isótopos específicos para evaluar la función renal según su mecanismo de excreción, utilizando diferentes protocolos de estudio. Técnicas de imágenes renales Las imágenes funcionales permiten la evaluación del flujo sanguíneo, el parénquima y la excreción renales. Existen múltiples radiofármacos utilizados en la gammagrafía renal para así evaluar alguna particularidad de la vía urinaria. Evaluación del parénquima renal: Tc-99mDMSA (Ácido dimercaptosuccínico) A través de imágenes estáticas permite la evaluación de la corteza renal y obtener un valor relativo de la función renal por separado. Indicaciones: Indicaciones: Evaluación de la forma, tamaño y posición renal, determinación de la función renal relativa, evaluación de pielonefritis aguda y crónica, lesiones expansivas (masas renales, quistes), infarto renal, secuelas de nefropatía por reflujo y trauma renal en ausencia de compromiso de otros órganos abdominales. Pielonefritis aguda: La pielonefritis aguda es la mayor causa de morbilidad en niños con infecciones urinarias y puede conducir a cicatrices renales irreversibles, cuyas secuelas pueden ser hipertensión arterial e insuficiencia renal crónica. En ocasiones los parámetros clínicos y de laboratorio, así como la ultrasonografía, no permiten establecer su diagnóstico. Por tal motivo un estudio de elección es la realización de gammagrama renal. La presencia de áreas focales en las cuales hay disminución de la captación del DMSA, con o sin aumento de tamaño, o disminución difusa de la captación en riñones, asociado a aumento de tamaño, son interpretadas como pielonefritis aguda (Figura 11).Este estudio es importante para el seguimiento de las alteraciones y en el control de pielonefritis aguda. Los cambios parenquimatosos inflamatorios agudos son reversibles y no dejan cicatrices en la mayoría de los casos adecuadamente tratados. Se recomienda controlar a los pacientes a los 6-12 meses después del cuadro agudo (10). La presencia y localización de cicatrices ocurre en las áreas de pielonefritis aguda previa. Figura 15.- Gammagrama renal, estudio imagenologico importante para descartar la exclusión de la unidad renal. EVALUACIÓN DE LA EXCRECIÓN RENAL: Tc-99m-MAG3 (Mercaptoacetilglicina) y Tc-99m-DTPA (Ácido Dietilentriaminopentacético). El MAG3 es un compuesto aniónico y lipofílico que, después de su administración intravenosa, se une a proteínas plasmáticas y es rápidamente aclarado de la sangre por los riñones mediante secreción tubular (11). La medida de la actividad de las imágenes renales permite calcular el aporte circulatorio que recibe cada riñón, el tránsito tubular y la excreción renal del producto. En el uso de este radiofármaco podemosencontrar ejemplos de interacciones medicamentosas que se han incorporado a protocolos de trabajo, como son las producidas por los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA) y la furosemida (Figura 16). Ambos agentes permiten realizar un estudio dinámico en dos fases: 1) Fase Angiográfica que permite la evaluación del flujo sanguíneo renal relativo. 2) Fase Nefrográfica que evalúa la función y excreción renal. Debido a las diferencias en los mecanismos de excreción de ambos agentes, el MAG3 está especialmente indicado en niños, pacientes con insuficiencia renal, trasplantados renales y en la evaluación de hipertensión renovascular. El MAG3 se excreta por filtración glomerular y secreción tubular, a diferencia del DTPA que sólo presenta filtración glomerular. Indicaciones: Alteraciones de la posición, forma o tamaño renal. Evaluación de la función renal por separado. En casos de uropatía obstructiva, como la estenosis ureteropiélica, se puede agregar un diurético como la furosemida endovenosa y en la evaluación de Hipertensión Renovascular se asocia a captopril oral. También esta indicado en evaluación del trasplante renal. Uropatía Obstructiva: La hidronefrosis o dilatación de la pelvis renal y/o del sistema colector puede ser el resultado de una obstrucción. La pielografía endovenosa, la ultrasonografía o la tomografía axial computada sugieren la presencia de obstrucción, basados en la dilatación piélica, ureteral o en la demostración directa de la causa obstructiva. Demostrada