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Ilustracion-digital--libro-infantil-Misterioso-oriente

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
ESCUELA NACIONAL DE ARTES PLÁSTICAS 
Ilustración digital: libro infantil "Misterioso Oriente" 
Tesis 
Que para obtener el título de: 
Licenciado en Diseño Gráfico 
Presenta 
César Alberto Guzmán Hernández 
Directora de Tesis: Lic. Patricia Vázquez Langle 
.Q)~no. DE AStSOWA 
7~U LA Ti1'UlAC~ 
ESCUELA NACIONAl 
OH AKfES pLASTICft... 
'fOQmlMILCO D. f 
México, D.F., 2005 
(Y) . 341f 2 8e¡ 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
A mis Padres y Hermana 
A Pati Vázquez Langle 
A la memoria del Profesor Marco López Negrete 
índice 
Introducción 9 
Capítulo 1 AnIecedeIes listóricos de la liIBraIlra irIa1II y)Nenl Y de la lISb ación en l\IIéxico 
1.1 Los textos para los que fueron realizados las Ilustraciones 11 
1.2 La Conquista y la Colonia ..... .......... ... ....................... ..................... .... ....... ... 11 
1.2.1 Los códices ................................................................ ......... ......... 11 
1.2.2 Los catecismos testerianos ... ..... ..... .............. .... .. .... ... ...... .............. ... 13 
1.2.3 Las tres "c": cartillas, catecismos y catones ...... .. ....... .............. ... ... ...... . 15 
1.2.4 Lecturas de la Nueva España .... ..... .............. .. .. ...... ........ ........ .... .... .... 16 
1.3 El México independiente y el siglo XIX ...... ..... .......... ..... .. ........ ............. ......... 18 
1.3.1 La transición de la producción editorial colonial a la edición moderna de libros ... 18 
1.3.2 El papel de la ilustración litográfica en la creación de un imaginario nacional ...... 20 
1.3.2.1 Los Misterios de México 
1.3.2.2 Otras obras litográficas, la prensa ilustrada 
21 
25 
1.3.3 La literatura para niños del siglo XIX .. .. .......... ..... ... .... ............................ 27 
1.4 El siglo XX ...... .... .... ........... .. ... .. .... ... ... .. ... ... .... ...... ... ..... ........... .. ............ .... 27 
1.4.1 El Porfiriato, Vanegas Arroyo y José Guadalupe Posada ... ............... ........ .. . 27 
1.4.2 Las primeras décadas del siglo XX y el México pos-revolucionario .. ... ..... .... .. 31 
1.4.2.1 La gran labor de José Vasconcelos y la SEP .................... ..... 32 
1.4.2.2 La "revolución Institucionalizada" y la inmigración española 36 
1.4.3 La segunda mitad del siglo XX 
1.4.3.1 Las historietas de la SEP y otras publicaciones 
1.4.3.2 Los últimos veinte años del siglo XX, la FILlJ 
Capítulo 2. La Cultura Infantil 
2.1 Los conceptos de "literatura infantil y juvenil" y de "ilustración infantil y juvenil" 
2.1.1 Problemática en el empleo del término literatura infantil ............................ . 
2.1.2 Los niños antes de la literatura infantil 
2.2 Los medios masivos de comunicación y la cultura infantil .... ..... .... ..... ........ ...... . 
2.2.1 Publicidad y Moral Televisiva .................................................... .. ........ . 
2.2.2 La técnica publicitaria 
2.2.3 La estética de la cultura infantil y el gusto del público juvenil 
2.3 Literatura infantil Vs. cultura infantil mediática 
2.3.1 Didactismo, Paternalismo y Lenguaje poético 
39 
40 
43 
51 
51 
54 
56 
62 
64 
68 
70 
73 7 
Capítulo 3 La ilustración infantil 
3.1 La ilustración infantil y la teoría del diseño . .. . . . . . . . . . . . . .. . .. .. . . . . . . . . .. . .. .. . .. . . . . . . .. . 79 
3.1.1 Grafismo funcional .. .. ............... ........ ... ..... .... ...... ....... ....... .... ... .. .... 79 
3.1.1.1 La imagen didáctica ........... ....... .... .. .... ... .. .. .... ..... ... ...... ... 83 
3.1.2 Los sistemas gráficos .... ... .. ..... .. ......... .... .. ..... ..... ..... .... ....... ......... .. 87 
3..1.2.1 .. . L.a.imagen.de.ilustración. .... .............. ... ...... ... ..... ............ ... .. ... 88 
3.1.2.2 Los subsistemas gráficos 
3.1.2.3 La compaginación o layout 
3.1.3 La ilustración infantil y la evaluación del receptor 
3.1.3.1 La traducción del texto de base en los escritos literarios 
3.2 La ilustración digital .......... .. ... ..... .. ... .. .. .............. .... .... ...... .... ...... ..... .. ..... . 
3.2.1 Las técnicas y la ilustración .... ... .... .... .......... ............ ....... .......... .... . .. 
3.2.2 Antecedentes de la técnica digital ...... ... ...... .. .... .... .... .. ..... .. .. ... .. .... .. .. 
3.2.2.1 Los adelantos técnicos y la ilustración ..... .. ... ....... .. ...... ....... . 
3.2.3 La técnica digital: PhotoShop y stock art ... ... .. ..... .... ...... ........ .... .. ..... .. .. 
3.2.3.1 Conclusión: La ilustración digital 
Capítulo 4 Proyecto gráfico: Un libro ilustrado para niños con técnica digital .. . 
4.1 Descripción del proyecto .. ...... ..... ........ ............... .......... ... ... .. ................... . 
4.2 Público objetivo y niveles de representación gráfica (metodología y sustento teórico) 
4.3 Desarrollo del proyecto .... ....... .. ... ..... .. ................. ...................... ........ ....... . 
4.3.1 Diseño del concepto ....... ............... .... .. ..... ... ... ... ..... ..... ....... ........ ... . 
4.3.2 Desarrollo de las ilustraciones ... ...... ................ ........ ..... ...... .. ... ........ . 
Conclusiones 
4.3.2.1 Lámina 1 .. ..... ... ...... ... ... ... .... .... .. .. .... .... ... ..... .. ....... ..... ... . 
4.3.2.2 .. lámina2 ....... ...... ..... ...... .. .. ... ......... ..... .. .... ... ....... ..... ... ..... . . 
4.3.2.3 Lámina 3 
4.3.2.4 Lámina 4 
4.3.2.5 Lámina 5 
4.3.2.6 Portada 
Apéndice: Ilustraciones finales 
Bibliografía 
91 
92 
95 
96 
104 
104 
105 
106 
108 
110 
115 
115 
117 
117 
119 
119 
120 
121 
123 
125 
127 
129 
133 
145 
Introducción 
L
a presente tesis tiene como proyecto gráfico la creación de un libro infantil ilustrado con técnica 
digital, basado exclusivamente en imágenes, sin texto. Ahora bien, si consideramos que toda 
imagen de ilustración es creada con el objetivo primario de ilustrar, es decir, de acompañar a un 
texto en particular, entonces resulta chocante la denominación de ilustraciones a un conjunto de imágenes 
impresas dentro de un libro que no contiene ninguna leyenda tipográfica. No obstante, hoy día no es difícil 
encontrar publicados libros de esa naturaleza. Hermosas obras como Desde la enredadera y El Tintodon-
te, del ilustrador Juan Gedovius -publicados por Alfaguara-, son una muestra clara de cómo el papel de 
la imagen de ilustración ha evolucionado y ha adquirido paulatinamente mayor protagonismo dentro del 
libro impreso. En efecto, el origen de la ilustración se justificaba por su papel comunicativo dentro de la 
comunicación bi-media -texto-imagen-, sin embargo, la interrelación entre el mensaje escrito y el mensaje 
icónico en los diferentes soportes ha venido transformándose continuamente a lo largo de la historia del 
diseño gráfico. Por nuestra parte, creemos que ese nuevo protagonismo de la imagen de ilustración, 
dentro de la producción editorial, es el resultado de una evolución lógica. Nuestro proyecto gráfico, en 
particular, pretende contar, a través de las imágenes, un viaje fantástico al Misterioso Oriente. Dicho 
concepto gráfico cobra validez cuando consideramos que las ilustraciones sólo adquirirán parcialmente 
la función narrativa.Esto es, el poder evocativo de las imágenes estimulará la imaginación del niño lector 
que será el responsable último en la recreación del relato. El niño será coautor de la narración y será él 
quien haga efectiva la comunicación bi-media. De esta manera, la imagen de ilustración se vuelve la prota-
gonista del relato porque fomenta en el niño lo que en esta tesis denominaremos como lectura artística. 
La lectura artística, en oposición a la lectura automática de los medios masivos de comunicación, consiste 
en la decodificación efectiva de cualquier tipo de lenguaje artístico, lo que implica necesariamente una 
participación creativa y recreativa por parte del lector. La idea de que la imagen de ilustración por sí misma 
puede llegar a estimular el tipo de lectura artística al que nos referimos, surge de nuestra observación de 
las características excepcionales del lenguaje literario. En efecto, la literatura, al ser un lenguaje artístico, 
cuenta con ciertas cualidades estéticas que generan un comportamiento creativo en el lector: toda obra 
auténticamente literaria posee inherentemente una gran plasticidad, cuando leemos las líneas bellamente 
escritas de una novela o un cuento, no podemos sino imaginar los rostros y las vestimentas de nuestros 9 
10 
propios personajes, y qué decir de los coloridos paisajes y épocas en los que sólo hemos estado -y sólo 
podemos estar- durante la ensoñación literaria. 
Así pues, para aproximarnos al estudio de la ilustración infantil, hemos de analizar primeramente 
el fenómeno de la literatura para niños. De la misma manera, antes de abordar la compleja relación exis-
tente entre el lenguaje literario y la imagen de ilustración, ha de ser necesario establecer de modo más 
general la dinámica entre el texto y la imagen dentro de la comunicación bknedia. El presente trabajo está 
estructurado en base a dichos dos aspectos. En el primer capítulo, daremos un breve panorama de los 
antecedentes históricos de la ilustración y de la literatura infantil en nuestro país, de esta manera, ilustra-
remos cómo las ideas de las diferentes épocas, los adelantos técnicos, y el devenir histórico en general, 
han influido en su desarrollo. 
En el segundo capítulo, dedicado a la cultura infantil, discutiremos cómo ha evolucionado el con-
cepto de infancia a través del tiempo y daremos las primeras definiciones de literatura infantil y de ilustra-
ción infantil. Dentro del mismo capítulo, analizaremos la llamada industria cultural infantil y la estética de las 
producciones para niños de los medios masivos de comunicación. También, estableceremos el papel que 
ocupa el libro impreso -y la literatura en particular- dentro de la actual sociedad acaparada por los medios 
masivos de comunicación. Finalmente, estudiaremos de forma breve las características formales de la es-
tética de la literatura infantil. En el capítulo tercero, dedicado a la ilustración infantil, partiremos de la teoría 
del grafismo funcional para poder ubicar el fenómeno de la ilustración de literatura dentro de la teoría del 
diseño. Además, ofreceremos un panorama de los antecedentes, los problemas y las posibilidades que 
brinda al ilustrador la relativamente nueva técnica digital. Por último, en el capítulo cuarto, presentaremos 
el desarrollo del proyecto gráfico: un libro ilustrado para niños con técnica digital. 
Capitulo 1 
Antecedentes históricos de la literatura infanti l 
y juvenil y de la ilustración en México 
1.1 Los textos para los que fueron realizados 
las Ilustraciones 
panorama de los antecedentes históricos de la ilustración en nuestro 
pals, esperando que sirva para mostrar la forma en que las ideas de 
las diferentes épocas, los adelantos técnicos, y el devenir histÓlico en 
PJ abordar el estudio de la historia de la ilustración, es imposible ha- general, han influido en su desarrollo. 
cer a un lado la historia de los textos para los cuales las ilustraciones 
fueron concebidas como "acompañantes·, Ubros, revistas, periódi· 1.2 La Conqulsta y la Colonia 
cos, historietas y panfletos, aportan por igual las historias e imágenes 
con las que los estudiosos recrean las vidas de los hombres del ayer. 1.2.1 Los códices 
Han quedado registrados en tinta y papel lo mismo ideas, sueños. 
temores, pasiones, vicios y virtudes, ya sea de forma escrita o plas- Hoy dla, la imagen y el texto forman el infalible binomio en el que se 
mada por la mano hábil de los artistas gráficos. Sin embargo, a pesar basa la comunicación gráfica. Los públicos masivos estamos plena-
de que los datos arrojados por las ilustraciones de las publicaciones mente habituados a interpretar los mensajes icónico-textuales que se 
periódicas y libros antiguos son de incalculable valor para los historia- encuentran por todas partes, desde las publicaciones periódicas y los 
dores e investigadores bibliográficos, la necesaria labor de estudiar libros hasta los soportes de multimedia. Sin embargo, este tipo de 
sesudamente el devenir histórico de la ilustración de textos en nuestro comunicaciÓn en donde el texto y la imagen forman dos entidades in-
pals -y en particular, de la ilustración para niños y jóvenes- aún 1'10 se terrelacionadas, si, pero plenamente distinguibles una de otra, no fue 
ha llevado a cabo. Si bien es cierto que mochos autores reconocen el siempre del todo familiar para los naturales del México prehispánico. 
origen del diseño gráfico en México con el advenimiento del siglo XX, En el momento del descubrimiento y conquista de América, 
también lo es que la producción de libros profusamente ilustrados y en el territorio del México antiguo, varias culturas indlgenas ya ha-
bellamente diseñados se remonta mucho tiempo más atrás hasta el blan logrado diferentes niveles de representación gráfica o escritura 
periodo Colonial. I Asl pues, la labor de investigación en el campo de como podemos observar en los códices. las culturas maya, mexica, 
la historia del diseño gráfico y de la ilustración aún ofrece mucha tela olmeca, la zapoteca, la mixteca, la teotihuacana y la de Xochicalco 
de dónde cortar. y es responsabilidad de nosotros, los estudiantes y desarrollaron diferentes niveles de representación inclusive llegando 
profesionales de dichas disciplinas. traer a la luz sus orlgenes y e~ al nivel ideográfico y fonético aunque, a decir verdad, sólo la escritura 
lución y aprender de ellos. En este capitulo ofreceremos sólo un breve maya es considerada propiamente un idioma y es por ello que sólo ha 
1 SiMa Feméndez Hemández. 2001. la transición del diseilo ¡r~fJco toIoniaI al diseilo ¡rMlco moderoo en México (l777-1850). Recopilado por Laura Beatriz Suárez de la Torre 
(Rec.l200l. En Empresa y clAtura en tinta y papel,1801J.IB60. MélÓCO: klstituto Mora: UNAM. klslituto ele k1vestigaciones Bibr.o¡rMlcas, p. 15 Y si¡lientes. 
11 
12 
sido descifrada parcialmente. 2 Así pues, la oposición absoluta texto-
imagen no tiene lugar en la escritura prehispánica. 
Los códices fueron un importante soporte de comunicación 
del México antiguo. Protegidos con tapas de madera, los códices 
eran largas tiras plegadas de papel de amate o de pieles de venado o 
de jaguar, pintadas por ambas caras gracias a un barniz blanco sobre 
el cual se realizaban los dibujos de colores. Dichos dibujos consistfan 
en una serie de estilizaciones de dioses, gobemantes, personajes, 
animales, plantas, astros y objetos; una serie de representaciones 
convencionales de sonidos; además de un sistema muy complejo que 
indicaba numeros, fechas del calendario, nombres de personajes y 
lugares, ubicaciones geográficas -rumbos y posiciones-, y colores. 
El valor estético de los códices -f;omo el Borgia, el BOfbónico, el 
Dresde, el Zouche-Nutall y ellaud- es enorme. los tJacuilos o dibujan-
tes-pintores indígenas hicieron derroche de maestría en el dominio del 
trazo, en la opulencia de su cromatismo y en su sofisticado sentido de 
diseño.] 
Desgraciadamente, una vez comenzada la empresa evange-
lizadoraen el nuevo mundo, la destrucción sistemática de todo lo que 
habían producido las antiguas culturas prehispánicas -que a los ojos 
de los frailes no eran sino producto de idolatría barbárica y satanismo-
se volvió labor prioritaria. l ograron sobrevivir a la brutal destrucción 
al menos 22 códices considerados auténticamente prehispánicos, 3 
de los cuales son mayas, 4 nahuas, 6 nahuas ele la región cholulteca 
o de la Mixtequil1a -llamados grupo Borgia-, y 9 de la mixteca. Sólo 4 
se encuentran en México y el resto están en Europa. Además de estos 
códices originales, los iodIgenas conquistados reelaboraron y escon-
dieron otros tantos para preservar la historia de su nación. Usando la 
escritura latina recién aprendida y la técnica indlgena, se dieron a la 
tarea de registrar en náhuatl sus tradiciones, cantares, y genealoglas 
de sus gobemantes, además de patéticas versiones de la Conquista. 
Es el caso de Unos anales históricos de la naci6n mexicana o Anales 
de nate/olco redactado entre 1524 y 1528. Cantares mexicanos es 
una recopilación de poemas nahuas recopilados entre 1532 y 1597. 
Un caso notable de estos códices pos-hispánicos son los Memoriales 
de 1558 que fueron promovidos por fray Bemardioo de Sahagún y 
que se convertirlan en el profusamente ilustrado Códice florentino, 
que contiene una versión final en náhuatl y una reelaboración en espa-
ñol.4 El Concilio Provincial de 1555 prohibió los cantares aztecas pre-
cisamente porque narraban la atroz opresión de los conquístadores.5 
De la enorme diversidad lingülstica, artlstica y cultural de 
los pueblos que habitaban el México prehispánico, ha sobrevivido una 
fuente de riqueza incalculable que nutre el acervo artistico del México 
de hoy. l a literatura infantil y ¡tNenil, as! como la ilustración para niños 
y jóvenes han hecho propia gran parte de la imagineria del México 
indlgena y se enorguJlecen de la naturaleza cósmica de sus ralces. 
Esto ha sido posible no solamente por los esfuerzos de recopilación 
y traducción de estudiosos como Ángel Maria Garibay o Miguel León-
Portilla, sino porque esa riqueza étnica y cultural sigue viva y transm~ 
tiéndose de generación en generación a pesar de la persecución ge-
nocida a la que se han visto sistemáticamente expuestos los pueblos 
indlgenas en nuestro pals. 
No se puede hablar de la existencia de una literatura infan-
til prehispánica propiamente dicha. Pero no cabe duda que muchas 
de las leyendas, cantares, adivinanzas e himnos destinados para los 
niños y adultos de aquél entonces son un estupendo material de lec-
tura para los niños, y jóvenes del presente. En el bellamente ilustrado 
Códice florentino encontramos reproducidos algunos de los huehuet· 
lahtolli o ~antiguas palabras· que consistlan en pláticas de los padres 
a los hijos, consejos sobre la educación de los hijos, invocaciones a 
los dioses, discursos de los grandes señores y sabios, palabras de 
los sacerdotes a propósito de los momentos significativos de la vida 
como el nacimiento, el matrimonio o la muerte. Estas pláticas de 
contenido didáctico y moral se caracterizan por ser de gran belleza y 
2 Mario Rey. 2OOO.1istotia y muestra de La iterabn Ilt.vlti mexica1a. México: $M Ediciones, coe<ki6n Consejo Nacional pamla ~a y las Artes. pp. 39 Y 40. 
3 Jos~ WS Martinez. 1988. E11ho ef1 Hspanoarn~. Rtcopiado por látato Carreler, Fernando (rer;.). 1988. la CulUa dellbro. Madrid: FlIldación Germán Sánchez Rlipérez; 
Pirámide. p. 294,295. 
41J1d., p. 293, 294. 
5 Mario Rey, op.eit., p. 40. 
sabidurla. 6 Ahora bien, el interés moraklidáctico no era en absoluto 
el único motor -ni siquiera el principa~ en la tradición artística prehis-
pánica. Podemos observar, por ejemplo, cómo la cosmovisión de los 
antiguos y su interés por el deleite estético fueron transmitidos de 
padres a hijos en los mitos de la creación: el origen del universo, de 
la vida, de la TIerra, del Sol y la luna, los planetas, y en general de 
todo lo que rodea al hombre. Otro rasgo peculiar de las narraciones 
y poemas prehispánicos es la relación mágica con los animales y la 
doble naturaleza hombre-animal personificada por los nahuales. Los 
animales son con frecuencia los personajes principales en los relatos 
indígenas. las fábulas occidentales y las narraciones de animales de 
atJtorla indfgena están tan estrechamente emparentadas que resulta 
diffcil determinar el verdadero origen de los relatos que hoy escucha-
mos, explica Mario Rey: ~ ... las autoridades eclesiásticas y civiles 
de la Colonia estimularon la difusión de la fábula como una forma 
educativa; ya en uno de los manuscritos más antiguos de la Colonia 
(1532·1597) figura una versión de las Fábulas de Esopo, cuarenta y 
siete traducidas a lengua indfgena, con el cambio de ciertos animales 
europeos por su equivalente americano -como el lobo por el coyote-
junto a los Cantares mexicanos, y la importación constante de libros 
de fábulas para el virrey",1 También muestran elementos mezclados 
de ambas culturas gran variedad de cantos, representaciones de dan-
za y dramáticas, adivinanzas y retruécanos. 