una obstrucción, el paciente debe ser tratado quirúrgicamente. Sin embargo, en algunos pacientes la pelvis renal y uréteres se dilatan sin que exista obstrucción al flujo de orina, como ocurre en anomalías congénitas, obstrucción previa o cirugía del tracto urinario previa. El gammagrama renal dinámico, es una excelente herramienta para diferenciar la dilatación obstructiva de la no obstructiva (12). Se complementa el estudio con la administración de diurético endovenoso (furosemida en dosis de 1mg/Kg peso) para evaluar la excreción urinaria. La eliminación del trazador después de la administración del diurético es una respuesta normal. En cambio, si existe retención de la actividad en la pelvis renal, se demuestra la obstrucción (Figura 17). Figura 16.- Gammagrama renal con DTPA y uso de diurético, se observa rápida eliminación tras la aplicación de diurético. Figura 17.- Gammagrama renal con DTPA y uso de diurético, en la cual se demuestra riñón derecho obstruido al no mostrar mejoría en la eliminación del radiotrazador tras la administración de furosemida. Fuente: Alfredo G, Cristina A, Gema R, et al. Estudios radioisotopicos en la hidronefrosis. Clínicas Urológicas de la Complutense Vol. 9: 99-11 Hipertensión renovascular: El protocolo contempla dos estudios, uno realizado en condiciones basales, previa suspensión de terapia antihipertensiva, y el otro bajo acción de Captopril oral (mg/kg peso, con un máximo de 75 mg). El captopril es un inhibidor de la enzima convertidora de angiotensina que bloquea la formación de angiotensina II. Normalmente, en presencia de estenosis de la arteria renal, el flujo sanguíneo renal se reduce lo que estimula la liberación de renina que permite la conversión de angiotensina I en angiotensina II. Esta última es un potente vasoconstrictor de la arteriola glomerular eferente, lo que permite mantener el flujo sanguíneo glomerular así como el gradiente de presión. Tras la toma de captopril, el mecanismo de compensación no está presente, por lo que se observa una disminución del flujo sanguíneo, que se expresa en una menor captación y excreción del trazador en el riñón afectado. Frente a una estenosis de ambas arterias renales, la interpretación del estudio es más complicada, debido a que disminuye el grado de asimetría de la respuesta en la función renal observada en el caso de estenosis unilateral. Además, se produce en este caso la coexistencia de insuficiencia renal. PATOLOGIAS ASOCIADAS A ESTENOSIS URETEROPIELICA: Las anomalías asociadas incluyen: riñón en herradura, riñón multiquístico y ectopia renal, entre otras. La estenosis de la unión ureteropiélica puede encontrarse hasta en 21% de los pacientes con asociación VATER (del inglés, Vertebral defects, imperforate Anus, Tracheo-Esophageal fistula, and Radial and Renal displasia) y en 40% de los pacientes con reflujo vesicoureteral. LITIASIS Y ESTENOSIS URETEROPIELICA: La litiasis urinaria se define como la presencia de cálculos en el tracto urinario. La incidencia ha disminuido en los países desarrollados. La causa de esta enfermedad consiste en la precipitación de sustancias cristalinas que normalmente están disueltas en la orina, de distinta composición química. La etiología es multifactorial e implica factores genéticos, ambientales, raciales y estructurales además de mecanismos fisicoquímicos complejos. En adultos se calcula que del 3-4% de la población padece litiasis urinaria. La fisiopatología de la formación de un cálculo pasa por la génesis de un núcleo, que permaneciendo en la vía urinaria pueda crecer mediante la agregación de cristales o partículas cristalinas. Este crecimiento supone un mecanismo multifactorial en el que influyen factores como edad, sexo, raza, estado de hidratación y clima. Existen distintas teorías que explican parcialmente la formación de un cálculo: 1) Teorías físico-químicas: Considerando que la orina es una solución en la que las sales pueden estar en distintas concentraciones. Cuando una sal está en situación de sobresaturación, la solución se comporta de forma inestable y la precipitación cristalina resulta entonces irreversible. Una vez producida esa precipitación, el núcleo calculoso resultante actúa como centro de posterior agregación de cristales, la fijación en una célula tubular o epitelial y de nuevo el crecimiento posterior con la fijación de nuevos cristales. La fijación tiene lugar por medio de sustancias como mucoproteínas (sustancia A y proteína de Tamm-Horsfall) que actúan como pegamento tras polimerizarse. 