1.2.2 los catecismos testerianos 
Los primeros evangelizadores pusieron en marcha un proyecto de 
alfabetización general de los indios en sus propias lenguas para el 
aprendizaje de la doctrina. Para conseguirlo, fueron necesarios cate-
cismos, confesionarios y libros de devoción en lenguas nativas. los 
misioneros utilizaban los mismos textos para ejercitarse en el conoci-
miento de las lenguas locales, sin embargo, el problema de la comuni-
cación entre los religiosos y los indios surgió desde los primeros dlas 
y dio lugar a soluciones ingeniosas. Entre otros recursos, se elabora· 
6 bid. , p. 41.42. 
7 tlId., p. 69.70. 
Flg.1los cuatro arimales QUI! desgarran y despedazan. Cóóice Borgia 
Fig. 2 las cinco regiones del mundo. Códice Borgia 
13 
fig.3los 5 Muiateteo y las 5 chihuateteo. Códice Bor¡la Fig. 4 ,6h¡iateolt 
Fig 5 Y 6 Códice FIorenlilo. Fragmento Fig. 7 fragmento. Códice Mendocino 
14 
ron libritos pictográficos que sugerfan el contenido de la doctrina por 
medio de imágenes y que servlan de método nemotécnico de oracio-
nes y textos catequlsticos. Estos catecismos ilustrados, con algunas 
palabras escritas en pocas páginas, como explicación adicional (lla-
mados testerianos por atribuirse a fray Jacobo de Testera (o Tastera) 
la idea de emplear la escritura jeroglífica para expresar el evangelio), 
resultaron particularmente útiles para facilitar el trabajo de los indl-
genas catequistas acostumbrados a la interpretación de códices. En 
realidad, la interpretación de las ilustraciones no representaba mayor 
complicación pues los dibujos no correspondlan a valores fonéticos, 
a diferencia de lo que sucedla con las imágenes de los códices indl-
genas; la expresión de los conceptos teológicos se lograba mediante 
una combinación de diseños realistas e ideogramas. los indicado-
res de interrogación, artículos, conjunciones. y flexiones verbales se 
indicaban mediante signos convencionales, mientras que las figuras 
de Jesucristo, la Virgen y los santos se formaban con los atributos 
que los haclan reconocibles en la tradición iconográfica cristiana.8 los 
frailes misiooeros encontraron extremadamente útil el sincretismo de 
estas prácticas, pero además explotaron un recurso del cual ya tenlan 
conocimiento por largo tiempo: el poder didáctico de la imagen. 
Aún cuando la idea de los catecismos ilustrados no fue sino 
una sofisticación del objetivo original de evangelizar a los indios con 
el auxilio de lienzos pintados, la Iglesia estaba sumamente preocu-
pada por preservar la ortodoxia. Con el establecimiento en la Nueva 
España de el Tribunal del Santo Oficio (1571) aumentó de manera 
considerable la censura de los libros impresos en México o recibidos 
de España. El rigor por parte de los censores se produjo cuando 
ya eran muchos los impresos destinados a los indios. A lo largo delsiglo XVI (entre 1539 y 1585) se imprimieron en la Nueva España 
doctrinas en cantidades muy elevadas, la mayor parte de ellas en 
lenguas indlgenas. Para entonces, se hablan aplicado variados recuro 
sos <amo los catecismos testerianos- para propiciar el aprendizaje 
de los neófitos y el éxito en la predicación de sus doctrineros. Para 
evadir las prohibiciones que pesaban sobre los libros, se continuaron 
usando figuras coloreadas en otros textos. sólo que se variaron los 
tamaños y fueron impresos en forma de estampas.9 No obstante, los 
ideales humanistas promovidos en los primeros escritos redactados 
por los fundadores de la Iglesia en la Nueva España fueron conside-
rados nocivos o inútiles y sustituidos por un régimen celoso de la 
ortodoxia a través de una estrecha regulación. Los confesionarios 
bilingues que se produjeron en los restantes años de la Colonia se limi-
taron a resaltar aquellos pecados que se atribulan a los indios como 
consecuencia de la debilidad de su carácter y de su inmadurez en la 
fe: la reincidencia en la idolatrfa, la debilidad ante las tentaciones de 
la carne, la inclinación a la mentira y la afición a la embriaguez.!O Así 
pues, la misma Iglesia que en un primer impulso de moral humanista 
y universal asumió la noble empresa de iluminar los esplritus de los 
habitantes del Nuevo Mundo, fue la única responsable del empobre-
cimiento de la prodUCCión literaria y artística durante este periodo de 
nuestra historia gracias a su omnipresente censura. 
1.2.3 Las tres ·c·: cartillas, catecismos y catones 
Para los buenos cristianos de la Nueva España era fundamental la 
capacidad de leer porque de otro modo no podrlan aprender el ca-
tecismo y quedarfa en peligro su rectitud moral y la salvación de su 
alma. La instrucción básica quedaba reducida asl a los rudimentos de 
lectura y de la doctrina cristiana. Con el propósito de la enseñanza 
de la lectura se utilizaba un solo texto. la Cartilla, y el método llama-
do ~deletreo". La Cartilla, de unos diez por quince centlmetros y de 
pocas páginas 116 hojas) se publicó por primera vez en la época de 
los reyes católicos y en 1542 se imprimió otra que siguió en uso 
por más de dos siglos y medio, hasta principios del XIX. II Además 
de la Cartilla, el Kleine Catheheismus de Martln Lutero, escrito en 
8 Gonlalbo. Pil .... La ~tura de ev:wIgelizaclón en la Nueva España. listoria de la lecua en México. p 10,11,12,13,14 y15. 
9 bid., p. 15,16 
10 bid .• p. 44. 
11 Dorothy Tanck de Estrada. la efIseiíaflza de la lectura y de la escritlJ'a en la Nueva EspaiIa. Historia de la lectura en México. 17001821" p. 50 15 
16 
alemán, el New England Primer, usado en las colonias inglesas y el ñol: Libro de la infancia, traducido por Miguel Copín; el Tratado de las 
Catecismo de Gerónimo de Ripalda divulgado en la Nueva España, obligaciones del hombre y El amigo de los niños, del abate Sabatier; 
presentaban a los niños enseñanzas religiosas, el alfabeto, las sRa- estos dos traducidos por Escóiquiz; y dos textos de autores españo-
bas y las oraciones. 12 las cartillas contenfan la parte elemental del les, las Fábulas de Félix Maria de Samaniego y de Tomás de lriarte. 
catecismo -de obligado conocimiento para todos los cristiaoo5- los No obstante, y debido a la escasez de libros, se siguieron usando 
niños la memorizaban y cantaban a coro dirigidos por los maestros. como textos de lectura: el Catecismo de la doctrina cristiana de )eró-
la diferencia entre cartilla y catecismo radicaba precisamente en la nimo de Ripalda, probablemente el impreso con el mayor número de 
reproducción del texto básico de la doctrina o de otro más completo y ediciones durante todo el periodo colonial; el Catecismo histórico del 
explicado. los jesuitas acostumbraban llamar a la Cartilla "catecismo Abad Claude Fleuri; el Catecismo de los padres de las escuelas p(as; 
de los rudos".!3 A fray Pedro de Gante, quien fue el primer maestro el Compendio de José Pintón; los Misterios de fe del Padre Torrejonci-
en América y fundador de la primera escuela junto a la capilla de San 110; y obras religiosas de Francisco Amado Pouget, Cayetano de San 
José de los Naturales, se le atribuye la Cartilla para enseñar a leer, del Juan Bautista, Caetano Garcfa Navarro y Pedro Septién. 17 Desatar· 
año 1569, primer texto impreso en México con fines de enseñanza de tunadamente para los recién alfabetizados, los textos de fácil lectura 
la lectura dirigido a los niños. !( Cuando el niño podía deletrear la caro no estaban disponibles la mayoría de las veces, y se velan obligadoS 
tilla, se pasaba al catón, con contenido más variado sobre la religión, a hacer la transición nada sutil de la lectura de los muy elementales 
el Evangelio, los deberes con el rey y con la Iglesia. Los más utilizados catones y catecismos a la significativamente más compleja lectura de 
antes de 1790 eran el Catón christiano y el Censorino. A finales del periódicos y suplementos. 
siglo XVIII, los neolectores lelan el Espejo de cristal fino. 15 Al final de 
la Colonia tomaron el lugar del Catón christiano y de el Censorino: 1.2.4 lecturas de la Nueva España 
el Nuevo catón christiano, cathecismo de la doctrina christiana para 
educar y enseñar a leer a los niños ... por Pedro Barrera y l ombrera, 
1794, reeditado en 1808 y 1818; el Catón por Joaquín Moles, d¡sc~ 
pulo de las Escuelas Pías, 1803; el Catón español polfrico cristiano, 
obra original para la enseñanza y buena educación de los niños, por 
Pedro Alonso Rodriguez, 1804, 1811 Y 1812; el Catón cristiano para 
uso de las escuelas, 1813; el Catón del Colegio de Primeras Letras 
de Madrid, utilizado en 1822; y el Segundo libro de fas niños -de la 
Academia" de 1821.16 Cuando los nuevos lectores hablan superado 
los impresos llamados de las tres "c", se llegaron a emplear otros 
textos de lectura: tres obras de autores franceses traducidos al espa-
En 1525, el emperador otorgó a la casa de los impresores alemanes 
de Jacobo Cromberger, establecidos en Sevilla, la concesión en ex· 
clusiva del comercio de libros con la Nueva España. la introducción 
de la imprenta en América tINo lugar cuando Juan Cromberger firmó 
un contrato con el oficial cajista Giovanni Paoli, Juan Pablos, el 12 de 
julio de 1539, para que se trasladara a la capital de la Nueva España 
e instalara una sucursal de su taller. Ese mismo año se imprimió la 
Breve y más compendiosa doctrina cristiana en lengua mexicana y 
castellana, por encargo del obispo Zumárraga, el libro más antiguo 
impreso en América del QUe se tiene noticia.18 A pesar de las repe~ 
12 Dorothy Tanck de Estrada. 2001 El PfWntl' libro recreativo pata nii\os en Wxico, 1802. Recop~&do poi' La .. a Beatriz $ukez de la Torre !Rec.) 2001. En Empresa y tultura en 
tinta y papel, 18O().186Q. ~xico: Instituto Mora: UNAM, Instituto de Investigaciones Bibliogr;!ficas, p. 315. 
13 Piar Gonzalbo, op.tit.. p 17. 
14 Mafia Rey. op.cil. p. 78. Y Pilar Gonzalbo. op.cit., P 20. 
15 Dorothy Tanck de Estrada. La enseñanza de la lecua y de la escritu'a en la t+Jeva España. Kstoria de la I«tu'a en Mbico. 17OCH821" p. 55 
161b1d.,p. 68. 
17lJ1d.,p. 71. 
18 Jos4! Luis Martiflez, op. Cit., p. 298 
das y sistemáticas prohibiciones por parte de la Iglesia, no s610 los 
libros religiosos sino de -materias profanas y fabulosas~ arribaron a 
las entonces llamadas Indias. Además de los estudios jurldicos, los 
textos de medicina y los compendios de astrologla, los libros de caba-
lIerfa -entre los Que Amad{s de Gaula era el prefericfo., las novelas pas-
toriles, las picarescas, las historias de amores infortunados --como La 
Celestina- y las obras poéticas producidas en el Viejo y en el Nuevo 
Mundo, constituyeron el material de lectura de los novohispanos,. Las 
reseñas de libros en catálogos de bibliotecas, listas de embarque de 
las flotas y en inventarios sometidos al dictamen de la Inquisición, 
muestran la variedad y abundancia de géneros a disposición de los 
lectores de la NuevaEspaña.19 Y aún cuando muchos libros prohib~ 
dos lograron entrar de contrabando al nuevo continente, la prohibici6n 
de imprimir libros de materias profanas si fue acatada debido en gran 
medida al riguroso control de la Iglesia Que debla otorgar su autori-
zación a cada obra Que se fuera a imprimir, además de Que la gran 
demanda de catecismos, cartillas, y doctrinas monopolizó la actividad 
de los impresores por los primeros dos siglos de la colonia. Ya para 
el siglo XVIII, la producción bibliográfica se habla triplicado en relación 
con el siglo anterior. Los temas religiosos continuaban siendo mayo-
rfa. Pero la gran novedad de la época fueron las gacetas noticiosas 
que comenzaron a publicarse regularmente. Estos peri6dicos de for-
mato pequeño y de tan sólo cuatro hojas, existieron a la par de un sin 
número de hojas volantes de contenido sensacionalista. 20 
En los dos primeros siglos de la Colonia destaca el célebre 
dramaturgo Juan Ruiz de Alarc6n (1580-1639) Quién empleó las fá· 
bulas como argumento retórico en algunas de sus obras de teatro. 
La gran poetiza sor Juana Inés de la Cruz incluyó en su obra poética 
-universal y siempre vigente- algunas composiciones de gran dulzura 
y sencillez que sin duda hablan a la emotividad infantil. En algunas de 
sus obras imita las voces de los negros, muestra de la influencia de 
las tradiciones orales indlgenas y africanas en la literatura de la épo-
19l11d., pp. 297 ,298 Y Pilar GonUJlbo, op.Cit., p. 10. 
20 Jo~ Luis ~ez, op. cit., pp. 307 Y 308. 
21 Mario Rey, op.cit .. pp. 77,78,79 Y 80. 
ca. También debemos mencionar a Carlos de Singuenza y Góngora, 
Chimalpain, Ixttix6chitl y Tezozómoc como representantes de la lite-
ratura de éstos dos primeros siglos. En el siglo XVIII destacan Diego 
José Abad, Francisco Javier Alegre, Rafaellandfvar, Agustín Castro, 
Francisco Javier Clavijero, el historiador Andrés Cavo, el lingüista José 
Agustfn Aldama y los bibliógrafos Mariano Yeytia y Beristáin. 21 
AsI pues, durante los siglos XVI al XVIII, casi todos los li-
bros para niños eran de Indole religiosa y didáctica; su único objetivo 
consistia en enseñar a leer y en transmitir las costumbres morales y 
religiosas de cada regi6n. Entre las pocas excepciones encontramos 
el libro de ilustraciones expUcitamente dirigido a los niños, publicado 
en Nuremberg en 1658, Orbis Sensualium Pictus, por el eslovaco Jan 
Amós Comenius (1592-1670). Este libro es probablemente el primer 
libro ilustrado para niños del mundo occidental. También en Holanda, 
desde el siglo XVI, se imprimieron más de 300 libros de grabados, a 
veces de gran tamaño y para acompañar las letras del alfabeto, fábu-
las y versos.22 Pero en América, el niño segula sin "existir". Dorothy 
Tanck de Estrada nos cuenta el origen del que es, para ella, el primer 
libro recreativo para niños en México: wEn la intendencia de Guanajua-
to, un sacerdote, asistente en la parroquia de Chamacuero (ahora 
Comonfortl. ubicado entre Celaya y San Miguel el Grande (ahora Allerl-
de), se dio cuenta de que los niños en la escuela pasaban su tiempo 
escuchando "los cuentos de Pedro de Urdimales, el Prlncipe Lagarto 
y otras innumerables fruslerías.~ El padre José Ignacio Basurto deci-
dió escribir, en sus pocos ratos libres, unas fábulas como -ejercicio 
de utilidad y diversión" y las guard6 en un estante. Sin embargo, des-
pués de ofr las fábulas los muchachos levantaron -el grito, solicitando 
que libres de aquella prisi6n se las presente, no escritas en mi puño, 
sino estampadas en las hermosas letras del molde. "Basurto prestó 
atenci6n a los -clamores" de los alumnos y mandó a imprimir los 
versos para ·complacerles~ y ofrecerles lectura nueva, -de más utili-
dad y provecho que las referidas patrañas". Así surgió el primer fibra 
22 Dorothy Taock de Estrada. 2001 El primer ~bro recreatNo para niños en Mhlco, 1802. Recopilado por Laura Beatriz Suárez de la Torre (Rec.) 2001. 
En Empresa y cultaa en mta y papel, 181Xl-1860. Mb;ieo: k'lstituto Mora: UNAM, k'lstituto de ~stig!ICiones Bibliográficas. p. 315. 17 
18 
recreativo para niños, escrito por un mexicano e impreso en México, 
cuyo título incluyó la filosofía educativa del autor. La obra, publicada en 
1802, se llamaba: Fábulas morales Que para la provechosa recreación 
de los niños que cursan las escuelas de primeras letras dispuso el Sr. 
D. José Ignacio Sasurto, teniente de cura en el pueblo de Chamacuero 
del Obispado de Michoacán.· 13 La idea de Basurto de Que la ense-
ñanza y la práctica de la lectura debieran ser placenteras para los 
niños se adelantó por lo menos un siglo al descubrimiento y puesta 
en práctica de estos mismos conceptos por la pedagogla. A finales 
del siglo XVII y a mediados del XVIII varios autores, como Charles Pe-
rrault (1628-1703) en Francia y el editor John Newbeny en Inglaterra, 
empezaron a publicar libros recreativos para niños, no obstante a la 
importanCia que cobrarlan sus aportaciones en épocas posteriores, 
no fueron sino casos aislados entre la tendencia generalizada de su 
tiempo de enseñar y no divertir,2. 
1.3 El M'xlco Independiente y el slelo XIX 
colonial, l Particularmente, en la producción editorial se sustituirla el 
clásico estilo renacentista que perduró durante toda la Colonia por el 
estilo neoclásico que introdujeron los maestros de San Carlos. 
El segundo aspecto que participó decisivamente en la traft' 
sición de la elaboración de libros de la manera colonial a la forma 
moderna, fue la enorme influencia de la filosofla de la Ilustración, La 
introducción del neoclasicismo a finales del siglo XVIII y principios del 
XIX fue determinante en la evolución de todas las manifestaciones 
artfsticas. El creciente interés en temas distintos a la religión como 
la astronomla, minerla, medicina o las matemáticas fue consecuefi' 
cia de los ideales de la filosofía positivista y de la lIustración, Dicho 
interés ttNo efectos determinantes en la producción editorial. Prot)a. 
blemente, la innovación más trascendental fue la necesidad de que 
el texto incluyera ilustraciones auxiliares en la descripción de temas 
técnicos, como la descripción de los componentes de una máquina, o 
cientlficos, como la descripción anatómica de niños fenómeno. Hasta 
entonces, los libros editados en México contenlan muy bajo número 
de ilustraciones - en el caso de contener algull<T a diferencia de los 
1.3.1 la transición de la producción editorial colonial a la edición trardos de Europa que ioclulan muchas, Asl, la tendencia a ilustrar que 
moderna de libros llegó de Europa se generalizó en nuestro pars. 2 y una vez más quedó 
Pese al relativo aumento en la producción de gacetas y hojas volantes 
de finales del siglo XVIII el libro fue por mucho el objeto que mostró 
mayor desarrollo a nivel gráfico durante todo el periodo colonial. Sin 
embargo, varios acontecimientos revolucionarlan la forma de produ-
cir libros. El primero de ellos es, sin duda, la fundación de la Real 
Academia de San Carlos a finales del siglo XVIII. Las academias de 
arte proliferaron en Europa por la importancia que le otorgaba la ilus-
tración a la educación y por la necesidad de competencia mercantil. 
Irónicamente, la fundación de la Real Academia de San Carlos en Amé-
rica, por iniciativa enteramente monárquica, introducirla el concep-
to de modernidad en el nuevo continente '1 romperla con la estética 
23 IIId., p. 318. 
24 tlId., p. 316, 317. 
1 Slvia Femández HernándeL op.cit., p. 20. 
21:l1d .. 22 
de manifiesto el imprescindible papel de la imagen - y en particular 
de la ilustraci6n-en la transmisión de ideas 'J conocimientos, Pero la 
ilustración no limitó su participación como mero auxiliar didáctico a 
las obras de carácter técnico o cientlfico. Por el contrario, su poteft' 
cialidad estética vio surgir y acompañó desde los primeros dras a un 
recién nacido género literario en nuestro pals: la novela. Así es, desde 
su decimonónico origen la novela mexicana cootó con el cobijode la 
belleza gráfica. la publicación en 1792 de la primera novela mexica-
na La portentosa vida de la muerte de Joaquln Bolaños, y El Periquillo 
Samiento de 1816, incluyen numerosas ilustraciones Que sirven de 
apoyo a la narración. El Periquillo Sarniento de Uzardi marca además 
el comienzo de una nueva forma editorial: la novela popular ilustrada 
y por entregas, que se desarrollará cerca de 1830. 1 La novela por 
entregas adoptó el formato de las novenas y los calendarios peque-
ños. Además de El PeriQuillo Sarniento, sus Fábulas y La Quijotita y 
su prima han otorgada a su autor, el liberal e ilustrado José Joaquln 
Fernández de Uzardi (1776-1827), también llamado "El Pensador 
Mexicaoo", un lugar especial como uno de los principales autores 
para niños de nuestro pals. El PeriqtjJo Samiento es tarrbién considerada 
la pI'mer ...,.",¡¡, ijsp¡mamericana con i1Ieociores pedagógicas Y refcrma-
ck:lras.4 
La Ilustración trajo consigo el interés por temas laicos de 
carácter cientffico o costumbrista y con ellos la exigencia de incluir 
en los textos ilustraciones descriptivas que hicieran referencia a los 
relatos y asuntos tratados. 