2) Teorías anatómicas: Este es un punto importante, al cual hay que considerar ya que todas las situaciones que dificulten o alteren el flujo normal de la vía urinaria favoreciendo su estancamiento aumentan a su vez la sobresaturación. Este hecho unido a la aparición de infección por bacterias favorecerá la aparición de litiasis urinaria. Todas las malformaciones en la vía urinaria o procesos infecciosos que provoquen una alteración en el flujo urinario predispondrán a la formación de litiasis. Es preciso un cúmulo de circunstancias que deben tener lugar para que se alcance el resultado litiásico. Son importantes también algunos trastornos genéticos que dan como resultado a hipercalciuria favoreciendo la aparición de litiasis y nefrocalcinosis. Algunas sustancias que influyen en los procesos de nucleación, agregación y crecimiento cristalino: Son los promotores, inhibidores y los formadores de complejos. Los promotores actúan en la superficie de los cristales facilitando su crecimiento. Los inhibidores se unen a los puntos de crecimiento de los cristales evitando el depósito de otras sales, sobre todo cálcicas. Los formadores de complejos, se encargan de formar complejos solubles con otras sales disminuyendo la saturación de las mismas. Algunas sustancias pueden actuar como promotoras en una fase de la litogénesis y como inhibidoras en otra. Según la literatura, aproximadamente 10 -20% de casos de estenosis de la unión ureteropiélica presenta una litiasis asociada. Esto puede ocasionar una clínica importante al paciente, se asocia a infecciones del tracto urinario. Tras la evolución de la cirugía laparoscópica, el actual abordaje de la estenosis ureteropiélica ha desplazado a la cirugía abierta en la mayoría de los centros quirurgicos,pero la asociación de una litiasis secundaria añade dificultades técnicas (13). La coexistencia de litiasis en el riñón con estenosis ureteropiélica, no es contraindicación para la realización de Pieloplastia laparoscópica, siempre y cuando la litiasis piélica pueda ser tratada de forma laparoscópica, en las series reportadas de tratamientos de pieloplastia laparoscópica y litiasis renal coexistente cerca del 50% de los pacientes quedan libre de carga litiasica (14). VASOS ABERRANTES Y ESTENOSIS URETEROPIELICA EN LA PIELOPLASTIA LAPAROSCOPICA: El interés en conocer los cruces vasculares de la estenosis ureteropiélica tiene más utilidad ante un abordaje endoscópico anterógrado o retrógrado, con el fin de evitar su lesión en la incisión, así como la persistencia de la causa extrínseca obstructiva de no conocerlos. No obstante, una vez planificado un abordaje laparoscópico no es imprescindible la búsqueda de vasos aberrantes, si bien su conocimiento provocará una estrategia quirúrgica segura. En cuanto a la literatura hablando particularmente de la presencia de vasos aberrantes como causa de estenosis ureteropiélica se acerca al 58% del total de las estenosis ureteropielicas (15). El significado e influencia de los vasos que cruzan la unión pieloureteral sigue siendo objeto de debate. Es preciso disponer de pruebas de imagen que permitan una identificación de los mismos a través de estudios de extensión, principalmente a través de tomografía abdominopelvica contrastada en su fase de eliminación. A pesar de la alta incidencia de vasos aberrantes como causa de estenosis ureteropielica se describen unas tasas de éxitos mayores al 80% en pacientes tratados a través de endopielotomía, a pesar de que los pacientes no se sometieron a detección de estos vasos aberrantes a través de tomografía computada, por lo que no parecería que todos los vasos aberrantes son causas significativas de obstrucción De cualquier forma estos vasos pueden actuar como fuente potencial de complicaciones transoperatorias y postoperatorias, como la aparición de fístulas arterio-venosas y riesgo de hemorragia significativa. Aunque también existen vertientes en las cuales se niega que la presencia de vasos aberrantes sea un mayor reto quirúrgico y mayor riesgo en el tratamiento y pronóstico de los pacientes sometidos a pieloplastias laparoscópicas (16). En los abordajes endourológicos con visión directa, se recomienda efectuar una inspección visual cuidadosa del campo operatorio, para dirigir la intervención, separándola de los vasos pulsátiles TRATAMIENTO: El tratamiento quirúrgico de la estenosis ureteropiélica ha sufrido importantes modificaciones durante las últimas dos décadas, Siendo siempre un reto urológico importante el tratamiento de esta alteración anatómica. Se han descrito múltiples opciones terapéuticas, siendo la pieloplastia publicada por Anderson y Hynes en 1946 (Figura 18), el procedimiento de elección con tasas de éxito superiores al 90 %, especialmente en casos de cruce vascular, hidronefrosis de grandes proporciones y estenosis superior a 2 cm. esta técnica en la actualidad se mantiene como el estándar para el tratamiento y contra esta técnica se comparan el resto de los nuevos abordajes y técnicas descritas en la actualidad. Habitualmente se lleva a cabo mediante una incisión en el flanco, lo que lleva a una larga recuperación e importante dolor postoperatorio (17). Figura 18.- Pieloplastia según la Técnica de Anderson- Hynes. (Kelalis,P.,Clinical Ped.Urol.1985). De acuerdo a la hipótesis de que un segmento adinámico en lo alto del uréter retarda o anula la contracción muscular, la pieloplastia desmembrada de Anderson Hynes con resección del segmento anormal ha sido denominada la operación estándar, y su objetivo es el de restituir el drenaje urinario en un sistema colector obstruido y dilatado. Competir con una técnica que proporcionaba tan alto porcentaje de éxitos resultaba difícil, pero la mínima morbilidad de la cirugía percutánea hizo posible a través de endopielolitotomia, comenzó a tomar importancia en algún momento sin embargo solo se reportan tasas de éxito de tan solo un 70 a 80 % de éxitos en las mejores series (18). TRATAMIENTO QUIRURGICO ABIERTO: La pieloplastia desmembrada es la técnica que por años se ha mantenido como el gold standard de tratamiento de estenosis ureteropiélica. Se coloca al paciente en decúbito lateral contrario al lado de incisión, con una almohadilla abdominal o balón que abra el espacio costo-iliaco. La pierna más inferior se flexiona 90º y se coloca una almohada entre ambas piernas. Es importante proteger el brazo superior, que descansa, extendido, sobre una piernera. La incisión tipo lumbotomia suele ser la más utilizada además de que ofrece acceso adecuado, rápido y con resultados estéticos aceptables. Para acceder a la unión ureteropielica se debe liberar el polo inferior renal de sus adherencias y grasa perirrenal. Se debe retraer el contenido peritoneal permitiendo la disección del uréter y su liberación hasta la pelvis renal. Se referencia con un punto el borde lateral del uréter por debajo de la zona de estenosis, se debe liberar todo el tejido que recubre la cara posterior de la pelvis renal y la unión ureteropielica. Una vez llegando a este punto la unión ureteropiélica está preparada para realizar distintos tipos de pieloplastia. PIELOPLASTIA DESMEMBRADA (Figura 19) Es la técnica más usada en caso de cruce vascular porque traspone la unión ureteropielica por delante del vaso. Tras situar 2 suturas de referencia en la pelvis renal, se corta con tijera de Metzenbaum la zona estenótica de la unión ureteropiélica hasta llegar a zona completamente sana y amplia tanto de la pelvis como del uréter lumbar. En caso de pelvis redundante se modela ésta hasta dejarla de un tamaño adecuado, previa a la anastomosis se debe espatular el borde lateral del uréter suturando su extremo medial al borde superior o medial de la pelvis y su extremo lateral al borde inferior o lateral. Se debe cerrar con puntos separados con sutura reabsorbible como monocryl de 4/0. En caso de gran desproporción entre la pelvis y el uréter se cierra la porción superior de la primera dejando un orificio en el segmento más declive para la anastomosis ureteral (19). Figura 19.