El último factor que incidió en la transici6n hacia la moderni-
dad fue dado por los adelantos técnicos. El gusto por la lectura noc· 
turna se facilitó especialmente con las lárnparas.5 Los inventos Que 
se sucedieron durante la Revolución Industrial como las imprentas mo-
vidas por vapor o por electricidad, la litografía a color y la fotograffa 
determinaron a la nueva industria editorial moderna, convirtiéndose 
ésta en una rama verdaderamente productiva. Por esta razón, algu-
nos autores responsabilizan a la nueva producci6n industrial del siglo 
XIX y a la publicidad por el surgimiento de un proto-diseño gráfico. Sin 
embargo, la nueva distribución de las mercarlClas no sólo desarrolló el 
la publicidad, sioo que provocó una ampliación del mercado editorial. 
Junto con la modemidad, se creó un nuevo público masivo de no-
iniciados que agotaban las ediciones de periódicos, revistas y libros 
populares de pequeño formato, novelas e historias de héroes para 
niños con ilustraciones a todo color. El carácter popular de la ilustra. 
ción, y en general de la imagen impresa, se debe en gran medida al 
gusto desarrollado por este nuevo pUblico. Las caricaturas políticas 
en los periódicos para señores, las ilustraciones de modas en las 
revistas para damas y los mencionados dibujos de héroes infantiles 
3 bid., p.22 
acercaron a un numero inusitado de personas de todas las edades a 
la lectura.6 
Los adelantos técnicos y los cambios sociopolíticos pero 
mitieron que en un breve perfodo se conformara la nueva industria 
editorial y se revolucionara la forma de producir los libros. El 12 de 
noviembre de 1820 se promulg6 el reglamento a la libertad de im-
prenta, estableciendo el depósito legal, lo que dio origen a la libertad 
de imprenta sin la Mela colonial ni la censura de la Inquisición. En 
1822, Lucas A1amán importó de Europa una imprenta completa para 
la publicación del periódico El Sol, que estuvo bajo la responsabilidad 
de Martín Rivera. El adelanto técnico más significativo para el desa. 
rrollo de la ilustración se dio en 1826 cuando el italiano Claudio Unati 
introdujo en México la primer prensa litográfica, la cuál revolucion6 
el sistema de impresión de las imágenes en América. En 1827, el 
tipógrafo norteamericano Comelio C. Schering montó una imprenta 
en México, con nuevos métodos de composici6n tales como la dis-
tribución de los tipos en una caja especial y el uso de una nueva 
maquinaria para las impresiones. En 1832, Ignacio Cumplido abrió 
un nuevo establecimiento donde utilizaba familias modernas de letras 
egipcias (como la Didotl, con una serie de adornos. En 1840 y 1841, 
el mismo Cumplido, compró e instal6 en su imprenta prensas planas 
de tipo Stanhope (de hierro), otras francesas cilílldricas de Sellingue, 
as! como una automática de vapor. En 1846 se promulg6la primer ley 
de derechos de autor QUe entró en rigor hasta 1868 en los principios 
de la República.' 
La modernidad europea fomentó un mercado editorial am-
plio. La minorfa constituida por la población Que sabia leer gozaba 
de una producción abundante, en gran medida marcada por las ten-
dencias del romanticismo Que empezaba a enraizarse en México. 
La élite de la capital de la república no sufrfa por falta de material 
de lectura, como tampoco sufrfa la gente adinerada de Guadalajara, 
Puebla, Oaxaca o Mérida que encontraban en librerlas novelas fran-
4 ~ Rey. op. cit. p.l04. Y Carmen Br8\lO Vdlasante, 1978 üteratura Infootj Universal. Madrid: Editorial Almena. p. 126 
5 Ame Staples.la lectura y los lectores en los primeros años de YkIa mepeodiente. listona de la lectura en México p.119. 
6 st.ia Fef'l'\OOdez HemOOdez. op.cit., p. 23. 
7bid. , p. 24 19 
20 
cesas, libros de textos, manuales técnicos al día, periódicos y una 1.3.2 El papel de la ilustración litográfica en la creación 
amplia gama de escritos de tipo religioso. Lo contrario ocurría con de un imaginario nacional 
la mayoría del pueblo que continuó siendo analfabeto durante todo el 
siglo XIX.8las editoriales, al ligarse con el romanticismo, promovje. 
ron creaciones literarias románticas unidas a nuevas iniciativas com-
prometidas con la cultura, que rompieron con el modo tradicional de 
hacer libros. los nacionalismos -productos del vientre exaltado del 
romanticismo- se afianzaron por todas partes. En la recién nacida na-
ción, la titánica labor de crear una identidad nacional y exaltar el sen-
timiento nacionalista en los nuevos mexicanos no pudo tener mejores 
aliados que la literatura romántica y la gráfica. la tendencia a exaltar 
los sentimientos, el nacionalismo y el uso de ilustraciones litográficas 
a color se tradujo en numerosos éxitos editoriales que formaron un 
nuevo estilo moderno. Con el desarrollo del mercado interno en el 
México Independiente se transformaron los establecimientos de orde-
nanzas en casas editoriales capitalistas de libre comercio -libres de la 
censura eclesiástica- con maquinaria moderna y materias primas de 
nuevo tipo, a la vez que construyeron una nueva red de distribución y 
circulación de sus productos. 9 
En resumen, podemos afirmar que la prOducción de libros 
modernos está caracterizada por el uso de ilustraciones litográfi-
cas a color. Dichas ilustraciones adquieren un importante papel 
descriptivo y se vuelven un apoyo visual a la narración escrita, a 
diferencia de el papel accesorio -emblemático y alegórico· que 
desempeñaban en la edición de libros durante la Colonia. Los nue-
vos temas laicos exigieron una nueva estética romántica profusa 
en ilustraciones y ornamentaciones florales que enmarcaran las 
portadas y figuras. El uso de la tipograffa también se vio renovado 
con la importación de tipos modernos y los rediseños de tipos con 
-drop shadow" -proyección de sombras- semejantes a los emplea-
dos en carteles publicitarios. 10 La novela fue el género que más 
se beneficio de ésta revolución del diseño. 
8 Mne Staples, 011. cit., p. 94. 
9 SiMa fernández IiernMdez. op.cit., pp. 23 Y 24. 
10 bd., 25. 
11 .Jo!J, luis Martlnez, 011. cit., p. 309. 
los pensadores del siglo de las luces querían liberar a Europa -y al 
mundo entero- de las tinieblas en que se encontraba bajo la omino-
sa sombra de la Iglesia y de la aristocracia legitimada por eUa. los 
anhelos de libertad, fraternidad e igualdad se difundieron por todo el 
mundo. Ya para finales del siglo XVIII, se lelan en México con relativa 
facilidad las obras de los fundadores de la epistemologfa moderna: 
Descartes, Bacon y Newton; de los creadores del liberalismo: Hob-
bes y locke; y los de la ilustración: Voltaire, Diclerot, Rosseau, Mon-
tesquieu, Sieyes, y comenzaban a llegar del Norte, los trabajos de 
los federalistas e independentistas de Norteamérica. La renovación 
intelectual fue iniciada por personajescomo Sigiienza y Góngora; los 
jesuitas como Clavijero, Alegre, Castro, Cavo, Guevara y Márquez 
-desterrados para finales del XVII~ que adoptaron fervorosamente la 
filosofía moderna y el filósofo oraz de Gamarra; en las ciencias hicie-
ron lo propio Alzate y Bartolache; as/ como en la política, contribuye-
ron con sus proclamas de libertad los caudillos responsables de la 
revolución de Independencia: Hidalgo Morelos, Mier ... 11 El pensamien-
to liberal que arribó a América no pudo tener mejor representación 
en el siglo XIX . Gran numero de los mejores hombres del Nuevo 
Mundo hicieron suyas las ideas revolucionarias y se dieron a la lucha 
por construir una nueva sociedad. Si bien es cierto que los jóvenes 
liberales se enfrentaban a valores consagrados por siglos y siglos de 
tradición, también lo era que su vigorosa moral estaba sustentada 
por el arma más poderosa que la humanidad jamás haya conocido: la 
razón. La filosofía positivista proclamó la omnipotencia de la técnica. 
Finalmente, todos los hombres serian considerados iguales y tendrían 
las mismas oportunidades. Aunque la historia se ha encargado de 
demostrar cuán ingenua era la visión de los primeros liberales, no 
podemos negar que la rapidez con que se suscitaron tantos cambios 
en todos los aspectos de la vida y en la forma de pensar de los seres 
humanos durante ese perrodo no tiene comparación con ningún mo-
mento de la historia previa. En los libros, periódicos y hojas volantes 
decimonónicos quedan testimonios de la encendida lucha intelectual 
Que se libraba entre las facciones liberal y conservadora. Y dentro de 
cada facción, se pugnaba también por hacer brotar del entendimiento 
las ideas que garantizasen la salvación de su joven patria. 
En materia educativa, la segunda mitad del siglo XIX fue 
decisiva. Una creciente preocupación entre los intelectuales fue la 
de generalizar la instrucción en todos los niveles sociales. Enseñar a 
leer a la población infantil y al crecido número de habitantes que habla 
sobrepasado la edad escolar y segura siendo analfabeta, era funda-
mental para los postulados positivistas. La tarea estatal consistirfa en 
crear un lllJevo prototipo de ciudadano instruido, ordenado y respe-
tuoso de la paz. A través de este método infalible se pensaba conse-
guir el progreso de la nación y terminar con todos los males que la 
aquejaban. A rarz de las Leyes de Reforma se dio la separación entre 
la Iglesia y el Estado y posteriormente se establecieron los conocidos 
principios de educación: ~Iaica, gratuita y obligatoria8 • En la década 
de 1860, maestros mexicanos y académicos empezaron a adaptar 
los libros de texto más conocidos a la realidad mexicana. En 1861 
se suprimió por primera vez en la historia de México la enseñanza del 
catecismo en las escuelas públicas.12 
la modernidad llegó cargada de las más ambiciosas prome-
sas. la historia de la humanidad ya no estarfa sujeta a los caprichos 
del destino. Desde ese momento en adelante, el devenir histórico 
marcharla en linea recta hasta alcanzar el punto máximo del progreso 
humano. Progreso garantizado por el generoso e incondicional auxilio 
de las máquinas. La naturaleza sometida al ingenio y la voluntad del 
hombre. la filosofla positivista eshNo en su origen impregnada de un 
esprritu democratizador. En la gráfica fue , efectivamente, un avance 
técnico el Que dio lugar a la democratización del arte. El hombre 
12 MarIa Teresa Bermúdu. Las leyes, los libros de tedo y la lectura. lB57 -IB76. 
Hstoria de la lectufa efl Mé:dco pp. 128,129. 
común, el hombre del pueblo, sólo habla tenido el privilegio de la 
experiencia estética de la pintura gracias a la iconografía cristiana 
pendiente de los muros de las iglesias. Pero esa otra pintura, esa 
que reproduda en su justo colorido y figura los paisajes y personajes 
que poblaban la Nueva España, habla quedado vedada de sus ojos 
por estar recluida en los muros de palacios y haciendas inaccesibles 
para los de su casta. El derecho al goce estético, el derecho a verse 
dignamente representados en sus peculiaridades y la posibilidad de 
tener una identidad nacional propia, sólo tuvo lugar con el advenimien-
to del procedimiento litográfico. la piedra litográfica, empleada co-
múnmente en construcciones modestas, era considerablemente más 
económica que los materiales para el grabado en madera. Una vez 
realizado el dibujo con un lápiz graso sobre la piedra porosa, se apl~ 
can ciertos ácidos Que permiten la transmisión de la imagen al papel, 
produciéndose infinitos medios tonos de sutil(sima transición entre las 
luces y sombras. la caracterlstica más importante del eficiente pro-
cedimiento litográfico es su inmediata capacidad de reprOdUCCión en 
serie. Fue esta reproducibilidad masiva lo que le confirió su naturaleza 
democratizadora. 
1.3.2.1 los Misterios de México 
En el libro Empresa y cultura en tinta y papel, 1800-1860, 13 que 
compila algunos de los trabajos más importantes -y escasos- de in-
vestigación bibliográfica en nuestro pafs, encontramos que la partici-
pación de Vicente Quirarte: -Misterios de Los misterios de México, la 
litografía como narración~, resulta de particular interés para nuestra 
tesis a pesar de no basarse en un libro dirigido a los niños. Entre los 
éxitos editoriales del siglo XIX encontramos el libro de 1851 Antonio 
y Anita o los nuevos misterios de México y es, precisamente, sobre 
este maravilloso libro que Quitarte comparte con nosotros los hallaz-
gos de su investigación. 
13 VlCtnte Q!.ir1Yte. Misterios de Los misterios de Mbico. La litografla como narración. Recopiado por Laura Beatriz Suérez de la Torre (Rec.I2001 . 
En Empresa y cUlura en tinta y papel, 1000-1860. MWco: klstituto Mora: UNAM, klstituto de mestigaciones BilIiogrMlcas, p 574 Y siguientes. 21 
22 
Los autores responsables de Antonio y Anita o los nuevos 
misterios de México son el francés Edouard Riviere, escenógrafo 'les· 
critor; Juan R. Navarro, impresor; otro francés, José Antonio Decaen, 
editor y litógrafo; Carlos Hipólito Serán, autor dramático y Casimiro 
Castro, artista plástico. l ( 
Contrario a lo que se pudiera creer, el incalculable valor es-
tético que hace de Antonio y Anita o /os nuevos misterios de México 
tan peculiar y significativo en la historia bibliográfica del pafs, no re-
side en el mérito literario que, por el contrario y a decir de VICente 
Quirarte, es bastante mediocre: 
-En sus textos, si fueron verdaderamente de su autoría, 
Riviére fracasa rotundamente. Sus criminales son previsibles y sus 
amantes parecen tener pasiones de aire. En cambio, en las litografías 
que acompañan al libro, la ciudad de México de Mediados del siglo 
XIX aparece con su vegetación lujuriosa y apabullante, sus trajes que 
consuMan otra forma de escenograf(a, como tempranamente descu-
brió linati, sus espacios de ritos civiles y eclesiásticos: la Catedral en 
la conmemoración de la Independencia o una casa indígena fuera del 
perímetro urbano. "!5 
La filiación conservadora de Castro no interfirió en su re-
creación de la Ciudad de México; por el contrario, fue su gran sensibi-
lidad humana la que se impuso a su ideologla polftica. Su imaginación 
fue nutrida por la casta inferior, por una ciudadanía naciente y por /os 
espacios que poco a poco formarlan el rostro de la gran ciudad. As! 
pues, la belleza narrativa de Antonio y Anita o los nuevos misterios de 
México no es de Indole literaria sino gráfica. 
la relación texto-imagen se desequilibra en esta obra de 
mediados del siglo XIX ya que lejos de ocupar el tradicional papel 
accesorio asignado a la imagen, la obra del artista mexicano Casimiro 
Castro, trasciende como auténtica protagonista del relato y relega a 
las pobres lineas del autor francés a un segundo plano. As! pues, las 
historias "truculentas· de suspenso mal hilvanado no son mas que un 
14 tIId .• p. 574. 
15 IbId., p. 585. 
161b1d .• p. 579 
171b1d., p. 582. 
pretexto - al menos eso nos parecen ahora-para el despliegue de 
virtuosismo artístico de sus ilustraciones y el descubrimiento de la 
que en adelante seria la nueva protagonista romántica del imaginario 
nacional: 
-Los receptores no sólo ten(an acceso a una sucesión de 
aventuras truculentas, sino se convertfan en poseedores de represen-
taciones gráficas de una ciudad reconocible: La Villa de Guadalupe, 
el Paseo de la Viga, Chapuftepec, una casa en la calle de San Felipe 
Neri, la cárcel de La Acordada. Espacios privados y públicos alternan, 
más que en la narración proporcionada por el texto, en la segunda 
historia -más sugerente e imaginativa- que forman las imágenes. '"16 
La ilustración litográfica de Castro adQuiere, bajo la luz de 
la historia, el doble esplritu que caracteriza a toda obra de ficción de 
buena factura que, como hija del arte, es también reflejo y testimonio 
de la Intima realidad de su tiempo: 
MLa parte más notable de la exploración de lo privado está 
formada por aquellas litografras donde es posible conocer los inte-
riores urbanos de la época, en todos sus niveles sociales, desde el 
jacal de varas hasta la casa opulenta. Las descripciones en la novela 
son nulas, pero las imágenes resultan elocuentes y establecen un 
inventario de la casa mexicana de mediados del siglo XIX. Tres litogra-
f(as del libro son fundamentales para la reconstrucción de la ciudad 
devastada a partir de la Reforma: el interior de una casa en la calle 
de San Felipe Ner;, el exterior de una casa de la Mariscala y acaso la 
más célebre de las reproducidas por Riviere, y que sr es descrita en 
el libro: la l/amada el Cacahuatal de San Pablo, también conocida por 
Casa del )ud{o, y que serviría posteriormente como escenario a Vicen-
te Riva Palacio. Igualmente notable es la litografia que representa una 
casa de vecindad, pequeña ciudad que habrá de ser escenario de las 
coloridas crónicas sucesivas, desde Guillermo Prieto hasta Ángel de 
Campo."!1 
VICente Quirarte, que ha tenido el privilegio de observar di· 
rectamente el original, da testimonio del delicado trabajo de Castro. 
Donde las palabras fracasaron, la linea supo crear las atmósferas 
de sutileza o dramatismo, de transparencia u oscuridad que deman-
daban las situaciones. la relación entre la arquitectura, el entorno y 
los seres humanos magistralmente lograda; el manejo depurado de 
la linea; el pleno conocimiento del espacio arquitectónico, y la recrea-
ción de los paisajes a partir de los sensuales claroscuros, hacen de 
Antonio y Anita o los nuevos misterios de México un pilar fundamental 
en la historia de la ilustración de nuestro pals. No exageramos al 
afirmar que los misterios de México, obra maestra de la gráfica, son 
un claro ejemplo de cómo un arte puede influir positivamente a otro. 
El investigador lo resume en su justa medida: 
·Como obra pionera, es la madre de quienes, con palabras e imáge.-
nes, harlan la gran crónica del siglo XIX·.IB 
18 bid., p. 586. 
f¡g. 8 · 11 Oivetsas ";stas de la Ciudad de Mhico de mediados del S. XIX 
litografias de la novela ilustrada: "Msterios de Méll.ito·. 
23 
24 
Fig. 12·17 Diversas .,;stas de la CiIdad de Mbico de mediados del S. XIX 
lito¡raflas ele la novela lustrada: "Misterios de Mbico', 
fie.l8 "Misterios de MhiCo' Es 00 bello documento ele! papel de la 
iklstracióo fto&rál\ca en la treatiól1 del imaginario nacional 
y de la transciclón de la edición colonial allibto moderno. 
1.3.2.2 Otras obras litográficas, la prensa ilustrada 
los libros posteriores a Los nuevos misterios de México, como Mé)(~ 
co y sus alrededores (1855-1856 y nueva edición aumentada de 
1869), impreso por los franceses J. Decaen y Agustin Debray, con 
maravillosas litograffas a color de Casimiro Castro, J. Campillo, lo 
Auda y C. Rodriguez;19 y Los mexicanos pintados por s( mismos, ilus-
trado por Hesiquio Iriarte,20 son dos ejemplos notables de la belleza 
gráfica alcanzada mediante el innovador procedimiento y de la nueva 
percepción de los artistas mexicanos de su propia imagen nacional. 