- Descripción de la técnica quirúrgica de pieloplastia desmembrada. Disponible en: https://seattleclouds.com/myapplications/jpburgues/atlas/Pieloplastiaabierta.pdf PIELOPLASTIA EN Y-V (Figura 20) Este tipo de plastia resulta ideal en caso de inserción alta del uréter. Al no resecar la pelvis ni interrumpir la continuidad ureteropiélica no es adecuada para casos con vaso polar o pelvis redundante. Tras situar 2 suturas de referencia en la pelvis renal, se incide en V invertida la zona estenótica de la unión ureteropiélica hasta llegar a zona completamente sana y amplia tanto de la pelvis como del uréter. El vértice de la V invertida se transfiere a una posición caudal y se sutura al borde medial del uréter con puntos separados con monocryl 4-0 formando la cara posterior de la Y-V plastia, se continúa el cierre de la cara anterior de la pelvis con la misma sutura y puntos separados (19-20). Figura 20.- Descripción de la pieloplastia con colgajo tipo Y-V. Disponible en: https://seattleclouds.com/myapplications/jpburgues/atlas/Pieloplastiaabierta.pdf PIELOPLASTIA ESPIRAL O VERTICAL Este tipo de plastia se realiza cuando hay zona extensa de estenosis ureteral unida a pelvis muy redundantes extrarrenales en las que interesa resecar parte de ella para evitar la estasis de la orina se pueden emplear colgajos espirales o verticales. Al no resecar la pelvis ni interrumpir lacontinuidad ureteropiélica no es adecuada para casos con vaso polar o pelvis redundante. Se incide la zona estenótica de la unión ureteropiélica logrando obtener un colgajo espiral o vertical hasta llegar a zona completamente sana y amplia tanto de la pelvis como del uréter. El vértice libre del colgajo se bascula caudalmente hasta poder suturar la cara medial con el borde medial de la ureterotomía con puntos simples con monocryl 4-0 formando la cara posterior de la pieloplastia espiral-vertical. Se continúa el cierre de toda la circunferencia de la unión ureteropielica. URETEROCALICOSTOMÍA Se prefiere esta técnica quirúrgica en caso de pieloplastia previa fallida o cuando la pelvis restante es muy pequeña o fibrótica. En esta técnica es importante tener un buen segmento de uréter sano que permita abocarlo al cáliz renal que se haya elegido. Se debe movilizar el riñón para realizar una nefrectomía polar que permita el acceso al cáliz al cual se va a anastomosar el uréter. El extremo espatulado del uréter se une al cáliz inferior elegido con puntos simples de la misma sutura que se prefiere en todas las pieloplastias, monocryl 4-0. Como la anastomosis ha de ser necesariamente ferulizada por un catéter doble J. Finalmente una vez terminada la ureterocalicostomia, se cierra la cápsula renal interponiendo grasa perirrenal. En la búsqueda de nuevas alternativas terapéuticas Schuessler y Cols. en 1992 comunican su experiencia en pieloplastia desmembrada laparoscópica, y aconsejan su uso precisamente en aquellos casos en los que los resultados de la endopielotomía no eran favorables, como en aquellos riñones con pelvis redundantes y en los casos en los que se sospechase la presencia de un cruce vascular (21). Aunque la pieloplastia abierta ha sido considerada por mucho tiempo el procedimiento de referencia para el tratamiento de la EPU, el desarrollo de procedimientos endourológicos en los años 70‘s y más recientemente la pieloplastia laparoscópica se han introducido con el fin de intentar reproducir su éxito de una forma mínimamente invasiva (21). Se describe la colocación de un catéter ureteral doble J durante la pieloplastia el cual se recomienda retirarse de 4-6 semanas después del tratamiento quirúrgico. ENDOPIELOLITOTOMIA PERCUTANEA: A pesar de que la técnica de elección sea la pieloplastia, ya sea abierta o laparoscópica se puede tomar como opción terapéutica la realización de endopielolitotomia en pacientes con factores pronósticos favorables como cuando la función renal se encuentra conservada, no exista evidencia de vasos transversales y el riñón afectado tiene una función diferencial superior al 25 % (22). ENDOPIELOTOMÍA ANTEROGRADA: El paciente debe ser colocado en decúbito prono y posición de litotomía. Se inicia el procedimiento colocando una guía en el uréter del lado al cual será sometido a endopielolitotomia, una vez pasada la guía bajo control fluoroscopico, se introduce un catéter ureteral hasta el tercio medio ureteral y se realiza una pielografía ascendente. Posteriormente se avanza la guía hasta la pelvis renal, pasando sobre ella el catéter ureteral. Una vez retirada la guía se inyecta aire con la finalidad de llenar los cálices posteriores. Colocado el catéter ureteral, se procede a realizar la puncion del riñon, eligiendo el cáliz más adecuado, se pasa una guía sobre aguja de punción y se procede a dilatar del trayecto hasta 18 French, para asi a través de un cistoscopio o ureteroscopio se realiza nefroscopia e identificar la unión pieloureteral. Se pasa una guía por el catéter ureteral hasta extraerla por la zona de nefrostomía. Se debe valorar la amplitud del uréter y unión pieloureteral cuando es insuficiente para acomodar el bisturí de endopielotomía. Se pasa el bisturí de endopielolitotomia con balón de 10 French sobre la guía en sentido retrógrado, confirmando la posición del sistema mediante control fluoroscopico, posteriormente se coloca e infla el balón con la parte media sobre la unión ureteropielica, se realiza incisión con bisturí de endopielolitotomia mientras se infla el balón hasta 2 ml. Una vez realizada la incisión, se mantiene el balón inflado durante 10 minutos para así realizar compresión de los vasos sangrantes. Posteriormente se desinfla el balón y se observa el tejido graso periureteral a lo largo de la incisión, la cual debe prolongarse un centímetro por debajo de la zona de estenosis y debe ampliarse lateralmente por la pelvis renal en un trayecto de 1 a 2 cm. Una vez terminada la incisión se retira el balón y se coloca un catéter ureteral. Una vez colocado el catéter ureteral, se extrae el nefroscopio y se coloca nefrostomia 10 french, extrayendo después la guía. A través de la nefrostomía se realiza una pielografía retrógrada para comprobar la buena posición de los catéteres y se da por terminado el procedimiento, a las 48 horaspostquirurgicas se realiza una pielografía de control a través de la nefrostomía, retirando la nefrostomía una vez que se observa paso de contraste por el catéter ureteral. El catéter doble J se retira entre tres y seis semanas después de la cirugía. Las complicaciones más frecuentes tras realizar tratamientos endourologicos percutáneos son: Obstrucción de la unión ureterovesical, urinomas e hidrotórax, aunque ambas se han descrito en muy pocas ocasiones. Otras complicaciones más severas que se han descrito son hemorragia retroperitoneal y el desmembramiento ureteral (23). PIELOPLASTIA LAPAROSCOPICA: La pieloplastia laparoscópica es una técnica de escasa morbilidad y resultados similares a la cirugía abierta, los cuales varían entre las series publicadas de un 83 a un 100 %. Sus principales desventajas son la necesidad de un adecuado material y adiestramiento en técnicas laparoscópicas, no al alcance de todos. La pieloplastia laparoscópica se presenta como una alternativa ventajosa al realizar la reconstrucción con visión directa haciendo desaparecer el riesgo de sangrado por lesión de vasos localizados cerca de la unión pieloureteral, disminuyendo la morbilidad de la cirugía abierta, con menos días de estancia intrahospitalaria y con adecuados resultados quirúrgicos (24). Desde que Schuessler y cols. En 1992 describieran la primera pieloplastia laparoscópica este procedimiento ha tomado fuerza y se realiza indistintamente por vía transperitoneal o retroperitoneal (25). Por otra parte, esta técnica, comparada con otras técnicas endourológicas, permite identificar los vasos aberrantes de una mejor manera, ya que se ha documentado hasta el 45% de los casos como causantes de la estenosis de la unión ureteropielica. Ademas de tratar de forma simultanea los cálculos concomitantes. El uso de hemoderivados a través de esta técnica quirúrgica es rara, en comparación con el tratamiento endourologico de la estenosis ureteropielica (25). La técnica quirúrgica, se coloca al paciente en decúbito lateral La vía de abordaje más utilizada es la vía transperitoneal, al disponer de mayor espacio. Para crear el neumoperitoneo, habitualmente se utiliza un trocar de 10-12 mm y 2 trócares de 5 mm laterales (Figura 21). Figura 21.