La litograffa, respuesta democrática del liberalismo, revolu-
cionó el modo de hacer ilustración, y expandió la aplicación de este 
arte a muchas áreas del quehacer humano. Artistas aventureros como 
Carlos Nebel y John Phillips dan testimonio de sus descubrimientos 
antropológicos y llevan a Europa imágenes de el recién liberado y aún 
convulsionado pals. En la ciencia, la generosidad estética del arte 
de la ilustración se pone humildemente al servicio de la botánica y la 
herbolaria, asl como de la zoologla, registrando bellamente la infinita 
diversidad de fauna y flora del exuberante territorio mexicano. El d~ 
bujo arquitectónico también es uno de los beneficiados. l a novela por 
entregas hubiese sido inconcebible a no ser por el noble procedimien-
to gráfico. En la política, constituyó un arma poderosa a través de las 
caricaturas punzantes de Constantino Escalante y Alejandro Casarln, 
siempre dispuestos a defender a la patria de los invasores extranjeros 
y de el mal gobierno con sus valientes trazos.21 
La imagen nacional fue obra del siglo XIX. la necesidad de 
caracterizar ~fo mexicano~, llevó a los fundadores de la patria a pro-
ducir un gran número de obras literarias que recrearan -o crearan-Ia 
historia nacional, la cultura nacional, el paisaje nacional, y las costum-
bres nacionales. la excepcionalidad de todas las naciones se fundó 
principalmente en el artificio de conjugar esas cuatro peculiaridades. 
y en México, como en todas las demás patrias excepcionales, fue la 
19 bId.,p. 310. 
20 bid p. 586,587. 
21 bid., p. 587. 
22.Jos' Lu's Martinez. op. cit., p. 311. 
23 ~ Teresa 8ermúdez. op. cit, p.J36. 
clase media alfabetizada la principal receptora del imaginario nacio-
nal. l a prensa ilustrada fue el más eficaz vehlculo por el cuál llegaron 
a la burguesfa lectora las románticas imágenes. Pero no es sino hasta 
después de las primeras cinco décadas del siglo que termina por de-
finirse el tipo de mitologla ancestral sobre la que habrá de construirse 
la gran nación mexicana. Es en este punto que la historia del pasado 
adquiere sus verdaderos tintes afectivos y se dispone a volverse pro-
tagonista de la memoria colectiva. 
Además de la abundancia de los diarios noticiosos, varios 
tipos de publicaciones periódicas twieron un gran auge. A partir de la 
segunda mitad del siglo, estas publicaciones se especializaron para 
satisfacer las necesidades de tres sectores diferentes de fa hetero-
génea población: hombres, mujeres y niños. Algunas de estas publ~ 
caciones eran anuales, y estaban dedicadas al entretenimiento y a la 
instrucción. Imprentas famosas como la de la calle del Águila, la de 
Galván o la ·Siglo XIX~ de Ignacio Cumplido - sin duda la más impor· 
tante-, se dedicaban a la impresión y venta de textos para señoritas 
y niños. Entre estos textos tenemos obras de la más refinada tipo-
graffa como los Calendarios de las Señoritas Mexicanas (1838-1841 
y 1843), editados por Mariano Galván R., y los Presentes Amistosos 
(1847,1851 y 1852), editados por Ignacio Cumplido, estas últimas 
adornadas con orlas coloreadas y bellas litografías. 22 los ~calenda­
rios· , libritos llenos de viñetas e información sobre el santoral, las 
fiestas de -guardar", los fenómenos naturales y las efemérides del 
año anterior, eran otro producto editorial altamente demandado por 
niñas, niños, señoritas, amantes, obreros, agricultores ... Para 1860 
el número de publicaciones aumentaba, Manuel Payno con su Fistol 
del Diablo fue el iniciador en México de la venta de suscripciones y 
distribución ·por entregas" para todo tipo de publicaciones.23 
El gran número de publicaciones periódicas para niños 
eran de carácter didáctico. Contenlan, por lo general, sugerencias 
sobre higiene y urbanidad, lecciones escolares, máximas, biografías 
25 
26 
de hombres ilustres, fábulas, adivinanzas, oraciones, juegos y sobre 
todo gran número de ilustraciones. Juan Wenceslao Sánchezde la 
Barquera (1779,1840) -considerado el primer periodista y editor de 
publicaciones periódicas para niños en México-, publicó los periódicos 
El Mentor Mexicano (1811), El Correo de los Niños (1813), y Diario 
de los Niños(1839-1840). A Garc1a Torres se le atribuye una publica-
ción similar. Ángela Lozano, Manuel Orozco y Berra, Hilarión frias y 
Soto y Manuel Peredo redactaban La Enseñanza (1870-1876), que 
además de contener bellas ilustraciones, cuentos, articulos eruditos 
de tipo cientffico o narraciones de viajes ¡nclula un suplemento para 
los más pequeños: El álbum de los niños. La Ciencia Recreativa se 
vendía cada quince dlas y se anunciaba como "publicación dedicada a 
los niños y a las clases trabajadoras· . Era también "por entregas·, al 
coleccionar las publicaciones quincenales se completaban cuadernos 
de 36 a 40 páginas que ofreclan temas muy variados acompañados 
de magníficas ilustraciones y a las personas que compraban la sus-
cripción se les obsequiaba El industrial Práctico, doce páginas que 
proporcionaban recetas troles de artes y oficios. En 1864 se inició la 
edición por entregas del Nuevo almacén de /os niños, copia en parte 
de la edición francesa de Mme. Leprince de Beaumont, pero modifica-
da por los impresores Buxó y Aguilar, que le hablan agregado algunas 
nociones de historia y geografía de México. El Diario de la infancia, 
inspirado en la obra del francés Villabrille era una gula completlsima 
para el niño cristiano. Para los niños de las clases acomodadas de la 
Sociedad Católica -constituida por el partido conservador-, el sema-
nario El Angel de la Guarda (1870) inclula articulos de enseñanzas re-
ligiosas, cuentos de contenido moral , algunos traducidos del francés, 
y otros textos como la "Crónica de la semana", que se refena a los 
acontecimientos de la vida diaria de los niños en la ciudad de México 
y sus alrededores. El Obrero del Porvenir, ·semanario para la niñez 
desvalida", Que se imprimla en la Asociación Artístico Industrial, se 
distribula gratuitamente; su intención era fomentar la instrucción entre 
niños y adultos e infundir el espíritu de servicio a la patria entre los 
24 Mario Rey. op.eit. p.l36; y Maria Teresa BermUdez. Op.cít. pp.137 a la 143. 
25 MMa Teresa BermUdez, 011. cit., p. 146. 
mismos. José Rosas Moreno, fundó La Educación (1871-1873), la 
Edad Infantil y los Chiquitines. Miguel Quezada editó El correo de los 
niños (1872-1883), en el escribieron Ángela Lozano, Carolina Poutet, 
Manuel Maria Romero y J.D. Villaloo, entre otros. Este semanario tenia 
la peculiaridad de ser elaborado también por los niños tipógrafos de 
la escuela de Tecpam Santiago Sierra, Alfredo Bablot y Román Arauja 
editaron la revista quincenal Biblioteca de los Niños {l874-1876) don-
de también colaboraron Manuel Corchado, Santiago Méndez y Mén-
dez, José Monroy y M. Osorio y Bernard. Delnoé Hermanos editó la 
Biblioteca para todos (1875), El Educador Práctico Ilustrado (886), 
publicación Quincenal, fue publicado por S. Enrlquez de Rivera, y parti-
ciparon Juan de Dios Peza 'J Manuel Gutiérrez Najera. El Escolar Mexi-
cano (1888-1889) fue publicado por Alberto Correa, y colaboraron 
Wright, Dolores Correa Zapata, Ignacio M. A1tamirano, Manuel Marra 
Contreras y justo Sierra. El semanario El Camarada (1888-1890) fue 
publicado por J. Ballescá. Y Ramón Rabasa editó El Niño Mexicano 
(1895-1896), y colaboraron Juan de Dios Peza y Guillermo Prieto. En 
otras ciudades de la república se circularon publicaciones similares, 
como El Amigo de los Niños que se imprimla en Mier, Tamaulipas; El 
Periquito, semanario de la ciudad de Campeche; El protector de la 
infancia, periódico mensual de la sociedad Lancasteriana Jalisciense; 
El Sábado se publicó en San Luis de la Paz, Guanajuato. Rebolledo 
editó El Instructor de los Niños: ·periódico religioso, moral, instructivo 
y de recreo", en Coatepec, Veracruz.~ 
La Linterna Mágica, constituye un caso particular de un pe-
riódico bellamente ilustrado. Su director era José T. De Cuellar y entre 
sus colaboradores estaban: Ignacio Ramlrez e Ignacio Manuel Alta-
mirano, además de muchos escritores. Su público estaba repartido 
entre la bohemia literaria. Los responsables de los bellos dibujos eran 
José Maria Villasana, Alejandro Casarin y Jesús AlamilJa.25 
Los semanarios y periÓdicos contaban con un amplio público entre las 
clases medias que podlan leer. Su objetivo era llegar a sectores espe-
cíficos de ese público y ejercer su poderosa influencia. Sin embargo, 
este tipo de lectura es diferente a las existentes en los siglos ante- a su, ya comentada, labor en el periodismo para la infancia, su obra 
riores porque por primera vez es necesaria la mayor participación en el ámbito de la dramaturgia para los más jóvenes. Sor Juana Inés 
y comprensión del receptor. No hay duda del lugar preponderante de la Cruz, de su autorla, es considerada el primer intento de teatro 
que ocuparon las revistas y periódicos en la creación de una cultura para niños en nuestro pals. También escribió Amor filia/, el juguete 
nacional, pero fueron los panfletos u hojas volantes, los que verdade- c6mico, Una lecci6n de geografía, El año nuevo, La mujer de César y 
ramente fungieron como el medio masivo de comunicación del siglo Alrededor de la cuna 27 
XIX. Para los investigadores de hoy día, no hay fuente documental Las Memorias de mis tiempos, de Guillermo Prieto (1828-
más rica para comprender la vida decimonónica. 1897), no fueron escritas específicamente para los niños, pero son 
-y seguramente fueron- buen material de lectura para ellos. Por otro 
1.3.3 La literatura para niños del siglo XIX lado, sus Musa Callejera (1885) y Romancero (1883), también ofre-
De los libros realizados espedficamente para los niños, se puede 
decir que fueron sumamente escasos, y que quedan aún menos ejem-
plares en el presente -el ya mencionado libro de José Ignacio Basurto 
es uno de ellos. A pesar de ello, la literatura infantil sr se desarrolló 
durante el siglo XIX. Gran parte de ella fue publicada en los semana· 
rios dedicados a la infancia. Entre los autores que cultivaron el género 
de la fábula tenemos a los citados Femández de Uzardi y José Ignacio 
Basurto, además de Luis Mendizábal, Mariano Barazábal, Ignacio FeT' 
nández de Córdova, Juan Maria lacunza, Francisco Ortega, Joaquln 
Conde, José Maria Moreno y Buenvecino, José Agustín Castro, fray 
José Maooel Martlnez de Navarrete, José Manuel Sartorio, Juan Ne-
pomoceno Troncoso, Gabino Ortiz y fray Matfas de CÓfdoba, Rafael 
Garcla Goyena y al más importante de todos José Rosas Moreno.26 
cieron gran esparcimiento para los jóvenes. Otra novela que ha go-
zado de la predilección de la niñez es Navidad en las Montañas de 
Ignacio Manuel Altamirano (1834-1893), autonombrado ·el indio·. fm. 
gel de Campo, Micrós, editó Cuentos y crónicas de tono moralizante. 
y Manuel Gutiérrez Nájera publicó Cuentos 'rágiles (1883) con temas 
también navideños.2tI 
Entre los libros de poesla escrita para niños tenemos: La 
lira de la juventud, poesfas mexicanas (1872), publicado por Juan E. 
Barbero; la contemporánea El pensil de la niñez, de Rosas Moreno; 
además de Hojas de Rosas y Ramo de violetas del mismo autor. Pero 
es sin duda la obra de Juan de Dios Peza, Cantos del hogar (1884), 
la más importante contribución de un autor mexicano a la poesla para 
niños durante el siglo XlX.ó'\I 
José Rosas Moreno,·el poeta de la niñez·, -el lafontaine 1.4 El IlaJo XX. 
mexicano·, 11838-1883), fue un excelente fabulista de ideologla I¡' 
beral que sufrió la persecución polltica. Además de Fábulas para la 1.4.1 El Porfiriato, Vanegas Mayo y José Guadalupe Posada 
infancia (1872) y El pensil de la niñez, publicó Nuevo libro segundo, 
Compendio de ortologfa, Libro de oro de las niñas, La ciencia de la 
dicha, Manual de urbanidad, Un viajero de diez años, Recreaciones 
infantiles, Nuevo amigo de los niños, Recuerdo de la infancia, excur·siones por el cielo y por /a tierra y Un libro para mis hijos. Se suma 
26 Mario Rey, op. cit., pp.I03 a la 118. 
27 CMmtn Bravo Vlasa'lle, op. cit., 126 ';'J Mario Rey, op. cit., p. 118 Y 133. 
28 Carmen Bravo Vitasante, op. cit.. p. 126. 
29 Mario Rey, op. cit. , p. 129. 
El periodo histórico que abarca los años 1876-1910, la dictadura 
de Don Porfirio Olaz, es característico por la estabilidad polltica y el 
crecimiento económico. Por primera vez después de cincuenta años 
hay paz Y prosperidad (aunque no se produce avance en el área de la 
27 
28 
igualdad social) '1 esto fortalece el sentimiento nacionalista entre las 
clases beneficiadas. A finales de la década de los ochenta surge un 
fenómeno cultural de singular importancia. Se trata de los dibujos que 
ilustraban varias de las publicaciones '1 que permitían al pueblo, en su 
gran mayoría analfabeto, comprender el acontecer diario del pafs '1 
formarse una opinión al respecto. 
las ediciones de Vanegas Arroyo(l850-1917), en combina-
ción con José Guadalupe Posada (1851-1913), fueron el ejemplo más 
notable. Ambos lograron que el arte llegara al pueblo. las publica-
ciones de Vanegas Arroyo, impresas en papeles de colores, inclufan 
los temas más populares '1 genuinamente mexicanos: oraciones, vi-
das de santos, crímenes, milagros, leyendas, comentarios políticos, 
observaciones humorísticas sobre sucesos de actualidad, corridos '1 
canciones populares. El pueblo pagaba precios muy accesibles por 
ellas y se les podra encontrar hasta en el rincón más humilde e ines-
perado del pals. A través de su trabajo editorial se consiguió masificar 
la cultura. los dibujos de calaveras, arquetipos de la gráfica nacional, 
que realizó Posada y que son mundialmente famosos provienen de 
esa época. También hizo ilustraciones para varios periódicos, como 
El Argos (en este periódico se publicó la primera historieta mexicana, 
Don l upitol, la Patria, El Ahuizote, El hijo del Ahuizote, Fray Gerundio 
y El Fandango. 1 Además del importante papel polltico que tuvo en su 
tiempo '1 el valioso legado estético que constituye el trabajo en cola-
boración de Vanegas Arroyo y Posada, también significa una aporta-
ción notable al acervo de la literatura y la ilustración para los niños y 
jóvenes. No sólo publicó varios materiales dirigidos a la infancia, sino 
que Vanegas Arroyo también escribió gran parte de los mismos. Con 
él trabajaron Rafael Romero, Manuel Flores del Campo, Ramón N. 
Franco, Francisco Ozacar, '1 Constancia S. Suárez. Hoy dla -gracias a 
la reedición de la SEP-, se puede disfrutar de una serie de leyendas y 
cuentos publicados originalmente en 1905 por Vanegas y con ilustra-
ciones de José Guadalupe Posada y Manuel Manilla. l os tftulos son: 
1 Mílada BaZMt, Lecturas del Pornriato Historia de la leetura en MéJdco. P. 217 
2 Mario Rey, op. cit., p. 149 Y 150. 
3 bld. ,p. 156,157. 
Juan Ceniza I EI doctor improvisado, l a niña de las perlas / La viejecita 
dichosa y El niño de dulce /Por Querer ser muñeco. Otra colección de 
Vanegas Arroyo ilustrada por José Guadalupe Posada, es la Biblioteca 
del Niño Mexicano, escrita por Heriberto Frias Alcocer, publicada en-
tre 1899 y 1902. Al menos cuatro de las portadas ostentan la frma de 
Posada. 2 En el terreno del teatro infantil, la contribución editorial de 
Vanegas también es profusa. Bajo los encabezados Galerfa de teatro 
infantil, El placer de la niñez, selección completa de monólogos, y la 
Colección del Teatro Infantil-serie de pastorelas, monólogos, zarzue-
las y pequeños dramas· editó algunos trabajos de su propia autorla 
y de otros dramaturgos. Algunos de estos libros, fechados en 1918, 
son La viuda y el sacristán, Los chascos de un licenciado y El novio 
de doña Inés. También forman parte de la colección: Pasión eterna, Dolor 
de muela, y Don Juan Tenorio, I y 11, de Constancia S. Suárez; El premio 
grande de la Lotería Nacional, ¡ y U, de Rafael A Garcla; El juzgado de 
paz; Los novios; Relación para /os danzantes; Los sustos del valedor; 
Los gendalTTles; El consultorio médico; Los celos del negro Don Follas; 
Perico el incorregible; La almoneda del diablo; La isla de San Balandrán; 
Un casamiento de indios; Mendiga y huérfana; Un chasco furibundo; Ofas 
pasados por agua; La casa de la vecindad; Dar el consejo y dar el ejem-
plo; El reportero; Amor que envilece; Antes del baile; Amar sin esperanza; 
En la cocina; y Haciendo el oso. Otra colección más de Vanegas moyo 
destilada a los niños está formada por una serie de hojas sueltas con 
juegos al estilo de ~serpientes y escaleras", novedades y más cuentos. 3 
En el porliriato hubo gran cantidad de revistas especializa-
das dirigidas principalmente a la élite intelectual. La Revista Azul fue 
la primer publicación del modernismo, movimiento literario latinoame-
ricano de gran alcance, sus editores fueron Gutiérrez Najera y Carlos 
Oiaz Oufóo. l os trabajos pOOIicados eran de autores extra1jeros de tan 
diversas procedencias como Sudamérica -Rubén Dario y José ASlIlCión 
8Wa-; Estados ooidos -Edgar Abn Poe-; Francia -BaodeIai"e, Pruchonme-
... En 1898 el antigoo colaborador de la Revista Azul, Jesús Valenzuela, 
ft.ndó la Reo.1sta Moderna, del mismo estilo pero con el enorme atractj. 
vo adicional de tener como ~ustrador al gran pintor Julio Ruelas.~ 
Contemporáneas a las calaveras de Posada, y siguiendo la 
idea de relatar en forma gráfica los temas de folletín, son las es-
tampas de La historia de una mujer ejecutadas por el pintor catalán 
Planas. Estas estampas fueron reproducidas en México por la fábrica 
de cigarros El Buen Tono para obsequiarlas dentro de las cajetillas de 
cigarros. La historia de una mujer es el antecedente más cercano de 
la actual historieta romántica, siempre de tono moralizante. En otros 
semanarios como el ArleQufn, Cómico, Petronio, Kikiriki, El Mundo se 
publicaban pequeñas historietas ele PJvaro Pruneda, padre e hijo, de 
carácter humorlstico. Durante este mismo periodo stJ'ge también el 
periodismo moderno en México. En 1896 se fooda El Imparcial por 
Rafael Reyes Spindola. Uoa hoja de color de rosa de tamaño mediano, 
de cuatro páginas '1 aspecto estadounidense, fue el primer periódico 
moderno en nuestro pals. Splndola compró en Estados Unidos un equi-
po de fotograbado que acababa de inventarse para ~ustrar periódicos 
'1 libros. También importó un par de rotativas modernas, una de ellas 
de colores.8 La introducción de las nuevas técnicas, marcaron el final 
de una época brillante para la ilustración de nuestro pals. La litografía 
Que floreció durante el siglo XIX, también decayó con la extinción 
de ese siglo y con el advenimiento de la fotografla. Comparado con 
épocas anteriores el aspecto tipográfico del libro del Porliriato es 
bastante pobre, wlgar, europeizado. Esto se det:Ii!l en W<Irl medda a 
la fria téaica cientfIica. A ccntio de LJl deterl:lro en el arte~, ita-
gráf<o Y ~ de los Ibros, mejoraron las téaicas para hacerlos. 
Hacia finales del Siglo XIX comenzaron a emplearse el linotipo y las ro-
tativas; la capacidad de imprimir fue cada vez mayor y se introdujeron 
nuevos sistemas de ilustración: la cromolitografía, el fotograbado, la 
policromla y el rotograbado.' 
4 Miada Bazanl, 01). cit., p. 223. 
5l11d.,p.21 7,218 y219. 
6 1l1d.,Jl.230. 29 
30 Aa. 1 g. 24 No tia)' obra gráfica más profundamente arraigada en el ~onciente eolectWo de los mexicaoos como la obra de Posada 
1.4.2 las primeras décadas del siglo XX 
y el México poS'fevolucionario 
Para 1910, una pequeña élite disfrutaba de las mejores obras de la 
literatura y la filosoffa que llegaban de Europa en muy pequeñas canti-
dades, a precios inaccesibles y con frecuencia en un idioma extranje-
ro. Las clases medias alfabetizadas, ligeramente más numerosas que 
el circulo intelectual, se cultivaba con las publicaciones periódicas. 
Una gran mayor fa, cerca del 80% de la población, era analfabeta y 
una buena parte de ella permanecla aislada ffsica

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