- Disposición de la colocación de los trocares para realizar pieloplastia laparoscópica. Juan E. Bestard, Luís C, Carles Xavier R, ET AL. Pieloplastia abierta frente a laparoscópica: revisión de nuestra serie y descripción de nuestra técnica de pieloplastia laparoscópica Actas Urol Esp v.33 n.9 Madrid oct. 2009 Se realiza una incisión en el espacio parietocólico para desplazar el colon medialmente y se diseca el polo inferior del riñón y la pelvis renal. Si se identifica un vaso polar, se diseca. Se debe liberar la pelvis renal y la unión pieloureteral de todas sus adherencias adyacentes. Una vez disecada la unión pieloureteral, se fija la pelvis a la pared abdominal con un punto simple exteriorizado,se diseca el uréter del cruce vascular si éste existe. Posteriormente, se reseca la zona de la unión pieloureteral y la pelvis renal redundante, para después espatular el uréter en una longitud aproximada de 1 centímetro y transponer el uréter, la cara posterior del cual anastomosamos a la pelvis renal con una sutura continua de monocryl de 4/0. La anastomosis debe realizarse en la zona más declive de la pelvis para evitar acodamientos (26-28). En este momento se coloca un catéter ureteral doble J montado sobre una guía, que se introduce de forma percutánea a través de un punzocat. Una vez introducido el extremo proximal del catéter en la pelvis renal, se completa la anastomosis y el cierre de la pelvis renal con monocryl 4-0 (Figura 22-24). Finalizada la anastomosis ureteropiélica, se introduce un drenaje a través del trocar más inferior. Se extraen los trocares, y se cierran las heridas de la entrada de los trocares. El drenaje puede ser retirado a las 48 horas si el gasto es escaso. Mientras que el catéter ureteral doble J se mantiene de 6 a 8 semanas. Figura 22.- Diseccion de la pelvis renal, en la pieloplastia desmembrada laparoscópica. Figura 23.- Colocación de catéter ureteral doble J, en la pieloplastia laparoscópica. Figura 24.- La unión ureteropielica una vez corregida la estenosis de la unión ureteropielica. La dificultad principal durante la laparoscopia es la realización de la sutura interna, que implica una larga curva de aprendizaje y tiempos operatorios iniciales prolongados. Las primeras series informaron de tiempos operatorios de 4-7 horas (29). Moon et al (30) elaboraron una de las mayores series de pieloplastias laparoscópicas, publicaron los resultados obtenidos tras el tratamiento de 170 pacientes con estenosis de la unión ureteropiélica operados por vía laparoscópica. El tiempo operatorio medio fue de 140 minutos y el promedio de días de estancia hospitalaria fue de 3 días. El índice de efectividad de esta serie fue del 96.2%, esta serie tuvo una media de seguimiento de 5 meses. Los principales criterios de efectividad que se utilizaron fueron las siguientes: Ausencia de dolor y mejora de la excreción renal durante el postoperatorio. Los índices de efectividad alcanzados tras la pieloplastia laparoscópica son equivalentes a los índices de efectividad en la cirugía abierta que van del 90 – 95% (31). Los beneficios de esta técnica son numerosos: Reducción del tiempo de hospitalización, menor consumo de analgésicos, beneficio estético. PIELOPLASTIA ROBOT ASISTIDA: Desde el año 2000, se ha iniciado una nueva tendencia al abordaje de la pieloplastia incluso con robot asistida. El robot da Vinci (Intuitive©) aporta numerosas ventajas para la realización de la pieloplastia laparoscópica. Proporciona al operador una visión aumentada en tres dimensiones y una mayor movilidad con seis grados de libertad, lo que facilita la sutura interna y mejora notablemente la ergonomía del cirujano. El sistema da Vinci se compone de una consola en la que el cirujano puede observar y controlar a distancia los movimientos del robot por medio de dos "mandos de telemaniobra" en los que él mismo introduce los dedos. El robot se halla fijado a los trocares de laparoscopia a través de los cuales se introducen los instrumentos y la óptica. Sobre el campo operatorio permanece un asistente para proceder al intercambio del instrumental y la conexión de los cables. Figura 25.- Sistema da Vinci, constituidos por consola del cirujano, torre de visión y panel del paciente con instrumentos endoscópicos. Fuente; Overview of the da Vinci Surgical System IEC – ISO JWG9 Workshop on Medical Robots System Operation – External motions. Sung et al (32) realizaron en 1995 la primera pieloplastia robóticamente asistida sobre un modelo animal (porcino), técnica mediante la cual demostraron la viabilidad y la eficacia de la anastomosis pieloureteral. Desde 2002, fecha en la que se comunicó la primera serie de tratamientos a la estenosis ureteropiélica por vía laparoscópica asistida por robot, la técnica no ha dejado de desarrollarse en los centros que utilizan la robótica. Parece que la curva de aprendizaje es menos prolongada con el robot que con la laparoscopia pura (33). La pieloplastia robot asistida se suele realizar vía transperitoneal y mediante el empleo del sistema da Vinci® de tres brazos: uno para la cámara de 0º ó 30º de óptica, sobre un trocar estándar de 12 mm y dos puertos metálicos de 8 mm para los brazos robóticos de trabajo. Es aconsejable un cuarto puerto auxiliar de 12 mm para el ayudante. El paciente debe ser colocado en posición de decúbito lateral modificado con una inclinación de 45-60º. Algunos autores recomiendan la colocación de un catéter ureteral 1 semana antes de la cirugía para permitir una dilatación pasiva de la vía urinaria y facilitar la posterior reconstrucción. No obstante, la mayoría de autores opta por una tutorización ureteral perioperatoria o intraoperatoria (23). Una vez establecido el neumoperitoneo con aguja de Veress se colocaran los 4 puertos de acceso. Los brazos de trabajo del robot se introducen a través de los puertos metálicos reutilizables de 8 mm y la cámara a través de un trocar laparoscópico estándar de 12 mm. El ayudante empleará los instrumentos laparoscópicos convencionales a través de un puerto de 5 o 10 (33). En el abordaje transperitoneal, el puerto de 12 mm para la cámara se puede situar en el ombligo. Los trocares de 8 mm se colocan bajo visualización directa en posiciones equidistantes (8-10 cm) respecto al puerto de la cámara y adoptando entre sí una configuración triangular. El puerto de acceso auxiliar puede colocarse en la línea media subxifoideo para la pieloplastia derecha y a 4-5 cm por debajo del ombligo para el abordaje izquierdo (Figura 26). Figura 26.- Disposición de los trocares para realizar plioplastía robot asistida en el abordaje transperitoneal. Fuente: José Gregorio P, Mikel Gamarra Q, José Antonio G, et al. Cirugia renal robotica: Pieloplastia. Arch. Esp. Urol. v.60 n.4 Madrid mayo 2007. Una vez posicionados los trocares de acceso, se acopla el robot al paciente desde el lado posterior en un ángulo cefálico de 60º con respecto a la columna vertebral del paciente (Figura 27). El procedimiento quirúrgico no difiere del procedimiento estándar de la pieloplastia laparoscópica convencional. En el lado derecho, se incide la fascia de Toldt y se retrae medialmente la flexura hepática para identificar la fascia de Gerota; mientras que en el lado izquierdo se moviliza el colon descendente. Se incide cuidadosamente la fascia de Gerota sobre el polo inferior del riñón en busca de la unión ureteropiélica y los vasos que atraviesan la zona. Se identifica el uréter que suele ocupar una posición más lateral y profunda que la vena gonadal. Una vez asilado se eleva suavemente para proseguir la disección cuidadosa hasta la UPU. La disección se debe limitar a los 3-4 cm de uréter lumbar para intentar preservar su vascularización al máximo. El abordaje robótico ofrece claras ventajas de visualización tridimensional ideal ante estenosis de la unión ureteropielica secundarias a cruce vascular, inserción ureteral alta o pelvis renal de gran tamaño. En ocasiones y para facilitar la realización de la anastomosis de la unión ureteropielica es útil la tracción de la pelvis renal mediante punto de sutura de 3.0 (nylon o seda) a través de la pared abdominal. Figura 27.- Acoplamiento de los brazos del robot a los trocares en abordaje transperitoneal de pieloplastia robot asistida. Fuente: José Gregorio P, Mikel Gamarra Q, José Antonio G, et al. Cirugia renal robotica: Pieloplastia. Arch. Esp. Urol. v.60 n.4 Madrid mayo 2007. Una vez identificada
Compartir